• libro la guarida del raposo - Antonio Orozco Guerrero

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    La calesa transita con dificultad por la zona de Alcubilla, al oeste de Jerez de la Frontera, ya en las afueras y muy cerca del lugar donde se cruzan el carril de Sanlucar de Barrameda, el camino viejo de Rota y la trocha de El Puerto de Santa Maria, para entrar en la ciudad por el sur. Hace un dia desapacible. Un final de marzo tipico de la zona. El viento de levante se acaba de apaciguar, dando paso a una lluvia debil e intermitente. El carruaje ha salido por la manana temprano del cortijo de los Galvez, y lleva recorridos mas de diez kilometros. Se desplaza entre una marana de chozas, todas casi identicas, a veces apinadas y a veces algo mas dispersas. Las paredes son siempre de adobe, oscurecido por el tiempo y la intemperie, y los techos de enea. En algunas puertas, siempre desvencijadas y viejas, hay ancianos sentados en sillas cuyo asiento esta hecho del mismo material que los techos de los habitaculos inmundos donde viven. Mejor seria decir malviven. Dentro de la calesa, en el sentido de la marcha, estan sentados un hombre y una mujer, ambos jovenes. El es alto, tiene el pelo oscuro y peinado hacia atras. En el rostro, escrupulosamente rasurado, la linea de sus labios parece marcar un caracter resuelto y firme. O tal vez se trata de alguien que esta acostumbrado a hacer siempre su voluntad, de una u otra forma. Los ojos delatarian ante un buen observador a una persona tan educada como cinica. Alguien que gusta de deshacerse en cumplidos y elogios cuando le conviene, pero tambien es capaz de hacer todo lo necesario para desembarazarse de cualquier estorbo, del tipo que sea, sin el menor escrupulo. Ella tiene el pelo mas claro que oscuro, los ojos azules y la tez palida. Entre las manos, algo temblorosas, se mueve, cuenta a cuenta, lentamente, un rosario de fina manufactura. La ropa que lleva es de calidad, aunque sus tonos oscuros desentonan con el rostro. Enfrente de la pareja esta sentada una chica, casi una nina, con cofia y traje inmaculado de criada de buena familia. No suele atreverse a levantar la cabeza salvo cuando es preguntada; y esto no ha sucedido desde que salieron del cortijo, situado algo mas alla de Albaladejo, justo al lado contrario de la ciudad. El conductor de la calesa la detiene de vez en cuando y pregunta a algun anciano de los que estan sentados en las puertas de sus casas, como si no lloviera y estuvieran tomando el sol. Al fin, se detiene delante de una choza. --Don Jesus, aqui es. --Gracias. La pareja permanece en el interior un tiempo. Como si no se terminasen de decidir a bajar. Los dedos de ella recorren el rosario a mayor velocidad y las manos tiemblan ligeramente. La criada baja aun mas la mirada, como si tratara de encontrar la manera de esconderse debajo del suelo. De repente, con un brillo duro en los ojos y los labios apretados, Jesus mira, apremiante, a la criada. --!Nina! ?Se puede saber a que esperas? Ya sabes lo que tienes que hacer. La chica, tremendamente nerviosa, baja de la calesa ayudada por el conductor, que lleva un rato esperando ante la puerta. A continuacion, se dirige a la entrada de la choza y se asoma. Es un habitaculo redondo con un palo vertical en el centro. Hay tres colchones de paja, totalmente ennegrecidos y deformes, en el fondo. Cuatro sillas y una mesa redonda hacia la izquierda, debajo de la cual se puede ver una estufa de picon, que se encuentra apagada. Al lado de la mesa, un armario comido por la polilla y un enorme baul --mejor seria decir una gran caja de madera medio astillada--. A la derecha, una cocina de carbon hecha de ladrillos bastos, junto a la que se encuentra una pila de lena. Sobre la cocina y en la pared de frontal hay varios cacharros totalmente negros por fuera, que sirven para cocinar. Al lado, una tinaja de barro de mas de un metro de altura y una jarra grande para sacar y echar agua. Algunos soplillos de palma, una escoba del mismo material con el mango de cana, un utensilio de madera para lavar la ropa, un cantaro de barro de boca ancha, colgado del palo central, una tina grande de zinc, un pestilente cubo del mismo metal, y pocas cosas mas, completan el <>.

  • La guarida del raposo Versión Kindle - Amazon

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  • La guarida del raposo : Orozco Guerrero, Antonio - Amazon.es

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    Entre las líneas de este libro se escucha la voz reposada de quién sabe lo que cuenta y que opina sin callarse. El autor con el dominio del escenario desde ...

  • LA GUARIDA DEL RAPOSO - OROZCO GUERRERO ANTONIO

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    LA GUARIDA DEL RAPOSOOROZCO GUERRERO, ANTONIO ... Y me escondí en una guarida, como hacen los animales que llevan por nombre mi ... Información del libro.

  • La guarida del raposo - HISTORIA Y NOVELAS HISTÓRICAS

    http://antonioorozcoguerrero.blogspot.com/p/la-guarida-del-raposo.html

    Amigo lector, espero que lo leas y lo disfrutes. Esta es la portada del libro en papel con la sinopsis.

  • LA GUARIDA DEL RAPOSO - Momentos para discrepar

    https://www.momentosparadiscrepar.es/2020/01/la-guarida-del-raposo.html

    11 ene 2020 — La guarida del raposo es, por tanto, una novela que recomiendo leer, sin dudas ni paliativos. ... Libro recomendado. Libro recomendado

  • La guarida del raposo - Libros De Mario

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  • La guarida del raposo by Antonio Orozco Guerrero - Goodreads

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    La guarida del raposo book. Read 7 reviews from the world's ... Por lo demás el libro es curioso y bien ambientado, si bien creo que le falta "sabor".

  • La guarida del raposo (PDF) - Antonio Orozco Guerrero

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    17 jul 2017 — La guarida del raposo (PDF) - Antonio Orozco Guerrero ... NUEVO: AHORA TAMBIÉN VENDEMOS LIBROS EN Fí SICO BARATOS POR INTERNET, ...

  • La guarida del raposo : Orozco Guerrero, Antonio: Amazon.es ...

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    28-ago-2019 - La guarida del raposo : Orozco Guerrero, Antonio: Amazon.es: Libros.

  • 'La guarida del raposo' de Antonio Orozco Guerrero - El gato ...

    https://elgatodeligeia.wordpress.com/2017/09/12/la-guarida-del-raposo-de-antonio-orozco-guerrero/

    12 sept 2017 — Creo firmemente que en el universo de los libros hay historias que han nacido para sentirlas a flor de piel. La guarida del raposo, ...

  • El tribunal negro de Antonio Orozco Guerrero

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    Poco despues del estallido liberal del verano de 1835, Meliton Rechi, jefe de policia de Cadiz, y su ayudante, el agente Candido Molina, achacarian los crimenes del Tribunal Negro a la reaccion de algun fraile de la ciudad contra las represalias sufridas. Tenian fundadas razones para llegar a esa conclusion. ?A quien sino a un religioso, profundamente irritado con la situacion politica y avido de venganza por el maltrato sufrido, se le iba a ocurrir resucitar la Santa Inquisicion de manera ilegal y ponerse a matar herejes? Mas tarde, descubririan que las cosas no eran tan sencillas. * * * Desde el balcon principal de la casa Aduana, sede del Gobierno de Cadiz, el mariscal de campo Rafael de Hore y Diaz agitaba los brazos de arriba abajo, con las palmas de las manos extendidas, tratando de calmar los animos de una multitud que gritaba cada vez mas enardecida. Con una sonrisa benevola y amplios movimientos verticales de cabeza, trataba de hacer ver a los que gritaban, cada vez con mas fuerza e insistencia, <> que les comprendia perfectamente y que compartia su fervor liberal, lo cual estaba muy lejos de ser cierto. Hore siempre supo adaptarse a las circunstancias politicas de cada momento. Teniente en 1791, en diciembre de 1808 ya era coronel. La rendicion de Badajoz ante los franceses hizo que fuera arrestado en la Isla de Leon en 1811. Se le acusaba de cobardia; dos anos despues, el consejo de guerra que lo juzgo en Cadiz determino su puesta en libertad. El conocido en Espana como <>, entre 1820 y 1823, no comenzo bien para el ya por entonces brigadier. Varios oficiales bajo su mando solicitaron en septiembre de 1820 su separacion del servicio <>. Se le abrio expediente, pero resulto, una vez mas, declarado inocente. En mayo de 1822 fue nombrado gobernador de Ciudad Real y en 1823, siendo gobernador de Santona, fue hecho prisionero por los franceses que invadieron Espana para liberar al rey don Fernando Septimo y llevado a Francia. En 1824, cuando el movimiento liberal auspiciado por Rafael de Riego ya habia sido desbaratado y este habia sido llevado al patibulo, Hore pidio regresar a Espana, presumiendo de que siempre habia combatido contra Riego y su liberalismo exaltado. Tras el fallecimiento del rey don Fernando, en septiembre de 1833, su capacidad de adaptacion lo llevo a convertirse en uno de los militares partidarios de sostener a la reina viuda regente --un <>-- y dispuesto a luchar por la causa de la reina nina dona Isabel en contra del infante don Carlos Maria Isidro, hermano de don Fernando y absolutista donde los haya. Nada mas iniciarse la primera guerra carlista, en noviembre de 1833, siendo ya mariscal de campo y gobernador de Castellon, Hore asalto Morella y expulso de alli a los cabecillas carlistas. Y ahora estaba alli, en aquel balcon de Cadiz, como gobernador de la provincia, <> y un poco hastiado del excesivo calor y humedad que habia traido el mes de julio. <>. Ese era el pensamiento pertinaz que se habia instalado en la cabeza del gobernador. Y era cierto. El Gabinete de Cea Bermudez, surgido a raiz del fallecimiento del rey, duro poco, pues su reformismo administrativo no satisfacia a los mas conservadores y su conservadurismo politico repugnaba a los mas liberales. Menos de cuatro meses despues de la llegada de Cea al poder, en enero de 1834, Martinez de la Rosa, un tibio liberal por entonces, se hizo cargo del Gabinete. Los liberales radicales, imprescindibles para sostener a la regente ante la guerra con los carlistas, no podian sentirse satisfechos, despues de los anos pasados en el exilio, con el <> que urdio Martinez de la Rosa, una carta otorgada muy alejada de la Constitucion de 1812. El cierre de los conventos en los que se habian estado produciendo fugas de religiosos a las filas carlistas no fue suficiente para apaciguar el odio de los radicales hacia el clero regular, que se habia distinguido en las denuncias contra liberales encubiertos durante los ultimos anos de vida del rey don Fernando. Y todo lo anterior termino por llevar, en junio de 1835, al conde de Toreno, un liberal exaltado, al poder en Espana. Aun asi, los mas radicales seguian sintiendose insatisfechos. Querian una Constitucion y la querian ya. Y deseaban fervientemente que se tomaran medidas drasticas contra el clero regular, acusado en su totalidad de apoyar al bando carlista. Una acusacion excesiva que hizo pagar a muchos justos por pecadores. El conde de Toreno trato de calmar los animos de sus correligionarios politicos decretando el dia 4 de julio la expulsion de los jesuitas de sus conventos --aunque sin obligarlos a salir de Espana-- y el 21 la expulsion de los monjes y religiosos de las casas en las que habitaran menos de doce profesos. La medida, en vez de llamar a la paz de sus companeros radicales, los llevo a considerar al conde de Toreno como un traidor. No aceptaban nada que no fuese la expulsion general de todos los religiosos y monjes de sus conventos y la incautacion de todos sus bienes por parte del Estado. Cuatro dias despues del tibio decreto de expulsion de religiosos, el gobernador de Cadiz estaba presenciando el primer conato de insurreccion contra el nuevo Gobierno. Detras de Hore, fuera del balcon, se encontraba su ayudante de campo, el comandante Ortega. --!Manuel! --?Si, mi general? --Cambiate de paisano, corre para el cuartel de San Roque y le dices al coronel Osorio que le llevas mi orden de enviar a los mandos y tropa de su regimiento que considere necesario para dispersar a esta chusma. Informale del numero aproximado y dile que luego monte patrullas por la ciudad. --?Y sobre los medios a utilizar, mi general? --El coronel Osorio sabe lo que debe hacer y como hacerlo. Asi que eso va de su cuenta. --!A la orden, mi general! Una hora despues, el coronel Francisco Osorio se encontraba en el despacho del gobernador, esperando que el batallon del comandante Mendez resolviese la cuestion. Osorio era, antes que nada, un militar con muchos anos de oficio y poco dado a entrometerse en asuntos de politica. En cierto modo, la antitesis de Hore. --Bueno, Paco, cuentame como has organizado el cotarro. --Mi general, he dado ordenes al comandante Mendez, jefe del segundo batallon, para que disperse al personal de ahi fuera. Por otro lado, el comandante ha enviado una Compania al ayuntamiento, porque nos hemos enterado de que ha sido tomado por algunos radicales. Una vez expulsados los de alli y dispersados los de aqui, se organizaran patrullas durante todo el dia hasta que se de por pacificada la ciudad. --Me parece muy bien. Y, respecto a los medios a utilizar y a los procedimientos, ?que me dices? --Mi general, en mi opinion, es preferible usar la minima fuerza posible. Con el precedente del 10 de marzo de 1820, creo que ya tiene Cadiz suficientes <>. Ya sabe a que me refiero… Por eso he ordenado al comandante que se prodiguen los disparos al aire, los empujones y las carreras, e incluso, si me apura, los culatazos que sean necesarios, pero que se evite hacer victimas por disparos

  • Liberada (Trilogia Criminal 2), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Emily Thompson esta libre y busca vengar la muerte de su esposo. Las cartas que dejo Harry revelan algo mas que secretos y tendra que recuperar el imperio que perdio, aunque su nuevo socio, Blake Storm haga que se olvide por un momento de su venganza.

