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La musica esta alta. Me aferro al brazo de Leo con fuerza, como si tuviera miedo de que un ente invisible fuera a tirar de mi cuerpo y a raptarme. Me digo a mi misma que no tengo por que estar nerviosa, pero es inevitable sentir ese cosquilleo intenso en mi bajo vientre. Suspiro hondo, muy profundamente, procurando calmarme. El me aprieta de forma carinosa el brazo y sonrie. Yo le devuelvo la sonrisa mientras el camarero nos pregunta que queremos tomar. Nos sentamos en dos taburetes altos y pedimos un par de gintonics. El ambiente es tranquilo, no hay mucha gente y la mayoria de los presentes han venido en parejas. No se por que, eso me tranquiliza. Si, es absurdo. --?Puedes relajarte y disfrutar? Asiento con la cabeza, aunque en el fondo ambos sabemos que no lo hare. Levanto la vista hacia Leo y me pierdo durante unos segundos en sus ojos azules. Son tan intensos, tan profundos... A diferencia de mi, tiene los ojos pequenos. Pero el color de su iris es tan fascinante que es capaz de cautivar a cualquiera con tan solo una mirada. --Y ahora... ?Que? --pregunto con curiosidad antes de darle un sorbo largo a la copa. No se muy bien como debo actuar y eso hace que mi intranquilidad aumente todavia mas. Me siento fuera de lugar. --Ahora lo que nos de la gana --me cuenta--. Como hemos venido juntos, podemos pasar al resto de las salas e... inspeccionar. --?Al resto de las salas? Leo me guina un ojo, sin anadir nada mas. Supongo que quiere que lo descubra por mi misma, sin adelantarme nada. --?Y si hubieramos venido por separado? --Si hubieramos venido por separado tu podrias pasar al resto de las zonas, pero yo sin una invitacion previa, no --me explica--. Aqui hay unas normas y las personas que frecuentan este sitio son bastante estrictas a la hora de cumplirlas. --?De quien tendria que ser la invitacion? La verdad es que cada vez me siento mas perdida. No se si en un lugar como este sere capaz de cumplir ninguna de mis fantasias sexuales. En realidad, ?las tengo? ?Tengo alguna fantasia sexual? Empiezo a pensar que soy demasiado simple --o poco perversa, segun se mire--. Creo que esto de querer descubrir nuevos placeres y abrirme al mundo no esta hecho para mi, pero como ya estamos aqui, no digo nada y decido dejarme llevar sin pensar en nada mas. Despejar la mente y ponerla en blanco, de forma que solamente tenga que dejarme llevar por Leo. --La invitacion tendria que ser de otra pareja, por ejemplo --me dice--. ?Quieres que pasemos al resto de las salas? ?Te apetece verlas? No se si estoy preparada o si, antes, necesito ingerir un poco mas de alcohol para conseguir desinhibirme. Leo puede ver la confusion en mi rostro, asi que me atrae hacia el y me susurra en el oido que sera divertido y que nos lo pasaremos bien. Me gustaria creerle, pero tengo serias dudas al respecto. Me sujeta por la cintura y me atrae hacia su cuerpo antes de encarcelar mi rostro con delicadeza entre las palmas de sus manos. Despues, me besa. Un beso humedo, intenso y muy sensual. Uno de esos que son capaces de despertar el deseo en mi interior. Noto ese familiar cosquilleo en mi bajo vientre mientras el desliza la mano con delicadeza por mi cuello y va descendiendo muy despacio hasta culminar justo en el lugar en el que la tela de mi vestido se extingue. Introduce la mano por debajo, levantando la tela, hasta llegar a mi sexo. Me toca por encima de la ropa sin dejar de besarme. Yo suspiro de placer, ignorando por completo que estamos en un lugar publico y que cualquiera podria estar vigilandonos. Escondo mi rostro en su pecho mientras le suplico en un susurro involuntario que se este quieto. Es curioso, porque una parte de mi sabe que no es momento para esto y otra, en cambio, no quiere que pare. No quiere que se detenga. --Se me ocurre por donde podriamos empezar... --ronronea en mi oido. Le miro fijamente con expectacion, intentando adivinar que es lo que esta pensando. Pero, si he de ser sincera, Leo es una autentica caja de sorpresas. Nunca tengo ni la mas remota idea de lo que piensa dentro de esa cabecita suya. --Ven conmigo --dice, tirando de mi brazo. Cojo la copa y le sigo por la sala. Varios de los presentes se quedan mirandonos, un par de ellos con descarada fijacion. Me fijo en una pareja cercana a la puerta porque ella me guina un ojo. Ella es alta, pelo rizado y cobrizo. Tiene los ojos verdes o marrones muy claros, no lo se. El lugar esta tan oscuro que no se diferenciarlo bien. El tambien es alto, pero muy moreno. Tanto de piel como de cabello. No se por que, se me antojan un tanto exoticos. Ambos parecen extranjeros y..., extranos. Derrochan un aire mistico. --?Quieres quedarte un rato mas aqui? --pregunta Leo al ver que me detengo con curiosidad--. Si nos quedamos podria... --No, no. Vamos a donde quieras --le corto. La verdad es que no se como desenvolverme y eso me hace sentir un poco torpe. Decido dejarme guiar por Leo y, si por lo que fuera esto se complicara o se fuera de madre, salir corriendo. Si algo he aprendido de Laura es que uno siempre esta a tiempo para salir corriendo y desaparecer. Caminamos por un pasillo oscuro de color rojizo. En el suelo hay una moqueta