• noelle stephanie libros - Noelle Stephanie

    https://gigalibros.com/los-trillizos-bradley-noelle-stephanie.html

    Cuando Naly decide apuntarse al programa de familias de acogida en la universidad, lo ultimo que espera es que el desorden ocupe su nueva vivienda. Los Bradley son de lo mas peculiar. Con unos padres empresarios que pasan sus dias de viaje, los tres hermanos identicos han tirado la casa por la ventana. No solo por su edad, sino tambien por su personalidad; Hal, Edward y Welsey, son de lo mas opuestos. Mientras Hal es totalmente coqueto, estupido, mujeriego y engreido; su hermano Edward es la persona mas misteriosa, callada y malhumorada que Naly ha podido conocer. Pero, en toda familia hay uno bueno: Welsey, el mayor de los trillizos es simpatico, confidencial y buen amigo. El chico perfecto, ?no? No obstante, su aspecto hace pensar que se acaba de escapar de una pelicula de los anos cuarenta. Naly, lejos de la oportunidad de irse, solo puede optar por solucionar la relacion. ?Podra ayudar a lo hermanos a solucionar sus diferencias? Y, si no es asi, ?se dejara arrastrar? Una historia de amor en la que todas las direcciones pareceran igual de correctas. La perfecta descripcion de la lucha de un amor dividido en tres partes. Porque, ?que hay mejor que vivir con un chico guapo? Vivir con tres.

  • Noëlle Stephanie: Libros - Amazon.es

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  • Todos los libros del autor Stephanie Noelle

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    3 títulos para "Stephanie Noelle" · Luces olvidadas · Stephanie, Noëlle. «Las luces brillan para ti, Jake, siempre para ti» Jake Fullet tiene un pasado oscuro.

  • LUCES OLVIDADAS | NOELLE STEPHANIE | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-luces-olvidadas/9788418509087/12380188

    21 jun 2021 — Jake es un joven con un pasado oscuro: tras la muerte de sus padres, no le queda nadie en el mundo salvo su hermana Hillary, una pequeña de ...

  • Noëlle Stephanie - Nova Casa Editorial

    https://novacasaeditorial.com/en/31_noelle-stephanie

    No podía despegar los ojos de un libro, y cuando lo hizo fue para escribir el suyo propio. No obstante, ahora, cuatro años después de que empezara a escribir ...

  • Luces olvidadas - NOELLE STEPHANIE -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a8546998/NOELLE-STEPHANIE-Luces-olvidadas

    21 jun 2021 — Luces olvidadas, libro de NOELLE STEPHANIE. Editorial: Wonderbooks. Libros con 5% de descuento y envío gratis desde 19€.

  • NOËLLE STEPHANIE - El Corte Inglés

    https://www.elcorteingles.es/bio/noelle-stephanie/

    No podía despegar los ojos de un libro, y cuando lo hizo fue para escribir el suyo propio. No obstante, ahora, puede declarar que la escritura es para ella un ...

  • Libro Los Trillizos Bradley, Noëlle Stephanie, ISBN ...

    https://www.buscalibre.es/libro-los-trillizos-bradley-noelle-stephanie-nova-casa-editorial/9788416942152/p/47968155

    Libro Los Trillizos Bradley, Noëlle Stephanie, ISBN 9788416942152. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios. Compra y venta de libros importados, ...

  • LUCES OLVIDADAS - NOELLE STEPHANIE - 9788418509087

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  • Luces olvidadas - Wonderbooks :: Libros :: Dideco

    https://www.dideco.es/luces-olvidadas

    Referencia: ZZZ-8509087; EAN13: 9788418509087; ISBN: 841850908-2; Editorial: Wonderbooks; Autor: Stephanie, Noëlle; Dimensiones aprox: 23x15x29 cm.

  • LUCES OLVIDADAS. AMAR HASTA RECUPERAR LA ...

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    POPULAR LIBROS S.L.. 0. Todo. Todo; Libros; Ebooks; Juegos ... LUCES OLVIDADAS (Libro en papel) ... Descubre el maravilloso mundo de Noëlle Stephanie.

  • Todas las cosas que nunca sabre de Noelle Stephanie

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    ?Que pasaria si tu hermanastro apareciera un tu vida queriendo recuperar el tiempo perdido?
    ?Y si te propusiera coger un avion a Londres e irte con el? ?Aceptarias?
    Ariadna Gomez lo tenia muy claro, si queria se libre tenia que dejar de vivir con sus padres. Y el unico que podia salvarla era su hermanastro Charlie.
    Los desacuerdos, las discusiones y las continuas plegarias a la libertad hicieron que la chica tomara una decision rotunda al decidir marcharse con Charlie. Sin embargo, nada seria tan facil como planeaba.

  • La ciudad blanca de Karolina Ramqvist

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    Final del invierno, el paisaje esta cubierto de nieve. En el interior de una casa que parece deshabitada, una mujer joven se contempla desnuda en el espejo: la barriga le cuelga y esta llena de estrias, tiene los pechos hinchados y bajo la piel asoma una red de finisimas venillas. Son los estragos que ha sembrado en su cuerpo la reciente maternidad. Pero su aspecto fisico no es lo unico que ha cambiado en los ultimos tiempos.</p>
    El mundo de Karin se ha transformado por completo. John, el hombre al que amaba, ya no esta con ella. Y con John ha desaparecido el tren de vida que llevaba: las fiestas amenizadas con coca, los lujos… Ahora esta sola con su hija Dream, el poco dinero que le queda se le esta agotando y el entorno en el que se movia -las otras mujeres de los miembros de la organizacion criminal de la que formaba parte John- le ha dado la espalda. La justicia ha desmontado el entramado economico que sustentaba su placida vida, y en breve se vera obligada a abandonar la casa inhospita y gelida en la que ahora se atrinchera. Acorralada, no le queda otro remedio que asumir riesgos y buscar un modo de salir del atolladero utilizando sus propias armas…
    En parte thriller cargado de tension y en parte novela psicologica sobre una mujer que debe enfrentarse a la transformacion de su cuerpo, de su entorno y de su modo de vida, La ciudad blanca es obra de una de las jovenes escritoras suecas mas aclamadas en su pais. Su carrera ha despegado internacionalmente con este libro galardonado con el prestigioso premio Per Olov Enquist y convertido en Escandinavia en un arrollador bestseller.

  • Menuda tropa de Joaquin Luna

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    Joaquin Luna ha estado en la guerra de Irak y Kuwait, pero tambien en el cortejo funebre de Paquirri en Sevilla. Ha cubierto cuatro Juegos Olimpicos y tres Mundiales de futbol, asi como el debut copero de Messi en el Barca en el campo de la Gramenet. Informo de la matanza de Tiananmen en 1989 y de los atentados del 11-S en Nueva York, de tres elecciones presidenciales estadounidenses y de dos francesas, y fue protagonista de noches memorables en Paris, Hong Kong y Washington, cuando lo de ser corresponsal era otra cosa.

  • Demasiado ruido de Jose Javier Abasolo

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    El asesinato de un mendigo en el centro de Bilbao, alguien invisible a los ojos de la sociedad, no parece inquietar a nadie, salvo a Mikel Goikoetxea, mas conocido como ?Goiko?, un antiguo ertzaina que, pese a haber abandonado tanto su vieja profesion de policia como sus actividades posteriores de detective, se ve abocado a investigar que hay detras de esa muerte que, de un modo inesperado, amenaza la tranquila existencia que se ha forjado en los ultimos tiempos e incluso su propia vida.Pero Goiko no es el unico interesado en conocer lo ocurrido. Su viejo companero Eneko Goirizelaia, alto cargo de la Ertzaintza, la policia autonomica vasca, anda tambien tras la pista de los asesinos y no deja de presionarle, ya que sospecha que su excolega sabe mas de lo que cuenta.Y por si eso no fuera suficiente, unos extranos homicidios cometidos en Londres, que traen en jaque a las autoridades de Scotland Yard, asi como las vicisitudes de un inmigrante africano que antes de viajar a Europa fue, tambien, policia en su pais natal, acabaran complicando aun mas la situacion, llevando a Goiko a un limite en el que su propia estabilidad personal sera puesta a prueba.

  • De rodillas vuelvo a ti de Marian Sanoja

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    Un amor a primera vista.
    Una intriga bien plantada… una decision egoista y una declaracion.
    < !No me hagas elegir, por favor! prometimos apoyarnos siempre.>>
    <>

  • Anatomia de una mente criminal de Patricia Rodriguez Reyes

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    Martina Stevenson es una sicologa forense de Medicina legal, que ademas de atender en su consulta a asesinos y violadores, tiene como habilidad perfilar acertadamente las motivaciones de los victimarios mas peligrosos del pais. Su fama la precede y aunque su dedicacion en el trabajo, le ha costado su vida personal, el exito laboral solapa cualquier momento de soledad. Martina es una mujer valiente, defensora de la igualdad de genero y de la necesidad de erradicar el machismo de raiz, lo que la anima a ser una de las pocas sicologas que osa trabajar con victimarios, pues piensa que al no hacerlo, la sociedad se quedara reparando victimas para siempre.

  • En un lugar sin nombre de Katherena Vermette

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    Una novela coral en la que las voces de sus protagonistas componen un cuadro y una denuncia: el abuso es una cuestion de poder. Por la nueva voz de la literatura canadiense.

  • Tranquilos Y Atentos como una rana de Eline Snel

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    Los ninos de hoy suelen ser inquietos y dispersos. A algunos les cuesta conciliar el sueno, otros estan incluso estresados. ?Como ayudarlos a calmarse y relajarse? ?Como lograr que se concentren en lo que hacen? La meditacion es una herramienta sencilla y eficaz, que se adapta perfectamente a las necesidades de los pequenos y les puede aportar beneficios inmediatos. Este libro ofrece historias y ejercicios simples y breves que los ninos podran practicar a diario. Esta dirigido a ninos y ninas de 5 a 12 anos y a sus padres, que pueden acompanarlos en su practica. La autora ha basado sus tecnicas en el metodo de mindfulness desarrollado por Jon Kabat-Zinn. Los resultados han demostrado que los ninos que practican estos ejercicios duermen mejor, estan mas concentrados y serenos y se sienten mas seguros. Tranquilos y atentos como una rana se ha convertido ya en un exito de ventas en Holanda y Francia y ha sido traducido a numerosos idiomas.

  • La clase de piano de Gabriel Katz

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    Una inolvidable novela de superacion para aficionados a historias como Intocable y El indomable Will Hunting.

  • La paloma de Ravensbruck de Carme Marti

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    El amor, la alegria, la barbarie. La vida de Neus Catala, explicada por ella misma y revisada a traves de una ambiciosa novela magistralmente construida por Carme Marti.

  • VOLVER A SER de Beatriz Gefer

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    Lola y Hector comenzaron su historia de amor durante LA PRUEBA mientras acompanaban a Helena y a Jack en su aventura. Era evidente que merecian su propio relato. Cuando conoce a Hector, Lola sabe que ha llegado el momento de dejar atras definitivamente todo lo sucedido en su anterior matrimonio. Desea con toda su alma volver a ser una mujer completa, pero las secuelas de haber sido una victima de la violencia de genero no van a ponerselo facil. Cada dia lucha a brazo partido por esconder al monstruo que habita en su cabeza y que no le permite ver que no todos los hombres son iguales. Hector es un empresario de exito con negocios en la noche de una gran ciudad como Madrid, sin embargo, su vida personal esta marcada por la tragica perdida de su hermana. Cuando conoce a Lola esta convencido de que ella es la mujer de su vida y esta dispuesto a todo para conseguir que la mujer dulce y sensual que habita en ella consiga salir de su escondite. Es un hombre de palabra y nunca hubiera podido imaginar que el hecho de cumplir sus promesas traeria consecuencias no deseadas para ambos. Volver a ser es una novela que nos ensena que, con la persona adecuada, siempre es posible volver a empezar.

  • Rescatame de Karla Trier

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    Mary, una maniaca compulsiva con una vida cuadrada es raptada. Al contrario de lo que se pueda pensar, su familia no se toma el asunto en serio.
    Jacob, el hijo de un corrupto obligado a saldar las deudas de su familia para evitar la desgracia familiar, se rebela contra todos y la ayuda a escapar.
    Juntos corren mas de una aventura, pero, la mas importante, el amor.

  • La conquista de Mexico de Ivan Velez

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    En el V Centenario de la llegada de Cortes a Mexico es imprescindible volver sobre aquellos hechos que las cronicas antiguas nos han legado. Lo ocurrido desde 1519 hasta la caida del Imperio mexica constituye el primer avance continental hispano en el Nuevo Mundo. Estos acontecimientos se han prestado a diversas mitificaciones que presentan a los espanoles como una suerte de superhombres de relucientes corazas, pero tambien como a una banda depredadora que acabo con un mundo arcadico. Ivan Velez, con gran agudeza y sentido critico, analiza los complejos aspectos belicos, juridicos, economicos y religiosos que acompanaron a la conquista, pero tambien al orden politico que la sucedio. Una historia cruda, emocionante y extraordinaria sobre una las mas grandes aventuras que el mundo ha visto.

  • Los secretos del mar de Antonio Tomasio

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    LOS SECRETOS DEL MAR
    Eventos tragicos acontecidos en la Costa del Sol, relacionan indirectamente a Pilar y Rocio, pertenecientes a mundos opuestos y cambiara sus vidas. Manolo capitan de la Guardia Civil, de pasado misterioso, se cruza en la vida de Rocio. Jesus director de la mas importante revista de moda y sociales, eterno admirador de Pilar, su pasado lo alcanza y le dara un giro inesperado a su vida. Martin y Helmut, exmarinos peruanos trabajan para el mas grande narcotraficante colombiano y lo hacen exitosamente, con una forma revolucionaria para introducir cocaina a Espana. Con la aparicion de Jack agente especial de la DEA hace que los acontecimientos se precipiten.
    La agil trama se desarrolla tanto en Lima, Ayacucho, Algeciras, Puerto Banus, Marsella, Malaga, Madrid, Niza, Paris, Monaco, Ellos, Tanger, Cartagena, Kiel, Moscu, Springfield y Tel Aviv.
    Una vez empieces a leer Los Secretos del Mar no podras detenerte. Violenta, absorbente, trepidante y real, una novela tan actual que parte de su trama ya sale en las noticias.

  • Antifa de Mark Bray

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    En una investigacion inteligente y apasionante, el historiador y ex organizador de Occupy Wall Street, Mark Bray, proporciona un estudio detallado de la historia completa del antifascismo desde sus origenes hasta nuestros dias: la primera historia transnacional del antifascismo de posguerra. Basado en entrevistas con antifascistas de todo el mundo, ‘Antifa’ detalla las tacticas del movimiento y la filosofia detras de el, ofreciendo una idea de la creciente pero poco comprendida resistencia que lucha contra el fascismo en todas sus formas. Simplemente, ‘Antifa’ tiene como objetivo negar a los fascistas la oportunidad de promover su politica opresiva y proteger a las comunidades tolerantes de los actos de violencia promulgados por los fascistas.

