• libro amy e isabelle - Elizabeth Strout

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    Isabelle es una mujer viuda que vive en un pueblecito cerca de Boston con su unica hija, Amy, de 16 anos. La relacion entre madre e hija es tensa y la comunicacion practicamente inexistente. Cuando un nuevo profesor de matematicas llega al pueblo, la vida de Amy da un giro radical: el profesor y la alumna empiezan una relacion que despierta la sexualidad de Amy. Y, poco a poco, Amy descubre un mundo diferente, que no tiene nada que ver con el ambiente claustrofobico que vive con su madre. Cuando Isabelle descubre que su hija mantiene una relacion con el profesor, se siente humillada y traicionada, rompe con su hija y, a la vez, se sumerge en sus frustraciones y se arrepiente de no haber vivido su vida.

  • AMY E ISABELLE - STROUT ELIZABETH - Sinopsis del libro ...

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    Isabelle es una mujer viuda que vive en un pueblecito cerca de Boston con su única hija, Amy, de 16 años. La relación entre madre e hija es tensa y la ...

  • AMY E ISABELLE | ELIZABETH STROUT | Casa del Libro

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    Luna llena de la japonesa Aki Shimazaki es una delicada novela breve en torno al amor y los secretos de quienes nos rodean. Llévatela con 5% y envío gratis ...

  • Amy e Isabelle (Modernos y Clásicos) Tapa blanda - Amazon.es

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  • Amy e Isabelle - Elizabeth Strout | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-amy-e-isabelle/248300

    16 may 2017 — La primera novela de la autora del premio Pulitzer Olive Kitteridge y del reciente éxito literario Me llamo Lucy Barton. Isabelle es una mujer ...

  • Amy e Isabelle - Libro de Elizabeth Strout - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/36974/amy-e-isabelle

    La primera novela de la autora del premio Pulitzer Olive Kitteridge y del reciente éxito literario Me llamo Lucy Barton. Isabelle es una mujer viuda que vive en ...

  • "Amy e Isabelle" de Elizabeth Strout - Una isla de papel

    http://www.unaisladepapel.com/2017/08/amy-e-isabelle-de-elizabeth-strout.html

    En Amy e Isabelle se cuenta la historia de una madre y una hija, pero también la de toda una comunidad. Los personajes que transitan por el libro no son ...

  • AMY E ISABELLE - Casa Usher Llibreters

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    AMY E ISABELLE, STROUT, ELIZABETH, 19,00€. ... La relación entre madre e hija es tensa y la comunicación prácticamente ... Otros libros del autor.

  • AMY E ISABELLE · ELIZABETH STROUT - Tipos Infames

    https://www.tiposinfames.com/libros/amy-e-isabelle/5170/

    Este libro ilumina los grandes y pequeños dramas que tienen lugar en el pueblo de Shirley Falls. Como ya hizo en Olive Kitteridge, ambientada en el pueblo de ...

  • AMY E ISABELLE. STROUT,ELISABETH. Comprar libro

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  • amy e isabelle - Machado Libros.

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    AMY E ISABELLE, STROUT, ELIZABETH, 19,00€. «Una novela que capta con un gran sentido del humor los dilemas de lo que llamamos vida cotidiana» (Alice Munro).

  • Los hermanos Burgess de Elizabeth Strout

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    Perseguidos por el extrano accidente en el que fallecio su padre, Jim y Bob huyen de su pueblo natal en Maine, dejando alli a su hermana Susan, y se instalan en Nueva York tan pronto como se lo permite la edad. Pero su fragil equilibrio emocional se ve desestabilizado cuando Susan los llama desesperada pidiendo ayuda. Asi, los hermanos Burgess vuelven a los escenarios de su infancia, y las tensiones que moldearon y ensombrecieron las relaciones familiares, silenciadas desde hace anos, afloran de manera imprevisible y dolorosa.

  • Un revolver y siete rosas (Elizabethtown 1) de Brenna Watson

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    Le dolian tanto los pies que apenas podia continuar avanzando. Desde que habian abandonado Cold Harbor, donde la Union habia sufrido una de sus mayores derrotas, se habian dirigido a Petersburg para unirse al asedio de la ciudad. Alli pretendian hacerse con el control de aquel punto estrategico y cortar las comunicaciones ferroviarias que abastecian al ejercito del general Lee. Gabriel Sinclair no recordaba cuantas horas llevaba caminando y, cuando al fin alcanzaron su destino y obtuvieron permiso para descansar, lo primero que hizo fue quitarse aquellas malditas botas. Contemplo, con una mueca de dolor, sus pies ensangrentados y los dedos casi agarrotados y deformes a fuerza de llevar un calzado dos numeros menor al que le correspondia. Al menos, penso, no iba descalzo. No hacia muchos dias que habia contemplado el cadaver de uno de aquellos confederados, que habia cubierto sus pies con pedazos de carton pintados de negro. A su lado se tendio su primo Russell. El y Mitchell Chapman, Mitch, parecian los unicos conformes con su indumentaria, el ultimo a causa de unas relucientes botas que le habia hecho llegar su padre desde Saint Louis, aunque al parecer seguia echando de menos sus zapatos Oxford. <>, se dijo, aunque sin atisbo de acritud. Mitch era un buen chico, y generoso ademas. Compartia con sus companeros casi todo lo que le hacian llegar desde casa, desde dulces a camisas nuevas. De hecho, le habia sugerido a Gabriel intercambiar con el las botas de vez en cuando, solo para que pudiera descansar los pies, pero se habia negado a aceptar. Ya era suficiente con que sufriera uno de los dos, aunque en ocasiones, como esa en concreto, se arrepentia de no haber accedido. David Cassane se sento cerca de ellos, apoyo la espalda contra un arbol y, como era su costumbre, abrio aquel cuaderno de tapas negras que siempre llevaba con el para ponerse a escribir. Gabriel admiraba su capacidad de concentracion. Era capaz de abstraerse hasta en las condiciones mas adversas. --?Que crees que escribira ahora? --pregunto Brett McFarlane con su habitual sonrisa. Se dejo caer junto a Russell, que protesto cuando lo empujo sin querer--. Si no hemos hecho otra cosa que caminar durante dias. --Seguro que esta escribiendo sobre ti --bufo Russell. --Entonces necesitara un cuaderno mas grande --bromeo Brett. Mitch habia encendido un pequeno fuego y colocado una cafetera encima. Por suerte, en ese momento disponian de agua en abundancia, aunque nunca se sabia cuanto iba a durar la buena fortuna. Gabriel aun recordaba la ultima vez que habia recogido el agua de lluvia con sus botas y habia tenido que beber de ellas antes de llenar su cantimplora. David finalizo su escritura antes de lo acostumbrado, guardo el cuaderno en el bolsillo superior de su chaqueta, y la pluma, con sus iniciales grabadas, en el macuto. --?Que creeis que hacemos aqui? --les pregunto a bocajarro. --Impedir que los confederados entren o salgan de Petersburg --respondio Mitch, que siempre parecia el mejor informado de todos. --Es decir, que esto puede alargarse durante dias. --Si, supongo. Cuando la cafetera comenzo a silbar, Mitch la retiro del fuego y sirvio cafe para todos. Gabriel nunca habia sido muy aficionado a aquella bebida tan amarga, pero era una de las pocas cosas que el ejercito distribuia con profusion. Mientras disfrutaban de aquellos minutos de descanso, observo a los hombres que lo rodeaban uno a uno. Se habian conocido en Pennsylvania, al poco de alistarse en el ejercito, y en los tres anos infernales que llevaban juntos se habian vuelto inseparables. Juntos tambien padecieron hambre y sed, un calor abrasador y un frio que a punto estuvo de llevarselos al otro lado. Se habian curado mutuamente las heridas y compartido las provisiones y, en las noches mas oscuras, se habian consolado compartiendo lagrimas y suenos. Eran los mejores amigos que un hombre podia tener, estaba convencido. Gabriel Sinclair aun no podia saber lo que les aguardaba, ni sospechar siquiera que muy pronto iban a perder a uno de ellos en la que seria conocida como una de las acciones mas sangrientas de toda la guerra: la batalla del Crater. Capitulo 1 Elizabethtown, Kansas. Octubre de 1870 El sol aun estaba alto cuando Eleanor Montgomery se bajo del tren en Elizabethtown. La estacion no era mas que un conjunto de tablas desbastadas y una pequena oficina, con los cristales tan cubiertos de polvo que era imposible apreciar si habia alguien en su interior. Un hombrecillo emergio del edificio para ocuparse de que su equipaje fuese colocado en el anden. Cuando el tren se puso en marcha de nuevo, le dedico una leve inclinacion de cabeza y regreso a su cubiculo. Eleanor recorrio con la mirada el modesto apeadero para cerciorarse de que su marido, James Montgomery, no habia acudido a recibirla. Tras casi una semana de viaje desde Richmond, Virginia, llegaba por fin a su destino, al Salvaje Oeste del que tanto habia oido hablar. Se pregunto una vez mas si habia tomado la decision acertada. Un ano antes, tras el fallecimiento de su madre, le sugirio a su esposo la idea de reunirse con el en el Oeste, pero James alego multitud de buenas razones para que no lo hiciera, y ella se plego a sus deseos. La guerra le habia arrebatado a Eleanor cuanto poseia, empezando por su padre y sus dos hermanos, y luego su plantacion de tabaco, que vio arder hasta los cimientos a manos de los yanquis. Su madre y ella se vieron obligadas a aceptar la generosidad de los Cathaway, viejos amigos de la familia, para poder sobrevivir. James Montgomery III habia sido amigo de su padre toda la vida, a pesar de ser algo mas joven, y habia aceptado la propuesta de desposar a su hija como un favor personal. Su fortuna habia sucumbido bajo el ejercito del general Ulysses S. Grant, al igual que la de Eleanor y su familia, y los habitantes del viejo Sur habian tratado de estrechar aun mas los lazos que los unian. Con veinticuatro anos ya cumplidos, Eleanor seguia soltera, y las posibilidades de encontrar un esposo apropiado se habian desvanecido con la guerra. Su padre, que se recuperaba de una herida por aquel entonces que acabaria con el meses despues, habia propuesto un matrimonio de conveniencia que fue aceptado por ambas partes. Eleanor recordo, no sin cierto rubor, su noche de bodas. James era veinte anos mayor que ella, un viudo bien parecido que resulto ser un hombre considerado y atento, en el lecho y fuera de el. Hacia anos que Eleanor habia abandonado sus suenos romanticos de juventud, y vio el matrimonio con James como la ultima oportunidad de no convertirse en una solterona. Solo un mes despues del matrimonio, el se habia mudado al Oeste en busca de fortuna, con la esperanza de regresar con dinero suficiente como para empezar de nuevo. Cinco anos llevaba Eleanor aguardando reunirse con ese hombre que era practicamente un desconocido, y se habia cansado de esperar y de aceptar todas las excusas con las que el habia argumentado esa separacion. Nada la ataba ya a su Virginia natal y su deber era estar junto a su esposo, para labrar juntos su incierto futuro. Habia empaquetado sus cosas y, el dia antes de partir, le habia enviado una carta anunciando su llegada, sin otorgarle tiempo suficiente para una replica en la que intentaria hacerle cambiar de idea. Algo habia fallado en su plan, porque James no se encontraba alli. Sintio que el jefe de estacion la observaba desde el otro lado del sucio cristal de su ventanilla. Se imagino que no debia de ser muy corriente ver a una mujer ataviada con un vestido de muselina sentada sobre un desvencijado banco, rodeada por media docena de baules y otros tantos bultos de distintos tamanos. Esa manana, en el tren, se habia esmerado en acicalarse para causar buena impresion a un marido al que apenas recordaba. La estrategia no surtiria efecto si no aparecia pronto; el aspecto saludable y lozano que pretendia aparentar se iria al traste. Decidio concederle otros veinte minutos, tiempo mas que suficiente para que el hubiese oido el silbato del tren desde cualquier punto del pueblo en el que se hallase y acudiese en su busca. Transcurrio ese tiempo, y algo mas. La espera comenzaba a ser insoportable. Tal vez James no estaba ese dia en Elizabethtown, quizas habia viajado hasta Abilene, a cuarenta y cinco millas de distancia, y habia olvidado dejar instrucciones para que alguien acudiese a recogerla. O, peor aun, tal vez su carta aun no habia llegado. Ese pensamiento le helo momentaneamente la sangre. Se aproximo a la ventanilla, dispuesta a remediar el estado de incertidumbre en el que se hallaba. --?Necesita ayuda? --le pregunto el hombrecillo desde el otro lado del cristal. --Si, por favor --le respondio, ofreciendole su mejor sonrisa--. ?Podria guardar mi equipaje en la estacion mientras voy en busca de mi esposo? --Por supuesto --contesto solicito--. Ahora mismo me ocupo de ello. Eleanor permanecio erguida, retorciendose las manos con nerviosismo mientras el hombre salia de detras del mostrador, cruzaba la puerta y se aproximaba a sus baules. Su aspecto le resultaba simpatico, un hombre pequeno y energico, que caminaba dando saltitos y cuyos ojos, de un azul desvaido, se movian al mismo ritmo bajo la montura de sus lentes. --?Se le ofrece algo mas? --le pregunto, al ver que ella no se movia del sitio. --Le agradeceria mucho si pudiera orientarme. Acabo de llegar y aun no conozco el pueblo. --Me he dado cuenta de ello. --Le sonrio con amabilidad--. Permitame que me presente. Soy Matt Perkins, el jefe de estacion --le dijo, e inclino ligeramente la cabeza al tiempo que sus pulgares se enganchaban de los tirantes que sostenian sus pantalones--. Este es un lugar pequeno, y aqui nos conocemos todos. ?Que necesita saber? --?Podria indicarme como llegar al negocio de James Montgomery? --Le dedico su mejor sonrisa. --Crei que habia dicho que iba en busca de su esposo --contesto el hombre mientras la miraba con cierta suspicacia. --El senor Montgomery es mi marido --aclaro ella, irguiendose ante lo que parecia una inexplicable mirada de reproche. --!Que me aspen! ?Habla usted en serio? --Perkins la observo de arriba abajo, con las cejas ligeramente alzadas y la boca formando una extrana mueca que no supo interpretar. --Desde luego que si --contesto de forma rotunda, atonita ante la falta de modales de su interlocutor--. ?Como se atreve a dudarlo? --Disculpeme, senora, no era mi intencion ofenderla --le respondio con un tono mucho mas suave--. Es solo que no sabia que tuviera esposa… --Le escribi diciendole que venia, pero, como puede ver, no ha acudido a recibirme. Tal vez mi carta no llegara a tiempo --dijo con una voz apenas audible, mientras se recriminaba el proporcionar tanta informacion a un desconocido. De repente, el hombre parecio a punto de sufrir una apoplejia. Se saco un arrugado panuelo del bolsillo y se seco la frente, sin dejar de observarla durante todo el proceso. Luego se coloco las manos sobre los rinones, como si se estuviese preparando para pronunciar un discurso. Cuando volvio a meterlas en los bolsillos y a hundir los hombros, la que estaba a punto de sufrir la apoplejia era Eleanor. --Creo que sera mejor que se siente --le dijo al fin, indicandole el mismo banco que acababa de abandonar. --!Pero si acabo de levantarme! --Lo se, lo se, pero sera lo mejor --le aseguro con un expresivo gesto de las manos en direccion al descascarillado asiento. --?Que ocurre? !Me esta usted incomodando! --Oh, creame que lo lamento, de verdad que si. ?Quiere usted tomar un vaso de agua? --?Un vaso de agua? --Eleanor no salia de su asombro. --Si, claro, que estupidez --contesto Perkins sin mirarla, como si hablara consigo mismo--. Mejor un whisky, ?no? --?Un whisky? ?Pero se puede saber que ocurre? ?Donde esta mi marido? --Las sospechas se acumulaban en el aire como un remolino de polvo--. ?Le ha sucedido algo? La pausa fue tan elocuente que Eleanor cayo desmadejada sobre el banco. --Es eso, ?verdad? --pregunto con un hilo de voz, lamentando no haber aceptado ese vaso de agua. --Me temo que si, senora --balbuceo el hombrecillo--. Creame que siento ser yo quien le comunique la noticia, pero su marido… bueno, su marido ya no esta entre nosotros. --?Mi marido ha… muerto? --Eleanor sentia como si el mundo se hubiese puesto a dar vueltas a su alrededor. --Eso es, senora, exactamente --respondio Perkins, visiblemente aliviado. --?Como? ?Cuando? --balbuceo ella al cabo de una larga pausa. --Sufrio un ataque el domingo, y el medico no pudo hacer nada por el. Dijo que le habia fallado el corazon, asi, de repente. Fue enterrado hace dos dias. Lo siento mucho. Muerto. James habia muerto. Eleanor aguardo a experimentar el aguijonazo de dolor que ya le resultaba familiar, pero, para su sorpresa, no se produjo. Un latido sordo en el interior del pecho, producto mas del asombro que de la angustia, fue la unica senal que se dejo sentir. No era una reaccion inapropiada, se dijo a si misma, teniendo en cuenta que apenas se conocian. Pero era una desgracia. Aun era un hombre joven y era su marido. ?Como habia podido suceder algo tan terrible? ?Que iba a ser de ella ahora? Mientras esos pensamientos cruzaban por su mente, no era consciente de que el jefe de estacion observaba consternado los dos lagrimones que se deslizaban por sus mejillas. --?Quiere que vaya a buscar a alguien? --le pregunto transcurridos unos minutos. Eleanor emergio de su catarsis y observo al hombre, al que le parecia ver por primera vez. Su rostro angosto y veteado de arrugas, enmarcando esos ojillos vivaces de un azul traslucido que ahora parecian ligeramente empanados, las cejas tupidas y aun oscuras, el escaso cabello que ya empezaba a clarear… Su cara ahora amable la contemplaba con cierta preocupacion, que le parecio normal dadas las circunstancias. --No, gracias. No conozco a nadie en el pueblo --contesto mientras intentaba recuperar la compostura. --Podria avisar al reverendo Spencer. O al medico. ?Necesita usted sus sales? --?Mis sales? --inquirio con cierta perplejidad. --Si, ?no las necesitara? ?Y si se desmaya? ?No es eso lo que se utiliza cuando una mujer pierde el conocimiento? --No se inquiete. Estoy practicamente segura de que no voy a desmayarme --respondio, no del todo segura de sus palabras. El cansancio de los ultimos dias parecio abatirse sobre ella. Perkins asintio, aunque no parecio muy convencido con la respuesta. La vio fruncir el ceno y morderse el labio inferior, como si anduviera perdida en profundas cavilaciones, lo que no era de extranar. --?Podria usted indicarme ahora como llegar a la casa de mi marido? --pregunto al fin, clavando en el unos ojos de color miel que de repente parecian demasiado grandes para aquel rostro tan delicado--. Creo que sera lo mas apropiado. --Oh, bueno, vera… yo creo que estara mejor donde la viuda Dupre. Tiene una casa de huespedes y seguro que la acogera con mucho gusto, hasta que se sienta con fuerzas. --Es muy amable, pero creo que sera mas conveniente que me aloje en mi propia vivienda. --Si, por supuesto, pero… en fin… no se como… --Perkins se miraba los pies mientras trataba de encontrar las palabras apropiadas, para mayor consternacion de Eleanor--. Su marido no tenia una casa propiamente dicha. --?Donde vivia entonces? --inquirio, preguntandose que mas desagradables sorpresas la aguardaban--. ?En un hotel, quizas? --Oh, no, no, senora. James Montgomery tenia una buena propiedad --aclaro. --Senor Perkins, ?donde vivia mi marido? --Encima de su local, senora, en una especie de apartamento que se hizo construir a su gusto. Eleanor asintio, aprobando la idea de James de aprovechar el negocio tambien como vivienda, un modo de ahorrar un dinero que pensaba invertir en Virginia a su regreso. --?Y sabe usted donde esta? --pregunto con suavidad. --Por supuesto que si, senora --respondio con desparpajo, como si le ofendiera la idea de no saber donde se encontraba el lugar--. En la calle principal, justo pasada la barberia de Cooper, gire a la izquierda y se dara de bruces con el. --Muchas gracias, senor Perkins. --Le sonrio con dulzura mientras se incorporaba--. ?Me guardara el equipaje hasta que pueda hacer que alguien venga a buscarlo? --No pensara ir alli ahora, ?verdad? --Me temo que no tengo otra opcion. No puedo quedarme aqui indefinidamente, ?no le parece? --No, claro. Pero ya le he dicho que la viuda Dupre estara encantada de acogerla. Es una mujer muy amable, y su cocina es estupenda. --Gracias, lo tendre en cuenta. Ha sido usted muy considerado, senor Perkins, y se lo agradezco mucho. Espero que volvamos a vernos pronto. Eleanor se sacudio el vestido, irguio la espalda y, tras despedirse con un leve y estudiado gesto, cruzo la estacion y salio por el lado que daba al pueblo, que se arracimaba a escasa distancia. Elizabethtown habia crecido alrededor de una calle principal y se habia extendido hacia ambos lados mediante una serie de calles mas estrechas, formando una cuadricula. Eleanor sabia por las cartas de James que el ganado procedente de las propiedades situadas al sur bordeaba el pueblo una vez al ano, con destino a los corrales situados al otro lado de las vias, para ser posteriormente subido a los vagones y transportado hasta las fabricas del Este. Mientras recorria la arteria principal, apenas era consciente de las miradas curiosas de las personas con las que se cruzaba. Las visitas femeninas no eran muy frecuentes en un pueblo que vivia casi exclusivamente del ganado de los ranchos vecinos y de algunas manadas que llegaban desde Texas. Y menos visitas tan elegantemente ataviadas como aquella mujer, cuyo vestido de muselina amarillo palido destacaba como una flor en un prado. La gracia con la que caminaba, sosteniendo con elegancia su sombrilla y balanceando suavemente su ridiculo, atrajo mas de una mirada. Eleanor paso frente a varios negocios y viviendas sin fijarse en nada, buscando con la mirada la columna bicolor que anunciara la barberia del pueblo. Su mente solo registro que el pueblo no parecia demasiado grande, que las construcciones eran solidas y que hacia mucho calor. Los tacones de sus botines resonaban sobre el entarimado de madera con una cadencia ritmica, mientras iba inclinando la cabeza de forma mecanica ante todo aquel que se cruzaba en su camino. Se sentia tan aturdida y cansada que temia detenerse antes de llegar a su destino y echarse a llorar en mitad de la calle, algo que una senorita no debia hacer jamas. Su educacion y sus modales eran lo unico que poseia en esos momentos, y trataba de aferrarse a ellos como a una tabla de salvacion en medio de un naufragio. Se permitiria derrumbarse y llorar solo cuando se encontrase en el interior de su nuevo hogar, sin testigos.

