• libro aislamientos - Sean Black

    https://gigalibros.com/aislamiento-ryan-lock-1.html

    Aun durante la Vispera de Navidad en la ciudad de Nueva York, para el militar retirado convertido en guardaespaldas, Ryan Lock, el trabajo continua como siempre. Su mision: proteger al director de una de las companias biotecnologicas mas grandes del mundo de la amenaza de un grupo de activistas radicales altamente determinados.

  • Arquitectura & Libros - Libros de AISLAMIENTO - Naos Libros

    https://www.naoslibros.es/libros/materias/edificacion-y-tecnologia/instalaciones/aislamiento/3336/

    Libros de AISLAMIENTO. Mostrando 11 libros encontrados. (1 páginas). ... 1 AISLANTES TERMICOS EN LA EDIFICACION. MATERIALES, EXIGENCIAS NORMATIVAS.

  • Libro AISLAMIENTO TERMICO EN EDIFICACION - Precio

    https://belliscovirtual.com/edificacion/554-aislamiento-termico-en-edificacion.html

    pasivas”. Tema 5: NORMALIZACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE LOS AISLAMIENTOS. 5.1. Normas armonizadas EN. 5.2. Marcado y etiquetado de los productos aislantes. 5.3.

  • Aislamientos Tapa blanda - Carreiro Lago, Fabio - Amazon

    https://www.amazon.es/Aislamientos-Fabio-Carreiro-Lago/dp/8416823014

    Aislamientos : Carreiro Lago, Fabio: Amazon.es: Libros.

  • IBR - Isover

    https://www.isover.es/productos/ibr

    mm de espesor cumpliendo la norma UNE EN 13162 Productos Aislantes térmicos para aplicaciones en la edificación con una conductividad térmica de 0,040 W / (m•K) ...

  • Isover

    https://www.isover.es/

    ... Aislamientos por el exterior de conductos CLIMCOVER · Aislamiento por el interior de conductos ... Libro de Obras ISOVER · Libro de Obras CLIMAVER ...

  • Aislamientos Martin

    https://aislamientosmartin.es/

    Aislamientos Martín Calle Libro del buen amor, 8 41300 San José de la Rinconada (SEVILLA) Teléfonos: Móvil 625 08 2164 Horarios de atención al público: ...

  • Elementos de fachadas: Aislamiento y carpintería exterior

    https://libros.cc/elementos-de-fachadas-aislamiento-y-carpinteria-exterior.htm

    El libro está estructurado en dos grandes secciones, la primera dedicada a los aislamientos y la segunda a la carpintería exterior.

  • Aislante térmico - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Aislante_t%C3%A9rmico

    En general, todos los materiales ofrecen resistencia al paso del calor, es decir, son aislantes térmicos. La diferencia es que de los que se trata tienen ...

  • Rendida de Tierra Salvaje

    https://gigalibros.com/rendida.html

    Su desdichado y pobre pene encerrado en el interior de su ajustado boxer Calvin Klein, se estremecia y palpitaba a causa de las diabluras llevadas a cabo durante la manana debajo del mostrador junto a Rosalia, su joven companera en la recepcion. Ciriaco sacudio la cabeza a un lado y al otro con fuerza y se dijo a si mismo que era un tonto de capirote. ?Pero que diablos le estaba ocurriendo? Le complacia la frecuencia y la variedad en las relaciones sexuales, y adoraba a cualquier femina lozana con la que se le presentara la oportunidad de acostarse, pero habitualmente no se lanzaba al vacio como si fuera un vulgar adolescente. Sobre todo, si tenia la certeza de que iba a quedar insatisfecho. Sucedia, sin embargo, que su companera Rosalia lo volvia completamente loco haciendole perder la razon sin remedio. Habia algo en aquella muchacha, no podia precisar exactamente el que, algo poco comun en otras mujeres, que lograba perturbarle intensamente. No se trataba simplemente de una respuesta puramente erotica, ni tan solo que su polla se agitara por el sexo y el deseo hacia ella junto a toda aquella memorable feminidad que lo acompanaba. Aunque debia reconocer que sus redondos pechos, sus rotundas nalgas y aquel par de estilizadas piernas resultaban tremendamente sensuales para cualquier mortal. Cualquier miembro de aquel hotel, fuese hombre o mujer, se sentia irremediablemente atraido por la curvilinea figura de la guapa recepcionista. Los multiples escarceos de Rosalia con diferentes miembros del hotel e incluso con algun conocido cliente que les habia visitado, tanto hombres como mujeres, eran bien conocidos por todos ellos pues ella no trataba en modo alguno de ocultarlos. No, lo que verdaderamente lo seducia era el espiritu indomable de aquella linda gatita. Su energica repulsa a todo aquello que pudiera desacreditarla, ya fuera la prepotente actitud machista de Ciriaco --de la que en numerosas ocasiones el muchacho se avergonzaba-- o bien otros elementos como la zorra, engreida y vanidosa de Valentina. La subdirectora era astuta y malpensada y, dicho sea de paso, ni la mitad de eficaz en su trabajo que Rosalia. Vicente, el director del hotel, era aun mas incompetente que su arrogante asistente, y no deberia estar al frente ni tan siquiera de una pequena pension asi que aun menos de un hotel de cinco estrellas archiconocido en todo el pais. Ciriaco llego al fin al primer piso y, al tiempo que gozaba de la discreta, pero opulenta decoracion penso que el Hotel Alameda era, sin ningun genero de dudas, uno de los mejores hoteles del pais. Los enormes lienzos que colgaban en las paredes de la galeria de la primera planta junto a las antiquisimas estatuas de bronce y los jarrones de estilo chino deberian tener un valor incalculable --supuso mientras intentaba menguar su incipiente ereccion. Penso en dirigirse directamente a la suite ocupada por Celia Luzaro, la famosa escritora vitoriana y de exito mundial; sin embargo, volvio sobre sus pasos y se paro ante un cuadro de un autor del siglo XVIII nada celebre. La figura femenina que aparecia en el lienzo era de cabellos de tonos rojizos, de pronunciadas curvas bajo aquel vestido de epoca y de bellos bordados. Una mujer representativa de la sociedad burguesa de la epoca y que por alguna siniestra razon le recordo al instante a Rosalia. Al imaginar a su estupenda companera de recepcion engalanada con aquel magnifico vestido de seda, en lugar de con su habitual traje de chaqueta de color gris marengo, su mano se encamino al instante hacia su entrepierna en busca de una leve caricia. Se presiono su miembro por encima de los pantalones de pinzas, al mismo tiempo que fantaseaba con la imagen de Rosalia despojandose del vestido y quedandose desnuda ante el. Imaginaba el roce con su desnudo cuerpo y el perfil redondeado de su delicado trasero, redondo como un par de manzanas, mientras el se dedicaba a palparlo a conciencia. Era plenamente consciente de que dicha caricia complaceria enormemente a la muchacha: ciertamente apenas media hora antes su descarado y audaz magreo sobre sus nalgas habian logrado arrancarle un sonoro orgasmo. Mientras seguia acariciando su cada vez mas inquieta virilidad, Ciriaco sopeso la opcion de llevar a cabo una necesaria pausa en su habitacion. Experimentaba una profunda incomodidad entre las piernas. Debia resolver un par de cosas que tenia pendientes, pero una efimera masturbacion lograria que sus pensamientos se relajasen. Penso en el momento de la placentera descarga, pero al mismo tiempo imagino que le resultaria poco o nada gratificante. No queria correrse con la sola compania de su imaginacion y su mano, sino que deseaba compartir aquel momento con Rosalia. O en su defecto con cualquier otra mujer. Volvio a su cabeza la faena que la recepcionista le habia encargado y recordo la penetrante mirada que Celia Luzaro, la popular novelista cuya ducha no funcionaba desde hacia veinte minutos, le habia regalado el dia anterior. Ciriaco, eres un sinverguenza y un bribon --se dijo al dirigir sus pasos hacia la suite numero veintisiete, la cual ocupaba aquella madura mujer en cuyo sinuoso y apetecible cuerpo reparo desde la primera vez que la vio. Debia reconocer que se sentia plenamente atraido por aquella dama. Si senor, la senora Celia Luzaro era deliciosamente atractiva para un joven muchacho como el. Nada mas verla llegar al hotel se quedo prendado de su esbelta figura y de aquellos expresivos ojos verdes que tanta curiosidad le habian inspirado. Ciriaco sospecho que el aspecto confusamente idealista de aquella mujer, acaso vendria dictado por su prolifica inspiracion a la hora de imaginar historias, pero por otro lado penso que seguramente se correspondiese con un problema en la vista, pues al firmar en el libro de registro del hotel necesito echar mano de las gafas que tenia guardadas en el bolso. Luego supo, por boca de la propia senora Luzaro, que desde hacia tres anos tenia un problema de vista cansada debido al uso asiduo del ordenador al escribir sus novelas. Pese a la evidente molestia de Celia Luzaro con su vista, no le habia impedido obsequiarle con una pronta y encantadora ojeada por debajo de aquel par de lentes de exquisito diseno italiano que la hacian parecer mas joven de lo que realmente era. Cuando el muchacho le sonrio, ella se sonrojo de manera encantadora y volvio a tomar del mostrador el bolso de mano de Valentino que debia haberle costado un buen monton de dinero. Luego cuando le entrego una suculenta propina y apenas se rozaron sus dedos, volvio a enrojecer intensamente. Ciriaco se cuestiono sobre que temas versarian las novelas de aquella mujer, y en cuanto tuvo ocasion se lo pregunto a Rosalia. Pues para serte franca, la verdad es que no tengo ni la mas remota idea. Nunca lei ninguno de sus libros. La informacion de Claudia, su camarera favorita, le resulto mucho mas valiosa. !Bah! Menuda bazofia, son unos libros sin el mas minimo interes. A las jovencitas y las marujonas que no buscan mas que sensibleria y cursileria y nada de follar les encantan. No gastaria ni un euro en uno de ellos. Ciriaco sonrio abiertamente meditando sobre todas aquellas cosas que la rubita de Claudia estaria dispuesta a tantear, a succionar y lamer, a manosear y acoger en aquel soberbio cuerpo. Llamo a la puerta dos veces con los nudillos y enseguida escucho ruido en el interior de la suite. Celia Luzaro le habia dado la sensacion de ser una mujer un tanto inocente pese a ser una persona celebre y haber corrido mucho mundo. No daba la sensacion de estar muy convencida de su feminidad, pese a que cualquiera la hubiese imaginado como una autora de novela rosa con unos modales refinadamente femeninos. Hola --saludo cuando la senora Luzaro abrio la puerta. Tengo entendido que tiene un problema con la ducha. Pues la verdad es que si --le contesto ella mirandole con cara de sorpresa y una expresion apocada en el rostro. Necesito darme un bano para relajar los musculos del cuello que los tengo agarrotados y apenas salen unas gotas... ?Seria tan amable de arreglarla? Se lo agradeceria infinito... Tras estas palabras en busca de auxilio, entro a la habitacion con un frufru de seda rosa palido que balanceaba en torno a sus piernas. Ciriaco trato de contener la risa mientras la seguia hasta el cuarto de bano. Pese a la abundancia de invencion que se le podia imaginar gracias a su profesion, Celia habia claudicado ante un evidente y recurrente estereotipo: La idea de la mujer fatal que recibe al fontanero, cubierta con un simple neglige transparente y zapatillas de bajo tacon. Aquella prenda no daba lugar a que corriese la imaginacion de uno, pues se traslucia todo y ademas el escote de la espalda le llegaba hasta el inicio de las nalgas. El problema radicaba en que las artimanas de aquella madura mujer lograron el efecto deseado. Ciriaco noto que su libido se aceleraba y que su virilidad se encabritaba por debajo del pantalon. No tuvo duda de que se habia topado con una nueva admiradora. La vestimenta, los ademanes de la escritora y la sensual fragancia que la envolvia asi lo atestiguaban. Ciriaco centro su vista en aquel excitante balanceo de las caderas de la senora Luzaro bajo aquella ligera prenda y se interrogo sobre las causas que la llevaban a mostrarse de ese modo tan sumamente explicito. La suavidad de la tela era de una delicadeza sublime y, si se hubiera encontrado en un casino, hubiese apostado todo su dinero a que la mujer no llevaba ninguna otra prenda. Ante aquel pensamiento su miembro se rebelo debajo del pantalon buscando un mejor acomodo. Miro disimuladamente a la senora Luzaro, la cual corrio la puerta de la mampara a un lado y aparento un gran interes por la averiada ducha. Ciriaco, mientras revisaba el mando de la ducha que no parecia sufrir ningun dano, penso que Celia Luzaro poseia una belleza realmente cautivadora. Con su ondulado cabello, sus modales y su semblante indiferente, no guardaba la mas minima relacion con Rosalia, pero poseia un gran atractivo. Celia era delicada y fragil al mismo tiempo, lo cual la hacia mas interesante que aquella estampa refinada y artificial que pretendia sugerir. Aquella mujer era toda ella ternura, un ser candido y sin ningun atisbo de malicia. En ese momento le vinieron a la cabeza las palabras de Claudia sobre sus empalagosos escritos y reflexiono si todo aquello se debia a que la senora Luzaro tenia pensado variar la tematica de sus novelas y pasar a desarrollar unas narraciones de caracter mas erotico y donde el elemento sexual fuera mucho mas evidente. Si fuera tan amable... necesito darme un bano y como vera el mando esta atascado. No funciona ni a un lado ni al otro. --le comento mientras se acercaba a el y casi rozo el brazo del muchacho con su seno.

  • Una noche perfecta de Christian Martins

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  • Moncloa confidencial de Pilar Cernuda

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    En el palacio de La Moncloa, <> como lo define Pilar Cernuda, han tenido lugar historias insolitas y divertidas que se cuentan en estas paginas. Presidentes a gritos, polemicos encuentros, amigos y enemigos sentados a la misma mesa, ministros tentados de dimitir, secretarias que guardan secretos inconfesables de sus jefes... Pero la autora, periodista muy reconocida en estas lides de la informacion politica, extiende sus <> mas alla de las protagonistas de la presidencia del Gobierno ?Suarez, Calvo-Sotelo, Felipe, Aznar y Rajoy? y llega con sus confidencias a otras regiones de Espana, dando cuenta tambien de las luces y sombras de los presidentes autonomicos, como Pepe Bono, Manuel Fraga, Esperanza, Susana, Cristina... ? ?Aznar celoso del rey? ? Una visita a los bonsais ? Tartar de solomillo y otras delicias ? Regalos y regalazos ? La indiferencia de ZP

  • Te quiero, baby (HQN), Isabel Keats de Isabel Keats

    https://gigalibros.com/te-quiero-baby-hqn-isabel-keats.html

  • Perdiendo el miedo (Los hermanos Fuller 1) de Kate Dawson

    https://gigalibros.com/perdiendo-el-miedo-los-hermanos-fuller-1.html

    Olivia lleva diez anos completamente entregada a sus hijas y a su marido. Se sienta en el mismo banco del parque en el que las mellizas juegan y se dice que eso es la felicidad. Vive en una bonita casa situada en un bonito barrio de un apacible pueblo del Estado de Nueva York. Y de repente, un dia cualquiera, su mundo salta en pedazos.
    Lo primero que tiene que hacer, en sus nuevas circunstancias, es buscar trabajo y para ello contacta con el editor de la revista en la que era correctora. Acto seguido se apuntara al gimnasio, aunque no tardara en darse cuenta de que eso no es para ella y que necesita otro modo de ponerse en forma.

  • El sentido de mi adiccion de Mery Eme

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    Es sabado, 23 de junio de 2018. Son las once de la manana. No he dormido bien, me encuentro cansada. Me giro en la cama alargando mi brazo y buscandole, pero ya se ha ido. Hay un profundo silencio en la casa. Chequeo mis mensajes en el telefono, pero no hay nada. El se ha marchado sin dejar el mas minimo rastro. Hace meses que presiento que todo ha cambiado. Las cosas ya no son como antes. No hay mensajes de despedida ni llamadas inesperadas para decirme que me quiere. Estamos perdiendo nuestra esencia. Nos estamos perdiendo... a nosotros. He pasado de morir de amor a matarme de celos. Permanezco desnuda en la cama. Hace mucho calor. Puede que en el exterior hayamos sobrepasado los 28 oC. Me siento en la cama con los pies en el suelo y abro los brazos en cruz, estirandome. Respiro profundo, como si quisiera tragar el mundo de una sola exhalacion y me quedo ausente mirando el agua de la piscina a traves de la enorme cristalera del dormitorio que da al jardin. Cojo unas naranjas, las parto por la mitad y las exprimo con la mano sobre el interior de un vaso. !Odio el sonido del exprimidor! Salgo desnuda hasta el borde de la piscina y compruebo la temperatura del agua. Esta fria, !muy fria! Y voy dando los ultimos sorbos del zumo antes de zambullirme. Me lanzo a la piscina. La temperatura del agua hace que sienta como se me hiela la cabeza, es como si se me paralizase el cuerpo. Hago unos largos y salgo del agua para tumbarme en la hierba, notando como los rayos de sol secan mi piel, y me siento revitalizar. Poco despues suena un mensaje en mi movil. Es Fanny, quiere asegurase de que todo sigue en pie para la cita de esta noche. Le respondo afirmativamente para continuar con la perversa encerrona que he planeado para el. Mi unica pretension es ver si soy capaz de provocarle celos despues de dar un paso mas en nuestros juegos. Hoy seremos cuatro, uno mas que de costumbre. Va a ser la primera vez que hacemos un intercambio con otra pareja y, ciertamente, no me atrae nada la idea de hacerlo, pero tengo mis motivos y estoy dispuesta a todo. Le hago una llamada para ver si hoy comeremos juntos en casa. --Hola, carino. ?Que tal va tu manana? --Bien, solo que tengo mucho trabajo que ultimar para rematar la semana. --?Vendras a comer? --No lo creo. Posiblemente llegue poco antes de la hora de cenar. --He invitado a cenar a Fanny y a Manuel, que es su pareja. --?Su pareja? !Esto es una novedad! No me agrada mucho que vengan los dos, ya conoces a Fanny. Seguro que no trae buenas intenciones. --?Tienes algun problema si ocurre algo despues de cenar? Los segundos de silencio antes de su respuesta me dicen que me va a mentir. --!No, carino! No hay ningun problema. Si no lo tienes tu, yo tampoco lo tengo. --!Perfecto! Nos vemos esta noche. Un beso, amor. --Adios. Un beso. El juego ha cambiado. Voy a tener sexo a solas con otro hombre, mientras el disfruta del cuerpo de Fanny. Para mi, incluso despues de lo vivido, me resulta extrano. No me siento comoda. Me parece ir demasiado lejos. Ahora ya no es solo compartir el cuerpo de otra persona como si fuera un juguete, sino que me siento como una puta cedida por su pareja a otro hombre, para que disfrute plenamente de mi con su consentimiento. Pese a todo, estoy excitada. Debo admitir que esta adiccion al sexo en la que estamos sumidos es la misma que esta matando nuestra relacion, me tiene descontrolada. Mando un mensaje a Fanny para pedirle que me envie una foto de Manuel. Tengo curiosidad por ver la cara de ese hombre que, tal como me dijo, es tan atractivo y tan pervertido en la cama. La respuesta a mi mensaje es inmediata. Fanny me acaba de enviar una fotografia de Manuel en banador mientras luce su palmito en la playa. !Dios mio! !Esta tremendo! No se si la finalidad de la terapia que me he marcado dara los resultados deseados. Espero que despues de acostarme con Manuel no me cree una nueva dependencia sexual y sea peor el remedio que la enfermedad. Manuel es mulato. Su cuerpo es de esos que se moldean en las playas jugando al voley mientras las chicas hacen como que miran el juego, fantaseando con otras pelotas que no son precisamente las que vuelan por encima de la red.

