• libro todo lo que no puedo decir - Emilie Pine

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    Cuando lo encontramos, hacia horas que estaba sobre un pequeno charco de sus propias heces. El Hospital General de Corfu es desconcertante. El vestibulo esta atestado de pacientes fumando y no hay ningun indicador de una ventanilla de informacion o de ingresos. Le envio un mensaje de texto preguntandole donde esta, pero no obtengo respuesta. De algun modo, como sabuesos, seguimos su rastro hasta la quinta planta. Esta postrado en la cama. Es casi de noche y dice que no ha visto a una enfermera ni a un medico desde mediodia. Dice que necesita una cuna. Mi hermana y yo hemos viajado mas de veinticuatro horas y no hemos dormido nada. <>, le digo. El dice que ya lo ha intentado, pero no ha pasado nada. <> Coge el timbre y presiona varias veces. Al rato aparece una enfermera con aire estresado, gritandole, gritandonos. Me siento culpable por no saber griego. Mediante gestos inutiles senalo al hombre de la cama, intento transmitir que necesita una cuna, que lo limpien y que le cambien las sabanas. Nada parece causar impresion. La enfermera anade algo mas, levanta las manos y se va. El nos mira con desesperacion. Le pido a mi hermana que se quede con el y salgo al pasillo. Solo veo a mas pacientes y sus familias. Me dirijo al mostrador de enfermeria, pero no hay nadie. Mientras me alejo, sin saber que hacer, una mujer habla conmigo. Como no le respondo, me pregunta en ingles si me encuentro bien y aprovecho y le pregunto si sabe donde estan las enfermeras. <>, me responde. Un hombre mayor apunta: <>. La frase se convertira para nosotras en un mantra durante el tiempo que permanecemos en Grecia tratando de devolver la vida a nuestro padre. Enseguida nos damos cuenta de la escasez de personal del hospital. No hay medicos a partir de las dos de la tarde, y desde las cinco solo queda una enfermera por pabellon. En este pasillo cuento seis habitaciones, cada una con un maximo de seis pacientes. La enfermera apenas alcanza a cubrir las necesidades medicas basicas de toda esa gente y no tiene tiempo para atender a incontinentes. Tambien descubrimos que a esta planta - oficialmente para pacientes de <> la llaman <>. La lugarena que habla ingles me dice que tengo que cuidar de mi padre. Me explica con delicadeza donde comprar panales y toallitas humedas y de papel para la incontinencia. Apenas lo asimilo, pero vuelvo a la habitacion individual que le han dado a mi padre por su estado critico y le expongo a mi hermana la situacion. Me mira incredula. Esta de pie junto al cabezal de la cama de papa, recolocandole las almohadas. Caigo en la cuenta de que apenas he hablado con mi padre, aunque he cruzado Europa para verle. <>, digo. Asiente con la cabeza. Se le ve muy pequeno en la cama, pequeno y perdido. Decido que no puede ser, que tiene que haber algun responsable en algun lugar del hospital. Vuelvo al pasillo y le pregunto a la amable mujer si me ayudaria a buscar a un medico. Habla rapidamente con su familia y luego echa a andar por el pasillo, conmigo detras. Subimos en ascensor a otra planta, pero alli no hay medicos. Regresamos al ascensor y volvemos a intentarlo. Lo hacemos una y otra vez, bajamos y bajamos, hasta que llegamos al sotano y recorremos pasillos. Al final encontramos la unidad de donacion de sangre con su medico responsable. Mi nueva amiga me acompana adentro y luego se despide. Al fondo de la sala hay un hombre tumbado en un sofa con la camisa arremangada y el brazo conectado a una intravenosa. Esta donando sangre y, por lo visto, el medico cree que yo tambien he ido a donar. Al ver mi sorpresa, me explica que en Grecia escasea la sangre y, por ley, los familiares de los pacientes deben donar. Pienso que mi hermana, cinco plantas mas arriba, estara preguntandose por mi paradero. Niego con la cabeza, pero no me salen las palabras. No consigo explicar en ningun idioma que las dos somos anemicas y no podemos donar sangre. Le cojo de la mano y le pido que vaya a ver a mi padre. Le digo que no entiendo nada, que mi padre esta solo en una habitacion y no hay medicos en ninguna parte. Le digo que solo necesitamos que alguien nos explique la situacion, aunque en realidad lo que quiero es que me digan lo que tengo que hacer. El subidon de adrenalina que me ha propulsado hasta aqui de pronto ha desaparecido y me siento vacia. Me quedo alli parada, pidiendole al medico que vaya a ver a mi padre. Muy a reganadientes le dice algo a la mujer del mostrador y abandona la unidad. Cogemos el ascensor para subir a la planta quinta, y volvemos a pasar junto a las compungidas visitas antes de entrar en la habitacion. <>, digo, con mas esperanza que certeza. El medico coge el informe de papa, lo revisa, asintiendo y luego dice: <>. Me parece mas sencillo estar de acuerdo, aunque confiaba en un examen mas exhaustivo. Durante las semanas siguientes esta sera la rutina que seguiremos: horas de espera, seguidas por una batalla por atraer la atencion oficial, solo para que se nos diga lo que ya sabemos. Tras anos ensenando obras de Beckett, al fin vivo en una. Una vez pronunciado el dictamen, el medico vuelve a asentir y se va. A su marcha, miro a mi padre pidiendo consejo, pero el se limita a sostenerme la mirada en busca de una tranquilidad que no puedo ofrecerle. Intento sonreir. Ya llevamos aqui mas de una hora y, aunque le ha aliviado vernos y mi hermana le acaricia la mano y hace que se sienta menos solo, sigue tendido sobre sabanas sucias. Puesto que nadie va a ayudarnos, le pido a mi hermana que me acompane. <> Abajo localizamos la tienda del hospital, que vende una practica combinacion de bebidas y tentempies calientes y los productos necesarios para cuidar del paciente. Compramos toallitas y panales y, pensandolo mejor, mi hermana compra tambien un paquete de guantes quirurgicos. Demostraran ser de un valor inestimable. Cuando le explicamos a mi padre lo que vamos a hacer, se angustia y se violenta. Pero el olor de la habitacion es espantoso y nos anima a ser todo lo eficientes y profesionales que podamos. Lo limpiamos. Una vez amontonadas las sabanas sucias, las llevo a lo que me parece un cuarto de la limpieza y las dejo alli sintiendome culpable. Cojo sabanas limpias de la cama de un ala que me parece abandonada y mantas de otra, pienso que las oportunidades hay que cazarlas al vuelo. Cuando vuelvo a la habitacion, mi hermana se las ha apanado para hacer reir a mi padre. Mientras ajustamos las sabanas limpias alrededor de su cuerpo se hace evidente hasta que punto nuestra humanidad depende de estas cosas basicas. En realidad no ha cambiado nada y no entiendo mejor la situacion medica de mi padre, pero tenemos la impresion de haber alcanzado un gran logro. Se hace tarde. Acordamos que yo pase la noche en el hospital y mi hermana en un hotel de la ciudad. Quiero irme con ella, pero en adelante nos turnaremos para estar con papa. Mi hermana sale del pabellon justo a tiempo: cierran las puertas a las once de la noche. Se acepta la presencia de familiares, pero la puerta impide idas y venidas. Despues de despedirla con un abrazo, regreso a la habitacion. No envidio el viaje solitario de mi hermana en busca de alojamiento, pero tampoco tengo la menor idea de como abordar la noche que me espera en el hospital. Mi padre esta inconsciente. Le escucho respirar, apoyo la mano en su pecho para notarle el corazon, que late a ritmo constante, aunque muy debil. La bolsa de sangre que cuelga junto a su cabeza esta casi vacia. La observo con cautela, pensando en que no me quedan fuerzas para decidir que hacer cuando se acabe. Marco el numero de la aseguradora de mi padre, pero salta un mensaje automatico. Cuando me doy cuenta de que me he dejado el cargador en el bolso de mi hermana, renuncio a la idea de telefonear a nadie mas. Apago la luz y miro por la ventana las montanas que hay al norte del hospital y escucho mientras la calma nocturna se extiende por el pabellon. Hace tanto frio que amontono mantas encima de mi padre. Permanezco sentada con el abrigo puesto y espero. Al rato, se abre la puerta y vuelve a entrar la enfermera estresada. Miro en silencio mientras descuelga la bolsa de sangre vacia, la cambia por una nueva y aprieta para comprobar que funciona. Lleva un delantal apropiado para un carnicero en un matadero. Solo despues de que se vaya caigo en la cuenta de que no llevaba guantes quirurgicos ni se ha lavado las manos. Avanzada la noche aparece otra enfermera y consigo sonreir y ofrecerle el paquete de guantes. Acepta con prudencia un par y se los guarda en el bolsillo. <>, digo, sonriendo obsequiosamente. Le pido mediante gestos que se los ponga, pero ella mueve los dedos para mostrarme que ya lleva guantes. Su par, no obstante, tiene sangre y manchas y mediante mimica le pido que se los quite y use los nuevos. Tanta mimica resulta ridicula, pero, como la loca por la que probablemente me toma, insisto hasta que suspira y se los cambia. Se guarda los viejos en el bolsillo. Gesto que solo comprendere varios dias despues, cuando otra visita explique que el hospital no provee de productos de un solo uso: nada de algodon, papel ni plastico. Las enfermeras tienen que comprarse el material, sacarlo de unos sueldos de por si insuficientes. La pantomima de los guantes se convierte en un hecho habitual, y cada vez que le entrego a la enfermera un par de guantes nuevos me entran ganas de llorar.

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    Cuando Emilie Pine le dijo a su madre que quería escribir un libro de ensayos autobiográficos, ella le preguntó de qué tratarían.

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    En Todo lo que no puedo decir, Emilie Pine nos trae seis relatos autobiográficos que quieren romper el más antiguo de los pactos de silencio: el cuerpo de ...

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    Medidas: 141 X 230 cm. Páginas: 176; Materias: narrativa. valoración (0 Comentarios) Comenta y valora este libro. Disponibilidad ...

  • Emilie Pine: 'Todo lo que no puedo decir' - ELTIEMPO.COM

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    10 abr 2021 — El libro de la irlandesa lo podrían firmar tantísimas mujeres. El suyo es un relato colectivo. | Lecturas Dominicales | ElTiempo.com.

  • TODO LO QUE NO PUEDO DECIR - EMILIE PINE - Agapea

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    6 feb 2020 — Todo lo que no puedo decir, libro o eBook de Emilie Pine. Editorial: Literatura random house. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Emilie Pine: “La violación es un tipo de violencia pero lo que ...

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    26 feb 2020 — Con Todo lo que no puedo decir, el libro de ensayos que publica Emilie Pine (Literatura Random House en castellano, L'Altra en catalán) ocurre ...

  • La fuga del gran narco de Harel Farfan Mejia

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    La historia de traicion y muerte, sobre la fuga de un gran narcotraficante y el nacimiento de nuevos criminales que se disputan los territorios de la droga.

  • Descubriendo a Seytton. El reencuentro de Anne Garber

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    Ahogada en la afliccion que le ha causado saber que el hombre del que esta enamorada busca obsesivamente a otra mujer, Chloe deja a Seytton; sin embargo ella ignora que a el no lo abandona nadie hasta que el lo decida. Y, por supuesto, Seytton aun no lo ha decidido. Ella es todo lo que el no quiere, pero existe una razon que el mismo se obstina en ignorar, la misma por la que le resulta imposible apartarla de su vida y la misma por la que consigue alejar sus propios demonios para seguir descubriendo junto a ella lo que ha comenzado a decirle su corazon. Lo que ambos desconocen es que el destino les tiene preparado un hermoso reencuentro, dos corazones que ya se pertenecieron y que se vuelven a unir, pero... ?Por cuanto tiempo? Seytton es un hombre que cree estar dominado por una maldicion: "Todo lo que ames sera destruido".
    Por desgracia los demonios de Seytton van a empezar a cobrar vida para llevar a cabo su maldicion. Pero eso, mis queridos lectores, lo descubrireis en el proximo y ultimo libro de esta apasionante historia.

  • Bajo el Silencio de Maria Blazquez

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    Una madre, una hija, un cadaver.
    Olaya regresa a Santa Sierra por la muerte repentina de su madre, tras veinticuatro anos sin verla. Evarista, quien cuido de ella realmente durante su infancia, la recibe al llegar. Al encontrarse sola junto al cadaver de su madre, Olaya comienza a repasar su historia desde que, con dieciocho anos, sus padres la enviaron a Inglaterra a trabajar sin billete de vuelta, como hicieron con su hermano Valen dos anos atras. Con un febril y apasionado discurso frente a su madre muerta, Olaya evoca las pruebas a las que se sometio para estar a la altura de las exigencias de unos padres que ya se dedicaban a vivir sus suenos, libres, sin hijos que cuidar. Cuando Olaya entiende que esas pruebas no formaban parte de su educacion, sino la excusa de sus padres para librarse de unos hijos que les sobraban, su personalidad se renueva con distintas y propias aspiraciones.