  • El sueno de Carolina y otros relatos de Anthony Velarde

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    Para Carolina la vida en un pequeno pueblo es aburrida, ella esta planeando vivir lejos de casa y convertirse en un ejemplo para todos. Ser exitosa y lograr ganar mucho dinero en la capital es su mas anhelado sueno. Este relato empieza tras la desaparicion de Carolina, narra la preocupacion de sus padres por encontrarla, llegando a descubrir sus secretos: ella estaba reuniendo dinero para irse a la capital y habia estado ocultando los problemas recientes con su novio -quien es hijo del alcalde. Descubre como en un pueblo tan pequeno y alejado que parece olvidado por la justicia logran encontrarla.
    Junto a “el sueno de carolina” se narran otros relatos en los que prima el misterio como en “bifurcado” y “la isla mineas” y tambien de terror y suspenso como en “amigos inseparables”.

  • Black Moon de Gary Thompson

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    “Cuando te vi” es una duologia muy erotica y apasionante, con personajes fuertes y envolventes y una trama llena de grandes emociones.
    Ana Flor suena con encontrar a su principe encantado y vivir su “felices para siempre”. Al encontrarse con la foto de Joao Pedro Valente, ella se apasiona en el mismo instante. “El se convierte en su mundo del reves, ella deja la mano de todo por el, sin imaginar que, en realidad, Juan Pedro Valente esta lejos de ser un principe encantado.

  • ENTRE VINEDOS (Blue Heron 1), Kristan Higgins de Kristan Higgins

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  • Las siete y una vidas de Stella Fortuna de Juliet Grames

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    Para Stella Fortuna, la muerte siempre ha formado parte de la vida. La ninez de Stella esta llena de extranos incidentes casi mortales, momentos en los que situaciones cotidianas derivan de modo inexplicable en situaciones letales. Incluso su madre cree que esta maldita.
    En su escarpada aldea italiana, Stella es un bicho raro, y emplea todo su caracter en proteger a su hermana menor (Tina, menos guapa y brillante) de las realidades mas duras de la vida. Pero Stella provoca las iras de su padre, Antonio: un hombre que exige sumision de las mujeres y cuyo mayor regalo para su familia es su ausencia.

  • Una chica viral de Silvia Alcala

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    Ahi esta otra vez. ?Ha pasado por delante de mi mesa a proposito? Raul es guapo, muy guapo, de esos guapos que no van de guapos. Si el mundo fuese al reves, y a los tios se les valorase por el fisico, ya seria un jefazo. No digo que no tenga talento, porque lo tiene. Pero es que es taaaan guapo, que cuesta tomarselo en serio. Durante el dia se dedica a llevar la contabilidad de la empresa, y por lo que intuyo a pasar por delante de mi mesa. No es que yo no sea guapa, que lo soy, o eso dice mi madre. Es cierto que todas las madres dicen que sus hijas son guapas, pero es que la mia no es una madre de esas. Cuando mi madre me sacaba a pasear en el carrito y le decian "que nina mas guapa tienes", ella les miraba con cara de circunstancias y respondia "gracias por la mentira". Fue asi de bebe, y fue asi cuando era una nina morena de ojos claros, de esas que podrian haber hecho algun anuncio de chocolate, o de detergente, o de lo que fuese que necesitase a una nina mona y sonriente. Aunque mi madre, si me hubiese llevado a algun casting, habria sido a esos de antes y despues. Por supuesto, yo seria el despues. --?Tienes la cuenta de Nissan? Vale. Ahora se ha parado delante de mi mesa. Y encima me ha hablado. De trabajo, pero me ha hablado. --Te la envie por mail. Su mail es RaulpuntogutierrezarrobaCooperandsonpuntocom, pero deberia ser mazizobuenorrodejatederodeosypidemeunacitaarrobayapuntocom. --Se me habra traspapelado. O seguramente ha ido directamente a la carpeta de spam, como mis insinuaciones. ?Tan sutil soy? ?Es que este escote no te esta diciendo "hola, amigo, hacemos un afterwork"? --Es posible que lo tengas en la carpeta de no deseado. No deseado. Algo incompatible con Raul. --Lo miro enseguida y te digo. Ahi se va otra vez. Os juro que yo no soy una de esas tias del tipico libro romanticon. A mi me gusta tomar la iniciativa, no tengo problema en entrar a los tios. Pero no puedo. No desde que esa capulla de Beatriz, la harpia mas grande que conozco y para mas senas mi mejor amiga desde el insti, me dijo que no tardaria ni un mes en entrarle al primer tio que me gustase de mi nuevo trabajo. Y por ahi no paso. No pienso darle la razon. Aunque me muera de ganas, aunque tenga toda la razon del mundo. --Raul, por cierto... Raul, anda, guapo, girate un segundo. --?Si? --Si aceptan el presupuesto, habra que celebrarlo. --Claro, hacemos un afterwork. Yo preferiria un after-after-afterwork. Pero me vale. Y no, no estoy dandole la razon a la harpia de Beatriz. Tan solo estoy confraternizando profesionalmente. Eso no cuenta. --?COMO QUE NO CUENTA, PEDAZO DE GUARRA? Ya esta Beatriz y su diplomacia exquisita. He quedado con ella para comer, y ya me lo esta echando en cara. --No me seas tan... tu. --?Guapa, lista, simpatica, decidida...? --Y mojigata. --Tia, que es tu curro. Que en el curro la gente cotillea de todo, en Espana es deporte olimpico. Que como te lies con este Raul, la has cagado. --La gente ya no es asi. --No, claro que no, es peor. Antes al menos tan solo te ataban a un palo y te prendian fuego por bruja. Ahora encima lo comparten por instagram, twitter y tiktok. --Se te olvida Facebook. --Que antigua eres. Facebook es tan solo para viejos. --?Y que somos nosotras? --Mujeres con caracter que han pasado de los treinta y lo llevan fenomenal. Vale, que han pasado mucho de los treinta, pero ni se nota. --?Entonces, no voy al afterwork? Porque nos han aprobado la cuenta. --?Tu eres tonta? Debo de serlo, porque si fuese lista no estaria escuchando a mi amiga, la psicokiller de Fuenlabrada. La llamamos asi porque ha matado tantas relaciones que la deberian meter con cadena perpetua en la carcel del amor. Si es que algo asi existiese. Que no existe, pero deberia. --A ver, experta, ?entonces tengo que ir? --Pues claro. Tu vas, brindas con una cerveza, a poder ser cero cero, y te largas. --?Y que hay de malo si de la cerveza me paso al vino, y del vino al gintonic? --Que acabas en la cama del hijo de tu jefe. Ah, si. Se me habia olvidado ese pequeno detalle. Raul es el hijo del dueno de la empresa. Y su padre no solo tiene esta empresa. Tiene un monton de empresas, es el Amancio Ortega de los Amancios Ortegas. --Eres una paranoica. --Ya, claro. La nueva entra en la empresa y a los tres meses se tira al hijo del jefe. Si al menos fueses fea, dirian que ha sido suerte, o que estabais muy pedo. Pero tienes la desgracia de ser mona. --Gracias. --De nada. Asi que hago caso a mi amiga Beatriz y acudo al afterwork. Os aviso de que es lo unico en lo que voy a hacerle caso. Porque Raul esta ahi plantado en la barra, con su ropa de sport, y parece el prota de un anuncio de Martini, o de colonia cara. Muy cara. --Has venido. --Claro, me debes una cerveza. --?Ah, si? No lo recuerdo. Tranquilo, yo te lo voy a recordar. --Si no es por mi, ese correo seguiria en la carpeta de spam. Asi que me voy a tomar una cana. Y tu me vas a invitar. --?No prefieres un vino? Lo siento, Beatriz, pero voy a dejar de hacerte caso a partir de YA. --Dale. Una copita de rioja. --Yo soy mas de ribera. --A mi es que me gustan con cuerpo, profundos. Si, lo se, no soy la reina de la sutilidad. Pero es que Raul ya lleva dos copas, y su mirada me dice que no tengo que andarme por las ramas. Asi que cuatro copas de vino despues nos pasamos al gintonic, del gintonic nos pasamos a un taxi, del taxi a su casa, de su casa a su cama, y de su cama... bueno, os imaginais el resto. Vale, vale, os lo voy a contar. No estuvo mal. Bueno, ni bien. Las primeras veces siempre son raras. No conoces mucho al otro, cuesta encajar. Ademas, yo llevaba tres anos de monogamia. Vale, no del todo, algun besito si cayo durante las fiestas de la Paloma cuando Pedro se fue de vacaciones con su familia. Pero no pase de ahi. Por lo que a mi respecta, fui monogama de cintura para abajo. Una lastima no haberlo sido hasta los pies, cuando el muy capullo me dejo a la vuelta del viaje familiar, que en realidad resulto ser una escapada romantica con la tia que se tiraba desde hacia ocho meses. --?Quieres un cafe con leche? ?Algo de desayuno? Por lo menos es atento. No lo fue tanto cuando estabamos por faena. Ahi se salto algunos preliminares. Tengo una norma para medir los preliminares. Lo llamo el camino de Santiago. Santiago es un tio con el que me enrolle hace anos, y que hizo que me corriese en los preliminares. Comenzo su ruta por el cuello, bajo a los pechos, siguio por el sobaco -os juro que no soy una tia rara, pero fue muy cerdo- luego paso por el ombligo, fue hacia mis muslos, se agarro bien al culo y puso su lengua en modo thermomix. Desde entonces, si un chico se acerca a un treinta por ciento del camino de Santiago me doy con un canto en los dientes. Raul digamos que no es muy de preliminares, y que su forma de trabajar ahi abajo es mas como un robot de cocina barato de esos que venden en el Lidl. Es la marca blanca del cunnilingus. --Un cafe con leche, por favor.

  • Y por fin juntos de Mariah C

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    <>.Esas preguntas hacen que Tom Collins reviva un pasado que recuerda con amor, pero tambien con dolor. Las verdades que ha escondido durante anos salen a la luz, al mismo tiempo que otras mas emergen del interior de Susan, su hija, cuando su adorada nieta intenta descifrar el sinuoso camino que le toco vivir.Aventuras, enganos, giros del destino y esperanzas se unen en esta historia que transcurre entre Vermont, un condado de hermosas vistas, el Boston mas refinado y elitista, y el lago Champlain como telon de fondo.

  • Despues del monzon de Africa Ruh

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    Quiso robarle un diario y le robo el corazon.

  • Gold and diamonds, Eli Jane Foste de Eli Jane Foster

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  • Dinero sucio de Cristina Alger

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    La aparentemente perfecta vida de Annabel en Ginebra se rompe cuando el avion de Matthew, su esposo banquero, se estrella en los Alpes. Cuando empieza a encontrar pistas de lo que puede ocultar su muerte, Annabel se pone en la mira de enemigos poderosos y comienza a preguntarse si realmente conocio a su esposo. Mientras tanto, la periodista Marina esta investigando a Swiss United, el banco donde trabajaba Matthew. Pero cuando descubre evidencia de un escandalo financiero global impactante que implica a alguien cercano a su hogar, se vera obligada a tomar una decision imposible

  • El triciclo rojo de Vincent Hauuy

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  • La flor del azafran amarillo, Laila Ibrahim de Laila Ibrahim

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    <>

  • Nomeolvides (Coraje 1) de Kris L. Jordan

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    Dos hombres diferentes e inmersos en mundos distintos se enfrentaran a sus miedos.
    Martin es un policia de Manhattan obsesionado con resolver un caso de asesinatos en serie. Aterrado con el parecido que tiene su hermana con las victimas, intenta sobreprotegerla. Pero no podra hacer nada frente a la pasion que ella sentira por una persona inadecuada.
    Las pistas que ha dejado el asesino son escasas, el tiempo corre y Martin sabe que habra otra victima. ?Conseguira atraparle a tiempo?
    A su vida estresada, se une la aparicion de un fantasma que parece necesitarle e intenta comunicarse con el de manera desesperada.
    Ivan ha luchado por vivir, por salir adelante en un mundo corrupto. Abandonado en un Hospicio, aprendio a ocuparse de si mismo sin importarle los demas. Anos despues le persigue el sueno visionario de sor Mari, que le previene de una mujer que de manera casual aparecera en su vida. Pero no podra resistirse a su pasion, porque su corazon sera quien tome las riendas.
    ?Que tienen en comun un policia y el dueno del mejor club de striptease y prostitucion de Manhattan?

  • La perra de Pilar Quintana

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    Una conmovedora novela de Pilar Quintana.

  • Stranger Things de Gwenda Bond

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    Un laboratorio misterioso. Un siniestro cientifico. Una historia secreta. Si quieres conocer por fin la verdad sobre la madre de Once, preparate para esta emocionante precuela de la exitosa serie Stranger Things.

  • La confianza en dios de Jacques Philippe

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    Tal vez uno de los terminos mas utilizados en nuestro tiempo sea el de “seguridad”, pues el miedo y la desconfianza se han instalado en el corazon de millones de personas que piensan en el futuro como un reto insuperable. Nos gustaria saber que nuestra salud, nuestra familia, nuestro dinero, incluso nuestros sentimientos van a estar “asegurados” frente a tantos peligros que se ciernen sobre nosotros. Todos queremos estar protegidos, tanto a nivel social como en nuestra dimension mas intima, y para ello contratamos seguros de empresas o profesionales que prometen garantizarnos un bienestar mas que dudoso. No podemos olvidar que en nombre de la paz y de la seguridad internacional se llegaron a desarrollar sistemas de armamento absolutamente destructores que pusieron a la humanidad al borde de la completa catastrofe y que han marcado la sensibilidad de toda una generacion. Tambien en nombre de la seguridad interior muchas personas de buena voluntad han caido en terribles dependencias psicologicas o farmacologicas que nunca terminan de resolver nada, pues el miedo sigue reinando en los corazones. Son innumerables los individuos que hoy en dia padecen horribles crisis de ansiedad y de angustia sin ningun motivo aparente, pues nuestro estilo de vida nos hace esclavos de unas necesidades “innecesarias” que al faltarnos provocan en nosotros fobias y miedos desconocidos. Todos nos preguntamos en quien podemos depositar nuestra confianza sin saber dar una respuesta adecuada. Pero no hemos de tener ninguna verguenza a la hora de aceptar que es propio del ser humano hallarse debil y dependiente, pues la primera de las bienaventuranzas cristianas consiste precisamente en reconocer que somos pobres en el espiritu, es decir, que tenemos carencias y debilidades que nos pueden acompanar siempre. A todos nos gustaria dar ante los demas una imagen de suficiencia y madurez que no se corresponde con nuestra realidad interior, ya que una cosa es lo que somos y otra lo que parecemos. Nos encantaria tener un control completo de todas las situaciones dificiles que se nos presentan, sin darnos cuenta de que no somos duenos de nuestro futuro y de que hay ciertas realidades que nos superan, porque somos barro de la tierra; es mas, el problema real surge cuando no tenemos capacidad de convivir con nuestros miedos y eso hace que crezcan de dia en dia hasta convertirse en verdaderos tiranos que limitan y dificultan nuestras tareas cotidianas. Pero nuestros miedos nos definen, ya que por medio de ellos conocemos cuales son las cosas que mas tememos perder, y por tanto donde esta puesto nuestro corazon, cual es el tesoro que mas valoramos. Precisamente porque Dios nos conoce mejor que nosotros mismos, la Sagrada Escritura esta llena de invitaciones a superar desde la fe ese miedo interior. Es Jesus resucitado el que se presenta a sus discipulos invitandolos a tener paz interior, pues la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte es algo que nos afecta a todos plenamente; tambien hoy la fuerza del Resucitado llega a los corazones y los transforma como lo hizo en la primera hora de la Iglesia. “No tengais miedo”, dice constantemente el Senor a todos aquellos que le escuchan y le siguen a lo largo de los siglos. En definitiva, la confianza en Dios es el antidoto que Jesucristo propone a sus discipulos de todos los tiempos. Este fue el secreto de los martires, de los misioneros, de tantos santos y heroes anonimos cristianos que nunca se dejaron arrastrar por la inseguridad personal ni por un miedo que, por supuesto, visito su corazon como tambien visita el nuestro. Pero el problema, lo sabemos bien, esta en comprender en que consiste exactamente la confianza en el Senor,pues decirlo es facil, pero vivirlo es ya otra cosa. En estas paginas quedan recogidas las meditaciones que no hace mucho tiempo el Padre Jaques Philippe propuso en un retiro a un pequeno grupo parroquial que desde hace anos se ha enriquecido con sus ensenanzas. Son cientos de miles los lectores que conocen sus libros ya publicados y que testimonian como el Espiritu Santo se ha servido de ellos para transmitir una vivencia mas profunda y autentica de la fe. En esta ocasion, tomando como fuente de inspiracion la Sagrada Escritura bajo la certera interpretacion de Santa Teresita del Nino Jesus, el autor nos invita a recorrer la senda, mas bien el “pequeno camino”, de la sencillez y la infancia espiritual para experimentar esa confianza en el Senor que no acabamos nunca de encontrar. Puede parecer un contrasentido, pues son los mayores los que dan seguridad a los ninos, pero no podemos olvidar la rotunda afirmacion del Maestro en la que nos asegura que si no volvemos a ser como ninos no podremos alcanzar el Reino de los Cielos. Este es el secreto que Santa Teresa de Lisieux vuelve a revelar al mundo con una fuerza y claridad excepcionales. Un secreto, una formula que habiamos olvidado, pues pensabamos que la virtud o la perfeccion personal era el unico camino para salir adelante en nuestras limitaciones. Tal vez para muchos todavia la santa de Lisieux sigue siendo una gran desconocida, pues aunque hayan leido sus obras se les puede antojar trasnochada, por no decir un poco cursi. Nada mas lejos de la realidad, pues Santa Teresita es probablemente una de las santas mas carismaticas e intuitivas de la historia de la Iglesia, al recuperar de un modo extraordinario la frescura evangelica de la primera hora del cristianismo, cuando los discipulos de Cristo vivian absolutamente de la confianza en la providencia divina en un momento de terrible incomprension y dificultad, pues abrazar la fe suponia ni mas ni menos que perder, literalmente, la vida por el Nazareno. Nombrada recientemente doctora de la Iglesia, en sus ensenanzas y en su intercesion encontramos los creyentes la posibilidad de recuperar la completa seguridad en el amor que Dios profesa por cada uno de nosotros, en unos tiempos dificiles --?cuales no lo han sido?--, en los que parece que no somos capaces de confiar en nadie, pues son muchas las decepciones que hemos ido acumulando. Con la lectura de esta obra somos invitados a vivir una aventura que puede cambiar nuestra vida: la practica de la confianza en Jesucristo. Porque el Espiritu Santo se sirve de instrumentos como este, que son los canales por los que ha dispuesto derramar su gracia transformadora. Asi es la pedagogia divina: comenzar a confiar en un sencillo libro para despues confiar en cosas mas grandes. Jesus Higueras INTRODUCCION (PARA LA EDICION ESPANOLA) Este libro es la transcripcion del retiro que predique en una parroquia cercana a Madrid el primer fin de semana de octubre de 2010, en la proximidad de la fiesta liturgica de santa Teresa de Lisieux. He querido presentar lo esencial del mensaje de esta joven religiosa, fallecida a los 24 arios de edad, a quien Juan Pablo II proclamo doctora de la Iglesia en 1997. Explicar en que consiste este <> o <>[2], que Teresa descubrio, vivio, y a posteriori transmitio a las novicias a su cargo en el Carmelo de Lisieux. Ella presintio que, mas alla de este pequeno circulo, Dios queria desvelar este camino a una legion de <>, de personas fragiles y debiles, para guiarlas hasta la cumbre mas alta del amor[3]. Poco antes de su muerte, Teresa tuvo la sensacion de que una gran labor postuma la esperaba: <> [4]. La extraordinaria difusion de la ensenanza de Teresa, que continua hoy, demuestra que este deseo de la joven carmelita no fue una mera ilusion, sino que correspondia a la sabiduria del Padre, que <>[5], y que, tanto en este ambito como en otros, Dios iba a <>[6]. Jamas imagine que las seis ensenanzas transmitidas durante un fin de semana en Madrid pudieran ser objeto de publicacion. Pero Ediciones Cristiandad me ha pedido poder editar las conferencias. Sin tener la posibilidad de llevar a cabo un trabajo de redaccion exhaustivo, simplemente he retomado los registros de las conferencias, convistas a efectuar una depuracion minima del estilo, precisar o completar determinados puntos, y anadir referencias y citas utiles. Obviamente el resultado no es perfecto, el texto mantiene un favorecedor estilo oral en vez del estilo propiode toda publicacion, presenta repeticiones e incisos. Sin embargo, podra ayudar a algunas personas y proporcionarles el deseo particular de profundizar en el mensaje de la joven carmelita de Lisieux, algo que, desde mi punto de vista, es de una importancia capital para la Iglesia y la sociedad actuales. En un mundo fragil y herido como el nuestro, donde todavia el Espiritu Santo nos hace recordar con fuerza lallamada a la santidad dirigida a todos los cristianos y la aspiracion a vivir el Evangelio en profundidad, pienso que no existe mejor camino que el que nos propone la santa de Lisieux, este camino de confianza y amor. La mejor forma de usar este libro es sin duda la que reside en la intencion primera de su origen: tomarlo comoguia para el retiro. Destinar, por ejemplo, una semana a ello, leyendo cada dia un capitulo, y dedicando tiempo a continuacion para meditarlo, releyendo en la oracion lostextos citados, preguntandose a uno mismo como pueden iluminar nuestra propia vida, y que invitaciones del Senor se nos transmiten a traves de los mismos. 1-UN CAMINO TOTALMENTE NUEVO Se me ha pedido que os hable de la confianza. Vivimos en un mundo complicado, y en ocasiones cargamos, por razones diversas, con el peso de las preocupaciones. Por eso, es importante para nosotros crecer en la confianza, pedirle al Espiritu Santo la fuerza de la fe para afrontar lo que nos toca vivir en el mundo de hoy. Al inicio de este retiro presiento con fuerza que Dios todopoderoso desea crear un nuevo pueblo para colmarlo de la fuerza del Espiritu Santo, un pueblo que dara mucho fruto para gloria de Dios, para el anuncio del Evangelio y para el bien de toda la humanidad. Pero este pueblo es un pueblo de gentes humildes y pobres, dado que la verdadera fuerza de Dios no solo reside en la fuerza humana y las capacidades fisicas, psiquicas e intelectuales, aunque sean, por supuesto, necesarias. Es una fuerza que se desarrolla en la debilidad del hombre, como dijo san Pablo[7], y creo que durante este retiro estamos invitados a dejarnos visitar en nuestra humildad, en nuestras miserias y debilidades para recibir una fuerza nueva: la de la confianza y la fe. La Iglesia esta atravesando tiempos dificiles, y tales dificultades no son exactamente las mismas en Francia, Espana o Pakistan, aunque todos tenemos que afrontar cierto combate espiritual. Ahora mas que nunca, el Senor quiere transmitirnos su Espiritu Santo, el Espiritu que nos socorre de nuestra debilidad, segun la admirable expresion de la Carta a los Romanos. El Espiritu es quien nosensena a rezar, nos introduce en una relacion justa con Dios, nos ensena a creer, esperar, amar. Y estoy plenamente convencido de que el Senor quiere hacer cosas bellas en nuestros corazones durante estos dias. Un retiro de fin de semana puede parecer corto, pero si vivimos este tiempo en oracion y abriendo nuestro corazon a la Palabra de Dios, hara maravillas en cada uno de nosotros. El retiro constara de dos partes: en la primera, leere y comentare con vosotros algunos textos de Teresa de Lisieux [8], dado que esta santa ha sido bendecida con el don particular de ensenarnos a confiar como los ninos. Habiendo sido ayer su onomastica, esta noche rezaremos para encomendarnos a ella*. Entonces, compartire con vosotros algunas de las intuiciones recibidas por Teresa, que son muy valiosas para nosotros hoy. En la segunda parte del retiro, de menor duracion, describire como poner en practica esta confianza ante las dificultades y pruebas de la vida. Es muy facil tener confianza cuando las cosas van bien, pero cuando todo va mal !es francamente dificil! No obstante, es necesario practicarla igualmente; veremos como hacerlo, de una manera que espero que sea lo bastante precisa. Asimismo, os pido que receis por mi, para que encuentre las palabras adecuadas.

