• el tiempo de la igualdad - Jacques Ranciere

    https://gigalibros.com/el-tiempo-de-la-igualdad.html

    La presente obra, compuesta por una seleccion de entrevistas realizadas entre 1981 y 2007, despliega todas las cuestiones que, con el paso de los anos, se han revelado fundamentales en el pensamiento de Jacques Ranciere, el destacado filosofo frances discipulo de Louis Althusser, con quien colaboro en la redaccion de Para Leer El capital.

  • El tiempo de la igualdad - Herder Editorial

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    El tiempo de la igualdad · Diálogos sobre política y estética · Datos del libro · Palabras claves · Sinopsis · Otros libros relacionados.

  • Tiempo de la igualdad. Diálogos sobre política y estética ...

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  • EL TIEMPO DE LA IGUALDAD - JACQUES RANCIERE

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    Comprar el libro El tiempo de la igualdad de Jacques Rancière, Herder Editorial (9788425427640) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra librería online ...

  • el tiempo de la igualdad - Casa Tomada

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    EL TIEMPO DE LA IGUALDAD. ... Casa Tomada LIbros y Café ... que gira en torno a la lucha de clases y la igualdad, a partir del juego de preguntas y ...

  • el tiempo de la igualdad - Machado Libros.

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    EL TIEMPO DE LA IGUALDAD. DIÁLOGOS SOBRE POLÍTICA Y ESTÉTICA, RANCIÈRE, JACQUES (1940), 24,90€. La presente obra, compuesta por una selección de entrevista.

  • el tiempo de la igualdad - Librería Luces

    https://www.librerialuces.com/es/libro/el-tiempo-de-la-igualdad_454268

    Conocido internacionalmente por su libro El maestro ignorante y por sus estudios sobre los movimientos obreros del siglo XIX, el marxismo y el Mayo del 68, sus ...

  • El tiempo de la igualdad - Librería Luzvi

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    El tiempo de la igualdad. ... que gira en torno a la lucha de clases y la igualdad, a partir del juego de preguntas y respuestas ... Otros libros del autor.

  • El Tiempo de la igualdad - Jacques Rancière - Editorial ...

    https://herder.com.mx/es/libros-books/el-tiempo-de-la-igualdad/jacques-ranciere/herder

    Colección: Herder: Pensamiento Herder. Clasificación: Todos >> Ciencias sociales >> Política. Libro ...

  • Tiempo de la igualdad, El. Diálogo sobre política y estética ...

    https://pendulo.com/libro/tiempo-de-la-igualdad-el_236845

    Tiempo de la igualdad, El. Diálogo sobre política y estética, Ranciere, Jacques, $774.00. La presente obra, compuesta por una selección de entrevistas ...

  • Tiempo de la Igualdad. Dialogos sobre Politica y Estetica, el ...

    https://km5.uninorte.edu.co/fichaLibro?bookId=3080

    Tapa del libro Tiempo de la Igualdad. ... que gira en torno a la lucha de clases y la igualdad, a partir del juego de preguntas y respuestas que agiliza el ...

  • Deseado (Trilogia Deseo 1) – J. Kenner de J. Kenner

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    Deseado, la primera entrega de la trilogia <> de J. Kenner, nos sumerge en una historia llena de emociones intensas, erotismo y tension sexual.

  • Amor y calabazas de Vanessa Lorrenz

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    Hope estaba pasando por un momento caotico que ella definia como: el apocalipsis de su vida. Alguien estaba tratando de destruir su carrera como columnista en un periodico de renombre. Y su editora la habia enviado al ultimo lugar donde puede salvar su carrera, pero. ?una granja de calabazas?
    Acompana a Hope a descubrir que es lo que sucede cuando mezclas amor y calabazas.

  • El lamento de los inocentes, Marcos Nieto Pallares de Marcos Nieto

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    ?Y si nos muestra sus cartas?:
    escuchamos lamentos, ruegos, gritos y suplicas.
    ?Y si, ademas, nos muestra tambien sus actos?:
    sangre, impactos de bala…, ojos en blanco.
    ?Y si todo acontece en tiempo real?
    ?Que ocurre entonces?
    Sucede que el deber me llama.

  • Los senores del tiempo (La ciudad blanca 3) de Eva Garcia Saenz , Eva Garcia Saenz De Urturi

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    Vitoria, 2019. Los senores del tiempo, una epica novela historica ambientada en el medievo, se publica con gran exito bajo un misterioso pseudonimo: Diego Veilaz.

