Ver todos los libros de: Vega Manhattan
Valeria puso los ojos en blanco cuando leyo lo que decia el papel pegado en la puerta del ascensor: "Fuera de servicio por reparaciones". Hacia casi un ano que vivia en ese edificio, trescientos tres dias para ser mas exactos y ese dichoso cachivache habia funcionado ?cuanto? ?Once dias a lo sumo? Porque ella no era la propietaria de la vivienda, era una simple arrendataria, que si no... Iba a pagar la cuota de la comunidad Rita la cantaora. Por reparaciones decia... ?Reparaciones para que o que? ?Como iba a estropearse algo que nunca funcionaba? Valeria miro la escalera que la conduciria hasta su casa y resoplo. Sesenta y nueve escalones que tendria que subir cargada como una mula. Y con tacones. ?Por que no aprendia? Porque era idiota, asi de simple. Ese dia habia salido temprano del trabajo, Sergio le habia mandado un mensaje mientras ella iba de camino a casa cancelando la cena de esa noche porque tenia guardia. Asi que ya que tendria que pasar la noche del viernes en el sofa, viendo alguna pelicula, se le ocurrio pasarse por el supermercado. Solo para comprar un par de cosillas, algun que otro capricho para ver una comedia romantica en condiciones. Lo que termino convirtiendose en: "Tira de tarjeta porque no tienes tanto efectivo en el monedero. Ni efectivo ni en la cuenta, ya que estamos. Y no, no pienses ahora en que tendras que pagarlo el mes que viene. Mucho menos se te ocurra dejar las cosas ahi y salir corriendo. Por Dios, !que verguenza!" Pero era lo que tenia ser mileurista y estar a final de mes. No tenia una ni para pipas. Y ya podia haberse quedado asi pero no, su enferma y obesa mente habia ganado la batalla con una sencilla pregunta que se habia repetido una y otra vez: "?Que dano te va a hacer un capricho?" Si solo fuera uno... Maldiciendose a si misma, comenzo a subir los escalones. Solo son cuatro pisos, tampoco es para tanto, se dijo. Y ademas, ya deberias estar acostumbrada. Ni tanto... Uno... Dos... Tres... Crac. No se metio la hostia del ano de milagro cuando el tacon del pie derecho se rompio. En ese momento tenia que estar pitandole el oido al dueno del piso, a su mujer y a toda su familia de como lo estaba insultando. Solto todo, se quito los zapatos, los metio en una de las bolsas y continuo escaleras arriba. --Me cago en mi estampa --refunfuno cuando iba por el peldano cuarenta. Se paro a tomar aire y coloco mejor las bolsas que ya le estaban cortando la circulacion de las manos. Con cuidado de que la bandeja con los pasteles no sufriera ningun dano... Y si, es lo que pensais, no habia podido evitar pararse en la pasteleria y seguir quemando tarjeta alli. En fin... Ya quedaba menos. Habia que seguir. --?A quien demonios se lo ocurrio la brillante idea de alquilar un cuarto? --gruno un momento despues, cuando solo le quedaba un piso por subir y sentia que los pulmones le quemaban. Ignoro, como no, el letrero fluorescente que se encendio dentro de su mente y que iluminaba su imagen dando la respuesta a su pregunta porque, evidentemente, solo a ella se le podia haber ocurrido. Pero claro, tenia ascensor, ?como iba a imaginarse que casi nunca funcionaba? Y ya ni hablemos de que la palabra ejercicio no iba con ella. Y no es que fuera vaga, claro que no, ella hacia ejercicio de vez en cuando. Solo que... Cansarse por cansarse lo veia una tonteria. Bastante cansada era ya la vida de por si. --Solo dos mas... --llegaria a su casa, soltaria las bolsas, cogeria uno de los pasteles y se lo comeria tumbada en el sofa-- Uno mas... !Por fin! Con la lengua casi fuera, aligero el paso hasta su destino. Ni el Jorobado de