• libro olvidame si puedes pdf - Norah Carter

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    Ay, Senor, otra vez no... Era la frase de siempre, lo primero que decia cuando llegaba a mi lugar de trabajo. Todos los lunes me despertaba diciendome: "Victoria, una sonrisa, comienza una nueva semana y esta vez no habra problemas". Y lo hacia, de verdad. Me despertaba temprano, tomaba una ducha y salia de mi habitacion preparada. Con mi habitual ropa de trabajo, leggins negros, camisa negra, tacones negros... Si, trabajar horas de pie, en una pasteleria de lujo, no impedian que yo llevase a cabo mi lema "Antes muerta que sencilla". A lo que iba, que me pierdo.... Me recogia mi larguisima melena rizada y morena en un mono y me maquillaba sutilmente, lo suficiente para resaltar mis ojos grises. No me gustaba mucho el maquillaje y tampoco es que lo necesitara, habia heredado un buen cutis. Cuando entraba en la cocina, mi padre, quien aun no habia entendido que yo ya estaba cerca de rozar la treintena, me tenia preparado mi desayuno: cafe, zumo de naranja, tostadas y una fruta. Podia con todo, menos con la fruta. Nunca me habia gustado, la repudiaba, y tampoco hacia el esfuerzo por comerla. Buenos dias, carino, ?como has dormido? -pregunto mi calvo favorito. Asi lo llamaba yo, carinosamente. Me acerque a el e hice lo mismo que hacia desde que era pequena, le di un beso en la calva. Es lunes -dije como respuesta a todo. Vamos, este lunes sera diferente -era su intento de animarme, como cada dia. Si, lo se -me menti a mi misma, porque sabia que no seria asi. Aunque intentara enganarme, ese lunes seria un problema, como todos. Problema que se solucionaria el miercoles, el viernes me iria a casa pensando que el proximo lunes todo estaria bien, para que ese dia llegara y me diera en las narices con que todo se jodio de nuevo-. Papa, no me voy a comer el platano. No me gusta. Es mas, odio el platano -puse cara de asco y lo eche a un lado. Odias toda la fruta. Pero tienes que comerla, te guste o no. Mmm... – dije ignorandolo- ?Y mama? Es lunes... Si, ya se que es lunes. ?Pero donde...? Oh, espera, ?en el medico? -resople. Como cada lunes -suspiro el. Se sento frente a mi con su cafe y desayunamos en silencio. Tenia 28 anos y vivia con mis padres por eleccion. Tenia un trabajo estable, un buen sueldo, pero no me gustaba estar sola. Ademas, ellos ya eran mayores y preferia hacerles compania. Eso y porque, para que nos vamos a enganar, yo era un desastre en la cocina. Podia ser la mejor pastelera del mundo, pero a la hora de comer... No sabia hacer ni un huevo frito. Como decia, vivia con mis padres. Ya estaban los dos prejubilados. Eran una de esas parejas que tardaron anos en poder tener hijos, cosas de la genetica, y cuando llegue, me quede sola, y ya ellos habian pasado la treintena, asi que no hubo hermano posible. Mejor para mi, me gustaba mucho la tranquilidad como para soportar a un hermano pequeno. Aunque a veces deseaba haberlo tenido, alguien de mi edad para poder contarle mis cosas. Asi que cuando lo necesitaba, llamaba a la loca de mi mejor amiga, Alberto, y con ella que me desahogaba. No, no me he equivocado. He dicho Alberto y amiga, es que tiene mucha pluma ella. Y yo siempre me he llevado mejor con el genero masculino, para amistad, porque en temas relaciones... Vicky, el zumo. La voz de mi padre me saco de mi ensonacion. Levante la mirada, observando sus cansados ojos grises, con esas cejas blancas, con esa mirada tan parecida a la mia. Papa, odio la fruta -dije como una nina pequena. O te lo tomas sola, o te lo doy yo. Resople y empece a beberlo. Poco a poco, no tenia ganas de echar todo afuera. Mi madre... Por ahi iba. Era la mejor madre del mundo, la mejor cocinera, la mejor en todo. Pero lo mas hipocondriaco del mundo.

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  • Olvídame, si puedes | Norahcarter - Bubok

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    3 jul 2018 — Preocupada porque su amigo de la infancia esté bien, ambos comienzan [...] Ver libro. Comprar eBook en PDF por $ 78.20(MXN) ...

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  • Eres mi condena (Trilogia Sin mentiras 1), Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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  • Y tenia que ser mi jefe 1 de Norah Carter

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    --Buenos dias -- empezo Peter, mirando a todos al frente --. Todos sabeis quien es. Para quien no lo sepa, su nombre es Alexia. No creo que tenga que dar muchas explicaciones sobre mi vida personal. Todos sabeis, ademas, que nunca lo hago. Hoy hare una excepcion puesto que atane a la empresa al completo. Alexia y yo hemos decidido volver. Nuestra vida privada no le interesa a nadie, repito, pero ella ha solicitado formar parte de la empresa y he creido necesario, para evitar rumores, que mis empleados sepan que, a partir de ahora, mi esposa sera mi mano derecha en la direccion de este departamento. Tras llegar a un acuerdo entre ambos, Alexia comenzara hoy mismo a desempenar su trabajo. Espero el respeto que se merece con su cargo y que todos cooperemos. En ese momento me miro a mi y yo baje la vista para que no viera las lagrimas en mis ojos. Coloque las manos debajo de la mesa, pues no dejaban de temblarme. Me sentia completamente sola y abandonada. -- Eso es todo, que tengais un buen dia. Peter se levanto, espero a su mujer y salieron de la sala. Mis companeros los siguieron y yo me quede alli, sentada, sin poder reaccionar. No me habia gustado nada su forma de mirarme y aquel tono de ceremonia que habia empleado para presentar a la que seria su nueva colaboradora. Alexia... Su mujer... Si, su mujer ahora se convertia en alguien que me vigilaria, que observaria de cerca cada uno de mis movimientos, que me impediria mantener un trato directo con quien creia que habia sido el hombre de mis suenos. ?Por que, demonios, se comportaba asi aquel hombre? ?Por que habia hecho tal cosa? Me sentia enganada. Peter se habia burlado de mi. Se habia aprovechado de mi completamente. Lo peor de todo no es que pensara en que se habia aprovechado de mi cuerpo, de mi manera de entregarme a el. No. No era eso. Lo peor es que me habia enganado con la intencion de herirme profundamente. Me habia hecho creer en unos sentimientos de afecto hacia el que de repente se volatilizaron. --Vamos, Davinia, ya se fueron todos -- dijo Manuel al ver que era incapaz de reaccionar y levantarme. --Ve, ahora voy yo -- respondi sin poder alzar la vista del suelo y con un dolor en el corazon lleno de rabia y decepcion. --Esta bien, pero si me necesitas, solo tienes que avisarme-- respondio sabiendo que algo habia sucedido entre el senor Evans y yo. Me quede un rato sentada en aquella silla hasta que vino la secretaria y me dijo que tenia que abandonar aquella sala. Aquella reunion habia sido una derrota para mi. Me arrastre hasta mi despacho y alli me encontre a mis companeros. Parece que Manuel ya les habia dicho algo a Desiree y a Natalia, pues se mostraron enseguida muy preocupadas cuando entre por la puerta. --?Que ha pasado, Davinia? -- pregunto Naty. --Nada. No me encuentro bien. Nada bien -- dije yo con un tono lastimoso. --No me lo creo. ?Te has visto en el espejo? Parece que vienes de un entierro -- anadio Desiree. --Dejadla tranquila, chicas. No os metais donde nadie os llama -- intervino Manuel intentando evitar que me hundiera alli mismo. --Solamente queremos ayudarte, Davinia. Nos preocupa verte asi. ?Ha habido algo entre vosotros, verdad? -- pregunto Natalia de buena fe, con intencion de que yo me desahogara y explicara todo. --No se por donde empezar -- dije yo acongojada. --Lo importante ahora es que te tranquilices y, si quieres contarnos algo, te escucharemos -- anadio Desiree con voz dulce. --No tengo ganas de hablar, pero la vida a veces es una putada. No se si voy a poder con esta carga -- dije yo titubeando, pues las lagrimas y unas ganas terribles de llorar me impedian expresar con claridad lo que sentia en aquellos momentos. --Entiendo lo que dices, Davinia. No se lo que ha pasado entre el Sr. Evans y tu. Pero mi olfato me dice que la llegada de Alexia te ha dejado K.O., ? me equivoco? -- dijo Natalia acercandose a mi para darme un abrazo. Desiree hizo lo mismo a continuacion y las tres hicimos un breve circulo. Me decian todo tipo de cosas carinosas y yo lloraba con mas fuerza. Necesitaba sacar el dolor que tenia dentro, pero aquel no era el momento. Me acariciaban las mejillas, me secaban las lagrimas y al final, por iniciativa de Natalia, las tres nos fundimos en un abrazo. Manuel seguia delante del ordenador, pero pude observar que sus ojos estaban vidriosos. Se que a mis companeros sinceramente no les gustaba verme en aquel estado. --Todo se solucionara, ?me oyes? -- dijo Desiree. --Nosotras siempre tratamos de facilitar las cosas y, si necesitas estar mas relajada estos proximos dias, Manuel y yo nos haremos cargo de tus informes -- apunto Natalia con una sonrisa amable en el rostro. --Gracias, chicas, os lo agradezco. Pero ahora lo que necesito es volcarme en el trabajo -- dije yo con el corazon encogido. --Respetamos que no nos quieras contar nada -- dijo Desiree con un tono serio. --No puedo ni debo. Siento decirlo. Pero estoy muy confundida y lo que necesito ahora mismo es respirar hondo, relajarme y reflexionar -- dije yo mucho mas calmada. --Pobre ... -- solto Natalia. --Si, sera mejor que volvamos al trabajo. Ya sabes, Davinia, no trates de hacerte la valiente. Si necesitas marcharte, nosotras nos encargamos de todo. Manuel, ademas, es un maquina con la redaccion de informes -- dijo Desiree esbozando una leve sonrisa de complicidad. --Hazle caso a las chicas, Davinia. Podemos hacer tu trabajo hoy y manana vuelves con energias renovadas -- propuso Manuel con aire paternal. --Os lo agradezco, pero soy una profesional. Y el trabajo es el trabajo. No voy a poner en riesgo mi puesto por memeces --anadi yo con un aire resuelto, con menos ansiedad. Se hizo un silencio y todos nos pusimos a trabajar. Pese a ir a un buen ritmo, con la jubilacion de la anterior companera y mi ausencia durante el viaje a Tailandia, algunos presupuestos, cartas e informes se habian retrasado. En mi interior, estaba dolida. Sentia que habia sido humillada en publico, aunque bien es cierto que ni siquiera mis companeros sabian que habia sucedido realmente entre Peter y yo. Se lo podian imaginar como se lo imaginaba aquella secretaria con cara de perro que me pidio que abandonara la sala. Tuvo que ver en mi rostro los sintomas del desamor. Se que, por las oficinas, circulaban toda clase de rumores. En El Heraldo tambien sucedia lo mismo. Alli a veces era mas dificil sobrellevar un problema, pues todos trabajabamos en la misma planta y no habia division por departamentos, ni tabiques, ni pasillos, ni nada por el estilo como aqui, en el Diario Sol. Agradeci que esto me hubiera sucedido en este trabajo porque mis companeros eran pocos y se llevaban muy bien. Lo que encontre en ellos, ademas de una gran profesionalidad, fue cercania y una preocupacion hacia mi que no habria encontrado en El Heraldo, donde alli cada uno iba a lo suyo y a joder al companero cuando era posible. A los veinte minutos de ponernos con las nuevas campanas, Natalia no se resistio a hablar en voz alta. --No me puedo creer que esa tia vaya a mandar sobre nosotros. --?De quien hablas? -- pregunto Manuel. --Hijo, parece que seas tonto a veces y perdona que te lo diga -- contesto Natalia enfadada. --Se refiere a Alexia, a la mujer del jefe -- dijo Desiree. --A mi no me sorprende -- dijo Manuel. --?Por que no te sorprende? Vamos a ver, listillo. Dame una explicacion -- dijo Naty con cara de pocos amigos. --No tengo una respuesta. Pero en otras empresas en las que trabaje, antes de llegar aqui, se movian muchos intereses. Muchos. Elegian y cesaban directivos a decenas. Y aqui sucedera algo parecido --dijo Manuel con voz segura mirando a Naty. --Eso no es una respuesta, Manuel. Eso no es una respuesta -- repitio Natalia sin desprenderse de su tono de enfado. --Tiene que haber una razon poderosa para que ella vuelva a la empresa -- dijo Desiree, creando una atmosfera de intriga. --No preguntas nada, Davinia -- dijo Manuel sonriendo. --No. Prefiero no saber nada. Os lo agradezco. Pero creo que debemos acabar con estas campanas cuanto antes -- repuse yo como la buena chica que era. --Tienes razon, Desiree. Debe haber algun motivo mas que importante para que, despues de lo que paso, el Sr. Evans permita que ella regrese -- dijo Natalia con seriedad, arrugando las cejas. --Si, en efecto. No me gusta el rumbo que van a tomar las cosas. Y te lo digo en serio -- dijo Desiree. --?Que paso? -- interrumpi intrigada, deseosa de tener la maxima informacion posible. --Acabaramos. Ahora despierta nuestra querida Davinia. ?Quieres saber lo que paso? -- dijo Natalia con sorna. --No te pongas borde. La chica lo esta pasando mal -- intervino Manuel. --Lo que no entendemos, Davinia, es el motivo de que esa mujer haya vuelto a la empresa y a la vida del Sr. Evans. Porque esa mujer le puso los cuernos a tu jefe, a nuestro jefe. Aunque parezca mentira, Alexia se permitio el lujo de serle infiel a ese tio bueno, sacado de un anuncio de Hugo Boss --explico Desiree. --Me dejais sin palabras --comente yo. --Los rumores incendiaron todos los despachos y departamentos --anadio Naty con un aire peliculero. --Pero, ?que sucedio en realidad? -- pregunte con intencion de buscar respuestas que me permitieran entender el extrano comportamiento de Peter. --Nunca supimos nada. Se dijo de todo -- intervino Manuel.

  • Un juego muy peligroso 3 de Norah Carter, Monika Hoff, Patrick Norton

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    No, no me lo podia creer. Sola en esa celda, con esa chica que, gracias a Dios, se la llevaron rapido. Mi cabeza iba a reventar. Ahora tenia que esperar ahi a pasar a disposicion del juez. La noche era un calvario. Por un lado, odiaba a Ethan con todas mis fuerzas. Por otro, pensaba que era un sueno. Esa cama fria me daba asco, era incapaz de acostarme sobre ella. Pase toda la noche en el suelo sentada, lloraba sin consuelo, no se me quitaba de la mente la imagen de mi padre derrumbado. Era un dolor muy grande. Por la manana, escuche que venian hacia la celda. De repente, aparecio Bruno y me derrumbe. Era incapaz de recriminar nada. Solo queria respuestas. --Bruno ?Tu eres comisario de verdad? -- dije mientras el abria la celda con un policia nacional y yo me agarraba a los barrotes desesperada esperando respuesta. --Soy el jefe de Narcoticos, del departamento antidroga -- dijo mientras terminaba de abrir la puerta y me cogia para abrazarme. -- ?Que esta pasando Bruno? ?Por que me dijo que era juez? ?Por que lo acusan de narco? -- pregunte desesperada agarrando su camisa. --Escuchame, Maika. Vamos ante el juez. Tengo en mi poder el contrato que firmaste con Ethan para estar un ano trabajando con el. Tambien me dio tu amigo Marcelo todos los papeles de tu vida laboral. Avise a tu abogado y me he reunido con el. Quiero sacarte de esto hoy mismo. Vamos para el juzgado y di toda tu verdad, que te enamoraste de el y lo que te conto. Hazme caso, no digas nada que no sea eso. --Entonces... ?Es verdad lo que el me conto y que ahora lo estan metiendo en otro lio? --No, no es verdad lo que te conto, pero tampoco es un narcotraficante exactamente. Es muy dificil de explicar. Prefiero que lo haga el, ahora vamos primero a intentar sacarte de esto. --No entiendo nada -- dije siguiendolo mientras el pedia al policia que no me esposara. --No te lo digo mas, centrate en ti, deja que te saquemos de esta y ya hablaremos. Entenderas muchas cosas. --Bruno, lo odio -- dije metiendome en el coche. --Lo se, pero yo lo quiero como un hermano. Confio en el mas que en nadie en este mundo y creeme... lo apoyo. --Y a ti ?Por que no te han detenido? --Contra mi no tienen nada. Estoy ayudando en la investigacion. --Sigo sin entender nada. --Bueno, prometo que, si sales libre por esa puerta, quedo contigo y te cuento todo, luego tu decides si ver a Ethan o no. --No lo quiero ver, esto no se lo perdono y si no salgo del juzgado, dile de mi parte, que ojala se muera -- mis palabras estaban llenas de rabia cuando solte aquello por mi boca. Bruno ya no dijo nada. Callamos durante el resto del trayecto hacia los juzgados. El coche se detuvo despues de media hora y unos agentes que me iban a escoltar abrieron la puerta del coche para que bajara. Bruno no me acompano. Lo mire desde afuera y su rostro transmitia confianza. Pero yo me estaba sintiendo como si fuese una asesina, como si fuese una delincuente muy peligrosa a la que llevan anos persiguiendo. Y yo no era mas que una estudiante fracasada, una dependienta de una tienda de ropa, de esas tiendas que hay a miles en cualquier lugar del mundo. Ahora estaba alli, en un juzgado. Seria condenada por una serie de delitos que yo ni siquiera conocia. Quiza me habian involucrado en una serie de acciones criminales de las que yo no era consciente. Joder, yo no hice nada malo. Yo no apunte con un arma a nadie. Ni amenace, ni chantajee. Solamente me enamore de un tipo que me dijo que era juez. De un hombre que quiso ser amable y generoso conmigo. Cierto es que su personalidad a veces era cambiante y existia la sospecha de que me ocultaba algo. Pero, ?narcotraficante? No daba credito. !Que cojones estaba pasando con ese hombre y que demonios estaba pasando conmigo! Senti la humillacion. Obedecia y arrastraba los pies como una automata. No sabia que iba a ser de mi vida. Pero se me paraba el corazon con solo pensar que podia acabar en una celda, teniendo como companera a una asesina o a cualquier mujer violenta. Temblaba con el hecho de que podia pasar el resto de mi juventud entre rejas. No. No podia ser verdad.

  • !Y tenia que ser mi entrenador!, Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • Y tenia que ser mi jefe 3 de Norah Carter

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    Es una obra de ficcion, los nombres, personajes, y sucesos descritos son productos de la imaginacion del autor. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. No esta permitida la reproduccion total o parcial de este libro, sin el permiso del autor Capitulo 1 No llore. No llore por el mensaje que Oscar habia escrito en la carta, ese mensaje donde me decia con tristeza profunda que fuese feliz. Llore de rabia, de impotencia, al saber que el culpable de esa ruptura estaba tan solo a unos metros de mi despacho. Por culpa de Peter, habia perdido a un hombre fantastico. Porque mis companeros lo sabian tambien, sabian que aquel hombre me convenia, que debia apostar por Oscar. ?Como pude ser tan idiota? ?Como pude dejarme enganar de esa manera? Alli estaban esas rosas negras sobre mi mesa, un despojo de muerte, un adios funebre y triste. --!Dios Santo! !Es terrible, Davinia! Lo siento -- lamento Desiree cruzando las manos sobre su pecho, completamente compungida como si de un momento a otro le fuese a dar un ataque al corazon. --Por favor, volved a vuestro sitio. Dejad a la chica en paz. Davinia, te lo pido. Vete a casa. Hazlo por nosotros -- me ordeno Manuel con un tono amargo al mismo tiempo que sincero. --No puedo creerme nada de lo que te esta pasando. No entiendo nada -- dijo Natalia con los ojos llenos de lagrimas. --Hazle caso a Manuel, Davinia. Deberias marcharte. Nosotros nos encargaremos de las flores --anadio Desiree con un hilo de voz. --Os hare caso. Siento verguenza de mi misma. No se que decir. Me dan ganas de pegarle fuego a este maldito sitio -- dije con rabia, apretando fuertemente los punos e intentando no llorar. --!Vete, por favor! -- exclamo Manuel con una firmeza inusual. --Vale, te hare caso. Te respeto mucho y seguramente tienes toda la razon. Aqui no hago nada. --Sera lo mejor para ti y para todos -- dijo Desiree dandome un abrazo fuerte. Natalia se sento en su mesa y comenzo a trabajar. Manuel se puso a ordenar unos informes que yo le habia dejado hace unos dias para que archivara y Desiree se dispuso a recoger el ramo de rosas negras para arrojarlo a la papelera. Se hizo un silencio sepulcral en el interior del despacho y yo era una mujer invisible. No temblaba sin embargo. Mis lagrimas arrasaban mi rostro porque no podia contener el odio que me producia la actitud de Peter y de Alexia. Segun avanzaba por el pasillo, mi enfado iba en aumento. Imaginaba a Oscar, roto, infeliz, escribiendo esa nota llena de dolor, sabiendo que lo habia traicionado, que habia jugado con sus sentimientos. Parecia muy enamorado de mi y, como decia Manuel y las chicas, ?que podia pedirle mas a la vida?, ?que podia pedirle mas a un hombre como Oscar? No lo pense y ahora no me arrepiento de haber hecho tal cosa. Sin que mis companeros se dieran cuenta, no sali en direccion a la calle, no me dirigi al ascensor para descender a ese infierno que seria regresar a casa y encontrarme nuevamente sola, delante del televisor, delante del espejo, frente al reflejo de mi misma. Le eche un par de ovarios y me fui a buscar a Peter y a su queridisima esposa, Alexia. En aquel momento no me reconocia. Mi caracter no habia sido tan impulsivo. Pero mi motivacion era justa. Habia perdido a Oscar y, poco antes, Peter habia intentado meterle mano a su esposa delante de mis narices. ?Con que intencion? Estaba clara la intencion: darme celos, hacerme sentir como un ser rastrero e insignificante. Un hombre no debe humillar a una mujer y lo peor es que Alexia estaba alli, intentando frenarlo, pero sin convencimiento, permitiendole que jugara con ella y que ella a su vez me mirara a mi con descaro. Era una mujer diabolica aquella Alexia. Miento. Los dos eran dos seres diabolicos, poseidos por la misma fuerza maligna. No tarde en llegar a su despacho.

  • Siempre te he amado de Monica Hoff , Norah Carter

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    ?Quien diria que un “simple” viaje puede cambiar tu vida por completo?
    Cuando Carlota y Fran llegan, junto a sus amigos, al Caribe, no podran ocultar por mas tiempo lo que sienten el uno por el otro. El secreto que han guardado por anos, saldra a la luz.
    Pero no todo sera tan facil y, a veces parece ser que, por mas que ames a alguien, esa persona no esta destinada a permanecer en tu vida. ?Lo estaran ellos dos?

