• espejo hombro intermitente - Dorthe Nors

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    Sonja, que tiene ya mas de cuarenta anos, vive en Copenhague. Sono con ser escritora, pero se gana la vida como traductora de thrillers nordicos ultraviolentos. La suya es una profesion solitaria, que contribuye a aislarla. Su vida es rutinaria y no se siente muy feliz con ella. Y, para colmo, empieza a padecer vertigos, acaso provocados por un problema en el oido interno, o tal vez anuncio de un proceso depresivo.

  • Espejo, hombro, intermitente - Nors, Dorthe - 978-84-339 ...

    https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/espejo-hombro-intermitente/9788433980366/PN_1005

    Espejo, hombro, intermitente ... Las tragicómicas andanzas de una mujer solitaria, ya cuarentona, que decide aprender a conducir y a vivir de otra manera. Sonja, ...

  • ESPEJO, HOMBRO, INTERMITENTE | DORTHE NORS

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    22 may 2019 — Sinopsis de ESPEJO, HOMBRO, INTERMITENTE ... Las tragicómicas andanzas de una mujer solitaria, ya cuarentona, que decide aprender a conducir y a ...

  • Espejo, hombro, intermitente: 1005 (Panorama de narrativas)

    https://www.amazon.es/Espejo-hombro-intermitente-Panorama-narrativas/dp/843398036X

    Espejo, hombro, intermitente: 1005 (Panorama de narrativas) : Nors, Dorthe, Alonso, Victoria: Amazon.es: Libros.

  • Espejo, hombro, intermitente (Panorama de narrativas nº ...

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    Código QR para descargar la app de Kindle. Mirar en el interior de este libro. Espejo, hombro, intermitente (Panorama de narrativas nº 1005) de [Dorthe Nors ...

  • Espejo, hombro, intermitente, de Dorthe Nors - Libros y ...

    https://www.librosyliteratura.es/espejo-hombro-intermitente-de-dorthe-nors.html

    10 jul 2019 — Así, más o menos, ha sido mi lectura de este libro. Lo elegí para unos días de desconexión en Portugal. Bueno, seré sincera: me llevé otro libro ...

  • «Espejo, hombro, intermitente», Dorthe Nors. Escritura ...

    https://welzen.wordpress.com/2019/07/29/espejo-hombro-intermitente-dorthe-nors-escritura-creativa-sin-control/

    29 jul 2019 — Espejo, hombro, intermitente de Dorthe Nors es ese tipo de libro, el que te deja con la duda de si has leído una…

  • espejo, hombro, intermitente - Cervantes y compañía.

    https://www.cervantesycia.com/libro/espejo-hombro-intermitente_295517

    ESPEJO, HOMBRO, INTERMITENTE ... El libro es también el retrato perspicaz y tragicómico de las soledades urbanas, plasmadas mediante un cúmulo de pequeños ...

  • Espejo, hombro, intermitente - Dorthe Nors -5% en libros | FNAC

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    Espejo, hombro, intermitente, libro o eBook de Dorthe Nors. Editorial: Anagrama. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Espejo, hombro, intermitente - Anika Entre Libros

    http://www.anikaentrelibros.com/espejo-hombro-intermitente

    Título: Espejo, hombro, intermitente ... Con este libro, Dorthe Nors hace un retrato intimista y personal de la vida de una mujer, pero también de la vida ...

  • Espejo, hombro, intermitente - Meganova

    https://www.meganova.es/es/libro/espejo-hombro-intermitente_2450090421

    Espejo, hombro, intermitente. , Nors, Dorthe, 18,90€ ... El libro es también el retrato perspicaz y tragicómico de las soledades urbanas, plasmadas mediante ...

  • El millonario de Silicon Valley de Joshua A. Aguilar

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    Como El millonario de Silicon Valley puede convertirte en una persona mas sabia, rica y feliz.

  • Mi querida Irene de Clara Fuertes

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    Mi querida Irene es una novela que habla de la memoria de las mujeres.
    Habla del amor.
    Y cuenta lo mas triste, el ultimo adios.
    Es un viaje al pasado, a la Segunda Guerra Mundial, a Francia, al corazon de la escritora Irene Nemirovsky.

  • El jardin de lavanda de Noelia Senas Polo

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    Claudia ha descubierto, en un curioso cambio del destino, que no existen las casualidades.Sin saber como, descubre que es atraida por una fuerza inexplicable hasta un lugar que parece de ensueno, pero que puede que llegue a ser parte de sus pesadillas.Por otra parte, en otra epoca, Julia es una sirvienta que empieza una nueva vida en una casa, lejos de su hogar, y comienza a darse cuenta que la vida es mas complicada de lo que nunca penso.Dos mujeres, dos epocas y una union sobrenatural.

  • Carrozas, calabazas y unos manolos de Rose B. Loren

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  • Pasion en Norfolk de Camila Winter

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    Ambos temian padecer ese amor enfermizo que se habia cobrado muchas vidas en el pais y en el continente: un amor atormentado sin esperanzas que arrojaba a sus victimas al suicidio.
    Kenth Derrigham era un joven heredero del condado de Norfolk: guapo, orgulloso y reacio al matrimonio. Victoria Winston, una joven mimada que habia vivido recluida en su mansion de Hampshire hasta ese momento. El destino y los planes casamenteros de la tia del joven los unieron una tarde frente al lago de la mansion Richmond. Un cuento sobre el amor y el miedo a amar en los tiempos del romanticismo.
    Ellos temian padecer “la locura amorosa”, una plaga entre los mas jovenes y la causa de muchos suicidios, pero descubrieron que era demasiado tarde para poder escapar.

  • Calor asfixiante (Serie Castle 6) de Richard Castle

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  • Que volvamos a vernos de Amanda Garcia

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    El reloj marca las doce en punto y mi cuerpo me pide escaparme de nuevo. Antes, debo de prepararme para ir a misa, como cada domingo, con mi padre y mis hermanas. He de reconocer que, a pesar de mi querer a Dios, temo aburrirme como de costumbre. Mas mi padre, buen hombre desde que tengo memoria, dice que debemos ir y de ese modo honrar a nuestra madre que con Dios descansa en su seno. Pero yo solo quiero que lleguen las cinco de la tarde y poder correr hacia la hemeroteca municipal. Alli, mi refugio, me siento en paz, sin tener que ocuparme de lavar y peinar a mis hermanas o de fregar con esmero el patio. Tan solo se me permite estar hasta las siete fuera de casa, pero para mi es mas que suficiente. Carmen, la secretaria del edificio, me ha acabado cogiendo carino y me deja poder llevarme el libro a casa para poder terminarlo y devolverlo el domingo siguiente. Siempre me dice que estoy invitada a ir cuando quiera y, que, de mayor, sere la mujer con mas cultura del mundo. La misa acaba de terminar y llega la hora de almorzar. Hoy he preparado sopa porque se que a mi senor padre le agrada y, realmente, es facil de hacer, de modo que me dara tiempo a tener todo limpio para cuando den las cinco de la tarde y pueda salir. En mi camino hacia la hemeroteca, veo pasar a multitud de ninos jugando con sus padres, abuelos dando un paseo e incluso parejas dadas de la mano. Mi madre siempre me decia que los hombres no traen mas que desgracias y que procurase buscar a uno bueno que me cuidase para toda la vida, !ay madre, cuanto la echo de menos! Pero la verdad que me llama la atencion como sera eso de ser querida por un chico. Mi amiga Margarita, con la misma edad que yo, ya tiene fecha para su futura boda con un hombre diez anos mayor que ella y, siendo sincera, no es algo que a mi me gustase vivir. Por eso, prefiero ahora vivir las historias de amor que se narran en los libros y ser libre el tiempo que me quede. --Buenas tardes, Clarita --dice la secretaria. --Buenas tardes nos de Dios --respondo educadamente. La secretaria me pregunto que tal se encontraba mi familia y me invito amablemente a sentarme y leer el libro que escogiese. Escoger, que dificil decision. Tantas historias contadas en cada libro que nunca se por cual decantarme, hasta que vi uno que me llamo la atencion. No era de un tamano muy grande, mas bien mediano podriamos decir, y su aspecto era sobrio y descuidado, como si ya tuviese muchos anos. Se notaba que era un libro poco usado, ya que me costo lo suyo poder alcanzarle y tenerle en mis manos. Al sostenerlo, pude sentir que no se trataba de un libro cualquiera. Sus hojas y su portada se encontraban deterioradas por el paso del tiempo y desprendian un fuerte aroma a baul olvidado La intriga pudo conmigo y me dispuse a comenzar a leer la primera hoja, que comenzaba de este modo: Diario de 1854 Hoy comienza mi nueva vida. Llevo mentalizada de este momento desde bien pequena y es lo mejor para todos. Es mi sexto dia como novicia en el convento de San Cadalso y me produce terror el hecho de sentirme sola. Son las seis de la manana y me dispongo a ponerme los habitos y bajar a rezar a la capilla. Sor Maria, la abadesa del convento, me estuvo explicando en mi llegada todos los horarios que debia de cumplir. Mi hermano mayor, que me acompano hasta la propia puerta del convento para despedirse de mi, hizo multitud de preguntas con el fin de quedarse el mismo tranquilo sobre como seria mi vida espiritual en aquel lugar. Se de buena mano que no es de su agrado que tome los votos y me aleje de nuestra bien amada familia, mas mis padres asi han requerido y mi voluntad es obedecerles. De bien pequena, me gustaba fantasear con mi hermano acerca de un futuro prometedor y dichoso, en el que viviriamos juntos y felices dedicandonos a aquello que nos apasionara. Sin embargo, a mi corta edad de nueve anos, pude entender por mi misma que eso no ocurriria. Mi madre, Magdalena Infante, hija de unos pequenos burgueses, quedo embarazada de su tercer hijo, esta vez un varon de nombre Jose, que apenas estuvo con nosotros seis meses de su vida. Tras la perdida de mi hermano pequeno, mis padres cambiaron y apenas mostraban afecto por sus otros hijos. Con tan solo quince anos mi madre me anuncio que en mi mayoria de edad entraria a formar parte de un convento y me ganaria de ese modo una buena reputacion como cristiana. Yo ni siquiera pude intervenir y me resigne a acatar la decision de mi senora madre. Son las ocho de la manana, la misa acaba de terminar y mis entranas empiezan a rugir hambrientas. Si algo bueno tiene estar en el convento, es que nunca me faltara un plato caliente que llevarme a la boca, aunque bien es cierto que sus inconvenientes tiene tambien. Entre estas cuatro paredes la mayor parte de las mujeres son senoras de mas de sesenta anos de edad, que han decidido dedicar su vida a Dios y, la verdad, que me siento fuera de lugar entre ellas. Por ello, le rezo al Divino para que me envie una novicia que, como yo, con mi edad y mis temores, podamos compartir el tiempo. Mientras tanto, tan solo me queda aguardar y esperar que el tiempo pase. Al llegar la noche, las monjas me reclaman para reunirnos a rezar por ultima vez antes de acostarnos, pero un estrepitoso ruido interrumpe nuestras oraciones. Sor Maria Eugenia decide ir a la puerta principal para ver quien osa llamar a nuestro hogar a tan altas horas de la noche, y yo decido acompanarla por lo que pudiese pasar. Al abrir la puerta, encontramos a un hombre mayor, de unos sesenta anos y de buen parecer, rodeado de tres caballeros y una joven. Que alegria me lleve al ver a una jovencita de mi edad despues de pasar todo este tiempo con personas que me triplicaban los anos. --Buenas noches, Madre. Disculpe tan inadecuadas horas, pero nos ha surgido un percance a mi familia y a mi mismo, y es de extremada gravedad poder hablar con la responsable de su bien conocido convento --dijo el senor de manera firme y respetuosa. --Buenas noches, caballero. Si me acompana usted y sus acompanantes, podran hablar de inmediato con Sor Maria, abadesa del convento. Tras pronunciar dichas palabras, el misterioso hombre junto a los caballeros y la joven que la acompanaban entraron sin miramiento alguno con el fin de hablar con la madre superiora. Reconozco que en mi breve vida me habia topado con infinidad de hombres y mujeres, pero ninguno de los que habia visto se asemejaban a los que vi en esta fria noche. Todos vestian hermosos ropajes, incluso la joven, que lucia un hermoso vestido color marfil y una pamela a juego que dejaba entrever su rostro. La curiosidad cada vez era mayor en mi y las preguntas se agolpan en mi cabeza, ?quienes serian?, ?que les habria ocurrido?, ?que querran?… Al llegar al salon principal, Sor Maria nos pidio que abandonaramos la sala a excepcion de los invitados, pero la intriga pudo conmigo, de modo que pongo mi fino oido al ras del porton de madera con el fin de escuchar la conversacion. --?Desean tomar algo? A pesar de que somos una comunidad humilde gustamos de tener buen trato hacia nuestros invitados --dice la madre superiora. --No se moleste senora --responde el mas joven de los caballeros. He de reconocer que en el fue en el primero que me fije. Sus ropajes y su rostro me resultaban conocidos, como si en otra vida nos hubiesemos encontrado. --Vera usted Madre --continua diciendo el hombre mayor--. Tan solo venimos de paso. Ayer al alba, mis hijos, aqui presentes y uno mismo, decidimos partir hacia Canaluero para resolver unos asuntos pendientes, pero uno de nuestros caballos sufrio un percance y anduvimos hasta, gracias a Dios, encontrar vuestro convento. Por ende, nos gustaria alojarnos esta noche y la del dia siguiente a ser posible. Siempre y cuando no seamos un inconveniente. --En absoluto senor... perdone la indiscrecion, pero aun no han mencionado sus nombres -- responde Sor Maria --Mi nombre es Pelayo de Borbosa, y estos son mis cuatro hijos Carlos, Esparto y mis dos hijos menores Felipe y Lourdes --contesta Don Pelayo. A los pocos segundos, comienzo a escuchar una voz que grita mi nombre "Catalina, Catalina". Es la madre superiora que me llama para ir al salon principal, y para que nadie sospeche que me habia quedado escuchando a traves de las paredes, se me ocurre la ingeniosa y desafortunada idea de entrar corriendo a la sala, como alma que lleva el diablo. Pero tal fue mi desgracia, que yo, vestida con los habitos aun de novicia, tropece nada mas abrir la puerta con tal fin de ir a parar sobre los brazos de Felipe. Enseguida mi rostro se torno colorado y la verguenza se apodero de mi.--Lo siento muchisimo senor, no era mi intencion --digo con un hilito de voz con el fin de disculparme. --No se preocupe Hermana, ha sido un accidente --me responde amablemente el joven muchacho y me sonrie. Juro que, por un segundo, mientras el muchacho se disculpaba, nuestras miradas se entrecruzaron y senti que el mundo se habia detenido. Pero ese esplendido resplandor de felicidad es interrumpido por la voz de Sor Maria. --Nuestra querida Catalina aun es novicia, aunque le queda poco para tomar los habitos, si es que no tiene mas descuidos como los de hoy. Acompana a los senores y a la senorita a los aposentos de la entrada, las monjas y yo dormiremos juntas en otro lado --me indica Sor Maria. Y asi lo hago. Acompano a los invitados a sus dormitorios y me dirijo yo al mio, a sabiendas de que en escasas horas llegara la hora del rezo de primera hora de la manana.

