• libro el lado peligroso de jude pdf - Nicole Williams

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    Lucy desea a Jude mas que a nada en este mundo, pero sabe que el amor es un juego peligroso... y dejarse llevar puede salirle caro. Jude Ryder atrae siempre todas las miradas. Es guapo, insolente, atrevido... y desde que esta con Lucy exhibe una sonrisa que quita el hipo. Pero, aunque estan mas enamorados que nunca, ella no lo tiene claro. Por un lado, Jude siempre ha sido un rompecorazones, magnetico para todas las chicas. Y por otro, ahora se encuentran a mas de cuatro horas de distancia: ella en una exclusiva escuela de danza y el en una buena universidad gracias al futbol americano. Y, por si esto no fuera suficiente, Lucy ha descubierto que alli es tradicion que cada jugador tenga una <> animadora, y la de Jude alberga intenciones muy poco fraternales...

  • Nicole Williams - El lado peligroso de Jude -libro 2 - Docer.com

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    30 abr 2021 — Nicole Williams - El lado peligroso de Jude -libro 2 - documento [*.pdf] La pasión sigue latiendo entre Lucy y Jude que retoman su historia ...

  • El lado peligroso de Jude ( Jude Ryder 2) | Nicole Williams

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    El lado peligroso de Jude ( Jude Ryder 2) | Nicole Williams | Descargar Novela Libro (PDF/EPUB) completos gratis .. Lucy desea a Jude más que a nada en ...

  • Trilogia de El lado Explosivo de Jude - loca por los libros

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    Jude Ryder y Lucy Larson tienen personalidades completamente opuestas. Lucy es una tímida e inocente joven que adora el ballet y le gusta llevar una vida ...

  • El lado peligroso de Jude (PDF) -Nicole Williams - Castaris

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    6 ago 2018 — Sinopsis: Jude y Lucy ya han sido arrastrados a un romance muy lindo y ... Descarga Gratis El lado peligroso de Jude en PDF. Datos del Libro ...

  • El lado peligroso de Jude (EPUB) - Nicole Williams

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    2 jul 2019 — Descarga Gratis El lado peligroso de Jude en PDF ... REPORTAR LIBRO CAÍDO ... Por un lado, Jude siempre ha sido un rompecorazones, ...

  • TRILOGÍA EL LADO EXPLOSIVO DE JUDE (CRASH) - MI ...

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    Autora: Nicole Williams. Nº de páginas: 352 págs. Nº de libros: 3. SINOPSIS:.

  • EL LADO EXPLOSIVO DE JUDE (LIBRO 1) - WILLIAMS NICOLE

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    Jude Ryder atrae siempre todas las miradas. Es guapo, insolente, atrevido... y desde que está con Lucy exhibe una sonrisa que quita el hipo.

  • El lado explosivo de Jude (Crash 1) Versión Kindle - Amazon.es

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    El lado explosivo de Jude (Crash 1) eBook : Williams, Nicole: Amazon.es: ... Mirar en el interior de este libro. ... El lado peligroso de Jude (Crash 2).

  • La perfecta prometida (Senores de las Highlands 2) de Rowyn Oliver

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    Invierno 1208, Las Highlands Era el festival de invierno. Como de costumbre, la multitud se congregaba alrededor de la hoguera para escuchar las gaitas ceremoniales. Pero ese ano, Rowen no podria ver a los formidables guerreros con sus tartanes bordados con tupidos hilos, ni escuchar la magica melodia de las gaitas escocesas resonando en una noche estrellada. La nina estaba acurrucada en su camastro, contemplando el otro que yacia vacio porque su hermana Rowyn no estaba. !Ella si podia disfrutar del festival! !Que injusticia! Rowyn era dos anos mayor que ella y, por lo visto, mucho mas bonita. Hay que decir que Rowen no lo creia asi, pero lo aceptaba; no podia menos que percatarse, que la gente admiraba vivamente la belleza de su hermana mayor. Sus increibles ojos azules y los graciosos bucles del color de la brea que tan gracilmente solian colgarle a los lados de su rostro, enmarcandolo en un ovalo perfecto, le daban esa apariencia atractiva y eterea. Su tez era palida, mucho mas que la suya, y causaba admiracion. Todos, y en un majestuoso conjunto, eran encantos que dificilmente pasaban inadvertidos. Los encantos de Rowen, sin embargo, bronceada y pecosa, era una mortificacion para ella y esta aumentaba cuando sus largas caminatas le arrebolaban las mejillas enrojeciendo sus pomulos altos como si se hubiera frotado moras maduras. Un efecto que ella aborrecia. No era justo. Simplemente Dios no habia hecho justicia con ella. Cuando toda la admiracion recaia en Rowyn, Rowen tenia que conformarse con palabras amables: que nina mas graciosa. No esperaba mas, tenia el pelo lacio y tan liso como las aguas del lago Tummel. !Por Dios, ni siquiera era dorado! Era color del palido atardecer en un dia ventoso o de un terroso que daba espanto. ?Acaso Dios no podria haber elegido un solo color para su pelo? Parecia que no, sus mechones que se enredaban entre si anudandose en los dias de viento daban la impresion de haber sido tintados mechon a mechon en colores dorados y ocres. Ni siquiera sus ojos, aunque rasgados, destacaban en su rostro palido y sin gracia, eran de un pardo vulgar. Pero Rowen se consideraba bonita, no importaba que con dos anos menos que su hermana, en sus vestidos cupieran dos cuerpos de Rowyn por culpa de su voluminosa figura. --No es justo --gimoteo, abrazando la delgada almohada. Moqueaba. Se enjugo la cara y la nariz goteante con la manga y las mejillas humedas con los punos. Era muy injusto que no la quisieran tanto como a Rowyn, que en esos momentos estaria divirtiendose, mientras ella se acurrucaba en el catre llorando por las injusticias de la vida. Golpeando con su puno la almohada, la nina recordo las palabras que horas antes habia dedicado a su padre. --No he sido yo, papa, ella se cayo al rio sola --dijo Rowen cabizbaja; entretanto, su hermana lloraba desconsoladamente en brazos de su severo padre. --?Que no has sido tu…? Maldita engatusadora. Rowyn era tan buena mintiendo como Rowen trepando a los arboles y tirando piedras con honda, es decir, increiblemente buena. --Si, ha sido Raven. --Rowen apreto los punos. Asi la llamaban todos por culpa de otro ser insufrible que le hacia la vida imposible: Gabriel McDonald. Ahora no podia quitarse ese apodo de encima. No era Rowen para el mundo, sino un estupido cuervo. Pero esa era otra historia--. !Ha sido ella, papa! --!No es cierto! !Por supuesto que habia sido ella! ?A quien iba a enganar? Pero su hermana era una bruja y se lo merecia. Ademas, por una vez que Rowyn decia la verdad... !Eso si era algo nuevo! Su hermana le habia gritado a pleno pulmon lo poco agraciada que era. Ese no era un hecho aislado, solia gritarselo a menudo y lo hizo nuevamente, hasta que su cara se puso del color purpura. Simplemente... se lo merecia. --!Raven! Te quedaras en la tienda hasta que decida que castigo ponerte. !Por Dios! Como si quedarse en la tienda en plenos juegos no fuera castigo suficiente. Pero Rowen no lloro; bueno, al menos no al principio, estaba demasiado acostumbrada a todo aquello. Rowyn sonrio bajo el brazo de su padre. Quedarse sin recital era un castigo muy duro para Rowen, su hermana lo sabia bien y por eso se sentia tan satisfecha. Horas despues, acurrucada bajo el manto con los colores McDowell, Rowen volvio a moquear y a hipar levemente. Como echaba de menos a su mama, al menos ella era dulce y buena y la queria, aunque no fuera tan bonita como Rowyn. Su hermana la odiaba, o eso creia ella. Sabia que no deberia haberla tirado al rio, al menos si queria haberse librado de un buen castigo, pero Rowyn se habia puesto histerica por el mero hecho de avergonzarla ante Gabriel McDonald, a quien queria impresionar. !Y que le arrancaran los dientes si ella podia decir algo amable sobre ese demonio! Bueno... quizas puedas decir que es guapo. Habia que reconocerlo, Gabriel McDonald era, sin duda, el chico mas guapo del festival, pero eso no era merito suyo, es que su madre era preciosa y su padre el guerrero mas formidable que existia y existiria jamas en todas las Highlands. Solo la figura del laird McDonald la hizo sonreir levemente. Este era amigo de su padre y ambos clanes parecian ser amigos, aunque Raven habia oido decir que buscaban una solida alianza. --Mediante el matrimonio. --Habia escuchado decir a una de las ancianas McDonald mientras lavaban la ropa en el rio. Las hermanas escuchaban a escondidas las conversaciones de sus mayores; a veces las entendia, otras no, pero Rowyn siempre estaba atenta a la mencion de los McDonald. A Raven, por su parte, le traia sin cuidado el primogenito de dicho clan. Lo unico que queria de el, es que la dejara en paz. No le gustaba Gabriel. El futuro laird era demasiado alto, demasiado rubio, y demasiado… bueno, tirando con honda. Mas que ella, maldito fuera. Ya te vencere la proxima vez, maldito narizotas. En cambio, Ian McDonald era otra cosa. El padre del chico le gustaba de verdad. El laird vecino era un hombre grunon y que al parecer atemorizaba a todos los hombres, ya llevaran su propio tartan o no. Alto y fuerte, con un espeso pelo rubio que su hijo Gabriel habia heredado, encandilaba a Raven con sus cuentos o sus sangrientas historias de batallas ancestrales. --Y entonces meti mi mano en su pecho y le arranque el corazon. --!Ooooh! --!Que emocionante! Esas historias encandilaban a Rowen. Tambien ayudaba que Mairy, su encantadora esposa, fuera la mujer mas dulce del mundo, tan dulce como los caramelos que preparaba con miel. --Ten, se que te encantan. --Esa manana le habia dado un punado. Se los habia comido todos antes de que Rowyn se diera cuenta de que escondia. Lo malo es que ahora le dolia la tripa. Quizas esa predileccion por los senores del clan vecino derivaran de ambas cosas. Mary McDonald le habia regalado dulces nuevamente, nada mas verla sola y cabizbaja sobre el penasco en el cual descansaba, cerca del lago. Y el gran laird le habia guinado un ojo cuando nadie miraba. Lo unico que le habia desagradado de esa maravillosa pareja, era que, hacia cosa de dos anos, le presentaran a su unico hijo Gabriel. Raven sabia que pasara lo que pasara jamas olvidaria ese momento. Llevaba el tartan McDonald y una honda de fino cuero colgada a la cintura. Raven se consolo pensando que eso no era muy masculino para un chico de trece anos, llevar una honda en lugar de una espada. No es que Gabriel no fuese varonil, todo lo contrario, Raven consideraba que tenia el pecho ancho como un oso, claro que a esa edad poco agradable encontraba los musculos de los hombres. Cuando el muchacho se habia acercado y con una sonrisa resplandeciente habia inclinado levemente su cabeza hacia ella, Raven torcio el gesto con disgusto, mientras la carcajada de Ian McDonald resonaba en su cabeza ante el ceno fruncido de la pequena. --?Que pasa? --habia preguntado inocente ante las risas de Ian y Mairy. Mairy McDonald se limito a sonreirle como si hubiera esperado esa reaccion, aunque tambien era cierto que la senora de los McDonald esperaba fervientemente que ese ceno desapareciera con el tiempo y el trato entre ambos muchachos se hiciera mucho mas cordial. En la cabeza de la senora bailaba la idea de que no habria mejor esposa para Gabriel que Rowen McDowell. Ian no se habia equivocado en absoluto; al tercer ano, Rowen, a quienes ya todos llamaban Raven por culpa de su hijo, se convertia, ano tras ano, en todo lo contrario de lo que seria su hermana Rowyn.

  • El jardin de los ciervos de Patricio Sturlese

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    Una novela de aventuras e intrigas por el autor de la superventas El inquisidor.

  • Vacaciones en los Hamptons de Sarah Morgan

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    ?La escapada veraniega perfecta?

  • Cuando la miel muere de Hanni Munzer

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    La joven e inquieta Felicity acaba de terminar sus estudios de medicina y se dispone a irse a Afganistan con una ONG. Una llamada de su padre, enfermo en una silla de ruedas, va a cambiar todo. Su madre no ha vuelto a casa tras ir a la residencia a recoger las pertenencias de la abuela Deborah que acaba de fallecer. En la residencia le dicen que se marcho muy agitada llevando una caja. Los movimientos de su tarjeta apuntan a que, incomprensiblemente, se ha ido a Roma.