  • Lo que hacemos por amor de Margot Early

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    Mary Anne Drew estaba enamorada de un hombre que se iba a casar con otra mujer, asi que, para conquistarlo, decidio comprar una pocion amorosa. No estaba convencida de que los hechizos y las pociones funcionaran, pero tenia que hacer algo. Desafortunadamente, el brebaje se lo bebio otro hombre, Graham Corbett y, a partir de entonces, empezaron a pasar cosas extranas.

  • Una apuesta arriesgada de Marta Andres

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  • Un asesino en tu sombra de Ana Lena Rivera

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    Gracia San Sebastian, investigadora de fraudes financieros, se ve envuelta en la desaparicion de Imelda, una joven psicologa a la que encuentran muerta pocos dias despues en las vias del tren. El marido, artificiero de la Guardia Civil y principal sospechoso, le pide ayuda para descubrir al asesino de su mujer. Junto a su amigo Rafa Miralles, comisario de la policia de Oviedo, Gracia empezara una investigacion que la llevara a la caza de un asesino por varias capitales europeas. Al mismo tiempo, la vida de Gracia se desmorona. La relacion con Jorge, su marido, pasa por un mal momento, y su reputacion como investigadora esta en entredicho tras acusar a un funcionario con esclerosis multiple de fingir su enfermedad para competir en la modalidad mas extrema del triatlon, el Ironman.

  • Un rincon del corazon que nadie pisa de Nuria Espert

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    Esta novela se abre paso, desde el corazon, a un lugar donde las historias se entretejen entre las sombras de los recuerdos y la necesidad de reinventarse.

  • La Dama y La Bestia de C.s Luis

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    Evelyn es una reina dedicada, gobernada por deberes reales y leal al clero. Pero son estas las mismas reglas de las que desea separarse.
    Mientras da un paseo se encuentra en las ruinas de un antiguo castillo, perdida en los placeres sucios de sus deseos y excitada por el descubrimiento de su cuerpo despertando.
    Cuando es seductoramente obligada a someterse por una criatura parecida a una bestia, esta convencida de que sus suenos ya no son meras fantasias.
    Abriendo asi un mundo completamente nuevo que ella habia anhelado profundamente. Mientras tanto, sin que Evelyn lo sepa, todo su clero ha estado ocultando una fantasia sexual propia y podria ser un secreto que Evelyn podria arrepentirse de descubrir.

  • Pasado imperfecto de Julian Fellowes

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  • La maldicion de la inteligencia de Carmen Sanz Chacon

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  • La tierra donde estar contigo de Do Pons Ruiz

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    Durante el reinado de David I de Escocia y a peticion de este, los clanes se alian unos con otros para restaurar la paz en su reino. Sin embargo, nunca faltaran aquellos que, decididos a acabar con cualquier heredad, deseen la suerte del projimo.

  • El amor te encuentra (Hermanas McVee 2) de Annabeth Berkley

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    Tess McVee resoplo cuando llego frente al hotel rural que su hermana le habia recomendado, en un pueblo perdido de la region vinicola de Georgia. Creia que no iba a llegar nunca. Se habia perdido dos veces intentando encontrar la carretera que le llevaria a Dahlonega y sentia un enfado tan grande que no se aguantaba ni ella. Quito la llave del coche y su cuerpo se estremecio por la baja temperatura. Hacia frio y solo queria meterse bajo la ducha para entrar en calor y librarse del cansancio de tantos kilometros en el cuerpo y mas de seis horas al volante. Intento calmar su frustracion como le habian aconsejado en la terapia para aprender a gestionar sus emociones de la que acababa de salir. Esperaba ver los resultados en breve. Respiro profundamente un par de veces y trato de comprender <>. ?Que querian decirle? Tess no encontraba otra explicacion: Que eso le pasaba por confiar en su hermana, resoplo de nuevo. Penso en Sharon. Siempre estaba sonriendo, siempre parecia feliz... y, por lo visto, para ella, tomarse un tiempo para replantearse la vida se reducia a aislarse de la civilizacion. ?Por que habia hecho caso a su sugerencia? Salio del coche dando un portazo. Se tenia que haber recluido en un resort de cinco estrellas en Hawai, penso. Alli no sabia si hubiera podido reflexionar mucho, pero hubiera contado con mas comodidades y el clima seguro que seria mas calido. Ya era tarde para eso. Murmuro entre dientes unos cuantos improperios malsonantes, maldiciendo la idea que habia tenido su hermana. Ahi estaba y ahi se iba a quedar hasta que supiera que hacer con su vida. No iba a volver a casa hasta que no tuviera una idea clara sobre hacia donde dirigir sus pasos. Bastante humillada se habia sentido ante su familia como para regresar igual de avergonzada que se habia ido. Saco su equipaje del maletero antes de dirigirse a la puerta. Era un pintoresco hotel de tres plantas pintado en color claro, rodeado por un pequeno jardin, vacio de flores, por la epoca en la que estaban. Supuso que no tardaria en llenarse de calabazas de Halloween, que se celebraria en un par de semanas. ?A quien le gustaba Halloween?, murmuro molesta. Volvio a resoplar. Asi, quejandose por todo, no podia seguir, se recrimino. Se obligo a dejar ir la frustracion y el enfado que sentia. Cogio aire con intencion de encontrar el lado positivo y disfrutar de su estancia, como sabia que tenia que hacer para empezar a sentirse mejor. La teoria del curso al que habia asistido se la sabia de memoria y parecia ser momento de aplicarla. Seguro que todo iria bien y una ducha caliente la estaba esperando para acabar de llevarse toda la decepcion y la apatia que sentia, se animo. El calor del acogedor hotel la abrazo nada mas entrar la puerta y Tess lo agradecio. Parecia que las cosas se arreglaban. Un pequeno recibidor le daba la bienvenida, aunque habia delante de ella media docena de personas de diferentes edades. Todos parecian estar esperando la llave y ninguno parecia tener prisa. Tess resoplo de nuevo, molesta. Miro hacia la sencilla recepcion. Un hombre con camisa vaquera parecia que estaba intentando organizarse revisando varios papeles de diferentes tamanos a la vez, mientras cogia las llaves de las habitaciones. Miro a su alrededor. Una pequena salita en color crema, con estampados florales en los sillones y una pequena mesa de madera de caoba, se abria a uno de los lados. Habia que reconocer que daba la sensacion de que el hotel era agradable, aunque la espera no lo resultara tanto. Cuando despues de un rato esperando, fue su turno, la poca paciencia que le quedaba y que, de por si, tenia, se habia agotado. --?Su nombre? --le pregunto sin mirarla el hombre que tenia sentado tras el desordenado mostrador. --Tess McVee --le respondio seria. Nathan Murray asintio buscando entre los papeles que habia sobre la mesa. La recepcionista se habia puesto de parto hacia dos dias, dos meses antes de lo esperado, sorprendiendoles a todos. No habian tenido tiempo de contratar a nadie ni formarlo para el puesto, asi que el habia asumido el cargo, suponiendo que no seria tan dificil. Y, probablemente no lo era, si no hubiera sido porque no le gustaban en absoluto las gestiones administrativas, y mucho menos las informaticas. Despues de dos frustrados intentos de trabajar con el ordenador y entender el programa instalado para las reservas, habia optado por la solucion mas tradicional y la mas sencilla para el. El papel y el boligrafo. Cuando Lucy volviera ya se encargaria de pasar al ordenador lo que hiciera falta. Lo malo era que no terminaba de aclararse con sus propias notas ni con un intento de cuadrante que habia improvisado para asegurarse de no colocar a nadie en una habitacion equivocada. --Aqui esta --exclamo aliviado cogiendo la llave asignada --. Es la habitacion 211. Levanto la vista para darsela y se sorprendio de ver ante el a una mujer preciosa y parecia que muy enfadada. Su cabello largo y castano enmarcaba un rostro alargado de nariz pequena y expresivos ojos de color avellana. Tess no se esperaba que el hombre que le tendia la llave y que se habia levantado al mirarla fuera tan alto y atractivo. Ojos claros, cabello corto castano, mandibula cuadrada y nariz recta. Le sorprendio gratamente. Era mas alto que ella, ancho de hombros, parecia delgado, aunque la camisa vaquera no le daba demasiada informacion. Por lo menos, era agradable de mirar, algo que agradecer despues de un largo viaje. Le cogio la llave, ridiculamente grande, que no parecia tener intencion de soltar. --Nathan Murray --se le presento soltando finalmente la llave--. Aviseme si necesita cualquier cosa. --Lo tendre en cuenta --le respondio firme. No estaba alli para hacer amigos, se recordo. --Bienvenida a Dahlonega --le dijo con una sonrisa que casi le quito el aire. Tess asintio obligandose a dejar de mirarlo. No queria saber nada de ningun hombre por muy guapo que fuera. La ultima relacion que habia tenido habia supuesto una experiencia muy desagradable y casi habia terminado con sus relaciones familiares. El muy cretino la habia utilizado para conseguir informacion de su propia empresa y robarle clientes. Se habia sentido tan estupida... A eso habia que anadir que su padre solo contaba con su hermana para la direccion del negocio familiar. Esos dos golpes simultaneos habian sido demasiado para ella y su escasa paciencia y confianza. Se habia despedido por orgullo y ahora estaba alli, en mitad de Georgia, sin trabajo, sin pareja y sus expectativas se reducian a una ducha con agua caliente. Nathan la vio dirigirse al unico ascensor que tenia el hotel. Era alta y estilizada, y tenia bastante caracter a juzgar por la rabia que escondian sus ojos y que, esperaba no se la hubiera producido el tiempo de espera frente a la recepcion. Una mujer asi podria hacer lo que quisiera con un hombre, penso. La vio llamar impaciente al ascensor. Nathan se le acerco para apretar el boton por ella. --Quiza alguien se haya dejado la puerta abierta --le comento despreocupado. Tess le miro. De cerca era mas alto de lo que le habia parecido y tambien mas atractivo. Por su estatura, Tess pocas veces encontraba a hombres con los que necesitara levantar la mirada para hablar. Ademas, percibio que olia a algun perfume caro. --Vamos --le dijo el cogiendole la maleta grande sin esfuerzo--. La acompanare a su habitacion. Empezo a subir por las escaleras que habia junto al ascensor. Tess resoplo mas alto de lo que esperaba sin soltar su maleta de mano, y Nathan se giro para mirarla divertido. --?Ha sido un largo viaje? Aqui descansara bien --le aseguro antes de seguir subiendo. Tess le siguio bastante molesta. No le apetecia nada subir escaleras. Si hubiera querido hacer ejercicio se habria quedado en su casa, con el gimnasio, al que iba a diario, a cinco minutos. Menos mal que las vistas no estaban mal, penso fijandose en los pantalones vaqueros del hombre que subia delante de ella. Cuando llegaron a la segunda y ultima planta del hotel, Nathan cerro la puerta del ascensor que se habia quedado medio abierta inutilizandolo. --Problema resuelto --le dijo antes de mirarla y darle opcion de caminar delante de el por el acogedor pasillo que terminaba en la puerta de su habitacion. Nathan sonrio cuando ella paso por delante de el. Ahora era su turno de apreciar sin disimulo su bonito cuerpo enfundado en un abrigo oscuro. No le habia visto alianza en el dedo ni senal de ella, y aunque hacia mucho tiempo que no tenia ninguna relacion, desde su desagradable divorcio, no le importaria cenar con ella algun dia... aunque para eso, tendria que encontrar a alguien que se encargara de la recepcion. Tess abrio la puerta de su bonita y calida habitacion y cuando fue a girarse para cogerle el equipaje a Nathan, el la esquivo para entrar y llevar la maleta junto a la cama de matrimonio. --Espero que disfrute de su estancia aqui, senora McVee. --Senorita --le corrigio ella dandose cuenta inmediatamente despues, a juzgar por la sonrisa de el, que habia sido un gesto intencionado para enterarse de su estado civil. Nathan le sonrio abiertamente y de una manera muy atractiva.

  • La buena hija de Karin Slaughter

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    La nueva y deslumbrante novela de una de las autoras mas vendidas del panorama literario internacional: un thriller absorbente que mezcla el suspense psicologico con la investigacion de un misterio sin resolver.

  • Fue una suerte Amarte de Olivia Saint

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    ?Estaremos preparados para seguir nuestro instinto o dejaremos que el miedo nos paralice y se pierda la oportunidad de amar?
    Que tan dispuestos estamos de ir mas alla de los miedos. Que tan separados estamos de nuestros sentimientos y pensamientos fundamentados en lo que mas nos conviene hacer. En una linea del tiempo en nuestras vidas, a una edad especifica, el amor verdadero toca nuestras puertas.

  • El beso mas apasionado de Bronwyn Jameson

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    Los problemas habian vuelto a la ciudad.

