• un revolver y siete rosas - Brenna Watson

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    Le dolian tanto los pies que apenas podia continuar avanzando. Desde que habian abandonado Cold Harbor, donde la Union habia sufrido una de sus mayores derrotas, se habian dirigido a Petersburg para unirse al asedio de la ciudad. Alli pretendian hacerse con el control de aquel punto estrategico y cortar las comunicaciones ferroviarias que abastecian al ejercito del general Lee. Gabriel Sinclair no recordaba cuantas horas llevaba caminando y, cuando al fin alcanzaron su destino y obtuvieron permiso para descansar, lo primero que hizo fue quitarse aquellas malditas botas. Contemplo, con una mueca de dolor, sus pies ensangrentados y los dedos casi agarrotados y deformes a fuerza de llevar un calzado dos numeros menor al que le correspondia. Al menos, penso, no iba descalzo. No hacia muchos dias que habia contemplado el cadaver de uno de aquellos confederados, que habia cubierto sus pies con pedazos de carton pintados de negro. A su lado se tendio su primo Russell. El y Mitchell Chapman, Mitch, parecian los unicos conformes con su indumentaria, el ultimo a causa de unas relucientes botas que le habia hecho llegar su padre desde Saint Louis, aunque al parecer seguia echando de menos sus zapatos Oxford. <>, se dijo, aunque sin atisbo de acritud. Mitch era un buen chico, y generoso ademas. Compartia con sus companeros casi todo lo que le hacian llegar desde casa, desde dulces a camisas nuevas. De hecho, le habia sugerido a Gabriel intercambiar con el las botas de vez en cuando, solo para que pudiera descansar los pies, pero se habia negado a aceptar. Ya era suficiente con que sufriera uno de los dos, aunque en ocasiones, como esa en concreto, se arrepentia de no haber accedido. David Cassane se sento cerca de ellos, apoyo la espalda contra un arbol y, como era su costumbre, abrio aquel cuaderno de tapas negras que siempre llevaba con el para ponerse a escribir. Gabriel admiraba su capacidad de concentracion. Era capaz de abstraerse hasta en las condiciones mas adversas. --?Que crees que escribira ahora? --pregunto Brett McFarlane con su habitual sonrisa. Se dejo caer junto a Russell, que protesto cuando lo empujo sin querer--. Si no hemos hecho otra cosa que caminar durante dias. --Seguro que esta escribiendo sobre ti --bufo Russell. --Entonces necesitara un cuaderno mas grande --bromeo Brett. Mitch habia encendido un pequeno fuego y colocado una cafetera encima. Por suerte, en ese momento disponian de agua en abundancia, aunque nunca se sabia cuanto iba a durar la buena fortuna. Gabriel aun recordaba la ultima vez que habia recogido el agua de lluvia con sus botas y habia tenido que beber de ellas antes de llenar su cantimplora. David finalizo su escritura antes de lo acostumbrado, guardo el cuaderno en el bolsillo superior de su chaqueta, y la pluma, con sus iniciales grabadas, en el macuto. --?Que creeis que hacemos aqui? --les pregunto a bocajarro. --Impedir que los confederados entren o salgan de Petersburg --respondio Mitch, que siempre parecia el mejor informado de todos. --Es decir, que esto puede alargarse durante dias. --Si, supongo. Cuando la cafetera comenzo a silbar, Mitch la retiro del fuego y sirvio cafe para todos. Gabriel nunca habia sido muy aficionado a aquella bebida tan amarga, pero era una de las pocas cosas que el ejercito distribuia con profusion. Mientras disfrutaban de aquellos minutos de descanso, observo a los hombres que lo rodeaban uno a uno. Se habian conocido en Pennsylvania, al poco de alistarse en el ejercito, y en los tres anos infernales que llevaban juntos se habian vuelto inseparables. Juntos tambien padecieron hambre y sed, un calor abrasador y un frio que a punto estuvo de llevarselos al otro lado. Se habian curado mutuamente las heridas y compartido las provisiones y, en las noches mas oscuras, se habian consolado compartiendo lagrimas y suenos. Eran los mejores amigos que un hombre podia tener, estaba convencido. Gabriel Sinclair aun no podia saber lo que les aguardaba, ni sospechar siquiera que muy pronto iban a perder a uno de ellos en la que seria conocida como una de las acciones mas sangrientas de toda la guerra: la batalla del Crater. Capitulo 1 Elizabethtown, Kansas. Octubre de 1870 El sol aun estaba alto cuando Eleanor Montgomery se bajo del tren en Elizabethtown. La estacion no era mas que un conjunto de tablas desbastadas y una pequena oficina, con los cristales tan cubiertos de polvo que era imposible apreciar si habia alguien en su interior. Un hombrecillo emergio del edificio para ocuparse de que su equipaje fuese colocado en el anden. Cuando el tren se puso en marcha de nuevo, le dedico una leve inclinacion de cabeza y regreso a su cubiculo. Eleanor recorrio con la mirada el modesto apeadero para cerciorarse de que su marido, James Montgomery, no habia acudido a recibirla. Tras casi una semana de viaje desde Richmond, Virginia, llegaba por fin a su destino, al Salvaje Oeste del que tanto habia oido hablar. Se pregunto una vez mas si habia tomado la decision acertada. Un ano antes, tras el fallecimiento de su madre, le sugirio a su esposo la idea de reunirse con el en el Oeste, pero James alego multitud de buenas razones para que no lo hiciera, y ella se plego a sus deseos. La guerra le habia arrebatado a Eleanor cuanto poseia, empezando por su padre y sus dos hermanos, y luego su plantacion de tabaco, que vio arder hasta los cimientos a manos de los yanquis. Su madre y ella se vieron obligadas a aceptar la generosidad de los Cathaway, viejos amigos de la familia, para poder sobrevivir. James Montgomery III habia sido amigo de su padre toda la vida, a pesar de ser algo mas joven, y habia aceptado la propuesta de desposar a su hija como un favor personal. Su fortuna habia sucumbido bajo el ejercito del general Ulysses S. Grant, al igual que la de Eleanor y su familia, y los habitantes del viejo Sur habian tratado de estrechar aun mas los lazos que los unian. Con veinticuatro anos ya cumplidos, Eleanor seguia soltera, y las posibilidades de encontrar un esposo apropiado se habian desvanecido con la guerra. Su padre, que se recuperaba de una herida por aquel entonces que acabaria con el meses despues, habia propuesto un matrimonio de conveniencia que fue aceptado por ambas partes. Eleanor recordo, no sin cierto rubor, su noche de bodas. James era veinte anos mayor que ella, un viudo bien parecido que resulto ser un hombre considerado y atento, en el lecho y fuera de el. Hacia anos que Eleanor habia abandonado sus suenos romanticos de juventud, y vio el matrimonio con James como la ultima oportunidad de no convertirse en una solterona. Solo un mes despues del matrimonio, el se habia mudado al Oeste en busca de fortuna, con la esperanza de regresar con dinero suficiente como para empezar de nuevo. Cinco anos llevaba Eleanor aguardando reunirse con ese hombre que era practicamente un desconocido, y se habia cansado de esperar y de aceptar todas las excusas con las que el habia argumentado esa separacion. Nada la ataba ya a su Virginia natal y su deber era estar junto a su esposo, para labrar juntos su incierto futuro. Habia empaquetado sus cosas y, el dia antes de partir, le habia enviado una carta anunciando su llegada, sin otorgarle tiempo suficiente para una replica en la que intentaria hacerle cambiar de idea. Algo habia fallado en su plan, porque James no se encontraba alli. Sintio que el jefe de estacion la observaba desde el otro lado del sucio cristal de su ventanilla. Se imagino que no debia de ser muy corriente ver a una mujer ataviada con un vestido de muselina sentada sobre un desvencijado banco, rodeada por media docena de baules y otros tantos bultos de distintos tamanos. Esa manana, en el tren, se habia esmerado en acicalarse para causar buena impresion a un marido al que apenas recordaba. La estrategia no surtiria efecto si no aparecia pronto; el aspecto saludable y lozano que pretendia aparentar se iria al traste. Decidio concederle otros veinte minutos, tiempo mas que suficiente para que el hubiese oido el silbato del tren desde cualquier punto del pueblo en el que se hallase y acudiese en su busca. Transcurrio ese tiempo, y algo mas. La espera comenzaba a ser insoportable. Tal vez James no estaba ese dia en Elizabethtown, quizas habia viajado hasta Abilene, a cuarenta y cinco millas de distancia, y habia olvidado dejar instrucciones para que alguien acudiese a recogerla. O, peor aun, tal vez su carta aun no habia llegado. Ese pensamiento le helo momentaneamente la sangre. Se aproximo a la ventanilla, dispuesta a remediar el estado de incertidumbre en el que se hallaba. --?Necesita ayuda? --le pregunto el hombrecillo desde el otro lado del cristal. --Si, por favor --le respondio, ofreciendole su mejor sonrisa--. ?Podria guardar mi equipaje en la estacion mientras voy en busca de mi esposo? --Por supuesto --contesto solicito--. Ahora mismo me ocupo de ello. Eleanor permanecio erguida, retorciendose las manos con nerviosismo mientras el hombre salia de detras del mostrador, cruzaba la puerta y se aproximaba a sus baules. Su aspecto le resultaba simpatico, un hombre pequeno y energico, que caminaba dando saltitos y cuyos ojos, de un azul desvaido, se movian al mismo ritmo bajo la montura de sus lentes. --?Se le ofrece algo mas? --le pregunto, al ver que ella no se movia del sitio. --Le agradeceria mucho si pudiera orientarme. Acabo de llegar y aun no conozco el pueblo. --Me he dado cuenta de ello. --Le sonrio con amabilidad--. Permitame que me presente. Soy Matt Perkins, el jefe de estacion --le dijo, e inclino ligeramente la cabeza al tiempo que sus pulgares se enganchaban de los tirantes que sostenian sus pantalones--. Este es un lugar pequeno, y aqui nos conocemos todos. ?Que necesita saber? --?Podria indicarme como llegar al negocio de James Montgomery? --Le dedico su mejor sonrisa. --Crei que habia dicho que iba en busca de su esposo --contesto el hombre mientras la miraba con cierta suspicacia. --El senor Montgomery es mi marido --aclaro ella, irguiendose ante lo que parecia una inexplicable mirada de reproche. --!Que me aspen! ?Habla usted en serio? --Perkins la observo de arriba abajo, con las cejas ligeramente alzadas y la boca formando una extrana mueca que no supo interpretar. --Desde luego que si --contesto de forma rotunda, atonita ante la falta de modales de su interlocutor--. ?Como se atreve a dudarlo? --Disculpeme, senora, no era mi intencion ofenderla --le respondio con un tono mucho mas suave--. Es solo que no sabia que tuviera esposa… --Le escribi diciendole que venia, pero, como puede ver, no ha acudido a recibirme. Tal vez mi carta no llegara a tiempo --dijo con una voz apenas audible, mientras se recriminaba el proporcionar tanta informacion a un desconocido. De repente, el hombre parecio a punto de sufrir una apoplejia. Se saco un arrugado panuelo del bolsillo y se seco la frente, sin dejar de observarla durante todo el proceso. Luego se coloco las manos sobre los rinones, como si se estuviese preparando para pronunciar un discurso. Cuando volvio a meterlas en los bolsillos y a hundir los hombros, la que estaba a punto de sufrir la apoplejia era Eleanor. --Creo que sera mejor que se siente --le dijo al fin, indicandole el mismo banco que acababa de abandonar. --!Pero si acabo de levantarme! --Lo se, lo se, pero sera lo mejor --le aseguro con un expresivo gesto de las manos en direccion al descascarillado asiento. --?Que ocurre? !Me esta usted incomodando! --Oh, creame que lo lamento, de verdad que si. ?Quiere usted tomar un vaso de agua? --?Un vaso de agua? --Eleanor no salia de su asombro. --Si, claro, que estupidez --contesto Perkins sin mirarla, como si hablara consigo mismo--. Mejor un whisky, ?no? --?Un whisky? ?Pero se puede saber que ocurre? ?Donde esta mi marido? --Las sospechas se acumulaban en el aire como un remolino de polvo--. ?Le ha sucedido algo? La pausa fue tan elocuente que Eleanor cayo desmadejada sobre el banco. --Es eso, ?verdad? --pregunto con un hilo de voz, lamentando no haber aceptado ese vaso de agua. --Me temo que si, senora --balbuceo el hombrecillo--. Creame que siento ser yo quien le comunique la noticia, pero su marido… bueno, su marido ya no esta entre nosotros. --?Mi marido ha… muerto? --Eleanor sentia como si el mundo se hubiese puesto a dar vueltas a su alrededor. --Eso es, senora, exactamente --respondio Perkins, visiblemente aliviado. --?Como? ?Cuando? --balbuceo ella al cabo de una larga pausa. --Sufrio un ataque el domingo, y el medico no pudo hacer nada por el. Dijo que le habia fallado el corazon, asi, de repente. Fue enterrado hace dos dias. Lo siento mucho. Muerto. James habia muerto. Eleanor aguardo a experimentar el aguijonazo de dolor que ya le resultaba familiar, pero, para su sorpresa, no se produjo. Un latido sordo en el interior del pecho, producto mas del asombro que de la angustia, fue la unica senal que se dejo sentir. No era una reaccion inapropiada, se dijo a si misma, teniendo en cuenta que apenas se conocian. Pero era una desgracia. Aun era un hombre joven y era su marido. ?Como habia podido suceder algo tan terrible? ?Que iba a ser de ella ahora? Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, no era consciente de que el jefe de estacion observaba consternado los dos lagrimones que se deslizaban por sus mejillas. --?Quiere que vaya a buscar a alguien? --le pregunto transcurridos unos minutos. Eleanor emergio de su catarsis y observo al hombre, al que le parecia ver por primera vez. Su rostro angosto y veteado de arrugas, enmarcando esos ojillos vivaces de un azul traslucido que ahora parecian ligeramente empanados, las cejas tupidas y aun oscuras, el escaso cabello que ya empezaba a clarear… Su cara ahora amable la contemplaba con cierta preocupacion, que le parecio normal dadas las circunstancias. --No, gracias. No conozco a nadie en el pueblo --contesto mientras intentaba recuperar la compostura. --Podria avisar al reverendo Spencer. O al medico. ?Necesita usted sus sales? --?Mis sales? --inquirio con cierta perplejidad. --Si, ?no las necesitara? ?Y si se desmaya? ?No es eso lo que se utiliza cuando una mujer pierde el conocimiento? --No se inquiete. Estoy practicamente segura de que no voy a desmayarme --respondio, no del todo segura de sus palabras. El cansancio de los ultimos dias parecio abatirse sobre ella. Perkins asintio, aunque no parecio muy convencido con la respuesta. La vio fruncir el ceno y morderse el labio inferior, como si anduviera perdida en profundas cavilaciones, lo que no era de extranar. --?Podria usted indicarme ahora como llegar a la casa de mi marido? --pregunto al fin, clavando en el unos ojos de color miel que de repente parecian demasiado grandes para aquel rostro tan delicado--. Creo que sera lo mas apropiado. --Oh, bueno, vera… yo creo que estara mejor donde la viuda Dupre. Tiene una casa de huespedes y seguro que la acogera con mucho gusto, hasta que se sienta con fuerzas. --Es muy amable, pero creo que sera mas conveniente que me aloje en mi propia vivienda. --Si, por supuesto, pero… en fin… no se como… --Perkins se miraba los pies mientras trataba de encontrar las palabras apropiadas, para mayor consternacion de Eleanor--. Su marido no tenia una casa propiamente dicha. --?Donde vivia entonces? --inquirio, preguntandose que mas desagradables sorpresas la aguardaban--. ?En un hotel, quizas? --Oh, no, no, senora. James Montgomery tenia una buena propiedad --aclaro. --Senor Perkins, ?donde vivia mi marido? --Encima de su local, senora, en una especie de apartamento que se hizo construir a su gusto. Eleanor asintio, aprobando la idea de James de aprovechar el negocio tambien como vivienda, un modo de ahorrar un dinero que pensaba invertir en Virginia a su regreso. --?Y sabe usted donde esta? --pregunto con suavidad. --Por supuesto que si, senora --respondio con desparpajo, como si le ofendiera la idea de no saber donde se encontraba el lugar--. En la calle principal, justo pasada la barberia de Cooper, gire a la izquierda y se dara de bruces con el. --Muchas gracias, senor Perkins. --Le sonrio con dulzura mientras se incorporaba--. ?Me guardara el equipaje hasta que pueda hacer que alguien venga a buscarlo? --No pensara ir alli ahora, ?verdad? --Me temo que no tengo otra opcion. No puedo quedarme aqui indefinidamente, ?no le parece? --No, claro. Pero ya le he dicho que la viuda Dupre estara encantada de acogerla. Es una mujer muy amable, y su cocina es estupenda. --Gracias, lo tendre en cuenta. Ha sido usted muy considerado, senor Perkins, y se lo agradezco mucho. Espero que volvamos a vernos pronto. Eleanor se sacudio el vestido, irguio la espalda y, tras despedirse con un leve y estudiado gesto, cruzo la estacion y salio por el lado que daba al pueblo, que se arracimaba a escasa distancia. Elizabethtown habia crecido alrededor de una calle principal y se habia extendido hacia ambos lados mediante una serie de calles mas estrechas, formando una cuadricula. Eleanor sabia por las cartas de James que el ganado procedente de las propiedades situadas al sur bordeaba el pueblo una vez al ano, con destino a los corrales situados al otro lado de las vias, para ser posteriormente subido a los vagones y transportado hasta las fabricas del Este. Mientras recorria la arteria principal, apenas era consciente de las miradas curiosas de las personas con las que se cruzaba. Las visitas femeninas no eran muy frecuentes en un pueblo que vivia casi exclusivamente del ganado de los ranchos vecinos y de algunas manadas que llegaban desde Texas. Y menos visitas tan elegantemente ataviadas como aquella mujer, cuyo vestido de muselina amarillo palido destacaba como una flor en un prado. La gracia con la que caminaba, sosteniendo con elegancia su sombrilla y balanceando suavemente su ridiculo, atrajo mas de una mirada. Eleanor paso frente a varios negocios y viviendas sin fijarse en nada, buscando con la mirada la columna bicolor que anunciara la barberia del pueblo. Su mente solo registro que el pueblo no parecia demasiado grande, que las construcciones eran solidas y que hacia mucho calor. Los tacones de sus botines resonaban sobre el entarimado de madera con una cadencia ritmica, mientras iba inclinando la cabeza de forma mecanica ante todo aquel que se cruzaba en su camino. Se sentia tan aturdida y cansada que temia detenerse antes de llegar a su destino y echarse a llorar en mitad de la calle, algo que una senorita no debia hacer jamas. Su educacion y sus modales eran lo unico que poseia en esos momentos, y trataba de aferrarse a ellos como a una tabla de salvacion en medio de un naufragio. Se permitiria derrumbarse y llorar solo cuando se encontrase en el interior de su nuevo hogar, sin testigos.

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  • Te pertenezco de Yaz Miller

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    Primera parte de la trilogia Te Pertenezco

  • Eres mi dosis de Nerea Vara

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    Stephen Sinclaire decidio cerrar su corazon el dia que lo hicieron anicos cuando solo era un adolescente. Desde entonces se rige por tres reglas que nunca incumple: el manda, no repite con la misma y jamas suplica. Dedica su vida a su carrera en la NBA, hasta el dia en el que su rodilla sufre grandes danos y debe cambiar de profesion…
    Alyssa Mills se muda a Charlotte para acudir a la mejor universidad de interpretacion y de paso, poder huir de su novio maltratador. Rie, se divierte, acude a fiestas de fraternidades y vive bajo el continuo temor de ser encontrada por el. Hasta que un nuevo profesor se une a la plantilla y hace que comience a ver el mundo con otros ojos.
    Amor, lucha interna de sentimientos y verdaderas amistades, en una historia que te demostrara como la edad y las circunstancias le importan bien poco al corazon.

  • La bahia de los suspiros (Los Guardianes 2) de Nora Roberts

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    Segundo libro de la <>.

