• libro la grieta en el yugo - Brandon Q. Morris

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    --PREPARENSE PARA EL IMPACTO. M6 gimio. La advertencia casi llego demasiado tarde. Tuvo el tiempo justo para doblar las rodillas y apoyar su cuerpo contra el suelo. Casi de inmediato sus sensores sismicos detectaron la fuerza del impacto. El meteorito apenas le habia rozado. A unos 100 metros al norte debia haber un nuevo crater. !Esta era su oportunidad! M6 enderezo con fuerza cuatro de sus seis rodillas, adquiriendo un impulso que lo levanto inmediatamente del suelo. Sus piernas habian estado apuntando hacia el sur, asi que navego hacia el norte a traves del espacio, justo sobre la superficie del planeta enano. No paso mucho tiempo hasta que vio el nuevo crater. Para analizar su composicion, M6 disparo su laser a la nube de polvo que se habia formado sobre el crater. Simultaneamente, registro la estructura del crater y midio las temperaturas en su interior. Sus impulsores de posicionamiento se accionaron para acercarlo aun mas a la accion. El impacto casi le costo la vida. El meteorito habia entrado en una trayectoria muy horizontal y, debido a la rapida rotacion de Ceres, habia permanecido invisible para sus instrumentos durante demasiado tiempo, como una bala de canon que habia sido disparada justo antes de que su objetivo doblara la esquina. Pero ahora que habia sobrevivido, habia ahorrado trabajo. El meteorito habia perforado directamente en la cara lateral de Ahuna Mons, el unico criovolcan de Ceres. M6 habia planeado, a partir de manana, empezar a perforar la montana de cuatro kilometros de altura, sin embargo, el meteorito ya habia abierto su gelido interior. Lo que M6 observo fue fascinante. Como en camara lenta, el material fluia hacia el crater desde arriba, mientras que el borde inferior del mismo se derrumbaba. El agujero del impacto parecia una boca extrana y gigante, con secreciones que salian de su nariz y sobre el labio superior, mientras el inferior caia tristemente. El analisis espectral de la nube mostro que su composicion era una mezcla de varias soluciones salinas con amoniaco y agua helada. La energia del impacto habia vaporizado parte de la cara de la montana y derretido el resto de esta. La radiacion solar que golpeaba el borde del crater lo mantenia mas caliente y por lo tanto mas viscoso, mientras que el oscuro interior se solidificaba de nuevo con rapidez. M6 lo registro todo. En unas pocas semanas, cuando contactara de nuevo con la Tierra, enviaria un resumen de sus hallazgos para que fueran analizados por los cientificos del Grupo RB. Probablemente se alegrarian por todo el progreso que habia hecho. <>, penso. Luego, movio con cuidado sus articulaciones. Ceres no tenia atmosfera, pero el seguia de pie en medio de la nube de polvo provocada por el impacto. Pequenas particulas podian entrar en cualquiera de las tres articulaciones de cada una de sus seis patas, haciendolo incapaz de moverse. Esa era su peor pesadilla, aunque tenia medios para solucionar esos problemas. Esperaba que todo lo que tuviera que hacer fuera calentar las partes afectadas de su cuerpo, desde el interior, y fundir las particulas intrusas. Su cuerpo tenia un diseno simetrico radial y estaba suspendido entre sus seis piernas por medio de articulaciones flexibles. M6 nunca se habia visto a si mismo desde fuera de su cuerpo, pero un ingeniero le dijo una vez que parecia una arana gigante. La comparacion no le preocupaba. Lo importante para el era que su cuerpo fuera practico y duradero. Obtenia energia de una pequena bateria atomica, y de los paneles solares que se hallaban en su parte superior y que parecian ojos polifaceticos gigantes, debido a las numerosas lentes que los cubrian. Sus organos visuales estaban situados en el interior de su dura coraza. Estos eran sensibles a todo el espectro, desde el infrarrojo hasta los rayos gamma. M6 siempre se hacia muchas preguntas. Surgian en su mente cada vez que se encontraba con uno de los secretos de Ceres. Y cada respuesta constituia la semilla de, al menos, una nueva pregunta. Ni siquiera necesitaba las preguntas que los cientificos de la Tierra le enviaban, el tenia muchas suyas. Pero habia una cuestion que nunca se hizo a si mismo: <> ?No bastaba con que estuviera alli y buscara respuestas? M6 no deseaba ninguna otra vida. Pero un miedo persistente acechaba en el fondo de su mente. <> No lo sabia, y eso lo aterrorizaba. M6 ya habia calculado cuanto tiempo tardaria en volar a otro objeto en las cercanias. Aunque el cinturon de asteroides estaba lleno de millones de trozos de roca, un desplazamiento no seria algo sencillo. Su sistema de propulsion solo le daba suficiente impulso para saltos poderosos, para que pudiera moverse por la superficie del planeta enano y luego volver a descender, no para viajes largos a traves del vacio del espacio. El viaje tardaria anos, anos en los que no tendria nada que hacer. Pero ese era un futuro teorico y lejano. En este momento, ni siquiera estaba claro como funcionaba ese volcan. No parecia tener nada en comun con las brillantes montanas de Io, Venus o la Tierra. Comprender a Ahuna Mons era el objetivo principal de sus instrucciones actuales. Con su pierna delantera, M6 toco el borde del crater, el labio inferior caido. El sustrato parecia ser ya lo suficientemente solido. Registro 40 grados bajo cero en el suelo. Si hubiera sido hielo puro, habria sido duro como una piedra a esa temperatura. Solo las numerosas impurezas hacian que siguiera fluyendo lentamente. Sin embargo, debido a la baja gravedad de Ceres, apenas se movia. M6 pudo avanzar, sin miedo, mas en el abismo creado por el meteorito. Mientras se adentraba en la oscuridad y apoyaba con cuidado una pierna delante de la otra, examino las paredes del agujero. Obviamente habian sido dispuestas en capas que le parecieron como anillos de crecimiento anual. Tal vez podria usarlos para averiguar la verdadera edad del volcan. Todo lo que se sabia era que, a pesar de su enorme altura, no podia tener mas de un millon de anos, de lo contrario habria habido mas crateres como ese. Las capas individuales tenian cada una aproximadamente 20 a 30 centimetros de espesor. Su composicion era muy diferente. Estaban separados por finas capas de un material similar al silicato. M6 cogio una muestra y la introdujo en el analizador, situado en su zona abdominal. El material de la capa separadora era identico al polvo de regolito que formaba una fina capa que cubria todo Ceres. M6 ya intuia que se estaban formando nuevas preguntas en su mente. Si analizaba suficientes capas, podia compilar una cronologia de las condiciones en Ceres en los ultimos miles de anos, de la misma manera que los biologos terrestres determinaron el clima de la Tierra a partir del analisis de los troncos de los arboles. ?Estarian los cientificos del Grupo RB tan interesados como el en echar un vistazo al pasado? No todas las preguntas que habia planteado fueron igualmente bien recibidas por sus jefes. Ceres era uno de los cuerpos celestes que las Naciones Unidas habian declarado fuera de los limites de la mineria de asteroides. Solo las misiones de investigacion cientifica como la suya se permitian. Pero, por supuesto, el Grupo RB esperaba que esa restriccion se levantara en algun momento. Si Ceres ofrecia importantes recursos para el desarrollo de la humanidad, su estatus de area protegida podria ser reconsiderado, y entonces el Grupo RB tendria ventaja. M6 recogio otra muestra de la capa divisoria mas hacia el interior y la analizo. Su contenido de elementos radiactivos mostro que debia ser, al menos, mil anos mas antigua que la primera muestra. ?Hasta que punto del pasado le permitiria viajar ese crater? M6 se adentro cuidadosamente en el agujero. Siempre manteniendo dos piernas ancladas en el hielo, dos apoyandolo en la parte delantera, y el tercer par comprobaba el subsuelo antes de desplazar su peso. Estaba realizando un buen progreso. El escaner laser revelo que el meteorito se habia enterrado a unos cien metros de profundidad. Justo en ese momento sus patas traseras rompieron la capa de hielo. M6 no pudo reaccionar con la rapidez requerida. Su peso lo empujo hacia atras, y sus patas delanteras perdieron contacto. La parte superior del agujero estaba demasiado lejos para que el la alcanzara. La parte trasera de su cuerpo se apoyo en el hielo. M6 percibio el frio. Estaba enfadado consigo mismo. !No deberia haber permitido que eso sucediera! Pero no se dejo llevar por el panico. Con mucha calma analizo la situacion. Sus patas traseras se habian hundido profundamente en el hielo. No tenia suficiente espacio para mover sus articulaciones y maniobrar para sacar sus piernas del terreno congelado. Solo las articulaciones eran calefactables, no las piernas en si, asi que tampoco podia liberarlas derritiendo el hielo a su alrededor. Estaba claro lo que tenia que hacer. Debia renunciar a esas dos extremidades. Siguiendo una senal de su mente, la articulacion superior de cada una de sus patas traseras se separo en dos partes, para que las otras cuatro patas pudieran levantar su cuerpo. El dano fue minimo. Lo unico que lamentaba era que tendria que abandonar la exploracion del crater por el momento, porque necesitaba las seis piernas para hacerlo. Por eso estaba mas disgustado. Con la ayuda de los nanofabricantes de su cuerpo, seria capaz de construir nuevas piernas. Tal vez sus jefes disenarian algo mejor para que el. Sin embargo, primero tendria que obtener los materiales necesarios. Los nanofabricantes podrian ensamblar cualquier diseno que les diera, pero necesitarian las materias primas adecuadas para dicha labor; en este caso, metales. Y el ya sabia donde buscar. Recordo haber visto manchas blancas en el crater del Occator, dos anos antes, durante su aproximacion a Ceres. 14 de mayo de 2085, Pomona, Kansas --PAPA, ?puedo usar la camioneta esta noche? Derek McMaster miro hacia arriba. La voz de su hija llegaba, desde el segundo piso, a traves de las paredes de madera hasta el pasillo. Se sorprendio. Normalmente aun estaba durmiendo a esas horas. Probablemente habia estado pendiente de oirle. --No hay problema. ?Cuando la necesitas? --pregunto en voz alta. --A las siete me vendria bien. --Volvere a las cinco. Tu madre ya esta preparando la cena. A ver si podemos cenar todos juntos. Elizabeth llevaba tres dias en casa, pero apenas la habian visto. O bien se escondia en su habitacion, supuestamente estudiando, o estaba con amigos de cursos anteriores, que es lo que probablemente planeaba hacer de nuevo esa noche. Imaginaba que, al dia siguiente, volveria a centrarse en sus estudios. --Vale --respondio. --Hasta luego entonces --grito Derek. Abrio la puerta delantera, salio y la cerro detras de si. Las tablas de madera del porche crujieron bajo sus botas de cuero. Era agradable saber que su hija mayor estaria en casa una temporada. Miro hacia el garaje, que tenia la puerta abierta. Podia ver la casa de munecas con la que ella solia jugar en un rincon. En algun momento, debio haberla guardado alli. Derek se ajusto mas el abrigo. El aire todavia era fresco y agradable. Le encantaban las primeras horas de la manana. Solia haber siempre niebla sobre los campos cuando salia en su camioneta a inspeccionar los cultivos. Pero hacia demasiado calor para eso, la niebla solo aparecia en invierno. El informe meteorologico indicaba que, por la tarde, alcanzarian los treinta grados. Su hija le preguntaria que queria decir ese numero. Ella habia crecido usando las nuevas unidades de medida universales, pero el tendia a emplear los grados Celsius y los kilometros. Treinta. <>, pensaba. La camioneta ya estaba fuera del garaje, junto al porche. Su parte delantera se hallaba salpicada de barro. No estaba asi cuando volvio ayer. Tenia que haber sido obra de su hija. Ella tambien habia cogido el vehiculo anoche. Pero ?como lo habia ensuciarlo de barro? !Las ultimas lluvias habian caido hacia casi tres meses! Derek froto las manchas. El barro estaba seco y se le metio bajo los dedos. <>, penso, <>. Eso no era tan facil en esa zona olvidada de la mano de Dios. Esa era una de las razones por las que habia ido a estudiar a Kansas City. Derek abrio la puerta de la camioneta y se sento en el asiento del conductor, que se hundio bajo su peso. Olia a tabaco. Su hija no fumaba, asi que debia haber ido alguien mas con ella. <> Pero eso no era asunto suyo. Suspiro y fue a girar la llave. Normalmente las dejaba puestas, pero sus dedos no encontraron nada mas que aire. <> Ahora tendria que volver a entrar. Sin embargo, antes, Derek reviso la guantera. Alli estaba la llave, justo al lado del arma que guardaba alli por nostalgia. Metio la llave en el contacto, puso el pie en el pedal del freno y giro la llave. El motor comenzo a vibrar suavemente. Su camioneta se impulsaba por hidrogeno. Alli, era mucho mas fiable que un vehiculo electrico porque hasta el mas pequeno de los tornados, inevitablemente, derribaba las lineas en la zona. Durante 30 anos, el condado habia pedido al estado que pusiera las lineas electricas bajo tierra, pero resultaba demasiado caro ya que todas casas se hallaban muy dispersas unas de otras. Derek habia optado por instalar un tanque de hidrogeno extra en su casa para poder ser energeticamente independiente, y solo necesitaba que un camion de combustible viniera una vez al mes para llenar el tanque. Condujo despacio por la carretera de acceso a Colorado Road. El camino de acceso a su vivienda no estaba pavimentado, asi que la camioneta levanto una nube de polvo. Su esposa solia reganarlo respecto a la pavimentacion del camino, pero se habia abstenido de hacerlo desde que dejo de llover tanto. No sabia si su silencio se debia a que ya no tenia que andar en bicicleta por los charcos cuando iba a visitar a sus amigos o a que habia notado la fuerte disminucion de los ingresos de la granja. Ya no se hablaban mucho. Despues de su agotador trabajo en el campo, Derek necesitaba descansar.

  • La grieta en el yugo [el libro asesinado en San Luis Potosí].

