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Un ano antes… Estaba en la casa de Mauricio, que la habia comprado recientemente. Ese lugar debia ser modificado cuanto antes por una chica. Note la escultura que daba la bienvenida al dormitorio de huespedes de mi hermano. Era una escultura terrible, y me hizo darme cuenta de lo que sucedia mientras los primeros rayos del sol golpearon mi cara. Gire para ver a los lados y senti algo de sospecha, que se fue incrementando poco a poco. Me levante lentamente. Cuando puse los pies en el piso, me queje en silencio. Pude recordar todo lo que habia pasado horas antes. Aunque no habia nada mas que algunas marcas en la sabana a mi lado, me di cuenta de que Simon habia dormido conmigo. Recorde las frases seductoras que me habia dicho, y que luego habia decidido dormir otra noche y asi recibir el Ano Nuevo en casa de Mauricio. Simon habia querido volver a El Rosal un dia antes. Planeaba recibir el ano en la fiesta del centro de la ciudad. Supuse que regresaria a esa ciudad superpoblada, por lo que fui a casa de mi hermano, con la intencion de liberar mi tension tras mis largas jornadas de trabajo antes de la Navidad. Fue un error. Sabia que Mauricio tendria licor como para abastecer a una ciudad. Cuando llegue alli, Simon me sirvio un whisky. Siempre por esas fechas, en el hotel estabamos desbordados de trabajo. Asi que ahora solo queria pasar una noche calmada y beber algunos tragos con mis amigos. “No esperaba verte aqui. ?No se suponia que regresarias a El Rosal?”, le pregunte. “Astrid, sabes que no hay forma de que me niegue a estar en una fiesta como esta”, dijo Simon con tono de broma. El deseo comenzo a fluir. Aunque nunca habiamos concretado nada, la tension sexual entre nosotros se habia incrementado con el paso de los anos. El tenia cuatro anos mas que yo, lo que parecia algo importante cuando eramos unos chicos, pero cuando crecimos le reste importancia. Fuimos al porche y comenzamos a oir las historias de mi hermano, todas muy divertidas. Me mantuve a su lado el resto de la fiesta. Continue bebiendo y me acerque mas a el, sintiendome cada vez mas relajada. Tome su brazo o escuche sus historias tambien, sin parar de reir. La lujuria que sentia ya estaba torturandome, pero sabia que Mauricio y Simon tenian una amistad de vieja data. Con cada fiesta, las imagenes de ese pasado tan feliz aparecian en sus historias. Mauricio paro de narrar una de sus anecdotas y Simon puso su mano en mi espalda. Tal vez era un simple gesto, ?o no? Volvimos a la sala de estar y puse mis dedos en su pierna mientras volvia a escuchar sus experiencias juveniles. Me di cuenta de que queria lo mismo que yo. Lo deseaba. Tome aire, con la idea de bajar el ritmo de mi ansiedad. Ibamos rumbo al comedor, un lugar en el que no habia nadie. “?Te sientes bien, Astrid?”, me pregunto. El deseo estaba flotando en el ambiente. El resto de los invitados permanecian en el porche. Eso nos dejaba a solas. Y me permitia comprobar como ambos nos deseabamos. Pase mis ojos por la cara de Simon, y me di cuenta de que pensaba lo mismo. Sin embargo, era el mejor amigo de mi hermano. Se trataba de alguien especial para el. Retrocedi, pero senti que estaba justo a mi lado, apenas a unos milimetros de un hombre que deseaba pero que siempre habia considerado como parte de mi familia. “Tal vez no deberiamos hacer esto”, dije, y di otro paso atras. “?Que pensabas que hariamos?”, me pregunto, susurrando. Dio un paso y tomo mis caderas para acercarme a el. El movimiento fue fuerte, aunque me senti comoda. De hecho, aumento el fuego en mi cuerpo y gemi sin poder evitarlo. Entonces eso basto para que continuara. Estaba claro que no era parte de mi familia. Y tambien que ya eramos adultos. Me condujo hasta una pared y quede entre su cuerpo y ella. Llevo sus labios a mi boca y luego hundio su lengua en el interior. Volvia a gemir mientras su aroma masculino inundaba mi nariz. Era el hombre al que habia deseado hacia anos. Ahora estaba apoderandose de mi cuerpo. Tome su pecho y deje que su lengua flotara en mi boca. “Deberias…”, dije, pero volvio a besarme, ahora con mas fuerza. Sabia que debiamos parar, pues cualquier persona podria encontrarnos. Estabamos corriendo peligro, aunque la sensacion de placer era maravillosa. “Podrian