  • Jonas, el marido que no podia volver a desposarse de Veronica Mengual

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    Jonas Maximilian Lacrose se habia levantado satisfecho esta manana. Hoy cumplia cuarenta anos y el dia estaba a su gusto. Ni demasiado caluroso, ni demasiado frio, con una brisa que permitia a los arboles mover sus ramas sin alterar el paisaje que contemplaba por la gran cristalera del comedor sentado al frente de la gran mesa de madera maciza. Miro su reloj para ver que efectivamente iban a dar las nueve de la manana. Faltaba un minuto exacto para que se terminase el plazo que tenia su hija Loren para presentarse a desayunar. Las normas estaban para cumplirlas y el, el duque de Mildre, y su familia estaban obligados por nacimiento a ser los mas respetables y un modelo de rectitud. Habian pasado cinco anos desde que su esposa lo abandono dejandole con sus dos hijos. Una nota fue lo que encontro en la habitacion de ella cuando tras tres dias de no presentarse a comer ni a cenar se intereso por su localizacion. Habia sido un matrimonio de conveniencia desavenido. Ella no lo satisfacia a el y el tampoco a ella. Se largo con algun hombre, de eso Jonas estaba seguro. Pero le daba exactamente igual, habia dejado a sus hijos, lo malo era que el duque no tenia ni idea de como criarlos o que hacer con ellos. Con su heredero, Gabriel, conde de Malzard, la cosa fue facil porque lo envio al mejor internado que el buen dinero pudo pagar. Lo veia en vacaciones y evaluaba satisfecho los progresos de su heredero. El problema era lady Loren Lacrose. Su hija, que fue traida al mundo con el unico fin de asegurar el titulo con un nuevo reemplazo, resulto ser inutil para el cometido que se le habia asignado antes de nacer. Lady Loren era una nina que jamas habia contrariado a su padre. Si el decia salta, la pequena preguntaba ?a que altura padre? No era a causa de que su progenitor fuese un duque, al que todos mostraban respeto y temor porque en la escala social estaba en la cuspide, no. Loren, al igual que el resto de quienes eran participes de la vida de Jonas, sabia, tanto como lo sabia el mismo, que era un hombre que estaba en posesion de la verdad y su palabra era la ley. El pedia; el resto sabia que era lo correcto hacer su voluntad. Desde la cuna habia intentado que sus vastagos comprendiesen que su titulo debia ser respetado y que sus actos eran el reflejo de la esencia de su familia. Ni los mocos se habian sonado ambos hijos en presencia del criado mas humilde, cuando ya no les tocaba a otros limpiarlos. Su refinamiento, su educacion, sus maneras eran dignas de la realeza. Nadie diria que Loren no era hija de un rey y que su hijo no pareceria un principe. Ademas, desde que Megan, su esposa, se marcho por problemas de salud --segun la version oficial porque nadie sabia que lo habia abandonado y el no iba a armar un escandalo--, era importante hacer desaparecer de su hija ciertos comportamientos que le recordaban a aquella perdida. Loren se convertiria en una gran duquesa como minimo, y en su mano estaba erradicar los comportamientos inapropiados que podian aflorar por el mero hecho de ser hija de Megan. La senorita Miles, la institutriz que habia decidido que se haria cargo de su hija de nueve anos fue una de las veinticinco aspirantes al puesto. La mujer tenia unas referencias excelentes, las mejores de todas las candidatas a las que habia tenido intencion de entrevistar. En su decision de asalariarla no habia influido que la senorita Miles fuese bonita y todo lo contrario a lo que representaba la madre de sus dos hijos, dado que era morena, alta, algo entrada en carnes y con los ojos casi negros. Eso fue un plus anadido que era mas que bien recibido. Cierto que anulo las diez citas que tenia concertadas con el resto de posibles empleadas tras verla, pero eso fue porque, si ella presentaba las mejores referencias, y el era un hombre que se consideraba practico, habria sido un desperdicio seguir buscando cuando ya tenia a la mejor. Ademas que tener que tratar con la senorita Miles era un suplicio. Si le preguntasen diria que ella no le gustaba... cosa que tampoco le impedia llamarla para consultarle cualquier cosa sobre la educacion de su hija, por minucia que fuese y a cualquier hora del dia o la noche. Loren necesitaba mucha mano dura. Mildre se vanagloriaba de ser un buen padre, un excelente padre, el mejor que hubiese en el mundo. Se vigilaba bien lo que la joven debia o no comer para estar saludable y mantener una figura acorde con la moda. El duque tambien esperaba de Loren que fuese alta, por lo que habia dado instrucciones para que cada manana ella permaneciera durante diez minutos delante de la puerta donde era medida estirando la cabeza a fin de alcanzar una medida justa que no la hiciera ni tan alta como la senorita Miles, ni tan baja como lo era su madre. Estos ejercicios finalizarian cuando su excelencia asi lo dispusiera, ni antes ni despues. No unicamente se ocupaba y supervisaba todo lo concerniente a lady Loren, sino que habia dispuesto una dote mas que suculenta que habia sido prevista en el mayor de los secretismos, porque el duque de Mildre no estaba dispuesto a atraer la atencion de los cazafortunas. --Buenos dias, excelencia. --La nina hizo una perfecta reverencia que fue juzgada por el padre como de mejorable. --Hija mia, ?has realizado los ejercicios de esta manana? --He comenzado con los estiramientos de cuello como cada dia, luego he aclarado la voz con zumo de limon como recomendo la senorita Mails. --Muy bien. ?Que mas? --Me han cepillado el pelo las cien veces que la institutriz ordeno. --Estupendo. ?Y...? --la animo a seguir. --Me he puesto el unguento para evitar la aparicion de mas pecas, y ahora, tras el desayuno comenzare con las pautas para que el tono de mi voz sea ni muy agudo ni muy grave. --Entonces desayuna rapido, hija, porque la lista de tareas de hoy es larga. --El hombre se habia esmerado mucho en conseguir traer al campo al mejor escritor para que su pequena tuviese una caligrafia exquisita, al mas valorado instructor de baile y canto para seguir dotandola de gracia artistica. --?Puedo probar hoy un bollito, padre? --?Que marca el menu que confecciono el galeno que vino a determinar sobre tu futura figura? --Gachas --explico con repugnancia pero sin dar a entender su disgusto, porque su padre no consentia que nada fuese salido de todo. La voz debia tener el volumen exacto para no trasmitir ni felicidad ni congoja. Los sentimientos estaban sobrevalorados y desde que su madre se marcho, Loren no sabia muy bien donde, dejandolos a ella, a su hermano mayor y a su progenitor, las muestras de afecto habian sido anuladas. --Entonces no debes. --Por supuesto. --La nina miro el bollito y salivo mas de lo debido en su boca, y pese a que el duque no podia advertir la cantidad de saliva que se estaba formando en el interior de la cavidad, Loren temio que el lo adivinase y la reprendiera por ser excesiva. Se apresuro a tragarla por si el se daba cuenta. --Loren, dispones de cinco minutos para que comience la clase pintura. Te aconsejo que no te demores. La puntualidad es indispensable para una persona bien educada y de tu posicion. --Si, padre. --La pequena comenzo a llevar la cuchara de sus gachas algo mas ligera hacia su boca. --Ah, ah, ah. No lo estas haciendo bien. --Lo siento, padre. --Coge la cuchara asi, como yo. --Puso los dedos que eran los correctos para sostenerla a fin de ilustrar a su hija. Ella lo imito. --Muy bien. Ahora come, pero no lo hagas ni muy despacio ni muy rapido. Hazlo correctamente como la hija de un duque, lady Loren. --?Mama lo hacia correctamente, padre? --Mal Loren, muy mal. --Ademas de que hacia el mismo ruido que su madre al tragar, ella sabia que estaba prohibido hablar de ese tema. Su hija no estaba centrada. Deberia hablar con la institutriz de nuevo. Esa manana, a las siete, nada mas levantarse y sin cambiarse, habia solicitado al personal que le advirtieran a la senorita Miles que deseaba hablarle por un asunto urgente. Habia visto toser a su hija la noche anterior y el modo en el que lo habia hecho no era correcto, y tras la cena olvido por completo solicitar una reunion con la senorita Miles y este era un tema fundamental que tratar con ella. Mas importante incluso que revisar el contrato sobre sus inversiones en un proyecto industrial que habia decidido llevar a cabo con el duque de Trade. A las ocho se presento la mujer ante el y acordaron que la tos y estornudos de lady Loren serian mejorados a la mayor brevedad posible. Esa mujer, que no le gustaba demasiado porque... bien no sabia el motivo de este hecho, pero al menos ella parecia entender completamente la gravedad de todo lo que el exponia. Sonrio satisfecho al pensar que habia realizado la mejor eleccion en cuanto a una institutriz se referia porque la institutriz era eficiente. Su hija seria la mejor de las futuras duquesas. Jonas no dudaba ni por instante de que asi sucediese. --Lo siento de nuevo. --Bien. Suelta la chuchara, milady. Es hora de comenzar con tus deberes. --Que tenga un buen dia, padre. --Mildre evaluo la frase, era correcta en cuanto a su entonacion, diccion y oportunidad. --Lo mismo digo, milady. La nina se levanto de su silla y repitio una nueva reverencia antes de salir de la habitacion. --No lo estas haciendo bien. Esa reverencia no es excelente. Volvere a hablar con tu institutriz --dijo molesto. Esperaba no tener que hacer llamar a la institutriz tan pronto, pero esto ya era demasiado grave como para dejarlo correr. Era de vital importancia entrevistarse con la senorita Miles para... para... tratar con ella sobre su hija, por supuesto. Asi que ordeno al servicio que la mujer se personase ante el de inmediato. --Buenos dias, excelencia. --Senorita Miles, ?ha desayunado? --Si, milord.

  • Enganada (Trilogia Criminal 3), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Para Emily Thompson no existen las despedidas cuando alguien es parte de su alma. Ahora su alma esta perdida por lo que acaba de descubrir, ha sido enganada de la peor manera. Ha vuelto a leer una y otra vez las cartas que Harry dejo para ella y ahora todo encaja.

  • No mires atras, amor, Manuel Navarro Seva de Manuel Navarro Seva

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    Una noche de primavera del ano 1983 muere asesinada en su casa de Madrid la reconocida pianista Alicia Pardo, con treinta y ocho anos y una trayectoria brillante en el mundo de la musica clasica.
    La investigacion policial, a cargo de los inspectores Contreras y Moreno, se alarga sin resultados satisfactorios por la falta de pruebas concluyentes.
    Julian, unico hijo de Alicia, se empena en averiguar como era su madre, que secretos guardaba, quien la mato.
    Mientras tanto, el asesino de Alicia vuelve a matar.
    Una novela de intriga tejida con el crimen, la musica, la literatura y el amor.

  • Eres mi armonia (Ironias del destino 2) de Minerva Mcarn

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    Susana Suarez ha peleado con unas y dientes para conseguir labrarse una carrera en el mundo de la opera. Cuando, por culpa de un bochornoso incidente, se ve obligada a dejar aparcado su sueno, decide volver a casa para reponerse y decidir que hacer con el resto de su vida.
    Tomas ha sido su vecino, amigo y confidente durante gran parte de su ninez. Sus destinos se han separado en los ultimos anos y cada uno ha seguido con su vida. Ahora Susana ha vuelto e, ironias del destino, sus caminos se cruzaran y les llevaran a transitar por senderos paralelos.

  • Mientras suenas (Rancho Triple K 4) de Laia Sinclair

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    Hannah Summer ha estado enamorada durante toda su vida de Mac Rayne y ni el tiempo ni la distancia han conseguido hacer que lo olvide. Cuando Mac regresa a Cascade para ocupar la plaza de sheriff, cree tener una oportunidad, pero el comportamiento distante de Mac y una monumental pelea con sus padres, hacen que Hannah decida tomar las riendas de su vida y dejarlo todo atras para perseguir su sueno.
    Pero Mac tambien esta enamorado de Hannah, aunque un oscuro secreto de su pasado, que lo reconcome y lo averguenza, lo ha mantenido apartado de ella.
    ?Sera capaz Mac de superar sus miedos e ir a buscarla para declararle su amor? ?Conseguira convencerla de que le de una segunda oportunidad? Y Hannah, ?podra perdonarle todo el dolor que le ha causado? ?Sera capaz de volver a confiar en el?

  • Stripteacher de Lisa Aidan

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    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • Estoy Harta de Ligar en Internet de Joanna Ferrero Socias

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    ?Ya has tenido algunas citas por Internet y el resultado ha sido decepcionante?

  • La debil mental de Ariana Harwicz

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    NO VENGO DE NINGUN LADO. El mundo es una cueva, un corazon de piedra que aplasta, un vertigo plano. El mundo es una luna cortada a latigazos negros, a flechazos y escopetazos. Cuanto hay que cavar para dar con el desprecio, para hacer que mis dias ardan. Yo podria haber nacido con ojos blancos como este bosque de pinos lisos y, sin embargo, me despiertan las cenizas de un volcan sobre los treboles del jardin. Y sin embargo, mama se arranca mechones y los tira al fuego. El dia comienza, soy un bebe y mama esta sentada de espaldas en su sillon y llora. Me despierto nina, afuera las lavandas, adentro mama y sus cabellos negros entre las brasas. Hay extractos de nubes en todas partes, bajas y blancas, altas y pasajeras, oscuras e intermedias. Me invento una vida en las nubes sentada en mi clitoris. Vibro, me agito, me trato con morfina en los dedos y durante ese lapso, todo esta bien. Mi mano adentro es mil veces su cara dentro de mi, cuanto se puede poseer una cara, cuanto se puede meter una cara en el sexo. Durante ese tiempo la hierba es hierba y puedo correr entre pastizales. De las mil maneras de existir que hay, me toco esta, no reconozco a nadie y cuando me ataca la gran desesperacion, vivo en cualquier parte. Mama dejo de llorar, ya camino sola, ya hablo, ya compartimos la ropa. Quiero que el regrese contra todo pronostico, contra todo duelo, quiero que sus ojos me destierren y ver la punta de los arboles. Mi cabeza toma un giro. Mi cabeza en picada se incrusta. De pronto, tengo el tono de una muerta. La cara hinchada de una adicta en la banera. El cuerpo epico de la que va a saltar al vacio rocoso. De pronto, noto que es mediodia y los ojos azules de las liebres brillan frios y salgo a comer, pero es pasado. Me pongo a orar o es que estoy enamorada. Le pido que me escupa, que me rompa la cara de una bofetada. Me lo quedo mirando. No estoy tocada, solo poseida, siempre es la misma respuesta. Me aburro, mama. Mi cerebro son polillas en un jarro y se ahorcan. MAMA Y EL TIPO SE AGARRAN DEL CUELLO y se frotan contra el piso de cemento resbaloso. El tipo acaba en mama mirando las alturas y todo empieza. Pongamos un microscopio en mi cuerpo amorfo esta tarde de moscas lentas. Podrian colgarlo como cuadros abstractos en el salon. A esta hora aparecen arboles calientes, hojas resbaladizas, me escondo de ella. La oigo gritar. Estoy pateando en el monte, hacia donde. Por el momento hay solamente el ruido del viento sobre la cima y algunos cantos. Por el momento el misticismo dura y son hormigas en mi brazo. Si te gusta vivir en un sueno, quedate ahi, protesta, y se encierra y todo es humo sin ella. Tengo siempre este recuerdo de fiebre de la infancia en un auto calcinado. La mirada de mama de frente, mama en la nuca como un insecto de caparazon duro. La mirada de mama fumando en el sillon de cuerina roto del tren. Yo despierta en el auto cerrado, sin poder hablar, los vecinos llamando a la policia. Me muevo mansa, donde esta ahora. Me agacho a besar la tierra. Como es posible este deseo repetitivo, molesto, el primo idiota de la familia que viene a interrumpir los desayunos al sol con medialunas con membrillo y termina tirandose por el balcon. El primo profundamente retardado que se toca la nariz, diciendo, nariz. Este deseo epileptico, este deseo deforme, un discapacitado deseante y baboso al que hay que levantar entre dos y cargar como una carreta para poder coger sobre el colchon blando. Y sin embargo, no tiene otra cosa que hacer que cogerme, que desearme desde su silla. Y sin embargo, la aureola densa y transparente en el colchon, prueba que vivo. Preparo el dedo, pero pienso tanto que despues me desvanezco. La idea del deseo sobre el deseo me deja chiflada, parasita con ojeras hasta el cuello. Mama, donde te metiste, estoy fastidiada, trabaje nueve horas parada, los empleados necesitan reposo. Mama, tibio tibio, caliente se quemo. Si me viera le daria miedo, descargo un odio impresionante. Si queres quedarte en suenos, alla vos, me insulta desde su ratonera. ?POR QUE SOMOS TAN BOBAS delante de las gondolas sin saber que comer? ?Por que compramos albahaca y perejil industrial si tenemos en la huerta?, y nos reimos. Morir es una buena opcion cuando se le caen todos los frasquitos de condimentos que levantamos uno a uno como particulas de esqueletos y nos queda ajo entre los dedos. Acostarme sobre la arena, sobre la hierba corta, sobre la tierra seca. Dejar de luchar con los brazos de mama. Trato de concentrarme en el gusto de los zapalli-tos. Estan frescos, digo. Apenas los reboce, dice, sin casi nada de aceite de oliva. Mira el pasto, mira como crece por partes, que raro, hay pedazos secos, como si el sol solo hubiera dado ahi, hay partes hundidas, como pantanos. Misterio, hija, para que preguntar mas. Buen provecho. Parece que las gallinas tienen hambre, no paran de chillar. Comemos, ida y vuelta de la mano a la boca. Donde esta mi telefono mama. No esta. Dijimos que ibamos a hacerlo, lo estamos haciendo muy bien las dos, echale algo de sal. Yo tampoco pregunto por los vasos de culo gordo. Mama. El pudo haber llamado. Concentrate. Mira un punto en el espacio y sigamos cenando. Hicimos bien en comprar esta mesa rectangular, ?no? Con las sillas no fue cara, nos faltaria una sombrilla y tal vez una reposera reclinable. ?Amarillas o a rayas? Asi damos algo de color. Dicen que el color da vida. Que payasada. ?O a lunares? Miro un punto en el espacio, ?y? Nada existe. La sensacion de que se aleja es una punalada seca en el estomago. Te llenas de imagenes que son una porqueria para tu salud, ?por que mejor no te concentras en la nina alegre y tontilla que eras antes de conocerlo armando hospitales para hormigas agonizantes? No arruines esta cena, que desagradecida te vuelve, que tipa aspera. No era alegre. Cocino en vez de recalentar y ni un gracias. LEVANTAMOS LOS PLATOS entre grillos. Que suerte tengo de que no haya un hijo, un plato menos, nada de restos pegados, ninguna voz cortando la mia. Nada que me suceda cuando me arranque la cabeza de un tiron. Crece algo blanco, una niebla que nos come, alla atras, que nos envuelve, que nos arrasa en la estepa. Mi mama se acuerda riendose de cuando se le resbalo mi cuerpito todavia con el cordon violeta en sus manos, todo remite a eso, a cuchillitos bajo el agua, a anguilas. Las dos lavando los platos con detergente barato y guantes, las dos guardando los cubiertos en sus cajones con compartimentos, tenedor con tenedor nos decimos cantando, cuchara con cuchara y hacemos el pasito de baile como una tarantela. Las dos yendo a tomar una botella de pastis afuera, nada pasa. Algo minusculo basta para ser infeliz, nos pica un abejon en el codo, se rompe un vaso con el viento, o las ventanas y puertas permanecen quietas. Una hamacandose, la otra espera su turno en el banco. Las dos calientes, desde el cuero cabelludo, las dos puercas abandonadas. Dos lindas zorritas de hocico naranja. Dos alergicas. En realidad, sonando que entran dos individuos de sombrero de ala ancha por la tranquera, piden permiso y pasan a violarnos contra las sillas, contra el subibaja de madera, en la pergola, a una por atras, a la hija por delante. Contra el lavabo le meten algo a mama, un palo de beisbol del rubio, y no le gusta tanto pero se esfuerza para que vea que goza. Nada importa mientras nos miramos poseer los ojos enfrentados y negros. Nos agarran de las axilas, nos dan vuelta y nuestros pelos largos caen en cortinados tenebrosos contra el forraje. ?Queda whisky en la despensa, hija? Que bueno que haya pasado tu infancia, que alegria que todo quede tan lejos que casi no haya sido, que ya no este en esta vida ese olor a eucaliptus mojado de cuando te agarraste el dedo con la puerta automatica. Ese olor a lona caliente, a goma, a local de alquiler de bicicletas. Ese olor a garrapinada, a manzana, a azucar rosa. Desde que naciste espere este momento. ?Fuimos o no a los medanos cuando cumpliste seis? ?Haciamos equilibrio en la escollera? ?Nos tirabamos como milanesas hasta el borde aguas vivas? ?Es cierto aquel dia que escuchaste ese disparo desde la habitacion del hotel y creiste que habia sido yo? ?Dormimos todo un verano clandestinas en las carpas de los turistas, tus montoncitos de caca apilados como murallas? Esos dias dorados conteniendo el aliento agrio y llevandote a patinar, dias enteros ayudandote a hacer la vertical en la orilla, haciendote saltar en la cama elastica, lavandote la bombachita con los nudillos. Escondiendome al atardecer playero en la arena fria a vomitar tu ninez. WHISKY CON MAMA desde el azul electrico hasta la madrugada y ahora, lejos de la casa, tengo las manos cubiertas de excremento. No conocia mi olor, la capa de olor que se forma en el cuerpo con el correr de las horas sin agua. Mi lengua se distrae comiendo pasto. Chupar las tetas duras de un animal, chupar su pelaje, los dientes vestidos, o imaginar la muerte de los padres, es igual. A partir del momento en que el entro en mi cabeza, el infierno salado. Fanatico martilleo sobre mis venas. El problema del cerebro es que no consigo retenerlo, siempre avanzando entre asperezas, siempre adelante como topadora. Donde me meti, no reconozco estas mansiones y nunca pase esta curva pronunciada. Deseo degenerado. Deseo nocivo. Deseo lunatico. Ya no encuentro como volver y mama debe estar inconsciente pendiente abajo. Espero que sin los pies tallados. Y a estas altas horas las nubes son troncos y la resaca no afloja y me tiro en cualquier posicion a masturbarme, mi pelo electrizado, la piel caliente, los parpados rigidos. Mi mano dandome para despues quedar quieta como un bicho, y que nada alcance. El y yo en un descapotable. El y yo en una carretera sucia. Las tetas no deberian estar en el cuerpo despues de cierta edad. Voy a extirparlas, pensando en mi pecho, cuando sean carne gruesa. Tampoco deberia abrirse el sexo. Busco una palabra que reemplace la palabra. Busco una palabra que indique mi devocion. Esa palabra que sea el punto, la distancia, el centro exacto de mi delirio. Deberiamos ser como pequenas serpientes hasta el final y ser enterradas asi, en huecos alargados como cunetas. Ahi me levanto nerviosa, la cabeza en sangre espesa. Camino por la casa y le abro las ventanas. El viento barre los cuerpos de los insectos atrapados en el mosquitero. Alla atras guarda recipientes de agua oxidada y fosiles de todas las especies. Se lo ve como si no hubiera dormido nunca, siempre necesitando un bano, un nuevo corte de pelo, un pantalon sin orina. Y que es al fin de cuentas ese escaso placer que tomamos en la juventud de los dedos. Que es ese escaso liquido dorado cayendo, diluyendose, si despues, mas tarde, cuando por fin la encuentro con el vaso de culo gordo batiendo el hielito y pidiendole al mozo una ronda mas, estamos con mama sentadas en la mesa del jardin con una fuente de caldo y dos cucharas. Que es ese deseo restante, hundido, mientras bebemos la sopa y el vapor nos da en la cara, y ya no queda nada, pero nada.

