• siete inviernos despues - Francisco Villegas Rodriguez

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    La doctora paseaba con calma entre el ajetreo del final de la tarde hacia la parada del autobus. La brisa, algo mas fresca a esa hora, se colaba entre las casas del residencial saturada de aroma a brotes verdes. Se hizo a un lado, sin llegar a detenerse, para esquivar a dos chavales que se perseguian entre carcajadas, y contemplo con agrado los tonos rojizos y azules del anochecer mientras las farolas de la calle ganaban en intensidad. Inspiro un par de veces para disfrutar de la sensacion. Procedente de alguna casa cercana una musica violenta ponia la nota discordante, pero cuando el volumen comenzaba a resultar molesto se desvanecio de repente. En el silencio, le parecio escuchar un grito que pedia auxilio. Se detuvo atenta. El grito se repitio desesperado: <>. Por encima de la valla, a su izquierda, un hombre junto a un ventanal abierto se agarraba la cabeza y volvia a gritar. Sin pensarlo demasiado empujo la cancela y recorrio a toda prisa el camino de grava que ascendia por el cesped. --Soy medico --dijo al llegar junto al hombre--, ?que le pasa? --Lo sujeto por los brazos. --!Es mi hijo! --exclamo espantado, la mirada vuelta hacia el salon. --!Calmese! --Tuvo que zarandearlo un poco--. ?Donde esta su hijo? El hombre senalo tras el ventanal y cuando ella entro, a la tenue luz de un par de lamparas pudo ver dos cuerpos tendidos en el suelo. Uno de mujer, con el vestido subido hasta el pecho dejando a la vista la ropa interior, la cara congestionada vuelta hacia ella y los ojos demasiado abiertos pero sin ver. A un par de metros, un muchacho tumbado boca arriba con un charco de sangre que se extendia bajo su cabeza respiraba con dificultad. Se arrodillo a su lado y le cogio la muneca; habia pulso, aunque debil. Se volvio hacia la puerta. Junto al padre habia un par de vecinos mas. --Avisen al enfermero del centro de salud --ordeno--, que venga con la mochila de parada, y a emergencias, digan que hemos comenzado la reanimacion. !Y a la policia! --grito cuando los otros dos ya se alejaban hacia la calle. El padre se acuclillo a su lado. Lloraba. --Dios mio, no, no dejes que muera. --!Digame como se llama su hijo! --Leandro, se llama Leandro. La respiracion del chaval sonaba a burbujas. Le abrio la boca y le limpio los restos de algo espeso. Mientras actuaba no cesaba de repetir como un mantra el nombre del nino. El pulso seguia debil y cuando paso una mano por detras de la cabeza una parte del craneo cedio bajo sus dedos; al retirarla estaba cubierta de sangre. Mando al padre a por una toalla limpia y se la coloco con cuidado bajo la cabeza. --No lo vamos a mover hasta que lleguen los sanitarios --dijo mientras con disimulo se limpiaba la mano en el pantalon. Se acerco a la mujer para asegurarse y regreso junto al nino. Un policia local muy joven se asomo por la hoja abierta del ventanal. --?Que ocurre...? --comenzo con voz segura, aunque al ver el cadaver se interrumpio en seco con una mano en la boca y la cara tan palida que la doctora temio que se fuera a desmayar. --Oiga --le dijo--. !Oiga! --Consiguio que apartara los ojos de la muerta. --?Que ha pasado? --volvio a preguntar con voz temblorosa y la mano aferrada al marco. --Alguien los ha atacado --explico ella--. La mujer ha muerto. --Por el padre, evito decir que el nino estaba muy mal--. ?Puede confirmar que se ha dado el aviso a emergencias? El policia parecio agradecer la sugerencia y salio. Al instante la sirena de una ambulancia se escucho cada vez mas cercana hasta detenerse frente a la casa y el equipo de emergencias entro escoltado por el mismo policia, seguidos por el enfermero de su consulta. Ella les resumio la situacion y comenzaron a estabilizar al nino. Se aparto unos pasos hacia el padre, que desde cierta distancia contemplaba al muchacho mientras los de emergencias se ocupaban de el. Las lagrimas brotaban mansas, mezcladas en la mejilla derecha con la sangre que goteaba de cuatro aranazos paralelos bastante profundos. Quiso saber como se los habia hecho, pero el, absorto en su hijo, no parecio escucharla. --?Se pondra bien? --pregunto sin desviar la mirada. Ella lo miro de lado sin saber que responder. Fuera ya habia oscurecido; el reflejo anaranjado de las luces de la ambulancia iluminaba intermitente el techo del salon y entrecortaba los movimientos de los presentes, como si la alarma de incendios se hubiese disparado en mitad de una representacion. Miro a su alrededor mientras una angustiosa sensacion de futilidad le oprimia la garganta y tuvo la acuciante necesidad de curar los aranazos de la cara de aquel hombre. --Esta en buenas manos, seguro que si --mintio mientras empapaba una gasa. Martes, 6 de mayo de 2008 * 21:50 h Empujado por la calida brisa, el visillo proyectaba una inquieta mancha de luz con un vaiven como el de las olas en una orilla lejana. La pantalla de un telefono olvidado sobre la mesilla de noche refulgia con la cadencia irregular de un faro averiado cada vez que la mancha de luz lo salpicaba. La cortina se apaciguo y el telefono, contagiado por la urgencia de la llamada, desperto con exigente zumbido y emprendio un insensato viaje por encima del tablero. A tres dedos del filo, la vibracion se detuvo y dejo en el ambiente la calma de un mal presagio. Un instante despues, resuelto, el movil reanudo su danza. El tono de llamada se interrumpio con un chasquido. --Si. --?Ernesto...? --Un hilo de voz temblorosa. De fondo, otras voces; en la distancia, una sirena. --?Estefano? --Preocupado--. ?Eres tu, Estefano? ?Estas bien? --Han matado a Blanca. --Una pausa--. Leandro esta malherido. --Otra pausa, un sollozo--. Lo llevan al hospital. --!Dios mio! Pero, ?que os ha pasado? --Yo... no lo se. --Una voz distante le ordenaba poner fin a la llamada--. Ahora no puedo hablar. ?Puedes ir al hospital hasta que yo llegue? Viernes, 13 de enero de 2017 * 21:30 h Ernesto Perez Quiroga se despidio de su ultimo paciente de la tarde. Cerro la libreta, desconecto el ordenador y salio al recibidor con la bufanda en el cuello y su abrigo largo y negro sobre el brazo. --Que tenga un buen fin de semana, doctor Quiroga --dijo la secretaria con una sonrisa. --Igualmente, Carolina --respondio el tirando de la puerta--. Hasta el lunes. Hacia mucho frio esa noche, y el contraste de las calles ahora vacias y en penumbra con el bullicio y la iluminacion de la recien terminada Navidad acentuaba la gelida sensacion. Para el frio del invierno, Ernesto se calzo los guantes y se ajusto el cuello del abrigo; para mitigar el de dentro, sin pararse a pensarlo, decidio que era el momento de comprar un teleobjetivo que acechaba desde hacia meses. Con esa idea consiguio hacer a un lado la anoranza de otras Navidades y disfrutar del paseo. Le gustaba el frio; le gustaba pasear bien abrigado por las calles de Granada en invierno y volver despues al calor de un buen fuego en la chimenea, un te negro bien caliente y una buena novela. En algunas ocasiones, de rodillas frente al toril de sus recuerdos, se atrevia a abrir el porton y reconocer, al compas de las cornadas, que todo aquello no eran mas que los sustitutos de un hogar y una familia. Tiempo atras, poco despues de la muerte de Estefano y su propio divorcio, pensar en eso le resultaba demasiado doloroso. Aun asi, mas a menudo de lo saludable, se deslizaba con cruel determinacion hacia ese espinoso paisaje, forastero entre las lapidas de su pasado, como si hurgar en ese dolor y paladear su sabor amargo fuese un perverso antidoto contra el olvido. Pasaron los anos, las llagas cicatrizaron y el pesar por sus perdidas, igual que la punzada de un hueso roto en dias de lluvia, quedo reservado solo para fechas senaladas, como un recordatorio en el almanaque de la cocina o una pregunta sin responder. Y asi, excepcion hecha de esos aniversarios de venerada melancolia, su vida transcurria placida y previsible con la tranquilidad de quien, por fin, ha aceptado que algunos lugares no son para el. Cruzaba Trinidad en diagonal hacia calle Duquesa cuando noto la vibracion del movil en el bolsillo de su camisa. El aire helado se le colo hasta el pecho al desabrochar el abrigo para alcanzar el telefono.

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  • Nunca llueve eternamente de Silvia Cruz

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  • ?Buscas al hombre perfecto? de Olivia Kiss

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    ?Estas harta de perder el tiempo con el chico equivocado?, ?te has cansado de no saber hacia donde se dirige tu relacion?, ?tienes mala suerte en el amor? En ese caso, bienvenida a “El hombre perfecto”, la empresa creada para ayudar a encontrar principes azules entre tantas ranas. Ahi es donde trabaja Abby, que esta especializada en el comportamiento de los hombres y puede detectar a un idiota mujeriego a varios kilometros de distancia.
    Y eso es justo lo que detecta cuando conoce a Mike, su nuevo companero de trabajo. Por desgracia, a su jefa se le ha ocurrido la innecesaria idea de ampliar el negocio y crear “La mujer perfecta”, asi que durante mes y medio el se convertira en su sombra durante el proceso de formacion para que aprenda como trabajan y cuales son los procedimientos que seguir. Parece sencillo, ?verdad? Pues no lo es. Porque Mike es justo todo lo que Abby no soporta de los hombres: sarcastico, demasiado atractivo para su propio bien y muy capaz de sacarla de quicio.
    Sin embargo, ?es posible que este equivocada? ?Y si el no es todo lo que parece? ?Y si ella ha perdido la fe en el amor y necesita que alguien la rescate de si misma?
    Una divertida comedia sobre las artimanas de Cupido.

  • Hay un mundo en otra parte de Gonzalo Maier

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  • Mi sombra, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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  • El riesgo de la verdad de Josep Antoni Duran Lleida

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    El conocido politico democristiano, artifice de innumerables pactos entre la minoria catalana y el Gobierno espanol a lo largo de los cuarenta anos de democracia, hombre de consenso con conexiones internacionales, presenta aqui sus memorias politicas. Apartado prematuramente del terreno de juego por la dinamica maniquea del proces, Josep Antoni Duran i Lleida pone, negro sobre blanco, su experiencia personal y su vision del pasado, presente y futuro de Cataluna y Espana.
    Unas memorias en las que no esquiva las cuestiones mas controvertidas: las tensiones entre la coalicion de Convergencia i Unio, los primeros contactos informales con Aznar, los casos de corrupcion politica que salpicaron a Unio y el giro independentista del nacionalismo conservador. Todo queda abordado de una manera clara y directa, aportando un destacable nuevo punto de vista a la vida politica espanola de los ultimos anos.

  • Las sombras del poder de Ian Rankin

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    Malcolm Fox, agente de Asuntos Internos y Conducta, se encuentra investigando a un policia por presunto abuso de poder cuando se cruza por su camino un caso lejano: la enigmatica muerte de un abogado sobre el que recayeron sospechas de colaborar con grupos terroristas. Con Escocia sumida en un momento de inestabilidad que despierta viejos fantasmas, Fox correra un grave peligro al descubrir hasta que punto los antano activistas ocupan hoy influyentes puestos de poder y estan dispuestos a todo con tal de mantener enterrado su turbio pasado.

