el juego de
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el juego de - Maria R. Box
https://gigalibros.com/el-juego-de-e-los-hermanos-volkov-2.htmlNunca me habia parado a reflexionar sobre mi vida, pero ya era hora de que afrontara las consecuencias de mis actos. Despues de cuatro anos encerrada en mi misma, ahuyentado cada sentimiento hacia el, habia vuelto a caer en la trampa. Sin embargo, ahora era diferente. Yo habia cambiado. Luego de ver como Daniil y Elizabeth festejaban con la familia su compromiso, despues de cuatro anos sin estar con el a solas, lo habia hecho. Me encontraba en su coche camino a casa, pues no me habia dejado marcharme sola. Una gran parte de mi se lo agradecia enormemente, porque salir sola a la calle a altas horas de la madrugada era todo un reto. Pero otra parte de mi me lo reprochaba. ?Por que no habia llamado a Charles? El estaria encantado de recogerme y llevarme a casa. Todo era demasiado extrano y surrealista. Cuatro anos alejada de Edik y todo mi esfuerzo se resumia en nada. Una victoria fallida. Cuatro anos de calma emocional que se habian ido por la borda porque estar en su simple presencia me ponia el vello de gallina y mantenia unos nervios en mi estomago que hasta juraria que podria vomitar. No me gustaba sentirme asi con el. Charles era el correcto. No Edik. Mi etapa de quinceanera ya paso hace mucho, ahora tenia veinticinco anos y era una mujer adulta y profesional. Pero para el siempre vas a ser la Pequena Paganini [1] , me dijo mi subconsciente. Ibamos en el coche camino a casa de mis padres, ya que aun seguia con ellos por el miedo a estar sola, aunque Charles me habia dejado caer que algun dia tendria que emanciparme; incluso me dijo que podia mudarme con el y que nuestra relacion pasara a un segundo nivel. Llevaba tres anos con el. Tres anos en los que no me habia tocado dado a mi fobia al sexo despues de… bueno, despues de que Sergey me violara. Aun es complicado decirlo. Pero Charles era paciente. Sabia que mi corazon se habia endurecido despues de aquello y que lo que menos necesitaba era presion. Habiamos tenido alguna discusion por ello, no os voy a mentir, pero acababa comprendiendo lo que sentia. De alguna forma sabia que la Natasha de quince anos que una vez fui habia vuelto. Esa chica timida, encerrada en si misma y en la musica. --Llevas todo el camino callada --lo escuche hablar--. ?Te encuentras bien? Trague saliva y asenti mientras desviaba la mirada a la ventanilla del coche. --Te has dejado el pelo mas largo --lo vi sonreir de lado--. Me gusta. --Aun lo sigo llevando gris --comente para no hacer el trayecto mas incomodo. --Bueno, te queda genial. El color no importa --bromeo. Asenti, aun sin mirarlo directamente. Edik paro en un semaforo y descanso su cabeza en el asiento. Por el rabillo del ojo vi como me miraba sin miramiento alguno. El habia cambiado. Aun tenia esa pinta de chico malo, pues llevaba todo el cuero lleno de tatuajes y ese peinado que te incitaba a desordenarlo, pero ya no era ese chico de veintipocos que conoci en una de las carreras clandestinas mas famosas de Nashville. Ahora era todo un hombre serio que se preocupaba mas de mi de lo que deberia. Cuando estaba con el parecia que el tiempo no habia pasado, sentia lo mismo que la primera vez que lo vi. Una mezcla de euforia y temor. Edik volvio a arrancar el coche. Puse la radio para hacer mas amena la trayectoria hasta casa de mis padres. Un mensaje rezumbo en mi movil, lo agarre de mi bolso y vi que era Charles. Ya estoy en casa, cielo. Manana te recojo para comer. Te quiero. Te quiero. Charles ya se habia acostumbrado a mis monotonos mensajes. Pero era asi, con el no tenia conversaciones telefonicas de horas como lo podia hacer con Bella o Elizabeth, con Aleksey o Daniil. Incluso con Edik. Pero, sinceramente, era lo que necesitaba. Tranquilidad mental. --Hemos llegado --dijo el, aparcando justo delante de mi casa. Las luces estaban apagadas, seguramente porque mama y papa ya estaban en la cama durmiendo como troncos. --Gracias --le dije, quitandome el cinturon y poniendome el bolso en el hombro. Iba a abrir la puerta, pero su mano agarrando mi brazo me lo impidio. Gire bruscamente, soltandome de su leve agarre. Edik bajo la mirada arrepentido, sabia tan bien como yo que tocarme era un incipiente delito para mi corazon. --Lo siento --se lamento. --Da igual --abri la puerta del coche--. Adios. Fui lo mas rapido posible a la puerta de casa, rebusque en el bolso las llaves y las encontre al fondo del todo. Pero note como alguien me daba la vuelta mientras me agarraba de la cintura fuertemente. Estuve a punto de gritar si no fuera porque sus labios, esos que en cuatro anos no habia probado, se posaron sobre los mios. Siquiera pude forcejear, me tenia atrapada entre su cuerpo y la puerta de casa. Pero ?de verdad queria acabar con esto? Inconscientemente, cerre los ojos dejandome llevar por sus labios. Mi cuerpo se acoplo al suyo y deje de respirar por un segundo. Todo mi organismo se activo de inmediato y, de alguna manera, olvide toda la mierda que tenia encima. Los problemas se alejaron mientras que disfrutaba de esa caricia tan tierna. Su mano libre fue a mi nuca, la acaricio por varios segundos, y luego me incito a seguir besandolo. Estuvimos alli por… no se el tiempo. Pero me parecieron segundos. Al separarse de mi senti frio. Mucho frio. Su cuerpo ya no me arropaba, pero si su respiracion, mezclandose con la mia, ambas agitadas. Nos miramos a los ojos y mis fuerzas flaquearon. --Te amo, pequena, no te haces una idea de cuanto --dijo con la voz entrecortada por la respiracion acelerada. Entre en panico al escuchar esas palabras. Yo estaba con Charles, una persona que me hacia bien. No con el. No podia haberlo hecho, no podia haberlo besado. --Esto no esta bien --lloriquee sabiendo que habia enganado a Charles. Edik agarro mis mejillas e hizo que lo mirara. Estaba serio, tenia una lucha mental entre si hacer el bien o el mal. Pero, como siempre, se dejo guiar por el sendero de la lujuria y volvio a besarme con mas intensidad. Aun con lagrimas surcando mi rostro, no rechace su caricia. La necesitaba como el respirar por muy mal que me sintiera por Charles. Pero ese atisbo de razonamiento que aun me quedaba en la cabecita se activo, lo empuje y abri la puerta de casa corriendo para luego cerrarla en sus narices y apoyarme en ella con la respiracion desacompasada. Escuche como el tambien dejaba su cuerpo apoyado en la puerta. --Te amo, Natasha. Y se fue.
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El chico del calendario de Candela Rios
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Nuncanoche (Cronicas de Nuncanoche 1) de Jay Kristoff
https://gigalibros.com/nuncanoche-cronicas-de-nuncanoche-1.htmlEn una tierra en la que sus tres soles casi jamas llegan a ponerse, la joven asesina Mia Corvere acaba de unirse a la banda mas mortifera de la Republica.
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Voces de humo de Pablo Andres Escapa
https://gigalibros.com/voces-de-humo.htmlEl ferrocarril minero Ponferrada-Villablino inspira esta coleccion de cuentos que forman un retablo de voces perdidas, como el humo de aquel vapor que una manana de julio de 1919 lleno por primera vez el cielo. Casi un siglo despues, la ensonacion de un hombre que camina por la via abandonada va resucitando palabras y afanes que pintan una historia, la del paisaje detenido y los hombres que pasan. Pablo Andres Escapa nos entrega una elegia serena donde el sonido de un viejo tren queda prendido del aire, como una nota en la que se enredara el eco de los dias con su provision de esperanzas y secretos, sacrificios y temores, visiones y rutinas. Un libro que celebra lo pequeno, un valle remoto atravesado por un tren de vapor, para acercarnos a lo universal: el paso leve del hombre sobre la tierra.
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Contigo amor de Ester Davo
https://gigalibros.com/contigo-amor.htmlTU HERMANA VOLVERA a la ciudad esta noche. Esperaba que pudieras quedarte por aqui hasta entonces, al menos hasta que llegue, seria lo ideal. --No se si puedo. El trabajo ha estado agitado y necesito volver a la ciudad. Mi mama me miro como si no me creyera o no pensara que era lo suficientemente importante como para dejar de lado lo que ella estaba pidiendo. No era el trabajo lo que me iba a retrasar. Era el hecho de que tenia otras cosas que hacer. No era el trabajo de 9 a 5 lo que me mantuvo ocupado, sino lo que hacia en mi tiempo libre y que ella no conocia, lo que me causo tanto dolor. Lo que se suponia que no debia saber, pero siempre sospecho algo cuando su regalo costaba demasiado durante las fiestas. Todavia estaba tratando de mantenerla en la oscuridad sobre el trabajo, asi que nunca fue una buena idea tratar de usarlo como mi excusa. --Vas a tener que hacer tiempo para Karla. No la he visto en todo el ano y seria bueno tener a mis dos hijos de vuelta en el mismo lugar. Sabes que nunca se queda mucho tiempo. ?No extranas a tu hermana? Aqui viene la culpa y sabia que iba a perderme en ella si no encontraba rapidamente una razon por la que no pudiera quedarme. --La echo de menos, pero creo que va a regresar por un tiempo. ?No se va a demorar un tiempo en volver a irse? Se suponia que me encontraria con Mario mas tarde. --Bueno, dile que venga. Yo tampoco lo he visto en mucho tiempo. Nunca te veo desde que te mudaste a la ciudad. Espero que Karla no haga lo mismo. Ustedes se van a la universidad y no regresan. Se supone que debes volver a casa despues de graduarte. --Tuve que ir donde estaba el dinero. Nadie de por aqui quiere pagar nada, asi que a menos que quieras que extraiga gasolina en la estacion, no hay nada para mi aqui. Se mecia de un lado a otro en su mecedora de madera, con un te en la mano. El porche ofrecia una buena vista y mama estaba disfrutando de la brisa. Lo que no entendia era por que todo se reducia a esto. ?Por que ella no podia ver que era miserable en este pequeno pueblo para alguien menor de cincuenta anos? No habia trabajos, ni gente a la que realmente quisiera ver por ahi. Hartford siempre habia sido el tipo de lugar que querias dejar. No importaba como llegabas alli, no era un lugar para quedarse. Era un lugar para saltar y no queria volver a la vida lenta que tenia aqui. Preferia la vida acelerada que habia hecho para mi en la ciudad. --Lo se hijo. Ojala estuvieras mas cerca y no tan ocupado… --Intentare venir mas. El viaje no es tan malo. Ella se sonrio a si misma y ambos sabiamos que habia ganado. Mama conseguia lo que queria con sus suaves sugerencias porque Karla y yo sabiamos que era su manera de manipularnos para que hicieramos lo que ella queria. Aunque lo sabiamos, no cambio la eficacia de sus tacticas despues de todos estos anos. --Bueno, me gustaria verlos mas y por una vez me gustaria que ambos estuvieran en casa al mismo tiempo y cenaramos juntos, echo de menos eso. Si ustedes empezaran a tener sus propios hijos, yo tendria nietos para mantenerme ocupada. --Vale, tu ganas. Me quedare hasta que vuelva Karla, pero no hablemos de nietos. Ni siquiera tengo una novia estable ahora mismo, asi que eso va a tener que esperar. --?Que hay de Andrea? Parecia una buena chica. Me rei para mi mismo y movi la cabeza. Andrea fue una chica con la que tuve un buen sexo y lo hacia como si su vida dependiera de ello, pero ella no era realmente el tipo de mujer con la que me gustaria casarme, si es que existiera tal cosa. Era algo pasajero y solo la habia mencionado antes para evitar una conversacion similar sobre mi vida amorosa. Nunca fue lo que queria conversar con mi madre. --Simplemente no funciono. Solo tengo veinticuatro anos. Nadie que yo conozca esta casado todavia. Es mejor encontrar la correcta, ?no? --Supongo, pero no esperes demasiado. Me estoy haciendo vieja y tu padre tiene cinco anos mas que yo. Me gustaria ver a mis nietos antes de dejar este mundo. Le sonrei y volvi a mover la cabeza. Era dificil que me irritara con ella y en este momento no podia hacerlo. Se