Notre-Dame habia caminado nunca tan encorvado. Llego a la puerta de su vivienda, solto algunas bolsas para poder buscar las llaves en el bolso, pero la puerta se abrio, Valeria se incorporo como pudo y... --!!!Vamos a morir todos!!! No, no os preocupeis, esto es una novela romantica. No iba a morir nadie. Y no seria por falta de ganas. Porque... A tomar por culo los pasteles. Tras el portazo de la loca de la vecina y de gemir cuando vio como la bandeja perfectamente envuelta de la pasteleria caia al suelo, Valeria cerro los ojos con fuerza. Mierda, los pasteles no. Silvia, su companera de piso y quien habia abierto la puerta, echo un rapido vistazo y fruncio el ceno. ?Que habia comprado esa loca? ?Medio supermercado? Eso olia a drama existencial. Quizas sentimental. Pues otro drama mas… Levanto la mirada hasta su amiga, quien apretaba los parpados con fuerza y tenia sus labios convertidos en una fina linea y supo que estaba a punto de explotar cual olla a presion. --Val... --susurro Silvia. Su voz sono calmada y suave, como si le estuviera hablando a un animal salvaje a punto de embestir. Lo que no era una comparacion exagerada para cuando se trataba de Valeria. La mayoria de la gente la definia como una mujer tranquila, con una paciencia infinita, super dulce y educada. Claro que eso era de cara a los demas. Pero quienes la conocian bien, sabian que tras esa mascara de serenidad, la andaluza escondia un genio de los mil demonios y conocia mas tacos que un camionero. Y si, porque seguramente era asi, venia de mal humor por tener que subir a patitas y a eso se le sumaba el grito de la desquiciada anciana que vivia al lado y que habia destrozado, mas directa que indirectamente, su racion de azucar... Valeria no tardaria mucho en echar humo. Y en otro momento a Silvia no le habria importado. Hasta la habria animado a soltarlo todo. Como le decia siempre: mejor fuera que dentro. Pero teniendo en cuenta que no estaba sola y que existia la posibilidad de que ardiera Troya cuando viera quien la acompanaba... Aunque Silvia esperaba poder mantener la situacion bajo control. Porque Valeria era un amor. Otra cosa es que estuviera mas pirada que su vecina, pero que era un encanto, lo era. Menos cuando se encontraba como en ese momento. O con ciertas personas. Silvia suspiro, se agacho, cogio la bandeja del suelo y miro a Valeria. --Val --insistio. Valeria cogio aire lentamente, abrio los ojos, miro a su amiga y le hizo un gesto con el dedo para que no dijese nada. Dio un paso hacia delante, Silvia pestaneo varias veces, se aparto y la dejo pasar. Error, penso al reaccionar y ver hacia donde se dirigia. --Val, espera --Silvia dejo la bandeja encima del aparador de la entrada para intentar parar a su amiga, pero no llego a tiempo. Ella ya habia retirado la cortina y habia abierto la puerta del balcon. Cogio aire y... --!!!Juro que algun dia la matare!!! --grito a todo pulmon. Silvia puso los ojos en blanco y una risita a su izquierda la hizo suspirar. Miro a su hermano, apoyado en el marco de la puerta del pasillo, con los brazos cruzados y observando, divertido, a Valeria. Pues empezamos bien, penso Silvia. Su amiga iba a matarla, estaba segura. O moria, lentamente, a manos de Valeria o, en el "mejor" de los casos, su amistad terminaria para siempre. --Val --volvio a llamarla, esperando a que ya hubiese terminado con el drama y que le hiciera un poco de caso. Estaba deseando terminar ya con todo eso. La muerte, cuanto mas rapido, mejor. --Maldita vieja de los demonios --gruno su amiga--. A ver si se quema en el infierno. Pues no, no ha dejado el drama, aun esta bien metida de lleno en el, penso