• cuando el amor es eterno - Caroline Mickelson

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    Cuando Ava McKenna dejo el vecindario donde habia crecido, nunca planeo mirar atras. Y durante diez anos no lo hizo. No hasta que Mateo Ortega, el atractivo y encantador muchacho de la casa de al lado, aparecio para pedirle ayuda. Mateo necesitaba un favor; en realidad, necesitaba una falsa prometida, y penso que Ava seria la mujer perfecta para la farsa. Ava sabia que le debia un favor a la familia Ortega pero, cuando miro a los esplendidos ojos marrones de Mateo, se dio cuenta de que saldar la antigua deuda podria poner en peligro su corazon.

  • CUANDO EL AMOR ES ETERNO | VV.AA. | Casa del Libro

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  • Amor eterno: Libros - Amazon.es

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  • Amor eterno Tapa blanda – 14 agosto 2020 - Libros ...

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  • Cuando el amor es eterno - Libros De Mario

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  • 5 LIBROS QUE LEEN LOS QUE BUSCAN EL AMOR ...

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    24 nov 2020 — 5 LIBROS QUE LEEN LOS QUE BUSCAN EL AMOR ETERNO · 1.- Jennifer Niven – Todos los lugares brillantes · 2.- Jojo Moyes – Yo antes de ti · 3.- Jane ...

  • cuando el amor es eterno - Iberlibro

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    CUANDO EL AMOR ES ETERNO de HELEN EXLEY y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • cuando el amor es eterno - exley - Cervantes y compañía.

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    ¿No encuentras el libro que buscas? Cervantes y Compañía Libros Esta actividad ha recibido una ayuda para la modernización de las librerías de la Comunidad de ...

  • cuando el amor es eterno - La llar del llibre

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    CUANDO EL AMOR ES ETERNO, EXLEY, HELEN, 8,00€. ... ... Añadir a favoritos. Enviar a un amigo. Comentarios. Sé el primero en comentar este libro ...

  • Eterno amor - Editorial Páginas de Espuma

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    Kike de la Rubia nació en Madrid en 1980. Su trabajo se centra principalmente en la ilustración de libros de poesía (Nórdica Libros) y la realización de ...

  • Finales que merecen una historia de Albert Espinosa

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    Relatos para sonar despierto y sanar el alma dormida.

  • Viaje al fin del oceano de Karina Luz

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    ?Alguna vez te has enamorado del mar? Viaje al fin del oceano es un canto a la belleza de los suenos imposibles haciendose posibles, a ese amor entre seres afines y al mismo tiempo opuestos, que encontraran el amor verdadero mientras libran infinitas batallas de supervivencia en un realidad paralela, junto a Dioses, reinas, corceles alados y criaturas monstruosas. Hulsh es una joven nomada que dejo su tragico pasado atras; quedara embelesada con la luz azul inmarcesible y esplendorosa, que terminara por transportarla a otro mundo, mas maravilloso, mas real. Alli conocera al oceano en persona, conocera la poesia y luchara por descifrar un poema misterioso que encierra la clave de su destino.

  • Sabes que te quiero…a mi manera de Iris T. Hernandez

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    La verdadera amistad, al igual que el amor, es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido. (Rabindranath Tagore, versionado un poco por mi misma) Creo que esta frase es, sin duda, una de las que mejor pueden encajar con la preciosa historia que nos brinda Iris T. Hernandez. No hace mucho que conozco a esta autora, pero entre ella y yo, ha surgido un vinculo especial. Una amistad de verdad, que espero dure y dure por siempre. Desde hace un tiempo ha estado ahi apoyandome en todo momento. Ha demostrado ser una magnifica persona, nos hemos tirado hasta las tantas hablando y hablando, intercambiandonos ideas, leyendonos mutuamente y animando a seguir adelante con nuestros proyectos. Cuando Iris me dijo << !Quiero que me hagas el prologo! >> pense << !Madre del amor hermoso! ?Que yo le haga el prologo? ?Yo? >> No me lo podia creer, nunca me habian propuesto algo asi, nunca habia escrito nada asi para nadie que no fuera yo misma, y ahi estaba yo; diciendo la palabra Si. (si a lo del prologo, ella esta casada y yo tambien) Es un si, porque ella se lo merece, porque aunque es la primera vez que hago algo asi y, que sepais que acojona y mucho, creo que se lo debo, y me apetece mucho hacerlo. ?Que por que acojona? Muy facil. Para mi es una gran responsabilidad escribir estas palabras, porque es lo primero que vais a leer de esta magnifica historia. Y creerme cuando os digo que es magnifica. Asi que espero que al leer mis palabras, sigais pasando paginas y descubrais los entresijos de esta novela. En ella, vamos a encontrar la historia de dos personajes que, aparecen como secundarios en otra novela de Iris. Acepte por ti. Otra preciosa historia que estoy segura de que os encantara. Podeis leerlos independientes, asi que [email protected] Pero os recomiendo que os leais las dos. !!Bueno a ver que me voy por los cerros de Ubeda!! Como os decia, vamos a encontrar a dos personajes que tienen una historia peculiar entre ellos, pero que a pesar de todo estan muy unidos. He de decir que esta historia es corta pero intensa. La autora ha sabido dar ese suspense que te tiene en vilo con el ?Que pasara? Necesarios para no soltar en ningun momento el libro y no dejar de leer hasta que te la terminas. Con deciros que estaba ansiosa por recibir un mail suyo con cada capitulo escrito... Si, habeis leido bien. Cada capitulo que acababa, llegaba a mi bandeja de correo y yo solo queria mas, mas y mas. Han sido unas semanas intensas, llenas de emociones, mensajes repletos de posibles ideas, especulaciones por mi parte y de muchas risas. Sobre todo de eso, risas. Creo que si leyerais parte de lo que nos escribimos, llegariais a pensar que estamos realmente locas. ?Pero que es la amistad, si no existe en ella un poco de locura? (que conste en acta que esta frase es mia) Locura pero de la sana, que quede claro. Lo que quiero deciros, es que, disfruteis de la novela, que os enamoreis de los personajes, especialmente de Jason. Tio buenorro donde los haya (si eres tio y no te van los hombres, obviamente enamorate de ella) No os pongo el nombre para que os pique mas la curiosidad. Si lo se, soy un poco malvada, pero si quereis saber de ellos... Ya sabeis que hacer y si no, yo te lo digo ahora mismo. Gira pagina y disfruta con todas y cada una de las palabras que esta magnifica autora nos regala entre estas paginas. Y ya por ultimo, os lo juro ya os dejo en paz para que podais leer, quiero dar las GRACIAS a mi companera y amiga Iris, por dejarme participar de alguna manera en esta preciosa historia. Por dejarme vivir dia a dia la vida de Jason y regalarme cada dia esas charlas que mantenemos. !!GRACIAS!! !Ale! Y ahora... !A leer! !!Tatimuuu preciosa!! Marta de Diego CAPITULO 1 Estoy sentado en el taburete de piel roja de un bar, uno muy especial para mi, suelo frecuentarlo un par de dias por semana, e incluso en epocas pasadas hasta cuatro. Aquellos momentos fueron estoicos, me sentia el rey del mundo para las chicas, todas caian rendidas. Solo con lanzarles una mirada lasciva, deseaban tener sexo conmigo. Pero ahora estoy esperando a Hanna, mientras doy un casto sorbo a un whisky sin hielo; para que el sabor sea mas intenso y arda en mi interior. Sonrio al recordar el primer dia que la vi, como no, gracias a Abi, la actual mujer de mi mejor amigo Mike, ella fue la encargada de llamarla e invitarla a ver un partido de futbol a mi casa. Cuando la vi, mi entrepierna se endurecio, apenas podia disimular el efecto que causo. Me basto unos segundos para estar seguro de que ella era diferente al resto, su forma de mirarme me penetraba, incluso podria decir que me retaba. Jamas una mujer me habia mirado de aquella forma. Y eso fue lo primero que me cautivo, era una mujer dominante, y no sabeis como. Se me escapa una sonrisa mientras lo recuerdo. Muevo el vaso en circulos y miro a mi alrededor, pero nada de lo que veo es lo que espero. Mi mente se traslada de nuevo al primer dia que la vi. En cuanto nos quedamos solos, la invite a tomar una copa; a la vista de todos me la queria ligar, llevar a la cama, pero los dos sabiamos que iba a ser una demostracion de poder. Y asi fue, al llegar al salon de mi casa lanzo la copa que sujetaba entre mis manos al suelo, y me arranco la camisa. Pocas mujeres habian conseguido dejarme estupefacto, pero ella lo logro. Comenzamos a luchar el uno con el otro por dominar las riendas de la pasion. La cogi en volandas apretando sus gluteos contra la pared, reteniendola, pero sus besos, su sabor, vencian a mi mente logrando recuperar el control y lanzandome sobre el suelo para contonear sus caderas sobre mi vientre, a la vez que su ropa desaparecia lentamente de mi campo visual. Mi garganta se congelo al sentir el trago de alcohol que la recorria. Mi mano se dirigio a mi ereccion, resople y mire hacia la puerta, pero ni rastro de ella, comenzaba a pensar que no vendria. Mire a mi alrededor sabiendo que era observado, muchas chicas esperaban ser las elegidas, alguna pareja tentandome a participar, pero debia esperar un poco mas. Tope con la mano mi miembro, estaba descontrolado, necesitaba liberarse y no lo podia ocultar, pero no era el momento. Maldije entre dientes. Sabia que en aquel lugar era un reclamo pero yo no acudia solo, no en este ultimo tiempo, busque en mi bolsillo el telefono movil y lo saque en busca de un mensaje, algo que indicara que iba a venir. Cuando la luz ilumino tenuemente el lugar en el que me encontraba, vi un mensaje, sonrei sabia que era ella. "Ven a casa necesito tu ayuda" --Joder Abi ahora no --farfulle, mientras volvia a lanzar una mirada al local. Estaba solo, esperando, pudiendo entrar y devorar a cualquier mujer de las que esperaban delante ansiosas, pero no, dudaba en largarme y hacer caso a la peticion de auxilio de mi amiga. Estaba claro que no era mi noche, asi que me bebi el whisky de un trago, le lance cincuenta dolares a la camarera que sonrio agradecida y camine hasta mi descapotable, mi nuevo coche, el reclamo de las nenas. Acelere en direccion a la zona mas privilegiada de Manhattan donde vivia el idiota de Mike, si ese que estaba jodiendo mi noche, pise el pedal aumentando la velocidad y continue hasta llegar a su casa. Cuando entre por la puerta me recibio ella con un gran abrazo mientras repetia en mi oido cien veces gracias por haber ido, no podia negar que al fin y al cabo era la mejor mujer para mi amigo, una cabezota testaruda que se lo ha hecho pasar mal. Aun recuerdo el dia que me entere del secreto que esta guardo durante un ano; estaba palido, y sin habla, por fin una mujer le demostraba que no queria ni su empresa, ni su dinero, asi es Abi. La pena que mi amigo me haya prohibido proponerle una noche, no quiere compartirla ni con su mejor amigo. Cualquiera querria probar ese bombon una noche, pero debia respetarlos y dejarla al margen de mis relaciones. --Donde esta el capullo de tu marido. --?Lo preguntas?