salio con la suya, siempre lo hizo y no pude hacer nada al respecto. Los que nos conocian a los dos me decian que obtuve ese rasgo especifico de ella. Ni siquiera el diablo podria rechazarme. Bueno, ella era la unica persona a la que no podia convencer. --Bien, entonces tengo un par de llamadas que hacer y luego voy a recoger a Mario. --Vuelve para la cena. Voy a hacer tu plato favorito. Ahora me estaba sobornando con comida. Monica usaria cualquier cosa que estuviera en su poder y como siempre habia sido una gran cocinera lo utilizaba para chantajearme. No podia decirle que no a su lasana y ella lo sabia. --Estare aqui a las seis. Papa estara en casa para entonces, ?verdad? Monica asintio con la cabeza. --Como un reloj. Me gustaria que tuvieras algo como para que yo sepa donde estas y cuando esperarte. --Vale mama, tengo que irme. Volvere en un momento. Sali del porche antes de que me arrastrara a otra cosa. Realmente necesitaba volver a la ciudad de inmediato, pero iba a tener que esperar y ver como me iba. No habia forma de salir de la cena y luego ver a Karla. Karla era hostigosa como mi madre. Ella me obligaba a hacer las cosas. Eso es lo que habia hecho antes de cruzar el pais para ir a la universidad. Dudaba de que algo hubiera cambiado. La unica diferencia que vi en el verano cuando ella regreso fue que era mas molesta de lo normal. Al subirme a mi pequeno coche rojo, sali de la entrada, pero no lo suficiente, podia mirar a la mujer mayor en el porche. Me lo diria si pensara que estoy siendo demasiado torpe. Mire hacia atras en mi espejo retrovisor y juro que pude ver el ceno fruncido en su cara. Suspirando para mi mismo, pense en no volver. Sabia que la proxima vez que la viera habria consecuencias. Solo seria una cena, ?verdad? Entraria y saldria en un abrir y cerrar de ojos. Mario y yo tendriamos que conducir cuando todo terminara. Tenia asuntos de los que habia que ocuparse esta noche, de una forma u otra. Si no, tendria que resolverlo todo cuando volviera. Odiaba dejar el club desatendido por mucho tiempo, especialmente un sabado por la noche. Era como buscar problemas. CAPITULO 2 MARIO --?COMO demonios sabia que te encontraria aqui, Mario, con una mujer sexy en tus brazos? -- Mire a Camilo y movi la cabeza. --Porque vienes en el peor momento como siempre y solo hay un bar en toda la ciudad. ?Donde diablo iba a estar si no aqui tratando de probar la comida local? Ha pasado un tiempo desde que encontre una tan dulce. La mujer a mi lado se puso a reir, le gusto la atencion y me dio a entender que ella era el tipo de chica que estaba buscando. --Cierto. ?Y a quien tenemos aqui? Estaba mirando a la rubia sexy que acababa de conocer con el nombre de Lucy. Estaba seguro de que no era su nombre real, pero no importaba. La mujer era dulce y me apetecia un poco de azucar. Lucy lo haria muy bien. Ademas, queria ser bailarina y ser famosa en Chicago, asi que, ?quien era yo para matar sus suenos? Eramos duenos de un club en Chicago y siempre estabamos buscando chicas nuevas. Todas las chicas tenian otras aspiraciones, esperando esa unica oportunidad. Lucy queria ser actriz algun dia. Por ahora le iria bien desnudandose en el escenario. --Quiere venir con nosotros al club. Ella es Lucy y quiere bailar para nosotros, Camilo. Le dije que tiene lo que hace falta, ?no crees que si? Bonito cuerpo y una cara bonita. Creo que los chicos pagaran bien por verla desnuda. ?No lo harias? El la miro de arriba a abajo y yo pude ver un ligero brillo en sus ojos. --Si, ya lo veo, pero no es un buen momento para traer mas chicas. Tenemos que volver a cenar a mi casa antes de irnos. Monica no nos dejara ir sin compartir la cena y esperar a que llegue Karla. Dijo que tu tambien debes venir, asi que estoy aqui para recogerte. No quiero entrometerme en tu diversion que sin duda estas a punto de tener con esta encantadora jovencita. No iba a discutir con la madre de Camilo, especialmente si estaba cocinando. Desde que Camilo y yo eramos amigos desde hacia anos, siempre me habia encantado su cocina. Pero tenia razon sobre para que estaba alli. Queria deslizarme en esta mujer inmediatamente. No queria esperar, pero lo haria. Mi mama se habia ido hace mucho tiempo y ni siquiera la recordaba, asi que la mama de Camilo siempre me habia invitado a pasar las fiestas. Monica me hizo sentir bienvenido y no podia rechazarla. --Bueno, ella consigue lo que quiere. --Si que lo hace. ?Quizas puedas recoger a tu amiguita mas tarde cuando salgamos? Siempre podemos usar otra cara hermosa en el club. Lucy y si, tienes lo que hace falta. Estoy seguro de que muchos hombres van a perder mucho dinero tratando de estar de tu lado. Ella se rio y parecio tomarse un minuto para seguir la conversacion, pero no reacciono muy pronto. Era guapa, pero seguro que no era tan lista. Se trataba de como me gustaban. Menos pensamientos siempre es bueno para menos dolores de cabeza. Cuando le deje claro que estaba a punto de salir, le di mi numero y le dije que preparara algunas cosas para el viaje. Tambien le prometi que iba a hacerla gritar esta noche cuando todo estuviera dicho y hecho. --Tenemos algunos departamentos en la ciudad y puedes compartir con una de las otras chicas. Creo que esto va a ser un buen cambio para ti, Lucy. Chicago es una ciudad hermosa con todo tipo de oportunidades para mujeres atractivas como tu. Ella me miro fijamente y luego me beso en los labios antes de salir a hacer lo que le pedi. No me gustaba demasiado, pero era exactamente lo que los chicos buscaban en casa y yo siempre me apresuro a probar a las chicas nuevas. Tenia un anhelo por la rubia y me lo sacaria muy pronto. Era una situacion en la que todos saldriamos ganando.
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La prueba de Beatriz Gefer
https://gigalibros.com/la-prueba.htmlHelena esta intentando encontrar su sitio dentro de una gran ciudad como Madrid en la que es una recien llegada. Sin trabajo, y con el unico apoyo de su vecina Lola, decide sondear el mercado con la intencion de emprender un arriesgado proyecto empresarial.
Jack es el heredero de Anderson & Asociados y uno de los solteros mas deseados de la capital. Su familia ha depositado sobre el una importante responsabilidad que le lleva a ser un cinico en sus relaciones personales, hasta el punto de someter a una prueba a todas las mujeres que consiguen llamar su atencion. -
No te impliques de Sonia Lopez Souto
https://gigalibros.com/no-te-impliques.htmlKathleen es una joven volcada en su trabajo. La muerte de sus padres siendo una nina y mas tarde la de su abuela, no solo la han dejado huerfana, sino que tiene una sensacion de vacio que solo cuidar de los bebes mas fragiles logra mitigar.
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El final de nuestra historia de Meg Haston
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Las redes de poder en Espana de Andres Villena
https://gigalibros.com/las-redes-de-poder-en-espana.html?Quien manda en Espana?
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Descubriendo el Nirvana (Nirvana 3), Arantxa Anoro de Arantxa Anoro
https://gigalibros.com/descubriendo-el-nirvana-nirvana-3-arantxa-anoro.htmlLa fortaleza de las personas no se mide por la cantidad de fragmentos en los que te rompes sino por la capacidad de unirlos tantas veces como sea necesario.
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Las notas del diablo de Ramon Iglesias Rodriguez
https://gigalibros.com/las-notas-del-diablo.htmlUn tritono o intervalo musical disonante y siniestro, tambien llamado “las notas del diablo”, es el origen sobre el que gira esta novela negra, en la que se da oidos a la condicion satanica de la misma, teoria muy extendida en la Edad Media, epoca en la que la Iglesia prohibio que se tocara. El monje benedictino Guido d’Arezzo (991-1050 d. C), introdujo un nuevo solfeo y es considerado el padre de la musica occidental. Sin embargo, este tritono es parte fundamental hoy en dia de la musica heavy, creando esa especial tension. Julia Arnal y David Coch son dos jovenes expertos que trabajan y colaboran en el Departamento de Investigacion y Criminologia de la Jefatura Superior de los Mozos de Escuadra y nunca han oido hablar de la “nota del diablo”. Victor Ballester es el cantante y guitarrista del grupo de musica heavy “The Metals” y comparte con su grupo la pasion por la musica heavy. Una serie de violaciones y asesinatos, que suceden misteriosamente tras cada concierto de esta musica, mantendra en jaque a todos los cuerpos de seguridad, y obligara a Julia y David a una exhaustiva busqueda de pistas y averiguaciones, para detener al autor de tanta barbarie. La estrecha relacion que estan obligados a mantener por su trabajo, se convertira poco a poco en algo diferente. La escalada de violencia es cada vez mas atrevida y Victor comparte el estupor y la repugnancia que le producen estos actos, como a todo ciudadano normal, sin sospechar el giro de los acontecimientos.
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El sabor del ultimo verano de Emma J. Care
https://gigalibros.com/el-sabor-del-ultimo-verano.htmlLa emocionante precuela de la novela El fino hilo de la mentira.
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Bienvenida a casa de Lucia Berlin
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… deseando sentirme en casa.>> -
El secreto esta en Sasha de Rafa Melero Rojo
https://gigalibros.com/el-secreto-esta-en-sasha.htmlEl asesino en serie es una criatura de una enorme complejidad y que camina a paso lento y seguro, como un camaleon, cambiante y letal, y siempre al acecho de su proxima victima; algunos pueden cometer sus crimenes durante anos antes de que surja un indicio que ponga a la policia tras su pista. Nadie sabe esto mejor que el sargento de los Mossos d'Esquadra Xavi Masip, que tras el asesinato de la mujer de un empresario barcelones es capaz de atar cabos con el caso de <
>, una chica encontrada muerta en un bosque de Girona con una extrana senal marcada en su cuerpo, y enseguida se da cuenta de que no se trata de un crimen aislado. Masip no solo tendra que enfrentarse a un criminal infinitamente cruel, sino que, ademas, debera lidiar con la implicacion de la mafia rusa que controla gran parte de la prostitucion de la costa barcelonesa y con ciertas desavenencias con otros grupos de los Mossos. Por si esto fuera poco, su investigacion hara saltar las alarmas de otros cuerpos policiales y Masip debera incluir en su equipo a la inspectora Andrea Martinez, de la Policia Nacional. Despues de La ira del Fenix y La penitencia del alfil, Rafa Melero vuelve, con su voz mas reconocible, a sumergirnos en un sinfin de emociones mientras acompana al sargento Masip por el laberinto de una nueva investigacion criminal repleta de retos que pone a todo su equipo, y al lector, al limite de sus capacidades. -
Al llegar la noche de Jezz Burning
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Una oportunidad de oro de Sarah Moore Fitzgerald
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Mi casa en llamas de Sofia Ros
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-Yo nunca me he enrollado con una persona de mi mismo sexo.
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-Yo nunca he hecho un trio.
Mi novio Adam bebio.
Asi empezo todo. -
Un hombre decente de John Le Carre
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Anhelada por su Oso (Los Lobos de Green Valley 8) de T.n. Hawke
https://gigalibros.com/anhelada-por-su-oso-los-lobos-de-green-valley-8.htmlKeo:
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Decir no no basta de Naomi Klein
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Filos mortales de Joe Abercrombie
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Curnden Craw y su grupo deben recuperar un objeto misterioso mas alla del Crinna. Solo hay un pequeno problema: no saben que es ese objeto.
Shevedieh, la ladrona mas habil de Estiria, va de desastre en desastre con su mejor amiga y mayor enemiga: Javre, la Leona de Hoskopp.