  • El amor te busca (Hermanas McVee 1) de Annabeth Berkley

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    Sharon McVee sonreia maravillada ante la impresionante cascada que tenia frente a ella. El sendero que habia seguido hasta llegar alli le habia resultado demasiado rocoso, pero el espectacular paisaje que tenia frente a ella habia merecido la pena. Los reflejos de la luz de primera hora de la manana en el agua, la incomparable belleza de la naturaleza salvaje combinando los colores frios, la textura de las rocas en la imagen que deseaba capturar, le invitaban a tomar la fotografia perfecta. Exploro diferentes angulos antes de empezar a capturar las imagenes que queria inmortalizar con su inseparable Olympus. Escucho la llamada de su telefono movil. Le sorprendio tener cobertura en un sitio tan espectacular como aquel, en el corazon de Pensilvania. Pero ese era un momento unico, que queria plasmar con todo su esplendor, asi que no le fue dificil ignorar la llamada. Cuando estuvo satisfecha con las fotos realizadas, saco el movil de su mochila. Su padre. Le extrano, aunque instintivamente supo de que iba a tratar la conversacion. Estaba proximo a jubilarse. De hecho, la fiesta que iba a celebrar en su empresa para avisar de ello a los empleados ya tenia fecha prevista desde hacia por lo menos dos meses. Tenia los sentimientos encontrados. Intuia lo que iba a pedirle. Presentia lo que tendria que renunciar a cambio. Pero tambien tenia claro que le iria bien, y que seria capaz de encontrar momentos de evasion en su futura nueva vida. Con una sonrisa y la aceptacion de que la vida libre y nomada que habia llevado el ultimo ano se habia acabado, devolvio la llamada. --Papa, ?Como estas? --Esperandote, Sharon --parecia que sonreia--. ?Cuando vuelves? Sharon miro la hora en su reloj de pulsera deportivo. Su padre lo queria todo para ayer y se ponia de mal humor con mucha facilidad si no lo conseguia. Pero ella lo adoraba y no iba a llevarle la contraria. Sabia, desde que tenia uso de razon, que su hermana y ella heredarian la agencia de publicidad que su padre habia creado y gestionado de manera impecable y, el momento habia llegado. --En el siguiente vuelo, papa. Manana estare en la oficina. --Eso espero. Y te esperamos a cenar en casa. Ya he avisado a Tess. --Perfecto. Nos vemos --colgo con una sonrisa sincera. Recorrio con su mirada el entorno tan espectacular que la rodeaba despidiendose con carino y agradecimiento de tan bonito paisaje. Saco una ultima foto, la que la despedia, de momento, su aventura en Bushkill Falls. Volvio hacia el jeep que habia alquilado y que la llevaria hasta el hotel. Tenia que reservar el vuelo, preparar la maleta y recogerlo todo antes de volver a casa. Habia pasado el ultimo ano viajando por diferentes lugares de Estados Unidos. Sin rumbo, sin apenas planificacion, disfrutando, fotografiando la luz... Habia enviado a la editorial que la habia contratado fotos suficientes para publicar tres libros, y habia aprovechado otras tantas para subirlas a bancos de imagenes que le generaban mas ingresos pasivos de los que habia esperado. Aunque su cuenta bancaria siempre estaba llena gracias a su padre, ella habia empezado a ganar dinero desde muy joven. Habia trabajado en diferentes puestos para diferentes empresas segun le habia apetecido. Le gustaba aprender, probar cosas nuevas y superarse a si misma. La carrera de Direccion de Empresas la habia agobiado, incluso ahogado, mas de lo que esperaba, pero la curso, porque sentia el compromiso que ambas hermanas habian adquirido con sus padres, para posteriormente poder dirigir la agencia. Tess, su hermana un ano menor, habia empezado a trabajar inmediatamente en ella nada mas acabar la carrera. Le encantaba la contabilidad y pasar horas frente al ordenador. Ella, en cambio, habia probado a trabajar en diferentes lugares y se sentia muy satisfecha por ello. Habia aprendido muchas cosas, unas le gustaban, otras no tanto, pero habia descubierto lo facil que resultaba para ella adaptarse a lo nuevo y la facilidad que tenia para tratar con las personas. A veces, dudaba de si trabajar en una unica empresa, sin apenas salir de la oficina, la haria sentirse abrumada o encerrada, pero por otra parte sabia que la actividad que se realizaba, como agencia de publicidad que era, seria dinamica, activa, rapida, y eso y los retos que desentranaba dirigir su propia empresa le gustaban demasiado. Estaba convencida de que el cambio de vida le sentaria bien y con esa confianza apago la camara de fotos que intuia que tendria que dejar en un segundo plano a partir de ese momento. A la manana siguiente se desperto con ilusion. En su mente, ya habia aparcado las chirucas y sus ropas de exploradora, y las habia sustituido por los zapatos de tacon alto y por sus elegantes trajes de chaqueta. Se sentia igual de comoda con una cosa que con otra. Le encantaban los cambios, los retos, y esa actitud se reflejaba en su sonrisa. Se vistio con la ropa que habia dejado preparada la noche anterior y entro decidida y radiante en el edificio de oficinas. Miro su reloj de pulsera dorado. Tenia muchas ganas de ver a su padre, pero decidio pasarse antes por el departamento de contabilidad para ver a su hermana. Saludo con una sonrisa a todos con los empleados con los que se cruzaba. Algunos sabian que ella era una de las hijas del jefe. Y pese a que eso, a veces, causaba animadversion entre los trabajadores, a ella no le importaba. Era una realidad y no se sentia mal, ni un fraude, ni una impostora, por asumir el cargo que le correspondia. Como esperaba, detras de su ordenador, y con el escritorio impecable, estaba su bonita hermana. --!!Tess!! Tess se sobresalto y miro hacia la puerta. --!Sharon! ?Cuando has llegado? --se quito las gafas y se levanto para abrazarla--. Papa me dijo que te habia llamado, pero no te esperaba hasta la hora de comer. --Ya conoces a papa --se sento frente a su mesa mientras sacaba una cajita envuelta en papel de regalo de su pequeno y elegante bolso. Tess miro a Sharon con cierta envidia. Sus ojos azules siempre estaban alegres, su cabello rubio siempre tenia las ondas perfectas y su cara redonda inspiraba simpatia y amabilidad. Ademas de preciosa y radiante tenia las curvas perfectas. Y, por si fuera poco, era encantadora y carinosa. Ella siempre se habia sentido el patito feo. Se consideraba del monton. Pelo castano, ojos castanos, cuerpo estilizado sin curvas... y aburrida a mas no poder, pero se encontraba tan comoda que no le importaba demasiado que su hermana fuera la guapa... aunque no era necesario recordarselo con su presencia y esa sonrisa permanente, penso con una mueca. --Me acorde de ti en cuanto los vi --comento Sharon cuando su hermana saco de la cajita los bonitos pendientes de jaspe rojo engarzados en oro. Sharon miro a su hermana sonriente. Esperaba que le gustaran tanto como a ella. Le quedarian de fabula con su cabello castano con reflejos rojizos y con sus ojos castanos de largas pestanas. Siempre habia admirado su rostro alargado y fino y su cuerpo estilizado al que toda la ropa le sentaba bien. Ella, con sus curvas, no podia ponerse cualquier cosa. Habia ropa que le hacia parecer gorda sin estarlo realmente, y su rostro redondo tambien contribuia a ello. Ademas, su hermana era el reflejo de la estabilidad, y el perfeccionismo, algo que ella admiraba al sentir que carecia de esas actitudes. --Gracias, son preciosos --le sonrio quitandose los pendientes dorados que llevaba desde que recordaba, para sustituirlos por los nuevos--. ?Has pasado ya por la oficina del jefe? --No. ?Vamos juntas? --Acabo este informe que tengo que llevarle y voy --le comento mientras la veia levantarse. Sharon asintio ante su eficiente hermana, siempre tan responsable y meticulosa. Atraveso toda la planta pintada de blanco, con amplios ventanales y compartimentos ordenados hasta llegar al despacho de su padre. Los empleados trabajaban o hablaban entre ellos. El ambiente parecia agradable y cordial. --!Papa! --exclamo nada mas entrar despues de llamar a la puerta dejandola entreabierta para cuando llegara Tess. A su padre se le ilumino visiblemente la cara al verla entrar y fue hacia ella para abrazarla con fuerza. Sharon le devolvio el abrazo con carino. Seguia siendo el hombre en el que podia refugiarse con sus dudas y miedos y que siempre la esperaba con los brazos abiertos. Su padre siempre la habia apoyado en sus cambios de trabajo, en sus viajes, en sus proyectos, sin reproches ni recriminaciones cuando las cosas le habian ido mal. Duncan McVee, con sus ojos claros y cabello canoso, parecia mas joven de lo que realmente era. Habia levantado la empresa desde cero y la habia mantenido a traves de todos los cambios que se estaban produciendo cada vez con mas rapidez en el mundo de la publicidad. Se mantenia fiel al eslogan con el que regia la empresa: Integridad, Innovacion e Inteligencia. Y habia sabido siempre rodearse de los mejores para poder llegar tan lejos como habia llegado y mantenerse. La agencia McVee figuraba en el primer puesto del ranking de su sector, seguido de cerca por la Harper&Reaves, de reciente aparicion, pero que habia entrado con mucha fuerza. --Ya tenia ganas de verte --le confio sentandose con ella en el sillon blanco que habia cerca de la puerta. --Llegue de madrugada --le sonrio a su lado--. Ya te dije que hoy me tendrias aqui. --?Ha ido todo bien? --Si, papa --le aseguro ella--. Mejor que bien. ?Y por aqui? ?Que tal todo? --Esperando al nuevo capitan del barco --le sonrio palmeandole la rodilla con afecto. Sharon asintio. --La nueva capitana... --Si, que si me oye tu hermana me echara la bronca... capitana... Sharon miro la amplia y despejada oficina de su padre. --?Esta sera nuestra oficina? --La tuya. --?Y la de Tess? --Veras hija... he estado pensando que... aunque a nivel legal figureis las dos como herederas, solo tu estaras al frente del barco. Sharon lo miro extranada. --?Solo yo? ?Y Tess? Tess se paro al oir su nombre antes de abrir mas la puerta. --Tess no tiene el don de gentes que tienes tu. Ni tu creatividad ni tu entusiasmo. Seria incapaz de dirigir un equipo y mucho menos una empresa. Las piernas de Tess temblaron por un momento antes de que la rabia recorriera todo su cuerpo. ?Eso pensaba su padre? Llevaba toda su vida trabajando en la agencia. Su agencia. Dandolo todo. Ganandose el puesto. En los buenos y en las malos momentos. Dia y noche ?Sharon no habia hecho mas que llegar e iba a quedarselo todo? No era justo. !No era justo! Furiosa, rabiosa, decidio no terminar de entrar para evitar dar el espectaculo que tenia ganas de dar. Retrocedio sobre sus pasos, volvio a su oficina, cogio el bolso y salio del edificio, sin tener muy claro hacia donde ir. --Pero... ?Lo has hablado con ella? ?Esta de acuerdo? --No se lo he dicho todavia. Esperaba hablar con ella en casa, en la cena. Sharon nego con la cabeza. --No creo que le guste la idea. --A efectos legales la empresa sera igualmente de las dos. Ella es muy buena haciendo lo que hace. Cambiarla a esta oficina, dirigir contigo al personal, organizar las reuniones, hablar con los clientes... no lo haria igual de bien. Y no es necesario. Tenemos casi treinta empleados que dependen de nosotros, ademas de los clientes. No vamos a jugarnos la empresa por una tonteria. A Tess se le dan bien los numeros, que siga en contabilidad. A ti se te da bien la gente, les gustas, lleva el timon. --Te entiendo, papa, pero Tess no se como se lo tomara --comento Sharon conociendo el fuerte temperamento de su hermana. --Que se lo tome como quiera. Hay que hacer las cosas bien y punto. Hay que pensar en el bien comun

  • El ultimo epitafio de Jaime Saiz

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    El cadaver de un hombre despierta no solo la curiosidad, sino el temor, ya que es un importante politico. Un pueblo de solo 300 habitantes que prefiere ir muriendose uno a uno los miercoles de cada semana. Un joven con sindrome de Down que se convierte en detective para solucionar el crimen. Un caso entreverado entre asesinato y raras creencias de un pueblo aislado del mundo, habitado por ancianos que fueron abandonados por sus descendientes y estan obsesionados con la muerte. Un alcalde que no recibe salario y un cabo de la policia incapaz de actuar. Entre maldiciones, misterios, el asesino suelto llega al pueblo embrujado el teniente Torrealta quien junto a Ulises trataran de resolver el caso.