  • Con la suerte en los tacones(Amor en cadena 7) de Lorraine Coco

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    No me puedo creer que en mi ultimo dia en Nueva York me hayas traido a hacer yoga --protesto Kat en un susurro, resoplando con evidente desgana. --No te quejes. Tu eres la que se va a recorrer el pais con su novio cachas, y yo, la que me quedo a pasar el peor verano de calor en siglos en esta ciudad. Sola, sin novio y sin fumar. Un poco de apoyo por tu parte no me vendria mal --le contesto Isthar de malas pulgas. Miro a su monitor de yoga, un tipo de unos treinta y largos anos, con un cuerpo estupendo y un halo misterioso y mistico que en otra epoca de su vida le habria hecho temblar las rodillas, pero que en ese momento la dejaba fria. Vio que colocaba un dedo sobre sus carnosos labios para indicarles que guardasen silencio. Ishtar suspiro con fastidio. --Ahora teneis que inspirar elevando los brazos y espirar por la boca energicamente al bajarlos --dijo el monitor, y ella penso que era exactamente lo que acababa de hacer, resoplar--. Ahora inhalad en la posicion inicial y, flexionando el tronco, espirad energicamente sacando la lengua --continuo. --Eztamoz para una foto --le susurro Kat, hablando con la lengua fuera. Ishtar no pudo evitar reirse viendo a su amiga hacer la payasa. !Cuanto la iba a echar de menos! Desde que se habia ido a vivir con Randy, su prometido, a Knoxville, ya solo la veia cada tres semanas, cuando Kat iba a las oficinas de QBV, la revista de moda para la que escribia. Pero, en esta ocasion, la separacion duraria dos meses: Kat se iba a acompanar a su novio en su gira de conciertos por todo el pais, y a ella le quedaba soportar aquel caluroso y asfixiante verano en Nueva York. Sola. Hacia un mes que habia terminado la relacion de siete anos con Kevin, enfrentandose de esta manera, y despues de muchos anos, a su nueva condicion de mujer soltera. Con treinta y un anos, casi treinta y dos, y habiendo dejado recientemente de fumar. La ansiedad se la estaba comiendo por los pies y por eso penso que las clases de yoga y meditacion eran exactamente lo que necesitaba. --Exhalar completamente el aire antes de iniciar el movimiento. Sumir y soltar el estomago unas treinta veces. Permanecer sin aire durante las contracciones e inhalar volviendo a la posicion inicial. --?Sabes lo que necesita mi estomago de verdad? --le pregunto Kat, volviendo al ataque--. Uno de esos bagels rellenos de Sack's, y un batido de chocolate con nata y virutitas de colores por encima como las que les ponen a los... --!Esta bien, esta bien! --dijo Isthar, elevando la voz. El resto de asistentes a la clase de yoga la miraron con una mezcla de sorpresa y reproche por interrumpir su esmerada concentracion--. Lo siento, chicos, pero mi amiga tiene razon. Esto no se quita con respiraciones. Necesitamos calorias y buen sexo. Eso si te deja relajada --se agacho a recoger la esterilla de ejercicios del suelo y su estomago bramo--. !Que sean dos bagels! --le dijo a Kat con una mueca. Su amiga no lo penso dos veces y salio de la sala de yoga como si la estuvieran pinchando en el trasero. Una vez en Sack's, Kat observo a Isthar mientras esta sorbia su batido helado de fresa. Estaba mas callada de lo habitual y aquel ceno fruncido que exhibia desde su llegada a la ciudad no podia significar nada bueno. --Bien, ?lo vas a soltar ya o no? --la insto a hablar. Isthar apuro el contenido de su copa ruidosamente y Kat suspiro poniendo los ojos en blanco. --No me pasa nada --le contesto Ishtar, en un tono nada convincente. --Ya... Muy bien, pues dime lo que no te pasa. Porque o tienes una explicacion para este comportamiento erratico tuyo, o eres una alienigena que esta suplantando a mi amiga. --Eres muy graciosa, ?sabes? Creo que de hecho ese sentido del humor tuyo tan desternillante es lo que mas voy a echar de menos cuando te vayas --le dijo Isthar concentrada en doblar en diminutos triangulos su servilleta de papel turquesa con el logotipo de Sacks's. --Asi que es eso... --comenzo a decir Kat, buscando la mirada de su rubia--. Yo tambien voy a echarte de menos, Isthar. Se que no es el momento para irme: la ruptura con Kevin, la proximidad de tu cumpleanos... --Kat hizo una pausa, esperando que su amiga hiciese algun gesto que le revelase que iba por buen camino en sus conclusiones. Isthar no lo estaba pasando bien. La ruptura con Kevin habia sido un mal necesario. Llevaban mucho tiempo juntos, nada menos que siete anos, demasiados, tirados por el desague de las relaciones vacias y sin sentido. Le habia tomado mas tiempo del debido tomar la decision de acabar con esa relacion que, aunque no le aportaba nada de lo que ella necesitaba y esperaba de un hombre, si la habia hecho sentir segura. A Isthar, con toda la fortaleza que exhibia, no habia nada que le diese mas miedo que la soledad. Y por alguna estupida razon habia estado pensando durante anos que era mejor estar mal acompanada que sola. El hecho de estar a punto de cumplir anos tampoco ayudaba. Se veia un ano mas vieja. Sobre todo, mas vieja para estar soltera. Ademas, le traia algunos recuerdos dolorosos de la infancia de los que sabia que no estaria dispuesta a hablar. Isthar por fin la miro y tomo su mano. --Si, es el mejor momento para irte. No quiero que te preocupes por mi. Y claro te voy a echar mucho de menos, sabes leer en mi como nadie. Y si, tambien tienes razon en todo lo que has dicho. Me siento un poco perdida, descolocada, desquiciada, desubicada... --Bueno, ahora no le eches la culpa a la ruptura de todo eso. Ya estabas asi antes --le dijo Kat, sacandole la lengua con una mueca. Isthar se echo a reir, con esa risa genuina y ligeramente ronca que volvia locos a los hombres, y Kat supo que saldria de aquello. Isthar era una mujer fuerte, luchadora, trabajadora, intuitiva, imaginativa... En definitiva, maravillosa. Llevaba anos esperando que tomara las riendas de su vida y por fin iba a hacerlo. Iba a ser dificil para ella, pero lo conseguiria. --Y tu, ?como llevas lo de pasar el verano de gira con Randy y al mismo tiempo preparar una boda? --le pregunto Isthar, queriendo cambiar de tema. No queria empanar las ultimas horas que le quedaban con Kat antes de que esta se marchase durante meses. Kat suspiro y sonrio con mirada sonadora. --Es un poco locura, la verdad. Menos mal que Martha, Daryle y Georgia me estan ayudando. Como la celebracion es en Oakriver, ellas pueden hacerlo sin problemas. --Con la familia de Randy te ha tocado el premio gordo --dijo Ishtar, pensando que ella no habia tenido en siete anos, ni de lejos, la buena relacion que mantenia Kat con la familia de su novio--. !Va a ser espectacular ver como te casas con el senor Randy Buxton! --le dijo Isthar sinceramente emocionada--. Pero mas te vale no ponerme un traje de dama de honor en plan merengue, o te arruinare la boda --la amenazo con la cuchara de su batido. --Ya vere lo que hago. Porque, la verdad, creo que estarias adorable con un vestido de esos en amarillo brillante, o rosa demoledor, todo lleno de encajes, brillantitos... --Te estas jugando la vida, futura senora Buxton --le advirtio, escondiendo una sonrisa--. No voy a ir ningun sitio vestida de payasa. Como una de las blogueras de moda mas importantes de esta ciudad, tengo una reputacion que mantener --dijo, enarcando una ceja con expresion altiva. Cruzo las largas piernas y se reclino en el asiento, adoptando una postura que ni las mejores modelos conseguirian para la portada de QBV, antes de agregar--: Y ahora, hablemos de lo realmente importante. !Tu despedida de soltera

  • Opus 77 de Alexis Ragougneau

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    Pero los minutos de silencio, como bien saben ustedes, nunca duran sesenta segundos enteros, ni siquiera en el recogimiento de una basilica ginebrina un dia de funeral. La impaciencia no tarda en despuntar, por mucho que el grueso de los asistentes sean musicos de la OSR que, por definicion, respetan el tempo que les impone su director. Esta vez, Claessens no esta en el podio. Esta tumbado en el ataud, delante del altar, bajo la afanosa mirada de un cura imbuido de su mision. Ensalzar al artista. Dejar caer un par de palabras sobre una posible inspiracion divina; nunca se sabe, tampoco cuesta nada y, al difunto, un poco de proselitismo dano no le va a hacer. Y lo que es su hija, sentada al piano unos metros mas alla, seguramente no dira nada, de lo ensimismada que parece. Por encima del teclado, anidada en la piedra, hay una Virgen con el Nino. En su rostro, vuelto hacia la vidriera, se queda prendida la luz del dia. Jesus, un angelote mofletudo de pelo rizado, me mira fijamente con sus ojos de alabastro. No hay forma de saber lo que esta pensando; debajo de la Madre y el Hijo, con el vestido de seda negro demasiado escotado para la ocasion y la melena cobriza colgando sobre las teclas de marfil, debo de quedar fatal, como una autentica Maria Magdalena. He venido a tocar una pieza en el entierro de mi padre. No se me ha ocurrido nada mejor para ponerme que el primer vestido de concierto que he encontrado en el fondo de un armario. Alli, en la segunda fila, hay alguien sorbiendo por la nariz y llorando que empieza a sacarme de quicio. Me siento rarisima, casi extranjera, como si estuviera dando un concierto al otro lado del mundo, en Sidney o en Tokio, aun atontada por el desfase horario. Esta manana temprano, cuando la iglesia aun estaba vacia de espectadores, vino un afinador para poner a punto el Bosendorfer (o, al menos, eso me ha asegurado el sacerdote). Me hubiese gustado cruzar unas palabras con el, charlar de ajustes y de mecanica (me encanta hablar con los artifices de instrumentos, tecnicos, afinadores...). No pude: me estaban esperando en el tanatorio. Que arrugado estaba Claessens. Que viejo, metido en el ataud. Ya era una momia. Como si todos los esfuerzos que se habia consentido para preservar la juventud, las cremas, los implantes capilares y el bisturi se hubiesen quedado en nada por la muerte y la enfermedad. Justo antes de que cerraran el feretro, meti dentro la batuta, pensando que se quedaria mas tranquilo teniendola, para poder marcar el compas alla donde va, a dos metros bajo tierra y a ningun otro lugar. En la nave, los musicos de la orquesta se han sentado espontaneamente en formacion de concierto. <>, asi los llamaba Claessens: <>. No lo olvido, papa. Noche tras noche, cuando tengo que tocar un concierto de Rajmaninov, de Beethoven o de Mozart, jamas lo olvido. La cuerda en las primeras filas. Violines a la izquierda y violas en el centro; a la derecha, los de mayor cilindrada, violonchelos y contrabajos. Mas alla, la <>, clarinetes y fagots, flautas y oboes, trompas, trompetas, trombones y tubas. Y por ultimo, al fondo del todo, los que pasan inadvertidos o casi, los percusionistas, que son mi picoteo favorito para despues del concierto y los autografos, para despues de los actos mundanos, en Nueva York, Milan o Berlin, cuando llega la hora de volver al hotel. Entre los lobos que aullan siempre escojo al mas sumiso, al mas insignificante, y lo invito a tomar la ultima, para que los machos alfa se vuelvan locos, de celos y de ira. Aqui, en esta basilica, veo que varios musicos de la Orquesta de la Suisse Romande, sobre quienes reinaba mi padre, se han puesto el frac de las noches importantes. El minuto de silencio aun no ha concluido, pero ya quieren acelerar el tempo, pasar a la ceremonia religiosa propiamente dicha. Los veo desde el teclado, veo como rebullen en la silla, cruzan y descruzan la piernas; oigo como carraspean, se chascan las articulaciones y se suenan de forma mas o menos discreta (hay que decir que estamos en invierno: fria, fria y humeda Ginebra). No saben que hacer sin un instrumento entre las manos. El silencio les resulta insoportable. Pero antes, todavia les queda escucharme. Anoche me dejaron claro (quien, ya no lo se, un tio con traje oscuro de raya diplomatica, ?el administrador de la OSR, tal vez?) que estaria bien que yo interpretase una obra en la iglesia, en memoria de mi padre. Me pillo desprevenida. Yo, Ariane Claessens, no sabia que tocar. Estos ultimos dias, en el centro de cuidados paliativos, me habia convertido en la espectadora de su muerte inminente. Ni me acordaba de los conciertos. Intentaba alimentarlo con cucharilla, darle de beber, pero siempre se negaba. Me quedaba observando a las auxiliares de enfermeria cambiarle los panales y arreglarle la cama, y una en concreto, tambien pelirroja, pero de mentira, no paraba de decir: <> (cito sus palabras), y yo: <>. Solo que no me movia del rincon. Primero, me van a tener que escuchar, queridos espectadores vestidos de negro. Cuando llegue aqui, tenia pensado tocar Funerailles, de Liszt. Un programa de circunstancia. Y ademas me gusta tocar los pasajes forte, ensanandome con el teclado hasta la extenuacion. Algo para desfogarme con el instrumento en un dia y un ambiente como estos. Pero antes de la ceremonia tuve que recibir los pesames en la escalinata de la iglesia, delante de un punado de periodistas aferrados al paraguas (fuera esta lloviendo a cantaros; fria, fria y lluviosa Ginebra). Estaba predestinada, ?comprenden?, a recibir las sentidas condolencias de la profesion. Yo, la ultima superviviente, o casi; la ultima mohicana o, mas bien, la ultima Claessens. Ariane, un cuarto de siglo bien colmado. Detras del cutis de melocoton y el pelo de fuego, debo de tener por lo menos cien anos. El primer apreton de manos me lo dio un percusionista. Uno de esos tios del fondo, junto al radiador: <>. Este, por muy percusionista que sea, obviamente nunca me ha tocado. La OSR es familia. No te llevas a tu madrina de copas a las dos de la madrugada pasadas, tendria algo de incestuoso; mas tarde les contare el asunto ese del amadrinamiento. Desfilaron todos delante de mi, en la escalinata de Nuestra Senora de Ginebra, a unos cientos de metros de la estacion; todos me dieron un apreton de manos siguiendo, por asi decirlo, el orden protocolario o, mejor aun, siguiendo la formacion de una orquesta sinfonica. Hasta el violin al que mi padre degradara muchos anos antes (de primero a segundo) se acerco con todos los dientes fuera, sin que me quedara muy claro si era para sonreir o para hincarmelos en las carnes. <> Y luego hace ademan de entrar en la basilica, donde el organo se mantiene mudo porque soy yo quien, dentro de un rato, va a aporrear el Bosendorfer a modo de marcha funebre; pero, en el ultimo momento, parece que se lo piensa mejor; ahora solo quedamos fuera el y yo, mientras sigue lloviendo a mas y mejor (fria, fria y siniestra Ginebra), y el segundo violin me susurra al oido, pianissimo : <>. Entonces le digo: <>. Y el dice: <>. Yo me quede imperterrita, que es algo que se me da muy bien, mientras por dentro me inundaban la tristeza y la ira. Entonces supe que no iba a tocar las Funerailles de Liszt, sino una obra mucho mas larga, de cuatro movimientos, sin contar la cadencia del solista. Una composicion para violin y orquesta, cuya transcripcion para piano me sabia de memoria por haberla ensayado mil veces con mi hermano. El Opus 77. Ya ha pasado el minuto de silencio, mas o menos, y me llega el turno de tocar. Me desnudan con la mirada, me clavan en el ataud de madera negra que lleva el marchamo de Bosendorfer. <> Como veran, dicho sea de paso, siempre hay alguien esperandome a la vuelta de la esquina; incluso cuando levanto la tapa de un teclado en el entierro de mi padre, los criticos presentes en la sala tienen que sacar el boligrafo y la libreta. Oigo silbar desde aqui su lengua viperina. <> De todas formas, para esa gente solo soy un fenomeno de feria. Inspiro hondo antes de empezar. Es como zambullirse en las profundidades a pulmon libre. Cierro los parpados y echo la melena hacia atras para darles a todos la oportunidad de verme brevemente el hermoso rostro salpicado de pecas. Mis dedos acarician las teclas (la fa mi la, la bemol sol fa do, si mi do la, sol la fa sostenido re). Tardan cinco segundos en reconocer el opus ruso. <> Si, senoras. Si, senores. Exactamente eso. Yo solita sere una orquesta al servicio del etereo de mi hermano. Ha habido que esperar a que David se quedara en silencio para que yo volviera a tomar la palabra al fin. Les ruego que se comporten con un minimo de dignidad delante de los despojos de mi padre. Creanme si les digo que ser pacientes tiene su recompensa. Ahora, escuchen atentamente, escuchen nuestra historia; la de mi madre, la de mi hermano y la de Ariane Claessens, que toca para ustedes de memoria; esta vez, se lo garantizo, me veran desnuda como el dia en que naci. * * * Uno de mis recuerdos mas lejanos es un recuerdo que no me pertenece. Debo de tener cuatro anos y David, seis. Desde hace dos o tres meses, en cualquier caso, desde que llegamos a Ginebra, todas las mananas mi hermano toquetea el Steinway del salon, despues de comerse el cuenco de cereales y antes de irse al colegio, ante los ojos arrobados de Claessens. Mi madre, por su parte, ya ha empezado a encerrarse en su habitacion en cuanto alguien abre la tapa del instrumento.

  • Estacion Sol de Gregorio Leon

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    Julia es una joven fotografa que empieza a trabajar en El Universal. Con su camara a cuestas, capta la imagen de Alfonso XIII entrando en un chale de la mano de una mujer que no es la reina, Victoria Eugenia de Battenberg, sino una amante. El director del periodico se niega a publicar esa foto, y encomienda a Julia un reportaje sobre las obras de construccion de un modernisimo medio de transporte que va a alterar la vida de Madrid: el Metropolitano; y mas aun cuando poco despues aparece el cadaver del capataz de las obras.

  • Que sea para siempre de Bryan Valarezo

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    La vida puede sorprendernos con sus giros inesperados,con las casualidades que sacuden nuestra forma de ver el mundo.Caleb es un joven que ya ha perdido mucho. Primero debio despedirse de sus padres de forma repentina y hace poco tambien tuvo que decirle adios a su abuela. Y es justo en ese momento, cuando la tristeza se carga sobre sus hombros, que por su camino se cruza alguien que podria dibujar nuevas sonrisas en su rostro.Kensei es una chica de mirada melancolica y de emociones profundas. Transita sus dias acompanada por una guitarra con la que expresa las verdades de su corazon. Con personalidad altanera y hambrienta de aventuras, se preparara para realizar un viaje muy importante para ella.El primer encuentro sucede en una heladeria, el segundo en un cafe. Y cuando el tercero se concreta en la estacion de tren, ya no hay vuelta atras.A medida que ambos personajes se abren el uno al otro, descubren que la felicidad no esta tan lejos como habian pensado, que las casualidades existen y que a veces las sonrisas pueden dibujarse tan solo con pequenas muestras de carino.

  • Corazones y maletas de Claudia Capel

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    Corazones y maletas es un viaje interior guiado por la poesia. Estamos de viaje por la vida con el corazon y una maleta como companeros de viaje mientras la vida cambia y el tiempo es un continuo presente. La distancia, los perfumes, el amor, el vacio, la felicidad, el dolor, la esperanza son paisajes del camino. Este libro espera ser tu companero de viaje cuando necesites un refugio poetico. Se que las emociones del libro forman parte de tu vida tambien porque todos sentimos lo mismo en diferentes instantes y lugares. Entraras al libro como todos los que viajamos y saldras con un nuevo refugio al que volver cuando lo necesites. Algunos poemas te gustaras mas que otros, eso lo decide el corazon, y en tus poemas preferidos encontraras palabras que te identifican, como ocurre con las canciones. Corazones y maletas crea un ambiente de viaje interior para que recorras tu propio mundo, tu historial personal, tus amores, tus soledades, tus nombres, tus deseos, tus suenos. Y tambien, para que vigiles tu equipaje, como yo vigilo el mio, y te preguntes cuanto peso soporta tu corazon. Te doy la bienvenida y las gracias por leer mi libro. Espero que en los diferentes formatos puedas leerlo bien. Abrazos.

  • Fresas silvestres de Angela Thirkell

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    En esta comedia romantica ambientada en los anos treinta, la atractiva pero empobrecida Mary Preston acude como invitada a la esplendida finca de su tia Agnes en Rushwater. Alli, Mary perdera la cabeza por el apuesto seductor David Leslie, al mismo tiempo que Agnes y su madre, la excentrica lady Emily, planean emparejarla con otro hombre muy diferente, al que consideran un buen partido. En el espectacular baile de Rushwater, la felicidad de Mary, suspendida entre los imperativos del corazon y las maquinaciones de su familia, pendera de un hilo.