  • Beatriz decidio no casarse de Maria Paulina Camejo

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    Beatriz dedico toda su vida a cumplir su unico sueno, el cual era ser una escritora exitosa y reconocida. A sus cuarenta y cinco anos, sus largas horas de trabajo se vieron recompensadas con el Premio Cervantes de Literatura, premio que alcanzo despues de tener una vida llena de noches que transcurrieron en soledad con la unica compania de un vino y musica. Han pasado veintitres anos desde que termino con su novio Santos, con quien habia disfrutado de una bella relacion. En el avion que la lleva a Madrid para recibir su premio, Beatriz se reencuentra con Santos y juntos rememoran momentos que ninguno ha olvidado. Al saberla merecedora del prestigioso Premio Cervantes, Santos le pregunta a Beatriz <>.

  • Cosas que nunca dijimos de Nick Alexander

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    Todo el amor que ella le dio, todos los secretos que no le conto

  • El misterioso anillo de Claddagh de Virginia Sainz-rasines

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    TE queda tan solo una hora y media para terminar tu columna. Imagino que ya estara lista ?no es asi? --De eso puedes estar segura, Amanda, pero ya sabes que me gusta repasar mi trabajo hasta ultimo momento para corroborar que este todo a la perfeccion. En su pequena oficina de metro y medio cuadrado, simulando que leia en su ordenador y agradeciendo a Dios que su jefa no pudiera ver la pantalla, sintio que realmente no tenia escapatoria: el fin de su carrera se aproximaba. Nunca lograria llegar a tiempo con su articulo semanal. A tan pocas horas del cierre, solo lograba ver la cara de desesperacion de Amanda, quien no contaba aun con su columna sobre noticias reales e inusuales de la bellisima ciudad de Nueva York. Mirando la pantalla en blanco, y luego a Arthur en la oficina contigua --su companero de trabajo, un joven descendiente de inmigrantes irlandeses--, se le ocurrio una idea: "Eso es, puedo utilizar internet para investigar su historia y averiguar realmente como inmigraron sus antepasados. Eso me ayudara a inventar algo jugoso". Fue asi como rapidamente y sin perder siquiera un segundo mas de su cuenta regresiva, se dispuso a escribir una historia ficticia. Tal vez lograria cautivar a sus lectores y dejar contenta a su jefa. Lo unico que necesitaba era que nunca se supiera que su articulo trataba sobre una mentira. De ser asi, perderia la poca reputacion que habia logrado como periodista y su incipiente carrera se veria destruida, exactamente como su vida personal desde el dia anterior. Y todo seria aun peor si no le entregaba a su jefa lo que habia prometido tener terminado minutos atras. Sumida en sus pensamientos, tratando desesperadamente de encontrar una buena historia que deslumbrara a las lectoras de Gorgeous Woman Magazine --la revista para la cual trabajaba -- escucho el sonido de su telefono. La llamaba Sophie, su unica amiga en toda la empresa, ya que con Arthur tenia una buena relacion que no llegaba a ser de amistad. --Piper, necesito por favor que vengas urgente a mi oficina. Amanda esta en ataques. Teme que tu articulo no este listo para editar. Imagino que no sera cierto, ?no es asi? --Ya mismo voy para alli --dijo con la intencion de tranquilizarla, aunque solo consiguio ponerla aun mas nerviosa. Sophie ocupaba un puesto preferencial en la empresa. Con tan solo veintisiete anos ya era reconocida dentro del estrato mas alto y mas deseado del periodismo neoyorkino. Hacia dos anos que vivia con su novio en una magnifica y moderna mansion del Upper East Side. Ambas estudiaron juntas en la Universidad de Columbia y se convirtieron en amigas inseparables desde que se conocieron alli. Piper proviene de Ogunquit, Maine; y Sophie, de Boston. Despues de recibirse no tuvieron la misma suerte, a pesar de que Piper habia egresado con honores e incluso habia ayudado a Sophie en sus estudios hasta su ultimo examen. Lo cierto es que Sophie logro obtener su ansiado titulo universitario en periodismo gracias al apoyo continuo e incondicional de Piper. Al poco tiempo, comenzo a trabajar en esta prestigiosa revista femenina de tendencias luego de que su novio, un bohemio y adinerado pintor, la contactara con la mujer mas despreciable e influyente del ambiente periodistico: Amanda Horton.

  • Tu mirada oscura sobre mi vestido de calaveras rojo de Yaiza Castro

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    Escoge la senda del pecado, y desnuda tu alma al romance mas ardiente y peligroso. Una policia temeraria, pin up y alocada. Un agente de operativos especiales letal y que exuda peligro por cada poro de su piel. Una explosion. Una investigacion. Un amor envuelto en llamas. Un entramado criminal que clava las garras en lo mas profundo del corazon del organigrama policial. Dos enigmaticas figuras que dirigen el destino de todos desde las sombras. Un amor del pasado. Un misterio por resolver. Un romance que hunde sus cimientos en el erotismo mas salvaje.
    Disfruta del mejor romance y el mejor suspense en una historia donde ambos generos se aunan para conformar una novela pasional y trepidante.

  • Alex, la indomita sobrina del conde de Nieves Hidalgo

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    Londres. 1819 El intenso olor penetraba por los resquicios de la ventana que aun no se habia reparado, desgajada por un rayo que se habia colado por ella y recorrido la galeria de lado a lado dos noches antes. Por mas que intento sujetar los tablones que, de momento, cubrian los desperfectos, las intensas rafagas de viento los soltaban una y otra vez. Era como si el cielo hubiera querido castigar Londres durante los ultimos quince dias: las calles se encontraban casi intransitables y el Tamesis, utilizado como alcantarilla de la ciudad, se habia desbordado en diversos puntos, provocando que la pestilencia se extendiese por toda la urbe. Jerome Graham recoloco el tablon y maldijo en voz alta, en un tono tan subido que su reverberacion le sobrecogio. Se cerro cuanto pudo el cuello de su levita de pano grueso y se dispuso a acabar la ronda. No le gustaba aquel trabajo, pero daba gracias por tenerlo; al menos, podia llevar un plato de comida caliente a su casa, lo que ya era mucho despues de haberse pasado meses buscando ocupacion. Alli se estaba caliente y la tarea no era fatigosa. Sin embargo, tener que deambular solo durante las grises tardes por las distintas salas, una vez cerradas a los visitantes, lo ponia nervioso. La enorme mansion del siglo XVI en el barrio de Bloomsbury habia sido adquirida por el Gobierno a cambio de veinte mil libras, para convertirla en el museo que habia abierto al publico sesenta anos antes, justo el 15 de enero de 1759. El funcionario que lo contrato le aseguro que era una suerte servir de celador en un lugar repleto de cultura y obras de arte, pero a el le importaban poco los libros, manuscritos o cuadros, asi como las antiguedades egipcias, griegas, o de donde procedieran. Lo unico que le movia a hacer sus solitarias rondas, provisto del candil de aceite, era el digno jornal que permitia comer y vestirse a su familia. Por el, hubiera vuelto a los muelles; entre el barullo de los estibadores no tenia que estar constantemente mirando a su espalda. Alli, por el contrario, el silencio del museo lo impresionaba de tal manera que en cada rincon creia ver figuras que se movian, y con los susurros del aire por cualquier corriente el vello se le ponia de punta. Sobre todo, aquella tarde. Juraria que habia escuchado pasos en la sala donde se exponian los restos egipcios, pero se convencio de que su imaginacion, siempre propensa al recelo, le jugaba una mala pasada. ?Quien iba a colarse en el museo para robar? Todo cuanto se exponia en vitrinas o sobre pedestales era mas viejo que Matusalen y la mitad estaba roto. Incluso aquella piedra, que habian traido de lejos y que todo el mundo iba a admirar, no era mas que un trozo de basalto lleno de garabatos que ni el mas listo podia entender. Desde luego, si el fuera un ladron, la casa Montagu seria el ultimo lugar al que entraria a desvalijar. Con andar cansino atraveso la sala en la que se custodiaban los famosos manuscritos de sir Hans Sloane, aquel medico y naturalista que dejo en testamento su herencia al Gobierno britanico, paso despues por otra anexa que contenia cientos de volumenes antiguos, y se dirigio hacia la zona del museo en la que se encontraban los restos del antiguo Egipto. Esas salas en concreto eran en las que con mas recelo hacia su ronda. Cada vez que entraba en ellas tenia la sensacion de que alguien tiraba de su desgastada levita. Procuraba inspeccionarlas lo antes posible, sin detenerse a mirar los ojos vacios de las estatuas o los cuerpos envueltos en putrefactas vendas que descansaban en las vitrinas. Comprobado que todo estaba en orden, tomo el camino de las escaleras que bajaban a los sotanos. Alli habia multitud de cajas sin abrir, cuadros envueltos en papel aceitado y hasta un feretro de solo Dios sabia la epoca. Su rutinario trabajo pasaba por confirmar que todo estuviera tranquilo y si, por casualidad, se hubiera colado alguna rata en el recinto, acabar con ella. Alzando el farol por encima de su cabeza recorrio el lugar, miro a un lado y otro, reviso los rincones donde dias antes viese algun roedor muerto y regreso hacia las escaleras. Dio un vistazo al reloj de bolsillo, unica herencia de su padre, y comprobo que en una hora mas acabaria su turno. Peter Sunset lo reemplazaria para hacer el de la noche. Ascendia ya cuando creyo oir un crujido. Se volvio, levanto el candil y sus ojos atisbaron el lugar. El sonido se repitio. Ya no le cupo duda de que algun infecto bichejo estaba haciendo de las suyas. Renegando entre dientes desanduvo el camino y se armo con la porra que siempre colgaba de su cadera. --Ven aqui, precioso --dijo a la oscuridad--. Ven con papa. El silencio lo envolvio como un mal presagio, pero siguio su avance tratando de ubicar al animalejo. Algo se movio detras de una pila de cajas y Jerome mostro su dentadura mellada forzando una sonrisa, seguro de haber localizado al intruso. Avanzo con cautela dispuesto a aporrearlo, rodeo el feretro de madera pintada y... Antes de que pudiera saber lo que estaba sucediendo, un objeto contundente choco contra su craneo obligandole a sumirse en la inconsciencia. La figura embozada que lo habia dejado fuera de combate paso por encima del cuerpo, escondio la pequena estatua que acababa de sustraer bajo los pliegues de su capa y desaparecio en la oscuridad. Capitulo 1 Londres. 1819 Regresar a Londres habia sido, sin duda alguna, una de las peores decisiones de su vida. Lejos de Inglaterra, abstraida por la voragine que suponia cada hallazgo, el recuerdo doloroso de su desden se habia mitigado, aunque, no por ello, estaba olvidado. Si algo tenia era buena memoria y jamas se lo perdonaria. La aficion de su madre por la cultura egipcia arrastro a su padre, anos atras, a abandonar su trabajo como profesor en Eton para sumarse al equipo arqueologico de Giovanni Battista Belzoni. Ella, por tanto, se habia criado a caballo entre Londres y la tierra de los faraones, llegando a convertirse en una aplicada colaboradora. Como cualquier joven, a veces echaba de menos acudir a las fiestas londinenses, aunque en Egipto no faltaron las veladas en algun hotel o en la mansion de un millonario excentrico deseoso de agasajarlos. Ella procuraba alejarse de toda la parafernalia que, por costumbre, seguian manteniendo sus padres: acicalarse para las cenas, aunque estuvieran rodeados de dunas y polvo. Lo veia una estupidez suprema, a la que la mayoria de las veces tenia que plegarse para no enfadarlos. Como el esnobismo de Belzoni de tener que utilizar a un capataz de intermediario cuando queria preguntarle algo a uno de los egipcios que achicaban tierra. En mas de una ocasion se lo dejo ver porque para ella cualquier hombre era igual a otro, pero el italiano solo sonreia, se encogia de hombros y la dejaba con la palabra en la boca. Lo que si echaba de menos cuando no estaba en Londres eran las partidas de ajedrez con su tio, reir con las bromas de su primo Jason y ponerle al dia de sus secretos a Nicole, su esposa. No era un bicho raro, como solia decir de ella la condesa viuda en tono jocoso, a la que, a pesar de no ser su abuela, tenia como tal. Pero si era cierto que ciertas costumbres de la aristocracia no iban con ella. Se encontraba mucho mas a gusto enfrentandose a la amplitud de los espacios abiertos y recibiendo el sol en el rostro, que poniendo buena cara a personas que no le interesaban. Era la vida que deseaba y que le agradaba. Por desgracia, a pesar de la distancia y el tiempo transcurrido, seguia sin poder evitar que un hombre le quitase el sueno. Uno a quien, parecia haber quedado claro, ella no le interesaba en absoluto. El trabajo en las excavaciones apenas le habia dejado tiempo para pensar en otra cosa que no fuera extraer de las arenas del desierto los vestigios de una civilizacion milenaria. Pero la actualidad mandaba y hubieron de regresar a Londres para poner al dia las inversiones de su padre en la industria textil, interesarse por una fundacion en la que colaboraba y estar presentes en la celebracion en honor del heredero de Jason y Nicole, vizcondes de Wickford: Cayden Lionel Rowland. [1] Sabia que pisar Creston House implicaba volver a enfrentarse a la espiral de emociones que para ella suponia la presencia de Daniel Bridge. Creyo poder controlarlas, que iba a ser capaz de dominar los latidos de su corazon cuando volviera a verlo, mostrarse distante con el. !Que ilusa! Apenas pisar el salon donde todos se encontraban reunidos, aquel estupido organo enamoradizo comenzo a dar saltos en su pecho. Porque el estaba alli, como bien suponia. Daniel Bridge no solo era el medico de la familia Rowland, sino amigo personal de Jason desde que le salvara la vida durante la guerra, y se contaba con el para cualquier acontecimiento; incluso disponia de una habitacion permanente reservada para su uso en Creston House. Ahogo un suspiro porque, si cabia, lo encontro mas guapo aun que cuando se marcho a Africa por ultima vez. Relego el momento de saludarlo tanto como pudo, dedicandose a repartir sonrisas y abrazos a los demas, consciente de la presencia de Daniel en la sala y de su inevitable reencuentro. Alto, ancho de hombros, luciendo ese cabello rubio que ella sono tantas veces con despeinar y aquellos ojos azules que, mal que le pesara, habian invadido sus noches, era imposible obviarlo. Su boca la llamaba como un canto de sirenas y no pudo sino recordar aquella primera vez en que, como despedida, antes de que partieran de Inglaterra, la habia besado. Para ella habia supuesto un vuelo hasta las nubes, materializar un anhelo tanto tiempo deseado que quiso repetir. Asi se lo pidio, como una boba, con los ojos colmados de ilusion juvenil. Como respuesta, Daniel la habia apartado de el, dejandola con una sensacion de frustracion que se prolongo hasta el ridiculo por haberse manifestado tan entregada. Claro que peor fue a su regreso, en aquel maldito baile de mascaras en el que el se presento disfrazado de Lucifer, todo vestido de rojo, por completo irreconocible, y la abordo cuando buscaba un momento de paz en los jardines. Habia tomado su mano para llevarla hacia la espesura, la habia besado y luego, cuando ella se encontraba en el septimo cielo, la habia dejado aturdida con una frase que arruino sus expectativas: --Sigues besando como una nina. Evocar el modo en que se burlo de ella hizo que se la llevaran los demonios de nuevo. No lo habia olvidado, era imposible dejar de lado su desprecio. Se le avinagro el gesto. Y justo entonces, a su espalda, escucho su voz. --Hola, Alex. Se volvio esbozando una sonrisa forzada. Aunque consiguio mantenerla asi, fria y desangelada, dandole a entender que se la dedicaba por puro compromiso, empezo a escuchar en su interior el retumbar de unos latidos que la delataban. Tan fuertes eran que temio que Daniel pudiera escucharlos, asi que se ladeo un poco para aceptar la copa de champan que le ofrecia uno de los criados, tratando de darse tiempo y calmarse un poco. --?Como te va, Bridge? --pregunto de modo escueto, rehusando mirarlo a la cara. Daniel se mordio los labios para contener una sonrisa por su saludo tan banal. Alexandra no habia cambiado en nada, seguia siendo aquella muchacha discola, empecinada y tozuda. Bueno, si que notaba un cambio en ella: estaba preciosa, mucho mas bonita. Con razon habia acaparado su atencion desde el mismo momento en que hizo acto de presencia: su cabello rubio claro recogido en bucles, sus ojos vivaces e inteligentes, casi plateados, su estrechisima cintura... Y !condenada fuese!, con un escote que magnificaba sus atributos mas de lo que el hubiera querido y que le provoco un tiron en la ingle.

