Ver todos los libros de: Lori Beasley Bradley
E 1 l calor de la primavera tardia en la casa hacia el aire practicamente irrespirable. Dolly levanto la cabeza de los cojines tras su regazo cuando escucho el carruaje afuera. Dejo la tela a un lado y se acerco a la ventana para ver a Karl, el repartidor de la tienda de Haney, quien se bajaba. Ella fue a la puerta con una sonrisa en su rostro. El estaba alli con sus baneras de lavado para la ropa, las que tenian escurridores para sacar el agua de la ropa --Solo puedo llevarla hasta su porche, senorita Dolly --el vigoroso joven se disculpo. -- Tengo que correr a Holbrook para recoger mercaderia para el Sr. Haney en el deposito o me quedaria para llevarlas a la parte de atras y prepararlas para usted. Dolly se protegio los ojos de la luz del sol brillante con su mano agrietada. Esta bien, Karl. Puedo arreglarmelas desde aqui e instalarlas . Ella no estaba segura de que fuera verdad, pero Dolly sabia que tenia que sacar la caja y su contenido del porche delantero y llevarla al fondo antes de que Martin llegara a casa y las viera. Karl deslizo la gran caja de madera de la parte trasera del carruaje y la llevo al porche. Se quedo esperando hasta que Dolly buscara en el bolsillo de su delantal y sacara una moneda de cinco centavos. --Gracias --dijo y le entrego la moneda al joven. --Gracias, senorita Dolly --dijo mientras dejaba caer la moneda de cinco centavos en el bolsillo del pecho de su gastada camisa a cuadros--, esto me comprara un trago en Bud’s cuando llegue a Holbrook. El conductor se apresuro a cruzar la verja, se subio a su carro, quito el freno y libero a los caballos por la polvorienta calle con potencia. Dolly miro fijamente el cajon desgarbado y penso en como iba a llevarlo al porche trasero donde lavaba la ropa. Agarro la madera aspera y levanto un extremo. Lo bajo de nuevo al porche, agradecida de que no pesara demasiado. --?Necesitas ayuda con eso? Dolly levanto la cabeza para ver a su vecino, Trace Anderson, parado en la puerta. Dolly sintio que se le ruborizaban las mejillas. Habia sido muy dulce despues de haber enviudado hace algun tiempo. --Probablemente pueda conseguirlo, Trace --dijo Dolly--, pero realmente no quiero rayar el piso, arrastrandolo de regreso. Trace abrio la puerta y se dirigio al porche. --?Donde esta Martin? Dolly puso los ojos en blanco. --Tu invitado es tan bueno como el mio. No tengo ni idea de donde esta mi hermano hoy. --Ella abrio la puerta principal y se inclino para agarrar un extremo de la caja--. No es muy pesada. Trace se puso en cuclillas y recogio al otro. --No demasiado pesada --dijo con una calida sonrisa--, simplemente incomodo. Dolly le devolvio la sonrisa al grandulon. --Son tinas nuevas con un juego de escurridores para cuidar mis pobres manos cuando lavo la ropa. --Fue amable de parte de Martin hacer eso por ti. --Yah --dijo Dolly con un suave bufido. Su hermano no habia tenido nada que ver con eso. Dolly habia pagado las tinas con el dinero que habia ahorrado con los huevos y los productos que vendia al senor Haney. Llevaron la caja a traves del salon, con cuidado con las lamparas, y a traves de la cocina ordenada, donde el pollo hervia en una olla alta para hacer bolas de masa, y salieron al porche trasero. --Si tienes una palanca --dijo Trace--, yo hare pedazos esto por ti. --En el cobertizo. --Dolly salio del porche al patio y se dirigio al pequeno edificio detras de la casa conectado a su gallinero. Ella regreso con la palanca de hierro y se la entrego a Trace, quien la tomo y comenzo a arrancar los delgados listones de madera de la caja--. Puedo hacer eso --le dijo Dolly--, si estas ocupado en tu tienda. Trace Anderson tenia un negocio de monturas y tachuelas adjunto a su casa al otro lado de la calle de Dolly y su hermano en Concho, Arizona. Hacia un buen negocio con los rancheros y granjeros mormones de la zona y era muy querido en la ciudad. Las mujeres en la iglesia decian que el era uno de los solteros mas elegibles en la pequena comunidad desde que su esposa habia fallecido dos anos antes. Dolly habia puesto sus ojos en el hacia algun tiempo, pero el hombre nunca le habia prestado mucha atencion. Diez anos mayor que ella, tal vez Trace pensaba que era demasiado joven a los veinticuatro para ser una verdadera esposa y madre. --No es ninguna molestia. --Saco las tablas del extremo de la caja y comenzo a deslizar las dos tinas montadas sobre patas, para que Dolly ya no tuviera que lavar la ropa de rodillas. Saco los dos rodillos y los estudio. --?Que diablos son estos? --Escurridores --dijo con una sonrisa orgullosa. --Los montas en la banera, giras el mango alli y pasas la ropa. --Dolly se encogio de hombros. --Escurren la mayor parte del agua, por lo que la ropa no tarda tanto en secarse. --Seguro que cuidaras tus manos de las exprimidas. --Estudio las tinas--. ?En cual los quieres? --No importa, no importa --le dijo Dolly, y Trace comenzo a colocar