  • Cuentos de brujas de escritoras de Varios Autores

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    En Gran Bretana, en la epoca victoriana, las mujeres de las clases mas acomodadas se reunian en <> en los que se dedicaban a diferentes actividades. El interes por la brujeria aglutino muchas de esas reuniones, donde se contaban noticias, cuentos, tradiciones, y se inspiraban nuevas obras de creacion. En Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920) Peter Haining ha querido reflejar esa variedad: la antologia incluye cronicas historicas y legendarias tanto como ficciones escritas por mujeres que en su dia no gozaron de mucho prestigio y que hoy en su mayoria han sido bastante olvidadas pero que sin duda ha valido la pena recuperar.

  • Ciudad total de Suketu Mehta

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    Un retrato de Bombay feroz, detallista, visceral e inteligente. Una lectura que es como embarcarse en un viaje en el que se conoce a fondo la ciudad de la India, sus habitantes y su historia.

  • La casa de los amores imposibles de Cristina Lopez Barrio

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    Una magica novela sobre las trampas del deseo, la tragedia del amor y los lazos indestructibles de la familia.

  • La Piramide de Fuego de Arthur Machen

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    Muy anterior a la literatura realista, la literatura fantastica es de la ejecucion mas ardua, ya que el lector no debe olvidar que las fabulas narradas son falsas, pero no su veracidad simbolica y esencial. Resignemonos a admitir que la literatura es un juego, ejecutado mediante la combinacion de palabras, que son piezas convencionales, pero no olvidemos que en el caso de sus maestros --Machen es uno de ellos-- esa suerte de algebra o de ajedrez debe corresponder a una emocion. ... Arthur Machen puede, alguna vez, proponernos fabulas increibles, pero sentimos que las ha inspirado una emocion genuina. Casi nunca escribio para el asombro ajeno; lo hizo porque se sabia habitante de un mundo extrano. Jorge Luis Borges

  • La pequena Malone de Mariam Orazal

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    Serie Chadwick – Libro 2o

  • Los adictos de Paolo Roversi

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    Offenburg (Alemania), 1994 Al comisario Jurgen Fischer el nombre no le habia parecido nunca tan apropiado como aquella Nochebuena: Selva Negra. Se referia al inmenso bosque que rodeaba y deglutia, con sus imponentes abetos, aldeas y caminos de la region de BadenWurtemberg, una zona que se extiende, de norte a sur, a lo largo de cientos de kilometros. Obviamente, el origen de aquel apelativo se debia a la densisima vegetacion aunque, en aquel momento, el color predominante del paisaje era el blanco. Hacia horas que era noche cerrada y la nieve no habia dejado de caer desde la manana. Las pesadas botas de Fischer se hundian hasta los tobillos haciendole dificil avanzar. Acompanando al comisario iba Conrad Berger, un guia experto que, pese a conocer el lugar como la palma de su mano, despotricaba debatiendose por encontrar la direccion correcta. Fischer recordaba haber leido en una de las publicaciones para turistas a la venta en todas las librerias de Friburgo a Stuttgart que por alli habia mas de veinte kilometros de senderos para excursionistas: un autentico laberinto, teniendo en cuenta las actuales condiciones atmosfericas. Por no hablar de que, con aquella oscuridad y con los copos de nieve cayendo densos, parecia que estuviesen caminando por una landa remota de Alaska mas que por un paraiso de amenos paseos en el corazon de Alemania. Para hacer honor a la verdad, aquella zona no era ni siquiera competencia suya, pero los colegas de Friburgo, ya bajo minimos debido a las vacaciones, habian quedado aislados por la nevada y le habia tocado a el bailar con la mas fea. La llamada habia llegado cuando se encontraba a medio camino entre Baden Baden y Offenburg, donde vivia su hermana Adelmute. Como cada ano, se dirigia a su casa para pasar las fiestas. Sus superiores no tenian la mas minima duda de que aceptaria: Fischer no estaba casado ni tenia hijos, asi que el espiritu navideno no lo contagiaba y no tenia ningun problema en trabajar ni siquiera en Nochebuena. --Jurgen, hay que hacer una comprobacion de rutina. Y, visto que vas de camino a Offenburg, eres el que mas cerca esta... Te acompanara un guia experto para que no te pierdas en el bosque. Aunque no se habia podido negar, comenzaba ya a arrepentirse. La tormenta de nieve no daba senales de amainar y el rastro luminoso que habia dejado en el cielo la bengala que habia desencadenado todo aquello hacia ya un rato que se habia extinguido. Por suerte, Berger y los muchachos del rescate de montana habian tenido tiempo de calcular con cierta aproximacion el punto exacto desde el que se habia disparado aquel haz, y ahora Fischer y el guia se dirigian hacia alli. No sabian que les esperaba. Podia tratarse de cualquier cosa: una indisposicion, en cuyo caso Conrad se encargaria de estabilizar al paciente gracias a su cualificacion, a la espera del rescate. Si, en cambio, habia sucedido algo mas, bueno, Fischer estaba alli, con su placa y su pistola, precisamente para eso... Disparar una bengala de socorro, del tipo usado en el mar por las embarcaciones en dificultades, era una practica bastante comun en aquella zona para situaciones de emergencia. Por ejemplo, si las lineas telefonicas no funcionaban o, lo que era mas realista, si los habitantes de las cabanas esparcidas por el bosque no tenian siquiera telefono. Varias familias vivian en el corazon salvaje de la Selva Negra y quizas en aquel momento alguna estaba en apuros. Los dos hombres avanzaban despacio entre los troncos de altos arboles y un manto blanco que no dejaba de engordar. El guia llevaba en la mano derecha una brujula y buscaba el mejor recorrido para llegar al punto calculado. En la izquierda empunaba una linternita con la que iluminaba la nieve ante ellos. Estaban siguiendo lo que, en condiciones normales, debia de ser un sendero de tierra, pero que, en aquella situacion, era un trayecto arduo. Fischer se pregunto si estarian, de verdad, avanzando en la direccion correcta. Y a la busqueda... ?de que? No estaba claro. Habian transcurrido ya cuatro horas desde la senal de socorro, una eternidad si quien habia pedido ayuda estaba en peligro de muerte... Tras otras dos horas de esfuerzo, llegaron por fin a su destino. Berger echo un vistazo rapido y se volvio asustado hacia el comisario senalando algo ante el. La debil luz de su linterna ilumino una mancha roja en la nieve. A primera vista, parecia un animal herido. En la Selva Negra eran frecuentes escenas asi: cazadores y cazados empenados en la eterna lucha por la supervivencia. Podia tratarse de un ciervo o de un corzo atacado por lobos. Fischer se acerco otro paso: la victima no tenia ni patas ni pezunas, sino un par de robustas botas con suela antideslizante. La nieve dejo de caer de pronto. Solo entonces el policia se dio cuenta del gran silencio piadoso que lo rodeaba. Ante sus ojos se abria un pequeno claro delimitado por la espesura del bosque, un circulo perfecto en medio de los abetos. En el centro del escenario, aquel inquietante charco rojo. El guia encendio los focos que llevaba en la mochila, y entonces Fischer pudo ver aquel horror que seria incapaz de olvidar durante el resto de su vida... 1 Ginebra (Suiza), actualidad Rebecca Stark observaba fascinada el chorro de agua que se alzaba potente hacia el cielo desde el centro del lago Leman. Aquella manana de finales de abril era como si estuviese viviendo un sueno: un jet privado habia volado expresamente a Londres para llevarla a la cita. Habia embarcado en el London City Airport bajo la lluvia y desembarcado en Suiza, donde la habia recibido un templado dia de sol. Ahora estaba sentada en un sillon de diseno, en un lujoso despacho de grandes ventanales. Frente a ella, al otro lado de un escritorio con la superficie de cristal, se encontraba Grigori Ivanov, un magnate ruso del petroleo al que habia conocido hacia casi un ano, cuando lo habia tenido como paciente. Ivanov era un hombre alto y elegante, de unos sesenta anos, con ojos grises y el cabello del mismo color, muy corto. Llevaba un traje oscuro sin corbata y un reloj de oro, adquirido, casi seguro, en una de las muchas joyerias de la ciudad. Mientras lo escuchaba, Rebecca habia vuelto a las semanas --ocho en total-- durante las que su interlocutor habia estado a su cuidado. Entonces, el ruso no habia mostrado ni rastro de la seguridad y la determinacion de la que hacia gala ahora. Cuando lo habia conocido en su consulta de Kensington, se habia encontrado con un hombre de rostro demacrado, mirada huidiza y expresion apagada, fisicamente debilitado por las malas costumbres. Solo en aquel momento se dio cuenta Rebecca de que Ivanov le habia hecho una pregunta. --?Perdone? --He dicho que se estara planteando el por que he querido verla con tanta urgencia... La mujer no respondio. Se limito a inclinar levemente la cabeza. --Como sabe, soy muy rico y presumo de ser tambien un discreto hombre de negocios. Pero, para lo que tengo en mente, no pienso en los beneficios. Al menos, no en los inmediatos, porque todo se hace por interes propio, ?verdad? Sere directo, doctora: quiero que proporcione a otros la ayuda que me presto a mi. Mi deseo es que su metodo beneficie y cure a todas las personas posibles, a cambio de una compensacion justa, por supuesto. Rebecca lo miro interrogativa, como un jugador de ajedrez observaria a su contrincante en espera de su siguiente movimiento. --Le estoy proponiendo que trabaje para mi. ?Le interesa? Ella volvio a mirarlo desafiante, aunque en el fondo admirada. ?Podia fiarse de el? Segun el historial medico que ella misma habia redactado, si: estaba perfectamente curado. Hacia ya ocho meses que no se producian recaidas y, a ojos vista, el magnate era el vivo retrato de la salud. Por desgracia, y tambien esto lo habia aprendido con los anos, a menudo las apariencias enganan. Especialmente en el caso de enfermedades como las que ella trataba en su consulta, en las que los pacientes se convierten en habiles impostores y hacen de la mentira un arte para ocultar su perturbacion a los demas. Ivanov se puso en pie y Rebecca sintio que debia hacer lo mismo. Se acercaron al resplandeciente ventanal calentado por los rayos de sol. --Su metodo es fantastico, doctora. !Usted es fantastica! Por eso he decidido invertir. Rebecca no sabia si sentirse halagada o asustada.

  • Templo de sangre de Eugenio Aguirre

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  • No hay vuelta atras de Melinda Gates

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    Una llamada a la accion para empoderar a las mujeres y cambiar el mundo.

  • El barquero de almas de Claire Mcfall

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    Dylan ha escapado ilesa de un horrible accidente ferroviario. Pero, en realidad, no es asi. El paisaje sombrio que la rodea no es Escocia. Es un paramo donde merodean espectros en busca de almas humanas. Y el extrano que esta esperandola no es un chico comun y corriente. Tristan es un barquero, cuya tarea consiste en transportar su alma al mas alla, un viaje que ya ha hecho miles de veces. Pero esta vez hay algo diferente. Indecisa entre el amor y el destino, Dylan comprende que no puede separarse de Tristan, pero tampoco puede quedarse con el. Tarde o temprano, inevitablemente, los espectros capturarian su alma y ella se perderia para siempre. ?Podra el verdadero amor vencer los limites de la muerte? El barquero de almas es una historia que nos hace pensar, un relato verdaderamente original de un amor que se niega a dejarse limitar por la muerte.

  • Si solo fuera un cuento de hadas de Victoria Vilchez

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    Alice no ha tenido demasiada suerte en el amor. En realidad, sus experiencias hasta ahora han sido desastrosas. Sin embargo, eso esta a punto de cambiar con la aparicion en su vida de Jay Forevermore, el hombre atractivo pero de caracter bastante hosco que se presenta ante ella como… !su hada madrina! Y es que parece que en el pais de Nunca Jamas creen que Alice necesita ayuda urgente para encontrar a su alma gemela.
    Alice se vera empujada a un monton de citas con distintos hombres y, mientras Jay realiza la labor para la que ha sido enviado, ambos van a descubrir que resulta imposible elegir de quien te enamoras y que a veces la unica magia necesaria es la del amor.
    Y tu, ?estas dispuesto a creer en cuentos de hadas?

  • El hombre que caminaba solo de Claudio Hernandez

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    Un pasado turbio. Maria Angels esta postrada en una silla de ruedas y no puede quitarse de la cabeza el recuerdo de la cara de su hija, emergiendo del agua; tomando aire. Una cara que desdibujaba todos los rostros del espanto; sus ojos abiertos. Su boca en una O perfecta gritando a voz en vivo que la ayudaran. Sin embargo, se ahogo. Emilio, su pareja, se tiro al agua, pero solo pudo salvar a su propia hija; Aina. Desde entonces, cada dia que amanece es un calvario y cada noche que acecha es un vomito. Treinta anos despues, en Amer, cuando caen las primeras castanas de los castanos, vienen los asesinatos. Emilio descubre varios dedos adoptando una forma estrangulada, que emergen de unas hojas secas. Los dedos muestran un color purpureo y el hombre que caminaba solo, desde siempre, coge el telefono movil y avisa a la Policia Local. Cuando el coche patrulla con sus brillantes luces azules destellando entre las ramas de los arboles llega, Emilio no recuerda nada. El Alzheimer se le presenta en cualquier momento, pero cuando esta lucido, regresa el perfil intelecto de su profesion, la psiquiatria, de la que ya no ejerce. Unas horas mas tarde, cuando el juez forense levanta el cadaver, descubre que se trata de su hija Aina. Enloquece y sospecha de su hijo; al que abandono treinta anos atras. Sin embargo, las huellas y el ADN encontrado en el cuerpo de su hija, son de si misma. Y las muertes se suceden alrededor de su familia y todas las sospechas conducen a su hija muerta. Entonces el inspector de Policia Andres, de pocos modales y gran vicio por el tabaco, toma el relevo de la investigacion con su peculiar astucia. Y no es casualidad que el inspector Andres este alli.

