• sombras sobre el nilo kate furnivall - Kate Furnivall

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    La vida de Jessie Kenton ?una nina londinense de siete anos, nacida en una familia de clase media alta? gira alrededor de su hermano pequeno Georgie, que padece un grave trastorno emocional. Una noche, sin darle mas explicaciones, sus padres se llevan a Georgie y lo sustituyen por Timothy, un huerfano al que acaban de adoptar. Tras el dolor inicial de la separacion, Jessie se ira encarinando con Timothy, pero nunca olvidara a Georgie.

  • Sombras sobre el Nilo (Narrativa Bóveda - Digital) eBook

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    Sombras sobre el Nilo (Narrativa Bóveda - Digital) eBook : Furnivall, Kate, Molina, Ester: Amazon.es: Libros.

  • SOMBRAS SOBRE EL NILO | KATE FURNIVALL - Casa del ...

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    2 oct 2014 — El libro SOMBRAS SOBRE EL NILO de KATE FURNIVALL en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • Crítica: Kate Furnivall - Sombras sobre el Nilo - El Rincón de ...

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    En ese aspecto le pongo un notable ya que ha conseguido meterme de lleno en el libro. Es una novela que llega a emocionar como pocas, contando los ...

  • Sombras sobre el Nilo - Anika Entre Libros

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    Título: Sombras sobre el Nilo ... Autor: Kate Furnivall ... Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, ...

  • Sombras sobre el Nilo - Kate Furnivall -5% en libros | FNAC

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    Sombras sobre el Nilo, libro o eBook de Kate Furnivall. Editorial: Boveda. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Sombras Sobre El Nilo - Kate Furnivall - Babelio

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    Esta novela me ha permitido viajar a escenarios que no había visitado antes en ningún libro. La novela se inicia de forma muy interesante: en mitad de la ...

  • Sombras sobre el Nilo de Kate Furnivall - Hola Ebook

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    Sombras sobre el Nilo de Kate Furnivall Libro gratis en PDF, MOBI y EPUB. La vida de jessie kenton —una niña londinense de siete años, nacida en una ...

  • SOMBRAS SOBRE EL NILO - KATE FURNIVALL - Agapea

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  • SOMBRAS SOBRE EL NILO (EBOOK) - KATE FURNIVALL

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  • El codigo Federer de Ana Ciurans , Stefano Semeraro

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    Una apasionada biografia del mejor tenista de todos los tiempos.

  • No queria enamorarme y apareciste tu de Virginia V. B.

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    Me despierto sobresaltada y agitada. Miro el reloj que hay encima de la mesilla de noche, las cinco y media de la madrugada. No puede ser que otra vez haya sonado con el tio de mantenimiento. Con esta ya son tres veces esta semana, me siento acalorada. Nunca antes habia tenido suenos eroticos con nadie. Que sensacion mas extrana...Voy a la cocina y me bebo un vaso de agua bien fria, eso ayudara a que la sangre recupere su temperatura habitual. Me acerco al gran ventanal que hay en la cocina y me quedo mirando la ciudad que aun duerme. No se si podre volver a dormirme, aun asi regreso a la oscuridad de mi cuarto y vuelvo a meterme en la cama. Los ojos verdes de ese tio vuelven a mi mente una y otra vez. Esa forma de mirarme !uff! Hace que se me pongan los pelos de punta. !Joder, no me gusta nada esta sensacion, juro que en la vida me habia sentido tan atraida por nadie! ?De donde sera? No tiene pinta de ser espanol, mas bien de algun pais de America Latina. !!Dios, es tan atractivo!! Esa piel morena, el pelo negro, ese cuerpazo… y que decir de esa mirada. Lleva poco tiempo en la urbanizacion pero a mas de una nos tiene babeando por el. Me he fijado como lo miran mis vecinas, las jovenes, las no tan jovenes, entre las que me incluyo y las bien maduritas. Intento cambiar el rumbo de mis pensamientos porque si sigo por ese camino, volveran las palpitaciones y la agitacion y lo que quiero es volver a dormirme, no ponerme como una moto. Es sabado y no trabajo. Todo lo que tenia pensado hacer era dormir la manana, y por culpa de mis hormonas que parece ser estan disparadas ya no podra ser. Llevo viviendo en la urbanizacion Santa Margarita unos seis meses. Es una zona exclusiva y selecta de Marbella situada a muy pocos metros de la famosa Milla de oro, donde se encuentran las tiendas mas chic de la ciudad. Va desde el centro de Marbella hasta Puerto Banus. A mis treinta y ocho anos tengo una casa en propiedad y un trabajo que me permite vivir muy comodamente. Soy cirujana plastica y trabajo en una clinica muy, muy privada donde caras muy conocidas de este pais y del extranjero vienen a hacerse algunos retoques. Por mis manos ha pasado mucha gente, y aunque no esta bien que yo misma lo diga, soy muy buena en mi trabajo, por eso estoy donde estoy. Lo se, mi modestia deja mucho que desear, pero asi soy yo. Estoy muy orgullosa de mi, todo va fenomenal, bueno casi todo. Hace tres meses rompi con mi prometido. Cuando estabamos a punto de casarnos nos dimos cuenta de que no estabamos hechos el uno para el otro, eso y que Fer, mi ex, se habia enamorado perdidamente de su companera de trabajo ocho anos menor que yo y diez anos menor que el. Osea, una perita en dulce. No es que yo este mal, para nada. Pero Fer, la prefirio a ella y eso a mi me repateo la entranas, me cabree muchisimo, y claro por mi boca salieron sapos y culebras. Se fue de casa gritandome que era una amargada, y que iba a estar sola el resto de mi vida, !!JA!! !Y una mierda!! Vuelvo a mirar la hora, las siete menos veinte. Esta claro que Morfeo me ha abandonado por completo, y aqui tumbada no hago nada, solo ponerme de mal humor con tanto pensamiento inutil. Asi que me levanto, me pongo unas mallas negras, una camiseta de tirantes y me calzo las Nike fucsia que me regalo mi hermana en mi ultimo cumpleanos y salgo a correr. Una vez fuera de la urbanizacion enchufo el iPod. El nuevo tema de Marta Sanchez, "la que nunca se rinde", me llena de energia positiva y salgo disparada hacia el puerto. Por cierto, mi nombre es Alejandra, pero mis amigos me llaman Alex. Cuando llego al puerto, mis pulmones y mis piernas me piden a gritos que aminore la marcha, hacia mucho tiempo que no salia a correr como una posesa. Lo necesitaba, toda mi frustracion ha quedado pegada al asfalto, y eso es bueno para mi, me noto mucho mas ligera. Cuando llego a la zona de anclaje de los yates, me detengo y recorro con la mirada la maravillosa vista que tengo ante mi. El sol saliendo en el horizonte y reflejandose en el mar. Es absolutamente precioso, solo por esta panoramica ha valido la pena la carrera. Me siento bien, respiro hondo varias veces y mi respiracion se normaliza. Doy media vuelta y sintiendome satisfecha vuelvo a casa. En el trayecto a casa, recuerdo que las chicas y yo tenemos planes para esta noche. Iremos a cenar a “La Mar Del Medio”. Es un restaurante que esta en el puerto, su especialidad el pescado. Lo cocinan de todas las formas posibles. Solemos ir bastante a menudo, es un lugar precioso, decorado en madera en tonos blanco y azul. Cuando estas dentro, tienes la sensacion de estar dentro de un barco. !!Es una pasada!! Despues de la cena iremos a la inauguracion de Bacana, es una sala de baile latino. Por la zona en la que esta supongo que bastante pijo, pero nosotras que nos apuntamos a un bombardeo no podemos faltar al evento. Mentalmente repaso mi vestidor, me devano los sesos pensando que ponerme, como vuelvo a estar en el mercado, esta noche tengo que estar espectacular. Estoy en el vestibulo esperando el ascensor para subir a casa, cuando se abre la puerta de la oficina de mantenimiento. Se por el cosquilleo que recorre mi espalda que es el. Me giro lentamente y ahi esta, con esos ojos verdes clavados en mi. Esboza una sonrisa y repasa mi cuerpo con la mirada. ?De que cono va este tio? La chula que hay en mi se abre paso a trompicones entre la timidez y el atrevimiento, y por supuesto gana el atrevimiento, la timidez se queda escondida en algun lugar de mi mente. Lo miro de pies a cabeza, cuando llego a la altura de sus ojos, estos parecen estar preguntandome: <> Vuelvo a mirarlo de arriba abajo con altivez y doy media vuelta para entrar en el ascensor. Pulso el botoncito de subir y mientras las puertas se cierran alcanzo a ver esa sonrisa burlona dibujada en su cara. Entro en el atico echando humo, no soporto que me miren como si estuviese en venta, es algo que me pone enferma, que tipico de los hombres. Me meto en la ducha y el agua caliente hace que me relaje al instante. No se por que me afecta tanto este tio, normalmente no suelo sentir este tipo de cosas. Tiene algo misterioso, creo que es eso lo que me intriga, lo cual me hace sentir inquieta. Joder, menuda manana llevo perdiendo el tiempo pensando en un tipo del que ni siquiera se su nombre. Salgo de la ducha y me unto el cuerpo de crema hidratante. Me desenredo el pelo mientras mi piel absorbe la crema y de repente suena el movil, sin ponerme nada encima, salgo a buscarlo a la habitacion, esta sobre de la cama. Miro la pantalla y reconozco el numero de mi amiga Carla. --?Donde demonios te metes, Alex? --!!Vaya… buenos dias para ti tambien Carla!! --Lo siento… !!Buenos dias!! Te he enviado un monton de wuas y como no me has contestado… --Estaba en la ducha, he salido a correr esta manana y estaba acabando de vestirme. --?Pero no habias dicho que hoy no moverias tu culo de la cama hasta medio dia? --Si, lo dije, pero a las cinco y media estaba despierta. --?Y eso? --Suenos eroticos con el tio que te conte. --!!Joder Alex, lo tuyo es flipante!!--La muy capulla se descojona de risa.- --Deja de reirte como una hiena, no tiene gracia. --Si que la tiene, !!reconocelo!! --Esta bien, vamos a dejar el temita. ?Que es lo que tenia tanta urgencia? --Estela se ha rajado para lo de esta noche, tiene una nueva cita. Estaremos tu y yo solas ante el peligro, baby. --Que dramatica eres Car, el peligro somos nosotras, ya sabes que siempre acabamos metidas en alguna historia. --Tienes razon. !!Que tiemble la ciudad que esta noche vamos pisando fuerte!! ?Ya tienes modelito, Alex? --Si, creo que si, pero ya sabes como soy, seguro que cambio de idea en el ultimo momento. --!Si, lo se! ?No quieres contarme nada del tio ese? --!!Noooo no quiero hablar del tema!! --Esta bien, como quieras, !seguro que esta noche cantas por bulerias despues de que te hayas tomado unas cervezas! --No es esa mi intencion, pero me conoces demasiado bien. --Venga animate y no le des vueltas al coco, te veo esta noches en el restaurante, ?sobre las diez? --Perfecto, !alli nos vemos!

  • Nunca juegues con los cambia formas (Sumisas 3) de Saray Gil Diaz

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    Carla es una mujer obesa adicta a las hamburguesas y la comida chatarra, dietista de famosos deportistas acaba de terminar su ultimo contrato, cuando viaja a ver a su padre tres boxeadores que estan dispuestos a compartirla tratan de contratarla, pero al negarse ellos enfurecen, llaman a todos los deportistas del mundo y la hacen verse sin un trabajo a largo plazo. Pero ellos no conocen bien a Carla, ni Carla a ellos.

  • Afrontar el Fuego (La isla de las Tres Hermanas 3), Nora Roberts de Nora Roberts

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  • Para regalo de Merche Diolch

