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    Llega a Espana uno de los fenomenos editoriales en no ficcion del 2010.

  • Resumen. La Sorprendente Verdad sobre qué nos Motiva.

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    Con anterioridad a este libro Pink escribió "Una nueva mente", obra en la que ahondaba en la división de tareas entre el hemisferio izquierdo (lo lógico, lo ...

  • LA SORPRENDENTE VERDAD SOBRE QUE NOS MOTIVA

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  • Volver a nacer de Elizabeth Bermudez

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    Cuando el dueno de la cadena de television privada mas importante del pais, Sebastian Quiroga, descubre que su nieta no murio al nacer, tiene casi veinticinco anos y esta en peligro, de inmediato traza un plan para salvarle la vida.
    Elena ignora quien es realmente y lo que ocurre a su alrededor. Vive alejada en un pequeno pueblo en la sierra de Huelva, Aracena, con las personas que cree que son sus verdaderos padres.
    Martin Quiroga le debe todo lo que es a la persona que lo adopto cuando tenia doce anos, Sebastian, el abuelo de Elena. Por ello, cuando su padre le pide algo que nadie mas puede hacer por el cedera sin remedio.

  • Mapamundi de Christophe Paul

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    Cuando Natalia le dice a su amiga Zi, que desde hace dos dias unos hombres estan vigilando su calle camuflados en un coche, los acontecimientos se precipitan. Escapan milagrosamente de un secuestro y huyen sin saber por que. Una huida hacia lo desconocido, en la que se mezclan un enigmatico mapamundi robado, la sombra del emperador Alejandro Magno y poderosos intereses…

  • Instrucciones para un funeral de David Means

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    En esta prodigiosa coleccion de cuentos -unas narraciones intrincadas, fascinantes, profundamente poeticas y emotivas que confirman a su autor como uno de los mejores escritores de su pais-, Means reflexiona sobre el adulterio, la paternidad, las amistades traicionadas, el odio de clase, la adiccion, la soledad y el desamparo en todas sus esquivas mutaciones, y lo hace con hondura y originalidad, con ingenio y sabiduria, con una mezcla marca de la casa de concision y hechizo, de elegia, existencialismo y perfeccionismo formal.

  • Hueles a lluvia de Dona Ter

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    Agotada. Felizmente agotada. Asi se sentia Chloe cuando salio del edificio donde habia pasado el dia trabajando. Reunion tras reunion. Era lo que menos le gustaba, ella preferia el trabajo de campo, de laboratorio para ser mas exactos; el resto era pura obligacion que siempre esperaba hasta el ultimo momento para hacerla. Lo suyo eran las esencias, la burocracia no le inspiraba nada. Saco el telefono y se puso a revisar los mensajes y llamadas, solo levanto la cabeza para fijarse en que habia un taxi parado frente a ella. Abrio la puerta y se subio en el. Estaba tan despistada, algo que su madre le recriminaba desde nina, que ni se dio cuenta que el taxista no espero a tener un destino para perderse entre las callejuelas de la ciudad. Otro problema que su progenitora le recordaba continuamente, dejarse llevar y no ser consciente de lo que pasaba a su alrededor. Cerca de ella, una melodia distorsionada, y bastante mal afinada, la hizo reaccionar. --Perdone, pero no recuerdo haberle dicho a donde quiero ir --advirtio Chloe al volver a la realidad pero sin despegar los ojos del telefono. Estaban parados en un semaforo, y a pesar de la llovizna, un ciclista estaba parado junto a ella apoyandose en el cristal y canturreando una cancion. Le parecio que era un villancico, un aviso en forma de cancion de la epoca en la que estaban. No habia mas hojas en el calendario, otro ano mas que pasaba, pero ese habia sido tan especial que aun le costaba reaccionar y asimilar todo lo ocurrido. --Lo se, pero se donde llevarla. Esa voz eclipso a Chloe, sin ser consciente, sus labios esbozaron una sonrisa, cerro los ojos y su mente se perdio en los recuerdos. Dos anos antes. Nervioso y loco. Sobre todo un "loco chiflado" es lo que se repetia una y otra vez Paul, sentado en su taxi esperando en la calle frente a un hotel. En lugar de aprovechar el mal tiempo que hacia aquel domingo por la tarde de mediados de marzo en Paris y hacer algo de dinero, sobre todo llevando a turistas que no querian mojarse, el habia decido esperar alli sentado. Creia en las casualidades, pero tambien que a veces hay que provocar la situacion para que ocurran. Por eso estaba alli, "esperando" su oportunidad. El amor incita a hacer locuras, eso todo el mundo lo sabia, fueran, o no, creyentes de Cupido; ademas estaba en la Ciudad del Amor, ?que se podia esperar? Que ocurriera, era solo cuestion de tiempo y parecia que habia llegado su momento. Tentado estuvo, pero aun no lo habia hecho, de llamar a su hermana Marion y contarselo. Ella, que con sus veinte anos era un romantica de libro, ella que creia ver amor, miradas dilatadas, almas de colores buscando su gemela en cada hombre que se cruzaba, estaria entusiasmada de que por fin el hubiera sucumbido. Refunfuno para si mismo, pero una sonrisa ladeada escapo de sus labios. Si hasta se habia puesto una camisa, que habia planchado instantes antes de salir de casa, lo nunca visto. El que era de camisetas con todo tipo de logos y colores, el de tejanos y zapatillas, el que lo de afeitarse era algo semanal y no ir a cortarse el pelo hasta que no le tapaba los ojos... se miro en el espejo del retrovisor como si con ese gesto pudiera ver algo que no hubiera visto en los ultimos veintiseis anos... Sabia que no era feo, pero tampoco un hombre irresistible. Era alto y delgado, pero no porque se privara ni machacara su cuerpo en gimnasio, habia nacido asi. Moreno, ojos verdes, nariz un poco aguilena, cara cuadrada, labios gruesos... nada resaltable, un conjunto de lo mas banal. Marion siempre le recordaba que no esperara que las chicas se le tiraran encima a la primera, "tu tienes "charme" ese encanto para seducirlas cuando te conocen, y esa es tu arma, porque luego no querran soltarte". <>, se repetia Paul, pero la sobrecarga adrenalina que llevaba desde el viernes le hacia sentir de algun modo mas vivo y con ganas de seguir esa aventura. Todo habia empezado el viernes noche cuando sobre las ocho habia acompanado a una chica desde la estacion de Montparnasse hasta su hotel en la zona de le Marais. La gente no presta atencion a lo que dice en un taxi, hablan por telefono como si estuvieran solos, detalles que frente a un desconocido nunca se les ocurriria hablar, alli dentro, parecian olvidarlo. Habia escuchado de todo, cerrar temas espinosos de contratos, citas clandestinas, peleas, palabras de amor, donde esconder las llaves o hasta la clave de ordenador de oficina... Todo ello era lo que habia llevado a escoger ese trabajo. Paul tenia una libreta siempre a mano, donde iba apuntando algunas frases, anecdotas. La inspiracion nunca sabia por donde podia aparecer. Y la chica de aquel viernes era todo un enigma. Habia algo en aquella mujer que cada vez que pensaba en ella le era imposible no suspirar como un adolescente. Desde que se subio al coche y la vio deshacerse el panuelo que llevaba en el cuello, sus ojos se habian quedado prendados por la sonrisa que ella le ofrecio al darle la direccion del hotel. El telefono de la pasajera sono y Paul se obligo a mirar hacia delante y hacer su trabajo. Con mas interes que otras veces, presto atencion a todo lo que ella decia mientras contestaba la llamada. Era una tal Annette, pronto entendio que era una amiga. En un viaje de media hora escasa, sabia que sus abuelos se habian ido a Benidorm en busca del sol y le habian dejado a ella a Coco, un loro parlanchin que tenia prediccion por Edith Piaff y desde entonces en casa solo se oia a la reina de la musette [1]francesa. Que esa misma manana se habia peleado con el que imaginaba era su novio, un tal Rene, el habia esperado hasta el ultimo momento para decirle que no la acompanaba en su viaje a Paris, y ella, harta de harta de tanta discusion, habia decidido poner fin y con palabras texturales "ir sin equipaje a la ciudad del amor". Y alli estaba el ahora, apurando el segundo cafe, ya frio de aquella tarde. Un paquete de galletas ya vacio tirado sin miramientos sobre el asiento del copiloto, junto a una libreta... y la musica de la radio sonando bajito para que no le impidiera pensar y afectara a sus frescos recuerdos. En la conversacion le recordo a Annette la hora exacta de llegada para que la fuera a buscar a la estacion, las nueve y treinta y seis minutos. Eso, junto el comentario "al pasar por Poitiers he saludado con la mano como me dijiste, aunque dudo que tu madre me viera" y algo sobre una patisserie [2] llamada David y sus famosos eclairs que no tenian nada que envidiar a las conocidas pastelerias parisinas eran las pistas que aquella noche utilizo Paul en su casa para descubrir de donde era la chica y a que hora salia su tren. "!Burdeos, te encontre!, Grito feliz." Cuando la vio salir, el corazon le empezo a bombear con rapidez, igual que un sabueso detras del maldito hueso de plastico, levanto los brazos en senal de victoria, ni que hubiera ganado la Champions. Se planteo hasta cambiar de oficio. No se le daba tan mal ser espia. Puso la luz en verde y se acerco a ella. Verla de nuevo fue una confirmacion que la espera habia valido la pena. No sabia como describirla, el era un hombre, solo llegaba a decir que llevaba el mismo chaqueton rojo y los zapatos de tacon del mismo color del viernes. Solo se le ocurrian palabras como elegante, sensual, preciosa. Siguio con precision cada paso de ella, el bamboleo sensual que hacia al caminar hacia el, completamente ignorante de los ojos hambrientos con los que Paul la observaba. Se bajo de un salto y abrio el maletero para guardar el pequeno equipaje que ella llevaba. --A la estacion de Montparnasse, por favor --dijo Chloe antes de resguardarse en el interior, se la quedo mirando absorto aun pensando en la suerte que habia tenido. Vale que el habia ayudado un poco a que se diera "esa" casualidad, ya que llevaba mas de dos horas frente a aquel hotel esperando que ella saliera, pero habia merecido la pena. Se sento y se dio cuenta de lo nervioso que estaba, hasta le temblaba una poco la mano cuando la puso en el cambio de marchas y emprendio el camino. --Maldita ciudad, estoy empapada --dijo buscando algo en el bolso. El sin anadir nada le entrego una caja de panuelos. No podia apartar los ojos de ella, estaba preciosa asi despeinada, mojada. No era la primera vez que alguna mujer aprovechaba el trayecto para maquillarse, pero para Paul, verla secarse la cara, peinarse un poco con los dedos y como remate sacar un pintalabios del bolso y pintarse los labios fue lo mas sensual que habia visto nunca, tanto como para sentarse mas erguido y recolocarse la camisa tirando de ella hacia abajo. Era preciosa, sexi. Media melena morena y algo ondulada que envolvia una cara pequena en forma de corazon, lo que mas resaltaba era sus ojos. Una mirada verde marina, grande, limpia, atrayente. El taxista no podia apartar los ojos de aquellos labios ahora rojos pasion, pasion que despertaba en el aquella boca de pinon. Sin hacer referencia a un cuerpo menudo pero con unas marcadas curvas que le hicieron hervir la sangre. Ella, ajena a los pensamientos de el, habia perdido la vista en la ciudad que un cristal cubierto de lluvia dejaba entrever. --Espero que no vaya con el tiempo justo, entre que es domingo por la noche y la lluvia esto es un caos. --No, lo imaginaba y voy con margen. Ademas el viaje ha resultado nefasto. --?No le ha gustado Paris? --pregunto el, feliz de poder empezar a hablar con ella, nada le apetecia mas. --La ciudad es preciosa pero me voy con las manos vacias. --?Venia con el o pensaba encontrarlo aqui? --No sabia porque le habia preguntado eso, pero queria saber todo de ella. --?El que? --inquirio ella sin entenderle. --El amor. --Era un tema de recurso para un taxista de Paris. --?Perdon? --dijo y antes de que pudiera contestarle le dejo claro que si que habia entendido-- No, se confunde. --?Y entonces a que ha venido? --insistio. Levanto un poco la vista, lo suficiente para verla a traves del retrovisor, parecia molesta y eso lo inquieto. --Por lo que se ve a darle conversacion a un taxista --contesto sin pensar. Una vez dicho se dio cuenta de lo mal que habia sonado y lo poco educado de la misma. Tanta espera tenia que valer para algo mas... aunque tenia que reconocer que le gustaba que no se lo pusiera facil. <> se dijo Paul. --Perdone, solo intentaba hacer mas ameno el viaje --se justifico... pensando en que decir para seguir pudiendo hablar con ella. Pero nada se le ocurria. --He venido buscando un olor --le informo Chloe al cabo de unos minutos. --Un olor... ?en la ciudad? --Estaba sorprendido. --Soy, o mejor dicho, quiero ser perfumista. Acabo de terminar Ciencias Quimicas y para entrar en Givaudan, la mejor escuela del mundo de perfumistas, tengo que dar con una excelente idea para la presentacion... --?Y que esperaba encontrar exactamente? Croissant, cafe, curry, especias, pis, y otros excrementos, humo, contaminacion... no veo yo donde esta esa inspiracion para un perfume... --Queria plasmar el olor del Paris nostalgico, el que todos los romanticos le venga a la memoria al pensar en la ciudad del amor. El Paris que inspiro a tantos artistas de la pluma como Hemingway, a los de pincel como Dali, a los de la alta costura... queria esa inspiracion... un perfume son emociones, son recuerdos...

  • Los hijos del fuego – Pedro Feijoo de Pedro Feijoo

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    En determinadas situaciones, la vida de una persona
    puede cambiar para siempre. Presenciar un asesinato
    es una de ellas.
    La Puerta del Sol es una fiesta. Entre risas, alboroto, en
    la plaza abarrotada de gente solo unos pocos conocen
    lo que esta a punto de suceder. Pero una cosa es segura:
    ninguno de los asistentes olvidara jamas esta tarde de
    domingo. Un disparo camuflado en el jaleo, el alcalde
    que se echa la mano al pecho antes de caer, y ahi esta,
    el comienzo de una investigacion que nos llevara dos
    siglos atras, persiguiendo las sombras del barrio viejo,
    escuchando los silencios de una ciudad llena de preguntas
    incomodas, calles de senales olvidadas, e ima-
    genes que no son lo que aparentan.
    Regresan los personajes de Los hijos del mar, la novela
    que dio a conocer a Pedro Feijoo, para enfrentarse a
    una de las intrigas mejor protegidas en la historia de la
    ciudad: la de su propia fundacion.
    Al fin y al cabo, los mejores secretos siempre son los
    que se ocultan ahi, en ese lugar a la vista de todos…

  • Cartas Quemadas de Angel Paudo Veloso

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    Mi abuelo hace mucho que nos dejo, tanto, que yo apenas recuerdo que alguna vez haya estado aqui. En mis escasos recuerdos, el siempre estaba triste, callado, ausente. Por eso, el dia que fallecio, todos lo vimos como un paso mas, no como la interrupcion de algo. Mi abuelo pasaba la mayor parte del dia en su despacho, siempre sentado en aquel mueble de caoba tan senorial. Cuando enfermo, la llave giro sobre la cerradura y aquel despacho quedo cerrado durante muchos anos sumido en la mas profunda oscuridad. Ahora que mi familia se planteaba vender la vieja casa, habia que abrir aquella habitacion y vaciarla, dando salida a todos los fantasmas tristes, callados y ausentes que alli debian habitar. Cuando la puerta se abrio, nadie queria entrar alli, ni siquiera mi abuela. Todos miraban hacia aquella oscuridad como si hubiese algo que ellos veian, pero que yo no podia imaginar. El polvo ocupaba cualquier minusculo espacio de aquella oscuridad infinita. Al final, fue mi abuela la primera que se decidio a entrar y cuando levanto las persianas, incluso a la luz le costaba introducirse en aquel espacio, buscando huecos entre las manchas de los cristales para iluminar la estancia. Mi abuela atraveso la puerta despacio, con cautela, como si tuviera miedo de pisar algun recuerdo que hubiese quedado olvidado en el suelo. Yo la observaba desde fuera sin atreverme a cruzar el umbral, era como un viaje al pasado, a un pasado demasiado oscuro, tras ella la puerta se cerro de nuevo. No tardo mucho en abandonar el despacho, apenas quince minutos. Cuando salio, lo hizo con una vieja caja de zapatos atada con un lazo raido, intente hablar con ella, curiosear que era aquello, pero estaba como ausente, mis palabras no llegaban a sus oidos, camino por el pasillo despacio, con la mirada perdida y, finalmente, entro en su habitacion y cerro la puerta suavemente, luego echo la llave. Mi abuela habia reaccionado de un modo extrano, encerrandose en su habitacion. Ella no era como mi abuelo, a ella le gustaban los cuartos abiertos, nunca antes habia echado la llave de su habitacion. Yo, preocupado, desde la ventana la observaba en silencio, agazapado, con la curiosidad del que ve, que las cosas cambian demasiado rapido e intenta asimilarlas a una velocidad normal, antes de que estas perdieran su sentido, mientras mi familia se desmoronaba rapidamente. A traves de la ventana, podia ver a mi abuela leyendo una montana de cartas que se amontonaban junto a un raido lazo rojo. Mi abuela leia y leia sin apartar la vista, de manera casi enfermiza, como quien ha entrado en un sitio del que ya no puede salir. Mientras ella leia, en la penumbra yo podia ver el reflejo de sus lagrimas descendiendo por sus mejillas. Cuando por fin termino de leer, con los ojos enrojecidos de tanto llorar, amontono las cartas en una papelera, se seco las lagrimas, encendio una cerrilla y les prendio fuego. Mi padre siempre decia que todos queremos dejar algo a nuestro paso por la tierra, pero no por cuestion de ego, en realidad es una necesidad o, mas bien, una obligacion que todo ser humano sentia a lo largo de su vida; y mi abuela le acababa de robar a mi abuelo todo eso en un instante, porque aquellas cartas eran su legado, lo unico que aquel hombre triste y callado habia dejado de su paso por este mundo. Eso y un colgante, con un extrano trozo de metal retorcido que siempre llevaba al cuello como su reliquia mas preciada. Tras las llamas vino el silencio, mi abuela se nego a responder a ninguna de nuestras preguntas sobre lo que alli ponia, sobre aquellas palabras que habian removido tanto en su interior como para hacerla reaccionar de una manera tan encendida. Por la noche me acerque a la papelera y entre los restos negros de papel carbonizado, apenas pude rescatar parte de la direccion de un remite, como unica prueba de que alli antes existieron letras, que formaron palabras, que formaron frases y que juntas cobraron tanto sentido que hicieron llorar a mi abuela desconsoladamente durante un dia entero. Yo, por mi parte, intente que me contase que ponia en aquellas cartas, que se abriera y se sincerase, necesitaba que compartiera conmigo aquello, lo unico interesante que habia aparecido en medio de todo el silencio que envolvia la vida de mi abuelo. Pero, de repente, no tenia nada que decir, parecia que habitaba ahora en el extrano lugar donde antes lo hacia mi abuelo. Era ella ahora la que no hablaba, la que observaba la vida pasar en silencio, ausente, con una mirada perdida. Todo esto provocaba aun mayor necesidad en mi de saber que era lo que habia ocurrido, que era lo que ponia en aquellas cartas y que extrano secreto habia dejado dos vidas en suspension de aquella manera. Mis abuelos siempre habian mantenido una relacion cordial, se querian, se respetaban, pero nunca vi ese algo especial que si observaba en la relacion de mis padres, practicamente, hasta que mi padre fallecio. En pocos anos, los cambios habian sido tantos y afectado a generaciones tan diferentes entre si, que quien podia calificar el comportamiento o las costumbres de una generacion que nada tenia que ver con la nuestra. En cualquier caso, mis abuelos siempre estuvieron juntos, se hacian compania y no se dejaban ni a sol ni a sombra, yo solo eche de menos entre ellos esa pasion que en mis padres desbordaba por todas partes. Yo habia perdido a mi padre por una enfermedad larga y agonica que fue acabando con el poco a poco y, realmente, tengo pocos recuerdos suyos fuera de la cama o alejado de su enfermedad. Ademas, su padre murio en la guerra. Esa era una de las razones por las que la guerra civil era un tema tabu para el, como si, por no hablar de las cosas, estas desaparecieran. La familia para nosotros era un gran conjunto de fantasmas sin ningun recuerdo ni ninguna historia a la que aferrarse. La abuela decia que el abuelo se rompio en la guerra y que no siempre fue un hombre triste y melancolico, el hombre que vino con ella a Alicante fue transformandose a lo largo del trayecto, de manera que el hombre que llego a Alicante nada tenia que ver con el hombre que salio del pueblo. Era como si con cada paso, con cada trecho recorrido, sus recuerdos y lo que el habia sido, se iban quedando alli en el barro, en cada pisada. Pero que hubo un tiempo, antes de que la gente empezase a dispararse unos a otros, en que cuando mi abuelo entraba a un sitio, ese sitio resplandecia, se iluminaba. Despues de lo de las cartas, le di muchas vueltas a todo, yo estaba pasando un extrano momento, una epoca mala, una epoca mala que duraba ya demasiado tiempo. Me habia dejado llevar y estaba completamente perdido, apatico y sin ganas de hacer nada, sin ilusion, sin ninguna meta, asi que me propuse averiguar lo que pudiera de aquellas cartas, a lo mejor asi, averiguaba algo de aquella familia de la que no sabia absolutamente nada. La mia. El domingo, unos dias despues de lo de las cartas, cogi una mochila, guarde en una bolsa de plastico el pequeno trozo del remite, algo de dinero y me subi sin pensarmelo demasiado en un autobus con direccion a Madrid a visitar a una amiga y a buscar un pedazo de la historia. La historia de mi familia, que al igual que la historia del pais durante aquellos anos, se escondia entre las sombras a buen recaudo, enterrada en una montana de remordimientos, rencores y pena, mucha pena. Antes de marcharme, busque entre las cosas de mi abuela y cogi uno de los pocos recuerdos que en la casa quedaban, quiza el unico. Sin contar aquel extrano colgante con un trozo de hierro retorcido, que, desde hacia ya tiempo, era mi posesion mas preciada. Aquel extrano colgante que mi abuelo antes de morir me colgo un dia al cuello, dedicandome una sonrisa, la unica que yo recuerdo haberle visto, pero sin explicarme nada. Asi de raro era mi abuelo. Como digo, cogi ese recuerdo, una foto de aquella epoca en blanco y negro castigada por el tiempo, por si me era de ayuda en mi busqueda. En la foto estaban mi abuelo, mi abuela y un grupo de personas desconocidas para mi, conectadas por sus cuerpos, buscando un lugar en el encuadre, compartiendo el espacio fotografiado con una sonrisa como del que no sabe lo que se le avecina. Estas fotos de antes y del periodo de entreguerras me producian miedo y nostalgia, parecen de una epoca tan lejana, en la que siempre intuyo una extrana felicidad y una mirada con un brillo especial, del que nada tiene y nada espera. Creo que hemos perdido algo necesario y muy importante en este tiempo, pero no se bien que es, solo se que, cuando veo fotos de aquella epoca, los rostros tienen un brillo especial que ahora soy incapaz de encontrar. Es como si, con el paso del tiempo, hubiesemos perdido nuestra razon de ser y ahora no supiesemos muy bien lo que queremos o lo que buscamos. Llegue a Madrid al atardecer, la sensacion al llegar a la ciudad en la que creci era siempre especial y dificil de explicar, una mezcla de nostalgia y de falso arrepentimiento de haberla cambiado por otra ciudad. Pero, sobre todo, me sentia importante, siempre paseaba altivo sintiendome alguien especial por sus calles, aunque era como si se pudiese oler que ya no pertenecia a ella, pero andaba por sus calles con la seguridad de alguien que sabe por donde pisa. Al mismo tiempo, mientras caminaba me sentia insignificante, dejaba de ser alguien, ese alguien que en las ciudades pequenas tenia nombre y apellido y era reconocido por todos, para integrarme en esa masa sin forma con multitud de individuos que vagaba de un sitio a otro sin fijar su mirada en nada ni en nadie. Esa masa donde la singularidad perdia todo su sentido, una autentica contradiccion, como todo lo que esta ciudad me hacia sentir. La casa de Eva estaba en pleno barrio de Malasana, uno de los barrios mas antiguos y autenticos de Madrid. Tenia el encanto de las viejas construcciones de principio de siglo, una corrala donde el cuarto de bano estaba fuera de la casa, aunque varios de los estudios que se habian creado en las antiguas viviendas ya reformadas, disponian de cuarto de bano en su interior. Pero esto te recordaba como habian cambiado las cosas en poco tiempo y esos patios exteriores ahora vacios, te hacian pensar en la vida que antes debian tener en su interior, donde todos sus vecinos se conocian y no se esquivaban unos a otros como hacen hoy en dia y era facil imaginar a toda aquella gente relacionandose y hablando en esa zona donde ahora no habia vida ninguna y donde reinaba el silencio mas absoluto. Eva tardo bien poco en encontrar una direccion y el nombre del pueblo en aquel pequeno trozo de papel casi vacio, con apenas unas letras. Le resulto muy facil, tan solo tuvo que hacer un filtrado en internet y unas cuantas busquedas en Google Maps. Apenas tardo una hora en conseguir algo que yo podia haber tardado toda una vida en averiguar. "Masegoso del Tajuna" en Guadalajara era el sitio elegido, el pueblo al que debia ir a buscar las raices sobre las que descansaba el futuro incierto de mi familia, a punto de ser talado por los rapidos golpes certeros del destino. Es curioso como un pueblo completamente desconocido para mi, con un nombre que me sonaba tan extrano, habia marcado el principio y el final de mi familia. Un pueblo donde descubriria con el tiempo que mi apellido era compartido por gran parte de los aldeanos. Que mis ancestros habian corrido por aquellas callejas y vivido durante decadas en un sitio que para mi era completamente desconocido. Aquel sitio, que no significaba nada para mi, era el sitio donde descansaba toda la historia de mi familia, una clara muestra de que todo lo importante en la vida, queda sepultado por el tiempo. El ?De donde venimos? y el ?A donde vamos? ahora cobraba un nuevo sentido y una de las dos preguntas al final quedaba respondida y quien sabe si quiza la segunda a raiz de este viaje tambien quedase respondida. Porque a veces las respuestas como las desgracias vienen todas de golpe sin saber si quiera si estamos preparados para ellas. Sin mas dilacion, le dije a Eva que al dia siguiente por la manana saldria para Masegoso. Yo no era una persona paciente y una vez sabido el nombre del pueblo no tenia sentido que siguiera en aquella casa, no debia perder mas tiempo en Madrid. Ademas, la situacion con Eva se habia convertido en algo un poco raro e incomodo. Es increible como se puede querer y compartir tanto con una persona y, con solo estar un par de anos separados, ser ahora los dos tan distintos, como dos extranos que buscan a la otra mitad que dejaron, siempre en el sitio equivocado y que echan mano a recuerdos de un pasado tan cercano como lejana esta ahora la quimica que antes habia. Era como, si desde el momento de nuestra separacion, cada uno hubiera tomado el camino mas alejado del que habiamos compartido hasta entonces, pero en direcciones opuestas y nos hubieramos convertido en dos personas tan distintas, que ni siquiera nuestros recuerdos de los mismos hechos coincidian ahora, por no hablar de esos silencios incomodos que estaban cubiertos de reproches. De camino a la estacion volvi a caer en la cuenta de que Madrid sigue siendo una ciudad especial para mi y que siempre lo sera por mucho tiempo que pase y que cada rincon de la ciudad me traia algun extrano recuerdo. Recuerdos olvidados que venian a la cabeza al pasar por aquellas calles. Ahora que me marchaba, en la estacion tuve claro que amaba tanto a Madrid por la capacidad que tenia para ponerme triste. Ademas de encontrarme la direccion del pueblo, Eva me dijo algo en lo que yo no habia pensado. Y es que, practicamente, todo en esta vida tiene su reverso y en este caso, no simplemente era importante la direccion, sino que habia algo mucho mas importante. Todas las cartas que vinieron tuvieron respuesta en otras que fueron y que, aunque mi abuela quemo unas, las cartas de mi abuelo, si es que las hubo, no pudo quemarlas y habia una posibilidad de que tambien descansaran en la oscuridad de algun armario o de alguna caja de zapatos y estuvieran alli esperandome, quiza en Masegoso, aquel pueblo que me esperaba en la provincia de Guadalajara, una provincia que era una autentica desconocida para mi.