  • Coleccion Romance Contemporaneo 1 de Amaya Evans

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    El hechizo de una mujer.
    Sin Ataduras.
    No me Niegues Tu Amor.
    Sueno Contigo.
    Cuatro historias de romance contemporaneo, llenas de mucha pasion.

  • Romance Inmortal (Lazos Inmortales 2) de Olga Salar

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    Cuando Gabriel dejo ir a Oliver sabia que podia significar su fin, ahora iran a por el. Lo que no sabe es que, al hacerlo, ha despertado en Rachel la duda sobre su humanidad perdida, algo que podra utilizar para conseguir escapar de la que posiblemente seria su sentencia.

  • ?Es o no es? de Cristo Alcala

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  • RIVAL (Fall away de Penelope Douglas

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    Madoc y Fallon. Dos adolescentes que no se conocen y que juegan al limite entre el amor y la guerra.
    Ella ha vuelto.
    Durante los dos anos que estuvo en el internado, no supe nada de ella. Cuando volvio, de dia ni me hablaba y de noche dejaba la puerta de su habitacion abierta.
    Entonces era un tontorron, pero ahora estoy listo para pagarle con la misma moneda.
    He vuelto.
    Despues de dos anos, sigue queriendome aunque se comporte como si fuera mejor que yo.
    Pero ya no me asusta. Ni me presiona. Si se tira un farol, se lo devuelvo. Es lo que quiere, ?no? Mientras me mantenga en guardia, no se dara cuenta de lo mucho que me importa.

  • Un hombre para Zafiro (Joyas de la nobleza 3) de Catherine Brook

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    Un amor profundo que surgio de la desesperacion.

  • Frecuencia modulada, Gonzalo Castro de Gonzalo Castro

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    A veces la amistad con un amigo se convierte en fascinacion por su novia. Quiza esto no deba resultar tan extrano: los mismos rasgos que hicieron que nos acercaramos a esa persona aparecen potenciados en alguien del sexo opuesto que lo acompana y tambien disfruta de nuestra presencia. El problema con esa situacion es que nos lleva a decidir por la lealtad o por lo que dicen nuestros sentimientos.

  • Justo de Carlos Bassas Del Rey

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    La verdadera justicia debe ser fria, implacable, desapasionada. Y para aplicarla, Dios decidio que cada generacion contara con treinta y seis Justos, los tzadik, hombres anonimos que mantienen el equilibrio entre el Bien y el Mal sobre la faz de la Tierra. Justo Ledesma es uno de ellos. Un viejo irascible que discurre por las calles de un barrio, el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, que ya no es el suyo; de una ciudad, Barcelona, que dejo de serlo hace tiempo. Un hombre cansado que, consciente de que su fin esta cerca, decide saldar cuentas con su pasado; con un pasado que regresa de forma inesperada cincuenta anos despues.

  • Tendremos que matarlo de Miguel Campion

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    Galileo Alcazar es un cientifico espanol que trabaja en una base de la Patagonia donde se estudian formas alternativas de energia, pero descubre que el proyecto es una tapadera para extraer combustibles fosiles y provoca un enfrentamiento internacional entre Espana y Argentina. Galileo es retenido por el gobierno argentino y obligado a participar en un experimento genetico secreto donde su etica y su cordura se pondran a prueba. Mientras esta investigacion se desarrolla, Galileo conoce a la presidenta de Argentina, la seductora Cristina Gonzalez, de la que se enamorara perdidamente. En un futuro donde enamorarse esta prohibido por considerarse una enfermedad mental, Galileo debera guardar su secreto y descubrir la verdad sobre ese misterio llamado amor.Presidentes delirantes, cientificos dementes, esbirros implacables, monstruos semihumanos, indigenas futuristas, adolescentes apasionados...... Tendremos que matarlo es una novela hibrida que podria adscribirse al genero bizarro, con una trama de intriga y aventuras en un marco futurista distopico, grandes dosis de humor e ironia y toques de terror, erotismo, romance y folletin, ademas de un juego de referencias literarias.

  • Bajo el calor de tu piel de Noelia Amarillo

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    Ningun pais esta tan lejos como para no visitarlo. Esa es la filosofia de Andres. Hace tres anos huyo de su casa, su familia y su pais, y desde entonces recorre el mundo sin ningun plan excepto su propio antojo. Casi ha conseguido borrar de la memoria a quien no quiere recordar. Hasta que una manana, tras una noche especialmente descontrolada, recibe una llamada que dara un giro radical a su vida y le obligara a volver a donde no quiere regresar. Su tio Caleb ha sufrido un accidente y no pinta nada bien.
    Andres no tiene otro remedio que volver al pueblo que abandono sumido en el dolor y quedarse alli por un tiempo que se le antoja eterno. Alli descubre que su mejor amigo de la infancia ha ocupado su lugar. Hace su trabajo, se ha convertido en la mano derecha de su tio y es el inseparable companero de su exnovia, Paula.
    Y a Andres todo eso le parece maravilloso. Odia trabajar en el campo, y tampoco le importa mucho que Caleb solo tenga buenas palabras para su antiguo amigo (ese al que va a partir la cara en cuanto se cruce en su camino) y desde luego, le parece estupendo que este tan unido a Paula, esa zorra que le destrozo la vida y a la que no consigue olvidar.

  • B de Bella de Kris Buendia

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    Es guapo y elegante. Misterioso y Bestia. Un importante Senador. Nuestro primer encuentro fue perfecto, pense que lo habia dejado atras cuando me fui esa noche y me mude a otro pais. Pero un ano despues, me vuelvo a encontrar con el. Ahora como su asistente.
    El no sabe que hace un ano pago una noche para estar conmigo.
    El no sabe que por algunas noches dejo de ser su aburrida asistente ejecutiva.
    El no sabe que soy Bella, una mujer con heridas y dama de compania, una porque la que ha vuelto a pagar otra noche.
    Mi secreto esta a salvo mientras no me reconozca. y mientras no se enamore de mi.
    ?La bestia sera Dominada por la Belleza?

  • Rescate a medianoche de Adrienne Rich

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    To have seen you exactly, once: red hair over cold cheeks fresh from the freeway your lingo, your daunting and dauntless eyes. But then to lift toward home, mile upon mile back where they'd barely heard your name --neither as terrorist nor as genius would they detain you-- to wing it back to my country bearing your war-flecked protocols-- that was a mission, surely: my art's pouch crammed with your bristling juices sweet dark drops of your spirit that streaked the pouch, the shirt I wore and the bench on which I leaned. 2 It's only a branch like any other green with the flare of life in it and if I hold this end, you the other that means it's broken broken between us, broken despite us broken and therefore dying broken by force, broken by lying green, with the flare of life in it 3 But say we're crouching on the ground like children over a mess of marbles, soda caps, foil, old foreign coins --the first truly precious objects. Rusty hooks, glass. Say I saw the earring first but you wanted it. Then you wanted the words I'd found. I'd give you the earring, crushed lapis if it were, I would look long at the beach glass and the sharded self of the lightbulb. Long I'd look into your hand at the obsolete copper profile, the cat's-eye, the lapis. Like a thief I would deny the words, deny they ever existed, were spoken, or could be spoken, like a thief I'd bury them and remember where. 4 The trade names follow trade the translators stopped at passport control: Occupation: no such designation-- Journalist, maybe spy? That the books are for personal use only--could I swear it? That not a word of them is contraband--how could I prove it? 1995 El arte de traducir 1 Haberte visto del todo, una vez: pelo rojo en mejillas frescas por el aire de la autovia tu jerga, tus ojos que intimidaban sin dejarse intimidar. Y despues poner rumbo a casa, milla tras milla hacia donde apenas sabian de tu nombre -ni por terrorista ni por genio te detendrian- volar a mi pais portando tus protocolos salpicados de conflicto; esa era, sin duda, toda una mision: mi cartera de artista llena de tus jugos rebosantes las dulces gotas oscuras de tu espiritu manchando de rayas la cartera, la camisa y en el banco sobre el que me apoyaba. 2 No es mas que una rama como cualquier otra verde con el fulgor de la vida y si la sostengo por un extremo y tu por otro quiere decir que esta rota rota entre nosotras, rota a pesar de nosotras rota y por tanto agonizante rota a la fuerza, rota al yacer verde, con el fulgor de la vida 3 Pero imagina que estamos en cuclillas como ninas sobre un revoltijo de canicas, chapas, papel plata, viejas monedas extranjeras -los primeros tesoros de verdad. Ganchos oxidados, cristales-. Imagina que yo viera primero el pendiente pero tu lo quisieras. Luego querrias las palabras que yo habia encontrado. Te daria el pendiente, el lapislazuli aplastado si hubiera, me quedaria mirando los cristales de la playa y el interior astillado de la bombilla. Observando en tu mano el perfil obsoleto del cobre, el ojo de gato, el lapislazuli. Cual ladron negaria las palabras, negaria su existencia, que fueran pronunciadas o pudieran pronunciarse, cual ladron las enterraria y recordaria donde. 4 Los nombres de oficios responden al oficio los traductores retenidos ante el control de pasaportes: Profesion: sin especificar. ?Periodista, espia quiza? ?Podria yo jurar que los libros son para uso personal -tan solo-? ?Que ni una sola palabra es contrabando -y como lo demostraria-? 1995 For an Anniversary The wing of the osprey lifted over the nest on Tomales Bay into fog and difficult gust raking treetops from Inverness Ridge on over The left wing shouldered into protective gesture the left wing we thought broken and the young beneath in the windy nest creaking there in their hunger and the tides beseeching, besieging the bay in its ruined languor

