• libro vidas paralelas - Charli Farinha Toni

    https://gigalibros.com/vidas-paralelas.html

    Un mismo tiempo en un solo pais, con cinco chicos, cinco clases sociales, cinco mundos. Los mismos problemas vistos desde otras perspectivas y todos deseando lo mismo: una valvula de escape.
    Miedos a enfrentarse a si mismos, fracasos personales, ilusiones rotas, decepciones amorosas y familiares, suenos realizados, desafios a cada instante, y solamente se tienen a si mismos.
    Distintas historias, diferentes nacionalidades, varias ciudades, donde no somos tan distintos los unos a los otros como podriamos pensar, y todos buscamos lo mismo: un punto en comun.

  • VIDAS PARALELAS | PLUTARCO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-vidas-paralelas/9789500396677/1686161

    Vidas paralelas, de Plutarco constituye uno de los libros que m�s ha influido sobre la cultura occidental. Ha sido lectura favorita de varios conquistadores ...

  • Plutarco vidas Paralelas - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Plutarco-vidas-Paralelas/s?k=Plutarco+vidas+Paralelas

    Vidas paralelas de Plutarco (Vol�menes I a IV): Ilustrado ... Vidas paralelas: Demetrio-Antonio (El libro de bolsillo - Bibliotecas tem�ticas - Biblioteca ...

  • Vidas paralelas: Alejandro Magno-C�sar (El libro de bolsillo

    https://www.amazon.es/Vidas-paralelas-Alejandro-Magno-C%C3%A9sar-Bolsillo/dp/8491042830

    Vidas paralelas: Alejandro Magno-C�sar (El libro de bolsillo - Cl�sicos de Grecia y Roma) : Plutarco, Guzm�n Guerra, Antonio: Amazon.es: Libros.

  • Vidas paralelas - Plutarco - El Libro Total

    https://www.ellibrototal.com/ltotal/ficha.jsp?idLibro=5362

    Vidas paralelas, es una serie de biograf�as de griegos y romanos famosos, elaborada en forma de parejas con el fin de comparar sus virtudes y defectos ...

  • Vidas paralelas - Libro de Plutarco - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/58327/vidas-paralelas

    Vidas paralelas, de Plutarco constituye uno de los libros que m�s ha influido sobre la cultura occidental. Ha sido lectura favorita de varios conquistadores ...

  • Vidas paralelas - -5% en libros | FNAC

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    Vidas paralelas, libro de . ... Las biograf�as de este volumen son parte de la obra de Plutarco Vidas paralelas, donde rinde homenaje a Grecia y Roma, ...

  • 9788474612851: Vidas paralelas - IberLibro - PLUTARCO

    https://www.iberlibro.com/9788474612851/Vidas-paralelas-PLUTARCO-8474612853/plp

    "Sinopsis" puede pertenecer a otra edici�n de este libro. Comprar usado. Encuadernacion simil piel, lomera... Ver este ...

  • Libro Vidas Paralelas, Plutarco, ISBN 9789500396677 ...

    https://www.buscalibre.es/libro-vidas-paralelas/9789500396677/p/3380286

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  • Vidas Paralelas. Alejandro-c�sar, Pericles-fabio... - Agapea

    https://www.agapea.com/libros/Vidas-paralelas-Alejandro-Cesar-Pericles-Fabio-Maximo-Alcibiades-Coriolano-9788437617169-i.htm

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  • Libro: Vidas paralelas - 9788492820573 - P�rez Ram�rez, Jorge

    https://www.marcialpons.es/libros/vidas-paralelas/9788492820573/

    Vidas paralelas.[ P�rez Ram�rez, Jorge; ]. Este libro est� ideado para proporcionar un viaje por la historia de la banca y la parte de la ciencia que le ha ...

  • Esperare de Antonio Mora Diaz

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    Maria es una joven malaguena, de clase obrera, de principios del Siglo XX. A pesar de las desgracias que durante sus primeros anos de vida castigan a su familia, ella no pierde su interes por el mundo que le rodea.
    Aunque los recursos familiares no le permiten estudiar para dedicarse a la docencia, ella encuentra un camino alternativo para conseguirlo.
    Un buen dia aparece el amor en su vida.
    Maria se enamora de Alfred Stern, un fugitivo que le corresponde. Todo parece ir perfectamente hasta que los acontecimientos historicos de su tiempo los arrastran como una bola de nieve cayendo por una pendiente.
    Esta es la historia de Maria y de Alfred, pero tambien es la historia de Josefina, de Juan, de Nuria, de Carmen, de Jose y de muchas otras personas, en su mayoria normales y corrientes, que tuvieron que ir adaptandose a un mundo duro y cambiante y en el que las guerras y los conflictos pasaron a ser parte del paisaje.

  • Tan poderoso como el amor de Cesar Antonio Molina

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    Cien son las premisas que encontramos en este libro, y cada una de ellas es una afirmacion sobre los poderes o caracteristicas que tiene el amor, justificada a traves de la cultura. Partiendo de 100 peliculas y de otras tantas obras literarias de referencia, el autor nos argumenta por que el amor es el sentimiento mas poderoso del ser humano.
    A partir de peliculas tan celebres como Casablanca, El ultimo tango en Paris, Jules y Jim, Secretos de un matrimonio o Hiroshima, mon amour; tan sugerentes como Lolita, Bella de dia, Infiel o El imperio de los sentidos; tan asequibles como Los amantes del circulo polar, Delitos y faltas o Los puentes de Madison, este es un libro que recorre un paisaje cinematografico apto para todos los publicos y que enriquecera, gracias a sus multiples niveles de lectura, a cualquiera que se le acerque.
    En una muestra de dominio cultural impresionante, Cesar Antonio Molina nos sumerge en un mar de dudas con sus respuestas, totalmente argumentadas y deliciosamente plasmadas a traves del analisis de obras cinematograficas de primer nivel.

  • Imperfectos, Cecelia Ahern de Cecelia Ahern

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  • El estornudo de la mariposa de Jose De Cora

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    En 1938 Hitler es ya la mayor amenaza para la paz mundial. El regimen nazi se presenta ante todos los paises como indestructible.
    La Historia confirmara que no es asi, en parte gracias a Juan Pujol, mas conocido por su nombre en clave de Garbo. Ademas de convicciones, a Garbo le sobran otras virtudes, como un talento especial para el engano, arrojo, imaginacion desbordante y su encanto personal. En 1940 toma su decision mas trascendental: combatir el nazismo hasta derribarlo desde la retaguardia y las propias filas alemanas. Pero no lo hara solo. Araceli Gonzalez, una hermosa joven de buena familia y de fuerte caracter, se convierte al mismo tiempo en su mujer y en su principal apoyo.

  • Trent de Amelia Gates

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    Un caballero con una brillante armadura.

  • Poseeme de Eva Nieto

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    Mi vida siempre fue facil, buceando entre el dinero de mis padres y su empresa. Una mansion con criados, un lamborghini con chofer y semanas en balnearios de lujo.

  • Cuando Lisboa temblo de Domingos Freitas Do Amaral

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    El 1 de noviembre de 1755 la tierra temblo en Lisboa,

  • Eres mi cielo de Yamila Bianqueri

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    Ainara lucho toda la vida contra sus inseguridades. Se acostumbro a convivir con la angustia. Se resigno. Hasta que ese viaje, a la ciudad conocida como el fin del mundo, lo cambio todo.
    El destino ya movio los hilos del telar y las sorpresas estan por llegar.

  • Joaquin (Attitude 2) de Marion Olharan

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    Joaquin es bailarin principal en el Ballet de Nueva York desde hace diez anos; un artista reconocido, exigente y tambien un orgulloso donjuan. La cara amable y encantadora del seductor esconde, sin embargo, a un hombre distante que nadie conoce bien. Su vida profesional lo acerca a Alice, una joven singular y acomplejada que se oculta tras unas enormes gafas vintage y un gran sentido del humor. Ella acaba de salir de una larga relacion y necesita ganar confianza; el solo piensa en una nueva aventura. Pero a veces las cosas mas impensables ocurren, y solo al lado de Alice Joaquin parece mas sensible, mas vulnerable, incluso el mismo. ?Se convertira por fin una de sus historias de cama en historia de amor?

  • La Justicia del Visir de Christian Jacq

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    La hora de la confrontacion definitiva ha llegado. Pazair, ahora visir de Egipto, y su esposa Neferet, nombrada medico principal del reino, se enfrentan con el ministro de Economia, quien se erige en portavoz de los conjurados que se han aduenado del testamento de los dioses y que estan a punto de derrocar a Ramses el Grande. El alto funcionario, que se hacia pasar por amigo de Pazair, ha tejido una urdimbre tan espesa que la situacion es desesperada; el y sus complices han desorganizado la economia y se proponen destruir los valores que han presidido el nacimiento de la civilizacion egipcia. Aunque los aliados escasean, el visir y su esposa, decididos a luchar hasta el final, tratan de identificar al asesino de su maestro espiritual, quien ha cometido el error de cruzarse en el camino de los facinerosos. ?Donde esta el hermano de sangre, Suti, que ha logrado escapar de su prision nubia? ?Conseguira el misterioso <> eliminar a Pazair? ?Quien es el alma verdadera del complot que se oculta en las tinieblas? ?Quien, valiendose de la traicion, el crimen o la ley, saldra vencedor de ese cruento combate del que depende la supervivencia de Egipto? La justicia del visir es el ultimo volumen de la trilogia El juez de Egipto, que junto con los dos primeros titulos, La piramide asesinada y La ley del desierto, forma esta trilogia que ha superado todas las previsiones de exito y se ha convertido en un indiscutible bestseller.

  • Hasta el fondo de Elle Aycart

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    En Alden todo el mundo coincide en que Mike Haddican, el orgulloso dueno del gimnasio y reconocido instructor de karate, es un buen tipo. Nunca ha necesitado mucho para ser feliz: su familia, sus amigos y, sobre todo, Kyra, su chica. Por eso, cuando siete anos antes ella lo abandono, Mike quedo destrozado.
    Kyra Brims hizo realidad su sueno y logro el exito como bailarina de danza contemporanea, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto. Cuando su vida y su carrera empiezan a tambalearse, decide regresar al pueblo al que juro que jamas volveria para lamerse las heridas y recuperarse.
    Si estando cada uno en la otra punta del mundo ya les resultaba imposible olvidarse, ahora que se encuentran por todas partes, el intento se convierte en una mision imposible. La pasion que nunca se apago pronto vuelve a arder sin control, pero lo mismo ocurre con las viejas heridas y los antiguos confl ictos que dejaron sin resolver. Mike y Kyra tendran que llegar hasta el fondo de sus almas para encontrar el perdon y la sabiduria que les permita seguir adelante con su bonita historia de amor.

  • La chica evanescente (Vanishing Girl 1) de Laura Thalassa

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    Cada noche un nuevo destino, una mision arriesgada y una atraccion en aumento

  • El poder de las tinieblas, John Connolly de John Connolly

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    Una fria noche de invierno, la paz de Maine se ve perturbada por dos hechos en principio inconexos: un sangriento tiroteo durante el cobro de un rescate y el suicidio de una anciana en pleno bosque. Contra todo pronostico, todas las pistas apuntan a un mismo hombre. Y Charlie Parker, a quien ya conocimos en Todo lo que muere, debera actuar con rapidez porque los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso, los cadaveres se multiplican y la violencia se extiende como un rastro de sangre por los bosques nevados de Maine. Con esta segunda novela, John Connolly se consagra como un maestro del genero negro.

  • Algo de tres de Monica Benitez

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    Natalia es una joven con cierta tendencia a enamorarse siempre de la persona equivocada. En la actualidad, esta soltera y buscando empleo, pero dominar a la perfeccion cinco idiomas le ha valido para encontrar trabajo en una importante red de academias de idiomas cuya propietaria es una atractiva e intimidante mujer: Inma Farrell.

  • Jamas no sera siempre de Rosa Alcantara Menendez

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    Malaga en plena temporada alta es un reclamo seguro para el turismo. Carmen Arjona, enfermera en paro y divorciada con un hijo pequeno a su cargo, empieza a plantearse explotar su centrico piso como alojamiento turistico para aliviar el peor bache economico que recuerda. Solo se resiste por el resquemor a perder su intimidad, por no exponer al nino a desconocidos. Sin embargo acaba cediendo empujada por su mejor amiga, que incluso se ofrece a gestionar el hospedaje a traves de una famosa web.

  • Catalina, la fugitiva de San Benito de Chufo Llorens

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    Mediante las aventuras de su protagonista, inspiradas en el personaje historico de Catalina de Erauso, Chufo Llorens sumerge al lector en los usos y costumbres de la Espana del mil seiscientos, paseandolo por la corte, las mancebias, los conventos, el teatro, los duelos, el toreo… y los autos de fe de la Inquisicion, en una novela trepidante al mas puro estilo Dumas.

  • Tu y Solo Tu de Lynda Sandoval

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    ?Habria vuelto para darle una segunda oportunidad o para vengarse?

  • Los hambrientos y los saciados de Timur Vermes

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    Alemania ha restringido el numero de solicitantes de asilo y Europa ha bloqueado su acceso a traves del norte de Africa. Mas alla del Sahara, se estan construyendo enormes campamentos donde millones de refugiados esperan, esperan y esperan.
    Cuando la presentadora estrella Nadeche Hackbusch visita el campamento mas grande, el joven Lionel reconoce que tienen ante si una oportunidad unica: con 150.000 refugiados, la atencion de la audiencia televisiva esta garantizada cuando empiezan a marchar en direccion a Europa. Pero si el publico esta hipnotizado enfrente de sus pantallas y los anunciantes encantados, no pasa lo mismo con la politica alemana que reacciona de manera tibia, intentando ignorar lo que se avecina. Cuanto mas avanzan, mas se requiere una reaccion del ministro del Interior, y se hace aun mas urgente que tanto el como el resto de alemanes se enfrenten a dos preguntas: ?Que se puede hacer? Y sobre todo ?en que tipo de paises queremos vivir?

