Ver todos los libros de: Ruby Martinez
Tengo un sueno infernal pero nada que puedo conciliarlo. Odio los hospitales. Me hacen transportarme a cuando tenia diez anos y aquel accidente paso. Ahora, once anos despues, es tiempo que aun me sigue afectando la muerte de mis padres en aquel tragico accidente del que milagrosamente sali con vida. El estar aqui me deprime, sin embargo, tengo que hacer el mayor de mis esfuerzos. No puedo ser malagradecida, mi tia no se lo merece, ademas de que soy su unica familia. La tia Christina se encuentra hospitalizada desde ayer, tuvo un sangrado que hizo que su embarazo se convirtiera de alto riesgo. Cuando llegue de la universidad la encontre tirada en la alfombra de la sala, sangrando. Inmediatamente llame a emergencias y en cuestion de minutos llegaron a atenderla, trasladandonos hasta aqui. Segun lo que el medico nos dijo a ambas, fueron los fuertes golpes recibidos los que provocaron un desprendimiento de la placenta. Me pregunte cuales serian esos fuertes golpes, pero no llegue a ninguna conclusion. Me atrevi a preguntarle a mi tia, a lo que me contesto nerviosamente: --Estaba poniendo las cortinas en el cuarto de Becky, me he resbalado y he caido. Me arrastre hasta la sala para llamarte al percatarme del sangrado, despues llegaste. Que le crea su abuela, porque yo no. !Las cortinas que mando a hacer a medida aun no llegan! ?Por que mi tia, que es como mi madre, me esta mintiendo? Pero no puedo encontrar otra explicacion aparte de la que me ha dado. No hay indicios de robo ni nada. En fin, a causa de esa mentira es que ahora esta internada en este horroroso hospital, metida en esa cama, con un embarazo de alto riesgo encima, justo cuando ya esta a menos de un mes de dar a luz. Deambulando por el hospital me pongo a pensar en la cantidad de gente que dia con dia se encuentra aqui. Unos por gusto --me refiero a enfermeros, doctores y el personal--; otros por azares del destino. Todos regresan a casa, unos fisicamente, otros en espiritu. Entro al cuarto de mi tia, su doctor esta ahi hablando con ella. En cuanto reparan en mi, ambos callan. Tienen cara seria. --?Pasa algo? --pregunto, temiendo oir la peor de las respuestas. --Nada malo --dice el medico--. Le decia a la senora Christina que ya estamos preparando su alta, podran irse en un par de horas. Eso si, tendra que hacer reposo total y cero disgustos. --Hace enfasis en disgustos. Otro indicio mas de que lo que paso no fue un accidente. Pero entonces, ?que? Sea lo que sea lo descubrire tardeo temprano. Hemos llegado a casa. Ya deje a mi tia en su cuarto y ahora me dispongo a limpiar todo el desastre de la sangre. Mas bien tendre que tirar la alfombra, no creo haya manera de que esas manchas salgan. Mientras voy enrollando la alfombra, vislumbro un pequeno objeto sobre ella. Es una cadena con un dije de aguila. Que raro. Mio no es y dudo sea de mi tia. Me la guardo en el bolso del pantalon, ya tendre mas tiempo de observarla minuciosamente. Cargo la alfombra queriendo llevarla hasta el contenedor de basura que tenemos afuera. Frente a nuestra casa se encuentra nuestro vecino Irvin lavando su Camaro antiguo. Se percata de que voy batallando con la pesadez de la alfombra y rapidamente corre hasta mi para quitarmela de encima. --Oye, te ayudo con eso. Irvin es el chico del que cualquier chica se puede enamorar. Por su atractivo, claro. Todo musculos, ya saben... Pero no es el chico que se enamora de cualquier chica. Lo conozco desde hace tres anos, cuando entramos a la universidad. No es alguien de una noche o con quien pasar el rato. No. El es el chico de las relaciones serias. Nos llevamos muy bien. --Te lo agradezco, Irvin. Si esta muy pesada. --?De que esta manchada? --pregunta depositandola en el contenedor. --Sangre. --Titubeo al decirlo--. Pero no es de ningun homicidio si es lo que piensas --aclaro. --No me paso por la cabeza --sonrie--, pense mas bien en un accidente. Quizas el vio si alguien estuvo ayer aqui con la tia Christina. Nada pierdo con preguntar. --?Irvin, de casualidad no viste si alguien estuvo ayer por aqui? ?Algun desconocido? Irvin frunce el entrecejo pensando en lo que le he preguntado. --No, nada inusual. ?Paso algo, Er? Niego ligeramente con la cabeza. --Estabamos esperando a alguien de fuera y como ayer no estuvimos en toda la noche... --Miento--. Mi tia se resbalo y eso le provoco un sangrado. --Suelto un suspiro que hasta ahora me doy cuenta estaba reteniendo --. Su embarazo ahora es de alto riesgo. --Lo siento mucho, Er. Si necesitas cualquier cosa, en el momento que sea, no dudes en llamarme. --Toma una