  • Por una cama de princesa de Hadha Clain

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    Eva vive en funcion a unos principios de honestidad y esfuerzo destinados a compensar sus faltas pasadas. Tras resurgir de los oscuros pozos de la adiccion retoma su vida y establece una serie de objetivos a los que dirigir sus esfuerzos: comprar el atico que siempre ha deseado y tener una cama con dossel digna de una princesa de cuento. Pero sus estructurados planes se tuercen cuando una de las amantes del Jefe le dispara tras una de sus maratones sexuales.

  • Yo lo quiero todo de Sophie Saint Rose

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    Claudia se paso las manos por sus mojados rizos castanos, apartandolos de la cara mientras salia del agua. Se volvio sonriendo a su amiga Ivonne y se acerco a las toallas que estaban sobre la arena. --Me quedaria aqui para siempre. --Sus ojos verdes brillaron mirando la playa virgen en la que casi no habia nadie. El agua verde esmeralda era una maravilla. --De hecho, estoy pensando en mudarme. --Eso no te lo crees ni tu. Lo dices porque estamos en el primer dia de las vacaciones. Dentro de cinco dias ya te estaras tirando al ordenador y pasaras de mi. Eso me recuerda que tengo que buscarme un rollete de vacaciones para no aburrirme. Claudia se echo a reir tumbandose boca arriba sobre la toalla y se ajusto la braguita verde del bikini. --Ya tardabas. Su amiga de pie ante ella se empezo a cepillar su melena rubio platino y Claudia chasqueo la lengua al ver el modelito blanco que llevaba, que era como si fuera desnuda. --Ese tanga que llevas... --Al menos solo te quejas del tanga. --Es que el sujetador al menos te cubre los pezones. --Se echo a reir. --Todavia recuerdo el del ano pasado. Formaste un tumulto en la playa y nos llamo la atencion la policia. --?Quien iba a decir que trasparentaba? --pregunto asombrada--. !Y ni se me habia pasado por la cabeza que en Brasil, me llamarian la atencion porque se me vieran los pezones! !Pero si en los desfiles del carnaval van medio desnudas! --!Es que parecia que ibas desnuda, Ivonne! !Al salir del agua, se te veia todo! !Y por cierto, la depilacion brasilena hizo que casi toda la playa te mirara ahi! Flipe cuando te negaste a ponerte la toalla. !Por poco te arrestan! Se tumbo a su lado boca abajo tirando el peine en su bolsa. --Bueno, este ano no te quejaras. La miro como si estuviera loca. --!Se te ve el culo! --Solo las nalgas. --Se echo a reir y sus ojos castanos brillaron de alegria. --Tia, pareces mi madre. --Pobre mujer. Lo que ha tenido que sufrir contigo. --Nunca me ha dicho lo que debo ponerme. --Ahora lo entiendo todo. --Claudia suspiro mirando a su alrededor. Se respiraba tanta paz. --Decidido, cuando llegue a Londres, me pido una excedencia y me mudo aqui. --No sabes hablar espanol. --Aprendere. Ademas, aqui todo el mundo habla ingles. --Aqui en invierno tambien hace frio, ?sabes? Mallorca no siempre tiene este sol. --Por ver ese agua todos los dias, me da igual. --No estare yo. Claudia la miro divertida. --Entonces ya esta decidido. --Ja, ja. No sabrias que hacer sin mi. Estarias perdida, guapa. --No se que decirte... --En dos dias te tirarias de los pelos con tanta tranquilidad. Ademas, ?en que trabajarias? Dudo que por aqui necesiten demasiados ingenieros aeronauticos. --Por cierto, los datos que me diste antes de salir estan mal. --Ya empezamos. !Estamos de vacaciones! Gruno mirando a su alrededor y vio que en ese momento por un extremo de la cala entraban tres tios caminando entre las rocas. Desde alli parecian muy guapos, aunque nunca se sabia y menos sin gafas. Se sento sobre la toalla y siseo --Tres a las tres. Su amiga giro la cabeza para mirar en la otra direccion antes de volver a girarla de golpe para mirarla a los ojos. --Tia, ponte las gafas. Se echo a reir a carcajadas. --?De verdad? --!Pueden ser tu padre! --Uhmm, maduritos. --Se dio la vuelta para coger las gafas de pasta negras y se las puso para mirar a su derecha. Los tres eran de unos cincuenta anos, pero en ese momento aparecio otro tipo acompanando a una mujer madura y le cogia la mano ayudandola a pasar entre las rocas mientras reian. A Claudia se le seco la boca por la sonrisa de ese hombre. Por la sonrisa y todo lo demas. Llevaba un banador negro que dejaba ver un cuerpo que dejaria en shock a la mas pintada. Era moreno de pelo y piel. Y se notaba que hacia ejercicio. Enderezo la espalda sin darse cuenta cuando su mirada bajo por su pecho musculado, que mostraba que hacia ejercicio, pero cuando siguio por el ligero vello negro que bajaba hasta su ombligo... !Y madre mia, que ombligo! Se le endurecieron los pezones con fuerza sin poder dejar de mirar esos abdominales. --Decidido, me mudo --susurro viendo como se acercaban a los hombres que estaban dejando unas bolsas sobre la arena. --?Por los viejales? --Ivonne volvio a mirarlos. --!Seras cabrita, eso se avisa! --Y una leche. Es mio. !Lo vi primero! --!Solo porque yo te dije que te pusieras las gafas, cegata! En ese momento escucharon unas risas y vieron llegar a dos tipos con un grupo de chicas de su edad. Claudia bufo decepcionada. --Tiene novia. --?Eso no lo sabes? ?Ya te das por vencida? --!Son tres para tres, Ivonne! --Al mirar a las chicas, vio que una rubia monisima con un bikini negro de estilo deportivo, se acercaba a su moreno y le tendia una bolsa llena de aletas y gafas de buceo. --Son espanoles --susurro su amiga para evitar que la oyeran. --Estupendo, ya puedo olvidarme. --Se quito las gafas y se tumbo apretando los labios. Su amiga la observo unos segundos. --?Sabes que es la primera vez que te veo molesta por un tio? Se cubrio la cara con la mano para mirarla. --Es guapisimo, ?no crees? --Tienes tios como esos detras de ti en Londres sin la complicacion del idioma. --Menuda mentira. --Jeff de contabilidad lleva detras de ti un ano y no le haces ni caso. --!No se parece a ese ni en el blanco de los ojos! ?Te dejo las gafas? --!Jeff es guapisimo! Sin poder creerselo se sento de nuevo mirando asombrada a su amiga, que se sonrojo mirando al frente. --No fastidies. ?Estas colada por Jeff? --Que va. --Cogio algo de arena entre sus dedos y la dejo caer. -- Ademas, esta enamorado de tu impresionante cerebro. --Mira quien fue a hablar de cerebro. La que consiguio la beca Maxwell-Scott. --Tuve suerte. --Y una mierda. Ivonne mirame. --Su amiga volvio la cabeza con desgana. --?Por que no le has pedido una cita? --Ya te lo he dicho. Porque le gustas tu. Se cabreo levantandose. --!Te juro que te pegaria una patada en el culo! !Me lo prometiste! Su amiga se sonrojo intensamente. --!Teniamos diez anos! --!Me importa poco! Nos juramos que nunca nos detendriamos ante lo que desearamos. !No como nuestras madres que renunciaron a todo por un matrimonio y una vida aburrida! !Me lo juraste! Ivonne se mordio su labio inferior. --Precisamente por eso. A Claudia se le corto el aliento. --Oh Dios, no quieres casarte por esa promesa, ?verdad? --!No quiero llevar su vida! No quiero tener que quedarme en casa por tener hijos y no quiero ser la tipica ama de casa. Me he ganado viajar por todo el mundo cuando me apetece. Me he ganado mi trabajo a pulso y me he ganado hacer lo que me da la gana. --Pero si le quieres... --Olvidalo. Se quedo mirando a su amiga. --Estas enamorada de el. --Se me pasara. Y solo me gusta. --!Lo que te pasa es que estas aterrada! Ivonne se levanto furiosa. --!Pues si! !Pero a ti te pasa lo mismo! --!Menuda mentira! !Hemos conseguido tanto en nuestro trabajo que podemos llevar una vida familiar sin necesidad a renunciar a una vida laboral! !No compares nuestra vida con la que tenian nuestras madres! !Podemos tener las dos cosas! --?Crees que algun hombre soportara tu estilo de vida? ?Crees que no tendras que renunciar a mil cosas por tener una relacion? ?A cosas que te encantan, como estas vacaciones cada seis meses? --!Puedo tenerlo todo! --No, Claudia. !Con un novio o un marido no! !Y menos aun si tienes hijos! Tendras que renunciar a esas tardes en el spa, donde te relajas, para ir a reuniones de padres. Tendras que renunciar a quedar a cenar conmigo para conocer el ultimo sitio de moda, porque uno de los ninos se habra puesto enfermo o porque tu marido este hasta las narices de tus salidas sin el. !Cuando se tiene una pareja, todo lo demas cambia! !Asi es la vida! --No tiene que ser asi. --Mira mi hermana, una abogada de exito y en cuanto conocio a Albert todo se fue a la mierda. !Se pasa corriendo todo el dia de un lado a otro para llegar a todo y ya se ha planteado dejar el trabajo para cuidar ella de los ninos porque esta al borde de un ataque de nervios! Claudia apreto los labios. --Se puede tener todo. --Si quieres llevar esta vida, no puedes tener la otra. !Y te aseguro que mi hermana, aunque quiere a sus hijos con locura, se ha tirado mil veces de los pelos pensando que soltera estaba de perlas! --Pues yo lo quiero todo. Su amiga bufo. --Sigue sonando. Si te enamoras, tendras que renunciar a mil cosas para estar con el. --Eso a mi no me va a pasar. --Disculpad. Se volvieron para ver al moreno macizo tras ellas e incomprensiblemente Claudia se sonrojo al darse cuenta de que hablaba ingles. El tipo sonrio cortandole el aliento levantando una bolsa. --Vamos a hacer snorkel y nos sobran dos equipos. ?Quereis practicar? --Claro --dijo su amiga acercandose--. Yo soy Ivonne y ella es Claudia. El la miro fijamente con sus ojos azules dandole la bolsa a su amiga. --Yo soy Arturo. Claudia se sonrojo por su mirada, porque parecia querer dejarle claro que se sentia atraido por ella. Alargo la mano forzando una sonrisa. -- Encantada. El le dio la mano tirando de ella hacia su cuerpo y le dio un beso en la mejilla. --Aqui se dan dos besos --susurro cerca de su oido estremeciendola antes de darle otro beso en la otra mejilla. Solto su mano sin dejar de mirarla a los ojos. --?Estais de vacaciones? Fruncio el ceno porque hablaba muy bien ingles, aunque tenia un ligero acento que no sabia identificar. --Si, llegamos ayer. El sonrio. --Estupendo, asi que todavia os quedan unos dias

  • Magia y enigma de Henry Kamen

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    El prestigioso hispanista Henry Kamen selecciona varios monumentos miticos en Espana -declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco- y explica la historia, los detalles y las leyendas que se ocultan tras estas grandes construcciones. Estos monumentos simbolizan etapas y caracteristicas fundamentales de la experiencia historica de Espana, asi como de su idiosincrasia y particularidad.

  • El milagro original, Gilles Legardinier de Gilles Legardinier

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    El thriller mas trepidante, lleno de aventuras y, sobre todo, mas divertido de 2017.

  • Zapatitos Mojados de Antonio Sanchez Cozar

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    Cuando nacemos, un mundo nuevo se abre ante nosotros; desconcertados por los olores que percibimos que inundan nuestros sentidos, por las caricias recibidas por toda esa gente que ya nos quiere sin apenas conocernos.
    Cuando tenemos hambre o necesitamos que nos cambien los panales, lloramos, y sonreimos sonando, posiblemente, con nuestra madre; sintiendo sus besos y oyendo palabras bonitas que nuestro conocimiento no entiende todavia, pero sabiendo que, en nuestro interior, ese sonido nos hace sonreir. Es un sonido de amor.

  • Los ecos del pantano de Elly Griffiths

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    Las humedas marismas senalan el limite entre la vida y la muerte. Adentrate en sus turbias aguas de la mano de la arqueologa forense Ruth Galloway.

  • La Reina de las Brujas (Reinos divididos 2) de Kim Richardson

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    ELENA SOBREVIVIO LA GRAN CARRERA y las garras de los sumos sacerdotes, pero a un costo. El corazon de Arcania, la piedra magica mas poderosa en la tierra esta ahora en manos de los sacerdotes malos. Pero peor aun, Jon es capturado.

  • Me llamo Fina y estoy gorda de Antonio Sanchez

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    Historia de superacion de una mujer que se encuentra a si misma en el lugar mas insospechado y a la que le sucederan acontecimientos que nunca se esperaria.

  • La felicidad es un te contigo de Mamen Sanchez

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    EL despacho del inspector Manchego no era un despacho propiamente dicho, sino mas bien una sala diafana dividida en varios cuadrilateros separados por delgados paneles de pladur, muy practicos, eso si, donde cada cual era libre de fabricar su propio collage de recortes, fotografias, notas con mensajes urgentes, felicitaciones de Navidad, informes policiales y listas telefonicas de restaurantes con envio a domicilio. La distribucion recordaba bastante a la de los probadores de algunos centros comerciales en los que, inevitablemente, dado que carecen de techo y de cualquier sistema de aislamiento acustico, se escuchan comentarios tremendamente indiscretos sobre los diversos tipos de frutas y embutidos con los que puede compararse la anatomia femenina moldeada por un pantalon demasiado estrecho. La diferencia era que alli, en lugar de catastrofes esteticas, se ventilaban asuntos de otra indole; mas del tipo violencia y malos tratos, robos con intimidacion, asaltos a cajeros o peleas callejeras. Palabras como <>, <>, <> y <> saltaban de un cubiculo a otro como pulguillas en un colchon infesto. Tampoco se llamaba Manchego, pero el inspector, cuyo verdadero nombre era Alonso Jandalillo, fantaseaba con la idea de parecerse al Quijote no solo por la coincidencia del patronimico, sino tambien por la inmortalidad de sus gestas --a pesar de que hasta el momento su historial no reflejaba ninguna digna de mencion--, y por ese motivo habia adoptado el alias Manchego en las dos o tres operaciones de campo en las que habia intervenido. Que bien sonaban aquellas tres silabas acompanadas del ruido de fondo del walkie-talkie. A veces, el, que era un hombre de accion por mucha barriga que estuviera echando ultimamente, se lamentaba del sedentarismo al que le obligaba su comoda tarea de despacho en aquella comisaria de barrio a la que lo habian destinado el dia en que cumplio los cincuenta y quedo exento de patrullar las calles de Madrid. Anoraba el subidon de adrenalina que experimentaba al volante de su coche oficial con la sirena a todo volumen y el altavoz intimidatorio: <>. Por eso, la irrupcion imponente del senor Marlow Craftsman y de su interprete, el senor Bestman, en los tres metros cuadrados en que consistia su finca, ambos con traje de chaqueta de tweed y chaleco, maletin de cuero negro, zapatos caros y gabardina gris, le devolvieron la esperanza en aquella profesion que tanto le apasionaba a pesar de que la mayor parte del tiempo no le daba mas que disgustos. Sintio el impulso de levantarse a recibirlos, pero se contuvo a tiempo. Un inspector de policia no es un hombre de negocios, se recordo, no estrecha manos, no sonrie, ni siquiera interrumpe el ritmo mecanico de su teclado. A lo sumo, y como muestra maxima de cortesia, se quita el cigarrillo de la boca y lo golpea un par de veces contra el borde del cenicero, se aclara la garganta con un carraspeo y luego dice: <>. Entonces, una vez que los ojos de los visitantes se encuentran al mismo nivel que los propios y ya no hay modo de que lo intimiden a uno mirandolo de arriba abajo, puede elevar la cabeza y preguntar: <>. Marlow Craftsman rondaba los sesenta anos de edad, a juzgar por las lineas de expresion que rodeaban sus ojillos de rata. Estaba palido como un fiambre, tenia la piel del mismisimo color del jamon cocido y sus labios eran tan estrechos que parecian haber sido dibujados con tiralineas. El interprete era algo mas joven, pero igual de rosa. Tenia mas pelo, gris y negro, y usaba gafas para ver de cerca. --Permitame presentarle a mi jefe --dijo Bestman en un espanol gramaticalmente impecable y acusticamente horripilante--: Mister Marlow Craftsman, de Craftsman&Co. El inspector puso cara de bobo. Lo noto perfectamente. Por la emocion con la que el sujeto habia pronunciado aquel nombre, seguido de un silencio prolongado para dejar rebotar el eco de su voz en el pladur, lo mas probable era que se hallara ante un magnate de las finanzas. Sonaba a banco. Un banco de esos que llevan mas de ciento cincuenta anos en manos de la misma familia de aristocratas ingleses. Porque no cabia duda de que aquellos dos especimenes eran hijos de la Perfida Albion; de ahi sus aires de superioridad y la marca Hamilton de sus relojes, aguda observacion de la que mas tarde tendria tiempo de jactarse, cuando rememorara la escena. --Aja --respondio sin anadir ningun comentario, dado que no tenia ni la mas remota idea de que significaba aquel nombre. --Mr. Craftsman viene de Londres para denunciar la desaparicion de su hijo Atticus Craftsman. Puesto que la ultima residencia conocida del joven senor Craftsman se encuentra en el numero 5 de la calle del Alamillo, hemos sido advertidos por Scotland Yard de la conveniencia de abrir diligencias aqui, en su comisaria, por ser la mas cercana a su domicilio. --?Les envia Scotland Yard? --Aquello prometia. --No exactamente, senor Jandalillo... --Inspector Manchego --le interrumpio el policia. --No exactamente, inspector Manchego --repitio el otro--. Simplemente, hemos sido derivados aqui por la oficina de alla. --Entiendo. --El caso es que el senor Atticus Craftsman lleva tres meses sin dar senales de vida. La ultima comunicacion que establecio con su padre fue a traves de un mensaje telefonico el pasado 10 de agosto. --?Podria escuchar el mensaje? --pregunto Manchego. --Esta en ingles --respondio el interprete al tiempo que abria su maletin y sacaba un smartphone de ultima generacion. Apreto varios botones. Acerco el dispositivo a la oreja del inspector y contuvo la respiracion. Manchego escucho una voz nasal, como de persona constipada, sobre un ritmico sonido de fondo, una especie de lamento o de oracion, y los acordes de una guitarra. Por supuesto, no entendio una sola palabra de lo que decia el interlocutor, pero si pudo intuir que no se trataba de ningun mensaje de socorro porque no habia angustia en el tono de voz. Tambien por la noche, al recordar este detalle, se felicitaria por sus dotes de investigador. --?Que dice? --Tuvo que reconocer que el idioma ingles era su gran asignatura pendiente. --Dice textualmente: <>. El inspector, automaticamente, dirigio una mirada inquisitiva al senor Craftsman. El hombre, a su vez, tenia sus ojillos colorados clavados en los del inspector. --?Y bien? --lo interrogo--. ?Sabe a que se refiere? El interprete tradujo. El senor Craftsman respondio. --Mi jefe dice que probablemente se refiera al trabajo del que se estaba encargando en Madrid. Manchego se echo para atras. Despues de todo, iba a resultar que este caso era como todos. Asuntos feos de estupefacientes y ajustes de cuentas. --Senor Crasman --lo increpo--, ?esta su hijo involucrado en el trafico de drogas? --!No, por Dios! --respondio Bestman sin traducir siquiera--. El joven senor Craftsman, al igual que su padre, aqui presente, su difunto abuelo y todos sus antepasados por linea paterna hasta el siglo XVII, se dedica al negocio editorial. --Entiendo --dijo Manchego. --Es un joven respetable, educado en Exeter College, Oxford, con un expediente academico sobresaliente y una trayectoria profesional intachable. Nunca se ha visto envuelto en ningun asunto turbio de ninguna clase. El es la victima, no el sospechoso. El inspector Manchego le dio una larga calada a su cigarro. Habia dado un paso en falso, cierto, pero es que, segun les explico a los ingleses, era necesario explorar todas y cada una de las posibles causas de una desaparicion, hasta las mas inverosimiles. --Hay que ir descartando opciones --sentencio. --El senor Craftsman se inclina mas bien por la eventualidad de un secuestro --respondio el traductor. --?Por que? --quiso saber Manchego--. ?Han recibido ustedes alguna llamada exigiendo un rescate? ?Tienen alguna prueba de que el joven haya sido retenido en contra de su voluntad? --Lo cierto es que no. --Entonces, cinamonos a los hechos y no divaguemos, senores mios. Era importante mantener siempre una posicion de dominio sobre el ingles, se dijo Manchego. Abrio el programa informatico que contenia los formularios de denuncias, selecciono la pestana <> y escribio: <>, aunque luego lo cambio por <> a instancias del traductor: El denunciante, Marlow Craftsman, denuncia la desaparicion de su hijo, Atticus Craftsman, de treinta anos de edad, un metro ochenta y siete, de complexion mas bien robusta, rubio, ojos verdes, ligera cojera por una antigua lesion de remo... Se detuvo y fruncio el ceno. --?De remo? --Asi es. Una rotura de tendon. Manchego se imagino al joven remando en una trainera por el rio Tamesis. La espalda musculosa, los hombros vigorosos, los brazos fornidos, pero ?las piernas? Casi no se utilizaban las piernas en una trainera. Mentalmente apunto: <>. ... siendo la ultima direccion conocida del joven senor Craftsman el segundo derecha del numero 5 de la calle del Alamillo, Madrid, y habiendose puesto en contacto con su padre por ultima vez el dia 10 de agosto de 2012 a las ocho de la noche, hora de Londres. Se detuvo un momento. Vacilo. Despues tecleo la ultima frase: No hay indicios de que el caso tenga relacion con el trafico de drogas. --Muy bien, senores --dijo despues de tomar aire--. Tramitare la denuncia hoy mismo y la investigacion dara comienzo cuanto antes. Recibiran noticias mias muy pronto. Hizo ademan de levantarse a despedirlos, pero al ver que los dos hombres permanecian sentados regreso a su silla de inmediato. El senor Craftsman daba indicaciones al traductor. Muchas.