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    Title, La grieta en el yugo [el libro asesinado en San Luis Potosí]. Author, Antonio Estrada M. Edition, 2. Publisher, Jus, 1961. Length, 338 pages.

  • La grieta en el yugo [el libro asesinado en San Luis Potosí].

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    Libro escrito con valentía en los tiempos de el cacicazgo gubernamental excelente reseña de un mexico perdido y hacia atrás pero aun vigente en su estilo ...

  • La grieta en el yugo - Detalle de la obra

    http://www.elem.mx/obra/datos/93097

    Narrativa - Novela - Libros individuales. Tipo de literatura: Literatura escrita. Lengua: * Obra originalmente escrita en español.

  • Libro "La Grieta en el Yugo"... - Bazar del Tiempo Recobrado

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    24 feb 2016 — Libro "La Grieta en el Yugo" - Antonio Estrada M. $1200,00.

  • La grieta en el yugo - El blog ambulante

    http://iskrabita.blogspot.com/2014/01/la-grieta-en-el-yugo.html

    26 ene 2014 — Aquí esta la vista trasera del libro, que parece ser la descripción de una novela llamada "RESCOLDO" y hecha por el autor Antonio Estrada. Bueno ...

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  • La Grieta En El Yugo Libro | MercadoLibre

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  • La grieta en el yugo - Plano Informativo

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    8 ene 2013 — ¿Por qué “La Grieta en el Yugo?”... porque es el nombre de un libro que habla de la lucha del pueblo potosino hace cincuenta años por ...

  • Nacion de Marte 3. Hard Science Fiction de Brandon Q. Morris

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    --EMPUJA --DIJO THEO--, !Y TEN CUIDADO! El objeto triangular comenzo a moverse despacio hacia el. Permitio que el borde delantero se deslizara hacia sus manos enguantadas. La estructura, creada a partir de paneles de cristal adheridos a la base, era sorprendentemente pesada. Dio un pequeno paso hacia atras y aseguro su agarre de la base antes de que toda la estructura pudiera deslizarse fuera de la zona de carga del rover. --Vale, para --dijo--. Ahora te necesito aqui. --De acuerdo --oyo responder a Rebecca por la radio del casco. Salto con elegancia desde la zona de carga y llego al otro extremo de la estructura. La base, un grueso panel de plastico de unos tres metros de largo y ancho, podia transportarse con facilidad por dos personas. Sin embargo, encima se encontraban dos paneles rectangulares de grueso cristal, apoyados entre si, que formaban caras opuestas de una estructura con forma de cuna que habia sido cerrada al insertarle dos paneles triangulares de cristal en los laterales. --?Ves la zona de montaje? --pregunto Theo. --Si. Habian nivelado la zona el dia anterior y hoy habian situado el rover cerca. Estaban en la cima de la colina que se cernia sobre su pequeno asentamiento. El prisma de cristal iba a situarse alli como la joya de una corona. --Y, !tira! --ordeno. En perfecta sincronia, lo levantaron del rover y caminaron de lado la corta distancia desde el vehiculo hasta el lugar elegido--. Y abajo --dijo. Se mantuvieron mientras se agachaban para bajar la estructura hacia la superficie. La soltaron como estaba planeado y volvieron a enderezarse. Theo dio un paso atras. Rebecca miro colina abajo y saludo con la mano. Habia visto a alguien que los observaba. La presencia del asentamiento solo era evidente si mirabas dos veces, ya que la mayor parte estaba situada bajo tierra. --Traere el primer contenedor --declaro Theo. Esta era la parte mas debil de su plan. Habian traido contenedores de agua y los habian mantenido dentro del caldeado rover. Iban a llenar la estructura de cristal con el agua... con rapidez, si tenian en cuenta que la temperatura del aire era de cuarenta grados bajo cero. No tenian mucho tiempo antes de que el agua se congelara. --Abrire la valvula de llenado --dijo Rebecca. Esta era la "division del trabajo" que habian planeado. Theo se acerco al rover y saco el primer contenedor de la zona de carga. Volvio deprisa a la cuna de cristal, abrio el sello del contenedor mientras caminaba y vertio el agua dentro de la estructura. --!Funciona! --exclamo Rebecca--. !Felicidades! --Gracias. El contenido del primer contenedor habia cubierto el fondo de la estructura. Recorrio a toda prisa el camino entre la estructura y el rover ocho veces mas. Habia calculado, por supuesto, la cantidad de agua que necesitaria para llenarla. El nivel del agua subia en proporcion a cada vertido porque la estructura se estrechaba desde el fondo hasta la cima. Sin embargo, Theo no fue lo bastante rapido con el ultimo recipiente. El agua se congelo antes de que pudiera verterla y solto un bufido de frustracion. --Deberia estar bien asi --dijo Rebecca--. Mira... solo faltan un par de centimetros en la parte de arriba. --Cierto --respondio mientras le echaba una mirada al sol. Era temprano por la tarde, pero su posicion ya estaba bastante baja--. Volvamos abajo --le insto. Estaba excitado. Nada dependia de esta estructura, ni su supervivencia ni el destino de la humanidad. Y este hecho era precisamente lo que la hacia tan especial. Era un puro lujo. Se subieron al rover de un salto. Como Rebecca llego al vehiculo primero, se sento en el lugar del conductor. Bajaron la colina a toda velocidad. Tenian que dar un largo rodeo porque la pared del crater era demasiado empinada como para tomar una ruta directa. Theo se agarro con fuerza a Rebecca desde atras para evitar ser lanzado fuera del traqueteante rover. Era muy divertido hacer estas salidas con Rebecca. Ella fue tambien la inspiracion tras su idea de construir una cuna de cristal llena de agua. Ella habia estado comentando con nostalgia que probablemente nunca volveria a ver un arcoiris. Esta estructura se encargaria de ello. Llegaron a la base del crater. --Para, por favor --dijo Theo. Rebecca detuvo el rover. Theo se inclino hacia delante y toco la pantalla del mapa junto al panel de control. --Deberia estar por aqui. Rebecca volvio a arrancar el motor. Condujo despacio hasta el lugar que Theo habia marcado en el mapa. --Debe de ser aqui --dijo ella. Theo miro la hora. --Faltan veinte minutos. Se quedaron uno al lado del otro, sus brazos tocandose. Era imposible que pudieran sentir el calor del otro a traves del grueso tejido de sus trajes espaciales, pero a Theo le parecia que si que podia. Observaron el borde de la pared del crater. --AHORA --DIJO THEO. El sol estaba a punto de desaparecer tras la pared del crater. Ese era el momento. Sus rayos alcanzaron la cuna de cristal, la cual, haciendo las veces de un prisma, dividio la luz en sus diversos componentes y aparecio un arcoiris. Era pequeno pero claramente visible. La luz del sol era mucho mas debil que en la Tierra, pero conforme el crepusculo se instalaba a su alrededor, el arcoiris se volvio mas claro. --Es precioso --exclamo Rebecca. --Como tu --respondio Theo con suavidad. --Gracias --dijo ella. Miraba con firmeza los colores generados por el prisma. Theo se situo tras ella y le rodeo la cintura con sus brazos. --Imagina que estamos en una playa del Caribe despues de una tormenta tropical. --Estoy alli contigo ahora. La arena es calida y suave bajo mis pies. El aire huele a mar. Sol 316, Base de la NASA --?LANCE? --?Si, Sarah? --?Cuanto obtienes de multiplicar doscientos sesenta y ocho por veinticuatro, dividido por veinticuatro coma sesenta y seis, mas cincuenta y seis? Miro a su novia, quien estaba sentada frente a el ante un ordenador. <>, penso. Sin embargo, lo que estaba haciendo en ese momento era tan aburrido que no le importo la distraccion. Se suponia que debia estar comparando las cantidades de agua y fertilizante usadas durante las ultimas dos semanas con la cantidad de comida que habian recolectado. En realidad eso era tarea de Sarah, ya que era la biologa de la tripulacion y estaba a cargo del huerto, pero el la estaba ayudando. Lance hizo mentalmente los calculos que ella le planteaba. Como Sarah no habia mencionado ningun parentesis, doscientos sesenta y ocho por veinticuatro dividido por veinticuatro coma sesenta y seis era mas o menos doscientos sesenta, mas cincuenta y seis, el resultado era trescientos dieciseis. <>. Lance se levanto de un salto. Por supuesto, en Sol 56 ellos habian... Rodeo su escritorio y se situo detras de su novia para empezar a frotarle los hombros. --?Ha empezando? --pregunto. --Creo que si. Nunca he pasado por esto, pero si yo fuera medico y otra mujer me dijera que estaba teniendo un dolor como este, mi diagnostico seria obvio. Parece que es super puntual. --Tenemos que decirselo a Mike y a Ewa --dijo Lance--. Deprisa, vamos a llevarte a la enfermeria. Pero Sarah permanecio en su asiento. --No hace falta darse prisa --respondio con calma--. Aun puedo caminar por mi misma. --Entonces ire saliendo yo --dijo Lance--, y avisare a Ewa. Aparte de Sarah, no habia mas medicos en la base y, por eso, Ewa habia recibido entrenamiento para el parto. Como granjera experimentada, sabia como traer terneros al mundo. Sarah se habia reido a carcajadas al oirlo y dijo que sentia que estaba en las mejores manos posibles. Ewa no estaba de turno en ese momento, asi que Lance la busco en su habitacion. Esa parte de la estructura subterranea aun olia a pintura fresca. Las habitaciones alli no habian estado preparadas para entrar a vivir hasta hacia dos semanas. Hasta entonces, Ewa se habia "alojado" mas que "vivido" en un almacen. Llamo a la puerta y ella le invito a entrar. Ewa estaba tumbada sobre una cama improvisada, cuyo somier habia soldado ella misma. Un gran saco plano relleno con hierba seca de su propio huerto hacia las veces de colchon y hacia que su habitacion oliera un poco a heno. --Ha empezado --dijo Lance sin mas preambulo. Ewa se incorporo. --Manten la calma --dijo ella. Le caia sudor por la espalda aunque la habitacion de Ewa estaba a apenas veinte grados. ?De que demonios estaba hablando? Lo que estaba sucediendo ahora era el mayor milagro que el universo podia ofrecer. Y, ?se suponia que debia mantener la calma? --Es mas facil decirlo que hacerlo --confeso mientras se frotaba la barbilla. --Lo superaremos --contesto Ewa--. Todo parece ir muy bien. El bebe se ha desarrollado extremadamente bien. Ewa tenia razon. Ni la baja fuerza gravitatoria ni la alta radiacion parecian haber danado al feto. Las imagenes de la ecografia revelaban a un ninito que estaba bien desarrollado del todo. No obstante, Lance estaba preocupado. Ningun humano habia nacido jamas en otro planeta. Y sus habilidades medicas eran limitadas. La expedicion de la NASA habia estado aprovisionada para una visita a Marte, no para instalarse alli permanentemente. En contraste con los miembros del proyecto espacial Ciudad Marte, que habia recibido fondos privados, y que tambien estaba situado alli en Marte, su hijo no recibiria vacunas ni inyecciones de vitamina K como era costumbre con los recien nacidos tras el parto. Las relaciones entre su base y Ciudad Marte eran tensas en ese momento, ya que se habian negado a jurarle lealtad a su administrador. --?Vas a venir ahora? --pregunto Lance. --Dentro de un momento --dijo Ewa--. Me cambiare de ropa y me lavare. Tu deberias hacer lo mismo si quieres estar presente durante el parto. ?Quieres? El asintio. Por supuesto que queria. Iba a ser la primera persona en darle a su hijo la bienvenida a Marte. EL NACIMIENTO FUE RUIDOSO, ESTRESANTE Y SANGRIENTO. Y HEDIA. LANCE ESTABA EMPAPADO en sudor. Se sento sobre sus talones para apoyar a Sarah en el pedestal mientras ella grunia y empujaba. Le corrian lagrimas por el rostro, pero la unica razon por la que se dio cuenta fue por el sabor salado en su boca. Se sentia responsable por el sufrimiento de Sarah mientras que todo lo que el podia hacer era mirar. Se alegro cuando ella le apreto la mano con tanta fuerza que le dolio, y cuando se le quedaron las piernas dormidas y le empezaron a arder bajo su peso se alegro tambien. Tal vez de ese modo el podria reducir su dolor un poco al menos. Sarah respiraba al ritmo que le marcaba Ewa. Ya era una madre ejemplar en esos primeros instantes de la vida de su hijo. Un grito final y ya habian terminado. Los musculos de Sarah se relajaron y Lance tuvo que sujetarla con firmeza para evitar que se deslizara hasta el suelo. Parecia que su cuerpo se habia quedado sin fuerzas. La abrazo con fuerza. --?Quieres hacerlo? --Ewa le estaba tendiendo un par de tijeras. ?Que se suponia que tenia que hacer con ellas? Nego con la cabeza. --El cordon umbilical --dijo Ewa--. No es dificil. --Le puso las tijeras en la mano derecha y le dijo que hacer--. Ahora. El manipulaba las tijeras con la mano derecha mientras seguia sujetando a Sarah entre su brazo izquierdo y su cuerpo. El cordon umbilical ofrecio poca resistencia. Ahora habia separado a su hijo de su madre. Lance contuvo un sollozo. Era una despedida y una bienvenida. Nunca habria pensado que el parto fuera tan... tan dramatico. --?Puedes ayudarla a subirse al catre?

  • De abril a julio de Sara Ventas

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    Cuando nuestro protagonista conozca a la chica de los anuncios, no sera consciente del juego al que ha sido arrastrado sin proponerselo. Ella acaba de aterrizar en la ciudad y se ha topado con un secreto sobre su hermana que no deberia estar a su alcance. Lejos de ignorarlo, decide indagar por su cuenta y enredarse; lo que la llevara a aprender dos lecciones importantes: que las mentiras te envuelven hasta formar una burbuja de la que cuesta escapar; y que los asuntos en los que se hurga sin invitacion previa, pueden explotarte en la cara de la forma mas inesperada.

