• maca ferreira libros - Maca Ferreira

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    ?Te gustan las historias de amor, tan reales como la vida misma?
    Si la respuesta es afirmativa, sigue leyendo.
    ?Y si a eso le anadimos un toquecito de humor, de ese que se paladea tras una carcajada espontanea?
    ?He oido si a eso? De acuerdo, continua.
    Como condimento habia pensado aderezarlo todo con algo picante, como ese gustito tan interesante que provoca el sexo.
    ?Te sigue apeteciendo? Ya me imaginaba, ya.
    Para rematar, lo cocinare a alta temperatura y lo sazonare con una buena dosis de pasion, algo de superacion personal, una madre un poquito especial, un italiano seductor dispuesto a enredarlo todo, unos vecinos algo escandalosos en la alcoba, una hermana que se convierte en companera de piso, un descubrimiento masculino sumamente interesante y unas amigas candidatas a formar parte del manicomio mas proximo…
    Y como guinda del pastel, un viaje loco y totalmente atipico en un barco donde la poca ropa y el placer son los protagonistas.

  • Maca Ferreira: Libros - Amazon.es

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    15 resultados · DIARIO DE CUARENTENA: Desvaríos de una madre desquiciada (Comedia) · El cuento de la buena pipa · La izquierda Revolucionaria En El Laberinto De La ...

  • Maca Ferreira: Novela Romantica

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  • Maca Ferreira | PlanetadeLibros

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  • MACA FERREIRA | Casa del Libro

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  • Conquistando a Rebeca - Maca Ferreira - Babelio

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  • Novelas Románticas - Maca Ferreira - Pinterest

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    Lo bueno que ha tenido este confinamiento obligatorio al que nos hemos visto sometidos es que a Maca Ferreira le dio por escribir.

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    Titulo del libro: CONQUISTANDO A REBECA; MACA FERREIRA; Código de artículo: E1000528042. $69.00. Ver detalle · DESCUBRIENDO A VALENTINA.

  • Conquistando a Rebeca de Maca Ferreira

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    Rebeca tiene un deseo; uno inesperado, intenso, con piel morena, sonrisa tentadora y un aura misteriosa a su alrededor.

  • Herencia envenenada de Fernando Neira

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    No queria saber nada del hombre que me habia dado la vida, lo odiaba. Nos habia dejado a mi madre y a mi cuando era un nino. Por eso cuando me informaron que habia muerto, no lo senti. Me dio igual, Ricardo Almeida nunca fue parte de mi vida y una vez fallecido menos.
    O al menos eso queria porque fue imposible. En un principio, cuando me entere que ese grano en el culo al morir me habia dejado toda su fortuna, la rechace. Pero al explicarme mi abogado que si hacia eso, mi mayor enemigo se haria con mi empresa, tuve que aceptar sin saber que irremediablemente unidas a su dinero venian cuatro cientificas tan inteligentes y bellas como raras.

  • Hegel en 90 minutos de Paul Strathern

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    La coleccion Filosofos en 90 minutos incluye interpretaciones breves, pero autorizadas, de los mas grandes pensadores de la humanidad y descifra sus filosofias en una forma amena y accesible que las hace interesantes y comprensibles a casi cualquiera. La filosofia se puso realmente dificil con Hegel. Su metodo dialectico produjo el mas grandioso sistema metafisico que ha conocido el hombre. El propio Hegel admitio que <>. El sistema de Hegel abarca absolutamente todo, pero su elemento mas vital es la dialectica de tesis, antitesis y sintesis. El metodo se origino en la ambicion de Hegel de superar las deficiencias de la logica y ascendio hasta el Espiritu como realidad ultima. Su vision de la Historia como un proceso de autodesarrollo de la humanidad inspiro a Marx en su sintesis de la filosofia del materialismo dialectico. En Hegel en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento conciso y experto de la vida e ideas de Hegel, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Hegel, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologia que situan a Hegel en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.

  • Por nuestro amor de Maria Isabel Salsench Olle

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    Es al separarse cuando uno comprende la fuerza con que se ama.

  • Gold and diamonds, Eli Jane Foste de Eli Jane Foster

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  • Jasper (Sin reglas ni principios 2) de Alina Covalschi

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    A fuego lento se derriten los corazones helados. A fuego lento se queman los recuerdos frios. A fuego lento se enciende la pasion.

  • Sean Cote no tiene limites de Iris T. Hernandez

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    No creas que para llegar hasta aqui el camino ha sido facil. Hemos tenido que sortear demasiados baches, y no me siento orgullosa de cuanto he hecho. Puede que si no hubiera actuado de forma impulsiva hubiese evitado consecuencias que han cambiado el sentido de nuestra vida.

  • Mentira de Care Santos

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    M 1 is padres son un rollo. Cada noche despues de cenar se enzarzan en todo tipo de discusiones sobre temas complicadisimos: los banqueros, la crisis, los Estados Unidos, la seguridad mundial, la delincuencia, la pobreza... Me recuerdan uno de aquellos debates de la tele que duran un monton y que son mas aburridos que un concierto de zambomba. En serio que no les entiendo. Entre ellos no suelen discutir por nada, pero son capaces de tirarse horas hablando de estas cosas. Hay que ser rarito. De la ultima discusion no hace tanto. En el telediario acababan de emitir unas imagenes donde se veia a un chaval rubio y alto propinando punetazos en la cara a un pobre chico mientras ambos viajaban en metro. Un ataque racista sin ningun motivo, dijeron. La victima era oriental, nacido en Mongolia. Al agresor lo detuvo la policia y el juez le envio a un centro de menores. En las imagenes no se le distinguia la cara porque la llevaba cubierta por una especie de velo transparente. Eso es porque la ley protege a los delincuentes mientras sean menores de edad, me explico mi madre. Mi padre hizo una mueca de desaprobacion. No esta de acuerdo en que las cosas ocurran asi. Mama piensa que los menores merecen otra oportunidad, que a los 17 anos no hay nada que no tenga arreglo. Mi padre le pregunto de que bando estaba, ya que defendia a los delincuentes. --De ese pobre chico nunca debe de haberse ocupado nadie. Si lo hubieran hecho, sabria distinguir entre lo que se debe hacer y lo que no, y no se comportaria de ese modo --dijo ella. --!Anda ya! Un chaval de 17 anos sabe muy bien lo que esta bien y lo que no, y tambien sabe lo que se hace. Y al pobre apaleado, ?quien le defiende, eh? --salto mi padre. --Todo el mundo, esta claro --dijo mama--. A la victima siempre la defiende todo el mundo. En nuestra sociedad el que sale mejor parado es el que sabe ir de victima. Bla, bla, bla. Como siempre. Una lata. Para mama <> --que soy hija unica-- significa un monton de cosas horribles: no dejarme ir jamas a la escuela con la ropa que me apetece; marearme con mil preguntas cada vez que salgo; quitarme el movil a las diez de la noche con la excusa de ponerlo a cargar; no dejar que me conecte nunca desde la cama (!ni siquiera los fines de semana!) o --peor aun-- no dejarme tener el ordenador en mi cuarto. Si, si, eso es lo peor: tener que hacer los deberes en la cocina solo porque ella quiere <> cuando me conecto a Internet; y tener que soportar que de vez en cuando se detenga detras de mi y mire la pantalla por encima de mi hombro solo para saber si hago algo que no le gusta. !Me pone muy nerviosa! --?Que quieres que haga, con la cantidad de trabajos que me ponen en el insti? --le pregunto, a ver si se da cuenta--. Ademas, ya soy mayor, mama, se muy bien cuales son los peligros de Internet. Pero nada, mi madre no es de las que se dejan convencer facilmente. Es como si no se fiara de mi. !Ni siquiera me deja tener Internet en el movil! !Es increible! Papa me mira apretando los dientes y como dandome la razon, pero el tampoco sabe que hacer para convencer a mama. Ninguno de los dos lo sabemos. Una vez mi padre dijo: --No es que mama no se fie de ti, Xenia. Es que en Internet existen peligros que ahora no puedes entender y que nos dan miedo. A ambos. --Se muy bien que peligros hay en Internet. Ya no soy una nina pequena. Papa meneaba la cabeza. --Dentro de unos anos entenderas nuestro modo de actuar --anadio. --Creo que no os entendere nunca --susurre yo, y papa se rio. Con papa es facil reirse. Eso es lo que mas me gusta de el. Puedo hablarle de todo, porque nunca se pone nervioso como mama y porque nunca me trata como si tuviera diez anos. No me importa hacerle confidencias a mi padre. Aquella noche, por ejemplo, casi le cuento lo de Marcelo. Me moria de ganas de hacerlo, de decirle como todo estaba cambiando de repente y como me sentia. Feliz, extrana, distinta. Hacia dias que no pensaba en nada mas. Si se lo hubiera dicho, seguro que no me habria echado ningun discursito de esos tipicos de padres y madres. Pero el se lo habria contado a mama, y eso si era un problema. Papa y mama siempre se lo cuentan todo. Por suerte, supe callar a tiempo. ?Por suerte? M 2 ama ya me lo habia notado. Mama siempre lo nota todo, no se como lo hace. <> <> <> Tenia razon. Estaba despistada. Mucho. Salia a tirar la basura y me quedaba como hipnotizada en mitad de la escalera, pensando. Me quedaba congelada a medio poner la mesa con una sonrisa bobalicona en los labios y los vasos en la mano, sin saber que hacer. Tambien comenzaba a temer que cuando llegaran las notas del segundo trimestre, seria un desastre. Ultimamente no estaba muy concentrada en los estudios, que dijeramos. Incluso suspendi dos examenes de matematicas seguidos. <>, pense. Y cuando mama me pregunto como me habian ido los controles, yo repuse con un breve: --Bien. --Entonces, ?nos van a gustar las notas de esta evaluacion? --pregunto ella (es una de sus preguntas mas tipicas). --No se --dije, con el corazon a mil. Sabia perfectamente que no les gustarian nada. Pero aun me quedaban 27 dias de margen antes del desastre. Aquellos dias encontraba justificacion para cualquier cosa. Cuando mis padres vieran las notas seria horrible, pero de momento vivia en una nube. Siempre habia sido buena estudiante, asi que no me preocupaba demasiado: ya lo arreglaria. De lo que no queria privarme --!de ningun modo!-- era de vivir aquella montana rusa de sentimientos que de pronto habia aparecido en mi vida. Me estaba pasando algo muy importante. Tal vez tendria consecuencias, pero deberian asumirlas. Yo ya lo habia hecho. ?O tal vez alguien cree que cuando un huracan de fuerza cinco pasa por tu vida deja algo en su lugar? Mi huracan de fuerza cinco se llamaba Marcelo y era un fantasma. Quiero decir que no era --aun-- un ser de carne y hueso. Era un ser virtual, que vivia dentro de mi cabeza y de mi ordenador. Le conoci de una manera muy curiosa: gracias a un libro que tome en prestamo en la biblioteca municipal. Era una recomendacion de la profesora de filosofia que servia para subir nota: El guardian entre el centeno, de un tal J. D. Salinger. La bibliotecaria me lo entrego junto a un punto de libro donde se leia: <>. Me parecio buena idea echarle un vistazo. Para ver de que iba y al menos saber que opiniones les merecia a los demas. Entre en el forum aquella misma noche. Husmee aqui y alla, en busca de opiniones interesantes. Entonces tropece con esto: ?Pensais que un libro puede cambiaros la vida? Yo antes habria dicho que no sin ni siquiera pensarlo. Pero este libro me ha hecho cambiar de opinion. Me lo he leido un monton de veces y cada vez me pregunto como se las ingenio el autor, ese Salinger, para escribir exactamente las cosas que yo a veces pienso o siento. Punto por punto, sin olvidar nada. Os prometo que da un poco de miedo. Me gustaria mucho ser amigo del autor para llamarle por telefono e invitarle a una cerveza. Le diria: <>. Tambien me gustaria hacerle algunas preguntas. Por ejemplo: <>. Venga, ya termino. Este libro es una pasada, hacedme caso. Es el unico consejo que pienso daros en toda mi vida. Aquel mensaje en el forum desperto mi curiosidad, y eso que entonces aun no sabia que El guardian entre el centeno es una novela muy famosa, que podria resumirse mas o menos asi: un tio que esta colgado hace un monton de estupideces en Nueva York despues de ser expulsado del instituto por holgazan y problematico. Es algo asi como la obra maestra de su autor, que tambien debio de estar un poco colgado, creo yo. Esta novela le hizo rico. Ahora ya esta muerto, pero el libro sigue teniendo miles de lectores todos los anos. Me lo lleve a la cama y comence a leerlo. Cuando mire la hora era medianoche y ya iba casi por la mitad. !Todo un record! Estaba en aquella escena en que Holden recibe a Sunny en la habitacion del hotel, pagina 103. !Me tenia completamente enganchada! Igual porque era lo mas fuerte que habia leido hasta entonces. Al dia siguiente regrese al forum virtual de la biblioteca y busque el comentario que me habia inspirado semejante maraton de lectura. En realidad, buscaba el correo electronico de su autor. Encontre su ficha, con algunos datos. Edad: 17. Instituto: Ricard Salvat. Correo: [email protected]... !Por supuesto! No podia ser otro. El nombre del protagonista desgraciado, como el habia escrito. Sonrei al leerlo. Le comprendi un poco. Escribi un mensaje de inmediato: Hola, caso perdido. Solo te escribo para decirte que gracias a tu recomendacion anoche empece a leer El guardian entre el centeno y estoy superenganchada. Creo, a diferencia de ti, que a mi no me gustaria nada conocer a su autor y aun menos al desastre del protagonista. Me cae bastante mal el Caulfield este y voy ya por la pagina 103. Y tambien me da un poco de miedo. ?Por que dices que te pareces a el? Ya se que dices que no merece la pena explicar nada a nadie, pero a mi me gustaria que lo hicieras porque de verdad me interesa saberlo. Espero que me contestes, Holden. Abrazos, Xenia. ?Verdad que es una manera completamente idiota de comenzar una historia? La vida a veces es completamente idiota.

  • Un episodio nacional de Carlos Mayoral

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    El conocido periodista cultural Carlos Mayoral, especialista en la literatura decimononica espanola, recupera en su primera novela un episodio poco conocido de nuestro pasado literario: los amores secretos entre dos de las principales figuras de nuestra narrativa, Benito Perez Galdos y Emilia Pardo Bazan.