  • Mas que una condena de Norah Carter

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    En ese momento sono un mensaje a mi movil, era de Andrea, me quede muerta al leerlo. "Estes donde estes y con quien estes, vente urgente a mi casa, no escuches a Eros, se toda la verdad, no te fies de el, te esta preparando una trampa". Me entro un escalofrio de repente. Mis manos comenzaron a sudar. Mis piernas temblaban. Estaba sufriendo un ataque de ansiedad. Tenia que pararlo asi que respire profundamente y me olvide por unos instantes de lo que me habia escrito Andrea. Eros se tuvo que dar cuenta enseguida de que algo me habia pasado y asi fue, pues comenzo a preguntarme. Yo no queria contestarle. Yo no queria darle ningun tipo de explicaciones. Aquel mensaje que me habia enviado Andrea me ponia en una situacion muy dificil. Tenia que salir de alli. Mi amiga era una persona en la que yo podia confiar. Aquel mensaje no era una casualidad. Si me lo habia enviado, es que habia una razon profunda para que yo me alejara de Eros cuanto antes. El muy cabron iba a tenderme una trampa. -?Sucede algo, Ainara? - me pregunto abriendo los ojos con sorpresa. -No, nada. Estoy muy emocionada con tu historia. Date cuenta que es mucha informacion. No me ha dado tiempo a asimilarla, Eros. Me he quedado de piedra - dije yo fingiendo. Tenia que demostrarle que era una actriz estupenda. Solo me quedaba mentirle un rato mas sin que supiera que yo habia recibido un mensaje que citaba su nombre. Solo me quedaba mentirle un rato mas para encontrar la manera de salir de alli. La confusion, los nervios y la ansiedad me estaban jugando una mala pasada. Si no controlaba mis nervios, iba a tener una crisis de panico y entonces estaria perdida. Pero no sucedio asi. Me concentre en hacer mi papel todo lo mejor posible. Era la Angelina Jolie de Cadiz. No tenia otra mision en ese momento que salir de alli y con vida. Si yo estaba fingiendo y actuando, me imagino que el estaria haciendo lo mismo segun se interpretaba del mensaje que habia recibido de mi amiga Andrea. No me gustaba nada todo aquello. Y, sin embargo, hacia unos segundos que me habia tragado toda su historia, incluso me estaba dando pena imaginarmelo en la carcel, solo, sin nadie, sin poder demostrar que era un hombre inocente. ?Como podia ser yo una mujer tan tonta? No podia caer en su trampa. Yo ya sabia que el mundo esta lleno de hombres desaprensivos y ahora tenia a uno delante de mi. Mi cabeza iba a estallar porque no dejaban de surgir toda clase de preguntas: ?Por que te has acostado con un tio asi? ?Como eres tan imbecil de no darte cuenta de que este hombre no te conviene? ?Por que sigues creyendo que, en este mundo, todavia hay principes azules? -?Te encuentras bien? - pregunto de nuevo. -No, no me encuentro bien, Eros. Estoy recuperandome del shock. Lo que me has relatado es para perder la cabeza - volvi a mentir esbozando una leve sonrisa. -No te preocupes. Te acerco a casa y hablamos con mas tranquilidad en otro momento. Entiendo que te haya impactado todo lo que te he contado. -No hace falta que me lleves a casa. No hace falta que me acompanes -dije yo con una voz suave para no levantar sospecha alguna. Tenia que evitar subirme al coche con el. Tenia que evitarlo. Tenia que obedecer a aquel mensaje que habia escrito mi amiga Andrea con un tono desesperado. Si Eros subia conmigo a un vehiculo, yo pondria mi vida en peligro. Aquello se estaba complicando por momentos y yo no encontraba la manera de deshacerme de el. Eros seguia con su talante correcto y educado. -No me supone ningun esfuerzo llevarte a casa - insistia el pesado. -No, por favor. No quiero que te preocupes por mi. Necesito quedarme sola unos dias y pensar en todo lo que me has contado. No se si es demasiado pronto ir a vivir contigo - dije yo con cara de cordero degollado. Si no hubiese recibido aquel mensaje, no habria dudado en decirle que si, pero aquellas palabras lo habian cambiado todo, absolutamente todo. -No quiero verte asi, Ainara. Quiza me he precipitado al pedirte que te vengas a vivir conmigo, pero te necesito a mi lado. No sabes por todo lo que he sufrido. Te veia receptiva y muy ilusionada. Pensaba que ibas a decir que si enseguida. Me he llevado un buen corte - dijo el poniendo la misma cara que yo, de cordero degollado. -Tienes que esperar un poco - repuse yo poniendo morritos. ?Que habria pasado si Andrea no me llega a mandar el mensaje? Eros habria conseguido ganarme. Me habria conquistado del todo y yo me habria lanzado sobre el para hacerle el amor alli mismo, en publico. Pero ahora sentia miedo y recelo ante aquel hombre, que, por muy guapo que fuese, se habia convertido en alguien al que temer. Se hizo un silencio entre nosotros. Yo mire el movil para comprobar si mi amiga me habia mandado otro mensaje. El no me quitaba la vista de encima. Parecia estar estudiando cada uno de mis movimientos. Aquello me ponia cada vez mas nerviosa, pero yo tenia que disimular. Tenia que mantenerme en calma y comportarme como esa mujer de la que el se habia encaprichado y con la que habia tenido sexo del bueno a lo largo de estas ultimas semanas. ?Por que queria tenderme una trampa? ?Que escondia aquel tipo? -Te veo rara de repente - apunto el en plan detective. -No me pasa nada, ya te lo he dicho. No me des mas la vara. Lo que ocurre es que yo tengo mi corazoncito y todo lo que me has dicho me afecta. Soy una mujer mas sensible de lo que parece, aunque veas que a veces me comporto como una bruta - dije yo sonriendo, pero aquella sonrisa escondia nerviosismo y miedo, mucho miedo. -Esta bien. Si no quieres que te acompane a casa, lo entiendo - dijo el ya resignado. !Aleluya!, pense. -Eros, sera mejor que te marches. Hablare contigo dentro de unos dias. Quiero pensar bien todo lo que me has dicho y quiza decida irme a vivir contigo - anadi yo con un tono serio, de mujer reflexiva, sin demasiada ilusion. -Espero que mi pasado no cambie las cosas, Ainara. Me destrozarias, ?sabes? - sus palabras sonaron certeras. Aquel hombre me queria. Estaba dispuesto a vivir conmigo, pero, si hacia caso al mensaje de Andrea, aquella propuesta de irme a vivir con el podia ser una trampa. Tenia que hablar con mi amiga cuanto antes. Yo no me iba a encerrar en casa con todo ese mar de dudas que a mi si que me estaba destrozando por dentro. Se levanto de la silla y se acerco a mi. Me beso y yo le correspondi con el mismo beso. Pero no hubo pasion ni desenfreno como otras veces. Sus manos robustas acariciaron mi pelo y yo temble, no porque me excitara, sino, porque, por primera vez, senti pavor hacia un hombre. -Estamos en contacto, Eros. -No me jodas la vida, Ainara. Te necesito y mucho - me suplico mientras su figura se alejaba. Antes de marcharse habia dejado unas monedas sobre la mesa. Me habia invitado. Era caballeroso hasta en el ultimo detalle, pero no podia fiarme de el segun el mensaje de Andrea. Aquel encuentro tenia que haber acabado con un buen polvo y, sin embargo, ahora me quedaba sola con el corazon encogido, temiendo que yo hubiese metido la pata hasta el fondo al acostarme con aquel tipo. Me quede un rato pensando. Queria asegurarme de que se marchaba. Lo habia perdido ya de vista y automaticamente llame a Andrea. Su voz sono nerviosa. Me cogio el telefono enseguida. Yo respiraba ansiosa. El camarero se acerco y recogio las monedas, y me pregunto si queria tomar algo mas. Yo le dije que no. -?Que cojones pasa, Andrea? Estoy temblando -dije yo aliviada, pero descargando ira en mi forma de hablar. -No la tomes conmigo. ?Estas con el? - pregunto ella ansiosa. -No, no estoy con Eros. Acaba de irse - dije con un tono seco y cortante. -Sal de alli cuanto antes. Nos vemos en mi casa, ?vale? - su voz susurraba como temiendo que alguna persona mas, aparte de mi, la escuchara. -Esta bien, pero estoy cagada, Andrea. Espero que no se trate de una broma. -Ainara, no es mi estilo. Vente para casa y asegurate de que nadie te sigue - dijo ella con voz temblorosa. -Me estas acojonando, tia. No tienes bastante con quitarme mi polvo con Eros que aun encima conviertes mi vida en una puta pelicula de espias - dije yo entre ironica y enfadada. -No me jodas, sal de alli, te he dicho, por favor. Algun dia me agradeceras todo lo que estoy haciendo por ti. Aquellas palabras sonaron serias y rotundas. Aquellas palabras me pusieron la piel de gallina y ahora sentia la necesidad urgente de saber la verdad. Yo no se que habia descubierto Andrea que convertia precisamente mi relacion con Eros en una relacion peligrosa y llena de misterio. Pedi un taxi. Mientras lo esperaba, miraba para todos lados para asegurarme de que nadie me seguia, tal y como me habia dicho mi amiga. Cualquiera que me viera pensaria que estaba loca, pero me daba igual. Segun Andrea, mi vida corria un serio peligro. A los diez minutos, llego el taxi. Monte y respire. El chofer pudo ver la preocupacion en mi rostro. -?Le sucede algo, senorita? -pregunto el pobre asustado. -Metete en tus asuntos - dije en plan borde antes de darle la direccion de la casa de mi amiga. Aquel pobre taxista no tenia culpa de mi mal humor. Pero yo estaba demasiado nerviosa y habia encontrado en el alguien con el que poder desahogarme. El chico me miro un poco dolido y estuvo callado durante todo el trayecto donde yo no pare de darle vueltas a la cabeza. No me podia creer todo lo que me habia sucedido en tan poco tiempo. Me entraban ganas de llorar por momentos, pero debia ser fuerte y asegurarme muy bien lo que estaba pasando en mi vida, en mi jodida vida. Miraba continuamente hacia atras para cerciorarme de que no nos seguia ningun coche. Parecia que todo estaba bien, pero claro tampoco yo era una experta en espionaje, salvo lo que habia visto en algunas peliculas, donde habia estado mas pendiente de Dany Craig y Tom Cruise que de la trama y el argumento. Joder, era una analfabeta hasta para ver peliculas. El taxi se detuvo frente a la casa de mi amiga. Pague y no dije adios. Si hubiera podido escupirme aquel pobre taxista, lo habria hecho. Me lo merecia por el corte que le habia dado nada mas subir al vehiculo. Toque el timbre del portero automatico. Era un segundo piso. Andrea me abrio. Antes de meterme en el portal, volvi a mirar atras. No vi nada raro. Cuando me plante delante de la puerta de la casa de mi amiga, la flipada de la Andrea se me puso a hacer preguntas sobre mi vida personal para asegurarse de que era yo quien estaba en el descansillo. -Andrea, ?tu eres gilipollas? - le grite harta de responder a toda clase de preguntas. -No se que me pasa. Estoy muy nerviosa - dijo ella con voz de nino que se ha perdido en una playa. -Abre de una puta vez. !!Abre!! - grite demostrando que estaba hasta los huevos de todo aquello. Yo estaba alucinando con lo que me estaba pasando. Se hizo un silencio y, a los pocos segundos, me abrio la puerta. -Pasa - dijo secamente. -Claro que paso. No veas mas peliculas que luego te afectan a la cabeza - dije yo con actitud de reproche. -Joder, tia, ya te lo he dicho. Estoy muy nerviosa, ?sabes? -Una cosa es estar nerviosa y otra cosa es que te creas Castle o la jodida Agatha Christie - dije yo frunciendo las cejas. -Vale, perdona. Es que no se lo que hago. Llegue al comedor y me sente en su raquitico sofa del IKEA. -Tia, a ver si cambias los muebles de una vez. Esto parece del siglo pasado - dije yo intentando quitarle tension al ambiente. -Lo se, pero es que no llego a fin de mes. Alguna vez lo hare - dijo ella apenada, sentandose a mi lado. -?Que demonios pasa? - pregunte yo con ansiedad. -Es todo muy fuerte, Ainara. Muy fuerte. He temido por tu vida. Solo te pido que no te desmayes cuando te lo cuente todo de lo que me he enterado - dijo ella haciendose la interesante. -No me jodas. Tan fuerte es lo que me tienes que contar.

  • No me ames de Norah Carter

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    Era sabado, 16 de abril. Estaba aun en la cama a sabiendas de que ese dia iba a ser muy especial para mi, ya que era mi cumpleanos. !Treinta tacos, Madre del Amor Hermoso! ?Quien lo iba a decir? Todavia recuerdo cuando cumpli mis dieciocho. El acne, las hombreras y la musica de Miguel Bose marcaron aquella fiesta en casa. Mire el movil y vi varios mensajes de mis amigas en los que me decian que me preparase para vivir el cumpleanos mas intenso de toda mi vida. Estaba claro que lo tenian todo planeado y querian que este dia fuese inolvidable para mi. !Y tanto que lo iba a ser! Venian amenazandome durante muchos meses de que este no seria como los anteriores, ya que los treinta era una edad para celebrar de diferente manera. Por primera vez me sentia protagonista de una historia de la que no sabia nada. Ni su argumento. Ni su desenlace. Hacia varios dias que no paraban de llamarme "treintanera". Me dirigi hacia la cocina para prepararme un buen desayuno. Era uno de los mejores momentos del dia, un ritual que yo aprovechaba para pararme a pensar en mis cosas. Aun no habia puesto en marcha la Nespresso cuando sono el telefono. Era mi madre. --Buenos dias, mama. --Buenos dias, carino mio, !felicidades! --Gracias. Hace treinta anos que estabas pariendo -- dije bromeando. --?Sobre que hora llegaras a comer, Erika? Papa lleva horas cocinando. Esta muy ilusionado. Quiere poner una mesa bonita por tu cumpleanos. Le he dicho que sacare la cuberteria de plata. Te lo mereces todo, hija. --!Genial! No se que le pasa a la gente, mama. Todo el mundo se esta volcando en esta celebracion. En cuanto termine de desayunar me duchare y me acercare a casa. No creo que llegue mas tarde de la una. --Me parece perfecto, bonita. Ahora nos vemos. Tengo que contarte algunas cosas de tu tia Enriqueta que te van a dejar boquiabierta. --Hasta ahora, preciosa. Te quiero. --Yo tambien, hija. Ponte guapa. Estrena algun vestido. Un beso. Termine de echarme el cafe. El volutto es mi sabor preferido. Era su aroma aspero el que tanto me agradaba. Las tostadas humeaban sobre el plato. Y, como solia hacer cada manana, saque de la nevera una fiambrera para prepararme unas lonchas de jamon york sobre el pan con aceite. Tras el primer sorbo de cafe, senti anoranza. Hablar con mi madre siempre logra que me vuelva mas tierna, mas fragil. A mi familia le habia costado mucho asimilar que me habia independizado. Era su unica hija y, aunque ya hacia un ano que vivia sola, a mis padres todavia les costaba digerirlo. Pero yo necesitaba demostrarme a mi misma que era capaz de tener una vida. Ya no era una nina. Ya no era aquella nina loca que, a los dieciocho, estaba enamorada de Miguel Bose y que apenas hablaba con los chicos por culpa del acne y una horrible protesis dental que recordaba a un perro de presa con bozal. Ahora yo no tenia nada que ver con aquella adolescente. Tenia trabajo, un buen trabajo, y, aunque no era un canon de tia, no era la primera ni la segunda vez que algun chico, a lo largo de estas ultimas semanas, me habia dicho que estaba bien buena. Los mensajes no dejaban de llegar a mi movil. No me daba tiempo a contestar a todos. Cuando abri el Facebook, comprobe que tenia mas de cien mensajes en mi muro. Me sentia muy querida. Pero aun asi no era suficiente. No habia tenido suerte en el amor, como se suele decir en las novelas romanticas de Corin Tellado o en esas telenovelas que emiten durante la hora de la siesta. Pero no se puede decir de otra forma. No habia tenido suerte sencillamente y, por un lado, me sentia afortunada por todas esas muestras de carino, pero, por otro lado, me daba cuenta de que la soledad tampoco es una de las mejores aliadas para una chica como yo, que creia en el matrimonio y en ser una madre joven. Tres o cuatro hijos queria tener como minimo. Cuantas veces lo pense, tumbada en la cama.

  • No te vayas, QUEDATE CONMIGO de Monica Hoff , Norah Carter

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    Sofia, una escritora de novela romantica no interesada en el amor y que vivia una solitaria vida enfrascada en su mundo, decide ayudar un dia a un triste vagabundo que pide para poder comer. Aunque un poco reticente, no puede evitar tenderle la mano para ayudarlo a salir de la miseria. Cuando Cristian acepta su ayuda, se convierte en parte indispensable en la vida de la escritora, tanto que acabaran mas unidos de lo que pensaron, haciendo que el extrano llegue a ganarse su corazon. Pero uno de los dos sera la voz de la razon, intentando evitar que sus sentimientos vayan a mas. ?Podra Sofia dejarse llevar cuando el corazon sea el que mande? ?Sera Cristian, el vagabundo, quien le haga ver cuanto lo necesita ella en su aislada vida? Una intensa historia de amor que te ensenara que si el corazon es el que elige, los prejuicios no tienen cabida.

  • !Y tenia que ser mi jefe! 6 de Monica Hoff , Norah Carter

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    Davinia y Peter siguen sin tenerlo facil. La duda de la paternidad del ex jefe y toda una serie de circunstancias que pondran en riesgo la vida de ambos, sera una dura prueba a pasar.
    Quizas el amor no tenga nada que decir cuando la vida parece querer decidir por ellos. Ahi comienza su pelea por mantenerse vivos y, sobre todo, a salvo.
    Dudas, traiciones y la lucha por la persona que aman son los ingredientes de esta explosiva entrega de El Jefe.

  • Y ahora que de Monica Hoff , Norah Carter

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    Aitana ve de nuevo una oportunidad para volver a amar en Denis, un abogado que, desde el principio, muestra su interes en ella. La vuelta de David la hara dudar de sus sentimientos por ambos y las decisiones que tome la llevaran hacia uno u otro.
    Un amor que comienza, un pasado que vuelve a convertirse en presente y un destino que aun no esta escrito para la protagonista de esta loca y divertida historia.

  • El regreso de !Y tenia que ser – Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter

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    La felicidad cuesta y no es eterna. Eso lo descubre Davinia tres anos despues de su idilica vida junto a Peter.
    Un e-mail para el hace que las alarmas de ella salten y, aunque al principio no cree soportarlo, decide jugar. Vengarse de el…
    Una ex-mujer que reaparece cuando otra desconocida tambalea su relacion. Unos mosqueteros, sus amigos, quienes, mas que nunca, la apoyaran y un cumulo de erroneas decisiones llevaran al limite a la pareja perfecta.
    ?Un amor real? Eso solo lo descubriras con la reaparicion de El Jefe.

  • Dejame amarte (Dejame amarte 1) de Norah Carter, James M. Miller

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    Por fin aterrice en Ibiza, la isla magica la llamaban. Al bajar por las escaleras del avion casi pude percibir el olor a mar. Tras un ano de trabajo casi sin tiempo para mi, aqui estaba, ya dispuesta a disfrutar de tan merecidas vacaciones. – !Que empiece la fiesta! -grito desatada mi amiga Letizia mientras bajaba las escaleras de dos en dos, haciendo la cabra. – !Que tiemble Ibiza, que alla vamos! -respondio chillando Alessandra, que venia con ganas de comerse el mundo. Negue con la cabeza ante el espectaculo que estaban montando mis amigas nada mas llegar a la isla, la gente nos miraba pensando que veniamos de despedida de soltera. Era nuestra primera vez en Ibiza para las tres y podia ocurrir cualquier cosa. – Paola, no nos mires con esa cara que luego te damos dos Gin Tonics, te vienes arriba y no hay quien te averguence -me solto Alessandra ante la atenta mirada de todos los viajeros que andaban siguiendonos hasta llegar a la recogida de maletas. Una sonrisa juguetona se reflejo en mi cara a la vez que la miraba, dejando entrever que no pensaba contestarle y menos delante de tanto publico. Llegamos hasta las cintas donde comenzo a salir el equipaje de todos los pasajeros, rapidamente pude observar mi equipaje; haber comprado una maleta de color amarillo chillon me hizo ser de las primeras en reconocerla y cogerla, asi que les dije a mis amigas que las esperaba fuera fumandome un cigarro. Sali fuera del aeropuerto y respire el aire de Ibiza mientras miraba el radiante cielo. ?Que tenia esta isla que todo el mundo hablaba de ella? Pronto esperaba comprenderlo y, sobre todo, vivirlo. El clima estaba perfecto, un refulgente sol iluminaba la isla, pero una suave brisa daba la perfecta estabilidad que proporcionaba el mes de mayo. Un mes ideal para aventurarse en Ibiza, pues la marabunta extranjera aun no habia invadido el lugar, pero tenia el ambientazo justo ya que muchos locales y discotecas abrian durante ese mes. Letizia y Alessandra salieron a tope, tenian unas ganas de marcha inmensas. Las dos comenzaron a reprocharme, a modo broma, que ya me habia preocupado yo mucho en esperarlas. Les guine el ojo y les dije que era por la verguenza que me habian hecho pasar bajando con tanto escandalo las escaleras del avion, preferia fumarme un cigarrito sola que en "mala" compania. Terminamos muertas de risa las tres, cuando de pronto escuchamos los acordes de la maravillosa "California Dreamin" de los miticos The Mamas and The Papas. Nos giramos y vimos llegar una camioneta decorada al estilo mas hippie que una pueda imaginar, !era una Volkswagen Kombi! !Que pasada! Solo las habia visto en los documentales. Paro con un frenazo frente a nosotras y del interior salieron varios chicos y chicas, todos estaban buenisimos, iban vestidos de hippies... !Y varios estaban cantando en directo con la musica de la cancion de fondo! Con unas voces muy similares a las de los cantantes originales. Las tres nos quedamos con la boca abierta; encima, el chico que iba de copiloto – que llevaba el torso desnudo y estaba para comerselo-, se acerco directo a nosotras para invitarnos a la fiesta "Flower Power" en Pacha que era esa misma noche. Nos miramos las tres y empezamos a chillar que si. Nos pusimos a bailar al ritmo de "California Dreamin" de subidon. No se que nos impresionaba mas, si ver al copiloto con el microfono cantando esa cancion con esa voz tan extraordinaria o comprobar que estaba mas rico que la mozarela. A las tres se nos quedo una cara de tontas portentosa mirando a ese efebo cantarin contoneandose cerca de nosotras. Aunque el era mas de la edad de mis amigas -ya que yo tengo 30 y ellas 27-, parecia mas joven aun. Sinceramente, nunca me habia importado la diferencia de edad, pero me gustaban los hombres mas mayores que yo, y si se les notan las canas en las sienes... mejor que mejor. El chico dejo unos segundos de cantar, nos entrego tres pases y nos dijo que le gustaria vernos esa noche por Pacha. Letizia no tardo ni un segundo en responder. – No dudes de que estaremos, de eso me encargo yo -dijo Leti descaradamente. – Entonces me ocupare de que sea una noche inolvidable para vosotras. Por cierto, me llamo Zeus. Aunque por el acento deduzco que sois italianas, yo, esta noche, si me dejais, os llevare al Olimpo. – Tu nos puedes llevar al Olimpo, a las olimpiadas y adonde te de la gana, que te damos autorizacion -solto Alessandra mientras subia un poco sus gafas de sol y lo miraba de arriba abajo, pasandose ligeramente la lengua por los labios. Zeus respondio con una sonrisa que lo hacia mas guapo aun. Luego se sumo a los otros chicos y chicas vestidos de los anos 70 con simbolos hippies, juntos se perdieron hacia el interior del aeropuerto; venian a promocionar e invitar a la gente a la fiesta de esta noche apareciendo de esa manera en los lugares. !Yo estaba flipando, llevabamos 5 minutos en Ibiza y ya teniamos planes para la noche! Nos fuimos hacia un taxi que estaba libre. El conductor arranco y Alessandra y Letizia no paraban de bromear sobre la fiesta, me decian que se me iban a quitar todas las pelusas de ese ano pasado en el que tuve el chichi cerrado por obras. El conductor tenia puesta la radio de Ibiza y comenzo a sonar una de las canciones favoritas de las tres, porque nos recordaba la noche que nos conocimos. Se trataba de "Shake it off" de Taylor Swift. !Uauh! Que recibimiento nos daba la isla, esto no podia ser casualidad. Le pedimos al taxista que subiera el volumen. Y nos pusimos a cantar y bailar las tres... !Joder, que subidon! Como era normal, Letizia broto de felicidad, asomo la cabeza fuera del taxi y empezo a chillar como loca. – !Esta noche alegria para mi cuerpooooo y para el de mis amigasssss! !Que salgan todos los hombres guapos que nos los comemos! Me gire para mirar al conductor y ponerle cara de "lo siento", el movio su cabeza como diciendo que no pasaba nada, a la vez que sonreia; creo que debia de estar acostumbrado a todo lo que veia en esta isla. Algo decia dentro de mi que a la vuelta nada volveria a ser lo mismo y me agarre con fuerza a mis amigas, nos miramos y sonreimos mucho mientras nos adentrabamos en la carretera. Le preguntamos al conductor si era verdad que mucha gente se queda tan impresionada de lo que vive en Ibiza que es capaz hasta de cambiar su residencia. El conductor, como respuesta, nos conto la historia de una pareja de alemanes jovenes, chico y chica, que llegaron a la isla por su luna de miel... Hasta que el descubrio los atardeceres en la playa de Benirras, un lugar emblematico de la isla, donde todo el mundo se va a despedir el sol cada tarde y se montan unas fiestas improvisadas extraordinarias con gente tocando la guitarra y los tambores. Al parecer, el chico aleman se enamoro de la percusion y no volvio a Alemania. Los dos se separaron y el se quedo en Benirras todo el verano tocando los bongos, para despues establecerse en la isla de por vida... !Nos quedamos muertas! Pero, ?eso era verdad? – !Eso y mucho mas! Esto es Ibiza, tened cuidado con lo que deseais que puede hacerse realidad -solto el conductor del taxi mientras entraba en Santa Eulalia. Por fin llegamos a nuestro destino: apartamentos Bahia. Situados en el paseo maritimo, en primera linea de playa, rodeados de un buen rollo y un entorno tranquilo al mismo tiempo, y lejos de las super discotecas. !Justo lo que queriamos! Teniamos de todo cerca para vivir las vacaciones de nuestra vida: restaurantes, tiendas, una playa de arena muy cuidada y limpia llena de hamacas y sombrillas. !Que ganas de zambullirme en esas aguas transparentes!