  • Leccion de amor de Ebony Clark

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    Muchas personas en Juanita Fun creian que Lane McCrane era una mujer sin sentido del humor. Su palido rostro enmarcado por aquella espesa mata de cabello castano oscuro, sus ojos azules y los generosos labios que sonreian escasamente, podrian haber hecho de ella mujer hermosa si lo hubiese permitido. De hecho, lo era aun cuando ella pretendiera todo lo contrario, esforzandose lo minimo en destacar sus encantos. La forma en que rehuia la coqueteria confirmaba que no estaba interesada en destacar entre una multitud. Lane solia vestir de manera informal, con ropa comoda que le permitiera moverse con agilidad entre sus pequenos alumnos y con la que no tenia que preocuparse del peligro de las manchas de chocolate y otras sustancias que hacian gritar de pavor a las demas maestras. Mejor unos tejanos que una falda corta. Mejor una camiseta de algodon que unos inutiles volantitos. Mejor zapatillas planas que arriesgados zapatos de tacon. Mejor convenientemente vestida que sugerentemente medio desnuda. Ninguno de sus companeros de trabajo habia podido averiguar si aquel empeno de la joven en esconder cada centimetro de su cuerpo respondia a un alarde de puritanismo o por el contrario, ella deseaba ocultar alguna espantosa cicatriz. O sencillamente, y aquella era la opinion mas extendida, a Lane McCrane no le importaba si los demas la consideraban o no atractiva. De cualquier modo, nadie se habia interesado lo bastante como para tratar de descubrirlo. Nadie sabia nada de ella mas que lo que ponia en las excelentes referencias que habia aportado en su curriculo. Por supuesto, aquellas referencias habian sido comprobadas con meticulosidad como era costumbre en la escuela. Veintiocho anos, de madre norteamericana, se habia criado en un orfanato despues de que su padre las dejara y su madre fuera internada en un sanatorio. Por desgracia, la madre de Lane se habia abandonado al alcohol y los medicos la habian desahuciado cuando Lane solo contaba con cinco anos. Y asi, del orfanato a unos cuantos hogares de acogida, era un milagro que hubiera sobrevivido y sacado su titulo de maestra con excelentes notas. Sus antiguos profesores se sentian orgullosos de poder hablar bien de la senorita McCrane, aunque no ocultaron su sorpresa cuando la senora Andrew les habia llamado desde aquel pequeno pueblo perdido en la geografia del arido paisaje de Nuevo Mexico, la Tierra de Encanto. Habian creido que Lane estaria ya casada y seria madre de uno o dos crios. Pero no. Por alguna razon, ella estaba alli. En Juanita Fun, el lugar donde la gente se levantaba a las dos de la madrugada con el unico objetivo de ver cruzar una estrella fugaz. Fuera como fuera, Lane McCrane habia elegido aquel sitio para echar raices. Era cuanto sabian de ella. Nada de novios ni amigos ni familia. Por lo mismo, no era extrano que fuera algo hurana en sus relaciones personales. Los demas profesores la saludaban cada manana mientras servian el cafe en sus tazas, pero evitaban cualquier contacto. <>, la llamaban a sus espaldas, aludiendo a su agrio caracter y en mas de una ocasion, la misma Lane habia escuchado aquel comentario por los pasillos, aunque fingia que no le dolia. Incluso por el pueblo la llamaban ya asi y la senora Andrew creia que no era justo para ella. Una mujer tan joven y bonita... Merecia algo mas que la compania de Patty Sims, otra profesora y quiza su mejor y unica amiga, y de unos cuantos mocosos, por mas que ella siempre dijera que su trabajo era lo mas importante en su vida. Lane era una joven agradable con sus pequenos alumnos, no cabia duda. Les escuchaba, se preocupaba por ellos y les dedicaba toda su atencion. Siempre tenia una palabra amable a pesar de que eran unos diablillos incansables. Y durante las clases, Lane se transformaba y dejaba de ser la mujer seria e inaccesible a cuyos pensamientos nadie podia llegar. Los chicos de su clase la adoraban en realidad. Pero con los adultos era otra historia. Es lo que pensaba todavia la directora de la Escuela Clarence cuando Lane se sento y la miro con expresion preocupada. La senora Andrew sonrio para tranquilizarla. En los dos meses que Lane McCrane llevaba trabajando alli, nunca habian recibido una sola queja sobre su comportamiento con los ninos. De hecho, muchos padres habian elogiado el trabajo que realizaba con ellos. Decian que sus hijos se mostraban mas receptivos, creativos y educados y lo achacaban al buen hacer de su maestra. Sin embargo... Echo una breve ojeada a la nota enviada por Clyde Bransow. La habia dejado sobre la mesa intencionadamente. Queria ver la reaccion de Lane cuando la descubriera porque, a pesar del aprecio que sentia por la nueva maestra, necesitaba estar segura de que no se equivocaba con ella. Hasta el momento, solo disponia de la version de Clyde, no muy fiable por cierto, dado su mal caracter y escasa paciencia. AmeliaAndrew conocia a Clyde desde que era un mocoso y sabia distinguir por el contenido de su nota cuando estaba realmente enfadado. Mientras la leia le venia a la mente una clara imagen del hombre: la mandibula apretada, escupiendole las palabras al papel, contrariado por el atrevimiento de la maestra, quien, por otro lado y como el mismo seguramente habria deseado anadir, <>. Era el estilo de Clyde. Ruidoso como un toro en una cristaleria, preparado para ponerse sus pinturas de guerra siempre que la batalla mereciera la pena. Por otro lado, y aqui es donde empezaba a preocuparse, estaba complemente segura de que el temperamental Clyde estaba a punto de conocer a un adversario de su talla. Lo peor de todo es que sospechaba que ninguno de los dos cederia un milimetro, por lo que su papel de mediadora se presentaba bastante dificil. --Senorita McCrane, ?sabe por que la he hecho venir a mi despacho? --pregunto con tono amable; era importante romper la tension en el ambiente. Lane le devolvio la mirada, sin poder evitar que sus ojos volaran con cierto disimulo hasta la nota firmada con el apellido Bransow. --Creo que si, senora Andrew --contesto y su voz era firme--. Es por el chico Bransow, ?no es asi? --En efecto. Parece que el pequeno Ben ha tenido problemas ultimamente --observo, aguardando la reaccion de la joven. Lane no dijo nada--. ?No va a contarmelo, Lane? --No es importante --mintio, pensando que era lo mejor para el chico. Lane se mordio los labios con una mezcla de rabia y remordimientos. ?Por que habia tenido que dirigirse a la senora Andrew precisamente? Clyde Bransow podia haber contestado a alguna de las diez notas que le habia enviado para citarle en la escuela. Sinceramente, habria querido solucionar aquello sin que las cosas fueran a mayores, pero aquel incidente el dia anterior... El terrible comportamiento de Ben lo habia acelerado todo. Y ahora, debia justificar ante la senora Andrew su silencio y se sentia fatal por haberselo ocultado. --?En serio? Entonces, ?puede decirme por que su padre me envia esta acalorada nota en la que me pide que le explique por que no somos capaces de controlar a su hijo? --El senor Bransow debio preguntarme primero, antes de enviar esa nota. Quiza debio preguntar tambien a su hijo y asi por lo menos conoceria el sonido de su voz --replico, tratando de mantener la calma. En realidad, le apetecia, y mucho, expresar abiertamente la opinion que le merecia el tal Clyde Bransow. Se contenia como podia. La sangre le hervia en las venas al imaginarse al insociable senor Bransow, dueno del mayor rancho del pueblo y tambien de la mayor cabeza dura por lo que sabia, desoyendo sus peticiones y derivando su responsabilidad como padre, una vez mas. Lane tenia la teoria, y si, aceptaba que estaba siendo prejuiciosa, de que Clyde Bransow habia perdido todo interes por la educacion de su hijo desde la muerte de su esposa, cinco anos antes. Pero sus prejuicios no eran del todo gratuitos. Aunque no solia prestar atencion a los chismes, no podia evitar escuchar algunos. Parecia que el senor Bransow habia sabido rodearse de gente amable y eficiente que le hiciera aquel trabajo. Personas que, como ella, suplian con su carino las atenciones que Clyde seguramente negaba a su hijo. Y aunque solo le habia visto en una ocasion, durante el baile de inauguracion del nuevo aserradero, habia bastado para que la mala imagen que tenia de el se confirmara.