Despues de anos de masacres, el idealista Bethod trata de llevar la paz al Norte. Solo queda un obstaculo: su lunatico guerrero, el hombre mas temido del Norte, el sangriento Nuevededos. -
True Man de Oscar Gonzalez Soto
https://gigalibros.com/true-man.htmlTruman abre los ojos sin que ninguna camara lo este grabando o espectador televisivo alguno observe su despertar. Apoyado contra el cabecero, echa la mano al despertador aun en silencio sobre la mesilla de noche y lo apaga. Toma aliento, se pone en pie y hace que el blanco pijama de tela y largas rayas azules se contorsione al estirarse. Luego, va directo a la ducha. Una vez vestido, se prepara su habitual leche sola con galletas maria, se cepilla los dientes prestando tiempo a cada zona y sale por la puerta del piso, que cierra con dos vueltas de llave. Ya en el ascensor, observa su aspecto. El pelo negro y liso es corto y de corte clasico, ligeramente hacia atras. Sus ojos castanos y oscuros siguen siendo tan castanos y oscuros como el dia anterior. Su nariz, destinada a ser del todo afilada, se encuentra no obstante redondeada en su punta, cual si un estilete hubiese pinchado una pelota de gomaespuma. Sus labios son finos y claros, aunque esto no destaque tanto por un tono de piel de quien no pasa tiempo con el sol en la cara. En el menton poco marcado no hay rastro de pelo: ante la insistencia de su dueno con la cuchilla, ya hace tiempo que ha renunciado a salir. Dos pequenos lunares brillan en su mejilla derecha. Y, sin embargo, ?algo entre todo lo previo importa? Viendole, yo no diria tanto. Porque, ante el espejo, nuestro protagonista solo tiene ojos para que su anodina camisa conserve el planchado de la noche anterior y su puno izquierdo permanezca bien abrochado sobre el viejo reloj de agujas. Tambien para que el pantalon liso y poco entallado debajo se mantenga a la altura debida sobre los zapatos. Y para que estos esten bien limpios, aunque haga mucho tiempo que hayan dejado de brillar y sus esfuerzos por conservarlos en buenas condiciones ya no puedan cumplirse en lo que a las suelas se refiere. Para cuando sale del ascensor, ni siquiera se ha mirado por encima de los hombros. Llegando a la parada de autobus frente a su casa, solo tiene en mente su recelo a la idea de pelearse con prendas nuevas y desconocidas. Pensamiento que le priva de ver como, en la otra acera, una senora guarda un paraguas en un bolso rojo al cruzarse con un tipo renqueando por el peso de su bolsa de supermercado. Por ejemplo. Llegando a su mesa de trabajo desde hace seis meses, cualquier tipo de incomodidad se le quita de encima. Como cada manana, una sonrisa ligera pero socarrona cruza su rostro al contemplar su orden con respecto a las del resto. Despues, se dedica a abrir correos, imprimir documentos, leer parrafadas y cubrir formularios con algo similar a la paz interior. El papeleo, los impresos y las carpetas mas o menos digitales hacen que la tension en sus brazos se reduzca. Aunque a veces... --?No es su hora de descanso? Truman no tiene especial interes por satisfacer a su supervisora. Sabe muy bien que, mientras rinda a su nivel, su puesto esta lejos de peligrar. Casi tanto como cree que los ascensos no llegan a la gente como el, trabajadora y responsable, sino a las parejas de padel o golf de quienes tienen encima. No me malinterpreteis: no es que le preocupe en absoluto. El prefiere disfrutar de la calma y seguridad de su silla --lejos de cotilleos y risas baratas-- para poder acabar con tiempo, repasar y dejar todo recogido. Quien sabe: con suerte en algun momento aparecera un puesto vacante en su tranquila ciudad natal. El cafe es lo de menos. --Si, acabo en un momento y bajo. Oh, lo siento si esperabais otra cosa: en ningun caso la parrafada previa implica que nuestro protagonista sea un hombre asertivo. Asi que, no sin sentir la mirada acusadora de una jefa que lo imagina un trepa, acaba por suspender el ordenador y tomar el camino a la cafeteria. Estrategicamente colocado en linea con algunos de sus companeros y una gruesa columna entre medias, pide un cafe con leche a una senora a la que el azul uniforme ya parece quedarle algo grande. La tacita se presenta bajo las conocidas carcajadas al fondo, con un color mas bien sombrio y cierto sabor a pozo negro. Suspirando, Truman se ve obligado a recurrir al azucar refinado, producto en su lista negra desde cierta lectura meses atras. --!Porque es una chica excelente! !Porque es una chica excelente! Ahora, la menuda camarera se deshace en lagrimones mientras le introducen una banda por la cabeza, al tiempo que la mayor parte del local da palmas o silba con grandes sonrisas. No seais malpensados: el tambien sonrie algo. Aunque si que es cierto que podria ser por la jubilacion del origen del oscuro veneno: eso lo dejo a vuestra eleccion. Agradeciendo su costumbre de pagar por adelantado, Truman acaba saliendo del local a medio pocillo y sin que nadie lo vea, al tiempo que los empleados de la cafeteria empiezan a repartir tarta por las mesas. Algo le dice que la hora de descanso volvera a ser literal para la mitad de la oficina. Nada mas llegar a casa, se quita la ropa y va al cuarto pequeno. Bueno, en realidad, pequenos son todos, a la imagen del estereotipo de apartamento con un alquiler demasiado elevado para su tamano. Cocina de paredes demasiado cercanas, bano con sindrome de metro, una salita para que pueda comer persona y media y un par de habitaciones: la de la cama de noventa con su mesilla de noche y la de los dos armarios, en la que a veces consigue abrir sin problemas la tabla de planchar. Mientras en esta se pone las zapatillas, la camiseta y el pantalon de deporte, el subito pensamiento de que ha sido un dia corto le hace gesticular una leve negacion con la cabeza. Cambiando su reloj de agujas por uno digital de plastico, trata de recordar la vuelta a casa de mediodia, el salmon, el cepillo, el regreso al trabajo para el turno de tarde e incluso parte de esta. Pero no lo consigue. En fin: lo mismo es: ya esta aqui, y su habitual media hora de running acabara con el en la segunda ducha del dia y un buen yogur con cereales antes de una peli seguramente de los 90. !Quizas incluso El show de Truman!
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La Bestia (Guardianes del Rey 1) de Emily Delevigne
https://gigalibros.com/la-bestia-guardianes-del-rey-1.htmlLux estaba en el lugar menos indicado en el momento menos apropiado del mundo. Cuando los guardias del aparcamiento empezaron a convertirse en hombres lobo penso que estaba viviendo una pesadilla. Pero en ese instante entraron en escena los vampiros…
<> nos presenta a tres mujeres -Lux, Virginia y Luna- inmersas de repente en un mundo que transcurre paralelo a la realidad de los humanos. Donde las razas mas dispares continuan sus guerras que comenzaron en tiempos inmemoriales; donde hay peleas, muertes, secuestros, violaciones… pero donde, aunque parezca mentira, puede haber lugar para el amor.
Mestizos que esconden su identidad para no ser exterminados por sus propios companeros. Hombres lobo que atacan en manada. Y humanas que logran robarles el corazon a sus amantes vampiros, aunque para ello tengan que entregar el precio de su propia sangre.
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El Leon, la Bruja y el Armario de C. S. Lewis
https://gigalibros.com/el-leon-la-bruja-y-el-armario.htmlCuatro hermanos descubren un armario que les sirve de puerta de acceso a Narnia, un pais congelado en un invierno eterno y sin Navidad. Entonces, cumpliendo con las viejas profecias, los ninos --junto con el leon Aslan-- seran los encargados de liberar al reino de la tirania de la Bruja Blanca y recuperar el verano, la luz y la alegria para todos los habitantes de Narnia.
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Los miedos y el aprendizaje de la valentia de Jose Antonio Marina
https://gigalibros.com/los-miedos-y-el-aprendizaje-de-la-valentia.htmlHay miedos que nos protegen y miedos que nos destruyen. Estos son nuestros enemigos y hemos de declararles la guerra. Jose Antonio Marina dirige esta campana. En primer lugar, hay que evitar que nuestros ninos aprendan los miedos que van a entorpecer su desarrollo. Pero, si ya los han adquirido, hay que ensenarles a afrontarlos y a vencerlos. En todas las culturas, la valentia ha sido la virtud mas apreciada. Ahora sabemos que se puede aprender. Este libro es una pedagogia del coraje. Necesitamos que nuestros ninos, nuestros adolescentes, los padres, los docentes, desarrollen la capacidad de soportar el riesgo, la dificultad, y el esfuerzo, porque son inevitables.
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El baul de los suenos a medida, Lara Rivendel de Lara Rivendel
https://gigalibros.com/el-baul-de-los-suenos-a-medida-lara-rivendel.html?Que es la vida? Un frenesi. Cuando Ada es acusada de corrupcion y apartada de su trabajo en la alcaldia de su pueblo se le viene el mundo encima, ya que ella habia entrado en politica para luchar contras las injusticias. Incapaz de soportar las miradas de desprecio de sus vecinos, se traslada a la casa que su abuela le dejo en herencia en la Costa Brava.
?Que es la vida? Una ilusion. Ada encuentra el baul donde su abuela guardaba las sabanas bordadas y esa noche vuelve a sonar como cuando era una nina y pasaba los veranos peleandose con Millan, el hijo del pescador. Ada reconstruye su vida entre los pintorescos habitantes de Sonada, un pueblo de costa donde nada es lo que parece, mientras trata de no obsesionarse con Millan, que se ha convertido en un viudo tan arisco como los erizos de la zona.
Y los suenos, ?suenos son? Cuando sus amigas la visitan y pasan unas noches de suenos muy vividos, empiezan a sospechar que las sabanas ocultan un secreto. Y cuando las ancianas del lugar le advierten del peligro de querer descubrir los secretos del baul, Ada la Empecinada hace lo que ha hecho siempre: lanzarse de cabeza a la aventura.
Una delirante comedia que se rie de la politica, juega con los suenos y nos recuerda que no hay que tomarse la vida demasiado en serio.
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Soy tu primera vez de Laurie Elizabeth Flynn
https://gigalibros.com/soy-tu-primera-vez.htmlEsta noche voy a hacerle un favor a la novia de Evan Brown. Un favor incomodo, sudoroso y torpe. Melanie, o como quiera que se llame, me debe una. Solo que nunca lo sabra. --Espera aqui --le digo a Evan antes de meterme en el vestidor. Lo miro de reojo: esta encorvado, sentado en el borde de mi cama, con los hombros estrechos echados hacia delante y las manos en las rodillas. Es como si fuese a ponerse a jugar a un videojuego. Ahogo una risa. Esta pantalla no se la va a pasar a la primera. Cuando al fin estoy a salvo en el vestidor, me deslizo en unos pantalones cortos de saten rosa y una camisola a juego. Por el miedo en su cara y el olor a sudor nervioso que emana de sus axilas, se que Evan no podria soportar el salto de cama de encaje negro, ni mucho menos el camison de saten rojo, el que tiene una raja hasta arriba. Abro el cajon donde guardo los ligueros y mi coleccion de medias de rejilla y lo cierro de nuevo. Evan no sabria que hacer con un liguero ni con unas medias de rejilla, y no quiero avergonzarlo mas de lo que ya lo esta. Me pinto los labios de rosa y me dejo el pelo suelto sobre los hombros. Esta ondulado, aun humedo de la ducha. Normalmente me lo plancho muy liso, pero creo que por esta vez puedo saltarme el peinado. Me froto la boca para quitarme el pintalabios, pero mantengo la resolucion en los ojos. Evan va a tener lo que, definitivamente, no soy: una buena chica. --Dios, Mercy --dice cuando salgo. Se le quiebra la voz y se pone mas rojo que su pelo, lo que hace que los granos de sus mejillas destaquen aun mas. La pubertad no se ha portado bien con Evan Brown. --No digas eso --le ordeno, encaramandome sobre el. Le tiemblan las piernas. --?Que no diga que? --La voz tambien le tiembla. --Mercy. Ese no es mi nombre. --Pero asi es como te llama Angela. --Angela es mi amiga. Tu, no. Tu eres alguien a quien le voy a hacer un favor. No tienes que llamarme de ninguna forma. En todo caso, llamame por mi nombre. --Mercedes --dice, pronunciando todas las silabas con voz chillona--. Mi madre siempre ha querido uno de esos. --Se da una palmada en la frente --. Mierda, no queria hablar de mi madre. No estoy pensando en ella ni nada. --Se quita las gafas y se frota los ojos--. No creia que fuese a ponerme tan nervioso. Antes me gustaba mi nombre: Mercedes. Hasta que me entere de que me lo habian puesto por un coche. Aquel coche rojo que tanto le gustaba a mi padre, el mismo desde el que se despidio con la mano cuando se fue. Recuerdo que a mi tambien me gustaba aquel coche. Mi padre me sentaba delante y fingia que arrancaba. <
