• suenos rotos - Manoli Madrono Gomez

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    Elena es una joven sonadora, la cual, quiere ser en unos anos arquitecta, pero todos sus suenos se vendran abajo al poco de empezar sus estudios en la universidad. Al principio todo sera maravilloso al conocer a Josue y Oscar. Dos jovenes con los que tropezara en la universidad. Pero su vida dara un giro brusco al conocer una verdad escondida de su familia, de la cual no tienen ni idea su hermano, menor, Hector y ella. Sus suenos e inocencia se veran envueltos en una cuerda floja la cual amenaza con romperse en cualquier instante. Pero sea como sea, Elena debe saltar todos los obstaculos en los que se vera envuelta en el camino hacia sus suenos y su propia felicidad, aunque en ese camino se dara cuenta que nada en esta vida es facil.

  • Sueños rotos: Libros - Amazon.es

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    1-16 de 191 resultados para "Sueños rotos" · Sueño roto. Poemas de amor. · En el boulevard de los sueños rotos · Sueños rotos: 48 (Algar Joven) · Sueños de una vida ...

  • Sueños Rotos Tapa blanda – 16 septiembre 2020 ...

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    Sueños Rotos : López, Miguel: Amazon.es: Libros.

  • SUEÑOS ROTOS | JORDI SIERRA I FABRA | Casa del Libro

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  • Los sueños rotos - enero 2019 - Editorial Circulo Rojo

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    Un libro de María Olga Alonso Alonso. Cuando Claire abrió la caja que su ... Los sueños rotos es su primera novela publicada y un sueño hecho realidad.

  • Sueños rotos - Algar Editorial

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    Entre sus obras destacan Sueños rotos, Los fuegos de la memoria, Soledades de Ana, La sonrisa del diablo, El día que Gluck llegó a la Tierra, Horas salvajes ...

  • Sueños rotos - Descargar Libro|PDF EPUB - Freeditorial

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  • Sueños rotos - Editorial Autografía

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  • SUEÑOS ROTOS. SIERRA I FABRA,JORDI. Comprar libro

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    SUEÑOS ROTOS 10,40€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Niaga ha recibido muy buenas noticias: por fin podrá ir de vacaciones a su tierra de origen, ...

  • Pecados del poder y sueños rotos - Editorial Alhulia

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    La finalidad de este libro está clara: criticar los pecados de los poderosos, que han roto los sueños de muchos ciudadanos de este país.

  • SUEÑO...SUEÑOS ROTOS - CARLES PEREZ-VILLALBA ...

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  • Mierda en mis tacones de Lorena Pacheco

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    Cuando el guapo y millonario jefe de Raquel, con el que ademas se acuesta, le pide que vaya a un pequeno pueblo de Alemania con la mision de abrir un nuevo hotel, ella no puede negarse.

  • El instinto de la conciencia de Michael S. Gazzaniga

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    La idea del cerebro como maquina, propuesta por primera vez hace siglos, ha llevado a suposiciones sobre la relacion entre la mente y el cerebro que los cientificos y los filosofos persiguen hasta nuestros dias. Gazzaniga, sin embargo, afirma que se trata precisamente de lo contrario: los cerebros hacen maquinas, pero no pueden reducirse a una. Una nueva investigacion sugiere que el cerebro es en realidad una confederacion de modulos independientes que trabajan juntos. Comprender como la conciencia podria emanar de tal organizacion ayudara a definir el futuro de la neurociencia y la inteligencia artificial, y cerrara la brecha entre el cerebro y la mente.

  • ?Puede Pensar una Maquina? de Alan M. Turing

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    En 1947 Alan M. Turing pronuncio una conferencia ante un auditorio compuesto en su mayor parte por miembros del National Physical Laboratory de Londres en la que intentaba responder a la vieja y controvertida pregunta ?Puede pensar una maquina? Lo expuesto en ese acto aparecio publicado tres anos mas tarde en Mind -- una importante revista de filosofia britanica-- y es lo que ofrecemos aqui al lector en su traduccion castellana. Este texto se convirtio enseguida en uno de los escritos fundacionales de la logica informatica y la inteligencia artificial, al presentar las lineas generales por las que deberia discurrir una respuesta precisa y manejable (aunque no indiscutible) a la pregunta formulada. Se trata del famoso Test de Turing, una prueba para decidir si una maquina es inteligente (o <>). Para ello Turing diseno un juego de imitacion en el que participan una maquina y seres humanos; podemos decir que una maquina piensa si un ser humano que se comunica con la maquina y con otros seres humanos no logra distinguir cuando su interlocutor es una maquina y cuando un humano. Una <> como la que participa en el juego, es un dispositivo ideal de calculo, capaz de resolver una funcion computable --una funcion cuya solucion es susceptible de ser obtenida por un procedimiento mecanico--. Pero lo mas significativo es que Turing demostro que hay una maquina peculiar --la maquina universal de Turing-- en la que se puede representar cualquier maquina que sea capaz de computar una funcion particular. De acuerdo con esto, una maquina universal de Turing seria una especie de sistema operativo en el que se implementan diferentes programas (maquinas de Turing especiales), un poco a la manera en que nos es familiar en los ordenadores personales. La denominada <> como modelo capaz de simular la mente humana y, por ende, el pensar, tiene aqui su fuente.

  • No huyas del Alpha de Lighling Tucker

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    Olivia siente que ha cambiado un cautiverio por otro. Ya no esta siendo golpeada, pero no puede salir de esas cuatro paredes que dicen ser su proteccion. El recuerdo de la muerte del amor de su vida la esta desgastando.
    Ademas, el cambio a loba esta siendo dificil y mas tratando directamente con su protector. El tiene un caracter muy especial, se cree divertido cuando lo que ella siente es que es un bufon de la corte. Pero, ?a quien puede enganar?
    Sin proponerselo, el se acaba convirtiendo en alguien indispensable en su vida y eso cambia las reglas del juego. Olivia siempre ha dicho que, una vez finalizase el ano, se marcharia con su hermana y viviria una nueva vida.
    ?Es eso posible con la presencia de Lachlan en su vida?
    Lachlan no supo lo que hacia cuando acogio a Olivia en su casa. La ha protegido durante meses y ha establecido un vinculo tan fuerte que le duele pensar el dia en el que la vea marcharse.
    Ha descubierto en ella miles de facetas que no creia que existieran. Olivia tiene picardia, fuerza y siente que debe ayudarla; que no debe dejarla caer en el pozo oscuro de la pena.
    No obstante, se ha marcado una meta: no tocarla durante el ano que ha prometido cuidarla.
    ?Podra resistirse? ?Luchar contra si mismo? ?Entre honor y placer?
    Amor, pasion y accion en un libro plagado de seres que te robaran el aliento. Sin olvidarnos de la presencia de los Devoradores.
    ?Te atreves a entrar en su mundo?