descubrirnos”, le adverti cuando pude retirar su boca. Sus dedos llegaron a mis senos. “Que se vayan al carajo”, dijo con fuerza. Bajo su boca hasta alcanzar mi sien. Cada beso que me dio erizo mi piel. Me encanto saber que lo excitaba tanto. Y tambien me excito, aunque sabia que era incorrecto estar con el. “Cielos”, dije en voz baja. Arquee mi espalda para ayudarlo a moverse. Era la primera vez que un hombre me trataba con tanta gentileza y rudeza al mismo tiempo. Simon era cuidadoso, pero tambien me mostraba su hambre. Un hambre que no podia guardar mas. Subio mi blusa y apreto delicadamente mi vientre con algunos de sus dedos. “No sabes cuanto tiempo he querido poseerte”, conto en voz baja. “Demuestramelo. Hazme tuya”, le pedi en un murmuro. Sonrio y subio mi cuerpo. Fuimos al dormitorio de huespedes y cerre mis ojos. Cuando desperte, vi la puerta de ese dormitorio cerrada. Una pregunta surgio en mi mente: ?que veria cuando abriera esa puerta? Exhale con fuerza, abri mis ojos y fui por mis cosas. Me impresiono lo mucho que me costo encontrarlas tras la noche de placer que habia tenido. ?Que diria Mauricio? Senti una terrible incertidumbre. Una sensacion que se mantuvo en mi. Sabia que no queria que Simon saliera conmigo. Era su hermana menor y me protegia. De todas maneras, ya tenia claro que debia enfrentar la situacion tras lo que habiamos hecho en uno de sus dormitorios. Recorde que Simon habia tomado mi ropa interior de encaje con su boca. Al encontrarla, senti otra ola de deseo. El parecia un jovencito desesperado por estar con su primera chica. Queria hacer todo con suma rudeza. Puse la ropa interior empapada, o lo que quedaba de ella, en mi bolso, y abri la puerta. Escuche sonidos que venian de afuera y supuse que se trataba de Simon. Camine sigilosamente hasta llegar a la sala de estar. No habia nadie en el pasillo. Todos los invitados dormian en los sofas o las alfombras. Se notaba que habian disfrutado la noche. Camine hasta la entrada en silencio. Mauricio noto que tenia mis zapatos en mi mano. “!Por fin despiertas!”, dijo. “?Ya es mediodia?”, le pregunte. El tono de mi voz era mas raro de lo habitual. Un recuerdo llego a mi mente, pero no queria contarle nada sobre el a Mauricio. Contuve el aliento y percibi un sabor en mi boca. “?Quieres vomitar? Acercate al cesped". “?De que hablas?”, le pregunte. Me ofrecio una rosquilla de la caja que tenia a su lado. Las habia comprado en mi tienda favorita. “De tu cara. Luces como si estuvieras a punto de vomitar. Deberias comer una rosquilla”, me sugirio Mauricio. “?Y Simon?”, le pregunte, como si no me importara la respuesta. “Se fue. Salio muy temprano. !Que buena fiesta tuvimos! Perdi el rastro de Simon a medianoche, pero hoy a las cinco de la manana se marcho con prisa. Menciono que su avion partiria temprano”, me respondio. Simon ya era un abogado importante en El Rosal. No tendria sentido iniciar algo con el. Sin embargo, esperaba que al menos se despidiera de mi. Entonces asenti y gire. No queria que mi hermano notara lo frustrada que me sentia. Puso la caja en mis rodillas y se levanto para sentarse en el columpio. “Toma la que quieras”, insistio Mauricio. Tal vez su actitud era la apropiada. Nuestras familias estaban en desacuerdo con una posible relacion entre nosotros. Ademas, no habria forma de que pudieramos estar juntos con tantos kilometros entre nosotros. Suspire y me sente al lado de mi hermano en el columpio. Comence a moverme, mientras me obligaba a hablar y simular que no habia ocurrido nada entre Simon y yo. Se habia marchado sin decir nada, asi que haria lo mismo que el. Como Mauricio no me pregunto al respecto ni queria saber nada, supuse que nadie mas se enteraria. Ser suya habia sido mejor de lo que habia pensado miles de veces en mis fantasias. Al recordar que habia podido acostarme con un hombre con el que habia querido tener relaciones por tantos anos, me senti afortunada. *** Pronto todo cambiaria en nuestra ciudad. La celebracion de San Valentin se acercaba. Ivana estaba soltera, como yo. Por esa razon planificamos una noche solo para nosotros. Lo habiamos hecho miles de veces. Prepare panecillos, compre dos botellas de vino y busque una pelicula sobre romance y enredos para que la vieramos.
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