  • Companias silenciosas de Laura Purcell

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    UNA HISTORIA DE FANTASMAS VICTORIANA QUE EVOCA UN MIEDO INQUIETANTE QUE ATRAVIESA LA CONCIENCIA
    DE LA MANERA MAS INESPERADA,
    AL IGUAL QUE LOS ACOMPANANTES SILENCIOSOS
    Ambientada en una mansion rural en ruinas, Companias silenciosas es una turbadora historia gotica de fantasmas que provoca escalo- frios.
    Elsie, recien casada y tambien recien enviudada, es enviada a vivir su embarazo en la deteriorada casa de campo de su difunto esposo. Rodeada de sus nuevos y resentidos sirvientes y de aldeanos hos- tiles, Elsie solo cuenta con la incomoda compania de la prima de su marido.
    En su nuevo hogar, en una habitacion que durante un breve instante aparecera abierta, encuentra un diario de doscientos anos, con la inquietante historia de la madre de una nina muda y de su poco natu- ral concepcion. Y de unas figuras de madera pintada con un pare- cido sorprendente a los personajes de esta novela que lo dejara sin aliento

  • El pantano de las mariposas de Federico Axat

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    Las desapariciones de personas en confusos episodios se suceden ano tras ano en Carnival Falls. Pero donde algunos ven tragedias sin conexion, otros aseguran que existe un patron comun, y que detras de ellas hay algo mas oscuro que simples accidentes.
    En 1985, Sam y Billy tienen doce anos y se preparan para lo que suponen sera un verano grandioso: excursiones por el bosque, largos paseos en bicicleta y la postergada construccion de la casa del arbol. Sin embargo, la llegada a la ciudad de una nina de clase alta llamada Miranda, cuya belleza no les dejara indiferentes, lo trastocara todo. Juntos transitaran ese intrincado paso de la ninez a la adolescencia, un camino de aprendizaje y revelaciones, y se embarcaran, casi sin proponerselo, en una aventura que podria llevarlos a conocer la verdad detras de las desapariciones.
    Un pacto de amistad los guiara en un verano imborrable, un tiempo de metamorfosis que marcara el inicio de muchas cosas, y tambien el final de su infancia.

  • Cambiemos el mundo de Greta Thunberg

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    < ESTE ES UN GRITO DE SOCORRO.>>

  • Leo quiere a Aries (Signos de amor 1) de Anyta Sunday

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    Alguien nuevo entrara en tu vida a principios de ano, Leo. Puede que te sientas frustrado, pero tendras que ser positivo y reirte, porque este podria ser el comienzo de una bonita amistad.

  • Sinfonia para mis heridas de Patricia Alejandra Coria

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    Buenos Aires, diciembre de 1983 Sin siquiera imaginar que ese dia su vida comenzaria a dar un giro inesperado, Mariana disfrutaba su primera jornada de soledad en el amplio piso que compartia con sus padres, quienes habian partido rumbo a Europa a celebrar un nuevo aniversario de casados. Habia hecho planes para disfrutar ella tambien de esas semanas que quedaban por delante: horas frente a su piano, sin las inoportunas interrupciones de su madre; algunas salidas con su grupo de amigos y companeros del Conservatorio de Musica, y esa tan postergada tarde de peliculas y pochoclos con Paula, su amiga del alma, para la que, bien sabia, tendria que negociar con Leandro. No seria tarea facil; su novio era demandante y celoso del poco tiempo que su trabajo le dejaba libre para compartir con Mariana. Recostada en el sillon, bebiendo un licuado de frutillas, anana y un toque de jengibre que Rosalia -quien trabajaba en la casa desde que ella era muy pequena- le habia preparado antes de retirarse, observaba desde el inmenso ventanal del living el embotellamiento de transito que, al caer la tarde, obstruia la avenida las Heras. Buenos Aires hervia en ese dia humedo de finales de primavera. Sin advertirlo, fue cayendo en un sopor que la sumio en un sueno profundo y tranquilo. El sonido del telefono la desperto de repente, confundida al ver el departamento a oscuras; habia perdido la nocion del tiempo. Se levanto trastabillando, imaginando que seria Paula para ultimar los detalles de la cena programada para el dia siguiente. -Hola… -dijo aun medio dormida, sin disimular el bostezo. No era necesario guardar tantas normas de cortesia con su amiga y confidente. -Buenas noches. ?Hablo con Mariana Urrutia? -La voz masculina se oia nerviosa y lejana. -Si, soy yo, ?quien habla? -pregunto restregando sus ojos para salir de la modorra de esa tardia siesta. -Mi nombre es Javier. Necesito hablar con vos, se que te sonara extrano porque no nos conocemos; aunque hace algun tiempo que yo supe de vos y decidi buscarte. No quiero asustarte, pero necesito verte, contarte cosas que nos involucran a los dos. -Creo que te equivocaste de numero. -Estaba a punto de cortar cuando oyo del otro lado del telefono el grito que intuyo desesperado. -!Por Dios, no cortes, Mariana! Debemos hablar urgente, antes de que sea tarde. Ya voy a explicarte todo y vas a poder comprobar que no te estoy mintiendo. -!Deja de hablar pavadas! No se quien sos ni me interesa. No vuelvas a molestarme. Luego de cortar la comunicacion, un repentino desasosiego la dejo como ausente, con el tubo aun en su oreja y enrollando, nerviosa, el cable en uno de sus dedos. Finalmente, desconecto el telefono, temblando de miedo. Encendio las luces, comprobo que la puerta estuviera cerrada con llave y trabo todas las ventanas. Intento serenarse preparando el jacuzzi para darse un bano con sales relajantes; ese llamado inoportuno le habia cambiado el humor. Una sensacion de extrano temor le oprimia el pecho, aguijoneando su mente con recuerdos y dudas que nunca habia querido enfrentar. Cerro sus ojos, se hizo un bollito en su cama, como cuando de pequena una tormenta la asustaba. No queria pensar, ansiaba dormir, dormir profundamente. El ruido en la cerradura de la puerta de entrada interrumpio el sueno profundo en el que finalmente habia caido, luego de una noche inquieta, en la cual ni la lectura ni las palabras cruzadas que tanto la hacian aislar del mundo habian logrado aquietar sus pensamientos. Se asomo al pasillo y comprobo que era Rosalia, quien traia un paquete de su confiteria preferida; seguramente le habria comprado medialunas para el desayuno. <>, penso imaginando la mirada de su madre, quien, tan obsesiva como era con su figura, vivia controlando la dieta de su hija. Corrio a arreglarse, recordando que no habia preparado su ropa como hacia habitualmente para no salir a las apuradas por las mananas. Odiaba esos descuidos que le alteraban sus rutinas tan estructuradas. El espejo del bano le reflejo a una Mariana ojerosa y palida. Sus ojos color miel, de mirada vivaz y chispeante, habian perdido brillo; su largo cabello, que lucia siempre impecable, era un revoltijo de hebras castanas. Era evidente que la noche anterior habia hecho estragos en su animo y aspecto. Al verse asi, se reprocho haber sucumbido a tanta ansiedad por un llamado que nada le habia revelado, que seguramente no tenia nada para revelar. No iba a ser presa facil de alguna broma de mal gusto o una de esas trampas mediante las cuales intentaban sacar informacion para luego planificar un robo. Al entrar a la cocina, encontro a Rosalia aguardandola con un humeante tazon de cafe con leche, jugo de naranjas recien exprimidas y las medialunas aun tibias. Marianita, como ella le decia, era un poco su nina. A la noble mujer, la vida le habia negado la posibilidad de convertirse en madre, y se habia prendado de Mariana desde el dia en que su patrona volvio de la clinica con su tesoro en brazos. -!Buen dia, Rosa! !No podes con tu genio!, ya comenzaste a malcriarme nuevamente -la saludo con una amplia sonrisa y un sonoro beso. -!Buen dia, mi chiquita! Estas preciosa, pero tenes una carita que no se en que festichola habras andado anoche. Cuidate, Marianita; ya se que sos grande y no te gustan los sermones, pero estas aca solita y no quiero que te pase nada malo -le aconsejo acariciando el cabello suave y brillante que tantas veces le habia cepillado de pequena. -Quedate tranquila, sabes que yo me cuido. Estuve preparando una clase hasta muy tarde y practicando con el piano; me acoste a la madrugada -mintio apurando su taza y devorando una medialuna mientras se colgaba la cartera al hombro. Ya estaba algo retrasada. El sol de principio de diciembre anticipaba un verano de fuego. Mariana habia anhelado durante todo el ano esos dias largos de calor, luminosos, intensos, alegres y coloridos, en los que el aire olia a jazmines y frutas frescas. Con su animo mas recuperado, camino luciendo ese hermoso vestido blanco de bambula y puntillas que su madre le habia comprado, con sus zapatos turquesa, cartera al tono y un perfume a flores silvestres que le daba aun mas frescura a su juventud. Una vez mas, al cruzar la Plaza Houssay, miro la fachada de la Facultad de Ciencias Economicas con ese orgullo y emocion que sentia por su padre, que habia egresado de alli hacia ya unas cuantas decadas. Penso en cuanto lo extranaba, a pesar de que hacia casi nada que se habian ido. Acelero el paso hasta llegar al Conservatorio. Seria un dia largo, pero la entusiasmaba la cena que aun restaba terminar de organizar con Paula y, si Leandro tuviera un ratito libre, quizas podrian almorzar juntos. No parecian quedar rastros de la ansiedad que tanto la habia inquietado. …Un dia, un dulce dia, con manso sufrimiento te romperas cargada como una rama al viento y sera el regocijo de besarte las manos, y de hallar en el hijo tu misma frente simple, tu boca, tu mirada y un poco de mis ojos, un poco… !casi nada!… Jose Pedroni Capitulo 2 Mendoza y Buenos Aires, anos 1935 a 1950 Desde el patio repleto de plantas y una parra que en breve deberia ser podada, se podia sentir el delicioso aroma proveniente de la cocina. Mercedes se ufanaba en la preparacion de los dulces, que luego almacenaria en grandes tinajas de vidrio, para ir consumiendo a lo largo del ano. Mientras la carne de los membrillos hervia, formando abundante espuma en una gran cacerola de bronce, filtraba el jugo de los corazones de los frutos con un lienzo blanco destinado exclusivamente para la preparacion de la jalea. Debia estar sumamente atenta hasta llegar al punto de coccion de la mermelada, para separar la porcion que deberia seguir un rato mas al fuego para lograr convertirse en un dulce compacto, luego de ser enfriado en un molde. Entretanto, sobre la larga mesa de madera, descansaba una olla humeante con la mermelada de uvas recien cocinada. -Por hoy es suficiente -exclamo Mercedes secandose la frente perlada de sudor luego de pasar tantas horas entre las hornallas. Su inmensa panza le dificultaba cada vez mas hacer las tareas habituales, pero no estaba dispuesta a renunciar al goce de la preparacion de sus famosos dulces. -Ya te he dicho una y mil veces que no debias enredarte con la cocina. !Tenes que descansar, mujer! -protesto Carmen, su hermana, que habia venido desde San Juan a cuidarla en los ultimos meses de embarazo. -No me retes mas, sabes cuanto me aburro tirada todo el dia como si estuviera enferma. Bastante que me aguante no haber podido ir a la procesion de la Virgen de la Carrodilla en esta ultima Vendimia -se quejo con su ceno fruncido y removiendo con furia la larga cuchara de madera. -Mejor ni hablar del tema, que me volviste bien loca desde que llegue. Entende que, estando gruesa, tenes que cuidarte. El medico ya te dijo que debes descansar mas horas, y supongo que no querras volver a pasar otra vez por el mismo sufrimiento. -Carmen intentaba hacerla entrar en razones y que se fuera, de una vez por todas, a la cama. -Ya, ya. Tenes razon, voy a recostarme hasta la hora de la cena. -Se resigno quitandose el delantal con pechera manchado de jalea y frutas, que destacaba aun mas el avance de su estado. Varias semanas pasaron hasta esa tarde fresca de principios de junio en que Mercedes comenzo a sentir fuertes puntadas en su vientre. Ya no sentia el mismo animo y valentia de los dias anteriores. Los fantasmas de su embarazo anterior regresaban con fuerza a llenarla de temor. Aquella vez, todo habia sido diferente, apenas habian transcurrido cuatro meses cuando una hemorragia la desperto de su siesta, sumiendola en la mas profunda tristeza al ver su ilusion hecha pedazos. Ahora estaba ya en su noveno mes y, a pesar de que no habia cumplido al pie de la letra las indicaciones de un mayor reposo, tal como le habia indicado su medico, todo se desarrollaba normalmente. Las contracciones eran cada vez mas seguidas y prolongadas. -Creo que esta llegando la hora, Carmen. Por favor, anda a buscar a dona Genoveva -le pidio agitada. Su rostro habia empalidecido de repente. -Acostate y trata de estar tranquila. Corro a buscarla, pero antes le aviso a Aurora para que no te quedes sola. -Su hermana largo la costura que tenia entre manos y, acomodandose el cabello con sus dedos, fue hasta la casa vecina, donde vivia la amiga de Mercedes.

  • Monster Addiction, Patrick Norton de Patrick Norton

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  • Detras de la magia de un beso de Paula Guzman

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    Muchas veces pasa que las mejores cosas de la vida no se planean, simplemente llegan por casualidad. Nos sorprenden y asi, nos permiten fluir con mas naturalidad, ya que no lo tenemos calculado.
    Nos dejamos llevar por impulsos que florecen dentro de nosotros, sacando a nuestro verdadero yo, dejando que simplemente… suceda.
    Detras de la magia de un beso… solo tu, es una recopilacion de relatos que a mi me gusta llamarlos cuentos.
    Si, cuentos de amor para sonar y dejarte envolver por la frescura de un momento unico, que puede marcar algunas veces, un para siempre.
    Entre sonrisas y emociones, te invito a dejarte llevar por esos besos que hacen vibrar, entre pueblos desconocidos, una cena de ano nuevo a punto de arruinarse, un momento vergonzoso, una telenovela con los protagonistas mas populares del momento y una fiesta de San Valentin organizada en un elegante hotel de paso.

