• libro la ultima secuencia - Enrique Vasalo

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    La libertad es nuestro bien mas preciado, pero no eres consciente de ello hasta que intentan arrebatartela. Corri todo lo que pude hasta la siguiente bocacalle. Torci a la izquierda y segui corriendo. Mire hacia atras. No se veia a nadie. Aposte por la derecha en la siguiente manzana. Entre en un hipermercado y, durante casi una hora, estuve recorriendo las estanterias del fondo simulando que hacia la compra. Finalmente, y como tenia algo de dinero en el bolsillo, compre una gorra, unas gafas de sol y una camiseta tecnica de esas que usan los deportistas. La unica de mi talla era naranja; el color no podia ser mas llamativo. Camine por las aceras mas transitadas intentando pasar desapercibido hasta la primera cabina telefonica que encontre. No sabia que hacer. ?Llamo o no llamo? Solo habia pasado una hora desde mi huida. ?Les habria dado tiempo a pinchar el telefono? Decidi no arriesgarme y segui caminando. Al doblar la siguiente esquina, me tope con dos policias que se dedicaban a observar a todo el que pasaba por la acera. Me hundi la gorra lo que pude e intente parecer tranquilo. Note, con el rabillo del ojo, como me clavaban la mirada al pasar por su lado. No los habia dejado atras ni dos metros cuando les oi decir: --!Eh!, usted. Espere un momento. Me pare en seco. Mis piernas se volvieron flacidas y mi corazon parecia que iba a saltar del pecho. Me gire hacia los agentes tratando de esbozar una media sonrisa. Pero no me miraban a mi, sino a un hombre trajeado que estaba a mi lado y caminaba en mi misma direccion. --Senor, su cartera esta a punto de caerle del bolsillo. El tipo se metio la cartera hacia adentro y les dio las gracias. --No hay de que. Buenos dias, caballero. Segui recorriendo las calles sin pararme demasiado para no llamar la atencion. Todavia no podia creerlo. Hace unos dias estaba tocando fondo, derrotado sobre la maquina de escribir. Tan solo era un escritor fracasado mas al que nadie conocia. Y ahora mi foto salia en todos los noticiarios como la del hombre mas buscado. El enemigo publico numero uno. ?Que como pudo sucederme esto? Os lo contare empezando por el principio. 1. Sin inspiracion Despues de haber permanecido una media hora frente al folio en blanco, me levante del escritorio y empece a pasear por la habitacion. Luego recorri todos los cuartos y pasillos de la casa, desde la planta baja a la de arriba. Me recoste unos minutos en el sofa. Me lave la cara. Incluso subi a la terraza y me tumbe mirando al cielo. Pero nada. Por mucho que rebusque entre aquellas hermosas nubes esponjosas, que banadas por el sol parecian helados de vainilla, de alli tampoco se escurrio ni una gota de inspiracion. Empece a teclear en mi vieja Olivetti sin mas. Escribia todo aquello que me pasaba por la cabeza, por banal o absurdo que resultase. Sin importarme que las palabras no guardasen relacion entre ellas. No tarde en llenar algo mas de media hoja. Pare de escribir y empece a leer aquel galimatias. Tenia la esperanza de que alguna palabra, frase o secuencia resultase ser el germen de una gran historia: la chispa que diese la vida al monstruo, pero no, no hubo suerte. Arranque el folio de la maquina. Lo estruje hasta convertirlo en una bola y lo lance a la papelera. Choco contra la montana de los anteriores abortos que sobresalian en el cementerio de ideas y se estrello contra el suelo, pasando a engrosar el numero de planetas que gravitaban alrededor del agujero negro que se habia formado por culpa de mi vacio interior. Dios, me estaba volviendo loco. Estaba forzando el acto creativo. Pero es que no queria afrontar el hecho de que estaba seco, falto de ideas y de motivacion. Y lo que es peor, me estaba autodestruyendo. Tal vez la vela de mi creatividad se habia consumido ya. Debia de ser una vela corta. Hace dos anos vendi un guion, el primero que escribi, a una productora cinematografica. Aunque no me pagaron mucho por el, interprete el hecho como una senal: el principio de mi gran carrera como escritor. Abandone mi empleo (profesor en un instituto de secundaria) y me centre en la escritura. Desde entonces habia engendrado cinco guiones mas pero no habia conseguido venderlos, aunque todavia no habia perdido la esperanza y seguia probando suerte enviandolos a productoras cinematograficas. El dinero ganado con mi primer guion mas los ahorros de mi epoca de profesor habian estado financiando mi aventura como escritor, pero ese pozo estaba a punto de secarse. Pronto tendria que empezar a buscarme un empleo. Entretanto mis pensamientos seguian torturandome: tal vez me habia equivocado y ser escritor no era lo mio; yo no era capaz de tan dificil empresa; ?Quien me habia creido que era? Por lo visto en mi primer guion debia de haberme acompanado la suerte del principiante. Acto seguido, la borrachera de aquel primer "exito" alimento mi vanidad y en menos que canta un gallo mis pies dejaron de tocar el suelo. Me lo crei. Y mira como habia acabado. Espachurrado contra el suelo despues de haber caido desde las grandes alturas de mi ego. No se al resto de escritores, pero a mi no me basta escribir para crear buenas obras. Necesito creer en la historia. Tiene que cautivarme y llenarme por completo. En el mundo solo puede haber dos cosas: la historia y yo. El problema era que eso solo me habia ocurrido una vez: cuando escribi mi primer guion. ?Y que habia hecho desde entonces? Convertir mi maquina de escribir en una maquina de hacer churros que fabricaba historias en serie y sin alma. No sabia si volveria a encontrar una historia que me enamorara, ni tampoco una mujer. Escuche como el cartero deslizaba el correo por debajo de la puerta. Mientras me acercaba a recogerlo, pude reconocer dos de los tres sobres que habia en el suelo: el de la compania telefonica y el de la compania hidroelectrica. Pequenos pagos que empezaban a agobiarme al recordarme el poco dinero que me quedaba y que pronto se convertirian en un serio problema. El tercer sobre, debajo de los otros, apenas se veia. Le di la vuelta para ver quien era el remitente: "PRODUCCIONES CINEMATOGRAFICAS DELTA. Asunto: guion Un golpe maestro". No pude evitar empezar a sentirme nervioso y excitado. Hace unos meses telefonee a la productora DELTA para ofrecerles mi ultimo guion. Me dijeron que se lo enviara y que ya me contestarian cuando pudiesen para decirme si les interesaba comprarlo. Habian pasado mas de cuatro meses desde que les mande la copia y, ahora, por fin, iba a saber si lo querian o no. Un golpe maestro narra, en clave tragicomica, como un grupo de parados, angustiados por su situacion economica, se meten a ladrones profesionales y planean el atraco a un banco. Llegue a la conclusion, teniendo en cuenta la de pelis que hay sobre robos a bancos, de que era un genero por siempre demandado y que podria venderse con relativa facilidad. Me esmere al maximo en todos los aspectos: creando unos personajes principales creibles y bien motivados; disenando un golpe ingenioso que exigiera minuciosidad (ahi estaba la comedia, concretamente en la parte en la que se dedicaban a ensayar y cronometrar el plan: solian cometer numerosos errores que movian a la risa, o al menos esa era la intencion); y creando una tension creciente durante todo el tiempo que duraba el atraco. Esto era la capa superficial de la historia que, de alguna manera, apelaba al inconsciente de muchos espectadores, los cuales podrian admirar a unos personajes que, al contrario que ellos, si se atrevian a desatar sus instintos mas reprimidos. Con un arma en la mano y descerrajando tiros contra la autoridad, el cine ayudaba a proyectar una fantasia reprimida: la rebelion contra el sistema y el triunfo de la libertad individual. Pero, en esencia, no aspiraba a ser una pelicula freudiana, ni tampoco revolucionaria. Nada de eso. Solo pretendia denunciar las injusticias sociales. Esa era mi principal intencion. Denunciar los comportamientos aberrantes que genera el sistema. Abri el sobre despacio. Cargado con el mismo temor con que me habia enfrentado a las anteriores contestaciones de otras productoras, todas negativas. No pude evitar pensar que el hecho de haber recibido la carta disminuia las posibilidades de que el guion hubiese gustado: ?Por que iba un productor interesado a enviar una carta pudiendo llamar por telefono? ?Iba a perder el tiempo esperando varios dias a que una carta llegase a su destinatario? ?Para que? ?Para dar tiempo a que la competencia se le adelantase? Pero contra este pesimista razonamiento, luchaban las pocas esperanzas que aun albergaba en mi interior: tal vez el guion le habia encantado al productor, pero habia optado por enviar la carta para no parecer demasiado interesado. (Una estrategia para conseguir negociar el precio a la baja. Posiblemente el viejo zorro estaria frotandose las manos mientras se fumaba un puro habano y esperaba a que yo picara.) Con el pulgar y el indice, fui sacando la carta del sobre muy lentamente, como uno de esos jugadores de poquer que acostumbra a descubrir la suerte de su juego con lentitud. Estimado Sr. Bonet: Hemos leido detenidamente su guion. Nos ha parecido muy interesante. No obstante, no encaja con el tipo de peliculas que estamos produciendo en estos momentos. Le animamos a que en el futuro vuelva a remitirnos nuevas propuestas. Atentamente, PRODUCCIONES DELTA Puta mierda. Otro punetazo mas directo al estomago. Todo mi planteamiento de vida de los ultimos dos anos volvio a tambalearse. Estaba a punto de desmoronarse por completo. Y la verdad es que ya no me importaba, estaba cansado. Necesitaba un cambio. Airear mi vida. Me mire en el espejo del recibidor. Por un instante tuve la sensacion de que no conocia al que estaba enfrente. ?Quien era aquel tipo de casi cuarenta anos con algunas canas? Alguien que me taladraba con la mirada, alguien que habia dado conmigo despues de haberme buscado durante mucho tiempo y que ahora me pedia cuentas: ?Donde has estado todo este tiempo? ?Que has estado haciendo? ?A que has estado jugando? Note como una oleada de realidad barria toda la parafernalia que rodeaba mi vida y las armaduras de proteccion se desensamblaban y caian al suelo hechas anicos. Mira donde estas, inutil. Acabas de desperdiciar dos anos de tu vida. No tienes un duro. No tienes chica. Ni sexo: no habia tenido sexo con una mujer desde hacia mas de siete meses; cuando Susi, mi ultima amiga, decidio dejar de visitar mi alcoba los domingos por la noche harta de una relacion que no iba a ninguna parte, me dijo. Nada nuevo bajo el sol. Lo mismo dijeron las anteriores. A pesar de que nunca prometi nada, no pude evitar sentirme culpable. El ring del telefono me sobresalto. Tire del cable hasta hacer salir el aparato de entre un barullo de papeles. --Diga. --?Alberto? --Si, soy yo. ?Quien es? --pregunte. --Soy Javier. ?Como estas? Tarde unos instantes, pero reconoci la voz. --Ah. Hombre. Cuanto tiempo --dije con tono de feliz reencuentro (Javier era un amiguete de mi juventud al que hacia tiempo que no veia)--. ?Como va…? --Escucha. No me queda mucha bateria. Voy al grano. --Ok. Dime. --Estoy remodelando un viejo caseron en el campo (Javier trabajaba como aparejador en la constructora de su familia) y ayer encontre algo en el sotano de lo mas insolito. --?Ah si? ?Que es? --Material cinematografico antiguo. No se que es exactamente pero enseguida pense en ti. Di la orden de que nadie tocase nada hasta que hablase contigo. Quiza sea valioso, pense. --Puede ser --dije ocultando mi escepticismo y mostrandome educado e interesado en lo que me contaba. --?Podrias acercarte a verlo? Tu sabras si esto tiene algun valor o si por el contrario su destino es mas bien el camion del escombro. --Si, por que no. Me gustaria. --El caseron esta donde el Senor perdio la sandalia. Es imposible encontrarlo si no te acompana alguien que conozca el camino. Yo tengo que ir dentro de un rato. Si te viene bien... --Si, sin problema

  • La última secuencia Tapa blanda - Vasalo, Enrique - Amazon.es

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  • LA ÚLTIMA SECUENCIA, ENRIQUE VASALO - Sopa de Libros

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    Pronto se ve envuelto en una trama de inexplicables desapariciones y los asesinatos se suceden a su alrededor. Acompañado por Laura, la hija de uno de los ...

  • La última secuencia, de Enrique Vasalo - Sirmactres

    http://www.sirmactres.com/2021/05/la-ultima-secuencia-de-enrique-vasalo.html

    28 may 2021 — Esta parece una buena oportunidad para escribir el libro de su vida. Comienza así un periplo viajero en busca de familiares de los ...

  • Enrique Vasalo (autor de La última secuencia) - Babelio

    https://es.babelio.com/auteur/Enrique-Vasalo/79209

    2 Libros, 6 Críticas. biografía e información. Nacionalidad: España. Biografía: : Además de profesor de Literatura, Enrique ha trabajado como guionista, ...

