• rebeca cod - Rebeca Cod

    https://gigalibros.com/no-suena-a-best-seller.html

    Si tu vida tuviera banda sonora, ?sabes como sonaria?

  • No suena a Best Seller Versión Kindle - Cod, Rebeca

    https://www.amazon.es/suena-Best-Seller-Rebeca-Cod-ebook/dp/B07LGH9DFJ

    Mirar en el interior de este libro. No suena a Best Seller de [Rebeca Cod]. Sigue al autor.

  • Rebeca / Rebecca Tapa blanda - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Rebeca-Rebecca-Daphne-Du-Maurier/dp/6073179251

    Rebeca / Rebecca : Maurier, Daphne du: Amazon.es: Libros. ... Con un epílogo al principio del libro que te induce a pesar que tras las experiencias vividas, ...

  • 9781790330720: No suena a Best Seller - IberLibro

    https://www.iberlibro.com/9781790330720/suena-Best-Seller-Cod-Rebeca-1790330726/plp

    No suena a Best Seller de Cod, Rebeca en Iberlibro.com - ISBN 10: 1790330726 - ISBN 13: 9781790330720 - Independently published - 2018 - Tapa blanda.

  • La clave está en Rebeca - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/La_clave_est%C3%A1_en_Rebeca

    ... por los servicios de inteligencia alemanes y usara como código el libro Rebecca, antes mencionado y fuera conocido con el nombre clave de Cóndor.

  • Tan solo un instante - Edelvives

    https://www.edelvives.com/es/Catalogo/p/tan-solo-un-instante

    Es un/a Álbum y libro ilustrado de Aventura para edades De 8 a 10 años. ... Impresionante ilustración panorámica de Rébecca Dautremer en un libro-acordeón.

  • Rebeca (Bolsillo) (Tapa blanda) - Libros - El Corte Inglés

    https://www.elcorteingles.es/libros/A1828192-rebeca-bolsillo-tapa-blanda/

    Rebeca (Bolsillo) (Tapa blanda) ... esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphne du Maurier: Rebeca.

  • ORIGEN 22. EL CICLO VITAL HUMANO - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-origen-22-el-ciclo-vital-humano/9788412371529/12589994

    EL CICLO VITAL HUMANO de REBECA GARCIA GONZALEZ en Casa del Libro: ... EL CICLO VITAL HUMANO tiene un código de ISBN 978-84-123715-2-9 y consta de 31 ...

  • Rebeca Jerez presenta su nuevo libro 'Una ciudad de cuento ...

    https://salamancartvaldia.es/noticia/2022-03-05-rebeca-jerez-presenta-su-nuevo-libro-una-ciudad-de-cuento-y-mas-291112

    5 mar 2022 — La periodista mirobrigense Rebeca Jerez presentó en la tarde del sábado en Ciudad Rodrigo su nuevo libro, titulado Una ciudad de cuento y ...

  • La barrera del sonido de Juan Trejo

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    El narrador de esta novela, un personaje sospechosamente parecido al autor, necesita bucear, como si de un paciente arqueologo se tratara, en los hechos mas significativos de su pasado, tras un episodio critico y decisivo que le marcara para el resto de su vida; un cambio de panorama vital que le llega en su etapa de madurez, y que le obliga a replantearse todas las certezas abrigadas hasta ahora: su pasion por algunos de los escritores mas representativos de la literatura del siglo XX, la necesidad de escribir para entender lo vivido, esa curiosa obsesion que le persigue desde nino por viajar o la importancia de los vinculos personales. La barrera del sonido es un fresco de la vida de un escritor con el paisaje de fondo de un pais a lo largo de cuarenta anos.

  • Pifias matematicas de Matt Parker

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    ?Que hace que un puente se tambalee cuando no estaba previsto que fuera asi? ?Como es posible que miles de millones de euros se esfumen en un instante? ?O que un edificio tiemble cuando una clase de gimnasia que salta al ritmo de una determinada cancion iguala su frecuencia de resonancia? La respuesta a todas estas preguntas son las matematicas. O, para ser mas exactos, lo que sucede cuando las matematicas fallan en el mundo real.

  • Los melodramas de una rubia desgraciada de Nuria Losilla Subires

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    Mi nombre es Charlotte Katherine Fausser. Tengo 28 anos, salud, trabajo, novio y el mejor amigo de la mujer: un hombre irremediablemente gay. Hasta aqui todo parece perfecto, ?verdad? La vida perfecta, trabajo perfecto, pelo perfecto... Pues no. Soy una desgraciada, mi vida es un drama y, en consecuencia, soy una Drama Queen. Por si todo esto no fuera suficiente, el universo planeaba mi muerte de la forma mas cruel e inoportuna posible, pero eso yo aun no lo sabia. Pensareis que soy una exagerada, pero no es asi. Bueno... Quizas un poco, pero solo cuando tengo la regla... y cuando me tiene que venir. A veces incluso unas semanas despues... Yo me lo tomo como un entrenamiento emocional para que mi mente no se desacostumbre. El caso es que soy una desgraciada, si bien pueda parecer que tenga una vida de ensueno. La Barbie rubia, guapa y triunfadora acompanada de su mejor amigo guapo y triunfador, el Ken. Barbie y Ken, inseparables. Perfecto, ?no? !Pues no! Porque mi Ken tambien es una desgraciada, asi que el drama se multiplica. Hasta el 2018 yo no era una desdichada... Al menos, no tanto. Sufria las desgracias justas de los dramas primermundistas, pero fue salir del 2018, mi fabuloso ano 2018, y todo se torcio. Maldito 2019, !destruyo mi vida por completo! Os pondre en contexto para que me entendais. El que fue el mejor ano de mi vida termino sin yo saberlo tras las doce campanadas. El ano que resumia todos mis exitos y cumplio todos mis propositos: el trabajo perrrrfecto en la agencia de marketing y publicidad Perfect. Ironico, ?verdad? Dinero, centro de Londres, viajes por todo el mundo desde Dubai a Miami, lujos, gastos pagados, un Paul y un Markus. !Lo tenia todo! Un atico en el centro de Londres (!era lo mas!) y cerca de lo mas importante de Londres, el Soho. Y, por ultimo, pero no menos importante, el mejor companero de piso y de vida: mi gato Foffy. En mi familia siempre ha habido perros, pero los gatos son mejores, y yo tenia el mejor gato del mundo. Hasta se parecia a mi cuando se ponia borde. ?No os parece adorable? Asi era mi vida: perfecta, divina y fantastica. Las probabilidades de sentir envidia ahora mismo son altas, y no te culpo, pero en cuanto sigas leyendo un poco mas lo que sentiras sera pena por mi. Desgraciadamente el perfecto 2018 termino, llego el odioso 2019 y, bum, sin saberlo, adios a mi ano perfecto. !Au revoir, vida perfecta! No pude saber que el 2019 seria horrible solo por el primer dia porque empezar, empezo muy bien. Comenzo como un ano cualquiera, de fiesta. Club de moda, fiesta de lujo, cocteles, bares, conocidos y desconocidos... Era como un fin de semana cualquiera, pero con mas gente, mas ambiente y mas alcohol. Lastima que me cruzara con el indeseable de Max. Si ese engreido no hubiera aparecido, habria sido la noche perfecta. Una noche fantastica, divertida e inolvidable si no fuera por el alcohol. Empezo muy bien, pero habia un problema; era 2019 y, por lo visto, el universo decidio que una pobrecita persona normal y corriente como yo no podia permitirse el lujo de ser feliz dos anos seguidos. Eso explicaria el encontronazo con Max y el castanazo de despues. Era un companero de trabajo que me atormentaba la existencia con su mera y embriagadora presencia. Con unos ojos verdes que resaltaban en su tez oscura, el rapado impecable y una sonrisa de anuncio. En resumidas cuentas: un Doctor Jackson Avery de Anatomia de Grey, pero en capullo. Ese tio lo tenia todo y, en concreto, tenia el don de la oportunidad, apareciendo justo a tiempo para ver con esos ojazos como me caia por las escaleras al salir del club, tras lo cual recuerdo a mi mejor amigo Paul meandose de la risa cogido a la barandilla para no caerse, un monton de tipos ayudandome a levantarme y la risilla soberbia de Max al otro lado. Tambien recuerdo el moreton de mi rodilla. Una entrada al nuevo ano bastante normal en mi. Sin embargo, ese no fue el dia en que mi vida empezo a desmoronarse. Recuerdo el momento exacto en el que mi vida, tal y como la conocia, murio: fue el 17 de enero de 2019 a las 11:58 horas. Entonces me converti oficialmente en la chica rubia mas desgraciada de Londres. Capitulo 2 El peor dia de mi vida Aun tengo ese dia grabado a fuego en mi mente, 17 de enero de 2019 a las 11:58 horas. Eran las rebajas. A las 8 de la manana estaba disfrutando de mi desayuno repleto de energia y nutrientes: tortitas de avena con chocolate 0 % en compania de mi queridisimo Paul. Si, mi Ken, mi mejor amigo gay que hacia apenas unos dias se estaba riendo de mi por caerme. No lo culpeis; yo tambien lo hago continuamente. Ademas, por cada una de mis caidas, el sufria tres. Se caia de las tarimas, en los banos y tambien por las escaleras, pero siempre se levantaba rapido para huir del lugar antes de darle la oportunidad a los demas de reirse o ayudarlo. Muy digno. Desde luego Paul no pasaba desapercibido. Era tres centimetros mas alto que yo, es decir, media un metro ochenta y tres centimetros para ser exactos. Ojos azules, tupe negro y pomulos y culo perfectos. Todo un Can Yaman. Amigo, confidente y estilista. Planeamos minuciosamente cada detalle del plan de rebajas para aquel dia: donde parar a comer, que comprar, donde quemar nuestras tarjetas de credito... Lo tipico. Y asi avanzaba la manana de compras en Irregular Choice, Nico Didonna y obviamente, la que no podia faltar, Victoria's Secret, tienda que se convirtio en mi condena sin yo saberlo. Mi mision en aquel lugar era muy clara. Me iba de fin de semana con Markus, asi que necesitaba algo nuevo. Algo que no hubiera visto y que lo dejara sin palabras pero que a la vez le vinieran tantas a la cabeza que no supiera que decir. Y Paul era un experto en encontrar ese tipo de cosas, asi que mientras el estaba enfrascado en aquella ardua tarea yo recibia un mensaje: De Alice: Hoy es el cumple de mama. !Llamala! Estaba tan feliz y tan despreocupada que no me habia parado a pensar en ello. Yo quiero a mi madre, mucho, pero mas y mejor en la distancia; no se si me entendeis. De todos modos, no aprueban mucho mi estilo de vida exitoso y contemporaneo, asi que era mejor limitar las conversaciones para no acabar discutiendo. Alice sabia que se me pasaria y, si no lo hacia de inmediato, yo sabia que tambien, aunque me olvidara a proposito, asi que la llame. Y ese fue mi error, llamarla en mitad de la tienda a la vista de todos, para que todos supieran cuales eran mis movimientos exactos al sacar y guardar el movil. Esa puta llamada fue mi condena porque, cuando llegue a caja para pagar, me di cuenta de que mi movil NO estaba alli. Ni rastro de el: ni en el bolso, ni en los bolsillos, ni en las estanterias de Victoria's Secret donde habia estado hurgando. !Alguna maldita zorra de manos largas me lo habia robado! Ni quince minutos tardo aquella mala pecora en arrebatarme mi vida. Quince minutos de despiste y un segundo para convertirme en la desgraciada mas absoluta del mundo. Procure no sacar conclusiones precipitadas. --Paul, llamame --le exigi y Paul rapidamente pulso el boton de llamada. --El telefono al que llama esta apagado o fuera de cobertura --se escucho. --!AAAAAH! --Aquel grito debieron de escucharlo incluso en Hong Kong--. !Mentira! Mi movil jamas esta apagado. No puedo apagarlo. Imposible. Ese telefono tiene que estar activo 24 horas al dia los 7 dias de la semana. No puede apagarse --Estaba histerica, maldiciendo todo lo posible para mis adentros y actuando como una loca en medio de una tienda delante de mi mejor amigo. Habia perdido los estribos--. Ademas, no me se el pin, no puedo apagarlo --dije mas sosegada tras sacar mi furia e histeria exponiendo el unico y verdadero motivo por el que nunca podia apagar el movil. Ese fue el dia de mi muerte. El inicio de la decadencia. Ese movil era mi vida entera, mi trabajo, mi ocio, mi adiccion. Mi vida, agenda y contactos estaban en ese telefono. Ademas de Instagram, y todo ese tipo de aplicaciones superficiales que son de vital importancia para mi. --?Puedo llamar a mi hermana? --pregunte a Paul. Ya sabia que no tenia ni que preguntarselo, asi que no tardo en alargar el brazo con el numero de Alice. Tenia que bloquear y formatear ese telefono ipso facto. Le indique a Alice todos los pasos que debia seguir para bloquearlo y borrar todos los datos antes de que destruyeran aun mas mi vida. No podia arriesgarme a que tambien me la robaran si con arruinarla y destrozarla no tenian suficiente. !Que drama de dia! Al final irme de rebajas me salio carisimo, no solo por lo del telefono, sino porque casi todo lo que me compre era de nueva temporada. Ya era oficial que el dia era una mierda y no iba a mejorar, pero ?en serio hacia falta que empeorara? Al final tuvimos que detener nuestro plan de rebajas despues de entrar a solo tres tiendas y acabar en la policia. Necesitaba encontrar la caja del movil, necesitaba los datos que contenia para poder denunciar. ?Alguna vez os habeis mudado? Por si alguien dice que no, os dire que es una putada. Cuando te mudas, descubres que tienes mas cosas de las que necesitas y mas de las que te caben. Sin embargo, te lo llevas todo y amontonas aun mas mierda. El hecho de tener que buscar algo como una caja diminuta de un aparato electronico de hace unos cuatro anos se convirtio en algo bastante jodido. Y alli estabamos, rebuscando todo lo habido y por haber en busca de la condenada caja. --Yo no he pedido un dia libre para esto --murmure. Entonces recorde que tambien tendria que alertar al operador de la compania para hacer oficial la conversion de mi movil en un pisapapeles electronico. Un pisapapeles electronico con mucho estilo y muy caro. Ademas de congelar el contrato por si se les ocurria robarme algun minuto de llamada o los datos, aunque eso ultimo era mas improbable. De media, el dia 3 de cada mes, ya no me quedaban datos. Esa era una de mis desgracias primermundistas a las que me referia al principio de todo. Una desgracia continua con la que podia vivir, como todo el mundo, pero una cosa es sobrevivir mendigando wifi y otra muy distinta era sobrevivir sin movil. Paul era una de mis mayores suertes. No solo encontro la caja en el rincon mas recondito de un armario, sino que tambien me acompano a la policia para que la espera se me hiciera lo menos insufrible posible.

  • Lagartija de Banana Yoshimoto

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    Uniendo armonicamente el Japon tradicional y el moderno, Banana Yoshimoto ofrece en este volumen seis relatos cuyos protagonistas, jovenes y no tan jovenes, hombres y mujeres, se enfrentan al paso del tiempo y a la necesidad de superar sus traumas infantiles, sus amores atormentados, los abandonos. Tambien la de contemplar lucidamente sus vidas. Existencias que parecen discurrir sin rumbo, sin sentido, o sin apenas sorpresas, tienen de pronto la oportunidad de albergar por primera vez la esperanza en un futuro mas feliz, en seis relatos tejidos en un Tokio donde al atardecer la luna se funde con el cielo y empiezan a parpadear las luces nocturnas.

