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Resople cansada de esperar durante tanto tiempo en la terminal hasta que por fin pudiera subir al avion. Odiaba tener que llegar con horas de antelacion al aeropuerto para embarcar. Sin embargo, lo que tenia entre manos me hizo sonreir de autentica felicidad. Mire por enesima vez el billete de avion que guardaba en uno de los bolsillos de mi abrigo. Comprobe de nuevo que los datos reflejados en el estuvieran correctos: Vera Medina. Una enorme sonrisa aparecio en mi rostro al leer mi destino. No podia creer que hubiera tenido la valentia de hacer esto sola, pero no me arrepentia de nada, y no estaba dispuesta a dejarme intimidar por viajar sola. Era la tercera vez que salia fuera de Espana en mis 25 anos, y estaba deseando llegar a Escocia y adentrarme en el pais del que tantas y tantas historias me habian tenido entretenida durante mi ninez y adolescencia. Los megafonos del aeropuerto ya habian anunciado la inminente salida de mi vuelo a Edimburgo. Respire hondo y me coloque en la fila que se habia formado para entrar en el avion. Recorde los ultimos acontecimientos de mi vida y no pude evitar sentir una punzada de dolor. Durante siete largos anos habia compartido mi vida con una persona que yo creia que era perfecta, sin embargo, de un dia para otro todos mis planes se habian venido abajo al saber que mi novio me habia estado enganando con otra chica durante meses. Crei a lo largo de las siguientes semanas que ese dolor jamas me iba a abandonar, sin embargo, llego un momento en el que no podia aguantar mas y tome la decision de marcharme a Escocia durante un tiempo para recuperarme totalmente de las heridas que aun estaban en mi corazon y que sangraban con tanta intensidad que parecian romperme por momentos. Cuando le comunique mi decision a mi familia, intentaron convencerme para que me quedara en Espana con la unica excusa de que viajar sola podria ser un peligro para mi, sin embargo, ya habia comprado el billete de ida, y no tenia intencion de regresar a los pocos dias de marcharme. Ademas, me sentia agobiada con mi familia. Agradecia su apoyo en ese momento tan dificil para mi, pero llego un momento en el que no me dejaban respirar tranquila y mi madre me llamaba casi a todas horas para preguntarme que tal estaba. Mire la pequena maleta verde pistacho que me acompanaria durante toda mi aventura escocesa. Habia decidido irme a finales de otono a pesar de conocer el clima escoces en esta epoca del ano, pero la verdad es que estaba acostumbrada a las temperaturas de Soria, mi tierra. Despues observe mi indumentaria en uno de los espejos que habia cercanos a mi y, durante unos segundos, comprobe que apenas quedaba nada de lo que habia sido hasta hacia unos meses. Habia perdido varios kilos desde que mi novio y yo rompimos, aunque no habia perdido mis pechos sugerentes, algo de lo que siempre habia estado muy orgullosa. El rostro lo tenia tan demacrado que apenas lograba reconocerme en el reflejo. Podia ver asomar las incipientes ojeras bajo mis ojos saltones. Siempre habia escuchado que tenia unos ojos impresionantemente grandes y rozando casi el color negro. Mi melena castana estaba tambien muy desmejorada y esa manana apenas habia tenido tiempo de rizarme ligeramente las puntas, ya que el nerviosismo por mi inminente viaje no me habia dejado probar bocado. Para comenzar mi aventura, elegi unos pantalones vaqueros muy comodos, un jersey de color rojo y mis inseparables zapatillas. Siempre me habia gustado vestir comoda y, en aquella ocasion, no iba a ser menos. --El avion con destino Madrid-Edimburgo saldran dentro de quince minutos por la puerta 23. La voz del megafono me saco de mi ensimismamiento y vi que justo en ese momento se abria la puerta para embarcar. --Venga, por favor --susurre para mi misma nerviosa por despegar y llegar a mi destino cuanto antes. Por fin pudimos movernos y desentumecer las piernas, que las tenia tan agarrotadas por los nervios que cuando comence a caminar, crei que me romperia antes de llegar a la puerta de embarque. Antes de internarme por el pasillo no pude evitar echar una mirada hacia atras para ver por ultima vez la terminal hasta que por fin me adentre en el tunel por el que habia que transitar hasta llegar al avion. Desconocia cuanto tiempo estaria fuera de mi casa y alejada de mis familiares completamente sola, pero tenia la sensacion de que iba a encontrarme a mi misma en Escocia, y algo mas que aun desconocia, pero que me cambiaria la vida para siempre. Capitulo 1 Tras poco mas de tres horas de vuelo, aterrizamos en Edimburgo. Ahora el nerviosismo era aun mayor, ya