  • Mickey Mouse era traficante de armas de Ulises Novo de

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    Estas muerto. Lo se porque yo te mate. Hay acciones de las que no me siento orgullosa, pero de esa en concreto si lo estoy. Aprendi mas rapido de lo que mi padre creia. Y ahora que me han encerrado, presiento que la vida va a pasar demasiado lenta. Pero es el precio del orgullo y no me arrepiento, Mike. Mucha gente opinara que alguien tan joven como tu no deberia haber muerto. Sin embargo, esa gente, que no se calla ni debajo del agua, desconoce que hay demasiada gente joven que muere todos los dias: en accidentes de trafico, en las salas de urgencias, infartados por clembuterol de gimnasio, en plantas de Oncologia o esnifando coca. Hay una lista interminable de formas de morir entre los adolescentes. Ya no soy tan joven. He cumplido los cuarenta y dos. Cuando dispare contra tu cara, aun no teniamos los veinte. No puedo olvidarme de la oscuridad, de la oscuridad de aquella noche frente al estanque. Era una oscuridad plateada, aunque no hubiese luna llena. Asombroso. Estabas mas contento que otras noches. Quizas porque habias bebido ginebra, quizas porque pensabas que al fin iba a dejar que me follaras. Pero no. Yo se por que estabas feliz. Porque precisamente no ibas a hacerlo. Porque aquella noche iba a ser la ultima de todas. Porque una voz en tu interior no cesaba de aconsejarte que me dejaras. Un sexto sentido insistia en que alguien como yo podia ser, a largo plazo, un peligro para ti. Sin embargo, yo me adelante a la jugada y no pudiste exhibirte ante mi como la verdadera criatura que eras, un mentiroso, el comienzo de un hombre que no hara feliz a las mujeres. No sabias follar, enterate. Se veia en tus ojos y en aquella estupida sonrisa de simio que logre borrarte con facilidad. Tenia que haberlo hecho antes, Mike. Tenia que haberte asesinado mucho antes. Que sutil es la palabra "asesinar". "Matar" es una palabra mas rotunda. Este verbo contiene un sentido mitico. Parece que proviene de una expresion persa: "Shat mat". "El rey ha muerto". Si, Mike, el rey ha muerto, aunque fueses tan solo un esclavo de aquella oscuridad que nos cernia y que a mi me protegio, incluso mucho despues de apretar el gatillo. 2 Si alguien desaparece, lo hace por alguna razon. Vaciaron mi mochila, la roja, la que mas te gustaba, porque detestabas la primera, la que me regalo mama antes de que me acompanaras a todas partes. Para que veas que todavia te tengo aprecio, Mike. Conservo cosas que pertenecen a esa epoca que pase contigo. Lo se. Eramos unos ninatos. Ultimo curso de instituto en el que alguien como yo no podia pasar desapercibida. Buen culo. Buenas tetas. Y varias camisetas ajustadas en las que podias leer frases tan provocativas como sinceras, las mas sinceras que he leido en mi vida. El jodido Mr. Wonderful deberia tomar nota: "Soy virgen, te lo juro por mis hijos" o "Gracias, papa, por no usar preservativo". Hay objetos que definen epocas de tu vida, pero, en mi caso, encuentro que algunos me ayudan a recordar emociones concretas, franjas de un dia cualquiera, un momento preciso, tan preciso que presiento que no es nada bueno regresar a el una y otra vez. Pero esa noche, Mike, no solo fui yo, sino que los dos hicimos algo grande. El merito de mi transformacion tambien es tuyo. 3 Cuando le compre el arma al tipo, fue un momento preciso. Y obsceno. En su origen, "obsceno" significaba "contra la escena". "Obscenus" proviene de "ob" (contra) y "scenus" (escena), es decir, aquello que no se muestra en el teatro, sino solo en la realidad. Y el hecho de matarte fue real. No se pudo fingir. No voy a esconderme ahora que tengo la oportunidad de no callar. No me han obligado a callar, salvo en los pasillos y en el comedor donde todas parecemos reses de una misma manada. Agachamos la cabeza y engullimos mecanicamente. Y nos miramos con la intencion de demostrarnos que una celda y un equipo de funcionarias con rifle no son suficientes para que suspiremos por matarnos; si, eso es, matarnos en una orgia con cortes letales y breves martillazos en las partes mas blandas de nuestros cuerpos. Me apetece escribir y llamar a las cosas por su nombre, u omitir esos otros momentos en los que fingi ser feliz contigo, o con aquellos otros que me follaron dentro de un coche, o con aquella imbecil de companera de clase que devoraba una y otra vez la novela AFTER, y vomitaba despues del almuerzo por temor a que su peso aumentara y fuese una chica corriente mas entre nosotras. ?Sabes que? Nos encerrabamos en el aseo y, antes de dejar que ella lo hiciese, nos besabamos. Un ritual estupido. ?Acaso todos los rituales no lo son? Yo nunca vomite con ella, aunque he de reconocer que experimentaba una especie de euforia al comprobar como se provocaba las arcadas para regurgitar un pellizco de donut que habia ingerido media hora antes. Curioso mundo donde, para muchas mujeres, la celulitis puede ser una condena mayor que hibernar en el corredor de la muerte. Era confortable, incluso, que alguien fuese feliz en su propia derrota. Para ella, la inmortalidad era eso, era una manera de distinguirse de las demas. En tu caso, Mike, yo preferi volarte la cabeza. Sobre gustos hay mucho escrito afortunadamente. Una vez me confeso que tenia miedo, no a que la descubriesen, sino miedo a mi, a que nada de aquello me estuviese perjudicando. Se habia percatado de que yo disfrutaba con aquella escena, llena de un ridiculo dramatismo. Pero, como le gustaba besarme, preferia no buscar ningun tipo de conflicto conmigo. Tenia razones quiza para no confiar demasiado en mi. Sin embargo, aquella gilipollas lo tenia claro. Si alguien sabe guardar un secreto, era yo, porque yo tampoco era una mas en aquel rebano de pijas y adictas a las unas de porcelana. Porque, en el fondo, ella tenia la esperanza de que, en algun momento, yo me afiliaria a su club de anorexicas purgativas y entonces, !oh, milagro!, vomitariamos juntas en el mismo urinario, o en el mismo parque publico, donde esas madres, adictas a los ansioliticos y a asistir a funerales ajenos, cuidan de su prole como mejor podian. O vomitariamos dentro de los garajes de esos apartamentos de lujos, o sobre el capo de esos coches tan caros de la Rayant's Corner, o sobre su tapiceria de vinilo, que una doncella, madre de dos hijos y con una casa embargada en Nuevo Mexico, limpiaria de rodillas, con el mismo teson que se la chupo a uno de los policias que viso sus papeles para entrar legalmente en este pais. Los impuestos y una osteoporosis sin diagnosticar la haran anicos. O vomitariamos en el patio del instituto, en ese enorme patio con dos pistas para jugar al baloncesto, donde te presentaste como Mike, aunque te llamaras en realidad Gustavo, o Pedro, o Carlos. ?Que poco importa eso ahora, verdad? Para mi, eras Mike y siempre seras Mike. Un nombre corriente. Me moleste en buscarlo. "Mike" esta clasificado en la sexta posicion de los nombres mas usados. Se estima que existen por lo menos quince millones de personas en el mundo que han recibido ese nombre este ultimo ano, lo que representa el 0.208% de la poblacion actual. El nombre de Mike esta compuesto, ademas, por cuatro letras, asi que es relativamente corto y esa cualidad lo hace facil de pronunciar. Mike, Mickey, Mickey, Mike. Tic-tac, tic-tac. Lo que pone de relieve esta informacion es que tu muerte no afecta en nada a la poblacion de la Tierra, lo que implica que mi decision fuese la correcta. Al tedio de tus habitos, a la falsedad de tus comportamientos conmigo, se unio la vulgaridad de tu nombre, su hedor anodino. 4 Esta historia solo dice algo de mi. Odio esta frase. Me habria gustado escribir algo mucho mas rotundo y sepulcral como que "esta historia intentara despojarme de toda apariencia". Lograste algo conmigo que nunca te perdonare. Durante esos tres meses que estuvimos juntos, fui victima de un contagio, del tuyo, el contagio de tu falsedad, de tu amaneramiento incluso, cuando pretendias caerme simpatico. Y, cr eeme, lo hacias muy bien, pero no pudiste frenar mis impulsos y mis impulsos eran mi destino. No leiste El extranjero, de Camus. Ahi se expone muy bien la declaracion de intenciones de un asesino que no lo es, hasta que la vida lo presiona de una manera tan despiadada que solo puede sobrevivir con la violencia. No lo entiendes, ?verdad? Aunque vivieras otra vida, Mike, no terminarias de comprender a Camus. ?Sabes por que? Porque te llamabas Mike y eras otro de esos gilipollas que leias AFTER y toda esa mierda de Crepusculo. Lo peor es que la mentira te arrastro al mismo lugar donde va a acabar tu madre, alguien a quien no conozco apenas, salvo por unas fotos que me ensenaste. Una mujer pequena y fea, con los hombros hundidos hasta las costillas. Seguramente una parte del sueldo de tu padre nunca llegaria a vuestra casa. El cono de alguna putita lo absorberia con profesionalidad, con mucha profesionalidad. Tu madre no se parece a la mia, sino a esa mujer, por llamarla de algun modo, de la que te he hablado antes, esa mujer que dejo a dos hijas en Nuevo Mexico, que se la chupo a un policia en la frontera, que inhalaba gotitas de gasoil en un panuelo con la intencion de olvidar que, despues de la mierda de vida que llevaba, solo habria una mierda mayor. Mike, Mike, Mike...Mickey, que facil era echarte de menos desde ese pozo en el que tu cuerpo se sumergio como una de esas plomadas que se usan para pescar las carpas y los barbos. Yo lo hice, yo misma, no. Te arrastre unos metros. Luego me ayudo un tipo. Pero fui yo la que dispare. ?Dos vece? ?O tres? ?O una solamente? No lo recuerdo. Lo mejor de todo es que me he librado de una condena de por vida. No me han condenado a muerte. Volvere a casa y al estanque, donde comenzo todo, como le sucedio al personaje de la novela de Camus con la playa. Si, Mike. No lo sabes. Pero, en mi casa, comenzo todo y estoy orgullosa de los acontecimientos que alli sucedieron. No he mentido nunca, ni se la he chupado a ningun policia, ni he mirado a la pared del fondo de mi celda con la sensacion de estar encerrada. No, yo saldre de aqui algun dia, mientras tus rinones, tu corazon, tu vesicula, tu cerebelo y tu pancreas se siguen pudriendo como hacen tambien los de mi madre. La putrefaccion es un jodido acto democratico; nos hace semejantes en nuestro camino hacia la desintegracion. Mike, yo saldre de aqui algun dia y no podre invitarte a vomitar en los parques publicos junto a aquella gilipollas que me besaba antes de hincar la rodilla delante del vater. Si, era una gilipollas, por no llamarla Carla, Anna, Valeria. ?Que poco importa eso ahora, verdad? Tu nombre ocupa el sexto lugar en el mundo y quiza sea el primero en Occidente. Que las aguas te bendigan, Mike. 5 Hace una noche hermosa, tan hermosa como aquella en la que te mate sin que nos diese tiempo a despedirnos. Solo le habria anadido mas patetismo a una secuencia de mi vida que debia ser prodigiosa. Me parece recordar que no hacia tanto frio como habian pronosticado algunos meteorologos en aquella emisora donde las voces se solapaban, tosian o se extinguian despues de un desquiciante barullo. No se por que me detengo en esta clase de detalles. Pero aquellas voces me ponian muy nerviosa cada vez que montabamos en tu coche y te empenabas en estar informado del estado de la carretera, como si fuesemos a Nebraska. Solo nos dirigiamos a un self service y despues al estanque. Repare en que fuese una noche especial. Aunque hubiese nevado o llovido a raudales, habria seguido siendo una noche especial. Era tu noche y la mia. No esperabas que regresasen tan pronto las garcetas blancas hasta el estanque. Nuestros padres tambien las observaron anos atras, en el mismo lugar, sentados sobre el mismo murete, cuando nosotros eramos tan solo lo mas parecido a una idea infantil. Sus ojos oscuros y su forma de desvanecerse, lejos de los edificios, me atraian; majestuosas cuando desplegaban sus alas, entre blancas y cobrizas, para elevarse sobre las aguas donde yacia el cadaver de mi madre. ?Como era posible que el ayuntamiento no hubiese respetado aquel paraje? Las constructoras habian arrasado con los sotos y ahora lo que quedaba era tan solo aquel estanque, resquicios de una epoca dorada que ni tu ni yo degustamos. Pero las garcetas seguian cumpliendo esa promesa, a la que la naturaleza las obliga, como un mal innecesario, el arrojo de sobrevivir gracias a esos vuelos casi eternos. Nunca fuiste capaz de usar correctamente las palabras y no tenias la suficiente inteligencia para acceder a mis pensamientos. Y, si lo hubieras hecho, te habrian parecido poco interesantes o no los habrias comprendido; te habrian parecido otras ideas infantiles frente al estanque, como las de nuestros padres cruzandose la mirada porque se gustaban. O eso creia mi madre, educada en la tradicion mas estricta, en la que una mujer solo puede aspirar a ser una nodriza bien cualificada. Pero, Mike, hay tantas razones por las que no me gustabas. En realidad, nunca ha llegado a gustarme nadie del todo. Quiza, Stormy, de la que hablare un poco mas adelante y que no llegaste a conocer porque ya estabas muerto, hundido en las aguas del estanque junto a mi madre, un particular idilio que me emociona especialmente cuando lo evoco. Quiza, estoy siendo demasiado severa contigo. Es cierto que tenias rasgos fisicos que me resultaban familiares y que me hacian agradables los ratos que pasabamos juntos. Tus manos, por ejemplo, fuertes y recias, acostumbradas a manejar la azada en unos huertos que tu padre poseia al otro lado de la ciudad. Pero nunca las usaste conmigo. Nunca quisiste tocarme como hicieron otros, mas inspirados seguramente en satisfacer una voracidad tan despreciable como sus conversaciones ridiculas e inmaduras. Hace una noche hermosa. Y echo de menos las garcetas blancas, su raudo vuelo, disipado por la ceniza que cubria el cielo. Si, quiza sea eso, Mike. Quiza eche de menos tambien tu insultante debilidad y las cenizas, las cenizas, las cenizas, ... No se si sabias que "prodigio", para los romanos, significaba algo inedito y monstruoso. Por esa razon, insisto en que aquella secuencia de mi vida, en aquella noche hermosa, debia ser prodigiosa, seguramente la unica. Mike, eramos dos monstruos. Admitelo. CUADERNO 2 FROZEN 1 Me daba asco. No era asco, perdon. Era algo peor. Lo impuro. Como si el humo penetrase en mi. El sucio humo de su piel. Porque lo imaginaba asi, envuelto en el humo. Y, sin embargo, consiguio que acabase gustandome. Todos relacionan el placer con un estado colmado de serenidad, de rebosante bondad, de satisfaccion personal. Pero no es asi. En ocasiones, Mike, el placer tambien es lo contrario, algo como ser reducido a cenizas o que alguien presione sobre tu nuca para experimentar el agudo dolor de una asfixia lenta. Me besaba el pelo para demostrarme que no estaba sola en el mundo. Pero a mi me importaba una mierda estar sola. Nunca he esperado demasiado de la gente. Mi padre tenia siempre la necesidad de manifestar que podia sustituir a mama. Pero nadie puede sustraer el espacio de nadie, ni de nada. El problema era que El, como todas las personas que se han cruzado en mi vida, tampoco sabia manejarse con las palabras, asi que era yo quien debia interpretar cada uno de sus mensajes a traves de un lenguaje no verbal, muy instructivo y pedagogico para lo que El pretendia de mi. Cuando fui creciendo y me crecieron las tetas, continuo besandome el pelo. Y parecia hasta mas impulsivo en aquella accion inspirada en el afecto y en el apego. Aseguraria que parecia mas necesitado de hacerlo, aunque yo no tuviera voluntad de corresponderle con otro arrumaco. Menudo imbecil, pero tengo tanto que agradecerle. Mama no lo decia, pero lo pensaba. Unos ojos vacios sustituyen cualquier frase, cualquier sentencia. Y, aunque, Ella no podia ser tan sutil en el silencio ni en los gestos, era evidente que no estaba comoda. A Ella tengo tambien que agradecer mucho de lo que soy en este momento. Mi madre era una mujer perdida en definitiva, pero, para mi, eso es una virtud. Experta en Literatura del Romanticismo y Modernismo, nunca llego a ejercer como docente. Nunca me quedo claro si llego a acabar la carrera. Lectora voraz. A veces yo la imitaba. Gracias a ella, algunos autores, determinantes para mi conducta, llegaron a mi como si el mismisimo Zeus, disfrazado de repartidor de pizzas, hubiese dejado la puta caja de Pandora en el felpudo de la entrada. No me intranquiliza recordar a aquel matrimonio. Al contrario, una euforia que roza la excitacion me embarga al esbozar sus rostros serios, palidos, enfebrecidos en ocasiones, cuando mi aprendizaje comenzaba en aquellas habitaciones desnudas. Puedo dormir por las noches. Puedo mirar a mi padre y desearle que tenga la muerte mas lenta y dolorosa, como El estara deseando para mi cada minuto que pasa sentado en su camion. A Ella ya no podre mirarla a la cara, Mike. Esta tan muerta como tu. Y hundida en el fondo de estanque. La mato El y, de alguna manera, yo tambien participe en aquel asesinato porque formaba parte de mi instruccion como lo habian sido las palizas que Ella habia recibido, a lo largo de los anos, sin otro fin que el hecho de que yo mirase el declive de unas naturalezas a las que la ilusion, las mentiras y las rutinas nunca pudieron domesticar. Hoy he vuelto a lavarme el pelo. Y el humo, su humo, no ha desaparecido. La ceniza se diluye entre las yemas de mis dedos, tu ceniza, Mike. Y la escasa luz atravesando este espacio blanco, aseptico. Mi celda me recuerda a mi casa. No hay nada colgado de las paredes. Mike, a ti no te gustaba tocarme el pelo. A ti no te gustaba tocarme.

  • El Proceso de la Presencia de Michael Brown

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    En esta extraordinaria obra, el fluido y lucido texto nos conduce hacia una experiencia transformadora y nos conecta con el vivo resplandor de la Conciencia del Instante Presente, donde nos esperan la liberacion, la salud y nuestra innata sabiduria. La simple lectura de este libro, sus percepciones, nos purificara y hara que recobremos la salud vital. Lo que en otro tiempo fue dificil de explicar ha quedado ahora plasmado lucidamente en este libro. Aquello que se consideraba antes un territorio de paz accesible tan solo a los <> esta ahora al alcance de todo el mundo.

  • Desde la otra Orilla de Patricia Alcantud Obregon

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    ?Hasta donde llegarias por amor? ?Y por desamor? ?Cual es el limite que indica que ha llegado el momento de decir adios?
    Todo eso se pregunta Irene, sin poder encontrar las respuestas. Ella, una chica joven como cualquier otra, vive sumida en una rutina que, poco a poco, esta acabando con su ilusion. A pesar de llevar anos viviendo con su pareja, no consigue sentir esa palabra que muchos llaman felicidad.
    Ella es consciente de que el refran que tantas veces ha escuchado: No hay mayor soledad que la que se siente aun teniendo compania, es cierto; por eso sabe que ha llegado el momento de dar un giro a su vida y romper con todo lo que conocia hasta entonces.
    Irene se siente sola, incompleta y perdida en este mundo que no se detiene nunca. hasta que conoce a Dani. Por destino o por casualidad, este chico moreno de ojos oscuros llega a su vida justo cuando mas lo necesita. Asi, sin esperarlo, casi sin darse cuenta, se va enamorando como nunca antes lo habia hecho. Pero. siempre hay un pero; y esta vez ese pero es que a Dani y a ella los separan muchos kilometros de distancia.
    ?Podra su amor salvar esa barrera? ?Es conveniente abandonar el pasado y lanzarse a vivir un futuro incierto? ?Sera capaz de dejar todo atras y arriesgarse a vivir el verdadero amor, por mucho que este duela?
    Eso. solo lo descubriras leyendo esta historia.

  • Esencia de Luna de Pamela Medina

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  • Lo que nos dijo la tormenta de Helen Rytkonen

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    Una ciudad magica. Una poderosa tormenta. Un hotel como escenario . Y dos personas atrapadas bajo el mismo techo. Ahora, despues de diez anos, podran decirse todo aquello que callaron. O no. Podran ser valientes, o no. Podran dejarse llevar, o seguir su vida. Pero no podran dejar de escuchar lo que les dice la tormenta.
    Una historia intima que te llegara al corazon.

  • El jardin de las delicias de E.m. Cubas

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    El Jardin de las Delicias es un club para el pecado, para realizar las fantasias prohibidas y desinhibirse de los tabues y la Dama lo regenta con mano firme…, hasta que un joven abogado atraviesa sus puertas pidiendole que sea su maestra.

  • La imperfecta maravilla de Andrea De Carlo

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    La imperfecta maravilla es una brillante diseccion del amor en la actualidad y nos plantea ante un inquietante cuestionamiento: ?realmente estamos con la persona con la que deberiamos estar? A traves de sus paginas, descubriremos como a veces nos enredamos en justo aquello que nos hace infelices.

  • La tentacion mas dulce, Lucia Herrero de Lucia Herrero

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  • El rompecabezas de los gatos blancos de Vlad Strange

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    Despues de dos anos, Arturo regresa a Mexico para asistir al funeral de Andrea, una companera de preparatoria. Ahi se reencuentra con Blanca, su exnovia y hermana gemela de su mejor amigo. Ella, totalmente destrozada, le comenta a Arturo sus sospechas sobre el supuesto suicidio de Andrea. Llevado por los sentimientos que Arturo aun tiene por Blanca, el accede a ayudarla a resolver el misterio tras la muerte de Andrea, sin prever que en su investigacion no solo descubriran las incognitas de un posible crimen, sino que tambien se destaparan los secretos de todos los que los rodean.

  • Las Ramonas de Ana Cabaleiro

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    Mi marido se acuesta con esta pobre ilusa, vuelve a pensar Mona Otero. Vuelve a pensarlo por tercera o quiza ya por cuarta vez desde que se subio al coche y se desespera, porque no llevan ni tres minutos de trayecto. Esta imagen, la de la pobre ingenua seducida, ya la ha tenido antes, al menos unas veinte o treinta veces mas durante la boda del sabado. Y en simultaneo tambien piensa que ya es mala suerte que le haya tocado ir en el maldito coche con ella. Todavia van a la altura del cruce del gallinero, que ademas de no ser lo que se dice un cruce, no tiene cerca ningun gallinero, solo la granja de pollos de los Novo, que forma parte del paisaje historico del entorno desde que a Mona le alcanza la memoria. Lo que si es cierto es que ese cruce, que es mas bien el empalme de una pista en otra, es como una frontera, el final de Saidres, la parroquia de Mona y el comienzo del exterior, sea cual sea ese exterior, Silleda o Lalin, o incluso Pontevedra o Compostela, esos sitios a los que habitualmente hay que ir por alguna causa: comprar, ir al medico o arreglar algun papel. Ahora ya no es sabado, es lunes, y Mona Otero tiene, en efecto, todo el cuerpo de lunes, acido y pesado, y se ve metida en un coche con una tia que sin duda es la amante de su marido y se siente arrasada por dentro por el fin de semana terrible que acaba de padecer, que ha sido como un rosario de pesadillas extenuantes. Mona Otero sonrie. No sera ella la perdedora de la historia. Nunca lo ha sido en casi quince anos de matrimonio. --Oye, me alegre mucho el sabado cuando vi que te habian contratado. Eres la unica fotografa que conozco que saca guapa a cualquiera. La conductora del coche, la amante de su marido, Ra Meixide, entabla la conversacion justo con lo que mas le puede doler, el machaque de su espiritu profesional con la maldita frase de sacame guapa. Ambas saben que esa fue la causa del encontronazo del sabado y Mona trata de dilucidar si su interlocutora es valiente o una simple inconsciente al volver a hurgar en la herida. --A ti te ha pasado como a mi. Por un lado teniamos que trabajar y, por el otro, ibamos de invitadas, y de tanto atender al trabajo al final no disfrutas de la fiesta. Ra Meixide sigue perorando animada sobre la maldita boda. Demasiado animada, le parece a Mona. Empieza a preocuparse por el rumbo que esta tomando la conversacion, pero no le queda mas remedio que entrar en el juego. --Era la primera boda que hacias, supongo. Como llevas aun tan poco tiempo de concejala... --Si, si, me hizo muchisima ilusion, ?sabes? Porque los novios pidieron ex profeso que los casara yo. Al oirla, a Mona le viene como una rafaga de compasion. Ya no es solo que Ra Meixide le parezca algo ingenua, sino tambien egolatra profunda. Entiende que la flamante concejala de Participacion Ciudadana y Turismo esta ensayando para labrarse la pose de politica humilde, de las que quieren seguir siendo pueblo llano. Para empezar, hoy pone su coche particular a disposicion del projimo, en este caso, a disposicion de Mona, para los viajes compartidos. Ra Meixide, una politica de su tiempo que no malgasta el erario publico, que contribuye a la conservacion del medio ambiente y bla, bla, bla, una persona maravillosa. !Cuantas como ella ha conocido! Apenas estan llegando al atajo que atraviesa la parroquia de Negreiros y que va a dar a la nacional 525, justo antes de la recta de Rolan. !Lo que aun le queda metida en ese coche! Cuarenta kilometros por lo menos. --?Como es que vas hoy a Compostela? Y tan temprano. --Tengo una reunion a primera hora en San Caetano, a primerisima hora, la verdad. Por eso cuando vi tu solicitud en BlaBlaCar me parecio perfecto aprovechar el viaje. A Mona le parecen demasiadas explicaciones. Una reunion en la Xunta en agosto ni siquiera le suena creible, pero Ra Meixide continua hablando como una metralleta, con un soniquete estridente, tal como la recuerda en los mitines de la campana electoral. Al pasar por el trecho de carretera desde donde se ve el lugar de Riobo, todavia en la parroquia de Negreiros, Mona deja volar la parte tonta de la neurona hacia el grupusculo de casas donde paso su primera infancia, en casa de tia Milita, que ni era tia suya ni nada. No era mas que la casa en la que se habia criado su padre despues de que lo hubieran recogido de dios sabe donde. Nunca le han contado ese momento de la historia familiar. Alli queda, escondido, no se ve desde la carretera, el puente de piedra que pasa sobre la via del tren, junto a la casa de Penido. Era en otro tiempo un territorio autonomo, una reserva independiente y secreta, todo un mundo propio, con un pretil de piedra que se curvaba en arco por encima de los railes, que se veian alla al fondo y que atesoraban todo un universo maravilloso de fabulas pobladas de monstruos que vivian entre las zarzas de las lindes y entre las traviesas de la propia via. Era un mundo oscuro, el de los cuentos que se inventaban desde la atalaya del puente, donde no habia espacio para princesas, porque en los cuentos de aldea solo habitan ogros y dragones deformes y amenazantes contra los que hay que luchar a muerte en batallas terribles e imaginadas cada dia, siempre peligrosisimas. Por eso llegaba tarde a comer a casa de tia Milita. Piensa, como de pasada, como si fuera un pensamiento dormido en una galaxia paralela, que deberia plantearse algun proyecto sobre los puentes de piedra, o sobre las vias del tren, o sobre los terraplenes que las limitan infestados de zarzas y maleza, algo que por fin impactara a su galerista. --Me encantaron tus zapatos, de lo mas elegante que he visto en mucho tiempo. La gran Ra Meixide, la concejala animosa, parece sonreirle en senal de paz. Acaban de entrar en A Bandeira, y ante el semaforo en rojo, paradas de un modo absurdo en una calle desierta, silenciosa, desolada a esas horas tan tempranas, se ve a si misma y a la amante de su marido como si estuvieran en la via principal de un poblado del Oeste despues de un tiroteo. Mira con algo de ansia a las aceras, a las ventanas de los bajos, a los escaparates, y no ve ni un triste gato ni un perro callejero ni un pajaro despistado que surque el aire a esas horas de la madrugada. Son apenas las siete y cuarenta de una manana de lunes. Y ademas de ser lunes, es agosto, y llueve malamente y sin ganas, como por tocar las narices. Y ya ha pasado mucho desde la espera en el punto de encuentro, a la puerta de la taberna de Saidres, la de Concha, rogando a los dioses profanos que el conductor de BlaBlaCar no se hubiera perdido. Andar por las aldeas no siempre es tan facil como parece en Google Maps. Diez minutos resguardada bajo el balcon del bar, mirando obsesivamente hacia el lado de A Pena, que era por donde tendria que aparecer el coche, atisbando a la nada, o sea, hacia unas cuantas fincas y la casa abandonada del cura al fondo, con la iglesia en lo alto, y al final, Ra 32 anos conductor nivel experto era la maldita concejala parlanchina. --Y ademas de elegantes, parecian comodos. Eran comodos, ?no? La voz aguda no le da tregua, voz de politica competente y dispuesta, que la devuelve a la noche del sabado, al claustro en ruinas del monasterio de Carboeiro, decorado para la ocasion por algun pijo con infulas artisticas, imitando una especie de jardin silvestre entre piedras historicas. Alli estaba ella, a las siete de la tarde, con sus zapatos dorados recuperados directamente del arcon del desvan de la casa de Saidres, que acumulaba quincalla de cuya procedencia ya nadie en su familia sabia responder; podian ser las cosas del tio Ernesto de cuando estuvo embarcado, o los restos del equipaje de una hermana de la bisabuela que volvio de Brasil rota y moribunda, o simplemente trastos sin historia, restos desvalidos de la vida de cada uno que habian ido llenando, a lo largo de los anos, el arcon del desvan. --Si, eso si, comodisimos. Van pasando por Loimil y grandes nubes grises y bajas siguen lagrimeando mansas. Ra Meixide conduce al limite de la prudencia, pero sin sobrepasarlo, con un punto de correcta contencion. Habla animadamente de la boda, de como conocio a los novios, ahora ya matrimonio, de como le pidieron que fuera ella, la nueva concejala, la del recien formado Gobierno municipal, la que oficiara la ceremonia civil. Ni diez semanas hacia que ostentaba el cargo, era su primera boda. --Me ha encantado la experiencia, la verdad. En general las bodas son momentos de tanta felicidad, todo el mundo se esfuerza para que salga todo perfecto, para que tenga ese toque como de magia, ?no? Ademas, la novia iba taaan espectacular, ?a que si? Para Mona, la novia podria haber ido envuelta en celofan y no habria ido mas espantosa. En realidad, no le apetece hablar de la boda. No quiere hablar de nada con esa tia, pero contribuye a la conversacion como cabe esperar. --La que iba espectacular eras tu. Me encanto el vestido que llevabas, !que tela!, con esos brillos, con esos matices irisados... Le agrada comprobar que Ra Meixide es tan simple como egolatra, y no tiene reparo en seguir con frivolidades. --Bueno, chica, es que en eso de las telas yo juego con ventaja, quieras que no, es una asignatura que me ha tocado estudiar desde la cuna. Mona recuerda la tension en la fiesta patronal de San Juan, cuando ella y sus primas estrenaban sus vestidos, todas tiesas y temerosas de mancharlos o estropearlos. Por aquel entonces, conocia a la gran Ra Meixide por ser la hija de Mucha, la de los retales, en cuya tienda la tia Milita compraba las telas para hacerles los vestidos, todos identicos, a lo mejor cambiando el color de un lazo o de un volante. Las llevaba a sesiones interminables para escoger el genero en los escasos diez metros cuadrados de local, que mas bien parecia el despacho de un estanco, con estanterias y cajas de rollos de tela, de hilos, de gavetas llenas de muestras de botones, de presillas, de pasadores, de corchetes, alli toqueteando, sobando y palpando calidades, consistencias y resistencias, mientras se desgranaba, una a una, la vida de cuanta conocida habia. Y alli estaba ella, la hija de Mucha, la de los retales, sentada en una banqueta en un rincon, entre el mostrador y el escaparate, con el libro abierto sobre las rodillas, atenta a lo que se le mandase: nina, cogeme ahi en ese cajoncito los botones nacarados, ese, si; sacale aqui a la senora esa tira de puntilla fina que acaba de llegar, que me parece a mi que le va perfecta a la cinturilla de estos conjuntos. La pequena Ra Meixide, callada y obediente, podria muy bien haber protagonizado una pelicula de esas de como se alcanza el gran sueno americano, con teson y esfuerzo, la hija de soltera que ayuda en el negocio familiar, estudia con becas publicas y suda sangre y lagrimas hasta que consigue la plaza en propiedad de profesora de quimica en un instituto, que llega incluso a directora del centro, y que se permite una excedencia para ponerse al servicio de la ciudadania en el Gobierno municipal. Y todo antes de la edad de Cristo. Sin perder, por tanto, ni un minuto de su vida. --La del vestido rojo con cristalitos cosidos, ?sabes cual te digo? Claro que Mona sabe cual le dice. Iba armada con una reflex ultimo modelo y un juego de flashes nuevecitos. Mucha idea de fotografia no se le veia, porque se movia de una punta a otra como si tuviera que hacer fotos desde todos los angulos, cuando una profesional de verdad lo que hace antes de empezar es buscar la direccion de la luz y localizar los espacios para ir a tiro fijo. --Me toco compartir mesa con ella, y era simpatiquisima. !Vaya personaje! Estuvo contando anecdotas de sus viajes. Resulta que ha recorrido medio mundo. Simpatica seria, pero Mona recuerda a la supuesta senora viajera usando la camara en automatico y disparando cuando se le antojaba, muchas veces al mismo tiempo que ella, quemandose mutuamente el trabajo con tanto flash, y consiguiendo que le cayeran bien todos los demas invitados que andaban por alli incordiando con sus moviles de ultima generacion para hacerse el tipico selfie con los novios. --!Que risa! Nos conto que en la India tenia que ducharse con un cubo y un cazo, y que un dia por lo visto le toco un cubo con rana y que se fue duchando como pudo mientras la rana la miraba fijamente. !Nos tronchamos! !Si hasta imitaba a la rana y todo! La concejala prosigue animada con las anecdotas del sabado, y Mona, viendo lo mucho que se enrolla con ese tema, sabe que acabaran llegando a la parte espinosa. Dejan atras el puente sobre el rio Ulla, cubierto de niebla y calabobos, y se van acercando ya a Santa Cruz de Ribadulla. Mona se da cuenta de que Ra Meixide hace gala de una mezcla curiosa de politica abierta y dicharachera, de conversacion amable y campechana, con un poso cotilla y desinhibido, que identifica con la herencia de los anos que paso en la tienda materna de los retales. Ya a la altura de la senal de la limitacion a cincuenta, en la entrada de Lestedo, a Mona le viene a la boca un regusto a bilis. Alli, justo alli, pero yendo en sentido inverso, le habia puesto la guinda a la desastrosa jornada del sabado. Alli la paro el agente de trafico, barra luminosa en ristre, y perdio los pocos puntos del carne que le quedaban. Atraviesan Lestedo, y la boda y toda la hecatombe que desencadeno siguen planeando sobre su animo. Es justo en ese punto cuando cae en la cuenta de que la concejala no le ha preguntado que hacia en Saidres, sola y sin coche, un lunes por la manana, cuando ella y su marido viven en Compostela. Y piensa de nuevo lo que ya pensaba en aquel instante preciso de la boda, el sabado por la tarde, lo que lleva pensando desde que se monto en ese coche: mi marido se acuesta con esta pajarraca. Y a continuacion algo aun peor, y el muy cabron me la manda para que me haga de choferesa hasta Compostela. Le entran ganas de abrir la puerta y tirarse en marcha. Quien la habra mandado montarse.