  • Solo tu me provocas (Amor en Nueva York 2) de Lola Cooper

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    ?Que haces si la manana siguiente a la boda de tu mejor amiga te despiertas con un resacon increible al lado de un tipo que no soportas?
    A) Le echas la culpa de todo. (Aunque no recuerdes que fue <>).
    B) Acuerdas con el que aqui no ha pasado nada.
    C) Sales huyendo de puntillas.
    D) Todo a la vez.

  • Pequenas cicatrices de Luisa R. Bueno

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    Celia se sentia como una tonta, !una relacion de cinco anos al carajo! Alli iba, a sus veintisiete anos, calle arriba, tirando de dos enormes maletas camino de casa de su madre. Una casa que llevaba casi cinco anos sin pisar y a la que tan solo la imperiosa necesidad del momento le hacia volver. Llevaba la frente alta, digna, queriendo compensar con este gesto su hondo sentimiento de patetismo. La indignacion que sentia le impedia escuchar el estruendo de los dos maletones rodando por el suelo y ni siquiera era capaz de notar como su frente comenzaba a humedecerse con el esfuerzo. Aquel era el agosto mas caluroso que recordaba en mucho tiempo. Apenas eran las nueve de la manana y ya se adivinaba que aquella humedad iba a convertir el dia en otro tan pegajoso y plomizo como los anteriores. A pesar de la hora, la calle permanecia vacia; tan solo, de cuando en cuando, el ruido lejano de algun coche osaba competir con el del rodar de las maletas. <>, se decia mientras emprendia la ultima cuesta con gesto decidido, <>. La rabia que sentia era mayor que las ganas de llorar, !ni una lagrima!, y eso era justamente lo que Enrique le habia reprochado cuando le abria la puerta y le dejaba salir con los dos maletones. --No te apena nada de esto. Yo creia que me querias. Celia le dedico una larga y acusadora mirada. !Pues claro que le queria!, cinco anos juntos eran prueba de ello. Pero eso no significaba que fuera un amor eterno; ?acaso existia algo asi? Cuando salio por la puerta estaba completamente convencida de que la culpa de todo aquello era de Enrique, como siempre. ?No podia dejar las cosas tranquilas? El sabia de sobra que ella no creia en el matrimonio; ya habia visto a su alrededor suficientes matrimonios rotos como para embarcarse en uno de ellos. ?No era mejor vivir el dia a dia sin pensar en otra cosa? Y, sabiendo todo eso, ?como se le ocurria pedirle que se casara con el? Celia habia llegado del trabajo con ganas de darse una ducha, las piernas le estaban matando. Llevaba todo el dia en pie y su mente solo pensaba en la mesita del pequeno salon donde, sin duda alguna, iba a poner sus piernas en alto. Solo necesitaba quince minutos para reponerse, un cigarrillo antes de cenar y una ducha reconfortante. Al parecer eso era pedir mucho. Enrique la esperaba sonriente en la entrada, todavia llevaba puesto el uniforme de policia. Algo importante tendria que decirle para haberle esperado sin ni siquiera cambiarse. Aquel gesto tan suyo de satisfaccion le iluminaba la mirada de tal manera que Celia olvido al instante todo el cansancio. Observo divertida el brillo de sus ojos, verdes como la primavera en el campo, verdes como las ramas de los espartafilos que tenian en la mesa del salon. Aquel brillo tenia la misma intensidad que la de un nino en la manana de Reyes, y eso le hizo sonreir. Se acerco con la intencion de abrazarse a aquel hombre que habia traido paz a su vida cuando mas falta le hacia. Todo en el era bonito: sus manos tenian la virtud de calmarla o excitarla dependiendo de la ocasion. Sus anchas espaldas le daban la seguridad de que nada malo podria pasarle a su lado, y sus verdes ojos sabian leer en ella de una manera sencilla y certera. Se abrazo a Enrique y su boca se lleno con aquellos labios jugosos y dulces que tanto la excitaban. Fue un beso breve, porque el se metio la mano en el bolsillo y puso ante los ojos de Celia una pequena cajita abierta que mostraba un precioso anillo de compromiso. El roce de algo aspero sobre sus parpados hizo que Celia abriese mecanicamente los ojos. Se separo de un respingo de aquel hombre, que parecia la viva imagen de un triunfador y le miro con miedo. --!Casemonos, que ya toca! --Exclamo Enrique moviendo las manos con torpeza delante de la cara de Celia. Los nervios y la excitacion del momento le gastaron una mala pasada y casi se le cae la cajita con el anillo. La cogio al vuelo, enredando, sin querer, sus dedos en el pelo de Celia que permanecia atonita delante de el. Celia dio un paso atras. Contuvo el aire. Apreto los labios. ?Que ya toca? ?Se podia ser mas simple? Sintio la tentacion de salir de la estancia con el deseo de que todo fuese distinto al entrar de nuevo. Su estomago habia sentido una sacudida y no precisamente de alegria. ?A que venia este arranque? Era verdad que estaban muy bien juntos, pero lo que esta bien hay que dejarlo asi y no cambiarlo. Y menos porque <>. La alegria en el rostro de Enrique se fue borrando, dando paso a la incredulidad ante la cara tensa e impavida de Celia. --?Es que no quieres? Celia se dejo caer en el pequeno butacon. De pronto se le habia puesto seca la boca. Tanteo con la mano sobre la mesita de centro buscando su paquete de tabaco. No iba a fumar, pero necesitaba tocarlo. Aquel tacto era lo mas parecido a llevarse un cigarro a la boca y algo tan toxico y adictivo era lo unico que podia calmarla en ese momento. --?Es que no quieres? --repitio. !Pues claro que no queria! Vivir juntos era una cosa, pero casarse era algo mucho mas serio. --?Por que voy a querer? --pregunto indignada--. Sabes que nunca me casare, es algo que nunca ha entrado en mis planes. ?Por que no dejas las cosas como estan? Enrique la miro con expresion desencajada. Con el anillo aun entre los dedos, sonrio con una mueca y hablo de sopeton: --Carino, voy a cumplir los treinta y tres, Cristo murio a esa edad. No quiero pasar mis mejores anos esperando algo que nunca va a llegar. No dijeron mas. Enrique dejo el anillo sobre el aparador de la entrada y se marcho. No hubo despedidas ni explicaciones. Algo muy intimo acababa de romperse entre ellos y Celia casi pudo escuchar el chasquido, el mismo que habria producido una vara de madera al quebrarse, dejandola profundamente confundida. A la manana siguiente Celia se encontro las maletas en la puerta del cuarto. Las mismas que habia usado para mudarse con Enrique. Unas lagrimas quisieron asomarse a sus ojos, pero las seco incluso antes de que salieran. No era pena lo que sentia, era rabia. Una rabia dolorosa y agria porque la sinrazon de Enrique le hacia volver al sitio del que, un dia, vino huyendo. Metio sus cosas apresuradamente, a bulto. De nuevo huia. Llegaria a ser toda una experta en abandonos. Suspiro. Le tocaba volver a la casilla de salida y eso le daba una sensacion de desamparo que le oprimia el pecho. ?Por que tenian que romper por una peticion de matrimonio? Enrique tenia que saber que no iba a aceptarlo. !Jamas habia creido en el matrimonio! Cerro como pudo la ultima maleta y, antes de cogerlas para marcharse, recorrio con la mirada el pequeno apartamento, alli habia sido feliz cinco anos. Se detuvo en las cortinas del pequeno salon, que habian comprado en una tienda de chollos cuando llevaban casi un ano juntos. Seguian arrastrando su tela mal rematada, pero ya no les molestaba verlas asi. Habian bromeado mil veces con quedarse una noche y montar un pequeno taller de costura para arreglarlas, pero nunca encontraron el momento. Despues fijo la vista en el minusculo aparador donde guardaban las llaves. Dentro de un cajon seguia escondido un paquete de tabaco. <>, decian entre risas. No soportaban la falta de un cigarro despues de un buen polvo. Abrio el cajon y miro la cajetilla. Estaba medio vacia. Igual que se sentia ella. Estuvo tentada a cogerla, despues de todo ya no les iba a hacer falta, pero cerro de golpe el cajon. Enrique llego justo cuando Celia abria la puerta. Se miraron. Tenia ojeras, la noche no habia sido buena tampoco para el y, por su gesto serio, se veia que aun estaba dolido. Por un momento penso que venia a disculparse, que nada de lo ocurrido la noche anterior tenia la menor importancia. Pero no. --Piensa bien lo que haces. --Le recrimino con gesto adusto--. Sabes que te quiero, que lo que te pido es lo logico en una relacion. Si te vas, si no me aceptas, el amor acabara por apagarse y no estare aqui siempre. Aun estas a tiempo. Aquello, que sonaba a amenaza, acabo de alterar a Celia que, sin decir nada, cogio las dos maletas y cerro la puerta tras ella. Celia llego a casa de su madre con la frente rociada de sudor por el esfuerzo y el calor. Unos pocos mechones de su negra melena se habian pegado por su cuello y mas que incomoda la ponian de un humor de perros. Aquella manana amenazaba con convertirse en un dia insoportable. Al sonido del timbre acudio una mujer de pelo blanco y profundas ojeras. El paso del tiempo la habia castigado hondamente, pero no habia conseguido quitarle ni un apice de su elegancia natural. Se le ilumino la cara, pero no se sorprendio. Miro primero las maletas y despues el rostro inexpresivo de aquella hija que un dia desaparecio y de la que no volvio a saber nada. Quiso abrazarla, quiso preguntarle si todo en su vida iba bien, pero el gesto distante, con el que Celia camuflo su inquietud ante la reaccion de su madre, apago sus deseos y se limito a cederle el paso. --?Que traes ahi, nina? --pregunto, como si hiciera poco que se habian visto. --!Mis ultimos cinco anos! --espeto con rabia contenida. Paso como una tromba por el pasillo sin pararse ni a saludar. La voz de su tia Leo se escucho al fondo de la casa. --?Quien es, Adela? Se dirigio al que habia sido antes su cuarto, dejando a su madre, tan confundida que renuncio a seguirla. A su espalda Adela contesto dubitativa, como si aquello no pudiera estar pasando: --Es la nena, mi hija. Abrio la puerta de su antiguo dormitorio. Una bofetada de infancia agredio todos los sentidos de Celia. Todo seguia igual, hasta la cinta del pelo que Olga le habia regalado en su noveno cumpleanos seguia anudada a la lampara de la mesilla. Tiro las maletas encima de la cama intentando no pensar. El olor a su vida anterior se le agarraba al cuello impidiendole respirar. Los sonidos del ayer volvian, involuntariamente, hasta sus oidos. El taconeo incesante de la senora Valeria, la vecina de arriba, le recordo que, desde que su marido la habia abandonado, hacia mas de diez anos, seguia arreglada y vestida como si en cualquier momento fuera a volver. El soniquete imperterrito de las teclas del piano de Beatriz, la nina de al lado, le hizo ponerse las manos en los oidos. Celia sonrio con un deje de burla; las notas seguian sonando igual de desacompasadas. El ladrido intermitente de Ruido, el perro que un dia el senor Valentin recogio de un cubo de basura cuando apenas era un cachorro de pocos dias, le hizo recordar la historia que, en mas de una ocasion, el mismo habia contado: --?Pero... que te hicieron, pequeno? --Valentin retiro de encima del cachorro los cascotes de unas botellas y las bolsas de plastico rotas y lo limpio con cuidado con el frontal de su camisa--. ?Que salvaje te tiro alli, mi hijito? El cachorro lamio con ternura las manos de su salvador, poco mas hacia falta para acabar de conquistar a aquel hombre solitario. --!Que hijoputas!, !maldita mala baba, cabrones! --se repetia, entre dientes, mientras acurrucaba al cachorro. Valentin habia llegado a Espana en los anos ochenta huyendo del hambre que asolaba Argentina. Su vida de migrante habia consistido en dar tumbos de un lado a otro, hasta que dio con el apartamento del tercer piso y poco despues encontro el carino de su pequeno amigo. Su vida nunca fue facil. Enlazo trabajos sin conseguir nada fijo y casi llego a acostumbrarse a ese sentimiento cruel de provisionalidad que no te deja echar raices en ningun sitio. Cuando se jubilo se encontro totalmente solo. Penso en volver a su anorada Argentina, pero alli ya no le quedaba nadie. Reunio todo lo ahorrado en aquellos casi cuarenta anos de esfuerzo y se compro un pequeno pisito. No necesitaba mucho, solo tranquilidad y el amor de su pequeno, al que puso el nombre de Ruido.

  • Invirtiendo a largo plazo de Francisco Garcia Parames

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    Conocido como el <>, Francisco Garcia Parames es uno de los inversores mas respetados del mundo. Como director de inversiones de Bestinver, sus clientes obtuvieron en renta variable espanola una rentabilidad media anual de casi el 16 por ciento desde 1993 a 2014, frente al 7,8 por ciento obtenido por el Indice General de la Bolsa de Madrid. En renta variable global la diferencia entre los indices fue similar.

  • Vuelve, quedate aqui de Sara A. Fernandez

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    “--Eres consciente de que, a partir de ahora, te va a querer y te va a odiar gente que ni sabes que existe, ?verdad? Tu vida se vuelve publica --asenti con la cabeza--. Entonces, si tu eres feliz, yo soy feliz."
    Giselle Rodriguez, 16 anos. Feliz, extrovertida, arriesgada, aventurera, atrevida y con muchas ganas de vivir. Le va bien en los estudios y tiene muchas metas por cumplir.
    Zayn Morrinson, 19 anos. Moreno, ojos marrones, sincero, luchador, protector, y con muchas ganas de comerse el mundo encima del escenario.
    Dos personas de mundos diferentes, que no esperaban encontrarse...
    ?Que pasaria si, de pronto, Giselle se ve envuelta en un triangulo amoroso que podria cambiar su vida para siempre? ?Hasta donde seria capaz de llegar por amor?
    Un grupo de adolescentes que viviran una experiencia muy dificil de olvidar. Una historia basada en el amor, la distancia, las traiciones, la amistad, aventuras, decepciones, ilusiones, secretos...