  • Sabes que te quiero…a mi manera de Iris T. Hernandez

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    La verdadera amistad, al igual que el amor, es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido. (Rabindranath Tagore, versionado un poco por mi misma) Creo que esta frase es, sin duda, una de las que mejor pueden encajar con la preciosa historia que nos brinda Iris T. Hernandez. No hace mucho que conozco a esta autora, pero entre ella y yo, ha surgido un vinculo especial. Una amistad de verdad, que espero dure y dure por siempre. Desde hace un tiempo ha estado ahi apoyandome en todo momento. Ha demostrado ser una magnifica persona, nos hemos tirado hasta las tantas hablando y hablando, intercambiandonos ideas, leyendonos mutuamente y animando a seguir adelante con nuestros proyectos. Cuando Iris me dijo << !Quiero que me hagas el prologo! >> pense << !Madre del amor hermoso! ?Que yo le haga el prologo? ?Yo? >> No me lo podia creer, nunca me habian propuesto algo asi, nunca habia escrito nada asi para nadie que no fuera yo misma, y ahi estaba yo; diciendo la palabra Si. (si a lo del prologo, ella esta casada y yo tambien) Es un si, porque ella se lo merece, porque aunque es la primera vez que hago algo asi y, que sepais que acojona y mucho, creo que se lo debo, y me apetece mucho hacerlo. ?Que por que acojona? Muy facil. Para mi es una gran responsabilidad escribir estas palabras, porque es lo primero que vais a leer de esta magnifica historia. Y creerme cuando os digo que es magnifica. Asi que espero que al leer mis palabras, sigais pasando paginas y descubrais los entresijos de esta novela. En ella, vamos a encontrar la historia de dos personajes que, aparecen como secundarios en otra novela de Iris. Acepte por ti. Otra preciosa historia que estoy segura de que os encantara. Podeis leerlos independientes, asi que [email protected] Pero os recomiendo que os leais las dos. !!Bueno a ver que me voy por los cerros de Ubeda!! Como os decia, vamos a encontrar a dos personajes que tienen una historia peculiar entre ellos, pero que a pesar de todo estan muy unidos. He de decir que esta historia es corta pero intensa. La autora ha sabido dar ese suspense que te tiene en vilo con el ?Que pasara? Necesarios para no soltar en ningun momento el libro y no dejar de leer hasta que te la terminas. Con deciros que estaba ansiosa por recibir un mail suyo con cada capitulo escrito... Si, habeis leido bien. Cada capitulo que acababa, llegaba a mi bandeja de correo y yo solo queria mas, mas y mas. Han sido unas semanas intensas, llenas de emociones, mensajes repletos de posibles ideas, especulaciones por mi parte y de muchas risas. Sobre todo de eso, risas. Creo que si leyerais parte de lo que nos escribimos, llegariais a pensar que estamos realmente locas. ?Pero que es la amistad, si no existe en ella un poco de locura? (que conste en acta que esta frase es mia) Locura pero de la sana, que quede claro. Lo que quiero deciros, es que, disfruteis de la novela, que os enamoreis de los personajes, especialmente de Jason. Tio buenorro donde los haya (si eres tio y no te van los hombres, obviamente enamorate de ella) No os pongo el nombre para que os pique mas la curiosidad. Si lo se, soy un poco malvada, pero si quereis saber de ellos... Ya sabeis que hacer y si no, yo te lo digo ahora mismo. Gira pagina y disfruta con todas y cada una de las palabras que esta magnifica autora nos regala entre estas paginas. Y ya por ultimo, os lo juro ya os dejo en paz para que podais leer, quiero dar las GRACIAS a mi companera y amiga Iris, por dejarme participar de alguna manera en esta preciosa historia. Por dejarme vivir dia a dia la vida de Jason y regalarme cada dia esas charlas que mantenemos. !!GRACIAS!! !Ale! Y ahora... !A leer! !!Tatimuuu preciosa!! Marta de Diego CAPITULO 1 Estoy sentado en el taburete de piel roja de un bar, uno muy especial para mi, suelo frecuentarlo un par de dias por semana, e incluso en epocas pasadas hasta cuatro. Aquellos momentos fueron estoicos, me sentia el rey del mundo para las chicas, todas caian rendidas. Solo con lanzarles una mirada lasciva, deseaban tener sexo conmigo. Pero ahora estoy esperando a Hanna, mientras doy un casto sorbo a un whisky sin hielo; para que el sabor sea mas intenso y arda en mi interior. Sonrio al recordar el primer dia que la vi, como no, gracias a Abi, la actual mujer de mi mejor amigo Mike, ella fue la encargada de llamarla e invitarla a ver un partido de futbol a mi casa. Cuando la vi, mi entrepierna se endurecio, apenas podia disimular el efecto que causo. Me basto unos segundos para estar seguro de que ella era diferente al resto, su forma de mirarme me penetraba, incluso podria decir que me retaba. Jamas una mujer me habia mirado de aquella forma. Y eso fue lo primero que me cautivo, era una mujer dominante, y no sabeis como. Se me escapa una sonrisa mientras lo recuerdo. Muevo el vaso en circulos y miro a mi alrededor, pero nada de lo que veo es lo que espero. Mi mente se traslada de nuevo al primer dia que la vi. En cuanto nos quedamos solos, la invite a tomar una copa; a la vista de todos me la queria ligar, llevar a la cama, pero los dos sabiamos que iba a ser una demostracion de poder. Y asi fue, al llegar al salon de mi casa lanzo la copa que sujetaba entre mis manos al suelo, y me arranco la camisa. Pocas mujeres habian conseguido dejarme estupefacto, pero ella lo logro. Comenzamos a luchar el uno con el otro por dominar las riendas de la pasion. La cogi en volandas apretando sus gluteos contra la pared, reteniendola, pero sus besos, su sabor, vencian a mi mente logrando recuperar el control y lanzandome sobre el suelo para contonear sus caderas sobre mi vientre, a la vez que su ropa desaparecia lentamente de mi campo visual. Mi garganta se congelo al sentir el trago de alcohol que la recorria. Mi mano se dirigio a mi ereccion, resople y mire hacia la puerta, pero ni rastro de ella, comenzaba a pensar que no vendria. Mire a mi alrededor sabiendo que era observado, muchas chicas esperaban ser las elegidas, alguna pareja tentandome a participar, pero debia esperar un poco mas. Tope con la mano mi miembro, estaba descontrolado, necesitaba liberarse y no lo podia ocultar, pero no era el momento. Maldije entre dientes. Sabia que en aquel lugar era un reclamo pero yo no acudia solo, no en este ultimo tiempo, busque en mi bolsillo el telefono movil y lo saque en busca de un mensaje, algo que indicara que iba a venir. Cuando la luz ilumino tenuemente el lugar en el que me encontraba, vi un mensaje, sonrei sabia que era ella. "Ven a casa necesito tu ayuda" --Joder Abi ahora no --farfulle, mientras volvia a lanzar una mirada al local. Estaba solo, esperando, pudiendo entrar y devorar a cualquier mujer de las que esperaban delante ansiosas, pero no, dudaba en largarme y hacer caso a la peticion de auxilio de mi amiga. Estaba claro que no era mi noche, asi que me bebi el whisky de un trago, le lance cincuenta dolares a la camarera que sonrio agradecida y camine hasta mi descapotable, mi nuevo coche, el reclamo de las nenas. Acelere en direccion a la zona mas privilegiada de Manhattan donde vivia el idiota de Mike, si ese que estaba jodiendo mi noche, pise el pedal aumentando la velocidad y continue hasta llegar a su casa. Cuando entre por la puerta me recibio ella con un gran abrazo mientras repetia en mi oido cien veces gracias por haber ido, no podia negar que al fin y al cabo era la mejor mujer para mi amigo, una cabezota testaruda que se lo ha hecho pasar mal. Aun recuerdo el dia que me entere del secreto que esta guardo durante un ano; estaba palido, y sin habla, por fin una mujer le demostraba que no queria ni su empresa, ni su dinero, asi es Abi. La pena que mi amigo me haya prohibido proponerle una noche, no quiere compartirla ni con su mejor amigo. Cualquiera querria probar ese bombon una noche, pero debia respetarlos y dejarla al margen de mis relaciones. --Donde esta el capullo de tu marido. --?Lo preguntas?

  • Chocolate Negro de Francisco Correa

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    Durante todo el dia, Lisa Blank habia permanecido cabizbaja, con una actitud un poco reservada y seria. No era natural verla con esta actitud, ya que, era del tipo de chica alegre y extrovertida que siempre se hacia notar en la oficina. Rachel Wilson, habia conseguido un trabajo de medio tiempo en un importante edificio de abogados de la ciudad, donde simplemente llevaba actividades basicas como organizar documentos, responder correos y ocuparse de hacer cafe para los ejecutivos. Esto, no habia sido demasiado relevante en su vida y basicamente era una forma de ganar un poco de dinero para mantenerse en medio de una situacion economica que no era nada sencilla. Cualquier trabajo era bueno si era decente. Siempre y cuando pudiese llegar al final de mes, no importaba si estaba barriendo las calles o simplemente se acaba el sudor de algun tenista durante los eventos deportivos. Para Rachel simplemente era una forma de ganarse la vida, ya que, su verdadera pasion siempre habia estado en la cocina. Habia sonado toda la vida con convertirse en una importante chef de algun restaurante lujoso y prestigioso, pero esto, tomaba tiempo, trabajo y mucho esfuerzo. Hasta el momento, solo habia pagado un ano de estudios en una importante academia de gastronomia, pero esto, no era suficiente para poder ganarse la confianza de los ejecutivos del mundo de los restaurantes de la ciudad de Nueva York. Sabia que tarde o temprano encontraria una oportunidad de demostrar cuan inmenso era su talento y hasta donde podian llegar sus capacidades cuando sus manos comenzaban a trabajar en la comida. Podia convertir pequenos alimentos insignificantes en platillos que explotaban de manera orgasmica en el paladar de cualquiera. Rachel se habia ganado el reconocimiento de sus companeros de trabajo al siempre estar dispuesta a colaborar durante las reuniones entre amigos, mientras todos terminaban embriagandose en la sala principal. Esta se encontraba en la cocina trabajando en platillos magnificos que dejaban a todos deslumbrados. De hecho, no habia nadie mas que preparara el cafe de una manera tan exquisita como lo hacia Rachel, por lo que, quiza era este el elemento que la mantenia trabajando en este lugar. No era demasiado habil con las manos en el ordenador y su personalidad era bastante insegura, por lo que, en cada una de las tareas que llevaba a cabo, siempre solia dudar, titubeaba, y esto, restaba tiempo y efectividad, por lo que, siempre terminaba haciendo las cosas dos veces para poder confirmar que realmente las habia hecho bien. Rachel era una de las mas jovenes de la oficina, con sus 22 anos de edad, es la consentida del lugar, pero no necesariamente la mas inexperta. Ha tratado de mantenerse siempre preparada y un paso adelante del resto de sus companeros, ya que, la competitividad en la oficina cada vez es mas intensa. No quiere perder su empleo, y al contar con la amistad de todos, siente que esta en familia cuando se encuentra en la oficina. Es un ambiente laboral agradable, no hay tensiones, no hay presion, y la vida de Rachel podria ser mejor, pero las cosas comenzaron a cambiar desde hacia un ano atras. Y todo comenzo a desmoronarse desde el momento en que John Cramer decidio terminar su relacion con ella, algo que la dejo totalmente fria y sin palabras. Aquel chico habia llegado hasta la puerta de su residencia sin decir mas palabras que las que aun retumbaban en su mente. --No puedo seguir adelante con esto. Estoy enamorado de Lisa. --Dijo John. Aquella chica se habia quedado con su rostro sonriente totalmente paralizado sin entender que era lo que habia pasado. Todos los acontecimientos habian cambiado de manera drastica de un segundo a otro, y mientras tenia unas ganas increibles de saltar sobre el y abrazarlo para saludarlo, este habia lanzado un balde de agua fria sobre su rostro. Esas ganas incontrolables que habian surgido de abrazarlo, se convirtieron en unas intenciones muy claras de asesinarlo, apretar su cuello, y sofocarlo hasta que sus ojos saltaran de su cabeza. Un tren habia pasado sobre ella. Pero Rachel se habia quedado totalmente petrificada y vio como John simplemente se dio media vuelta para salir de alli. Sabia que todo se tornaria muy complicado y quizas terminarian discutiendo de una manera muy acalorada y no estaba de humor para ellos. Aquel miercoles habia sido inolvidable, el mes de abril siempre recordaba esta epoca en la cual habia sido lanzada a la basura como si fuese un papel viejo. Lo mas doloroso de esto no era haber sido dejada por el hombre del que se habia enamorado, lo mas duro de toda esta situacion era que este se habia enamorado de Lisa, su mejor amiga, su companera de trabajo y una de sus confidentes, quien habia escuchado cada uno de los problemas sentimentales que esta habia tenido con el. El hecho de que John se hubiese enamorado de ella, no significaba que la chica le correspondiera, pero Rachel hubiese querido estar equivocada. Cuando aquel joven declaro que estaba enamorado de su mejor amiga, la chica no habia visto algo mas alla de lo que son los ojos y sus miedos le permitian. Realmente habia un vinculo, habia un nexo que se habia creado entre ellos, ya que, de lo contrario, John no se habria arriesgado a revelar a la chica lo que estaba pasando. Fueron dias de lagrimas, de depresion, de encierro, sabiendo que entre ellos habia surgido una relacion, y era tan noble y buena persona, que no era capaz interponerse entre ellos. Una corazonada, el instinto, o simplemente la personalidad ingenua e inocente, le decia a Rachel que tarde o temprano este chico se arrepentiria y volveria con ella. Habian tenido una relacion totalmente diferente a la que habia existido entre Lisa y el. Todo era muy reservado, tranquilo, tardes de domingo viendo peliculas hasta avanzadas horas de la noche mientras devoraban una gran cantidad de golosinas. Estaba segura de que de esto se trataba una relacion, asi que, para atizaba que estoy duraria mucho tiempo. Pero la monotonia, la rutina y lo aburrido que se habia tornado todo, habia comenzado a votar a John, quien habia visto en Lisa a una chica totalmente extrovertida y alguien en quien podria encontrar una vida mucho mas interesante y llena de adrenalina. La indisposicion de Rachel entregarle su cuerpo, habia sido la cereza del pastel. Sentia que no estaba preparada para acostarse con el, ya que, habiendo crecido en una familia bastante recatada, sentia que posiblemente debia esperar al matrimonio. Pero sus hipotesis, su concepto de la vida, habian terminado dejandola completamente sola y destruida, emocionalmente devastada y con dudas acerca de si realmente estaba llevando a cabo las cosas de la manera correcta. No era facil para una chica a partir de ese momento tener que ver a su mejor amiga en compania de su ex novio, el chico que habia amado con una intensidad indescriptible, y con quien se hubiese casado y hubiera formado una familia sin dudarlo. Lisa se habia convertido en su modelo a seguir, queria convertirse en ella para tratar de recuperar a su ex novio, pero cada intento resultaba sobreactuado e incoherente. No parecia ser natural absolutamente nada de lo que hacia, asi que, estaba perdiendo su propia identidad. Cuando Lisa le habia pedido la autorizacion para que Rachel dejara que saliera con su ex, esto, la habia puesto a prueba una vez mas. Realmente lo unico que queria era meterlos a ambos en una gran fosa llena de lava ardiente y que ambos se consumieran alli para que no la hicieran sufrir. Pero no era nadie para interponerse en la felicidad de dos personas que aparentemente estaban realmente enamoradas, asi que, Rachel no dudo en aceptar, ya que, al menos esto era una posibilidad de estar cerca de ellos. Quiza era masoquista, probablemente estaba buscando una esperanza y se aferraba a ella, pero era algo totalmente enfermizo y distorsionado que terminaria por generar mucho mas dolor con el tiempo. Habia una parte de la seguridad y la autoestima de Rachel, que aun permanecia intacta, y era esta la que le decia a gritos que tarde o temprano John Cramer volveria arrepentido a sus brazos. Los dias se transformaron en semanas y las semanas en meses y esto no ocurria, lo que fue acabando con las esperanzas de esta chica de volver a estar en brazos del hombre que basicamente habia perdido gracias a su personalidad aburrida y recatada. En muchas oportunidades, habian surgido solicitudes por parte de su novio, quien le sugeria que utilizara minifaldas, blusas escotadas, que soltar a su cabello, que utilizara maquillaje, un perfume mucho mas intenso, pero Rachel Wilson seguia aferrada a sus esquemas de personalidad de toda la vida. Esto fue alejando cada vez mas a un chico que buscaba algo completamente diferente en su pareja. Habia entendido demasiado tarde cuales eran las consecuencias que le habian llevado a ese estado de depresion y soledad. Cada dia a partir de ese momento, era una lucha que se llevaba a cabo en el interior de esta joven neoyorquina para poder sonreir frente al espejo. Despertaba cada manana con un pesar tremendo, como si una roca estuviese sobre ella y no le permitiera levantarse. Esta batalla campal que se llevaba a cabo contra ella misma, finalmente se convertia en una victoria tras salir de su habitacion caminando hacia el cuarto de bano. Cuando se veia en el espejo en las primeras horas de la manana, sentia unas ganas de volver a la cama y no volver a salir de alli nunca mas. Era el lugar donde se sentia protegida, quiza, la sabana era su cobertor indestructible, el cual la mantenia aislada de ese mundo que parecia querer aplastarla en cada oportunidad. Pero aquel dia, al ver tan triste y desorientada a Lisa, una esperanza crecio en el corazon de Rachel, ya que, imagino que las cosas no estaban saliendo tambien como ella esperaba con John. Esta, no era una actitud demasiado honorable por parte de una buena amiga, ya que, no podia sentirse bien por el malestar de alguien que confiaba en ella. --Te veo un poco distraida, Lisa. ?Quieres que te prepare uno de esos cafes que suelen reanimarte rapidamente? --Dijo Rachel. --Eso seria increible. Sin azucar, por favor. --Dijo la chica con cierta timidez. Era una actitud completamente diferente a la que solia utilizar Lisa para expresarse. Todo ese dia desde horas de la manana, se habia mantenido silenciosa, encerrada en su oficina, sin compartir demasiado con las personas, algo que la hizo ser el centro de atencion de la mayoria durante el desarrollo de ese dia laboral. Habia algo en la actitud de Lisa que no terminaba de ser claro, pero Rachel seguia insistente tratando de tomar parte en este asunto donde posiblemente saldria mas lastimada de lo que ella creia. Entrar en una dinamica de interrogatorio con Lisa no funcionaria, asi que, tenia que tomar en cuenta todos los detalles que estaban en su entorno para poder entender que era lo que estaba pasando. Era posible que John la hubiese enganado. Posiblemente tenia problemas con sus padres, pero ella queria pensar que era la primera opcion. Estos pensamientos de que posiblemente era mejor que no estuviese con ninguna de las dos, hacian que Rachel deseara con todas sus fuerzas que este chico se alejara de su vida. Habia sido bastante duro para ella tener que verlo constantemente en reuniones entre amigos, y tener que asumir que simplemente era ahora la amiga de su novia. En muchas ocasiones, Rachel habia tenido que escuchar algunas de las conversaciones de Lisa Blank, la cual, narraba los eventos que ocurrian entre ellos y como habia sido la primera vez juntos. La envidia, el dolor, la desesperacion y la impotencia, tenian que ser tragadas con saliva ya que, parecian quedarse atascadas en su garganta con unas ganas de aflorar y que la naturaleza real de Rachel se expresara de una manera ilimitada. Parecia estar cansada de tener que satisfacer siempre los deseos de los demas con sus silencios, con su actitud callada, tratando de ser la buena persona que sus padres habrian enviado, pero esto no le habia dejado buenos resultados, tenia un trabajo de mierda en una oficina que no le prometia absolutos beneficios o capacidad de ascender en el futuro. Estaria alli convertida en una simple secretaria que haria cafe hasta la eternidad, y este no era precisamente el plan principal de la chica. Pero cuando veia realmente cuales eran sus opciones, se quedaba totalmente congelada en el tiempo. Sentia que el miedo la apresaba, no la dejaba surgir, la convertia en una chica debil y fragil que siempre estaria a disposicion de aquellos que buscaban a alguien que trabajara para ellos, la independencia y la autonomia no parecian ser una posibilidad que se encontrara cerca en su horizonte. --Aqui tienes. Bien caliente y sin azucar como te gusta. --Dijo Rachel mientras se sentaba a un lado de Lisa.