  • Lecciones privadas de Linda Howard

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    El pequeno pueblo de Ruth, Wyoming, esta a punto de recibir una leccion de manos de una profesora recien llegada dispuesta a ganarse el corazon de un hombre que creia no tener ya nada que ofrecer. Mary Elizabeth Potter es una solterona por eleccion que no se hace ilusiones respecto al amor. Pero es tambien una buena profesora… y quiere que el hijo de Wolf Mackenzie vuelva al colegio. Para conseguirlo, se enfrentara al padre del chico y a partir de ese instante padre e hijo entraran en su vida, cambiandola para siempre. Sobre Wolf Mackenkie pesa todavia el estigma de un crimen que no cometio, pero para la pudorosa Mary Elizabeth Potter no es ese salvaje medio indio al que todo el mundo mira con recelo. Para ella, es un hombre bueno y decente. Un hombre capaz de amar. Wolf, sin embargo, no esta seguro de que el pueblo o el mismo esten preparados para aceptarlo. Necesitaba una mujer. Urgentemente. Wolf Mackenzie no podia dormir. La luna, llena y brillante, lanzaba su luz plateada sobre la almohada vacia, junto a el. Su cuerpo palpitaba dolorosamente de deseo, el deseo sexual de un hombre en la flor de la vida, y el paso de las horas solo intensificaba su frustracion. Por fin se levanto y se acerco desnudo a la ventana; su cuerpo, fornido y poderoso, se movia con fluidez. Notaba el suelo de madera helado bajo los pies descalzos, pero agradecia aquella leve molestia, que enfriaba su sangre enardecida por un ansia sin cauce. La luz incolora de la luna labraba las lineas y angulos de su cara, testimonio vivo de su legado ancestral. Su cara, mas aun que la densa cabellera negra que tocaba sus hombros o que los ojos negros de pesados parpados, delataba su origen indio, visible en sus pomulos altos y salientes y en su frente despejada, en sus labios finos y en su nariz aguilena. Menos evidente pero igual de intensa era la herencia celta que habia recibido de su padre, al que tan solo una generacion separaba de las Tierras Altas de Escocia. El legado paterno habia suavizado los rasgos indios heredados de su madre, dotando a Wolf de un rostro afilado como una espada, tan depurado y cortante como recio. Por sus venas corria la sangre de dos de los pueblos mas belicosos de la historia: los comanches y los celtas. Era un guerrero nato, y en el ejercito se dieron cuenta de ello nada mas alistarse. Pero era tambien un hombre sensual. Conocia bien su naturaleza y a pesar de que la dominaba, habia veces en que necesitaba una mujer. Cuando eso sucedia, solia hacerle una visita a Julie Oakes. Julie era una divorciada, varios anos mayor que el, que vivia en un pueblecito a treinta kilometros de alli. Sus relaciones duraban ya cinco anos; ninguno de los dos queria casarse, pero tenian necesidades, y se gustaban. Wolf procuraba espaciar sus visitas a Julie, y tenia cuidado de que nadie lo viera entrar en su casa. Aceptaba desapasionadamente el hecho de que los vecinos se escandalizarian si descubrian que Julie se acostaba con un indio. Y no con un indio cualquiera. Una condena por violacion marcaba a un hombre de por vida. Al dia siguiente era sabado. Lo esperaban sus tareas cotidianas, y tenia que ir a recoger un cargamento de tablones para el cercado a Ruth, el pueblecito situado al pie de su montana. Pero las noches de los sabados habian sido siempre para desmadrarse. El no se desmadraria, pero iria a hacerle una visita a Julie y se desfogaria en su cama. La noche se iba haciendo cada vez mas fria, y unas nubes densas y bajas se acercaban. Wolf se quedo mirandolas hasta que taparon la luna. Sabia que anunciaban otra nevada. No queria regresar a su cama vacia. Su rostro permanecia impasible, pero su sexo palpitaba dolorosamente. Necesitaba una mujer. Mary Elizabeth Potter tenia un sinfin de pequenas tareas de las que ocuparse aquella manana de sabado, pero su conciencia no le permitiria descansar hasta que hablara con Joe Mackenzie. El chico habia dejado la escuela hacia dos meses, uno antes de que ella llegara a ocupar el puesto de una profesora que se habia marchado inesperadamente. Nadie le habia hablado del chico, pero Mary se habia tropezado con su expediente y lo habia leido por curiosidad. En el pueblecito de Ruth, Wyoming, no habia muchos alumnos, y Mary creia conocerlos a todos. Habia, en realidad, menos de sesenta estudiantes, pero el indice de los que llegaban a graduarse era casi del cien por cien, de modo que cualquier desercion resultaba extrana. Al leer el expediente de Joe Mackenzie, se habia quedado de piedra. Aquel chico era el mejor de su clase. Sacaba sobresalientes en todas las materias. Los alumnos que iban mal se desanimaban y dejaban los estudios, pero la vocacion docente de Mary se rebelaba ante la idea de que un alumno tan excepcional abandonara el colegio asi como asi. Tenia que hablar con el, hacerle comprender lo importante que era para su futuro que siguiera estudiando. Dieciseis anos eran muy pocos para cometer un error que lo perseguiria de por vida. Ella no podria pegar ojo hasta que hubiera hecho cuanto estuviera en su mano para convencer a aquel chico de que volviera a la escuela. Por la noche habia vuelto a nevar y hacia un frio que pelaba. El gato maullaba lastimosamente mientras olfateaba alrededor de los tobillos de Mary, como si tambien el se quejara del tiempo. --Lo se, Woodrow --consolo al animal--. El suelo tiene que estar frio para tus patitas. No le costaba trabajo ponerse en el lugar del gato. Le parecia que no habia tenido los pies calientes desde que habia llegado a Wyoming. Se habia prometido que, antes de que llegara el siguiente invierno, se compraria un par de botas fuertes y calientes, forradas de piel y resistentes al agua, y andaria por la nieve como si llevara haciendolo todo la vida, como una lugarena. Las botas le hacian falta ya, en realidad, pero los gastos de la mudanza habian agotado sus magros ahorros, y las ensenanzas que le habia inculcado su ahorrativa tia Ardith le impedian comprarlas a credito. Woodrow maullo otra vez cuando se puso los zapatos mas calentitos y juiciosos que tenia, los que ella llamaba sus <>. Se detuvo para acariciar a Woodrow detras de las orejas, y el gato se arqueo, extasiado. Mary habia heredado a Woodrow junto con la casa que le habia proporcionado la junta educativa. El gato, igual que la casa, no era gran cosa. Mary ignoraba cuantos anos tenia, pero tanto el como la casa parecian un poco avejentados. Ella siempre se habia resistido a comprarse un gato (aquello le parecia el colmo de la vida de una solterona), pero finalmente su sino le habia pasado factura. Era una solterona. Ahora tenia un gato. Y llevaba serios zapatos de solterona. El cuadro estaba completo. --El agua busca sola su nivel --le dijo al gato, que la contemplaba con su impavida mirada-- Pero ?a ti que mas te da? A ti no te importa que mi nivel parezca detenerse en gatos y zapatos serios. Suspiro al mirarse en el espejo para asegurarse de que estaba bien peinada. Su estilo eran los zapatos serios y los gatos, y el ser palida, flacucha e insignificante. <> era un buen termino para describirla. Mary Elizabeth Potter habia nacido para solterona. Iba todo lo abrigada que podia ir, a no ser que se pusiera calcetines con aquellos zapatos tan serios, pero hasta ahi no llegaba. Ponerse unos lindos calcetines blancos de los que llegaban justo por encima de los tobillos con una falda larga de vuelo era una cosa, y ponerse calcetines hasta la rodilla con un vestido de punto, otra bien distinta. Estaba dispuesta a prescindir de la elegancia con tal de ir abrigada; pero no estaba dispuesta a ir hecha un adefesio. En fin, no tenia sentido posponerlo; de todos modos, el tiempo no mejoraria hasta la primavera. Se preparo para aguantar la embestida del aire frio contra su cuerpo, todavia acostumbrado al calor de Savannah. Habia dejado su pulcro nidito de Georgia por el desafio de una pulcra escuela en Wyoming, por la ilusion de una forma distinta de vida; incluso reconocia en si misma una leve ansia de aventura, un ansia que, naturalmente, jamas permitia que aflorara. Pero, por alguna razon, no habia tenido en cuenta la cuestion del clima. Habia dado por supuesta la nieve, pero no las asperas temperaturas. No era de extranar que hubiera tan pocos alumnos, penso al abrir la puerta, y dejo escapar un gemido cuando el viento le lanzo un latigazo. Hacia tanto frio que los adultos no podian desvestirse para engendrar ninos.

  • Perseguida por su pasado de Cassie Miles

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  • Robinson Crusoe de Daniel Defoe

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    Despues de ser apresado y convertido en esclavo en Africa, como consecuencia de un naufragio, Robinson Crusoe llega a una isla deshabitada cerca de la desembocadura del rio Orinoco y se enfrenta al reto de crear un nuevo modo de vida, partiendo de cero.

  • Historias de una becaria incorrecta de Becaria

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    El libro politicamente incorrecto de una becaria politicamente incorrecta.

  • La jaula del Rey, Victoria Aveyard de Victoria Aveyard

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    ?Que pasara cuando la chispa de la Nina Relampago se apague?, ?quien iluminara entonces la senda de la rebelion? Debilitada y prisionera, privada de su potente rayo y atormentada por sus errores, Mare Barrow se ha postrado a los pies de un traidor. La otrora <> vive ahora a merced del joven que alguna vez amo, Maven Calore, espurio rey de Norta, quien continua su malevola campana de expansion y genocidio. Pero mas alla de las murallas palaciegas, la rebelion Roja crece y se multiplica; y el joven principe Cal, legitimo heredero del trono, hara todo lo posible por rescatar a su amada. Sangre roja y plateada correra por pasillos y plazas. !Que resuenen poderosos los tambores de guerra! !Que todo arda!

  • Perdoname… me enamore de Viktoria Yocarri

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  • La saga de la mandragora de Nuria Munoz Aige

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    Cuando tres excursionistas novatos sufren un terrorifico accidente y se extravian cerca del pico de Aneto, empieza para ellos una gran aventura sobrenatural que los transportara a un mundo que creian imposible: subitas grietas que se abren en un glaciar, un inquietante pueblo de otros tiempos inexistente en el mapa y, por encima de todo, la constante presencia de una malvada saga de criaturas singulares que parece haber sobrevivido al paso de los siglos.
    A lo largo de la novela, el presente de un pueblo del Pirineo aragones se entrelaza de manera escalofriante con la Edad Media, con la construccion de sus iglesias romanicas, sus supersticiones e incluso sus inquisidores en busca de brujas.
    Y todo, para acabar descubriendo sorprendentemente como ellas, a pesar de todo, siguen entre nosotros.