  • Buscando Esposa de Julia Quinn

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    Londres, cerca de St. George, Hannover Square, Verano de 1827 Sus pulmones estaban en llamas. Gregory Bridgerton estaba corriendo. A traves de las calles de Londres, ignorando las miradas curiosas de los transeuntes, estaba corriendo. Habia un extrano y poderoso ritmo en sus movimientos -uno dos tres cuatro, uno dos tres cuatro- que lo empujaban, impulsandolo a seguir adelante, mientras su mente permanecia enfocada en una sola cosa. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tenia que detener la boda. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Un minuto? ?Cinco? No podia saberlo, no podia concentrarse en otra cosa diferente a su destino. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tendria que haber empezado a las once. Eso. La ceremonia. Eso que jamas debio haber pasado. Pero sin embargo, ella lo habia hecho. Y el tenia que detenerla. Tenia que detenerla a ella. No sabia como lo iba a hacer, y seguramente no sabia por que, pero ella estaba haciendolo, y todo era un error. Ella tenia que saber que estaba en un error. Ella era suya. Ambos se pertenecian. Ella lo sabia. Lo peor de todo, era que ella lo sabia. ?Cuanto tiempo tardaria en desarrollarse una ceremonia? ?Cinco minutos? ?Diez? ?Veinte? Nunca habia prestado atencion antes, seguramente nunca penso en mirar su reloj de principio a fin. Nunca penso que necesitaria esa informacion. Nunca penso que le importaria tanto. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Dos minutos? ?Diez? Giro alrededor de una esquina y se dirigio a Regent Street, grunendo lo que parecia ser un <> cuando tropezo con un caballero respetablemente ataviado, y le tiro su maleta al piso. Normalmente Gregory se habria detenido para ayudar al senor, inclinandose para recoger su maleta, pero no hoy, no esta manana. No ahora. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. No podia pensar en nada mas. No debia. Debia... !Maldicion! Patino al hacer una parada, cuando un carruaje se detuvo enfrente de el. Descansando las manos en sus caderas -no porque queria, sino porque su desesperado cuerpo se lo exigiaaspiro enormes bocanadas de aire, intentando aliviar la furiosa presion de su pecho, ese horrible ardor, que lo hacia sentir como... El carruaje se movio y el comenzo a correr de nuevo. Ahora estaba cerca. Podia hacerlo. No podian haber pasado mas de cinco minutos desde que habia salido de la casa. Quizas seis. Se sentian como treinta, pero no podian haber pasado mas de siete. Tenia que detener esto. Todo estaba mal. Tenia que detenerlo. Lo detendria. Ya podia ver la iglesia. A lo lejos, su torre gris elevandose hacia el brillante cielo azul. Alguien habia colgado flores en las linderas. No podia decir que clase de flores eran -amarillas y blancas, pero en su mayoria eran amarillas. Se derramaban en el exterior con un abandono temerario, saliendo de los cestos. Lucian alegres, incluso contentas, y todo estaba tan mal. Este no era un dia alegre. No era un evento que debia ser celebrado. Y el lo detendria. Redujo la velocidad solo lo suficiente para poder seguir corriendo sin caerse de bruces, y entonces tiro de la puerta para abrirla, amplia, mas amplia, mientras escuchaba el golpe al chocarse con la pared exterior. Quiza debio haber entrado con un poco mas de silencio, dandose un momento para evaluar la situacion, para darse cuenta lo lejos que habian llegado. La iglesia quedo en silencio. El sacerdote detuvo su parloteo, y cada columna vertebral de cada banco se giro, hasta que todas las caras se volvieron. Hacia el. – No -jadeo Gregory, pero tenia tan poco aliento, que apenas si podia escuchar sus propias palabras. – No -dijo, mas alto esta vez, agarrandose del borde de los bancos mientras avanzaba-. No lo hagas. Ella no dijo nada, pero el la vio. Tenia la boca abierta de la conmocion. Vio como el ramillete de flores se caia de sus manos, y sabia, por Dios que lo sabia, que ella habia dejado de respirar. Se veia tan hermosa. Su cabello dorado parecia capturar la luz, y brillar con un fulgor que lo llenaba de fuerzas. Se enderezo, aun respirando con dificultad, pero ahora podia caminar sin ayuda, y se solto del banco. – No lo hagas -dijo el otra vez, avanzando hacia ella con la gracia furtiva de un hombre que sabe lo que quiere. Que sabe lo que debe ser. Ella aun no hablaba. Nadie lo hizo. Eso era extrano. Trescientos de los entrometidos mas grandes de Londres, estaban en ese edificio, y nadie habia proferido ni una palabra. Nadie podia apartar la vista de el mientras caminaba en medio del pasillo. – Te amo -dijo, justo alli, enfrente de todo el mundo. ?Y a quien le importaba? No podia guardarse ese secreto. No permitiria que se casara con nadie mas, sin asegurarse de que todo el mundo supiera que ella era la duena de su corazon. – Te amo -dijo otra vez, y por el rabillo del ojo pudo ver a su madre y a su hermana, sentadas en un banco, boquiabiertas de la sorpresa. Siguio caminando. Por el pasillo, cada paso era mas seguro, mas confiado. – No lo hagas -dijo, saliendo del pasillo y entrando en el altar-. No te cases con el. – Gregory -susurro ella-. ?Por que haces esto? – Te amo -dijo, porque era lo unico que podia decir. Era lo unico que importaba. Sus ojos brillaron, y el podia ver como contenia el aliento. Ella miro al hombre con el que estaba tratando de casarse. Levanto las cejas cuando el simplemente le contesto con un diminuto encogimiento de hombros, como si le dijera: Esa es tu opcion. Gregory inclino una rodilla. – Casate conmigo -dijo, con su mismisima alma en sus palabras-. Casate conmigo. Contuvo el aliento. La iglesia entera dejo de respirar. Ella fijo los ojos en los suyos. Eran grandes, claros y todo lo que habia pensado que era amable y verdadero. – Casate conmigo -susurro el, una ultima vez. Sus labios temblaron, pero su voz fue clara cuando dijo... Capitulo 1 En el que nuestro heroe se enamora Dos meses antes. A diferencia de la mayoria de los hombres que conoce, Gregory Bridgerton cree en el verdadero amor. Tendria que ser un tonto para no creer en el. Teniendo en cuenta lo siguiente: A su hermano mayor, Anthony. A su hermana mayor, Daphne. A sus otros hermanos, Benedict y Colin, sin mencionar a sus hermanas, Eloise, Francesca, y (aunque no lo crean) Hyacinth, todos -absolutamente todos-estaban completamente enamorados de sus respectivas parejas. A la mayoria de los hombres, ese tipo de cosas solo les produciria un ataque de bilis, pero para Gregory, quien habia nacido con una alegria incomparable, que de vez en cuando (segun su hermana menor) era irritante, eso sencillamente significaba que no tenia otra opcion, mas que creer en lo obvio: El amor existia. Y no era una completa invencion de la imaginacion, disenada para evitar que los poetas murieran de hambre. Podria ser algo que no se podia ver, oler o tocar, pero estaba alli, y era solo cuestion de tiempo antes de que el, tambien, encontrara a la mujer de sus suenos y se estableciera para ser fructifero, se multiplicara y asumiera aficiones como el papel mache y la coleccion de ralladores de nuez moscada. Aunque, si queria ser claro en un punto, que parecia ser bastante necesario para ese concepto tan abstracto, sus suenos no incluian exactamente a una mujer. Bueno, no a una con atributos especificos e identificables. No sabia nada de la mujer que iba a ser suya, la unica que supuestamente transformaria su vida completamente, convirtiendolo en un pilar feliz de aburrimiento y respetabilidad. No sabia si seria bajita o alta, o morena o rubia. Le gustaba pensar que podria ser inteligente y poseer un gran sentido del humor, pero mas alla de eso, ?Como iba a saberlo? Ella podia ser timida o franca. Tal vez le podria gustar cantar. O quizas no. Quizas era una amazona, con un cutis sonrosado por estar demasiado tiempo bajo el sol. No lo sabia. Cuando esa mujer llegara, esa imposible, maravillosa y actualmente inexistente mujer, todo lo que en realidad sabia era que cuando la encontrara... Lo sabria. No sabia como lo sabria; solo sabia que lo sabria. Ocurriria algo muy importante, su mundo se estremeceria, y la vida se alteraria... bueno, en realidad, no iba a llegar susurrando su paso por su existencia. Vendria pleno y poderoso, como una tonelada proverbial de ladrillos. La unica pregunta era cuando. Y mientras tanto, no veia ninguna razon para no pasarla bien mientras se anticipaba a su llegada. Despues de todo, uno no tenia que comportarse como un monje mientras esperaba al verdadero amor. Gregory era, segun todos, un tipico hombre londinense, con una comoda -pero no extravagante-asignacion, tenia muchos amigos, y el suficiente sentido comun para saber cuando debia alejarse de una mesa de juegos. Era considerado lo suficientemente decente para ser tenido en cuenta en el Mercado Matrimonial, puede que no estuviera precisamente a la cabeza (los cuartos hijos nunca llamaban mucho la atencion) y siempre estaba en demanda cuando las matronas de la sociedad, necesitaban a un hombre que llenara los requisitos para ser invitado a un buen numero de fiestas. Lo que hacia que su anteriormente mencionada asignacion, se estirara un poco mas, convirtiendose en un beneficio. Quizas debio haber tenido un poco mas de proposito en su vida. Alguna clase de direccion, o incluso una tarea insignificante que realizar. Pero eso podria esperar, ?no es verdad? Pronto, estaba seguro, todo se aclararia. Sabia que era lo que deseaba hacer, y con quien deseaba hacerlo, y mientras tanto, el tenia... No tenia tiempo. Por lo menos, no en ese preciso momento. Para explicar: Actualmente Gregory estaba sentado en una silla de cuero, una muy comoda por cierto, y no era que realmente tuviera que pensar en el asunto, mas que en el hecho de que la falta de incomodidad conducia a las personas a sonar despiertas, lo que a su vez conducia a no escuchar a su hermano que, debe anotarse, estaba de pie, aproximadamente a un metro de distancia, hablando sobre algo o alguna cosa, casi seguramente relacionada con alguna variacion de las palabras deber y responsabilidad. En realidad, Gregory no le estaba prestando la debida atencion. Raramente lo hacia. Bueno, no, ocasionalmente lo hacia, pero... – ?Gregory? !Gregory! Levanto la mirada, pestaneando. Anthony tenia los brazos cruzados, esa nunca era una buena senal. Anthony era el vizconde Bridgerton, y lo habia sido durante mas de veinte anos. Y mientras que era -Gregory era el primero en insistir-el mejor de los hermanos, tambien hubiera podido ser un excelente senor feudal. – Perdoname por entrometerme en tus pensamientos, de esta manera -dijo Anthony en una voz seca-, pero tu has, quizas -solo quizas- ?escuchado algo de lo que te he dicho? – Diligencia -repitio Gregory como un loro, mientras asentia con lo que juzgaba era un gesto de suficiente gravedad-. Direccion. – En efecto -replico Anthony, y Gregory se felicito a si mismo por lo que claramente habia sido una excelente actuacion-. Es tu ultima oportunidad de que le busques alguna direccion a tu vida. – Por supuesto -murmuro Gregory, principalmente porque no habia cenado, y tenia hambre, y habia escuchado que su cunada estaba sirviendo refrescos en el jardin. Ademas, nunca tenia sentido discutir con Anthony. Nunca. – Debes hacer un cambio. Escoger un nuevo camino. – Claro. -Quizas habia bocadillos. Podia comerse cuarenta de esas ridiculeces cortadas por la mitad. – Gregory. La voz de Anthony tenia ese tono. Aquel que era imposible de describir, pero lo suficientemente facil de reconocer. Y Gregory sabia que era el momento de prestar atencion. – Correcto -dijo, porque de verdad, era notable como una sola silaba podria borrar a una frase apropiada-. Espero unirme al clero. Eso hizo que Anthony se congelara. Muerto, helado, frio. Gregory hizo una pausa para saborear el momento. No le importaba que para ello, hubiera tenido que convertirse en un condenado vicario. – ?Disculpame? -murmuro Anthony finalmente. – No es que tenga muchas opciones -dijo Gregory. Y cuando esas palabras emergieron, comprendio que era la primera vez que las habia dicho. Las hacia mas reales, de algun modo, mas permanentes-. Es el ejercito o el clero -continuo-, y bueno, debo decir esto: Soy una bestia para disparar. Anthony no dijo nada. Todos sabian que tenia razon. Despues de un momento de incomodo silencio, Anthony murmuro: – Hay espadas. – Si, pero con mi suerte, me enviarian a Sudan. -Gregory se estremecio-. No debe ser demasiado terrible, pero en realidad, hace mucho calor. ?Querrias ir? Anthony objeto inmediatamente. – No, claro que no. – Y -agrego Gregory, empezando a disfrutarlo-, esta Madre. Se hizo una pausa. Entonces: – Ella sabe algo de Sudan... ?verdad? – No le gustaria mucho mi partida, y entonces tu, sabes, seras el unico que debera sostener su mano cada vez que se preocupe, o tenga alguna pesadilla horrible sobre... – No digas mas -le interrumpio Anthony. Gregory se permitio reir internamente. Realmente no era justo para su madre, quien, solo para senalar, nunca habia dicho alguna vez que pronosticara el futuro con algo tan tonto como un sueno. Pero si odiaria que el se marchara a Sudan, y Anthony tendria que escucharla cuando se preocupara por eso. Y como Gregory no estaba particularmente deseoso de partir de las orillas nubladas de Inglaterra, el argumento era muy discutible, de cualquier forma. – Correcto -dijo Anthony-. Bien. Estoy feliz, entonces, de que finalmente hayamos podido tener esta conversacion. Gregory le echo un vistazo a su reloj. Anthony se aclaro la garganta, y cuando hablo, se escuchaba un filo de impaciencia en su voz. – Y que hayas pensado finalmente en tu futuro. Gregory sentia que algo se apretaba en la parte de atras de su mandibula. – Solo tengo veintiseis anos -le recordo-. Seguramente soy muy joven como para que tengas que repetirme la palabra finalmente. Anthony simplemente arqueo una ceja.