>. Pero no se quedo con nosotras el tiempo suficiente para ser el quien me ensenara. En la boca de Evan, mi nombre no sonaba elegante ni rapido. Solo sonaba complicado, como si estuviese intentando hablar en otro idioma. Supongo que, para Evan, yo soy otro idioma. Sonrio y le paso la mano por el pelo. O al menos lo intento, pero se ha echado tanta gomina que la mano se me queda pegada. --No te preocupes --digo, secandome los dedos pegajosos en su camiseta--. Todo el mundo se pone nervioso. Le beso el cuello. Puedo sentir el pulso latiendo bajo su piel. Muevo las manos hasta la parte de abajo de su camiseta y se la quito por la cabeza. --He traido esto --dice, metiendose la mano en el bolsillo de los vaqueros y sacando una tira de preservativos. Debe de haber unos diez. Intenta esbozar una sonrisa, pero le sale mas bien una mueca. --Siempre es bueno estar preparado --digo--. Pero guarda esos para Melanie. Yo tambien estoy preparada. Me inclino y abro el cajon de la mesilla, donde tengo las cajas apiladas en orden, como soldados. Ultrafinos. Estriados para el placer femenino. Segunda piel. XL. Saco un ultrafino. Da igual lo que crean ellos, la mayoria de los tios son de ultrafinos. Lo justo para estar protegido, sin mayores florituras. Esto lo aprendi muy pronto. Mi madre empezo a hablarme de anticonceptivos cuando el resto de madres estaban aun con los tampones. Ademas, Evan no tiene pinta de XL. --?Hasta donde has llegado con Melanie? --pregunto. --Melody --dice--. Se llama Melody, no Melanie. Melody, como una cancion. --Baja la vista hacia mi escote, que tiene justo a la altura de los ojos --. Me ha dejado meterle mano. Y una vez que sus padres no estaban, casi lo hacemos. Hicimos otras cosas. Me llevo las manos a las caderas. --Vas a tener que ser mas preciso. ?Otras cosas como que? ?La has visto desnuda? ?Le has hecho un cunnilingus? Asiente con la cabeza y se pone aun mas colorado. --Pero no quiso llegar hasta el final. Quiere que sea la mejor noche de su vida. Asi que lo tengo todo planeado. Una cena y tal. --Que romantico --digo con una gran sonrisa. Esta es la razon por la que hago lo que hago--. Parece que te gusta. Y tu le gustas a ella. Me encanta que los tios se tomen el tiempo de planearlo. Y, aunque Evan ha musitado lo de < > sin mirarme a los ojos, se que es mucho mas. Se ha tomado el tiempo de conocer a Melody, saber lo que le gusta y lo que la hara feliz. --Ese es el problema --prosigue--. Dice que me quiere. Y dice que, como me quiere, sabe que voy a hacerle tocar el cielo. Asiento. Esto lo entiendo bien. Melody parece como todas las chicas: espera que la primera vez haya fuegos artificiales. Pero yo se que los fuegos artificiales no se consiguen asi como asi. Hay que prepararlos bien y prender la mecha despacio. Que es exactamente lo que estoy haciendo por Evan. --Pero tu no crees que vayas a hacerle tocar el cielo --digo lentamente --. Por eso estas aqui. --Si, bueno --dice--. Ella esta mucho mas buena que yo. Y mi amigo Gus... sigue con su novia gracias a ti. Se exactamente de quien habla Evan, solo que yo lo recuerdo mejor por su apodo, el que le puse en secreto. El Llorica. Gus fue el numero seis, el que se hizo el duro y practicamente intento ensenarme el a mi hasta que se vino abajo y acabo llorando en mi almohada al terminar. Le pongo las manos en los hombros a Evan. --Bueno, ya habeis avanzado mucho mas que otra gente. Ya os habeis visto desnudos. Eso ya esta hecho. Para alguna gente esa es la parte mas incomoda. --Me bajo los tirantes del camison--. A ver. ?Que harias si yo fuera Melody? --Te diria que eres preciosa --responde--. Te preguntaria si puedo tocartelas. --Bien y mal --repongo--. Siempre esta bien decirle a una chica que es preciosa. Pero nunca le preguntes si puedes hacer algo. Se valiente, porque la confianza en ti mismo es algo que puedes fingir perfectamente hasta que la sientas de verdad. Evan sigue mirandome los pechos fijamente. Su respiracion se hace mas pesada y puedo notar su ereccion a traves de los vaqueros. A lo mejor al final resulta ser XL. --Adelante --le digo--. Aqui puedes cometer errores. Y eso hace. Comete un monton de errores. Me soba las tetas como si fueran pelotas de beisbol, me babea el cuello, me mete la lengua hasta la garganta. Son errores de principiante, de esos que la gente no sabe ver la primera vez. Pero para eso estoy yo aqui. Le digo que cierre los labios, que recorra las curvas de mi cuerpo con las manos, que trace una linea con los dedos y la siga con la lengua. Le enseno a abrir la caja de condones y a coger la punta con los dedos antes de desenrollarlo para que no se quede el aire dentro. Bajo las luces para el acto final, lo guio dentro de mi, no lo castigo por los primeros quince segundos de torpeza en la oscuridad y le felicito por su tecnica mejorada los ultimos quince. Cuando pide una segunda ronda, sacudo la cabeza con firmeza. Nunca he permitido una segunda ronda. --Guardala para Melody --le digo. Se estira bajo las sabanas y entierra la cabeza en la almohada. Aun jadea. --?Quieres que me quede a dormir? --me pregunta--. Podemos volver a hacerlo por la manana. Seguro que aguanto mas. Me tapo los pechos con las manos y me levanto, buscando algo para cubrirme; solo encuentro una bata transparente. Maldigo mi mania de no tener pijamas. Esta es la parte que no me gusta. A oscuras, cuando soy yo la que tiene el control, aunque este totalmente expuesta, me siento menos desnuda que ahora. Luego se enciende la luz y quieren hablar. Hacer preguntas. Preguntas que no puedo ni contestarme a mi misma, mucho menos a ellos. --No te vas a quedar --le digo mientras me ajusto la bata a la cintura--. Ya lo entenderas. A las chicas eso no nos importa tanto como creeis. Sobre todo al principio. Ya lo trabajareis juntos. Sonrie. Esta diferente, mas guapo en cierto modo. Con esta luz mas suave, no se le ven tanto los granos y la mandibula parece mas pronunciada. Creo que Evan Brown puede llegar a ser un rompecorazones algun dia. Pero hoy no es ese dia. Miro al reloj que hay sobre la mesilla. Son las once de la noche de un martes. --Manana hay clase, Evan. Es hora de irte. Tu madre estara preguntandose donde estas. --Supongo que la mayoria lo hace. La mia no, claro. Deja de sonreir y frunce el ceno. --Esto... ?Te debo algo? No se como va esto... --Se le apaga la voz. --No me debes nada. Solo portate bien con ella, ?vale? Recuerda todo lo que hemos hablado. Se que lo hara. Si hasta ha tomado apuntes. -
La desaparicion de Josef Mengele de Olivier Guez
https://gigalibros.com/la-desaparicion-de-josef-mengele.htmlEl North King surca el agua cenagosa del rio. Los pasajeros, que han subido a cubierta, escrutan el horizonte desde el amanecer, y ahora que las gruas de los astilleros y la linea roja de los tinglados perforan la bruma, unos alemanes entonan un canto militar, unos italianos se persignan y unos judios rezan, pese a la llovizna, unas parejas se besan, el transatlantico arriba a Buenos Aires tras una travesia de tres semanas. Solo en la borda, Helmut Gregor cavila. Esperaba que acudiera a buscarlo una lancha de la policia y asi evitar los incordios de la aduana. En Genova, donde ha embarcado, Gregor ha suplicado a Kurt que le haga ese favor, se ha presentado como un cientifico, un genetista de altos vuelos, y le ha ofrecido dinero (Gregor tiene mucho dinero), pero el intermediario se ha zafado sonriendo: los favores de esa indole se reservan para los peces gordos, para los dignatarios del antiguo regimen, raramente para un capitan de las SS. Aun asi, enviara un cable a Buenos Aires, Gregor puede contar con el. Kurt se embolso los marcos pero la lancha no ha aparecido. De modo que Gregor aguarda en el gigantesco vestibulo de la aduana argentina con los demas emigrantes. Sostiene con firmeza dos maletas, una grande y otra pequena, y observa a su alrededor a la Europa del exilio, las largas filas de personas anonimas, elegantes o desalinadas, de las que se ha mantenido apartado durante la travesia. Gregor ha preferido contemplar el oceano y las estrellas o leer poesia alemana en su camarote; ha pasado revista a los ultimos cuatro anos de su vida, desde que abandono Polonia a la desesperada en enero de 1945 y se diluyo en la Wehrmacht para escapar de las garras del Ejercito Rojo: su internamiento durante unas semanas en un campo norteamericano de prisioneros, su liberacion gracias a su documentacion falsa a nombre de Fritz Ullmann, su escondite en una florida granja de Baviera, no lejos de Gunzburg, su ciudad natal, donde corto heno y selecciono patatas durante tres anos haciendose llamar Fritz Hollmann, despues su huida en Semana Santa, dos meses atras, la travesia de las Dolomitas por caminos sembrados de contrabandistas, la llegada a Italia, a Tirol del Sur, o Alto Adigio, donde paso a ser Helmut Gregor, a Genova por fin, donde el bribon de Kurt le facilito las gestiones ante las autoridades italianas y la emigracion argentina. 2 El fugitivo tiende al funcionario de aduanas un documento de viaje de la Cruz Roja Internacional, una autorizacion de desembarco y un visado de entrada: Helmut Gregor, 1,74 metros de altura, ojos castano verdoso, nacido el 16 de agosto de 1911 en Termeno, o Tramin en aleman, municipio de Tirol del Sur, ciudadano aleman de nacionalidad italiana, catolico, mecanico de profesion. Direccion de Buenos Aires: calle Arenales 2460, barrio de Florida, c/o Gerard Malbranc. El aduanero inspecciona su equipaje, la ropa meticulosamente doblada, el retrato de una mujer rubia de rasgos delicados, libros y algunos discos de opera, y hace una mueca al descubrir el contenido de la maleta pequena: jeringuillas hipodermicas, cuadernos de anotaciones y dibujos anatomicos, muestras de sangre y de celulas: un poco extrano para un mecanico. Llama al medico del puerto. Gregor se estremece. Ha corrido riesgos descabellados para conservar el maletin comprometedor, fruto inestimable de anos y anos de investigaciones, toda su vida, que se llevo consigo cuando abandono precipitadamente su puesto en Polonia. Si los sovieticos lo hubieran capturado en posesion de aquello, lo habrian ejecutado sin mediar juicio alguno. De camino hacia el oeste, en la primavera de 1945 de la gran debacle alemana, se lo confio a una enfermera comprensiva, con la que se reunio posteriormente en el este de Alemania, en zona sovietica, un periplo demencial tras su liberacion del campo estadounidense y tres semanas de viaje. Despues se la traspaso a Hans Sedlmeier, su amigo de la infancia y hombre de confianza de su padre, industrial de profesion; Sedlmeier, con quien se vio regularmente en los bosques que rodeaban la granja donde se enterro durante tres anos. Gregor no habria abandonado Europa sin su maletin: Sedlmeier se lo devolvio antes de su marcha a Italia con un grueso sobre lleno de dinero, y ahora un estupido de unas mugrientas lo esta echando todo por la borda, piensa Gregor, mientras el medico del puerto inspecciona las muestras y las anotaciones hechas con apretada letra gotica. Como el medico no entiende nada, interroga a Gregor en espanol y este le contesta en aleman; el mecanico le habla de su vocacion de biologo aficionado. Los dos se miden con la mirada y el medico, que tiene ganas de irse a comer, con un gesto le indica al aduanero que puede dejarlo pasar. Aquel 22 de junio de 1949, Helmut Gregor ha alcanzado el santuario argentino. 3 En Genova, Kurt le habia prometido que en el puerto lo esperaria un medico aleman que lo conduciria a casa de Malbranc, pero el intermediario ha vuelto a enganarlo. Gregor da mil vueltas bajo la lluvia, tal vez su contacto ha pillado un atasco. Escruta los muelles, el trajin de los estibadores, las familias reunidas que se eclipsan sonriendo, las pilas de cuero y los fardos de lana de las zonas de los cargueros. Ningun medico aleman a la vista. Gregor consulta su reloj, gime la sirena de un barco frigorifico, Gregor, angustiado, duda en correr a casa de Malbranc, pero decide esperar, es mas prudente. Pronto es uno de los ultimos pasajeros del North King, que sigue en el muelle. Dos calabreses cargados como mulas le proponen compartir un taxi. Gregor se sorprende yendose con los piojosos; ese primer dia en tierra sudamericana no le apetece quedarse solo, y, ademas, no tiene adonde ir. 4 En el hotel Palermo, comparte una habitacion sin lavabo ni servicios con sus acompanantes, que se burlan de el: Gregor, el tiroles del sur, no sabe ni una palabra de italiano. Maldice su eleccion, pero asume la situacion en que se halla, acepta unas lonchas de salchichon con ajo y se duerme exhausto, con el maletin fuertemente encajado entre la pared y el, a salvo de la codicia de los dos hombres. A la manana siguiente, esta al pie del canon. En casa de Malbranc, nadie contesta al telefono: sube a un taxi, deja el maletin en la consigna de la estacion de tren y se dirige a una calle tranquila del barrio de Florida. Gregor llama a la puerta de una espaciosa villa de estilo neocolonial. Regresa al cabo de una hora, llama de nuevo a la puerta, despues telefonea tres veces, en vano, desde el cafe en que ha buscado refugio. Antes de abandonar Genova, Kurt le ha facilitado un segundo contacto en Buenos Aires: Friedrich Schlottmann, un hombre de negocios aleman, dueno de una floreciente empresa textil. En 1947, Schlottmann financio la exfiltracion de aviadores e ingenieros del ejercito del aire aleman, via los paises escandinavos. <