  • Secuestro en el tiempo de Cristina Gomez Esquius

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    Julia es una joven con una vida tranquila y monotona que vive en la Barcelona del 2013 y que, por un cambio fortuito del destino, desaparece sin dejar rastro. Mientras su familia, con su hermano Santi a la cabeza, la busca desesperadamente, ella se encuentra en otro lugar que, de alguna forma, no le es desconocido del todo. Su alma habra de revivir de nuevo en el Londres desapacible, oscuro y humedo de 1685, y su vida dejara de ser gris, para convertirse en una gran aventura en la que debera descubrirse a si misma en un contexto tan desconocido para ella como es el siglo XVII Anos mas tarde y al borde de la muerte, la madre de Julia comprende al fin que su hija no desaparecio nunca… fue secuestrada por el tiempo.

  • El caso Newton de Anton Arriola

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    Bilbao, noviembre de 2001. Transcurridos apenas dos meses desde la destruccion de las Torres Gemelas, se desata en la ciudad vasca una cadena de extranos atentados. Uno tras otro, los pilares de la sociedad se ven golpeados: simbolos religiosos, centros culturales, patrimonio cientifico. Mientras la ciudadania se va sumiendo en el desconcierto, el asalto a la biblioteca de un catedratico de la Universidad de Deusto ha dado inicio a una segunda cadena de crimenes.

  • Resurgir (Cronicas de Onteira 2) de Andrea Menendez

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    Los caminos de Emma y Jack se han separado inevitablemente. Ella debe encontrar una forma de controlar su magia, que amenaza con destruirla, y el esta a punto de guiar a su pueblo a la guerra.En este mundo, nada salvo la victoria importa. Las profecias amenazan con robarles todo lo que quieren: incluso la vida misma.El camino es largo, la batalla es dura, y con una simple accion, todo lo que conocen podria destruirse.?Preparado para la batalla?

  • Una mirada azul en un anden de Yaiza Castro

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    ?Es el destino, o el azar el que elige nuestro camino? Si tomamos el camino equivocado, ?Es el destino, o la casualidad quien endereza nuestra vida? Estas dos cuestiones son las que se plantea Carla, la protagonista de esta historia de amor donde pasado, presente y futuro se entrelazan, y su corazon se divide entre dos amores surgidos de dos encuentros fortuitos en un anden. A partir de ese instante, las mas ingeniosas y divertidas situaciones se sucederan a lo largo de una historia en la que acompanaras a la protagonista en cada cita con Hans, el atractivo austriaco con un misterioso pasado, y a Gael, su amor de infancia, que ha vuelto a su vida de la forma mas inesperada.

  • El chico de las bobinas de Pere Cervantes

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    Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el dia en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de peliculas. El dia de su decimotercer cumpleanos es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye despues de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la epoca; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policia sin escrupulos. El hecho de que el moribundo le de el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrara a este a resolver un secreto del pasado por el que pagara un alto precio.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • El capitan Hayden y la tramposa de Sandra Bree

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    Una novela romantica, ambientada en la epoca victoriana, que te hara reir y enamorarte.

  • Superar la dislexia de Luz Rello

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    Un 10 % de la poblacion sufre dislexia, por lo que en Espana se calcula que unos 600.000 ninos tienen dislexia y no lo saben. Una <> que les condena al fracaso escolar sin tan siquiera ser conscientes de ello. Luz Rello tambien fue una nina con dislexia y, tras anos de estudio e investigacion, nos presenta una obra con todas las herramientas que tenemos actualmente a nuestro alcance para combatir la dislexia y ayudar a los ninos y ninas a cumplir sus suenos.

  • Segundas oportunidades. Decisiones (Victoria 4) de Mia J. F

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    Jhon Greene ha descubierto el engano de Kata O'Donell, situacion que deja muchos corazones rotos, ?Que se debe hacer despues de descubrir que la persona de la cual te enamoraste, te ha estado mintiendo?

  • Suicidio Perfecto de Petros Markaris

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    Tras haber sobrevivido al disparo recibido mientras resolvia su anterior caso (Defensa cerrada), el comisario Jaritos arrastra una aburridisima existencia de convaleciente lejos del ajetreo policial. Una noche, mientras ve pasar las noticias por el odiado televisor, una escena lo arranca de cuajo de la mediocre monotonia en que ha caido: en medio de una entrevista, un celebre empresario griego saca una pistola y comete un acto que deja pasmados a todos los televidentes. ?Por que un hombre de negocios tan discreto y bien considerado realiza una accion tan espectacular? El instinto del viejo sabueso despierta y Jaritos se pone en movimiento. Aunque esta de baja y otra persona ha ocupado su despacho en las dependencias de la policia, el olfato del comisario es insustituible para esclarecer un caso cuyas repercusiones aumentan cada dia. Las pesquisas de Jaritos nos llevaran por la Atenas olimpica, donde se percibe la corrupcion inmobiliaria y la modernizacion creciente convive con el cafe al mas puro estilo griego.

  • Y tenia que ser mi jefe 01 de Norah Carter

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    Estaba nerviosa. Despues de pasar un ano en el paro, despues de que me despidieran de El Heraldo sin darme las gracias siquiera, despues de venirme abajo varias veces, por fin encontraba un nuevo puesto de trabajo en el Diario S. Estaba nerviosa porque, al principio, pense que no me darian ese puesto. El Diario Sol era uno de los periodicos mas prestigiosos del pais y no tenia nada que ver con El Heraldo, de menor tirada y con mucho menos personal. Sabia que no iba a ser facil trabajar alli, que la competencia seria feroz, que ya no tendria el tiempo libre del que disfrutaba ahora, pero tambien era la mejor manera de sobresalir entre algunos companeros de universidad que se habian quedado como meros redactores en prensa local. El Diario Sol era una oportunidad para demostrarme a mi misma de lo que era capaz, de que yo era una mujer tan inteligente como preparada. Seguramente ahora mis nuevos jefes sabrian valorar aquellas cualidades que en El Heraldo no habian sido capaces. La crisis habia hecho estragos en el pais y yo fui despedida simplemente porque fui una de las ultimas en ser contratadas. De nada valia mis amplios conocimientos de marketing ni que me manejara perfectamente en aleman e ingles. Sencillamente habian determinado que el dano para la empresa seria minimo si me indemnizaban ahora, pues era muy joven y llevaba poco tiempo en El Heraldo, asi que en enero estaba en plena Avenida Lagos, con una caja de carton entre mis brazos que contenia boligrafos, mi vieja grapadora, un retrato de mis padres y un libro de poemas, de Pablo Neruda, Veinte poemas de amor y una cancion desesperada. Ahora que habia encontrado un nuevo puesto, estaba esperanzada en que este tipo de cosas no se volviera a repetir, porque verdaderamente me afecto mi salida de aquel periodico. Creia que habia tocado el cielo cuando empece a trabajar en El Heraldo, pero no fue asi. Para ellos mi talento y mi voluntarismo no valian nada. Me quedaba, despues de mi jornada laboral, horas y horas en la redaccion, horas que nunca fueron remuneradas, horas que emplee con mucho interes para ampliar y corregir reportajes. Me deje la piel en aquel periodico y, de repente, una llamada sin ningun tipo de explicacion y una carta de despedida fueron la gratitud a tanto esfuerzo. Maldita crisis. Deseaba que todo fuese ahora diferente en el Diario Sol, aunque estaba segura de que habria de trabajar mucho mas en este nuevo periodico. Me habian asignado la seccion de Publicidad y una seccion como esa no es cualquier cosa, pues los principales ingresos de una publicacion como el Diario Sol provienen de importantes clientes que quieren promocionar sus negocios en prensa. Parece que valoraron positivamente mi curriculum y la entrevista que hice con la jefa de personal dio sus frutos. Recuerdo que sali de aquella conversacion bastante confusa, porque me preguntaron sobre mis relaciones sentimentales. Y yo menti. No se si se dieron cuenta. Supongo que no, porque acabaron contratandome. Les dije que salia con un chico que era profesor de instituto, pues yo queria dar una imagen de persona estable emocionalmente. Si hubieran indagado un poco, habrian descubierto que yo, Davinia, habia sido un autentico desastre en mis relaciones. Sere mas incisiva y dire exactamente que habia sido un puto desastre. Mis parejas no me duraban nada. Estaban a mi lado porque les atraia mi fisico, pero luego, cuando les insinuaba que queria un compromiso solido y duradero, desparecian de mi vista. Sin pelos en la lengua, confesare que sali con autenticos cabrones como un tal Richard, que nada mas salir de casa, solo sabia meterme mano e introducirme su lengua, que parecia la lengua de una jirafa, hasta la garganta. Me dejo a las pocas semanas por una antigua novia. Me explico que yo era una estrecha, la madre que lo pario. Aun no habia salido a la calle, estupendamente maquillada, cuando empezaba a darme lenguetazos que me corria toda la pintura. Parecia un payaso, excusa perfecta para no ir a ningun sitio, sino para meterme en su coche o en casa de su madre a darme un repaso de arriba a abajo. Vamos que follabamos dia si y dia tambien, y va, y me dice que soy una estrecha. Richard es el caso mas radical de novio bruto, egoista y desagradecido. Luego tuve noviazgos mas o menos largos como el de Javier, un companero de El Heraldo, un vigorexico que se metia toda clase de proteinas y hormonas en el torrente sanguineo. Yo sabia que aquello no era bueno. Durante mas de un mes solo me daba piquitos. No era como Richard, ni mucho menos. Una noche, desesperada y excitada, tras salir de una hamburgueseria donde me habia hinchado a patatas fritas y nugguets de pollo y donde el se habia limitado a beber Coca Cola light y a tomar ensalada, decidi meterme mano a su paquete. Me grito. Me prohibio que lo tocase porque necesitaba reservar energias para un campeonato que tendria lugar en Madrid dentro de un mes. Yo me negue y, bromeando, volvi a meterle mano al paquete, pero no habia paquete. Las inyecciones le estaban pasando factura y habian hecho que su pene fuese la cabeza de un lapiz. No deberia comentar esta clase de intimidades, pero, llegados a este punto, me da igual todo.