  • Bajo el arbol de los toraya de Philippe Claudel

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    Los toraya viven en la isla Celebes. Son un pueblo cuya existencia esta obsesivamente marcada por la muerte. Cuando fallece un toraya, la organizacion de su funeral se prolonga durante semanas, meses, a veces anos. Lo deseable es que asistan a la ceremonia todos los parientes del difunto, lo que puede suponer miles de personas desperdigadas por el archipielago indonesio, o incluso fuera de el. El viaje, el alojamiento y la alimentacion corren a cargo de sus familiares, que con frecuencia deben contraer fuertes deudas para poder respetar la tradicion. Para hospedar a los invitados se construyen casas de madera finas y graciles como barcas. En prevision de los banquetes se compra ganado. Se sacrificaran cerdos y bufalos para acompanar al difunto. Durante todo ese tiempo se conserva el cuerpo de quien aun no es considerado un muerto, sino un enfermo, un to masaki, en la lengua de los toraya. La tumba en la que sera inhumado se excava directamente en la roca de ciertos acantilados sagrados. En esos sepulcros en forma de nicho descansan los restos de los miembros de una misma familia, custodiados por idolos de madera. Al cabo de un tiempo, los ataudes se pudren y se abren. Los huesos quedan esparcidos por el suelo, mezclados con la tierra y las hojas. En la primavera de 2012 recorri la tierra de los toraya. En su isla, que aun no conocia, volvi a encontrar lo que siempre me ha gustado de Indonesia: sus gentes tranquilas y risuenas; sus paisajes ondulantes, a veces escarpados, con su muestrario infinito de verdes, desde el mas claro hasta el mas mate; su cielo, que puede ser amplio y azul y volverse vertical al dia siguiente, un collage de altas nubes de plomo que revientan de pronto para dejar caer una lluvia calida sobre bosques, caminos y arrozales; sus noches, que llegan temprano, repentinamente, y desencadenan un aquelarre de insectos y lagartos; el placer de tomarse una cerveza helada mientras saboreas un nasi goreng o unos sates de cabra en una acera, sentado en una silla de plastico pensada para un gnomo, o el de fumarse un kretek con aroma a nuez moscada y canela. Cerca de un pueblo toraya situado en un claro, me mostraron un arbol peculiar. Imponente y majestuoso, se alza en una pendiente del bosque, a unos cientos de metros de las casas. Es una sepultura reservada a los ninos de muy corta edad, fallecidos durante los primeros meses de vida. En el tronco del arbol se excava un hoyo. En su interior se deposita el pequeno cadaver envuelto en una sabana. El sepulcro lenoso se cierra con un entramado de ramas y tela. Lentamente, con el paso de los anos, la madera del arbol vuelve a cerrarse y guarda el cuerpo del nino en su propio y enorme cuerpo, bajo su corteza soldada de nuevo. Comienza entonces el viaje que lo elevara poco a poco al cielo, segun el pausado ritmo del crecimiento del arbol. Nosotros enterramos a nuestros muertos. O los quemamos. Nunca se nos habria ocurrido confiarselos a los arboles, aunque no nos faltan bosques ni imaginacion. Pero nuestras creencias se han vuelto vacias, carentes de eco. Perpetuamos rituales que a la mayoria nos costaria mucho explicar. Nuestro mundo vive de espaldas a la muerte. Los toraya la han convertido en el centro del suyo. ?Quien tiene razon? Esa misma noche, mientras bebia cervezas y fumaba kreteks en el balconcito de mi habitacion del hotel, volvi a pensar en el arbol, en su madera, alimentada por huesos fragiles y carne desaparecida. Abajo, unas ancianas estadounidenses reian a carcajadas mientras acababan de cenar en la terraza del restaurante. Me habia cruzado con ellas al regresar al hotel. Iban calzadas con deportivas rosa y vestian pantalones caqui de explorador llenos de bolsillos, camisas de algodon y chalecos de reportero de guerra. Sus cabezas estaban coronadas por cabellos blancos, malva y, en algun caso, violeta. Todas tenian la misma nariz rehecha, los mismos ojos estirados, los mismos labios rellenados. Habian alcanzado el tramo final de sus vidas, pero sus rostros exhibian los rasgos abstractos y esquematicos caracteristicos de las jovenes artificiales, todas identicas. Parecian munecas escapadas de una tienda que vendiera articulos monstruosos a no se sabe que clientela. Pense en todas las estrategias inutiles que aplicamos a nuestros cuerpos para enganar al tiempo y a nuestros miedos. Frente a mi, en la noche indonesia, mientras disfrutaba del aroma de los cigarrillos, adivinaba las siluetas mas claras de los bufalos que, de pie en medio de los arrozales, dormitaban con la cabeza inclinada hacia el barro. La llovizna y una tenue bruma caian sobre sus cuerpos inmoviles. Parecian de otra epoca. Los sentia medio borrados. Pense en la desaparicion. En la llegada al mundo. En esa danza incoherente, unas veces hermosa y otras grotesca, que es nuestra vida. Tambien en nuestro fin. Los sapos parloteaban. Unos murcielagos enormes libraban un duelo silencioso por encima de mi cabeza. Habia cumplido cincuenta anos tres meses antes. ?Significaba eso algo? Como de costumbre, tenia un libro al lado. Esa noche era El viaje nupcial, de Ismail Kadare, que releo al menos cada dos anos. Es una historia muy hermosa de promesas, muerte, fantasmas y cabalgadas. Y de invierno, la estacion del ano en la que siempre he sentido que me convierto en quien soy realmente. Tenia un cuaderno y una pluma --comprada mas de diez anos atras en un mercado de Saigon-- que hace honor a su nombre, porque es muy ligera. Ya no recuerdo si tome notas mientras pensaba en el arbol y su corteza cerrada sobre los cuerpecillos invisibles. No estoy seguro: a veces, donde mejor se escribe es en la propia cabeza. Estaba entre dos peliculas, en ese dificil momento en que uno se cuestiona lo que hace y se pregunta si merece la pena hacerlo, si tiene algun sentido. Cuando uno esta aun menos seguro de si debe continuar. Mi ultimo largometraje habia obtenido una tibia acogida. El publico no habia abarrotado las salas. Habia corrido mejor suerte en el extranjero, en la decena de paises en los que se habia estrenado y a los que yo lo habia acompanado para responder una y otra vez las mismas preguntas, exhibir la misma sonrisa para los fotografos y encontrarme solo por la noche en la habitacion del hotel, contemplando las botellitas del minibar como si fueran companeras de infortunio. Tras la gira, habia decidido olvidarme de esa pelicula que se habia tragado dos anos de mi vida, pasar pagina en mi interior y marcharme a la isla Celebes con un renovado deseo de imagenes que empezaba a apuntar, todavia vago y borroso, a la espera de una concrecion que pensaba perfilar sin ninguna prisa. Hace mucho tiempo ya que comprendi que no <> las peliculas, sino que son ellas las que nacen de nosotros y toman forma como y cuando les parece. Las ancianas estadounidenses se habian callado. Debian de haber vuelto a sus habitaciones. Me las imagine solas ante el espejo del cuarto de bano, contemplando sus rostros falsos y leyendo su verdadera edad en el fondo de sus ojos tristes. Toda mentira conlleva su amarga caida. Tres dias despues volvi a Francia. En cuanto entre en casa, deje la maleta en el suelo y me bebi un vaso de agua del grifo mirando a mi alrededor. Tenia la sensacion de haber llegado a un pais extranjero. Por supuesto, los olores eran conocidos, pero pertenecian a una estacion y una ciudad de las que me habia ausentado y en las que aun no habia vuelto a encontrar mi sitio. El parquet crujia bajo mis pies. En los alfeizares de las ventanas, las moscas muertas terminaban de apergaminarse colectivamente, con las patas estiradas hacia el techo. Seguia considerandome alguien corriente y a la vez exotico. Seguia teniendo en la boca el peculiar sabor de los kreteks. Sin embargo, oia en lo alto sonidos familiares, en especial el piano desafinado del senor Bellagar, el vecino del octavo, un anciano medio ciego cuyo rostro y encorbatada elegancia me recuerdan un poco a Jorge Luis Borges y que se pasa horas tocando melancolicas melodias de la Europa central. Di una vuelta por las habitaciones, lo que se hace pronto, porque solo son tres, y escuche los mensajes acumulados en el contestador, que parpadeaba en una mesita del salon, al lado de la fotografia de Florence, mi ex mujer, que me sonreia. Entre ellos descubri el

  • El farol del diablo de Adriana Hartwig

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    En las noches oscuras puede verse en el campo una luz a lo lejos. Los lugarenos se horrorizan y escapan entre rezos y santiguos: saben que es un alma que no ha purgado sus penas, que sigue en el mundo de los vivos. A esa luz, la llaman el farol del diablo.

  • Te ruego un beso mas (Unidos por el amor 6) de Fernanda Suarez

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    Una descarada joven y un Marques que se cree inmune a los encantos de cualquier mujer.

  • La buena, la mala y yo (Solo chicas 3) de Fabiola Arellano

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  • Rios de Martin Michael Driessen

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    Las historias que se cuentan en este libro estan ambientadas en tres rios del norte de Europa. En el Aisne, en Francia, un hombre libra una batalla contra los elementos y contra si mismo; en Alemania, a traves del Rodach, el Meno y el Rin, dos almadieros persiguen un sueno que se encuentra mas alla de sus fronteras; en un remoto valle de Bretana, un arroyo es la causa, durante siglos, del enfrentamiento entre dos familias.

  • Seduciendo a la chica de Sophie Kiss

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    Las maravillas del internet y el destino han juntado a esta pareja que viviran una intensa aventura con un final feliz.

  • La perdimos en la ciudad, Jose Monterrosa [PDF] de Jose Monterrosa

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    ANO 2029. EL MUNDO HA CAMBIADO Y SU ORDEN HOLISTICO TAMBIEN. ES MOMENTO DE LA REORGANIZACION, LOS PAISES YA NO EXISTEN.