  • Mi corazon en las Highlands de Sarah Rusell

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    Los nervios se apoderaron de mi cuando el taxi me dejo en la puerta de entrada a la finca del senor Athol. Eran las diez de la noche de un frio viernes de septiembre. Trate de calmarme contando mentalmente, respirando hondo, necesitaba estar tranquila. El conductor del taxi saco las tres maletas que llevaba con todo lo que poseia hasta el momento, no habia mas, tampoco me hacia falta. Todo cuanto habia tenido lo perdi, o quise perderlo, puesto que aqui no iba a necesitar nada. Lo unico que podria haberme servido era la casa donde vivia, pero era de alquiler asi que la deje, no la echaria tanto de menos. --Muchas gracias. Que pases un buen dia --sonrei mientras asentia con la cabeza a modo de despedida. --Mucha suerte en tu nueva vida en Inverness --levanto la mano antes de montarse en el coche. Me habia traido desde Edimburgo, le habia contado por el camino que venia como interna para hacer de ninera de los hijos del senor de la casa, por eso me deseaba suerte, se le veia un buen hombre. Llame al timbre y unos minutos despues salio a abrir un hombre de unos cincuenta anos. Era moreno, con alguna que otra cana salpicada discretamente, con una calida mirada de ojos verde oscuro y alto, bastante alto. --Buenos dias, soy Cailen. Usted debe de ser Cinnia --se presento mientras extendia la mano. --Hola, si, soy Cinnia --sonrei aceptando y estrechando su mano como una vez me dijo mi padre, mostrando fuerza y seguridad. --Me veras siempre por aqui, soy el hombre de confianza de Athol y su mano derecha. Asenti y le vi coger las dos maletas mas grandes, me hizo un gesto para que pasara, cogi la otra y lo segui hasta la casa. El jardin delantero era una pasada, con un camino de piedras muy bonito y a los lados unos jardines, uno con un parque infantil de madera y el otro, un merendero con una gran mesa dentro, tambien de madera, que era una preciosidad. --Dallis, ella es Cinnia --dijo a una mujer con un uniforme del servicio en color negro que pasaba por alli en ese momento. --Hola, encantada --me sonrio haciendo un gesto para que la siguieramos. --Hola, igualmente --dije cuando ya se habia girado y caminaba hacia el fondo del pasillo de la izquierda. Al pasar vi un marco con una foto de la que supuse era Alis, la mujer de Athol. Era una preciosa mujer de cabello castano y ojos marrones con la sonrisa mas sincera que habia visto nunca. Ella murio de leucemia hacia dos anos dejando a sus dos hijos, con tan solo tres anos, a cargo de su marido, esto lo supe por el amigo que me ayudo a conseguir este empleo. --Esta es tu habitacion --Dallis abrio una puerta y ambos me hicieron un gesto para que entrara, ella desde dentro y Cailen a mi lado. El, entro tras de mi con las maletas, que puso a un lado. --Buenas noches, Cinnia --se despidio Cailen. --Como ves --dijo Dallis de nuevo--, tiene un pequeno aseo con ducha y las vistas a la parte trasera --mire y se veia otro precioso jardin de lo mas cuidado, lleno de mesas de madera repartidas por la zona y una gran barbacoa de piedra ademas de un horno de lena, era una pasada. --Gracias, Dallis. --Cualquier cosa que necesites, solo me lo tienes que decir. En la mesita de noche tienes un sandwich con un vaso de caldo para cenar que Colina, la cocinera de la casa, te acaba de dejar cuando escucho el timbre de la puerta --me hizo un guino y salio cerrando, dejandome a solas en la que ya era mi nueva habitacion. Dallis parecia una buena mujer, tendria unos cuarenta y tantos anos, era pelirroja, con los ojos verde claro y una sonrisa afable. Se la veia simpatica, al igual que a Cailen, y esperaba que asi fuera el resto del servicio. El dormitorio tenia todos los muebles en madera de roble y estaba compuesto por una comoda con cajones, dos mesitas de noche con una cama grande en medio y un armario empotrado en la pared de entrada. La ropa de cama y las cortinas eran blancas, igual que las paredes, dando algo mas de amplitud a la estancia. Comence a guardar toda mi ropa, repartida entre el armario y los cajones de la comoda donde deje tambien algunos objetos personales, como la foto de mi padre fallecido un ano antes tras no superar su batalla contra el cancer. Pase la mano por esa foto, la ultima que quiso que le sacara ya que dijo que se veia bien, pero un par de meses despues empezo a empeorar, no se encontraba con animo para mas retratos y dijo que queria que le recordara asi, con esa sonrisa y el brillo de vitalidad en los ojos. Se me escapo una lagrima que seque rapidamente. Tuvimos que vender la casa familiar para pagar esa primera parte de tratamiento, era apenas un piso pequeno en el que vivimos mis padres y yo desde que ellos se casaron, pero hubo que desprenderse de todos esos recuerdos. A mi madre la habiamos perdido mucho tiempo atras, asi que no vio el sufrimiento por el que paso el hombre al que tanto amaba. Tras la venta de nuestro hogar mi padre y yo nos fuimos a un pequeno estudio de alquiler que encontramos muy economico y amueblado, no era nada del otro mundo, pero al menos saliamos adelante con el sueldo que yo ganaba trabajando en una guarderia de lunes a sabado por las mananas. Incluso alguna que otra tarde hacia horas extras encargandome de los ninos que tenian que quedarse si sus padres iban a retrasarse en sus trabajos. Me comi el sandwich y me tome el caldo, tenia un poco de hambre y me parecio que ese habia sido todo un detalle por su parte, ya que alli cenaban mas temprano, pero llegar y tener algo calentito que llevarme al estomago era de agradecer. Las vistas desde mi ventana me gustaban, ese jardin trasero me daba mucha paz, no es que fueran unos terrenos grandes ni nada, debia tener en total unos mil metros delante de la casa y dos mil detras, pero todo muy bonito y cuidado. Dieron dos golpes en la puerta y fui a abrir. Alli me encontre con Athol, mi jefe. Sabia quien era por algunas fotos en las que le vi alguna vez, ya que solo habia hablado con el por telefono. Alto, rubio, con unos increibles ojos azules y que aun no llegaba a los cincuenta, por lo que sabia. Iba vestido con vaqueros, un jersey y deportivas. --Hola, soy Athol --extendio su mano con una media sonrisa. --Hola, encantada --dije dandole el mismo apreton de mano que a Cailen. Ante todo, que no me notaran con miedo, que esa era muy mala impresion en un primer dia de trabajo. --?Todo bien? --pregunto echando un vistazo discretamente al dormitorio. --Perfecto --sonrei. --Pedi que te dejaran algo de cena rapida.

  • Promesas y secretos de Julia James

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    Eloise Dean se habia dejado conquistar por el carismatico magnate italiano Vito Viscari desde el primer dia. Y, desde ese dia, en su cama, habia disfrutado de un placer inimaginable. Ella creia haber encontrado al hombre de su vida, pero no sabia que Vito nunca podria ser suyo.

  • Una virgen para el millonario de Leona Lee

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    “Un despotico multimillonario al que le encanta mezclar negocios y placer…

  • Solo busco tu piel de Priscila Serrano

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    INTRODUCCION Ser el primo de la chica que me gustaba no entraba en mis planes, como tampoco sentir como mi corazon se desbocaba cuando la veia salir de la piscina con ese bikini que tapaba poco mas que... Era mejor para mi no recordarlo. Y todo fue por culpa de Mikel, mi mejor amigo, en aquella fiesta, la misma fiesta que se suponia solo seria una reunion de amigos para celebrar mi cumpleanos; ninguna chica de por medio, segun el. Todo fue al reves, lo que mas habia eran chicas y, entre ellas, Luna, mi primita de tan solo dieciseis anos. No era que yo fuera mucho mayor, solo nos llevabamos dos anos, pero ya era mayor de edad y eso hacia que cambiasen algunas cosas. Cuando mis ojos se clavaron en los suyos, en ese mismo instante, supe lo que sentia por ella, era un amor de los que te quitaban hasta el aire. En algun momento de mi vida lo pense, mas no quise hacerle caso. Aquellas senales no podian ser ciertas, nosotros no podiamos ser nada mas de lo que ya eramos: familia, primos, casi hermanos, y nuestros padres jamas estarian de acuerdo en esto. Sin embargo, era verla y se me aceleraba el corazon. Una noche, antes de aquella fiesta, me vi caminando descalzo hasta su habitacion; era de las que mi tio Hugo y mi padre cogian para pasar tiempo juntos, la noche de futbol la habian llamado. Esa noche decidieron que yo me podria unir a su banda de hombres, ya me creia uno de ellos, aunque no fuese lo suficientemente mayor como para entender algunas actitudes, sobre todo de mi tio; era un crio. Cuando se acabo la noche, cada uno se fue a su habitacion, no obstante, mi intencion no fue mas que ir a la suya y verla dormir, observar lo hermosa que era. Luna era la chica mas bonita que mis ojos habian visto jamas, su piel canela y ojos verdes hicieron que mi alma se viese alterada y creo que, desde que tenia memoria, fue asi. Nos llevabamos muy bien, demasiado para ser solo primos, casi inseparables. Aunque ambos tuvieramos nuestros amigos, siempre intentabamos buscar un momento para pasarlo nosotros y juro por Dios, que no cambiaba ninguna de esas horas de mi vida por nada en este mundo. CAPITULO 1 Luna Un ano antes. Miraba por la ventana, la noche era tan bonita, era de esas noches en las que quedarte despierta para ver las estrellas era lo mejor. Sali al balcon con una mantita fina rodeando mis hombros, apenas estabamos entrando en primavera, pero aun por la noche refrescaba. Me sente en una de las sillas que mi padre habia comprado para dejar mi lugar favorito perfecto; mi habitacion era la unica que tenia balcon en toda la casa y, al ser la estancia mas pequena de nuestro hogar, era mia y solo mia... Bueno, la compartia con Eloy, mi primo y mejor amigo, la unica persona con la que podia contar y en la que confiaba ciegamente. Tenia amigas, claro que las tenia, pero con ellas no tenia la misma complicidad que con el. Mi mejor amiga era Eva, la conocia desde primaria y, de todas las chicas con las que hablaba, era la que mejor me caia. Sin embargo, estaba enamorada de Eloy y eso me molestaba, por estupido que pareciera. Eloy era mayor que yo por solo dos anos, pero no era impedimento para llevarnos como nos llevabamos y era eso por lo que no me gustaba que saliera con ninguna otra chica. Si llegaba a suceder, ?que ocurriria conmigo? Ya no pasaria tiempo a mi lado y eso no podia permitirlo. Podria decirse que era una nina a mis quince anos, pero era muy madura, ?no? A veces lo dudada. Escuche unos pasos acercarse y me gire para comprobar quien era; mi padre salio al balcon conmigo y se sento a mi lado. --?Que haces aqui tan sola, princesa? --se intereso, mirando el cielo. --Nada, solo miraba las estrellas --respondi. --?Sola? Que raro, tu primo parece que vive aqui --inquirio, molesto, lo que hizo que lo mirase fijamente. --?Te pasa algo con Eloy? No respondio y eso me preocupo, parecia enfadado y, que yo supiera, mi primo no habia hecho ninguna de sus tantas trastadas, las mismas que nos metian en lios de vez en cuando. --No, nada. --Se levanto--. Vamos, la cena ya esta lista y ya sabes como se pone mama cuando no bajas a tiempo. Sonrei asintiendo, tenia razon. Mi madre, todo lo que tenia de buena y amorosa, lo tenia de diabla cuando se enfadaba. Me quede unos minutos sola antes de bajar. Me levante y cogi mi movil para enviarle un wasap a Eloy. Luna: Primito de mi alma y mi corazon, ?que has hecho ya? Mi papa esta cabreado contigo y no se por que. Espere su respuesta, pero, al no llegar, deje el movil en la mesilla y sali de mi habitacion para bajar a cenar. Mi abuela estaba con nosotros unos dias y eso me encantaba, la adoraba, sobre todo sus mimos. Al entrar, ya estaban todos sentados, incluso mi tio Hector, lo cual me extrano. --Hola, tio. ?Donde estan mi tia y Eloy? --Le di un beso y me sente a su lado. --Estan en la casa, yo solo habia venido para arreglar unas cosas con tu padre. Ya sabes, trabajo. --Me guino un ojo. --Claro y mi abuela te ha embaucado con su comida, ?a que si? --Solto una carcajada, asintiendo. --Ya sabes que su comida me encanta, pero no le digas a tu tia o me matara --eso ultimo me lo dijo al oido. --Cuidado con la pequena Robles, se las gasta --menciono mi padre, como siempre, metiendose con mi tia Judith. --No empieces, Hugo --lo regano mi madre. Aun no sabia el motivo por el que no se llevaban demasiado bien, yo sabia que lo intentaban, procuraban no pelearse cada vez que estaban juntos, pero a veces les era imposible y eran muy comicos, al menos las cosas que se decian. Algun dia le preguntaria a mi mama el motivo de esas peleas entre ellos, algun dia, cuando fuera mayor..., no creia que me lo contase ahora. Cenamos en familia, aunque faltaran dos personas en la mesa, siempre era asi; estabamos muy unidos. Aunque tambien faltaba mi tio Jesus, una de las personas mas importantes de mi vida. Era mi tio perfecto, el padre que habria tenido si los mios no hubiesen hecho las paces a tiempo; esa historia si que me la contaron, como se separaron y mi madre se entero de que estaba embarazada de mi. Esa historia tenia sus partes dolorosas, pero tambien, un final feliz. Cuando acabe de cenar y ayude a mi abuela Dora a recoger todo, deje a mis padres en el salon, solos, les gustaba ver peliculas antes de ir a dormir, era el tiempo que utilizaban para estar juntos, dado que ambos tenian demasiado trabajo. Intentaron que yo me quedara con ellos tiempo atras, pero no consiguieron nada, no me gustaba el cine, yo era mas de series sangrientas, fantasia pura y dura. Ya en mi habitacion, cogi el movil para comprobar que mi primo me hubiese respondido, pero no fue asi. Me sente, pensativa, era raro que Eloy no me contestase a los mensajes, normalmente, cuando le hablaba, lo hacia de inmediato con una llamada. ?Habria pasado algo? De pronto unas manos taparon mis ojos y me tense asustada. --?Quien soy? --En cuanto escuche su voz me relaje, mi primito y sus bromas. --!Eloy! --grite, quitando sus manos de mis ojos. Me levante y me gire para asesinarlo con la mirada por el susto. Su sonrisa fue tan grande y reluciente que solo con eso me quito cualquier estado de animo negativo que me provocara antes. --Shhh --chisto, cogiendome de la mano para tirar de mi y llevarme al balcon. Nos sentamos en las sillas, uno al lado del otro, y paso su brazo por encima de mis hombros para abrazarme. --?Por que no puedo gritar? --pregunte. --Porque no quiero que tu padre sepa que he venido. Su respuesta me recordo el comentario que mi padre me solto hacia rato e, inmediatamente, me levante, cruzandome de brazos y alzando una ceja mientras lo miraba para que me contase todo. Estaba segura de que habia hecho algo para que mi padre se hubiera enfadado con el. --?Que? --Arrugo la frente--. No he hecho nada, esta vez no. --?Entonces por que no quieres que mi padre sepa que estas aqui? --Por nada, solo es tarde y no quiero que te reganen. No quiero que despues me echen la culpa porque te quedes dormida por la manana y faltes al instituto. ?Te imaginas la cara de tu padre? Seguro que me mataria --aseguro, mas yo no le crei ni una palabra. Aunque no le podia quitar una parte de razon, si llegaba a faltar un solo dia al instituto por culpa de que mi primo no me habia dejado dormirme temprano, nos mataba a los dos. Mi padre, en ese sentido, era muy estricto; los estudios eran algo muy importante para el y que yo sacase buenas notas, lo que mas. Volvi a sentarme soltando un suspiro que no le paso desapercibido, pues me abrazo de nuevo, pero esta vez mas apretadamente, cosa que provoco que suspirase otra vez. Aspire su aroma, cerrando los ojos; me encantaba su olor, me tranquilizaba. Me gustaba el tacto de sus manos, su piel era muy suave. Por unos instantes, me deje llevar por el silencio, el momento, las estrellas alumbraban de manera magica y me relaje tanto que me quede dormida. Por la manana, el despertador sono con tanta fuerza que por poco me cai de bruces contra el suelo. Abri los ojos de par en par y mire mi alrededor, recordando como habia llegado a mi cama, pero me fue imposible, pues no llegue por mi propio pie. Habia sido Eloy quien me dejo en la cama cuando se percato de que me habia quedado dormida y una estupida sonrisa seguida de un suspiro se me escapo de entre los labios. ?Que me estaba pasando? Ultimamente, me sentia demasiado bien a su lado, mas de lo normal. Mi primo y yo estabamos muy unidos, tanto que lo haciamos todo juntos, pero ibamos creciendo y habia cosas que teniamos que evitar, y nos costaba demasiado.

  • Diamantes y mentiras de Tracy Wolff

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    Cuando dos examantes trabajan juntos, !saltan las chispas!

  • Coraline de Neil Gaiman

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    Cuando Coraline atraviesa una de las puertas de la casa nueva de su familia, se encuentra que hay otra casa extranamente similar a la suya (aunque la nueva sea, definitivamente, mejor). Al principio, todo parece maravilloso: la comida es mas sabrosa que la de casa y el cajon de los juguetes esta repleto de angelitos de papel que vuelan solos y de calaveras de dinosaurios que parecen vivas y se arrastran haciendo castanetear los dientes. Pero resulta que hay otra madre que vive ahi, y otro padre, y quieren que Coraline se quede con ellos y se convierta en su pequena. Quieren cambiarla y no dejarla ir jamas. Coraline tendra que enfrentarse a ellos con todo su ingenio y las herramientas que encuentre, si es que ha de conseguir salvarse y volver a su vida normal.