  • Corazones que se encuentran (Corazones 2) de Claire Contreras

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    Aunque se conocian de toda la vida, Jenson y Mia se enamoraron cuando estaban en la universidad; luego el tuvo que marcharse a Nueva York para terminar sus estudios, por lo que Mia decidio que era mejor que se tomaran un tiempo y que volvieran a estar juntos cuando pasaran esa etapa.

  • Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom

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    Un libro sencillo e intenso que encierra profundas verdades. Conversaciones entre Mitch y su antiguo profesor de la universidad todos los martes. Una historia real para un libro de culto. El libro que ha cambiado la vida a millones de personas.

  • Susurrale mi nombre al viento (Hermanos McGregor 3) de Josephine Lys

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    Escocia 1180 Nerys MacLeod miro a su marido y jefe del clan, Thane MacLeod. Sabia por experiencia que cuando estaba en silencio durante tanto tiempo, con la mirada perdida, la respiracion cada vez mas agitada y los labios duramente apretados, era que algo le preocupaba tanto como lo enfurecia. Y en este momento no podia negar que Thane parecia a punto de estallar. Intento esperar pacientemente a que le contase que era lo que ocurria, pero llegado a ese punto, la espera la estaba matando y no estaba precisamente en su mejor momento. --Thane, carino, ?puedes decirme que es lo que ocurre? Me estas asustando. Nerys sabia que con esas palabras sacaria a su marido del letargo que lo consumia. Sabia que por nada del mundo queria alterarla, asi que, aunque no estaba orgullosa de sus palabras, una ayudita no vendria mal. Y la verdad es que la espera ya estaba empezando a afectarla. Thane miro a su esposa. Estaba tan hermosa como cuando la conocio y se caso con ella, hacia ya dieciocho anos. Su pelo rubio hasta la cintura, como el oro reluciente, recogido a su espalda, le hizo desear enredar sus dedos en ellos y acariciar la suavidad de los mismos igual que cuando hacian el amor y su calor los envolvia a ambos. Sus expresivos ojos azules lo miraban de forma inquisitiva y tambien preocupada. Por nada del mundo queria que se alterase. Despues de que naciera su hija Isobel, pensaron que ya no podrian tener mas hijos tras varios abortos espontaneos que llevaron a su esposa a perder toda esperanza. Sin embargo, ahora estaba embarazada y de cinco meses. Habian pasado la temida barrera de los primeros meses, cuando los anteriores embarazos se habian interrumpido abruptamente. Sin embargo, el miedo a que esa nueva vida se perdiera los hacia ser demasiado cautos y temerosos. Thane no podia evitar sentirse feliz por la posibilidad de tener otro hijo, y si fuese un nino no podia ocultar que lo haria inmensamente feliz, pero lo que hacia que deseara que aquel embarazo llegase a termino con mayor intensidad, era la felicidad de Nerys, a la que amaba mas que a su propia vida. Temia por la salud de su mujer y aquella noticia, aquel pergamino con el sello del rey Guillermo, seguro que la alteraria como lo habia hecho con el. --No es nada Nerys, solo que me ha sorprendido el mensaje del Rey Guillermo. Nerys no se dejo enganar. Conocia demasiado bien a su marido como para saber que aquella furia que sujetaba con mano ferrea, no era ninguna nimiedad. Asi que se acerco a Thane hasta estar a su lado y le toco la mejilla con suavidad. Su marido, y jefe del clan MacLeod, la miro con una media sonrisa de pesar. --?No puedo enganarte verdad? Nerys sonrio ampliamente viendo como aquel guerrero, fuerte y maravilloso, intentaba protegerla, intentaba en vano ocultarle sus preocupaciones. --No --contesto Nerys con voz suave y casi susurrada. Se acerco a los labios de su marido y le dio un beso suave y tentador que Thane no dejo vacio de respuesta. Acomodo a su esposa encima de sus piernas, sentada sobre su regazo, la envolvio con sus brazos y la beso a conciencia, como deseaba desde que el suave roce de sus labios alimento y avivo su hambre, como siempre hacia que su mujer le tocaba. Con un leve gemido Nerys, interrumpio el beso cuando este estaba tomando un cariz demasiado intimo. --?Y ahora vas a decirme de una vez que es lo que pasa? Se que estas furioso y que es algo que te preocupa profundamente. Lo puedo ver en tus ojos --dijo Nerys tocando con la yema de sus dedos el entrecejo de Thane. Este estaba ligeramente fruncido debido a la tension de sus musculos que se adueno de ellos desde el preciso instante en que el pergamino de Guillermo volvio a ser el centro de sus pensamientos. --Si, pero debes prometerme que no te alteraras y que no te preocuparas. No soportaria que nada te pasase. Juramelo. La fuerza que imprimio a sus ultimas palabras hizo que el corazon de Nerys latiese mas deprisa. El calor que inundo su pecho por la preocupacion y la intensidad de los sentimientos de Thane, solo comparables a los suyos, la hizo temblar. Aunque habian pasado casi dos decadas juntos, Thane seguia amandola como el primer dia. --No puedo prometerte eso, mi amor, pero hare todo lo posible. Y ahora dime que dice el dichoso pergamino antes de que lo destroces con la fuerza de tu mano --dijo Nerys alzando una ceja. Thane miro la mano en la que todavia tenia el trozo de pergamino. De el apenas quedaba algun borde intacto. Era un amasijo arrugado y roto en determinadas partes. --No importa, puedo hacerte un resumen, y creeme que sera lo mejor. Al rey parece que le ha dado por crear lazos entre los clanes. Despues de lo que ha pasado en los ultimos meses sobre el robo de ganado con violencia, con muerte de miembros involucrados, teme que, aunque todo se ha resuelto y la paz parece haber vuelto a los clanes, ciertos odios alimentados durante este tiempo no se extingan y vuelva a haber revueltas y descontentos. Asi que ha pensado que la mejor manera de asentar una paz duradera es que se creen alianzas entre los distintos clanes, y mas despues de que la union entre los McAlister y los McGregor le saliera bien. Por todos era conocido el odio encarnizado que habia enfrentado a esos dos clanes durante mas de un siglo. El rey, harto de los continuos ataques entre ambos, habia decretado el matrimonio del jefe del clan McAlister con una de las hijas del clan McGregor y ahora parecia que ambos clanes, fruto de esa union, habian salvado gran parte de sus disputas, mas despues de que solo un mes atras se hubiesen unido en matrimonio el hermano de McAlister con otras de las hermanas McGregor. --?Y eso que tiene que ver con nosotros? Este clan no ha tenido problemas en cuanto a robos ni han atacado a ningun miembro. Estamos demasiado al norte. --Eso lo sabemos los dos y el rey tambien, pero le ha dado la fiebre por las uniones entre clanes. Nerys comprendio de golpe a lo que se estaba refiriendo. --?Isobel? --pregunto con un nudo en el pecho. Su preciosa hija tenia diecisiete anos y estaba en edad casadera. Thane miro a los ojos a su esposa antes de contestar, aunque Nerys vio la respuesta en la mirada de su marido. --Si, aunque no es un decreto real, no es una orden para que se case con nadie determinado, pero si una cortes invitacion para que Isobel pase unas semanas en territorio del clan MacLaren. El jefe de dicho clan, Grant MacLaren, va a ser el anfitrion de varios miembros de otros clanes por unos dias, con el fin de que determinadas mujeres conozcan a miembros de otros clanes y puedan pensar en la viabilidad de realizar enlaces matrimoniales entre ellos. Una de ellas es Isobel. Nerys sabia que ese dia llegaria pero el temor la inundo de repente. Queria lo mejor para su hija. Era una mujer con un genio vivaz y un tierno corazon. Ella se habia jurado que no obligarian a Isobel a contraer matrimonio en contra de su voluntad, y por lo mas sagrado que no romperia esa promesa. Ella sabia lo que era que la obligaran a casarse con alguien a quien no conocia y en contra de sus deseos. Y, aunque en su caso habia sido lo mejor que le habia pasado en la vida, sabia que normalmente esos enlaces conducian a una vida llena de amargura y pesar. --Sabes que no voy permitir que nadie obligue a Isobel a hacer algo que no quiera --dijo Nerys con un tono de voz duro. Thane esbozo una sonrisa. Ahi estaba su rebelde esposa. Todavia recordaba cuando la conocio. Se habia quedado sin habla cuando la vio aparecer en el salon de aquella misma casa. Tan hermosa, tan desafiante. Con la barbilla levantada, la mirada fuerte y segura y una fuerza interior que haria temblar hasta al hombre mas bragado. --Lo se, y yo tampoco lo permitiria, pero no podemos dejar de acatar esta invitacion. Es como si fuese una orden real. Dejaremos que vaya, y si no encuentra a alguien de su agrado, nada ni nadie la obligara a tratar a un pretendiente para un posible enlace. Volvera de vuelta a su hogar. Y conociendo a tu hija, eso sera seguramente lo que pasara. Nerys por primera vez se permitio una pequena sonrisa. Isobel era muy exigente consigo misma pero tambien con los demas, y habia jurado mas de una vez que nunca se casaria con ningun ignorante cabeza dura de los que abundaban entre los Highlander. Nerys sabia que eso no era cierto, pero a la edad de Isobel poco se podia hacer hasta que ella no tuviera sus propias experiencias. Thane volvio a ponerse serio de nuevo. Nerys lo miro con atencion antes de preguntar. --?Hay mas verdad? Thane asintio con la cabeza antes de responder. Su pelo largo hasta los hombros de color castano rojizo se movio por el impetu de su gesto. --En el pergamino se menciona a alguien mas. Sutilmente dice que, tras lo que ha sido un periodo de luto mas que adecuado, tu sobrina deberia tambien asistir a dicha reunion. Es un miembro importante de nuestra familia y ademas una McEwen de nacimiento y que seria interesante un posible futuro enlace tambien para ella. --?No ha sufrido ya lo suficiente? ?Por que no la dejan tranquila? --pregunto con enojo Nerys apretando los punos por lo injusta que era a veces la vida. --?Como crees que se lo tomara? --pregunto Thane mirando a su esposa, que parecia demasiado alterada. Eso no le gustaba en absoluto. --Ella va a todos lados con Isobel, y tambien ira con ella a esta reunion, aunque sepa lo que conlleva. Nadie podria impedirselo. La quiere y la protege como si fuese su hermana mayor. Pero ten por descontado que no lo aceptara de buen grado. Nerys penso en su sobrina. Hacia cuatro anos que habia llegado alli apenas con un aliento de vida entre sus labios. No queria pensar en todo por lo que habia pasado porque las ganas de matar a su hermano por lo que le habia hecho a su sobrina volvian con fuerzas. Edine habia pasado un autentico calvario. Al principio habian temido por su vida, pero la fuerza interior de Edine era titanica. La habia visto levantarse poco a poco, y convertirse en la mujer extraordinaria que ahora era. Su amistad, su paciencia, su empatia y su amor incondicional hacia Isobel, como si fuese su propia hermana, siempre la habian emocionado. Nadie mejor para acompanar a Isobel, porque aunque Edine era solo cinco anos mayor que su hija, su experiencia vital la habia marcado y la habia hecho madurar demasiado para ser tan joven. --De todas formas ira con Isobel. En tu estado tu no puedes hacer un viaje tan largo --dijo Thane. --Lo se, pero no me gustaria ser tu y tener que decirle que esta vez no solo hara de acompanante de Isobel, sino que tambien sera una posible candidata a casarse. --?Yo? --dijo Thane alzando una ceja en senal de sorpresa --Francamente, esperaba que se lo dijeras tu. Creo sinceramente que asumira mejor la noticia si la escucha de tus labios. Nerys esbozo esa sonrisa triunfal que tanto le gustaba como odiaba, porque significaba que le iba a dar el golpe de gracia y a ganarle con todas las de la ley. --Sin duda es una broma, porque ambos sabemos que una noticia de ese calibre debe comunicarla el jefe del clan y, por cierto, cunado de mi sobrina. No olvides que estuvo casada con tu hermano Brian. Un halo de tristeza cruzo la mirada de Thane. Nerys sabia que a pesar de haber transcurrido tres anos desde su muerte, su marido seguia llorando la perdida de su hermano como el primer dia. Brian habia sido un hombre excepcional. Ella lo habia querido como a un hermano, y un hombre como aquel, culto, sabio y generoso, no se habia merecido aquella larga enfermedad ni tampoco su final. Se habia casado con Edine ya muy enfermo. Cuando Edine llego alli, Brian ya llevaba meses sin poder levantarse de la cama, con sus libros como unica compania. Habia quedado fascinado y prendado de su sobrina y, aunque no podia ser un marido en toda la extension de la palabra, al saber de su historia y de su situacion, le pidio que se casara con el. Queria darle la proteccion de su apellido para que su familia no se atreviera a reclamarla jamas. Estaba segura de que aquello le dio a Brian un motivo para vivir un poco mas, y un fin despues de la muerte. --Entonces nos olvidamos de que se lo digas tu, ?verdad? --pregunto Thane dubitativo. --Si no fuera porque eres el guerrero mas temible que haya conocido jamas, podria pensar que le tienes miedo. Thane endurecio su mirada como si aquellas palabras hubiesen sido el peor de los insultos. --?Como puedes insinuar algo parecido? Yo solo intento velar por sus tiernos sentimientos y siempre es mejor recibir una noticia desagradable de alguien mas cercano y tu eres su tia. ?Que yo le tengo miedo? Pero !que ...! Ni siquiera voy a decir en alto lo que estoy pensando. Creo que no piensas con claridad, mujer, para decir algo asi. Nerys lo miro todo el tiempo y Thane sintio el peso de esa mirada inquisitiva e intuitiva, conocedora de su interior mas que el mismo. --!Maldita sea! De acuerdo, no quiero decirselo yo, pero no porque le tenga miedo, simplemente es que tu sobrina tiene un genio de mil demonios cuando se enfada. Todas las McEwen sois de armas tomar. El otro dia Lane le hizo un comentario de mal gusto y el muchacho todavia no se ha recuperado del susto. Tu sobrina lo acorralo y, sin subir ni si quiera la voz, le dijo algo que le hizo salir como alma que lleva el diablo. Creo que el pobre infeliz todavia esta corriendo. Estoy pensando seriamente pedirle a Edine que tome parte en el entrenamiento de los mas jovenes, para ensenarles tacticas de intimidacion. Nerys solto una pequena carcajada. --?Que te parece si lo hacemos juntos? --dijo Nerys todavia con la sonrisa en la boca. Thane sabia que esa era la mejor oferta que iba a recibir. --Esta bien, preciosa. Asi se hara. ?Sabes? Tu estas preocupada por nuestra hija y por Edine, y yo solo puedo sentir lastima por los posibles pretendientes. Juntas seran como una plaga. Nerys volvio a soltar una carcajada al escuchar las palabras de su marido. Ahora sentia que estaba mas relajada y que en cierta forma el peso que se habia instalado en su pecho desde que Thane le habia dado la noticia se habia desvanecido. Sabia que su esposo era un exagerado, pero habia cierta verdad en sus palabras. Tanto Isobel como Edine, cada una de forma distinta, eran dos mujeres de armas tomar y mas les valia a los futuros pretendientes elegir bien sus palabras y sus acciones, si no acabarian mal parados. Eso definitivamente la dejo mas tranquila. Sin duda serian unas semanas interesantes y ella lamentaba no poder estar junto a su hija durante ese tiempo, aunque tambien, por que no decirlo, lamentaba no ser testigo de la tenacidad y la fuerza de las MacLeod. CAPITULO II Edine levanto la vista al escuchar pasos apresurados. No le hacia falta mirar para saber quien era. Una sonrisa se instalo en sus labios antes de que apareciera. --Buenos dias. ?Pensabas salir a montar hoy sin mi? --pregunto Isobel con una ficticia cara de enfado. Edine la conocia lo suficiente como para saber que esa expresion era pura fachada. El brillo travieso en sus ojos y la tenue sonrisa que trataba de ocultar lo indicaban. --!Vaya! --exclamo con expresion seria--. Sinceramente pensaba que hoy lo lograria. Siempre que voy contigo me retrasas y esta manana tenia ganas de dejar atras al viento. Su prima prorrumpio en una carcajada, y Edine rio con ella. <>, eso era motivo de broma entre ellas. Cuatro anos atras, cuando llego alli, Isobel tenia trece anos y la primera vez que fueron a montar juntas, cuando vio lo buena amazona que era su prima Edine y lo veloz que era capaz de cabalgar, le dijo con expresion asustada que era capaz de dejar atras al viento. A Edine le hizo mucha gracia y desde entonces, cuando le apetecia volar a lomos de Travieso, recordaba las palabras de Isobel. --Pero no te preocupes, yo seguire tu estela y masticare el polvo que vayas levantando --dijo Isobel con una mueca. Edine volvio a reir. En ese instante, Radge, travieso en celta, le dio un suave empujon con su hocico en el hombro. Sabia que estaban hablando de el y queria que le prestaran atencion. -- ?Que, precioso? ?Volamos un poco hoy y hacemos que Isobel y Manchas solo vean tu trasero? --pregunto Edine tocando suavemente a Radge, que buscaba constantemente el contacto de la mano de Edine. --!Ehhh...! Que tampoco hay que exagerar. Manchas no es tan lento y yo me estoy convirtiendo en una gran amazona. --Y modesta tambien --le dijo Edine guinandole un ojo. --Eres terrible --dijo Isobel sacandole la lengua. Edine rio con ganas antes de hablar. --Muy madura. --Asi soy yo. Un dechado de virtudes a cual mas noble. Y Edine tuvo que admitir que su prima se acercaba a esa definicion. La queria como a una hermana, como a esa hermana que, aunque tuvo, perdio por la envidia y los celos. Isobel habia sido para ella lo que Lesi nunca fue. Recordarlo fue hundir un poco mas el punal que tenia clavado en el pecho desde hacia anos, desde que la traicion de su hermana fue casi igual de dolorosa que la de su padre y la de su clan. Iain entro en las caballerizas sacandola de sus pensamientos. --Hola Iain, ?estos pequenos te dan muchos quebraderos de cabeza? --pregunto Edine senalando a Radge y Manchas. --Buenos dias. --Saludo Isobel con su alegria habitual. Iain era el encargado de cuidar los caballos y las caballerizas. Un hombre ya entrado en anos, pero con una vitalidad envidiable. La cicatriz que partia su labio superior hasta la mejilla y la falta de dos dedos en su mano izquierda hablaban por si solas de su pasado como guerrero. --Lamento interrumpirlas --contesto con una sonrisa--. No tengo queja alguna de mis huespedes. Edine sonrio mientras le prestaba mas atencion a Travieso acariciandolo. --He venido a avisarlas de que quieren verlas a las dos en el salon lo antes posible. --?Mi padre? Esta vez no he hecho nada que recuerde --dijo Isobel intentando hacer memoria. --Su padre con seguridad, aunque cuando me lo dijeron estaba tambien presente su madre. --Entonces es grave --dijo Isobel haciendo un verdadero esfuerzo por recordar algo que pudiese haber provocado aquello. Una idea ilumino su cara--. !Espera! A lo mejor no he sido yo, a lo mejor es por ti --dijo con cara de pilla mirando a su prima. Edine no pudo mas que volver a sonreir. --Buena defensa, pero floja, muy floja. Sabes que si yo hiciese algo, jamas me pillarian. En cambio, tu todavia eres joven, inexperta, descuidada... --Vale, vale, lo entiendo. He sido yo, sin remedio. Pero me gustaria saber por lo menos que es lo que he hecho, mas que nada para ir preparando algun tipo de argumento. Edine enlazo uno de sus brazos en el de su prima. --No te preocupes. Yo te ayudare. --?Harias eso por mi? --pregunto Isobel con una ceja alzada y el tono de voz reticente. --La verdad... no. Pero la intencion es lo que cuenta. Isobel rio con ganas cuando vio la cara de su prima. Sabia que la ayudaria en lo que fuera. Desde que llego alli, siempre habia estado a su lado, incluso cuando Edine habia estado tan debil como para no poder abandonar la cama. *** Thane MacLeod miro a las dos mujeres que tenia frente a si. Tan distintas y a la vez tan iguales. Isobel tenia el pelo largo y lacio de su madre. Una extensa melena rubia que llegaba hasta sus caderas. Sus ojos azules y su mirada limpia y cristalina le hacian parecer una delicada flor. Su estatura, un poco por debajo de la media y su constitucion delgada creaban una imagen de ella fria y angelical. Nada mas lejos de la realidad. Edine, sin embargo, tenia el pelo del color del fuego, rojo y ondulado hasta la cintura. Sus ojos verdes, con motas de color pardo, eran grandes y expresivos y su mirada era desafiante e inteligente. Alta y esbelta, pero con curvas, tenia un genio vivo y una personalidad de mil demonios que habia aprendido a sujetar con mano ferrea, lo que le daba una apariencia tranquila y de caracter afable. Pero Thane sabia que dentro de aquella mujer habia una guerrera que podia hacer temblar la tierra que pisaba cuando la llevaban al limite. -- Padre, ?por que nos has mandado llamar? Thane estaba intentando encontrar las palabras adecuadas para iniciar una conversacion que sabia a ciencia cierta que no iba a ser nada facil y que iba a traer tempestades. --Estaria bien saberlo antes de que finalice el dia. Thane miro a Edine con cara de pocos amigos. La sonrisa que curvo los labios de su cunada al decir esas palabras resto cualquier tono mordaz o cinico con el que se podia haber interpretado las mismas. --Eso no ayuda --dijo Thane alzando una ceja. Edine le guino un ojo, lo que hizo que Thane sonriera tambien a su pesar, al igual que Nerys, que miro a su sobrina con carino.