  • La sala Marte de Rachel Kushner

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    El camino que recorre Romy, condenada a dos cadenas perpetuas, es el que parece programado para ciertas personas y que pone en cuestion el sueno americano: un camino que va directo desde la pobreza hasta la carcel. En La sala Marte entramos de lleno en este mundo extrano situado tras los muros de una prision de mujeres, cargado de detalles y de un idioma y una rutina propios; un mundo aparte pero unido intimamente al del exterior.

  • LOS CADAVERES NO SUENAN: La segunda novela policiaca del agente del FBI Ethan Bush de Enrique Laso

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    Si te apasionaste con ‘Los Crimenes Azules’ volveras a disfrutar con LOS CADAVERES NO SUENAN. Una novela policiaca que esta fascinando a los amantes del genero.
    ENRIQUE LASO regresa con la segunda entrega de la serie de novela negra protagonizada por el agente de la UAC Ethan Bush, impulsado por el exito mundial tanto de ventas como de critica de ‘Los Crimenes Azules’ (ya traducida a 6 idiomas, los derechos cinematograficos comprometidos con Hollywood y con mas de 350.000 copias vendidas)

  • Baila solo para mi de Marta Frances

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    <>
    Esto se repite Clara, cinco meses despues, intentando olvidar lo que sucedio, olvidarlo a el para pasar pagina y dejar de comparar al resto de hombres con aquel chico de ojos verdes.
    Javier la recuerda muchas veces, demasiadas. Sus besos, su cuerpo, como bailaba. No cree que vuelva a verla. Solo sabe su nombre, y es falso.

  • Besos robados de Noelia Amarillo

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    Ha pasado un lustro desde que Raul Garrido, el director mimado del cine espanol, rodo su ultima pelicula. Cinco anos desde que toco fondo y todas las puertas se le cerraron. Cinco anos desde que su vida fue comentada, diseccionada y juzgada por la prensa amarilla.

  • Papa se ha ido de caza de Penelope Mortimer

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    En la urbanizacion donde vive Ruth Whiting, las esposas se ajustan a un codigo de vestimenta, dirigen sus casas en la misma linea aburrida y prosaica, crian a sus hijos de la misma forma; todas prefieren el cafe al te, todas conducen coches, juegan al bridge, poseen al menos una pieza de joyeria valiosa y son moderadamente atractivas. Sin embargo, Ruth se esta volviendo loca. O, para decirlo de un modo politicamente correcto, acaba de sufrir <>. Pero la realidad es mucho menos dulce. Ruth se esta volviendo loca porque su vida la esta matando y su locura se ve agravada por la indiferencia de todos los que la rodean. Y entonces ocurre lo inesperado: su hija universitaria se queda embarazada de un companero que es estupido, y Ruth se ve enfrentada a sus peores miedos.

  • Tu y yo en la Gran Manzana de Estrella Correa

    https://gigalibros.com/tu-y-yo-en-la-gran-manzana.html

    Anna Stewart cree haber encontrado la felicidad. Piensa que su trabajo de columnista en la revista de referencia de la ciudad de Nueva York y la compania de sus dos grandes amigos es suficiente para sentirse completa.

  • La sombra de Magui aun esta en el jardin de Sylvia Lagarda-mata

    https://gigalibros.com/la-sombra-de-magui-aun-esta-en-el-jardin.html

    Marc, historiador y profesor, empieza a interesarse por lo que el llama <>: la desaparicion de Magui Viladalba, la hermana de su bisabuela, en la casa familiar de Barcelona la verbena de San Juan de 1919. Ahora que todos los testigos de la tragedia estan muertos, solo los difusos recuerdos de su abuela Marga y el libro que su tatarabuelo escribio pueden acercar a Marc a la resolucion del caso.

  • Inmemorian de Ismael Santiago Rubio

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    Ano 2093. Fisher Dantakis, presidente de Inmemorian, anuncia mediante una rueda de prensa a nivel mundial, que abarata los servicios de grabado y contacto con las consciencias de los que ya no estan. La vida de Marc cambia por completo cuando decide cargar la consciencia de su tio Sebastian en la domotica de su apartamento, y esta le confiesa que no fallecio de muerte natural, sino que fue asesinado.Con la ayuda de Ron Blake, un detective anclado en el pasado, investigaran el caso en una epoca donde la realidad virtual y la inteligencia artificial nos permiten viajar mas alla de la muerte.

  • La fruta del borrachero de Ingrid Rojas Contreras

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    Bogota. Los noventa. La familia Santiago vive en una comunidad exclusiva y cerrada, a salvo de la agitacion politica que aterroriza el pais. La pequena de la familia, Chula, que tiene siete anos, parece vivir en una burbuja, pero la amenaza de los secuestros, los coches bomba y los magnicidios se cierne fuera del barrio, donde el omnipotente Pablo Escobar elude a las autoridades y coarta a la nacion. Cuando su madre contrata a Petrona, una criada procedente de las barriadas ocupadas por la guerrilla, Chula intenta congeniar con ella. Pero Petrona, que trata de sustentar a su familia mientras el primer amor la lleva en la direccion equivocada, oculta mas de lo que parece. Asi, nina y criada se ven envueltas en una red de secretos que las obligara a elegir entre el sacrificio y la traicion.

  • Mi foto perfecta, Naobi Chan de Naobi Chan

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    Los canones de la sociedad son muy estrictos, es muy duro tratar de vivir cumpliendo cada uno de ellos y a la vez ser la mujer fuerte y perfecta que todos creen que eres, ?pero que ocurre si no es solo la sociedad la que exige, si eres tu misma la que te pides mas y mas cada dia?
    Eso mismo es lo que se pregunta Tori, que ve como sus planes de futuro se truncan y es consciente de que la vida comienza a ir cada vez mas deprisa. Su cumpleanos numero treinta y uno esta cerca y todavia no tiene lo que ella siempre ha querido: un marido perfecto, la casa, los ninos y el perro.
    Tras su ultimo desengano recurre a Anton, su amigo y exnovio, para que le ayude en una situacion desesperada, pero lo que no espera es que su ofrecimiento llegue mas lejos de que pretendia. Aunque tiene muchas dudas, la tentacion de tener lo que siempre ha querido la obliga a aceptar un pacto del que por momentos siente que le viene demasiado grande.
    Porque a veces el amor no muere y solo permanece dormido.