  • Una boda en Lyon de Stefan Zweig

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    El 12 de noviembre de 1793 Barere proclamo en la Asamblea Nacional francesa aquel edicto fatal contra la traidora ciudad de Lyon, que al fin habia sido tomada al asalto. Concluia con estas lapidarias palabras: <>. Los edificios de la levantisca ciudad, asi lo exigio, debian ser derruidos, sus monumentos convertirse en cenizas y hasta su nombre desaparecer. Ocho dias vacilo la Asamblea antes de aprobar una destruccion tan completa de la segunda ciudad mas grande de Francia. E incluso despues de haberlo firmado, Couthon, el comisario del Pueblo, convencido de la secreta conformidad de Robespierre, solo puso en practica aquella orden erostratica con indolencia. Para guardar las apariencias, reunio con gran pompa al pueblo en la plaza de Bellecourt, y con un martillo de plata golpeo simbolicamente los edificios destinados a ser demolidos, pero la pala penetro en aquellas magnificas fachadas solo de manera vacilante, y la guillotina practico su bronco y estruendoso descenso de manera todavia frugal. Tranquilizada ante esta inesperada indulgencia, la ciudad, ferozmente enardecida por la guerra civil y por un asedio de varios meses, se fue atreviendo a respirar otra vez esperanzada, cuando de pronto el humano e indeciso tribuno fue retirado del puesto y en su lugar, en Ville-Affranchie--como se llamo a partir de entonces Lyon en los decretos de la Republica--, aparecieron Collot d'Herbois y Fouche, ataviados con la banda de los comisarios del Pueblo. De la noche a la manana, lo que se penso que simplemente seria un patetico decreto disuasorio se convirtio en una cruda realidad. <>, denunciaba impaciente el primer informe de los nuevos tribunos a la Asamblea, con el fin de demostrar su energia patriotica y de hacer recaer la sospecha sobre sus tibios predecesores. Y enseguida se pusieron en marcha las atroces ejecuciones que Fouche, el <>, cuando mas tarde se convirtio en duque de Otranto y en el defensor de todos los principios legitimos, no permitio que se le recordaran. En lugar de la pala, que colocaba el mortero con lentitud, ahora las minas de polvora dinamitaban filas enteras de los mas soberbios edificios de la ciudad. En lugar de la guillotina, <>, los fusilamientos en masa y el fuego de metralla despachaban con una salva a cientos de condenados. Endurecida por medio de nuevos y acerados decretos diarios, la justicia traspaso todos los limites, segando como una guadana, dia tras dia, su gigantesco haz de seres humanos. Ya hacia tiempo que el Rodano, que fluia alejandose de alli con rapidez, se ocupaba del trabajo--por lo general demasiado lento--de amortajar y dar sepultura a los cadaveres. Hacia tiempo que las carceles no bastaban para la gran cantidad de sospechosos, de modo que los sotanos de los edificios publicos, de las escuelas y de los conventos se convirtieron en el lugar de residencia de los condenados. Por supuesto, en un lugar de residencia tan solo fugaz, pues la guadana seguia golpeando con precision y rara vez la paja calentaba el mismo cuerpo durante mas de una noche. Un dia de intenso frio de aquel mes sangriento, una nueva cuadrilla de condenados fue arrastrada hasta los sotanos del Ayuntamiento para pasar alli juntos unas pocas y tragicas horas. Al mediodia los habian conducido uno por uno ante los comisarios, y su destino fue despachado tras un breve interrogatorio. En ese momento los sesenta y cuatro reos, hombres y mujeres, estaban sentados en una confusion absoluta en aquella oscuridad de bovedas bajas que olia a cubas de vino y a moho, y que un escaso fuego de chimenea en la habitacion delantera, mas que calentar, tan solo coloreaba. La mayoria, sonolientos, se habian arrojado sobre los sacos de paja. Algunos, sentados a la unica mesa de madera que les permitian tener y a la tremula luz de las velas, escribian apresuradas cartas de despedida, sabiendo que su vida se habria apagado antes de que en aquel frio espacio lo hiciera la llama de azules temblores. Sin embargo, ninguno de ellos hablaba mas que en susurros, de modo que en el silencio helado de la calle la sorda explosion de las minas, a la que seguia el inmediato desplome de los edificios, retumbaba con nitidez. Pero la ensordecedora velocidad de los acontecimientos habia arrebatado a los que se veian sometidos a aquella prueba toda capacidad de sentir y de pensar con claridad. Sin moverse, sin decir una sola palabra, la mayoria de ellos estaban reclinados en la oscuridad como en el sueno que precede a la tumba, sin esperar nada y sin sentir emocion alguna hacia los vivos. De pronto, hacia la hora septima de la tarde resonaron unos pasos fuertes y energicos junto a la puerta. Los pestillos restallaron. Y el cerrojo oxidado chirrio al abrirse. De manera instintiva, se incorporaron todos de un brinco. ?Acaso, contra la triste costumbre de concederles aun una noche, ya habia llegado su hora? En la corriente de aire frio que se colo al abrirse la puerta, la llama azul de la vela temblo como si quisiera escapar de su cuerpo de cera, y con ella, palpitante, el miedo se lanzo al encuentro de lo desconocido. Pero pronto aquel temor provocado de manera tan repentina se disipo. El carcelero solo traia una nueva y tardia hornada, aproximadamente unas veinte personas, a las que hizo bajar las escaleras sin decir una palabra y sin indicarles un lugar concreto en aquel espacio abarrotado. Despues, la pesada puerta de hierro volvio a cerrarse con un gemido. Los prisioneros miraron a los recien llegados sin la menor simpatia, pues algo tan extrano es muy propio de la naturaleza humana, que en cualquier parte se adapta a toda velocidad e incluso en las mas precarias circunstancias se siente no solo como si estuviera en su casa, sino tambien en su derecho. Asi que, de manera instintiva, los que habian llegado antes consideraban ya aquella estancia mal ventilada y con olor a podrido, el saco de paja cubierto de moho, el espacio en torno al fuego, como si fueran de su propiedad, y cada uno de los recien llegados les parecia un intruso al que habia que reducir. Por su parte, aquellos a los que acababan de llevar hasta alli podian percibir claramente la fria hostilidad de sus predecesores, por mas insensata que resultara en aquella hora mortal, pues, cosa extrana, no intercambiaron con sus companeros de destino ni un saludo ni palabra alguna, no exigieron una parte de la mesa ni de la paja, sino que, sin decir nada, hoscos, se apretujaron en un rincon. Y si antes el silencio se habia cernido atroz sobre aquella cueva, ahora su efecto resultaba todavia mas lugubre por culpa de la tension de aquel sentimiento provocado de forma tan absurda. Un grito tanto mas sonoro, nitido y como surgido de otro mundo rasgo de pronto el silencio. Un grito claro, casi involuntario, que de manera irresistible arranco hasta al mas indiferente del silencio y del abatimiento en el que se hallaban. Una muchacha, entre los que acababan de llegar, habia dado un salto brusco y repentino. Y fue ella tambien la que, con los brazos extendidos como quien esta a punto de desplomarse, y gritando estremecida <>, se precipito al encuentro de un joven que, apartado de los demas, habia permanecido junto a las rejas de una ventana y ahora tambien corria hacia ella. Y aquellas juveniles siluetas ya habian prendido cuerpo contra cuerpo, boca contra boca, como dos llamas de un mismo fuego, ardiendo de forma tan tierna el uno junto al otro que las lagrimas derramadas de manera impetuosa por el arrobo del uno inundaron las mejillas del otro y sus sollozos surgieron como de una unica garganta que reventara. Cuando se soltaron por un instante, sin poder creer que de verdad se tocaban y asustados frente a lo excesivo que les resultaba aquel destino por completo inverosimil, un nuevo abrazo volvio a unirlos de inmediato, si es posible de manera aun mas abrasadora. Lloraron y sollozaron y hablaron y gritaron en un solo aliento, como si estuvieran totalmente solos en la infinitud de su emocion y por completo ajenos a todos los demas, que, sorprendidos y reanimados gracias a aquel asombro, se acercaron inseguros hacia ellos. La joven habia trabado amistad desde la ninez con Robert de L..., hijo de un alto funcionario municipal, y hacia unos meses que se habian prometido. En la iglesia ya se habian presentado las amonestaciones, y se habia fijado su enlace justo para aquel dia sangriento en el que las tropas de la Asamblea habian irrumpido en la ciudad. Entonces el deber obligo a su prometido, que habia luchado en el ejercito de Percy contra la Republica, a acompanar al general realista en su desesperada maniobra. Durante semanas no hubo noticias de el, y ella ya se habia atrevido a imaginar que debia de haberse salvado pasando felizmente la frontera suiza, cuando de pronto un secretario del Ayuntamiento le informo de que unos soplones habian descubierto que se escondia en una casa de labranza, y que el dia anterior lo habian conducido ante el tribunal revolucionario. Apenas se entero la intrepida muchacha de la detencion y de la indudable condena de su prometido, cuando, con esa magica e incomprensible energia que la naturaleza concede a las mujeres en los instantes de supremo peligro, logro lo imposible: abrirse paso hasta los inaccesibles tribunos populares con el fin de pedir clemencia para su prometido. Collot d'Herbois, el primero ante cuyos pies se arrojo, la habia despachado con acritud, diciendo que no concebia indulgencia alguna para con los traidores. Despues habia corrido a ver a Fouche, quien, de manera no menos dura que el anterior, pero mas hipocrita en los medios empleados para no sucumbir a la emocion que le embargo al ver a aquella joven desesperada, mintio diciendo que le hubiera gustado interceder en favor de su prometido, pero que veia--y al decirlo, el taimado embaucador de almas echo un indolente vistazo a traves del monoculo a una hoja cualquiera y sin importancia--que Robert de L... ya habia sido fusilado aquel mismo mediodia en los campos de Brotteaux. El muy astuto logro enganar por completo a la joven, quien de inmediato creyo que su prometido estaba muerto. Pero, en lugar de entregarse como cualquier otra mujer a un dolor inerme, indiferente frente a una existencia que para ella carecia ahora por completo de sentido, se arranco la escarapela del cabello, la piso con ambos pies y, a gritos, de modo que su voz retumbo a traves de todas las puertas abiertas, llamo a Fouche y a sus hombres--que corrieron hacia alli a toda velocidad--miserables vampiros, verdugos y cobardes criminales. Y mientras los soldados la maniataban y la arrastraban fuera de la habitacion, la joven aun pudo escuchar como Fouche dictaba a su secretario, un hombre picado de viruelas, la orden de detencion contra ella

  • Descubriendo el Nirvana (Nirvana 3), Arantxa Anoro de Arantxa Anoro

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    La fortaleza de las personas no se mide por la cantidad de fragmentos en los que te rompes sino por la capacidad de unirlos tantas veces como sea necesario.

  • Entre dos bandos de Laura Nuno

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    A Lucia de Galan, la bella y jovencisima hija del marques de Luengo, le ha llegado el momento de conocer a su prometido, el duque de LaFontaine, con quien su cruel y malvado padre la obliga a casarse. El apuesto duque no solo es frances, enemigo de la Patria, sino tambien un feroz cazador de guerrilleros. La disyuntiva se presenta porque la dulce Lucia, siempre preocupada por hacer justicia y proteger a los mas debiles, ha estado ayudando a los guerrilleros de Velilla de San Antonio a luchar contra el bando enemigo. Sin embargo, el duque se presenta como un hombre justo y ecuanime, seductor y comprensivo, y ni siquiera pretende hacer uso de sus derechos de alcoba. ?Podra alguna vez confiar en el? ?Se dejara Lucia arrastrar por la pasion que prometen sus ojos? Sus primeros dias de casada la empujan a un torbellino de emociones y dudas que amenazan su lealtad y su oscuro secreto. Pero el duque tambien oculta algo a su joven y chispeante esposa…

  • Fresas silvestres de Angela Thirkell

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    En esta comedia romantica ambientada en los anos treinta, la atractiva pero empobrecida Mary Preston acude como invitada a la esplendida finca de su tia Agnes en Rushwater. Alli, Mary perdera la cabeza por el apuesto seductor David Leslie, al mismo tiempo que Agnes y su madre, la excentrica lady Emily, planean emparejarla con otro hombre muy diferente, al que consideran un buen partido. En el espectacular baile de Rushwater, la felicidad de Mary, suspendida entre los imperativos del corazon y las maquinaciones de su familia, pendera de un hilo.

  • Todo tuyo de Judith Galan

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    LAURA. En pocos dias, tres hombres irrumpen en la planificada y tranquila vida de Laura: un atractivo aleman, un vagabundo de mirada intensa y un joven informatico.

  • El viaje de Muriel de Natalia Lopez

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    Muriel estaba encerrada en una torre, pero ellos siempre le habian dicho que no era una prisionera. Ellos eran los hombres que pertenecian a la Guardia de Lychnus. La Guardia de Lychnus formaba parte de la Guardia Real, y Lychnus era el nombre de la torre donde vivian Muriel y su madre. Los guardias del rey solo custodiaban los lugares importantes de Alea: la Corte, establecida en Enim, la capital del reino; el Templo de las Adivinas, en la isla Semper; las plazas de las distintas ciudades; la Escuela Militar de Argenta... Cada grupo tenia un nombre especifico segun la zona donde actuara. Por ejemplo, los guardias de la Corte se llamaban la Guardia de Enim; los del Templo de las Adivinas, la Guardia de Semper, y los de la Escuela Militar, la Guardia de Argenta. A Muriel le permitian salir de la torre, pero nunca podia alejarse mas de dos kilometros y siempre debia ir acompanada por al menos cuatro guardias. Muriel llevaba en Lychnus desde los seis meses, asi que no recordaba otra vida que no fuera esa. Hasta que cumplio los tres anos, sus unicas companeras de juegos eran su aya Alda y su madre Florence. Esta ultima, temiendo que su hija se convirtiera en una persona demasiado introvertida, suplico a los guardias que la dejaran relacionarse con otros ninos. <>, le contestaron. Florence fruncio el ceno y asintio a duras penas. El rey, coronado como Roderick III, habia sido su esposo durante seis anos, pero tras el nacimiento de Muriel, el habia solicitado al Primus Sacerdos la anulacion de su matrimonio por el bien del reino. Florence no habia podido darle ningun hijo varon, y eso, en un futuro, dejaria al reino en manos de un gobernante extranjero. Unos meses despues de la anulacion, el monarca se habia casado con Nessa Maynard y habia tenido dos hijos varones: Colin, el mayor, y Alan, el pequeno. Muriel no conocia a su padre; ni siquiera lo habia visto de lejos. Sabia como era fisicamente por el enorme retrato que habia colgado en el vestibulo de la torre. La figura del cuadro imponia un poco, aunque suponia que ese era el efecto que habia buscado el pintor. El rey tenia el pelo y los ojos negros, como ella, pero su constitucion era mucho mas robusta. En la pintura, su pose era altiva: tenia la barbilla alzada, los labios esbozaban una media sonrisa de superioridad, y la mirada invitaba al espectador a alejarse. Aparecia sentado en el trono. El brazo izquierdo del asiento estaba cubierto por una capa de color vino que caia hasta el suelo formando pliegues. La corona y el cetro reales eran de oro y tenian incrustaciones de diamantes, rubies, zafiros y esmeraldas. Algunos de los colores usados eran especialmente dificiles de conseguir y, por consiguiente, resultaban muy costosos. Era el caso del azul, obtenido a partir del lapislazuli, un mineral escaso en Alea. Solo los reyes, los nobles y los comerciantes ricos podian pagar por unos gramos. A Muriel no le deslumbraban las riquezas. Lo que le causaba impresion era saber que el control de todo un reino recaia en manos de una sola persona. A diferencia de su madre, la joven no sentia ningun resentimiento hacia el monarca, su padre. Su vida en la torre era bastante comoda, y los guardias la trataban con respeto. Ademas, el rey no habia puesto objeciones a que Muriel se relacionara con una persona de su edad. La elegida habia sido Trudy, una chica que vivia en la aldea mas proxima a la torre. De pequenas, les gustaba saltar a la comba, proponer adivinanzas e imaginar que eran dos princesas que vivian aventuras. Ahora que tenian diecinueve anos, preferian sentarse a la sombra de un arbol y hablar sobre lo que cada una esperaba de la vida.

  • Estamos hechos de gotas de lluvia de Saray Garcia

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    Para algunos, las heridas que sangran no son mas que un balsamo para sobrellevar las que estan bajo la piel y nunca cicatrizan.

  • Una mujer con pasado de Ryanne Corey

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    Desde su huida del mundo de la moda, Maxie Calhoon se habia apartado del punto de mira de la opinion publica. Hasta que un reportero se empeno en conseguir una exclusiva de la supermodelo y llego hasta ella, llevando la tormenta a su pacifica granja. Pero lo peor de todo fue que a Maxie le resulto imposible resistirse a los seductores besos de aquel hombre.

  • La casa del callejon de David Mitchell

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    <La casa del callejon. Es una historia delirantemente imaginativa, espeluznante y -aunque retrata otro mundo- maravillosamente humana sobre una casa embrujada.>>
    Gillian Flynn (autora de Perdida)

  • El chico de las mil almas de Maria Herrejon

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    Misterio, amor y superacion se unen en esta primera novela de Maria Herrejon.

  • Sensible (Insensible 2) de Veronica A. Fleitas Solich

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    Conocerse los obligo a ver mas alla de lo que deseaban ver. Compartir sus miedos, a sentir mas de lo que se atrevian. Enfrentarse puso en evidencia para Felix y Gabriela que no solamente guardaban secretos ante otros sino tambien ante si mismos.
    Con la ruptura de la corta relacion que tuvieron, ambos intentan regresar a sus vidas pero ni ellos ni sus existencias son las mismas que antes de que sus caminos se cruzaran. El hombre que se sentia poderoso, intocable y ajeno a su propia humanidad ahora apenas si puede despegarse de los sentimientos que lo abruman, y la mujer que se creia demasiado debil para enfrentar sus propios deseos, comienza a aceptar que puede empujar sus limites cada vez mas, para alcanzar sus metas.