  • Gritos antes de morir de Laura Falco Lara

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    Como tantos otros martes, al salir de la oficina Tom se acerco hasta la libreria de la esquina de Brekley y Preston Street. Le encantaba pasarse horas rebuscando entre todos aquellos libros viejos hasta encontrar algun ejemplar interesante; algun libro que le permitiese enriquecer aun mas su mente, y de paso fortalecer el increible ego que tenia. Aquella tarde, sin embargo, no estaba Ronald, el viejo propietario. En su lugar atendia la tienda un hombre de mediana edad, pelo canoso y aspecto desalinado. Sin hacerle demasiado caso, Tom avanzo hasta el fondo del local y empezo a hojear las ultimas incorporaciones. Tras una media hora, aquel peculiar individuo se acerco y le pregunto: --?Busca algo en especial? --No --contesto, algo molesto por la interrupcion--. Me gusta ver los libros a solas y elegir sin prisas --dijo en tono cortante, casi desconsiderado. --Ya, pero ?puedo aconsejarle? --?Como dice? ?Aconsejarme usted? ?Que podria yo aprender de un simple dependiente? -- respondio, altivo e ironico. --Bueno, a veces la persona mas insospechada es la que mejor sabe lo que necesitas. Tom se sintio algo presionado, cosa que por otro lado le molestaba sobremanera. --Tranquilo... No me hace falta. Tengo claro lo que quiero, y dudo que usted me pueda ayudar -- contesto, con grandes dosis de suficiencia y de soberbia. --Creo que hay un libro que deberia ver --insistio el hombre, subiendose a la escalera para poder alcanzar el ultimo estante. Esa fue la primera vez que Tom lo vio. Era un libro antiguo, de piel repujada y mas de seiscientas paginas que amarilleaban por los extremos. Fue tanta la insistencia del dependiente que Tom accedio a darle un vistazo. Nada mas tenerlo entre sus manos pudo observar algo que le inquieto bastante. En la cubierta, grabado a fuego, se podia leer el siguiente titulo: Historia de Tom Abnett. --?Que es esto? --inquirio, mirando fijamente a aquel extrano personaje. --?Nunca se ha preguntado sobre el final de su vida? ?Sobre lo que los demas piensan de usted, lo que siente su mujer hacia su persona? --?Que clase de broma de mal gusto es esta? --interrumpio Tom, algo nervioso. --No es ninguna broma. Usted sabra si quiere leerlo --contesto el hombre mientras se alejaba. Entonces, justo cuando Tom se disponia a abrirlo, se giro en seco y dijo: --Pero tenga cuidado: si empieza no podra parar. Saber demasiado no siempre es bueno. Perplejo, Tom observo detenidamente aquel tomo. Muerto de curiosidad, lo abrio por una pagina al azar y empezo a leer. Tom sabia que ella era la chica con la que siempre habia sonado, pero le faltaban agallas para decirle lo que sentia. Debian de faltar diez minutos para que la pelicula terminara cuando por fin se decidio. Le tomo la mano entre las suyas y sin dudarlo le planto un beso en los labios, temiendo su reaccion. Por su lado, Mia estaba nerviosa. Hacia mucho tiempo que esperaba que Tom se decidiera a besarla, y, cuando este lo hizo, creyo que se iba a desmayar. Noto que las piernas le flojeaban y el corazon le latia mas rapido de lo normal. Ella tambien sabia que Tom era el chico que mas le gustaba de todo el instituto. Tom cerro el libro, impresionado por la exactitud con que sus hojas reflejaban el momento preciso en que beso a una chica por primera vez. ?Como era posible? ?De donde habia salido aquel misterioso volumen? Inquieto, lo abrio de nuevo, esta vez por la pagina 110. No era la primera vez que discutia con Mike, su companero de trabajo. Entendian la empresa y su labor en ella de formas muy distintas. Sin embargo, esta vez, Mike, harto del desprecio y la soberbia con que Tom le trataba, estaba dispuesto a conseguir que le despidiesen. Ese fue el motivo por el cual filtro aquellos informes falsos que dejaron a Tom en evidencia ante sus superiores y llevaron a su despido. El siempre penso que se habia tratado de un error burocratico, que se debieron entregar algunos borradores hechos por los becarios en vez de su informe original. Nunca sospecho de Mike. Con los ojos encendidos y completamente fuera de si, Tom volvio a cerrar el libro. --!Sera cabron! --exclamo a voz en grito, haciendo que el resto de clientes le mirasen. Luego, tras una breve pausa, se dirigio al mostrador y le dijo al dependiente: --!Me lo llevo! ?Que otras verdades ocultaria ese libro? ?Cuantos secretos mas descubriria al adentrarse en el? Poseido, cegado por un ansia enorme de saber, Tom llego a casa, se sento en el orejero del salon y lo abrio por la primera pagina. Iba a leerlo de cabo a rabo, penso. Queria saber todo lo que los demas pensaban de el. Aquella noche, para la sorpresa de Amy, su mujer, Tom estaba tan absorto en la lectura que no quiso probar la cena, ni tampoco irse a la cama. De madrugada, Tom seguia leyendo sin descanso. Las horas habian pasado pero el continuaba ahi, enfrascado en aquellas paginas. --Asi que no soy un buen amante, ?eh? --le dijo a Amy en cuanto la vio aparecer por la puerta del salon. --?Como dices? --pregunto ella, perpleja. --Y, por cierto, dile a tu madre que no soy un fracasado, si acaso lo sera su marido, que no tuvo mas remedio que casarse con ella cuando la dejo embarazada. --Pero... ?a que viene semejante sarta de idioteces? Colerico, enfurecido con el mundo entero, Tom agarro el libro y se encerro en su habitacion; definitivamente, aquel dia no iria a trabajar. Cuando Amy regreso a casa por la tarde, encontro a Tom sentado en el sofa con la mirada perdida; parecia sumido en su mundo, lejos de alli. Preocupada, se acerco y se sento junto a el, pero este seguia ignorandola. Entonces tomo el libro de Tom de encima de la mesa y lo examino atentamente. --?Que es este libro? --pregunto, al ver su titulo. --Una condena --respondio Tom, con expresion desencajada. Amy lo miro sin comprender el sentido de sus palabras.