  • Balsamo de Juan Antonio Vallejo Narvaez

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    Atipica, hipnotica, brutal. Un thriller que no te dejara indiferente.

  • Postales desde Grecia de Victoria Hislop

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  • La plaza y la torre de Niall Ferguson

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    Una historia de las redes organizacionales que han cambiado el mundo y una invitacion a la reflexion esceptica sobre el papel que tienen en nuestra sociedad.

  • Tu eres lo que deseo de Moruena Estringana

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    Kennan y Bell han sido amigos desde la infancia. Su amistad fue siempre prohibida, marcada por una diferencia de clases sociales. Pero aquello no impidio que cayeran presos de un amor adolescente que no pudieron confesarse antes de que la vida los separara. Anos mas tarde, en el momento en el que Bell descubre que su marido la engana con otra, Kennan regresa. La vida de Bell se trastocara por completo: el recuerdo de su amor de juventud vuelve con fuerza, aunque al mirar a los ojos a Kennan no vea reflejado al dulce chico que la enamoro. Ella necesitara averiguar que le paso, por que ha cambiado tanto.

  • La red de Caronte de Gemma Herrero Virto

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    Los cadaveres brutalmente mutilados de varias adolescentes aparecen abandonados en parajes apartados de Vizcaya. No hay pistas sobre el asesino, nadie sabe nada del misterioso asaltante y lo unico que tienen en comun todas las victimas es que son jovenes solitarias.
    La investigacion lleva a la joven forense Natalia Egana y al inspector de homicidios Carlos Vega a descubrir que el asesino contacta con sus victimas a traves de Internet. Usando el sobrenombre de Caronte se acerca poco a poco a sus presas, descubre sus secretos mas intimos y las enamora hasta conseguir una cita que sera fatal para ellas.

  • Esta cosa llamada amor de Hailey Smoke

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    Julia:
    Alto, moreno y hermoso? Si, ese es el. Xander es un veterano con una sonrisa atractiva, dulce y protectora del corazon con un cuerpo de desmayo despues. Y el es un cliente. Si, que sea profesional, sin embargo, no me importaria conocer mas de el despues de las horas de trabajo. Veo la forma en que me mira y yo no soy el unico barridos por la innegable atraccion entre nosotros. ?Tenemos una oportunidad de amor o nuestro pasado a nosotros que negar?
    Xander:
    Un evento desafortunado llevo a Julia a mi vista. Desafortunado, si, pero estoy agradecido por ello. Querer volver a verla, me converti en su cliente. Amable y hermosa, ella es un soplo de aire fresco, un faro de luz en mi vida solitaria. La quiero y ella me quiere. Solo el tiempo dira.

  • Aromas de cafe y especias de Juan Carlos Hervas

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    El amor verdadero es capaz de superar todas las adversidades.

  • De postre, tu de Claudia Velasco

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  • Chantaje 1: Mi peor opcion – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    Permitanme advertirles, que esta no es una clasica y autentica historia de amor, ni yo el principe azul de los cuentos de hadas.
    Soy un hombre vengativo, herido, y con sed de justicia. Somos dos clanes enfrentados por el odio de las inmoralidades desde hace anos, pero ya no mas. El destino armo el plan perfecto, puso en bandeja de plata frente a mi, una inocente alma que pagara los danos causados por su sangre. En este caso la venganza es practicamente una obligacion, una forma de sanar dolores y fantasmas que llegan desde el pasado. Solo que, lo que comenzo como un plan perfectamente calculado desde el principio, se desmorona frente a mis ojos, como un castillo de arena a merced del viento.
    ?Cuando sucedio? !?Como?!
    No lo se con exactitud, solamente puedo asegurar que paso y todo lo planeado va a tener que cambiar. aun no se como, porque se compra lo que tiene precio, lo que tiene valor. se conquista.
    Al menos por una noche tendra que ser mia.

  • Juguete peligroso de Juan Martinez

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    Teniente Ibanez, la operacion es muy importante. Va a trabajar en conjunto con Interpol, el objetivo es desarticular una banda de serbios que se dedican a la trata de mujeres. --Le dijo el Coronel Garcia a su superior en Madrid. --Estara infiltrado en la operacion, tiene que reunirse con su contacto en Marbella en dos dias, es el tiempo que tiene para despedirse de su familia. Marcos Ibanez, estaba dispuesto a todo por su pais, desde que tenia uso de razon supo que perteneceria a la Guardia Civil, su padre habia sido pertenecido al cuerpo, al igual que su hermano Miguel. Asi que, para el no habia otra posibilidad, era un estilo de vida. Esa era su segunda mision importante, ocho meses antes habia trabajado duro para dar con una banda de pedofilos, las cosas que vio todavia lo atormentaban, pero ese era uno de los precios que se tenian que pagar al elegir esa profesion. El Teniente Ibanez era tomado en cuenta para esa mision por la disciplina y la valentia que habia demostrado desde que pertenecia a la institucion. Ese mismo dia, Marcos fue a casa de su madre Isabel, y le comunico que se iria en una mision, la mujer ya tenia experiencia, sabia que la mision podia tardarse meses o anos, el tiempo era indefinido. Tambien sabia que su hijo no tendria ningun tipo de comunicacion con ella o con su hermano, si querian saber de el tenian que ponerse en contacto con su superior. Marcos Ibanez era un hombre, si se puede decir, solitario, sus unicos amigos estaban en la Guardia Civil, ninguna otra persona hubiese comprendido los horarios, las prolongadas ausencias, tampoco tenia relacion de pareja. Cuando queria echar un polvo, llamaba a alguna conocida, nunca lo hacia en su casa. Por su trabajo habia aprendido a cuidar en extremo su privacidad, tenia tres o cuatro habituales chicas que le habia presentado algun companero, o alguna companera de trabajo, siempre con total discrecion. Esa noche luego de despedirse de su madre y de su hermano, estaba tenso y sabia que lo mas probable es que pasara una larga temporada sin sexo, asi que, llamo a una de las chicas con las que se acostaba y quedaron en verse en un hotel. Cuando llego al hotel, se sento en el bar, pidio un trago de whisky para esperar a Diana, pero no tuvo que esperar mucho, la espectacular morena llego muy puntual. Con un muy sexy vestido rojo y zapatos a juego, la chica habia traido el arsenal completo. --!Hola, guapo! --Le dijo la chica acercandose a Marcos, y le dio dos besos a modo de saludo. --!Hola, Diana! Tan puntual como siempre... --Le dijo mirandola de arriba abajo. Estaba muy buena. --?Quieres tomar algo, o quieres que subamos? --Las dos cosas... Pide que nos lleven una botella de vino a la habitacion. --Le dijo la chica. Marcos pidio las bebidas, y subieron a la habitacion que el chico habia reservado con anticipacion. Entre ellos habia sexo del duro, a el le gustaba una mujer experimentada, ademas que no tuviera ningunas falsas expectativas, ambos sabian a lo que iban y ya. Sirvio dos copas de vino y le dio una a Diana, la chica le sonreia de manera muy sexual, habian tenido sexo varias veces y conocian los gustos del otro. La chica se tomo la bebida de un trago, al parecer tenia prisa por ir a la accion, se puso de espaldas a Marcos y este le bajo la cremallera del ajustado vestido. La mujer era una mulata, dominicana e insaciable. Al chico le gustaban las mujeres de color, eran sus favoritas, le parecian sensuales, de hecho, la mayoria de las chicas con las que se acostaban tenian la piel oscura. Debajo del vestido, solo tenia unas diminutas bragas, que no dejaban nada a la imaginacion, apenas era un hilo que se escondia en el impresionante trasero de la mulata. No usaba sujetador porque apenas tenia senos, eran pequenitos, pero los sabia usar muy bien. La chica luego se giro y le extendio la mano a Marcos, lo queria de pie para desvestirlo. --!Esta noche te voy a dar de todo, guapo! --Le dijo con su caracteristico acento. La polla de Marcos le dio su aprobacion al plan, tenia varias semanas sin follar, y no sabia cuantas iba a tener que estar despues, por lo menos hasta que estuviera bien metido en su papel. Diana comenzo a desnudarlo y cuando lo dejo totalmente desnudo se puso de rodillas, e inmediatamente se metio la polla a la boca, chupaba y lamia hasta que Marcos estuvo como ella queria. Lo llevo a la cama, le gustaba tomar la iniciativa. Entre ellos no habia besos, ni nada por el estilo. Marcos le entrego varios condones, estaba seguro que usaria por lo menos dos o tres. Diana comenzo a acariciarse, se frotaba el clitoris con fuerza, y el chico disfrutaba del espectaculo, cuando se canso de mirar paso a la accion, la puso en cuatro patas, se puso un condon y le metio tres dedos por la vagina. La chica gemia y se movia, queria mas y el se lo iba a dar. La penetro con fuerza y comenzo a embestirla, con un ritmo constante, cuando sintio que se iba a correr salio de ella, no queria que se corriera con su polla. Le dio vueltas y le abrio mucho las piernas, y comenzo a masturbarla de nuevo con los dedos, metio tres de ellos, y cuando ella le pidio mas metio toda la mano, a la chica le gustaba el fisting vaginal. Marcos era experto en la materia, siempre que lo hacia tenia unos orgasmos muy intensos y ese dia no fue la excepcion. Diana se corrio y grito, mientras Marcos le dio vuelta de nuevo y le escupio en el ano. Alli queria correrse, pero cuando la chica comenzo a echarse hacia atras el chico la penetro sin mucha consideracion, el queria follarla y duro. Comenzo a moverse con embestidas certeras y precisas, hasta que sintio que ya no podia mas y se corrio en el ano de la mulata, que se habia caido de bruces sobre la cama debido a la fuerza con la que la penetro Marcos. El chico se retiro al bano a deshacerse del condon y a asearse, cuando regreso se tomaron el resto de la botella de vino y repitieron dos veces mas. Luego muy civilizadamente se despidieron. Esa era su relacion ideal, o sea, ninguna. Marcos nunca se habia enamorado, cuando era adolescente tuvo una novia, pero duro poco tiempo, no se sintio capaz de ser fiel. Luego comenzo con su carrera militar, y en su profesion, enamorarse era muy peligroso, requeria toda su atencion y dedicacion. Lo habia visto con su hermano Miguel, cuando conocio a su pareja, decidio dejar el trabajo en el campo, y dedicarse a labores administrativas para tener un horario fijo y poder estar en casa con su chica la mayor parte del tiempo, pero Marcos no estaba preparado para dejar la accion, la adrenalina, el peligro. Su entrenamiento era muy .extenso, era experto en armas, en artes marciales, y, ademas, tenia muchos conocimientos de informatica. Hablaba varios idiomas, aunque la Guardia Civil, solo le exigia ingles, habia aprendido frances, italiano, algo de serbio y ruso. Despues de salir del hotel, se marcho a su casa, aunque la habitacion estaba pagada para toda la noche, queria dormir esas dos ultimas en su propia cama, sabia que estaria ausente una larga temporada. Al siguiente dia paso a casa de su madre, Miguel y su pareja Gina, almorzaron con ellos, al final de la tarde la pareja anuncio que estaban embarazados. Isabel lloro de felicidad pues era su primer nieto. Y Marcos penso en cuando conoceria a su sobrino o sobrina, esperaba hacerlo pronto, pero sabia que era poco probable. Ese dia se despidieron definitivamente, no queria ponerse melancolico, aunque eso era inevitable, la relacion con su familia era estupenda, eran muy unidos y se acompanaban en las buenas y en las malas. El ultimo dia en Madrid, Marcos aprovecho para caminar y disfrutar de las cosas que le gustaban de la ciudad. Paseo por El Retiro, camino por la Gran Via, se tomo un par de cervezas en la esquina de su casa y se comio una tortilla de patatas que era su especialidad. Se despidio de su ciudad, sabia que estaria un tiempo lejos de ella. Al siguiente dia tomo el AVE hasta Sevilla, esas fueron las ordenes que recibio el dia antes. Habian cambiado el sitio de reunion, no querian dejar cabos sueltos, lo habian elegido a el en vez de un efectivo de la Zona de Andalucia, que era lo correspondiente, porque no querian correr riesgos. Cuando llego a Sevilla, alquilo una habitacion en un pequeno hostal, nada que llamara la atencion. Por la noche fue puntual al sitio indicado, el Parque Infanta Elena, era un lugar poco concurrido en las horas de la tarde, le habian dicho que se sentara en una banca cerca de la zona de columpios. Marcos se sento y espero, a los quince minutos se sento a su lado una mujer, venia con ropa de deporte, tenia unas gafas oscuras puestas y una gorra. Cualquiera que la viera pensaria que estaba corriendo, y se sento a descansar y a tomar agua. --Soy la Agente Petit, voy a ser su contacto durante el tiempo que dure la operacion. --Le dijo la mujer con un marcado acento frances. Marcos se quedo mirando hacia el frente como si no estuviera hablando con el. --El objetivo es que se infiltre en la organizacion de Barislav Milojevic, toda la informacion esta en una Tablet que dejamos en la habitacion del hostal. Tiene que estudiarla en detalle, alli tambien hay datos de su nueva identidad y una considerable cantidad de dinero. Ya hemos allanado el camino para que pueda entrar, pero su trabajo sera ganarse su confianza absoluta, de mas esta decirle que no puede comunicarse con nadie o podria ponerlos a todos en peligro. --?Como me pondre en contacto con ustedes? --Le pregunto fingiendo que hablaba por el movil.

  • Ortografia facil para la ESO de Guillermo Mirecki

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    ORTOGRAFIA FACIL PARA LA ESO es una recopilacion de todos los resumenes, esquemas, cuadros, sinopsis y apuntes imprescindibles para aprender y aprobar la materia sin dificultades. LOS ESTUDIANTES tendran todos los conocimientos necesarios resumidos y de facil consulta para aprobar la materia. LOS PADRES encontraran el apoyo perfecto para ayudar a sus hijos de forma rapida en aquella materia que mas esfuerzo les supone. LOS PROFESORES hallaran en estos resumenes, esquemas y cuadros el mas eficaz aliado para que sus alumnos comprendan y aprendan la materia que imparten.

  • Aguas turbulentas de Gayle Wilson

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  • El Descenso de los Inmortales de Fabiola Valenzuela

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    Porque va buscando a una fugitiva, porque se ha enamorado o porque quiere saber lo que es vivir, cada inmortal tiene motivos diferentes para dejar Maronea, la ciudad donde nadie muere, y permanecer en la tierra.Clara, sin embargo, solo ha encontrado en el plano mortal el rechazo de parte de su familia sanguinea y ha conocido lo que es tener el corazon roto.

  • Hormigas en los pantalones de Agatha Allen

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    Esta es la apasionante historia de un joven que representa a toda una generacion que tuvo que enfrentarse a la apertura y los avances de un pais que despierta tras la represion de la guerra civil

  • El beso definitivo (Los Kinsberly 2) de Evelin Mordan

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    Segunda entrega de la serie <>.

  • Por lealtad a una reina de Mills Bellenden

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    Dos personas entregadas a lealtades distintas, opuestas, en pugna, se cortejan, se buscan: como dos espias que intentan obtener la informacion del otro. Uno es un lord ingles, la otra una dama escocesa. Ambos comprenden que juegan un juego peligroso; ambos comprenden que la atraccion tambien surge de la rivalidad.

  • La catedratica de Maria Lopez Villarquide

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    Esta es la apasionante e ignorada historia de Luisa de Medrano, la primera mujer que fue catedratica, nada menos que en el siglo XVI y en la Universidad de Salamanca, el centro del saber mas prestigioso del
    mundo hispano. Todo en la vida de Luisa fue extraordinario: hija de aristocratas, enseguida llamo la atencion de la reina Isabel la Catolica, quien la reclamo a su lado para que se educara en la corte con sus hijas Juana y Catalina y quien, a la vista de sus dotes, favorecio que fuera la primera mujer admitida en Salamanca. En estos tiempos en los que tanto se habla de empoderamiento femenino, el ejemplo de la tenaz Luisa Medrano merece el reconocimiento que se le ha negado durante cinco siglos.

  • Purpura Profundo de Mayra Montero

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    El vital y seductor Agustin Caban, critico musical de un periodico, acaba de jubilarse. Dispone ahora de mucho tiempo libre, pero no le apetece viajar ni jugar con los nietos; solo tiene un deseo: invocar los fantasmas que hasta el momento han sido casi su unica razon de vivir. Sebastian, el entranable jefe de la seccion de espectaculos del periodico, le da el empujon definitivo: lo anima a escribir una memorias. Mientras Sebastian devora, lleno de envidia y entusiasmo, las paginas que le va entregando el critico musical, el lector va internandose en el mundo amoroso de Agustin, y conocera sus apasionadas aventuras con la violinista Virginia Tuten, poseedora de un extrano fuego caribeno que estuvo a punto de hacer zozobrar el matrimonio del critico; con el pianista Clint Verret, que no fue el unico hombre en la vida de Agustin, pero si el que lo llevo al borde del enamoramiento; con la transparente Clarissa Berdsley, interprete de trompa que mantiene unas curiosas relaciones con un murcielago. Y si su pasion por Alejandrina Sanroma, virtuosa de la celesta, llevo a Agustin al goce mas etereo, su obsesion por la torrida violinista Manuela Suggia desato en cambio sus mas bajos instintos y lo arrastro hacia los infiernos. Estas y otras historias conduciran a Agustin por senderos insospechados, desde menages a trois hasta torturadas relaciones de corte sadomasoquista, pues cada interprete <> en el una cuerda muy distinta. Pero de lo que no cabe duda es de que, para Agustin, la musica ha estado siempre vinculada a la pasion sexual; para el, conquistar al musico significa poseer no solo a la mujer (o al hombre), su carnalidad --el purpura profundo, en ultima instancia--, sino tambien saberse dueno de una implacable, irrepetible melodia: la Musica, con mayuscula, que ambicionamos todos.

