Ver todos los libros de: Vicente Cabrera
Se dice que la vida para una persona empieza realmente cuando se enamora. Si, en ese momento en que al enamorado o enamorada, se le instala en su mente un pensamiento unico y permanente, como es el que tiene respecto a la persona por la que siente un afecto especial. Luis, uno de los personajes principales de esta novela, no es que sintiera pasion por Maria, la otra protagonista, sino que en su estreno en el amor a los diecinueve anos, podria decirse que era una alienacion mental con una perdida del sentimiento de su propia identidad como consecuencia de la dependencia que sentia por su hallado gran amor, tantas veces anhelado en noches de historias sin fin. Si, en esas noches en las que al irse a dormir y estando ya en la cama, su imaginacion creaba historias de amor que, como si fuesen realidad, vivia en ese momento con la mujer idealizada y que no tenian nunca final porque siempre se quedaba dormido antes de llegar al "the end". Esta novela se refiere a esa relacion entre Luis y Maria, primero como novios y despues como casados, asi como, al grado de satisfaccion que el pudo tener, finalmente, respecto a esas fantasias de amor de su juventud. CAPITULO I El tilin Eran las siete de la tarde del primer sabado del mes de noviembre de 1972 y Luis esperaba a su amigo Manuel en el portalon del Palacio de la Prensa, sito en la Gran Via madrilena. Habian quedado para pasar la tarde juntos en la discoteca J J, la cual se encontraba en la planta baja del citado edificio. Manuel llego diez minutos tarde --dentro del plazo de cortesia por el que se entiende que alguien llega a su hora--, saludo a su amigo y le comento que esa tarde tenia que prescindir del baile, pues habia quedado con dos chicas para acompanarlas a realizar unas compras en El Corte Ingles. Asimismo, le pregunto: --?Quieres venirte? Esto lo dijo con cierto interes por su parte, ya que "bebia los vientos" por una de las amigas y asi, yendo tambien su amigo, podia tener mas relacion de parejita con la que le interesaba. Luis dijo que no le apetecia, pues deseaba pasar la tarde en la discoteca, bailando y viendo la actuacion de Los Pop Tops, grupo musical de gran exito en esos momentos y del que era ferviente seguidor. Manuel, sin embargo, le insistia: --Bueno, para las diez y media o asi, seguramente estaremos en el Sherry. Te lo digo, por si tuvieras ganas de acercarte y estar un rato con nosotros. Sherry, era un meson que los dos amigos conocian perfectamente, pues habian estado en alguna ocasion y se encontraba en una de las callejuelas aledanas a la plaza del Callao, muy cerca del Palacio de la Prensa, donde se hallaban en ese momento hablando. --Vale, de acuerdo --dijo Luis. Para este, la tarde en la discoteca fue estupenda, bailo con varias chicas y, sobre todo un buen rato, con una que era modelo, segun ella le comento. Despues, alli mismo, disfruto del concierto de su grupo musical favorito, los Pop Tops. Al salir de J J, siendo las diez de la noche y pensando que todavia podia tener un tiempo de entretenimiento, decidio ir al encuentro de su amigo Manuel que, de acuerdo con lo que le habia dicho, estaria en Sherry junto a sus dos acompanantes femeninas. Este meson era un local en el que se hacian realidad los versos de Antonio Machado: "Guitarra del meson que hoy suenas jota, manana petenera, segun quien llega y tane, las empolvadas cuerdas". Cualquiera podia coger una guitarra que se encontraba en el establecimiento a disposicion del publico y, enseguida, por los efectos de los "caldos" que se tomaban y por los sones del instrumento musical, hacian a la clientela, sobre todo a la femenina, arrancarse a bailar por sevillanas o por cualquier otro baile flamenco, siendo acompanada por el sector de palmeros y por los cantes de todos. Luis llego al local y, efectivamente, vio que alli, junto a una mesa, estaban su amigo y las dos chicas de las que Manuel le habia hablado. Asi que, despues de las salutaciones de rigor, se sento junto a ellos. El camarero, que estaba muy atento, enseguida le trajo una copa y su amigo, inmediatamente, le sirvio de una botella de color negro un oloroso fino de Jerez que tambien estaban ellos tomando. El ambiente estaba muy animado, pero sobre las doce de la noche, las chicas dijeron que tenian que irse, por lo que los chicos pagaron entre