  • Expediente H.A.D.E.S de Susana Aguilera Reina

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    Durante decadas los miembros de H.A.D.E.S., la mayor y mas activa organizacion criminal de cuantas operan a nivel internacional, han campado a sus anchas con total impunidad. Ahora, un grupo de hombres y mujeres valientes y decididos a los que los avatares del destino han ido uniendo se enfrentaran a ellos. Todos tienen un motivo. Mas alla de la venganza, guiados por el ansia de justicia y por el instinto de supervivencia haran lo que sea necesario para acabar con quienes han jugado a ser Dios, haciendo y deshaciendo a su antojo sin escrupulo alguno. Una emocionante novela de intriga y accion desarrollada en escenarios tan diversos como singulares: Malaga, Sevilla, Granada, Guadalupe, Madrid, Brighton, Munich…, que cautivara al lector.Ficcion y realidad: nunca la delgada linea que las separa fue tan evidente.

  • El milagro de una ninfa y otros relatos de Cristin Ferro

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    La vida tiene diferentes fases, pruebas que hay que pasar y dificultades que hemos de superar. En este recopilatorio de relatos, hay dolor, amor, sufrimiento y risas. Porque todo tiene su momento y lugar.Sumergete en la inocencia, la amistad y la familia, dejate llevar por los sentimientos y descubre diferentes formas de vivir en estos siete relatos llenos de sensaciones.

  • Criaturas de la noche I de Kelly Dreams

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    Estas a punto de encontrarte con cuatro historias completas que han sido recuperadas para formar parte de un recopilatorio que te permitira obtener una pincelada de lo que puedes encontrar dentro de mi catalogo de publicaciones.

  • Camino a tu corazon de Simona Coz

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  • En el azul de tu mirada de Jasmine Rogers

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    La noche pasaba y no lograba conciliar el sueno asi que sali del dormitorio, para dirigirme a la biblioteca y leer un poco. Quizas de esta manera conseguiria no pensar y caer rendida, pero tuve la sorpresa de encontrarme alli con Aidan. --?Tampoco puedes dormir? --me pregunto. --La verdad es que no. Se levanto y se dirigio al mueble bar para servirme una copa. No pude dejar de observarle. Solo vestia unos finos pantalones de pijama, resaltando la tenue luz de la estancia, la desnudez de su espalda y de su torso fibroso en cada uno de sus movimientos. Pense que seria mejor volver a la cama. La tentacion era demasiado fuerte. Fui hacia la puerta y me disculpe: --Siento causarte molestias, pero creo que me marcho a dormir. Se acerco rapidamente hacia mi para cerrar la puerta, quedando atrapada entre esta y el, creyendo morir de deseo cuando senti el calor de su cuerpo contra mi espalda, y escucharlo susurrar con su aliento ardiente sobre mi cuello. --Di que no me amas y dejare que te vayas. Di que todo lo que paso en Espana ya lo has olvidado. --No me hagas esto, Aidan. --Responde, por favor. Gire para enfrentar mi rostro al suyo, y fijando mi mirada en sus azules ojos confese: --Te amo, y si en algo han cambiado mis sentimientos, ha sido para amarte aun mas que antes. Para mi sorpresa, me alzo en sus brazos y salio de la biblioteca. --Aidan... --susurre. --Sssshhh. Mi corazon comenzo a latir fuertemente, porque en sus ojos, y en cada reaccion de su cuerpo a nuestro contacto... sabia hacia donde me conducia. Cruzamos el umbral de su dormitorio, y mientras me posaba lentamente sobre la cama, me inundaba de besos colocandose a la vez sobre mi. Todo el me aturdia, su aliento, su forma de besarme... temiendo volver a sufrir de nuevo cuando nos marchasemos. Pero el deseo que seguia sintiendo por el, era innegable e inevitable, y no seria yo quien le apartase de mi lado. --Dejame amarte, pero para siempre. No quiero mas ratos, te quiero siempre, completa. --Sus susurros me quitaron todo el temor. Le bese como nunca, sintiendo como sus caricias abrasaban cada centimetro que sus manos recorrian de mi cuerpo mientras me desnudaba poco a poco, haciendome temblar y que mi piel se erizara respondiendo intensamente a cada contacto con su piel. Y aquella noche de nuevo, nos entregamos totalmente el uno al otro, con ansia, con desesperacion, con todo el amor y pasion contenida en aquellos anos y que ya me habia demostrado hacia unas semanas, reafirmando con rotundidad que lo nuestro nunca se apagaria, nunca... CAPITULO 1 Cuatro anos atras... --!Gracias a usted! --exclamo con aire amable la voz que se escuchaba tras el telefono. Nos despedimos y finalice la llamada. A continuacion, me dispuse a dar saltos como una loca en medio del salon. Ana, mi companera de piso me observo con los ojos como platos. --Eso es... ?que si?--me pregunto. --!Si, si, si, si! --grite como una loca. Ana se unio a mis gritos, y seguimos saltando, gritando y riendo juntas durante un buen rato, hasta que cansadas, nos lanzamos exhaustas hacia el sofa. --Cuenta, cuenta --dijo Ana emocionada. --Londres, Ana. !En una semana! --conteste. Y volvimos a gritar y a reir. Hacia casi un mes que mi contrato de trabajo en la cafeteria habia finalizado, para tristeza de Lorreine, la duena de la misma, y sobre todo para mi, ya que, en las semanas siguientes, "PARIS, MON AMOUR", cerraria sus puertas dejando treinta anos de esfuerzo, amor y dedicacion, encerrados detras de ellas. Habia trabajado dos anos en aquella pequena pero preciosa cafeteria decorada con un estilo muy parisino, con sus grandes ventanales que te invitaban a observar la gente pasar, deleitandote con un estupendo cafe banado con sirope de caramelo y esa gran cantidad de espuma de leche que debias retirar forzosamente con tu lengua de la comisura de los labios cada vez que tomabas un sorbo del mismo. Aaahhh... observar el bullicio de la ciudad, mientras que la tranquilidad dentro de la cafeteria hacia volar tus pensamientos... "PARIS, MON AMOUR" era... otro mundo. Pero a Lorreine, aquella mujer de pelo blanco y mirada decidida, y despues de tantos anos sacando adelante su preciosa y acogedora cafeteria... le habia podido la crisis y la apertura de una enorme y moderna cafeteria, a unos cincuenta metros. De esas que te preparan el cafe para llevar, sin mucho mimo ni dedicacion, pero con precios "low cost" y mensaje de "hola, buenas tardes, aqui su cafe. El siguiente, por favor". Dos semanas antes de que se convirtiera en un hecho el no poder volver a trabajar en la cafeteria, Lorreine nos habia reunido a todos al concluir la jornada en el "PARIS, MON AMOUR", y con lagrimas en los ojos, nos habia comunicado la mala noticia. Apesadumbrados, y despues de barajar entre todos las posibilidades que Lorreine ya habia estudiado en dias anteriores, regresamos a nuestras casas, sabiendo lo que el futuro proximo nos deparaba. Aquella noche, en la cama, no pare de dar vueltas y vueltas, pensando, desvelada... y recorde la opcion que antes de aceptar el puesto de camarera en "PARIS, MON AMOUR", habia tenido en mente. !Londres! Trabajar en Londres. Finalizando mis estudios de psicologia, nos hablaron de agencias que podian conseguirte trabajo en diversas zonas de Reino Unido a cambio de alojamiento en alguna de las residencias que poseian alli. La agencia ganaba un dinero por la estancia, y tu podias trabajar en el Reino Unido y perfeccionar a la vez el idioma. Pero en aquel entonces me surgio la posibilidad de poder realizar un curso para poder impartir clases de espanol a extranjeros; y a la vez, la oportunidad de trabajar en la cafeteria, asi que ambas cosas se convirtieron en mi primera opcion. Pero ahora si, ahora habia llegado la hora de volar... y la oportunidad de poder trabajar en una de las tabernas del centro de Londres, y sin mas, dije: !SI! --Bueno, pues una semana para preparar mi equipaje --dije a Ana, echandome para atras en el sofa. Ana me miro, y me pregunto con semblante serio: --Cris... ?que le diras a Alex? --?A Alex? Pues nada, que me voy a trabajar a Londres, que voy a decirle. --?Y nada mas? --dijo Ana frunciendo el ceno. --Ana, por Dios --conteste a mi gran amiga, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco--. Hemos salido juntos durante cinco anos, pero eso termino. Amigos, nada mas --anadi, haciendo aspavientos con las manos. Alex y yo habiamos salido juntos cinco anos, pero llego un determinado momento en el que me di cuenta de que ya no le amaba, y seguir juntos, solo nos haria mas dano, tanto a el como a mi, porque yo ya no podia darle todo lo que el queria: compartir nuestras vidas. Supongo que lo que me hacia seguir con el, era la pura costumbre, el hecho de acomodarnos a una relacion que debio terminar mucho tiempo atras. No podia negar, sin embargo, que me sintiera insegura, y que el hecho de no amar a nadie, me hacia sentir una extrana sensacion de vacio. No buscaba a ningun companero para compartir mis sentimientos, pero si anhelaba encontrarlo, ansiaba el sentir esos abrazos, esos besos y esas caricias, esa comprension, sensibilidad y ternura que hacia ya meses que al lado de Alex habian desaparecido. Sin embargo, muchos de nuestros amigos, incluso el mismo Alex, conservaban aun la esperanza de que algun dia volviesemos a ser novios otra vez. Para mi, esa opcion, no era ya para nada factible.

  • Un principe a mis 30 de Myrian Gonzalez Britos

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    Erase una vez… Valentina Gonzalez no creia en los finales felices y mucho menos ahora que estaba a punto de cumplir sus treinta anos. La muerte de su madre habia dejado un enorme vacio en su corazon. La pena y la desesperanza tendian a crecer cada dia mas y mas en su interior. ?El destino se apiadara de ella? Jonas Muller habia huido de su pais tras pillar a su hermano y su prometida en la cama. Nada tenia sentido para el triste vikingo, hasta que llego a Somo, y conocio a Valentina, la princesa que vivia encerrada en una libreria. ?Podrian dos almas rotas escribir una linda historia de amor?

  • Pelando la cebolla de Gunter Grass

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    El libro mas polemico del Premio Nobel de Literatura Gunter Grass