  • Agosto es un mes diabolico de Edna O'brien

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  • Vidas contrastadas, Leah Dempster de Leah Dempster

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    Ella le ofrecio mas de lo que estaba esperando.

  • Mi hogar en ti de Africa Huertas

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    Cuando Julie regreso a su ciudad natal en Sudafrica, despues de un ano, todo habia cambiado. Ella tenia, al fin, la vida que siempre habia sonado: el Acuario, los animales, su familia, sus amigos, su tierra. Lo que nunca imagino fue todo lo que el destino le tenia preparado.
    Una historia en una tierra salvaje. Un amor incondicional e inquebrantable. Un viaje a las entranas de Africa banado por un conflicto que se mantiene latente despues de tantos anos. Julie se vera envuelta, sin pretenderlo, en un cambio social que la empujara a tomar nuevas decisiones, un nuevo camino que la llevara lejos. Giros inesperados en un entorno de ensueno.
    Mi hogar en ti te llevara a un viaje inolvidable consiguiendo que te enamores locamente.

  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • El tiempo entre suturas de Enfermera Saturada

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  • La verdadera felicidad de Lorena Lazo

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    Cristina siempre se sintio favorecida por el azar al pertenecer a un hogar de clase alta con unos papas muy importantes en el ambito social. Ella de caprichosa obtuvo lo que se proponia y es entonces cuando se convierte en la esposa de Carlos, un militar millonario que se habia pensionado despues de una tragedia que hizo que no volviera a caminar nunca mas siendo una gran perdida para la defensa del pais.

  • Un caso desesperado de Laia Sinclair

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    Sam es un hombre formal, serio y distante. Esta centrado en su trabajo como jefe de una agencia de detectives y en su hija
    Lily, cuya crianza tras la muerte de su esposa se le hace cada vez mas dificil. Con el corazon cerrado a nuevos amores y aferrado al recuerdo de su esposa, Sam no quiere ni oir hablar de citas cuando su hija le tiende una trampa y le concierta una en el restaurante de citas a ciegas mas famoso de Nueva Orleans.

  • Un duque para mi de Olga Salar

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    Marcus Middlethorpe, duque de Rothgar, esta decidido a evitar a las matronas que suenan con casarlo con sus aburridas hijas. Con ese fin, ha trazado un plan que esta seguro de que no puede fallar. Con lo que no ha contado es con el caracter de la dama que necesita como complice para que dicho plan tenga exito.

  • Por nuestro amor de Maria Isabel Salsench Olle

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    Es al separarse cuando uno comprende la fuerza con que se ama.

  • Corazon de invierno (Hermanas Weatherly 1) de Laura A. Lopez

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    "?La calida personalidad de una muchacha, podra superar los helados caminos a la restitucion de un corazon que hiberna?"

  • El sustituto de Blanca Miosi

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    Muchas veces sonamos con convertirnos en genios, o en hacer realidad nuestros suenos. Fedor Mogliani lo consiguio con esfuerzo, dedicacion y una mente privilegiada. Sin embargo, no contaba con encontrar en su camino a Mark Carter, un joven deforme confinado a una silla de ruedas porque sus musculos se estaban convirtiendo en hueso. Pese a ser todavia un estudiante de Ingenieria Biologica, contra todo pronostico, logro revertir la fibrodisplasia osificante progresiva que sufria Mark.
    Una historia apasionante en la que se mezclan sentimientos, ciencia, ambicion e intriga, que te hara preguntarte si vale la pena todo aquello por lo cual luchamos.
    A lo largo de sus 400 paginas Blanca Miosi, autora de La busqueda, El legado, la trilogia El manuscrito, El rastreador y La lista, deleitara a sus lectores con una historia apasionante.

  • Angeles en llamas, Tawni O’Dell de Tawni O'dell

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    Library Journal

  • Eden 1 de J. Sharpe

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    Los angeles estan entre nosotros; lo se. Hay uno atrapado dentro de mi. Pero la imagen que ustedes tienen de esos “ayudantes de Dios” esta equivocada, se los garantizo. Son todos unos idiotas maniaticos.

  • La llamada de la oscuridad (Espana 1) de Mariah Evans

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    Camino por el pasillo oscuro de puntillas, sin hacer ningun ruido. Llego hasta la puerta de la habitacion y la empujo levemente para observar en su interior. Tal y como le habian pedido los padres de Iago, a las nueve lo habia metido en la cama, le habia leido un cuento y en poco mas de quince minutos el pequeno de seis anos estaba totalmente dormido. Miro el reloj de su muneca comprobando que faltaban pocos minutos para las doce. Jaime y Rut estarian a punto de llegar de su paseo. Por lo que sabia, celebraban su quince aniversario de casados. Durante el mediodia habian celebrado una barbacoa con todos los amigos y por la noche habian ido a cenar los dos solos y a dar un paseo. No es que ganase mucho dinero, pues solo cobraba diez euros la hora y la mayoria de sus ahorros los invertia en las clases de la universidad. Al menos, con este trabajo se sacaba un extra para poder aprovecharlo en las fiestas de su pueblo. Monforte de Lemos es una ciudad situada al sur de Lugo, en Galicia, capital de la comarca de la Tierra de Lemos, de la Ribeira Sacra. Se trata del segundo municipio mas poblado de la provincia. Concretamente del dia once al dieciseis de agosto eran las fiestas del pueblo. Casetas con bebidas y comida rapida, atracciones, tiradas de cartas de las meigas, pulpo y, lo que mas le gustaba a ella, los conciertos y el castillo de fuegos artificiales el ultimo dia. Siempre se juntaba con su pandilla de amigos y disfrutaba de unos dias de diversion, pues el resto del ano no los veia al desplazarse a la Universidad de Santiago de Compostela. Alli tenia un piso alquilado. Tras asegurarse de que Iago seguia dormido fue hacia las escaleras para bajar a la primera planta. Se encontraba alli desde las siete de la tarde, cuando Jaime y Rut se habian marchado y desde que habia acostado a Iago habia visto ya una pelicula y charlado un rato con sus amigos por el WhatsApp. Iba a llegar al final de la escalera cuando escucho que la puerta de entrada a la vivienda se abria. Acabo de bajar los ultimos escalones y se dirigio al recibidor justo cuando Jaime cerraba la puerta. --Buenas noches --comento ella con una apacible sonrisa. Rut se giro mientras se quitaba la fina chaqueta de punto y la colgaba del colgador anclado a la pared. --Hola, Paula, ?como ha ido todo? Los tres se dirigieron hacia el comedor. --Muy bien, senora Rut --contesto Paula mientras se dirigia a la mesa donde habia depositado el bolso. Lo abrio y se aseguro de haber metido el movil en el interior--. Iago es muy bueno. Ha cenado a las ocho y luego hemos visto un poco los dibujos. A las nueve, tal y como me pedisteis, estaba en la cama. Le he leido un cuarto de hora y se ha quedado dormido --rio--. No se ha levantado desde entonces. Jaime extrajo la cartera de su bolsillo trasero del pantalon. --No se que hariamos sin ti... --Seguramente estar siempre metidos en casa --bromeo Rut. Jaime extrajo un billete de cincuenta. --Han sido cinco horas, ?verdad? --pregunto. Paula asintio mientras se ponia la chaqueta y se colgaba el bolso al hombro. --Si. Jaime extrajo tambien otro billete de diez. --Toma --dijo entregandole sesenta euros. Paula se quedo observandolo y luego le sonrio un poco timida. --Son solo cincuenta euros. Jaime se encogio de hombros. --Toma, siempre te has portado muy bien con Iago. Ademas, son las fiestas del pueblo y has estado aqui cuidando de nuestro hijo. --Ella se encogio de hombros como si no tuviese importancia--. Toma --insistio--. Ve y diviertete un rato con tus amigos. Ella le agradecio con una sonrisa y guardo el dinero en su bolsillo. --Muchas gracias --comento dirigiendose hacia la puerta. Rut la acompano. --Ayer vi a tu tia --explico--, no nos habias dicho que habias aprobado con muy buenas notas segundo de Biologia... Aquel comentario sonrojo a Paula. --Ha sido un buen ano --respondio restandole importancia. Rut abrio la puerta. En ese momento, hasta ellas llego el sonido de la musica y el griterio de la gente que provenia de unas calles mas abajo, en la plaza del pueblo. --Te vas a convertir en una fantastica biologa, ?te especializaras? Ella se encogio de hombros, timida por la conversacion. Siempre se habia mostrado bastante reservada cuando recibia elogios. --Me gusta mucho la biologia molecular, pero aun no lo tengo decidido. Rut le sonrio con carino mientras colocaba un mechon de su cabello rubio tras la oreja. --Sea lo que sea seguro que lo conseguiras --Luego sonrio con mas fuerza--. Venga, ve a divertirte --la animo. Ella asintio--. Y muchas gracias por cuidar de Iago. --No hay de que --contesto ella bajando las escaleras del portal. Se despidio con un movimiento de mano y camino alejandose de la casa. La mayoria de las noches en que eran las fiestas del pueblo trabajaba como ninera, pues siempre habia padres que querian disfrutar de una noche libre para divertirse. No le importaba y, de todas formas, sus amigos no salian hasta las once o las doce de la noche, asi que aquello le permitia ganarse un dinero extra con el que disfrutar luego en las fiestas. Bajo toda la calle mientras se abrochaba el boton de su chaqueta tejana, pues, aunque era pleno agosto, a esa hora refrescaba. Al final de la calle, en la interseccion, comenzaban a vislumbrarse las casetas. A medida que se acercaba la musica incrementaba su volumen. Cientos de personas salian de los bares con alguna copa en la mano, otras se sentaban en las terrazas habilitadas de las casetas. Muchas de ellas servian hamburguesas, perritos calientes y patatas fritas. Se detuvo al lado de una caseta y abrio su bolso buscando el movil. Lo extrajo y vio que tenia un mensaje de su amiga Georgina. Georgina: Vamos hacia alli. Georgina: ?Ya has acabado de cuidar al mocoso?