  • El Metodo Del Cocodrilo – Mauricio De Giovanni de Mauricio De Giovanni

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    La historia de un inspector, unos misteriosos asesinatos y la corrupcion de la policia y la mafia. Este es el planteamiento del primer caso en Napoles del inspector Lojacono, un personaje tenebroso y tremendamente humano que esta destinado a marcar el corazon de los lectores.

  • La casa de los nombres de Colm Toibin

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    Una esplendida interpretacion de la Orestiada de Esquilo, por el autor de Brooklyn y Nora Webster.

  • Deuda de sangre (Destinos cruzados 2) de Maca Soler Alba

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    El es Peter Fitzpatrick, inspector jefe de la policia y con tendencia a meterse en problemas.
    Ella es Laura Cuevas, hija de uno de los nombres mas importantes de los carteles colombianos de la droga, rebelde sin causa y cansada de ver, oir y siempre callar.

  • Cuando acabe el invierno de Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

  • Canalla, Prisionera, Princesa de Morgan Rice

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    "!Ceres! !Ceres! !Ceres!" Ceres sentia el canto de la multitud con la misma claridad que el ruido seco del latido de su corazon. Levanto su espada en agradecimiento, agarrandola con fuerza al hacerlo para examinar la piel. No le importaba que quizas supieran su nombre desde hacia solo unos instantes. Le bastaba que lo conocieran y que resonara en su interior, de manera que podia sentirlo casi como una fuerza fisica. Al otro lado del Stade, mirandola, su contrincante, un combatiente enorme, caminaba de un lado a otro por la arena. Ceres trago saliva al verlo, mientras el miedo crecia en su interior por mucho que quisiera reprimirlo. Sabia que esta podria muy bien ser la ultima lucha de su vida. El combatiente daba vueltas de un lado a otro como un leon enjaulado, blandiendo su espada en el aire dibujando arcos que parecian estar disenados para exhibir sus protuberantes musculos. Con su coraza y su casco con visera parecia que hubiera sido esculpido en piedra. A Ceres le costaba creer que fuera solo de carne y hueso. Ceres cerro los ojos y se armo de valor. Puedes hacerlo, se dijo a si misma. Puede que no ganes, pero debes enfrentarte a el con valor. Si tienes que morir, muere con honor. Un toque de trompeta sono en los oidos de Ceres, que se oyo por encima incluso del aullido de la multitud. Lleno la arena y, de repente, su contrincante se lanzo al ataque. Era mas rapido de lo que ella pensaba que un hombre tan grande podria serlo, llego hasta ella antes de que tuviera ocasion de reaccionar. Lo unico que Ceres pudo hacer para esquivarlo fue levantar el polvo mientras se apartaba del camino del guerrero. El combatiente blandio su espada con las dos manos y Ceres se agacho, sintiendo la rafaga de aire al pasar. Parecia estar derribando algo a hachazos, como un carnicero empunando su cuchillo y cuando ella giro y paro el golpe, el impacto del metal contra el metal resono en sus brazos. No pensaba que fuera posible que un guerrero pudiera ser asi de fuerte. Se alejo dando circulos y su contrincante la siguio con una desalentadora inevitabilidad. Ceres escuchaba como su nombre se mezclaba con los gritos y los abucheos de la multitud. Se obligaba a concentrarse; mantenia los ojos fijos en su contrincante e intentaba recordar sus entrenamientos, pensando en todas las cosas que podian pasar a continuacion. Intento dar cuchilladas y despues hizo rodar su muneca para bloquear con su espada. Pero el combatiente apenas refunfuno cuando la espada le corto un trozo de antebrazo. Sonrio como si le hubiera gustado. "Pagaras por esto", la alerto. Su acento era marcado, de alguno de los rincones lejanos del Imperio. De nuevo estaba sobre ella, obligandola a bloquear y esquivar y ella sabia que no podia arriesgarse a un choque frontal, no con alguien asi de fuerte. Ceres sintio que el suelo cedia bajo su pie derecho, una sensacion de vacio donde deberia haber un apoyo solido. Bajo la vista y vio que la arena se vertia en un hoyo que habia alla abajo. Por un instante, su pie colgo en el vacio y ella movia su espada a ciegas mientras luchaba por mantener el equilibrio. El bloqueo del combatiente fue casi despectivo. Por un instante, Ceres estuvo segura de que iba a morir porque no habia manera de detener completamente el golpe de vuelta. Sintio la sacudida del golpe contra su espada. Sin embargo, eso hizo que redujera la velocidad al impactar contra su armadura. Su coraza presiono su carne con una fuerza violenta mientras que, al detenerse, ella sintio un dolor ardiente cuando la espada paso rapidamente por su clavicula. Tropezo hacia atras y, al hacerlo, vio que se abrian mas hoyos por el suelo de la arena, como bocas de bestias hambrientas. Y entonces, desesperada, tuvo una idea: quizas podria usarlos a su favor. Ceres rodeaba los bordes de los hoyos, con la esperanza de retrasar el momento en el que el se acercara. "!Ceres!" llamo Paulo. Se giro y su armero arrojo una lanza corta en su direccion. La vara dio un golpe seco en su resbaladiza mano, la madera tenia un tacto aspero. La lanza era mas corta que las que se hubieran usado en una batalla real, pero aun asi era lo suficientemente larga para abrirse camino con su punta en forma de hoja a traves de los hoyos. "Te cortare a rodajas una a una", prometio el combatiente, acercandose lentamente. Ceres penso que con un combatiente tan fuerte lo mejor seria agotarlo. ?Cuanto tiempo podria aguantar luchando alguien tan enorme? Ceres sentia que sus musculos ya le ardian y que el sudor caia por su cara. ?Se sentiria igual de mal el combatiente al que se enfrentaba? Era imposible de saber con certeza, pero era lo que le daba mas esperanza. Asi que ella esquivaba y golpeaba, usando la longitud de la lanza lo mejor que podia. Consiguio escurrirse entre las defensas del gigante guerrero pero, sin embargo, su espada tan solo conseguia repiquetear en su armadura. El combatiente levanto polvo hacia los ojos de Ceres, pero esta se giro a tiempo. Se dio la vuelta de nuevo e hizo movimientos circulares con la espada por lo bajo, hacia sus desprotegidas piernas. El esquivo aquel barrido de un salto, pero ella consiguio hacerle otro corte en el antebrazo al retirar la espada. Ceres golpeaba por arriba y por abajo ahora, apuntando hacia las extremidades de su oponente. Aquel hombre grande esquivaba y paraba los golpes, intentando encontrar el modo de hacer algo mas que tanteos, pero Ceres continuaba moviendose. Apunto hacia su cara, con la esperanza de por lo menos desviar su atencion. El combatiente cogio la lanza. La agarro detras de su cabeza, tirandola hacia delante mientras daba un paso al lado. Ceres tuvo que soltarla, porque no queria arriesgarse a que aquel hombreton tirara de ella hacia su espada. Su contrincante partio la lanza en su rodilla con la misma facilidad con la que hubiera roto una ramita. La multitud rugio. Ceres sintio un sudor frio en la espalda. Por un instante, visualizo a aquel gigante rompiendo su cuerpo con la misma facilidad. Trago saliva al pensarlo y preparo de nuevo su espada. Agarraba la empunadura con ambas manos cuando vinieron los siguientes golpes, pues era el unico modo de absorber algo del poder de los ataques del combatiente. Aun asi, era increiblemente dificil. A cada golpe parecia que ella era una campana golpeada por un martillo. Con cada uno de ellos parecia que un movimiento sismico corria por sus brazos. Ceres ya se sentia cansada por el ataque. Cada respiracion le costaba, como si respirara a la fuerza. No tenia sentido intentar contraatacar ahora o hacer otra cosa que no fuera retroceder y esperar. Y entonces sucedio. Lentamente, Ceres sintio que el poder brotaba dentro de ella. Vino con un calor, como las primeras brasas de una quema de maleza. Se quedo en la boca de su estomago, a la espera, y Ceres fue a por el. La energia la inundaba. El mundo iba a menor velocidad, a paso de tortuga, y ella sintio de repente que tenia todo el tiempo del mundo para parar el siguiente ataque. Tambien tenia toda la fuerza. Lo bloqueo con facilidad y, a continuacion, blandio su espada e hizo un corte en el brazo del combatiente en una nebulosa de luz y velocidad. "!Ceres! !Ceres!" rugio la multitud. Ella vio como la ira del combatiente crecia a medida que el cantico de la multitud continuaba. Ella podia entender el por que. Se suponia que debian cantar el nombre de el, proclamar su victoria y disfrutar la muerte de ella.