Silvia. A ver si deja el complejo de Scarlett O'Hara. Valeria respiro varias veces intentando calmarse. Esa mujer la tenia hasta la coronilla. Un dia de estos iba a sufrir un ataque al corazon con los sustos que se llevaba. Y antes de morirse ella, moriria la vieja. Mas de una vez se habia preguntado por que su alquiler era mas bajo que el de los demas vecinos del barrio. La respuesta era simple. Entre el desastre del ascensor y la desquiciada mental que vivia al lado, o pedian un bajo precio por el o el dueno tendria que regalarlo. Si ella lo hubiese sabido a tiempo, no estaria alli. Pero se entero demasiado tarde. Cuando ya se sintio mas relajada o, al menos, con mas control de si misma, se giro mientras levantaba su mano para quitarse el pelo que le cubria parte de la cara y se quedo paralizada cuando se dio cuenta de que no estaban solas. Habia otro par de ojos pendiente a ella. Un par de ojos que ella conocia bastante bien. Joder, ?que hacia el alli? Lentamente, el se incorporo, descruzo los brazos y se quedo mirandola fijamente. --Max --la sorpresa en su voz mientras le daba un rapido repaso al dueno de esos preciosos ojos grises. Senor, si que habia mejorado con los anos. Y nunca hubiera pensado que eso fuera posible, siempre fue perfecto. Al menos para ella. Max tenia algo especial. Un rostro bastante masculino, unas facciones duras que parecian haberse senalado con los anos, aumentando su atractivo. Alto, atletico pero no en demasia, con ese rostro serio que a veces iluminaba con una sonrisa picara y ese pelo castano tan bien peinado. Ese pelo que ella habia sonado mas de una vez con revolver. Claro que nadie sabia eso, solo eran fantasias de nina tonta. ?Verdad? --Valeria --la voz de ese hombre casi la hizo temblar. Si, sin duda era el. Y a lo de las fantasias de cria mejor no iba a contestar. Valeria sintio como su rostro se tenia del color de la grana. Un inmenso calor le subio hasta la cabeza y quiso morirse alli mismo por la verguenza y por la ira que estaba comenzando a crecer en su interior. Al final iba a morir ella antes que la vieja chiflada. Pero no lo haria sin matar antes a su amiga. Con ganas de querer degollarla, miro a Silvia, quien la observaba con las cejas enarcadas, sin, al parecer, sentirse preocupada. Aunque las apariencias suelen enganar. Mas bajita que su hermano y mas rubia, pero con la misma sonrisa burlona que tenia el, le devolvia la mirada sin el menor atisbo de preocupacion. Y deberia de tenerlo. --?Que? ?Apetece un pastel? --pregunto Silvia, con retintin. A Valeria lo unico que le apetecia en ese momento era que la tierra se la tragase. Capitulo 2 Hacia como una hora que Max habia llegado a casa de su hermana. Se sentia extrano alli, pero se adaptaria, solo necesitaba un poco de tiempo. Y ganas. Pero eso no le faltaba. Tenia. Y muchas. Le habia costado un poco, sobre todo porque siempre habia sido muy independiente. Pero habia terminado aceptando la ayuda de Silvia. Al menos por un tiempo. Como le habia repetido su hermana hasta la saciedad, era el momento de comenzar de cero. Y que mejor manera de hacerlo que dejando toda su vida atras o, mejor dicho, lo poco que quedaba de ella y luchar por tener una nueva oportunidad. Para ello tenia que marcharse lejos de todo y de todos. Y por eso estaba alli, en el piso que su hermana compartia, mirando, divertido, como Valeria estallaba. Habia cruzado el salon como si de una exhalacion se tratase, Max apenas habia podido pestanear. ?Y que hacia descalza? A saber... Apoyado en el marco de la puerta del pasillo que conducia a las habitaciones del pequeno y antiguo piso donde se encontraba, se cruzo de