  • Y si tu me olvidas (Alana 1) de Iris Romero Bermejo

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    Primera entrega de la trilogia <> que hara las delicias de los lectores.

  • A Sexy Berling New Year (Sexy Berling 2), Maya Blair de Maya Blair

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  • ?Nunca? Jamas de Sophie Saint Rose

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    Sharon Morris estaba dispuesta a realizar su nuevo trabajo eficientemente, pero el caracter de su jefe dejaba bastante que desear. Pero cuando Evan Weixler le salvo la vida y tuvo que depender de el, acabo perdiendo su corazon y se dio cuenta que tendria que amoldarse a sus deseos si queria que funcionara su relacion. No sabia si seria capaz de hacerlo.

  • La rosa de medianoche de Lucinda Riley

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    Una historia de misterio, amor, traiciones y secretos del pasado. Una novela con una trama precisa y emotiva, repleta de sorprendentes giros argumentales y de toques de suspense.

  • Solo una idiota se enamora de Nohewi

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    Helena lo ha vuelto a hacer. Se ha vuelto a enamorar. Se fue a Londres a hacer las practicas de enfermeria para olvidar a su ex y… !zas! Ahi va otra vez, y esta vez es peor que nunca, con un chico de ensueno: Carlo, italiano, morenazo, artista y todo un caballero. ?Que mas puede pedir? Pero la vida no se lo va a poner nada facil y para ganarse el titulo de “La tia mas afortunada del planeta” va a tener que enfrentarse a Aneleh, una misteriosa chica con un unico proposito: hacerle la vida imposible.

  • Flores sobre el infierno de Ilaria Tuti

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    Tras Dicker, D’Andrea y Lemaitre, Alfaguara Negra presenta el debut del ano: Flores sobre el infierno de Ilaria Tuti, el thriller tiene nombre de mujer.

  • Yo lo quiero todo de Sophie Saint Rose

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    Claudia se paso las manos por sus mojados rizos castanos, apartandolos de la cara mientras salia del agua. Se volvio sonriendo a su amiga Ivonne y se acerco a las toallas que estaban sobre la arena. --Me quedaria aqui para siempre. --Sus ojos verdes brillaron mirando la playa virgen en la que casi no habia nadie. El agua verde esmeralda era una maravilla. --De hecho, estoy pensando en mudarme. --Eso no te lo crees ni tu. Lo dices porque estamos en el primer dia de las vacaciones. Dentro de cinco dias ya te estaras tirando al ordenador y pasaras de mi. Eso me recuerda que tengo que buscarme un rollete de vacaciones para no aburrirme. Claudia se echo a reir tumbandose boca arriba sobre la toalla y se ajusto la braguita verde del bikini. --Ya tardabas. Su amiga de pie ante ella se empezo a cepillar su melena rubio platino y Claudia chasqueo la lengua al ver el modelito blanco que llevaba, que era como si fuera desnuda. --Ese tanga que llevas... --Al menos solo te quejas del tanga. --Es que el sujetador al menos te cubre los pezones. --Se echo a reir. --Todavia recuerdo el del ano pasado. Formaste un tumulto en la playa y nos llamo la atencion la policia. --?Quien iba a decir que trasparentaba? --pregunto asombrada--. !Y ni se me habia pasado por la cabeza que en Brasil, me llamarian la atencion porque se me vieran los pezones! !Pero si en los desfiles del carnaval van medio desnudas! --!Es que parecia que ibas desnuda, Ivonne! !Al salir del agua, se te veia todo! !Y por cierto, la depilacion brasilena hizo que casi toda la playa te mirara ahi! Flipe cuando te negaste a ponerte la toalla. !Por poco te arrestan! Se tumbo a su lado boca abajo tirando el peine en su bolsa. --Bueno, este ano no te quejaras. La miro como si estuviera loca. --!Se te ve el culo! --Solo las nalgas. --Se echo a reir y sus ojos castanos brillaron de alegria. --Tia, pareces mi madre. --Pobre mujer. Lo que ha tenido que sufrir contigo. --Nunca me ha dicho lo que debo ponerme. --Ahora lo entiendo todo. --Claudia suspiro mirando a su alrededor. Se respiraba tanta paz. --Decidido, cuando llegue a Londres, me pido una excedencia y me mudo aqui. --No sabes hablar espanol. --Aprendere. Ademas, aqui todo el mundo habla ingles. --Aqui en invierno tambien hace frio, ?sabes? Mallorca no siempre tiene este sol. --Por ver ese agua todos los dias, me da igual. --No estare yo. Claudia la miro divertida. --Entonces ya esta decidido. --Ja, ja. No sabrias que hacer sin mi. Estarias perdida, guapa. --No se que decirte... --En dos dias te tirarias de los pelos con tanta tranquilidad. Ademas, ?en que trabajarias? Dudo que por aqui necesiten demasiados ingenieros aeronauticos. --Por cierto, los datos que me diste antes de salir estan mal. --Ya empezamos. !Estamos de vacaciones! Gruno mirando a su alrededor y vio que en ese momento por un extremo de la cala entraban tres tios caminando entre las rocas. Desde alli parecian muy guapos, aunque nunca se sabia y menos sin gafas. Se sento sobre la toalla y siseo --Tres a las tres. Su amiga giro la cabeza para mirar en la otra direccion antes de volver a girarla de golpe para mirarla a los ojos. --Tia, ponte las gafas. Se echo a reir a carcajadas. --?De verdad? --!Pueden ser tu padre! --Uhmm, maduritos. --Se dio la vuelta para coger las gafas de pasta negras y se las puso para mirar a su derecha. Los tres eran de unos cincuenta anos, pero en ese momento aparecio otro tipo acompanando a una mujer madura y le cogia la mano ayudandola a pasar entre las rocas mientras reian. A Claudia se le seco la boca por la sonrisa de ese hombre. Por la sonrisa y todo lo demas. Llevaba un banador negro que dejaba ver un cuerpo que dejaria en shock a la mas pintada. Era moreno de pelo y piel. Y se notaba que hacia ejercicio. Enderezo la espalda sin darse cuenta cuando su mirada bajo por su pecho musculado, que mostraba que hacia ejercicio, pero cuando siguio por el ligero vello negro que bajaba hasta su ombligo... !Y madre mia, que ombligo! Se le endurecieron los pezones con fuerza sin poder dejar de mirar esos abdominales. --Decidido, me mudo --susurro viendo como se acercaban a los hombres que estaban dejando unas bolsas sobre la arena. --?Por los viejales? --Ivonne volvio a mirarlos. --!Seras cabrita, eso se avisa! --Y una leche. Es mio. !Lo vi primero! --!Solo porque yo te dije que te pusieras las gafas, cegata! En ese momento escucharon unas risas y vieron llegar a dos tipos con un grupo de chicas de su edad. Claudia bufo decepcionada. --Tiene novia. --?Eso no lo sabes? ?Ya te das por vencida? --!Son tres para tres, Ivonne! --Al mirar a las chicas, vio que una rubia monisima con un bikini negro de estilo deportivo, se acercaba a su moreno y le tendia una bolsa llena de aletas y gafas de buceo. --Son espanoles --susurro su amiga para evitar que la oyeran. --Estupendo, ya puedo olvidarme. --Se quito las gafas y se tumbo apretando los labios. Su amiga la observo unos segundos. --?Sabes que es la primera vez que te veo molesta por un tio? Se cubrio la cara con la mano para mirarla. --Es guapisimo, ?no crees? --Tienes tios como esos detras de ti en Londres sin la complicacion del idioma. --Menuda mentira. --Jeff de contabilidad lleva detras de ti un ano y no le haces ni caso. --!No se parece a ese ni en el blanco de los ojos! ?Te dejo las gafas? --!Jeff es guapisimo! Sin poder creerselo se sento de nuevo mirando asombrada a su amiga, que se sonrojo mirando al frente. --No fastidies. ?Estas colada por Jeff? --Que va. --Cogio algo de arena entre sus dedos y la dejo caer. -- Ademas, esta enamorado de tu impresionante cerebro. --Mira quien fue a hablar de cerebro. La que consiguio la beca Maxwell-Scott. --Tuve suerte. --Y una mierda. Ivonne mirame. --Su amiga volvio la cabeza con desgana. --?Por que no le has pedido una cita? --Ya te lo he dicho. Porque le gustas tu. Se cabreo levantandose. --!Te juro que te pegaria una patada en el culo! !Me lo prometiste! Su amiga se sonrojo intensamente. --!Teniamos diez anos! --!Me importa poco! Nos juramos que nunca nos detendriamos ante lo que desearamos. !No como nuestras madres que renunciaron a todo por un matrimonio y una vida aburrida! !Me lo juraste! Ivonne se mordio su labio inferior. --Precisamente por eso. A Claudia se le corto el aliento. --Oh Dios, no quieres casarte por esa promesa, ?verdad? --!No quiero llevar su vida! No quiero tener que quedarme en casa por tener hijos y no quiero ser la tipica ama de casa. Me he ganado viajar por todo el mundo cuando me apetece. Me he ganado mi trabajo a pulso y me he ganado hacer lo que me da la gana. --Pero si le quieres... --Olvidalo. Se quedo mirando a su amiga. --Estas enamorada de el. --Se me pasara. Y solo me gusta. --!Lo que te pasa es que estas aterrada! Ivonne se levanto furiosa. --!Pues si! !Pero a ti te pasa lo mismo! --!Menuda mentira! !Hemos conseguido tanto en nuestro trabajo que podemos llevar una vida familiar sin necesidad a renunciar a una vida laboral! !No compares nuestra vida con la que tenian nuestras madres! !Podemos tener las dos cosas! --?Crees que algun hombre soportara tu estilo de vida? ?Crees que no tendras que renunciar a mil cosas por tener una relacion? ?A cosas que te encantan, como estas vacaciones cada seis meses? --!Puedo tenerlo todo! --No, Claudia. !Con un novio o un marido no! !Y menos aun si tienes hijos! Tendras que renunciar a esas tardes en el spa, donde te relajas, para ir a reuniones de padres. Tendras que renunciar a quedar a cenar conmigo para conocer el ultimo sitio de moda, porque uno de los ninos se habra puesto enfermo o porque tu marido este hasta las narices de tus salidas sin el. !Cuando se tiene una pareja, todo lo demas cambia! !Asi es la vida! --No tiene que ser asi. --Mira mi hermana, una abogada de exito y en cuanto conocio a Albert todo se fue a la mierda. !Se pasa corriendo todo el dia de un lado a otro para llegar a todo y ya se ha planteado dejar el trabajo para cuidar ella de los ninos porque esta al borde de un ataque de nervios! Claudia apreto los labios. --Se puede tener todo. --Si quieres llevar esta vida, no puedes tener la otra. !Y te aseguro que mi hermana, aunque quiere a sus hijos con locura, se ha tirado mil veces de los pelos pensando que soltera estaba de perlas! --Pues yo lo quiero todo. Su amiga bufo. --Sigue sonando. Si te enamoras, tendras que renunciar a mil cosas para estar con el. --Eso a mi no me va a pasar. --Disculpad. Se volvieron para ver al moreno macizo tras ellas e incomprensiblemente Claudia se sonrojo al darse cuenta de que hablaba ingles. El tipo sonrio cortandole el aliento levantando una bolsa. --Vamos a hacer snorkel y nos sobran dos equipos. ?Quereis practicar? --Claro --dijo su amiga acercandose--. Yo soy Ivonne y ella es Claudia. El la miro fijamente con sus ojos azules dandole la bolsa a su amiga. --Yo soy Arturo. Claudia se sonrojo por su mirada, porque parecia querer dejarle claro que se sentia atraido por ella. Alargo la mano forzando una sonrisa. -- Encantada. El le dio la mano tirando de ella hacia su cuerpo y le dio un beso en la mejilla. --Aqui se dan dos besos --susurro cerca de su oido estremeciendola antes de darle otro beso en la otra mejilla. Solto su mano sin dejar de mirarla a los ojos. --?Estais de vacaciones? Fruncio el ceno porque hablaba muy bien ingles, aunque tenia un ligero acento que no sabia identificar. --Si, llegamos ayer. El sonrio. --Estupendo, asi que todavia os quedan unos dias