  • Y tenia que ser mi jefe 01 de Norah Carter

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    Estaba nerviosa. Despues de pasar un ano en el paro, despues de que me despidieran de El Heraldo sin darme las gracias siquiera, despues de venirme abajo varias veces, por fin encontraba un nuevo puesto de trabajo en el Diario S. Estaba nerviosa porque, al principio, pense que no me darian ese puesto. El Diario Sol era uno de los periodicos mas prestigiosos del pais y no tenia nada que ver con El Heraldo, de menor tirada y con mucho menos personal. Sabia que no iba a ser facil trabajar alli, que la competencia seria feroz, que ya no tendria el tiempo libre del que disfrutaba ahora, pero tambien era la mejor manera de sobresalir entre algunos companeros de universidad que se habian quedado como meros redactores en prensa local. El Diario Sol era una oportunidad para demostrarme a mi misma de lo que era capaz, de que yo era una mujer tan inteligente como preparada. Seguramente ahora mis nuevos jefes sabrian valorar aquellas cualidades que en El Heraldo no habian sido capaces. La crisis habia hecho estragos en el pais y yo fui despedida simplemente porque fui una de las ultimas en ser contratadas. De nada valia mis amplios conocimientos de marketing ni que me manejara perfectamente en aleman e ingles. Sencillamente habian determinado que el dano para la empresa seria minimo si me indemnizaban ahora, pues era muy joven y llevaba poco tiempo en El Heraldo, asi que en enero estaba en plena Avenida Lagos, con una caja de carton entre mis brazos que contenia boligrafos, mi vieja grapadora, un retrato de mis padres y un libro de poemas, de Pablo Neruda, Veinte poemas de amor y una cancion desesperada. Ahora que habia encontrado un nuevo puesto, estaba esperanzada en que este tipo de cosas no se volviera a repetir, porque verdaderamente me afecto mi salida de aquel periodico. Creia que habia tocado el cielo cuando empece a trabajar en El Heraldo, pero no fue asi. Para ellos mi talento y mi voluntarismo no valian nada. Me quedaba, despues de mi jornada laboral, horas y horas en la redaccion, horas que nunca fueron remuneradas, horas que emplee con mucho interes para ampliar y corregir reportajes. Me deje la piel en aquel periodico y, de repente, una llamada sin ningun tipo de explicacion y una carta de despedida fueron la gratitud a tanto esfuerzo. Maldita crisis. Deseaba que todo fuese ahora diferente en el Diario Sol, aunque estaba segura de que habria de trabajar mucho mas en este nuevo periodico. Me habian asignado la seccion de Publicidad y una seccion como esa no es cualquier cosa, pues los principales ingresos de una publicacion como el Diario Sol provienen de importantes clientes que quieren promocionar sus negocios en prensa. Parece que valoraron positivamente mi curriculum y la entrevista que hice con la jefa de personal dio sus frutos. Recuerdo que sali de aquella conversacion bastante confusa, porque me preguntaron sobre mis relaciones sentimentales. Y yo menti. No se si se dieron cuenta. Supongo que no, porque acabaron contratandome. Les dije que salia con un chico que era profesor de instituto, pues yo queria dar una imagen de persona estable emocionalmente. Si hubieran indagado un poco, habrian descubierto que yo, Davinia, habia sido un autentico desastre en mis relaciones. Sere mas incisiva y dire exactamente que habia sido un puto desastre. Mis parejas no me duraban nada. Estaban a mi lado porque les atraia mi fisico, pero luego, cuando les insinuaba que queria un compromiso solido y duradero, desparecian de mi vista. Sin pelos en la lengua, confesare que sali con autenticos cabrones como un tal Richard, que nada mas salir de casa, solo sabia meterme mano e introducirme su lengua, que parecia la lengua de una jirafa, hasta la garganta. Me dejo a las pocas semanas por una antigua novia. Me explico que yo era una estrecha, la madre que lo pario. Aun no habia salido a la calle, estupendamente maquillada, cuando empezaba a darme lenguetazos que me corria toda la pintura. Parecia un payaso, excusa perfecta para no ir a ningun sitio, sino para meterme en su coche o en casa de su madre a darme un repaso de arriba a abajo. Vamos que follabamos dia si y dia tambien, y va, y me dice que soy una estrecha. Richard es el caso mas radical de novio bruto, egoista y desagradecido. Luego tuve noviazgos mas o menos largos como el de Javier, un companero de El Heraldo, un vigorexico que se metia toda clase de proteinas y hormonas en el torrente sanguineo. Yo sabia que aquello no era bueno. Durante mas de un mes solo me daba piquitos. No era como Richard, ni mucho menos. Una noche, desesperada y excitada, tras salir de una hamburgueseria donde me habia hinchado a patatas fritas y nugguets de pollo y donde el se habia limitado a beber Coca Cola light y a tomar ensalada, decidi meterme mano a su paquete. Me grito. Me prohibio que lo tocase porque necesitaba reservar energias para un campeonato que tendria lugar en Madrid dentro de un mes. Yo me negue y, bromeando, volvi a meterle mano al paquete, pero no habia paquete. Las inyecciones le estaban pasando factura y habian hecho que su pene fuese la cabeza de un lapiz. No deberia comentar esta clase de intimidades, pero, llegados a este punto, me da igual todo.

  • Quiero estar contigo de (libro 3) – Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    Habian pasado tres meses desde aquel dia tan duro en el que me despedi de Victor o, mejor dicho, en el que el se despidio de mi y no fui capaz de decirle que iba a ser padre. Ya me habian dicho que iba a ser una nina y habia decidido llamarla Sonia, como mi madre. Mi padre estaria orgulloso de que yo le pusiera ese nombre sin duda. En el trabajo estaban al tanto de todo y me cuidaban muchisimo. Sabian que estaba sumergida en una pequena depresion sobre la que ellos me habian aconsejado que me quedase en casa una temporada, por lo menos, hasta que diese a luz. Pero eso seria lo ultimo que haria ya que el hecho de estar en casa encerrada lo unico que hacia era que se me cayese mas el mundo encima. Los primeros dias no dejaba de llorar y se me pasaron muchas cosas por la cabeza, pero luego decidi ser fuerte y afrontar lo que la vida me habia puesto en mi camino. Tenia claro que tenia que sacar a mi hija hacia delante. Eso era lo que me daba fuerzas para venirme un poco arriba, aunque mi corazon seguia amando a Victor por encima de todo. Comenzaba el otono, mi bebe naceria a finales de abril. Estaba deseando montar ya su habitacion, pero habia esperado el tiempo prudencial para saber que todo iba bien, asi que sali de trabajar y me compre un bocadillo. Me fui para Jerez a un poligono a ver unos muebles para la habitacion de Sonia. Era una tienda que esta bastante de moda y las habitaciones eran espectaculares, asi que cuando entre alli vi una que sabia que esa era la de mi nina, una mezcla de color vainilla con rosa palo. Era preciosa, no quise mirar mas. La compre rapidamente y me dijeron que al dia siguiente irian a llevarla y a montarla. Al salir de la tienda, escuche una voz y me gire. Era Rebeca con su madre, la salude fingiendo que me alegraba mucho al verla. Senti una mezcla entre enfado y pena. Todavia recordaba muchas de nuestras conversaciones donde ella demostraba una inocencia y una ingenuidad que rayaban el ridiculo. -- ?Como estas, Rebeca? -- pregunte por preguntar algo. -- Bien, aqui vengo a comprar una habitacion de bebe -- dijo tocandose la barriga con una gran sonrisa en los labios En ese momento, pense que me iba a desmayar, pero tuve que disimular, actuar y poner mi mejor cara -- !Cuanto me alegro! Al final fue rapido. -- Si, !Victor es mucho hombre! -- dijo guinandome el ojo. Me dieron ganas de responderle que !No lo dudo!, pero no era el momento y ademas parecia todo una broma de muy mal gusto. -- Pues me alegro de verte y espero que todo vaya genial. Me voy que tengo prisa-- dije devolviendole dos besos. -- Ya te llamare para tomar un cafe. -- Clavos, Rebeca, hasta otra. Me queria morir, me monte en el coche muy agobiada. Menos mal que al estar yo muy delgada y llevar una blusa suelta no se percato de que yo tambien lo estaba y de un mes mas que ella. No podia digerir la noticia de que mi hija venia ya con un hermano de camino. Que pronto me habia olvidado Victor... Al dia siguiente, llegue a casa muy ilusionada del trabajo ya que venian a colocar la habitacion de mi pequena Sonia. Mientras estaba comiendo llamaron a la puerta. Ya estabamos listos todos para montarla asi que les abri, los deje pasar y termine de comer. Un rato despues fui a la habitacion y ya estaba montada. Estaban recogiendo las herramientas y, al entrar, unas lagrimas comenzaron a recorrer mis mejillas. Los montadores se quedaron impactados al verme y uno dijo que eso era de la emocion. Al final terminamos los tres muertos de risa. Imagino que eran mis nervios por ver que ese espacio ya pertenecia a otra persona que estaria en mi vida para siempre. Me quede toda la tarde metida en la habitacion y deseando empezar a llenar los cajones de ropita para mi pequena, asi que los siguientes dias me pasearia por algun centro comercial y empezaria a comprar cosas para ella. Sin saber que hacer, llame a Rocio rapidamente. Hablamos muchos los dias despues de la noticia de mi embarazo. Luego ya no quise llamarla con tanta frecuencia, porque era yo quien debia afrontar todo lo que me estaba sucediendo. Aun asi, hablabamos cada noche. Misteriosamente se habia convertido en una nueva hermana para mi. Nadie mejor que ella podria ayudarme en estos momentos en los que no sabia como actuar. Enseguida se puso al telefono. El hecho de escuchar aquella voz seria me aliviaba lo suficiente para confiar en que todo se arreglaria. -- Hola, Nora. ?Como estas, carino? -- Voy tirando. Como siempre. -- ?Sucede algo? -- pregunto con temor. -- No. No sucede nada nuevo. -- ?Por que me llamas entonces? -- Porque tengo miedo, Rocio. -- ?De que tienes miedo, Nora? No debes preocuparte por la maternidad. Hay muchas madres solteras. Ya te lo he dicho antes. -- No. No es eso. Tengo miedo a echar de menos a Victor -- dije a punto de llorar. -- No. No me lo creo. Es normal que te acuerdes de el. No puedo imaginar lo duro que debe ser recordarlo y callar tu embarazo. Pero ahora debes invertir todas tus energias en tu embarazo. -- Lo se, Rocio. Pero no duermo por las noches. Me he enterado, ademas, de que Rebeca esta embarazada tambien -- dije compungida. -- Vaya un cabronazo. Creo que debes visitar a un especialista que te pueda aconsejar mejor que yo o que tu hermana. ?Por que no vas a ver a un psicologo o a un psiquiatra? Mucha gente lo hace. -- Y si empeoran las cosas, Rocio. Y si me como la cabeza aun mas... -- dije yo con tono de preocupacion. -- No, al contrario, un especialista te ayudara. No basta con que hables conmigo o con tu hermana, Nora. Debes confiar en alguien que pueda darte instrucciones para reorientar tu vida. -- Tienes razon, Rocio. -- A mi me vas a tener siempre, pero debes dar un paso y buscar a alguien que pueda darte consejos practicos que aplicar en tu vida -- dijo ella con seriedad, mostrandose comprensiva al mismo tiempo. -- Te hare caso. -- Mira, tengo una prima que es psicologa. Si quieres la llamo y te acompano a su consulta. Quiza te sientas mejor. -- Esta bien. Cuanto antes empiece con una terapia, sera mejor para mi -- dije convencida y mas animada. -- Voy a llamarla y en cuanto sepa algo, vamos alli. Veras como mejora tu salud y como consigues olvidar a Victor poco a poco. -- Gracias por estar siempre ahi, Rocio. -- No tienes por que agradecerme nada. Poco a poco te has convertido en alguien muy importante para mi, ?sabes? El otro dia se lo comentaba a Pedro. -- Tu te estas convirtiendo en una nueva hermana, Rocio -- le dije con mucha emocion. -- No exageres. Tu harias lo mismo por mi. -- Es verdad, Rocio. Sabes que me tienes para cualquier cosa. Ya veo que has superado lo de Richard. La ruptura con su novio ingles parecia haberla dejado tocada al principio, pero luego la aparicion de Pedro la ilusiono de nuevo. Sin embargo, yo estaba lejos de imitarla. Si no me hubiera enamorado de Victor, si no me hubiera acostado con aquel hombre casado, ahora no estaria pasando por todo esto. Pero ahora de nada sirve arrepentirse. Debia dejar todo eso a un lado y centrarme en mi futuro, en mi trabajo, en mis hermanos. En mi hijo. Tenia razones suficientes por las que luchar, sin duda, como asi le dije a Rocio. -- ?Sabes una cosa? Tengo razones por las que luchar -- dije con decision, intentando aguantar las lagrimas. -- Razones solamente tienes una. Tu hijo o tu hija. Lo demas pasara a segundo plano enseguida. Ya lo comprobaras, Nora. -- Creo que no me vendra mal ver a tu prima. -- Si, a mi me ayudo bastante con mi crisis al principio, cuando el gilipollas aquel me dejo plantada en el altar. Con Richard, ya no ha hecho falta que la visitara. ?Sabes por que? -- Porque yo lo valgo. Porque me miro en el espejo y me digo lo estupenda que estoy. Me doy besos en los brazos y en las manos. Me ayuda mucho. Haz tu lo mismo -- dijo riendo. -- Joder, que tia -- le solte yo con espontaneidad. -- Yo ya estoy curada de espanto. Por esa razon, estoy tan preocupada por ti. Porque, en algun momento de mi vida, me senti identificada contigo, muy identificada, y me da una rabia tremenda que estes sufriendo de esa manera. -- Tus palabras me reconfortan siempre, Rocio -- dije, sintiendome protegida al escuchar todo lo que decia al otro lado del telefono. -- Hablo primero con mi prima para ver que respuesta me da, ?vale? -- Gracias, nunca olvidare lo que estas haciendo por mi. Te quiero mucho, Rocio. -- Voy a hacer todo lo que este en mi mano para que olvides a ese hombre, para que olvides esta miserable etapa de tu vida. Bueno, miserable, no. Vas a tener un hijo y eso es y sera siempre una experiencia maravillosa, inolvidable -- dijo con tristeza, con mucha tristeza. Aquella ultima intervencion de Rocio me dejo sobrecogida. Parecia que ella supiera de primera mano que era ser madre. No quise indagar en aquella intervencion. No quise preguntarle por temor a que se sintiera obligada a contarme algo que, por ahora, ella no queria confesarme. -- No me hago a la idea, Rocio. No me hago a la idea de ser madre -- dije yo con voz temblorosa. -- Te haras muy pronto. Es algo magico... -- dijo con un nudo en la garganta. -- ?Quieres contarme algo, Rocio? ?Te ha pasado algo? -- No. No. Ahora no puedo. Voy a hablar con mi prima y le pido cita. Debes relajarte y seguir adelante con todas tus fuerzas y ella te ayudara mucho. -- Eso espero. Me preocupa que te hayas puesto tan triste al hablar de la maternidad -- dije yo con intencion de que me contara algo. -- No. No es nada. Algun dia... -- no siguio hablando y colgo. Sabia que Rocio y yo, a partir de aquel momento, teniamos una conversacion pendiente. Se que yo la necesitaba, pero ella tambien necesitaba desahogarse conmigo. Los siguientes dias los pase comprando cosas para mi bebe. Se me notaba ya un poco la tripa, aunque aun podia disimularlo perfectamente. Me daba tanta pena no poder disfrutar de esos momentos con mi padre que hacia que me doliera en el corazon. Contra todo pronostico, mis hermanos se habian volcado conmigo desde el momento que supieron que iba a ser madre.

  • Contigo (Para siempre 3), Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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    Natalia, desconsolada por el riesgo que corre la vida de Jose, tiene que enfrentarse a unos duros momentos que marcaran el rumbo de sus vidas.
    ?Que pasara finalmente? ?Les dara la vida una oportunidad mas? ?Quien sera esa persona que entrara de nuevo sus vidas?
    Duros acontecimientos que marcaran para siempre la vida de nuestros protagonistas en este desenlace.

  • Con sabor a ti de Norah Carter

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    Cuando ella se desperto aquel dia, no pensaba que su vida iba a cambiar de la forma en que lo hizo. Marcos dormia a su lado, al lado de Sara, que tenia que dejar la cama para ir al trabajo. Que rabia. Dejar a Marcos, a su chico, al que conocio hace unos anos en la fiesta de Paloma. Pero Marcos no dormia. Se habia levantado varias veces a lo largo de la noche. Estaba intranquilo. Sara no sabia nada del asunto que parecia preocupar a su marido, pero es cierto que lo notaba un poco mas nervioso que otras veces. Sara suponia que era el exceso de trabajo en el taller o algunos impagos por parte de algunos clientes. No era la primera vez que Marcos le habia hablado de esa clase de problemas en el negocio. Llovia afuera y la calle gris se fundia con una bruma blanca. Sara tomo aire y se dirigio a la cocina. Un cafe. La misma marca. Un aroma seco y aspero. Estaba amoldandose a la nueva vida que habia elegido, saboreandola, disfrutandola, a pesar de todos los imprevistos en los que se habian visto envueltos a raiz del comienzo de esta nueva relacion, pero era feliz y tenia claro lo que queria. Era una mujer con ideas contundentes. A pesar de todo lo que habia tenido que lidiar para estar con Marcos, ella se levantaba feliz, creia en lo que hacia, sabia que, gracias a sus esfuerzos, podrian sacar esa vida que habian sonado juntos en tan poco tiempo, no le hacia falta mucho para disfrutar de aquella relacion. Era feliz con llegar dignamente a final de mes junto al hombre al que habia elegido Marcos se dio la vuelta en la cama y, cuando, con los ojos cerrados, quiso abrazar a Sara, descubrio que ella ya no estaba. Una sonrisa quebrada de insatisfaccion se dibujo en su cara, pero esa sensacion de desamparo no le impidio seguir durmiendo. Sabia que Sara tenia que trabajar temprano. Que los turnos en el supermercado son rigurosos. La empresa no disculpaba jamas los retrasos injustificados. Pero a el le hubiese encantado que ella estuviese en estos momentos a su lado. Le gustaba sentir su piel cerca de el, le gustaba abrazarla y mimarla, la veia como su nina, la nina de sus ojos. La lluvia golpeaba en la ventana y Sara sorbio de su cafe caliente, y se sintio de repente mas reconfortada. Aun recuerda esa noche en la que le presentaron a Marcos. La discoteca estaba llena de jovenes estudiantes que habian terminado el curso. Marcos se encontraba rodeado de sus amigos del trabajo y ella, que habia olvidado su bolso en la barra, se lo encontro cara a cara. Fue un flechazo. Ella no supo que decir, pero Marcos dejo a sus amigos y se presento formalmente. – Hola, me llamo Marcos. Te he confundido con alguien, perdona. Bendito error, penso. Se habia quedado impactada por ese chico. – No te preocupes. Encantada. Yo soy Sara. Me habia dejado el bolso aqui mismo. Dentro, llevo todas las tarjetas y mi movil. Menos mal que no lo he perdido. – Bueno, siento haberte molestado. No era mi intencion – dijo Marcos, avergonzado. – No te preocupes. Estas cosas suelen pasar. Soy una chica corriente. Es facil confundirme. – De corriente, nada. Eres muy guapa. Creo que me he fijado en ti por eso. – Claro. Eso se los dira a todas, ?verdad? – contesto Sara, sonrojada. – Que va. Soy un ligon patetico - anadio Marcos con una sonrisa burlona. De repente, lo llamaron sus amigos y el chico se despidio con dos besos y Sara se quedo pensativa, tocada seguramente por la espontaneidad de aquel joven, al que no conocia de nada, al que no volveria a ver jamas. O quiza si. Pero el destino siempre tiene la capacidad de sorprendernos y, ahora, despues de tres anos de matrimonio, Sara se despertaba junto a el cada manana. No paro de pensar de la forma que la habia enamorado, fue todo un flechazo, demasiado rapido, demasiado bonito a pesar de todo lo que les habia costado esta relacion. Eran posiblemente dos seres felices, dos seres que se tenian uno al otro, que se miraban como dos extranos para amarse todas las noches. Eran apasionados y quiza esa cualidad fuese una de las que hizo que los dos decidieran vivir juntos, tener la absoluta libertad para yacer uno junto al otro siempre que quisieran, sin depender de citas previas como si fuesen todavia unos quinceaneros. La lluvia golpeaba en la ventana y Sara volvio a sorber de su cafe. El sabor aspero en el paladar le hizo recordar, mientras la luz alumbraba los objetos de la cocina, que otra noche en la misma discoteca se buscaron y que, al principio, la relacion no fue facil. Los padres de Sara no miraron con buenos ojos a Marcos, porque no era el tipo de novio que querian para su hija, que no habia acabado sus estudios de Derecho.