  • El misterio de la rosa de Claudia Cardozo

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    Una rosa recuerda en su forma a una espiral; una que se cierra sobre si misma. Una rosa es, entonces, siempre, un misterio que se devela, que se abre, petalo a petalo, si se la sabe rozar con habilidad. Mary Browning es esa rosa y ese misterio, incluso para quienes mas la conocen.

  • Antologia de relatos romanticos. Navidad 2019 de Varios Autores

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    Querida lectora: De nuevo ponemos en tus manos una coleccion de relatos de Navidad creada por autoras y autores de Selecta. Cada uno de ellos narra un romance acontecido en esta magica y entranable epoca del ano y lo protagoniza un personaje secundario de alguna de las novelas que puedes encontrar en nuestro catalogo. Es posible tambien que alguno de nuestros autores haya querido regalarte una escena navidena de los protagonistas de su libro para que vuelvas a saber de ellos. Esta Antologia de relatos navidenos es un obsequio a las miles de lectoras de Selecta que cada mes se entusiasman con nuestros titulos. Me consta la ilusion, el empeno y el infinito carino que han puesto todas las personas que han participado en la creacion de cada historia, pues ademas de escribirla con la dedicacion y el amor con que lo hacen siempre, han puesto su corazon al preparar este regalo en exclusiva para ti. Ojala que con este aperitivo te apetezca leer las novelas de los autores a los que, con la presentacion de su narrativa que es el relato que aqui encontraras, aun no conocias. Espero que disfrutes y que te emociones con cada pagina de esta recopilacion. Escritoras, escritores y quienes formamos parte de Selecta te deseamos una muy feliz y romantica Navidad 2019. Lola Gude Editora de Selecta Erase una vez… Ana Alvarez Despues del reencuentro en la facultad de derecho en Sevilla, Maika habia vuelto a retomar el contacto con sus antiguos companeros. Crearon un grupo de WhatsApp al que llamaron <> y raro era el dia en que no intercambiaban algun mensaje. Por eso se sorprendio cuando aquella tarde recibio una llamada de Carlos. Habia pasado mas de un mes desde el encuentro y penso que la propuesta para tomar un cafe o una copa se quedaria en un proposito, de esos que siempre se dicen y nunca se cumplen. --Hola, Carlos --saludo. --Hola. ?Como estas? --Bien. ?Y tu? --Podria responderte lo mismo, pero eso haria esta conversacion convencional e intrascendente. --?No estas bien? --Digamos que no estoy mal, pero podria estar mejor. --?Que te ocurre? Espero que no sea algo grave. --No. Solo he tenido que salir del pais por motivos de trabajo durante varias semanas. Eso me ha impedido llamarte antes. --Ah. De repente no supo que responder. ?Carlos trataba de decirle que no estaba bien porque no habia podido llamarla? --Seguro que creias que habia olvidado la invitacion a tomar un cafe que te hice en Sevilla. --No he pensado mucho en ello, la verdad. Son cosas que se suelen decir y lo vas posponiendo, hasta que ya parece ridiculo realizar la llamada. --No es mi caso. Estoy muy decidido a retomar el contacto contigo. Me ha contrariado mucho este viaje urgente que ha pospuesto mis intenciones. --Bien, ya estas de vuelta. --Asi es. Y para compensarte por la tardanza, ?que tal si en vez de a cafe te invito a cenar? Una sonrisa afloro a su boca. --Me parece bien. ?Cuando? --?Esta noche? --?Hoy? Si que tienes prisa. --Quiero recuperar el tiempo perdido. --Un mes no es tanto tiempo --rio divertida. --Depende de como se mire. --De acuerdo, esta noche. ?Donde? --?Conoces Ginkgo, en Plaza de Espana? --He oido hablar de el. --Pues, si te parece, nos vemos alli a las nueve. ?O prefieres que te pase a recoger en algun sitio? --No, me reunire contigo en la puerta. --Hasta luego entonces. *** Pasaban unos minutos de la hora cuando Maika bajo de un taxi en Plaza de Espana, profusamente iluminada con la decoracion navidena. Un leve vistazo a su alrededor le basto para verlo, de pie en la puerta. Una radiante sonrisa le iluminaba el rostro cuando se acerco hasta ella y la beso con efusividad en ambas mejillas. --Has sido puntual --dijo el. --Hace frio, no hubiera estado bien hacerte esperar. --Se esperar cuando hace falta --afirmo con una sonrisa--. ?Subimos? --Si. Le poso una mano en la cintura, guiandola hacia el ascensor. Maika sintio el leve contacto a traves del abrigo, como si el calor de la piel traspasara la tela. Miro la cara sonriente de su antiguo companero de estudios y no vio al estudiante desalinado de entonces, sino a un hombre maduro y muy atractivo. La edad habia mejorado su aspecto en vez de pasarle factura. Llegaron a una mesa ya reservada, desde la que se divisaba una vista espectacular de Madrid. El restaurante rebosaba clase y elegancia, y no tuvo dudas de que era un sitio fuera de lo comun. --Intuyo que hoy no cenaremos hamburguesas con sabor a carton. --Puedes apostar a que no. Esta es una ocasion especial, y se merece una comida y un escenario acorde a la importancia del momento. --?Por que especial? --Porque es la primera vez que salimos solos tu y yo --dijo Carlos clavando en ella una mirada cargada de intenciones--. Y espero que no sea la ultima. --?Nunca salimos juntos en el pasado? --No. Puedo afirmarlo. --?Como estas tan seguro? --Porque me acordaria. Nunca hubiera olvidado una cita contigo. Los ojos marrones se oscurecieron mas, y ella sintio una corriente calida recorrerla entera. <>, se dijo mientras tomaba un sorbo de vino. Pero no lo era. Era un hombre que le estaba haciendo sentir mariposas en el estomago con solo mirarla. --Entonces --alzo la copa en un brindis, a pesar de que ya habia bebido unos sorbos--, por nuestra primera cita. --Por nosotros --anadio el. Les sirvieron la comida, pero le costaba disfrutarla del todo. Unas sensaciones largo tiempo olvidadas se estaban apoderando de ella, porque Carlos no se molestaba en disimular que aquella cita no era precisamente amistosa, y tanto con sus palabras como con su actitud le dejaba muy claras sus intenciones. Y ella no tenia ganas de salir corriendo, como habia hecho otras veces cuando un hombre se le insinuaba. Durante anos, su fracaso matrimonial la habia impelido a huir de las relaciones, a disfrutar de su libertad y de su independencia, pero algo en la insondable mirada del hombre que se sentaba enfrente la atraia como un iman, y supo que se dejaria arrastrar a donde la llevara. Carlos la observo titubear durante un momento y posar la copa sobre la mesa. --?Te sientes incomoda por mis palabras? --pregunto. --Estoy un poco sorprendida, eso es todo. Esto… --ella senalo a su alrededor--, no es una cena entre amigos, ?verdad? --Maika --dijo con firmeza, agarrandole una mano sobre la mesa--, esto es lo que tu quieras. Ya no somos crios y, al menos yo, se muy bien lo que deseo. Estuve enamorado de ti durante toda la carrera, pero tu comenzaste a salir con Javi, y ni siquiera te insinue mis sentimientos. Ahora te he vuelto a encontrar y eres libre; los dos lo somos, y mi corazon ha vuelto a latir mas fuerte al verte. La chica reivindicativa, feminista y atrevida que me enamoro se ha convertido en una mujer preciosa, y no tengo dudas de que igual de reivindicativa, feminista y fuerte. Se que ha pasado mucho tiempo y no somos los mismos de entonces, aunque me volveria a enamorar de la mujer que eres ahora sin ningun esfuerzo; pero, insisto, si tu solo quieres amistad, es lo que tendremos. Eso si, no dejare que perdamos el contacto de nuevo. La vio afrontar su mirada con valentia. --Debo confesar que yo no reconozco en ti al joven de antano. Pero aquel chico no me atraia y no puedo decir lo mismo del Carlos de ahora. No se si estoy preparada para una relacion, no me he planteado volver a estar con nadie en serio despues de mi divorcio, y te mentiria si te dijera que la idea no me asusta. Pero ahora, mirandote a los ojos, se que quiero correr el riesgo. Dejo aflorar una sonrisa y apreto la mano aun mas. Los dedos femeninos se aferraron a los suyos por encima del mantel, transmitiendo sensaciones por todo su cuerpo. Si, se enamoraria de ella de nuevo, estaba seguro. Si es que alguna vez habia dejado de estarlo. --No te presionare. Seguiremos viendonos y que sea lo que tenga que ser. ?Te parece? --Si. Terminaron de cenar envueltos en un halo de euforia, A traves de las amplias cristaleras vislumbraban las luces navidenas que decoraban la plaza y las calles aledanas. Despues de los postres, Carlos propuso tomar una copa, pero era tarde y Maika sentia una especia de vertigo en su interior, como si se estuviera precipitando por un tobogan muy alto que ignoraba donde la llevaria. --No quiero beber mas, con el vino ha sido suficiente para mi. Manana tengo una reunion importante y necesito la mente despejada. Mejor damos un paseo hasta una parada de taxis. --De acuerdo. Tras pagar la cuenta, que Carlos insistio en abonar a pesar de las protestas de su invitada, salieron a la fria calle. Echaron a andar uno junto al otro, como habian hecho muchos anos atras. De nuevo acompasaron el paso, adaptandose uno al otro, como si el tiempo no hubiera transcurrido. --?Que planes tienes para Navidad? --pregunto el. --Nochebuena la pasare con mi familia. Para Nochevieja no tengo planes. Tal vez vaya a casa de unos companeros de trabajo, pero aun no lo he decidido. ?Y tu? --Una de las dos celebraciones la pasare en Francia con mi hija Nicole, pero la otra estoy disponible. Puedo ir en Nochebuena y volver para Nochevieja, si te apetece que hagamos algo juntos. Por un momento el corazon de Maika se paro. --?Algo como que? --Por su mente giraron infinitas posibilidades para comenzar el ano. --Pues, tomar las uvas en la Puerta del Sol, como muchos madrilenos, y despues… improvisamos. --Me gusta eso de improvisar. De acuerdo, si a tu hija no le importa, reservame la Nochevieja. Habian llegado a la parada de taxis, pero ninguno tenia ganas de irse. Continuaron parados en medio de la acera de Gran Via charlando de trivialidades durante mas de quince minutos. Al fin, la gelida temperatura reinante les hizo moverse. Antes de acercarse al primer vehiculo de la fila, Maika se volvio y clavo en el unos ojos traviesos. --?Vas a dejarme ir asi? --?Asi como? --Sin intentar besarme. --?Quieres que lo haga? --pregunto esperanzado. --En realidad, no. Prefiero besarte yo. Se acerco despacio y, alzandose un poco sobre los altos tacones, rozo con mucha suavidad los labios masculinos. Los brazos de Carlos se cineron a su cintura y profundizo el beso. De pronto todo desaparecio a su alrededor: la calle, los viandantes y el frio. Solo el resplandor de las luces se filtraba a traves de los ojos cerrados. Despues de una eternidad, se separaron y se miraron a los ojos. --Tengo que irme. El asintio. --Nos vemos en Nochevieja. --Que sepas que entonces te besare yo. --Me parece bien. --Esbozo una sonrisa y entro en el taxi. Carlos permanecio de pie en la acera viendo como se alejaba, y sintiendo aun en sus labios el sabor de esa boca tanto tiempo deseada. Los personajes pertenecen a la novela ?Solo amigos? https://www.megustaleer.com/autor/ana-lvarez/0000104205/ La despedida Ana Castellar Era la ultima tarde que pasaba en aquel trabajo. Era limpiacristales en un gran edificio de oficinas. Aquella tarde estaba vacio, la proximidad de la Nochebuena habia hecho que la gente saliese muy pronto ese dia. En es momento, despues de muchos malos trabajos, habia conseguido otro en una ciudad diferente, donde iba a ser fijo, con un mejor salario y con el mismo horario todos los dias, ya no tendria que estar de un turno a otro sin un sueldo cada mes. Esa tarde la volvio a ver cuando el pasaba a recoger su material de trabajo. Ella, tan bella como siempre, sentada en su silla, trabajando en su ordenador. No lo habia saludado, estaba concentrada en la pantalla del computador y el no quiso molestarla. Salio a la calle y fue a una cafeteria cercana a la que solia ir despues del trabajo. Hacia frio, y se dio cuenta de que era ese momento o nunca para invitarla con algo caliente. Cogio dos cafes y dos magdalenas, que la gente llamaba cupcakes o muf ins, y volvio al edificio, recorrio otra vez el largo pasillo que lo llevaba hasta el rincon donde ella tenia su mesa. --Hola --susurro nervioso. --Hola --le contesto ella, sonriente. --Te invito a merendar, me fije que hoy no tenias tu termo encima de la mesa, y hace mucho frio. --?Es para mi? --pregunto sorprendida. --Para los dos, si me dejas sentarme aqui contigo. --Si, claro, a estas horas no hay nadie, podemos estar tranquilos, pero no quiero retrasarte en tu trabajo. --Ni yo en el tuyo, sera rapido. --No, tranquilo, el mio ya esta hecho, solo estaba esperando que diera la hora para irme. Ella cogio el cafe y lo destapo, no le gustaba beber con la tapa de plastico, ya se habia manchado alguna vez. El le acerco la magdalena, y ella sonrio con la inocencia de una nina. --Me has alegrado el dia --le dijo el deseando decirle que le habia alegrado todos los viernes de los ultimos dos anos. --Que dices, tu eres el que me lo ha alegrado a mi, creo que eres uno de los pocos que me ve en este sitio. --Lo mismo digo. --Y levanto su cafe para brindar. Los dos sonrieron, llevaban viendose todos los viernes a la misma hora. El pasaba y la saludaba con un timido <> que ella recibia alegre, y poco mas. Habian intercambiado algo sobre el tiempo, si se iba de vacaciones, que bien que habia vuelto. --Me voy --le dijo el. --Pero si no has acabado. --Me voy de esta empresa, me ha salido un trabajo fijo en otra ciudad y ya no estare aqui el proximo viernes, por eso me he atrevido a esto, si no, no me hubiese atrevido nunca… --Pasarian los viernes, las semanas y los dos seguiriamos con nuestras rutinas. Los dos se miraron. --Me alegra mucho que lo hayas hecho, yo alguna vez tambien he pensado en invitarte algo, decirte algo, pero me daba verguenza. No sabia como empezar. El se rio. --!!Vaya dos!! --exclamo, y ella se rio con el. Estuvieron hablando unas horas hasta que sono su alarma, era el momento de irse y salir del trabajo. --Ya es la hora, ?nos vamos juntos? --le pregunto ella. El acepto, fue a recoger su material para dejarlo ordenado para su sustituto mientras ella entraba en el bano antes de marchar. En la puerta de aquel edificio, los dos se despidieron. Ella le dijo que deseaba que todo le fuera bien, y los dos se quedaron quietos sin atreverse a acercarse. Ella empezo a caminar y el se quedo viendo como se alejaba perdiendose entre la gente. El volvio el lunes a primera hora antes de partir a su nuevo destino, queria volver a verla, le habia comprado un pequeno detalle por Navidad. Camino hasta su mesa, pero no la encontro, su ordenador estaba apagado, quizas llegaba tarde. Miro su movil, ella estaba en linea, pero no se atrevia a mandarle un WhatsApp. Como le explicaria que habia guardado su telefono de una vez que habia escuchado como se lo decia a una companera. Ella pensaria que era un psicopata. Espero un rato, decidio acercarse a la mesa de unas companeras que estaban en otro recoveco y les pregunto por ella. Las dos se miraron. --Ella ha fallecido --le dijeron. El no se lo podia creer. --?Cuando? ?Como? --pregunto. --El jueves al salir del trabajo, un coche la atropello mientras ella esperaba para cruzar en verde, dicen que fue muy rapido, no sufrio, ni se entero. Todavia no nos lo creemos, es como si estuvieramos esperando a que llegue en cualquier momento. --No puede ser, yo estuve con ella aqui el viernes. No puede ser, esto es una broma de mal gusto, si no quiere saber de mi, ya esta, pero esto… --Tranquilizate, no es una broma, no ibamos a bromear con algo asi, ?por quien nos tomas?, y ella era una buena chica. Habras confundido el dia que la viste. El busco su movil y se los enseno. --Mira, tiene la foto de la magdalena que le compre el viernes, la puso en el WhatsApp y pone lo mejor del dia con muchos emoticonos, sonriendo. --Si, lo subio por su cumple, se lo compramos nosotras, nos enteramos por casualidad y quisimos tener un detalle con ella, y le encanto. --No puede ser. --El se acordo de cuando ella habia entrado al bano. <>, recordo el, esas luces se encendian con el movimiento. No se habia fijado hasta ese momento. --Si quieres, te doy el numero de sus padres y puedes hablar con ellos. --La chica apunto lo en un post-it y se lo dio--. Lo siento, no sabia que erais tan amigos. El se fue dandole vueltas a lo que le acababa de suceder, tenia el telefono de sus padres, pero no sabia si llamar. Una mano le toco la espalda. --Perdona. --Si. --No se como decir esto sin estar loca. Esta manana, cuando venia hacia aqui, yo…, venia hacia aqui y… me parecio verla de lejos, sonriente, con su bufanda blanca que la hacia mas bajita de tantas vueltas que le daba, y, cuando me sente en mi mesa, vi un CD con un lacito y una nota: <>. Me habia hablado de ese cantante y sabia que hoy es mi cumpleanos. Ese CD no estaba el viernes por la manana cuando me fui, estoy segura de ello. No se que ha pasado, esto es muy raro. Los dos se quedaron en silencio. El salio del edificio sin decir nada, no entendia nada de lo que habia pasado. <>, se pregunto. Estaba muy confundido. Decidio seguir con sus planes, empezar su nueva vida en una nueva ciudad. Termino de hacer las maletas y cargar su furgoneta con ellas. Se sento en el asiento del conductor y se quedo unos minutos alli. Estaba muy nervioso con todos los cambios que se le avecinaban. Arranco el coche y puso rumbo a su nueva vida, no sin antes volver a pasar por el lugar donde ella trabajaba. Todavia era muy pronto y la ciudad apenas estaba amaneciendo. Y alli la vio subiendo por el parque camino a su trabajo. Paro el coche, bajo y corrio para alcanzarla. El grito y ella se giro, le sonrio y se despidio con un gesto con la mano. El se quedo alli parado, mirandola quieta y sonriente. Un coche toco el claxon y el se giro, habia dejado la furgoneta en medio de la carretera. Se volvio a dar vuelta rapidamente, buscandola, pero ella ya no estaba. El sonrio, ya se habian despedido, ya nada lo retenia en esa ciudad.