  • En tan solo un instante (Serendipity 3) de Moruena Estringana

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  • Unida a los Viken de Grace Goodwin

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    Como comerciante de arte en Nueva York, Sophia Antonelli trabajo duro para armar su negocio, pero las fuerzas del destino la llevaron a hacer un trato con el crimen organizado. Cuando todo se va al diablo, cae y se le presentan dos opciones: veinticinco anos en prision o participar del Programa de Novias Interestelares. La eleccion es facil, pero Sophia se asombrara al descubrir que no solo sera emparejada con uno, sino con tres guerreros Viken.

  • Seducciones Encubiertas de Isabel Guirado

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    Emma es asignada a una mansion de gente de investidura para trabajar como servidumbre pero al principio no se lleva bien con los duenos de tan flamante casa quienes fungen como sus amos.

  • La venganza del ciego y otros cuentos de Victor Garcia Barquero

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    “La venganza del ciego y otros cuentos” es un libro de relatos de intriga, misterio e investigacion policial. Algunos de estos relatos son continuacion de los casos de los detectives Mark y Marcus (“Una llamada en mitad de la noche”, Editorial Planeta).

  • Cuando todo acabe de Clara Albori

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    Desde pequena, Nayra es un absoluto desastre. O al menos ella se siente asi hasta que un dia un nino aparece en su vida para robarle mas de una sonrisa.
    D.J. no ha tenido infancia. A los nueve anos ha tenido que vivir cosas que nadie deberia. Pero sus problemas no impiden que suene con un futuro mejor.

  • Corazon esquimal de Jose Vicente Alfaro

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    Groenlandia. Siglo XIV de nuestra era.

  • Conquistando a Lord Wesley (Minstrel Valley 9) de Elizabeth Urian

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    Continua la rompedora serie de <>, creada por catorce autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • Te regalo mi corazon de Alma Fernandez

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    Ya lo estas mirando otra vez, Debora, despues dices que no, pero es que se te cae la babita con el forastero. --Vaya tela, Pili, lo dices como si fuera un indio sioux, que el muchacho solo es de Texas. --Ea, y lo dices asi, "solo" como si en realidad fuera de Triana. Pues tu misma, pero que te digo yo que se te esta notando y, como Mateo diga eso de "que te veo", no vas a tener hospital para correr, te vas a encontrar con la boda anulada. --Anda y callate ya, Pili, que eres mas exagerada que el cine. ?No tienes otra cosa que hacer que estar a mi lado dandome la vara? --Yo siempre estoy a tu vera, a la verita tuya, como dice la cancion, guapa, ?o es que alguna vez has tenido una mejor amiga que yo? --Tendria que pensarlo, ahora mismo no caigo. --Me la gane y ella no tardo en darme con el portafolios que tenia entre sus brazos en plena cocorota. El buen rollo que imperaba entre nosotras era conocido en todo el hospital. Pili y yo estabamos alli desde que aprobamos el MIR y obtuvimos plaza en nuestra especialidad; la traumatologia. Dicho asi parece una cosa de lo mas normalita, pero nuestro dia a dia transcurria entre miembros partidos y hasta cabezas abiertas, como si de una nuez se tratase. En ese entorno, habia que echarle humor y eso se nos daba de fabula. La tierra en la que viviamos, Jaen, tambien ayudaba lo suyo porque no hay un solo rincon de Andalucia que no este regado de alegria a borbotones, y las tierras jiennenses no constituian una excepcion, ni mucho menos. El hospital en el que trabajabamos era para nosotras nuestra segunda casa, dadas las muchas horas que pasabamos alli, entre turnos y guardias que, a nuestros veintiocho anitos, estabamos como quien dice "empezando a vivir" y todo el dinerito extra que caia en nuestras manos nos parecia poco. En el habia conocido tambien a Mateo, un pediatra cuatro anos mayor que yo con el que iba a contraer matrimonio el siguiente verano, por lo que estabamos a seis meses del gran dia. Mateo era el prototipo de hombre que siempre me habia gustado, uno de esos que tienen las ideas claras y que, cuando quieren a una mujer, no dudan en ir directos a por ella. Esa fue su tactica para conquistarme y no puede decirse que le fuera mal, ya que en unos meses nos hicimos inseparables y un tiempo despues ya teniamos un pie casi en el altar. Mi amor hacia el no era obice para que una, que tambien tiene ojitos en la cara, le echara un vistacito de vez en cuando al bombon aquel que nos habian enviado sin caja ni nada por el estilo, desde Texas, semanas atras. John, que asi se llamaba el vaquero en cuestion, no solo era una moneria, con aquel pelo dorado y sus ojazos azules enmarcados en un rostro siempre risueno, sino que ademas tenia un piquito de oro con el que se habia metido en el bolsillo a todo el personal femenino. E incluso a parte del masculino, como Ivan, un enfermero gay que se quedaba hipnotizado ante el. Cuando nos lo trajeron, dudamos un poco de si tendria algun hueso entero, tras el brutal accidente de trafico que acababa de sufrir y que habia dejado su coche como un acordeon. Vale que he exagerado un poquito, pero si que tenia fracturas para parar un tren. Ahora ya estaba a punto de obtener el alta, por lo que en breve perderiamos de vista al que constituia la principal atraccion del hospital, dado que la mayoria de sus fracturas habian sanado y ya parecia tenerlo todo en su sitio. Si graciosa resultaba su cara peluseando con unas enfermeras y con otras, mas divertido era escucharle hablar en su perfecto castellano, eso si, con un acento americano que tiraba para atras. Por lo que nos habia contado, su madre era espanola y desde su mas tierna infancia el aprendio ambos idiomas, pero claro, su acento era el que era y eso le hacia todavia mas interesante. Vi avanzar hacia a el a Melisa, la auxiliar de clinica mas pamplinosa del mundo mundial, que se las daba de artista, y senti una cierta rabia. Un poquillo si que me estaba pasando yo de la raya, puesto que no era ella la que tenia novio, sino yo. Otra cosa era que yo no pudiera ni verla. Lo mismo no es que tuviera nada que ver con John, sino solamente que me daba coraje su afan de protagonismo. O lo mismo si que lo tenia y, aunque yo quisiera negarlo, en mi fuero interno el vaquero me hacia un poco de tilin. ?Podia ser eso? Esperaba que no, porque yo estaba enamorada de Mateo y punto pelota. Claro esta que con el no me reia como lo hacia con John, pero sin duda era el hombre de mi vida y la persona que se partia la cara porque yo estuviera siempre happy, pero happy de verdad... --?Donde esta la enfermera mas sexy del globo? --me pregunto Mateo al llegar a mi altura y yo aparte todo tipo de pensamiento ajeno a nosotros, sobre todo aquellos que me pudieran dar algo de remordimientos. --Aqui, exhausta y cansada, pero ?a que no lo parece? --Claro que no lo parece, yo te veo preciosisima como siempre, mi nina. --?Que haces por este ala? Lo tuyo es estar con los mocosos, ?o me equivoco? --Yo no lo hubiera dicho mejor, pero estaba deseando verte y decirte que te invito a comer a la salida, ?lo ves bien? --Lo veo estupendo, pichoncito mio. Eso si, hoy toca comida basura y no me repliques, que estoy de tus verduras hasta donde yo te dije. Mateo y yo viviamos juntos desde hacia unos meses y, aunque nos llevabamos fenomenal, la dieta estricta que el seguia me iba a encanijar a marchas forzadas. En la vida habia conocido yo a nadie que se cuidara mas, lo que incluia que no perdonara unas maratonianas sesiones de gimnasio que hacian que luciera un cuerpazo de esos de quitar el hipo, que tampoco pasaba desapercibido entre el personal femenino que nos rodeaba. Pili a menudo solia bromear al respecto. --Pues no se que le ves ni al uno ni al otro, porque a mi es que no me entran por el ojo ninguno de los dos. --Y si te entraran seria la bomba, que para eso eres lesbiana, bonita. Siempre la misma cantinela que nos hacia reir. Pili mantenia una relacion con Camila, una enfermera mejicana de armas tomar por la que ella bebia los vientos. Claro esta que mi amiga tampoco era una hermanita de la caridad, de modo que de vez en cuando formaban entre las dos unos fandangos que duraban dias... Eso si, luego se les pasaba y tan campantes, aunque por medio se hubieran puesto la una a la otra las maletas en la calle y discutido sobre cual de las dos era la que tenia que irse a tomar vientos de alli. Despedi a Mateo y me acerque a la cama de John, aprovechando que ya Melisa se habia esfumado. --Dicen que te vas manana, ?no es asi? --?Como que dicen? Pero si eres tu la que tienes que darme en alta, ?no? --En alta no, se dice darte el alta, pero si, eso parece, de modo que igual me lo pienso. --Yo tampoco estoy seguro de querer irme, la verdad, aqui me habeis atendido como en ninguna parte y esto parece un repertorio de modelos, ?donde mejor que en este lugar? No era broma, nos iba a dar pena que se fuera. John habia sido un paciente muy especial porque, ademas de la gravedad del estado en el que ingreso, sufrio amnesia durante unas cuantas semanas, de modo que supimos de su vida poco mas que lo que indicaban sus documentos de identidad. Poco a poco fue recordando, para lo que tambien fue providencial la llegada de su hermana Sara, quien le ayudo con fotografias y un millar de relatos a recomponer su olvidadiza cabecita. Cuando Sara volvio a partir rumbo a su tierra, el ya tenia bien claro quien era y cual habia sido su vida, aunque no logramos sacarle ni media palabra de cual era el motivo de su viaje a Espana. Pili y yo suponiamos que, dado que nos conto que era aventurero hasta la saciedad, probablemente habria sido su deseo de conocer nuestro pais (que vio nacer a su madre) el que le habria traido hasta aqui, donde alquilo un coche con el que se pego la gran papa de su vida una lluviosa noche. --Tu diras lo que quieras, pero los vaqueros le dan mucho al drinking y a mi no me extrana que el muchachito estuviera pasado y mas que pasado de copas la noche que ingreso, y seguro que fue por el mero placer de empinar el codo--especulaba mi amiga a menudo. --Pues yo no se que decirte, es verdad que la tasa de alcoholemia a punto estuvo de reventarla, pero yo no creo que uno se ponga a beber asi sin mas hasta tener alcohol en vez de sangre en las venas. --Eso lo dices tu porque no conoces a mi tio Valentin, ese desayuna todos los dias con un vaso entero de aguardiente, que lo sepas, listilla... --No jodas, ?pero un vaso lleno? -- Lleno y de esos de tubo. Mira que de nina yo pensaba que era agua, de modo que una manana le eche mano al vaso en un despiste suyo y, cuando me quise dar cuenta, el gaznate me ardia como si me hubieran prendido fuego. Y a renglon seguido me cai y pensaban que estaba muerta, hasta que alguien me abrio la boca y se percato de que borrachuza era poco... --Ay, que me parto, Pili, asi que tu has sido viciosilla desde la cuna... --Muy graciosa, dejate de cachondeo, que no probe una cerveza hasta los veinte anos, del asquito que le cogi al asunto. --Ah, eso lo explica todo, y ahora tienes que recuperar el tiempo perdido... Yo no tenia mas guasa porque no entrenaba. Mi amiga no es que bebiera tanto ni mucho menos, solo en ocasiones en las que podia pillarse una buena melopea como cualquiera. En realidad, la rarita del grupo era yo, que no bebia nada, pero es que a mi el alcohol no me llamaba. Mateo tampoco es que fuera especialmente bebedor ni trasnochador, por lo que ibamos al compas. --Si, pues cuando seas tu la que tengas que recuperarlo vas a tener el acumulado como en los premios de la loteria, que te vas a haber perdido medio siglo, que sosita eres, hija de mi vida... Volviendo al tema de John, que me he dispersado mucho, le di la razon en que en ningun lado le iban a mimar como lo habiamos hecho nosotras. Incluso Melisa le habia dejado alli una caricatura, como si fuera el tipico modelo de una marca de cigarrillos, en cuyo pie indicaba que era el nino bonito de la clinica. --?Y que piensas hacer ahora? ?Te vuelves a tu tierra o te quedas para venir a visitarnos una temporadita? --Me quedo, me quedo, llevaba solo un dia en Jaen cuando me di la torta en el coche, no me ha dado tiempo a ver nada. --Pues, si te apetece, podrias llamarme una tarde y nos tomamos un cafe. No es por nada, pero soy una buena cicerone. Lo dije sin pensar demasiado y despues eche un poco el freno, ya que no sabia si aquello le iba a hacer demasiada gracia a Mateo y yo no queria gresca. Poniendo las cosas en su sitio; mi novio no es que fuera un neandertal ni mucho venos, pero una chispilla celoso si que se manifestaba a veces. Eso no queria decir que yo no tuviera mis amigos, que hasta ahi podria llegar la broma, pero que quedara de buenas a primeras con alguien que habia sido un paciente lo mismo le hacia ya menos gracia. Y sobre todo con uno que sabia que era blanco de una impresionante cantidad de miradas. --Claro que te llamare y, ademas, te contare un secreto; todas os habeis portado fenomenal conmigo, pero tu eres mi favorita. --?Yo soy tu favorita? ?Y eso a santo de que? --No te entiendo muy bien, ya sabes que algunas hechas frases como que no las pillo. --Ah, ya, algunas frases hechas, quieres decir. Bueno, que te preguntaba que por que. --Porque tu tienes un duende de esos, como dice Pili. --Un duende, no, se refiere a "duende", pero ?tu sabes lo que es eso? --Si, un duende muy bonito dentro, eso es lo que tu tienes. Por Dios que sus palabras me encendieron como a una bombilla. Resultaba que el de Texas era un cobista de cuidado y yo iba a tener que poner un poco pie en pared si no queria que aquello se me fuera de las manos. Pensandolo bien, tampoco seria tan complicado, con decirle que me habia pillado mas liada que la pata de un romano cuando me llamara, asunto concluido.