  • Enrique Vasalo - La última secuencia - Life is a Book

    https://www.resibooks.com/2021/04/enrique-vasalo-la-ultima-secuencia.html

    15 abr 2021 — Leí este libro hace ya unos días, también tuve la suerte de poder sortearlo en Instagram, un sorteo que por cierto tuvo bastante éxito.

  • La última secuencia by Enrique Vasalo - Goodreads

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    La última secuencia es un thriller trepidante. ... La última secuencia es un thriller trepidante. ... Un libro donde no decae la trama ni la intriga en ningún ...

  • La última Secuencia - Enrique Vasalo - Google Books

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    24 dic 2020 — La última secuencia de Enrique Vasalo, un libro que cuando empecéis ¡no podréis soltar!» Blog literario Resibooks LO QUE OPINAN LOS ...

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  • Salvando el Para Siempre 3 de Lexy Timms

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    Charity Thompson esta encontrando su camino en la vida. El Dr. Elijah Bennet esta demostrando ser la tentacion consumidora que ella no quiere perder. Charity todavia esta tratando de demostrarle a su obstinado padre que tiene exito, que no tenia derecho a estar decepcionado de ella por haber abandonado la facultad de medicina.

  • La Piel del Pecado de Francis Molehorn

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    Angela Bennett es una mujer de 37 anos emancipada, bella, madre soltera, brillante profesional y rodeada de admiracion, a lo que ha llegado despues de haber llevado una existencia llena de sacrificios y locuras. Su vida lo tiene todo para ser ideal, hasta que su pensamiento critico hacia las religiones la pone en el punto de mira de grupos fundamentalistas dentro de la Universidad Catolica San Justo, donde imparte clases de Psicologia y donde mas de una vez ha tenido choques teoricos con alumnos que prefieren el creacionismo a la evolucion.

  • El pais de las sombras largas de Hans Ruesch

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    Cuando al despertarse Ernenek levantaba la cabeza del saco de pieles, su primer pensamiento era habitualmente para el monton de carne puesta a podrir cerca de la lampara para que se hiciera tierna y gustosa. Pero no aquel dia. Aquel dia viendo a Siksik en un rinconcito del pequeno iglu, dispuesta a estregar las ropas de su marido, tomo una subita decision antes de satisfacer las exigencias de su estomago: puesto que contribuia mas de lo que era su deber al mantenimiento de la minuscula comunidad, bien podia pretender participar tambien de los derechos conyugales de Anarvik, sin necesidad de pedirle permiso cada vez que le hacian falta los servicios de Siksik. Ernenek nunca habia tenido una mujer propia, porque era joven y porque en los hielos del extremo norte escasean las mujeres tanto como abundan los osos; sin embargo, conocia la importancia de tener una mujer propia, habil en raspar las ropas y en confeccionar calzado, y con la cual podia uno charlar durante la noche. Sobre todo donde la noche dura cinco meses. Precisamente ahora, antes de partir para la caza, le habria gustado reirse un par de veces con Siksik, pero bien se daba cuenta de lo que convenia y de lo que no convenia a un verdadero hombre; por eso sabia hasta que punto era inconveniente gozar de los favores de una mujer sin haberle pedido antes permiso al marido. Y Ernenek ponia siempre cuidado en no cometer ninguna inconveniencia. Con todo, ya estaba cansado de pedir permiso. Y no porque Anarvik se lo negara, pues rehusarse a prestar su propia mujer o el cuchillo, habria sido digno de inaudita mezquindad; pero, asi y todo, el pedir continuamente favores no era digno de quien pertenece a una raza tan orgullosa que sus miembros se llaman a si mismos sencillamente inuit, es decir hombres, para dar asi a entender al mundo que las otras razas, comparadas con la suya, no pueden considerarse compuestas por verdaderos hombres: y esto, aunque el resto del mundo no sea de la misma opinion y los llame esquimales, termino despectivo que les daba el pueblo limitrofe piel roja Algonquior y que significa <>. Muchas de esas tribus no merecen ya tal nombre; pero el exiguo numero de esquimales polares que lleva una existencia nomada en las regiones centrales del Artico, cerca del Polo magnetico, regiones inaccesibles para el hombre blanco, no cambiaron su tosca manera de vivir, la misma de cuando la raza humana era joven. Son como ninos, alegres, ingenuos y sin piedad. En la epoca de los tanques de guerra, empunan todavia arcos de cuerno y huesos de ballena, y flechas con punta de piedra; se reparten el producto de la caza y no saben mentir. Hasta tal punto son de toscos... Ernenek era un esquimal polar. Sobre la lampara de esteatita, el te se estaba enfriando. Siksik lleno un tazon y, bamboleandose, con los pies separados a causa de las calzas de piel de foca que le llegaban hasta la ingle, se lo llevo a Ernenek con una sonrisa. El hombre y la mujer, vestidos del mismo modo, ambos rechonchos y musculosos, pero con pies y manos pequenos, y con el mismo rostro chato, grueso y campechano, se distinguian en su aspecto solo por los cabellos, que el hombre llevaba largos y sueltos, mientras que la mujer se los habia levantado cuidadosamente, con un peinado muy alto, en forma de torre, sostenido con espinas de pescado. --?Donde esta Anarvik? --pregunto Ernenek tomando el tazon. --No es imposible que haya ido a cazar a la bahia de la Morsa Ciega --dijo Siksik--. Ocurre que hace un sueno ustedes dos se devoraron una foca entera --agrego riendo, y Ernenek le hizo eco, con esa risa facil y siempre pronta de su raza. El te estaba caliente como vientre de mujer, es decir, demasiado caliente para Ernenek, que no soportaba el calor. Lo soplo largamente antes de beberlo, mientras escrutaba a Siksik por encima del tazon. Luego se lo bebio todo de un trago, junto las hojitas que habian quedado en el fondo, se las comio y salio del saco. Llevaba puesto un ligero vestido hecho de piel de garzas marinas, con el plumon hacia adentro. Sobre este se puso un pesado sayo de piel de oso, con el pelo hacia afuera, y metio el extremo de las calzas en un par de botines de cuero de foca. Encorvado, porque la boveda de hielo era demasiado baja para el, corto con el cuchillo circular gruesas tajadas del monton de carne sobada y pasada de sazon y con la palma de la mano se lleno la boca. Se deslizo gateando por el estrecho tunel de nieve, apoyandose en los codos y las rodillas, y arrastrando detras de si, tomado de las orejas, al perro cabeza de trineo, salio del iglu. El resto del tiro los siguio, sacudiendose la escarcha del espeso pelo, ladrando por el hambre y descubriendo los dientes, aplanados a golpes de piedra para que no devorasen los arreos del trineo; con mas de lobos que de perros, mostraban agudos hocicos y ojos amarillos y relucientes. Ernenek se aseguro de que todos llevaban las abarcas que debian protegerles las patas de la mordedura de los hielos y de la sal marina. Luego los engancho al trineo, subio a este, retiro el ancla sepultada en un monton de hielo y agito el latigo. Los perros avanzaron sobre el mar congelado, mientras se abrian en abanico y hacian crujir las correas con que cada uno estaba atado separadamente al trineo. Hacia calor, apenas unos quince grados bajo cero, de manera que Ernenek no se veia obligado a trotar junto al trineo para calentarse, sino que podia gozar del paseo, sentado comodamente en el pescante. Al sur, el firmamento se habia tenido de azul, reverberacion de un sol ausente, azul que se iba esfumando poco a poco, convirtiendose en violeta, hacia el norte. Bajo aquel palido cielo, la tierra se mostraba anemica y descolorida, sin matices ni sombras, como a los ojos de los perros, que no distinguen los colores. El Oceano Glacial, congelado en un espesor de un par de metros, estaba recubierto de una delgada capa de nieve en la que se marcaban las huellas del trineo de Anarvik. A la derecha se veian cadenas de montes abruptos y colinas conicas, blancas y desnudas. A la izquierda, solo la bruma primaveral limitaba el oceano. Ernenek no se volvio ni siquiera una vez para echar una mirada al minusculo iglu, solitaria bolita de hielo puesta sobre el techo de la tierra. Su cerebro, que a causa de su modesta capacidad solo podia albergar un pensamiento por vez, se tendia enteramente hacia la gran bahia donde debia encontrarse Anarvik. Estaba tan absorto en su proposito que se habia olvidado de llevar consigo la indispensable grasa de foca que da luz y calor. Lo preocupaba demasiado el pensamiento de la peticion que iba a hacer a Anarvik, para pensar en otras cosas. A toda peticion podia responderse de dos maneras: Ernenek sabia por lo menos esto, aunque ignorase muchas cosas. Si Anarvik aceptaba, Ernenek se sentiria humillado por haber recibido un favor mas. Anarvik era orgulloso, un verdadero hombre, y seria muy capaz de mortificarlo con un consentimiento inmediato, por lo que para rehacer su dignidad perdida Ernenek se veia obligado a redoblar sus esfuerzos de cazador, y a su vez, mortificar al companero haciendole el don de grandes cantidades de caza. Si en cambio, Anarvik le negaba el permiso pedido, Ernenek podria mofarse de el por su avaricia y mezquindad; pero de todos modos este seria un consuelo bien magro, comparado con la molestia de tener que buscarse una companera en otra parte, para lo cual deberia emigrar solitario, por uno o dos anos, hacia el sur, donde abundan las mujeres, pero escasean los osos; hacia el pais del sol alto y de las sombras cortas, poblado por tribus cuyas costumbres son extranas a un esquimal polar, y por tanto desagradables. De un modo u otro, una vez hecha la peticion, sus dias estarian colmados de dificultades. Sin embargo, todavia no podia marcharse. Hacia ya dos anos que Anarvik le prometia la inminente llegada de su hermano Ululik. --Tiene dos hijas y tu podrias elegir una --le habia dicho riendo. Mas las estaciones pasaban, Ernenek esperaba en vano, y Anarvik se habia limitado a encogerse de hombros y a decirle--: Tal vez venga para fines del proximo invierno. Un invierno mas o menos parecia tener poca importancia para el, que habia visto muchos. Pero para Ernenek, que habia visto pocos, no era asi. ?Y si al fin de cuentas Ululik no venia? Podia haber cambiado de idea. O haberse muerto. O haber dado las hijas a otros. Y Ernenek estaba cansado de esperar. El trineo de Anarvik aparecio a la vista puntito negro sobre la enorme extension del mar congelado y Ernenek incito al tiro gritos y azotes. Al cabo de una hora el puntito se habia convertido en una linea, luego el trineo se hizo visible, y por fin aparecieron Anarvik y los perros. Los perros estaban vivamente excitados. Ernenek arrojo el ancla del trineo, aseguro el tiro de perros y avanzo a pie sobre el hielo. A pesar de su impaciencia, andaba lentamente, por la fuerza de la costumbre, con pasos mesurados, para no ahuyentar a las focas que habia por debajo de la costra helada. Anarvik, extendido en el suelo, le volvia las espaldas. Ernenek se detuvo detras de el y un poco de lado; le veia el rostro oscuro y, a pesar de la capa de aceite y hollin, las arrugas excavadas por los anos alrededor de las sienes; los ojos oscuros, oblicuos y astutos; la renegrida melena, que cortada en flecos sobre la frente, le caia a los lados, rigida por la capucha del sayo, mientras que por detras se le desparramaba desordenadamente sobre la espalda. --Alguien tiene que hacerte una pregunta --dijo Ernenek con voz fuerte, para darse animo. --!Silencio! --le mando Anarvik sin volverse--. Un hombre que trabaja no puede escuchar preguntas. Una cosa por vez.