los escurridores en una de las tinas galvanizadas--. Martin diria que esto era una perdida de buen dinero, pero son mis manos las que estan cuidando y no las suyas --dijo Dolly con una risa nerviosa--. Y fue mi dinero con el que las compre, no el suyo. Martin probablemente dira que estoy tomando el camino de la mujer perezosa para no lavar la ropa . Trace se aclaro la garganta mientras giraba su rizado cabello castano para mirar a Dolly. --No debes prestar atencion a lo que Martin dice sobre ti, Dolly. Se que trabajas duro para mantener la casa de Martin en orden y cuidar el jardin y las gallinas. --La miro a los ojos azules con los suyos color avellana y Dolly no pudo apartar la mirada--. No tiene derecho a decir las cosas que dice ni a decirlo de la forma en que lo dice. Dolly se quedo atonita por las palabras del hombre. ?Como podia saber que tipo de cosas le decia Martin? Ella miro la tela de queso sobre la ventana abierta de la cocina y suspiro. Martin era un griton como lo habia sido su padre. Cuando estaba bebiendo y queria hacer valer su punto, pensaba que decirlo mas alto haria el trabajo. Trace habia vivido al otro lado de la calle durante mas de diez anos, primero con su difunta esposa, Lucy, y luego solo. ?Cuantas de las furias malhabladas de Martin habria escuchado? ?Eran ellos la razon por la que nunca le habia prestado atencion? La verguenza repentina hizo que las mejillas de Dolly se encendieran y eso la lleno de ira. Respiro hondo y trato de controlar su irritacion. --Lamento que el despotricar de Martin le haya molestado, Sr. Anderson. Me asegurare de recordarle que las ventanas podrian estar abiertas la proxima vez . Trace, con el ceno fruncido en su hermoso rostro, apreto la tuerca final y probo la seguridad moviendo los escurridores con su gran mano. --Creo que lo hara. --Se quedo mirando el monton de listones de madera esparcidos por el porche. Asintio con la cabeza hacia el desastre--. ?Quieres que te las lleve? --Los llevare para la cocina --dijo Dolly sin mirarlo a los ojos--, pero gracias. Ella olio el pollo hirviendo en la cocina y rodeo al gran hombre, que se elevaba por encima de los cinco pies y siete pulgadas de Dolly por una cabeza y tenia hombros tan anchos que tenia que girarlos para atravesar la mayoria de las puertas. --Necesito comprobar el agua de mi pollo antes de que se queme en la olla. Trace volvio la cabeza hacia la puerta de la cocina. --Huele bien --dijo con una sonrisa--, pero toda tu cocina huele bien, Dolly . Dolly sonrio mientras levantaba la tapa de la olla esmaltada en azul. ?Habia estado oliendo su comida? Bueno, vivia al otro lado de la calle. A Dolly le gustaba cocinar y se enorgullecia de sus comidas. Tambien estaba orgullosa de su jardin libre de malas hierbas y sus gallinas regordetas. Todavia le irritaba un poco que Trace hubiese estado prestando tanta atencion a lo que estaba pasando en su casa cuando nunca le habia dado mas que un asentimiento de pasada en publico. Dolly sabia que Trace nunca habia sido un gran conversador. Quizas sea mas un oyente que un conversador. Ella sonrio para si misma. El Senor sabia que, para variar, le vendria bien que alguien la escuchara. Trace entro en la cocina. --Bueno, supongo que me ire si no necesitas nada mas --dijo mientras sus ojos recorrian la cocina ordenada--, pero recuerda lo que dije. Martin no tiene ninguna razon para llamarte perezosa o tratarte como lo hace . Dolly sintio que sus mejillas se ruborizaban de nuevo. --Se lo agradezco, pero Martin me ha estado cuidando desde que mama y papa murieron. --Se mordio el labio mientras reflexionaba sobre que decir a continuacion. --Puso su vida en espera para cuidar de mi. --Repitio las cosas que Martin siempre le decia. Trace resoplo. Te trata como a una nina y te usa como a una esclava domestica, Dolly. Ya no eres esa nina flaca que perdio a sus padres --resoplo--, asi que ten un poco de orgullo y defiendete como la mujer adulta que eres ahora. Has hecho mas de lo que te corresponde para pagarle a ese inutil borracho. --Le debo a mi hermano por cuidarme todos estos anos --protesto, defendiendo a su hermano con lagrimas en los ojos--, ?y que derecho tienes a escuchar nuestras disputas familiares privadas de todos modos, Trace Anderson? --No hay muchas formas de evitar escuchar --sonrio Trace, poniendo los ojos en blanco. Dolly no respondio, salio de la cocina, atraveso el salon y salio por la puerta. Dolly dejo que las lagrimas que habia estado conteniendo se deslizaran por sus mejillas. Si ahora pensaba que ella era una mujer, ?por que nunca la habia cortejado? Trace trago saliva mientras cruzaba la calle angosta que separaba su casa y su tienda de la de Dolly y Martin. ?Por que se habria puesto tan cascarrabias? Solo habia estado tratando de ayudar. ?Como se suponia que no iba a escuchar los alborotos borrachos de Martin cuando el hombre gritaba cada palabra?
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