  • Sin Compromisos (Jaque Mate 2) de Diana Nixon

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    Sabes que vas a tener un mal dia cuando te despiertas por la manana y ves el vestido que habias preparado la noche anterior totalmente arruinado por un perro que nunca esperabas ver en tu casa, mucho menos en tu propio dormitorio. --!Anna! -- --Por Dios, ?por que estas gritando? -- Mi hermana entro en mi habitacion vistiendo un par de impresionantes zapatos de color gris oscuro y una gabardina que compre ayer y ni siquiera tuve la oportunidad de usar aun. --?Que diablos es eso? -- Le pregunte senalando su atuendo. Anna tenia solamente dieciseis anos, ocho anos menos que yo, pero por centesima vez me estaba arrepintiendo de haberla invitado a vivir conmigo mientras nuestros padres estaban en su vigesimo quinto aniversario de boda, reviviendo su luna de miel. Gracias a Dios esta tortura estaba a punto de terminar en menos de veinticuatro horas. --Es Robin, -- me contesto sosteniendo al perro en sus manos. -- ?No es lindo? Un amigo lo estaba vendiendo y no pude evitarlo, debia tenerlo, asi que compre esta adorable y pequena criatura, -- dijo con voz de bebe, mientras hacia caras cursis al perro. --?Estas bromeando? ?Mi vestido te parece tan lindo como ese perro? !Ahora solo servira para limpiar el suelo! Espera un minuto, me referia a mis zapatos y gabardina, de hecho. -- El vestido quedo en el olvido desde el momento que mire sus pies, mi amor por los zapatos dificilmente se podia comparar con cualquier otra cosa. Ademas, habia trabajado demasiado para pagar ese par en particular; !Eran demasiado caros! --Oh, eso… Pense que no te importaria que los use ya que no traje conmigo demasiada ropa y zapatos. -- --Podrias haber elegido cualquier otra cosa, cualquier otra pieza de mi vestidor, !pero elegiste mi nuevo par de zapatos que ni siquiera tuve la oportunidad de estrenar! -- Dije enojada. --Pense que hoy era tu dia libre asi que realmente no crei que te importaria si los cogia. No es como te los estuviese robando o algo asi. -- --?Por que diablos crees que hoy es mi dia libre? -- Le pregunte furiosa poniendome mis pantuflas negras y rojas de Mickey Mouse. Muy comodo despues de usar tacones altos todos los dias a todas horas, ?verdad? Bueno, me encantan los contrastes. --Son las 8:30 de la manana y todavia estas sentada en tu cama, con tu pijama y bastante enfadada. -- --?Que? --Mire el reloj en panico. -- !Maldita sea! !Dominick me va a matar! -- Salte de la cama y corri al bano con la esperanza de que seguiria teniendo trabajo cuando llegara a la oficina. Trabajaba para Wilson's Publicity, una de las companias mas grandes en el negocio de la publicidad, cuya principal desventaja era su Director. Dominick Altier era un hombre que siempre obtenia lo que queria. Asi fue con mi mejor amiga, Scarlett Wilson, la hija del fundador de nuestra compania, de quien se enamoro desde la primera vez que la vio y simplemente no la pudo dejar ir. Por esa razon, ahora debia lidiar con las consecuencias de su romance, tratando de combinar mi trabajo como secretaria de Dominick y mi amistad con Scarlett que seguramente estaba a punto de perder. No es que no me agradara Dominick, pero ademas de ser mi jefe, era un completo idiota; al menos cuando se empenaba en criticar mi trabajo. O tal vez simplemente disfrutaba volviendome loca. Desafortunadamente no tenia la respuesta correcta a esa pregunta. Sin embargo, habia algo que sabia con certeza, estaba a punto de gritarme por llegar tarde. Normalmente me tomaba casi una hora prepararme para el trabajo. Pero hoy tuve que limitar ese tiempo al minimo, lo que se convirtio en diez minutos de mierda; ni siquiera pude disfrutar de una buena ducha caliente. Me puse lo primero que encontre limpio y sali corriendo de la casa a toda prisa, prometiendole a mi hermana pequena que volveria mas tarde a matarla a ella y a su adorable perro por arruinar mi casa y mi guardarropa. Ojala hubiera sido solamente mi vestido lo unico que se arruino ese dia.... *** El telefono sono en mi bolsillo. Mire la pantalla y maldije dos veces. --!Buenos dias, Scar! -- Dije como si no supiera por que estaba llamandome. --?Donde diablos estas? !Hemos estado esperandote veinte minutos! -- --No te enfades, estoy subiendo al ascensor en este momento, estare en la oficina en unos dos minutos. -- Habia cerca de diez personas mas en el ascensor, asi que sonrei disculpandome por meterme en un espacio en el que obviamente no habia suficiente sitio para una persona mas y presione el boton que me llevaria a la parte superior del edificio de cincuenta pisos. --?Que te paso? -- Scarlett pregunto por el telefono. Ella sabia que yo era una mujer muy responsable, pero de vez en cuando podia ser muy imprudente cuando queria serlo y siempre me tomaba mi trabajo en serio. Asi que, si llegaba tarde, habia una muy buena razon para ello. --Mi telefono murio y no escuche la alarma. -- --?Cuantas veces tengo que decirte que te compres uno nuevo? Y, por favor, no me digas que tu sueldo no te alcanza, porque yo misma te di dos aumentos en los ultimos tres meses. -- --?De que me sirve comprar uno nuevo? -- Espere a que la gente saliera del ascensor y procedi:--Ambas sabemos que tarde o temprano terminara besando la pared, porque cada vez que termino una conversacion con tu precioso prometido lo unico que quiero hacer es romper algo. Asi que, gracias Dios, por bendecirme con el jefe mas arrogante e insoportable del mundo. -- Ella se rio. Ambas sabemos que Dom no es tan malo. -- --Oh, ?si? Puedes defenderlo todo lo que quieras, pero una cara bonita y un buen trasero no cambian el hecho de que es un grandisimo idiota. -- --De todos modos, te estamos esperando en la sala de juntas, asi que trata de encontrar una explicacion mas o menos creible por llegar tarde. -- --?Que tal si le digo a mi jefe la verdad? --Scarlett se rio. --Estoy segura de que le encantaria escuchar todos los bonitos nombres que usas para referirte a el, especialmente cuando eres tu la que llega tarde. -- --Muy divertido. -- Hice una mueca terminando la llamada. Justo cuando pense que mi vida no podia estar mas jodida, al menos esta manana, escuche a alguien reir tranquilamente detras de mi. Lentamente me di la vuelta y me congele; la sangre golpeando en mis oidos. Que alguien me mate... --Senor Oliver, lo siento mucho, no era mi intencion. -- --Relajate, Jill. Yo mejor que nadie se que todo lo que dijiste sobre mi hermano es verdad. El es un idiota y un verdadero dolor en el trasero. -- No creo haber estado tan mortificada en mi vida. Oliver Altier no era un visitante recurrente de nuestra compania, por lo que probablemente era la ultima persona que esperaba ver alli hoy. A diferencia de su hermano, a el no le importaban los negocios, los trajes y las corbatas y estaba totalmente loco por la musica, las chicas, los bares y, pues bueno ya me entiendes, ?verdad? Senti que mis mejillas ardian como un fuego invisible. --Lo siento, -- dije de nuevo antes de escuchar el sonido de la apertura de las puertas. Rapidamente, me di la vuelta y sali del ascensor que de repente parecia demasiado pequeno para nosotros dos, iba rezando para que Oliver mantuviera la boca cerrada sobre todos los adjetivos calificativos que habia dicho sobre su hermano. --?Sabes cual es la mejor manera de tratar con el? -- Pregunto deteniendose en mi escritorio. --?Disculpa? --Le pregunte un poco asombrada. --Ignoralo, -- dijo guinandome un ojo con una misteriosa sonrisa iluminando su rostro. El tipo obviamente sabia como hacer que una chica se desmayara, porque yo casi lo hice. Ese guino y sonrisa diabolica eran todo lo que necesitaba. Dominick era capaz de hacer lo mismo, podia hacer que cualquier chica cayera de rodillas a sus pies. En cuanto a Oliver, la madre naturaleza lo habia bendecido con un rostro y un cuerpo de pelicula, con suficientes musculos en todos los lugares correctos, sonrisa sexy y ojos que solo el diablo podria tener. --Um, gracias. Lo recordare, -- dije tratando con todas mis fuerzas de no mirar sus vaqueros y camisa negra con algunos botones superiores abiertos, preguntandome como de bueno seria deslizar la palma de mi mano por debajo de la tela y... !Mierda, detente ahi chica!

  • Entre Gucci y Gominola de Jezabel Mari

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    Lucia y Africa son dos primas que, en cuanto alcanzan la mayoria de edad, deciden abandonar el nido familiar e iniciar una convivencia juntas. Son estudiantes, trabajadoras, responsables, divertidas, guapas, y tienen muchas ganas de vivir y cumplir sus suenos. Ambas consiguen un permiso para vender los complementos que fabrican con sus propias manos, y es alli, en su coqueto puesto de la Plaza del Duque, en Sevilla, donde dara comienzo el verdadero giro de sus vidas.
    Sorpresas, emociones, risas, momentos comicos, algun que otro encuentro no deseado, consecuencias, un poquito de sexo y muchas muchas muchas mariposas en el estomago.
    Nueva York las espera…
    ?Quienes las acompanaran en este viaje?
    Sumate a la aventura y vive con ellas cada intensa sensacion.

  • El numero Infinito de Karol Scandiu

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    HAY VEINTISIETE pasos desde la biblioteca hasta la habitacion de mis padres. Veintisiete pasos. Hace cuatro dias tarde tres minutos en alcanzar el quicio de la puerta antes de caer inconsciente frente a sus cuerpos sin vida. Mi padre todavia sostenia la pistola. Mi madre estaba en una posicion antinatural; su cabeza colgaba flacida por el lateral de la cama de matrimonio, sus ojos fijos y vidriosos en algun punto mas alla del pasillo detras de mi. Todavia me pregunto que si en lugar de tres hubiese tardado dos minutos podria haberme despedido de ellos. Y eso no me consuela. Ni un poco. Me seco las lagrimas en las hombreras de la chaqueta de mi traje negro al oir la puerta abrirse. Pienso en que seria mas facil hacerlo con las manos, pero se --soy muy consciente-- de que estoy esposada. Y no necesito una humillacion mas frente a nadie, menos todavia la de limpiarme la cara con las pulseras oficiales del Estado de California. Alexander Cristol se sienta frente a mi. Su primera palabra es una mezcla de disgusto con algo reseco en la garganta que no podria repetir. Es un buen hombre, se acerca a los sesenta, sus canas y las finas lineas de desaprobacion continua que le rodean los ojos le delatan. --Doce --susurro. El levanta la cabeza y yo le aguanto la mirada. No pienso llorar. --?Tantas? --Si. Tantas --contesto, y el esboza una especie de sonrisa medio ladeada. Si mis labios pudieran llorar, seguro lo harian por mis ojos. --La cosa esta muy complicada, Alice, no te voy a enganar. --Sus ojos se pasean de los mios a su carpeta negra, cerrada frente a el sobre la mesa. --Trece. --Puedes ser muy irritante cuando te lo propones, ?lo sabes, verdad? --Cuando me lo propongo. El sonrie un poco, pero la sonrisa no le llega a los ojos. --Te conozco desde que eras una enana mocosa corriendo por el patio mientras haciamos barbacoa --empieza a hablar. La conversacion me incomoda mas alla de lo que puedo expresar con palabras, y al fin rompo contacto visual, dirigiendo mi ojos hacia mis munecas amoratadas--. Tu padre solia decir que naciste con la tabla del cinco debajo del brazo. Ya entonces te pasabas horas en la pizarra, sumando y restando… --Senor Cristol, por favor… --Lo siento. --El letrado carraspea, se ve que intenta con todas sus fuerzas recomponerse. Intento evocar algun recuerdo que no incluya sangre o dolor. Los hay, a docenas, estoy segura de que si me pongo a contarlos perderia la cuenta. Pero ahora mismo no puedo; lo unico que veo es a mis padres muertos, son una imagen fija en mis retinas cada vez que cierro los ojos. Alexander no solo es el abogado de la familia, sino, que es casi un hermano para mi padre… lo era. El y su esposa Marie iban a casa a cada dos fines de semana a pasar la tarde, a veces en ocasiones se quedaban a dormir en la habitacion de invitados. No tenian hijos, pero solian decir que no les hacia falta, que nos tenian a Tommy y a mi. Oh, Tommy… no, definitivamente hoy no es buen dia para evocar recuerdos de nada en absoluto. --Catorce --resoplo y me dejo caer un poco en la silla. Mi espalda me esta matando, la herida de mi pierna late y quema a la par. Necesito un analgesico con urgencia, y a juzgar por la cara de Alexander no estamos ni cerca de irnos a casa. O de vuelta a la comisaria. --A tu madre le volvias loca con eso de contar. --Vuelve a sonreir un poco, y entonces abre su maletin sacando papeles al azar, aunque si se lo pregunto dira que sabe exactamente lo que hace. Lo unico que intenta es ganar tiempo, le conozco demasiado bien. Y ahora ya van quince. --No le gustaba porque no le apetecia que le prestaran atencion todo el tiempo. Ella preferia leer y pasar desapercibida. Le resultaba mas facil asi perderse en su mundo. No me doy cuenta de lo mucho que hablo hasta que mis palabras se cortan por un sollozo que no reconozco como mio. --Lo se, Alice, lo se… --El abogado esta a mi lado, me rodea con los brazos. El contacto fisico nunca ha sido una de mis cosas favoritas, consta decir que tengo pocas, pero en esta ocasion me dejo. Imagino que es mi padre. Hace cuatro dias que no lo abrazo. Y nunca volvere a hacerlo. --Podria decir que van dieciseis, pero estoy cansada de prolongar esto --hablo mientras me aparto con todo el tacto que puedo--. Asi que dime de una vez: ?cuanto piden? El letrado se aleja de mi, se sienta en la silla al otro lado de la mesa y vuelve a suspirar. Una vez mas que intenta prolongar el momento sin decirme lo que sabe. Van diecisiete. --Dos anos. Podras salir por buen comportamiento en quince meses, puede que doce. El juez quiere sentar un precedente, ya sabes que esta a favor de la lucha de los moralistas en contra de las armas, eso le serviria para poder sentar catedra sobre el tema… El mundo se retuerce a mi alrededor. Todo se vuelve borroso y lejano. Intento pensar en que estoy sentada, que no me caere, pero la silla tiembla, todo lo hace. Las sacudidas empiezan en el centro de mi pecho y se esparce como culebras por mis extremidades. Me falta el aire, se que tengo que hacer, mi propia voz me dice que baje la cabeza y la meta entre las rodillas, que respire despacio, pero no puedo. Nada va despacio, todo corre y se zarandea. --No era un arma --llego a resollar, apenas escucho mi propia voz--. !Ni siquiera era una puta arma! Y acabo de gritar tan alto que dos agentes invaden la habitacion. --Tranquilos, va todo bien --indica el abogado, y los hombres uniformados salen despacio, sin apartar la vista de mi. Estoy sentada con la cabeza agachada, la cara empapada, seguro moqueo, y no pienso dejar que nadie me haga sentir mas humillada todavia: --?Quereis una foto? --Escupo entre dientes. Cuando la puerta se cierra mi abogado tira de la silla y se sienta frente a mi. --Se que no era un arma de fuego, no la que tu usaste al menos; pero sabes que la fiscalia esta empenada en juzgarte por asesinato porque el chaval era menor de edad y tu padre tenia el arma y la disparo… --!Al puto techo mientras moria! --Chillo y no se si logro hacerme entender. Las palabras salen atropelladas, dolidas. --Lo se. Pero disparo, y tras la autopsia se ha confirmado que el menor estaba bajo los efectos de estupefacientes; se estan empenando en que no controlaba sus actos y que se asusto… --Y es el sobrino del puto alcalde. --Levanto la cabeza, la barbilla en alto, y se que si el abogado se aleja de forma instintiva es porque el odio que siento en este instante se puede ver en mis ojos. --Si. Y es el sobrino del alcalde. --Y tiene ocho abogados --sigo hablando, una vez mas, mantengo la vista fija en la suya--. Y entro en mi casa en medio de la noche, disparo a mi padre porque se desperto y a mi madre por estar alli, y luego tuvo tiempo de ir a la biblioteca a por lo que fuera que estuviera buscando, logro dispararme en la pierna, y si no fuera porque agarre el maldito abrecartas y forcejee con el acabando por clavarselo en el estomago, me hubiera matado a mi tambien. Pero todo eso no tiene importancia, ?a que no, letrado? La fiscalia considera que estaba demasiado colocado como para saber lo que hacia. Alexander Cristol parece marearse. Creo que de no estar sentado se habria caido. Sus ojos se anegan, pero traga el nudo y las lagrimas sin permitirse llorar. Se que cuando salga de aqui y llegue a su casa se derrumbara en el regazo de su esposa Marie y llorara a su amigo. Lo se. Y eso me parte el alma de por si destrozada. --Ojala pudieras hablar frente al jurado --murmura negando con la cabeza. --!Lo hare! --Casi grito--. Deja que hable yo. Deja que… --No puedo y lo sabes, Alice. --El hombre se acerca mas y me coge de la mano--. Alice, pelirroja y llena de vida como el fuego de tu melena --bromea, las mismas palabras que mi padre solia decir cuando me pillaba en alguna trastada. Llaman a la puerta y Alexander se levanta, regresando a su sitio en la mesa mientras indica que pueden pasar. Intento aprovechar este momento para recomponerme un poco, cierro los ojos e inspiro profundamente, hasta que un dolor agudo y punzante me cruza el costado derecho. Gimo en voz baja y me llevo las manos esposadas a la zona. Mi higado se siente ignorado y quiere formar parte del momento. --?Estas bien, Alice? ?Alice? Miro al frente y veo que el abogado esta parado en la puerta, presto a salir. A su lado un joven becario sujeta el pomo y me mira con miedo. Me entran ganas de hacer un movimiento brusco mientras pongo cara de loca. Seguro que el chico se mea encima. Pero este pensamiento solo me dura un segundo; mi higado vuelve a recordarme con otra punzada que no es momento de sacar mi lado mas adorable. --El fiscal ha solicitado hablar conmigo, volvere enseguida --indica y se vuelve del todo hacia mi. Su entrecejo se frunce aun mas, creando un surco profundo que casi une sus cejas tupidas--. ?Te encuentras bien? ?Quieres que llame al medico? Podemos… --No necesito medicos ahora mismo… gracias. --Volvere enseguida, ?de acuerdo? Miro como el abogado sale, y justo cuando el muchacho trajeado va a cerrar la puerta le guino un ojo y le digo adios con la mano, sacudiendo las esposas para que hagan ruido. El chico cierra de un portazo. Intento reirme pero el dolor no me deja. Nada me deja hacerlo. Miro el reloj en la pared. La luz del sol se cuela por las brechas de la persiana, convirtiendo el revestimiento de madera que me rodea en una especia de cebra color caoba. Las 11:45. Me estremezco. La vista de hoy esta marcada para las 12:30. El que la oficina del fiscal quiera hablar con mi abogado por segunda vez y cuando queda tan poco tiempo solo puede significar dos cosas: algo muy malo o algo peor. Me recuesto en la silla e intento pensar en mis padres, una vez mas lucho por traer a mi memoria un recuerdo diferente a los que me azotan los ultimos dias, y veo a mi padre sentado en la mecedora del patio mientras me regana entre risas por ponerme perdida de tierra. Me acaricia la coronilla y entona su retahila predilecta: <>. Tengo siete anos y me rio con ganas. Hay barro por todas partes, y mi madre --mas enfadada que el-- me desnuda dentro de la banera; me miro la cara en el espejo y me parece gracioso el contraste de las gotas de barro con mis pecas. Mi madre sonrie, las mismas pequitas oscuras le salpican la nariz y los pomulos aqui y alla, su pelo rojizo esta atado en un mono desenfadado, y sus delicados dedos me hacen cosquillas en los sobacos mientras la banera se llena del todo. Entonces, sumergida en ese recuerdo, el mejor desde hacia una eternidad, el aroma del jabon de miel me invade los sentidos: el olor de mama. Ella siempre usaba el mismo, ella olia a miel y flores, dulce, desprotegida… y la veo tirada en su cama, su cuello torcido, su cara fria luchando con un grito que se quedo estancado en su garganta, y recuerdo a mi hermano, su pelo moreno y brillante como el de mi padre, sus ojos verdes y grandes, su vitalidad, su fuerza, y le veo muerto como ellos, aunque el esta en un ataud, vestido con un traje demasiado fino para su gusto; a sus pies estan mis padres, pero no le lloran como lo hicieran hace cinco anos cuando nos dejaba, ahora estan en pijama, empapados de sangre, y me miran como si fuera mi culpa que todos estuvieran muertos, como si me juzgaran por seguir con vida. Me despierto con un golpe seco contra el cristal. Me quede dormida sin darme cuenta. Una paloma atontada por el choque contra la ventana arrulla y echa a volar. Ojala pudiera hacerlo tambien. Pero se que la libertad esta muy lejos de mi alcance en estos momentos. Vuelvo a mirar el reloj: las 13:16. Joder. Seguro que no sera una mala noticia, sera la peor. Llevo dias sin apenas pegar ojo y se que en cuanto me descuide volvere a quedarme dormida. Me esfuerzo por no hacerlo y me recuesto un poco en la silla, intentando mantener el recuerdo de mis padres con vida en mi memoria. Si lo pienso con frialdad, sea cual sea la noticia que traera mi abogado, no sera peor de lo que ya estoy pasando. Mi familia no esta, nunca volveran. Que mas da adonde vaya cuando salga de aqui.