  • La ultima cancion de Mara de Abigail Villalba Sanchez

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    Oscar se estremecio cuando la brisa marina, llena de salitre y secretos, le revolvio el pelo y le recordo que, muy a su pesar, era invierno. Su piel desnuda se erizo desagradablemente y le arranco una sonrisa resignada. —Sabes que esto podriamos haberlo hecho en cualquier otro sitio, ?verdad? —pregunto, divertido, mientras se incorporaba de la arena en la que estaba tumbado y se frotaba los delgados brazos—. En uno en el que no me estuviera helando, por ejemplo. La figura masculina que estaba junto a el, completamente estirado y tan desnudo como el mismo, sonrio con suavidad y se encogio de hombros. Sus ojos, oscuros y enormes, continuaron fijos en el cielo nocturno. —Desde aqui se la oye mejor —contesto, un momento despues. —Me pregunto como sabras tu eso. Al escuchar el tono de chanza de Oscar, Samuel rio entre dientes y se giro hacia el, con una sonrisa divertida dibujada en los labios. —?Crees que no me he asegurado de buscar el mejor sitio? —Se incorporo lentamente, se acomodo junto a el hasta que sus hombros se tocaron y doblo las rodillas para apoyar los brazos en ellas. Despues, le dio un suave empujon y continuo hablando, casi en un susurro—. Se donde quiero hacer el amor contigo. Oscar enrojecio. Despues se echo a reir de puro nerviosismo y se paso las manos por el pelo, de brillante cobre y suaves ondas que caian hasta sus hombros. —Eres encantador cuando quieres algo —le pico, sin perder ni un apice de la acidez que le caracterizaba. Sin embargo, fue en ese momento cuando, por fin, los primeros rayos de luna surgieron de detras de las montanas, asi que toda su atencion se vertio en esa direccion—. Hacia tantisimo que no veia la luna brillar asi… A su lado, Samuel sonrio con tristeza y se abstuvo de decirle lo que pensaba acerca de su exilio voluntario a tierras humanas. En otro momento, quiza, si hubiera contestado de manera diferente. Pero esa noche… la que simbolizaba el fin de ano, no era una noche para las disputas. Y mucho menos con el. El joven suspiro y miro de reojo a su companero, que aun parecia absorto en la contemplacion del satelite, para atesorar esa imagen para siempre: la luna que brillaba en su lento ascenso y que iluminaba con sus rayos la bahia en la que estaban sentados, las finas lineas anaranjadas que surgian, poco a poco, en la piel de Oscar y que revelaban su origen magico y, por ultimo, la sonrisa nostalgica de su companero, esa que hablaba de anos lejos de las profundidades marinas. —?Sabes? —pregunto, finalmente, mientras acariciaba su mejilla con los nudillos—. Cuando te escribi y te propuse venir aqui… bueno, hubo un momento en el que pense que no querrias acompanarme. Oscar aparto la mirada de la luz plateada y la clavo de nuevo en el. Sus ojos, inteligentes y siempre atentos, no tardaron en repasar las espirales violetas de sus mejillas y las lineas rectas, de identico color, que bajaban a lo largo de sus brazos. Tardo un momento en darse cuenta de a que se referia, pero cuando entendio la inseguridad de Samuel, suspiro. —Lo dices por Mara, ?verdad? —Sonrio con resignacion y nego con la cabeza, tranquilizadoramente—. No tengo nada en contra de ella, aunque todos os empeneis en decir lo contrario. Si —admitio—, he decidido abandonar las corrientes en pos de una vida humana. ?Y que? Que ahora viva en tierra, Sam, no significa que no me preocupe por ella. De hecho —anadio y se inclino hacia el, mientras bajaba la voz y acariciaba sus labios con los suyos—, si estoy aqui es para cuidarla mejor. Samuel se estremecio de placer a medida que el beso crecia. El roce de su lengua contra la suya resultaba embriagador, como si aquella fuera la primera vez que lo hacian… o quiza la ultima, pues su relacion siempre habia sido muy tormentosa e inestable y si seguian juntos era, simplemente, porque no podian estar el uno sin el otro. Por eso estaban alli, despues de meses de silencio y rabia, despues del dolor de la ultima separacion. —Te quiero —farfullo entonces Samuel, con premura, entre beso y beso, entre aceleradas y freneticas caricias—. Pase lo que pase. Estemos donde estemos. No lo olvides nunca, joder. —No podria hacerlo. Sabes que yo nunca olvido nada—contesto Oscar, jadeante, con los labios apretados contra su cuello y la excitacion a flor de piel. Ni siquiera la fuerza que la luna ejercia sobre ellos fue capaz de separarles. Sus labios se buscaban segundo a segundo, mientras sus manos se perdian en los rincones mas ocultos y placenteros de su cuerpo humano con una lentitud inhumana, como si no tuvieran prisa alguna. De hecho asi era, pues Samuel se habia encargado de buscar la cala mas escondida e inaccesible de las costas gallegas. Le habia costado un tiempo dar con aquella, pero ahora que tenia a Oscar a horcajadas sobre el se daba cuenta de que su sacrificio habia merecido la pena. Y mientras el cielo estallaba en luces artificiales de brillantes colores y la luna les acariciaba con su fria plata, ambos jovenes se perdieron en una danza tan antigua como el propio tiempo. Una danza tenida de jadeos y gemidos al principio, y poco despues, con la luna llena inmovil sobre el oceano, de una melodia dulce y tierna que procedia de algun lugar entre las oscuras aguas. —Escuchala —susurro Samuel entonces, con las manos aferradas al delgado cuerpo de Oscar y sus labios rozando su oido—. ?No es lo mas hermoso que has oido nunca? —No —farfullo el joven en contestacion, mientras le sujetaba de las mejillas y se perdia innegablemente en el fondo de sus ojos, mientras luchaba por no dejarse llevar por todos los estimulos que le asaltaban: el placer de sentir a Samuel en su interior, la magia de la luna, que le recordaba lo que verdaderamente era, y de fondo esa cancion sirenea que siempre le tocaba el corazon…—. Tu voz es lo mas bonito que he oido nunca. Ambos sonrieron, perdidos el uno en la mirada de otro, inmoviles y acunados por aquella lejana melodia que a ambos les hacia temblar de emocion, quisieran… o no. Y asi, frente contra frente, labios sobre labios, la medianoche llego y se marcho, mecida por el oceano y por las dos criaturas que se amaban sobre la arena, ajenos a que un ano habia muerto y otro habia nacido. Solo se detuvieron, cuando, agotados, se dejaron caer sobre la fria arena, abrazados el uno al otro. Permanecieron asi, en silencio, durante todo el tiempo que duro la cancion de la llamada Mara. Aquella vieja sonata, pese a pertenecer a tiempos preteritos, seguia siendo limpia y tibia y aunaba sus corazones incluso mas de lo que lo estaban en aquellos momentos. Y cuando el sol despunto en dorado, moribunda ya la noche, y la voz de Mara se quebro dando paso a la brisa, ambos hombres se incorporaron y contemplaron la calida belleza de un amanecer invernal. —?Volveremos a vernos? La voz de Samuel interrumpio el silencio. A su lado, Oscar suspiro y se encogio de hombros. —Supongo que no vas a cambiar de opinion, ?verdad? —pregunto este, con suavidad, a pesar de que sabia la respuesta—. Vas a seguir combatiendo por tu lado. No vas a hacerme caso en absoluto. Samuel fruncio el ceno y sacudio la cabeza negativamente, pues lo ultimo que queria despues de aquel encuentro era hablar de politica y de contaminacion. Por eso, apreto los dientes con fuerza y se encogio de hombros. —Te buscare —aseguro entonces, mientras se levantaba y dejaba su atletico cuerpo banarse en la luz rosada del amanecer—. Encontrare la manera de contactar contigo. —Samuel… El joven se detuvo, de espaldas a Oscar. Sus ojos se clavaron en las suaves olas que rompian en la orilla y que le recordaban lo lejos que estaba de casa. Suspiro. —Feliz ano, mi vida —murmuro entonces, sin girarse—. Ten cuidado. Oscar sintio un pellizco en el corazon que hizo que sus palabras se quedaran atascadas en la garganta. Por un lado queria ir con el, olvidarse de lo que estaban haciendo los humanos con Mara y combatirles como Samuel queria que hiciese pero, por otro… Sacudio la cabeza e hizo de tripas corazon, como cada vez que se separaban. Se levanto, beso su hombro con infinita ternura y despues camino en direccion al agua. —Aun puedo cogerme el dia libre —informo Oscar, en contestacion, mientras dejaba que el agua cada vez le arrastrara mas adentro—. Aun podemos regalarnos un dia antes de volver… a lo que cono sea que tengamos. Un dia —rogo—, en el agua, como tu quieres. En casa. —?Estas seguro de eso? ?No prefieres volver a esa… oficina y a tus companias humanas? —Un dia, Sam —repitio, mientras se dejaba caer hacia atras y el agua salada le recibia con agrado, como una madre a un hijo descarriado—. Solos tu y yo. Y mientras sus piernas olvidaban su forma humana y su cuerpo se liberaba del disfraz, una segunda figura se zambullo a su lado y tambien se transformo: sus extremidades dieron paso a una cola firme, fuerte, de brillante color violeta. Las agallas de su cuello se abrieron y bebieron del oxigeno del metodo acuatico y sus ojos, oscuros en la tierra, brillaron con intensidad mientras buceaba en busca de mas profundidad. —!Vamos, Oscar! —lo llamo, en su idioma natal, mientras giraba sobre si mismo y disfrutaba del liquido elemento—. !Que no se diga que se te ha olvidado quien eres! Al escuchar la mofa, el joven sonrio y movio con elegancia la cola anaranjada que le senalaba como triton. Dio un coletazo con fuerza, paso a su lado… y sonrio, antes de guinarle un ojo con descaro y perderse en las susurrantes corrientes de su reino oceanico.

  • Voss de Patrick White

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    Nunca nadie se ha adentrado en las profundidades del desierto australiano; segun cuentan, no es mas que un paramo lleno de tribus sanguinarias y bestias violentas. Pero todo cambia cuando Voss, un explorador aleman (inspirado en Ludwig Leichhardt, un naturalista prusiano que desaparecio en una de sus incursiones al interior de Australia a mediados del XIX), llega a la colonia con la intencion de llevar a cabo una expedicion historica: atravesar el desconocido y brutal desierto australiano en un recorrido que nadie ha emprendido antes. Cuenta para ello con un mecenas, el senor Bonner, que, ademas de entregarle los viveres necesarios y buscarle un grupo de colonos y dos aborigenes para que le acompanen, le presenta a su sobrina, Laura Trevelyan, con quien Voss establece una intensa relacion.

  • Viajera en el deseo 2 de Ana Allende

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    Despierto en los brazos de Evan. Me siento mareada y un poco confundida. Me toco la cien para amortiguar un poco el dolor de cabeza. Me incorporo con calma. Miro a mi alrededor y puedo ver la cara preocupada de todos. Leah se encuentra llorosa, recostada en el hombro de Carter, mientras el le da tiernos golpes en la espalda para consolarla. Me siento perdida, mirando a mi alrededor. ?Que sucede? Pero de repente todo vuelve a mi como una rafaga. La propuesta de Carter, la ida al bar, el retorno al hotel y... --!Mis padres! ?Que sucedio con mis padres? Me levanto de un solo golpe y como sigo aturdida me sostengo de Evan que no ha dejado de estar a mi lado, aunque no ha emitido ni una sola palabra. --Por favor, diganme que sucedio. Leah me abraza. Inmediatamente se viene a mi mente el peor de los escenarios. --Tus padres tuvieron un accidente, Hanna. Mis piernas comienzan a temblar y siento que en cualquier momento me voy a desplomar, pero Evan me sostiene por la cintura y evita que caiga de rodillas al suelo. --Tuvieron un accidente automovilistico, Hanna. Se estrellaron contra un muro, ambos sufrieron una contusion cerebral y los tienen en el University Of Utah Hospital, en un coma inducido esperando que la presion de sus cerebros disminuya. De esa manera evitan que haya cualquier tipo de dano cerebral. Miro a mi amiga y con las manos en mi boca trato de contener la impresion. Mis padres, los mejores padres del mundo, estan en coma, solos en el hospital de mi ciudad natal. Mi mente corre a mil kilometros por segundo y se que es a su lado que debo estar. Debo ser muy predecible en mis expresiones porque, sin tener que emitir ningun comentario, Evan me abraza. --Princesa, todo saldra bien; ya te reserve un boleto de avion; saldras a primera hora de la manana. No tengo como agradecerles a todos por estar aqui. Pero deseo tener un poco de espacio y tiempo para mi, para asimilar toda esta situacion. --Gracias a todos por estar preocupados por mi y por mi familia, pero quisiera un tiempo a solas, por favor --digo despegandome del pecho de Evan. Todos asienten sin emitir ni una sola palabra. Carter levanta su mano en senal de despedida y yo le respondo con una media sonrisa mientras sale de la habitacion. Mi amiga Leah me abraza; por poco rompo a llorar en sus brazos, pero tomo aire y la separo de mi. Le sonrio mientras la veo alejarse y salir de la habitacion. Al final, solo quedamos Evan y yo. Se acerca a mi pero ahora no puedo estar en sus brazos y sentirme feliz; no puedo o mejor dicho no se lidiar con todo lo que siento en este momento. --Necesito que te vayas tu tambien --le digo evitando mirarlo a la cara. Se que no esta bien lo que estoy haciendo y tambien se que debo estar haciendolo sentir de la patada, pero no puedo hacer otra cosa; necesito estar sola. --Pero amor... --Lo siento, necesito estar sola. --Esta bien. Sale de la habitacion sin verme. En cuanto Evan cierra la puerta me desplomo en el suelo y comienzo a llorar; no entiendo como mis padres pudieron sufrir semejante accidente. Mi padre siempre fue muy cuidadoso a la hora de conducir ya que mi madre no lo hacia porque le causaba nervios. De repente caigo en cuenta que estan en el hospital y que de seguro antes de que yo llegue habra cuentas que pagar, asi que corro en busca de mi telefono celular. Busco en mis contactos hasta que consigo al mejor amigo de mi papa y su contador personal, el papa de Ethan, Tom Jeter. Marco su numero pero nadie contesta. Vuelvo a intentar… intento dos veces mas pero no obtengo respuesta. Por ultimo me lanzo frustrada a la cama. No puedo evitar pensar que debi quedarme en casa y no realizar este loco viaje. Tal vez si lo hubiera hecho estaria donde deberia estar. Sin embargo, no puedo evitar pensar que eso no es del todo cierto. Si no hubiera realizado el viaje y no hubiera venido a Madrid no tendria la dicha de conocer a Evan. Todos los momentos que hemos vivido juntos en este par de dias han sido maravillosos. Pero lo he tratado pesimo cuando solo quiso servirme de ayuda. !Hasta me compro un pasaje de avion sin tener que pedirselo! Me siento la persona mas idiota de la faz del universo. Miro el reloj de mi celular y me percato que son las 2 de la manana; tal vez estas sean las ultimas horas que podamos estar juntos y yo lo aleje de mi. Agarro el bolso y corro hacia la puerta de la habitacion; tengo que buscar a Evan. Pero la mayor sorpresa me la encuentro al abrir la puerta y verlo recostado a la pared, en el pasillo, Nuestras miradas se encuentran y mientras mis ojos se llenan de lagrimas, su cara hace una mueca de sonrisa mientras se levanta del suelo y se acerca. --Lo siento amor, tenia miedo, nunca he tenido que contar con nadie, salvo con mis padres y ahora se presenta esta situacion y simplemente no se como afrontarla. --Todo saldra bien. --Tengo miedo. Si pierdo a mis padres no se... --Mientras yo este a tu lado jamas te dejare caer. Sus palabras son pomadas para el inmenso dolor de mi corazon, asi que me abrazo a su cuello y lo beso en senal de agradecimiento y de amor, porque eso es lo que siento por el, un inmenso amor. Entramos a la habitacion inmersos en un apasionado beso. Para los demas se podria ver mal que yo este en un momento de pasion sabiendo lo que esta sucediendo con mis padres, pero estando en sus brazos el momento no se siente mal, todo lo contrario, me reconforta, me hace sentir que no tengo nada que temer y que todo va a salir bien. Asi que saco todos esos pensamientos mal intencionados de mi cabeza y me entrego al momento y al deseo que siento por Evan. Deseo disfrutar nuestras ultimas horas juntos porque despues no sabemos cuando nos veremos otra vez. --?Estas segura que deseas esto? Yo entiendo si tu... Coloco mi dedo en sus labios y cuando guarda silencio recorro su rostro con una caricia hasta que llego a su cuello. --Tu eres lo que quiero en este momento. Me acerco y hundo mi rostro en su cuello mientras el me abraza con ternura y repite el gesto. Lo siento aspirar hondo e inmediatamente se me eriza la piel. --Me encanta tu olor, hueles a flores, a dulzura. Estar a su lado es un balsamo para mis heridas; aun en este momento que puede ser uno de los peores de mi vida me siento feliz y segura a su lado. --Soy tuya. El se aleja y me obliga a verlo. Pareciera que tuviera algo que decirme, aunque decide callar y besarme; su beso esta lleno de necesidad, de deseo, de lujuria. Yo enredo mis dedos en su cabello y profundizo el beso, escucho como ahoga un grunido y siento crecer su ereccion entre sus pantalones. Entre mis piernas ya me encuentro humeda sin necesidad de que me haya profesado ni una sola caricia. Me quito la ropa desesperadamente sin querer apartarme de sus labios. Cuando coloco mis dedos en el broche del pantalon Evan sostiene mi mano. Entiendo la senal, debo detenerme. El suelta el boton y baja la cremallera de mi pantalon. Mi cuerpo implora su toque y el lo sabe asi que sin quitarme el pantalon comienza a juguetear con sus dedos en mi abdomen; yo me retuerzo bajo su toque y el sonrie aun besandome. Me quita el pantalon llevandose consigo mi ropa interior. Le saco la franela y empiezo a acariciar sus brazos, sus hombros, su cuello; bajo por su pecho, por su abdomen, hasta que llego al boton de su pantalon. Levanto la mirada y lo veo atento; busco su aprobacion y de manera casi imperceptible me la concede, asi que bajo el pantalon trayendome consigo tambien su ropa interior y su ereccion ya liberada es un disfrute para mi vista. Creo que cada vez que la veo me relamo los labios como felina en celo. Y es que simplemente no lo puedo evitar, asi que aprovechando que me encuentro a la altura de su deseo lo tomo entre mis manos, lubrico mi boca y lo introduzco ahi. Tapo mis dientes con mis labios y empiezo a chupar su delicioso miembro. Chupo, muerdo y saboreo cada gota que sale de el; siento como se va haciendo mas y mas grande y cuando siento que me va a regalar ese liquido delicioso que tanto me gusta me toma de los hombros, me levanta y me besa sin mediar palabra. Me encuentro extasiada. Me coloca en la cama, esta vez sin ningun tipo de delicadeza y me gusta que sea asi. Hoy quiero que nos perdamos en la lujuria, en el placer del sexo; el amor lo haremos otro dia. Asi que en cuanto caigo en la cama abro mis piernas, el se coloca entre ellas y me penetra con fuerza. Sin poder detenerlo me arrolla un fugaz orgasmo del tamano de Estados Unidos. Mi cabeza gira, mis piernas tiemblan, pero Evan no se detiene, baja su rostro y chupa mis senos y de manera magica me encuentro encendida otra vez, asi que empujo su pecho. S Se acuesta en la cama y yo me coloco encima, apoyo mis manos en sus pecho y coloco su todavia gran ereccion en mi lugar de deseo. Veo que Evan echa su cabeza hacia atras. Empiezo a moverme de arriba abajo y luego hago pequenos circulos con mis caderas. El grune y coloca sus manos en mi cintura como tratando de controlar los movimientos pero yo no se lo permito, asi que tomo sus manos y sigo moviendome mas rapido y de manera brusca. El balbucea mi nombre asi que apresuro mis movimientos y cuando ninguno de los dos podemos mas nos dejamos arrasar por una ola de deseo, juntos en un solo orgasmo. Quedo tumbada encima de su pecho, nuestras respiraciones siguen agitadas y ninguno de los dos decimos una palabra, pasamos minutos en ese abrumante silencio. --?Amor? --No tengo fuerzas de decir nada. --?Puedo ir contigo a Utah? Levanto la cabeza con cara de sorpresa. --Quisiera estar contigo. --Acabamos de estar. Le digo de manera sarcastica. --Sabes que no lo digo en ese sentido. --Si lo se, pero no se si sea buena idea. --?Por que no? --Porque no creo que la mejor manera de conocer a mi nuevo novio sea justo en el momento en que mis padres se encuentran tan mal de salud. Se queda pensativo por un momento. Por un momento creo que se va a enojar pero en cambio a eso se rie y me abraza. --Es decir ?somos novios? CAPITULO 2 Cuando me volteo logro ver las sabanas blancas manchadas de sangre. Evan se sostiene la nariz. --!Dios mio, Evan! Lo siento amor, lo siento. Sale corriendo al bano y cierra la puerta con seguro. Me quedo sentada entre las sabanas manchadas. !Dios mio! No puedo creer lo que hice, yo y mis impulsos de ira. --Lo siento amor, lo siento mucho, no fue mi intencion... lo siento por favor, perdoname. Lo miro a los ojos. Me mira sonriendo, me toma de la mano, me levanta de la cama, me abraza y me arrulla como una nina chiquita. Cuando suena la alarma siento que no he dormido nada, acaso 45 minutos. Miro a mi alrededor y no veo a Evan; inmediatamente empiezo a sentir panico, me levanto de la cama de un salto y comienzo a llamarlo por su nombre, pero no consigo contesta alguna. Me quedo en el medio de la habitacion, atonita, pensando que tal vez todo lo sucedido haya sido mucho para el. --?Que sucede? --Yo... pense... --?Que pensaste amor? Estoy aqui, tranquila. Me abraza y me acuna en su pecho. Justo en ese momento me doy cuenta que no voy a poder hacer esto sin el. --Amor, ?tu propuesta sigue en pie? --?Como asi cielo? --Quiero que vengas conmigo a Utah, claro si todavia tu lo deseas. Lo miro con ojos timidos y un poco avergonzada. --?Estas segura amor? No quiero... --Se que parece una locura, y hasta pensaras que estoy loca, que hoy te digo una cosa y manana otra, pero cuando me levante y no te vi en la cama pense que te habias ido, que me habias dejado. Cuando cruzaste esa puerta estaba a punto de desbordarme y justo en ese momento me di cuenta que no podria hacer esto sin ti. --Me haces muy feliz. Despues de nuestras risas, nuestras miradas se encuentran y es inevitable perdernos en un apasionado beso. Culminado nuestro momento de pasion nos apresuramos por banarnos, vestirnos y empacar. Es tarde, debi haberle hecho caso Evan cuando me dijo que esperaramos, pero la niebla del deseo no me dejo pensar muy bien las cosas. Nos dio tiempo de chequear y abordar sin ningun tipo de problemas. Evan tiene tomada mi mano y puede percatarse de la tension de mi cuerpo. --Tranquila amor, todo estara bien. El avion despega y por un momento todo queda en calma aunque no se porque una sensacion rara embarga mi ser, es como si algo no estuviera bien, mas alla de las cosas que de por si ya se que estan mal, algo no termina de encajar y me mantiene en alerta. Despues de casi 11 horas de viaje llegamos a Salt Lake City, Utah. Evan decide que debemos primero llegar a casa y dejar las maletas para poder irnos al hospital y aunque estoy desesperada por ver a mis padres, concuerdo con el, seria muy problematico estar corriendo con maletas de un lado a otro dentro del hospital, asi que inmediatamente pedimos un taxi y nos dirigimos a mi casa. Llegamos a mi dulce morada y con rapidez bajamos las maletas y ya en la puerta me espera Maria Vasquez. --!Oh Maria! --Tranquila, mi nina; toda estara bien. --No entiendo como pudo suceder esto; no entiendo absolutamente nada. --Ven mi amor, mete tus maletas y sentemos a conversar, te pondre al tanto de todo, ven mijo has pasar las maletas y te dare una buena propina por tus servicios. Evan sonrie y yo lo hago tambien, asi que me despego de ella y corro a los brazos de mi amado. --Tus padres las ultimas semanas estaban con los pelos de punta; yo lo achaque al hecho de tu distancia; ellos no estaban acostumbrados a tenerte lejos y a no saber de ti todos los dias. ?Por que no llamabas? Tus padres un dia salieron todos agitados de la casa, se podia sentir en el ambiente que algo sucedia aunque no tenia ni idea de lo que era. Aproveche ese momento para acomodar y limpiar el despacho de tu papa; tenia dias que no lo hacia. Cuando entre lo primero que me llamo la atencion fue un monton de papeles que el tenia sobre su escritorio; tu sabes lo ordenado que es tu padre, asi que me parecio muy raro y me acerque a ver que era. Habia cierta copias, algunas eran de unos cheques pagados, unas hojas de gastos y unos estados de cuenta. Con tan solo ojear esas hojas me di cuenta que algo no estaba bien. --?Algo como que, nana? --Pues, mi nina, la cuestion es que faltaba mucho dinero, mucho. --No se si estara compaginadas las cosas, pero mis tarjetas fueron canceladas y no logro entrar al banco mediante internet, es como si estuviera cerrada la cuenta o hubieran cambiado mis datos. Maria se tapa la boca en senal de sorpresa. ?Como es posible que esto este sucediendo? ?Donde esta Tom Jeter? El es el mejor amigo de mi papa y su contador, el debe de saber que esta sucediendo, lo he intentado llamar pero no --Tus padres descubrieron que gran parte del dinero se desviaba a una de sus cuentas en el extranjero. Tus padres un dia me pidieron que me quedara en casa mientras ellos regresaban, al parecer irian a casa de Tom a pedirle una explicacion; llegaron muy tarde en la noche furiosos. Tu padre hablaba de traicion y robo y que llamarian a la autoridades al dia siguiente. Despues de eso no supe mas nada hasta que regrese un viernes. Por lo que pude escuchar tus padres habian planeado una reunion con Tom, el les iba a esclarecer todo sin necesidad de llegar a la autoridades. Tu madre se despidio con tanto carino, yo hasta la abrace, me dijo que me queria y que siempre seria parte de la familia. --?Que paso, nana? --Bueno, mi nina, viniendo de esa reunion tu padre perdio el control del vehiculo y se estrello contra un muro; el golpe fue muy fuerte. Gracias a dios iba pasando una pareja que vio el accidente y llamaron al 911. Pero eso no es todo Hanna, al dia siguiente la policia se apersono aqui en la casa, me preguntaron quien era y les di la informacion necesaria, tanto mia como de tu paradero y no les quedo de otra que informarme lo sucedido aunque no era familia. --?Y que te dijo la policia? --Los frenos de su carro fueron cortados, consiguieron a un hombre que confirmo que el lo habia hecho bajo las ordenes de Tom Jeter. Cuando la policia fue a su casa a buscarlo para interrogarlo se dieron cuenta que la casa estaba practicamente vacia, se dio a la fuga.