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    Seguro que este libro le gustara. La joven que habia detras del mostrador ofrecio un pequeno y colorido cuento al matrimonio mayor que habia entrado en la libreria hacia media hora. Buscaban un regalo, un cuento diferente de los que encontrarian en cualquier gran superficie y que atrajera la atencion de su nieto. Les habian aconsejado que acudieran a Para Regalo, una pequena tienda ubicada en el callejon Sin Retorno que escondia entre sus paredes una biblioteca con libros peculiares. Y, aunque al principio las dudas se habian apoderado de la pareja al observar el deterioro de la fachada exterior del edificio --la pintura verde de la puerta estaba desconchada, la cristalera estaba deslucida y el cartel que daba nombre al establecimiento pendia precariamente de una de sus esquinas, dando una imagen de abandono--, nada mas traspasar la puerta, sus temores desaparecieron. Habian llegado al <>: las paredes estaban cubiertas de estanterias de madera repletas de libros de todos los tamanos que desaparecian en el interior de la tienda, por lo que nadie podria haberla descrito como <>. Unos hilos invisibles cruzaban el establecimiento de lado a lado, de los que colgaban bombillas que proporcionaban la iluminacion necesaria para, junto con la poca luz solar que se filtraba desde la cristalera, ofrecer al espacio un halo de ingravidez. El reflejo de pequenos cristales que se ubicaban en lugares estrategicos formaba en algunas esquinas arcoiris multicolores. Ademas, para contribuir al ambiente de fabula, habia sillones de diferentes tamanos y tonalidades entre los corredores que se creaban a partir de las estanterias, animando a los clientes a que se acomodaran mientras decidian si llevarse uno u otro libro. El lugar era magico, pero al mismo tiempo hogareno. El sonido de una pequena campanilla, colgada en el techo, habia tintineado en la libreria, avisando a la duena de que tenia clientes y, sin mucha demora, ella los habia recibido con una enorme sonrisa. De eso hacia mas de media hora ya, y aunque la indecision de la anciana habia llevado a que encima del mostrador hubiera bastantes cuentos desechados, Marta sospechaba que finalmente habian dado con el elegido. --?Usted cree? --pregunto la mujer mayor mientras hojeaba las paginas del cuento. La duena rodeo la mesa que hacia de mostrador y se acerco hasta ellos. Se recoloco las gafas de pasta roja y la blusa que llevaba, la cual habia perdido el brillo del blanco tras numerosos lavados, y tomo el libro de entre las manos de la mujer. --El gato Sonrisas conseguira enamorar a su nieto. --Paso una a una las hojas, deteniendose de vez en cuando en alguna de las ilustraciones para que observaran los detalles. --Leonor… --el hombre mayor se dirigio a su esposa--, haz caso a la senorita… --Pero… Marta miro a la pareja y tomo una decision. --Hagamos una cosa. --Cerro de golpe el cuento infantil--. Llevenselo. No me paguen nada. --Se recoloco de nuevo las gafas mientras asia una de las bolsas de regalo y metia el libro en su interior--. Si a su nieto le gusta, vienen y me lo abonan y, si no… --les ofrecio el paquete con una sonrisa--, me lo devuelven y buscaremos otra cosa. El matrimonio la observo asombrado. --?No le pagamos? --pregunto incredulo el hombre. --No --confirmo ella--. Tomen --ofrecio de nuevo. La anciana cruzo una mirada con su marido. A continuacion, agarro la bolsa y afirmo: --La fiesta de cumpleanos no es hasta el fin de semana. Marta asintio con la cabeza. --Los espero la semana que viene --senalo. --La semana que viene entonces --ratifico el hombre. La pareja se despidio de ella y se marcho. En cuanto desaparecieron, una dulce carcajada resono entre las estanterias. --Marta, asi nunca saldaras la hipoteca de Para Regalo. Una rubia de casi dos metros con un cuerpo escultural, embutida en un vestido de tubo de color blanco y subida a unas botas negras de gran tacon, se acerco hasta la duena de la libreria. --Volveran --dijo la aludida con sus ojos marrones fijos en la pared de ladrillo que habia enfrente de la tienda. --Pero, si por lo menos lo hubieran pagado, te habrias asegurado un dinero --senalo su amiga al tiempo que se ponia el abrigo negro que habia sobre uno de los sillones proximos al mostrador. --Cris, volveran --insistio ella. La rubia bufo, cogio su bolso y se acerco a la puerta de la calle. --Marta, no puedes seguir asi. Piensa en lo que hemos hablado. --La miro--. Me voy, que tengo una reunion. ?Comemos esta semana? La duena de la libreria se subio las gafas rojas, que se habian escurrido de su pequena nariz, y asintio con la cabeza. --Decide tu el dia. Eres quien tiene la agenda mas complicada. Cristina le guino un ojo. --Te llamo. En cuanto la puerta se cerro tras ella, Marta se acerco para dar la vuelta al pequeno cartel que indicaba que estaria ausente diez minutos. Necesitaba pensar en todo lo que habia sucedido desde que su amiga Cris habia aparecido esa manana. Se adentro en la libreria hasta una escalera que ascendia al piso superior, donde se encontraba su apartamento, de un solo ambiente. La cama presidia todo el espacio, rodeada de montanas de libros que debia sortear cada vez que queria llegar hasta ella. Sobre el lecho destacaba un edredon blanco con una gran estrella en el centro del mismo, siendo el unico abrigo que necesitaba por las noches. La barra americana, que ella misma habia decorado con fragmentos de los libros que mas le gustaban, separaba los espacios de la cocina y el salon-dormitorio, y por una pequena puerta se accedia hasta un minusculo cuarto de bano, del que su duena lamentaba que, en vez de tener un reducido plato de ducha, no hubiera espacio suficiente para una banera de esas de patas de garra que aparecian en algunos de los libros romanticos que tanto leia. Se sento en el poyete de una de las ventanas que daban al otro lado del callejon y dejo que sus ojos se perdieran por la verde arboleda que poblaba el parque. Habia ninos jugando a la pelota, familias completas paseando o parejas de enamorados que caminaban agarrados de la mano, sin ser conscientes de lo que los rodeaba. Marta expulso el aire que retenia y recordo la conversacion que habia mantenido con su amiga, y tambien abogada, momentos antes de que entrara la pareja de ancianos a la libreria: --Cada vez tienes mas deudas, Marta --le indico Cris mientras bebia de la botella de agua que habia cogido de la nevera. --El negocio no marcha bien ultimamente… La risa de su amiga la interrumpio. Se acerco hasta ella, que, sentada en el mismo lugar donde ahora se encontraba, intentaba recogerse el cabello en un mono, utilizando para ello uno de los miles de lapices que habia por la habitacion. Siempre llevaba sujeta su larga melena castana, aunque para ello utilizaba cualquier cosa que tuviera cerca (menos una goma). Cristina atrapo sus manos y la insto a que la mirara. --Marta, la libreria no ha dado beneficios nunca. Ni cuando era propiedad de tu tia ni cuando tu la heredaste. --Pero… Su amiga aparto uno de los mechones marrones de su rostro y le subio las gafas rojas, acariciandole la mejilla en su camino. --Carino, no puedes seguir asi. --Le dio un beso y se sento a su lado--. Vas a tener que cerrar la tienda. Marta ahogo un grito y se levanto de golpe para dejarse caer luego sobre la cama con resignacion. --No puedo. La libreria --abarco con los brazos todo cuanto las rodeaba-- es mi hogar. Cris se aparto un mechon rubio del rostro y se cruzo de brazos. --Lo se, pero… --Dudo--. Marta, estas en la ruina. La libreria soporta una segunda hipoteca que no puedes…, que tus ingresos no pueden afrontar. Tienes que vender y… --!Vender! --grito ella mientras le daba la espalda. Sabia que su situacion no era muy holgada. Sospechaba que debia algunas mensualidades de la hipoteca, pero de ahi a… ?vender? --Marta… --Su amiga se acerco e intento agarrarla por los hombros, pero esta se alejo de nuevo en cuanto intuyo sus intenciones. --?Como? ?Por que? Se sento en uno de los dos taburetes rojos cercanos a la cocina y se recogio la larga falda negra que llevaba para no pisarla, dejando expuestos sus pies desnudos --le gustaba estar descalza, por lo que las sandalias esperaban a su duena al lado de la puerta--, y se deshizo el mono para volver a hacerselo de nuevo. La rubia la miro y dejo que todo su cuerpo cayera sin fuerzas sobre el edredon blanco de la cama. --Cada vez que me llegaba una carta del banco te avisaba, pero tu no querias saber nada. Marta gruno. Era verdad. Escudada en que nunca le habian gustado los numeros y que para ella los recibos estaban escritos en chino --idioma que ella no hablaba--, lo habia dejado todo en manos de Cristina, su abogada. Ella, como buena amiga, habia insistido mas de una vez en que debia buscar una solucion al problema que se le venia encima, pero… la libreria no daba para pagar nada. A duras penas sobrevivia y, aunque habia intentado mas de una vez buscar una solucion --sobre todo cuando recibia alguna visita o llamada <> por parte de Cris--, no la habia hallado. De acuerdo, la culpa era de ella, nadie mas podia tenerla, mas aun cuando solia perderse y alejarse de ese mundo materialista con cualquiera de los miles de libros que inundaban la tienda. Pero… era una realidad: su mundo de suenos se derrumbaba. Hacia diez anos que Para Regalo habia llegado a su vida. Habia sido una herencia de una tia lejana --tan lejana que ni la recordaba--, con la que habia creido que se resolverian todos sus problemas. Tenia un oficio. Tenia un trabajo que adoraba, pero era una profesion con poco futuro. Cada vez mas, los clientes escaseaban. Eran muchos los que preferian sumergirse en el nuevo juego de la ultima consola que habia salido al mercado o <> delante la television. Por no hablar del ebook… En fin…, las ventas se habian reducido y, por consiguiente, las deudas de Para Regalo habian aumentado. Si no encontraba pronto una solucion, Marta perderia todo lo que tenia. De pronto, un grito atrajo su atencion devolviendola al presente. Miro hacia el linde del parque y observo como un perrito cruzaba la calle esquivando los coches que circulaban por la via en ese momento. Fue un milagro que llegara hasta la otra acera sano y salvo. Un hombre rubio, vestido con unos vaqueros y un polo verde, se acerco corriendo hasta el paso de cebra y llamo de nuevo al animal. Marta no supo identificar muy bien lo que gritaba, pero, por los gestos que hacia con las manos, sin saber muy bien que hacer con ellas, supuso que era el dueno del animal y que estaba preocupado. Entonces observo como cruzaba la calle en pos del cachorro y desaparecia de su vista. --Espero que lo encuentre --rezo Marta en voz alta. Capitulo 2 No podria decir que momento, que lugar, que mirada o que palabra sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que si se decirte es que, para cuando me di cuenta, ya estaba metido hasta el cuello. JANE AUSTEN, Orgullo y prejuicio Unos golpes insistentes en la puerta de entrada de la tienda provocaron que Marta descendiera precipitadamente a la planta baja, dejando aparcadas las preocupaciones sobre sus deudas. Atraveso los pasillos de libros, sorteo el enorme sofa azul, ubicado en mitad del establecimiento, y llego casi sin resuello para atender a quien requeria que se le abriera con tanta urgencia. Las prisas la llevaron a tropezar con un par de libros que se encontraban en el suelo, haciendose dano en los dedos del pie (con las prisas, habia olvidado ponerse las sandalias). --!Mierda! --espeto en voz alta--. Cris, como seas tu la de los golpes, te vas a acordar de mi por un tiempo --juro mientras abria la puerta.

  • Cristales en el cielo de Manhattan de Yolanda Cruz

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  • El hijo perdido de Marghanita Laski

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    Hilary Wainwright, un soldado ingles, regresa a una Francia devastada y empobrecida durante la Segunda Guerra Mundial para localizar a un nino perdido cinco anos antes. Pero ?este pequeno y tranquilo nino, ahora un sombrio huerfano, es realmente su hijo? ?Y si no lo es? En esta novela exquisitamente elaborada, seguimos la lucha de Hilary por amar en medio de una guerra devastadora. El hijo perdido es tambien una novela atemporal sobre la emocion, sobre el amor, que describe la busqueda de un hombre para encontrarse a si mismo, para asumir su propio sentido de la perdida y hallar el valor para volver a amar con el pleno conocimiento de que el amor lo expondra a nuevas formas de dolor.

  • Haz que ocurra de Tamara Marin

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    !Por fin volvia a casa! Mi hermana Daniela y yo habiamos ido a pasar unos dias con mis padres, aprovechando mi cumpleanos. Hacia mucho que no ibamos a verlos y ya no podiamos posponerlo mas. Me encantaba ir a ver a mis padres. Desde que se jubilaron, se fueron a vivir al pueblo, el cual es muy pequeno, ideal para desconectar de todo, pero con pocas cosas para hacer. Aproveche para leer mucho y para meterme con mi madre en la cocina. Me gusta mucho cocinar, y siempre que voy intento sonsacarle alguna de sus recetas secretas, aunque no hay manera. Por no mencionar que las dos en la misma cocina somos un peligro y siempre acabamos discutiendo. Todo el mundo dice que somos iguales, y eso me cabrea aun mas. Mi madre tiene un caracter demasiado fuerte, demasiado explosivo, exactamente igual que el mio, asi que, por mucha rabia que me de, es la pura verdad, somos iguales. Cuando llevaba mucho tiempo sin ir al pueblo, y sin verlos, los echaba de menos, pero cuando pasaba unos dias alli, me entraban unas ganas tremendas de volver a mi casa, mi sofa, mi cama..., (me parezco a ETE). Sobre todo, echaba mucho de menos a Jordi (mi marido). Estaba deseando llegar a casa y achucharlo muy fuerte, nunca nos habiamos separado tanto tiempo. Bueno, algun fin de semana si, cuando el tenia que viajar por trabajo, pero esta vez casi habia sido una semana. Es cierto que en algunos aspectos va genial desconectar un poco de todo (incluso de marido), pero no podia parar de pensar en las ganas que tenia de volver a casa y verlo. Mi hermana me dejo en la puerta de mi casa, y pense que habia sido una suerte que el vuelo se adelantara casi tres horas, si no habriamos llegado tardisimo. Como siempre me pasa cuando me subo en un avion, habia dormido casi todo el trayecto (mi hermana se indigna conmigo porque ella cuando se sube en uno es incapaz de relajarse en todo el viaje). Lo malo iba a ser poder dormir despues de la siesta que me habia pegado. Se me paso por la cabeza que, quiza, cuando llegara Jordi y con lo descansada que estaba podriamos tener un poco de sexo, pero lo descarte en el acto. Ultimamente llegaba tarde del trabajo, incluso trabajaba muchos fines de semana y decia que estaba muy cansado y no le apetecia (la verdad era que por entonces no tenia buena cara). Llevabamos mucho tiempo sin sexo, asi que guarde las ganas para otro momento. Mientras subia en el ascensor, iba pensando en todo lo que le tenia que explicar; no es que hubiera hecho gran cosa, pero como en el pueblo no hay cobertura, no habiamos hablado en dias, y se me habia acumulado todo lo que le queria contar. El no habia podido acompanarme, se habia quedado trabajando. Con la crisis, habian despedido a mucha gente, y ahora que la cosa iba mejor no habian contratado a nadie. La gente como el habia aguantado, pero estaban hasta arriba de faena. Al abrir la puerta, me extrano que no estuviera la llave echada, pero Jordi era casi tan despistado como yo, asi que pense que se habria olvidado. Me fui directa a mi habitacion. Queria deshacer la maleta lo antes posible, ducharme, ponerme un pijama comodo y tirarme un rato en el sofa. Jordi aun tardaria bastante en llegar, asi que podria hacer zapping un rato (en casa de mis padres es imposible, a mi padre le encanta la tele, y es el dueno y senor del mando), llevaba casi una semana sin poder pasar canales a diestro y siniestro. Pense que podriamos pedir algo de cena, y asi no tendria ni que cocinar. La verdad es que estaba descansada, pero necesitaba un ratito de sofa y tele. Cuando llegue a la puerta de nuestro dormitorio... !Hostia! Me sentia como si me hubieran clavado al suelo con algo, y el unico pensamiento que se me pasaba por la cabeza una y otra vez era <>. Desde el umbral de la puerta lo vi a el..., que no estaba solo. Un topico. Me iba unos dias y, al volver, me encontraba a mi marido, en mi cama, con otra. Mi dormitorio tenia una de esas distribuciones raras, en las que me era mucho mas facil que yo los viera a que ellos me vieran a mi (aunque tampoco estaban ellos para ver nada). Se me paso por la cabeza coger la lampara de la mesita y estamparsela en la cabeza para que dejaran de gemir de esa manera, pero cuando consegui despegar los pies del suelo y moverme, hice lo que jamas pense que haria: di media vuelta, agarre mi maleta, cerre la puerta con cuidado y me fui a casa de mi hermana Daniela. No se bien como llegue alli, ya estaba oscureciendo y no podia quitarme de la cabeza la imagen de Jordi en la cama con otra. Me preguntaba si yo no podia ser como el resto de la humanidad y encontrarmelo con otra en un bar o en cualquier sitio; no, yo tenia que verlos en plena faena. Tendria esa imagen grabada en mi cabeza toda mi vida. Una vez que estuve en casa de mi hermana, me sorprendi. Fue como cuando haces un recorrido en coche muchas veces y, ya en tu destino, piensas: <>. Pues me paso un poco eso, no fui consciente del camino. Cuando mi hermana abrio la puerta, me di cuenta de que aun no habia soltado ni una lagrima (no tengo la menor idea de por que, soy una llorona). La aparte, me sente en el sofa y le dije: --He pillado a Jordi en mi cama con otra. --Asi, sin panos calientes ni nada. Podria haber sido mas delicada, pero no estaba yo para pensar mucho lo que decia. De hecho, pensar antes de hablar no es una de mis cualidades. Se hizo un silencio seguido de una carcajada de mi querida hermana. La mire como si no le quedara mucho tiempo de vida, y corto la risa al momento. Es con la unica persona que me funciona mi mirada asesina, por algo es mi hermana pequena. --Si, claro, y estas aqui tan normal, explicandomelo tranquilamente. -- Que bien me conocia, ni yo misma podia creer lo tranquila que aparentaba estar. --Pero, a ver, no habras hecho ninguna tonteria, ?verdad? --Pobrecilla, creo que, llegados a ese punto, empezo a acojonarse. --Defineme tonteria. --No se, descuartizarlos y guardarlos en la nevera. --No, los he dejado que siguieran follando y he cerrado la puerta sin que me oyeran. --Hasta yo me daba cuenta de lo impropio que sonaba eso viniendo de mi. --?Quien eres tu y que has hecho con mi hermana?!Dios, que suerte han tenido!