escarlata que le da un aspecto bastante tetrico. Las luces del techo son rojas, a juego con el suelo. Se que el objetivo es crear un ambiente sensual, pero he de admitir que a mi solamente me transmite cierto desasosiego. "Cambia de actitud, Ana", me digo a mi misma mientras me repito de forma interna eso de que si he venido aqui es para disfrutar y dejarme llevar. --?Estas bien? --repite el, apretandome la mano con carino. Dejamos atras varias puertas. No paso por alto que Leo conoce este lugar increiblemente bien y que parece desenvolverse por aqui con soltura. Es evidente que lo ha frecuentado bastante, pero... ?Cuanto? Le miro mientras camina. Me tiene agarrada de la mano, muy pegadita a el. Me gusta tenerle tan cerca porque no me siento insegura. En el fondo, no puedo evitar preguntarme que hago aqui y si este lugar esta hecho para mi. Si, se muy bien cual seria la respuesta de Laura: que desconecte de mis pensamientos por un rato. Que deje de pensar y libere la mente. Leo abre una puerta y se hace a un lado para que pase al interior de la sala. Esta vacia, no hay nadie. Es una sala redonda con sofas de cuero y poco mas. No se por que, me esperaba algo parecido a una mazmorra, con latigos y gente con el rostro oculto por siniestras mascaras. Pero no, nada. Estamos a solas y lo unico que hay es sofas. Sofas bonitos, grandes y comodos. Me dejo caer en uno y le doy un sorbo a la copa, acabandomela casi de un trago. Despues la dejo en una pequena mesita auxiliar que hay a mi lado y miro a Leo con curiosidad. --?Que hacemos aqui? --pregunto sin comprender nada, con una sonrisa en los labios. --Jugar --me responde con un tono de voz tan provocador que me vuelvo loca solo al escucharle. Vuelve a besarme. Sus manos se deslizan por mis piernas y vuelven a ascender suavemente por encima de la tela de mi vestido. Tira de mis medias, desgarrandolas por completo. Le lanzo una mirada asesina y el se echa a reir con picardia. Esta vez, la yema de sus dedos se desliza por mi piel provocandome un escalofrio que me hace temblar de placer. Estar al lado de este chico y mantener el ritmo normal de mis pulsaciones es algo imposible. --Leo... --murmuro, mientras el hace a un lado mi ropa interior. Una oleada de placer inunda mi cuerpo. Soy consciente de que estamos expuestos y de que, en cualquier instante, alguien podria entrar por la puerta. --?Y si...? --comienzo, pero el me interrumpe con otro beso. --Para eso estamos aqui --responde, adivinando mis pensamientos. Que alguien pueda interrumpirnos justo en este instante me resulta tan confuso como excitante. Jadeo de forma involuntaria mientras intensifico el beso que recibo de el. Mis manos recorren su torso, anhelando mas, pero sin atreverse a ir mas lejos. No termino de estar comoda, de sentirme a gusto y en mi entorno. Las luces son tan tenues que practicamente estamos a oscuras. Hay la justa iluminacion para poder apreciar lo que nos rodea, aunque concediendonos la intimidad necesaria para no sentirnos expuestos. Leo introduce un dedo en mi interior, despues dos. Su lengua acaricia mi cuello y va bajando con un excitante reguero de besos hasta mi escote. Entonces, en ese instante, la puerta de la sala se abre. Doy un respingo, sobresaltada, pero el, no se detiene. Mas bien, lo contrario, me atrae con mas fuerza contra su cuerpo e intensifica sus caricias con el claro objetivo de desquiciarme. Levanto la vista, sintiendome expuesta. Son ellos; la pareja que he visto antes en el bar del local. Me siento extrana, observada e... Intento hacerme a un lado, nerviosa, pero Leo me besa con tanta intensidad que todo da vueltas y la pasion se aduena de mi. Por un segundo, se me olvida, incluso, que ese par de desconocidos ha entrado dentro. El no parece preocupado por ellos, y deduzco que a mi tampoco deberia importarme. Se sientan en el sofa que esta frente al nuestro. Hay la suficiente distancia como para sentir que tenemos espacio, pero es imposible no notar sus miradas clavadas en nosotros. Mis ojos se cruzan con los de la chica pelirroja mientras Leo tira de mi vestido para sacarmelo de la cabeza. "Joder", pienso, incapaz de decidir si esto me gusta o me espanta. Entonces, me sonrie. Ella me sonrie y se muerde el labio de forma juguetona. Se lleva una mano al cuello y retira su cabello a un lado con sensualidad. Yo, en bragas y en sujetador, noto como las tres personas con las que comparto espacio me dedican toda su atencion, y... !Uf! La intensidad de todo lo que siento es tan inmensa que me siento desbordada. Muy excitada. Leo me besa la clavicula con suavidad. Es increible que este aqui, en ropa interior, delante de unos autenticos desconocidos... Las manos de mi acompanante rodean mi espalda para desabrochar con soltura mi sujetador y liberar mis pechos. Su lengua se desliza suavemente por mi pezon y todo da vueltas a mi alrededor. Cuando miro hacia delante, me fijo en que la chica pelirroja le ha desatado el pantalon a su acompanante y que esta acariciandole, masturbandole. Una intensa oleada de calor recorre mis entranas y siento que, poco a poco, voy perdiendo el control y me dejo llevar... Miro a Leo.
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christian martins