  • La otra Iliada de Ethel Krauze

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    Ehtel Krauze en este libro le canta a la epoca. Da cuenta del presente historico para reconocerlo, criticarlo, evidenciarlo. Su poetica sutil entrega a las lectoras, principalmente, un retrato que de comun hemos dejado de ver hasta invisibilizarlo. La mujer contemporanea yuxtapuesta. Un espacio reducido, su propia rutina, como imagen profunda de un Estado que no esta. No leeremos a la mujer empresaria, sino a la mujer de casa, esa mujer que objetizada y estereotipada, se funde con su espacio. ?Donde empieza la heroicidad del vivir? ?Que batallas son las que han de pelearse?
    En La Otra Iliada se construye y deconstruye la otredad del ser mujer en el Mexico actual. Es entrar al abismo de la renuncia, pero tambien del reclamo. Un grito de lucha, sin duda, para quien desee escuchar.

  • Con un par de alas de Alba Saskia

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    Lia, despues de vivir en Tarifa una estrepitosa historia de amor con Hugo, regresa a Barcelona hecha anicos. Su amiga Manu la acoge y le da treinta dias para rehacerse. Mientras, Perpetua, la madre de Lia, ajena al drama que vive su hija, continua enviandole cartas a Tarifa creyendo que sigue alli. La ayuda incondicional de Perpetua y de Manu sera crucial para que Lia pueda comenzar una nueva vida, sobre todo cuando Maria, una antigua amiga con quien compartio anos de estudio en una escuela de ballet, aparece y se convierte en el puente para construir un futuro profesional haciendo lo que ama: bailar. Y Marcelo, un guapo jugador de waterpolo, estara dispuesto a acompanarla en esa nueva danza que es su vida.

  • La senora de la mafia de Juan Martorell

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    Una fria noche de 1968, en un suburbio de Brooklyn, el joven John Di Mato es asesinado a sangre fria por la policia en el transcurso de una redada. Su hermana Laura --acusada injustamente de complice y encerrada un ano en la penitenciaria para mujeres del Estado de Nueva York-- jurara vengarse de todas las personas implicadas en el asesinato. Casada con Pietro Valenti, jefe de una de las principales <> de la ciudad, Laura se ira introduciendo poco a poco en los multiples negocios de su marido --que abarcan desde la prostitucion hasta los casinos-- y acabara haciendose con el control de todos ellos despues de que Pietro muera en un ajuste de cuentas. Laura no esta dispuesta a olvidar ni a perdonar a los culpables de la muerte de su hermano… ni tampoco a los responsables del crimen de su marido, y por ello emprendera una lenta, metodica y cuidada venganza que implicara a algunos de los hombres mas influyentes de Nueva York… empezando por su alcalde.

  • Poemas para Amar de Nolvin Cruz Garcia

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    Poemas para enamorar y dedicar a esa persona especial.

  • Las brumas del miedo, Rafael Abalos de Rafael Abalos

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  • Mi dulce hindu (Amor entre culturas 2), Chris M. Navarro de Chris M. Navarro

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  • Siete piedras para resistir o caer de Diana Gabaldon

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    En las novelas de la saga FORASTERA, la autora de best-sellers Diana Gabaldon ha creado un mundo fascinante. Ahora, en Siete piedras para resistir o caer, reune una fantastica coleccion de relatos y novelas breves ineditas en espanol que, a partir de la historia de FORASTERA, apuntan en direcciones nuevas. La costumbre del ejercito empieza con la descarga que recibe lord John Grey por tocar una anguila electrica y termina en la batalla de Quebec. En El espacio intermedio descubrimos que el conde de Saint Germain no esta muerto. En Una plaga de zombis, lord John se convierte en gobernador militar de Jamaica sin previo aviso. Una hoja en el viento de Todos los Santos es la conmovedora historia de los padres de Roger MacKenzie durante la Segunda Guerra Mundial. En Virgenes, tanto Jamie Fraser, de diecinueve anos, como Ian Murray, de veinte, se convierten en mercenarios en Francia. Un verde fugitivo es la historia del hermano mayor de lord John y una vendedora de libros raros de diecisiete anos. Y por ultimo, en Sitiados, lord John descubre que su madre esta en La Habana y que la marina britanica esta de camino con el objetivo de asediar la ciudad. Unos relatos imprescindibles en los que el genio creativo de Diana Gabaldon llena algunos huecos de los extraordinarios avatares de unos personajes que los lectores han seguido a lo largo de miles de paginas.