  • Si te enamoraras de mi de Lorraine Murray

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    No habia podido pegar ojo desde el instante en que terminaron de tener sexo. No se trataba de que el la hubiera dejado a medias. Ni que hubiera sido un error o algo horrible. No. Nada de eso. Su companero de cama habia sido bastante generoso, apasionado, picaro y divertido. Claro que tal vez a ello habia contribuido haber pasado la noche tomando alguna que otra copa de vino, de mas. Eso y la chispa que habia surgido desde que coincidieron en el pub. Y pese a que ella era consciente de que no debia flirtear con desconocidos porque sabia cual seria el resultado final, en aquella ocasion habia dejado salir su lado mas travieso y atrevido. Permanecia con la mirada fija en el techo de la habitacion, escuchando la respiracion relajada de el durmiendo a su lado. Tenia que irse. Lo sabia. Tenia que hacerlo ya. Nada de desayunos como si fueran una pareja. No podia dar pie a malos entendidos, que sabia que se terminarian de un plumazo en cuanto el indagara en su vida. Pero ?por que lo habia hecho si conocia las consecuencias de sus actos? Solo esperaba que el no tratara de localizarla a traves de las redes sociales. Claro que habia una manera de hacerlo que esperaba que el no tuviera por costumbre. Resoplo y aparto la sabana para abandonar la cama. Una debil luz se filtraba por la persiana de la ventana de la habitacion; suficiente para recoger su ropa interior y ponersela. Por suerte el no se movia y eso la animo a seguir adelante. Se marcharia sin hacer ruido, sin dejar una nota o evidencia de que habia estado alli. Era lo mejor para los dos. Deslizo el vestido por su cabeza, cogio las sandalias en una mano, el bolsito en la otra y abandono la habitacion con sumo cuidado de no hacer ruido para despertarlo. Contuvo la respiracion cuando abrio la puerta de la calle y salio al descansillo cerrandola detras de ella. Permanecio de pie, descalza y con los ojos cerrados durante unos segundos tratando de ralentizar los latidos de su corazon. Inspiro hondo y se calzo antes de llamar al ascensor. Salio a la calle y paro un taxi, que justo pasaba por alli. Le dio la direccion a la que debia llevarla y se recosto en el asiento. Cerro los ojos y solto el aire acumulado. --Una noche larga, ?eh? La voz de taxista parecio sacarla de sus pensamientos por unos segundos. --?Como dice? --Digo que es hora de recogerse despues de una noche de fiesta. --Si. Es hora. --Espero que manana no tenga que madrugar para ir a trabajar. --No, manana no tengo que ir a trabajar. Tengo dias libres. Ella volvio la mirada hacia la ventanilla del taxi. Las calles aparecian casi desiertas salvo por aquellas personas que, como ella, parecian irse a sus casas. No estaba segura de poder dormir despues de lo que habia sucedido con el. Con Logan. ?Por que narices recordaba su nombre? Se dijo sacudiendo la cabeza con el ceno fruncido; como si quisiera alejarlo de sus pensamientos. Pensar en el le daba la impresion de que se verian otra vez. Pero ese no iba a ser el caso. --Hemos llegado. Cuatro libras justas. --Tenga --le dijo entregandole el primer billete que encontro en su bolso, sin pararse a comprobar de que cantidad era. Abrio la puerta y se apeo del taxi para caminar unos metros hasta la puerta de su casa. Ni si quiera escucho la voz del taxista a traves de la ventanilla bajada. --Espera. Te dejas el cambio... El taxista se quedo atonito contemplandola abrir la puerta de su casa. Le habia entregado un billete de veinte libras y no se habia esperado al cambio. Debia de ganar bastante para andar por ahi dejando esas propinas. El hombre sonrio guardandose el billete y se largo de alli. Ella no se volvio a escuchar lo que le decia el taxista. Estaba mas preocupada por abrir la puerta y entrar en casa. Dejo las llaves en la mesita del hall y se dirigio al cuarto de bano. Se desprendio de la ropa dejandola caer por el pasillo como migas de pan. Necesitaba una ducha que aclarara su mente. Que la despejara. O bien que la ayudara a conciliar el sueno. Lo cierto era que tampoco entendia por que narices se preocupaba tanto. Seguramente el ni si quiera se molestaria en intentar localizarla. Se habria quedado satisfecho con haber tenido un ligue en su cama esa noche. Nada mas. El sonido de su movil capto su atencion. Tenia varios wasaps sin leer. Todos de sus amigas queriendo saber detalles de lo ocurrido. No les dio importancia, abrio las puertas de la ducha y entro dejando que el agua caliente la acogiera. *** Se dio la vuelta en la cama para encontrar la otra mitad vacia y fria. Emitio un ligero grunido al darse cuenta de ello. ?Ella se habia levantado? Su estado se asemejaba al momento en el que el amanecer se abre paso entre los ultimos vestigios de la noche. Inspiro hondo y se incorporo para comprobar si ella estaba en la habitacion. Pero no habia ni rastro. Ni de su movil en la mesilla, ni de su ropa por el suelo. Lo que indicaba que se habia largado antes si quiera de desayunar. Ella le habia parecido una tia bastante enrollada desde el mismo momento en que se conocieron. Entre copas de vino, risas, algun que otro baile, ambos habian terminado en la misma cama. Y tras un encuentro mas que placentero, para ambos como estaria dispuesto a jurar, el se habia quedado dormido y ella se habia marchado. Permanecio pensativo unos segundos hasta que decidio levantarse. Tal vez habia dejado algun mensaje o un numero de movil al que poderla localizar, se dijo rebuscando por la habitacion y posteriormente por el resto de la casa sin encontrar nada. Ni una nota si quiera de despedida. Resoplo abatido. ?Se habia largado sin despedirse? ?Sin dejar un numero al que localizarla? Con ese pensamiento en la cabeza se vistio y se preparo un cafe. --Tal vez despues de todo sea mejor que se haya ido sin despedirse. No le dio tiempo a pensarlo mas porque su movil comenzo a sonar de manera insistente. Y sabia que su companera de cama no era porque ni si quiera habian intercambiado sus numeros. La noche pasada estaban mas preocupados de arrancarse la ropa y devorarse que de cualquier otra cosa.--?Si? --?Como va eso? ?Molesto? --No, nada de eso. Estoy tomando un cafe para despejarme. --?Y al pibon de anoche donde lo tienes? Durmiendo en la cama... en la ducha... o esta a tu lado.--No has dado ni una. --?Que quieres decir? --Que se ha ido hace rato. --?Se ha marchado? Logan, tio, no puedes estar hablando en serio. El tono de incredulidad o mas bien sorpresa de su amigo casi lo dejo sordo. Decidio poner el altavoz para ir charlando mientras desayunaba. --Bruce, acabo de decirtelo. Se ha marchado de madrugada. --Extrano en una mujer. No se... salvo que tenga pareja o no quiera ningun tipo de compromiso. ?Te ha dejado alguna nota? Logan respondio con un grunido en un principio porque estaba tomando un trago de cafe. --Nada de nada --le aseguro a continuacion. --Vamos que no quiere que volvais a veros. Asi de claro. --Eso parece. --Pero, ?tenias intencion de volver a quedar con ella o solo fue una oportunidad que se presento anoche? Lo cierto es que congeniasteis desde el primer momento. Vamos que cualquiera de los que estabamos en el local podriamos asegurar que os conociais de toda la vida.--Vale. Lo que tu digas. --?Y tu? ?Tenias intencion de volver a quedar con ella? Logan fruncio los labios en un gesto pensativo. --Hombre, ella no esta nada mal, ya me entiendes. --Si, te entiendo. Tiene algun que otro revolcon. --Pues eso. De todas maneras, en ningun momento me he planteado ir mas alla de lo sucedido esta pasada noche. --Entonces te ha hecho un favor con largarse a hurtadillas de tu apartamento. --En cierto modo. Logan entrecerro los ojos dejando su atencion suspendida en el vacio. ?En serio? ?Ni si quiera se habia planteado conocerla en plan amigos? Claro que despues de haberse acostado, no sabria especificar el grado de amistad que podrian tener. Ella le habia parecido una mujer divertida, simpatica, interesante... Tierna y carinosa al mismo tiempo. Y algo sonadora. Una mujer a la que le gustaria haber conocido. Pero que temia que iba a quedarse con las ganas. --Te dejo que tengo que ir al curro. Ya hablamos de tu misteriosa companera de cama. --No hay mucho mas que anadir salvo que yo tambien me marcho a la publicacion. Logan corto la llamada y recogio los restos del desayuno sin poder dejar de darle vueltas a la situacion. Y mas en concreto a algunos de los comentarios de Bruce, que le habian hecho dudar. ?No queria que siguieran viendose porque ella ya tenia una pareja? ?O tan solo le apetecia pasar la noche con el? Se decantaba por esta segunda opcion. Solo era consciente de que habia sido la primera vez que le sucedia algo asi. Por lo general solia ser el quien se marchaba de madrugada sin dar explicaciones; sin dejar una nota. Eso mismo le acababa de suceder se dijo sonriendo. No obstante, ella le habia gustado. Y su comportamiento le habia tocado su orgullo. ?La buscaria para pedirle una explicacion? Se dirigio a la ventana del salon para ver que tiempo hacia. Permanecio pensativo con el rostro de ella en su mente. Jayden. El timbre de la puerta sono en repetidas ocasiones poniendola mas nerviosa. Por una fraccion de segundo su subconsciente la traiciono y penso que el habia dado con ella. Sin embargo, se dijo que era imposible porque lo habia dejado durmiendo en su cama, luego no la habia podido seguir. Ademas, en ningun momento de la noche ella le habia dicho donde vivia. De manera que se tranquilizo cuando lo penso. Se dirigio hacia la puerta no sin antes tener que dejar pasar a Romeo y Julieta, sus dos gatos. Echo un vistazo por la mirilla para tranquilizarse del todo y respiro aliviada. Abrio la puerta y se encontro con la mirada inquisidora de su amiga, lo que le provoco las carcajadas. --?Que cono haces aqui tan temprano? --?Pronto? Son casi las nueve. --?Ya? Pasa y cierra la puerta. Ponte comoda, estas en tu casa. Voy a terminar de ponerme algo de ropa. Vigila a esos dos. --?Acabas de levantarte? --pregunto elevando la voz para que la escuchara sin recibir respuesta--. ?Que pasa bonitos? Los gatos se acercaron a olerla y a rozarse contra ella cuando Cherry se agacho para acariciarlos. --Llegue tarde como puedes imaginar. --?Hasta que hora estuviste con el? Criss, Marjorie y yo hicimos calculos acerca de que no pasariais juntos muchas horas --comento al ver a su amiga regresar al salon vestida con una sudadera y unos leggins. El pelo recogido en una coleta alta, la cara lavada y un aspecto mas bien relajado y descansado. --A eso de las cuatro. --?Estuvisteis por ahi hasta esa hora? Cherry entorno la mirada hacia ella sin terminar de creerlo. --Si. ?Que sucede? ?Es muy tarde? ?Significa que has ganado tu la apuesta o Criss o Marjorie? --Eso es lo de menos. Pero... dime la verdad. ?Te has liado con el? Hicimos varias apuestas al respecto. Porque si te soy sincera no esta nada mal, y creo que a el le habria gustado que sucediera. Al menos es la impresion que nos causo al conocerlo. Jayden desvio la mirada primero, luego se levanto del sofa y camino a la cocina resoplando seguida de los gatos. --?Quieres un cafe? Aquella reaccion disparo las alarmas en Cherry. --Oye, sere directa contigo porque sabes que no me gusta andarme por las ramas, asi que... --Me he acostado con el --le interrumpio Jayden mirando a su amiga con total naturalidad mientras echaba un vistazo a la comida de sus companeros de piso--. Era eso lo que me iba a preguntar ?no? --Te lo has... --?Quieres tomar algo o prefieres seguir hablando sin mas? Cherry asintio. --Un cafe cargado que me despierte. --?Hoy no trabajas? --Tengo turno de tarde en la clinica. En serio, ?te has acostado con el? --Si. Me invito a su apartamento y surgio... Jayden se encogio de hombros sin darle la menor importancia a este hecho. --Vaya... Si que eres directa. Claro que a ti lo de quitarte la ropa y ponerte al lio no te cuesta --le solto de buenas a primeras sin pensar en la cara que puso Jayden al escucharla--. Disculpa. Ha sido una manera de decirlo, pero bien mirado... --No pasa nada. Estoy acostumbrada a comentarios como el tuyo cuando digo a que me dedico. --Lo supongo, ?y despues? --Pues nos quedamos tranquilos, sin hablar mucho y eso. Sabes que no me van esos rollos. --No te van por lo que las dos sabemos. --Oh, vamos. No me vengas con ese sermon otra vez --le pidio mientras vertia cafe en las dos tazas. Levanto la mirada hacia su amiga y sacudio la cabeza--. Mi trabajo no tiene nada que ver con eso. --Esa es tu justificacion siempre que sale el tema. Tu trabajo tiene que ver y mucho. No quieres una relacion. Ni abrazos, ni miradas largas porque sabes que es muy dificil que lo encuentres mientras no cambies de profesion. Es la verdad. --?Y si no lo quisiera? ?Y si prefiriera seguir como estoy? Tengo treinta y dos anos, gozo de independencia economica y tengo un horario flexible, la verdad. --Lo que tu digas. Pero imagina por un momento que ese tio de anoche se enterara de a que te dedicas. Es posible que se hubiera ido a la cama contigo por el morbo que despertarias en el; la fantasia de hacerselo con una actriz porno. Con una de las mas renombradas. Todo sea dicho. Y luego adios porque eres consciente de que no se quedaria a tu lado. Jayden bajo la mirada y resoplo. --Lo se. Soy consciente de que no tengo una pareja estable para ir al cine, pasear por los jardines de Princes Street, o simplemente quedarnos en el sofa con una manta y un te viendo una comedia romantica junto a Romeo y Julieta --le resumio lanzando una mirada a estos a ver si comian. --?Y a que esperas para tenerla? --Tal vez a que aparezca ese tio tan genial del que hablais todas vosotras y que no le importe a que me dedico --le aseguro sonriendo en complicidad con ella. --A lo mejor es este y no lo sabes --Cherry movio sus cejas con celeridad--. ?Que tal es? Jayden se atraganto con su sorbito de cafe cuando escucho la pregunta de su amiga. --?No te estaras refiriendo a como es en la cama? Porque esos detalles los dejo para mi -- arqueo las cejas con gesto de incomprension. --Bueno, teniendo en cuenta que tu conoces a muchos... --Eso no tiene nada que ver y lo sabes. Es trabajo. No hay nada mas. --Vale, pues ?que tal anoche con...? --Cherry movio las manos tratando de recordar el nombre. --Logan. --?Que tal con el? Jayden sonrio con picardia cuando recordo lo ocurrido. Hacia tiempo que no se habia sentido de esa manera tan... diferente. Claro que como le decia Cherry era dificil para alguien que se dedicaba al cine para adultos donde todo era fingido. --Oye, por la cara que has puesto yo diria que estuvo bien. --Es complicado definirlo porque tuve multitud de sensaciones. Nos reimos, nos divertimos. Hubo quimica. --Supongo que no pensarias que estabas en set de rodaje --la miro con cara de pocos amigos al pensar en esa posibilidad--. Cuando te metiste en faena... --No, claro que no. Mi personaje acaba cuando terminamos de rodar. Ya lo sabes. --Entonces, me estas diciendo que te gusto. Jayden fruncio los labios en un mohin divertido y picaro asintiendo. --Me gusto su compania. --?Su compania? ?A que te refieres con eso? Yo me estaba refiriendo a... --Se a lo que te estas refiriendo, pero acabo de decirte que ese momento me lo guardo. --Hace un momento asegurabas que no querias saber nada de relaciones... Y me saltas con que tu gusto estar con el. Jayden sonrio al ver a Cherry en aquel estado tan neurotico. --Que me guste Logan no significa que vaya a empezar a tener una relacion. Que te quede claro. Me diverti con el. --?No fingiste el orgasmo? Cherry arqueo su ceja con suspicacia. Queria poner a su amiga en un aprieto y hacerle ver que ella misma se cerraba todas las puertas a una relacion. --?Por que deberia hacerlo? No estaba actuando --le dejo claro encogiendo sus hombros sin entender aquella pregunta. --Entonces, la cosa fue bien. Pero no lo piensas volver a ver ?no? --No. No quiero implicarlo en mi vida. Entre el cine y la taberna de mi padre tengo suficiente. No puedo dedicarle tiempo. --Por cierto ?que vais a hacer con cuando el se jubile? --Supongo que me quedare trabajando en esta. --Pero atenderla requiere muchas horas... ?Lo has pensado bien? Si sigues rodando escenas... --Lo se. Pero es algo que decidire cuando llegue el momento. El sonido del movil dejo la conversacion en suspenso por un momento. Jayden contesto mientras Cherry se bebia el cafe y escuchaba a su amiga hablar de un reportaje para una revista masculina. Una semana. Que el editor era amigo suyo. Que si le debia un favor. Escucho a su amiga despedirse de su representante y dejar el movil sobre la mesa baja del salon. --Era Marjorie, como habras deducido. --Si, cuando has empezado a hablar de trabajo he pensado en nuestra amiga en comun. ?Que queria acerca de un reportaje? --Al parecer le debe un favor a un amigo y le ha pedido que hagamos un reportaje sobre pasar una semana, o algo asi. --?Sietes dias en la vida de la actriz porno Jayden Sinner? --pregunto Cherry con ironia y diversion. --Al parecer no con la actriz sino conmigo. Me ha dicho que ya hablariamos cuando todo este cerrado con la revista. --?Contigo? En ese caso los periodistas no van a ir al set de rodaje. --Pues segun me ha comentado de pasada Marjorie, tiene mas que ver con mi persona que con mi otro <> --Ah, ya te entiendo. Te refieres a que no van a centrarse en tu personaje sino en la Jayden que yo conozco. La que en estos momentos se esta tomando un cafe conmigo vestida como si fuera a salir a correr por el barrio. Aquella definicion provoco las carcajadas en ella. --Si, supongo que sera eso lo que quieren. A ver, soy una persona normal. Voy a la compra, al medico, al gimnasio, a tomarme un cafe, a comprar ropa, lenceria... --Que luego te quitas sin ningun pudor. --Si, que luego me quito o me quitan. Lo que digo es que soy una mujer normal y corriente. --Ya lo se. Solo te vacilaba. Bueno, creo que me voy a ir para que tu limpies un poco. --Eso es algo que tambien he de hacer. Luego ire al gimnasio y mas tarde a la taberna a echar una mano a mi padre. --?No tienes pendiente ninguna escena mas esta semana? --Por ahora no. --Bueno, anoche rodaste una especial, me atreveria a decir --le guino un ojo en complicidad y palmeo su pierna antes de levantarse del sofa. Jayden prefirio no decir nada al respecto para que su amiga no sacara conclusiones erroneas. --Como te decia antes, tengo turno de tarde en la clinica asi que no podre verte. --Tranquila. Voy a estar liada en la taberna. --Si vuelves a saber de Logan... Jayden poso las manos en los hombros de su amiga y la volvio en direccion a la puerta para que se marchara. --Vale, vale. Me doy por aludida. Pero si por una minima casualidad... --Se lo que tengo que hacer. --?Estas segura? --Cherry permanecio unos segundos con la mirada entornada y noto a su amiga taciturna. Como si en el fondo no supiera que hacer llegado el caso--. Cuidate. --Si. Ya hablamos. Jayden regreso al salon con una expresion de incredulidad en su rostro. No iba a volver a ver a Logan. Y si por casualidad eso sucedia sabia lo que <> debia hacer. Volver a acostarse con el. Bajo ningun concepto.