  • Grande y fabulosa de Larissa De Silva

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    “Tienes que decirme como estuvo”, dijo mi mejor amiga. Ella me miraba fijamente. Habia sido una noche tranquila en la sala de emergencias y nos habiamos entretenido con las historias de nuestros antiguos novios, incluyendo a nuestros companeros de la escuela de medicina, cuando no estabamos actualizando los historiales o revisando a los pacientes. No es que ninguna de las dos hubiera tenido mucho tiempo para salir con exito con alguno de nuestros companeros. Ellos estaban ocupados y nosotras tambien, y la mayor parte del tiempo, estabamos demasiado ocupadas para salir o tener aventuras de una noche con nuestros companeros. Las cosas no estaban tan agitadas despues de graduarnos, pero no se hicieron mucho mas faciles. Finalmente estaba saliendo de nuevo y me resultaba dificil mantener el contacto con algunos de los hombres que me interesaban. Al menos ellos parecen estar interesados en mi, lo cual era agradable, pero apenas podia recordar sus nombres. No queria nada serio, no tenia tiempo para nada serio, pero me gustaba pasar tiempo con algunos de ellos. No es que hubiera encontrado a alguien que pudiera recordar tan bien. Ella me pincho en el hombro. “Hola”, dijo. “?Vas a decirmelo o que?” Le sonrei. “Eso es inapropiado, Dra. Comely”. Levanto las cejas. “Oh, ?asi es como estamos haciendo esto?” Me rei, sacudiendo la cabeza. “No”, respondi. “Desafortunadamente, no hay mucho que informar. Fue amable y me hizo reir, pero no se, faltaba alguna chispa”. Bajo su voz a un susurro mientras se acercaba un poco mas a mi. “?Asi que no te acostaste con el?” Abri los ojos en un simulacro de shock. “No lo hice”, respondi. “Queria hacerlo, pero me acobarde. No quise llevarlo a mi casa, porque, ?y si fuera un asesino o algo asi?” “Pero no te preocupaste por eso antes de tu cita”. “Si, lo hice”, dije. “No pense exactamente que me iba a asesinar delante de todos los demas en un restaurante. Eso definitivamente haria que la gente dejara de comer”. a “Y crees que a un asesino le importaria eso”, dijo. Me rei. Estabamos sentadas en la parte de atras de Urgencias y ella habia subido la cortina a nuestro alrededor. Las pequenas salas de consulta que teniamos estaban frecuentemente sobrecargadas y aunque el hospital habia estado hablando de construir una nueva ala de urgencias durante anos, parecia que nunca se llegaba a hacer por una razon u otra. Por eso teniamos estas improvisadas y anticuadas bahias de cortinas. No proporcionaban mucha privacidad, pero eran mejores que nada en una crisis. Afortunadamente, nada parecido a una crisis parecia estar sucediendo en esa tranquila noche de miercoles. Cam miro su tablet y suspiro. “?Sabe lo que le paso al Sr. Hysinger?” “Si”, dije. “Lo transfirieron a urologia”. “Huh, extrano. Creo que hay un problema con…” La interrumpieron los fuertes pasos de alguien que se acercaba a nosotros. Ambas nos dimos la vuelta para ver a la enfermera de turno, una mujer mayor blanca de pelo negro azabache y cejas finas. La mirada de Teri se interpuso entre nosotros antes de decidir que no le importaba. “Acaba de entrar un joven”, dijo. “Las constantes vitales estan bien, pero fue apunalado en el brazo y el cuchillo esta… en movimiento”. Levante las cejas. “?Lo esta moviendo?” “No”, dijo. “Se esta moviendo, como, cuando mueve su cuerpo. No creo que sea profundo, pero no quiero…” “Entiendo”, dije. “?Algo mas?” “Debe tener entre veintitantos y treinta anos, esta lucido, creo que hay otras lesiones porque debe haberse metido en una pelea, pero no me dejo examinarlo a fondo”, dijo. “Le pedi que se quitara la ropa, pero no quiso hacerlo”. “Vaya”, dije. “Bien”. Gracias, Teri.” “De nada, Dra. Meyer”, dijo, mostrandome una pequena sonrisa, que era la mayor aprobacion que iba a obtener de ella. “Esta en la habitacion tres”. Asenti con la cabeza. Camine hasta la habitacion, mirando mi tablet para ver el historial del paciente. Mis ojos pasaron por alto su nombre mientras miraba sus signos vitales, su edad y la descripcion de su condicion. Llame a la puerta. “Pasa”, dijo una voz masculina apagada. Abri la puerta y mire hacia arriba desde la tablet. Inmediatamente, senti que el suelo se habia movido y que iba a ser tragada por la tierra. Nunca habia sido una buena actriz, asi que estaba haciendo todo lo posible para fingir que todo estaba bien, aunque definitivamente no todo lo estaba. Este no era un paciente. No era un paciente cualquiera, era alguien que conocia, alguien que habia intentado olvidar. Y se veia mejor que nunca. Solo tuve un segundo para decidir como iba a reaccionar al hecho de que Jody Banks estaba sentado en una silla azul en un rincon de la habitacion, el era el chico con el que habia salido en la secundaria. El que me habia roto el corazon. En esa epoca era delgado, alto y guapo, con hombros anchos y una complexion atletica facil. Todavia era delgado, alto y hermoso, pero habia trabajado en esculpir esos musculos en una obra de arte, tenia un tatuaje negro envuelto alrededor de su brazo como una vid, hasta su cuello, y desaparecia en la parte de atras de su camisa. Parecia mas alto tambien, pero podia decir que era solo porque estaba sentado derecho. Tambien me miraba a mi, con unos curiosos ojos abiertos que no dejaban de moverse. Se lamio los labios cuando me acerque a el, mi mirada se dirigio hacia el suelo. No queria mirarlo y no queria necesariamente que pensara que lo reconocia. Aunque yo era una mala actriz y lo sabia, las posibilidades de que me reconociera eran muy altas. “?Sr. Banks?” Pregunte cuando me acerque a el. “Puedes llamarme Jody”, dijo. Podia oir la risa en su voz. “?Como debo llamarte?” “Dra. Myer”, respondi, mirandolo a los ojos por primera vez mientras dejaba la tabla en la mesa de al lado. “?Que le paso?” “Me cai en el estante de los cuchillos”, dijo, mostrandome una sonrisa. Me fije en sus dientes. No habian sido arreglados, y sus caninos, que siempre habian sobresalido un poco, eran quizas mas visibles ahora que habia crecido. “Es un problema. Dra. Myer.” “Se cayo en el estante de los cuchillos”, repeti, lentamente. “?Como?” Parpadeo. “?Como que como?” “?Se resbalo?” “Yo… si, claro”, dijo. “Me resbale”. “?Y por que sobresalia el cuchillo?” Pregunte. “Bueno, me cai, tirandolo, y luego… ya sabe, cayo al suelo, y estaba sobresaliendo, y no pude detenerme, asi que me apunalo. ” Me mordi los labios. “?Sabes por que se cayo?” “Porque me resbale”, dijo. “El suelo de la cocina estaba resbaladizo”. “?Estaba cocinando?” Penso por unos segundos. “Si”, dijo, eventualmente. “Lo hacia”. “Genial”, dije. “Voy a mandarle a hacer una radiografia. No hay muchas venas o arterias donde usted, uh, cayo en su cuchillo, exactamente, pero me gustaria descartar cualquier cosa que pueda significar que necesita cirugia.” Hizo un gesto de dolor, y por primera vez desde que lo vi en la oficina, parecia asustado. “?Cree que necesitare cirugia?” Hice lo que pude para mantener mi voz neutral. “Es una posibilidad”, dije. “Pero es muy pequena. Solo quiero estar segura. Los accidentes de cocina no son una broma”. Asintio con la cabeza. “Bien”. “Me gustaria examinarlo”, dije. “O puedo buscar que lo haga otra persona, si se siente mas comodo con eso. Sus heridas podrian ser un poco peores de lo que parecen a primera vista. ” “?Quiere examinar mi brazo?” “Toda la parte superior de tu cuerpo”, dije. “?Puede quitarse la camisa?” Parpadeo. “Claro”, dijo. “Quiero decir, supongo.” “?Puede hacerlo?” Se miro a si mismo y sacudio la cabeza. “No”, dijo. “No puedo”. “Bien”, respondi. “Normalmente, nuestros paramedicos la cortarian, pero…” “Esta camisa es cara.” “Entiendo”, dije. “Tendre cuidado, entonces.” Me acerque para enfrentarlo. La camisa parecia cara, una camisa de manga corta azul bebe y verde ceruleo claro con botones blancos que se ajustaban a su cuerpo. La camiseta blanca de cuello en V debajo de ella al menos hacia las cosas un poco menos incomodas, aunque no lo suficiente. Agarre el cuello de su camisa con la punta de los dedos y respire profundamente mientras me concentraba en la camisa y no en el hombre que la llevaba puesta. Intentaba ser lenta, delicada, porque no queria tirar del cuchillo o empeorar su herida. Era dificil hacer algo asi con cuidado, especialmente cuando podia sentir la mirada de Jody sobre mi. Me miraba fijamente, sin dejar de hacerlo nunca, mi calma fabricada no era rival para su tranquila pero resuelta intensidad. Pense que probablemente era mejor romper la tension y admitir finalmente que nos conociamos. De esa manera, al menos las cosas podrian ser un poco mas… manejables. Tal vez no, pero valia la pena intentarlo. “Entonces”, dije mientras desabrochaba el boton superior de su camisa, mirando directamente a sus ojos verde avellana. “?Como esta tu madre?” “Esta bien”, dijo. “Bien, pero decepcionada”. “Me alegro de oirlo. ?Y tu hermano?” “Esta bien”, respondio. “Ahora vive en Japon, ensenando ingles a los ninos de las zonas rurales.” Sonrei. “Bien”, dije. “Eso parece el tipo de cosa que le vendria bien. ?Es feliz?” “Esta feliz porque esta lejos de aqui”, respondio, encogiendose ligeramente de hombros, lo que hizo que mis dedos resbalaran un poco, y termine tocando su piel por una fraccion de segundo. Me aleje, sintiendo las puntas de mis dedos como si me hubiera quemado. No queria que me tocara, sobre todo cuando parecia tener tanto efecto en mi. Pense que no lo haria… habia superado lo de Jody Banks, habia intentado toda mi vida olvidarme de el. Y, en su mayor parte, lo habia hecho. Pero el estaba sentado frente a mi, vulnerable y con mejor aspecto que nunca y yo… Dios, yo era inutil frente a el, aunque el era el paciente, y aunque el era el que estaba sentado en la mesa del paciente y tenia un cuchillo en el brazo. Tosi y me aleje de el. “?Estarias mas comodo si otro medico hiciera esto?” Sonrio, su mirada se encontro con la mia. “No dejaria que nadie mas hiciera esto”, dijo. “Asi que no”. Casi habia terminado. Su camisa estaba abierta y tuve que tirar de su manga para que no tocara el cuchillo, que sobresalia de su brazo. Extendio su brazo izquierdo, ileso, para que yo pudiera quitarle la manga. Me puse detras de el para tener una mejor vista de lo que estaba haciendo. La tela de la manga se habia recogido detras del boton, lo que significaba que iba tener que ser muy cuidadosa para bajarla sin hacerle dano. Eso era bueno, al menos, porque no queria tirar del cuchillo y hacer que su herida fuera peor de lo que ya era. Camine a su alrededor, hacia su brazo derecho, y tire de su camisa y la aleje, sacando la tela de su cuerpo y luego lenta pero seguramente empujandola hacia abajo y alejandola de el. Finalmente la aleje de su brazo lo suficiente como para evitar el cuchillo. Contuve mi respiracion mientras el se agarraba la manga y tiraba hacia abajo tan fuerte como podia. Cuando la camisa aterrizo en el suelo de baldosas delante de nosotros, senti que podia respirar de nuevo

  • En esto del amor. La primera escoba, la segunda senora de Cristina Serrano

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    Una chica llena de ilusiones con gran talento para el dibujo.
    Un hombre enamorado que se propondra conquistarla.
    Nada volvera a ser igual para la joven madrilena, porque es muy sencillo confundir amor con dependencia. Cuando se percata del error ya es tarde, no encuentra el modo de romper esa relacion obsesiva que la esta consumiendo. Solo el amor verdadero la mantendra viva. Un amor secreto que aparecera por sorpresa, que guardara consigo y no querra mostrar ni siquiera al implicado de sus suenos.
    Una historia distinta, emotiva. No te dejara indiferente.

  • Una historia negra de Antonella Lattanzi

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    Empieza el juicio a una mujer
    que es un juicio a todas las mujeres.
    Nadie te ha contado esta historia asi.

  • Terror entre citricos de Paco Luna

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    Nuestro protagonista, que ni tiene nombre ni falta que hace, por fin consigue disfrutar de unas vacaciones de verdad. Su mujer y sus hijos van a estar un tiempo ausentes y el se siente libre como un adolescente, solo en casa, un chalet en mitad de la nada, rodeado de naranjos y limoneros. Es en ese preciso momento cuando su vida se ve truncada por una trama mistica de la que no es consciente en ningun momento, ni siquiera en su final, donde nos relata su propia historia. Desde el principio, lo cotidiano se vuelve contra el, sacando lo peor de si mismo, para acabar complicandose la vida hasta extremos inimaginables. Nuestro heroe es todo lo contrario a lo que se puede esperar; de hecho lo mas facil es que el lector acabe deseando su muerte. Una historia hilarante que no deja indiferente, una mezcla de humor y terror que bien podria definirse como Tumor negro.