  • Dr. Engel, Elena Garcia de Elena Garcia

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    Cuando Mario agrede nuevamente a Natalia la trasladan un hospital de Madrid con serias heridas. Alli conoce al Doctor Engel, un apuesto y atractivo aleman de madre espanola dispuesto a ayudarla. Cuando el doctor descubre que se trata de un caso de malos tratos y que la vida de la chica corre serio peligro, la convence para que abandone a su agresor. Cuando Mario se entera empiezan las amenazas de muerte.

  • La trayectoria de los aviones en el aire de Constanza Ternicier

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    El principio de incertidumbre envuelve el colaps fisico de la estudiante chilena Amaya Tripe, becada por su gobierno en Barcelona y de fin de semana en Londres. “A pesar de que estabas en una ciudad mas bien grisacea, la luz del sol estaba enceguecedoramente brillante. Entreabriste los ojos y, pese a la dificultad, te diste vuelta hacia el otro lado. Ahi estaban las ultimas personas con quienes creias que te ibas a encotrar: padre y madre.” La cama del hospital es el origen de un viaje que se dispara en amores, la trayectoria de los aviones al otro lado de la ventana y, sobre todo, las causas del colapso. Los ojos azules de los medicos londinenses le provocan un ardor irrefrenable, y ese ardor, cada vez que lo siente, es una sacudida en la memoria y a sus esperanzas de libertad adulta.

  • Las sinsombrero 2. Ocultas e impecables de Tania Ballo

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    Ocultas e impecables recupera el legado y los avatares de aquellas Sinsombrero (las intelectuales y artistas de la Generacion del 27) que por diversas razones tuvieron que acomodarse al papel que les deparaba el franquismo. Mientras sufrian el terrible exilio interior, desde un ostracismo casi absoluto, fueron capaces de asumir una labor que ha sido fundamental en la historia social, politica y cultural de nuestro pais. Un pais que nunca las reivindico.

  • La chica del semaforo y el hombre del coche de David Orange S

    https://gigalibros.com/la-chica-del-semaforo-y-el-hombre-del-coche.html

    Jack Miller es un genio de los numeros cuya especialidad es el estudio de la probabilidad, concretamente de los fenomenos aleatorios. Despues de anos trabajando en un misterioso proyecto que esta a punto de ver sus frutos, decide ponerlo todo en riesgo por algo que nunca ha tenido, una mujer…

  • Mi eterna protegida de C. J. Benito

    https://gigalibros.com/mi-eterna-protegida.html

    Gabriel acaba de ser expulsado de la CIA y ahora se ve obligado a trabajar como guardaespaldas en la empresa privada de un amigo. Su primer servicio es tranquilo,
    acompanar a una dulce abuelita a la que le sobran los millones pero todo dara un giro radical cuando su jefe le asigna otro servicio. Ahora debera hacerse cargo del
    equipo de seguridad de la famosa cantante de pop, Alexia Moore.

  • La vida real en tiempos de la felicidad de

    https://gigalibros.com/la-vida-real-en-tiempos-de-la-felicidad.html

    ?Es usted feliz? ?Cree que podria ser mas feliz? ?Por que parecen los demas tan felices? ?Lo son realmente? ?Hay que ser siempre positivo? ?Existe una ciencia de la felicidad?
    La felicidad y la actitud positiva son la ideologia de nuestro tiempo. Perseguir la felicidad se nos presenta casi como una obligacion. Preocuparse por el propio desarrollo, pase lo que pase a nuestro alrededor, nos parece de lo mas natural. La psicologia positiva se autoproclama como la ciencia de la felicidad y nos ofrece tecnicas para ser felices, dificiles de rechazar, bajo el supuesto de que quien no es feliz es porque no quiere.
    La tesis de este libro es que no existe tal ciencia de la felicidad y que su discurso no conduce a una vida con mas sentido, ni individual ni colectivo. Escrito por psicologos de distintas especialidades, este volumen aporta una critica integral de la psicologia y de la ideologia positivas de nuestro tiempo. Sin dejar de reconocer la racionalidad de la psicologia positiva, muestra la inconsistencia de sus fundamentos y hallazgos cientificos. Mas que en la ciencia, el sentido de la psicologia positiva se enmarca en una tradicion ideologica muy peculiar (norteamericana, individualista y neoliberal). Por ello, la psicologia positiva encierra su propio camino de servidumbre en el mundo del trabajo y de la nueva empresa. En definitiva, se propone un enfoque alternativo (sin recetas ni promesas) sobre la cuestion de la felicidad y su funcion en nuestras vidas.

  • La nueva formula del trabajo de Laszlo Bock

    https://gigalibros.com/la-nueva-formula-del-trabajo.html

    El vicepresidente senior de gestion de personas de Google revela por primera vez una formula de trabajo que se ha convertido en leyenda global.

  • El granero, tu y yo (Bdb), Antonella de Quevedo de Antonella De Quevedo

    https://gigalibros.com/el-granero-tu-y-yo-bdb-antonella-de-quevedo.html

    Eloisa decide separarse de Fernando harta de aguantar las consecuencias de su ludopatia. Con ganas de luchar y de salir adelante asume todas las responsabilidades que conlleva hacer que prospere una granja en plena crisis.
    Sin embargo, con la marcha de su marido no acaban los problemas ni los disgustos. Malas amistades y personas del entorno de Fernando querran cobrarse con creces las deudas pendientes, por lo que no vacilaran en acosar y extorsionar a Eloisa.
    Pese a todas las adversidades ella contara con su ilusion y la ayuda de Tomas, que no dudara en apoyar a la mujer a la que admira en secreto desde que puso un pie en sus tierras como veterinario de su ganado.
    ?Conseguira Eloisa desvincularse de Fernando? ?Y como se tomara este el acercamiento de Tomas a su exmujer?
    El granero, tu y yo removera los sentimientos del lector y le arrancara mas de un suspiro, tanto por la azarosa y tierna historia de amor entre Eloisa y Tomas como por el inocente y dulce romance adolescente que surge entre Julian y Estela, dos de los personajes secundarios mas jovenes.

  • El reino destrozado (Los Royal 5) de Erin Watt

    https://gigalibros.com/el-reino-destrozado-los-royal-5.html

    Tragedia. Trampas. Traicion. Nadie puede escapar de los Royal

  • El doctor (Seleccion RNR) de Bel Diciembre

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    La casa era imponente. En medio de la campina inglesa, sus muros grises se alzaban majestuosos. Con una altura de tres pisos, mas de mil metros cuadrados por planta y una extension de casi tres mil hectareas, no cabia duda de que la mansion del Conde de Gloucester era una muestra del poderio de aquel noble ingles. Martin caminaba despacio intentando seguir el ritmo que su padre, con la pierna lesionada, no tenia mas remedio que tener. Pero eso le permitia apreciar con mayor capacidad toda la inmensidad del lugar en el que se encontraba. Sin embargo, su padre no paraba de grunir y resoplar. --No te preocupes. Vamos con tiempo suficiente. --Martin intento tranquilizarle sabiendo que el sufria siempre por mantener lo que consideraba las minimas formas, y entre las que se encontraba el guardar una correcta puntualidad. --Lo se, hijo, pero me siento un inutil viendo como debes contener tu paso. La edad no perdona y esto solo es una muestra de lo que puede pasarme en un futuro muy cercano. --No digas tonterias. No hay ningun futuro cercano que anuncie calamidades y, cuando llegue el futuro lejano al que te refieres, tendras tu propia casa y el jardin en la misma puerta para poder regarlo si quieres desde la misma ventana, sentado en tu butaca. De eso me encargo yo, te lo aseguro. El senor Golsmith miro a su hijo con orgullo. Tenia ya veintisiete anos y habia heredado la hermosura de su madre, pero con una masculinidad propia. El color de su pelo era rubio mientras que sus ojos se acercaban al gris profundo abandonando el azul. Sin embargo, estaban siempre brillantes, muestra de una fuerte personalidad, curiosa y avida de conocimientos, que disfrutaba con lo nuevo y lo antiguo sin distincion. El cuerpo atletico era el de alguien que siempre ejercia algun que otro ejercicio fisico y todos los esfuerzos realizados por su educacion se dejaban ver en sus gestos y maneras, propias de cualquier miembro de la aristocracia. El senor Golsmith nunca habia ahorrado una sola libra en esa formacion pero, ademas, habia tenido la inmensa suerte de que el marques de Standford, con quien estuvo trabajando durante mas de veinte anos, le dejo en herencia una cantidad que para John Golsmith fue toda una fortuna. Aquel dinero se dedico en su integridad a su unico hijo a quien, con catorce anos, envio al mejor college de Inglaterra. Conocia los riesgos de esa decision. Relacionarse con la aristocracia cuando tus origenes eran tan humildes como los que correspondian a un simple jardinero no iba a ser facil para su hijo. Pero tambien era cierto que los tiempos estaban cambiando y que ya no era imprescindible poseer un titulo nobiliario para acceder a las mejores posiciones e, incluso, ser miembro del Parlamento. Martin demostro ser un muchacho con una tremenda personalidad. Nunca se acomplejo ni se amilano ante sus companeros de altisima clase social. Muy al contrario, su caracter bondadoso, su liderazgo natural y su privilegiada capacidad intelectual le granjearon, en muy poco tiempo, grandes amigos entre los que se contaban el vizconde de Ressy y el conde de Charmington. Junto con ellos, estudio aquellos primeros anos y nunca perdieron la amistad pese a que cada uno escogio caminos diversos para completar su formacion, desde el mundo de las finanzas para el conde de Charmington hasta la formacion en naviera militar preferida por el vizconde de Ressy, pasando por los estudios de medicina que habian sido la pasion de su hijo desde que, a los ocho anos, se habia quedado sin madre por una enfermedad que fue tan devastadora como cruel y repentina. El orgullo de ir conociendo como su hijo iba progresando personalmente fue un sentimiento mucho mas poderoso que la anoranza de no verlo mas que muy de vez en cuando. Durante todos aquellos anos se habian escrito cartas casi con frecuencia semanal y en todas ellas su hijo siempre le informaba de los mas nimios detalles, al tiempo que nunca olvidada transmitirle un carino que parecia ser incombustible a la distancia sin que nunca mediara un solo reproche. Era una prueba mas del caracter bondadoso de aquel muchacho, que habia sido siempre una constante en su personalidad. Sin embargo, lo cierto era que cada vez que lo miraba, John Golsmith veia a un hijo fisicamente muy diferente y a veces temia no poder reconocerlo en la siguiente ocasion. No era de extranar, la visitas que siempre suponian el traslado del padre donde estuviera su hijo, solo se producian una o dos veces como mucho al ano, y por muy breve tiempo. Para John Golsmith no era facil viajar porque suponia abandonar su trabajo y tenia un coste importante. Traer a Martin a su lado tampoco era simple. Los jardineros siempre vivian en casas muy humildes y pequenas ubicadas en las propiedades que cuidaban. Pero, por encima de todo, Mr. Golsmith queria evitar que su hijo tuviera que conciliar de una manera excesiva sus posibilidades y entorno con lo que significaba su propia familia

  • El rey caido de Joaquin Sanjuan

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    La venganza es un sentimiento destructor, pero tambien constructor, pues destruye mundos y construye imperios; destruye civilizaciones y crea reinos donde no los habia; destruye vidas y crea alianzas; destruye amores, y crea, por que no, amor.
    Esta es la historia de una venganza de proporciones divinas: la de una diosa despechada. Es tambien la historia de una venganza de proporciones epicas: la de un gran rey. Pero es ademas la venganza del ultimo eslabon de la sociedad, de un ratero devenido en asesino.
    La venganza es lo que alza de nuevo al Rey Caido, y lo lleva a amenazar Saphir, en una espiral de miedo, de terror, que lo cubre todo y amenaza con destruir la vida como la conocemos. Solo un punado de Neonatos, dirigidos por el lider de sus asesinos sera capaz de plantarle cara, a la vez que huyen del acoso de la Legion de los Cien Corazones.
    ?Quien quedara en pie cuando las cenizas de la venganza se enfrien?
    Joaquin Sanjuan, autor de la saga de fantasia oscura Leyendas de Lacenor y de la antologia de relatos sobre Solomon Kane Cazadores de lo Imposible nos ofrece una nueva novela de fantasia epica en la que la oscuridad toma nombre propio.

