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Noa Pascual
Detesto la noche de Fin de Ano! Todo el mundo se desfasa, como si no hubiese mas fiestas en todo el ano. Y eso que aqui, en Las Vegas, esta todo calculado y montado para que los trescientos sesenta y cinco dias del ano parezcan festivos. Estoy entre bambalinas, en cinco minutos comenzara el espectaculo. Es un lugar privilegiado, desde aqui lo tengo todo controlado: escenario y publico. --El de la chaqueta gris, en el pasillo trece, parece esconder una botella --aviso a uno de mis companeros. Observo como Harry se acerca al susodicho y le intercepta el alijo. --Todo controlado, jefe --informa Harry. Asiento con la cabeza y sonrio. !Jefe! Quien me lo iba a decir. Hace cinco anos que me ascendieron a jefe de seguridad. Llevo trabajando en este casino desde hace quince anos. Y ahi esta lo mas paradojico, de los quince a los veintidos anos, me metia en mas lios de los que puedo recordar; lo que menos hubiese imaginado nadie es que acabase trabajando en seguridad. Supongo que era mi destino. Me he criado entre mesas de juego. Esto es lo que pasa cuando tu madre ha trabajado toda su vida como crupier del casino. Habian dos opciones en mi futuro: estar en un lado u otro del casino; jugador o trabajador. Y aunque durante un tiempo pense que acabaria perdiendo hasta la camisa, es bien cierto que mis problemas siempre fueron mas bien lios de faldas. !Las mujeres han sido mi perdicion! --!Vamos chicas, vamos! --grita el coreografo a las bailarinas. Comienza el ajetreo, las bailarinas corriendo de un lado a otro, sus risas, sus suspiros, sus gritos... --!Eh, guapo, deseanos suerte! --comenta una de ellas al pasar por mi lado. --Mucha mierda --respondo con mi sonrisa cordial. --Jarvis, espero que nos consigas champan del bueno. --Me exige Doreen, la bailarina mas veterana --. El jefe de seguridad siempre tiene enchufe. --No le hace falta el puesto para conseguirlo --opina Margot--. Ninguna camarera le negaria nada al morenazo de ojos verdes mas guapo de Las Vegas. --Vuestros deseos son ordenes --bromeo, aunque ya lo tengo preparado. Es algo con lo que ya contaba, pues todos los anos tenemos el mismo ritual. Se acercan las ocho chicas para subir por las escaleras que llevan al escenario. Estan preciosas, con esos vestiditos tan brillantes y sus plumas de colores que vuelan con sus movimientos. !Vaya, vaya, vaya! Parece que la rubita de cara angelical me brinda una sonrisa picara. La clase de mohin que un hombre sabe reconocer a la perfeccion. !Esta noche triunfo! Le guino un ojo y ella en respuesta me dedica un contoneo sensual de cadera. Soy el unico privilegiado de esa provocacion. Y la verdad, me gusta el detalle. En cuanto la musica comienza y se descorre el telon, centro mi mirada de nuevo en el local abarrotado. La seguridad de estas artistas ahora es lo unico importante, mas cuando la rubia de ojos como el azul del cielo, puede conseguir que yo acabe empapado en sudor y celebrando en privado que es Ano Nuevo. Me rio para mis adentros al recordar a mi madre: <
>. Sus palabras retumban en mi cabeza. Miro el escenario y cuando la mirada calida de la muchacha conecta con la mia, sonrio pensando que igual a los treinta y ocho anos todavia soy un cazador. Despues de dos horas termina el espectaculo. Como este era el tercer y ultimo pase, damos la velada por concluida. La gente abandona el lugar y por fin podemos relajarnos. Con copas en las manos brindamos todos juntos por el Ano Nuevo. Kiara se acerca con paso felino, parece una pantera en busca de su presa. Chica lista, porque estoy dispuesto a ser su trofeo. --Las chicas han hablado de ir a celebrar la entrada del ano a una fiesta que organizan unos amigos de Mery --me comenta susurrante--. Aunque preferiria una fiesta mas privada. Intento aparentar calma, aunque ahora mismo lo unico que deseo es tumbarla y desnudarla sin perder un segundo mas. Ladeo la cabeza y mi frente queda pegada a la suya. --Nena, estarias loca si pensaras que me voy a perder esa fiestecita privada entre tu y yo --aseguro--, despues de haberme provocado toda la noche. Kiara suelta una carcajada que se queda ahogada en mi boca, al besarla con pasion. La gente que nos rodea nos vitorea, y sin pensarlo, me inclino para coger a Kiara y sacarla de este lugar, entre mis brazos. Nos alejamos, escuchando de fondo risas y aplausos. Al llegar a casa, nuestras bocas se unen una y otra