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Era pleno verano. En la noche se oian a los grillos cantar con todo el enfasis con que podian hacerlo. Aquella noche Laura no habia podido dormir casi nada y lo poco que habia dormido lo habia hecho a ratitos y mal. El sudor hacia de las sabanas una pegajosa masa de tela que no podia quitarse de la piel. El estridente canto de los grillos habia hecho de aquella jadeante noche bastante movida, llenas de pesadillas y malos pensamientos. Amanecio la manana con un gran sol. Los restos de la noche pasada se reflejaban en el rostro de Laura, pero habia llegado la hora de levantarse. Aun no habian terminado las clases, aunque faltaban pocos dias. Ya se sabe que los ultimos dias de clase son los mas desesperantes pues parece que nunca llega el final. Se levanto como siempre. La cabellera morena y larga se asemejaba a un revoltijo de pelo en el que se habian puesto todos de acuerdo para hacerla parecer una leona. Unas ojeras hasta los pies y arrastrando el cuerpo con poco garbo. Laura inmediatamente se dirigio al cuarto de Marcos y desperto a su hermano. --Marcos, despierta, que ya es hora. Vamos a llegar tarde, levantate… !Ya! --!Vale! Podrias gritar menos, ?y mama? --Esta dormida. Ahora voy a despertarla. !Tu vistete, desayuna y despierta a Ines…! --Siempre me toca lo peor a mi. Ines no se despierta conmigo, solo se despierta con mama... --suspiro con cara de pocos amigos. Laura se dirigio a la habitacion de su madre, descalza y de puntillas…. --!Mama! !Despierta! Que llegamos tarde, ya son las ocho. !Vamos, Mama! --le susurro en el oido suavemente. Laura paro por un momento y se quedo observandola. En un gesto inconsciente de querer grabar su serenidad en su mente. Empezo a menearla. Primero con suavidad, al no conseguirlo insistio con mas fuerza a ver si conseguia despertar de una vez a su madre. Pero no habia manera. Un brazo se quedo colgando fuera de la cama. De repente, al tocarla, sintio un escalofrio por todo el cuerpo. Su madre estaba completamente helada. El cuerpo lo tenia rigido. Laura empezo a ponerse muy nerviosa. No sabia que hacer, apoyo su cara sobre el pecho de su madre, pero no oyo los latidos de su corazon. No oyo nada. No podia ser… no, no podia ser eso… se repetia Laura una y otra vez en su interior. La realidad se habia convertido en pura ficcion. Ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado algo asi, a veces la realidad supera con creces a nuestra imaginacion por muy retorcida y siniestra que pueda llegar a ser. Alli estaba Laura, en pie frente a ella, paralizada, en otra dimension, en un escalon que separaba la realidad de sus propias fantasias para no cruzar el crudo hilo de la realidad. Su madre no podia irse de esta manera, pensaba para sus adentros. Tan pronto, no. A los treinta y tres anos era pronto para morir e incluso para ella que habia vivido deprisa, que las amargas experiencias habian marcado aquella vida que hoy se habia truncado por completo. Como hoja de otono barrida por el viento, sin pena ni gloria, sin darse cuenta de su verdadera existencia. Se habia ido con la misma soledad con la que habia nacido, crecido y vivido. Aunque su soledad fue rota por el nacimiento de sus tres hijos: Laura, Marcos e Ines. Sola en una cama inmensamente grande para una persona sola. Sola en el principio, sola al final. En la oscuridad de aquel retraimiento que siempre la habia perseguido alli donde fuese. Laura rogaba a Dios que aquello no fuese verdad. ?Que podia hacer ella? Su hermano estaba a punto de entrar en la habitacion donde se hallaba postrada su madre, pero Laura se lo impidio justo a tiempo: --Marcos, !estate quieto! No entres en el cuarto. Quedate con Ines en la sala. Mira los dibujos que tengo que llamar por telefono. !Anda, vete ya! --exclamo Laura nerviosa y con un maldito nudo en la garganta. --Pero... ?por que? Eres una gorda insoportable. Culona. Solo quiero decirle una cosa a mama... --protesto con genio el nino. --Por favor, por una vez hazme caso, es mejor que te quedes cuidando que Ines no venga, que no entre en el cuarto de mama. Esta durmiendo --imploro Laura. Cerro la puerta del cuarto de su madre, suspiro por haber salvado la situacion y se dirigio corriendo hacia la entrada de la casa, donde estaba situado el telefono. Se sento en el suelo mirando hacia la mesa de madera de color caoba que habia en la entrada, era la tipica de madera, clasica con un poco de carcoma que le daba cierto aire envejecido y un poco desalinado. Cuando se dispuso a coger el telefono entre sus manos, se le resbalaba por el exceso de sudor. Siempre que le asaltaban malos pensamientos, que estaba preocupada y nerviosa, su cuerpo respondia transpirando en exceso. Por una parte, el calor que hacia era insoportable, por otra los nervios la hacian estremecerse en lo mas profundo, perturbando su mente y su cuerpo. Llamo al 061, el telefono de urgencias sanitarias. Sin llorar, casi sin creerse lo que estaba ocurriendo, despues de llamar dos o tres veces, consiguio que le cogieran la llamada, entre los nervios y la tristeza que sentia, logro explicarse a duras penas, entre tartamudeos y lagunas en blanco, se sentia como un nino pequeno intentando explicarse, por