  • Bajo el mismo techo de Viqqii Galiano

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    Abi Bennet jamas tuvo una familia, se la pasaba en casas de acogida. Sin embargo, toda su vida se puso patas arriba cuando a tan solo un ano de cumplir sus dieciocho anos, una familia decide mantenerla temporalmente. Lo que no pudo imaginar es que iba a tener que compartir semejante mansion con cuatro hermanos. Y lo que menos sospechaba, era enamorarse de uno de ellos.

  • Todos nuestros presentes equivocados de Elan Mastai

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    Una irreverente novela de ciencia ficcion romantica.

  • Dias de lluvia de Angeles Ibirika

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    Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeno hijo, a la casa de su padre en Bermeo, despues de diecisiete anos de ausencia. Desde el primer instante se siente extrano, en un lugar al que ya no pertenece. Pero si su futuro se le presenta oscuro, retomar el pasado que dejo a medias tampoco le sera facil. Debera resolver todo lo que quedo pendiente con su precipitada marcha, explicar muchos de sus actos, enfrentarse a sus dudas, sus temores y sus prejuicios. y perdonar. Aunque lo que no imagina es que durante ese proceso se reencontrara con la dulce Maddi y que junto a ella la vida tratara de darle una segunda oportunidad. ?La dejara escapar de nuevo?

  • La leyenda de los centinelas de Manuel Criba

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    Daven el Cuervo es un guerrero vikingo que, al morir, transgredio la mas importante de las viejas reglas: enamorarse de la valkiria que debia trasladarlo al Valhalla. Fue condenado por los dioses a vagar por el mundo por los siglos de los siglos.
    Cuando el abad de un monasterio pirenaico le pide que desentierre un tesoro maldito para liberarlos de una vieja leyenda, Daven se niega. Sabe que hay cosas que es mejor no remover.
    Sin embargo, alguien no parece pensar lo mismo. Irene, una joven que acaba de quedar huerfana junto a sus dos hermanos, desentierra el tesoro para abandonar una vida de pobreza y desesperacion. Cuando los espectros que custodian el oro la persiguen para recuperarlo, tendra que decidir si renuncia a sus esperanzas o sigue adelante arriesgando su vida y la de los suyos.

  • En las manos de mi jefe de Johanna Milton

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    Johanna acaba de romper con su novio de toda la vida y ahora siente que no ha aprovechado su vida para conocer, experimentar y disfrutar...
    Nick es un empresario de exito cuyo hobby oculto es ir a fiestas donde lo que lo que mas importa es la discrecion.
    Ellos se veran gracias a una fiesta organizada por "Desata tu yo interior", pero su historia habia empezado mucho antes de eso...
    El es su jefe, pero su cuerpo invita a pensar en muchas otras cosas...
    Ella nunca habia sentido el placer de la pasion...
    Dejate llevar por tu yo interior, desata la lujuria y el sexo. No dejes que nadie opine por ti. Rebela tus deseos mas ocultos y, ante todo...NO TE ENAMORES.

  • Los ultimos dias de Nueva Paris de China Mieville

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    Marsella, 1941. En el caos de la guerra, el ingeniero estadounidense Jack Parsons tropieza con un grupo clandestino antinazi, incluido el teorico surrealista Andre Breton. En los extranos juegos de los diplomaticos disidentes, los revolucionarios exiliados y los artistas de vanguardia, Parsons encuentra y canaliza la esperanza. Pero lo que involuntariamente desencadena es el poder de los suenos y las pesadillas, cambiando la guerra y el mundo para siempre. Ano 1950. Thibaut, un luchador surrealista solitario, camina por una nueva y alucinogena Paris, donde los nazis y la Resistencia estan atrapados en un conflicto interminable y las calles son acechadas por imagenes y textos que parecen cobrar vida con las fuerzas del Infierno. Para escapar de la ciudad, debe unirse a Sam, un fotografo estadounidense, y hacer causa comun con una poderosa y enigmatica figura… Pero Sam esta siendo cazado. Y surgiran nuevos secretos que pondran a prueba todas sus lealtades, a la nueva y la vieja Paris, y a la realidad misma. <> URSULA K. LE GUIN <> NEIL GAIMAN La critica ha escrito sobre Los ultimos dias de nueva Paris<> NPR <> USA TODAY <> CHICAGO TRIBUNE

  • El halcon de Esparta de Conn Iggulden

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    EN EL MUNDO ANTIGUO, UN EJERCITO FUE EL MAS TEMIDO POR TODOS, UN EJERCITO CAPAZ DE SOMETER IMPERIOS.

  • Noche de Bernard Minier

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    De todos los criminales a los que se ha enfrentado a lo largo de su carrera, ninguno ha suscitado en el comandante Martin Servaz, miembro de la Policia Judicial de Toulouse, semejante grado de horror y aversion como el diabolico Julian Hirtmann. Pero el encono de Servaz no se debe solo a que el antiguo fiscal del tribunal de Ginebra le arrebato a su adorada Marianne, sino tambien a que Hirtmann, con sus perversos metodos de tortura psicologica, parece haberse apropiado de su mente, exponiendo sus pasiones mas intimas, desde la musica de Gustav Mahler hasta las zonas oscuras de su vida familiar. Inesperadamente, el homicidio de una joven en una iglesia en el norte de Noruega ofrece a Servaz la ocasion de reencontrarse con el aborrecible Hirtmann. El crimen ha movilizado a la agente Kirsten Nigaard, de la Policia de Oslo, cuyas pesquisas la conducen a una plataforma petrolifera del mar del Norte, donde descubre que uno de los operarios ha huido, dejando una serie de indicios que apuntan al comandante Servaz. ?Golpe de azar o giro sospechoso del destino? Ajena a la historia solapada bajo el caso, Nigaard se traslada a Francia para unirse a Servaz en la busqueda y captura de Hirtmann. Asi pues, la implacable persecucion culmina en los abismos de una noche de invierno, durante la cual, en un cara a cara definitivo, Martin Servaz debe jugarse la vida y el honor frente al mas despiadado de sus enemigos. Consolidado como la voz mas potente del thriller frances de los ultimos anos --sus libros suman mas de dos millones de ejemplares vendidos y han dado origen a una serie de television--, Bernard Minier es un maestro en la ejecucion de tramas de ritmo trepidante protagonizadas por personajes aterradores. La publicacion de Noche supuso su consagracion como uno de los autores mas populares de Francia.

  • LOS CADAVERES NO SUENAN: La segunda novela policiaca del agente del FBI Ethan Bush de Enrique Laso

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    Si te apasionaste con ‘Los Crimenes Azules’ volveras a disfrutar con LOS CADAVERES NO SUENAN. Una novela policiaca que esta fascinando a los amantes del genero.
    ENRIQUE LASO regresa con la segunda entrega de la serie de novela negra protagonizada por el agente de la UAC Ethan Bush, impulsado por el exito mundial tanto de ventas como de critica de ‘Los Crimenes Azules’ (ya traducida a 6 idiomas, los derechos cinematograficos comprometidos con Hollywood y con mas de 350.000 copias vendidas)

  • Seduccion Vengativa de Trish Morey

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    Su vengativa seduccion. !los uniria para siempre!

  • La jaula de sal de Ibon Martin

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    Un salvaje crimen golpea Pasaia cuando solo han pasado dos anos de la detencion del Sacamantecas, el psicopata que sembro el terror en el pueblo marinero. La eleccion de la victima y el lugar, el solitario faro de la Plata, no parecen fruto del azar. La inquietante firma que el asesino traza en el cadaver tampoco. Todo apunta a que ha vuelto a ocurrir. La escritora Leire Altuna se enfrenta a su caso mas personal, una investigacion que la llevara a traves de las estrechas sendas que separan el amor del odio, la amistad de la traicion. Tendra que luchar con el miedo y con su propia mente, empenada en distorsionar lo que sucedio aquella tarde. Siniestras amenazas telefonicas pondran a prueba su resistencia, sobre la que pende ademas una opresiva fecha limite. En paralelo, la ertzaina Ane Cestero y su equipo avanzaran con unas pesquisas oficiales que destaparan los peores instintos del ser humano. Ibon Martin crea en estas paginas un absorbente thriller psicologico que arrastra al lector hasta el propio corazon de San Sebastian, para convertir la bahia de la Concha en escenario del horror mas desgarrador.

  • Bailando Descalzos de Zoe Chant

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    Un padre soltero + la maestra de su hija = un amor tan inexplicable como innegable.

  • El placer de Tuya de Noelia Garcia-munoz

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    "Que el cordero haga uso de su juego a traves de sus carnes"

  • Multimillonario Descubierto de J. S. Scott

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    ?QUE SUCEDE CUANDO EL HOMBRE AL QUE SIEMPRE HAS ODIADO RESULTA SER QUIEN TE SALVA, ARRIESGANDO SU PROPIA VIDA PARA RESCATARTE DE UNA MUERTE SEGURA?
    Todo esta borroso. Lo que siempre creiste cierto resulta no estar tan claro ahora.

  • Un libro de martires americanos de Joyce Carol Oates

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    La monumental y polemica nueva novela de <> (Elena Hevia, El Periodico de Catalunya) es una profunda reflexion sobre el aborto y la pena de muerte, pero tambien sobre los problemas esenciales de nuestras sociedades y de nuestras propias vidas.