  • Te esperaba a ti (Mejores amigas 4) de Alizee Duchamps

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    Buenos dias, puedes sentarte. Eres Teresa, ?verdad? --Si, Teresa Hernandez. --?Cuantos anos tienes, Teresa? --Cuarenta y nueve. --Ya... Sabes que con tu edad y sin estudios superiores lo tienes bastante dificil... --Lo se, pero la fabrica en la que he trabajado durante los ultimos quince anos cerro hace tres meses. --Veo en tu curriculum que abandonaste los estudios con veinte anos. ?Te importaria decirme por que? --Me quede embarazada en mitad de la carrera. Tuve que ponerme a trabajar. --?No tenias familia que pudiese ayudarte? Perdona por el tercer grado, pero tengo que crearte un perfil. --No pasa nada. Mi familia me echo de casa y tuve que buscarme un alquiler barato para poder criar a mi hija. Lo consegui gracias a la ayuda de mis vecinas, que se hacian cargo de mi pequena mientras yo estaba fuera. Trabaje de dependienta, camarera, en almacenes, fabricas y cadenas de montaje. La ultima empresa que me contrato, la que ha cerrado, fabricaba piezas para automocion. Yo estaba en la seccion de verificacion y control de calidad. Y, antes de que me preguntes por el padre de mi hija, te dire que no lo hay ni lo hubo. --Entiendo... En fin, en este momento, despues de repasar tus datos, lo unico que me aparece por aqui que no exijan personas mas jovenes, es una empresa de pasta alimenticia, donde precisan cubrir puestos en el empaquetado. Pero esta a cincuenta kilometros y el contrato seria de un mes. --?Solo un mes? ?Y a cincuenta kilometros? ?No hay nada mas cerca? --A ver, dejame mirar... Bueno, si no te importa trabajar como limpiadora, hay una vacante en la empresa que se encarga de la limpieza de edificios publicos, y que en este momento piden a alguien para la universidad. Se trata de una suplencia, pero es de larga duracion. La trabajadora a la que sustituirias estara de baja entre seis meses y un ano por una operacion de hernia discal. Y lo tienes aqui al lado... --Si, claro, acepto, antes de quedarme sin nada. Necesito trabajar para mantenerme. --Estupendo. Enviare ahora mismo la solicitud y en unos dias te diremos algo. Pero, perdona que me entrometa... Si tienes una hija de veintiocho anos que, por lo que me dice aqui, vive en Madrid y trabaja en una importante firma de publicidad... --No voy a vivir de mi hija. Si no tiene nada mas que decirme, espero su llamada. Buenos dias. --Buenos dias, Teresa. Empece a escribir novelas romanticas con cincuenta anos, y, aunque ciertos problemas de salud me impidan dedicarme un poco mas a ello, hay algo que la edad no va a ser capaz de borrar en mi: la ilusion. Porque las mujeres de cincuenta aun tenemos mucho por hacer, por decir, por conseguir. Alizee Duchamps CAPITULO 1 Sobre la mesa, una taza permanecia vacia y ya olvidada. Hacia rato que Teresa habia dado buena cuenta de su contenido, pero, como cada dia solia hacer despues de su jornada, continuaba sentada en la misma mesa de la cafeteria del campus universitario. Le gustaba aquel rincon apartado y tranquilo, donde permanecia ajena al bullicio estudiantil de primera hora de la manana. Acomodada en la silla, contemplaba a traves de la ventana el cielo gris de otono que ya habia dejado caer las primeras gotas de lluvia y que empezaban a salpicar el cristal. Observaba a los alumnos y profesores que corrian a traves de los jardines y arcadas de cemento en busca de sus aulas correspondientes. Ya habia trabajado en el turno de noche en otras ocasiones, asi que, ya contaba con el trastorno que suponia pensar en irse a dormir cuando todo el mundo despertaba. Solo hacia un par de semanas que habia aceptado aquel empleo de limpiadora en la universidad y ya se habia fabricado su rutina. Empezaba a trabajar a las doce de la noche y terminaba su jornada a las siete de la manana. Al acabar, despues de guardar el carrito con los utensilios de limpieza en el cuarto destinado a ello, cerraba con una de las docenas de llaves que colgaban del llavero con el escudo universitario, y se marchaba en busca de la cafeteria, para poder observar el mundo diurno antes de irse a dormir. La mayoria de las veces se encontraba tan a gusto y relajada que se olvidaba del tiempo y se quedaba hasta que estudiantes o profesores invadian aquel tranquilo espacio y decidia que habia llegado la hora de marcharse. Aquel dia en concreto, se hallaba tan sumida en sus pensamientos, que no fue consciente de que las mesas del local ya se habian llenado, algo que solia ocurrir mas temprano si la manana amanecia fria y lluviosa como aquella. Tampoco escucho la voz que se dirigio a ella y que tuvo que repetir en dos ocasiones una inusual peticion. --Perdone --dijo de nuevo aquella voz--, ?puedo sentarme? Teresa, que no se habia percatado de la insistencia, dejo por un instante la contemplacion del paisaje lluvioso y se giro hacia la voz para contemplar a un hombre de unos cincuenta anos, que llevaba una gruesa carpeta bajo el brazo, una cartera de piel colgada del hombro y un vaso de cafe en la mano. Vestia con un traje clasico, aunque sin corbata, y lucia una cuidada barba y gafas de montura oscura. Sin lugar a dudas, se trataba de algun profesor que demandaba un sitio donde poder sentarse. --Claro, sientese --le dijo Teresa--. Yo ya me iba. --No, no, por favor --le pidio el hombre mientras colgaba la cartera de la silla, se sentaba y colocaba la carpeta y el vaso sobre la mesa--, no era mi intencion hacerla levantarse. Disculpe que invada su espacio, pero no hay ninguna mesa libre y necesito echar un vistazo a algunos trabajos de mis alumnos antes de entrar en clase. A Teresa le parecio de mala educacion levantarse inmediatamente y decidio quedarse unos minutos mas. Volvio a girarse hacia la ventana y siguio mirando a los grupos de jovenes que charlaban entre si o permanecian embelesados en las pantallas de sus moviles. Percibio ligeramente los movimientos del hombre, que parecia concentrado en la vision de aquellos escritos mientras le iba dando sorbos al vaso de papel. Hasta ella llego el olor a la colonia del desconocido, que le parecio suave y fresca, mezclado con el aroma a cafe caliente. Estuvo tentada de pedirse otro, pero reconocio que todavia le costaria mas dormir si lo hacia y decidio levantarse de la mesa para volver a casa. --Oh, vaya --se lamento aquel profesor--, al final la he acabado molestando. --No me ha molestado en absoluto --le dijo ella, a pesar de que, si fuera sincera, le diria que, de cierta manera, habia invadido su pequeno refugio matutino--. Es solo que tengo que marcharme. Se me hace tarde. Buenos dias. El hombre correspondio a aquel saludo y continuo con su tarea. **** El sueno volvio a resistirse aquella manana, por lo que Teresa copio la rutina de los ultimos quince dias. Se levanto al mediodia, comio un resto de pasta del dia anterior, hizo las tareas de la casa y bajo al supermercado porque la nevera empezaba a pedir a gritos algun alimento en su interior. En medio de aquella monotonia, recibio una llamada de su hija y otra de Cati, una de sus amigas, con la que quedo en reunirse por la tarde junto al resto del grupo. Y, como venia ocurriendole desde que aceptara el turno nocturno, empezo a sentir el bajon justo cuando se sentaba en la terraza del bar. Algo que sus amigas senalaron nada mas hacerle compania. --Madre mia, Tere, ya te estas quedando dormida --le dijo Cati--. Deberias haberte quedado en casa y recuperar un poco de sueno. --Lo se --suspiro Teresa--, pero entonces mi vida se reduciria a trabajar, dormir y comer sobras recalentadas. Si ya no voy a poder salir un rato con vosotras, me pego un tiro directamente. --Tiene razon --la apoyo Montse--. Aunque ya sabemos que el turno de noche es una autentica mierda. --Lo que nos lleva de nuevo a la mas que repetida cuestion --intervino Rosa--: ?sigues sin querer irte a vivir con tu hija? --No empeceis, por favor... Teresa conocia a las tres mujeres desde hacia quince anos, cuando coincidieron en la fabrica que las habia dejado sin trabajo hacia unos meses. Durante todo ese tiempo habian compartido jornadas interminables, cansancio y broncas del jefe, pero tambien risas a escondidas en los lavabos, el nacimiento del segundo hijo de Montse y los divorcios de Cati y Rosa, vivencias que las habian unido y habian mantenido su amistad a pesar de que ya no coincidieran cada dia en el trabajo. Tras el despido, Cati habia conseguido un empleo de cajera en un supermercado, Rosa habia aceptado ayudar a su hermana en la panaderia que regentaba, y Montse seguia en el paro, porque, de esa forma, disfrutaba un poco mas de su marido y sus hijos.

  • Cuando el cielo se queme de Jordi Sierra I Fabra

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  • Martyrium de Vicente Garrido, Nieves Abarca