  • Los Crimenes del Misteri de Pablo Poveda

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  • Te amare por siempre (La chica de Indhira Jacobo

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    Arrastrando los pies llego a mi casa. Me duele la cabeza y me siento el cuerpo pesado. Una vez mas agradezco a la virgencita que no hay nadie, mi hermano no ha llegado del trabajo, confirmo la hora y me doy cuenta que tengo tiempo para ducharme y acostarme a dormir. No quiero tener que enfrentarme a un interrogatorio, por lo menos no hoy. Necesito una aspirina con urgencia, !mierda! Ni siquiera se si puedo tomar una maldita aspirina. Al llegar al bano, me miro en el espejo, estoy palida, tengo los ojos rojos e hinchados. No me reconozco y no me gusta mi reflejo. Siempre he sido amante de los banos despues de un dia agotador para relajarme, hoy tengo ganas de tomar una ducha rapida que acabe con todo. <>. Porque no solo me duele el cuerpo sino que tambien me duele el alma. Me desvisto y meto debajo del chorro de agua caliente y nuevamente las lagrimas me asaltan. Quiero parar de llorar pero las lagrimas siguen cayendo, parece como si tuvieran vida propia. <>. --"fue algo de ultimo momento" --dijo. --Ultimo momento, !una mierda! --grito--. Te casaste porque quisiste. Preferiste escogerla a ella y destrozarme la vida a mi. Varios sollozos se escapan de mi boca y las fuerzas me abandonan. Poco a poco me deslizo contra las baldosas y me dejo caer en el piso de la banera. Encojo mis piernas, las rodeo con mis brazos y escondo mi cabeza entre las rodillas. Me quedo bajo el chorro de agua caliente pensando en todo lo que ha pasado en estos ultimos meses. En como ha cambiado mi vida. Yo que siempre fui una persona precavida, inteligente, que intentaba evitar cualquier tipo de problemas. No entiendo como me meti en algo que no iba a poder manejar. Sabia que estaba mal, pero no supe detenerme a tiempo. Mi cabeza siempre supo que el no la dejaria, pero mi corazon escogio creer en el. Puede que sea la romantica que llevo dentro que penso que se quedaria conmigo como en las telenovelas o en los cuentos de hadas. ?Quien en su sano juicio iba a dejar a una rica heredera que le permita entrar en la crema y nata de la sociedad italiana? Nadie, y mucho menos para estar con una simple empleada que apenas esta comenzando en el mundo. Salgo de la ducha cuando ya se ha acabado el agua caliente y tengo las manos arrugadas, me pongo la pijama, me meto en la cama y vuelvo a llorar. Lo ultimo que recuerdo antes de caer rendida es que mi vida es una mierda y que soy la persona mas infeliz en la faz de la tierra. --!Hey! --escucho que alguien me llama mientras me dan palmaditas en el hombro. Abro los ojos y me encuentro con la mirada de preocupacion de Alex, la misma que me ha lazado en los ultimos dias cada vez que nos vemos--. Despierta dormilona. --!Hola! --lo saludo con la voz ronca. Tengo la garganta reseca--. ?Hace cuanto que estas en casa? --Hace una hora mas o menos. Solo he venido a banarme y por un poco de ropa, este fin de semana me quedo con Michelle y no queria marcharme sin hablar contigo --me dice mientras me incorporo. Miro por la ventana de mi cuarto y ya ha oscurecido. --?Que hora es? --Son pasada las ocho. --?Que ocurre? --Nada solo que casi no te veo y queria saber como van tus cosas --se interesa al mismo tiempo que me examina como si fuera un bicho raro bajo un microscopio. --No hay mucho que contar todo esta como siempre. Mi hermano resopla. --Como siempre significa que sigues sin alimentarte como es debido, estoy muy preocupado Adri cada dia estas mas delgada, parece que te estas consumiendo desde adentro. No puedes seguir asi. Tienes que ver un medico. --Fui a ver un doctor --respondo a la defensiva, un poco mas alto de lo que deberia e inmediatamente me pincha la sien. Cierro los ojos, me llevo los dedos al lugar de mi molestia y masajeo en pequenos circulos--. Me ha dicho que tengo problemas de tiroides y que por eso estoy perdiendo peso. <>. --Me alegra escuchar eso. ?Por que no me comentaste que irias a verlo? hubiera sacado un tiempo para acompanarte. Se acomoda a mi lado y apoya la cabeza en la cabecera acolchada de mi cama. Abro los ojos y me asalta la culpa. Alex siempre se ha preocupado y ha cuidado de mi, me duele no poder contarle la verdad. --?Que mas te dijo? --me pregunta y me entra panico, de repente tengo miedo de que haya percibido mi angustia. --?Que te hace pensar que me dijo algo mas? --Por favor Adriana, no hay que ser medico para saber que no te encuentras bien, ?Es que no has visto lo palida que estas? Algo mas has de tener a parte de ese problema de tiroides --dice y el tono es demasiado alto para mi cabeza. Me acaba de llamar por mi nombre muestra de que esta hablando en serio y que no esta para juegos. --Tambien ha dicho que tengo anemia --miento descaradamente--, debo tomar unas vitaminas y por favor baja la voz que me duele la cabeza. --Lo siento no quiero ponerme pesado pero entiendeme, estoy muy preocupado por tu salud --ladea la cabeza y me mira detenidamente--. Le dije a mami que cuidaria de ti y ultimamente siento que no te he dedicado el tiempo necesario. --No seas exagerado Alexander que no soy una nina --me quejo con cierta irritacion--, es solo una anemia y pronto estare bien. Me mira sin estar del todo convencido, asi que me apresuro a decir suavizando la voz: --Te lo prometo. Me estudia con sus ojos grandes durante unos segundos hasta que finalmente asiente con la cabeza. --Tambien te desperte porque tengo que comentarte algo. Ahora es mi turno de observarlo cautelosamente. Conozco esa mirada y por lo general viene acompanada de algo que no me va a gustar. --Michelle no deja de quejarse que casi no nos vemos, como ultimamente estoy saliendo tarde del trabajo, a veces hago doble turno; solo la veo los fines de semana. --Aja. Tomo un hondo respiro y retengo todo el aire de mis pulmones. --Pues que me ha propuesto irnos a vivir juntos --dice y su tono de voz deja entrever que hay algo mas importante aun. Vuelvo a respirar mas tranquila. No es lo que esperaba que dijera pero teniendo en cuenta que llevan saliendo juntos tres anos no es algo que me sorprenda. --Felicidades. Lo miro a los ojos y le digo con toda la sinceridad de la que soy capaz a pesar de mi falta de entusiasmo. Michelle es una excelente muchacha, muy bien criada, estudiante de medicina y lo que es mejor aun, esta loca por los huesitos de mi hermano. --Me alegro mucho por los dos. --Bueno aun no le he dicho que si, le dije que tenia que comentarlo contigo primero. --?Conmigo? --inquiero sorprendida--. Si me estas pidiendo permiso de una vez te digo que no me molesta que se venga a vivir con nosotros; la casa es grande, es mas hasta sobra espacio. Conozco tan bien a mi hermano que por la forma en que arruga la nariz, demostrando asi su nerviosismo y la manera en la que sus ojos se mueven, me da a entender que esta escogiendo cuidadosamente sus proximas palabras. Eso hace que me ponga nuevamente en alerta. Presiento que no me va gustar lo que me dira. --He estado pensando que deberiamos vender la casa... --dice bajito--... y mudarnos a un apartamento mas pequeno y mas cerca de nuestros respectivos trabajos. <>. --!?Mudarnos!? --casi grito. !Que horror! Me siento totalmente erguida, giro un poco el cuerpo y lo miro escandalizada-- ?Quieres mudarte del lugar donde hemos vivido toda la vida? <>. Eso no. !Joder! No ahora. Cuando crees que tu mundo se esta desmoronando viene tu hermano mayor y te lanza una bomba de ese calibre. !Dios! ?Pero que es lo que esta pasando?

  • Protegeme de Sophie Saint Rose

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    Laia hacia anos que no tenia una relacion con un hombre y en la despedida de soltera de su amiga Grace, se solto un poco la melena. Bueno, igual no fue un poco porque las consecuencias de esa noche iban a cambiar su vida para siempre. Lo preocupante era que no recordaba muy bien lo que habia ocurrido.

  • Ulises y Yacir de Cristina Cerezales Laforet

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    Ulises y Yacir son dos adolescentes que provienen de dos mundos muy alejados culturalmente. Ulises es hijo de una familia espanola acomodada, aunque no libre de problemas, mientras que Yacir proviene de Marruecos, de donde tuvo que huir jugandose su salvacion a una carta muy peligrosa: el cruce del Estrecho en una patera en la que perdieron la vida dos miembros de la familia.
    El encuentro entre estos dos jovenes durante unas semanas en un pueblo de la costa de Cadiz les cambiara para siempre. Lo que primero fueron recelos y desconfianza, fruto de sus miedos e inseguridades, pronto se convertira en una relacion de amistad magica, en la que compartiran sus suenos, sus ilusiones y sus primeros descubrimientos. Con ellos conviven Dorotea, Yamal y Melika, tres adultos que trataran de ayudarles a resolver sus conflictos.

  • Una maleta cargada de suenos de Carmen Caceres

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    Una maleta cargada de suenos" mas que novela es una exposicion de la situacion social de los paraguayos, de clase menos favorecida, que se ven forzados a emigrar dejando a su familia, amigos, costumbre, su pais, para sumergirse en un mundo desconocido y lleno de desafios. La maleta contiene suenos de los paraguayos que parten a buscar la tierra prometida. ?Seran ellos capaces de cumplir sus suenos o los mismos permaneceran guardados en la oscura maleta de la desesperacion? Amalia, personaje de la obra, recapacita: "Mi segunda noche en Espana... La primera detenida en el aeropuerto de Barajas y la segunda encerrada en este rincon oscuro de un lugar desconocido".

  • La vida te da sorpresas de Josefina Fernandez Garcia

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    Celia cree que conoce su pasado, hasta que su madre, en un momento de lucidez, pronuncia un nombre, que provocara en ella un deseo inevitable por descubrir que secretos esconde. Esto la llevara a emprender un viaje muy especial, en busca de respuestas.

  • El granado de Lesbos de Maria Iglesias

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    Esta es la cronica de como una periodista y escritora espanola, andaluza, en pleno impasse profesional, tras la crisis global y su maternidad, pasa de ver en television la huida de un millon de refugiados por el Egeo a vivir como reportera el mayor exodo en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Maria Iglesias embarca al lector en el viaje que hizo al otro extremo del Mediterraneo para rodar un documental sobre el caso del arresto, en 2016, en Grecia, de bomberos espanoles acusados de trafico de personas.

  • El Arconte de Pedro Rosillo

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    "Existe un combate entre el bien y el mal tanto en el cielo como en la tierra. Y el combate del cielo se refleja aqui en la tierra muchas veces y de una forma inusual, en lo oculto. No es una guerra que podamos ver con los ojos del cuerpo y sus batallas se suceden en hechos aislados, oscuros y misteriosos". Asi es el inicio de la novela "El Arconte" que nos comienza a sumergir de lleno en el mundo que hay detras del telon, en la intrahistoria de la historia. Pablo Romero es un chico de doce anos del barrio madrileno de Coslada que por las noches recibe la visita de unos seres misteriosos que le proponen que se suicide, a cambio, le daran el poder absoluto del reino del mal.

  • Tras el riesgo (eLit 3) de Tori Carrington

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    Nicole Bennett no solo era una chica mala, tambien era una ladrona. Y, aunque habia pasado malos momentos, nunca la habia seguido un tipo como Alex Cassavetes. El problema no era que la estuviera investigando, sino que ella tambien queria investigarlo a el… muy a fondo.Alex jamas habia conocido a una mujer como Nicole: era salvaje, desinhibida… y muy sexy. Pero tambien era su unica pista en un importante caso de robo. El peligro de intentar atrapar a un ladron con la ayuda de una ladrona era que podria ser el al que le robaran… ?el corazon?

  • El hombre invisible de Salem de Christoffer Carlsson

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    Leo Junker es un policia de asuntos internos que no atraviesa sus mejores momentos, lo que intenta superar con absenta y antidepresivos. Cuando aun no ha logrado recuperarse de la ruptura con su pareja tras la tragica muerte de su hijo, se ha visto apartado del servicio al fracasar en una envenenada operacion en la que resulto muerto otro policia.
    Una noche le desvelan los destellos luminosos de los coches patrulla. Una mujer acaba de ser asesinada de un disparo certero en el albergue para indigentes que hay en el bajo de su casa. Pese a estar suspendido, Junker no puede evitar inspeccionar la escena del crimen en la que observa que la joven muerta aprieta en su mano un objeto que le resulta familiar. Cuando se descubre que dicho objeto tiene sus huellas, lo que le convierte en sospechoso, no le queda mas remedio que implicarse en el caso de forma extraoficial. Con la sensacion continua de que le andan siguiendo, la investigacion se va a convertir para Junker en mas complicada y sorprendente de lo que esperaba, ya que va a resucitar viejos fantasmas y viejas heridas aun sin cicatrizar de su pasado.
    Christoffer Carlsson, uno de los mas destacados escritores actuales de la novela negra escandinava, nos presenta en <> una narracion tan apasionante como estremecedora y adictiva. A traves de la atormentada vida de Leo Junker, y de los fascinantes personajes que la secundan en el pasado y en el presente, Carlsson recrea de forma sin igual el ambiente de penumbras, frio y lacerante, de los suburbios humildes y de los bajos fondos de Estocolmo. Un ambiente de profundas tensiones sociales, muy alejado de la idea comun del bienestar sueco.

  • La realidad es peor que la ficcion de Maicol Rodriguez

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    SE A DICHO MUCHAS VECES QUE LA REALIDAD ES AUN PEOR QUE UN CUENTO DE FICCION. AHI MILES DE HISOTRIAS DE TERROR QUE RECORREN EL MUNDO Y AQUI LAS VAN A CONOCER ALGUNAS

  • El fin del amor de Tamara Tenenbaum

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    Nacida y criada en una comunidad judia ortodoxa en el corazon de Balvanera, Tamara Tenenbaum aprendio las costumbres afectivas y sexuales del mundo laico como una antropologa que descubre los modos de ser y hacer de una civilizacion desconocida. A partir de la filosofia y la militancia feminista, de las conversaciones con amigas y companeras, y del intento de convertir el propio cuerpo y la propia experiencia en un laboratorio de reflexion personal y colectivo, Tenenbaum explora los desafios que enfrentan hoy los y las jovenes en el inicio de su vida como adultos.

  • La vida nueva de Dante Alighieri

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    Entre 1292 y 1293, Dante Alighieri (1265-1321) escribe un conjunto de poemas y prosas que desarrollan una serie de visiones y alegorias en torno al tema del amor y de la experiencia poetica que titula Vita nuova. La figura central de esta obra, aparte del propio poeta, es Bice Portinari, la Beatriz real, que culminara en la Beatrice del Paradiso. Con un trasfondo de relato autobiografico, Dante relata su transformacion interior, a traves de su poesia, capaz de estructurar todo su sentimiento. Como nexo con la Commedia, la Vita muestra ya toda la altura y coherencia que alcanzara en el futuro su grandioso sistema poetico.

  • Fabrica del olvido de Manuel Losada

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    Fany es una joven timida que persigue sus suenos sin descanso. Una mudanza improvisada y un nuevo trabajo, la llevaran a darse cuenta que los suenos, a veces, se convierten en pesadillas. Un pueblo desconocido le transportara al pasado para mostrarle que en el miedo, en lo tetrico y en la fantasia, tambien hay verdades ocultas que le descubriran quien es ella realmente.

