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Mi pequeno mini Cooper del 2010 se veia realmente pequeno en la entrada de la casa de los Johnson's. Deteniendome por completo, exhale un suspiro de alivio. Lo habia logrado. Mi auto no se habia descompuesto (y eso si que era un logro). Mi auto era mi orgullo, junte dinero y cuando me gradue, mis padres me aportaron el resto, para mi pequeno auto usado, sin embargo, ya llevo tres anos con el y a estas alturas ya no me acompana como en un principio, y no es su culpa, simplemente ya esta viejo. Estaba juntando dinero para otro auto y esperaba poder salir a tiempo de la universidad para comenzar a ganar dinero en grande, bueno al menos para una vida tranquila con un auto decente. Aun asi, le daba las gracias a mi autito por haber resistido hasta aca, ya habia llegado a mi cita de trabajo y estaba justo a tiempo. Hace casi un ano que no era ninera en la casa de los Johnson's, y el dinero definitivamente seria util, ya en mi tercer ano de universidad costear los materiales y utiles se hacia un poco pesado para mi familia, y me hacia bien ahorrar para costear mis propias cosas. Pero mientras tomaba mi cartera del asiento de atras y me acomodaba para salir del auto, se me escapo otro suspiro porque probablemente el camino de entrada no era la palabra adecuada para describir el camino de ripio que debia seguir para llegar a la puerta principal. El sitio de los Johnson era hermoso y grande, tenian una gran rotonda circular, del tipo que se podria imaginar, un ejercito de caballos y carruajes tirando hacia arriba, con un mayordomo que responde a la puerta, con los labios rigidos y una bandeja de bebidas. Y ademas de la enorme mansion de piedra, habia un vasto jardin, ademas de una piscina infinita que se podia ver a la vuelta de la esquina, el agua tranquila y suave en la luz de invierno todo eso, antes de la puerta de la casa. Asi que si, los Johnson's vivian como reyes. Y a pesar de que tecnicamente eramos vecinos de la misma comunidad privada, mis padres estaban en la parte mas modesta, con casas medianas y patios pequenos, mientras que mis empleadores vivian en la colina en la extravagante seccion de millonarios. Pero eso no me importaba realmente, mi vida la estaba forjando recien, nada de lo que mis padres lograron es lo que marcaria mi futuro, sino que yo misma debia encontrar mi propio camino, asi que estaba aqui, por dos razones, por un trabajo que me diera dinero y tambien por la pequena Vania que era la cosa mas linda, una bola de entusiasmo con piernitas. Habia cuidado a Vania desde que era una recien nacida, sentia un carino especial por ella, este ultimo ano en la universidad me habia demandado mucho tiempo, y los Johnson's no habian solicitado mis servicios cuando yo estaba disponible, asi que ahora no podia esperar a verla otra vez, no podia imaginar cuanto habia crecido, y cuanta belleza habia ganado, ella era solo una bebita pero era encantadora, esos rizos color lino y sus redondos ojos azules de bebe que podrian derretir el corazon de cualquiera. Incluso cuando estaba en sus momentos de rabieta, la pequena rubia todavia era adorable, un pequeno torbellino de energia que podia hacer sonreir a cualquier adulto y suspirar con exasperacion a la vez. Asi que, apague el motor, arregle mis cosas por ultima vez y sali de mi automovil maltratado antes de subir con cuidado los infinitos escalones para tocar la puerta grande de entrada. Hace solo unos anos atras, habria subido los escalones de prisa, atletica y delgada como un latigo. Pero he cambiado en este ultimo tiempo, creo que mi desarrollo fue muy tardio, habia crecido en altura, pero mis senos y caderas eran casi inexistentes, sin embargo, despues de los dieciseis anos mi cuerpo comenzo una etapa distinta y donde solia ser larguirucha y delgada, fui formando curvas, mis senos y caderas tenian mas carne y ahora que soy una mujer adulta, el peso que he ganado me hace sentir mas pesada cuando se trata de ejercicios como este. No tenia como quejarme, no era gorda, solo era mas robusta de lo que estaba acostumbra a manejar, quizas muchas chicas deseaban un cuerpo delgado, pero ahora tenia lo mio, y me sentia a gusto con mi nueva version. Aunque cuando se trataba de escaleras habia demasiado rebote y carne que controlar, demasiado peso blando al que no estaba del todo acostumbrada. Asi que camine como una dama, moviendo las caderas, tratando de mantener las cosas en su lugar. Cuando por fin estuve arriba el silencio total me saludo despues de tocar el timbre. Raro, comunmente habia gente en la casa, personal de aseo, jardinero, o la senora Johnson ponia musica para pasearse por la casa. Despues de otro minuto, volvi a llamar al timbre. ?Tal vez estaban todos arriba y no podian oir? De pronto sonaron algunos ruidos, algunos baches, y finalmente se abrio la puerta, revelando al Sr. Johnson. Sonrei timidamente, tratando de no mostrar mi nerviosismo porque el Sr. Johnson siempre habia sido magnifico y esta vez no era una excepcion. El hombre no era viejo, pero era mayor que yo obviamente, era corpulento y misterioso, llenando la