  • La tormenta infinita de Laura Perez Caballero

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    Veo, veo. ?Que ves? Una cosita. ?Y que cosita es? Veo la cama de Eva Simon Marquez. Veo la cama de una estudiante de enfermeria de veinte anos que comparte piso en Oviedo con dos companeras mas. La cama esta deshecha. Faltan las sabanas y el colchon esta cubierto de sangre. Falta algo mas. Falta un cuerpo. El cuerpo a quien pertenece la sangre. Cuerpo que no es dificil imaginar envuelto en las sabanas ausentes de esa cama. Las camas sin vestir dan sensacion de mudanza, de dia de colada o de casa abandonada. No puedo evitar pensar en alguna de esas situaciones cuando veo una cama sin sabanas. En este caso, ademas, la sangre indica una agresion, una pelea, puede que un crimen. Veo a los de la cientifica afanandose en su trabajo, zumbando como moscas a mi alrededor, con ese aspecto aseptico que los rodea y que los vuelve impenetrables, ajenos a todo lo que no les parezca que pueda ser una prueba. Ajetreados en obtener todo aquello que pueda ser util, antes de que la escena se contamine, como se contamina todo aquello que toca la mano humana. Mis ojos se desplazan por el cuarto tomando nota. Persiana levantada, cortinas cerradas. Algo de sangre salpica la pared a la que esta pegada la cama, pero en general se concentra toda en el colchon. En el suelo una huella borrosa de un zapato, dibujada con el rojo de la sangre de la victima. --Supongo que alguien habra fotografiado eso --digo. Aunque lo hago en un susurro, mas para mi misma que para el resto, uno de la cientifica se apresura a responder que si. Su tono es neutro. No hay reproche por la intrusion en su trabajo. Las dos companeras de piso de Eva permanecen en el salon del pequeno piso alquilado. Esta en El Cristo, muy cerca del Campus, es facil saber porque lo han elegido. Es una tercera planta, en un edificio viejo en el que recientemente han instalado un ascensor que baja hasta los estacionamientos del sotano. En seguida hablare con ellas, pero primero quiero ver con detalle la escena del crimen. ?El crimen? Por la cantidad de sangre que empapa el colchon yo diria que si, que la pobre chica no puede seguir viva despues de haber perdido tanta. ?La chica? Estoy haciendo conjeturas demasiado rapido. No hay cadaver, la sangre podria ser de otra persona y la inquilina de la habitacion ser su asesina. ?Asesina? Todavia no se nada. Dejo hacer su trabajo a los de la cientifica y observo. Observo una mesita junto a la cama. Sobre ella una lamparilla de noche antigua, con una de esas tulipas que se llevaban tanto en los anos ochenta, un paquete de panuelos de papel, la funda de unas gafas, una botella de agua mineral y un libro. El libro se titula Tiempo de silencio. Esta escrito por Luis Martin Santos. Yo no leo demasiado. En la portada hay un par de ratas blancas, de esas de laboratorio. Giro el libro y leo la sinopsis. Va de un estudiante de medicina. Muy adecuado para alguien que estudia enfermeria, aunque tiempo es lo que alguien ya no tiene. Y silencio, bueno, no es silencio exactamente lo que se escucha ahora mismo en este piso, pero son gajes del oficio, el alboroto es basico en el inicio de una investigacion. El alboroto y el caos que se forma cuando cuatro personas nos movemos con premura en una habitacion de apenas ocho metros cuadrados. Uno de los agentes sale de un pequeno bano con lo que parece una servilleta de cafeteria. --Estaba dentro de la taza del vater, tiene algo escrito pero no es legible --dice dirigiendose a mi. La guarda con cuidado en una de las bolsitas plasticas que usan. Imagino a alguien extrayendola del servilletero de un bar, rojo (no se por que, pero lo imagino de ese color con la publicidad de una marca de cerveza serigrafiado en el) y garabateando algo en ella. Que se anota en una servilleta. Un numero de telefono, una direccion, un poema, o se hace un dibujo de forma distraida mientras se toma algo en un bar. Estas en la barra, sentada en uno de esos taburetes altos, tomandote un vino o una cervecita, mientras picoteas del coctel de frutos secos que te han puesto en un platillo y de pronto te llaman por telefono. El interlocutor te dicta un numero o una direccion y ?que haces? Sacas una de esas servilletas que no absorben absolutamente ningun liquido y le pides un boligrafo al camarero para apuntar en ella lo que te estan dictando. Veo una comoda un poco mas alla, apoyada contra la pared pintada de color azul cielo. A primera vista se distingue un cepillo de cabello, del que seguramente alguno de la cientifica habra recogido algun pelo, un foulard muy bien doblado, una caja que parece un joyero, un frasco de perfume. Y pienso que ni volcando todo el contenido del perfume podriamos dejar de respirar ese olor metalico tan caracteristico de la sangre. Ese olor se mete por la nariz y tarda mucho en abandonarte, se instala en la pituitaria y se repite una y otra vez a lo largo del dia, con mucha mas intensidad al tragar saliva. Veo una foto. Es la foto de una nina sentada frente a una tarta de cumpleanos con una vela de numero. El numero es un seis. Una mujer la abraza desde la espalda y su cabello, largo, claro y brillante, cae sobre los hombros de la nina, mezclandose con el suyo. Supongo que son Eva y su madre. Estan al aire libre, parece que es el patio de una casa. Hacia un dia esplendido, se puede apreciar por la luz en la fotografia, el sol estaba alto, asi que debia ser primera hora de la tarde cuando se la sacaron. Pienso en su madre, en que tendre que llamarla para darle la noticia de la desaparicion de su hija. No sera la primera vez, tampoco la ultima, pero todas son igual de incomodas, dolorosas. --Nosotros hemos terminado aqui --dice el jefe de la cientifica. El resto de sus hombres ya han salido de la habitacion. Es un hombre enorme, debe medir cerca de dos metros y tiene algo de sobrepeso, pero su voz es suave y amable -- ?Como esta tu madre, Lujan? --Sigue igual. Eres el unico del que recuerda su nombre --miento. Les digo lo mismo a todas las personas que tienen la delicadeza de preocuparse por ella, aunque sea con una simple pregunta. Puede que ni siquiera les importe, pero se agradece el que la recuerden ya que ella no puede hacer lo mismo. Sonrie y me aprieta el hombro con una de sus manazas antes de dejarme sola en el cuarto. Sola con los fantasmas. La habitacion se vacia y el silencio se vuelve, ?como se dice?, si el silencio se vuelve atronador. Vuelvo la vista de nuevo hacia la foto y despues observo la imagen que me devuelve el espejo que tengo enfrente. Veo una mujer de cincuenta y seis anos. Una piel lechosa, con pecas que, de nina, fueron el deleite de los abusones del colegio. Veo un cabello que llega a la altura de los hombros, cobrizo, con canas brillando en las sienes, intrusas peleando por destacar entre el tinte. Un rostro que se ha ido rellenando con carne y arrugas. Veo ojeras y bolsas bajo los ojos. Si, esa soy yo. Veo a Lujan Garcia Prieto, inspectora en el cuerpo de policia de Oviedo. Veo, en resumen, que otro caso mas me esta esperando. 