  • Espana en el corazon de Adam Hochschild

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    ?Que motiva a alguien para luchar por un pais que no es el suyo? Desde los primeros compases de la Guerra Civil espanola, esta se convirtio en una cuestion internacional. Hitler y Mussolini enviaron aviones y tropas a los generales golpistas. Millones de personas en todo el mundo sintieron que el fascismo que asolaba Europa debia ser detenido en Espana. Mas de 35.000 voluntarios de decenas de paises ayudaron a defender la republica espanola. Hochschild, el aclamado autor de “El fantasma del rey Leopoldo”, evoca este periodo tumultuoso a traves de las vidas de los estadounidenses involucrados en la guerra, entre los que se encontraban intelectuales de la talla de Hemingway.

  • El libro de las almas (La biblioteca de los muertos 2), Glenn Cooper de Glenn Cooper

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    ?Que harias si supieras la fecha del fin del mundo?

  • Un destello de luz (Inspector Gamache 9) de Louise Penny

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    La Navidad esta a la vuelta de la esquina, y en Quebec eso significa nevadas que encandilan, luces de colores y encuentros con familiares y amigos ante una chimenea encendida. Sin embargo, Armand Gamache, el inspector jefe de la Surete du Quebec, no tiene mucho que celebrar: algunos de sus mejores agentes del Departamento de Homicidios han sido trasladados a otras unidades, lleva meses sin hablar con el teniente Jean-Guy Beauvoir y fuerzas hostiles estan alineandose contra el.

  • Pasajera de Alexandra Bracken

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    M Prologo ientras ascendian, apartandose cada vez mas de los senderos sinuosos que conducian a los pueblos cercanos, el mundo se abrio ante el en su forma mas pura: silencioso, ancestral, misterioso. Letal. Nicholas habia pasado la mayor parte de su vida en el mar, o lo bastante cerca de el como para detectar el olor a pescado y salitre cuando se levantaba viento. Incluso en aquel momento, mientras se acercaban al monasterio, esperando que este apareciera entre las nubes y la densa niebla, se dio cuenta de que se daba la vuelta, buscando en vano, mas alla de los altisimos picos del Himalaya, la brumosa linea donde se encuentran el cielo y el oleaje; algo familiar a lo que aferrarse antes de que su valor y la confianza que tenia en si mismo desaparecieran. La senda, una sucesion serpenteante de escaleras y barro, habia avanzado, en un primer momento, entre pinos con los troncos cubiertos de musgo, y ahora abrazaba los precipicios verticales, cortados a cuchillo, sobre los que habian construido, por imposible que parezca, el monasterio de Taktsang Palphug. Por encima de los arboles ondeaban cuerdas con banderas de oraciones y aquella vista suavizo parte de la presion que sentia en el pecho. Le recordo, de inmediato, a la primera vez que el capitan Hall lo habia llevado al puerto de Nueva York, donde las fragatas nuevas estaban festoneadas con banderas de diferentes estilos y colores. Cambio de postura. Fue un movimiento con el que pretendia suavizar el dolor que le producian las correas de la mochila, que se le clavaban en los hombros. Un movimiento lento y cuidadoso, porque no queria despenarse. <>. Jarcias. Ansiaba volver a tocarlas, volver a sentir la espuma que traian el viento y el navio al cargar por el mar. Nicholas intento erguirse de hombros y apagar la quemadura del resentimiento que amenazaba con prender en la boca del estomago. Ya deberia haber vuelto. Deberia estar con Hall, con Chase, pasando por encima de las crestas de las olas; y no alli, en un siglo extrano -- !el siglo XX, por el amor de Dios!--, con un atontado incompetente que le necesitaba para atarse los botones del abrigo nuevo, anudarse las botas, ponerse el panuelo del cuello y aquel ridiculo sombrero de fieltro de ala ancha y desmandada, a pesar de tener dos manos y, a todas luces, un cerebro dentro de aquella cabeza suya. El saco de cuero que llevaba colgando del cuello le golpeo con fuerza en el costado cuando continuo ascendiendo hacia donde se encontraba Julian, que estaba con una pierna apoyada en una roca; su pose habitual cuando creia que habia damas alrededor dispuestas a admirarlo. Nicholas no tenia ni idea de a quien estaria intentando impresionar; ?a los pocos pajaros que habian oido mientras cruzaban el bosque humedo? ?Habria sido siempre asi: histrionico, vanidoso y un completo desconsiderado? ?Acaso Nicholas habia estado tan ciego, por lo maravilloso que le parecia haber encontrado a un supuesto hermano --y, con el, una vida nueva llena de comodidades, riqueza y aventuras--, como para no haberse dado cuenta antes? --Eh, muchacho, ven y echa una ojeada. Eso es el Nido del Tigre, ?sabes? Maldita sea esta niebla… En realidad, Nicholas ya lo sabia, si. Para el, era importante leer tanto como le fuera posible acerca del sitio al que los habia enviado el anciano porque, asi, tendria mas posibilidades de mantener con vida al cada vez mas imprudente y tozudo Julian. Nicholas siempre partia de una escasez de conocimientos, de entrenamiento. Cuando se dio cuenta de que la familia nunca le proporcionaria una educacion de verdad para sus viajes, habia empezado a preguntarse si aquello era intencionado, para que su posicion siguiera siendo precaria. La situacion le habia molestado tanto que se habia gastado la mayor parte de sus exiguos ingresos en libros de historia. --El guru budista de Butan, Padmasambhava, segun cuenta la leyenda, claro esta, llego volando hasta aqui a lomos de una tigresa --siguio diciendo Julian con una sonrisa que los habia sacado de varios problemas y complicaciones; la sonrisa que, en su dia, habia servido para suavizar el corazon y el caracter de Nicholas, pues era ideal para pedir perdon--. Deberiamos entrar en alguna de sus cuevas de meditacion cuando volvamos. Hasta tu podrias dedicarte un rato a pensar. Fijate en esas vistas y dime que no echaras de menos viajar. ?Como si no, con esa vida humilde que llevas, crees que habrias visto esto? !Vamos, jamas de los jamases! En vez de soltarle un punetazo en su petulante cara o clavarle la piqueta en la espalda, Nicholas volvio a cambiar la mochila de posicion e intento no pensar que, una vez mas, lo estaban aplastando tanto el peso de Julian como el de las pertenencias de este. --Parece que se avecina una tormenta --comento Nicholas, orgulloso de lo firme que sonaba su voz a pesar de la agitacion y las protestas que, una vez mas, provocaba el resentimiento que crecia en su interior--. Deberiamos detener el ascenso y esperar a manana. Julian se quito un bicho del hombro de su abrigo impoluto. --No, tuve que dejar a aquella fierecilla en el bar clandestino de Manhattan y quiero estar de vuelta para un revolcon rapido antes de regresar con el anciano --comento Julian entre suspiros--. Aunque, una vez mas, con las manos vacias. Y volvera a enviarnos a otro sitio remoto, a buscar algo que, lo mas probable, ni siquiera exista ya. Tipico. Nicholas se quedo mirando como su hermanastro hacia malabarismos con el baston y empezo a preguntarse que pensarian los monjes de ellos: el engreido principe pelirrojo con su equipo nuevo de montana, husmeando por sus rincones sagrados en busca de un tesoro perdido; y el jovencito de piel oscura, el sirviente, a todas luces, siguiendolo como una sombra cautiva. <>. ?Por que habia aceptado? ?Por que habia firmado el contrato? De hecho, ?por que habia confiado siquiera en esta familia? <>. --Alegra esa cara, viejo --le solto Julian, y le pego un suave punetazo en el hombro--. No me diras que todavia estas molesto por lo del contrato. Cuando su hermanastro se dio la vuelta de nuevo, Nicholas lo miro airado a su espalda. No queria hablar de aquello, ni pensar en ello; en como Julian se habia encogido de hombros y le habia soltado: <>. Aunque aquella familia, de la que habia sido esclavo, le habia dado la libertad, al final, habia vuelto a convertirse en un sirviente. El anciano, no obstante, habia hablado de cosas magnificas: magia, viajes, mas dinero del que era capaz de imaginar. En aquel momento, no le habia parecido que cinco anos de emociones fueran a ser ningun sacrificio.

  • Del oleo al pasado de Mayra Redmontt

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    Elise Wright es una chica sencilla de Newark, quien con grandes ambiciones y suenos emigro a Philadelphia. Una noticia inesperada en la editorial donde labora le hara cambiar drasticamente su hasta entonces pacifica y rutinaria vida. Pronto su trabajo la orillara a conocer a un enigmatico par de artistas, Valrick y Gretchen Bremer, quienes son perseguidos por una tortuosa historia, que poco a poco, y sin haberlo previsto, se ira desentranando en una suerte de aventuras, donde el romance y el misterio van de la mano.

  • Dos hombres y el amor de Anne Mcallister , Lucy Gordon

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    Los primos Gabe McBride, vaquero de Montana, y Randall Stanton, aristocrata ingles, intercambiaron sus respectivos trabajos. Y eso supondria el desafio mas grande de sus vidas.

  • La ultima palabra de Juan Elias de Pau Freixas

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  • Nunca crei ser una propuesta de Sophie Kiss

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    Aquella salida nocturna fue inolvidable para Shirley, le cambio la vida para siempre, sacandola de su rutinario y monotono estilo de vida, viviendo nuevas e intensas aventuras al lado de Rene y Marcus, dos hermosos hombres que tienen una gran sorpresa guardada entre manos. Al ver a Shirley no lo dudaron y la eligieron para estar con ella.
    Historia de Bonificacion: El adorable Claus busca el amor, lo ha encontrado en una hermosa chica que trabaja en la empresa donde el es dueno, Claus esconde un secreto y parece que ese secreto le va a pasar la cuenta.

  • Amar a Jason Thorn de Ella Maise

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    Jason Thorn... El amigo de la infancia de mi hermano...