  • La vida intima del asesino del pozo de Patricia Sanchez-cutillas

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    “La vida intima del asesino del pozo” es una novela, una historia de ficcion inspirada en los hechos de un asesino en serie que perpetro sus crimenes en los anos noventa en Valdepenas (Ciudad Real).
    Desde el principio de la novela, se sabe quien es el asesino, lo que me ha interesado narrar como escritora es por que lo hizo y como construye un psicopata su doble vida.
    Las fechas, los viajes, el modo en el que se perpetraron los crimenes y la ocultacion de pruebas son hechos que ocurrieron.
    Respecto a los personajes son todos inventados, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, ya que son pura ficcion. La ciudad de Valdepenas ha sido reinventada.
    El argumento esta relacionado con la mitologia, en concreto con el mito de Demeter y Persefone, la leyenda de la hija secuestrada y violada y la madre que la busca inutilmente por la Tierra porque esta en el inframundo. El dios Dionisio tambien esta presente por ser Valdepenas la tierra del vino y por el periodo de la Semana Santa.

  • Un problema encantador de Catherine Brook

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    Ella solo queria una vida tranquila.
    El solo podia ofrecerle todo lo contrario.
    Cuando su vida amenazo con convertirse en un infierno, Arleth Ritter tomo una decision drastica: huir de su casa y conseguir empleo. Su idea era convertirse en institutriz y ensenar a una nina tranquila las buenas maneras, nunca imagino terminar en una familia de locos, que le traerian mas problemas de los que ya tenia, y mucho menos penso en sentirse atraida por aquel irritable, problematico, y encantador hombre que casi provoca su muerte.
    Richard Allen tenia una reputacion de granuja. Miembro de la “familia problemas” a su lado solo podian acontecer desgracias. Siente una gran curiosidad, y una fuerte atraccion por esa mujer que oculta mas de lo que dice, y se decide a ayudarla, olvidandose de que por su apellido, solo la metera en mas lios.
    ?Sera que Arleth podra salir indemne de la situacion? o por el contrario, el apellido hara de las suyas y ambos terminaran enredados en ese gran lio que la gente llama amor.

  • La perdicion de Cathy de Mia Asher

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    Solo fue necesaria una mirada... para convertirme en una mentirosa. Mi vida es un desastre. Amo a un hombre. No, amo a dos. Creo... Uno me hace el amor, el otro consigue que arda. Uno es mi roca; el otro, mi kriptonita. Estoy rota, perdida, y me odio a mi misma, pero no puedo detenerme. Esta es mi historia. La historia de mi perdicion. La novela mas controvertida del ano. Una lectura increiblemente emocional, desgarradora y adictiva. Te removera por dentro. La devoraras y no podras sacartela de la cabeza. No te dejara indiferente. Y tardaras mucho en olvidarla..., si es que llegas a hacerlo.

  • Binti 1 de Nnedi Okorafor (2)

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    Encendi el transportador y rece una oracion en silencio. No tenia ni idea de lo que haria si no arrancaba. Mi transportador era barato, asi que hasta una gotita de humedad o, lo que es mas probable, un grano de arena, podria provocar un cortocircuito. Era defectuoso y en la mayoria de los casos me costaba reiniciarlo una y otra vez para que funcionara. <>, pense. El transportador vibro en la arena y contuve la respiracion. Diminuto, plano y negro como una piedra de oracion, zumbo sin hacer ruido y luego se elevo despacio desde la arena. Produjo por fin la energia levantaequipajes. Sonrei. Ahora ya podia llegar a la lanzadera. Con el dedo indice tome otjize de mi frente, me arrodille y toque la arena con el dedo para enterrar la arcilla roja de olor dulzon. --Gracias --susurre. Era un paseo de media milla por la carretera oscura del desierto. Como el transportador funcionaba, llegaria alli a tiempo. Tras enderezarme, me detuve y cerre los ojos. El peso de toda mi existencia recaia ahora sobre mis hombros. Por primera vez en la vida desafiaba la parte mas tradicional de mi misma. Me marchaba en medio de la noche y ellos no tenian ni idea. Mis nueve hermanos, todos mayores que yo, salvo por una hermana y un hermano mas jovenes, no lo habrian visto venir. Mis padres jamas se hubieran imaginado que yo haria algo asi ni en un millon de anos. Para cuando todos se dieran cuenta de lo que habia hecho y a donde me dirigia, yo ya habria abandonado el planeta. En mi ausencia, mis padres se grunirian el uno al otro que nunca jamas me dejarian volver a poner un pie en su casa. Mis cuatro tias y mis dos tios, que vivian calle abajo, gritarian y chismorrearian entre ellos sobre la verguenza que suponia para todo el linaje. Me iba a convertir en una paria. --Vamos --susurre en voz baja al transportador, con una patada. Los finos aros de metal que llevaba alrededor de cada tobillo tintinearon con fuerza, pero le volvi a propinar un puntapie. Una vez puesto en marcha, el transportador funcionaba mejor sin tocarlo--. Vamos --repeti, con sudor en la frente. Al ver que no se movia nada, me arriesgue a empujar las dos grandes maletas colocadas encima del campo de fuerza. Se movieron con suavidad y yo solte otro suspiro de alivio. Al menos tenia un poco de suerte de mi parte. -- oOo -- Quince minutos despues, compre un billete y embarque en la lanzadera. El sol apenas habia empezado a asomar por el horizonte. Clave la mirada en el suelo mientras avanzaba entre pasajeros sentados y demasiado conscientes de las puntas tupidas de mi cabellera trenzada que les golpeaban en la cara con suavidad. Nuestro cabello es espeso, y el mio siempre lo ha sido especialmente. A mi anciana tia le gustaba llamarlo ododo porque crecia indomito y denso como la hierba ododo. Justo antes de marcharme, habia recubierto mis trenzas con otjize fresco y perfumado que elabore precisamente para el viaje. A saber lo que les pareceria a esas personas que no conocian tan bien a mi pueblo. Una mujer se aparto de mi cuando pase y arrugo la cara como si hubiera olido algo apestoso. --Lo siento --susurre con la cabeza gacha e intentando no hacer caso a las miradas de casi toda la gente de la lanzadera. Aun asi, no pude evitar echar un vistazo alrededor. Dos chicas, que tendrian un par de anos mas que yo, se cubrieron la boca con unas manos muy palidas, como si el sol no las hubiera tocado nunca. Parecia que todos tuvieran al sol de enemigo. Yo era la unica himba en la lanzadera. Enseguida encontre un asiento y me dirigi hacia alli. La lanzadera era uno de los nuevos modelos elegantes semejantes a las balas que mis profesores usaban para calcular coeficientes balisticos en los ultimos anos de ensenanza. Se deslizaban con rapidez sobre la tierra gracias a una combinacion de corriente de aire, campos magneticos y energia exponencial: una nave facil de construir si se dispone de material y tiempo. Tambien era un buen vehiculo para el terreno calido del desierto, donde las carreteras que salian del pueblo estaban en muy mal estado. A mi gente no le gustaba abandonar su tierra. Me sente en la parte trasera para poder mirar por el gran ventanal. Podia ver las luces de la tienda de astrolabios de mi padre y del analizador de tormentas de arena que mi hermano habia construido en lo alto de la Raiz, nombre que recibia la enorme casa de mis padres. Seis generaciones de mi familia habian vivido alli. Era la casa mas vieja del pueblo, quizas la mas vieja de la ciudad, hecha de piedra y hormigon, fria por la noche, calida por el dia. Estaba revestida de paneles solares y cubierta con plantas bioluminiscentes a las que les gustaba dejar de brillar justo antes del amanecer. Mi dormitorio se encontraba en la parte mas alta de la casa. La lanzadera empezo a moverse y mire hasta que deje de divisarla. --?Que estoy haciendo? --murmure. Una hora y media despues, la lanzadera llego al puerto de despegue. Yo era la ultima, y me parecio bien, ya que la vista del puerto me sobrecogio tanto que lo unico que pude hacer durante unos instantes fue quedarme plantada. Llevaba una larga falda roja, sedosa como el agua, una camisa de color naranja claro, rigida y duradera, unas sandalias de piel fina y mis tobilleras. Nadie a mi alrededor vestia un atuendo asi. Solo veia velos y prendas ligeras y sueltas; ninguna mujer llevaba los tobillos expuestos, ni tintineaban con brazaletes metalicos. Respire por la boca y note que el calor se extendia por mi rostro. --Tonta, tonta, tonta --susurre. Los himba no viajamos. No nos movemos. Nuestra tierra ancestral es vida; si te alejas de ella, te apagas. Incluso nos cubrimos el cuerpo con ella. <> es tierra roja. En el puerto de despegue, la mayoria de personas eran khoush y habia otras pocas que tampoco eran himba. Aqui, yo era una extrana. --?En que estaria pensando? --musite. Tenia dieciseis anos y nunca habia salido de mi ciudad, y ni siquiera me habia acercado a la estacion de despegue. Me hallaba sola y acababa de dejar a mi familia. Mis posibilidades de matrimonio habian sido del cien por cien y ahora se acababan de reducir a cero. Ningun hombre querria a una mujer que hubiera huido. Sin embargo, ademas de arruinar las perspectivas de una vida normal, habia sacado notas tan altas en los examenes planetarios de matematicas que la Universidad de Oomza no solo me habia admitido, sino que prometio pagar por todo lo que necesitara para poder asistir. Daba igual que decision tomara, nunca iba a tener una vida normal, la verdad. Mire a mi alrededor y enseguida supe lo que debia hacer. Me encamine hacia el mostrador de informacion. -- oOo -- El agente de seguridad de transporte examino mi astrolabio; fue un analisis completo y exhaustivo. Mareada por la consternacion, cerre los ojos y respire por la boca para tranquilizarme. Solo por dejar el planeta tenia que darles acceso a toda mi vida: a mi, a mi familia y a las predicciones sobre mi futuro. Me quede alli plantada, paralizada, escuchando la voz de mi madre en la cabeza: --Hay una razon por la que nuestro pueblo no va a esa universidad. Oomza Uni te quiere para su propio provecho, Binti. Ve a esa universidad y te convertiras en su esclava. No pude evitar considerar la posible verdad en sus palabras. Aun no habia llegado alli y ya les habia dado mi vida. Queria preguntarle al agente si ese procedimiento se lo hacian a todo el mundo, pero senti miedo ahora que ya lo habia terminado. A estas alturas, podian hacerme cualquier cosa. Lo mejor seria no causar problemas. Cuando el agente me entrego el astrolabio, resisti el impulso de arrebatarselo. Era un anciano khoush, tan viejo que ostentaba el privilegio de llevar el turbante y el velo de la cara mas oscuros. Sus manos temblorosas estaban tan retorcidas y artriticas que casi dejo caer el astrolabio. Estaba torcido como una palmera moribunda, y cuando me dijo: <>, su voz sono mas seca que el rojo desierto a las afueras de mi ciudad. Pero leyo el astrolabio tan rapido como mi padre, hecho que me impresiono y me asusto por igual. Lo convencio para que se abriera susurrando unas pocas ecuaciones determinadas y sus manos, firmes de repente, movieron los discos como si le pertenecieran. Al terminar, la mirada penetrante de sus ojos verde claro parecio examinarme con mas profundidad que el analisis de mi astrolabio. La gente esperaba detras de mi y fui consciente de sus cuchicheos, risas tenues y murmullos infantiles. Hacia frio en la terminal, pero senti el calor de la presion social. Me dolian las sienes y me picaban los pies. --Enhorabuena --me dijo con esa voz reseca mientras me ofrecia el astrolabio. --?Por que? --Frunci el ceno, confundida. --Eres un orgullo para tu pueblo, nina --dijo mirandome a los ojos. Entonces sonrio de oreja a oreja y me dio unas palmaditas en el hombro. Acababa de ver toda mi vida. Sabia que me habian admitido en Oomza Uni. --Ah. --Me picaban los ojos por las lagrimas; cogi el astrolabio y, con voz ronca, dije--: Gracias, senor.