  • El deseo prohibido de Doug de Darlis Stefany

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    Algo que Doug siempre supo es que la hermana Jefferson era intocable, perfecta y definitivamente no destinada para el. ?Pero algo que tambien supo? Que por mas que lo intentara no podria huir de ella, no cuando esos ojos azules verdosos y sonrisa angelical estaban destinados a perseguirlo en suenos, duchas e incluso en el escenario, ?y por que no decirlo? Tambien lo perseguian mientras escribia una cancion.

  • Casanova. La sonata de los corazones rotos de Matteo Strukul

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    <<Aventura, amor, politica: un siglo XVIII narrado con el estilo veloz de Strukul, con una violencia feroz de la que el Estado es tambien protagonista y con el arte de Venecia de fondo.>>
    Il Mattino

  • Multimillonario Desenmascarado de J. S. Scott

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    Jason Sutherland es un inversor multimillonario que lo tiene todo: buen fisico, miles de millones de dolares y todo juguete caro que un hombre pudiera desear. Lo que no tiene es lo que mas quiere: a Hope Sinclair. Por desgracia, Hope, la hermana pequena de su mejor amigo, estaba vetada. Pero cuando descubre que va a casarse, decide que va a reclamarla antes de que sea demasiado tarde, y haran falta bastantes enganos y riesgos para conseguir su objetivo. Hope podria terminar odiandolo, pero despues de pasar con ella una noche prohibida que no puede olvidar, sabe que tiene que intentar hacerla suya para siempre.

  • Cuentos para (no tan) ninos de Victor Mengual Jimenez

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    Los Cuentos Para (No Tan) Ninos son un centenar de historias especialmente de amor y desamor que podias haber firmado tu o tu mejor amigo. Tu madre, tu hermano, la vecina del atico. Todos lo hemos vivido. Y como todos los cuentos, tienen su parte de fantasia, y tambien la parte en la que te podras ver identifi cado o identificada. Preparate para sonreir y para llorar. Preparate para recordar historias que no habias vivido.

  • Ypora. Amor y guerra bajo el sol guarani de Gloria V. Casanas

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  • IQ de Joe Ide

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    IQ. Asi se conoce a Isaiah Quintabe en los barrios humildes de la zona este de Long Beach. Hombre solitario, de una extraordinaria inteligencia, se ha convertido en una especie de detective sin licencia al que acuden las victimas de la elevada criminalidad de estos barrios, desatendidos por la desbordada policia de Los Angeles. Gente muy humilde, le pagan con lo poco que tienen.

  • Amor por destino 2 de Sophie Saint Rose

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    Jenny bajo de su ranchera y dio un portazo. Gimio cuando la manilla cayo al suelo y resignada se agacho para recogerla. --Estupendo --siseo intentando colocarla de nuevo, pero al parecer esa vez no habia suerte y algo se habia salido de su sitio. La tiro a traves de la ventanilla abierta y suspirando se paso el dorso de la mano por la frente apartando un mechon rubio platino. Hacia un calor espantoso--. Mierda de dia. --A traves de las ventanillas sus ojos azules vieron el rostro de Bob Bentley en la acera y se le corto el aliento agachandose de golpe. Gimio al ver sus zapatillas desgastadas. Estaba hecha una pena, asi que agachada fue hasta el final de la camioneta intentando que no la viera. Su risa le llamo la atencion y se incorporo poco a poco para ver como hablaba con una morena guapisima que reconocio enseguida porque habia ido con ella al instituto. Gruno porque Alison Reidy era muy simpatica y agradable. Ademas su padre era el dueno del concesionario y tenia dinero. Seria una buena novia para Bob, que era el hermano del dueno del rancho mas grande del condado. Desde alli vio como le guinaba un ojo antes de alejarse y como ella se le quedaba mirando antes de suspirar. Estaba loca por el y no era para menos porque no solo era guapo, era un buen hombre y siempre estaba dispuesto a echar una mano. Muchos le llamaban oso porque era enorme. Media uno noventa y gracias a su trabajo con el ganado tenia buenos musculos. Mas de uno se habia arrepentido de meterse con los Bentley despues de enfrentarse a Bob o a su hermano Marc. Eran los duenos de la zona y hasta que su hermano se habia casado hacia unos meses con su mejor amiga, eran los solteros mas cotizados por cualquier femina a cien kilometros a la redonda. Suspiro recordando sus ojos grises y su sonrisa socarrona cuando alguien carraspeo tras ella sobresaltandola. Se volvio de golpe para ver ante ella a su mejor amiga acariciando su voluminoso vientre de siete meses. Megan divertida levanto sus cejas pelirrojas sin quitarle sus preciosos ojos verdes de encima. --?Que haces? --Oh... Nada. --Se incorporo. --Es que le he hecho otro rayon a la camioneta. Su amiga vio su machacado vehiculo que tenia rayones por todos lados e incluso un abollon en la defensa. --Si quieres... --Ni se te ocurra decirlo, Megan. Ya has hecho bastante. --Puedo hacer mucho mas y lo sabes. --?Como esta Marc? --pregunto para que cambiara de tema. --Esta bien. Algo nervioso con la llegada de nuestro primer retono. Ya no me deja salir de casa sola por si tengo un frenazo y mi barriga choca contra el volante. Me ha traido Bob. --Sonrio maliciosa. --?Le has visto? --?Yo? No --dijo haciendose la tonta--. Bueno, me voy a comprar que necesito... -- Penso rapidamente. --Compresas. --Creo que he llegado en mal momento a esta conversacion. --Jenny gimio por lo bajo y se volvio para encontrarse a Bob tras ella con una sonrisa en el rostro. --Hola, Jenny... Su voz la estremecio de arriba abajo y sonrojada susurro --Hola, Bob. El se aparto el sombrero texano de la frente mostrando el principio de su cabello negro. -- ?Que tal? ?Como van las cosas por el rancho? --Muy bien, desde que Megan se encarga van muy bien, gracias. --Yo no me encargo. Solo te he prestado a cinco de mis chicos. Jenny chasqueo la lengua. --Miente como una bellaca. Esta todo el dia diciendome lo que tengo que hacer. Su amiga jadeo mientras Bob sonreia aun mas. --?Y que tal tu padre? Hablar de el la avergonzaba un poco. --Mucho mejor, gracias. Si todo va bien en un mes podra venir los fines de semana. --Eso es estupendo --dijo Megan alegrandose por ella. --Me han llamado esta manana, por eso no te lo habia dicho. --Sonrio mirando a su amiga. --Y se que te alegras. Gracias. --Mucho, me alegro mucho por ti. Jenny sonrio mirando de reojo a Bob y se hizo un silencio que le resulto muy incomodo. -- Bueno, debo irme. Tengo algo de prisa. --?Por que no vienes a cenar esta noche al rancho? --pregunto su amiga tan amable como siempre para que no se sintiera sola en su casa--. Asi te ensenare lo que me ha comprado Alice. Esta como loca con el nacimiento de su primera biznieta. --Oh, me encantaria, pero esta noche no puedo. Te llamo, ?vale? --dijo antes de salir casi corriendo. Megan confundida la vio alejarse. --Que raro. ?Que puede tener que hacer? --Desde que regreso de la universidad para cuidar a su padre esta muy rara. Y conmigo ni te cuento. Como si fuera tonta miro a su cunado interrogante. --?Y eso por que? --No tengo ni idea --dijo molesto--. Pero es verme y parece que le ha comido la lengua el gato. Debo caerle mal o algo. Ni idea --dijo como si le importara poco. La miro de arriba abajo--. ?No has comprado nada? --Esta en la camioneta. --Megan, como Marc se entere de que has cargado pesos, me rompe las piernas. --Por eso no se lo vas a contar. Sobre Jenny... --Bah, igual son imaginaciones mias. Cuando su padre se emborrachaba todos los dias se volvio rara con todo el mundo. ?Nos vamos? Tengo mil cosas que hacer en el rancho. Preocupada camino a su lado hasta su camioneta negra y su cunado le abrio la puerta como todo un caballero. --No es rara. Paso un mal momento --dijo subiendose y poniendose comoda. Bob chasqueo la lengua cerrando la puerta. Cuando se sento a su lado y arranco el motor ella pregunto --?Por que piensas que es rara? --Mira, antes de irse a Nueva York no es que la conociera mucho, era una cria. La veia contigo de vez en cuando y nunca fue de hablar demasiado, ?pero despues de que muriera su madre y tuviera que regresar de la universidad por el alcoholismo de su padre...? Ya no abria la boca. Y no es lo que opino yo. Mucha gente piensa que es algo rara. Megan jadeo llevandose la mano al pecho. --No puede ser. Pero si es un amor. Intento cuidar al senor Parker y abandono una carrera que le apasionaba... --Pues sera un amor contigo y con su padre, pero con los demas es hosca y muy seca. --?De veras? --La ultima vez que hable con ella fue poco despues de tu boda. Una manana me la encontre en el banco. Coincidi tras ella en la cola. Intente ser amable, pero solo me respondia con monosilabos y estuvimos alli media hora. Me miraba como si quisiera salir corriendo y te juro que hubo momentos en que me senti como un pesado de primera. Megan no salia de su asombro. --Marc dice que se avergonzaba por la situacion que estaba pasando. Se quedaron en la ruina y encima su padre no dejaba de beber... Para ella que era tan buena estudiante y que sonaba con ser el medico del pueblo, tuvo que ser un shock con todo lo que habia trabajado. Siempre odio el rancho. --Miro la carretera. --Me gustaria poder ayudarla mas. --Si no hubiera sido por ti lo hubieran perdido todo. Tu pagaste sus deudas y le prestas a tus vaqueros para que la ayuden en el rancho. Has hecho muchisimo mas que nadie. --Es lo que hacen los amigos. Bob la miro de reojo. --Pues solo a ti te considera su amiga. Asi que supongo que dio gracias a Dios porque regresaras con tu gente. --?Por que dices eso? --pregunto extranada. --Venga Megan, ?no te has dado cuenta? No tiene mas amigos que tu en la ciudad. No se relaciona con nadie. Cuando murio su madre muchos quisieron ayudarla al ser conscientes de su situacion y la situacion de su padre. Les rechazo a todos. Y debo decir que algunos de muy malas maneras. --No me lo puedo creer. Jenny siempre es muy agradable. --Marc y yo fuimos a verla un dia que tuvo que sacar a su padre del calabozo por una bronca en un bar. Tu marido le ofrecio nuestra ayuda, incluso con el rancho a pesar de que en ese momento teniamos muchisimo trabajo. ?Y que le dijo ella? Que se arreglaba muy bien sola y que no necesitaba la ayuda de los Bentley. Casi nos echa del rancho a patadas. Megan se sonrojo. --Eso debio ser porque yo me habia enfadado con Marc. Siempre ha sido una amiga fiel y eso que necesitaba vuestra ayuda. --Bob gruno entrando en el rancho y ella vio que estaba molesto. --Ahora todo mejorara. El rancho empezara a dar dinero de nuevo y cuando su padre se encargue del trabajo otra vez, podra volver a estudiar. De eso me encargo yo, vaya que si --dijo tozuda--. Con lo lista que es, no puede llevar el rancho.

  • Buscando a Ella de Juan Francisco Soto Rodriguez

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    Buscando a ella es la primera novela
    de una saga. Basada en hechos reales, plasma el amor y en la libertad, en los derechos de las personas. Aunque el
    lector se encontrara una historia llena de amor, desamor, erotismo, y en ocasiones sexo crudo, Buscado a ella nos implica
    en los momentos familiares dolorosos y complicados de su protagonista, las peleas de instituto, el racismo, las drogas, y las situaciones verdaderamente dificiles que nos marcan en nuestra vida, y que en ocasiones hace que la vision particular que tenemos del mundo cambie, pero, que le han servido a el para madurar y para crecer como persona.

  • Una noche y nada mas, Whitney G de Whitney G

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  • El pequeno libro de Bob de James Bowen

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    <>.

  • Miguel Superacion de Nanda Gaef

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    Miguel, un abogado de renombre que lo tenia todo. Una espiral de autodestruccion le hizo tocar fondo, perder su dignidad, trabajo, amigos y a si mismo. Nadie lo queria cerca. Estaba a punto de perder a la unica persona que seguia teniendo fe en el.
    Divisando un futuro negro, con el apoyo de Rafa, busco ayuda. Con lo que nadie contaba es que las mismas personas que lo curaron le traicionarian y volverian a enfermarlo.

  • Te quiero a ti de Elizabeth King

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    Carolina se encuentra en la edad de casarse, pero ella no desea otra cosa que casarse por amor y no vivir lo que su mejor amiga, su madre y otras mujeres viven en una epoca donde los hombres tienen a la mujer para estar en casa y tener hijos. Sin embargo, los milagros existen y Carolina encuentra en los Thompson y lord Hunter una gran ayuda para evitar ese matrimonio que sus padres desean para ocultar un enorme secreto. Lord Hunter desea ayudarla, la ama aunque no lo sabe, pero sus propios problemas le acarrean una tristeza inmensa de la cual unicamente Carolina parece poder sacarle. ?Podran estar juntos? ?Cual es ese secreto que lleva a esa boda? ?Se liberara Carolina de ese matrimonio?

  • Dia 21 (Los 100 2) de Kass Morgan

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    Nadie ha puesto los pies en la tierra en siglos… hasta ahora.

  • El lobo con piel de cordero de Francisco Jesus Lopez Campos

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    <>, penso Tiburcio.
    Habia intentado, una y mil veces, controlarlas, pero siempre le superaba la tendencia natural de depredador que le desgastaba por dentro. No podia evitarlo, sus manos siempre se acababan apoderando de su alma y lo conducian a los abismos del averno. Unos le llamaban “chofer diabolico”, y otros opinaban que descendia del mismo Satan.

  • …y navegar en tu mar (Serie Extrarradio, #2), Juani Hernandez de Juani Hernandez

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  • Feminismo para principiantes de Nuria Varela

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    Apasionante recorrido sobre el origen del feminismo y su evolucion a lo largo de la historia.

  • La voz del Faquir de Harkaitz Cano

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    Un joven militante de la cancion utiliza su don para intentar cambiar el mundo. Imanol Lurgain abraza su guitarra y pone su enorme chorro de voz al servicio de la lucha de una ETA embrionaria que nace para combatir la dictadura. Apodado el Faquir, Imanol fue un hombre significado politicamente, amado y odiado a partes iguales cuando su conciencia y un hecho atroz le hicieron tomar partido por la vida y contra la violencia de la organizacion en la que una vez milito.
    Esta es la novela de una revolucion sonada; la historia de un artista que quiso dar voz a su epoca y a sus ideales, de las mujeres que conocio y los musicos que le fueron fieles; de las canciones que creo y del publico que acabo dandole la espalda. Y es, ante todo, una novela sobre la libertad y el compromiso con uno mismo.