2. ALEJANDRA Menuda noche, vaya manera de echar agua, hacia anos que no caia una tormenta asi. Lo se porque siempre me ha gustado ver los rayos mientras me siento a salvo, como ahora tras la ventana. Cuando era una nina, mi abuelo siempre nos contaba a los nietos como le habia caido un rayo a un vecino del pueblo mientras araban la tierra. Los ojos se le enrojecian y la voz salia temblorosa de su boca, acompanada de aliento con olor a vino y queso. Decia que el rayo le habia destrozado la ropa, que el vecino habia quedado tendido en el suelo, con el cuerpo abrasado y la ropa desperdigada a su alrededor. Los nietos le escuchabamos en silencio, sobrepasados por la historia y sobre todo por las lagrimas de mi abuelo. En nuestras cabezas se dibujaba la imagen de un hombre desnudo y chamuscado. Durante la infancia tuve miedo a las tormentas. Era un miedo que al mismo tiempo me atraia. Como el vertigo que se siente al montar en una montana rusa, o el cosquilleo mientras ves una pelicula de terror. Hace anos que lo supere para disfrutar del espectaculo natural que suponen los hilos de luz que caen sin piedad sobre la tierra, como si la castigara por haber cometido algun pecado. Eva me llamaba pesada porque yo contaba aquella historia, la de mi abuelo, siempre que habia tormenta. --Pero que pesada que eres, de verdad. Superalo ya --me decia usando aquellas expresiones de adolescentes que escuchaba en la escuela o leia por las redes. Sin embargo, el haz de luz que atraveso los cristales de mi habitacion no era el de un relampago. Era sin duda la luz que proyectan los focos de un coche. Instintivamente dirigi la mirada hacia el reloj despertador que tenia sobre la mesita para, entrecerrando los ojos, comprobar que era mas de la una de la madrugada. Luca, la perra pastor que le habiamos regalado a Eva cuando cumplio ocho anos, ladro en el salon, donde tenia su cama para dormir. El viento habia cambiado de direccion y las gotas de lluvia ya no golpeaban contra los cristales de la ventana. Contuve la tentacion de abrir las hojas para inspirar el olor a tierra mojada y observe sorprendida que se encendia el farolillo de entrada de la casa del jardin. La casa que mi marido habia construido para Eva cuando ella apenas tenia dieciseis anos y reclamaba intimidad. --Yo te construyo la casa, pero tu prometes ser responsable. Su padre siempre la habia mimado y consentido. --Es una cria --habia protestado yo. --Asi aprendere a dejar de serlo --replico ella. --Asi ?como? --Asumiendo responsabilidades, como dice papa --dijo mientras se colgaba del cuello de su padre. Sabia que habia ganado la batalla, que tenia a su padre vencido. Y eso bastaba. --A ver, a ver a ver. Cierra los ojos y desealo con fuerza, con mucha fuerza, con toda tu alma. Sabes que lo que se desea con toda el alma se acaba cumpliendo --reia Benjamin, encantado con los arrumacos de su hija. --Papa --protestaba Eva--, que ya no soy una nina pequena para creer en esas milongas. Y ya se habia salido con la suya. Eva siempre se salia con la suya. Su padre, arquitecto, dibujo los planos y se ocupo de construir una pequena casa de una sola planta con una cocina que hacia las veces de sala, una habitacion y un bano minusculo. Yo la observaba entrar y salir acompanada de Nestor. Me averguenza reconocer que algunas veces llegue a asomarme a traves de los cristales para tratar de ver lo que hacian dentro, deseando descubrir algo que me diera la razon en mi postura de que aun era una cria irresponsable, pero con el paso de los meses acabe por acostumbrarme y Eva se instalo a vivir en la casita de a hecho. Luca se quedo con nosotros en la casa grande. Eva habia rogado por tener un perro, pero se habia cansado de la perrita en muy pocas semanas. Benjamin era quien se ocupaba de sus cuidados, comprarle la comida, cambiarle el agua, sacarla a pasear por el monte. Luca le adoraba. La cortina de lluvia me impedia ver quien era la persona que abria la puerta y accionaba la luz del recibidor, pero si distinguia la figura de una mujer. Regrese a la mesita de noche y tome el telefono mientras buscaba su numero entre los contactos. Al tercer pitido su voz me llego como desde otro mundo. --?Mama? ?Te he despertado? --Eva ?eres tu? ?Estas en la casa del jardin? --Si, soy yo, mama. --?Que ocurre? ?Como has venido a estas horas? Y ademas con la que esta cayendo. --No pasa nada, mama, acuestate. --Voy a verte. --No, mama, acuestate. Estoy bien, de verdad, pero estoy muy cansada y no quiero que vengas con este diluvio. Manana con calma hablamos, necesito dormir un rato. Las madres sabemos cuando nuestros hijos no estan bien, pero ademas yo tenia una ventaja, o dos: la hora que era y el tiempo que hacia. Nadie se aventuraria desde Oviedo hasta Valmilar por gusto bajo aquella lluvia torrencial, pero como buena madre tambien sabia cuando era mejor ceder. --Esta bien, carino. Manana me paso a verte. Tuve que ir hasta el salon a tranquilizar a Luca que no dejaba de ladrar. Me miraba con esos ojos grandes y cansados, su pelaje se habia poblado de canas y cada vez aspiraba mas de sus pelos de los suelos y los sofas, ya tenia doce anos y comenzo a lloriquear cuando le dije con voz firme que se callase. --Tonta, tonta, ?que pasa? Es Eva. ?Por que te asustas asi? Eres una cagona, menuda perra guardiana estas hecha. La perra se dejaba mimar, mi mano pasaba una y otra vez sobre su cabeza, entre las orejas, arrastrado pelos entre mis dedos. En cuanto daba un paso para alejarme comenzaba a aullar desesperada. Al final me la lleve al cuarto y le permiti echarse sobre la alfombra, a mi lado, como si fuese una nina pequena asustada que quisiera dormir con su madre. Algo que Eva nunca habia hecho. A Luca no se lo habia permitido mientras Benjamin estaba vivo, sin embargo, al morir el fue como si Luca se volviera mas asustadiza. Benjamin habia sido el faro que guiaba su vida, ahora tenia que acostumbrarse a su ausencia y a mis cuidados, sustituir las rutinas que mantenia con mi marido a las que yo misma mantenia. Me parecio que su vida ya se habia vuelto lo suficientemente dura como para negarle algun capricho de vez en cuando, como el dormir en la habitacion conmigo cuando se mostraba mas estresada, como ahora. Lo ultimo que vi antes de meterme en la cama y quedarme dormida, hasta que me desperto la llamada al movil, fue un rayo caer en el terreno, cerca de la casa del jardin. O quien sabe, quiza solo hubiese sido parte de un sueno, el inicio de un sueno del que seria dificil despertar.

