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    Crítica de la novela Una belleza sin igual de Cheryl St. John. Una belleza sin igual es una novela bastante entretenida y diferente a otras que haya leído.

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    miércoles, 13 de noviembre de 2013. Cheryl St. John ... Un angel a mi alcance · Una belleza sin igual · Vidas opuestas. Unknown a la/s 4:47 ...

  • Naranja de sangre de Harriet Tyce

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  • Flores sobre el infierno de Ilaria Tuti

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    Tras Dicker, D’Andrea y Lemaitre, Alfaguara Negra presenta el debut del ano: Flores sobre el infierno de Ilaria Tuti, el thriller tiene nombre de mujer.

  • Mi error fue ser solo tu vecina. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Holly es una chica con quien la vida no se ha portado bien, no lo ha tenido nada facil. Desde nina tuvo que cuidar de su hermano y procurar que no le faltara de nada, comportandose como la madre responsable que nunca tuvieron. Holly esta dispuesta a todo por la felicidad de su hermano, incluso renunciar a sus propios suenos.

  • El senor del Eden (Serie Eden 4) de Olga Salar

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    Camilla no ha tenido una vida facil. Ademas, su don la ha alejado de las personas, logrando que huya del contacto fisico que tanto la perturba. No obstante, cuando conoce a Sam siente que puede ser ella misma sin temor a sufrir.
    El problema es que Sam tiene sus propios demonios y, por fin, ha decidido luchar contra ellos.

  • Ritual. Amuleto de Gaia de Noa Xireau

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    Los latidos de mi corazon eran tan fuertes que temia que retumbaran en las paredes del claustro delatando mi terror a las oscuras siluetas que acechaban desde las alturas. Tendida sobre el altar del sacrificio inhale con fuerza, cerre los ojos, e intente evocar recuerdos que me permitieran olvidar el horror al que tenia que enfrentarme. <>, recorde la pasion en su voz y las llamas en sus pupilas cuando me susurro las palabras al oido. Me estremeci. Habia cumplido su promesa... hasta hoy. Ahora, sin embargo, me asaltaban las dudas. ?Como reaccionaria cuando descubriera la verdad?, ?cuando desentranara el fraude sobre mi identidad? ?Se mantendria la fortaleza de sus sentimientos? Con el eclipse a punto de ocurrir, las tres figuras encapuchadas se posicionaron frente a mi. La Suma Sacerdotisa inicio los canticos en su hermosa lengua, en tanto el hombre que sostenia mi fragil vida en sus manos permanecia observandome con los ojos entrecerrados y los labios apretados en una fina linea... El Ritual habia comenzado. Romance paranormal.

  • Ser Rojo de Javier Arguello

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    Todos los libros tienen una historia. No la que cuentan sus paginas, sino la del propio libro. El dia en que fue comprado, el sitio en que lo leimos, la epoca de la vida en que eso ocurrio. A veces un libro se relaciona con un viaje y recordamos los paisajes y las personas con las que compartimos el tiempo que duro su lectura. Si llega a ser uno de los importantes, a lo mejor pasa a decorar el frente de nuestras estanterias. Ve pasar los anos, las mudanzas, el crecimiento de nuestros hijos. Si se lo preguntaran, un libro podria contar la vida de una persona. O al menos una parte de ella. Segun el contenido de sus paginas puede haber dejado en nuestra memoria el dibujo de unos personajes que se mezclan con las personas que hemos conocido, o ideas o puntos de vista que cambiaron nuestra forma de ver el mundo. Por esa razon un libro puede ser algo peligroso, un objeto con el que no queremos que se nos relacione por lo que implica haberse visto expuesto a su contenido. Por el solo hecho de poseerlo uno puede estar bajo sospecha. En segun que epocas y en segun que lugares, la gente tuvo que deshacerse de sus libros como quien se deshace de una prueba que lo relaciona con un crimen. En segun que epocas y en segun que lugares, este libro que tiene usted en sus manos podria convertirse en su sentencia de muerte. Esta historia empieza con un hombre y con un libro. Sentado en la vereda de una calle cualquiera, el hombre ojea el libro que se acaba de encontrar y no piensa en su contenido, sino en sus propietarios. ?A quien habra pertenecido? Por el tema del que trata bien pudo haber sido de un sociologo, como el. O de un estudiante de sociologia. Uno de esos estudiantes a los que el mismo daba clase hasta hacia apenas tres dias, y que habia llegado a Santiago de Chile a hacer un posgrado en sociologia politica y a participar del momento que se estaba viviendo. Por primera vez en la historia un gobierno marxista habia alcanzado el poder mediante elecciones libres, y desde todo el continente habian llegado jovenes de izquierda para participar, para colaborar. Y habian empezado las reformas. En el campo y en la ciudad. El presidente electo pensaba que habia que ir poco a poco, pero sus aliados no querian dejar pasar la oportunidad. Creian que un avance tibio podia debilitar el objetivo y terminar frenando las transformaciones profundas a las que habian sido llamados. El momento habia llegado y habia que ser valiente, con todos los riesgos que eso supusiera. Finalmente se impuso una unica realidad. El presidente fue muerto durante el golpe militar comandado por el ejercito. <>, decia uno de los comunicados que la radio transmitia una y otra vez. Y el hombre es extranjero. Y en algun momento milito en las filas del partido comunista. Claro que eso fue en su pais y hace mucho tiempo. ?Tendrian manera de saberlo? Tampoco importa demasiado. La institucion en la que trabaja fue tildada de <> por el gobierno de facto. Con eso basta. Afortunadamente, al tratarse de un organismo internacional, le dieron una patente para su coche que asi lo atestigua. En realidad no tiene ninguna oficialidad, pero a los ojos de la policia y de los soldados se confunde con las del cuerpo diplomatico. Por eso el puede circular por las calles en horas en las que todos estan encerrados en sus casas. Por eso paso los ultimos tres dias llevando gente a las embajadas para que, desde alli, intentaran abandonar el pais. Las fronteras estan cerradas, los aeropuertos vacios y las carceles llenas. Tan llenas que habilitaron estadios de futbol como centros de detencion. Cientos de detenidos, la mayoria de los cuales ya no saldra de ahi. Pero eso el hombre a esa altura no lo sabe. Si sabe que tiene que sacar a los que pueda. Amigos, companeros y muchos desconocidos que de algun modo lo han contactado. Al principio tiene miedo. No se niega, pero tiene miedo. Despues de los primeros viajes el miedo se va adormeciendo y lleva a todos los que puede. No los puede dejar en la puerta porque las embajadas estan vigiladas. Debe dejarlos a media cuadra para que lleguen caminando, como quien no quiere la cosa, y que en una distraccion o un descuido se metan para adentro. El hombre los deja a media cuadra y celebra cuando los ve entrar. Algunas embajadas estan tan llenas que solo hay sitio para estar de pie. Nadie se puede sentar, mucho menos recostarse. El hombre celebra cuando los ve entrar, pero no todos tienen tanta suerte. A veces los interceptan por el camino. El hombre traga saliva y va a buscar a los siguientes. Ya han pasado las primeras horas y la actividad empieza a decaer. Los que han podido salir, salieron. Los que no lo consiguieron ya han sido detenidos. Y la gran mayoria espera en sus casas. ?A que? Nadie sabe. Nadie sabe lo que va a venir. Como medida preventiva algunos se han deshecho de sus libros. Se han deshecho de sus libros sacandolos a la calle. En las esquinas, en las veredas, solitarias pilas de libros esperan a nadie. Al camion de la basura. A la lluvia que lave sus paginas. El hombre esta cansado -lleva tres noches en vela- pero sabe que no va a dormir. Con su patente de organismo internacional recorre las calles y se detiene frente a esas pilas de libros. Se baja, se sienta en el cordon y se pone a revisar. No tiene ninguna prisa. Separa algunos, deja otros. Luego sigue a la calle siguiente. ?Una conjura? ?Una terapia? Lo cierto es que las cosas no siempre tienen un sentido claro. Desde aqui podemos vernos tentados a asignarle significados poeticos o macabros. El hombre simplemente sabe que no va a dormir, y antes de irse a su casa a llorar junto a su mujer y sus hijos, a esperar con un miedo acido a que llamen a su puerta, decide dedicarse a mirar libros en una ciudad desierta en la que cada tanto se escucha la sirena de una patrulla y en la que ni los perros se atreven a ladrar. Es septiembre en Santiago de Chile y las calles estan vacias. El ano es 1973 y el hombre es mi papa.

  • El farmaceutico de Auschwitz de Patricia Posner

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    Victor Capesius custodiaba la reserva nazi de gas Zyklon B y proporcionaba farmacos que eran empleados por medicos para llevar a cabo experimentos espantosos y mortales en mujeres embarazadas y ninos.

  • Quedate de Franco Alexis Fernandez Paz

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    Pese a ser la chica mas bonita y popular de la escuela y estar rodeada siempre de amigos, Rossleen Scott DeRossi aun no logra sentirse completa y se siente muy sola, tal vez sea por los dolorosos recuerdos de su pasado de haber perdido a su papa y hermanos casi simultaneamente o la dificil relacion que lleva con su mama. Pero cuando un torpe reencuentro fortuito llegue llamado Tom Mendes regresando de su pasado, muchos recuerdos dolorosos y felices regresaran a ella que por alguna extrana razon no recordaba.

  • Cuestion de prioridades de Javier Gimeno

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    Javier Gimeno presenta Cuestion de prioridades al concurso literario de Amazon 2019
    Casi 4000 casos de desapariciones infantiles en EEUU estan sin resolver.
    La doctora Myers no va a permitir que la desaparicion de su hija sea un nuevo caso olvidado.
    Con el firme proposito de encontrarla, acude a Snakeriver, una remota poblacion de Maine.
    La busqueda no sera facil, una ciclogenesis explosiva la acompanara durante la investigacion, ademas de una tormenta de recuerdos y sentimientos enfrentados.

  • La puerta de las Tinieblas (Condenados 2), Glenn Cooper de Glenn Cooper

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    Imagina un mundo similar al nuestro, pero completamente distinto. Un mundo poblado por los personajes mas abyectos de la Historia.
    Ese mundo es el Infierno y tu unica opcion es volver.

  • Te doy mi amor 2 de Silvia Cruz

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    El amor de verdad no duele, no hace dano, no te hace debil. El amor de verdad es todo lo contrario a eso. Y es lo que los protagonistas de esta apasionante saga tendran que aprender a traves de una intensa y desgarradora historia de amor. El amor no debe ser nunca una condena, una carcel.El amor debe liberar, nunca aprisionar.

  • La ultima conquista de Kim Lawrence

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    Torturado por la muerte de su mejor amigo, el multimillonario magnate griego Nik Latsis encontro consuelo en los brazos de una espectacular desconocida. Desde aquella noche, ese recuerdo poblaba sus suenos. Por eso Nik sabia que solo se libraria de sus fantasmas si volvia a tenerla en sus brazos. Lo que no supo predecir fue que necesitaria mucho mas que sus dotes de seduccion para conseguir llevarse a la cama a una mujer con la personalidad de Chloe.

  • En Sexo y Amor, todo vale de Blanca Moral

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    El Mecanico: Sexo, Mentiras y Amor Verdadero

  • Un bosque confuso de Lorena A. Falcon

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    El despertar del reino entre las nieblas se acerca.

    Ines sabia que debia tomar una decision… si tan solo no tuviera tanto miedo de herir a los demas.