  • El diablo de Milan 3, Prueba de Amor de Cathryn De Bourgh

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    Muchas cosas habian cambiado eso dias. Lucio acababa de descubrir que su primo loco era quien estaba detras del acoso que habia sufrido Varina y eso lo llenaba de una mezcla de pena y rabia. No podia creerlo, a decir verdad. El hermano de Giovanni, Tadeo, lo habia llamado para pedirle perdon. --Lo siento mucho, jamas crei que mi hermano fuera capaz. Te juro que de haber sabido... --Esta bien, no es tu culpa. Valenti ya estaba harto de toda su familia a esa altura. Bromas pesadas, intrigas, mentiras... --Lo lamento ?si? Pero creo que es injusto que vaya a la carcel, el esta enfermo Lucio. Tu lo sabes bien. Lucio suspiro. --Si que lo esta, pero el juez ha dicho que era consciente de lo que hacia. Es imputable, ?entiendes? Plenamente responsable de sus actos. Tadeo emitio un sonido a traves del telefono. --Pero tu sabes que no lo es, que si hizo lo que hizo fue porque estaba enamorado de tu esposa. Es una locura amorosa, una enfermedad, no puedes dejar que por eso... --Bueno, yo no soy el juez Tadeo, ?lo olvidas? Y es mi esposa, si fura tu esposa no estarias tan tranquilo de quitarle la pena al hombre que estuvo acosando a tu esposa y que hizo algo mas que eso. --Si, lo se, te entiendo y te pido perdon pero tu sabes que mi hermano esta enfermo. Lucio se mantuvo firme. No retiraria los cargos ni pediria que se lo considerara "inimputable". No esta vez. Demasiada paciencia habia tenido con ese chiflado. Giovanni no era su responsabilidad. Necesitaban un descanso y ese dia al volver del trabajo le dijo a Varina que irian a Francia antes de lo previsto. Acababa de hacer las reservaciones. Los ojos verdes de Varina se iluminaron. Estaba feliz. Toda esa situacion habia sido tan estresante. Dias despues, viajaron a Paris y recorrieron la ciudad antes de Valenti tuviera que trabajar en el nuevo evento de la sucursal recientemente abierta. Mientras paseaban por la ciudad, Varina recibio una llamada de su tia. Penso que queria preguntarle como iba todo y no se equivocaba pero luego supo que habia otra razon. --Tu padre te envio una carta, Varina. Quisiera que la leyeras, realmente se me parte el alma... --dijo y su voz se quebro. --?Mi padre?--Varina tuvo un mal presentimiento. --Si, el necesita verte con urgencia. Esta enfermo y teme que no le quede mucho tiempo. --?Que tiene? --Creo que tiene cancer pero no dio detalles. Solo que debe operarse de urgencia en unas semanas y antes quiere verte. Necesita hablar contigo, que lo perdones. Se que tu le guardas rencor pero te ruego que vayas a verle. Te hara bien. Por favor. El quiso acercarse si, pero yo me negue porque tenia miedo... tu eras mi nina y queria lo mejor para ti y el era un bohemio, bebia, fumaba y pense que no sabria criarte. Varina se dejo caer en un sillon. --?Entonces lo que mi padre dijo era verdad, tu no querias que me viera? Varina ya lo sabia pero queria saber por que lo habia hecho. --No... no queria--le confeso tia Giuliana--Tu sabes la historia, el no se porto bien con mi hermana y a ti de chiquita y yo lo odiaba. Siempre lo odie y cuando fue a buscarte tuve miedo de que te llevara a Francia y nunca mas pudiera verte. --Si, eso pense... entiendo lo que dices pero no tenias derecho tia, yo queria ver a mi padre. No tenias que alejarlo asi y dejar que creyera que era un malvado. Tu solo me ensenaste a odiarlo por haberme abandonado y ahora que se esta muriendo te sientes culpable. Y yo me pregunto cuantos secretos horribles escondes sobre eso. --Varina no, por favor, no digas eso. Lo hice por tu bien, ?que vida habrias tenido en Paris? El vivia para su arte, para beber, habrias terminado embarazada a los quince anos viviendo con algun pintor mediocre o algo peor--estallo su tia. --Bueno, eso es lo que tu imaginas. En realidad no lo sabes porque nunca paso y ademas, yo me habria quedado viviendo contigo tia Giuliana, pero tambien necesitaba ver a mi padre de vez en cuando no que le cerraras la puerta en la cara y me apartaras de el y luego me hicieras creer que nunca le importe un rabano. Varina lloro, no pudo evitarlo y Valenti se acerco furioso y le dijo a su tia por telefono que no era justo que hiciera eso. --Su sobrina esta embarazada y no puede estresarse, debio esperar para esto o hablar conmigo primero. --Lo siento mucho Lucio, de veras pero esa carta... el padre de Varina esta muy enfermo y quiere verla. Tenia que decirle. --Esta bien, entiendo... no es una situacion sencilla. Por favor, envieme la direccion por mensaje para ir a visitar a su padre. No se si Varina querra ir pero estamos a un paso de Paris. --Esta bien, si lo hare. Disculpa Valenti, no quise angustiar a Varina pero todo fue tan inesperado y cuando vi esa carta mori de angustia. Valenti penso que parecia un desproposito. Primero su primo loco habia estado acechando a su esposa y ahora el padre de Varina enviando un S.O. S desde Paris. Todo conspiraba contra su tranquilidad, demonios, parecia que queria sabotear su pequena luna de miel. Varina quedo muy afectada y el furioso por esa llamada tan inoportuna. --Escucha preciosa, no tienes que decidir nada ahora, no es el momento. Olvida lo que te dijo tu tia, ?si? --Pero ?como crees que me siento? Me llama para decirme que era verdad, que mi padre me busco y ella lo nego, dijo que nunca se preocupo por verme ni nada. --Bueno, pero no es tu culpa. --Me han mentido, siempre me han mentido para que no viera a mi padre, no querian que viajara a Paris, quisieron convencerme de que no fuera. --Y tu padre pudo insistir. --El esta muy enfermo Valenti, me necesita. No puedo ignorar ese llamado. --Varina, ten calma ?si? Tranquilizate. Si quieres te llevo a ver a tu padre manana pero no pienses tanto en esto, ni dejes que te afecte. Y creo que no seria buena idea que te enfrentaras ahora con esto. --Tengo que hacerlo, no puedo esperar, si esta grave y quiere verme, debo ir. La cara de Valenti era un cuadro. Estaba furioso. Sus familiares parecian confabulados para arruinar su segunda luna de miel. El taller Varina entro en la casa de su padre en Sacre Coeur al dia siguiente, temprano en la manana, el la esperaba y nada mas entrar en la casa vio el retrato de una nina rubia descalza y se emociono. Diablos, era ella cuando tenia dos o tres anos, con rulos y cintas rojas, caminando por la casa en la que nacio con una muneca de trapo bien sujeta del brazo mientras miraba al pintor con cara de sorpresa. Su padre la habia pintado y parecia estar viva y atrapada en algun recuerdo de infancia. --?Eres tu, preciosa?--pregunto Valenti al ver ese cuadro mural. Ella sonrio y asintio despacio. Su esposo sonrio. --Mi amor... Pareces una de esas ninas antiguas de comienzo de siglo-- senalo mientras se acercaba para verlo mas de cerca--Que hermoso retrato, deberiamos tenerlo cuando compre una casa de fin de semana, preciosa. Estaba lleno de retratos y Valenti dijo que tal vez podria convencer a su padre de que le obsequiara uno. Etienne Dumont, el pintor y padre de Varina aparecio de pronto en el umbral y sonrio emocionado al ver a su hija. No podia creer que estuviera alli, su anterior encuentro habia sido tan triste. --Varina... Gracias por venir, pense que... Se abrazaron y luego Varina le pregunto como estaba. --Estoy bien. Un poco cansado pero... no queria dejar pasar el tiempo. Necesito hablar contigo con calma, decirte lo que paso. Porque no quiero irme con este peso en el corazon.

  • Amor Latente de Isabel Conde

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    Barbara Jensen ha besado a demasiadas ranas.
    Lo tiene claro: El principe encantado no existe.
    Demasiados errores y desastres en su vida romantica.
    Es mejor estar sola y olvidarse de los hombres.

  • De Las Vegas a la luna de Miriam Meza

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    Cuando creimos haber dejado a Murphy atras, el regresa para burlarse de nosotros. Porque las visitas sorpresa de la suegra, la tension en el trabajo y el resto de cosas saliendo mal tienen que ser obra suya. O tal vez no.

  • El amor puede esperar de Oscar R.campos

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  • El Ajedrecista de Hitler de Persus Nibaes

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    La novela “El Ajedrecista de Hitler”, tiene por finalidad dar a conocer una historia ficcionada, basadaen la historia de vida del ajedrecista chileno-aleman Klaus Junge (Karl Dunken). Es una novela que no pretende ser una biografia documental, sino mas bien una historia ficcion, a su vez de contar la historia de vida del joven genio del ajedrez; Karl Dunken, quien participo en la guerra como teniente de la Wehrmacht.

  • CEO Temporal de Lexy Timms

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    !La autora de Best Sellers del USA Today, Lexy Timms te trae una sexy y dulce novela romantica que te tendra apoyando a la mas debil todo el tiempo!

  • Prestame tu fuerza de Iris Boo

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    Nick Vasiliev mantiene viva la leyenda del Ruso Negro, como lo hizo en su momento su hermano mayor. Sabe muy bien cual es su responsabilidad con la familia, sus obligaciones, pero eso no quiere decir que no se divierta tambien. Ser el hijo pequeno del gran patriarca de la mafia rusa en Las Vegas tiene sus ventajas, pero eso no le libra de trabajar en los negocios que posee su familia; aqui no se regala nada, y el lo sabe. Como tambien es consciente de que no hay nada mas importante que la familia, y que si es necesario, se sacrificaria por los suyos sin dudar.

  • Rebeldes, ni putas ni sumisas de Gemma Lienas

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  • La desfachatez intelectual de Ignacio Sanchez-cuenca

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    Muchos de los intelectuales espanoles de mayor prestigio y visibilidad, casi siempre escritores y hombres de letras, se caracterizan por participar en el debate politico con ideas superficiales y frivolas, expuestas en un tono tajante y prepotente. La desfachatez intelectual se sostiene sobre una impunidad generalizada, que nace de la ausencia de una critica explicita a las opiniones de las principales figuras de nuestra clase intelectual. Frente a la figura del intelectual que pontifica sobre cualquier asunto, este libro apuesta por una esfera publica mas plural, menos personalista y con filtros mas eficaces, que eleven el nivel de nuestro debate politico.