  • Cronicas del Fin de Gabriella Campbell , Jose Antonio Cotrina

    https://gigalibros.com/cronicas-del-fin.html

    Ha pasado mucho tiempo desde que los leviatanes irrumpieron en el planeta y lo cambiaron todo. La humanidad ha sido diezmada y la Tierra ahora es un erial, un infierno donde la vida no vale nada.

  • Navegando por la tentacion de Lorraine Heath

    https://gigalibros.com/navegando-por-la-tentacion.html

    Tres jovenes herederos encerrados por un despiadado tio escaparon en direccion al mar, a las calles o a guerras lejanas, esperando el dia en que pudieran regresar y reclamar sus derechos de herencia.

  • Si te atrevieras a quererme de Lina Galan

    https://gigalibros.com/si-te-atrevieras-a-quererme.html

    Me llamo Paula, estoy divorciada (por suerte), no tenia un trabajo decente desde hacia anos (a pesar de mis estudios), no tengo pareja (ni ganas), ni tengo hijos (mi mayor pena).

  • Una boda por sorpresa de Dylan Martins

    https://gigalibros.com/una-boda-por-sorpresa.html

    Tras una duradera y fuerte amistad entre Iker y Sheila, esta le pide el mayor favor de su vida.
    Iker no puede creer lo que Sheila llega a pedirle, pero por la amistad que los une, acepta.
    La locura que llevan a cabo hara que su relacion cambie por completo, arrastrandolos a un nuevo nivel donde nunca pensaron verse juntos.
    El fuerte caracter de ella y la tranquilidad de el seran el detonante de situaciones que los pondran al limite.
    Despues de esa peticion, ?lograran resolver todo lo que parece separarlos para siempre?

  • Tiempo de cenizas de Jorge Molist

    https://gigalibros.com/tiempo-de-cenizas.html

  • Destino (Encrucijada 2) de Merche Diolch

    https://gigalibros.com/destino-encrucijada-2.html

    Se encontraban en la habitacion central de la cabana de los Ancianos. Rodeados de velas esparcidas por pequenos rincones, en un intento de facilitar la vision de Ninox y no impedir la de los otros comensales. Habian pasado ya mas de dos semanas desde la llegada de los hermanos a Nueva Esparta y ahora estaban decidiendo, junto al resto de los neoespartanos, como llevar a cabo su plan contra Hyaena. De pronto, el sonido de un telefono retumbo por la estancia y todas las miradas se centraron en el jefe de seguridad de la familia Rapax. --Falco, es el tuyo --dijo Caetus. --!?Que dices?! --pregunto con burla--. Como va a haber cobertura aqui, si estamos perdidos en la nada. Su amigo miro a Seneca con una gran sonrisa. --Diselo a el --le senalo. --Hemos estado incomunicados estos dias por las tormentas, pero ya podemos recibir llamadas aunque no imagenes --indico el Anciano mientras el telefono sonaba, repitiendose una y otra vez una antigua melodia--. Hace tiempo, hackeamos uno de los satelites de tu familia, lo que nos permite tener comunicaciones con el exterior. Falco miro la pantalla del reloj, donde aparecia el nombre de quien llamaba y que no pertenecia al cuerpo de seguridad de la familia Rapax, ya que estos habrian utilizado el dispositivo intracraneal para comunicarse con el, al ser mas directo. --Ninox, es Feles --anuncio. --?Feles? --repitio su hermana, recibiendo como contestacion un movimiento afirmativo, mientras pulsaba el boton del reloj para comunicarse con ella y se lo acercaba a la oreja, ya que sin imagenes debia usar el metodo tradicional. --!Feles! --la saludo. --Falco... --La voz de la mujer se escucho por la habitacion. --?A que no sabes quien dice que se nos casa? --pregunto, pero no espero respuesta--. La pequena Ninox. Mi hermana ha encontrado a alguien al que martirizar --le guino un ojo a Gabriel--, y dice... --!Chrys! --le grito, acallando su diatriba. Hacia mucho que Feles no utilizaba ese nombre para dirigirse a el. El silencio se asento al otro lado de la linea. --?Estas bien, Feles? --El tono de preocupacion atrajo la atencion de los que le rodeaban. La tension se reflejo en el rostro de Ninox, al percatarse de que algo no iba bien. Falco estaba atento al sonido del otro lado de la linea. Su afilado sentido sensorial, conseguido gracias a su operacion genetica, le avisaba de que Feles no estaba sola. El suave deslizamiento de la hoja de un cuchillo al rozar el cuello de la mujer le llego con claridad. Un sordo sollozo acompano a ese ruido, consiguiendo que sus dedos se encresparan alrededor del reloj al presentir que era lo que le sucedia. --Falco... --La voz de un hombre le llego sin distorsion. --?Que le has hecho? --pregunto, remarcando el odio que sintio al reconocerle. Una carcajada aterradora resono en la sala. --Todavia nada --anuncio. --Como... --La impotencia se reflejo en el rostro y la voz de Falco. --?Que haras? --interrogo, sin dejar terminar la amenaza de su interlocutor, y volvio a reirse. --Hijo de puta. --Chrys... --Feles le llamo con un debil susurro. Los dedos que agarraban el reloj estaban cada vez mas blancos. --No la toques, porque si no... --Si no que, sobrino. El pitido continuo de la linea telefonica le informo de que la conversacion habia acabado. Miro el aparato sin comprender y dejo que sus negros ojos se posaran por el rostro del resto de ocupantes de la sala, hasta que se detuvo en el de su hermana. --Chrys... --La voz debil de Ninox le devolvio a la realidad--. ?Que sucede? El hombre expulso el aire que retenia sin darse cuenta y se paso una de sus manos por el cabello moreno. --Hyaena tiene a Feles. Capitulo 1 --!Voy con vosotros! --grito Ninox. Se paro delante de algunos de los hombres que transportaban cajas de alimentos, sacos y utiles necesarios para usar en alta mar, impidiendoles que siguieran trabajando. Vestida con ropa de abrigo, ya que el frio habia regresado hacia unos dias, y con las gafas que le permitian vislumbrar algo de lo que le rodeaba, en su rostro mostraba la determinacion de sus palabras. Falco se aparto el cabello negro de la cara, suspiro y se enfrento a su hermana. --Tienes que quedarte en Nueva Esparta --indico mientras sus ojos se fijaban en el hombre que habia detras de ella--. Gabriel tampoco viene. --Pero... --Ninox, ya lo hemos hablado. --El mencionado poso la mano sobre su hombro y asintio mirando a su futuro cunado--. Falco viajara hasta Nueva York Twin y nosotros le esperaremos aqui. Ella los observo y dejo que sus brazos cayeran sin fuerzas a lo largo de su cuerpo. --Se trata de Feles. Gabriel abrazo a la mujer que le habia robado el corazon y le dio un beso en la mejilla. Falco miro a la pareja y se reafirmo en su decision: ellos debian quedarse en Nueva Esparta. Dejo que sus negros ojos recorrieran todo lo que les rodeaba. Observo el bosque proximo a la aldea, situada en la montana, lejos del puerto donde se encontraban en esos instantes. Escucho con claridad el relincho de los caballos, gracias al viento que se habia levantado hacia unas horas, acompanado de los trinos de las aves que poblaban esa region. Animales que creia extintos hasta que recayo en esa tierra de leyendas, descubriendo lo equivocado que estaba. Las ensenanzas que le habian inculcado desde nino habian desaparecido cual espejismo. Llego hasta alli en busca de su hermana pequena, raptada por aquellos que creia enemigos, los neoespartanos. Nueva Esparta formaba parte de lo que se habia calificado como la Resistencia. Terroristas que buscaban atentar contra el estado de Nueva America, contra las normas implantadas por los haddasus. Un sistema que lideraba Hyaena, su tio, y que se habia deteriorado desde la muerte de su padre. Su sorpresa fue enorme cuando descubrio que el enemigo no era Gabriel, el neoespartano que habia secuestrado a Ninox y que con su accion solo habia buscado alejarla del verdadero peligro, de Isatis. Los acontecimientos que vivieron les revelaron que el secretario de Hyaena estaba obsesionado con Ninox. Sin experiencia ninguna y armado solo con su perfeccionado olfato, salio a la mar en busca de su amada. Las tormentas le sorprendieron y Falco termino rescatandole. Todavia a dia de hoy, el jefe de seguridad de la familia Rapax se reprochaba no haberse dado cuenta antes de lo que pretendia ese lobo con piel de cordero. Si no hubiera sido por Gabriel... Miro al hombre que susurraba palabras tranquilizadoras a su hermana en ese momento, y sonrio al recordar su primer encontronazo. Las ganas de matarle nada mas conocerle se apoderaron de el y ahora, cuando observaba lo enamorado que esta de Ninox y como la cuida, se alegraba de no haberlo hecho. Gabriel secuestro a Ninox, por ordenes de los Ancianos, y le robo el corazon a la haddasu. Si no hubiera sido por la llamada de Feles, todo habria terminado como los cuentos infantiles, con un <<...y comieron perdices>>. Pero la realidad esconde la crudeza de la vida. Observo el devenir de los neoespartanos, agricultores o ganaderos, oficios que ya creia extintos hasta la llegada a esa tierra. Saludo a uno de ellos que, cargado con un par de bidones de agua dulce, pasaba por su lado en direccion al barco que preparaban para regresar a la capital de Nueva America. Diez dias... Mucho tiempo... Apenas habia descansado desde que habia respondido a la llamada telefonica de Feles. A una orden de Seneca, miembro del consejo de Ancianos que coordinaba la vida de Nueva Esparta, ademas de las misiones de exploracion del resto del mundo, los bellatores se pusieron en marcha tras escuchar el sonido del telefono inerte cuando Hyaena colgo la llamada. Habia que equipar un barco para regresar a Nueva York Twin. La mision: rescatar a Feles de las garras de Hyaena. Los dias estaban siendo una agonia para Falco. Las horas se le pasaban con demasiada lentitud y las noches eran un infierno. Las pesadillas se sucedian en su subconsciente, suenos en los que encontraba a Feles sin vida porque no habia llegado a tiempo para salvarla, despertandose de improviso cuando oia su voz llamandole... <<--Chrys...>> Cuantas veces habia deseado que Feles le llamara por su verdadero nombre, como antano, cuando compartian intimidad, y que no utilizara el nombre de Falco como fria defensa hacia el, hacia todo lo que habian compartido... --Falco, Seneca te necesita. --La voz de Caetus le alejo de esos negros pensamientos. Observo como el recien llegado saludaba a Gabriel con una palmada en la espalda y le daba un beso a Ninox en la mejilla. Todavia recordaba como se sintio al descubrir que su amigo formaba parte de la Resistencia desde hacia bastante tiempo y aunque al principio creyo que su <> le habia traicionado, cuando se le revelo la verdad de Nueva Esparta, los tejemanejes de su tio para mantener su status en Nueva America y la posible relacion de Hyaena con la muerte de su padre, comprendio que en realidad Caetus no era un traidor sino un haddasu que buscaba la verdad. --Caetus, dile al cabezon de mi hermano que me deje ir con vosotros --Ninox le suplico. El hombre de piel oscura miro a los dos hermanos, y poso sus ojos en Gabriel quien encogio los hombros en un gesto de resignacion. --Ninox, ya lo hemos hablado. Te necesitamos aqui, en Nueva Esparta. Ella se cruzo de brazos y se alejo de las caricias de su futuro marido. --Creo que sere de mas utilidad en Nueva York Twin. Falco agarro las manos a su hermana y la acerco hasta el. --Seneca quiere que te quedes --indico mientras le acariciaba la mejilla--. Necesitamos que ejercites ese poder que escondes aqui. --Le dio con carino en la cabeza--. Cuando regresemos tenemos que saber cuantos territorios habitados hay para realizar expediciones, descubrir si hay mas tierra seca aparte de Nueva Esparta o averiguar como subsisten el resto de los habitantes de este planeta donde el agua lo invade casi todo. Ninox dejo sus ojos fijos en los negros de su hermano. --Chrys, prometeme que salvaras a Feles. Falco acaricio su mejilla y asintio con la cabeza. --Te lo juro. El silencio envolvio a los cuatro amigos ante la solemnidad de la promesa. --Caetus, te necesitamos. --El requerimiento de uno de los neoespartanos rompio lo que estaban compartiendo.

  • Almost (Almost 1) de Adriana Ls Swift

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    ?El odio pasado entre familias pesa mas que el amor?

  • Dicen que cantaron canciones de Federico Garrido Villar

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    Cuando abrio la puerta de la taberna, el oficial ya le esperaba sentado en el fondo, con los brazos cruzados y el rostro cenudo. Envuelto en una maltratada capa de lana, con la mano sobre la espada, Soronas cruzo ante la barra, saludo al tabernero con un ligero gesto, intercambio unas breves palabras con varios conocidos y se sento frente al oficial, quien le saludo de manera fria. --Un lugar muy agradable para cerrar un trato, ?no crees? --dijo, con media sonrisa. El tabernero, un hombre alto y desgarbado, se acerco, dejando dos jarras de cerveza sobre la mesa. El oficial rechazo la suya. --No, gracias. No suelo beber. El tabernero miro a Soronas y este se encogio de hombros. Cuando se quedaron de nuevo a solas, el oficial se inclino sobre la mesa y se atuso el espeso bigote. Era un hombre maduro, de facciones marcadas y ojos frios. --?Sabes quien soy? Soronas nego con la cabeza. --Soy el capitan Bundas Bland, segundo oficial de la Guardia Real. Soronas ni siquiera parpadeo. No parecia muy impresionado, a pesar de estar sentado frente a la mano derecha del comandante Gando y uno de los oficiales de mayor confianza del rey Peldas. --No es habitual que un oficial de mi rango se reuna en tugurios como este con la clase de gente que… bueno… alguien como tu… --Asesino, esa es la palabra que buscas --gruno Soronas. --Si, bueno, en ese aspecto eres la persona mas indicada, Soronas el Silencioso. Tu reputacion te precede. Mercenario, espadachin y asesino. Dicen que estuviste en la batalla de Cronton y que un dia tu tambien serviste a nuestro Rey. --Hace tiempo --mascullo Soronas. --Tambien dicen que mataste a Orfald el Fiero en los bosques de Astaria y fuiste el primero en coronar las murallas de Intis. Muchos te daban por muerto. Incluso el rey Peldas. --Estoy vivo --se limito a replicar Soronas, que hacia honor a su fama de hombre parco en palabras. --?Como te convertiste en… asesino a sueldo? ?Como pasaste de ser un respetado caballero, un gran capitan, a malvivir vendiendo tu espada por una bolsa de monedas? --No estoy aqui para hablar de mi --repuso Soronas con frialdad. Bebio un trago de cerveza y anadio:--. ?Que tengo que hacer, capitan? --Dentro de un rato, llegaran un joven y un hombre alto y fornido. Un noble de alta cuna y su escolta. Deberas acompanarlos por este apestoso barrio hasta el lupanar de Davay. Supongo que lo conoces. Soronas hizo un debil gesto con la cabeza. --Muy bien --dijo Bland, mesandose el bigote--. Indicales el camino y procura que nadie os moleste. Una vez en el burdel, acompanalos al interior y quedate ante la puerta de la habitacion que escoja el joven. No te muevas de ahi ni abras la boca, y luego traelos de vuelta, sin un rasguno. Ese es tu cometido. --Un trabajo sencillo --dijo Soronas. --Espero que lo sea --repuso Bland--. Por eso te he hecho llamar. Y por los viejos tiempos. Por la memoria de mi padre. Soronas no dijo nada. En otro tiempo, muchos anos atras, antes de que acabara en el peor barrio de Ulis trabajando como espadachin, matando o protegiendo a desconocidos por unas monedas, el capitan Urtas Bland habia sido su companero de armas, su colega, su amigo. En otro tiempo. Ahora era un hombre diferente. --Conoci a tu padre. Era un amigo fiel. --Lo se --dijo Bland, con voz queda--. Me hablo mucho de ti. El capitan Grey. Nunca imagine que fueras tu, Soronas el Silencioso. El mercenario le sostuvo la mirada, sin pronunciar palabra. --El capitan Grey murio hace mucho --susurro, al cabo de un rato. --Esta noche podras volver a servir al Rey --dijo Bland, con firmeza--. No de la manera en que lo hacias en el pasado, en el campo de batalla, junto a mi padre. Pero me encargare de que Su Majestad lo sepa. --No --dijo Soronas, con voz gelida--. Hare el trabajo, pero el Rey no sabra nada. Esa es mi unica condicion. --De acuerdo. Lo que tu prefieras. Aqui tienes una parte --le entrego una bolsa de monedas, que Soronas cogio en silencio--. Cien reales de plata. Otros cien cuando el joven noble este aqui de vuelta. Soronas apuro la jarra de cerveza y se puso en pie. --?A donde vas? No tardaran en llegar. --Esperare en la calle. Cuando abandono la taberna, apoyo la espalda contra la pared, junto a un perro famelico que mordisqueaba un hueso, y saco su pipa de madera tallada para fumar "hojahierba", una costumbre que los Enanos de Montenegro habian traido a Uliman. Acababa de dar las primeras chupadas, cuando vio aparecer entre el gentio a un joven embozado, de modales timidos, y un hombreton con cota de malla y espada al cinto. Soronas se acerco a la pareja y se coloco delante del gigante, quien le miro irritado. Tenia una cara que parecia cincelada en marmol y cuajada de cicatrices. --!Apartate, escoria! --escupio, levantando una mano. Antes de que llegara a rozarle, Soronas se aparto la capa, mostro una afilada daga, y entre dos parpadeos coloco el arma en la garganta del veterano. Su joven acompanante retrocedio, temeroso. En ese preciso instante, el capitan Bland llego a la carrera y miro la escena asustado. --Por todos los dioses, Grey. Guarda esa maldita daga. Con una sonrisa, Soronas volvio a esconder el arma bajo su ropa y dio una calada a la pipa. --Me llamo Soronas el Silencioso. --Mi senor --dijo Bland, dirigiendose al joven--. Este es el hombre que acabo de contratar. Os podeis fiar de el. Os conducira a salvo hasta la Casa de Davay y luego os traera de vuelta sin ningun percance. --?Este mendigo? --repuso el gigante, arrugando aun mas el ceno. A Soronas le recordaba un toro-- ?De que cloaca lo habeis sacado, capitan? --No es ningun pordiosero, os doy mi palabra. Es un gran luchador. En otra epoca sirvio en el ejercito. --Ya --mascullo el gigante. --Pronto se hara de noche --indico el joven, con voz aflautada--. Si es posible, querria estar cuanto antes en la Casa de Davay. --Claro que si, mi senor --dijo Bland, con aire solicito. Miro al gigante y anadio:--. Cuida de el, Hunk. Lo dejo en tus manos. --Teneis mi palabra de que no le ocurrira nada, capitan. Bland se volvio hacia Soronas y le escruto en silencio: --Recuerda el trato. Protege al chico y no hagas preguntas. A la vuelta, recibiras el resto del dinero. ?Esta claro? --Como una cancion de los Silfos. Con un gesto, sin dejar de inhalar el humo de "hojahierba", Soronas se alejo por la calle, seguido por Hunk y el joven noble, mientras Bland los contemplaba con los brazos en jarra. Fue un trayecto corto y sin incidentes, a pesar de que se encontraban en el peor barrio de Ulis, conocido como el Basurero de Atras. En las calles de tierra apisonada, cubiertas de charcos de orina e inmundicias, entre edificios de madera o de adobe, pululaban vagabundos, jaques, ladrones, rameras y buscavidas. A los mas afortunados les robaban las escasas monedas que llevaran encima y a los menos, les degollaban en una esquina y abandonaban su cadaver desnudo sobre la basura. Habia tugurios donde servian licores que dejaban ciego, casas de juego, burdeles, pensiones en las que se violaba, robaba y asesinaba a los incautos, patios invadidos por las malas hierbas y la basura, sotanos donde se vendian esclavos, carnicerias cuya mercancia era de todo menos comestible, templos dedicados a los Dioses Mayores en los que hacia anos no entraba un solo fiel, oscuros recintos destinados a la venta de venenos y drogas. Un mundo cruel y miserable, en el que Soronas sabia como moverse. Hunk lo pudo comprobar en cuanto se internaron en un laberinto de calles malolientes donde pendencieros armados con espadas se apartaban al ver a Soronas y muchas personas le miraban con una mezcla de miedo y recelo. --La gente aqui te respeta --comento Hunk.