  • Herencia misteriosa de Leona Karr

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    Una tormenta empujo a la rica heredera Stacy Ashford a los brazos de un misterioso desconocido, un hombre duro y tremendamente atractivo. Pero ese encuentro con Josh Spencer parecia algo mas que una casualidad. Para hacerse con su herencia, Stacy tenia que reconstruir el fantasmagorico hotel en el que habia muerto la hermana de Josh. Y aunque Stacy no podia confiar en los motivos por los que el la ayudaba, su presencia la hizo mantenerse fuerte cuando alguien… o algo intento atemorizarla.

  • Mi otra mitad de Andrea Izquierdo

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    Emily comienza una nueva vida lejos de su pasado marcado por la desaparicion de su hermana gemela: Aria. Desde entonces, la tranquilidad ha desaparecido de su dia a dia. Mirarse al espejo se convierte en una pesadilla y ya es imposible caminar por la calle sin que todo el mundo confunda su rostro por el de la otra chica que aparece en los telediarios. Pero en Crescent City un nuevo futuro parece estar cada vez mas cerca. Este tambien lleva el nombre de Liam, un chico con un pasado al igual que el de Emily, lleno de dolor. Pero mientras los secretos de Liam y los suyos comienzan a ser los mismos, la verdad esta cada vez mas cerca…

  • Flores para Sue de Dina Reed

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    Sue Adams no esta atravesando una buena racha.
    Demasiadas facturas por pagar, el divorcio reciente de sus padres, las incontables averias de su automovil y por si fuera poco, y por culpa del agobio que tiene, friendo un huevo casi se le quema la casa entera.
    Menos mal que en lo del incendio acudio a su rescate su nuevo vecino, Bradley, un bombero sexy y descarado, al que le falto tiempo para apagar el fuego.
    Claro que a Bradley no le importaria encender otros tantos junto a ella.
    Pero Sue no tiene ojos mas que para William, su jefe duro, borde y exigente, con el que puede que este todo a punto de cambiar.
    Y es que de repente Sue empieza a recibir flores en la oficina y ella sospecha que es su jefe quien las envia.
    ?Estara cambiando su suerte?
    Mientras ella aprende que a veces no solo se trata de suerte sino de actitud, y William empieza a ver a la irritante Sue, su asistente, con otros ojos, Bradley permanece ahi. siempre explosivo para volverla loca de remate.
    Y a todo esto, las flores que siguen llegando puntuales a la oficina, sin que Sue realmente sepa quien las envia.
    ?Sera su jefe estirado y antipatico? ?O el vecino que es una autentica tentacion?
    Y lo mas importante.
    ?Lograra Sue al fin descubrir que es lo que de verdad quiere y junto a quien?

  • Nerea y las estrellas (Las estrellas 1) de Estrella Correa

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    Nerea tiene una empresa de exito, un marido que la quiere y una vida perfecta.
    Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volvera a
    ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rapido. Nada es como
    ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocia.
    Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.
    ?Y tu? ?Serias capaz de saltar al vacio sin paracaidas y sin red?

  • Tentacion al amanecer de Kristel Ralston

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    Despues de seis anos, el efecto que Rohan Carter ejerce en Mitsy Hammonds continua siendo devastador. No se trata solo de la innegable quimica que electrifica el aire cuando ambos estan en el mismo espacio fisico, sino de las cicatrices del pasado que comparten.

  • La vida secreta de las ciudades de Suketu Mehta

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    ?Cual es la historia de una ciudad? ?Cual es la historia de Mumbai, de Nueva York, de Sao Paulo? Depende de quien la cuente y de quien la escuche. Esta la ciudad estadistica y esta la ciudad impresionista: la percepcion que cada individuo, turista o residente, tiene de una ciudad en particular. Cuando los datos estadisticos contradicen las impresiones del individuo, a menudo resulta chocante. Pero no por ello sus impresiones son menos convincentes. Los turistas que visitan Nueva York la ven como un paraiso multietnico donde las razas se pasean por las avenidas formando un esplendido mosaico. La verdad estadistica, sin embargo, es que se trata de la segunda ciudad mas segregada de Estados Unidos. Toda ciudad tiene dos tipos de narrativa: la historia oficial y la historia oficiosa. La historia oficial se publicita a bombo y platillo; la oficiosa es mas discreta, pero tambien es mas probable que perdure. La oficiosa se transmite mayoritariamente por via oral: se oye en los locutorios de los barrios de inmigrantes de nuestras ciudades, en los videos y cedes que preparan para enviar a la familia, en las baladas y canciones tradicionales de las peliculas de Bollywood y en las telenovelas. Son las noticias sobre la ciudad que los inmigrantes transmiten al pueblo. La mayoria de las veces el resto de la gente no tiene acceso a esas historias, en parte a causa del idioma y, en parte, por lo primitivo de la tecnologia. En Mumbai, por ejemplo, existe una comunidad de escribientes que se sientan a las puertas de la oficina de correos y ayudan a los inmigrantes iletrados a escribir a los parientes del pueblo. Muchos de sus clientes son prostitutas; los amanuenses les ayudan a construir ficciones sobre su vida en la ciudad para enviarlas a sus atribulados padres. Crean personajes de mujeres de la limpieza, secretarias o teleoperadoras. Y los escritores de cartas tambien crean otras ficciones para las prostitutas: les escriben cartas a los clientes, cartas de amor, contandoles cuanto los anoran, lo mucho que necesitan el dinero para el nino, para no acostarse con otros. Los escribientes tambien son narradores. En Ciudad de Mexico me encontre con otro grupo de amanuenses sentados a la sombra de un soportal en el degradado zona centro. Uno de ellos tecleaba en una Selectric IBM algun tipo de correspondencia comercial. Antes habia ocho o nueve escribientes especializados en cartas de amor, pero ya solo queda un par. Viven tiempos dificiles, me conto el escritor de cartas comerciales. ?Por que? ?Internet esta matando el negocio? No, me contesto. <> Esas cartas no constan en los archivos de los historiadores. Pero deberian. Cuando el pueblerino se traslada a la ciudad, lo primero que hace es mandar una carta a casa con dinero; es una historia. Estas historias oficiosas son esenciales para que el emigrante mantenga alguna continuidad. Durante la mayor parte de nuestra historia como especie no hemos sabido adaptarnos al movimiento continuo, radical. Hemos permanecido en un lugar, en nuestros pueblos. Pero en el ultimo cuarto de siglo, la poblacion emigrante del mundo se ha duplicado. Hoy, 750 millones de personas viven en un pais donde no han nacido: uno de cada veintiocho seres humanos. Si todos los emigrantes conformaran una nacion, constituirian el quinto pais mas grande del planeta. Y estamos solo al principio: a medida que la guerra, las desigualdades y el cambio climatico nos empujen mas que nunca al extranjero, el fenomeno que definira a la humanidad del siglo XXI sera la migracion masiva. Mi propia familia ha vivido por todo el planeta, desde la India a Kenia e Inglaterra y Estados Unidos y de vuelta a la India... y sigue mudandose. Uno de mis abuelos cambio el Gujarat rural por Calcuta en los albores del siglo XX; mi otro abuelo, que vivia a medio dia en carro tirado por bueyes del primero, se mudo a Nairobi poco despues. En Calcuta, mi abuelo paterno se unio al negocio de joyeria de su hermano mayor; en Nairobi, mi abuelo materno comenzo su carrera, a los dieciseis anos, barriendo el suelo del despacho de contabilidad de su tio. Asi empezo el viaje de mi familia del pueblo a la ciudad. Fue, ahora me doy cuenta, hace menos de cien anos. Cuando regreso a Mahudha, de donde proviene la familia de mi padre, encuentro una casa con duraderos armarios de teca de Birmania, un pozo junto a un mango en el patio y una sensacion de paz tras altos muros. Pero el pueblo se ha convertido en una ciudad pequena; Mahudha ahora cuenta con unos dieciseis mil residentes, su propia pagina de Facebook y una organizacion que reune a sus oriundos en Nueva Jersey (la mayoria patels, a los que mi familia miraria por encima del hombro). En la pagina de Facebook hay una invitacion: <>. Lugar de encuentro: Parque Roosevelt, arboledas 2A y 2B, Edison, Nueva Jersey. Durante nuestros primeros anos en Estados Unidos la familia solia mandarnos cartas desde la India, finas paginas plegadas en tres, en las que cada centimetro estaba cubierto de escritura, de noticias urgentes, imprescindibles: el hijo de Nirufoi se habia casado, Ashaben tenia problemas cardiacos, el precio de las cebollas se habia disparado a diez rupias el kilo y eran tiempos dificiles. Cuando podiamos permitirnoslo, muy de vez en cuando, telefoneabamos. Mi padre aun levanta la voz en las conferencias desde su casa de Nueva Jersey a la mia de Nueva York. Todavia a finales de la decada de 1990, para llamar al extranjero desde la India, o incluso a otra ciudad india, habia que reservar una llamada al monopolio telefonico estatal. Podias pedir una llamada normal, una llamada <> o una llamada <>, las tarifas se incrementaban segun la urgencia. Te daban un numero de reserva y esperabas todo el dia, y luego sonaba el telefono y la operadora confirmaba tu identidad y la de quien llamara y os conectaba... durante tres minutos. Transcurridos los tres minutos, la operadora interrumpia la discusion amorosa o comercial y preguntaba: <>. <>, bramaba mi padre, y conseguia otros tres minutos. En su busqueda de la felicidad, a veces avariciosa, a veces altruista, mi familia ha viajado por todo el mundo, de pueblos a ciudades. ?Como mantenemos cierto sentido de continuidad? Como todos los emigrantes, nos consolamos de este movimiento incesante contandonos cuentos; el recuerdo, la recopilacion, como antidoto contra el desplazamiento. En Nueva York mis hijos, estadounidenses de nacimiento, se sientan con mi madre a que les cuente historias que les conto su padre sobre viajes por las tierras del Africa oriental vendiendo tejidos y whisky de una empresa escocesa; y se sientan con mi padre a que les hable de como el suyo compraba el patrimonio de los maharajas disolutos de Calcuta para su negocio de joyas. Con estos hilos narrativos tejemos parches para remendar el maltrecho tejido temporal de la familia. Y continuamos. Recibi mi educacion de escritor en un balcon del norte de Calcuta, en el patio de un moderno bloque de viviendas en Bombay y en la cafeteria de una brutal escuela catolica en Jackson Heights. Primero fue la observacion; luego, el flirteo con la experiencia. Provengo de tres generaciones de comerciantes de diamantes. A mi abuelo, mi padre y mi tio, a los tres les gusta contar anecdotas. En el mercado de diamantes importa lo especifico. No puedes juzgar, por ejemplo, si todo un grupo de <>>> es de fiar para los negocios o no. Tienes que hablar de un judio en particular. Conocer las peculiaridades de la personalidad del cliente, en un negocio basado enteramente en la confianza, marca la diferencia entra la bancarrota y la fortuna. Por tanto, los hombres de mi familia eran expertos en analizar personalidades y se transmitian dicho conocimiento por medio de las historias que contaban. El comercio de diamantes no es algo que se aprenda en una escuela de negocios. En Eufemia, la ciudad invisible de Calvino, los mercaderes de siete naciones se reunen cada solsticio y cada equinoccio para comerciar en los bazares; pero, lo que es mas importante, concluida la transaccion, mientras yacen sobre los sacos y toneles vacios, intercambian relatos. Cada palabra que pronuncian --<>, <>, <>-- suscita una historia de los otros. Hoy comenzare mis historias no con una palabra, sino con una estadistica, la estadistica mas importante de nuestra epoca: por primera vez en la historia, viven mas seres humanos en las ciudades que en los pueblos. Nos hemos convertido en una especie urbana. En 1900, el 10 por ciento viviamos en ciudades; en 2010, el 53 por ciento y, para 2050, cuando seamos nueve mil millones de personas en el planeta, el 75 por ciento habitaremos en ciudades. En 1970 el mundo tenia solo dos megaurbes o ciudades de mas de diez millones de habitantes: Nueva York y Tokio. Hoy, son veintitres; en 2025, seran al menos treinta y siete. La mayoria estaran en paises en desarrollo, lo que soliamos llamar el tercer mundo. Toda nuestra historia reciente puede entenderse contemplandola a traves de la lente de la urbanizacion. Las revoluciones de Oriente Proximo se han producido en ciudades, no en pueblos; necesitan una masa critica de gente que se reuna en las plazas publicas. Mohamed Bouazizi, el vendedor ambulante tunecino que se inmolo, se habia educado en un pueblo. Su protesta fue la de un aldeano al que la ciudad exigia obediencia a las leyes de zonificacion urbana. Despues toda la gente de los pueblos y las ciudades de la region salieron a protestar. Bouazizi se prendio fuego, y el fuego encendio miles de chispas que volaron a todas partes, en todas partes. El terremoto y el tsunami de Japon de 2011 fueron mas daninos porque afectaron a un pais densamente poblado y altamente urbanizado, que necesita electricidad y, por tanto, depende de la energia nuclear. Este ano, el ebola ha devenido pandemia debido a la emigracion desde los densos bosques de Africa occidental a los densos barrios de los suburbios. Como ha senalado recientemente Peter Piot, el investigador que descubrio el ebola: <>. La urbanizacion ha tumbado nuestras politicas de seguridad nacional. Resulta significativo que Osama Bin Laden decidiera ocultarse en la agradable ciudad de Abbottabad en lugar de en los barrancos del Hindu Kush. La ciudad concede mayor anonimato que el campo. En las montanas lo habrian reconocido facilmente; en la ciudad, para sus vecinos, su casa era solo otro complejo vallado, donde los ricos llevan vidas privadas, incluso secretas. Como observo Hamid Gul, ex jefe de los servicios secretos paquistanies (ISI): <>. Personas como Bin Laden, que se consideran hombres de Dios, mantienen una relacion dificil con las ciudades; son de ciudad pero persiguen huir de la urbe en las montanas, aunque luego regresan a ella en busca de refugio. Las ciudades son un <> escupido a la cara de la naturaleza. Construimos cosas para empequenecernos. Le decimos a Dios: nosotros tambien podemos erigir montanas, pero con ascensores. Por eso la Ciudad se asocia con tanta frecuencia con el pecado, Sodoma y Gomorra. Cuando estaba escribiendo Ciudad total, conoci a una familia jainista que se habia convertido a la vida monastica. Una de las leyes que debian obedecer era la siguiente: durante varios anos despues de entrar en la orden, tenian prohibido ir a Bombay, que llamaban paap ni bhoomi, <>. Para Mahatma Gandhi el pueblo era el espacio puro, libre de los vicios que corrompen la ciudad. <> Sostenia que los trabajadores de las ciudades <>.