  • Objetivo principal de Jessica Andersen

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    Cuando un paciente suyo murio de manera misteriosa, la doctora Ripley Davis comenzo a buscar respuestas… Pero entonces aparecio Zachary Cage, agente de seguridad en cuestiones de radiacion, y le lanzo un sinfin de acusaciones. Ripley no disponia de tiempo para demostrarle su inocencia a aquel atractivo hombre. Lo unico que la preocupaba era salvar a sus pacientes y mantenerse con vida.

  • La nostalgia del limonero de Mari Pau Dominguez

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    En las paginas de esta novela al lector le parecera que se reencuentra con viejos conocidos, casi parientes muy cercanos cuya historia no solo merece sino que conviene recordar: sus protagonistas son Concha, andaluza emigrada a Cataluna en los anos 60, y su hija Paz.

  • Con sabor a muerdago de Raquel Campos

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    Eleanor Raven estaba acostumbrada al esplendor de Londres, se habia criado rodeada de lujos. Las fiestas no empezaban sin ella, pues era la mas popular. Todas las damas querian su compania pero para irritacion de todas ellas, su mejor amiga era Gabrielle Carter, una joven sencilla, sin titulo ni abolengo. Se habian conocido en una residencia para senoritas. Los padres de Gabrielle habian hecho el esfuerzo de llevarla a esa residencia para que se convirtiera en una dama. Era su unica hija y quisieron darle lo mejor. Ella lo habia pasado mal al principio rodeada de tanta joven de alcurnia, pues se habia sentido desplazada. Pero habia conocido a Eleanor y su vida habia cambiado. Habian sido inseparables desde ese instante. Gracias a Gabrielle, el caracter caprichoso de la otra se suavizo, y Eleanor enseno a la otra a tener mas confianza en si misma. Eran jovenes y hermosas, y tenian toda la vida por delante. Los padres de Eleanor la llevaron porque era una residencia con mucho nombre, y se decia que de alli salian autenticas senoritas. No se esperaban esa profunda amistad por parte de su hija, pero pronto tuvieron que aceptarla al darse cuenta de que la joven era muy noble y se hacia de querer enseguida. Gabrielle amaba en silencio a Peter, el hermano mayor de Eleanor. A pesar de que decian que era un libertino y un crapula, ella no podia dejar de adorarlo en silencio. En cambio, Eleanor no habia estado enamorada nunca. Algunos hombres habian empezado a cortejarla, pero no habian logrado nada con ella. La Navidad llegaba y las amigas hablaban entusiasmadas de sus planes. Los padres de Gabrielle le habian dicho que podia ir a la casa de sus tios y pasar alli las fiestas, y podia invitar a Eleanor si queria. Pensaron que seria bueno para ella cambiar el clima de la capital por un ambiente calido y hogareno. A Eleanor le entusiasmo la idea, y mas el hecho de pasar las fiestas con su amiga. Ademas de conocer otro sitio, ya que no habia salido nunca de Londres. -Sera maravilloso pasar las Navidades fuera de casa… -Es muy diferente de aqui, Ellie. Mis tios no tienen criados que les hacen las cosas y… -Sera bueno hacer las tareas por una misma y que te dejen vivir un poco sin tantas normas. -Si, alli no hay tantas normas. Mis tios son muy sencillos, y te aseguro que las Navidades con ellos son entranables. No las olvidaras, siempre las guardaras en tu corazon. -Que bien, Gabi. Ademas, mis padres tienen un concepto equivocado de mi. No soy como ellos creen, lo que sucede es que tengo que comportarme como una dama delante de ellos. -Alli podemos ser libres durante unos dias -las dos jovenes rieron, felices por su pronta y merecida libertad. -Le pedire permiso a mis padres esta misma tarde. No creo que pongan problemas si vamos juntas, y ademas a casa de tus tios. -El unico problema es el camino, es largo y tedioso y mas aun en carruaje. -Seguro que mi padre nos ofrece su carruaje, el cochero es de confianza. Lleva anos trabajando con nosotros. -Seria estupendo. Voy a hablar con mis padres en cuanto vengan, estaran encantados de que vayamos a ir. Las muchachas paseaban por Hyde Park, era una soleada manana invernal y la gente habia aprovechado para salir a la calle despues de unos dias nevando. Adoraban pasear y gracias que habia parado, porque Eleanor estaba aburrida en casa. No tenian problemas de dinero, su casa era una de las mas bonitas de la manzana. Pero no era plenamente feliz, habia ido un dia a visitar a Gabrielle, que estaba enferma y quedo horrorizada al ver que la casa donde vivia era pequenisima. Mas no tenia importancia, porque cuando conocio a los padres de su amiga quedo encantada con ellos. Eran una familia unida, un verdadero hogar. El suyo no se podia llamar asi; su padre casi siempre estaba fuera en sus negocios, su madre siempre estaba en casa de alguna amiga o en el club que habian formado. El unico que vivia su vida libre era su hermano, y sus padres no tenian muy buen concepto de el, ya que habia elegido trabajar fuera del negocio familiar, y nada menos que de periodista. Eleanor lo envidiaba, vivia su vida sin dar explicaciones. Se habia comprado una pequena casita en un bonito barrio lejos del lujo de donde vivian ellos porque decia que se acercaba mas a la realidad de la vida. Su padre habia discutido mucho con el y al final lo habia dejado por imposible. Ahora se veian una vez a la semana, asi no tenian problemas. Y Eleanor disfrutaba de esas visitas como si fueran un balsamo para su corazon. Claro, la gente pensaba que eran una familia modelo y en las fiestas eran los primeros en ser invitados y los ultimos en marcharse. A ella le cansaba esa vida, necesitaba un cambio. Por eso, cuando venia su hermano lo escuchaba embelesada mientras hablaba de la clase obrera, de los problemas que tenian y de las huelgas que organizaban para reivindicar sus derechos. Le habia dicho muchas veces que se fuera a su casa a vivir con el, pero en el fondo queria a sus padres aunque sabia que ellos iban a la suya. Sabia que si se iba con Peter, para ellos seria como un escandalo. Tenian en un alto concepto lo que la gente pudiera opinar sobre ellos. Era como si viera su reaccion, asi que aguantaba y se comportaba como una hija perfecta. No queria tener problemas y disgustarlos. -Te has quedado callada de pronto, ?en quien pensabas? -En mi hermano, va a estar solo estas fiestas y se me hace un nudo en el estomago. Gabrielle observo a su amiga, la conocia tan bien como a si misma y sabia que era verdad. Eleanor queria a su hermano… y ella tambien; pero claro, en silencio. Nadie sabia nada de lo que sentia y nunca se creia los comentarios que se decian de el, para ella era un hombre maravilloso y preocupado por las personas que lo rodeaban. -Vente a mi casa a comer, le daremos la noticia a mis padres. Seguro que les encanta verte. – Gabrielle estaba muy feliz. Eleanor sonrio, siempre era un placer visitar la casa de Gabi. Se sentia tan bien en esa casa que las visitas pasaban en un suspiro. Las jovenes se dirigieron a ese hogar, donde olia a dulces y recibian carinosos abrazos. Sus padres no se preocuparian, a veces no estaban ni a la hora de comer y eso lo convertia en un hogar frio. Los padres de su amiga se alegraron mucho al verla. Las muchachas contaron los planes que tenian y ellos pensaron que el viaje era largo y que tendrian que pernoctar a mitad de camino. No podian ir ellas solas. -Es un contratiempo, pero podeis encontrar a alguien que os acompane. Eleanor, ?no tienes un hermano? -La joven asintio-. Pues lo invitas y ya esta. Yo mando una carta para avisar cuando vais a llegar y arreglado. -No se si mi hermano querra acompanarnos, a lo mejor tiene trabajo y… -Se lo podemos preguntar. Es raro que trabaje en unos dias tan senalados y… Eleanor observo a su amiga, cada vez que su hermano salia a relucir en alguna conversacion, ella no podia evitar ponerse roja. Aquello ya empezaba a mosquearla. -Ya nos contaras, Eleanor, el interes de mi hija en tu hermano si casi no se han visto y… -Mama, no tengo interes… -Hija, aunque te gustara… aunque solo fuera un poco, no pasa nada. Tienes edad suficiente para estar casada, yo lo hice con tu edad. Ademas eres una joven muy bonita y… Eleanor a lo mejor se nos queda encandilada con Derek y… -?Quien es Derek, Gabrielle? -Derek es mi primo, vive con mis tios -Eso no me lo habias contado. -Eleanor abrio los ojos como platos. -Amiga, has rechazado a casi todos los solteros de Londres. ?Por que te iba a interesar mi primo? Eleanor no dijo nada mas, pero se quedo pensando en ese misterioso hombre y en como iban a pasar las fiestas. Cuando acabaron de comer, decidieron que irian las dos a hablar con Peter, tenian que saber si las acompanaria en el viaje. Luego, si no queria pasar alli las fiestas, bien podria volverse de nuevo a la capital. Fueron andando hasta el edificio donde trabajaba Peter, pues se encontraba muy cerca de su barrio. El Daily News era uno de los periodicos con mas tirada de la ciudad. Trabajaban muchos periodistas y demas profesionales de las letras y la comunicacion. Su hermano llevaba trabajando desde hacia ya unos anos, habia estudiado derecho para seguir los pasos de sus padres, pero a ultima hora e influenciado por las cosas que habia vivido alli, decidio hacer algo que le gustaba mucho: contar las cosas que sucedian de manera objetiva. A el no le gustaba enmaranar las noticias para sacarlas mas partido; no, lo que mas le gustaba era esclarecer los hechos de algun suceso. Era algo que sus superiores siempre le habian alabado, eso era lo que siempre le contaba a Eleanor.

  • Un escape casi perfecto de Pamela Palma Mendoza

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    No era la primera vez que una novia dejaba al novio en el altar antes de decir: "Si, acepto." Tal vez ya habia ocurrido ?Antes? !Quien sabe! Pero era seguro que Hannah Monroe no habia sido la unica, ni la primera en hacerlo. Se dice que la historia de la primera novia que abandono a su novio toma lugar en la epoca medieval, donde una bella muchacha de una familia noble habia sido obligaba a contraer matrimonio con el fin de unir el reino de su familia con el de su prometido. La joven no estaba enamorada de el, sino del hermano de este, pero no podia hacer nada al respecto, puesto que sus padres ya habian arreglado el matrimonio con el hermano mayor y heredero del trono, el cual no se trataba de su amado. Cuando el dia de la boda llego, ella estaba vestida de blanco, se sentia resignada a cumplir con su obligacion, todo lo contrario a su amado, quien no estaba dispuesto a dejarla ir y menos con su hermano. En un acto de valentia, el joven llego a la ceremonia montado a caballo, la joven al verlo fue tras el, dejando a su futuro marido atras. Ambos habian huido y tenian el sueno de vivir su amor lejos de todos y del lugar donde se encontraban, pero desafortunadamente ese sueno no se cumplio, ya que su hermano habia ordenado que los capturaran y los llevaran a el. ?Pero con que fin? Como todo caballero al que le habian robado, merecia justicia y esa era la muerte del ladron. Su hermano menor moriria, pero ?Que ocurriria con la mujer que lo habia traicionado? Ella tambien moriria por haberlo hecho, unos dias despues que los encontraron, los dos jovenes enamorados fueron ejecutados y fue asi como la vida de ambos terminaron. De regreso al presente ?Que demonios le ocurriria a Hannah? Si ella tambien habia dejado a su prometido en el altar ?Tambien la matarian como aquella joven de la leyenda? -- No, eso no podia ser posible -- Todo aquello era tan medieval. La ingenua Hannah Monroe creyo que Michael se comeria su orgullo y todo quedaria alli, pero realmente estaba equivocada, Michael tenia otra cosa en mente y no necesariamente algo bueno para ella y su amante. Un escape casi perfecto Me gustan las historias de fantasia con un poco de drama y romance en ellas. Sin embargo, no siempre lo que se me ocurre y escribo es parte de la ficcion. Es cuestion de tiempo para que lo descubran. Capitulo uno 2015 Sabado 4 de la tarde, dia de la boda. Hannah no dejaba de caminar en circulos dentro de la habitacion, se preguntaba por que habia aceptado casarse si no lo deseaba. Un destello le dio la respuesta: Su familia tenia muchas deudas, debido a la irresponsabilidad de su hermano mayor y a la sobreproteccion de su padre hacia el. Terrance Monroe siempre habia sido el mejor hijo para sus padres, desde que nacio siempre lo mimaron al extremo que nunca lo reprendieron cuando acabo con el buen nombre de la familia y con todo el dinero de esta. Si el habia terminado una carrera, era gracias a la presion de su abuelo materno que siempre lo amenazaba con que no le heredaria nada si no iba a la universidad ?Pero que habia conseguido con estudiar 4 anos en la universidad? -- Nada, simplemente nada -- Despues de terminar la universidad, se dedico a gastar todo el dinero que tenia hasta acabar con todo, incluso con el dinero que el abuelo de ambos le habia dejado a Hannah. Sin dinero, con deudas por pagar y un supuesto fraude que el habia cometido en la empresa de Michael Dikoudis, el prometido de Hannah, ella se vio forzada a aceptar el trato que su padre hizo con el “Convertirse en la Senora Dikoudis” solo asi le perdonaria el fraude y pagaria sus deudas. Estaba mas que claro que su propio padre la habia vendido por dinero. -- ?Como salir de aqui sin que me noten? -- susurro Hannah. Ella estaba intranquila y tenia muchas razones para estarlo --. Podria ocultarme en el cuarto de servicio y despues salir por la parte trasera de la casa, ?no lo crees? -- Se dirigio a Whitney, su mejor amiga. Esta la miro y creyo que se trataba era broma. -- Debes estar muy nerviosa para querer huir, es natural. He escuchado que muchas novias tienen una crisis nerviosa el mismo dia de su boda, pero tranquila que ya se te pasara. -- intento tranquilizarla, pero nada en realidad funcionaria en Hannah. -- ?Y has escuchado de las que huyen y dejan al novio el mismo dia de la boda? -- menciono Hannah. -- ?Por que lo dices, Hannah? -- cuestiono la amiga, quien estaba muy extranada por el comentario y comportamiento de Hannah -- ?Has pensado en hacerlo? -- le pregunto alarmada por el comentario que habia hecho. -- Whitney, por supuesto que… -- Hannah carino, dentro de diez minutos tienes que bajar. Todos los invitados estan en el jardin esperando por ti. -- dijo su madre --. Whitney, dejemos a la novia sola, asi evitaremos que se ponga mas nerviosa. -- comento sonriente. -- Claro. -- respondio Whitney. -- No lo olvides, Hannah, en diez minutos. -- salio la madre de la habitacion, sin dejar de mencionar antes lo hermosa que estaba su hija. << Diez minutos, solo diez minutos para huir >> Penso Hannah. Si ella queria salir de esta situacion debia actuar rapido, porque despues lo lamentaria mucho y seria muy tarde. Hannah bajo a la primera planta de la casa y en el vestibulo estaba su padre que la esperaba y como es de costumbre en casi todas las bodas, el la tomo del brazo y la llevo hasta el altar que se encontraba en el jardin de su casa, donde Michael habia estado esperando a la hermosa novia. El dia, la hora y la boda habian llegado, pero parecia que Hannah tenia otros planes en mente y los cuales no incluian a Michael, ni a nadie de su familia, despues de todo, ellos siempre habian pensado en ellos mismos antes que en ella, asi que no tendria nada de malo que ella hiciera lo propio. Pensar solo en ella misma por una sola vez. No estaba siendo egoista, ya que se trataba de su vida. Ademas, no pensaba condenarse a anos de infelicidad tan solo por el bienestar de Terrance y la avaricia de sus padres. -- El dia de hoy estamos aqui, para celebrar el dia mas importante de la vida de estos dos jovenes: Michael y Hannah, quienes uniran sus vidas en sagrado matrimonio. -- empezo a recitar el sacerdote. Michael no dejaba de ver a Hannah, por un momento sus miradas se cruzaron, el le regalo una sonrisa amplia acompanada de un susurro que en realidad era un “Al fin te convertiras en mi esposa”, el cual hizo que ella dejara de debatir con su mente y saliera huyendo del lugar gritando que no podia casarse con el.