  • El club de Trebol de Lee Vincent

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    Supe que estaba perdido tan pronto el joven crupier comenzo a recoger las fichas. Solo un idiota como yo apostaria los ultimos veinte mil dolares para perderlos en cuarenta y cinco minutos. <>, me dije, mientras apuraba la copa de whisky que sostenia en mi mano derecha. Unicamente me consolaba la mirada inquisitiva de una mujer pelirroja, muy parecida a la caricatura de Jessica Rabbit, que no me habia apartado su mirada en toda la noche. Me agradaba que las mujeres aun me encontraran atractivo, pese a que, hacia dos semanas, habia cumplido los cincuenta y cinco anos. (Si, como acaban de leer, cincuenta y cinco. ?Que creen? Todavia puedo ser el galan de una novela). Bueno... creo que mi estatura, de un metro noventa y tres, mis atractivos ojos azules y mis noventa y un kilogramos de masa muscular, suelen ser un magnifico cebo para algunas mujeres, pero mi arma mortal es mi voz, masculina y atronadora. Cuando les hablo se derriten como mantequilla. A muy temprana edad aprendi, gracias a mi hermano mayor, Nelson, que un conquistador debe tratar a las mujeres como reinas. Y asi actuaba frente a ellas, haciendome el galante. No entendia como despues de un tiempo me resultaban tan aburridas e insipidas que tenia que buscar una nueva conquista, por eso ya contaba con cuatro matrimonios fracasados y algunas misas sueltas. Todas ellas extraordinarias mujeres, excepto la ultima. Pamela fue el gran error de mi vida. ?Saben que a los hombres nos ataca una condicion que se conoce como andropausia? Es lo mismo que la menopausia, pero con sintomas un poco diferentes, asi que cuando comence a padecerla, me inicie con Pamela, una rubia despampanante, Treinta anos menor que yo. Me enloquecio porque olia a Conejita de Playboy. !Ja...! (Ahora se estaran preguntando como huele una de esas conejitas, he de decir que a… !GLORIA!…) Hare un parentesis (Me gustan las mujeres jovenes pues me encanta la piel tersa, que los pechos no hayan sido afectados por la gravedad, pero sobretodo, que no haya rastro de celulitis). Por eso no saldria con una vieja ni, aunque me pagaran. Esa habia sido mi filosofia de vida hasta esa noche, cuando al finalizar el partido de poker, regrese a mi habitacion del noveno piso en el hotel Borga de Atlantic City. Ver dos gigantes corpulentos, con cara de pocos amigos, flanqueando la puerta de mi habitacion, me hizo presagiar que algo muy malo estaba por acontecer. Les sonrei para disminuir la tension, pero ni tan siquiera se inmutaron en contestar. Asi que apresure mis manos para abrir la puerta. Cuando logre acceder a la habitacion todas mis dudas se disiparon, no era mi imaginacion. El ambiente en el interior era diferente. Un olor rancio, como a azufre, inundaba el lugar. Y ta-ra-tatan... Alli estaba el mismisimo diablo encarnado, Gerry Rhys-Meyers. Sentado como un leon que espera a su presa. Literalmente parecia un leon con su melena abundante de color gris. Llevaba un traje negro, camisa negra, corbata negra... Apostaria que hasta su corazon era negro. El desgraciado sonrio sin mostrar su dentadura perfecta. Sospechaba que ya utilizaba caja de diente porque debia rondar los sesenta y tantos, aunque se conservaba muy bien. Tal vez habia descubierto el misterio, casi mistico, del Agente 007, Sir Sean Connery, que, entre mas viejo, mas sexy lo encontraban las mujeres. Envidio a ese tipo, no saben cuanto. Deje la billetera y el movil sobre la comoda y me voltee para mirarlo. La ultima vez que hablamos, hacia mas de un mes, el magnate de la bolsa de valores de Wall Street, exigio su paga de seis cifras. Debo admitir que las apuestas me han llevado por un camino muy tenebroso. No era a este hombre al unico que le debia dinero, pero sabia que Rhys-Meyers era peligroso. --Por tu cara puedo imaginar que no ganaste un penique, Liam --dijo con un sarcasmo que me saco de quicio y, aunque me vi tentado a golpearlo, me contuve--. ?Cuanto perdiste? No le conteste de inmediato, por el contrario, me tome mi tiempo y camine hasta el mini bar para sacar del botellero una cerveza Guinness. ?No lo he mencionado? !Ah! Si, soy irlandes, radicado en Estados Unidos desde hace casi cincuenta anos. Mis padres me trajeron en una de las ultimas grandes olas migratorias y nos establecimos en Queens, Nueva York, asi que guardo algunas costumbres irlandesas muy bien afianzadas. --No tengo el dinero --conteste. --Ultimamente es lo unico que sabes decir, Liam. El hombre se levanto para enfrentarme. Ya mencione que tengo gran estatura, pero Gerry no se quedaba corto, era un hombre de casi un metro noventa. Nos sostuvimos la mirada por unos segundos. Me enfermaba que el tipo se creyera con todo el derecho del mundo a amedrentarme, aunque se rumoraba que, en algunas circunstancias, cuando alguien le jugaba mal con un negocio, Gerry actuaba como un vil mafioso. Lo que queria decir que a algunos malos socios los habia desaparecido del mapa. Sospechaba que al final, si no conseguia la pequena fortuna que le debia, me pasaria lo mismo. --Saque la cuenta --dijo--. Me debes ciento ocho mil dolares y al ritmo que vas, no creo que los consiga para antes de verano. ?No fue eso lo que prometiste? --Estoy haciendo un esfuerzo, pero la firma no va bien. Desde hace tres meses no conseguimos un nuevo cliente. No le mentia. Soy dueno de una firma de arquitectura, que en un momento fue muy prestigiosa, pero que en la actualidad estaba en una decadencia bochornosa. Gerry solto una carcajada socarrona. Ahi regresaba su majaderia. Aprete el puno que me quedaba libre, pero como siempre sucedia, desisti. --Necesito un gran favor --dijo, mientras se paseaba por la habitacion con ese aire que siempre utilizaban los magnates, como si el mundo lo tuvieran a sus pies--. Un favor que puede saldar tu deuda. Hice una mueca. El favor tenia que ser bastante grande. Tal vez me pedia que asesinara a alguien o que cometiera algun fraude. Ninguna de esas dos opciones estaba en mi radio de accion. --Si recurro a ti es porque creo que eres perfecto para este encargo. A esas alturas estaba deseoso por saber cual seria ese magnifico favor que me liberaria de sus garras para siempre. --Necesito que viajes a Ibiza en tres dias. ?Ibiza? ?Habia dicho Ibiza? ?A las Baleares en Espana? ?A ese paraiso pecaminoso? Hacia mas de diez anos que estuve alli celebrando mi tercer divorcio. Un viaje escandaloso con tres bellezas, mucho whisky y la mejor musica, pero ahora estaba en otra etapa de vida... Ya no estaba para tanta intensidad. ?Que pretendia Gerry? --?Y eso? --le pregunte, vacilante. El hombre se mantuvo en silencio, envuelto en un misterio que ya comenzaba a impacientarme, tanto que me tome el resto de mi Guinness de un solo sorbo. Deje la botella sobre la mesa y abri la puerta de cristal que daba al balcon para que corriera la brisa. Tambien para disipar la peste a azufre que impregnaba la habitacion. Si, es que era el mismisimo diablo. --Liam, necesito que seduzcas a mi mujer. Gracias al cielo que estaba de espaldas a el porque mi cara desfigurada debe haber costado un millon. ?El muy anormal me habia pedido que sedujera a su mujer? ?Habia escuchado bien? ?Que me acostara con ella? ?Que le diera toda mi pasion y que le mostrara por que las mujeres me decian Liam Farrell, "el temible"? Me voltee despacio para afrontarlo. Guardaba la ilusion de que al encontrarme con su feo rostro estuviera sonriendo debido a que su propuesta habia sido una estupida broma, pero no fue asi. El tipo me miraba como si acabara de darme la hora. Carraspee un poco para ver si se daba cuenta de su locura, sin embargo, el hombre ni se inmuto. --Obvio, no quiero que te acuestes con ella. Fue como si de repente el alma me regresara al cuerpo. !Plop! Resople dejando ver mi alivio. Aunque no conocia a su mujer, la idea de acostarme con la esposa de alguien conocido no entraba en el Codigo de Etica Farrell, un conjunto de normas y valores de diez cosas a las que nunca cederia, entre las que se destaca: "Jamas acostarme con la mujer de un tipo que conozco". --No te entiendo, Gerry. --Me hice el tonto. A veces esa tecnica me funcionaba a la perfeccion, tal como les funcionaba a algunos animales hacerse los muertos cuando enfrentaban el peligro. --Acabo de pedirle el divorcio a Fiona... No lo deje culminar porque estalle en risa. ?Fiona? ?Acaso alguien, aparte de la mujer de Shrek, tenia ese nombre? --No se por que te produce tanta gracia, Liam. --Perdona es que me acorde de... Olvidalo --anadi un ademan. --Por supuesto, ella no quiere hacerlo a las buenas y me ha pedido la mitad de mi fortuna, cosa que no pienso hacer. --Volvio a mostrar su dentadura, blanca y perfecta, pero no era un gesto sincero --. Necesito ponerla en una posicion incomoda que pueda probar una infidelidad. !Ja...! Ahora si que entendia menos. Me acababa de pedir que no tuviera una relacion coital, o sea que no tuvieramos "wiki wiki", solo que la sedujera, pero queria que le fuera infiel para utilizar la prueba durante el divorcio. Recorde a mi tercera esposa. La muy picara habia hecho exactamente lo mismo que se proponia Gerry, acusarme de adulterio, pero el caso se cayo en corte cuando las fotos no fueron prueba suficiente, aunque eran muy explicitas. Para que eso prosperara era casi obligatorio filmar un video porno. Bufe en mi cabeza.

  • Una casa en amargura de Elisa Vazquez De Gey

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  • KimoKawaii de Enrique Planas

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  • La pequena libreria de los corazones solitarios de Annie Darling

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    Habia una vez, en una pequena libreria de Londres, una joven sonadora llamada Posy Morland, quien vivia rodeada de libros y se escondia tras las paginas de sus novelas romanticas favoritas. Un dia, cuando la excentrica y anciana duena de Marcapaginas murio, Posy se vio obligada a hacerse cargo de la libreria, que se encontraba en una situacion lamentable, y salir asi de su comodo refugio de romances de ficcion.Sin embargo, Posy no solo debia enfrentarse al ruinoso negocio que habia heredado y hacerlo prospero, sino tambien a las presiones del nieto de la anciana, Sebastian, mas conocido como “El hombre mas maleducado de todo Londres”, empenado en fastidiar a Posy y desviarla de su plan por transformar Marcapaginas en la libreria de sus suenos. ?Lograra Posy su final Felices para siempre como las protagonistas de las novelas que tanto admira?

  • Entre las nubes y las estrellas (Between 1) de Gema Martin Munoz

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    Primera entrega de la serie Between.

  • Mediocracia de Alain Deneault

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  • La piedra de siete ojos (Misterio y leyendas 1) de Miriam Conde

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  • Ni todas las mujeres quieren flores ni todos los heroes llevan capa de Irene Hall

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    Existe un piso en Madrid donde conviven tres inquilinos: Maravillas, Arantxa y Eloy. Maravillas trabaja en los multicines del centro comercial y desde su taquilla suena con un buen desenlace para el largometraje de su vida. Arantxa se esta volviendo imprevisible. Ahora resulta que busca emociones fuertes y no se le ocurre otra cosa que lanzarse a seducir a una hetero. Eloy se encuentra perdido. Su novia esta lejos y el futuro de ambos es incierto.