  • La luna en las minas de Rosa Ribas

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    Habia aullado de hambre toda la noche. A la madre se le habia cortado la leche. El padre se acerco a la cuna y lo miro. Las frazadas revueltas parecian a punto de engullirlo, pero se resistia, apretaba con fuerza los punos diminutos. Lo levanto con morosidad, esperando una voz que lo detuviera. La criatura abrio los ojos. Esos ojos. Las ojeras debajo, un presagio de luto si el no hacia nada. Lo envolvio para protegerlo del frio. Era febrero y una gruesa capa de nieve cubria las calles del pueblo. Hizo un fardo prieto, el llanto ceso y lo sucedio una queja aguda, como la de los gatitos cuando los metian en un saco para tirarlos al pozo. Percibio tras de si un roce entre las sabanas, ella se movia, tal vez dejaba de darle la espalda a esa cuna odiada. Cargo el fardo en el brazo derecho y se volvio. Despeinada y amarillenta, su mujer reptaba para sentarse. No le quitaba la vista de encima, pero seguia muda. El avanzo hasta la puerta. Antes de abandonar el dormitorio, se giro de nuevo para que viera a la criatura. --Llevatelo. --Tenia la voz rasposa, como si no solo se le hubiese cortado la leche, sino que se hubiera secado toda--. !Vete! !Llevatelo! --Un grito de papel de lija antes de cerrar los ojos. Salio. Bajo la escalera de piedra que llevaba a la planta inferior. Sus dos hijos se habian apostado frente a la puerta de la casa. Dos pequenos centinelas temblorosos. El mayor tenia seis anos; el pequeno, tres. Cogidos de la mano, miraban el bulto del que salia un debil sonido. Se calo el sombrero de fieltro sin soltar al bebe, ya que veia en los ojos de los hermanos la decision de arrebatarselo, y se planto delante de ellos. El mayor levanto la vista implorante; el pequeno bajo la cabeza para contemplar sus recias botas engrasadas con manteca. En uno reconocio su mismo remolino de pelo en la coronilla; en el otro, la forma de la nariz. Tambien la boca, el grueso labio inferior que temblaba al hablar. --No se lo lleve, padre. Le respondio que era mejor para todos. --Por favor, padre. Le dijo que era mejor tambien para la criatura que, de lo contrario, moriria. --No es culpa de Ximo, padre. Fue la bestia que entro en la casa y… Y callo para siempre al recibir la bofetada. --No se contradice tres veces a un padre --le grito al hijo, mientras se lo gritaba a si mismo para convencerse de que esa y no otra habia sido la razon de su manotazo. El golpe lanzo al mayor hacia la derecha y lo arranco de la mano del pequeno, quien se aparto hacia el otro lado mientras repetia en un murmullo <>, y se cubria la cara con el brazo recien liberado. El hizo como si no lo hubiera oido pronunciar las palabras prohibidas y abrio la puerta. Los hijos quedaron dentro, pegados a la hoja. Dos pequenos centinelas inanes. El llanto del bebe arranco de nuevo al salir de la casa, como si supiera que no iba a volver nunca mas. El padre habia cargado las alforjas de la mula con ropa para la criatura. La habia cogido sin fijarse en si era grande o pequena, gruesa o delgada; ni siquiera en si los otros dos todavia la necesitaban. Ya les traeria cosas nuevas cuando bajase a Castellon. Habia metido tambien unas mantas, una piel de borrego y, cada vez mas confuso, incluso una boina que habia sido de su suegro. Bajo la calle empinada al final de la cual vivian. La nieve de la noche estaba todavia intacta y acolchaba sus pasos y los de la mula. Aun asi, el crujido lanoso debajo de las botas proclamaba a cada paso las silabas de su verguenza. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. El sonido que debia de acompanar el resto de su vida a los padres cobardes de los cuentos. Se detuvo un momento al llegar a la esquina de la plaza. Tambien estaba desierta, si bien cruzada por huellas madrugadoras de personas y animales. Dio un suave tiron a la brida de la mula y siguio caminando. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. Estuvo a punto de dar media vuelta para dejar de oir esas silabas. No lo hizo. Un paso mas, otro y otro. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. La enorme sombra que proyectaba una iglesia desmesurada en un pueblo tan pequeno no era lo bastante oscura para ocultarlo a el con su paquete en brazos. En la fachada, siete hornacinas: dos entre los pares de columnas que flanqueaban la puerta; cinco alineadas sobre el portal. Todas vacias. Ningun santo que le ofreciera una mirada de indulgencia o le levantase un dedo amonestante. El chirrido de unos goznes que despertaban entumecidos le hizo volver la cabeza a la izquierda. La duena de la tienda de ultramarinos, al otro lado de la plaza, salia a barrer la nieve y, tras un saludo mudo, se quedo observandolo con los brazos cruzados y la cabeza ladeada como un grajo. Paso de largo. Un mensajero invisible habia avisado a los vecinos. A pesar de la hora temprana, los visillos se apartaron sin disimulo en una de las casas de la calle Mayor. Paso de largo. Bajo las arcadas, la sombra de la boina sobre los ojos del viejo panadero fingia la indiferencia con que se contempla todo aquello de lo que se hablara despues en voz baja. Paso de largo. Unas casas mas adelante se abria la puerta de la taberna y dejaba escapar una vaharada de tabaco y vino. El remolino de rumores acres encerrados alli toda la noche le rozo los oidos antes de morir en el aire helado. Es el hijo de… dicen que la bestia… dicen que los ojos… dicen que la madre… dicen que… verguenza. Oprobio. Paso de largo. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. Al doblar la esquina para tomar el camino al mas, dos mujeres enlutadas, cobijadas detras de la hoja baja del porton de la casa, se santiguaron al verlo con el bulto gimiente en el brazo derecho. Mudas, como su esposa, como el pueblo entero, mientras el estuviera presente para mirarles a la boca. A su espalda las voces se arrastrarian unas a otras con el estrepito sordo de los aludes. Miralo, miralo, se lo lleva a la madre, al mas, fuera, lejos de Vistabella. Paso de largo. La nieve cubria los tejados, los alfeizares, los arcos de piedra de las puertas; de algunos balcones colgaban afilados carambanos. Dejo atras las calles angostas y las casas apretujadas, apoyadas unas en las otras como si temieran caer cuesta abajo. Tomo el camino de San Juan de Penagolosa. O-pro-bio-o-pro-bio-o-pro-bio. Para llegar al mas tenia que pasar por delante del cementerio. Trato en vano de acelerar el paso. La cruz de piedra sobre una columna frente a la portada de acceso estaba torcida, vencida por el peso del frio, que tambien aplastaba las tejas de la ermita contigua. En el campanario vacio, una urraca que lo seguia desde que habia abandonado el pueblo lanzo un graznido aspero, como la voz de su esposa. Se detuvo en seco. Le habia parecido vislumbrar una sombra deslizandose entre la pared del cementerio y el porche de la ermita. Esta vez fue la mula, llevada por la inercia del paso, la que lo obligo a seguir. Temeroso de que los muertos le reclamasen lo que casi era suyo, empezo a cantar. Seria la unica vez que cantaria a ese hijo. La vibracion del pecho del padre lo desperto. El bebe emitio un gorjeo. Seria el unico sonido de gozo que el padre iba a escucharle. Paso de largo del cementerio. Tras cruzar unos bancales en los que incluso los resquicios entre las piedras estaban cubiertos de nieve, llego al bosque y dejo de cantar. Los pies se le hundian y tenia que arrancarlos a la fuerza de una masa humeda empenada en dificultarle cada paso. Date la vuelta. Regresa. Date la vuelta. Decian ahora los crujidos bajo sus botas. Morira. Lo dejara morir. Respondia cada vez. Apretado contra su pecho, el bebe dormia. La urraca lo seguia y marcaba su camino en el aire; cada graznido negro un insulto, para que todos supieran. Por ahi va. Se aleja. Por ahi va. Se lo lleva. Volvera con las manos vacias. Tomo la pista de tierra que llevaba al mas en el que se habia criado. Avisada por las voces de la urraca, la abuela se habia asomado y lo vio acercarse. Una mancha negra al principio; despues distinguio la figura humana y la mula que se movian penosamente en la nieve. Reconocio a su hijo; le parecio, por la posicion del brazo, que portaba algo, pero no podia imaginarse que le traia a un nieto. Y, a pesar de que ella se sentia demasiado vieja para criar a un nino, no estaba dispuesta a que muriera de hambre porque la nuera le tuviera miedo. Porque sentia que con cada gota de leche le robaba la vida, decia, porque estaba maldito, decia. --Porque tiene esos ojos… --anadio el padre mientras dejaba el fardo en los brazos de la abuela. En ese momento la criatura se desperto y la miro. La abuela se estremecio, pero lo apreto con mas fuerza contra su cuerpo. --Entonces, que sepas que renuncias a el. El habia asentido sin poder apartar la mirada de la criatura. --A partir de ahora este nino sera mio, el mio. Los otros ya no me interesan en absoluto. Y ahora, vete --le ordeno a su hijo. Tambien le dijo que se llevara toda la ropa que habia traido. --Si me vive, yo le hare y le comprare ropa nueva. Lo mantuvo con vida con leche de oveja diluida hasta que consiguio que lo amamantara una nodriza que hizo venir de otro pueblo durante medio ano. Como ya habia corrido la voz de que el padre lo habia sacado de casa porque la madre le tenia miedo, la nodriza le abrio la boca para comprobar que no tuviera dientes y le pidio a la abuela un pago mas alto y quedar libre de hacer tareas pesadas en la casa. Mientras lo amamantaba le tapaba los ojos con un panuelo. Por si acaso. Y los rumores fueron creciendo a la par que el nino. Porque tenia los ojos verdes y el pelo de color pajizo, porque aprendio muy pronto a caminar, porque era algo mas pequeno que otros ninos de su edad, pero mas fuerte que otros mayores, porque hablaba poco y miraba con fijeza. Porque todos recordaban la noche en que la bestia habia entrado en la casa de la familia, esa en la que el no vivia.

  • Sentada al borde de la cama de Roberto Sanchez

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    No lo podia entender. No me cabia en la cabeza que hubieras dejado tu vida en mis manos. Y menos que lo hubieras escrito en ese papel del demonio. Era imposible que supieras nada cuando lo firmaste. Al dia siguiente se cumplia el plazo, Marta. Se habia empezado a descubrir toda la verdad sobre ti, sobre mi. Quedaban veinticuatro horas para que me dieras alguna senal y tomara una decision. Si hubieras podido oirme, habria bastado ese tiempo para ponerte al dia de lo que ocurrio desde que entraste en ese sueno profundo, en ese silencio que te estaba matando a ti y que nos habia condenado a las dos. Me costo reconocerte. Quizas porque entre deslumbrada. Llegue con los ojos llorosos, como se me ponen cada ano por esas fechas cuando empieza la primavera lanosa de Madrid. Vi el numero en la puerta: 227. Como para no creer en las casualidades. El veintidos, Marta, el de la suerte. Y el veintisiete, el que nos salvo una vez; tu numero fetiche. Entre mi conjuntivitis y la media luz, no me habia fijado, pero aquella habitacion tenia hechuras de una suite de hotel a la que hubieran ido vaciando poco a poco; ahora un cuadro, mas tarde un aplique, manana una alfombra, hasta que la dejaron unicamente con lo puesto, en los huesos. Como estabas tu. Pero una suite, al fin y al cabo. Llevabas un ano ajena a todo, dormida, inmovil, en mitad de aquel vacio, en una cama pequena, diminuta, amarrada a la vida por un lio de cables y tubos. Olia a clavo y a zotal. A consulta de dentista. Tambien habia algo tuyo en el ambiente. Me transporto a mil momentos, aunque se me agolpaban todos y ninguno era capaz de colocarse en su sitio. Lo intento ahora al escribirlo. Observe un frasco medio abierto de tu perfume de toda la vida sobre el estante inferior, junto a un liquido desinfectante y tu reloj de pulsera que seguia parado. A saber desde cuando. Por la hora podria ser desde el instante fatal. Me costo reaccionar. Me debati entre dar aquel paso o salir huyendo. Cuando estaba a punto de sentarme junto a ti, volvi una vez mas hacia la puerta para preguntar cuanto tiempo podia quedarme. Desee que me dijeran, marchese, vayase cuando quiera. En cambio, me respondieron que estuviera tranquila, que me tomase mi tiempo: <>. Me temblaba todo. Queria que despertaras. Lo deseaba, y sin embargo te hablaba en susurros, como cuando me colaba a hurtadillas en tu habitacion a la hora de la siesta. Pero no vi tus zapatillas ni a un lado ni otro de la cama, ni tuve que apartar tus trapitos que habrian estado hechos un higo, tal cual hubieran caido en aquel galan que era otro esqueleto, o revueltos de cualquier manera sobre la butaca en la que deje el bolso. Un sillon abatible para las visitas. Me hubiera quedado a dormir alli mas de una noche, pero sabes que no podia correr ese riesgo. Llevaba los documentos que habia leido millones de veces. Los entendia menos que los valores de las dos pantallas que te custodiaban. Respecto a estas, supuse que todo estaria bien mientras fueran marcando una misma cadencia, mientras no saltara la alarma y se llenara todo aquello de enfermeras. Imagino que tambien de policias. Me fio de ti. De lo que escribiste. Por muy sospechoso que resultara que antes del accidente hubieras sido capaz de dejar las instrucciones sobre tu legado dispuestas con tanta precision. Si descartamos la brujeria, no se me ocurre ninguna otra posibilidad. He barajado muchas hipotesis, pero no dejan de ser conjeturas. Ninguna de ellas esta exenta de cierta dosis de conspiranoia. Y no faltan razones para alimentarlas: desde tu posible conexion con las tramas corruptas del excomisario Bermejo, a tu peligrosa cercania con el ministro del que fuiste companera de pupitre. No habia aparecido todavia el tipo del tatuaje, el que conducia el Tiguan de color negro. No habia sido capaz de encontrarlo. Tampoco quedaba rastro del dinero. Cada manana, cuando me despertaba, lo unico que sabia es que era martes, o lunes, o jueves ...y que me llamaba Alicia. Poco mas. Me sorprendia alli, donde fuera, boca abajo, restregandome con una almohada desconocida, intentando recordar donde habia dormido. Hundia bien la nariz y aspiraba con fuerza. Nunca me resultaba familiar la funda aspera de turno que habrian lavado mil veces, aunque no recientemente. Digo mil porque es cuando empiezan a brotarle esas pequenas borlitas con las que me aranaba las mejillas. Era la casa de un hombre. Otro mas. Un tipo que ni siquiera habia tenido el detalle de colocar unas sabanas limpias. Aquellas desprendian un olor espeso, con una solera que no se consigue facilmente. Mira que hay que vestir una cama durante muchos dias seguidos y que no le hayan concedido ni unos minutos diarios de ventilacion para llegar a acumular ese buque al que me refiero. !Que asco, por Dios! Bueno, esas no serian precisamente las blasfemias que saldrian de mi boca unas horas antes, cuando las hubiera mordido con todas mis fuerzas, cuando estuviera poniendo de mi parte para aumentar el pozo sin fondo de germenes que acumulaba. Soy asi de generosa cuando me lo estan dando todo, ya lo sabes. A ese tipo tambien le habria dicho que me llamaba Alicia. Una de todas esas Alicias en las que me habia convertido durante ese ano. Todas las que habian estado buscando a nuestro hombre. He perdido la cuenta de las mentiras a las que he tenido que recurrir para llegar a saber la verdad, Marta. En ninguna de esas citas habia sido quien soy para quienes creen conocerme: la mujer que acaba de cumplir los cuarenta --cuarenta y pocos--, la profesional de exito, la de la envidiable solvencia economica para los tiempos que corren; esa tipa con una formacion solida, leida, cultivada, intelectualmente inquieta, con ciertas necesidades culturales. Y sin abuela que estoy. Eso es. Empece sin una idea sobre lo que podia ocurrirme. Sin prejuicios. Total, era una mujer soltera, sin obligaciones ni ataduras sentimentales; que seguia sin conocer lo que es tener una relacion estable; que sabia que a su edad eso no es muy normal; que no esta bien visto socialmente; que levanta sospechas. Todavia hoy en dia. Sobre todo, en una mujer. Das pie a que te tachen de rarita, a que les des mala espina y quieran salir huyendo. <>, se pregunta el personal. Sabes que no soy de esas que tienen aversion a las de su especie. En todo caso soy algo timida. Me obsesiono por el que van a pensar de mi si hago esto o si digo aquello otro. Quizas sea esa la coraza con la que me protejo de mis inseguridades y mis complejos y la que acaba dando una idea bastante distorsionada de mi; de una persona altiva o distante. Eso recuerdo que me dijiste nada mas conocernos, Marta. O Dolly, porque en la Facultad de Derecho todos te llamaban asi. ?De donde te venia? De muneca, explicabas; que asi te habian bautizado en el instituto de Connecticut donde cursaste el equivalente al COU espanol. Claro que, con el tiempo, cualquiera que llegara a conocerte sabia que era mucho mas cauto poner en cuarentena todas las anecdotas con las que tu misma, cuando no tus hagiografos, contribuyeron a alargar la sombra de tu carisma hasta convertirte en una leyenda. Habia que ir con sumo cuidado al aproximarse a tu perfil, no fuera a ser que acabara contaminado por alguno de esos bulos prenados de intencion. Tambien me dedique a eso: a indagar. Porque siempre habia dado por bueno lo que me contaste sobre tu pasado. ?Por que tendria que dudar? Supuse que el hecho de ser una profesional del engano no obliga a ser una mentirosa compulsiva con la gente que quieres. Hemos sido amigas y me has querido, ?verdad, Marta? A grandes rasgos, si una se pone a bucear en tu biografia, parece que no existe ninguna duda de que Marta Suarez Enjuanes nacio en Elche, en 1976. Hija de Margarita, aparadora de calzado de profesion, y de un viajante de comercio al que nunca llegaste a conocer. O sea, a efectos de inventario, toda la vida has llevado a cuestas el sambenito que se le pone en los pueblos a las hijas de madres solteras. Porque poco o muy poquito se sabia de quien te habia dado el Suarez del primer apellido. Nunca te contaron ni tan siquiera que tipo de estampados, de telas o de pulimentos llevaba ese vendedor en su cartera. El tal Suarez dejo de dar senales de vida despues de recibir la noticia de que de su ultima visita no habia fructificado unicamente un pedido millonario de los que solia facturar a Calzados Anton. Ahi entrariamos en el capitulo de las especulaciones. Ninguna probada. Aunque me contaste, con cierta guasa, que habia dos teorias que corrian como la polvora y con mejor suerte que el resto: las dos tenian en comun tu parecido con el propio patron de la marca, con Amadeo Anton, una retirada que iba algo mas alla de la casualidad. Mas adelante descubriste que tambien teniais maneras de proceder muy similares. Eso mismo, tal cual me lo confiaste, lo pude corroborar sobre el terreno. Alli volvi a oir la hipotesis que sostiene que nunca hubo un Suarez como tal, sino que tu serias la consecuencia de la furtiva relacion de tu madre, Margarita, con el patriarca de la empresa. Una relacion consentida por su mujer. ?Consentida? ?Por que? Al parecer, a cambio de que Amadeo Anton no le pusiera a ella cortapisas a sus pulsiones amatorias, que iban en direccion contraria, ya me entiendes. Las verdaderas preferencias sexuales de la senora eran conocidas, pero tanto los padres de uno como de otra no las tuvieron en cuenta. Es mas, las pisotearon cuando arreglaron la boda entre ellos. Lo hicieron con noble intencion de salvar su alma. Tambien para que no se diluyera la sociedad patrimonial que sumarian entre las dos familias. Pero, chica, sigue teniendo peso y hace furor entre el chafardeo la otra escuela, la que argumenta realmente eras nieta de Amadeo Anton, nada de hija. Porque este, en uno de sus escarceos extramaritales, dejo embarazada a una alemana que, camino de Denia para embarcar hacia las islas y perder sus rumbos en las playas ibicencas, recalo en Elche sin saber muy bien ni como ni por que. E igual que aquel destino no entraba en sus planes, tampoco le encajaba en su futuro idealizado lo de cargar con la criatura del bombo que se llevaba de recuerdo. A Anton no le resulto dificil convencerla de que volara ligera y que dejara a su cargo al bebe; tu madre, a la postre. Puso en el empeno una dosis de afilada labia, incluida una sutil insinuacion que quizas a alguien muy quisquilloso le podria haber sonado como un principio de extorsion. Tambien puso en la mochila de la alemana un argumento muy atractivo: un rulo de billetes de mil pesetas. Asi se las gastaba el abuelo.