  • Historia del veneno de Adela Munoz Paez

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    Cicuta, arsenico, cianuro, talio, polonio… Adela Munoz realiza un insolito recorrido por los momentos mas relevantes de la historia a partir de envenenamientos celebres

  • Los secretos de topacio (Joyas de la nobleza 2) de Catherine Brook

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  • Nuestro tiempo perfecto de Leah Heart

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    Viola Halley, estudiante de los primeros anos de Historia del Arte en la Universidad de Saint Andrews, durante una de las visitas de aprendizaje de campo en una de las galerias del Londres se ve atraida por la pintura del joven Duque de Somerset.

  • Monserrat de Vanessa Nieto

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    Algunos anos atras, cuando las personas religiosas aun llamaban a sus hijos por el nombre de algun personaje de la Biblia, santo o virgen, se encontraba Monserrat, una chica que no entendia como su devota madre le habia castigado desde el dia de su nacimiento bautizandole asi. Ella no tenia nada de virgen, su piel no era morena y tampoco sus abuelos eran de la bella Cataluna, de donde procedia su nombre. En checo no existia ningun sonido parecido, por lo cual pocas personas lograban llamarle correctamente. Llego un dia en a notar su nombre, gracias a una postal que recibio de una importante capital de Suramerica. Alli existia una montana llamada Monserrat, con una gran iglesia blanca en su cima, donde se podia contemplar toda la ciudad. Habia sido un amigo de su infancia, cuyos padres se mudaron alli, quien le envio la tarjeta. El queria recordarle su belleza, no solo la de su nombre, no solo la de su apariencia, sino tambien la de su corazon. Todos los dias leia la postal que su amigo le habia enviado varios meses atras. Su mirada se perdia en la foto. Pasaba horas intentando imaginar lo que en aquella iglesia en la cima de la montana se encontraba. Desde muy pequena habia escuchado que los conquistadores construian sus iglesias en los lugares donde los indigenas solian adorar a sus dioses. Estos lugares eran magicos, perfectos escondites de tesoros. La iglesia de aquella foto que jamas se habia imaginado que existiera, y menos con su nombre, le producia mucha curiosidad. Monserrat no creia en nada, ni tampoco pretendia que alguien creyera en ella. Desde la muerte de su madre solo se dedicaba a desperdiciar el tiempo. Con mucha dificultad logro terminar la secundaria y no porque no fuera la estudiante mas brillante, sino porque en todas las clases no hacia mas que concentrarse en observar la ventana del salon, como si su madre estuviera a punto de asomarse, tal como lo hacia de costumbre para saludarle. Despues de terminar sus estudios lo unico que le quedaba por hacer era pasear por la ciudad y trabajar algunas horas del dia en un pequeno cafe. Vivia en el castillo mas grande del mundo: el Convento Central de la Republica Checoslovaca. Las monjas habian intentado expulsarla en varias ocasiones; su comportamiento no era de buen testimonio para las recien iniciadas y despertaba la envidia de las hermanas mayores, quienes deseaban tener juventud y suerte para disfrutar la vida que habian visto pasar frente a sus ojos. La unica plegaria que se le escuchaba rezar era la que cada noche, sentada sobre su cama y junto a una pequena lampara, hacia al leer la postal: "Olvida tu historia personal. Suena y llega tan alto como quieras. Cree". Antes de la firma tambien se podia leer: "Esta foto es del lugar donde las estrellas del cielo se mezclan con las flores del campo". Monserrat se quedaba dormida pensando en la forma de borrar su pasado, buscando olvidar su soledad, el dia en el que murio su madre, las duras penitencias en el convento, los maltratos que sufrio hasta que tuvo edad para defenderse, y el unico lugar en el que le gustaba estar: la escuela. Como olvidar que alli habia aprendido todo lo que creia saber; en su escuela veia, aunque fuera solo en libros, lugares lejanos, con personas distintas y de costumbres extranas. La clase de sociales era su favorita, le permitia volar, ver otros mundos y estar mas cerca de el: el chico mas timido de la escuela, tenia ojos grandes que sobresalian en un rostro palido con algunas pecas sobre las mejillas. El era su mejor amigo y lo conocia desde el primer dia de escuela. Era el unico nino que esperaba en el patio a que su padre llegara a recogerle. Monserrat se acerco y le pregunto: --Ya no hay mas ninos en la escuela, ?que haces aqui? --Si hay mas, ?no ves que tambien estas tu? --Pues yo espero a mi madre, ella es maestra aqui. --Se sento a su lado--, si quieres te puedo ensenar la escuela mientras llegan por ti. Desde entonces se hicieron los mejores amigos. Juntos descubrian no solo los pasadizos mas ocultos de la escuela, sino tambien los de sus corazones. Con el tiempo otros chicos del colegio los empezaron a molestar. Ellos siempre permanecian juntos en el tiempo de descanso y el la acompanaba a casa sin importarle que los demas dijeran que eran novios. El fue el unico que se quedo a su lado, aunque fuese en silencio y por varios dias, mientras ella intentaba procesar la muerte de su madre. Ademas, fue quien le ayudo a cargar, hasta el convento de su tia, la unica herencia que le dejo su madre: viejos y pesados libros que usaba en la escuela. Con el corazon saltando por encima de su pecho, despues de haber corrido un par de kilometros para llegar al convento, sin aire en sus pulmones y con lagrimas secas sobre sus mejillas, el le entrego un pequeno libro con tapas endebles de cuero cafe: Las Mil y una Noches, y con un fuerte y largo abrazo se despidio. Debia mudarse a America del Sur porque a su padre le habian ofrecido la presidencia de Calderas Czech y la representacion de la empresa en la industria de fundicion de hierro requeria su experticia. A sus 15 anos, sin opciones de trabajo, sin la haber terminado la escuela y sin alguna otra alternativa, se mudo a mas de 9.000 km de ella. Monserrat leia las historias mil y una veces, pensando en su regreso, esperando que un dia fuera la voz de su amigo la que susurrara las historias de Sherezade a su oido antes de que, entre sollozos, quedara tendida sobre su cama. Pero eso nunca sucedio, pasaron las semanas, los meses e incluso un par de anos hasta que, finalmente, ella perdio la esperanza. Lo unico que le restaba era empezar a vivir lo que los adultos llaman realidad. CAPITULO 2 Una de las mil y una noches en las que sostenia la postal, que extranamente decia su nombre, intentaba entender como su amigo le pedia olvidar su historia personal. ?Acaso pretendia que se olvidara de el?, ?era solo una astuta forma de decirle que el la pensaba, que, asi como habia un lugar desde el cual se podia ver una capital entera, tambien habia un lugar donde se concentraba todo el jardin del Eden: sus brillantes ojos verdes? El se lo confeso un dia antes de marcharse, le susurro al oido que la amaba, ante lo cual, la unica respuesta de Monserrat fue agachar la mirada. Pretendia guardar en secreto las lagrimas que se derramaban por su partida. Ahora no entendia por que despues de tanto tiempo el habia decidido volver a escribirle. Ella le echaba de menos todos los dias, algunas veces un poco mas que otras, pero esa postal debia significar algo. Se preguntaba si el aun tenia sentimientos por ella y si la pensaba tanto como ella a el. Era tiempo de averiguarlo. A la manana siguiente, a la luz del alba, Monserrat se presento ante su tia, la Madre Superiora, quien la habia recibido de nina en el convento por la promesa que en el lecho de muerte habia hecho a su hermana. Los vestigios de la Segunda Guerra Mundial cobraron con hepatitis la vida del padre de la nina y, anos despues, el contagio de la falla hepatica se transformo en un cancer de higado jamas diagnosticado en su hermana, responsabilizandola de la educacion y el cuidado de la nina. --?A que vienes hija? --Le pregunto la Madre Superiora antes de que ella pudiera pronunciar palabra. --Madre --respondio--, quiero ir a Sur America. Sobresaltada su tia alego: --?pero de que estas hablando?, ?acaso sabes donde queda eso?, ?pero si tu nunca has salido de aqui?, ?en que momento se te han metido ideas tan locas a la cabeza?, ?que vas a ir a hacer a America? Iba a continuar con su sermon, pero el llanto de la chica la detuvo. Monserrat estaba ahogada en lagrimas y entre sollozos replico: --Si es necesario entregar mi vida como misionera para tener tu apoyo y tu bendicion, y asi poder ir a America, lo hare. Tras escuchar aquellas palabras que le mostraban a Monserrat como nunca antes la habia conocido: fuerte, decidida, capaz de entregar su vida por un amor superior al propio; una joven por la que rogo poder ver, le bendijo diciendo: --No es necesario hija, los sacrificios que hacemos al Senor son voluntarios, de lo contrario, no tendrian recompensa. Que Dios te acompane y que te cuide el Altisimo porque yo no lo podre hacer mas. Metio su mano dentro de la tunica marron y, despues de abrir y cerrar algunos bolsillos es su interior, le alargo a su sobrina una pequena bolsa de pano desgastado; hacia parte de los tesoros que su padre les habia dejado a ella y a su madre. Esas pocas monedas de oro le serian de gran ayuda. --Tu madre hubiese querido que las tuvieras contigo para ir al encuentro con tu destino. Su corazon estaba conmovido, jamas le habia dado un abrazo o una caricia a su sobrina. No la volveria a ver. Sabia que el momento habia llegado, que ya estaba escrito que Monserrat debia partir. --Con que este era el sueno --penso mientras levantaba su mirada a la una en punto. Meses atras, mientras dormia en medio de un Ave Maria --podria decirse que era una vision mas que un sueno--, ella vio como un ruisenor daba brinquitos dentro de una jaula, lo detallo por varios minutos, hasta que tuvo piedad y finalmente abrio la compuertilla lateral. La avecilla echo a volar. Se sentia tranquila, estaba haciendo lo correcto al ayudarle. Con una leve reverencia y los ojos aguados, dio media vuelta y se retiro.