  • FRANKCO HONOR de Claudia A. Perez R

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    Frankco Harper es un hombre que se ha ganado el respeto y admiracion de las personas que lo rodean en base a su firme conviccion y entrega a su trabajo, proteger al Conde Terry Grandchester como su jefe de seguridad y mano derecha.

  • Cerrando puntos suspensivos de Rozalen

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    Cantautora de primera linea, talentosa y comprometida, Rozalen nos regala una libre y honesta recopilacion de reflexiones acerca de los momentos y situaciones mas emocionantes e importantes de los ultimos anos.

  • Inseguro amor de Sophie Saint Rose

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    Hope Still vive por y para su jefe, el atractivo y autoritario Andreas Doskas, uno de los solteros mas cotizados de Grecia. Poco atractiva y siempre vestida de negro deja pasar su vida supeditada a el, hasta que recibe una paliza que por poco la mata en casa de su jefe a causa de un supuesto robo. Entonces su vida dara un vuelco de ciento ochenta grados donde su jefe sera el que mas le sorprenda con un oscuro secreto.

  • Diciembre en el fin del mundo de Yamila Bianqueri

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    Un accidente que practicamente la destruye, alienta a sus amigas a llevarla a un viaje en el cual, sin saberlo, un nuevo comienzo la espera ?Sera la ciudad mas austral del mundo, el destino para Saiana?

  • Subastada de Mia Ford

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    Katrina Donovan Nunca pense que cuatro palabritas pudieran tener tanto impacto en mi vida. Si me hubieras dicho ayer, o incluso esta manana, que los planes que habia trazado tan cuidadosamente para mi futuro desaparecerian al girar una tarjeta, habria dicho que estabas loco. Por otra parte, yo era la hija de Tommy Donovan, y Tommy Donovan posiblemente tuvo la peor suerte de cualquier jugador al este del Mississippi. Viviamos en un pequeno apartamento, encima de un bar de mala muerte, desde que mi madre murio de cancer hacia diez anos y el aposto todo lo que teniamos. Recuerdo que un dia llegue de la escuela y encontre un camion de mudanzas alquilado, frente a nuestra bonita casa de los suburbios. Mi padre cargo nuestras pertenencias en la parte trasera a un ritmo acelerado, como si tuvieramos que irnos lo mas rapido posible porque algo maligno se dirigiera hacia nosotros. Me quede alli, con mi pequeno uniforme escolar y los libros aferrados a mi pecho, preguntandome que pasaba. Me dijo que me subiera al camion y me quedara callada. Hasta el dia de hoy, no se que paso exactamente o por que tuvimos que irnos tan rapido, aparte de que habia perdido nuestra casa y la mayoria de nuestras posesiones jugando a las cartas. Pense que ya habian terminado sus dias de juego porque no teniamos nada mas que perder. Supongo que me equivoque. --Me van a matar --dijo mi padre en voz baja, como si estuviera hablando consigo mismo, o con alguien que no fuera yo. Mire hacia arriba, desde el otro lado de la mesa de naipes plegable que habiamos encajado en un rincon de nuestra cocina, y frunci el ceno. Por un momento, pense que habia imaginado su voz porque estaba sumida en mis propios pensamientos. Ya casi no hablabamos, ni siquiera el domingo, el unico dia que nos sentabamos a comer juntos. A mi madre le encantaban las cenas familiares de los domingos y no permitia que nada interfiriera en ellas, incluso los malos habitos o adicciones de mi padre. --No pido mucho, Tommy Ray Donovan --solia decir ella, aunque no podia recordar el sonido de su voz. Era irlandesa y tenia un encantador acento que esperaba heredar algun dia--. No tienes que ir a la iglesia, pero al menos puedes sentarte una hora y comer con tu familia. Nunca entendi su entonacion irlandesa. Mi voz es ronca y mi lengua afilada como la de todos los demas en el vecindario. Ademas, la cena de los domingos ya no era tan importante como antes. Supongo que ahora solo hacemos lo justo para honrar su memoria. Muchos domingos, mi padre se va antes de que yo me levante de la cama y no vuelve hasta la hora de abrir el bar para el almuerzo del lunes. Nunca hemos estado muy unidos. Yo era una nina de mama y el preferia la compania de sus companeros de juego a su familia. Ahora, simplemente compartiamos un espacio vital, no un hogar. Rara vez hablabamos, porque ninguno de los dos tenia mucho que decir al otro. Era como si todo estuviera dicho y no hubiera necesidad de decir nada mas. Estabamos esperando que pudiera entrar en una buena universidad para perseguir mis propios suenos y dejar atras mi antigua vida. A veces, me preguntaba si volveria a ver a mi padre despues de que me fuera a la universidad; si sobreviviria sin mi o si, simplemente, beberia hasta morir sin que yo estuviera cerca para cuidarlo. Ni siquiera se si me importaria, en el caso de que eso sucediera. Lo observe por un momento sin decir una palabra. Tenia la cabeza gacha y parecia murmurar para si mismo, mientras recogia la comida de su plato con un tenedor. No habia comido ni un bocado del pastel de carne que habia hecho, ni el pure de patatas instantaneo que habia cubierto con mantequilla y sal. Nunca ganaria un premio de cocina, pero nos permitimos el lujo de la carne una vez a la semana. Normalmente, devoraba lo que le ponia delante, como un hombre hambriento. Luego pedia mas antes de que pudiera darle un bocado. Sabia que algo tenia que estar muy mal si se dedicaba a pinchar el pastel de carne con el tenedor en vez de meterselo en la boca. --?Le ocurre algo al pastel? --Habia probado un trozo y estaba muy bueno, o tan bueno como podia estar mi version de pastel de carne. No me gustaba mucho la carne, lo que me venia bien ya que rara vez podiamos comerla. No me malinterpretes, no eramos pobres ni pasabamos hambre, pero andabamos siempre escasos de dinero, a pesar de que el bar era un buen negocio la mayoria de las noches. Sabia que mi padre se embolsaba mucho del dinero que venia de la caja y eso estaba bien. Era su negocio, su vida y tenia pensado salir de alli pronto, con o sin su ayuda. --?Necesitas ketchup? --Le entregue la botella. --No --dijo en voz baja. --Entonces, ?que te pasa? --?Has oido lo que he dicho? --Sono, irritado. --Supongo que no. --Deje el tenedor a un lado. Respire hondo y lo sostuve mientras ponia las manos en mi regazo y formaba dos punos apretados. Tenia la sensacion de que ese dia era igual que el que llegue a casa y lo vi cargando el camion de la mudanza. Algo malo se nos venia encima otra vez. Lo sabia. Me prepare para lo peor. --Me van a matar --susurro. Dejo el tenedor y presiono las palmas de las manos contra la mesa, una a cada lado del plato, como si tratara de evitar que la mesa flotara en el aire. Miro hacia arriba con lagrimas en los ojos--. Me van a matar. Y no puedo evitarlo. Sacudi la cabeza para asegurarme de que habia escuchado bien. Recorri su cara un segundo con la mirada y tuve la sensacion de estar mirando a un extrano. No me habia dado cuenta de lo viejo y castigado que estaba. Solo tenia cincuenta y siete anos, pero parecia estar mas cerca de los cien. Su rostro, que antes era agradable, era regordete y rojo por la bebida. Pequenas venas azules trazaban un mapa en sus abultadas ojeras y a traves de su engrosada nariz. Su piel estaba cenicienta, como la de un hombre que no habia visto el sol en mucho tiempo. Habia engordado y estaba perdiendo el pelo. Y tenia grandes lagrimas en los ojos. Eso fue lo que me pillo desprevenida, dandome a entender que algo andaba mal. Nunca habia visto a mi padre llorar. Ni siquiera cuando enterraban a mi madre. --?Quien va a matarte? --Force una pequena sonrisa de incredulidad. Mi padre no era bromista, pero no creia que hablara en serio, aunque su expresion indicaba que lo era.--. Jesus, papa, ?que has hecho? Respiro hondo y se estremecio. Cuando saco las palmas de las manos de la mesa, dejaron un perfecto perfil de sudor en la superficie. Las froto y evito mirarme a los ojos. --Tengo deudas. --Se limpio la nariz en el dorso de la mano--. Tengo deudas con alguna gente. --?Que clase de deudas? --Ya imaginaba la respuesta, pero queria que confesara en voz alta. Cruce los dedos sobre mi regazo para que no me temblaran las manos--. Papa, ?que deudas y que gente? Levanto la vista por un segundo y luego, rapidamente, miro la placa que aun estaba frente a el. Parecia que estaba rezando mientras decia en voz baja. --Deudas de juego. Y quienes son las personas no importa, solo que quieren su dinero para fin de mes o me mataran. Tome aire con lentitud y lo deje salir igual de despacio. Era triste, pero no me sorprendia lo que acababa de escuchar. Sinceramente, me sorprendia que no hubiera pasado antes. --?Cuanto debes, papa? --Hice la pregunta con calma, aunque por dentro estaba destrozada --. ?Papa? Mirame y dime cuanto debes. Levanto los ojos lentamente y dejo escapar un largo suspiro. Se limpio los mocos con la mano otra vez y se froto un nudillo de la otra mano bajo los ojos. --Setenta y cinco mil dolares. --!Jesucristo, papa! ?Como puedes perder setenta y cinco mil dolares jugando a las cartas? --Ladre sin querer y se estremecio ante el tono de mi voz, como un cachorro reganado por su dueno. Alce los punos y los coloque en la mesa, como si estuviera lista para golpear al aire o a su nariz. --Lo perdi jugando a las cartas. Tambien, apostando a los caballos. No pude evitar que se me abriera la boca e incline la cabeza, como si me pesara una tonelada. --?Caballos? Papa, ?que cono sabes tu de caballos? --No uses ese lenguaje en esta casa. --Fruncio el ceno--. Tu madre no lo aprobaria. --!Mi madre tampoco aprobaria que perdieras setenta y cinco mil dolares! --Grite. De repente me puse furiosa con el y no pude evitar golpear la mesa con los punos--. Oh, Dios mio,

  • Silencios inconfesables (Bergman 4) de Michael Hjorth

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    Una familia es hallada asesinada en su propia casa. La Brigada Criminal de Torkel Holgrund se hace cargo del caso, una investigacion que se complica aun mas al descubrir el cadaver del que era el principal sospechoso del crimen.

  • Alexa entre las olas de Ana Cantarero

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    ?Que responderias a tu mejor amiga si esta te propusiera abandonar tu vida para pasar un verano en una aldea costera de Portugal?
    <>.
    Pero imaginate que te invita a su boda el hombre con el que has convivido durante tres anos y del que todavia crees que sigues enamorada.
    <>.
    Permiso concedido, maletas cargadas en tu Mini amarillo, mil kilometros recorridos y de repente un regimiento de avispas autoestopistas se cuela por la ventanilla.
    <>.
    Entonces, aparece a lo lejos una destartalada furgoneta vintage conducida por un surfero de veinticuatro anos con pintas de Tarzan que resulta ser.
    <>.

  • La cima mas profunda de Michel Crisol

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    “!Arriba, arriba! Yo siempre ascendia guiada por el instinto mas certero, confiada en mi empeno y la fuerza de mi cuerpo. Sorteaba cualquier obstaculo de la roca, rapido, sin esfuerzo; al reves de lo que hacia con los enigmas de mi vida… ?Como no iba a lanzarme tras la leyenda, ojos vendados y corazon en la mano, a cambiarlo todo?”.

  • La chica de Kyushu de Seicho Matsumoto

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    Kiriko Yanagida, una joven humilde, viaja desde la isla de Kyushu a Tokio para solicitar la ayuda del famoso abogado Kinzo Otsuka. Su hermano ha sido acusado de asesinato pero Kiriko esta convencida de que es inocente: ella cree que la unica manera que tiene de librarle de la pena de muerte es lograr que Otsuka, el mejor penalista del pais, se encargue de su defensa. Pero cuando este decide no aceptar el caso, pone en marcha una serie de sucesos que tendran consecuencias imprevisibles.