  • No te dejare atras de Linda Howard

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  • Ecos de muerte de Anne Perry

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    Vuelve la autora por excelencia del crimen victoriano.

  • Cuatro meses de

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    Sinopsis de “Cuatro Meses” Cuando Kevin Conor llega a Barcelona en Octubre de 2.015 como joven periodista enviado por la editorial Dreams de los Estados Unidos para trabajar en la biografia del centenario Thomas Levi, ni siquiera intuye lo importante que va a ser esta experiencia en su carrera profesional. De la mano de Levi, un escritor hispano-estadounidense de prestigio mundial, y durante cuatro meses, va a emprender un viaje por algunos hechos transcendentes en la historia del mundo durante el siglo XX, en los que se vio implicado el escritor, sus familiares y sus amigos. A Conor se le ofrece la oportunidad de conocer directamente de un superviviente muchos de los hechos historicos recientes que para las generaciones mas jovenes se va disolviendo en ese pasado abstracto con el que no se siente una vinculacion especial. Thomas Levi es uno de los ultimos de esa generacion que como si fuese agua se nos va escapando entre los dedos poco a poco, desapareciendo de nuestro mundo. Pero esta novela no es tan solo un relato de hechos historicos ya que estos son el paisaje en los que se desarrolla una historia de amor y amistad que marcara para siempre la vida de todos ellos. Thomas Levi, al compartir su vida con el joven escritor le introduce en la riqueza de las relaciones personales de todo tipo: romanticas, familiares y de amistad mostrandole el gran valor que en su caso particular, ha tenido para poder vivir una vida tan plena como la suya a pesar de guerras y exilios. Alex, Agnes o Ada le acompanan durante practicamente toda la vida. Ademas de la mano de Thomas, viajan desde el Cardedeu (pueblo de la provincia de Barcelona) del primer tercio del siglo XX al Paris de los anos 30 anterior a la invasion nazi, la Espana de postguerra, la Europa que ha sufrido el nazismo y la vida moderna en Boston y Los Angeles. Todo esto es contemporaneo con el enamoramiento entre el periodista americano y la doctora que rige el centro en el que se encuentra Thomas en sus ultimos dias y con las presiones que recibe desde la editorial para que no se salga de las lineas marcadas en la elaboracion de la biografia. Un final sorprendente e inesperado cierra la obra.

  • Rialto, 11 de Belen Rubiano

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    Un dia de principios de otono de 2002, la luz de una pequena y recondita libreria de la plaza del Rialto de Sevilla se apago, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora habia empezado a vender libros diez anos antes en otras librerias, donde aprendio muchas cosas, ademas de su oficio. En la sucesion de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocacion que le llevo a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con candida sinceridad, porque salvo la satisfaccion de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como habia sonado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero tambien hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrias. Ante todo, la valia de estas paginas, que el lector recorrera entre la carcajada libre y la mas profunda empatia, reside en la vitalidad y el personalisimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devocion por los libros y de como uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueno.

  • Mas que una condena: 2 (Trilogia Sin mentiras), Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton de Norah Carter

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  • No me ames 3 de Norah Carter

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    Habian pasado diez dias desde que Lucia se habia plantado en mi casa para contarme lo que habia sucedido. Las lagrimas arrasaban mi cara y vi tambien como Lucia se estremecia al relatarme con todo lujo de detalles aquella historia terrible que me dejaba a mi como una mierda. Eso es. Yo me sentia como una mierda. No se puede definir mejor. Lucia me abrazo y yo cai al suelo como una marioneta a la que le han cortado los hijos. Ahora era un pelele en manos de todos. Mis sentimientos parecian no importar a nadie. Jamas me habia sentido asi. Ni siquiera cuando Jordi me dejo despues de unos dias de ensueno. No se podia caer mas bajo. No se podia. ?Que clase de vida me esperaba ahora? Lucia no sabia que decir. Por primera vez en mi vida, habia visto que Lucia era incapaz de animarme. Queria abrazarme, pero no podia levantarme del suelo. No entendia sus frases entrecortadas porque el dolor le impedia hablar con claridad. ?Que me importaba vivir ahora? ?Que importaba? Ella tambien se puso a llorar al verme asi. El destino volvia a cebarse conmigo. Y lo peor de todo es que yo tenia razon cuando dije que me daba miedo tanta felicidad. Jordi me prometio que aquello era parte de mi pesimismo y que yo merecia todo, que, a partir de ahora, todos los dias iban a ser tan dichosos y maravillosos como los del crucero junto a Alex y mis amigas de toda la vida. Necesitaba el calor de mis padres. No queria quedarme sola. No queria quedarme sola en esa cama, en esa cocina, que tantos recuerdos me evocaba. Lucia se quedo aquel dia conmigo. No queria dejarme sola y esa euforia y alegria que siempre me transmitia se volvio en una tristeza y en un silencio que no eran propios de ella. --No se que decir en estos momentos, Erika. No puedo bromear sobre esta situacion porque se lo que sientes por este hombre. Ha sido una putada, pero sabes que yo no voy a separarme de ti -- dijo Lucia con una leve sonrisa en los labios. --El mal ya esta hecho, Lucia, y siento que estoy atrapada en una telarana. Cualquier movimiento solamente empeorara las cosas -- anadi yo sin dejar de llorar, recordando cada una de las promesas que aquel cabron me hizo. --Nunca he pasado por algo asi. He roto con chicos, pero, salvo con Yosuf, nunca he tenido un compromiso serio con nadie. Mas de una vez te he dicho que me daba miedo vivir en pareja o casarme. Te admiro en el fondo. --?Por que me admiras, Lucia? --Porque has arriesgado. Has sido una mujer que siempre has arriesgado y, pese a los reveses que te ha dado la vida, siempre te has levantado y eso es vivir, Erika. Vivir es eso -- dijo ella con inteligencia, mirandome fijamente mientras intentaba abrazarme de nuevo para que yo me refugiara en sus brazos. --No sabes lo que te agradezco lo que me dices. Siempre tienes palabras para aliviarme, Lucia. --Pero no puedo animarte como acostumbro. Esta situacion me supera como superaria a cualquiera. --Pero estas aqui conmigo. La soledad me va a matar. --Vente a vivir conmigo, Erika. No te lo pienses -- dijo ella con decision. --Te lo agradezco, pero ahora quiero alejarme de aqui, Lucia. No te ofendas, pero necesito otro tipo de carino. --Como quieras, pero no pierdas el contacto con nosotras, por favor, y no preocupes demasiado a tus padres. Debes levantarte y lo haras porque siempre lo haces -- dijo Lucia besandome en una de mis mejillas mientras las lagrimas cesaban al fin de derramarse. Despues de aquel dia fatidico, yo me habia instalado en casa de mis padres para encontrar en ellos el consuelo que solo unos padres saben dar. Me apetecia volver a ser la nina mimada que con tanto carino habian protegido durante la infancia y la adolescencia. Siempre vi en la casa de mis padres un refugio en el que nada ni nadie me haria dano. Era como volver al vientre materno. Me sincere con ellos y les conte toda la historia completa. Les dolio mucho que estuviese atravesando por esos momentos y se volcaron de una manera sorprendente en intentar ayudarme. Estaban pendientes de mi en todo momento. Me preocupaba, como me habia advertido Lucia, esa actitud de mis padres. Realmente estaban muy preocupados y quiza yo no estaba haciendo lo correcto refugiandome alli. Cualquier decision que tomara en ese momento tenia consecuencias negativas para mi y para los que me rodearan. Lucia y Carmen estaban tambien muy pendientes de mi por telefono, pero evitaban hablar del tema. La verdad es que era lo mejor, pues yo no queria saber absolutamente nada de el.