  • Jefa por sorpresa (California Beach 1) de Olivia Kiss

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    Para Jennifer su carrera profesional lo es todo. Lleva anos esforzandose por ser la mejor en lo suyo y parece que lo ha conseguido.
    No obstante, una noche sale con su amiga Claire y se da cuenta de que ha olvidado otros aspectos de su vida hasta el punto de que en unas horas cumplira un ano de sequia sexual.
    Para Cole no hay nada que le importe menos que su futuro. Vive al dia y disfruta de los pequenos placeres de la vida; como, por ejemplo, mirar a la chica del vestido rosa mientras se pasea por el club California Beach con una bandeja llena de cocteles.
    Esa noche sus caminos se cruzaran sin imaginarse que, poco despues, sus vidas lo haran mucho mas.

  • Mi rubia debilidad de Carolina Paz

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    Rachel y George tienen una historia antigua. Una historia que no termino del todo bien. De hecho, esta es una historia inconclusa.
    Ella se entrego por completo en lo que pensaba era una relacion, mientras que el no se dio cuenta de lo que tenia hasta que lo perdio.
    Luego de un tiempo alejados, vuelven a encontrarse y esto provoca que los sentimientos guardados afloren por una de las partes y la confusion se apodere de la otra.
    El la quiere de vuelta en su vida, pero sabe que tiene que volver a ganarsela. Tiene que hacer el gran gesto que a Rachel le haga volver sin pensar en nada a sus brazos.
    Pero nada les sera facil. Encontraran obstaculos en el camino los cuales deberan sortear si es que desean estar juntos.
    ?Sera capaz George de enfrentar a quien sea con tal de recuperar la confianza de Rachel?
    ?Podra ella perdonar al hombre que ama y volver a construir una historia juntos?

  • Poseidon (Elohim 1) de Mariah Evans

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    Una ciudad que cayo en el olvido. Una ciudad que, en nuestros dias, vuelve a nuestra memoria. Asi empieza todo, con una ciudad perdida durante milenios que ansia ser descubierta de nuevo, con sus luces y sombras.
    Laureano Molina es un reputado historiador e investigador de antiguas civilizaciones, cuyo descubrimiento podria cambiar la concepcion sobre los origenes de la humanidad. A su muerte, su legado queda incompleto por decision propia y sera su nieta Lucia Molina, una joven licenciada en Cultura Clasica, la que asumira voluntariamente la tarea de descubrir que es lo que su abuelo con tanto esmero se encargo de ocultar y por que motivo lo hizo.
    Gael, un joven informatico, es una de las ultimas personas que colaboro con Laureano, con el cual mantenia no solo una relacion profesional, sino una confianza absoluta.
    La tenacidad de Lucia obligara a Gael a ayudarla en su mision, si bien el guarda sus propios secretos. A la vez, debera protegerla frente a fuerzas inimaginables que escapan a la compresion del ser humano y que podrian traer de vuelta un mal ancestral.
    Juntos iniciaran la busqueda de la verdad visitando lugares tan emblematicos como Egipto y recordando emplazamientos donde Laureano habia viajado con Lucia, tales como Israel, Malta y muchos otros.
    Todo esta conectado. Ellos siempre han estado aqui, protegiendonos, aunque la humanidad no haya sido consciente de ello.

  • Prometi destruirte, amor (Los peligros de enamorarse de un libertino 1) de Raquel Mingo

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    ?Es posible ordenarle al corazon que deje de sentir?

  • Escuela de senoritas St Margare de Kate L. Morgan

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    Era la primara noche navengado. A bordo del barco mas grande jamas construido, Trevor esperaba impaciente el comienzo de la velada. La gran escalinata principal era el corazon de la vida de primera clase. El SS Great Britain se elevaba majestuosamente a traves de cuatro cubiertas, y era la nina bonita de todos los buques que se habian construido hasta el momento, ya que era el primer buque de hierro propulsado por una helice. Era el primero con un doble casco, el primero con mamparas estancas, y el primero capaz de bajar todos los mastiles en caso de tener vientos de proa. El barco estaba equipado para viajar con todo tipo de lujo ya que tenia cuatro cubiertas, dos lineas de cabinas que daban a cubierta, y dos salones comedores, junto con veintiseis camarotes individuales, y ciento trece camarotes dobles de lujo. En ese viaje inaugural, estaba la flor y nata de la sociedad inglesa. Desde su rincon apartado y oscuro podia escuchar el sonido de la suave musica, y la risa de su tia materna que charlaba en esos momentos con el marques de Pooley, tambien con su esposa Kate: una rolliza mujer con una voz de soprano que resultaba bastante interesante. Una sonrisa amplia se dibujo en su rostro juvenil al contemplar el rostro de ella que mantenia la compostura como un soldado en el frente escuchando a su interlocutora. Tenia una vision perfecta del amplio vestibulo y de parte del salon que tenia las dobles puertas abiertas de par en par. Seguia el ir y venir de las mujeres que iban ataviadas con vestidos que brillaban, no solo por los fastuosos tejidos de lentejuelas, sino por las joyas que lucian sus cuellos y sus orejas. Tambien le gustaba observar a los hombres que vestian impecables trajes negros. Uno de los invitados que vestia de gris claro, le llamo la atencion pues resaltaba de entre el resto como una mosca en un tazon de leche. Llevaba el pelo muy corto y engominado hacia atras, y lo miraba todo con cierto desden. Le parecio que le disgustaba estar entre tantos politicos, banqueros y empresarios. --?Puedo sentarme contigo? Trevor se sobresalto al escuchar la voz infantil. Giro la cabeza, y desvio los ojos de los invitados a la aparicion: una nina que no debia de tener mas de nueve o diez anos. Poseia unas largas pestanas bajo unas perfectas cejas arqueadas que realzaban los brillantes luceros que iluminaban su delicado rostro. --No --fue su tajante respuesta, aunque ofrecida en voz baja para no llamar la atencion de los invitados. Trevor tendria que estar en su camarote y no sentado en la escalera, ni espiando tras los barrotes de la barandilla. --Yo tambien quiero mirar la fiesta --dijo la nina muy seria--. Hacen mucho ruido. Trevor penso que el verdadero ruido vendria despues, cuando las mujeres estuvieran ebrias y no pudieran controlar sus voces chillonas. Los hombres alzarian la voz para hacerse oir entre ellos, y la musica subiria al mismo tiempo de volumen. --?Donde esta tu ninera? --le pregunto impaciente. --No lo se --admitio en un susurro--. Estaba sola en mi camarote, he escuchado la musica, por eso me levante y vine hasta aqui... --El barco esta lleno de gente --contesto sin dejar de mirarla. La nina de ojos grandes parecia en verdad asustada. --?Puedo sentarme a tu lado? --insistio. Trevor solto un suspiro largo y termino aceptando. --Esta bien, pero no me molestes. La pequena se sento muy pegada a el, detalle que lo molesto. Trevor se aparto rapido, pero ella volvio a moverse para quedarse muy quieta a su lado, finalmente, el chico no se aparto de nuevo.--Me llamo Maggie --se presento la nina. Trevor volvio a mirar por la barandilla, como si hubiera dejado de interesarle. --Lo se. --?Como lo sabes? --quiso saber--. Yo no se quien eres tu. Ni Trevor pensaba decirselo. --Solo uno de los pasajeros de este majestuoso barco tiene nueve anos. Maggie lo miro asombrada. El chico era un adolescente, pero hablaba como un adulto. --Tengo diez --admitio franca--. ?Como te llamas? --le pregunto muy interesada. Trevor dudo en darle una respuesta porque no le gustaba relacionarse con ninos, y esa pequena se estaba convirtiendo en una pesada. Le gustaba observar a los invitados, y los analizaba. Le parecia un entretenimiento contemplar sus diferentes comportamientos. Lo que bebian, vestian, confesaban… --Me gustaria que se me conociera por el apellido de mi madre, Lafayette. La nina parpadeo al escucharlo. --?Es un apellido forastero? --siguio insistiendo. Trevor termino por sonreir, y Maggie se dijo que no parecia tan feo como cuando tenia el cejo fruncido. --Mi abuelo materno era frances --contesto confidente--, por eso mi madre se apellida asi. Margaret se quedo pensativa. --?Te llamas como tu abuelo y no como tu papa? ?No tienes papa? --fue el logico razonamiento al que llego la nina. Trevor la miro atonito. --!Por supuesto que tengo padre! Maggie no lo sabia muy bien, pero estaba segura de que todos los ninos querian llamarse como los papas y no como las mamas. --?Como se llama tu papa? --insistio. --?Por que quieres saberlo? Ademas, eso no es importante --respondio el otro en voz baja. --Pero a mi me gusta conocer los nombres de los papas de mis amigos. Trevor chasqueo la lengua. La nina era muy cansina. --Te recuerdo que no somos amigos --Maggie hizo una mueca confusa bastante graciosa. Si su padre y su madre eran amigos del papa del chico, entonces Lafayette era su amigo tambien--. Ese de ahi es mi padre. Los ojos de la nina se dirigieron hacia el lugar que el chico le indicaba, y entonces sonrio de oreja a oreja. --Nuestros padres si son amigos, mira --ella le senalo a su vez a los dos hombres que se daban un saludo fraternal. Era el padre de ella, y el hombre que el chico le habia senalado un momento antes. Trevor tenia ganas de quitarsela de encima porque en breve los invitados pasarian al salon, y el ya no podria continuar observandolos. --Puede que sean conocidos y no amigos --la rectifico. --!Claro que son amigos! Y yo quiero que seas mi amigo. --Las ninas como tu no pueden ser amigas de chicos como yo. Eso a Maggie le parecia una soberana tonteria. --?Eres demasiado importante como para ser mi amigo? --le pregunto de sopeton. Trevor la miro tras escucharla. --Ahora, no, porque no tengo edad suficiente para serlo, pero algun dia sere tan influyente como el marques de Lafayette. La nina medito en la respuesta de el. --?Ese marques es tan importante como nuestro rey? Trevor resoplo al escucharla. Esa nina jamas podria entender el motivo para que el quisiera ser como ese hombre. --Fue un importante militar --la nina lo escuchaba atenta--, ademas de un destacado politico frances. Y lo mejor de todo es que peleo por los Estados Unidos en la Guerra de independencia contra el Imperio britanico. --Ohhh --exclamo la nina asombrada. --Y era mi abuelo --declaro orgulloso. La nina lo miro con los ojos abiertos de par en par. Trevor se amonesto porque habia hablado con ella como si fuera una chica y no una nina, pero debia de admitir que era bastante bonita. --?Vas a ser un soldado como tu abuelo? --pregunto admirada. A Trevor se le hacia dificil relacionarse con las personas, pero sobre todo con las mujeres tras la muerte de su madre cuando era apenas un nino. Desde entonces nunca mantenia contacto con ninguna, salvo con su ninera a la que adoraba. --?Y tu que piensas ser de mayor? --le pregunto Trevor para cambiar de conversacion. La nina no se penso la respuesta. --Una domadora de circo --sonrio al mismo tiempo que respondia. los ojos oscuros de Trevor brillaron al escucharla. --?No quieres ser una princesa, princesa? --le pregunto burlon. La nina solto un suspiro largo y profundo. --No me gustan, y no soy una princesa --admitio sincera. Trevor no podia creer esa respuesta, ?que nina no sonaba con ser una princesa de cuento? --?Por que no deseas ser una princesa? --la pregunta le salio sola. --Porque todas tienen madrastras horribles --la nina se mordio el labio inferior en un gesto que a Trevor le parecio encantador. Esa era una gran verdad, penso Trevor. --Pero todos los cuentos de princesas terminan bien --contesto con una sonrisa porque le hacia gracia ver la expresion de la nina--. Con un principe azul rescatandolas. Maggie entrecerro los ojos con dudas, y meditando en esas palabras. --Mi papa dice que una verdadera princesa no necesita que un principe la rescate --confeso en un susurro--. Las verdaderas princesas son fuertes y valientes.