  • Antes de Verano de Marta Escudero

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    Manana es mi cumpleanos numero veintiuno. Deberia de estar emocionada, muchos lo esperan con ansias. Yo ya no lo sentia de ese modo, pues despues de la muerte de mi madre se volvio una fecha muy deprimente, hasta el punto de casi odiarlo. No me gustaba sentirme asi. Sabia que si mi mama pudiera verme, trataria de animarme para que continuara adelante con mi vida. Ella se emocionaba mucho celebrando mis cumpleanos. Le encantaba consentirme en aquellos dias especiales con lo mejor que sabia cocinar: grandes pasteles de chocolate, fresa o ambos. Adoraba su sabor, recuerdo que siempre trataba de probar la cubierta de chocolate que rebosaba antes de picar el pastel, y mi madre siempre me capturaba en pleno acto. No entiendo como es que se daba cuenta tan rapido. !Mi madre era increible! Pero esos dias se acabaron hace un ano, cuando recibi la noticia de parte de mi padre sobre la muerte de mi madre. Fue el peor dia de mi vida. Yo me encontraba en clases y despues de la llamada me fui corriendo hasta el hospital, quedaba a unas calles de la universidad. Encontre a mi padre en la entrada, me estaba esperando. Mi madre habia fallecido entre la llamada y el tiempo que me tomo llegar al hospital. Me derrumbe por completo, quede desolada. No pude ayudar a mi padre con los preparativos del funeral. Me aleje de todos, cree una burbuja personal. Estoy encerrada en mi cuarto recordando aquellos momentos junto a ella. En la mesa tengo dos cartas: una para mi madre, donde le escribi todo aquello que me hubiese encantado hablar con ella, y otra para alguien muy especial para mi. Una carta la cual no terminaba de escribir. Siendo sincera, solo tenia el encabezado, no sabia como continuar. La unica persona con quien he mantenido contacto, ademas de mi padre, ha sido Francisco. Francisco y yo tenemos mas de cinco anos de amistad, de hecho, nos consideramos los mejores amigos. Pero la verdad, mi perspectiva hacia el ha cambiado en los ultimos anos. Por primera vez un hombre llama mi atencion de tal manera. Desde el primer dia que lo conoci me encanto, y mantuve la esperanza de gustarle un tiempo, pero su trato y comportamiento me demostraron que era (y sigue siendo) unilateral el sentimiento. No soy de fijarme en cualquier hombre guapo, antes pensaba que todos eran unos patanes, pero es increible el impacto que el causo en mi. ?Como le explicas a tu mejor amigo que tienes anos enamorada de el? Hace un momento llamo para preguntarme como me siento. Sabe que estos dias son dificiles para mi, y estoy muy agradecida por ello. Sin embargo, no puedo evitar pensar que mi madre estaria enojada al verme. Lo he pensado, y quizas ya es momento de seguir adelante. No quiero seguir recordando a mi madre con tristeza, ella no se merece eso. Por ello habia decidido escribir la segunda carta: deseaba plasmar todo lo que sentia por el, sacarlo todo. Necesitaba un medio para decirle lo que sentia a Francisco, nunca me habia atrevido de hacerlo en persona. Crei que seria sencillo, pero no tenia ni idea de por donde empezar. Estaba hastiada de estar en la friendzone, viendo como pasaba de novias, “amigas” y mujeres de una sola noche, mientras yo aqui; siendo la del despecho, la que escuchaba sobre Luisa, Andreina, Mariana, Claudia, o como fuese que se llame la chica de turno, para aconsejarle que hacer con cada una, pero nunca siendo yo la protagonista. Ha sido una pesadilla tener que aguantarme las emociones de sus relaciones inestables. La primer relacion amorosa seria que tuvo me afecto muchisimo, porque practicamente coincidio con el fallecimiento de mi madre. El momento en el que mas lo necesitaba. Hace unas semanas celebraron su primer aniversario, y sigue siendo dificil para mi verlo acompanado por Veronica, su novia, como tortolas estupidos, repartiendo su amor por todos lados, tomados de la mano o dandose besos en cualquier lugar. Son inevitables estas escenas. Por ello mi relacion con Francisco menguo hasta al grado de huir cuando los veo juntos. El reloj marca las doce y diez, oficialmente habia comenzado mi cumpleanos. Tenia mi movil apagado, no queria recibir ni llamadas, ni mensajes, ni ningun tipo de felicitacion. Mi companera de casa Angela entro a mi habitacion a desearme feliz cumpleanos, y algo en mi rostro debio avisarle que algo ocurria, porque se me arrojo encima y me dio un fuerte abrazo de oso. Se quedo conmigo hablando, con su ayuda pude adelantar un poco la carta. Eran las tres de la manana y yo solo esperaba que estas paginas fueran suficiente para apaciguar lo que sentia por el. Tenia meses tratando de terminar esta carta, y al fin lo logre. En ella le explicaba mis sentimientos a Francisco, como habia sido mi amor platonico durante estos tres anos, cuanto me habian dolido sus relaciones y cuanto me dolia el hecho que siempre me veria como su mejor amiga y nada mas que eso. Era hora de dormir y dejar las cosas en las manos del destino. Manana encontraria el valor para entregarla. * * * * Hace algunas horas amanecio y yo aun sigo metida en la cama, cubierta con mi sabana de pies a cabeza. Lo unico en lo que puedo pensar es que ya pronto llegan las vacaciones. La clase de esta tarde sera la ultima del mes, y luego de eso tendre dos semanas para perderme en mi y descansar de todo. Son solo dos semanas, pero para mi, una asidua lectora y amante de las peliculas, es demasiado tiempo. La universidad absorbe todo mi tiempo, dejandome muy poco para disfrutar del placer de un buen libro. Son casi las 12, por lo que decidi enfrentarme al destino y encender mi movil. El buzon tenia algunas felicitaciones de mis familiares y amigos, tanto en los SMS como en las redes sociales. Despues les respondere, por ahora quiero seguir acostada, disfrutando la tranquilidad de mi cuarto hasta que sea la hora de irme a la universidad. Mi movil vibro, un mensaje nuevo. Era Francisco. *Buenos dias cumpleanera, espero que estes presentable, porque necesitamos hablar y estoy en camino. Asi que despierta y alistate para mi* ?Presentable? ?A que se referia? es obvio que no, es mi cumpleanos y no debo estar en la universidad sino hasta las tres de la tarde. Tocaron la puerta, tal vez sea mi padre, sorprendiendome con una visita rapida, ya que Angela se fue temprano a la universidad. Me levanto con lentitud, pero seguian tocando el timbre insistentemente. Abro la puerta rapidamente, esperando sorprender a mi padre con mi aspecto, pero… no puedo creer a quien veo en su lugar: Francisco estaba frente a mi, riendo a carcajadas al verme y con un regalo muy llamativo escondido entre sus manos. --!Feliz cumpleanos Marta! --clama Francisco, y repentinamente se lanza sobre mi para abrazarme. !Estoy totalmente avergonzada! Aunque Francisco y yo hemos convivido ya muchos anos, todavia detesto que me vea tan desarreglada, especialmente hoy, ya que el shock de la situacion no hace mucho por disimular la melancolica que me produce pensar que mi madre ya no esta. --Gracias Francisco… --Finalmente respondo y tambien lo abrazo carinosamente. --Por nada linda. Y hey... --Toma una de mis manos, y coloca lentamente la pequena caja en ella-- Mira, traje esto para ti. --!Oh, gracias! ?Que sera? --Clamo algo entusiasmada. No suelo aceptar regalos este dia, pero recorde que tambien habia decidido cambiar algunas cosas. Abro rapidamente el regalo, emocionandome un poco mas y veo que es un hermoso reloj color plata con algunos que otros brillantes. Evidentemente quede fascinada. --!Que hermoso! !Me encanta! Gracias... Si que tienes talento para estas cosas, casi me haces sentir mal por el abrigo barato que te di en tu cumpleanos Francisco sonrie. --!Sabia que te iba a encantar! Oye Marta, se lo dificil que puede ser este dia para ti, hasta me imagino tus planes para este fin pero... hoy quiero que aceptes mi invitacion. -- ?Invitacion? ?A donde? --Respondo confusa. Francisco no suele ofrecer invitaciones asi... Siempre vamos a salidas planeadas por nuestro propio grupo de amigos ?que rayos estaba sucediendo? --Eso es una sorpresa. --dijo, con una inmensa sonrisa. --Uhmmm... Bueno... Pero solo por un rato. No tengo muchas ganas de celebrar nada, la verdad. --Justamente por eso es que quiero que salgas de este encierro --dijo, frunciendo ligeramente el ceno--. Y si, con un rato es suficiente. Vamos, te va a gustar. -- Oye... ?y Veronica? ?No pensara mal si salimos solos tu y yo? -- Ella no es importante en este momento, hoy es el cumpleanos de mi mejor amiga y no podemos pasarlo por alto. Y tu me necesitas con urgencia para distraerte. Ademas, ella sabe lo mucho que te aprecio y cuan importante eres para mi. --Yo tambien te aprecio muchisimo Francisco... Gracias. --?Ella no es importante? Como desearia que esas palabras fueran ciertas. Lo miro fijamente a los ojos, el tambien me mira, pero su mirada es carinosa, protectora... en fin, la mirada de un hermano. --Para eso somos los buenos amigos... !Bueno! Creo que ya deberiamos irnos, se hace tarde --clama y me hala una vez mas de la mano, mientras yo sigo ocultando mi decepcion, preparandome para volver a mi rol de amiga. --!Espera! !No saldre en pijamas! --Y tampoco con esa melena de Leon --bromea, y enseguida volteo hacia el espejo del salon y rio a carcajadas mientras veo mi desastroso cabello color castano claro, y mi rostro palido.

  • Tierra americana de Jeanine Cummins

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    Lydia Quijano Perez vive en Acapulco, Mexico, donde regenta una libreria. Tiene un hijo de ocho anos, Luca, el amor de su vida, y un maravilloso esposo que es periodista. Y aunque la situacion en Acapulco comienza a agrietarse debido a los carteles de la droga, Lydia lleva una vida confortable.

  • Al final del camino de Poppy Garcia

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    TANTO SEXO EN UN SOLO BESO

  • el amor que me dejas de Patrick Norton

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    A las lectoras que me siguen, que me amparan cuando escribo. A Norah, a su impetu y generosidad. A Monika. "Tu risa es una hoja sobre un rio que no vuelve". Carina Sedevich "Dime lo que he de hacer. Llevame a donde me digan lo que he de hacer. Sus ojos. Tus ojos". Chantal Maillard Amar es fragil "Como arena seca se fue, o la sombra del viento al sol en una playa, (...)" Derek Walcott RECORDARTE Recordarte, vivir en esa quietud, aunque todo pase sin mas. Que no sea amor ni siquiera un recuerdo, nada de lo que quede. Nada de lo que hayamos compartido en este tiempo. Te entregas a mi, o a nosotros, no importa, sin que puedas evitarlo. Y es fragil, tan fragilque no se olvida. NO ESTAS SOLA No estas sola. Aunque los objetos no te permitan recuperarlo. Cada recuerdo es un rasgo de ese hombre y de lo que sucedio entre vosotros. Nada se ama sin el cuerpo, sin otro cuerpo. Lo que mencionas en tus cartas, lo que extranas, una vez que el ha desaparecido, no es mas que un recuerdo. Y hay recuerdos que saben a olvido por desgracia. Demasiadas veces. Todas las veces. Las fotografias, las tuyas junto a el, comentan detalles de un fracaso, que no se parece a lo que viviste. Pero a veces es necesario recordar y mentir en ese recuerdo para no estar sola, para sobrevivir a la ausencia, para convencerte de que hubo una vez que lo amaste, ?verdad? Y con todas tus fuerzas. OTROS ANOS No estas conmigo. Las puertas se cierran a mi paso. Las flores silvestres son empujadas por una fuerza parecida al viento, pero no es quiza el viento. Las nubes descienden a la tierra y demasiado tardan los pajaros en llegar. Otros anos lo hicieron antes, cuando cogias mi mano y callabas para mirarme. Estoy aqui, ante el horizonte desnudo, atraido por una sola palabra. "Quiza". TU NOMBRE Duele que tu nombre se parezca al de la mujer que duerme a mi lado. Las palabras trazan un armonico circulo. Tu cuerpo, lo que era y se fue, importa mucho en algunos recuerdos donde no me reconozco. Acabas de desvanecerte. Entre las olas de luz ha sido, olas que se pliegan al llegar a la orilla. Inutil intencion de alcanzarte. De morir. De repetir una y otra vez esa estupida accion. Nos banabamos y nada era tan importante como dejarnos solos. CADA VEZ Sentir que me hieren. Sentirte. Dejar que el fuego, tuyo y mio, consienta cada encuentro. Tus manos me inspiran. Y esa boca que pronuncia un nombre distinto para mi. Con cada vez. EL HIELO Te deseo desde ese silencio que evocas. Eres la apariencia, no el cuerpo, todavia no. Y, sin embargo, presiento que necesito la soledad a tu lado, el hielo, un roce apenas, la luz intermitente, nuestro cuarto. Siempre. UN MOVIMIENTO Lo que queda de mi no es nada mas que un movimiento, tuyo quiza, cerca de mi, descuidado, una sombra de tu mano que nace de mi pecho, una mirada repetida y hacia la luz. No puedo besarte por alguna ley que quieres que cumpla. LENGUAJE Tu cuerpo es mi lenguaje, eco de una vida anterior donde quiza, alguna vez, ame a quien me recuerdas. Si llega la noche, has de mentirme para no volver a aquella vez que ame a quien me recuerdas. No tengo memoria cuando me atrevo a querer en la oscuridad, a buscar. Un cuerpo. Un tema. Una tarde para leer. Como tu, me conmueve todas las veces. Contemplar tu sombra, su cuerpo "Asi se esta despierto en medio del silencio, una respiracion dormida al lado y las horas de la noche." Miguel Casado ASI ES VIVIR Contemplarte. Algo asi es vivir. Observar tu fragilidad, tu limpieza en los ojos. O ese sincero abrazo de las espigas tras mi sombra. LO QUE TEMES Temes hacerme aquello que tanto deseo. Porque el deseo es el verdadero placer. La ausencia de ti escribe estas lineas. Las orillas me borran. Un fragmento: "No eres tu ni las olitas que mojan tus pies al atardecer, antes de la ultima nevada". Se disipa la primera ave. Luces descargan en la oscuridad que deja. Mueres por mi. O eso dices. TU FRAGILIDAD Tu fragilidad es lo que abandono y que a veces susurres a escondidas: “Dame el placer de los olvidados”. Dejo de escribirte por ahora. Pero ahora tambien es una eternidad para ti, mi soledad, una mujer y otra. UNA ESTRATEGIA Te quiero cerca. Y lejos que queden las visiones del fuego. Tu cuerpo, mi oracion en la oscura resonancia de un sueno. ESTRATEGIA II Deseo sentir que, en tu interior, todo se agita, todo es distinto, ausencia del mundo. Brevemente me esperas como otro cuerpo. Nos queda toda la vida para arrepentirnos de lo que hemos hecho a escondidas: cerre los ojos y me arrastro tu mano y las sombras de ti. Brevemente te tengo. ESTRATEGIA III Ven conmigo. Elevate de mi cuerpo hasta que el placer y un dano sean la misma luz. No olvides cada tarde de invierno. Mi nombre y el tuyo, el nombre de todas las cosas. Trazo oscuro sobre tu cuerpo a punto de desaparecer. Lo miento y sobrevives. UN SOPLO Un beso, soplo de vida. Me miras y camino sobre el fuego. Ganas de desaparecer en un recuerdo tuyo. Azul oscuro. Cafe en una terraza de Montmartre. A veces eramos felices. ESTRATEGIA IV Cuidar de tu gesto bajo el hielo. Quedarme. Querer. No dejes de besarme. Dime que fue de mi y de ti. La realidad, una falsa promesa, los dos, a solas, somos un cuerpo, confuso, que olvida. A ti, no. Ni ese dormitorio, ni su incendio breve. COMO EL CANSANCIO Tus manos, sombra que muere en mi, vibracion de una noche que no repetiremos. Beber entre tus piernas, sentir la luz como el cansancio. Me desvistes y el viento, o tu, o esa leve sucesion de nubes me recuerdan que no existe nada mas parecido a la vida que la ceniza. OCULTOS Plantamos arboles para ocultarnos. La juventud no es esta edad ni la luz. El deseo a veces regresa y luchamos para que lo que quede de vida parezca eterna. Nos mentimos cuando nuestros cuerpos se hieren sin motivo alguno, en ese abrazo, quiza, que tantas veces interrumpe la lluvia. Afuera. O dentro de nosotros. LA CARNE Como te necesito, te imagino. Tras las puertas, no hay otro hombre, sino la mujer que desnudo en la luz. Despoblados lugares son tus ojos y lo que miento es tan bello que piensas que es cierto, como unos versos de Maillard: "Ademas, tambien esta el ahogo. La carne incandescente, la estrechez y el aire que se aspira como se sorbe, a cortas bocanadas, (...)". VENECIA No importa si sucedio en Venecia. En un cafe, los dos nos miramos como dos desconocidos. Casualmente. Eramos dos seres distintos a otros anos, a los arboles que rodeaban nuestra casa e incendiaba la luz, o su transito de la manana a la noche. Eran tus manos, tus labios frunciendose, a punto de rozar los mios, lo que me excitaba, como agua que corre fugaz, sin rumor apenas hasta ese lugar tan familiar donde el placer se parecia tanto al dano. Juntos. Casi nos ahogamos. No importa si sucedio en Venecia. Alrededor, como la niebla "La beso entonces con ternura. Es tan blanca que apenas puedo saber cuando se ausenta". Chantal Maillard TU MANO ES UN PAJARO Te escribo para que no mueras. En ti no hay nada que sea mar o ligero fulgor sobre el mar. Me deseas, pero nada significa eso, cuando estamos desnudos ante la proeza. "?Que proeza?", preguntas sin aliento ya. Que el mar nos sumerja, que algo asi pase, que nada respire a nuestro alrededor salvo nosotros, quienes no hemos heredado nada, quienes olvidaremos pronto este instante. Dos locos. Y tu mano es un pajaro que se guarece en la mia. HABITACION GRIS A lo mejor me basta solo con mirarte. Porque no eres tu, sino lo que queda despues de esa claridad que anega la habitacion gris. Siempre estuvo vacia. No quieres saber mi nombre. Yo se el tuyo. Acabo de inventarlo a la sombra, desnudo tambien, porque no queda otra verdad para mi que mirarte, como quien es tentado, como quien ha de aquietarte, mudo tambien, sin nada que me impida recordarte cuando dejemos este lugar, el polvo, su horma de sombra. AUNQUE TODO PASE Que tu cuerpo suceda a otro. Que nos falte el aire a veces y el movimiento sea nuestro, porque el mundo, como el tiempo, se ha detenido por primera vez. La saliva penetra en la hendidura y cierras los ojos, porque has alcanzado las aguas que te prometi. Aunque todo pase. UN CAFE Deja de mirarme. Deja que termine este cafe. Deja que improvisemos. Estas tan ansiosa como yo. Presientes que no sere como los otros, aquellos que te dejaron sin voluntad de amar nuevamente. Sabes que no soy aquellos. Deja de preguntarte. Deja que nos arrase esta luz. La merecida y fluvial. Un hombre solo no es amor "Vendra la muerte y tendra tus ojos". Cesare Pavese

  • Selene, flor de cristal de Luna Villa

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    Patrick trabajaba en una importante empresa minera, hasta que es despedido. El amor por su madre, y el de esta por las piedras preciosas, le llevo a estudiar Geologia. Tras su inminente despido, decide viajar en busca de nuevas perspectivas y posibilidades. En ese viaje, encuentra una extrana cueva. Lo que Patrick no sabe es que no se trata de una simple cueva, sino de un portal hacia otro tiempo. Alli le espera Selene, una hermosa mujer encargada de mostrarle su mundo; un lugar lleno de increibles criaturas gigantes y diminutos seres magicos… Sin embargo, no todo es luz. Las tinieblas quieren establecer su dominio y separar lo que el destino y el amor han unido en un mundo tan bello como fragil.

  • Santos de Rosalia Reyes

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    Santos era el lider de una banda de moteros.
    Latino, alto, fuerte, dominante y un animal.
    Pero tambien era el hombre al que amaba.
    Sin que el lo supiera.

  • Un conde sin corazon (Minstrel Valley 5) de Nuria Rivera

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    Para encontrar el amor… ?sera necesario convertirse en una dama?

  • La sombra del adepto (El adepto de la reina 4) de Rodolfo Martinez

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    La nemesis del adepto sale a la luz.

  • Peach de Emma Glass

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    Algo terrible le ha ocurrido a Peach. Le duele caminar y solo tambaleandose es capaz de llegar a casa, donde la pesadilla continua: sus padres no parecen darse cuenta de nada. Peach debera recomponerse sola, juntar los pedazos que quedan de si misma, antes de retomar la rutina de su vida diaria: su novio Green, sus amigos, las clases. Pero no es facil concentrarse cuando le asalta el recuerdo de una enorme boca abierta, cuesta comer cuando siente el estomago hinchado como un tambor y es imposible dormir cuando el olor a grasa achicharrada llena sus fosas nasales. A pesar de que intenta cerrar los ojos ante lo que ha sucedido, Peach comienza al fin a entender que debe hacer para superarlo y a reunir el valor necesario para llevarlo a cabo.