  • Patrulla Vecinal de Leila Mila Castell

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    Una atraccion irresistible.Una oscura obsesion.Una comunidad de locos y las mas inverosimiles situaciones.Bienvenidos al 30 de Fools Place.Atrevete a entrar y descubre sus secretos.Intensa, inquietante y divertida.

  • Y a ti te prometo la luna de Marion S. Lee

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    Un encuentro fortuito hace que los dos protagonistas de esta romantica historia se den la oportunidad de vivir y sentir algo que nunca se habian planteado.

  • El agua de la vida de Sara Gruen

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    Fin de ano, 1944. Para Maddie y Ellis Hyde, un joven matrimonio de clase alta de Filadelfia, la guerra y la privacion son conceptos lejanos. A Ellis solo le interesa divertirse gracias al dinero que recibe de su padre. Pero cuando el viejo general Hyde les corta su asignacion, Ellis decide recuperar el favor de su padre retomando el proyecto en el que este fracaso anos atras: encontrar al famoso monstruo del lago Ness.
    A pesar de las quejas de Maddie, y acompanados por su inseparable amigo Hank, los tres parten hacia Escocia y se instalan en un pequeno hotel rural, sin ninguno de los lujos que tan bien conocen. Ajenos a todo, cada dia los dos hombres salen a buscar al mitico monstruo, mientras otro monstruo, Hitler, esta arrasando Europa. Maddie, sola la mayor parte del tiempo en un pais extranjero, rodeada de desconocidos, debe comenzar a preguntarse quien es y que quiere en realidad.
    Apasionante y conmovedora, El agua de la vida narra una intensa historia de amor, pero tambien el despertar de una joven privilegiada que, a medida que va experimentando lo que sucede a su alrededor,
    aprende a entregarse a los demas como nunca antes lo habia hecho.
    Una tierra de misterio y leyendas. Un amor capaz de cambiarlo todo.

  • El ultimo verano de Silvia Blanch de Lorena Franco

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    Un amor prohibido siempre arrastra mentiras.
    Un crimen siempre deja huellas.

  • La luna en la puerta de Andrea Tome

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  • Baile De Primavera de M. Cavani

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    Elizabeth Bennet esta visitando a su amiga Charlotte, ahora la nueva esposa de su primo, el senor Collins, cuando recibe una importante invitacion al baile de primavera que se realizara en Rosings, bajo los dominios de la estirada e inflexible, Lady Catherine de Bourgh. Baile de primavera es la continuacion de Baile de invierno, la serie relatos austenianos que fueron publicados por partes, y por primera vez, en el blog de la autora, Ficcion Femenina. Estas son versiones corregidas y ampliadas de los mismos y contienen material exclusivo.

  • Todos los naufragios de Laura Castanon

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    Gregorio y Onel son dos amigos que han crecido juntos en Nozaleda, pueblo que recrea una villa vecina a Gijon en las primeras decadas del siglo XX. Pertenecientes a dos familias (Santaclara y Los Forquetos) que encarnan dos modos diferentes de entender el orden de las cosas, la vida les llevara a cada uno por su camino sin que nunca se separen del todo. La llegada de la Guerra Civil y la victoria del fascismo marcara su destino y supondra el fin de su mundo.

  • YA NO SOY ESA NINA de Cristal Tower

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    Se preguntareis ?quien es CRISTAL TOWER?
    Pues… os dire que naci un 15 de Marzo de 1978 y soy de Sevilla, pero no voy a contar muchas mas cosas sobre mi.
    Me gusta ir cada manana en el metro a trabajar y que nadie sepa quien soy , a mi lo que de verdad me importa es saber que mis lectores que sois ya mas de 100000 disfrutais con mis novelas.
    Gracias por leerme.
    Si os gusta este pequeno fragmento, leed la historia completa.

  • Ahora llega el silencio de Alvaro Colomer

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    Solo hay dos opciones: rendirse o luchar.

  • Mi veneno eres tu (Insaciable 2) de Isabella Marin

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    Todo se magnifica. Amor. Celos. Locura. El puede destruirla a ella. Ella puede destruirle a el…

  • Una venganza mortal de Victoria Schwab

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    Aliados. Enemigos. Villanos. Ellos son ExtraOrdinarios.

  • Yo fumo para olvidar que tu bebes de Martin Casariego

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    La conoci en Madrid, un fin de semana libre, en el bar de copas en el que por entonces ella trabajaba de camarera. Estabamos en primavera, detalle intranscendente, pues a las historias de amor cualquier estacion les sienta bien. En cierto modo todo comenzo alli. La piel, las canciones, los tiros. El mundo, mi vida. Todo. Fue en 1988. Lo que cuento aqui sucedio, pues, hace ya muchos anos, en una epoca mas libre y salvaje, como el jinete de la pelicula de Jane Fonda. En algunos aspectos mejor; en otros, peor. Los de piel fina deberian tenerlo en cuenta. Eran los tiempos del fin de la Movida, y todavia se oian en los bares y en las radios canciones en las que el estribillo era, por ejemplo, Ayatollah, no me toques la pirola, y titulos como Los chochos voladores o Me gusta ser una zorra. ?Y que decir de una letra como la de Si, si, de los Ronaldos? Hoy seria un escandalo. Yo iba solo, como de costumbre. Al abrir la puerta me llegaron los primeros acordes de Good vibrations, de los Beach Boys. Ahhh... I love the colorful clothes she wears... Y la vi. Fue verla y que me hiriera un rayo que todavia no ha cesado. El bar estaba bastante concurrido, pero para mi fue como si solo estuviesemos nosotros dos. Elsa tenia veinte anos y yo, veinticinco. A esas edades, ella se creia que tenia derecho a ser feliz y yo empezaba a dudarlo. Y sin embargo fue entonces cuando encontre la felicidad. Me duro dos anos. No esta nada mal. Hay felicidades que duran segundos. Si la hubiera visto Ariosto, habria dicho eso de que la naturaleza la hizo y despues rompio el molde. Tenia una bonita melena rubia y vestia falda escocesa, blusa blanca y unos zapatos rojos con tacon, mas apropiados para atraer las miradas de los varones que para trabajar tras una barra. Mi primer impulso fue huir. Los cinco siguientes, acercarme. Probe un recurso desesperado: imaginarla con cincuenta anos. Con sesenta. Con setenta. No surtio efecto. Hasta entonces me habia enamorado dos veces, una en el colegio y otra en la universidad. Pero aquello que sentia ahora era nuevo y sospeche que, en realidad, nunca me habia enamorado. Desvie la mirada. No queria enfrentarme a sus ojos. No queria saber su nombre. Queria huir. Queria saber su nombre. Queria llevarla a mi pension. Se acerco para atenderme. Soy un iman para las mujeres, y mas si son camareras. Era delgada y tenia los ojos verdes, de ese verde que a veces se vuelve azul o gris, de ese verde que te hace dudar si es azul o gris, y entonces la chica saca la erronea conclusion de que no te fijas de verdad en ella. Su cara resplandecia, alegre, pero, me parecio, dejaba traslucir que habia sufrido. Segun Oscar Wilde, en el amor comienza uno por enganarse a si mismo y a veces logra enganar al otro. Tenia que enganarla. --Hola. Me quede callado, mirandola. No por aplomo, sino por deslumbramiento. Mirando su mirar ardiente, honesto. De todas las sentencias que he escuchado acerca del amor, una de las pocas que salvaria es la de que existen los flechazos. ?Han visto alguna vez, en camara lenta, como una bala traspasa tejido animal? Es algo asi. --Hola --repitio, sin saber disimular del todo su impaciencia ante mi silencio--. ?Quieres algo? --Supongo que no te descubro America, pero tengo que decirlo: estas barbara. --Es que me llamo Barbara La Marr --me vacilo. Tenia un aire a Ava Gardner, aunque en rubia. La cara alargada, la expresion de los ojos algo burlona, la boca grande y los labios finos, los pomulos marcados. Delante de mi, nunca nadie saco ese parecido. Igual solo yo se lo encontraba. --?Tu segundo apellido es Debuena? Era una broma de la epoca, en la linea de Almodovar y Patty Diphusa. Se le escapo una sonrisa. --Imbecil. Me llamo Elsa. Que accediera a decirme su nombre era un buen augurio. Compensaba lo de <>. Aunque quiza incluso lo de <> fuese un buen augurio. --Yo, Max. --Bueno, Max, ?vas a tomar algo? A ese lado de la barra os divertis, y a este trabajamos. --Un ron con Coca-Cola, Elsa. Selecciono la botella. Ahora sonaba Always on my mind, de Pet Shop Boys. Me gustaba, aunque soy de los que prefieren la version original. La de Elvis. --If I made you feel second best, girl I'm sorry I was blind --canto para si misma. O quiza para mi. --?Por que me miras asi? ?Tienes algun problema con mi voz? --Claro que tengo un problema con tu voz. --?Ah, si? ?Y cual es? --Que me gusta. Si a esa musica se le sumaba la banda del tintineo de los hielos, el sonido del ron cayendo sobre ellos, las burbujas del refresco estallando, el efecto era fantastico. Bueno: lo era, sobre todo, por ella. --?Que nombre es ese de Max? ?Maxwell? Se mezclaban en su pregunta la intencion y la ingenuidad, de modo semejante a como ocurria con su forma de vestir. --Maximo. Maximo Lomas, para servirte. --?Me tomas el pelo? ?Maximo Lomas, Maximo Lo Mas? --Me miraba sonriendo con los ojos--. !Venga ya! Es un chiste, ?verdad? --Si lo es, es de mis padres. Me limito a intentar hacerle honor. Conoci a una chica que se llamaba Dolores Mento, y la llamaban Lola, claro... Me dejo con la palabra en la boca. Lo lamente, aunque tambien la disculpe. Tenia que atender un monton de gargantas sedientas. Tenia que seguir poniendo copas a un ritmo infernal. 2 Asi que continue escuchando la musica, bebiendo e imaginando como era aquella desconocida a la que acababa de conocer. Entre copa aqui y copa alla, maquillate, maquillate, intentaba no perder el tiempo cuando me concedia algunos segundos. --No tengo novia. --Pena, penita, pena --se burlo--. La musica, alegre, que la tristeza ya la pone el mundo. Y ya estaba dandose la vuelta para irse y dejarme abandonado. No tenia corazon. --Ponme una margarita, por favor. Ya sabes, bien de sal en los bordes. ?Y quien ha dicho que no tener novia sea triste? No consegui retenerla ni un instante. Pero al menos tenia un motivo para volver. Lo hizo al cabo de unos minutos, con el coctel. Di un trago, tras chupar un poco la sal del borde de la copa. --?Como esta? Antes de contestar, di unos sorbos. --La estoy deshojando. Me gusta, no me gusta. Me gusta... Me miro molesta. Aun tenia el corazon blindado. --?Te han dado planton, con lo resalao que eres? Me cuesta creerlo. Se fue al otro lado de la barra, donde la reclamaban dos chicas. Y asi iba pasando la noche, trago a trago, yo cada vez mas bebido y mas enamorado. --Voy a darte un consejo --le dije, la siguiente vez en que tuve ocasion de hablarle--: casate con alguien que te quiera mucho. Es el tipo de consejo que uno da cuando esta borracho. Ella, rapida, me puso la mano delante de la cara, mostrandome un anillo abrazado a su anular. --Ya lo he encontrado. Yo tambien he venido sola, pero estoy casada. ?Y tu? ?Poligamo? Lo decia por los anillos que adornaban mis manos. Dos en la izquierda y tres en la derecha. O las reforzaban, cuando habia que repartir estopa. --Creo que acabo de hacerme monogamo. Llego un quinqui algo mas joven que yo, vestido a todo lo que daba. Fue a la barra y llamo a Elsa, que se acerco. El le cogia de la mano, del brazo, y ella se lo quitaba de encima como podia. Parecieron discutir. La cosa no paso a mayores y el pretendiente, enfadado, se marcho. Moscones revoloteando alrededor de Elsa habia muchos. Pero ese habia sido el unico en transformarse en pulpo. Confiaba en que a mi no se me pudiera catalogar de moscon.

  • Prestame tu calor (Prestame 8) de Iris Boo

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    La ambicion de otros le arrebataron todo lo que mas queria, y le enseno que ser el jefe de la mafia irlandesa en Chicago exige un alto precio. El nunca busco ese puesto, la venganza le puso ahi, pero no puede dejarlo porque es el unico que puede mantener ese precario equilibrio que sostiene la paz en la ciudad.

  • La nina de sus ojos de Vicente Muleiro

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    Es aca, sobrina, donde se levanta ese elefante de hormigon. Ahi vivieron. Desde ya, no en este cuadrupedo cargado de signos, la Biblioteca Nacional, construida con una forzada modernidad destinada a envejecer al dia siguiente de su inauguracion. No. En el Palacio Unzue, emplazado entonces en esta gran manzana: Aguero, Libertador --que en este tramo se llamaba Alvear--, Austria y Las Heras. Ahi vivieron, y ahi trabajo mi tio y tu tio abuelo Blas, un personaje al que llegue a conocer. ?Que se puede ver que ellos tambien hayan visto? Un ejercicio posible: contemplar las copas de los arboles que persisten y se trenzan en lo alto, tener la suerte de que la brisa del rio solape la cara y el pecho mientras se mira hacia arriba, dejandose encandilar por las fugaces estrellas solares que se filtran en la espesura. Puede que Peron y Nelly hayan compartido esas suaves epifanias; puede que Peron, contaminado por la adolescencia de ella, haya sentido otra vez la libertad intemporal de una promesa. Aca es. En la barranca que cae hacia la avenida quedan restos del jardin que disenara Ruben Dario. Pero las plantas de ambar que el poeta hizo sembrar ya no estan; las veinte palmeras arracimadas sobre el estanque esfumado, tampoco; al pino inclinado con claveles del aire que besaban el tronco, no se lo ve. Es sobre esa pared de enfrente que alguien escribio <> cuando Eva agonizaba a unos pocos metros. Nelly no se propuso reemplazarla. Tenia apenas catorce anos cuando se instalo en el Palacio, a principios del 54, pero suficiente lucidez para darse cuenta de que por ese camino no lo iba a encontrar a Peron. Ella le ofreceria otras pulsaciones de la devocion. Del Palacio Unzue, estrictamente de la planta del Palacio Unzue, no queda nada. Sobre la calle Austria, el Instituto Nacional Juan Domingo Peron, y el cafe donde el, muneco de marmol, sonrie desde una mesa, no son restos de aquella construccion porque todo fue condenado al derribo. Rugientes excavadoras y rencorosas piquetas ascendieron a los trompicones por la barranca con el objetivo fundamental de aniquilar a sus fantasmas por orden del general Pedro Eugenio Aramburu, que detentaba la presidencia. Durante su enfermedad, Eva habia desatado tambien aqui las desmesuras de su entrega fundacional. Cuando agonizaba en su cuarto del primer piso, los umbrales de la residencia se convirtieron en un centro de peregrinacion y de vigilia; tras su muerte, fue uno de los santuarios donde muchos trataron de enjuagar una pena huerfana. Si buscas en Internet, podras encontrar la filmacion, de poco mas de un minuto, de la demolicion aquella. Con voz deportiva y celebrante, el relator del noticiero cinematografico presenta la destruccion como un inevitable capitulo del progreso urbano. Las paredes caen como bombardeadas desde las costas de Normandia, en el ambito estallan los bloques de cemento contra el piso y un polvo de muerte ocupa el espacio. No es facil suponer que habra encontrado aquella brigada salvaje. ?Manuales de historia militar en la biblioteca? ?Un triste zapato de tacon? ?Los lapices siempre afilados y en fila de Peron, como otro peloton a sus ordenes? Es posible que no, que nada. Hay que recordar que, tras el golpe del 55, grupos de saqueadores ingresaron como un tropel de furia a robar y a burlarse de la intimidad de los derrotados y los muertos. El vestuario de Eva fue conservado para su exhibicion insultante, para que la plebe supiera de los lujos y exorbitancias en las que pueden caer los resentidos y las putas cuando el poder y los amasijos de la historia les dan un lugar. Pero no saben, no tienen ni idea de hasta donde pueden llegar dos guachos --como Peron y Eva-- si les es dado disfrutar de sus conquistas en un palacio afrancesado, como el Unzue, comprado por el Estado nacional para salvar a unos ricatolicos en desgracia y destinarlo a residencia presidencial, con sus insomnes leones de piedra blanca, su galeria flanqueada por columnas de gloria, su majestuosa escalera en Y. No saben: Peron y Eva se trepaban a las barandas de esa escalera y reconstruian alli los juegos de toboganes placeros que no habian disfrutado a su debido tiempo. La ausencia de infancia la prolonga para siempre, dijo un poeta diestro en paradojas. Desde el primer piso se montaban en las barandas, el a la derecha y ella a la izquierda. La voz de partida la daba ella, porque decia que siempre era justa y que, en cambio, el era ducho en triquinuelas. Se lanzaban a caballo desde la baranda y llegaban al unisono, o sea que la diferencia sobre quien de los dos apoyaba primero el pie era de decimas de segundos. Peron cantaba !gane! y Eva protestaba. En esas competencias los encontro una vez el padre Leonardo, que llegaba a intercambiar opiniones sobre conflictos terrenales. Eva le exigio: Padre, usted se me queda en la punta de la escalera y dictamina, como si fuera la voz del Senor, quien de los dos pone primero el pie en el suelo, porque este es un vivo. Y el cura los vio: dos saetas sonrientes, zigzagueando sobre los pasamanos redondeados de marmol, sin concederse nada, concentrados, sin mirarse siquiera de reojo para hacerse de la contienda. !Peron!, canto el cura. El se dejo ganar la siguiente carrera, pero Eva se dio cuenta y le dio un ataque de furia. La misma sensacion de frescura y clandestinidad sentian acaso cuando se preparaban para salir a una funcion de gala. Peron, con frac; Eva, con el calce de un vestido disenado en Europa. Van a decir de todo, menos que esta ropa no nos queda bien. Y partian del brazo y abrazados por el mismo burbujeo pecador, por la certeza de compartir una agradable sobrecarga jocosa al saludar al personal de Cancilleria, a los dignatarios del cuerpo diplomatico. Esos juegos, y otros mas graves, se derrumbaban junto con los esplendidos balcones que se habian dejado acariciar por el jardin; se hacian humo como las alfombras persas y los cortinados que alguna vez habian enmarcado la pose radiante de Eva. En esas semanas de demolicion alguien creyo escuchar su gemido por las noches, pero se trataba de roces del viento entre las paredes despenadas, soplos de brisa sobre los pedazos de una puerta que, en lo alto, daba al vacio sobre la calle Austria, extranas figuras de derrota aptas para la circulacion de espectros, hasta que al dia siguiente esos restos de vida habitada tambien caian bajo el dictamen de una masa vengadora. Pero el encuentro de Nelly con Peron no se produjo alli. Se produjo en la Quinta de Olivos, entonces residencia de descanso para los fines de semana e, impensadamente, una de las sedes de la Union de Estudiantes Secundarios (UES), en este caso para el recreo de las senoritas, segun la iniciativa del ministro de Educacion, Armando Mendez San Martin, quien habia cargado sobre si la responsabilidad de distraer a su jefe tras la concentrada soledad que respiraba luego de la muerte de su mujer. Nelly, Nelida Haydee Rivas, Nelita, vivia en San Telmo; era la hija de la portera de una casa de departamentos en Chacabuco al 1200. Habia crecido en las penumbras sepias de un hogar pobre y concurria al segundo ano del colegio profesional, que entonces preparaba a las mujeres en el arte de dejar caer una milanesa en la sarten y en las murallas defensivas de su monte de Venus. Sin proponerselo, Nelly gozaba de un raro ascendiente entre sus companeras que estaba dado por su circunspeccion, la firmeza de sus palabras, su seguridad motriz y la capacidad resolutiva para las nimiedades de la vida escolar. No le habia dicho ni a sus padres, ni a sus mas cercanas companeras de curso, que acariciaba el deseo de entregarse al Senor, que la indefinible intensidad con que cargaba su persona requeria una resolucion fuerte, con alguna variante del absoluto. Ese absoluto no podria ser otro que Dios mismo. Los espacios de consagracion deberian ser amplios, silenciosos y secretos como un templo, lejos del rumor humano; su habitat cotidiano, una celda donde no entrara una mota de polvo; su cuerpo, una piedra blanca, lisa e ignorada. El rumor mental de su solipsismo se complacia con esas imagenes pero, al contrario de su impulso inmaculado, las visceras le respondian a su imaginacion con un cosquilleo indefinible que subia y bajaba de su vientre a su garganta, de su garganta a su vientre. Cuando el curso tuvo que elegir a la delegada de la UES, su triunfo no deseado fue comodo: era la chica mas carismatica, aunque ese carisma no se apoyara en despliegues jocosos o liderazgos sonoros. Se nego a aceptarlo, mira vos. No estaba en el mundo para los esparcimientos deportivos y los cielos abiertos. Pero los maestros y los padres coincidieron en que una apertura a la expansion corporal podia combatir cierta palidez que a ellos les preocupaba. Decidio probar para complacerlos, con la salvedad de que, si la actividad le disgustaba, renunciaria de inmediato. Peron eran dos silabas vibrantes en la casa de Nelly, en ese cuarto de prestado al que el padre llegaba de la fabrica de chocolates Noel y donde la madre descansaba de sacar brillo a los corredores. Era, Peron, alguien a quien borrosamente se le debia la digna subsistencia, pero mas aun la promesa de salir alguna vez de ese cuartucho donde los tres se escuchaban la respiracion por las noches, acostumbrados ya al aroma de sopas o fritangas que seguia flotando a la hora de conciliar el sueno. En algun lugar, a Nelly le importaba mas conocer al Presidente, ese mito casero, que hacer deportes, subirse a una motoneta o respirar hondo, entre la arboleda, el aire rioplatense.