  • Pasion Indomita (Kavanagh 1) de Emily Blayton

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    Sophia Carrington parecia destinada a la solteria. Sus escasos talentos para el flirteo, su dote escasa y una madre recalcitrante y enfermiza que trata de convencerla de que ella no esta hecha para el matrimonio, todo parece conspirar para que se convierta en la solterona de la familia.
    Hasta que conoce a Ephraim Kavanagh, el irlandes. Un caballero guapo y fascinante pero con un oscuro pasado.
    Los lugarenos huyen de ese hombre y se santiguan a su paso. Aseguran que tiene una pesima reputacion y que en verdad esta maldito.
    Todos le advierten que es muy mala idea tener amistad con ese irlandes, pero ella esta harta de hacer siempre lo correcto…

  • Por el amor de un medjay de Iris Vermeil

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    Nacida en El Cairo, Egipto, Nailah Sarhan, es una joven abierta de mente que ha crecido en un seno familiar conservador, el cual la obliga a atarse en matrimonio a un hombre al que considera un amigo, nada mas. La pasion por Egipto la lleva en sus venas, adora su cultura y sus raices, por ello, decidio ser arqueologa. Aventurera de espiritu, se une a un proyecto de gran repercusion social; Excavar en el Valle de los Reyes hasta encontrar las riquezas del faraon Tuthbej X aun sospechando que puede ser la reencarnacion de la ultima princesa de Egipto; Hathor I.

  • Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo de Alex Grijelmo

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    ?El idioma invisibiliza a la mujer? ?Es compatible la lucha feminista con el respeto al sistema de la lengua? ?Tiene sentido que el masculino generico se presente como simbolo de la dominacion del varon? ?Es eficaz actuar sobre el lenguaje para combatir el machismo?

  • Preston y Lisa: el futuro presente (Hermanos Sullivan 3), Abril Camino de Abril Camino

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  • Homo Lubitz de Ricardo Menendez Salmon

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    Richard O’Hara aguarda en un hotel de Shanghai la firma de un contrato entre el Gobierno de China y las farmaceuticas occidentales que lo convertira en un hombre rico. Tras su estancia en Asia, recibe un extrano encargo: hallar el paisaje que aparece en una vieja fotografia. Obsesionado por esa imagen, emprendera entonces un viaje alrededor del planeta en compania de una mujer llamada Amanda. En este thriller vertiginoso, en el que los accidentes juegan un papel decisivo, los vampiros son coleccionistas de arte y el cineasta David Cronenberg explica cual es el verdadero espiritu del siglo xxi, Ricardo Menendez Salmon muestra su confianza en la ficcion literaria como instrumento para interpretar nuestro mundo.

  • Un ano en Roma de Anthony Doerr

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    Un ano en Roma es el hermoso y delicado relato autobiografico del Premio Pulitzer Anthony Doerr sobre su experiencia viviendo en la Ciudad Eterna.

  • Elena sabe de Claudia Pineiro

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    Se trata de levantar el pie derecho, apenas unos centimetros del suelo, moverlo en el aire hacia adelante, tanto como para que sobrepase al pie izquierdo, y a esa distancia, la que sea, mucha o poca, hacerlo bajar. Apenas de eso se trata, piensa Elena. Pero ella piensa, y aunque su cerebro ordena movimiento, el pie derecho no se mueve. No se eleva. No avanza en el aire. No vuelve a bajar. No se mueve, no se eleva, no avanza en el aire, no vuelve a bajar. Eso apenas. Pero no lo hace. Entonces Elena se sienta y espera. En la cocina de su casa. Tiene que tomar el tren que sale para la Capital a las diez de la manana; el siguiente, el de las once, ya no le sirve porque la pastilla la tomo a las nueve, entonces piensa, y sabe, que tiene que tomar el de las diez, poco despues de que la medicacion logre que su cuerpo cumpla con la orden de su cerebro. Pronto. El de las once no, porque entonces el efecto de la medicacion habra declinado hasta desaparecer y ella estara igual que ahora, pero sin esperanza de que la levodopa actue. Levodopa se llama eso que tiene que circular por su cuerpo una vez disuelta la pastilla; conoce el nombre desde hace un tiempo. Levodopa. Asi le dijeron, y ella misma lo anoto en un papel porque sabia que no iba a entender la letra del medico. Que la levodopa circule por su cuerpo, sabe. Eso es lo que espera, sentada, en la cocina de su casa. Esperar es todo lo que puede hacer por el momento. Cuenta calles en el aire. Recita nombres de calles de memoria. De atras para adelante y de adelante para atras. Lupo, Moreno, 25 de Mayo, Mitre, Roca. Roca, Mitre, 25 de Mayo, Moreno, Lupo. Levodopa. Solo la separan cinco cuadras de la estacion, no es tanto, piensa, y recita, y sigue esperando. Cinco. Calles que todavia no puede andar con sus pasos esforzados aunque si repetir sus nombres en silencio. Hoy no quiere encontrarse con nadie. Nadie que le pregunte por su salud ni que le de el pesame tardio por la muerte de su hija. Cada dia se le aparece alguna persona que no pudo velarla o no pudo estar en el entierro. O no se atrevio. O no quiso. Cuando alguien muere como murio Rita, todos se sienten invitados a su funeral. Por eso las diez no es una buena hora, piensa, porque para llegar a la estacion tiene que pasar por delante del banco y hoy se pagan las jubilaciones, entonces es muy probable que se cruce con algun vecino. Con varios vecinos. Aunque el banco abra recien a las diez, cuando su tren este entrando en la estacion y ella con el boleto en la mano se acerque al borde del anden para tomarlo, antes de eso, Elena sabe, ya va a encontrar jubilados haciendo la cola como si tuvieran miedo de que la plata alcanzara solo para pagarle a los que primero llegan. Solo podria evitar el frente del banco dando una vuelta manzana que su Parkinson no le perdonaria. Ese es el nombre. Elena sabe desde hace un tiempo que ya no es ella la que manda sobre algunas partes de su cuerpo, los pies por ejemplo. Manda el. O ella, y se pregunta si al Parkinson habria que tratarlo de el o de ella, porque aunque el nombre propio le suena masculino no deja de ser una enfermedad, y una enfermedad es femenina. Como lo es una desgracia. O una condena. Entonces decide que lo va a llamar Ella, porque cuando la piensa, piensa <>. Y puta es ella, no el. Con perdon de la palabra, dice. Ella. El doctor Benegas se lo explico varias veces pero Elena todavia no termina de entender; si entiende lo que tiene porque lo lleva en el cuerpo, pero no algunas de las palabras que usa el medico. La primera vez estaba Rita presente. Rita, que hoy esta muerta. Les dijo que el Parkinson es una degeneracion de las celulas del sistema nervioso. Y a las dos les cayo mal la palabra. Degeneracion. A ella y a su hija. El doctor Benegas seguramente se dio cuenta, porque enseguida trato de explicarles. Y dijo, una enfermedad del sistema nervioso central que degenera, o hace mutar, o cambia, o modifica de manera tal algunas celulas nerviosas que dejan de producir dopamina. Y Elena se entero entonces de que cuando su cerebro ordena movimiento, la orden solo puede llegar a sus pies si la dopamina la lleva. Como un chasqui, penso aquel dia. Entonces el Parkinson es Ella, y la dopamina el chasqui. Y el cerebro nada, piensa, porque sus pies no lo escuchan. Como un rey derrocado que no se da cuenta de que ya no gobierna. Como el emperador sin traje del cuento que le contaba a Rita cuando era chica. Rey derrocado, emperador sin traje. Y ahora esta Ella, no Elena sino su enfermedad, el chasqui y el rey derrocado. Elena repite sus nombres como antes repitio los de las calles que la separan de la estacion; esos nombres comparten su espera. De atras para adelante y de adelante para atras. Emperador sin traje no le gusta porque si no lleva traje esta desnudo. Prefiere rey derrocado. Espera, repite, combina de a pares: Ella y el chasqui, el chasqui y el rey, el rey y Ella. Prueba otra vez, pero los pies siguen ajenos, ni siquiera desobedientes, sordos. Pies sordos. A Elena le encantaria gritarles, pies muevanse de una vez por todas, hasta carajo les gritaria, muevanse de una vez por todas, carajo, pero sabe que seria en vano, porque sus pies no escucharian tampoco su voz. Por eso no grita, espera. Repite palabras. Calles, reyes, otra vez calles. Incluye palabras nuevas en su rezo: dopamina, levodopa. Intuye que la dopa de dopamina, y la dopa de levodopa, deben ser la misma cosa, pero solo intuye, no tiene certeza, repite, juega, deja que su lengua se trabe, espera, y no le importa, solo le importa que el tiempo pase, que esa pastilla se disuelva, circule por su cuerpo hasta sus pies y estos se enteren, por fin, de que tienen que ponerse en marcha. Esta nerviosa, lo cual no es bueno, porque cuando se pone nerviosa la medicacion tarda mas en actuar. Pero no puede evitarlo. Hoy va a jugarse la ultima carta para tratar de averiguar quien mato a su hija, hablar con la unica persona del mundo a la que cree que puede convencer de que la ayude. A cambio de una deuda lejana en el tiempo, casi olvidada. Va intentar cobrar esa deuda, aunque Rita, si estuviera, no estaria de acuerdo, la vida no es un trueque, mama, hay cosas que se hacen porque si, porque Dios manda. No va a ser facil, pero lo va a intentar. Isabel se llama la mujer a la que busca. No esta segura de si se acordara de ella. Cree que no. De Rita si, le manda una postal cada fin de ano. Tal vez no sepa de su muerte. Si nadie le dijo, si no leyo el unico aviso funebre que pusieron recien dos dias despues del entierro en nombre del colegio parroquial donde trabajaba Rita, el cuerpo directivo y docente, alumnos y padres acompanan a Elena en este momento tan dificil, si ella no la encuentra al fin de ese dia, seguramente este diciembre esa mujer que Elena hoy busca enviara una postal dirigida a un muerto, deseandole feliz Navidad y un prospero Ano Nuevo. De Rita se acuerda, pero de ella, de Elena, Elena piensa, seguramente no. Y si se acordara no la reconoceria, asi doblada, con ese cuerpo viejo que no se corresponde con los anos que tiene. Sera su tarea, le va a explicar quien es y por que esta alli, frente a ella, cuando la enfrente. Le va a contar de Rita. Y de su muerte. Aunque sea le dira lo poco que entiende en medio de todo lo que le contaron. Elena sabe donde encontrar a Isabel, pero no como llegar. Alli donde ella misma la llevo hace veinte anos, siguiendo a Rita. Si la suerte esta de su lado, si Isabel no se mudo, si no murio como murio su hija, alli la encontrara, en una vieja casa en Belgrano, con puerta de madera pesada y herrajes de bronce, justo al lado de unos consultorios medicos. No se acuerda del nombre de la calle, si se acordara al menos de la pregunta que le hizo entonces su hija, ?vos escuchaste alguna vez una calle que se llame Soldado de la Independencia, mama?, entonces sabria. Pronto va a saber, porque si se acuerda de que es a una o dos cuadras de la avenida que corre bordeando Buenos Aires desde Retiro hasta la General Paz, cerca de una plazoleta, y de las vias de un tren. No vieron el tren, pero escucharon su marcha y Rita pregunto, ?que ramal es?, pero Isabel no contesto, porque lloraba. Para saber como volver a viajar, esta segunda vez, casi veinte anos despues, Elena fue a la remiseria de la esquina de su casa, la que pusieron hace unos anos en el local donde antes habia estado la panaderia en la que Elena compro para su familia el pan de cada dia desde que llego al barrio, recien casada, hasta que desaparecio el pan y aparecieron los autos de alquiler. El chofer no sabia, soy nuevo, se disculpo y le pregunto al dueno. Repitio las palabras de Elena, dijo, la avenida que bordea Buenos Aires, de Retiro a la General Paz, cerca de una via, y el dueno le contesto, Libertador, y Elena que si, que se llamaba Libertador, ahora que se lo dice se acuerda, y que tenia que ir hasta Belgrano, hasta una plazoleta. Olleros, dijo otro chofer que acababa de llegar de un viaje, eso ya no estoy segura, dijo Elena, Olleros, repitio el hombre con seguridad, pero ella no se acordaba del nombre de la calle, si de la puerta de madera, y de los herrajes de bronce, de Isabel, y de su marido, poco de su marido. ?La llevamos?, le preguntaron y Elena dijo que no, que era mucho viaje, mucho gasto, que iba a ir en tren y en todo caso, si ya no podia consigo misma y su cuerpo no se animaba al subte, tomaria un taxi en Constitucion, le hacemos precio, propuso el dueno, no, gracias, contesto ella, le podemos fiar, insistio, en tren, dijo Elena, no me gustan las deudas, y no dio lugar a otra insistencia, subte cerca no la deja ninguno, senora, el de Carranza, pero de ahi tiene como diez cuadras, le dijeron, si toma taxi tenga cuidado de que no la paseen, digale al taxista que vaya derecho por 9 de Julio hasta Libertador y de ahi otra vez todo derecho hasta Olleros, bueno, no, corrigio el chofer que sabia, porque Libertador se convierte en Figueroa Alcorta, antes de llegar al Planetario se va a tener que fijar que doble a la izquierda, hasta el Monumento a los Espanoles, y que retorne Libertador, o en el Hipodromo de Palermo, aclaro el dueno, pero no deje que la paseen, ?en serio no quiere que la llevemos? Elena se fue sin responder, porque la misma pregunta ya la habia contestado antes y demasiado esfuerzo era para ella todo como para contestar dos veces lo mismo. Constitucion, 9 de Julio, Libertador, Figueroa Alcorta, Planetario, Monumento a los Espanoles, Libertador, Olleros, una puerta de madera, herrajes de bronce, una puerta, Olleros, Libertador, 9 de Julio, Constitucion. De atras para adelante, de adelante para atras. No recuerda en que lugar del rezo tiene que meter el Hipodromo. Espera, piensa, cuenta otra vez las calles. Las cinco que la separan de la estacion y las otras, las que no conoce, o no se acuerda, aquellas hacia donde va para cobrar una deuda en la que cree a fuerza de necesidad. Rey sin corona. Ella. Desde su posicion, sentada, trata de levantar el pie derecho en el aire, y el pie ahora se da por enterado y se eleva. Entonces esta lista, sabe. Apoya la palma de cada una de sus manos sobre sus muslos sentados, junta los dos pies para que sus piernas queden en un angulo de noventa grados a la altura de la rodilla, luego cruza la mano derecha al hombro izquierdo y la mano izquierda al hombro derecho, empieza a balancearse en la silla y, con el impulso, se levanta. Asi la hace levantar el doctor Benegas cuando la revisa, y ella sabe que es mas dificil de esa manera pero lo intenta cada vez que puede, practica, porque quiere estar entrenada para la proxima visita. Quiere impresionar al doctor Benegas, mostrarle que puede, a pesar de las cosas que le dijo la ultima vez que la vio, quince dias antes de que Rita apareciera muerta. Parada frente a la silla que acaba de dejar levanta el pie derecho, lo eleva en el aire, apenas unos centimetros, lo mueve hacia adelante hasta que sobrepasa el pie izquierdo lo suficiente como para que ese movimiento signifique un paso, entonces lo baja, y ahora es el turno del pie izquierdo que debe hacer lo mismo, exactamente lo mismo. Elevarse. Avanzar en el aire. Bajar. Elevarse, avanzar en el aire, bajar. De eso se trata. Apenas de eso. De caminar, para llegar a tomar el tren de las diez

  • Besos de agua (Reporteros 2) de Marilo Lafuente

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    Las esperanzas de Andrea por recuperar su vida, se esfumaron de repente de la forma mas cruel. Nadie se lo conto, no hizo falta, la casualidad la llevo, entre los miles de bares que hay en Madrid, al mismo donde se encontraba Mateo besando apasionadamente a otra mujer. Todas las esperanzas que mantuvo durante meses creyendo que volveria a su lado, desaparecieron de un plumazo.
    Paso el duelo de aquella perdida recordando su vida junto a el, pero un dia llego el momento de acabar con ese dolor y se dio cuenta de que estaba preparada para pasar pagina
    La vida y el amor volvieron a sonreirle. Nacieron nuevos proyectos e ilusiones llenando una existencia que tras la marcha de Mateo creia vacia y sin ningun sentido.
    Sin embargo, a veces los fantasmas del pasado regresaban sembrando dudas y amenazaban su actual felicidad.
    ?Seran solo fantasmas o quedaran sentimientos enterrados?
    Besos de agua es la segunda entrega de la serie Reporteros