  • Estefania El arrebato de una pasion, Victoria Magno de Victoria Magno

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    Londres, 1884 Estefania es una nina hermosa que vive felizmente junto a su padre en la gran mansion Campbell. Sin embargo, la felicidad no es eterna y ella lo descubre cuando el muere dejandola a cargo de su malvada tia Jacinta, quien se apodera de su herencia despojandola de todo cuanto posee en la vida. apodera Al mismo tiempo Anthony, el engreido y lujurioso conde de Woodruff, pretende robar el corazon de Estefania pase lo que pase aunque de ello depende su honor. pero no todo es lo que parece: dentro del corazon de Anthony surge algo que el ignora, algo que el amor modifica y ella percibe. ?lograran la manera de estar juntos aunque sus mundos sean distintos? ?Estefania recuperara su fortuna y su honor aunque todo parezca ir en su contra? Romance, intriga y erotismo revelan una historia apasionante en un Londres donde el dinero no importa tanto como el amor que surge entre los personajes.

  • Jugando con el destino de Sarah Rusell

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    Elena y Silvia viajan rumbo a Nueva York, la locura mas grande de su vida. Parece ser que el destino las manda hacia alli para encontrar a los hombres de su vida y, aunque Elena no lo cree en absoluto, todo cambia cuando Daniel aparece en su vida.
    Es entonces cuando comienza a dudar de que, quizas, el destino si esta escrito. Pero ?sera eso fugaz o eterno?

  • Llamame idiota (Cruel amor 2) de Flor M. Urdaneta

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    <>. Axxel Wilson. ?Como paso esto? ?Como fue posible que el mujeriego, egoista, imbecil, y egocentrico de Axxel Wilson terminara con el corazon roto? Pues la respuesta es simple, fue un idiota. Aunque primero tienes que saber como conocio a... ?Que estoy diciendo? Mejor lee la historia y saca tus propias conclusiones. 5 ANOS Y UNOS MESES ANTES --!Eh, Axx! ?Vas a la fiesta de Mack? --grito Tyler desde el asiento de su Runner. --?Cuando he faltado a una, Ty? No puedo dejar solas a mis chicas.--respondio fanfarron. Axxel era eso que llaman un Don Juan, Playboy, mujeriego o como sea que quieras decirle; uno con grandes musculos y lindos ojos marrones. Bueno... mejor sigo. --Dile a Maison que no falte. Hay varias chicas que estan haciendo fila por el. --agrego su amigo. --Creo que ese bastardo esta liado con alguien. --le contesto. Tyler se partio de risa ante su absurda excusa; Maison Hudson nunca se perderia una fiesta de Mack, el era la version rubia de Axxel, un mujeriego con todas las letras y su mejor amigo. Axxel se alejo de el y camino hasta los vestidores del instituto para ponerse su uniforme, jugaba en el equipo de futbol y ese dia iniciaba la temporada de entrenamiento. --!Oye, idiota! ?Vas a ir a la fiesta de Mack? --le pregunto a Maison, mientras terminaban de vestirse. --No, imbecil. Recuerda que el sabado es mi cita con Rebeca. --!Mierda! ?Quien lo diria? El gran Maison Hudson enamorado; es una verdadera lastima. --!Callate, Axx! Ya te vere, tarde o temprano vas a caer. --lo sentencio y Axxel le respondio sacandole el dedo medio. Esos dos eran esa clase de amigos que se querian pero fingian no hacerlo. Y que Hayley, la hermana pequena de Axxel, estuviese dentro de la ecuacion, generaba un plus para su amistad. <>. & Las fiestas en casa de Mack solian ser concurridas. Chicas sexys, bebidas y estruendosa musica que dificultaba llevar cualquier tipo de conversacion. Aunque, nadie iba alli a conversar. Era una de esas casas privadas en la costa de Miami que ofrecia juerga y mucho alcohol. Sus pantalones gastados, una polo negra y llevar la billetera cargada de preservativos, era lo unico que Axxel necesitaba para ir a la fiesta de Mack, lugar que siempre le garantizaba chicas ardientes y mucho, pero mucho sexo. El no tenia preferencia con ninguna en particular, solo un fetiche con los <>, pero esa noche centro toda la atencion en Melanie, una rubia que siempre le habia gustado. <>. Desde que Melanie entro a la fiesta, con en esos pantalones ajustados, no podia quitarle un ojo de encima. Su unico pensamiento era tenerla entre sus piernas y no tenia intencion de seguir esperando para conquistarla. En el pasado, intentar ligar con ella no era una opcion, porque Maison estaba interesado en Melanie y no perderia su amistad <>, cosa que dejo de importar desde que su amigo se fijo en Rebeca. <>, se pregunto al ver que ella se marchaba. Camino entre sus estupidos companeros de juerga y empujo a unos cuantos para poder salir de la casa y seguirla. <>. Melanie se habia alejado de la casa de Mack para buscar un poco de paz entre tanto alboroto y fue a parar a la orilla de la playa. --Ya te vi. --murmuro, mientras se acercaba a la rubia mas sexy que habia conocido en su vida. ?Que hacia sola en la oscuridad? No le importaba mucho saber la razon, lo unico que queria era tenerla y hacerla gemir, pero de puro placer. --El cielo se va a quedar sin estrellas si las siguen dejando caer. --murmuro cerca del oido de Melanie y se quedo detras admirando su voluminosa retaguardia. <>, penso con petulancia. --!Wow! ?Eso es lo mejor que tienes?--se mofo ella y se dio la vuelta para volver a la fiesta. --Melanie, me rompes el corazon. --murmuro y se toco el pecho teatralizando dolor. <>. La rubia fingio restarle importancia cuando en realidad estaba muy nerviosa. Axxel le gustaba y mucho, pero caer rendida a sus pies, por un par de palabras tontas, no estaba en sus planes. No pretendia ser una mas del monton, planeaba conquistarlo. ?Como lo haria? Aun no estaba segura, pero el primer paso fue ir a la fiesta con aquellos pantalones ajustados para tratar de llamar su atencion y, al parecer, su pequeno plan estaba funcionando. --?No hay alguna chica esperando por ti arriba? --sugirio mientras seguia caminando. --Quizas mas de una pero pueden esperar. En este momento estoy tratando de descifrar el misterio que te envuelve ?Eres virgen todavia? Porque puedo ayudarte con eso.--le pregunto, haciendo que ella se detuviese. <>. --Eres un…olvidalo. --gruno y siguio caminando. Estaba conteniendo las ganas de gritarle a la cara todos los insultos que se le vinieron a la cabeza. Jamas se habia sentido tan avergonzada en la vida. <>. --Dilo, carino. Llamame idiota. --solto Axx ironico. --Si, eso eres !Un enorme idiota! --le grito a la cara y trato de girarse para dejarlo solo, pero Axxel la retuvo cogiendola por las caderas, la pego a su cuerpo para que sintiesesu excitada virilidad. --?A donde vas, fierecilla? -- pregunto el con un susurro. <>. Melanie retuvo un gemido al sentir aquel enorme paquete presionando su vientre y no lo podia creer, Axxel Wilson, el chico que la traia loca, estaba a segundos de besarla. Un calor intenso invadio la parte baja de su pelvis y lo empujo aterrada por lo que su cercania implicaba. <>. No podia entender su actitud ?Por que lo empujo? Nunca antes le habia pasado, era la primera chica que reaccionaba de esa manera y tambien la primera que le calentaba el miembro en segundos. Deseaba besarla y mucho mas que eso....queria llevarsela a la cama; o al asiento trasero de su auto, lo que fuera mas facil. --!Axxel! Te acaban de postular para ping-pong beso. Trae a tu chica --grito Mack desde el balcon. --Ni lo suenes. --advirtio Melanie levantando las manos al aire. --?Por que te sientes aludida? Tu no eres mi chica, pero si quieres puedes venir conmigo. --le sugirio, tentandola. <>. --No, gracias. --respondio, ocultando con su actitud la verguenza de haberse creido su chica. Huir era una opcion muy tentadora despues de aquella metida de pata. Estaba apenada y a la vez perturbada por experimentar aquel remolino de emociones que desperto Axxel en su cuerpo. Nunca antes habia deseado besar a nadie con tanta necesidad y desenfreno. Melanie entro de nuevo a la fiesta, seguida por el, quien seguia sin entender que habia pasado segundos antes. Para el era inaceptable que una chica lo rechazara dos veces una misma noche. <>, se impuso como un reto; uno que no pensaba perder. --Todos saben las reglas, quien deje caer la bola toma cinco cervezas y el ganador besa a la chica que este participando en el juego. --explico Tyler. --Deja de hablar tanta mierda, Ty.--ordeno Axx y saco a <>, que resulto ser una raqueta de ping-pong. Habian jugado cientos de veces, y el era uno de los mejores, pero era la primera vez que Mel seria el premio final y estaba mas que motivado a ganar. <>, juro en silencio y le guino el ojo a su premio. Ella sonrio, se acerco a Jackson Spencer --el contrincante de Axx-- y le susurro algo al oido. <>. Axxel inicio el juego y golpeo la bola sin problemas, determinado a ganarle a Jackson y ser el dueno de aquel premio tan codiciado, un beso de la rubia que le activo todos los sentidos minutos antes. <>, se quejo al no poder concentrarse en el juego sino en ella y lo cerca que estaba de Jack. --!Si! Te gane. Bebe toda la cerveza, idiota --se burlo su contrincante. --Imbecil. --murmuro Axxel y contuvo las ganas de golpearlo solo porque no queria iniciar una pelea con su princesa en medio. Se bebio los cinco vasos de cerveza como penitencia y tiro el ultimo al suelo enojado por haber perdido un sencillo juego de mesa. --Ahora si, nena. Dame mi beso --pidio Jack. <>. Melanie sonrio y se acerco con lentitud hacia el, sabia lo que hacia <>, prometio mientras se dejaba sostener por Jack. La distancia entre ellos era inexistente; estaban tan cerca que ni un papel pasaria entre los dos. Los nudillos de Axxel se pusieron blancos y ardia en celos al ver a ese par a punto de besarse. <>. --!Quiero la revancha! Si gano, ese beso sera mio. --propuso como ultima alternativa. <>. --No jodas, Axxel. Yo gane. --se quejo Jack y tomo a Melanie por las caderas. --Te dare dos billetes de los grandes por ese beso. --ofrecio. --Acepto. --respondio Jackson. <>. --!Son un par de idiotas! --grito Melanie y salio corriendo, decidida a no volver. La situacion se le escapo de las manos; habia hecho el ridiculo delante de todos y se sentia avergonzada por su reaccion de nina tonta. Se alejo lo suficiente de la casa y lloro tanto que las lagrimas le nublaron los ojos. --Genial, Mel. Tu primera vez en una fiesta y sales huyendo como una estupida. --se levanto de la arena, donde habia llorado por un buen rato y comenzo a caminar, pero no sabia hacia donde debia ir. <>. --No grites, dulzura. Disfrutaras esto, te lo prometo. --le ordeno una voz masculina. El hombre la tomo por la cintura con una mano y con la otra le cubrio la boca. Melanie no sabia quien podia ser, peroel hombre apestaba a basura. <>. El hombre la tenia inmovilizada y a su merced; podia hacer lo que quisiera con ella y no habia forma de evitarlo. Estaba aterrada y comenzo a llorar tan fuerte que su cuerpo se sacudia sin control. --!Sueltala ahora mismo, pedazo de mierda! --grito Axxel enojado. <>. La estuvo buscando por una hora y no pensaba rendirse hasta encontrarla. Por suerte llego justo a tiempo para salvarla de aquella basura humana. <>. --Ella esta conmigo ?Verdad, dulzura? --pregunto el sujeto muy cerca del rostro de Melanie. Ella no sabia que hacer, lo unico que queria era que ese hombre la dejase ir con su idiota amor. --!Sueltala ahora! --ordeno el, gritando mas fuerte. --Y si no lo hago ?Que haras, muchachito? --lo reto el aberrado sexual. <>. Aquel hombre, cuyas sucias manos tocaban a su princesa, colmo la paciencia de Axxel. No estaba dispuesto a seguir jugando su juego mientras ella temblaba y lloraba por su culpa. Corrio hacia ellos y golpeo el costado del sujeto liberando asi a Melanie. Siguio pegandole una y otra vez hasta que Mel grito que se detuviese. Axx se levanto del suelo y la vio temblando. Camino hasta ella y la abrazo para tratar de consolarla. ?Que habria pasado siel no hubiera aparecido? La sola idea le daba asco. --Ya te tengo, Mel. --susurro y le acaricio el cabello. Un dolor extrano le golpeo el pecho cuando la sostuvo; tenerla tan cerca lo hacia sentir debil. Era una mezcla de extasis yfelicidad; algo que jamas habia sentido con ninguna chica. <>. --Gracias, Axxel. Yo…no se de donde salio.--balbuceo con voz temblorosa. --!Chist! Tranquila. Estas a salvo conmigo.--aseguro sin dejar de acariciarla. --Quiero ir a casa. --pidio ella y el se alejo de su cuerpo lo suficiente para caminar hasta la casa de Mack. Antes de irse, Melanie subio a uno de los banos de la casa y se lavo el rostro hasta que se le puso rojo. Se miro al espejo y volvio a llorar sin parar; las lagrimas se convirtieron en quejidos y se deslizo hasta el suelo abrumada. --?Estas bien, Mel? --pregunto Axxel desde la puerta. --Si. Ya salgo. --respondio y se seco las lagrimas con el dorso de la mano antes de salir. <>. Subieron al Mustang GT de Axx y ella se resistia a mirarlo a la cara. Por alguna razon, se sentia avergonzada por lo que paso con aquel hombre. --Melanie ?Por que te fuiste? --ella fruncio los labios, sopeso sus opciones, que no eran muchas, y decidio decirle la verdad; no tenia nada que perder. --Odio que los chicos me traten como un objeto. Querias pagar por mi como si fuera una puta. --dijo enojada. --!Joder, Mel! No lo hice por eso... yo... Lo siento. --murmuro. --?Tu que? --pregunto ante el tono de duda que escucho en su voz