  • Congelando el tiempo de Sonia Roca

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    Despues de tanto tiempo, tras toda su preparacion y el peso de los anos a su espalda, su cuerpo sigue reaccionando a la defensiva cada vez que piensa en el orfanato. Un cosquilleo le recorre de los pies a la cabeza mientras un pinchazo constante se instala en su cerebro, entonces empiezan los temblores. Hoy le ha vuelto a ocurrir. Le ha visto en las noticias, su nombre al lado de la palabra "asesinado". Ha muerto con los labios y los ojos cosidos, sus manos han sido arrancadas del cuerpo. Igual que los otros cadaveres. Uno mas para la coleccion, ha pensado. Y despues de eso ya no ha podido pensar en nada mas. El pasado le ha golpeado con fuerza y no oye mas que ruido a su alrededor. El mundo sigue su camino, pero el se queda alli congelado con la muerte a sus espaldas. Acechandole. Ese es el motivo por el que ha ido esta noche al lago, quiere acabar con ese ruido que le martillea por dentro. La luna llena ilumina sus pasos mientras se acerca al acantilado, se detiene justo en el borde y suspira. Se descalza y desabrocha su camisa, la dobla cuidadosamente y la deja encima de los vaqueros que ya se ha quitado. Una vez en ropa interior alza la vista al cielo y sonrie levemente a la luna. Flexiona las rodillas y salta desde el borde. Deja que el agua le engulla y consigue que por fin desaparezca el sentimiento de culpabilidad que le lleva acompanando desde hace tanto tiempo. Una silueta se asoma tras un arbol lejano, lo ha visto todo. Saca una libreta y hace un par de anotaciones, despues da media vuelta y desaparece en la oscuridad de la noche. Capitulo 1 Aiden t.l, Presente, 1985 Shane esta sentado en su despacho repasando todos los detalles del caso. Es el tercer asesinato con el mismo modus operandi, eso solo puede significar dos cosas: la misma persona ha cometido los tres crimenes o alguien esta replicando el primer asesinato de hace dos anos. Esta esperando el informe del forense, aunque no le hace falta leerlo para saber que pone. Muerte por hipoxia cerebral, tararea mentalmente. En otras palabras, asfixia. Probablemente el asesino utilizo una almohada para ahogarle. Luego, con los guantes puestos se dedico a coser con gran destreza los ojos y los labios de su victima, dejandolos cerrados para siempre. No contento con eso cerceno las manos del cadaver de un golpe seco y las arrojo al otro lado de la habitacion. En los casos anteriores no encontraron huellas, ni el arma homicida. Tampoco ningun sospechoso. Por lo que tiene claro que esta ocasion no sera distinta. Se frota con cansancio los ojos, lleva encerrado todo el dia. Le ha despertado una llamada cuando todavia no habia amanecido para avisarle de un nuevo asesinato. Asi que ha salido con sigilo de la cama intentando no despertar a su mujer y despues de desperezarse con una rapida ducha de agua fria se ha dirigido hasta el lugar del crimen. Aun bailan por su mente las imagenes de las anteriores muertes, un escalofrio recorre su cuerpo y se estremece. Shane ya no es ese chico asustadizo de antano, se hizo inspector de policia para defender a los inocentes. Sabe que este caso le costara mas que cualquier otro, la verdad siempre ha sido un arma de doble filo y le da autentico pavor lo que pueda encontrar. No le asusta la muerte, ni lo horriblemente macabro que pueda llegar a ser este caso. Le aterra enfrentarse a su pasado, porque sabe que detras de ese muerto vendra otro y luego otro mas. Hasta desvelar la verdad, que le arrollara con fuerza y le devolvera al infierno del que ya no podra escapar. El forense entra sin preguntar en la habitacion que tiene Shane como despacho. No hay ninguna ventana, son dos tubos fluorescentes los que iluminan la mesa del inspector durante todo el dia en ese sotano de la comisaria. Esa luz de hospital le da dolor de cabeza, pero eso no le va a impedir resolver este caso, se dice a si mismo. Shane alza la cabeza de entre los papeles y mira fijamente a Oscar con sus ojos color miel mientras espera las palabras magicas. --Es un imitador. Arruga la nariz, no era eso lo que esperaba. Oscar deja caer el informe en medio de todo el papeleo de Shane y se sienta a su lado con cansancio. Se toca la barbilla con nerviosismo, un gesto que pone histerico al inspector. -- Es el mismo modus operandi --niega con rotundidad--. Tiene que ser la misma persona que cometio los otros dos asesinatos. -- Respecto a eso --carraspea--, en vista de los nuevos acontecimientos he revisado los informes que hice en su dia para cada crimen y he descubierto nuevas pistas. ?Te acuerdas de las pequenas diferencias que hubo en los dos primeros casos? --La primera vez que mato fue torpe, estaba nervioso y se notaba en la forma en que cosio los ojos, tenia las manos temblorosas y eso le llevo a hacer mas de un remiendo para que su obra quedara perfecta. Dejo pasar el tiempo y perfecciono su tecnica con el segundo --Shane se lo sabe de memoria, recuerda cada palabra de esos informes. El caso le obsesiono, se paso noches enteras investigando sin sacar nada en claro. --Ya, esa fue mi hipotesis --suspira con cansancio--. Ahora lo veo todo con mas perspectiva y tengo claro que cada asesinato lo cometio una persona distinta. Shane abre los ojos y contiene la respiracion. -- Si lo que dices es cierto --intenta mesurar sus palabras y hablar con tranquilidad--, tenemos a tres asesinos sueltos. Va a cundir el panico, la gente ya esta muy nerviosa. ?Estas seguro? -- Del todo. Teniendo muestras de los tres crimenes veo claramente las diferencias en cada uno, son minimas, pero estan alli. Tenemos a dos imitadores. Shane se levanta apresuradamente con el informe de la autopsia en la mano, coge la gabardina que cuelga del perchero y se dirige hacia la salida. -- No hables de esto con nadie, tengo que solucionar un par de asuntos primero --le dice antes de desaparecer por la puerta. Cuando sale de la comisaria ya es mas de medianoche, su mujer ya estara durmiendo por lo que en lugar de ir directamente a casa empieza a deambular por la ciudad. Despues de veinte minutos andando sin rumbo fijo se para delante de una cabina telefonica, mira a ambos lados y cuando esta seguro de que esta solo entra en su interior. Marca con rapidez un numero de telefono que ya se sabe de memoria y espera a su interlocutor. Un tono, dos tonos, tres hasta que salta el contestador. Shane insiste, pero Aiden no responde. --Maldicion --se lamenta. El telefono de Aiden sigue sonando pero el no esta en casa. Necesita silenciar el ruido que retumba en su cabeza desde primera hora de la manana, apagar las voces que le atormentan cada noche y que hoy gritan con mas fuerza que nunca. Por eso ha ido al lago, para lograr unos instantes de calma. No es la primera vez que lo hace, descubrio que el lugar donde mas a salvo se sentia era bajo el agua. Esta noche se ha zambullido con mas fuerza que nunca, ha saltado con precision del acantilado y ha sentido la gravedad tirando de el hasta el fondo. El gelido abrazo del agua le ha arropado y le ha dado el chute de energia necesario para seguir con su trabajo, se reencuentra a si mismo y una sensacion de calma le inunda. Despues de eso todo se vuelve silencio. Se queda muy quieto dejando que la corriente del lago le meza con suavidad eliminando todo el dolor y resentimiento que hay en su interior. Cuando ya no puede aguantar mas la respiracion sale a la superficie. Da varias brazadas para llegar a unas escaleras de acero oxidado que suben hacia una torre que se conecta con el borde del acantilado gracias a una pasarela de madera. Aiden se dispone a subir por las escaleras y observa lo maltrechas que estan las barras de acero. Es probable que un dia de estos se desplomen junto a el hasta el fondo del lago, pero Aiden no teme al peligro. Ha vivido con el toda su vida. Sube con agilidad hacia la torre y permanece unos instantes en medio de la pasarela, respirando y escuchando el sonido de la noche. Cuando ya esta seco se dirige hacia el arbol donde ha dejado cuidadosamente doblada su ropa. Se viste y vuelve a la soledad del hogar. Cuando entra en su casa unifamiliar escucha el timbre del telefono y el maullido quejica de su gato. Le da mala espina. Se apresura a cogerlo pero el telefono deja de sonar. Intuye que llamaran de nuevo por lo que llena el bol de Ronnie con leche y se recuesta en el sofa esperando la llamada. Su casa no es muy grande; la planta baja esta compuesta por un comedor de ladrillo visto con un gran ventanal donde los unicos muebles que hay son un sofa que hace las veces de cama, un televisor encima de un mueble de color roble y una mesita junto al sofa donde aguarda apaciblemente el telefono. La cocina no es nada del otro mundo y la nevera daria risa a cualquiera que la abriera, come fatal. Hay un aseo al lado de las escaleras y en la planta superior dos dormitorios y un bano completo. Podria escuchar el telefono desde cualquier zona de la casa, pero prefiere quedarse cerca, por si acaso.

  • GOG. Empieza la cuenta atras de J. J. Benitez

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    Gog es el libro que J. J. Benitez nunca hubiera deseado escribir. Esas son sus palabras. Pero escrito esta. Segun el autor navarro, lo mas importante de esta supuesta novela < que se lee>>.
    Si, Gog es una pequena joya (envenenada). Se trata del libro mas breve, y dramatico, del autor de Caballo de Troya.

  • Voz de acero de Vega Fountain

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    !Adios, mama! --Adios, carino que pases un buen fin de semana. No hagas enfadar a los abuelos --sugirio a Alberto por ser el mayor, y por todo lo que eso conllevaba. --Ya lo se, no me lo vuelvas a repetir --le contesto el chiquillo. --Adios, mami --dijo Alba. --Adios, cielo, pasalo bien --repuso, dandole un beso a su hija menor mientras le colocaba la camiseta. --Y tu tambien, mami --le deseo Alba. Claro que lo haria o por lo menos lo intentaria. Esa misma noche saldria de caza. Habia sido una semana muy dura, necesitaba quitarse todo el estres de encima y la mejor forma que conocia era mediante el sexo. Eran muchas las veces que habia pensado en hacerlo de forma <>, ir a un bar convencional, pero no le apetecia nada entablar conversacion con alguien para luego llegar al mismo punto. Asi que, como venia siendo habitual, decidio ir donde siempre, al club de intercambio de parejas donde tantas veces habia estado con su marido. Cuando el fallecio penso en dejar de pagar la cuota y desvincularse del lugar en el que tanto habia disfrutado con la persona que amaba, pero despues de un tiempo decidio que, ?por que? Nunca seria lo mismo, eso estaba claro, pero alli podia desinhibirse de todo, olvidarse durante algunas horas de todo lo que la rodeaba y simplemente evadirse y disfrutar. No se habia sentido culpable por disfrutar, era una cosa que tenia bien clara, ahora y antes, con su marido, pero mucho mas ahora que el no estaba. No porque no disfrutara antes, ahora simplemente era distinto, no tenia esa complicidad y confianza que habia tenido con el con nadie mas. A veces, algunas situaciones le recordaban a momentos vividos con Alberto, pero los borraba lo mas rapido posible de su mente y vivia el momento. El lo hubiera querido asi. Durante una temporada tambien penso en hacer lo que hace todo el mundo, ir a un bar, buscar a alguien, entablar conversacion y si la cosa cuadraba y se daba bien pues, darse un revolcon con algun hombre. Esta ultima opcion la habia desechado hacia tiempo, aunque a veces se lo volvia a plantear. Lo que no queria era implicaciones, ni supuestas confianzas, por eso la mejor opcion era ir al <<(S)experience>>. Era una mujer adulta, desinhibida, sin tiempo que perder en dar explicaciones ni que se las dieran. Eso no entraba en sus planes, el amor se habia acabado, ya lo habia tenido una vez, no necesitaba mas, le duro poco, si, pero cada momento vivido con Alberto habia sido emocionante y muy apasionado. Hacia dos anos que el se habia ido, un terrible accidente se lo arrebato. Durante mucho tiempo estuvo enfadada con el, por abandonarla con los ninos, no podia explicarse por que un hombre tan joven, tan lleno de vida podia morir dejando una familia y un monton de proyectos personales y profesionales sin terminar, pero ya no. Ya lo habia perdonado. Aunque no llegaba a entenderlo del todo, se habia dado cuenta de que el era el que mas habia perdido y que, en realidad, ninguno de los implicados tenia culpa de nada. Asi lo habia decidido, vivir la vida que le habia tocado de la mejor manera posible. Sus hijos eran lo mejor de su vida. Por ellos daria lo que fuera, todo giraba en torno a esos dos pequenos a los que adoraba. Alberto era el mayor, tenia casi siete anos, era un nino muy risueno y algo timido cuando no tenia confianza, fisicamente se parecia mucho a ella, era moreno con el pelo algo rizado y los ojos marrones, en cambio Alba era igual fisicamente a su padre, era mas rubia, con rizos mas marcados que se ensortijaban unos con otros, tenia carita de muneca, a sus cinco anos era muy extrovertida y alegre. Dedicaba todo su tiempo libre a ellos, se volcaba en su educacion y tambien en su tiempo de ocio, hacia cosas con sus hijos, manualidades, juegos, iba a la piscina, leian cuentos juntos, los ayudaba en sus deberes, todas las cosas que hacen los padres con sus hijos, con la unica diferencia de que estaba ella sola, no tenia el apoyo y la ayuda de un papa que la aliviara un poco de su carga, pero no le importaba, era feliz asi. Contaba con una familia politica que la queria y la apoyaba en lo que ella necesitara, eran su unica familia. Adoraba su trabajo aunque casi siempre era demasiado absorbente, por ello cada quince dias se dedicaba un tiempo a ella y esa era una de esas noches; iba a salir de caza, sus hijos se iban a pasar el fin de semana con los abuelos paternos y hasta el domingo por la tarde no volveria a verlos. Asi se decidio cuando murio Alberto y asi seguia siendo. Les servia a todos de valvula de escape, a ella la primera, asi podia disfrutar de sus escapadas. Nunca habia surgido el llevar a un hombre a casa, cosa que no queria por nada del mundo, y en el caso de que ocurriera no estarian los pequenos alli, no tenia fuerzas para dar explicaciones sobre todo a sus hijos. Alberto y Alba disfrutaban de lo lindo con sus abuelos y primos, y los abuelos encantados de la vida por poder disfrutar de alguna manera de un trocito de su hijo. Se habia vestido de forma provocativa, pero no ordinaria. Llevaba un vestido negro recto y sencillo de tirante ancho y escote cuadrado que insinuaba sus pechos, su ropa interior era tambien negra y lo acompanaba todo de unos zapatos negros de tacon, adoraba esos zapatos. Era alta aunque no delgada, tenia formas y su pecho era prominente, su cabello moreno y rizado a media altura la daba a veces un aspecto de devoradora de hombres, pero nada mas lejos de la realidad. Su forma de caminar, segura de si misma la hacia sentirse orgullosa con su cuerpo. No llevaba nada de maquillaje, pero eso era por simple practicidad, en las sesiones de sexo el maquillaje solia estropearse y despues o se volvia a retocar o tenia que desmaquillarse, todo eso unido a que a diario tenia que ir muy arreglada a trabajar hacia que desestimara la idea de hacerlo en sus salidas nocturnas, solamente se echaba perfume. Llego al (S)experience, un local de intercambio de parejas, situado a las afueras de la ciudad, estaba localizado en una finca aislada y escondida de miradas indiscretas. Era una gran casa que fue en su dia un chalet de lujo de una familia acomodada, que despues se adecuo a las necesidades de los socios. Se llevo a cabo una reforma muy grande para poder dotar al lugar de todo lo necesario para disfrutar del sexo, el morbo y la lujuria. En la parte baja habia una zona comun muy amplia donde se podia charlar y tomar una copa en un ambiente distendido, contaba con sillones y butacones amplios repartidos por toda la estancia ademas de varias barras donde los camareros servian cualquier bebida que se solicitara con profesionalidad y discrecion. La decoracion era muy provocativa, sobre todo porque habia imagenes religiosas y esculturas que representan angelotes y alguna virgen, el contraste entre esas imagenes y lo que alli se vivia era cuanto menos chocante. Los tonos de las paredes eran ocres, vainilla y beige y algun detalle en dorado, sobre todo en las lamparas de arana que combinaban el dorado con el cristal. En la parte superior a la que se accedia por unas escaleras de marmol color rosa y una barandilla de madera policromada en tonos dorados, se hallaban las habitaciones, todas con amplios banos y una cama redonda, ademas de alguna butaca. La zona de jacuzzi tenia dos baneras separadas por un pequeno murete. A parte de las habitaciones normales, habia habitaciones tematicas, como la de los espejos, la negra y otras con todo lo necesario para quien quisiera practicar sexo mas fuerte, sado o cosas asi. Contaban, por tanto, con una habitacion con un potro, distintos tipos de cuerdas y correas, ademas de fustas y latigos. Todos los socios sabian lo que alli habia, nadie se escandalizaba, era un club como otro cualquiera en el que sus socios pagaban una cuota anual elevada que les permitia disfrutar de su sexualidad de manera libre. Anos atras Patricia y Alberto habian sido invitados por un amigo a visitar las instalaciones y desde entonces habian decidido hacerse socios. Lo que alli habian vivido fue toda una experiencia como su propio nombre indicaba. La cuota era muy alta y los socios se elegian con mimo, nada de antecedentes y con una situacion economica holgada. Ademas tenian la opcion de invitar a amigos cuando lo creyeran oportuno, de este modo se garantizaba que hubiera caras nuevas casi constantemente. La regla primordial habia sido y era la discrecion, si esta no se respetaba automaticamente se expulsaba al socio. El anonimato era primordial. Charly, el relaciones publicas del local, era un tipo maduro y educado, iba vestido impecablemente y tenia modales de autentico gentleman. Ademas poseia un atractivo fisico y personal que encandilaba tanto a hombres como a mujeres, era alto, delgado con pelo canoso que le daba un toque interesantisimo y una sonrisa encantadora que hacia que se le formaran unos hoyuelos muy atractivos en su rostro. Todo el mundo lo conocia, era muy respetado, hacia que la gente se encuentrara a gusto. Nunca jamas hablaba con palabras malsonantes ni en un tono alto, era un hombre tranquilo. El trato con los clientes era exquisito. El se encargaba de solventar cualquier problema que pudiera surgir de la mejor manera posible y de ensenarles el local a los que acudian por primera vez alli, tambien se encargaba de organizar fiestas tematicas refinadas y muy divertidas. Patricia aparco su coche y, al entrar en el local, no se detuvo en la zona social donde habia algunas personas charlando y esperando a ver que les deparaba la noche. Se dirigio directamente a una de las salas, a la sala comun donde habia pantallas colocadas estrategicamente para que todo el que quisiera pudiera ver que era lo que se solicitaba en cada habitacion si es que no le habia surgido el plan antes en la gran sala. Ella vio que se solicitaba una mujer y sin pensarselo subio por las escaleras hasta el lugar indicado. Al principio le costo un poco ver debido a la penumbra que reinaba alli, entorno los ojos hasta que se acostumbraron a la poca luz. Se sentia expectante y excitada, siempre le pasaba cuando iba a tener un encuentro, nunca sabia lo que le iba a deparar la noche y esa incertidumbre hacia que creciera su deseo. Cuando entro vio a una pareja sobre la cama, estaban desnudos y se acariciaban mutuamente, se estaban besando apasionadamente y los ruidos que emitian hacian saber a cualquiera que los escuchara que estaban muy excitados. Al verla llegar la saludaron. --Hola --dijo Patricia. --Hola --contesto la mujer separandose del hombre y recibiendo a su invitada con una sonrisa en la cara--, soy Elena y el es Marcos --continuo, presentando a su acompanante. --Yo soy Patricia --dijo devolviendoles la sonrisa. --Quitate la ropa --ordeno Elena en un tono dulce pero autoritario. Estaba claro que era ella la que llevaba la voz cantante en aquella pareja. Era pequena y con ojos muy vivos de color miel, igual que su pelo. El era mas alto, moreno y con ojos oscuros, su cuerpo estaba bien definido, se notaba que pasaba horas en el gimnasio. Patricia acato las ordenes, dejo el bolso sobre la butaca y se quito su vestido, los zapatos y se quedo con la ropa interior. Cuando se volvio, Elena le hizo un gesto para que tambien se desprendiera del resto, no hablaban, nada mas la miraban con deseo. Patricia lo sabia, sentirse observada por dos personas anonimas que la deseaban, que deseaban su cuerpo la excitaba, se sentia poderosa ante esa situacion. --Tumbate --continuo. Patricia obedecio sin decir nada--. Te vamos a dar placer porque eso nos lo proporciona a nosotros tambien --prosiguio. --De acuerdo --respondio Patricia excitada, era lo que necesitaba en ese momento. Se tumbo y rapidamente el hombre se dirigio a sus pechos, los lamia, succionaba y le daba pequenos mordisquitos que excitaron a Patricia al maximo

  • No me llames bana-perros de Iris Vermeil

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    Son las diez menos diez. Faltan diez minutos para que empiece mi jornada laboral. He aparcado mi Vespa a la vuelta de la esquina. Voy esquivando a la gente que pasa a toda prisa por mi lado y sin prestarles atencion miro la pantalla del movil. Llevo los auriculares puestos y escucho una de mis canciones favoritas de bachata y, para no pensar en el dia que me espera imagino que estoy en mitad de un videoclip vestida de fiesta, rodeada de tios buenos, subida a unos tacones de infarto y pintada como una puerta. Camino mirando hacia el suelo y al levantar la vista veo a lo lejos que ya hay varias personas esperandome en la puerta de la peluqueria. Todo lo que habia creado en mi mente se esfuma haciendome volver a la realidad. --Buenos dias, ?hace mucho que esperan? --pregunto educadamente. --No, tranquila. Acabamos de llegar --responde una senora. No se porque siempre la gente suele decir eso ?sera por quedar bien? Seguramente llevan alli un buen rato y no quieren admitirlo. Quito los candados de la persiana y la subo con esfuerzo. Nadie, repito, nadie me pregunta ?Helena, quieres que te ayude? Eso es mucho pedir. Aunque bueno, yo ya estoy acostumbrada. No, no es que vaya al gym ni nada de eso... yo no estoy hecha para levantar pesas ni correr hacia ningun sitio durante minutos eternos. Eso no va conmigo. Yo levanto persianas de las antiguas, de las que pesan mas que un muerto. De esas del siglo pasado, ya que, la buenaza de mi jefa y no lo digo con ironia no se le ha pasado por la cabeza cambiarla por una electrica. No vaya a ser que la mujer se arruine, mejor me arruino yo la espalda. Quito la alarma y rezo para acertar a la primera el numero secreto, como salte nos deja a todos sordos, si lo digo es porque me ha pasado anteriormente. --Pasen, pasen --digo--. Un segundo, voy a cambiarme. --Si, si, no tenemos prisa. Se ve, se ve. Pienso para mis adentros. Me quito los pantalones y al momento, pican al timbre. Debera ser Alma, mi companera. Oigo que los senores le abren. Mejor para ella, porque no pensaba salir en bragas. Las unicas que tenemos llaves de la pelu somos mi jefa y yo, y ella no se ha molestado en hacer mas copias. Me pongo mi uniforme de peluquera canina, una especie de casaca nada sexy de color negra con pequenas huellas de perro de colorines y cambio mis deportivas por unos zuecos blancos. Ah, ?que no os lo habia dicho? Si. Soy peluquera canina. Trabajo como tal desde los veinte anos, cuando deje la carrera de fisioterapia y decidi que mi vida eran los animales. Ahora tengo veintiocho. Adoro trabajar con ellos, sin embargo, reconozco que hay que tener una paciencia... vamos que me falta poco para que me hagan Santa porque hago cada milagrito... Y no solo porque algunos tengan un caracter dificil de controlar, sino, porque los duenos no nos suelen reconocer el esfuerzo que hacemos a diario, a nosotros los profesionales. Como el mes pasado, que vino una senora por primera vez y me dijo que le cortase el pelo cortito a su bichon maltes de seis meses. Todo iba bien hasta que la senora se fue y me quede con el perro. Eso no era un perro, era una oveja. ?Como era posible que tuviera el animal por casa con esos nudos? ?Nudos? Mejor dicho rastas... A punto estuve de llamarla y decirle; Senora, ?usted sabe lo que es un peine? Ademas, no era de color blanco sino gris y del oscuro. Bueno total, que no queria esquilarlo con la maquina e hice lo que habia que hacer. Desenredar y cortar, desenredar y cortar y asi me pase casi dos horas... Se presento preguntando que si ya habia acabado. Le dije con mucha simpatia lo que sucedia y me dijo; Pues, ya me llamaras mas tarde. Cuando finalice el trabajo lo bane con un champu hidratante, le puse acondicionador y lo seque. Una vez seco, volvi a desenredar e hice un corte monisimo con la carita redondita. !Parecia un peluche! Llame a la senora entusiasmada; Senora, que Tobby ya esta listo y perfumado. En cinco minutos la tenia en la puerta. ?Y que creeis que dijo la senora? --!Dios mio! ?!Que le has hecho a mi Tobby!? !!Esta precioso, parece de concurso, eres la mejor peluquera canina Helena!! Voy a recomendar a todas mis amigas del PipiCan que vengan aqui. !!Ja, que os lo habeis creido!! Ya me hubiera gustado ya, que me dijera eso.... --!Parece un conejo! --?Como? --respondi. Ya os podeis imaginar mi cara de incertidumbre. --Lo queria corto pero no tanto. No me gusta. --miro al pobre bichin con cara de asco. Vale. Pense ?La mando a freir esparragos o a la playa? ?Que hubierais elegido? --Quiza esta mas corto de lo que usted se imaginaba, pero Tobby tenia muchos nuditos y hemos tenido que hacerlo asi para que quedara todo igualado. Seguro que el se siente mucho mejor y mas fresquito. --Esta horrible, ?tanto has tardado para esto? Respire hondo y conte hasta diez. --Em... yo lo he hecho lo mejor que he podido y creo que esta guapisimo, si a usted no le gusta... --Ya veras cuando lo vea mi hija, el disgusto que va a tener. --El pelo vuelve a crecer, yo le recomiendo que lo cepille a diario y lo traiga mas a menudo para que su cabello lo mantengamos brillante y saludable. --Bueno, bueno... en casa tambien lo puedo banar yo eh que no es tan dificil... Estaba a una borderia mas de sacar el caracter de leona que tengo escondido. Ese que me viene de familia y que sale cuando me tocan lo que no tengo. --Se que usted puede hacerlo en casa pero de ese modo el se acostumbra a nosotras y al ruido del secador, de las tijeras... --Venga va, cobrame que tengo que ir a recoger a mi nieto al colegio -- interrumpio mi explicacion. --Mire, seran treinta y cinco con veinte. --!!Que!! --grito. --!?Treinta y cinco euros por dejar a mi perro como un conejo?! Diez minutos estuve aguantandola hasta que me cabree y textualmente le dije; --Mire senora, yo he hecho mi trabajo como tenia que hacerlo y lo mejor que he podido. Si usted no lo valora no puedo hacer nada mas. Debo cobrarle por las horas que he pasado con su perro. Pero en realidad queria decirle; Si no le gusta como trabajo, ahi esta la puerta. !No vuelva mas, desagradecida! !A ver en que peluqueria la aguantan! Y se fue pero de pagar vaya si me pago. Dudo mucho que regrese y mejor, porque para soportar cosas asi... Luego hay otro tipo de clientes, los que te son fieles y vienen cada mes. Hablan bien de ti a sus conocidos y asi va prosperando el negocio y tu motivacion al trabajar va creciendo. A esos si que les estoy muy agradecida. --Hola Helena --me saluda Alma al entrar al vestuario--. ?Que tal el fin de semana? --Meh, mas de lo mismo... --?No te fue bien con Santi? --Uf, ni me lo nombres.