  • Donde menos lo esperas de Brianne Miller

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    El amor es como una caja de bombones, nunca sabes el sabor que te puede tocar. Por desgracia a mi siempre me tocan los bombones amargos, los que te dejan mal sabor de boca y poco a poco te van quitando las ganas de seguir probando el resto. Mi ultimo bombon no era demasiado guapo, ni demasiado brillante, ni demasiado carinoso. Era mas como el insulso bombon de chocolate blanco con arroz inflado que la mayoria de las personas deja para el final. Crei que eligiendo ese bombon no corria peligro de terminar desilusionada, pero por desgracia me equivoque. Archie se dedica a vender coches, un empleo sencillo y sin demasiadas preocupaciones en el que le pagan a comision. Si no hay venta no hay dinero, asi de sencillo, por eso me tocaba a mi el ochenta por ciento de las veces invitarle a el a cenar. Pero no me importaba porque era tan ilusa que pensaba que me queria... que tonta fui. No me di cuenta cuando me quedaba encerrada en casa porque el queria quedar con sus amigos y decia que aun no se sentia preparado para compartirme con ellos, ni aquella vez que le llamo su madre y aun teniendome delante de el vestida unicamente con un corpino de encaje y un tanga a juego, le dijo que viniera a ver lo bien pintadas que le habian quedado las paredes del pasillo. Ahora se que fui una tonta y que todo el tiempo me engano. Quien sabe... tal vez no era su madre quien llamo sino la muchacha de veintipocos anos con la que salia a mis espaldas y que descubri por casualidad gracias a Facebook, que curiosamente me sugirio el perfil secreto de Archie como nueva amistad. Pero todo eso es pasado desde hace seis meses, ahora solo quiero centrarme en mi trabajo y olvidarme del resto de bombones de mi caja, porque posiblemente nunca mas vuelva a probarlos y terminen por caducarse. Miro la hora en el enorme reloj de numeros plateados de la oficina y apago el ordenador con un suspiro. Soy supervisora de una importante cadena de franquicias y por lo general me encanta mi trabajo, excepto cuando Brandon, el responsable del departamento comercial, empieza a insistir de manera agobiante en que salga con el. Como si hubiera oido mis pensamientos el aludido se acerca a mi mesa sonriendome de la forma que tanto detesto y se sienta en ella con toda la poca verguenza que le caracteriza. --Levanta de ahi, Brandon, por favor --ordeno sin apartar la mirada de mi ordenador. --Estas muy quisquillosa hoy, Ash. ?Es que no has tomado cafe esta manana? --Para ti sigo siendo la senorita Lowell. --Parece que hoy te has levantado con el pie izquierdo, nena. A pesar de la burla hace lo que le pido, pero se pone en cuclillas a mi lado con los brazos cruzados sobre mi escritorio. --?Cuando vas a quedar conmigo? --pregunta. --Nunca --respondo sin dedicarle ni una triste mirada. --?Y por que no? --Porque no me da la gana. --Dejame invitarte a cenar. --No tengo hambre. --!Vamos, Ash! Tendras que comer, ?no? --Te he dicho que no me llames Ash. Y si, tengo que comer, pero para tu informacion ya he quedado con alguien. --?Con Jodi? --bufa-- Pues cancelalo. --Ni lo suenes, prefiero mil veces cenar con ella a hacerlo contigo. Con un suspiro de derrota se pone de pie al fin, devolviendome mi espacio personal. --Algun dia terminara aceptando, senorita Lowell. --No se si lo dice como amenaza o como promesa--. No pienso darme por vencido. --Pues te aseguro que estaras desperdiciando un tiempo precioso. Brandon al fin se marcha y puedo respirar tranquila. Es incomodo, bochornoso y desesperante que insista en quedar conmigo de esa manera. ?Es que no sabe aceptar una negativa? Me tiene harta con sus intentos de seducirme, desde que se entero por casualidad de que lo habia dejado con Archie no deja de incordiar con lo mismo, y aunque yo no suelo llevar tacones de aguja como mi mejor amiga, estoy segura de que si le pido uno prestado para clavarselo a Brandon en la frente me lo dejara sin rechistar. Jodi llega a la oficina en ese momento y se apoya en mi escritorio con una sonrisa. --?Nos vamos o que? --pregunta-- Me muero de hambre. --Si, es que he tenido aqui a Brandon otra vez. --?Ese capullo sigue molestandote? --se ofende-- Al final voy a tener que darle una paliza... Su comentario me hace reir y me engancho de su brazo para salir de la oficina. --?Crees que yo no se defenderme sola o que? --protesto-- Me tratas como si fuera una nina pequena. --Eres tonta, eso es lo que eres. No quiero que vuelvas a pasar por nada tu sola, para eso estan las amigas. --Ya tuve suficiente con la bronca de Stacy, no empieces tu tambien. Stacy es otra de mis mejores amigas. Nos conocimos cuando se unio a la franquicia hace ya unos anos y desde entonces las tres nos hemos hecho inseparables. --Vale, ya paro... --protesta Jodi. --Asi me gusta, que seas obediente. Me aparto de ella con una carcajada cuando levanta el bolso para darme con el. Cenamos en un restaurante cercano, y aunque estoy algo cansada mi amiga insiste en ir a tomar algo a algun pub. --Tengo ganas de acostarme --me disculpo. --!Vamos, Ash! No has salido desde que dejaste al pringado que tenias por novio, es hora de que empieces a conocer chicos de nuevo. --No, gracias, mi caja de bombones caduco. --?Como dices? --Olvidalo --respondo sonriendo--. Me voy a casa, en serio. --Ashley Lowell --protesta cruzandose de brazos delante de mi--, como se te ocurra dejarme tirada esta noche te juro que no te lo perdonare jamas. --?Y para que quieres que te acompane? Conoceras a un tio y te iras a bailar con el, no me apetece beber sola de nuevo. --Te prometo que no voy a apartarme de ti --dice con las manos unidas--, sere como una lapa. Por favor... --Esta bien... Entramos al pub de siempre y Justin, el portero, nos saluda con una sonrisa. --Crei que ya no veniais --nos dice. --?Y perdernos ver a nuestro macizo favorito? --bromeo-- Ni de broma. --Que no te engane, tenia pensado irse a casa --me delata Jodi. --!Ten amigas para esto! --rie Justin-- Tranquila, carino, que lo importante es que estes aqui. Miro a Jodi con una ceja arqueada haciendo reir a Justin, que nos besa a ambas en la mejilla. Es una pena que sea gay, en serio... seria el unico hombre con el que romperia mi decision de no fijarme mas en ninguno de ellos, pero creo que antes de que el se fije en una chica se congelara el Infierno. --Portaos bien --dice al abrirnos la puerta. --Sabes que somos muy buenas --responde Jodi con un mohin. --Ash tal vez, pero tu... Encontramos una mesa vacia al final del local y me voy hasta ella mientras Jodi pide nuestras cervezas. El ambiente esta bastante bien, hay gente pero sin llegar a ser agobiante y en la pista se puede bailar con libertad de movimientos. Jodi me tiende mi cerveza y se apoya en la mesa con un suspiro. --?No te sientas? --pregunto. --Me duele el culo de estar sentada --responde. --Has estado toda la tarde fuera de la oficina. --Si, pero he pasado mas tiempo en el coche que en las tiendas. ?Por que no bailamos un poco? --Me tomo esta y me voy a casa --aviso. --?Por que? --protesta con un mohin. --Porque estoy muy cansada, manana trabajamos y al menos yo no podre mantenerme en pie si me quedo mas tiempo. --Eres una aguafiestas --protesta Jodi. --El mundo no gira alrededor de ti, mona. --Eso quisiera yo... Levanto la vista con una sonrisa y me quedo helada en el sitio al ver al hombre mas guapo que he visto en mi vida. Es bastante alto, puede rondar el metro ochenta, de hombros anchos y cintura estrecha. Se pueden adivinar unos buenos pectorales debajo de la camiseta blanca que lleva puesta y tiene unos biceps de esos que toda chica se muere por tocar. Lleva el pelo castano corto por los lados y algo mas largo por arriba, y los mechones se entrecruzan haciendole parecer un chico malo. Tiene una mirada risuena en sus ojos castanos, una sonrisa de infarto que dibuja dos hoyuelos en sus mejillas y una barba de tres dias que le hace parecer mucho mas atractivo e interesante. Soy muy mala para las edades pero no parece ser mucho mas joven que yo, tres o cuatro anos tal vez... pero no mucho mas. Ni siquiera me he dado cuenta de que tenia la mirada fija en mi durante mi escrutinio. Sin apartarla, se bebe el ultimo trago de su cerveza con una sonrisa absolutamente irresistible, deja el botellin sobre la mesa y se acerca a nosotras con paso decidido. --!Madre mia! --susurra mi amiga a mi lado-- Ese hombre tiene una mirada quemabragas total. Le doy un codazo sonriendo pero no puedo apartar mis ojos de el. Es como un dios griego que lo llena todo a su paso. La ropa le sienta de muerte, y eso que solo lleva una camiseta de manga corta y unos vaqueros normalitos... En cuanto llega a nuestra mesa apoya los codos en ella y acerca su cara a la mia sin dejar de sonreir, consiguiendo que mi corazon se salte un latido. --?Donde has estado escondida durante toda mi vida? --susurra.

  • Una noche nada mas de Tessa Dare

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    Una batalla de sexos divertida y agil. ?Que sucede en Cala Espinada?

  • Mis Tres Amores de Teresa Carpenter

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    La vida de Rachel Adams cambio de repente cuando la nombraron tutora de dos pequenos huerfanos. Resultaba muy dificil convertirse de la noche a la manana en la madre de dos bebes tremendamente exigentes. que no tardaron en robarle el corazon.

  • La ciencia en el alma de Richard Dawkins

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    La ciencia en el alma reune cuarenta y dos ensayos, debates y homenajes que abarcan tres decadas, y llega en un momento oportuno y necesario. En una epoca de fake news y de cuestionamiento de creencias universales, en este apasionado alegato Dawkins insiste en que la razon sea la protagonista de nuestra vida, dejando de lado comportamientos execrables como la xenofobia o la misoginia, que deberian quedar fuera de todo relato. Asimismo recalca la importancia de las pruebas empiricas y critica la mala praxis cientifica, la presencia de la religion en las escuelas y a los negacionistas del cambio climatico. Precisamente ahora, cuando tanta gente cuestiona la realidad de la evolucion, Dawkins se pregunta que pensaria Darwin de su propio legado, y reconoce que la ciencia es poseedora de muchas de las virtudes de la religion -<>- sin la pesada carga que aquella conlleva: la supersticion y el prejuicio.

  • El Regreso de Jake (Juego Cerebral 2) de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

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    Sin darse cuenta, a traves del poder adquirido a partir de la extirpacion de un tumor cerebral, el cual le permite cambiar la realidad a traves de su escritura, Peter Mark-Hodges envia a Jake, su hijo de once anos, a una realidad paralela. Su cerebro ha quedado conectado a un mundo onirico, con una fuerza superior que trata de guiar sus pasos, pero se ha convertido en el blanco de varias organizaciones que tratan de manipular su poder. El Gran Conejo Azul, lider del mundo onirico es enviado a la Tierra para tratar de controlar la situacion. En esta segunda entrega de Juego Cerebral, el nino tendra que valerse por si mismo para tratar de reunirse con su padre.

  • Khalil de Yasmina Khadra

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    Khalil es un joven de origen marroqui que vive en Belgica. Alejado de la mayor parte de su familia, pasa el tiempo con los ” hermanos ” de la mezquita local y con sus dos amigos de la infancia, Rayan y Driss. Rayan se ha integrado con exito en la sociedad, pero no ha ocurrido lo mismo con Khalil y con Driss que, sintiendose rechazados por esa misma sociedad, van a terminar en una celula terrorista. Khalil y Driss han aceptado inmolarse en Paris, durante un partido internacional entre Francia y Alemania, junto a otros ” hermanos ” . Llegado el dia, tras oir tres deflagraciones, Khalil debe acudir a algun lugar donde haya una gran concentracion humana para inmolarse.

  • 14 Reglas para encontrar un principe azul de Olivia Kiss

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    Laila esta desesperada. Debe conseguir un novio ficticio en tiempo record.
    Meses atras, tan solo para que la dejasen tranquila, mintio a sus amigas diciendoles que estaba saliendo con un chico. En ese momento no imagino que una de ellas decidiria casarse por sorpresa en un idilico pueblo de la costa de Maine y que se veria obligada a encontrar a un acompanante para ese fin de semana.
    Por suerte, cuenta con la ayuda de Evan, su vecino. El es todo lo que Laila no quiere en un hombre: un seductor incorregible, despreocupado y alergico al compromiso. Sin embargo, dada la situacion y que el parece dispuesto a echarle una mano, sabe que es su mejor opcion. A fin de cuentas, ?que puede salir mal? Solo tienen que fingir durante apenas tres dias y, despues, su vida volvera a ser como siempre, calmada y controlada. ?O no?

  • El palacio de Urania de Enrique Joven Alvarez

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    Francis Davies es un brillante matematico que malvive en una realidad distopica proxima. Casi alcoholico y arruinado, acepta un extravagante encargo: robar el famoso e indescifrable Manuscrito Voynich de la Biblioteca de Libros Raros de la Universidad de Yale. Pero las cosas no salen como el espera. Envuelto en un crimen, tiene que plegarse al chantaje de sus misteriosos mecenas, que ademas del robo le exigen su traduccion. Francis comienza entonces una larga investigacion a la que se unen, con distintos intereses, sus antiguos companeros de estudios en el MIT. Poco a poco van resolviendo los enigmas que contiene, adentrandose en la historia oculta del extrano volumen. El principal de ellos, su autoria, les depara una inesperada sorpresa: dos geniales astronomos del Renacimiento --Tycho Brahe y Johannes Kepler-- cifraron sus secretos en el manuscrito. ?Por que? ?Que escondieron alli? ?Que interes tiene para sus poderosos y anonimos padrinos el viejo contenido?

  • El ladron de Tarryn Fisher

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    El amor es paciente; el amor es amable;
    el amor no presume o alardea.
    No hay arrogancia en el amor;
    nunca es brusco, bruto ni indecente;
    no es egocentrico.
    El amor no es facilmente amargo.
    El amor no se equivoca calculando.
    El amor confia, cree y sobrevive a todo.
    El amor nunca se quedara obsoleto.
    Luchare por ella.

  • Cosplay, Daniela S. K de Daniela S. K

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  • Una maleta cargada de suenos de Carmen Caceres

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    Una maleta cargada de suenos" mas que novela es una exposicion de la situacion social de los paraguayos, de clase menos favorecida, que se ven forzados a emigrar dejando a su familia, amigos, costumbre, su pais, para sumergirse en un mundo desconocido y lleno de desafios. La maleta contiene suenos de los paraguayos que parten a buscar la tierra prometida. ?Seran ellos capaces de cumplir sus suenos o los mismos permaneceran guardados en la oscura maleta de la desesperacion? Amalia, personaje de la obra, recapacita: "Mi segunda noche en Espana... La primera detenida en el aeropuerto de Barajas y la segunda encerrada en este rincon oscuro de un lugar desconocido".

  • El musico de Enrique Gomez Medina

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    ?Puede la musica curar? ?Puede la musica... matar?
    Un joven portento de la musica sufre un inexplicable incidente junto con su maestro. La inspectora Espinosa, recien ingresada en la policia, sospecha que guarda relacion con una serie de muertes ocurridas anos atras, "los crimenes del asesino vudu".
    La inspectora no tendra mas remedio que colaborar con el musico, a pesar de que este se encuentre internado en un sanatorio psiquiatrico. Pronto descubrira que ha desarrollado ciertos "poderes"...
    Y el asesino vudu tambien lo sabe.