  • Lo que encontre cuando te perdi de Fabian Tapia

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    Era asi como siempre despertaba... Mi frente empapada de sudor y mi corazon al compas del ultimo acorde mi melodia maldita. Todavia lo recuerdo tirado en el suelo del escenario y con todo lo que lo constituia--su gallardia, la manera en que flotaba con cada movimiento y su altivez, haciendolo de marmol irrompible. Su maldita barba descuidada, sus ojos largos, como de emperador egipcio, su cabello representando una danza en si y su estupida barbilla, tan afilada que parecia cortarte con solo mirarla...Todo desaparecido para siempre por el toque de una tecla de un piano de un musico con un corazon roto, que buscaba curar todo con mas quiebres. Oh, su caida. Una caida que merecia millones de terremotos y no estariamos haciendole justicia. Era como si se hubiera venido abajo el rascacielos mas admirado del mundo. Ahi es donde entra el efecto domino: su caida desprenderia poco a poco las peores tragedias que en mi vida hubiera imaginado...Tanto para el como para mi, ese suceso nos separo en un abismo en el que jamas existiria un mapa para volver a encontrarnos. No nos hemos dirigido la palabra desde que todo sucedio. Eramos el uno para el otro; nadie existia sin la gracia del contrario. El no danzaba con una musica extranjera; era la mia o era la mia. ?Que otra fidelidad podria exigir un artista? Ycon lo que mejor me pagaba era eso: su sonrisa al final de cada ejecucion, como si hubiera llegado al orgasmo y estuviera mostrandome lo satisfactorio que habia sido todo. Ahora me pregunto cada maldito segundo que es lo que pasa por su cabeza, sus manos y su cabello...Si cada pajaro que le alegra la manana es bien recibido por sus oidos, si cada canto lo recibe con la misma amargura con la que recibe las mias, si al mover los dedos extrana aquella vez en la que le di mi primera leccion de piano... Me pregunto tantas cosas que a veces olvido que existo. Me pregunto si tantas veces en que intente ser mejor para ti lo logre. Si mi tristeza no se te hacia estridente para tus oidos acostumbrados al arte bien labrado, si mis dramas eran dignos de un Juilliard y todos mis abrazos dignos de un titan como tu. [?Acaso te pude abarcar?]. Oh, nota aparte: no solo tu te quebraste. [Escucho un resoplido de hastio de fondo]. Siempre he pensado que eras como un cielo roto, si, pero como un cielo roto por cuyos resquicios se veian miles de estrellas. Yyo estaba ahi, tan insignificante como siempre. [Siempre ven al piano, no al pianista]. Yo, como un parche flotando a cubrir la herida de alguien... [Yo siempre estoy donde esta la herida. Pssssssst: encuentrame]. Me pregunto si mover esos dedos a esas malditas teclas fue un impulso de todo mi ser para sentir tanto dolor, que si siempre he estado predestinado a el, encadenado pero libre para siempre terminar siendo herido y herir a los demas que me salvan sin saberlo. Maldicion. Desearia pedirte perdon en cada estrella de este cielo que siempre esta encapotado. [?Tu si las ves?]. Y es que en Dinamarca nunca puedes contar con las estrellas. Con el frio si, por eso siempre estoy desnudo. Llevo la nieve en los huesos, por eso tambien pido perdon, aunque haya sido el acople mas perfecto a tu infierno; siempre descongelandome para que el invierno volviera a mi, como un viejo companero. Asi cambiabas mi nombre a Rob--Hilsen --Escarcha. Por cierto, los tulipanes que me trajiste de Holanda no se han secado; permanecen con el mismo color de hace cinco anos, diciendo, gloriosos: "MIRA, SOMOS MAS DURADEROS QUE LOS QUE JURARON AMOR ETERNO". Si te preguntas --porque ya no me preguntas a mi-- si sigo yendo a la costa, te digo que si. Es que siempre se siente desgarrador, como un grito desesperado al final del muelle, el hecho de gritarte te amo. Si, cada atardecer lo hago. No importa como se sienta mi garganta. [CULPABLE DE MI FUTURO CANCER: ZILE THORN] Mentira, tu seras el culpable de todos mis canceres, no solo de ese. Oh, demonios, casi lo olvidaba. No he olvidado que morire de cancer. Todos en mi familia han muerto poco a poco de eso. Se que es muy precipitado decirlo tan temprano [Ja, la primavera esta en cada poro de mi ser ?que te pasa?], pero cada biopsia y examen revelan que estoy perfectamente bien, pero se que estan rotundamente equivocados. Algun dia confundiran un resfriado con un cancer de pulmon o una urticaria con un cancer de piel que me ira devorando centimetro a centimetro hasta hacerme parecer un volcan en erupcion, todo sanguinolento. [?Por que no dejo de decir sandeces?]. Oh, si. La costa. Hace algunas noches tuve un sueno que se sintio como una premonicion: que encontraba una historia dentro de una botella y tenia que ver con un amor perdido de la reina. Se que suena descabellado, pero lo senti tan real, que a veces pienso tener esa botella verde bajo mi cama. Ycon que dice que me perdonas. Asi es como sucede: desenrollo el papel cafe arena con una prisa desmesurada y dice solo tres palabras... TE PERDONO, REGRESA. Y ahi es cuando despierto, con el maldito sonido vibrante del ultimo acorde que nos separo para la eternidad, como esos rayos que siempre has odiado. Pero no te apures, carino, si quieres que regrese no hace falta que me mandes mensajes dentro de una botella; imagino que sentire ese dia en el centro de mi alma, vibrando con la urgencia de una tormenta que acaba con la sequia de una razon perdida. No te apures, carino, me se el camino a casa mas que de memoria. Me se el calor de esos brazos tan cincelados, ese aroma de tu cuerpo tan de naturaleza verde y la musica de esos dientes que al chocar me provocan el deseo mas intenso de entrar...Y creeme que profanaria esa casa que tienes cerrada a cal y canto, pero como el musico que soy, se respetar el silencio ajeno. No, no quiero interrumpir todo el duelo que has de estar pasando. Al reves, quiero que lo sintamos el tiempo que tenga que llevar, porque forzar el tiempo es lo que mas retuerce las cosas. [Aunque tu siempre lo torcias con tu sonrisa de mar inquieto]. Quisiera decirte tantas cosas sin ahogarme en toda esta telarana que son mis palabras. Decirte, por ejemplo, que ya no he vuelto a tocar el piano desde aquella vez. Que ya no he vuelto a bailar como estupido por las calles cada que una cancion se apodera de mi. [Ah, como deseo que un taxi se enrede conmigo y me mate para siempre]. Que ya nada llena ese vacio que se siente todo el transcurso de las horas. Que le has quitado todo el dulce a las mananas para hacerlas azules. Que adios ya no significa lo mismo, ni perdon. Que cada que intento perdonarme me odio mas. Se que no soy tan fuerte como para tocar tu puerta, ni para encontrar esa llave que abre todos los candados, pero dejame intentar por lo menos buscar y perderme hasta darme cuenta que es lo que encontre cuando te perdi. Porque esto debe tener un motivo en concreto. No es una casualidad tanto romper y llorar. Quiero que ya no me veas nadar y naufragar en este oceano de lagrimas. Lanzame un halago, una frase que me motive a seguir, una balsa que resista a las olas que embravecidas me arrojan al vacio sin piedad.

  • El catalejo lacado de Philip Pullman

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    ENTRA EN EL MUNDO DE LA MATERIA OSCURA.

  • Respirando fuego de David Meseguer

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    La heroica resistencia kurda a los embates de Estado Islamico en Kobani puso a los kurdos de nuevo bajo el foco mediatico en 2014. Que un pueblo en su mayoria suni, como los yihadistas, se convirtiera en el dique que frenaba la expansion del califato --y ademas con un ejercito en el que las mujeres formaban una parte muy activa-- se vivio con asombro en Occidente, donde muchos descubrieron por aquel entonces la existencia en Oriente Medio de un pueblo con un proyecto politico y social sin precedentes en la region.

  • Desnuda mi alma (Hielo y fuego 1) de Anna Soler

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    Una famosa estrella del pop neoyorquino se ve obligada a abandonar la gran manzana cuando recibe la amenaza de muerte de un fans sicopata.
    Sin otra opcion que huir Emma Jeans emprendera un largo viaje hasta la lejana Texas, donde reside su unico pariente, su abuelo paterno al que jamas ha visto.
    Henry desprecia a su nieta por encima de todas las cosas, pero se ve forzado a acogerla en su rancho durante una temporada.
    Pero el viejo cascarrabias no le pondra las cosas faciles y Emma tendra que aprender a trabajar duro en el rancho.
    Por si no tuviese suficientes complicaciones, en su vida aparecera Liam Montana, un apuesto vaquero de Texas que hara que su mundo se ponga patas arriba.
    Liam no esta preparado para el amor, pero cuando Emma llega a su vida, un remolino de emociones despertara en su interior.
    Ambos tienen prohibido enamorarse. Hace anos que sus familias viven enemistadas por una disputa entre ellos.
    Pero, ?que pasara cuando se conozcan? ?Desafiara el amor a su enemigo?

  • Vivir en el Vacio de Rafael Salin-pascual

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    VIVIR EN EL VACIO

  • Papa se ha ido de caza de Penelope Mortimer

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    En la urbanizacion donde vive Ruth Whiting, las esposas se ajustan a un codigo de vestimenta, dirigen sus casas en la misma linea aburrida y prosaica, crian a sus hijos de la misma forma; todas prefieren el cafe al te, todas conducen coches, juegan al bridge, poseen al menos una pieza de joyeria valiosa y son moderadamente atractivas. Sin embargo, Ruth se esta volviendo loca. O, para decirlo de un modo politicamente correcto, acaba de sufrir <>. Pero la realidad es mucho menos dulce. Ruth se esta volviendo loca porque su vida la esta matando y su locura se ve agravada por la indiferencia de todos los que la rodean. Y entonces ocurre lo inesperado: su hija universitaria se queda embarazada de un companero que es estupido, y Ruth se ve enfrentada a sus peores miedos.

  • Filos mortales de Joe Abercrombie

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    En el ejercito de la Union solo hay un individuo que se cree capaz de salvar la situacion a la hora de enfrentarse a los gurkos: el incomparable coronel Sand dan Glokta.
    Curnden Craw y su grupo deben recuperar un objeto misterioso mas alla del Crinna. Solo hay un pequeno problema: no saben que es ese objeto.
    Shevedieh, la ladrona mas habil de Estiria, va de desastre en desastre con su mejor amiga y mayor enemiga: Javre, la Leona de Hoskopp.
    Despues de anos de masacres, el idealista Bethod trata de llevar la paz al Norte. Solo queda un obstaculo: su lunatico guerrero, el hombre mas temido del Norte, el sangriento Nuevededos.