  • EL CIELO SOBRE ORAN (Las aventuras del Capitan Riley), Fernando Gamboa de Fernando Gamboa

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    EL CIELO SOBRE ORAN es una novela breve, una emocionante aventura, acontecida solo unos meses antes de los hechos que se relatan en la novela CAPITAN RILEY, que da nombre a la serie.
    En esta ocasion, Alex Riley y su tripulacion son contratados por el banquero y contrabandista Joan March, para llevar a acabo un misterioso robo en alta mar a cambio de una indecente cantidad de dinero.
    Los tripulantes del Pingarron descubriran, como siempre demasiado tarde, que estan metidos en un lio mucho mayor del que se esperaban, y que las consecuencias de sus actos podrian afectar incluso al resultado de la guerra que asola Europa.
    De ese modo, una vez mas y a riesgo de sus propias vidas, se veran empujados a elegir entre hacer o no lo lo correcto. O al menos, intentarlo.

  • La Boveda de Edward Martin

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    Despues de perder a su esposa y a su hija en La Calamidad, la vida de Christian Vega se volvio oscura. La unica familia que le queda es su cunada Mabelle, su cunado Efrain y el astuto de su sobrino Dale.

  • Los secretos de topacio (Joyas de la nobleza 2) de Catherine Brook

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  • Amar de nuevo de Giselle Renarde

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    Karen no pensaba perder el contacto con sus amigos de la secundaria, pero la vida se interpuso; no contesto un par de llamadas y de repente habian pasado cuarenta anos. Cuando Karen se reune con Karl en un funeral, el ya no es el adolescente flaco que una vez fue. Karl ahora es un hombre seguro, amable e increiblemente apuesto. Karen no ha pensado en volver a salir desde el divorcio, pero su hija adolescente la anima a darse una oportunidad con aquel zorro plateado. ?Puede Karen volver a encontrar el valor para adentrarse al mundo de las citas de nuevo?

  • Hechizada de Elisa S. Amore

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    ?Que estas dispuesta a sacrificar cuando la unica persona que puede salvarte es la misma que debe matarte? Evan es un angel de la muerte y su mision es garantizar que el destino de los habitantes de la Tierra se cumpla tal y como esta escrito. El tiempo de Gemma esta a punto de acabarse y Evan es el elegido para asegurar que muera y acompanar su alma al otro mundo. ?Pero que sucede cuando entra en juego el amor? ?Puede un angel de la muerte renegar de si mismo y desafiar al destino? Evan tendra que enfrentarse a las leyes del cielo y del inframundo si quiere salvar a la chica de la que se ha enamorado perdidamente. <> Marie Claire <

  • Revolucion de Juan Francisco Ferre

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    33 capitulos. 33 dias narrados en primera persona por Gabriel Espinosa. 33 etapas de un descenso -o acaso ascenso- a la locura o a la lucidez total, en un recorrido que va de <> a <>.
    Espinosa, investigador de una universidad, realiza peculiares experimentos, para los que capta por la calle a mujeres a las que les pide que le cuenten sus fantasias eroticas. Esta casado con Ariana, de la que sospecha -con razon, segun todos los indicios- que le engana. Y tiene tres hijos, dos biologicos, los gemelos Sofia y Pablo, y un tercero, Anibal, adoptado y superdotado. Este ultimo muestra una inusitada aficion a observar por internet a un transexual californiano y a seguir la agonia de un erizo a traves de los videos que cuelgan sus desalmados torturadores.

  • Highlander. Un corazon al que ganar de Dylan Martins

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    Escocia, 1980.
    Cuando Fiona termina sus estudios, vuelve junto a sus padres, quienes siguen trabajando para la familia MacGuffey, duenos de las tierras donde viven.
    Antes de regresar a Edimburgo para ejercer su profesion como doctora, durante el tiempo que pasa con ellos, no le extrana ver que alli todo sigue como antano.
    La cultura de sus antepasados continua, aun, en este siglo y sera muy dificil convencerlos para que avancen.
    Scott, el hijo de los duenos de las tierras, provocara que la vida de Fiona de un giro inesperado. El desafio de Fiona sera, ademas, enfrentarse tambien a el si quiere conseguir implantar en esas tierras los avances que desea.
    Una historia donde las emociones y la lucha de poder te ensenaran que nada es lo que parece.

  • A orillas del Mississippi de Asia Mcdougall

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    1840, Estados Unidos. Inmensos barcos de vapor recorren el Mississippi. Jacob Walter suena con ser capitan de una de las imponentes embarcaciones, pero su vida se tuerce cuando todavia es muy joven y acaba en la carcel. Anos despues, ya libre, la sed de venganza le permite aguantar la pobreza y las desventuras que le persiguen como si fueran su sombra. En Hannibal, su ciudad natal, dejo anos atras a la chica a la que ama y al hombre que le encarcelo sin merecerlo.

  • Jamas imagine, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

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    Nicole Blade conoce demasiado bien la soledad y lucha cada dia para deshacerse de su pasado, tratando de ser una chica normal y vivir un romance ardiente y legendario, de esos que te cambian la vida. Sin embargo, cuando esta a punto de hacer realidad su propio cuento de hadas, los fantasmas del pasado regresan y ponen en peligro su precaria estabilidad emocional.

  • Tierra americana de Jeanine Cummins

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    Lydia Quijano Perez vive en Acapulco, Mexico, donde regenta una libreria. Tiene un hijo de ocho anos, Luca, el amor de su vida, y un maravilloso esposo que es periodista. Y aunque la situacion en Acapulco comienza a agrietarse debido a los carteles de la droga, Lydia lleva una vida confortable.

  • Disparo al corazon de Emma Fraser

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    Sam Smith se levanto antes de que llegara el alba, tal y como tenia por costumbre, y preparo todo para comenzar un nuevo dia en su empresa. Podia presumir de ser el dueno de una de las companias informaticas mas importantes de Estados Unidos: Smith Corporation. Amasaba una fortuna que era la envidia de sus conocidos. A lo largo de toda su carrera empresaria se habia ganado tanto aliados con los que aumentar sus ingresos como enemigos, personas a las que habia pisoteado para escalar hacia la cima en la que se encontraba. Era una persona a la que le gustaba vestir con trajes de marca. Nadie lo habia visto jamas con otro tipo de ropa que no fuera un traje de Versace o cualquier otra marca importante. Tenia la suerte de vivir en una gran mansion a las afueras de Nueva York que, por lo que sabia, habia pertenecido a una gran celebridad de Hollywood y que la habia vendido tras arruinarse. Su nueva mujer se habia encaprichado de ella y no habia podido resistirse a comprarla. Con el paso de los anos, su figura habia aumentado como su fortuna. Era un hombre de complexion fuerte y estatura baja. Su pelo rubio siempre habia encandilado a la que fue su mujer, fallecida en un accidente de trafico, y sus ojos azules se habian empequenecido con el aumento de las bolsas de sus parpados. Cuando murio su primera mujer, estuvo a punto de caer en una profunda depresion. Sin embargo, Mary, la que era su secretaria, logro sacarlo del pozo en el que se habia sumido y se casaron un par de anos despues de la muerte de su esposa, algo que jamas acepto su unica hija, de la cual fue perdiendo poco a poco el carino, ya que pensaba que nunca habia querido realmente a su madre. Con el paso del tiempo y el aumento de su fortuna, su fanfarroneria y extravagancia tambien se acrecento, algo que enfurecia a los que consideraba sus enemigos e incluso a sus empleados, a los que trataba como si fueran la peor escoria. A principios de mayo, varios empleados hackearon el sistema informatico de una empresa del sector que estaba aproximandose a las cuantiosas ganancias de Smith Corporation. Aquella iniciativa fue llevaba a cabo sin su permiso y despidio a todos los culpables para evitar manchar el buen nombre de su empresa. Suspiro cuando paso por delante de la puerta de la habitacion que habia pertenecido a su hija, Ashley. Hacia ya mas de dos semanas que no sabia nada de ella desde la ultima pelea que habian tenido. La joven no soportaba la presencia de Mary en su casa y cuando regreso de la universidad de terminar sus estudios tuvo una gran pelea con ella. Sam no quiso posicionarse con ninguna debido a que las queria a ambas, y aquello fue lo que mas le dolio a su hija, que hizo las maletas y se fue a vivir a Lehigh, un municipio del condado de Northampton. Su orgullo le impedia llamarla para pedirle perdon y para que regresara junto a el para trabajar en la empresa familiar. Sin embargo, la joven le habia dicho claramente que no queria saber nada de el ni de su empresa. A pesar de eso, Sam habia enviado a varios de sus hombres para que siguieran su rastro y saber donde estaba y a que se dedicaba. No podia dejar a su hija sola. Sacudio la cabeza para alejar de el esos pensamientos tan negros y preparo su maletin para ir a trabajar. Con lentitud, bajo las escaleras que conducian al garaje donde su Porche descansaba resguardado de la incesante lluvia que sacudia Nueva York ese dia de principios de junio. Pisando el acelerador y disfrutando del camino, llego rapidamente al edificio donde habia montado su empresa. Esta era una construccion con una veintena de plantas y cuyas paredes estaban recubiertas en su totalidad de cristales. Su despacho se encontraba en la ultima planta del edificio y desde alli podia disfrutar de unas impresionantes vistas de las calles principales de la ciudad. Con parsimonia, subio al ascensor y tras diecinueve pisos accedio al ultimo, donde lo recibio la secretaria que habia ocupado el puesto de su actual mujer. --Buenos dias, senor Smith --lo saludo casi con miedo. La joven conocia el temperamento de su jefe y no queria provocarlo desde tan temprano--. Ya tiene el correo sobre su mesa. Sam asintio casi de forma imperceptible, pues casi nunca se detenia a hablar con sus empleados, ni queria que ellos se tomaran esa libertad, ya que consideraba que si el era el lider, no debian dirigirse a el como uno mas de la plantilla. Con pasos firmes y rapidos se dirigio a su despacho. Deseaba saber si ya habia llegado la carta que estaba esperando con los resultados de las encuestas sobre las empresas dedicadas al sector informatico. Abrio con la llave que siempre llevaba encima y se aproximo con rapidez a la mesa. Sin embargo, el correo era el que normalmente llegaba a su mesa. Ni rastro de la carta que estaba esperando. Las tiro como si nada sobre la mesa, pero una de ellas logro escurrirse y cayo al suelo. Esta llamo la atencion de Sam, puesto que no tenia remitente y era un tipo de sobre que no solian usar con el. Lo palpo antes de abrirlo y fruncio el ceno con extraneza. Cogio su abrecartas y rasgo el papel. Con cuidado, saco un folio y lo abrio. Su corazon comenzo a palpitar con fuerza y necesito sentarse para leer de nuevo el contenido de aquella carta. Por un momento, penso que se trataba de una broma, pero despues de leerla una y otra vez, supo que no era asi. Numerosos recortes de periodico formaban un mensaje claro y contundente: "Tu querida hija morira en pocos dias. Ella pagara por todo lo que me has hecho". No podia creer lo que sus ojos veian a pesar de que releia la carta una y otra vez. Volvio a mirar dentro del sobre y descubrio una foto en la que aparecia su hija saliendo de la que parecia ser la casa que habia alquilado en Lehigh. Un circulo en rojo rodeaba la cabeza de Ashley, completamente ajena al peligro que se avecinaba. Alargo la mano hacia el telefono y, con dedos temblorosos, marco el numero de un amigo suyo, cuyo hijo acababa de recibir una distincion honorifica, a pesar de su juventud, como detective.