  • Complacer a una mujer de Nicole Jordan

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    Marcus Pierce, un increiblemente apuesto aristocrata con una infame reputacion, hereda la tutela de la fogosa Arabella Loring y sus dos hermanas… e inmediatamente declara sus intenciones de casarlas. Pero la encantadoramente desafiante Arabella provoca frustracion, y algo profundamente erotico, en Marcus. Despues de medir su inteligencia y su espada con ella, el posesivo noble llega a la conclusion de que tan hermosa y formidable adversaria debe ser suya. Arabella, que ha renegado del matrimonio y de los hombres, desea que la dejen dirigir su academia para jovenes damas en paz. Con tal fin, audazmente acepta el intimo desafio de Marcus: si el logra cortejar y conquistarla en el periodo de dos semanas, ella ocupara su lugar en su cama y como su esposa. Sin embargo, si consigue resistirse a sus considerables encantos, se les concedera la independencia a las hermanas Loring. Asi, comienza un extraordinario juego de seduccion… SOBRE LA AUTORA: La exitosa autora de novela romantica Nicole Jordan consigue sumergir a los lectores en cautivadoras historias llenas de pasion y sensualidad. Nicole se graduo en la carrera de Ingenieria de Obras Publicas por la Universidad de Georgia y durante ocho largos anos ocupo el puesto de gerente de una empresa de panales y papel higienico. Posteriormente, se traslado de Atlanta a las montanas rocosas de UTA con su particular heroe de carne y hueso --su marido--, y su adorado caballo, todo un campeon de salto de raza irlandesa. Las apasionadas novelas romanticas de Nicole han aparecido en numerosas listas de los libros mas vendidos, incluidas las del New York Times, USA Today, Waldenbooks, y Amazon.com. Una de las novelas de Nicole tuvo el dudoso honor de ser destacada de un modo comico en el programa de Jay Leno "The Tonight Show". Y, desde el punto de vista profesional, ha sido finalista al premio RITA, nominada en los RWA’S y ganadora al premio Dorothy Parker. Escaneado por PACI - Corregido por Mara Adilen Pagina 2 NICOLE JORDAN Complacer a una Mujer 1deg Serie Las Guerras del Cortejo CAPITULO 01 El nuevo conde me va a volver loca con su idea de emparejarnos como si fuesemos animales de cria. CARTA DE LA SENORITA ARABELLA LORING A FANNY IRWIN Londres, mayo de 1817. Matrimonio. La propia palabra era en si amenazadora. Sin embargo, el nuevo conde de Danvers no podia seguir ignorando el asunto por mucho que le pesara. --Es una lastima que el ultimo conde ya haya muerto --dijo interrumpiendo su declaracion con una estocada del florete que llevaba en la mano--. De otro modo, yo mismo lo hubiera ensartado por la jugada que me ha hecho dejandome tres pupilas en prenda para que les haga de alcahuete. Su queja, formulada sobre un fondo de entrechocar de aceros, fue recibida con risas benevolas por parte de sus amigos. --?Alcahuete, Marcus? ?No es algo exagerado? --Describe perfectamente mi responsabilidad. --Casamentero es una definicion mas elegante. Casamentero. Que sombrio pensamiento. Marcus Pierce, anteriormente baron Pierce y ahora octavo lord Danvers, hizo una mueca con desganado humor. Aunque en general disfrutaba ante un reto, en esos momentos renunciaria gustoso a verse responsable de tres bellezas sin dinero… Y, peor aun, con la obligacion de encontrarles esposos respetables. Sin embargo, las hermanas Loring venian en el lote, junto con su nuevo titulo, por lo que se habia resignado a cumplir con su deber antes o despues. Preferiblemente despues. Hasta el momento, Marcus habia disfrutado de treinta y dos agradables anos de solteria, los ultimos diez como uno de los mas esquivos buenos partidos de Londres. Puesto que el matrimonio estaba situado en el ultimo lugar de su lista de preferencias, llevaba posponiendo su obligacion hacia sus no deseadas pupilas desde hada semanas. Sin embargo, en aquella esplendida manana de primavera, se habia obligado a abordar la cuestion mientras se hallaba ocupado en la practica de la esgrima en su mansion de Mayfair con sus dos amigos mas intimos, y, como el, fugitivos del mercado matrimonial. --Pero ?comprendeis mi dilema? --pregunto, ejecutando una rapida finta ante su adversario igualmente experto, Andrew Moncrief, duque de Arden. --!Por supuesto! --respondio Drew entre el estrepito de los estoques. --Quieres casar a tus tres pupilas, pero no crees que vayas a encontrar a demasiados interesados, teniendo en cuenta el escandalo que hubo en su familia. Escaneado por PACI - Corregido por Mara Adilen Pagina 3 NICOLE JORDAN Complacer a una Mujer 1deg Serie Las Guerras del Cortejo --Exactamente. --Marcus esbozo una atractiva sonrisa. --Supongo que ninguno de los dos os ofrecereis para alguna de ellas, ?verdad? Moncrief le dirigio una elocuente mirada al tiempo que saltaba hacia atras para esquivar una habil estocada. --Por mucho que desee ayudarte, viejo amigo, aprecio demasiado mi libertad como para hacer tan abrumador sacrificio; ni siquiera por ti. --Dejalo estar, Marcus. --La voz procedia de una de las esquinas del salon que utilizaba como zona de esgrima. Heath Griffin, marques de Claybourne, estaba alli repantigado en un sofa, mientras aguardaba su turno de practica, describiendo ociosos trazos en el aire con su florete. -- Estas mal de la cabeza si crees que vas a convencernos para que pidamos en matrimonio a tus pupilas. --Se dice que son grandes bellezas --intento engatusarlo su amigo. Heath se rio abiertamente. --Y solteronas todas ellas. ?Cuantos anos tiene la mayor? ?Veinticuatro? --Todavia no. --He oido decir que, ademas, es irritable e impaciente. --Eso me han dicho --reconocio Marcus de mala gana. Sus abogados habian descrito a Arabella Loring como encantadora, pero fieramente obstinada en su deseo de emanciparse de su tutela. --?Aun no la conoces? --pregunto Heath. --No, hasta ahora he conseguido evitarlo. Las senoritas Loring no estaban en la casa cuando acudi a darles el pesame por la muerte de su tio hace tres meses. Y desde entonces han sido mis abogados quienes se han encargado de todo. Pero tarde o temprano tendre que tratar con ellas -- suspiro. --Probablemente viaje a Chiswick la semana que viene. La mansion Danvers se hallaba en el campo, cerca del pueblecito de Chiswick, unos diez kilometros al oeste del moderno distrito londinense de Mayfair, donde residia gran parte de la acaudalada aristocracia. La distancia era apenas un paseo en un carruaje rapido, sin embargo, Marcus no abrigaba ninguna esperanza de que su tarea alli pudiera solventarse con rapidez. --Por lo que he oido --intervino Drew mientras avanzaba tranquilamente--, tus pupilas son bastante poco dociles. No te sera facil casarlas, en especial a la mayor. El asintio con una seca mueca. --Desde luego que no desde el momento en que las tres se declaran abiertamente opuestas al matrimonio. Les he ofrecido importantes dotes para atraer a respetables pretendientes, pero rechazan mi propuesta taxativamente. --Tienen intelectualoides ideas de independencia, ?no es asi? --Eso parece. Es una lastima que no pueda convenceros a ninguno de los dos para que acudais en mi ayuda. Mientras respondia a la decidida ofensiva de Drew, Marcus pensaba que esa habria sido una habil solucion a su dilema. Junto con el titulo de conde, ahora anadido a su largo tiempo detentada baronia, se habia visto Escaneado por PACI - Corregido por Mara Adilen Pagina 4 NICOLE JORDAN Complacer a una Mujer 1deg Serie Las Guerras del Cortejo obligado a hacerse cargo de las empobrecidas propiedades Danvers, asi como de sus refinadas inquilinas, tres hermanas sin un centimo. Las tres poseian un impecable linaje, excelente educacion y envidiable belleza, pero todas ellas estaban solteras y se estaban haciendo ya algo mayorcitas. El hecho de que todavia no se hubiesen casado se debia menos a su falta de fortuna que a un tremendo escandalo vivido por su familia. Hacia cuatro anos que su madre habia huido a Europa con su amante frances. Despues de eso, apenas quince dias mas tarde, su padre habia muerto en un duelo por su ultima amante, lo que habia supuesto la brusca desaparicion de cualquier oportunidad que sus hijas tuvieran de hacer una buena boda. Resuelto a traspasar a sus no deseadas protegidas a manos mas dispuestas, lo que Marcus habia pensado era casarlas proporcionandoles inmensas dotes. Pero eso fue antes de descubrir cuan independientes eran las tres bellezas. Las cartas de la hermana mayor eran intensamente apasionadas en sus requerimientos de control sobre sus propias vidas. --Legalmente, son mis pupilas hasta que cumplan veinticinco anos --explico el conde a sus amigos--, pero Arabella, la mayor, ya casi los tiene. Durante el mes pasado, me ha escrito cuatro cartas proclamando que, a su edad, ni sus hermanas ni ella necesitan un tutor. Lamentablemente para todos nosotros, estoy comprometido por las condiciones del testamento. Marcus se detuvo para rodear a su adversario, y se paso la mano con rapidez por los negros cabellos para apartarselos. --Con sinceridad --murmuro luego--, ojala nunca hubiese oido hablar de las hermanas Loring. Ademas, yo no deseaba este otro titulo, estaba totalmente satisfecho siendo baron. Sus amigos le dirigieron miradas de simpatia, aunque un poco burlonas, lo que impulso a Marcus a anadir: --Espero vuestra ayuda para resolver mi dilema, libertinos pusilanimes. Seguro que se os ocurriran algunos candidatos apropiados para ellas. --Uno de los cuales podrias ser tu mismo --sugirio Heath con un perverso brillo en los ojos. --!No lo quiera Dios! Marcus se estremecio, y esa momentanea tregua en el ataque, hizo que casi se viera ensartado por Drew, que arremetia con su florete. Durante gran parte de su infancia y durante toda su existencia adulta, los tres amigos habian sido inseparables; juntos habian asistido a Eton y Oxford, y luego heredaron sus vastas fortunas e ilustres titulos el mismo ano. Despues de eso, tras verse implacablemente perseguidos por debutantes dispuestas a casarse como fuera y esquivando apenas las trampas puestas por innumerables madres casamenteras, los tres compartian graves reservas respecto a la institucion del matrimonio. Muy especialmente, la clase de union fria y pactada de la aristocracia. Marcus nunca habia conocido a ninguna mujer a la que desease tomar como esposa. Pensar en verse encadenado para siempre a alguien que a duras penas le agradara, y a quien mucho menos amara, le producia escalofrios. Sin embargo, debia a sus titulos, tanto al nuevo como al antiguo, un heredero para los mismos, por lo que tendria que acabar casandose. No obstante, se prometio a si mismo que el fin de su solteria tardaria mucho en llegar. Al comprender que su concentracion se habia visto afectada por toda esa desagradable charla sobre el matrimonio, retrocedio unos pasos y le hizo a Drew un saludo burlon.

  • Dos vidas de Jay Asher

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  • El espia del Inca de Rafael Dumett

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    Yunpacha, un antiguo espia del servicio secreto del imperio incaico, es convocado por el general Cusi Yupanqui para realizar una ultima mision: infiltrarse en Cajamarca y preparar el ataque que liberara al Inca Atahualpa, capturado por unos extranjeros. Yunpacha parece ideal para este rol. Aunque es hijo de campesinos chancas, accedio a una educacion privilegiada en el Cuzco por su capacidad de contar cifras a extraordinaria velocidad. El Espia del Inca recrea, con una solida documentacion a sus espaldas pero asumiendo las licencias de la ficcion novelistica, este infructuoso intento de rescate.

  • Mi libro enterrado de Mauro Libertella

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    Relato autobiografico sensible y equilibrado sobre la muerte de su padre, Hector Libertella, escritor de culto e impulsor de un canon alternativo en la literatura argentina.

  • Love is in the air de Mariah Evans

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    Abby Mitchell es una joven y soltera auxiliar de cabina que trabaja en Alpha Airlines. Su amiga y companera de trabajo Dana esta empenada en buscarle pareja y no para de organizarle citas a ciegas cada dos por tres. En la misma compania trabaja Chase Hudson, uno de los comandantes de vuelo mas atractivos y gran amigo de Abby. Entre ellos existe una gran confianza y Chase no duda en compartir confidencias con ella o hablarle de sus conquistas amorosas. En uno de los destacamentos a Las Vegas se veran obligados a permanecer tres dias en tierra. Durante su estancia alli viviran una experiencia singular que los unira (en lo bueno y en lo malo) y que les obligara a vivir una gran mentira.?Te atreves a embarcar en esta divertida comedia romantica de altos vuelos?

  • Curiosa Historia La Antigua Roma de Paula Navas

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    Rea Silvia, una Virgen Vestal, no podia concebir hijos pero no pudo resistirse y sucumbio a la seduccion de Marte quedandose embarazada de dos gemelos, Romulo y Remo. Una vez dio a luz, su tio Amulio cogio a los gemelos y los metio en una cesta dejandolos a su suerte en el rio Tiber. ?Por que? Pues sencillamente porque Amulio destrono del trono a su hermano Numitor, padre de Rea Silvia. Amulio simplemente se aseguro no tener quien pudiera quitarle el trono. Una loba encontro la cesta encallada a orillas del rio pegada al monte Palatino. La loba, llamada Luperca, los cuido y amamanto hasta que un pastor, Faustulo, encontro a los gemelos. Faustulo se encargo de ellos como si fueran hijos suyos. Cuando Romulo y Remo crecieron destronaron a Amulio y colocaron en el trono a su abuelo Numitor que como agradecimiento les dejo que fundaran una ciudad. Los hermanos se enfrentaron, ya que no decidian quien iba a ser el fundador. Finalmente, tras la disputa, Remo murio a manos de su hermano Romulo y este fundo Roma en el ano 753aC. Asi fue como Romulo se convirtio en el primer rey. ?Sin embargo, verdaderamente fue Romulo el fundador de Roma? La arqueologia ha revelado evidencias del asentamiento de Roma en la colina del Palatino desde el ano 1000aC pero para los romanos, provenir de un dios, era algo excepcional. Roma empezo siendo una pequena monarquia y acabo convirtiendose, a lo largo de mas de 600 anos, en uno de los imperios mas grandes de la antiguedad. Roma paso por varias formas de gobierno, monarquia, republica e imperio. La monarquia se acabo junto con el derrocamiento de su ultimo rey, Tarquinio el Soberbio. Despues de Tarquinio, comenzo una nueva forma de gobierno, la Republica, nos encontramos en el ano 509 a. C. y Roma es gobernada por el Senado y dos consules. Roma durante aproximadamente ciento cincuenta anos, se expandio con exito por tierras extranjeras. Mas adelante, los romanos conocerian una nueva clase de enemigos, les creian inferiores, incivilizados y feroces, fueron conocidos como los barbaros. En el siglo II a.C., una nueva tribu avanzaba contra el Imperio Romano, querian conquistar, saquear y establecerse en las poblaciones. Se trataba de los cimbrios cuyos mejores aliados fueron los Teutones y Ambrones. Los romanos prepararon con horas de antelacion la batalla pero de nada les sirvio. Los barbaros, impredecibles en el combate y sin una aparente tactica de guerra, ganaron todas las batallas. Roma busco a alguien capaz de detener la masacre barbara. El elegido fue el militar Cayo Mario. Cayo Mario, al que algunos creen que tuvo un origen humilde, fue muy admirado por sus soldados. Trabajaba con ellos, comia con ellos y entrenaba con ellos. Pero en aquella epoca, a Cayo Mario le costo reclutar soldados que quisieran luchar debido a las numerosas derrotas que habia sufrido el ejercito romano contra poblacion, ya no importaba que no tuvieran los suficientes recursos y cualquier persona podia alistarse en el ejercito. Este hecho hizo que el ejercito se agrandara considerablemente. Cayo Mario fue eliminando a las tribus Teutonas y finalmente, en la batalla de Vercelae, 120.000 cimbrios fueron derrotados acabando con 13 anos de conflictos barbaros. Cabe destacar que estamos en el periodo de la Republica y solo las personas con suficientes recursos eran las que podian alistarse. Cayo Mario tuvo que cambiar este sistema y comenzo a reclutar sin importar la condicion social de las personas. En el ano 59 a. C., la popularidad del sobrino de Cayo Mario ya era un hecho. La historia lo conoceria como el mas importante general de Roma, Cayo Julio Cesar. Para lograr su exito politico, tuvo que solicitar el apoyo de dos personas, Craso y Pompeyo el Grande. Juntos, formarian el primer Triunvirato. Cesar, entre otras cosas, amplio los dominios de Roma, conquisto la Galia y derroto a los optimates en el norte de Africa, en Hispania y en Grecia. Mas tarde, Cesar seria proclamado dictador perpetuo y tras una guerra civil y enfrentandose al Senado, fue asesinado desatando una serie de guerras civiles que termino con la Republica y provoco la elevacion del sobrino de Cesar y su heredero, Octaviano, como Augusto, el primer emperador.