  • Caliban (Infierno 1) de Aurora Reglero

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    Caminaba en silencio por las largas dependencias de su pequeno reino. Alli era el rey, el amo del mas selecto club de fantasias sexuales e intercambio de parejas del pais. Un club con socios que pagaban una altisima cuota con el fin de controlar lo que alli sucedia, pero donde todo podia suceder en materia sexual. Pero eso si, bajo sus reglas, porque el nunca hubiera permitido que en su reino alguien rompiera sus normas. Era un sitio de calidad, donde los seres humanos que traspasaban sus lindes cumplian a rajatabla cada una de esas reglas. Sobre todo, la de la libertad. Nadie era coaccionado a hacer nada que no quisiera. Y nadie entraba a la fuerza o sobornado de alguna manera. Y precisamente, alli estaba, cabreado hasta la medula, porque ahora le tocaba lidiar con un tocapelotas que habia roto una de sus normas: intentar forzar a una de las camareras. Y encima era uno de los porteros del local. Habia mananas que simplemente le tocaban las pelotas, y esta era una. Todos sabian que las chicas no se tocaban, si ellas no querian que las tocasen. Todas eras espectacularmente bellas, todas de al menos metro setenta y largas y estilizadas piernas. Todas tenian un tipo estupendo, pues iban vestidas con corpino, ligueros y medias de rejilla. Ese era el uniforme del local para las camareras y las chicas que atendian las necesidades de los clientes. Pero no las sexuales. Porque en aquel club la mayoria de los que entraban lo hacian con alguna pareja, ocasional o fija, o senoritas que eran socias y querian un sexo libre y sin complicaciones. Y por eso las trabajadoras no se tocaban. Nunca. A no ser que ellas quisieran. Todas tenian largas melenas leoninas, cada una de un color diferente. Las habia morenas, rubias, pelirrojas e incluso una tenia el pelo de color rosa chicle. Habia una oriental y una mulata brasilena espectacular. Y todas tenian generosas curvas y pecho exuberante. Porque era lo que a el le gustaba. Las mujeres voluptuosas de generosas proporciones. Nunca le habian gustado delgadas, aunque en su cama habia habido mujeres de todas las clases. Tantas que ya habia perdido la cuenta. Cuando habia atravesado las puertas de "El Purgatorio", el nombre de su reino ya sabia lo que habia sucedido pues por algo tenia ciertos poderes que iban intrinsecos a su rango. No, el no era un hombre como todos los demas. El era un demonio de un alto rango. Y aunque a ojos de la humanidad tenia que adoptar una forma humana normalizada, en privado tenia otros atributos tipicos de un demonio de su estirpe. Porque el, Caliban el Grande, o Caliban Insignu, Caliban el Distinguido, era un demonio del fuego y la batalla, con cinco legiones de demonios a su cargo, y se habia distinguido siempre, desde tiempos ancestrales en multitud de batallas contra el bien. Hasta que se canso, hacia ya unos anos, y se gano a pulso su relativa libertad para hacer lo que le diera la gana. Un retiro al mundo de los humanos en forma de empresario de un club de sexo pervertido, lascivo y divertido. Pero libre. Una cosa era la seduccion siempre divertida, intentar llevar a alguien al lado oscuro del pecado y del placer, y otra cosa era forzar. Eso no podia soportarlo. Tenia muchos anos, era demasiado viejo para consentir ciertas cosas. No en su reino. Siguio caminando por las largas dependencias, cada vez con mas cabreo, hacia su despacho, vestido con unos vaqueros que le quedaban ajustados, mostrando un perfecto trasero y una camisa de seda negra semi abrochada que mostraba un pecho bien torneado, sublime. Tenia la piel color canela, de una tonalidad algo mas fuerte que la media. Y era alto, un metro noventa y cinco de pura fibra y musculos bien definidos. Una larga melena que siempre recogia en una coleta, un mono e incluso dos trenzas que no le restaban ni un apice de virilidad, y una barba de tres o cuatro dias que le quedaba perfecta en aquel rostro bello, varonil y anguloso. Y unos ojos del color del ambar, que cuando se excitaba o enfadaba podian llegar a parecer amarillos brillantes. Como ahora. Hoy se habia cogido dos trenzas, y las dos, del color del chocolate caliente reposaban sobre sus hombros, dispuestas como el, para la batalla. Pero esta batalla seria muy facil de ganar. Entro en su despacho, una habitacion amplia con un sofa cama, aunque rara vez se quedaba alli a dormir, pues en el propio local tenia su habitacion privada, exclusivamente para el, un armario con algo de ropa, una amplia mesa con sillas ergonomicas y un ordenador, asi como material de oficina. Tambien un mueble bar con botellas y vasos. Su refugio. Cuando entro Saura estaba alli. Su amiga, su companera en miles de batallas durante mas de dos mil anos, su mano derecha, la sucubo a la que confiaria toda su vida, todo cuanto el era, la unica que le habia seguido como habia hecho siempre cuando el habia decidido marcharse, abandonar el averno para empezar una nueva aventura, la unica que logicamente conocia su verdadera condicion. Nadie mas sabia quienes eran ellos. Lo unico que veian era una pareja muy atractiva y exotica. Ella era muy bonita, con una piel color avellana y unos grandes ojos color violeta. Era alta, no tanto como el, pero mucho mas que la media, y sus formas bien definidas. Cuando le vio entrar ya sabia que venia encendido. Le conocia bien para adivinar sus emociones, y la de hoy era caliente, muy caliente. --Buenos dias --le dijo Saura. --Hola. Y se sento en su despacho, mirando a la sucubo con atencion. Ella enseguida supo que le estaba dando margen para que le contara como se habian desarrollado los hechos. --Se excedio, esta claro. Entro cuando estaban recogiendo todo al final de la noche. Pillo a Laura en los vestuarios, cuando se estaba cambiando de ropa para marcharse. Ella tuvo la mala suerte de estar sola, siempre es la ultima que termina...y la intento forzar. Los gritos alertaron a Saul y a mi, que nos dirigimos hacia los vestuarios. Cuando llegamos el estaba encima de ella en el suelo, intentando besarla. Laura tenia la blusa desgarrada y un golpe en un ojo. Le habia dado un punetazo para que se callara. Le apartamos enseguida de ella y le encerramos en la mazmorra. A ella intentamos calmarla y llamamos a nuestro medico de confianza para que le inyectara un calmante. Le habia dado una crisis de ansiedad. Saul la llevo a casa y la cuido Jennifer, ya sabes que la camarera y ella comparten piso. A Laura le he dicho que se tome unos dias libres, los que necesite, que no se le van a descontar del sueldo, y que ya nos encargabamos de el. No ha preguntado como. Eso es todo a grandes rasgos. Saura espero a que el hablase, pero parecia sumido en sus propios pensamientos. Pasaron unos largos segundos que a ella se le habian hecho eternos. Parecia una estatua de sal, fija la mirada en algun lugar lejano. Ella sabia que se estaba intentando controlar. --Ha roto las reglas. --dijo al fin. --Y debe pagar por ello --concluyo Saura. --?Donde esta esa rata? ?En la mazmorra? --Si. --Pues vamos. Se levanto con la agilidad de un felino y camino hasta las escaleras que le llevaban a su particular inframundo, seguido de cerca por la sucubo. Descendieron hasta el pasillo donde estaban las mazmorras, lugar que utilizaban para algunos clientes exigentes que necesitaban un espacio que reprodujese las antiguas carceles medievales. Cuando abrieron con su llave la puerta se encontraron con el individuo hecho un ovillo sobre si mismo, atado a una columna de pies y manos. Ya no quedaba nada de la soberbia de antano en el. Ahora parecia mas bien un animal acorralado y temeroso que sabia lo que le esperaba. --Yo...lo siento, Caliban. No queria... --No hables --y le dijo estas dos palabras con tal determinacion en la voz que el deshecho se callo inmediatamente--. No se te ocurra hablar al menos de que yo te lo exija. Tu ya no puedes decir nada. El deshecho se echo a llorar y a Caliban aquello le parecio la gota que colmo el vaso. No soportaba la cobardia, era superior a sus fuerzas. --!Ten al menos un poco de dignidad! --grito atronando las cuatro paredes con su profunda y grave voz. --Levantate --le exigio ahora Saura. Se levanto a duras penas y los miro con mirada suplicante. --?Tienes una ligera idea de lo que te va a pasar? --Le pregunto poniendose mas cerca de el. --No. Yo... --!Silencio! No lo repetire mas... En un momento vas a freirte como una sardina y despues te enviare con mi padre, donde arderas por toda la eternidad. ?Que te parece el plan? El individuo se le quedo mirando sin entender muy bien, pero entonces tanto Saura como Caliban abandonaron su forma humana y los dos mostraron sus verdaderos atributos. Crecieron sus musculos y sus estaturas y unos cuernos en forma de espiral como los de los machos cabrios les asomaron por las sienes retorciendose hacia abajo. Una larga cola terminada en una uve les asomo chasqueando el aire, como un perfecto latigo. Su piel adquirio una tonalidad mas cercana al granate y antiguos y extranos tatuajes les recorrio todo el cuerpo. La ropa quedo hecha jirones a sus pies. El deshecho se meo en sus pantalones. --Ahora si... ?tienes algo que decir? --Pregunto Caliban. Pero el deshecho no podia hablar. Se habia quedado en shock.

  • Sin control de Zara Cox

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    Nada mas conocer a Lily Gracen, todo un prodigio en programacion, Caleb Steele supo que iba a saltarse su regla de no acostarse con las clientas. Sin embargo, antes tenia que dar con su acosador. Estaba a cargo de la seguridad de Lily, aunque era ella la que tomaba la iniciativa cuando se encerraban en su mansion de Silicon Valley. La cuestion era que, de tanto contenerse, Caleb estaba a punto de perder el control.

  • Es como el mal de Beppe Quintini

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    La noche es capaz de despertar a los fantasmas del pasado.Algo de eso sabe el policia Mathias Novari, obligado a combatir con las pesadillas que le persiguen desde el dia en que vio morir entre sus brazos a un nino, en una operacion no autorizada. Jose Luis Martino es vidente de profesion, y colabora con la Policia Nacional Espanola. Vive escoltado, recluido en un apartamento blindado. El lo llama maldicion, pero sus visiones han permitido a las fuerzas del orden resolver los ultimos casos de homicidio. Revive en directo el crimen, como si fuera contemporaneamente la victima y el verdugo. Sufre y habla como ellos. Y conoce el nombre del asesino. Esta vez tambien.Pero en Malaga, ciudad del sol y de la cultura, no todo es facil como parece. Un viejo pasado de hace treinta anos, desconocido y absurdo, ha hecho crecer la semilla de la locura y del mal, y ahora esta preparado para manifestarse a lo grande. A veces la rutina y la tranquilidad solo son una ilusion.Las presas ya estan en la trampa. Han ido ellas solas.

  • En la linea de fuego de James Brabazon

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    Reporteros de guerra, agentes infiltrados, fuego cruzado: un apasionante thriller sobre la vida en el frente.

  • En busca de Anastasia de Irene Adler

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    Londres, 1919. Una pequena multitud se ha reunido para el funeral del doctor Watson. Entre quienes rinden homenaje al ayudante del gran detective esta Irene Adler, que casi cincuenta anos despues ha regresado para buscar a sus viejos amigos. Solo con ayuda de ellos podra defender a Mila, su hija adoptiva, de las intenciones de un enemigo muy poderoso. ?Conseguira convencer al arisco e infalible Sherlock Holmes y a Arsene Lupin, el fascinante y poco fiable bandido, para recomponer el extraordinario trio de otros tiempos?

  • Aristoteles en 90 Minutos de Paul Strathern

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    La coleccion Filosofos en 90 minutos incluye interpretaciones breves, pero autorizadas, de los mas grandes pensadores de la humanidad y descifra sus filosofias en una forma amena y accesible que las hace interesantes y comprensibles a casi cualquiera. Aristoteles fue preceptor de Alejandro Magno. La Historia no registra detalles de esta relacion, pero sabemos que, con el tiempo, Alejandro estuvo a punto de firmar la sentencia de muerte de Aristoteles, si bien se olvido y se dispuso, en su lugar, a invadir la India. De no ser por este golpe de suerte, habriamos perdido al hombre cuya filosofia habia de dominar el pensamiento europeo durante los 1.500 anos siguientes.

  • Dime quien soy de Julia Navarro

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    Espionaje e intriga en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura e historia de un siglo hecho pedazos, Dime quien soy es un apasionante relato protagonizado por unos personajes inolvidables cuyas vidas construyen un magnifico retrato de la historia del siglo XX.

  • Matar a November de Adriana Mather

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    ALGUN DIA GOBERNARAN EL MUNDO DESDE LA SOMBRA... PERO PRIMERO TIENEN QUE IR A CLASE.

  • Diosas de Hollywood de Cristina Morato

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    Las actrices de la epoca dorada del cine toman el relevo a las Divas Rebeldes y Reinas Malditas de Cristina Morato.

  • La cocina de las legumbres de Fundacion Alicia

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    ?Sabias que las alubias negras contienen un 50% mas de hierro que un filete, que los garbanzos aportan tanto acido folico como las espinacas o que la primera espuma que hizo Ferran Adria fue de legumbres?

  • El secreto de las golondrinas de Anonimo

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    Su mision: seducir a un hombre rico y con poder.

  • Bondage, Adrian Blake de Adrian Blake

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    El cazador observa a su presa al amparo de una copa de Bourbon. Ella se contonea, atrayendo las miradas de otros como el. No esta preocupado… En absoluto. Sabe que al final de la noche el sera el vencedor.
    Se acerca despacio, con cuidado de no espantarla, y acopla sus caderas a las de la mujer. Ella sonrie, coqueta, y una caida de ojos seductora es el aviso de que ya ha ganado la batalla.
    -?Quieres jugar, preciosa?
    -Solo si es contigo.
    -Vayamos a mi santuario… Alli podre devorarte a mi manera.
    Un escalofrio recorre el cuerpo de la joven cuando descubre que ha sido cazada.

  • A Merced del Deseo de Tara Pammi

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    Valentina siempre habia creido en la pasion que consumia tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrio que su matrimonio no era mas que un frio trato de negocios. A pesar de que entre ellos habia una quimica innegable, ella se nego a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigio que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendio de nuevo la llama de la pasion, Valentina descubrio que estaba a merced de su propio deseo.