brazos y espero, intentando no soltar una carcajada, a que la amiga de su hermana terminase con el drama. A saber la de calamidades que habria sufrido durante el dia para llegar a eso... Y si, era ironia. Porque el la conocia bien. Sabia como era. ?Como no hacerlo con la cantidad de horas que habia pasado en su casa desde que era pequena? El se habia encargado, ademas y en mas de una ocasion, de provocar ese caracter. Senal de que la conocia bastante bien. Hacia anos que Max no tenia contacto con Valeria y aunque sabia, por fotos que habia visto, que habia cambiado mucho fisicamente, parecia, mirandola desde atras, que el cambio habia sido mayor de lo que las imagenes mostraban. Cuando se diese la vuelta y pudiese dejar de mirarle el trasero, lo confirmaria. ?Y que demonios hacia el mirandole el trasero? Ni el lo sabia. Como tampoco entendia a que se debia esa repentina excitacion que el estaba sintiendo. Pero es que ella no parecia la misma. Y ese impresionante culo tampoco parecia el suyo. ?O es que siempre lo habia tenido asi y el no se habia dado cuenta? Pues habia perdido el tiempo, porque vayas nalgas mas perfectas. Max resoplo mentalmente por sus pensamientos. Joder, que era la amiga de su hermana. Era casi como una hermana porculera para el. Porque molestar, lo habian molestado siempre las dos. El no podia verla de otra manera que esa. No, no podia ser, no estaba tan desesperado como para llegar a eso, ?verdad? Que va, solo era la sorpresa de verla tan... Tan... Dejalo, se regano a si mismo. Despues de removerse un poco, incomodo por el rumbo que habian tomado sus pensamientos, se obligo a mantener la misma postura relajada. --Val --insistio su hermana. --Maldita vieja de los demonios --fue la respuesta de esta, Max enarco las cejas, divertido--. A ver si se quema en el infierno --en ese momento el solo queria reir. Ella y su caracter. Unos segundos despues, sacandolo de sus elucubraciones mentales, Valeria comenzo a darse la vuelta y el no pudo evitar que sus ojos volaran desde su culo hasta sus pechos. Joder... Graso error. El aire se le atasco en los pulmones. Madre de Dios. ?Realmente era Valeria? Enfadado consigo mismo, ignoro a su mente y puso todo su empeno en mantener su postura distendida y en que su rostro no mostrase la sorpresa que se habia llevado. Porque se la habia llevado. Esa no parecia la misma chica que el conocia. Claro que el nunca la habia visto como una mujer en si. Era... La amiga de su hermana. Y lo sigue siendo, dijo una voz en su mente. Pero no es lo mismo, penso. Y por Dios que no lo era. Lentamente, sin prisa, Max levanto la mirada hasta que sus ojos se posaron en el rostro de esa mujer. Ella retiraba el pelo que le tapaba parte de la cara en un gesto controlado. Max no pudo evitar que una sonrisa torcida se formara en sus labios cuando Valeria dejo sus facciones al descubierto. Si, era ella. Y estaba preciosa. Siempre lo habia sido, eso no podia negarlo. Porque tonto no era, hasta eso habia llegado. Una cosa es que nunca la hubiera mirado como a una mujer y otra que no supiese reconocer una cara bonita. Y Valeria siempre habia sido guapa. Pero esa vez habia algo mas en ella y Max no podria explicar que era. No era solo que su cuerpo... No. Esa morena de abundante y rizada cabellera tenia algo especial. ?Tal vez sus espectaculares labios? ?Esa pequena y delicada nariz, tan perfilada y perfecta? ?Ese cuerpo del pecado? Joder, no sigas por ahi, gimio mentalmente. Era mejor no pensar en ello o iba a vivir un momento bastante incomodo, ya estaba comenzando a apretarle el pantalon por la zona de la entrepierna. Fue entonces cuando ella parecio