  • Sudor frio de Mari Carmen Sinti

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    Me parece oportuno aclararlo: no soy prologuista, ni academico, ni un profesional del ambito literario. Simplemente soy un lector, uno de tantos. Por eso cuando Mari Carmen Sinti me pidio unas lineas para introducir su primera novela, decline amablemente el ofrecimiento. Le dije que no le costaria demasiado encontrar a alguien mucho mas preparado que yo, alguien que estuviera a la altura de lo que su Sudor frio merecia. Pero insistio. Y lo hizo con tanta determinacion, que no me atrevi a negarme de nuevo. Y ahora se lo agradezco. Sudor frio me ha resultado una lectura gratamente sorprendente, que para nada parece la obra de una debutante. Aunque la autora ya ha publicado relatos breves en varias antologias, el salto a una novela me parece algo serio, una empresa mayor. La historia debe sostenerse en un espacio mucho mas prolongado. Y eso hay que trabajarlo duro, ademas de tener la capacidad de los buenos escritores para lograrlo. Y Sinti la tiene. Desde las primeras paginas te quedas con la sensacion de estar ante un proyecto maduro. Detras de cada palabra, de cada frase, de cada parrafo, se adivina una tarea concienzuda para encontrar la mejor forma de transmitir lo que quiere. Y lo consigue sin aspavientos innecesarios ni giros imposibles, con una prosa alejada de toda arrogancia, de manera sencilla. Lo de <> viene a colacion porque ultimamente he tenido que dejar bastantes novelas a medio leer. Tal vez sea que con la edad te vas volviendo mas selectivo, y si al cabo de unas paginas ves que la historia no te llena lo suficiente, cierras el libro sin mas contemplaciones y lo mandas directamente a la estanteria. O es que quizas de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda intentar imitar a los autores barrocos del Siglo de Oro. Y eso me cansa de manera soberana. Hay quien cree que su obra tendra mas nivel literario por el hecho de emplear palabras que obliguen al lector a tirar de diccionario. Y utilizan hasta el aburrimiento figuras retoricas y metaforas que no vienen a cuento. !Que pereza! A todos ellos les recomendaria que tomaran buena nota de como escribian Jim Thompson, Mario Puzo o el Umberto Eco de El nombre de la rosa. Por suerte, Sinti ya lo hizo. El comienzo de Sudor frio apunta alto, es de esos que te dejan pegado a tu sofa orejero favorito, con el alma en un puno y una necesidad incontenible de seguir pasando paginas. Paginas de una historia de suspense de dialogos jugosos y con sentido, que discurre por una trama bien enlazada, que siempre mantiene el pulso, donde nada sobra. Los capitulos fluyen con deliciosa cadencia, te agarran, te sumergen en la ficcion. Sin darte cuenta, pasas a formar parte de ella, como un personaje mas. He disfrutado con la lectura de Sudor frio, me ha hecho pasar gratos momentos. Y me ha dejado ese dulce aroma que solo te dejan las buenas novelas. Y creo no equivocarme si afirmo que Sinti nos brindara grandes momentos literarios en el futuro. Y si no, al tiempo. Josep Camps Sudor frio Diciembre 2018 Capitulo 1 I always have an alibi You allow me there But tonight I have no conscience So what comes after that? Siempre tengo una coartada Tu me dejas ahi Pero esta noche no tengo conciencia Entonces, ?que viene despues de eso? <>, Robbie Williams. La noche estaba siendo un fracaso hasta que aparecio Marius. Alto, rubio y con una sonrisa seductora, le habia hecho olvidar que estaba en aquel pub de moda, en lo alto de Montjuic, totalmente asqueada de haber decidido aceptar la invitacion de su companera de piso. De hecho, ni siquiera era companera. Lo compartian cuatro chicas con derecho a una habitacion, lavabo y cocina, pero la mayoria de los dias ni siquiera se cruzaban. Hoy era el cumpleanos de Irina y no pudo negarse aun sabiendo que no era santo de su devocion. Lo notaba en aquellas miradas de envidia que se clavaban en su agraciada figura pues, no teniendo las proporciones perfectas, sabia sacar provecho de ellas. Y no entendia por que, ya que no tenia nada de exito con el genero opuesto. Quizas fuera su maldita falta de autoestima. Pero Marius, al contrario del resto para el que pasaba desapercibida, la vio nada mas cruzar sus miradas y ya no habia dejado de hacerlo hasta que, con el vaso en la mano y con total descaro, se habia sentado a su lado y, con un par de frases bonitas con esa voz que encandilaba, habia trocado su hastio desde hacia mas de una hora, sentada en aquel pub, en todo un mundo de colores, el corazon palpitando, el cuerpo incandescente y con la expectativa de acabar la noche con el hombre de sus suenos. Lejos de acelerar la situacion, Marius se tomo su tiempo. Durante hora y media le regalo los oidos con toda clase de piropos, y aunque algunos de ellos eran manidos, a ella le supo a gloria poder experimentar lo que tan solo habia leido en aquellas noveluchas romanticas que, de pequena, veia como devoraba su madre. Y siguieron bebiendo, incluso acepto cuando el se levanto para traerle otra copa. <> penso con una risita tonta, esperando a que le trajera el combinado y dando por hecho la obviedad del porque y del como iba a acabar la noche. Siguio flotando en su nube, escuchando su boca y sus ojos que la seducian, formando parte de aquel ritual de conquista. Incluso cuando ella se excuso para ir al lavabo, el la siguio con la mirada, recorriendo tanto su cuerpo por delante cuando se levanto, como por detras cuando se dirigia a la otra parte del local. Lo sabia, la sentia clavada en su culo. Y eso hizo que un latigazo de fuego le recorriera desde su sexo hasta la garganta, algo que hacia mucho tiempo que no sentia. Con la promesa de que iba a pedir una cancion para bailarla juntos, ella se tomo su tiempo en el servicio, arreglando su maquillaje y componiendo un poco las ojeras que, sorprendentemente vio en su reflejo del espejo. <> penso, aunque la cabeza le empezaba a dar vueltas, seguramente a causa de la bebida, ya que no acostumbraba a tomar alcohol. Volvio con una sonrisa en la boca, pero se le congelo sintiendo en las entranas el dolor de la evidencia. Marius estaba en la pista bailando demasiado agarrado a una rubia con un jersey de plumas rosas, de un modo en el que no cabian equivocos. El le decia algo al oido y ella reia con esa coqueteria de las chicas que estaban siendo seducidas con placer. Se tuvo que agarrar a la columna para no perder el equilibrio. Sintio el rechazo en lo mas profundo del pecho, un aguijonazo que le lastimo fisicamente y la hizo tambalearse. Por un momento no supo que hacer. Queria huir de alli, solo pensaba en alejarse precipitadamente de aquel lugar y sobre todo de aquella persona que estaba destrozando sus ilusiones y su dignidad. Pero habia venido con las chicas, no tenia coche ni medio de llegar a casa. Con los ojos anegados en lagrimas y mareada por el impacto, se acerco a la mesa, recogio el abrigo y el bolso y, sin tenerlo aun claro, se dirigio a la puerta. Aire, al menos tomaria el gelido aire del exterior y pondria los pensamientos en claro. En su escapada choco con un tipo. Sorprendida le miro. Aquellos ojos negros se le clavaron y con voz pastosa le solto: --!Que rica estas, nena! Vente conmigo. Te comeria el cono como nadie te lo ha comido jamas. Horrorizada salio por la puerta del pub con el unico pensamiento de abandonar todo aquello que se estaba distorsionando para convertirse en un infierno y, sin pensarlo siquiera, corrio carretera abajo. Estaba lejos, casi en el fin del mundo, en la cima de la montana, pero no se paro a pensarlo. Necesitaba llegar al centro de la ciudad, en la plaza Espana cogeria algun autobus y una vez en casa se tranquilizaria e intentaria olvidar esa mierda de noche. Bajaba trastabillando, no entendia por que las piernas le pesaban de aquella manera y por que le costaba tanto mantenerse derecha. La carretera estaba insuficientemente iluminada y en cada curva creia ver las sombras al acecho. El miedo empezo a apoderarse de su mente y no le ayudaba nada que estuviera empezando a ver todo borroso. Le faltaba el aire y la respiracion se le estaba volviendo desacompasada. El corazon le iba a estallar. No sabia cuanto le faltaba para llegar abajo, a la civilizacion tranquilizadora y segura, cuando una furgoneta se paro a su lado. No la oyo llegar, y en ese momento solo penso cuanto tiempo hacia que estaba siguiendola. Solo noto por el rabillo del ojo que la puerta lateral se abria y unas manos la agarraban cuando estaba a punto de desfallecer. Sintio el suelo frio y duro debajo de su espalda sin poder ni siquiera chillar. Debia haber sentido dolor por la brusquedad en que la arrojaron dentro, pero no lo noto. La paralisis en todo su cuerpo la hacia insensible y el sopor de su mente vulnerable. Un sudor frio le recorrio la espalda desde la nuca y antes de desvanecerse creyo ver en su delirio un pelo rubio que hacia poco tiempo le habia parecido maravilloso, unos ojos negros y unas plumas rosas. Con los ojos cerrados escucho a alguien decir: --Con mas cuidado. No vayas a estropear la mercancia ahora que todo nos ha salido a las mil maravillas. Eso fue lo ultimo. Perdio el conocimiento.

  • Maniobras de evasion de Pedro Mairal

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    ?Que hace un escritor cuando no escribe? ?Que hace un escritor con resaca, o cuando una mujer esplendida lo invita a un trago durante un coctel literario, o cuando ve dormir a su hijo, o cuando esta solo en un cuarto de hotel? ?De que manera el magma formado por un accidente de bus, una pelicula cursi y un premio literario transforman a un poeta desconocido en un escritor a quien reconocen hasta en el mall? ?Como nace y cuan inconmovible es la vocacion de alguien que escribe?

  • Una tercera opcion de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Ahora mismo me encuentro entre la espada y la pared. No se que hacer, no puedo decantarme por uno de ellos; es algo que se me antoja imposible. Tengo ante mi a dos personas que me quieren, me valoran y me respetan, pero tambien tengo la gran oportunidad de ir a pasar el verano a Chicago con mi padre, a quien no veo desde hace casi siete anos, y conocer una nueva ciudad; un nuevo pais. Ya hace varios anos que tengo mi corazon dividido entre dos personas, ya que ambos me aportan cosas diferentes e imprescindibles para mi vida. Uno me da estabilidad y el otro me proporciona la emocion que necesito en mi vida. Uno me hace sentir especial y el otro deseada. Uno me frena cuando pierdo los papeles y el otro me insta a mostrarme tal y como soy, sin que me importe lo que puedan pensar los demas de mi. Necesitaria una tercera opcion que uniera todas sus cualidades en una sola persona y asi todo seria mas facil. Tengo un problema, eso esta muy claro. No voy a pensarmelo ni un segundo mas, he pasado dos anos intentando decidirme por uno de ellos y no lo he conseguido; ?quien puede asegurarme que si me quedo todo se solucionara como por arte de magia? Quizas, estoy equivocada y ninguno de ellos conseguira darme nunca lo que realmente necesito. --?Vas a dejar aqui abandonados a tus dos amores despues de dos anos mareandolos? --mi amiga me mira con una sonrisa totalmente sincera, ella sabe lo mucho que he intentado decidirme por uno de ellos. --No puedo hacer otra cosa, Pilar. Ademas, sera una via de escape y estar lejos de ellos durante un tiempo quizas me ayude a darme cuenta de quien de los dos me conviene mas. --Entonces, ?crees que echaras de menos a uno de ellos? --me mira fijamente, esperando y deseando que me sincere con ella, pero ni yo misma se lo que quiero. --Eso espero. Llego al aeropuerto sobre las doce del mediodia y veo como mi padre me sonrie orgulloso, casi camuflado entre la multitud. Las lagrimas empiezan a acumularse en mis ojos y corro hacia el, sin importarme la mirada curiosa de la gente cuando paso como una bala por su lado, hasta que llego a sus brazos y estos me arropan con todo el carino que ha estado reservando para mi. Han pasado mas de seis anos desde la ultima vez que le vi, desde que mi madre cayo enferma y el tuvo que aceptar el trabajo que su empresa le ofrecio en la otra punta del mundo para poder cubrir asi todos nuestros gastos, incluyendo los medicos, los cuales no habiamos esperado. A pesar de lo mucho que lo intento, su esfuerzo y dedicacion no sirvieron de mucho, ya que mi madre fallecio unos meses despues y a mi padre le fue imposible rescindir el contrato si queria seguir en la empresa para poder pagarme los estudios y todo aquello que necesitase. En aquel momento, una chica de diecinueve anos necesitaba el dinero mas que otra cosa en el mundo. Lo habia perdido todo y necesitaba salir adelante fuese como fuese. Como era mayor de edad y acababa de empezar la carrera, decidi que preferia quedarme totalmente sola en Madrid y luchar por conseguir todo aquello que siempre habia sonado. Despues de mucho esfuerzo, dedicacion y la gran ayuda economica de mi padre, consegui licenciarme en medicina y entrar a trabajar en un hospital que se dedica a investigar a fondo el cancer e investigar para encontrar medicamentos, aun experimentales, que ayuden a prevenirlo y asi conseguir erradicarlo en un futuro cercano. A dia de hoy, de lo unico que me arrepiento es de no haber ido antes a visitar a mi padre. Una parte de mi siente que le abandono, pero la otra sabe que en aquel momento separarnos fue lo mejor para los dos. Mi madre lo era todo para nosotros y vernos a diario nos habria recordado que ya no la teniamos, ni la tendriamos, a nuestro lado. --No me puedo creer que mi nina ya sea toda una mujer. Ademas, estas preciosa. Tienes que tener a todos los hombres de Madrid a tus pies --mi padre me abraza con fuerza y dulzura, intentando hacer de ese primer contacto despues de tanto algo inolvidable para los dos. --El tiempo tampoco ha pasado en vano para ti. Estas hecho un abuelo --le doy un golpe suave en el hombro, provocando que empiece a reir como hacia anos que no le escuchaba hacerlo --. Y no, no tengo a todos los hombres de Madrid a mis pies. Creo que, por el momento, no estoy por la labor --me encojo de hombros, lo que provoca que a mi padre le brillen los ojos y se llenen de alivio. Esta claro que siempre sere su ninita. --Se te va a pasar el arroz, hija --ambos nos reimos y me veo tentada a decirle que tendria que aplicarse sus palabras, pero pronto la nostalgia inunda su rostro y se que me ha leido el pensamiento--. Han pasado muchos anos, es cierto, pero el dolor sigue haciendo mella en mi -- los ojos de mi padre estan igual de apagados que el dia que volvio a casa para el funeral de mi madre. Esto es algo que me provoca escalofrios; ha pasado demasiado tiempo. Nunca la olvidaremos, eso por supuesto, pero la vida sigue y no podemos quedaros anclados en el pasado, por muy duro que sea pensarlo. --Deberias rehacer tu vida, papa. Te lo he dicho miles de veces. Sabes que mama hubiese querido verte feliz. --Soy feliz, tengo una hija que esta a dos pasos de curar el cancer. Mi padre me abraza de nuevo y me conduce hasta su coche, nos subimos y nada mas sentarme, me quedo dormida sin que me de tiempo ni de abrocharme el cinturon. No se cuanto ha durado el trayecto, pero cuando bajo del automovil y veo la gran casa que hay frente a mi, empiezo a comprender que mi padre me haya mandado mas de dos mil euros cada mes durante estos ultimos siete anos y haya podido contribuir economicamente con tanta frecuencia en las investigaciones del hospital donde trabajo; esta forrado. Nada mas entrar me doy cuenta de que el hombre que me dio la vida tiene ayuda para mantener la casa, puesto que esta esta impecable y el nunca ha sido ordenado; ni pulcro, ya puestos a decir la verdad. Con una sonrisa emocionada, me acompana a la que sera mi habitacion y me echo a llorar en cuanto la veo; esta decorada exactamente igual que el cuarto que tenia en casa cuando era una adolescente y mi madre nos dejo. Poco despues de su muerte, alquile un piso pequeno cerca de la universidad. Fue una manera cobarde de escapar, pero fue la forma mas facil que encontre de no recordarla constantemente y evitar que el dolor acabase conmigo. --No pense que tardarias tanto en venir, asi que supongo que ahora parece un poco infantil -- mi padre me mira con la disculpa reflejada en sus ojos y aprieta mi mano con suavidad--. Quise que cuando vinieses a verme, no te sintieses extrana en una casa que no era la tuya. --Es perfecta, papa. Me encanta, de verdad. Sin mediar palabra, observo cada rincon del cuarto y me sorprende encontrarme con algunos objetos que creia perdidos, pero que al parecer se llevo mi padre cuando se fue para sentirme un poco mas cerca. No le culpo, se que dejarme en Madrid fue lo mas duro que ha hecho nunca, pero fue una decision que ambos tomamos y que tuvimos que aceptar. Dejo las maletas con cuidado sobre la cama y me dispongo a ordenarlo todo. Mi padre me anuncia que debe volver al trabajo y que volvera sobre las ocho de la tarde si no se complican las cosas en la oficina. Al parecer, ahora es uno de los jefes y, ademas de ganar mucho mas dinero del que nunca podria haber imaginado, tiene que encargarse de cientos de cosas que le roban mucho tiempo y le mantienen distraido. Entiendo que se refugiase en el trabajo, asi ha conseguido mantener su mente ocupada y no verse solo durante horas ante la posibilidad de que mi madre ocupase sus pensamientos. Cuando lo tengo todo bien ordenado y he hecho de esta habitacion algo totalmente mio, me dispongo a encontrar la cocina y hacerme algo rapido de comer. Son mas de las dos del mediodia y mi estomago me esta pidiendo municion. Despues de diez minutos vagando por la casa, encuentro la cocina y en ella a un muchacho de unos treinta anos preparando distintas recetas que va dejando ordenadamente sobre la encimera. --?Hola? --me quedo parada en la puerta de la cocina, esperando que el chico entienda mi pregunta no formulada; ?quien es y que esta haciendo en la cocina de la casa de mi padre? --Oh, !hola! --el muchacho se gira para mirarme, mostrandome una sonrisa de lo mas sincera, unos ojos azules muy claros y una tez bronceada. Su cabello rubio cae sobre sus ojos y unas manos grandes me invitan a acercarme--. Tu padre me ha dicho que estarias muerta de hambre despues de tu viaje. Se le ha olvidado comentarme que te gusta, asi que he preparado un poco de todo para que puedas elegir lo que mas te apetezca --me sonrie y me muestra sus blancos dientes, totalmente alineados excepto uno; algo que me parece muy sexi--. Espero no haberme pasado. --No... No es necesario que hagas nada de esto, se cocinar y puedo encargarme de hacerlo sin ningun problema. --Nadie ha dicho lo contrario, pero soy el cocinero y este es mi trabajo. No me cuesta nada hacerlo, para mi es un placer y tu padre me paga muy bien por ello. --?Mi padre tiene un cocinero propio? --mis ojos se abren como platos y acepto su invitacion de sentarme en uno de los taburetes que acompanan a la barra americana, observando asombrada todos los platos que va dejando frente a mi. --Si. Bueno, tiene un cocinero, un chofer, un asistente y muchas personas que le ayudan a mantener la casa para que no se vuelva loco en el intento. --No sabia que mi padre era de esa clase de hombre de negocios --una sensacion totalmente desconocida empieza a oprimirme el pecho. No se que es, pero tiene pinta de que no me gusta nada que mi padre se haya convertido en un senorito despues de todo lo que luchamos para conseguir salir adelante. --Y no lo es, en absoluto. Mi madre es su secretaria en la empresa, se dio cuenta que desde que murio su mujer el no era el mismo y movio cielo y tierra para encontrar quien le ayudara a salir adelante y con la casa --el muchacho ha tenido que ver mi cara de desconcierto, puesto que rapidamente empieza a darme mas informacion--. Mi madre es lesbiana, no tiene ningun interes en tu padre, y por eso trabaja para el. Este dejo muy claro que solo queria a hombres trabajando para el. Es consciente de que nunca amara a nadie como amo a tu madre, pero todos sabemos que nadie es de piedra y el siente que mirar a otra mujer es faltarle el respeto a su esposa --el chico se encoge de hombros mientras acaba de dejar los ultimos platos frente a mi y le sonrio agradecida. No entiendo por que mi padre se comporta de este modo, nunca ha menospreciado a las mujeres; al menos no que yo sepa--. Es normal que pienses que es una actitud algo machista, pero asi se quita una preocupacion y no tiene que pensar en si se fijara en alguien y como podria afectarte eso a ti. --Entiendo... --mi mente viaja hasta todas y cada una de las conversaciones que he mantenido por telefono con mi padre casi a diario durante los anos que hemos estado separados y en ninguna habia mencionado nada de todo esto.