  • Algo privado de Debra Webb

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    La periodista mas apreciada de Atlanta queria que despidieran a su camara. ?Por que? Pues porque con solo mirar a aquel atractivo latino se moria de ganas de tocarlo y comprobar si realmente era tan ardiente como aparentaba. Aquel hombre era una distraccion que no se podia permitir… cuando su principal preocupacion era mantenerse viva. Pero habia algo que Piper Ryan no sabia y que podia salvarle la vida. Resultaba que Ric Martinez era algo mas que un camara guapo y altanero capaz de hacerla derretir y empenado en protegerla…

  • Un vizconde para mi (Nobles 3) de Olga Salar

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    El sueno de Lady Caroline Whinthrope siempre habia sido el de viajar a Italia para aprender las tecnicas de pintura de los grandes maestros.
    Tratando de complacerla, su hermano, el marques de Hawkscliffe, le prepara la sorpresa como regalo en su vigesimo segundo cumpleanos. El problema es que el viaje no podria haber llegado en peor momento, justo cuando acaba de prometerse al hombre que ama.
    Respaldada por el, ambos deciden mantenerlo en secreto para que Caroline pueda cumplir su sueno.
    Lo que esta jamas hubiera imaginado era que se veria obligada a volver a toda prisa de Italia para evitar que su prometido cortejara a otra dama.

  • La razon del mal de Rafael Argullol

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    En una ciudad occidental, cosmopolita y prospera, se produce un fenomeno extrano que inicialmente parece solo un molesto contratiempo pero muy pronto se convierte en una amenaza mucho mas insidiosa, capaz de transformar las mas intimas convicciones de los ciudadanos. A partir de la cronica de este fenomeno que afecta a todos los estratos de una sociedad, el autor recrea el proceso de su descomposicion, desde la delacion, el temor y la sospecha, hasta el pillaje, la magia y la supersticion. En medio del caos, una relacion amorosa se construye serenamente, inmersa en el tiempo de la lenta restauracion de un cuadro mitologico donde el artista se atrevio a invitar al espectador a sonar con otro destino para Orfeo y Euridice. Argullol nos recuerda el indispensable valor de la lucidez y la memoria: mirar atras, como hiciera Orfeo al rescatar a su amada del Hades, no aboca necesariamente a la condenacion.

  • Un Distinguido Amor de Lily Cerda

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    Un Distinguido Amor.

  • Irresistible de Lisa Kleypas

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    Londres, noviembre de 1836 -- ?Que estilo prefiere, senorita Briars? ?Le gustaria un hombre rubio o moreno? ?Alto o de mediana estatura? ?Ingles o extranjero? --La mujer usaba un tono de lo mas practico, como si estuvieran hablando de un plato que habia de servirse en una cena, en lugar de tratarse de un hombre de alquiler para aquella noche. Sus preguntas hicieron que Amanda se encogiese. Noto que se le inflamaban las mejillas hasta sentirlas arder, y se pregunto si era eso lo que les ocurria a los hombres cuando visitaban por primera vez un burdel. Por suerte, aquel burdel era mucho mas discreto y estaba amueblado con mucho mejor gusto de lo que habia imaginado. De sus paredes no colgaban pinturas chocantes ni grabados vulgares, ni tampoco habia a la vista clientes ni prostitutas. El establecimiento de la senora Bradshaw resultaba bastante atractivo, forradas de damasco color verde musgo las paredes, y la salita de recepcion privada amueblada al estilo Hepplewhite. Habia una mesita de marmol colocada con muy buen gusto junto a un sofa estilo Imperio adornado con escamas de delfin doradas. Gemma Bradshaw tomo un pequeno lapiz dorado y un diminuto cuaderno que estaba sujeto del borde de la mesa, y la miro expectante. --No tengo un estilo preferido --contesto Amanda, mortificada aunque decidida- Me fio de su criterio. Simplemente envieme a alguien la noche de mi cumpleanos, dentro de una semana a partir de hoy. Por alguna razon, aquello parecio divertir a la senora Bradshaw. – ?Como un regalo para si misma...? Que idea tan deliciosa. --Observo a Amanda con una sonrisa que, poco a poco, fue iluminando su rostro anguloso. No era hermosa, ni siquiera bonita, pero poseia un cutis terso y una cabellera de un rojo profundo; aparte de un cuerpo espigado y voluptuoso-. Senorita Briars, me permite la indiscrecion de preguntarle si es usted virgen? -?Por que desea saberlo?. - replico Amanda, cautelosa. La senora Bradshaw enarco una de sus cejas perfectamente depiladas cejas perfectamente depiladas en un gesto divertido. – Si de verdad esta dispuesta a fiarse de mi criterio, senorita Briars, debo conocer los detalles de su situacion. No es habitual que una mujer como usted acuda a mi establecimiento. – Muy bien.- Amanda respiro hondo y hablo a toda prisa, impulsa por algo similar a la desesperacion, lugar del buen juicio del que siempre se habia enorgullecidoSoy una solterona, senora Bradshaw. Dentro de una semana cumplire treinta anos. Y si, aun soy virgen… --Tropezo con aquella palabra para proseguir acto seguido en tono resuelto--: Pero eso no quiere decir que tenga que seguir siendolo. He acudido a usted porque de todos es sabido que es capaz de proporcionar cualquier cosa que solicite un cliente. Ya se que debe resultar sorprendente que venga aqui una mujer como yo... -Querida- la interrumpio la senora Bradshaw con una suave sonrisa-. Hace mucho que me paso la epoca en la que yo era capaz de sorprenderme por algo. Vera, creo que entiendo muy bien su dilema, y desde luego procurare darle una solucion que sea de su agrado. Digame, ?tiene alguna preferencia en cuanto a la edad y el aspecto fisico? ?Algo que le guste o le disguste en particular?. – Preferiria un hombre joven, pero no mas que yo; que no fuera demasiado viejo. No es necesario que sea guapo, aunque no quisiera que resultase desagradable a la vista. Y limpio- agrego al ocurrirsele la idea--. Insisto en la limpieza. El lapiz garabateaba a toda prisa sobre el cuaderno. – No creo que eso resulte un problema--repuso la senora Bradshaw con una centelleante chispa en sus bonitos ojos castanos, sospechosamente parecida a la risa. --Tambien debo insistir en la discrecion --dijo Amanda en tono tajante--. Si llega a descubrirse lo que he hecho… --Querida --dijo la senora Bradshaw adoptando una postura mas comoda en el sofa--, ?que cree usted que seria de mi negocio si consintiera que se violase la intimidad de mis clientes? Debe saber que mis empleados atienden a algunos de los miembros mas destacados del Parlamento, por no mencionar a los lores y damas mas acaudalados de la alta sociedad. Su secreto estara a salvo, senorita Briars. --Gracias --respondio Amanda, invadida a partes iguales por el alivio y el terror; y tambien por la terrible sospecha de que estaba cometiendo el error mas grave de toda su vida. 1 Amanda sabia exactamente por que el hombre que estaba de pie en la puerta era un prostituto. Desde el momento en que lo hizo entrar en la casa con el gesto de quien proporciona asilo a un convicto fugado, el no dejo de mirarla en silencio, confundido. Era obvio que carecia de la capacidad mental necesaria para dedicarse a una ocupacion de corte mas intelectual. Pero de mas esta decir que un hombre no necesitaba poseer inteligencia para hacer aquello por lo que lo habian contratado. --Dese prisa --susurro Amanda, tirando con ansiedad del musculoso brazo del hombre. Cerro la puerta de golpe tras el--. ?Cree que le habra visto alguien? No habia previsto que se presentase usted sin mas en la puerta principal. ?Es que a los hombres de su profesion no se les ensena a guardar cierta discrecion? --Mi… profesion --repitio el, desconcertado. Ahora que lo tenia a salvo de las miradas publicas, Amanda se permitio observarlo de arriba abajo. A pesar de su aparente escasez de intelecto, era notablemente apuesto. En realidad, era bello, si es que podia aplicarse semejante adjetivo a una criatura tan masculina. Poseia una constitucion robusta a pesar de ser delgado, con unos hombros que parecian abarcar la anchura de la puerta al completo. Su cabello negro y brillante era espeso y estaba bien cortado, y su bronceado rostro relucia gracias a un pulcro afeitado. Tenia una nariz larga y recta y una boca sensual. Y tambien un par de notables ojos azules, de un tono que Amanda estaba segura de no haber visto antes; a excepcion, tal vez, de la tienda donde el farmaceutico local fabricaba tinta cociendo plantas de indigofera y sulfato de cobre durante varios dias hasta que producian un azul tan in tenso y profundo que se acercaba al violeta. Sin embargo, los ojos de este hombre no poseian la mirada angelical que, por lo general, uno podria asociar a dicho color: era astuta, curtida, como si hubiese contemplado con demasiada frecuencia el lado desagradable de la vida que ella no habia llegado a conocer.

  • Quedate (La chica del servicio ) de Patricia Geller de

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    BAJO del coche en el que hoy, y como viene siendo habitual desde hace dias, soy el copiloto. Casi no me sostengo en pie, mis musculos han perdido fuerza, el agotamiento se ha vuelto mi gran amigo. Miro a mi derecha, la entrada de mi casa, nuestra casa. El refugio de Gisele y mio. Un intenso nudo se me forma en la garganta. Es muy dificil asimilar que cruzare las puertas y ella no estara… Siento una mano en mi hombro, dandome el empujon que necesito. Es Scott Stone, el hermano de mi mujer, que conoce lo dura que esta siendo esta nueva etapa, pues desde que ella se fue, la semana anterior, es mi gran apoyo. Ya estamos en la provincia de Malaga. Volvemos del psicoterapeuta, al que hemos ido para asegurarnos de que el tratamiento sea el correcto, tras haberlo retomado en Madrid y ahora seguir haciendolo, frente a esta enfermedad que esta a punto de acabar con lo que mas quiero en la vida: Gisele Stone. --Tranquilo, todo va a salir bien --me dice mi cunado, colocandose delante de mi--. Anoche su voz era mas alegre, ?no te lo parecio? --Le gusta que yo este aqui… --reconozco compungido--. Sabe que no podia seguir en Madrid, tampoco en casa de mis padres y el Refugio es lo mas nuestro que tenemos. Entonces me vengo abajo. --?Que voy a hacer sin ella, Scott? --Va a volver pronto --me recuerda, tan triste como yo--. Aprovechad este tiempo, recomponeos. -- Me da el llavero, que cojo con manos temblorosas--. ?Necesitas algo…? Juego con las llaves, con la mirada perdida en ninguna parte, sin el valor suficiente para dar el paso y entrar en casa. Hoy la noche de bodas es el recuerdo que mas me duele, aquella noche nos amamos locamente y ahora el vacio frente a esas imagenes es demoledor. --Dejame unos minutos a solas, por favor --le pido, caminando. --Estare aqui. Abro la puerta exterior y cruzo la zona del jardin. El suelo esta humedo, ha llovido bastante estos dias, recordandome lo fria y triste que es esta epoca del ano. El invierno, en pleno mes de enero. No quiero ni mirar a mi alrededor, no puedo soportar tantos recuerdos compartidos. --Joder, joder. --Me sobresalte ante sus quejidos. Al mirarla, vi que se estaba riendo; tenia el cabello alborotado, apenas se le veia la cara. De un manotazo se lo aparto. Sus ojos grises casi cerrados. Hermosa y atrevida--. ?!Te ries!? !Hemos perdido el vuelo! La mire cenudo, sonoliento. --!Es la una, Matt, la una! --Puta mierda. Me deje caer de nuevo hacia atras--. !Levantate! Desnuda, con aspecto salvaje; mi perdicion. Me imagine deslizandome entre sus muslos… --Anda, acurrucate aqui conmigo --le pedi, alzando la mano--. Mas tarde cogeremos otro. --?Otro? !Yo me quiero ir ya! --Me incorpore para verla mejor, con sus brazos en jarras--. Tanto jugar anoche… y mira ahora. Solte una carcajada. --Ven conmigo --le pedi de nuevo--. Un poco mas. Con osadia, se recogio el cabello en un mono alto y corrio hacia mi, haciendonos caer bruscamente hacia atras. Su emocion por viajar era evidente. La haria disfrutar como nunca. --?Como has amanecido, esposo? Pero no disfruto como me lo propuse, la jodi tambien en nuestra luna de miel. Hoy tengo miedo, miedo de no saber recuperarla, de que no vuelva nunca. A pesar de las llamadas diarias desde su marcha, su voz suena muy apagada. Se que no es feliz estando lejos de mi, pero tampoco conmigo. Las constantes y absurdas peleas, mi negativa a tratarme, mintiendole… y mi comportamiento enloquecido la han agotado. No se quererla como merece. Temo que pierda las fuerzas, la ilusion y las ganas de luchar. Inspiro al llegar a casa, son las cinco de la tarde, pero no se si donde ella esta es de dia… o de noche… No ha querido decirme su paradero, sabe que la buscare, pese a haberle prometido lo contrario. No soy tan fuerte como piensa. Justo antes de abrir, suena mi telefono. Nervioso, rebusco en el bolsillo del pantalon oscuro que llevo puesto. Un grunido escapa de lo mas profundo de mi ser. Mi garganta se abre de nuevo. La energia y el aire que necesito me llegan inmediatamente. Es ella, Gisele. --?Carino? --pregunto con agonia. --Hola, Matt. --Hola, preciosa. --?Que tal…? La noto cansada, habla en un tono poco audible. Me siento en la entrada, en los escalones. No puedo mas, desconocer tantos detalles de su vida es un sinvivir. Me duele demasiado esta distancia. --?Como estas, nena? --susurro. --?Y tu? --La oigo suspirar--. Recuerda que si tu estas bien, yo tambien lo estare. He hablado con Carlos… Me gusta ese doctor. --Es amable, si --digo sin ganas, de lo que menos me apetece hablar es de el--. Estoy en la puerta de casa, me falta valor, Gisele. Hay un precario silencio, crudo. --Te quiero mucho, mi vida. Estoy muy orgullosa de ti --musita--. ?Entramos juntos? Una de sus ocurrencias. Sonrio, negando con la cabeza. --Solo no puedo. --No lo estas… Estoy contigo, venga, abreme la puerta. Con mas animo, me levanto y me encamino hacia la puerta. La llave entra a la primera y no dudo en cruzar la sala, su voz es el empujon que necesito. Ahi, fotos de Gisele rodean la estancia. Tambien nuestras, dandole luz a este rincon tan especial. Hay muchas imagenes, sobre todo las de nuestra luna de miel. Una que me hace sonreir es en la que ella esta con su brazo alrededor de mi cuello, sentada en mis rodillas y haciendo burla. Mi cara varia entre la diversion y la sorpresa. Jugueton. --Matt --me llama preocupada--. Dime algo, cuentame cosas. Carraspeo. --Estoy haciendo todos los tramites necesarios y cuando regreses… --Nos quedaremos en Malaga --acaba enseguida, consciente de que me altero si no habla de una pronta vuelta--. ?Has comido? --Algo… En casa de mis padres. Tengo algun que otro mareo, nauseas… Esto es muy dificil, carino. Otro largo suspiro, esta contenida, cambiada. --Carlos me ha contado que, aunque las pastillas son imprescindibles para el estado de animo, la depresion y los episodios… tienen sus reacciones. --Camino por la sala, rozando su imagen con los nudillos--. Se que al principio cuesta, me acuerdo de cuando empezaste la otra vez… --murmura incomoda--, pero ahora cuentas con el apoyo de todos. Y el que mas necesito esta lejos y ni siquiera se por cuanto tiempo. --Te extrano, nena, a veces siento que me voy a volver loco si no te acaricio, si no vuelves pronto. Me haces falta --confieso, mal--. ?Podre enmendar alguna vez tantos errores? --Lo estas haciendo ya… --No se vivir sin ti, Gisele. Me gustaria decirle que no volvere a dejar el tratamiento, que no volveremos a pelearnos por tonterias y que no controlare cada paso que de. Pero se que es pronto y que pensara que sera otra promesa rota. He de ser prudente. --?!Nena!? --Dime… --?No tienes la misma necesidad de abrazarme?