>, le dijo Kurt. Al llegar a la oficina central de la Sedalana, Gregor exige ver a Schlottmann, pero este va a estar toda la semana de vacaciones. Ante su insistencia, una secretaria lo conduce ante un responsable de recursos humanos, un germano argentino con traje cruzado cuya pinta le desagrada de inmediato. Gregor es candidato a un puesto de gerente, pero, en vez de eso, el joven de pelo aceitoso le ofrece un trabajo de obrero < >: cepillar la lana que llega a diario de Patagonia; es lo que suele darseles a los camaradas recien llegados. Gregor tuerce el gesto, podria saltar a la garganta de aquel mequetrefe. ?El, un hijo de buena familia, con dos doctorados, uno en antropologia y otro en medicina, ponerse a frotar, a friccionar tonsuras de corderos en compania de indios y extranjeros, inmerso en los efluvios de productos toxicos, diez horas al dia, en un suburbio de Buenos Aires? Gregor sale dando un portazo del despacho del empleado y jura retorcerle el pescuezo a Kurt cuando regrese a Europa. 5 Gregor analiza la situacion mientras se toma a sorbos una naranjada. Encontrar un trabajo, aprender cien palabras de espanol cada dia, echarle el guante a Malbranc, un exagente de la red Bolivar de la Abwehr, los servicios de inteligencia nazis; sobrellevar la situacion con paciencia permaneciendo con los dos calabreses aunque podria permitirse un buen hotel. No entiende el dialecto de los meridionales, solo que son veteranos fascistas de la conquista de Abisinia. Unos soldados no lo traicionaran, asi que mejor mantener un perfil bajo y sus preciadas divisas, el futuro es incierto, Gregor nunca ha sido temerario. Avellaneda, La Boca, Monserrat, Congreso…, ante un mapa desplegado, se familiariza con la topografia de Buenos Aires y se siente diminuto ante el damero, insignificante como una pulga, el, que hasta hace poco tenia aterrorizado a todo un Reich. Gregor piensa en otro damero, barracones, camaras de gas, crematorios, vias ferreas, donde paso sus mejores anos como ingeniero de la raza, una ciudad prohibida sumida en el olor acre de carne y pelo socarrados y rodeada de torretas y alambre de espino. En moto, en bicicleta y en coche, circulaba entre las sombras sin rostro, infatigable dandi canibal, botas, guantes y uniforme deslumbrantes, gorra levemente inclinada. Cruzar su mirada y dirigirle la palabra estaba prohibido; sus propios camaradas de la Orden Negra le temian. En la rampa donde se clasificaba a los judios de Europa, ellos estaban borrachos, pero el permanecia sobrio y silbaba entre dientes compases de Tosca con una sonrisa. No abandonarse nunca a un sentimiento humano. La piedad es una debilidad: con un movimiento del fino baston, el omnipotente sellaba la suerte de sus victimas, a la izquierda la muerte inmediata, las camaras de gas, a la derecha la muerte lenta, los trabajos forzados o su laboratorio, el mayor del mundo, que el alimentaba con < > (enanos, gigantes, tullidos, gemelos) con la llegada diaria de los convoyes. Inyectar, medir, sangrar; descuartizar, asesinar, practicar autopsias: a su disposicion, un zoo de ninos cobayas con el fin de desvelar los secretos de la gemelaridad, de producir superhombres y de acrecentar la fecundidad de las alemanas para poblar algun dia con campesinos soldados los territorios del Este arrancados a los eslavos y defender la raza nordica. Guardian de la pureza de la raza y alquimista del hombre nuevo: despues de la guerra le esperaban una formidable carrera universitaria y el reconocimiento del Reich victorioso. Sangre para el suelo, su demencial ambicion, el gran proyecto de Heinrich Himmler, su jefe supremo. Auschwitz, mayo de 1943-enero de 1945. Gregor es el Angel de la Muerte, el doctor Josef Mengele. 6 Bruma, lluvias violentas, el invierno austral se apodera de Buenos Aires y Gregor, tumbado en la cama, se deprime, esta resfriado. Observa la carrera de una cucaracha surgida de un conducto de ventilacion y se estremece bajo las mantas. No se habia sentido tan indispuesto desde el otono de 1944. Los sovieticos se lanzaban al asalto de Europa Central: el sabia que la guerra estaba perdida y no lograba conciliar el sueno, agotado por los nervios. Logro levantar cabeza gracias a su mujer, Irene. Durante el verano ella se presento en Auschwitz y le mostro las primeras fotos de su hijo, Rolf, nacido unos meses antes, y pasaron unas semanas idilicas. Pese a su ingente tarea tras la llegada de cuatrocientos cuarenta mil judios hungaros, vivieron una segunda luna de miel. Las camaras de gas funcionaban a pleno rendimiento; Irene y Josef se banaban en el Sola. Los SS quemaban a hombres, mujeres y ninos en los fosos; Irene y Josef recogian arandanos con los que ella preparaba confituras. Las llamas brotaban de los crematorios; Irene le chupaba el pene a Josef y Josef poseia a Irene. En menos de ocho semanas fueron exterminados mas de trescientos veinte mil judios hungaros. Cuando a comienzos de otono Josef habia amenazado con venirse abajo, Irene permanecio a su lado. Se habian mudado a un nuevo barracon equipado con banera y cocina, y tenian testigos de Jehova a su servicio. Gregor mira el retrato de Irene colocado en la mesita de noche, una foto de 1936, el ano en que se conocieron, en Leipzig. El trabajaba en el hospital universitario, ella estaba de paso, estudiaba historia del arte en Florencia. Un flechazo: la joven tenia diecinueve anos, el cabello rubio y el cuerpo delgado, el porte de una Venus de Cranach, su ideal femenino. Gregor tose y se acuerda de Irene, con un vestido de verano, colgada de su brazo en el Jardin Ingles de Munich; de Irene embobada en el cupe Opel corriendo por las autopistas del Reich el dia de su boda, en visperas de la guerra. Y Gregor se subleva al contemplar por milesima vez los labios finos de su esposa en la fotografia. Se nego a acompanarlo a Argentina con su hijito, a llevar una vida de fugitiva allende el oceano. Mengele figura en la lista estadounidense de criminales de guerra y su nombre ha salido a relucir en varios juicios. -
Para siempre, mi amor, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/para-siempre-mi-amor-sophie-saint-rose.html -
Valentina. o como ser feliz sin magdalenas de Pilar G. Cortes
https://gigalibros.com/valentina-o-como-ser-feliz-sin-magdalenas.html?Que harias si un dia te despiertas y te das cuenta de que no eres feliz?
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Retrato de un asesino de Anne Meredith
https://gigalibros.com/retrato-de-un-asesino.html<
>: asi comienza Retrato de un asesino (1934), una de las primeras muestras de novela policiaca < >, donde la identidad del asesino es conocida desde la primera pagina y el suspense se elabora a partir de sus coartadas y de la incognita de si sera descubierto o conseguira escapar. Al mismo tiempo, la novela pertenece a la noble tradicion inglesa de los crimenes en Navidad, punto de partida, por lo general, para un siniestro retrato de familia. Anne Meredith no desaprovecha ninguno de estos elementos y se adentra en la psicologia criminal creando un gran personaje de asesino artista que entronca con otra conocida tradicion britanica, el esteticismo decadentista. -
El amigo de Sigrid Nunez
https://gigalibros.com/el-amigo.htmlLa protagonista y narradora de esta novela es una escritora neoyorquina que pierde de forma inesperada a su gran amigo y mentor, y de forma no menos inesperada se ve obligada a hacerse cargo de su perro -un enorme y artritico gran danes-, que se ha quedado solo y traumatizado por la subita desaparicion de su amo. La protagonista no tendra otro remedio que llevarselo a su minusculo apartamento, arriesgandose a que la echen porque en el edificio esta prohibido tener animales. Y asi, con el trasfondo del duelo por el amigo y el amo desaparecido en tragicas circunstancias, se desarrollara la singular y bellisima historia de la amistad entre una escritora solitaria y un perro que se ha quedado sin dueno.
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Solo tu me provocas (Amor en Nueva York 2) de Lola Cooper
https://gigalibros.com/solo-tu-me-provocas-amor-en-nueva-york-2.html?Que haces si la manana siguiente a la boda de tu mejor amiga te despiertas con un resacon increible al lado de un tipo que no soportas?
A) Le echas la culpa de todo. (Aunque no recuerdes que fue <>).
B) Acuerdas con el que aqui no ha pasado nada.
C) Sales huyendo de puntillas.
D) Todo a la vez. -
Ocaso y aurora de Matilde Cherner
https://gigalibros.com/ocaso-y-aurora.htmlEscrita inicialmente como serial para la prensa, Ocaso y aurora versa sobre la monarquia y el patriotismo, y muestra las consecuencias de los acontecimientos historicos en la vida privada de los personajes, especialmente en los femeninos. A la muerte de Carlos II, en un tiempo convulso de la historia de Espana, las intrigas y tensiones politicas marcan el destino del pais. Un hombre, el conde de Frigiliana, emprende una carrera contrarreloj para encontrar al sucesor que asegure la continuidad de la sangre espanola en el poder.
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La dama numero trece de Jose Carlos Somoza
https://gigalibros.com/la-dama-numero-trece.htmlL a sombra se deslizaba entre los arboles. La maleza y la noche le otorgaban el aspecto de una figura incorporea, pero era un hombre joven, de cabello largo, vestido informalmente. Al llegar al limite de la espesura se detuvo. Tras una pausa, como para asegurarse de que el camino se hallaba libre, atraveso el jardin en direccion a la casa. Era grande, con una galeria de columnas blancas en la fachada a modo de peristilo. El hombre subio las escalinatas de la galeria, penetro en la casa con tranquila sencillez, recorrio la planta baja sin encender una sola luz y se paro frente a la puerta cerrada del primer dormitorio. Entonces saco del bolsillo uno de los objetos que llevaba. La puerta se abrio sin ruido. Habia una cama, un bulto bajo las sabanas; se oia una respiracion. El hombre entro como la niebla, mas leve que una pesadilla, se acerco al lecho y vio la mano, la mejilla, los ojos cerrados de la muchacha dormida. Aparto con delicadeza la mano y, segundos antes de que despertara, levanto su pequeno menton descubriendo el cuello desnudo, un punteado de lunares, la vida latiendo bajo la piel; apoyo la punta del objeto cerca de la nuez y ejercio una ligera y exacta presion. Un rastro como de petalos rojos lo acompano hasta el segundo dormitorio, donde se hallaba la otra mujer. Cuando salio de este ultimo, sus manos estaban mas humedas, pero no las seco. Regreso por donde habia venido en busca de las escaleras que llevaban a la planta superior. Sabia que arriba se encontraba su verdadera victima. Las escaleras desembocaban en un pasillo. Era largo, estaba alfombrado y se adornaba de bustos clasicos colocados sobre pedestales. La sombra del hombre eclipsaba los bustos conforme pasaba frente a ellos: Homero, Virgilio, Dante, Petrarca, Shakespeare..., silenciosos y muertos dentro de la piedra, inexpresivos como cabezas decapitadas. Llego al final del corredor y cruzo una antecamara magicamente revelada por la intensa luz verde de un acuario sobre un pedestal de madera. Era un objeto llamativo, pero el hombre no se detuvo a contemplarlo. Abrio una puerta de doble hoja junto al acuario, y, con una linterna, convoco las formas de una lampara de arana, varias butacas y una cama con dosel. Sobre la cama, una figura imprecisa. El brusco tiron de las sabanas la desperto. Era una mujer joven, de cabello muy corto y anatomia delgada, casi fragil. Estaba desnuda, y al incorporarse, los pezones de sus pequenos senos apuntaron hacia la linterna. La luz cegaba sus ojos azules. No hubo intercambio de palabras, apenas hubo sonidos. Simplemente, el hombre no se abalanzo sobre ella. no quiero La noche proseguia afuera: habia buhos que observaban con ojos como discos de oro y sombras de felinos en las ramas. Las estrellas formaban un dibujo misterioso. El silencio era una presencia terrible, como la de un dios vengador. En el dormitorio, todo habia terminado. Las paredes y la cama se habian tenido de rojo y el cuerpo de la mujer yacia disperso sobre las sabanas. Su cabeza separada del tronco se apoyaba en una mejilla. Del cuello sobresalian cosas semejantes a plantas marchitas emergiendo de un bucaro. Silencio. Paso del tiempo. Entonces sucede algo. Lenta pero perceptiblemente, la cabeza de la mujer comienza a moverse, no quiero sonar gira hasta quedar boca arriba, se incorpora con torpes sacudidas y se apoya en el cuello cortado. Sus ojos se abren de par en par no quiero sonar mas y habla. --No quiero sonar mas. El medico, un hombre corpulento de cabellos y barba sorprendentemente blancos, fruncio el ceno. --Los somniferos no van a ayudarle a no sonar --advirtio. Hubo una pausa. El boligrafo planeaba sobre la receta sin posarse. Los ojos del medico observaban a Rulfo. --?Dice que siempre es la misma pesadilla?... ?Quiere contarmela? --Contada no es igual. --Pruebe, de todas formas. Rulfo desvio la vista y se removio en el asiento. --Es muy complicada. No sabria. En la consulta no se escuchaba el menor ruido. La enfermera dirigio sus parpadeantes ojos negros hacia el medico, pero este seguia observando a Rulfo. --?Desde cuando lleva sonando lo mismo? --Desde hace dos semanas, no todas las noches, pero si la mayoria. --?En relacion con algo que usted sepa? --No. --?Nunca habia tenido suenos asi? --Nunca. Leve rumor de papeles. --<