  • El malogrado de Thomas Bernhard

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    Tambien Glenn Gould, nuestro amigo y el mas importante virtuoso del piano de este siglo, llego solo a los cincuenta y un anos, pense al entrar en el meson. Solo que el no se mato como Wertheimer sino que, como suele decirse, murio de muerte natural. Cuatro meses y medio Nueva York y, una y otra vez, las Goldbergvariationen y Die Kunst der Fuge, cuatro meses y medio Klavierexerzitien, como decia Glenn Gould, una y otra vez, solo en aleman, pense. Hacia exactamente veintiocho anos habiamos vivido en Leopoldskron y estudiado con Horowitz, y (por lo que se refiere a Wertheimer y a mi, pero no, como es natural, a Glenn Gould) habiamos aprendido mas de Horowitz, durante un verano totalmente echado a perder por la lluvia, que en los ocho anos anteriores de Mozarteum y Wiener Akademie. Horowitz habia dejado a todos nuestros profesores nulos y sin efecto. Pero aquellos profesores horribles habian sido necesarios para comprender a Horowitz. Durante dos meses y medio llovio ininterrumpidamente, y nos habiamos encerrado en nuestras habitaciones de Leopoldskron y trabajamos dia y noche, el insomnio (!de Glenn Gould!) se habia convertido en nuestro estado decisivo, y profundizabamos de noche en lo que Horowitz nos habia ensenado de dia. No comiamos casi nada y tampoco tuvimos en todo el tiempo dolores de espalda, que por lo demas nos habian atormentado siempre cuando estudiamos con nuestros viejos profesores; con Horowitz esos dolores de espalda no aparecian, porque estudiabamos con tal intensidad que no podian aparecer. Cuando hubimos terminado las lecciones con Horowitz, fue evidente que Glenn era ya mejor pianista que el propio Horowitz, de pronto yo habia tenido la impresion de que Glenn tocaba mejor que Horowitz y, a partir de ese momento, Glenn fue para mi el mas importante virtuoso del piano del mundo entero, por muchos pianistas que escuchara a partir de ese momento, ninguno tocaba como Glenn, y ni siquiera Rubinstein, al que yo habia amado siempre, era mejor. Wertheimer y yo eramos igual de buenos, y tambien Wertheimer decia una y otra vez que Glenn era el mejor, aunque todavia no nos atreviamos a decir que fuera el mejor del siglo. Cuando Glenn se volvio al Canada, perdimos realmente a nuestro amigo canadiense, no pensabamos volver a verlo jamas, el estaba obsesionado por su arte de tal forma que, teniamos que suponer, no podria prolongar ya ese estado mucho tiempo y moriria en plazo breve. Pero dos anos despues de haber estudiado con el bajo Horowitz, Glenn toco en los Festivales de Salzburgo las variaciones Goldberg, que dos anos antes habia practicado dia y noche y repetido una y otra vez con nosotros en el Mozarteum. Los periodicos escribieron despues de su concierto que ningun pianista habia tocado tan artisticamente las variaciones Goldberg, asi pues, escribieron despues de su concierto de Salzburgo lo que nosotros habiamos afirmado y sabido dos anos antes. Nos habiamos citado con Glenn despues de su concierto, en el Ganshof de Maxglan, un meson antiguo y querido por mi. Bebimos agua y no hablamos de nada. Sin vacilar, al volver a vernos yo le habia dicho a Glenn que nosotros, Wertheimer (que habia venido a Salzburgo desde Viena) y yo, no habiamos creido ni por un momento que lo volveriamos a ver a el, Glenn, siempre habiamos pensado unicamente que, despues de volver de Salzburgo al Canada, pereceria rapidamente, por su obsesion artistica por su radicalismo pianistico. Realmente, yo habia dicho radicalismo pianistico. Mi radicalismo pianistico, decia Glenn luego, una y otra vez, y se que utilizaba tambien esa expresion, una y otra vez, en el Canada y los Estados Unidos. Ya en aquella epoca, o sea, casi treinta anos antes de su muerte, Glenn no amaba a ningun otro compositor mas que a Bach, y en segundo lugar a Handel, a Beethoven lo despreciaba, y ni siquiera Mozart era aquel que yo amaba mas que a ningun otro, cuando el hablaba de el, pense al entrar en el meson. Ni una sola nota toco Glenn jamas sin cantarla al mismo tiempo, pense, ningun otro pianista tuvo esa costumbre jamas. El hablaba de su enfermedad pulmonar como si fuera su segundo arte. Que habiamos tenido al mismo tiempo la misma enfermedad y la habiamos tenido luego siempre, pense, y en fin de cuentas tambien Wertheimer contrajo esa enfermedad nuestra. Pero Glenn no perecio por esa enfermedad pulmonar, pense. Lo mato la falta de soluciones en la que, durante casi cuarenta anos, se metio tocando, pense. No renuncio al piano, pense, como es natural, mientras que Wertheimer y yo renunciamos al piano, porque no lo convertimos en la misma monstruosidad que Glenn, que no salio ya de esa monstruosidad, y que tampoco quiso en absoluto salir de esa monstruosidad. Wertheimer hizo que subastaran su piano de cola Bosendorfer en el Dorotheum, yo regale un dia mi Steinway a una nina de nueve anos, hija de un maestro de Neukirchen, junto a Altmunster, para que ese piano no me atormentase mas. La hija del maestro echo a perder mi Steinway en el plazo mas breve, y a mi el hecho no me dolio, al contrario, observe aquella destruccion estupida con perverso placer. Wertheimer, segun decia el mismo una y otra vez, habia penetrado en la ciencia del espiritu, y yo habia iniciado mi proceso de atrofia. Sin la musica, que de la noche a la manana no pude soportar ya, me atrofie, sin la musica practica, la teorica habia tenido solo en mi, desde el primer momento, un efecto devastador. En un momento, habia odiado el piano, mi propio piano, no habia podido oirme ya tocar; no queria maltratar ya mas mi instrumento. Por eso, un dia fui a ver al maestro para anunciarle mi regalo, mi Steinway, habia oido que su hija estaba dotada para el piano, le habia dicho, y le habia anunciado el transporte a su casa del Steinway. Yo habia llegado a tiempo al convencimiento de que yo mismo no tenia cualidades para hacer una carrera de virtuoso, le habia dicho al maestro, y como siempre queria en todo solo lo mas alto, tenia que separarme de mi instrumento, porque con el no alcanzaria con toda seguridad, como de pronto habia comprendido, lo mas alto, y por eso era logico que pusiera mi piano a la disposicion de su dotada hija, ni una sola vez volvere a abrir la tapa de mi piano, le habia dicho al desconcertado maestro, un hombre bastante primitivo, casado con una mujer mas primitiva aun, igualmente de Neukirchen, junto a Altmunster. !Los gastos de transporte correrian como era logico de mi cuenta!, le habia dicho al maestro, al que conozco y con el que estoy familiarizado desde la infancia, como tambien con su simplicidad, por no decir su tonteria. El maestro acepto mi regalo inmediatamente, pense al entrar en el meson. Yo no habia creido ni por un momento en el talento de su hija; de todos los ninos de los maestros del campo se dice siempre que tienen talento, sobre todo talento musical, pero en verdad no tienen talento para nada, todos esos ninos son siempre totalmente carentes de talento, y el que uno de esos ninos sepa soplar en una flauta o puntear en una citara o teclear en un piano no es ninguna prueba de talento. Sabia que abandonaba mi precioso instrumento a la indignidad absoluta, y precisamente por eso hice que se lo llevaran al maestro. La hija del maestro, en el plazo mas breve, echo a perder, dejo inutil mi instrumento, uno de los mejores en general, uno de los mas raros y por consiguiente mas buscados y por consiguiente mas caros tambien. Pero la verdad era que yo habia querido precisamente ese proceso de echar a perder mi amado Steinway. Wertheimer entro en las ciencias del espiritu, como decia una y otra vez, y yo entre en mi proceso de atrofia y, al llevar mi instrumento a casa del maestro, inicie ese proceso del mejor modo posible, Wertheimer, sin embargo, anos aun despues de haber regalado yo mi Steinway a la hija del maestro, habia tocado el piano, porque siguio creyendo durante anos que podia convertirse en virtuoso del piano. Por lo demas, tocaba mil veces mejor que la mayoria de nuestros virtuosos del piano que se presentan en publico, pero en definitiva no le habia satisfecho ser, en el mejor de los casos, un virtuoso del piano como todos los demas de Europa, y dejo de tocar y entro en las ciencias del espiritu. Yo mismo, segun creo, habia tocado mejor aun que Wertheimer, pero no hubiera podido tocar jamas como Glenn y, por esa razon (!es decir, por la misma razon que Wertheimer!) renuncie en un momento a tocar el piano. Hubiera tenido que tocar mejor que Glenn, pero eso no era posible, quedaba excluido, y por consiguiente renuncie en un momento a tocar el piano. Me desperte un dia de abril, no se ya exactamente cual, y me dije se acabo el piano. Y la verdad es que no volvi a acercarme al instrumento. Fui inmediatamente a casa del maestro y le anuncie el transporte del piano. A partir de ahora me dedicare a lo filosofico, pensaba mientras iba a casa del maestro, aunque, como es natural, tampoco podia tener la menor idea de que era eso de filosofico. No soy en absoluto un virtuoso del piano, me dije, no soy un interprete, no soy un artista reproductor. Ni un artista siquiera. Lo degenerado de aquel pensamiento me habia atraido enseguida. Todo el tiempo, mientras iba a casa del maestro, habia dicho, una y otra vez, esas palabras: !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! !Ni un artista siquiera! Si no hubiera conocido a Glenn Gould, probablemente no habria renunciado a tocar el piano y me habria convertido en virtuoso del piano y quiza, incluso, en uno de los mejores virtuosos de piano del mundo, pense en el meson. Cuando encontramos al mejor, tenemos que renunciar, pense. A Glenn, curiosamente, lo habia conocido en el Monchsberg, la montana de mi infancia. Desde luego, lo habia visto ya antes en el Mozarteum, pero no habia cruzado con el palabra antes de ese encuentro en el Monchsberg, al que llaman tambien monte del suicidio, porque se presta al suicidio mas que nada y la verdad es que todas las semanas se precipitan desde el en el abismo tres o cuatro por lo menos. Los suicidas suben a el en el ascensor del interior del monte, dan unos pasos y se precipitan a la ciudad que hay abajo. Las personas reventadas en la calle me han fascinado siempre y yo mismo (!como, por lo demas, tambien Wertheimer!) he subido muy a menudo al Monchsberg, a pie o en ascensor, con la intencion de precipitarme desde el, pero no me he precipitado desde el (!como tampoco Wertheimer!). Varias veces (!como tambien Wertheimer!) me habia preparado ya para saltar, pero, como Wertheimer, no salte. Me di la vuelta. Naturalmente, hasta ahora son mas los que se han dado la vuelta que los que han saltado, pense. A Glenn lo encontre en el Monchsberg en el llamado Alto de los jueces, desde donde se tiene la mejor vista de Alemania. Yo le habia dirigido la palabra, le habia dicho los dos estudiamos con Horowitz.

  • Nunca pense que volveria a verte de Susana Scott

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    !Diez anos! Tristes e interminables anos de soledad desde la ultima vez que lo vio.
    Una ligera mirada al pequeno grupo le revelo que no habia expresado sus pensamientos, pues nadie le prestaba atencion... todo interes estaba centrado en el recien llegado.
    El presidente de la compania, hacia las presentaciones y pronto llegaron a ella. Lleno sus pulmones de aire tratando de tranquilizar sus nervios, procurando parecer indiferente y fria.
    El recien llegado la saludo con un informal apreton de manos. La mano masculina resulto calida y sus dedos firmes y decididos. El contacto de sus pieles la sacudio. El no dio muestras de haber sentido lo mismo.
    Ella se sintio desconcertada. Al verlo tan de cerca no le cupo la menor duda de que se trataba de el, pero parecia no reconocerla. La saludo como si nunca la hubiese visto.