  • El prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafon

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    Aquel ano a la Navidad le dio por amanecer todos los dias de plomo y escarcha. Una penumbra azulada tenia la ciudad, y la gente pasaba de largo abrigada hasta las orejas y dibujando con el aliento trazos de vapor en el frio. Eran pocos los que en aquellos dias se detenian a contemplar el escaparate de Sempere e Hijos y menos todavia quienes se aventuraban a entrar y preguntar por aquel libro perdido que les habia estado esperando toda la vida y cuya venta, poesias al margen, hubiera contribuido a remendar las precarias finanzas de la libreria. --Yo creo que hoy sera el dia. Hoy cambiara nuestra suerte --proclame en alas del primer cafe del dia, puro optimismo en estado liquido. Mi padre, que llevaba desde las ocho de aquella manana batallando con el libro de contabilidad y haciendo malabarismos con lapiz y goma, alzo la vista del mostrador y observo el desfile de clientes escurridizos perderse calle abajo. --El cielo te oiga, Daniel, porque a este paso, si perdemos la campana de Navidad, en enero no vamos a tener ni para pagar el recibo de la luz. Algo vamos a tener que hacer. --Ayer Fermin tuvo una idea --ofreci--. Segun el es un plan magistral para salvar la libreria de la bancarrota inminente. --Dios nos coja confesados. Cite textualmente: --A lo mejor si me pusiera yo a decorar el escaparate en calzoncillos conseguiriamos que alguna femina avida de literatura y emociones fuertes entrase a hacer gasto, porque dicen los entendidos que el futuro de la literatura depende de las mujeres, y vive Dios que esta por nacer famula capaz de resistirse al tiron agreste de este cuerpo serrano --enuncie. Oi a mi espalda como el lapiz de mi padre caia al suelo y me volvi. --Fermin dixit --anadi. Habia pensado que mi padre iba a sonreir ante la ocurrencia de Fermin, pero al comprobar que no parecia despertar de su silencio le mire de reojo. Sempere senior no solo no parecia encontrarle gracia alguna a semejante disparate sino que habia adoptado un semblante meditabundo, como si se planteara tomarselo en serio. --Pues mira por donde, a lo mejor Fermin ha dado en el clavo --murmuro. Le observe con incredulidad. Tal vez la sequia comercial que nos habia azotado en las ultimas semanas habia terminado por afectar el sano juicio de mi progenitor. --No me digas que le vas a permitir pasearse en gayumbos por la libreria. --No, no es eso. Es lo del escaparate. Ahora que lo has dicho, me has dado una idea... Quiza aun estemos a tiempo de salvar la Navidad. Le vi desaparecer en la trastienda y al poco regreso pertrechado de su uniforme oficial de invierno: el mismo abrigo, bufanda y sombrero que le recordaba desde nino. Bea solia decir que sospechaba que mi padre no se habia comprado ropa desde 1942 y todos los indicios apuntaban a que mi mujer estaba en lo cierto. Mientras se enfundaba los guantes, mi padre sonreia vagamente y en sus ojos se percibia aquel brillo casi infantil que solo conseguian arrancarle las grandes empresas. --Te dejo solo un rato --anuncio--. Voy a salir a hacer un recado. --?Puedo preguntar adonde vas? Mi padre me guino el ojo. --Es una sorpresa. Ya veras. Lo segui hasta la puerta y lo vi partir rumbo a la Puerta del Angel a paso firme, una figura mas en la marea gris de caminantes navegando por otro largo invierno de sombra y ceniza. 2 Aprovechando que me habia quedado solo decidi encender la radio para saborear algo de musica mientras reordenaba a mi gusto las colecciones de los estantes. Mi padre creia que tener la radio puesta en la libreria cuando habia clientes era de poco tono, y si la encendia en presencia de Fermin, este se lanzaba a canturrear saetas a lomos de cualquier melodia --o, peor aun, a bailar lo que el denominaba << ritmos sensuales del Caribe>> --, y a los pocos minutos me ponia los nervios de punta. Habida cuenta de aquellas dificultades practicas, habia llegado a la conclusion de que debia limitar mi goce de las ondas a aquellos raros momentos en que, aparte de mi y de varias decenas de miles de libros, no habia nadie mas en la tienda. Radio Barcelona emitia aquella manana una grabacion clandestina que un coleccionista habia hecho del magnifico concierto que el trompetista Louis Armstrong y su banda habian dado en el hotel Windsor Palace de la Diagonal tres Navidades atras. En las pausas publicitarias, el locutor se afanaba en etiquetar aquel sonido como llass y advertia que algunas de sus sincopas procaces podian no ser apropiadas para el consumo del oy ente nacional forjado en la tonadilla, el bolero y el incipiente movimiento ye-ye que dominaban las ondas del momento. Fermin solia decir que si don Isaac Albeniz hubiera nacido negro, el jazz se habria inventado en Camprodon, como las galletas en lata, y que, junto con aquellos sujetadores en punta que lucia su adorada Kim Novak en algunas de las peliculas que veiamos en el cine Femina en sesion matinal, aquel sonido era uno de los escasos logros de la humanidad en lo que llevabamos de siglo XX. No se lo iba a discutir. Deje pasar el resto de la manana entre la magia de aquella musica y el perfume de los libros, saboreando la serenidad y la satisfaccion que transmite el trabajo simple hecho a conciencia. Fermin se habia tomado la manana libre para, segun el, ultimar los preparativos de su boda con la Bernarda, prevista para principios de febrero. La primera vez que habia planteado el tema apenas dos semanas atras todos le habiamos dicho que se estaba precipitando y que con prisas no se llegaba a ninguna parte. Mi padre trato de convencerle para posponer el enlace por lo menos dos o tres meses argumentando que las bodas eran para el verano y el buen tiempo, pero Fermin habia insistido en mantener la fecha alegando que el, especimen curtido en el recio clima seco de las colinas extremenas, transpiraba profusamente llegado el estio de la costa mediterranea, a su juicio semitropical, y no veia de recibo celebrar sus nupcias con lamparones del tamano de torrijas en el sobaco. Yo empezaba a pensar que algo extrano tenia que estar sucediendo para que Fermin Romero de Torres, estandarte vivo de la resistencia civil contra la Santa Madre Iglesia, la banca y las buenas costumbres en aquella Espana de misa y NO-DO de los anos cincuenta, manifestase semejante urgencia en pasar por la vicaria. En su celo prematrimonial, habia llegado al extremo de hacer amistad con el nuevo parroco de la iglesia de Santa Ana, don Jacobo, un sacerdote burgales de ideario relajado y maneras de boxeador retirado al que habia contagiado su desmedida aficion por el domino. Fermin se batia con el en timbas historicas en el bar Almirall los domingos despues de misa, y el sacerdote reia de buena gana cuando mi amigo le preguntaba, entre copa y copa de aromas de Montserrat, si sabia a ciencia cierta si las monjas tenian muslos y si de tenerlos eran tan mollares y mordisqueables como venia el sospechando desde la adolescencia. --Va a conseguir usted que lo excomulguen --le reprendia mi padre--. Las monjas ni se miran ni se tocan. --Pero si el mosen es casi mas golfo que yo --protestaba Fermin--. Si no fuese por el uniforme... Andaba y o recordando aquella discusion y tarareando al son de la trompeta del maestro Armstrong cuando oi que la campanilla que habia sobre la puerta de la libreria emitia su tibio tintineo y levante la vista esperando encontrar a mi padre, que regresaba y a de su mision secreta, o a Fermin listo para incorporarse al turno de tarde. --Buenos dias --llego una voz, grave y quebrada, desde el umbral de la puerta. 3 Al contraluz de la calle, su silueta semejaba un tronco azotado por el viento. El visitante vestia un traje oscuro de corte anticuado y dibujaba una figura torva apoy ada en un baston. Dio un paso al frente, cojeando visiblemente. La claridad de la lamparilla que reposaba sobre el mostrador desvelo un rostro agrietado por el tiempo. El visitante me observo unos instantes, calibrandome sin prisa. Su mirada tenia algo de ave rapaz, paciente y calculadora. --?Es usted el senor Sempere? --Yo soy Daniel. El senor Sempere es mi padre, pero no esta en estos momentos. ?Puedo ayudarle en algo? El visitante ignoro mi pregunta y empezo a deambular por la libreria examinandolo todo palmo a palmo con un interes ray ano en la codicia. La cojera que le afligia hacia pensar que las lesiones que se ocultaban bajo aquellas ropas eran palabras may ores. --Recuerdos de la guerra --dijo el extrano, como si me hubiese leido el pensamiento. Lo segui con la mirada en la inspeccion de la libreria, sospechando donde iba a soltar anclas. Tal y como habia supuesto, el extrano se detuvo frente a la vitrina de ebano y cristal, reliquia fundacional de la libreria en su primera encarnacion alla por el ano 1888, cuando el tatarabuelo Sempere, entonces un joven que acababa de regresar de sus aventuras como indiano por tierras del Caribe, habia tomado prestado dinero para adquirir una antigua tienda de guantes y transformarla en una libreria. Aquella vitrina, plaza de honor de la tienda, era donde tradicionalmente guardabamos los ejemplares mas valiosos. El visitante se aproximo lo suficiente a ella como para que su aliento se dibujase en el cristal. Extrajo unos lentes que se llevo a los ojos y procedio a estudiar el contenido de la vitrina. Su ademan me recordo a una comadreja escudrinando los huevos recien puestos en un gallinero. --Bonita pieza --murmuro--. Debe de valer lo suy o. --Es una antiguedad familiar. May ormente tiene un valor sentimental -- repuse, incomodado por las apreciaciones y valoraciones de aquel peculiar cliente que parecia tasar con la mirada hasta el aire que respirabamos. Al rato guardo los lentes y hablo con un tono pausado. --Tengo entendido que trabaja con ustedes un caballero de reconocido ingenio. Como no respondi inmediatamente, se volvio y me dedico una de esas miradas que envejecen a quien las recibe. --Como ve, estoy solo. Quiza si el caballero me dice que titulo desea, con muchisimo gusto se lo buscare. El extrano esgrimio una sonrisa que parecia cualquier cosa menos amigable y asintio. --Veo que tienen ustedes un ejemplar de El conde de Montecristo en esa vitrina. No era el primer cliente que reparaba en aquella pieza. Le endose el discurso oficial que teniamos para tales ocasiones. --El caballero tiene muy buen ojo. Se trata de una edicion magnifica, numerada y con laminas de ilustraciones de Arthur Rackham, proveniente de la biblioteca personal de un gran coleccionista de Madrid. Es una pieza unica y catalogada. El visitante escucho con desinteres, centrando su atencion en la consistencia de los paneles de ebano de la estanteria y mostrando claramente que mis palabras le aburrian. --A mi todos los libros me parecen iguales, pero me gusta el azul de esa portada --replico con tono despreciativo--. Me lo quedare. En otras circunstancias hubiese dado un salto de alegria al poder colocar el que probablemente era el ejemplar mas caro que habia en toda la libreria, pero habia algo en la idea de que aquella edicion fuese a parar a manos de aquel personaje que me revolvia el estomago. Algo me decia que si aquel tomo abandonaba la libreria, nunca nadie iba a leer ni el primer parrafo. --Es una edicion muy costosa. Si el caballero lo desea le puedo mostrar otras ediciones de la misma obra en perfecto estado y a precios mas asequibles. Las gentes con el alma pequena siempre tratan de empequenecer a los demas y el extrano, que intui que hubiera podido ocultar la suya en la punta de un alfiler, me dedico su mas esforzada mirada de desden. --Y que tambien tienen la portada azul --anadi. Ignoro la impertinencia de mi ironia. --No, gracias. El que quiero es ese. El precio no me importa. Asenti a reganadientes y me dirigi hacia la vitrina. Extraje la llave y abri la puerta acristalada. Podia sentir los ojos del extrano clavados en mi espalda. --Todo lo bueno siempre esta bajo llave --comento por lo bajo. Tome el libro y suspire. --?Es coleccionista el caballero? --Podria decirse que si. Aunque no de libros. Me volvi con el ejemplar en la mano. --?Y que colecciona el senor? De nuevo, el extrano ignoro mi pregunta y extendio el brazo para que le entregase el libro. Tuve que resistir el impulso de regresar el libro a la vitrina y echar la llave. Mi padre no me habria perdonado que hubiese dejado pasar una venta asi con los tiempos que corrian. --El precio es de treinta y cinco pesetas --anuncie antes de tenderle el libro con la esperanza de que la cifra le hiciera cambiar de opinion. Asintio sin pestanear y extrajo un billete de cien pesetas del bolsillo de aquel traje que no debia de valer ni un duro. Me pregunte si no seria un billete falso. --Me temo que no tengo cambio para un billete tan grande, caballero. Le hubiese invitado a esperar un momento mientras corria al banco mas proximo a buscar cambio y, tambien, a asegurarme de que el billete era autentico, pero no queria dejarlo solo en la libreria. --No se preocupe. Es genuino. ?Sabe como puede asegurarse? El extrano alzo el billete al trasluz. --Observe la marca de agua. Y estas lineas. La textura... --?El caballero es un experto en falsificaciones? --Todo es falso en este mundo, joven. Todo menos el dinero. Me puso el billete en la mano y me cerro el puno sobre el, palmeandome los nudillos. --El cambio se lo dejo a cuenta para mi proxima visita --dijo. --Es mucho dinero, senor. Sesenta y cinco pesetas... --Calderilla. --En todo caso le hare un recibo. --Me fio de usted. El extrano examino el libro con un aire indiferente. --Se trata de un obsequio. Le voy a pedir que hagan ustedes la entrega en persona. Dude un instante. --En principio nosotros no hacemos envios, pero en este caso con mucho gusto realizaremos personalmente la entrega sin cargo alguno. ?Puedo preguntarle si es en la misma ciudad de Barcelona o...? --Es aqui mismo --dijo. La frialdad de su mirada parecia delatar anos de rabia y rencor. --?Desea el caballero incluir alguna dedicatoria o alguna nota personal antes de que lo envuelva? El visitante abrio el libro por la pagina del titulo con dificultad. Adverti entonces que su mano izquierda era postiza, una pieza de porcelana pintada. Extrajo una pluma estilografica y anoto unas palabras. Me devolvio el libro y se dio media vuelta. Lo observe mientras cojeaba hacia la puerta. --?Seria tan amable de indicarme el nombre y la direccion donde desea que hagamos la entrega? --pregunte. --Esta todo ahi --dijo, sin volver la vista atras. Abri el libro y busque la pagina con la inscripcion que el extrano habia dejado de su puno y letra: Oi entonces la campanilla de la entrada y, cuando mire, el extrano se habia marchado. Me apresure hasta la puerta y me asome a la calle. El visitante se alejaba cojeando, confundiendose entre las siluetas que atravesaban el velo de bruma azul que barria la calle Santa Ana. Iba a llamarlo, pero me mordi la lengua. Lo mas facil hubiera sido dejarlo marchar sin mas, pero el instinto y mi tradicional falta de prudencia y de sentido practico pudieron conmigo.