>, un nombre curioso... --La culpa es de mis padres --replico Rulfo sin sonreir. --Ya imagino. --El medico si sonrio. Su sonrisa era amplia y afable, como su rostro--. < >. Muy joven todavia... < >. ?Como es su vida, senor Rulfo? Quiero decir, ?en que trabaja? --Estoy en paro desde finales del verano. Soy profesor de literatura. --?Cree que le esta afectando mucho esa situacion? --No. --?Tiene amigos? --Algunos. --?Amigas? ?Novia? --No. --?Es feliz? --Si. Hubo una pausa. El medico dejo el boligrafo a un lado y se froto el rostro con las manos. Tenia unas manos grandes y gruesas. Luego retorno a los papeles y reflexiono. Aquel tipo contestaba como una maquina, como si nada le importara. Quiza estuviera ocultando algo, quiza aquellos suenos se relacionaran con un suceso que no deseaba recordar, pero lo cierto era que solo se trataba de pesadillas. El atendia diariamente a enfermos con problemas mucho mas graves que unos cuantos suenos desagradables. Decidio darle un par de consejos y acabar cuanto antes. --Escuche, las pesadillas no tienen demasiada trascendencia clinica, pero son la prueba de que algo no marcha bien en nuestro organismo... o en nuestra vida. Un somnifero es un parche inutil, se lo aseguro, no va a impedirle sonar. Procure beber menos, no acostarse recien comido y... --?Me va a dar los somniferos? --interrumpio Rulfo con suavidad, pero su tono revelaba impaciencia. --No es usted un hombre muy locuaz --dijo el medico tras una pausa. Rulfo sostuvo su mirada. Por un momento fue como si uno de los dos quisiera anadir algo, compartir algo con el otro. Pero un segundo despues los ojos retornaron al suelo o a los papeles del escritorio. El boligrafo descendio y se deslizo por la receta. El prospecto aconsejaba una sola pildora antes de acostarse. Rulfo ingirio dos, ayudandose de un vaso de agua que relleno en el lavabo del cuarto de bano. Desde el espejo le observaba un hombre no muy alto pero si robusto, de cabellos y barba ensortijados y negros y dulces ojos castanos. Salomon Rulfo gustaba a las mujeres. Su atractivo sobrevivia intacto a su descuido personal. Debido a ello, la imaginacion de las dos o tres ancianas solitarias del destartalado edificio donde vivia ardia inventandole un turbio pasado. ?De donde habia salido aquel joven que no hablaba con nadie y casi siempre apestaba a alcohol? Sabian su nombre (Salomon, madre mia, el pobre), que cogia unas borracheras preocupantes, que andaba con putas de vez en cuando, que habia comprado al contado el pequeno apartamento del tercero izquierda casi dos anos atras y que vivia solo. Pese a todo, preferian su presencia a la de los inmigrantes que ocupaban el resto de pisos de aquel bloque de Lomontano, una callejuela angosta y desordenada cerca de Santa Maria Soledad, en el centro de Madrid. Las mas pesimistas pronosticaban, sin embargo, que el < > les daria un susto tarde o temprano. Y agregaban, inclinadas sobre los oidos de las otras: < >. < >, lo defendia la portera, sin poner objeciones a la opinion sobre su aspecto. Rulfo salio del bano y efectuo una parada en el comedor para liquidar los residuos de una botella de orujo, regalo prehistorico de cumpleanos de su hermana Luisa. Se dijo que debia acordarse de comprar whisky al dia siguiente. Era un gasto que no podia permitirse, pero, despues de la poesia y el tabaco, el whisky era una de las cosas que mas necesitaba en este mundo. Luego se dirigio al dormitorio, se desvistio y se metio en la cama. Estaba solo, como siempre, en medio de la noche. Su soledad nunca era facil, pero ahora, ademas, le atemorizaba aquella pesadilla. Ignoraba que podia significar, y su mecanica repeticion habia llegado a agobiarlo. Estaba seguro de que se trataba de una quimera, una fantasia emergida del pantano de su subconsciente, pero retornaba de forma casi inevitable, noche tras noche, desde hacia dos semanas. ?Relacionada con algo? Relacionada con nada, doctor. O con todo. Depende. Su vida era propicia para los malos suenos, pero lo mas grave, lo decisivo, habia ocurrido hacia dos anos. Resultaba absurdo suponer que ahora empezaba a pagar la factura de aquella remota tragedia. Esa tarde, en el ambulatorio de Chamberi, habia sentido la tentacion (ignoraba por que) de confiar por primera vez en alguien y confesarselo todo a aquel medico. Por supuesto, no lo habia hecho. Ni siquiera habia querido contarle la pesadilla. Penso que asi evitaria molestas preguntas y, quien sabe, hasta la posibilidad de recibir una papeleta gratis para el manicomio. Sabia que no estaba loco. Lo unico que necesitaba era dejar de sonar. Preferia confiar en las pildoras. Encendio la luz de la mesilla de noche, se levanto y decidio leer algo sublime mientras aguardaba a que la oleada hipnotica lo cubriera como una suave y tibia marea. Examino las estanterias del dormitorio. Tenia estanterias repletas en el comedor y el dormitorio. Habia libros apilados junto al ordenador portatil, incluso en la cocina. Leia en todas partes y a todas horas, pero solo poesia. Las ancianas de Lomontano jamas habrian sospechado una aficion asi en aquel hombre, pero lo cierto era que procedia de la mas temprana juventud de Rulfo y se habia acrecentado con los anos. Habia estudiado filologia y, en sus buenos tiempos (?cuando habian sido?), habia ensenado historia de la poesia en la universidad. Ahora, nadando en la soledad, con su padre muerto, su madre condenada a vejez perpetua en una residencia y sus tres hermanas dispersas por el mundo, la poesia constituia su unica tabla de salvacion. Se aferraba a ella a ciegas, sin importarle el autor, ni siquiera el idioma. No le resultaba preciso entenderla: gozaba con el simple ritmo de los versos y el sonido de las palabras, aunque fueran extranas. Georgicas. Virgilio. Edicion bilingue. Si, aqui estaba. Extrajo el libro del monton que habia cerca del ordenador, regreso a la cama, abrio el volumen al azar y dirigio los ojos al flujo torrencial de palabras latinas. Aun se encontraba muy desvelado: sospechaba que la inquietud no le dejaria conciliar facilmente el sueno, pese a la ayuda farmaceutica. Pero deseo que el medico estuviera equivocado y las pastillas evitaran que aquel absurdo terror volviera a repetirse. Siguio leyendo. Afuera, el trafico enmudecio. Los ojos se le cerraban cuando escucho el ruido. Habia sido breve. Provenia del cuarto de bano. No pasaba mucho tiempo sin que algo nuevo --una repisa, un anaquel-- se desprendiera de su sitio en aquel miserable apartamento. Resoplo, dejo el libro en la cama, se levanto y camino despacio hacia el bano. La puerta estaba abierta y su interior a oscuras. Entro y encendio la luz. No descubrio nada fuera de lugar. El lavabo, el espejo, la jabonera con el jabon, el retrete, el cuadrito con los arlequines ejecutando una campanela, la repisa metalica, todo se encontraba igual. Excepto las cortinas. Eran opacas, de pesima calidad, y estaban adornadas de un vistoso artificio de flores rojas. Las mismas de siempre. Sin embargo, creia recordar que se hallaban descorridas cuando habia salido del bano la ultima vez. Pero ahora estaban cerradas. Se intrigo. Penso que quiza su memoria le enganaba. Era posible que, antes de salir del bano, las hubiese corrido, aunque no entendia bien por que tendria que haberlo hecho. En cualquier caso, albergaba la sospecha de que el ruido habia sido provocado por algo que habia caido a la banera despues de rebotar en ellas. Supuso que seria el frasco de gel, y tendio la mano para descorrerlas y comprobarlo. Pero de pronto se detuvo. Un miedo inexplicable, casi inexistente, casi virtual, congelo su estomago y levanto como pequenas empalizadas los vellos de su piel. Comprendio que se habia puesto nervioso sin ningun motivo real. Es absurdo, ahora no estoy sonando. Estoy despierto, esta es mi casa, y detras de esas cortinas no hay nada, solo la banera. Reanudo el gesto sabiendo que las cosas seguian como antes; que encontraria, quiza, un objeto caido, puede que el frasco de gel, y que, tras verificarlo, regresaria al dormitorio y los somniferos le harian efecto y lograria descansar toda la noche hasta el amanecer. Descorrio las cortinas con absoluta tranquilidad. No habia nada. El frasco de gel seguia en su sitio sobre la repisa, junto al champu. Ambos botes llevaban meses alli: Rulfo no exageraba, precisamente, en lo tocante a su higiene personal. Pero lo cierto era que nada se habia caido. Supuso que el ruido se habia originado en otro apartamento. Se encogio de hombros, apago la luz del bano y regreso al dormitorio. Sobre su cama se hallaba el cuerpo desmembrado de la mujer muerta, la cabeza cortada apoyada en los pechos contemplandolo con ojos lechosos, el cabello endrino y humedo como el plumaje de un pagalo y una lombriz de sangre huyendo de las comisuras de sus labios yertos. --Ayudame. El acuario... El acuario... Rulfo dio un salto hacia atras, rigido de terror, y se golpeo el codo con la pared. un grito No sonaba: estaba bien despierto, aquel era su dormitorio y el golpe en el codo le habia dolido. Probo a cerrar los ojos un grito, oscuridad y volver a abrirlos, pero el cadaver de la mujer seguia alli (ayudame), hablandole desde la carniceria de su cuerpo destrozado (el acuario) sobre las sabanas. Un grito. Oscuridad. Desperto banado en sudor. Se encontraba en el suelo, junto con la mayor parte de las sabanas. Al caer de la cama se habia golpeado el codo. Aun aferraba el libro arrugado de Virgilio. -
El latido de la tierra de Luz Gabas
https://gigalibros.com/el-latido-de-la-tierra.htmlVuelve Luz Gabas con su novela mas sentida.
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Protegida; Romance, Accion y Pasion con el Militar de Alena Garcia
https://gigalibros.com/protegida-romance-accion-y-pasion-con-el-militar.htmlLa gala de la ONU para periodistas, miembros de seguridad y agencias colaboradoras se celebraba en un hotel de Ginebra, en Suiza. Era invierno y la nieve caia en grandes copos que descendian a la tierra con lentitud. Susana salio a la terraza, pese a llevar un vestido de gala con los hombros desnudos. Necesitaba respirar aire puro. Ademas, le encantaba ver nevar. Gaditana de nacimiento, no vio la nieve hasta bien entrados los quince anos, cuando fue a Sierra Nevada con los companeros en un viaje de fin de curso. Adoraba sentir los copos cayendole sobre la piel. El silencio que envuelve una nevada copiosa no es comparable a nada. Cuando estaba empezando a temblar de frio, aparecio un hombre a su lado. --Senorita, se va a congelar --dijo en un ingles bueno, pero con acento que Susana no pudo identificar. --Si, es verdad. Me gusta tanto la nieve… Pero no llevo la ropa adecuada para estar aqui. --Ademas, es peligroso estar fuera. Tengo ordenes de no dejar salir a nadie a las terrazas --dijo Victor. --Ah, ?usted trabaja aqui? --pregunto ella. --Hoy colaboro, aunque de incognito, con la seguridad del hotel. No es seguro permanecer aqui, se lo digo en serio -- dijo el con frialdad profesional. --De acuerdo --se le escapo a ella en espanol --, ya entro. --Es usted espanola --dijo Victor ensordeciendo la "d" y convirtiendola, por ello, en "t" y con una "l" similar a la catalana. --Si, soy andaluza. --Encantado de conocerla. Me gusta mucho Espana. En realidad, vivo alli gran parte del ano, por eso se espanol. Me llamo Victor. --Yo soy Susana, mucho gusto. Ambos pasaron dentro y Victor cerro la puerta corredera de la terraza. --Espere aqui un segundo, ahora vuelvo --dijo el. El hombre regreso con una toalla caliente para los hombros y el cuello de Susana, que estaban llenos de copos de nieve en pleno proceso de derretimiento sobre la piel helada. --Oh, que caballero tan amable. Hombres como usted estan en riesgo de extincion, no se si lo sabe. Muchas gracias --dijo ella mientras se pasaba la toalla por los hombros y la clavicula. --Es lo esperable ante una dama -- replico Victor. Victor Serguieyevich Smirnov era un ex militar del Ejercito Sovietico. Tenia cincuenta y ocho anos, pero casi nadie le echaba mas de treinta y muchos o cuarenta y pocos. Rubio, con el pelo cortado a cepillo, y unos profundos ojos grises, su mirada podia tornarse metalica o calida segun el interlocutor. El salio a la terraza para echar un vistazo rutinario. Debajo del hotel habia un pequeno bosque de pinos. A unos cien metros de distancia, le parecio ver una sombra oscura que se movia sobre la nieve de manera sospechosa. Sin pensarselo dos veces, salto al suelo. La distancia era de unos cuatro metros, pero la capa de nieve amortiguo la caida. Habia formado parte, en su juventud, del prestigioso cuerpo militar ruso VDV (Vozdushno --Desantnye Voiska), los paracaidistas, miembros de uno de los cuerpos especiales mas respetados y valorados por los rusos.