  • Lo estas deseando de Kristen Roupenian

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    En diciembre de 2017 Kristen Roupenian publico en el New Yorker el relato <>. De inmediato se hizo viral y se convirtio en uno de los mas comentados y que mas revuelo han generado entre los publicados por la revista, junto con los ya clasicos <> de Shirley Jackson y <> de Annie Proulx.

  • Piscinas vacias de Laura Ferrero

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    Piscinas vacias es el primer libro de relatos de Laura Ferrero, una joven autora que irrumpe con fuerza en el panorama literario y que ha sido calificada como <> por ABC.

  • Cicatriz (Narrativas hispanicas) – Sara Mesa de Sara Mesa

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    Sonia conoce a Knut en un foro literario de internet y, a pesar de los setecientos kilometros que los separan, establece con el una particular relacion marcada por la obsesion y la extraneza. Entre la atraccion y la repulsion, no puede evitar sentirse fascinada por este personaje insolito y perfeccionista, que vive fuera de toda norma social y que la corteja a traves de suntuosos regalos robados. <> Su necesidad de poner distancia cuando Knut se vuelve demasiado absorbente, pero tambien su irrefrenable curiosidad y el ansia de vivir experiencias mas alla de una existencia excesivamente reglada, llevaran a Sonia a una doble vida secreta en la que quedara atrapada durante anos sin posibilidad de exculparse. En esta inusitada historia, Sara Mesa recupera temas que ya aparecieron en sus primeras obras narrativas, dandoles forma a traves de un estilo conciso y electrico en un mundo ?frio, escasamente comunicativo? cuyas reglas establecen unicamente los propios personajes que lo habitan. Cicatriz no es solo una inquietante historia de amor descompensado protagonizada por dos seres muy distintos pero a la vez complementarios, es tambien una reflexion sobre la sociedad de consumo y los robos a gran escala en grandes almacenes, la sumision y el poder, la anulacion del deseo y la carnalidad, el refugio de la infancia, la fantasia como alternativa, la culpa y la expiacion, la escritura y la vocacion literaria. La autora de la celebrada Cuatro por cuatro (que fue finalista del Premio Herralde de Novela), en vias de publicacion al frances, se confirma con Cicatriz como una de las voces mas singulares e imprescindibles de su generacion.

  • Enparejarte de Nacho Tornel

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    Por mas que pasen los anos, el amor, la pareja (y sus problemas) nunca pasan de moda. Con una experiencia de mas de diez anos como terapeuta familiar, Ignacio Tornel nos ofrece un utilisimo libro de autoayuda para todas aquellas parejas que estan pasando por un bache, o simplemente para aquellas parejas que quieran reforzar su amor.

  • Deseo de Veronica A. Fleitas Solich

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    Hugo y Alexia llevan un par de meses viviendo juntos, tienen planes para el futuro y sus vidas son lo que siempre imaginaron que serian: perfectas, ordenadas y exitosas. O eso creia Alexia, hasta el momento en que se encuentra frente a su tarta de cumpleanos a punto de soplar las velas y descubre unos ojos azules clavados en ella.

  • Andre y Kira. La historia de un beso de M. Cavani

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    Andre ha estado enamorado de Kira desde que llego a su secundaria, mientras ella jamas le ha hecho caso, para Kira el volley es su unico y verdadero amor; pero una noche inesperada sucede algo que ni el azar habria previsto: un beso entre los dos. Desde entonces, Andre no ha hecho otra cosa que tratar de recordarlo mientras Kira solo quiere olvidarlo.

  • En el azul de tu mirada de Jasmine Rogers

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    La noche pasaba y no lograba conciliar el sueno asi que sali del dormitorio, para dirigirme a la biblioteca y leer un poco. Quizas de esta manera conseguiria no pensar y caer rendida, pero tuve la sorpresa de encontrarme alli con Aidan. --?Tampoco puedes dormir? --me pregunto. --La verdad es que no. Se levanto y se dirigio al mueble bar para servirme una copa. No pude dejar de observarle. Solo vestia unos finos pantalones de pijama, resaltando la tenue luz de la estancia, la desnudez de su espalda y de su torso fibroso en cada uno de sus movimientos. Pense que seria mejor volver a la cama. La tentacion era demasiado fuerte. Fui hacia la puerta y me disculpe: --Siento causarte molestias, pero creo que me marcho a dormir. Se acerco rapidamente hacia mi para cerrar la puerta, quedando atrapada entre esta y el, creyendo morir de deseo cuando senti el calor de su cuerpo contra mi espalda, y escucharlo susurrar con su aliento ardiente sobre mi cuello. --Di que no me amas y dejare que te vayas. Di que todo lo que paso en Espana ya lo has olvidado. --No me hagas esto, Aidan. --Responde, por favor. Gire para enfrentar mi rostro al suyo, y fijando mi mirada en sus azules ojos confese: --Te amo, y si en algo han cambiado mis sentimientos, ha sido para amarte aun mas que antes. Para mi sorpresa, me alzo en sus brazos y salio de la biblioteca. --Aidan... --susurre. --Sssshhh. Mi corazon comenzo a latir fuertemente, porque en sus ojos, y en cada reaccion de su cuerpo a nuestro contacto... sabia hacia donde me conducia. Cruzamos el umbral de su dormitorio, y mientras me posaba lentamente sobre la cama, me inundaba de besos colocandose a la vez sobre mi. Todo el me aturdia, su aliento, su forma de besarme... temiendo volver a sufrir de nuevo cuando nos marchasemos. Pero el deseo que seguia sintiendo por el, era innegable e inevitable, y no seria yo quien le apartase de mi lado. --Dejame amarte, pero para siempre. No quiero mas ratos, te quiero siempre, completa. --Sus susurros me quitaron todo el temor. Le bese como nunca, sintiendo como sus caricias abrasaban cada centimetro que sus manos recorrian de mi cuerpo mientras me desnudaba poco a poco, haciendome temblar y que mi piel se erizara respondiendo intensamente a cada contacto con su piel. Y aquella noche de nuevo, nos entregamos totalmente el uno al otro, con ansia, con desesperacion, con todo el amor y pasion contenida en aquellos anos y que ya me habia demostrado hacia unas semanas, reafirmando con rotundidad que lo nuestro nunca se apagaria, nunca... CAPITULO 1 Cuatro anos atras... --!Gracias a usted! --exclamo con aire amable la voz que se escuchaba tras el telefono. Nos despedimos y finalice la llamada. A continuacion, me dispuse a dar saltos como una loca en medio del salon. Ana, mi companera de piso me observo con los ojos como platos. --Eso es... ?que si?--me pregunto. --!Si, si, si, si! --grite como una loca. Ana se unio a mis gritos, y seguimos saltando, gritando y riendo juntas durante un buen rato, hasta que cansadas, nos lanzamos exhaustas hacia el sofa. --Cuenta, cuenta --dijo Ana emocionada. --Londres, Ana. !En una semana! --conteste. Y volvimos a gritar y a reir. Hacia casi un mes que mi contrato de trabajo en la cafeteria habia finalizado, para tristeza de Lorreine, la duena de la misma, y sobre todo para mi, ya que, en las semanas siguientes, "PARIS, MON AMOUR", cerraria sus puertas dejando treinta anos de esfuerzo, amor y dedicacion, encerrados detras de ellas. Habia trabajado dos anos en aquella pequena pero preciosa cafeteria decorada con un estilo muy parisino, con sus grandes ventanales que te invitaban a observar la gente pasar, deleitandote con un estupendo cafe banado con sirope de caramelo y esa gran cantidad de espuma de leche que debias retirar forzosamente con tu lengua de la comisura de los labios cada vez que tomabas un sorbo del mismo. Aaahhh... observar el bullicio de la ciudad, mientras que la tranquilidad dentro de la cafeteria hacia volar tus pensamientos... "PARIS, MON AMOUR" era... otro mundo. Pero a Lorreine, aquella mujer de pelo blanco y mirada decidida, y despues de tantos anos sacando adelante su preciosa y acogedora cafeteria... le habia podido la crisis y la apertura de una enorme y moderna cafeteria, a unos cincuenta metros. De esas que te preparan el cafe para llevar, sin mucho mimo ni dedicacion, pero con precios "low cost" y mensaje de "hola, buenas tardes, aqui su cafe. El siguiente, por favor". Dos semanas antes de que se convirtiera en un hecho el no poder volver a trabajar en la cafeteria, Lorreine nos habia reunido a todos al concluir la jornada en el "PARIS, MON AMOUR", y con lagrimas en los ojos, nos habia comunicado la mala noticia. Apesadumbrados, y despues de barajar entre todos las posibilidades que Lorreine ya habia estudiado en dias anteriores, regresamos a nuestras casas, sabiendo lo que el futuro proximo nos deparaba. Aquella noche, en la cama, no pare de dar vueltas y vueltas, pensando, desvelada... y recorde la opcion que antes de aceptar el puesto de camarera en "PARIS, MON AMOUR", habia tenido en mente. !Londres! Trabajar en Londres. Finalizando mis estudios de psicologia, nos hablaron de agencias que podian conseguirte trabajo en diversas zonas de Reino Unido a cambio de alojamiento en alguna de las residencias que poseian alli. La agencia ganaba un dinero por la estancia, y tu podias trabajar en el Reino Unido y perfeccionar a la vez el idioma. Pero en aquel entonces me surgio la posibilidad de poder realizar un curso para poder impartir clases de espanol a extranjeros; y a la vez, la oportunidad de trabajar en la cafeteria, asi que ambas cosas se convirtieron en mi primera opcion. Pero ahora si, ahora habia llegado la hora de volar... y la oportunidad de poder trabajar en una de las tabernas del centro de Londres, y sin mas, dije: !SI! --Bueno, pues una semana para preparar mi equipaje --dije a Ana, echandome para atras en el sofa. Ana me miro, y me pregunto con semblante serio: --Cris... ?que le diras a Alex? --?A Alex? Pues nada, que me voy a trabajar a Londres, que voy a decirle. --?Y nada mas? --dijo Ana frunciendo el ceno. --Ana, por Dios --conteste a mi gran amiga, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco--. Hemos salido juntos durante cinco anos, pero eso termino. Amigos, nada mas --anadi, haciendo aspavientos con las manos. Alex y yo habiamos salido juntos cinco anos, pero llego un determinado momento en el que me di cuenta de que ya no le amaba, y seguir juntos, solo nos haria mas dano, tanto a el como a mi, porque yo ya no podia darle todo lo que el queria: compartir nuestras vidas. Supongo que lo que me hacia seguir con el, era la pura costumbre, el hecho de acomodarnos a una relacion que debio terminar mucho tiempo atras. No podia negar, sin embargo, que me sintiera insegura, y que el hecho de no amar a nadie, me hacia sentir una extrana sensacion de vacio. No buscaba a ningun companero para compartir mis sentimientos, pero si anhelaba encontrarlo, ansiaba el sentir esos abrazos, esos besos y esas caricias, esa comprension, sensibilidad y ternura que hacia ya meses que al lado de Alex habian desaparecido. Sin embargo, muchos de nuestros amigos, incluso el mismo Alex, conservaban aun la esperanza de que algun dia volviesemos a ser novios otra vez. Para mi, esa opcion, no era ya para nada factible.