  • Ian & Amy de Margotte Channing

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    Escocia, ano 1226

  • Horizonte (Guardianes Del Alma 3) de Kim Richardson

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    Kara Nightingale estaba sentada sobre un piso frio de piedra. Se sentia entumecida y vacia, vacia de todo sentimiento. Podia oir el coro desgarrador de gemidos distantes de los otros prisioneros, y se pregunto cuando empezaria a tener alucinaciones ella misma. No queria que las sombras de la oscuridad perenne de su celda le hicieran perder la cabeza. Las voces de los muertos y los olvidados eran sus unicos companeros. Con el tiempo, los muros grises irregulares se habian convertido en un alivio para ella. No habia tenido ningun visitante desde que el arcangel Zadkiel se la habia llevado a la carcel y encerrado en su celda. Habia montado en la parte posterior de una de las grandes aguilas, como un caballero montado en un corcel de gran calce. Ella habia viajado suspendida por debajo entre las garras afiladas del ave, como una presa lista para ser comida. Zadkiel habia sido la ultima persona que habia visto, y se pregunto si alguna vez veria a alguna otra alma otra vez. Kara suspiro. Tomo una piedra afilada y se volvio contra la pared detras de ella. Se acerco y raspo la roca en la piedra con suficiente presion para hacer un pequeno guion en forma de una linea dura. Se sento sobre sus talones y admiro su labor. Cada marca representaba un dia. Conto veintiocho pequenas marcas. No estaba segura si sus calculos eran correctos; era dificil determinar el tiempo en Horizonte, porque la oscuridad la rodeaba todo el tiempo, y nunca veia la luz del dia. Pero penso que su calculo era mas o menos correcto, dando de margen un par de dias. Pero, ?que importaba de todos modos? Los angeles no eran mortales. El tiempo tenia un significado totalmente diferente en Horizonte. Su primera asignacion como una guardiana le habia ensenado eso. Con la garganta apretada, recordo la primera vez que habia estado encerrada en el Tartaro. Podia recordar la cara sonriente de David cuando llego a rescatarla y se habia parado en el umbral de su celda. Su caballero de brillante armadura, habia dicho el. Pero nadie habia venido por ella esta vez. Ella habia estado encerrada durante casi un mes, olvidada como un par de zapatos viejos. No le hacia ningun bien pensar en el pasado. Ella estaba realmente asombrada de que todavia no habia perdido la cordura. Los locos gemidos y aullidos de sus vecinos la hacian pensar que habian al menos una docena de otros presos encerrados… ?Cuantos niveles y celulas habian en el Tartaro? No tenia ni idea. Miles tal vez. Se pregunto cuanto tiempo habian dejado abandonados a los otros presos desvaneciendose en el tiempo para que sus mentes no pudieran reconocer mas entre la ilusion y la realidad. ?Cuanto tiempo tendria que pasar hasta que ella empezara a gemir y a marchitarse? Tal vez contar los dias mantendria su mente funcional y sana. Ardia con el deseo de hablar con el Consejo y reclamar una vez mas su inocencia. La energia de esa idea la mantenia viva. Confiaba en que algun dia, pronto, podria enfrentarse a ellos y probar de una vez por todas que no era un espia del demonio, sino un angel adolescente normal, si es que tal cosa existia. No era el enemigo que la acusaban de ser. Podian confiar en ella. Era una de las buenas, ?cierto? Kara reclino su cabeza contra la pared. Ella sabia que realmente habia hecho mal un monton de cosas. Casi habia matado a un companero tutor. Luego, escapo del Tartaro sin esperar su juicio. Habia olvidado su mandato para salvar a los mortales y habia estado preocupada con una busqueda egoista para salvar el alma de su madre. Se habia convertido en un vigilante, una marginada del mundo sobrenatural. Ella solo podia adivinar lo que el consejo haria con ella, aunque sabia que iba a ser muy desagradable... Con un suspiro, Kara dejo caer su cabeza sobre sus rodillas. Recordaba la sonrisa malvada en la cara del Arcangel Zadkiel. Polvo y pequenos escombros habian caido desde el techo a sus ojos cuando golpeo la puerta de la prision para cerrarla. Sus ojos habian destellado con satisfaccion. Amplias arrugas, como patatas fritas, se habian formado en la parte superior de su calva cabeza. Sus profundos ojos negros y cejas pobladas se habian burlado de ella. Recordo preguntandose por que estaba el tan satisfecho. Le parecia que el Arcangel tenia una vendetta personal contra ella y no podia esperar hasta que la encerraran. Zadkiel habia ignorado sus alegatos para llevarla directamente a Gabriel. Habia ignorado su informacion sobre los planes de Asmodeus… ella no estaba segura de que le hubiera escuchado nada de lo que habia dicho. Era como si se hubiera quedado sordo. No deseaba nada mas que hacerla callar, echarla en la carcel y deshacerse de ella para siempre. Kara se trago su resentimiento y meneando su cabeza murmuro: “Estoy realmente jodida...” “Todavia no”. Kara se congelo. Esforzo sus orejas y se dio cuenta de que la voz venia de atras de la pared. “?Quien es? ?Quien dijo eso?” Kara volteo sobre sus rodillas y vio de frente hacia la pared. Una inspeccion mas cercana revelo una gran grieta con forma de rayo en la roca irregular. La voz venia a traves de ella. Se acerco mas al agujero. “Tienes que salir de aqui, Kara", dijo una ronca voz a traves de la fisura. Kara imagino que la voz pertenecia a un anciano. La imagen de Merlin el Mago con largo cabello blanco y barba blanca desalinada que le llegaba hasta el piso, le vino a la cabeza. “Tienes que detener a Zadkiel antes que sea demasiado tarde”. “?Que--? ?Quien eres? ?Y como sabes mi nombre?" pregunto Kara con sus labios rozando la pared de roca afilada. Ella se esforzaba para lograr ver algo a traves de la grieta, pero solo lograba ver una sombra. Hubo un momento de silencio y entonces el hombre hablo otra vez. “Escuche a los guardias hablar de ti. Se que eres el angel de la guarda Kara Nightingale. Tambien se que eres diferente de la mayoria de los Angeles, y que posees poderes unicos e increibles, poderes que asustan y enojan al Alto Consejo. Tienes muchos enemigos en la Legion, querida. Kara escucho como el anciano aclaraba su garganta, y luego hablo otra vez. “Entiendo que esta es la segunda vez que estas en el Tartaro, y que eres hija de Asmodeus”. Kara se estremecio a la mencion de las ultimas palabras. Le resultaba extrano como el hombre lo habia dicho sin emocion alguna, como si fuera un conocimiento comun entre todos los prisioneros. Se encontro preguntandose si este hombre era otro loco y si todavia guardaba algun rastro de cordura. ?Seria el tipo de loco que nunca callaba y seguia divagando para siempre? ?La acompanarian sus divagaciones hasta el fin del tiempo o hasta que se volviera completamente loca? El sabia quien era. Tal vez los otros presos no estaban tan locos. “Mi nombre es Legan", dijo el desconocido. Su voz era suave y gentil, para nada el tono de un loco incoherente. El continuo, "… y lo que tengo que decir ahora es muy importante. Tienes que prometerme que le diras al Consejo exactamente lo que voy a decirte. No puedes olvidar un solo detalle. Prometemelo, Kara”. Kara se enderezo. Ella no podia evitar asombrarse despues de lo que habia escuchado. “Eh… encantada, Legan. Pero, ?de que estas hablando? ?Que es exactamente lo que quieres que le diga al Consejo? Es probable que nunca llegue a ellos… asi que podrias estar perdiendo el tiempo. Tengo el presentimiento de que vamos a estar aqui por mucho, mucho tiempo”. Kara escucho pies arrasandose y luego un suave “plop”. Ella sabia que Legan se habia sentado. Ella presiono su mejilla contra la pared y sintio un hormigueo fresco contra su piel de angel. El prisionero estaba silencioso otra vez. Kara se pregunto si estaba preparando sus proximas palabras cuidadosamente, para tratar de convencerla de alguna manera. “Tienes que decirle al Consejo", dijo Legan “que Zadkiel es un traidor”, dijo entre dientes. Kara noto su disgusto cuando pronuncio el nombre de Zadkiel, como si el propio nombre se pudriera en su boca. A ella nunca le habia gustado el Arcangel Zadkiel; siempre la hizo sentir incomoda y grotesca. La habia llamado porqueria del demonio mas de una vez. Kara sonrio y sintio una empatia inmediata hacia Legan, porque tambien odiaba a Zadkiel. Tal vez podian ser amigos. “Nunca me agrado", anuncio Kara. “Siempre me dio escalofrios. ?Dices que es un traidor? ?Estas seguro?” Ella cruzo los dedos. “?Tienes pruebas?” “Todavia no”, respondio Legan y Kara pudo escuchar la decepcion en su voz. “Tiene a todo el Consejo enganado. Pero a mi no me engana. Se a que amo es al que verdaderamente sirve. Por eso termine aqui. El sabia que yo estaba tras de el. Tenia que deshacerse de mi. Veras, yo estaba a punto de revelar su marca”. Kara se estremecio ante la mencion de la marca. La marca era el simbolo de lealtad al demonio. Una horrible cicatriz, la marca de un demonio parecida a la tela de arana, se habia envuelto alrededor de su tobillo una vez. La Legion entera la habia acusado de ser un espia del demonio a causa de ello. David habia desconfiado de ella cuando la vio en su piel. Su pecho se encogio cuando recordo su cara enojada y confundida cuando ella le mostro su tobillo. Ella solo lo habia frotado, como si no fuera nada importante. Nunca podria haber imaginado el caos que causaria mas adelante. Aunque el arcangel Raphael la habia removido, el dano estaba hecho. Sabia que los angeles no confiarian nunca mas en ella. “?Donde esta marcado?” pregunto Kara abruptamente, con un tono de voz mas alto de la que ella hubiera querido usar. No podia imaginar donde estaria la marca en el. Claramente, estaba oculta. “No lo se”, dijo Legan, y Kara lo oyo suspirar. “La marca esta bien escondida. No puedo decir como se las arreglo para ocultarla, aunque debe estar usando a algun tipo de ilusion para enmascararla. Un dispositivo de camuflaje de algun tipo, no estoy seguro. !Pero se que el esta marcado!” Kara se mordio el labio. Se preguntaba sobre la historia de Legan. Tal vez Zadkiel habia encerrado al viejo, y ahora el queria vengarse de el de alguna manera. Involucrarse con un loco no podria ayudar su situacion actual de ninguna forma, ella sabia eso. Con un suspiro de resignacion, se empujo lentamente de la pared y se sento con la espalda contra la roca irregular. Despues de unos minutos de silencio, Kara escucho decir a Legan: “No me crees, crees que soy un viejo loco, ?no? Crees que lo invente todo”. "Ya no se que creer. Si tienes algun problema con Zadkiel... ese es tu problema. Tengo suficientes problemas propios. No necesito esto ahora. Tal vez deberias pedirle a alguien mas que te ayude". Kara lanzo una piedra contra la pared opuesta y dejo caer su cabeza. “No puedo pedirle esto a nadie mas. Eres la unica. Esta es tu tarea y solo tu puedes llevarla a cabo. Tienes que creerme, cuando digo que solo tu puedes hacerlo, Kara", dijo Legan. Kara sintio una cierta urgencia en su voz que la hizo sentir incomoda. “Zadkiel no devolvio el alma de tu madre al Salon de las Almas... ” “!?Que?!” Kara salto a sus pies y golpeo su frente en la pared de la celda. “?Como supiste sobre el alma de mi madre?” Recordaba la sonrisa de satisfaccion en la cara de Zadkiel cuando ella le habia dado el frasco que contenia el alma de su madre. Ella se dio cuenta en un momento de horror que no sonreia porque podia devolver el alma al Salon de las Almas -- estaba sonriendo porque no iba a hacerlo. Habia sentido un escalofrio en ese momento y sentia otro ahora. ?Que le habia pasado al alma de su madre? “Yo sabia muchas de las cosas que ocurrian en Horizonte, querida”. Continuo Legan, “he vivido, vamos a decir… durante mucho, mucho tiempo. No se me escapa nada...bueno, no se me pasaba nada hasta que me metieron aqui. Pero eso ya no importa. Lo que importa ahora es lo que tu hagas ahora. Creeme cuando te digo que no regreso el alma de tu madre". La tierra temblo ligeramente y Kara se sujeto de las paredes para evitar caer. El unico pensamiento feliz que la habia mantenido todo este tiempo en la prision era esa conviccion de que el alma de su madre estaba segura entre todos los otros globos brillantes, flotando en el Salon de las Almas. Pero ahora esa esperanza se habia perdido. Trabo su mandibula. Que tonta habia sido. La habian encerrado en la carcel para nada. Kara espero que la sensacion de mareo se le pasara antes de hablar otra vez. “?Como se que me dices la verdad y que estas no son algunas fabricaciones fantasticas de tu mente enferma? ?Como se que no estas trabajando con Zadkiel para que me maten?” “No hay forma de hacerlo. Tienes que confiar en mi", dijo con una voz suave. Cuando Kara no contesto, Legan continuo. “Creeme, Kara. Te digo la verdad. Parte de ti sabe que digo la verdad... puedo sentirlo". El silencio descendio en la habitacion. Kara realmente deseaba volver a estar con su madre. Si lo que el viejo decia era cierto, entonces su madre estaba en peligro. Tenia que hacer algo. “?Que puedo hacer?”, dijo Kara, y sabia que no podia ocultar el temblor en su voz. “!Estoy atascada aqui! ?Como voy a poder hacer algo? ?Sabes acaso como salir de aqui?” Kara lanzo su peso contra la dura pared, pero era como intentar mover un elefante. Ella sabia de sobra que no podria abrirse camino hacia fuera. Penso intentar forzar la cerradura, pero ?habia una cerradura en la puerta de su celda? Ella no recordaba haber visto una. La desesperacion la ahogo. ?Como iba a salir? “No estaras encerrada en el Tartaro por mucho tiempo", le informo Legan, como si leyera su mente. “Pronto seras convocada a una audiencia para enfrentar los cargos impuestos sobre ti por el Alto Consejo. No sera facil, ya que el Consejo ha sido enganado por el veneno de la boca de Zadkiel. Pero debes detenerlo. Esta sera tu unica oportunidad. Nuestra unica oportunidad. ?Entiendes? Si no tienes exito, estamos muertos”. Kara sintio otro escalofrio subir por su espalda. Se estremecio involuntariamente. “?Que quieres decir exactamente?” Ya era bastante malo que fuera en parte responsable de permitir que los demonios cruzaran al mundo mortal. Ella no queria que la caida del mundo angelico tambien recayera en su conciencia… Seria demasiado para una sola alma. “Uh… Estoy completamente perdida. ?Que es exactamente lo que debo hacer?” “Lo debes tocar”. Kara sacudio la cabeza. “?Disculpa? ?Estas loco? !?Tocarlo?!” “Si", dijo Legan, “un solo toque y la marca se mostrara”. El panico broto dentro de su pecho. No podia ver como ella podria conseguir acercarse lo suficiente como para tocarlo. Este plan iba de mal en peor. “Nunca me dejaran acercarme a el. Yo soy el engendro del demonio; ?Recuerdas? Me mataran si me acerco a alguien del Concilio, y entonces ?a donde iriamos a parar?… "Pero debes hacerlo, Kara. Debes tocarlo y mostrarle al Consejo a que amo es al que realmente esta sirviendo. Te creeran una vez que la marca se revele. Lo prometo”. “No lo se. Esto no suena como un buen plan". Kara apoyo la cabeza contra la pared. Una imagen del bello rostro de su madre bailaba delante de sus ojos. Musica de camara se colo por sus orejas. Recordaba como escuchaba a Billie Holliday mientras lavaba los platos con su madre cantando en coro y derramando agua por todo el piso de linoleo. Sus nervios se agitaban como gelatina. Debia intentarlo, por su madre.