  • Solo los muertos (Eladio Monroy 2) de Alexis Ravelo

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    El autor de este libro es el mismo de Tres funerales para Eladio Monroy, asi que, como el lector supondra, sigue siendo un mal bicho esencialmente desagradecido. Pero tambien continua habiendo personas a quienes debe dar las gracias por la lectura de las primeras versiones del texto y sin cuya colaboracion este libro no hubiera sido posible o, al menos, hubiera sido bastante peor de lo que es. Ellas son Toni Ramos, Gregorio Gonzalez e Isabel Gonzalez por prestarme sus conocimientos y su casa en Teror; Ivana Di Carlo, por soportar mis ignorancias y aguantar con maternal paciencia las interminables peroratas que le destripaban el argumento de Solo los muertos; Eugenio Fuentes, que entre viaje y viaje siempre tiene un hueco para mi; Antonio Lozano, que me brindo su precision atenta, Zoraida Rodriguez, que a veces confia en mi trabajo mas que yo mismo; Jessy Suarez, a quien imagine benevolamente sonriente mientras engullia mi manuscrito; una novena persona que no desea ser mencionada de ninguna manera, pero cuyos conocimientos sobre los procesos judiciales me resultaron sumamente utiles. Y, por supuesto, el equipo medico habitual: Carmen Sanchez Maria, madre putativa (con perdon) de Eladio Monroy y principal responsable de su existencia; Jorge Liria que esta dispuesto a arruinarse para que las andanzas de mi pobre antiheroe lleguen a las manos del paciente lector; el mago Montecruz, responsable de que mis trabajos acaben pareciendose a libros; Antonio Becerra y Carlos de la Fe, que siguen aguantando las borracheras y neuras del autor; la sala Cuasquias, el Hotel Madrid y la taberna Macabeo, que cuidaron el cuerpo. Un hombre con fe es mas peligroso que una bestia con hambre. La fe los obliga a la accion, a la injusticia, al mal; es bueno escucharlos asintiendo, medir en silencio cauteloso y cortes la intensidad de sus lepras y darles siempre la razon. Y la fe puede ser puesta y atizada en lo mas desdenable y subjetivo. En la turnante mujer amada, en un perro, en un equipo de futbol, en un numero de ruleta, en la vocacion de toda una vida. Juan Carlos Onetti: Dejemos hablar al viento. --Hector Fuentes tomo un avion en direccion a Gran Canaria y despues se lo trago la tierra --resumio Arana volviendo a colocar en su sitio la botella de Macallan. Anciano pero vigoroso, regreso al sofa calentando con las manos su copa de Armagnac tras entregar sus bebidas a Farez y a Bolano. Se habia decidido que la reunion se celebrara alli, en su casa de la Sierra y en fin de semana, lejos de secretarias curiosas e improbables, pero no imposibles vigilancias electronicas. Asi que Arana condescendia a ejercer de anfitrion solicito, sin que ninguno de los tres olvidara no obstante quien mandaba alli. Bolano estaba sentado en el sillon de orejas que habia frente a el, con los codos apoyados en las rodillas abiertas, inhabitualmente enfundadas en unos jeans, descansando la interminable frente sobre la palma extendida mientras la diestra sujetaba su whisky de malta. Farez, alto y delgado, con su sempiterna cazadora de cuero, permanecia en pie, recostado contra la chimenea, consciente de su puesto de subordinado sin atribucion para la toma de decisiones aunque experto en resolver ciertas complicaciones que solo el era capaz de afrontar. Ambos, Bolano y Farez, esperaban las palabras de Arana, que habia interrumpido su argumentacion para ofrecerles las bebidas. --Lo de Esther fue lamentable, pero hay que reconocer que el accidente soluciono la complicacion. Si lo miramos con frialdad, hasta nos beneficio --su mirada y la de Farez se cruzaron un instante, aprovechando que la de Bolano navegaba en el fondo de su vaso--. Y, en lugar de aprovechar ese golpe de suerte, dejamos que volviera a darse el mismo problema. Eso si que fue un error de los gordos. --Quien iba a pensar que --comenzo a decir Bolano, pero se interrumpio cuando Arana dio una sonora palmada sobre la mesa. --!Pero, cono! ?Como que quien? Yo no trabajo con ellos todos los dias. Usted si. Usted tenia que saber que este hombre y Esther eran intimos, cono. Era precisamente usted quien tenia que pensarlo, joder. Se hizo un silencio durante el cual Arana respiro hondo y recupero su tono habitual. Un jefe no debe perder los estribos ante subordinados. --Ahora ya da igual quien tenga o no la culpa. El caso es que ha volado y algo tendremos que hacer. Bolano se volvio un momento hacia Farez. --En esta jodida cadena de errores, no todo se ha perdido. Por lo menos, sabemos la direccion que tomo. Casi pudo sentir el odio de Farez clavandosele en el cogote, antes de oir la voz profunda de aquel: --Eso da exactamente igual. Fue ayer. Desde alli, puede haber tomado un vuelo para cualquier otro sitio. O sea, que no todo esta tan claro. --Estos fallos no se pueden tener --sentencio Arana. --No se nos ocurrio que el tambien estuviera en el ajo hasta anteayer --dijo Bolano. --Si me hubieran dejado solucionar el asunto a mi manera, ahora no tendriamos este problema. Pero usted aconsejo cautela. Mire como estamos ahora por sus remilgos. Bolano se levanto y se volvio nuevamente hacia el. --?Y si nos hubieramos equivocado, que? ?Y si en realidad? --Eso hubiera dado igual. Mas valia asegurarse En cambio, ahora. --Nosotros no somos simples matones. --Yo, lo que no soy, es un aficionado. Sus tonos habian ido subiendo en volumen y en mal yogur a medida que ambos se acercaban hasta quedar encarados. --!Senores! --corto Arana--. Ya esta bien, cono. Farez y Bolano acataron la orden y volvieron a sus sitios. --Me estoy cansando de tanta gilipollez --dijo Arana, algo mas sosegado--. No podemos permitirnos mas errores. A partir de ahora, trabajaremos en equipo. Porque esta claro que tenemos que solucionar este asunto. Nos jugamos mucho. Bolano asintio, pensativo, con la mirada perdida en algun punto de la alfombra. Farez, por su parte, escuchaba atentamente, los brazos cruzados y las piernas abiertas, con un rictus de seriedad en su palido rostro de cera. --Lo primero es localizarlo --propuso el viejo, crujiendose los dedos. --Si me da unos dias --comenzo a decir Farez. --No --le apostrofo el otro--. Prefiero que se quede aqui por el momento. Para eso hay colaboradores habituales en los que se puede confiar. ?No es asi, Bolano? Bolano sostenia entre los labios un cigarrillo que encendia, en ese instante, con fruicion. --Humm Otras veces hemos contratado a una agencia --dijo al exhalar la primera bocanada de humo. --?Con buenos resultados?

  • Desayuno sin diamantes de Merche Diolch

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    Dicen que de una boda sale otra boda.
    Dicen. pero del dicho al hecho hay mucho trecho y lo que menos necesita Pepi es verse inmersa en una nueva relacion. El trabajo la ahoga y todavia no ha olvidado al que fue su gran amor. No, no, no. No puede comenzar nada con nadie, y menos con el, el padre de su mejor amiga.
    La diferencia de edad, distinto estatus social, la discrepancia de ideas y opiniones. son claros indicios de que estan ante una relacion abocada al fracaso. No existiria nada entre ellos, si no fuera por la atraccion que sienten el uno por el otro.
    Solo con la atraccion fisica, el sexo, pero del bueno, no se puede sustentar una relacion. ?No?

  • Deseo concedido (Las guerreras Maxwell 1) de Megan Maxwell

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    Lady Megan Phillips es una joven y bella luchadora que tiene a su cargo a sus dos hermanos pequenos. Su vida no ha sido nada facil, por lo que ha forjado el caracter de una autentica guerrera que no se doblega ante nada ni nadie.
    El highlander Duncan McRae, mas conocido como el Halcon, es un guerrero acostumbrado a liderar ejercitos, librar batallas y salir victorioso de ellas junto a su clan. Pero al llegar al castillo de Dunstaffnage para el enlace de su buen amigo Alex McDougall, se encuentra con un tipo de enemigo con el que no esta acostumbrado a batallar: lady Megan Phillips, una morena que no tiene miedo a nada.
    Asombrado por el impetu y descaro de la joven, el Halcon no puede apartar sus ojos verdes de ella y, tras hacerle una promesa al abuelo de la muchacha, se ve unido a ella en una boda que durara un ano y un dia.
    ?Que les deparara el destino a los senores McRae? ?Conseguiran entenderse o acabaran odiandose para el resto de sus dias?

  • El Bosque de los Pigmeos (Memorias del Aguila y del Jaguar 3) de Isabel Allende

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    Con El Bosque de los Pigmeos, Isabel Allende cierra la trilogia <>.

  • El ejecutor, Geir Tangen de Geir Tangen

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    Un debut literario escrito con la pasion de un aficionado y la entereza de un maestro. Un fenomeno que ha sacudido Europa. Un original homenaje a la novela negra escandinava. Traducido a 15 idiomas.

  • La desaparicion de Stephanie Mailer de Joel Dicker

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    La noche del 30 de julio de 1994, la apacible poblacion de Orphea, en la region de los Hamptons, asiste a la gran apertura del festival de teatro. Pero el alcalde se retrasa… Mientras tanto, un hombre recorre las calles vacias buscando a su mujer, hasta hallar su cadaver ante la casa del alcalde. Dentro, toda la familia ha sido asesinada.

  • Tenia que encontrarte de Gema Samaro

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    Julia conduce de regreso a casa despues de otra cita frustrada con su novio, cuando de repente a un lado de la carretera aparece una avioneta destrozada de la que sale un piloto de impresion que parece sano y salvo.
    Con todo, Julia acude a su rescate si bien el tio parece un tanto confundido.
    Ella lo achaca a la conmocion por el golpe, pero el aviador que se llama Sergio Minaya afirma que esta perfectamente. Solo hay un “pequeno” problema: asegura que es un rico empresario venido de otra epoca y tiene pruebas tan contundentes para demostrar que ha viajado en el tiempo, que a Julia no le queda mas remedio que llevarselo a su casa enana y que sea lo que tenga que ser.
    Total, que importa un descarriado mas si ya tiene acogidos a su gato Amante Bandido, a su amigo Gonzalo, a su hermana Alma y a su sobrino adolescente Mateo.
    Sergio se instala en esa casa diminuta convencido de que sera por muy poco tiempo, pero enseguida empieza a sentir demasiado por Julia y ahi es cuando todo se enreda de verdad…
    ?Podra el amor superar todas las barreras, incluso la del tiempo?

  • ?Amor o conveniencia? (Seleccion RNR), Begona Gambin de Begona Gambin

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  • Nosotros contra el mundo de Anders Roslund

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  • Alianzas (Shadowboy 3) de Adrian Henriquez

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    Daniela Ivanir es miembro de uno de los comandos mas temidos del mundo, el famoso Sayeret Matkal. Reclutada por el Mossad para convertirse en la nueva Medusa, la joven es sometida a mas de veinte cirugias plasticas para transformarla en una hermosa pero letal modelo.
    Como agente del Mossad, entrenada en el arte de seducir a hombres y mujeres, la Medusa descubre la conexion entre Lucia Mendoza (nieta del Shadowboy, uno de los espias mas buscados desde la Guerra Fria) y Nikita Sokolov.
    Sokolov encabeza la lista de los diez principales enemigos de Israel.
    Desde Tel Aviv se monta una de las operaciones mas ambiciosas del servicio secreto israeli. Tratar de acercarse al Shadowboy para usarlo como carnada con la intencion de atrapar a Nikita Sokolov.