  • Cria cuervos de Carmen Galvez

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    Faltaban algunos dias para las fiestas. Madrid lucia nevada al amanecer, como si el tiempo quisiera regalar a sus habitantes una Navidad de postal. Monsalve se desperto al alba despues de una noche larga, repleta de momentos de insomnio que convivieron con otros tantos de pesadillas. En la pared, se reflejaban los primeros rayos de luz ambar que se colaban entre las rendijas de la persiana. Despues de dar algunas vueltas en la cama, logro vencer el sopor. Sin encender la luz, se dirigio a la cocina. La manana comenzaba a invadir de luz la estancia, embadurnando los blancos baldosines que cubrian las paredes y dejando entrever el frio de fuera. Puso en marcha la cafetera y, mientras, miraba su reflejo en el espejo del bano con una mano en la barbilla, moviendo la cabeza de un lado a otro. Aquel reflejo no enganaba. Sus sienes habian sido invadidas por un sinfin de cabellos blancos que proyectaban sin piedad la edad del inspector. Se veia mayor, se sentia mayor. El avisador de la cafetera interrumpio sus pensamientos. Se tomo el cafe en un abrir y cerrar de ojos y se dirigio a la comisaria. Andres Monsalve ocupaba el cargo de inspector de policia en una comisaria madrilena. De aspecto bonachon, gastaba bigote y barba incipiente. Sus pequenas gafas de lectura le daban un aire interesante. De complexion fuerte y altura media, podria pasar inadvertido si no fuera por un fuerte caracter que contrarrestaba con creces su aspecto. Se habia ganado a pulso su buena fama trabajando incansablemente desde unos ya lejanos veinte anos. En la comisaria, Monsalve era admirado y respetado por la implicacion en sus casos. Un inherente sexto sentido lo acompanaba en la resolucion de la mayoria de los desafios que se le presentaban. Sin embargo, los ultimos anos se presentaron algo complicados, hasta el punto de sentirse cansado y deseoso de disfrutar de una jubilacion dorada. No sabia que el dia que comenzaba pondria patas arriba su decision. * Ya en su despacho, miro a traves de la ventana, con la vista perdida entre los arboles cubiertos de blanco. El inspector miraba sin ver, escribiendo palabras sueltas en los cristales empanados por el vaho de su respiracion. Desde que habia tomado la decision de jubilarse, meses atras, no era el mismo. Una tormenta de sentimientos encontrados aparecia sin avisar en su interior dia si y dia tambien. Creia que era lo que necesitaba, mimetizarse en el entorno de un pueblo pequeno de la sierra madrilena. Alli se olvidaria de los criminales, asesinos sin escrupulos y la multitud de victimas traumatizadas dificilmente recuperables. Se dedicaria a escribir sus memorias, pasear y jugar al mus con sus vecinos sin que el reloj interfiriese mas en su vida. Aquel pensamiento le arrancaba una vaga sonrisa en su rostro de facciones endurecidas. Pero esa sensacion mudaba de pronto por otra de panico. Era dura la idea renunciar a todo lo que habia sido su vida, lo que nadie como el sabia hacer, para lo que consideraba que habia nacido. Y la pena de dejar a unos companeros que podian considerarse su familia: Marin, Lopez, Dolores Ramirez, la doctora Martinez... y la ultima incorporacion: Jimena. Con ella mantenia una relacion muy especial. La habia acogido y protegido desde que anos atras tuvo que investigar el asesinato de sus progenitores. Retrocedio a aquel 25 de junio de hacia quince anos. Recreo en su mente la escena del crimen de los padres de Jimena. Ambos se encontraban arropados por un gran charco de sangre, inertes, el uno a poca distancia del otro. No era una escena especial, mas bien una de tantas, pero para Monsalve cambio la perspectiva cuando averiguo que la nina, fruto del matrimonio, habia desaparecido. Apenas tenia ocho anos. A partir de aquello unos fuertes lazos unirian al inspector con la pequena. Jimena se habia convertido en una encantadora joven, sumamente atractiva, de belleza natural, con unos ojos del color del trigo maduro que acompanaban el tono de su pelo. La chica habia revolucionado al equipo con su inteligencia, sencillez y simpatia. La inspectora Jimena era mucho mas que eso, era su mano derecha, quien ocuparia su lugar el dia en que se jubilara. Penso luego en Marin, su leal companero, siempre dispuesto a cumplir sus ordenes. Tenia mas o menos su edad, o quiza algo mas joven, pero su figura rechoncha lo hacia lucir mayor. Marin, por su parte, se definia como un excelente sabueso que sabia tratar con los delincuentes mas indeseables, sacarles informacion y servirse de ellos como confidentes a cambio de pasar por alto algun que otro desliz. Trabajaba sin contar las horas y dedicaba su vida a atrapar malhechores. Tambien, reconocio el inspector, lo echaria de menos. Los pensamientos agolpados de Andres Monsalve se vieron interrumpidos por una llamada a la puerta. --Buenos dias, Jimena-- saludo amablemente el inspector--. ?Algo nuevo? --Me temo que si --respondio con solemnidad--. Un homicidio a escasos diez minutos de aqui... --informo, al tiempo que entregaba a Monsalve un sobre cerrado. --?Que es esto? --pregunto el inspector enarcando las cejas. --!Ah!, no se. Llego en el correo esta manana y han pedido que te lo entreguen cuanto antes en mano. Parece importante. El sobre, apaisado y con un elegante color crema, mostraba un membrete que al inspector le era conocido, no sabia bien donde lo habia visto, pero no era la primera vez que tenia un sobre asi en sus manos. Leyo en voz alta el remite: Miguel Aguirre Donaire. --!No me lo puedo creer! --exclamo, para volverse a sentar con parsimonia en el sillon frente a su escritorio--. !Despues de tanto tiempo ha decidido bajar al mundo de los mortales! Miguel Aguirre habia sido companero de Monsalve en los anos de primaria y de instituto. Le perdio la pista cuando, al terminar la universidad, Aguirre heredo una multinacional con sede en Madrid y factorias en varios puntos de Europa. El nino simpatico y timido que conocio en su etapa de estudiante se habia convertido en una de las fortunas mas elevadas del mundo, segun la revista Forbes. Recordo la ultima vez que se encontro con el, por casualidad, en el aeropuerto de Barajas. Monsalve iba a coger un avion para ir a visitar a sus padres en las islas Canarias y, al reconocer entre una multitud arremolinada de viajeros al que consideraba un buen amigo de la infancia, se le acerco. --!Que alegria verte! --lo saludo de forma entusiasta--. ?Que haces por aqui? ?No iras a Tenerife por casualidad? --No --contesto con frialdad y mirando hacia otro lado--. Espero a mi piloto. Viajo en mi propio avion --le espeto, mientras se alejaba del que fue su companero durante tantos anos. Desde entonces no se habian vuelto a ver. Solo sabia lo que de vez en cuando publicaban las revistas de economia o veia en la television. Ahora, con aquel sobre en las manos y su mas absoluta extraneza, se preguntaba que habia podido hacer que aquel altivo caballero se dirigiera a un detective del monton como el. Con sumo cuidado y ceremonia, libero el contenido del sobre con ayuda de un vetusto abrecartas y leyo: Estimado Andres, Te parecera extrano que te mande esta peticion. Creeme si te digo que a mi tambien. Y despues de como me he portado contigo, no lo habria hecho si no fuera cuestion de vida o muerte. No puedo confiar en nadie mas. Te estaria muy agradecido si me dieras la oportunidad de disculparme y exponerte lo que necesito de ti. Si lo tienes a bien, te espero esta tarde en mi residencia de La Moraleja. Un chofer te recogera en tu despacho a las cuatro y te acompanara de vuelta cuando desees. En espera de que aceptes mi invitacion, Recibe un cordial saludo Miguel Aguirre Despues de leer varias veces aquellos parrafos, Monsalve doblo la cuartilla con esmero, haciendo coincidir cada doblez hasta dejarlo en un rectangulo perfecto. Hecho esto, lo guardo bajo llave en el primer cajon de su escritorio y salio en busca de Marin y Jimena para desplazarse al lugar del homicidio. --?Te pasa algo, Andres? --se preocupo Jimena. --Nada importante --respondio de forma algo automatica--. Pero quiza me ausente unas horas esta tarde. Tendras que ocuparte de todo. Aunque, tanto Marin como Jimena sabian que algo extrano pasaba, ninguno de los dos se atrevio a preguntar al inspector. Cuando llegaron a la escena del crimen, la policia habia precintado el lugar de los hechos, lo que impedia el paso a cualquier persona ajena a la investigacion. Una pareja de agentes mantenia a los curiosos lejos e impedian, en la medida de lo posible, que nadie sacara fotos con sus telefonos moviles. El fallecido se encontraba tumbado boca abajo en el portal de acceso a su vivienda, ubicada un edificio de cuatro plantas de un buen barrio madrileno. En la fachada, pintada de un blanco reluciente, podia leerse el numero 15. Debia de haberse construido a mediados de los anos sesenta, pero se encontraba en un excelente estado. Cubrieron a la victima con una sabana blanca que hubo que retirar para que los inspectores analizaran el cadaver. A primera vista, habia muerto de un unico disparo por la espalda, pero habria que esperar el resultado de la autopsia para corroborarlo. --Todo tuyo, Jimena. ?Que ves? --pregunto Monsalve. Jimena introdujo su larga melena dentro de su gorro de lana para no obstaculizar la inspeccion y evitar contaminar la escena del crimen y, arrodillandose junto al cuerpo, comenzo su examen. --Varon blanco, de entre 25 y 35 anos --canto en voz alta--. Presenta un disparo en la espalda, con orificio de entrada, pero no de salida. No se ha encontrado ningun casquillo en las inmediaciones. Quiza se lo haya llevado la persona que disparo. --?Que nos indica eso? --la interrumpio el inspector. --!Ay, Andres! Me sigues tratando como una nina y llevo contigo varios meses... --Cierto --encajo el detective--. Estas mas que preparada para comenzar tu camino en solitario. --No, eso no. No me hables de irte que sabes que no quiero que nos dejes tan pronto. --Bueno, bueno. A lo que vamos... --De todas formas, una vez extraida la bala, tendremos algo para empezar. --?Algun detalle mas? --Si --apunto Jimena--. Tiene marcas de jeringuillas por todo el cuerpo, brazos, pies, incluso en las rodillas. Sin duda era consumidor de estupefacientes. No lleva documentacion. Nadie sabe quien es. --Sigue observando Jimena --inquirio Monsalve--. ?Algo fuera de lugar? --Yo diria que lo unico que hay fuera de lugar es el fallecido --respondio Jimena. --Asi es. Definitivamente estas mas que preparada. De todas formas, que tomen huellas y recojan muestras. Mientras no tengamos otra escena, esta es la del crimen. !Marin! --llamo Monsalve--. Pregunta entre los curiosos si alguien ha visto u oido algo. --Enseguida, jefe --respondio Marin con diligencia. Marin realizo las preguntas de rigor a los habitantes del inmueble que en aquel momento se encontraban en sus domicilios. Todos coincidian en que la victima no era vecino del lugar. No sabian quien era ni lo habian visto nunca por alli. Todo parecia indicar que, tal y como imaginaban Jimena y el inspector, aquello no era la escena del crimen. Los primeros analisis del cuerpo y los alrededores apuntaban a que le habian disparado en otro lugar y posteriormente habian trasladado el cadaver alli por alguna razon, pero... ?que razon? Monsalve ordeno investigar a todos y cada uno de los habitantes del edificio con objeto de averiguar si alguno de ellos ocultaba algo o tenia alguna relacion con el desconocido. Los hechos esconden siempre una razon de ser, aunque de momento no supieran cual. En la comisaria, el equipo de investigacion de Monsalve se encontraba reunido para comenzar con los primeros tramites y las primeras averiguaciones. Podia respirarse un ambiente mas alborotado del normal. Se encontraban todos enfrascados en sus quehaceres. Lo unico que seguia, como siempre, descansando en una de las mesas, era una caja de donuts, companera en los dias de trabajo. Los agentes no daban respiro a sus respectivos telefonos y los cuadernos de notas se iban completando con frases inconexas que para ojos ajenos carecerian de sentido pero que, finalmente, en unos dias, darian luz sobre el caso del homicidio del desconocido. Mientras tanto, en su despacho, Monsalve releia la nota recibida esa misma manana. Penso en declinar la invitacion y despedir al chofer con una frase de disculpa, pero su curiosidad y los terminos de <> incluidos en la carta le hicieron reconsiderar su decision. Almorzaria algo por ahi y esperaria a ser recogido por el conductor que lo llevaria a casa de Miguel Aguirre.

  • Elizabeth Bilford de Sophie Saint Rose

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    Lady Elizabeth Bilford debe proteger su fortuna de la codicia de su abuela antes de que sea demasiado tarde. Lo que menos se espera es que sera el nuevo Duque de Stradford, al que desprecia con todas sus fuerzas, el que la ayudara a recuperar su herencia protegiendola de los atentados contra su vida.