  • Perversa fantasia (El Asesino de las rubias 3) de Sebastian Listeiner

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    ?Supiste algo de Thomas y los otros? --Randy y Melody continuan haciendo trabajados administrativos en Alaska, castigados como si fueran ninos --respondio masticando bronca--; y de Thomas ni noticias. ?Crees que haya hecho alguna locura? --No lo se; ni siquiera puedo imaginar lo duro que fue todo aquello para el. --!La encontre! --vocifero haciendo saltar a Stephanie de su silla--. Al fin sabremos quien era esa mujer. --Necesitamos su nombre, direccion, antecedentes; todo. --En un segundo podre decirte hasta su crema dental favorita --respondio con una sonrisa dibujada en los labios. --Ojala pueda darme las respuestas que busco o cuanto menos guiarme hacia ellas. --No vas a creerlo, pero tenemos un problema grande como esta nacion --farfullo sin quitar los ojos de su monitor. --No me asustes, ?de que se trata? --Nuestra mujer misteriosa es Madelyn Gagnon --Imposible... --susurro mientras llevaba las manos a su rostro palido. --Esto no me gusta nada amiga; tal vez sera mejor que desistas de hacer este viaje. Si la ministro de educacion canadiense estuvo en esa subasta, significa que lidiamos con gente muy peligrosa; una red que ni siquiera podemos imaginar donde termina. --Voy a necesitar que me proporciones toda la informacion que puedas recabar de esa maldita -- insistio tragando saliva, fingiendo fortaleza. --?Sabes que es una locura, cierto? --?Tienes otra idea para llegar hasta Daisy Corvelo? --Thomas es un hombre inteligente, astuto y demente que de seguro puede arreglarselas solo -- respondio tomandola de las manos. --El haria esto y mas por cualquiera de nosotros. --No me malinterpretes --carraspeo--, sabe Dios que amo a Thomas y estare siempre a su disposicion, pero esto es muy grande; es un mundo que no conocemos. --Por eso debemos prepararnos bien, no debemos dejar ningun detalle librado al azar. Estaba aterrada. Desplomada en el sillon que adornaba la sala de comandos en el departamento de su buena amiga, simulaba que dormia mientras pensaba que la mision suicida que tenia por delante bien podria ser lo ultimo que hiciera Stephanie Turner. No podia recordar cuando fue que tomo la decision de hacer justicia por mano propia. Sin embargo, pese a su impetu soberbio y osadia caprichosa, resultaba innegable que la fuerza que la movia tenia su raigambre en algo mucho mas profundo que cualquier conviccion, en algo invisible, en esa cosa indescriptible que nos ata y nos empuja a realizar cualquier locura por mas demente que fuera; esa pulsion inmanejable que recorre las venas y la sangre y va directo, no al cerebro, sino al corazon; fiel y leal promotor de aquellas irreversibles situaciones que no tienen solucion ni sentido. Solo un sentimiento de ese calibre podia explicar o dar respuesta a los incontables e inimaginables caminos sinuosos que estaba por recorrer en soledad, apenas con la compania perpetua pero vacia de un dolor que habia hecho propio, tatuandoselo en la sangre como si fuera un juramento, un pacto indeleble con la muerte. Entrada la madrugada, bajo el monopolio absoluto del silencio alarmante, Charlotte termino la expedicion que la llevo mucho mas lejos de lo que pensaba y aunque la recompensa fue bien recibida, las consecuencias del hallazgo encendian todas las alarmas de la operacion por venir. --Si ya estabas sorprendida, espera a que te comparta lo que descubri buceando en las alcantarillas inexpugnables de Internet. --Me estas asustando. --Existe un mito, una leyenda urbana sobre una mujer misteriosa que se pasea por las calles de Canada a altas horas de la madrugada, recaudando el dinero de largas y agotadoras noches de lujuria --solto como un murmullo. --No entiendo nada lo que estas diciendo --se quejo Stephanie mientras se desperezaba. --Segun entiendo, en las calles de la capital hay un amplio catalogo de oferta sexual. --?Prostitucion, explotacion de personas? --pregunto frunciendo el ceno. --Me inclino mas por la prostitucion; pero seguramente ambas. --?Y que tiene que ver eso con la ministra? --Las muchachas deben dar el dinero de esas relaciones furtivas a sus representantes. --Cafishios querras decir --refuto vehemente. --Y esos sinverguenzas, a su vez, pasan toda la recaudacion a una mujer a la que apodan << La dama de plata >> --Sigo sin ver la conexion... --Pues, estoy casi segura que << La dama de plata >> no es otra que Madelyn Gagnon. --?Dices que la ministro de educacion canadiense pasa las noches recolectando dinero de la prostitucion? --pregunto con los ojos a punto de salirse de sus orbitas. --Y quien sabe de que otras actividades tambien --suspiro abatida, elevando las pestanas--, despues de todo, no te olvides que estaba en ese hotel donde lo que se subastaba no eran diamantes u objetos historicos. --Eran ninos y ninas, lo se. --Stephie, te lo pido por enesima vez, recapacita --suplico. --Necesito encontrar la forma de acercarme a ella. --Pide una audiencia. --No voy a entrevistarme con la ministro sino con la mujer misteriosa que dirige las miserias de la luna. --?Y como haras eso sin que te maten o algo peor? --Debo ser una mas de ese mundo. --?Acaso estas demente? --grito tan alto que las puertas parecieron temblar--. ?Piensas ir a prostituirte a un pais extranjero solo para acercarte a una mujer que bien podria no existir? --?Tienes una idea mejor? --Cualquier idea es mejor que esa --replico desaforada. --Te escucho --dijo cruzandose de brazos. --Quedate aqui y continuemos combatiendo el crimen. --Me despidieron, ?lo olvidas? --Entonces busca un empleo en un restaurante, en una cadena de ropa, como secretaria de un estudio de abogados, como maestra jardinera; ?por que no puedes hacer algo normal? --Estamos combatiendo el crimen Charlotte; solo que a otra escala. --A una escala mas alla de nuestras posibilidades --se lamento--. ?Que ocurrira si te descubren? --Ruego a Dios que eso no suceda. << Bienvenidos a la Ciudad de Ottawa >> fue la frase que la recibio en el aeropuerto internacional de Canada dando inicio a una autentica odisea. Temblorosa y al borde del colapso emocional, se subio a un taxi con destino a los suburbios, sitio donde esperaba entrar en contacto con ese mundo oscuro que se desarrollaba a plena vista al margen de la realidad. Luego de registrarse en un hotel de mala muerte, se vistio con lo mas provocativo que aguardaba en su equipaje y se dirigio a un bar donde, segun las malas lenguas, paraban a descansar las trabajadoras de la noche que alquilaban su intimidad y fingian el placer que no se compra con dinero. Copa tras copa soportaba los cotilleos inaudibles de los viejos clientes que parecian encastrarse con las mesas redondas que destilaban vulgaridad, a la vez que se regocijaban en lo malicioso de sus pensamientos cuando de tanto en tanto algun ebrio ponia de manifiesto la perversidad de sus fantasias mas retorcidas. --Cantinero, un whisky doble por favor --ordeno una mujer sentandose en la barra, con largas medias de red y una falda de jean tan corta que apenas cubria sus nalgas. Entretanto, con la frente en alto y una altaneria impropia de su repertorio, Stephanie abandono la comodidad de su mesa junto a la ventana y emulando el espejo en el que esperaba reflejarse copo el centro de la escena, ansiosa de no pasar desapercibida. --Cantinero, sirvame un Martini --ordeno mientras cruzaba las piernas ensenando la sensualidad que solia esconder en su vida rutinaria. --Enseguida senorita --respondio el barman guinandole un ojo. Pese a sus esforzados intentos por parecer una clienta mas, una habitue de las rondas nocturnas tenidas de fetiches inenarrables, su falta de tacto y gestos mas ampulosos de lo necesario la dejaban en evidencia, haciendola pasar mas por policia infiltrada que mujer de la noche. --?Acaso estas siguiendome? --pregunto aquella mujer pelirroja en medio de un callejon tenebroso. --Solo queria hablar contigo. --Te vi coqueteando en el bar; sea cual fuere tu propuesta, la respuesta es no. --Pero ni siquiera escuchaste lo que tengo para decir. --Ese es el punto --dijo mientras hurgaba en su cartera--. No perteneces a este ambiente, sal de aqui mientras puedas. --?Por que dices que no pertenezco? --En primer lugar tu acento, ?americana, cierto? --sonrio--. Y en segundo lugar eres demasiado espamentosa, poco sutil; lo que me dice que eres policia o periodista. --Soy extranjera, si --respondio--. Y estoy buscando ganarme la vida, tengo problemas economicos y ya no se que hacer. --Este es un viaje de ida; mejor prueba otra cosa --respondio mientras encendia un cigarrillo. Stephanie quedo en silencio sin saber como doblegar las intenciones de una mujer obstinada que, pese a su distancia, la estaba protegiendo de un monstruo mas grande que la inmensidad de la noche misma. --?Cindy por que no estas trabajando? --pregunto un hombre de mediana edad con la camisa desabrochada, ensenando sus pectorales-- Estas haciendome perder dinero. --Estaba teniendo una conversacion con una amiga --se excuso con la mirada hacia abajo. --?Acaso esa conversacion va a volvernos millonarios? --pregunto mordaz. --Disculpe senor, yo solo... Una bofetada furiosa fue lo que Stephanie recibio por pretender hablar cuando no le era permitido. --Quiere trabajar para ti --se apuro la pelirroja intentando calmar las aguas. --?Es eso cierto? --pregunto fingiendo simpatia. --Ya no estoy segura --respondio Stephanie acariciando su mejilla adolorida. --?De donde eres preciosa? --Norteamerica --respondio timidamente. --Ya veo --susurro mientras la rodeaba con la mirada--. Seras una estrella por aqui, ya puedo sentir el dulce candor de los billetes en mis manos.

  • Un principe a mis 30 de Myrian Gonzalez Britos

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    Erase una vez… Valentina Gonzalez no creia en los finales felices y mucho menos ahora que estaba a punto de cumplir sus treinta anos. La muerte de su madre habia dejado un enorme vacio en su corazon. La pena y la desesperanza tendian a crecer cada dia mas y mas en su interior. ?El destino se apiadara de ella? Jonas Muller habia huido de su pais tras pillar a su hermano y su prometida en la cama. Nada tenia sentido para el triste vikingo, hasta que llego a Somo, y conocio a Valentina, la princesa que vivia encerrada en una libreria. ?Podrian dos almas rotas escribir una linda historia de amor?

  • Invierno en Madrid de C. J. Sansom

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    Inolvidable, irresistible e imprescindible, Invierno en Madrid es una novela de amor y espionaje que trata sobre la dificultad de elegir bien en un momento marcado por la guerra.

  • Oh la la!: ?Quien es ese bombon? de Phavy Prieto

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    Olivia ama a su abuela.