vez. Sin descanso y sin piedad. Estamos muy necesitados el uno del otro. Y sincronizados nos desnudamos, sin prisa pero sin pausa. En cuanto la tumbo en la cama, me es imposible no mirarla con adoracion. --?Piensas quedarte ahi mirando toda la noche? --Nena, las obras de arte hay que admirarlas --respondo a la vez que me acerco a ella. Kiara suelta una risita que me llena el alma. Es un sonido embriagador, podria pasarme el resto de mi vida escuchandola y seria feliz. --Siempre tan adulador. Me encojo de hombros. Ella acuna mi cara y cuando me veo reflejado en su brillante iris, se que he sido cazado. Aunque en un principio la idea era tener sexo salvaje, los besos calidos, las caricias tiernas y las miradas complices, han conseguido que cambie todo, pues en esta cama, solo hay dos personas enamoradas haciendo el amor. Al caer exhaustos, mientras Kiara se queda encima de mi, con la respiracion abrupta, lo unico que consigo decir son dos palabras: --Feliz aniversario. Levanta la cabeza y su sonrisa de nuevo ilumina la habitacion. --Este es especial --comenta al tiempo que besa mi torax--. Es el decimo. !Diez anos, ya! Como pasa el tiempo. Me carcajeo, pues su espontaneidad me ha hecho gracia. Me inclino y la beso de nuevo. Se mueve con lentitud y acaba tumbada a mi lado, y los dos giramos nuestros cuerpos, para mirarnos a los ojos. --?Alguna vez pensaste que durariamos tanto? --Me pregunta estudiando mi mirada. Hago un mohin, dando a entender que lo estoy pensando. Kiara sonrie y acaricia mi mejilla. --El dia que nacio nuestra primera hija supe que este matrimonio seria para siempre. La respuesta la conmueve, y no miento. En cuanto tuve entre mis brazos a Rosie, recien nacida, me enamore de ella tanto como de la madre. Y de nuevo esa frase de mi madre: <>. Ya lo creo que fui cazado, y lo mejor, me encanta ser la presa de las tres mujeres de mi vida: Kiara, Rosie y Danira. --Recuerdo la reaccion de mis padres --comenta avergonzada--. !Querian matarte! Suelto una carcajada. Recuerdo aquel momento como si fuese hoy. Claro que, ahora que soy padre, no se si yo reaccionaria de igual manera. Kiara no para de negar con la cabeza. --Nuestro matrimonio comenzo como sacado de una mala pelicula --rememora el momento--. Los dos borrachos y casandonos en Noche Vieja en una capilla cochambrosa. Sonrio pero no digo nada, prefiero escucharla. --Cuando desperte, con la mayor resaca de mi vida --pronuncia divertida--, y vi el anillo en mi dedo --Levanta la mano y lo observa--, pense que habia cometido el mayor error de mi vida; mas que nada porque cuando tu te despertaras y recordaras lo que habiamos hecho, ibas a salir despavorido en busca de un juez para anularlo todo. --?Eso pensabas? --pregunto incredulo, nunca imagine que ella pensara algo asi. Asiente con la cabeza. --Solo llevabamos saliendo tres meses --me recuerda--. Y yo estaba coladita por ti, pero... Se queda callada y la invito a continuar. --?Pero que? Se ruboriza y consigue que despues de diez anos juntos, mi corazon vuelva a latir como la primera vez que la vi. --Pero tu reaccion de ese dia, consiguio que te amara --le brillan los ojos--. Ese dia me enamore sin medida de ti. --?Por no salir corriendo? --Por tu serenidad, tu honestidad, tu manera de mirarme y dar la cara ante mi familia sin avergonzarte de nuestra locura. Me muevo y quedo sentado con la espalda pegada al cabecero de la cama. Alargo mis brazos y cojo a mi mujer para sentarla encima de mi, estrechandola con mi cuerpo. --Nena, no fue una locura --aseguro--. Fue el mayor premio que me podria tocar. Kiara deja caer su cabeza en mi hombro, mientras con su mano acaricia mi pecho. --Recuerdo cuando abriste los ojos, al mirarme te sobresaltaste... --!Estabas palida! --exclamo al rememorar aquel momento. Ella besa mi clavicula. --Ahi me enamore de ti --reconoce--. Acunaste mi cara entre tus manos y preguntaste: <>. Lo unico que acerte a decir fue: <>. Tu asentiste y continuaste preocupado. Solo te importaba que yo estuviese bien, querias llevarme al medico. Sonrio y beso su cabeza. --Tu palidez era preocupante --confirmo lo evidente de aquel dia. --Y al ver que continuabas obstinado en llevarme a ver al doctor, te cogi de la mano y la levante junto a la mia para que vieses las alianzas. Levanta la cabeza y nos miramos a los ojos. --Nos hemos casado, te dije con temblor en la voz.
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noa pascual