de mis manos entre las suyas. Eso ha sido extrano. --Gracias, Irvin. --Me suelto de su agarre, sonriendole--. Debo volver adentro. Asiente. Ya adentro preparo una cubeta con suficiente agua y jabon para fregar el piso por si quedaron restos de lo sucedido. Antes de ponerme a ello doy una vuelta por el cuarto de mi tia. Esta dormida. Asi esta mejor, que descanse. Despues de media hora y una buena fregada al piso, me dirijo muerta de cansancio a mi habitacion. Gracias a Dios que manana es fin de semana y no hay escuela, de lo contrario, de todas formas no iria. No podria con mi alma. La alarma suena a las ocho de la manana, la he puesto temprano para preparar el desayuno a mi aun no nacida prima Becky y a mi tia. Paquete completo. Como dicen por ahi: "Quien quiere a la vaca, quiere al becerro". Antes de comenzar a cocinar me hago un mono alto en el cabello para evitar que el desayuno termine con pruebas de mi ADN. Saco del refrigerador todo para hacer hot-cakes: huevos, leche, harina, mantequilla, y mi acompanamiento favorito, dulce de leche liquido. Preparo la mezcla disponiendome a echar la primera cucharada sobre el comal ya precalentado, esperando me salgan redonditos. Fallo estrepitosamente, todos se desbordan. Vierto lo ultimo que queda de mezcla ya sin la esperanza de que alguno salga como deseo. !Oh, sorpresa! Este ultimo ha salido redondito, y es este ultimo el que llevare a mi tia para que piense que esta lucha contra los hotcakes redondos, la he ganado. Acomodo todo sobre una mesita: plato de hot-cakes con dulce de leche encima. Otro mas de frutas con chocolate liquido y, por ultimo, un vaso con leche y otro de jugo de naranja. Espero no ser la culpable de que le de diabetes, pero mi Becky tiene que estar bien alimentada para cuando llegue a este mundo. Cargo todo dirigiendome hasta su cuarto. Ya esta despierta leyendo uno de sus tantos libros. --He traido el desayuno --le anuncio. --Gracias, hija. Becky anda ya muy impaciente. --Se frota su enorme barriga. Ya que estamos hablando de Becky... volvere a indagar a ver si ahora si decide hablarme con la verdad sobre lo que le paso. --?Donde dejaste las cortinas de la bebe, tia? Deja de picar su desayuno para prestarme atencion. --No las han traido --dice sin mas. --Entonces, ?cuales estabas colocando ayer que te caiste? Entrecierra los ojos. Ya sabe hacia donde me dirijo. Por lo mas sagrado en el cielo, espero no siga ocultandome cosas. --?Por que no me crees lo que te digo, Eralda? --Se molesta--. Ya te conte lo que sucedio. Me resbale de la silla provocando el golpe y asi el sangrado, no hay nada mas que contar. ?Y ella espera que me trague ese cuento? !Pero si soy de su sangre! Es como cuando era nina y le dije que el gato se comio todo el chocolate estando yo toda embarrada de el. A que no es creible, ?verdad? --De acuerdo, lo haremos a tu modo, tia. --Abre los ojos como plato --. Esta de mas decirte que no me trago ni una de tus palabras, perdoname. Abre la boca para decir algo, pero mejor la cierra. Es lo mejor, no quiero terminar discutiendo por una hipotesis que he formado. Salgo del cuarto para ir al de Becky, ya en unos dias la tendremos con nosotras. Mi camino se ve interrumpido por el toque del timbre, voy hasta la puerta deteniendome antes para ver por la rendija quien es. Jim, mi novio. --Hola, Jim --lo saludo acercandome para darle un beso, el cual esquiva. ?Y ahora que le pasa? Frunzo el entrecejo. --Te estuve marcando todo el dia de ayer, Er --dice malhumorado--. ?Por que no me contestabas? ?Ya sales con otro? Jim y sus celos de adolescente. ?Cuando entendera que ya somos adultos? Quiza el se quedo con la mentalidad de un chico de dieciseis. --No me hables asi, imbecil, mide tu tono la proxima vez. --Me ve como si me hubieran salido dos cabezas--. Si vienes aqui para hacerme una escena de celos, mejor regresa por donde viniste. Cierro la puerta en sus narices. De un tiempo para aca, Jim se esta volviendo mas celoso y controlador. Quiere que le de informes, santo y sena de a donde voy todo el dia y todos los dias. Si caigo en su juego me expongo a que me arme una escena; si solo lo ignoro me evito un disgusto. Ya saben cual es la mejor opcion. --!Er, abre la maldita puerta! --espeta. --!Que te den, Jim! --grito--. Vuelve cuando quieras ha-blar. Antes no. Me tumbo en el sillon soltando un suspiro de frustracion. La relacion con Jim ya no da mas, deberiamos cortar por lo sano. Dudo que eso le guste, gracias a Dios no soy una mujer sumisa a la que pueden controlar, decir o no que hacer.
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ruby martinez