  • No cambies nunca, preciosa de Sophie Saint Rose

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    A Lara le llamo la atencion el camion en el aparcamiento y al ver el numero cuatro en la puerta trasera entrecerro los ojos. --Sera hijo de su madre. --Cabreada giro el volante metiendo su trailer de trece metros en el aparcamiento. Los neumaticos derraparon sobre la gravilla y freno tras el camion mientras varios gritaban si estaba loca. Cogio el bate que tenia en el asiento de al lado y abrio la puerta saltando del camion con agilidad. Varios al reconocerla levantaron las manos en son de paz antes de salir casi corriendo. Con un mal gesto aparto a un lado su larga trenza negra dejandola caer sobre su espalda y camino hacia el bar. Sus botas resonaron sobre la madera del porche y tiro de la puerta entrecerrando sus preciosos ojos verdes para acostumbrarse a la falta de luz. Dio un paso a su interior y pudo ver a Billy con una cerveza en una mano sentado en la barra. Pero no perdia el tiempo del todo porque con la otra mano le tocaba el culo descaradamente a una rubia que estaba como una cuba. La verdad es que no tenia mal gusto. Se acerco a el y tan distraido estaba que ni vio como levantaba el bate de beisbol. El golpe en sus piernas le tiro del taburete y la chica grito saliendo despavorida. Billy gimio en el suelo cogiendose una de sus piernas por debajo de la rodilla. --Joder, Lara. --?Donde debias estar, Billy? --Paso el bate a la otra mano y se agacho para pegarle un punetazo que le hizo rebotar la cabeza en el suelo. --?Donde debias estar, Billy? --!En Houston! --grito cubriendose con los brazos--. Vamos, somos amigos de la infancia. --?Amigos? --Le golpeo con el bate en la espalda y el gimio de dolor. --!Los amigos no se traicionan! !Los amigos cumplen! !Como cumpli yo al darte el trabajo, vago quejica! --Le golpeo de nuevo en la espalda y varios gimieron de dolor. --!Te lo adverti la ultima vez! -- Furiosa le dio una patada en el trasero. --!A Lara Princeton no se la torea! --Se agacho para gritarle a la cara --!Por cierto, estas despedido! --Hizo el amago de pegarle un punetazo de nuevo y este se cubrio como una nina. Mirandole con desprecio se incorporo antes de echar un vistazo a su alrededor. Senalo a uno que era musculoso y con los brazos llenos de tatuajes. --Tu, ?sabes conducir un camion? --Trabajo para los Carrigan. --Dos mil pavos si entregas ese cargamento en Houston antes de dos horas. Los ojos del tipo brillaron y dio un paso al frente. --Hecho, jefa. --Vamos. --Se agacho y tiro del llavero de la empresa que colgaba del bolsillo trasero del vaquero de Billy y le senalo con el dedo. --Por cierto, hablare con mi hermana de lo que haces cuando te tomas descansos, cabrito. --Le dio una patada en el estomago que le doblo de dolor y varios gimieron igual que el. Se volvio saliendo del local de muy mala uva y le explico a su nuevo hombreton a donde tenia que llevar la mercancia. Jack asintio. --Conozco el sitio. --Bien, cuando llegues a nuestra central con el camion, mi hermano te pagara. Buen viaje. Se subio a su camion y con agilidad lo volvio saliendo del aparcamiento. Cogio su movil del salpicadero y llamo a su hermano. --?No me digas que ya lo has entregado? --No he tenido esa suerte. Por su tono Tim se tenso. --?Que ocurre? --He pillado a Billy en el bar de la interestatal. El que tiene una tia casi en bolas en el anuncio. --?El Risck? --Ese. --Me cago en su... --Tranquilo, he conseguido otro conductor. Pagale cuando llegue. Dos mil. --?Estas loca? !Es el doble de la tarifa habitual! --Ya, pero es que hay que entregar la mercancia y tenia que robarselo a Carrigan. Su hermano se echo a reir. --El viejo se va a poner de muy mal humor. --Sobre todo porque sus congelados se han quedado en el aparcamiento. Se partia de la risa y no pudo menos que sonreir. --?A que hora vuelves? --Si tengo suerte y todo va bien, sobre las tres. Dile a Mindy que como vuelva a posar sus ojos en Billy, la encierro en casa de por vida. --Supongo que sera el quien no se acercara a ella. Tranquila. ?Crees que recuperaras su amistad? --?Con Billy? --Sonrio divertida. --Claro que si, no puede vivir sin mi. Agotada giro el volante metiendo el camion en la nave que tenia al lado de su casa. Estaba cargado de televisores y lo que menos queria era perder la carga antes de entregarla al dia siguiente. Estaba apagando el contacto cuando vio por el espejo retrovisor como su hermano se acercaba cojeando y abria su puerta mientras ella recogia su mochila. --Son las cuatro. --Te dije si todo iba bien. --Se bajo de un salto y le dio un beso en la mejilla. --Deja de preocuparte. --Tenemos un problema. Se volvio para mirar la silueta de su hermano. Solo entraba la luz de la luna por la puerta, pero cuando se acostumbro pudo ver que estaba tenso. --?Que pasa? --?Aparte de que Billy ha llamado a Mindy con sus quejas por tu delicado trato? --Si, aparte de eso. No estarias asi si no fuera por algo mas grave. --Nos han robado un camion. Me acaban de avisar hace diez minutos. Palidecio. --?Que? --El de papa. --?No lo llevaba Scott? --Si, bajo a mear y cuando salio el camion no estaba. Esfumado. --?Antes o despues de dejar la carga? --Antes. --Ella fue hasta la cabina y abrio la puerta. --Lara estas agotada. Llevas casi veinticuatro horas trabajando. --Si no encuentro esa carga tendremos que pagar cincuenta mil dolares por ella. Eso es un lujo que no podemos permitirnos. Y eso sin contar el camion. --Se subio a la cabina y arranco el motor encendiendo las luces. Miro a su hermano a traves de la ventanilla y le guino un ojo. -- Cuida del fuerte. Tim asintio preocupado y ella dio marcha atras. Fue directamente a su central y dejo el camion. Entro en la oficina a toda prisa y cogio las llaves de su camioneta. Todos sus camiones llevaban un GPS que ella se habia preocupado en instalar. Solo lo sabian su hermano y ella para que los chicos no se confiaran. Cuando se subio a su ranchera, saco el portatil de su mochila. Abrio el ordenador y pincho en la aplicacion. No le costo encontrarlo. El numero uno estaba como a cien millas de alli direccion sur. Arranco mirando la pantalla y un minuto despues estaba en la carretera. Estiro la mano y abrio la guantera para coger la pistola y ponerla en el asiento a su lado. Iba tan deprisa que poco mas de una hora despues vio la parte trasera de su camion. Cogio la radio. --?Tim? --Estoy aqui. --Lo tengo. --Dame las indicaciones. --Va por la diez direccion Sonora. Acabamos de pasar Kerrville. --No les pierdas de vista, pero no te acerques demasiado. --Tranquilo, me mantengo a distancia. No estoy tan loca. Su hermano rio al otro lado de la linea cuando empezaron a subir una pequena colina. Ya empezaba a amanecer y de repente vio humo ante el camion. Entrecerro los ojos estirando el cuello. --Os juro que como me jodais el camion os despedazo vivos. --Pero entonces lo vio. Colina arriba un coche gris habia tenido un accidente y salia de el un humo negro que no presagiaba nada bueno. Vio como su camion aceleraba pasando de largo. --Mierda. --Cogio la radio pisando a fondo y grito --!Tim, heridos en la carretera! Voy a detenerme. !Tim! Su hermano no contestaba y tiro la radio frenando la ranchera a un lado. Sin parar el motor corrio hacia el coche que era un BMW ultimo modelo y se acerco al conductor. La ventanilla estaba rota. El tipo tenia sangre en la cara y estaba desmayado. Toda la parte delantera estaba como un acordeon y los airbags habian estallado, asi que solo veia la mitad de su rostro. Sin perder el tiempo intento abrir la puerta. Miro el capo del que salia un denso humo negro que la hizo toser. --!Eh, amigo! !Despierte! --La puerta no se abria y era porque el lado izquierdo del vehiculo habia recibido la peor parte. Metio la mano dentro del coche por la ventanilla y noto como se cortaba, pero consiguio llegar al boton de los seguros. Intento abrir de nuevo, aunque sabia que no podria y corrio rodeando el coche por delante. Olia a gasolina y mucho. --!Amigo, despierte! --Abrio la puerta del copiloto y saco la navaja que siempre llevaba en su bota. Pincho los airbags y corto la tira del cinturon. Le escucho gemir. --Estupendo, esto es estupendo. --Le cogio por el brazo y tiro de el, pero pesaba muchisimo. Al ver la llama en el capo el corazon se le puso en la boca y tiro de el con todas sus fuerzas tumbandolo sobre el asiento del copiloto. Agarro sus manos y tiro de su cuerpo sintiendo que se le arrancaban los brazos por el esfuerzo, pero en cuanto saco su torso el resto de el cayo sobre la cuneta. Con la respiracion agitada siguio tirando del tipo y en ese momento llego un hombre con pinta de granjero. --Dejeme ayudarla. Entre los dos tiraron del hombre alejandole lo suficiente. Lara sonrio sudando a mares. --Lo conseguimos. La explosion la lanzo sobre la hierba y se quedo sin aliento al caer de espaldas. Intentando recuperar el resuello tomo aire y gimio de dolor sentandose. Al girarse y mirar hacia atras vio sangre sobre una piedra. Entonces escucho los gritos y al volverse de golpe se mareo. Pudo centrar la vista y vio a varias personas en la carretera. Una persona de uniforme se acerco a alguien que estaba en el suelo y grito pidiendo una ambulancia. ?Seria el granjero? Medio mareada se intento levantar, pero una pierna le fallo tirandola de nuevo. El ayudante del sheriff corrio hacia ella. --No se mueva. Ya viene la ayuda. --El hombre... --Se sujeto a su brazo queriendo levantarse. --Esta vivo, los dos estan vivos. Sintio un alivio enorme y se dejo caer de rodillas. --Bien. --Se sintio agotada y miro esos ojos castanos. --Me han robado el camion, ?sabe? Tengo que recuperarlo. Los seguros son unos buitres en estos casos. El tipo sonrio. --?Lara Princeton? --La misma --dijo antes de poner los ojos en blanco y caer desmayada hacia atras. --!Eres famosa! --exclamo su hermana emocionada haciendo que pusiera los ojos en blanco antes de mirar la television que tenia delante, mientras intentaba ponerse comoda en el sofa porque la espalda la estaba matando. --Lara Princeton --dijo el presentador de los informativos locales que sonreia de oreja a oreja--. Una heroina local que no solo es capaz de perseguir a los que intentaban robarle uno de sus camiones, sino que en medio de esa persecucion ha sido capaz de detenerse para ayudar a un accidentado justo antes de que su coche explotara en pedazos. Si, senor. Asi son las mujeres en Texas --dijo orgulloso como si fuera su padre. Se echo a reir sin poder evitarlo y su hermana pequena la miro indignada con sus preciosos ojos azules. --Tampoco fue para tanto. --Si que lo fue. --Ambas miraron las imagenes del coche ardiendo y como los bomberos intentaban apagarlo mientras a ella la metian en una ambulancia. Mindy la miro asustada. --Te digo que no fue para tanto. Apaga eso. En ese momento entro su hermano en el salon con el movil en la mano. --?El camion esta intacto? --?Quieres dejar de pensar en el trabajo? !Por poco la cascas! --Sois unos exagerados... ?El camion esta bien o no? --Esta bien. Han ido a buscarlo y esta todo. Pero esos cabrones se han escapado. Suspiro del alivio. Al menos lo habian recuperado. --Espero que ese cliente no nos abandone por no entregar a tiempo. El telefono de Mindy sono en ese momento y se levanto de un salto. --Es Billy. --?Como que es Billy? --grito mientras su hermana salia corriendo. Asombrada miro a su hermano que se encogio de hombros. --?Que quieres que te diga? No soy capaz de dominaros. Y me pasa desde siempre. --Muy gracioso. Su hermano suspiro sentandose a su lado. --?Estas bien? --preguntaron a la vez. Tim sonrio. --Hoy me duele mucho menos. --Sus ojos azules le echaron un vistazo de arriba abajo desde su tobillo vendado hasta su brazo que se habia llevado sus buenos puntos. --En este momento me preocupas mucho mas tu. --Estoy bien. Algo dolorida pero bien. Manana como nueva. --Reprimio un gemido levantandose y camino cojeando hacia la puerta. --Creo que voy a acostarme un rato. --Lara... Se volvio para mirarle y Tim sonrio. --No tienes por que encargarte de todo, ?sabes? Puedes relajarte de vez en cuando. --Claro que si, para eso te tengo a ti. --Le guino un ojo girandose con cuidado y en cuanto salio del salon grito --!Mindy, que es eso de que todavia hablas con ese inutil! !Ven aqui ahora mismo! --Su hermana no contesto. --Muy bien, ire yo. !Preparate para cuando llegue! Tim sonrio antes de mirar la imagen en el televisor. La foto de uno de los hombres mas ricos de America saludando al presidente de los Estados Unidos salia en ese momento. Frunciendo el ceno subio el volumen. --Efectivamente se acaba de confirmar. Rob Folder era el hombre accidentado y su pronostico es reservado. Su jefe de prensa hara unas declaraciones en unos minutos y por supuesto las seguiremos con interes. Su hermano chasqueo la lengua y cogio el mando apagando la tele. ?Debia contarselo a su hermana? --!Mindy ni hablar! !Ya estas dejando a ese inutil! --grito su hermana desde el piso de arriba. --!Solo me llevas tres anos! !No puedes darme ordenes!

  • Alguien a quien conoces de Shari Lapena

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    El esperado nuevo thriller de la autora del best seller internacional La pareja de al lado.

  • Solo hace falta esperar de Alma Sandher , Josefina Fernandez

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    Alma y Laura deciden hacer un viaje especial con destino, Varadero. Con entusiasmo y ganas de disfrutar cada momento, emprenden su aventura, con vivencias que jamas podrian haber imaginado. Regresan con las maletas cargadas de recuerdos inolvidables, y una nueva vida. Aunque a veces las cosas no son lo que parecen, y entre sorpresas, encuentros, verdades y mentiras, las dos amigas se subiran a una montana rusa de emociones con un destino inesperado. Una historia donde la amistad y el amor dan sentido a todo. La vida les regalara un gran aprendizaje, solo hace falta esperar, para que te suceda todo lo que mereces, ser feliz.

  • Seducciones Encubiertas de Isabel Guirado

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    Emma es asignada a una mansion de gente de investidura para trabajar como servidumbre pero al principio no se lleva bien con los duenos de tan flamante casa quienes fungen como sus amos.

  • Probablemente Tu de J. Zaravia

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    Liz siente que su vida esta resuelta. Todavia no alcanza los treinta, es profesional y su relacion parece ser lo suficientemente fuerte como para darle la seguridad que su vida necesita para estar en sintonia de lo que llaman “el completo equilibrio”. Solo que en la vida muy pocas cosas son absolutas o definitivas. Un cambio repentino, termina dejandola con las manos llenas de mucho, de todo lo que se habia supuesto.
    Intentando rearmar su vida; termina dandose de bruces con un tipo que a simple vista, nada tiene que ver con ella. Liz es una joven arquitecta tratando de sobrevivir en un negocio mayoritariamente dominado por hombres. El, un atractivo y exitoso desarrollador de videojuegos de ultima tecnologia con un estilo de vida algo “excentrico” para el gusto de ella. Eso la hace dudar y negarse a aceptar que la vida puede dar segundas oportunidades donde menos se espera. Sin quererlo, el acaba convirtiendose en lo necesario, para dar ese salto al vacio que nunca antes se habia atrevido a dar.
    “Probablemente tu” es la primera parte de la historia de ambos. De sus luchas entre los sentimientos “confiables” y todos los deseos intensos de una mujer y un hombre que intentan rescribirse a si mismos. En manos de quien menos lo hubieran esperado.

  • Lo que nunca te cante, Cara B de Lena Valenti

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    Una siempre cree estar satisfecha con la vida que tiene. Yo, por ejemplo, asi lo siento.
    Tengo una relacion estable con un chico que me quiere y que me encanta, mi vocacion es mi trabajo, me rodeo de buenos amigos, tengo salud y unos padres que me apoyan en todo.
    No pido nada mas. Pero si esto fuera asi, no tendria nada que decirte.

  • Ni me toques de Christian Martins

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    Esta divertida comedia romantica narra la historia de Angela, una chica que termina metida en una rocambolesca situacion por culpa de un chico que acaba de conocer. Gracias a un lio de una noche terminara perdida en un pais desconocido, sin sus amigas y detenida por la policia.
    Ella le odia a el. El no parece capaz de tomarse la situacion en serio. Pero hay una norma muy clara: no me hables, ni me mires, ni me toques.
    ?Conseguiran regresar a Madrid sanos y salvos?

  • Double Trouble de Sara Halley

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    Lance Evergreen recibe el encargo mas extrano de su carrera como detective privado: un adinerado hombre de negocios desea que investigue quien quiere deshacerse de el. Se trataria de un trabajo mas, de no ser porque su cliente fallece y, despues de muerto, le ofrece continuar la mision a cambio de una importante recompensa economica. Inmediatamente, las sospechas recaen sobre Charlotte Miller, la hija y heredera de la fortuna del magnate asesinado.
    Facil, ?verdad?
    Por supuesto que no.
    Dos generos, romantica y policiaca, mezclados con maestria en una sola novela. Dos protagonistas tan diferentes como la noche y el dia.
    El, un oscuro detective hecho a si mismo que cree saberlo todo hasta que llega la mujer que rompe sus esquemas. Ella, una explosion de luz a quien nunca le ha importado el dinero, alguien que busca justicia y es incapaz de ver el peligro que esto conlleva.
    Nada sera sencillo porque cada problema acabara siendo el doble de lo que esperaban en un principio. Porque nada es lo que parece en esta investigacion que te llevara a lo largo y ancho de la ciudad de Chicago en persecuciones, reyertas, espionaje y una buena dosis de romance.
    Todo para descubrir quien mato a Edward Miller.
    Y, lo mas importante, por que lo mataron.

  • Havana’s Cafe de Roser A. Ochoa , Yolanda Garcia

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    ?Puede el robo de un Aston Martin cambiar el destino de dos personas? La respuesta es si.
    Jhett Rider pone en jaque la vida de Miranda Clarins cuando el azar hace que sus caminos se crucen. Y aunque enamorarse no entraba en sus planes, ambos sucumbiran a lo inevitable. Pero Jhett esconde un secreto que, de salir a la luz, podria dinamitar la confianza de Miranda y acabar con todo… Y es que el amor, a veces, puede no ser suficiente.

  • Las flechas de Cupido de Grace Marie March

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    Richard vive cada dia mas volcado en su trabajo, solo su hermana le hacia desconectar de la empresa, pero desde que Marie esta recuperandose de un pequeno accidente, en el cual perdio la memoria, no se han podido reunir igual que hacian antes.
    Tessa trabaja en una cafeteria, para poder llevar adelante los gastos diarios y cuidar de sus hermanas, desde que sus padres fallecieron las cosas han ido cada vez peor, pero si algo tiene claro, es que ya sea en buenos o malos momentos, estaran las tres juntas.

  • Las incorrectas de Paloma Bravo

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    Eva, Cristina, Candela e Inma no tienen nada en comun (ni el estado civil, ni la profesion, ni la actitud ante la vida) pero se encuentran en el club de futbol de sus hijos. Alli, inmersas cada una en su propia crisis vital, descubriran que la amistad lo puede todo.

  • Ochate. La puerta secreta de David Zurdo

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    Una impenetrable noche de invierno, tres jovenes llegan por error a un pueblo cercano a Ochate. No saben que sus habitantes los esperan. Los necesitan… Alli se llevan a cabo ancestrales rituales celticos, cuyos dioses reclaman sangre nueva para apaciguarse. En el entorno del pueblo maldito de Ochate, los tres jovenes, ayudados por una guardia civil recien destinada a la zona, tendran que luchar por sus vidas. Una lucha en la que todo parece en su contra.

  • Sylvia de Leonard Michaels

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    En Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como <>: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no <>, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras <>-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los <> anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. <>: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). <>, rememora el narrador, <>. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura.