  • Los dias modernos, Cristina Lopez Schlichting de Cristina Lopez Schlichting

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  • El secreto del galeon de Ana Alcolea

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    Principios del siglo XIX: Marina viaja junto a su familia a Espana desde las colonias americanas. Ella no se parece en nada a sus hermanas: no piensa en casarse ni en bordar su ajuar, solo desea vivir en el mar, convertirse en marinero; algo del todo imposible. De sus pensamientos y anhelos sabe mucho su esclava Ramira, una mujer a la que le han arrebatado todo lo que alguna vez ha amado y que oculta un gran poder heredado de sus antepasados africanos.

  • Hijas del Norte de Sarah Hall

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    Me llamo Hermana. Ese es el nombre que me pusieron hace tres anos. Es como me llamaban las demas. Es como me llamo a mi misma. Antes de eso mi nombre no tenia importancia. No recuerdo que se usara. Ya no respondere a ese nombre ni me oire decirlo en voz alta. No dare muestras de reconocerlo. No existe. Me llamareis Hermana. Fui la ultima mujer que salio en busca de Carhullan. Fue un mes de octubre de lluvias torrenciales cuando me puse en camino. En la ciudad, las hojas habian empezado a caer de los arboles y el suelo estaba cubierto de su pulpa amarilla. Los ultimos frentes tormentosos atravesaban la region del norte descargando aguaceros. El verano se retiraba. Daba la sensacion de que la atmosfera habia estallado por fin, y las mananas y las noches empezaban a ser mas frescas. Era un alivio no despertarme empapada en sudor en nuestra habitacion del barrio de adosados, salir de una pesadilla con esa humedad lechosa en el pecho. Siempre he dormido mejor en invierno, como si la frecuencia del pulso disminuyera. El frescor parecia limpiar tambien la ciudad. El olor a bacterias de la refineria y las plantas de fuel se dispersaba por la noche cuando las nubes se disipaban y aflojaba el calor. Los ultimos anos, desde la Reorganizacion Civil, el bochorno habia durado mas de lo normal; los meses frios se concentraban en una franja mas estrecha del calendario, y viviamos envueltos continuamente en una nube toxica de colza y arenas bituminosas, hacinados como peces en un ahumadero. El cambio de la temperatura trajo consigo una sensacion de euforia, un estado de alerta que iba mas alla de los nervios o la creciente conciencia de los peligros que sabia que estaba afrontando. Era reparador. El frescor me recordaba los tiempos de mi infancia. Las estaciones estaban entonces mas definidas, mas separadas. La gente mayor de la fabrica en la que trabajaba decia que de todas las tradiciones inglesas que estaban amenazadas el tiempo era la mas triste. Como si hubieramos tenido la posibilidad de elegir en referendum aquel clima semitropical. Todavia recuerdo las cosquillas frescas del granizo en la cara en el mes de marzo, cuando esperaba el autobus para ir al colegio. Y el rugido del viento que en otono lo zarandeaba todo, las cosas grandes y las pequenas. El frio en las venas en enero; las manos y los pies entumecidos a pesar de la lana y el vellon. Cuando eres joven no tienes miedo de las posibilidades. No crees que el mundo pueda destruirse o que vaya a ocurrirte una desgracia a lo largo de la vida. Incluso la lluvia es diferente ahora: imprevisible, violenta, no como la constante llovizna gris de las postales antiguas, de los chistes y las cronicas televisivas. Es una lluvia que parece herida. Rara vez se ve nieve en los montes, aunque la gente de la ciudad sigue buscandola por pura costumbre. Me dirigia a una zona alta y remota, y tenia la esperanza de volver a ver esas ventiscas blancas, si es que podia quedarme alli algun tiempo. Sali al amanecer, con la idea de alejarme de Rith sin que nadie me viera. Prepare una mochila ligera para resistir el largo camino hasta las montanas. Llevaba pocas cosas: ropa, botas, unas cuantas latas de comida, galletas, una cantimplora con agua y un botiquin, para el caso de que pudiera quitarme el dispositivo, aunque no sabia si era posible. Y llevaba un fusil de la Segunda Guerra Mundial, entre las sudaderas y los impermeables. La punta roma del canon rozaba la solapa de la mochila. Con el me proponia negociar en Carhullan. La noche anterior escondi la mochila en un callejon, detras de nuestro edificio, para salir sin peso, sin chocar contra las paredes y aranarlas al bajar las escaleras. Lo deje en un hueco oscuro y seco, detras de la camara principal del deposito de lluvia. Lo puse alli mientras las familias de las otras casas estaban cenando y antes de que mi marido volviera del trabajo, tanteando primero en el vacio con un palo para asegurarme de que no habia nidos de ratas. De madrugada sali de la cama sin despertar a Andrew y me vesti sigilosamente en el cuarto de bano comun. Me habia guardado una bolsa de plastico en un bolsillo de los pantalones para meter las cosas que necesitaba. En un estante habia una pastilla de jabon nueva, de la familia con la que compartiamos la casa, y decidi llevarmela. La eche a la bolsa con la pasta de dientes, el desodorante y una cuchilla de afeitar con varias hojas de repuesto. Dude un momento antes de abrir el botiquin de los vecinos. Encontre aspirinas, un paquete de compresas y una bolsita de polvos para la cistitis, caducados. Lo cogi todo. Despues cruce el pasillo y baje las escaleras. En la puerta principal espere unos minutos para asegurarme de que Andrew no me habia oido salir y procure tranquilizarme. El corazon me bombeaba la sangre a chorros. Notaba la corriente de ida y vuelta en las puntas de los dedos. Me dije que todo saldria bien. Llevaba meses entrenandome, levantandome temprano, y habia ensayado la huida. Siempre lograba salir en silencio y sin peligro y recorrer la ciudad a oscuras, evitando las zonas por las que merodeaban los perros asilvestrados, antes de volver a casa. Pero esta vez no era un simulacro. Respire hondo, solte el aire y espere. Lo ultimo que queria era que Andrew me siguiera, que me dijera que estaba loca, que armara un escandalo y despertara a todo el mundo. Jamas me dejaria marcharme con una mochila, salir de las zonas oficiales, a pesar de que estabamos enfrentados, nos odiabamos y no nos dirigiamos la palabra. Yo estaba atada a aquella casa. Los dos lo sabiamos. No teniamos ninguna otra alternativa. Si me hubiera descubierto, me habria llevado a rastras escaleras arriba, o me habria inmovilizado en la calle, a pesar de mis forcejeos, hasta que apareciese un supervisor de la Autoridad, y entonces habria puesto alguna excusa para explicar mi comportamiento, como que estaba colocada o habia tenido una pesadilla. Me habria dicho que esperara un poco, que por muy mal que estuvieran las cosas en ese momento conseguiriamos salir adelante, y despues nos separariamos, cuando el ambiente estuviera menos tenso, cuando fuera menos peligroso. Me apoye en