  • El Club Rojo de Rocio Verdejo

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    Alexa, no discutas, te guste o no te guste voy a ampliar tu seguridad. Puedo ceder en muchas cosas, pero no en eso. -- Por favor papa, lo menos que quiero es andar por la vida con dos nineras. Tengo veinticuatro anos, soy una mujer. -- Ya te lo dije no quiero hablar mas del asunto. He dicho que a partir de hoy te acompanaran Bruno y Jorge. No quiero correr ningun riesgo contigo. La chica no discutio mas con su padre sabia que cuando se ponia en ese plan era dificil convencerlo de nada. Esa discusion era comun entre Alexa y Gonzalo. Ambos tenian un caracter muy dificil, y la mayor preocupacion del hombre era la seguridad de su unica hija, pero tambien el tenerla vigilada. Gonzalo Martin Casado era un abogado y politico muy importante, perteneciente a una de las familias mas ilustres de Espana. Habia desempenado los mas diversos cargos dentro del gobierno, todos de gran importancia, habia sido ministro, diputado, e incluso habia llegado a ser asesor del Presidente de Gobierno. Tenia setenta anos, pero muy bien llevados, el estilo de vida que habia tenido le habia permitido mantenerse asi. Nacido en una cuna de oro, nunca habia tenido que trabajar fuerte, era el encargado junto con su hermano de los negocios de su familia. Pero la carga mayor la habia llevado Pablo, su hermano menor, porque Gonzalo desde muy joven se dedico a la politica, esa era su verdadera vocacion. Era un hombre muy respetado y muy influyente entre los miembros del partido, y en general en todo el pais. Se habia casado hace treinta y cinco anos con Ana Velazquez De Los Rios, por supuesto, tambien de una de las mejores familias de Madrid, ella con sesenta anos tambien aparentaba muchos menos, siempre se ha dedicado a ser la esposa perfecta. Siempre vestida de manera muy elegante, con excelente educacion y unos modales exquisitos, habian sido perfectos el uno para el otro, ella lo habia ayudado a escalar posiciones dentro del partido, era muy lista y siempre habia motivado a su marido a asumir retos. En realidad, ella era el cerebro y el el ejecutor, pero de cara a la sociedad ella era una esposa florero. Se habian casado muy enamorados, el con 35 anos ella con diez menos, por supuesto querian tener familia, necesitaban un heredero, perpetuar el apellido Martin. Pero se les hizo muy dificil, luego de diez anos de incontables tratamientos se rindieron. Pero ocurrio el milagro, quedo embarazada, y el dia de su aniversario de bodas numero once, nacio Alexa Martin Velazquez, una hermosa nina que llego a completar la felicidad de la pareja. Luego por mas que lo intentaron no pudieron tener mas hijos, pero para ellos la dicha de tener a su preciosa hija era mas que suficiente. Durante su ninez, Alexa vivio entre algodones y lujos, habia ido a los mejores colegios del mundo, sus amistades o mejor dicho conocidos pertenecian a la realeza y a las mas altas esferas sociales. Habia viajado por todo el mundo, con veinticuatro anos seguia siendo la nina mimada de papa. Tambien tenia una ventaja adicional, era una verdadera belleza, cuerpo de modelo, delgada, alta, una cabellera negra como el azabache, los ojos grises como un cielo tormentoso, labios carnosos y cara de muneca. Nunca habia trabajado a pesar de tener una carrera de leyes, estudio en Oxford como su abuelo, su padre, su tio y uno de sus primos. Todo por complacer a su padre, la chica era inteligente y no tuvo dificultad ninguna en terminar con buenas calificaciones la carrera. No tenia ningun interes en ejercer, aunque no tenia duda que mas pronto que tarde tendria que hacerlo. Su familia tenia, entre otros negocios un despacho de abogados, uno de los mejores de Madrid, pero iba a retrasar lo mas posible esa situacion. Afortunadamente su tio Pablo no tenia intenciones de retirarse y para beneficio de ella tenia dos hijos que si querian dedicarse a esto. Ella tenia otros intereses, o por lo menos eso le hacia creer a todos, era fiestera, compradora compulsiva, caprichosa, era una referencia en cuanto a vestir. La prensa de cotilleo la seguia por todas partes, era habitual en desfiles de modas, inauguraciones de restaurantes, discotecas, y todos los mejores sitios de la ciudad. Eso era lo que se esperaba y por supuesto lo cumplia a cabalidad. Todo el mundo queria estar cerca de Alexa, eso era sinonimo de estatus, pero no era tonta, no confiaba en nadie, simplemente les seguia el juego. Sus unicos y verdaderos amigos eran Brad y Sofia. La Alexa que ellos conocian era la real, la que conocian los demas era un personaje, ella solo interpretaba un papel. A Brad Taylor lo habia conocido en Oxford, era ingles, ambos empezaron a estudiar el mismo dia. Era muy guapo, alto, rubio, ojos azules, delgado, pero con musculos definidos, y lo mejor de todo era encantador, tanto, que Alexa perdio la virginidad con el a los dieciocho. Pero luego de un tiempo se dieron cuenta que funcionaban mejor como amigos que como novios. El chico era de una excelente familia de Londres, era el primer abogado, su padre era medico, pero el no tenia esa vocacion. Cuando Gonzalo lo conocio, le agrado, pero nada mas, para el, Alexa estaba prohibida para todos. No queria que nadie se le acercara con otras intenciones. Cuando terminaron la carrera, Alexa lo invito una temporada a Espana, y le habia gustado tanto que se quedo. Luego de unos meses comenzo a trabajar en el despacho de abogados de la familia Martin. Sofia Jimenez y Alexa eran amigas desde que eran ninas porque ella era hija de una de las mejores amigas de su madre y apenas se llevaban un ano de diferencia, asistieron a los mismos colegios, y siempre habian sido inseparables. Ella estudio veterinaria, tenia una clinica pequena, pero se sentia muy orgullosa de ella. A pesar de que su familia tenia dinero habia querido comenzar por algo pequeno. Igual que Alexa, iba a los mejores sitios, pero ella era diferente a su amiga, su familia la habia dejado hacer siempre lo que quisiera, no era asidua a las compras, ni tampoco se aguantaba a nadie que no le agradara, y no le gustaba seguir esos estupidos codigos sociales. Era una rebelde, pero en el buen sentido de la palabra. Ahora le habia dado por ponerse el cabello azul, tenia piercings en "sitios divertidos", como decia ella, y unos cuantos tatuajes. Pero era una chica bastante centrada, que amaba a los animales, y se involucraba en organizaciones que los defendian, amaba tambien la naturaleza y sobre todo amaba su cuerpo. Era vegetariana, hacia muchos ejercicios, nunca habia usado drogas, no bebia casi alcohol, aunque con semejantes amigos, en ocasiones no podia negarse a esto ultimo. Los tres a pesar de ser muy diferentes, eran los mejores amigos, y disfrutaban mucho estando juntos. Y sobre todo eran amigos incondicionales. Alexa tambien tenia intereses profesionales, pero nada que ver con las leyes, a ella le gustaban los negocios, y sobre todo lo relacionado con los inmuebles. Le encantaba el diseno de interiores su sueno siempre habia sido dedicarse a eso, y de hecho estaba buscando la manera de hacerlo. Con el dinero que su padre le asignaba, compro un pequeno departamento, en Malasana, lo iba a remodelar y luego lo venderia. Pero necesitaba dinero para eso, le gustaban mucho ese tipo de proyectos y tenia talento para ello, le habia decorado en su totalidad la clinica de Sofia y el resultado habia sido maravilloso. Pero si su padre lo supiera estaria en problemas. Estaba empenado en controlarle la vida, en todos los aspectos, profesional, sentimental, y su propia privacidad ya que estaba segura que no solo era vigilada por Bruno y Jorge, su padre nunca estaria tranquilo solo con ellos dos. Debian estar siguiendola por lo menos tres o cuatro personas mas. Esas ultimas semanas habia estado mas paranoico que nunca. Ella desconocia la causa, pero estaba muy molesta por ello. Pero ella siempre optimista le veia el lado bueno a todo, Bruno su guardaespaldas estaba para comerselo, era un mulato, muy guapo, era de Brasil, experto en artes marciales y experto en armas tambien. Por lo menos tenia algo agradable que admirar. -- Alexa, ?como piensas comenzar con el proyecto de Malasana con esos dos siguiendote a todos lados? -- Le pregunto Sofia, mientras revisaba un gatito que le habian traido a consulta. -- No tengo ni idea… Con Jorge podia, porque se quedaba en el coche y yo tenia un poco mas de libertad de movimiento, pero Bruno no se me despega. Ahora mismo esta plantado en la puerta de entrada. -- Le respondio Alexa con cara de hastio. -- Si ya lo vi, pero que suerte tienes amiga, ese Bruno esta guapisimo y tiene cara de ser un semental. Y la reputacion que tienen los brasileros es que son muy calientes y sexuales. ?Porque no te lo ganas a fuerza de polvos? -- Dijo Sofia sonriendo. -- No creas que no lo he pensado, pero estoy esperando para hacer mi jugada. Tiene muy pocos dias en el puesto. -- Dijo Alexa mirando por la ventana, hacia donde estaba su guarda espaldas. -- Asi voy a matar dos pajaros de un tiro. Le doy a mi cuerpo alegria y de paso consigo algo de libertad de movimiento. -- Eres una perra maquiavelica, pobre tipo. -- No te hagas la inocente, tu misma me has dado la idea. -- Si, pero del dicho al hecho… -- Dijo Sofia. -- Y acerca de eso de darle alegria a tu cuerpo, ?no saliste el sabado con Ricardo? -- Si, pero no terminamos enrollados. Ese hombre es insipido, sali con el solo porque mi padre me lo pidio, y para no tener problemas acepte. Ambas familias tienen negocios y tienen la falsa ilusion de que podamos llegar a mas. Pero creo que la misma noche de bodas me moriria del aburrimiento. -- Pero es guapo, tampoco seria mucho sacrificio. -- Le dijo Sofia, mientras terminaba con su paciente felino. -- Creeme si es un sacrificio, el chico no tiene ni idea de lo que hace, es puro estuche, la unica vez que nos acostamos intento hacerme sexo oral, y mientras lo hacia casi que me pongo a limarme las unas. Ambas soltaron una carcajada, el pobre Ricardo habia sido un tema de conversacion muy divertido. Cuando Alexa salio Bruno la siguio de manera automatica, aprovechando la oportunidad se contoneo mas de la cuenta, necesitaba comenzar a trabajarlo. Mientras lo hacia miro de reojo y vio que el moreno estaba muy concentrado y no precisamente en la seguridad. Ya habia plantado el gusanito, aunque todavia no estaba segura de que esa fuera una buena opcion, lo que menos queria era perjudicar a nadie, y si su padre se enteraba lo despediria de inmediato. Luego de salir de la clinica de Sofia fue a su departamento, habia conseguido mudarse sola, muy a disgusto de Gonzalo, la unica condicion es que estuviera cerca de su casa, en el Barrio Chamberi. A ella no le importo, de momento eso serviria. Esa noche tendrian una cena en el club social donde asistian, la familia Martin tenia una de las membresias mas antiguas y esa noche era el aniversario. Afortunadamente para Alexa, Sofia y Brad tambien asistirian. Por lo menos no se iba a aburrir. Para esa noche se decidio por un vestido verde esmeralda, bastante discreto, era largo, con un drapeado hasta la cadera que le hacia un cuerpo precioso. Alexa era delgada, pero con unas formas perfectas, se hizo un recogido que la hacia lucir bastante elegante, y un maquillaje muy suave, pero con los labios rojos, siempre los llevaba de ese color cuando salia por la noche. Sus padres pasaron por ella en la limusina, les gustaba mucho alardear de lo que tenian. Se saludaron como siempre y Gonzalo lleno de cumplidos a las dos mujeres mas importantes de su vida

  • Dejate llevar (Citas de amor 2) – Anna Dominich de Anna Dominich

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    Lisa es una timida profesora de primaria que siempre esta rodeada de ninos. Lleva una vida tranquila y sin sobresaltos, pero siente que le falta algo. Decepcionada consigo misma, con una vida amorosa inexistente y menospreciada por su madre y por su mascota, decide plantarse y buscar una solucion.
    Cuando ve el anuncio de una pagina de contactos llamada <>, se atreve a crear un perfil con la esperanza de conocer a alguien especial. Alli empieza a hablar con Toni, un profesor de secundaria culto y elegante con el que tiene muchas cosas en comun. Sin embargo, no todo es lo que parece. Las dudas surgen justo en el momento en que conoce a Raul, un hombre con pendientes y muchos tatuajes por el que siente una atraccion inmediata.
    Lisa debe elegir entre quedarse con lo seguro y apostar por una vida confortable al lado de Toni o arriesgarlo todo y lanzarse a la aventura con Raul, alguien que a todas luces es lo opuesto a ella y que sigue anclado en un pasado tormentoso.

  • Loco por ti (Los Graham 3) de Mia Del Valle

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    Amanece, la tenue luz de un nuevo amanecer comienza a invadir la habitacion. Desconcertada abro los ojos y aunque lo intento, el intenso dolor de cabeza no me permite ubicarme, para males me encuentro completamente desnuda, y el peso de un brazo rodeando mi cintura me indica que no me encuentro sola <> una gran mano sujeta mi muneca de forma protectora, y el tatuaje que decora el brazo de mi acompanante me indica con claridad la identidad del no tan misterioso caballero, ademas huele de maravillas, huele a el… mis hormonas se despiertan de golpe, y no es necesario ver su rostro para saber de quien se trata. Volteo de golpe, su sonrisa y sus pequenos ojos somnolientos son la cosa mas hermosa que vere durante el viaje de “negocios” pero no son los ojos de Max… porque me encuentro completamente desnuda en la cama de Samuel Graham, y por el estado en que se encuentra la habitacion, puedo intuir que no solo hemos dormido. --No puedo creer que nuevamente cai --tomo asiento en la cama y sujetando mi cabeza con ambas manos niego --que una vez mas cai en los brazos de la tentacion. --?Tan malo fue? --Sam imita mi posicion, y por como rasca su rostro intuyo que debe tener incluso mas resaca que yo. --No lo se Sam, porque no recuerdo nada de nada --llorisqueo --esto esta mal. --Tampoco recuerdo nada carino, pero tu y yo juntos, desnudos en una cama, ?nunca puede salir mal verdad? !Vamos Vikinga! vayamos a desayunar, me duele la cabeza y necesito un cafe. --Antes necesito una ducha y ropa limpia, ?o puedes imaginar lo que pensaran todos si nos ven bajar juntos y yo usando el vestido de la noche anterior? --?Que dormiste con el jefe? --!Exacto! --Bueno carino, lamento informarte que eso es la pura verdad… --agrega con una media sonrisa tan seductora, que puedo sentir cuando cierta zona de mi cuerpo comienza a humedecerse. --Pensaran que soy una trepadora, una caza fortunas, que lo hago para recibir un aumento de sueldo, o peor aun --observo sus ojos con terror --!que quiero destruir tu matrimonio Sam! Con cuidado de cubrir mi cuerpo con la sabana me pongo de pie y Sam rie. --Cubrete bien Susan, Dios no quiera que estos ojitos te vean desnuda… una vez mas. --Estupido --respondo, cuando en un limpio movimiento Sam arrebata mi sabana dejandome como Dios me trajo al mundo. Cubriendo mis partes intimas como puedo corro al tocador, pero antes de cerrar la puerta Samuel ingresa. --Ven aqui maldita caza fortunas --grune mientras me carga, lleva hasta la ducha y el agua completamente helada comienza a caer sobre nosotros. Chillo y rio todo a la vez, hasta que los labios de Sam me silencian de golpe y en un limpio movimiento me levanta por la cintura hasta que mis piernas rodean su cadera, y aunque pude sentir su ereccion matutina contra mi abdomen mientras me besaba, fue una sensacion diferente cuando se introdujo dentro de mi. --Eres mia aunque estes con el. Y aunque se que no debi responder, al menos no lo que dije, no pude evitar confesar: --Lo soy. La ducha que tomamos fue agradable, y casi… casi me hizo olvidar que a kilometros de distancia un hombre <>aguardaba por mi. Cambio mi atuendo por un jean casual, unos mocasines y una blusa a rayas, Sam bajo antes que yo a pedido mio, en un intento mas de no ser tan evidentes, pero intuyo que todos ya deben saber lo que paso entre el numero uno de la empresa y yo, y asumo que el lunes seremos el chisme del momento en la empresa. Respiro hondo y decido llamar a Max, y aunque mi esposo ignora mi furtivo encuentro con mi jefe, la verdad es que me siento una mierda y la culpa me carcome por dentro, una vez mas, como tantas otras veces sucumbi a los encantos de Samuel Graham. En ocasiones siento la culpa como un liquido de color negro, algo sucio, espeso y maloliente que habita dentro de mi y que en momentos como este, comienza a brotar por mi nariz y boca como lava caliente, y si bien la imagen de mi misma es cruel y repulsiva, mi fuerza de voluntad es limitada y siempre, siempre vuelvo a recaer. Su telefono movil suena un par de veces, pero soy enviada al buzon de voz: “Hola, soy Max, en este momento no te puedo atender, por favor, dejame un mensaje y te llamare en breve” el dulce tono de voz de mi esposo me forma un nudo en la garganta y esa cruel pero acertada voz que habita en mi interior, una vez mas me dice que no merezco estar casada con alguien como el. Intento dos veces mas pero nada… observo mi reloj y siendo las once de la manana pienso que quizas decidio ir al gimnasio por mas tiempo que el acostumbrado, o posiblemente se encuentre reunido, o simplemente dejo el movil en el carro. --Carino… espero te encuentres bien, nosotros por aqui ya finalizamos todo lo que teniamos en la agenda… te veo en casa por la tarde --por un momento dudo, aunque al instante agrego --te amo. Luego del desayuno Donald llamo para darnos el ok con las inversiones y negocios hablados en la reunion del dia de ayer, noticia que a todos nos puso muy felices, ya que ambos viajes fueron un exito para la compania. Al momento de volver a la habitacion decido que debo de ir por mi ropa interior a la habitacion de Sam, ya que al no encontrarla esta manana, solo coloque mi vestido y chaqueta y con prisa <> me largue a mis aposentos. --Adelante --responde reconociendo mi forma de golpear tan caracteristica. Primero asomo mi cabeza por la puerta, y sonrio al verlo comodamente recostado en el sillon, mirando un juego de futbol mientras sostiene una helada cerveza en su mano. Cierro la puerta, camino hasta su encuentro y tomo asiento junto a el, imitando su posicion, recuesto mi cuerpo en el agradable sillon de cuero cafe y elevo mis piernas y cruzo los pies en la pequena mesilla. --Felicidades jefe --sonrio y entrego mi mano para saludar al cabecilla del equipo, Sam acepta mi saludo y luego de estrechar mi mano, de forma casual y como otras tantas veces a lo largo de estos anos me entrega la cerveza, doy un sorbo y me deleita lo helada que se encuentra. --Gracias senora Williams, la verdad es que fue un buen trabajo, y el equipo es todo en estos casos --sonrie de lado --hacemos buen equipo Vikinga --agrega de forma socarrona. --Lo hacemos --respondo mientras fijo mi vista en una gran pintura algo surrealista que se encuentra a un lado del televisor --?como se encuentra tu resaca? --Mucho mejor carino, nada como tomar una ducha fria con una bella mujer, un cafe y dos ibuprofenos para la resaca. --Eres un patan Sam --sonrio, aunque me sobresalto cuando llaman a la puerta, bajo inmediatamente mis pies de la mesilla, pero cuando estoy a punto de ponerme de pie, Sam apoya una de sus manos sobre mi hombro indicandome en silencio que no me preocupe, que el se encargara de todo. Samuel se pone de pie, y con calma abre la puerta, colocandose de forma tal, que el visitante no pudiera ver dentro de la habitacion. --Senor Graham --puedo escuchar la voz de Mariela <> --estoy buscando a Susan, alguien dijo que pudiera estar --carraspeo --reunida con usted. Sam se hizo a un lado permitiendo a Mariela ingresar, ella le hablo de cerca, y Sam masajeo su rostro con cansancio, como si lo que acababan de decirle le hubiera agregado varios anos encima. --Susan --Samuel capto mi atencion --debo darte malas noticias carino… se trata de Max. Con el corazon en la boca me pongo de pie, y aunque el tono de Sam anticipaba que algo malo habia ocurrido, jamas uno se prepara para lo que estaba por escuchar. Mariela sale en silencio dejandonos nuevamente solos. --?El se encuentra bien? --pregunto en un balbuceo casi imperceptible. Sam camina hasta mi, y tomandome de las manos responde: --Lamento ser yo quien deba darte esta noticia carino --sus ojos verdes comienzan a llenarse de lagrimas --Max murio. De pronto me falta el aire y la habitacion comienza a girar a mi alrededor, puedo escuchar desde lejos la voz de Sam preguntar si me encuentro bien… ?Susan me escuchas…? !Susan! Capitulo 1 — Todo final anuncia un nuevo principio. Cuando despierto todo es un alboroto. Me encuentro recostada sobre la cama y siento que alguien mantiene una bolsa de hielo sobre mi frente. A lo lejos veo a Samuel caminar impacientemente de un lado para el otro mientras habla por telefono y grita indicaciones varias a los presentes. No entiendo que es lo que sucede, hasta que un leve recuerdo llega a mi mente, y todo el dolor, miedo y desesperacion regresan con fuerza. --Desperto senor Graham --grita una persona que no logro reconocer, aunque por su indumentaria puedo suponer que sea enfermero o medico. Yo tomo asiento de golpe, mientras Samuel lo hace velozmente junto a mi. Con los ojos cargados de lagrimas observo el rostro de mi mejor amigo y negando suplico… --Dime que todo fue una pesadilla por favor… !dimelo! --Sam niega. --!Nooo! --grito tan fuerte que automaticamente la habitacion queda sumergida en el mas profundo silencio --dime que es mentira, dime que hubo una equivocacion por favor --las lagrimas caen como una gran cascada y siento cuando los brazos de Sam rodean mi cuerpo. --!Sueltame! --chillo mientras que como una demente me pongo de pie y con ira observo a los presentes, se que todos me quieren acompanar y consolar, pero en este momento quiero estar sola, soy la unica que ha perdido a alguien muy especial y la presencia de todos me hace sentir mas sola e incomprendida que nunca. --!Fuera! --grito --todos se van --caigo de rodillas sobre la moqueta y tomando mi rostro con ambas manos lloro… mi alma llora. La soledad me acompana durante las horas de vuelo, donde ya nadie intento hablarme… apenas una joven azafata se limito a traerme una pequena botella de agua y darme el pesame. Debi reconocer el cuerpo, algo de las cosas mas fuertes que vivi en mis veintiocho anos de vida, y aunque fue una de las cosas mas inapropiadas del mundo, Samuel me acompano, el forense retiro la sabana que cubria a mi esposo sobre la fria camilla metalica, a pesar del palido color de su piel y labios, aun seguia siendo el… mi esposo, la persona que elegi para dar el si… mi companero. Doy un paso y sin saber que hacer tomo una de sus frias manos entre las mias, acaricio sus largos dedos entre los mios… sus unas moradas, los golpes varios en el pecho que causaron el accidente de transito que arrebato su vida, uno grande en su abdomen, otro en el pecho y alguno mas en la frente. --Fue una rotura de bazo senora --agrega el medico forense --tambien habian danos en algunos organos mas, mi mas sentido pesame senora --agrega con educacion.