  • Fuera de juego (HQN) de Anna Casanovas

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    Era la peor semana de su vida, de toda su miserable y jodida existencia. Si lograba salir adelante, algo que le parecia mas que improbable en ese momento, cuando tenia la mirada fija en el fondo de un vaso de whisky, jamas le ocurriria algo peor. El mundo podia partirse en dos, el kraken podia atacarlo y arrancarle la cabeza y nada conseguiria jamas empeorar su situacion actual. En cierto modo era liberador, penso mientras vaciaba ese vaso, igual que llevaba haciendo toda la noche. No habia tocado fondo, no senor, el habia ido mucho mas alla. El lo habia perdido todo y ahora ni siquiera sabia quien era ni que queria hacer durante el resto de sus dias. Patetico, sin duda, y lamentable. Volvio a llenarse el vaso de whisky y siguio compadeciendose de si mismo. Estaba harto de mantener las formas y de fingir que era un hombre razonable. Estaba hecho una mierda, se sentia estafado y enganado, y lo peor de todo era que estaba furioso consigo mismo porque todo, absolutamente todo, era culpa suya. El era el unico culpable de esa debacle. El y solo el. El habia sido el chico perfecto, habia estudiado la carrera perfecta en la universidad perfecta y se habia enamorado de la chica perfecta. Despues se habia casado y tenia la esposa perfecta para el trabajo perfecto. Y una mierda. Ben se bebio ese whisky y se sirvio otro, ?cuantos llevaba? ?Seis, siete? Daba igual, nadie lo levantaria de ese sofa ni le obligaria a dejar esa botella hasta que el lo decidiese. Estaba solo, igual que lo habia estado en los ultimos meses y, quiza, en los ultimos anos. Por mas que lo intentaba no conseguia encontrar ese punto en el tiempo, aquel instante en el que todo se habia ido a la mierda. El creia que lo estaba haciendo todo bien; habia estudiado derecho por vocacion, durante los anos que habia trabajado como fiscal se habia ganado el respeto de sus companeros y de sus contrincantes, el paso a la politica lo habia dado porque creia desde lo mas profundo de su corazon que podia ayudar a crear una ciudad mejor, un pais mejor. Y, Dios, penso, pasandose las manos por el pelo, habia colaborado sin saberlo con un psicopata que habia asesinado a cuatro personas a sangre fria y cuyo sueno empresarial consistia en inundar el pais de armas. Otro whisky, el ardor de la garganta no era nada comparado con el que le estaba destrozando el estomago y la cabeza. Si los agentes encargados de investigar el caso de esos asesinatos no hubiesen desconfiado de las pruebas y no hubiesen llegado hasta el final, ahora estaria en la carcel. O peor aun, muerto. Sin embargo estaba vivo, y dejando a un lado el pequeno detalle de que su esposa se habia enamorado de ese maldito agente y lo habia abandonado para irse con el a Boston, habia salido relativamente indemne del asunto. La botella estaba vacia, observo aturdido, pero por suerte habia sido previsor y tenia otra preparada al lado. La abrio, no sin cierta torpeza, y se lleno el vaso de nuevo. Su matrimonio se habia hundido al mismo tiempo que su carrera. Habria podido salvarlos a ambos, Victoria se habia quedado con el el tiempo necesario para no danarlo politicamente y el fiscal habia accedido a mantener en secreto su participacion en todo lo relacionado con los asesinatos. A el, al fin y al cabo, le habian utilizado y su ayuda habia sido vital para resolver el caso y para reunir las pruebas necesarias para condenar a los verdaderos culpables. Pero no fue capaz de salvarlos, quiza no lograria recordar jamas el momento en que todo se fue a la mierda, pero si que recordaria el momento en que decidio que no queria seguir enganandose ni conformandose con una vida perfecta. No la queria perfecta, la queria suya. Derramo unas gotas de whisky sobre la mesa y sobre la mano con la que estaba sujetando el vaso que vacio tras levantarlo. El ni siquiera recordaba la ultima vez que habia sido feliz con Victoria, verdaderamente feliz, ni la ultima vez que habia sentido emocion por despertarse e ir al trabajo. Estaba casado con una mujer perfecta y tenia el trabajo perfecto, asi que sencillamente cumplia con lo que se esperaba de el. Era lo menos que podia hacer. Ese mismo dia habia firmado los papeles del divorcio. Victoria y el se habian citado en el despacho de abogados que habian elegido para llevar, muy discretamente, el tema. Victoria no estaba con Harrison. Asi se llamaba el sucedaneo de James Bond del que se habia enamorado. Al parecer el se habia puesto en plan heroe y le habia dicho que no queria que estuviera a su lado mientras estuviera herido. Si Victoria le hubiese insinuado, aunque hubiese sido solo durante un segundo, que ellos dos podian reconciliarse, Ben habria dicho que si. Asi de triste y asustado, por que no reconocerlo, se habia sentido en medio de aquel lujoso despacho de abogados. Pero ahora no. Ben sabia que habria sido un error, habria sido volver al camino facil, aquel por el que llevaba anos, toda la vida, transitando y que nunca le habia hecho feliz. ?Cuando habia sido feliz por ultima vez? La cabeza le daba vueltas cuando volvio a llenarse el vaso. Tras firmar los papeles y despedirse de Victoria, Ben camino por la calle. Al principio habia creido que no tenia un rumbo fijo, queria pensar en lo que su ya exesposa le habia dicho, "Quiero volver a ser tu amiga. Te he echado de menos todo este tiempo". Aunque le doliera en el orgullo, Victoria tenia razon, ellos dos siempre habian sido amigos. Habia sido una estupidez querer convertir esa amistad en algo mas, pero eran tan perfectos el uno para el otro, sus vidas encajaban tan bien, que la tentacion habia sido demasiado grande. El sabia que Victoria lo queria, y el la queria a ella, pero la suya no era ni habia sido una gran historia de amor. Esas historias no existian, se sirvio otro whisky, igual que tampoco existian los politicos honestos, ni los mares donde navegar sin llegar nunca al horizonte. Ni las noches interminables de sexo apasionado. Derramo el vaso que tenia en la mano y se sirvio otro. ?Desde cuando le importaban esas cosas? Era culpa de Victoria y de su discurso sobre el amor de verdad, la pasion, la amistad y gilipolleces de esa clase, penso bebiendose el liquido ambarino. Lo del mar, sin embargo, era otra cuestion. A Ben le apasionaba navegar, pero hacia anos que no se subia a un barco y mucho menos a un velero. Le costaba recordar la ultima vez que habia sentido el viento del mar en el rostro o el sabor de la sal en los labios. No habia tenido tiempo libre para dedicarse a eso, ni a su matrimonio, ni a si mismo. Pero eso habia acabado, ahora disponia de todo el tiempo del mundo. Quiza habia abandonado el despacho de los abogados sin un destino en mente, pero sus pies lo habian llevado hasta la sede de su partido. No le costo decidirse, subio un escalon tras otro y cuando llego a la oficina donde practicamente habia vivido esos ultimos meses encendio el ordenador y tecleo su dimision. La gente le hablaba, el no oia a nadie. Con la hoja de papel en la mano camino hasta la sala de reuniones donde estaba el presidente del partido y sus asesores y se la entrego sin decir nada. Intentaron detenerlo, le pidieron que se tomase tiempo para pensar. El se limito a contestarles que ya no habia marcha atras. Ese Ben, el congresista, ya no existia. Ahora era solo Ben. Solo Ben estaba borracho. Lleno de nuevo el vaso y sonrio como un idiota al recordar las amenazas nada veladas que habia recibido de la direccion del partido: "Estas acabado". "No podras volver a dedicarte a la politica en tu vida". "Si nos dejas tirados ahora, Holmes, jamas lograras nada en Washington". Dias atras esas frases le habrian encogido el estomago y se habria echado atras al segundo de escucharlas. Ahora las anadio a la coleccion de pruebas que demostraban que su vida era un fracaso y que en realidad llevaba tiempo sin importarle. Por eso estaba bebiendo esa noche, porque acababa de darse cuenta de que ni perder a Victoria ni perder su carrera politica le habia importado demasiado. Se habia asustado, se habia sentido enganado, estafado, incluso insultado, pero no le habia importado. No realmente. Si el escandalo de Wortex no se hubiese producido, el habria seguido adelante con esa vida gris, con una mujer que no lo amaba apasionadamente y trabajando en proyectos politicos inutiles. Ahora lo habia perdido todo, pero ni siquiera eso habia sido decision suya. Al menos Victoria habia conseguido librarse, penso bebiendo el whisky, ella habia recuperado la pasion, habia descubierto el amor con un jodido espia, y le habia abandonado. A Ben le dolia, en el orgullo y quiza tambien en otra parte, pero el principal sentimiento que lo embargaba si pensaba en ello era la envidia

  • Cinco Panes De Cebada de Lucia Baquedano Azcona

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    Muriel, una joven de veintiun anos, se dirige a su primer puesto como maestra, en un pueblo del Pirineo navarro. Pero adaptarse es de trabajo dificil porque la cultura de la gente de este pueblo es diferente de la suya. A Muriel le parece que el pueblo tiene una mentalidad muy cerrada. Muriel aspiraba a mas… Sin embargo, el carino de la gente y le hara cambiar de opinion y aparecera un nuevo objetivo que cumplir en su vida.

  • El momento perfecto de Kate Dawson

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    Lexie Quennell tenia una vida perfecta: un marido que la ama, dos hijas maravillosas y un trabajo que le gustaba. Un terrible e inesperado accidente hara saltar por los aires toda esa falsa estabilidad y la llevara de vuelta a River Place, el lugar del que escapo doce anos atras. Ante ella se presenta una nueva oportunidad de amar… si es capaz de arriesgarse.

  • Un pueblo traicionado de Paul Preston

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    La historia del siglo XX espanol contada por el eminente hispanista Paul Preston.

  • Ese pais al que te pareces de Tobie Nathan

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    El Egipto multicultural y las decadas mas convulsas del siglo xx se convierten en el escenario de un amor imposible.

  • Mil de amores de Mita Marco

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    Violeta Parrish acaba de recibir un ultimatum: si no es capaz de encontrar trabajo y de ser auto suficiente, perdera su cuantiosa asignacion de dinero mensual. Deprimida por su mala suerte y por su reciente divorcio, conoce a Iker, un afamado actor por el que todas las feminas suspiran. Es guapo, simpatico, agradable y esta interesado en ella.

  • Venganza (El Diablo sobre la isla 2) de Joan Pont Galmes

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    Carlos, el asesino profesional adicto a la morfina que sembro el panico en la isla de Mallorca varios anos atras, recibira en esta ocasion un encargo muy especial de una fundacion estadounidense: ejecutar la denominada “justicia historica”. Aceptara el trabajo a reganadientes impactado por la fotografia de una mujer, Maria Garcia, a la que debe vengar, con la esperanza de de lograr olvidar a Elena y de reencontrarse algun dia con su desconocida hija Macken. Esta vez ira acompanado de Esther, que se cruzo en su vida de una manera fortuita y con la que formara un vinculo sangriento que recorrera varios continentes. Carlos, siempre pendiente de si mismo, no adivina que acaba de crear un monstruo peor que el.