  • El Mago De Papel de Charlie N. Holmberg

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    Ceony llevaba cinco anos deseando ser fusionadora. Sin embargo, mientras que la mayoria de estudiantes de la Escuela Tagis Praff para Talentos Magicos habia elegido a que material iba a dedicar su arte, a Ceony se lo habian impuesto. --No hay suficientes plegadores --le habia explicado la maga Aviosky en su despacho. Hacia menos de una semana que se lo habian dicho y aun sentia las lagrimas picandole en los ojos. --El papel es un medio fantastico --habia proseguido la maga Aviosky-- pero su reputacion se ha deteriorado en los ultimos anos. Como solo hay doce magos en activo en esta disciplina, no nos queda otro remedio que asignarsela a una parte de nuestros aprendices. Lo lamento. Ceony tambien lo lamentaba. Esas palabras le habian roto el corazon y, ahora, en la entrada que conducia a la guarida del mago Emery Thane, deseaba que le hubiera dejado de latir. Su mano aferraba el asa de madera de la maleta y sus ojos examinaban aquella monstruosidad, que era incluso peor de lo que se habia imaginado. Por si no fuera bastante malo que el mago Thane, el unico plegador a aquel lado del Tamesis, viviera en la periferia salvaje de Londres, su morada parecia sacada de un cuento de terror. Las paredes negras se alzaban en seis plantas. La pintura desgastada se desconchaba bajo el efecto de un viento repentino que se levanto en el momento en que Ceony puso un pie en el camino sin pavimentar que surgia de la carretera principal. Tres torres irregulares emergian de la casa como si se tratase de la corona del diablo; una de ellas tenia un amplio agujero en el lado este. Habia una chimenea rota, en la que se oia el graznido de un cuervo, o quizas de una urraca. Todas las ventanas de la casa -- Ceony solo conto siete-- quedaban ocultas detras de postigos negros, bloqueados por completo con cadenas, sin que se pudiera apreciar el mas minimo brillo en su interior. Hojas muertas de una docena de inviernos obstruian las cornisas del tejado que, a su vez, estaban incrustadas bajo tejas dobladas y retorcidas, tambien negras; y algo que desprendia un olor a vinagre y sudor goteaba en las proximidades. En la tierra que rodeaba el edificio no habia flores, ni cesped, ni siquiera una coleccion de piedras. El pequeno patio tan solo contenia rocas y parcelas de tierra sin cultivar, demasiado secas y agrietadas como para que la hierba echara raices. Las baldosas que formaban el camino que llevaba a la puerta principal, que se sostenia unicamente con la bisagra superior, estaban rotas en pequenos trozos y Ceony dudaba que alguna de las corroidas tablas grises del porche pudiera soportar su peso el tiempo suficiente como para llamar al timbre. --Me han enviado al infierno --murmuro Ceony. La maga Aviosky, su escolta, fruncio el ceno a su lado. --No se fie nunca de lo que ven sus ojos en el hogar de un mago, senorita Twill. Ya lo sabe. --Ceony trago con la garganta seca y asintio. Lo sabia bien, pero no le importaba, ya no. La sombria y solariega casa se le antojaba un reflejo de ella misma y de todo lo que le habia ido mal en los ultimos dias. Tal vez se habia maldecido a si misma la noche anterior al amontonar todos los papeles que habia encontrado en el hotel y quemarlos uno a uno en la chimenea mientras la maga Aviosky consultaba un mapa en el recibidor. O, quizas, el mago Thane era la prueba de que Ceony necesitaba potenciar su imaginacion. Reprimio un suspiro. Tenia diecinueve anos y habia llegado tan lejos... y lo que habia logrado hasta ahora, contra todo pronostico, se le escurria entre los dedos, dejandola fria y vacia. Todas sus aspiraciones estaban a punto de quedar reducidas a simple papel. Ceony se pasaria el resto de sus dias escribiendo en cuadernos de notas y leyendo libros obsoletos. Su unica alegria en la vida consistiria en escribir cartas que se abririan solas al llegar a su destino. De todos los materiales que podian haber elegido para ella --cristal, metal, plastico, incluso goma-- habian optado por el papel. Era evidente que la maga Aviosky no se daba cuenta de que la razon por la que el Plegado se habia convertido en un arte moribundo era porque las habilidades que otorgaba eran completamente inutiles. Despues de rechazar la idea de que la llevaran a rastras como a una nina pequena, Ceony enderezo la espalda y camino hacia la entrada. La verja no era mas que una serie de lanzas clavadas en el suelo con la pica hacia arriba, atadas con alambre de espino. La fuerza del viento aumentaba a cada paso y amenazaba con llevarse el sombrero de Ceony mientras estiraba el brazo hacia la manilla del porton. La escena a su alrededor cambio de forma tan abrupta que Ceony dio un respingo y casi suelta la maleta. Tenia la mano apoyada sobre una verja normal, en lugar de aquella que parecia hecha con los restos de una batalla. El sol asomo entre las nubes y el viento se calmo hasta convertirse en una ligera brisa irregular. La casa que tenia frente a ella se encogio hasta transformarse en una de tres plantas, construida en ladrillo de color amarillo. Los postigos, todos abiertos, eran blancos, y el porche parecia lo bastante robusto como para que una manada entera de caballos saltase sobre el. Ceony alzo la mano, sus ojos todavia estaban asimilando la transformacion. Casi habia esperado que, al dejar de tocar la portezuela, volviera a ver la tetrica ilusion, pero la casa permanecio exactamente igual cuando solto la manilla. El camino hacia la puerta estaba sin pavimentar, pero un despliegue de tulipanes rojos, violetas y amarillos lo limitaban ahora, en vez de las piedras dentadas que habia visto al llegar. Ceony abrio la puerta pestaneando y avanzo unos pasos. No eran tulipanes. Al menos, no se trataba de tulipanes reales. Todas las flores del patio parecian confeccionadas con papel, cada petalo minuciosamente doblado. Los capullos parecian tan reales que cuando una nube tapo durante unos minutos el sol de la tarde, todos cerraron ligeramente sus petalos. Como flores que se esforzaban demasiado por ser flores. Con un vistazo rapido, Ceony descubrio las tiras de papel que colgaban de la verja, y mas alla, unos folios de papel mas altos que una persona y mas anchos que el automovil que la habia llevado hasta alli. Una ilusion. Ceony recordo la clase sobre espionaje que habia recibido en la escuela el invierno anterior, donde el profesor habia mencionado la utilizacion de munecos de papel para ocultar la verdadera apariencia, pero a ella nunca se le habria ocurrido que la tactica sirviera para ocultar toda una casa. La maga Aviosky la siguio y empezo a deshacerse de los guantes de seda de forma despreocupada, dedo a dedo. La transformacion no la habia alterado ni un poquito. Ceony habia tenido la certeza de que el mago Thane se presentaria en la entrada en ese mismo instante, pero la puerta, que ahora era de madera solida y estaba pintada de un marron tan clarito que parecia naranja, seguia cerrada y todo estaba en silencio. <>, penso Ceony frunciendo el entrecejo, <>. Ceony dejo atras las flores de papel y subio unos peldanos hasta la puerta principal, la maga Aviosky la seguia apenas un paso por detras; llamo a la puerta firmemente con los nudillos, intentando mantenerse todo lo erguida que le permitia su metro sesenta de altura. Se toco el pelo de manera distraida, que era del color de las batatas sin cocinar, y se coloco la trenza en el hombro izquierdo. Aquella manana habia decidido no hacersela bien a proposito, del mismo modo que no llevaba su mejor vestido ni su uniforme de estudiante. No habia ningun motivo por el que sentirse entusiasmada: ?para que arreglarse? Era evidente que el mago Thane no habia hecho concesiones especiales por ella. El pomo se giro sin que hubiera escuchado pasos al otro lado y, cuando la puerta se abrio, Ceony grito y dio un paso atras. Un esqueleto salio a recibirlas. Dio la impresion de que hasta la maga Aviosky se habia sorprendido, aunque solo lo demostro arrugando los labios y ajustandose las gafas de montura redonda sostenidas por una nariz bastante prominente. --Vaya --profirio ella. La cabeza sin ojos del esqueleto miraba arriba y abajo de manera mecanica y Ceony, con una mano sobre el corazon, advirtio que su metro ochenta de altura estaba hecho de papel: la cabeza, la espina dorsal, las piernas... Cientos, quizas miles de trozos de papel de color blanco estaban enrollados, plegados y comprimidos unos contra otros para conectarse formando una variedad de articulaciones. --Esta loco --declaro Ceony, esta vez en voz alta. La maga Aviosky resoplo de manera sonora en un intento sutil de renirla. El esqueleto se aparto a un lado. --?Alguna otra sorpresa? --pregunto Ceony a nadie en particular mientras se adentraba en la casa, manteniendose tan lejos del esqueleto como le permitia el estrecho marco de la puerta. La casa tenia un largo recibidor que olia a madera vieja y se abria en tres direcciones, dos a la derecha y una a la izquierda. La primera a la derecha daba a una pequena habitacion que, a pesar de estar llena de trastos, se encontraba habilmente ordenada: todo, desde los candelabros hasta los libros, estaba colocado en los estantes de una forma exquisitamente sistematizada, junto con ocarinas de arcilla, juegos de marmol y mas libros apinados en lineas rectas a lo largo de la repisa de la chimenea. Ceony se fijo en cada detalle de la habitacion, era curiosa por naturaleza, y tambien en el desgastado cojin del sofa, lo que indicaba que el mago Thane preferia sentarse en el lado izquierdo. Una pequena campana de viento colgaba en un rincon. Era un lugar extrano para una campana como esa, ya que el viento no se podria colar en aquella habitacion a no ser que abriera la ventana e, incluso asi, soplaria con muy poca intensidad. Llego a la conclusion de que al mago Thane le gustaba su aspecto estetico, pero no su sonido. Chiflado, sin duda. Una pila perfecta de cartas sin leer se encontraba sobre una mesita auxiliar en un rincon junto a lo que parecia una caja de musica y una especie de rompecabezas de alambre, que estaba perfectamente alineado con las cartas y la caja. Ceony nunca habia conocido un coleccionista de trastos tan... ordenado. Le inquietaba. La puerta cerrada a la izquierda del recibidor ocultaba otra habitacion, pero en lugar de seguir caminando hacia el interior de la casa para descubrir lo que escondia la segunda puerta de la derecha, Ceony grito: --!Mago Thane! !Sus invitadas estan aqui y agradecerian a una persona real para recibirlas! --!Senorita Twill! --la regano la maga Aviosky en susurros mientras el esqueleto de papel cerraba la puerta delantera--. !Esos modales! --Bueno, su ausencia tambien denota malos modales, ?no? -- pregunto Ceony, que detesto lo infantiles que sonaron esas palabras en su boca. Carraspeo y respiro hondo--. Lo siento. Estoy un poco nerviosa. --No necesita jurarmelo --respondio en tono de broma la maga Aviosky al tiempo que una persona de verdad aparecia en la segunda puerta de la derecha con una especie de libro de notas en las manos. El mago Thane era mucho mas joven de lo que Ceony imaginaba; rondaba los treinta anos, y tampoco se habia tomado la molestia de arreglarse. No llevaba su uniforme de etiqueta de mago, ni nada particularmente elegante, tan solo unos sencillos pantalones con una camisa de cuello alto sin adornos, sobre la cual vestia un liviano abrigo azul oscuro que era demasiado grande y que le llegaba hasta los tobillos, con unas mangas sueltas que casi le ocultaban las palmas. Tenia un aspecto bastante corriente: su piel no era ni clara ni oscura; no era alto ni bajo; y su constitucion no era ni delgada ni ancha. El cabello oscuro le llegaba justo por debajo de las orejas, lo que ofrecia un aspecto arreglado pero despeinado. Tenia unas patillas negras hasta la mandibula y su nariz tenia un pequeno bulto, justo en el punto superior del puente. Lo unico extraordinario en el era el brillo de sus ojos: verdes como las hojas en verano y brillantes como si alguien hubiera puesto una vela en su interior. El mago Thane miro a Ceony sin mostrar una sonrisa, o cualquier otro gesto, pero en esos ojos chispeantes ella advertia que el hombre se estaba divirtiendo. Que fuera a costa de ella o de el mismo era dificil de decir. Ceony apreto los dientes. --Mago Thane --comenzo la maga Aviosky con un ligero saludo con la cabeza, y Ceony se pregunto como de bien se conocian--, le presento a Ceony Twill, la muchacha de la que le hable en el telegrama. --Si, ya --respondio el mago Thane, que dejo el libro en la pila de cartas sin leer junto al sofa y alineo las esquinas del libro cuidadosamente. Se dio la vuelta para encontrarse con la mirada de Ceony--. Ceony Twill, la mayor de cuatro hermanos y primera de su promocion. ?Cuantos estudiantes han conseguido librarse de esa prision este ano? Ceony se ajusto el sombrero; lo hizo tan solo para proporcionarle a su mano libre algo que hacer. --Veintidos. --Aun asi, es un logro --comento de manera relajada--. Esperemos que aqui pueda hacer buen uso de esos habitos de estudio que tiene. Ceony asintio. Lo cierto era que poseia buenos habitos de estudio, de lo que se enorgullecia, pero los deberes del colegio siempre le habian resultado faciles. Gozaba de una memoria privilegiada y a menudo recordaba cosas que solo habia leido una o dos veces. Era una bendicion que la habia ayudado a soportar numerosas lecciones complicadas y aburridas. Con suerte, tambien la ayudaria alli. La maga Aviosky carraspeo, rompiendo el silencio antes de que se alargara demasiado. --Tengo el nuevo uniforme de la senorita Twill en mi maletin. Digame que ha preparado la union. --En efecto --contesto, restandole importancia a la pregunta con una ligera sacudida de la mano. Poso sus ojos en los de Ceony--. Imagino que le gustaria realizar una visita por la casa. Ella sintio que encogia. !Con que facilidad podria aquel hombre destruir su futuro con una sacudida de la mano! Una vez se uniera a un material, no habria vuelta atras: la union era para toda la vida. Intento encontrar alguna via de escape en caso de que le hiciera falta y descubrio al esqueleto de papel justo detras de ella. Grito otra vez. ?Quien necesitaba fantasmas para embrujar una casa cuando podias crear sus propios demonios a base de papel? --Jonto, detente --ordeno el mago Thane y el esqueleto se desplomo en el suelo en una pila de huesos de papel; su calavera cuidadosamente plegada descansaba en la cima. Ceony se aparto. ?Que clase de hombre chiflado construia un mayordomo de papel? ?No habia otra persona alli para abrir la puerta? --?Vive usted solo? --pregunto Ceony. --Tal y como me gusta --replico el mago Thane, guiandolas a traves del recibidor--. Ese es el estudio --senalo con un gesto hacia la puerta cerrada de la izquierda--, y el comedor esta por ahi -- anadio, deteniendose ante la segunda entrada a la derecha del recibidor. Ceony lo siguio con paso lento y echo un vistazo hacia el rincon, esperando que otra atrocidad hecha de papel le asaltara. En lugar de eso se encontro con una pequena antesala con espejos que colgaban uno frente al otro en ambas paredes, un banco y una sencilla comoda sobre la que descansaba un florero vacio. Triangulos de papel de color verde azulado y amarillo estrechamente plegados cubrian las paredes donde la antesala daba paso a una pequena pero bien provista cocina. Una encimera de marmol rodeaba un fregadero, habia armarios oscuros a ambos lados, pero dejaban espacio suficiente para trabajar. Una rejilla de metal encima del fregadero contenia un pequeno juego de ollas y cacerolas, cuyas bases oscuras demostraban que se utilizaban con asiduidad. En las esquinas de la rejilla habia una vid de papel enrollada que tenia un aspecto muy similar a los huesos de Jonto, el esqueleto. ?Tenia alguna utilidad? ?O el mago de papel simplemente se aburria tan apartado de la vida real? ?En que medida el papel decorativo de aquella casa se usaba para los encantamientos? Y ?en que medida era ornamentacion inutil? ?Se pasaria el resto de sus dias siendo decoradora? Ceony se sacudio aquellos pensamientos de la cabeza y examino el resto de la cocina. El mago Thane tenia un fogon mas estrecho de lo que ella estaba acostumbrada a ver; ademas estaba anticuado, pero no parecia de mala calidad. De algun modo, a Ceony le reconfortaba la idea de saber que, entre leccion y leccion de Plegado, podria escaparse hasta alli para cocinar. Al fin y al cabo, si no hubiera conseguido la beca, su alternativa habria sido la de asistir a una escuela de cocina. El precio de la matricula era la decima parte de lo que exigia la Escuela Tagis Praff y Ceony poseia un don para la cocina. Habia confiado en que la admitirian. Ceony dejo atras la cocina para llegar al comedor. Cientos de pajaros de papel que parecian vivos pendian del techo por hilos. Colgaban silenciosamente, sin estorbar, suspendidos encima de una sencilla mesa cuadrada situada sobre una alfombra tejida de color marron. Cerca habia una comoda alta de color negro, abarrotada de platos, libros, servilletas, frascos y jarras, y todo estaba encajado de tal forma que, si se extrajera tan solo uno de los articulos, se provocaria una avalancha. En la superficie de la comoda habia unas extranas bolas y conos de papel, hechos de bolas y conos mas pequenos y, estos, hechos de bolas y conos aun mas pequenos. A Ceony le hacian dano a la vista. La casa habria resultado acogedora si no hubiera estado tan llena de chismes. Avanzo hasta una gruesa pila de pergaminos en el borde de la mesa y descanso la mano encima, pensando en las ilusiones de papel que se extendian por la valla de la casita de campo. --La decoracion del exterior de su casa es horrible --declaro con ligereza. La maga Aviosky le lanzo a Ceony una mirada de advertencia al entrar en el comedor. El mago Thane simplemente contesto: --Si. Una delicia, ?verdad? El mago paso a su lado y abrio una puerta. Unas escaleras empinadas conducian al piso de arriba. --Siganme, si son tan amables. Ceony empezo a subir tras el con la maleta todavia en la mano. El noveno escalon crujio bajo su peso y las rodillas le dolian cuando alcanzo el segundo piso. --Su dormitorio --senalo el mago Thane mientras habria la puerta de un empujon--, puede dejar el equipaje, si lo desea. Ceony se adentro en el dormitorio, que contrastaba sobremanera con el resto de la casa, pues las estanterias se encontraban vacias. No habia montanitas, ni pilas, ni trastos, pero a juzgar por las marcas de la moqueta, la habitacion habia contenido muebles que se habian trasladado o tirado recientemente. El mago Thane probablemente acabara de prepararla para su llegada, a pesar de haber contado con toda una semana. Pero lo mas raro era que no habia adornos de papel en las paredes o en el techo, se habian dejado completamente desnudos. Una sencilla cama individual se apoyaba contra la unica ventana junto a la que habia tres estantes en la pared y un escritorio sencillo con un cajon a unos pasos del pie de la cama. Tambien habia un armario pequeno, pero lo bastante grande para las pocas prendas de Ceony y una mesilla con un candelero nuevo y un portavelas. Era algo mas espacioso que su dormitorio en Tagis Praff, aunque tenia menos estantes. Aun asi, aquel dormitorio se le habia hecho mas acogedor y hospitalario que este, aunque tal vez se debiera a que se habia ganado aquella plaza. Habia deseado estar alli. --Gracias --dijo, y dejo la maleta en el suelo.