  • El sentido de la vida de Carla de A. M. Irun

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    Mi novia ha insistido en que cuente como nos conocimos. Yo no soy periodista como ella y no se mucho acerca de como estructurar un relato, asi que lo voy a hacer a mi manera intentando encontrarle un sentido a todo esto. Yo soy una chica de rutinas. Lo sigo siendo a pesar de todo. Desde que destripe un reloj con seis anos supe que era asi como queria ser. Precisa, puntual, un diente de la rueda detras de otro, esperando paciente su turno. Me levantaba, corria cinco kilometros en menos de 25 minutos, me duchaba, desayunaba algo con alto contenido en fibra (unos cereales concretos y algo de fruta). Me secaba y me planchaba el pelo y bajaba al metro a una hora determinada para poder entrar en el mismo vagon de siempre. Con tanta precision era facil olvidarse de esa puesta a punto necesaria de vez en cuando debido a ese ligero desvio de los elementos que hace que todo se vaya a la mierda. Tenia unos ocho anos cuando crei comprender por primera vez el sentido de la vida. Huia de mi hermano Jaime al que le encantaba pelearse conmigo y me escondi en la habitacion de mis padres. Con la emocion, no me dio tiempo a frenar y choque contra una de las mesillas. El reloj despertador que habia sobre ella se cayo al suelo y se rompio, dejando al descubierto el mecanismo que lo hacia funcionar. Mi hermano no paraba de reirse y de decirme que me la iba a cargar cuando se enteraran nuestros padres, pero pronto deje de oirle. Quede hipnotizada por el tic-tac del segundero y el movimiento milimetrico de las ruedas dentadas que habia en su interior. Comprendi al instante su funcionamiento. Era un mecanismo muy complejo, casi inescrutable, pero con una precision propia de un super ingenio. Como digo, traslade aquello a mi vida y me converti en un reloj. Puntual, rutinaria, paciente. Como uno de aquellos dientes de la rueda del reloj, a la espera de mi turno para hacer sonar la alarma. Encontraba series, secuencias y patrones en todos los lados, explicaba mis dudas existenciales con cadenas de causa y consecuencia. Si algo habia salido mal, lo analizaba, destripaba sus partes y daba con el error. Lo corregia y lo incorporaba a mi manual para una vida feliz. Pero todo reloj pierde el compas, la precision. La hora no es algo exacto, sino que depende de la orbita de la Tierra alrededor del Sol y, si no se corrige, un reloj puede acabar siendo una pieza completamente inutil. Solo cuando la orbita de mi vida perdio completamente el eje entendi que no entendia nada de la vida. SEPTIEMBRE I Es dificil decir donde comienza una historia. Si nos pusieramos a buscar el punto exacto donde todo empieza, podriamos remontarnos hasta el origen del universo porque es ahi desde donde surge todo. Pero somos humanos y nos gusta pensar que todo empezo con nosotros. Y no ya solo con nosotros como especie, sino en nosotros como personas unicas. Asi que yo no voy a ser menos porque esta es mi historia. Siempre recomiendan arrancar una historia con una imagen visual que ponga a la persona que escucha en un estado de atencion y que le ayude a empanizar con el protagonista. Asi que esta historia comienza conmigo, Carla Pi Fonseca, corriendo a primera hora de la manana, una rutina que rara vez me saltaba. Correr cinco kilometros al punto de la manana me ponia en modo superheroina y sentia que podia con cualquier cosa que ocurriera ese dia. Era finales de septiembre y hacia calor pese a que eran las 8 de la manana. Me puse los auriculares con una playlist que habia hecho el dia anterior eligiendo cada cancion segun sus revoluciones por minuto, y sali a correr. Empece con fuerza, pero a los dos kilometros note que me habia pasado con la motivada. Baje un poco el ritmo pensando en recuperarme un poco y aumentarlo en el ultimo kilometro. Pense que quiza me habia pasado con lo de las revoluciones por minuto. Corregir, redisenar, aplicar de nuevo. Dios, como me gustaba el aire fresco en la cara, los pulmones a pleno rendimiento, el corazon a tope, el viento haciendo remolinos en mis oidos. A pesar del flato, las piernas me iban solas y la aplicacion del movil me senalaba que llevaba mi mejor ritmo hasta la fecha. Ahora es cuando la cosa se tuerce. Note un pinchazo en el vientre. No muy fuerte. Algo ligero y fugaz. No pare de correr pero si me vi obligada a bajar el ritmo. Adios, record personal. Hola, meses de pesadilla. No bati mi record y me costo bastante completar los cinco kilometros de mi recorrido habitual. Me sentia lenta y pesada. Algo no iba del todo bien. No pasa nada, me dije. Manana ira mejor. Me diagnosticaron sindrome de colon irritable hace un par de anos. Al principio lo achaque al cambio del Instituto a la Universidad. El menu de la cafeteria, las prisas, el estres. Ingenieria Industrial mola pero exige mucho. Y el divorcio de mis padres lo agravo. Me dolia la tripa y mi medico me dijo que tenia el colon irritable, que hiciera deporte, comiera sano y evitara las bebidas gaseosas y el alcohol. Fieston. Al principio fue duro, sobretodo lo de ir a fiestas y ser la rara que bebe agua o zumos. Pero enseguida note el cambio y segui con un estilo de vida saludable. Comenzaron a definirse los musculos de mis brazos y piernas, desaparecio por completo mi dolor de espalda causado por horas y horas de estudio y tenia un vientre plano que era la envidia de mis amigas en verano. Recuerdo como fue mi primer kilometro corriendo sin parar. Pense que se me iba a salir el higado por la boca, tenia la garganta sequisima y los hombros me pesaban. Me obligue a superar la pajara hasta que consegui mi objetivo. Si hubiera tenido fuerzas habria bailando, pero apenas podia sostenerme en pie. Estaba a punto de caer de rodillas y sin embargo me sentia toda una ganadora. --?Que tal ha ido, hija? --me pregunto mi madre nada mas salir de la ducha aquella manana en que todo iba a cambiar. --Mal. He notado un pinchazo aqui --le dije tocandome un lateral del estomago--. Me ha costado mucho acabar. --Manana ira mejor. Madres. Aunque esten destrozadas por dentro siempre tratan de animar a sus hijos. Mi padre nos dejo por una chica mas joven. Digo "nos" porque nos abandono a los tres: a mi hermano, a mi madre y a mi. No fue un abandono en plan “ahi os quedais”. Le seguimos viendo, paga lo que le corresponde de nuestra universidad, y si necesitamos algo mas, sabemos que va a estar ahi, pero por lo demas, se ha quedado una relacion bastante fria. Jaime y yo teniamos 18 cuando dejo a mi madre. Nos quedamos helados. Mi madre un poco menos porque supongo que se lo esperaba. Asi que ahora somos solo los tres. Tenemos un hermano mas, Dario, pero vive en Berlin con su increiblemente adorable y sexy novia alemana Gertha, y le vemos tres o cuatro veces al ano. --?Donde estan mis cereales? --pregunte rebuscando en los armarios de la cocina. --Aqui --senalo mi hermano. Tenia la caja delante de el y una sonrisa malevola en la boca. Mi hermano es en terminos generales lo que llamariamos un gilipollas. Mis padres tuvieron a Dario, y enseguida quisieron ir a por la parejita. Les costo cuatro anos hasta quedarse embarazados, y al final, la tan ansiada parejita vino junta. Jaime y yo somos mellizos. Solo tenemos igual los ojos, con forma de dos pequenas almendras y del color de la miel. El resto no podria ser mas diferente. El es de Letras, yo de Ciencias; el es un vago, yo me lo curro cada dia; el se ligaba a una tia cada finde, y yo… yo solo bebia los vientos por una. Me acerque a la mesa donde estaba mi hermano desayunando para coger la caja de cereales. La levante y note que estaba vacia. Jaime se llevaba a la boca la ultima cucharada de leche con cereales. Sonreia tontamente mientras la leche le caia por el labio de abajo. --?Te has comido mis cereales? --le grite. --Oh, lo siento --respondio con parsimonia. Se levanto y dejo el bol en el fregadero. --Mama, dile algo a este gilipollas. --!Carla! --me regano mi madre--. No llames gilipollas a tu hermano. Jaime me hacia la burla a espaldas de mi madre. --Sabes que necesito desayunar esos cereales para… --!Para cagar! --termino Jaime que hizo una pedorreta con la boca y salio de la cocina. Y ese tio queria entrar en la Sorbona. El dia habia empezado torcido y no parecia que fuera a enderezarse. Solo habia una cosa que si sabia que iba a ocurrir. Y era lo unico que me podia alegrar la manana. Me planche el pelo con esmero. Lo tenia largo y negro y si no me lo planchaba se me erizaba y quedaba fatal. Busque las lentillas, pero en la caja solo habia una. Seguro que mi hermano habria perdido alguna suya y me habria robado la mia. Gruni, me puse las gafas y sali de casa para ir a la facultad. II Una manana de hace un par de semanas, nada mas empezar el curso, me subi al metro pensando que seria un trayecto mas. Entre al vagon y me sente sin prestar mucha atencion a la gente. Escuchaba musica y, en un momento dado, me sorprendi a mi misma cantando por lo bajo. Pare en seco y mire a mi alrededor por si alguien me habia escuchado. Entonces la vi. Vi a la chica del metro. La chica del metro tenia algo que me gustaba mucho, pero no sabria describirlo. Tenia el pelo y los ojos castanos. Unas pestanas largas y preciosas que no hacia falta maquillar y un look desalinado. Echaba vistazos rapidos a la gente y se detenia en detalles aparentemente insustanciales del vagon como senales o carteles. Parecia un gorrion asustado que acababa de caer del nido. Solia pensar que eran idas de olla mias, pero cada dia que pasaba y la veia, me convencia de que la chica del metro era sensible y divertida. Asi era como yo me la imaginaba. Y me encantaba. Toda aquella primera semana trate de encontrar el momento para coincidir con ella en el metro, y lo consegui. No fue facil puesto que era comienzo de curso y aun no teniamos las rutinas definidas. La siguiente semana me deje ver, me esmere en arreglarme con mis mejores prendas. El verano se estaba acabando, pero la ropa aun daba algo de juego. Camisas con un boton de mas desabrochado, tirantes, coletas para mostrar el cuello... Supe que habia conseguido llamar su atencion cuando, a la tercera semana, coincidimos todos los dias. Creia eso de verdad. Creia que habiamos hecho un pacto silencioso en el cual quedabamos en un vagon concreto, a una hora determinada. Queria creerlo. El tren entro en la estacion. Mire mi reloj de pulsera, regalo de mi padre tras acabar el Instituto, pocos dias antes de que nos anunciara su decision de dejarnos. Cuando nos lo dijo, hubiera lanzado el reloj por la ventana, pero era precioso y me encantaba. A la saeta del minutero le faltaban tres rayitas para llegar a la hora senalada, asi que deje pasar el tren. Espere al siguiente tren. Siempre tenia cosquillas en el estomago durante ese rato, como si estuviera pixelado. Cuando por fin llego, respire hondo y entre. Ahi estaba ella, con sus vaqueros caidos, su camiseta de rayas y su cazadora vaquera. Suspire y, como en todos los viajes, nos dedicamos a esquivarnos la mirada. No se por que lo haciamos. No se por que ninguna de las dos no daba el paso despues de tanto tiempo. O si lo se. Lo se perfectamente. La razon romantica era para no romper la magia. La razon real era porque ninguna de las dos habiamos hecho eso antes y no estabamos seguras de si lo que veiamos en la otra eran senales o imaginaciones.

  • La chica que lo tenia todo de Jessica Knoll

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    El thriller revelacion del ano, del que muy pronto se estrenara la pelicula basada en esta adictiva novela.

  • Somos lo que comemos de Monica Katz

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  • Estar junto a ti (Los Visconti), Anais Valcarcel de Anais Valcarcel

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  • Houston, tenemos nueve semanas y media de Garcia De Saura

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  • Nosotras, Christian Martins de Christian Martins

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    Aurora conocio a Hugo cuando solo era una cria que no buscaba el amor. A sus veinte anos de edad, no sabia lo que queria ni se le pasaba por la cabeza consolidar una relacion.
    Pero el tiempo fue pasando, ano tras ano, y el amor entre los dos continuaba estando presente... Lo que ninguno de los dos esperaba era que el pasado intercediera en su futuro.
    ?Como sobrevive un amor de verano al paso de los anos y a la inmadurez de la juventud?
    ?Que ocurre si, cuando has conseguido que todo se estabilice, tu mundo se derrumba sin control? ?Si, repentinamente, desaparece todo aquello por lo que tantos anos has luchado?

  • Eres mi condena de Norah Carter

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    Me levante ilusionada, era viernes, asi que trabajaria solo hasta las dos y ya no volveria hasta el lunes. Estaba desquiciada con mi empleo, pero era lo que habia y me tenia que aguantar, todo por no haberle hecho caso a mi madre y haber estudiado un poco mas, pero no, lo tuve que dejar cuando termine el bachillerato, no podia seguir estudiando, me daban un asco impresionante los estudios. Asi que ahi estaba, de recepcionista en una clinica dental privada, donde parecia mas la chacha, me tenian para todo, que si un cafecito para el doctor Pau, que si otro para la doctora Cinthia... A esa le tenia una tirria impresionante, no la podia ni ver, pero yo como buena actriz, lo disimulaba del carajo, en los ocho anos que llevaba ahi, nunca se notaron mis desavenencias, pero cada vez estaba mas quemada, asi que me renovaba cuando llegaba agosto y cerrabamos todo el mes la clinica. Aun faltaban dos meses, estabamos empezando junio, este verano tenia que ser especial, habia acabado de cumplir mis 30 anos, asi que me propuse disfrutarlo a tope. Llegue a la clinica con una sonrisa de oreja a oreja, como la Pantoja, "Dientes, que eso es lo que jode", ademas, feliz porque en 4 horitas me iba de fin de semana, el sol de las diez de la manana hacia saber que ibamos a tener un espectacular dia de calor, asi que en cuanto saliera de la clinica, me iria a la playa, ya llevaba en el coche todo preparado para ello. -- Buenos dias, Ainara - me dijo Pau con su brillante sonrisa. -- Buenos dias, Pau. -- Buenos dias - llego la gilipollas de Cinthia con su falsa sonrisa. -- Buenos dias, guapa - para falsa, yo... mi sonrisa ironica era un poema. Claro que nada tenia que ver con la sonrisa de la vibora mayor, que asi la llamaba yo. Yo, por mas tratamientos que me hiciera (que lo hacia porque en la clinica todo me salia rebajado, pero aun asi me dejaba el sueldo en ellos, no os creais eso de que por ser trabajador en x lugar, todo es mucho mas barato, que un 5% en un dentista ya os aseguro yo que no se nota...) A lo que iba, que soy de las que pierden el norte rapidamente. Yo, por mas tratamientos y tratamientos que me hiciera, nunca conseguia lucir una sonrisa como la de ella. Yo estaba empezando a pensar que su dentadura no era natural, que eso era mas postizo que la peluca de Pau. Y aqui hare un inciso para explicaros esto. Pau, un hombre de buen ver, de unos cuarenta y... No se cuantos porque tampoco es que me haya puesto en modo espia, pero el hombre se cuidaba y estaba bien. Con un pelo... Postizo, todo era postizo. Y claro, una que empieza a trabajar en la clinica y ve a semejante bombon, no para un polvo, aunque no me hubiese importado un "aqui te pillo, aqui te mato" de lujuria espontanea. Si, como si te diera un yuyu, lo que es un buen polvo con el, vaya. Pues eso, que no me hubiese importado para nada satisfacer esa fantasia de muchas trabajadoras para con su jefe sexy cuando, un buen dia, me cai de culo. Pero literal. ?Como se supone que tenia que actuar cuando entre en el despacho en el que debia de estar mi jefe, ese melenas guapisimo, y me veo una calva? Pues logicamente, chillando y, del susto, al girar pensando que se habia colado alguien, me cai de culo. Que ni caso le hice al dolor que me habia dado en la rabadilla cuando los ojos del calvo conectaron con los mios. Y ya os lo podeis imaginar, era Pau. Mierda, adios a mi fetiche. Aunque bueno, me hacia el trabajo mas facil. No al principio, que lo unico que podia hacer era descojonarme al saber que el hombre llevaba peluca. Y no, no me estoy metiendo con los calvos, me encantan los calvos, son sexys, de hecho, tuve un novio calvo, pero... Joder, lo que sea, que me daba un ataque de risa y no podia evitarlo. Afortunadamente, todo eso ya era pasado y ya me habia acostumbrado a ver al melenas con su peluca. Eso si, nadie mas sabia que era calvo, algun dia tendria que desvelar el secreto, ?no? Y me volvi a ir por los Cerros de Ubeda... Volviendo a lo que estaba. Que, seguro que la vibora mayor tenia dentadura postiza de esas que se ponen las estrellas de Hollywood, porque no os ireis a creer que son dientes naturales, ?verdad? Eso es todo falso, solo que no de las de quita y pon que tenemos que usar los pobres. Lo que hace el dinero... -- Ainara... -- ?Si?-- volvi a la realidad cuando la voz del calvo, llamemoslo asi, trono. Porque ese hombre no hablaba, no, tronaba, Que torrente, por Dios... -- ?Estas bien?-- volvio a preguntar. -- Perfectamente-- sonrei de oreja a oreja, imitando a la vibora. -- Muy bien no tienes que estar, ?no dormiste anoche? -- Estupendamente dormi-- no quite la sonrisa de mi cara mientras miraba a la mala pecora. "Aunque hubiera dormido mejor si hubiera sonado que te destripaba", pense. Esa mujer sacaba mis instintos asesinos mas ocultos... -- Pues deberias de descansar algo mas porque ?son ojeras eso que veo? Lo preguntaba tan dulcemente que yo estaba segura que todo el mundo pensaba que esa mujer era la hermana de Clara, la de Heidi. Cuando yo estaba mas que segura que era una mala copia de Malefica, la madrastra hija de p*** de la Bella Durmiente. La ignore, directamente es lo que hice. Porque si dijera todo lo que estaba pensando en ese momento... Ya sabeis, tripas fuera, sangre, dolor... -- Voy por el cafe-- dije para salir de alli y tomar el aire. Sali de la clinica y entre en el bar de al lado. Puse los ojos en blanco y resople cuando Luis, el camarero, me miro con las cejas enarcadas. -- ?Otra vez dando por culo?-- pregunto con todo su plumaje. Luis, 23 anos, con un cuerpo que... Madre mia del amor hermoso. Pero gay, de ahi lo del plumaje, pluma se quedaria corto. Que le ibamos a hacer, otro que no me podria tirar, aunque mi imaginacion era libre. Y si no fuera por esa imaginacion calenturienta que tenia, me habria muerto al verme telaranas en mi... Ejem... En fin. -- Es viernes, yo no se como lo hace, pero todos los viernes me jode. Es como si le encantara que me fuera de fin de semana cabreada. -- Como si, no. Esa culebra va a por ti. Yo creo que esta enamorada en secreto del buenorro del melenas-- tosi cuando dijo eso, ya sabeis por que- y te ve un peligro. -- Peligro ni mierdas. A mi ese hombre no me interesa. Y ponme lo de siempre. -- A mi no me importaria probar ese culo - dijo mientras preparaba la maquina de cafe y el pobre cliente que se tomaba el suyo en la barra, se atraganto al escucharlo. Que si, que la gente ya era algo mas liberal, pero es que esta se pasaba. Este, que no esta, a Luis habia que hablarle como mujer-. Pero bueno, a dos velas estoy. -- Bienvenido al club, ultimamente ni los sapos me miran. -- Si que te miran, cielo, solo que... -- ?Que?-- resople. -- Hija, que con esa bata y esa mirada de mala hostia que cargas todo el dia-- puso los cafes en la bandeja- y esas ojeras... A la mierda, eso era lo ultimo que podia hacer dicho. Gruni, cogi la bandeja y sali del local, dejandole con la palabra en la boca. Entre de nuevo en la clinica mientras insultaba mentalmente a Luis y a todos los culos que le gustaban, les entregue los cafes a los dentistas y me puse a hacer algo. Algo, lo que fuera, solo esperaba que el dia se pasara rapidamente. Cincuenta horas despues... ?Rapidamente? Y una mierda, el dia habia sido una tortura. Esa culebra me habia puesto de un humor de perros, le habia dado por joderme el humor. Y yo no necesitaba mucho, solo verla ya me ponia de mala hostia