  • Mi ex musulman de Amara Garcia

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    Tome el tren de las 6:05 pm como lo habia hecho todos los dias de la semana en los ultimos anos, y me sente al lado de una ventana. Queria mirar hacia afuera e imaginar cosas emocionantes, queria olvidar lo que me estaba pasando. Sentia la necesidad de que mi corazon se sobresaltara de emocion, la tristeza estaba invadiendo mi espacio y no podia permitir que eso ocurriera, necesitaba pensar en algo diferente. Tome el telefono y comence a dar vueltas entre los contactos, leia los nombres de amigas de infancia, aquellas que a pesar de tener muchos anos sin ver siempre me dibujan una sonrisa en el rostro, cuando intercambiamos mensajes de texto. No queria invadir la privacidad de nadie, pero necesitaba escribirle a alguien que tuviese mucho tiempo sin ver, alguien que no supiera de mi presente, que me contara cosas diferentes, que me envolviera por unos minutos en un mundo que no fuese el mio. Y alli aparecio su nombre CARLOS, escrito en letras mayusculas como queriendo tentar a mis dedos a presionar una tecla para llamarlo. Pero contuve las ganas y decidi solo escribi: "Hola". En ese instante comenzo a llover y mientras cerraba la ventana escuche el sonido del telefono indicando una respuesta. !Era el! Mi corazon empezo a palpitar rapidamente, y a pesar de no haberlo visto en mucho tiempo comenzamos a intercambiar pequenos mensajes de texto. Hasta que no resisti la tentacion y lo llame. Sabia que esta llamada internacional costaria mucho dinero, pero no podia perder esta oportunidad. Su voz no habia cambiado en nada, seguia siendo calida pero alegre, el sonido de su risa ilumino mi oscura noche de invierno. Sus palabras me hicieron olvidar por unos minutos todo lo que me sucedia, mi corazon palpitaba muy rapido y me hizo reir muchas veces. Ese pequeno momento me transporto a mi pais Venezuela, a la epoca que compartimos juntos, donde solo eramos unos adolescentes y donde el roce de nuestras manos nos elevaba tan alto que sentiamos que ibamos a tocar el cielo. Esa epoca donde el primer amor lo es todo, donde cuentas los minutos en las noches para regresar al colegio y asi poder ver otra vez a esa persona especial, a esa persona que consideras tu alma gemela, y que crees que siempre va a estar junto a ti. Mi momento de felicidad fue interrumpido por la voz del conductor del tren anunciando mi estacion. Me despedi rapidamente para comenzar mi caminata a casa bajo la tipica lluvia inglesa. Lamentablemente ese magico instante habia llegado a su fin y yo debia decirle adios al hechizo de sus palabras y debia regresar a mi realidad, la realidad que queria olvidar.

  • Reunion en el restaurante Nostalgia de Anne Tyler

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    Alrededor de una mesa, y ahondando en las emociones de una familia, Anne Tyler (Pulitzer 1989) ha construido un mundo donde cada lector encontrara su propia historia.

  • No me prometas la luna de Laia Andia Adroher

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    Irene y Felipe llegaron a mi sin esperarlo y aprendi mucho con ellos. A superarse, a luchar, a reponerse y sobre todo a amar. Aprendi que la familia que se escoge puede darte mucho y que el valor de la amistad es fundamental, que hay personas que estaran ahi pase lo que pase y se preocuparan por ti porque realmente les importa.
    Me encanto vivir con ellos, pero mas me gustara compartirlos y que los conozcais porque para mi significan algo muy especial.

  • Por ti respiro de Poppy Garcia

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    Segundo jueves de mes Me estaba costando mantener el ritmo de la respiracion. Tan prieta, tan deseable y salvaje. Su espalda se movia como las olas siguiendo el ritmo de mis caderas. -!No pares, caramelo! !Por favor, no pares! Acelere solo para darle gusto a la vez que estiraba el brazo para jugar con sus pezones y, ya de paso, dejarme llevar. -!Aaahhh! -grito. Senti la presion desde todos los angulos y explote en ella ya sin aire en los pulmones. La fuerza de gravedad hizo el resto derramandonos los dos en aquella cama de suaves sabanas negras. Como en un baile sincronizado. De A a B, siguiendo una coreografia en la que cada vez teniamos mas practica, mas eficiencia y menos alma. Pero aquello era lo que era y no valian eufemismos. Ese era siempre el momento de la verguenza. Cuando me daba excusas a mi mismo de porque estaba alli, o mas bien, para que estaba alli. Estaba alli precisamente para disfrutar, aunque fuese a costa de pretender durante un rato. Una tarde cada varios meses. Pagando. Anos atras, Cuqui habia sido mi regalo de cumpleanos. Aquella noche no lo supe, pero pocas dudas tuve cuando encontre en mi billetera dias despues una tarjeta con su nombre y un corto mensaje adosado a un <>. Me cabree, mucho, pero he de admitir que duro poco. Una vez que asumi que ese seria el unico contacto que tendria con una mujer creo que hasta senti alivio. Primero, Cuqui era guapisima y, segundo, me gustaba el sexo con ella. Desde aquella primera noche nos habiamos visto de forma mas o menos regular; ella recibia su recompensa y yo la mia. La verguenza, aunque persistente, quedo algo mitigada cuando gire la cabeza para mirar a mi escort -tenia prohibido llamarla <>- tumbada de espaldas mirando al techo satisfecha de si misma. Cuqui era muy especial para ciertas cosas, aunque su naturalidad era reconfortante. Al igual que siempre, no tardo ni dos segundos en encenderse un cigarrillo. Una costumbre que yo personalmente odiaba y que ella parecia disfrutar. Cuqui era puro estereotipo, supongo que por su profesion, y el cigarrillo de despues del coito era imprescindible. En ningun otro momento la habia visto con un pitillo entre los dedos. -?Por que me llamas siempre caramelo? -pregunte. Normalmente no hablabamos demasiado; siempre hubo un silencio comodo entre nosotros. Ella no husmeaba en mi vida y yo no pedia explicaciones. Como debia ser. Con todo y eso, soliamos cruzar unas palabras mientras nos recuperabamos y con el tiempo esos momentos habian pasado de un par de minutos, antes de que yo recogiera mis cosas y pagara, hasta llegar a la media hora si no teniamos nada que hacer despues. Hoy parecia no importarle que zanganearamos un rato, asi que pregunte aquello porque realmente me intrigaba que me hubiese puesto un mote tan empalagoso. -No se. Me recuerdas a uno. Apoyo la cabeza sobre mi brazo estirado, mirando a la nada mientras intentaba hacer anillos con el humo. Anos practicando sin resultado. -Eres como uno de esos caramelos con envoltura de colores chillones con el logotipo de la empresa. -Paro un segundo para echar el humo por la nariz-. Cuando vas a abrirlo, te das cuenta de que el papel se ha quedado pegado al caramelo y ves venir que los dedos van a quedar pegajosos. Pero como es un caramelo, pues haces el esfuerzo. Al llevartelo a la boca tus papilas gustativas se corren de gusto de repente y cierras los ojos mientras disfrutas de la experiencia. Una vez comienzas a mover el caramelo en la boca, te acuerdas de que tienes pegado el envoltorio entre los dedos, asi que te deshaces de el y te chupas las yemas porque el regustillo es casi mejor que el caramelo en si. Tu eres igual. Un caramelo… Vaya analogia. Si estaba alli con ella era porque yo no era del gusto de nadie. No queria recordar la cantidad de motes que me habian puesto a lo largo de los anos; ninguno cercano a nada dulce, eso seguro. De hecho, desde bien pequeno a cada nuevo apodo la cosa empeoraba a la par que mi aspecto. Quien sabe cuando empece a parecer un engendro. Primero fueron los pies planos y el empeno del medico en ponerme botas ortopedicas; despues fueron las gafas de pasta de color marron mierda que mis padres debieron encontrar en oferta en la optica; con la pubertad aterrizo el maldito acne que me dejo desagradables marcas de por vida por toda la cara y lo peor, esos perpetuos carrillos rojos que decian a gritos <>. Por suerte mi cara no era redonda como la de un pan. Eso me hubiese dado la puntilla en el instituto. Basicamente era mas feo que un culo y para colmo, mis padres tuvieron que recurrir al maldito santoral para ponerme el peor nombre de la historia. Llamarme Artemio era algo que todavia llevaba fatal, tanto que no dejaba que nadie me llamara asi. Gracias a Dios, las botas ortopedicas dejaron de ponerse de moda; el genio mas genio de todos los tiempos invento las lentillas y el bigote y la perilla atraian ahora las miradas mas que los boquetes dejados por las espinillas llenas de pus y grasa que los miles de tratamientos dermatologicos no consiguieron disimular. Lo que no habia cambiado en absoluto con los anos era el asco, el desprecio o la pura y dura indiferencia del genero femenino hacia mi persona, sexualmente hablando se entiende. Jamas habia estado con una mujer porque le atrajera. Jamas. Siempre tuve amigas, eso si. Rodeado de feminas que decian lo encantador que era, no hacia mas que afianzarme en la idea de que ademas de feo, no conseguia hacerles llegar las sobredosis de testosterona que me hacian producir. Siempre pase inadvertido; al menos ningun otro chaval penso en mi como oponente lo que me evito algun que otro encontronazo con los malutos en el recreo, aunque no siempre. Lo dicho, mi testosterona pasaba desapercibida a todos los niveles. Pero debia agradecerle a Cuqui que, aunque solo fuese por agradar a un pobre cliente, me dijera que no era tan repelente. Quiza la profesion le daba un sexto sentido para reconocer y utilizar sobreproducciones de hormonas. Quien sabe. -?Me estas piropeando? -me salio con una media sonrisa. El hecho en si era realmente comico. -No. Solo digo la verdad. Estas riquisimo. Apago el cigarrillo en el cenicero de la mesilla y comenzo a besarme en el pecho. Mi respiracion empezo a acelerar e inconscientemente entrelace los dedos en su pelo. -No se si estoy preparado para una segunda ronda y ademas se esta haciendo tarde. -Por mucho que me gustase las cosas que me hacia, lo nuestro era un encuentro con unas reglas estipuladas y queria que siguiese siendo asi. Ademas, no queria forzar nada. Pero ella ni caso. -No te hagas el modesto, caramelo. Tu siempre estas preparado. Saco la lengua para empezar hacer dibujos sobre mi piel y luego soplo para mirar triunfante como todo se ponia de punta. Empezo a chupetear mientras bajaba restregandose con abandono y yo mire el reloj para asegurarme. Estabamos en tiempo de descuento asi que esta ronda iria por parte de la casa. Si a ella le daba igual… Mis dudas quedaron resueltas cuando se incorporo para ir a sacar un condon del cajon de la mesilla. Lleve las dos manos a su cabeza, cerre los ojos y deje gustoso que Cuqui me tratase como un dulce.

  • Rayo de luz de E. L. Todd

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    Mi hermano es idiota. Gano la loteria e invirtio todo el dinero en una bolera destartalada. Como apenas le llega para ganarse la vida, se ha mudado conmigo.
    Genial.

  • La mision de Bullsi de Alfonso San Eugenio

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar para conseguir tu sueno? Bullsi, un joven campesino que aspira a ser un gran aventurero legendario, sale de su pequeno pueblo natal para buscar aventuras que lo conviertan en una leyenda.