  • Burbujas de paz de Sylvia Comas

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    Un libro de Mindfulness para ninos y familias.

  • En el paraiso con su enemigo de Annie West

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    NO PUEDO mas, Damen. Tengo ganas de desaparecer. Damen miro preocupado a Clio. No era propio de ella huir de los problemas. -No puede ser tan grave. <>, se dijo. De su madre y de sus hermanas habia aprendido a respetar el temperamento femenino. Era evidente que la situacion era seria. -?Ah, no? -contesto Clio-. Es el unico tema de conversacion de mi padre, y ha convencido a mama. Damen se alarmo al ver a su prima llorar por primera vez en su vida. Eran primos segundos, pero estaban tan unidos como si fueran hermanos. -Pronto es la boda de Cassie, !pero no se si puedo asistir a la boda de mi propia hermana pequena! Damen se sintio culpable, Clio estaba pasandolo mal por su culpa. -Papa no para de decir que yo, siendo la mayor, deberia casarme antes. Que tu y yo somos la pareja perfecta y que soy una egoista por no aceptar a un hombre decente y honesto -Clio se mordio el labio-. Por supuesto, jamas menciona tu fortuna, El recurso al sarcasmo despejo un poco la nube que habia nublado la conciencia de Damen. Pero no era ninguna broma. Manos era un hombre dificil, y podia convertir la vida de Clio en un suplicio. -Lo siento -dijo, tomando la mano de su prima-. No deberia... -No te hagas ahora el macho echandote la culpa, Damen Nicolaides. Ya se que acostumbras a asumir todo tipo de responsabilidades, pero aqui no eres el unico culpable -Clio suspiro-. ?Crees que no he disfrutado de ir https://www.facebook.com/novelasgratis 5 a fiestas contigo y no he aprovechado para hacerme con una lista potencial de clientes para mi negocio? -La idea fue mia. Estaba harto de tener que ahuyentar a las mujeres que buscaban en el un marido. Llevar a Clio como su acompanante regular le habia facilitado las cosas. -No has hecho nada malo -dijo Clio, apretandole la mano. Damen la miro fijamente. Era tipico de ella intentar absolverlo de culpa. Siempre lo habia apoyado, y no era justo que su vida se complicara de aquella manera. -Esta bien, quedemos en que ninguno de los dos tiene la culpa -eran dos adultos con derecho a salir juntos aunque no fueran amantes-. Eso no resuelve el problema de tu padre. Tenemos que conseguir que se olvide de sus pretensiones sin que te culpe. Clio se paso las manos por el vestido. -Ya te he dicho que voy a huir. A Tierra de Fuego. -?Sabes donde esta? -Vale, no. Pues al Circulo Polar. Abrire un negocio de diseno de iglues. Damen no pudo contener una carcajada. Su prima era una disenadora con mucho talento y seria capaz de superar ese reto. Pero no bastaria su palabra para convencer a Manos de que no eran pareja; y mas con el premio de su vasta fortuna formando parte de la ecuacion. Esa era una de las razones por las que habia acudido a su prima: un millonario griego soltero era un trofeo para muchas mujeres; y uno que no estuviera calvo y al que no le faltaran dientes era una rareza. -Olvidate de los iglues y deja esto en mis manos. -?Tienes una idea? -pregunto Clio esperanzada. Damen asintio. -Tengo que perfilarla, pero creo que si. Confia en mi. El semblante de Clio se relajo. -Gracias, Damen, sabia que podia contar contigo. Veinte minutos mas tarde, Damen estaba junto a su mejor amigo, Christo, que estaba a punto de casarse. Christo estaba mirando su telefono, https://www.facebook.com/novelasgratis 6 y Damen, en lugar de contemplar la vista panoramica de la costa de Corfu, aprovecho para estudiar a los invitados reunidos en el jardin de la villa. Necesitaba a una mujer. Y pronto. Una mujer que interpretara el papel de su amante el bastante tiempo como para que Manos aceptara que Clio y el no tenian un futuro. Si acudia a la inminente boda de Cassie, la hermana de Clio, con una novia despampanante, Manos perderia la esperanza; y si la mantenia a su lado al menos una par de meses como su acompanante... Pero ?quien podia ser esa mujer? Tendria que estar soltera y ser muy atractiva si es que queria convencer a Manos. Al mismo tiempo, Damen necesitaba a alguien que no pretendiera aprovechar la situacion para acabar ganandose un lugar en su vida. -Relajate -la voz de Christo interrumpio sus reflexiones-. Soy yo el que se casa, no tu. Damen sonrio. -Y con la misma mujer por segunda vez. Has batido un record. Christo abrio las manos. -La primera vez no tenia ni idea de cuanto la queria. Esta vez, todo es perfecto. Solo espero que alguna vez encuentres una mujer como Emma, que sea el centro de tu vida y a la que ames por encima de todo. La sonrisa de Damen se congelo. El ya no creia en ese cuento de hadas. Habia perdido la inocencia una decada atras. Ahuyento los recuerdos de los acontecimientos que habian cambiado su vida y la de su familia para siempre. Aquel era un dia para celebrar, no para pensar en errores del pasado. Damen tomo dos copas de champan de la bandeja de un camarero y le paso una a su amigo. -Por ti y por tu encantadora Emma -bebieron y anadio-: Y por que yo encuentre a la mujer perfecta para mi. Que fuera atractiva, inteligente, complaciente y, sobre todo, prescindible. -Estas preciosa, Emma -Steph retrocedio un paso para ver a su amiga con el velo. Nunca la habia visto tan feliz ni tan guapa. -Ya conocias el vestido -dijo Emma sonriendo. Era el mismo con el que se habia casado la primera vez con Christo, antes de averiguar que no la amaba y abandonarlo. Desde entonces habian https://www.facebook.com/novelasgratis 7 pasado muchas cosas, pero Emma y el millonario griego habian limado sus diferencias. Estaban tan enamorados que su felicidad casi resultaba irritante. -?Estas bien, Steph? -pregunto Emma. Ya cuando habia recogido a su amiga en el aeropuerto de Corfu le habia inquietado su semblante de preocupacion, pero Steph se resistia a arruinar la felicidad de su amiga. Encontraria una solucion a sus problemas, por mas que hasta el momento ninguna de las que habia buscado hubieran servido de nada. Pero seguiria intentandolo. Sobre todo porque el problema no la afectaba a ella exclusivamente. Contuvo un estremecimiento. -Claro que estoy bien, solo un poco sentimental al verte tan radiante. Pareces una princesa. -!Asi es como me siento! -dijo Emma. Steph la abrazo. -Te lo mereces, Em. -No es cuestion de que me lo merezca... -Emma dio un paso atras como si fuera a anadir algo, pero Steph la detuvo. -Vamos, Em, tenemos que salir. Emma se sobresalto al ver la hora y se volvio precipitadamente hacia la puerta. Steph le recoloco el velo y la siguio al escenario perfecto para una boda: el jardin de la villa con el espectacular azul turquesa del mar al fondo. Pero lo que convertia aquel dia en verdaderamente especial era ver a su amiga casandose con el hombre al que amaba. Sin embargo, mas tarde, mientras saludaba a los demas invitados, no conseguia concentrarse en el presente. Y no por culpa de sus preocupaciones, sino por una incomoda y vibrante energia procedente de el incluso mientras charlaba con cada una de las mujeres presentes de menos de cuarenta anos. Steph habria podido identificar su recorrido porque dejaba a su espalda un rastro de mujeres fascinadas. Ese no seria su caso, porque el hombre que destacaba por encima de los demas por su altura y hombros era Damen Nicolaides, una serpiente. El hombre que le habia hecho actuar como una idiota. Pero lo que mas la irritaba era las facilidades que le habia dado. Era impulsiva, pero no confiaba facilmente en los hombres. Por eso mismo no https://www.facebook.com/novelasgratis 8 podia entender por que habia olvidado toda cautela cuando Damen Nicolaides habia acudido a ella. Quiza porque habia cometido el error de creer que Damen era diferente. Que era leal y carinoso, y lo era, aunque solo con aquellos que pertenecian a su circulo intimo. Fuera de ese circulo, actuaba con una calculadora y retorcida crueldad.

  • El trono de jade ( Temerario 2), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • El vals de las orquideas de Olga Lucas

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    No sabia como habia ido a parar al casino, pero estaba ahi. Sentada en torno a una mesa, jugando a la ruleta y pidiendole suerte al crupier. Por unos instantes el crupier abandono su cara de poquer y le dispenso una sonrisa amable. Contraviniendo la norma y costumbre de la casa, no pudo resistir la tentacion de responder con un gesto amable a la mirada suplicante de aquel rostro angelical con aire despistado. Y hasta se arriesgo a dirigirle la palabra. Ella, en efecto, estaba fuera de lugar, completamente desubicada. Lo que se dice una mosca en un vaso de leche. Triste por dentro, risuena y pletorica por fuera, desconcertada, asombrada, con sus ojos medio ciegos bien abiertos, intentaba vanamente registrar, entender y asimilar los acontecimientos de la noche. De pronto, un beso vehemente y la voz del crupier: --Bueno, algo de suerte le he traido. El casino y cuanto habia en el empezo a dar vueltas. El suelo, las mesas, los vasos, el techo, la gente. Todo convertido en una inmensa ruleta imparable girando alrededor de su cabeza. Y en medio de tanto giro, no lograba enterarse de si habia ganado un novio o un dinero. Por su oido derecho la voz del crupier anunciando su suerte, en la mejilla izquierda un beso apasionado y el panel demasiado lejos para su corta vista. Antes de desmayarse supo que habia ganado algo de dinero, pero tardaria tiempo en descubrir la naturaleza y el alcance del beso. Despues de realizar los ejercicios de relajacion, anoto en su Diario de integracion personal lo mismo de siempre: <>. --!Pobrecita! --?Por que? --Llevamos ya muchos meses con la terapia y no avanza nada. Absolutamente nada. Todos los dias nos entrega el mismo ejercicio, el mismo texto, sin variar ni una coma. Parece haberselo aprendido de memoria y no hay quien la saque de ahi. En tanto tiempo ni siquiera se ha podido averiguar que hacia en el casino. --?Tu estas segura de que necesita avanzar, de que debe salir de <>, como dices? --!Vaya pregunta! Para eso nos la trajeron. --Si, por haberla encontrado inconsciente en el casino. ?Es suficiente motivo? ?Cuando sucedio? --No lo recuerdo con exactitud, no se, estara en su expediente. Un ano, tal vez algo mas. En cualquier caso el tiempo suficiente para haber obtenido algun resultado. --Insisto. Desmayarse en el casino ?es suficiente motivo para intentar cambiarle su personalidad? --No entiendo tu pregunta. Es obvio que no la tratamos por un desmayo, sino por sus delirios y confusion mental. Ella ni siquiera sabe que hacia en el casino. Alli nadie la conocia. Y del supuesto novio que, al parecer, la habria llevado a divertirse y jugarse los cuartos ni rastro. --Eso ya lo se. Lo he leido en su historial. --Pues entonces, si has tenido acceso a su historia, ?por que me mareas? --Porque yo creo que ella es feliz asi. Si en lugar de enamorarse de un fantasma, se hubiera enamorado de un hombre real, de carne y hueso, probablemente seria mas desdichada. --No seas cinica. --No es cinismo, es realismo. En tanto tiempo ya habria descubierto todos sus defectos. Lo veria como vemos las demas a nuestros maridos o ex maridos. De este modo, sigue con la ilusion del primer dia. La ilusion del primer dia La paciente, efectivamente, conservaba la ilusion del primer dia. Y tuvo que ser la inquietud de una empleada del archivo quien hiciera reflexionar a sus terapeutas sobre este punto. Ellas, en cambio, la habian perdido por completo y, ademas, sin darse cuenta, sin tan siquiera percatarse de la perdida, del momento y lugar en que todo quedo atras. Rara vez recordaban el primer beso, la primera vez que alguien las tomo de la mano o el primer ramo de violetas. En cambio, la paciente, es decir, la mujer a quien ellas debian devolver a la <>, llevaba esos recuerdos y muchos mas literalmente tatuados en su piel, grabados a fuego en la retina, incrustados en sus papilas gustativas y olfativas. Hablaba de las flores que le envia un senor de Madrid con autentico embeleso y fascinacion. Al oirla, casi, casi se podian oler. Despues de su absurda conversacion con la archivera al entregarle el expediente de Alicia, Marta no pudo dejar de cavilar. Se lo comento a Fina, su colega y amiga. --Pero, chica, no iras a complicarte la vida por lo que pueda opinar esa ignorante. --Ciertamente, la ignorancia es atrevida, pero el atrevimiento no siempre conduce al desastre. A veces, puede empujarnos hacia territorios interesantes, puede incluso conducirnos a descubrir otras verdades. --No iras a ponerme el ejemplo de la penicilina, ?verdad? --Pues no, Marisabidilla, no pensaba en la penicilina, tampoco en la manzana cayendo sobre la cabeza de Newton, ni en la polarizacion de la luz o en los errores de Fermat. --Vale, no te enfades y cuentame. ?Cuales son esas conclusiones, esas otras verdades o lo que sea? --Verdades y conclusiones todavia ninguna, pero reflexiones muchas. Es cierto que ella es feliz, que las atenciones del senor de Madrid la colman de alegria y bienestar. Es igualmente cierto que nosotras, a quienes, desde nuestro ultimo parto, nadie nos ha vuelto a sorprender con un ramo de flores, pretendemos atraerla a nuestro terreno. ?Acaso no te haria ilusion recibir un ramo, aunque no fuera de Madrid? --Tu estas loca. --Lo mismo decimos de ella con mayores o menores eufemismos cientificos, pero responde a mi pregunta, ?no te haria ilusion un ramo de flores, una caja de bombones, una invitacion al teatro o al casino? --Me preocupas. Creo que el caso te esta agobiando. O tal vez estes muy cansada incubando una gripe o algo parecido. Espero que se te pase pronto, pero, te lo advierto, si sigues por ese camino, hablare con el jefe para que te releve y le asigne el caso a otra persona. Llevamos anos juntas, te aprecio lo suficiente para rescatarte antes de que te conviertas tu misma en una paciente de este centro. --?Ah, si? ?Y eso en que cambiara las cosas? ?Disminuiran tus suspiros por un ramo de flores y la ilusion del primer dia? --!Basta! !Dejalo, es muy tarde, vamonos a casa y hazme caso, tomate una aspirina y una tila! Antes de irse, Marta paso por el archivo central para hablar nuevamente con Liliana. --Y a ti ?quien te autorizo a leer el expediente de Alicia Berenguer? --En verdad, nadie. Cuando informatizamos el archivo… hum …bueno, no pude resistir la tentacion. ?Me vas a incoar expediente? --No, bien lo sabes tu, pero te senalo tu falta y te conmino, eso si, muy severamente a que pierdas la costumbre de… --No, no. No es mi costumbre. Es el unico expediente que he leido en los doce anos que llevo aqui. Reconozco que este me lo he estudiado a fondo, pero es el unico, creeme, no te mentiria. --Lo se. Bueno, en eso confio, y por eso mismo estoy dispuesta a hacer la vista gorda, pero, dime, si eres tan consciente de tus obligaciones, ?de donde el interes por este caso hasta el extremo de transgredir la norma? --?Recuerdas que decidi realquilar una habitacion? Pues bien, como el mundo es un panuelo, al cabo de unos meses, charlando con mi inquilina, ya sabes, un poco de todo, al final de hombres, lo de siempre, pues descubri que Alicia Berenguer es su companera de oficina. Me entere asi de algunas cosas que me hicieron dudar y reflexionar. Durante mucho tiempo me contuve, pero el dia en que los expedientes pasaron por nuestras manos para algo mas que entregaroslos a los medicos y terapeutas, lo siento, ese dia no pude contenerme. Lo mismo me paso hace poco, cuando me lo devolviste para su archivo. Lo se, debi haberme callado, una simple administrativa no es quien para discutir diagnosticos ni terapias, pero, comprendelo, es un peso que llevo encima y como contigo hay confianza… pues, mira, si, lo reconozco, meti la pata.

  • La busqueda del arcoiris (Herederos del mundo 3) de Mile P. D. Bluett

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    Desenlace de la Saga Herederos del mundo. Paz, Sebastian y Apolo, continuan adentrandose en Tierras Inhospitas. Los aliados crecen, su enemigo se fortalece. La capital los reclama. Nuevos personajes vendran y se volveran entranables. Sebastian y Paz estaran unidos por un hilo invisible y poderoso, que les hara experimentar el amor mas puro que existe. El corazon de Apolo volvera a ser tocado por una mujer. Una adolescente corre hacia su libertad. Un nino reclama los brazos de su madre. Dos seres que tienen todas las respuestas mas alla del arcoiris, pero que no son conscientes de su poder. El final esta muy cerca.

  • Tiernos cuidados de Stella Bagwell

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    Linc Ketchum no habia sido un hombre facil antes de quemarse las manos en un incendio, pero ahora era sencillamente imposible. Sabia que ninguna mujer podria aguantarlo, y mucho menos Nevada Ortiz, la enfermera que habia enviado su prima para que lo cuidara. Lo que no esperaba era que fuera tan guapa e inteligente. Su cabello negro como la noche y su tersa piel morena suponian una enorme distraccion, por no hablar de los sentimientos que habia despertado en el. Como cualquier vaquero, Linc detestaba admitir que podia estar equivocado, pero lo cierto era que los tiernos cuidados de Nevada estaban haciendo que cambiara de opinion sobre las mujeres. O, al menos, sobre una en particular.