  • El Manifiesto de Margarita B. Sainz

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    Violeta observaba el lento discurrir de las turbias aguas del Guadalquivir a traves de la ventana de su despacho, privilegiado observatorio en el edificio Helvetia. Miraba absorta a los turistas que aguardaban, bajo un sol de justicia, formando largas colas para entrar a la Torre del Oro. Protegian sus cabezas con variopintos sombreros; sin embargo, sus indumentarias se asemejaban mucho entre si. Por lo general, consistian en pantalones cortos, camisetas de algodon y sandalias guiris, de esas que sujetan el pie con tiras gruesas y suelas de goma. Algunos, incluso, se atrevian a llevarlas con calcetines. Siguio atendiendo al cadencioso remar de los piraguistas que cruzaban ante sus ojos. El rio siempre estaba repleto de ellos, no en vano la de Sevilla era una de las federaciones mas potentes del territorio nacional. La cantera siempre habia aportado buenos deportistas en esa disciplina. Asi lo demostraban todas las medallas olimpicas en su haber. Sintio un tiron en el pecho que la hizo salir de sus cavilaciones y poso su mirada en los titulares del periodico que aun sostenia entre sus manos. Bajo la vista para seguir leyendo. Necesitaba asegurarse. LA ARISTOCRATA SEVILLANA ROSARIO VALENCIAGA REVELA SU SECRETO TRAS TREINTA ANOS DE SILENCIO, DESVELANDO LOS SUPUESTOS ABUSOS QUE SUFRIO EN LA CONSULTA DEL PSIQUIATRA JERONIMO CORONADO. Ha llegado el momento de hablar. El otro dia, merendando con unas amigas en Sevilla, comentaron el rumor que corre estos dias sobre Jeronimo Coronado. Jamas se me paso por la cabeza que hubiera mas mujeres viviendo lo mismo. Me senti culpable durante todos los anos que estuve enferma. Llegue a su consulta con veintidos o veintitres anos, sumida en una fuerte depresion: vulnerable, maleable. Con los limites de lo moral borrosos y otros problemas anadidos que el ignoro. Me aferre a Jeronimo Coronado como a un clavo ardiendo. Aquella relacion indefinible se prolongo en el tiempo; luego me case y se convirtio en una especie de amistad. Jeronimo Coronado abuso de una persona enferma, desesperada, a lo largo de los anos. No prestando ayuda, ignorando los problemas, manipulando como solo puede hacer un buen conocedor de los resortes de la mente, que es lo que no podemos negarle. Jeronimo Coronado Ibanez me llamo por telefono pocos dias antes de mi intento de suicidio e hizo mencion a tres temas en concreto que desencadenaron en mi cabeza la desesperacion absoluta. Lo hizo porque yo habia empezado a contar cosas de el. No tengo miedo, porque las que hemos pasado por esto no tenemos mucho que perder, y si mucho que ganar. Hoy por hoy no siento nada por Jeronimo Coronado, excepto cuando veo pasar al Senor de las Penas sabiendo que el esta ahi, el mismo que decia no creer en Dios. Me parece un sinsentido, inexplicable. Lo cuento para advertir a las mujeres de que en la consulta de Jeronimo Coronado Ibanez no van a encontrar ayuda, y si mucho dolor. Lo cuento con el apoyo de mis hijos, que, cuando he empezado a relatarles mi calvario, han entendido cosas que antes no podian, y los han hecho sufrir. No tengo miedo y no siento verguenza. He superado todo, y si yo lo he hecho, todas pueden lograrlo. Esta carta va dirigida a las victimas de Jeronimo Coronado Ibanez, porque ellas la van a entender y a ellas les puede aportar algo de consuelo; o eso espero, al menos. Con todas mis fuerzas y todo mi carino. Rosario Valenciaga Una convulsion, semejante a un incipiente temblor de tierra, comenzo a sacudirla por dentro. La minuscula capsula donde almacenaba los recuerdos del pasado comenzaba a agrietarse; se habia olvidado de que estaban alli. El estremecimiento la hizo tiritar. De repente, la manana ya no se le antojaba agradable. Lo habia guardado todo en un lugar oscuro de la memoria porque dolia. Dolia sentirse culpable y dolia avergonzarse por lo ocurrido en aquella consulta. La herida no estaba cerrada, solo anestesiada. La agitacion interna amenazaba con dominarla. Se sirvio un vaso de agua de la bandeja que estaba sobre la mesa y bebio con ansias. Le temblaban las manos. Debia calmarse. El telefono de su mesa empezo a sonar con insistencia, haciendola retornar a la realidad. Lo descolgo como un automata. --Digame --contesto con tono seco. El corazon le seguia bombeando con fuerza. --Hola, carino. --La voz de su marido la acaricio por dentro. Violeta cerro los ojos para sentirla mejor--. ?Te apetece que saque entradas para el estreno del ballet nacional checo? Representan La Bayadere en el teatro de La Maestranza. --!Por supuesto! --Suavizo la voz, dejando entrever sin querer parte de su angustia--. Ya sabes cuanto disfruto con el ballet clasico. --Eso pense. Pues ya esta hecho. Apunta en la agenda que el viernes proximo, a las ocho de la tarde, tenemos una cita. --Su buen humor se transmitia a traves de la linea. --Gracias, Daniel. Siempre tan atento y detallista. Esa es una de las cosas por la que me enamore de ti --le dijo medio en broma. El era su mundo, y penso en lo afortunada que se sentia de estar a su lado. Solo el hecho de oir su voz la tranquilizaba. --No seas tonta; ya sabes que no me cuesta ningun esfuerzo. Por cierto, ?que tal llevas el dia? Fue en ese instante cuando, con un ramalazo de intuicion, se dio cuenta de la razon de su llamada: el tambien habia leido el periodico. De nuevo, sintio como se le aceleraba el pulso. Nunca, en veinte anos de casada, la habia telefoneado para interesarse solo por su jornada de trabajo. Siempre lo hacia para consultarle algo en concreto y luego colgaba, debido al continuo estres que acarreaba su profesion. La incertidumbre la picoteo como carcoma: la estaba sondeando. Por un momento penso que, en realidad, se interesaba por ella. No pudo remediar que una leve decepcion hiciera mella en su animo. Enseguida lo aparto de la mente. --Hoy va todo tranquilo. --Se hizo la despistada--. Me estaba tomando un descanso mientras leia la prensa. ?Lo has hecho tu? --Intento sonar despreocupada. Quiza estaba un poco paranoica, o quiza lo que le ocurria era que lo conocia bien. --Si. Yo tambien lo he hecho. --El tono de su voz sono hueco, como si hablara desde un bidon vacio. --Daniel, deja de darle vueltas al coco. ?Me has llamado por algo mas? --Como me temia...: te ha afectado bastante. Tranquilizate y despues lo hablamos en casa. -- Acto seguido, corto la conversacion. No le dio opcion a contestarle. Violeta no se podia creer lo que acababa de oir. Se sintio menospreciada. Su marido la trataba como si estuviera enferma de los nervios, a pesar de que era el quien no tenia la mas minima idea de como manejar el tema. <>. Ya estaba harta de tantas tonterias. Al fastidio habia que anadir ahora el mosqueo que le provocaba su actitud. Hasta esa llamada, el dia se le habia antojado agradable, pero, gracias a Daniel, habia perdido todo su encanto. Su ansiedad subio en la escala. --Buenos dias. --En ese momento, su socia, Elena Torres, entro en tromba en su despacho. Tomo asiento frente a ella con la vista fija en una tablet y puso los pies encima de la mesa. --Elena, ya sabes que me revienta que entres asi --le reprocho, cabreada--. ?Te imaginas que estoy reunida con alguien? ?Y si estuviera manteniendo una conversacion importante? -- Intento por todos los medios que no notara lo alterada que se encontraba. --Veo que estas de mala leche. ?Ha ocurrido algo o simplemente te has levantado con el pie izquierdo? --Su socia alzo una ceja, examinandola con la mirada. --Me niego a hablar contigo hasta que cierres la puerta. --Cruzo los brazos sobre el pecho con actitud obstinada. --!Joder! La cosa es seria. --Elena se levanto y cerro sin miramientos--. Venia a ponerte al dia de las novedades, pero ahora soy yo la que no quiere hablar contigo hasta que no me digas que te ocurre --remedo con la voz. --Mejor es que lo veas por ti misma. --Violeta le lanzo el periodico, abierto por la pagina que habia estado leyendo. Durante el tiempo que su amiga tardo en informarse, el silencio se instalo en la habitacion. Solo se oian las voces de las personas que trabajaban en la oficina, amortiguadas por el cristal que las separaba. Violeta le dio la espalda para seguir contemplando por la ventana a los visitantes, que embarcaban en uno de los barcos turisticos para iniciar el recorrido por el rio. Eran casi todos orientales y portaban coloridas sombrillas. Permanecian sentados muy ordenadamente en la cubierta superior del crucero, mientras que el guia, microfono en mano, los informaba de la duracion y caracteristicas de la ruta que iba a comenzar. --!Madre mia! --la oyo gritar--. Esto significa que no es un caso aislado. !Menudo cabron! --Elena sonaba entre sorprendida y furiosa--. Y tu, ?como te lo has tomado? --Se levanto para ponerse a su lado y poder observarla. --Estoy bien. --Le apreto la mano para tranquilizarla--. Por un lado, me alivia saber que no soy la unica. Siempre me pregunte por que ocurrio una cosa asi. Por otro, me preocupa que haya otras personas en igual o peor situacion que la mia --le dijo, clavando sus ojos negros en los castanos de su amiga. No pudo evitar que se le pasara por la mente que Daniel no se habia interesado por su bienestar. El pensamiento volvia recurrente a ella. --No te preocupes y veras como todo se andara. --Le rodeo el cuello con sus brazos para transmitirle su carino--. Nos iremos enterando de todo. Seguro. Lo importante es que tu te encuentres bien. Violeta le devolvio el abrazo, emocionada. No quiso dejar a Elena con la impresion de estar afectada. Todavia no se sentia preparada para contarle hasta que punto la habia trastocado. --Petarda, ya esta bien de chachara --quiso zanjar el tema--. Ahora ponme al dia de todas las cosas que querias contarme.

  • Xander 2 de Rose Gate

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    No estaba preparado para perderla.
    Cuando la vida le habia dado una brizna de esperanza dispuesta a florecer, se desato el peor de los infiernos, devastandolo todo.
    Solo tenia dos opciones: someterse a su realidad o encontrar la manera de recuperarla.
    No importaba donde estuviera ni lo dificil que fuera dar con ella, estaba dispuesto a recorrer el arido infinito para que su estrella volviera a iluminarle.
    Para ello, se enfrentaria a sus miedos y romperia las reglas y las cadenas, arriesgandolo todo.
    Porque incluso un alma herida puede aprender a amar, si lo que espera al final del camino es el amor verdadero.