  • La memoria de los vivos de Phil Camino

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    Los personajes que recorren estas paginas son representantes de esa Belle Epoque que tambien llego a Mexico a pesar de que el pais vivia abismado en las continuas luchas por su independencia y por una guerra civil. Mientras este definia su futuro, ellos fueron capaces de hacer una colosal fortuna que pasearon por Irlanda, Santander, Londres, Paris o Nueva York, y que en tan solo tres generaciones conocio su nacimiento, su auge y su caida. La memoria de los vivos es una novela de pioneros y es tambien una novela que se adentra en el delicado tejido compuesto de tramas y de nudos que urden las familias. Fiel a las palabras de Ciceron: “La vida de los muertos esta depositada en la memoria de los vivos”, la autora ha trenzado esta historia extrayendo el material narrativo de cartas, de fotografias y de historias oidas de generacion en generacion, con los que ha dado forma literaria a la saga de los Myagh-Trapaga.

  • Suenos de Invierno de Kelly Dreams

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    Las inclemencias meteorologicas fueron las culpables de que Nakia se viese obligada a buscar cobijo en una de las cabanas del complejo turistico en el que trabajaba. Pasar la noche a solas en medio de la montana no era la mas interesante de las opciones, pero, ?que otra opcion le quedaba?
    Alexei llego a las montanas de Domjab buscando un momento de libertad, una ultima bocanada de aire fresco antes de hacer frente a su irremediable destino, con lo que no contaba era que las nevadas montanas traerian consigo la presencia de una mujer que pondria a prueba su paciencia y se grabaria a fuego en su piel.
    Una aventura de una noche, un encuentro sin normas, sin preguntas, solo placer y que haria peligrar cada una de sus prioridades.

  • Deseado (Trilogia Deseo 1) – J. Kenner de J. Kenner

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    Deseado, la primera entrega de la trilogia <> de J. Kenner, nos sumerge en una historia llena de emociones intensas, erotismo y tension sexual.

  • Algun dia nuestros ojos veran de Marta Catala Vila

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    Algun dia nuestros ojos veran es una seleccion de veinticinco relatos cortos. Los personajes que dan vida a estas paginas experimentan autenticas revelaciones y abren los ojos a aspectos desconocidos de su entorno o de si mismos. A veces confrontados con su sombra, otras descubriendo su luz, protagonizan historias cotidianas en las qu tiene cabida la fantasia, lo onirico y lo poetico.
    En los limites entre el sueno y la realidad, alternando entre lo romantico y lo inquietante, fragmentos siempre cargados de asombro.

  • Los heroes felices de Vea Kaiser

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    En un tono tragicomico irresistible y con desbordante talento para la fabulacion, Vea Kaiser despliega el abanico de peripecias que vive una familia griega desde los anos cincuenta hasta el presente.

  • Los trillizos sorpresa del multimillonario de Ciara Cole

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    El bebe sorpresa de un multimillonario. !por tres!

  • Sin aliento (Sin compasion 3) de W. Winters

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    H 1 . C A RT E R a pasado mucho tiempo desde que alguien intento matarme en mi propia casa. Nadie se habia atrevido a hacerlo. Y aun mas tiempo desde que alguien me apunto con un arma y vivio para contarlo. Apenas puedo escuchar debido al zumbido en mis oidos. He esperado este momento, pero no es asi como pense que seria. Ella me ama, me recuerdo. Ella me ama, joder. Se que es asi. La cara de Aria esta sonrojada y su mano tiembla mientras lucha por mantener firme el arma. Doy un paso hacia ella y ella prepara el gatillo. El clic resuena en las paredes. Si quedaba algo de corazon en mi pecho, se acaba de pulverizar, los pequenos fragmentos disparan oleadas de dolor a traves de mi cuerpo. La sonrisa enfermiza en mi rostro se desvanece incluso mientras lucho por mantenerla en su lugar, concentrandome en esos hermosos ojos color avellana. Ojos que me atrajeron hacia ella, que me suplicaron piedad, que me hicieron sentir mas de lo que he sentido en anos. Ojos que me enganaron. --Suelta tus armas --exige Aria, su voz temblorosa pero clara y fuerte independientemente. Es una jodida locura que en este momento me parezca absolutamente hermosa. Asi de fuerte, esta en su momento en el que se ve mas hermosa. --!Sueltalas! --ella grita con mas fuerza y el arma vacila. Es obvio que nunca ha tenido una antes, o al menos, nunca ha disparado. Sin embargo, me esta apuntando con ella. Podria disparar accidentalmente, y matarme. ?Se arrepentiria? Cuestiono y siento un fuerte tiron en el pecho. Un pozo de emocion amenaza con romper mi compostura. Cada centimetro de mi piel esta entumecido mientras miro el canon de la pistola, sintiendo que todo se desmorona a mi alrededor. Frente al enemigo. Delante de mis hermanos. En frente de ella. --?Carter? --Escucho a Jase sin verlo, preguntandole si deben escucharla o no. Dos de mis hermanos, Jase y Declan, estan detras de mi con pistolas apuntando a tres hombres arrodillados en el suelo. Dos de ellos son sus primos y el tercer hombre es su antiguo amante y amigo. El nombre por el que oro mientras ella estaba en la celda, el unico nombre que estoy cansado de escucharla pronunciar. Los tres son hombres que querian matarnos hace solo unos momentos. Hombres a los que Aria esta protegiendo y dispuestos a matarme para salvarlos. Esos jodidos fragmentos cavan mas profundamente en cualquier herida que me hayan abierto en el pecho. Tragando el nudo en mi garganta junto con la angustia que estoy sintiendo, respondo a Jase, aunque no aparto la mirada de Aria. --Sueltenlas. --Al instante, el alivio se muestra en el rostro de Aria, e incluso relaja el agarre del arma hasta que agrego--: Pero no dejes que esos cabrones las tengan. Nadie tiene un arma-- trago saliva y agrego, forzando una sonrisa en mi rostro, --excepto Aria. El control todavia esta en mi demanda. Me escucharan, todos los que valen un carajo en este lugar lo haran... pero a medida que pasa el tiempo, puedo sentir que se me escapa. Solo puedo imaginar lo que piensa su familia, pero es lo que mis hermanos estan viendo lo que me destroza. Saben que la amo. Y ahora la estan viendo traicionarnos a todos. --Dejalos ir --Aria ordena en un tono mas debil, lleno de una suplica. Visiblemente tragando, finalmente rompe mi mirada para mirarlos. Su asombrada y brusca inhalacion a lo que ella ve me destruye. Su misericordia y compasion por ellos son repugnantes. Ellos vinieron a matarme. Ella sabe eso. Ella podria matarme todavia. La amo. Se que la amo y ese fue mi primer error. La ira aumenta y resuena en mi sangre. Mi cordura finalmente vuelve a mi, endureciendome y recordandome quien soy y todo por lo que he trabajado. Todo se va a derrumbar. Todo por ella. Hubiera hecho cualquier cosa por ella. --Vamonos. --Escucho la voz de Nikolai, baja y llena de dolor. La sangre todavia esta rojo brillante por la herida de su labio y ya se ha formado un moreton en su rostro. Mis nudillos se ponen blancos mientras mi puno se aprieta. Todo lo que necesito es un momento para descargar cada parte de mi agresion sobre el. Quiero romperle la mandibula por atreverse a decirle esas palabras a mi Aria. Nunca senti la rabia como la siento ahora cuando el la alcanza como si pudiera alejarla de mi. Porque el puede. Porque ella esta dispuesta. --Vete --dice ella, y la voz de Aria es fuerte mientras lo mira. Una vez mas, el arma esta floja en su agarre. No parece darse cuenta de lo suelta que esta la pistola en sus manos. Podria tomarla; Podria arriesgarme. Pero correria el riesgo de ponerla en peligro, y mi mirada cae ante el pensamiento. --Ahora --sisea uno de sus primos, tirando del brazo de Nikolai. La camisa se aprieta alrededor de su cuello mientras tira de la tela. Mirandolo desde mi periferia, estoy disgustado, al igual que Nikolai, a juzgar por su expresion. --Ven con nosotros --insta Nikolai, alzando la voz para ordenarle, pero tambien le suplica, y aparto mi atencion de Aria, mirando al hombre que es Nikolai. Me recuerda al chico que una vez fui. Necio e imprudente. Pero el nunca paso por la mierda que yo lo hice. Fue criado en esta vida, no fue arrojado a ella y obligado a luchar para sobrevivir todos los malditos dias. Sin embargo, el cree que puede llevarsela. --Yo me quedo --dice Aria con autoridad antes de que yo pueda decir algo. Su declaracion hace que Nikolai se estremezca. Un poco de esperanza revolotea en mi pecho. Mi garganta se aprieta y me duele el pecho, sintiendo como si estuviera a punto de abrirse de par en par. Ella se queda. --!No tenemos tiempo para esto! --grita uno de sus primos, mirando alrededor del lugar como si en cualquier momento yo fuera a cambiar de opinion y los fuera a matar a todos. El tendria razon si no fuera por Aria. Ella los quiere. Ella los eligio. --No me ire sin ti --grune Nikolai y acecha a Aria, listo para llevarsela. Esa es mi senal para alcanzar mi arma. Su reunion ha durado bastante y me niego a dejar que el se la lleve. Nadie me la quitara. Nadie. La adrenalina corre por mi sangre, mi respiracion se hace mas pesada mientras mi mandibula se aprieta. El arma esta caliente en mi mano. Mas caliente que nunca. La mia apunta a Nikolai; la de Aria me apunta a mi. Mi voz es profunda y aspera cuando les digo a los tres--: Tienen dos minutos para correr. --Carter --ella dice, suplicando desesperadamente, pero no tiene lugar para negociar y no me queda piedad, ni siquiera por ella. La ignoro, sintiendo que la rabia de lo que ha hecho se filtra en la medula de mis huesos cuando termino de decir--: y luego abriremos fuego. Mis hermanos se mueven lentamente, alcanzando sus armas mientras la expresion de Aria se arruga por el dolor y se balancea hacia la pared, con su nerviosismo evidente. La mandibula de Nikolai esta tensa, sus ojos azul claro brillando con odio. --Ven conmigo --el dice entre dientes y luego le habla a sus aliados--. !Tomenla! Pero corren, dejandolo solo y dejandola atras. --!Ella tuvo su oportunidad! --Uno de los hombres grita detras de el. Sus tenis deportivos chirrian cuando sus pasos golpean el piso recien pulido. Cobardes. Los hombres de Talvery son cobardes. --Aria, por favor --le suplica Nikolai como si eso le rompiera el puto corazon. Que se joda. --Un minuto --digo entre mis dientes y finalmente el me mira. Mi agarre se aprieta en el arma. Un apreton del gatillo y me desharia de el para siempre. Estoy tan cerca de tirar del gatillo, solo para terminar con todo. El me mira a los ojos y desearia que la mirada que le devolviera fuera suficiente para matarlo. --Vete --ella gime. Mirando primero al arma en mi mano y luego a el. --!Sal de aqui! --ella le grita. --Volvere por ti --el le dice como si ella fuera su amor perdido hace mucho tiempo. Espero que el vuelva por ella. Mis fosas nasales se dilatan y me duele el pecho mientras ella jadea por respirar al verlo irse. Vuelve por ella, Nikolai. Vuelve, asi puedo romperte el maldito cuello. Muerdo mi lengua, saboreando el sabor metalico de la sangre en mi boca. Lo matare asi sea lo ultimo que haga. El todavia esta corriendo lejos de ella. Mis unas desafiladas se clavan en mis palmas mientras mis punos se aprietan y la ira y los celos se mezclan en una combinacion mortal. El rojo sangra en mi vision y es todo lo que puedo hacer para no apretar el gatillo mientras sigue sus movimientos. --Queria decirte --solloza Aria mientras el sonido de Nikolai huyendo se desvanece en el pasillo--. No pense... --?Decirme que? --le pregunto. --Que ellos venian --ella dice con un dolor en la voz que coincide con el que se arremolina en sus ojos. Ella se esta rompiendo, apenas respira y puedo ver el arrepentimiento, el remordimiento. Pero solo una cosa me resuena. --?Tu sabias? --la interrogo y siento un escalofrio recorriendo mi cuerpo que se hunde hasta mis huesos. Nunca me amo. Nunca lo hizo. Proteges a los que amas. Siempre. Y ella no me protegio. Fui un maldito tonto y ella no es la mujer que yo pensaba que era. Ella es una maldita mentirosa. --?Realmente los estamos dejando ir? --La pregunta de Declan atraviesa la bruma de la incredulidad y la traicion. --?Tu sabias? --le pregunto de nuevo, mi temperamento regresa. --Yo, yo... --ella tartamudea, su mirada recorriendo mi rostro, el miedo y el dolor hacen que sus ojos color avellana se llenen de lagrimas. Baja su arma, sin atreverse a apuntarme y dejo caer la mia mientras me acerco a ella, cada paso pesado suena mas premonitorio que el anterior. --?Carter? --Declan grita mi nombre, exigiendo una respuesta. Con cada paso mas cerca de ella, da uno en reversa hasta que sus hombros golpean la pared. Guardo mi arma en la funda antes de arrancar la suya de las manos, aunque ella no se opone. --Carter --Declan llama de nuevo, sin importarle que la mujer que yo amo me engano. Ella sabia que venian a matarme, a matarnos a todos, y no hizo nada. --?Los vamos a dejar ir o no? --pregunta Declan. Con una mano apoyada en la pared sobre la cabeza de Aria y la otra sujetando su cadera, la miro a los ojos, ignorando todo lo que me atrae de su mirada. Ya no puede tener eso. Le estoy quitando ese poder. Sintiendo el dominio del odio fluir a traves de mi y queriendo lastimarla como ella me lastima a mi, respondo a Declan con una voz profunda que es apenas audible.