  • Cosas que nunca dijimos de Nick Alexander

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    Todo el amor que ella le dio, todos los secretos que no le conto

  • No todos los gatos son pardos de M. J. Fernandez

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    Un solo silbido corto y seco fue suficiente para segar la vida de Augusto, que cayo de bruces sobre el suelo de su elegante cocina. La oscura y fria noche riojana se trago el apagado ruido del disparo, y le permitio a Dilan detenerse para comprobar que habia cumplido su mision. El demonio estaba muerto. Un charco se extendio sobre el granito, y el olor a sangre inundo las fosas nasales del asesino. --!Hazlo! --?Para que? --!Debes hacerlo! --No quiero. --!Ahora! Dilan dejo la pistola sobre la mesa con el canon todavia humeante y cogio uno de los cuchillos que reposaban en su base de madera. Se decidio por uno pequeno y afilado como una navaja, se agacho junto al cuerpo y comenzo su tarea. Su mano temblaba mientras trazaba las lineas en la espalda del cadaver. Un nudo atenazo su estomago. El charco de sangre se extendio hasta manchar la suela de sus zapatos. Disparar fue facil. Un solo movimiento del dedo y todo termino, pero aquello... --?Por que te detienes? --No puedo, no quiero. --!Hazlo! El asesino limpio el sudor de su frente con la manga y continuo su macabra tarea. Luego solto el cuchillo y se incorporo. Antes de marcharse, recogio la pistola y la guardo en su bolsillo. --Ya esta. Dilan se alejo del cuerpo de Augusto, y sus huellas plasmaron su recorrido hasta la puerta. El viento frio de diciembre lo azoto en cuanto traspaso el umbral. Lleno sus pulmones de aire, y con las manos enguantadas en los bolsillos de la chaqueta, se alejo del chale a paso apresurado. Capitulo 02 El dia no comenzo bien para Salazar. Sentado frente al comisario, escuchaba resignado sus gritos, mientras hacia lo posible por mantener la compostura. --?Por una vez no podias quedarte quietecito? --?Y dejar que me machaquen? !Tengo derecho a defenderme! --No en este caso --argumento Ortiz--. Nestor, no se si eres consciente de la gravedad de este asunto. Si tratas de involucrarte, te acusaran de obstruccion. El inspector resoplo como un toro a punto de embestir. --Asi que debo quedarme de brazos cruzados, mientras esa bruja destruye mi carrera y quien sabe si hasta consigue enviarme a la carcel. ?De que lado estas tu? Ortiz fruncio el ceno y echo la cabeza hacia atras. --!Del tuyo, por supuesto! ?Como se te ocurre dudarlo? No voy a dejarte en la estacada, pero tienes que confiar en mi. No es un asunto que puedas investigar tu mismo. !No tendria ni que explicartelo! --Asi soy yo. Un poco lento en comprender cuando alguien quiere arruinarme la vida, y mi propio hermano me dice que me haga a un lado. --Hay que ver que eres cabezon cuando te lo propones. --Es rasgo de familia, que le voy a hacer. Ortiz adopto el tono que usaba con sus hijos cuando estaban a punto de colmarle la paciencia. --Escuchame, Nestor. Hare todo lo posible por demostrar tu inocencia, pero es algo que debes dejar en mis manos. Comprende que si interrogas a los testigos o buscas evidencias en este caso arruinaras su validez ante el juez, porque entonces la parte acusadora podra argumentar que hubo manipulacion de las pruebas. El inspector busco en su cabeza un argumento para rebatir a su hermano, pero sus neuronas no estaban por la labor. !Para una vez que las necesitaba! Salazar torcio la boca y dejo escapar el aire.--Vale, supongo que tienes razon. --!Por supuesto que la tengo! Tienes que mantenerte al margen de este asunto. Deja que yo me ocupe. --?Que piensas hacer? --Le asignare la investigacion a Remigio. Nestor lo penso por un momento, luego asintio. --Remigio. Esta bien. Es un buen investigador. --?Me prometes que no vas a intervenir? --!Palabra de boy scout! --Tu nunca fuiste scout. --Pues por eso mismo. --Nestor... --insistio Santiago en tono de advertencia. Salazar adopto una actitud de martir, que tenia bien ensayada con Paca. --Es lo mejor que puedo ofrecerte. Hare lo posible por no interferir en un caso que puede destrozarme la vida y que dejare en manos de terceros, con la esperanza de que le pongan suficiente empeno para sacarme del atolladero, mientras yo solo observo impotente desde la distancia. --Deja el melodrama. Sabes que haremos lo posible por salvarte el... --!No es necesario que lo digas! Ya lo se, pero que quieres, nada es mas seguro que arremangarse y ocuparse uno mismo. Ortiz fruncio el ceno. --Pues en esta ocasion, sera mejor que dejes tus mangas donde estan. Y te advierto algo mas: a la inspectora Araujo ni te le acerques. Solo nos falta que la lies con alguna de tus <>, y que se tome tu acusacion como algo personal. Salazar se llevo una mano al pecho con aire dramatico. --?Me crees capaz de hacer algo que pueda molestar a esa arpia que solo hace su trabajo, el cual consiste en arruinarme la vida? Me ofendes. --Estas advertido --dijo el comisario, al mismo tiempo que senalaba a Nestor con el indice. Salazar suspiro con aire de incomprendido y se disponia a responder, cuando el timbre del telefono de la oficina interrumpio la discusion. Ortiz respondio y despues de un dialogo muy corto, le dio las gracias a Lali y colgo. --Esta manana encontraron un cadaver en un chale de Santo Domingo de la Calzada. Al parecer, ya tienes un buen motivo para arremangarte. Capitulo 03 Con la cabeza todavia en su propio problema, Nestor salio del despacho del comisario. Se detuvo un momento frente al escritorio de Lali, y le pidio que le avisara a su nuevo companero que se reuniera con el en la escena del crimen. Veinticinco minutos despues, el inspector llegaba al lugar de los hechos. El barrio estaba bastante apartado, y consistia en media docena de chales de lujo cercanos entre si, pero alejados de todo lo demas. Cuando Salazar llego a su destino, lo recibio el frio. Despues de comprobar que los chicos de Cientifica ya escudrinaban los rincones, el inspector se detuvo junto a la puerta de entrada. Uno de los tecnicos se ocupaba de la cerradura. El perito alzo la cabeza cuando vio al policia y le dijo lo que queria saber sin esperar a que le preguntara. --La cerradura esta intacta. Nadie la forzo. Tres cuartos de lo mismo con las ventanas. --Asi que el asesino tenia llave. El agente asintio. --O le abrieron la puerta. Salazar le dio las gracias al experto y entro al chale. Lo primero que vio fue una serie de cintas que formaban un pasillo artificial para proteger una hilera de huellas de zapatos que el homicida dejo en su huida. Bien. Un criminal descuidado facilitaria la resolucion del caso. En cuanto el inspector llego a la cocina, lo alcanzo el olor metalico de la sangre y se encontro con un escenario dantesco. El cadaver estaba tendido de bruces en el suelo sobre un charco de sangre. Se trataba de un hombre en la cincuentena. En la espalda se podia ver el agujero de entrada que dejo el proyectil, y algo mas... Ya el juez y el forense se habian puesto manos a la obra. El doctor Molina estudiaba el cuerpo, mientras Aristigueta tomaba notas. Ambos centraron la mirada en Nestor en cuanto llego. El juez fue el primero en hablar. --Bienvenido, inspector. Me alegra que le asignaran este caso. --Gracias, senor. ?Puede decirme quien era la victima? --Augusto Soler, cincuenta y seis anos y abogado de profesion. Era muy exitoso. --?Tenia familia? --Viudo y con tres hijos. Dos adultos y una adolescente. --?Vivian aqui? ?Hay algun testigo? --Los mayores son independientes. Ya les avisamos. La hija menor si vivia con su padre, pero la asistenta nos informo que la joven se marcho ayer por la tarde para dormir en casa de una amiga. --Es un alivio --reconocio Nestor--. Es posible que gracias a ello no estemos ante un doble homicidio. ?Que puedes decirme tu, Javier? El forense resoplo antes de responder. --Un disparo por la espalda a corta distancia, con un arma de alto calibre. Ya imaginaras el destrozo, pero lo mas extrano es este trazo alrededor del orificio de entrada. Lo hicieron con un cuchillo. --Un pentaculo. !Maldicion! Espero que no nos encontremos frente a un crimen ritual. ?A que hora lo asesinaron? --Hacia la medianoche. --Mal asunto. ?Quien encontro el cadaver? --La asistenta. Su nombre es Antonia Valdez --respondio el juez--. Sus gritos atrajeron a los vecinos y uno de ellos fue quien nos llamo. --?Donde esta ahora? --Despues del susto que se llevo, una vecina ofrecio recibirla en su casa hasta que se le permita marcharse.

  • Quedate este dia y esta noche conmigo de Belen Gopegui

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  • Matar cabrones de Fernando Mansilla

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    Matar cabrones es la novela postuma de Fernando Mansilla, artista por excelencia de la escena independiente sevillana. A su legado en musica, teatro y literatura, anade esta brutal novela en la que estaba trabajando en el momento de su fallecimiento.

  • El caballero que cayo al mar de H.c. Lewis

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    Desde Robinson Crusoe hasta el naufrago de Garcia Marquez, la literatura esta poblada de personajes que deben sobreponerse a la zozobra de un barco. Pero es probable que no haya otro como Henry Preston Standish -el inolvidable caballero de esta novela-, quien cae al agua por obra y gracia de un paso desafortunado. Mientras el Arabella se pierde en el horizonte, y sin balsa ni isla a la vista, este hombre tiene que afrontar una situacion inesperada: esta solo contra el mar. Con magistral sencillez, Herbert Clyde Lewis lleva el relato a una dimension filosofica: ?que salvar de una vida? El caballero que cayo al mar es una obra maestra que el exceso de oferta del mundo editorial (no el exceso de obras maestras) mantuvo hasta hoy en el olvido. Con esta primera traduccion al castellano, celebramos su rescate.

  • El hombre que caminaba solo de Claudio Hernandez

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    Un pasado turbio. Maria Angels esta postrada en una silla de ruedas y no puede quitarse de la cabeza el recuerdo de la cara de su hija, emergiendo del agua; tomando aire. Una cara que desdibujaba todos los rostros del espanto; sus ojos abiertos. Su boca en una O perfecta gritando a voz en vivo que la ayudaran. Sin embargo, se ahogo. Emilio, su pareja, se tiro al agua, pero solo pudo salvar a su propia hija; Aina. Desde entonces, cada dia que amanece es un calvario y cada noche que acecha es un vomito. Treinta anos despues, en Amer, cuando caen las primeras castanas de los castanos, vienen los asesinatos. Emilio descubre varios dedos adoptando una forma estrangulada, que emergen de unas hojas secas. Los dedos muestran un color purpureo y el hombre que caminaba solo, desde siempre, coge el telefono movil y avisa a la Policia Local. Cuando el coche patrulla con sus brillantes luces azules destellando entre las ramas de los arboles llega, Emilio no recuerda nada. El Alzheimer se le presenta en cualquier momento, pero cuando esta lucido, regresa el perfil intelecto de su profesion, la psiquiatria, de la que ya no ejerce. Unas horas mas tarde, cuando el juez forense levanta el cadaver, descubre que se trata de su hija Aina. Enloquece y sospecha de su hijo; al que abandono treinta anos atras. Sin embargo, las huellas y el ADN encontrado en el cuerpo de su hija, son de si misma. Y las muertes se suceden alrededor de su familia y todas las sospechas conducen a su hija muerta. Entonces el inspector de Policia Andres, de pocos modales y gran vicio por el tabaco, toma el relevo de la investigacion con su peculiar astucia. Y no es casualidad que el inspector Andres este alli.

  • El amor de Heronimo de Cristo Alcala

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    Heronimo Mon.Duenos absoluto, de las Metalurgicas mas grandes del mundo.El rey del acero.Nuestro querido, jefe de los jefes.Ya no hay 4 reglas.Tampoco, femina de turno.?Que ocurre, cuando el futuro choca con el pasado?Porque Heronimo, nuestro senor oscuro libera sus miedos y demonios.Arriba de un ring.El desenlace, de su entrega.Y nuestra historia de amor.Sensual y sexualmente directa.Vas a reir.Vas a llorar.Te vas a emocionar.?Mencione, que vas a reir mucho?Y vas a descubrir, la fuerza y el amor de unas flechas rosas pintadas en lapiz rosa.Segunda y final entrega, de la novela mas linda del mundo.

  • Y donde tu seas, yo sere (Samsari 2) de Mia Martin

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    Segunda entrega de la trilogia <>, iniciada con Di mi nombre.

  • Invierno en Primavera de

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    Jeyne y Carlos son dos jovenes que intentan ingresar a la Universidad a estudiar literatura, pero la conducta discriminada de parte de una maestra hara desistir las ganas de Jeyne en seguir estudiando.
    Ante ello, Carlos intenta motivar a su amiga, pero el ”infortunio” de Jeyne de saberse embarazada de su novio causa el desprecio y el rechazo total de su familia, llevandola a tomar una terrible decision que marcara para siempre la vida de su amigo.
    Una historia romantica mezclada con el dramatismo, ambientada por el paisaje nocturno del ambiente universitario.
    Una llovizna y un muelle como escenario, haran que el lector quede atrapado desde la primera frase.

  • El Precio de una venganza (Bdb), Victoria Magno de Victoria Magno

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  • Las recetas de la dieta del metabolismo acelerado (Coleccion Vital), Haylie Pomroy [PDF] de Haylie Pomroy

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  • Sin aliento de Kimberly Raye

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    Tack Brandon se marcho de su pueblo dejando atras familia, amigos… y a Annie, la chica a la que habia hecho mujer. Pero ahora habia vuelto a casa. Y Annie se habia convertido en la criatura mas espectacular que habia visto… una mujer de la que Tack no podia alejarse por segunda vez.

  • Vengare tu muerte de Carme Riera

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  • Cancion de las Tierras Altas de Tanya Anne Crosby

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    Gavin Mac Brodie teme convertirse en el hombre que era su padre. El chico se atiene al voto de castidad y jura no casarse jamas, llevado por la soledad y las visiones de lo que nunca sera y nunca podra tener. Sin embargo, el soltero de oro de los Brodie esta a punto de encontrarse con un poco de magia de las Tierras Altas…

  • Mariposas en tu estomago (Cuarta entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.

  • Nevermoor. Las pruebas de Morrigan Crow de Jessica Townsend

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    Morrigan es una nina ocurrente y carismatica con unos horribles padres que no le hacen ningun caso. Aunque eso no es lo peor, porque arrastra una maldicion que la condena a morir antes de cumplir los once anos. Pero eso no va a ocurrir puesto que la vigilia de su decimo primer cumpleanos alguien la secuestra y se la lleva a Nevermoor (un Londres paralelo), donde debera superar cuatro pruebas si quiere estar entre los elegidos. El problema es que ya no podra regresar jamas ya que solo escapa a la muerte si se queda en Nevernoor.