  • Cuando ya no este de Victor Baldovi

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    Estamos en 1918. Tras cuatro largos anos la guerra por fin ha acabado. La razon se ha impuesto a las armas y la Paz ha llegado al corazon de los Hombres. Somos muchos los que deseamos que tras los horrores que se han presenciado en el campo de batalla la Humanidad nunca mas se alce en armas contra si misma. Ojala que el sufrimiento por el que hemos pasado, y que muchos reviviran toda su vida al mirarse al espejo, haya servido para terminar con la guerra, como decia la maxima tantas veces escuchada en boca de los politicos. Cuando aun se podia escuchar el eco de los canones una sombra empezo a planear sobre las naciones de todo el planeta. Una mortal enfermedad, conocida como “gripe espanola”, “dama espanola” o “muerte purpura”, esta diezmando los estratos de la poblacion mundial. Se transmite facilmente de persona a persona y nadie parece estar a salvo de sus garras invisibles. En medio del caos el gobierno aprueba leyes y publica consejos higienicos que pretenden ser una importante linea de defensa ante el rapido avance de la enfermedad, pero nunca un enemigo habia sido tan resistente y mortifero. ?Como se transmite esta enfermedad? ?Como reconocerla? ?Como cuidar a los pacientes? ?Como fabricar una mascarilla casera? Este libro, escrito con sangre, esfuerzo y lagrimas, intentara responder estas preguntas y muchas otras para que cualquier persona, con o sin conocimientos medicos, sepa como combatir una enfermedad que ha cambiado nuestro mundo para siempre. II ?QUE ES ESTA ENFERMEDAD? A pesar de que ha corrido el rumor de que un medico y cinco enfermeras habian sido ejecutadas en secreto por inocular el germen de la influenza a sus pacientes, esta historia no es cierta. Tampoco lo es la que asegura que Alemania habia logrado introducir en el mercado aspirinas infectadas. La verdad es que esta enfermedad apodada como “gripe espanola” es simplemente una especie de influenza o gripe. Una vez infectados, algunos pacientes empeoran desarrollando neumonia u otras afecciones y los casos mas complicados fallecen. A diferencia de los brotes de resfriados comunes, que generalmente tienen lugar en los meses frios, las epidemias de gripe se pueden producir en cualquier estacion del ano. El germen de la influenza es un viejo conocido del Hombre y todos los anos viene a visitarnos pero durante una epidemia resulta extremadamente contagioso. Es lo mismo que me dijo Emily el primer dia. Dios, parece que hayan pasado anos. ?Que dia era? No salir de casa hace que todos los dias parezcan iguales. Era... Martes. Cinco de noviembre de mil novecientos dieciocho. --No es la primera epidemia de gripe que ve el mundo --me dijo Emily con su marcado acento britanico, frente a una cocina de hierro en el comedor donde estaba preparando la comida--. Y te aseguro que no es el azote mas grande que ha sufrido la Humanidad. Cojee hasta la mesa llevando dos platos, dos cubiertos y dos vasos de cristal que habia sacado de un armario. Creia en la igualdad y que tanto el hombre como la mujer debian colaborar con las tareas de la casa. El mantel ya estaba puesto y lo deje todo en un lado de la mesa. --?Y cual fue, senorita escritora? ?La peste negra? ?El colera? Sin esperar a que respondiera, mientras distribuia los platos y los vasos por la mesa segui hablando con un falso tono de profesor sabelotodo: --Si me permite responder yo apostaria por la peste del siglo catorce. Bacterium pestis. Me volvi hacia Emily y vi que me miraba desde la cocina. Tenia una expresion de diversion y curiosidad, como si hubiera visto a un simio hacer una complicada operacion matematica. Sonreia, se formaban unas arruguitas en la comisura de su boca y a traves de sus labios se podian ver unos grandes dientes frontales que me recordaban a los de un conejo. Para algunos aquellos dientes eran un defecto pero a mis ojos eran un rasgo que anadia atractivo a su rostro junto con sus ojos verdes, su pequena nariz y sus labios carnosos. Emily volvio a centrarse en la cocina de hierro y volco el contenido de la sarten, una tortilla de patatas, en un plato grande. --Muy bien senor --dijo Emily en espanol y camino hacia la parte del comedor donde estaba la mesa llevando en una de las manos un plato con una tortilla de patatas. Su brazo izquierdo era ortopedico y lo llevaba pegado al cuerpo--. ?Y la segunda mas grave? Emily dejo el plato sobre la mesa. Por mi cara supo que no tenia ni idea y siguio hablando: --Viruela. En 1520. Cincuenta y seis millones de muertos. Y por cierto, ya no se llama bacterium pestis. Aproveche que se llevaba la mano humana a la espalda para desabrocharse el delantal para sujetar su muneca y estrecharla entre mis brazos. --?Y como se llama ahora? Emily coloco su brazo mecanico frente a ella a modo de escudo. Sonrio, tomo aire para responder pero giro la cabeza para toser. Lo hizo de una forma tan delicada que apenas me preocupo. --Picor de garganta --me susurro. --Pues no tiene un nombre muy terrible. --No tonto. Se llama... Iba a robarle un beso pero Emily aparto la cabeza. Me miro seriamente y como si fuera un secreto me susurro: --Si es gripe no quiero contagiarte. --?Por una tos? ?Por que vas a tenerla? --dije sonriendo pero ella no se reia. Emily se zafo de mis brazos y se quito el delantal caminando hacia la pared donde estaba la cocina. Suspire y empece a maniobrar para doblar mi pierna ortopedica y sentarme a la mesa. Emily trajo una botella de agua y se sento junto a mi. --Y digame, scriptrix pestis, ?como llaman ahora al bicho ese? --dije mientras cortaba la tortilla en cuatro partes mas o menos iguales. Emily sonrio. Durante el resto de la comida Emily me hablo sobre las diferentes epidemias que habian tenido lugar en la Historia, haciendo especial hincapie en las de gripe. No era el mejor tema de conversacion durante una comida pero me gustaba el brillo que aparecia en sus ojos cuando hablaba de algo que le interesaba. La escuche como un aplicado alumno sin interrumpirla y de vez en cuando hice alguna pregunta para demostrar que la estaba escuchando. --?Sabias que la epidemia de gripe de 1775 tambien afecto a los caballos y a los perros? --me dijo. Iba a responder pero Emily volvio a toser, mucho mas intensamente que antes y su cara se torno roja por el esfuerzo. Cuando dejo de toser se llevo la mano al pecho y empezo a respirar profundamente. Las lagrimas corrian por sus mejillas. Se las limpio, bebio agua y se quedo inmovil respirando profundamente, cada vez mas relajadamente. --Estoy bien... A veces me pasa... Es una sensacion rara, como que se me cierra la garganta y que necesito toser para volver a respirar... No es nada carino, estoy bien... Pero yo no lo estaba. Le cogi su mano de carne y hueso y se la estreche con ternura. --Sea lo que sea puedes contarmelo. ?Que ocurre? Golpeo la mesa con el puno cerrado. Junto a la maquina de escribir tengo varias pilas con cuadernos, documentos y hojas escritas a maquina que tiemblan por el golpe. Estoy tan enfadado que tengo ganas de tirarlo todo por el suelo. Emily me conto que dos dias atras, cuando volvia de casa de sus padres en Londres tras pasar las celebraciones de todos los santos con ellos, entro en su compartimento un joven soldado que tosia de forma intermitente. --?Por que no saliste o te pusiste un panuelo? --!Lo hice! !Me levante y sali del vagon! !Estuve en el pasillo hasta que decidio bajar! Emily cogio los cubiertos, los lanzo enfadada al suelo y se llevo las manos al rostro. La dama empieza a reirse. Parece que lo haga sin ganas y su intento de carcajada me hiela la sangre. Me levante de la silla, me acerque a Emily, hice que se levantara y nos quedamos abrazados en mitad del comedor. --Vamos, todo saldra bien... Seguro que no estas contagiada. Solo fue un momento. La dama se rie cada vez con mas fuerza. --!Basta! --le grito pero es inutil, apenas puedo oir mi propia voz. Miro la maquina de escribir y golpeo sus teclas con el puno. Durante un segundo el estruendo que provoco acalla la risa de la dama. Devuelvo las palancas de tipos que se habian enredado a su posicion original y empiezo a teclear letras que forman una palabra y luego una frase. Cada vez que presiono una tecla dejo de escuchar la risa de la dama. Tecleo un punto, presiono la barra espaciadora y luego la tecla de las mayusculas, golpeo una letra, vuelvo a presionar la tecla de las mayusculas para desactivarlas y continuo escribiendo. III Dia 2. Miercoles, 6 de noviembre 1918 --!No pienso venderte nada y menos si no llevas puesta una mascarilla! --dijo la dependienta de la panaderia. Llevaba un gran panuelo que le tapaba la boca y la nariz. Estaba apartada del mostrador de cristal, pegada a la pared. --?Por que? !Yo no tengo la enfermedad! --!Ya te he dicho que me da igual, no quiero arriesgarme! Hay otras panaderias a las que no les importa vender a toda clase de personas, vete a comprar en ellas. Los duenos de la panaderia Keller siempre habian sido muy amables conmigo y con mi mujer. Habiamos hablado de mis origenes espanoles, de las diferencias entre paises, de cine, de teatro e incluso de politica y del curso de la guerra. Pero tras la aparicion de la “gripe espanola” me habia convertido en un probable foco de infeccion. ?DE DONDE PROCEDE? A pesar de que muchos periodicos llaman a esta enfermedad “gripe espanola” no hay razon para creer que se originara en Espana. Si se la llama asi es porque el avance de la enfermedad fue ampliamente documentado por la prensa espanola. En la calle la cola de gente que esperaba entrar llegaba a la esquina. Muchas tiendas habian reducido su aforo para que no coincidieran muchas personas en un mismo espacio y evitar la propagacion de la gripe y en la panaderia Keller solo se podia entrar de uno en uno. Algunas personas que esperaban gritaban que me largara de una vez, otras que me sirvieran pero todas tenian prisa por entrar. El panadero salio de la trastienda armado con una escoba. La sujetaba frente a el como si fuera una lanza. Llevaba una mascarilla, manchada de harina. --?Que es lo que pasa aqui? --ladro el panadero. Emily entro en la panaderia con el ceno fruncido. --!No! !Solo una persona a la vez! --le grito la dependienta. Cuando vio que era mi mujer, y que tampoco llevaba mascarilla se alejo aun mas del mostrador de cristal. --!Esa bruja no quiere que compremos aqui! --grito Emily-- !Se cree que mi marido por ser espanol ya tiene el germen de la influenza! --!Eso no es verdad backfisch! !Si llevara mascarilla y guantes no habria problema! --?Por que debo llevarla si no estoy enfermo? --Si quiere se lo sirvo yo --dijo una joven con delantal, la cobradora de la tienda. Se habia levantado de su sitio junto a la puerta para ayudar a la dependienta. --De eso nada, que se vayan a otra parte. --Despues de todas las veces que hemos venido a comprar aqui --dijo Emily con tristeza. --!Aqui no queremos germenes espanoles! --dijo el panadero empujandome con la escob.

  • Evan (Los tres mosqueteros 2) de Sofia Ortega Medina

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    Habia una vez tres hermanos medicos a quienes llamaban <> porque eran inseparables, porque se cubrian las espaldas, porque adonde iba uno los otros lo seguian y, sobre todo, porque los tres eran irresistibles…
    Evan, el mediano, era el seductor, el divertido, el que derretia al sonreir… hasta que el cuento cambio y fue la Bella Durmiente la que desperto a su guerrero…
    SEGUNDA ENTREGA DE “LOS TRES MOSQUETEROS”

  • Al otro lado del mundo de Jose Luis Perales

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    Llega la novela mas autobiografica de Jose Luis Perales. Una emotiva y tierna historia en la que el cantante y escritor ahonda a traves de la ficcion en su infancia, su formacion, sus deseos y el comienzo de su pasion por la musica.

  • Demian de Hermann Hesse

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    Demian es la historia de Emil Sinclair. La historia de un nino que ve, mas alla de los algodones que envuelven su vida familiar, el otro mundo que le rodea: un mundo que teme pero a la vez le fascina. Es la historia de unos pasos tambaleantes por un agua que no es cristalina respirando un aire que no es puro. Es la historia de la duda entre la crisalida protectora de la infancia y el camino que conduce fuera de ella. Entre la facilidad de adaptarnos a nuestro entorno y la necesidad de adaptar el entorno a nosotros. Pero Demian es sobre todo la historia de la pregunta que nadie quiere contestar, del camino que nadie quiere recorrer. Demian es quien nos explica como sortear los obstaculos de ese camino, pero tambien quien rasga la fina capa de ignorancia que es nuestra crisalida y nos obliga a mirar entre las sombras que se forman alrededor de esos obstaculos antes de llevarnos a la luz. Demian es, en definitiva, la busqueda de nuestro autentico yo a traves del rechazo de lo preestablecido.

  • Esclava domestica de Julio Poder

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    Mia.
    Solo un maletero, cuerda y cloroformo.
    Hasta que la muerte nos separe.
    Los barrotes de mi mansion no lo haran.

  • La forastera de Olga Merino Lopez

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    Cuando lo has perdido todo, no hay nada que puedan arrebatarte.

  • El ideal mas fuerte de Pedro Pablo Diaz Martin

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    Edu es un joven de un barrio olvidado por los privilegios de la capital. Rodeado de podredumbre y problemas, se siente un triunfador en esas calles y su euforia le convierte en un simbolo popular. Podria gozar de una juventud sana, pero hace tiempo que ha elegido el camino mas radical, marcado por la violencia, la intolerancia y el profundo fanatismo por una ideas que provocan dano a quienes se cruzan por su camino.

  • Educando a un granuja de Valeriam Emar

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    Elizabeth Cowthland ha pasado el ultimo ano de su vida cuidando de sus hermanas menores luego del fallecimiento de su padre, y esperando que su primo, el nuevo conde de Cowthland regresara de las indias occidentales para reclamar Green Hills. Y si su padre no las hubiera dejado desprotegidas y perdido sus dotes, ellas no se hubieran tenido que separar cuando la familia del nuevo conde las echo de Green Hills.
    En circunstancias dificiles, se tomaban decisiones dificiles, como hacerse pasar por un lacayo para enganar al futuro duque de Bourklam y cobrar una recompensa por haberle salvado la vida cuando unos salteadores lo atacaron para robarle, y asi poder reunirse con sus hermanas. Y todo hubiera sido mas sencillo si no se hubiera visto atrapada por los encantos seductores del lord.
    ?Y si Connor Kinghyork habia aparecido en su vida para solucionar sus problemas?

  • Cada dia es del ladron de Teju Cole

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    Un joven medico regresa a su Lagos natal tras vivir quince anos en Nueva York. La Nigeria de su infancia ya no existe; en su lugar encuentra una ciudad ganada por el consumismo, el desden y la globalizacion. El espiritu del siglo XXI impregna el globo entero y de Manhattan a Lagos el mundo es una maquina bien engrasada, siempre y cuando se disponga de dinero para pagar, ya sea el soborno del funcionario de la administracion estadounidense que expide un visado, o el extra que el empleado de la gasolinera nigeriana se cobra por rellenar el deposito. “Cada dia es del ladron” es una fabula sobre la corrupcion moral y politica, un relato conmovedor sobre el significado de volver al hogar.