notar su presencia y lo miro. Max se encontro con ese par de ojos que, por primera vez en su vida, casi lo dejan sin aliento. Y no tenia ni idea de por que. Conocia a esa chica y por mucho que hubiese cambiado, no era normal la reaccion que estaba teniendo su cuerpo. La culpa la tenian esos ojos, seguro. Habia algo en ellos, un brillo especial. Perturbado, Max cambio de postura, separandose del marco de la puerta y descruzando sus brazos. Le mantuvo la mirada mientras ella le daba un buen repaso. Porque habia hecho eso, ?verdad? Oh, si. Sutilmente pero lo hizo, lo cual no sabia por que, pero le hacia sentirse muy satisfecho consigo mismo cuando vio como sus mejillas se tenian de rojo. Eso significaba que habia aprobado el examen. Y que estaba mas pirado que la vecina tambien. --Max --joder, no, gimio el mentalmente, una voz sexy no. Esa no era su voz. Ella... Mierda, no recordaba su voz, pero ella nunca habia dicho su nombre de esa manera. Debia estar alucinando y todo era culpa de su mente calenturienta, seguro. Todo era por el viaje, estaba agotado y no pensaba con claridad. Si, tenia que ser eso porque no era normal que hasta su voz lo hiciese pensar en lo que no debia. --Valeria --respondio el, dando gracias a Dios porque la suya sonase controlada. Porque ver el rubor en sus mejillas no estaba ayudando demasiado a parar su enfermiza mente. Para, Max, recuerda por que estas aqui. Como si en ese momento eso fuera a aliviarle la calentura que tenia... Pues deberia, se recrimino. Como si fuera tan facil... Los enormes ojos negros de Valeria volaron rapidamente hasta Silvia y la miraron, enfadada. Mierda, penso Max, lo que faltaba. Eso solo puede significar que... Max iba a matar a su hermana. Mira que se lo habia imaginado, pero prefirio pensar que no iba a ser tan tonta como para callarselo. Pues al parecer su hermana era mas tonta de lo que podia llegar a imaginar. Lentamente, el hizo lo mismo que Valeria y desvio su mirada hasta Silvia, a quien parecia darle igual ocho que ochenta. --?Que? ?Apetece un pastel? Max no tenia ni idea de a que venia eso, pero suponia que tampoco importaba demasiado. --?Y bien? --continuo Silvia al ver que nadie decia nada y nerviosa por sentirse el centro de atencion en ese momento, claro que no lo demostraria-- ?Un pastel? Pesadita con el pastel, penso Max, poniendo los ojos en blanco. --?Un pastel? --la pregunta de Valeria fue hecha con tanta suavidad que Max sabia que era la calma que precedia a la tormenta. --Si, azucar rica --confirmo Silvia. --?Te refieres a uno de esos deliciosos dulces que con tanto carino he elegido? --Claro que si --Silvia afirmo con la cabeza. --?Uno de esos que se han destrozado cuando se han caido al suelo por culpa de esa vieja demente que, un dia no muy lejano, Dios mediante, le hara compania a San Pedro? --pregunto relajadamente, haciendo reir a Max cuando lo entendio todo. El habia escuchado, como lo habria hecho todo el barrio, el alarido de la vecina no mucho despues de que Silvia fuese a abrir la puerta al escuchar como Valeria llegaba. Su hermana le habia contado que su vecina estaba un poco mal de la cabeza y algunas anecdotas para que estuviera al tanto. Lo que no le habia contado, siendo lo unico que importaba, es que la tercera persona implicada en todo aquello aun no tenia ni idea de por que estaba el alli. Juro por Dios que la matare, penso, imitando a Valeria. Porque a el no le apetecia vivir, en primera persona, el incomodo momento en el que su hermana se lo contase. Valeria podia decir que no y mandarlo lejos o, lo que creia que era aun peor, podia decir que si por puro compromiso, teniendo en cuenta que