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Rose Henderson permanecia mirando por la ventana de su habitacion los parterres de flores del jardin sumida en sus pensamientos. Llevaba toda su vida viviendo tras las paredes del Bedlam, el hospital psiquiatrico en el que sus padres la abandonaron cuando apenas era una nina por padecer una leve cojera en su pierna derecha. En vez de apoyarla y ayudarla a llevar una vida lo mas normal posible se deshicieron de ella igual que si fuese un mueble viejo y habia pasado todo ese tiempo echandose la culpa de ello. Pero ella no habia hecho nada malo, ahora lo entendia. Desde que el marques de Lansdowne llego a su vida hacia ya dos anos la habia ayudado a entender que ella era la victima de todo aquello, que sus padres eran dos despreciables seres sin corazon a quienes les habia podido mas el miedo al que diran que el amor por su hija. Pero ya no debia pensar mas en aquello, en pocas horas seria libre por fin y empezaria a llevar una vida normal gracias al conde Warwick. El mejor amigo del marques se habia autoproclamado su salvador y habia logrado que su madre firmase los papeles que le nombraban su tutor. Ahora el era su familia e iba a ocuparse de que se convirtiera en toda una dama. Rose estaba aterrada, se sentia como si se encontrase al borde de un precipicio a punto de saltar al vacio y no habia a la vista ningun saliente al que ella pudiera agarrarse. Llevaba diecisiete anos encerrada en ese manicomio y excepto el doctor Novak los medicos siempre la habian considerado tan loca como a todos los demas. ?Que pasaria si la sociedad tambien lo pensaba? ?Como iba a lograr vivir si terminaba por arrastrar a su salvador hacia el escandalo? --?Estas lista, Rose? Se volvio hacia el doctor Novak, que habia sido lo mas parecido a un padre para ella desde que se incorporo al equipo medico del hospital hacia casi un ano, y sonrio. --Tengo mucho miedo --reconocio ella. --Es normal estar asustada, pero cuando empieces tu nueva vida veras que no hay motivo para estarlo. --No lo entiende... siento panico, doctor. Novak se sento sobre el camastro con un suspiro e hizo un gesto para que Rose le acompanara. La muchacha obedecio apoyando la cabeza sobre su hombro y el le palmeo suavemente la mano. --Se bien que lo desconocido es aterrador, Rose --empezo a decir el doctor--, pero no habria accedido a darte el alta si no supiera que este cambio es beneficioso para ti. No mereces estar aqui, eres una persona completamente sana y no debes seguir viviendo entre personas que no lo son. --Aun no entiendo por que el conde ha querido hacerse cargo de mi. --Lansdowne se lo pidio. --No, doctor. Kenneth le pidio que intercediera por el, no que se hiciera cargo de mi. Warwick tendria que haberse limitado a cumplir sus deseos. --?Te importa mucho que Kenneth no sea tu tutor? --Warwick parece ser una buena persona, pero con Kenneth y Anne me sentiria mucho mas segura. --?Por que? --Porque son mis amigos y se que no les importara que termine metiendo la pata. Se que ellos se preocuparan mas por mi bienestar que por lo que digan los demas. --?Y crees que Warwick no? --No lo se, pero es mucho mas serio que Kenneth y temo decepcionarle. --?Por que ibas a hacerlo? --?Y si no puedo aprender a ser una dama? ?Y si no sirvo para ello? --Eso es una estupidez, Rose. Eres muy capaz de aprender modales y etiqueta, no es tan dificil y tu eres una chica lista. Novak se levanto de la cama y le tendio la mano con una sonrisa. --Vamos, es hora de que tengas la vida que mereces. La muchacha siguio obedientemente al doctor hasta el salon principal. Recordo las terapias que lady Cornick y Anne habian impartido en el acompanadas por muchas otras damas, las veces que se habia divertido ensenando a las chicas con problemas mentales a dibujar o a pintar con los dedos, y sonrio. Ella tambien se ocuparia de ayudar en las terapias en cuanto le fuera posible. Vio a lady Adelaine Allingham, una de las amigas de Anne, sentada en la mesa del fondo con un par de ninas de no mas de diez