  • Pequenas mentiras de Grace Marie March

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    Thomas entro en su despacho con una idea clara, desea que su hija Genevieve vaya a Londres a la temporada social y encuentre un marido lo antes posible, con sus otras hijas no habia tenido el problema que ahora tenia frente a el, viendo como la menor de sus hijas se preparaba para viajar a Italia junto a sus tias. El ano pasado accedio a que viajara con ellas, pero nunca penso que por haber accedido una vez, ahora todos los anos tuviera que ausentarse lejos de alli.
    De modo que pensando en esta situacion en la que se encontraba, se dio cuenta de que su hija solo podria acceder a ir a Londres por un motivo, por una cuestion de honor, ella al fin y al cabo nunca romperia la palabra dada por su padre.
    ?Quien podria ser el candidato idoneo?, ?Como podria convencerle para que pensara que esta comprometido con su hija?

  • Corazon de invierno (Hermanas Weatherly 1) de Laura A. Lopez

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    "?La calida personalidad de una muchacha, podra superar los helados caminos a la restitucion de un corazon que hiberna?"

  • Secretos a voces de Alice Munro

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    Un libro que reune ocho relatos de la Premio Nobel de Literatura 2013 Alice Munro.

  • El purgador de pecados de Alfonso Sierra Garrido

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    ?Puede una persona que se dedica a matar a gente tener sentimientos? Martin llego a esta profesion de manera accidental y ahora mantiene una lucha interna para buscar sentido a su vida.
    El purgador de pecados narra una historia llena de accion al lado de su protagonista, una novela sobrecogedora que discurre entre los bajos fondos de la sociedad y la alta burguesia, de los instintos mas primarios y salvajes a los sentimientos mas puros que puede tener el ser humano, de la ciudad al ambito rural de Espana. Un thriller desgarrador en el que Martin se tendra que enfrentar a la prueba mas dificil de su vida.

  • Secreto de Amor (Locura 2) de Virginia Camacho

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    Tess Warden sabe lo que es amar, entregarse por ese amor, construir una familia confiada en el... Y tambien sabe lo que es perderlo todo, enfrentarse al futuro con incertidumbres y miedo, con el alma rota y llena de cicatrices. ?Que harias si un dia el amor que perdiste toca de nuevo a tu puerta? ?Arriesgarias todo de nuevo, o el miedo te haria quedarte donde estas? El destino ha decidido enredarlo todo de nuevo, de maneras inesperadas, para darle a esta mujer que lucha cada dia un pequeno solaz.

  • El peligro que nos une de Priscila Serrano

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    El: Impenetrable.
    Ella: Dulce.
    El: Inmaduro.
    Ella: Tierna.
    Jason se fue con su padre anos atras. Penso que su vida seria diferente de lo que en realidad fue. El cambio de ciudad y de ambiente, fueron su perdicion
    Al volver, cree tenerlo todo controlado, hasta que se encuentra con todo cambiado. Su madre volvio a casarse y tendra que convivir con dos adolescentes. Su hermana Mina y Abby.
    Abby, Abby, Abby. Siempre Abby.
    Es tan dulce, tan buena, tan, tan, tan apetecible.
    ?Como afrontara su nueva vida?

  • Los ingravidos de Valeria Luiselli

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    ?Cuantas vidas y cuantas muertes son posibles en la existencia de una misma persona? Los ingravidos es una novela sobre existencias fantasmales; una evocacion, a la vez melancolica y llena de humor, sobre la imposibilidad del encuentro amoroso y el caracter irrevocable de la perdida. Dos voces componen esta novela. La narradora, una mujer del Mexico contemporaneo, relata sus anos de juventud como editora en Nueva York, en los que el fantasma del poeta Gilberto Owen la perseguia por el metro. Ambos narradores se buscan en el espacio insondable de los trenes subterraneos, donde viajaban en sus respectivos pasados.

  • El final de todas las cosas de John Scalzi

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    Tras la expansion de los humanos por el espacio, la Union Colonial se creo para ayudar a protegernos de un universo hostil. Pero uso la Tierra como fuente de reclutas hasta que sus habitantes dijeron: basta. Ahora, la Union Colonial esta en peligro: cuenta con un par de decadas antes de que las Fuerzas de Defensa Colonial se agoten y las colonias humanas en apuros sean vulnerables a los ataques alienigenas. En este universo colapsado, el teniente de la FDC Harry Wilson y los diplomaticos de la Union Colonial trabajan a contrarreloj para descubrir quien esta detras de los ataques a la Union y de los alienigenas. Si no encuentran el modo de encontrar la paz con una Tierra recelosa y enojada y mantener intacta la union de la humanidad, se arriesgan al olvido y la extincion, y al final de todas las cosas.

  • El caso de la familia desaparecida de Raul Garbantes

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  • G de guardaespaldas de Sue Grafton

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    La misma semana que Kinsey recupera su piso destrozado por una bomba y cumple 33 anos ocurren dos cosas que durante un tiempo van a trastornar su vida: viajando desierto a traves en su Volkswagen en busca de una anciana desaparecida, alguien desde una camioneta le vuela inesperadamente los neumaticos. Solo entonces Kinsey se convence de que un ex convicto, a quien ella habia contribuido a apresar, al salir en libertad ha ofrecido 1.500 miserables dolares por su cabeza. Aun consciente de lo poco que vale su vida, decide no obstante contratar a Robert Dietz, un guardaespaldas, muy duro, algo introvertido y misterioso, quien -vaivenes del oficio- acaba protegiendole algo mas que la cabeza. Entretanto, si fue cosa facil dar con la vieja bruja de Agnes Grey, bastante mas complicado sera descifrar los inconfesables misterios en los que va enredando cada vez mas a Kinsey Millhone. ?Adonde la conducira esta vez su insaciable necesidad de meterse en lios?

  • Y llegaste tu, cambiando mi mundo de Coral Moon

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    Comenzaron a atacarme los recuerdos… y no supe como defenderme, asi termine pensando en el, otra vez.

  • NIEVE en el corazon de Luna Villa

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    Un hombre atormentado por el dolor y la culpa. Un hijo por el que esta dispuesto a luchar para que no se lo arrebaten. Cuando parece que nada tiene sentido, Ethan abre los ojos para ver a lo mas bonito que ha podido pasarle desde el nacimiento de su hijo. Avery llega a Vancouver para darle un giro a su vida y a la de Ryan. ?Sera suficiente ese amor para acabar con la nieve que cubria su corazon?

  • Que dia mas bueno de Ayelet Waldman

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    Un mes en la vida de una mujer, escritora, esposa y madre de cuatro hijos que busca la estabilidad depositando sobre su lengua dos gotas de LSD.

  • A la gente solo le gusta nadar en la superficie de Beatriz Gordillo Bejarano

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    Magda era una joven que vivia en el seno de una familia de clase media en una ciudad del sur de Espana. Su padre, su familia y la gente en general no esperaban nada extraordinario de ella. Un dia, el padre abandona a su madre y a ella. En ese momento, ambas emprenden un camino de mejora y cambio que hara con que sus vidas cambien para siempre.