  • Nobleza de espiritu de Rob Riemen

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    Un valeroso libro cuyos ensayos nos recuerda que la cultura no puede florecer sin libertad, la libertad sin cultura no vale la pena.

  • Murillo de Antonio Cavanillas De Blas

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  • Un asunto de honor de Arturo Perez Reverte

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    Era la mas linda Cenicienta que vi nunca. Tenia dieciseis anos, un libro de piratas bajo la almohada y, como en los cuentos, una hermanastra mala que habia vendido su virginidad al portugues Almeida, quien a su vez pretendia revendersela a don Maximo Larreta, propietario de Construcciones Larreta y de la funeraria Hasta Luego. --Un dia vere el mar --decia la nina, tambien como en los cuentos, mientras pasaba la fregona por el suelo del puticlub. Y sonaba con un cocinero cojo y una isla, y un loro que gritaba no se que murga sobre piezas de a ocho. --Y te llevara un principe azul en su yate --se le choteaba la Nati, que tenia muy mala leche --. No te jode. El principe azul era yo, pero ninguno de nosotros lo sabia, aun. Y el yate era el Volvo 800 Magnum de cuarenta toneladas que a esas horas conducia el que suscribe por la nacional 435, a la altura de Jerez de los Caballeros. Permitan que me presente: Manolo Jarales Campos, veintisiete anos, la mili en Regulares de Ceuta y ano y medio de talego por dejarme liar bajando al moro y subir con lo que no debia. De servir a la patria me queda un diente desportillado que me partio un sargento de una hostia, y del Puerto de Santa Maria el tabique desviado y dos tatuajes: uno en el brazo derecho, con un corazon y la palabra Trocito, y otro en el izquierdo que pone: Naci para haserte sufrir. La s del haserte se la debo a mi tronco Paco Seisdedos, que cuando el tatuaje estaba con un colocon tremendo, y claro. Por lo demas, el dia de autos yo habia cumplido tres meses de libertad y aquel del Volvo era mi primer curro desde que estaba en bola. Y conducia tan campante, oyendo a los Chunguitos en el radiocassette y pensando en echar un polvo donde el portugues Almeida, o sea, a la Nati, sin saber la que estaba a punto de caerme encima. El caso es que aquella tarde, dia de la Virgen de Fatima --me acuerdo porque el portugues Almeida era muy devoto y tenia un azulejo con farolillo a la entrada del puticlub--, aparque la maquina, meti un paquete de Winston en la manga de la camiseta, y salte de la cabina en busca de un alivio y una cerveza. --Hola, guapo --me dijo la Nati. Siempre le decia hola guapo a todo cristo, asi que no vayan ustedes a creer. La Nati si que estaba tremenda, y los camioneros nos la recomendabamos unos a otros por el VHF, la radio que sirve para sentirnos menos solos en ruta y echarnos una mano unos a otros. Habia otras chicas en el local, tres o cuatro dominicanas y una polaca, pero siempre que la veia libre, yo me iba con ella. Quien la tenia al punto era el portugues Almeida, que la quito de la calle para convertirla en su mujer de confianza. La Nati llevaba la caja y el gobierno del puticlub y todo eso, pero seguia trabajando porque era muy golfa. Y al portugues Almeida los celos se le quitaban contando billetes, el hijo-puta. --Te voy a dar un revolcon, Nati. Si no es molestia. --Contigo nunca es molestia, guapo. Lo que son es cinco mil. Vaya por delante que de putero tengo lo justo. Pero la carretera es dura, y solitaria. Y a los veintisiete tacos es muy dificil olvidar ano y medio de ayuno en el talego. Tampoco es que a uno le sobre la viruta, asi que, bueno, ya me entienden. Una alegria cada dos o tres semanas viene bien para relajar el pulso y olvidarse de los domingueros, de las carreteras en obras y de los picoletos de la Guardia Civil, que en cuanto metes la gamba te putean de mala manera, que si la documentacion y que si el manifiesto de carga y que si la madre que los pario, en vez de estar deteniendo violadores, banqueros y presentadores de television. Que desde mi punto de vista son los que mas dano hacen a la sociedad. Pero a lo que iba. El caso es que pase a los reservados a ocuparme de la Nati, le llene el deposito y sali a tomarme otra cerveza antes de subirme otra vez al camion. Yo iba bien, aliviado y a gusto, metiendome el faldon de la camiseta en los tejanos. Y entonces la vi. Lo malo --o lo bueno-- que tienen los momentos importantes de tu vida es que casi nunca te enteras de que lo son. Asi que no vayan a pensar ustedes que sonaron campanas o musica como en el cine. Vi unos ojos oscuros, enormes, que me miraban desde una puerta medio abierta, y una cara preciosa, de angel jovencito, que desentonaba en el ambiente del puticlub como a un cristo pueden desentonarle un rifle y dos pistolas. Aquella chiquilla ni era puta ni lo seria nunca, me dije mientras seguia andando por el pasillo hacia el bar. Aun me volvi a mirarla otra vez y seguia alli, tras la puerta medio entornada. --Hola --dije, parandome. --Hola. --?Que haces tu aqui? --Soy la hermana de Nati. Cono con la Nati y con la hermana de la Nati. Me la quede mirando un momento de arriba abajo, flipando en colores. Llevaba un vestido corto, ligero, negro, con florecitas amontonadas, y le faltaban dos botones del escote. Pelo oscuro, piel morena. Un sueno tierno y quinceanero de esos que salen en la tele anunciando compresas que ni se mueven ni se notan ni traspasan. O sea. Lo que en El Puerto llamabamos un yogurcito. O mejor, un petisuis. --?Como te llamas? Me miraba los tatuajes. Manolo, respondi. --Yo me llamo Maria. Hostias con Maria. Vete largando, Manolin, colega, pero ya mismo, me dije. --?Que haces? --pregunto. --Guio un camion --dije, por decir algo. --?Adonde? --Al sur. A Faro, en Portugal. Al mar. Mi instinto taleguero, que nunca falla, anunciaba esparrame. Y como para confirmarlo aparecio Porky al otro lado del pasillo. Porky era una especie de armario de dos por dos, una mala bestia que durante el dia oficiaba de conductor en la funeraria Hasta Luego y de noche como vigilante en el negocio del portugues Almeida, donde iba a trabajar con el coche de los muertos por si habia alguna urgencia. Grande, gordo, con granos. Asi era el Porky de los cojones. --?Que haces aqui? --Me pillas yendome, colega. Me pillas yendome. Cuando volvi a mirar la puerta, la nina habia desaparecido. Asi que salude a Porky --me devolvio un grunido--, fui a endinarme una birra Cruzcampo y un cafe, le di una palmadita en el culo a la polaca, eche una meada en los servicios y volvi al camion. Los faros de los coches que pasaban me daban en la cara, trayendome la imagen de la nina. Eran las once de la noche, mas o menos, cuando pude quitarmela de la cabeza. En el radiocassette, los Chunguitos cantaban Punos de acero: De noche no duermo de dia no vivooo… Abri la ventanilla. Hacia un tiempo fresquito, de puta madre. Me estoy volviendo loco, maldito presidiooo… Hice diez kilometros en direccion a Fregenal de la Sierra antes de oir el ruido mientras cambiaba de cassette. Sonaba como si un raton se moviera en el pequeno compartimento con litera que hay para dormir, detras de la cabina. Las dos primeras veces no le di importancia, pero a la tercera empece a mosquearme. Asi que puse las intermitencias y aparque en el arcen. --?Quien anda ahi? La que andaba era ella. Asomo la cabeza como un ratoncito asustado, jovencita y tierna, y yo me senti muy blando por dentro, de golpe, mientras el mundo se me caia encima, cacho a cacho. Aquello era secuestro, estupro, vaya usted a saber. De pronto me acorde de la Nati, del portugues Almeida, del careto de Porky, del coche funebre aparcado en la puerta, y me vinieron sudores frios. Iba a comerme un marron como el sombrero de un picador. --?Pero donde crees que vas, tia? --Contigo --dijo, muy tranquila--. A ver el mar. Llevaba en las manos un libro y a la espalda una pequena mochila. Las rafagas de faros la iluminaban al pasar, y en los intervalos solo relucian sus ojos en la cabina. Yo la miraba desconcertado, alucinando. Con cara de gilipollas. 2. Un fulano cojo y un loro El camion seguia parado en el arcen. Pasaron los picoletos con el pirulo azul soltando destellos, pero no se detuvieron a darme la barrila como de costumbre. Que si los papeles y que si ojos negros tienes. Algun desgraciado acababa de romperse los cuernos un par de kilometros mas arriba, y tenian prisa. --Dejame ir contigo --dijo ella. --Ni lo suenes --respondi. --Quiero ver el mar --repitio. --Pues ve al cine. O coge un autobus. No hizo pucheros, ni puso mala cara. Solo me miraba muy fija y muy tranquila. --Quieren que sea puta. --Hay cosas peores. Si las miradas pudieran ser lentas, diria que me miro muy despacio. Mucho. --Quieren que sea puta como Nati. Paso un coche en direccion contraria con la larga puesta, el muy cabron. Los faros deslumbraron la cabina, iluminando el libro que ella tenia en las manos, la pequena mochila colgada a la espalda. Note algo raro en la garganta; una sensacion extrana, de soledad y tristeza, como cuando era crio y llegaba tarde a la escuela y corria arrastrando la cartera. Asi que trague saliva y movi la cabeza. --Ese no es asunto mio. Tuve tiempo de ver bien su rostro, la expresion de los ojos grandes y oscuros, antes de que el resplandor de los faros se desvaneciera. --Aun soy virgen. --Me alegro. Y ahora bajate del camion. --Nati y el portugues Almeida le han vendido mi virgo a don Maximo Larreta. Por cuarenta mil duros. Y se lo cobra manana. Asi que era eso. Lo digeri despacio, sin agobios, tomandome mi tiempo. Entre otras muchas casualidades, ocurria que don Maximo Larreta, propietario de Construcciones Larreta y de la funeraria Hasta Luego, era dueno de medio Jerez de los Caballeros y tenia amigos en todas partes. En cuanto a Manolo Jarales Campos, el Volvo no era mio, se trataba del primer curro desde que me dieron bola del talego, y bastaba un informe desfavorable para que Instituciones Penitenciarias me fornicase la marrana. --Que te bajes. --No me da la gana. --Pues tu misma. Puse el motor en marcha, di la vuelta al camion y desanduve camino hasta el puticlub del portugues Almeida. Durante los quince minutos que duro el trayecto, ella permanecio inmovil a mi lado, en la cabina, con su mochila a la espalda y el libro abrazado contra el pecho, la mirada fija en la raya discontinua de la carretera. Yo me volvia de vez en cuando a observarla de reojo, a hurtadillas. Me sentia inquieto y avergonzado. Pero ya diran ustedes que otra maldita cosa podia hacer.--Lo siento --dije por fin, en voz baja. Ella no respondio, y eso me hizo sentir peor aun. Pensaba en aquel don Maximo Larreta, canalla y vulgar, enriquecido con la especulacion de terrenos, el negocio de la construccion y los chanchullos. Desparramando billetes convencido, como tantos de sus compadres, de que todo en el mundo --una mujer, un ex presidiario, una nina virgen de dieciseis anos-- podia comprarse con dinero. Deje de pensar. Las luces del puticlub se veian ya tras la proxima curva, y pronto todo volveria a ser como antes, como siempre: la carretera, los Chunguitos y yo. Le eche un ultimo vistazo a la nina, aprovechando las luces de una gasolinera. Mantenia el libro apretado contra el pecho, resignada e inmovil. Tenia un perfil precioso, de yogurcito dulce. Cuarenta mil cochinos duros, me dije. Perra vida. Detuve el camion en la explanada frente al club de alterne y la observe. Seguia mirando obstinada, al frente, y le caia por la cara una lagrima gruesa, brillante. Un reguero denso que se le quedo suspendido a un lado de la barbilla. --Hijoputa --dijo. Abajo debian de haberse olido el asunto, porque vi salir a Porky, y despues a la Nati, que se quedo en la puerta con los brazos en jarras. Al poco salio el portugues Almeida, moreno, bajito, con sus patillas rizadas y sus andares de chulo lisboeta, el diente de oro y la sonrisa peligrosa, y se vino despacio hasta el pie del camion, con Porky guardandole las espaldas. --Quiso dar un paseo --les explique. Porky miraba a su jefe y el portugues Almeida me miraba a mi. Desde lejos, la Nati nos miraba a todos. La unica que no miraba a nadie era la nina. --Me joden los listos --dijo el portugues Almeida, y su sonrisa era una amenaza.