entrada, haciendome sentir positivamente pequena, del tamano de una taza de te. Por supuesto que siempre lo habia notado, pero verlo de nuevo solo confirmaba su esplendor, era realmente candente. Cabello color carbon y ojos azules tan intensos que me encendian con su mirada. Ademas, tenia un cuerpo para morirse, nada de cosas flacidas de papa cervecero. Los hombros anchos se estrechaban en una cintura fina, con piernas largas y poderosas vestidas con pantalones de tela. "Oh, hola Mai", retumbo. "Lo siento, estabamos un poco… !Vania, detente!" Grito hacia atras al oir un ruido. Y mientras estabamos alli, un estruendo sono en el piso de arriba como cuando cae algo al suelo, era un plastico, por el sonido podia imaginar a Vania sacando algo del mueble de los juguetes y sin querer boto algo mas, y el senor Johnson hizo una mueca con sus labios y cerro los ojos. "Entra, entra", dijo, exasperado, respiro profundamente y continuo "Ha sido un largo dia". Y a pesar de que mi corazon latia en su cercania, me obligue a sonreir y entre al vestibulo. Esto, definitivamente lo recordaba. El espacio era enorme, todos los pisos de marmol con una lampara de arana gigante colgando sobre nuestras cabezas. "?Donde esta Vania?", Le pregunte tentativamente, tratando de parecer indiferente. El Sr. Johnson suspiro profundamente. Ahora que lo podia ver con mas detencion, estaba mas viejo en sus facciones, habia corchetes alrededor de sus profundos ojos azules que no habian estado alli antes y sus lineas de risa eran un poco mas prominentes. Debe ser cansancio por su trabajo, sabia que trabajaba en algo relacionado con las finanzas, y muchas veces debia abordar aviones y hacer viajes tarde, y volver al siguiente dia para continuar con las cosas aqui. "Vania", grito de nuevo, con una mano en la barandilla. "Baja, por favor, tu persona favorita esta aqui". Y el sonido de unos pequenos pasos sono antes de que un pequeno bulto rubio se precipitara por las escaleras hacia mis brazos. "Mai, Mai", grito la nina de cinco anos. "!Estas aqui!" La nina era muy carinosa. A pesar de ser un dia regular y no un dia de fiesta, lucia un vestido de bailarina purpura, completo con un tutu rigido y una corona reluciente en la cabeza. Tan linda como siempre, y mas grande como lo pense. "Hola carino", dije alegremente. "Me gusta tu ropa. ?Estabas jugando a la princesa arriba?" Vania se echo hacia atras por un momento y vi que su cara regordeta estaba surcada de lagrimas y los ojos rojos por el llanto. "?Estas bien carino?", Le pregunte, esta vez con mas suavidad. "?Vino la malvada bruja?", asumi que por alguna razon habia estado llorando, verla hizo que se me apretara el estomago, no me gustaba ver llorar a los ninos. Ella asintio en silencio, sus ojos azules mirandome con ligeras manchas de chocolate alrededor de su boca. Pero eso estaba bien, los ninos se ensucian muy facilmente y podria arreglarse con un pano tibio, no habia problema. Pero habia algo diferente en el aspecto de Vania, que no era mi imaginacion. Al igual que su padre, parecia agotada, lo cual no estaba bien para una nina de cinco anos. Los ninos se cansan, claro, pero se duermen de inmediato y se despiertan completamente renovados, cada dia es un nuevo dia para ellos. Asi que me preocupe, aunque intente no mostrarlo. Murmurando de manera tranquila, dije, "Vania, te preparare la cena, te limpiare y luego nos prepararemos para ir a la cama ?de acuerdo?" Pero la pequena nina grito entonces, pateando y sacudiendo violentamente sus piernas contra mi. "Oof!" El aliento salio de mi estomago, sus zapatos de charol golpeando dolorosamente contra mis caderas. "!Ay!" Entonces, el Sr. Johnson intervino, sacando a su hija de mi cuerpo y apretandola contra su gran figura. "Lo siento, hemos estado teniendo problemas recientemente, ya sabes, con Romina mudandose y todo". Me detuve en seco antes de recuperarme e intentar parecer normal. ?La senora Johnson se habia mudado? ?Que? ?Cuando? ?Por que mis padres no me lo habian dicho? Y el Sr. Johnson asintio de nuevo, notando mi expresion de incertidumbre. "Romina se mudo hace un par de meses", dijo con voz ronca, "y ha sido duro para Vania. Ella no ha estado durmiendo bien, ha hecho berrinches por cualquier cosa, todo el dia. Entonces, si puedes manejarla esta noche, seria un milagro". Sonrei tentativamente. "Estoy segura de que estaremos bien", le dije de manera tranquilizadora mientras mi mente giraba en miles de pensamientos. "Quedese tranquilo Sr. Johnson, manejare de la mejor forma todo aqui. Y... lamento mucho lo que me comenta", Intente no ser grosera, ni inoportuna, pero en realidad sentia un pesar por lo que me dijo. Dios mio, la pobre pequena. Su madre se habia ido y ahora estaba respondiendo al cambio. Diablos, cualquier nino haria lo mismo, incluso si Romina Johnson apenas habia estado presente en la vida de su hija. La mayoria de los dias, por lo que pude ver cuando estuve aqui, la mujer no se levantaba antes del mediodia y habia dejado la mayor parte del cuidado de Vania a una ninera que hacia todo, la alimentaba, banaba y jugaba.
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