  • Guardar para Siempre de Lexy Timms

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    Esta es la Parte 5 de una serie de 8 libros

  • Bea da una ultima oportunidad de Erina Alcala

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    Beatriz Angulo, era y habia sido siempre una chica timida, poco habladora e introvertida buena, pequena, de pelo largo y negro, liso y ojos oscuros. Era hija unica de padres de clase media baja. Solia hablar lo preciso y era bastante vergonzosa, ya de pequena. Parecia una nina triste y solitaria y eso que sus padres eran todo lo contrario. Su padre era fontanero y aunque ganaba un buen sueldo, y su madre era costurera, pagaban su casa, y tenian para ahorrar un poco, comida no faltaba e incluso a veces habian ido algunos anos unos dias de vacaciones a playas cercanas. Vivian en unos de los barrios humildes de Sevilla capital. Su padre era un hombre inquieto, y siempre quiso estudiar. Uno de sus hermanos, Mateo, se fue a Nueva York y lo envidiaba, porque habia conseguido ser ingeniero y ahora estaba en un buen puesto de trabajo, aunque estaba soltero. Si no hubiera sido por algo que lo retenia, el miedo a lo desconocido, el tambien se hubiese ido a la gran manzana. Sin embargo, no lo hizo. En cambio, cuando su hija Bea. quiso ser medica tras acabar el instituto y se lo dijo a sus padres, sabian que eran muchos anos y que, sin beca, no podrian darle lo que su hija tanto ansiaba estudiar y habia sacado en la selectividad, la nota de corte suficiente para estudiar medicina y era una pena que no pudiera estudiar o ser lo que habia sonado en la vida y se habia esforzado para ello. Sin embargo, su tio Mateo, que era el tio que mas la queria, pero estaba tan lejos... Era su sobrina favorita, le busco una beca en la universidad de Nueva York para estudiar medicina. Puso su vivienda como si fuera residente en ella, saco toda la documentacion y le pidio beca. Y con mucha suerte, su sobrina pudo irse alli a estudiar. Fue algo inesperado, y fue mas feliz que en toda su vida, saber que podia estudiar y ademas irse lejos a Nueva York, la ciudad donde todo el mundo queria vivir. Bea, esa muchacha timida, con los hombres mucho mas, nunca fue mas feliz que cuando, su tio Mateo la llamo diciendole que preparara su maleta y pasaporte que se iba a la universidad, se quedaria en el campus. Y podria ir a su casa los fines de semana o cuando quisiera, alli estaba el para cuidarla. Ya le daria el las instrucciones y que ya podia empezar y darle fuerte al idioma, aunque ella siempre se le dio bien el ingles, aun le quedaba por aprender mas, y relacionarse para hablar, sobre todo y perfeccionarlo. Asi, su tio la invito a su casa, un mes antes de entrar en la universidad, para que la viera, se hiciera con la ciudad. Y ensenarle todo, tenia algunos dias de vacaciones y la invito. Su tio Mateo, tenia un apartamento de dos dormitorios y un despacho en una de las calles de Manhattan, que a ella le parecio precioso. Le habia puesto en su cuarto una mesa para estudiar y le habia regalado una impresora, un movil y un pc nuevos tambien, asi como materiales para trabajar. Ella lo abrazo, carinosa, y su tio fue con ella a la universidad, a ver los libros del primer semestre del primer ano, ya que se estudiaba por semestres y con el dinero que sus padres le dieron, compro los libros y material de estudio, para cuando tuviera que ir a la universidad, Entraba el dia 1 de septiembre. Todo lo tenia preparado. Tenia una cuenta y sus padres le enviaban todos los meses algo de dinero para sus gastos, pues tenia comida y cuarto gratis en la universidad y en casa de su tio no le dejaba pagar nada. Su tio le enseno la ciudad, y la llevo a conocer casi todo lo conocible en esos dias de vacaciones antes de entrar en la universidad, y Bea estaba encantada y disfrutaba con su tio, al que queria como si fuese su padre. El dia uno entro con sus maletas que su tio le llevo a la universidad. La acompano a la habitacion que le dieron. La compartia con una companera de Dallas, Texas. Era rubia, y preciosa y se llamaba Natalie. Su tio se despidio de ella y le dio sus consejos como si fuese su hija, debia llamarlo todas las semanas y si necesitaba algo, que se lo pidiera, y cuando quisiera ir el fin de semana a casa, tambien y vendria a por ella. Natalie le cayo bien. No era como ella de timida, pero tampoco era una chica dicharachera, aunque sabia muchos idiomas y el primer dia mientras colocaban la ropa y los libros, pues ambas estudiaban lo mismo e iban a ir a las mismas clases, Natalie le conto casi toda su vida que era mas emocionante que la suya, solapada, monotona, aburrida y triste. Pero con el tiempo, con Natalie y con ayuda de su tio Mateo, las cosas cambiaron, manejaba el idioma, Natalie la ayudo, e incluso ella le enseno a Natalie un mejor castellano y tambien tonteaban con el italiano que habia aprendido Natalie en los veranos. Se convirtieron en las mejores amigas, ellas no se apuntaron sociedades, ni hermandades, se dedicaron a estudiar, a contarse cosas, a salir, a veces pasaban el fin de semana en casa de su tio Mateo y salian por Nueva York. Natalie le conto su historia con Daniel, y Bea, sabia que Natalie tenia dinero, que era una chica rica de Dallas y ella no, pero su amiga, era tan generosa que cuando salian siempre pagaba y Bea no queria. --No seas tonta Bea, eres mi amiga del alma, nunca he tenido una amiga como tu. Seremos amigas para siempre, y trabajaremos juntas, ya veras, te quedaras aqui, te buscaremos trabajo. --!Ojala! !Me encanta Nueva York! --Quiza nos vayamos a Texas... --Pues a Texas... Y pasaron los anos y el ultimo curso de estudio se fueron de intercambio a Espana. Se quedaron en casa de Bea y sus padres se portaron bien con Natalie. Natalie les pasaba una mensualidad por quedarse en casa, pero la madre de Bea, lo guardaba para su hija, no queria nada, pero Natalie insistia, porque sus padres, le pasaban el dinero para ello y preferia quedarse en casa de Bea que en una residencia de estudiantes o en un piso. Su tio Mateo, por el contrario, la echaba de menos, despues de todos esos anos de tenerla alli. Y sabia que tardaria en volver a verla. La llamaba todos los meses para ver como le iban las practicas. Hubiera querido que se quedase alli con el, pero era imposible. Al menos habia cumplido su objetivo de ser medica. Sin embargo, Bea, por su parte, sabia que ya no volveria tras las practicas, que su amiga Natalie en cuanto terminara las suyas en el Virgen del Rocio de Sevilla, el hospital que ellas pidieron aconsejadas por Bea, porque Natalie queria ir donde ella vivia, se volveria a Estados Unidos y se quedaria sola sin amiga y como siempre. Y eso le produjo una gran tristeza. Volveria a su vida monotona y gris. Se le acababa su historia feliz y la echaria mucho de menos. Era su hermana del alma, porque no tenia hermanos. Como Natalie. Y a los 24 anos, terminado sus estudios, Natalie se fue a Dallas, y se hizo cirujana en los dos anos siguientes, y Bea, ya no podia estudiar mas, se quedo como medica de medicina general, pero, no se olvido de ella, jamas y mantenian el contacto por email, por Skype, pero ya no era lo mismo. Natalie la veia triste. Bea encontro trabajo en una clinica en Sevilla, y dos anos mas tarde, cuando cumplia 26 anos, Natalie la llamo, le tenia un trabajo en el Randolph hospital AFB, cerca de una base aerea de Randolph, a una hora de Austin, Texas, donde ella llevaba ya trabajando casi dos anos, terminando la especialidad de cirugia. No se habia olvidado de ella y en cuanto quedo una vacante de medicina general, hablo con el director y este le daba 10 dias para incorporarse. Y fue la unica vez que ella hablo con su tio Mateo de nuevo en serio y este la animo a que se fuera a Texas. Y ella se lo dijo a sus padres y se fue, con lo que habia ahorrado esos dos anos de trabajo en la clinica, y lo que Bea le habia dado a su madre en el intercambio dos anos antes y que su madre se lo tenia guardado. Todo fueron carreras y documentacion de nuevo en esos dias. Despedirse del trabajo, de sus padres, sacar pasajes, preparar maletas... Por su parte, Natalie se habia hecho amiga de una enfermera de Austin, Brenda, una pelirroja alta y guapa, extrovertida, por las que babeaban los chicos, que tambien trabajaba en el hospital y le hablaba maravillas de lo buena que era Bea, y ya eran como las tres mosqueteras sin conocerse Brenda, Bea y ella misma Natalie. Bea llego muerta a Randolph, ya su amiga, le habia alquilado un apartamento cerca del hospital, de un dormitorio, como tenia ella y Brenda. Y cuando llego, Bea, le pago lo que habia adelantado. Y se incorporo a su casa y al hospital. Y le cayo muy bien Brenda y Natalie no podia ser mas feliz con sus amigas del alma. Llamo a sus padres, a su tio Mateo y les dijo que aquello era precioso y que le gustaba, que les iria contando. Todo a la carrera porque le habia dado diez dias para incorporarse el director, con el que tuvo una entrevista. La contrato y al dia siguiente empezo a trabajar. A las dos semanas Bea, ya se habia hecho a su trabajo, Habia pintado su pequeno apartamento y se habia comprado un pequeno despacho para el salon como sus amigas. --Tenemos que ir a Austin un dia a celebrar que Bea esta en el hospital. ?Nos vamos el fin de semana que viene? --Dijo Natalie --Si, si no tenemos ninguna guardia… --Yo no tengo --dijo Bea. --Pues nos vamos, venga, una habitacion triple, si encontramos chicos, que tengan ellos las habitaciones para nosotras, si quieren sexo. --!Como eres Brenda! --le decia riendo Natalie. --!Jo, quiero un chico guapo ya!, tenemos 26 anos. Y nada de nada, desde hace... ni me acuerdo ya. Se me va a oxidar --y las otras se reian. --Esta bien, nos vamos, me llevo mi coche, --dijo Natalie. --Vale, en el siguiente me llevo el mio --dijo Brenda. --Cuando pueda me compro uno. Ahorrare lo de las guardias para ello. --No te preocupes, Bea, hija, si llevas apenas dos meses trabajando. Tienes tu piso, bonito y lo has pintado, nuevo, y todo, eres una trabajadora nata. Y ademas el director me ha dado las gracias por recomendarte. --?Si? --Si, eres buena, mujer. --!Que bien! --Pues ya esta, a divertirnos, a comprarnos algo, bikinis, hace calor, y un par de vestidos nuevos por si salimos y sandalias, maquillajes y perfume. --Me voy a gastar el sueldo, nunca ahorrare --dijo Bea riendo. --Ya ahorraras mujer, no te quejes. Vamos al centro comercial, alli encontraremos gangas. Y se compraron ropa. Y el viernes reservaron un hotel en Austin.

  • Todo es relativo Parte 2, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Tras un triste desenlace, Elizabeth cree haber rehecho su vida, un nuevo trabajo, una nueva ciudad, pero los fantasmas del pasado todavia le atormentan, Daniel ahora no esta en su vida y con nuevos amigos cree que podra salir adelante y ser un poquito feliz. Nicholas se mantuvo alejado, cumplio lo que elle le habia pedido y parece que con el tiempo ha aceptado no volver a verle, pero todo cambia con un solo vistazo, sentimientos dormidos vuelven a florecer y es muy facil dejarse llevar, aunque el miedo de volver a sufrir esta latente.

  • !No se de cual enamorarme! de Leen Io

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    Lily Scott era una nortena que, al cumplir los veintiuno, no tolero mas el frio y soledad que padecia en su pueblo. Se mudo a una ciudad del Sur donde empezo a conocer todo tipo de personas. Incluyendo cuatro pretendientes que, por primera vez, le hicieron sentir que sonar era valioso y enamorarse valdria la pena.
    Su corazon le asigno la complicada tarea de escoger a un unico e irreemplazable huesped.

  • Flores sobre el infierno de Ilaria Tuti

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    Tras Dicker, D’Andrea y Lemaitre, Alfaguara Negra presenta el debut del ano: Flores sobre el infierno de Ilaria Tuti, el thriller tiene nombre de mujer.

  • Un puzzle de amor de Julio Marin Garcia

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    Ismael tiene 24 anos, una chaqueta de cuero y una coraza de hierro que protege su corazon, multitud de citas esporadicas y una familia de ideas radicales que no le deja ser feliz.
    Sus vidas siempre siguen el mismo patron, los mismos habitos y los mismos errores, hasta que ambos, el chico natural y de sonrisa incrustada y el chico de la chaqueta de cuero y la coraza de hierro, coinciden. En ese momento, un giro de 180 grados lo cambia todo. ?Sera el amor lo suficientemente grande para sanar los traumas de una vida marcada por el miedo?
    Una historia de amor, de amistad, de vida, pero, sobre todo, una historia de superacion y de lucha por la libertad.

  • Protegiendo su secreto de L.a. Pepper

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    Protegiendo su secreto - La segunda oportunidad de un multimillonario

  • Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar de Ame Soler

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    El manifiesto feminista autobiografico de Tres Voltes Rebel, una de las jovenes promesas la ilustracion en nuestro pais, que nos empodera y recuerda que nada podra con nosotras.

  • Siempre fuiste tu, Lorena Guerra Mendez de Lorena Guerra Mendez

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    A veces, las cosas grandes tienen comienzos pequenos. Eso escuche una vez, y es cierto. El amor, no se construye en un dia, el amor verdadero, crece poco a poco y cada vez es mas fuerte y solido. Aunque a veces, ese poco a poco, lleve de por medio unos anos sin verse…
    Patricia y Alex, un nuevo significado a la palabra “amor”. ? Quieres conocerlo?
    Siempre Fuiste Tu, la novela que te hara sonar y creer en el amor eterno.