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?Me hablas a mi? de Sam Leith
https://gigalibros.com/me-hablas-a-mi.html?Que tiene la retorica para estar en todas partes?
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La casa de arenas movedizas de Carlton Mellick Iii
https://gigalibros.com/la-casa-de-arenas-movedizas.htmlEsta es la historia de dos ninos que no conocen a sus padres, aunque viven en la misma casa que ellos. Suenan con el momento en que podran abrazarlos por primera vez, pero parece que los padres nunca tienen tiempo para ir a verlos. Los ninos saben que tienen que estar en algun lugar de la mansion que comparten con sus progenitores, pero tienen prohibido salir de la guarderia en la que viven. Siempre les han dicho que si la abandonan, sus vidas corren peligro.
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Simplemente Perfecto (La pareja perfecta 1) de Karin Doyle
https://gigalibros.com/simplemente-perfecto-la-pareja-perfecta-1.htmlNo por falta de propuestas de matrimonio, y luego de llevar mas de cuatro anos dando vueltas por entre los mas respetables salones de bailes londinenses, lady Lucinde Aldridge se encuentra soltera. Sus esperanzas de encontrar un marido que cumpla con sus requisitos parecen estar perdidas, y cada dia esta mas convencida de que vivira en una eterna solteria. Ella no pide demasiado, lo unico que desea es que su futuro marido sea alguien que vea mas alla de su exterior y su cuantiosa dote, que trate de conocer como realmente es, y que tal vez, solo tal vez, encienda en ella la chispa de la que tanto ha oido hablar.
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El error del Duque de Hugo Sanz
https://gigalibros.com/el-error-del-duque.html--Corwin, tienes una llamada. --La voz de Elina, mi secretaria, ponia la nota calida a aquella gelida manana de enero. Acababa de llegar a mi despacho y todavia estaba aterido de frio. Por el amor del cielo, ?cuanto se habian propuesto bajar las temperaturas? Me frotaba las manos para tratar de entrar en calor. --Ahora no puedo, Elina, me llaman los del comite de zona. Esa panda de carcamales ha decidido volverme loco de atar--me queje. --Trabajas demasiado, Corwin, y te tomas las cosas muy a pecho. Se que te lo he dicho en multitud de ocasiones, me duele la lengua de hacerlo, pero es que me preocupas. --Pues que no te preocupe tanto, que bicho malo nunca muere. Anda, dile a quien quiera que sea que estoy ocupado. --Esta bien, esta bien, que se pare el mundo, que ademas es viernes y solo tengo ganas de que el reloj haga un esfuercito y se plante en el mediodia. La que volvio a plantarse, pero literalmente y en pocos segundos en mi despacho, fue ella. --Creo que es serio, Corwin, te paso la llamada, hazme caso. Aparte de mi secretaria, Elina era amiga desde hacia varios anos y yo la conocia a la perfeccion. Si decia que tenia que ponerme, ya debia darme patadas en el culo para hacerlo. --De acuerdo, pasamela, por favor. Resople pensando que ojala que no fuese nada extremadamente importante. Como bien habia dicho ella, era viernes, el dia en el que uno deseaba que se parase el mundo. No habia sido mi mejor semana, para que iba a enganarme. De hecho, llevaba ya tres dias sin hablarme con Lara, mi prometida. Tres largos dias en los que tuve ocasion de darme cuenta de que lo nuestro no es que fuera precisamente sobre ruedas. Y en el caso de que lo fuera, seria para despenarme por un abismo... --Si, digame. --Algo me decia que aquella llamada me complicaria la vida, aunque jamas hubiera imaginado que me la cambiaria para siempre. --?Senor Albertson?--Aunque llevara cuatro anos sin escuchar su voz, reconoci al instante la de Ronan, el mayordomo de mi padre. --?Ronan? Cuanto tiempo, ?ha pasado algo? --La mia temblo, indiscutiblemente debia ser grave. --Mucho me temo que si, su padre ha fallecido esta noche, lo siento de corazon. Ronan no solo era un mayordomo, sino que estaba considerado como toda una institucion en el castillo... El castillo en el que yo habia crecido y que era propiedad de mi padre, el duque. --?Fallecido? --Mis ojos se llenaron de lagrimas. El destino no podia hacerme eso, no era justo --. !No! --chille. --Le esperamos en casa, senor. --Su voz me transmitia el momento tan tenso que debian estar viviendo. Aquella lagrima cayendo sobre mi mesa de cristal me recordo a las muchas que verti veinte anos antes, el dia que mi padre entro en mi dormitorio para comunicarme que mi madre habia fallecido en tragicas circunstancias, jamas aclaradas; aquella caida por las escaleras del castillo provoco que pasara a mejor vida sin ni siquiera tener la posibilidad de despedirse de mi, su unico y amado hijo. Y ahora me esperaban en casa, la misma casa que yo no habia vuelto a pisar desde que mi padre me comunico que se casaba con Chanel, una chica que podia ser su hija. Claro que podia serlo, si era cinco anos mas joven que yo, que acababa de cumplir los cuarenta. Seria injusto afirmar que fue su relacion con Chanel la que termino con la nuestra, cuando lo cierto es que, desde la muerte de mi madre, mi padre y yo nos llevabamos como el perro y el gato. La razon no era otra que en la ultima etapa de su vida les vi discutir en innumerables ocasiones. --Carino, es posible que tu padre y yo terminemos por separarnos--me comento unos dias antes de su fallecimiento. --Sinceramente, creo que sera lo mejor, el ya no te hace feliz, mama. --No me cogio por sorpresa su decision. Diria mas, lo deseaba; lo que yo sentia por mi madre era adoracion y no creia que una vida al lado de mi padre fuera lo que ella mereciera. Soy consciente de que lo estoy poniendo como un ogro, pero es que con mi madre perdia pie y no podia soportar verla llorar discusion tras discusion. Desde que cinco anos antes el tuvo un desliz con una doncella, ella no se lo habia perdonado y las discusiones en casa eran el pan nuestro de cada dia. Entonces, de la noche a la manana, sufrio aquel accidente que le dejo a el via libre para hacer su nueva vida. No quiero senalarle con el dedo acusador, pero reconozco que en el fondo de mi corazon siempre existio la duda de que tuviese algo que ver con su mortal encontronazo. Y si no directamente, quizas si de manera indirecta, pues les habia escuchado discutir minutos antes y quizas ella salio corriendo con la vista nublada por tanta tension como se vivia en aquel maldito lugar. Su funeral y posterior entierro es algo de lo que solo tengo flashes en mi memoria; lo vivi como en una nube... Igual era la misma nube que descargo un increible chaparron justo en el momento en el que a ella la metian en el insigne panteon familiar... Insigne, ese es el adjetivo que mejor definia al duque y a todo lo que le rodeaba. A partir del momento del fallecimiento de mi madre, el hizo bueno el dicho de que "el muerto al hoyo y el vivo al bollo", porque mi progenitor se hizo asiduo a toda fiesta que se preciara de serlo y fueron multiples sus conquistas. En honor a la verdad, he de decir que al menos no tuve que presenciar sus correrias porque siempre fue muy discreto al respecto. Vivi con el unos cinco anos mas hasta que me independice y me fui a Londres, entrando a trabajar en la sucursal bancaria de la que anos despues me converti en director. Alli, en Londres, habia logrado ser lo que tanto ansiaba; Corwin Albertson a secas, sin la mas minima aspiracion de que se me relacionara con la nobleza. Dicho en otras palabras, a mi lo de ser duque me la traia al pairo, y nada mas lejos de mi deseo que volver a pertenecer a aquel mundo del que hacia ya mucho tiempo sali huyendo. La noticia del enlace de mi padre con Chanel me cayo como un jarro de agua fria. Hasta ese instante, yo cumplia con los estandares minimos como hijo, haciendole al duque una llamada de vez en cuando y volviendo a casa por Navidad. Hasta ahi. Sin embargo, que fuera a casarse y con la que yo consideraba una trepa total me rompio todos los esquemas. Chanel era amiga de mi prima Freya, quien se la presento en una fiesta. Mi padre y ella se llevaban nada mas y nada menos que la friolera de treinta anos, y la muy fresca queria hacer ver que lo suyo fue amor a primera vista. Por esa regla de tres simple yo era el cardenal Richelieu, no te fastidia. Con el animo de excusarse, mi padre con el poco tacto que caracteriza a lo que viene siendo todo un enconamiento, me lo vendio poco mas o menos como que Chanel era el amor de su vida. Y hasta ahi llegamos, me toco las narices soberanamente.
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Las Juventudes Hitlerianas de Michael H. Kater
https://gigalibros.com/las-juventudes-hitlerianas.htmlEric Hobsbawn
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La gran adiccion de Enric Puig Punyet
https://gigalibros.com/la-gran-adiccion.htmlInternet lo ha revolucionado todo, y a su paso ha causado serios problemas de adiccion con los que nos hemos acostumbrado a convivir con normalidad. La gran adiccion, un exito de critica rotundo, da voz a personas que han optado por desconectar. ?Quien no pierde el tiempo miserablemente navegando a la deriva por internet? ?Quien no se siente intoxicado por el continuo bombardeo de informacion insustancial? ?Quien no ve su actividad constantemente interrumpida por avisos de aplicaciones de todo tipo? ?Quien no mira el movil cada pocos minutos sin necesidad? ?Quien no ha visto sus relaciones enfriarse por un exceso de comunicacion escrita y apresurada? ?Quien no sigue con cierta inquietud el exito de sus publicaciones en las redes sociales? ?Quien no se ha visto espiando perfiles ajenos sin pretexto alguno? Si lo hacemos y lo lamentamos, ?por que no tomar cartas en el asunto? Aunque las pantallas se han interpuesto entre nosotros, los demas y las cosas, es posible recuperar el control de nuestra relacion con la tecnologia. Con este libro, ahora ampliado, Enric Puig Punyet nos invita a reflexionar, debatir y tomar decisiones para vivir como de verdad nos gustaria.
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La ultima bruja de Mayte Navales
https://gigalibros.com/la-ultima-bruja.htmlLos nombres tienen poder. Todos lo sabemos. Y los nombres de las brujas siempre han sido mas poderosos que los de los humanos, pues contienen su esencia y su magia.
<> Eduardo Noriega
Los nombres tienen poder. Todos lo sabemos. Y los nombres de las brujas siempre han sido mas poderosos que los de los humanos, pues contienen su esencia y su magia. Por eso los ocultan. Esta es la historia de dos brujas milenarias. Y de sus nombres. Y de como sobreviven al tiempo.
Greta nacio en la Edad Media. Irati, mucho mas vieja, pertenece a una raza extinta que ya no camina la Tierra. Es la ultima de su estirpe. Pero en el mundo quedan otras razas como la suya, tribus que conocen los secretos de los bosques primigenios. Y en el presente, un espiritu ancestral sobrevuela los suenos de un nino de aura azul. No solo las brujas ansian su corazon. Solo necesitan su nombre.
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A dos velas de Vi Keeland
https://gigalibros.com/a-dos-velas.htmlAva estaba saliendo con el hombre perfecto. Se habian encontrado en lados opuestos de la sala del tribunal. Despues de dos semanas de discutir un caso de alto perfil, las chispas ardian tanto que ella, se aseguraria de que el apuesto fiscal de distrito la clavara en la pared cuando entraran solos en el ascensor al final del juicio. Pero en cambio el la invito a salir. Y una cita agradable llevo a dos, dos derivo a tres y, finalmente, despues de cinco citas agradables, estaba lista para acabar con su periodo de sequia. Aunque Evan no estaba haciendo ningun movimiento. Asi que Ava decidio tomar el asunto en sus propias manos y sorprenderlo con una visita nocturna. Pero la sorprendida va a ser ella…
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?Te acuerdas de mi? de Martina Minkoff
https://gigalibros.com/te-acuerdas-de-mi.htmlLila regresa a Espana tras estudiar la carrera en una universidad norteamericana. Ha cambiado mucho: ya no es la jovencita timida y acomplejada a la que dejaron plantada en la fiesta de fin de curso del instituto. ?La reconocera Javi, el mismo que le rompio el corazon en la pista de baile, hace mas de diez anos?