  • Tras tu apariencia (Serendipity 5) de Moruena Estringana

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  • Vestida de Otono de Kate Dawson

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    Catherine Dowse, famosa disenadora de moda, tiene una vida intensa y ajetreada dirigiendo la empresa que fundo su madre. Cuando se cruza en la vida de un buscado criminal todo su mundo sufre un cataclismo. Vivir en la piel de otra persona no es algo para lo que su madre la hubiese preparado y tener que dejar atras todo lo que le es familiar no es facil. Pero su vida corre peligro y tiene que huir. Una huida que se convierte en un viaje hacia su verdadera identidad y que la ayudara a descubrir quien es realmente.

  • La ruta infinita de Jose Calvo Poyato

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    Buscando un paso, una ruta y confirmar una sospecha, dieron la primera vuelta al mundo.

  • Eramos mentirosos de E. Lockhart

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    Una isla privada. Una ilustre y conocida familia de Nueva Inglaterra. Un grupo de cuatro amigos los Mentirosos cuya amistad se vuelve destructiva. Una rebelion. Un accidente. Un secreto. Mentiras y mas mentiras. Amor verdadero. Y, por fin, la verdad. Esta es la bellisima y terrible historia de una familia perfecta que se sostiene sobre pilares de peligrosa fragilidad. A lo largo del relato se van desvelando las piezas de un rompecabezas que formaran un mosaico de personajes fascinante, donde los prejuicios y el egoismo son los peores enemigos de la armonia y la felicidad.

  • Asiento 7A de Sebastian Fitzek

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    Del autor de Terapia y El pasajero 23, llega un nuevo psicothriller a mas de 40.000 pies de altura.

  • NIEVE en el corazon de Luna Villa

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    Un hombre atormentado por el dolor y la culpa. Un hijo por el que esta dispuesto a luchar para que no se lo arrebaten. Cuando parece que nada tiene sentido, Ethan abre los ojos para ver a lo mas bonito que ha podido pasarle desde el nacimiento de su hijo. Avery llega a Vancouver para darle un giro a su vida y a la de Ryan. ?Sera suficiente ese amor para acabar con la nieve que cubria su corazon?

  • Tampoco pido tanto de Megan Maxwell

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    Carol trabaja como bailarina en distintos espectaculos, aunque su sueno es volver a ejercer de tripulante de cabina de pasajeros, y la oportunidad se le presenta en la compania High Drogo. Daryl es comandante y viaja por todo el mundo pilotando aviones de dicha compania. Ambos se conocen a traves de Lola, hermana de Daryl y amiga de Carol. Y, aunque se atraen, y los dos estan abiertos a disfrutar del sexo sin tapujos, intentan no acercarse mas de lo debido, pues no quieren causarle problemas a Lola.

  • El conflicto de Eden de Annemarie Brear

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    North Yorkshire, Inglaterra. Agosto, 1901 Eden reposaba sobre el pasto reconfortante, con los ojos cerrados contra el brillo del sol, mientras este banaba con sus rayos su rostro. Podia escuchar el zumbido de los insectos que caminaban junto a su cabeza; emitian un sonido laxo, perezoso, muy parecido a como ella se sentia en aquel momento. El calor veraniego impregnaba su cuerpo a traves del delgado vestido de lino azul. Sus piernas y brazos pesaban mucho; su mente estaba tranquila. Los ecos de las risas continuaron con la brisa caliente. Mientras sus hijas se remojaban en el rio Aire, ahi junto a las rocas, donde se produjo una estrepitosa revuelta. Las chicas intentaban hacer participe a su padre de tal diversion, lo salpicaban de agua lo mejor que podian. Eden, por su parte, se deslizaba suavemente por el pasto, aplastando la hierba circundante con cada movimiento que hacia, liberando el aroma de la vegetacion. Suspiro con completa satisfaccion y su rostro esbozo una sonrisa de gusto culposo. Dias como estos, ociosos, eran extranos pero muy bellos. Todo lo que existia en su mundo era bueno. --?Como despierto a una bella durmiente? Cuando Eden desperto vio a su esposo, que estaba a unos pocos pasos de ella, con una expresion traviesa en su rostro. --!No con las manos mojadas, te lo digo, Nathan Harris! Este dejo caer su cuerpo y apoyo su cabeza en el pecho de ella. --Esposa, eres una mujer cruel. --Asi es. --Ella cerro nuevamente los ojos y acaricio su cabello castano--. ?Las chicas estan muy mojadas? --Si y contentas. --Con una mano acariciaba su pecho, con la otra recorria su silueta a traves de la falda--. De hecho, estan tan ocupadas hablando que podemos divertirnos unos minutos… --En verdad lo crees, ?eh? --Riendose, tomo la mano juguetona de su marido--. Prefiero quedarme aqui, en silencio y no hacer nada, para variar. --Esta bien, tu relajate, yo me divertire un poco…. --Su voz se convirtio en un susurro ronco al mordisquear la piel suave debajo de la oreja izquierda de su mujer. Eden abrazo el cuello de su esposo, introduciendo sus dedos en el cabello de este. --Te adoro, esposo. --Awww, mi nina…. --Nathan la beso y luego se engancho sobre su codo, el amor que sentia por ella se reflejaba en sus pupilas grises. Ella acaricio su mejilla, aspera como cerdas. --En un par de anos cumplire treinta, ya no sere mas una nina. --Siempre seras mi nina, a la que amare. --El tapo el sol mientras bajaba la cabeza para darle otro beso tierno y suave, con sabor a la cerveza que habia bebido durante la comida. Frotando su nariz con la de ella, recorrio con sus manos su cintura, ella, por su parte, la apreto con fuerza contra el. --Incluso, cuando tu cabello se tine de color gris y ya no tengas dientes, seguiras siendo mi nina --dijo Nathan. Balbuceando de risa, ella lo abofeteo carinosamente. --!Descarado! ?Te dices llamar un amante? Nathan rodo sobre su espalda, llevandola con el. --?Quieres que te demuestre que tan buen amante puedo ser? --El procedio a desabrochar el boton superior de su vestido, pero en ese momento sus hijas, Josephine y Lillie, llegaron corriendo. Sentada y acomodandose la falda, Eden le sonrio a sus queridas pequenas, que cayeron en una marana de enaguas y risitas humedas. Sus ninas estaban bien alimentadas y sanas, no como otros ninos del pueblo. Habian tenido la oportunidad de asistir a la escuela, en vez de trabajar en los molinos y las minas de la zona. Ella y Nathan habian acordado que sus hijas tuvieran acceso a la educacion, como sus padres, para procurarles una mejor vida. Al escuchar a Josephine contarle a Nathan los colores de una libelula que vio, Eden les dio manzanas rojas, arrancadas de los arboles frutales de su propiedad. Despues de que las chicas se marcharon nuevamente, Eden recogio el pequeno picnic. --?En que momento paso tan rapido el tiempo, Eden?, ?En que momento crecieron? --Murmuro Nathan al verlas correr por la loma, riendo con inocente alegria. Ella lo miro. --Apenas tienen siete y seis anos, todavia no son mujeres. --Lo se, pero extrano cuando las arrullaba en mis brazos. Creia que podia protegerlas mejor en ese entonces. --Tambien puedes hacerlo ahora. --No como quisiera. A veces quiero cerrar la puerta de la cabana y no abrirla mas. Ella se sento sobre sus talones y lo miro detenidamente. Era la primera vez que notaba la delgada capa color plata en su cabello, y que las lineas que recorrian de su nariz hasta su boca, eran mas profundas. Era un hombre atractivo, un hombre tranquilo. Lo que suele llamarse un pensador profundo. El medito y sopeso sus pensamientos y acciones, que estaban en contraste con ella. Ella hacia todo con prisa, aun no terminaba de hablar de un tema cuando ya estaba deseosa de comenzar otro. Siempre estaba ocupada, es por eso que hoy en dia es tan especial. Por primera vez en mucho tiempo, estaba descansando sin hacer nada, solo comia y observaba a su familia. Ahora, el cambio de humor de Nathan atenuo su brillo de felicidad. Por mucho que ella lo amara, a veces era dificil convivir con un hombre tan serio. Volteo hacia ella y sonrio con tristeza. --No me hagas caso. Ya sabes como soy. --Se puso de pie de un salto y dijo: --Ire a buscar a las chicas. Eden se levanto, tomo su mano y lo detuvo. --Hemos pasado un dia increible juntos. El respondio: --Si. Ella se acerco y lo beso. --Ahora que ya no trabajo en el Salon, podemos tener mas dias como este. El dejo escapar un suspiro hondo y dibujo una sonrisa con su dedo. --Soy mas feliz sabiendo que ya no estaras mas en ese lugar. Ya era hora de que Annabelle te dejara ir para estar mas tiempo con tu familia. Realmente no te necesitaba o podria haberte reemplazado. --No queria irme, disfrutaba trabajar con ella. Somos muy cercanas. Es como una hermana. --Pero ahora que se caso, ya no te necesita mas. Eden, al escuchar eso, se alejo. --Eso es cruel. Me haces sentir culpable por ser cercana a los Bradbury. --Lo siento, pero esa familia tiene demasiado poder sobre ti. --El dirigio la mirada a otro lado --. Siempre ha sido asi. --Hemos estado juntos desde que eramos pequenas. ?Por que mencionas esto de nuevo? Sabes cuanto quiero a Annabelle. Sabes de la relacion que existe entre nuestras dos familias. --Lo se. He sido el unico que lo ha padecido. Eden lo miro fijamente, no creia lo que estaba escuchando. --Eso no es justo, Nathan. Tenemos una buena vida gracias a la amistad que tenemos con los Bradbury. El refunfuno. --Puedes tener una amistad. --Simplemente trabajo para ellos. --Piensan muy bien de ti. --Mientras haga un buen trabajo que les signifique una ganancia economica. No es como si cenaramos con ellos o fuesemos a su casa a tomar el te. --He cenado con ellos porque son mis amigos --replico Eden; su ira se hacia mas grande. Puede que no pertenezca al mismo estrato social, pero nunca me han hecho sentir… --No quiero discutir contigo, hoy no. Ademas, es innecesario volver a este argumento ahora que ya estas en casa. --Despues de besarla en la nariz, la dejo para que reconsiderara su comentario. Frustrada por la discusion, recogio la manta sobre la que habian comido y la doblo, intentando no condenar sus sentimientos. Sin embargo, la residencia y las personas que trabajaban ahi, habian sido muy importantes en su vida, y lo habian sido mucho antes de conocer a Nathan. Durante diez anos habia sido companera de Annabelle, la hija del Coronel James Bradbury, pero incluso antes de ser su empleada, fue su amiga de la infancia, asi como de sus hermanos, Joel y Charlie. Siempre habia pertenecido a ese grupo: caminaban por el bosque, jugueteaban en el rio, iban de caza y hacian picnics. Ella se sentia parte de la familia, aunque a veces era dificil pasar de ser la sirvienta a ser una amiga. Annabelle y Charlie eran como sus hermanos. Su mente vacilo al pensar en Joel. Se habia hecho a la idea de no pensar en el, y casi siempre lo lograba. El habia estado fuera por mucho tiempo y pertenecia a otro ambito de su vida. Una etapa en la que habia sido joven y despreocupada… Sacudio su cabeza, evitando que los recuerdos llegaran a su mente, y deseando que Nathan no hubiera mencionado a los Bradbury. Su relacion, poco comun, se remonta a su bisabuelo, Morley, quien era el jefe de guardia de la finca, una posicion que le paso a su hijo. Toda la familia de Eden habia trabajado para la finca desde que su bisabuelo era joven. Su madre habia sido la doncella de la abuela y la madre de Annabelle, y su padre habia sido su cochero. Paso su infancia jugando en los terrenos de la finca, y siendo hija unica, pudo disfrutar de una amistad muy especial con los ninos del Salon. Parecia natural seguir los pasos de su madre y convertirse en sirvienta y companera de las mujeres Bradbury. Cuando su bisabuelo se jubilo, fue premiado, por su lealtad y buen servicio a la familia Bradbury, con una pension, una casa de campo y tres acres en las tierras libres a las afueras de la finca, en lo que se conoce como Bottom Wood. Ellos, al convertirse en pequenos terratenientes, se habian ganado un lugar respetable en la aldea local. De pronto, Eden levanto la vista cuando vio que sus hijas corrian hacia ella, con Nathan caminando detras, para disculparse. Lillie le dio un pequeno ramo de flores silvestres, Eden la beso en la parte superior de su pequena cabeza. --Gracias querida. Ven, vamos, es hora de regresar a casa. Necesitas cambiarte la ropa humeda, ademas tienes cosas por hacer. ?Podemos dejarlo para despues, mama? Josephine hizo un puchero, arrastrando los pies mientras recogian la canasta y la manta. Su cabello oscuro colgaba en mechones despeinados por su espalda. --Ya te he explicado antes. Los animales tienen que ser alimentados. ?Te gustaria irte a dormir sin cenar? --Eden volteo malhumorada hacia su hija mayor, que estaba a punto de refutarla--. Haces muy poco, no como los otros ninos. Se agradecida. --No seas dura con ella, Eden --murmuro Nathan, quitandole la cesta--. Siento haberte arruinado el dia.