  • La mano que te da de comer de A. J. Rich

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    La conferencia habia tratado sobre victimologia. ?Hay en el cerebro del maltratador una anomalia simbiotica que exista tambien en la conformacion emocional de la victima? El profesor habia usado como modelo el sindrome de la mujer maltratada, senalando que este no aparece en el DSM-5, el Manual diagnostico y estadistico de los trastornos mentales, pero si en los codigos penales. ?Por que? Yo creia tener la respuesta. Habia sido una manana electrizante. No veia la hora de llegar a casa y seguir con mi investigacion. Como me sentia un poco culpable por querer tener el apartamento otra vez para mi sola, pase por Fortunato Brothers y compre una bolsa de galletas de pinones para Bennett. Mi apartamento estaba en el ultimo piso de un edificio entre medianeras de Williamsburg, Brooklyn, uno de esos con fachada de listones. No convivia con hipsters, sino con el vecindario de toda la vida; italianas que se pasaban el dia barriendo la acera y jubilados chistosos que jugaban al ajedrez en Fortunato. A una manzana habia una tienda de lapidas donde ademas vendian pan. Bennett la llamaba Pan-Teon. Se rumoreaba que el dueno habia trabajado para una de las grandes familias de la mafia. El personal, de ochenta anos para arriba, sacaba sus sillas de plastico a la calle y se dedicaba a fumar puros. El camion de los helados ponia la musica de El padrino. <>. A mi puerta se llegaba por una espiral de sesenta y ocho peldanos. Atravese una mezcolanza etnica de olores: ajo rehogado en el primer rellano, col hervida en el segundo, chorizo frito a continuacion…, y por ultimo mi piso, donde yo nunca cocinaba nada. La puerta estaba abierta. Bennett debia de haber salido sin acordarse de sacudir un poco el pomo roto, como le habia dicho que hiciera. Podrian haberse escapado los perros. Tenia tres: Cloud, una gran pirineo a la que llamaba Gran Lienzo en Blanco, y Chester y George, dos pitbulls cruzados, patosos y dependientes, a los que habia tomado en adopcion. Los perros eran el unico motivo de discordia entre Bennett y yo. El no queria que yo tratara de rescatar a cuanto chucho callejero se cruzara en mi camino a expensas de mi trabajo, aunque yo sospechaba que lo que en realidad no soportaba era encontrar pelos de perro en sus jerseys. Bennett siempre tenia frio, incluso en verano. Segun el, sufria el sindrome de Raynaud, un estrechamiento de las venas en las extremidades que hace que se enfrien manos y pies. Le daba miedo la forma avanzada en la que se pueden atrofiar los dedos de unas y otros. Ahora bien, sus manos nunca estaban frias cuando tocaban mi piel… En cambio, yo siempre tenia calor. En primavera me ponia sandalias antes que nadie, nunca llevaba bufanda y jamas me resfriaba por culpa del aire acondicionado. Y no era porque fuera robusta, ni mucho menos. Empuje la puerta con el hombro, contrarrestando el delirio de colas agitadas que me recibia al otro lado, y me fije en que habia petalos de rosa en el recibidor. ?Seria cosa de Bennett? Parecia demasiado cursi, impropio de el. A los hombres que se acuerdan de todo lo que dices no les hace falta recurrir a topicos. Nadie me habia visto y entendido nunca como lo hacia Bennett. Era algo mas que simple atencion: sabia incluso antes que yo lo que querria, tanto en las cartas de los restaurantes como en una pantalla o en un disco. Conocimiento que, por descontado, se extendia a la cama. Cuando me agache para recoger algunos petalos, repare en que eran huellas de patas. Asi que no se trataba de un detalle romantico manido. Lo que se presentaba ahora como un patron floral abstracto en el suelo de madera noble conducia al dormitorio. ?Habrian reventado la bolsa de basura Chester y George? Sobras de salsa putanesca arrastradas a lo largo y ancho del apartamento por los perros: otro topico que me resistia a aceptar. Esos perros adoptados eran unos caballeros, por mucho que irritasen a Bennett los huesos a medio roer que dejaban tirados por la casa. Ir tropezando a todas horas con ellos, y pisando juguetes de esos que hacen ruido cuando uno los aprieta, era otra de las razones por las que me pedia que buscase un hogar definitivo para los perros, o que los devolviera al centro de acogida de animales de East Harlem de donde los habia rescatado. El donativo que habia aportado a una organizacion de rescate de animales de la zona debia de haberme incorporado a una lista masiva de correo electronico, porque desde entonces recibia casi a diario fotos y perfiles de perros a los que, sin mi intervencion, apenas les quedarian unas horas de vida. A los pitbulls, Chester y George, los habian tenido en el corredor de la muerte para practicarles la eutanasia. En la foto salian apoyados el uno en el otro, saludando ambos con la patita en alto. Eso superaba mis fuerzas. Cuando fui a la perrera, vi que en sus tarjetas se leia <>. Uno de los empleados me explico que eso significaba el mejor caracter posible. Jamas habian dado a los demas otra cosa que amor, y eso era lo que querian a cambio: amor. Rellene los formularios y pague por duplicado la tarifa de adopcion, pensando que solo los acogeria por un tiempo. Al dia siguiente fui a buscarlos en compania de Cloud en un vehiculo de una empresa de coches compartidos. Bennett no soportaba el caos constante de tres perros grandes metidos en un apartamento pequeno, y es posible que tuviera razon: eran el centro de mi vida. ?Me hacia cargo de ellos por algun tipo de altruismo patologico? Esa era justamente la base de mi investigacion: un test para identificar a las victimas cuyo interes e hiperempatia fueran tan extremos que llegaran a atraer a los depredadores. Bennett necesitaba orden para funcionar, mientras que yo necesitaba tenerlo todo patas arriba; un desorden demencial, pero hogareno. El, siempre que venia de Montreal, dejaba bien colgadas sus camisas Oxford y sus chinos. En cambio, yo solia dejar arrugados encima de la cama mis leggings, mi chaleco de cuero vegano y mis capas y capas de tops. Bennett sacaba los platos del lavavajillas que habia cargado y encendido el mismo. Yo, por el contrario, dejaba los cacharros sucios en el fregadero. Lo mas dificil para mi era que Bennett se opusiera a que los perros durmiesen con nosotros en la cama. No le gustaban los perros, y ellos lo percibian. Siempre lo hacen. Obedecian, pero Bennett daba las ordenes con una dureza innecesaria. Ya se lo habia dicho mas de una vez. ?Como nos las arreglariamos para convivir todos juntos? La primera en llegar fue Cloud, que se valio de su tamano de oso para ganarles a los chicos la partida de la fuerza. No solo no me saludo con la efusividad de siempre, apoyando sus enormes patas sobre mis hombros, sino que la vi nerviosa, asustada. Daba vueltas alrededor de mis pies con las orejas pegadas a la cabeza. Tenia todo un lado del cuerpo manchado, como si se hubiera apoyado en una pared recien pintada. Pero yo no habia pintado. Y jamas habria elegido el color rojo. De rodillas, aparte su pelo mojado para ver si tenia heridas punzantes en la piel, pero no vi ninguna. Ademas, el color no atravesaba del todo su pelaje. Pedi perdon a Chester y George por mis sospechas infundadas. Suerte que ya estaba de rodillas, porque podria haberme caido con el primer ataque de vertigo. Examine a los pitbulls en busca del origen de la sangre. Mi corazon latia muy deprisa. Sufri otro ataque de vertigo. Tampoco encontre heridas en ninguno de los dos. Baje la cabeza para no desmayarme. -?Bennett? -dije en voz alta. Aparte a Chester, que me lamia la sangre de las manos. Vi que mi sofa nuevo (regalo de Steven, mi hermano mayor, por haber dejado atras la veintena y alcanzado la edad adulta) estaba manchado. Intente reunir a los perros, pero ellos no paraban de dar vueltas a mi alrededor, lo que dificultaba mi llegada al dormitorio. Mi apartamento era alargado, con un pasillo al que daban todas las habitaciones. Se habria podido disparar una bala sin que esta chocase con ninguna pared. Desde donde me encontraba, en la sala de estar, veia la mitad inferior de la cama. Y la pierna de Bennett. -?Que les ha pasado a los perros? -pregunte. A medida que avanzaba por el pasillo, las manchas rojas se alargaban. Bennett estaba boca abajo en el suelo del dormitorio, con una pierna encima de la cama. De repente vi que las dos partes no estaban conectadas. Lo primero que se me ocurrio fue salvarlo de que se ahogara con su propia sangre, pero una vez de rodillas vi que no estaba boca abajo, sino mirando hacia arriba. Bueno, mirando no, porque ya no tenia ojos. Por un momento, contra toda logica, me aferre a la esperanza de que no fuera Bennett. Tal vez alguien habia entrado a la fuerza y los perros lo habian atacado. A pesar de la conmocion, tenia los conocimientos necesarios como para saber que el asesino no era humano. Las salpicaduras de sangre carecian de cualquier componente emocional. Mi experiencia forense bastaba para comprender lo que veia. El analisis de las manchas de sangre ofrece una sorprendente exactitud. Indica el tipo de lesion, el orden en que se recibieron las heridas y si la victima se movia o estaba quieta en el momento en que se las infligieron. En aquel caso, las lesiones eran heridas punzantes y desgarros. Las manos de Bennett estaban desolladas, lo que significaba que al intentar resistirse le habian arrancado la piel. Le habian arrancado la pierna derecha a la altura de la rodilla. El <> habian sido uno o varios animales. Las heridas presentaban un perfil irregular, no lineal como las producidas por arma blanca. Faltaban trozos enteros de carne. Las manchas de sangre indicaban que habia sido arrastrado por el suelo del dormitorio. El pie y la pantorrilla derechos debian de haber sido llevados a la cama despues del ataque. Por todo el cabezal, y en la pared trasera, habia salpicaduras de sangre arterial, probablemente de la carotida. Oi a mis espaldas el jadeo de los perros, que esperaban alguna indicacion sobre lo que ibamos a hacer. Trate de mitigar su miedo. Adoptando el tono mas calmado del que fui capaz, les dije que no se movieran. Hice que se echaran. Luego note que del olor a sangre se iba diferenciando otro que parecia emanar de mi. Me levante despacio y rodee a los perros a camara lenta. Cloud se levanto, y, si no le hubiera ordenado quedarse echada, me habria seguido. Chester y George me dedicaban toda su atencion, aunque no se movieron mientras yo seguia andando hacia el cuarto de bano. Por fin llegue, cerre con un portazo y me apoye con todo mi peso en la puerta, por si los perros se lanzaban en mi persecucion. Oi ganidos al otro lado. Aun no estaba en estado de shock. Pronto lo estaria. Seguia en el estado inferior de llorar de gratitud por haber sobrevivido. Lo curioso es que sentia vertigo, como el que experimentaria de haber ganado un gran premio. Y lo habia ganado: mi vida. La borrachera, sin embargo, duro apenas unos segundos. Saliendo del extrano trance, comprendi que tenia que pedir una ambulancia. Bennett no podia estar vivo, pero ?y si me equivocaba? ?Y si estaba sufriendo? Mi movil estaba en el bolso, que habia dejado en la repisa junto a las llaves. Oi un ruido de papel desgarrado y me acorde de la bolsa de galletas. Seguro que se habian caido y las habian encontrado los perros. Abri la puerta lentamente y fui a buscar el bolso sin entrar en el dormitorio. ?Cuanto tardarian en zamparse las galletas? Dominada por la adrenalina, contuve el impulso de correr para ponerme a salvo. En lugar de eso, aferre el bolso sin apartar la vista de los perros. Finalmente, volvi al cuarto de bano y me encerre echando el pestillo. Luego me meti en la banera vacia, como si la antigua banera de hierro con patas pudiera protegerme, y marque el numero de emergencias. Tuve que hacerlo dos veces. Cuando me preguntaron por que urgencia llamaba, no fui capaz de contestar. Ni siquiera podia gritar. -?Corre usted peligro en este momento? -Era una voz de mujer, me parecio que de cierta edad. Asenti con la cabeza como una loca. -Interpreto su silencio afirmativamente. ?Puede decirme donde esta? -En el cuarto de bano. A continuacion di mi direccion en voz baja. -Ahora mismo va para alla la Policia. No cuelgue. ?Hay algun intruso dentro de la casa? Oia a los perros al otro lado de la puerta del cuarto de bano. Los ganidos de antes eran ahora mas fuertes. Lloriqueaban, golpeando la puerta con las patas para que les dejara entrar. No conteste. -Si hay un intruso en su casa, de un solo golpe con el dedo en el auricular. Golpee el auricular tres veces. -?Algun arma? De un golpe. Di uno. -?Mas de un arma? Otro golpe. -?Armas de fuego? Sacudi la cabeza y deje el telefono en la banera vacia. La telefonista seguia hablando, pero lejos. Sacudir la cabeza (no, no, no) me habia reconfortado, como si me columpiasen. Cuando se empezo a oir la sirena, uno de los perros aullo. Cloud. Siempre me habia hecho reir su participacion en la version urbana de la manada de lobos, como si aquella perra tan mimada, cuyos dientes cepillaba yo cada semana, tuviera aun algun vestigio de animal en su interior. En esta ocasion, su aullido me erizo la piel. -Ya ha llegado la patrulla -dijo la vocecita que salia del telefono al fondo de la banera-. Si los agresores aun estan dentro, de un golpe. Los pasos que se acercaban hicieron ladrar a los perros, como lo hizo la mano que probo si la puerta estaba cerrada con llave. -!Policia! !Abran! Intente decir algo en voz alta, pero apenas me salio un gemido infinitesimal, mas debil que la voz que seguia preguntandome si los agresores permanecian dentro de la casa. Por unica respuesta, los policias no oyeron otra cosa que ladridos. -!Policia! !Abran la puerta! Mas ladridos. -!Llamad a Control de Animales! -oi que gritaba uno de los agentes. El siguiente ruido fue el de echar la puerta abajo, seguido por un unico disparo ensordecedor. El gemido que siguio contenia toda la congoja de un llanto humano. Los otros perros dejaron de ladrar. -Asi me gusta. Bien, perritos -dijo uno de los policias. -Creo que este esta muerto. Los pasos se acercaron con cautela. -Dios mio… Mierda -dijo el otro. Oi una arcada. De golpe se abrio la puerta del cuarto de bano, y un policia joven me encontro encogida en la banera sin agua. El agente se puso en cuclillas a mi lado. Note el olor agrio de su aliento, causado por la arcada. -?Esta herida? Yo tenia las piernas encogidas, la cara contra las rodillas, y me tapaba la cabeza con las manos. -Enseguida llegara una ambulancia. Perdone…, tenemos que ver si sangra por alguna parte. El policia me puso una mano en la espalda con suavidad. Grite. -Tranquila, tranquila -dijo el-. Nadie va a hacerle nada. Permaneci en la misma postura, la que adoptaban los alumnos en los simulacros escolares de explosion nuclear. Mas tarde me entere de que uno de los sintomas del trastorno por estres agudo es una rigida inmovilidad. -Ya estan aqui los de Control de Animales -dijo el otro policia. La ambulancia debio de llegar al mismo tiempo, porque un sanitario me tomo el pulso mientras una mujer buscaba heridas en mi cuerpo. Me quede encogida en la banera. -No creo que la sangre sea suya, pero no veo el abdomen - dijo ella-. Voy a ponerle una via. Ahora notaras un pinchazo, carino. Me clavaron una aguja de hacer punto en la mano izquierda. Grite tanto que los perros se pusieron a ladrar otra vez, aunque ahora solo eran dos. -Te vamos a dar algo que te ayudara a relajarte. Asi podremos comprobar si tienes alguna herida. Un calor negro empezo a extenderse por mi brazo, como si me hubieran puesto un guante caliente en la mano. A partir de cierto momento, la oscuridad se hizo tan grande que pude introducirme en ella. Una clemente bolsa negra en la que desaparecer. -Tenemos que hacerle algunas preguntas. ?Puede hablar? -quiso saber uno de los policias. -Esta en estado de shock. -?Se llama usted Morgan Prager? Intente decir que si con la cabeza, pero la bolsa negra me oprimia demasiado. -?Puede decirnos quien estaba con usted en el apartamento? No hemos podido encontrar ninguna identificacion del difunto. -?Nos oye? -pregunto el otro policia.