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Solo tres citas… y una mentira – Victoria Vilchez de Victoria Vilchez
https://gigalibros.com/solo-tres-citas-8230-y-una-mentira-8211-victoria-vilchez.htmlCuenta la leyenda que originalmente los humanos poseian cuatro piernas, cuatro brazos, dos rostros y una sola cabeza, y en ellos convivian el sexo femenino y masculino; pero Zeus, sintiendose amenazado por la fortaleza de estos seres, les lanzo un rayo y los dividio en dos, condenandolos a vivir sin su mitad y a vagar en busca de ella para estar completos.
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Los caprichos del millonario de Melissa Hall
https://gigalibros.com/los-caprichos-del-millonario.htmlPeyton Raksy jamas imagino que vengaria la muerte de su hermana pequena. Estaba dispuesta a meterse en la cama del millonario Aleksander Bogdanov para que confesara el delito que cometio con la persona que mas queria en el mundo. Despues de arrebatarle lo unico que tenia en la vida, Peyton estaba dispuesta a jugar con Aleksander hasta hacerle sufrir. Seducirlo y enamorarlo hasta romperle el corazon. Pero no podia caer en la seduccion del hombre rico como hizo su hermana, o terminaria como ella; muerta.
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Etienne (Paris 1) de Emma Madden
https://gigalibros.com/etienne-paris-1.html--Natasha... La llamo en un susurro, sintiendo como le esparcia el chocolate caliente sobre el abdomen e iba deslizandolo con maestria por las ingles y el vello pubico, y ella suspiro y empezo a lamerselo con la misma maestria, provocandole espasmos de placer, hasta que lo llevo al borde del abismo y entonces se detuvo en seco, se aparto de el y lo dejo ahi, a medias e indefenso, con las manos atadas al cabecero de la cama y a ciegas, porque le habia tapado los ojos con un antifaz de terciopelo negro. --Natasha, ?que haces? --Me encanta verte sufrir, Etienne... --No, vamos, venga, vuelve aqui, preciosa. --Net! --Cielo. --Eres un chico muy malo, Etienne Clermont-Tonnerre, alguien tiene que hacertelo pagar. --Dame un beso, ven aqui... --Net! Nego otra vez en ruso y el percibio perfectamente como recogia su ropa, decidida a abandonarlo de verdad. Movio los brazos empezando a desesperarse, pero fue inutil, porque las puneteras esposas eran de las buenas, y volvio a suplicar, pero ella no respondio y se largo de la suite cerrando la puerta con un sonoro portazo. Vale, calma, Etienne, se dijo a si mismo, pensando en que en algun momento alguien del hotel podria pasar a rescatarlo, aunque esa opcion era de lo peor, porque no queria que lo pillaran desnudo, atado con esposas, con un antifaz y cubierto de chocolate en una cama carisima que ya le tocaria pagar por el estropicio con el chocolate, y con todo lo demas. Le encantaba Natasha, esa rusa espectacularmente guapa, una escort de lujo, que se estaba haciendo rica en Paris, pero que salia con el gratis y por placer. Era preciosa, sexy, divertida y una fiera en la cama, pero a veces sin venir a cuento se volvia incontrolable y podia ponerte en situaciones muy incomodas, como en ese caso, en el que no solo habia medio destrozado la suite del Hotel Jorge V bailando y rompiendo cosas, sino que tambien habia acabado dejandolo tirado y a merced de cualquiera, completamente indefenso. Calculo las consecuencias publicas, no solo privadas, que podria acarrear aquello, es decir, que si alguien del servicio de habitaciones lo pillaba en esa tesitura podia ser desastroso para su reputacion, y sin querer penso en Chantal y en Jean-Jacques, sus mejores amigos, que siempre lo habian llamado irresponsable y kamikaze por andar enredando con mujeres "peligrosas" (decian ellos), y tenian mucha razon, pero es que no podia evitarlo. Era marca de la casa, y de casta le venia al galgo, porque su padre le habian ensenado desde bien joven que las mejores amantes eran las que no conocian limites, las rebeldes, y si estaban un poco locas, mucho mejor. Sonrio, pensando en su padre, un dandi parisino celebre por sus conquistas, y luego volvio a pensar en las opciones que tenia. Una: empezar a gritar para que alguien del hotel lo rescatara. Dos: que Natasha volviera y lo desatara. Tres: que alguien del restaurante se percatara de su ausencia y empezara a buscarlo hasta llegar al Hotel Jorge V, su hotel favorito para las citas de mediodia. Se concentro, llamando mentalmente a Iris, su ayudante y mano derecha, que ya lo habia pillado varias veces en situaciones comprometidas, y su cabeza volo sin querer hasta el nuevo menu de otono que iban a estrenar con bombo y platillo en el Saint-Malo, su restaurante con dos estrellas Michelin que llevaba cuatro anos buscando la tercera. El Saint-Malo era realmente lo unico que le importaba en la vida. Por supuesto, estaba su familia y sus amigos, pero su restaurante era su bebe, su obra maestra, lo unico que habia construido con sus propias manos, y se sentia tan orgulloso de el que no lograba entender que aun no le dieran su merecida tercera estrella Michelin, cuando ya se la habian dado a otros chefs de su edad, entre ellos a Jean-Jacques, su colega, su querido examigo, que llevaba tres anos sin dirigirle la palabra. Menudo don perfecto, mascullo cabreandose con el, y se pregunto que horas serian, porque tenia hambre y muchas ganas de ir al bano. Merde! Exclamo furioso intentando zafarse de la cama y de repente, como un milagro, las esposas hicieron un clic y se abrieron tan ricamente. El se incorporo en la cama, se saco el antifaz y comprobo que eran programables, un invento que no tenia ni idea de que existiera, pero que a partir de ese momento se convertiria en uno de sus favoritos. Salto de la cama y se fue corriendo al cuarto de bano, se metio debajo de la ducha para intentar quitarse el chocolate (ya solido) que tenia por todo el cuerpo, y casi quince minutos despues consiguio hacerlo y salir limpio y perfumado a la suite, que parecia el escenario de una pelicula de terror. Copas, botellas, comida, su ropa... todo disperso por la habitacion donde habia estado practicado sexo salvaje con Natasha desde las once de la manana. Recogio sus valiosos pantalones, y su valiosa camisa, hechos a medida en su sastreria de Londres, sintiendo un pelin de verguenza por lo que habian sido capaces de organizar alli entre la fondue de chocolate y las frutas, se vistio y salio al pasillo llamando a Iris. Llego al ascensor y ella le contesto en su tono habitual. --?Donde te metes?, son las cinco de la tarde, chef. --Buenas tardes, Iris. Estoy bien, gracias, he tenido un pequeno percance, pero ya voy camino del restaurante. --Tu madre acaba de llamar reservando para ocho personas, Claire esta que se sube por las paredes, no puede reservar con tan poco tiempo de antelacion. Habla con ella, por favor. --?Le ha conseguido mesa? --Claro, anulando a dos clientes nuevos. --Buena chica. Ya hablaremos, ahora necesito que llames al Hotel Jorge V, hables con Pierre y te ofrezcas a pagar la factura que te pida, ?ok? He estado en el Penthouse con Natasha y todo se ha desmadrado un poco. --?Sera posible? --Farfullo, pero el no hizo caso. --Vale, llego en diez minutos. 1 --Bon apres-midi a tous. Saludo a todo el mundo entrando en la cocina de su restaurante y se detuvo cerca de la bodega para mirar a Pierre, el encargado de las compras, que estaba discutiendo acaloradamente con el distribuidor del aceite de oliva, se les acerco para intentar poner orden, pero Pierre le pidio por favor que no interviniera, asi que se alejo camino de su despacho para cambiarse y ponerse manos a la obra. Entro en su cuarto de bano para vestirse y cuando salio poniendose el mandil y se detuvo para mirar el telefono movil donde tenia un monton de mensajes calientes de Natasha, Iris irrumpio de repente en la oficina sin llamar. --Chef... --?Que pasa, Iris? --Primero, la broma del Penthouse del Hotel Jorge V supera los ocho mil euros. --Vale, ?que mas? --?Me puedes contar que estabais haciendo para dejar el colchon inutilizable?. Vale cuatro mil euros, ?sabes?, mas las cortinas y la ropa de cama, te lo han dejado en ocho mil cuatrocientos euros por ser tu, pero sigue siendo una barbaridad. --La culpa la tuvo una fondue y el chocolate caliente. ?Quieres mas detalles? --No, que asco --Arrugo la nariz y Etienne sonrio. --Tu paga lo que te pidan y fin de la historia. --Esa tia te va a arruinar, pero no es asunto mio. En fin, hoy se ha incorporado Sonsoles Monzon Aramburu. --?Quien? --La chef repostera recomendada por Chantal. --?Por Chantal? --?Espanola?, ?graduada con honores por Le Cordon Bleu?, ?amiga de tu mejor amiga?, ?diplomada en pasteleria y chocolate por la Academia de Artes Culinarias Suiza?. La entrevistamos por videollamada, le firmaste el contrato hace un mes. Ha dejado Nueva York para venir aqui. --Ah, vale, ya me acuerdo. Disculpa, pero he tenido un dia duro. ?Donde esta? --Trabajando, por supuesto. --Ok... Salio del despacho para seguir a Iris y entro en la zona de postres del Saint-Malo saludando con una venia al equipo. Todos lo miraron de reojo saludandolo de la misma forma, y de repente localizo en la mesa del rincon a una chica joven, que estaba sentada mirando un ordenador portatil mientras tomaba notas. --Sonsoles, al fin ha llegado el chef Clermont-Tonnerre. Le dijo Iris y la chica, morena y guapisima, asintio sacandose las gafas, se puso de pie y le extendio la mano. --Buenas tardes, chef. --Encantado y bienvenida. --Muchas gracias, pero ya nos conociamos. --Si, de la videoconferencia, pero... --No, nos conocimos en la boda de Chantal hace cuatro anos, pero es igual. --?En la boda de Chantal? Entorno los ojos intentando situarla, pero fue imposible, porque se habia pasado media boda pedo total, y ante la evidencia, le regalo una de sus sonrisas encantadoras como disculpa. --Lo siento, no lo recuerdo y Chantal no me habia dicho nada, yo... --No pasa nada, supongo que conoce a mucha gente, chef. Iris, por favor, ?podria hablar con los responsables de compras? He estado revisando los menus y tengo bastantes dudas y solicitudes. --Claro, Sonsoles. Vamos, el jefe de compras esta ahora mismo en su despacho. --Genial, pero llamame Sol, por favor, todo el mundo me llama Sol. Le susurro con un frances casi perfecto, pero cargado de un evidente acento espanol, y salio detras de Iris sin despedirse de el, y sin dedicarle ni una sola mirada. Se quedo un poco perplejo por esa actitud tan indiferente, porque estaba acostumbrado al respeto reverencial por parte de todo el mundo, especialmente si se trataba de una nueva empleada, y se cabreo un poco, respiro hondo y saco el movil para llamar a Chantal. --Hola, Chanty. --?Que quieres, Etienne?, estoy trabajando. --Tan dulce como siempre, carino. --Ya sabes que estoy muy liada, ?estas bien? --Acabo de conocer a tu chef de reposteria... Son son sol o algo asi. --Sonsoles, aunque la puedes llamar Sol. --No lo se, no es muy cercana. ?De que la conoces? --Joder, tio, te lo he contado mil veces. --?En serio? --La conoci en Lucerna, cuando hice el master de pasteleria y chocolate en la Academia de Artes Culinarias Suiza. --Claro, esa chica... --Tambien la viste en mi boda, aunque no se si te acuerdas de mi boda, porque teniais un cachondeo que no era normal. --Ya, que tiempos aquellos --Sonrio recordando la bacanal que habia montado con Jean-Jacques y las damas de honor, y Chantal bufo. --Es buenisima, es la puta ama con el chocolate. Le Pre Catelan tambien intento llevarsela, pero al final tu pagabas mejor. ?Recuerdas? --Vale, si, lo siento, es que me he confundido un poco. Estoy agotado. --?Por que dices que no es muy cercana?, ?ha pasado algo? --No, no se, no hemos cruzado mas de dos frases, pero no me parecio muy simpatica, eso es todo. --?No se ha desmayado a tus pies? --!No!, no es eso, es una cuestion de quimica profesional. --No necesitas tener quimica con todos tus empleados, Etienne, solo necesitas que trabajen bien. --Por supuesto, pero tambien necesito un ambiente de trabajo feliz y relajado. --Pues seras el unico chef de Paris que trabaja feliz y relajado. En serio, ?hay algun problema real?, porque si no es asi tengo que dejarte. --Nada, dejalo, solo queria refrescar la memoria y comprobar si era tan amiga tuya o... --Es muy buena amiga mia, me encanta que ahora este viviendo en Paris, pero recuerda que tambien es una chef cojonuda. Confia en mi, contratarla ha sido un puntazo. --Vale... esta bien. ?Tu que tal estas? --Yo bien, pero con un pedido estratosferico por delante. --Si necesitas ayuda te mando a alguien. --Gracias, cielo, pero no, de momento nos arreglamos. --Perfecto, un beso. --Un beso, guapo. Adios.
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