  • Amar sin condiciones, Raquel Campo de Raquel Campo

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  • En el ultimo volumen de Divino B'atista

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    "?Que harias si tu banda favorita recien terminara de lanzar una nueva marca de ropa?"

  • El ala izquierda de Mircea Cartarescu

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    <> es el volumen que abre <>, la monumental trilogia en forma de mariposa considerada unanimemente la obra maestra de Mircea Cartarescu. Visceral ejercicio de autoexploracion literaria sobre la naturaleza femenina y la madre, <> se ha convertido en uno de los exitos mas solidos de la literatura europea actual, y en un best seller literario desde el mismo momento de su publicacion. Circos errantes, agentes de la Securitate, una oscura secta, la de los Conocedores, que controlan todo lo visible y lo invisible, un ejercito de muertos vivientes y una hueste de angeles bizantinos. Un exodo mistico a la infancia del autor y a la prehistoria de su familia. Un mundo caleidoscopico del que emergemos como si regresaramos de un peregrinaje, conmovidos y transformados.

  • Un oceano entre los dos, Mariah Evans de Mariah Evans

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    Beatriz Ibanez cursa el Doctorado en Historia de Espana del siglo XVIII en Las Bahamas. En una de sus travesias con su tutor se ven sorprendidos por una extrana tormenta. Beatriz logra sobrevivir y llega a una isla. Alli, encuentra a un grupo de hombres dirigido por Duncan, a los que pide ayuda. Tras pensar que son traficantes intenta huir siendo finalmente apresada. Su sorpresa es mayuscula al ser consciente de que ha viajado al pasado y de que es prisionera de los piratas ingleses, enemigos del Imperio espanol. Tras ser rescatada por los franceses, aliados del Imperio, Bastian la acoge en su barco, el cual no solo transporta telas y manufacturas, sino tambien esclavos. Mientras Beatriz los ayuda e intenta buscar una tormenta para regresar a su epoca, Bastian se enamora de ella. Esta placida calma se ve turbada cuando los piratas ingleses, los mismos que la apresaron en la isla, la hacen de nuevo su cautiva.
    Vive una romantica historia y descubre un secreto que te transportara hasta el siglo XVIII, donde la lucha por la conquista de Las Bahamas sera el detonante de un amor que perdurara mas alla de los tiempos.

  • Un pasado incierto de Tierra Salvaje

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    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccion total o parcial de este libro, por cualquier medio electronico o mecanico, sin la autorizacion previa y por escrito del autor. Capitulo 1: El despertar El sonido de aquellas voces me desperto. Llegaban de lejos y hablaban en voz baja. Intente abrir los ojos, pero un intenso dolor me sacudio la cabeza y atraveso todo mi cuerpo. Deje que el dolor campara a sus anchas por mi interior y me abandone a su suerte. Me concentre en las voces que ahora escuchaba con mayor claridad, no se si porque habian subido el tono o porque mi oido se habia agudizado, al estar ahora mas atento que antes. Eran dos, un hombre y una mujer. --Mire, senora --dijo el, con voz viril, formando en mi mente difusa el retrato de un hombre entrado en anos-- todavia es pronto para saber el alcance del accidente y sus posibles secuelas. Lo unico que sabemos en este momento con certeza es que tiene dos costillas rotas, el femur fracturado y distintas contusiones, pero lo que mas preocupa es conocer el alcance de los danos cerebrales y su tratamiento. --Doctor, el y yo no estamos casados, al menos por el momento --dijo la voz femenina, sin duda perteneciente a una chica joven-- ?se va a poner bien? ?Por que no despierta? --Vera --continuo la voz del que debia ser el doctor-- como le estaba diciendo, su novio ha recibido un fuerte impacto en la cabeza. Tiene varias contusiones y hematomas, y hasta que no despierte no podemos conocer en que estado esta su cerebro. De momento, el hecho de que no despierte no es alarmante. Sus constantes vitales son estables, es un joven fuerte, y no dudo que acabara despertando. --Pero es que lleva asi dos dias... --dijo ella en un tono que mostraba su evidente preocupacion. --Conozco casos en que han estado mucho mas tiempo y han despertado sin secuelas ni complicaciones --intento calmarla-- no digo que sea el caso... ojala fuera asi. Lo unico que quiero hacerle entender es que el cerebro es un organo complejo, de dificil diagnostico y, aunque las primeras pruebas no hayan detectado nada preocupante, hasta que el paciente no despierte no podemos estar seguros. Hay que tener paciencia. --Ya... --dijo ella resignada-- al menos esta vivo... cuando vi el estado en que habia quedado el coche pense que lo habia perdido para siempre...No sabe la angustia que pase hasta que alguien me confirmo que seguia con vida, que aun lo tenia a mi lado. --No se angustie y sea paciente --dijo el doctor con voz condescendiente-- en este caso hay suficientes motivos para creer en una pronta recuperacion. Intui que debian hablar de mi. ?Llevaba dos dias dormido? ?Habia tenido un accidente de coche? ?Por que no podia moverme? ?Y quien era esa chica a la que el doctor trataba como si fuera mi novia? Note a mi lado otra presencia, alguien que se movia al lado de donde estaba tendido. De eso si estaba seguro, estaba tumbado y supuse que en una cama. Como habia escuchado estaba en un hospital. La presencia se acerco a mi y toco mi brazo, moviendo algo que tenia clavado en mi piel, provocando un leve gemido de protesta por mi parte y que moviera levemente mi mano tratando de apartarla de aquella nueva fuente de dolor. --Doctor --dijo al instante otra voz, esta mucho mas cercana-- se acaba de mover... Pasos acercandose, unos dedos palpandome y, de pronto, una luz cegadora directa a los ojos. De nuevo, me agite intentando huir y moviendo al parecer mi cabeza. Aquellos parecieron apiadarse de mi y me abandonaron momentaneamente, reiniciando la exploracion en zonas menos dolorosas para mi. --?Lo ve? --dijo con alegria aquel hombre-- ya le dije que despertaria... --Si... --dijo la voz femenina entre sollozos-- gracias doctor... --No me de las gracias todavia --le respondio el-- tenemos que ir paso a paso... ver si hay secuelas, hacer mas pruebas y, luego, si todo va bien, empezar la recuperacion, pero ahora dejemosle descansar. Las voces se alejaron, un ligero pinchazo en el brazo y el dolor empezo a remitir sumiendome de nuevo en un profundo sueno. No se el tiempo que permaneci inconsciente, dormido o lo que fuera el estado en que me encontraba. Solo se que, cuando me desperte de nuevo, esta vez si pude abrir los ojos sin sentir aquel dolor atroz que me lo habia impedido la primera vez. Seguia habiendo dolor, pero algo mas leve, mas llevadero... Un falso techo aderezado de varios focos que alumbraban la habitacion fue lo primero que vi. Intente mover la cabeza y, para mi sorpresa, consegui hacerlo. Paredes blancas, una butaca al lado de la cama donde, como ya habia adivinado, me encontraba tumbado y una mesita al lado donde se hacinaban varios objetos a los que no dedique una mirada mas escrutadora. Al pie de la cama, mi pierna colgaba de un anclaje y de mi mano salian varios cables y tubos conectados a maquinas varias que pitaban de forma ritmica y constante. Definitivamente, estaba en un hospital. Habia abierto los ojos y movido la cabeza, lo siguiente fue probar mis dedos y luego la mano. De momento todo bien. El brazo tambien consegui levantarlo y la pierna, la buena, tambien respondio a las ordenes de mi cerebro. Senti un profundo alivio, al parecer todo respondia como debia y no me habian quedado secuelas... al menos hasta donde llegaba mi alcance. --Vaya, veo que estas despierto de nuevo... --dijo una voz entrando por la puerta de la habitacion-- parece que tienes mejor cara... Era la enfermera, la misma que estaba en la estancia la ultima vez que me habia despertado. No respondi, tampoco sabia si podia ya que aun no lo habia intentado. Pero ella no necesitaba respuesta alguna para seguir hablando. --Vamos a ver como esta todo esto... --dijo comprobando los cables y las constantes-- ya veras que alegria le vas a dar a Sara cuando te vea asi... lo ha pasado tan mal la pobre... ?Quien era Sara? Pense mientras miraba a aquella enfermera de cabello negro recogido en una coleta agacharse, dandome una vision privilegiada de su culo embutido en aquellos pantalones blancos donde se marcaba a la perfeccion su ropa interior. --Dentro de un rato vendra y podreis estar un rato juntos que seguro que la has echado de menos --dijo levantandose e inclinandose sobre mi para comprobar el vendaje que cubria mi pecho, dandome ahora una panoramica de sus pechos que, sin ser muy grandes, eran bastante proporcionados a su pequena figura-- a ver por aqui... Y para mi sorpresa, me quito la sabana hasta un poco mas debajo de mi entrepierna, dejando al descubierto mis partes mas intimas. --Daniel, Daniel, Daniel... --dijo mientras alargaba su mano y acariciaba mi miembro completamente flacido-- menudo descubrimiento... Su dedo recorrio la longitud de mi miembro, provocandome un cosquilleo en toda la zona y provocandome sentimientos encontrados: alivio al notar que aquella zona parecia responder a los estimulos de aquella enfermera, pero tambien sorpresa, porque para nada me hubiera esperado algo asi. Y, finalmente, enfado. ?Quien cono se creia esa enfermera para tomarse esa libertad? --Lastima que no tengamos tiempo para seguir jugando un ratito mas... --dijo mientras tras una ultima pasada a mi miembro volvia a cubrirme con la sabana. Yo no entendia nada de lo que acababa de pasar, pero, por suerte o por desgracia, no tuve tiempo de darle muchas vueltas al asunto ya que la puerta volvio a abrirse y aparecio una chica que supuse debia de ser la que hablaba con el doctor, no se si hacia unas horas o quizas dias. Habia perdido la nocion del tiempo. --Hola Sara --saludo la enfermera-- mira quien se ha despertado... --!Daniel! --grito contenta aquella tal Sara que vino hacia mi-- no sabes lo preocupada que he estado por ti... por un momento me temi lo peor... crei haberte perdido para siempre, que nunca volveria a tenerte entre mis brazos...

  • La Dama Viajera de Sophie Kiss

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    Hasta la espesura del bosque de Foresty ha Llegado Sabrina Lutens, una periodista de 40 anos que trabaja en el periodico “El Temple”. Un dia su jefe la envia hacia un lejano bosque que esta a punto de ser destruido para reportear lo que sucede. Ell no sabe que se encontrara con James, un adinerado que intenta salvar el bosque por motivos sentimentales con quien Sabrina vivira una pasion que jamas penso vivir. Kenneth, el ex novio de Sabrina no puede olvidarla, padece una obsesion por Sabrina, jamas pudo superar la ruptura con ella, decide ir a buscarla y obligarla a estar con ella sea como sea. Sabrina tiene un nuevo amor y no quiere volver a saber mas de Kenneth.