  • Conquistada (Trilogia Para siempre 1), Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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    Con tan solo 15 anos, Natalia cree haber encontrado en Jose, un tecnico que combina estudios y trabajo, al hombre de su vida.
    Pero lo que ninguno sabe es que no todo sera un camino de rosas.
    El amor que ella siente por el, la hace obsesionarse y soportar cualquier problema, aunque no tenga que ver con su amor.
    Todos la avisan de que ese surfero no sera facil de conquistar, lo que ella siente con el la llevan a luchar por ese hombre que tiene enamoradas a muchas mujeres .
    ?Conseguira Natalia lo que anhela? ?Sera Jose el amor que ella cree? ?Que hara Natalia cuando “otro” aparezca y la haga cuestionarse sus sentimientos?
    Risas y lagrimas en una historia marcada por celos y enganos que la llevaran al limite para superar los obstaculos que amenazan con terminar la relacion con el amor de su vida.

  • Quedate solo esta noche de Norah Carter

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    Desperte temprano. Aun tenia un poco de resaca de la noche anterior. Habia cenado con mi amiga Marta en un restaurante italiano y el lambrusco estaba haciendo estragos, pero tenia que sacar fuerzas y salir pitando para el aeropuerto. --Ten cuidado, hija, me da miedo que viajes sola. --Mama, ni que fuera la primera vez... --Bueno, pero recuerda tener precaucion con todo, ya sabes que hay mucho loco suelto y no quiero por nada del mundo que te pase nada. --Lo mismo vuelvo con novio --bromee. --No me importaria, solo espero que tengas buen ojo. --Tranquila, prometo tenerlo. Dos escarmientos han sido suficientes. Dicen que a la tercera va la vencida --le solte mientras besaba su mejilla y me iba con mi pequeno equipaje hacia la puerta. --Llama en cuanto llegues. --Claro, no te preocupes. El avion despegaba. Estaba feliz. El dia anterior habia cumplido treinta y dos anos, y tenia una vida con un futuro bastante prometedor. Hacia dos meses que me ascendieron a directora de marketing de la empresa en la que trabajaba, "Medison". Llevaba alli ocho anos. Ese fin de semana era el evento anual de la empresa. Esta vez seria en Bruselas, asi que ahi estaba en el primer vuelo que salia hacia ese pais. Iba sola, pues la noche anterior se fueron los jefes de departamentos, pero yo, como era mi cumpleanos, preferi salir mas tarde. De todas formas, hasta el dia siguiente no se celebraria la reunion. Tres dias eran los que iba a pasar alli, tres dias completos. Era viernes, pero aterrizaria en la capital a las diez de la manana. La vuelta la tenia para el lunes a primera hora. Me encantaba conocer lugares y en Belgica nunca habia estado, asi que esta era mi oportunidad de hacer un poco de turismo. Un taxi me llevo hasta el hotel, en pleno centro de la ciudad. Me registre y sali a la calle a hacer un poco de turismo. No me habia preparado nada. Cuando viajaba, me gustaba estudiar la ciudad antes de ir, pero en este caso, un dia por otro, y nunca lo hice, asi que cogi hacia la derecha y decidi perderme, descubrir por instinto todo. Estaba feliz, me sentia bien conmigo misma. Por esa razon, me deje llevar y comence a caminar. Enseguida me di cuenta de que estaba en un sitio importante, La Grand Place, una belleza ante mis ojos. Solo el hecho de leer el nombre imponia. Me puse en el centro. Queria observar todo. Sabia que en cada edificio espectacular habia una historia detras, asi que puse el nombre de la plaza en Google y descubri que estaba el ayuntamiento, la casa del Rey, panaderias, sastrerias, cervecerias, pastelerias, todo estaba ante mis ojos. Despues de unos minutos observando, me compre un gofre con un delicioso chocolate y me sente a observar, solo eso, aquello era magia, un escenario imprescindible para deleitarse un rato. --No puedo, carino, te he dicho que no --escuche a un chico hablar por telefono. Por su acento juraria que era de Galicia. Me hizo gracia, se sento en la mesa de al lado-- No me puedes liar estos petates cada vez que salgo de viaje, asi no se puede vivir --dijo en voz baja pero muy enfadado. Yo hacia que miraba a la plaza embelesada por el atractivo que ofrecia, pero me hacia mucha gracia escuchar a ese chico discutir con la novia o mujer que le estaba liando la de Dios. --Estas quedandote loca, no es normal las cosas que me estas diciendo, esto es trabajo, ese que mantiene nuestro hogar, vives enferma de celos, esto no es vida, Natalia --recriminaba cada vez mas acelerado--. Mira, ya me has terminado de enfadar, no te voy a coger el telefono hasta el lunes, es imposible hablar contigo, cada vez que viajo, un numerito... !Ya esta bien! --colgo el telefono. Lo mire y vi que estaba tan enfadado que lo tiro sobre la mesa y el movil salio lanzado para el suelo. El telefono se habia roto en mil pedazos. No sabia si cogerlo y darselo, si echarme a reir, calmarlo o quedarme quietecita, que seria lo mejor... No, yo no me podia quedar quietecita, el si, ni se inmuto en mirar el movil. Estaba muy enfadado. Me levante y fui a cogerlo, pero antes de agacharme, lo mire. --Perdone, se le ha caido el movil --dije aguantando la risa mientras me agachaba para recogerlo. Podia ver que se estaba levantando apresuradamente. Aquella escena me habia parecido como recien sacada de una comedia americana, de esas que solemos ver a mediodia o por las noches, cuando estamos aburridos y nos apetece reir un poco. --No te preocupes. Ya lo recojo yo --decia mientras se agachaba y se quedaba en cuclillas, como yo. --No pasa nada --iba recogiendo y entregandole a el los pedazos. Estaba aguantando la risa cada vez mas. Parecia que me estaba haciendo efecto el lambrusco de la noche anterior. --?Eres espanola tambien, verdad? Me llamo Rodrigo --se acerco a darme dos besos. --Yo me llamo Hanna --dije reventando a reir. --?Y esa risa? --pregunto sonriendo. --Perdona, es que vi como lanzabas el movil... --dije a trancas y barrancas, llorando de la risa. --?Te sientas? --senalo a la silla de su mesa, sorprendido gratamente por lo que yo le habia revelado. --Vale --cogi las cosas de mi mesa y me fui para la suya. --?Has venido de viaje sola? --pregunto intrigado. --Si, aunque estas calles deben estar inundadas por companeros mios. He venido a un evento de mi empresa, se celebra manana. --?No seras empleada de Medison, verdad? --!Si! ?Tu tambien? --Si, soy de las oficinas centrales de Vigo. !Que coincidencia! --No, no lo es, solo a un espanol se le ocurriria estampar un movil por una discusion con su pareja --solte riendo aun mas. --!Mi madre! Te has enterado de todo --dijo poniendo sus manos sobre la cara. --No, tranquilo, a ella no la escuchaba --sonrei de forma malefica. --Mejor... --volvio a ponerse las manos en la cara. --No te preocupes. Las mujeres sacamos de quicio, lo llevamos en las venas por naturaleza -- intente suavizar el tema. --Pues esta lo debe llevar en el cuerpo entero. Que de numeritos cada vez que salgo de viaje. Me ha montado un pollo en un momento... impresionante. Esta se cree que soy Richard Gere o algo por el estilo, no la entiendo. Hombre, Richard Gere no, pero vamos, que bueno y guapo era bastante, de esos que a muchas no les importaria tener un rato en su vida. Ese pelo castano, un poco largo, engominado hacia atras, esos ojos color miel, esa mandibula tan acentuada, ese cuerpo tan definido, con ese polito blanco que le hacia unos brazos impresionantes, esos vaqueros ajustados.... Ni que fuera Richard Gere decia... aguante para no reir solo de pensarlo. --No te preocupes, se le pasara. --Mas le vale, porque llamar ya no puede --miro hacia el movil que estaba en la mesa roto en mil pedazos, los dos nos reimos. --No se yo si eso la enfadara mas --encogi los hombros. --Paso, para tres dias que voy a estar aqui, no voy a estar amargado. Total, ella, hasta que no llegue, no se va a quedar tranquila --puso ojos en blanco. --Algunas mujeres no tenemos solucion --dije de sopeton. Nos miramos con complicidad y, en el brillo de sus ojos, pude leer que yo le habia caido en gracia. Permanecimos callados durante un instante, un instante que para mi fue magico y creo que, para el, tambien. Pero la magia tambien tiene fecha de caducidad, como los yogures. Ya sabreis por que dentro de nada. Cuando viajas a otro pais, tienes la sensacion de que estas en otro mundo, en otra realidad y que tienes libertad para hacer muchas cosas que, en tu entorno, eres incapaz de hacer. Creo que a nosotros nos estaba pasando algo parecido. El hecho de que el hubiera roto el movil en mil pedazos me decia que las cosas con aquella joven no iban tan bien. Los celos son de las peores emociones que puede experimentar una pareja. Y, como el habia dicho, su chica estaba siendo presa de ellos. La verdad es que cada vez que lo miraba me recordaba mas a Richard Gere. Pero solo era una fantasia de las que se producian en mi cabeza constantemente. Lo estaba pasando genial con aquel chico. De repente, me di cuenta de que se estaba poniendo cada vez mas nervioso. Note que estaba completamente morado. Se habia atragantado con uno de los aperitivos que nos habian servido junto a la cerveza. Ya no podia ni hablar. Yo me asuste tanto que me levante para intentar ayudarlo. Rodrigo se atragantaba y no habia forma de que pudiera respirar.

  • Tras un invierno, un verano en tu corazon de Monika Hoff , Norah Carter

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    Invierno
    Cuando Dana se reencuentra con un amigo de la infancia, las emociones que le hacen sentir son tan fuertes que teme enamorarse.
    Su sexto sentido no le fallaba, Lucas entro en su vida y ella se enamoro perdidamente. Pero nada era sencillo, sobre todo porque el estaba felizmente casado y solo le podia ofrecer un invierno de “felicidad”.
    Aunque Dana acepto, los malos entendidos y las emociones la sobrepasaron. ?Que ocurrira cuando el la abandone y vuelva junto a su mujer?
    Una historia que solo sera real lo que dure un invierno.

  • El regreso de !Y tenia que ser mi jefe! 5 de Monica Hoff , Norah Carter

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    La felicidad cuesta y no es eterna. Eso lo descubre Davinia tres anos despues de su idilica vida junto a Peter.

  • Un juego muy peligroso 2 de Norah Carter

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    Queria morir. Cuando sali del avion, parecia que el mar me hubiese escupido a la playa como un fardo o un trozo de madera. Estaba indefensa y sentia que la impotencia iba a ser una de mis aliadas de por vida. Me esperaba Alejandra. Las amigas nunca fallan. Amigas como ella son las que hacen que la vida merezca la pena. Al verme, ella tambien rompio a llorar. Sabia que mi apariencia era la de una mujer destruida. Quiza esa expresion se queda corta para definir lo que sentia en aquel momento. No era yo. Sentia que yo era otra persona a la que habian machacado lentamente. Como una idiota, habia creido que Ethan apreciaba mi generosidad, mi entrega, mi forma de hacerle sentir un placer intimo e indescriptible. Como una idiota, habia creido que el juez podia llegar a quererme algun dia. A veces, en las peliculas suceden cosas asi, pero lo que yo habia vivido no tenia nada de pelicula. No voy a negarlo. Estaba pillada por aquel cabron y aquel cabron habia renunciado a mi, me habia forzado a sentirme sucia, a desear que no existiera otra cosa en el mundo que la perversion. Ethan habia sido perverso y manipulador y yo, al firmar aquel contrato, le habia dado licencia para que lo fuera, para que finalmente me demostrase que no era ese hombre encantador y sensible que yo habia conocido. ?De que servia enganarme? Habia sido una mujer codiciosa, habia sido una imbecil, una mujer que pensaba que la vida, mi vida, mi futuro, se basaria en una vivencia sostenida por el placer mas exquisito. Y yo era una triste dependienta, maleducada, que solo daba voces. Durante el vuelo me dio tiempo a pensar en muchas cosas. ?Habia firmado aquel contrato porque lo amaba? ?Habia firmado aquel contrato porque estaba harta de la rutina? No lo sabia con certeza, pero habia cometido un error, el error mas grave que podia haber cometido alguien como yo. Y ese error no era otro que la pereza. La pereza a no querer superarme, la pereza a no saber quien era Ethan mas alla de un cuerpo de infarto. Habia sido perezosa hasta para dudar, pues creia que todo iba a ser tan facil como firmar un cheque en blanco y ser la acompanante de un juez que se iba a tomar dos anos sabaticos para viajar por el mundo y uno de ellos queria que estuviese a su lado. Me cago en Pretty Woman y en todas las comedias de amor que me habian llenado la cabeza de pajaros. Estaba desatada, estaba deseosa de triunfar en mi propia mediocridad y, bravo por mi, eso es lo que habia conseguido. Ser una fracasada, una mediocre, una perezosa, una mujer insultada por un hombre que preferia callar antes que confesarme que no era el hombre maravilloso que decia ser. Alejandra me beso en los labios y luego en mis mejillas humedas por las lagrimas. Nos fundimos en un abrazo mientras la luz del amanecer nos barria, mientras nos perdiamos en una corriente de viajeros que se movian sin cesar de un extremo a otro de la terminal. No nos dijimos nada. Me cogio de la cintura y nos sentamos a tomar un cafe. --Necesito algo caliente, Alejandra. --Lo se. No te preocupes. Necesitas un cafe y yo tambien. --No se por donde empezar. No se... --temblaba al hablar. --No hables ahora, por favor. Nos sentamos una frente a la otra. Los ojos vidriosos de Alejandra me estremecieron. Paso un rato largo antes de que una de nosotras se decidiera a decir algo. --?Puedo confesarte una cosa? -- pregunto ella con timidez. --Si, claro. No me voy a asustar a estas alturas. --Nunca te he visto asi antes, Maika. ?Que demonios te ha pasado? Calle durante unos minutos. Mi mirada se perdia en el vacio. No la miraba a ella. No queria mirarla a los ojos. Estaba avergonzada. Me sentia ridicula. --No se que he hecho. --No has hecho nada malo. Has vuelto a casa y ya esta. --No puedo creer que haya sido capaz de cometer un error tan grave. --No seas idiota. Podia haber sido peor Y yo te anime. Yo te dije que, en tu lugar, habria hecho lo mismo. Fui una idiota. --La unica idiota que hay aqui soy yo. No sabes el miedo que he pasado hasta llegar hasta aqui. --Claro que no lo puedo imaginar. Pero ya estas en casa. --No estoy en ninguna parte. Me dan ganas de quitarme de en medio -- exclame con ira. --No digas eso ni en broma. No se que haria sin ti, Maika. Entiendo que estes jodida. Pero podia haber sido mucho peor. --?A que te refieres? -- pregunte mirandola a los ojos. --Imagina que ese tio formara parte de una red de prostitucion. Hay toda una mafia alrededor de eso. ?No lo pensaste? --Es un juez. ?Como iba a pensar eso? Sus palabras eran totalmente creibles. Firme el contrato convencida de lo que estaba haciendo. --Aunque sea un juez, el tio es un manipulador y te ha tratado como una mierda. Hay jueces y policias metidos en asuntos muy sucios. --No lo habia mirado desde ese punto de vista. Ethan parecia tan encantador... --Encantador de serpientes, Maika -- me interrumpio con tono energico. -- Todos los dias amanecemos con noticias terribles de trata de blancas. --Mierda de Pretty Woman -- dije con desagrado y conteniendo de nuevo el llanto. --Mierda de todo -- protesto mi amiga cogiendome la mano. --No estamos llamadas a ser princesas, ?verdad? -- pregunte con aire infantil. Cuando dije eso, Alejandra se limito a sonreir mientras una balada triste sonaba de fondo en aquella cafeteria. --Somos unas princesas especiales, Maika. --?Que quieres decir con eso? -- pregunte esbozando una sonrisa. --Que somos princesas a nuestra manera, con nuestros vestidos de tubo y nuestros tacones de aguja, con nuestro gin-tonics en un parking de discoteca mientras unos chicos que no valen nada nos devoran con los ojos. Somos princesas de extrarradio, condenadas a ganar mil euros al mes porque no nos salio del cono estudiar, condenadas a que nuestro futuro marido engorde lentamente y se quede calvo, y a que nosotras echemos un culo de hipopotamo despues de dar a luz a cuatro hijos. Nosotras somos esa clase de princesas, Maika. Desenganate. --Joder, que negro lo pintas. --Es el destino de la mayoria de chicas como nosotras. Nos levantamos un dia y creemos que nos vamos a comer el mundo. Pero el tiempo pasa y el mundo nos come a nosotras y nos damos cuenta, como lo has hecho tu en este momento, que Pretty Woman es una mierda de pelicula y que una puta jamas puede ser una mujer feliz -- sus duras palabras sonaban a verdad. Alejandra sorbio del cafe. Apoyo la mano en su barbilla y giro la cabeza. Movia nerviosa una de sus piernas como si pisara un pedal invisible. --?Que voy a hacer con mi vida, Alejandra? --?Que vas a hacer? ?Que vas a hacer? -- canturreo sonriendo. --Si, ?Que voy a hacer? --Lo de siempre. Volver a la tienda. Ser feliz y pobre. Buscarnos problemas en las discotecas los sabados por la noche. Ligar con jugadores de futbol de Tercera Division, hacer fotos a nuestras heces, mandarnos emoticonos antes de dormir y pelear por un sueldo de mierda todas las mananas. No nos queda otra. --Tienes razon. No esperaba que fueras tan sensata. Es un momento muy jodido para mi. --No fui sensata cuando te dije que habias hecho bien en firmar. Yo la he cagado tambien en este asunto --repuso con tono de arrepentimiento. --Aqui solo hay una culpable y soy yo -- dije con actitud de martir. --Debes olvidarlo todo. --No va a ser facil, Alejandra. Estaba muy pillada por ese tio, pero acabo portandose como un cerdo. --?Como has podido ser tan valiente, Maika? --No he sido valiente. He sido una temeraria. La policia ha estado a punto de detenerme. Podia haberla cagado aun mas. --Vienes sin maleta y sin nada. No quiero verte asi. Nos vamos para casa ahora mismo. ?Como has cometido esta locura? --Me asfixiaba, Alejandra. Me asfixiaba -- repeti con el corazon encogido. No soltaba la mano de mi amiga. Su mano era el unico asidero que yo tenia para no volverme loca del todo. --Vi cosas muy raras en Ethan y su actitud me empezo a parecer repulsiva. Entramos en un juego muy peligroso donde temi que me hiciera dano, que ese contrato, donde yo era una acompanante, se convirtiera en un pretexto para abusar de mi cuando a el le pareciera. Y no me refiero al sexo, sino a su forma de tratarme, de callar, de mirarme con odio, de silenciarme, de obligarme a permanecer encerrada para que no le causase problemas. -- ?Temiste por tu vida? --pregunto ella con expectacion, mordiendose el labio inferior. --Por esa razon, hui. No queria ser un mero objeto. No queria ser su puta. Y empezo a darme miedo, mucho miedo. No era el hombre que habia conocido aqui. --Maika, fuiste su puta al firmar ese contrato. --Yo no lo vi entonces asi. Lo vi como un juego, como una fantasia sexual hecha realidad, como una forma de conquistarme. Todo eran ventajas, Alejandra -- argumente como una ilusa. --Te equivocaste. A mi tambien me parecio muy atractivo, pero no. Ahora veo que no. --Somos princesas especiales -- dije con ironia. --Lo somos, te guste o no te guste. Vayamonos de aqui. --Tengo que pasar por su casa, Alejandra. --?Estas loca? ?Como vas a pasar por la casa de ese loco? La mirada de mi amiga era la mirada de alguien que teme, de alguien que espera que, mas pronto que tarde, le suceda algo malo. --Tiemblo solo en pensarlo. --Alejandra, tengo mi coche en su casa y todas mis cosas, joder. --Pero, ?y si esta el alli? -- pregunto mi amiga con un hilo de voz. --No le ha dado tiempo. Estoy segura. Por un lado, era cierto que lo que iba a hacer junto a mi amiga era una verdadera locura. Habia huido de Ethan para ahora meterme en la boca del lobo, para aparecer en su casa como si tal cosa. Por otro lado, necesitaba demostrarme a mi misma que era capaz de no amilanarme, de ser lo suficientemente valiente para enfrentarme a el, como lo habia sido al desobedecerle escapando de Costa Rica. --Por favor, no me hagas esto, Maika. --Te prometo que no pasara nada. Solamente te pido que me lleves hasta alli y te vas. --?Como te voy a dejar sola? Estare a tu lado -- dijo con un tono de confianza amable y fraternal que me conmovio. Me cogio de la cintura y avanzamos hasta el parking del aeropuerto. Montamos en su coche y nos marchamos en direccion a Sotogrande. Durante el trayecto, intentamos hablar de temas que nada tenian que ver con Ethan, salvo una vez que paramos a repostar y a comer algo en una de esas gasolineras que no aparecen ni en los mapas. --?Has leido 50 sombras de Grey? --No. Sabes que no leo casi nada, Alejandra. He visto la pelicula. Y ya se por donde vas. --?No te ha pasado algo parecido? --No. Al principio todo parecia de ensueno, pero pronto se convirtio en una maldita pesadilla. --No se por que he nombrado las 50 sombras. Perdoname. --No pasa nada. Pero, al final, aquello no tuvo nada de romantico y la sumision no va conmigo. Hubo un momento en que la sumision dejo de ser un juego pactado entre los dos -- sentencie. --No me puedo poner en tu lugar, Maika. Ha debido ser horrible. Tan lejos y tan sola. --No me entra nada. No puedo masticar, Alejandra. Tengo hambre, pero no puedo tragar. Despues de pagar, Alejandra me beso en la frente y, como si se tratase de una madre, envolvio mi bocadillo y se lo llevo, pensando que mas tarde me lo podria comer. Solo me apetecia beber agua. Nada mas. Eche una cabezada en el interior del vehiculo. Y no sone con Ethan ni con esa personalidad distante y dominadora que encarnaba. Tampoco se puede decir que fuese un sueno reparador. Al despertar, Alejandra me dijo algo que me hizo llorar. --Maika, ?sabes una cosa? --?Que? -- respondi despues de un bostezo --Sabes que te quiero -- pronuncio con aire risueno. --Y yo a ti. Le acaricie el pelo