  • Solo para ellas de Amber Lake

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    Una cosa bella es un goce eterno. John Keats Una sonrisa de satisfaccion curvo la sensual boca de Tania al repasar el informe del contable que gestionaba los asuntos economicos de su empresa. El balance del ultimo trimestre era positivo, como esperaba, y podria hacerle frente al prestamo que pensaba solicitar. Lo mando imprimir para llevar una copia cuando fuese al banco. Ese informe demostraba que la agencia era solvente y pagaria los plazos con desahogo. No tendrian razones para negarselo. Tania era la propietaria de un negocio muy peculiar. En 2010, despues de acabar los estudios de Direccion y Administracion de Empresas y un master en Recursos Humanos en la prestigiosa Universidad de Yale, en Estados Unidos, regreso a Barcelona, su ciudad natal, con muchas ilusiones y un brillante curriculum bajo el brazo. Tras pasar por algunos trabajos ingratos y mal remunerados, una noticia aparecida en un periodico financiero le dio la idea: crear una agencia que se dedicase a ofrecer los servicios de hombres de compania para compromisos profesionales o de ocio a las personas y empresas que lo solicitasen; algo que se hacia en otros paises con mucho exito, segun destacaba el diario. Hizo un estudio de mercado y de las pocas agencias similares que existian en la ciudad y comprendio que el proyecto podria tener exito --a pesar de la crisis economica que asolaba el pais en esos momentos-- si incluia una mayor gama de ofertas y un catalogo de personal amplio, variado y selecto. Y asi surgio <>, su floreciente agencia y la mejor de la ciudad en su especialidad por la amplitud de actividades que ofrecia y la profesionalidad de sus empleados y colaboradores. El secreto de su exito era la rigurosa seleccion de su personal. Procuraba que fueran hombres inteligentes, cultos, elegantes... No tenian que ser necesariamente guapos. Con poseer un fisico aceptable y gusto en el vestir era suficiente. Su atractivo derivaba de la seguridad en si mismos, de su caracter afable, su simpatia y, en especial, de su correccion y esfuerzo, cualidades que los convertian en unos autenticos caballeros. A la hora de seleccionarlos, valoraba que estuviesen acostumbrados a moverse con soltura en ambientes sofisticados y dispusiesen de recursos suficientes para resolver cualquier imprevisto que pudiera surgir, como sacar de apuros a sus acompanantes en caso de necesidad. Y de forma discreta, otra de las maximas de su empresa; como habia ocurrido en algunas ocasiones con personajes famosos de visita en la ciudad que habian recurrido a su agencia para procurarse un poco de recreo. A todo ello, habia que sumar --aunque no era requisito imprescindible-- que fueran amantes generosos y experimentados por si la mujer que los contrataba deseaba ampliar sus servicios en ese aspecto. Cuando fundo la empresa, Tania no se planteo incluir esas prestaciones especiales, como ella las llamaba. Por desgracia, gran parte de sus clientas acababan solicitando ese extra, y ella comprendio que no podia ponerlas en manos de amantes inexpertos o de brutos sin conciencia, que acabarian desprestigiando la imagen de calidad que pretendia dar. Su clientela era variopinta. Desde empresas que organizaban eventos y necesitaban personal para atender a los asistentes, o para hacer de <> en ellos, a fiestas privadas que requerian acompanantes para los invitados sin pareja. Incluso se habia dado el caso de personas que deseaban hacer un regalo especial a algun amigo o familiar. Con todo, la mayoria de clientes que acudian a la agencia eran mujeres, por lo general ejecutivas o empresarias de alto poder adquisitivo, que necesitaban un acompanante para acudir a algun compromiso laboral o social. Tambien las que, al carecer de pareja y de tiempo para las relaciones sociales, deseaban un companero agradable con el que disfrutar los momentos de ocio, o turistas de alto standing que requerian un guia discreto y amable para conocer a fondo la ciudad y sus posibilidades de diversion... Tania no ignoraba, ni cuestionaba, que muchas de sus clientas lo que buscaban era un hombre para llevarse a la cama, pero les daba mas garantias contratar a uno de sus colaboradores que contactar con algun gigolo de los que se ofrecian en la seccion de anuncios de los periodicos. Confiaban en su buen criterio para ofrecerles un amante a su medida y libre de riesgos. Ella se ocupaba de que su personal fuese capaz de realizar esa tarea con la misma pericia y entrega que exigia en el resto de actividades. <>, advertia a sus empleados. Y esa era una de las razones por las que, en el ultimo ano, los usuarios habian aumentado de forma extraordinaria. El <> funcionaba muy bien, y eso le habia llevado a verse desbordada de trabajo en los ultimos meses. De todas formas, indicaba a los interesados que la prestacion extra era un tema que debian gestionar con el contratado. El suyo no era un negocio de prostitucion e insistia en dejarlo bien claro, tanto a los clientes como a sus trabajadores. Lo que ocurriese de mutuo acuerdo entre ellos no era de su incumbencia. Por desgracia, no podia impedir que muchos creyesen que la agencia no era mas que un prostibulo de lujo. Tania tenia la conciencia tranquila. Pensaba que con su empresa desarrollaba una buena labor social, al aconsejar y facilitar profesionales a las personas que acudian a ella, con lo que evitaba que se pusiesen en manos de oportunistas y desalmados. Tampoco las juzgaba. Ella nunca contrataria a un hombre para que saciara sus necesidades sexuales, era cierto; pero comprendia que habia personas que, por las circunstancias que fuesen, se veian abocadas a hacerlo y merecian la misma consideracion que el resto de sus clientes. En la actualidad disponia de un abultado catalogo de hombres de distinta edad y caracter para ofrecer a las personas interesadas, si bien la creciente demanda requeria aumentar los recursos. Ademas, y debido a que sus empleados no se dedicaban en exclusiva a esa tarea --aun estando muy bien pagada--, no solian durar mucho tiempo en la agencia. Algunos acababan abandonando por diversas razones: encontraban pareja que se oponia a que continuasen con ese empleo, conseguian un empleo mas acorde a sus expectativas de futuro... O por enfermedad, agotamiento... La profesion de acompanante solia ser de corta duracion y solo unos pocos llegaban a mantenerse hasta una edad avanzada, sobre todo por la feroz competencia. Incluso se habia visto forzada a despedir a alguno que no cumplia con las normas establecidas de discrecion y confidencialidad. Todo ello le obligaba a tener que reemplazarlos con frecuencia; lo que le ocasionaba mucho tiempo, esfuerzo e inconvenientes. La mayoria de sus empleados habian llegado a la agencia tras consultar la publicidad que aparecia en los principales periodicos y en la pagina web. Asimismo, los habia que acudian recomendados por alguno de sus empleados o por los que habian dejado de serlo. Tania los entrevistaba en persona para determinar si respondian a las exigencias que su distinguida clientela demandaba y no solia equivocarse en sus dictamenes. Se habia encontrado con hombres de todo tipo: muchos extraordinarios y otros solo correctos, pero tambien ignorantes, groseros o arrogantes que se delataban con solo escucharlos por telefono, o los que confundian el autentico sentido de esa profesion y creian que solo se trataba de tener citas sexuales. A estos los descartaba de inmediato, sin darles opcion a pasar a la segunda fase en la seleccion. Debido al auge economico que la ciudad llevaba experimentando desde hacia anos, que atraia a grandes directivos y empresarios --incluyendo a la cada vez mayor incorporacion de las mujeres a esos puestos de responsabilidad--, la demanda habia aumentado y se veia en la necesidad de incorporar nuevos empleados. Y en ello estaba. Tania miro el reloj que llevaba en la muneca. Pasaban unos minutos de las diez de la noche y aun no habia cenado. Al ser un negocio que llevaba personalmente, con la unica ayuda de Anna, su secretaria, la jornada laboral era extenuante y solia prolongarse hasta casi casi la medianoche; mas aun, cuando tenia una evaluacion en marcha. Esa noche decidio regalarse unas horas de descanso extra. Cenaria, veria alguna pelicula en el canal de pago y se acostaria pronto. Tenia que estar despejada al dia siguiente. A primera hora de la manana, pensaba llamar al director del banco para concertar una cita con el. No podia demorar mas la solicitud del prestamo. El negocio iba bien y tenia unos ahorros, aunque no eran suficientes para los proyectos que tenia en mente. Queria ampliar la agencia y ello requeria una fuerte inversion. En primer lugar, necesitaba alquilar un espacio en el sector de negocios mas sobresaliente de la ciudad para ubicar alli las oficinas. Ahora ocupaban parte de su vivienda, un amplio piso en la zona mas tranquila del barrio de Gracia; lo que resultaba muy practico, pero era poco profesional. Ya habia visto unas magnificas oficinas en la Gran Via de Carles III, en el distrito de Les Corts, con lo que atraeria mas clientes y de mejor calidad. Podria haberle pedido ayuda a su padre, consciente de que no se negaria a financiar ese proyecto, pero no queria involucrarlo otra vez. Ya le habia ayudado en una ocasion y, aunque tardo menos de tres anos en devolverle lo que le habia prestado, consideraba que era hora de cortar esa dependencia paterna. Sabia que se disgustaria con ella cuando se enterase de que no habia recurrido a el. Como todo padre con sus hijos, y mas si era el unico que tenia, queria y consideraba su deber ayudarla y protegerla; pero, de aceptar, acabaria creandole conflictos con su nueva esposa. Monica, con la que su padre se habia casado hacia un par de anos, era mucho mas joven que el y habia aportado al matrimonio dos hijos adolescentes. Tania sabia que no iba a admitir de buen grado que invirtiese dinero en un negocio que calificaba de deshonroso para la familia, y que ya habia causado varias discusiones entre la pareja; razon por la que dejo de visitarles meses antes. La felicidad de su padre era su prioridad, y no queria que se malograse por su culpa. CAPITULO 2 La excitacion es el fundamento del erotismo, su enigma mas profundo, su palabra clave. Milan Kundera Jana miro el reloj de pulsera y una mueca de disgusto se formo en su rostro. La persona que estaba esperando se retrasaba y eso, aparte de ponerla de malhumor, decia muy poco en su favor. Abrio el minibar y miro el surtido de botellitas. Saco una de ginebra y un bote de soda; al menos, amenizaria la espera con algo refrescante. Encendio un cigarrillo y se sento en uno de los confortables sillones. Le era indiferente que esa persona no se presentara; a ella le iban a pagar igual y, mientras, disfrutaria de las comodidades de aquella lujosa habitacion del hotel de cinco estrellas, que le abonarian igualmente. Diez minutos mas tarde, escucho unos urgentes golpes en la puerta. Sin apresurarse, se levanto y se miro en el espejo que ocupaba toda una pared frente a la cama. La imagen que le devolvio era impecable. El favorecedor maquillaje destacaba sus mejores rasgos: unos ojos grandes de largas pestanas y una boca jugosa. El vestido moldeaba su cuerpo escultural y dejaba al descubierto gran parte de las largas y bien torneadas piernas, que ella resaltaba con unos altos stilettos. La cuidada melena, peinada en uno de los mejores salones de belleza de la ciudad, remataba el soberbio conjunto que muchas mujeres envidiaban y todos los hombres deseaban. Satisfecha, fue a abrir. El hombre, de unos veintipocos anos y de atractivo rostro, respiraba con dificultad. Parecia que acababa de batir el record de los cien metros lisos. --?La senora Valdes? --pregunto, cuando fue capaz de recuperar el aliento. --Si --respondio Jana, observandolo con ojo critico y gesto serio. Aparte de la edad, le sorprendio el informal atuendo que llevaba: pantalon vaquero desgastado, cazadora de cuero negra sobre una camiseta blanca y zapatillas de deporte; una indumentaria adecuada a su edad y constitucion, pero le resultaba dificil imaginarlo con traje y corbata, prendas mas acordes con el trabajo que pretendia desempenar. Con todo, tenia su encanto. El aspecto aninado del rostro, acentuado por el rizado cabello rubio, despertaria instintos maternales en algunas mujeres; la razon mas probable de que Tania lo hubiese preseleccionado, cuando no se equiparaba a los aspirantes que le solia enviar. --Encantado, senora Valdes. Soy Jordi Oliva. --Sonrio nervioso. --Jana, por favor. Senora Valdes es demasiado serio. --Claro, Jana. Un nombre muy bonito. He venido a... a... --titubeo. No acertaba con la palabra adecuada para describir lo que habia ido a hacer alli. Jana tiro de la mano que le tendia y lo introdujo en la habitacion. --Ya se a lo que has venido, Jordi, aunque con considerable retraso. El evidente reproche altero aun mas al joven, que intento justificarse. --Lo siento. Es que no encontraba donde aparcar --dijo de forma atropellada. --Esa es una contrariedad con la que se debe contar; por ello, es necesario tomar tiempo. Y un recurso muy socorrido es el parking del hotel, si lo tiene.

  • Un solo deseo de Minerva Hall

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    ?Y si un solo deseo de Navidad tuviera el poder de cambiar de rumbo la vida de dos personas reacias a seguir adelante?

  • El pais de las sombras largas de Hans Ruesch

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    Cuando al despertarse Ernenek levantaba la cabeza del saco de pieles, su primer pensamiento era habitualmente para el monton de carne puesta a podrir cerca de la lampara para que se hiciera tierna y gustosa. Pero no aquel dia. Aquel dia viendo a Siksik en un rinconcito del pequeno iglu, dispuesta a estregar las ropas de su marido, tomo una subita decision antes de satisfacer las exigencias de su estomago: puesto que contribuia mas de lo que era su deber al mantenimiento de la minuscula comunidad, bien podia pretender participar tambien de los derechos conyugales de Anarvik, sin necesidad de pedirle permiso cada vez que le hacian falta los servicios de Siksik. Ernenek nunca habia tenido una mujer propia, porque era joven y porque en los hielos del extremo norte escasean las mujeres tanto como abundan los osos; sin embargo, conocia la importancia de tener una mujer propia, habil en raspar las ropas y en confeccionar calzado, y con la cual podia uno charlar durante la noche. Sobre todo donde la noche dura cinco meses. Precisamente ahora, antes de partir para la caza, le habria gustado reirse un par de veces con Siksik, pero bien se daba cuenta de lo que convenia y de lo que no convenia a un verdadero hombre; por eso sabia hasta que punto era inconveniente gozar de los favores de una mujer sin haberle pedido antes permiso al marido. Y Ernenek ponia siempre cuidado en no cometer ninguna inconveniencia. Con todo, ya estaba cansado de pedir permiso. Y no porque Anarvik se lo negara, pues rehusarse a prestar su propia mujer o el cuchillo, habria sido digno de inaudita mezquindad; pero, asi y todo, el pedir continuamente favores no era digno de quien pertenece a una raza tan orgullosa que sus miembros se llaman a si mismos sencillamente inuit, es decir hombres, para dar asi a entender al mundo que las otras razas, comparadas con la suya, no pueden considerarse compuestas por verdaderos hombres: y esto, aunque el resto del mundo no sea de la misma opinion y los llame esquimales, termino despectivo que les daba el pueblo limitrofe piel roja Algonquior y que significa <>. Muchas de esas tribus no merecen ya tal nombre; pero el exiguo numero de esquimales polares que lleva una existencia nomada en las regiones centrales del Artico, cerca del Polo magnetico, regiones inaccesibles para el hombre blanco, no cambiaron su tosca manera de vivir, la misma de cuando la raza humana era joven. Son como ninos, alegres, ingenuos y sin piedad. En la epoca de los tanques de guerra, empunan todavia arcos de cuerno y huesos de ballena, y flechas con punta de piedra; se reparten el producto de la caza y no saben mentir. Hasta tal punto son de toscos... Ernenek era un esquimal polar. Sobre la lampara de esteatita, el te se estaba enfriando. Siksik lleno un tazon y, bamboleandose, con los pies separados a causa de las calzas de piel de foca que le llegaban hasta la ingle, se lo llevo a Ernenek con una sonrisa. El hombre y la mujer, vestidos del mismo modo, ambos rechonchos y musculosos, pero con pies y manos pequenos, y con el mismo rostro chato, grueso y campechano, se distinguian en su aspecto solo por los cabellos, que el hombre llevaba largos y sueltos, mientras que la mujer se los habia levantado cuidadosamente, con un peinado muy alto, en forma de torre, sostenido con espinas de pescado. --?Donde esta Anarvik? --pregunto Ernenek tomando el tazon. --No es imposible que haya ido a cazar a la bahia de la Morsa Ciega --dijo Siksik--. Ocurre que hace un sueno ustedes dos se devoraron una foca entera --agrego riendo, y Ernenek le hizo eco, con esa risa facil y siempre pronta de su raza. El te estaba caliente como vientre de mujer, es decir, demasiado caliente para Ernenek, que no soportaba el calor. Lo soplo largamente antes de beberlo, mientras escrutaba a Siksik por encima del tazon. Luego se lo bebio todo de un trago, junto las hojitas que habian quedado en el fondo, se las comio y salio del saco. Llevaba puesto un ligero vestido hecho de piel de garzas marinas, con el plumon hacia adentro. Sobre este se puso un pesado sayo de piel de oso, con el pelo hacia afuera, y metio el extremo de las calzas en un par de botines de cuero de foca. Encorvado, porque la boveda de hielo era demasiado baja para el, corto con el cuchillo circular gruesas tajadas del monton de carne sobada y pasada de sazon y con la palma de la mano se lleno la boca. Se deslizo gateando por el estrecho tunel de nieve, apoyandose en los codos y las rodillas, y arrastrando detras de si, tomado de las orejas, al perro cabeza de trineo, salio del iglu. El resto del tiro los siguio, sacudiendose la escarcha del espeso pelo, ladrando por el hambre y descubriendo los dientes, aplanados a golpes de piedra para que no devorasen los arreos del trineo; con mas de lobos que de perros, mostraban agudos hocicos y ojos amarillos y relucientes. Ernenek se aseguro de que todos llevaban las abarcas que debian protegerles las patas de la mordedura de los hielos y de la sal marina. Luego los engancho al trineo, subio a este, retiro el ancla sepultada en un monton de hielo y agito el latigo. Los perros avanzaron sobre el mar congelado, mientras se abrian en abanico y hacian crujir las correas con que cada uno estaba atado separadamente al trineo. Hacia calor, apenas unos quince grados bajo cero, de manera que Ernenek no se veia obligado a trotar junto al trineo para calentarse, sino que podia gozar del paseo, sentado comodamente en el pescante. Al sur, el firmamento se habia tenido de azul, reverberacion de un sol ausente, azul que se iba esfumando poco a poco, convirtiendose en violeta, hacia el norte. Bajo aquel palido cielo, la tierra se mostraba anemica y descolorida, sin matices ni sombras, como a los ojos de los perros, que no distinguen los colores. El Oceano Glacial, congelado en un espesor de un par de metros, estaba recubierto de una delgada capa de nieve en la que se marcaban las huellas del trineo de Anarvik. A la derecha se veian cadenas de montes abruptos y colinas conicas, blancas y desnudas. A la izquierda, solo la bruma primaveral limitaba el oceano. Ernenek no se volvio ni siquiera una vez para echar una mirada al minusculo iglu, solitaria bolita de hielo puesta sobre el techo de la tierra. Su cerebro, que a causa de su modesta capacidad solo podia albergar un pensamiento por vez, se tendia enteramente hacia la gran bahia donde debia encontrarse Anarvik. Estaba tan absorto en su proposito que se habia olvidado de llevar consigo la indispensable grasa de foca que da luz y calor. Lo preocupaba demasiado el pensamiento de la peticion que iba a hacer a Anarvik, para pensar en otras cosas. A toda peticion podia responderse de dos maneras: Ernenek sabia por lo menos esto, aunque ignorase muchas cosas. Si Anarvik aceptaba, Ernenek se sentiria humillado por haber recibido un favor mas. Anarvik era orgulloso, un verdadero hombre, y seria muy capaz de mortificarlo con un consentimiento inmediato, por lo que para rehacer su dignidad perdida Ernenek se veia obligado a redoblar sus esfuerzos de cazador, y a su vez, mortificar al companero haciendole el don de grandes cantidades de caza. Si en cambio, Anarvik le negaba el permiso pedido, Ernenek podria mofarse de el por su avaricia y mezquindad; pero de todos modos este seria un consuelo bien magro, comparado con la molestia de tener que buscarse una companera en otra parte, para lo cual deberia emigrar solitario, por uno o dos anos, hacia el sur, donde abundan las mujeres, pero escasean los osos; hacia el pais del sol alto y de las sombras cortas, poblado por tribus cuyas costumbres son extranas a un esquimal polar, y por tanto desagradables. De un modo u otro, una vez hecha la peticion, sus dias estarian colmados de dificultades. Sin embargo, todavia no podia marcharse. Hacia ya dos anos que Anarvik le prometia la inminente llegada de su hermano Ululik. --Tiene dos hijas y tu podrias elegir una --le habia dicho riendo. Mas las estaciones pasaban, Ernenek esperaba en vano, y Anarvik se habia limitado a encogerse de hombros y a decirle--: Tal vez venga para fines del proximo invierno. Un invierno mas o menos parecia tener poca importancia para el, que habia visto muchos. Pero para Ernenek, que habia visto pocos, no era asi. ?Y si al fin de cuentas Ululik no venia? Podia haber cambiado de idea. O haberse muerto. O haber dado las hijas a otros. Y Ernenek estaba cansado de esperar. El trineo de Anarvik aparecio a la vista puntito negro sobre la enorme extension del mar congelado y Ernenek incito al tiro gritos y azotes. Al cabo de una hora el puntito se habia convertido en una linea, luego el trineo se hizo visible, y por fin aparecieron Anarvik y los perros. Los perros estaban vivamente excitados. Ernenek arrojo el ancla del trineo, aseguro el tiro de perros y avanzo a pie sobre el hielo. A pesar de su impaciencia, andaba lentamente, por la fuerza de la costumbre, con pasos mesurados, para no ahuyentar a las focas que habia por debajo de la costra helada. Anarvik, extendido en el suelo, le volvia las espaldas. Ernenek se detuvo detras de el y un poco de lado; le veia el rostro oscuro y, a pesar de la capa de aceite y hollin, las arrugas excavadas por los anos alrededor de las sienes; los ojos oscuros, oblicuos y astutos; la renegrida melena, que cortada en flecos sobre la frente, le caia a los lados, rigida por la capucha del sayo, mientras que por detras se le desparramaba desordenadamente sobre la espalda. --Alguien tiene que hacerte una pregunta --dijo Ernenek con voz fuerte, para darse animo. --!Silencio! --le mando Anarvik sin volverse--. Un hombre que trabaja no puede escuchar preguntas. Una cosa por vez.