  • Alborada de Cristina Duran

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    Camila estaba acostada, pero no dormia, solo disimulaba que lo hacia. No se acordaba de cuando habia dejado de anorar un beso o una caricia de su marido. Solo ansiaba oir el sonido de la puerta de la calle cerrarse. Cuando por fin lo escucho, echo las sabanas hacia atras. Lucas por fin se habia marchado a trabajar. Era el momento de escapar de la carcel de su hogar. Se sento en su taburete delante del tocador, encendio las luces del espejo y mientras se maquillaba pensaba: <> Mientras ese pensamiento se reproducia en su cabeza una y otra vez, peinaba su larga melena negra azabache, maquillaba sus ojos verdes intentando tapar el desgaste de la vida y la rutina. Intento que el labial rojo tapara su falta de besos. Su escasez de suenos. Con un suspiro fue al armario y se vistio con su vestido rojo de polipiel, corto, por encima de las rodillas. Sus botas negras de tacon de aguja y una chaqueta de cuero negra para tapar el frio de la noche. Lista para salir. Preparada para olvidar su desgana entre musica, humo de cigarrillo y vaivenes de cadera. En el salon cogio su bolso, las llaves de su coche y su telefono movil. Ahi iba una noche mas dispuesta a espantar sus malos suenos, alejar la rutina de un matrimonio que habia empezado a asfixiarla. Llego al club y saludo a sus companeras, habia logrado una sintonia especial con ellas. Aexcepcion de una compa- nera que buscaba cualquier oportunidad para pelearse con ella. Aguanto estoicamente los piropos de su jefe, ese hombre que ponia su carne de gallina y le calentaba la sangre. No sabia como, pero llevaba todo un ano, resistiendose a los multiples encantos de Marc. No queria serle infiel a su marido, aunque la atraccion que sentia por aquel individuo, crecia cada dia mas. Se preparo para salir al escenario, ese escenario que la llamaba, que hacia que se entregara en cada nota de musica a un baile sensual y desenfrenado. Su cuerpo siendo invadido por cada nota musical, el vaiven de sus caderas animando al publico. La alborada rozaba en el cielo cuando llegaba a casa, pero ese dia algo le habia entretenido, haciendo que se le hiciera demasiado tarde. Lucas no tardaria en volver. Mientras conducia su viejo coche pensaba en el hecho que le habia retrasado. Marc la habia llamado para ordenarle que bailara para el, con una excusa que no lograba recordar. Podia haberse negado, pero algun diablo poseyo su alma, porque no supo decir que no. Su jefe puso una melodia que la incitaba a contonear sus caderas y bailo para el. Las prendas de ropa fueron cayendo. Pudo haberse negado, pero le apetecia tanto sentirse querida, el deseo que sentia por Marc sobrepasaba al que una vez sintiera por su marido. Se transporto a otra galaxia sin darse cuenta, solo estaba su cuerpo y la musica. Estaba en su propio mundo, cuando unos sentimientos que no deberia sentir, se abrieron paso por su alma y su corazon. Hasta que sintio unas manos fuertes y asperas posarse en sus pechos. Entonces volvio a la realidad y sintio que se ahogaba con la lujuria que empezaba a recorrerle todo el cuerpo. Deseo prohibido, anhelaba tanto lanzarse a esos brazos, dejarse llevar. Pero una vez mas huyo llenandose de insatisfaccion. Todo su ser clamando por entregarse y dejarse enamorar. Pero creia que no debia. Sentia que no era lo correcto. Aparco y subio corriendo, no le daba tiempo a ducharse, se desnudo escondiendo su ropa de trabajo y para tapar su desnudez se puso una bata de seda. Justo cuando ponia la cafetera al fuego y el pan en la tostadora la puerta de la calle se abria. Su marido entro con paso cansado al apartamento. --?Te has dormido? Normalmente a esta hora me tienes el desayuno -- protesto el, solo queria comer, una ducha caliente y dormir. --Ya voy Lucas, ya voy --contesto ella molesta, cansada de ser solo una criada para el. Hacia tiempo que no se sentia como una mujer, tampoco el la trataba como tal. De mala gana sirvio el desayuno como su marido esperaba, como siempre ni un beso. Ni un agradecimiento, ni darse cuenta que su corazon ya volaba muy lejos del que fue su hogar. Reprimiendo un bostezo fue al cuarto de bano para darse una ducha corta, unos minutos despues Lucas entro en el bano. No le dedico ni una sola mirada al cuerpo de su mujer. --!Joder! !Y ahora me quitas la ducha! --volvio a quejarse. --Ya voy a salir Lucas, ?por un dia podrias dejar de protestar? ?Que tal si te metes en la ducha conmigo y me haces el amor salvajemente? ?Cuanto hace que no me tocas Lucas? --Pregunto ella con amargura. --Estoy cansado Camila te prometo que en nuestras vacaciones sera todo fantastico --contesto el deseando irse a dormir. --Si como el ano pasado que las anulaste --ahora le llego el turno a Camila de quejarse. Salio de la ducha envuelta en una toalla y se marcho del bano rozandose con el cuerpo de su marido con la intencion de provocar una reaccion en el. Como siempre nada paso, entonces ella se sintio cansada y dolida. Cuando llego a la habitacion se sento en la cama y penso: <>. A Lucas solia molestarle cuando su mujer se ponia minifaldas o escotes, no le gustaba que nadie la mirara. Por eso Camila habia decidido vestirse como realmente le gustaba. Ya no le importaba su opinion, ya le daba igual lo que Lucas quisiera. Se vestiria como ella realmente queria hacerlo. Tal vez asi podria lograr algo de su atencion. Aunque ya dudaba que quisiera eso. Se perdio en el fondo del armario buscando sus antiguas minifaldas, las vaqueras nunca pasaban de moda. Despues de ponerse la ropa interior se coloco la corta prenda. Busco algo con que conjuntar y encontro un corse precioso. Sonrio malevolamente. Salio del vestidor calzandose unos zapatos de tacon de aguja rojos, Lucas aun no habia salido del bano. Se llevaria una sorpresa. O eso queria pensar. Cogio su rizador de pelo del cajon y procedio a rizarse su lisa melena. Se esmero en maquillarse, aunque no se maquillo tanto como cuando iba al club. Sonrio cuando sintio la presencia de su marido en la habitacion. Se levanto lentamente sin mirarle, se puso una cazadora vaquera. Y se acerco a el para darle un beso en la mejilla. --Querido, me voy a trabajar --dijo para despedirse. --?Desde cuando vas asi a trabajar? --pregunto el mirando su atuendo y sintiendose preocupado. --Desde que he decidido que no me importa lo que me digas. Chao mi amor --contesto ella saliendo de la habitacion. Cogio su bolso, las llaves del coche y salio en direccion al garaje. Era una tortura encontrar aparcamiento en aquella ciudad. Cuando por fin encontro un hueco aparco, corrio ave- nida abajo para poder abrir la tienda de bisuteria que tenia a medias con su mejor amiga. Se sorprendio de que Samanta aun no hubiese llegado, levanto el cierre y colgo el cartel de abierto. Dejo su bolso y la cazadora en la parte de atras para poder trabajar comodamente. La campanita sono, penso que seria demasiado temprano para que fuera un cliente, creyo que era su amiga. Por eso se agacho para ordenar los collares de la estanteria de abajo. Supo que no era Sami cuando sintio una mano grande y aspera pasearse por su pierna. Sabia que su marido no era. Sentia su sangre mas caliente y espesa. El tacto de la persona que le tocaba no era el mismo que el de su marido. Le falto el aliento, sentia que se ahogaba, Lucas jamas causo ese efecto en ella. Podia sentir un calor que le quemaba. --?Cuando te vas a rendir y ser mia? --pregunto Marc con esa voz ronca que le volvia loca. En ese momento todo el flujo sanguineo se le habia acu- mulado en la entrepierna. Quiso aullar de frustracion, de deseo incumplido. Deseo poder ser libre para poder entregarse sin miedos. Se le puso la carne de gallina cuando el paso su lengua por su cuello. --Llevas un ano resistiendote a mi. Me estas volviendo loco de deseo. Cuando te veo bailar en el club solo pienso en empotrarte contra la pared. --Estoy casada Marc. No me acostare contigo nunca --murmuro ella intentando no gemir. Con un movimiento rapido y experto la arrincono con- tra el mostrador, le levanto la pierna para poder conseguir una pose intima. Se restrego descaradamente. --?Me sientes? ?Sientes lo duro que me pones? --volvio a preguntar el incansable. --?A que has venido Marc? --pregunto ella intentando que su voz no sonara ronca. --A darte la noche libre. Esta noche se cierra el club por motivos personales. Pero manana por la noche a la hora de siempre. Siempre el mismo juego, el provocando e intentando seducirla, ella intentando resistirse. No queria convertirse en una mujer infiel. No oyeron la campanita de la puerta, concentrados como estaban en ganar terreno. --Vaya amiga si quieres vete a un hotel yo me encargo de la tienda --se escucho decir a Samanta con voz alegre. --Hagamos caso a tu socia, vamonos, dejame llevarte al paraiso --dijo con chuleria Marc. --Marc por favor vete. Tengo que trabajar --suplico Camila de repente sintiendose agotada por culpa de aquella situacion. Entonces el la solto y salio del lugar, dejandola temblorosa y triste. Sami quiso acercarse y abrazarla para darle consuelo, pero Camila no queria que se acercara aun. Necesitaba recomponerse. Su entrepierna latia furiosa y sentia las piernas como si fueran gelatina. Marc siempre arrasando, dejandola con ganas de mas y muerta de deseo por el. Cuando su cuerpo volvio a la tranquilidad suspiro, sus ojos se llenaron de lagrimas. Samanta se acerco preocupada y le dio un corto abrazo. Como amigas lo sabian todo sobre sus vidas, por eso Sami volvio a decirle lo de siempre. --Cam tienes que pedirle el divorcio a Lucas no puedes seguir asi. Te esta destruyendo, hermana no puedes seguir asi. Lo primero que hiciste fue irte a trabajar a ese club. No estas haciendo cosas logicas. --Necesitaba algo para escapar de la rutina, Lucas se dedica a ignorarme -- intento defenderse Camila. Aunque en el fondo sabia que Sami tenia razon. --Y llevas un ano bailando en ese club de striptease, no es que me parezca mal. ?Pero que pasara si Lucas te descubre? --pregunto preocupada Samy. --No lo hara, en este ultimo ano lo unico que ha hecho es trabajar en su taxi. Ni me sorprenderia que se quedara a dormir en el --contesto dolida ella. La campana le salvo de seguir hablando, llegaban clientes, empezaba el dia de trabajo. Jornada que Camila esperaba que fuera intensa para poder olvidar los problemas de su casa. Borrar de la memoria su soledad, dejar entre renglones ese infierno que se habia convertido su matrimonio. Cuando cerraron la tienda a las siete ella le dio una orden a su amiga. Tenia la noche libre y no estaba dispuesta a quedarse en casa. --Sami, reune al grupo. Saldremos esta noche. --Manana es dia laboral. No podremos trasnochar mucho --advirtio Samanta. --?Que te parece cena en el Ginos de Gran Via? Y luego una copichuela rapida en el Gin club --planeo Camila sabiendo que su amiga moveria cielo y tierra por una pizza marinera en el Ginos. --Quedamos en la boca del metro de tu barrio --dijo aceptando Sami. Camila subio la calle sonriendo, era tan facil convencer a su amiga. Ojala fuera tan facil de convencer su marido para tener una noche loca, o para hacerle ver que su matrimonio se iba a la basura. Sus ojos se posaron en el escaparate de una tienda y se enamoro de un vestido, espero que el semaforo cambiara para cruzar y poderselo comprar. Entro tambien en un establecimiento de lenceria para elegir ropa interior nueva. Se enamoro de los encajes, de las sedas, de los lazos y de los colores brillantes. Lastima que por mas dinero que gastara en lenceria Lucas no se fijara en ella. Feliz con sus compras fue a buscar su coche para dirigirse a casa, compro en el supermercado algo rapido para prepararle a su marido para cenar. Subio casi corriendo las escaleras, ese era su ejercicio diario, penso que quiza podria apuntarse a un gimnasio para ejercitarse en las horas del mediodia. Pero luego penso que no seria buena idea, esas horas eran las que aprovechaba para dormir.

  • Amame (Siempre te amare 3) de

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    Luego de una boda maravillosa. Emma penso que el error que la ha estado persiguiendo los ultimos dos anos era cosa del pasado. Desgraciadamente se entero de la forma mas espantosa que no es asi.

  • Esta tormenta de James Ellroy

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    James Ellroy retoma la historia de Perfidia con esta nueva y brutal entrega del segundo Cuarteto de Los Angeles, durante los anos de la Segunda Guerra Mundial.

  • El despertar del lobo, Lola P. Nieva de Lola P. Nieva

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  • Asi es como se mata (Un caso del comisario Mancini 1) de Mirko Zilahy

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    La nueva voz del thriller que esta conquistando Europa. Tras el exito de Dicker, Lemaitre y Dazieri, llega una nueva novela negra de alto impacto.

  • Mi ascenso, tu muerte de Miguel Angel Rosique

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    Javier trabaja en Tenerife, en la empresa de publicidad Creatif, trabajo sonado que le apasiona y en el que esta apunto de ascender, cumpliendo su meta de convertirse en el maximo responsable de la misma. Alvaro, joven ambicioso que hace poco trabaja en la empresa, en principio, buen amigo de Javier, pronto se convertira en un competidor implacable por el ascenso tan anhelado. Esto crea un oscuro caldo de cultivo en el que germinaran actos inconfesables, traiciones inesperadas, y despiadadas venganzas, llegandose a extremos inimaginables de maldad.

  • Cuando estabamos vivos, Mercedes de Vega de Mercedes De Vega

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  • Se aceptan cheques, flores y mentiras de Luis Alberto De Cuenca

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    Una seleccion de poemas amorosos, a veces traicioneros, siempre divertidos y causticos, del poeta de culto y Premio Nacional de Poesia Luis Alberto de Cuenca.