siempre se habian llevado un poco... Max no diria que mal, pero tampoco bien del todo. Porque Valeria tenia genio y a el le gustaba chincharla de vez en cuando. Le divertia y ella no se lo tomaba demasiado bien. Aparte de eso, tampoco hubo mayores problemas. Hasta ese momento, porque la ereccion que esa mujer estaba provocando en el si era un problema. Y de los gordos. Por todo eso, Silvia tenia que haberlo hablado con ella antes de ofrecerle su ayuda. --Precisamente esos, si --Silvia afirmo repetidamente con la cabeza, refiriendose a los pasteles de los que Valeria hablaba. --Claro que si --Valeria comenzo a mover la cabeza a la misma vez que su amiga-- No importan que esten destrozados. --Si --seguia afirmando Silvia--. Digo no --nego rapidamente con la cabeza--. !Claro que no! --exclamo, porque ?que iba a decir? Ya la estaba mareando y eso no deberia pasar, solia ser ella quien sacaba a Valeria de sus casillas. Pero claro, habia que tener en cuenta que era ella la que debia un par de explicaciones. Max miraba el intercambio de las dos y no puedo evitar sonreir. Nunca cambiarian... --Pero estan destrozados --repitio Valeria, poniendo cara de pena. Entonces el movimiento exagerado de negacion de Silvia paro. Fruncio el ceno y se mordio el labio inferior. --Bueno, a lo mejor podemos salvar alguno. --?Por que deberiamos de hacerlo? --?Porque te apetecen? --Tambien me apetece el helado de vainilla con nueces de pecan que compre y se convertira en batido a este paso --Silvia abrio los ojos de par en par y Max solto una risita, sabia que era el helado favorito de su hermana --. Como me apeteceria saber que hace el aqui. Como siempre, directa al grano, penso Max. Y aunque la pregunta habia sonado brusca, el no pudo evitar sonreir de nuevo. La conocia un poco, lo suficiente para no tomarselo a mal. --?Vainilla con nueces de pecan? --Silvia se habia quedado en eso. --Lo probaremos si la vecina no nos ha robado antes la compra. --Oh, !eso no! Mi helado no, porque !mato a la vieja! --grito Silvia mientras corria hacia la puerta para meter las bolsas de la compra en casa. Max solto entonces una carcajada cuando noto el ambiente mas relajado. Valeria sonrio y miro a Max. El no pudo evitar devolverle la sonrisa, le habia gustado ese gesto casi mas que chincharla. ?Desde cuando no le sonreia asi? Es mas, ?lo habia hecho alguna vez? El ya ni lo recordaba, pero no le importaria que lo hiciera cada dia. --?Que haces aqui? ?Vacaciones? Max medito su respuesta unos momentos. --Podria definirse asi --con una sonrisa burlona, se acerco a ella. --!?Me vais a ayudar o que? Valeria resoplo y refunfuno algo como "Te ayudare a que tambien tu vayas a saludar a San Pedro" o algo asi entendio Max y rio mientras la veia desaparecer. Se quedo mirando su trasero de nuevo. Madre mia... Se maldijo a si mismo y fue tras ella para ayudarlas. Ya tenia bastantes problemas en la vida como para anadirle uno mas. Asi que tenia que mantenerse bien alejado de Valeria, por su salud mental y esperaba que su reaccion fisica solo fuese producto de la sorpresa o iba a terminar completamente jodido. --?Y bien? --Valeria dejo la bolsa que habia cogido encima de la encimar-- ?Me va a explicar alguien que esta pasando? --Claro --respondio Silvia y se quedo callada. Y es que Silvia no tenia ninguna prisa por contarle a su amiga que era, exactamente, lo que estaba haciendo Max en su casa. La prueba de ello es que habia tenido un par de semanas para decirselo, antes de que el llegara y no lo habia hecho. ?Para que?
General
Para leer y descargar el libro "Todo Por Sentir " puedes hacerlo gratis aquí.
todo por sentir vega manhattan