  • Conclave de Robert Harris

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    Un thriller con un ritmo y un suspense perfectamente ensamblados, sobre la celebracion del conclave en el que se elegira al proximo Sumo Pontifice de la Iglesia Catolica.

  • Apegos feroces de Vivian Gornick

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    … Contenido ….

  • Mariposas en tu estomago (Septima entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.
    Una historia de amor autentico, un amor que no tiene fin, un amor de dos caras que solo es el principio. La novela New Adult que marca la diferencia

  • Martina y su objetivo de Dylan Martins

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    Martina intenta tener una nueva oportunidad como periodista en Miami, sin imaginar la de quebraderos de cabeza que se llevaria cuando tuvo que hacer, lo que nunca nadie creeria para conseguir su objetivo. A Nico, uno de los hombres mas hermeticos de la alta sociedad.

  • Mision Exterminio de Stefania Gil

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    Madison se sentia mareada. No entendia nada de lo que estaba ocurriendo. Escuchaba voces que no reconocia; movimientos bruscos, sonidos metalicos como si estuviera en la parte trasera de un camion. Trato de levantar la cabeza, no lo consiguio. Queria hablar y no podia, algo se lo impedia. El resto del cuerpo parecia no responder en lo absoluto a las ordenes que le estaba dando. ?Que ocurria? ?En donde estaba? Las imagenes de los recuerdos en su cerebro pasaban tan deprisa y todo era tan confuso, que no lograba entender nada de lo que veia. Estaba dominada por un profundo letargo que no solo le impedia movilizarse, sino que tambien, le impedia retener los recuerdos aunque fuera por un momento para poder aclarar su situacion y comprender en donde se encontraba. El traqueteo de su cuerpo ocasionado por el movimiento del vehiculo en el que estaba, se detuvo. Ruidos fuertes y secos se produjeron. Un mecanismo que se accionaba. Parecia el engranaje mecanico de una puerta pesada. Percibio mas ruidos metalicos pero esta vez, muy cerca de ella. Y de pronto, una luz la cego. Entendio entonces que estuvo llevando la cabeza tapada y de ahi que no pudiera ver nada. La luz, ahora, tampoco ayudaba porque sus pupilas se sintieron traicionadas con el brusco cambio. La realidad se sumaba a la voragine de imagenes que pasaban en su mente haciendo que todo se balanceara en su interior. Su cuerpo parecia un barco, navegando a la deriva. Mantuvo los parpados cerrados. Tenia la boca seca. La lengua parecia pesarle una tonelada. Tal como sentia que pesaban sus extremidades. Sonaban cadenas y sentia movimiento de nuevo en el vehiculo pero no porque este se moviera, no, era ese vaiven que producen las personas de peso y tamano cuando se mueven dentro de un coche. Su cuerpo respondia asombrosamente a ese vaiven. Abrio los ojos de nuevo, parpadeo un par de veces antes de darse cuenta de que su cabeza colgaba. Las imagenes en su memoria seguian agobiandola, intentando llamar su atencion. Le era imposible fijarse al menos en una. No lo conseguia. No encontraba la forma de aferrarse a ellas. Un hormigueo empezo a recorrerle el cuerpo. Intento hablar dandose cuenta entonces de que no podia abrir los labios. Fue la primera vez que noto que dolia al intentarlo. No pudo levantar la cabeza de golpe porque tambien aquello le dolia un infierno pero si algo tenia Madison Sullivan era que no se daba por vencida tan facil; asi que, con mucha lentitud y con la precision que le permitia el lejano letargo que ahora tenia su cuerpo, fue levantando la cabeza. Parpadeo varias veces, seguia sin ver nada. La maldita luz cegadora estaba frente a ella imposibilitando la vision de las personas que estaban detras del foco. Volvio la cabeza a la izquierda y solo habia oscuridad. Lo mismo lo que pudo ver a la derecha. Su cuerpo, empezaba a despertar. El letargo desaparecia junto al hormigueo constante que la tenia dominada. Por instinto, movio la pierna derecha y fue cuando su corazon se detuvo intuyendo que todas las cosas que estaba descubriendo no estaban bien. El palpito se expandio en su pecho cuando fue consciente de que estaba colgada del techo por las munecas, dentro de un cubo cubierto de telas negras. ?Un contenedor? Mantuvo la calma intentando buscar una explicacion logica a su situacion. Aquello no podia tratarse de un simulacro porque la alarma por la que le sacaron de Quantico era real; lo vio, y Dakota converso con ella sobre lo que harian al llegar a Nueva York. Su mente aturdida, le regalo un recuerdo que le dejo en claro que, su situacion, no era un simulacro. Recordo el coche en el que ella y Nell Jenkins estaban siendo trasladadas al aeropuerto en donde les esperaba el jet de la Agencia Federal para viajar a Nueva York. Hiperventilo porque sintio el panico que se apoderaba de ella al empezar a ver, con claridad, las imagenes que se detenian, finalmente, en su cabeza; y deseo poder volver a su estado de letargo porque aquel instante le estaba sembrando un terror que desconocia. Cerro los ojos e hizo una fuerte inspiracion; queria, no, mas bien <> encontrar calma para poder pensar con claridad. La imagen de Nell, con el rostro banado en sangre, sin sentido, despues del volcamiento del coche que les trasladaba, le bloqueo la respiracion por completo. Sentia que se asfixiaba. --Es el momento, empieza a recordar lo que le ocurrio y va a transmitir el panico que quiero que los demas sientan con mi mensaje --Dominic Lane chasqueo los dedos y sus companeros asintieron encendiendo la camara y accionando el sistema para transmitir --en directo-- un mensaje a todo el pais. Capitulo 2 Mark estaba haciendo trabajo administrativo en la comisaria cuando los telefonos empezaron a sonar con desespero y sus companeros empezaron a correr para atender las llamadas. Confirmo sus sospechas de que algo grave ocurria en cuanto observo al capitan llevarse la mano a la frente mientras hablaba con alguien por telefono dentro de su oficina. Los ojos del hombre, con mucha mas experiencia en el campo que Mark, se apagaron y la preocupacion se hizo presente en ellos. Vio el reloj. 11. 00 a.m. Las pantallas de TV que tenian instaladas en puntos estrategicos dentro de la comisaria, empezaron a transmitir imagenes de varios centros educativos de la ciudad que estaban bajo amenazas de bombas unos; y tiroteos, otros. Mark fruncio el ceno. El capitan salio a toda marcha de la oficina. --?Terroristas? --No lo sabemos todavia pero creemos que son del grupo supremacista que ataco hace un ano en un centro comercial de Nueva Orleans. Mark nego con la cabeza sintiendo como su pecho se contraia al pensar en lo malvados que podian llegar a ser los seres humanos en aras de una supuesta mejora para el mundo; cuando, en realidad, era de ellos de quienes debia librarse el planeta. Para eso estaba el y el resto de las fuerzas de seguridad del estado que entrarian en accion y acabarian con todos esos idiotas llevandolos al lugar que les correspondia por naturaleza: la carcel. Megan. Corrio junto al telefono para llamar al centro educativo en el que se suponia que su nina debia estar recibiendo clases, por fortuna, no era de los que se encontraban bajo amenazas; sin embargo, dio ordenes a los directivos de enviar los ninos a casa de inmediato y cerrar el centro. Lo mismo se hizo con los demas centros educativos que estaban fuera del radar. Era mejor tomar previsiones. El capitan Henderson no podia disimular la rabia que lo consumia. Era un hombre afroamericano que a sus sesenta anos, de seguro habia recibido muchos maltratos por el color de su piel. Era la primera vez que Mark lo veia entristecido, mucho mas que cuando hablaba de la tragedia ocurrida en el gran atentado del centro financiero de la ciudad hacia varios anos en el que muchos de sus companeros murieron cumpliendo con su deber. --?Nos dejaran intervenir los del FBI? --Si. Acabo de recibir la llamada y asi como yo, otras comisarias tambien estan siendo llamados para servir de apoyo --Las tomas en TV mostraban un helicoptero que sobrevolaba los colegios en la mitad de la pantalla; mientras que, la otra mitad, se dividia en dos dejando ver al conductor del noticiero en el estudio conversando con los corresponsales en escena. Mark miro hacia el escritorio de Madison, ahora ocupado por Ross, su nuevo companero desde que Madison abandonara la comisaria y se trasladara a Quantico para recibir el entrenamiento adecuado y formar parte del FBI. Estaba tan orgulloso de ella. Le quedaban solo un par de semanas para salir de ahi y cuando lo hiciera, por fin empezarian a organizar todo para la boda. --Ross --Henderson se dirigio al joven--, te quedas a cargo del equipo que voy a dejar aqui para dar apoyo, los patrulleros iran a dar apoyo in situ y nosotros tenemos que trasladarnos a las oficinas del FBI. La Agente Especial Grant y el jefe de la division de antiterrorismo, nos esperan. --?Dakota? --Mark se sorprendio ante la mencion de la chica porque la division de ella nada tenia que ver con terroristas aunque si podia ayudar mucho en el caso.