  • Un ruso blanco en la Division Azul de Xose Manoel Nunez Seixas

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    Este libro recoge las memorias ineditas -con edicion, estudio introductorio y notas de los historiadores Xose M. Nunez Seixas y Oleg Beyda- del exiliado ruso blanco Vladimir Ivanovich Kovalevski (1892-?), quien tras servir en la Legion Extranjera francesa recalo en Espana en 1938 como voluntario en las filas franquistas. Tras establecerse en San Sebastian, en junio de 1941 se alisto como voluntario e interprete en la Division Azul. Desde su perspectiva de veterano anticomunista y patriota ruso, Kovalevski muestra en sus memorias su pronta decepcion con el proceder de la Wehrmacht en Rusia como ejercito ocupante, y adopta una postura critica hacia el comportamiento de los soldados de la Division Azul y sus mandos -desde el general Munoz Grandes hasta Fernando Castiella, posterior ministro de Asuntos Exteriores franquista.

  • Soy Rose Black de Ana Ballabriga , David Zapalana

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    Rose Black tiene todo lo que cree que podria desear: un trabajo estable y bien remunerado como abogada en un bufete de Ibiza, un novio italiano estupendo que la adora, y tres amigas incondicionales y divertidas. Sin embargo, en la fiesta de su 40 cumpleanos, se da cuenta que, a pesar de todo, su vida parece haber tocado techo.

  • Un mes para seducir a una dama (Minstrel Valley 6) de Diane Howards

    https://gigalibros.com/un-mes-para-seducir-a-una-dama-minstrel-valley-6.html

    ?A quien seguir cuando el corazon te grita que te enamores del joven apuesto que hace que la pasion despierte en cada poro de tu piel, pero la razon te dice que es otro el adecuado?

  • La escuela de musica de Pablo Montoya

    https://gigalibros.com/la-escuela-de-musica.html

    La nueva novela de Pablo Montoya sobre una escuela de musica en Tunja en los anos ochenta.

  • Buscame en tu corazon de Fernanda Suarez

    https://gigalibros.com/buscame-en-tu-corazon.html

    Llega la septima entrega de la serie romantica ambientada en la regencia <>.

  • Los Smith, perfectos imperfectos (Serie completa) de Valeriam Emar

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    SI CECE LO DICE
    Cece amor es una famosa consejera sentimental, conocida por su don de emparejar a las personas que estan destinadas a estar juntas. Pero su mundo rosa empezara a desmoronarse con la aparicion del Camarada del deporte, un bloguero que intenta destruir su reputacion acusandola de fraude.
    Jerry Smith se propone encontrar a la famosa consejera sentimental que hizo que su prometida lo dejara plantado a pocas semanas de casarse y se ocuparia de que ella pagara bien caro lo que le hizo.
    A veces el enemigo esta mas cerca de lo que uno se imagina, y del odio al amor se puede pasar a un solo beso.

  • Ensayo sobre la ceguera de Jose Saramago

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    Un hombre parado ante un semaforo en rojo se queda ciego subitamente. Es el primer caso de una <> que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdidos en la ciudad, los ciegos tendran que enfrentarse con lo que existe de mas primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio. Ensayo sobre la ceguera es la ficcion de un autor que nos alerta sobre <>. Jose Saramago traza en este libro una imagen aterradora y conmovedora de los tiempos que estamos viviendo. En un mundo asi, ?cabra alguna esperanza? El lector conocera una experiencia imaginativa unica. En un punto donde se cruzan literatura y sabiduria, Jose Saramago nos obliga a parar, cerrar los ojos y ver. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es, tambien, una reflexion sobre la etica del amor y la solidaridad.

  • El sustituto de Blanca Miosi

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    Muchas veces sonamos con convertirnos en genios, o en hacer realidad nuestros suenos. Fedor Mogliani lo consiguio con esfuerzo, dedicacion y una mente privilegiada. Sin embargo, no contaba con encontrar en su camino a Mark Carter, un joven deforme confinado a una silla de ruedas porque sus musculos se estaban convirtiendo en hueso. Pese a ser todavia un estudiante de Ingenieria Biologica, contra todo pronostico, logro revertir la fibrodisplasia osificante progresiva que sufria Mark.
    Una historia apasionante en la que se mezclan sentimientos, ciencia, ambicion e intriga, que te hara preguntarte si vale la pena todo aquello por lo cual luchamos.
    A lo largo de sus 400 paginas Blanca Miosi, autora de La busqueda, El legado, la trilogia El manuscrito, El rastreador y La lista, deleitara a sus lectores con una historia apasionante.

  • Pensamientos desde mi cabana de Kamo No Chomei

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    A finales del siglo XII, Tokio fue devastado en buena medida por incesantes catastrofes: tornados, terremotos e incendios. Su poblacion vivia sumida en un clima de inquietud constante. Chomei, que acababa de cumplir cincuenta anos y habia rechazado la buena vida del funcionario de la corte por la incierta existencia del poeta, abandona la aristocratica residencia familiar de la capital para vivir en una modesta casa a las afueras, donde busca mas libertad para escribir y un mayor dominio sobre su propia vida.

  • Todo es posible en America, Araceli Ocana de Araceli Ocana

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  • Calles de chatarra de Alejandro Guardiola

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    Una oscura noche, despues de una discusion familiar, la pequena Irina asiste impotente al asesinato de su hermana, sin que sea capaz de explicar nada ni a la policia ni a sus padres.

  • La lucha contra el demonio de Stefan Zweig

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    La lucha contra el demonio (titulo original en aleman “Der Kampf mit dem Damon”) es un libro escrito por Stefan Zweig, donde describe la vida de tres individuos peculiares: Friedrich Holderlin, un gran poeta maldito, que acabo sus dias en el manicomio; Heinrich von Kleist, un escritor sin fortuna, que acabo suicidandose con 34 anos tras buscar, con sus obras maestras, un exito que se le nego; y Nietzsche, el filosofo que pregonaba que Dios habia muerto creando asi una futura revolucion filosofica, y que tambien acabo sus dias recluido por una enfermedad nerviosa en una casa de locos.

  • Rebelde de Lory Squire

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    La dura era vida en Texas durante los anos posteriores a la guerra civil americana. Una epoca en la que los bandidos y los guerreros indios, condicionaban la vida de los rancheros, y en la que las mujeres no tenian oportunidad a decidir sobre su vida.