  • Un amor a la italiana de Norah Carter, Monika Hoff, Patrick Norton

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    Ya estaba montada en el avion. No habia vuelta atras porque la decision ya estaba tomada. Dejaba atras veinticinco anos de mi vida viviendo bajo el techo familiar. Me habian ofrecido un puesto de trabajo en Roma por un ano. Ni siquiera lo pense. Se lo comente a mi familia y, aunque les daba pena que me fuese de Espana por un ano, comprendian que era una oportunidad unica. --Ciao -- dijo una voz masculina. Levante la cabeza para comprobar que era un chico que se iba a sentar al lado de mi, pero, ?por que me decia adios? !Ni que yo me fuese a mover! Mira que era guapo aquel chaval, pero me puso de mal humor. --No, no me voy a mover, este es mi sitio asignado -- dije sonriendo ironicamente. --No le dije que se fuese -- dijo con ese acento italiano tan sensual. --Me has dicho Ciao... --Es un saludo. ?Que tiene de malo? -- dijo sonriendo mientras se sentaba. --Ciao es adios... --Ciao es una palabra italiana y se usa como saludo o despedida indistintamente -- dijo guinando el ojo a la vez que se quitaba el sombrero de paja que llevaba y le quedaba tan bonito. Ahora dejaba al descubierto una media melena preciosa. --Pues siempre entendi que era a modo despedida. --Se nota que no has estado en Italia y que es la primera vez que vas a ir. --Si, pero imagino que me dara tiempo a terminar hablando hasta italiano ya que vengo por un ano. --Wow, eso es genial, imagino que vas a una casa compartida con gente que conoces -- dijo de forma amigable buscando la complicidad de mis respuestas. --!Que va!, alquile un estudio pequeno para mi sola. Lo bueno es que me lo paga la empresa -- apostille poniendo una sonrisa de oreja a oreja. --Interesante todo esto que me dices. Muy interesante -- murmuro como si estuviese dandole vueltas en la cabeza a una idea. --?En que estas pensando? -- pregunte con extraneza. --Bien, te voy a dar la tarjeta de mi restaurante donde esta mi numero, tienes que ir a probar mi mejor pizza, una pizza hecha a lena. Dicen que es la mejor de toda Italia. La primera vez que vayas invita la casa y ya veras como repetiras -- volvio a guinar el ojo mientras me daba la tarjeta con un aire muy seductor. --Perfecto, si estoy invitada, fijo que voy, ?es tuyo el restaurante o eres el encargado? -- me estaba gustando hablar con aquel chico que parecia un buen conversador. --Es mio, herencia de mi padre. Trabajo alli durante muchos anos e hizo de aquel horno un lugar de referencia gastronomica en muchas guias turisticas. Eso no es facil, creeme -- manifesto con orgullo, mirandome a los ojos. --!Que bien! No debe ser facil -- apunte yo con intencion de que se sintiera comodo y siguiera hablando conmigo. --Por cierto, me llamo Alessandro. --Yo soy Amanda -- esboce una sonrisa. Me encanto aquel nombre, pues me recordaba a una de mis canciones favoritas de Lady Gaga. "Alessandro" era un nombre sugerente y sutil, un nombre que enamora y, sobre todo, si aquel joven era lo mas parecido a un actor de cine. Y lo era. Sus facciones armonicas, su menton levemente pronunciado y sus ojos oscuros no dejaban lugar a dudas. Pero yo no podia pensar ahora en ligar con un tipo del que no conocia casi nada y en un momento en el que debia preocuparme de otras cosas mucho mas importantes. Iba a vivir en un pais que no conocia, lejos de casa y de mi familia. Aunque siempre me he adaptado perfectamente a las nuevas situaciones, ahora, por un tiempo, iba a ser una extrana en un lugar que me resultaria hostil durante las primeras semanas. Era logico y eso no debia inquietarme. Pero aquel chico ... Alessandro… me estaba poniendo nerviosa y, cuando digo "nerviosa", no me refiero a un estado de ansiedad preocupante, sino mas bien a un estado de excitacion que iba creciendo segun pasaban los minutos. --?De que trabajaras? -- pregunto con interes, arrugando sus labios carnosos. --Estudie Turismo y me ha contratado una empresa receptora de espanoles para diferentes traslados, sobre todo al puerto de Civitavecchia donde han de coger sus cruceros. Tambien me encargare de recibir a los viajeros que vienen para una estancia en Roma. Creo que voy a estar bastante entretenida -- acabe riendo sin dejar de mirarlo a aquellos ojos negros y rasgados. --Me parece muy interesante. Estoy seguro de que es un trabajo muy divertido y ameno. Preparate para trabajar mucho porque Roma es un rio continuo de gente. Ademas, el turismo es una fuente de ingresos muy importante para la ciudad -- comento Alessandro con seriedad mientras yo presentia que mi vida habia cambiado ya desde el momento en que me embarque. --Bueno, tambien llegara en cada grupo el tipico quisquilloso que se queja de todo. Y eso es lo peor de esta profesion: mantener la paciencia y ser lo mas diplomatica posible cuando la gente se impacienta por cualquier motivo. --Claro, entiendo, pasa lo mismo en el restaurante. Lo bueno es tener clase para resolver ese tipo de conflictos con el mejor talante posible. Y no es facil. Es rara la semana que algun cliente no me saca de quicio con excusas tan tontas como que la pizza esta fria o que la salsa esta demasiado salada. Al final, acabo por no cobrarles para que se tranquilicen y no presenten ninguna reclamacion -- dijo con un tono ironico. --Pero se estan aprovechando de ti, Alessandro. Como se corra la voz, van a ir a tu restaurante a comer gratis a todo el que se le ocurre -- anadi yo con estupefaccion. --No. No es frecuente. No pasa todos los dias. Por suerte, la mayor parte de los clientes estan deseando probar mis platos y tengo siempre una lista de espera. Algunos turistas reservan semanas antes -- dijo con orgullo. --Lo que me cuentas es fantastico, Alessandro. Me alegro mucho por ti. Ahora ya no tengo ningun pretexto para no ir a probar tu comida. Si tienes esas listas de esperas, es que la comida debe ser exquisita -- comente yo haciendome la tonta, como si fuera una estudiante quinceanera --. Si, espero que, cuando vaya, no me pille con uno de esos dias de mal humor. En esos dias no hay Dios que me soporte y exploto enseguida por cualquier cosa -- dije encogiendo los hombros y riendo. --Una mujer con caracter -- rio el tambien. --Tampoco es para tanto. Estaba bromeando, Alessandro. --Me quedo mas tranquilo. Aunque las espanolas teneis fama de ser mujeres muy pasionales. Las italianas tambien, ?sabes? --Estoy muy ilusionada y esta conversacion me esta animando. Dejo atras a mucha gente que quiero -- comente con cierto tono de tristeza, como si buscara en aquel chico un poco de carino

  • Dejame amarte (Dejame amarte 3) de Norah Carter, Monika Hoff

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    Por fin estaba en Dubai, me centre en disfrutar al maximo de esa experiencia, en aquel pais, junto con uno de los hombres mas ricos del mundo. Despues de lo que habia pasado con Brian, me apetecia vivir cada oportunidad que me pusiese la vida por delante. Me sentia extrana en ese coche de lujo sentada en el sillon de atras, el iba sentado junto a mi, delante iba el chofer y uno de seguridad, por supuesto ibamos escoltados por dos coches delante y dos detras, el dispositivo de seguridad que llevaba era impresionante. En el camino pude observar la cantidad de rascacielos y lujo que derrochaba esa gran ciudad. Llegamos a un muelle privado donde aparcaron los coches y me guiaron hasta un yate impresionante donde invitaron a montarme para continuar nuestro trayecto al que rapidamente descubri que era una isla privada a pocos kilometros de la costa. En el yate nos sirvieron un champagne que solo la botella anunciaba que posiblemente seria mas cara que lo que costaba mi casa, el sabor era indescriptible, no recordaba haber tomado en mi vida uno con un sabor tan fino y delicado. Cuando nos situamos frente a la isla y pude ver todo ese complejo privado que tenia, por poco me da un desmayo, sin duda era para quedarse ahi a vivir toda una vida, el color del mar era uno de los mas atractivos que habia conocido. Entramos a la villa de lujo con una superficie habitable de mas de 1.500 metros por planta, pude comprobar que tenia ocho dormitorios con sus cuartos de banos, una terraza en cada nivel, ascensor, un salon, cocina impresionante y una piscina frente al mar que sin duda era la mas bonita que habia visto en mi vida. Mi cara era de tonta total, el sonreia al mirarme, unos jardines de lujo hacian que todo aquello fuese todavia mas lujoso y extravagante, a los alrededores veinte villas pequenitas que servian de alojamiento para las personas que invitase. Solte las maletas en aquella habitacion que podia medir unos 100 metros cuadrados tranquilamente y coloque todo lo que llevaba. Me puse un banador muy elegante y por encima me tire un vestido tipo arabe de mangas por el codo y por encima de las rodillas, muy elegante pero playero a la vez. Baje hacia abajo y ahi estaba el, en la terraza, con su banador y tomando una copa mientras me esperaba, pude comprobar que tenia un cuerpo impresionante, se notaba que lo trabajaba mucho, el moreno lo hacia mas atractivo y seductor aun. -- Estas preciosa, no sabes cuanto me alegro de que hayas aceptado mi invitacion --dijo mientras me entregaba una copa de vino. -- Me ha venido muy bien hacer este lapsus en mi vida, gracias por pensar en mi para este viaje. -- Manana por la manana iremos al centro comercial mas importante de la ciudad para que escojas el vestido que quieras, no te habia dicho que pasado manana hare una fiesta exclusiva en esta isla y vendran invitados muy especiales y exclusivos, se alojaran aqui durante unos dias. -- !Que verguenza! No se si estare al nivel. ?Como me has hecho esto? --esboce una sonrisa. -- Por supuesto que estaras y estas al nivel, no invito a permanecer unos dias de mi vida a cualquiera, manana compraremos el vestido, podras escoger el que mas te apetezca y que mejor creas que te sienta, quiero que estes deslumbrante --hizo un guino de ojo. -- Esta bien, te agradezco mucho que hayas pensado en mi para disfrutar de esta fiesta y estancia, que no esta al alcance de cualquiera. -- Vuelvo a repetirte que no eres cualquiera --agarro mi mano y la acaricio suavemente. -- Me halaga que asi sea, la verdad que estar en un lugar asi, es algo para recordar toda la vida, y tener la posibilidad de disfrutarlo te da una sensacion que sabes que sera unica. -- Pues te puedes quedar aqui y fijar tu residencia, eso si, tendras que aguantarme aqui contigo --guino de nuevo su ojo. -- ?Me estas haciendo una proposicion? -- Pues claro, tienes tiempo para pensarlo --sonrio mientras levantaba su copa. -- Entonces, si acepto, tendre que ver como pones a cada una de tus mujeres en uno de los bungalos exteriores, ?verdad? --fui directa a la yugular. -- Si tu te quedases, serias mi unica mujer, renunciaria al resto de ellas --dijo mientras daba un sorbo a su copa. -- Me lo estas poniendo muy facil, algun truco tiene que haber. -- Ninguno, Paola, te ofrezco todo lo que tengo para ti sola, desde el momento en que te vi sabia que serias lo unico que desearia y no podria comprar en la vida. -- Al final me lo voy a creer --dije mientras me metia en la piscina ya que el calor de ese lugar era asfixiante. -- Me encantaria verte con un traje rojo para esta noche, debe quedarte espectacular ese color. -- Me gusta, lo veo lo bastante elegante para una ocasion como esta. -- Pues buscaremos el traje rojo mas bonito de todo Dubai. -- Menos mal que vas a pagar tu, porque solo el nombre de esta ciudad indica que el mejor traje no debe de bajar de cinco ceros. -- Ese no es el problema, quiero que con lo que compremos te sientas a gusto y resplandeciente. -- Yo la verdad que con cualquier trapito estoy mona --dije bromeando. -- De eso soy testigo --dijo riendo. Salir de la piscina y me fui directa para el mar, tenia ante mi la mejor playa privada que jamas hubiese imaginado poder pisar, me meti en el agua y me zambulli, al salir ya lo tenia frente a mi con una sonrisa en los labios y rodeandome con sus brazos. Nos quedamos mirandonos unos segundos hasta que nuestros labios se encontraron y comenzaron a juntarse de la manera mas dulce que jamas pude imaginar de ese hombre. Al separarnos me regalo una sonrisa que advertia lo feliz que le habia hecho ese momento, la verdad que a mi tampoco me habia disgustado, es mas, me habia dejado con muy buen sabor de boca. Salimos hacia fuera y nos tumbamos en una de esas tumbonas balinesas que habian repartido alrededor de toda la orilla de la playa, rapidamente teniamos un chico del servicio preguntandonos que queriamos tomar, mando a pedir una botella de vino, ya veia como habia dos chicos preparando una parrillada de marisco en una de las barbacoas que habia alrededor del jardin. -- Es una de las veces que mas bonito veo el mar, debe ser por la belleza que tu has traido a este lugar. -- Que exagerado eres --puse ojos en blanco. -- Sabes que es cierto lo que digo, ?te apetece que nos traigan la cena aqui o nos vamos al jardin? -- A mi me da igual, pero aqui se esta de escandalo, no me importaria seguir disfrutando de este momento. -- Sus deseos son ordenes para mi --hizo un gesto a uno de los del servicio para que nos preparase una mesa en aquel lugar. -- Debe ser alucinante vivir en un mundo donde todo lo que quieras lo tienes al instante. -- Vente a instalarse aqui y compruebalo por ti misma --puso cara de interesante mientras acariciaba mi rodilla. -- Al final me lo voy a tener que pensar --dije mirandole fijamente a los ojos aunque ni se me pasaba por la cabeza plantearmelo. -- Tienes toda la semana para hacerlo, esperare la respuesta impaciente. -- En una semana no puedo decidir toda una vida --recorde lo bien que habia dejado mi estado en la Toscana gracias al anillo que me habia regalado Brian de un regalo que le hizo mi jeque. -- Dejame amarte y veras lo facil que es pensar todo. Me entro una suave risa . -- Tengo una semana para hacerlo. -- Eso lo se, desde el momento que aceptaste venir por esos dias conmigo. -- Bueno de todas formas yo no tengo que trabajar y me puedo quedar unos dias mas, lo digo por si me dejas disfrutar de esto el tiempo que necesite, luego cuando me aburra... !aqui te quedas! --solte bromeando. -- Bueno, tambien me puede valer por si necesito algunos dias mas para conquistar tu corazon. Se me caia la baba con las cosas que me decia ya que cualquier mujer desearia que un hombre de esas caracteristicas estuviese babeando por ella, cada palabra que me decia era con un carino y un derroche de amor impresionante, me puse a pensar que la vida se habia encaprichado en ponerme una serie de hombres ricos en mi camino, pero ese era muy gracioso ya que todas mis bromas las entendia perfectamente y me las seguia sin darle importancia a lo que le estaba diciendo. Me daban ganas de contarle al jeque lo del anillo y que lo habia vendido, seguramente el se lo iba a tomar bien, incluso se alegraria de que hubiese caido en mis manos, lo que no estaba segura era de que le gustara enterarse de la relacion que habia tenido con Brian, asi que por ahora no se lo contaria, pero conociendome... poco me faltaba para contarselo. Nos pusieron una mesa entre las dos tumbonas y justo a la altura para estar comodos, un precioso mantel blanco sobre ella, con una mariscada, todo estaba cuidado hasta el minimo detalle, la cuberteria era la mas fina que habia visto en mi vida. Ya estaba viendo como el jeque iba a coger los cubiertos para comer la langosta que ya estaba abierta y preparada, lo mire muerta de risa y le dije que conmigo se dejase de tanto protocolo, que yo me la iba a zampar con los dedos, le hizo mucha gracia y me dijo que adelante. -- Cuentame sobre tu vida --le pedi mientras me limpiaba las manos con la tipica toallita de limon. -- ?Que quieres saber? -- No se, como es esto de ser jeque. No creo que sea tan facil como parece. -- La verdad es que no --fruncio el ceno. -- Pues eso --bebi de mi copa de vino--, cuentame un poco. -- A veces la gente piensa que por tener dinero todo es sencillo y no es asi --se apoyo en el respaldo de la silla y me miro fijamente a los ojos--. Tenemos problemas, como todos, pero claro que el dinero ayuda. -- Eso seguro --esa parte la entendia--. ?Que es lo mas dificil? -- Los amigos. -- ?Tener amigos es dificil? -- Tener amigos no, pero ese es el problema --bebio un poco de su copa y la puso de nuevo sobre la mesa--. Cuando estas en una situacion tan privilegiada como la mia, no tienes mas remedio que ser siempre desconfiado. La gente siempre se ha acercado a mi por mi posicion social, si podemos decirlo asi, o por mi dinero. Me quede mirandolo mientras llegaba a entenderlo. -- ?Y como los diferencias? -- No lo haces, a veces te guias por tu instinto, otras veces por no tienes mas que desilusionarte --se encogio de hombros. -- Y te hace ser mas desconfiado, supongo. -- Si, claro. Pero confio mucho en mi sexto sentido. Esto no es nuevo para mi asi que ya tengo experiencia. -- ?Y que te dice tu sexto sentido conmigo? --quise pegarme nada mas decir la pregunta en voz alta, no podia mantener la boca cerrada nunca. Esbozo una sonrisa sesgada y me miro con la diversion brillando en sus ojos. -- No creo que te guste saberlo. -- Y tanto que me gusta. Bueno, tal vez no me gusta --reconoci--, pero soy una alcahueta de primera, asi que lo quiero saber. -- No te adelantes a los acontecimientos, Paola, deja que la vida decida. Lo mire durante largo rato, esa frase me era demasiado conocida. -- No puedes pedirme que no lo haga. Soy una alcahueta de primera --al final acabe riendo y el conmigo pero era cierto, era demasiado curiosa para mi propio bien. -- Quizas un poco mas adelante te lo cuente --me guino un ojo--. Ahora disfrutemos del tiempo que estaremos juntos y ya veremos que nos trae el futuro. -- Ya veremos si aciertas o no --lo mire a los ojos mientras volvia a beber. -- Brindo por eso --levanto la copa y yo hice lo mismo. La comida fue bastante divertida. La verdad era que no tenia nada que ver con la impresion de seriedad que daba. Era un hombre bastante divertido, al menos conmigo era asi, y, sobre todo, atento. Me sentia bien con el y eso me daba un poco de miedo. Pero estaba dispuesta a vivir el dia a dia y no pensar en nada mas. Estuvimos de nuevo disfrutando del sol durante un par de horas mas y luego volvimos a darnos una ducha. Estuve mas tiempo de la cuenta en la banera, pero me habia preparado un perfecto bano con sales aromaticas y relajantes y queria disfrutarlo al maximo. Habiamos quedado en que tendria la tarde libre para descansar o hacer lo que quisiera ya que el tenia asuntos de negocios que arreglar y asi yo podria descansar un rato, y que nos veriamos a la hora de la cena. -- Quiero verte espectacular --me dijo antes de despedirse de mi en la puerta de la habitacion y marcharse. Me decidi por una falda cenida negra y de talle alto que llevaba, la habia comprado especialmente para ese viaje, y una blusa de seda blanca. Se transparentaba demasiado asi que use ropa interior blanca tambien. No sabia si le gustaria que se viera mas de la cuenta teniendo en cuenta el personal de servicio. Me mire en el espejo y no vi nada del otro mundo o que pudiera ofenderle asi que me encogi de hombros y segui arreglandome. Media hora mas tarde entre al salon. Estaba sirviendose una copa y yo me quede en la puerta contemplandolo. -- Me alegra que ya estes aqui --dijo sin tan siquiera darse la vuelta. -- Espero no llegar tarde. -- Tampoco tendrias que disculparte, esperaria el tiempo que fuese necesario. Me gusto ese comentario y sonrei.

  • Siempre te he amado, Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter

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    ?Quien diria que un “simple” viaje puede cambiar tu vida por completo?
    Cuando Carlota y Fran llegan, junto a sus amigos, al Caribe, no podran ocultar por mas tiempo lo que sienten el uno por el otro. El secreto que han guardado por anos, saldra a la luz.
    Pero no todo sera tan facil y, a veces parece ser que, por mas que ames a alguien, esa persona no esta destinada a permanecer en tu vida. ?Lo estaran ellos dos?

  • !Y tenia que ser mi jefe! 7 de Monica Hoff , Norah Carter

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    Davinia y Peter por fin disfrutaban de un merecido tiempo para ellos solos. Risas, playa y mucho amor… Pero la soledad les duro poco. Davinia esta embarazada y ahi comienza el caos de nuevo en sus vidas.
    El final de la saga con momentos divertidos, con todos los personajes y con la culminacion de una historia de amor que nos ha mantenido en vilo. ?Seran, por fin, nuestros protagonistas felices para siempre?

  • Y apareciste tu … de Norah Carter, Monika Hoff

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    Tras esa llamada, sabia que mi vida iba a dar un giro inesperado, mire a mi pequeno Daniel y le dije que me ayudase a preparar las maletas, el estaba muy feliz ya que por primera vez iba a montarse en un avion. Desde hacia 4 anos, dese que mi hijo vino al mundo, toda mi vida giraba en torno a el, lo saque sola hacia delante ya que me converti en madre soltera, fue algo imprevisto e inesperado, de una corta pero intensa relacion, tras decirle que estaba embarazada me dejo muy claro que el se desentendia totalmente del tema y que si pensaba continuar hacia delante lo iba a hacer solita... Y aqui estoy yo, con el pilar mas importante que la vida me ha dado, tome la decision mas acertada, aunque sabia que me iba a ser muy dificil sacarlo sola hacia delante. Aunque mis padres es cierto que me intentaron ayudar mucho... pero yo queria que la responsabilidad cayera sobre mi, asi que fui buscandome la vida para trabajar y sacar al pequeno hacia delante. Lo triste fue que en Espana la situacion estaba muy dificil en el tema laboral asi que tuve que decidirme por mandar algunos curriculums a algunos paises de Europa para trabajar como recepcionista en algun hotel. Yo habia terminado el Grado en Filologia Inglesa pero al llegar Daniel a mi vida, no pude dedicarme a mi oficio de pleno, asi que habia trabajado en academias particulares o para dar clases privadas, algo que me encantaba. Por ello me decidi por Londres, aparte de su amplio abanico laboral. Sabia que tendria suerte alli y encontraria trabajo, aunque no lo imaginaba tan rapido. Pero me habia costado tomar la decision por todo lo que ella conllevaba, sobre todo me habia costado explicarselo a mis padres, iba a separarlos de su nieto. Estaba muy nerviosa el dia que lo dije y la impresion para ellos fue grande, pero al final, aunque dolidos, lo entendieron. Aun mas fuerte fue decirselo a Daniel ya que a su edad no entendia demasiado, pero se lo hice ver como una aventura que ibamos a vivir y estaba deseando que empezara. Por fin llego esa llamada donde me proponian un contrato de trabajo en Notting Hill en Londres, en un pequeno hotel, me pedian incorporarme a principios de septiembre por lo que faltaban muy pocos dias, trabajaria solo de lunes a viernes en el turno de manana, cosa que me venia genial para poder organizarme con Daniel. Me organice para encontrar casa en la misma calle, asi que nada mas que llegase, tendria solventada esa parte, me iba a ir unos dias antes para poder inscribir al pequeno en el colegio y poder organizarme para empezar la rutina con el nuevo trabajo. Daniel empezo a echar tantas cosas en su maleta que me tuve que empezar a reir, tenia una gran inteligencia para los cortos 4 anos que tenia, le hacia mucha ilusion irse a vivir a otro lugar, de todas formas me parecio una idea genial para que el comenzase a hablar otro idioma. La puerta sono y Daniel fue corriendo ya que sabia que eran sus abuelos. -- Hola, precioso --dijo mi padre cogiendo en brazos al pequeno mientras se lo comia a besos y mi madre intentaba quitarselo para hacer lo mismo. -- Me voy en un avion --dijo el pequeno feliz por el viaje que iba a realizar. -- Pues yo en ese avion ire pronto a verte --dijo mi padre mientras lo seguia abrazando. -- ?Alguien me puede saludar a mi? --dije reclamando mi lugar ante la risa de mi hijo. Rapidamente vino mi madre a darme un gran abrazo y decirme que nos iba a echar mucho de menos a mi y al pequeno, pero que haria por vernos pronto, estaban apenados por la marcha de su nieto y me habian propuesto quedarselo aqui al principio mientras que me instalaba, pero yo no podia irme y dejar a mi hijo aqui, eso no se me pasaba por la cabeza, sin el seria incapaz de irme a ver ninguna parte. Mi padre se paso toda la tarde jugando con Daniel y mi madre no paraba de darme consejos e intentar ayudar en todo, estaba muy triste pero sabia que era por el bien de nosotros. Los siguientes dias lo pasamos arreglando todo, Daniel iba contandole a todo el mundo que se iba a montar en el avion y a mi me hacia mucha gracia con la ilusion que habia abordado todo ese tema.