anos a quienes estaba ensenando a bordar una pequena flor en un trozo de tela, y se acerco a ella. La muchacha se levanto de inmediato con una sonrisa. --Me alegra verte, Rose --dijo besandola en la mejilla-- ?Quieres unirte? --Me encantaria, pero no puedo hacerlo. !Hoy me marcho de aqui! --?En serio? !Eso es estupendo! --exclamo Adelaine visiblemente contenta. --El conde por fin ha logrado que mi madre le firme los papeles para convertirle en mi tutor. --Me alegro muchisimo por ti, Rose, de verdad. Te mereces salir de aqui. --?Conoces a Warwick? --No demasiado --respondio su amiga pensativa--. En realidad no me he relacionado demasiado con caballeros estos ultimos anos, ya sabes que soy una chica florero. --Me gustaria conocerle un poco mas. --?Te gusta el conde? --pregunto su amiga con una sonrisa. --!Claro que no! --respondio ella azorada-- Pero si va a ser mi tutor me gustaria saber un poco mas de el. --?Y por que no le preguntas a Anne? Es el mejor amigo de su esposo, al fin y al cabo. --Creo que lo hare. ?No te ha acompanado hoy Hester? --Se encontraba algo indispuesta, creo que tiene una leve indigestion. --Normal, con lo que le gusta comer... Charles Alexander Bryant, septimo conde de Warwick, encontro a su nueva pupila riendo a carcajadas con una de las damas que iban a ayudar en las terapias del hospital. Su sonrisa era capaz de iluminar toda la habitacion y sabia que en parte esa sonrisa brillaba gracias a el. Despues de meses de buscar a su progenitora por todo el pais habia logrado encontrarla y obligarla a firmar los papeles de la cesion de su tutela. Ahora el era responsable de Rose y por tanto de su felicidad. Addison y Marion miraban con curiosidad a su nueva pupila. Sus hermanas eran la perfeccion encarnada... de cara a la galeria. En la intimidad tenian una personalidad tan parecida a la de Rose que no dudaba que terminarian llevandose muy bien. --Es muy guapa --comento Marion. --No parece estar muy loca --dijo Addison. --Ya os he dicho que no lo esta --protesto Charles--, unicamente padece una leve cojera. Vamos a acercarnos a ella. En cuanto Rose se volvio y le vio, Charles pudo ver la alegria en su mirada, pero tambien el miedo a lo desconocido que llevaba grabado en ellos desde que se entero de su decision de autoproclamarse su tutor. La muchacha se acerco lentamente a ellos e hizo una reverencia que dejaba mucho que desear antes de dedicarle una sonrisa. --Buenos dias, milord --susurro. --Buenos dias, Rose --contesto el--. Dejame presentarte a dos de mis hermanas, Addison y Marion. --Es un placer conocerlas --respondio Rose con otra reverencia. --Para nosotras tambien lo es --contesto Addison cogiendola del brazo--. Y deja los formalismos, ahora somos familia. --Es cierto --corroboro Marion--. Eres algo asi como nuestra sobrina, ?no es cierto? --?Tienes listo tu equipaje? --pregunto Charles antes de que las tres muchachas se enzarzaran en una chachara sin sentido. --Esta en mi habitacion --asintio Rose. --?Por que no la acompanais a recoger su abrigo mientras yo hablo con el doctor Novak? --sugirio-- No tardare demasiado. --Muy bien, Charlie, te esperaremos en el carruaje --respondio Marion. Inspiro con fuerza ante el apodo carinoso de su hermana. Le encantaba que le llamara asi pero le habia dicho mil veces que no lo hiciera en publico, ya hablaria con ella en cuanto llegasen a casa. Se acerco al despacho de George Novak con paso decidido y se dejo caer en el sofa con un suspiro. --Sigo creyendo que es una pesima idea de que mis hermanas pasen unos dias con Rose, Novak --protesto--. Solo llevan un dia en mi casa y ya me han provocado una migrana. --Sera bueno para ella relacionarse con jovenes de su edad, milord. --Pero tiene que concentrarse en sus estudios, tenemos muy poco tiempo y mucho que ensenarle. --Sus hermanas podrian ayudarle en ese aspecto, ?lo ha tenido en cuenta? --No soy capaz de controlarlas y terminaran haciendo lo que les venga en gana. Solo la reina es capaz de intimidarlas.
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