  • Como te veo yo de Abril Camino

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    !Cumpleanos feliz! !Cumpleaaaaaanos feliz! --La voz de una Hazel absolutamente desafinada entra atronadora en mi dormitorio, cuando aun no he tenido tiempo de abrir del todo los ojos--. Te deseeeeeeo, Holly Rose. !Cumpleaaaaaanos feliz! Siempre me he preguntado como es la vida de las personas que no son capaces de reirse de si mismas. O, mejor dicho, siempre me he compadecido de ellas. He tenido la suerte de criarme en una casa en la que la carcajada estaba a la orden del dia, y creo que eso ha moldeado mi caracter de una manera que algun dia tendre que recordar agradecerles a mis padres. Cuando abandone el nido para ir a la universidad, vino el segundo gran golpe de fortuna de mi vida: dar con una companera de habitacion tan payasa que hace que mis padres hasta parezcan serios. Con Hazel entendi que ser hija unica no es un impedimento para tener una hermana, una que me regalo la vida y la casualidad de que el orden alfabetico nos colocara juntas en aquella residencia universitaria de Stanford. Por todo eso, por lo mucho que la quiero y por la enorme capacidad de ambas de reirnos de nuestros avatares vitales, consiento el espectaculo que tengo ante mis ojos: Hazel, portando una bandeja llena de cupcakes, coronados por una vela con el numero uno. No, no cumplo un ano hoy. De hecho, mi cumpleanos es en primavera, y el verano hace ya semanas que ha acabado. Hoy hace un ano que no me acuesto con nadie, y a Hazel le ha parecido fantastico despertarme con este festejo, justo en el que va a ser mi primer dia de trabajo. --Sopla la vela, Holly. Y, por lo que mas quieras, pide como deseo echar un buen polvo. --Cada dia es mas dificil soportar tus excentricidades. --Pese a mis palabras, le hago caso. En lo de soplar la vela, no en la eleccion del deseo. En realidad, como me ocurre siempre, me acuerdo de que deberia haber pedido algo cuando la cera ya amenaza con estropear la cobertura del pastel--. Pero gracias por el desayuno, pequena. --A tus ordenes. Siempre. --Me da un beso en la mejilla y se lanza en mi cama. Se mete bajo las sabanas y se acurruca para combatir el frio de estas horas de la manana. Frio en octubre. Ver para creer. --?A quien le has robado todo esto? --?Y quien te ha dicho que no me he pasado la noche cocinando para ti? --El hecho de que la casa no este en llamas me ha dado una pista. --Nueva York es el puto paraiso. Hay una pasteleria en Queens que envia cupcakes a domicilio las veinticuatro horas. Eres tan marmota que ni has oido el timbre. --Ya veremos si Nueva York te sigue pareciendo el paraiso cuando llegue el invierno. --!?El invierno no es esto?! Somos dos chicas del sur de California recien llegadas a la ciudad que nunca duerme. Hazel se crio en una de esas zonas de Los Angeles que nadie recomendaria a los turistas, arrastrando una historia familiar de la que odia hablar y que yo solo conoci gracias a una noche de borrachera en la que se le solto la lengua. Yo, en cambio, creci en las colinas de West Hollywood, en una casa en la que, en cada armario, cabria nuestro apartamento actual entero, y en la que Hazel encontro, bajo la manta protectora de mi madre, lo mas parecido a un hogar que la vida decidio darle. Me gusta California. Me gustan el sol y la playa; me fascina el encanto decadente del Hollywood que se ve en las peliculas y del que solo se conoce desde cerca; tengo, ademas, la firme conviccion de que poder ir todo el ano en sandalias es un lujo que no se paga con dinero. Pero... !Ay, Nueva York! Cuando, hace un par de meses, me vi ante las pantallas de Times Square, con Hazel a mi lado y con nuestro miedo compartido por estar por primera vez tan lejos de casa, entendi que habia encontrado mi lugar en el mundo. No era la primera vez que visitaba la ciudad. Habia estado muchas veces con mis padres y tambien en un viaje con amigos el segundo ano de universidad. Pero, en ese momento, ya no estaba en calidad de turista. Tenia en la mochila las llaves y el contrato de alquiler de nuestro nuevo apartamento, asi que ya nos sentiamos neoyorquinas. Estabamos en casa. En realidad, nuestro piso queda un poquito lejos de Times Square. A unos cuarenta y cinco minutos en metro y mas kilometros de los que estoy dispuesta a calcular. En el Brooklyn profundo, por mas que desde la azotea del edificio se vislumbren las copas de los arboles de Prospect Park. Es un apartamento de unos cuarenta metros cuadrados, con dos habitaciones que en algun momento tendremos que molestarnos en decorar, un cuarto de bano diminuto y un saloncocina que podria ser retro, pero me temo que se queda en viejo. Pero... a quien le importa. Es Nueva York. --Como no muevas el culo, vas a llegar tarde en tu primer dia --me recuerda Hazel, sacandome de la ensonacion que todavia me produce pensar que estoy viviendo en la ciudad con la que siempre fantasee. --?Me ayudas a elegir que ponerme? --!Venga ya! ?La mismisima Holly Rose no tiene decidido el atuendo de su primer dia de trabajo desde hace una semana? --Si, por supuesto que si. --Se me escapa una carcajada porque, si Hazel tuviera un dia especialmente malevolo, rebuscaria entre mis cosas y encontraria un cuadro con todas las posibles combinaciones de ropa que me he planteado para el dia de hoy--. Pero es el rollito que se trae la revista el que me hace dudar. Dentro de una hora y cuarenta y siete minutos, si la eleccion de ropa o mis todavia precarios conocimientos del sistema de metro no lo impiden, comenzara mi vida laboral. Cuando me gradue en Periodismo y Lenguas Modernas en Stanford, hace unos meses, dedique unas semanas de mi vida a enviar curriculums a diestro y siniestro. No quedo una sola publicacion, canal de television, emisora de radio o agencia de noticias en todos los Estados Unidos que no recibiera ese exiguo documento en el que se detallaba que tenia un expediente estupendo en la carrera, pero ninguna experiencia profesional. Ah, y tambien tenia un orgullo muy arraigado que me impidio, desde el primer momento, tirar de los contactos de mis padres para acabar colocada en un puesto que, sin duda, no me mereceria. Contra todo pronostico, a principios del mes de agosto, recibi la llamada que me ha traido hasta aqui. Hasta Nueva York y hasta esta manana de nervios instalados en el estomago. No habia oido hablar de la revista online Millenyal en toda mi vida, pero fingi al telefono que era una lectora asidua de esa pequena publicacion de temas variados dirigida al publico neoyorquino menor de treinta anos. Buscaban una redactora junior, y la prueba de acceso consistia en elaborar un articulo de opinion sobre un tema libre y un reportaje completo sobre algun aspecto relacionado con el arte y con Nueva York. Creo que acepte, en parte, por el reto que suponia prepararlo todo. Elegi, puede que con muy poca cabeza, dedicar la columna a hacer un alegato de los votantes de Donald Trump y sus motivaciones, a pesar de que me habia pasado semanas despotricando contra ellos. Para el reportaje, espere a que Hazel y yo nos mudaramos a Nueva York, algo que ya habiamos decidido incluso antes de que llegara mi oportunidad laboral, y me pase dos semanas recorriendo las calles de South Bronx con mi camara reflex, aparentando mucha seguridad cuando me encontraba con alguna banda, pero cruzando internamente los dedos para no dar con la persona inadecuada. De aquella experiencia salio un reportaje de dieciseis paginas titulado El arte urbano de los grafitis de South Bronx y una entrevista personal en la sede de la revista, que acabo conmigo firmando, casi sin tener tiempo para asimilarlo, un contrato de un ano para trabajar alli. --Pantalon negro y camisa vaquera es una combinacion ganadora. --Hazel entra en el cuarto de bano con una percha en cada mano, y yo me limito a echar un vistazo a lo que ha elegido, con el cepillo de dientes metido en la boca. --?No sera demasiado informal?

  • La chica y la bestia (Chicas Magazine 3) de Olivia Kiss

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    Todo el mundo teme a Dominic Miller, el director de la revista mas vendida de Nueva York, al que sus trabajadores apodan como "la Bestia". Es hermetico, imperturbable y su mirada fria y gris es capaz de conseguir cualquier reto que se proponga.
    Solo Ava Bell, su nueva y eficiente secretaria, parece ser capaz de seguirle el ritmo. Sin embargo, cuando Dominic le pide que se haga pasar por su novia para cerrar un trato con unos importantes inversores, hasta ella empieza a tener dudas. El problema es que Ava esconde secretos y, para conseguir huir de un pasado que la atormenta, necesita ese trabajo, especialmente cuando Dominic le promete un aumento de sueldo si acepta el trato.
    Pero ?es realmente su jefe tan insensible como aparenta? ?Y seran capaces de fingir que son novios sin terminar salpicados por su propia farsa?

  • Septiembre puede esperar de Susana Fortes

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    .El 8 de mayo de 1955 la escritora Emily J. Parker desaparece en Londres mientras la ciudad celebra el decimo aniversario del final de la II Guerra Mundial. Nunca mas vuelve a saberse nada de ella.