  • Canalla, Prisionera, Princesa de Morgan Rice

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    "!Ceres! !Ceres! !Ceres!" Ceres sentia el canto de la multitud con la misma claridad que el ruido seco del latido de su corazon. Levanto su espada en agradecimiento, agarrandola con fuerza al hacerlo para examinar la piel. No le importaba que quizas supieran su nombre desde hacia solo unos instantes. Le bastaba que lo conocieran y que resonara en su interior, de manera que podia sentirlo casi como una fuerza fisica. Al otro lado del Stade, mirandola, su contrincante, un combatiente enorme, caminaba de un lado a otro por la arena. Ceres trago saliva al verlo, mientras el miedo crecia en su interior por mucho que quisiera reprimirlo. Sabia que esta podria muy bien ser la ultima lucha de su vida. El combatiente daba vueltas de un lado a otro como un leon enjaulado, blandiendo su espada en el aire dibujando arcos que parecian estar disenados para exhibir sus protuberantes musculos. Con su coraza y su casco con visera parecia que hubiera sido esculpido en piedra. A Ceres le costaba creer que fuera solo de carne y hueso. Ceres cerro los ojos y se armo de valor. Puedes hacerlo, se dijo a si misma. Puede que no ganes, pero debes enfrentarte a el con valor. Si tienes que morir, muere con honor. Un toque de trompeta sono en los oidos de Ceres, que se oyo por encima incluso del aullido de la multitud. Lleno la arena y, de repente, su contrincante se lanzo al ataque. Era mas rapido de lo que ella pensaba que un hombre tan grande podria serlo, llego hasta ella antes de que tuviera ocasion de reaccionar. Lo unico que Ceres pudo hacer para esquivarlo fue levantar el polvo mientras se apartaba del camino del guerrero. El combatiente blandio su espada con las dos manos y Ceres se agacho, sintiendo la rafaga de aire al pasar. Parecia estar derribando algo a hachazos, como un carnicero empunando su cuchillo y cuando ella giro y paro el golpe, el impacto del metal contra el metal resono en sus brazos. No pensaba que fuera posible que un guerrero pudiera ser asi de fuerte. Se alejo dando circulos y su contrincante la siguio con una desalentadora inevitabilidad. Ceres escuchaba como su nombre se mezclaba con los gritos y los abucheos de la multitud. Se obligaba a concentrarse; mantenia los ojos fijos en su contrincante e intentaba recordar sus entrenamientos, pensando en todas las cosas que podian pasar a continuacion. Intento dar cuchilladas y despues hizo rodar su muneca para bloquear con su espada. Pero el combatiente apenas refunfuno cuando la espada le corto un trozo de antebrazo. Sonrio como si le hubiera gustado. "Pagaras por esto", la alerto. Su acento era marcado, de alguno de los rincones lejanos del Imperio. De nuevo estaba sobre ella, obligandola a bloquear y esquivar y ella sabia que no podia arriesgarse a un choque frontal, no con alguien asi de fuerte. Ceres sintio que el suelo cedia bajo su pie derecho, una sensacion de vacio donde deberia haber un apoyo solido. Bajo la vista y vio que la arena se vertia en un hoyo que habia alla abajo. Por un instante, su pie colgo en el vacio y ella movia su espada a ciegas mientras luchaba por mantener el equilibrio. El bloqueo del combatiente fue casi despectivo. Por un instante, Ceres estuvo segura de que iba a morir porque no habia manera de detener completamente el golpe de vuelta. Sintio la sacudida del golpe contra su espada. Sin embargo, eso hizo que redujera la velocidad al impactar contra su armadura. Su coraza presiono su carne con una fuerza violenta mientras que, al detenerse, ella sintio un dolor ardiente cuando la espada paso rapidamente por su clavicula. Tropezo hacia atras y, al hacerlo, vio que se abrian mas hoyos por el suelo de la arena, como bocas de bestias hambrientas. Y entonces, desesperada, tuvo una idea: quizas podria usarlos a su favor. Ceres rodeaba los bordes de los hoyos, con la esperanza de retrasar el momento en el que el se acercara. "!Ceres!" llamo Paulo. Se giro y su armero arrojo una lanza corta en su direccion. La vara dio un golpe seco en su resbaladiza mano, la madera tenia un tacto aspero. La lanza era mas corta que las que se hubieran usado en una batalla real, pero aun asi era lo suficientemente larga para abrirse camino con su punta en forma de hoja a traves de los hoyos. "Te cortare a rodajas una a una", prometio el combatiente, acercandose lentamente. Ceres penso que con un combatiente tan fuerte lo mejor seria agotarlo. ?Cuanto tiempo podria aguantar luchando alguien tan enorme? Ceres sentia que sus musculos ya le ardian y que el sudor caia por su cara. ?Se sentiria igual de mal el combatiente al que se enfrentaba? Era imposible de saber con certeza, pero era lo que le daba mas esperanza. Asi que ella esquivaba y golpeaba, usando la longitud de la lanza lo mejor que podia. Consiguio escurrirse entre las defensas del gigante guerrero pero, sin embargo, su espada tan solo conseguia repiquetear en su armadura. El combatiente levanto polvo hacia los ojos de Ceres, pero esta se giro a tiempo. Se dio la vuelta de nuevo e hizo movimientos circulares con la espada por lo bajo, hacia sus desprotegidas piernas. El esquivo aquel barrido de un salto, pero ella consiguio hacerle otro corte en el antebrazo al retirar la espada. Ceres golpeaba por arriba y por abajo ahora, apuntando hacia las extremidades de su oponente. Aquel hombre grande esquivaba y paraba los golpes, intentando encontrar el modo de hacer algo mas que tanteos, pero Ceres continuaba moviendose. Apunto hacia su cara, con la esperanza de por lo menos desviar su atencion. El combatiente cogio la lanza. La agarro detras de su cabeza, tirandola hacia delante mientras daba un paso al lado. Ceres tuvo que soltarla, porque no queria arriesgarse a que aquel hombreton tirara de ella hacia su espada. Su contrincante partio la lanza en su rodilla con la misma facilidad con la que hubiera roto una ramita. La multitud rugio. Ceres sintio un sudor frio en la espalda. Por un instante, visualizo a aquel gigante rompiendo su cuerpo con la misma facilidad. Trago saliva al pensarlo y preparo de nuevo su espada. Agarraba la empunadura con ambas manos cuando vinieron los siguientes golpes, pues era el unico modo de absorber algo del poder de los ataques del combatiente. Aun asi, era increiblemente dificil. A cada golpe parecia que ella era una campana golpeada por un martillo. Con cada uno de ellos parecia que un movimiento sismico corria por sus brazos. Ceres ya se sentia cansada por el ataque. Cada respiracion le costaba, como si respirara a la fuerza. No tenia sentido intentar contraatacar ahora o hacer otra cosa que no fuera retroceder y esperar. Y entonces sucedio. Lentamente, Ceres sintio que el poder brotaba dentro de ella. Vino con un calor, como las primeras brasas de una quema de maleza. Se quedo en la boca de su estomago, a la espera, y Ceres fue a por el. La energia la inundaba. El mundo iba a menor velocidad, a paso de tortuga, y ella sintio de repente que tenia todo el tiempo del mundo para parar el siguiente ataque. Tambien tenia toda la fuerza. Lo bloqueo con facilidad y, a continuacion, blandio su espada e hizo un corte en el brazo del combatiente en una nebulosa de luz y velocidad. "!Ceres! !Ceres!" rugio la multitud. Ella vio como la ira del combatiente crecia a medida que el cantico de la multitud continuaba. Ella podia entender el por que. Se suponia que debian cantar el nombre de el, proclamar su victoria y disfrutar la muerte de ella.

  • El hombre escondido bajo el arbol de Antonio F. Ortiz

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    Laura, una maestra de Primaria en un pueblo malagueno, se ha quedado embarazada de su amante, con 44 anos.
    Dudando si tener o no ese hijo tardio, la profesora se enfrentara al terrible accidente que ha sufrido su hermana Maria. Infortunio que le hara descubrir el secreto inconfesable que guardaba su hermana menor.
    “El destino no se equivoco con nosotros, Laura. Unicamente, llego tarde.”
    Una novela de Antonio F. Ortiz, ganador del PREMIO CIRCULO ROJO DE NOVELA 2015 por ‘La chica que sonreia con los ojos’.

  • El fuste torcido de la humanidad de Isaiah Berlin

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    El fuste torcido de la humanidad explora las conexiones entre las ideas del pasado y los cambios radicales que se vivieron en Occidente en el siglo xx: por un lado, la fe en la verdad absoluta de Platon, la ideologia reaccionaria de Joseph de Maistre y el romanticismo de Schiller y Byron; por el otro, los autoritarismos, el fascismo y el nacionalismo, que gana cada vez mas adeptos alrededor del mundo.

  • Princesa Gotica de Laura Cruz

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    La voz de alarma se habia dado en el reino, la princesa habia desaparecido, y por mas que la habian buscado durante horas, nadie habia podido dar senales acerca del paradero de la pequena nina. Esta siempre habia tenido la reputacion de ser muy curiosa e inquieta, sus pequenos pies, adoraban caminar por el fango despues un largo dia de lluvia, mientras saludaba a todos los pobladores del reino de Dorestud. No solia ser la princesa habitual que llevaba vestido de lujo y era tratada como alguien especial, la pequena Agatha, siempre se vinculaba con todos, era reconocida y amada, y esto, desde alguna perspectiva, resultaba mucho mas positivo para el rey, ya que, tenia a su disposicion a todos los pobladores para ser los cuidadores personales de esta pequena nina. Su inocencia, su alegria, su absoluta felicidad la hacian ser un elemento primordial para que aquel pueblo brillara, ya que, despues de que Agatha habia nacido, todo habia cambiado definitivamente en el reino. Su padre, el rey Aren, habia experimentado una tristeza tremenda despues de que habia sido consultado por una de las brujas del bosque, esta, habia asegurado que nunca tendria descendencia, y despues de este anuncio, la vida de Aren habia quedado reducida a la miseria y la tristeza. Pero, aunque tan solo era un joven principe cuando habia recibido esta informacion, los anos fueron sabios. Fueron forjando una personalidad en el que, aunque era retraida, oscura y seria, pronto se llenaria de luz al toparse con Evna, la mujer mas bella que habia visto en su vida. El romance, se habia generado de manera instantanea, ni siquiera habian tenido tiempo de conocerse realmente para poder estar seguros de que el amor era genuino. Aren estaba seguro de que jamas en su vida se habia sentido de esta manera junto a absolutamente nadie, por lo que, al tocar la mano de Evna, una simple aldeana del pueblo, habia descubierto que su corazon podia latir con mas fuerza y su alma podia conectarse con otra de una manera totalmente sincronizada. Experimenta emociones que nadie mas podia generarle. La tristeza de saber que no podria convertirse en padre en el futuro, quedo anulada por la presencia de esta mujer, quien se habia encargado de demostrarle absolutamente todo lo bueno de la vida. Era un cambio muy drastico en su manera de visualizar todo, la apatia, la tristeza y la arrogancia del principe habia sido transformada en bondad, ternura y mucho amor. La vida de este principe nunca fue la misma despues de aquel dia que se habia cruzado con esta chica, justo despues de caer de su caballo durante la practica de una monta programada anualmente por el rey, su padre. Mientras todos se habian burlado del principe, este habia caido al lodo, mientras esta chica, preocupada por el fuerte golpe que se habia dado el principe en la cabeza, habia corrido hasta el para poder ayudarlo. Por suerte, no habia sufrido dano irreversible, pero la preocupacion de la aldeana, le habia hecho pensar que el principe habia sufrido un golpe muy grave en el craneo. Tras despertar de su estado de inconsciencia de un par de segundos, el rey Aren habia pronunciado las palabras que hicieron sonreir a esta chica de ojos cafe, cabello castano liso y un poco de sucio en su rostro. -- ?Acaso eres un angel? ?Ya estoy muerto? -- Dijo Aren, mientras llevaba su mano a la cabeza. -- Has caido de tu caballo, no te toques la herida, puede ser grave. -- Dijo la chica. Estaba totalmente feliz de haber sido parte de la ayuda para este principe, ya que, sus padres estaban muy lejos como para asistir a su ayuda. Las manos de una simple aldeana no podian ser puestas sobre un principe como el, por lo que, los subditos del rey, rapidamente apartaron a la chica tras llegar al lugar del accidente. -- Sucia aldeana, como te atreves a tocar a nuestro principe. !Alejate! -- Dijo uno de ellos comportandose de una manera muy despectiva en contra de la chica, la cual, simplemente habia demostrado ternura y amor para el principe. -- No se atrevan a tratarla de esta forma. No son nadie para expulsarla de este lugar. Se quedara conmigo el resto del dia. -- Dijo el principe. Al defenderla de esta manera, la liana se habia sentido totalmente feliz y llena de una tranquilidad tremenda. Los soldados del rey, eran conocidos por ser despotas y muy agresivos, torturaban aquellos que se resistian a sus ordenes, y automaticamente, a romper las reglas de acercarse al principe, la chica penso que su futuro seria totalmente nefasto. La madre de Evna, veia preocupada como esta se enfrento al peligro mas extremo simplemente por ese sentimiento que toda la vida la habia movido hacia el joven principe. Era su amor platonico, y a partir de aquel dia, se habia convertido en el amor de su vida. Dificilmente podrian separarse nuevamente, pasaban juntos en las tardes, y el principe realizaba constantes regalos a la chica, siendo muy agradecido por lo que habia hecho por el aquel dia donde la verguenza, el ridiculo y el escarnio se habian hecho parte de su entorno. El principe se habia enamorado totalmente de Evna, y todo este sentimiento parecia haber cambiado el curso del destino. Aquel amor, habia dado como fruto a una pequena nina hermosa, llena de luz, con una personalidad unica y unas ganas de vivir que rompieron con cualquier esquema de tristeza que hubiese atrapado al rey durante tantos anos. El ascenso al poder, simplemente venia acompanado de riquezas y mucha bonanza, pero la aficion del rey de consultar a las brujas del bosque, no habia cesado. Estas, le habian asegurado anos mas tarde, que la miseria la pobreza y el hambre se aduenarian del reino y no habia nada que pudiese evitarlo, aunque si habia una salida. Sabia que mientras hubiese amor, luz, bondad y compromiso con su pueblo, no dejaria que nada de esto ocurriera. El rey Aren era amado y respetado, nunca fue visto como alguien que fuese capaz de traicionar a su propia familia, pero la desesperacion es capaz de transformar la personalidad de los hombres mas nobles. Teniendolo absolutamente todo, una esposa que amaba profundamente, una nina sana y muy dulce, simplemente se habia dejado llevar por la preocupacion de que su reino comenzara a descender gradualmente en los anos siguientes. Los reinos vecinos, envidiaban profundamente las riquezas y la evolucion que habia experimentado Dorestud, ya que, este lugar era uno de los mas estables economicamente y sus terrenos se expandian a lo largo de cientos de kilometros. Cosechas hermosas, grandes frutos dulces, animales muy sanos y robustos, hacian que vivir alli fuese totalmente gratificante. Todo el esfuerzo que habia impreso este hombre durante anos, habia generado un futuro prospero pero incierto, y solo en su corazon habitaba la preocupacion de lo que ocurriria en los proximos anos. Se estaba haciendo mayor, y sabia que tarde o temprano su hija deberia asumir el mando de todas las responsabilidades que demandaba ser un rey. Pero sus suenos se vieron opacados un dia ante la profunda preocupacion de no saber en donde estaba su hija. -- !Tenemos que encontrarla! No se puede haber esfumado, Agatha es una nina muy inteligente, y debe estar en cualquier lugar jugando. Revisen en los arboles, en los troncos, draguen los rios si es necesario, en algun lado debe estar.

  • LOLA. Todas las promesas que se ahogaron en el mar de Nazaret Yeste Vilchez

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    Lola vive en la descomunal Manhattan. Es joven, dulce y una gran profesional del mundo de la moda. Sin embargo, el fantasma de su unica relacion esta a punto de arrojarla al vacio. Literalmente. ?Por que no lo olvidas, Lola? ?Por que no empiezas de cero? ?Por que no te bajas de ahi antes de que te hagas mas dano?

  • Nueva York de un plumazo de Mateo Sancho

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    Una novela de auto ficcion marica. Un viaje de migracion de cama en cama.

  • Azul. Un despertar a la realidad 3 de Mercedes Franco

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    Azzure se prepara para el gran baile donde la reina espera presentarla por todo lo alto ante la nobleza de Azzure, la preparacion es un suplicio, pero con resultados fascinantes, cuando se ve en el espejo apenas puede reconocer a la chica que se vestia con estilo punk rock y gorros.