  • La sombra de un embrujo de Isabel Martinez De Ubago

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    La lucha contra la brujeria en la Espana del siglo XVII enfrenta a un hombre con su fe, su razon y su corazon. Fray Hernan de Quiroga esta a cargo de la investigacion de una denuncia por brujeria en una pequena aldea alavesa. Tras el caso de Zugarramurdi, la Inquisicion exige el maximo celo y sentido comun, a partes iguales, a los comisarios que realicen las pesquisas. Sin embargo, una inesperada enfermedad y una joven de pelo rojo provocan una tormenta en el alma de Quiroga. La ayuda del inquisidor Alonso de Salazar, al que llamaban el abogado de las brujas, provee de luz y claridad al confuso Quiroga.

  • Quedate 4 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Fransheska Di Carlo, siempre sono con encontrar a su principe azul, ese hombre que apostaria todo por ella y la hiciera vivir un mundo de ensueno. Y este parece haber llegado en la figura del apuesto, aventurero y caballeroso Brandon Anderson; sin embargo, cuando se trata del amor, la vida tiende a complicar un poco las cosas.

  • Un pasado secreto de Sophia Gray

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    Clara ha pasado veintitres anos observando la vida pasar desde la finca de su familia mientras ellos disfrutaban de los placeres y la compania disponibles para las personas adineradas de America en la decada de 1920.

  • Mas que una condena de Norah Carter

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    En ese momento sono un mensaje a mi movil, era de Andrea, me quede muerta al leerlo. "Estes donde estes y con quien estes, vente urgente a mi casa, no escuches a Eros, se toda la verdad, no te fies de el, te esta preparando una trampa". Me entro un escalofrio de repente. Mis manos comenzaron a sudar. Mis piernas temblaban. Estaba sufriendo un ataque de ansiedad. Tenia que pararlo asi que respire profundamente y me olvide por unos instantes de lo que me habia escrito Andrea. Eros se tuvo que dar cuenta enseguida de que algo me habia pasado y asi fue, pues comenzo a preguntarme. Yo no queria contestarle. Yo no queria darle ningun tipo de explicaciones. Aquel mensaje que me habia enviado Andrea me ponia en una situacion muy dificil. Tenia que salir de alli. Mi amiga era una persona en la que yo podia confiar. Aquel mensaje no era una casualidad. Si me lo habia enviado, es que habia una razon profunda para que yo me alejara de Eros cuanto antes. El muy cabron iba a tenderme una trampa. -?Sucede algo, Ainara? - me pregunto abriendo los ojos con sorpresa. -No, nada. Estoy muy emocionada con tu historia. Date cuenta que es mucha informacion. No me ha dado tiempo a asimilarla, Eros. Me he quedado de piedra - dije yo fingiendo. Tenia que demostrarle que era una actriz estupenda. Solo me quedaba mentirle un rato mas sin que supiera que yo habia recibido un mensaje que citaba su nombre. Solo me quedaba mentirle un rato mas para encontrar la manera de salir de alli. La confusion, los nervios y la ansiedad me estaban jugando una mala pasada. Si no controlaba mis nervios, iba a tener una crisis de panico y entonces estaria perdida. Pero no sucedio asi. Me concentre en hacer mi papel todo lo mejor posible. Era la Angelina Jolie de Cadiz. No tenia otra mision en ese momento que salir de alli y con vida. Si yo estaba fingiendo y actuando, me imagino que el estaria haciendo lo mismo segun se interpretaba del mensaje que habia recibido de mi amiga Andrea. No me gustaba nada todo aquello. Y, sin embargo, hacia unos segundos que me habia tragado toda su historia, incluso me estaba dando pena imaginarmelo en la carcel, solo, sin nadie, sin poder demostrar que era un hombre inocente. ?Como podia ser yo una mujer tan tonta? No podia caer en su trampa. Yo ya sabia que el mundo esta lleno de hombres desaprensivos y ahora tenia a uno delante de mi. Mi cabeza iba a estallar porque no dejaban de surgir toda clase de preguntas: ?Por que te has acostado con un tio asi? ?Como eres tan imbecil de no darte cuenta de que este hombre no te conviene? ?Por que sigues creyendo que, en este mundo, todavia hay principes azules? -?Te encuentras bien? - pregunto de nuevo. -No, no me encuentro bien, Eros. Estoy recuperandome del shock. Lo que me has relatado es para perder la cabeza - volvi a mentir esbozando una leve sonrisa. -No te preocupes. Te acerco a casa y hablamos con mas tranquilidad en otro momento. Entiendo que te haya impactado todo lo que te he contado. -No hace falta que me lleves a casa. No hace falta que me acompanes -dije yo con una voz suave para no levantar sospecha alguna. Tenia que evitar subirme al coche con el. Tenia que evitarlo. Tenia que obedecer a aquel mensaje que habia escrito mi amiga Andrea con un tono desesperado. Si Eros subia conmigo a un vehiculo, yo pondria mi vida en peligro. Aquello se estaba complicando por momentos y yo no encontraba la manera de deshacerme de el. Eros seguia con su talante correcto y educado. -No me supone ningun esfuerzo llevarte a casa - insistia el pesado. -No, por favor. No quiero que te preocupes por mi. Necesito quedarme sola unos dias y pensar en todo lo que me has contado. No se si es demasiado pronto ir a vivir contigo - dije yo con cara de cordero degollado. Si no hubiese recibido aquel mensaje, no habria dudado en decirle que si, pero aquellas palabras lo habian cambiado todo, absolutamente todo. -No quiero verte asi, Ainara. Quiza me he precipitado al pedirte que te vengas a vivir conmigo, pero te necesito a mi lado. No sabes por todo lo que he sufrido. Te veia receptiva y muy ilusionada. Pensaba que ibas a decir que si enseguida. Me he llevado un buen corte - dijo el poniendo la misma cara que yo, de cordero degollado. -Tienes que esperar un poco - repuse yo poniendo morritos. ?Que habria pasado si Andrea no me llega a mandar el mensaje? Eros habria conseguido ganarme. Me habria conquistado del todo y yo me habria lanzado sobre el para hacerle el amor alli mismo, en publico. Pero ahora sentia miedo y recelo ante aquel hombre, que, por muy guapo que fuese, se habia convertido en alguien al que temer. Se hizo un silencio entre nosotros. Yo mire el movil para comprobar si mi amiga me habia mandado otro mensaje. El no me quitaba la vista de encima. Parecia estar estudiando cada uno de mis movimientos. Aquello me ponia cada vez mas nerviosa, pero yo tenia que disimular. Tenia que mantenerme en calma y comportarme como esa mujer de la que el se habia encaprichado y con la que habia tenido sexo del bueno a lo largo de estas ultimas semanas. ?Por que queria tenderme una trampa? ?Que escondia aquel tipo? -Te veo rara de repente - apunto el en plan detective. -No me pasa nada, ya te lo he dicho. No me des mas la vara. Lo que ocurre es que yo tengo mi corazoncito y todo lo que me has dicho me afecta. Soy una mujer mas sensible de lo que parece, aunque veas que a veces me comporto como una bruta - dije yo sonriendo, pero aquella sonrisa escondia nerviosismo y miedo, mucho miedo. -Esta bien. Si no quieres que te acompane a casa, lo entiendo - dijo el ya resignado. !Aleluya!, pense. -Eros, sera mejor que te marches. Hablare contigo dentro de unos dias. Quiero pensar bien todo lo que me has dicho y quiza decida irme a vivir contigo - anadi yo con un tono serio, de mujer reflexiva, sin demasiada ilusion. -Espero que mi pasado no cambie las cosas, Ainara. Me destrozarias, ?sabes? - sus palabras sonaron certeras. Aquel hombre me queria. Estaba dispuesto a vivir conmigo, pero, si hacia caso al mensaje de Andrea, aquella propuesta de irme a vivir con el podia ser una trampa. Tenia que hablar con mi amiga cuanto antes. Yo no me iba a encerrar en casa con todo ese mar de dudas que a mi si que me estaba destrozando por dentro. Se levanto de la silla y se acerco a mi. Me beso y yo le correspondi con el mismo beso. Pero no hubo pasion ni desenfreno como otras veces. Sus manos robustas acariciaron mi pelo y yo temble, no porque me excitara, sino, porque, por primera vez, senti pavor hacia un hombre. -Estamos en contacto, Eros. -No me jodas la vida, Ainara. Te necesito y mucho - me suplico mientras su figura se alejaba. Antes de marcharse habia dejado unas monedas sobre la mesa. Me habia invitado. Era caballeroso hasta en el ultimo detalle, pero no podia fiarme de el segun el mensaje de Andrea. Aquel encuentro tenia que haber acabado con un buen polvo y, sin embargo, ahora me quedaba sola con el corazon encogido, temiendo que yo hubiese metido la pata hasta el fondo al acostarme con aquel tipo. Me quede un rato pensando. Queria asegurarme de que se marchaba. Lo habia perdido ya de vista y automaticamente llame a Andrea. Su voz sono nerviosa. Me cogio el telefono enseguida. Yo respiraba ansiosa. El camarero se acerco y recogio las monedas, y me pregunto si queria tomar algo mas. Yo le dije que no. -?Que cojones pasa, Andrea? Estoy temblando -dije yo aliviada, pero descargando ira en mi forma de hablar. -No la tomes conmigo. ?Estas con el? - pregunto ella ansiosa. -No, no estoy con Eros. Acaba de irse - dije con un tono seco y cortante. -Sal de alli cuanto antes. Nos vemos en mi casa, ?vale? - su voz susurraba como temiendo que alguna persona mas, aparte de mi, la escuchara. -Esta bien, pero estoy cagada, Andrea. Espero que no se trate de una broma. -Ainara, no es mi estilo. Vente para casa y asegurate de que nadie te sigue - dijo ella con voz temblorosa. -Me estas acojonando, tia. No tienes bastante con quitarme mi polvo con Eros que aun encima conviertes mi vida en una puta pelicula de espias - dije yo entre ironica y enfadada. -No me jodas, sal de alli, te he dicho, por favor. Algun dia me agradeceras todo lo que estoy haciendo por ti. Aquellas palabras sonaron serias y rotundas. Aquellas palabras me pusieron la piel de gallina y ahora sentia la necesidad urgente de saber la verdad. Yo no se que habia descubierto Andrea que convertia precisamente mi relacion con Eros en una relacion peligrosa y llena de misterio. Pedi un taxi. Mientras lo esperaba, miraba para todos lados para asegurarme de que nadie me seguia, tal y como me habia dicho mi amiga. Cualquiera que me viera pensaria que estaba loca, pero me daba igual. Segun Andrea, mi vida corria un serio peligro. A los diez minutos, llego el taxi. Monte y respire. El chofer pudo ver la preocupacion en mi rostro. -?Le sucede algo, senorita? -pregunto el pobre asustado. -Metete en tus asuntos - dije en plan borde antes de darle la direccion de la casa de mi amiga. Aquel pobre taxista no tenia culpa de mi mal humor. Pero yo estaba demasiado nerviosa y habia encontrado en el alguien con el que poder desahogarme. El chico me miro un poco dolido y estuvo callado durante todo el trayecto donde yo no pare de darle vueltas a la cabeza. No me podia creer todo lo que me habia sucedido en tan poco tiempo. Me entraban ganas de llorar por momentos, pero debia ser fuerte y asegurarme muy bien lo que estaba pasando en mi vida, en mi jodida vida. Miraba continuamente hacia atras para cerciorarme de que no nos seguia ningun coche. Parecia que todo estaba bien, pero claro tampoco yo era una experta en espionaje, salvo lo que habia visto en algunas peliculas, donde habia estado mas pendiente de Dany Craig y Tom Cruise que de la trama y el argumento. Joder, era una analfabeta hasta para ver peliculas. El taxi se detuvo frente a la casa de mi amiga. Pague y no dije adios. Si hubiera podido escupirme aquel pobre taxista, lo habria hecho. Me lo merecia por el corte que le habia dado nada mas subir al vehiculo. Toque el timbre del portero automatico. Era un segundo piso. Andrea me abrio. Antes de meterme en el portal, volvi a mirar atras. No vi nada raro. Cuando me plante delante de la puerta de la casa de mi amiga, la flipada de la Andrea se me puso a hacer preguntas sobre mi vida personal para asegurarse de que era yo quien estaba en el descansillo. -Andrea, ?tu eres gilipollas? - le grite harta de responder a toda clase de preguntas. -No se que me pasa. Estoy muy nerviosa - dijo ella con voz de nino que se ha perdido en una playa. -Abre de una puta vez. !!Abre!! - grite demostrando que estaba hasta los huevos de todo aquello. Yo estaba alucinando con lo que me estaba pasando. Se hizo un silencio y, a los pocos segundos, me abrio la puerta. -Pasa - dijo secamente. -Claro que paso. No veas mas peliculas que luego te afectan a la cabeza - dije yo con actitud de reproche. -Joder, tia, ya te lo he dicho. Estoy muy nerviosa, ?sabes? -Una cosa es estar nerviosa y otra cosa es que te creas Castle o la jodida Agatha Christie - dije yo frunciendo las cejas. -Vale, perdona. Es que no se lo que hago. Llegue al comedor y me sente en su raquitico sofa del IKEA. -Tia, a ver si cambias los muebles de una vez. Esto parece del siglo pasado - dije yo intentando quitarle tension al ambiente. -Lo se, pero es que no llego a fin de mes. Alguna vez lo hare - dijo ella apenada, sentandose a mi lado. -?Que demonios pasa? - pregunte yo con ansiedad. -Es todo muy fuerte, Ainara. Muy fuerte. He temido por tu vida. Solo te pido que no te desmayes cuando te lo cuente todo de lo que me he enterado - dijo ella haciendose la interesante. -No me jodas. Tan fuerte es lo que me tienes que contar.