los dos las consumiciones y junto a sus acompanantes, Rosa y Maria, que asi se llamaban las amigas, salieron del local e iniciaron una caminata que termino en el Cafe Nacional, sito en la Glorieta de Bilbao, donde las dos feminas habian quedado con unos companeros de trabajo y que Luis y Manuel no pudieron conocer porque las chicas se despidieron a la entrada de la cafeteria. Aunque Rosa ya se lo habia advertido a Manuel antes de quedar, sin embargo, el hecho de que ellas continuaran la noche, “no sabiendo como”, con unos companeros de trabajo, a Manuel no le gusto nada. No obstante, antes de despedirse, Luis que, ese fin de semana, se encontraba solo en su domicilio porque sus padres y hermana, con los que convivia, se habian ido al chale que tenian en la Sierra madrilena, les propuso pasar en su casa la tarde del domingo --dia en el que ya se encontraban--, organizando el un pequeno guateque para los cuatro. Asi minoraba los efectos de la desilusion en su amigo Manuel, aunque tambien pretendia poder estar de nuevo con Maria, pues le habia hecho cierto "tilin". Todos aceptaron. CAPITULO II Novios Era ya domingo por la tarde y Luis se afanaba en tener todo recogido, porque, aun cuando su madre lo mantenia todo limpio como una patena, sin embargo, al quedarse solo en casa, se despreocupaba un poco dejando todo por medio. Estaba preparando la intendencia para la fiesta, como bebidas y cosas para picar, cuando sono el timbre de la puerta. --!Ya estan aqui! --penso. Abrio y efectivamente eran ellos, Maria venia mas guapa todavia de lo que le habia parecido el dia anterior y, ademas, tenia cierto aire de inocencia que le hacia mas atractiva. El anfitrion disponia de una bateria de discos de musica romantica que, durante el transcurso de la tarde, fue pinchando --Beatles, Adamo, Simon & Garfunkel,...-- y viendo, en un momento determinado, que la situacion se estaba caldeando en el sofa entre Manuel y Rosa, decidio poner "Je t'aime" de Jane Birkin & Serge Gainsbourg, cancion que por su sensualidad estaba prohibida en aquellos tiempos en Espana, pero que, sin embargo, mucha gente habia logrado obtener el disco. Luis, que era bastante timido, mientras bailaba con Maria, opto por la via educada o tonta, segun se mire, y le pregunto: --?Te puedo dar un beso? Su pareja de baile, secamente, respondio: --No. Durante el resto de la tarde, tampoco pudo intentar alguna aproximacion que no fuera la del estricto baile, pues, aunque este era agarrado, sus cuerpos estaban distanciados por los codos de Maria que actuaban como barrera. Siendo ya las nueve y viendo que sus padres podian estar al llegar, Luis propuso que le ayudaran a recoger todo un poco y continuar la fiesta en algun otro sitio tomando algo que les sirviera ya de cena. Lo que se acepto por todos. En un meson cerca de Ciudad Lineal, con unas cervezas y alguna que otra racion, pusieron el epilogo a esa agradable tarde, aunque para Luis "improductiva". Sin embargo, ello le motivo para proponer alguna que otra quedada, lo que asi ocurrio en dias posteriores. Unas pocas veces mas salieron los cuatro, pero un dia, Luis decidio pedirle a Maria pasar alguna tarde los dos solos. Siendo aceptado por ella. Se citaron unos cuantos dias mas para ir al cine, a merendar, al parque del Retiro, etc, pero llego el inicio del periodo navideno y Maria acostumbraba a desplazarse en esas fechas a casa de sus padres que vivian en un pueblo de Badajoz, de donde tambien era ella. Asi que, el fin de semana anterior a su partida, Luis, cogiendo fuerzas, le propuso que. a partir de ese momento, podian considerarse novios. Ella, sin pensarlo mucho, acepto. El ahora "prometido", sin preguntar ya nada, se decidio y le dio un beso en la boca. El dia que Maria viajaba a su pueblo, Luis la acompano a la estacion de autobuses de Auto Res. Estuvieron charlando un buen rato y, cuando avisaron por los altavoces de que el autobus con destino a Badajoz estaba ya preparado en la darsena correspondiente para su salida inminente, se dieron un beso prolongado. Acto seguido, ella accedio al vehiculo. El autocar inicio la marcha y Maria, desde una de las ventanillas, decia adios con la mano mientras Luis, viendo como se iba alejando, notaba un sentimiento de tristeza como nunca antes le habia ocurrido. Estaba enamorado.
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