  • El Hombre Sentado en el Pasillo de Marguerite Duras

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    Con la mirada indiscreta de la cineasta que tambien es, a la vez distante y comprometida en la accion, Marguerite Duras se las ingenia para sorprender a ese hombre sentado en el pasillo oscuro y a esa mujer acostada al sol en sus desgarrados encuentros amorosos, que se desarrollan en un apoteosico escenario romantico. De esta incursion de voyeur, de <> descarada, en la actividad sexual de una pareja a la que ve, cree ver o imagina, obtendremos una pequena pero no menos soberbia obra maestra del genero.

  • La hermana perla (Las Siete Hermanas 4) de Lucinda Riley

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    La hermana perla es el cuarto volumen de la emocionante saga de Lucinda Riley <>, una serie de novelas basada en la mitologia griega y en la astrologia que enamorara a sus lectoras.

  • Oculta en las tinieblas (Canada 2) de Mariah Evans

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    Taylor y Sandra dejaron un asunto amoroso pendiente cuando iban al instituto. El Pentagono recluto por sorpresa a un joven Taylor, que no tuvo ni la opcion de despedirse de ella.
    Quince anos despues Taylor vuelve a su pueblo natal, donde un encuentro casual, con la mujer que jamas ha podido olvidar, le hara ser consciente de que aun sigue enamorado de ella. Sandra, dolida por la forma en la que el se marcho, lo rechazara continuamente, aunque en el fondo aun sienta algo por el.
    Un medallon antiguo capaz de desatar el caos mas absoluto es codiciado tanto por lobos como por brujas y hara que se inicie una guerra a tres bandos. Sandra, anticuaria de profesion, no tiene ni idea de que el medallon se encuentra entre las reliquias que conserva en su pequena tienda de antiguedades. Taylor y su equipo tendran que hacerse con ese medallon antes que nadie, por el bien de la humanidad.
    ?Podra el equipo hacer frente a lobos y brujas a la vez??Podran proteger el medallon y evitar que caiga en malas manos? Y Taylor, entre tanto lio, ?podra ganarse de nuevo el corazon de Sandra?

  • Mentiras peligrosas de Becca Fitzpatrick

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  • Para siempre de Amaya Felices

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    La nieve caia pesada, amontonandose sobre las lapidas. La fantasmal luna de invierno tocaba con sus palidos rayos los copos estrellados, haciendolos brillar como si fueran el halito que se escapaba de los labios del hombre que, de rodillas, lloraba ante una tumba. Su abrigo, negro y largo, medio cubierto por la ausencia de color que imperaba en el paisaje, bajaba como una pesada mortaja desde sus anchos hombros hasta tocar el suelo, abrazando a aquella tierra que cubria a los muertos. Su rostro estaba inclinado contra el suelo y unos agujeros en la nieve, provocados por el calido fluido vital que destilaban sus ojos, evidenciaban tanto o mas que sus hombros agarrotados el dolor que lo recorria. En la piedra que coronaba la sepultura, el manto blanco tan solo dejaba ver un nombre y el inicio de una fecha: Maria... 19...; asi como el esbozo tallado de los rasgos de lo que debio de ser una joven hermosa. En las sombras de la noche, en el cementerio de aquel pequeno pueblo espanol medio olvidado por sus habitantes, la mujer que portaba un ramo de rosas no vio al hombre que sufria en su homenaje silencioso. Ocupada con sus propios pensamientos e intentando localizar una estela en concreto, no se dio cuenta de la inmovil figura arrodillada hasta que choco contra ella. Sacudida de repente de sus recuerdos, se mordio los labios para callar la maldicion que pugnaba por escaparse de estos. --?Lo siento? ?Le he hecho dano? --se intereso algo preocupada. Una cabeza de cortos y rizados cabellos negros se alzo hacia ella, unos ojos de un tono tan oscuro como el dolor con el que la miraban la dejaron casi sin aliento. No se lo esperaba. --?Eres real? --susurro el. Su voz era profunda y habia algo, aparte de la oscura influencia del lugar en el que estaban, que hizo que la mujer se estremeciera, como si el desconocido no perteneciera a este mundo. --?Que? --se sorprendio la mujer. Era la noche de todos los Santos, de acuerdo, pero ella, con su moderno corte de pelo rubio, su abrigo rojo y sus zapatos negros de tacon no tenia aspecto de no ser de carne y hueso. Siempre le habian dicho que era una mujer de aspecto fragil mas nunca la habian confundido antes con una aparicion. Si es que era eso lo que le acababan de preguntar. --Perdone... --comenzo a levantarse el--, me ha sobresaltado apareciendo asi, como de la nada. --Se sacudio la nieve de los vaqueros y la miro. Los huecos de sus lagrimas habian quedado cubiertos de blanco--. Sobre todo ahora que acababa de invocarla... --murmuro en voz baja las ultimas palabras. --?Disculpe? --Nada, cosas mias --esbozo una sonrisa triste--. ?Busca a alguien? Quiza pueda ayudarla. La chica de cabellos claros se lo quedo mirando, con un dedo dubitativo en su barbilla, como si estuviera intentando dilucidar si era cuerdo entablar una conversacion con un extrano mas alla de la medianoche. Estuvo a punto de decirle que no pero, por mas que no consiguiera acordarse de que, era como si lo conociera de algo. Sacudio la cabeza para librarse de semejantes ideas y decidio que podia confiar en que no iba a intentar robarle. --Se que no son horas, pero he llegado hace poco al pueblo y no queria irme a dormir sin visitar su tumba. --?Senorita? --pregunto dubitativo y continuo ante el cabeceo afirmativo de esta--, imagino que usted tiene muy claro a quien se refiere pero me temo que si no me dice algo mas no voy a poder ayudarla. La mujer se sonrojo ante la torpe omision que acababa de cometer. Fue refrescante para ella pues no solia hacerlo, no desde hacia mucho. --Mi abuela, la tumba de mi abuela. Mis padres y yo nos mudamos a Francia y no habia estado aqui desde que era nina. O al menos desde que ella... --su voz se apago hasta convertirse en un susurro. Pero el hombre, si bien recogio esa nota quebrada, se quedo con el dato de Francia. Lo asimilo, haciendolo encajar con el acento que acompanaba a la manera musical en que ella hablaba. Si no fuera porque sabia que era imposible al verla ante el, con esos mismos rasgos a los que habia suplicado, maldecido y pedido perdon una y otra vez, juraria que el fantasma de su amada se habia hecho carne en esa noche donde los espiritus eran mas fuertes. Si no fuera posible... creeria que estaba otra vez viendo su delicado rostro. Y mientras el hombre intentaba no pensar en ello, en el breve silencio que habia caido entre los dos, la mujer habia olvidado por unos instantes sus propios problemas, atraida como la luz a un agujero negro por la profundidad que percibia bullendo tras los intensos ojos de aquel extrano. (?Habia estado llorando? No es que hoy en dia eso fuera algo tan raro como antano, pero aun asi ella no podia evitar desear saber la respuesta a que podia haberle hecho tanto dano. Y no deberia, pues la vida le habia ensenado a no interesarse por nadie). Al final, la voz masculina rompio el silencio, con fuerza, como obligandoles a ambos a recordar donde estaban. --Si me dice la fecha de la muerte, podemos intentar buscarla. El cementerio no es pequeno pero ha ido creciendo de manera radial, con lo que no creo que sea muy dificil hallarla. --Mire, esto es una locura. --La mujer solto una risa nerviosa, como si se lo hubiera pensado mejor--. Mejor me voy y vuelvo manana. Le otorgo una sonrisa simpatica y comenzo a girarse. --Espere, ni siquiera se su nombre. --Agarro la manga de su abrigo; fuera ella o no, no queria que se marchara. Ella lo miro algo preocupada y tiro para soltarse. A continuacion echo a andar a paso vivo hacia la salida del cementerio. Cambio de opinion a medio camino, atraida como se sentia por ese extrano que parecia recordarle a alguien y se paro un instante, justo el necesario para responderle. --Maria, me llamo Maria. La brisa que se levanto con sus palabras ahogo el eco de sus pisadas. La nieve comenzo a arremolinarse con fuerza y el hombre se giro otra vez hacia la lapida que habia ido a visitar. Sus labios se abrieron y pronunciaron su nombre (Maria...) con la devocion de un rezo, la rabia de una maldicion y la certeza del que se sabe condenado. Bajo sus pies, quedaron aplastados los huecos que sus anteriores lagrimas habian horadado en el blanco suelo. Y los recuerdos fluyeron otra vez, reanimados por ese delicado rostro, sumergiendole en la oscuridad de otra noche de todos los Santos, una acaecida tiempo atras. --Vamos, date prisa --apremio en voz baja el joven a la muchacha que se estaba escabullendo por el jardin de la casona de sus padres. --Shhh, que nos van a oir. Maria acabo de cruzar sendero que la separaba de su amado, entreabrio la puerta de la verja y salio al camino. Mientras esta se cerraba a sus espaldas con un ruido metalico, ella se abrazo a Pedro, dejando caer el hatillo que llevaba entre las manos. --Has venido... --Te lo habia prometido, como no iba a venir si no deseo mas que pasar el resto de mi vida a tu lado. --Vas a perder tu trabajo por fugarte conmigo. --Y tu, tu herencia y tu posicion. --La tomo con dulzura de los hombros y la separo un poco de si, no porque lo deseara sino para poder ver sus ojos, esos enormes ojos verdes de hechicera--. Perdoname por preguntarte otra vez, no es mi intencion dudar de ti, pero necesito recordarte que todavia estas a tiempo: ?seguro que quieres continuar? --Si, Pedro, si que quiero. Y vayamonos antes de que las criadas o los hombres de mi padre se den cuenta de que pasa algo. Los ojos de el se iluminaron de alegria. No habia podido evitar contener el aliento, ni aun en el impetuoso ardor de la juventud concebia que la bella Maria fuera a abandonarlo todo para ser su esposa. Se casarian en ano nuevo, el mismo dia en el que estaba planeada la boda de su amada con otro hombre, uno con varias haciendas. Acerco los labios a los de ella para robarle un beso, no por breve menos apasionado y, tras ayudarla a subir a la grupa de su caballo, emprendieron ambos el camino hacia su nueva vida. El problema llego con la madrugada y los lobos. Se acercaron raudos, silenciosos, sin avisar; como sombras oscuras entre los copos de nieve que conseguian atravesar los arboles. Los amantes, que habia tomado el camino del bosque, se habian parado a descansar en un claro tras considerar que ya estaban lo suficientemente lejos del pueblo. Pese al frio, estaban tapados con mantas. La nevada y el miedo a ser detectados habian impedido que encendieran un fuego. Y cuando llegaron las bestias, la espada de Pedro no fue suficiente: el fue herido pero ella... ella cayo con una fea mordedura en el vientre, una que el no pudo impedir por mas que intento colocarse entre los lobos y su prometida. Corrio la sangre, animal y humana. El invierno estaba siendo especialmente frio y los lobos estaban debilitados por el hambre pero aun asi eran tres y Pedro, por muy buen espadachin que fuera, solo uno. Cuando la loba consiguio rodear su acero y alcanzar a Maria, apoyada asustada contra el tronco de un arbol, el, en medio de un alarido salvaje, dejo su espalda descubierta para socorrerla. Acabo con la bestia en medio de un arrebato de desesperada furia; los otros lobos aprovecharon para herirlo por detras. Despues, ignorando el dolor, se giro para seguir luchando por sus vidas, cuando todo lo que deseaba era comprobar si la herida de Maria era tan mala como le habia parecido. Pasaron interminables minutos hasta que acabo con el ultimo de sus enemigos y pudo inclinarse sobre esta. El mordisco era terrible, una boca sangrante abierta en su vientre. Y ella habia perdido ya tantas fuerzas... Rasgo el hatillo que la mujer habia portado y la tela blanca del vestido que habia dentro, un trozo de la cual uso para presionar la herida. Petalos rojos brotaron en la tela, expandiendose, como burlandose del invierno, de la fria inmutabilidad que seguia cayendo del cielo. --Aguanta, Maria, aguanta. No puedes dejarme.