  • La narradora (Mar de tinta y oro 3) de Traci Chee

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    “Erase una vez, pero no siempre sera. Este es el final de toda historia.”

  • Hopeless. Tocando el cielo de Colleen Hoover

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    En ocasiones, conocer la verdad resulta mas doloroso que creer las mentiras.

  • Gorbachov. Vida y epoca de William Taubman

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  • Antes de desposarte (Solteronas 6) de Amaya Evans

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    Brighton, Marzo 1828 Lady Strathull hablaba animadamente con su amiga lady Anne, la esposa del recien nombrado conde de Emerett. --Todavia me parece increible que ese hombre tan joven haya muerto tan sorpresivamente. --Para nosotros tambien ha sido algo terrible e inesperado. Oliver jamas quiso aquel titulo, y de hecho tenia muy poca comunicacion con su hermano. Pero el principe fue tajante en que no admitiria una negativa ante el hecho de que Oliver debia heredar el titulo como segundo hijo legitimo del difunto conde de Emerett. --Asi debia ser, querida--la mujer tomo su mano--se que no es facil esta transicion, ni para usted, ni para el. Despues de todo era su hermano el que murio, para que ahora el herede el titulo. --Lo se, y a mi esposo le esta costando asimilarlo. El no me lo dice pero se que en el fondo tenia la esperanza de que algun dia el cambiara, se casara con una buena mujer y sentara cabeza. Pero lastimosamente esa vida disoluta, le gano y lo llevo a la muerte. Lady Strathull no dijo nada por prudencia, y porque le tenia carino a lady Anne y a su esposo, pero el rumor era que el habia sido amante de la esposa de un duque. No se sabia exactamente de quien, puesto que lo habian mantenido oculto muy bien, pero al final el marido se habia enterado y al parecer no era el tipo de hombre al que le gustaba que le adornaran la cabeza. Lo reto a un duelo y como era ilegal, hacerlos desde hacia un tiempo, solo los padrinos y los involucrados sabian del lugar. Lo unico que se supo despues fue que encontraron el cuerpo del conde, flotando en el muelle, y nadie tenia idea de lo que habia sucedido. A ella particularmente le parecia un hombre insoportable, pero tampoco le deseaba la muerte. --Lady Strathull ?se encuentra bien?--escucho que le preguntaban. --Oh…si, querida. Solo pensaba en como cambiaron las cosas tan rapidamente. Pero no se puede hacer nada mas que sobreponerse al dolor y seguir viviendo. --Ya hace un ano, que sucedio todo y Oliver todavia, no se acostumbra. Tal vez ahora que empieza la temporada en un par de meses, quiera ir para dejarse ver por primera vez en los diferentes actos, como el nuevo conde. Sin embargo tengo que pensar bien la forma en la que le planteo el asunto, pues no quiero que se sienta presionado. --No creo que se sienta de esa manera. Su esposo es un hombre sensato y estoy segura de que es muy consciente de las obligaciones que trae su titulo. No me cabe duda de que los vere en la temporada. -- ?Usted va a asistir? --Bueno...no lo se todavia. Mi hija como sabras, no es muy dada a esos eventos, pero su hermano practicamente la esta obligando a asistir. --La miro insegura--y...la verdad es que no habia tocado el tema por prudencia, despues de todo estan apenas saliendo del luto. Pero la verdad es que necesito su ayuda. -- ?Mi ayuda? --pregunto sorprendida. --Si, mi querida amiga. Mi hija, a la que ya conoce usted muy bien, es una joven educada con las mejores institutrices, es inteligente, amable, elegante, y con una excelente dote en caso de que algun caballero se fijara en ella. Pero ambas sabemos que no tiene la belleza--comento apesadumbrada, la mujer. --Lady Strathull, su hija es una joven agradable, que tiene muchos talentos y si es una mujer bella, que lastimosamente tuvo un horrible accidente. --Es muy amable de su parte decirlo. Pero ambas sabemos que la sociedad no perdona esas cosas y mi hija ha sufrido por los comentarios de mucha gente. Tiene toda la razon en no querer ir a una temporada, donde muy posiblemente este como un florero todas las noches, en cada baile. Sin hablar de lo que dira la gente al verla. No quiero que pase humillaciones y estoy segura de que si usted va a la temporada y la acoge bajo su ala, ella se sentira mas segura. --Entiendo...--se quedo pensativa, sin embargo lady Strathull lo malinterpreto. --No tiene que hacerlo, lady Emerett. Se que no debe ser nada facil actuar como chaperona y al tiempo encargarse de sus propios asuntos en plena temporada. A veces...soy algo imprudente-- sonrio con tristeza--creo que mis ganas de ver a mi hija feliz, al menos por un momento, me ganan. Desde siempre mi nina, ha sido una joven solitaria, que se mete en sus libros o en sus pinturas para alejarse del mundo y yo lo unico que deseo, es que tenga la suerte de encontrar un buen hombre. Uno que vea mas alla de sus cicatrices--la miro desolada-- ?cree que eso pueda ser posible? Anne sintio pena por ella--por supuesto que es posible. Todos en este mundo tenemos una persona, hecha para nosotros y Charlotte no es la excepcion. --Usted lady Emerett, tiene muy buenas conexiones, aun mejores que las mias, porque tanto sus hermanas como primas, estan muy bien casadas, son condesas baronesas y marquesas. Si mi hija no consigue un buen enlace con su ayuda, no lo hara jamas. --Anne le dio unas palmaditas en la mano--no se preocupe, lady Gardiner, prometo que hare todo lo posible por ayudarla. Vera como en muy poco tiempo, ella conocera a un buen partido. Eso se lo aseguro. ***** Charlotte se preparaba con la ayuda de su doncella para ir al baile que organizaba lady Gardiner, una vecina, que disfrutaba de hacer constantes eventos en su casa, en parte para dar a conocer a sus hijas y en parte, para alardear de la enorme fortuna de su marido. Ella detestaba ese tipo de eventos pero su hermano habia insistido tanto que no tuvo mas remedio que aceptar. Sabia lo que venia y se preparaba mentalmente para los gestos de horror, el rechazo, y los comentarios hirientes. Thomas no tenia idea de lo que a ella le costaba todo eso, porque el se dedicaba a saludar a todos, a bailar con las mujeres mas hermosas que todo el tiempo le coqueteaban y a tomar licor. --Milady--este es el vestido que me dijo que planchara. --Si, es ese, pero me pregunto si no sera mejor llevar el color crema. --Oh no, milady. El verde se le vera mucho mejor y hara juego con sus hermosos ojos. El vestido crema es muy apagado para la noche. --Pero me hara pasar mas desapercibida. --No creo que eso sea lo indicado. ?Como conseguira marido, entonces? Charlotte miro a su doncella como si estuviera loca--a veces realmente creo que necesitas lentes, Penny. La muchacha se echo a reir--no es eso, milady--la ayudo con el camison, luego el corse, y finalizo con el vestido. --Lo que pasa es que yo si estoy segura de que alguien especial vendra a su vida. ?Que tal si es hoy, el dia que lo conoce?--dijo emocionada haciendo reir a Charlotte. --Oh Penny, ?que haria yo sin ti? La muchacha la ayudo a sentarse en el tocador y comenzo a peinarla--vera la hermosa pluma que le pondre en el cabello y los cristales tan lindos que tengo para decorar el mono. Cuando termine con usted no se va a reconocer. --No servira de nada. No soy siquiera medianamente elegible. --Se ve hermosa, y creame que algun dia alguien la vera por lo que es; una joven bella, con un corazon hermoso, educada, amable, sincera... --Ya basta--sonrio--voy a creermelo. --Es hora de que lo haga--comento la doncella entre chiste y al mismo tiempo de manera seria. --Espero que no vayan lady Croft y la odiosa de lady Hurst, pero seria mucho pedir tener tan buena suerte. --Todo lo que debe hacer, es actuar como si no estuvieran alli. Una hora despues ella y su hermano estaban en la fiesta de lady Gardiner. Charlotte caminaba por detras de las columnas tratando de no dejarse ver, mientras observaba a su hermano divertirse. Luego de un rato se fue al tocador que estaba solo afortunadamente, pero cuando iba a salir, escucho que alguien entraba. --Te juro que no se como tiene el descaro de venir hasta aqui. --lady Hurst comento a las otras jovenes que estaban con ella.

  • Rey de diamantes de Isabel Acuna

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    Brandon King estaba dispuesto a hacerle pagar a Eva James la afrenta infligida anos atras. La pareja habia vivido un apasionado romance en el ultimo ano de universidad, pero un terrible malentendido los llevo por caminos separados.
    Cinco anos despues, en medio de una negociacion empresarial, Brandon y Eva vuelven a cruzar sus caminos. El, convertido en un brillante empresario y comprometido para casarse, enfrenta una lucha entre el rencor y la profunda atraccion que lo lleva a ella una vez mas.