  • El deshielo de Lize Spit

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    En 1988 nacieron tres ninos en la pequena ciudad de Bovenmeer: Laurens, Pim y Eva. Durante la infancia, y debido a la dificil situacion familiar que vivia, la nina se volco en su amistad con sus companeros. Al llegar a la adolescencia, y azuzados por una incipiente curiosidad sexual, los chicos iniciaron un escabroso juego que tendria graves consecuencias para ellos. Transcurridos trece anos de ese ultimo verano juntos en que todo se desboco, Eva regresa a Bovenmeer dispuesta a ajustar cuentas con el pasado.

  • El azul intenso de tu alma de Paola Sualvez

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    La blusa purpura, sublime y reveladora la hacia sentir excesiva. Sin embargo, queria impresionarlo. Esta seria la primera vez que se verian. Se ubico, a la espera, en la barra. La mesa que habia reservado estaba todavia vacia. No habian transcurrido cinco minutos cuando un angel humano aparecio de la nada. Se sento y empezo a dar vueltas con su mirada hasta que tropezo con los ojos grandes que lo asediaban. Supo de inmediato que se trataba de ella, la mujer con la que esperaba pasar la noche, la mujer que lucia desinhibida y enteramente dispuesta. Mientras que ella se decidio por una cerveza ligera, el opto por whiskey. El tono de su voz y su mirada relajaron los segundos y los minutos. Se sentia maravillado con la mujer. En realidad era mucho mas hermosa en persona. Su belleza era tan natural como sus rizos que bailaban con la brisa; impetuosos y volatiles. Para Ignacia, por otro lado, el escepticismo se agigantaba con cada gesto, con cada silaba. Se sentia incomoda, atosigada por sus preguntas. Cuando sintio la mano de el en su entrepierna, supo que hasta ahi llegaria la velada. Penso que tal vez la blusa habia sido muy sugestiva, que tal vez malinterpreto algo en sus palabras. Se dijo a si misma que era el momento de marcharse, pero para el la noche apenas empezaba. Trato de disuadirla y de retenerla sosteniendo firmemente su muneca. Aunque ella parecia inerme, algo en sus ojos lo dejo paralizado, frio, sin aliento. Ese mismo frio helo su mano hasta entumecerla, pero el no fue consciente de ello hasta mucho despues, y en medio de la excitacion lo unico que hizo fue reclamarle a gritos al verla abandonar la mesa. Por fortuna, no hubo golpes ni sillas rotas cuando algunos pretendieron defenderla y lo retuvieron mientras se marchaba. Ignacia lo observo, a traves del cristal denso azuloso que apenas dejaba filtrar la escena, recomponiendose, pellizcandose la mano, pidiendo mas licor, y se hizo consiente aun mas de lo facil que es mentir cuando no se ve directamente a los ojos. Aunque la esperaba un duro dia de trabajo, quiso hablar un rato con Marienne antes de llegar a casa. Su trabajo como coordinadora de una Fundacion-Escuela atrapaba todo su tiempo y su energia. Por ello, intento pensar en los preparativos para iniciar el ano escolar y, ademas, en que debia recibir al nuevo profesor de Lenguas que, al fin, habian asignado. Sin embargo, a su mente volvia, una y otra vez, la imagen del hombre que la habia decepcionado. Marienne era una de sus mejores amigas. Se habia dedicado a buscar la verdad que los otros no querian aceptar: espectros poco densos, mujeres pequenas aladas, enanillos de sombreros multicolores, habilidades poco corrientes como interpretar los silencios de los animales y de los hombres, en fin, toda una suerte de eventos y misterios que para muchos solo habitaban en su mente. Quiza por eso y lo poco agraciada que era no habia conquistado mas que a un gato gordo de color negro, con una mancha rojiza en el lomo, pero que era su unico aliciente en una soledad sempiterna que disfrazaba de logro vital delante de los demas, menos frente a Ignacia con quien compartia sin timidez su insufrible necesidad de ser amada. Marienne, que tenia por costumbre estar siempre lista por si alguien llegaba de visita, la esperaba con chocolate caliente y panecillos de queso. Ignacia los devoro con ansiedad mientras le narraba su desagradable cita. --A mi nunca me han gustado esas citas por chat. Debes estar agradecida que no trascendio a mayores ?Te imaginas? !Nosotras corriendo ahora para inventarnos una nueva vida! --dijo Marienne un tanto contrariada. --Tienes razon, pero pense que era alguien que valia la pena conocer. Las palabras naufragaron entre sorbos de chocolate y miradas al vacio hasta que Ignacia asumio una nueva postura: Le pregunto por sus logros recientes. Marienne le respondio con una negativa, senalandole el bonsai que destacaba sobre la repisa. Entonces, se acerco al pequeno arbol y al deslizar su mano sobre el; diminutos capullos rosados, que de inmediato florecian, desplegaron una fragancia indescriptible. --Eres maravillosa --le dijo mientras se acercaba al guayacan rosado para aspirar su aroma--. Mira todo lo que eres capaz de hacer. ?No le hiciste sufrir, aunque fuera un poquito? --No mucho --dijo sonriendo--. Tu sabes, tambien como yo, que no debemos transgredir las leyes naturales porque lo que nos esperaria seria insufrible. Pero debo confesarte que hizo falta poco para que le hiciera verdadero dano. Menos mal no lo voy a volver a ver jamas. --No estoy muy segura. Mientras hablabas, lo he sentido de nuevo en tu vida y mas pronto de lo que imaginas. --Por favor, no me digas eso. Apiadate de mi. --Esta bien. Olvidalo. Toma esto, guardala en tu bolso --le dijo Marienne entregandole una estrella de badiana--. Te ayudara a relajarte. --Gracias. Lo necesito. --Y a todas estas, ?de donde sacaste esa blusa? --le pregunto, entre risas. --Ocurrencias de Paloma --le dijo Ignacia que empezo sonriendo y se unio a la risotada de Marienne. Ignacia decidio irse caminando hasta su casa. El camino, que no era muy largo, lo aprovecho para distraerse detallando las calles adoquinadas, amparadas por tenues luces amarillas, y los balcones cargados de trinitarias purpuras, rosadas y malvas. Cantarega era una ciudad embrujadora. Una pequena peninsula amurallada por el mar Caribe, siempre llena de extranjeros que, como ella, decidian quedarse a vivir en el paraiso terrenal. Su casa de fachada blanca e interior igual con algunas paredes en azul tenue quedaba en el centro de la ciudad. Era algo antigua, pero acogedora, plagada de obras de arte que, cuando debia, mostraba como imitaciones. En el centro de la casa deslumbraba el patio interior con una fuente. Dos angeles cargaban unas vasijas a traves de las cuales el agua caia en un ciclo sin fin que contemplaba por horas: Anorando el pasado, deleitandose con los recuerdos felices, con las palabras ausentes, con los aromas ya lejanos. El cansancio la vencio de tal manera que no tuvo tiempo para nada mas y al contacto con la almohada mullida y perfumada; las agonias del dia se perdieron entre nubes y cantos de pajaros violetas. ... El cristal roto refleja mi rostro... al tiempo que siento su sombra cubriendome como una densa neblina... Mis latidos casi imperceptibles me recuerdan la razon de mi existencia... Volvi a fallar y nuevamente el ciclo empieza. Mil rostros y voces atraviesan mis pensamientos... se transfiguran... pero es una sola alma, una sola energia...

  • Los seres huecos (Las cintas de Blackwood 1) de Guillermo Del Toro

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    Encajada entre dos edificios del distrito financiero de Manhattan, el 13 y el 15 de Stone Street, hay una finca estrechisima que consta oficialmente como el 13 y medio de esa calle. De aproximadamente metro veinte de ancho y compuesta por una franja de piedra colonial que recorre de arriba abajo el espacio entre los dos edificios y termina unos diez metros por encima del suelo, no sirve para otro proposito aparente que albergar un corrientisimo buzon eduardiano de hierro fundido, que no posee ornamentos ni caracteristicas distintivas, salvo una enorme ranura para los sobres, y no presenta puertecilla ni cerradura para la recogida del correo depositado alli. Detras del buzon, un trozo macizo de piedra y argamasa. La escritura de este minusculo misterio urbano data de la epoca colonial holandesa y la firma Lusk & Jarndyce ha venido abonando puntualmente los impuestos correspondientes desde 1822. Antes de eso, solo se encuentran referencias al inmueble, siempre en perfecta situacion juridica. La mencion mas antigua al buzon se remite de hecho a un panfleto publicado en lo que entonces se llamaba Nueva Amsterdam: El relato mas completo de las vicisitudes de Jan Katadreuf e y su ascenso final y virtuoso al Reino de Nuestro Senor . En dicho panfleto, publicado por Long and Blackwood en 1763, en folio y a cuatro paginas, un acaudalado comerciante de especias hace un trato con el demonio para garantizar la llegada de sus barcos y cargamentos. Los barcos llegan, pero a partir de ese momento se desata un espiritu maligno que tortura al comerciante, todos los dias al anochecer, mordiendole de forma salvaje, aranandole la espalda y montando su cuerpo como un jinete mientras el alma descarriada grita, presa de un sufrimiento absoluto, y comete actos pecaminosos de extraordinaria violencia. En el drama, un seglar, en un intento de ayudar, le habla a un docto sacerdote de una posible solucion: <<... El buzon de hierro de la calle mayor, alli se halla para sus desgracias recibir. Una carta sellada lleva el nombre de Blackwood. Y al caer la noche con vos se reunira...>>. El cura propone al Senor y los sacramentos como unica solucion viable. Katadreuffe paga un sinfin de misas y queda liberado de su tormento solo unas horas antes de fallecer, purificado. Una lapida pequena y modesta recuerda su defuncion. La lapida, situada en el lado de Rector Street de Trinity Church, reza lo siguiente: AQUI YACE EL CUERPO DE JAN KATADREUFFE, ANTIGUO COMERCIANTE DE ESPECIAS Y MADERAS QUE PARTIO DE ESTE MUNDO EL 16 DE OCTUBRE DE 1709, A LOS 42 ANOS. RECORDAD, CUANDO POR AQUI PASEIS, QUE COMO AHORA SOIS YO UNA VEZ FUI, Y COMO AHORA SOY PRONTO SEREIS. PREPARAOS PARA LA MUERTE Y SEGUIDME... A lo largo de los siglos, el 13 y medio de Stone Street ha resistido muchos litigios: de demarcacion urbana, corporativos y de otros tipos. Cada una de esas batallas legales se ha ganado con un gasto considerable. Y por eso el buzon sigue ahi, un misterio a plena vista. La mayoria de los transeuntes pasan por delante si verlo siquiera. Hace un decenio, una gran compania aseguradora con sede en la acera de enfrente instalo tres camaras de seguridad. El encargado de supervisarlas pudo atestiguar que, aunque llegan al buzon algunas cartas (mas o menos una cada tres semanas), nadie las recoge, pero el buzon tampoco rebosa nunca. De ese pequeno enigma se ha corroborado una cosa repetidas veces a lo largo de los siglos: cada sobre que llega al buzon es una carta de necesidad imperiosa, un grito de ayuda desesperado, y todos y cada uno de los sobres van destinados a la misma persona: Hugo Blackwood. 2019, Newark, Nueva Jersey Odessa solto la carta y echo un vistazo por el Soup Spoon Cafe en busca de las ofertas. Las encontro, en una pizarra blanca cerca del pequeno mostrador de recepcion, escritas en mayusculas con rotulador rojo. Por alguna razon, aquella caligrafia le trajo a la memoria un recuerdo hacia tiempo olvidado de sus dias en la Academia del FBI, en Quantico, Virginia. El profesor de Ciencias de la Conducta dibujaba las definiciones de homicidio con un rotulador rojo deleble en la gran pizarra que habia frente al auditorio. La diferenciacion, les explicaba, no tenia nada que ver con los propios homicidios, su gravedad, metodo o modo, sino mas bien con el periodo de reflexion entre ellos. <> Las dos ultimas clasificaciones podian solaparse. Un caso dificil de clasificar, y que en general se consideraba la primera matanza de un asesino compulsivo en Estados Unidos, habia tenido lugar a ciento veinte kilometros al sur de la cafeteria donde la agente se encontraba en ese momento. El 6 de septiembre de 1949, Howard Unruh, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de veintiocho anos, salio de la casa de su madre en Camden, Nueva Jersey, vestido con su mejor traje y una pajarita a rayas. Habia discutido con su progenitora en el desayuno y ella habia ido corriendo a casa de sus vecinos a decirles, histerica, que temia que algo horrible estuviera a punto de ocurrir. Unruh entro en el pueblo armado con una Luger alemana y treinta balas de nueve milimetros. En un lapso de doce minutos, disparo y mato a trece personas e hirio a tres mas. En una farmacia, una barberia y una sastreria. Aunque se demostro que su deseo de matar era premeditado (despues se descubrio que tenia una lista de enemigos en su diario), entre sus victimas habia una mezcla de objetivos prioritarios y personas que habian tenido la mala suerte de cruzarse en su camino aquel esplendido martes por la manana. Tanto las victimas como los testigos oculares coincidieron en que ese dia Howard parecia como en trance, aturdido. Para cualquier persona ajena a las fuerzas del orden, la clasificacion de un delito importa poco. Lo unico verdaderamente importante es que, durante mas de sesenta anos, el tiroteo de Unruh se considero la peor masacre de Nueva Jersey. Hasta la noche en que Walt Leppo pidio rollo de carne picada. --?Esta recien hecho? --le pregunto a la joven camarera al volver del aseo de caballeros. --Si, desde luego --contesto ella. --?Me harias un favor, entonces? --le dijo el--. ?Podrias mirar si os quedan una o dos rodajas de la comida, que a ser posible lleven unas horas bajo la lampara infrarroja, supersecas y con los bordes tostados? La camarera le sostuvo la mirada un instante, intentando decidir si le estaba tomando el pelo. Seria estudiante, muy posiblemente de alguna de las facultades de Derecho cercanas. Odessa se habia pagado hasta tercero de Derecho en Boston sirviendo mesas y recordaba vivamente la inquietud que le producia que determinados clientes varones le hicieran peticiones culinarias espeluznantes rayanas en el fetichismo, hombres por lo general solitarios, a los que seguramente les habria gustado pedir mujeres a la carta, no solo comida. La camarera se volvio hacia Odessa, sentada enfrente de Leppo, y la agente le dedico una sonrisa de aliento, confiando en tranquilizarla. --Voy a ver --dijo. --Gracias --respondio el, cerrando la carta y entregandosela--. Por cierto, prefiero los extremos. --La joven se fue con las comandas--. En casa llamabamos "talones" a los extremos -- le comento a su companera. Odessa asintio con la cabeza, fingiendose fascinada. --Psicopata --le dijo carinosamente. Walt se encogio de hombros. --?Porque me gusta el rollo de carne picada como lo hacia mi madre? --Ay, Dios, anade fijacion oral. --Te voy a decir una cosa, Dessa: todo se puede sexualizar. Todo. Hasta un rollo de carne picada, por lo visto. --Apuesto a que tambien te gustan las tostadas requemadas. --Como el carbon. Pero ?aun no sabes que la normativa prohibe a los agentes novatos perfilar a los veteranos? Los dos se volvieron hacia el ventanal del Soup Spoon Cafe cuando empezaron a repiquetear en el las primeras gotas de lluvia. --Genial --dijo Leppo. Odessa miro el movil. La app del tiempo mostraba una masa de precipitacion en tonos jade y menta que se acercaba a Newark a modo de nube de gas toxico. Giro el dispositivo para ensenarselo a su companero. Casualmente la agente se habia dejado el paraguas junto con la Remington 870 del calibre doce en el maletero del coche, aparcado a media manzana de alli. --La lluvia de Jersey --dijo Leppo, desdoblando la servilleta-- es como banar a un perro a manguerazos: se moja todo, pero no se limpia nada. Aquel nuevo "leppoismo" hizo reir a Odessa, que miro afuera, donde cada vez mas gotas ametrallaban el cristal. Las pocas personas que habia en la calle circulaban ya mas rapido, con una especie de urgencia indefinida. Todo se aceleraba. En el preciso instante en que Leppo preguntaba por el rollo de carne picada (como constataria despues la cronologia), a una veintena de kilometros al norte de Newark, Evan Aronson aguardaba a que su aseguradora, que lo tenia en espera escuchando rock suave de los setenta, le explicara el suplemento que le habian cobrado por una visita a Urgencias. En la reunion de los diez anos de su promocion de Rutgers, hacia unas semanas, se habia distendido el biceps izquierdo recreando el tradicional salto de madrugada al bano portatil, instaurado por su fraternidad, con la intencion de ganar a su antiguo companero de cuarto, Brad <> Bordonsky, pese a que este habia engordado unos quince kilos desde la graduacion.

  • Deseo concedido de Megan Maxwell

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    Si algo tiene claro Lady Megan Philiphs es que ningun hombre doblegara su caracter y su voluntad. Acostumbrada a cuidar y velar por la seguridad de sus hermanos, Megan es una joven intrepida, de bello rostro moreno, a la que le divierten los retos y no le asusta el sonido del acero.

  • Mis monstruos internos de Khris Diaz

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    Eva paso toda la vida complaciendo a los demas… A sus padres, maestros, a su marido e hijos. Todos tenian una vida, sus padres la fabrica de zapatos, su marido su trabajo y sus compromisos politicos, sus hijos sus estudios y suenos de lograr cosas maravillosas en la vida… Pero, que tenia Eva? ?Que pasaria si todos decidieran seguir sus vida sin ella? ?Con que quedaria esta hermosa cuarentona despues de entregarles su juventud y amor sin condiciones? Con el pasar del tiempo sale a luz un amorio de su esposo y la venda del amor cayo de sus ojos. Eva cree enloquecer producto de tantas decepciones y el cansancio de tener que sufrir callada siempre y vivir atendiendo los asuntos de su familia, olvidandose de ella misma. La actitud egoista de su companero de vida la hizo caer en cuenta que nunca fue realmente feliz…y que quizas esa infidelidad no ha sido la unica en todo su matrimonio. Entonces todo ese resentimiento, deseos reprimidos y rabia que muchas veces se trago por no perder la cordura se convirtieron en monstruos que vivian dentro de ella… Y que ahora tomaban el control de su vida.

  • Un marido para Suzanna de Christine Rimmer

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    Ni en sus peores pesadillas Suzanna habria imaginado que la dejarian plantada en el altar. Tampoco habria esperado que pasaria su noche de bodas con un atractivo e irresistible desconocido.
    Pero lo que sin duda habria jurado que nunca sucederia era que iba a quedarse embarazada. y no le iba a quedar otro remedio que aceptar la proposicion de matrimonio de aquel arrogante vaquero.