  • Un verano en tu corazon de Norah Carter

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    Hacia un mes que se habia marchado Lucas, yo estaba afrontando una pequena depresion y no habia tenido ningun tipo de noticias por parte de el; eso era predecible, pero pasarlo dia tras dia, era algo dificil de asumir y hacia que me encontrase en ese estado. Los primeros dias fueron los mas dificiles de mi vida, me acostaba y me levantaba llorando como una enana, tenia la sensacion de que me faltaba el aire para respirar, habia momentos que pensaba que habia tocado fondo y que no queria seguir viviendo. Mi hermana me llamaba y notaba que me estaba pasando algo, estaba realmente preocupada e incluso decia que queria venir pronto a verme. La Semana Santa la pase metida en casa y no sali ni para comprar el pan, luego me incorpore al trabajo y era para lo unico que salia de mi hogar, por lo demas me apetecia refugiarme y vivir mi pena sola. Habia adelgazado varios kilos y estaba animicamente por los suelos, precisamente ese jueves tenia cita con mi medico para que valorarse un poco mi estado. Algo me decia que debia de tener una anemia de ordago. Tenia la sensacion de estar mas sola que nunca y en esos momentos fue cuando realmente me partia el alma no tener a mis padres ahi, desde que murieron los habia echado muchisimo de menos, ademas de haberlo pasado francamente mal, pero esa vez estaba que se me iba el alma de no tenerlos. Tras terminar de tomar el cafe, sali hacia el instituto para afrontar la flojera que traia el comenzar la semana, todo el camino me pase recordando, como siempre, cuando Lucas me acompanaba hasta el trabajo; ahora, el hacerlo sola, hacia que fuese todo con mucho desanimo. A la salida me fui a comer con mi companera Patricia, ultimamente habiamos coincidido poco y no habiamos tenido posibilidad de hablar tranquilamente, aunque en los cafes Express que nos tomabamos diariamente la mantenia informada de todo. Gracias a Dios que hablar con ella de vez en cuando hacia que me desahogara al menos un poco y que no me llegase a sentir tan sola, aunque evidentemente cada una teniamos nuestras vidas. -- ?Que tal estas, mi nina? -- Bueno, ahi vamos, sera cuestion de tiempo --dije mientras ibamos andando hacia el restaurante asiatico. -- Deberias de apuntarte a alguna actividad por las tardes, necesitas evadir un poco la cabeza --dijo mientras me agarraba el brazo y lo acariciaba. -- Ahora mismo no estoy para esas cosas, solo me apetece estar tirada en el sofa y no escuchar nada, imagino que todo sera cuestion de tiempo. -- Ese estado en el que te encuentras es el principio de depresion, como ya te dije, y debes rapidamente tratarla, no vayas a faltar el jueves a tu cita con el doctor, pero sobre todo debes de sacar fuerzas y hacer algo mas que estar encerrada en tu casa. -- Claro que ire al medico, imagino que tendran que hacerme pruebas ya que estoy muy debil y no tengo absolutamente nada de fuerzas, el tema de la ansiedad y de la depresion me imagino que comenzaran a tratarlo. -- Me duele tanto verte asi, imagino que cuando pase el tiempo recordaras esta historia como algo dulce que dejara de causar dolor. -- Ese es el problema, que fue tan dulce y bonito que es incomprensible que algo asi tuviese que terminar, jamas pense que el amor tuviese una fecha de caducidad.

  • No me ames 3 de Norah Carter

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    Habian pasado diez dias desde que Lucia se habia plantado en mi casa para contarme lo que habia sucedido. Las lagrimas arrasaban mi cara y vi tambien como Lucia se estremecia al relatarme con todo lujo de detalles aquella historia terrible que me dejaba a mi como una mierda. Eso es. Yo me sentia como una mierda. No se puede definir mejor. Lucia me abrazo y yo cai al suelo como una marioneta a la que le han cortado los hijos. Ahora era un pelele en manos de todos. Mis sentimientos parecian no importar a nadie. Jamas me habia sentido asi. Ni siquiera cuando Jordi me dejo despues de unos dias de ensueno. No se podia caer mas bajo. No se podia. ?Que clase de vida me esperaba ahora? Lucia no sabia que decir. Por primera vez en mi vida, habia visto que Lucia era incapaz de animarme. Queria abrazarme, pero no podia levantarme del suelo. No entendia sus frases entrecortadas porque el dolor le impedia hablar con claridad. ?Que me importaba vivir ahora? ?Que importaba? Ella tambien se puso a llorar al verme asi. El destino volvia a cebarse conmigo. Y lo peor de todo es que yo tenia razon cuando dije que me daba miedo tanta felicidad. Jordi me prometio que aquello era parte de mi pesimismo y que yo merecia todo, que, a partir de ahora, todos los dias iban a ser tan dichosos y maravillosos como los del crucero junto a Alex y mis amigas de toda la vida. Necesitaba el calor de mis padres. No queria quedarme sola. No queria quedarme sola en esa cama, en esa cocina, que tantos recuerdos me evocaba. Lucia se quedo aquel dia conmigo. No queria dejarme sola y esa euforia y alegria que siempre me transmitia se volvio en una tristeza y en un silencio que no eran propios de ella. --No se que decir en estos momentos, Erika. No puedo bromear sobre esta situacion porque se lo que sientes por este hombre. Ha sido una putada, pero sabes que yo no voy a separarme de ti -- dijo Lucia con una leve sonrisa en los labios. --El mal ya esta hecho, Lucia, y siento que estoy atrapada en una telarana. Cualquier movimiento solamente empeorara las cosas -- anadi yo sin dejar de llorar, recordando cada una de las promesas que aquel cabron me hizo. --Nunca he pasado por algo asi. He roto con chicos, pero, salvo con Yosuf, nunca he tenido un compromiso serio con nadie. Mas de una vez te he dicho que me daba miedo vivir en pareja o casarme. Te admiro en el fondo. --?Por que me admiras, Lucia? --Porque has arriesgado. Has sido una mujer que siempre has arriesgado y, pese a los reveses que te ha dado la vida, siempre te has levantado y eso es vivir, Erika. Vivir es eso -- dijo ella con inteligencia, mirandome fijamente mientras intentaba abrazarme de nuevo para que yo me refugiara en sus brazos. --No sabes lo que te agradezco lo que me dices. Siempre tienes palabras para aliviarme, Lucia. --Pero no puedo animarte como acostumbro. Esta situacion me supera como superaria a cualquiera. --Pero estas aqui conmigo. La soledad me va a matar. --Vente a vivir conmigo, Erika. No te lo pienses -- dijo ella con decision. --Te lo agradezco, pero ahora quiero alejarme de aqui, Lucia. No te ofendas, pero necesito otro tipo de carino. --Como quieras, pero no pierdas el contacto con nosotras, por favor, y no preocupes demasiado a tus padres. Debes levantarte y lo haras porque siempre lo haces -- dijo Lucia besandome en una de mis mejillas mientras las lagrimas cesaban al fin de derramarse. Despues de aquel dia fatidico, yo me habia instalado en casa de mis padres para encontrar en ellos el consuelo que solo unos padres saben dar. Me apetecia volver a ser la nina mimada que con tanto carino habian protegido durante la infancia y la adolescencia. Siempre vi en la casa de mis padres un refugio en el que nada ni nadie me haria dano. Era como volver al vientre materno. Me sincere con ellos y les conte toda la historia completa. Les dolio mucho que estuviese atravesando por esos momentos y se volcaron de una manera sorprendente en intentar ayudarme. Estaban pendientes de mi en todo momento. Me preocupaba, como me habia advertido Lucia, esa actitud de mis padres. Realmente estaban muy preocupados y quiza yo no estaba haciendo lo correcto refugiandome alli. Cualquier decision que tomara en ese momento tenia consecuencias negativas para mi y para los que me rodearan. Lucia y Carmen estaban tambien muy pendientes de mi por telefono, pero evitaban hablar del tema. La verdad es que era lo mejor, pues yo no queria saber absolutamente nada de el.

  • Arriesgando: Libro 2 (Para siempre), Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter , Patrick Norton

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  • tienes un mensaje de Norah Carter

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    Olia fuerte a cafe desde la cama, hacia un buen rato que Nelson se habia levantado, pero al ser sabado yo me quise quedar un poco mas disfrutando de ella, pero ese olor ya me estaba incitando a ir hacia la cocina. Hacia un dia precioso. El sol entraba a raudales por la ventana y eso que todavia no era mediodia. Es lo que tiene vivir en una ciudad como esta, tan llena de vida. --Buenos dias, Nelson, que bien huele a cafe, necesito uno urgentemente -- me acerque a el para darle su beso de buenos dias. --Buenos dias, Marta, ahora mismo te lo preparo. En sus palabras vi algo de intranquilidad. Estaba como pensativo, note que algo no iba bien. --?Te pasa algo? --Tengo que hablar contigo -- respondio sin mirar a mis ojos y cogiendo la taza de la cafetera Nespresso. Se me paso de todo por la cabeza, porque en los cuatro anos que llevabamos de relacion jamas me habia dicho esa frase. Habiamos sido una pareja feliz y, ?por que no decirlo?, eramos la envidia de amigos y muchos de nuestros familiares que habian fracasado en sus relaciones. Me sente en la silla de la barra de la cocina y espere a que hablara. Fui incapaz de preguntarle que era lo que sucedia. Temia que una mala noticia pusiera fin a aquella felicidad en la que viviamos como si estuviesemos recien casados. --Marta, he conocido a alguien en el trabajo... Sus palabras se clavaron en mi corazon como punales. No podia creer nada de lo que estaba escuchando. ?Como podia decirme algo asi? ?Como podia decirme algo asi y con tanta serenidad? Fui incapaz de mirarlo a la cara, hubo un buen momento de silencio. El dia dejaba de ser maravilloso de repente para mi. Ninguna mujer esta preparada para una noticia como esa, para que su marido le suelte a la primera que se ha enamorado de otra persona. Ojala me hubiera tragado la tierra en aquel instante. Lo peor era verlo alli, parado, sereno, preparandose un cafe mientras el sabia que me estaba hundiendo en la miseria con aquella frase. --Llevo varios dias intentando contarte esto y no me atrevia. Pero no puedo mas, Marta. He intentado quitarmela varias veces de la cabeza de mil maneras, pero hoy es imposible y no puedo luchar contra lo que mi corazon ha empezado a sentir por esa persona. Se que no te lo mereces, pero debo marcharme. No te mereces esto y yo no me merezco estar sufriendo de la forma que lo estoy haciendo -- dijo como si se lo hubiese aprendido de memoria y lo hubiese ensayado delante del espejo. Su voz era suave y su tono sereno parecia quitarle importancia a la gravedad del asunto; aquel tio me estaba jodiendo la vida y estaba tan tranquilo. Yo seguia perpleja. Estaba boquiabierta. No sabia si echarme a reir o ponerme a llorar, o lanzarle la cafetera Nesspresso que nos habia regalado su primo Asensio a la cabeza para ver si dejaba de decir gilipolleces. Era incapaz de responderle. No me esperaba que la historia tan bonita de amor que habia vivido junto a el se acabase de un plumazo y ademas que fuese por otra. Tenia ganas de huir, salir corriendo de aquel lugar, pero estaba claro que el que se debia de ir era el. Menos mal que el piso estaba alquilado a mi nombre y el era el que habia elegido separar nuestros destinos. Lo de menos ahora era pensar en el piso, sino en pensar en mi futuro, en el nuestro, que claramente se habia roto para siempre. Por mucho que te lo digan, una no es capaz de asimilar que su novio, despues de todos estos anos, decida abandonarte, dejarte tirada como una colilla. La decepcion, la frustracion y odio se iban apoderando de mi, pero tambien lo hacia un sentimiento de pena hacia mi misma. ?Que iba a ser de mi a partir de ahora? Pero la peor pregunta viene despues, cuando te paras a pensar un poco y te dices: ?Como fui tan imbecil de no darme cuenta de que estaba viendose con otra? --Comprendo que no me quieras hablar. Ahora recogere mis cosas y me marchare. Siento haberte hecho esto, pero no puedo luchar contra mis sentimientos... -- dijo de nuevo aquel gilipollas, porque no merece otro nombre, como si estuviera dentro de una pelicula de sobremesa o como si fuera el protagonista de una telenovela venezolana, la madre que lo pario. Me daban ganas de contestarle que era un cerdo, pero preferi seguir en mi mas absoluto silencio y no contestar a nada de lo que me dijese, total, todo lo que dijera no iba a hacer cambiar sus sentimientos. No iba a convencerlo de nada. Se habia preparado perfectamente todo el guion y cada una de las palabras que me iba a decir para que no pudiera contestarle inmediatamente, para que me comiera tan tranquila aquellos cuernos. Ademas que iba a romper a llorar como una nina pequena si lo hacia, asi que decidi no contestar a nada y que se fuera lo antes posible. Era lo mejor, porque una tiene su orgullo, una sabe que la vida no se acaba porque un idiota como ese, al que yo habia amado, te dice una manana, tomando cafe, que todo se ha acabado, que todo un proyecto de vida se tira por la borda gracias a que ese energumeno ha decidido que se la pelara otra. Me encendi un cigarro mientras me tomaba el cafe y el se alejo al dormitorio. Me encanta el cafe. Lo tomaba desde muy pequena, a escondidas, sin que las monjas del centro se enterasen. Aprovechaba lo que quedaba en la cafetera despues de comer para subirme a un taburete y echarme lo que quedaba en una taza. Las monjas dormian. A veces cogia un chusco de pan y sopaba. Ahora era incapaz de sorber un trago. Ahora el cafe estaria asociado a aquella ruptura que no me esperaba ni en la peor de mis pesadillas. Un nudo en el estomago, como consecuencia de los nervios, me impedia seguir tomando aquel cafe. Que mierda de dia y que mierda de vida a partir de ahora, porque yo estaba colada por aquel tipo que me habia dicho tan ricamente que lo dejabamos porque habia conocido a otra de la noche a la manana. Escuche como sacaba la maleta y abria los cajones de los armarios para llevarse su ropa. Lo tenia decidido y lo habia meditado bien. Todo estaba saliendo como el esperaba. No habia montado ningun espectaculo, de esos que vienen los vecinos y hasta la policia. Era evidente que estaba recogiendo sus cosas. Empezo a salir y a entrar de la casa para meter cosas en su coche, imagine que ya la otra persona lo estaba esperando con los brazos abiertos para recibirlo. Un rato despues volvio a entrar a la cocina, dejo las llaves sobre la encimera, miro por la ventana desde donde se veia el Parque de las Naciones, uno de nuestros lugares favoritos, pues, en ese parque, nos habiamos basado tardes enteras, tocandonos, acariciandonos, sonando con que mas pronto que tarde tendriamos un trabajo estable y nos comprariamos un piso cerca de alli. No quiso mirarme a los ojos, solamente queria mirar a la ventana. Yo no se que se le estaba pasando por la cabeza. --Si algun dia quieres hablar, tienes mi telefono -- acto seguido salio por las puertas. Estaba en estado de shock, era incapaz de levantarme de aquella silla, no era capaz de romper a llorar, estaba con la mente ida, tenia ganas de llamar a mi amiga Paula, pero tampoco tenia ganas en estos momentos de hablar mucho sobre ese tema. Ademas no sabia nada, solo sabia que habia conocido a alguien y poco mas. No comprendia como algo tan bonito se acababa de aquella miserable manera. Cuantas veces habiamos hablado de los divorcios de muchos de nuestros amigos que se habian casado felices e ilusionados y nos deciamos que eso a nosotros no nos iba a pasar jamas, porque, ademas de llevarnos genial, en la cama funcionabamos muy bien.

  • Eres mi condena de Norah Carter

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    Me levante ilusionada, era viernes, asi que trabajaria solo hasta las dos y ya no volveria hasta el lunes. Estaba desquiciada con mi empleo, pero era lo que habia y me tenia que aguantar, todo por no haberle hecho caso a mi madre y haber estudiado un poco mas, pero no, lo tuve que dejar cuando termine el bachillerato, no podia seguir estudiando, me daban un asco impresionante los estudios. Asi que ahi estaba, de recepcionista en una clinica dental privada, donde parecia mas la chacha, me tenian para todo, que si un cafecito para el doctor Pau, que si otro para la doctora Cinthia... A esa le tenia una tirria impresionante, no la podia ni ver, pero yo como buena actriz, lo disimulaba del carajo, en los ocho anos que llevaba ahi, nunca se notaron mis desavenencias, pero cada vez estaba mas quemada, asi que me renovaba cuando llegaba agosto y cerrabamos todo el mes la clinica. Aun faltaban dos meses, estabamos empezando junio, este verano tenia que ser especial, habia acabado de cumplir mis 30 anos, asi que me propuse disfrutarlo a tope. Llegue a la clinica con una sonrisa de oreja a oreja, como la Pantoja, "Dientes, que eso es lo que jode", ademas, feliz porque en 4 horitas me iba de fin de semana, el sol de las diez de la manana hacia saber que ibamos a tener un espectacular dia de calor, asi que en cuanto saliera de la clinica, me iria a la playa, ya llevaba en el coche todo preparado para ello. -- Buenos dias, Ainara - me dijo Pau con su brillante sonrisa. -- Buenos dias, Pau. -- Buenos dias - llego la gilipollas de Cinthia con su falsa sonrisa. -- Buenos dias, guapa - para falsa, yo... mi sonrisa ironica era un poema. Claro que nada tenia que ver con la sonrisa de la vibora mayor, que asi la llamaba yo. Yo, por mas tratamientos que me hiciera (que lo hacia porque en la clinica todo me salia rebajado, pero aun asi me dejaba el sueldo en ellos, no os creais eso de que por ser trabajador en x lugar, todo es mucho mas barato, que un 5% en un dentista ya os aseguro yo que no se nota...) A lo que iba, que soy de las que pierden el norte rapidamente. Yo, por mas tratamientos y tratamientos que me hiciera, nunca conseguia lucir una sonrisa como la de ella. Yo estaba empezando a pensar que su dentadura no era natural, que eso era mas postizo que la peluca de Pau. Y aqui hare un inciso para explicaros esto. Pau, un hombre de buen ver, de unos cuarenta y... No se cuantos porque tampoco es que me haya puesto en modo espia, pero el hombre se cuidaba y estaba bien. Con un pelo... Postizo, todo era postizo. Y claro, una que empieza a trabajar en la clinica y ve a semejante bombon, no para un polvo, aunque no me hubiese importado un "aqui te pillo, aqui te mato" de lujuria espontanea. Si, como si te diera un yuyu, lo que es un buen polvo con el, vaya. Pues eso, que no me hubiese importado para nada satisfacer esa fantasia de muchas trabajadoras para con su jefe sexy cuando, un buen dia, me cai de culo. Pero literal. ?Como se supone que tenia que actuar cuando entre en el despacho en el que debia de estar mi jefe, ese melenas guapisimo, y me veo una calva? Pues logicamente, chillando y, del susto, al girar pensando que se habia colado alguien, me cai de culo. Que ni caso le hice al dolor que me habia dado en la rabadilla cuando los ojos del calvo conectaron con los mios. Y ya os lo podeis imaginar, era Pau. Mierda, adios a mi fetiche. Aunque bueno, me hacia el trabajo mas facil. No al principio, que lo unico que podia hacer era descojonarme al saber que el hombre llevaba peluca. Y no, no me estoy metiendo con los calvos, me encantan los calvos, son sexys, de hecho, tuve un novio calvo, pero... Joder, lo que sea, que me daba un ataque de risa y no podia evitarlo. Afortunadamente, todo eso ya era pasado y ya me habia acostumbrado a ver al melenas con su peluca. Eso si, nadie mas sabia que era calvo, algun dia tendria que desvelar el secreto, ?no? Y me volvi a ir por los Cerros de Ubeda... Volviendo a lo que estaba. Que, seguro que la vibora mayor tenia dentadura postiza de esas que se ponen las estrellas de Hollywood, porque no os ireis a creer que son dientes naturales, ?verdad? Eso es todo falso, solo que no de las de quita y pon que tenemos que usar los pobres. Lo que hace el dinero... -- Ainara... -- ?Si?-- volvi a la realidad cuando la voz del calvo, llamemoslo asi, trono. Porque ese hombre no hablaba, no, tronaba, Que torrente, por Dios... -- ?Estas bien?-- volvio a preguntar. -- Perfectamente-- sonrei de oreja a oreja, imitando a la vibora. -- Muy bien no tienes que estar, ?no dormiste anoche? -- Estupendamente dormi-- no quite la sonrisa de mi cara mientras miraba a la mala pecora. "Aunque hubiera dormido mejor si hubiera sonado que te destripaba", pense. Esa mujer sacaba mis instintos asesinos mas ocultos... -- Pues deberias de descansar algo mas porque ?son ojeras eso que veo? Lo preguntaba tan dulcemente que yo estaba segura que todo el mundo pensaba que esa mujer era la hermana de Clara, la de Heidi. Cuando yo estaba mas que segura que era una mala copia de Malefica, la madrastra hija de p*** de la Bella Durmiente. La ignore, directamente es lo que hice. Porque si dijera todo lo que estaba pensando en ese momento... Ya sabeis, tripas fuera, sangre, dolor... -- Voy por el cafe-- dije para salir de alli y tomar el aire. Sali de la clinica y entre en el bar de al lado. Puse los ojos en blanco y resople cuando Luis, el camarero, me miro con las cejas enarcadas. -- ?Otra vez dando por culo?-- pregunto con todo su plumaje. Luis, 23 anos, con un cuerpo que... Madre mia del amor hermoso. Pero gay, de ahi lo del plumaje, pluma se quedaria corto. Que le ibamos a hacer, otro que no me podria tirar, aunque mi imaginacion era libre. Y si no fuera por esa imaginacion calenturienta que tenia, me habria muerto al verme telaranas en mi... Ejem... En fin. -- Es viernes, yo no se como lo hace, pero todos los viernes me jode. Es como si le encantara que me fuera de fin de semana cabreada. -- Como si, no. Esa culebra va a por ti. Yo creo que esta enamorada en secreto del buenorro del melenas-- tosi cuando dijo eso, ya sabeis por que- y te ve un peligro. -- Peligro ni mierdas. A mi ese hombre no me interesa. Y ponme lo de siempre. -- A mi no me importaria probar ese culo - dijo mientras preparaba la maquina de cafe y el pobre cliente que se tomaba el suyo en la barra, se atraganto al escucharlo. Que si, que la gente ya era algo mas liberal, pero es que esta se pasaba. Este, que no esta, a Luis habia que hablarle como mujer-. Pero bueno, a dos velas estoy. -- Bienvenido al club, ultimamente ni los sapos me miran. -- Si que te miran, cielo, solo que... -- ?Que?-- resople. -- Hija, que con esa bata y esa mirada de mala hostia que cargas todo el dia-- puso los cafes en la bandeja- y esas ojeras... A la mierda, eso era lo ultimo que podia hacer dicho. Gruni, cogi la bandeja y sali del local, dejandole con la palabra en la boca. Entre de nuevo en la clinica mientras insultaba mentalmente a Luis y a todos los culos que le gustaban, les entregue los cafes a los dentistas y me puse a hacer algo. Algo, lo que fuera, solo esperaba que el dia se pasara rapidamente. Cincuenta horas despues... ?Rapidamente? Y una mierda, el dia habia sido una tortura. Esa culebra me habia puesto de un humor de perros, le habia dado por joderme el humor. Y yo no necesitaba mucho, solo verla ya me ponia de mala hostia