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    Roma Via Giulia, iglesia de Santa Maria de la Oracion y de la Muerte, 1 de noviembre de 2011. Angelica Marforio paro un momento delante de la fuente cubierta de hiedra y sumergio su mano dentro del agua helada que manaba de la boca abierta del <>. Le fascinaba contemplar los ojos de porfido de aquel ser medieval que la miraba sin verla, eternamente congelado en su destino de aguador en la fuente de via Giulia. Angelica noto el frio del agua en la muneca y sintio un escalofrio. Luego se la paso por la frente. Estaba sofocada de andar tan rapido. Desde el convento de las Oblatas de Santa Francisca Romana hasta la iglesia eran veinte minutos andando a buen paso, y el calor habia conseguido sofocarla. El calor y los pesados habitos blancos de novicia a los que no era capaz de acostumbrarse. Un largo velo blanco tapaba sus largos cabellos rubios que aun no habia cortado la tijera. Lo haria cuando entrase en clausura, tres meses despues. Era dia de Todos los Santos. La tarde habia refrescado y amenazaba tormenta. El sol habia lucido esplendido durante casi toda la jornada, pero el cambiante otono romano lleno el cielo de nubes oscuras y espesas que lanzaban sus sombrias bendiciones sobre Angelica. Nada mas salir del convento lamento no haber cogido un paraguas. Pero ya era tarde para lamentaciones, propias de su vida anterior. Ahora cualquier contratiempo vano seria dedicado a fortalecer su alma, no a alimentar su ego. Angelica no pudo evitar pensar un fugaz instante en su hermano, el todopoderoso Alessandro. Hacia dos dias que se habia plantado delante del convento para exigir su <>. ?Que sabia el de vocaciones o del amor a Jesus? Alessandro solo pensaba en sus negocios y en amasar mas y mas dinero... Desde la muerte de su padre, el manejaba la fortuna familiar con mano de hierro, y nunca habia aprobado que su hermana pequena tuviese una ferrea vocacion de tomar los habitos. Ella ya tenia veintidos anos y habia vivido lo suficiente como para saber al fin que Dios la habia llamado. Habia dudado mucho los ultimos meses. Para ella reconocer su vocacion fue una especie de calvario, agravado por sentimientos que la confundian por completo. Aquellos sentimientos que tendrian que acabar el dia de Todos los Santos, sepultados en la cripta mas honda, y cementados con la argamasa mas dura. Camino unos metros embebida en sus cavilaciones. Cuando se dio cuenta, estaba ya delante de la puerta de la iglesia. Las calaveras aladas que guardaban la puerta la saludaron desde lo alto con sus vacios ojos y sus craneos laureados, amedrentandola, como hacian siempre que entraba en aquel lugar sombrio. Abrio la puerta, que chirrio levemente. Hasta que se acostumbro a la oscuridad, Angelica no pudo ver el recargado interior de la iglesia, envuelto en la penumbra. Solamente unas lamparas doradas y las velas encendidas iluminaban la crucifixion tras el altar. Entro con cautela, sus pasos apenas sonaron en el suelo de marmol. La iglesia estaba vacia. Camino hasta el centro, mirando a su alrededor. Habia quedado con alguien, pero no parecia haber llegado. Avanzo un poco mas, acercandose al altar mayor. Aquel lugar era muy hermoso, pero a la vez transmitia una sensacion dramatica, macabra. Bajo la nave, se hallaba una cripta que guardaba los huesos de los muertos anonimos encontrados en el rio Tiber, que discurria justo al lado. Angelica habia leido que en sus tiempos llego a albergar mas de ocho mil cadaveres, aunque la reforma hizo que la mayoria fuesen trasladados. Ella nunca habia querido bajar alli. Los esqueletos, las criptas y los memento mori que tanto abundaban en Roma le producian un miedo cerval. Aspiro el aroma a incienso con placer. Un rubicundo arcangel San Miguel la llamo desde su marco, dispuesto a encadenar al diablo entre llamas. Pudo reconocerlo como copia del Guido Reni de la iglesia de los Capuchinos. Sonrio levemente: sin duda San Miguel era todavia mas bello y terrible que el joven rubio de aquella pintura en la que el ser alado vencia al Maligno y lo sometia con cadenas, arrojandolo fuera del Cielo y de la gracia divina. Los repentinos acordes del organo atronaron la nave, la llenaron de notas poderosas y sobresaltaron a Angelica, que se llevo la mano a la boca. Reconocio la <> de Messiaen casi al momento y se calmo al recordar que el padre Bruno habia sido tambien organista de su iglesia en Genova, antes de que lo destinasen al Vaticano. Era el, entonces. Sintio todo el peso de la culpa sobre sus fragiles hombros mientras la imponente musica ascendia hacia los cielos en un crescendo infinito. Las notas cesaron de repente, sus ecos resonaron en las elegantes curvas de la iglesia con un deje monacal. Pronto escucho unos pasos en la sacristia. Se sento en el banco delantero, con el corazon encogido por la angustia y saco el rosario del amplio bolsillo. No sabia como iba a tomarse Bruno su inminente entrada en el convento. Durante la semana anterior habia conseguido evitarlo, pero habia llegado la hora de la verdad. La hora de decirle que habia tomado una decision inquebrantable, y que nada ni nadie en el mundo iba a poder convencerla de lo contrario. Bruno habia confiado en que Angelica se daria cuenta de que la vida monacal era demasiado dura para la hija de un magnate de la industria de la moda y el cuero italianos, pero a ella entrar en el convento le abrio los ojos de manera definitiva. Eso y la confesion a fondo que tuvo con un anciano cura lleno de sabiduria que la habia aconsejado en sus momentos de duda. El la habia ayudado a encontrar el camino, asi como a liberarse de sus terribles pecados, pecados mortales que ella habia considerado imperdonables y que ponia siempre como disculpa para llegar a la clausura. Pero ?como Jesus, en su infinita bondad, podia considerar el amor que le profesaba como un pecado mortal? * * * El padre Bruno Barberini salio de la sacristia y la vio, alli sentada, vestida de blanco. Su piel nivea, veneciana, sus ojos azules como cuentas de lapislazuli. Era como ser testigo de una aparicion, una santa iluminada por la gracia divina. El habito de novicia la convertia en una humilde Santa Ines, de belleza inexpugnable, y al presentir el futuro, noto como si un hierro al rojo calcinase su pecho. Se apoyo en la puerta unos instantes, para sobreponerse. Ella dejo el rosario sobre el regazo. Sonrio con pena, o eso le parecio a Bruno, y se levanto para ir a su encuentro. Miro el habito blanco con expresion de culpa. --Bruno... yo... El padre Bruno nego con la cabeza con una expresion indefinida. Luego le hizo un gesto y despues apuro hacia la salida, saco unas gruesas llaves de la sotana y cerro la puerta de la iglesia. El sonido de la llave retumbo en el eco de la boveda. Volvio rapidamente al banco en que ella estaba y la agarro con ambas manos. --Angelica, aun estas a tiempo de rectificar. Escuchame. Si entras en el convento no vamos a vernos mas. Nunca mas. ?No te das cuenta? ?No has escuchado todo lo que te he dicho durante estos meses? No hace falta que profeses para estar cerca de Dios. Tu naturaleza no va a permitirte estar mucho tiempo en clausura. Encerrada. Rodeada de mujeres amargadas, viejas, que no conocen nada del mundo, como tu... --Apreto con sus dedos, convertidos en tentaculos de hierro, la blanda carne de los brazos de Angelica, que intento desasirse en vano--. No sabes como es la vida en un convento de monjas, Angelica, te ciega la devocion estupida y desmesurada. Languideceras alli dentro como un gorrion abandonado... La fuerza de las manos del padre Bruno clavadas en ella la asustaron. Pero mas la asusto el brillo extrano e insondable de sus ojos negros. Lo miro con determinacion y empezo a musitar: --<>. --No vengas ahora con San Agustin, Angelica. --Bruno emitio un sonido de fastidio--. Sabes que te amo, no puedo vivir sin ti. Angelica empezo a llorar en silencio. Luego volvio a repasar las cuentas de su rosario. Lo miro con las pestanas humedecidas por las lagrimas. --He estado pensando mucho en lo nuestro, Bruno. No va a ninguna parte. Hemos renegado de nuestro Dios, Bruno. Hemos... Tu has renegado de tus votos, y yo de mi verdadero destino. No... No se como puedes atreverte a dar misa despues de lo que hemos hecho. Hemos sucumbido a una pasion carnal, y esto se ha de terminar, ?no te das cuenta? El padre Clemente dice que... El la solto. La taladro con los ojos inyectados en ira. --El padre Clemente. ?Quien es el padre Clemente? Te dije, te exigi que no dijeras nada a nadie... !Quedamos una y mil veces en que no dirias nada a nadie! --!No podia entrar en el convento sin confesion, Bruno! !Tuve que decirlo todo! ?No te das cuenta? !Ya no estas en disposicion de exigirme nada! !Estaba en pecado mortal! Tu estas en pecado mortal... !Lo peor es que no parece importarte! !Nada parece importarte, salvo tu lujuria! --!Tu me importas! !Eres lo mas importante del mundo! !Te amo con todo mi corazon, Angelica! ?Donde ha quedado todo lo que nos prometimos? ?No recuerdas aquel dia en el ponte Mivio? --El tono desesperado de Bruno era cada vez mas patente--. !Te jure amor eterno, tan eterno como el mismo cielo! Ella lo miro con reprobacion. --?Estas loco? Mirate. Eres despreciable, padre Bruno. Proclamando tu amor con la sotana puesta. ?Por que no renuncias a tu vocacion, a tus votos, por mi? ?Pretendes vivir todo el tiempo una mentira absurda? Claro... como ahora estas residiendo en el Vaticano y estas muy bien considerado... ?verdad? Solo piensas en trepar como una hiedra, Bruno. En trepar y en satisfacer ese deseo carnal que te puede... Angelica se detuvo. Sabia que habia ido demasiado lejos. Estaba siendo muy dura con el, cuyo unico pecado al fin y al cabo era amarla, un error al que ella contribuyo cuando dejo que la poseyera una noche calida del pasado verano. Pero sabia que no podia ceder, que su vida ya estaba trazada en el libro del Senor, y cuanto antes lo comprendiera Bruno, mas facil seria todo. Intento suavizar la conversacion, siguiendo tambien un instinto que la avisaba de que tuviera cuidado. --Escuchame, Bruno. Perdoname. Esto no lo he dicho de corazon. Yo no soy mejor que tu, solo que he decidido ser fiel a mis sentimientos y a mi destino. Debes comprenderlo y aceptarlo: nuestra relacion se ha terminado. De lo contrario, ?estarias dispuesto a vivir una doble vida, mancillando la comunion, mintiendo a tus superiores y a los feligreses, y al mismisimo Jesucrist...? Pero ese intento de apaciguamiento de la muchacha habia sido en vano. El primer golpe llego por sorpresa. Angelica se llevo la mano a la cara: su boca estaba sangrando profusamente y gruesas gotas cayeron sobre su habito, tinendolo de rojo. Y entonces, el espiritu de lucha de Angelica, su condicion de miembro de la familia Marforio que durante incontables generaciones habia regido villas y comercios, cargos publicos y voluntades, estallo en su pecho: --Eres un despreciable maltratador, Bruno. Nunca pense... --Angelica se levanto, la ira la estaba ahogando hasta el punto de hacerla tartamudear--. Abre la puerta, Bruno. No quiero estar junto a ti ni un segundo mas de mi vida. Abre la puerta ahora mismo, o cuando salga ire directamente a ver a tus amigos del Vaticano a contarle a todo el mundo que eres un cobarde que pega a las mujeres. Y tu sabes que a una Marforio la escucharan muy bien. Hundire tu carrera. Te mandaran a una oscura parroquia en algun pueblo perdido lejos de Roma... El padre Bruno se sintio invadido por algo brutal e inexplicable que subia por su pecho. Era como si todo su amor se estuviese convirtiendo primero en impotencia ante lo injusto, luego en colera, ante aquella encarnacion angelical que lo acusaba con su espada en llamas. Intento calmarse, clavandose las unas en las palmas de las manos. Sereno su voz. --Te abrire la puerta si me dices quien te confeso, Angelica. ?Quien? ?A quien le contaste lo nuestro? ?Quien es ese padre Clemente? Quiero saberlo. !Exijo saberlo! --No te voy a decir nada que no te incumba. Pero no te preocupes por tu futuro brillante. El padre Clemente respeta el secreto de confesion. !No como tu, que no sabes ni siquiera respetarte a ti mismo! Bruno no pudo mas. Agarro su velo blanco y se lo quito, dejando el rubio y largo cabello al descubierto. La sujeto con sana mientras tiraba del pelo y la cogia en volandas. Angelica grito, pero el le tapo la boca con la mano, ahogandola. Pronto acabo la desigual lucha, Angelica no era enemigo para el sacerdote. Su voz sono a los oidos de la novicia como habia imaginado de nina la voz del demonio. --Ahora te voy a ensenar algo, Angelica. Algo que no vas a olvidar nunca. * * * La condujo a la cripta en brazos, atravesando un largo pasillo pobremente iluminado, lleno de tumbas antiguas, de calaveras y femures, de humeros, de vertebras cubiertas de polvo y cera. Ella se quejaba, medio desmayada. Notaba su cuerpo languido, calido, entre sus brazos. Aspiro el aroma limpio de su largo cabello sedoso y rubio, que se enredaba en todas partes, como los tentaculos de un pulpo que intentara impedir su avance hacia las profundidades. Bajo las escaleras empinadas con cuidado. Dos esqueletos de marmol incrustados en la cal custodiaban la puerta, riendose de su martirio, ofreciendo el agua bendita y mostrandole la clepsidra con un gesto que al padre Bruno se le antojo burlon. Otro esqueleto alado, grabado en la pared, le enseno al pasar una leyenda: <>. Hoy yo, manana tu. Bruno dejo en el suelo ajedrezado de la cripta a su cautiva. Encendio las lamparas formadas de huesos humanos calcificados, blanquecinos. Luego, los enormes cirios que acompanaban la imponente cruz de calaveras sujeta al muro, que parecian reirse de el en la penumbra. Arranco el habito de Angelica con la fuerza que le otorgaba un deseo irrefrenable. Luego la desnudo por completo dejando el esplendido cuerpo aristocratico a su vista. Era la primera vez que la veia desnuda en su plenitud. La vez que la poseyo fue casi a hurtadillas, ella un poco embriagada y en el interior de un coche. Se sintio enloquecer. La arrastro por los cabellos hasta el altar. En la pared, una cruz llameante de luces presidia la escena, flanqueada por esqueletos y guadanas oxidadas. Ato sus cabellos al comulgatorio de piedra que separaba el altar del resto del osario. Luego empezo a recorrer el cuerpo inerte con sus labios y sus manos, apretando los senos con dulzura, lamiendo el vientre y el suave vello que se escondia entre sus piernas. Le beso los ojos cerrados, la boca con fuerza, abriendola para hacerse paso con la lengua. Luego, poseido por una pasion devastadora, la penetro, gritando y jadeando como un animal. * * * Los ojos azules de Angelica se abrieron por fin. Se dio cuenta de que estaba desnuda al notar el helado pavimento bajo su cuerpo. Noto un dolor insoportable en el vientre y entre las nalgas. Vio al padre Bruno arrodillado en el suelo, delante del altar, la cabeza gacha. Parecia rezar. Intento levantar la cabeza, pero su cabello estaba sujeto con fuerza a la piedra. Llevo las manos hacia atras y trato de liberarse, pero la voz amenazadora de su captor detuvo el gesto. --No te muevas, Angelica.

  • Los discipulos de Baco de Daniel Garcia Gimenez

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    La investigacion sobre unos asesinatos relacionados con el mundo del vino llega a manos de una agente de policia. El encuentro con un confidente la embarcara en una carrera que esta obligada a ganar sin conocer quienes son sus oponentes. Un mafioso ruso, una arqueologa furtiva, el archivero de la catedral de Barcelona, una rubia enigmatica, un antiguo oficial nazi, un sicario de mirada tierna y un enologo crapula cruzan sus caminos con un objetivo unico: descubrir el secreto oculto en una botella de vino centenaria.

  • Republica luminosa de Andres Barba

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    ?Que tiene que suceder para que nos veamos obligados a redefinir nuestra idea de la infancia? La aparicion de treinta y dos ninos violentos de procedencia desconocida trastoca por completo la vida de San Cristobal, una pequena ciudad tropical encajonada entre la selva y el rio. Veinte anos despues, uno de sus protagonistas redacta esta Republica luminosa, una cronica tejida de hechos, pruebas y rumores sobre como la ciudad se vio obligada a reformular no solo su idea del orden y la violencia sino hasta la misma civilizacion durante aquel ano y medio en que, hasta su muerte, los ninos tomaron la ciudad. Tensa y angustiosa, con la nitidez del Conrad de El corazon de las tinieblas, Barba suma aqui, a su habitual audacia narrativa y su talento para las situaciones ambiguas, la dimension de una fabula metafisica y oscura que tiene el aliento de los grandes relatos.

  • Un mundo lleno de futuro de Leila Guerriero

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    "Hay aqui diez historias relacionadas con, entre otras cosas, la innovacion, la educacion, la ciencia y la tecnologia en America Latina, contadas por algunos de los mejores periodistas de la region con el pulso narrativo de las grandes cronicas; historias de gente que lo pasa bien, mal y peor, intentando curar lo que parece incurable, llevar agua donde no la hay, educacion donde tampoco, haciendo brotar tecnologia en sitios impensados. Historias que hablan de las cosas extraordinarias que le pasan a la gente comun y de las cosas comunes que hace la gente extraordinaria (...)

  • Los ojos del bosque de Julien Gracq

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    La incesante busqueda interior

  • Mi ultimo recuerdo de Christian Martins

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    Sarah se recosto sobre el asiento mientras observaba la blanca pared que tenia delante. Llevaba tiempo preguntandose a si misma si de verdad tenia algun sentido continuar con aquellas citas, aunque... ?por que dejarlas? Incluso sabiendo que no servian para nada. ?Que mas daba? --?Me dijiste que querias escribir tus propias historias, verdad? ?No escribias un diario? La voz del doctor Clarkson era neutra, calmada, pacifica. Tenia el extrano poder de hacerte sentir bien en cada momento. -- Bueno, eso fue hace mucho tiempo, antes de casarme -- le conto, sin desviar la mirada del punto fijo de la pared en el que la habia clavado. -- Deberias retomarlo, creo que te ayudaraa recuperar... -- se tomo unossegundos para meditar -- , las ganas. Ella nego con conviccion. -- No creo que la soledad desaparezca por escribir un diario, Clarkson -- puntualizo de mala gana. El reloj digital de la muneca del hombre libero dos intensos y breves pitidos para indicar que la sesion habia alcanzado su fin. Ambos se levantaron de sus sillones y se colocaron la ropa antes de dirigirse a la puerta de salida. -- ?Por que no le dices a Robertque venga a la proxima sesion? -- pregunto, antes de dejarla marchar -- . Estoy convencido de que sera muy beneficioso para ambos. Sarah rio. -- ?Terapia en pareja? -- inquirio, carcajeandose -- . Lo intentare, pero dudo que se comprometa con algo semejante. Sarah estiro del picaporte para abandonar la sala y Clarkson coloco una mano, insegura, sobre su brazo. -- Sarah, estas aqui para que las cosas mejoren -- murmuro en voz baja. La puerta ya estaba abierta y las tres personas que aguardaban su turno en la pequena sala de estar habian dirigido su atencion a ellos. -- Intenta ser mas comprensiva y mas paciente -- anadio -- , si esperas un cambio, tu tambien debes cambiar. Ella no respondio. En cuanto libero el brazo del contacto con su piel, echo a caminar con apremio. Cruzo la sala de estar y se dirigio a las escaleras mientras el sonido de la lluvia golpeando el techo resonaba con fuerza sobre su cabeza. Escogio las escaleras y desecho la idea del ascensor; seguramente, el taxi ya estaria abajo esperandola para el trayecto de vuelta, lo que conllevaria mas de cuarenta minutos para estar sentada e inmovil. Nada mas alcanzar el vestibulo, corroboro que el aguacero del exterior estaba siendo intenso. Una muchedumbre de transeuntes en busca de cobijo se habia aglomerado bajo el portal del edificio impidiendola confirmar la llegada de su taxi, asi que cruzo la puerta y, con el fino sombrero de lana como unica defensa de la lluvia y la cabeza gacha, corrio hasta el taxi que esperaba al otro lado de la carretera. De improvisto, giro la cabeza y sus ojos chocaron con los faros de una motocicleta que se aproximaba hasta ella a gran velocidad. Sarah noto como el corazon se le paralizaba en aquel instante y como sus piernas, presas del miedo, se detenian y se resistian a cumplir una simple orden: !corred! El sonido del impacto llego antes que el del claxon de la motocicleta que, al chocar contra el suelo, se habia accionado y solapaba cualquier otro ruido que se produjese en la calzada. La muchedumbre que hasta entonces se habia mantenido cobijada, abandono el resguardo del edificio y se aglomero alrededor de la cuneta. -- !Llamad a unaambulancia! -- grito una mujer con la voz timbrada de espanto. Otra joven grito, asustada, cuando el anciano que se habia agachado junto al motorista para tomarle el pulso nego con un leve movimiento de cabeza. Sarah continuaba tumbada en el suelo, junto al hombre que habia tirado de su cuerpo inmovil para apartarla y que le habia salvado la vida. Otro grupo de ciudadanos tambien se habia detenido para rodearlos y acribillarlos a preguntas. -- ?Se encuentran bien? -- ?Esta usted bien? El hombre se levanto y les pidio, amablemente, que ayudasen al motorista que habia derrapado en la calzada al verles cruzar. "Seguramente necesitara mas ayuda que nosotros", anadio. Se levanto del suelo, conmocionada, y observo a su salvador. A pesar de encontrarse mojado y embarrado por la caida, el traje y el peinado delataban que era un hombre de bien. Seguramente, trabajaba en alguna de las grandes empresas que tenian oficina por aquella parte de la ciudad. -- ?Como se encuentra? -- le pregunto el, mientras Sarah fijaba la atencion en el motociclista caido. ?Estaria bien? -- Estoy bien -- respondio, distraida -- , gracias.