  • Conoceme (Welcome to London 4) de Yunnuen Gonzalez

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    Andrew Spencer.
    Londinense.
    Nino rico de Chelsea.

  • Una apuesta arriesgada de Marta Andres

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  • Prestame Tu Proteccion (Prestame 10) de Iris Boo

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    Tenia la frente apoyada contra la fria pared del pasillo y me daba igual que no hubiese luz alli, ni que Irina se hubiese ido hacia dos minutos, ni que fuese probable que nunca se hubiese limpiado desde que inauguraron el punetero local. De lo unico que era consciente era de que queria darme de cabezazos contra esa pared hasta perder la consciencia, pero tampoco debia hacerlo. Porque la causante de mi frustracion era la misma a la que debia mantener a salvo y, ante todo, soy un profesional. Que mis genitales esten deseosos de que nuestros cuerpos se revuelquen juntos y felices, como dos cerdos en un charco de barro, no quiere decir que mi cabeza lo permita. Porque hay unas reglas basicas que no se pueden romper, y mezclar las necesidades sexuales y el trabajo nunca sale bien. Y no, lo de Antonella no es trabajo; si, es una punetera camarera, pero nunca sera parte de mi trabajo. Me he ocupado del equipo de seguridad del club, del equipo de la casa y de los hombres que me sirven de apoyo en mis funciones para mantener segura a Irina. Las chicas de la barra no estan en mi circulo de trabajo, aunque pueda parecerlo. Antonella es solo una manera de sacar toda la tension que llevo dentro, porque se que, de no hacerlo, esto me iba a explotar en la cara. Siempre escuche esa expresion que dice <>, pero a mi no me ha funcionado. Antonella es solo sexo sin complicaciones, sin planes de futuro, de familia ni nada de eso, aunque la tipa ha resultado ser la peor de las que pude escoger. En mi defensa dire que precisamente su caracter fue lo que me atrajo, porque era de ese tipo de personas de las que uno no se enamora, ni tan siquiera se deja atrapar por ellas y lo que ofrecen. Antonella es desechable y ella lo sabe, por eso todo este lio que ha montado a nuestro alrededor. Por querer poner un buen muro entre nosotros me he metido en un lio peor, porque uno no manda sobre sus propios sentimientos, uno no elige de quien se enamora y yo he caido ahi por Irina. Levante la cabeza y me gire hacia la salida por la que habia desaparecido ella. Ahora tengo que arreglar todo esto, porque si he llegado a aguantar este extremo de la vara, bien puedo sostener el otro. Voy a luchar por recuperar lo que he perdido, por ganarme lo que ahora esta en las antipodas de lo que pudo haber sido. Pero voy a pelear por ello, porque he sido un marine y los marines no se rinden, luchan hasta el final. Capitulo 1 Irina Subia en el ascensor junto a Serg, directa hacia el despacho del tio Yuri en su hotel. No es que fuese algo fuera de lo normal que hiciesemos aquel tipo de visitas, pero mi hermano parecia preocupado, algo poco frecuente en el desde que llegamos a este pais. Desde que dejamos Rusia, hemos intentado construirnos una nueva vida, pero la sombra de Constantin Jrushchov ha volado sobre nuestras cabezas desde entonces. Hasta ahora parecia que Serg estaba a salvo, pero cuando se trata de tipos tan poderosos como el, nunca se sabe. --?Crees que son malas noticias? --le pregunte a mi hermano. --No se, pero no tiene pinta de que sea algo bueno. --No iba a decirle que todo saldria bien, porque esas palabras nunca han funcionado con Serg y conmigo. Los dos aprendimos a esperar lo peor, a no hacernos ilusiones. Primero la muerte de mama, luego la enfermedad de papa. Encontrar a nuestra familia americana fue lo mejor que nos habia pasado en mucho tiempo, pero todo se acaba tarde o temprano. Cuando llegamos a la planta reservada de los Vasiliev, las puertas se abrieron con rapidez. Senti los ojos de alguien sobre nosotros y no pude evitar pensar que seguramente asi era. Nadie llegaba hasta alli si no tenia la autorizacion correspondiente y nosotros no teniamos ninguna de esas tarjetas o llaves especiales de acceso, asi que solo quedaba una opcion: vigilaban y controlaban nuestros movimientos. Lo primero que vimos en el largo y suntuoso pasillo fue a un hombre parado frente a la enorme puerta de madera del despacho de Yuri. Era Phill. Al vernos, esbozo una pequena sonrisa y saludo con la cabeza en nuestra direccion. --Os estan esperando. --Dio un par de golpecitos y de seguido abrio la puerta. Me cedio el paso y entre. Phill se quedo fuera y eso me extrano. --?Tu no entras? --Mi orden es esperar a que me llamen mas tarde. --Y cerro la puerta. Habia esperado algo mas de el, ya que desde que llegue a Las Vegas se habia convertido en algo mas que mi chofer, casi pensaba que era un amigo. Nuestro tio y mis primos estaban esperandonos y aquello me puso mas nerviosa de lo que ya estaba. --Si tomais asiento, empezaremos con todo esto. --Obedeci por inercia. --?Es algo malo? --Llamenme impaciente, pero no soy de esas personas que evitan las malas noticias todo lo que pueden, yo prefiero afrontarlas lo antes posible. --Jrushchov tiene a un hombre siguiendo a Irina. --Creo que perdi parte del color de la cara en ese momento. Fue escuchar ese nombre y senti como todos mis fluidos salian corriendo a esconderse. --No tienes que preocuparte, pequena --intervino Yuri. --Lo primero que quiero que entendais es que todo se esta desarrollando como Viktor anticipo. --Viktor asintio con la cabeza, pero no era suficiente para tranquilizarme. --?Quieres decir que todo este tiempo habeis sabido que me estaban buscando? --Viktor se levanto de su asiento y camino hacia mi. --Estos tres meses no queriamos recordaros a Jrushchov ni sus intenciones, pero todos sabiamos que no iba a quedarse quieto. Tu tambien lo sabias, ?verdad? --?Saberlo? Si, pero habia intentado no pensar en ello. --Boby le ha dedicado todos nuestros recursos, esperando a que llegara a nosotros o, mejor dicho, a ti. Porque si te tiene a ti, tiene a Serguey. Eres la reina de esta partida de ajedrez -- explico Yuri. --?Y ahora que me ha encontrado? --pregunte. --Ahora es cuando le damos la vuelta a todo. --?Y como lo hacemos? --pregunto esta vez Serguey. --Esperabamos que con el truco del apellido, el pensara que habiamos fracasado en nuestro intento de esconderos. --Aquella jugada con nuestros permisos de residencia, para cambiar nuestro apellido real, ?habia sido un truco que tenia que fracasar? --Eso quiere decir que teneis un plan. --Serguey parecia entender todo esto mejor que yo, o al menos no perdia el tiempo con lo que ya habia sucedido. --No se como se llama esta jugada en el ajedrez, pero, basicamente, vamos a hacer desaparecer a la reina delante de sus narices. --?Y por que no se ha hecho antes? La desaparicion definitiva, quiero decir. --Llamenme practica, pero soy de esas personas a las que no les gustan los juegos, yo soy de las que va directa al grano. --Porque queriamos que llegara a nosotros, que sepa que estamos aqui, jugar en nuestro tablero. --Algo asi como que nuestro equipo juega en casa --anadio Nick. --No voy a aburriros con una explicacion detallada de nuestro plan estrategico, porque solo teneis concentraros en vuestra parte. --Y porque tampoco te iban a entender, Viktor, a veces incluso a mi me cuesta seguirte. -- Viktor sonrio a Nick de forma petulante. --Que forma tan sutil de llamarme genio. En fin, como decia. Ahora es el momento de hacer desaparecer a Irina de forma mas concienzuda. --?Como de concienzuda? --quise saber. --No vas a hacer nada ilegal, tranquila. Hay una manera de hacerlo, de forma totalmente legal, rapida y efectiva. Y por si fuese poco, ademas sera segura, muy segura. --?Por eso estamos aqui los dos? --dijo Serg. --Por eso estais aqui los tres --aclaro Yuri. --?Que? --Te vamos a casar. --Fue Andrey el que lo dijo, por eso entendi que no era una broma. De todos mis primos, el no bromeaba con este tipo de cosas. --?Casarme, con quien? --?Donde demonios iban a meterme estos locos? --Phill. --Dijo Serg. Yuri sonrio y Andrey asintio con la cabeza. --A grandes rasgos, tu matrimonio con Phill te dara un nuevo apellido. Uno con el que los hombres de Jrushchov ni pensaran en buscarte. Y segundo, tendreis que viajar --aclaro Yuri. --En Miami tenemos un negocio, un club, al que me gustaria que le dieras una nueva direccion. Se que conoces el terreno y que tu perspectiva le daria el enfoque con clase que queremos darle. Ya me entiendes, hacer que algo vulgar sea algo elegante y mas rentable --detallo Viktor. --?Quereis que dirija el club? --Eso le daba otra direccion a todo el asunto y sonaba interesante. --Queremos que lo conviertas en algo con clase y sabemos que puedes hacerlo. Te proporcionaremos todo lo que necesites. El resto, es cosa tuya. --Dirigir un club, ser yo quien por una vez diera las ordenes, no quien las recibiese. Sabia que estaba mordiendome el labio inferior, era un tic que tenia y que me asaltaba cada vez que mi cabeza se ponia a darle vueltas a algo. --Y no estaras sola, Phill viajaria contigo y, como sera tu <>, estara cerca de ti en todo momento. Ya detallaremos mas despues. --Me he tomado la libertad de preparar la documentacion del divorcio y los certificados para el enlace. De esta manera, no habra ningun problema a la hora de disolver el matrimonio. -- Andrey, era bueno tener un abogado en la familia. --Aqui, mi hermano mayor, lo que no os ha dicho es que se ha sacado un certificado para poder oficiar bodas, asi se asegura lo de la confidencialidad y esas cosas --puntualizo Nick. ?Se estaba riendo de Andrey? Creo que si, porque el pobre estaba poniendo los ojos en blanco. --A ver, quedamos en que ibamos a dejar el menor numero de pistas posibles, ?no? Pues eso. Bueno, Irina, tu decides. ?Quieres hacerlo o buscamos otra alternativa? --?La hay? --La idea no es que me sedujera realmente, pero si mis primos, los supergenios a la hora de crear estratagemas de este tipo, se inclinaba por esta... --Claro, pero no seria legal, o implicaria un confinamiento indefinido en casa de mis padres. Yo creo que mi idea es la mejor, pero, claro, no soy yo la que va a pasar por un matrimonio falso, huir a Miami y dirigir un club. Son demasiados cambios y de mucho peso. ?Se creian que me iba a echar atras como una cobarde pusilanime? He bregado con matones durante anos alli en Rusia y no tenia a nadie para cubrirme la espalda. ?Dirigir un club con Phill protegiendome? Seria como ir a la batalla dentro de un tanque. --Puedo hacerlo. ?Donde tengo que firmar? Capitulo 2 Phill Hay veces en que uno se pregunta hasta donde llegaria por desempenar su trabajo. No, no me refiero a un triste operario en una fabrica o una oficina. Trabajar con los Vasiliev va mas alla de todo eso. Se que el mio no es un trabajo convencional, por eso me gusta. Me aliste en la marina porque soy de esa clase de personas que necesitan emocion en su vida, conocer lugares, personas; en una palabra, movimiento. Y si, el ejercito te da eso y grandes dosis de disciplina, algo que necesitaba en aquel momento. Pero tambien te da una buena palada de realidad: que los cabrones con poder son los peores cabrones del mundo y, como estes debajo de ellos, tu vida estara jodida. Con los Vasiliev descubri que habia otro tipo de cabrones, los que ponian a cada uno en su sitio, los que defendian a los suyos, los que tenian su propia manera de hacer justicia y, joder, vaya si me gustaba eso. Los Vasiliev estan hechos de otra pasta. Para que luego digan de los codigos de honor asiaticos. Los Vasiliev eran duros, muy duros, pero tenian que serlo. Mi padre ya me puso al corriente del terreno en el que se movian. No es que me gustara entrara ahi, no entendia aquella fidelidad para con ellos, al fin y al cabo, eran mafia, el miedo tenia que tener algo que ver, pero termine por entender a esta familia. Ellos seguian un camino mas o menos recto y cuando apartaban a alguien de el lo hacian de una forma limpia. Creo que porque pensaban que lo que se gana con malas artes te lo quitan de igual manera. !Ah! Pero pobre del que pusiera piedras en ese camino, o intentase sacarles de el. Habia una premisa que todo el mundo conocia: <>, y habia una base solida para sustentarla. Les jodes, la pagas, pero a su manera. Y ahora venia el motivo por el que estaba en el despacho del jefe supremo con una pluma en la mano y firmando un acta matrimonial. Me habian encomendado una mision importante, muy importante, y yo acababa de aceptar. Tenia que proteger a Irina Sokolov, una familiar de los Vasiliev, mis jefes, y debia hacerlo de la manera mas completa que habia pensado. Tenia que mantenerla oculta sin estar oculta. Eso lo entendia, porque ella no habia cometido ningun crimen, no merecia pasar su vida encerrada en una casa, no debian robarle su vida. Como me habian explicado, habia una forma de hacerlo, a su manera. ?Proteccion de testigos? Si, pero con los recursos Vasiliev. Paso uno: darle un apellido diferente a Irina. Una simple boda, con la salvedad de que los papeles del divorcio ya estaban redactados y firmados para que no hubiese problemas a la hora de disolver el matrimonio. Paso dos: llevarla bien lejos, al otro extremo del pais. --Listo. --Le entregue los documentos a Andrey Vasiliev, el abogado de la familia. Era un tipo serio, tirando a frio, y extremadamente puntilloso con los temas legales. --Seguro que tienes cosas que deseas llevar contigo, asuntos que dejar arreglados. Pero recuerda que no debes decir a nadie donde vas, no dejes pistas que otros puedan seguir. Si tienes mascotas, o plantas que regar, entregale las llaves a Sam y el se encargara de todo. --Viktor Vasiliev me miraba de esa manera que decia que no queria cabos sueltos, que esto no era un juego. Asi que asenti. No estaria aqui si fuese un blandengue que no aguanta la presion de un jefe como el. --Sere discreto. --Bien. Ya sabes donde debes estar a media noche. --Viktor se giro para sentarse de nuevo tras su mesa--. !Ah! Despidete como dios manda, vas a estar mucho tiempo lejos de casa. Asenti de nuevo y sali de la habitacion. ?Donde se ha visto una boda en la que los novios se ven unos minutos antes de la boda y despues firman los documentos por separado? En alguna de esas culturas extranas, seguro. Aunque esto es Las Vegas, reino de las bodas, por absurdas que sean. Mi padre estaba esperando cuando sali del ascensor, preguntando con su mirada como habia ido todo. --?Donde vamos? --pregunto. --?Comida en familia? --Me dio una palmada en la espalda como haciamos los hombres y me sonrio. --Tienes suerte, Candy va a hacer pizza de kale para cenar. --?Kale? ?Eso no es una verdura? --Lo es, si. Antes la tomaba en licuados, pero Candy me ha descubierto que cuidarse tambien puede hacerse con cosas ricas. --Ese era mi padre, el de <>. --Lo probare. --La llamare entonces para que haga una grande. Mientras, tienes que preparar la maleta. -- Asenti hacia el y caminamos juntos hasta su coche.

  • Testigo por accidente de Paulina Maggi

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    Una novela de suspense romantico que atrapara a sus lectores.

  • Perversidad de Susan Rodrick

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    Para Adam la mujer es un sujeto pasivo, que le sirve para satisfacer sus perversos impulsos. Su vida es una sucesion controlada de conquistas. Pero llega un momento en que los planes no salen como esperaba. Y se ve envuelto en una peligrosa espiral que puede acabar con el...
    Amor, desamor, sexo, violencia machista y el crimen mas famoso de Suecia.

  • Retando al destino de Jana Westwood

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    Anna es una bibliotecaria que vive con su amigo Pablo en el centro de Madrid. Un dia Pablo le pedira que le acompane a la fiesta de las bodas de oro de sus abuelos y alli conocera a su primo Julio, que le hara una propuesta laboral que no podra rechazar.

  • Fuera de tiesto de

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    Esta no es una antologia al uso. Esta es una antologia especial. Sorprendente. Unica.

  • Donde habita el miedo de Maite R. Ochotorena

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    Para los amantes del terror y el suspense, <> ha sido una sorpresa, original, impactante, dura.

  • Zapatos de tacon italiano de Magdalena Tulli

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    Una nina con la boca manchada de tinta. Unas llaves perdidas sistematicamente. Un piano que debe afinarse despues de cada bombardeo. Unos zapatos de tacon italiano que levantan recelos en Varsovia. Un pais libre y un pais que siempre pierde. La protagonista de Zapatos de tacon italiano, medio polaca, medio italiana, se descubrira a si misma. Vuelve a casa para cuidar de su madre por un alzheimer que avanza hacia recuerdos cada vez mas distantes. Asi, combinara la dureza del cuidado de su madre con los recuerdos de su infancia y los secretos que la enfermedad ya no puede esconder. Esta historia intima y conmovedora, basada en elementos autobiograficos, gano el Premio Gdynia y el Premio Gryfice. Tulli es una de las escritoras europeas de mas prestigio de la literatura actual. En 2013, ademas, gano un premio a la trayectoria, el Premio Julian Tuwim.

  • Los Wadlow II: ?Atraccion, amor… o gratitud? de Marisa Maverick

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    Segunda entrega de la Saga Los Wadlow. En la primera, “?Azar, destino… o premeditacion?” conocimos la historia de Adam y Kathy, con final cerrado dicho libro. Aqui sabremos que ha sido de la vida de Johan, hermano de Adam, historia tambien con final cerrado. SINOPSIS Traicionado y manipulado. Insultado y despreciado en su hombria. Johan Wadlow, educado en los principios de amor a la familia, respeto a la ley y fidelidad a la pareja, vio que todo ello era despiadadamente pisoteado. Sus suenos fueron arrollados por una avaricia sin fin. El amor que entrego, azotado por el latigo de la oculta lujuria de ella. Y su personalidad, simplemente, anulada por un espejismo. Con el corazon sangrando, ?es posible superar tanta humillacion y digerir que solo has sido un titere en las codiciosas manos de la persona que amabas? Tal vez no acerto en sus decisiones... Quizas cuando quiso dar un paso al frente ya era tarde, paralizado por el temor a las consecuencias. Por todo ello, hoy es un hombre destruido que sobrevive con la esperanza puesta en un futuro mas amable. Sin embargo, un acto de total generosidad convulsionara su vida y le traera... ?Satisfacer una mera atraccion? ?Un amor... sincero? ?O gratitud como moneda de pago?… Que los hados le sean propicios y escuchen su anhelo lanzado al viento: Ven a mi... Norbert, su padre, tal vez tenga la respuesta al citar: <> Conoce el pasado de Johan en Los Wadlow I ?Azar, destino... o premeditacion?, y descubre los hechos que hicieron que su corazon dejara de sentir.

  • Suenos en la oscuridad de Andrew Hesber

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    Lucy, aquejada de una alergia mortal al sol, ha pasado toda su vida sumida en la oscuridad. Cuando sus padres la animen a comenzar una nueva vida, ingresara en la Torre Madison, un imponente rascacielos donde cientos de personas con su mismo problema viven sin temor a la luz.Alli conocera a Jake y Lean, dos residentes hacia los que desarrollara sentimientos contradictorios. Junto a ellos descubrira los terribles secretos que se ocultan tras los cristales de la torre, puesto que, en realidad, nada resulta ser como parece.