  • El ultimo minuto de nuestras vidas de Susanna Herrero

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    One, two, three --entona Dylan a traves del microfono. Despues, un par de acordes en el piano que percuten en todo el estadio. Dylan y los musicos van al encuentro del tono de la melodia. Improvisan. Calientan. Crean. Y lo hacen con soltura frente a noventa mil personas, entre grada y pie de pista, y frente a otros noventa millones mas desde sus casas, en uno de los conciertos beneficos mas multitudinarios de los ultimos anos, retransmitido en directo en mas de cincuenta paises. Sobre el escenario, artistas de la talla de Lady Gaga, Beyonce, Taylor Swift, Ed Sheeran, Harry Styles, Madonna... Y el amor de mi vida con sus vaqueros y su camiseta y las Adidas blancas que le regale por su ultimo cumpleanos. --Ta, ra, ra, ra. Lo tengo. One, two, three... Dylan se acerca al borde del escenario. Alla va. Con los anos, he memorizado los gestos de su rostro de tal manera que se en que momento exacto va a comenzar a cantar. I’ve paid my dues. Time after time. I’ve done my sentence. But committed no crime. And bad mistakes. I’ve made a few. I’ve had my share of sand. Kicked in my face. But I’ve come through. La musica, por encima de los cien decibelios, resuena en cada rincon de este recinto al aire libre en las afueras de Paris (el mayor estadio del pais) y tambien en mi pecho, al igual que aquella vez en el concierto en Madrid, cuando lo conoci. Y como si se hubieran colado en mi sistema, hoy tambien retumban en mi caja toracica y en el estomago las guitarras electricas, el bajo, el piano, la bateria y la voz de baritono tan inconfundible del vocalista. Pero nada es igual. El vocalista. Mi vocalista. Creo que jamas me acostumbrare a esto. A estar aqui arriba y no ahi abajo. A su voz, que vibra en cada molecula de nitrogeno y oxigeno del aire, interpretando uno de mis temas favoritos de Queen, We are the champions, con el recuerdo de su susurro en mi oido --<>-- hace menos de cuatro minutos. Al calor de los focos sobre mi cabeza y mi rostro. Al sudor de su cuello y de su frente en mi paladar a pesar de la distancia. A los miles de fans aclamandolo con los brazos en alto. A asumir que es un personaje publico, querido y admirado por millones de personas. Puede que Dylan Carbonell sea Dylan Carbonell. Pero para mi es mi marido. Me siento orgulloso de verlo sobre el escenario, con el microfono en la mano, moviendose arriba y abajo con esa naturalidad y esa confianza absoluta en lo que hace. Pero tambien me siento orgulloso cuando se levanta de la cama a las tantas de la madrugada y se va a su estudio a componer. O cuando agarra un microfono imaginario y se sube encima del sofa a hacer el idiota. Y me vuelven loco esos pantalones ajustados. Para mi, Dylan es como el verano. Siempre me apetece. Me apetece todo el. Tocarlo. Besarlo. Sentirlo. Amarlo. And we mean to go on and on and on and on. --Esa baba, veterinario, que nos inundas el backstage. Miro hacia abajo y aparto la mano de Cata de mi barbilla al tiempo que elevo los ojos al cielo. O al techo, que tiene forma eliptica. --No estoy babeando. --Claro, y yo no estoy embarazada de tu hermano mayor. Me lo he comido y por eso estoy asi de gorda, no porque este de treinta y seis semanas. Imagino a Cata abriendo la bocaza que tiene (en sentido figurado, porque no calla ni cuando duerme) y devorando a mi hermano. Rio de forma involuntaria. Eh, podria pasar. --?Te ries porque en tu imaginacion me estoy comiendo a River Maldito Cabana? --Absolutamente. --Rio mas todavia--. Y... ?River Maldito Cabana? --?No te lo habia dicho? Su hijo no nato me esta destrozando la espalda, el sueno y el buen humor, asi que he recuperado la buena costumbre de llamarlo asi. La observo con los parpados entrecerrados. Cata esta exultante de felicidad debido al embarazo, y hasta ahora no ha sido de las que se quejan, por muchas molestias que pudiera tener. --?Que te pasa? --Nada. No cuela. Lo dejo pasar porque no es el momento de entrar en conversaciones profundas. --Tu tambien babeas, por cierto. --Es que miralo, Hugo. Miralo --me dice con una sonrisa en todo su rostro--. Es nuestro chico, delante de millones de personas. Lo hago. Lo miro. Dios, cuanto lo quiero. Cada pedacito de el. Somos los primeros en abandonar el recinto una vez finalizado el concierto. Hay una celebracion en el backstage con la musica de Never ending story de fondo, pero Dylan ha insistido en salir a cenar los tres juntos por Paris, a nuestro aire. El protocolo se lo pasa por el forro. Cata se ha quejado un poco, o mas bien un mucho, por no poder permanecer mas tiempo entre Gaga y Styles, pero es lo que hay. Dylan lleva mas de diez dias aqui, preparandolo todo y ayudando a la organizacion del evento en lo que ha podido, y ahora solo desea pasar unas horas con su familia. Nos ha echado en falta. Y nosotros a el. Y tanto. Como que nos hemos venido a Paris un dia entre semana, dejando la clinica en manos de mi ayudante y a River con nuestros tres perros y su gato, muy cabreado porque el embarazo de Cata esta casi a termino. Yo no quiero ir de listo, pero aun le faltan cuatro semanas para salir de cuentas, y ademas tengo un palpito: se le va a retrasar. Y malo seria que se pusiera de parto justo los dos unicos dias en todo el embarazo en que ha salido del pueblo. Me rio solo de pensarlo. Es casi imposible. Y yo, de esto, controlo. Justo antes de marcharnos, uno de los artistas invitados al evento le toca el culo a Dylan. Es la tipica palmada de <> o de <> o de yo que cojones se, pero no me hace ni puta gracia. Le meto un par de guantazos con los ojos y la boca me la muerdo como nunca, porque este es el entorno laboral de Dylan y no quiero liarla parda. Pero... me falta el canto de un duro. De camino al restaurante tambien me muerdo la lengua; Dylan ha estado increible y me niego a darle la noche. Estoy un poco cabreado con el. Quiza no deberia, aunque me importa una mierda. ?Se deja tocar el culo a menudo por sus companeros? Dylan es muy liberal y no se toma nada en serio, pero a mi, si alguien me tocara el culo, le diria alto y claro que la proxima vez le pongo la cara del reves. Creo que hay limites que no se deben cruzar, por mucho cachondeo que te traigas. Para mi, el contacto fisico intimo no es ninguna tonteria. Dylan apenas se ha inmutado cuando el tipo en cuestion (me niego a decir su nombre) ha ejecutado, con premeditacion y alevosia --y con demasiada naturalidad--, la gran hazana. Es mas, parecia divertido. Ja. A mi me hace una gracia de la hostia tambien. ?No se me nota? Ja. Ja. En el restaurante nos acomodan en una mesa alejada de la multitud pero cercana a la cristalera: las vistas de la ciudad son impresionantes y la musica de Lewis Capaldi es el complemento perfecto. Ya ha anochecido. Mis mejores recuerdos de esta ciudad son por la noche. En el Arco del Triunfo. Con Dylan. Cruzo una mirada con el y me guina un ojo con descaro. Esta pensando en lo mismo. <>, me susurra. No le respondo. --Voy a pedir un plato de cada, chicos. --Cata saliva mientras lee la carta de arriba abajo--. Tengo tanta hambre ahora mismo que podria comerme la Torre Eiffel cubierta de chocolate y vainilla. --Yo no se si ahi dentro llevas un bebe o un dinosaurio. Mi marido y sus dinosaurios. Yo me lo como a el. Cuando se me pase el mosqueo. --Por la forma de la criatura en las ecografias, a mi tampoco me queda claro --anado yo. Cata me da un codazo y hace un mohin. --Muy gracioso. Para vuestra informacion, va a ser un bebe precioso. --Pues claro, no hay Cabana feo. Sin presion, ?eh? --Eso no lo ponemos en duda, Cata, pero ?un bebe humano precioso o un bebe dinosaurio precioso? Dylan y yo reimos juntos y abrimos nuestras respectivas cartas al mismo tiempo. Yo le guino un ojo y el me lanza un beso. Supongo que hay costumbres que son inevitables, por muy picajoso que este yo. Y luego Marcos dice que las tias son complicadas. Yo no encuentro diferencia entre ellas y nosotros, la verdad. O entre ellas y yo. --Dejaos de gracietas y dadme de comer, nenes.

  • Lazos de amistad de Susan Mallery

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    Despues de cinco anos desempenando la labor de ama de casa, Gabby Schaefer estaba deseando volver al trabajo. Pero cuando sus planes se vinieron abajo por una impactante noticia y las demoledoras expectativas de su marido, Gabby tuvo que luchar por el derecho a tener una vida propia.

  • Cuando tu vida es un libro de Alina Bronsky

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    Una historia de intriga y llena de humor sobre el descubrimiento de uno mismo, la amistad, la traicion, el primer amor. Y sobre como un libro puede cambiar de un dia para otro la vida de las personas.
    Kim tiene quince anos y nunca le han gustado los libros. Leer le parece algo tan aburrido, que el dia que tiene que asistir con su clase a una lectura cree que se va a quedar dormida… Pero sucede lo contrario: de repente esta mas despierta que nunca, porque todo lo que la autora va leyendo parece !un retrato identico a la vida de Kim! Es verdad que hay un par de nombres diferentes y algunos detalles insignificantes que no cuadran, pero el resto es exactamente igual.
    Kim compra el libro y cuando termina de leerlo, le aterra ver que uno de los protagonistas, que bien podria ser su companero de clase Jasper, muere al final de la historia.
    Con la ayuda de su mejor amiga Petrowna, Kim decide armar un plan para intentar a toda costa evitar el tragico desenlace. No imagina las sorpresas que aun le esperan, porque, a diferencia de los libros, la realidad es siempre cambiante e impredecible.

  • El dilema de Elsa de Begona Gambin

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    Si te atreves a conocer la historia de Elsa y Adam experimentaras una amalgama de sentimientos que no te dejaran impasible.

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • Alli donde se construyen los suenos de Eric Marchal

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    La pluma experta y magistral de Eric Marchal rinde tributo a la explosion cientifica, cultural y artistica de finales del s. XIX con una ambiciosa saga familiar marcada por el amor, el idealismo y la amistad.

  • El misterio del capital de Hernando De Soto

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    De Soto ha publicado varios libros. Dos de ellos son decisivos sobre economia y politica del desarrollo: El Otro Sendero, (1986) y El Misterio del Capital (2000). Ha producido cuatro documentales para PBS que han dado la vuelta al mundo: El misterio del capital de los indigenas amazonicos, Globalization at the Crossroads, The Power of the Poor y Unlikely Heroes of the Arab Spring. El Misterio del Capital ha vendido cinco millones de ejemplares en treinta idiomas y cada ano aumenta el numero de ejemplares vendidos. Es lo que se llama un clasico, es decir, que trasciende el tiempo y que tendra vigencia permanente. Italo Calvino en su ensayo Por que leer los clasicos escribio que “Un clasico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. “Tu clasico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relacion y quizas en contraste con el”.

  • Todas hemos perdido algo de Liliana Blum

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    Todas hemos perdido algo reune los libros de cuentos No me pases de largo (2013) y El libro perdido de Heinrich Boll (2008), asi como la novela breve Residuos de espanto (2008). Las mujeres que los protagonizan son sobrevivientes, personajes que han tenido que afrontar el abandono, la condicion que les fue impuesta, los suenos rotos y el pasado como una herencia que no se ha pedido, pero se lleva a cuestas. Con un estilo sordido y como solo en la literatura es posible, la autora revela un descarnado retrato de la feminidad tocada por la soledad en sus diferentes aristas.

  • Dime que me quieres de Corine Michaels

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  • El dia de la duquesa de Sarah Maclean

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    Malcolm Bevingstoke, duque de Haven, ha pasado los tres ultimos anos en una soledad obligada, pagando el precio de un error imposible de arreglar y anorando al amor que ha perdido para siempre.
    Sin embargo, el ducado no espera; el titulo necesita un heredero, lo que significa que debe ponerse a buscar una esposa.
    Solo hay un problema, que ya tiene una.