  • Muerte. Amor desde la Tumba de Rocio Verdejo

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    Alfredo Ferrer acababa de mudarse a la ciudad de Nueva York, este, habia sido uno de los logros mas significativos de toda su vida, ya que, siempre habia querido vivir en la gran manzana. Habia nacido en la ciudad de Monterrey, y posteriormente, se habia mudado a la ciudad de Mexico, donde habia crecido, y habia desarrollado finalmente estudios en la secundaria y en la universidad. Pero los Estados Unidos, siempre habia estado entre los principales objetivos de Alfredo, quien consideraba que habia nacido en las condiciones equivocadas y de alguna u otra manera, tenia que alcanzar ese estatus que resultaba tan atractivo para el. El de los grandes millonarios que lucian imponentes, y eran conocidos por absolutamente todo el mundo. Pero si algo caracterizaba a Alfredo Ferrer, era el hecho de que queria construir su fortuna de una manera legal y honesta, se le habian presentado diferentes oportunidades a lo largo de su vida donde podia conseguir ese poder tan deseado, pero bajo circunstancias realmente peligrosas. Educado por una madre trabajadora y un padre muy arraigado a los valores familiares, Alfredo habia tenido una vida normal, sencilla, pero sin extrema necesidad. Por fortuna, nunca se habia tenido que ir a la cama sin probar un bocado de comida, sus padres le habian proporcionado un techo, y siempre tenia para vestir. Pero, aunque trataba de ser agradecido con todo lo que le habia sido proporcionado, Alfredo siempre habia esperado mas de la vida, y sentia que esa inconformidad que tenia en su interior, y que lo agobiaba durante las noches mientras desarrollaba sus ilusiones, lo llevaria tarde o temprano por el camino adecuado. Despues de mudarse a Nueva York, el ultimo ano habia sido el mejor de toda su vida, el negocio habia ido muy bien, logrando estandares que ni el mismo se habia imaginado. Su fortuna crecia a un ritmo exorbitante, y todo habia sido gracias al trabajo, la dedicacion y la creencia en si mismo. A lo largo de su carrera, habia asistido a diferentes conferencias donde los expositores vendian las historias de exito como si fuesen muy sencillas de alcanzar. Pero el sabia que nada de lo que le vendian en este tipo de eventos, lo iba a llevar a alcanzar lo que este deseaba obtener si no se enfocaba y conseguia su propia vision del mundo. Habia hombres que construian su fortuna simplemente parandose frente a otras personas a contarles como les habia ido de bien, y la manera en que habian conseguido el exito, pero muy temprano en la vida, Alfredo Ferrer habia comprendido que las formulas no se aplicaban de la misma manera a todo tipo de personas. Por mucho que tratara de emular a sus heroes financieros, Alfredo entendio que no iba a conseguir absolutamente nada mientras estuviese en el mismo lugar, tenia que movilizarse, conseguir dinamismo en su vida, y arriesgarse, ya que, habia heredado una parte muy desfavorable de su madre; el miedo a avanzar. Siempre habia tenido una percepcion completamente clara sobre su madre, era una mujer luchadora que no habia dejado de trabajar un solo dia para llevar el pan a la casa, pero esta, teniendo multiples oportunidades para mejorar su vida, siempre habia sufrido de miedo e inseguridad, por lo que, preferia mantenerse en un ambiente seguro, y no arriesgarse a perder lo poco que tenian. Alfredo, decidido a cambiar por completo este esquema para su propia vida, habia comenzado a explorar territorios fuera de la burbuja del confort, enfocandose en sus estudios y en prepararse para una vida de negocios, que demandaria una mayor disciplina y compromiso. Sus primeros pasos en el mundo empresarial habian sido como vendedor de seguros a domicilio, no era el trabajo de sus suenos, pero las comisiones de este empleo habian sido suficientes para conseguir lo primero que habia comprado con su propio dinero, su primer coche. Algo que para muchos era simple procedimiento de todos los dias, para el era un logro increible poder comprar su primer coche, habia sido el primer paso de una serie de metas y exitos que comenzarian a llegar gradualmente. Para unos era simplemente un vehiculo de cuatro ruedas, pero para Alfredo, era un trofeo, el primero y el mas simbolico, ya que, se habia planteado en lo mas profundo de su ser, que si habia logrado conseguir aquel coche, entonces podria aplicar la misma formula para poder apuntar a elementos mucho mas importantes. De lo que si estaba completamente seguro es que todo no se trataba de lo material y lo superficial, Alfredo habia crecido con fuertes valores por lo espiritual, ya que, debia acompanar a su madre a la iglesia cada domingo, algo que le habia permitido acumular una gran cantidad de conocimientos teologicos. Conocia la biblia, y entendia muy bien el equilibrio entre el bien y el mal. Aunque no era demasiado religioso ni practicaba el catolicismo, sabia que una gran parte de su personalidad estaba edificada bajo las ensenanzas de su madre, quien, durante toda su vida, sirvio como un gran soporte para acompanarlo a lo largo de toda esa carrera hacia el exito que, el mismo por decision propia habia decidido emprender. Habia sido un periodo de trabajo duro, vender seguros a domicilio, no era algo bien visto por parte de los clientes, los cuales, constantemente estaban atentos ante la posibilidad de estafa. El simplemente era un chico inseguro que poco a poco iba desarrollando su propio metodo, pasando por encima de las ensenanzas de sus mentores, los cuales, parecian adiestrarlos simplemente para que fallara y no se convirtiera en una competencia. Y era precisamente este elemento el que habia entendido Alfredo que funcionaba como un engranaje muy importante del motor que lo llevaria a alcanzar sus suenos, los competidores. El podia asumir la posicion del competidor en desventaja o el que era perseguido, y mientras mantuviese este enfoque en su mente, siempre se mantendria dinamico, trazando una estrategia para avanzar en la carrera o simplemente permanecer atento ante el momento en que alguien quisiera pasar sobre el. Fueron largos dias de agotamiento, inclusive, durante algunas noches, solo llegaba a dormir un par de horas, ya que, pasaba gran parte de la madrugada estudiando, buscando la manera de mejorar en lo que hacia. Con solo 25 anos de edad en ese momento, tenia una gran cantidad de proyectos en mente, pero cuatro anos despues, y no precisamente de la nada ni por arte de magia, se habia convertido en el hombre que siempre habia querido ser, un hombre poderoso, millonario, pero que no habia perdido la humildad. Le habia sugerido a sus padres que se mudaran con el a los Estados Unidos, pero ellos tenian raices muy arraigadas en Mexico, asi que, simplemente habian dejado que su pequeno pichon volar hacia nuevos cielos. Era la materializacion de un sueno, y ese momento en el que Alfredo se despidio de sus padres yendose hacia la busqueda de su futuro desde el aeropuerto de la ciudad de Mexico, fue decisivo, era un antes y un despues. La independencia, la emancipacion, la dependencia de si mismo, era algo que lo hacia sentir realmente gratificado cuando veia las cosas que poco a poco iba alcanzando. No se las debia a nadie, no tenia que pagar favores, nadie le habia prestado un solo centavo, todo lo habia alcanzado Alfredo Ferrer con sus propios medios, con sus ideas, sus estrategias, sus habilidades que habia entrenado con largas noches de estudio. El hecho de trabajar para otros, habia dejado de ser una necesidad, ya que, estaba cansado de generar dinero para sus superiores, ahora, el tenia la posibilidad de generar empleo para otras personas, que se encontraban en la misma situacion que el hacia unos anos atras, asi que, de esa manera habia comenzado su camino hacia el poder absoluto. Cuando Alfredo Ferrer abrio su primera oficina en la ciudad de Nueva York, se mantuvo en el mismo sector, habia decidido hacer lo que conocia, vender seguros, pero esta vez, lo haria de una manera mucho mas ambiciosa, invirtiendo hasta el ultimo centavo que tenia, y con la posibilidad de irse a la quiebra si todo fracasaba. Pero era precisamente esa creencia total en sus habilidades, la que le daba una ventaja adicional a Alfredo sobre sus competidores, los cuales, consideraban una gran cantidad de riesgos y evaluaban mucho las condiciones para poder avanzar. Alfredo era un saltador al vacio nato, constantemente, se arriesgaba cuando una nueva idea surgia en su mente, y esto, era lo que lo habia movilizado hacia la evolucion. Se habia mudado de la ciudad de Mexico a la Gran Manzana, dando un salto significativo, ya que, sabia que, en Nueva York, la competitividad era un mayor, y habia personas mucho mas preparadas que el, dispuestas a aplastar a la competencia. Pero el espiritu, la conviccion y la luz que llevaba dentro Alfredo, lo fueron llevando a ver con sus propios ojos, la materializacion de algunos de sus suenos mas extremos. Comprar su primer piso en la ciudad de Nueva York fue otra meta significativa para el, no lo habia pagado a credito, era uno de los pocos que podian darse el lujo de comprar un Pent-house de contado, pagando hasta el ultimo centavo y sin deberselo a absolutamente nadie. Su exito personal, estaba en la cuspide, y sentia que absolutamente nada podia derribarlo de aquel pedestal donde el mismo habia llegado con cada gota de sudor derramada y cada noche invertida en evolucionar su conocimiento. Pero no todo era perfecto en la vida de Alfredo, o al menos no durante toda su vida, ya que, esa creencia, esa casi obsesion en poder alcanzar las metas que para otros serian imposibles, lo habian alejado de una vida normal. No habia tenido demasiadas novias, y aquellas que se involucraban con el, siempre terminaban frustradas ante la incapacidad de este chico de poder conectar sentimentalmente con alguien. No estaba listo para enamorarse, sabia que los sentimientos simplemente lo iban a desviar del camino que queria seguir, era energia que no estaba dispuesto a perder innecesariamente, ya que, necesitaba todo el enfoque para sus proyectos. Era guapo, muy seductor, pero era algo natural, su mirada era profunda, penetrante, casi invasiva, sin querer que asi fuese, y esto, hacia que las mujeres se derritieran para el, sin que este hiciera absolutamente nada mas que ser el mismo. El exito que habia tenido con las mujeres, habia sido natural, nada demasiado sintetico, no tenia que esforzarse como los otros chicos, que se ejercitaban excesivamente para tener algunos musculos en sus pechos, o en sus brazos para poder conquistar a las chicas.

  • Flores y mentiras de Monica Benitez

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    Camino hacia la comisaria con el corazon en un puno y los nervios a flor de piel. Es mi primer dia como policia, jamas pense que lo lograria, pero aqui estoy. No puedo decir que sea la primera de mi promocion ni la segunda, pero, aunque sea un poco tarde, a mis treinta y dos anos lo he logrado con mucho esfuerzo y pienso entregarme en cuerpo y alma. Cruzo la calle, el dia ha amanecido gris y las primeras gotas de una lluvia que amenaza con quedarse todo el dia empiezan a caer. Como siempre, no he cogido el paraguas. Llego al otro lado de la calle, cinco minutos mas y cruzare esa puerta que tanto tiempo llevo ansiando, y entonces lo veo, frente a mi, caminando a paso rapido unos metros por delante, vestido con un chandal tan gris como el dia y la capucha puesta. Nada anormal, un chico como cualquier otro, solo que este, da un fuerte tiron al bolso de una senora cuando pasa por su lado y se lo arranca del brazo. La senora cae al suelo de forma estrepitosa a la misma vez que el joven echa a correr. No dudo ni un instante, y como movida por un resorte salgo corriendo detras de el. Mientras intento que mis pulmones no estallen por el esfuerzo me pregunto que cojones estoy haciendo. Deberia haberme parado a socorrer a la senora y dejarme de gilipolleces de heroina, nadie me ha pedido nada, hasta dentro de quince minutos no estare oficialmente de servicio ni tendre que presentarme ante la que sera mi superior, la inspectora Blanco. No puedo haber tenido mas suerte, novata y me destinan directamente al grupo de homicidios, eso si, solo a ayudar a los inspectores en lo que me pidan. Sigo corriendo como no recuerdo haberlo hecho nunca, el chico es agil y rapido como una gacela. Sortea coches como si llevase haciendolo toda la vida mientras que yo ya he tropezado dos veces, he resbalado tres y me he rasgado la chaqueta en una esquina. --!Policia! !Parate, cabron! --grito mas por rabia que por la esperanza de que lo haga. Se que el chico no se detendra. Tuerce en una esquina, el es rapido, pero yo soy terca como una mula y a pesar de sentirme a punto de desfallecer, sigo corriendo con todas mis fuerzas. El muchacho mira hacia atras cada vez mas a menudo y vuelve a torcer por otra calle, de repente dejamos atras las avenidas mas transitadas para llegar a una calle de esas llenas de chales adosados para familias felices con un monovolumen, dos hijos y un perro. Hay menos coches aparcados y eso me da cierta ventaja, porque corriendo en linea recta empiezo a ser mas rapida que el, cosa sorprendente porque el deporte y yo jamas nos hemos llevado bien, de ahi que haya tardado tanto en conseguir entrar en el cuerpo, suspendi tres veces las pruebas fisicas. La distancia se va acortando, el chico vuelve a mirar hacia atras y yo intento retener en mi retina alguno de sus rasgos por si el cabron se me escapa. Todos los agresores en general me parecen escoria, pero los que agreden y se aprovechan de personas vulnerables e indefensas como esa pobre senora, mas. Ya hemos pasado otras dos calles y empiezo a flaquear, siento los pulmones a punto de estallarme dentro del pecho y los gemelos tan tensos que en cualquier momento sentire un calambrazo de esos que me haran trastabillar y pegarme la hostia de mi vida. Mi carrera por media ciudad habra sido en vano. La poca gente que pasa por la calle ataviada con sus paraguas nos observa sin comprender nada, podria gritar a los que estan mas adelante para que me ayuden a detener al chaval, pero eso seria ponerlos en peligro de forma absurda y mi sentido de la moral no me lo permite. Vuelve a girar. --Me cago en la leche--jadeo sin aliento. El chico, buscando un modo de deshacerse de mi, de repente trepa con dos saltos que me dejan asombrada y se sube al muro que separa las casas de la calle. Empieza a correr sobre ese muro que segun calculo apenas tendra un palmo de ancho, y se que, si yo no subo, en cualquier momento podria saltar al interior de alguna casa y hacer dano a alguien con tal de escapar. Asi que, ruedo los ojos negando y decido que tambien he de subir. Obviamente, no lo hago en dos saltos como el, yo tengo que encaramarme como un chimpance, dejarme la piel de las palmas de las manos y la rodilla izquierda y empezar a hacer equilibrios para correr sin caerme hacia un lado o el otro. Empieza a llover, hemos pasado cuatro casas y si echo la vista al frente la hilera se me antoja interminable. ?Cuantos putos chales tiene esta calle? De repente, el muchacho se detiene en seco y se gira, a mi ese acto me coge desprevenida, no me lo esperaba y mucho menos lo que el chico hace a continuacion. Desesperado por dejarme atras, decide deshacerse del bolso y salir corriendo, pero se deshace de el lanzandomelo a mi. El jodido bolso me impacta en el pecho con un golpe seco y lo agarro con ambas manos justo en el momento en el que mi pie derecho se resbala hacia un lado, el izquierdo lo hace hacia el otro y mi cuerpo desciende de repente quedando el muro entre mis piernas. En decimas de segundo, noto como la cara interna de mis muslos se desgarra con el roce del hormigon y el escozor que me produce me parece insoportable, pero no es nada comparado con el dolor que siento cuando mi entrepierna golpea de forma seca contra la parte superior del muro. Ni siquiera soy capaz de soltar un grito de dolor porque la respiracion se me corta y me mareo, lo que provoca que mi cuerpo se ladee hacia el interior del muro y caiga desgarrandome todavia mas la cara interna de mi pierna izquierda. Si todo eso me parece fruto de la mala suerte, lo que sucede despues me parece el colmo; porque antes de tocar el suelo, noto como algo afilado me desgarra la piel del costado, del torso, los brazos y la cara. No comprendo lo que pasa hasta que ya estoy en el suelo y abro los ojos. A las buenas personas que viven en esta casa se les ha ocurrido decorar su jardin con unos enormes rosales que tiene ramas como dedos de gordas y espinas como unas. Al menos huele bien, pienso mientras vuelvo a marearme. --!Levanta las manos y sal de ahi! --escucho gritar a alguien. Todavia jadeando por el esfuerzo de la carrera y sintiendo un dolor punzante en varias zonas de mi cuerpo, intento buscar la procedencia de la voz. --?Estas sorda? --me pregunta lo que ahora me parece la voz de una mujer. Giro lentamente la cabeza a mi derecha y entonces la veo a traves de las ramas del rosal, al otro lado, esta de pie, con un pijama del Monstruo de las galletas, el pelo negro suelto y revuelto, mojandose cada vez mas bajo la lluvia. La vision me parece una autentica maravilla, y estaria dispuesta a decir que el super tortazo que me he dado ha merecido la pena por verla si no fuese porque la mujer me esta apuntando con un arma. Capitulo 2 Miriam --No dispare, soy policia--logro decir entre jadeos y muecas de dolor. --Policia soy yo y no me suenas de nada, bonita--suelta en tono borde--ponte en pie muy despacito. --No puedo, se lo juro, si me muevo me rajo con estos jodidos pinchos. La mujer con el pijama del Monstruo de las galletas me observa en el suelo sin acabar de comprender que cojones hago ahi. --Cuando he salido despues de ver algo caer por mi muro, pensaba que seria el gilipollas del cartero, al que ultimamente le ha dado por lanzar los paquetes desde el otro lado del muro, algo que sin duda pienso solucionar poniendo la debida reclamacion. Lo que no esperaba era encontrarme a una mujer tirada detras de mis rosales, de esos que con tanta paciencia y mimo he regado y cuidado y que ahora voy a tener que podar de forma salvaje si quiero sacar a una loca que dice ser policia de ahi--explica mas para ella que para mi. Da un paso hacia la derecha y se agacha un poco, como si todavia no se creyese que estoy aqui, en medio de las putas ramas mas gordas de los rosales. --Joder--dice poniendo los ojos en blanco--intenta no moverte, voy a sacarte de ahi. --Tranquila, no tengo intencion de hacerlo. Lo que no le digo es que no estoy muy segura de ser capaz de mantenerme en pie, las piernas me duelen horrores, por no hablar de la preocupacion extrema que siento por mi sexo, que por primera vez en mi vida no palpita de excitacion, lo hace de dolor. La mujer deja su pistola en la repisa de la ventana y camina hacia un armario de exteriores, del que saca unos guantes de jardineria y unas tijeras de podar que hacen que abra los ojos perpleja en cuanto la veo. --Ten cuidado con eso, por favor. --Tranquila, preocupate mas por la pistola, porque como me hayas mentido, te arrepentiras--amenaza antes de dar el primer tijeretazo. La mujer comienza a cortar con cuidado todas las ramas que de algun modo estan pegadas a mi cuerpo o suponen un riesgo. Las va retirando con suma delicadeza, sobre todo cuando observa que me encojo de dolor cuando separa las que estan tocando mi piel. Cuando por fin termina, mira hacia un lado y ve ese monton de ramas llenas de espinas que han acabado con la vida de sus rosales porque una tia que dice ser policia se ha caido por su muro.--Levantate--me pide calada hasta los huesos. La observo desde el suelo mientras me incorporo lentamente hasta estar sentada, dudo que pueda hacer mas que eso, las piernas me tiemblan, mas de dolor que de miedo. --Ensename tu placa--me pide la mujer, a la que ya no le viene de mojarse un poco mas. --Esta en la bandolera, puedes cogerla tu misma. Me observa recelosa, mira la bandolera que cuelga del lado derecho de mi cuerpo y entonces repara en que sobre mis piernas hay un bolso que sin duda no me pega nada. ?Que chica de treinta y pocos va por ahi con una bandolera y un bolso? La pobre tiene que estar flipando, quiza demasiada informacion para alguien que acaba de levantarse. Estira el brazo y coge el bolso sin permiso. --Ese no es--me quejo, pero ella ya lo ha abierto y ha sacado un enorme monedero de piel de color negro. Lo abre y busca entre un punado de tarjetas hasta dar con lo que parece que busca, mi documento de identificacion. --Te conservas muy bien para tener setenta y dos anos--dice mordaz mientras me mira inquisitiva. Pienso que en otra ocasion seria el momento perfecto para hacer una de mis bromas, pero en esta me podria costar un tiro por listilla, y ademas me encuentro mal, siento escalofrios y el dolor empieza a ser intenso en mis piernas. --No es mio. --Eso ya lo veo. ?Eso es lo que hacias? ?Huir porque le has robado el bolso a una senora? Deberia darte verguenza. La mujer me observa incapaz de comprender nada, como si toda la situacion le pareciese surreal. No la culpo. Le devuelvo la mirada, una mirada que creo que a ella no le parece la de una delincuente, y por su forma de mirarme tengo la sensacion de que ha visto muchas. Despues su modo de enfocarme cambia y noto que lo hace de otro modo, del mismo en el que lo he hecho yo con ella al descubrir que me parecia atractiva, y eso hace que me ruborice un poco y sienta la necesidad de cortar esa conexion entre nuestros ojos. --Yo no le he robado a nadie. La respuesta saca a la mujer de sus pensamientos, sin duda algo turbados, y la deja descolocada unos instantes. --?Eh? --El bolso. Yo iba camino de comisaria, de hecho, estaba llegando, y un gilipollas en chandal le dio un tiron a una senora y salio corriendo. --Y tu detras de el...--anade ella esbozando media sonrisa que me hace temblar. --Exacto, me he dejado el cono para recuperar ese bolso, asi que no me acuses de haberlo robado. Mi frase es literal, solo que ella no lo sabe y el lenguaje que he usado, en lugar de parecerle soez, le arranca otra sonrisa divertida que hace que algo chispeante me recorra el pecho. Se vuelve a acercar a mi y esta vez me coge la bandolera, donde en efecto, encuentra la placa que demuestra que no miento, o eso, o llevo la falsificacion de placa mas lograda que esta mujer ha visto en su vida. --?Le has visto la cara? --?A quien? --pregunto descolocada. --Al chorizo del chandal.