  • Amor contracorriente de Annabeth Berkley

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    La joven lady Allyson Connelly se miraba en el espejo con cierta inseguridad. Estaba en el salon de la modista a la que solian acudir al inicio de cada temporada. Podria decirse que le gustaba lo que veia. Su cabello rubio perfectamente recogido, el precioso vestido celeste que resaltaba el azul de sus ojos, los bonitos y comodos botines que le permitirian bailar toda la noche... Estaba satisfecha del resultado, sin embargo... sentia que le faltaba el aire. Madame Leonard, la solicitada modista francesa a la que la mayoria de la nobleza de Londres encargaba sus vestidos desde que se habia instalado alli hacia unos anos, la miraba extranada con varios alfileres sujetos entre sus finos labios. Era alta, delgada y su demostrada experiencia y los altos precios que cobraba daban la razon a la soberbia con la que se conducia. Miro la estrecha cintura de la joven. Estaba segura de que el corpino no estaba tan apretado como para no dejarle respirar, asi que no le presto mayor atencion. Allyson sintio como sus mejillas perdian el color y un sudor frio le recorria el cuerpo. Intento distraerse mirando a su alrededor. Las paredes forradas con papel en tonos claros, las lujosas telas de diferentes colores sobre una mesa alargada, varios espejos diseminados por la habitacion, estanterias con diferentes tocados que sobresalian de sus cajas, cajones a medio cerrar con vistosas plumas, abalorios y delicados encajes... --Crei que ya tenia pretendiente --comento Madame Leonard mientras se alejaba para dar el visto bueno a su diseno desde la distancia. --Y lo tiene --afirmo altiva y satisfecha lady Josephine Connelly, la elegante matriarca de la familia--. Esta temporada, Christine causara la misma sensacion que su hermana en la anterior. No tengo duda de ello. Josephine miraba a su hija mayor con el ceno fruncido, molesta porque aun no hubieran fijado la fecha de la boda. Si la modista sabia que tenia pretendiente, pero aun no se habia casado, lo sabria, sin duda, el resto de la alta sociedad. No comprendia el porque de su reticencia cuando el conde de Nokfolk era tan buen partido para cualquier joven casadera. --El delicado vestido de color petalo que han escogido, sin duda, hara que encuentre pretendiente tan rapido como su hermana --comento la modista sonriendo friamente a la joven morena de ojos azules a la que acababa de quitarle el elegante y decoroso vestido encargado para la fiesta. Allyson miro a Christine, su hermana un ano menor, que la miraba con los ojos brillantes, emocionada por su inminente presentacion en sociedad. Sin duda, estaria preciosa y mas que preparada para encontrar esposo. La mas pequena, Laura, rubia como ella y de ojos verdes, estaba sentada indiferente junto a su madre. Ella aun tendria que esperar un ano mas para su presentacion en sociedad, y no parecia que tuviera mucho interes al respecto. Allyson volvio a mirarse en el espejo. A ella se le acababa el tiempo. La falta de aire era cada vez mas acuciante. El conde de Nokfolk, el afortunado pretendiente al que sus padres habian aprobado, ademas de pertenecer a su clase social y ser correcto y educado, habia sido muy paciente con sus caprichos de retrasar la boda entre ambos. Ese ano la acompanaria en los bailes para confirmar la union matrimonial que todos esperaban que se fuera a producir en breve. Era un buen hombre y seria un buen marido, se dijo tratando de convencerse. --Allyson, por Dios, ?que te ocurre? --le pregunto alarmada su madre, notando su palidez y angustia, cada vez mas visible. Allyson cogio aire y lo solto con rapidez varias veces mientras se doblaba sobre sus rodillas. Christine y Laura fueron preocupadas hasta ella. Madame Leonard se acerco agitando un abanico de color crudo con su mano. Solo Josephine la miraba seria, levantado una ceja con frialdad. --Se... me pasara pronto.... --les tranquilizo Allyson con un hilo de voz mientras la modista le soltaba los lazos del vestido para quitarselo. --No creo que sea necesario arreglarlo --les comento Madame Leonard con firmeza--. Quiza la joven esta nerviosa. Josephine apreto los labios con fuerza, mirando cenuda a la mayor de sus hijas. --Probablemente --murmuro entre dientes. Allyson miro de reojo a su madre antes de desaparecer tras la cortina que servia de biombo para vestirse con su ropa de paseo. --Al ano que viene me tocara a mi ponerme otro de estos vestidos --comento la joven Laura pasando la mano por el vestido que Christine iba a llevar. Christine asintio, mirando risuena su bonito vestido. Sabia que todos la compararian con su bonita hermana mayor, pero afortunadamente ella no seria rival puesto que a su boda con el conde solo le faltaba establecer la fecha. Josephine no se movio de donde estaba hasta que no vio salir a Allyson vestida con su traje de paseo de colores crudos y visiblemente mas recuperada. Christine y Laura fueron hasta ella preocupadas. Allyson les sonrio evitando la mirada de su madre. --Muy bien, Madame Leonard --le comento Josephine a la modista mientras se dirigia a la puerta--. Espero que envie estos vestidos manana mismo, y el resto de los que le hemos encargado, en una semana. La mujer asintio satisfecha. Poco antes de empezar la temporada en Londres, recibia cientos de encargos que le permitian vivir muy holgadamente el resto del ano, cuando la alta sociedad solia retirarse a pasar la temporada de caza a sus segundas viviendas alejadas de la vida social de la ciudad. Justo antes de salir, se encontraron con lady Flanigan, una vieja conocida de la familia, que entraba con su hija, probablemente con la misma intencion con las que ellas habian ido. Era alta y ligeramente corpulenta, y llevaba un moderno sombrero sobre su cabello oscuro. Su hija, con el cabello un poco mas claro, parecia su joven reflejo. Las madres se saludaron con una afectuosa sonrisa. Las jovenes se miraron con curiosidad. No solian relacionarse entre ellas. --Supongo que nos veremos en la fiesta de lord Bondshire --comento lady Flanigan. Josephine asintio complacida. --Si, Helen, aunque tenia entendido que Josselyn ya habia encontrado pretendiente el ano pasado. La mujer sonrio asintiendo y manteniendo la mirada a su interlocutora. --Asi es, pero parece ser que tiene la misma prisa que Allyson por contraer matrimonio. Las dos jovenes aludidas se miraron y se sonrieron con amabilidad. Aunque recordaban haberse visto en alguna ocasion, apenas habian hablado entre ellas. Josephine miro al cielo, como si pidiera la paciencia que necesitaba para la incomodidad que le producia la situacion de su hija mayor. --Este ano debuta Christine. Ya lo tenemos todo preparado, y estamos seguras de que todo ira... mejor. Helen asintio con una sonrisa educada. --Te deseo la mejor de las suertes, Christine --miro a la ilusionada joven--. Mucho gusto en saludarlas. Josephine y sus hijas volvieron al carruaje que les estaba esperando al otro lado de la calle. Allyson se distrajo mirando a su alrededor. Las calles de la ciudad eran amplias y estaban limpias. Habia varias personas paseando distraidas. Todo le parecia que estuviera dentro de la normalidad a la que estaba acostumbrada... y de la que habia empezado a dudar. --Allyson, ?por que te detienes? Allyson miro a su madre sonrojada. Bajo la cabeza y fue hacia el carruaje justo cuando otro carruaje similar paro frente al de ellas. Un joven apuesto de cabello castano y ojos del mismo color bajo de el para saludarlas. --Lady Connelly, Christine, Laura, Allyson. Todas sonrieron y devolvieron el saludo al prometido de Allyson. --Es un placer haberlas encontrado. Ahora iba a ver a su esposo --les explico mientras Allyson se acercaba a el. --Madre, ?puedo irme con Robert? --pregunto la joven tratando de aparentar indiferencia. --No es buena idea, Allyson. Cualquiera puede veros... --Aun no es mediodia, madre --insistio Allyson. --Voy a una de las fabricas --le explico Robert, el conde de Nokfolk, serio--. Nada me gustaria mas que compartir el tiempo contigo, Allyson, pero quiza no sea buena idea... Allyson fruncio el ceno mientras hacia un entrenado mohin con los labios que le dedico a Robert y a su madre. --Siempre os quejais de que no pasamos tiempo juntos... Josephine entrecerro los ojos mirando a su hija mayor con desconfianza. Allyson evito su mirada fijandola en su guapo pretendiente, que miraba a su madre esperando un permiso. --Puedo quedarme esperando en el carruaje... --insistio Allyson con dulzura. --Yo cuidare de ella, lady Connelly, y en cuanto termine la diligencia que me lleva hasta alli, la acompanare a casa. Josephine asintio con un gesto serio, visiblemente molesta con su hija mayor. Allyson se despidio de su madre y sus hermanas sin perder mas tiempo y dedico a Robert una bonita sonrisa mientras subia al elegante carruaje con asientos de terciopelo en color verde oscuro. El joven la siguio al interior, sentandose frente a ella. La miro detenidamente mientras golpeaba con su baston el techo para indicar al cochero que se pusiera en marcha. Pocas veces conseguian estar a solas. --No esperaba que quisieras venir conmigo --le comento Robert, con mucha calma, casi arrastrando las palabras. Allyson se encogio de hombros, sintiendose ligeramente incomoda con su tono de voz. Sentia su mirada condescendiente sobre ella, como si todavia la estuviera evaluando para saber si seria o no una buena esposa, o como si estuviera dispuesto a reganarla si no hacia lo que el consideraba correcto. --Apenas nos vemos... --le contesto ella, suponiendo que era logico que pasaran algun momento a solas. --Tu madre ya no esta. No tienes que fingir delante de mi --le indico serio mirandola a los ojos. --No estaba... --?A quien trataba de enganar? Quiza Robert habia empezado a conocerla--. Nunca he visto una fabrica --le respondio compartiendo la verdadera razon por la que habia querido acompanarle. --Ni tienes por que verla --le explico con cierta frialdad, manteniendole la mirada. Allyson lo miro por unos segundos. Habia creido que Robert apoyaria sus inquietudes o le permitiria dirigirse con mas libertad que la que tenia en casa de sus padres. Quiza fueran imaginaciones suyas, pero en determinadas ocasiones, el le hacia sentir insegura y no era nada agradable sentirse asi. --?Por que no? ?Que habria de malo? --le pregunto mirando hacia la ventana para disimular su decepcion. --Ese no es un sitio para una dama --insistio Robert mientras el carruaje iniciaba un incomodo traqueteo debido al desgastado suelo de las calles por las que habian empezado a transitar. --Oh, vamos... --Allyson le miro impaciente. --Ademas, has dicho que te quedarias en el carruaje. Allyson le miro seria. Cierta tension se palpaba en el ambiente. Ella sabia que no debia llevarle la contraria, que debia mostrarse sonriente y sumisa, pero cada vez le costaba mas comportarse asi con el. --Allyson... --le recrimino molesto--. No se que esperas encontrar alli, pero no es como te lo imaginas. Las fabricas... --entorno los ojos con una mueca--. ?Que has estado leyendo? Allyson se sonrojo, pero no le respondio. Se limito a mirar por la ventana, dandose cuenta de que habian dejado muy atras el centro londinense. --?Donde vamos exactamente? --A una parte del East End... barrios obreros... tu padre se encuentra en una de las fabricas --Allyson se asomo por la ventana sin ningun reparo--. Allyson, esto no es un viaje de placer. Vuelve dentro. Allyson lo miro molesta. --Nunca he estado en un barrio obrero. --Y no vas a estarlo --le respondio serio--. Te repito que no es sitio para una dama. Pasaremos por el barrio, pero no nos detendremos. Allyson le mantuvo la mirada, pero cedio separandose de la ventana. De nada iba a servir enfrentarse con el, ademas de que seria algo imperdonable por su parte. --?Por que no? --susurro a reganadientes. --Allyson, no hay nada que quieras ver, creeme. Allyson lo miro extranada y molesta. Ella queria asomarse por la ventana. Por eso habia ido con el. Era algo que no se podia quitar de la cabeza desde que habia leido a escondida los ultimos libros de Charles Dickens. Le costaba creer que la ciudad que el describia fuera donde ella residia. Robert decidio cambiar el rumbo de la conversacion. Tenia claro que discutir con Allyson no llevaba a nada, ademas de que no tenia por que hacerlo. Sin duda seria una esposa perfecta cuando se acostumbrara a su verdadera posicion como condesa. La acaricio con la mirada. Era preciosa, quiza demasiado transparente en sus expresiones. --Crei que querias estar conmigo... a solas. Allyson se sonrojo consciente de la intimidad del momento. Estiro su espalda pegandose aun mas al asiento en el que estaba, como si pudiera poner mas distancia entre ellos. --Si, claro... --le respondio visiblemente incomoda mientras el carruaje se movia de manera mas abrupta al dejar totalmente atras las cuidadas calles de la ciudad. Miro a Robert. Era un buen hombre, guapo, distinguido, educado. Estaba casi convencida de que seria un buen esposo, pero no sabia por que le estaba costando tanto fijar una fecha para su boda. Sabia que era lo que un marido podia exigir a su esposa. La habian educado para ello. Estaba dispuesta a ser una esposa sumisa y obediente, aunque solo pensarlo le causaba cierta ansiedad. Los pocos y robados besos que el le habia dado en contadas ocasiones no la conmovian lo mas minimo ni mucho menos le interesaba repetirlos. Su madre le habia explicado, sin muchos detalles, lo que pasaba en la intimidad del dormitorio entre un hombre y una mujer, y no tenia ningun interes en experimentar el molesto momento. Lo peor era saber que no habia manera de evitarlo. Desvio su mirada sonrojandose ante sus pensamientos. Parecia que entraba un olor fuerte y desagradable por la ventana y Allyson saco un panuelo del pequeno bolsito que llevaba colgado de la muneca y se lo llevo a la nariz. Robert la seguia mirando detenidamente. --Allyson... ?buscabas estar a solas conmigo? Allyson lo miro ruborizada. Cierto desasosiego la invadio ?Por que insistia? Los ojos de Robert habian empezado a brillar. Realmente estaban los dos a solas. ?Lo veria como una oportunidad de acercarse a ella y besarla? No le apetecia en absoluto. --No digas esas cosas, Robert. Soy una mujer decente. Robert sonrio con arrogancia. Por fin parecia que Allyson se habia dado cuenta de que estaba en sus manos, de que dependia de el. --No dudo de que lo seas... --?Donde estamos? --le interrumpio con curiosidad acercandose a la ventana al ver que pasaban junto a unos edificios que no conocia. Robert le impidio que lo hiciera sujetandola por el brazo. --Allyson, no tienes por que ver esto. Se mantuvieron la mirada por unos segundos. La tension entre ambos fue mas que visible y parecia que ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder. Robert se incorporo ligeramente sobre ella. Allyson se rindio. Lo tenia demasiado cerca. Bajo la mirada, sumisa y volvio a apoyarse en su asiento. --Si no querias estar conmigo a solas, ?Que pretendias con este viaje? --No lo se. Pense que podria ver a mi padre... --?Ahora? ?Tienes algo urgente que decirle? Una fabrica no es lugar para una mujer de tu clase. Te ruego que no bajes del carruaje cuando lleguemos. Puede ser peligroso. Allyson lo miro con cierta desconfianza. Sus palabras parecian sinceras y su tono de voz amenazador. --?Peligroso? ?Y por que mi padre viene todos los dias? ?Por que vienes tu? --Peligroso para una mujer como tu, querida --le respondio protector sin dejar de mirarla. Allyson asintio antes de girar la cabeza hacia la ventana. Estaba deseando ver lo que habia en las calles. Siempre habia vivido protegida, entre sedas y algodones, pero ultimamente tenia muchas dudas acerca de si su vida era real o era un espejismo en el que solo unos cuantos afortunados podian vivir. Robert se sento de repente a su lado buscando su contacto. Allyson se sobresalto y con rapidez se levanto de su asiento para ocupar el que el habia dejado libre. --!Robert, por favor! Robert hizo una mueca de autosuficiencia.

  • 10 dias para Ano Nuevo de Carmen Amil

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    Eli ha roto con su novio y todo le recuerda a el. Por eso, acepta la proposicion de su amigo Caleb para pasar las fiestas en la casa rural de su hermana, lejos de cualquier cosa que le haga pensar en Dani.
    Caleb tiene diez dias hasta Ano Nuevo, el dia que Eli se va, para conseguir que ella se olvide de su ex.
    Juntos, redescubriran las navidades de una forma muy distinta a lo que estan acostumbrados.

  • El secreto de Pembrooke Park de Julie Klassen

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    Una casa llena de misterio, un lugar en el que nadie habla y una recien llegada.
    Abigail Foster no quiere acabar siendo una solterona, pero sabe que su minuscula dote no le va a servir para incrementar sus encantos.
    Cuando los problemas financieros fuerzan a su familia a vender su casa de Londres, un extrano abogado aparece con una oferta increible: pueden irse a vivir a una lejana casa senorial que lleva dieciocho anos abandonada. Los Foster emprenden viaje hacia la mansion de Pembrooke Park y al llegar, se la encuentran tal y como sus ultimos habitantes la dejaron en su repen- tina partida: con las tazas con el te reseco, ropa en los armarios, una casa de munecas abandonada mientras jugaban con ella…
    El atractivo pastor del pueblo les da la bienvenida, pero a pesar de que tanto el como su familia parecen saber algo del pasado de la casa, tan solo advierte a Abigail que tenga cuidado con los intrusos que lleguen atraidos por los rumores de que en la casa se oculta un tesoro…

  • El escudo de David de Lilyam Martino

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    El Escudo de David es una novela que combina hechos reales con ficcion, para destacar la lucha por la libertad y la defensa de los valores democraticos en un pais llamado Venedicta, gobernado por un regimen despotico que abuso de su autoridad para atropellar los derechos de los ciudadanos a vivir en libertad y con dignidad en pleno siglo XXI. Es una historia que puede ocurrir en cualquier pais si no se advierten y frenan a tiempo las apetencias del poder por el poder mismo por parte de sus gobernantes.Lilyam Martino se aparta de los numeros y el derecho para escribir una novela que destaca y rinde homenaje a la lucha de valientes jovenes guerreros que se cansaron de vivir en la oscuridad, y sin importarles las consecuencias, tomaron las calles para gritar su verdad, conquistar el derecho de un pueblo a ser libre y alcanzar con todas sus fuerzas la gloria de vivir en su pais y sonar con un manana de esperanzas.

  • Perfect de Alison G. Bailey

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    <>

  • The Boss (La asistente personal 1) de Lexy Timms

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    Jamie Connors ha tirado la toalla en la busqueda de un hombre. Es inteligente, guapa y, vale, si: tiene algun kilito de mas. Es un verdadero iman para el tipo de hombres que no se comprometen.

  • La Rendicion del Highlander (Penword 3) de Arlette Geneve

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    Marina es una noble y decidida mujer que se encuentra ante la decision mas dificil de su existencia; elegir entre el amor de su vida o la lealtad a su familia. Su mejor amigo va a ser ahorcado, y en su desesperacion para tratar de liberarlo, acude a la unica persona que puede ofrecerle la ayuda que necesita, Brandon McGregor, un laird arrogante, posesivo, y del que esta irremediablemente enamorada. Sin embargo, el escoces la desprecia porque la cree una manipuladora sin sentimientos. Una arpia traidora e indigna de confianza. Marina llega a una encrucijada de dificil eleccion, si salva a su amigo, debe traicionarlo a el, y Brandon no piensa perdonar sus intrigas y maquinaciones.
    Marina tendra que pagar el precio que el Laird de Ruthvencastle le imponga.

  • Amores que dejan Marcas de Ruth Lefin

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    Dia a dia, nos encontramos con enunciados en los medios, como: “Mujer fue asesinada por su esposo”, “Nuevo femicidio en la capital”, “Mujer es torturada y corre riesgo vital.