  • Casa Cacao de Ignacio Medina , Jordi Roca

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    Jordi Roca comenzo trabajando con chocolates de distintos origenes y preparados de formas muy diferentes en sus elaboraciones. Hasta que decidio dar un paso mas y empezar un nuevo proceso creativo a partir del redescubrimiento del cacao. La experimentacion le llevo a afrontar un recorrido a traves de la historia del chocolate, que le ha transportado al lugar de origen del cacao, en la selva amazonica.

  • O’Quinn (13 Milimetros 2) de Beatriz G. Lopez

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    Diferentes indicios han llevado al narcotraficante Annibal Scorpio y a los suyos a localizar al presunto autor de las famosas muertes. La sanguinaria venganza llevada a cabo no fue suficiente, y Scorpio pide explicaciones al grupo criminal al que pertenecia el asesino. El lider, O'Quinn, no duda en negar su implicacion y buscar una via de escape.
    En la organizacion de Scorpio creian haber borrado del mapa cualquier rastro dejado por el celebre numero trece, pero nada mas lejos de la realidad: se dan cuenta de que sus problemas no han hecho mas que comenzar. Quien se encuentra detras de los ataques no es el unico que acecha al traficante. La policia le sigue muy de cerca, esperando un paso en falso para poder avanzar en la investigacion y, de paso, cazar a Annibal.
    Amenazas, tiroteos, muerte. Y la certeza de que la confianza es un lujo que no se puede permitir.