  • Quinto culpable de Mercedes Pinto Maldonado

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    Todas las vacaciones que recuerdo hasta que cumpli diecinueve anos comenzaron en Salomar al dia siguiente de recibir mis calificaciones de fin de curso. Regresar a nuestro querido pueblo costero era para mi familia el sueno de todo el ano. Mis padres y yo viviamos en pleno centro de Madrid y para ellos su residencia habitual suponia trabajo, prisas y estres. Todo lo opuesto a Salomar, donde cada verano nos esperaba la tranquilidad, el esparcimiento y la diversion, a elegir segun el estado emocional, con toda la libertad de quien es dueno de las veinticuatro horas del dia. Manuela y yo llegabamos antes que mis padres, casi siempre la ultima semana de junio. Mis padres, a causa de su trabajo, comenzaban sus vacaciones el uno de agosto. Pero en el verano de 2012 ni mis padres ni yo teniamos prisa por regresar al chale de la playa. Las vacaciones del ano anterior habian supuesto para los Del Bosque una quiebra familiar de la que dificilmente nos recuperariamos. No obstante, y a pesar de que mi madre y yo le insistimos en que ese ano era un grave error regresar a Salomar, mi padre resolvio que la mejor forma de superar la situacion era retomar nuestras costumbres. Lo cierto es que el era el menos afectado; en gran parte, por su caracter desenfadado y resolutivo y por su natural manera de distanciarse de los problemas para afrontarlos con perspectiva. **** El Audi A6 recorria los ultimos kilometros de la autovia que desembocaba en la costa andaluza. A traves de las ventanillas, mi madre y yo atisbabamos en la lejania la cala que albergaba los mejores momentos de nuestras vidas, pero tambien el mas amargo para mi. Note como se me aceleraba el corazon a medida que nos aproximabamos y la playa se abria ante mis ojos. No podia pensar, mi mente estaba colapsada a causa de una fuerte sensacion de panico. Comence a sudar y senti una imperiosa necesidad de bajar la ventanilla para respirar aire fresco, pero no la brisa salobre de Salomar. Ese verano, lo que antes percibia como un agradable y penetrante perfume marino, me parecia que iba a colapsar mis pulmones. Pero mi padre era ajeno a mi estado de conmocion y pulso el boton que bajaba los cuatro cristales; aunque yo sabia que lo habia hecho a proposito, como terapia de choque para todos, como hacia el las cosas. --Guauuu… Ya no recordaba esta agradable sensacion humeda en la piel. Y este aroma… Tiembla, Salomar, los Del Bosque han regresado --dijo mi padre con un entusiasmo que no parecia fingido. --Creo que voy a vomitar --susurre convencida de no poder retener en mi estomago los dos trozos de ternera que habia ingerido en todo el dia. --?Puedes aguantar un poco? Segun este chisme, estaremos en la puerta de casa en cinco minutos. Asoma un poco la cara por la ventanilla como hacias de pequena cuando te mareabas, siempre te dio resultado. Solo un poco, creo que ahora esta prohibido. Lo hice y, tras dos arcadas, arroje sobre el exterior de la puerta mi exiguo almuerzo. --Eso seguro de que esta prohibido --fue lo unico que dijo mi madre. --Voy a parar --decidio mi padre. --Ya no es necesario, puedo aguantar los minutos que faltan. --Bien. ?Estas mejor? --Si, algo mejor. Pero no, no estaba mejor. Cada vez me sentia mas debil e incapaz de pisar de nuevo las arenas de Salomar. --Toma, bebe un poco de agua --dijo mi madre mientras me daba una botella de agua mineral. **** Despues de que mi padre pulsara el boton del mando, las dos hojas del porton comenzaron a abrirse lentamente. Siempre nos habia parecido un ritual maravilloso que nuestra residencia de veraneo nos diera la bienvenida de manera tan majestuosa y acogedora, como si extendiera dos grandes alas para abrazarnos. Sin embargo, ese 1 de agosto de 2012 me parecio que la casa abria su boca de una forma siniestra. Tuve la sensacion de que ese verano pretendia engullirme. Entonces volvi la cabeza hacia mi izquierda y el placido sueno del pequeno Daniel me rescato de un desmayo. --Hemos llegado, familia --anuncio mi padre mientras los aromas del jardin inundaban el interior del coche. Nadie le contesto. Ni mi madre ni yo nos sentiamos con animos de hacer ningun comentario. La tension se palpaba en el vehiculo. --Mientras descargais, voy a darle el biberon a Daniel y un buen bano. Pobrecillo, esta agotado --fue lo unico que dijo mi madre mientras abria la puerta del copiloto. Entonces aparecio Manuela en la entrada principal, nuestra querida Manuela. --No puedo creerme que esteis por fin aqui. Que alegria. A ver ese pequenin --dijo mientras se aproximaba al coche--. !Pero si esta criado! Que lindo esta. --Tu si que nos has dado una alegria. ?Que haces aqui? --le pregunto mi madre mientras la besaba con carino. --Llenaros el frigorifico y cocinaros algo para la cena. Ademas, estaba loca por ver al pequeno Daniel. Que bonito esta. Es igual que tu, Mariano. Mi madre y yo nos miramos con perplejidad; el parecido entre mi padre y Daniel era inexistente. --Me miras con muy buenos ojos, Manuela, pero creo que mi hijo es mucho mas guapo que yo, gracias a Dios. Manuela habia comenzado a trabajar como interna en nuestra casa de Madrid cuando acababa de cumplir los dieciocho anos. Yo solo tenia unos meses. En realidad, segun su carne de identidad habia nacido varon y se llamaba Manuel, pero ella siempre se habia sentido una mujer y, desde luego, lo parecia. Mi padre me conto que, despues de que un conocido le comentara que en casa necesitaban ayuda domestica, llamo a nuestra puerta y pidio el trabajo. Decia que lo habia conquistado su honestidad, que no habia omitido ningun detalle de su vida personal; estaba viviendo en casa de una amiga despues de que su madre la echara de casa cuando le confeso su homosexualidad. Fue contratada por dos semanas de prueba, pero ese mismo dia mis padres supieron que se quedaria en casa hasta que ella decidiera marcharse. Tambien pasaba los veranos con nosotros en Salomar, y fue alli donde conocio a uno de los pocos pescadores solteros que quedaban en el lugar, se enamoraron y se casaron a los pocos meses. Fue un escandalo en el pueblo, su union dio lugar a habladurias durante semanas. A Paco el Boquetes --llamado asi porque se le daba muy mal coser los agujeros de su red y solia sacarla medio vacia de la barca--, no se le habia conocido relacion alguna en sus cincuenta anos y la mayoria de sus colegas de pesca le hacian el vacio, convencidos de que era homosexual y temiendo las malas lenguas. Que Manuela se enamorara y se casara tambien fue una sorpresa para nosotros que cambio, en buena parte, nuestra rutina familiar. Una semana antes de la boda, Manuela se fue a vivir a Salomar. Hacia ya unos meses que se encargaba de vigilar y cuidar nuestro chale, y desde entonces una fria empresa se hacia cargo de la limpieza del hogar de Madrid. Desde que Manuela conocio a Paco el Boquetes no se le borraba la sonrisa del rostro; era realmente feliz. En un acto casi reflejo, sali del coche y me eche en sus brazos, conteniendo las lagrimas. Fue como si de repente encontrara algo reconfortante entre el dolor lancinante que me aguardaba en aquel lugar desde hacia un ano. --!Ay, mi nina! !Como te he echado de menos! --exclamo mientras me estrechaba contra su sujetador relleno de trapos. --Y yo a ti, ni te lo imaginas. --?Estas mas alta o me lo parece a mi? --No he crecido desde los catorce anos, Manuela. --Pues entonces estas mas delgada, y mas mujer. ?Y ese brillo en los ojos? --me pregunto sosteniendome la mirada. --Nada, que me emociona verte de nuevo. --Bueno, vamos adentro que hay trabajo antes de la cena --nos interrumpio mi padre, temiendo que mis sentimientos se desbordaran. Manuela era unica y fantastica. En una hora todo estaba en su lugar, Daniel dormia comido y banado, y la cena estaba servida. --Yo ya os dejo, que mi Paco tambien querra cenar --nos dijo antes de marcharse mientras se quitaba el delantal--. Si os viene bien, puedo venir este mes de lunes a viernes; mi Paco tiene a su madre muy malita en el hospital de Granada y la pobre mujer solo lo tiene a el para cuidar de ella. Se va los lunes muy temprano y vuelve los sabados. Que vida esta... --Nos viene de maravilla contar contigo estos dias, ahora tenemos mas trabajo que nunca. Gracias, Manuela --le contesto mi madre. --?Que nos va a parecer, Manuela? Pues que estamos encantados y agradecidos --dijo mi padre. --Ea, pues manana temprano estoy aqui con mis cosas. Cenamos en silencio, ni siquiera mi padre fue capaz de articular mas de dos frases. Todos teniamos en mente el ultimo verano y ninguno estaba dispuesto a compartir sus pensamientos. Aunque mis padres ignoraban los episodios mas sordidos que habian acaecido durante aquellos dias de sol y playa. Y que la tragedia interior que suponia para mi regresar superaba con creces el miedo que ellos sentian ante la posibilidad de que volviera a ver a Raul. **** Para la gente, nuestra relacion era un amor de verano sin transcendencia, no solo porque nuestro romance habia nacido a la orilla del mar de un pueblo acostumbrado a ver como sus veraneantes adolescentes vivian relaciones pasajeras; tambien porque nuestros mundos eran incompatibles. Raul era oriundo de Salomar, habia crecido entre campesinos y pescadores, gente sencilla que vivia a mas de cien kilometros de cualquier capital. La inmensa mayoria de los ninos nacidos en el pueblecito pesquero terminaban sus estudios cuando salian de la escuela, igual que el, que desde los catorce anos trabajaba en un taller de reparaciones de vehiculos del municipio vecino. Aunque su caso era algo distinto: le encantaba leer en sus ratos libres, habia conseguido compaginar su trabajo con los estudios y estaba a punto de presentarse a la selectividad confiando en obtener una beca. Aun asi, su formacion pudiera parecer escasa y su personalidad, la propia de sus circunstancias y su medio de vida. Tanto los lugarenos como los veraneantes veian a un muchacho apuesto que, al fin y al cabo, llegaba todas las tardes con las unas negras de grasa a causa de su trabajo en el taller y que limpiaba los fines de semana con la sal del mar haciendo windsurf y pescando cangrejos y pulpos. En cambio, yo era lo que vulgarmente podria decirse una nina bien. Hija de una popular fiscal del Estado y del dueno y fundador de un famoso gabinete de investigadores de Madrid. Nunca me habia faltado absolutamente nada. Desde pequena estudie en los mejores colegios privados y estaba a punto de entrar en la universidad. Como decia mi amiga Sonia: << Lo vuestro es un imposible, hija, pero disfrutalo mientras puedas. Que cono >>. Ella tambien era natural de Salomar. Era bastante ordinaria, aunque muy buena chica y la mejor amiga que he tenido. El amor es asi, te propina su estacazo sin valorar si hay alguna posibilidad de exito. En mi caso, lo que rompio la relacion no fue la diferencia social ni los quinientos kilometros que nos separarian la mayor parte del ano, sino la mas vil violacion, que a mi no me cabia la menor duda de que el habia orquestado junto a sus amigos de la pandilla con premeditacion, alevosia, nocturnidad.

  • Asesina otra vez (Los casos de Marina Altamirano 3) de Mar P. Zabala

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    Tercera entrega de la trilogia negra <>.

  • Nada me importa mas que tu de Sophie Saint Rose

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    Roslyn Carrington lleva toda su vida viviendo en una jaula de oro, donde su padre toma todas las decisiones. Pero una no la iba a tomar. Iba a casarse con quien le viniera en gana, vaya que si. No podria impedirlo y le importaba un bledo que no le gustara el hombre que habia elegido.
    Lo que la pillo un poco por sorpresa fue conocer a cierto agente que le alteraba el corazon, al que al parecer tenia que hacer caso por su propia seguridad. Y lo que era peor, ese capullo se habia aliado con su padre para que no llegara hasta su prometido. ?Podria con los dos?

  • Terapia frustrada de Azahara Vega

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    --?Y entonces que hiciste? Numero 997 se giro y la miro de reojo sin moverse del lado de la ventana. Como esperaba se mantuvo en silencio, reacio a abrirse, boicoteando cada sesion de terapia que le obligaron a acudir el Consejo. Alice llevaba tratandolo mas de dos meses y siempre era la misma dinamica. Lo esperaba en su despacho a las tres de la madrugada. Le indicaba que se tumbara en el divan... algo que nunca hacia, y acababa hablando sola exponiendo los hechos que le informaban sus superiores, y que se suponia que tenian que tratar. --?Hasta cuando vas a seguir con esta actitud? --pregunto de nuevo, perdiendo las veces que se lo recrimino esa semana--. Me recuerdas al hijo de mi amiga y el tiene tres anos. Se sobresalto cuando lo encontro delante de ella. Tuvo que tragar con dificultad y se echo un poco para atras instintivamente, quedando recostada contra el mullido sillon de su despacho. --?Me estas comparando con un infante humano? Alice tuvo que reprimir un gemido de puro placer ante el tono de su voz. Para desgracia suya esas sesiones eran una autentica tortura y no solo porque su paciente no participaba en nada, sino tambien porque era un pecado para la vista, un hombre excepcionalmente atractivo con un timbre de voz capaz de provocar que sus bragas se humedecieran y le entrara unas ganas locas de suplicarle que cumpliera una de sus mas eroticas fantasias. Psiquiatra sorprendida, paciente... sexy. Respiro hondo un par de veces y se resistio al impulso de acortar los centimetros que la separaban de esos labios... para devorarle y... <>. --No. --Alice estuvo a punto de reir cuando lo vio esbozar una sonrisa confiada, mientras se alejaba de ella hasta regresar a su postura "casual" delante de la ventana, mirando a la lejania como si ella no fuera lo suficientemente importante como para ser atendida. Le sacaba de quicio que no le hiciera caso, que la ignorara y se mantuviera esa hora en la que estaban obligados a permanecer en el mismo lugar, en silencio, observando la oscuridad de la noche. Habia dias que tenia ganas de acercarse a el y golpearle con el bolso hasta que espabilara--. No te comparo con todos los infantes "humanos" --remarco con burla la palabra humano que el otro siempre lanzaba con hostilidad y repulsion, como si ser humano era peor que ser un maldito gusano--, solo con el malcriado hijo de mi amiga. Si lo conocieras veriais que tengo razon. Mike se comporta como tu, solo que el se enfurruna mirando hacia la pared y haciendose una bola, mirando a su madre de reojo para ver si su tactica surge efecto y consigue lo que quiere. No se perdio la tension en los hombros de su paciente, ni la brillante y peligrosa mirada del hombre que se veia reflejada en el cristal. <>. Esta vez si que grito cuando el la atrapo entre sus brazos, la levanto del sillon y la aprisiono contra la pared, manteniendola presa con su cuerpo.

  • Mi error fue enamorarme del novio de mi hermana. Parte 2 de Moruena Estringana

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    Jenna siempre se ha sentido diferente. Con sus diecinueve anos no aparenta mas de quince y para eso no ayuda mucho su despreocupado aspecto. Hija de un importante empresario nunca se ha sentido a gusto en sociedad. No encaja en ese mundo. Su mundo es la pintura, le encanta perderse en su cuadros y plasmar la belleza que solo ella es capaz de ver.