  • Intenta dejarla (La droga + dura 2) de Anny Peterson

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    La vida continua despues de aquel lunes maldito, en el que todo parecio hacerse anicos.
    Primera fase de un adicto: EL MONO: ?es posible desengancharse del amor?
    Naia pronto vera cumplido su mayor sueno dentro de su peor pesadilla.
    Axel no esta listo para hacer por las malas, algo que deseaba hacer por las buenas.
    Leo se ha ido. Sin embargo su cuerpo sigue viviendo su vida automaticamente.
    Zoe esta a punto de descubrir que a veces, no queda otra opcion que ser valiente.
    Cesar ha desaparecido, esta concentrado en su nueva meta y no contesta a las llamadas.
    Jorge espera un clavo ardiendo al que sujetarse para no caer de nuevo al vacio.

  • Vacaciones en el Caucaso de Maria Iordanidu

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    En julio de 1914, cuando Ana partio de Constantinopla con destino a Rusia, dejo atras la digna Constantinopla del siglo pasado. La Constantinopla de su abuela y de su madre. La Constantinopla de los movimientos lentos de los cocheros y de los estibadores, y tambien del barrio europeo donde la sombra de las abuelas aun planeaba por encima de las cocinas con los braseros y las hachuelas de destazar. Aquella era la epoca en que la Virgen extendia su mano y paraba la lluvia cuando Loxandra hacia la colada. <>, decia Loxandra, y en Constantinopla ese dia no caia ni una gota de lluvia. En agosto de 1920, cuando Ana volvio de Rusia, paso del medievo al siglo XX de un solo salto. La plaza de Karakoy estaba abarrotada de militares ingleses y franceses, de soldados griegos, de refugiados rusos, de judios, levantinos[1] y griegos que habian amasado su fortuna recientemente. Los estibadores y los arabadzides habian desaparecido... Ahora circulaban... !automoviles! En las angostas callejuelas de Galata, los camiones del ejercito frances bocineaban hasta dejarte sordo y eran capaces de matar a la gente con tal de rebasar a los vehiculos ingleses que corrian como omnipotentes angeles del cielo... !Ay de los derrotados! Nous avons gagne la guerre..., cantaba la Madelon de la victoire[2] invitando a cervezas en los bares y en los grill rooms que habian proliferado por todos lados como champinones. Ya ni en la confiteria de Retzepis se podia entrar porque frente a su puerta habia apilados un monton de barriles de cerveza vacios. Uno que se parecia al gobernador general de la provincia de Astracan deambulaba por el puente de Galata con una bandeja en las manos vendiendo pirozhki. Tres Johnnies ebrios, frente a la panaderia de Karakoy, querian golpear al bugatsero porque no vendia whisky. Los organillos, con banderitas griegas clavadas entre las flores de papel que enmarcaban el retrato de Pulu, tocaban melodias patrioticas como <>.[3] !Fotografias de Elefterios Venizelos en los cafes![4] Y por doquier, la gente entonaba al unisono el largo camino a Tipperary...[5] En Pera,[6] ahi donde esta el hotel Londres, era imposible pasar, porque una decena de soldaditos jovenes se habia puesto a media calle a bailar un kalamatianos. Y en la avenida principal el transito estaba detenido porque los escoceses, ataviados con pieles de leopardo, desfilaban tocando sus gaitas y golpeando sus tambores. El hotel Tokatlian daba la impresion de un cadaver hinchado que acabo por reventar. Frente a sus puertas pululaba un hervidero de gusanos: empresarios, agentes extranjeros, traficantes de droga, proxenetas y prostitutas de todos tipos. Un lujo desvergonzado, una juerga enloquecida, !un carnaval! La gran ramera de Babilonia, vestida de purpura y escarlata y adornada de oro, se paseaba por las calles de Pera y de Galata. Ochi chiorniye...[7] sonaba una y otra vez en los cafe-chantant. <>, cantaban las aristocratas rusas vendiendo sus ultimos diamantes para pagar el espumoso vino. Levantinas y judias de Avanos y Tahtakale llevaban velo y se hacian pasar por turcas, porque habia demanda de colorido local y las turcas de verdad se habian escondido. Un negro senegales del regimiento de Mac Mahon se comio la teta de una gran duquesa rusa. Y dos bailarinas del Bolshoi, de puro miedo, sufrieron convulsiones frente al Galatasaray.[8] A Ana le daba vueltas la cabeza. Arrastrando los pies, intentaba subir la cuesta de Akartsa preguntandose: <>. En lo que llegaba a Tatavla, cayo la noche. Las ventanas de las casas comenzaron a encenderse paulatinamente. Habia muchas puertas abiertas y gente sentada afuera, tomando el fresco. Algunos eran conocidos, pero nadie la reconocio. Como una sombra venida de otro mundo, Ana fue pasando frente a ellos, hasta que llego a la iglesia de San Demetrio y dio vuelta a la izquierda. Al cabo de muy poco fue a dar frente a la casa de la tia Agatho, donde estaba segura de encontrar a su mama. Miro hacia arriba, todo estaba oscuro. Se detuvo un momento, los dientes apretados, la frente perlada de sudor, <>. <>. Un gato se froto contra su pierna. Un gato gris. Un gato peludo como el Aslan que tenian. Como el As... !Aslan! --!Aslan! !Aslan!--exclamo Ana llorando--. Aslan querido, ?donde esta Dick? ?Donde esta nuestro perrito? ?Se murio? Una ventana del primer piso se abrio y se oyo un <>. Cuantos anos hacia que Ana no habia oido ese <> de la tia Agatho. Y segundos mas tarde la voz histerica de su mama: --!Me voy a volver loca! !Sostenedme! !La nina! Dos ventanas se iluminaron. Una puerta rechino. La escalera de arriba crujio. Porque asi era esa escalera, crujia. <>, penso Ana, y sabia que en cuanto alcanzaran el pie de la escalera, tropezarian con la mesita en la que esta el jarron chino y comenzarian a discutir. Lo dicho, ya empezaron. --Pero mujer, !que mania la tuya de poner esta mesita aqui! !Un dia nos vamos a matar! Y la tia Agatho: --Pero si su lugar es este, ?donde quieres que la ponga, Klio? El lugar de la mesita era ese, cerca de la escalera. El lugar del taburete pequeno, frente al sillon de terciopelo. Y cuando te sentabas en el canape, no tenias taburetito para los pies. Y es que en las casas, cada objeto tiene su lugar, porque cuando Dios hizo las mesitas y los taburetes y todo lo habido y por haber, lo coloco, en su inmensa sabiduria, tal y como luego lo encontraron las amas de casa en sus hogares. Y las amas de casa, todas, son iguales. Los zares pueden ser derrocados en Rusia, la faz de la tierra puede cambiar, pero a Varvara Vasilievna le sigue mortificando que caiga agua en su sillon de raso--ese sillon que unos dias despues seria lanzado por la ventana junto con sus otros muebles y acabaria, cojo, en la acera--. Y Praskovia Afanasievna, con tal de no perder ninguno de sus enseres domesticos, decidio quedarse en su casa, que estaba en la zona del fuego, y acabo quemandose viva. Lo mismo podria haberle ocurrido a la tia Agatho, y a su mama... Pero no, ahi estaban, tal como las dejo. --!Que no te me adelantes, te digo! Detras de la puerta discutian por quien cogeria primero la llave, quien levantaria primero la tranca. <>. <>. Algunas palabras resuenan como un semantron en el oido,[10] como una voz venida de otro mundo. De un mundo que ya no existe, y runrunean nostalgicas en el mundo que empieza. 2 El primer mundo de Ana habia sido el entorno festivo y hogareno de su casa constantinopolitana. Personas ahitas, de buen corazon, sencillas. Una fiesta ininterrumpida habia sido aquella primera vida suya, siempre pegada al delantal de su abuela Loxandra, y dentro de su cocina. ?Que necesidad tenia de los juguetes de pacotilla del Bon Marche si todo lo habido y por haber en su casa estaba a su disposicion? <>. !Que no harian! ?Abrir los atadijos de las telas y encontrar un trapito para coger las ollas calientes, o limpiar las rosas para hacer mermelada, o tenir los huevos y amasar la harina para los tsurekis de Pascua, o ir a Therapia[11] a felicitar al tio Kotsos que hoy celebra su santo? Cada ano en verano iban al campo, a Halki. Mas tarde, cuando la familia se instalo por un tiempo en el Pireo, ya no tenian necesidad de ir al campo porque su casa estaba sobre el mar, en Kastella. !Ah, que bonitos anos aquellos que Ana vivio en el Pireo! Aunque... ?y que me dices de los anos del colegio, cuando regresaron a vivir a Constantinopla? ?Eh? Esos anos fueron felices entre los mas felices. Tan felices que uno lamenta que hayan pasado. Otros tres anos asi de dichosos le quedaban a Ana por delante hasta terminar el colegio. Y luego se habria ido a estudiar a la universidad si no hubiera llegado aquella fatidica carta desde Batumi. La carta que partio su vida en dos. Por lo general, en su casa, una carta de Batumi era sinonimo de pelea, porque Ana estaba obligada a contestar. Y es que en Batumi vivia el hermano de su madre, el que las mantenia. --Que escribas, te digo--ordenaba Klio. Ana se sentaba con la pluma en la mano y dibujaba un gallito en el papel secante. --Ana, he dicho que escribas. --?Y que le digo? --Dile que le pides a Dios que nos reste dias de vida a nosotras para darselos a el. --!Y un cuerno! Y acto seguido comenzaba la pelea. Ana no era desagradecida y sabia muy bien que el tio Alekos, el que vivia en la Santa Rusia, era quien pagaba un monton de liras para que ella pudiera estudiar en el colegio; era quien antano --es decir, antes de que se casara con la tia Claude, que lo manejaba a su antojo--mandaba caviar y tambien iconos recubiertos de oro, y aquellas cucharitas y vasitos rusos banados en oro y con el aguila bicefala del zar estampada. <>, aprendio a decir Ana de su abuela, y al Paraiso se lo imaginaba ahi, en Rusia, donde todo era grande y abundante, donde todo era interminable, todo, incluso las horas. <>, le decia Loxandra al verdulero cuando este se demoraba. Ana veia al tio Alekos en aquel Paraiso ruso como a un dios. El dios terrible de Abraham y de Isaac, al que habia que cantar himnos con panderos y danzas, con laudes y flautas para ganarselo, porque aunque por un lado ofrecia la Tierra Prometida, por el otro no se lo pensaba mucho para pedir un sacrificio de sangre. Cada ano, cuando se acercaba septiembre, Ana lo pasaba fatal hasta que llegaba la noticia de que la matricula del colegio habia sido cubierta. En cuanto a la universidad, que le habian prometido para despues, Ana estaba dispuesta a hacer por ella todos los sacrificios del mundo. Si hubiera tenido el arpa de David o los cimbalos de Jerusalen, quiza habria podido producir el ruido necesario para expresar su agradecimiento, pero teniendo unicamente la pluma le era imposible. Y, por eso, siempre habia pleito. ?Que le podias escribir o que le podias decir a una persona a la que no habias visto mas de tres veces en tu vida y de la que corrias a esconderte debajo de alguna mesa o detras de algun ropero cada vez que aparecia? La ultima vez que ese tio habia ido a su casa habia traido con el a su mujer para que besara la mano de la abuela, es decir, de su madre, Loxandra. La mujer que el tio Alekos habia tomado por esposa se llamaba Claude y era francesa, una francesa muy delgada que entro en la casa como un huracan y la recorrio completita, por dentro y por fuera. Queria verlo todo, queria saberlo todo. Cuanto aceite se usaba para la comida, cuanto dinero se le pagaba a la sirvienta, por que vivian en esa casa situada en la calle principal de Pera y no se iban a vivir a una casa mas economica. Por que tenian animales. Los animales son portadores de microbios. Habia que deshacerse de ellos. A Aslan, el gato, que por aquel entonces tendria un ano, no le vieron el pelo durante todos los dias que duro la visita de la tia Claude. Se iba muy temprano por la manana y volvia muy tarde por la noche para guardarse bien guardadito en la cocina. A Dick, el perro de Ana, hubo que amarrarlo porque cada vez que veia a la tia Claude grunia. La abuela, que ya no salia de su recamara y que apenas oia, no se percato de nada de todo aquello. A sus noventa anos, ?que sentido tenia decirselo y mortificarla? En cuanto aquellos huespedes se fueron de la casa, el mundo entero respiro aliviado. <>, dijo la madre de Ana apenas cerrar la puerta detras de ellos. Y desde entonces el nombre de la nuera fue <>. El tio Alekos era <> y la culpa de todo la tenia <>. --Estas son maquinaciones de aquella--volvio a decir Klio en cuanto termino de leer la fatidica carta, y estaba a punto de romperla cuando Ana se la arrebato de las manos. Da vertigo pensar de que cosas tan pequenas depende la vida del hombre. Si Klio hubiese roto la carta aquel dia, !que distinta habria sido la vida de Ana! Pero ?quien iba a saber? <>, dicen. Y asi es. La carta era una invitacion a Ana para que hiciera un viajecito de placer a Rusia, un viajecito de un mes. Es decir, hasta que la escuela abriera sus puertas a principios de septiembre. Ana podria tomar rapidamente el Sicilia de la Lloyd Triestino, cuyo capitan era amigo de su tio Alekos. Su madre la embarcaria en Constantinopla y el capitan, personalmente, se la entregaria a la tia Claude en Batumi. La tia Claude, decia la carta, la estaba esperando para recorrer juntas el Caucaso y visitar a una pariente que vivia en el norte, en una ciudad llamada Stavropol.

  • La chica que perseguia copos de nieve de Anina Roma

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    Una novela romantica sobre segundas oportunidades en el amor que leeras en menos de dos horas.