  • Dejame amarte (Dejame amarte 2) de Norah Carter, Monika Hoff

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    Habia transcurrido mas de un mes desde que volvi de Paris, la tristeza no habia pasado pero el dolor habia menguado. Me habia costado volver a coger la rutina, pero gracias a Marta y a los chicos de la academia, todo fue mucho mas facil ya que intuyeron desde un primer momento que volvia totalmente derrotada. La ultima vez que vi a Brian me habia dejado bastante mal. Esa imagen no podia borrarla de mi memoria y mi eso se reflejaba en la cara. Asi que entendi, desde el momento que volvi, que mis amigos lo notaran. Sabia que no seria capaz de enmascarar la tristeza que sentia. Me habia volcado totalmente en los estudios y los fines de semana saliamos sin perdernos ni un solo dia. Los chicos siempre tenian alguna fiesta o lugar al que ir. Yo sabia que lo estaban haciendo por hacerme sentir mejor a mi, o al menos hacerme reir y se los agradecia. Clark seguia tonteando mucho conmigo, ademas que decia que antes de Navidades me iba a robar el corazon, a mi me hacia mucha gracia, pero sabia que no seria posible nada con el ya que mi cabeza estaba en otro lugar por mucho que quisiera evitarlo, todo seria cuestion de tiempo y yo me habia propuesto olvidarlo a toda costa. Pero no era nada facil. Una cosa era la resolucion o lo decidida que estaba a conseguirlo, y otra muy distinta que pudiera hacerlo tan rapido como me hubiese gustado. Pero lo haria, de eso no tenia dudas. Marta comia la mayoria de los dias conmigo, a ella le cumplia el contrato en su apartamento en enero, y le propuse que como las dos ibamos a estar hasta junio, pues que se viniese al mio a la vuelta de las navidades, a ella le hizo mucha ilusion eso, aunque aun para ello faltaban dos meses. Estabamos preparando en la Academia la fiesta de Halloween ya que habiamos decidido que como se celebraria un sabado, nos iriamos al chalet de uno de los chicos que se habia ofrecido para que se hiciese alli. Desde el momento en que lo propuso, todos los demas aceptamos encantados. La verdad es que necesitabamos, o al menos yo, distraccion, y esa seria una oportunidad perfecta para poder divertirme, sin pensar en nada mas que en pasarmelo bien. Marta estaba muy ilusionada con aquella fiesta, decia que ibamos a coger la borrachera mas grande del mundo, que si caiamos redondas, tendriamos alli donde dormir, asi que no habia nada por lo que preocuparse. A mi me hacia mucha gracia verla asi, como una nina pequena que sale por primera vez con sus amigas, asi que me rei con su comentario y le dije que por supuesto, pero que si se emborrachaba y hacia alguna locura, yo tendria suficiente con decir que no la conocia. Esto hizo que las dos terminaramos partiendonos de la risa. Pero ella seguia, no paraba de buscarme la lengua y decir que esa noche seguro que iba a caer en los brazos de Clark, me tenia majara con ese tema ya que decia que cada vez el estaba mas obsesionado conmigo. Estuve a punto de decirle que podia estar todo lo obsesionado conmigo que le diese la gana, pero que no tenia nada que hacer. Pero eso seria tener que hablar sobre Brian de nuevo y no me apetecia, queria sacarlo de mi mente, asi que preferir aguantar a mi amiga, iba a ser lo mejor. Esa semana la pasamos preparando como nos ibamos a disfrazar. Estuvimos varias horas discutiendo sobre que disfraz usar y a todos les encontrabamos fallos. Al final decidimos ir de enfermeras cadaveres. No habia sido la mejor eleccion porque con la profesion de Brian... pero en fin, vi a mi amiga tan ilusionada con la idea que me costo decirle que no, asi que hice de tripas corazon y acepte. Nos tuvimos que buscar dos batines blancos y que fueran muy cortos ya que Marta decia que para disfrazarse tambien habia que estar sexy. Yo no entendia que tenia que ver una cosa con la otra, si ibamos a ser unas enfermeras zombies y se lo dije, a lo que ella contesto que fuese como fuese, antes muerta que sencilla, asi que me rei pero acepte tambien. Nos pasamos unos dias como locas buscando todos los complementos y lo necesario para estar a la altura de las circunstancias. Los batines blancos nos fue facil conseguirlos pero Marta tuvo que pedirle a una amiga que nos lo arreglara ya que eran demasiado largos, y fue todo un acierto porque nos lo dejo perfectos. A mi, verme con ese uniforme me trajo demasiados recuerdos, demasiadas imagenes de Brian en mi cabeza... Me recrimine a mi misma, tenia que olvidarme de el. Por fin llego tan esperado dia. Yo me habia levantado temprano y me habia tomado un cafe mientras pensaba. Me gustaba ese momento de tranquilidad por las mananas y poder disfrutar del silencio y la soledad. Cuando me tome el cafe y me fume un cigarro, prepare el desayuno para Marta y para mi. Ella habia dormido la noche anterior en casa porque habiamos decidido que de ahi saldriamos por la tarde ya disfrazadas para la fiesta. -- Buenos dias, Marta --le dije cuando la vi aparecer. -- Buenos dias, bella ragazza --dijo mientras me daba un abrazo que yo correspondi rapidamente. -- ?Que tal dormiste? --pregunte cuando se separo de mi. -- Como una bebe, ademas sone con la fiesta y que pasaba una noche de lujuria y sexo irrefrenable --me rei con el comentario, no cambiaria--, me he levantado de lo mas feliz del mundo, creo que senti hasta el orgasmo. -- No hace falta que me cuentes todos los detalles --dije riendome. -- Ah, no, si no me importa --nego muy seria con la cabeza mientras cogia las tostadas a las que yo le acababa de echar mantequilla y las ponia sobre la mesa--. Pero lo peor de todo fue que el del sueno era Patrick --termino diciendo mientras se sentaba. Me quede con las tazas de cafe a medio camino entre la encimera de la cocina y la mesa. No se como no se me cayeron o como me estaba aguantando las ganas de reirme. La cosa es que, tras unos segundos mirando la cara descompuesta de mi amiga ante tal revelacion, que puedo asegurar que lo era, consegui poner las tazas encima de la mesa y que no se me derramara ni una sola gota. Claro que, despues de eso, empece a descojonarme. -- Mierda, no tenia que habertelo dicho --gimio y yo no podia dejar de reir, me sente hasta que se me pasase el ataque de risa--. Bueno, tampoco es para tanto --dijo unos segundos despues. --Pues claro que no --me seque las lagrimas de los ojos--, es solo un sueno, no le tienes que dar mayor importancia. -- Pues eso mismo pienso yo. -- Pero fue un buen orgasmo, ?no? --pregunte inocentemente mientras le daba un bocado a la tostada. -- Pues si --dijo despues de atragantarse con el cafe y yo sonrei al verla colorada por la verguenza--. Pero vamos, que solo fue un sueno. Digo... los suenos son solo eso, suenos. Me estaba riendo de lo lindo de nuevo al verla a ella misma intentando convencerse de ello. En ese momento supe, o imagine, que a Marta le gustaba Patrick, pero si ella no lo queria ver, no seria yo quien se lo mostrara. Me divertiria y ya. -- ?Y tu como has dormido? --pregunto para cambiar el tema y le segui la corriente. -- Bien, la verdad que ultimamente me esta costando menos conciliar el sueno --reconoci--, y ya no me desvelo casi nada. -- Me alegra oir eso. Ya veras que bien nos lo vamos a pasar hoy. -- Miedo me esta dando dejarte a ti cerca del alcohol. -- Beber de vez en cuando no es malo y, ademas, con esos disfraces super sexys que llevamos, vamos a tener a todos los tios babeando por nosotras. -- Vamos de zombies, no podemos ir sexys --volvi a reirme, Marta tenia cada cosa... -- Y tanto que podemos, si un poco mas corta la bata y vamos ensenando el tanga. Ademas, son bastante ajustados, Maria hizo un buen trabajo. -- Desde luego el disfraz es mas de actriz porno que de otra cosa. Menos mal que llevaremos la cara verde. -- Lo que nos hara mas sexys --batio las pestanas y las dos comenzamos a reirnos--. Pero bueno, tu no tendras problemas, Clark no te dejara ni a sol ni asombra. No se que le das, hija mia, pero ese chico esta loquito por ti. -- Que este lo loquito que quiera que no va a catar, eso te lo digo yo --le dije muy seriamente. -- Quien sabe, no es malo darle una alegria al cuerpo. Esta bien --dijo cuando me vio poner los ojos en blanco, desesperada ya con ese tema--, ?vamos a comer aqui? -- Si, tenia pensado hacer algo rapido de comer para que pudieramos arreglarnos con tiempo y no llegar tarde a la fiesta. -- Vale, entonces voy preparando yo los disfraces para que este todo listo --se levanto de la mesa, decidida a irse. -- Ah, Marta... -- ?Si? -- No me contaste... --ella enarco las cejas ante la curiosidad-- ?Como es Patrick en la cama? Salio resoplando de la cocina mientras yo me reia a carcajadas. Iba a disfrutar de lo lindo haciendola rabiar con Patrick, o al menos hasta que me dijera que le gustaba. Esas eran cosas que no se le ocultaban a una amiga, claro que primero deberia de darse cuenta ella. Me levante y me puse a recoger la mesa, dispuesta a ponerme a cocinar. El dia paso rapidamente. Almorzamos temprano y descansamos un rato en el sofa mientras veiamos la television. Un par de horas antes de que comenzara la fiesta, empezamos a ducharnos y arreglarnos el pelo. Tardamos mas de lo habitual porque, aunque pareciese mentira, las dos estabamos nerviosas y bastante ilusionadas con la fiesta. Nos pusimos el disfraz y nos maquillamos una a la otra. Al ver el desastre que nos habia quedado, decidimos quitarnos el maquillaje y el disfraz para no mancharlo mientras volviamos a intentarlo de nuevo. Miramos hasta varios tutoriales de maquillaje en Youtube que teniamos guardados desde que elegimos el disfraz. -- Creo que no esta tan mal --dijo Marta cuando a la quinta nos miramos en el espejo. -- Pues no, y si esta mal, asi se va a quedar. Ya no nos quedan toallitas desmaquillantes --dije mientras miraba el desastre que habia montado en la habitacion. Las toallitas sucias estaban por todos lados. Nos iba a hacer mucha gracia cuando al dia siguiente tuvieramos que recoger todo. Terminamos de vestirnos, preparamos unos pequenos maletines que compramos de enfermera (que utilizariamos como bolsos) y salimos de casa dispuestas a divertirnos. Cogimos el coche de Marta y nos fuimos directas para la fiesta, estaba claro que ya llegabamos tarde, antes de salir de casa ya nos habiamos tomado un chupito de whisky. Ibamos cantando en el coche la cancion de la bicicleta que habia acabado de salir de moda y la cantaba Shakira junto con Carlos Vives, estabamos muy emocionadas por la noche que nos esperaba. Llegamos a la fiesta y aparcamos el coche en el parking del chalet, ya se acercaban hacia nosotros Patrick y Clark, disfrazados de Batman y Superman respectivamente, venian con un Gin Tonic para cada una, nos miramos y empezamos a reirnos, Marta sabia de sobra que mis miradas iban a recordarle aquel sueno toda la noche. -- Estais muy sexys --dijo Patrick mirando intimidante a Marta. -- Doy fe --solto Clark mirandome de arriba abajo. -- Gracias, chicos --dije sonriendo. Marta ni gesticulo, comenzo a andar para adentrarse en el jardin donde estaba toda la fiesta, atras, por supuesto, siguiendole, ibamos los tres. Nos pusimos en un barril que quedaba libre y hacia de barra, apoyamos los Gin Tonic y empezaron a venir companeros del curso a saludarnos, habia un buen rollo bestial y todo el mundo se habia preocupado en currarse bien el disfraz. Habiamos unas treinta personas pero en ese barril nos quedamos en plan fijo los cuatro, yo estaba que me moria de la risa con Patrick y las indirectas tan bestiales que le tiraba a Marta, aunque Clark tampoco se quedaba corto, lo que pasaba era que yo le dejaba tan cortado solo con la mirada, que se retraia un poco. Pero los otros dos eran los que estaban dando el cante ya que aunque Marta se cortaba por las cosas que le decia Patrick, ella le respondia con todo el salero, se notaba que era de Cadiz, el sur siempre es el sur y el caracter se nota a leguas, no se cortaba ni un pelo en decirle una burrada y quedarse tan pancha, pero eso lo unico que conseguia era que Patrick soltara mas bestialidades, la verdad es que estaba pasando unos momentos buenisimos con aquella situacion. Nos tomamos tres o cuatro chupitos seguidos, pero decidimos cortar porque ya el nivel de alcohol estaba por encima de la cabeza, le diese lo que le diese a Marta, ella se lo tomaba, asi que yo le decia que en vez de Gin Tonic nos ibamos a tomar un Whisky cola, lo que hacia era llevarle un Coca Cola sin alcohol y ella se lo bebia, cuando llegaba alcohol era que le traiga un Gin Tonic y asi no iba mezclando, aunque llevabamos un ritmo impresionante bebiendo. Cuando me di cuenta, Marta estaba bailando en medio del jardin ante los gritos de animo de nuestros companeros, pero ella se sentia la Britney Spears por lo menos, estaba super metida en el papel de cada cancion y estaba segura de que estaba dando un buen show, aunque realmente lo estaba dando. Llego un momento que Marta iba por su lado y nosotros tres por el otro, estaba irrefrenable y no habia Dios que la parase, nosotros observamos muertos de risa desde aquel rincon, no nos despegamos del barril ni a tiros, parecia que lo estabamos escoltando. Patrick que estaba ya en su salsa y loco por Marta, se fue hacia la pista y se puso a bailar con ella, eso era todo un espectaculo y estaba todo el curso pendiente a ellos, en el fondo creo que eran la envidia porque se lo estaban pasando bomba mientras todos los demas charlaban. Mientras yo volvia con dos Gin Tonic, para Clark y para mi, el me hizo sena con los ojos para que mirase hacia la pista, y cuando me volvi me quede impactada de la estampa que estaba viendo, Marta y Patrick dandose un pedazo de morreo en medio de la pista mientras bailaban y ante los ojos de todo el mundo. Yo me quede muerta, mire a Clark y al volverme ya lo tenia justo enfrente y me dio un beso en los labios, rapidamente reaccione y me eche para atras, me quede muy cortada y lo mire a los ojos y le dije que no lo volviese a hacer, pero se me escapo una risa que fue mi sentencia para esa noche, en el fondo esa risa me habia delatado sobre que en el fondo me habia gustado ese beso. Evidentemente no eran como los de Brian pero tampoco podia quejarme, aunque en el fondo algo me frenaba a hacer alguna tonteria, tenia como una especie de voz diciendome al otro lado de mi cabeza que eso no era lo que yo queria. Clark se tiro toda la noche intentando robarme otro beso, asi que me tire todo el tiempo jugando a esquivarlo, mas de uno logro alcanzar la comisura de mis labios, cada vez que pasaba yo le propinaba una patada en el culo. Cada vez que miraba la pista veia el mismo espectaculo, Marta y Patrick bailando como si estuviesen solos y metiendose unos morreos tipicos de quinceaneros que se pensaban que se iba a acabar el mundo al dia siguiente. Patrick no paraba de decirme que aprendiese de mi amiga y yo le respondia que era mucha italiana para tan poco hombre, a el le encantaba que le dijese esas cosas y mas con la mirada que le echaba, por supuesto el me decia que menos atacar y mas probar para luego opinar. Nos tiramos toda la noche tomando copas y soltando indirectas, la verdad que se me hacia la noche comoda a su lado, me encantaba ese pique que manteniamos los dos, a Clark se le notaba a leguas que tenia unas ganas de cogerme impresionantes, si me hubiera cogido en otra epoca ya lo hubiera dado yo la del pulpo, pero ahora mismo era incapaz de pasar de aquel juego. Yo cada vez que miraba a Marta me reia al pensar que al dia siguiente iba a querer morirse cuando se acordarse de que habia sido el centro de atencion toda la noche en la fiesta. Me removi incomoda cuando algo golpeo mi cara, le di un manotazo a lo que fuera para que dejara de molestarme. Abri un poco los ojos y los cerre cuando la luz del sol me dio en ellos. Levante la mano y me aprete las sienes, tenia un dolor de cabeza impresionante, habia bebido demasiado. Levante un poco la cabeza y volvi a abrir los ojos lentamente para irme acostumbrando a la luz del sol. Lo primero que vi fue la cara de Clark muy cerca de la mia, tan cerca que meti un bote pero el ni se inmuto, asi seria la borrachera que cogio. Me tenia agarrada por la cintura, le quite la mano y empece a levantarme sin querer hacer mucho ruido.

