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Los ojos azules de Harding Wayne me siguen pareciendo igual de hipnotizantes que aquella primera vez que me cruce con ellos. El problema es que, segun transcurre el tiempo, esa hipnosis empeora notablemente. Harding, ahora mismo, es mi obsesion. Me gustaria que fuera de otra manera. Me gustaria poder controlar mis sentimientos hacia el y que todo resultase mas sencillo. Pero no puedo hacerlo. Se podria decir que, nada mas verle, senti un flechazo directo. Puede que suene un poco cursi hablar de amor a primera vista; pero si no es asi, ?como voy a describirlo? Pude sentir esa quimica indescriptible al instante. Despues esa conexion, la atraccion sexual... Y ahora que le conozco, todo es mucho mas intenso. Porque el me encanta. Esa forma que tiene de sonreir ironicamente, como se acentua su respiracion cuando comienza a quedarse dormido y esos pequenos ronquiditos que se le escapan de madrugada. No puedo evitar mirarle cuando esta distraido. Y supongo que son los detalles mas insignificantes los que han provocado que sienta por el algo mas que una mera atraccion sexual. Su forma de peinarse la melena hacia atras con los dedos, como frunce el ceno cuando las cosas se complican y, sobre todo, su humildad. Puede que Harding Wayne sea la persona mas inteligente que he conocido jamas. Puede no, lo es. Harding Wayne es la persona mas inteligente que he conocido en mi vida. Y lo mejor de todo, es que el ni siquiera es consciente de ello. Se piensa que ha llegado a ser profesor tan joven gracias a su esfuerzo, pero la realidad es otra muy diferente. Estoy tumbada en la cama, a su lado. Son la una y cuarto de la madrugada. Despues de hacer el amor, nos hemos quedado charlando sobre todo y nada, y antes de que hubiera ocasion se ha quedado dormido. Y si, supongo que me apena despertarle. Ambos debemos madrugar al dia siguiente y nuestros fugaces y secretos encuentros nocturnos comienzan a pasar factura. Esta cansado. No duerme demasiado y la culpable soy yo. Le acaricio suavemente el antebrazo, pero no se despierta. Sonrio. Me gustaria que lo nuestro fuera algo mucho mas serio, pero he decidido conformarme con lo que tenemos. Ademas, el proximo ano Harding se marchara a otra universidad y yo tendre que retomar mi vida sin el. Tendre que continuar mi camino y olvidarle, me guste o no. --Deberia marcharme... --susurro en voz baja. Ultimamente no estoy demasiado centrada en mis estudios y eso ha conllevado a que la primera criba de examenes sea un fracaso total. Solamente he aprobado uno de los controles; y no me siento orgullosa al admitir que ha sido con un suficiente raspado. Harding abre los ojos. Mi guapo profesor de ojos azules me dedica una sonrisa y yo creo que estoy a punto de derretirme. Le devuelvo el gesto. --?Dices algo...? --murmura adormilado. --Que deberia irme --repito, esta vez empleando un tono de voz mas normal--. Se nos esta haciendo tarde. Estira el brazo para atraerme hacia el. Me envuelve con sus brazos y desliza sus dedos por mi vientre desnudo, entreteniendose ligeramente en mi ombligo. --No quiero que te marches... --Manana hay clase --le recuerdo. Y no se lo recuerdo por mi gran sentido de la responsabilidad, no. Sino porque manana tendremos que salir de su apartamento en hora punta y se que lo ultimo que quiere es que alguien pueda vernos juntos. A mi tampoco es algo que me entusiasme demasiado, porque se que un encontronazo de ese tipo significaria, de forma directa, el fin de nuestra relacion Su mano asciende aun mas hasta terminar filtrandose por debajo de mi sujetador. Jadeo cuando masajea mi pecho. Sus ojos azules estan fijamente clavados en mi, y esa mirada tan intensa me hace sentirme, por un momento, avergonzada. Despues gana el placer y cualquier atisbo de verguenza queda