  • Supervivientes del fin del mundo de Fernando Neira

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    Cuando desgraciadamente las predicciones de unos cientificos indios se hicieron realidad en las que la tierra iba a ser asolada por una tormenta solar y el mundo que conociamos se habia ido a la mierda, por suerte, !Lucas Giordano estaba preparado! Poco antes de que los paises se hundieran en el caos, Irene Sotelo tuvo la valentia de comentarselo a su jefe y por raro que parezca, este la hizo caso y comprendio que no se podia hacer oidos sordos a lo que se avecinaba. Juntos, el millonario y su fiel asistente decidieron olvidarse de las normas vigentes hasta ese momento y disenaron una sociedad donde las mujeres fueran mayoria para asegurar que pudiese sobrevivir al desastre … sin importar que eso supusiera que cada hombre tocara a cinco mujeres….

  • No puedes ser tu de Sarah Rusell

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    Arranque el coche y casi se tiran los viandantes al suelo, ese tubo de escape ya estaba en las ultimas, pero claro, sin trabajo, apenas me daba mi madre para lo justo y poco mas, demasiado que ese dia me podia permitir el lujo de cogerlo pues tenia un restillo de gasolina. El coche era de mi padre que habia fallecido doce anos atras, para aquellos entonces ya lo tenia desde hacia ocho anos por lo cual, demasiado que siempre se le hacia un arreglo de ultima hora para pasar la ITV y lo bueno era que, un vecino mio que trabaja alli, nos echaba el cable y nos daba el visto bueno pues sabia con la poca pension que se vivia en mi casa. A mi madre solo le quedaron setecientos euros, los unicos ingresos que entraban en el hogar, ya que yo no encontraba trabajo o me duraban dos dias. La casa estaba pagada, por ese lado nos salvabamos, pero vamos, vivir con mi madre era vivir en un constante mal rollo impresionante y es que siempre tenia una cara que le llegaba al suelo y chocabamos bastante. Iba a una entrevista de trabajo para la que no tenia ni cita, pero me habian dicho que estaban buscando limpiadora para las oficinas de una de las mayores firmas de joyas. --?Su nombre y apellido, por favor? --me pregunto la chica de detras del mostrador. --Clara Bronca. --?Como? --Clara Bronca. --A ver, su nombre es... --Clara --resople. --?Y su apellido? --Bronca. B de Barcelona, R de Roma, O de Oviedo... --Ya, ya --negaba con la mano para que me callara mientras ponia mala cara, incredula por mi nombre. !Ni que tuviera yo la culpa de llevar ese San Benito! --?Y a que hora dice que tiene la reunion con Susana? --A las diez --sonrei. --No, no veo aqui ninguna cita, dejeme un momento que vaya a hablar con ella. --Gracias. Mentira cochina, no tenia ninguna reunion con la tal Susana, pero estaba claro que era la unica forma que tenia para llegar a la jefa de limpieza e intentar camelarmela para que me diera el puesto. Eche una visual y volvio, me hizo un gesto para que la siguiera. --???Clara??? --pregunto al verme. --Joder ???Susana??? --!Si! --exclamo emocionada y vino a abrazarme. --No me digas que eres la jefa de limpieza. --Si, desde hace un par de anos --agarraba mis manos. --El tiempo que no llevas con mi primo Ricardo. --Efectivamente --se rio--. Por cierto, perdona, no tenia constancia de esta cita. --Tranquila, ni yo, pero me dijeron que estaban buscando personal y ya sabes --rei. --Le echaste morro... --Volteo los ojos riendose. --Efectivamente. --Sabes que siempre tuve debilidad por ti y que te dare el puesto, pero me tienes que prometer que no la vas a liar. --No, no, pero ya sabes que los fines de semana son sagrados. --Tranquila --se reia negando--, el horario es de lunes a viernes de ocho a dos. --?Y no hay de diez a dos? --!Clara! --se rio. --Esta bien, hare un sacrificio y me levantare mas temprano. --No cambias --me dio un pellizco en la mejilla. --?Y cuando empiezo? --El lunes. --De lujo, asi tengo cuatro dias de descanso hasta entonces. --Que morro tienes. Anda ven, vamos a ir al despacho del asesor para que te prepare el contrato. --?Esta bueno? --Tiene sesenta anos, no esta mal, pero no empieces --me dio una colleja y la segui hasta alli. Tras dos golpecitos en la puerta y escuchar una voz de lo mas varonil, entramos y juro que casi me desmayo. !Madre mia como estaba el asesor! Si ese hombre era abuelo, yo firmaba por llegar a su edad en las mismas condiciones. Que bien llevados los sesenta anos, por Dios. Que yo me esperaba un senor asi bajito, mas bien calvo, regordete, con el traje tan apretado que le podria estallar el boton del ombligo en cualquier momento, y tenia delante a mi propio guardaespaldas, pero literalmente porque el tio era clavadito a Kevin Costner. Mas de metro ochenta, ojos azules, cabello castano con unas cuantas canas y bien apanadito. Vamos, que si yo tuviera veinte anos mas le tiraba los tejos. Un codazo me saco de mis pensamientos, mire a Susana y ahi estaba ella, con ceja arqueada y con la cara de "No la lies, que no te contrato", que me estaba dando hasta miedo. --Senor Perez, veniamos a que le prepare el contrato a la chica nueva para limpieza --le dijo ella. --Ahora mismo. Si me permites tu DNI --lo saque del monedero, se lo entregue y tras leer mis datos le vi contener la risa, y le estaba costando, pero el hombre era un caballero de los pies a la cabeza y no dijo ni pio. Media hora despues sali del despacho con una amplia sonrisa y mas feliz que todas las cosas, ya tenia mi nuevo empleo asi que a partir del lunes tocaba dar el do de pecho, madrugar y dejar aquellas oficinas como los chorros del oro. --Muchas gracias, Susana --dije dandole un abrazo. --Con que seas responsable y no me falles, me doy por satisfecha. --Lo hare, no te preocupes. --Nos vemos el lunes, en el vestuario tendras una taquilla con tu nombre y dentro la bata de limpieza. --Genial. Nos vemos. Lo de limpiar mesas y fregar suelos no era el sueno de mi vida, pero no habia estudiado, no encontraba otra cosa y necesitaba dinero, que con lo que me daba mi madre para salir algun fin de semana, no me llegaba. Subi al coche y por mas que le daba no queria arrancar, asi que espere cinco minutos ahi metida, asandome como un pollo, hasta que al fin me hizo caso. Volvi a casa, pero antes me pase por la panaderia a por una barrita de pan, era la matraca de mi madre, si sales trae pan y si no salia ese dia no comiamos pan. --Ya he vuelto --dije en cuanto entre. Viviamos en una casa baja, con un pequeno jardin delantero, tres habitaciones, salon, cocina y, a Dios gracias, dos cuartos de bano. Bueno, cuarto de bano y aseo, el segundo era el que yo me habia quedado para mi solita, que para algo estaba cerca de mi habitacion. --?Has traido pan? --pregunto ella, a voz en grito, desde la cocina. --Si --conteste cuando llegue a la puerta y lo deje en la mesa. --Vamos a comer en nada, pon la mesa. --Me cambio en dos minutos y voy. Y asi fue, me puse el pantalon corto y la camiseta de tirantes de andar por casa, puse la mesa y la ayude a servir la comida. Como de costumbre, ese rato el silencio era tan solo roto por los cubiertos chocando en los platos, pero es que preferia no hablar para no acabar discutiendo. Cuando acabamos, me puse un cafe, cogi un cigarro y me asome a la ventana del salon para fumarlo tranquila. Tardo poco en echarme la bronca. --No se las veces que te he dicho que lo dejes. --Pues como tropecientas, pero sabes que me da igual. --El mismo vicio que tu padre. --Algo tenia que tener de el, no iba a ser todo tuyo. Y es que me parecia fisicamente a mi madre un monton, pero el caracter era el de mi padre. --Mas valia que hubieras salido a mi en otras cosas. --?Por ejemplo? --pregunte sin mirarla. --En lo trabajadora, que no te dura un puesto mas de dos dias. Yo no se que hice mal contigo, de verdad que no lo se. --Pues si no lo sabes tu... --?Ves? Siempre contestando. Eres como el aceite hija, tienes que quedar por encima. --Papa decia eso mismo de ti. Me acabe el cigarro y el cafe de un trago, cuando iba a la cocina para fregar la taza, volvio a la misma cantinela de todos los dias.

  • El corazon de Angela 2 de Zeneida Miranda

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    Angela Sims es una mujer que siempre ha vivido deprisa. Se caso y fue madre muy joven y un mal golpe destino le arrebato a su marido demasiado pronto.
    Sola, con dos ninos de corta edad, Angela se muda a Nueva York en busca del apoyo que solo su mejor amiga y el marido de esta pueden brindarle.
    Fotografa de profesion, su apacible vida se vuelve un caos cuando conoce a Patrick Cooper, un policia cuya presencia le recuerda que su cuerpo sigue vivo, y se ve de repente en vuelta en un importante caso policial que la lleva a tratar con una de las mas importantes familias de la mafia irlandesa que operan en Washington Hide.

  • Nuestra primera vez, Flor M. Urdaneta de Flor M. Urdaneta

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    Alex y Kim han sido amigos desde ninos. Ella es extrovertida, le encanta salir de fiesta y no sabe lo que la palabra orden significa. El es callado, ordenado en extremo y un genio de la computacion que prefiere quedarse en casa disenando programas en lugar de salir. Pero cuando Alex hace una confesion, y las reglas de su relacion cambian, descubren que el amor puede ser dulce y apasionado, pero tambien doloroso y devastador.
    Corazones rotos, una amistad que termina y una decision que marca la diferencia en su futuro. ?Que pasara entre Alex y Kim? ?Podran reparar lo que un dia se rompio o ya es demasiado tarde para ellos?

  • Duro como una roca (Los Hermanos Smith 3) de Brenda Ford

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    Freya Brown. Es simplemente perfecta.
    Desde el primer instante en que la vi supe que solo podia ser ella. Pero esta fuera de mi alcance al ser la nueva estrella del pop. Aun asi, algo surge entre nosotros volviendo a poner mi vida en orden.
    Hasta que me doy cuenta que he vuelto a equivocarme, y ahora tengo que ver como se aleja de mi. Pero estoy demasiado obsesionado para dejarla ir y hare todo lo posible para hacerla mia.
    !Aunque, esta chica todavia no lo sabe!
    Descubre la historia de Alex en esta nueva entrega de la serie Los hermanos Smith

  • Amor en Paris (Amor 3) de Esther Llull

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    A 1 qui en Paris tambien soy la duena de la tranquilidad y el orden, la heredera de altivas tradiciones. Las luces comienzan a proyectar amarillas rayas en la plaza de Notre-Dame. Me encuentro de nuevo en ella, pues me encanta. La niebla nacida en el rio llena estos antiguos espacios. Suavemente se pega a la blanquecina piedra. Le he mandado a Christian un mensaje, espero que pueda leerlo a tiempo. Entre nosotros la comunicacion nunca se corto. El se mostro tan concernido con lo mio, que a veces pienso que si es real. Sin embargo, siempre ha estado la distancia que lo cambia todo, que nos distancia mas. Pronto en Paris nos perderemos los dos en el frio y en la noche. Si, porque estamos destinados a ser como dos seres de hielo, para que esta amistad no se deshiele a destiempo. Me consta que ahora hace buen tiempo en esta renacida primavera en Paris. El suscito en mi el deseo de progresar en la vida. Sin rumbo, avance por la Promenade plantee (paseo plantado) de Paris. Me quede con curiosidad observando los rostros, los rostros de los recien nacidos empujados en sus carritos por sus madres, esos rostros un poco desvividos, incluso repelentes o llorosos. Y este altivo latir -tic-tac, tic-tac- del pulso de la mente adquirio mas mayestatico ritmo. El cuerpo es mas fuerte de lo que yo creia. Y estoy mas aturdida de lo que suponia. Ya nada me importa. Nada claro necesito. Nada que surja ya hecho, con todos sus pies, para aposentarse en el suelo. Ahora soy una de esas resonancias y amables ecos que resuenan y suenan de nervio en nervio, dentro de nuestro pecho, formando una musica de pecho coral, y pienso en la musica de opera. Me quedo extasiada pensando en que estoy cerca de la opera de la Bastilla. Una lluvia fina parece estremecer esta noche, una fina radiacion que no acusa y que resiste defendida por una serie de resistencias que se crean en mi cuerpo animado. Desposeido, no busca poseer. Y viene a tomar espacio sin posesion, sin lugar propio. La cabeza se me va hacia atras como movida por una imperceptible brisa, y ese momento es como coger la ruta convenida. Y esta luz inconfundible es la luz de sus ojos, los ojos de Christian que me han hipnotizado, con la luz de la pura razon. No desmiente el agua o la fina lluvia que cae, sino que en la oscuridad el alma bebe de las divinas tinieblas. Pues que el agua tambien es agua viviente, sangre, luz derretida. L 2 os relampagueantes arboles y las blancas barandas del exterior se alzaron en densa lluvia. El mundo parecia que se resquebrajaba, hubo un brusco impulso en mi interior y un zumbido en mis oidos, y se me hizo pesada la respiracion. El sueno me vencio. Eche una ojeada al reloj. Una vez mas las inquisiciones nocturnas han robado a mi descanso mas de dos horas sobrecargadas de recuerdos. Ciertos hechos pasados se niegan a desaparecer de mi memoria. Avaros quieren abarcar un presente con la ferocidad de un animal rabioso. Son terriblemente codiciosos. No claudican. No admiten "ser olvidados". Nada se parece tanto al olvido como a la dispersion de las ideas. Sin saber por que de repente todo es un caos, todo se convierte en incertidumbres vertiginosas y desvios mentales. Nada esta en su sitio. Ahora los hechos se desnudan, cambian de color y recatan la verdad que la conveniencia humana. Ahora en Paris, en este sitio idilico como un valle de expurgaciones, solo caben las confirmaciones y las certezas, limpias de enganos o fabulas amoldables y transigentes. Ahora ya no voy disfrazando con imposiciones acomodaticias las cosas. Y me es imposible modificar los matices y borrar evidencias. En este lugar todo aumenta de tamano, las evocaciones son como insectos gigantes. Hechos que carecian de importancia ahora me quitan el sueno. Las evocaciones nos acosan, nos clavan aguijones y nos martirizan constantemente. El amor jamas se apoya en sensaciones para destruir algo. Ni se apoya en conceptos que admiten hipocresia. A veces recapacitamos pero ya es tarde. B 3 asta un detalle cualquiera para recuperar infinidad de pequeneces que durante el dia consideramos perdidas. No obstante y sin saber por que las pequeneces surgen vigorosas y exigentes en los desvelos. Son como taladros para mantenernos despiertos y obligarnos a pensar. Y el insomnio volcando recuerdos que la memoria se empena en acumular. Parecia que se deslizaba un sutil velo sobre la arena blanca de la improvisada playa que se habia creado artificialmente en la orilla del Sena, en la isla de la Cite. La improvisada y artificial ola se detenia, y despues volvia a retirarse arrastrandose como en un suspiro. O como el durmiente cuyo aliento va y viene en la inconsciencia. El dia cae copioso y esplendente. Ahora me ato, sin cenirla demasiado, la cinta del vestido suelto que llevo, y me tiendo sobre esta arena de playa, sobre una tumbona, cubriendome con la delgada sabana de luz que flota en la sutil playa que es como una leve capa de agua lanzada por una ola. A su traves, lejos, muy lejos, debilmente, oigo el comienzo de una musica coral, ruedas de coches, perros, hombres que gritan, campanas de la iglesia, el comienzo del coro, y ruedas de un carruaje a caballo. El sol se alzo mas. Quedo una sutil linea negra en la arena. Las piedras del muro, antes suaves y neblinosas, se endurecieron y quedaron marcadas por rojas grietas. Me gusta este vestido tan sutil, entreverado de hebras rojas y negras que brillan a la luz del fuego. El vestido parece que revolotea en mi cuerpo y que flota con la forma de una flor. Debo abrir ahora este ordenador portatil para que salgan estas frases encadenadas con las que logro unir cuanto ocurre, de manera que, en vez de incoherencia, se perciba un hilo de vagabunda linea que auna sutilmente una cosa con otra. Ahora te contare la historia de mi futuro, no la del pasado. Me sumerjo y chapoteo en las destellantes aguas de la infancia, pero solo para traspasar las puertas del futuro. Algo prende y arde. Ahora la viajera, que soy yo, esta despierta, pero le gustaria sonar. No creo en la separacion, no somos individuales. Pero siento deseos de incrementar mis observaciones como si me separaran de la naturaleza humana y de la vida. Ahora vendra Christian. Lo espero de un momento a otro. II. Paris, primavera J 1 ean Louis lo que el siempre quiso es que yo fuese hacia el, que yo volviese a repetir el papel de la chica que lo da todo, lo entrega todo. Ahora dice que va a venir pero no me lo creo, porque el se fue a vivir afuera tambien. En ese momento de debilidad que el tuvo conmigo, tal vez si yo hubiera ido hasta el lo hubiera retenido, lo tendria conmigo ahora, pero hubiera tenido que renunciar a mi misma, estoy segura, no hubiera podido hacer nada para mi. Con Christian hemos sustituido el fuego por una sutil llama inextinguible, algo que es admiracion y, al mismo tiempo, nos permite crecer el uno con el otro. Y eso siempre ha sido muy dificil para mi. Esa felicidad adictiva de hoy dia no es felicidad. Lo que da es un placer corto y repetitivo que nos hace mas infelices todavia, por sus notas adictivas. Si hablo de las emociones positivas, no hablo de la felicidad, sino de los diversos sentimientos positivos que experimentamos en torno a este sentimiento: la alegria, la exuberancia, el humor y la risa, el optimismo… incluso la curiosidad, que fomenta la supervivencia en un ambiente extrano, y es necesaria y positiva para sobrevivir. Regular las emociones y filtrar las emociones negativas --odio, envidia, ira…-- hasta hacerlas casi desaparecer, concentrandose en las emociones positivas, esto deberia ser considerado un arte. Un verdadero arte alquimico. Transformar en oro el carbon. "No tienes por que agobiarte con mi presencia, no voy a ser un incordio para ti o para las personas que esten contigo, solo quiero verte, quiero hablar contigo unos momentos y eso es todo. Tendre unos dias libres y quiero aprovecharlos. No tengas miedo, tu amigo esta a salvo conmigo". La indiferencia al sufrimiento es lo que convierte al humano en inhumano. La indiferencia, despues de todo, es mas peligrosa que la ira o el odio. Las emociones nos afectan positiva o negativamente, no hay emociones neutras, y con ellas conformamos el ambiente que respiramos. Cae una hoja y cae de alegria. Amo la vida, estoy enamorada de la vida. Miro como el sauce lanza en el aire sus chorros sutiles. Miro como a traves de ellos se desliza una barca, que pasa junto al Sena, en un vivir de inconsciencia. Veo el fondo, el corazon, las profundidades. Veo como los amores temblando se convierten en fuego. Y los celos disparan verdes rayos aqui y alla. Se la intrincada manera en que el amor se entrecruza con el amor; el amor forma nudos; el amor los rompe brutalmente. He sido anudada. He sido rota. Habia un arbol de haya y las doradas luces de la noche destellando entre los arboles. Las palomas abrieron las hojas. Las cambiantes luces moviles me recorrieron. Y huyeron.