  • Vuelo directo al amor (Unicornios 1) de Noni Garcia

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    S 1 ergio pelaba los cables de dos milimetros y medio que necesitaba para los mecanismos del bano en el que estaba trabajando. Esperaba dejar terminados tres mas ese dia o su jefe le daria un buen tiron de orejas. Pensaba en la suerte que habian tenido por haber cogido la instalacion electrica de aquel hotel junto al aeropuerto; si no hubiera sido asi, en ese momento estaria engrosando la lista del paro. Introdujo el cobre liado en el orificio y giro el pequeno tornillo, asi una y otra vez. Su trabajo era monotono, siempre igual, pero era lo que le daba de comer en aquel momento. De nada servian todos sus estudios de robotica si no podia ejercerlos alli. Y partir a otro lugar, por el momento, era imposible. Se miro en el espejo al pasar delante de el y sonrio. Su vida habia cambiado mucho en los ultimos tiempos y, a pesar de la frustracion que le provocaba no poder desarrollar su profesion, se veia mejor que nunca. El gimnasio le habia sentado genial, eso era indiscutible, pero salir del armario a sus treinta y dos anos habia obrado el milagro de darle luminosidad a su rostro. Habia pasado de ocultarlo por miedo al que diran, incluso estando su familia al tanto, a no importarle proclamarlo a los cuatro vientos. Recogio las herramientas y salio de la habitacion. Aunque los fontaneros todavia iban algunas estancias por detras, no podia permitir que lo alcanzaran. Si lo hacian, se verian obligados a parar su ritmo de trabajo y podia costarle su puesto de trabajo. Entro en un nuevo bano de la quinta planta y siguio con su rutina. Lo unico que le consolaba era saber que era viernes, que su hermana esa noche se quedaria con su padre y que podria salir a dar una vuelta con Paty, su mejor amiga y companera en la obra. El telefono del trabajo comenzo a sonar en el bolsillo del pantalon. Solo esperaba y deseaba que su jefe no le hiciera trabajar horas extras, y si lo hacia, que al menos se las pagara o le diera un dia libre, que casi lo preferia. Las noches de hospital estaban acabando con su espalda y necesitaba dias de descanso como el comer. --Dime, Fabian. --?Como lo llevas? --Me quedan tres habitaciones de la quinta. --?Por donde van los fontaneros? --Por la cuarta, aunque el lunes creo que ya subiran a esta. --Perfecto. Necesito que Paty y tu me hagais un favor. --Sergio sintio que el mundo se le caia encima. Eso solo podia significar que sus temores eran ciertos: tendria que trabajar horas extras. --?Que necesitas? --Que vayais a la direccion que os voy a mandar. Es la vivienda del dueno de la empresa de fontaneria que esta trabajando ahi. Al parecer, se le ha fundido el fusible y no tiene luz en toda la casa. Necesito que paseis por aqui, cojais material y os personeis alli lo antes posible. --Si, claro. Recogemos herramientas y vamos. --Sergio, se que no necesito decirtelo, pero es muy importante que hagais un buen trabajo. Ese hombre puede conseguirnos mas obras. --Tranquilo. Puedes tener claro que esa casa no habra recibido unos electricistas mejores que nosotros. Se dirigio a las escaleras para subir a la sexta planta, donde Paty estaba poniendo los mecanismos de las habitaciones. Cruzo la puerta que daba acceso a ellas y choco con alguien, haciendo que todas sus herramientas se desparramaran por el suelo. Maldijo para sus adentros, siempre habia sido una persona muy cauta, y se contuvo para no soltar mas de un improperio. Entre otras cosas porque asumia su parte de culpa, habia abierto la puerta sin tener en cuenta que era muy probable que hubiera algun obrero tras ella. Se agacho sin decir nada, iba demasiado apurado para entablar una conversacion con nadie, y la persona con la que habia tenido el encontronazo lo hizo con el. Un ramalazo de culpabilidad lo sacudio. --Lo siento, voy con un poco de prisa --espeto mientras sus ojos se clavaban en las preciosas y suaves manos que estaban tocando algunas de sus herramientas --No te preocupes, yo tambien iba pendiente al movil y no te vi venir -- consiguio decir el dueno de las manos, que se habia quedado embobado mirando los marcados biceps del electricista. --No pasa nada. --?Ya esta lista la quinta planta para que podamos entrar? En ese momento, Sergio se fijo como debia en la persona que tenia delante. El logotipo de la camiseta le dijo que pertenecia a la cuadrilla de fontaneros. --Me quedan tres habitaciones, pero tengo que ir a otro sitio. Aun asi, todavia no me alcanzais, podeis trabajar tranquilos --sugirio, apartando la vista del muchacho que tenia delante, ya que cierto nerviosismo se estaba apoderando de el. --Gracias. Hoy solo subiremos las herramientas, ya mismo es hora de terminar la jornada. --!Que suerte! --Mi nombre es Alejandro. --Yo soy Sergio. Estrecharon sus manos y Sergio se quedo mirando al hombre que tenia delante. Si bien era cierto que tenia rasgos latinos y su nombre asi lo indicaba, su acento era mas andaluz que el suyo, y eso le sorprendio. Se despidieron y cada uno continuo su camino. Sergio subio las escaleras, sin ser consciente de que, desde el rellano, Alejandro lo estaba escaneando de arriba abajo. Entro en la planta y suspiro hondo. El golpe, el mal genio de Sergio, su olor a masculinidad y seguridad, sus delicadas manos, sus ojos entre marron y verdes y su voz hicieron que su polla reaccionara y no pudiera evitar escanearlo de arriba abajo. Tenia el cuerpo bien definido, se habia dado cuenta con solo observar sus biceps, con una musculatura conseguida a base de horas de gimnasio y un culo divino en el que perderse. <>, penso mientras inspeccionaba las habitaciones que ya estaban listas y decidia cual cerrarian con llave para guardar las herramientas. Lo unico que le consolaba y que podia conseguir que no le tirara los tejos al electricista era que el lunes no tenia que trabajar porque tenia que hacer unas gestiones con su madre. Asi, el martes, cuando volviera a la obra, el ya les habria tomado ventaja. Sergio y Paty salieron de la obra y, tras dirigirse a la nave donde tenia la sede la empresa y recoger el material que pensaban que iban a necesitar, se dirigieron a la ubicacion que su jefe le habia enviado por WhatsApp. Aparcaron en la puerta y se quedaron alucinados al ver la impresionante vivienda que se levantaba delante de ellos. Ilusos ellos, llamaron al timbre, pero no sono nada dentro, asi que tuvieron que golpear la puerta hasta que sintieron unos pasos acercandose a ella. Tanto Sergio como Paty tenian claro lo que ocurria. Lo mas probable era que los fusibles generales de la vivienda se habian quemado por alguna sobrecarga. Por suerte, llevaban varios en la furgoneta, aunque no sabrian si el diagnostico era correcto hasta que pudieran entrar y comprobarlo. Una senora de unos cincuenta anos les abrio la puerta con una cara de preocupacion considerable. Ambos imaginaron que se trataba de la duena de la casa, ya que su forma de vestir delataba que no debia pertenecer al servicio de esta. --!Gracias a Dios que ya estais aqui! Pasad. --Buenas tardes, senora. ?Que es lo que ha pasado? --Ni pudieron terminar de hacer la comida. Yo estaba en la piscina, dandome un bano porque hace mucho calor, y se quedo toda la casa a oscuras. No hubo forma de arreglarlo. !Ya valio madres! Paty reconocio el acento mexicano de la senora a leguas, muchas eran las telenovelas que veia por las tardes, y el suyo, aunque sonaba bastante castellanizado, no la enganaba. Antes de entrar en la casa, se dirigieron a la caja donde los fusibles debian estar. Al abrirla, un olor a quemado inundo las fosas nasales de los dos. Estaban de suerte, ahi tenian el porque de que no hubiera luz en la casa. La senora se quedo observandolos desde la puerta, mientras ellos fueron al coche y cogieron todo lo que necesitaban. Con un poco de suerte, no tardarian mas de media hora en solucionar la averia y podrian volver a sus casas dentro del horario que les correspondia. Trabajaron mano a mano con celeridad, como siempre hacian. Cuando todo estuvo en orden, entraron en la casa y comprobaron el cuadro electrico. Aquella instalacion no era la mejor para la monumental casa en la que se encontraban y asi se lo hizo saber Sergio a la senora, que volvio diez minutos despues, tras comprobar que todo funcionaba correctamente. Los dos sonrieron al ver que les traia una jarra de agua con hielo y limon cortado a medias rodajas. Era algo que les sentaria de maravilla, teniendo en cuenta el calor que hacia en pleno mes de mayo. Estaban disfrutando de la bebida cuando lo unico que les faltaba por comprobar comenzo a funcionar. La puerta de garaje se abrio dando acceso a un BMW X5 azul. Sergio imagino que seria el coche del dueno de la empresa de fontaneria, pero casi se le cayo el vaso al suelo al ver a Alejandro, el chico con el que habia chocado un rato antes, bajarse de el. --!Ay, mi bebe ya esta aqui! <>, repitio Sergio para si mismo. Aquel chico, si bien era joven, de bebe tenia bien poco. Mas bien lucia un cuerpo muy definido, unas facciones muy marcadas y esa perilla le daba cierto aire de virilidad que lo dejo sin aliento. No habia tenido tiempo de fijarse bien en el cuando se cruzaron en el rellano de las escaleras, pero estaba lo suficientemente bueno para someterlo en su cama. Sacudio la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente mientras veia caminar a la senora hasta el chico. Lo abrazo y lo beso como solo hace una madre y Paty le dio un codazo a Sergio con una sonrisa picara en los labios. No entendia como esa loca del demonio era capaz en todo momento de leer sus pensamientos. --Yo tambien me lo follaria, pero parece ser que su mirada esta mas puesta en ti que en mi. --Es el chico con el que me choque cuando subia a buscarte en la obra. --Entonces ya has catado su cuerpo, bribon... --Ya te vale, Mocosa --espeto, ganandose una mirada asesina por parte de Paty. La senora --de la que seguian sin saber el nombre-- y Alejandro se acercaron hasta ellos. Momento que pensaba aprovechar Sergio para despedirse y salir corriendo para casa, necesitaba una ducha como el comer. Alejandro les miro un tanto confuso. No podia creer que el electricista impertinente que habia conseguido que se le calentara la sangre en la obra estuviera delante de el, en su casa. Y era mucho mas guapo de lo que recordaba, probablemente porque la luz del dia le permitia tener una vision de el que no podia en el rellano casi oscuro de aquella escalera. --Bueno, pues nosotros ya hemos terminado. Le comentare a mi jefe lo que le he dicho del cuadro electrico e imagino que se pondra en contacto con su marido para que vengan mis companeros a solucionarlo... --!Ah, no! Yo quiero que vengais vosotros dos. Se ve que hacen un buen equipo. --Veo complicado que nos manden, estamos en... --Estan en la misma obra que estoy yo, mama. --A mi me da igual donde esten, yo quiero que ellos sean los que trabajen aqui y sabes demasiado bien que lo conseguire --dijo, dirigiendose a su hijo. Sergio penso que no estaria mal desaparecer unos dias de la obra, asi no tendria que cruzarse con Alejandro, que cuanto mas lo miraba, mas le atraia. Alejandro no le hizo la ola a su madre porque habia gente delante. Pensar que estaria alejado de ese hombre hecho para el pecado durante algunos dias le hizo sentir aliviado. Habia conseguido mantener su ereccion a raya en la obra, pero verlo en la puerta de su casa, a plena luz del dia y bebiendo un vaso de agua fria, habia conseguido que necesitara una ducha de agua helada con bastante urgencia. L 2 a musica sonaba en el local donde estaba tomando una copa con Paty. Despues de un par de meses sin salir de marcha, se sentia casi perdido en lo de sociabilizar durante la noche, por lo que habia pedido a su amiga que fueran a un sitio tranquilo. Y no tuvo otro sitio donde llevarlo que a un karaoke. Daba un sorbo a la copa mientras pensaba que no podia dejar que ella volviera a elegir el sitio donde disfrutar de un rato agradable, ya que los chillidos que se oian de vez en cuando por los altavoces estaban a punto de reventarle el timpano. Sergio se disculpo con Paty porque necesitaba orinar urgentemente. Despues de tanto vino en la cena, y las dos copas y media que llevaba tomadas, corria riesgo de mearse en los pantalones, y eso seria otro espectaculo bastante bochornoso, mas que el de los supuestos cantantes que pasaban por el escenario. Por suerte, no habia cola y entro sin tener que esperar. Estaba lavandose las manos cuando, por primera vez en toda la noche, escucho cantar a un chico que lo hacia muy bien, tanto que estaba consiguiendo que se le erizara la piel. Salio rapidamente, busco a su amiga y dirigio su mirada al escenario. Nada lo tenia preparado para lo que alli iba a encontrar. El cantante no era otro que Alejandro, el hijo de la duena de la casa en la que estuvo unas horas antes, el que se habia topado con el en las escaleras haciendo que sus herramientas cayeran al suelo y el que estaba consiguiendo de nuevo que su polla reaccionara dando brincos de alegria. Su noche habia empezado bien con la cena, se habia torcido un poco con el karaoke y se habia vuelto una pesadilla con la voz de Alejandro. Siempre habia seguido a rajatabla la premisa que su madre le habia ensenado desde pequeno: <>. Y mucho temia que si el chico se le ponia a tiro, la acabaria incumpliendo. Sus miradas se cruzaron y una segunda cancion comenzo a sonar. Las primeras notas de la cancion Pegate de Ricky Martin comenzaron a sonar y se desato la locura en el antro. Alejandro quito del escenario el taburete en el que habia estado sentado durante la cancion anterior y tambien el pie de micro, dejandolo en su mano. Canto y se movio al ritmo de la musica, haciendo que un calor asfixiante se apoderara de Sergio. Todos bailaban, todos reian, todos lo pasaban bien y el solo pensaba en como debian moverse esas caderas cuando follaba. Alejandro tenia los ojos clavados en el, su sonrisa lo hipnotizaba y el brillo de su mirada lo encendia mas y mas. Solo pensaba en acercarse al escenario y pegar sus caderas, como bien decia la cancion, que sintiera lo que conseguia provocarle.

  • Mar de leva de Octavio Escobar Giraldo

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    Mar de leva cuenta la historia de un fin de semana de Mariana y Javier, su hijo, en una isla del Caribe que los cambiara para siempre.

  • En defensa de la Ilustracion de Steven Pinker

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  • A tu lado de Adrianne Holt

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    Nina bajo del auto de Tyler y entro corriendo al West Inn, evadio a un grupo de turistas que salian en ese momento del hotel y se abrio paso hasta llegar al elevador. Cuando las puertas se abrieron y ella se dispuso a entrar, tropezo con William, quien en ese momento iba saliendo. --?Nina? --!Will, que sorpresa! --observo sus maletas--. Crei que te irias manana. --No, es decir si pero cambie de opinion, nada tengo que hacer aqui. --Ya veo --respondio indiferente y apreto el boton del elevador al ver que las puertas se cerraban. --?Y Alex? --pregunto al ver su nerviosismo-- ?Sucede algo malo? --!No! --se apresuro a contestar--. No pasa nada, el y yo… el… --no pudo disimular su tristeza y los ojos se le llenaron de lagrimas. --?Me diras que paso? --Lo siento no puedo hablar ahora, tengo algo de prisa --dijo entrando al ascensor. --!Nina, espera! --lanzo un suspiro, metio el pie e impidio que las puertas se cerraran--. Alexander tiene un caracter dificil, lo conozco desde hace muchos anos y se que si se alejo sin decir nada es porque no quiere lastimarte --dijo pensativo recordando la actitud de Eve--, supongo que les viene de familia, si de verdad lo quieres tendras que hacerte a la idea. --?Que quieres decir? --Bueno que hasta no hablar con el no debes llenarte la cabeza con pensamientos absurdos. --?Lo dices por Eve? --Eve esta molesta conmigo por alguna razon que desconozco. Es realmente frustrante no saber que paso --dijo angustiado-- la amo, no he podido dejar de pensar en ella desde que terminamos, jamas me dio ninguna explicacion. Creeme que su silencio me esta matando, de verdad ya no puedo mas con esto, es por eso que te digo que les viene de familia comportarse de ese modo tan inmaduro, huir en vez de afrontar sus problemas. Nina guardo silencio, penso en decirle donde podia encontrarla pero quiza Eve se molestaria con ella. --Siento no poder ayudarte --dijo lamentandose. --!Nina! --la miro a los ojos haciendo que se sonrojara-- ?Tu sabes donde esta? ?Cierto? --Will no se si es buena idea decirtelo. --!Necesito hablar con ella, estrecharla entre mis brazos, pedirle perdon de rodillas si es necesario! --la tomo de la mano suplicando. --Eso quiere decir que conoces las causas de su enojo. --Quiere decir que la amo y ya no puedo vivir sin ella. --Supongo que no estaria del todo mal si se reconcilian --se mordio el labio ansiosa--. ?Tienes Waze? William saco su celular y se lo dio a Nina, ella marco en el mapa una direccion y la agrego a favoritos, le entrego su celular y se despidio de el. Al llegar a su suite, se apresuro a sacar todas sus cosas. Habia demorado demasiado, corrio a la puerta y al abrir encontro a Tyler a punto de tocar. --!Nina! Comenzaba a preocuparme, ?por que demoraste tanto? ?Sucede algo? --Nada, ya iba a salir. --Dame tu maleta --dijo arrebatandosela y tomandola del cuello-- todo estara bien. Caminaron hasta salir del hotel rumbo al lugar en donde el habia dejado su auto. --No Ty, no lo estara, no despues de lo que hice esta noche. --?Ir a buscarlo? No creo que eso le moleste. --No lo digo por eso --respondio y lo miro esbozando una tierna sonrisa. --Estoy seguro que cuando se le baje el berrinche te buscara. Tyler abrio la puerta del coche y ella subio de inmediato, fijo su mirada en un punto sobre la ventana y se perdio en medio de sus pensamientos. --!Llegamos! El se estaciono afuera de la casa que sus padres rentaban en Praga. --?Por que me traes aqui? Crei que me llevarias al aeropuerto --reprocho. --Recibi un mensaje de Mauleen mientras te esperaba. Esta aqui, no conoce Praga y es el unico lugar al que sabe llegar --dijo y apago el auto--. ?Sabes? No hay nadie aqui --volteo a verla esperanzado--, ?por que no te quedas? Al menos hasta manana, es muy probable que no encuentres un vuelo de ultima hora y no dejare que duermas en el aeropuerto. --Supongo que tienes razon. --Siempre la tengo. Puedes quedarte en el cuarto de huespedes, le dire a la senora Doubek que lo prepare --dijo y la tomo de la mano--. Sera mejor que entremos, Mauleen debe estar esperandonos. Evangeline estaba preparando la cena cuando escucho el timbre, se quito el mandil y abrio sin asomarse al visillo. --Hola --susurro. --!Will! ?Que haces aqui? ?Como me encontraste? --pregunto nerviosa. --Creo que tu y yo necesitamos hablar. --Crei haber sido lo bastante clara contigo. --!Eve! --suplico tomandola de la mano-- te extrano, no puedo vivir asi, aun te amo, no he podido superarte, ?no crees que merezco al menos una explicacion? --Ahora no puedo hablar, mi madre vendra a cenar y Alex esta arriba. --?Arriba? --Si, el vive en el ultimo piso, puede venir en cualquier momento, pense que el te habia dicho donde estaba --respondio dudosa. --Crei que solo estaba de paso por Praga. --?No te lo dijo? --guardo silencio y prosiguio-- !Ok! Ese no es el punto, el no sabe nada de lo que paso entre nosotros y preferiria que no lo supiera. --?Por que, tan mal partido me consideras? --No es eso, eres uno de sus mejores amigos y ya sabes como es el, nunca le dijimos que tu y yo teniamos una relacion por miedo a su reaccion, eres dos anos menor que yo, ?como crees que lo hubiera tomado? --!Eso no tiene nada que ver! --respondio burlon-- !La edad es solo un numero, yo no jugue contigo, te amaba, aun lo hago! --!Baja la voz! --!Eres increible! --se paso la mano por el cabello y sonrio ironico conteniendo su frustracion -- Te acabo de decir lo que siento y tu solo te preocupas por que nadie me escuche --tomo una profunda bocanada de aire y bajo la mirada-- !Ya entendi! descuida, no te volvere a buscar ni a ocasionarte problemas --dijo y se dio la vuelta. --!Will! Evangeline grito su nombre desesperada, el timbre de su voz desperto a Carly quien inoportunamente comenzo a llorar haciendo que ella se diera la vuelta de inmediato dejando la puerta abierta. El entro sin que ella lo invitara, la siguio hasta la sala y la vio cargando a su bebe. --Que rapido te olvidaste de mi, ?quien es el padre? --?Para eso querias verme? Para reprochar mis decisiones. --No, pero admito que me ha tomado por sorpresa --dijo refiriendose a la nina-- ?Quien es el padre? ?Esperaste al menos que me fuera para irte con el o es que ese fue el motivo por el cual me dejaste sin una explicacion? Evangeline lo miro con los ojos llenos de lagrimas y se aferro a Carly. --?De verdad me crees capaz de algo asi? --!Eve por favor! Me fui a Amsterdam a dar un concierto y cuando volvi ya no estabas en el departamento, no dejaste ni una nota, no sabia donde buscarte. Crei que habias regresado a L.A. --Si tan preocupado estabas por mi, ?por que no me buscaste en casa de mis padres? --Lo hice pero tu padre dio la instruccion de no dar informes a nadie respecto a donde te encontrabas. --!Pasaron dos anos Will! --!Si de acuerdo! Admito que fue muy estupido de mi parte ofuscarme y no buscar otros medios, pero localizar a Alexander tambien me fue imposible, la tierra se lo trago, despues me entere que habia terminado con Nola y fue lo ultimo que supe de el. --!Claro! --susurro incredula. --!No te miento! Casualmente me encontre con el en el lobby del hotel y crei que estaba de viaje por aqui, ni siquiera me dijo que vivia aqui. --Sera mejor que te vayas. --Tienes una hija --musito lleno de dolor--, no sabes cuanto me arrepiento de mi estupidez --se acerco a ella mientras abrazaba a Carly-- yo pude haber sido su padre --se lamento. --Carly --susurro. --?Perdon? --Se llama Carly. --?Le pusiste el nombre de mi madre? --dijo sorprendido. Evangeline se giro, lo miro llena de angustia mientras intentaba calmar a su hija. --?No te imaginas por que? El palidecio, se sento en el sillon intentando entender lo que ella le estaba diciendo entre lineas, se sintio mareado, no podia creerlo.