que estaba deseando coger mi maleta y salir de alli para comenzar a vivir las primeras paginas de esta aventura. Vi a mi alrededor muchas caras llenas de ilusion que, al igual que yo, estaban deseando bajar de alli y llevar a cabo todo lo que se les pasara por la cabeza. Mi primer destino seria la estacion de tren. Apenas pasaria unos minutos en Edimburgo, ya que habia pensado recorrer esta ciudad antes de volver a Espana. Lo que mas deseaba era conocer las Tierras Altas, lugares sobre los que habia escuchado tantas y tantas historias en las peliculas y en los libros de amor que solia leer ambientados en este maravilloso pais. Cuando por fin pude pisar esta tierra con mis pies mire hacia todos lados con una amplia sonrisa en mis labios. A mi alrededor todo era un autentico bullicio de gente, pero eran completamente ajenos a mi. Respire hondo el aire humedo que flotaba en el aire y llene mis pulmones de el. Con rapidez, me dirigi a la salida para tomar un taxi que me llevara a la estacion de tren. Casi media hora despues, y despues de pasar varios controles policiales, logre pisar la calle. Numerosos taxistas intentaban llamar la atencion de los recien llegados, por lo que me dirigi al que se encontraba mas proximo a mi. Un hombre barbudo y pelirrojo me dio la bienvenida y me ayudo a cargar las maletas a su coche. A los pocos minutos, ya estaba recorriendo la distancia que separaba el aeropuerto de la estacion de tren. Observaba desde mi asiento los increibles paisajes verdes que se presentaban ante mi. No podia dejar de sonreir. Por primera vez en mucho tiempo, estaba realmente feliz y deseaba que esa sensacion no me abandonara jamas. Charlaba animosamente con el conductor. Este me explicaba las historias de algunos edificios que se cruzaban en nuestro camino hasta que, por fin, despues de media hora, llegamos a la puerta de la estacion. Me baje con prisa, ya que el conductor me habia dado una hora aproximada de la salida del tren que me llevaria a Pitlochry y, segun mi reloj, quedaba tan solo media hora para poder comprar el billete y encontrar el anden en una estacion que era demasiado amplia y completamente desconocida para mi. Con prisa, me interne entre el gentio que caminaba con tranquilidad buscando en los carteles la hora en la que saldria su tren. Esquive a muchas personas hasta que, de pronto, un chico se cruzo en mi camino y no pude apartarme a tiempo, por lo que me choque estrepitosamente con el. El impacto me hizo dar un par de pasos hacia atras e incluso provoco que perdiera el equilibrio, aunque logre recuperarlo al instante. En un primer momento, no me di cuenta del tamano del chico con el que me habia chocado, sin embargo, cuando levante mi mirada hacia el, me quede sin palabras. --Lo siento --dije casi tartamudeando totalmente estupefacta por su increible belleza. Lo vi sonreir, mostrandome una dentadura mas que perfecta. Unos ojos risuenos de color esmeralda me recorrieron sin verguenza, provocandome un intenso calor que se vio reflejado en mis sonrojadas mejillas. Aparte la mirada lo mas rapido que pude, sin embargo, su boca grande y alegre me atrapo de tal manera que no pude desviar mis ojos de el. Despues, pasee mi mirada por todo su cuerpo. Jamas habia visto tan cercano a mi un cuerpo de aquellas dimensiones. Parecia estar esculpido directamente en piedra y sus musculos apretaban tanto su abrigo que parecian querer romperlo de un momento a otro. Sus manos fuertes se ajustaron la ropa, no se si porque se sentia incomodo por mi escrutinio o para que viera como sus increibles muslos rellenaban aun mas sus pantalones vaqueros desgastados. --Te gusta lo que ves, ?no? Su voz ronca me saco del ensimismamiento en el que me habia sumido sin querer. Abri la boca un par de veces, aunque ningun sonido logro salir de mis cuerdas vocales. Sin embargo, la altaneria que mostraba en su rostro cuando por fin logre mirarlo de nuevo a sus increibles ojos esmeraldas me hizo volver a mi estado natural o, mejor dicho, al estado en el que me habia sumido despues del chasco que me habia llevado con mi novio. --?Perdon? El chico volvio a sonreir con mas autosuficiencia y dijo: --Que cuando quieras, puedes limpiarte la baba, guapa. Me senti tan humillada por sus palabras que una sonrisilla ironica aparecio en mi rostro. Mire hacia otro lado intentando calmar la mala leche que acababa de inundar todo mi cuerpo. No obstante, no logre deshacerme de ella, por lo que no pude evitar contestarle: --Vete a la mierda, gilipollas. Ni que fueras el ultimo tio sobre la faz de la Tierra.
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mi ladron favorito karyn monk