  • La piedra del destino de Rober H. L Cagiao

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    Las copas de los arboles dibujaban una curva paranormal bailando ritmicamente, unos con los otros, en el cielo estrellado. El agua caia sobre su rostro mezclandose con sus lagrimas, untando salado y no salado, vida y muerte, el bien y el mal. Se agarro como pudo al tronco de un imponente castano, uno de los pocos que se resistian a la invasion del eucalipto. Estaba cerca, lo intuia. Las fuerzas escaseaban, espero a que aquel viento huracanado le diera una tregua y continuo, luchando en su contra, ante la suerte, ante la vida misma. Entonces la vio. Era la piedra del destino, la que tantos antes que ella habian buscado. No habia dejado de llorar desde que empezara aquella inhumana ascension, pero ahora todo valia la pena. Apoyo su mano sobre aquellos circulos concentricos, simbolos de siglos de historia humana y busco la entrada a la cueva. Nadie que no supiese de su existencia la encontraria, pero ella, Paola Gomez, creia ya en las meigas, nas bruxas, nos demos, nos Mouros. Con la linterna led, pegada a la frente, entro con los pies por delante. El espacio era el justo para un ser humano de complexion delgada. La linterna, solo reflejaba la piedra y mas oscuridad hasta que cayo en una especie de hoyo. Miro atras pensando que mas tarde tendria que subir y eso no seria tan facil. Dirigio su cabeza hacia aquella cueva humeda y vio un haz de luz al fondo del pasadizo. Queria correr, pero sabia que no debia. Cogio su arma y avanzo, ya no lloraba, ahora sudaba. No sabia que se encontraria al otro lado. ?Tesoros? ?Mouros? ?Serian ciertas las leyendas? ?Comunicaria aquel pasadizo con el Castillo de Andrade, con la playa de Centrona o con el Monasterio de Caaveiro? Apago su linterna, aunque se arriesgaba a tropezar. Aquella luz, era lo suficientemente nitida para guiarse hacia ella. Estaba cerca, solo unos metros mas. Alli, de pie, en el centro, iluminado por un haz invisible habia una presencia vestida de negro, de espaldas. Paola, respiro hondo y sintio como las lagrimas volvian a inundarla. Cuando se dio la vuelta y vio aquellos ojos inyectados en sangre, el miedo la cubrio por dentro. No podia ser el, era imposible, ella misma lo habia encerrado. De fondo escucho una musica conocida que le ablando el corazon y la traslado a aquellas horas en San Miguel de Breamo. En su mente solo escuchaba a la gente gritar... !Guardian, guardian! Entonces vio como se acercaba a ella muy despacio, se quitaba el pasamontana y le sonreia, mientras la cogia por los hombros. El bien y el mal Paola, solo tu puedes guiarnos. --No era capaz de hablar, de contestarle, las palabras se enredaban en su garganta. --Solo tu, Paola. II. LA RESACA Desperto banada en sudor y el corazon saliendosele del pecho. Era la tarde del tercer dia que pasaba sin despegarse de las sabanas de su cama. El inspector jefe, Costoya, la vigilaba haciendo turnos con Modesto y Portela. La doctora Fraga, que habia sustituido a Milo en el equipo medico, venia todos los dias a verla, pero sabia que el problema estaba unica y exclusivamente en su cabeza. Rubio les preguntaba a todas horas por ella. Era la jefa, la punta de lanza, la necesitaban. Pero aquello habia sido muy duro y retransmitido en directo para todo el pais. La vio revolverse varias veces sobre si misma, empezar a sudar, noto como queria hablar, pero no era capaz, estaba sonando, supuso. Duro casi dos minutos, le puso las manos en los hombros y la miro fijamente, intentando entrar en su cerebro. Levanto medio cuerpo y a punto estuvo de tirarlo de la cama. --!Paola, Paola! ?Estas bien? --Ella, no era capaz de hablar, de expresarse, su cara reflejaba una tension desmedida, como si hubiese estado en el infierno. Se acerco otra vez minimamente y ella arqueo las cejas. Le indico el vaso de agua que estaba en la mesilla. Bebio un sorbo largo como si no hubiese bebido en siglos. Cuando termino se lo devolvio y rompio aquel muro que no le dejaba hablar. --Costoya, siempre te he respetado como un padre, y lo sabes. Dime, ?como se sale de esto? -- Al inspector jefe le parecio una de las preguntas mas dificiles de contestar de las que le habian hecho en sus casi cincuenta y ocho anos de vida. Suspiro. --?Como se sale de todo?, haciendo borron y cuenta nueva. Tarde o temprano tendras que volver a vivir, y cuanto antes lo hagas menos tiempo que habras perdido. Pura logica. --Lo miro durante un largo rato para acabar trasladando su mirada al gran ventanal que tenia a su derecha. --?Sabes? Nadie esta preparado para algo asi, para que tu vida se rompa en apenas segundos, pero supongo que esta sensacion es la que tienen todas esas personas que pierden en un instante lo que quieren. En mi caso, es sentir que mi vida no ha sido, exactamente, mi vida y eso, me rompe por dentro. --Podra recomponerla, solo es cuestion de ir pegando los pedacitos. --Nuevamente lo miro. --?A que te refieres exactamente, Costoya? --En cuanto lo dijo se arrepintio de ello, pero el mal ya estaba hecho. --Me refiero a que no sabes, exactamente, lo que le paso a tu padre. Igual es un buen momento para empezar. --La mirada de Paola se ilumino y en el fondo el inspector se sintio bien, esperaba que aquello no tuviera consecuencias funestas. --Tienes toda la razon, llevo tres dias perdidos entre pastillas, pesadillas y ese sol horrible que no para de brillar. --Para que luego digan que en Galicia siempre llueve, ilusos. De todos modos, no te apresures, primero seria buena idea que te levantaras, te dieras una ducha, demos un paseo y manana vamos a ver al jefe. ?De acuerdo? --Sabia que todo aquello caeria en saco roto, teniendo en cuenta el caracter de Paola. --De acuerdo, me levanto, me ducho y nos vamos a la comisaria. Me duele el cuerpo de estar en la cama. Necesito accion y sobre todo informacion. --Lo miro diciendole que no habria vuelta atras. La comisaria Gomez, al tercer dia, segun las escrituras, habia resucitado. Como si de un huracan se tratase, Paola Gomez, comisaria de la brigada criminalistica de la jefatura de A Coruna, entraba en aquella enorme y desangelada sala. Se paro de frente, con las piernas separadas y las manos en las caderas, y los miro. Estaba orgullosa de ellos. Eran su equipo y, aunque lo habian pasado muy mal, lo habian conseguido. Sonrio. Uno a uno, se fueron acercando a abrazarla. Rubio, espiaba desde su despacho, aquel que en realidad era de Paola. A pesar de su caracter serio, no pudo evitar esbozar un amago de sonrisa y alumbrarsele una pequena luz en el corazon, en el fondo, muy en el fondo, era humano. Estaba radiante, parecia nueva, el pelo hondeando al viento y aquel traje de chaqueta y pantalon tan caracteristico en ella, un autentico torbellino humano. El primer abrazo fue para su querido Modesto. La comisaria lo miro fijamente. --?Y tu que? Seguro que eres el mitico amigo que en las bodas se sube al campanario para tirarle arroz a los novios. --Todos se rieron. --No hizo falta, amigo, pero estabas alli por si acaso, gracias. --El siguiente era Portela. --?Como va esa mano? Ya me conto Costoya, lo del escape de Alcatraz y vuestra entrada triunfal, vaya par. --Los agarro del hombro a los dos. Las siguientes en abrazarla fueron, Ana y Alba. --Menos mal que has vuelto, que estabamos en minoria y no veas lo que abusaban estos carcas. --Me lo creo, sobre todo viniendo de nuestro, por lo que veo, nuevo becario. --Miro a Rafa con una sonrisa enorme en la cara y se abrazo a el. Se dio la vuelta en busca de Milo, al no verlo se extrano, pero no le dio mas importancia. Se volvio de nuevo y les hablo a todos. --Antes de ir a ver al carcamal que esta detras de mi puerta y que hace rato que nos mira, creyendo que no lo vemos, queria daros las gracias por vuestro apoyo, porque el curre que os metisteis para descubrir al Guardian fue bestial y aunque al final la cosa se complicara tanto, lo conseguimos, salvamos a esa gente. Y lo mejor de todo, nos ganamos la confianza de los de arriba para continuar aqui. Ahora sigamos trabajando, luego tengo algunas cositas ya para vosotros. Se dio la vuelta y vio como Rubio se sentaba de nuevo en su despacho. Con paso decidido se dirigio a el, no sin antes guinarle el ojo a sus companeros. A su equipo. A su familia. --Me alegro de verla, Paola. --La miro a los ojos y ella pudo apreciar cierta emocion, aprovecho para sentarse. --La verdad es que no contaba con usted tan pronto, pero bienvenida sea, y antes de nada ?como se encuentra? --Me da un poco vueltas todo, pero despues de pasarme tres dias encerrada en casa, el milagro es que no me volviera loca. --El caso, comisaria, es que hay novedades. Como puede ver, he incluido a Rafa como becario de la unidad y es que, he de decir, que su ayuda con el Guardian fue inestimable. Y en cuanto a Milo, esto se le hacia demasiado grande, ha decidido dejarnos y su lugar lo ocupara la doctora Fraga, si, la misma que fue a atenderla a su casa. Es medico forense, psicologa clinica con un largo historial sobre sus hombros. El resto del personal que trabajaba con Milo seguira con ella. Y esa es la buena noticia, los de arriba creen que hemos hecho un buen trabajo, a pesar de la enorme repercusion mediatica de este asunto. --Rubio, se levanto y comenzo a pasearse nervioso por la sala. --Durante estos tres dias no han cesado las manifestaciones, de una u otra manera, de simpatia hacia el Guardian de las flores, pero para nosotros eso es ya agua pasada, exceptuando a nivel personal para usted, por supuesto. -- ?A donde lo han llevado? --A la espera de juicio, esta en Teixeiro y alli esperamos que continue. --?Puedo verlo? --A su debido tiempo, comisaria, pero si, claro, eso entra ya en terreno personal, no le puedo poner impedimento alguno. --Quiero saber donde esta mi padre. Necesitare hablar con el, con Franganillo, con Morales... --Como sabra, tanto los parrocos como Franganillo y Morales no seran condenados, en ningun caso, pues su delito ha prescrito. Asi es que si, claro que puede hablar con el. Pero dejemonos de pasado y centremonos en el presente, necesito un informe del proceso del Guardian de las flores, minucioso, para entregar a los de arriba, que no se le quede una coma y lo necesito ya. A partir de manana empezamos a ponernos con esos expedientes si es que no hay nada mas urgente. --De acuerdo, jefe, asi se hara. --Comisaria, buen trabajo, con toda la carga emocional que debio usted sentir alli dentro, solo puedo celebrar la entereza demostrada. Supongo que lo sabe, pero se ha ganado la admiracion de muchos. !Enhorabuena! --Paola ya se iba cuando el jefe Rubio, se dio cuenta que le faltaba algo --ah, y, por cierto, he decidido quedarme con el despacho y dejarle a usted el de aqui detras, supongo que no le importara, teniendo en cuenta, el infimo uso que hace usted de el. --Descuide, jefe, yo soy mas de tirarme por cualquier sitio, pero gracias. --Paola, salio con el pecho lleno y una floreciente sonrisa. Volvio a darle la enhorabuena a Rafa y a desearle suerte en esta su nueva casa. Vio como Modesto los miraba desde su puesto, no sabria decir si celoso o solo curioso

  • Guerra y trementina de Stefan Hertmans

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    Poco antes de morir, un abuelo le entrega un par de cuadernos a su nieto. Sus paginas contienen la historia de una vida marcada por las tragedias del siglo XX en Europa, y en cuyo centro se esconde un secreto. Durante anos el nieto, el autor de este libro, guarda esos cuadernos sin leerlos, temeroso de dar el paso que abrira una caja de Pandora de recuerdos familiares. Cuando por fin se decide a hacerlo, se encuentra con anotaciones que hablan de una existencia intensa y dura, vivida con amor y empeno por superar las tragedias: la de su abuelo Urbain.

  • Conexion Inesperada (Victimas de Murphy 4) de Miriam Meza

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    CASUALIDAD. MALA SUERTE.
    Todavia no se a quien culpar.
    Solo se que despues de ese mensaje las cosas no volvieron a ser iguales.
    El era un extrano, y yo me sentia sola.
    Nuestra conexion se volvio adictiva, y me hacia olvidar cosas en las que no deberia pensar.
    Hasta que choque con la realidad,.
    ?O seria con Murphy?

  • El secreto de Blackstone House de S.f. Tale

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    Una historia de amor y secretos en plena campina inglesa.

  • La sombra de Erin (Celtic 1) de Adriana Rubens

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  • Lady Brianna de Jane Mackenna

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    Lady Brianna de Clarence se ve obligada a casarse con Alexander Mackencie, el Laird mas temido de las Tierras Altas.
    Su Rey esta castigando a sus padres por desobedecer sus ordenes, ahora dieciocho anos mas tarde es hora de que paguen el precio.
    Alexander Mackencie odia a los ingleses y por ende a la mujer que se convertira en su esposa por ordenes del Rey, ya que tira por la borda sus suenos de matrimonio y felicidad con Isabella, la unica mujer duena de su corazon desde su adolescencia y su amante.
    Alexander y Brianna deberan luchar contra ellos mismos , pues ninguno estara dispuesto a rendirse y sucumbir ante el deseo.

  • El senor de las munecas y otros cuentos de terror (Contemporanea), Joyce Carol Oates de Joyce Carol Oates

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