  • Lo nuestro es de otro planeta de Emma Mars

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    Un viaje puede cambiarlo todo. Un viaje de trabajo, de ocio o del corazon puede convertirse en el comienzo del resto de tu existencia. Cuando Diana llego a Madrid era jueves por la manana. Parecia un dia normal, aburrido y rutinario, de esos en los que suena el despertador, te despiertas de mal humor, resignada, y te diriges a una gris estacion (todas lo son) para tomar el primer tren del dia. El AVE desde Sevilla que debia coger con destino a Madrid partia a las siete en punto de la manana, ni un minuto antes ni uno despues. Hacia frio, el amanecer quedaba lejos y algunos viajeros se soplaban las manos para entrar en calor. Cargada con una ligera mochila al hombro, Diana se dirigio a la cinta mecanica reprimiendo un bostezo. Sostenia en una mano el programa del congreso al que asistiria los proximos dias. En la otra, un billete de tren que le tendio a un revisor igual de adormecido que el resto de los presentes. Todo parecia aburridamente rutinario. La superficie blanca del convoy resplandecia bajo los brillantes halogenos de la estacion y los ultimos pasajeros apuraban sus cigarrillos en el anden ante la mirada reprobatoria de algunos viajeros. Nada aventuraba lo que sucederia pocas horas despues. Diana entro distraida en el vagon que le habia sido asignado. Tomo asiento, recosto la cabeza contra la ventanilla y a los pocos minutos cerro los ojos presa de un agradable balanceo. Siempre le habian gustado los trenes, su transcurrir lento y cadencioso, los diferentes paisajes deslizandose por la ventanilla como el convoy lo hacia por sus railes. Recordo antes de quedarse dormida que el hombre del tiempo habia anunciado fuertes tormentas en Madrid para los proximos dias. Pero al cabo de un rato el sol andaluz empezo a asomarse con fuerza, transmitiendole una sensacion de paz que solo se quebro cuando el tren llego a su destino. Negras. Nubes negras prenaban todo el cielo madrileno y Diana no pudo evitar bufar con desesperacion cuando piso la calle y los transeuntes corrian para guarecerse de la lluvia. De eso hacia ahora un dia, pero el humor de Diana seguia igual de agitado que el pronostico meteorologico. ?La razon? Saber a ciencia cierta los motivos por los que su jefe la habia elegido a ella para acudir a ese congreso. <>. Javier la llevo a un aparte para hablarle del tema, pero Diana estaba desconcentrada. Solo podia pensar en lo mucho que le repugnaba su aspecto. Su jefe era un hombre bajito y desalinado. Sus hombros solian estar nevados de caspa y odiaba que le hablara tan cerca y su aliento oliera a cebolla y ella pudiera atisbar con claridad los pelillos negros y duros como cuerdas que brotaban de su nariz y orejas. <>. Javier la observo fijamente, a la espera de su respuesta. La miraba confuso, como si acabara de comunicarle que era la empleada del mes o que habia ganado una inmensa cesta de Navidad y esperara una reaccion de jubilo por su parte. Todo lo contrario. Diana no deseaba asistir al congreso y evito gesticular siquiera. El silencio era su gran aliado en estas ocasiones. <>, carraspeo Javier. Y se rasco la nuca profundamente incomodo con su silencio. <>. Fundamental. Esta palabra formaba ya parte de su idiosincrasia laboral tanto como lo hacian los ordenadores o los lenguajes de programacion. Javier era muy dado a utilizarla y Diana a veces no podia evitar repetirla mentalmente. Fundamental esto, fundamental aquello. El la usaba sobre todo cuando pretendia ocultar sus verdaderas intenciones. Diana no le culpaba por ello. Sabia que era poco inteligente decirle a una empleada: <>. Y por eso estaba en Madrid. Resignada. Malhumorada. Asqueada con una mala suerte que parecia haberle tomado carino. Con el descontento anadido de que este era uno de los congresos mas aburridos e interminables de cuantos habia asistido. Todos ellos solian ser eventos soporiferos protagonizados por ponentes pretenciosos y encantados de haberse conocido. Pero este era, si cabe, todavia peor. Estaba lleno de gurus de medio pelo a los que se sentia incapaz de prestar atencion. <>, escucho que decia en ese momento el ponente de turno. <>. Diana reprimio un bostezo y se esforzo por mantener los ojos abiertos, aunque estaba deseando que el dia concluyera para poder regresar cuanto antes al confort de su hotel. Ocho horas de soporiferas ponencias le parecian suficiente tortura. Diez minutos despues se escucharon por fin los aplausos de los alli congregados y Diana sonrio con alivio: el congreso habia terminado y no lo dudo ni un instante. Tomo su mochila, se la puso al hombro y alcanzo la salida antes de que los aplausos hubieran dejado de escucharse. El manto de la noche habia cubierto Madrid cuando abrio la puerta del recinto y puso el primer pie en la calle. El aire parecia cargado de una ansiedad electrica, densa y fastidiosa. La Castellana era un avispero de coches cuyos conductores, enfurecidos, utilizaban el claxon como via de escape a su propio nerviosismo. Cada vez que uno de ellos se despistaba unos segundos, los otros le recordaban a bocinazos que habia tardado mas de la cuenta en arrancar su vehiculo. Diana se contagio muy rapido del mal humor reinante. Cruzo la larga avenida tratando de esquivar los coches que se habian detenido con prisas sobre el paso de peatones; inquieta y enfurrunada, respiro hondo cuando por fin consiguio llegar al otro lado. Las grandes ciudades solian tener este efecto en ella. La multitud de coches, peatones y luces parpadeantes le hacian sentir chiquitita, enjaulada, y estaba tan deseosa de poner tierra de por medio que incluso el agujero del metro, atestado de gente, le parecio un buen escondrijo en el que guarecerse de la jungla de asfalto madrilena. Se subio al vagon y en la barandilla una fila de manos: peludas, suaves, de manicura cuidada, dedos largos y finos, de unas comidas, pintadas o sucias. Cuerpos que se mantenian de pie por inercia, la presion de unos contra otros. Conecto su reproductor de musica e hizo un recuento rapido del numero de estaciones que le quedaban para llegar a su destino. Habia mas de cincuenta hoteles cerca del Palacio de Congresos de Madrid. Cincuenta. Y sin embargo, el suyo se encontraba a las afueras, a varias paradas de metro. Eso significaba que al dia siguiente tendria que levantarse bien temprano para atravesar la ciudad de punta a punta hasta llegar a la Estacion de Atocha. Una autentica perdida de tiempo. ?Cuantos anos llevaba trabajando para Javier? Toda su carrera profesional. ?Y que es lo que habia logrado? Practicamente nada. Su sueldo seguia siendo el mismo y habia veces en las que su jefe la trataba como a la nina de los recados. Diana habia visto ascender a muchos de sus companeros en la mitad de tiempo que ella llevaba trabajando para la empresa. Pero, claro, ellos si se quejaban y, ademas, ?para que negarlo? Eran hombres. A ojos de Javier eso siempre suponia una ventaja. La megafonia del metro anuncio por fin que la siguiente era su parada. Las puertas se abrieron y la marea humana salio a la vida. Diana se encontraba tan cansada que no le importo ser arrastrada por un ovillo de cuerpos ansiosos por salir de las fauces del metro. Con dedos ateridos por el frio, se coloco la capucha, hundio las manos en los bolsillos de su abrigo y apresuro el paso mientras se adentraba en la oscuridad de la noche. La tormenta habia provocado un fallo electrico que fundio varios tramos del alumbrado publico. Los semaforos tampoco funcionaban y Diana se encogio de frio y miedo, tratando de no detenerse demasiado en el hecho de que las calles estaban desiertas y concentrarse en los placeres que aguardaban por ella en la habitacion del hotel. Ciertamente, no era un alojamiento de cinco estrellas --la alcoba olia a cerrado, la decoracion y los muebles parecian escasos--, pero se conformaba con poco. Le bastaba con una ducha de agua bien caliente y un momento de paz. Llamaria al servicio de habitaciones, pediria algo ligero pero sabroso y veria cualquier programa de television hasta quedarse aturdida en la comodidad de su cama. En ese momento cualquier cosa le parecio mas apetecible que caminar bajo la lluvia, expuesta a los vientos racheados de la tormenta. Transcurrieron unos minutos hasta que pudo distinguir a lo lejos la entrada del hotel. Esto le hizo sonreir. Los hoteles tenian algo especial, una esencia diferente, invitadora, no sabria explicarlo. Le sugerian historias descabelladas, romances prohibidos, encuentros entre personas con la peor de las intenciones. En los hoteles se alojaba gente tan variopinta que, incluso con su imaginacion desbordada, le resultaba dificil conjeturar todo lo que podia acontecer entre sus paredes. Asesinatos. Traiciones. Conspiraciones. El cielo de lo incorrecto era el limite. Por desgracia, ella era solo una humilde programadora cuya estancia alli no tenia nada singular. Al menos, hasta ese momento. Su destino parecio cambiar cuando advirtio por el rabillo del ojo un bulto tendido sobre la acera. Era tan voluminoso que resultaba imposible no reparar en el, enseguida llamo su atencion. Lo miro con recelo al principio, pero siguio caminando, sin saber de que se trataba. La miopia de Diana le impedia ver con nitidez a cierta distancia y sus gafas estaban en el interior de la mochila. Entorno los ojos para intentar averiguar que era. Tal vez una bolsa de basura. O los despojos de alguna construccion cercana. Habia un solar vacio justo al lado, bien podia tratarse de algun desecho procedente de alli, se dijo a si misma, intentando restarle importancia. Entonces algo la obligo a detener su marcha. Se paro en seco al ver que el bulto se estaba moviendo. ?A lo mejor habia sido el viento? Diana entorno todavia mas los ojos hasta convertirlos en dos rayas paralelas a ambos lados de su nariz. Le costo esfuerzo, pero acabo confirmando que no se trataba del viento: algo muy vivo se retorcia en ese solar vacio, a merced de la tormenta. Miro a ambos lados de la calle, confundida, sin saber que hacer. A veces se asustaba por nada pero trato de controlar sus nervios. Necesitaba pensar con claridad, asi que respiro hondo y se acerco con cautela al bulto. ?Un perro? ?Algun animal? ?La atacaria si se acercaba demasiado? Dio un paso, dos, mientras el bulto iba tomando forma, mostrandose menos borroso. Cuando lo vio con total claridad, no pudo evitar reprimir un grito ahogado. Aquello no era un animal ni basura ni nada similar. Muy al contrario: habia una mujer tendida en el suelo y parecia desmayada. La sorpresa de su descubrimiento la hizo sentir aturdida, no sabia que hacer. Tenia que haber alguien en los alrededores que pudiera ayudarla, ?no? Aquella mujer no podia estar sola, abandonada en un solar como la colilla de un cigarrillo. Diana se giro en redondo aunque no tenia muy claro que estaba buscando; tal vez solo alguien que pudiera asistirla, pero no habia nadie en los alrededores. La unica senal de vida humana era el destartalado letrero de una cafeteria cercana; sus luces chasqueaban como pidiendo auxilio. Esperanzada, advirtio que el dueno echaba en ese momento la reja para dar la jornada por concluida. --!Eh! !Espere! !No se vaya, necesito ayuda! Le grito con todas sus fuerzas, pero el viento ululaba con impetu y la lluvia se estampaba furiosa contra el asfalto, por lo que el hombre no fue capaz de escucharla. Diana intento acercarse, pero el se metio enseguida en el coche y arranco el motor para quedar engullido por la negrura nocturna como todo lo demas. Estaba sola, completamente sola, y habia una persona tendida en la acera que necesitaba asistencia. ?Que debia hacer en un caso asi? Diana no recordaba haber estado jamas en una situacion semejante. Por esos caprichos que tiene la memoria, recordo una noticia que habia leido unas semanas atras en el periodico: <>. Tenia veintiseis anos, nadie sabia que le habia ocurrido, los medicos no consiguieron explicar la causa exacta de su fallecimiento. Ningun familiar reclamo su cuerpo. Aparecio de la nada y se fue del mismo modo. Al leer la noticia habia sentido unos escalofrios similares a los que experimentaba ahora. ?Seria este un caso similar? ?Y ella la desafortunada que se habia topado con el? Mientras luchaba por mantener a raya su ansiedad, intento ver la cara de la mujer, pero desde su posicion solo consiguio advertir parte de su melena. Podia tratarse de cualquiera: una sin techo a la que la tormenta hubiera tomado por sorpresa; una adolescente fugada de su casa tras pelearse con sus padres; la enferma que se escapo de un manicomio (esta opcion no le gustaba demasiado) o el cadaver que un asesino habia dejado alli tendido porque no se le ocurrio mejor lugar donde esconderlo (improbable, pero posible, ?por que no?). La mente de Diana se hacia preguntas sin respuestas, pero la sospecha de haber encontrado un cadaver hizo que palideciera subitamente. Antes le habia dado la impresion de que se movia, aunque podia haberlo imaginado. Necesitaba acercarse para comprobarlo. Asi lo hizo, muy despacio, hasta que quedo arrodillada al lado de la desfallecida y pudo reparar en su aspecto. Tenia el rostro liso y palido, una frente tersa y la piel casi perfecta, sin una sola mancha a excepcion de un extravagante maquillaje. Calculo que rondaria la treintena y le tranquilizo ver su placido gesto de inocencia. El sereno rostro de la mujer no encajaba con la escena, tenia la cara de alguien que deberia estar en su casa viendo el telediario y disfrutando de una cena caliente en compania de algun ser querido. Y sin embargo, alli estaba, tirada en un solar, abandonada a su suerte. Diana comprobo de inmediato que su pecho subia y bajaba al compas de su respiracion y le alivio saber que no saldria en las noticias explicando como se habia encontrado un frio cadaver bajo una fuerte tormenta. Finalmente, coloco una mano sobre el hombro de la desconocida y la meneo con suavidad para intentar despertarla. Hacia frio, pero su cuerpo estaba caliente. --Oiga, ?puede escucharme? ?Se encuentra bien? No obtuvo respuesta. Parecia profundamente dormida o desmayada. Lo intento de nuevo, ahora elevando el volumen de su voz: --?Puede oirme? ?Se encuentra bien? Nada. La lluvia seguia cayendo sin piedad, tiritaba de frio y a Diana se le agotaban los recursos. Haria bien en delegar el caso a la policia y dejar que ellos se ocuparan. Pero cuando estaba a punto de marcar el 092 unas luces de intenso color azul quebraron la noche. Todavia arrodillada en el suelo, miro por encima de su hombro para ver que se trataba de un coche de policia: --?Se encuentra bien, senorita? --Le pregunto un agente, sacando la cabeza por la ventanilla. --Yo si, pero me temo que ella no. !Acabo de encontrarmela asi! El policia estiro el cuello. Desde donde estaba no parecia capaz de ver a la mujer desmayada. Tomo una gorra del salpicadero del coche, se la calo hasta las orejas y se acerco con cara circunspecta. --Estaba a punto de llamarles. --?Es familiar suya? --?Que? No, no. Yo solo estaba de camino a mi hotel. Acabo de encontrarmela. El agente se arrodillo junto a la mujer y presiono sus dedos contra la muneca. Espero unos segundos en los que la ansiedad reinante parecio detener el tiempo. --No tiene pulso. Diana abrio los ojos de puro terror. ?No estaria el pensando que...? --Agente, le juro por lo que mas quiera que yo no la he matado. Yo solo pasaba por aqui, yo solo queria... --Tranquilicese, por favor --le ordeno el policia en tono imperativo--. No estoy diciendo que la haya matado. ?Ve? Esta respirando. Diana se fijo en que efectivamente respiraba, tal y como ella misma habia comprobado minutos antes. Necesitaba tranquilizarse. Nadie la estaba culpando. No era una sospechosa, solo un testigo. Es que no has hecho nada, idiota, se recordo con enfado. --?Entonces? ?Que es lo que quiere decir? --Que no soy capaz de encontrarle el pulso. ?Tiene idea de que ha podido ocurrirle? Nego con la cabeza. --Ya estaba asi cuando yo llegue. --?Y sabe si tiene documentacion? Diana volvio a negar con la cabeza. Por supuesto que no lo sabia. ?Acaso el creia que se atreveria a meter la mano en el bolso de una extrana? La simple idea conseguia ofenderla. Estuvo a punto de hacerselo saber, que todavia existia gente decente y con modales, pero ya no le prestaba atencion. El policia se meso la barbilla con gesto preocupado, quiza arrepentido de haber detenido el coche para asistirla. Tiene cara de Gonzalez y de ser un bonachon, penso. Seguro que su esposa le recomienda siempre que haga la vista gorda como hacen otros de sus companeros. <>. Pero Gonzalez no es asi. A el le gusta ser diligente en su trabajo, es un caballero y si ve a una damisela en apuros es incapaz de no pararse a echar un vistazo. Agente Gonzalez, no le conozco, pero sepa usted que ya me cae bien. --Quedese aqui, ahora vuelvo. Gonzalez se incorporo entonces y fue hasta el coche para hablar por radio con la centralita. Ella no era capaz de escuchar lo que decia, pero empezaba a sospechar que la noche se alargaria porque no podria irse hasta que el agente se lo permitiera. Esto le hizo resoplar con desesperacion. No solo tenia que aguantar horas y horas de un congreso horrible y alojarse en un hotel ubicado en el otro extremo de la ciudad, sino que ahora se veia obligada a esperar bajo la lluvia. Sin cena, sin ducha, calada y tiritando de frio hasta que Gonzalez lo considerara oportuno. Agente Gonzalez: no le conozco, pero sepa usted que ya no me cae tan bien. Fastidiada, se arrebujo en su abrigo para no sentir el frio que estaba empezando a calar sus huesos. Anhelo tener algo con lo que entretenerse mientras esperaba, pero sintio miedo de sacar el movil por si el policia la llamaba al orden. Fue en ese momento cuando la mujer empezo a parpadear. --!Gonzalez! --grito Diana con todas sus fuerzas. El policia la miro confundido y entonces se dio cuenta de que no estaba segura de que se llamara asi--. !Agente! !Venga! !Se ha despertado! Gonzalez solto enseguida el aparato de radio y acudio presto a su encuentro. Se arrodillo junto a la mujer: --?Puede oirme? ?Se encuentra bien? Cuando volvio en si, la desmayada parpadeo durante unos segundos con desconcierto, parecia aturdida. Los observaba como si no recordara como habia acabado alli o por que. Tenia el mismo gesto aletargado de quien despierta de un largo y profundo sueno. --?Se encuentra bien? --repitio el. Transcurrieron unos segundos hasta que la mujer dijo por fin sus primeras palabras: --Ich bin gut, danke. Diana miro al policia para ver si la habia entendido. Los idiomas nunca habian sido su fuerte. Sabia un poco de ingles, sobre todo palabras relacionadas con el lenguaje de la programacion, y en el colegio habia aprendido algo de frances. Pero estaba casi segura de que la lengua que habia empleado para comunicarse con ellos no era ninguna de las dos. --Creo que habla aleman. Gonzalez fruncio el ceno como si este nuevo contratiempo le fastidiara, pero no por ello cejo en su interrogatorio: --Senorita, ?habla nuestro idioma? ?Entiende lo que le digo? La mujer pestaneo entonces muy rapido. Al principio Diana penso que no habia entendido la pregunta. Normal, es alemana, lo maximo que sabra decir es "cerveza", "Mallorca" o "salchicha". Para ella eso explicaba su pintoresco aspecto. Porque su nerviosismo previo le habia impedido reparar en las manifiestas rarezas de la alemana. Al observarla ahora con detenimiento advirtio que tenia media cara pintada con una especie de motivo tribal, los ojos perfilados con lapiz de color negro y el pelo en dos tonalidades: el lado izquierdo era naranja, el derecho azul. --No puede entendernos. Es alemana --razono Diana. Entonces descubrio hasta que punto estaba equivocada: --Oh, lo siento. !Idioma incorrecto! --dijo la mujer, esta vez en perfecto espanol--. No soy alemana, pero me encuentro perfectamente, gracias, muy amable. ?Mejor asi? ?Me entiende bien ahora? Gonzalez la miro sin saber que decir. Observo a Diana en busca de respuestas, pero ella tampoco las tenia. --?Recuerda algo de lo ocurrido? ?La han agredido? --?Agredido? --Se sorprendio la mujer--. Oh, no, solo me cai cuando la nave perdio fuerza. --Senalo un lugar impreciso en la negrura del cielo. Tanto Gonzalez como Diana elevaron la vista como si esperaran ver un avion sobrevolando en ese mismo instante sus cabezas. Por supuesto, lo unico que encontraron fue un cielo negro como la noche y miles de gotas estampandose con fuerza contra su frente. --?Ha dicho usted una... nave? Asintio con vigor. --?Que tipo de nave?