  • La quinta montana de Paulo Coelho

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    En mi libro El Alquimista, la tesis central esta en una frase que el rey Melquisedec dice al pastor Santiago: <>. Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprension, y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra Leyenda Personal; o hacer que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino. Pienso que puedo ilustrar mejor lo que digo contando un episodio de mi vida. El dia 12 de agosto de 1979 me fui a dormir con una unica certeza: a los treinta anos de edad estaba consiguiendo llegar a la cumbre de mi carrera como ejecutivo de una firma discografica. Trabajaba como director artistico de la CBS de Brasil, acababa de ser invitado a ir a los Estados Unidos a hablar con los duenos de la empresa discografica y, seguramente, ellos pensaban darme todas las posibilidades para realizar todo lo que deseaba hacer en mi area. Claro que mi gran sueno --ser un escritor-- habia sido dejado de lado, pero ?que importaba eso? Al fin y al cabo, la vida real era muy diferente de lo que yo habia imaginado; no habia lugar para vivir de la literatura en el Brasil. Aquella noche tome una decision, y abandone mi sueno: era preciso adaptarme a las circunstancias y aprovechar las oportunidades. Si mi corazon protestara, yo podria enganarlo, haciendo letras de canciones siempre que deseara y, de vez en cuando, escribiendo en algun periodico. Por otro lado, estaba convencido de que mi vida habia tomado un rumbo diferente, pero no por esto menos excitante: un futuro brillante me esperaba en las multinacionales de la musica. Cuando me desperte, recibi una llamada telefonica del presidente de la empresa discografica: acababa de ser despedido, sin mayores explicaciones. Aunque llame a varias puertas durante los dos anos siguientes, nunca mas consegui un empleo en ese campo. Al terminar de escribir La Quinta Montana, me acorde de este episodio, asi como de otras manifestaciones de lo inevitable en mi vida. Siempre que me sentia absolutamente dueno de la situacion, pasaba algo queme derribaba. Yo me preguntaba: ?por que? ?Estare siempre condenado a acercarme, pero jamas a cruzar la linea de llegada? ?Sera que Dios es tan cruel como para hacerme ver las palmeras en el horizonte, solo para matarme de sed en medio del desierto? Tarde mucho tiempo en entender que no era exactamente asi. Hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducimos al verdadero camino de nuestra Leyenda Personal. Otras surgen para que podamos aplicar todo aquello que aprendimos. Y, finalmente, algunas llegan para ensenarnos. En mi libro Diario de un mago procure mostrar que estas ensenanzas no estan necesariamente unidas al dolor ni al sufrimiento; bastan disciplina y atencion. Aun cuando esta comprension ha significado una importante bendicion en mi vida, me quedaron sin entender algunos momentos dificiles por los que pase, incluso con la mayor disciplina y atencion. Uno de los ejemplos es el caso antes citado; yo era un buen profesional, me esforzaba al maximo para dar lo mejor de mi, y tenia ideas que hasta hoy considero buenas. Pero lo inevitable sucedio justamente en el momento en que yo me sentia mas seguro y confiado. Pienso que no estoy solo en esta experiencia; lo inevitable ya rozo la vida de todo ser humano en la faz de la Tierra. Algunos se recuperaron, otros cedieron, pero todos nosotros hemos experimentado el roce de las alas de la tragedia. ?Por que? Para responderme esta pregunta, deje que Elias me condujese por los dias y noches de Akbar. PAULO COELHO Y prosiguio: y puedo aseguraros que ningun profeta es bien recibido en su propia tierra. En verdad os digo que habia muchas viudas en Israel en tiempos de Elias, cuando el cielo se cerro por tres anos y seis meses, reinando la gran hambruna en toda la Tierra; y a ninguna de ellas fue Elias enviado, sino a una viuda de Sarepta, de Sidon. Lucas, 4, 24-26 PROLOGO A comienzos del ano 870 a. J.C., una nacion conocida como Fenicia --a la que los israelitas llamaban Libano-- conmemoraba casi tres siglos de paz. Sus habitantes podian enorgullecerse de sus logros; como no eran politicamente fuertes, se vieron obligados a desarrollar una envidiable capacidad de negociacion, unica manera de garantizar la supervivencia en un mundo asolado por constantes guerras. Una alianza hecha alrededor del ano 1000 a. J.C. con el rey Salomon de Israel habia permitido la modernizacion de su flota mercante y su expansion comercial. Desde entonces, Fenicia no habia dejado de crecer. Sus naves ya habian llegado a lugares tan distantes como Espana y el oceano Atlantico, y hay teorias --aun no confirmadas-- de que habrian dejado inscripciones en el nordeste y sur del Brasil. Transportaban vidrio, cedro, armas, hierro y marfil. Los habitantes de las grandes ciudades, como Sidon, Tiro y Biblos, conocian los numeros, los calculos astronomicos, la fabricacion del vino, y usaban, desde casi doscientos anos atras, un conjunto de caracteres para escribir que los griegos conocian como alfabeto. A comienzos del ano 870 a. J.C., un consejo de guerra reuniase en un lugar distante, llamado Ninive. Un grupo de generales asirios habia decidido enviar sus tropas para conquistar las naciones situadas a lo largo de la costa, en el mar Mediterraneo. Fue Fenicia el pais elegido para ser invadido en primer termino. A comienzos del ano 870 a. J.C., dos hombres, escondidos en un establo de Gileade, en Israel, esperaban morir en las proximas horas.

  • Lo esencial de Miguel Mila

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    Sus lamparas, sus sillas de cana o sus iconicos bancos barceloneses forman ya parte de nuestro imaginario, pero su obra es mucho mas amplia, atenta siempre a las necesidades humanas y con un profundo sentido de la funcionalidad y de la estetica. Miguel Mila ha sido tambien un ecologista avant la lettre y un defensor de <> y de la <> como elementos decisivos a la hora de disenar.
    Ha habido libros que estudian y analizan su obra, y un importante documental, pero nunca antes un <>. En Lo esencial, Mila habla de si mismo, de su obra, sus principios y sus ideas, pero tambien de su familia (tan vinculada a la historia de Barcelona), de su propia vida y de la educacion de sus hijos.

  • Inmoviles de Juan Jose Diaz Tellez

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    Malaga. Tarde de un sabado de principios del verano.
    Tonio, un chico de dieciseis anos, se encuentra con su familia de compras en Carrefour cuando el mundo se detiene a su alrededor.
    Literalmente.
    Su madre, su hermano, y todas las personas que se encuentran en el interior de los grandes almacenes se han convertido en las mas impresionantes y realistas estatuas de la historia.

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • La bruja negra de Laurie Forest

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    Un libro de fantasia juvenil que ofrece una condena a los prejuicios y a injusticia, al tiempo que ofrece una historia de amor en un entorno escolar a la Harry Potter y con un contexto politico a la Juego de Tronos. Bienvenidos a la Universidad Verpax.

  • Necromania de Claudio R. Negrete

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    La historia argentina y las noticias diarias demuestran que existe una
    cultura muy arraigada con relacion a la muerte y en particular a los
    muertos. Este libro reune los casos, las pruebas y las historias mas
    asombrosas; desmonta rumores y releva testimonios para armar este
    rompecabezas tan apasionante como tenebroso.

  • El turista perpetuo de Harkaitz Cano

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  • Offline (Hanne Wilhelmsen 9) de Anne Holt

    https://gigalibros.com/offline-hanne-wilhelmsen-9.html

    Tras ocho anos de silencio, Anne Holt vuelve a su serie mas famosa, protagonizada por la tenaz detective Hanne Wilhelmsen.

  • Se mia y te dare el mundo (El Tutor 1) de Paula Rossello Frau

    https://gigalibros.com/se-mia-y-te-dare-el-mundo-el-tutor-1.html

    < Leandro recorrio, anos atras, los locales de un submundo de magia y misterio, y
    lleno sus noches y sus dias con juegos y practicas no alcanzables a la mayoria de los
    mortales.
    Pero su vida sufre un serio reves y queda a cargo de Ivy, una adolescente de catorce
    anos, huerfana de unos queridos amigos suyos, muertos de forma tragica en un accidente de
    trafico.
    Hans esta demasiado ocupado con sus negocios, ademas de colaborar activamente con
    un grupo policiaco contra la trata de personas, como para asumir la tutela a tiempo
    completo de Ivy, y la envia a un internado suizo para que crezca con las mejores
    comodidades. A medida que Ivy crece, Hans decide ser lo mas discreto posible con su
    vida alternativa. Y nace una amistosa camaraderia entre su tutelada y el.
    Pero...
    Ivy se esta convirtiendo en una joven mujer muy atractiva, demasiado atrayente,
    incluso, para su tutor.
    ?Podra Ivy derribar las barreras que Hans interpone entre ellos?
    ?Impedira Hans que el ardiente anhelo que lo desgarra le haga perder el control?
    El destino es caprichoso y puede que ninguno pueda decidir sobre lo que ya esta escrito
    en el futuro>>.

  • El dios de las pequenas cosas de Arundhati Roy

    https://gigalibros.com/el-dios-de-las-pequenas-cosas.html

    Esta es la historia de tres generaciones de una familia de la region de Kerala, en el sur de la India, que se desperdiga por el mundo y se reencuentra en su tierra natal. Una historia que es muchas historias. La de la nina inglesa Sophie Moll que se ahogo en un rio y cuya muerte accidental marco para siempre las vidas de quienes se vieron implicados. La de dos gemelos Estha y Rahel que vivieron veintitres anos separados. La de Ammu, la madre de los gemelos, y sus furtivos amores adulteros. La del hermano de Ammu, marxista educado en Oxford y divorciado de una mujer inglesa. La de los abuelos, que en su juventud cultivaron la entomologia y las pasiones prohibidas. Esta es la historia de una familia que vive en unos tiempos convulsos en los que todo puede cambiar en un dia y en un pais cuyas esencias parecen eternas. Esta apasionante saga familiar es un gozoso festin literario en el que se entremezclan el amor y la muerte, las pasiones que rompen tabues y los deseos inalcanzables, la lucha por la justicia y el dolor causado por la perdida de la inocencia, el peso del pasado y las aristas del presente. Arundhati Roy ha sido comparada por esta novela prodigiosa con Gabriel Garcia Marquez y con Salman Rushdie por sus destellos de realismo magico y su exquisito pulso narrativo.