  • Un corazon en Nolita (American Girls 4) de Estrella Correa

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    Adoro Nueva York. Me gusta mi vida y no deseo cambiarla. Vivo en un piso compartido con dos amigas que son mis almas gemelas. Nos conocimos en la universidad y desde entonces no nos hemos separado, incluso hemos pasado algun dia de Accion de Gracias juntas. La casa no es gran cosa, pero la propietaria nos cobra un alquiler muy bajo para estar situada en Nolita, un barrio de Manhattan. Los muebles los hemos comprado nosotras. Y me refiero a que los recogemos de la calle (la mayoria), les hacemos unos arreglos y los pintamos. Quedan como nuevos y nos salen bastante baratos. Mi cuenta bancaria no esta dotada con muchos ceros y trato de sobrevivir trabajando como fotografa en eventos que me van saliendo mientras termino un master de Comunicacion Audiovisual en la Universidad de Nueva York. --Ava, ?has terminado? --Escucho a Sophia aporrear la puerta del bano. --!Cinco minutos! --grito buscando una toalla y tratando de no resbalar por el suelo mojado. Soy muy propensa a los accidentes--. !Hay otro bano! --informo. --!Y otra pesada como tu que tarda una hora en ducharse! --chilla. Me cubro el cuerpo y limpio el cristal lleno de vaho con la mano. Tengo las mejillas sonrosadas y la piel al completo demasiado roja. Me gusta el agua caliente. Mia dice que un dia de estos salgo del bano con quemaduras de tercer grado. Cojo el cepillo y peino mi cabello castano claro. <>, pienso, cuando veo que casi me llega por la cintura. --Cuanto estres, chica --reprocho a Sophia que me mira con cara de pocos amigos y un cafe en la mano cuando por fin abro la puerta. --No puedo llegar tarde otra vez al trabajo. Estan a esto --hace una senal con los dedos-- de prescindir de mi buen hacer y sabiduria. --Querras decir que te van a poner de patitas en la calle porque no has querido acostarte con el jefe. --Me da el cafe que me ha preparado. --No me lo recuerdes. Deberia haberlo hecho. Ahora no estaria pensando que quizas no tenga para pagar el alquiler el proximo mes. --Fuerza una sonrisa y me da con la puerta del aseo en las narices. Me encuentro con Mia en el salon tras vestirme. Nota: ella prefiere muebles caros porque puede permitirselo, pero nos respeta y nos deja vivir como hijas de obreros. Tiene un movil en cada mano y escribe en los dos a la vez. Ella es asi. Y su trabajo requiere todo su tiempo y su vida. Es broker. La mujer broker mas joven de Nueva York. Y la mas guapa. Y la mas rubia. Y la mas alta. Y la mas delgada. Y la mas envidiada. --No se como consigues hacer eso --indico mientras me pongo una chaqueta de cuero camel.--Con mucha practica. --Ni me mira y sigue tecleando, concentrada en sabe Dios que. Yo sumo dos mas dos y me explota el cerebro. --?Te vienes? --Tengo reunion. Viene un coche a buscarme. --Que nivel, chica. Quiero un jefe como el tuyo. --Mi jefe es un estirado. Y un gilipollas --apunta. --Pero envia limusinas a recogerte. --La observo detenerse frente a nuestra ventana. Hace un chasquido con la lengua y se queja. --Me la suda la limusina. --Mia es la mas rubia y la mas guapa del distrito financiero, pero tambien la peor hablada--. Tengo que irme. --Me da un pequeno abrazo y sale corriendo. --?Que planes tienes hoy? --Sophia se cuelga el bolso, tambien lista para ir al trabajo. --Me paso por la universidad y despues tengo una sesion de fotos en Central Park. --?Quedamos para comer entonces? --Ella trabaja como secretaria de direccion en la Quinta Avenida. --No se si me dara tiempo. Te llamo y hablamos. --Ava, tienes que comer. Estas muy flaca. --Soy de constitucion delgada --me quejo. Siempre estan con la misma cantinela. Mi familia es asi, mi madre y mi abuela tambien soy muy delgadas. Me ahorro el discurso porque ya lo sabe y no voy a repetirme. Por cierto, tengo que ir a visitarlas este fin de semana, es el cumple de mi abuelo y, aunque fallecio hace mas de diez anos, nosotros le seguimos celebrando el cumpleanos. Una tradicion familiar un poco macabra. Cosas de familia descerebrada. --!Auu! --Me doy un golpe en la cabeza con una puerta del mueble abierta cuando voy a guardar las galletas. --El primero de hoy. A ver si superas tu record. --Mi amiga y companera se refiere a mi aficion por los accidentes, grandes y pequenos, y el listado de ellos es interminable y diario. Como si fueran un iman para mi. Mis padres cuentan que de pequena un perro me mordio el dedo. Hasta ahi la historia parece normal, no obstante, cambia al relatar que tropece y mi mano cayo dentro de la boca del canino, que se asusto y me mordio. Pues como esto, casi todo en mi vida. Me paso por la universidad y hablo con mi tutor de master sobre las practicas de este que empezaran dentro de un mes. El senor Patynson goza de una paciencia conmigo que temo que termine algun dia. Se parece un poco a mi padre, con facciones duras y barba canosa. --Estoy deseando empezarlas, senor Patynson. Me he esforzado mucho para que mis notas no bajen de matricula de honor. --Senorita Jones, se que no va a defraudarme. --Me da dos palmaditas en el hombro antes de marcharme y correr hasta la boca de metro. Voy demasiado tarde y los nervios comienzan a apoderarse de mi. Trato de relajarme escuchando un poco de musica con la ayuda de mis iPod porque, total, el metro no va a ir mas deprisa porque yo me ponga a llorar ahora. Y estoy a punto, ojo. No puedo perder este trabajo. Con lo que van a pagarme puedo cubrir mi parte del alquiler durante cuatro meses y eso incluye diciembre y los regalos de Papa Noel. Tengo un sobrino putativo (soy hija unica) de tres anos que no entenderia que el "Abuelo Rojo", como lo llama el, no deje un presente en mi casa, por muy pobre que sea. Tarareo la cancion mirando la hora en mi iPhone cada cinco segundos: With or without you de U2. Veo la piedra fija en tus ojos. Veo la espina torcerse. Te espero. Hechizado y con la suerte torcida. En una cama de clavos ella me hace esperar. Y espero sin ti. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. A traves de la tormenta alcanzamos la orilla. Tu lo das todo pero yo quiero mas. Y te estoy esperando. Contigo o sin ti. Contigo o sin ti. No puedo vivir. Contigo o sin ti. El set de rodaje esta listo. Grabaran algunas imagenes para el anuncio y yo me encargare de la fotografia antes y despues de la filmacion. Desde lejos compruebo el jaleo que se ha montado alrededor del equipo y, como voy concentrada en no tropezar (que es lo que normalmente ocurre) no me percato de que el brazo fornido y peludo de un miembro de la seguridad privada me detiene en seco poniendo su mano (de dimensiones descomunales) entre mi pecho y mi cuello. --?Adonde cree que va? --Disculpe, senor. Vengo a trabajar. --Contesto tras unos segundos de desorientacion. Pero ?quien se cree este hombre montana para tocarme y casi ahogarme? --Identificacion. --?Que? --No le veo la identificacion. <>. --Se me ha olvidado. --Pues me temo que no puedo dejarla pasar. --Escuche, llego ya --miro mi reloj rojo de muneca-- tres minutos tarde y no puedo permitirme perder este trabajo. --Sigo con la cantinela, ahora en voz alta. --Ese no es mi problema --contesta categorico. ?Queeee? --Ni el mio que usted viva amargado. ?Ha visitado el bano hoy? No sabria explicar mi respuesta, lo que si puedo describir la suya y basicamente se le salen los ojos de las orbitas; parecen dos globos a punto de estallar. Desde luego no se esperaba que la chica delgadita le contestara de esta manera. <>, pienso, hasta que contesta y corta mis pensamientos, que anotaban retirar el sofa y limpiar con ahinco debajo en cuanto pudiera. --Mire, senora, o se va de aqui o... ?Me ha llamado senora? Por favor, que tengo veinticinco anos. --?O que? --!Me ha llamado senora! --O la saco a la fuerza. Cruzo los brazos, clavo los pies al suelo y arrugo el entrecejo al que acompano de una cara desafiante. Esta a punto de cogerme en brazos y echarme de alli cuando uno de mis companeros me reconoce y llega para salvarme del monstruo peludo y ojos de pez globo. Y no es que necesite que un hombre me salve; es que Robert es el que me contrato. Tiene muchos contactos y me encuentra muchos trabajos. Merece que se lo agradezca. --!Ava, Ava! --grita en mi direccion. El osado y estrenido seguridad lo mira y se detiene. --Robert, por favor, ?puedes decirle que tengo permiso para entrar aqui? --?Y tu identificacion? Pongo los ojos en blanco. <>. --La olvide. Me agarra de la mano y tira de mi hacia el set. Yo miro hacia atras con fingida sonrisa y le hago la senal del pajarito a mi no amigo. Por supuesto, Robert no se percata del asunto. --Llegas tarde --me sermonea. --Solo dos minutos y ha sido por culpa de ese hombre. --Un hombre que solo hace su trabajo. Y han sido siete. Caminamos hasta donde el catering sirve el desayuno, uno muy completo. --?Eres mi jefe? --Ava, cuento contigo siempre, no puedes fallarme. --Llevas razon... --reculo. --Y el jefe ya te hubiera echado. Sirvete un cafe, yo vuelvo en unos minutos. --Tanta prisa, tanta prisa... --me quejo en susurros cuando un chico guapisimo se sirve un te junto a mi. 2 Tengo un iman para los problemas, para tropezar delante de todos o sola, darme golpes por todo el cuerpo (soy torpe y lo acepte hace mucho) y para que los chicos guapos se acerquen a mi sin intenciones ocultas; quiero decir que tengo amigos muy guapos, sin embargo ninguna de mis parejas han sido de revista. Sophia y Mia argumentan que mi gusto se caracteriza por ser muy peculiar en todos los sentidos y... bueno, no se si llevan razon, pero no se equivocaron con mi ultima pareja; me tenia absorbida. --Buenos dias --me saluda con educacion. --Buenos dias. --?Un bagels? --No me gustan, gracias. Pone cara de asombro y yo encojo los hombros. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustaran los bagels. --Estan demasiado dulces. --Los hay salados. --Estan demasiado salados. Sonrie y le da un sorbo a su te de color rojo. --?Eres la fotografa? Dirige la mirada hasta mi bolsa que he dejado en el suelo junto a mi. --?Eres el modelo? --?Tanto se me nota? --Nadie se levanta con esa ropa y ese peinado. --No va vestido con nada del otro mundo y el pelo, aunque demasiado brillante, es muy normal. Es obvio que no quiero decirle que es tan guapo que parece de mentira. Estoy a nada de pellizcarle y comprobar si no es una aparicion estelar--. Supongo que ya has pasado por chapa y pintura. --?Perdona? --Casi escupe el te que retira de su boca con rapidez. --Que peluqueria y vestuario ya ha realizado su trabajo. --Llevo aqui desde las cinco de la manana. --Me da la impresion de que se queja. Y con razon, son mas de las nueve. --Pues deberias tomarte un cafe. --No me gusta el cafe. --Nunca habia conocido a nadie que no le gustara el cafe. --Lo parafraseo. --Esta demasiado acido. --Siempre puedes echarle azucar. --Da otro sorbo y no contesta--. No me digas. No tomas azucar. Niega con la cabeza. --No se como puedes vivir sin azucar. --Soy propenso a engordar. ?Engordar? Lo miro de arriba abajo y tengo que disimular lo que realmente quiero decirle, que es: !pero si estas mas bueno que el pan! --No siempre he sido asi. --Me lee la mente y se explica. No me lo imagino de otra manera. Mi telefono suena dentro del bolsillo de mi pantalon vaquero.

  • Hindenburg de Cristina Cerrada

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    En una ciudad del este de Europa devastada por la guerra y la miseria moral sobrevive Razha, una mujer que trabaja como limpiadora en una fabrica de medicamentos para mantener a su madre y a su hija. Hace tiempo que Razha no siente miedo. Acosada por un hombre violento y temiendo por la desaparicion de su hija, no dudara en emplear cualquier metodo para salir a flote.
    La poetica de la violencia se mezcla con los recursos clasicos del thriller para crear una novela llena de suspense que retrata el derrumbe moral de Europa. Cristina Cerrada despliega en esta novela un pulso
    narrativo fuerte e impactante, unos personajes tallados con precision y unos dialogos magistrales, propios de una autora que domina tanto lo que se cuenta como lo que se oculta tras su escritura.

  • El amor es una montana rusa de Romina Naranjo

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    Nina es un desastre. Y superdramatica. Un torbellino de emociones locas. Todo le pasa a ella, que solo suena con ser una periodista de verdad. mientras trabaja como guionista en un reality que se esta viniendo abajo por momentos. Un ultimo error fatal la situa en la primera linea de fuego: pasara a ser la protagonista de un nuevo proyecto de telerrealidad que le augura fama y exito a manos llenas. si obvia ciertos escrupulos y a ciertas personas, como al camara que la productora le impone, Lucas, un clon de Jim Morrison (mas hipster, y mas guapo, y mas irresistible, y mas. buf) con el que va a chocar en todo, todo y todo. La vida de Nina quedara expuesta ante la audiencia las veinticuatro horas del dia, y entre idas y venidas llegara el momento de tomar decisiones importantes. o de dejarse llevar por la montana rusa que es el amor.

  • Belleza Enredada, K. L. Middleton de K.l. Middleton

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  • Encontrando a Silvia (Saga Silvia 2), Elisabet Benavent de Elisabet Benavent

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  • Pasion sublime (Sombras 2) de Kristel Ralston

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    Universidad de Yale. New Haven, Connecticut, Estados Unidos. Anos atras. --Solo unas copas mas, y nos largamos --dijo Dereck a su grupo de amigos y companeros de clase, mientras trataba a duras penas de mantenerse en pie. No recordaba cuantas botellas de cerveza habia bebido esa noche. Estaban celebrando el Ano Nuevo en el piso que pertenecia a la hermandad para mujeres Alpha Phi. Desde el dia en que recibio la carta de aceptacion de la Universidad de Yale, su cuadriculado y sencillo mundo cambio por completo. Paso de ser un adolescente que preferia aleccionar a su hermano mayor por insolencias y rebeldias, a un muchacho que disfrutaba la adrenalina de crear caos o pretender que tenia la capacidad de salir ileso de cualquier situacion. Dereck era habil con las palabras, y su exito en clases lo demostraba, pero su cerebro tenia tambien gran habilidad numerica. Sin embargo, fue su ego, en esos anos de estudio para ser abogado, que lo llevo a creer que poseia la destreza infalible de adquirir deudas de juego demasiado elevadas, y poder pagarlas sin mayores complicaciones. Gran error, porque ahora estaba buscando la forma de solucionar el embrollo en el que se habia metido. Para iniciarse en las mesas de Poker clandestinas, puesto que su billetera era ajustada, el hizo un prestamo bastante cuantioso. Sus ganancias durante las primeras rondas fueron impresionantes, y luego lo empezaron a ser tambien sus perdidas. El autocontrol volo por los aires, porque lo que habia enganchado a Dereck a las mesas de juego eran la euforia y la emocion de ganar. Esa satisfaccion que se volvia mortalmente seductora cuando se llevaba una buena racha. Ahora, el tenia que pagar casi ochenta mil dolares para sacarse de encima a los prestamistas o iba a terminar molido a golpes, mas pronto que tarde, en algun sitio de la ciudad. El dinero prestado, y tambien el ganado, habia sido repartido entre paseos con sus amigotes de Yale, fiestas, bebidas y un automovil. Si tenia dinero, ?por que no disfrutarlo un poco? El mayor de los Toussaint, Ryder, estaba tratando de resolver su propia vida incursionando en Wall Street, y Dereck jamas iria a contarle sus problemas. No tenia complejo de hermano menor en apuros. --Oye, Toussaint, no seas aguafiestas --replico Justin Nader, el mejor amigo y compinche de juergas--. Por cierto, ?cuando piensas acercarte a la hija de el Senador? Estas perdiendo el tiempo mirandola a la distancia. La musica estaba sonando, y las conversaciones en voz alta parecian el unico modo de hacerse escuchar. Si habia alcohol y buen ambiente, pues nadie se quejaba del alboroto o de los usuales adornos que caian al piso haciendose trizas o las constantes idas y venidas de parejas (no necesariamente monogamas) que subian al primer piso para aprovechar las habitaciones de la residencia Alpha Phi. --No es una conversacion banal --contesto, mientras apoyaba el hombro contra el marco de la puerta. Se llevo la botella de cerveza a la boca y la termino en pocos tragos. Miro alrededor para cerciorarse de que nadie hubiera escuchado la pregunta del imprudente de Justin--, y sera mejor que se lo recuerdes a tu bocaza, porque tengo mucho en juego. --Se que hay mucho sobre la mesa, si --replico Justin, consciente de que habia sido el, el artifice para que Dereck conociera las partidas de Poker ilegal en la ciudad. --Ademas, como bien dices, ya se en donde esta ella. Apenas termine esta cerveza, me acercare para hacerle conversacion. Mi proxima movida sera encontrarmela "de casualidad" en el edificio de la facultad y de ahi surgira algo. --Tienes solo un par de semanas para pagar ese dinero --dijo Justin en tono quedo. Con su cabello rubisimo y ojos celestes tenia un parecido al actor Devon Sawa en sus epocas juveniles. Solia ser el que propiciaba las juergas en la facultad. --No necesitas repetir lo obvio --replico Dereck con fastidio. El Senador era el apodo del hombre que estaba detras de la operacion de prestamos y cobranzas en los sitios que se organizaban las partidas de Poker, no solo para estudiantes, sino para el que le diese la gana de entrar a la mesa, y tuviera reputacion de no hacer trampas. Su hija, Tanya, iba dos anos detras de Dereck en la carrera, y este ultimo necesitaba ganar la voluntad de la muchacha para acceder a una reunion privada con el Senador y solicitar un plazo para el pago de la deuda. Dereck llevaba algunos dias tratando de hallar la forma de aproximarse a Tanya sin parecer subitamente interesado, y no era en vano que estuviera en esa fiesta de la hermandad Alpha Phi. ?Sabria la chica, lo que hacia su padre para ganarse la vida? Aquello era un misterio para Dereck. --Vaya, vaya, tus planes van a mejorar o cambiar, porque la chica que te interesa parece haber decidido ejercer sus tareas de anfitriona y viene hacia aqui --replico Justin de forma subita. --Supongo que el universo conspira a mi favor --dijo Dereck con una mueca. --Creo que la hemos pasado mejor aqui, que si hubiesemos ido a la fiesta de los idiotas de nuestra fraternidad --dijo Justin dandole una palmada en el hombro. --A ver que tal nos va --farfullo Dereck. No era la situacion ideal, porque no le gustaba utilizar a otras personas, pero en esta ocasion parecia ser la unica salida para negociar su deuda sin intermediarios. No se podia llegar a el Senador sin sus esbirros como mediadores, lo que implicaba que un par de matones se encargaran de dar una paliza al deudor. Dereck no tenia interes en perder clases, y llevar varias semanas cabestrillos o muletas. La informacion de que el Senador tenia una hija en la facultad de leyes de Yale, la encontro Justin. Su mejor amigo era un genio informatico y podia conseguir datos encriptados de la dark web sin problema. A juicio de Dereck era lo minimo que podia hacer, despues de haber sido el culpable de llevarlo a las mesas de juego. Dereck, con sus resplandecientes ojos azul claro y el espeso cabello negro, era el equivalente a un joven veinteanero con apostura, seguridad innata y sentido aventurero. Despues de su duro inicio en la vida, lo que menos le apetecia era regresar a ese estado de carencias. Estaba dispuesto a todo con tal de salir de ese embrollo. --Esta es la primera ocasion que te veo en la casa Alpha Phi --comento la suave voz de Tanya, mirando a Dereck, y refiriendose a la preciosa propiedad en la que residian las chicas de la hermandad--. Lo digo, porque soy la encargada de llevar la lista de invitados. No sabia que eras amigo de mis companeras. El se rio, y cruzo los brazos, haciendo que sus musculos resaltaran sobre la camisa azul marino. Todas las chaquetas estaban guardadas en el ropero, y el interior estaba perfectamente adecuado con la calefaccion. La madrugada tenia como componente principal una fuerte nevada. El frio exterior garantizaba que la fiesta iba a extenderse hasta las primeras horas de la madrugada, pues nadie queria salir en plena oscuridad a tratar de encender automoviles o pagar un taxi. --?Feliz Ano Nuevo? Creo que es una frase propia de este dia --replico con una media sonrisa. Viendola mas de cerca Tanya no la clase de mujer que deslumbraba, pero si provocaba ganas de pasar un buen rato a su lado. Llevaba un vestido rojo ajustado a unas curvas modestas, y el cabello negro azabache le caia en cascadas por la espalda. --Oh, es cierto --replico ella--, !feliz ano nuevo! --Se acerco y le dio un abrazo--. Como lo he hecho todo del reves, pues ahora toca presentarme --extendio la mano pequena y de unas pintadas de rosado--, soy Tanya Hatty. --Dereck Toussaint --dijo el estrechandole la mano con firmeza--, y creo que te he visto en la facultad de leyes. Ella asintio. --Si, quiza por eso te me hacias algo conocido --replico--. ?Te dieron un tour por la casa? --pregunto en tono de flirteo. Aquella era una invitacion abierta a que la acompanara a su habitacion, y pretendia dejarlo muy claro. --No sabia que era una de las posibilidades --contesto el de buen humor. --He notado que me has estado observando esta noche, asi que decidi cortar el tema visual y acercarme. Despues de todo soy una de las anfitrionas de la fiesta. Dereck esbozo una sonrisa cinica. --Jamas me atreveria a contradecir a una dama --dijo haciendole un guino --, en especial una tan guapa. Tanya se rio. Su tono era suave, pero su risa, chillona. A Dereck le fastidio, pero sabia que ella era un medio para un fin que, a diferencia de otros casos, podia salvarle el pellejo. Ya habia aprendido su leccion, y si lograba salir de este embrollo financiero no volveria a pisar una jodida sala de Poker, legal o no. --Entonces, ?vamos a hacer ese tour por la propiedad? --pregunto ella. Dereck preferia conquistar a ser conquistado, y no tenia que ver con los consabidos tintes machistas, sino porque era su naturaleza. No en vano intentar ganar casos legales era su mayor interes. Le gustaba encontrar las causas, recoger testimonios, investigar, defender, conquistar y ganar. Estaba en sus venas. Que Tanya se sintiera atraido por el y hubiera tomado la iniciativa, le haria el camino mas facil cuando le planteara la posibilidad de una reunion con el Senador, y cuyo nombre legal era Charlie Hatty. Imaginaba que la muchacha creia la fachada de Charlie ante la sociedad, en la que se presentaba como un agente deportivo. --Te hago una contrapropuesta --le dijo en tono encantador--. ?Que te parece si mejor, en la tarde cuando estemos repuestos de la fiesta, te invito un cafe? Le parecia una pesima estrategia acostarse con ella, y luego perderla de vista. Queria acercarse a Tanya hasta ganarse su confianza, y despues conseguir su objetivo. --Ah, me gusta la idea --sonrio con coqueteria. --Eso no implica que deje de interesarme conocer tu habitacion mas adelante, y quiza en un escenario menos congestionado --replico Dereck, porque no queria que ella pensara que estaba rechazandola. Herir el ego de una mujer que tomaba la iniciativa era un suicidio estrategico, y el no tenia espacio para equivocaciones. --Quiza --replico Tanya. --Dame tu numero telefonico. --Ella asintio y asi lo hizo--. Ya me marcho. --?A las dos de la madrugada y en plena fiesta? --pregunto ella. --Aunque hace un frio de mierda afuera, prefiero irme ahora con mis amigos, porque tenemos el automovil disponible, y uno de nosotros, que no soy yo, no esta pasado de tragos. -- Se inclino hasta dejar su boca cerca de la oreja de Tanya, y agrego--: Nos vemos manana. Te escribire. --Asi lo espero --murmuro ella. Cuando sintio el temblor que recorrio a la muchacha, Dereck sonrio para sus adentros. Conquistar a una mujer se le daba muy bien, y el siempre se salia con la suya. No recordaba una ocasion en que hubiera recibido un "no" como respuesta. Horas mas tarde, cuando Dereck tenia suficiente cafeina en el cuerpo para revivir, vio a Justin entrar en la sala del apartamento que compartian a pocos minutos del campus. Ambos eran companeros de fraternidad, pero habian optado por vivir fuera de ella. Pertenecian a Alpha Delta Phi. --Tengo una buena y una mala noticia --anuncio Justin. Llevaba en la mano una bolsa de una conocida cafeteria de la ciudad, y de la que era propietario. El y su familia tenian importantes negocios de comida repartidos en la costa este del pais. A veces, Dereck no entendia la tendencia de su mejor amigo de meterse en lios ridiculos. Dereck aparto la mirada del ordenador. Su hermano mayor acababa de enviarle un correo electronico con una propuesta para que se uniera al equipo legal de la compania apenas se graduara en Yale. Le estaba ofreciendo un cargo en el que podia practicar todo lo aprendido y desenvolverse en el ambiente corporativo vinculado al manejo de fondos de inversion. No solo eso, sino que iba de la mano de una paga estupenda. Claro, para graduarse todavia le quedaban algunos meses por delante. --Dime la buena primero --replico Dereck, apoyando la espalda en el respaldo de la silla giratoria, y cruzandose de brazos. Justin se rio, porque sabia que su amigo podia ser cinico, pero intentaba a toda costa de buscar el lado positivo de las desgracias. --He encontrado otra forma de salir del territorio de el Senador, y pagar tu deuda --dijo sacando un cruasan y llevandose medio trozo de una sola vez a la boca. Mastico un poco, y luego agrego--: Aunque requiere una estrategia similar. --?A que te refieres? --Ya que no aceptas que te haga yo un prestamo... --No quiero deberte nada, idiota, conozco que pretenderas que sea tu adepto seguidor en tus chorradas, asi que no --interrumpio Dereck, y Justin se carcajeo. --En todo caso --se encogio de hombros--, yo conozco a un abogado muy importante que necesita alguien a punto de graduarse para hacer practicas en su firma legal. El es amigo de mi familia, y gracias a quien obtuve la carta de recomendacion que me hacia falta para entrar en Yale. Si le refiero tu nombre te va a dar la oportunidad de trabajar en su oficina. --?Y por que no tomas tu esa oportunidad? --pregunto Dereck. --Porque no me interesa el derecho corporativo, sino el derecho penal, ya lo sabes --replico limpiandose la boca con el dorso de la mano. --No se en que me beneficia pedir un trabajo si el total del dinero no me lo van a pagar como si fuese una bonificacion. ?Eres idiota o que te pasa? Justin agarro la cafetera, y se sirvio en una taza un poco de cafe. --Este abogado, Byron Ashford, tiene una debilidad. --Dereck odiaba cuando Justin empezaba con sus frases a medio decir como si fuese un jodido escritor de thrillers--. Se trata de su unica hija. --A veces no se por que te considero mi amigo, Justin, de verdad. ?Que crees que es una ruleta rusa o tienes complejo de guionista barato? Justin se rio y se sento en la silla frente a la de Dereck. --El asunto es que tu ya conoces a la hija del amigo de mi familia, porque curso las primeras materias de leyes con nosotros, pero luego se retiro. Y ese fue un duro golpe para Byron. Nada le gustaria mas que convencerla de regresar a la carrera o al menos que trabaje con el en la firma legal. Dereck estaba empezando a perder la paciencia. --Termina de desarrollar la "buena noticia" --dijo Dereck con tedio. --Bien, bien, a lo que iba. Da la casualidad que la hija de Byron trabaja en Meets & Coffee, mi cafeteria en el centro de la ciudad, y hoy revise los turnos de los camareros, y ella esta en la lista supliendo a una de sus amigas que llamo a excusarse. --?Y? --Si logras convencer a Cassidy Ashford de trabajar en las oficinas de su padre, Byron te abrira las posibilidades que quieras en su compania. Y eso incluye hacer un anticipo salarial. El dinero le sobra, pero su hija es lo mas preciado. Quedara muy agradecido al notar que tu influencia en ella, como amigo, consigue lo que todos estos anos el no ha podido. Los hombres como Byron, dedicados a la familia, tienen un punto debil, y consiste en que su descendencia aprecie el legado que pretenden dejar, mas no evadirlo como Cassidy. --Tengo solo cinco semanas para pagar ochenta mil dolares. ?Como cojones piensas que voy a convencer a una mujer adulta de hacer algo que no le interesa, y por lo que renuncio a toda una jodida carrera en Yale? Esta idea tuya, exactamente como la de Tanya, es igual de estupida. A veces no se por que mierda te escucho. --Ejem --dijo carraspeando--, esa es la buena noticia. Ademas, no tiene que regresar a la carrera de leyes, sino aportar con sus conocimientos en la firma legal. A Byron le dara igual lo que haga con tal de que deje de trabajar en mi cafeteria. --Despidela. Justin se echo a reir. --Cassidy y yo somos amigos, por supuesto, asi que jamas le haria algo asi. --?Por que no la convences tu si sabes que te ganarias la voluntad, por ti mismo y no por influencia de tu familia, con el abogado ese? --Porque no me interesa el derecho corporativo, ?estas sordo, Toussaint? Dereck lo miro con fastidio. Necesitaba encontrar un modo de conseguir ese dinero sin comprometer su lealtad con sus amigos. Muchas amistades se perdian por cuentas mal hechas o faltas de pago. --Iluminame, Justin, ?cual es la mala noticia?