  • Trilogia Duncan y Tris de C. J. Benito

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    Historia completa

  • El tiempo entre suturas de Enfermera Saturada

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  • Cafeina y Nicotina de G. A. Picota

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    11. Si pudiera redactar instantes y volverlos versos en este pedazo de papel me acabaria la tinta del mundo solo describiendo tu sonrisa calmando mis miedos al amanecer. Y si fuera capaz de ser adictiva buscaria en tus labios volverme cocaina. Si hubiera un cielo tan inmenso, capaz de cubrir nuestros suenos, Dieramos vueltas entre las nubes, burlandonos de los deseos ajenos y me besas la mano, entrelazando nuestros dedos. Y si escribir me diera mil significados, ya yo dejaria de hacer poesia, porque confieso que lo que me satisface es pensar que paraiso es sol, playa, arena y tu corazon latiendo sobre mi pecho, haciendome tuya, haciendome mia. 12. No es que tu nombre me recuerde cosas; es que todas las cosas llevan tu nombre. No es que quiera quererte y tenerte; es que quiero quererte y tenerme, encontrarme. "Mi vida tambien fue una mancha negra en un lienzo blanco, pero luego alguien me llevo al museo y me llamo Arte. Quizas solo se trate de encontrar a quien te siga mirando cuando tu cierras los ojos" -Elvira Sastre 13. Si las paredes hablaran, ?Que dirian? Tal vez conversarian sobre como el amor esta extinto pero que lo han visto en tus ojos y los mios. Si las almohadas escucharan, ?Que oirian? Seria el silencio de mis lagrimas derramadas por las noches o los sonidos de los gemidos regalados por el dia. Si las camas sintieran ?Que sentirian? Seguramente las palmas de tus manos y su forma de sudar junto a las mias o los latidos de nuestros corazones cuando por tu boca me venia Si las luces degustaran ?Que probarian? Quizas pedirian permiso para lamer nuestros besos y apagarse en agonia al saborear lo agridulce que es tu lengua sobre la mia. 14. ?Como se ven mis ojos desde los tuyos? ?Brillan cuando veo la libertad en lo natural? ?O son solo dos mas que ignoras al pasar? ?Que te dice mi sonrisa? ?Acaso habla de lo que siento cuando soy yo ilimitada? ?O te conformas mejor con las hipocritas y falsas? ?A que te saben mis palabras al leerme? ?Escuchas tu nombre entre lineas? ?En serio me oyes bien? ?O solo vas pasando paginas olvidando lo que lees? ?Como me veo cuando pienso? ?Soy capaz de transmitir los universos habitando mi cabeza? ?O solo te fijaste en la mirada vacia y hueca? ?Se nota el mundo que cargo en mis hombros al caminar? Ese mundo que me da la capacidad de cerrar los ojos y volar ?O solo se ve la pesadez en mi nuca, mi inhabilidad para respirar? ?Demuestro en mis acciones que el amor se me esta desbordando? Es que tengo tanto que juro que me estoy ahogando Pero justo antes del colapso encuentro el placer de todo lo que estoy entregando. ?He sido suficientemente clara? Yo siento que no. Asi que continuare escribiendo, hasta que muera el amor. 15. Yo no rimo, solo escribo pocas veces mido lo que digo. No por eso el arte esta perdido No por eso quedare en el olvido. Yo no pienso, solo siento Unicamente se vivir de momentos. Se perderme indefinidamente en el tiempo Se encontrarme mejor cuando no me tengo. Yo no beso, hago versos Capaces de hacer que nos perdamos en el universo Para encontrarnos al final, en el comienzo, y besarnos, perdernos y hacer versos de nuevo. Yo no amo, solo entrego No se arder sin prenderme en fuego Y si en algun momento vuelvo a decir que no amo te estoy mintiendo, si lo hago. "Si la vida a mi me hizo arte, entonces a ti yo te hago inmortal" -Gigi Picota 21. Es de esos dias que te das cuenta que puedes tener el dia mas triste en el mas hermoso dia de verano como te pueden doler los labios de tanto reirte en una tarde lluviosa y oscura de mayo. Aquellos dias en los que nada importa Y tu vida pareciera poder disolverse con ron le has quitado el nombre a tus tormentas y las unicas reglas que sigues son las del viento Ya no existen los problemas Hoy ha sido el dia en que realizo que el sol no dejara de ocultarse para alumbrar mi corazon lleno de insomnios y tampoco dejara de salir para poder ocultarme en la soledad de mi cama De esos en los que he sentido que estoy mejor sin ti y no respiro por tus caricias que me ayudan a existir no me siento asfixiada al pensar de que estas mejor sin mi y vuelvo a ver brillar mi luz, realzando mi alma sin necesidad a que estes aqui. Hoy es uno de esos dias, donde te das cuenta que nada importa, y realizo que estoy mejor sin ti. 24. Te lo agradezco. Seguro mis palabras te sorprendan ya que tu mejor que nadie sabes el dolor que haz causado en mi corazon pero mis pocos anos de experiencia me han ensenado que no existe dolor en el corazon que no venga acompanado de una valiosa leccion y yo no he sido mas que otra alumna de las clases crueles que dictas tu. Me ensenaste que, en el amor, soy capaz de entregarlo todo a pesar de no recibir nada a cambio pero que nadie que no de algo se merece recibirlo todo. Me ensenaste que soy capaz de confiar ciegamente aun pudiendo ver claramente las falsedades. Me demostraste mi propia capacidad de aceptar sin negar, pero negar cuando no me aceptan. Me ensenaste que la esperanza aguanta, hasta donde el corazon apriete. 26. Porque sin haber sido mio haz sido mas mio que de nadie porque sin haber nunca sido tuya soy solo tuya. "De eso se trata, de coincidir con gente que te haga ver cosas que tu no ves. Que te ensene a mirar con otros ojos" -Mario Benedetti 27. "?Por que yo?" me pregunta... Por que no mejor se cuestiona la razon por la cual el viento decidio ir en esa direccion haciendo que aquella nube gris quedara justo arriba de nosotros esperando para hacer caer las primeras gotas en su pelo en medio de una sonrisa y un beso. Por que no se pregunta Como es posible que mi piel se erice completamente cuando su boca susurra poemas desatando nudos que apretaban el pulso de mi pecho, de mi corazon... Por que no se pregunta de que manera nos encontramos asi de facil, sin buscarnos el cayendo, yo volando como si de pronto nos miramos y nos agarramos de la mano pudiendo confiar mi alma en sus brazos ambos olvidando la direccion perdidos en el cielo en la caida solos... pero a nuestro lado.

  • El Juego del Angel de Carlos Ruiz Zafon

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  • Muero por verte de Ondrea Lion

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    Diego creyo haber visto un hada flotando por los pasillos de la universidad cuando reparo en Camila por primera vez, sus cortos y ondulados cabellos hasta los hombros, castanos con destellos dorados; brillaban gracias a los rayos del sol que se filtraban por las claraboyas del techo, evadiendo la espesura del cielo nublado por el mal tiempo. Parecia una criatura mitica con ese rostro redondo, nariz perfilada y preciosos ojos azules. Era una vision que parecia sobrenatural. Agradecio la presencia de aquella hermosa chica ese dia en particular, contradictorias emociones lo mantenian incomodo y con un mal sabor de boca, deberia estar satisfecho de haber ingresado a la universidad, pero luego de tantos anos lejos de los estudios, habia perdido la confianza en sus habilidades academicas. Aquella encantadora criatura paso junto a el, su aroma lo embriago golpeando sus sentidos. No supo identificar el olor, solo estuvo seguro de que era lo mejor que habia olido en su vida. Intento seguirla, necesitaba averiguar su nombre, pero la chica atraveso una puerta que cerro, sin percatarse, en las narices de su seguidor. Un cartel que indicaba "SOLO PERSONALAUTORIZADO", evito que Diego abriera el portal para alcanzar su meta. Permanecio unos segundos paralizado, aturdido, indeciso sobre que hacer, ?se quedaba ahi esperando a que su hada saliera? Probablemente habia otra u otras salidas y perderia su primera clase para nada. Habia sacrificado mucho durante los ultimos anos, por lo que decidio confiar que la vida lo recompensaria con la oportunidad de conocerla. La veria de nuevo, quiso creer eso. *** Camila camino los pasillos de las oficinas administrativas con determinacion, rogando para sus adentros no toparse con el Decano Visser, el dirigente de la facultad, a quien no podia evitar identificar como un "viejo verde", siempre hablando con expresiones de doble sentido, insinuando la posibilidad de encuentros sexuales entre ellos. Solo una vez se le ocurrio tomar medidas y denunciarlo, debido a que su jefe estaba almorzando, la asistente del Director de Recursos Humanos de aquel momento fue quien la recibio, y cuando Camila le dijo en confidencia la razon de su visita, la secretaria le aconsejo que permaneciera callada y lo aguantara; que fuera fuerte y lo esquivara; Visser tenia el poder de arruinar su vida, acabar con sus estudios y su carrera, y arrebatarle cualquier oportunidad de ingresar a cualquier institucion educativa respetable. De vuelta en el presente, faltaban unos pocos pasos para que Camila llegara a su destino, la contable le habia solicitado un par de documentos adicionales para renovar su beca de estudios, en cuestion de segundos los entregaria, y luego saldria de ahi lo mas pronto posible. Durante los primeros dias de cada semestre academico, Visser se encontraba demasiado ocupado para deambular las areas de los salones de clases, y ella podia respirar durante ese tiempo. --Buenos dias, Camila --saludo una voz serpentina, o por lo menos de esa manera lo escuchaba ella, como el siseo de un animal rastrero que queria meterse bajo su piel. La chica sintio como su espalda se erizo, y una desagradable sensacion de vacio en el estomago la mareo. Se detuvo en seco, y observo como Vladimir Visser la bordeaba para encararla, cada uno de sus pasos producia un escalofrio que sacudia levemente su cuerpo. --Buenos dias, Decano Visser --replico Camila con baja voz, conteniendo el asco que sentia ante la presencia de aquel hombre. --?Que haces por aqui? ?Te puedo ayudar en algo? --pregunto el profesor, y al hacerlo, le quito el sobre que Camila llevaba presionado contra su pecho, aprovechando la ocasion para rozar uno de sus senos con sus dedos. Siempre aplicaba alguna tactica similar para tocarla inapropiadamente, ya fuera para "quitarle una pelusa de su camisa", o entregarle algun objeto; aquel hombre siempre se las arreglaba para rozar sus senos, su trasero o cualquier otra parte de su cuerpo. Camila se encogio hacia atras, y dijo tratando de sonar lo mas tranquila posible: --Debo entregarle esos documentos a Alexandra. --!Ah! Si. Los requerimientos faltantes para tu beca --replico el hombre ojeando los documentos. Camila supo en ese momento que nunca tuvo ninguna oportunidad de esquivarlo, el sabia que ella iria para alla, y que habia fingido no saber la razon de su presencia ahi. --Asi es --susurro la chica intentando recuperar su sobre. --?Que te parece si almorzamos para hablar de tu futuro? --pregunto el hombre lanzandole una mirada lasciva--. Quisiera proponerte que le hagas la suplencia a la profesora Meyer, sus medicos recomendaron extender su reposo para que se recupere totalmente antes de regresar al trabajo. Camila dudo por unos cortos instantes, necesitaba el dinero que ganaria con esa suplencia, y aunque consumiria gran parte de su tiempo, y le restaria necesarias horas de descanso, la ayudaria a avanzar mas rapido en su carrera profesional, pero la idea de pasar un par de horas junto a Visser, escuchando sus comentarios obscenos... un ligero estremecimiento recorrio su cuerpo, y tomo mucho esfuerzo de su parte ocultarlo. --Me gustaria cubrir las horas de la profesora Meyer, pero no dispongo del tiempo para sentarme a almorzar, debo prepararme para las clases, sabe lo importante que es estar preparada para los seminarios del doctor Remus... --Tienes que comer algo, mi nina --siseo el hombre acercandose mas a ella para tomarle un brazo--. Hay que ponerle mas masa a ese cuerpecito que puede partirse si alguien la estrecha con demasiada fuerza. --Camila --llamo la contable apareciendo en ese momento. --?Si? --replico la chica aprovechando la interrupcion para zafarse del agarre de Visser y aproximarse a Alexandra. --Te estaba esperando --dijo Alexandra intercambiando una mirada complice con Camila, el comportamiento del decano era un secreto a voces, todas las mujeres jovenes, y relativamente atractivas, eran sus victimas. --Hasta luego, Profesor Visser --dijo Camila moviendose con velocidad para recuperar su sobre y caminar agilmente tras Alexandra. Visser quedo solo, fantaseando con aquella hermosa mujer. Mientras Camila caminaba tras la contadora, se pregunto una vez mas, como alguien tas asqueroso como Visser habia logrado una posicion de tanta respetabilidad y poder, sus pensamientos fueron interrumpidos por su acompanante. --?Trajiste todos los requisitos? Camila respondio afirmativamente, y entrando a la oficina de Alexandra, le entrego el sobre, quien tomo el paquete y reviso documento por documento con una lentitud poco habitual de una empleada tan eficiente. --?Todo esta en orden? --Es mejor revisar todo con minuciosidad --replico Alexandra mirando tras Camila con disimulo. Camila se erizo pensando que Visser la estaba observando a sus espaldas. --Quiero asegurarme de que se vaya a su reunion, es a las 10 --susurro Alexandra hojeando los documentos por tercera vez. --A esa hora tengo una clase --mascullo Camila preocupada. --Se ira 15 minutos antes, tendras tiempo de llegar. Camila tomo asiento mientras miraba el reloj, era las 9:15. Tendria que esperar media hora para evadir al depredador. Capitulo II La primera clase de Diego, realmente no se pudo considerar como una clase, el profesor dio algunas indicaciones y dio por terminada la leccion del dia. Parecia estar molesto por algo, y que no estaba muy interesado en ensenar esa manana. Frustrado, Diego se dirigio a la sombra de un arbol para sentarse a leer, su proxima clase era Literatura Clasica, una catedra optativa que realmente no guardaba relacion con su meta de convertirse en Arquitecto. Pero necesitaba los creditos, y no todas las opciones que queria estudiar ese primer semestre estaban disponibles. Esa fue una de las consecuencias de enrolarse tarde en la Universidad. --?Diego? --pregunto con asombro una voz familiar. El chico levanto la mirada para encontrarse con dos pares de piernas, unas eran largas, provocativas, y estaban a la vista gracias a la corta longitud de la falda que poco las cubria. Le tomo pocos segundos reconocerlas, inclusive antes de terminar de subir su mirada para encontrarse con el rostro de su ex novia de la secundaria. --Angelina --dijo Diego a modo de saludo al ponerse de pie. Ella lo abrazo con fuerza, lo consideraba su primer amor, y por mucho tiempo, penso que seria el unico. Pero el desaparecio de su vida, evidentemente, no la amo como ella lo amo a el. --?Que haces aqui? --pregunto Angelina con un leve temblor en su voz, volverlo a ver le revolvio antiguos recuerdos de su pasado. --Estoy empezando, es mi primer dia de clases. --?De verdad? ?Arquitectura? Diego sonrio asintiendo, le causo cierto placer que Angelina recordara su meta despues de tantos anos. Hubo unos instantes de silencio en que ambos se miraron a los ojos sonriendo, rememorando la parte bonita de su romance juvenil. --Yo estoy terminando mi maestria --agrego Angelina. Por un par de segundos se arrepintio de su comentario, podia parecer que estaba presumiendo, pero en realidad, queria lucirse, verse bien ante el. --!Guao! ?En serio? ?Que has estudiado? Alguien carraspeo al lado de Angelina, su companera de estudios se encontraba de pie junto a ellos esperando ser presentada. --Diego, te presento a mi querida amiga, Tessa --dijo Angelina forzadamente, en ese momento deseaba estar a solas con su amor del pasado--. Tessa, este es Diego. --!El famoso Diego! --exclamo Tessa con impertinencia--. Me han hablado mucho de ti. --!No exageres! Te lo he nombrado porque fui mi primer noviecito de escuela, pero nada mas --replico Angelina avergonzada. --!Por Dios! !Primer noviecito! !Hablas de el como si fuera el amor de tu vida! --insistio su companera. --No es cierto --susurro Angelina dirigiendose a Diego. Con una mueca en su rostro y gesto de manos intento restarles importancia a las palabras de Tessa. Diego se tenso por la incomodidad, recordo con exactitud como le rompio el corazon a la chica. No lo hizo intencionalmente; las circunstancias de su vida, siete anos atras, lo coaccionaron a tomar la decision de sacarla de su vida; y, al verla ese dia, se avergonzo de haberle hecho dano. --Yo solo se que desapareciste de su vida rompiendole el corazon, ?por que no permitiste que te acompanara en tus momentos dificiles? Las mujeres podemos ser un muy buen soporte emocional --inquirio Tessa. --!Tessa! --exclamo Angelina lanzandole una mirada asesina. --?Que? Te has hecho esa pregunta durante anos, por que no aprovechar este reencuentro para averiguarlo --insistio su amiga. --No necesito preguntar, ni averiguar nada, Tessa. Basta --exigio Angelina de manera cortante. Diego cada vez se sentia mas incomodo, y penso que ese era el momento de retirarse por lo que dijo:--Bueno, debo pasar por la biblioteca antes de la proxima clase. Fue un placer conocerte, Tessa. Nos vemos por ahi, Angelina. La ultima supo que era una excusa, y asintio bajando la mirada. Tessa tenia la mirada perdida en los jardines, y actuo como si no se hubieran dirigido a ella.