  • Segunda casa de Rachel Cusk

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    Una vez te hable, Jeffers, de cuando me encontre con el diablo en un tren, saliendo de Paris, y de como desde entonces el mal que normalmente acecha bajo la superficie de las cosas sin que nadie lo moleste se sublevo y arremetio contra todas las partes de la vida. Fue como una infeccion, Jeffers: se apodero de todo y lo pudrio. Creo que no me habia dado cuenta de cuantas partes tenia la vida hasta que cada una empezo a liberar su capacidad para el mal. Se que tu siempre has sabido estas cosas, que has escrito sobre ellas a pesar de que otros no quisieran oirlas y encontraran tedioso ese interes por la maldad y el error. Pero tu seguiste igualmente, construyendo un refugio en el que la gente pudiera cobijarse cuando las cosas se torcieran tambien para ellos. !Y siempre se tuercen! El miedo es un habito como otro cualquiera, y los habitos matan lo que hay de esencial en nosotros. Esos anos de pasar miedo me han dejado una especie de vacio, Jeffers. Sigo temiendo que las cosas me ataquen por sorpresa: sigo esperando oir la misma risa de aquel diablo, la que oi el dia en que me persiguio de punta a punta del tren. Era por la tarde, hacia mucho calor y, como los vagones iban bastantes llenos, pense que podria librarme de el simplemente sentandome en otra parte. Pero cambie varias veces de asiento y al rato lo tenia otra vez delante, despatarrado y riendose. ?Que queria de mi, Jeffers? Tenia una pinta horrible: amarillo, hinchado y con los ojos del color de la bilis inyectados en sangre, y cuando se reia ensenaba unos dientes sucios, uno de ellos completamente negro justo en el centro. Llevaba pendientes y ropa elegante manchada del sudor que le caia a chorros. !Cuanto mas sudaba mas se reia! Y hablaba sin parar en un idioma que no reconoci pero que era estridente y estaba lleno de sonidos parecidos a palabrotas. No era facil ignorarlo, y sin embargo eso era precisamente lo que hacian todos los pasajeros. Iba con una chica, Jeffers, una chica sobrecogedora, poco mas que una nina pintarrajeada y medio desnuda, con los labios entreabiertos y la mirada docil de un animal idiota. Se habia sentado en sus rodillas y el la toqueteaba y nadie decia ni hacia nada para impedirselo. De todos los que ibamos en ese tren, ?es posible que fuera yo la mas dispuesta a intentarlo? A lo mejor me siguio por los vagones para tentarme. Pero yo no estaba en mi pais: estaba solo de paso, iba de vuelta a casa, a una casa en la que pensaba con un temor secreto, y no me parecio asunto mio detenerlo. Es muy facil pensar que algo no te molesta demasiado justo cuando tu deber moral como individuo se ve mas expuesto. Si me hubiera enfrentado a el es posible que todas las cosas que ocurrieron despues no hubieran ocurrido. El caso es que por una vez pense: !que se haga cargo otro! Y asi es como perdemos el control de nuestro destino. Mi marido, Tony, a veces me dice que subestimo mi fuerza, y no se si eso hace que la vida sea mas arriesgada para mi que para otras personas, igual que es peligrosa para quienes no tienen la capacidad de sentir dolor. Siempre he pensado que hay determinado tipo de personas que no pueden o no quieren aprender la leccion de la vida, y viven entre nosotros como un incordio o un regalo. Lo que causan puede llamarse problema o puede llamarse cambio: pero la clave esta en que hacen que pase algo, aunque no lo pretendan ni lo quieran. Siempre estan alterando las cosas, cuestionando y desestabilizando el statu quo; no dejan nada tal como esta. No son malas ni buenas en si mismas --eso es lo importante de este tipo de personas--, pero saben distinguir el bien del mal cuando lo tienen delante. ?Es asi como el mal y el bien siguen brotando el uno al lado del otro en nuestro mundo, Jeffers, porque algunas personas no permiten que ninguno de los dos se salga con la suya? Aquel dia, en el tren, decidi fingir que yo no era asi. !La vida de repente parecia mucho mas sencilla detras de los libros y los periodicos con que la gente escondia la cara para no ver al diablo! Lo cierto es que despues pasaron muchas cosas y tuve que emplear todas mis fuerzas y toda mi fe en el bien y toda mi capacidad de resistir el dolor para seguir viviendo, hasta el punto de que estuve a punto de morir por eso, y luego deje de ser un incordio para todo el mundo. Hasta mi madre decidio que yo le caia bien durante un tiempo. Al final conoci a Tony y el me ayudo a recuperarme, y cuando me ofrecio esta vida dulce y apacible que llevamos aqui, en la marisma, ?que hice yo sino sacarle defectos a la tranquilidad y la belleza e intentar alterarlo todo? Esa historia ya la conoces, Jeffers, porque la escribi en otra parte: la menciono unicamente para que veas como se relaciona con lo que quiero contarte ahora. Pense que toda esta belleza no servia de nada si no tenia inmunidad: que si yo podia hacerle dano, cualquiera podria. La fuerza que tengo, si es que tengo alguna, no es nada en comparacion con la fuerza de la estupidez. Ese fue y sigue siendo mi razonamiento, aunque podria haber aprovechado la oportunidad de vivir aqui un idilio de placida impotencia. Homero lo dice en la Iliada cuando habla de la vida agradable y las ocupaciones de los hombres caidos en combate, sin olvidarse de sus elegantes trajes de batalla, sus carros y armaduras hechos a mano. Todo lo que se ha cultivado y construido con carino, todas esas propiedades, se destruyen con un golpe de espada, se aniquilan en los segundos que se tarda en pisotear una hormiga. Me gustaria volver contigo, Jeffers, a esa manana en Paris, antes de subir al tren en el que iba el diablo hinchado y de ojos amarillos: me gustaria que lo vieras. Tu eres un moralista, y hace falta un moralista para entender como pudo ser que los rescoldos de uno de los incendios desatados aquel dia siguieran vivos anos y anos, que su nucleo continuara activo, alimentandose furtivamente, en secreto, hasta el momento en que mis circunstancias lo reavivaron y las brasas prendieron entonces con las cosas nuevas e inflamaron de nuevo las llamas. Ese incendio se desato en Paris a primera hora de la manana, cuando un seductor amanecer se extendia sobre las formas palidas de la Ile de la Cite y el aire estaba envuelto en esa quietud absoluta que presagia un dia hermoso y claro. El cielo se volvia cada vez mas azul, el follaje verde y fresco de la orilla estaba paralizado por el calor y los bloques de luz y sombra que cortaban en dos las calles eran como las eternas formas primordiales que habitan en la cara visible de las cordilleras y parecen surgir de su interior. Me habia pasado la breve y sofocante noche de verano despierta en la cama del hotel, y en cuanto vi el amanecer entre las cortinas me levante y sali a pasear por la orilla del rio. Parece presuntuoso, Jeffers, por no decir absurdo, describir mi experiencia asi, como si tuviera la mas minima importancia. Seguro que en este preciso instante hay una persona paseando por el mismo tramo del rio, cometiendo igualmente el pecado de creer que las cosas ocurren por un motivo y que ese motivo es !ella! Pero necesito explicarte cual era mi estado de animo esa manana, la euforica sensacion de posibilidad que me embargaba, para que puedas entender lo que surgio de ahi. La noche anterior habia estado con un escritor famoso que en realidad no era mas que un hombre con mucha suerte. Lo conoci en la inauguracion de una galeria de arte, y se esforzo tanto por sacarme de alli que halago mi vanidad. En esos anos yo no recibia mucha atencion sexual, a pesar de que era joven y creo que bastante atractiva. Mi problema era que tenia la lealtad de un perro idiota. Este escritor era, naturalmente, un egolatra insufrible, ademas de un mentiroso, y ni siquiera demasiado convincente; y yo, que iba a pasar la noche sola en Paris sabiendo que en casa me esperaban un marido descontento y una hija, tenia tanta sed de amor que, por lo visto, estaba dispuesta a beber en cualquier fuente. La verdad, Jeffers, es que yo era un perro: llevaba dentro de mi un peso tan descomunal que lo unico que podia hacer era retorcerme inutilmente como un animal herido. Ese peso me anclaba a las profundidades, y alli me revolvia y forcejeaba para soltarme y nadar hasta la refulgente superficie de la vida: al menos asi era como se veia desde abajo. Esa noche en Paris, yendo de bar en bar en compania del egolatra, intui por primera vez la posibilidad de la destruccion, la destruccion de lo que yo misma habia construido; te aseguro que no fue por el, sino por la posibilidad de cambio violento que encarnaba y que nunca se me habia presentado hasta esa noche. El egolatra, siempre ebrio de si mismo, se metia pastillas de menta entre los labios secos cuando creia que no me daba cuenta y hablaba de si mismo sin parar: en realidad no me engano, aunque reconozco que eso era lo que yo queria. Me dio metros de soga con la que ahorcarlo, pero naturalmente no lo ahorque: le segui el juego y en parte me lo crei, otra prueba mas de la suerte que, saltaba a la vista, habia tenido a lo largo de su vida. Nos despedimos a las dos de la madrugada en la puerta del hotel, donde sin disimular --casi rozando la descortesia-- decidio que yo no merecia tanto la pena como para correr el riesgo de ver amenazada su posicion si pasabamos la noche juntos. Y me fui a la cama atesorando el recuerdo de su atencion hasta que me parecio que el techo del hotel se levantaba y las paredes se caian y la inmensa oscuridad estrellada me abrazaba con las implicaciones de lo que estaba sintiendo. ?Por que vivimos tan dolorosamente en nuestras ficciones? ?Por que sufrimos tanto por cosas que nosotros mismos nos hemos inventado? ?Tu lo entiendes, Jeffers? He querido ser libre toda mi vida y no he sido capaz de liberar ni el dedo menique del pie. Creo que Tony es libre, y su libertad no parece gran cosa. Se sube al tractor azul para segar la hierba alta que hay que cortar en primavera, y lo veo ir y venir tranquilamente a cielo abierto, con su sombrero flexible, envuelto en el ruido del motor. Alrededor estan brotando los cerezos: las yemas de las ramas luchan por estallar y cubrirse de flores para Tony, y cuando el pasa, la alondra sale disparada y se queda suspendida en el cielo, cantando y haciendo piruetas como una acrobata. Yo, mientras, sigo sentada, mirando al frente, sin nada que hacer. Es lo unico que he conseguido en cuestion de libertad: librarme de la gente y de las cosas que no me gustan. !Despues de eso no queda mucho por hacer! Cuando Tony vuelve de trabajar la tierra, me desperezo y cocino para el; voy al huerto a coger hierbas y al cobertizo a por patatas. En esa epoca del ano --primavera-- las patatas que guardamos en el cobertizo empiezan a echar brotes, aunque las conservemos completamente a oscuras. Les salen esos brazos blancos y carnosos porque saben que es primavera, y a veces me quedo mirando una patata y pienso que sabe mas que la mayoria de la gente. La manana siguiente a esa noche en Paris, cuando me levante y sali a pasear por la orilla del rio, mi cuerpo apenas notaba el suelo: el agua verde y centelleante, la piedra beige muy clara de los muros erosionados y en pendiente, y los primeros rayos del sol dando en ella y en mi al pasar a su lado creaban un elemento tan ligero que me volvi ingravida. No se si eso es lo que se siente al ser amada, y con esto me refiero al amor importante, al que se recibe antes de que una, estrictamente hablando, sea consciente de su propia existencia. En ese momento senti una seguridad sin limites. ?Que fue lo que vi para sentirme asi, cuando en realidad mi situacion era cualquier cosa menos segura; cuando de hecho habia vislumbrado la semilla de una posibilidad que pronto empezaria a crecer y a propagarse como un cancer en mi vida, consumiendo anos y consumiendo sustancia; cuando unas horas despues me veria sentada cara a cara con el mismisimo diablo? Debi de estar un buen rato deambulando, porque cuando subi de la orilla a la calle las tiendas estaban abiertas y habia coches y gente que iba y venia al sol. Tenia hambre, y empece a fijarme en los escaparates, buscando un sitio en el que comprar algo de comer. No se me dan bien esas situaciones, Jeffers: me resulta dificil satisfacer mis necesidades. Cuando veo a otra gente consiguiendo lo que quiere, a codazos, exigiendo las cosas, decido que prefiero pasarme sin ellas. Me alejo, avergonzada de la necesidad, de la mia y la de los demas. Esto parece una cualidad absurda y siempre he sabido que yo seria la primera en morir pisoteada en una emergencia, aunque me he fijado en que los ninos tambien son asi, que les averguenzan sus necesidades corporales. Cuando le digo esto a Tony, que seria la primera en caer, porque no lucharia para conseguir mi parte, se rie y dice que no se lo cree. !Ya esta bien de analizarse a uno mismo, Jeffers! El caso es que no habia mucha gente en Paris esa manana, y en las calles por las que paseaba, mas o menos cerca de la rue du Bac, no habia ningun sitio donde comprar algo de comer. Las tiendas estaban llenas de telas, antiguedades y curiosidades de la epoca colonial que costaban el sueldo de varias semanas de una persona corriente, y llenas tambien de una fragancia particular que era, supongo, la fragancia del dinero; al pasar yo miraba los escaparates como si a esas horas de la manana tuviera intencion de comprar una enorme cabeza africana tallada en madera. Las calles eran un desfiladero perfecto de luz y de sombra, y yo me empenaba en ir por el sol, sin rumbo ni finalidad. De repente, a lo lejos, vi un cartel colocado en la acera, y en el cartel, una imagen. La imagen, Jeffers, era de un cuadro de L, elegido para anunciar una exposicion de su obra en una galeria cercana. Incluso a distancia reconoci algo en esa imagen, aunque sigo sin saber decir que era, porque a pesar de que habia oido hablar vagamente de L -- no se cuando ni como-- no tenia una idea clara de quien era o que cosas pintaba. El caso es que me llamo: me abordo en esa calle de Paris y segui los sucesivos carteles hasta que llegue a la galeria y entre directa por la puerta abierta. Querras saber, Jeffers, cual era la obra seleccionada para el cartel y por que me afecto tanto. Aparentemente no hay un motivo en particular por el que la obra de L pudiera atraer a una mujer como yo, incluso puede que a ninguna mujer, y desde luego no a una madre joven y al borde de la rebelion, con unos anhelos imposibles que, ademas, estan cristalizados en sentido inverso por el aura de libertad absoluta que irradia su pintura. Una libertad elemental e impenitente, masculina hasta en su ultima pincelada. Es una pregunta que pide una respuesta, y sin embargo no hay una respuesta clara y convincente, mas alla de decir que esa aura de libertad masculina esta presente en la mayoria de las representaciones del mundo y de nuestra experiencia humana en el, y que como mujeres nos hemos acostumbrado a traducirla a un idioma que podamos reconocer. Recurrimos a nuestros diccionarios y desciframos el enigma, evitando algunas de las partes a las que no encontramos sentido o no entendemos, y otras a las que sabemos que no tenemos derecho, y voila!: participamos. Es como llevar un traje elegante que nos han prestado, o a veces directamente una suplantacion; y al no haber sentido nunca nada de esto como mujer, creo que en mi el habito de la suplantacion ha llegado a ser mas profundo que en la mayoria, hasta el punto de que algunos aspectos de mi personalidad parecen de hecho masculinos. Lo cierto es que desde el principio recibi claramente el mensaje de que todo habria sido mejor -- habria estado bien, habria sido como tenia que ser-- si yo hubiera sido un chico. Al mismo tiempo, nunca le vi ninguna utilidad a esa parte masculina, tal como L me demostraria mas tarde, en la epoca de la que quiero hablarte. La imagen del cartel, por cierto, era un autorretrato, uno de esos impresionantes retratos de L en los que se situa mas o menos a la distancia que guardamos con un desconocido. Parece casi sorprendido de verse: mira a ese desconocido con objetividad y sin compasion, como se mira a cualquier persona en la calle. Lleva una camisa de cuadros normal y corriente y el pelo peinado con raya y hacia atras, y a pesar de la frialdad de la percepcion --que es una frialdad y una soledad cosmica, Jeffers--, la representacion de estos detalles, de la camisa abrochada y el pelo peinado y los rasgos puros, no animados por el reconocimiento, es la cosa mas humana y amorosa del mundo. La emocion que senti mientras lo miraba fue lastima, lastima de mi misma y de todos nosotros: la lastima muda que sentiria una madre por su hijo mortal, al que a pesar de todo peina y viste con tanta ternura. Podriamos decir que esto vino a dar el toque final a mi extrano estado de exaltacion: senti que salia del esquema en el que llevaba viviendo muchos anos, el esquema de la participacion humana en un determinado conjunto de circunstancias. A partir de ese momento deje de estar inmersa en la historia de mi vida y empece a diferenciarme de ella. Habia leido bastante a Freud y podria haber aprendido de el lo absurdo que era todo, pero me hizo falta el cuadro de L para verlo de verdad. Lo que vi, dicho con otras palabras, fue que estaba sola, y vi que ese estado era un regalo y una carga, algo que hasta entonces nunca se me habia revelado verdaderamente. Ya sabes, Jeffers, que me interesa la existencia de las cosas antes de que tengamos conocimiento de ellas, !en parte porque me cuesta creer que de verdad existan! Cuando te han criticado siempre, desde antes de lo que alcanzas a recordar, es casi imposible situarse en el tiempo o el espacio anterior a la critica: es decir, creer en tu propia existencia. La critica es mas real que tu misma: de hecho parece que es lo que te ha creado. Tengo la impresion de que mucha gente va por ahi con este problema en la cabeza y eso causa todo tipo de complicaciones: en mi caso hizo que mi cuerpo y mi mente se divorciaran desde el principio, cuando tenia muy pocos anos. Pero lo que quiero decir es que en los cuadros y en otros objetos creados hay algo que puede proporcionarnos cierto alivio y desahogo. Nos situan, nos ofrecen un lugar en el que estar, mientras que antes el espacio siempre estaba ocupado, porque la critica se instalo alli primero. No incluyo las cosas creadas a partir de las palabras: al menos para mi no tienen el mismo efecto, porque para llegarme tienen que pasar primero por mi entendimiento. Mi apreciacion de las palabras tiene que ser mental. ?Me perdonas por eso, Jeffers? No habia nadie mas en la galeria esa manana, tan temprano: en mitad del silencio, el sol entraba por los ventanales y formaba charcos de luz brillantes en el suelo, y yo los rodeaba con la alegria de un fauno en el bosque el primer dia de la creacion. La exposicion era eso que llaman una <>, y por lo visto eso significa que por fin eres lo suficientemente importante para estar muerto, a pesar de que L apenas tenia cuarenta y cinco anos por aquel entonces. Habia como minimo cuatro salas grandes, y las devore todas, una detras de otra. Cada vez que me acercaba a un cuadro --del boceto mas pequeno a las obras paisajisticas mas grandes -- tenia la misma sensacion, hasta un punto en que me parecia imposible volver a experimentarla. Pero no: la sensacion se repetia cada vez que me enfrentaba a la imagen. ?Que era? Era una sensacion, Jeffers, pero era tambien una frase. Puede sonar contradictorio, despues de lo que acabo de decir de las palabras, que las palabras acompanaran a la sensacion de una manera tan definitiva. Pero no era yo quien las encontraba. Eran los cuadros quienes encontraban las palabras en algun rincon, dentro de mi. No se de quien eran ni quien las decia: solo que eran dichas. Muchos cuadros eran de mujeres, y en su mayoria de una mujer en particular, y en este caso mis emociones eran mas reconocibles, aunque todavia indoloras y separadas del cuerpo. Habia un dibujo pequeno, al carboncillo, de una mujer dormida en una cama, con la cabeza oscura como una simple mancha de abandono entre las sabanas revueltas. Reconozco que una especie de llanto amargo y silencioso salio de mi alma ante la cronica de una pasion que parecia definir todo lo que yo jamas habia conocido e ignoraba si llegaria a conocer. En muchos de los retratos grandes L pinta a una mujer de pelo moreno y bastante carnosa --con frecuencia el aparece en el cuadro con ella--, y me pregunte si aquella mancha en la cama casi borrada por el deseo seria la misma persona. En los retratos, la mujer normalmente lleva una especie de mascara o disfraz; unas veces parece que ama a L y otras veces simplemente parece tolerarlo. Pero el deseo de el, cuando estalla, la extingue

  • Crimen perfecto de Brenda Novak

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    Esos tipos que mataban a sus esposas no tenian la menor idea de como hacer las cosas bien, de como liquidarlas y salir despues de rositas. Malcolm Turner fruncio el ceno disgustado mientras aparecian los creditos que senalaban el final de un programa basado en crimenes reales que acababa de ver en la television. El de aquel dia habia tratado el caso de un enfermero que habia asesinado a su esposa, una mujer rubia y respondona. Por lo que a Malcolm concernia, se merecia la muerte, porque se habia comportado como una autentica perra. ?Pero que clase de estupido hablaba con nadie de cloruro de succinilcolina justo antes de utilizarlo para poner fin a una vida? --Que estupidez --musito Malcolm. Miro de nuevo a su esposa, que dormia a su lado. Cuando el matara a su mujer y a su hijastro, nadie se haria ni una sola pregunta. Creerian exactamente lo que queria que creyeran, porque el sabia lo que se hacia. No podia ser de otra manera. Al fin y al cabo, llevaba quince anos trabajando como policia. Capitulo 1 Mary tenia muy buen aspecto. Mejor que cuando estaba en el instituto. Habian aumentado sus curvas, su rostro mostraba una nueva sofisticacion y parecian ocultarse muchas cosas tras su sonrisa. Pero se mostraba recelosa. El divorcio le habia pasado factura. Y estaba completamente entregada a sus dos hijos. Malcolm, que estaba parcialmente oculto tras un alamo, cambio de postura y se agacho al oir el ruido de un motor. A juzgar por el volumen de la musica de lo que parecia ser un potente automovil, el conductor del coche que se acercaba debia de ser un adolescente tan ensimismado y despistado como todos los de su edad. Pero aun asi, no queria que le viera mirando por la ventana de Mary. El coche, con los bajos atronando a traves de los altavoces, paso sin reducir la velocidad. El sonido de la musica y del motor se fueron desvaneciendo y el vecindario volvio a quedar envuelto en el silencio de la noche. Aquella era la hora en la que a Malcolm le gustaba contemplar a Mary. Pero a veces, si pensaba que habria vuelto ya del trabajo, tambien se acercaba de dia. Desde que se habia quedado sin trabajo le resultaba dificil llenar las veinticuatro horas del dia. Su nueva vida no se parecia en absoluto a lo que habia imaginado cuando habia comenzado a planificarla. Echaba de menos a sus viejos conocidos, se moria de ganas de ponerse en contacto con alguno de ellos, pero todos le daban por muerto y el preferia que asi fuera. A lo mejor esa era la razon por la que, al cabo de tantos anos, se habia decidido a localizar a su primer amor y le habia seguido hasta California. De otro modo, no tendria ningun sentido aquel impulso de reencontrarse con el pasado. Veinte anos atras, se habia alejado de su lado sin preocuparse si quiera. Se habia casado dos veces, se habia divorciado una y… No queria pensar en lo que le habia hecho a su segunda esposa. No se arrepentia de haberla matado, ni de haber matado a su hijastro. Se lo merecian. Pero desde que se habia jugado la mayor parte del dinero del seguro que se habia llevado de Jersey, se veia obligado a vivir en casas miserables que alquilaba en areas rurales, en las que el olor a estiercol era tan fuerte que a veces se sentia como si estuviera rodeado de excrementos de animales. Era dificil conseguir algo mejor cuando solo tenia acceso a trabajos en companias de seguros de segunda categoria por los que le pagaban poco mas que el salario minimo. Maldijo en silencio al recordar su ultimo empleo. No le molestaba tanto lo exiguo del salario como la falta de respeto. Despues de haber sido un autentico policia, no lo soportaba. Rebusco en la bolsa que llevaba siempre con el y se sento cerca de la ventana para poder disfrutar de una mejor vista de Mary mientras esta consultaba su ordenador. Probablemente esperaba tener noticias suyas. Diciendo ser alguien a quien Mary una vez habia conocido brevemente, se habia puesto en contacto con ella a traves de la web en la que Mary publicitaba sus joyas y habia conseguido mantener una relacion con ella. Pero aquella noche no le bastaba con esconderse tras un alias y un ordenador. Estaba aburrido, inquieto. Despues de pasar unos cuantos minutos frente al ordenador, Mary se levanto y comenzo a apagar las luces de la casa. Tenia dos hijos en edad escolar y trabajaba como enfermera, de modo que sus horarios eran extraordinariamente predecibles. Malcolm sabia que de alli iria al dormitorio, bajaria las persianas y el espectaculo habria terminado. A no ser que no se molestara en bajar las persianas. Durante los meses que llevaba observandola, solo se habia olvidado de bajar las persianas en una ocasion, pero eso le hacia albergar esperanzas. Se dirigio a escondidas hacia el otro lado de la casa, se agacho detras de un seto y espero a que entrara en el dormitorio. La vio llegar, encender la television, apartar la ropa que antes habia doblado y sentarse en una butaca. Despues se acerco a la ventana. Estaban a solo unos centimetros de distancia, tan cerca, de hecho, que podia apreciar que se le habia corrido la mascara de ojos, lo que queria decir que se los habia estado frotando. Y entonces bajo las persianas. Mierda. Malcolm se agacho todavia mas. ?Que podia hacer? ?Deberia dirigirse al casino y esperar alli durante unas horas? No. Necesitaba algo mas visceral, mas emocionante. Algo que le recordara el poder del que en otro tiempo habia disfrutado. Jugo con la idea de meterse en la casa, explorar las habitaciones vacias, acariciar los objetos de Mary y robarle una prenda de ropa interior. Quiza incluso de observarla mientras dormia. La tentacion de hacer algo asi era mas fuerte cada dia. Pensaba mucho en ello. Pero temia que pudiera descubrirle y arruinar de esa forma la posibilidad de mantener una verdadera relacion cuando reuniera el valor suficiente como para revelar su autentica identidad. Habia ido demasiado lejos como para echar todo a perder por culpa de su impaciencia. Tenia que marcharse. Pero es no significaba que tuviera que renunciar a la noche. Al pensar en la sirena que conservaba en la furgoneta mejoro su humor. Hacerse pasar por policia no le iba a llevar a la cama de Mary, pero le proporcionaria la adrenalina que tanto ansiaba… y quiza tambien algunos favores sexuales. Tres semanas despues… Jane Burke era capaz de reconocer una oportunidad cuando la veia. Desde que habia empezado a trabajar en El Ultimo Reducto, habia estado esperando que se presentara algun caso que le permitiera demostrar su valia. Y estaba segura de que ese caso acababa de cruzar la puerta de la organizacion.