  • El error del novio billonario de Kendra Little

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    El sexi hombre desnudo tumbado junto a mi me hace desear poder recordar la noche pasada. Dormia sobre su estomago y su rostro estaba girado sobre la almohada mirando hacia el otro lado. Con suerte no tendria una nariz aguilena ni estaria cubierto de acne… No, no importaba. Me negaba a mirar por encima de su clavicula. Le habia prometido a mis amigas-me habia prometido a mi misma-que iba a dejar de lado mis inhibiciones y que simplemente me divertiria este fin de semana. Eso era lo que las chicas solteras hacian en Las Vegas. Al parecer. Era mi primera vez en la Ciudad del Pecado y, hasta ahora, a juzgar por la perdida de memoria y el sexi tio desnudo, estaba cogiendole el tranquillo a lo de nada de inhibiciones y nada de consecuencias. Un momento de panico se aloja en mi esternon y me alejo hasta el lado mas alejado de la cama. No estabamos en mi habitacion de hotel. La mia venia con otras dos mujeres y sin espacio para estirarse, y mucho menos un tio. Esto era mas bien una suite. ?O era una casa? Estabamos en un dormitorio mas grande que mi apartamento entero alli en Roxburg. Estaba decorado en rojo y negro, con la reina y el rey de corazones insertados en paneles en una pared, detras de lo que probablemente eran armarios. Un sofa reposaba sobre una plataforma elevada cerca de la ventana. Me preguntaba cual seria la vista cuando se abrieran las cortinas. Tire de las sabanas y de la colcha de seda para ocultar mi desnudez. No es que el chico estuviera mirando. A juzgar por su respiracion regular, estaba profundamente dormido. Respira hondo, Amy. Solo porque estaba en una habitacion extrana con un hombre extrano no significaba que estuviera metida en un lio. Solo porque este tipo de cosas nunca me pasaban a mi no significaba que estuviera en peligro. Pero por si acaso, quizas me largaria antes de que se despertara. Seria una completa lastima no ver que aspecto tenia, sin embargo, y quizas conseguir su numero. Katy y Jemma se enfadarian conmigo si lo hiciera, ya que ese no era nuestro trato. Ellas querian que yo me enrollara con alguien, que tuviera diversion anonima y luego me marchara, sin compromiso. No se me daba muy bien esa parte. Marcharme y decir que no siempre habia sido mi problema en mis relaciones. En realidad, empezar relaciones con hombres geniales era mas mi problema, pero no les recorde a mis amigas ese dato. Habian estado tan entusiasmadas por llevarme a pasar el fin de semana en Las Vegas, y yo habia necesitado la distraccion del trabajo. Creo que el tipo a quien pertenecian los deliciosos hombros podia calificarse como una distraccion. Su piel se veia bronceada contra la sabana blanca como la nieve que apenas cubria su trasero. Dos pequenos hoyuelos besaban su piel a cada lado de la base de su columna vertebral. Tiras de musculo formaban el resto de esa espalda, con aspecto duro incluso en relajacion. Tenia hombros sobre los cuales una chica podria babear, o agarrarse. Debe de ir al gimnasio, o quizas su trabajo implica que haga un monton de levantamiento de pesos. Obsesos del gimnasio o albaniles no eran realmente mi tipo, pero yo no estaba aqui para conocer a mi tipo. Estaba en Las Vegas para echar un polvo y divertirme. Estaba bastante segura de que habia experimentado ambas cosas durante la noche. Ojala pudiera acordarme. Lo unico que recordaba era por que normalmente no bebia tanto: cocteles y Amy Grant no combinan bien. Lapsus de memoria no eran buenos para una ayudante del fiscal del distrito con la vista puesta en subir hacia la cima. Unas cuantas fiestas durante mis anos de universidad me lo habian ensenado. Desde que me gradue, solo bebia una o dos copas de vino. Esa era yo, siempre sensata. Esta chica sensata se iba a marchar mientras el chico sexi seguia dormido. Levante las sabanas y saque las piernas de la cama. Los temblorosos musculos de mis muslos me decian que definitivamente habia tenido sexo la noche anterior, y un monton. Esperaba que hubieramos usado proteccion. Quizas deberia comprobar la papelera… "Hmmm," me llego la amortiguada voz del chico. Su mano palmeo el espacio vacio de la cama donde yo habia estado tumbada unos momentos antes. Suspiro y empezo a darse la vuelta. "No te vayas todavia, Amy." Suelto una exclamacion. !Mierda! El chico que parpadea con cara de sueno es guapisimo. Espesas pestanas oscuras enmarcaban brillantes ojos azules que, incluso cuando estaban entrecerrados, parecian atravesarme. Sus mejillas estaban definidas pero no eran prominentes, su mandibula fuerte y un poco picara cubierta de vello matinal. Sus labios… joder, sus labios eran la perfeccion, ni demasiado suaves ni femeninos, pero tampoco duros. Yo queria recorrerlos con la punta de mis dedos, o con mis propios labios. Se estiraron en una sonrisa que era vacilante y dulce, invitandome a volver a reunirme con el en la cama. Pero no fue su sonrisa o su cara demasiado hermosa lo que hizo que tuviera todo el estomago revuelto. Era el mismo chico. Le conocia, aunque nunca nos habiamos presentado. Bueno, no antes de la noche pasada, de todos modos. Era Zac Kavanagh, el cuarto hijo de la familia mas adinerada de Roxburg, un donjuan, y--como si esas dos cosas no fueran suficientemente malas--el hermano mayor de Damon Kavanagh, a quien yo habia ayudado a meter entre rejas hacia dos anos. El no debe de recordar haberme visto en el juzgado, o no me estaria invitando a volver a su cama ahora. Recordaba la mirada brutalmente fria que su madre me habia prodigado el dia que la condena habia sido leida por el portavoz del jurado. Si las miradas pudieran matar, mi equipo y yo nos habriamos encontrado criando malvas. Hay que admitir que ninguno de los otros Kavanagh nos habia prestado mucha atencion, pero seguramente me habian visto. Pero Zac no estaba mostrando senales de reconocimiento. Yo habia cambiado desde entonces. Me habia cortado el pelo y me lo habia tenido de rubio. Y sin llevar mi ropa de juzgado consistente en pantalon y chaqueta, suponia que me veia diferente. Era posible que no me hubiera reconocido. Era otro motivo para escapar antes de que la luz del dia y la sobriedad le permitieran ver con quien habia pasado la noche. Se apoyo sobre su codo y examino mi longitud. La sonrisa se estiro. Yo cogi la almohada y la coloque delante de mi, cubriendo todas las partes importantes. El levanto la mirada hacia la mia, ya sin sonreir, y se sento. La sabana se arremolino en su regazo, revelando la V debajo de unos abdominales como una tabla de lavar. ?Quien hubiera imaginado que el guapisimo Zac Kavanagh tenia un cuerpo de infarto? "Es un poco tarde para ser timida," dijo el. "Yo, eh…" Sigue asi, Amy. Realmente genial. "Tengo que irme." Busque mi ropa, pero solo divise mis zapatos de tacon, tirados en el suelo como si los hubiera lanzado alli. Yo no tiro los zapatos, y especialmente los caros. Normalmente los pongo ordenadamente en un armario o un rincon, quizas metiendolos debajo de la cama. Debo haber estado borracha para simplemente quitarmelos asi. Esos estupidos tacones de aguja plateados fueron probablemente los que, para empezar, me habian metido en este lio. Eran definitivamente un elegante par de zapatos que me hacian parecer mas alta y mas delgada. Eso y el ajustado vestido negro. ?Donde estaba mi vestido? "Tu ropa esta en el salon," dijo el, senalando la puerta con la cabeza. "Nos desnudamos ahi fuera." Su mirada pasa hacia los zapatos. "Excepto por unos cuantos articulos importantes que fueron considerados necesarios. " ?Considerados necesarios? ?Que demonios? No queria entrar en una conversacion con el. El podria saber mi nombre, pero no podia saber quien era yo, y quedarme a charlar solo revelaria demasiado. Ademas, Zac Kavanagh era un mujeriego con mas muescas en su cabecero que estrellas hay en el cielo. Todo el mundo lo sabia. Estaba en los periodicos cada varias semanas con una chica diferente del brazo, normalmente una modelo o actriz, y siempre eran hermosas y con piernas largas. ?Como demonios habia caido yo en la trampa de este tipo? Era el tipo de hombre que yo evitaba como a la mierda. Demasiado guapo para su propio bien, demasiado arrogante para ser genuino, demasiado rico y mimado para preocuparse de nadie mas que de el mismo. Yo era mejor que eso, mas inteligente. No deberia haber acabado en su dormitorio. Tan pronto como volviera a mi propia habitacion de hotel, iba a tener unas fuertes palabras para Katy y Jemma. Primero, ellas no deberian haberme dejado beber tanto como para incluso hablar con alguien como Zac, y segundo, si lo hice, no deberian haberme dejado ir a su habitacion sola. "Amy, vuelve a la cama," arrullo. Si, arrullo. Habia dominado el arte de la voz suave e insistente. "No hace falta que te marches todavia." "Mis amigas me estan esperando."

  • Angel en una libreria de Rj Scott

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    D C AP I T U L O U NO Michael: No recuerdo a menudo en detalle cada vez que soy parte de una familia. Recuerdo los grandes eventos: las guerras, los nacimientos, las bodas y las muertes. Por eso estoy aqui, despues de todo, y escribo todo lo mas fielmente que puedo. Aun asi, el tiempo avanza muy rapido y estoy feliz de dejarlo pasar. Hasta que encuentre al hombre que me hara decidir que el tiempo debe pasar mas lento, para poder quedarme. Un dia conocere a la persona que me hara sentir. El sera fuerte, seguro y perfecto para mi, y querre ascender para ser humano solo para estar con el. Y, si, se que es un el. Siempre lo he sabido urante mucho tiempo, Joshua Blakeman permanecio inmovil en la calle fuera de la tienda. La gente caminaba a su alrededor, algunos chasqueaban sus lenguas, otros pasaban rozandole como si pudiera ser empujado y quitado de en medio. Nadie se detuvo y le pregunto si estaba bien. El nunca espero que lo hicieran. Era un hombre extrano envuelto en un abrigo de invierno con un gorro que le cubria la cabeza y una bufanda que le ocultaba la boca, y estaba bloqueando su camino al trabajo. Detras de el, el autobus numero quince se detuvo con dificultad, y algunas de las personas que lo habian empujado ahora luchaban por conseguir un sitio en el. Josh no escucho ninguna maldicion o discusion; todos encontraron un lugar en silencio. El sabia como era eso. Durante los ultimos siete anos, habia usado su bolsa de mensajero e inflado su metro setenta y ocho para intimidar y conseguir a su manera un espacio de pie en los trenes del metro. Se habia vuelto tan bueno en eso que con el uso juicioso de su voluminosa bolsa, podia ir de Baker Street a St. Paul en menos de quince minutos. Pero eso fue ayer. Eso fue un monton de ayeres antes. Mucho antes de su crisis. Mucho antes de que todo se fuera a la mierda y terminara aqui de pie y mirando. Esta era su vida ahora, esta pequena rata que corre entre el metro y el autobus en St. Paul. Nadie sabia que estaba alli, o al menos nadie se detuvo. No habia Starbucks, ni Costa, ni vendedores de periodicos, ni historia de ningun famoso que viviera en la plaza. No habia absolutamente ninguna razon para que un viajero se tomara un momento para ver que habia en los jardines de Horus. Los turistas a veces vagabundeaban por este lugar, esta pequena plaza silenciosa, y a veces, muy raramente, se quedaban. Habia cesped en alguna zona para sentarse en paz antes de la siguiente etapa del dia. Podrian ir al Palacio de Buckingham o a la Torre de Londres, podrian tener entradas para el London Eye o un crucero por el Tamesis. Todos tenian un proposito, y todo lo que dejaban aqui en la plaza era basura. --Joder, --alguien maldijo en la cara de Josh mientras se lanzaba sobre el. No agrego nada, simplemente se alejo, dejando a Josh con el aroma del ajo de la noche anterior y el desodorante y la locion para despues del afeitado de esta manana. Josh se pregunto lo cerca que esa persona estaria de una crisis nerviosa. ?Estaba a semanas de distancia, o solo habia vendido su alma al comercio y todavia estaba fresco como un recien nacido? --Lo siento, --dijo, a pesar de que la persona se habia ido hace mucho tiempo. Pero no se movio. Se limito a mirar fijamente el letrero que tenia delante, las grandes letras CERRADO pintadas en escarlata sobre un tablero que cubria la puerta, y los remolinos blancos que empanaban las ventanas. Alli estaba todo lo que Josh no queria, y todo lo que necesitaba. --Jesucristo, --espeto una mujer mientras se desviaba para evitarle--. Malditos inmigrantes. --Dejo el aroma de Chanel y el insulto era nuevo. Se echo una ojeada a si mismo. Vestia un abrigo de Marks and Spencer, vaqueros Levis y botas de cuero, y el panuelo envuelto alrededor de su cabeza era de cachemir, el mejor diseno de John Lewis. Aun asi, el estaba parado aqui como un idiota, y eso significaba que era etiquetado instantaneamente como cualquier tipo de molestia que la gente pudiera imaginar. --Lo siento, --dijo otro hombre mientras atrapaba la rodilla de Josh con su maletin. El hombre claramente no estaba arrepentido. Josh conocia bien ese tono de voz desdenoso e irritable. El mismo lo habia usado lo suficiente. Finalmente se acerco, solo un pequeno movimiento, las llaves un gran peso en su bolsillo. Luego otro paso. Por algun milagro, nadie mas choco con el, hasta que finalmente llego a la entrada de Capitulo Uno y la puerta empotrada. Al menos en este area protegida, el hielo no se colaba a traves de la lana de su abrigo. Aqui habia silencio y no estaba en medio del camino de todos. Saco las llaves de su bolsillo y las barajo para encontrar la que estaba marcada con FRONTAL. Los pulcros capiteles en la letra de su padre le causaron un escalofrio en el corazon que no fue del todo debido a los vientos de finales de octubre. Torpe al principio le dio vueltas y consiguio meter la llave en la cerradura y abrir la puerta. El tintineo de una campana de plata anuncio su llegada, y tuvo que empujar con fuerza para mover una acumulacion de correo basura y cartas a un lado. Algunas de ellas parecian oficiales, pero ya habia ordenado las facturas online y por telefono. Todos los que trataban con la libreria tenian una direccion de contacto de la casa de Josh y su madre. El podria preocuparse por el correo mas tarde. La oleada de olores lo golpeo, la ranciedad de un interior que no habia visto la luz del dia en casi un ano y el olor de los libros que se encontraban justo como en el dia que su padre los habia dejado. El gran espacio estaba lleno de estanterias, pero carecia de lo que le habia dado proposito y vida: su padre, Andrew Blakeman. El dolor apunalo a Josh con fuerza, y se quedo quieto cuando el peso lo empujo hacia abajo. Al menos esta vez no era un obstaculo en el camino mientras se quedo absolutamente inmovil. La ultima vez que habia estado alli, su padre estaba detras del mostrador con sus gafas de montura oscura y sus guantes blancos, trabajando en una nueva adquisicion, reparando una encuadernacion para que el libro pudiera ser vendido. Los dedos de Josh se crisparon ante la idea. Habia sido aprendiz de su padre durante algunos anos, hasta que el atractivo de los ordenadores lo arrastro lejos. Conocia el cuero, los paneles y las planchas, y podia moverse con sutileza a traves de una discusion sobre recubrimientos en oro si no lo presionaban demasiado con preguntas. Habia una caja frente al mostrador, con lo que parecian libros de segunda mano, una copia de Marley & Yo asomando por la parte superior. Su padre siempre tenia personas que le dejaban cajas de libros, y Josh nunca habia entendido por que su padre no les habia dicho que llevaran las cajas a una tienda de caridad. Porque cualquier libro es precioso y nunca sabes que gema o herencia familiar puedes encontrar con los Grishams y los Kings. Diez meses desde que su padre habia muerto y aun las palabras estaban grabadas en su memoria como si fuera ayer. Su telefono sono en su bolsillo, y se quito los guantes y lo saco. Se habia prometido a si mismo que no seguiria revisando ese maldito telefono, pero incluso despues de este periodo de tiempo, aun no habia perdido el condicionamiento de responder. La sola palabra, Mama, en la pantalla, le tenia casi guardando el maldito telefono de nuevo, pero no podia hacer eso. Ella querria saber. --Hola mama. --Joshua, carino, ?has llegado ahi bien? A Josh no le gustaba recordarle a su madre que habia logrado llegar a la ciudad de forma segura durante siete agotadores anos y que ella no se habia preocupado entonces. Eso le habria valido uno de esos suspiros patentados de paciencia de mama y un comentario sobre como las cosas habian cambiado ahora. Esa era una lata de gusanos que no queria volver a destapar hoy. --Acabo de entrar. --?Como se ve todo? ?Esta bien? Josh se miro a si mismo. Nada se habia movido desde el dia en que su padre murio. Solo el y su madre tenian llaves, y nadie mas habia estado dentro. Incluso los cuadernos estaban abiertos en el escritorio para los pedidos, y una pequena pila de periodicos locales hablaba sobre el diciembre mas lluvioso desde que comenzaron los registros. Diez meses, casi once, y el lugar seguia siendo el mismo. --Esta bien, --resumio--. Polvoriento. --Gracias por hacer esto, --dijo mama--. Se que he estado alli para ocuparme de la calefaccion, pero no podia tocar los libros, sus libros, simplemente… todavia no. --Esta bien, mama. Revisare las tuberias, ordenare la publicacion y me abrire paso por la lista. --Y Josh, no olvides que Phil pidio una segunda llave. Si se vende Capitulo Uno, tendra que dejar entrar a los agentes y posibles compradores. Josh se trago su respuesta instintiva. De ninguna manera en el infierno iba a hablar con Phil o darle la llave de este lugar. El tio Phil, el hermano de su padre, habia mostrado un interes desmedido en esta pequena propiedad recientemente, bajo el pretexto de apoyar a su cunada. Dijo que solo queria ayudar, pero Josh tuvo un mal presentimiento cuando Phil estuvo rondando. El padre de Josh habia dejado este lugar a su esposa, y Josh seria el que vendiera la libreria y el inventario, haciendo una nueva vida para su madre. No el tio Avaricioso Phil. Pero en el momento en que su madre dijo que queria vender, Phil le habia exigido que recibiera la ayuda adecuada. Josh hara esto por mi. Sera bueno para todos nosotros. Ahora no era el momento de discutir con su madre. --Esta bien, --dijo en cambio. --Espero que esto no sea demasiado para ti, --dijo. Las palabras fueron suaves, y Josh se pregunto si ella incluso habia tenido la intencion de decirlas en voz alta. --Mama, estoy bien. Te llamare, ?de acuerdo? --Termino la llamada rapidamente y coloco su telefono sobre el mostrador. La tienda estaba oscura debido a la madera clavada en los marcos de las ventanas, y mantener la puerta abierta para tener luz no iba a funcionar con este frio. Pulso un interruptor y las luces del techo se encendieron. Las facturas aun se pagaban con la electricidad minima, las tarifas comerciales y el agua. La lista era interminable, especialmente para un negocio que estaba inactivo y no tenia un ingreso equilibrado. El frio del exterior se precipito sobre el en una rafaga de viento de octubre y cerro la puerta. Finalmente, cuando hubo encendido la calefaccion, pudo quitarse el abrigo y el sombrero, y luego ir en busca de una tetera. La calefaccion se habia mantenido baja durante todo el ano, con su madre apareciendo de vez en cuando para comprobar que todo estaba bien. Incluso ahora se preguntaba por que ella no estaba alli organizando el inventario. Pero ella parecia pensar que deberia ser el, dijo que podia usar el tiempo para considerar lo que haria a continuacion. ?Y que diablos iba a ser lo siguiente que iba a hacer de todos modos? Nunca mas volveria a trabajar para una institucion financiera, y la idea de ser uno de esos tipos de IT por cuenta propia le lleno de pavor. Enfocate. No tenia leche, pero el cafe negro era una posibilidad si habia algo aqui. Su padre habia mantenido una pequena cocina y habia ofrecido a los buscadores en la libreria una seleccion de cafe, aunque fuese instantaneo, o te. La pequena nevera estaba vacia, afortunadamente. Josh tenia pesadillas al pensar en lo que en todo este tiempo le habria pasado a cualquier comida o bebida que quedara alli. Habia bolsitas de cafe, y permitio que el viejo grifo vertiera agua en el fregadero hasta que la corriente se asento antes de llenar la tetera. Con un cafe negro que lo calentaba desde adentro, fue mas capaz de catalogar coherentemente su entorno. El lugar no estaba humedo, lo cual era bueno. Habia existencias alli que podrian ser rescatadas y vendidas. No obtendrian mucho por eso, y muchos de los libros irian a obras de caridad, pero tal vez podrian recuperar lo suficiente como para cubrir la calefaccion que se necesitaria para ver este lugar durante otro invierno. El letrero de fuera de la libreria de segunda mano yacia en el suelo, apoyado entre las pequenas muestras de publicaciones periodicas de su padre y narrativa romantica, y Josh se agacho para inspeccionarlo. ‘Capitulo Uno’ se leia en escritura cursiva antigua. Era un nombre genial para una libreria, incluso Josh tuvo que admitirlo. El letrero estaba oxidado y era mas que probable que solo fuera apto para la basura. El rastreo la metalica C y movio el cartel un poco para que no presionara demasiado en ningun inventario que pudiera salvarse. Tal vez podrian obtener algo por el letrero. ?Un lugar de reciclaje o algo asi? Habia visto cosas extranas en el televisor. Alguien podria quererlo para su granero convertido o alguna otra mierda de arte que el no conocia. El cartel era tan viejo como el negocio, y eso era mas de cien anos de antiguedad. Los suelos de madera estaban sin brillo, pero puliendolos con un tinte o algo asi se verian bien de nuevo. Josh agrego eso a la lista de cosas que hacer cuando se quitaran todas las estanterias. Hablando de eso… Examino la base del sistema de estanterias mas cercano, preguntandose si el suelo habia sido colocado antes o despues de que se construyeran los estantes. Todo llegaba casi al techo, pero parecia estar encima del suelo de madera, gracias a Dios. De hecho, habia un pequeno espacio debajo de cada estante de libros y un fuerte recuerdo le golpeo.