  • El malogrado de Thomas Bernhard

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    Tambien Glenn Gould, nuestro amigo y el mas importante virtuoso del piano de este siglo, llego solo a los cincuenta y un anos, pense al entrar en el meson. Solo que el no se mato como Wertheimer sino que, como suele decirse, murio de muerte natural. Cuatro meses y medio Nueva York y, una y otra vez, las Goldbergvariationen y Die Kunst der Fuge, cuatro meses y medio Klavierexerzitien, como decia Glenn Gould, una y otra vez, solo en aleman, pense. Hacia exactamente veintiocho anos habiamos vivido en Leopoldskron y estudiado con Horowitz, y (por lo que se refiere a Wertheimer y a mi, pero no, como es natural, a Glenn Gould) habiamos aprendido mas de Horowitz, durante un verano totalmente echado a perder por la lluvia, que en los ocho anos anteriores de Mozarteum y Wiener Akademie. Horowitz habia dejado a todos nuestros profesores nulos y sin efecto. Pero aquellos profesores horribles habian sido necesarios para comprender a Horowitz. Durante dos meses y medio llovio ininterrumpidamente, y nos habiamos encerrado en nuestras habitaciones de Leopoldskron y trabajamos dia y noche, el insomnio (!de Glenn Gould!) se habia convertido en nuestro estado decisivo, y profundizabamos de noche en lo que Horowitz nos habia ensenado de dia. No comiamos casi nada y tampoco tuvimos en todo el tiempo dolores de espalda, que por lo demas nos habian atormentado siempre cuando estudiamos con nuestros viejos profesores; con Horowitz esos dolores de espalda no aparecian, porque estudiabamos con tal intensidad que no podian aparecer. Cuando hubimos terminado las lecciones con Horowitz, fue evidente que Glenn era ya mejor pianista que el propio Horowitz, de pronto yo habia tenido la impresion de que Glenn tocaba mejor que Horowitz y, a partir de ese momento, Glenn fue para mi el mas importante virtuoso del piano del mundo entero, por muchos pianistas que escuchara a partir de ese momento, ninguno tocaba como Glenn, y ni siquiera Rubinstein, al que yo habia amado siempre, era mejor. Wertheimer y yo eramos igual de buenos, y tambien Wertheimer decia una y otra vez que Glenn era el mejor, aunque todavia no nos atreviamos a decir que fuera el mejor del siglo. Cuando Glenn se volvio al Canada, perdimos realmente a nuestro amigo canadiense, no pensabamos volver a verlo jamas, el estaba obsesionado por su arte de tal forma que, teniamos que suponer, no podria prolongar ya ese estado mucho tiempo y moriria en plazo breve. Pero dos anos despues de haber estudiado con el bajo Horowitz, Glenn toco en los Festivales de Salzburgo las variaciones Goldberg, que dos anos antes habia practicado dia y noche y repetido una y otra vez con nosotros en el Mozarteum. Los periodicos escribieron despues de su concierto que ningun pianista habia tocado tan artisticamente las variaciones Goldberg, asi pues, escribieron despues de su concierto de Salzburgo lo que nosotros habiamos afirmado y sabido dos anos antes. Nos habiamos citado con Glenn despues de su concierto, en el Ganshof de Maxglan, un meson antiguo y querido por mi. Bebimos agua y no hablamos de nada. Sin vacilar, al volver a vernos yo le habia dicho a Glenn que nosotros, Wertheimer (que habia venido a Salzburgo desde Viena) y yo, no habiamos creido ni por un momento que lo volveriamos a ver a el, Glenn, siempre habiamos pensado unicamente que, despues de volver de Salzburgo al Canada, pereceria rapidamente, por su obsesion artistica por su radicalismo pianistico. Realmente, yo habia dicho radicalismo pianistico. Mi radicalismo pianistico, decia Glenn luego, una y otra vez, y se que utilizaba tambien esa expresion, una y otra vez, en el Canada y los Estados Unidos. Ya en aquella epoca, o sea, casi treinta anos antes de su muerte, Glenn no amaba a ningun otro compositor mas que a Bach, y en segundo lugar a Handel, a Beethoven lo despreciaba, y ni siquiera Mozart era aquel que yo amaba mas que a ningun otro, cuando el hablaba de el, pense al entrar en el meson. Ni una sola nota toco Glenn jamas sin cantarla al mismo tiempo, pense, ningun otro pianista tuvo esa costumbre jamas. El hablaba de su enfermedad pulmonar como si fuera su segundo arte. Que habiamos tenido al mismo tiempo la misma enfermedad y la habiamos tenido luego siempre, pense, y en fin de cuentas tambien Wertheimer contrajo esa enfermedad nuestra. Pero Glenn no perecio por esa enfermedad pulmonar, pense. Lo mato la falta de soluciones en la que, durante casi cuarenta anos, se metio tocando, pense. No renuncio al piano, pense, como es natural, mientras que Wertheimer y yo renunciamos al piano, porque no lo convertimos en la misma monstruosidad que Glenn, que no salio ya de esa monstruosidad, y que tampoco quiso en absoluto salir de esa monstruosidad. Wertheimer hizo que subastaran su piano de cola Bosendorfer en el Dorotheum, yo regale un dia mi Steinway a una nina de nueve anos, hija de un maestro de Neukirchen, junto a Altmunster, para que ese piano no me atormentase mas. La hija del maestro echo a perder mi Steinway en el plazo mas breve, y a mi el hecho no me dolio, al contrario, observe aquella destruccion estupida con perverso placer. Wertheimer, segun decia el mismo una y otra vez, habia penetrado en la ciencia del espiritu, y yo habia iniciado mi proceso de atrofia. Sin la musica, que de la noche a la manana no pude soportar ya, me atrofie, sin la musica practica, la teorica habia tenido solo en mi, desde el primer momento, un efecto devastador. En un momento, habia odiado el piano, mi propio piano, no habia podido oirme ya tocar; no queria maltratar ya mas mi instrumento. Por eso, un dia fui a ver al maestro para anunciarle mi regalo, mi Steinway, habia oido que su hija estaba dotada para el piano, le habia dicho, y le habia anunciado el transporte a su casa del Steinway. Yo habia llegado a tiempo al convencimiento de que yo mismo no tenia cualidades para hacer una carrera de virtuoso, le habia dicho al maestro, y como siempre queria en todo solo lo mas alto, tenia que separarme de mi instrumento, porque con el no alcanzaria con toda seguridad, como de pronto habia comprendido, lo mas alto, y por eso era logico que pusiera mi piano a la disposicion de su dotada hija, ni una sola vez volvere a abrir la tapa de mi piano, le habia dicho al desconcertado maestro, un hombre bastante primitivo, casado con una mujer mas primitiva aun, igualmente de Neukirchen, junto a Altmunster. !Los gastos de transporte correrian como era logico de mi cuenta!, le habia dicho al maestro, al que conozco y con el que estoy familiarizado desde la infancia, como tambien con su simplicidad, por no decir su tonteria. El maestro acepto mi regalo inmediatamente, pense al entrar en el meson. Yo no habia creido ni por un momento en el talento de su hija; de todos los ninos de los maestros del campo se dice siempre que tienen talento, sobre todo talento musical, pero en verdad no tienen talento para nada, todos esos ninos son siempre totalmente carentes de talento, y el que uno de esos ninos sepa soplar en una flauta o puntear en una citara o teclear en un piano no es ninguna prueba de talento. Sabia que abandonaba mi precioso instrumento a la indignidad absoluta, y precisamente por eso hice que se lo llevaran al maestro. La hija del maestro, en el plazo mas breve, echo a perder, dejo inutil mi instrumento, uno de los mejores en general, uno de los mas raros y por consiguiente mas buscados y por consiguiente mas caros tambien. Pero la verdad era que yo habia querido precisamente ese proceso de echar a perder mi amado Steinway. Wertheimer entro en las ciencias del espiritu, como decia una y otra vez, y yo entre en mi proceso de atrofia y, al llevar mi instrumento a casa del maestro, inicie ese proceso del mejor modo posible, Wertheimer, sin embargo, anos aun despues de haber regalado yo mi Steinway a la hija del maestro, habia tocado el piano, porque siguio creyendo durante anos que podia convertirse en virtuoso del piano. Por lo demas, tocaba mil veces mejor que la mayoria de nuestros virtuosos del piano que se presentan en publico, pero en definitiva no le habia satisfecho ser, en el mejor de los casos, un virtuoso del piano como todos los demas de Europa, y dejo de tocar y entro en las ciencias del espiritu. Yo mismo, segun creo, habia tocado mejor aun que Wertheimer, pero no hubiera podido tocar jamas como Glenn y, por esa razon (!es decir, por la misma razon que Wertheimer!) renuncie en un momento a tocar el piano. Hubiera tenido que tocar mejor que Glenn, pero eso no era posible, quedaba excluido, y por consiguiente renuncie en un momento a tocar el piano. Me desperte un dia de abril, no se ya exactamente cual, y me dije se acabo el piano. Y la verdad es que no volvi a acercarme al instrumento. Fui inmediatamente a casa del maestro y le anuncie el transporte del piano. A partir de ahora me dedicare a lo filosofico, pensaba mientras iba a casa del maestro, aunque, como es natural, tampoco podia tener la menor idea de que era eso de filosofico. No soy en absoluto un virtuoso del piano, me dije, no soy un interprete, no soy un artista reproductor. Ni un artista siquiera. Lo degenerado de aquel pensamiento me habia atraido enseguida. Todo el tiempo, mientras iba a casa del maestro, habia dicho, una y otra vez, esas palabras: !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! Si no hubiera conocido a Glenn Gould, probablemente no habria renunciado a tocar el piano y me habria convertido en virtuoso del piano y quiza, incluso, en uno de los mejores virtuosos de piano del mundo, pense en el meson. Cuando encontramos al mejor, tenemos que renunciar, pense. A Glenn, curiosamente, lo habia conocido en el Monchsberg, la montana de mi infancia. Desde luego, lo habia visto ya antes en el Mozarteum, pero no habia cruzado con el palabra antes de ese encuentro en el Monchsberg, al que llaman tambien monte del suicidio, porque se presta al suicidio mas que nada y la verdad es que todas las semanas se precipitan desde el en el abismo tres o cuatro por lo menos. Los suicidas suben a el en el ascensor del interior del monte, dan unos pasos y se precipitan a la ciudad que hay abajo. Las personas reventadas en la calle me han fascinado siempre y yo mismo (!como, por lo demas, tambien Wertheimer!) he subido muy a menudo al Monchsberg, a pie o en ascensor, con la intencion de precipitarme desde el, pero no me he precipitado desde el (!como tampoco Wertheimer!). Varias veces (!como tambien Wertheimer!) me habia preparado ya para saltar, pero, como Wertheimer, no salte. Me di la vuelta. Naturalmente, hasta ahora son mas los que se han dado la vuelta que los que han saltado, pense. A Glenn lo encontre en el Monchsberg en el llamado Alto de los jueces, desde donde se tiene la mejor vista de Alemania. Yo le habia dirigido la palabra, le habia dicho los dos estudiamos con Horowitz.

  • Te dio miedo la sangre de Sergio Ramirez

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    “Esta novela fue mi companera inseparable mientras viaje por Nicaragua. A partir de los anos de Sandino, cuenta numerosas historias entretejidas con gran habilidad: la historia de tres amigos conspiradores, Taleno, El Jilguero y el Indio Larios -uno de los hombres mas buscados por la dictadura, pero que en la realidad se dedica a fabricar pinatas en Guatemala, lejos de la lucha-; la del Coronel de la Guardia Nacional, Catalino Lopez, que trae la cabeza de “Pedron Altamirano” a Managua en un saco de cal, y otras villanias risibles como el fraude en la eleccion de Miss Nicaragua en 1953.
    Y toda una corte de personajes del comun, cantineros, borrachines, guitarristas, pescadores, tahures, prostitutas, traidores, Y detras de todo, la presencia maligna del tirano, conocido solo como el hombre.
    Enterrar a los propios antepasados en la cabeza -en la memoria- segun la cita de Las Aves de Aristofanes que Ramirez usa como epigrafe, es conferirles una suerte de inmortalidad, la unica que los seres humanos pueden ofrecerse a si mismos”.
    Salman Rushdie

  • El verano de la lluvia de Maria Herreros

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    El verano de la lluvia es la historia de una busqueda y de diferentes encuentros. Su protagonista, Soledad, vive en la carcel que una madre maltratadora y opresiva ha tejido a su alrededor. La muerte de su progenitora y el descubrimiento de un gran secreto suponen el punto de inflexion que la saca del abismo de su triste vida. Es entonces cuando emprende un viaje que la llevara a reencontrarse con su familia perdida y reconciliarse consigo misma.

  • Mr. Star (Speed 5) de Rose Gate

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    Cuando el abogado mas prestigioso de Barcelona muere asesinado, las vidas de Andres Estrella y Esmeralda Martinez cambian por completo.
    Esmeralda, una rica influencer, es acusada de parricidio y decide ponerse en manos de Andres, un abogado recien licenciado que odia todo lo que ella representa.
    Si mezclas dos mundos opuestos, dos personas que jamas apostarian el uno por el otro, el resultado no puede ser mas explosivo. Ambos se veran envueltos en una partida al amor que no estan dispuestos a jugar.
    ?Podran los sentimientos ganar la batalla a los prejuicios?
    ?Podran dar con el asesino antes de que acabe con ellos?
    Descubre esta trepidante historia de la mano de Rose Gate donde el humor, la accion, la pasion, el dolor, la amistad y la familia haran que:
    Vivas la ley de la pasion hasta que pierdas el juicio.

  • Infiltrado en el KKKlan de Ron Stallworth

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    En 1978, cuando Ron Stallworth -el primer detective negro en la historia del Departamento de Policia de Colorado Springs- encontro un anuncio clasificado en el periodico local pidiendo a todos los interesados en unirse al Ku Klux Klan que se pusieran en contacto a traves de un apartado de correos, hizo su trabajo y respondio con interes, usando su nombre real, pero haciendose pasar por un hombre blanco.

  • La maldicion del mar de Shea Ernshaw

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    Tres jovenes hermosas e incomprendidas llegaron al pueblo de Sparrow, en 1822.
    Tres jovenes hermosas e incomprendidas fueron ejecutadas por brujeria un ano mas tarde.
    La vida de las tres jovenes se la llevo el mar.
    Entonces cayo una maldicion sobre Sparrow y, en el aniversario de la muerte de las hermanas Swan, la historia se repite.
    Ellas han vuelto. con sed de venganza.
    ?Quien podra escapar de la cancion del mar?

  • El carmin y la sangre – Montero Glez de Montero Glez

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    Novela de espionaje con trasfondo politico e historico: la Guerra
    Civil, la II Guerra Mundial y la lucha entre el comunismo, los Aliados y
    el fascismo.

  • Donde vuelan las mariposas de Andrea Adrich

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    DONDE VUELAN LAS MARIPOSAS, es el primer libro de la serie Hermanos Montenegro, compuesta por EN EL OTRO LADO DEL CORAZON 1 Y 2 y MI SABOR PREFERIDO ERES TU, a la venta en Amazon. Todos son libros INDEPENDIENTES y se pueden leer sin haber leido el resto.

  • El lider que no tenia cargo de Robin Sharma

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    Robin Sharma, autor del internacional best seller El monje que vendio su Ferrari, regresa a la parabola con una historia inspiracional acerca del nuevo significado y valor del liderazgo.

  • Cuando gritan los muertos de Paco Gomez Escribano

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    El Cuqui, el Tente y unos amigos dieron un atraco por encargo hace mucho tiempo, pero algo salio mal. Al Tente le amputaron una pierna y el Cuqui recibio una bala en la cabeza que le mantuvo en coma durante anos. Los demas murieron y ellos pagaron sus deudas con la sociedad en la carcel. Ahora, el Cuqui ha cumplido su pena y vuelve al barrio para encontrarse con su pasado, con su presente, y con su viejo amigo el Tente. Psicopata de manual, sin nada que hacer, sin familia, con un buen monton de problemas y con amnesia, volvera a cometer pequenos delitos para sobrevivir en compania del Elena y el Mochuelo, dos personajes marginales propios de un barrio de las afueras de Madrid y antiguos conocidos. A pesar de estas desgraciadas eventualidades, consigue iniciar una vida mas o menos rutinaria.

  • El secuestro de la justicia de Ignacio Escolar , Joaquim Bosch

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    Joaquim Bosch (ex portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia) e Ignacio Escolar (director de eldiario.es) han unido fuerzas para escribir un libro necesario, incisivo y pedagogico sobre la Justicia.