  • Tiempos de esperanza de Emilio Lara

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  • El karma del highlander de Rose Gate

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    Sarah Alcantara es una arpia consumada. Duena de una de las principales editoriales de Romantica del pais tiene un lema:
    “Si no tienes vagina, ni te pases por mi oficina”.
    A sus treinta y dos anos, no tiene pareja. Los hombres en su vida solo tienen un cometido, darle placer una sola vez, despues los expulsa de su vida. No los quiere cerca y por ello solo trabaja con mujeres y sus autoras son de sexo femenino.
    El premio W Romantic Ediciones se acerca, quedan cinco dias y no tiene manuscrito ganador. Sus chicas, o su aquelarre de brujas, como ella las llama, le insisten en que lea un manuscrito que ha caido en su poder, fuera de plazo y del cual todas estan enamoradas.
    Sarah jamas ha leido una historia que le haya hecho sentir tantas emociones. Aquel libro que narra la historia de un Highlander atormentado, cala hondo en ella. A partir de ese momento Kenan Mackenzie aparece en sus suenos para llenar de lujuria sus noches y hacer flaquear los cimientos de su perfecta existencia.
    En la entrega de premios algo ocurre, algo que cambiara el rumbo de los acontecimientos y que marcara un antes y un despues en la calculada vida de la protagonista.
    Si te gustan las historias de escoceses, los saltos en el tiempo, crees en la magia y disfrutas con el erotismo. No puedes perderte el Karma del Highlander, una historia que te sorprendera.

  • El destino tiene otros planes (Seleccion RNR), Nuria Rivera de Nuria Rivera

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  • Passion Fruit. Sexo, Sexo Y Brilli-Brilli de Kate Bristol

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    --Puedo prometer y prometo, que cuando sea presidente de Valencia bajare los impuestos para dar un impulso a nuestra economia. Los pequenos comerciantes se merecen un respiro y los hoteleros una compensacion por ser el pulmon que da oxigeno a Valencia. Rosalia estaba viendo a su jefe por la tele con ojitos sonadores. --Esa mierda no se la cree ni el. --La Juani estaba al lado de su mejor amiga, comiendo a cucharadas un bote de helado de un kilo--?Es tan capullo en persona? Rosalia se encogio de hombros, no queria decirle que, a pesar de ser un capullo neoliberal de derechas, Alberto Ruiz Saavedra era el hombre que le quitaba el sueno. Rosi tenia claro que una chica entrada en carnes como ella, de pelo largo hasta la cintura y llena de brill-brilli los fines de semana cuando salia a reventar la pista de la discoteca con su amiga gitana, no era de la clase que acababa revolcandose con un politico conservador como el senor Ruiz Saavedra. Pero las fantasias sexuales estan para algo y esos suenos eroticos que tenia con el pensaba aprovecharlos al maximo, fuera o no un capullo. --Tenemos que admitir que es muy guapo el jodio. --Mucho --Rosalia asintio mientras miraba como el hombre de traje y corbata azul marino, perfectamente anudada al cuello, utilizaba ese lenguaje tan culto que la ponia tan cachonda. --No entiendo la mitad de lo que habla --dijo la Juani-- ?Podemos cambiar de canal? --De poder puedes, pero igual te quedas sin manos. Rosi pego un manotazo a su amiga cuando esta intento coger el mando a distancia. --Lo he pillado --dijo riendo y volviendo a meterse en la boca una cucharada sopera de helado de vainilla. Rosalia sonrio embobada, de nuevo sumergida en el plasma, viendo la figura de su jefe. Suspiro. Alli estaba, una noche cualquiera de entre semana, despatarrada en el sofa con su pijama de pinas. Ambas amigas tenian los pies sobre la mesa bajera para que se le secara la pedicura que mutuamente se habian hecho. Como no, los tonos fucsia que adornaban sus unas estaban llenos de purpurina que brillaban a cada movimiento de sus pies. Pero ahora Rosalia no reparaba en ellos, sino en lo que tenia frente a sus ojos y ocupaba toda la pantalla plana. Otro suspiro. --Lo que yo daria por maquillarle, en lugar de limpiarle el vater --dijo Rosalia. Su amiga le ofrecio el bote de helado, con una sonrisa comprensiva. --Y eso haras, seras la mejor maquilladora del mundo. Mira que unas tan perfectas me has dejado. Seras la mejor esteticista del mundo ahora que terminas el curso. --?Tu crees? --Fiate de mi. Si viera que tu sueno es imposible te diria: Rosi baja de la parra, una chocho suelto como tu no podra dejar de meter las manos en la mierda... --Que fina. --Peeeero… yo se que tu puedes hacer lo que te propongas. --Abrazo a su amiga con carino--. Asi que Rosi, hazte un croquis de tus proximos pasos. Ya has terminado el super curso de estetica y no se como cono te has empollado todas esas cosas de numeritos raros, pero estoy muy orgullosa de ti. --Formulas quimicas --dijo con una sonrisa radiante mientras se dejaba abrazar. --?Que? --Los numeritos, son formulas quimicas. --Lo que sea. Pero ahi estas, a punto de ser no solo esteticista, sino de lanzar al mercado tu super marca de pintalabios, que no sale ni con aguarras --eso hizo reir a Rosalia--. ?Tu sabes la cantidad de tias que pagariamos por encontrar un pintalabios con el que morrear a nuestro novio sin parezca despues el payaso diabolico? Pues eso, que te vas a forrar, gordi. Rosalia volvio de nuevo la cara hacia el televisor y ahora sonreia a su jefe muy satisfecha. Si, puede que ahora trabajara como fregona en la casa del politico de moda del que todo el mundo hablaba, pero pronto eso cambiaria. Habia patentado una formula de pintalabios que la haria rica y no solo eso, tenia cita la semana proxima para ir al banco y pedir un prestamo personal que le permitiera tirar hacia adelante su sueno empresarial: Una estetica con marca propia: Rosa Linda. Su idea de negocio era genial, mucho brilli-brilli, y cosmeticos de calidad a muy buen precio, para que todas las chicas, tuvieran mas o menos pasta, lucieran tan guapas como las actrices. --Me voy a forrar y ese hombre... no acabara el ano sin probar mis cosmeticos. --Probara tu pintalabios con el morreo que le daras cuando le digas que dejas de trabajar para el el dia en que te concedan el prestamo. Ella asintio y alzo los brazos en senal de victoria. --!Siempre positiva, nunca negativa! Ambas rieron mientras Rosalia miraba los ojos azules de su jefe. Estaba guapisimo con el pelo castano tirando a rubio. Se lo habia cortado hacia poco, pero no demasiado. Rosalia sonaba con enredar sus dedos en ese pelo brillante que se mantenia a base de champus y acondicionadores caros. Con ojos sonadores lo vio acabar el discurso. Debia admitir que su jefe de campana tenia razon: a Alberto Ruiz le favorecia ese estilo desenfadado pero formal. Lo hacia parecer un hombre maduro, pero no tan carcamal como los demas candidatos. Era salvia nueva en la politica... y eso que a ella la politica le traia sin cuidado. --Es tan super mega guapo --hablo en voz alta sin darse cuenta. --Tan guapo que hace dano a la vista, eso es verdad. Rosi no la escuchaba. --?He dicho ya que esta como un queso? --le pregunto a su amiga. --Claro, cuando sonrie las tias van cayendo a sus pies, desmayadas --La Juani la miro de reojo, pero al parecer su amiga seguia sin escucharla--. Si te gustan los pijos farloperos que parecen un muneco de cera. --No se mete. Es la gente que le gusta hablar y que es muy mala -- defendio Rosalia, convencida--. Le tienen envidia. Envidia porque era un hombre elegante que llevaba trajes como el de ese dia para el debate, de unos 5000 euros. Pero cuando vestia informal, con esos vaqueros que le apretaban el culito... estaba impresionante. Ademas, solia coincidir que cuando iba de sport llevaba el pelo revuelto, en lugar de engominado, y ahi si que Rosalia podia volver a limpiar el piso del senor diputado con las babas que habia dejado por el suelo. Pero un hombre de la nobleza como el, nunca iba a fijarse en una chica del arrabal. Suspiro de nuevo. Cuando ella decia que el era de la nobleza, es porque era exactamente lo que era, un aristocrata por parte de madre. Una madre que al parecer no era nada convencional, ya que habia sido capaz de dejar todo su imperio millonario y largarse de misionera a un pais de Africa que ella no sabia situar en un mapa. Asi que ahi estaba su Marques de Font Reial. Intentando ser algo mas que un aristocrata rancio y convertirse en presidente de la comunidad autonoma. Su familia por parte de padre tenia propiedades para que trece generaciones pudieran seguir viviendo del cuento. Hasta tenia un castillo, que seguro durante la edad media debia haber sido la hostia. Pero donde habia invertido y se habia forrado la familia era en Benidorm. Menudo pozo de oro habia encontrado alli la familia Ruiz. Mas de la mitad de los edificios eran suyos. Su alto estatus lo hacia inalcanzable para ella. Rosalia preferia no pensar en ello o se echaria a llorar. --Rosi... La voz melosa de su amiga la devolvio a la realidad. --?Que? --?A que ahora te lo imaginas empotrandote contra la pared del bano que le acabas de limpiar? Rosalia rio y la empujo mientras su amiga se desternillaba. En ese preciso momento no lo pensaba, pero era una fantasia que, sin duda, habia tenido. Lo solia pensar muchas veces, sobre todo cuando el estaba cerca, caminando arriba y abajo por su lujoso atico de la avenida. Pero mientras limpiaba el bano del marmol, tambien pensaba en que estaba muy lejos de su alcance y mas si tenia en cuenta que hacia casi un ano, el senor pelo perfecto y culo prieto, salia con una cantante francesa que podria parecer un insecto palo si no fuera por sus enormes tetas de silicona. --!Que injusta es la vida! --dijo resbalando por el sofa y fingiendo desmayarse en el suelo herida de amor. CAPITULO 2 El inaugurador de rotondas Alberto caminaba por la calle donde hacia unos instantes habia inaugurado una rotonda. Hacia un calor infernal, por suerte se habia negado a ponerse traje y corbata, vestia una camisa blanca y unos vaqueros estudiadamente desgastados, unos elegantes zapatos y un cinturon de cuero completaban su look, informal a la par que elegante. No es que le gustasen especialmente este tipo de actos, de hecho, podria haberlo evitado, pero su asesor de campana, Juan Carlos, habia insistido hasta la saciedad en que cualquier pequeno acto era de vital importancia para conseguir popularidad y los tan ansiados votos. Entonces, Alberto habia cedido, aunque en parte lo habia hecho porque tenia demasiadas cosas en la cabeza como para ponerse a discutir. Segun su joven, pero experimentado asesor, inaugurar rotondas era muy conveniente. No es que fuera un acto gratificante al que uno dejara en la cima de la felicidad, pero servia para unos propositos concretos. Daba popularidad. De hecho, hacia poco mas de un ano, no muy lejos del lugar donde se encontraba, se inauguro la rotonda del caballo (que Alberto siempre habia jurado y perjurado que era un ciempies). El nombre "la rotonda del caballo que parece un ciempies" era demasiado largo, asi que le pusieron la Rotonda de Cholita. Porque Cholita Martinez habia sido la politica que la inauguro. Su asesor esperaba que el tuviese la misma suerte. A poco mas de dos meses para las elecciones, cualquier voto que pudiera aranar seria bienvenido. Su asesor no paraba de recordarle, y parecia disfrutar en ese hecho, que su rival directo en la carrera hacia la presidencia, estaba ganando muchos puntos con los escraches. Asi que no le quedaba mas remedio que ganar terreno inaugurando rotondas, haciendose fotos en las diadas infantiles de las escuelas publicas, aunque pensase que el era de una concertada y no habia salido tan mal, y presumiendo de don de gentes en las actividades de la tercera edad... eso de dar la mano a ancianos y besar abuelas siempre se le habia dado muy bien. Las abuelitas solian caer rendidas a sus pies y todas ellas tenian nietas casaderas con quien querian concertarle una cita a ciegas. Se habia librado de muchas de esas citas por su notorio romance con Marlene Cotillard, una famosa cantante que, a los abuelos y abuelas, les caia tan bien como el mismo Alberto. Si ellos supieran... --Que buena pareja haceis --le habia dicho una anciana mientras le pellizcaba la mejilla, para luego darle dos sonoras cachetadas en la mejilla. Las abuelas eran encantadoras en su mayoria, pero tenian la mania de subestimar su fuerza en pellizcos y toques sonoros de mejilla. Alberto avanzo mas deprisa por la calle adoquinada. Hacia tiempo que no se daba un paseo por la ciudad, siempre iba y venia en coche con su chofer. Despues de mirar un par de veces sobre su hombro, recordo por que: era un paranoico. Desde que se habia presentado a las elecciones como presidente del parlamento en Valencia, era carne de canon para los periodistas, que no dudaban en perseguir al politico revelacion del ano con moviles en mano, pidiendole una declaracion que no estaba dispuesto a dar. Habia arrancado la campana electoral la semana anterior y no habia nadie que se postulara para el puesto con su labia. Pero, al parecer, para la prensa sus declaraciones politicas no eran suficientes. Querian saber mas de su vida privada. ?Que hacia el joven soltero, futuro presiente de la comunidad autonoma, en sus ratos libres? ?Y mas concretamente, en su vida intima? Para los periodistas, Alberto Ruiz Saavedra era el nino mimado de la nueva politica espanola: Joven, guapo, elegante y perteneciente a una de las familias mas influyentes y con mas clase del pais. Jamas habian conocido el escandalo y no seria porque la prensa rosa no lo persiguiera a todas horas. No faltaba un dia en que su rostro angelical, cabello castano con reflejos rubios, ojos azules y sonrisa perfecta, saliera en alguna revista o programa del corazon. Especialmente ahora, que salia con la cantante de moda. Su familia era una de las mas influyentes de la Comunidad Valenciana y el era el heredero de toda su fortuna y del titulo nobiliario: Era el Marques de Font Reial. Tenia propiedades y fincas a su nombre por todo el territorio espanol, incluso un castillo medieval, en Villa de La Font, reconvertido en un hotel de lujo, con campo de golf incluido. Alli era muy querido, pues habia traido trabajo al pueblo. Incluso, se decia, que uno de sus antepasados habia sido nombrado caballero por participar en la Batalla de Navas de Tolosa. Era rico, lo cual hacia pensar a mas de uno que no saquearia las arcas publicas en su beneficio, como habian hecho tantos otros. Noto el movil vibrar en el bolsillo de su camisa, pero no se molesto en cogerlo: seguro que era su despampanante novia Marlene, que acababa de verlo por la tele. No le apetecia hablar con ella. La ignoro sin sentirse culpable, pues tenia sus motivos. Doblo la esquina y cruzo la calle. Un alto edificio de hierro y cristal se alzaba ante el. Como no, era propiedad de su familia y el tenia el privilegio de vivir en el atico, con las mejores vistas de la ciudad. Cuando el movil volvio a vibrar por enesima vez, lo miro con desgana. Efectivamente era Marlene, pero en lugar de contestar a sus whatsupps acosadores de ?donde estas?, ?cuando llegas?, ?con quien estas? !Te estoy esperando! Alberto decidio escribir a su asistenta: Rosalia. A Alberto se le dibujo una sonrisa en la cara al pensar en ella y buscar su contacto en watsupp. Fue pensar en ella y se le ilumino la mirada. Rosalia, la chica que limpiaba su casa era todo un encanto, siempre sonriendo y sacandole una sonrisa con sus comentarios mas ocurrentes. Meneo la cabeza sin borrar de su rostro esta expresion que hacia tiempo, nadie mas le provocaba. La sonrisa se le borro del rostro, al recordar por que debia escribirle. Tenia mucho lio, debia marcharse con Marlene ese fin de semana. Una escapada, aparentemente romantica antes de meterse de lleno en la campana. Marlene lo habia planeado todo al detalle. !Menuda era ella para que se le escapara nada! Ya habia pactado con la revista de moda, las fotos supuestamente robadas que se harian en la playa. Sin fuerzas para imponer su criterio, habia cedido ante la presion de Marlene, y su asesor Juan Carlos, para prestarse a ese juego. Confirmar que el noviazgo iba viento en popa era crucial para la campana. Aunque Alberto sabia, tan bien como la propia Marlene, que su relacion hacia aguas por todas partes. El barco se hundia, solo esperaba que acabara todo y que despues de las elecciones, independientemente del resultado, pudiera deshacerse de esa relacion toxica. Y no sabia muy bien por quien iba lo de relacion toxica, si por su novia o por la que relacion profesional con su asfixiante asesor. --El noviazgo con la cantante es fundamental para la campana. Solto aire y se paso la mano por la frente al resonar en su cabeza esas palabras que tantas veces habia escuchado. Era inevitable pensar que, si la dejaba ahora, aun tendria tiempo para que se calmaran las aguas antes de la recta final de la campana. Miro de nuevo el whatsapp y el contacto de Rosalia. Quien sabia... sin Marlene en su vida, quizas habria intentado algo con Rosalia. Penso en su sonrisa, en su mirada sin malicia... en esa talla sujetador D105 y en ese trasero que quitaba el sentido. !Basta! Alberto se sintio culpable por pensar asi de Rosalia. Ella era mucho mas que una mujer con curvas generosas y una cara de angel. Era la que siempre tenia palabras de animo en sus peores dias de bajon. Y es que ademas de limpiarle la casa, organizarle la ropa y prepararle una comida casera de muerte, Rosalia era la persona mas amable que tenia en su vida. Se paro ante el edificio para escribirle un mensaje. Intentando concentrarse le escribio: Buenas tardes amor, tendre que pasar unos dias por trabajo con Marlene. Mi asesor me obliga, aunque me encantaria quedarme en casa contigo, disfrutando de tu comida casera y tu compania... Alberto sonrio. Sonaba bien. Pero no podia ser. Dio a la tecla de borrar mientras meneaba la cabeza sin perder la sonrisa. Lo intento de nuevo: Buenas tardes, Rosalia. Me marcho unos dias a la casa de la playa, asi que puedes tomarte unas pequenas vacaciones hasta el martes. No te preocupes, te pagare esos dias. Disculpa las molestias que te haya podido causar por no avisarte con mas antelacion.