  • Tu eres mia (Insaciable 3) de Isabella Marin

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    Adeline sigue en prision, y su futuro se pinta incierto. Solo hay un hombre capaz de salvarla, pero el ha roto las cadenas que le ataban a ella. Se ha ido y ha prometido no regresar nunca mas. Adeline no sabe que sentir al respecto.

  • Amarte es mas que mi destino de Gabriela Lo Curto

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    Giovanna Donati no sera la tipica dulcinea que espera con paciencia por un valiente caballero; las huellas de un oscuro pasado la han convertido en una mujer decidida, deslenguada e impredecible que, cuando se trata del genero masculino, toma lo que le gusta, le da un mordisco y deshecha lo que queda, sin remordimientos.

  • El amor te encuentra (Hermanas McVee 2) de Annabeth Berkley

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    Tess McVee resoplo cuando llego frente al hotel rural que su hermana le habia recomendado, en un pueblo perdido de la region vinicola de Georgia. Creia que no iba a llegar nunca. Se habia perdido dos veces intentando encontrar la carretera que le llevaria a Dahlonega y sentia un enfado tan grande que no se aguantaba ni ella. Quito la llave del coche y su cuerpo se estremecio por la baja temperatura. Hacia frio y solo queria meterse bajo la ducha para entrar en calor y librarse del cansancio de tantos kilometros en el cuerpo y mas de seis horas al volante. Intento calmar su frustracion como le habian aconsejado en la terapia para aprender a gestionar sus emociones de la que acababa de salir. Esperaba ver los resultados en breve. Respiro profundamente un par de veces y trato de comprender <>. ?Que querian decirle? Tess no encontraba otra explicacion: Que eso le pasaba por confiar en su hermana, resoplo de nuevo. Penso en Sharon. Siempre estaba sonriendo, siempre parecia feliz... y, por lo visto, para ella, tomarse un tiempo para replantearse la vida se reducia a aislarse de la civilizacion. ?Por que habia hecho caso a su sugerencia? Salio del coche dando un portazo. Se tenia que haber recluido en un resort de cinco estrellas en Hawai, penso. Alli no sabia si hubiera podido reflexionar mucho, pero hubiera contado con mas comodidades y el clima seguro que seria mas calido. Ya era tarde para eso. Murmuro entre dientes unos cuantos improperios malsonantes, maldiciendo la idea que habia tenido su hermana. Ahi estaba y ahi se iba a quedar hasta que supiera que hacer con su vida. No iba a volver a casa hasta que no tuviera una idea clara sobre hacia donde dirigir sus pasos. Bastante humillada se habia sentido ante su familia como para regresar igual de avergonzada que se habia ido. Saco su equipaje del maletero antes de dirigirse a la puerta. Era un pintoresco hotel de tres plantas pintado en color claro, rodeado por un pequeno jardin, vacio de flores, por la epoca en la que estaban. Supuso que no tardaria en llenarse de calabazas de Halloween, que se celebraria en un par de semanas. ?A quien le gustaba Halloween?, murmuro molesta. Volvio a resoplar. Asi, quejandose por todo, no podia seguir, se recrimino. Se obligo a dejar ir la frustracion y el enfado que sentia. Cogio aire con intencion de encontrar el lado positivo y disfrutar de su estancia, como sabia que tenia que hacer para empezar a sentirse mejor. La teoria del curso al que habia asistido se la sabia de memoria y parecia ser momento de aplicarla. Seguro que todo iria bien y una ducha caliente la estaba esperando para acabar de llevarse toda la decepcion y la apatia que sentia, se animo. El calor del acogedor hotel la abrazo nada mas entrar la puerta y Tess lo agradecio. Parecia que las cosas se arreglaban. Un pequeno recibidor le daba la bienvenida, aunque habia delante de ella media docena de personas de diferentes edades. Todos parecian estar esperando la llave y ninguno parecia tener prisa. Tess resoplo de nuevo, molesta. Miro hacia la sencilla recepcion. Un hombre con camisa vaquera parecia que estaba intentando organizarse revisando varios papeles de diferentes tamanos a la vez, mientras cogia las llaves de las habitaciones. Miro a su alrededor. Una pequena salita en color crema, con estampados florales en los sillones y una pequena mesa de madera de caoba, se abria a uno de los lados. Habia que reconocer que daba la sensacion de que el hotel era agradable, aunque la espera no lo resultara tanto. Cuando despues de un rato esperando, fue su turno, la poca paciencia que le quedaba y que, de por si, tenia, se habia agotado. --?Su nombre? --le pregunto sin mirarla el hombre que tenia sentado tras el desordenado mostrador. --Tess McVee --le respondio seria. Nathan Murray asintio buscando entre los papeles que habia sobre la mesa. La recepcionista se habia puesto de parto hacia dos dias, dos meses antes de lo esperado, sorprendiendoles a todos. No habian tenido tiempo de contratar a nadie ni formarlo para el puesto, asi que el habia asumido el cargo, suponiendo que no seria tan dificil. Y, probablemente no lo era, si no hubiera sido porque no le gustaban en absoluto las gestiones administrativas, y mucho menos las informaticas. Despues de dos frustrados intentos de trabajar con el ordenador y entender el programa instalado para las reservas, habia optado por la solucion mas tradicional y la mas sencilla para el. El papel y el boligrafo. Cuando Lucy volviera ya se encargaria de pasar al ordenador lo que hiciera falta. Lo malo era que no terminaba de aclararse con sus propias notas ni con un intento de cuadrante que habia improvisado para asegurarse de no colocar a nadie en una habitacion equivocada. --Aqui esta --exclamo aliviado cogiendo la llave asignada --. Es la habitacion 211. Levanto la vista para darsela y se sorprendio de ver ante el a una mujer preciosa y parecia que muy enfadada. Su cabello largo y castano enmarcaba un rostro alargado de nariz pequena y expresivos ojos de color avellana. Tess no se esperaba que el hombre que le tendia la llave y que se habia levantado al mirarla fuera tan alto y atractivo. Ojos claros, cabello corto castano, mandibula cuadrada y nariz recta. Le sorprendio gratamente. Era mas alto que ella, ancho de hombros, parecia delgado, aunque la camisa vaquera no le daba demasiada informacion. Por lo menos, era agradable de mirar, algo que agradecer despues de un largo viaje. Le cogio la llave, ridiculamente grande, que no parecia tener intencion de soltar. --Nathan Murray --se le presento soltando finalmente la llave--. Aviseme si necesita cualquier cosa. --Lo tendre en cuenta --le respondio firme. No estaba alli para hacer amigos, se recordo. --Bienvenida a Dahlonega --le dijo con una sonrisa que casi le quito el aire. Tess asintio obligandose a dejar de mirarlo. No queria saber nada de ningun hombre por muy guapo que fuera. La ultima relacion que habia tenido habia supuesto una experiencia muy desagradable y casi habia terminado con sus relaciones familiares. El muy cretino la habia utilizado para conseguir informacion de su propia empresa y robarle clientes. Se habia sentido tan estupida... A eso habia que anadir que su padre solo contaba con su hermana para la direccion del negocio familiar. Esos dos golpes simultaneos habian sido demasiado para ella y su escasa paciencia y confianza. Se habia despedido por orgullo y ahora estaba alli, en mitad de Georgia, sin trabajo, sin pareja y sus expectativas se reducian a una ducha con agua caliente. Nathan la vio dirigirse al unico ascensor que tenia el hotel. Era alta y estilizada, y tenia bastante caracter a juzgar por la rabia que escondian sus ojos y que, esperaba no se la hubiera producido el tiempo de espera frente a la recepcion. Una mujer asi podria hacer lo que quisiera con un hombre, penso. La vio llamar impaciente al ascensor. Nathan se le acerco para apretar el boton por ella. --Quiza alguien se haya dejado la puerta abierta --le comento despreocupado. Tess le miro. De cerca era mas alto de lo que le habia parecido y tambien mas atractivo. Por su estatura, Tess pocas veces encontraba a hombres con los que necesitara levantar la mirada para hablar. Ademas, percibio que olia a algun perfume caro. --Vamos --le dijo el cogiendole la maleta grande sin esfuerzo--. La acompanare a su habitacion. Empezo a subir por las escaleras que habia junto al ascensor. Tess resoplo mas alto de lo que esperaba sin soltar su maleta de mano, y Nathan se giro para mirarla divertido. --?Ha sido un largo viaje? Aqui descansara bien --le aseguro antes de seguir subiendo. Tess le siguio bastante molesta. No le apetecia nada subir escaleras. Si hubiera querido hacer ejercicio se habria quedado en su casa, con el gimnasio, al que iba a diario, a cinco minutos. Menos mal que las vistas no estaban mal, penso fijandose en los pantalones vaqueros del hombre que subia delante de ella. Cuando llegaron a la segunda y ultima planta del hotel, Nathan cerro la puerta del ascensor que se habia quedado medio abierta inutilizandolo. --Problema resuelto --le dijo antes de mirarla y darle opcion de caminar delante de el por el acogedor pasillo que terminaba en la puerta de su habitacion. Nathan sonrio cuando ella paso por delante de el. Ahora era su turno de apreciar sin disimulo su bonito cuerpo enfundado en un abrigo oscuro. No le habia visto alianza en el dedo ni senal de ella, y aunque hacia mucho tiempo que no tenia ninguna relacion, desde su desagradable divorcio, no le importaria cenar con ella algun dia... aunque para eso, tendria que encontrar a alguien que se encargara de la recepcion. Tess abrio la puerta de su bonita y calida habitacion y cuando fue a girarse para cogerle el equipaje a Nathan, el la esquivo para entrar y llevar la maleta junto a la cama de matrimonio. --Espero que disfrute de su estancia aqui, senora McVee. --Senorita --le corrigio ella dandose cuenta inmediatamente despues, a juzgar por la sonrisa de el, que habia sido un gesto intencionado para enterarse de su estado civil. Nathan le sonrio abiertamente y de una manera muy atractiva.

  • La mala hierba (EXITOS), Agustin Martinez de Agustin Martinez

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