  • Tu, como el viento sur de Elena Bargues

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    Valvanuz, despues de anos de maltrato, por fin reune el valor para divorciarse de su marido y regresar a Santander donde consigue trabajo en un reputado restaurante.
    Teofilo Van der Voost pertenece a una conocida familia de renombre en el sector hotelero. Aunque es un enamorado de su profesion, la neurocirugia, comparte la direccion del negocio familiar con sus hermanos hasta que una fuerte discusion hace que se replantee su estilo de vida.
    Un dia de viento sur, Teofilo coincide con Valvanuz, que ha regresado cargada de problemas: un ex marido rencoroso y sucesos inexplicables que, con la fuerza del vendaval, arrastraran la tranquilidad y su vida rutinaria de Teo.
    Tu, como viento sur, es un himno a la esperanza, al afan de superacion y a la busqueda del amor para sanar profundas heridas.
    Una novela maravillosa que no puede dejar indiferente a nadie.

  • Maria en las Highlands (Julia y amigas 4) de Kate Dawson

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    Que harias si alguien te dijese que vas a viajar al pasado? ?Que no hay nada que puedas hacer para impedirlo?

  • Deseo (Mount 3) de Meghan March

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  • El matrimonio amateur de Anne Tyler

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  • El precio de la muerte de J. Jackson

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    .La inspectora Carolina Arnal espera en la sala de reuniones de su comisaria la llegada del inspector jefe Cuadrado y del Comisario Galvez, seguramente acompanados por alguien del servicio secreto. Aunque lo hayan tratado de disfrazar como una reunion informal, es consciente de que sus palabras podrian dejar en evidencia a muchas de las personas con las que se habia cruzado en las ultimas dos semanas.

  • Flores negras de Lara Siscar

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    Inspirada en hechos reales, Flores negras es un rotundo alegato contra la indiferencia y la normalizacion de la violencia verbal, fisica o sexual hacia las mujeres.

  • Amar a Jason Thorn de Ella Maise

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    Jason Thorn... El amigo de la infancia de mi hermano...

  • La cara norte del corazon de Dolores Redondo

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    “Cuando Amaia Salazar tenia doce anos estuvo perdida en el bosque durante dieciseis horas. Era de madrugada cuando la encontraron a treinta kilometros al norte del lugar donde se habia despistado de la senda. Desvanecida bajo la intensa lluvia, la ropa ennegrecida y chamuscada como la de una bruja medieval rescatada de una hoguera, y, en contraste, la piel blanca, limpia y helada como si acabase de surgir del hielo.”

  • C de cenicienta de Kris Buendia

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    No creo en los cuentos de hadas. Pero si en la maldad de las que fueron alguna vez mis hermanastras. Las tres trabajamos para la misma empresa: Graysson Publicity. Ellas como ejecutivas y yo… muy lejos de ser una.
    Mona, mi mejor amiga quiso ser el Hada madrina por una noche, y asi como cenicienta, yo no buscaba un principe, solamente queria un vestido nuevo y una noche libre. Pero no fue una noche cualquiera. El senor G me ha confundido con una de sus modelos y se ha encaprichado conmigo.
    Mis hermanas van a odiarme si se enteran y el senor G tambien si llega a descubrir que: uno, no soy modelo, y dos… que soy la chica que limpia el suelo de su compania.

  • El eco entre la bruma de Ricardo Ramos Rodriguez

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  • En busca del origen perdido de Alba Vicente , Ferran Llorens

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    ?De donde venimos? Para responder esta pregunta, la Tierra nos permite algo muy curioso que consiste en ir rascando poco a poco hasta hallar restos fosilizados de organismos que nos dan informacion muy precisa sobre que, incluso quien, habia ahi.

  • El palacio malvado (Los Royal 3) de Erin Watt

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    La joven Ella Harper ha sido la ultima en llegar al palacio de la familia Royal y, aunque los cinco hijos de Callum Royal intentaron hacerle la vida imposible, finalmente se ha hecho un hueco y ahora es la pareja de uno de ellos, Reed. Todo cambia cuando Brooke, la prometida de Callum, muere asesinada y todos los indicios apuntan a Reed. Ademas, las preocupaciones de Ella no acaban ahi: su padre, supuestamente fallecido, esta vivo, y la quiere fuera de la mansion de los Royal. Ella tendra que descubrir al verdadero asesino si quiere salvar a Reed de la pena de muerte.

  • Busco encontrarte, Freya Asgard de Freya Asgard

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    Miranda es una mujer que, despues de diez anos de sufrir maltrato por parte de su pareja, decide abandonarlo. Se muda a una nueva casa, busca un nuevo trabajo y decide que su corazon nunca mas va a ser danado. Pero las cosas no le resultan tan faciles. Lorenzo no la dejara en paz y Jose Miguel tampoco, que esta enamorado de ella y quiere sanar sus heridas.
    Una historia que te hara llorar, pensar, replantear tu vida y, por supuesto, enamorarte…

  • Una estrella en la oscuridad, Gina Peral de Gina Peral

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  • Intimando con el diablo de J. M. Guilengo

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    Un poderoso demonio expulsado del infierno al mundo de los humanos y convertido en mortal, una dulce y devota joven a la que la vida no ha hecho mas que torturar, y un veterano y arisco detective sumergido en el ultimo y mas oscuro caso de toda su carrera. Los caminos de tan distintos personajes se cruzaran en la ciudad de Barcelona y cambiaran el curso de la historia. Intriga, amor, fantasia y traiciones de la mano de "Intimando con el Diablo".

  • La ciudad de las tres catedrales de Jordi Verdaguer

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    En Montpellier, a principios del s. XIII, Jaume I es engendrado mediante una argucia. El rey Pedro II de Aragon aborrece a su esposa Maria de Montpellier y esta oculta su identidad para yacer con el rey con los notables de la corte como testigos. Anos despues, en Barcelona confluyen los tres heroes de Navas de Tolosa -Dalmacio Creixell, Cabeza Brava y Jose de Azagra- y el joven Hernan, que lleva en sus munecas la marca del elegido. Aunque lo ignora, Hernan es hijo bastardo de Dalmacio Creixell. Entretanto, unos misteriosos crimenes siembran el terror, y una criatura, un Golem, se oculta en las entranas de la urbe. Amorios, intrigas y asesinatos se suceden en la Ciudad Condal mientras un rey enfermo que ha entregado a su propio hijo a los franceses debera tomar partido por la Iglesia, el reino de Francia o los rebeldes cataros. Las maquinaciones de clerigos y nobles y las luchas por el poder tras la muerte del rey Pedro marcaran las primeras decadas del siglo, hasta que una valerosa madre devuelva la corona a su legitimo heredero. Pero para ello los tres heroes de Navas, junto a Hernan, habran de liberar al rey del castillo de Monzon donde esta recluido, y reconquistar Barcelona con la ayuda del resto de reyes de la peninsula en base a un juramento y unas piras de fuego…

  • Las siete muertes de Evelyn Hardcastle de Stuart Turton

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    Una extraordinaria mezcla de Agatha Christie, Atrapado en el tiempo, Origen y Black Mirror Lo que comienza como una celebracion termina en tragedia. Los Hardcastle han organizado una fiesta en Blackheath, su casa de campo, para anunciar el compromiso de su hija pequena, Evelyn. Al final de la noche, cuando los fuegos artificiales estallan en el cielo, la joven es asesinada. Pero Evelyn no morira una sola vez. Hasta que Aiden Bishop, uno de los invitados, no resuelva su asesinato, el dia se repetira constantemente, siempre con el mismo triste final. La unica forma de romper este bucle es identificar al asesino. Pero cada vez que el dia comienza de nuevo, Aiden se despierta en el cuerpo de un invitado distinto. Y alguien esta decidido a evitar que Aiden escape de Blackheath. Finalista del prestigioso CWA Gold Dagger Award