  • La canguro de los Parker de Norah Carter

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    Faltan solo dos horas para mi cumpleanos, !lo se!, no esperaba comenzar mis veintiun anos cuidando a los hijos de los Parker, pero el dinero me viene bien. Hoy asisten a una fiesta y estaran fuera de casa hasta las tantas de la madrugada. Como buena ninera que soy, les dije que no era ningun problema hacer horas nocturnas para cuidar y velar los suenos de sus hijos, que sufren de pesadillas, total, duermo mejor que en mi propia cama... No me puedo quejar de los Parker. Tienen una hermosa casa, muy lujosa para mi gusto. Tengo una habitacion asignada para cuando me tengo que quedar a dormir. Es comoda y practica, se ha vuelto mi tercera estancia, ya que vivo en la universidad, y en casa de mis padres tengo mi dormitorio original. --Hola, Elena, ?que haces, chochete? --mensaje de Lucy. Suspire recostada en el sofa de cuero de la sala de estar de los Parker. --Nada, mirando el techo y medio ojeando Facebook --respondi. De respuesta, me envia una carita riendose a carcajadas, seguido de: --Mas bien diras, espiando el perfil de Ed, ?no? Pongo los ojos en blanco y le respondo: -- ?Que haces tu? -- !Claro chocho, tu cambia de tema hija!, estoy esperando a Rick, tenemos casa sola para nosotros, hoy mis padres estan en una cena de negocios del trabajo de papa. Me siento rapidamente en el sofa y le doy al boton de marcado rapido. !Jajaja!, oigo como se rie Lucy. Sonrio y le pregunto: -- ?Lo haras hoy? -- ?El que? --responde con aire de inocencia. Pongo una vez mas los ojos en blanco. -- !Ah, no se! ?Ponerte a tejer los calcetines de tu abuela? Se rie con fuerza del otro lado de la linea y dice con malicia: --tejer no, joder !siii! Me rio con ganas y le contesto: !dije tejer, no, joder! Ella suelta una risita y dice: --igual, me voy a "correr", jajaja... Nos reimos a mas no poder. Despues de unos minutos, le digo en voz baja: --Ten cuidado Lucy... -- !Que siii...! --y finalizo la llamada. Suspire viendo la pantalla del movil, 10:15 p.m. Mire a mi alrededor, esta casa es una belleza. Soy ninera de los hijos de los Parker, desde los diecisiete anos de edad, sus peques apenas tenian un ano de vida cuando los conoci, son dos hermosos gemelos varones de cinco anos. Se mudaron hace seis meses a esta casa, su antiguo hogar era lindo, pero este te quita el aliento, es mucho mas grande. Me rei, su casa anterior era grande, mas que la de mis padres la cual es de estilo clasico, esta es de estilo toscano y la antigua de los Parker, muy moderna para mi gusto. Aqui solo he estado tres veces y aun no me acostumbro. Movida por la curiosidad, me levanto para recorrer la casa, ya que las veces que me quedo a dormir, siempre lo hago acompanada de los padres, sobre todo de la Senora Karen, que se pasa todo el dia ocupada con su trabajo de diseno de interiores. El Senor Parker, "Jim", es uno de los mejores abogados, segun dice su esposa, con mucho orgullo. Son gente amable, no son engreidos, lo que si, son muy ricos, pero no son de aparentar. Contemple, la gran sala de estar, habia unas puertas grandes que guiaban a la piscina, no tenian cortinas que las cubrieran, ni falta que les hacia, dejaba apreciar la hermosa cascada artificial de la piscina. De noche, con las luces encendidas, parecia un cuento de hadas. Me pare delante de las puertas sin tocarlas, no queria dejar marcas en los vidrios. Suspire una vez mas, me di cuenta que toda la noche lo habia estado haciendo. El mensaje que me dejo Ed, hace menos de una semana, me traia malos recuerdos, ya habian pasado casi seis anos... no le echaba de menos, fue un completo imbecil conmigo. Me pregunte, ?cuando iba a superar lo que me hizo? Mosqueada por ese pensamiento, camine hacia la sala de juegos. La distribucion de las habitaciones era: dos, en la primera planta, (la de los ninos y una de invitados) y dos en la planta baja, (la habitacion principal y otra mas de invitados). Entre en la sala de juego, la cual tenia una mesa redonda como la de los casinos de poker supuse, un comodo sofa de tres plazas, de color marron con un contraste rosado claro, cuatro cojines con tonos a juego con el sofa y el resto de la sala. Sinceramente, no sabia nada de diseno. Segui mirando. Habia dos butacas, un mueble y una mesa de madera, con algunos adornos tallados encima. Apague las luces y continue mi recorrido. Fui a parar a la sala de TV, era mucho mas pequena que la de juegos. Habia una television de pantalla plana encastrada en la pared, un sofa de cuero negro en forma de media luna. Entre el sofa, y un carrito de licores, descansaba una mesa redonda con revistas. A cada lado del carrito, habia dos butacas algo incomodas a simple vista. Presidia la sala, una chimenea, esta, mas pequena que la de la sala de estar. Un bonito reloj de pared, una hermosa lampara de techo circular y otras dos de pared y ventanas con cortinas verdes, no habia mas que ver. Mire la pantalla considerando ver una pelicula, pero aquella salita con el sofa dandole la espalda a la puerta, me generaba incomodidad. Pase por el estudio, pero no entre, ya sabia como era, lo vi un dia cuando el Senor Parker me llamo para pagarme mis servicios como ninera, se me hacia raro entrar, el Senor Parker, "Jim" lo usaba mucho, sentia que era como entrar sin permiso en su dormitorio. Lo que me quedaba por ver del piso inferior era la cocina y el comedor, el cual tiene una pared divisoria con tres ventanas sin vidrios, donde hay jarrones grandes en cada una, "molaba mucho". Del otro lado de esa pared, se encontraba la sala para desayunar, el resto era la habitacion principal de los Parker y mi habitacion de invitados. Decidi ir a la cocina. De pronto, un ruido de algo rompiendose me sobresalto. Me quede quieta en el pasillo, fuera del estudio. Notaba mi corazon a mil, respire profundo presa del panico, y recorde que los ninos a veces se levantaban por alguna pesadilla, pero el hecho de estar husmeando por las salas de recreacion y que me pillaran los senores Parker (Si es que regresaron mas temprano de lo acordado), me hacia morirme de verguenza. Aunque la senora Parker, me dijo que me sintiera como en mi casa, que usara las salas a mi antojo, era obvio que se referia a la sala de estar, la sala de TV, la cocina, y mi habitacion temporal. Apresure el paso y oi vidrios siendo arrastrados. Ahogue un grito al ver una figura alta, un hombre sin duda, estaba barriendo lo que sea que se le habia caido. Para mi suerte no se habia percatado de mi presencia, pues estaba de espaldas. Mire a mi alrededor y lo primero que logre tener a mano, fue una piedra mediana, bueno, realmente era una estatuilla tallada en piedra porque tenia, ojos y boca. Me acerque despacio, sin hacer ruido hacia su espalda con la piedra/estatuilla en la mano, le pregunte casi gritandole, ?quien eres? !Lo se!, es lo mas estupido que he hecho en mi vida, en las pelis no preguntan, golpean primero y luego preguntan. El hombre dio un brinco y seguidamente, solto un taco. -- !Joder!, ?pero que cojones…? --se volvio y me miro sobresaltado. Mis ojos se abrieron y mi mandibula casi se desencaja cuando lo vi de frente. Si, sin duda es un hombre, !y que hombre...! !Joder! No creo que pase de los veinticuatro anos. Es impresionante. Ojos marrones, para perderte en ellos, nariz recta, boca con unos labios carnosos, que seguro harian maravillas... Tenia el cabello largo, por lo que pude apreciar cuando estaba de espalda, de color marron oscuro que se le rizaba un poco a los lados y en el medio. -- !Joder!, me acabas de matar del susto. -- ?Yo?, ?pero que dices?, tu eres el que entras y rompes, lo que sea que hayas roto --dije moviendo las manos en el aire con reproche. Su expresion cambio, se torno suave y burlona, para mi sorpresa y timidez repentina. Me observo sin disimulo de arriba abajo y sin dejar de sonreirme, mientras su mirada me recorria completamente, todo mi cuerpo se estremecio. --Tu, debes de ser la ninera, disculpame si te asuste o te di una mala impresion -- ?Mala impresion? Si casi me corro cuando me ha repasado de arriba a abajo... --Soy Hal, el hijo de Karen --dijo con expresion neutra, pero en su voz note recelo. --Yo soy Elena, y bueno, efectivamente soy la ninera --dije tratando de sonreir, con un molesto brote de timidez. !Y como no! El, lo noto. Para no caer en un silencio incomodo, le dije que obviamente, sus padres no estaban… bueno, su madre y su padrastro, ya que no era un secreto que Hal, no era hijo del Senor Parker. La Senora Parker, mencionaba con carino a su hijo. Recuerdo una vez, una semana exacta despues de mis diecinueve cumpleanos, la Senora Parker, estaba muy sentimental hablando de su hijo. "Esta casi terminando la universidad" la oi decir, pero lo dijo con un aire de tristeza, que no entendi. --Tu madre y el Senor Parker, regresaran sobre las cinco de la manana. No sabia como referirme al Senor "Jim". Hal, sonrio sin ganas. --Lo se -- dijo. Luego termino de barrer los pocos cristales que quedaron esparcidos por el suelo, logre ver que era un vaso de cristal. Sin saber que mas decir, el rompio el silencio que se estaba formando. --Descuida, no te quitare tiempo, solo vine a… --se quedo pensando con expresion dura por unos segundos, mirando hacia mi direccion, pero perdido en sus pensamientos, luego su expresion relajada regreso y me miro a los ojos, continuo hablando --, buscar unas cosas y me voy --finalizo sin sonreir. -- Descuida, es decir, esta es tu casa no tienes que explicarme nada, solo supuse que no sabias que ellos... Mire hacia el montoncito de cristales rotos apilados en el recogedor de basura. Me senti como una idiota, era obvio que el estaria al tanto de lo que hacen o no hacen su madre y el Senor Jim. Sentia como el calor se concentraba en mis mejillas e hice una nota mental, descubrir mas tarde que "cono" me estaba pasando, jamas me mostre insegura con ningun chico, bueno mentira, solo cuando tuve mi primera vez con Ed... -- !Esta, no es mi casa! Su tono de voz, me hizo subir la mirada, al encontrarme con sus ojos marrones que se tornaron mas oscuros y ver su expresion, supe que estaba molesto. --Es la casa de mi madre, yo nunca he vivido aqui --dijo moderando el tono, pero aun asi se le escuchaba irritado. --Bueno, de ambos --finalizo volviendose, dandome la espalda con el recogedor en mano. Como no sabia que mas decir, me volvi y me fui de la cocina. Sin pensar, mis pies me llevaron a mi habitacion, no queria subir a ver a los peques, la ventaja de que tengan cinco anos, es que no es necesario ir a verlos a cada rato como cuando tenian un anito de vida. Sin embargo, sufren de pesadillas desde hace ocho meses y aunque sus padres me dijeron que solo fuera a verlos cuando griten o me vengan a buscar, yo, los supervisaba al menos una vez cada rato, hasta que me fuese a dormir. Cuando fui a encender la luz de la habitacion de invitados de abajo, senti una mano en mi hombro y esta vez solte un grito. -- !Joder...! Tranquila, soy yo. --Pero, ?estas loco o que? Solte aun con el corazon en la boca. Hal Se rio con ganas. --Lo siento de verdad, desde que llegue solo te he asustado --dijo sonriendome con un brillo en los ojos. No se si eran ideas mias o las luces que se reflejaban en sus ojos, pero su color marron claro, parecia cambiar con su humor. No pude contestarle nada, ya que no solo sus ojos captaron mi atencion, tambien esos dos hoyuelos en cada lado que se le formaban al sonreir ampliamente, sin duda es demasiado guapo para su propio bien. Y mis mejillas una vez mas, me traicionaron volviendose fuego. Me miro divertido. -- Eres muy asustadiza, ?no? Negue con la cabeza. --Yo creo que si --insistio. -- !Pues no! --dije encendiendo la luz del techo de la habitacion y entrando en ella. Entro detras de mi. Y bueno, ?el no tenia que ir a recoger sus cosas? Suspire con ese pensamiento y me volvi para mirarlo, seguia con esa expresion como de burla y algo mas. !Ya, vale!, no podia mas con este tio, me estaba tocando las narices. -- ?Que te causa tanta gracia? --Pregunte cruzandome de brazos y mirandolo con cara de pocos amigos. --Nada, eres, adorable --dijo mordiendose el labio inferior. Lo mire atonita y me descruce de brazos, luego me pellizque el puente de la nariz. --Mira, no se que decir, cosa rara en mi, que no diga nada. --Asi que, te deje sin palabras, !que interesante...! --dijo paseandose por la habitacion, con aire arrogante y divertido al mismo tiempo. Cosa que me hizo sentir mucho mas calor, solo que ahora no se alojaba en mis mejillas... Comenzaba hacer calor en esta habitacion. --Voy a ver a tus hermanos --dije tratando de finalizar la conversacion, logre decirselo mirandolo a los ojos, no queria seguir echando mas lena al fuego... Su expresion ahora era de horror, estoy segura que la vi por unos segundos antes de que se volviera rapidamente hacia la ventana. -- ?Estas bien? --Le pregunte sin pararme a pensar, que le hizo poner esa cara de miedo. No tardo mas que dos segundos y se dio la vuelta con expresion neutra. --Si, ya me tengo que ir -- paso por mi lado hacia la puerta. Suspire, por... ya ni se cuantos suspiros he dejado escapar, !vaya noche!, que tio tan misterioso. Por un segundo se me cruzo por la cabeza que, a lo mejor, no era el hijo de la Senora Karen, pero en varias zonas de la casa, hay fotos de un nino pequeno con esos mismos ojos marrones que me miraron llenos de horror, hacia un momento. No son dificiles de reconocer, claro que en el momento que lo sorprendi en la cocina, estaba de espaldas a mi. Sali de la habitacion, para buscar como ocupar mi mente, camine hacia la sala de estar y me dirigi al sofa para sacar de mi bolso, una camara digital. Desde que conoci esta casa, me apetecia mucho tomar fotos de la cascada y mas de noche. Con camara en mano y movil en el bolsillo trasero de mis jeans, ya que mi atuendo del dia de hoy consistia en unos vaqueros azul claro, algo gastados con rotos en ambas rodillas y ajustados a la cadera. Una blusa de manga larga en color gris sin cuello, casi que parecia mas un sencillo sueter solo que esta, se amoldaba a mi pecho y a mi pequena cintura. Bueno no soy una tia de pechos enormes, me gusta pensar que caben en mi mano. Bueno..., no entran en mis manos, son mas bien medianas, ni grandes, ni pequenas, son perfectas. Total..., mientras me gusten a mi, esta bien. Al abrir las puertas, senti el aire fresco que me dio en la cara. Una leve brisa con ese deje de calor que indicaba que estabamos en verano. Mis ojos recorrieron maravillada el lugar, la paz que senti comenzo a despejar mi cabeza, inhale y exhale profundamente. La piscina se veia tan apetecible... Lamentablemente, no se nadar y estoy en horas de trabajo. No creo que los senores Parker, aunque me tengan confianza, me inviten alguna vez a nadar. Me acerque al borde de la piscina. Habia dos hamacas que se veian muy comodas para tumbarse y echarse una siestecita. En ese momento mirando el agua de un azul tan oscuro como el cielo, me pregunte como de profunda estaba. Me agache y meti una mano en el agua, estaba calida. Me sorprendi, pense que estaria fria. Mire alrededor de los bordes, buscando algo que me indicara que la piscina era templada, nunca supe como funcionaba eso, a lo mejor solo estaba calida, por estar expuesta al sol todo el dia. Cuando me fui a levantar, repentinamente se me resbalo de la muneca mi pulsera favorita, llevaba tiempo que el seguro se abria facilmente, con un quejido me puse de rodillas e hice todo lo posible con las manos para que no siguiera hundiendose, pero era inevitable, la pulsera pesaba ya que estaba hecha de plata. -- !No, no, no! --dije frustrada, al perder de vista la pulsera. Me levante y camine en busca del lugar donde guardaban los Parker las cosas para la limpieza de la piscina, si tenia suerte, conseguiria una red limpia piscinas, y asi, intentaria pescarla. -- !Aja!, !bingo! -- Vi una puerta metalica, camuflada con el mismo color de la pared. Rece para que no estuviera cerrada con llave, por suerte estaba abierta. Usando la linterna de mi movil, di con el interruptor de la luz casi de inmediato y me sorprendio un poco, ver aquel armario de la limpieza. No necesite buscar mucho ya que practicamente tenia frente de mi, la herramienta que necesitaba, la tome y di un grito, cuando una arana me subio por la mano derecha, sacudi el brazo violentamente. Cogi la red que se me habia caido al suelo del susto, y sin detenerme a cerrar la puerta, corri de vuelta a la piscina. Cuanto antes recuperara mi pulsera mejor. Seguia imaginandome siendo pillada por los Parker, en una situacion comprometida, al tomarme la confianza de abrir puertas y coger cosas de su propiedad, sin consentimiento alguno

  • La canguro de los Parker, Norah Carter de Kate Ross , Monica Hoff , Norah Carter

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    Elena, la ninera de los Parker desde su adolescencia, conoce a Hall en su 21 cumpleanos. El hijo de la senora Parker, guapo y misterioso, la hara conocer la pasion, olvidar a su ex y el infierno que vivio con el. Pero, ademas, le mostrara algunos secretos que el tan celosamente guarda.
    Amistad, deseo y, quizas, un amor verdadero en esta romantica novela.

  • Si confias en mi de Norah Carter

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    Las flores nunca mueren. Es un pensamiento que a veces me recuerda que de algun modo siempre hay una razon para creer que en los corazones de los hombres y de las mujeres no debe haber temor a nada. Un fuego oculto nos mantiene siempre vivos y esperanzados, ese mismo fuego con el que miramos a la vida y, de repente, nos damos cuenta de que las flores nunca mueren. La primavera siempre vuelve como el resto de las estaciones, pase lo que pase. La historia siempre se repite y la naturaleza sigue su curso. Por esa razon misma, las flores nunca mueren. Habia acudido mucha gente. La tarde gris era un espejo de su semblante. Todos se dieron cita alli por desgracia. Duncan habia perdido a su madre. Hace unos anos, enterro a su padre y ahora la que habia sido toda su ocupacion y dedicacion estos ultimos anos habia muerto tambien, en la cama, a su lado. ?Que vida le esperaba ahora a aquel hombre? Toda su vida habia estado vinculada a esa casa paterna, pues solo el se habia encargado de cuidar de sus padres durante anos. Todo el sentido de su existencia habia sido refugiarse al lado de sus progenitores, como si no existiese otro mundo que el hecho de velar por la seguridad de aquellos ancianos. North Berwick es un pueblo pequeno y todos nos conocemos desde siempre. Aun recuerdo algunos momentos de mi infancia al lado de Duncan y, si tuviera que destacar algunos de sus rasgos, dire que era un chico reservado, silencioso, demasiado prudente a la hora de hablar o de intervenir. Pero ese caracter tan introvertido me gustaba particularmente. Era una forma de diferenciarse del resto de chicos, embrutecidos, siniestros al tramar algunas travesuras y siempre orgullosos de aquellas frases obscenas que soltaban por la boca. Duncan no era de esa clase de chicos. Al contrario, su naturaleza era tan diferente que a veces preferia quedarse con las chicas a observarnos como jugabamos con nuestras munecas o al escondite. Esbozaba una tierna sonrisa mientras nosotras pasabamos el rato con nuestras correrias. Nunca le di demasiada importancia a ese comportamiento, pero es cierto que companeros de clase y muchos chicos del pueblo tildaron a Duncan de un muchacho demasiado raro y extrano. Y aquellos calificativos contribuyeron a que se distanciara todavia mas del resto del mundo. Nunca se vio envuelto en una pelea y nunca fue motivo de burla, porque Duncan paso a ser, de un chico raro y extrano, a un chico invisible. Caminaba con torpeza y su pelo color paja lo hacia inconfundible. Era como una breve llama entre nosotros cuando decidia acompanarnos a la loma o a algun rincon del bosque a buscar animales o setas. Puedo decir abiertamente que mi infancia ha estado asociada a esa presencia de Duncan. Poco a poco, fuimos creciendo y las apariciones de Duncan eran cada vez menos frecuentes cuando saliamos al bosque o por los caminos. Siempre he culpado a sus padres de aquella conducta de Duncan, pues eran huranos y bastante posesivos. En un pueblo como este, todos nos conocemos y algo de lo que acabo de escribir tuvo que ir fraguandose en la intimidad de esa casa, hasta que Duncan, cuando todos cumplimos trece anos, dejo definitivamente de salir a buscar aventuras con nosotras. Porque hubo un momento en que se alejo para siempre de los chicos, especialmente cuando estos empezaron a fumar y a espiar a las parejas jovenes que buscaban un rato de soledad en el bosque para amarse.

  • Destino de Norah Carter

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    Me mire al espejo y me veia radiante ese dia. Nos ibamos a cumplir ese sueno que llevabamos preparando desde hacia dos anos. Ibamos a emprender un viaje de dos meses por algunos lugares del mundo, en plan mochileros, con mi grupo de amigos de toda la vida. Siempre habiamos estado hablandolo. Siempre habiamos comentado de hacer un viaje de ese tipo, pero nuestras vidas personales, estudios y trabajo parecian haberlo impedido. Una excusa tonta y torpe ponia fin a este sueno, pero ahora habia llegado el momento de llevarlo a cabo. Os cuento que, desde mi infancia, siempre tuvimos una pandilla y que duraba hasta el dia de hoy. Era increible. Generalmente, muchos grupos de amigos acaban separandose y rompiendo su grupo de amigos. No es facil mantener la amistad y la union a lo largo de los anos. Pero nosotros lo habiamos logrado. Teniamos alrededor de 27 o 28 anos y no nos habiamos separado nunca. Por un lado, estaba Kate, mi amiga del alma, mi alma gemela, mi confidente, esa amiga que se convierte desde el principio en hermana. Era profesora, una excelente profesora. Ademas, era novia de otro miembro de la pandilla, Luis. Llevaban juntos desde los 15 anos. Se notaba que se atraian desde que eramos unos mocosos y finalmente se independizaron y empezaron a vivir como una pareja. Luis tenia una inmobiliaria con cinco empleados y, pese a la crisis que estaba atravesando el pais, funcionaba muy bien. Luis era un trabajador incansable y habia intentado hacer frente a la crisis con otras fuentes de inversion y adaptando su empresa a las exigencias del mercado, aprovechando sobre todo las nuevas tecnologias, especialmente Internet, para obtener un mayor numero de clientes a lo largo de todo el pais. Kate tambien era una trabajadora nata. Se habia sacado sus oposiciones nada mas acabar la carrera. Todo hay que decirlo: estuvo un ano practicamente sin salir de su casa, estudiando y repasando. Sabia que tenia que hacerlo asi y la fuerza de voluntad que demostro a mi me sorprendio. Yo seria incapaz de hacer algo como lo que hizo ella. Lo bueno de Kate era que siempre podias contar con ella. Cuando yo la necesitaba, siempre estaba ahi. Y quiza era esa personalidad comprensiva la que hacia que sus alumnos la respetasen y que todos sus companeros de trabajo confiasen en ella, porque su simpatia y ese caracter extrovertido eran fundamentales dentro y fuera de las aulas. Yo se lo habia reconocido mas de una vez en publico. Yo no habria sido capaz de trabajar nunca con ninos o adolescentes, pues habia que tener una paciencia inmensa y un teson del que solo era capaz Kate. Quiza, en eso, no nos pareciamos tanto. Yo era mas nerviosa, mientras que, en ella, la serenidad y la paciencia eran virtudes mas que notables. Por esa razon, a Luis siempre le atrajo Kate. No solo se trataba de la belleza de su cuerpo y de su rostro, sino que Kate representaba aquello que un hombre como Luis necesita, es decir, la suficiente tranquilidad para que el no se precipitara en muchas de sus decisiones. Porque Luis era bastante nervioso y fue quiza esa actitud de hombre inquieto lo que hizo posible que no tuviera que cerrar su empresa como habian hecho tantos y tantos de sus companeros que, ilusionados, habian abierto sus inmobiliarias para labrarse un futuro. Por otro lado, estaba Fran, el amor de mi vida. Era un secreto que veniamos guardando, desde hacia muchos anos, Kate y yo, aunque ella siempre me estaba pinchando para que se lo dijese a Fran, pero yo veia que el me trataba como una hermana. Nunca intento nada y yo no fui capaz de contarle lo que mi corazon venia sintiendo desde el dia que lo conoci. !Que dificil es eso! Saber que una persona te gusta y no poder hacer nada para que ella se de cuenta es una experiencia horrible. No se si alguna vez se habia percatado de lo que yo sentia por el, pero temia decirle algo por si nuestra amistad se rompia de repente y se iba todo al traste. No queria perder a Fran como amigo, aunque eso me costara sufrir en silencio mis deseos intimos y profundos hacia el. ?Como era Fran? El era una persona de corazon, simpatica, alegre y con un sueno, la musica, esa a la que dedicaba todo su tiempo libre, por la que moria. Sentia que la musica era su vida, ademas, trabajaba en la empresa de su padre, con un buen horario y con un buen sueldo, pudiendose permitir muchas cosas, entre ellas, esa dedicacion continua a aprender para mejorar en esa pasion artistica. Con el pelo revuelto y unos ojos azules hipnoticos, Fran no tenia mal fondo. Era un joven servicial y, al igual que Kate, estaba dispuesto a ayudar siempre. Cuando hablaba sobre musica, sobre alguna cancion o melodia que habia compuesto, podia comprobar que su rostro se iluminaba, que sus ojos adquirian un brillo especial que a mi particularmente me encandilaba y me hacia sentir feliz por momentos. Pero, claro esta, aquella felicidad desaparecia cuando me daba cuenta de que no podiamos ser mas que amigos. Todo hay que decirlo. Ni Kate ni yo lo habiamos conocido saliendo con alguna chica, algo que nos extranaba, porque era guapo, apuesto y con un mundo interior interesante. Era de las personas que podia mantener una conversacion contigo durante horas sin importarle el tema o a quien tenia delante. El hecho de que no hubiera salido nunca con nadie me daba cierta confianza para esperar que, en algun momento, yo tuviera la oportunidad de expresarle mis sentimientos, aquello que habia guardado en mi corazon durante tantos anos y que no me atrevia a manifestar. El problema era saber cual seria ese momento y cuando llegaria. Luis se olia algo porque Kate se lo habia contado cuando empezaron a salir, pero ellos sabian de sobra que no debian entrometerse porque el grupo, nuestro grupo, estaba muy unido y lo que menos necesitaba ahora era que, por malentendidos o decepciones, se rompiera. Pero ese era mi destino por ahora. Yo no habia tenido la suerte de mi amiga Kate y debia vivir con esa sensacion desasosegante de querer a una persona, cuyos sentimientos hacia mi desconocia. Luego estaba Jaime, ese adorable loco de la pandilla, el alma de la fiesta, la persona mas extrovertida y que mas momentos divertidos y comicos nos habia proporcionado, de esos que jamas se olvidan. Jaime era una persona a la que le duraban las relaciones como maximo una semana y decia que el no tenia la culpa. Pero la verdad es que no estaba hecho para mantener una relacion seria, a pesar de que mujeres no le faltaban. Siempre se rodeaba de muchas muchachas enamoradas que bebian los vientos por el. Era atractivo, alto y le gustaba vestir bien por lo que ya llevaba mucho ganado en las relaciones cercanas. Si a eso se le une su sentido del humor, tienes el coctel perfecto. El problema era que le gustaba estar con todas. Quiza esa personalidad tan graciosa lo forzaba a no lograr la seriedad necesaria que necesita un compromiso con otra persona, donde la sinceridad, la sensatez y la formalidad son imprescindibles. Jaime era un animal nocturno, ademas. Era capaz de cerrar todos los bares y discotecas de una ciudad y a nosotros nos gustaba esa personalidad tan desmedida, pero tambien reconociamos que aquella manera de entender la vida no podia durar siempre.