  • Vindolanda de Adrian Goldsworthy

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    Ano 98 d. C.

  • El cuerpo humano de Bill Bryson

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    Del autor de Una breve historia de casi todo (200.000 ejemplares vendidosNos pasamos toda una vida con un solo cuerpo y casi no sabemos como funciona. Desde los genes hasta nuestra capacidad de hablar, pasando por nuestras constantes adaptaciones al medio y los riesgos que corremos, este libro nos descubre que nuestro microcosmos es un verdadero milagro, lleno de prodigios y de secretos asombrosos.Explicar el cuerpo humano en toda su integridad, y hacerlo para todos los publicos, solo esta al alcance de un autor como Bill Bryson. Con su habitual talento narrativo, su capacidad para sintetizar amplios conocimientos y su cultura para revelar datos sorprendentes, Bryson demuestra que es el mejor y mas divertido guia para emprender un apasionante viaje hacia nuestro interior.”El cuerpo humano es un mapa de las maravillas, un recorrido por un miembro minusculo” THE GUARDIAN

  • La banda de los Sacco de Andrea Camilleri

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    La historia real de una injusticia cometida sobre la familia Sacco por parte del sistema
    mafioso.
    Raffadali, Sicilia, anos veinte. Los hermanos Sacco son hombres libres, de ideas socialistas;
    son hombres hechos a si mismos a quienes su padre Luigi inculco la cultura del
    trabajo y el respeto a los demas. La vida cambia de repente cuando, una manana, el mayor
    de ellos recibe una carta anonima, luego otra, y luego sufre un intento de robo. Luigi
    Sacco lo denuncia a los carabinieri, pero estos se encuentran totalmente desorientados:
    nadie antes se ha atrevido a denunciar a la Mafi a. A los Sacco no les queda mas remedio
    que defenderse ellos mismos. De la mafi a y de la policia, de sus paisanos complices de
    los traidores y de las autoridades.

  • Vivir sin permiso y otras historias de Oeste de Manuel Rivas

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  • Pasajera de Alexandra Bracken

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    M Prologo ientras ascendian, apartandose cada vez mas de los senderos sinuosos que conducian a los pueblos cercanos, el mundo se abrio ante el en su forma mas pura: silencioso, ancestral, misterioso. Letal. Nicholas habia pasado la mayor parte de su vida en el mar, o lo bastante cerca de el como para detectar el olor a pescado y salitre cuando se levantaba viento. Incluso en aquel momento, mientras se acercaban al monasterio, esperando que este apareciera entre las nubes y la densa niebla, se dio cuenta de que se daba la vuelta, buscando en vano, mas alla de los altisimos picos del Himalaya, la brumosa linea donde se encuentran el cielo y el oleaje; algo familiar a lo que aferrarse antes de que su valor y la confianza que tenia en si mismo desaparecieran. La senda, una sucesion serpenteante de escaleras y barro, habia avanzado, en un primer momento, entre pinos con los troncos cubiertos de musgo, y ahora abrazaba los precipicios verticales, cortados a cuchillo, sobre los que habian construido, por imposible que parezca, el monasterio de Taktsang Palphug. Por encima de los arboles ondeaban cuerdas con banderas de oraciones y aquella vista suavizo parte de la presion que sentia en el pecho. Le recordo, de inmediato, a la primera vez que el capitan Hall lo habia llevado al puerto de Nueva York, donde las fragatas nuevas estaban festoneadas con banderas de diferentes estilos y colores. Cambio de postura. Fue un movimiento con el que pretendia suavizar el dolor que le producian las correas de la mochila, que se le clavaban en los hombros. Un movimiento lento y cuidadoso, porque no queria despenarse. <>. Jarcias. Ansiaba volver a tocarlas, volver a sentir la espuma que traian el viento y el navio al cargar por el mar. Nicholas intento erguirse de hombros y apagar la quemadura del resentimiento que amenazaba con prender en la boca del estomago. Ya deberia haber vuelto. Deberia estar con Hall, con Chase, pasando por encima de las crestas de las olas; y no alli, en un siglo extrano -- !el siglo XX, por el amor de Dios!--, con un atontado incompetente que le necesitaba para atarse los botones del abrigo nuevo, anudarse las botas, ponerse el panuelo del cuello y aquel ridiculo sombrero de fieltro de ala ancha y desmandada, a pesar de tener dos manos y, a todas luces, un cerebro dentro de aquella cabeza suya. El saco de cuero que llevaba colgando del cuello le golpeo con fuerza en el costado cuando continuo ascendiendo hacia donde se encontraba Julian, que estaba con una pierna apoyada en una roca; su pose habitual cuando creia que habia damas alrededor dispuestas a admirarlo. Nicholas no tenia ni idea de a quien estaria intentando impresionar; ?a los pocos pajaros que habian oido mientras cruzaban el bosque humedo? ?Habria sido siempre asi: histrionico, vanidoso y un completo desconsiderado? ?Acaso Nicholas habia estado tan ciego, por lo maravilloso que le parecia haber encontrado a un supuesto hermano --y, con el, una vida nueva llena de comodidades, riqueza y aventuras--, como para no haberse dado cuenta antes? --Eh, muchacho, ven y echa una ojeada. Eso es el Nido del Tigre, ?sabes? Maldita sea esta niebla… En realidad, Nicholas ya lo sabia, si. Para el, era importante leer tanto como le fuera posible acerca del sitio al que los habia enviado el anciano porque, asi, tendria mas posibilidades de mantener con vida al cada vez mas imprudente y tozudo Julian. Nicholas siempre partia de una escasez de conocimientos, de entrenamiento. Cuando se dio cuenta de que la familia nunca le proporcionaria una educacion de verdad para sus viajes, habia empezado a preguntarse si aquello era intencionado, para que su posicion siguiera siendo precaria. La situacion le habia molestado tanto que se habia gastado la mayor parte de sus exiguos ingresos en libros de historia. --El guru budista de Butan, Padmasambhava, segun cuenta la leyenda, claro esta, llego volando hasta aqui a lomos de una tigresa --siguio diciendo Julian con una sonrisa que los habia sacado de varios problemas y complicaciones; la sonrisa que, en su dia, habia servido para suavizar el corazon y el caracter de Nicholas, pues era ideal para pedir perdon--. Deberiamos entrar en alguna de sus cuevas de meditacion cuando volvamos. Hasta tu podrias dedicarte un rato a pensar. Fijate en esas vistas y dime que no echaras de menos viajar. ?Como si no, con esa vida humilde que llevas, crees que habrias visto esto? !Vamos, jamas de los jamases! En vez de soltarle un punetazo en su petulante cara o clavarle la piqueta en la espalda, Nicholas volvio a cambiar la mochila de posicion e intento no pensar que, una vez mas, lo estaban aplastando tanto el peso de Julian como el de las pertenencias de este. --Parece que se avecina una tormenta --comento Nicholas, orgulloso de lo firme que sonaba su voz a pesar de la agitacion y las protestas que, una vez mas, provocaba el resentimiento que crecia en su interior--. Deberiamos detener el ascenso y esperar a manana. Julian se quito un bicho del hombro de su abrigo impoluto. --No, tuve que dejar a aquella fierecilla en el bar clandestino de Manhattan y quiero estar de vuelta para un revolcon rapido antes de regresar con el anciano --comento Julian entre suspiros--. Aunque, una vez mas, con las manos vacias. Y volvera a enviarnos a otro sitio remoto, a buscar algo que, lo mas probable, ni siquiera exista ya. Tipico. Nicholas se quedo mirando como su hermanastro hacia malabarismos con el baston y empezo a preguntarse que pensarian los monjes de ellos: el engreido principe pelirrojo con su equipo nuevo de montana, husmeando por sus rincones sagrados en busca de un tesoro perdido; y el jovencito de piel oscura, el sirviente, a todas luces, siguiendolo como una sombra cautiva. <>. ?Por que habia aceptado? ?Por que habia firmado el contrato? De hecho, ?por que habia confiado siquiera en esta familia? <>. --Alegra esa cara, viejo --le solto Julian, y le pego un suave punetazo en el hombro--. No me diras que todavia estas molesto por lo del contrato. Cuando su hermanastro se dio la vuelta de nuevo, Nicholas lo miro airado a su espalda. No queria hablar de aquello, ni pensar en ello; en como Julian se habia encogido de hombros y le habia soltado: <>. Aunque aquella familia, de la que habia sido esclavo, le habia dado la libertad, al final, habia vuelto a convertirse en un sirviente. El anciano, no obstante, habia hablado de cosas magnificas: magia, viajes, mas dinero del que era capaz de imaginar. En aquel momento, no le habia parecido que cinco anos de emociones fueran a ser ningun sacrificio.

  • La ultima duquesa de Laura Powell

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    Una original historia de amistad con una galeria de personajes asombrosos, pinceladas de magia, misterio y giros inesperados.
    Con apenas trece anos, Pattern ya destaca entre las estudiantes de la prestigiosa Academia de Servicio Domestico de la senorita Minchin y va a trabajar como primera doncella de la gran duquesa de Elfinburgo, que se ha quedado huerfana.
    La joven duquesa de este pequeno y misterioso lugar es nerviosa y paranoica, !y con razon!, pues aunque parezca idilico, el ducado de Elfinburgo oculta un secreto oscuro y mortal… Poco a poco, y a pesar de sus diferencias, las protagonistas forjaran una amistad que pronto las llevara a luchar por su supervivencia. Asi, Pattern empleara todo su ingenio para enfrentarse a las conspiraciones y a las intrigas de quienes menos se imaginan, y a los peligros que acechan en cada rincon, dentro y fuera del castillo.

  • Passion Fruit. sexo, sexo y brilli de Kate Bristol

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    Alberto Ruiz Saavedra es el politico revelacion del ano, guapo, carismatico y una de las fortunas mas grandes del pais. Por si todo esto fuera poco, esta en todas las revistas del corazon, pues sale con Marlene, la cantante de moda con quien va a casarse. Su vida parece un cuento de hadas ?verdad? Quizas lo seria si su relacion no fuera una farsa y no estuviera locamente enamorado de su… chacha.

  • Por nuestro amor de Maria Isabel Salsench Olle

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    Es al separarse cuando uno comprende la fuerza con que se ama.

  • El color de las buganvillas de Maria De Piano

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    Aventura, crueldad, magia y traicion se entrelazan en una historia de amor que trasciende el tiempo y las fronteras. La historia inicia en Espana en los tiempos de la conquista con un naufragio en las costas cubanas y culmina en la Cuba fidelista de los tiempos presentes.
    El jurado que premio novela, galardonada con el premio Foro Taller Sagitario de Novela Corta 2017, destaca que “su trama resulta interesante ya que nace en el Siglo XV, tiene presencia en el XVIII culminando en pleno siglo XXI. Vemos que el fenomeno migratorio, la busqueda de identidad y sus implicaciones genealogicas ha estado siempre con nosotros. Bien escrita y documentada, de ritmo agil. Sensual y con descripciones vivas y adecuadas. Sorprende el nivel cultural de la obra, de estructura ambiciosa evidenciada en sus saltos temporales y de escenarios.”
    “Maria Laura De Piano nos ha recordado, en sus interesantes y absorbentes paginas; que vivir es ser eslabon en una secuencia de realidades, y que aunque solemos desconocerlas, de alguna forma nos estan tocando” – Beatriz Valdes.