  • Donde esta mi jersey islandes de Stig Dagerman

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    Que bien, asi me gusta. Que me reciban como a un senor. Ahi esta Ulrik, en la esquina del anden, con botas de cuero y su mejor sombrero, el de ala ancha, mirando alicaido a la explanada de la estacion. Lleva brazalete de luto y lazo negro. A su espalda la yegua ramonea entre las flores del arriate. Habra que ir en coche de caballos, no lo hacia desde que era nino. Me reciben como a un senor solo porque padre ha muerto. En otro caso tendria que ir a pie hasta que el fango me cubriera las canas de las botas. Si, claro que no voy a olvidarme del entierro de madre. El mismo de siempre. No, que va, no sale a mi encuentro aunque me vea bajar del vagon. Como si yo no tuviera bastante con lo que cargo, la corona y la maleta llena de botellas de aguardiente. Podia haber facturado la corona, pero vete tu a saber. Bien recuerda uno lo que ocurrio con la corona de madre. Tanto la maltrataron en el transporte que parecia mentira apanar nada. De verguenza me moria durante el entierro, tratando de cubrir las flores con cintas para que nadie las viera. Y acaso cree alguien que sirve de algo reclamar a la compania del ferrocarril. Que va, nada de eso. Lo unico que hacen es escurrir el bulto y alli se queda uno como un pasmarote. Bueno, ahora por lo menos me saluda, Ulrik, Ulrik, como le deciamos de pequenos. Saluda con el sombrero y esboza una sonrisa. Parece un palurdo, pero que otra cosa podria esperarse. Y ahi va el chapista, borracho los sabados como de costumbre. Se detiene y quiere hablar. Sabe lo que llevo en la maleta con solo verla. Recibe mi pesame mas sincero, me dice el chapista, pronto le llego la hora al viejo. Lo vi un dia antes y estaba en plena forma. Ya se sabe que padre bebia mas de la cuenta al final de sus dias, pero no va a ser el chapista quien venga aqui a pregonarlo en medio de la estacion. Me pregunto si estara invitado. Bebian juntos, eso si, padre y el, pero no por eso va a tener que estar invitado. !Atiza! Ahora se me cae el brazalete. El anterior lo perdi, salgo un sabado de parranda y cuando vuelvo a casa el brazalete ha desaparecido. Y no porque se lleve el luto precisamente en la ropa, !pero mira que perderlo en medio de una borrachera! Alelado se queda uno aunque fuera un mes despues del entierro. La mujer ha vuelto a comprarmelo muy holgado. O acaso este yo demasiado flaco para brazaletes. A saber. En todo caso se me cae hasta la muneca. Y parezco un desmanado. Maldita sea. Y Ulrik. Es lo que suele hacer cuando vengo a casa. No echa una mano aunque uno deje la maleta en el suelo y lo este deseando. Y decir, no dice una palabra, no responde aunque le diga hola una y dos veces. Pero siempre fue cerril y atravesado. Ulrik. Agarra tu la corona, hermano, le digo, y le doy una palmadita en el hombro. Hermanos somos en todo caso y circunstancia, no va a ser en vano. Bien, la caja de la corona cabe justo bajo el asiento trasero. Pero la maleta la llevo conmigo. Ulrik chasquea la lengua. Blenda, la condenada yegua, gira torpe con el belfo atiborrado de flores del jefe de la estacion. Deja ahi la maleta, muchacho, dice Ulrik. Pero bien sabe uno lo que paso cuando el entierro de madre. Tage, el hermano pequeno, quiso llevarla para darselas de forzudo y, pum, golpeo la maleta contra un puntal de la cerca y reventaron dos botellas. No hubo mas remedio que salir por ahi y tratar de hacer acopio de aguardiente en plena tarde de sabado. Sera mejor que lleve la maleta conmigo. En todo caso hace calor. ?Que si ha llovido? No, llover no ha llovido desde hace un mes por lo menos. Buen mes de octubre, hay que decirlo. Enviamos tarde las cartas, dice Ulrik, pero asi y todo las mandamos. Las cartas. Pasamos por delante del banco, la casa del medico y el cafe del minigolf. Ahi es donde trabajaba Frida. No fue mala idea ser novio suyo. Entonces entraba al cafe por la puerta trasera y la consumicion me salia gratis. El tiempo que duro. Pero la verdad es que siempre fue de provecho tener a Frida ahi. La recibiste a tiempo, claro, pregunta Ulrik. O mas bien lo afirma para justificarse. Ah si, las cartas. La carta. Pues si que llego, pero bien podia haberla escrito antes, Ulrik. Pero siempre ha sido reservado y no, que va, escribir no escribe una linea en vano. Y asi llego la carta, el domingo pasado, de forma enteramente inesperada. Yo me habia pasado todo el dia en el hipodromo de Solvalla, apostando a las carreras y con ciento cincuenta coronas en premios, ?cuantas veces ocurre eso? Que disculpado esta uno cuando no esta sobrio del todo. La carta, va la mujer y la pone encima del contador de la luz y empieza a hacerse la remolona, a ver si cojo la carta tan pronto como llego a casa. Como cuando murio madre, pero entonces recibi una carta como es debido de Lena, la hermana pequena, la que ahora esta ingresada en el sanatorio, cosa que sin duda tranquiliza. Abro la carta, es lo que hago, la leo y releo y me lleva tiempo aclararme. Algo perplejo se queda uno al recibir un mensaje luctuoso y no estar realmente sobrio. La mujer no puede dejar de advertirmelo, pero ya le devolvere yo la pelota, vaya que si. Y bien, me digo, el viejo no es de los que han desperdiciado una sola gota y quien sabe: acaso se ha dicho que estaba completamente sobrio al morir. Pero aun asi me siento algo afectado, igual que en el entierro de madre, cuando salimos por ahi a pedir aguardiente para el velatorio y por la noche ya estabamos alegremente achispados y con resaca durante todo el entierro. Ropa tienes, por supuesto, dice luego la mujer, eso si, tendre que comprarte otro brazalete, claro, el anterior lo perdiste en medio de una borrachera. Tendre que oirla hasta el dia que me muera. Y el tejado del guardia, que salio volando y se le vino abajo. Si, eso dicen, que salio volando. Ahora esta sentado en el patio. Fuma en pipa y tiene un papel en la mano. Tambien se ha hecho con una hamaca desde la ultima vez. Estara buscando informacion sobre quien pudo haberle echado el tejado abajo. Un engreido, es lo que siempre he pensado. Ahora nos adelanta un coche, un flamante Chevy, a estrenar. Se lo digo a mi hermano, pero que va, que va a saber mi hermano lo que es un Chevy, ni siquiera un Chevrole, por lo que le toca. Que pena por Lena, se saca Ulrik de dentro, no la han dado permiso para venir a casa. Si, pobre Lena, la hermana pequena, por lo menos tiene algo especial. No es como Ulrik, cerril y atravesado, ni tampoco como Lydia, la hermana mayor, gorda y presumida desde que se caso con el tratante de aparatos de radio del pueblo. Los domingos sale con traje folclorico y se ha hecho voluntaria del cuerpo auxiliar del ejercito. !La hermana de uno! Ya se sabe que lo unico que hace es mirar a los demas por encima del hombro. Bien me acuerdo del revuelo que armo durante el entierro de madre por darse la casualidad de que uno cometiera un desliz la manana del entierro. !Mira que tener un hermano tan cafre!, eso fue lo que me dijo. Pues mira, si de mi depende, de eso se libra. Lena es otra cosa. Se parece mas a uno, no teme hablar, no es nada arrogante ni mira a nadie de soslayo, nunca lo hizo. Y tuvo que contagiarse de tisis en casa de ese estupido de Lundbohm, solo por no caldear su habitacion. Ama de llaves de semejante patan, el diablo tenia que ser. El Chevrolet viene de vuelta, seguro que ha estado en Turisten y viene de regreso. A Turisten vienen a tomar copas hasta de la ciudad. Si pudiera salir esta noche. Pero bien recuerdo lo que paso durante el entierro de madre. Toda una bronca. Bronca y amargura. El Chevrolet aminora la marcha y no porque la yegua se asuste, porque Blenda ha servido en un regimiento acarreando los canones de los cabos. Coche y carreta se detienen y quedan a la misma altura, y quien baja la ventanilla del coche y asoma la jeta sino Holmgren el Panadero. Algo mas calvo esta desde el entierro de madre, pero tiene la misma nariz roja. Tambien tiene la cara colorada pero quiza se deba al bronceado. Capaz. Te acompano en el sentimiento, me dice Panadero aunque parezca tan alegre como siempre, siento lo de tu padre. Pero vente a dar una vuelta esta noche si no tienes nada mejor que hacer. Que no es que Knutte ande todos los dias de parranda, dice Panadero. No desde el entierro de madre, le digo tratando de parecer compungido aunque no me resulte nada sencillo cuando pienso en las juergas que me he corrido con Panadero. El aguardiente que hemos bebido juntos podria bastar para pasarnos borrachos como minimo la mitad de un ano. Ya veremos, ya veremos, le digo. Nada fijo le puedo prometer estando Ulrik delante. Pero Ulrik chasquea la lengua y restalla con la fusta para que la condenada yegua arranque en segunda y pegue un tiron tremendo. Pero la maleta la llevo bien sujeta entre las rodillas para no correr ningun riesgo. El Chevrolet arranca y se aleja. Precioso coche, digo, y no es que deje de sentir cierta curiosidad por los posibles de Panadero para ir dandoselas de coche. La ultima vez me pidio prestadas diez coronas para poder sacar a la mujer a dar un paseo. Ella llevaba tres dias sin salir de casa. Al menos eso fue lo que me aseguro. Pero vete tu a saber. Tanto larga Panadero. En el fondo es un buen muchacho. Primero acierta una quiniela, dice Ulrik. Y luego le toca la loteria. De modo que pronto va a morir pimplando. Eso suena a envidia. Envidioso y atravesado, eso es lo que siempre ha sido Ulrik. Ahi va, dando trallazos con la fusta mientras Blenda cabecea despacio en direccion a Turisten. Fuera de Turisten estan los camiones de la cerveza. ?Tienes cerveza en casa? Si no tienes, paramos y apanamos una caja, le digo. Pero entonces Ulrik se enfurruna. Restalla con la fusta para que la yegua llegue al puente en dos o tres trancos. Es que no puedes pensar en otra cosa estando padre muerto, me reconviene. !Cerveza y aguardiente, no tienes otra cosa en la cabeza! Pues claro que si, hombre, podria haberle dicho. Recordarle el dinero que he estado enviando a casa durante ocho anos para el tabaco de padre y !cuantos vestidos no enviaria la mujer a madre en su dia! Pues claro que hemos tenido algo mas en la cabeza, si es que le da por ahi. Y ademas, lo de la caja de cerveza ha sido con la mejor voluntad. Bien recuerda uno lo que paso en el entierro de madre. Al final solo hubo agua y quienes fueron los que tuvieron que avergonzarse, Ulrik y uno que yo me se. Tambien podria recordarle eso. Llegado el caso.

  • La decision de John (Slow Death 5) de Antiliados

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    John Wells, bajista del grupo Slow Death, siempre se ha caracterizado por ser una persona serena, que se preocupa por los suyos, hasta incluso se podria decir que en ocasiones demasiado. Sin embargo, todo su mundo se ve agitado cuando Nate el primo de la esposa de su amigo Henry, aparece con la intencion de conquistarle y remueve sus sentimientos.
    No obstante, John, aloja en su corazon el recuerdo del primer amor. Una mujer que ha cambiado tanto en los ultimos anos que ni el mismo la reconoce cuando regresa a su vida.

  • Las Ramonas de Ana Cabaleiro

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    Mi marido se acuesta con esta pobre ilusa, vuelve a pensar Mona Otero. Vuelve a pensarlo por tercera o quiza ya por cuarta vez desde que se subio al coche y se desespera, porque no llevan ni tres minutos de trayecto. Esta imagen, la de la pobre ingenua seducida, ya la ha tenido antes, al menos unas veinte o treinta veces mas durante la boda del sabado. Y en simultaneo tambien piensa que ya es mala suerte que le haya tocado ir en el maldito coche con ella. Todavia van a la altura del cruce del gallinero, que ademas de no ser lo que se dice un cruce, no tiene cerca ningun gallinero, solo la granja de pollos de los Novo, que forma parte del paisaje historico del entorno desde que a Mona le alcanza la memoria. Lo que si es cierto es que ese cruce, que es mas bien el empalme de una pista en otra, es como una frontera, el final de Saidres, la parroquia de Mona y el comienzo del exterior, sea cual sea ese exterior, Silleda o Lalin, o incluso Pontevedra o Compostela, esos sitios a los que habitualmente hay que ir por alguna causa: comprar, ir al medico o arreglar algun papel. Ahora ya no es sabado, es lunes, y Mona Otero tiene, en efecto, todo el cuerpo de lunes, acido y pesado, y se ve metida en un coche con una tia que sin duda es la amante de su marido y se siente arrasada por dentro por el fin de semana terrible que acaba de padecer, que ha sido como un rosario de pesadillas extenuantes. Mona Otero sonrie. No sera ella la perdedora de la historia. Nunca lo ha sido en casi quince anos de matrimonio. --Oye, me alegre mucho el sabado cuando vi que te habian contratado. Eres la unica fotografa que conozco que saca guapa a cualquiera. La conductora del coche, la amante de su marido, Ra Meixide, entabla la conversacion justo con lo que mas le puede doler, el machaque de su espiritu profesional con la maldita frase de sacame guapa. Ambas saben que esa fue la causa del encontronazo del sabado y Mona trata de dilucidar si su interlocutora es valiente o una simple inconsciente al volver a hurgar en la herida. --A ti te ha pasado como a mi. Por un lado teniamos que trabajar y, por el otro, ibamos de invitadas, y de tanto atender al trabajo al final no disfrutas de la fiesta. Ra Meixide sigue perorando animada sobre la maldita boda. Demasiado animada, le parece a Mona. Empieza a preocuparse por el rumbo que esta tomando la conversacion, pero no le queda mas remedio que entrar en el juego. --Era la primera boda que hacias, supongo. Como llevas aun tan poco tiempo de concejala... --Si, si, me hizo muchisima ilusion, ?sabes? Porque los novios pidieron ex profeso que los casara yo. Al oirla, a Mona le viene como una rafaga de compasion. Ya no es solo que Ra Meixide le parezca algo ingenua, sino tambien egolatra profunda. Entiende que la flamante concejala de Participacion Ciudadana y Turismo esta ensayando para labrarse la pose de politica humilde, de las que quieren seguir siendo pueblo llano. Para empezar, hoy pone su coche particular a disposicion del projimo, en este caso, a disposicion de Mona, para los viajes compartidos. Ra Meixide, una politica de su tiempo que no malgasta el erario publico, que contribuye a la conservacion del medio ambiente y bla, bla, bla, una persona maravillosa. !Cuantas como ella ha conocido! Apenas estan llegando al atajo que atraviesa la parroquia de Negreiros y que va a dar a la nacional 525, justo antes de la recta de Rolan. !Lo que aun le queda metida en ese coche! Cuarenta kilometros por lo menos. --?Como es que vas hoy a Compostela? Y tan temprano. --Tengo una reunion a primera hora en San Caetano, a primerisima hora, la verdad. Por eso cuando vi tu solicitud en BlaBlaCar me parecio perfecto aprovechar el viaje. A Mona le parecen demasiadas explicaciones. Una reunion en la Xunta en agosto ni siquiera le suena creible, pero Ra Meixide continua hablando como una metralleta, con un soniquete estridente, tal como la recuerda en los mitines de la campana electoral. Al pasar por el trecho de carretera desde donde se ve el lugar de Riobo, todavia en la parroquia de Negreiros, Mona deja volar la parte tonta de la neurona hacia el grupusculo de casas donde paso su primera infancia, en casa de tia Milita, que ni era tia suya ni nada. No era mas que la casa en la que se habia criado su padre despues de que lo hubieran recogido de dios sabe donde. Nunca le han contado ese momento de la historia familiar. Alli queda, escondido, no se ve desde la carretera, el puente de piedra que pasa sobre la via del tren, junto a la casa de Penido. Era en otro tiempo un territorio autonomo, una reserva independiente y secreta, todo un mundo propio, con un pretil de piedra que se curvaba en arco por encima de los railes, que se veian alla al fondo y que atesoraban todo un universo maravilloso de fabulas pobladas de monstruos que vivian entre las zarzas de las lindes y entre las traviesas de la propia via. Era un mundo oscuro, el de los cuentos que se inventaban desde la atalaya del puente, donde no habia espacio para princesas, porque en los cuentos de aldea solo habitan ogros y dragones deformes y amenazantes contra los que hay que luchar a muerte en batallas terribles e imaginadas cada dia, siempre peligrosisimas. Por eso llegaba tarde a comer a casa de tia Milita. Piensa, como de pasada, como si fuera un pensamiento dormido en una galaxia paralela, que deberia plantearse algun proyecto sobre los puentes de piedra, o sobre las vias del tren, o sobre los terraplenes que las limitan infestados de zarzas y maleza, algo que por fin impactara a su galerista. --Me encantaron tus zapatos, de lo mas elegante que he visto en mucho tiempo. La gran Ra Meixide, la concejala animosa, parece sonreirle en senal de paz. Acaban de entrar en A Bandeira, y ante el semaforo en rojo, paradas de un modo absurdo en una calle desierta, silenciosa, desolada a esas horas tan tempranas, se ve a si misma y a la amante de su marido como si estuvieran en la via principal de un poblado del Oeste despues de un tiroteo. Mira con algo de ansia a las aceras, a las ventanas de los bajos, a los escaparates, y no ve ni un triste gato ni un perro callejero ni un pajaro despistado que surque el aire a esas horas de la madrugada. Son apenas las siete y cuarenta de una manana de lunes. Y ademas de ser lunes, es agosto, y llueve malamente y sin ganas, como por tocar las narices. Y ya ha pasado mucho desde la espera en el punto de encuentro, a la puerta de la taberna de Saidres, la de Concha, rogando a los dioses profanos que el conductor de BlaBlaCar no se hubiera perdido. Andar por las aldeas no siempre es tan facil como parece en Google Maps. Diez minutos resguardada bajo el balcon del bar, mirando obsesivamente hacia el lado de A Pena, que era por donde tendria que aparecer el coche, atisbando a la nada, o sea, hacia unas cuantas fincas y la casa abandonada del cura al fondo, con la iglesia en lo alto, y al final, Ra 32 anos conductor nivel experto era la maldita concejala parlanchina. --Y ademas de elegantes, parecian comodos. Eran comodos, ?no? La voz aguda no le da tregua, voz de politica competente y dispuesta, que la devuelve a la noche del sabado, al claustro en ruinas del monasterio de Carboeiro, decorado para la ocasion por algun pijo con infulas artisticas, imitando una especie de jardin silvestre entre piedras historicas. Alli estaba ella, a las siete de la tarde, con sus zapatos dorados recuperados directamente del arcon del desvan de la casa de Saidres, que acumulaba quincalla de cuya procedencia ya nadie en su familia sabia responder; podian ser las cosas del tio Ernesto de cuando estuvo embarcado, o los restos del equipaje de una hermana de la bisabuela que volvio de Brasil rota y moribunda, o simplemente trastos sin historia, restos desvalidos de la vida de cada uno que habian ido llenando, a lo largo de los anos, el arcon del desvan. --Si, eso si, comodisimos. Van pasando por Loimil y grandes nubes grises y bajas siguen lagrimeando mansas. Ra Meixide conduce al limite de la prudencia, pero sin sobrepasarlo, con un punto de correcta contencion. Habla animadamente de la boda, de como conocio a los novios, ahora ya matrimonio, de como le pidieron que fuera ella, la nueva concejala, la del recien formado Gobierno municipal, la que oficiara la ceremonia civil. Ni diez semanas hacia que ostentaba el cargo, era su primera boda. --Me ha encantado la experiencia, la verdad. En general las bodas son momentos de tanta felicidad, todo el mundo se esfuerza para que salga todo perfecto, para que tenga ese toque como de magia, ?no? Ademas, la novia iba taaan espectacular, ?a que si? Para Mona, la novia podria haber ido envuelta en celofan y no habria ido mas espantosa. En realidad, no le apetece hablar de la boda. No quiere hablar de nada con esa tia, pero contribuye a la conversacion como cabe esperar. --La que iba espectacular eras tu. Me encanto el vestido que llevabas, !que tela!, con esos brillos, con esos matices irisados... Le agrada comprobar que Ra Meixide es tan simple como egolatra, y no tiene reparo en seguir con frivolidades. --Bueno, chica, es que en eso de las telas yo juego con ventaja, quieras que no, es una asignatura que me ha tocado estudiar desde la cuna. Mona recuerda la tension en la fiesta patronal de San Juan, cuando ella y sus primas estrenaban sus vestidos, todas tiesas y temerosas de mancharlos o estropearlos. Por aquel entonces, conocia a la gran Ra Meixide por ser la hija de Mucha, la de los retales, en cuya tienda la tia Milita compraba las telas para hacerles los vestidos, todos identicos, a lo mejor cambiando el color de un lazo o de un volante. Las llevaba a sesiones interminables para escoger el genero en los escasos diez metros cuadrados de local, que mas bien parecia el despacho de un estanco, con estanterias y cajas de rollos de tela, de hilos, de gavetas llenas de muestras de botones, de presillas, de pasadores, de corchetes, alli toqueteando, sobando y palpando calidades, consistencias y resistencias, mientras se desgranaba, una a una, la vida de cuanta conocida habia. Y alli estaba ella, la hija de Mucha, la de los retales, sentada en una banqueta en un rincon, entre el mostrador y el escaparate, con el libro abierto sobre las rodillas, atenta a lo que se le mandase: nina, cogeme ahi en ese cajoncito los botones nacarados, ese, si; sacale aqui a la senora esa tira de puntilla fina que acaba de llegar, que me parece a mi que le va perfecta a la cinturilla de estos conjuntos. La pequena Ra Meixide, callada y obediente, podria muy bien haber protagonizado una pelicula de esas de como se alcanza el gran sueno americano, con teson y esfuerzo, la hija de soltera que ayuda en el negocio familiar, estudia con becas publicas y suda sangre y lagrimas hasta que consigue la plaza en propiedad de profesora de quimica en un instituto, que llega incluso a directora del centro, y que se permite una excedencia para ponerse al servicio de la ciudadania en el Gobierno municipal. Y todo antes de la edad de Cristo. Sin perder, por tanto, ni un minuto de su vida. --La del vestido rojo con cristalitos cosidos, ?sabes cual te digo? Claro que Mona sabe cual le dice. Iba armada con una reflex ultimo modelo y un juego de flashes nuevecitos. Mucha idea de fotografia no se le veia, porque se movia de una punta a otra como si tuviera que hacer fotos desde todos los angulos, cuando una profesional de verdad lo que hace antes de empezar es buscar la direccion de la luz y localizar los espacios para ir a tiro fijo. --Me toco compartir mesa con ella, y era simpatiquisima. !Vaya personaje! Estuvo contando anecdotas de sus viajes. Resulta que ha recorrido medio mundo. Simpatica seria, pero Mona recuerda a la supuesta senora viajera usando la camara en automatico y disparando cuando se le antojaba, muchas veces al mismo tiempo que ella, quemandose mutuamente el trabajo con tanto flash, y consiguiendo que le cayeran bien todos los demas invitados que andaban por alli incordiando con sus moviles de ultima generacion para hacerse el tipico selfie con los novios. --!Que risa! Nos conto que en la India tenia que ducharse con un cubo y un cazo, y que un dia por lo visto le toco un cubo con rana y que se fue duchando como pudo mientras la rana la miraba fijamente. !Nos tronchamos! !Si hasta imitaba a la rana y todo! La concejala prosigue animada con las anecdotas del sabado, y Mona, viendo lo mucho que se enrolla con ese tema, sabe que acabaran llegando a la parte espinosa. Dejan atras el puente sobre el rio Ulla, cubierto de niebla y calabobos, y se van acercando ya a Santa Cruz de Ribadulla. Mona se da cuenta de que Ra Meixide hace gala de una mezcla curiosa de politica abierta y dicharachera, de conversacion amable y campechana, con un poso cotilla y desinhibido, que identifica con la herencia de los anos que paso en la tienda materna de los retales. Ya a la altura de la senal de la limitacion a cincuenta, en la entrada de Lestedo, a Mona le viene a la boca un regusto a bilis. Alli, justo alli, pero yendo en sentido inverso, le habia puesto la guinda a la desastrosa jornada del sabado. Alli la paro el agente de trafico, barra luminosa en ristre, y perdio los pocos puntos del carne que le quedaban. Atraviesan Lestedo, y la boda y toda la hecatombe que desencadeno siguen planeando sobre su animo. Es justo en ese punto cuando cae en la cuenta de que la concejala no le ha preguntado que hacia en Saidres, sola y sin coche, un lunes por la manana, cuando ella y su marido viven en Compostela. Y piensa de nuevo lo que ya pensaba en aquel instante preciso de la boda, el sabado por la tarde, lo que lleva pensando desde que se monto en ese coche: mi marido se acuesta con esta pajarraca. Y a continuacion algo aun peor, y el muy cabron me la manda para que me haga de choferesa hasta Compostela. Le entran ganas de abrir la puerta y tirarse en marcha. Quien la habra mandado montarse.

  • El rastreador de muertos de Jose Perea Del Pino

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    <>. – Luck McReady –