  • Cartas de John Cheever

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  • La cancion de la espada (IV) de Bernard Cornwell

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    El guerrero Uhtred, ahora casado, con dos hijos y propietario de tierras, parece destinado a gozar de una paz semejante a la que hay en Inglaterra, donde el reino danes del norte y el reino sanon de Wessex inician una nueva etapa de paz. Pero los vikingos siguen al acecho en Londinium, dispuestos a conquistar Wessex, para lo cual precisan la ayuda del su viejo camarada Uhtred. Por su parte, el rey Alfredo el Grande confia en que sea el quien encabece una operacion destinada a expulsar a los vikingos, lo que llevara a Uhtred a enfrentarse de nuevo a su ambivalente identidad, y a poner en la balanza su origen vikingo y la lealtad a su rey; en cualqueir caso, su ardor guerrero pesara mas que la placidez familiar.

  • IQ de Joe Ide

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    IQ. Asi se conoce a Isaiah Quintabe en los barrios humildes de la zona este de Long Beach. Hombre solitario, de una extraordinaria inteligencia, se ha convertido en una especie de detective sin licencia al que acuden las victimas de la elevada criminalidad de estos barrios, desatendidos por la desbordada policia de Los Angeles. Gente muy humilde, le pagan con lo poco que tienen.

  • Lazos de Familia de Susan Wiggs

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  • Ines es todas las ciudades (LGBT) de Helena Lago

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    A veces, cuando dos personas se conocen, el mundo cambia. Es verano. Ines suena con ser escritora y quiere volar por encima de todas esas estrellas que contempla desde el jardin. Oscar piensa que Ines es inalcanzable, como un cometa que pasara fugaz sobre su cabeza. Ambos sobreviven como pueden a su matrimonio. Ines encuentra a Adrianne una noche y, de repente, pajaros en el estomago. La conexion que se establece entre ellas es inmediata, abrumadora, hermosa. Pero su relacion parece imposible. Y sin embargo, Ines es todas las mujeres, en todas las ciudades, o al menos eso es lo que siente Adrianne. Tras "Me alquilo para el 14 de febrero" y "Ayer empezo el resto de mi vida", Helena Lago nos invita a conocer a dos mujeres que dormitaron en su cabeza durante mucho tiempo. En esta primera novela de la autora, Lago vuelve a demostrar que las palabras fluyen entre sus dedos para mecer al lector con la suavidad y delicadeza que caracteriza a esta autora. Una excelente “opera prima” que cimenta la transicion natural de Helena Lago como escritora de relatos a novelista.

  • Amor Complicado (Angeles de la Guarda 1) de Maryah Well

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    ?Que harias si amenazaran a tu familia? ?Buscarias la ayuda divina o la ayuda humana? ?Y si pudieras encontrar las dos?
    Gaspar Merino, un acaudalado hombre de negocios, lo tiene muy claro. Ante la amenaza a su familia decide contratar a la agencia “Angeles de la Guarda S.L.”, una agencia en la que solo trabajan mujeres en todas sus areas, para que se ocupen de la seguridad de los miembros de la familia. Sin embargo, el hombre no quiere que sus hijos se enteren del peligro que corren.
    Los guardaespaldas contratados se hacen pasar por el chofer, la administrativa y una auxiliar de vuelo para que puedan cuidar de ellos sin que ninguno sospeche.
    Aunque eso no es lo complicado para las chicas, al fin y al cabo, es el trabajo de su dia a dia, pero lo que no podran evitar sera sentirse atraidas por sus respectivos protegidos como las polillas a la luz.

  • Matrimonio de apariencia (Los Knightley 2) de Ruth M. Lerga

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    Continua la apasionante serie <> ambientada en la regencia inglesa, de mano de Ruth M. Lerga.

  • Diccionario amoroso del psicoanalisis de Elisabeth Roudinesco

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  • Constantine (Mon 4) de Cristo Alcala

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    Dicen que hay personas, que matarian por amor.Constantine, murio por el.Otros, que en horas oscuras vendieron su almas al diablo, para luego pagar el precio.Constantine, compro al diablo.Porque, el es duro.Solitario.Y sexi.Un guerrero con corazon de fuego, negandose a rendirse tan facilmente por su sed de justicia.Sacrifico su cordura, su cuerpo y hasta su pasado, para salvar a su hermano.Y lo haria de vuelta de ser necesario.

  • A Escocia con amor (Quilts&Quilts 1) de Patience Griffin

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    Cait Macleod fruncio el ceno cuando las luces traseras del taxi se precipitaron hacia la noche. Estaba parada en un estacionamiento desierto en la costa noreste de Escocia a mediados de diciembre. Completamente sola. No era algo nuevo, pero igual le fastidiaba. --No te preocupes por mi --le dijo al taxista que ya se habia ido mientras se quitaba la nieve del zapato--. Estare fenomenal. Una furiosa rafaga de viento le revolvio el cabello, haciendolo girar alrededor de su cabeza como un hilo de pesca enredado. El dicho de que <> le dio una bofetada en la cara tan determinadamente como lo hizo el viento. Miro el escaso resplandor de las luces que se alzaban desde el pueblo costero que se veia mas abajo y se pregunto si estaba loca por pensar que podia recuperar la felicidad que habia tenido una vez aqui. En lugar de regresar a casa con su cabeza escocesa en alto, regresaba a casa derrotada. Pero no tuvo tiempo para reflexionar sobre lo que era o lo que podria ser de nuevo porque un frio invernal se apodero de sus pies. Hizo una mueca a sus tacones metalicos de Brian Atwood 1 sumergidos en la nieve. Claramente, no habia pensado lo suficiente en su vestimenta cuando decidio escapar de su mala vida en Chicago. --Esto es un infierno de cumpleanos --dijo al viento. Treinta y un anos hoy. Habia olvidado que Gandiegow era una comunidad cerrada, que no habia coches detras del aparcamiento, solo caminos para caminar. Y aqui estaba ella con cuatro pesadas maletas y solo dos brazos para arrastrarlas hasta el pueblo. Arrojo dos de sus bolsas a un arbol para que esperaran su turno. Hizo rodar las otras dos detras de ella mientras cojeaba torpemente de camino al pueblo, todo esto al mismo tiempo que se quejaba en gaelico. Gandiegow tenia exactamente sesenta y tres casas que se erguian en arco alrededor de la linea costera, con acantilados rocosos que encajonaban al pueblo. La ciudad parecia una extension del oceano por la forma en la que se acurrucaba junto el mar; en lugar de ondulaciones de agua, habia casas. Ella habia nacido en este pueblo. Habia visto a su madre cocinar pan en su estufa de lena. Su padre, cuando se habia preocupado por ser un buen padre, habia ensenado a Cait a pescar a solo unos metros de los escalones de la entrada. Su abuela cascarrabias todavia vivia aqui en una de las pequenas cabanas de piedra. Cait suspiro pesadamente ante su situacion. ?Como habia llegado a esto? Su marido infiel, Tom, estaba muerto. Su carrera periodistica era casi un cadaver. Y su esperanza para revivir su vida estaba jadeando su ultimo aliento. Se detuvo, saco su mapa y comprobo la ubicacion de su bungalo recien comprado. Estaba mas alejado, junto a los faroles; aislado, excepto por otra casa junto a la suya. Habia comprado la cabana a ciegas sobre la base de unas cuantas fotografias en Internet. Era lo mas loco que habia hecho; venderlo todo y huir. Pero --se recordo a si misma--, no estaba huyendo; estaba volviendo a casa. Su padre habia sido el primero en desarraigar a Cait. Cuando tenia trece anos, el la habia arrastrado a ella y a mama muy lejos de alli. --Dios, no me he convertido en mi padre, ?verdad? --dijo al viento. No. Su temeraria mudanza no afecto a nadie mas que a si misma. Fue el engano de Tom, su matrimonio dirigiendose a la corte de divorcio, y luego todo lo sucio que se amontono sobre su tumba es lo que llevo a Cait al punto de ruptura. Tenia que salir de Chicago y regresar a Escocia. Tal vez aqui podria recuperarse y eventualmente revivir su carrera de escritora. Volvio a caminar con dificultad a traves de la llovizna, sin pensar realmente en el frio. La tension que se habia acumulado en los ultimos dias estaba volviendo. Ahora habia aumentado exponencialmente, haciendo que el nudo en la parte posterior de su garganta se sintiera como un puno ardiendo. Deydy. La unica familia que le quedaba a Cait. Su abuela le retorceria el cuello por no decirle que venia. Cait lo habia intentado. Mas o menos. Antes de que el plan comenzara a desarrollarse, Cait habia llamado, pero Deydy no habia respondido y no habia contestador. ?Que tipo de nieta espera hasta el ultimo segundo para que su abuela sepa que viene? ?Una estupida? Pero, !no, senor!, Deydy no era una abuela tipica. Cait la amaba, pero la vieja era complicada, una complicada cascarrabias. Durante su ultima llamada telefonica, su abuela habia dejado perfectamente claro lo que pensaba de Cait: que era igualita al para nada bueno de su padre, de tal palo, tal astilla. Cait sabia que lo iba a pasar muy mal. Nunca le habia dado a Deydy una buena razon por haber permanecido lejos tanto tiempo. ?Pero, que podia haberle dicho? ?Que no podia irse de la ciudad porque su marido se acostaba con cualquiera a la minima oportunidad? ?O, me perdi en el camino e hice todo lo que el infiel bastardo me dijo que hiciera? !Que ridicula se sentia! Especialmente ahora. ?Y si su abuela y los otros de la ciudad la rechazaban? Cait no la habia visitado nunca, ni siquiera cuando era adulta y tenia los medios. En los ojos de Gandiegow su situacion era indefendible, independientemente de Tom. Era como si Cait hubiera golpeado a sus parientes en la cara y seguramente ellos se lo devolverian dandole la espalda. ?Que haria entonces? La grava y el aguanieve dieron paso a una calzada de adoquines. Bajo otras circunstancias, Cait habria encontrado aquello encantador, pero en este momento parecia el camino del diablo. Sus tacones se quedaban atrapados entre las piedras y cada pocos pasos, las ruedas de la maleta se atascaban tambien; de tener que arrastrar el equipaje mucho mas lejos, corria el grave peligro de perder sus brazos. Seis casas y dos giros mas tarde, encontro la cabana trece. Su corazon se detuvo. Tenia que haber un error. Este no podia ser el bungalo de dos dormitorios que habia visto en Internet. Aquello habia sido una casa anticuada de ensueno, de una planta y media, y cubierta de hiedra. Esta era una ruina negra y ahumada. --No puede ser --gruno Cait. Colgando de un poste de hierro forjado colgaba el letrero con un numero trece. A juzgar por el aspecto de la madera carbonizada, un incendio se habia aduenado de cada pedazo de su nuevo hogar. Lo unico que quedaba era la pared de piedra que rodeaba el perimetro de la casa y una chimenea manchada de humo que sobresalia de las cenizas. Su casa estaba muerta. Todo tenia sentido ahora. Las muertes vienen de tres en tres. ?No era ese el viejo refran? Bueno, el arbol de Navidad de Chicago habia sido el primero en morir. Se habia convertido en un esqueleto, arrojando agujas de pino por todo el piso. Tom, su mentira, engano, comadreja de marido, fue despues. Tuvo un ataque al corazon mientras insertaba su salchicha vacacionista en su amante. Y ahora su nuevo hogar tambien estaba muerto. Una maldita pira funebre. Un escalofrio, que no tenia nada que ver con el clima glacial escoces de diciembre, la alcanzo. --Soy una maldita idiota. ?Podria ser peor? Una gota de agua gruesa golpeo su cabeza. Luego otra. Justo ahi, los cielos se abrieron y dejaron caer una lluvia de mierda sobre su cabeza de idiota. Miro hacia arriba. --Gracias. Arrastro sus bolsas a la casa contigua con la intencion de usar el telefono de su vecino. Mientras caminaba hacia el porche, formulo algunas palabras escogidas para el agente de bienes raices de internet --!el gran estafador! Antes de alcanzar la aldaba, Cait decidio quitarse primero una piedra de su zapato. Pero cuando se inclino, la puerta se abrio de repente. Por el rabillo del ojo vio a un hombre que se detuvo. Estaba bastante segura, incluso desde ese angulo de le estaba echando una buena ojeada a su trasero. Tenia toda la intencion de decirle lo que pensaba --no permitia que los hombres se la comieran con los ojos--, pero cuando se levanto y vio quien la miraba...