  • Hazme una escena de amor, C.M.A de

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    Anabela Bregan es una reconocida autora de novela romantica que se enfrenta a un momento decisivo en su carrera, debe re-formularse o extinguirse. Tiene dos opciones: se echa de cabeza de una vez por todas a la moda erotica, o muere a los pies de sus colegas que saben explotar el genero. La derrota es inminente, su falta de creatividad sexual encuentra la base en la inexperiencia personal. Joaquin es el amante perfecto, un autentico maestro del sexo, y algo mas que la casualidad lo llevara a golpear a su puerta con un proposito en particular, ser el trabajo de campo que Anabela necesita. La desesperacion llevara a Ana a tomar una decision no propia de ella, arrojarse en los brazos de ese hombre con la unica intencion de encender su cuerpo y que este haga lo mismo con su imaginacion. ?Que sucede cuando juntas a una especialista del amor con un especialista del sexo? Mmmm…mejor no te lo digo. Descubrelo. !Vamos, ven…hazme una escena de amor!

  • Entre Gucci y Gominola de Jezabel Mari

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    Lucia y Africa son dos primas que, en cuanto alcanzan la mayoria de edad, deciden abandonar el nido familiar e iniciar una convivencia juntas. Son estudiantes, trabajadoras, responsables, divertidas, guapas, y tienen muchas ganas de vivir y cumplir sus suenos. Ambas consiguen un permiso para vender los complementos que fabrican con sus propias manos, y es alli, en su coqueto puesto de la Plaza del Duque, en Sevilla, donde dara comienzo el verdadero giro de sus vidas.
    Sorpresas, emociones, risas, momentos comicos, algun que otro encuentro no deseado, consecuencias, un poquito de sexo y muchas muchas muchas mariposas en el estomago.
    Nueva York las espera…
    ?Quienes las acompanaran en este viaje?
    Sumate a la aventura y vive con ellas cada intensa sensacion.

  • Llueve sangre sobre el asfalto (Balas y Whisky 1) de A. J. Raven

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    Cuando la policia llego al motel, las gotas de sangre aun se deslizaban sin prisa desde el colchon de la cama hasta el suelo de aquel mugriento cuchitril. Hallaron a la asesina tumbada, esbozando una ligera sonrisa y abrazada al cadaver como si fuera una nina dando amor a su osito de peluche. Los dos estaban desnudos alrededor de un charco de sangre y vomito. La prensa local, El Evening Journal , catalogo los crimenes como uno de los mas atroces que habian ocurrido en la ciudad. Sin embargo, no pudo igualarse al asesinato ocurrido cinco anos atras perpetrado por un joven que violo, atropello y quemo a una disminuida por la simple razon, de querer divertirse. Asi mismo, esa misma prensa, la que a veces enganaba a su publico inyectando en el papel tinta envenenada, le otorgo el sobrenombre de la asesina de gordos o la asesina del pene. La comisaria que llevo el caso, la veintidos, su capitan declaro que en mas de los diez anos al frente de la jefatura, jamas habia contemplado un crimen igual; tan sadico y tan salvaje a la vez que despiadado. El capitan tambien anadio que, cuando vio las fotos del primero de sus crimenes, por poco le da un infarto... 1 Para Berta Rogers, por fin llego el dia que tanto habia esperado. Tras ganar su primer caso para el bufete Bender and Bolin , uno de los mas prestigiosos de la ciudad, consiguio aquel puesto fijo como abogada al que siempre habia aspirado. Terminada como becaria a los veintisiete anos de edad, su jefe, un chupatintas de cincuenta anos adicto a la nieve y a las putas caras llamado Andreu Bolin, le asigno un caso facil de llevar, puesto que quiso tantear a una abogada cuyo futuro brillaba en esplendor. El caso en cuestion no fue nada mas que un simple robo en una tienda de licores en donde su asaltante, --un ninato de clase alta que empunaba una pistola de juguete--, sustrajo quinientos dolares en metalico y botellas por valor de cien dolares. En total la suma ascendio a mil dolares. Lo que hizo la mente de la abogada fue cambiar los roles. Al delincuente lo puso como victima y a la victima, como el delincuente. La oscuridad se hundia en la ciudad de los vientos. Era una noche del segundo mes del ano en donde semanas atras, los carnavales habian sazonado un poco las malogradas calles con aquellos disfraces y pelucas de distintos colores, hombres zancudos, animales y un sinfin mas de parafernalia sin sentido. Una noche invernal en la cual la nieve gritaba con sutileza por cada rincon de aquellas arterias ennegrecidas, atormentadas, llenas de maldad, odio y desesperacion. Una capa de cinco centimetros de espesor arropaba las aceras como una madre arropa a su hijo. Los coches dormian con sumo placer bajo un manto de escarcha, las alcantarillas emitian un humo lechoso, triste, y las campanas del ayuntamiento daban las diez en punto. Berta elegia vestido para la fiesta que sus amigas habian preparado por ganar su primer caso. Acababa de salir de la ducha de su casa de dos plantas en el 1149 de la calle 90, en Dunning, al este de la ciudad. En su habitacion, al lado de la cama, frente al espejo, se probaba vestidos. Cogio el negro y se lo probo. No le gusto como la quedaba debido a que pensaba que ese color le hacia tener el culo gordo. Lo dejo apartado y agarro el rojo. Se lo probo mirandose al espejo sin embargo, tampoco le gustaba; pensaba que ese color era para descocadas, tal vez para su amiga Kate. Lo aparto a un lado de la cama y se decanto por el negro. Para nada le hacia tener el culo gordo. Berta era guapa, bastante guapa. Tenia unas medidas de ensueno en una altura de un metro sesenta. Su pelo rubio ondulado, destellante como el oro bajo los rayos del sol, resbalaba hasta sus pequenos y redondos hombros. Los ojos eran grandes como ensaladeras y el color parecia una hermosa pradera verde. La nariz pequena y redonda estaba unida a una sonrisa que daba felicidad a un rostro cuya piel, era de un blanco tan bello que se asemejaba a las alas de un angel. Tambien era una chica brillante, divertida, generosa, culta y con un gran corazon aunque este se transformaba cada vez que se ponia la toga y subia al estrado, convirtiendo ese corazon en un organo inerte. Sus pasiones como cualquier muchacha de su edad, era la moda; a Berta le encantaba la ropa, sobre todo la ropa cara comprada en las tiendas de la calle llamada The Mag Mile. Ademas de comprar ropa, la gustaba nadar al igual que jugar al tenis, ir a sitios caros y la buena comida. A veces, solia salir con un chico de cuerpo musculoso y cabeza vacia, algo informal, un mero revolcon, puesto que a ella la agradaban los chicos inteligentes. Pero que no lo fueran mas que ella. Berta salio de su casa a las once. Un taxi esperaba en la acera con el motor encendido. En su interior se hallaban sus tres amigas: Kate, Wen y Lany. Kate Miller era la mas atrevida y ligera del grupo. Fue companera de Berta y Lany en la misma clase. En la actualidad, ejercia como veterinaria, un trabajo que era su pasion; poder salvar y cuidar animales indefensos era su vida. Era lista, atenta, generosa, fogosa y coqueta. Unas cualidades dentro de un cuerpo perfecto, delgado a su vez que con curvas, y un pelo negro lacio, que llegaba por debajo del cuello. Su cara albergaba unos labios finos, nariz ancha y unos ojos de color gris. Sus pasiones, aparte de cuidar animales moribundos, era la fiesta. La encantaba salir a desmadrarse y pasarlo bien entre copas y chicos. Despues, estaba Wen Zhao. Era una chica algo timida proveniente del gigante asiatico que al terminar de graduarse se hizo profesora adjunta. Poseia un cuerpo fino como el hilo de una cana de pescar. Alguno de sus dioses asiaticos no la bendijo con culo ni pechos; ese dios de ojos rasgados se cachondeo de ella al hacerla plana como una tabla de planchar. El pelo, corto hasta el cuello, parecia un estropajo. La cara era como un pan de hogaza, una frente protuberante y una nariz chata con las aletas definidas. Lectora empedernida de autores confucianos, iba un curso por debajo cuando conocio a las chicas. Sus padres se trasladaron de China despues de nacer Wen. Su padre quiso un futuro mejor el cual, el gigante asiatico no podia proporcionarle, abrio una tienda de licores y comestibles en el barrio chino que no le fue nada mal. Por ultimo, estaba Lany Lopez. De origen cubano, era una portentosa belleza latina. Tenia un pelo moreno largo hasta llegar a media espalda. En las puntas, unas mechas de color verde que hacian juego con sus ojos. Una piel caramelizada, unos labios finos y una nariz aguilena era todo lo que ofrecia su cara. La espalda y las piernas reflejaban tatuajes. Era la rebelde del grupo. Controlaba todo a su paso; era fria calculadora y dominante, pero buena amiga. Le gustaba las motocicletas (cuanto mas grandes mejor) y enfundarse en ropa de cuero. Poseia una lengua viperina y portaba un toque gotico. --?Listas para desmadrarnos esta noche? --pregunto Kate. --Si, pero sin pasarnos --dijo Lany. --?Creeis que este vestido me hace gorda? --inquirio Berta. --Estas deslumbrante --dijo Wen--.Mirame a mi, parezco una tabla de madera, en cambio tu, estas guapisima. --Estas perfecta --anadio Kate--. Ese vestido te hace unas tetitas ricas, dejame tocar. Estiro la mano y la toco un pecho. --!!Deja mis tetas!! --exclamo Berta entre risas. --Yo no tengo tetas --pronuncio Wen. Berta y Kate rieron. --Oiga --espeto Lany al taxista--. Cuando quiera arranque, !eh! --Si no me dicen adonde van… --Al club The Warehouse. El club se ubicaba en el 206 de South Jefferson Street, en el area comunitaria de Greektown. Se habia construido sobre la estructura de una antigua fabrica de tres pisos. Cinco anos atras de la apertura del club, aquella fabrica de calzado fue destruida por un incendio que se inicio a las tres de la madrugada. Los bomberos atribuyeron el suceso a unos viejos cables pelados que recorrian la pared del tercer piso. A los seis meses del incendio, la casualidad hizo que el terreno pasara a un politico de dudosa procedencia. El Warehouse era el club de moda en la ciudad. Cada noche, atraia alrededor de dos mil personas sedientas de una buena juerga. A veces, Berta, Kate y Lany, se podian pasar quemando la pista desde la noche del viernes hasta el medio dia del domingo. Era un club en donde se permitia el sexo al descubierto, eso hacia que estuviera libre de agresiones. Lo mismo lo podias hacer en el bano que en la pista o junto a la cabina del DJ. Tambien era la sede para los hombres negros homosexuales repudiados, tratados como leprosos por su comunidad. Alli se podian juntar y darse amor sin que ningun dedo les senalara. En aquel lugar podian ser ellos mismos. El residente, el que hacia vibrar la pista, era Frankie Knuckles, un DJ afroamericano rollizo, calvo, con gafas de pasta y una perilla. Habia salido de los bajos fondos de la ciudad conocida como la Gran Manzana para empezar a despuntar experimentando con la musica electronica. --Seguro que aparece tu ex novio --dijo Lany a Kate. --Espero que no, quiere volver pero no estoy dispuesta, paso de el. --Venga chicas, relajaos y disfrutemos de la noche --sentencio Wen. El taxista las dejo en la puerta del club. La fachada se iluminaba de blanco por unos pequenos focos que rotaban de forma aleatoria en ambos lados de la puerta. Estaba custodiada por un portero que se podia asemejar a un orangutan, con una piel negra como el carbon y recubierto de musculos en una altura de un metro noventa. Portaba un traje negro y camisa blanca, ambos de una talla menos. Parecia que iba a reventar el traje y colgarse desde el Willis Tower, el rascacielos mas alto de la ciudad. La fila de personas que esperaban entrar al lugar de nacimiento de la musica electronica, daba la vuelta a Jackson Boulevard. Una alfombra roja te acercaba hasta la puerta en donde aparte del orangutan, habia una banda de terciopelo rojo colocado en dos postes de contrachapado banado en oro. Bajaron del taxi y fueron directas hacia el portero. Eran bien conocidas por el dueno pero sobre todo, por el primero. De esa manera, consiguieron saltarse toda la fila sin esperar ni pasar frio en la tortuosa noche. Ellas solo iban a calentar. Kate habia conseguido un reservado para un dia tan especial. --Bienvenidas, chicas --dijo el portero con una voz grave. El orangutan aparto la banda de terciopelo. Berta abrio la puerta y se adentraron a un mundo de lujuria y desenfreno en donde el limite era inexistente.

  • Ayudame a sentir. Entre sus brazos de Orlando Curtes

    https://gigalibros.com/ayudame-a-sentir-entre-sus-brazos.html

    Ayudame a sentir y Entre sus brazos
    Dos historias diferentes donde luchar por el amor sera el ingrediente comun para unos personajes que pelearan por conservar a la persona correcta en su vida.

  • Manana lo dejo, Gilles Legardinier de Gilles Legardinier

    https://gigalibros.com/manana-lo-dejo-gilles-legardinier.html

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