  • Su secreto de Aina Castillo

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    Mar era una chica normal.
    Un poco solitaria y triste.
    Vivia con sus padres.
    Iba a la universidad.

  • Yo no soy nadie de Patrick Flanery

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    Tras unos anos como profesor en Oxford, Jeremy O’Keefe regresa a los Estados Unidos donde ha sido contratado como profesor de Historia de Alemania en la Universidad de Nueva York. Jeremy se siente bien con su nueva vida y feliz de estar otra vez cerca de su hija, quien se ha instalado, gracias a su matrimonio, en la clase alta de la ciudad. Jeremy, cercano a cumplir los sesenta, contempla con placidez los anos que le quedan por vivir. Pero un dia recibe en su casa un paquete anonimo que contiene mas de dos mil folios impresos por las dos caras con lo que parecen direcciones de internet. Y unos dias mas tarde, otro paquete con miles de numeros de telefono. Estupefacto, Jeremy examina el contenido de los paquetes sin entender nada. Hasta que descubre que recogen el historial de su actividad online y de sus llamadas de telefono de los ultimos anos. ?Quien y por que querra hacer un seguimiento exhaustivo de su vida personal? ?Y por que ese alguien quiere que Jeremy lo sepa? ?Quien es ese hombre que parece seguirle desde hace unos dias? ?Y quien llama a su madre con amenazas para Jeremy? En una sociedad sin secretos como la nuestra, asustar a un hombre es lo mas facil. Y Jeremy empieza a repasar su vida que el creia hasta ahora la de un hombre comun, buscando a quien pudo hacer dano o que pudo hacer mal.

  • La bruja Leopoldina y otras historias reales de Miguel Delibes

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    Este libro reune los relatos incluidos en Mi vida al aire libre y Tres pajaros de cuenta, y un cuento inedito hasta la fecha, un relato escrito y dibujado de la mano del mismo Miguel Delibes en su epoca de juventud que habia permanecido guardado en los fondos de la Fundacion que lleva su nombre.
    Con motivo de este inesperado hallazgo editorial, editamos bajo un mismo volumen todos sus relatos autobiograficos, en los que descubrimos la esencia de uno de los autores mas leidos de las letras espanolas todavia a dia de hoy. El autor de obras tan conocidas como El camino, Los santos inocentes o Cinco horas con Mario fue un gran amante de la naturaleza, de los deportes, de la vida al aire libre en general. En estos relatos descubriremos de la mano de Delibes la belleza del mundo natural, y el placer de disfrutar de ella a traves de la observacion, el paseo y el deporte, que permiten que el ser humano conecte con la tierra.
    Un libro imprescindible para todos los delibianos y para todos aquellos que no conociendo suficientemente la obra de este gran escritor quieran acercarse al mundo que lego a sus lectores. Un mundo cercano a la tierra, conectado a ella a traves de sus palabras, y que ha inspirado y sigue haciendolo a tantos escritores y lectores.

  • Khalil, El Hijo Del Desierto de Andrea Adrich

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    Los suenos hay que perseguirlos. Hay que correr tras ellos hasta atraparlos; sin descanso, sin respiro, sin desfallecer... Por muy utopicos que sean. Por muy descabellados que nos parezcan. Eso es lo que pensaba Nadya y, como buena arqueologa, poseia una tenacidad envidiable para conseguir lo que deseaba, por muy dificil que fuera el camino que tuviera que recorrer. Nadya doblo la camiseta de manga corta y la metio en la maleta que descansaba abierta encima de la cama. --?Estas segura de que quieres ir? --le pregunto Emma, su mejor amiga. Nadya giro el rostro lleno de incredulidad hacia ella. --?Lo estas diciendo en serio? --dijo. --Es peligroso. --No seas alarmista, Emma. --No soy alarmista, Nadya. El desierto Blanco de Egipto no es un lugar tranquilo en estos momentos --le advirtio su amiga--. He leido que hay muchos conflictos entre los pueblos que habitan en el. Nadya nego con la cabeza. Emma era exagerada y demasiado pesimista. Por Dios, estaban en el siglo XXI, no en la Edad Media. La gente era civilizada. --No me va a pasar nada --aseguro en un intento por tranquilizarla. --No se como puedes ir... Estas como una cabra. --No estoy como una cabra, lo que estoy es ilusionadisima. Voy a cumplir mi sueno. --Nadya abrio los brazos para enfatizar sus palabras--. Por fin he acabado mi Master de Arqueologia, por fin soy arqueologa, y por fin puedo ir a Egipto a desenterrar su pasado --respondio en tono de ensonacion--. Sabes que llevo meses de un lado para otro haciendo papeles y pidiendo permisos para poder empezar las excavaciones. Emma lanzo al aire un suspiro de resignacion. Nadya era muy testaruda. Nadie le sacaria de la cabeza la idea de ir a Egipto. Ni el anuncio del fin del mundo lo haria. --Has crecido en Inglaterra, pero es indiscutible que corre sangre egipcia por tus venas --apunto. Nadya sintio algo calido en su interior al escuchar aquellas palabras. --Mi madre lo era, y aunque vino a Londres muy joven, yo he heredado de ella el inmenso amor por su tierra --explico Nadya. --Lo tuyo por Egipto no es amor, es obsesion --comento Emma, parafraseando una conocida cancion. Las comisuras de Nadya se elevaron formando una sonrisa en los labios. --Reconozco que la Tierra de los Faraones me apasiona. Para mi Egipto es magia, misterio, encanto... --enumero. Se dejo caer sobre la cama--. Es hechizante --concluyo. Para Nadya, Egipto era un enigma. Nunca dejaba de desconcertarla: su pasado, su historia, la leyenda que la envolvia provocaba en ella una extrana nostalgia. --Prometeme que te vas a cuidar --le pidio Emma, dandose por vencida. --Te lo prometo --dijo Nadya. --Y que no vas a hacer ninguna locura, que te conozco. --Te lo prometo. Emma estiro los brazos y la rodeo con ellos, estrechandola contra su cuerpo. --Te voy a echar mucho de menos, Nadya --susurro con un nudo en la garganta. --No te preocupes, en un par de meses estare de vuelta -- dijo Nadya. --Van a ser dos meses muy largos --apunto Emma, deshaciendo el abrazo. --Podrias ir a verme... --sugirio Nadya. Emma se encogio de hombros y sopeso la sugerencia unos segundos. --Quiza vaya... La idea parecio entusiasmarle de pronto. Dos meses lejos de su mejor amiga, a la que consideraba casi una hermana, se le iban a hacer muy largos. Habian planeado un verano juntas. Irian a Ibiza y se lo pasarian en grande; seria un verano memorable. Se lo merecian despues de todo lo que habian estudiado. Pero Nadya finalmente habia conseguido que le aprobaran las licencias pertinentes y la financiacion necesaria para comenzar sus excavaciones en el desierto Blanco de Egipto, el sueno por el que habia luchado desde que tenia uso de razon. Eran muchas las noches que habian pasado charlando sobre ruinas, historia y descubrimientos arqueologicos... La pasion de Nadya. Emma, mejor que nadie, era la unica que comprendia plenamente su decision de ir a Egipto y dejar atras durante un tiempo su vida convencional. --Iremos a El Cairo, es una ciudad preciosa --la animo Nadya--. Esta a unos 550 kilometros aproximadamente del lugar donde vamos a instalar el campamento. --?Habra chicos guapos? --bromeo Emma. Nadya le paso el brazo por los hombros y la atrajo hacia si. --Estoy convencida de ello. Los egipcios son hombres de rasgos raciales y exoticos, y esa piel acaramelada... Nada que ver con la palidez de los ingleses. Seguro que alguno te gustara... --dijo, guinandole un ojo con complicidad. --Ay, esa piel acaramelada... No me importaria pasarle la lengua a uno de ellos. --!Emma! --?Que? Es para ver si saben a caramelo. Nadya rompio a reir con una carcajada. Emma no iba a cambiar nunca. --?Y tu? --Yo, ?que? --?Cuando vas a echarte novio? --?Novio? --repitio Nadya, como si la palabra le produjera alergia. Se levanto de la cama y siguio metiendo prendas en la maleta--. Llevo toda mi vida estudiando en un internado, lo que menos me apetece ahora es tener novio, atarme a alguien. Lo que quiero es vivir, salir, entrar, y hacer lo que mas me gusta... --!La arqueologia! --le corto Emma, poniendo los ojos en blanco. --Si, la arqueologia --afirmo Nadya. --Querer ir al desierto Blanco en verano solo demuestra tu amor por ella --apostillo Emma. CAPITULO 1 Nadya abrio los ojos de par en par. El asombro asomo a ellos cuando bajo de la camioneta que le habia acercado hasta el campamento donde iba a tener lugar la excavacion. El equipo que iba a acompanarla en aquella aventura llevaba alli dos dias montando las tiendas. El desierto Blanco, conocido como Sahara el Beyda, se desplegaba ante ella como un gigantesco mar de dunas blancas. El paisaje era sobrecogedor, iluminado por una luz vibrante y misteriosa, que jugaba con la arena, creando diferentes colores. Pero no solo el paisaje era sobrecogedor, tambien el sutil aroma a especias que parecia flotar en el aire --o tal vez eran imaginaciones suyas--, y el silencio que lo anegaba todo, que era casi tangible. Nadya respiro hondo. Por primera vez fue consciente de su magnificencia. Era enorme, y no supo por que, pero tenia la sensacion de que tambien era peligroso. No sabia que hora era, pero el crepusculo se cernia sobre su cabeza con una puesta de sol que tenia el cielo de un rosa vibrante. Habia sonado tantas veces con estar alli, que ahora le parecia mentira tener bajo sus pies aquellas arenas que escondian y salvaguardaban misterios de miles de anos de antiguedad. De pronto la invadio una sensacion de irrealidad. Un escalofrio le recorrio de la cabeza a los pies, pese al calor que aun calentaba el aire. En silencio se pregunto que le depararia aquel desierto de increible belleza. Habia ido alli siguiendo el rastro de Akhenaton, el llamado faraon <>, y de su <>, cuya leyenda afirmaba que habia construido con mano de obra infantil. Pero Nadya no solo habia ido a Egipto tras la pista del faraon <>, sino buscando su propio pasado, del que apenas tenia nociones. Solo sabia que su madre era egipcia, de una region cercana al desierto Blanco, y que, por alguna razon que desconocia, se habia ido de alli. Nadya intuia que bajo aquel abandono habia mas, mucho mas... --?Que le parece, senorita Rice? La voz del ayudante de la excavacion, Randolph Crowe, desvanecio la magia del momento y la devolvio a la Tierra. Pestaneo un par de veces para salir del estado de ensonacion en el que se habia sumergido y giro el rostro hacia el. El hombre, pelirrojo y con la cara llena de pecas, la miraba con expectacion. --Es maravilloso --respondio Nadya. --Las puestas de sol que se pueden ver en el desierto son de las mas bonitas del mundo --comento el hombre. A Randolph no le faltaba razon. El asombroso color rosa del crepusculo se reflejaba en el blanco casi puro de las dunas, concediendo al sugestivo paisaje un aire de fantasia. --Venga a ver la tienda que le hemos preparado, senorita Rice --dijo el hombre. Nadya asintio. Berenice alargo la mano de dedos elegantes e introdujo una jugosa uva en la boca de Khalil con un gesto cargado de sensualidad. --?Le gusta, mi senor? --pregunto la concubina sonriente, acercando los labios a su oido. --Me gustas mas tu --coqueteo Khalil, al tiempo que saboreaba la uva. Berenice, una joven de aspecto risueno, con una larga melena de color azabache y profundos ojos negros, se acerco a el melosamente y lo beso. Khalil habia metido ya la lengua en la boca de su concubina cuando unos nudillos golpearon la puerta, interrumpiendo la escena. --Adelante --dijo. La enorme puerta de madera labrada se abrio con un ruido pesado. Un hombre alto, de complexion atletica y pelo negro, vestido con un pantalon oscuro y un caftan gris que le llegaba a la mitad del muslo, entro con semblante serio. --Khalil, los ingleses han vuelto --anuncio, despues de hacer una ligera reverencia a su jeque. El rostro de Khalil se tenso, acentuando aun mas sus rasgos marcados. Enderezo la espalda y se echo hacia adelante. --Berenice, dejanos a solas --ordeno a la concubina en tono autoritario. --Pero, mi senor... La joven acaricio suavemente la mejilla de Khalil en un intento por permanecer en la habitacion. --Ahora, Berenice. --El tono de Khalil no admitia replica alguna. --Si, senor --contesto ella con una reverencia. Berenice se levanto de la cama formada por decenas de brillantes cojines y almohadas y, aunque salio de la enorme habitacion con la mirada baja y una expresion servicial, como correspondia, por dentro la sangre le hervia a borbotones en las venas. Llevaba muchos dias sin poder estar a solas con Khalil; el habia reclamado a otras concubinas del haren, y ahora que por fin la habia elegido a ella para pasar la noche juntos, Salih, amigo y jefe del ejercito de Khalil, les habia interrumpido muy inoportunamente para anunciar que los ingleses estaban de nuevo en sus tierras. Berenice bufo antes de salir de la habitacion. ?Como podia tener tan mala suerte? --Maldito Salih y malditos ingleses --farfullo entre dientes.

  • Confia en mi de Moruena Estringana

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    Hay lazos que, por mucho que se estiren, no se pueden romper.

  • La promesa de no olvidarte (Skye 2) de Yolanda Revuelta

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    Connor Carson regresa a la isla de Skye tras varios anos trabajando como medico en Africa. Su decision de retomar su vida donde la dejo se debe a que uno de sus mejores amigos ha muerto. No va a ser facil volver a ver a Kate y mas complicado sera aun ocultar lo que siente por ella.