  • EL DESPERTAR DEL FENIX (Hasta los Hueso 5), Lena Valenti de Lena Valenti

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    Y yo iba a abrir los ojos y alzar el vuelo para descubrir la verdad. Lo arriesgaria todo. Mi alma y mi corazon.

  • Navidad Falsa (El Millonario Impostor 5) de Lexy Timms

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    “Es mejor ser abofeteado con la verdad que herido con una mentira”.

  • La dama envidiada (Damas poderosas 3) de Noa Pascual

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    Lady Sophie Allende es una jovencita sonadora y enamoradiza que esta a punto de debutar. Su mayor sueno es convertirse en la debutante mas admirada y enamorar al hombre que le robo el corazon dos anos atras: el conde de Stanton.
    Lo que la joven no sabe, es que el destino es caprichoso y quiere mostrarle que existen muchas formas de amar. Por ello, pone en su camino a personas que la ayudaran a madurar, a aprender de los errores y, sobre todo, a ver la vida a traves de otros ojos; los que la ensenaran a vivir la vida como le plazca, convirtiendola en la dama envidiada, para que ella decida si de verdad quiere convertirse en la condesa de Stanton, la esposa de otro hombre, o vivir sola. Porque ella tendra libertad de decision, algo impensable en las damas de su posicion.

  • La psicologa de Helene Flood

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    Una manana, despues de dejarle un mensaje en el contestador, el marido de Sara desaparece sin dejar rastro. Ella creia que Sigurd habia quedado con unos amigos, pero ellos tampoco saben donde esta. Para Sara, Sigurd miente; para la policia, la experiencia de Sara como psicologa la convierte en sospechosa. Pero, cuando los detectives descubren que la vida de Sara esta siendo vigilada mediante camaras y microfonos ocultos, se dan cuenta de que ni la verdad es tan obvia, ni la mente tan poderosa.

  • Respuesta a Job de Carl Gustav Jung

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    En palabras de C. G. Jung, el Libro de Job marca un hito en el largo desarrollo de un drama divino, el de un Dios presa de emociones desmesuradas y que sufre a causa de esa desmesura. Por ello reviste tambien especial significado para el hombre contemporaneo cada vez que este se ve asaltado por la violencia del afecto y ha de tratar de transformarla en conocimiento. Renunciando a la fria objetividad y sin pretensiones exegeticas, sino dejando precisamente que el afecto tome la palabra, el creador de la Psicologia analitica se ocupa en este ensayo de las oscuridades divinas que traslucen en el relato biblico a fin de comprender por que Yahve, en su celo, abatio a Job. La lectura del Libro de Job sirve asi de introduccion, de manera paradigmatica, a la psicologia de lo inconsciente y de los arquetipos.

  • Dejare de esconderme de Sophie Saint Rose

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    Regina lleva anos alejada de su familia por un episodio que podria destruirla. Las circunstancias la forzaran a volver y a enfrentarse al pasado. Pero sobre todo debera enfrentarse a Keith que necesita explicaciones.

  • Nellie de Cynthia Woolf

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    Nellie Wallace es una joven viuda con dos hijos. Despues de la guerra civil en Nueva York quedan pocos hombres y como si fuera poco, ninguno de ellos desea cargar con la responsabilidad de una esposa e hijos. La familia de su difunto marido es rica pero cruel y en la desesperacion por escapar de esa influencia e impaciente por tener un hogar, un marido y una vida estable para sus hijos, Nellie decide empezar una nueva vida en San Francisco siendo una novia por contrato.

  • Vuelveme a enamorar de Sarah Rusell

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    Martina despierta sin poder imaginarse que lleva un mes en el hospital, en coma, tras un accidente. No solo ha perdido la memoria, tambien todo su mundo.
    Nelson, un chico que va a verla al hospital y al que ella no reconoce, la ayudara.
    Nelson y Martina mantenian una relacion y el estara alli en cada momento para ayudarla a que los recuerdos vuelvan a su mente.
    ?Volvera a enamorarse de el?

  • Samantha de Maryam Anastasia

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    Samantha es una chica de veintiseis anos mitad musulmana mitad estadounidense. Reside en Las Vegas junto a su padre, Nathan O’connell, y Tay, Aaron, Dereck, Helena y Salvador, un grupo de personas que velan por la seguridad de ambos.
    En los ultimos cinco anos se ha estado preparando mental y fisicamente para llevar el negocio de su padre, aunque su deseo mas profundo no es este, sino el de vengarse de Sharaf, padrastro y marido de su madre, que murio a manos de este. Tanto es su empeno que ni siquiera Ian, un atractivo Adonis dispuesto a protegerla bajo cualquier circunstancia, podra hacer que olvide sus planes de venganza. La vida de Sam estara marcada por ser hija bastarda, y su padrastro se encargara de obstaculizar el camino para llegar a su felicidad plena.

  • La princesa del East End (Secretos de alcoba 3) de Christine Cross

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    El carruaje que traqueteaba por las calles londinenses a esas horas de la noche olia a dinero por los cuatro costados, lo mismo que el hombre que se sentaba a su lado. Rose se reclino contra el lujoso asiento acolchado, tapizado en seda adamascada, y permitio que sus labios se estiraran en una sonrisa satisfecha. Habia hecho bien en no hablar sobre el caballero con ninguna de las chicas del burdel o alguna de ellas se lo habria arrebatado. Solo Bertha, la pequena criada que limpiaba las habitaciones, conocia su existencia, aunque se habia encargado de dejarle claro lo que sucederia si se iba de la lengua. No tenia nada en contra de la pobre chica, ademas, era demasiado asustadiza y timida como para ir a contarle sobre sus asuntos a la madame; a la muchacha le convenia estar en buenos terminos con todas las chicas, pues su sueldo dependia de ellas. Habia sido mala suerte que la nina saliera a tirar la basura al callejon trasero del edificio justo cuando ella le ofrecia sus servicios al caballero, aunque le habia bastado una mirada de advertencia para que la criadita desapareciese a la carrera por la puerta de la cocina. Para una vez que tenia fortuna en la vida, no iba a desperdiciarla. El prostibulo que regentaba madame Beth en Haymarket era uno de los mas cotizados entre los nobles de la aristocracia, pero tambien uno de los mas estrictos en cuanto a sus reglas de gobierno. No se permitian las relaciones fuera del local, quiza por miedo a que alguna de las chicas emulara el ejemplo de Laura Bell, la joven cortesana irlandesa que habia conseguido casarse con el capitan August Frederick Thistlethwayte, de Grosvenor Square. La que habia sido conocida como <> era en esos momentos la orgullosa senora de una finca en Ross-shire, Escocia. Rose echo un vistazo al semblante de su acompanante. Su perfil, elegante y masculino, oscilaba entre las luces y sombras que atravesaban la ventanilla del coche. Si jugaba bien sus cartas, ella, Rose O'Flaggerty, tambien obtendria lo mismo que su compatriota. El hombre era atractivo, de constitucion fuerte y movimientos mesurados. Sus ojos tenian un perpetuo halo de tristeza que le provocaba la acuciante necesidad de envolverlo en sus brazos, como si fuese un nino necesitado de consuelo, aunque lo cierto era que el le doblaba la edad. --?Se arrepiente, senorita O'Flaggerty? La voz calida y suave le produjo un estremecimiento. Le encantaba que la tratase con el respeto debido a una dama, hacia que se sintiese valorada como mujer. --En absoluto, milord. ?Como podria arrepentirme? --Su tono reflejo cierta incredulidad. No comprendia que el pudiera pensar que le costara dejar atras la vida que llevaba. Habia llegado a Londres desde Irlanda con dieciseis anos y habia comenzado trabajando como sirvienta por unos pocos chelines. A los diecisiete, el hambre y las circunstancias --una madre viuda y tres hermanos menores-- la habian obligado a prostituirse en las calles. Odiaba aquel negocio, se sentia como una mercancia usada, pero habia aprovechado bien su belleza juvenil para evitar que sus hermanas menores tuviesen tambien que prostituirse. Entrar en el negocio de madame Beth habia sido lo mejor que habia podido sucederle, tenia su habitacion propia y ganaba casi tres veces mas de lo que conseguia en la calle; poseia vestidos elegantes y podia comer un plato caliente cada dia. No, desde luego, no se arrepentia. En esos momentos tenia veinticinco anos y, aunque seguia siendo una mujer hermosa, los caballeros preferian a las muchachas mas jovenes, con lo que cada vez mermaban mas sus posibilidades de conseguir un buen sustento para el futuro. --Conocerlo ha sido lo mejor que me ha pasado --agrego Rose al ver que el no decia nada. --Me alegro mucho. --Tomo su mano con suavidad y se la apreto con delicadeza. Sintio la reconfortante calidez que emanaba del cuerpo masculino cuando se inclino hacia ella, y las notas especiadas de su aroma--. Es mi deseo hacerla feliz y que pueda vivir en paz. Rose parpadeo, un tanto sorprendida, ante aquella forma de expresarse. Con toda certeza, <> no era una palabra que habria incluido en su vocabulario y en su vida. Se removio inquieta sobre el asiento, con una sensacion extrana atenazandole las entranas; sin embargo, se esfumo apenas vio el estuche de terciopelo que el caballero puso ante sus ojos. --!Oh, es precioso! Paso los dedos con delicadeza sobre las piedras de rubi, talladas con una gran perfeccion, que descansaban sobre engarces de oro. Tenia un aire antiguo que atraia la atencion de un modo casi hipnotico. --Pertenecio a una reina. --La voz profunda no logro arrancar su mirada del brillo de los rubies--. Toda mujer deberia poder lucir una joya asi al menos una vez en la vida. Saco el collar del estuche y le hizo darse la vuelta para colocarselo. Rose se estremecio, aunque no supo si fue por el roce de las manos masculinas sobre la piel de su nuca o por el peso de la gargantilla. Noto un calorcillo en el pecho y la recorrio una pequena agitacion. --Milord, no se que decir. --Se giro de nuevo hacia el y esbozo una sonrisa seductora--. Muchas gracias por este precioso regalo. Yo… Se quedo en silencio cuando el coloco un dedo sobre sus labios para acallarla. Noto como lo deslizaba despacio por el carnoso labio inferior y deseo que la besara. No lo habia hecho despues del dia en que se conocieron en aquel oscuro callejon, al que ella salio para refrescarse del opresivo ambiente del burdel. En esa ocasion, la habia besado con fuerza, casi con desesperacion; pero, tras aquel dia, se habia comportado como un perfecto caballero, como si de verdad la cortejara. Y aunque le encantaba sentir aquella especie de veneracion con que el la trataba, en algunos momentos le hubiera gustado que pareciese un poco mas terrenal. --?Por que no brindamos por la nueva vida que le espera? --le dijo, sacando del bolsillo interior de su chaqueta una petaca de plata y ofreciendosela--. Sera una mucho mas feliz, sin carencias, sin dolor. ?Me cree, senorita O'Flaggerty? Rose asintio. --Le creo, milord. --Entonces, brindemos a nuestra salud. Acepto la petaca y dio un largo sorbo. El liquido le quemo la garganta y le calento las entranas. Aunque era algo mas fuerte de aquello a lo que estaba habituada, no se quejo. No pensaba morder la mano que le iba a dar de comer. A ella y a su familia. Aun no le habia hablado de sus hermanos ni le habia contado que les habia entregado a ellos el dinero que el le habia ofrecido con tanta generosidad. Maud habia crecido en los ultimos meses y necesitaba vestidos nuevos; a Sheila se le habia acabado el material para fabricar los bonitos sombreros que luego vendia a un elegante negocio de la calle Bond; y Michael habia requerido zapatos nuevos. Si el caballero cumplia su palabra, no les faltaria de nada a partir de aquel momento. --?Falta mucho para llegar? --pregunto. Sentia la lengua rasposa y dio otro pequeno trago, o tal vez lo hacia solo para animarse a hablar. Sabia que tenia que ser sincera con el y contarle de su familia, y aquel era un buen momento para hacerlo. --No demasiado --respondio, al tiempo que le quitaba la petaca de la mano temblorosa y volvia a guardarsela en el bolsillo--. En un par de minutos habremos llegado a nuestro destino. --Aun no me ha dicho adonde nos dirigimos. --?Eso importa? Mientras encuentre el camino, todo estara bien. Rose sacudio la cabeza en un intento por despejarse. Aquellas palabras le habian resultado incomprensibles, quiza porque habian llegado a ella distorsionadas. De hecho, la figura del hombre parecio desvanecerse por momentos, y extendio las manos hacia delante para aferrarse a ella mientras una sensacion extrana se apoderaba de su mente y de su cuerpo, una liviandad que la asusto. --?Que… camino? Yo… me siento… Cerro los ojos casi al mismo tiempo que notaba las manos de el acercandola a su cuerpo. Su calor y su esencia la envolvieron, y se dejo llevar por la niebla que inundaba sus sentidos. --Duerma, senorita O'Flaggerty. Pronto terminara todo y usted podra descansar en paz, como deseaba. El dolor le martilleaba en las sienes y detras de los parpados. Ademas, tenia frio; la superficie sobre la que se hallaba tumbada desprendia un helor que le calaba los huesos a traves de las capas de su vestido. Voces indistintas alcanzaron sus oidos, pero se encontraba demasiado aturdida para comprender los ricos tonos masculinos. Se pregunto si se habria quedado dormida en algun salon del burdel. Intento abrir los ojos y una luz brillante, como del sol, la deslumbro. ?Ya era de dia? Pero ella recordaba haber viajado de noche con el caballero. Parpadeo varias veces y trato de enfocar la mirada. No era el sol. La luz que la cegaba era el fuego ardiente de unas antorchas que iluminaban el recinto en el que se encontraba. Sombras oscuras danzaban sobre las paredes. Componian extranas figuras que provocaron que su corazon comenzase a latir apresurado. Una se cernio sobre ella y quiso gritar, pero tenia la garganta seca y cerrada. La respiracion acelerada provoco que le dolieran los pulmones y se acrecentase el mareo. --No tendria que haber despertado. --Reconocio la voz y casi sollozo por el alivio. Aunque no podia ver bien su rostro, sabia que se trataba del caballero--. Ahora todo sera peor. Rose no comprendio sus palabras por completo. Todavia sentia el cuerpo descompuesto y temblaba de frio. --Agua --le pidio, arrancando un quejido a su garganta. --Es mejor que no tome nada. Todo se acabara pronto, se lo prometo --le aseguro el. Su voz sonaba cargada de melancolia y tristeza, y la caricia suave que retrato su mejilla sabia a dolorosa despedida. Un estremecimiento involuntario la recorrio por entero. Intento incorporarse, a pesar del mareo, pero un fuerte tiron en las munecas se lo impidio. El panico comenzo a atenazarla, un terror irracional que se acrecento cuando el caballero se alejo y la luz de las antorchas le permitio ver las cadenas que sujetaban sus manos. Rose comenzo a gritar mientras tiraba con fuerza de sus ataduras en un vano intento por deshacerse del tintineante metal. --!Dejeme ir, milord, yo no he hecho nada! --La garganta le ardia, pero los ecos de su voz se perdian en la resonante boveda de piedra. Las lagrimas que arrasaban sus ojos le quemaban la piel--. !Soy una buena chica! Cerro los parpados, angustiada. ?Que iba a ser de su familia: de su madre, del pequeno Michael, de Maud y Sheila? ?Como podrian vivir sin su sustento? Una sombra la cubrio y abrio los ojos, sobresaltada. En ese momento, la luz se habia tornado mas intensa y pudo ver con claridad los de el. El caballero la miraba con una tristeza mas profunda de lo que nunca le habia visto. Pero, en esta ocasion, no sintio compasion, solo terror cuando un coro de voces masculinas entono un cantico en una lengua desconocida y extrana. Unos hombres vestidos con tunicas negras rodearon la piedra sobre la que se encontraba tumbada. --?Podra perdonarme, senorita O'Flaggerty? --La voz del caballero era un susurro dulce--. Ella es todo lo que amo y la necesito de vuelta conmigo. Usted tiene que morir para que ella viva, ?lo comprende? --!No! !No, no, por favor! --suplico entre sollozos--. No quiero… Enmudecio y sus ojos se dilataron por el terror cuando vio ondear sobre su cuerpo una daga de plata, empunada por el hombre que le habia prometido que la haria feliz. El grito agudo y horrorizado golpeo las paredes de piedra, pero sus oidos permanecieron sordos al eco de su propia voz y al borboteo de su sangre caliente al derramarse en el interior del caliz de plata. El caballero contemplo el bello rostro de la mujer, exangue y palido, y durante unos instantes experimento lastima por ella. <>. El pensamiento vago por su mente y lo ayudo a tranquilizarse. --Lo has hecho muy bien. --La felicitacion del Gran Maestro de la Orden lo saco de sus cavilaciones--. El primero es siempre el mas dificil, pero tu no has dudado. Estoy seguro de que conseguiras lo que te propones. El asintio. Volver a ver a su preciosa Alice, a su unico amor. Nunca habria nadie como ella; nunca podria amar a nadie mas. Si, lo conseguiria. El numero siete era el numero de la perfeccion, el que unia el numero tres del espiritu con el numero cuatro de la materia y devolvia la vida. Solo necesitaba seis victimas mas para realizar el ritual completo y poder traer a su esposa desde el abismo de la muerte

  • Siete para la morgue de Doug Lamoreux

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    Es casi medianoche, y un vecino fisgon encuentra a sus vecinos, muertos. Armado de coraje, decide llamar al servicio de emergencias. A pesar de la tormenta torrencial que azota la noche, la Policia, el Departamento de Bomberos y una ambulancia responden enseguida el llamado.