  • Una casa junto al Tragadero de Mariano Quiros

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    En un territorio selvatico impreciso, cerca del rio Tragadero, en el norte argentino, vive con su perra el Mudo, el protagonista de esta historia. El Mudo dejo Resistencia buscando la calma de la naturaleza y vivir rodeado solo por <>. Se relaciona con Insua, el dueno de un almacen de viveres que se quedo con su camioneta a cambio de proporcionarle todo lo que necesitaba para emprender la vida en solitario. Y siente como intrusos a otros personajes que merodean por su territorio, como Soria, que vive con su hijo, o los jovenes ecologistas de la Fundacion Vida Salvaje, que en su dia lograron que Insua liberara en el rio los yacares que tenia como mascotas, sin calibrar las consecuencias. En medio de la aspereza de una naturaleza hostil, entre pajaros, monos y caimanes, el lector asiste con una tension creciente a los peligros del rio y a las amenazas de los desconocidos, cuyas verdaderas intenciones adivinamos de manera inquietante desde los ojos del protagonista, que hizo proposito de no molestar a nadie, ni de que le molestaran.

  • Las casas de los ingleses de Nuria Pagratis

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    Violeta Lope viaja a Londres tras el misterio de un muerto -que no lo esta-, un joven -que no es quien cree ser- y una mujer que desaparecio hace anos.

  • Destino de Norah Carter

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    Me mire al espejo y me veia radiante ese dia. Nos ibamos a cumplir ese sueno que llevabamos preparando desde hacia dos anos. Ibamos a emprender un viaje de dos meses por algunos lugares del mundo, en plan mochileros, con mi grupo de amigos de toda la vida. Siempre habiamos estado hablandolo. Siempre habiamos comentado de hacer un viaje de ese tipo, pero nuestras vidas personales, estudios y trabajo parecian haberlo impedido. Una excusa tonta y torpe ponia fin a este sueno, pero ahora habia llegado el momento de llevarlo a cabo. Os cuento que, desde mi infancia, siempre tuvimos una pandilla y que duraba hasta el dia de hoy. Era increible. Generalmente, muchos grupos de amigos acaban separandose y rompiendo su grupo de amigos. No es facil mantener la amistad y la union a lo largo de los anos. Pero nosotros lo habiamos logrado. Teniamos alrededor de 27 o 28 anos y no nos habiamos separado nunca. Por un lado, estaba Kate, mi amiga del alma, mi alma gemela, mi confidente, esa amiga que se convierte desde el principio en hermana. Era profesora, una excelente profesora. Ademas, era novia de otro miembro de la pandilla, Luis. Llevaban juntos desde los 15 anos. Se notaba que se atraian desde que eramos unos mocosos y finalmente se independizaron y empezaron a vivir como una pareja. Luis tenia una inmobiliaria con cinco empleados y, pese a la crisis que estaba atravesando el pais, funcionaba muy bien. Luis era un trabajador incansable y habia intentado hacer frente a la crisis con otras fuentes de inversion y adaptando su empresa a las exigencias del mercado, aprovechando sobre todo las nuevas tecnologias, especialmente Internet, para obtener un mayor numero de clientes a lo largo de todo el pais. Kate tambien era una trabajadora nata. Se habia sacado sus oposiciones nada mas acabar la carrera. Todo hay que decirlo: estuvo un ano practicamente sin salir de su casa, estudiando y repasando. Sabia que tenia que hacerlo asi y la fuerza de voluntad que demostro a mi me sorprendio. Yo seria incapaz de hacer algo como lo que hizo ella. Lo bueno de Kate era que siempre podias contar con ella. Cuando yo la necesitaba, siempre estaba ahi. Y quiza era esa personalidad comprensiva la que hacia que sus alumnos la respetasen y que todos sus companeros de trabajo confiasen en ella, porque su simpatia y ese caracter extrovertido eran fundamentales dentro y fuera de las aulas. Yo se lo habia reconocido mas de una vez en publico. Yo no habria sido capaz de trabajar nunca con ninos o adolescentes, pues habia que tener una paciencia inmensa y un teson del que solo era capaz Kate. Quiza, en eso, no nos pareciamos tanto. Yo era mas nerviosa, mientras que, en ella, la serenidad y la paciencia eran virtudes mas que notables. Por esa razon, a Luis siempre le atrajo Kate. No solo se trataba de la belleza de su cuerpo y de su rostro, sino que Kate representaba aquello que un hombre como Luis necesita, es decir, la suficiente tranquilidad para que el no se precipitara en muchas de sus decisiones. Porque Luis era bastante nervioso y fue quiza esa actitud de hombre inquieto lo que hizo posible que no tuviera que cerrar su empresa como habian hecho tantos y tantos de sus companeros que, ilusionados, habian abierto sus inmobiliarias para labrarse un futuro. Por otro lado, estaba Fran, el amor de mi vida. Era un secreto que veniamos guardando, desde hacia muchos anos, Kate y yo, aunque ella siempre me estaba pinchando para que se lo dijese a Fran, pero yo veia que el me trataba como una hermana. Nunca intento nada y yo no fui capaz de contarle lo que mi corazon venia sintiendo desde el dia que lo conoci. !Que dificil es eso! Saber que una persona te gusta y no poder hacer nada para que ella se de cuenta es una experiencia horrible. No se si alguna vez se habia percatado de lo que yo sentia por el, pero temia decirle algo por si nuestra amistad se rompia de repente y se iba todo al traste. No queria perder a Fran como amigo, aunque eso me costara sufrir en silencio mis deseos intimos y profundos hacia el. ?Como era Fran? El era una persona de corazon, simpatica, alegre y con un sueno, la musica, esa a la que dedicaba todo su tiempo libre, por la que moria. Sentia que la musica era su vida, ademas, trabajaba en la empresa de su padre, con un buen horario y con un buen sueldo, pudiendose permitir muchas cosas, entre ellas, esa dedicacion continua a aprender para mejorar en esa pasion artistica. Con el pelo revuelto y unos ojos azules hipnoticos, Fran no tenia mal fondo. Era un joven servicial y, al igual que Kate, estaba dispuesto a ayudar siempre. Cuando hablaba sobre musica, sobre alguna cancion o melodia que habia compuesto, podia comprobar que su rostro se iluminaba, que sus ojos adquirian un brillo especial que a mi particularmente me encandilaba y me hacia sentir feliz por momentos. Pero, claro esta, aquella felicidad desaparecia cuando me daba cuenta de que no podiamos ser mas que amigos. Todo hay que decirlo. Ni Kate ni yo lo habiamos conocido saliendo con alguna chica, algo que nos extranaba, porque era guapo, apuesto y con un mundo interior interesante. Era de las personas que podia mantener una conversacion contigo durante horas sin importarle el tema o a quien tenia delante. El hecho de que no hubiera salido nunca con nadie me daba cierta confianza para esperar que, en algun momento, yo tuviera la oportunidad de expresarle mis sentimientos, aquello que habia guardado en mi corazon durante tantos anos y que no me atrevia a manifestar. El problema era saber cual seria ese momento y cuando llegaria. Luis se olia algo porque Kate se lo habia contado cuando empezaron a salir, pero ellos sabian de sobra que no debian entrometerse porque el grupo, nuestro grupo, estaba muy unido y lo que menos necesitaba ahora era que, por malentendidos o decepciones, se rompiera. Pero ese era mi destino por ahora. Yo no habia tenido la suerte de mi amiga Kate y debia vivir con esa sensacion desasosegante de querer a una persona, cuyos sentimientos hacia mi desconocia. Luego estaba Jaime, ese adorable loco de la pandilla, el alma de la fiesta, la persona mas extrovertida y que mas momentos divertidos y comicos nos habia proporcionado, de esos que jamas se olvidan. Jaime era una persona a la que le duraban las relaciones como maximo una semana y decia que el no tenia la culpa. Pero la verdad es que no estaba hecho para mantener una relacion seria, a pesar de que mujeres no le faltaban. Siempre se rodeaba de muchas muchachas enamoradas que bebian los vientos por el. Era atractivo, alto y le gustaba vestir bien por lo que ya llevaba mucho ganado en las relaciones cercanas. Si a eso se le une su sentido del humor, tienes el coctel perfecto. El problema era que le gustaba estar con todas. Quiza esa personalidad tan graciosa lo forzaba a no lograr la seriedad necesaria que necesita un compromiso con otra persona, donde la sinceridad, la sensatez y la formalidad son imprescindibles. Jaime era un animal nocturno, ademas. Era capaz de cerrar todos los bares y discotecas de una ciudad y a nosotros nos gustaba esa personalidad tan desmedida, pero tambien reconociamos que aquella manera de entender la vida no podia durar siempre.

  • La Implacable de Mary Bastidas

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    Desperto de madrugada, asustada, pero alerta, al ser sorprendida por una llamada. Tomo su arma al instante como un reflejo, siempre la colocaba sobre la mesa de noche. Era su mejor compania en aquel apartamento donde vivia sola. Al contestar solo escucho la respiracion de una persona... – !?quien es?!… !?que es lo que quiere?! Pero no hubo respuesta... – !Es la tercera vez que me llama esta semana! !Ya deje de molestarme! Al no recibir una respuesta, colgo con rabia para luego dejarse caer en la almohada rendida del sueno. 2 Al dia siguiente debia presentarse temprano ante su jefe, el Teniente Fabian Ortiz. Su hermana y companera de trabajo, la Detective Jenny Santiago, habia sido violada por un hombre que entro a su apartamento en horas de la noche. Jenny desperto asustada, gritando, pero nadie la oyo pues este la habia amordazado con cinta adhesiva mientras aun dormia. Intento golpearlo, pero el asaltante retuvo sus munecas con fuerza inmovilizandolas. Lamentablemente, estaba muy oscuro y Jenny solo pudo ver su sombra sobre ella. Su hermana, la Detective Lina Santiago, quien vivia en el apartamento de al lado, desperto al recibir su llamada minutos despues de los hechos. Tomo su arma inmediatamente y fue a su apartamento donde la encontro semidesnuda, presentando varios hematomas en distintas partes de su cuerpo. Lina juro encontrar al culpable, darle una paliza y encarcelarlo. Su hermana Jenny fue internada en cuidados intensivos. Esa manana, Lina presentia el motivo de la reunion con el jefe. Le asignarian un companero sustituto. Esa noche no pudo dormir bien, por eso al llegar a la oficina fue primero por su habitual taza de cafe sin azucar y sin leche para despertarse. Luego fue a la oficina del Teniente Ortiz para recibir, lo que ella consideraba, una mala noticia. – buenos dias – saludo sin entusiasmo – Lina, ?que son horas estas de llegar? – lo siento jefe, anoche no dormi bien, ?ya vio mis ojeras? – contesto para luego beber de su taza – Esta bien Lina, quiero presentarte al Detective Josue Velazquez, hoy es su primer dia, el sustituira a la Detective Jenny Santiago para que ambos investiguen su caso; Detective Velazquez, le presento a la Detective Lina Santiago El Detective Josue Velazquez se levanto de la silla y volteo a verla. Era un hombre alto, delgado y atletico. Su aspecto era muy profesional a diferencia de la Detective Lina Santiago quien, como de costumbre, vestia de negro como una especie de luto perpetuo. Vestia formal, chaqueta y pantalon de tela, usaba lentes que resaltaban sus ojos color almendra. Cabello negro brillante. Apuesto en realidad, pero Lina no lo noto. Velazquez, por su parte, admiro de arriba abajo su cuerpo esbelto y su cabello negro, el cual contrastaba con su piel blanca y sus ojos verdes enmarcados en aquellas cejas perfectas los cuales lo embrujaron al instante. Se miraron fijamente a los ojos, serios, manteniendo el profesionalismo. Velazquez le ofrecio su mano para saludarla. – !es un placer conocerla, Detective Santiago! – lamento no poder decir lo mismo Detective Velazquez, pero preferiria trabajar sola en este caso, no necesito su ayuda ni la de nadie para resolverlo – !Lina! – le reprendio su jefe – !que manera tan grosera de recibir al Detective Velazquez! !entiendo que este molesta por lo sucedido a su hermana, pero no justifica que se comporte de esta manera! Lina se mantuvo seria y callada. El Detective Velazquez aun la contemplaba en silencio. No parecia ofendido del todo... – pierda cuidado Teniente Ortiz, ya me habian advertido sobre el temperamento de la Detective Santiago, pero a pesar de su actitud irreverente, me da gusto conocerla – Su comportamiento es muy profesional, eso me brinda tranquilidad, acaba usted de demostrar que es muy paciente y tolerante, cualidades que, lamentablemente, no posee la Detective Santiago. Se que juntos haran un buen equipo para encontrar a ese delincuente. Yo tambien estoy molesto por lo ocurrido, pero por fortuna, se controlar mis impulsos mejor que usted Santiago. – disculpe Teniente, no se volvera a repetir – !eso espero! si asigne al Detective Velazquez al caso es por su vasta experiencia en Criminologia ademas de poseer una Maestria en Psicologia – !?Psicologo?! !Excelente, nos vamos a llevar muy bien! – exclamo Lina con sarcasmo para luego beber de su taza Al Teniente Ortiz no le agrado su actitud, pero al mismo tiempo la comprendia ya que sabia muy bien que Lina sentia repudio hacia los psicologos... – ya puede retirarse Santiago, aun hay cosas que debo hablar con el Detective Velazquez – con su permiso Teniente – adelante Lina se acerco a la puerta, pero se detuvo antes de salir, espero a que Velazquez se sentara de nuevo para decir con una sonrisa falsa y sarcastica... – !Detective Velazquez... el placer es todo mio! Luego salio tirando la puerta mientras Velazquez bajo la cabeza sonriendo... – !creo que le agrado!… !luce demasiado joven para tener 23 anos! – ?esta preparado para lo que viene? nadie quiere trabajar con ella, le dicen 'la implacable', supongo que ya entendio el por que, necesitara mucha tolerancia – no se preocupe, ya se acostumbrara – !es usted muy valiente! Lina es como una hija para mi, es como una nina malcriada, pero a pesar de eso la adoro, es muy dedicada a su trabajo, a veces violenta, pero eso tiene una explicacion que no quise incluir en los expedientes que le proporcione para decirselo personalmente Velazquez se mostro intrigado. El Teniente Ortiz se puso en pie, le dio la espalda e introduciendo las manos en los bolsillos continuo diciendo... – Detective Velasquez, la informacion que esta a punto de escuchar no debe salir de esta oficina, ?me comprende? es confidencial – tiene mi palabra – es necesario que usted lo sepa dado el hecho de que trabajara a su lado por un tiempo considerable, ademas usted es Psicologo, creo que no le costara trabajo entenderlo – soy todo oidos Ortiz suspira. – Como ya le he dicho anteriormente, Lina es como una hija para mi, pero no lleva mi sangre. Le ofreci empleo a ella y a su hermana como un favor a su madre en su lecho de muerte. Murio de cancer anos despues de que Lina huyera de la casa. Unos dias antes de morir, me rogo que cuidara de sus hijas, me pidio que no las abandonara a su suerte. Conoci a Lilly en un tiempo en que me habia separado de mi actual esposa. Nos hicimos muy buenos amigos, y con el tiempo me enamore de ella, pero mi amor no fue correspondido, asi que volvi con mi esposa y deje de verla por un tiempo. Luego me entere de que se habia casado con un tipo que la golpeaba y a Lina... Ortiz hizo una pausa, sus ojos se le humedecieron. Velazquez esperaba en silencio a que continuara... – le falto el respeto en varias ocasiones, ?si entiende lo que le quiero decir? – si senor, lo comprendo perfectamente – por fortuna no se fijo tambien en Jenny, supongo que era demasiado joven para el, apenas una adolescente – ?cuantos anos de diferencia hay entre ambas? – tres anos – ?y donde esta su padre? – no lo se, Lilly solo me dijo que se divorcio de el porque le fue infiel con otra mujer, Jenny estaba recien nacida cuando ocurrio Ortiz hizo una pausa de silencio. – Creo que Lina aun esta resentida con su madre, con su padrastro y con la vida, supongo que por eso es tan grosera y agresiva… a veces la reprendo, pero continua desafiante y rebelde – voltea – Es por esta razon que he requerido su presencia en este caso. Creo que usted puede ayudarla mejor que yo. – hare todo lo que este a mi alcance – se lo agradezco, solo le pido que sea cauteloso para que ella no lo descubra – sere discreto – solo espero que sepa manejarla, Lina detesta a los psicologos Josue solto una carcajada. – eso no es muy alentador Ortiz sonrio. – pero se nota que es usted muy paciente, se que hara un gran trabajo – gracias por su confianza, espero no defraudarlo Se dieron la mano y luego Velazquez abandono la oficina. 3 Tras salir de la oficina del Teniente Ortiz, Lina se dirigio al gimnasio donde otros policias se ejercitaban. Tan furiosa estaba que sabia que necesitaba golpear algo para calmarse. Se coloco sus guantes y su ropa de entrenamiento y comenzo a golpear y patear el saco con mucha destreza mientras balbuceaba... – 'pierda cuidado Teniente, ya me habian hablado de su comportamiento'… !psicologos! Lina grito de rabia y golpeo el saco con toda su fuerza. Continuo golpeando y pateando hasta quedar sin aliento y empapada en sudor. Terminado el entrenamiento, fue a las duchas y se metio a banar. Se quedo inmovil bajo el agua como un ritual de relajacion. Mas tarde, ya en su oficina y con el cabello aun mojado, trabajaba en la investigacion cuando tocaron a la puerta. – Adelante Se trataba del Detective Velazquez... – !Detective Velazquez! ?a que debo el honor de su visita? – exclamo Lina con sarcasmo – necesito que me pase el expediente y toda la informacion relacionada al caso de la Detective Jenny Santiago – por supuesto, deme 10 minutos y se lo hago llegar, ?algo mas que esta humilde servidora pueda hacer por usted? Su sarcasmo evidente le incomodo... – ?que tal si me invita a pasar y sentarme? – adelante, como si estuviera en su casa… ?desea tambien un masaje en los pies? Velazquez se acerco al escritorio algo disgustado y le dijo... – Detective Santiago, apenas van unas horas desde que fuimos presentados y usted no ha hecho sino mostrarse arrogante hacia mi, la razon la ignoro, pero de igual manera me pregunto ?por cuanto tiempo continuara en esa actitud? Lina continuo escribiendo en su computador ignorando su pregunta. Velazquez noto su cabello mojado y como su intencion era llamar su atencion se aventuro a comentar... – ?Estuvo nadando? Su cabello aun esta mojado A Lina le molesto el comentario, pero continuo escribiendo... – ademas de psicologo, indiscreto !interesante! – comento con una sonrisa sarcastica – !se ve muy bien asi! siempre he dicho que no hay nada mejor que introducir mis dedos en el cabello rebelde de una mujer – ?y a su esposa le gusta que le haga eso? – pregunto con sarcasmo Velazquez apoyo sus manos en el escritorio, se inclino y le dijo en secreto… – soy soltero - contesto guinandole un ojo Lina fingio que no lo habia escuchado al tomar un boligrafo para hacer una anotacion en una libreta. – la vere mas tarde, Detective Santiago Lo observo con expresion de desagrado mientras se marchaba de su oficina. Tan pronto cerro la puerta, Lina tiro el boligrafo con rabia. 4 Al dia siguiente, ambos se dieron a la tarea de investigar a fondo la violacion de Jenny. Lina la visito en el hospital para mostrarle varios sospechosos en base a antecedentes penales e historial de violacion. Jenny vio todas las fotos y escogio solamente a dos. Jenny no pudo ver el rostro del asaltante, pues estaba muy oscuro, sin embargo, indico que, a juzgar por su sombra, debia tratarse de un hombre alto, delgado y que posiblemente tendria barba pues le fue posible palpar su rostro en el forcejeo inicial y su textura era velluda. Afirmo ademas que su olor era muy peculiar como si estuviera drogado o alcoholizado. Fue lo unico que pudo percibir en la penumbra. El asaltante inmovilizo sus manos con cinta adhesiva y tapo su boca con la misma para evitar que gritara. Uso guantes asi que tampoco encontraron huellas digitales. Velasquez entrevisto al primer sospechoso, pero este tenia una coartada convincente asi que lo descartaron. Llevaron al segundo sospechoso a la sala de interrogatorios, esta vez el Teniente Ortiz presencio la entrevista del otro lado del espejo. Una vez mas, Velazquez se encargo de interrogarle y no hallo culpabilidad en el. Pero Lina no estaba satisfecha, queria interrogarlo ella misma y mirarlo a los ojos de cerca. – Teniente Ortiz, permitame que lo interrogue – !Lina, por favor, no empieces de nuevo! – disculpe, pero creo que Velazquez no hizo todas las preguntas necesarias – mis preguntas fueron mas que suficientes Detective Santiago, !ese hombre no violo a su hermana! – !?como puede estar tan seguro?! – !basta!… estoy satisfecho con el trabajo realizado por el Detective Velazquez, asi que no le permitire objeciones adicionales Detective Santiago! ?Quedo claro? – si mi Teniente, muy claro, con permiso Lina salio rabiosa tirando la puerta. – tal vez debio permitirle que lo interrogara – sugirio Velazquez – confie en mi, lo habria torturado, ya lo esta tomando personal por tratarse de su hermana – Solo esta reviviendo el pasado, todo esto le hace recordar los abusos cometidos por su padrastro, es logico que asuma esa actitud... hablare con ella Lina sintio ira al verse colocada en un segundo plano, como si su sexto sentido femenino no tuviera validez alguna. Se sentia inservible e impotente al no poder hacer nada al respecto. Salio de alli directo al bano el cual estaba desocupado en ese momento. Se paro frente al espejo y se contemplo a si misma. Su respiracion era algo agitada. Se echo agua en la cara para intentar calmarse, tomo un papel de un dispensador y se seco, luego volvio a mirarse en el espejo cuando, en un arranque de rabia, golpeo el espejo con toda su fuerza convirtiendolo en pedazos que cayeron al suelo manchados de sangre. Lagrimas de rabia comenzaron a brotar de sus ojos. Recosto su espalda a la pared al sentirse mareada y se dejo caer al piso lentamente sosteniendo su mano derecha herida. Encogio sus piernas y oculto su cabeza entre sus brazos mientras su llanto fue aumentando gradualmente a medida que la sangre continuaba brotando de las heridas en su mano. Luego escucho pasos firmes entrando al bano, los cuales se detuvieron justo frente a ella. Al levantar la cabeza, descubrio a Velazquez observandola con algo de lastima y compasion lo cual la enardecio aun mas. – este es el bano de damas, ?como se atreve? – le grito Velazquez se percato de su mano ensangrentada, luego vio los pedazos de vidrio en el suelo, al igual que el espejo roto... – !siete anos de mala suerte! – !pudrase! Velasquez se agacho y la miro a los ojos...