  • El amor de Heronimo de Cristo Alcala

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    Heronimo Mon.Duenos absoluto, de las Metalurgicas mas grandes del mundo.El rey del acero.Nuestro querido, jefe de los jefes.Ya no hay 4 reglas.Tampoco, femina de turno.?Que ocurre, cuando el futuro choca con el pasado?Porque Heronimo, nuestro senor oscuro libera sus miedos y demonios.Arriba de un ring.El desenlace, de su entrega.Y nuestra historia de amor.Sensual y sexualmente directa.Vas a reir.Vas a llorar.Te vas a emocionar.?Mencione, que vas a reir mucho?Y vas a descubrir, la fuerza y el amor de unas flechas rosas pintadas en lapiz rosa.Segunda y final entrega, de la novela mas linda del mundo.

  • Corazon de espino de Bree Barton

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    Una fantasia juvenil feminista repleta de imaginacion. Un reino oscuro en el que solo las mujeres pueden poseer magia, y cada mujer es sospechosa de poseerla.

  • Dejaras La Tierra de Renato Cisneros

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    Un silencio antiguo sello durante doscientos anos el misterio de una familia demasiado parecida a las tragedias y ambiciones de un pais como Peru. Patriarcas decolorados, mujeres sacudiendose el peso de su tiempo; personas, al fin y al cabo, que han sido rescatadas en este libro para redimensionar la historia. Esta novela nos recuerda que las familias estan hechas de todo lo que se ocultan y que solo una prosa capaz de atravesar lo visible y lo soterrado puede rastrear el cauce de eso que llamamos identidad.
    Si la voluntad de forjarse una estrella propia llevo a Renato Cisneros a escribir La distancia que nos separa, lo que nos entrega en Dejaras la tierra es, al mismo tiempo, el cierre de aquella historia y la confirmacion de un narrador capaz de ver el precipicio y dar un paso mas.

  • El lobo con piel de cordero de Francisco Jesus Lopez Campos

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    <>, penso Tiburcio.
    Habia intentado, una y mil veces, controlarlas, pero siempre le superaba la tendencia natural de depredador que le desgastaba por dentro. No podia evitarlo, sus manos siempre se acababan apoderando de su alma y lo conducian a los abismos del averno. Unos le llamaban “chofer diabolico”, y otros opinaban que descendia del mismo Satan.

  • Puentes y sombras de Fernando De Cea Velasco

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    Una exotica reportera en su primer dia de trabajo: “Muy facil, solo tengo que cubrir una manifestacion”.

  • Chicas De Tormentas Y De Sombra de Natasha Ngan

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    En lo profundo del corazon oscuro del palacio real, el rey se ocultaba. Habia estado alli durante semanas, negandose a recibir a todos los visitantes excepto a los hechiceros que trataban sus heridas y sus dos confidentes mas cercanos, que cuidaban de los danos de su cuerpo y su ego. Por supuesto, nunca admitiria que eso era lo que hacia. Y si alguien se atreviera siquiera a sugerir que estaba pasando por un momento dificil, los ejecutaria de inmediato. Nada de eso era doloroso. Nada era demasiado para manejar para el gran Rey Demonio de Ikhara. Sin embargo, al igual que la mayoria de las mentiras que las personas se dicen a si mismas, se derrumbo entre la sombra y la quietud de la noche. El rey, por mucho que expresara lo contrario, estaba perturbado. Sus heridas habian penetrado mas profundo que su carne y hueso. Habian atravesado, maliciosamente, cada vena, celula y poro, hasta que sintio el eco del miedo en cada latido de su corazon. Y ese miedo tomo forma. Y nombre. Lei-zhi. Se negaba a pronunciarlo en voz alta, pero su cuerpo lo traiciono. Susurraba su nombre al ritmo de su pulso. Le mostraba el rostro de la chica cuando el dormia: piel de porcelana con salpicaduras de sangre; labios levantados; ojos salvajes, aquellos brillantes ojos dorados llenos de tanta furia atravesaban su alma, los lugares exactos en su interior que el creia que habia arrancado de raiz hacia tiempo. Cuando fue demasiado, cuando el rostro y el nombre de la chica se burlaba de el hasta que no podia respirar y los muros de su cuarto se cerraban sobre el, el rey llamaba a una chica. Ninguna de esas chicas, claro. Aun tenian que ocuparse adecuadamente de esas chicas. Aunque lo haria. Sino que llamaba a otra chica. Tal vez una bonita de la casta de acero con aspecto de lince de las Casas de Noche, o una joven esclava de papel recien traida de un asedio. No le importaba. Le entregarian una chica y el la destrozaria, solo para demostrar que podia hacerlo. Para sentir de nuevo que era todopoderoso. Una chica humana no lo venceria: incluso el ardor y el dolor constante de sus heridas le recordaban lo cerca que habia estado la chica de lograrlo. Cada dia, los hechiceros reales iban a curar las heridas en la garganta y el rostro del rey. Naja habia hecho un buen trabajo. Los hechiceros habian llegado justo a tiempo despues del ataque de la chica para salvar la mayor parte de sus cuerdas vocales, aunque le dolia hablar y su voz era mas ronca que antes: un grunido aspero y gutural. Sin embargo, su ojo derecho fue imposible de salvar. La cuenca estaba arruinada, tenia varios nervios danados y carne pulposa, estaba demasiado danada para permitir siquiera la colocacion de un ojo de cristal. En las semanas que habian pasado desde el ataque, la herida del ojo se habia vuelto un poco menos aterradora gracias a la magia de los hechiceros. Si bien pasarian muchos meses mas hasta que el resto de su rostro volviera a la normalidad, ni siquiera los hechiceros podian traer a la vida a los muertos, y su ojo derecho perdido seria un recordatorio eterno de aquella noche. El rey recordo las palabras de uno de sus generales, tambien con forma de toro, que una vez habia ido a verlo para pedirle usar la magia de los hechiceros reales para quitar un corte horrible que atravesaba la mitad de su rostro. <>, le habia dicho al soldado. <>. Lleva tus cicatrices con orgullo. Que gran tonteria. El siempre lo habia sabido, claro, pero una parte de el habia creido en aquel sentimiento alguna vez. Ya no. El rey ahora sabia exactamente que eran las cicatrices: recordatorios de tus propios fracasos. Al igual que de aquellos que las habian infligido. La chica aun estaba alli afuera. Pero el rey tenia fe. Naja aun no le habia fallado. Ella la encontraria, como habia prometido, junto a la hija del traidor Ketai Hanno, y las llevaria a ambas al palacio ante el. Porque el rey tambien habia aprendido otra cosa sobre las cicatrices: eran una caldera ardiente de odio. Y si una furia como esa podia darle a una debil chica humana el poder de atacarlo a el... bueno. Ya verian lo que podria hacerle a un Rey Demonio con un hambre voraz de venganza. 1 Desde la noche en que escapamos del palacio, lo que al principio era una suave llovizna de copos se ha convertido en una tormenta de nieve. En menos de veinticuatro horas la primera capa se asienta. En solo un dia se convierte en una manta gruesa y blanca resplandeciente. En un dia mas la nieve lo ha cubierto todo, una alfombra de polvo amortiguado que arde en los ojos a la luz del dia y proyecta formas extranas de noche entre las sombras. Despues de dos semanas, es como si hubieramos vivido en ese mundo congelado desde siempre. Camino con dificultad a traves de los monticulos profundos mas alla del templo, mis botas rompen la nieve con crujidos pesados. El frio ha entumecido todo mi cuerpo. Flexiono la punta rigida de mis dedos bajo los guantes. Las gotas de hielo se derriten y ruedan sobre mis botas de cuero prestadas sin importar cuanto las apriete. Pero al menos mis manos y mis pies tienen alguna clase de proteccion contra el clima. Mi rostro lucha directamente contra los elementos... es una guerra y la esta perdiendo. El viento arde sobre mis mejillas descubiertas mientras miro entre los copos de nieve danzarines, intentando ver donde han ido los demonios leopardo. Ya llevamos rastreando las montanas casi una hora. Las empinadas colinas boscosas estan tapadas de nieve, cada arbol sin hojas esta cubierto de hielo. La tarde es espeluznantemente silenciosa: solo se oyen los cristales de nieve, las pisadas de las botas y mi propia respiracion acelerada. --?Como va todo ahi atras, princesita? Suspiro. Ni por asomo es tan silencioso. --Mi nombre --grito a modo de respuesta--, como te he dicho millones de veces, Bo, es Lei. En cuanto las palabras salen de mi boca, el viento me las arrebata. Los copos de nieve bailan sobre mi nariz y depositan besos frios y humedos en mis mejillas expuestas. --?Princesa? Escucho de nuevo la voz de Bo, esta vez con mayor claridad. Los hermanos deben de estar a pocos metros de distancia delante de mi. Mi respiracion dibuja nubes a mi alrededor mientras apresuro el paso para alcanzarlos. Sus siluetas altas se materializan a traves del viento lleno de nieve, con extremidades largas y desgarbadas como los troncos de los arboles que los rodean y practicamente de apariencia humana. Cuando me acerco mas, sus detalles demoniacos aparecen: orejas puntiagudas de leopardo, patas atleticas, colas largas que se mueven de lado a lado, cubiertas de la misma piel beige con manchas negras que recubre el resto de sus cuerpos. Unos ojos verdes resplandecen debajo de los parpados con borde negro. Sus rostros redondos son tan similares que es dificil diferenciarlos a primera vista. Uno de los dos pares de ojos es suave y amable. Nitta. El otro par, los ojos de Bo, baila entretenido. Nitta corre hacia mi con un grito de alivio y aparta los mechones humedos de cabello negro de mi sien. --!Gracias a Samsi! Por un momento, temiamos haberte perdido. Lo siento, Lei, avanzamos demasiado rapido. Intentamos ir mas lento, pero... --Si fueramos mas lento, estariamos viajando en el tiempo hacia el pasado --protesta Bo --. Papeles --anade con un cloqueo impaciente, rascandose el lateral del menton mientras me mira por encima de su nariz chata y felina. Nitta frunce el ceno y lo mira. --Bo. --?Que? Solo digo que cualquiera que no haya nacido con proteccion contra el clima se pierde la diversion. --Tal vez deberiamos regresar. --Los copos de nieve cubren la piel manchada de Nitta y ella desliza una mano sobre su sien sin pensar; parece preocupada--. Aun no hemos encontrado nada y Lei parece a punto de morir congelada. Merrin tenia razon. Esto ha sido una mala idea. Bo coloca una mano sobre su cadera huesuda. --?Ahora vas a confiar en Plumas? Vamos, hermana, ?que sabe ese cerebro de pajaro? --Tu desafiarias las ordenes de Merrin solo para molestarlo --replica Nitta. --?Por que otro motivo crees que accedi a permitir que Lei nos acompanara en nuestro viajecito de caza? --El chico leopardo sonrie--. Sin ofender, pequenita --me dice--, pero no has venido aqui precisamente por tu habilidad innata para el rastreo. --Como si tu habilidad para el rastreo nos sirviera de algo --respondo--. ?Acaso has encontrado algo aun? ?Mmm? Mientras Bo inclina la cabeza a un lado, entretenido, yo estiro la espalda, enderezando los hombros. Aun a pesar de que tengo la mitad de la altura de los hermanos leopardo, de todos modos mi postura me hace sentir mas fuerte. --Os pedi que me permitierais venir hoy porque estoy harta de esconderme en ese templo. Ya han pasado mas de dos semanas. Si tengo que pasar un dia mas escuchando los cantos eternos de Hiro y al resto de vosotros entrenando o debatiendo tacticas de guerra mientras me prohiben hacer cualquier cosa, mi cerebro estallara. --Me coloco bien la bufanda y aprieto mis punos enguantados--. Ahora, ?podemos por favor atrapar algo bueno para comer? Estoy cansada del taro asado en todas las comidas. Nitta vacila, pero Bo alza las manos en el aire. --?Sabes que? La princesa tiene razon. Si tengo que comer un trozo mas de taro, me convertire en un taro. --Con un bufido teatral, se desploma de espaldas. Los copos de nieve llueven sobre el--. Mirad --grune con horror fingido, parpadeando mientras nos mira desde el agujero con forma de Bo en la nieve--. Ya ha empezado a pasar. Soy uno con el taro. Y es... insoportaroble. --Se pone de pie de un salto, con su abrigo cubierto de hielo, y dibuja una sonrisa amplia de dientes filosos--. ?Lo pillais? ?Insoportaroble? --Ay, hermanito --suspira Nitta--. Tus chistes son tan espantarosos. Los tres nos reimos, el sonido quiebra la quietud espeluznante del bosque cubierto de nieve, hasta que un crujido fuerte a nuestra izquierda nos interrumpe. Nos giramos con rapidez, mi corazon se aloja en la garganta, solo para ver un monticulo de nieve, que habia estado haciendo equilibrio sobre las ramas torcidas de un arbol, caer al suelo con un gran ruido. Nitta y Bo enderezan la espalda de las posturas defensivas que habian adoptado por instinto. Bo resopla y deja el cuchillo en su cinturon. --?Te asusta la nieve, hermana mayor? ?Temes que moje y arruine tu bonito cabello? Nitta mueve los ojos en direccion a su hermano. --No creas que no he visto tu reaccion. --Pero hay cierta cautela cuando se gira y alza la nariz para olfatear el aire. Mueve las orejas, escuchando. Luego, avanza--. Vamos --dice --. Sin duda hay algo ahi afuera. Y, Lei, esta vez quedate cerca. Continuamos caminando por el remolino blanco. Es lo unico que puedo hacer para seguirles el ritmo a los hermanos, sus cuerpos agiles de la casta de la Luna avanzan con facilidad entre las columnas de arboles congelados. Mientras Nitta y Bo apartan las capas de nieve con destreza con cada movimiento elegante de sus atleticas patas de leopardo, yo me arrastro con torpeza a traves de los monticulos gruesos. El colchon de nieve me llega hasta las rodillas. Las raices ocultas de los arboles se enredan con mis botas. Cada rafaga de aire frigido me corta la garganta, pero a pesar del frio, aparecen gotas de sudor dentro de mi abrigo y debajo de la bufanda de piel que rodea mi cuello y mi barbilla. Los demonios no reducen el paso. Nos detenemos solo para beber un poco de agua de la cantimplora que Nitta lleva atada a la cintura o para buscar rastros del animal que ella y Bo rastrean; los hermanos juntan las cabezas para debatir las huellas de su presa en voz baja. Despues de una hora de rastreo sin distracciones, Bo rompe el silencio. --Nos estamos acercando --anuncia, semioculto por la nevisca blanca que hay donde esta caminando a pocos pasos delante de nosotras. Nitta levanta mas la nariz. --Tienes razon. Yo tambien capto algo. Intenso, a almizcle... ?Que crees que es? --?Tu delicioso aroma natural? --sugiere su hermano. Nitta pone los ojos en blanco. --?Ves eso? --pregunta ella, senalando un arbol cercano. Bo y yo nos acercamos mas. Hay dos muescas profundas grabadas en la corteza, debajo de la altura de mi cabeza. Parecen recientes: solo las cubre una capa delgada de nieve. Bo desliza los dedos sobre las marcas. --Puede ser una cabra de montana grande. --Espera --digo, mientras retrocedo para inspeccionar las ramas bajas y retorcidas del arbol--. Es un arbol de mango. Un arbol de mango --repito, sorprendida--. ?Suele nevar aqui? No podemos estar tan alto en las montanas si hay higueras y arboles frutales. Ninguno de los dos comparte mi sorpresa. --La Enfermedad ha causado toda clase de cambios climaticos extranos --dice Nitta encogiendose de hombros; luego se gira hacia su hermano, frunciendo el ceno--. Seria una cabra demasiado grande. Creo que es mas bien algo similar a un buey. --Puaj, espero que no. La carne de buey es asquerosa. --?Quieres cenar taro otra vez? --Es mejor que culo de buey. Nitta mira hacia adelante en medio de las rafagas brillantes, sus orejas redondeadas se sacuden. Al igual que su hermano, tiene las orejas cubiertas de joyas y aros en una variedad de plata descolorida y oro y la luz invernal resplandece en ellos cuando la chica mira de izquierda a derecha. --Por aqui --dice ella, ya en movimiento. Bo me guina un ojo. --?Lista para cumplir con tu rol en la caceria, princesa? --?Que rol es ese? --La carnada --responde con una sonrisa burlona. Lo fulmino con la mirada mientras se aleja. Tardo unos instantes en pensar una respuesta. Avanzo furiosa por la nieve, lista para decirsela... cuando un movimiento captura mi atencion. Me paralizo. Mi corazon late con fuerza en el silencio del bosque cubierto de hielo. El bosque quieto y vacio. Bajo mi bufanda, mi piel se eriza. --?Estais... estais seguros de que solo hay un animal cerca? --pregunto. Nitta y Bo se giran y me silencian con la misma mirada fulminante de ojos verdes. --Tenemos que estar callados... --comienza a decir Nitta. Oimos el crujir de la nieve mas adelante. Ella se gira con rapidez e inclina el cuerpo para adoptar una postura defensiva. Bo senala hacia las rafagas de nieve. Con agilidad, toma su cuchillo mientras Nitta prepara el arco que carga sobre el hombro. Lo alza frente a ella con su mano izquierda, y con la derecha toma una flecha del carcaj amarrado a su espalda. Con un movimiento habil, coloca la flecha con cola de pluma en su lugar y hace retroceder su brazo derecho para extender el arco mientras apoya la punta de la flecha sobre sus nudillos izquierdos. Flexiona los musculos definidos debajo de su camisa de algodon mientras apunta hacia el aire gelido, pero Nitta no dispara la flecha. Aun no. Con las orejas en alerta y el rostro concentrado, se desliza entre los arboles. Bo se agazapa levemente mientras avanza detras de ella, con los dedos cerrados sobre su cuchillo, listo para lanzarlo. Busco con manos enguantadas y torpes mi propia daga en mi cintura. Es un cuchillo de hoja corta y simple: uno que les sobraba a los demas. Lo sujeto con fuerza y sigo a los hermanos, haciendo un gran esfuerzo por seguir el sendero que han creado con sus pasos precisos. Mi piel cosquillea de incomodidad. Algunas veces creo ver movimiento: no delante donde Nitta y Bo avanzan en medio del paisaje invernal, sino en la periferia de mi vision. La silueta sombria de algo grande y... no humano. Pero cuando miro, no hay nada. Solo rafagas grandes de copos de nieve brillantes. Viento frio, nubes de aliento y silencio profundo, ahogado por la tormenta de nieve. Nitta y Bo ahora avanzan mas rapido. Aunque me esfuerzo al maximo por seguirlos, la distancia entre nosotros comienza a crecer. Por delante, Nitta se gira abruptamente y nos guia sobre una colina escarpada; veo el resplandor de una cascada congelada a nuestra derecha. Mi aliento dibuja nubes gruesas mientras intento seguirlos... y luego mis pies se topan con un saliente rocoso debajo de las rafagas de nieve. Con un grito, caigo de cara a la nieve. Acumulaciones de hielo me muerden la piel, las gotas derretidas caen por los laterales de mi bufanda. Con una mueca de dolor, me pongo de rodillas y comienzo a quitarme la nieve del rostro y el pelo cuando percibo movimiento detras de mi. Una voz, liviana como una pluma, pero tan profunda como los huesos de los dioses y los terremotos, aparece en el viento. Te he encontrado. Algo frio que nada tiene que ver con la nieve rueda sobre mi columna. En un instante, su rostro aparece en mi mente. Cuernos marcados, decorados con oro, puntas afiladas como cuchillos. Un rostro delgado y apuesto, facciones bovinas mezcladas inmaculadamente con la forma humana. Una sonrisa arrogante y satisfecha. Y esos ojos... sus iris de ese azul artico limpio y transparente que recuerdo sentir como me atravesaban incluso ahora. Mas de dos semanas desde aquella noche, desde el instante en que hundi una daga en lo profundo de su garganta y le quite la vida. El Rey Demonio. Te he encontrado. Agazapada en la nieve, me giro con mi cuchillo en alto entre mis dedos temblorosos, mi corazon late con fuerza contra mis costillas. Pero el bosque esta vacio. Los arboles se yerguen altos, como centinelas silenciosos en medio de la escarcha. La sangre me sube a los oidos. Miro de nuevo en todas direcciones, los escalofrios aun recorren mis brazos y mi nuca a causa de esa voz. Habia parecido tan real. Tan cercana. Cuando me pongo de pie para continuar siguiendo a Nitta y a Bo, no hay rastro de ellos. Estoy sola. Luego, contengo el aliento. Porque, tal vez, no lo estoy. Aunque es imposible que haya oido las palabras del rey, el movimiento que he percibido y la sensacion de que alguien nos observa pueden deberse a que nos estan siguiendo. No es el fantasma del rey muerto, sino uno de sus soldados o guardias de elite. Por ese motivo Wren y los otros me han prohibido salir del templo todo este tiempo. Sabemos que es solo cuestion de tiempo hasta que nos encuentren, si es que aun no lo han hecho. Han pasado mas de dos semanas desde el ataque en el palacio la noche del Baile de la Luna. Mas que tiempo suficiente para que ellos nos hayan rastreado, incluso hasta nuestra ubicacion remota aqui, en las montanas del norte. Mas que tiempo suficiente para esperar fuera del templo, donde nos hemos escondido con magia protectora. Para esperar hasta que partamos a nuestro proximo destino, o hasta que yo me vuelva estupida y lo bastante imprudente para desobedecer la orden de permanecer oculta. Exactamente lo que he hecho hoy. Una alarma cobra vida en mi cabeza y en el mismo momento mas movimiento (real esta vez, junto a jadeos y el crujir de la nieve rota) aparece delante, en lo alto de la colina. --!Lei! --El grito de Nitta atraviesa la tormenta de nieve, agudo por el panico--. !Corre! Justo en el momento en el que una silueta descomunal salta en mi camino y emite un rugido que me hiela la sangre.