  • Relatos ‘Segundas Oportunidades de Becca Berger

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    Gracias a ti que tienes el libro en tus manos, y le das una oportunidad a estas historias cortas. Espero que las disfrutes, y pases un momento agradable. Gracias a cada una de mis queridas Abogadas del Demonio, cada dia es un placer hablar con ustedes, conocer un poco mas de cada una, aunque en ocasiones quieran matarme. Las aprecio mucho, y espero que disfruten este libro. Clara (Socia), por el apoyo y soportarme durante todo el proceso de este libro, y las historias que pasan por mi cabeza. Cada una de ellas no podria ser posibles sin ti, nunca me cansare de agradecerte y molestarte. Y sobre todo porque tu y Mery le dieron las alas a estas historias que hoy seguirian siendo anonimas. Gracias Mery por los consejos, paciencia y apoyo que me das todos los dias, espero pronto tener tu libro entre mis manos, te adoro, y siempre estare ahi para ti. Gracias Nicotina (Majo Suazo) por tu sinceridad y amistad. Ange por hacer un trabajo expres con la historia, y dedicarle tantas horas para pulir cada uno de los relatos, muchas gracias. Y espero pronto vernos en Chile. Elizabeth Michel, MJ Daniels, Clara Hernandez y Annie Hernandez de Flores por tomarse el tiempo para leer y compartir conmigo sus comentarios y observaciones. Caro y Magaly por estar siempre ahi y apoyarme a cada paso que doy, las quiero infinitamente. Mosqueteras para siempre. Gracias Aide por tu amistad y las locuras que hemos vivido. A mi familia por apoyarme en cada paso que doy, sin ellos jamas habria podido. Los amo, gracias una y otra vez. Este va en especial para mi Papa por ser quien siempre esta ahi no importa si esta cansado o fue un mal dia, gracias por escucharme en todo momento y apoyar cada paso que doy, te amo. A todas las personas que me han apoyado en este largo camino son tantas que no quiero dejar a ninguna afuera, pero si por algun motivo olvido mencionar a alguien, pido una disculpa, los llevo siempre en mi corazon, y tiene mi permiso de jalarme las orejas. Lidiane Gomes. Izamari de Chaos Angeles gracias por tu apoyo y compartir a nuestro querido Acheron, Viri Villareal gracias por el apoyo y ser tan genial, Annie de Trance de Letras no tengo palabras para agradecerte. Eli de Adictabooks !Muchas gracias!, Guadalupe de Suenos entre paginas, Dai Alvarado de Viviendo dentro de las paginas siempre te estare agradecida. Prima (Ale) por tu sinceridad y esencia, Distrito 12 (Romi, Osita, Ale, Jols, Victor, Roman, Beto y Amo x Mexico) por ser tan especiales y unicos. Gracias por su amistad y apoyo: Anabelle, Janira, Laura, Amafle, Yerleris, Karina Pasos, Miriam beffa, Edith Vazquez, Mary Salazar, Tamis, Brenda, Yess, Ilse, Ainhoa, Valentina, Liliana, Pau Lopez, Annie, Athiziri, Bertha, Fabiana, Gabriela, Gerina, Jenny, Laura, Lupita, Malle, Miguelina, Pato, Saibel, Sandy, Sofia, Vero, Dianna, Silvia, Kath, Gaby, Abigail, Cili, Isabel, Sonia, Iliana, Iris Castillo, Yorl, Niyireth, Majo y Pilar muchas gracias, este libro es para cada una de ustedes. Las quiero. Mas alla del divorcio Con un suspiro, Clara miro su reloj. Unos minutos mas y se iria de aquel lugar. No entendia por que le habia dicho a sus companeras de la oficina que iria si sabia que no estaria a gusto en aquella fiesta. Con una triste sonrisa recordo otra epoca en su vida en la que hubiera disfrutado de estar junto a su esposo, bailando y disfrutando del momento. Nego con la cabeza y se regano por pensar en el. Aunque lo negara, sabia que jamas habria otro hombre en su vida. Algunos la invitaron a salir, pero nunca aceptaba sus invitaciones, el solo imaginar que alguien mas la tocara o besara hacia que quisiera salir corriendo y que su corazon se retorciera de dolor ya que solo despertaban en ella dolorosos recuerdos. Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no noto que la entrada de un misterioso y atractivo extranjero atrajo la atencion de todas las personas. Era mas alto que todos los hombres en la sala, con cabello oscuro y facciones marcadas que le daban un aura peligrosa. Alexander en cuanto entro, la localizo. Se encontraba en un rincon apartada de todos. Tuvo que contenerse para no ir corriendo hacia ella y besarla como habia sonado todas esas largas noches solitarias; en cambio, camino lentamente mientras disfrutaba de la vista. Vio a Eduardo, uno de los companeros de trabajo de su esposa que se habia atrevido a invitarla a salir. Apreto los punos y tuvo que contenerse de no ir y estamparlo contra la pared, asi todos sabrian que Clara era suya y lo que podria pasarles si se atrevian a buscar algo mas con ella. Fruncio el ceno y sacudio ligeramente la cabeza para calmarse, se recordo que pronto estaria con el de nuevo y eso hizo que se tranquilizara y concentrara en su mujer y la reaccion que tendria cuando lo viera. Habia decidido darle tiempo cuando se dio cuenta que ella huyo de Atenas. Sabia que fue injusto el pensar que con tan solo dieciocho anos se acostumbraria a su estilo de vida, y su familia no le habia facilitado las cosas. Fue un duro golpe el firmar los papeles de divorcio, pero para el, Clara seguia siendo su mujer y era hora que ella ocupara ese lugar. Cuando estaba a solo unos pasos de ella, una mesera aparecio a su lado y le ofrecio una copa de Champagne, el le contesto con un simple gracias sin apartar la mirada de su objetivo. Clara reconocio esa voz a la distancia, y un escalofrio recorrio su piel. Se giro lentamente a medida que sus palabras lograban penetrar en su cerebro una y otra vez, mientras rogaba que no fuera Alexander. El mundo parecia haberse quedado suspendido en el aire, casi no podia respirar. Al verlo, solo pudo quedarse en silencio mientras sus mejillas perdian el color de golpe. Pasaron mas de cinco anos desde la ultima vez que lo vio, cuando firmaron los papeles de divorcio. Un dolor casi insoportable que habia logrado dormir por meses resurgio con tal intensidad que le costaba respirar, sabia que si no se movia sus piernas fallarian en cualquier momento. Se encontraba en estado de shock. No podia creer que estuviera ahi. El debio sentir su turbacion porque le ofrecio aquella sonrisa que era solo para ella, llena de ternura, y una mirada perversa y divertida. Todo alrededor se paralizo. Clara tuvo que luchar para ocultar el dolor en su mirada e intento poner cierta distancia retrocediendo. Pero Alexander tenia otras intenciones. Camino hacia ella con la elegancia de un puma acechando a su presa. --Hola, Clara. ?Pensabas irte sin saludar a tu esposo? --dijo con voz ronca, recorriendo con avidez cada una de sus delicadas facciones, disfrutando mirar aquellos hermosos ojos color ambar. --Alex… ?Que haces en Guadalajara? --tartamudeo nerviosa, sin saber que decir. --He venido por algo que me pertenece. --Algo en su voz y tono ligero hizo que se estremeciera. No la enganaba, detras de aquel aspecto indiferente podia sentirlo tan tenso como ella. --Entonces, te deseo suerte en tu busqueda. Si me disculpas, me tengo que ir. --Sin esperar respuesta se dio la vuelta y se alejo de el, pero Alexander fue mas rapido y le paso un brazo por la cintura. Intento separarse, pero el apreto su agarre y le susurro al oido. --A menos que quieras hacer un escandalo frente tus companeros, vendras conmigo y hablaremos en un lugar mas tranquilo, Agapi Mou. --No me llames asi --siseo molesta, pero fingiendo una sonrisa. Que la llamara asi como en los dias mas felices que compartieron fue como echarle sal a la herida. Sabia que estaban llamando la atencion de los invitados y no queria que su jefa se acercara a ellos, no queria ver como trataria de conquistar a su ex-esposo--. Tu amor es Atenea. --No pudo evitar que su voz sonara dolida y llena de resentimiento. --No juegues con mi paciencia, pequena. Antes de que pudiera decir nada mas, el bajo sus labios y la beso. Fue un golpe demoledor. Ella se resistio por unos segundos, pero sin darse cuenta envolvio los brazos alrededor de su cuello y se pego a el. Clara no queria que esto pasara, pero su cuerpo no escuchaba. Bastaba un simple roce de Alexander para que perdiera el control y se dejara llevar. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se separo y se llevo una mano a los labios. --No vuelvas a tocarme, Alexander. Hace mucho perdiste el derecho de hacerlo --solto con amargura. --?Y de quien fue la culpa? ?Quien huyo de su casa a medianoche sin avisar? --exploto cuando ella solo lo miraba con resentimiento.

  • Escape Room de Chris Mcgeorge

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    Una habitacion. Un cuerpo. Cinco sospechosos. Tres horas para encontrar al asesino.

  • Libre te quiero de Jorge M. Reverte

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    Manolo y Yolanda, dos jovenes humildes en busca de su lugar en el mundo, se conocen unos meses antes del estallido de la Guerra Civil. Las ansias de libertad y de justicia que comparten no seran suficientes para mantenerse unidos en un tiempo tan convulso, y sus vidas tomaran rumbos diferentes: Madrid, Galicia, Paris, Asturias, Barcelona, Nueva York.
    Hasta que llega el Dia D (6 de junio de 1944), que permitira a Manolo retomar la vida que el horror de la guerra y las injusticias le impidieron. Por su parte, Yolanda, que ha sido testigo del dolor y de la desesperanza, tambien hallara el modo de saldar cuentas con el pasado.
    Los dos, cada uno a su manera, asistiran a algunos de los episodios mas importantes de la historia de la Europa del siglo xx, y hallaran las fuerzas necesarias para aduenarse de sus propios destinos.

  • Di que si de Olga Salar

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    Elba Vilanova es una exitosa periodista y madre soltera de una nina de doce anos. Por casualidad conoce a Efren Ventura, famoso musico de rock e idolo de su hija, y salta la chispa. Cuesta mantener la indiferencia ante el encanto del artista, pero todo cambia cuando aparece en escena Max, padre de Alma, desaparecido anos atras. Max ignora la existencia de su hija, y su llegada pondra a Elba entre la espada y la pared. ?Debe continuar la historia con una salvaje estrella de rock mas joven que ella o darle una oportunidad a su primer amor y tener por fin la familia con la que siempre ha sonado?

  • A la caza de la dama de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Alastair Miller espera cuando pasa la noche en una posada y descubre a un intruso merodeando en su carruaje, es que ese intruso no sea un ladron al uso, sino una mujer. Una mujer preciosa que dice dedicarse al oficio mas antiguo del mundo. Alastair no quiere problemas, pero es incapaz de dejarla abandonada a su suerte, asi que termina compartiendo parte del camino con la joven, pero ?es Diane quien dice ser o esconde mas secretos de los que Alastair puede siquiera empezar a imaginar? ?Y es posible que uno de los solteros mas famosos de la ciudad termine enamorandose de esa dama misteriosa que podria cambiarlo todo?

  • Te amo, luego existes de R. Freire

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    Te gustara si te gusto “Y acompasar nuestros pasos por la acera”.
    ?En que instante una amistad inocente se transforma en una atraccion irresistible? ?Que palabras o que hechos son necesarios para que todas las barreras que erigimos con cautela salten por los aires dejandonos sin defensa? Me habia hecho a mi misma la firme promesa de no enamorarme jamas de una mujer heterosexual y, sin embargo, habia sucedido. !Era tan dificil resistirse al encanto de Angela!
    “?Como podiamos estar tan cerca la una de la otra, en una casita perdida en la montana, y a la vez tan monstruosamente separadas? No conseguia dejar de pensar en ello: Angela dormia a escasos cinco metros de mi, Julian se habia ido. y sin embargo me faltaba el valor para tomar la iniciativa.”
    “La espalda de Angela era esbelta y aristocratica, su cintura tan breve que hubiera podido abarcarla con la mitad de mi brazo. Sus caderas, amplias y femeninas, me hacian temer perder el control. !Hubiera sido tan facil bajar un poco mas, asir sus nalgas, extender por alli la crema fingiendo indiferencia y simple amistad! O besar sus hombros, tan cerca de mis labios que podia aspirar su aroma, imaginar su sabor, anhelar su contacto.”

  • La conquista del jeque de Olivia Gates

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    ?Conseguiria el trono y el amor?

  • Jardin de invierno, Kristin Hannah de Kristin Hannah

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    Una gran historia de amor ambientada en la Segunda Guerra Mundial de Kristin Hannah, la autora de El Ruisenor.

  • Cuando Pase tu Ira de Asa Larsson

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    La novela mas vendida de Asa Larsson. Un asesinato despierta viejos fantasmas de colaboracionistas nazis en Kiruna. Wilma y Simon son dos jovenes enamorados que han decidido sumergirse en el helado lago de Vittangijarvi, en el norte de Suecia, en busca de los restos de un avion aleman perdido en 1943. Mientras bucean, alguien corta la cuerda de seguridad de Wilma y tapa el orificio de salida en el hielo. No podran escapar. Cuando la primavera se acerca al norte de Suecia, el cuerpo de Wilma emerge de las aguas del rio Tornealven. Al mismo tiempo, una figura fantasmal aparece en los suenos de Rebecka Martinsson, la reputada abogada de Kiruna. ?Es el fantasma del cuerpo que ha aparecido en el rio? Junto a la inspectora de policia Anna-Maria Mella, Rebecka se sume en un enigma que despierta antiguos rumores de colaboradores nazis en Kiruna, un lugar donde la verguenza y el secreto controlan los recuerdos de la guerra. Y un asesino esta dispuesto a seguir matando para mantener el pasado enterrado para siempre bajo el hielo y la nieve. <>, Booklist. <>, SKTFtidningen. <>, Aftonbladet.

  • Un incidente sin importancia de Rosa M. Sarda

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    Una carta a su madre, muerta en plena juventud, abre este volumen de relatos en los que Rosa Maria Sarda da vida a todo un conjunto de personajes que conforman una galeria viva y bulliciosa.
    Maria y Pep, sus abuelos, originales, estirpe de comicos desde antes de la guerra, eran los primeros actores de una compania itinerante, aunque, si era necesario, pintaban hasta los decorados. Cuando no viajan, viven en un casita humilde cerca de una fabrica de cemento, el numero 8 de una peculiar galeria de vecinos, ruidosa, llena de dimes y diretes pero transparente y solidaria. Puertas abiertas, gritos de aqui, excursiones para alla.
    La nieta, Rosa Maria, que los visita durante los veranos, encuentra en estos abuelos y en el pintoresco vecindario, la calidez que la acompanara mientras crezca, la calidez de un mundo lleno de viveza, espontaneidad, donde la miseria de la dura posguerra no entela la alegria y la vida. Un mundo donde el simple hecho de seguir vivo ya es una victoria.