  • Escarlata veneciano de Maria Luisa Minarelli

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    Venecia, 1792. Pasear por el bellisimo laberinto de la ciudad ha dejado de ser seguro, tras el asesinato en serie de tres personas. El avogadore Marco Pisani, alto funcionario de la Serenisima, esta a cargo de la investigacion. Es un hombre ilustrado, idealista a la vez que pasional y enamorado de su ciudad, pese a que percibe su imparable decadencia. Por sus canales, mercados, palacios, barrios pobres, astilleros. deambula sin descanso para ir uniendo las piezas de su puzle. Y asi, poco a poco, el lado oscuro de una sociedad victima de los conflictos familiares, los vicios y los chismes, ira emergiendo y dejara al descubierto una amarga e inesperada realidad.

  • El emperador goblin de Katherine Addison

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    Maia, el hijo menor y mitad goblin del emperador, ha pasado toda su vida en el exilio, lejos de la corte imperial y de las mortiferas intrigas que la envuelven. Sin embargo, cuando su padre y sus tres hermanos sucesores al trono mueren en un <>, no le queda mas remedio que aceptar su cargo de unico heredero legitimo. Carece por completo de formacion en la politica de la corte, ademas de no tener amigos ni consejeros, pero si alberga la certeza de que quien quiera que asesinara a su padre y a sus hermanos podria intentarlo con el en cualquier momento. Rodeado de aduladores ansiosos por conseguir el favor del nuevo e ingenuo emperador, y abrumado por las responsabilidades de su nueva vida, Maia no puede confiar en nadie.

  • Todo lo que nunca te dije de Chris Razo

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    Ano 2009. Me llamo Chelsea, tengo diecisiete anos, estoy a tan solo unos meses de cumplir los dieciocho. Vivo en San Francisco, en el distrito de Richmond, aunque naci y creci hasta los cinco anos en Santa Barbara. A mi padre le salio una oportunidad de trabajo, y aqui estamos. Me siento afortunada, tengo buenos amigos y me encanta el barrio donde resido. Justo en la casa de al lado vive mi amiga Arizona con su hermano Matt --suspiro poniendo los ojos en blanco--. Si, lo admito, estoy loca por el, a pesar de que no sea un amor correspondido. Para Matt, dos anos mayor que nosotras, no soy mas que la amiga de su hermana, y la hermana de uno de sus mejores amigos. Es alto, con el pelo algo revuelto y rubio, unos ojos azules que tienen el poder de dejarte hipnotizada. Mi amiga, por supuesto, sabe que suspiro por su hermano, y ambas creemos que es algo imposible. Matt se esta tomando un ano sabatico para reflexionar sobre si quiere ir a la universidad. Mientras tanto, da clases de refuerzo a los alumnos del instituto. Si, no solo es el chico mas guapo, tambien es inteligente, a lo cual, de momento, no le saca partido. Nosotras, por el contrario, ya tenemos pensado a que universidad iremos, a Standford; en realidad, cabe la posibilidad de que sea a Berkeley. Lo que tenemos claro es que no queremos separarnos. Tenemos un grupo de amigas increibles, en el que Arizona es mi apoyo incondicional: Kenisha, Baby, Blue, Lyn, Cady y nosotras dos formamos una pina desde que empezamos en el colegio. Por desgracia, el ano que viene nuestros caminos tomaran rumbos diferentes. Nos hemos hecho una promesa: mantener el contacto, a pesar de que nuestros caminos vayan a separarse. 1 La noche que lo cambio todo Esta misma tarde es la fiesta de fin de curso, Arizona y yo hemos quedado en su casa para prepararnos. Ella esta obsesionada con dejarme uno de sus increibles vestidos, maquillarme y dejarme preciosa. Algo que, por supuesto, no me apetece. Al final, me decanto por un modelo de color azul oscuro y tirantes, nada llamativo. En un principio decidimos que iriamos solo chicas, lo cual no tardamos en romper. Cuando me quiero dar cuenta todas estamos emparejadas, hasta yo. Me han buscado acompanante: Dorian, un chico con el que apenas he cruzado dos palabras y con el que seguramente no tenga nada en comun. Ir a ese baile no me apetece en absoluto, no es mi ambiente, no es mi sitio, aun asi, quiero estar con mis amigas. Los chicos vienen a buscarnos, nos vamos los cuatro en el coche. No puedo evitar estar nerviosa. Ari me coge la mano en varias ocasiones sonriendome. Sabe perfectamente como me siento. Al llegar, todas estamos juntas, pero, conforme avanza la noche, cada una va con su chico, excepto yo, porque Dorian ha desaparecido nada mas entrar, ha encontrado a otra con la que divertirse, lo cual no me parece raro. Me acerco a beber algo, mirando la hora una y otra vez. Observo lo que sucede alli, todo el mundo con sus parejas, bailando, riendo, divirtiendose. Me siento estupida aqui. No tenia que haber venido. Trato de contener las lagrimas, pero las malditas acarician mis mejillas sin poderlo remediar. Salgo de alli despavorida, mientras camino, pongo un mensaje en el grupo de las chicas: The Babies. Chelsea Hola, chicas. Lo siento, no me encontraba muy bien y he decidido marcharme. Nos vemos manana. Un beso. Media hora despues estoy sentada en el jardin de mi casa sin ganas de entrar. Contemplo las estrellas, desde pequena me ha encantado y me aporta tranquilidad. Cuando estoy metida en mis pensamientos, alguien se acerca por detras. --!Eh! ?Ya habeis vuelto? Si que ha durado poco el baile. Es Matt. Va vestido con una chupa de cuero, unos vaqueros ajustados y su pelo revuelto. Tan guapo como siempre. Tan especial... --Bueno, para mi si. Estaba cansada. --?Has vuelto sola? ?Y tu acompanante? --Se sienta a mi lado, me mira esperando una respuesta. Coloco mis gafas y respondo con sinceridad, como siempre. --Ese no es mi sitio, Matt, todos lo sabemos. He ido por las chicas, pero cada una estaba con su pareja --lo digo con tristeza, a pesar de que tendria que tener asumido que eso iba a pasar. --?Y la tuya? --A la mia no le he parecido una buena compania. Suele pasar, para ninguno lo soy. No pasa nada. --Matt me observa desconcertado, acaricia mi brazo y mi vista va directa a sus ojos. Esos en los que nunca me tendria que haber fijado o no de esa manera. --?Por que dices eso, Chelsea? Eres una chica estupenda. El chico que no sea capaz de verlo es un idiota. --Consigue sacarme una sonrisa. --Ya, pero a las chicas simpaticas nunca las besan, solo a las guapas. Me rio porque en realidad tampoco me afecta. No soy fea, si bien tampoco llamo la atencion, y cuando lo hago es por mis gafas y mi poco estilo con la ropa. --Chelsea, no se quien te habra metido todas esas tonterias en la cabeza... Estas muy equivocada. Matt se acerca lentamente a mi, juntando sus labios con los mios. Yo lo recibo con torpeza. Las mariposas revolotean por mi estomago. Nunca hubiera imaginado que Matt fuera a darme mi primer beso, tantas veces lo he sonado..., por fin se ha hecho realidad. No se cuanto dura, lo que si se es todas las emociones que despierta en mi. Nos separamos, lo miro con una sonrisa idiota, y el acaricia mi pelo. --Los chicos besamos a las chicas simpaticas, pero, ademas, es que tu eres preciosa, Chelsea, que nadie te diga lo contrario, por favor. --Me acurruco entre sus brazos y cierro los ojos disfrutando de este instante que se que acabara--. A pesar de que estoy muy a gusto contigo, es tarde y te vas a quedar helada aqui fuera. --?Quieres entrar? --Ni siquiera lo pienso--. No hay nadie en casa en todo el fin de semana. --Al ver su gesto desconcertado, me doy cuenta de que he metido la pata--. Olvidalo, es tarde, tienes razon. Hablamos. --Me levanto y comienzo a andar, el coge mi brazo. --Si quiero, pero no debo. No estoy seguro de ser capaz de parar de besarte, Chelsea. No quiero darte problemas. --No pasa nada. Lo entiendo. Cuando abro la puerta, el vuelve a estar detras de mi. Me coge de la cintura y entramos en casa. Cuando cierro, el me coge la mano, acaricia mi mejilla, y yo, tras cerrar los ojos, tiemblo al sentir de nuevo su roce. Sigo pensando que estoy en un sueno. Matt me quita la chaqueta despacio, vuelve a poner sus labios en los mios, un beso calido, delicado. Una faceta que dista mucho de la que yo conocia de Matt. --?Estas nerviosa? --!Claro que lo estoy! ?Como no estarlo? Estoy con el chico que me gusta, me esta besando, no hay nadie mas que pueda interrumpirnos. Asiento--. Chelsea, no quiero que te sientas obligada a nada. Me gusta mucho todo esto, aun asi, no tiene por que pasar de aqui. --No me siento asi. Es mas, estoy en una nube. Hace muchos anos que nos conocemos, Matt, y tu nunca... --No hablemos de eso ahora. No lo hacemos. Cojo su mano, subimos la escalera y abro la puerta de la habitacion. El se queda embobado observandolo todo. Solo las chicas han entrado aqui hasta ahora. Es mi pequeno rincon. Un sitio muy mio al que no dejo pasar a nadie. Se acerca a los cuadros. --?Esto lo has hecho tu? !Es impresionante! --Si --anado algo avergonzada. --No tenia ni idea de que te gustara la pintura. Siempre pense que tu vida eran los libros. --En cierto modo tambien lo son, pero la pintura es como una via de escape. Me siento feliz cuando cojo los pinceles, solo es un hobby. --?No piensas dedicarte a eso? --?Que? !Claro que no! --Es evidente que mi respuesta lo defrauda. --No lo puedo creer. !Tienes mucho talento! Podrias ganarte la vida con esto. --Gracias por los animos, Matt, en realidad, no creo que eso sucediera. No tengo tanto talento. --?Por que siempre tienes esa desconfianza en ti? --Agacho la cabeza. No entiendo como es capaz de leer en mi todos mis miedos. --Solo tienes que mirarme. --Lo hago. Siempre lo he hecho. --Sus palabras vuelven a ponerme nerviosa. ?Por que me dice eso? El nunca se ha fijado en mi. Para el siempre he sido la amiga de su hermana, nada mas. Me acaricia de nuevo, erizando mi piel--. Chelsea, eres muy especial

  • Nadie mas que tu de Maria Ferrer Payeras

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    Una noche de pasion, una herencia y muchas sorpresas es lo que le deparara el destino a nuestra protagonista.

  • Ninos en la Oscuridad de Harry Betancourt

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    Ninos en la oscuridad es una novela donde se narra la historia de un escritor frustrado y alcoholico quien se ve hundido en lo mas profundo que puede llegar una persona, la indigencia. Un dia se cruza en su vida un nino de la calle quien subsiste junto a otros muchachos en un vertedero de basura y que lo ayudara no solo a sobrevivir en aquel submundo donde los seres humanos son considerados desechos de la sociedad, sino que lo hara despertar de la oscuridad para ver de nuevo la luz al final del sendero.

  • Los asesinatos de Portosal de Marina Such

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    La ciudad de Portosal es un puerto con mucha actividad donde, en teoria, cualquiera puede ganarse la vida, pero eso no es tan facil para una medio elfa, medio humana como Oona. Lo mismo se dedica a echar a los ladrones de las posadas que cumple los trabajos que le encargan los comerciantes que gobiernan la ciudad.

  • Motero Sucio de Jorge Borges

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    El estaba fuera de los limites.
    Era el vicepresidente.
    La mano derecha de mi padre.
    Y la hija del jefe intocable.

  • Una vida de perros de Estefania Salyers

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    Si el amor de tu vida se casa con otra, no te preocupes, tienes tres remedios para superarlo: tu mejor amiga, la Gran Manzana y un perro faldero.

  • Un debut en la vida de Anita Brookner

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  • Javier Pradera o el poder de la izquierda de Jordi Gracia

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    Este libro se mete en la caja negra de la Transicion y la democracia a traves de una figura crucial pero aun desenfocada. Javier Pradera tuvo, en palabras de Jordi Gracia, <>, pero << fue sobre todo un peligroso hombre de accion y pensamiento. Entre un Malraux sin noveleria y un Fouche sin codicia, manejo sus multiples poderes de modo con frecuencia abrasivo pero nunca intransitivo>>. A traves de su biografia de conspirador, editor y columnista, el libro radiografia algunos de los avatares decisivos de la Espana antifranquista y democratica.

  • Un millon de pasos de Daniel Zaragoza

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    El Camino de Santiago ha sido recorrido durante siglos por millones de peregrinos venidos de todo el mundo, algunos atraidos por su espiritualidad, otros por conocer media Espana al ritmo de sus pasos, y la mayoria buscando que la peregrinacion sea el preludio de un cambio de vida.Son los mismos paisajes, senderos y piedras pisadas una y otra vez, pero los peregrinos son diferentes. Cada uno con su historia, con sus miedos y anhelos, con sus ilusiones y con un motivo personal por el que recorrer un millon de pasos por el Camino de las Estrellas.
    “El Camino es la gente que lo recorre”.
    Cuatro peregrinos y dos peregrinas de distintos paises, con sus problemas, traumas, suenos y esperanzas, nos muestran desde su mirada el Camino de Santiago frances. Conoceremos los beneficios de caminar cada dia cargando con lo necesario, en contacto con la naturaleza, hablando con desconocidos, con tiempo para pensar y conocerse a si mismo, llevando una vida sencilla, asombrandote con cada descubrimiento y con un sueno que cumplir. Pero como en la vida, en el Camino no todo es maravilloso. Tambien hay que lidiar con el sufrimiento, el cansancio, personas toxicas, abusos sexuales, e incluso, la muerte.
    No estamos ante una guia de viajes. Puedes disfrutar de este libro tanto si eres amante del Camino, como si no, pues posee todos los elementos que debe tener una buena novela.
    Basada en hechos reales, ya sea vividos directamente por el autor al recorrer el Camino o contados por los muchos peregrinos y hospitaleros conocidos.

  • La mujer singular y la ciudad de Vivian Gornick

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    Continuacion natural de <>, <> es un mapa fascinante y emotivo de los ritmos, los encuentros fortuitos y las amistades siempre cambiantes que conforman la vida en la ciudad, en este caso Nueva York. Mientras pasea por las calles de Manhattan, de nuevo en compania de su madre o sola, Gornick observa lo que ocurre a su alrededor, interactua con extranos, intercala anecdotas personales y piezas reflexivas sobre la amistad, sobre la a menudo irreprimible atraccion por la soledad y sobre que significa ser una feminista moderna. Estas memorias son el autorretrato de una mujer que defiende con ferocidad su independencia, y que ha decidido vivir hasta el final sus conflictos en lugar de sus fantasias.