  • Llamada Nocturna de Lara Arbi

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    Saltillo, Coahuila. Febrero de 2020 3: 10 am El tono particular del celular de Sara, la hizo despertar de su profundo y reparador sueno. Casi lamentaba no haberlo apagado. Pero siempre existia la posibilidad de una llamada emergente de parte de alguien de su familia o de alguna amistad que requiriera de ayuda. Por eso, lo dejaba encendido. Siempre. Ella saco la mano de debajo de su gruesa y abrigadora frazada y sintio el frio apoderandose de su brazo. No era invierno, era que acostumbraba dormir con la refrigeracion al maximo, durante los meses calurosos. Definitivamente aquella era una llamada inesperada y eso de despertar de pronto, hacia que su pulso estuviera erratico y desatinado, asi que el celular termino resbalandosele de su mano. --!Auch...! --exclamo molesta, su voz se escucho ronca. Por suerte la alfombra frente al buro amortiguo el golpe y el celular sobrevivio al accidente, pero moverse para tomarlo casi le cuesta irse de cabeza al suelo. "!?A quien se le ocurre llamar a esta hora?!" rezongo en pensamientos. "!Ah! Si es otra vez el Joel, que necesita raite porque anda bien borracho, !lo va a lamentar!" Juro Sara, sin ver quien llamaba. --Diga --respondio Sara con voz aguardentosa y los ojos cerrados, pero nadie le respondio. Habian cortado. Tenia tanto sueno que no se preocupo en ver quien habia llamado, suponia que si era un conocido, le volveria a marcar, y si no lo era, le enojaria mucho enterarse de que se habia esforzado para descubrir que era un numero no identificado. Se lanzo sobre su almohada sin soltar el telefono, se arropo y cerro los ojos dejandose llevar por el sopor. En pocos segundos estuvo de nuevo sumergida en la agradable inconsciencia del sueno. Las imagenes empezaron a brotar en su mente, recreando realidades no existentes. Un encuentro con amigas en una reunion de cumpleanos. Habia muchas risas, buen ambiente, y repentinamente; todo desaparecio, de nuevo gracias a los tonos de su celular. Moverse hizo percibirlo en su mano y se agradecio a si misma por no haberlo soltado. En ese momento no recordo el detalle de que una llamada inesperada la habia despertado minutos antes, asi que respondio sin revisar quien marcaba. --Diga --balbuceo, completamente adormilada, y escucho una voz de alguien que no reconocio. --!Hola, hola! ?Como estas, amiga? Que placer escucharte. --?Que si como estoy? --respondio con cierta ironia--. !Pues estoy dormida! !Son las tres de la manana! ?Por que no esperaste a que amaneciera para llamar? --Oye; perdona la hora. Es que acabo de llegar. No te hubiera molestado de no ser porque necesitaba asegurarme de que te vere --dijo el tipo. Su voz era agradable, pero percibia un dejo de preocupacion en ella--. Si no hay inconveniente, voy alla en taxi, pero necesito que me digas tu direccion para que el taxista llegue sin problema, y la hora a la que pudieras recibirme, por favor. --?Quien habla? --pregunto sin abrir los ojos. --!Ja! ?Como que, quien? !Pues yo!, crei que me habias reconocido. Oye, luego hablamos de esos detalles, ahorita urge que me digas tu direccion. Tengo que arreglar mi estancia. Me estan esperando. Ella checo el numero entrante y se dio cuenta de que si era un numero que tenia en su agenda, y estaba a nombre de un amigo que hacia muchisimo tiempo no contactaba. --?Eres Alejandro Medina? --?Y quien mas te iba a estar hablando a estas horas, sino un viejo conocido? El suyo era un numero que se empolvaba en la agenda de Sara. Hacia tanto que ese amigo no le llamaba, que muchas veces estuvo tentada en eliminarlo de su agenda para que no le ocupara espacio. Alejandro Medina habia sido un buen companero de la preparatoria. El, se habia ido a estudiar la carrera profesional a la ciudad de Mexico, y desde entonces le habia perdido la huella. Habian pasado ya varios anos, considerando que ambos habian terminado ya su carrera profesional, y tenian al menos dos anos trabajando en lo suyo. Ella se sento en su cama, acomodando la almohada como respaldo y continuo la conversacion. --Ah. Perdona. No te reconoci la voz. Es que ya traes el tonito de "chilango". ?Ya tienes en que anotar? --le pregunto ella, pensando en aclarar condiciones. --Si, claro. Dime. Y fastidiada por estar despierta cuando debia estar durmiendo, termino diciendole su direccion con santo y sena, asi como los horarios en los que la podria encontrar, pues ella trabajaba. --Quisiera saludarte, pero si tienes que ir a trabajar, pues... lo mejor sera que nos veamos en algun restaurante, a la hora de la comida, o tu di a que hora y donde, ?no? --Bueno. Apunta: manana a la 1:30 en el restaurante "Delicias". Esta por la calle Venustiano Carranza, una cuadra despues del cruce con la Avenida Universitaria. Yendo de norte a sur. Esta muy visible. No te vas a perder. !Ey! Pero, hace tanto que no nos vemos que no te voy a reconocer. Y tampoco creo que tu lo hagas. He cambiado. ?Como te ubico? --Bueno. Veamos; llevare camisa azul lisa, y una cachucha beisbolera de color blanco. Llevo cabello un poco largo. Pero poquito. Tu, ?que llevaras puesto? --Mi uniforme de la empresa. Es color verde tierno, con blusa rosada. Lleva saquito del mismo color. Trabajo en con un licenciado. Muy estricto, por cierto. Apunta esto; yo traigo el cabello hasta el hombro, color cobrizo. Ya no soy rubia, ?recuerdas? --!Oh! Claro, como lo iba a olvidar. Bueno, te dejo dormir un poco mas y nos vemos en las "Delicias" a la hora de la comida. Hasta luego, linda. !Oye! ?No se molestara tu marido o tu novio, si sabe que saliste a comer conmigo? --Por supuesto que no. Primero porque, que yo recuerde, no estas tan lindo --bromeo ella--, y segundo, porque no me he casado todavia, ni tengo novio formal. !Nadie se enojara contigo! --Perfecto --lo dijo con tono de complacencia regularmente disimulado--. Entonces nos vemos en las "Delicias". --Hasta luego --dijo ella y en cuanto termino la comunicacion se recosto de nuevo, sin soltar su celular. Entonces recordo un detalle. "Hasta luego... !?linda?! Ay, Alejandro. Si que te has achilangado", penso sonriendo. Su voz y sus maneras eran diferentes a las que recordaba, pero era logico; habian pasado varios anos sin verse y suponia que al terminar sus estudios, el se habia quedado a vivir en la capital. Antes de quedarse dormida le vino a la mente otro detalle: "?Como que me recordaba rubia, si yo me teni el cabello hasta el segundo semestre de la profesional? El ya se habia ido a la capital", le dio vueltas al dilema por unos segundos, pero tenia sueno y termino concluyendo: "Lo dijo por no quedar mal. Despues de todo yo le estaba aclarando que llevaba el cabello tenido de rubio". No lo analizo demasiado. Tenia mucho sueno y necesito poco tiempo para volver a quedar profundamente dormida. *** Desperto al siguiente dia dando un salto, porque la sorprendio la alarma de su despertador. No recordaba el incidente de la llamada. Tenia prisa por alistarse y preparar un buen desayuno. Eso era fundamental para que, ella se sintiera bien durante la jornada de trabajo. Una hora despues, salio de su departamento, entro a su auto y hasta que cerro la puerta, recordo lo de la llamada nocturna. La curiosidad la acoso y se las arreglo para sacar su celular del bolso, mientras maniobraba el volante para enfilar rumbo a su trabajo. "Era el. Alejandro. Ademas me lo aclaro. No estoy segura de que sea el que recuerdo. Hace mucho que no lo veo. Bueno, ya lo vere a la hora de la comida" --despues de unos minutos de ir conduciendo, penso--. "?Que querra? !Ah!, me late que me quiere engatusar con algun negocio. Sucede tanto. Los embaucan a ellos, y ahi los traen, apurados consiguiendo gente que le entre a tal o cual estupido negocio de ventas" --viro a la izquierda--. "Lo que no sabe este cuate, es que no soy de las que se deja controlar. Soy de las que habla claro y directo. Lo saludare por los viejos tiempos, pero en cuanto empiece con sus cosas... !A volar, chiquitito!" Olvido el asunto en cuanto se ocupo de su trabajo, y lo recordo solamente a la hora de la salida, en el momento en que tomo su bolso y lo colgo al hombro. Estaba por ver a ese companero que hacia tiempo se habia ido a la capital. Se preguntaba, como se veia el ahora. A que se dedicaba, y sobre todo, que queria. Tenia muy en cuenta que una de las opciones de los estudiantes universitarios para apoyar el pago de sus estudios, era vender algo; sobre todo seguros. Ella consideraba a los vendedores de seguros como una plaga. Una vez mas se puso a planear los argumentos que usaria para no permitirle que la engatusara con algun plan suyo que trajera. Era verano. Al salir a la calle sintio que el calor le lastimaba la cara. Hubiera deseado irse directamente a casa a acostarse y disfrutar del descanso, viendo un programa de television o durmiendo, en medio de un ambiente refrigerado, y no tener que enfrentar una situacion que podia llegar a ser molesta. Pero no podia dejar de lado el compromiso que se habia creado con el tal Alejandro. Para desvanecer el sentimiento de molestia se concentro en los recuerdos de sus anos de bachillerato. No habian sido tan buenos. Habia pasado momentos amargos, dias pesados por el estudio, por los dichosos examenes que solian ponerles, y todas esas cosas relacionadas con, tener que aprobar para pasar el semestre. Pero Alejandro, si era un buen recuerdo. Estaba consciente de que con el tiempo la gente suele cambiar. Ella misma habia cambiado. Debia considerar que ahora Alejandro trajera, no muy buenas manas. Pero ya iba en camino a cumplir con esa cita y sucediera lo que sucediera, pronto estaria de regreso en casa. Se prometio que regresaria sintiendose tranquila, sin haberse dejado colgar obligaciones que no deseaba. "!Por nada del mundo debo dejarme embaucar con un negocio suyo, o lo que sea. Si se enoja, !pues que se enoje! Si. Es que, tratar de mantener a la gente contenta, muchas veces implica meterse uno en un berenjenal. ?Pero, y por que? No soy Hermanita de la caridad. Pero sobre todo, quiero vivir tranquila. Por Dios que si". Suspiro cuando penso esto y el semaforo se puso en rojo. Trato de no exasperarse. Recordaba que todo pasa, y pronto ese asunto estaria concluido. Normalmente no era tan hurana para relacionarse, pero la manera en que se dieron las cosas; esa llamada a las tres de la madrugada, el colgarle un compromiso que le conflictuaba un poco la existencia en un dia en el que deseaba estar tranquila, todo eso le hacia sentir cierto rechazo hacia ese encuentro. El semaforo cambio a verde y ella avanzo a la velocidad a la que iban el resto de los autos, unas cuadras mas adelante dio vuelta a la derecha. Ya estaba sobre la calle Carranza. Avanzo un poco mas y encontro la Avenida Universitaria. Sabia que a la derecha encontraria el acceso al restaurante. Afortunadamente habia lugares disponibles para estacionar su auto dejandolo bien protegido y sombreado con amplios tejados. Vio la hora en su celular y sonrio; estaba a tiempo. No encontraria a un Alejandro fingiendo que no estaba malhumorado por su tardanza. Se arreglo un poco el cabello y su maquillaje, y metio una pastilla de menta a la boca para refrescar su aliento, entonces salio del auto. Era un lugar de sobra conocido por ella. Habia estado muchas veces ahi, sola o acompanada, asi que sabia a donde dirigirse con confianza. Una vez adentro, se dedico a localizar a alguien con las caracteristicas que le describio su amigo; camisa azul corte formal, cachucha beisbolera de color blanco, cabello un poco largo. No estaba a la vista. Se sintio desconcertada por eso. Vio la hora y se dio cuenta de que habian pasado solamente diez minutos de la hora de la cita. Supuso que por haber estado fuera de su tierra tanto tiempo, podia haberse desubicado. En ese momento se acerco a ella uno de los jovenes meseros. --?En que puedo servirle, senorita? Ella se alegro de recibir ayuda. --Ah, si. Busco a un hombre que viste camisa azul y trae cachucha blanca. Tendra unos, treinta anos. ?Ha visto a alguien asi? El joven penso en ello por unos segundos y respondio: --La verdad no. No he visto a nadie vistiendo asi. Tal vez decidio quitarse la cachucha, pero aun asi no recuerdo haber visto a alguien de camisa azul, solo. Esperando a alguien --Sara se sintio incomoda por la situacion--. Pero dejeme dar una vuelta por el restaurante a ver si lo localizo. ?Cual es el nombre del senor? --Alejandro Medina. Gracias por su ayuda. Mire; me sentare por mientras, en esa mesa -- dijo, senalando una mesa situada en un rincon. --Bien, ahora vuelvo --dijo el joven amablemente. Sara se sento en la mesa desocupada y se sintio bien. Fue cuando comprendio que podia haber un monton de razones por las que Alejandro no estuviera ahi a tiempo. Si el joven mesero no lo localizaba, lo esperaria. Y hasta se previno pensando en que si no llegaba, ella no le daria otra cita. "!Que se vaya al cuerno, si no viene!" Entonces rio para si misma pensando en que se estaba defendiendo de algo que todavia no sucedia. Unos minutos despues vio que el mesero estaba de regreso. Pronto sabria si Alejandro, estaba o no estaba en ese lugar. "Pues, si esta aqui, que poco caballero. El deberia venir a mi encuentro", penso, una vez mas a la defensiva. Pero no habia llegado. --Mire, ya di la vuelta por el local y por los reservados y... no, el senor no ha llegado. ?Va a esperarlo? Tal vez no tarde. --Si, lo esperare. ?Donde puedo sentarme? --Ahi, donde esta. Si se siente comoda. --Si, estoy comoda --la razon era que no estaba muy a la vista, por eso de que no llegara Alejandro--. Estoy en buen punto para detectarlo en el momento en que entre por esa puerta -- aclaro ella. --Bien, ?desea tomar algo, mientras espera? Ella penso en una bebida suave para bajar la tension que le causaba ese trance. --Una cerveza, por favor. Cuando le sirvieron su bebida, Sara empezo a sentirse mas relajada y dispuesta a esperar a su amigo. La limitante era que solamente tenia una hora para comer y despues debia regresar a su trabajo. "Es el colmo. Le llamare a ver que pasa". --"?Alejandro?… !Oye!, ?que pasa que no llegas? !Se me esta haciendo tarde! --le dijo Sara, y no reprimio su molestia. --!Hijole! Sarita, lo siento. Es que me perdi. Pense que iba a ser facil y no. Lo siento. !Dame un minuto mas!, ?ok? --Pero un minuto nada mas. !Tengo que volver al trabajo! Sin embargo, los minutos pasaron sin que Alejandro apareciera y cuando se dio cuenta de que solo restaban veinte minutos de descanso, decidio comer algo para regresar al trabajo. Llamo al mesero y le pidio algo de carne y verduras y un refresco, aclarandole que solo podia quedarse ya menos de veinte minutos. "Como me esta haciendo pesado el dia, este amiguito. Primero, me llama a una hora inadecuada, me cita porque el quiere y por lo visto va a aparecer cuando el lo decida. !Pues, no! No se haran las cosas como el quiera, ?es que, piensa que porque viene de la capital va a obligarlo a uno a hacer lo que el quiera? !Para nada! Ya no soy tan docil como lo era en la prepa". Faltando diez minutos para su hora de entrar al trabajo, ella pago la cuenta y sintiendose indignada, salio hacia su auto. Apenas tendria tiempo de llegar a las oficinas donde trabajaba. No le perdonaria que le descontaran parte de su sueldo gracias a su irresponsabilidad. Al abrir la puerta del restaurante, sintio de inmediato el golpe del aire calido del exterior que se percibia mas al haber estado en un ambiente refrigerado. Con paso apresurado se dirigio a su auto, y justo cuando abrio la puerta escucho una voz a sus espaldas. --!Oh!, !Sara! --dijo. Cuando ella volteo a ver quien le hablaba, se encontro con un tipo que realmente no conocia, pero llevaba una cachucha blanca y camisa azul. Era Alejandro Medina. Ella se quedo estatica, pensando en que, no era asi como recordaba que era Alejandro. En todo caso, los anos lo habian transfigurado. "Pero me ha demostrado que es Alejandro. Incluso su numero de celular es el que tengo en la agenda". --?E-estas suficientemente molesta como para no darme un abrazo de bienvenida? --dijo el recien llegado, con expresion apesadumbrada. Ella no se atrevio a mostrarse violentamente enojada. Su sentido de cortesia supero a su enojo y con toda calma respondio: --Es muy tarde, Alejandro. Tengo que irme a mi trabajo. Creo que dejaremos nuestra cita para otro dia, ?de acuerdo? El se agito, mostrandose apenado y entonces le dijo: --Tienes razon. Lo siento mucho. Te he estado causando muchos trastornos desde que llegue. !No tengo derecho a perturbar tu vida! Sin embargo no quisiera irme sin que platicaramos. Mira, tengo una idea para lograrlo sin causarte mas dolores de cabeza. --?Cual es esa idea? --respondio ella, con gesto cansado. --Me ire contigo para ver donde esta tu lugar de trabajo, pero no, no te preocupes, no entrare. Me quedare en algun lugar cercano a esperar tu hora de salida. Asi, no habra mas contratiempos, por lo que sea. Tu no tienes por que batallar con mi desubicacion. !Es que ya ni me acuerdo, de las calles de mi ciudad, caray! Ella vio la hora. Le quedaban cinco minutos para llegar a su trabajo, y eso la hizo responder: --Pues, vamos. Y, estoy de acuerdo en que me esperes en algun lugar cercano. Lo siento, no te puedo pasar a las oficinas. Tengo un jefe muy intransigente. --No, no. Claro que no haria eso. Se hara como tu dices. !Vamos! Y con toda presteza, el fue a la puerta del copiloto obligando con eso a Sara a entrar para abrirle la puerta y apurar las cosas. Pero ella aceptaba el trance porque la hora le preocupaba. Ella actuaba con rapidez. Estaba seria, la verdad era que estaba molesta. Sin embargo lo haria por los buenos tiempos y solamente por esta ocasion. !Nunca mas! Encendio el auto y se apuro a salir rumbo a su trabajo. Alejandro iba en silencio, Su rostro no mostraba preocupacion, cosa que estaba causando mayor indignacion en Sara. Ademas se sentia un poco intrigada. El Alejandro que recordaba no era asi. Claro que habian pasado ya algunos anos por ellos y el tiempo cambia la fisonomia, muchas veces hasta el punto de volverlos irreconocibles. Pero... "Que distinto es. No hay nada en el, que me recuerde al Alejandro de la preparatoria". El Alejandro que observaba era un hombre de mediana edad, alto, de complexion recia. No podia decirse que era del todo, bien parecido. Varonil, si. Pero habia una actitud en el que le provocaba ansiedad, y hasta algo de temor. Habia algo en todo lo que estaba sucediendo desde que le llamara por la noche, que le estaba provocando un sentimiento extrano. Tenia la sensacion de que poco a poco estaba quedando mas atrapada en una situacion anomala, a la que no se decidia a ponerle fin, por no ser descortes con un viejo amigo. "!Vamos, vamos! !Somos viejos conocidos! Fuimos companeros de la preparatoria, no tengo por que sentirme atemorizada", argumento para quitarse de encima esa extrana sensacion que la embargaba. "Aun cuando el haya cambiado y se haya vuelto un tipo amanado por los anos que ha vivido en la capital. Claro, debe de haber pasado muy malos momentos, pero no creo que sea tan tonto de arriesgarse a venir a su tierra a cometer una tontera. Menos contra mi, que fuimos amigos"

  • Taddeo Colonna de Florencia Palacios

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    Audrey Hamilton penso que los italianos eran tipos muy ardientes y locos, llevaba mas de dos meses viviendo en Florencia terminando un curso de arte y nunca dejaban de sorprenderla en cuanto a eso. Es que no podia entender demasiado su temperamento ardiente, griton y obsesivo, ella tenia sangre yanqui por todas partes, era Bostoniana y para ella la palabra paz y mesura era clave. Todo aquello que la intrigaba y perturbara lo desechaba incluyendo al amor romantico. Algo que no entendia del todo y lo definia como una pasion compleja y efimera pariente del deseo y la lujuria. Y los italianos eran casi como ese amor loco y lujurioso, todos ellos: impulsivos, espontaneos, ardientes y al parecer siempre listos para una chica guapa y extranjera. No podia siguiera prestarles la mas minima atencion pues una mirada significaba: sexo, quiero sexo, a toda hora, no importa, siempre estoy listo y pillo todo lo que se me cruce. Al menos los hombres que se le habian cruzado. En su mayoria... Audrey apuro el paso nerviosa, debia tomar el autobus. De pronto se detuvo, trataba de pasar desapercibida, pero todos notaban que era la chica rubia extranjera. Pero algo estaba mal ese dia... De nuevo ese hombre. Respiro hondo al sentir la mirada oscura y maligna clavada en cada centimetro de su piel. No debia sorprenderse, ya la habian mirado con un deseo exacerbado haciendola sentir un trozo de carne que uno de esos italianos jovenes y ardientes queria comerse. Pues ella no queria ser devorada ni ahora ni nunca. Se detuvo y suspiro molesta. En otra circunstancia se habria reido por lo bajo. Sabia que despertaba eso en los hombres. Y no le gustaba, la ponia nerviosa. Era tan incomodo a veces... Pero algo en ese sujeto la asustaba, no se sintio halagada porque estuviera alli mirandola como un demonio agazapado en la sombra, como el retrato ese que vio en el museo de Florencia hacia tiempo. Trago saliva y penso que debia dejar de ser tan tonta y asustadiza. Y de pensar que en ese pais les hacian cosas horribles a las extranjeras. Apuro el paso, visiblemente nerviosa al ver que ese hombre se le acercaba. No era la primera vez que lo veia y la forma en que la miraba y la seguia le ponia los nervios de punta. Porque era raro que siempre estuviera cerca cuando tomaba el metro. Solo esperaba que no fuera uno de esos horribles hampones y proxenetas que secuestraban una chica para prostituirla o algo peor... Hasta tambien podian quitarte un rinon, era mucho mas valioso que obligarte a dormir con hombres. Un rinon u otro organo pues era joven y saludable, no fumaba, no bebia y de lo otro ni hablar... Audrey miro su reloj y sintio una horrible ansiedad al ver que el metro demoraba. Habia un monton de gente a su alrededor y sin embargo se sentia tan sola en esos momentos. No tenia altura ni tampoco fuerza como sus amigas italianas. Ellas si sabian defenderse y ninguno se atrevia a meterse con ellas. Trago saliva al notar que el desconocido se habia acercado un poco mas y luego se habia sentado en un asiento de la estacion. La forma en que apoyo los brazos le hizo pensar que estaba descansando. No. Solo la estaba mirando a ella. Y se habia puesto comodo para verla a ella. Atrevido, como muchos italianos, osado y muy enamorado al parecer... O eso queria que ella creyera, pero Audrey no era tonta, ese hombre queria algo de ella: sexo o un rinon, o embaucarla en algo turbio, no se enganaba. Sintio ganas de correr, de alejarse, algo en la mirada de ese sujeto le parecia maligno y muy peligroso. Aunque bien vestido, con jeans y una camisa blanca, siempre iba bien vestido, pero sabia que en esa ciudad habia un monton de tipos asi que parecian millonarios y solo trabajaban para la mafia. Mucho dinero sucio. Y el dinero sucio compraba esa apariencia. Trago saliva y miro su celular. Tenia una llamada perdida de su madre y temblo. Su madre estaba en Boston, a miles de kilometros de distancia, pero no dejaba de llamarla casi a diario para ver como iba todo... la llamo para que no se preocupara. --Mami ?que paso? --hablo en voz baja para que nadie lo notara. --Audrey... al fin carino. Solo llame para saber como estabas. --Estoy bien. --?Y que tal te va en el curso? --Bien... todo bien--dijo al nerviosa--Estuve en una exposicion el otro dia. Su madre la escucho distraida, pensaba en otra cosa. --?Cuando regresaras? Siempre le preguntaba lo mismo. --En dos meses, tal vez mas. --?Dos meses? --Tengo la beca para estudiar arte y pienso aprovecharla. --Pero ten cuidado ?si? Se oyen cosas terribles de ese pais. --Mama, deja de pensar cosas. Estoy en Italia, la cuna del arte. --Si, y tambien la cuna del crimen y la trata de personas. --No digas eso mami, por favor. Aqui no hay mafias... Ella no mentia, no sabia si habia mafias, era muy cauta y nunca iba de noche a ningun lado. Pasaba el dia entre el curso, las visitas a los museos y en su trabajo en la cafeteria de medio tiempo para tener su propio dinerillo. Tambien iba a la capilla a rezar y se reunia con sus nuevos amigos italianos. El padre Mateo Ricetto y el padre Antonio. Ellos habian sido de mucha ayuda desde su llegada hacia casi un mes. Se sentia como en casa, Italia era un pais fascinante, lleno de tesoros artisticos, lugares antiguos y demas... --Audrey, ten cuidado, por favor. --Todo esta bien mama, no voy a fiestas ni salgo de noche. --?Y las chicas con las que compartes el piso? --Son chicas tranquilas, ya te di sus nombres. Pudiste fijarte en las redes supongo. --Si, lo hice... --Y supongo que habras podido apreciar que son tranquilas, estudiantes de intercambio una y la otra es una campesina italiana del norte que estudia abogacia. --?Y no llevan muchachos al piso? --No

  • Dark face de Nadia Noor

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    Un recondito lugar de citas. Pasion, deseo y una situacion desesperada.

  • Siempre un caballero (HQN), Delilah Marvelle de Delilah Marvelle

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  • Victor Ros y el Gran Robo del Oro Espanol de Jeronimo Tristante

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    Victor Ros se ha tomado unas vacaciones despues de un caso que casi le cuesta la vida. Pero el crimen nunca cesa y, de nuevo, la Brigada Metropolitana de Madrid requiere sus servicios. El Banco de Espana ha sufrido un intento de robo, pero solo era una maniobra de distraccion mientras se cometia el autentico delito: la sustraccion de las dos terceras partes del tesoro nacional en lingotes de oro que se encontraba en otro bando de la capital. La unica pista con la que cuentan es el nombre que pronuncia uno de los asaltantes del Banco de Espana antes de morir: Aldanza. Ros es el unico que da credito a este testimonio, ya que ve en esta gran puesta en escena la impronta del criminal Aldanza, al que todos consideran muerto. Una serie de pistas senalan Londres como el lugar donde encontrara al sospechoso y, en consecuencia, el oro. Pero las cosas no son faciles para nuestro protagonista; una sombra del pasado intentara acabar con su vida aprovechando las distracciones del caso. Lo que no esperaba Ros es contar con la ayuda de todo un mito de la historia del siglo XIX: su admirado y celebre Sherlock Holmes.