  • Una visita inesperada de Juani Hernandez

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    Con el final de Cada vez que te beso, pudimos disfrutar de la emocionante declaracion de Raul a Diana en aquella entrega de premios en la que fue galardonado, y meses despues, asistimos a la preciosa ceremonia en la que no solo contrajo matrimonio la pareja, sino que tambien se casaron Angel y Sofia, un sueno hecho realidad tras tantos anos separados. Pero ?que ocurrio en el transcurso de esos meses? Vamos a echar un vistazo a un dia cualquiera de sus vidas --o no tan cualquiera, al fin y al cabo-- y veamos como les va a nuestros chicos de Extrarradio. ?Seguiran siendo la banda de rock exitosa tal y como todos esperaban? ?Como lidiaran las chicas con la fama de sus parejas sin trastocar su dia a dia? ?Habra quedado su pasado definitivamente atras? Descubrelo en Una visita inesperada, una serie de relatos que todos los fans de XTRD, sin duda, disfrutaran.

  • El Maestro Del Desastre de Samuel Sanaga

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    Perverso. La idea salio como le salen las ideas a todo gentio: por una minuscula probada, como se lo incito ella al entregarse al sendero de las hormonas. Ella, un cuerpo helado por la incertidumbre que le calaba las entranas, encorvada entre esos brazos como un nino pequeno. El, sudando frio, su piel palida, sus ojos enfermizos y vivaces arriba de orificios diminutos, sentia golpecitos en el pecho de adentro hacia fuera, y el darse cuenta de eso le inquietaba mas. La sentia liviana, porque no era la primera vez que la tomaba en sus brazos. Iba a trote, con el temor de escuchar el sonido de otros zapatos que los suyos en medio del silencio criptico. Llego a una esquina solitaria; al frente, a diez pasos, un muro de ladrillos viejos. Giro a la izquierda, fue estirando las piernas cuesta abajo. La humedad ya se sentia debajo de ese tremendo abrigo y tambien debajo de la capucha, una hilacha de liquido corria por la sien. ?Tan poquito has caminado y ya sudas? De tranco en tranco manoseaba la pierna de la chica, y evocaba movimientos frondosos de glorias bajo sabanas; pero las luces de los postes, uno en cada veinte pasos, imponian entornos amarillentos, hepaticos, en la pista de cerro muerto por la que se desplaza, que parecia aumentar de longitud con cada pisada. La adrenalina de hacer lo que hacia le permitia concentrarse mas en las hileras de casas mudas a la izquierda, y el muro de la derecha del estadio la Bombonera, que continuaba hasta terminar la ultima esquina del bullanguero 15 de Enero. El tipo desconocia el aire que deambulaba; por mas que vivio casi toda su vida en Lima, la frialdad era inusual, parecia penetrar desde los resquicios descubiertos de las ventanas oscuras, entre las lenguetas de tierra laterales a las veredas, le calaba la piel erosionada en puntos como gallina, hasta la punta de los mas reconditos bellos de su pulverizada conciencia. ?O es frio o eres tu el que tiembla tanto? Era precisamente la conciencia la que le estaba jugando una mala pasada. Miro al cielo vacio, Hasta la luna no quiere ser testigo de lo que hare hoy. Por la izquierda, a unos cuantos pasos, un gran grupo de piedras de cemento, desmonte de alguna casa remodelandose, quiza la que seguia. Al otro lado a medio metro debajo de la vista, una cabeza pequena, un par de ojos asustadizos, la criatura escualida denoto su olfato con un sonido, rompio el silencio de la madrugada comenzando a ladrar, el sujeto carajeo bajito y maldijo, se alejaba para prevenir muelas sucias en la piel. Sintio cerca del pie una roca de tamano regular y quiso saltarla, uno de los bordes le rasguno un tobillo, el cuerpo de la chica se le vencio al mar de piedras, el cayo apoyado en sus manos arriba de ella como si la protegiera, en posicion de cuadrupedo. Quedo perplejo un instante observandola, Gerald giro un tanto la cabeza, una roca le elevaba por su lado occipital. El tipo sintio dolor ajeno, se reprochaba, !Como llegue a este punto! Se levanto sintiendo hinchazon en las palmas de las manos. Alargando los brazos, quiso recogerla mientras los ladridos lo aturdian; puteo al perro, cogio una piedra y le asesto en pleno pescuezo. Sus ladridos se opacaron y se alejaron al igual que su silueta a la luz de un poste, al profesor le quedo en la cabeza el sonido de la piedra impactando esa piel. Recogio a la adolescente en sus brazos y reanudo la corrida. Su mente maquinaba forzosa, por querer callar la conciencia que brotaba; recuerda ocasiones entretejidas en telaranas, una sobre otra, cuando la perforaba con gusto y todo, sus movimientos, sus melodiosos gemidos bajo su cuerpo, sus temblores, las canciones que canturreaban luego de la accion en un limbo de oscuridad total, juntitos, endiablados, en medio de cuatro estrechas paredes. Quiso recordar mas, pero un sentimiento le golpeo el foco de su atencion; empezo a ralentizar sus pasos. A solo unos cuantos metros de la ultima esquina, el profesor dejo de correr. Quedo inerte un instante, mirando al suelo. Su memoria opera: la vez que se pasearon el parque de La Reserva, el la empujo hacia uno de los chorros que formaban arcos acuaticos cubriendo sus cabezas, emocionados con los reflectores de luz, ambos metiendo las manos en los arcos para lanzarse el agua como ninos; Tambien vino la vez en que ella se asomo al salon del primero C mientras el espectaba desde el pupitre a los uniformados haciendo tareas, se acerco y le dejo en las manos un poema que le habia compuesto, cuyas letras manejadas de su mano, le hicieron sentir un sabor a madurez y verano mezcladas en un solo cuerpo, y no pudo despedirse de el mas que con una estrechada de manos por miedo a que los chiquillos de primero vieran cosas imprudentes; Finalmente le vino a la cabeza la ocasion en que, sentados en un banco de madera labrada, apreciando un grupito de ninos dando vueltas en el centro de una alameda, ella le apreto las mejillas con dulzura como nunca sintio que se lo habia hecho mujer, mirandole a los ojos y susurrando: Te amo. La letra de una cancion de Grupo 5 pasaba por su mente, ?Por que tengo ahora estos recuerdos tan triviales? Todas esas imagenes, siempre con una Gerald sonriente, pudica, le hicieron analizar en como el amorio desequilibrado que vivieron los llevo a perder toda pulcritud; Tanto horror, tanta inconciencia, tanto condenado. Por fin bajo el rostro para verla: la muchacha tenia los parpados cerrados, tan dulce se veia con la carita blanca apegada a su pecho, silenciosa, drogada. Empezo a dudar; con todos los pensamientos de arrepentimiento y empatia que le apesadumbraban, deseaba hacerle algun bien y dejar de pensar --por lo menos por unas horas-- en si mismo y en su hambre de venganza, y la depresion de no volver a sentir -- ?Que cosa?-- el ocio, los bailes, las canciones, sus rodillas, sus muslos, su… !Ya! Carajo, ya se habia invertido mucho tiempo como para pensar en tirar la toalla justo ahora, en la penultima etapa. Aquella voz estridente le persuadio a seguir. Dio tres pasos agigantados. Freno de nuevo, los brazos, las piernas y el torso entero llevaban un temblorcillo que aumenta mientras mas piensa. Miro al frente, la calle despejada. Volvio a avanzar, cruzo el umbral de la reja en la que terminaba el barrio quincineriano, giro en diagonal a la izquierda donde lo esperaba el carro azul, al costado de un terreno baldosado y con cesped, con ciertos banquitos de concreto. Abrio la puerta trasera y acomodo a la chica durmiente en los asientos. Gira la vista, observa el tramo de la pista que va en subida, Tanto me he demorado en esa poca calle. Dejo a la adolescente con el cuerpo estirado y cerro la puerta. Acerco la muneca izquierda y apreto el boton de la luz. Eran las tres. Froto las palmas de las manos por los ojos y parte del rostro. La observaba recostada sobre su lado izquierdo. La piyama solo consistia en una camiseta rosada y un pantaloncillo plomo y delgado, y penso nuevamente en que Esto pudo haber terminado mejor. Giro la vista a la derecha, un misero pedazo de cesped del terreno baldosado. Sacudio la cabeza y las manos para darse valor. Entro al vehiculo y giro la llave. Tremulo, arranco a gran velocidad. II --Claro que esos sentimientos llegan cuando estas mas hundido, para terminar de fregarte --Ricardo hablaba senalando hacia abajo con la vista. Tenia apariencia trasojada, como si no hubiera dormido la noche anterior. Gerald cruzo los brazos sobre la carpeta. --Ya hasta hablas como filosofo... o, mejor dicho, pretendes hacerlo --respondio. --Tu no tienes enamorado, ?no, Gerald? --Stefany pregunta, dejo de maniobrar el lapicero azul y manoseo su barbilla. --No. --Geraldine es una intelectual, cualquier mequetrefe no estara a su altura --afirmo Ricardo palmeando la carpeta y sonriendo. Gerald permanecio seria. --No es que sea sobrada, simplemente no me da la gana. --Lo que pasa es que eres un poco alzada, Gerald, no lo niegues --dijo el companero bromeando; abajo de su barbilla, se lucia el lapicero al lado de una letra mayuscula escrita en el cuaderno. Lo tomo, observo su cobertura negra. --Que no soy alzada. --Si lo eres, se te nota en los ojos. --Eres mal educado --reprendio Stefany--, no sabes expresarte con amabilidad a una chica. --Soy directo, mujer. --Te apuesto que nunca tuviste enamorada. Gerald oprimio la punta con tinta haciendo el punto final al parrafo. Dejo caer al lapicero sobre el cuaderno. --?Tu crees en el amor? --Stefany le hablo apoyando la cara sobre sus manos. --Yo creo que ese... ese manojo de emociones... florece... en la juventud. Stefany junto los parpados. --Oye, ?que te has fumado? --Nada que te importe. --No necesitas decir cosas elegantes a cada rato. Gerald apoyo la nuca en sus manos, mirando hacia el techo. Los amorios no la preocupaban, preferia pensar en su ninez, ?Te acuerdas? Tu cabello era olitas diminutas, y tu mentecilla se preocupaba en juegos libres, caricias, ganarles las canicas a los ninos, los malditos ponies que nunca te compraron, en vez de preocuparte en rellenar cuadernos, presentar tareas ineficaces, escuchar a tus companeros hablar estupidez y media. Ella baja la vista para observarlos: sus palabras son ausentes a sus meditaciones, dos ojos masculinos hundidos arriba de pomulos redondos, casi una senal de depresion, una voz dulce; la companera de al lado, robustita, lentuda, intercambiaba palabras como no lo hacia con muchos. Los uniformados de todo el sitio se prestaban a socializar; el profesor, estrabico de sus actividades, sentado en su pupitre, ojeaba un cuaderno y una hoja se caia para un lado, tenia cuadraditos rellenos de numeros diminutos, y Gerald se preguntaba de que color eran esas notas, Mas rojas que azules, de seguro. Giro la cabeza a la izquierda y miro a los demas; unos copiando la tarea de la pizarra, otros, tan ajenos al texto, intercambiaban frases y abrian grande la boca, tan profunda como un tunel, y los ojos, como si no pareciese que se estan riendo de lo sucia que esta la falda de una companera, otro se burla senalando al alumno que apoyaba la cabeza y los brazos sobre la carpeta, muerto en suenos, delante de ella. Dejo caer los brazos a los costados. Nunca hizo falta las presiones atolondradas ni los castigos risibles de ineficaces padres para que mantuvieras buena posicion en los puntajes ?no, Gerald? Eres de las muchachas que poco se encuentra, y que poco se conoce, y con el soporte social de conversar con muchos y amistarte solo con algunos cuantos. En sus pensamientos mas comunes idealizaba que nadie podia negar lo atractivo y lo presentable de su fisionomia, un par de ventanas cristalinas con dos pelotitas negras brillosas, con apariencia de piedad, y en medio una nariz regular y lisa, como la tez blanca. De lejos, parecia que su rostro llevara una forma casi redonda, pero su mirada era de las que pronosticaban a la primera impresion un gesto de pureza, armoniosa con la personalidad esbelta que demostraba. Se acordo del consejo de alguien, que solo le hacia falta lentes para combinar lindura e intelectualidad, pero ella aborrecia la idea. "Las personas que usan lentes son muy intelectuales". Gerald puso las cejas pesadas, ella conocio a personas de erudicion que no necesitaron mejorar la apariencia con un par de vidrios, y lo confirmo al mirar a la derecha, en el grupo de cuatro carpetas mas cercano a la puerta, El Duro lanzaba a sus companeros repulsivas babosadas y mentadas de madre, llevaba puesto un par de ojos adicionales como apariencia de "intelecto"; tambien giro al sentido contrario para divisar, en el otro grupo, a la companera que hoy se puso en la vista un par de lunas con monturas rosadas y pensaba lo mismo que sus companeras le decian: "Se te ve lindo", "Te asienta". Gerald la miro bien, !?te asienta?! No pudo evitar que salga un sonido risueno. --Tonta-- el pensamiento salio literalmente de su boca. Miro a su costado, Stefany escribia concentrada, no la escucho, parece. Volvio a poner las manos tras la nuca, relajandola. Ricardo ha levantado la vista para verla. Ella percibe a su companero por el rabillo del ojo, se formula la duda si le esta viendo los pechos o si esta mirando hacia otra direccion. Dirigio el iris hacia el, el muchacho bajo la mirada al cuaderno donde transcribia. --Se ve que escribes muy rapido, Gerald. --Ella ha devuelto la vista al techo. --Asi es. A dos carpetas de distancia, Jorge, un palillo alagado, torcido, con la piel de un matiz oscuro, la miraba de reojo a su izquierda. Jugaba con un D.N. I. ajeno en una mano, leia el apellido Castillo. --Maldita --susurro entre dientes. --Oye, tu si te pasas. --Aurelio se acomodaba el cordon amarillo que se le caia del hombro. Estaba riendo. --De que cosa. --Angello le miraba con ojos vivos. --Lo de hacer una de esas jugadas. Pero seria bacan, ?no? --Si, pues, tenemos que hacerlo. --Verdad, la profesora de historia dejo tarea ?no? --dije yo. --Creo que si --dijo Aurelio, y siguio el tema-; pero no hay maestro mas jodido que Paul. ?Te contaron lo que hizo en el bano? --En el bano pasa de todo. Claro. --El tiene tino para eso. --Si, ?no?, ese huevon revento una rata-blanca en el water, ya te imaginaras como salio la aguita marron como volcan --dijo Angello, la risa se le salia atorada, y sus ojos se ponian mas chinos. Los tres saliamos del salon despues que la campana del recreo habia sonado, ya medio salon habia desaparecido. Nos ibamos al bano. --A mi me han contado que dos anos antes, uno de quinto se grabo cagando encima de una carpeta. --!Ja, ja, ja! --Y fue en el salon donde estamos ahora. Yo los escuchaba casi sin hablar mucho, el pasillo no tenia mucha gente que estorbaba el paso, hasta llegar a donde queriamos. El bano tenia una reja nueva, observamos las losetas limpias y celestinas del lavadero de un lado, antes eran de un color blanco falso, porque parecian con manchas amarillentas de tanto uso. Cuando entramos los cuadritos de losa estaban tan nuevos que hasta reflejaban las caras. Se veian mejor a comparacion de antes, cuando los banos de los hombres estaban en el segundo piso y no habia ni puerta, un marco de fierros oxidados rodeaba la entrada, y algunos de los bloques donde estaban los inodoros no tenian ni puerta. --Me gustaria hacer algo mejor que eso --dijo Angello mientras se acercaba a una puertilla y la abrio. --!Oigan, oigan, miren aqui! Angello ?Te refieres a esto? --Aurelio senalaba el inodoro y nos acercamos a mirar. Al fondo de la tasa en medio de la aguita repugnante, habia un DNI enmicado y con la cara de una chica en la parte frontal. Rieron mas fuerte que antes. --Ella no es.... --No jodas. --Ella no es... --!Esa es Gerald! alaaa, esto es literalmente la prediccion del futuro --dijo Angello. --Pues, si sigue siendo como es --dijo Aurelio. --?Como "es"? --dije yo. --!Ah, perdon, Ricardo! no debi decirlo contigo aqui. --Aurelio me tocaba de un hombro y luego se tapaba la sonrisa con la mano. En el recreo, ha llevado una silla cerca a la puerta, y sentada, observaba el desfile desorganizado de jovenes de todas las clases y tamanos, y le distraen de sus pensamientos dos criaturas enanas que parecian saltar delante suyo a toda prisa como crias de chivo. Los nuevos que entraron a secundaria siguen pareciendo ninos, ?no?, y que feo, Gerald, estos mocosos parecen ser mas vivos de lo que eramos el C en primero. Por andar correteando casi le arrancan los audifonos que estan colgando del cierre de su casaca, que reproducen una cancion a bajo volumen. Se los pone a los oidos. Entrelazadas como canasta, dos de sus companeras van tomadas del brazo al quiosco, igualitas como la mayoria del colegio: las vastas de las faldas cuatro dedos mas subidas de la rodilla, los cuellos de la camisa sin abotonar, bordeadas por una especie de culebras oscuras y largas, y los monos que no estan detras de la cabeza sino arriba en la coronilla, deformes, informales, sujetos con un cole de distintos colores, ?De donde salio esa moda tan lacra? Quiza nunca lo sepas, Gerald; para ti las vacaciones ya terminaron, fueron dos semanas pequenisimas, solo una interrupcion a diez meses de rutinarias ensenanzas, un pequeno viajecito a provincia, para visitar a los primos, unas cuantas vueltas a la Lima jodida, y de vuelta seis horas y media adentro de esta cazuela pintada de azul, casi todos los dias, acompanada de chibolos excentricos y estrabicos que se creen de lo mejor, aunque para algunos de ellos, las vacaciones nunca terminan. El timbre ha sonado y ella prefirio meterse sin comprarse algo para el estomago. El recreo duro veinte minutos y hacia falta cinco para que todas las cabezas dejen de chapar en los sitios oscuros, los hombres dejen la pelota y todo el mundo se encuentre en el aula. Los del quinto C entran mas despacio, porque parece que el profesor de fisica no llega todavia. --Y eso que el es puntual --ha dicho Saltachin--. Hoy toca fisica ?no? --?Ya no te acuerdas? --le dijo El Duro-- Mejor si no viene. Ambos estiran las piernas por el pasillo, se alejan del salon, pero grande es su sorpresa al ver llegar a una mujer de contextura regular, de cabello corto color rubio artificial, y usando un par de ojos adicionales con monturas doradas y redondas como un reloj de pendulo. --Mierda, alla esta Elia. --Ah, que pesada.

  • Candela de Juan Del Val

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