  • Sentada al borde de la cama de Roberto Sanchez

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    No lo podia entender. No me cabia en la cabeza que hubieras dejado tu vida en mis manos. Y menos que lo hubieras escrito en ese papel del demonio. Era imposible que supieras nada cuando lo firmaste. Al dia siguiente se cumplia el plazo, Marta. Se habia empezado a descubrir toda la verdad sobre ti, sobre mi. Quedaban veinticuatro horas para que me dieras alguna senal y tomara una decision. Si hubieras podido oirme, habria bastado ese tiempo para ponerte al dia de lo que ocurrio desde que entraste en ese sueno profundo, en ese silencio que te estaba matando a ti y que nos habia condenado a las dos. Me costo reconocerte. Quizas porque entre deslumbrada. Llegue con los ojos llorosos, como se me ponen cada ano por esas fechas cuando empieza la primavera lanosa de Madrid. Vi el numero en la puerta: 227. Como para no creer en las casualidades. El veintidos, Marta, el de la suerte. Y el veintisiete, el que nos salvo una vez; tu numero fetiche. Entre mi conjuntivitis y la media luz, no me habia fijado, pero aquella habitacion tenia hechuras de una suite de hotel a la que hubieran ido vaciando poco a poco; ahora un cuadro, mas tarde un aplique, manana una alfombra, hasta que la dejaron unicamente con lo puesto, en los huesos. Como estabas tu. Pero una suite, al fin y al cabo. Llevabas un ano ajena a todo, dormida, inmovil, en mitad de aquel vacio, en una cama pequena, diminuta, amarrada a la vida por un lio de cables y tubos. Olia a clavo y a zotal. A consulta de dentista. Tambien habia algo tuyo en el ambiente. Me transporto a mil momentos, aunque se me agolpaban todos y ninguno era capaz de colocarse en su sitio. Lo intento ahora al escribirlo. Observe un frasco medio abierto de tu perfume de toda la vida sobre el estante inferior, junto a un liquido desinfectante y tu reloj de pulsera que seguia parado. A saber desde cuando. Por la hora podria ser desde el instante fatal. Me costo reaccionar. Me debati entre dar aquel paso o salir huyendo. Cuando estaba a punto de sentarme junto a ti, volvi una vez mas hacia la puerta para preguntar cuanto tiempo podia quedarme. Desee que me dijeran, marchese, vayase cuando quiera. En cambio, me respondieron que estuviera tranquila, que me tomase mi tiempo: <>. Me temblaba todo. Queria que despertaras. Lo deseaba, y sin embargo te hablaba en susurros, como cuando me colaba a hurtadillas en tu habitacion a la hora de la siesta. Pero no vi tus zapatillas ni a un lado ni otro de la cama, ni tuve que apartar tus trapitos que habrian estado hechos un higo, tal cual hubieran caido en aquel galan que era otro esqueleto, o revueltos de cualquier manera sobre la butaca en la que deje el bolso. Un sillon abatible para las visitas. Me hubiera quedado a dormir alli mas de una noche, pero sabes que no podia correr ese riesgo. Llevaba los documentos que habia leido millones de veces. Los entendia menos que los valores de las dos pantallas que te custodiaban. Respecto a estas, supuse que todo estaria bien mientras fueran marcando una misma cadencia, mientras no saltara la alarma y se llenara todo aquello de enfermeras. Imagino que tambien de policias. Me fio de ti. De lo que escribiste. Por muy sospechoso que resultara que antes del accidente hubieras sido capaz de dejar las instrucciones sobre tu legado dispuestas con tanta precision. Si descartamos la brujeria, no se me ocurre ninguna otra posibilidad. He barajado muchas hipotesis, pero no dejan de ser conjeturas. Ninguna de ellas esta exenta de cierta dosis de conspiranoia. Y no faltan razones para alimentarlas: desde tu posible conexion con las tramas corruptas del excomisario Bermejo, a tu peligrosa cercania con el ministro del que fuiste companera de pupitre. No habia aparecido todavia el tipo del tatuaje, el que conducia el Tiguan de color negro. No habia sido capaz de encontrarlo. Tampoco quedaba rastro del dinero. Cada manana, cuando me despertaba, lo unico que sabia es que era martes, o lunes, o jueves ...y que me llamaba Alicia. Poco mas. Me sorprendia alli, donde fuera, boca abajo, restregandome con una almohada desconocida, intentando recordar donde habia dormido. Hundia bien la nariz y aspiraba con fuerza. Nunca me resultaba familiar la funda aspera de turno que habrian lavado mil veces, aunque no recientemente. Digo mil porque es cuando empiezan a brotarle esas pequenas borlitas con las que me aranaba las mejillas. Era la casa de un hombre. Otro mas. Un tipo que ni siquiera habia tenido el detalle de colocar unas sabanas limpias. Aquellas desprendian un olor espeso, con una solera que no se consigue facilmente. Mira que hay que vestir una cama durante muchos dias seguidos y que no le hayan concedido ni unos minutos diarios de ventilacion para llegar a acumular ese buque al que me refiero. !Que asco, por Dios! Bueno, esas no serian precisamente las blasfemias que saldrian de mi boca unas horas antes, cuando las hubiera mordido con todas mis fuerzas, cuando estuviera poniendo de mi parte para aumentar el pozo sin fondo de germenes que acumulaba. Soy asi de generosa cuando me lo estan dando todo, ya lo sabes. A ese tipo tambien le habria dicho que me llamaba Alicia. Una de todas esas Alicias en las que me habia convertido durante ese ano. Todas las que habian estado buscando a nuestro hombre. He perdido la cuenta de las mentiras a las que he tenido que recurrir para llegar a saber la verdad, Marta. En ninguna de esas citas habia sido quien soy para quienes creen conocerme: la mujer que acaba de cumplir los cuarenta --cuarenta y pocos--, la profesional de exito, la de la envidiable solvencia economica para los tiempos que corren; esa tipa con una formacion solida, leida, cultivada, intelectualmente inquieta, con ciertas necesidades culturales. Y sin abuela que estoy. Eso es. Empece sin una idea sobre lo que podia ocurrirme. Sin prejuicios. Total, era una mujer soltera, sin obligaciones ni ataduras sentimentales; que seguia sin conocer lo que es tener una relacion estable; que sabia que a su edad eso no es muy normal; que no esta bien visto socialmente; que levanta sospechas. Todavia hoy en dia. Sobre todo, en una mujer. Das pie a que te tachen de rarita, a que les des mala espina y quieran salir huyendo. <>, se pregunta el personal. Sabes que no soy de esas que tienen aversion a las de su especie. En todo caso soy algo timida. Me obsesiono por el que van a pensar de mi si hago esto o si digo aquello otro. Quizas sea esa la coraza con la que me protejo de mis inseguridades y mis complejos y la que acaba dando una idea bastante distorsionada de mi; de una persona altiva o distante. Eso recuerdo que me dijiste nada mas conocernos, Marta. O Dolly, porque en la Facultad de Derecho todos te llamaban asi. ?De donde te venia? De muneca, explicabas; que asi te habian bautizado en el instituto de Connecticut donde cursaste el equivalente al COU espanol. Claro que, con el tiempo, cualquiera que llegara a conocerte sabia que era mucho mas cauto poner en cuarentena todas las anecdotas con las que tu misma, cuando no tus hagiografos, contribuyeron a alargar la sombra de tu carisma hasta convertirte en una leyenda. Habia que ir con sumo cuidado al aproximarse a tu perfil, no fuera a ser que acabara contaminado por alguno de esos bulos prenados de intencion. Tambien me dedique a eso: a indagar. Porque siempre habia dado por bueno lo que me contaste sobre tu pasado. ?Por que tendria que dudar? Supuse que el hecho de ser una profesional del engano no obliga a ser una mentirosa compulsiva con la gente que quieres. Hemos sido amigas y me has querido, ?verdad, Marta? A grandes rasgos, si una se pone a bucear en tu biografia, parece que no existe ninguna duda de que Marta Suarez Enjuanes nacio en Elche, en 1976. Hija de Margarita, aparadora de calzado de profesion, y de un viajante de comercio al que nunca llegaste a conocer. O sea, a efectos de inventario, toda la vida has llevado a cuestas el sambenito que se le pone en los pueblos a las hijas de madres solteras. Porque poco o muy poquito se sabia de quien te habia dado el Suarez del primer apellido. Nunca te contaron ni tan siquiera que tipo de estampados, de telas o de pulimentos llevaba ese vendedor en su cartera. El tal Suarez dejo de dar senales de vida despues de recibir la noticia de que de su ultima visita no habia fructificado unicamente un pedido millonario de los que solia facturar a Calzados Anton. Ahi entrariamos en el capitulo de las especulaciones. Ninguna probada. Aunque me contaste, con cierta guasa, que habia dos teorias que corrian como la polvora y con mejor suerte que el resto: las dos tenian en comun tu parecido con el propio patron de la marca, con Amadeo Anton, una retirada que iba algo mas alla de la casualidad. Mas adelante descubriste que tambien teniais maneras de proceder muy similares. Eso mismo, tal cual me lo confiaste, lo pude corroborar sobre el terreno. Alli volvi a oir la hipotesis que sostiene que nunca hubo un Suarez como tal, sino que tu serias la consecuencia de la furtiva relacion de tu madre, Margarita, con el patriarca de la empresa. Una relacion consentida por su mujer. ?Consentida? ?Por que? Al parecer, a cambio de que Amadeo Anton no le pusiera a ella cortapisas a sus pulsiones amatorias, que iban en direccion contraria, ya me entiendes. Las verdaderas preferencias sexuales de la senora eran conocidas, pero tanto los padres de uno como de otra no las tuvieron en cuenta. Es mas, las pisotearon cuando arreglaron la boda entre ellos. Lo hicieron con noble intencion de salvar su alma. Tambien para que no se diluyera la sociedad patrimonial que sumarian entre las dos familias. Pero, chica, sigue teniendo peso y hace furor entre el chafardeo la otra escuela, la que argumenta realmente eras nieta de Amadeo Anton, nada de hija. Porque este, en uno de sus escarceos extramaritales, dejo embarazada a una alemana que, camino de Denia para embarcar hacia las islas y perder sus rumbos en las playas ibicencas, recalo en Elche sin saber muy bien ni como ni por que. E igual que aquel destino no entraba en sus planes, tampoco le encajaba en su futuro idealizado lo de cargar con la criatura del bombo que se llevaba de recuerdo. A Anton no le resulto dificil convencerla de que volara ligera y que dejara a su cargo al bebe; tu madre, a la postre. Puso en el empeno una dosis de afilada labia, incluida una sutil insinuacion que quizas a alguien muy quisquilloso le podria haber sonado como un principio de extorsion. Tambien puso en la mochila de la alemana un argumento muy atractivo: un rulo de billetes de mil pesetas. Asi se las gastaba el abuelo.

  • Nunca te olvide de Mar Fernandez Martinez

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    Linette Montgomery descansaba despues del almuerzo comodamente sentada en el columpio del porche. Observaba con deleite a su familia, la unica que le quedaba tras la muerte de su marido. Durante los treinta anos que estuvieron casados fueron una pareja feliz como ninguna, pero una mala enfermedad se lo llevo de su lado. Ahora solo le quedaba su hijo, Jacob, que cada domingo como un reloj, la visitaba para comer en familia. Para su desgracia su Jacob se habia casado con la mas insufrible de las mujeres de la zona. Ambas eran muy distintas, ya que Mery era recta en sus costumbres, seca y poco considerada. Para colmo era una de las mayores cotillas del pueblo, como habia sido su difunta madre. A pesar de todo, Linette nunca dijo nada a su hijo porque el era libre de enamorarse de quien le placiera. Pero sus nietos eran algo bien diferente, ya que, gracias al cielo, no se parecian demasiado a su madre. En ese momento se sento a su lado la mas pequena de los tres, su dulce Jane, de diez anos y cuyos ojos azules iluminaban su cara al sonreir contagiando su alegria e inocencia. --Jane, ?te gusto la tarta de chocolate que te prepare? --Si, gracias abuelita Linette, sabes que me encanta. --?Donde esta tu hermano Derek? --Creo que esta en el viejo establo. --!Ese demonio de chico! Le he dicho mil veces que no vaya alli, esta a punto de derrumbarse... --Le gusta ir con su amigo Daniel Sullivan. --Supongo que es normal que los muchachos quieran tener su propio espacio, pero no deja de ser peligroso que anden por ahi. Hablare con el. --No te enfades abuela. Es normal --hizo un gesto con su pequena mano como si fuera mayor. Su abuela sonrio. --?Por que? --Seguro que hablan de cosas de chicos --le explico Jane muy seria --. Cuando mama esta hablando con la de Tory, que es mi mejor amiga, nos dicen que nos vayamos a jugar porque estan hablando de cosas de chicas. --Lo que hacen es chismorrear --dijo Linette entre dientes para que la pequena no la escuchara. --?Es malo hablar de cosas de chicas? --pregunto sin comprender el ceno fruncido de Linette. --No mi cielo --contesto plantando un beso en la coronilla de la pequena mientras la abrazaba con carino--. No me hagas caso Jane. La abuela, que ya esta mayor. --!Mira abuela! --exclamo senalando con un dedo el camino--. Viene la senora Rider. --su abuela la vio a lo lejos y se levanto. --Carino, sera mejor que vayas a jugar con tu hermana, tengo que hablar con Rose. Cuando se encontro con la mujer en el umbral del porche le dio un emotivo abrazo. Linette la apreciaba mucho, era la hija de su mejor amiga Greta que habia fallecido un par de anos antes. Rose la preocupaba mucho ultimamente. Era evidente que ese cerdo de Lee Rider le hacia la vida insoportable. Se caso demasiado joven con ese bueno para nada, cuando se quedo embarazada, y de eso hacia ya dieciseis anos. Al observar su rostro se percato de que tenia el ojo morado y algun que otro aranazo en su suave piel. Aquel hijo de mala madre la habia vuelto a pegar ?Por que no le denunciaba de una vez por todas??Por que no se divorciaba? Suspiro levemente ya que conocia la respuesta aun sin preguntar. Le amaba y nada podria hacerla cambiar de opinion a pesar de hacerse dano a si misma y a sus hijos. No era consciente de su error. --Sera mejor que entremos para hablar. --No, Linette, gracias. Tienes visita y no quiero molestar. --No te preocupes. --La puerta ya estaba abierta y la insto a entrar al salon. --Linette, de verdad que no quiero molestar. --Miro por la ventana deseando no encontrarse con nadie. --Jacob esta echandose una siesta y mi nuera esta leyendo en el jardin de la parte trasera. ?Que pasa? --Yo... --balbuceo algo avergonzada--. Solo venia a agradecerte que me encontraras el empleo en el restaurante de Ben. Pero creo que sera mejor que lo deje. --?Por que? --pregunto la anciana conociendo ya la respuesta de antemano. Lo veia en ese ojo morado. --Tengo que cuidar de los ninos. Ademas... --dudo antes de confesar--. Estoy embarazada, debo tener cuidado. --Rose, !Dios santo! --exclamo alarmada. Era el colmo, ese cabeza hueca la habia vuelto a liar como si la pobre Rose no tuviera ya bastante . Asi nunca lograria huir de aquel hombre. La tristeza en su rostro la desarmo--. No pasa nada cielo. Sabes que puedes contar conmigo, ?verdad? --Gracias. Si no fuera por tu apoyo estaria completamente sola. Desde que murio mi madre solo te tengo a ti. --su voz sonaba entrecortada y no pudo evitar abrazarse a la anciana en busca de consuelo. Cuando se separaron, Linette se acerco hasta el perchero en el que estaba colgado su bolso y saco su cartera. --Toma --dijo mientras ponia unos billetes en la palma de su mano. Rose fue a rehusar el gesto, pero Linette no se lo permitio--. No lo rechaces, mi nina. Sabes que eres como una hija para mi y puedes contar conmigo siempre. Esos ninos necesitan comer. --Linette. Mi vida se me esta yendo de las manos y no se que hacer. A mi Jack no se que le pasa ultimamente, pero no hace otra cosa que meterse en lios. Sus estudios cada vez van peor y lo ultimo fue... --Que ha discutido con su padre por ti. --Si. Fue cuando Lee y yo discutiamos por lo del trabajo, Jack se quiso meter en medio y le levanto la mano a mi pequeno... --Y tu se lo impediste. --?Que puedo hacer? --pregunto herida. --Lo coherente seria que te separaras de ese tipo. Rose fue a protestar, pero Linette la acallo con un gesto--. Ya se que no lo vas a hacer. Habla con el chico y dile que si quiere ser un hombre de verdad no cometa los mismos errores que su padre. Creo que es listo y lo entendera a la primera. --Espero que tengas razon. --Es un buen muchacho. Me recuerda mucho a tu padre y no a ese mulo que tienes por marido. --No seas mala. --Miro su reloj de pulsera con nerviosismo--. Ahora tengo que irme. Gracias por todo, no sabes como necesitaba hablar contigo. --Siempre que lo necesites puedes venir. Esta es tu casa si quieres. --Gracias. --Cuidate, por favor.

  • RUDIS de Marcos Nieto Pallares

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    <> Lector en Goodreads

  • A Merced del Deseo de Tara Pammi

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    Valentina siempre habia creido en la pasion que consumia tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrio que su matrimonio no era mas que un frio trato de negocios. A pesar de que entre ellos habia una quimica innegable, ella se nego a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigio que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendio de nuevo la llama de la pasion, Valentina descubrio que estaba a merced de su propio deseo.

  • Patrick (Detras de la musica 3) de Yunnuen Gonzalez

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    Amar siempre… Siempre perdonar

    Ser los bajistas de The Radicals y The Border puede ser lo mejor como musico. La atencion no siempre esta sobre ellos y pueden disfrutar la fama tranquilamente. Pero ?que sucede cuando las malas decisiones personales afectan a los grupos?