  • Sin Brunetti de Donna Leon

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    En la segunda parte de Enrique VI, de Shakespeare, uno de los personajes dice: <> Cuanto mas agradable no seria la vida contemporanea si pudieramos decir: <> Si parece muy drastica la medida y uno desea escapar del automovil y de todo lo que hace con nosotros, quiza lo mas aconsejable sea irse a vivir a Venecia. Buena parte de la satisfaccion que me produce vivir en Venecia se debe a esta razon: no hay coches. En principio, la cosa parece simple --y sin duda eso pensara la mayoria--: si no hay trafico, no hay ruido ni contaminacion. Pero Venecia tiene las tres cosas, y mas de lo que en justicia le corresponderia. Sin embargo, la ausencia de coches contribuye a alegrarnos la vida en otros aspectos, aspectos que hoy considero mas importantes, aunque tambien Venecia tenga su trafico, su ruido y su contaminacion. Como estamos obligados a ir a pie, tenemos que encontrarnos. Es decir, todas las mananas los habitantes de Venecia hemos de vernos, cruzarnos o coincidir en nuestros desplazamientos. Ello propicia la conversacion casual, el intercambio de informacion sobre el mundo o la vida personal, lo que sirve de pretexto para un cafe o un ombra que, a su vez, te haran relacionarte con otras personas y generaran mas conversacion y mas intercambio de informacion. Por lo tanto, como no hay coches, Venecia es, por lo menos para los residentes, lo que los meros numeros hacen de ella: una ciudad provinciana de apenas setenta mil habitantes en la que el principal medio de distraccion es el cotilleo y en la que, por consiguiente, no hay secretos. Para averiguar lo que sea de quien sea, nada como esos casuales encuentros matutinos, en los que no falta quien te prevenga acerca del anticuario, el dermatologo o determinado empleado de tal o cual oficina publica. En el aspecto positivo, estos contactos pueden conducirte al ebanista honrado o al mejor puesto de pescado del mercado de Rialto. Desde luego, esta clase de informacion se puede obtener en cualquier otro sitio, pero en otras ciudades te exige usar el coche o el telefono. En Venecia, el informador te sale al paso y, por lo general, el pago es un simple cafe y un brioche. Otro de los alicientes de la Venecia sin coches es analogo al otorgado a la Miss Brill del relato de Katherine Mansfield: el de atisbar en las vidas ajenas. Durante anos, te cruzas en la calle con las mismas personas; al cabo de unos meses, o de anos, esbozais un movimiento de cabeza, una sonrisa o cualquier otra forma de saludo. Aunque nunca salen de un amable anonimato, un dia las ves con otra pareja, o con ninos que luego apareceran con sus propios ninos. Envejecen, andan mas despacio, algunas desaparecen, y siempre te quedan las preguntas de quienes son, que hacen o como son en realidad. Por ultimo, la ausencia de coches nos impone dia tras dia la necesidad de aceptar el limite de nuestra capacidad fisica. Si queremos una cosa, hemos de poder cargar con ella hasta casa o encontrar a alguien dispuesto a llevarnosla. Ello hace mas dificil que nos enganemos respecto al paso del tiempo: estamos mas viejos y mas flojos, y ya no podemos acarrear las patatas, las naranjas y, ademas, el agua mineral. Ni hacer todos los recados en un solo dia, porque hay que ir de un extremo a otro de la ciudad, o porque los vaporetti van muy llenos, o porque hay demasiados puentes. En suma, yo creo que todas estas cosas, aunque triviales en apariencia, redundan en beneficio de los residentes. Vivimos en una epoca volcada en el empeno de borrar o negar todas las senales fisicas de la edad o la debilidad, y hacer resaltar el valor del individuo. Cada vez nos sentimos mas inclinados a buscar nuestro sentido de comunidad en internet y nos pasamos horas chateando con gentes a las que nunca veremos ni tocaremos. Venecia, aunque sea por accidente y modestamente a veces, contra nuestra voluntad, nos salva de esta tonteria. EL LATIDO DE LA CIUDAD Uno de los encantos de Venecia es la sensacion de misterio que transmite; nunca puedes prever lo que encontraras a la vuelta de la esquina ni lo que revelara esa puerta que se abre. Novelistas, cineastas, incluso el turista corriente, todos se han sentido atrapados por esta sugestion de que las cosas van a resultar diferentes de como parecen a primera vista. Para muestra, Alberto Peratoner, guarda de la Torre del Reloj de San Marcos, hijo y nieto de guardas, funcion con la que el y sus antepasados se han ganado el sustento desde hace casi un siglo. La Torre del Reloj de San Marcos fue inaugurada el 1 de febrero de 1499 y, durante cinco siglos, ha sido el simbolo perfecto de esta ciudad. A diferencia de todos los relojes de su epoca y tamano, este tiene dos esferas. Una mira hacia fuera, mas alla de las estatuas de San Teodoro y del Leon de San Marcos, a las aguas que dieron refugio a los primeros habitantes de la ciudad y que despues serian surcadas por las naves venecianas que partian a la conquista del comercio de dos continentes. La otra cara del reloj mira al interior, a la larga y estrecha Merceria y a Rialto, nucleo comercial de la ciudad. Al igual que Venecia, el reloj envejecio y fue objeto de dos grandes restauraciones, una en 1757 y la otra en 1858. Luigi Peratoner se hizo cargo de la conservacion de la Torre y el Reloj de San Marcos en 1916; su hijo Giovanni heredo su puesto en 1945, y Alberto, el actual custodio, entro en funciones en 1986, tras la repentina muerte de su padre. La tarea del guarda del reloj consiste en mantenerlo en buen fucionamiento, lo que supone dar cuerda a su ingente y complicada maquinaria dos veces al dia y realizar los ajustes necesarios a fin de que marque la hora exacta. Es tradicion que el guarda resida en la torre, lo que supone no solo vivir junto al corazon palpitante del reloj sino tambien disfrutar, desde su altura, de la fabulosa vista de una ciudad toda vistas fabulosas. <>, <>: en otra ciudad, estas palabras te harian pensar en un hombre encorvado, con delantal azul y extranas herramientas asomando de los bolsillos. Pero, probablemente, un mero <> no sabria interpretar ni la mas pequena anomalia con la debida rapidez. Pero esto es Venecia, donde pocas cosas son lo que parecen a primera vista. Asi, Alberto Peratoner es licenciado en Filosofia, especializado en Pascal, que se encontro metido en este trabajo casi por casualidad, cuando murio su padre, y que, a pesar de sentir el pulso del reloj en la sangre, encuentra su solaz intelectual en la filosofia de Pascal. Ni es encorvado, ni lleva delantal, ni es un solitario sino un hombre que viste bien, se expresa con elegancia y no disimula el amor que siente por su esposa, Rita Morosini. Tampoco puede ocultar su pasion por la musica de Handel. La idea de que Peratoner sea el simple guardian de este reloj, el mas celebre del mundo despues del Big Ben, no es del todo cierta. No. El es el hombre que, por haber vivido siempre al lado y hasta dentro de este mecanismo que casi tiene vida propia, identifica cada uno de sus caprichos y suspiros, cada crujido y cada tono de su voz. Conoce intimamente los efectos que tienen en el reloj la humedad, la presion atmosferica y los cambios de temperatura bruscos, y sabe la manera de neutralizarlos con la aplicacion de un aceite de una densidad determinada o el fino ajuste de una palanca. Si le preguntas como sabe que aceite ha de usar y en que cantidad, Peratoner sonrie y te responde, citando a Pascal, que se necesita <> para auscultar el corazon del reloj y comprender sus veleidades. Peratoner explica con satisfaccion que Piaget, una de las mas prestigiosas firmas de relojeria del mundo, ha brindado una generosa ayuda financiera y tecnica para contribuir a la restauracion del reloj que se llevara a cabo durante los dos anos proximos, en los que el reloj sera desmontado y transportado a un taller de las afueras de Mantua, donde se sustituiran las piezas desgastadas. Despues, sera sometido a minuciosas pruebas y devuelto a su torre de Venecia. El 1 de febrero de 1999, el dia en que se cumpliran quinientos anos de su inauguracion, el reloj sera puesto en marcha y otra vez medira los minutos y las horas de los dias de Venecia. Es de desear que Alberto Peratoner, custodio y filosofo, regrese a su hogar dentro del corazon que palpita en la ciudad.

  • Terelu Campos. Frente al espejo de Teresa Viejo Jimenez

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    Con prologo de Raphael y fotografias ineditas, Frente al espejo recoge las memorias y confesiones de Terelu Campos.

  • El otro ingles de Ilsa Madden-mills

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    Un britanico ardiente.
    Una americana despechada.
    Una noche que se olvidaron de quienes eran.

  • After Dark de Haruki Murakami

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    Perfil de una gran ciudad. Captamos esta imagen desde las alturas, a traves de los ojos de un ave nocturna que vuela alto. En el amplio panorama, la ciudad parece un gigantesco ser vivo. O el conjunto de una multitud de corpusculos entrelazados. Innumerables vasos sanguineos se extienden hasta el ultimo rincon de ese cuerpo imposible de definir, transportan la sangre, renuevan sin descanso las celulas. Envian informacion nueva y retiran informacion vieja. Envian consumo nuevo y retiran consumo viejo. Envian contradicciones nuevas y retiran contradicciones viejas. Al ritmo de las pulsaciones del corazon parpadea todo el cuerpo, se inflama de fiebre, bulle. La medianoche se acerca y, una vez superado el momento de maxima actividad, el metabolismo basal sigue, sin flaquear, a fin de mantener el cuerpo con vida. Suyo es el zumbido que emite la ciudad en un bajo sostenido. Un zumbido sin vicisitudes, monotono, aunque lleno de presentimientos. Nuestra mirada escoge una zona donde se concentra la luz, enfoca aquel punto. Empezamos a descender despacio hacia alli. Un mar de luces de neon de distintos colores. Es lo que llaman un barrio de ocio. Las enormes pantallas digitales instaladas en las paredes de los edificios han enmudecido al aproximarse la medianoche, pero los altavoces de las entradas de los locales siguen vomitando sin arredrarse musica hip-hop en tonos exageradamente graves. Grandes salones recreativos atestados de jovenes. Estridentes sonidos electronicos. Grupos de universitarios que vuelven de una fiesta. Adolescentes con el pelo tenido de rubio y piernas robustas asomando por debajo de la minifalda. Oficinistas trajeados que cruzan corriendo la encrucijada a fin de no perder el ultimo tren. Aun ahora, los reclamos de los karaoke siguen invitando alegremente a entrar. Un coche modelo Wagon de color negro y decorado de forma llamativa recorre despacio las calles como si hiciera inventario. Lleva una pelicula negra adherida a los cristales. Parece una criatura, con organos y piel especiales, que habita en las profundidades del oceano. Una pareja de policias jovenes hace la ronda por la misma calle con expresion tensa, pero casi nadie repara en ellos. A aquellas horas, el barrio funciona segun sus propias reglas. Estamos a finales de otono. No sopla el viento, pero el aire es frio. Dentro de muy poco comenzara un nuevo dia. Nos encontramos en Denny's. Iluminacion anodina, aunque suficiente; decoracion y vajilla inexpresivas; diseno de planta calculado hasta el menor detalle por ingenieros expertos; musica ambiental inocua sonando a bajo volumen; empleados formados para que sigan el manual a rajatabla. <>. Mires a donde mires, todo esta concebido de forma anonima e intercambiable. El establecimiento se halla casi lleno. Tras barrer el interior del local con la mirada, nuestros ojos se posan en una chica que esta sentada junto a la ventana. ?Por que en ella? ?Por que no en otra persona? No lo se. Sin embargo, por algun motivo, la chica atrae nuestra atencion... de un modo espontaneo. Ocupa una mesa de cuatro asientos, esta leyendo un libro. Sudadera gris con capucha, pantalones vaqueros, zapatillas deportivas de color amarillo destenidas tras multiples lavados. Sobre el respaldo del asiento contiguo cuelga una cazadora. Tampoco esta parece nueva, en absoluto. Por lo que respecta a la edad, hara poco que la chica es universitaria. Ya no es una estudiante de bachillerato, pero aun conserva el aire del instituto. Tiene el pelo negro, liso, corto. Lleva poco maquillaje, ninguna joya. Cara pequena y delgada. Gafas con montura negra. De vez en cuando frunce el entrecejo con aire reconcentrado. Esta absorta en la lectura. Apenas aparta los ojos del libro. Es un grueso tomo de tapa dura, pero, como lleva puesta la sobrecubierta de la libreria, no se ve el titulo. Dada la gravedad con que lo lee, debe de tratarse de un libro de contenido muy serio. La chica no se salta una sola linea, sino que, por el contrario, parece ir masticandolas a conciencia, una a una. Sobre la mesa hay una taza de cafe, un cenicero y, al lado de este, una gorra de beisbol de color azul marino con la <> de los Boston Red Sox. Posiblemente le vaya un poco grande. En el asiento contiguo descansa un bolso bandolera de piel marron. A juzgar por lo abultado del bolso, la chica ha ido embutiendo en el de forma apresurada todo cuanto le ha venido a la cabeza. Alza la taza a intervalos regulares y se la lleva a la boca, pero no parece que saboree el cafe. Tiene la taza delante y se toma el cafe porque eso es lo que tiene que hacer. Como si se acordara de pronto, se pone un cigarrillo entre los labios y lo enciende con un mechero de plastico. Achica los ojos, lanza el humo de manera libre y facil, deja el cigarrillo en el cenicero y, luego, se acaricia las sienes con la punta de los dedos como si quisiera alejar el presentimiento de un futuro dolor de cabeza. La musica que suena a bajo volumen es Go Away Little Girl, de Percy Faith y su orquesta. Nadie la escucha, por supuesto. Hay gente muy diversa comiendo y tomando cafe en Denny's esa madrugada, pero ella esta sola. De vez en cuando levanta la mirada del libro y echa una ojeada al reloj de pulsera. Por lo visto, el tiempo no avanza tan rapido como ella quisiera. Tampoco parece que haya quedado con alguien. No recorre el interior del local con la mirada ni dirige los ojos hacia la puerta. Simplemente esta sola leyendo un libro y fuma algun que otro cigarrillo, inclina la taza de cafe con un gesto maquinal y espera a que el tiempo transcurra deprisa, aunque solo sea un poco. Sin embargo, es obvio que aun falta mucho para el amanecer. La chica interrumpe la lectura y mira hacia fuera. Por la ventana del primer piso puede ver, a sus pies, la calle concurrida. Aun a aquellas horas la calle esta llena de luz, con una multitud de transeuntes que van y vienen. Personas que se dirigen a algun sitio y otras que no se dirigen a ninguno. Personas que tienen un objetivo y otras que no lo tienen. Personas que querrian detener el paso del tiempo y otras que querrian acelerarlo. Tras permanecer un rato contemplando esa imagen deslavazada de la ciudad, la chica respira hondo y vuelve a posar los ojos sobre las paginas del libro. Alarga la mano hacia la taza de cafe. En el cenicero, el cigarrillo, al que solo ha dado unas caladas, va convirtiendose en ceniza sin perder su forma original. Se abre la puerta automatica y un hombre joven, alto y desgarbado, entra en el local. Chaqueta de piel negra, pantalones chinos arrugados de color verde oliva, zapatones marrones. Lleva el pelo bastante largo, con grenas. Quiza se deba a que durante los ultimos dias no ha tenido la oportunidad de lavarselo. O quizas a que acaba de cruzar algun matorral muy espeso. O puede que, para el, lo habitual sea llevar el pelo enmaranado. Esta delgado, pero, mas que tener un fisico elegante, lo que parece es desnutrido. Del hombro le cuelga un gran estuche de color negro de un instrumento musical. De un instrumento musical de viento. Ademas, en la mano sostiene una sucia bolsa de lona. Atiborrada, al parecer, de partituras y de varios objetos de pequeno tamano. En la mejilla derecha presenta un corte profundo que atrae las miradas. Una pequena cicatriz producto, al parecer, de la incision de un objeto afilado. Aparte de esto, nada en el llama particularmente la atencion. Es un joven normal y corriente. Tiene el aire de un perro cruzado, bonachon, aunque no muy listo, que vaga perdido por las calles. La camarera encargada de acomodar a los clientes se acerca y lo conduce hasta una mesa al fondo del local. Pasa por delante de la chica que lee. Y, en el preciso instante en que acaba de dejar la mesa atras, el joven se detiene, como si de repente le hubiera venido algo a la cabeza, retrocede despacio igual que si estuviera rebobinando una pelicula y vuelve junto a la mesa. Ladea la cabeza, mira con profundo interes el rostro de la chica. Resigue sus recuerdos. Le cuesta acordarse. Es el tipo de persona que se demora al realizar cualquier cosa. La chica percibe su presencia y alza la mirada, entrecierra los ojos, mira al joven que se le ha plantado delante. Es tan alto que tiene que levantar mucho la cabeza. Sus miradas se encuentran. El chico esboza una sonrisa. Una sonrisa que intenta demostrar que no abriga ninguna mala intencion. El le dirige la palabra. --Oye, perdona si me equivoco, pero tu eres la hermana de Eri Asai, ?verdad? Ella no dice nada. Mira el rostro del joven con ojos de estar contemplando un arbusto demasiado espeso en un rincon del jardin. --Nos vimos una vez --prosigue el joven--. Te llamas Yuri, ?verdad? Tu nombre tiene una silaba diferente al de tu hermana. Todavia observandolo con cautela, ella lo corrige de forma concisa: --Mari. El joven levanta el dedo indice. --!Eso es! Mari. Eri y Mari. Una silaba distinta. No te acuerdas de mi, ?verdad? Mari ladea levemente la cabeza. Puede significar tanto que si como que no. Se quita las gafas y las deja junto a la taza de cafe. La camarera vuelve y pregunta: --?Estan juntos? --Si --responde el. La camarera deposita la carta sobre la mesa. El hombre toma asiento frente a Mari y deja el estuche del instrumento musical en el asiento contiguo. Luego le pregunta, como si se acordara de pronto: --No te importa que me siente aqui un rato, ?verdad? Despues de comer me ire enseguida. He quedado en otra parte. Mari frunce levemente el entrecejo. --Eso se dice antes, ?no crees? El hombre reflexiona sobre el significado de sus palabras. --?Que he quedado luego? --No me refiero a eso --dice Mari. --O sea, que se trata de una cuestion de modales. --Si. El hombre asiente. --Tienes razon. Deberia haberte preguntado primero si podia compartir tu mesa. Te pido perdon. Pero el local esta lleno y voy a quedarme poco rato. ?Te importa? Mari se encoge levemente de hombros. Con ello viene a decir: <>. El hombre abre la carta, la mira. --?Ya has comido? --No tengo hambre.