desgracia una de las cosas mas normales y corrientes, pero a la vez mas dolorosas. Que su madre habia muerto… en la noche y a escondidas como una nina traviesa se habia marchado dejandola sola, con un gran vacio a cuestas y una insistente pregunta: ?por que a ella? Todo lo que ocurrio a continuacion fue penoso. La separacion de su madre habia sido horrible, el alma se le habia ido muy lejos, pero separarse de sus hermanos, ya era la gota que colmaba el vaso, separarse de esas dos personitas pequenas fue una punalada rastrera y baja del destino. Aunque logico… eran hermanos, si, pero de diferente padre. Sus hermanos tenian el mismo y por lo menos seguirian juntos, seguirian con los mismos amigos y el mismo colegio. Se harian compania juntos en un mismo dolor. Pero ella no. Ella cambiaria todo: la familia, la casa, el pueblo por la ciudad, dejaria a sus amigos de toda la vida. Se sentiria morir. A ratos le daban ataques de furia, culpando a su madre por no estar ahi con ella, como siempre habia sido… otras, le acosaban los remordimientos, pensaba: ?y si hubiera estado mas con ella? ?Y si la hubiera ido a ver por la noche? ?Y si…? ?Y si…? Las pesadillas ahora eran muy reales y no podia quitarselas de encima, estaban dentro de ella y no tenian intencion de salir, se habian acomodado en su corazon. Se alimentaban de sus recuerdos. El cielo azul de aquel dia 19 de junio se habia transformado para ella en una gran losa negra que tapaba sus esperanzas, asi como sus ansias de vivir. Deseaba con todo su ser morirse para reunirse con ella. Llego el dia del funeral. La iglesia aquella que habia sido testigo para ella de los bautizos de sus hermanos, de su comunion. Ahora le parecia tenebrosa y fosca. Alli estaban todos los familiares. Sus hermanos con su familia, (Laura les miraba desde lejos queriendo recordar cada detalle de sus pequenas caritas, no sabia cuando les volveria a ver). Marcos, con sus grandes ojos, estaba embelesado mirando las esculturas de santos y apostoles mientras Ines jugueteaba con el lazo de su vestido, Laura penso: debe sentirse incomoda porque no le gustaban los vestidos. Su familia, amigos, enemigos (!como no! Ni ese dia la podian dejar en paz…). Todos ellos estaban alli. Tambien un monton de curiosos y las consabidas beatas que se encontraban alli con sus rosarios, como siempre, para averiguar quien era, como vivio y sobre todas las cosas…, ?como murio? En un banco cercano al de Laura estaba sentada la que habia sido la mejor amiga de su madre durante los ultimos cinco anos. Al ver a Laura, Isabel se dirigio hacia ella. La abrazo energicamente. Isabel no podia dejar de llorar, tenia los ojos enrojecidos y la cara blanca como si hubiese visto algo tan terrorifico que le habia cambiado el semblante de la cara. --Lo siento mucho, Laura, si pudiera hacer algo por ti lo haria… pero no creo que te pueda ayudar, carino --dijo Isabel apretujando contra su pecho a Laura, que tenia el cuerpo como una marioneta. --Gracias, Isa, pero de todas formas me tengo que ir a Palma y casi no nos veremos, ?y tus hijos? --pregunto Laura. --En casa con mi marido, ellos estan bien, pero no he querido que viniesen, ya sabes que la querian mucho y no queria que vieran esto --respondio agradecida la mujer por el detalle de Laura al preguntar por sus hijos--. Bueno, carino... --titubeo un poco-- Yo me voy porque no aguanto mas aqui. Si algun dia vienes por Inca, pasa por casa, nos gustara verte. Tu sabes que siempre seras bien recibida --le dijo abrazandola de nuevo. --Gracias. Te prometo que nos veremos algun dia. Si subo a Inca te hare una visita --dijo Laura despidiendose --!Adios! --intento sonreir Laura sin conseguir mas que una mueca. --Adios, que te vaya bien en Palma --se despidio Isabel entre sollozos que no podia contener por mucho que lo intentara. Pasaron a darle el pesame muchos amigos de su madre, unos lo llevaban mejor y otros lo llevaban peor. Se sentia como una estatua a la que habian dejado en una exposicion, a la que todos miran de arriba abajo y luego se van para seguir admirando otras esculturas. Aquel olor a incienso que antano le gustaba tanto, hoy le repugnaba, al igual que todo lo que la rodeaba. Aquello la estaba dejando sin respiracion, sentia como hacia esfuerzos sobrenaturales para seguir respirando, pero no conseguia sentir que el aire entrase en sus pulmones. Se sentia ahogar… su mente estaba muerta junto con su corazon y con todas aquellas cosas que un dia le parecieron bellas y que una vez amo. Todo habia quedado en el pasado. Un pasado que le parecia muy lejano, pero en realidad era su presente. Todo habia ocurrido en cuestion de dias. Unos dias eternamente largos y pesados en los que habia podido recapacitar en lo fragil que puede ser la vida, en como un suceso como el que habia vivido ella le habia cambiado todas sus convicciones. Haciendo que de pronto tuviera que crecer a la fuerza. La ninez se habia truncado delante de ella sin poder evitarlo, la burbuja de su mundo se habia roto y no existia en el mundo parche que pudiese remendar lo inevitable de su vida. Se habia quedado sin su madre. Ella se habia ido para no volver nunca mas. Tal vez en sus suenos...
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