en un segundo plano. Suelta el sujetador y libera mis pechos. Comienza a tocarlos, tirando de mis pezones suavemente. --Si sigues asi no podre marcharme... --ronroneo, juguetona. --Quizas no quiera que te marches. Me encanta escucharle decir eso. Sonrio. El tambien sonrie. Continua masajeando mis senos y yo, involuntariamente, comienzo a mover las caderas. Voy sintiendo como el fuego inunda mis entranas, instalandose con fuerza en mi bajo vientre. Quiero mas. Siempre quiero mas. Mi deseo por Harding Wayne es insaciable. Baja una de las manos y la introduce en mis braguitas. Yo, sin pensarmelo, hago lo mismo con sus boxers. El ya esta duro, erecto y preparado. Y eso hace que el calor que siento sea mucho mas intenso. --Me encantas... Cierro los ojos cuando vuelve a repetirmelo. "Le encanto". Introduce un dedo en mi interior mientras yo masajeo su ereccion. Jadeo mas. Harding tiene la capacidad de volverme loca, de hacerme perder el control en muy pocos segundos. Despues de tantos anos de relacion con Derek, por fin he descubierto lo que es la pasion. Introduce dos dedos en mi interior sin dejar de pellizcar mis pezones. Yo, muerta de placer, me muerdo el labio inferior procurando no gritar... Pero soy incapaz. !Por Dios! Son la una de la madrugada... ?Que van a pensar los vecinos de Harding? "Deja de preocuparte por esas tonterias, Bridie, y disfruta", me dice una voz en mi interior. Y decido hacerle caso. El entra y sale, masajeandome el clitoris, mordiendome los pezones, restregandose contra mi y haciendome perder la cabeza. Mis jadeos ya son gritos de placer. Pronuncio su nombre de forma desesperada, ansiosa por recibir mas... y mas... y mas. Harding se detiene. Sus ojos azules, que aun siguen clavados en mi, me dedican una sonrisa traviesa. Si, mi guapo profesor tiene la habilidad de sonreir con la mirada. Sujeta mis manos, colocandolas sobre mi cabeza, y se desliza lentamente hasta quedar sobre mi. Me besa. Nuestras lenguas comienzan un frenetico baile, entrelazandose sensualmente mientras su miembro recorre externamente mi humedad antes de penetrarme de una estocada. Grito de placer. Grito su nombre. Me encantaria gritarle que me vuelve loca, que quiero sentirle cada noche, que adoro su forma de besar, que me enloquece como me hace el amor... Pero no me atrevo. Asi que simplemente grito su nombre. --Harding... Harding... ?Como no voy a tener cada parte de su cuerpo grabada en mi mente si nadie, jamas, me habia hecho sentir semejante placer? Entra y sale de mi interior, cada vez mas rapido, mientras me besa salvajemente el cuello. Noto una ligera presion y me revuelvo incomoda por si ha podido dejarme una marca de chupon. Pero, ?que mas da? No le debo explicaciones a nadie y es absurdo preocuparme por esas tonterias cuando tengo, sobre mi, al hombre mas atractivo con el que he sonado jamas. Las embestidas cada vez son mas fuertes. Siento como su respiracion se entrecorta aceleradamente y sospecho que esta a punto de llegar al orgasmo. Harding desliza una mano a mi sexo y, sin dejar de penetrarme, comienza a masajear mi clitoris. !Ay, Dios! Acelera el ritmo de ambas cosas. Siento como el fuego que arde en mis entranas me abrasa con tanta fuerza, que creo que en cualquier momento me desmayare aqui mismo. Pero en lugar de perder el conocimiento, exploto. Grito su nombre, agarro su antebrazo sin importarme clavarle las unas y le atraigo con todas mis fuerzas hacia mi. Y eso, ese pequeno gesto, hace que el tambien estalle de placer. Se queda sobre mi unos instantes antes de hacerse a un lado. Nos miramos. Ambos estamos sudorosos y agotados, pero sonreimos. Estoy a punto de levantarme, pero Harding deja caer su brazo sobre mi vientre, inmovilizandome. --?Tienes prisa? Me rio como una nina pequena.
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