la fachada, atenta al ruido de sus pasos por ultima vez. Lo unico que se oia en el piso de arriba era el zumbido del contador electrico en modo de espera, como una avispa. Levante la mirada. El cielo tenia el color oscuro del asfalto, como el esquisto que trituraban en los tanques de la refineria donde trabajaba Andrew. La mancha blanca de la luna asomaba como una ulcera hinchada y opaca por detras del forro de las nubes. Aun no se habian encendido las luces en Rith y nadie saldria a la calle hasta que se reanudara el suministro electrico, a las seis de la manana, para que la gente pudiera calentar el agua, cocinar y ver el primer parte informativo de alguno de los frentes meteorologicos o el sorteo de la loteria. Para entonces esperaba estar muy lejos. Por fin me acerque al callejon a recoger mi mochila. Sabia que tenia que darme prisa y no pensar mas de lo necesario. Normalmente la ciudad estaba muerta a esa hora, pero siempre era posible encontrarse con una patrulla de la Autoridad. Me ponia mala solo de pensarlo. No tendria ninguna posibilidad de explicarme. Y no queria enfrentarme a lo que estaba haciendo, y flaquear, aunque estaba segura de que no me pasaria. Despues de las ultimas semanas no podia pasarme. Cruce la ciudad, alejandome de las viviendas compartidas, y pase por delante del antiguo centro comercial, con las ventanas cubiertas con tablones, y por delante del almacen de las turbinas, donde las carcasas de metal esperaban apiladas desde hacia anos el momento del reparto. Las calles estaban desiertas y tranquilas. Unicamente los ladrillos rojos, la pizarra y el asfalto reflejaban cierto resplandor, presentando una version de la ciudad que parecia antigua y fantasmagorica. Costaba imaginar que hubiera tanta gente detras de las fachadas, durmiendo dos o tres en la misma habitacion, o despierta, hablando en voz baja para no molestar a las otras familias. Algunos estarian llorando y alguien quiza los consolaria, o nadie les haria caso. A otros les traeria sin cuidado que pudieran oirlos a traves de las paredes, arrastrando el cuerpo dolorido cuando el efecto del chute de efedrina barata empezara a esfumarse. Cada vez que me habia atrevido a ensayar la fuga, el ambiente de las madrugadas me parecia disminuido, como si en lugar de concentrar a la gente hubieran practicado un sacrificio selectivo. Al final de cada hilera de adosados se veian las siluetas de los contadores, como quistes pequenos y ruidosos disenados para leer el flujo de la energia de las tejas fotovoltaicas. Ahora los empleaban para regular el consumo de la antigua red de suministro domestico. Habia habido muy pocas mejoras despues de la Reorganizacion. El plan de recuperacion de diez anos empezaba a convertirse en un mito imposible. Me costaba no volver la cabeza para ver si alguien me seguia o me veia pasar. Me obligue a no mirar. Me dije que la mejor manera de seguir andando era poner la vista en un solo punto: adelante. Se oyo un leve chasquido en el cielo, y un trueno retumbo al oeste. Sabia que pronto empezaria a llover, que tendria que parar a ponerme el impermeable. Pero no podia permitirme el lujo de detenerme mientras siguiera dentro del perimetro. Quiza mas tarde, cuando estuviera lejos de alli y hubiera entrado en calor con el ejercicio, podria desnudarme. Me secaria antes que la ropa. Llevaba anos sin salir de Rith. Ningun civil habia salido de la ciudad, salvo para que lo trasladaran a un centro de detencion. No se permitia el transito de una zona a otra. La gente quedo atrapada en el sector en el que se encontraba cuando se hizo el primer censo despues del colapso. Solamente la Autoridad y los agentes del gobierno tenian necesidad de viajar o medios de transporte, y en esos casos solian ir en tren. Yo habia nacido en Rith y conocia bien el entorno: las calles empinadas y el maremagnum de los tejados, el cerro de Beacon y el castillo enfrente, en la cima de dos penas gemelas. Continue por el antiguo paso elevado de la carretera. Abajo habia montones de basura y escombros, y se oian susurros animales. Mas alla de las fronteras de la ciudad, en las llanuras, las carreteras se habian deteriorado. Estaban mucho peor de lo que me esperaba, hundidas y agrietadas tras anos de desuso. Las riadas se habian llevado tramos enteros. Al plantar el pie tenia la sensacion de estar atravesando un pedregal. En algunas partes habia crateres llenos de agua de lluvia. Metia las botas sin verlos y me empapaba los pantalones hasta las rodillas. Comprendi que era verdad lo que la gente decia en la fabrica y en las reuniones del distrito. Que solo estaban reparando las principales arterias, las que utilizaba la Autoridad. Al principio fui corriendo siempre que podia, muy atenta para no resbalar o torcerme un tobillo, y luego afloje el paso para afrontar el largo dia que tenia por delante. En media hora habia llegado al promontorio donde se encontraba la caseta blanca del puesto de peaje. No tenia ventanas, y una parte del tejado se habia hundido. Recordaba que en una clase de historia local nos contaron que tuvieron que reconstruirla en dos ocasiones, despues de que los escoceses le prendieran fuego. Ahora volvia a estar casi en ruinas. Los duenos debian de haberse marchado a Rith hacia mucho tiempo, con los demas vecinos de la periferia. A los pies del monte, un poco mas adelante, el antiguo puente de Yanwath seguia intacto. Lo habia cruzado muchas veces en coche antes de que se prohibiera el trafico. El semaforo que regulaba la circulacion estaba muerto, con los focos negros de mugre y el poste inclinado en los cimientos de hormigon. En la hondonada de la carretera, antes del punto en que empezaba a subir hacia los contrafuertes del puente, se habia formado un charco de agua arremolinada. Habia residuos flotando, casi imposibles de identificar; tal vez trastos superfluos de las casas de la parte alta del rio. Vadee el charco, llegue hasta el centro del arco y me asome a mirar por el parapeto. El rio Eden corria a mis pies, encrespado y turbio, a una velocidad aterradora. Vi en la penumbra el brillo del agua en movimiento en las orillas, la estela de los remolinos y las crestas blancas. Las lluvias habian reventado la ribera, y el caudal anegaba las acequias y los huertos a ambos lados. Se oian crujidos en las ramas mas bajas ahora que los arboles de la orilla habian perdido sus hojas. Las casas de campo mas cercanas al puente estaban sumergidas en el agua hasta las ventanas. Notaba un olor fuerte, a cemento, a tela mojada y a cieno: el olor familiar de las viviendas inundadas. La corriente se deslizaba por las paredes de las casas, pudriendo alfombras y cortinas. Diez anos antes me habia despertado con el mismo olor, cuando al bajar las escaleras me encontre la casa inundada por las aguas residuales. Sabia que, al otro lado del puente, la carretera pasaba por un pueblo desierto y se adentraba mas adelante en los abandonados parajes del antiguo parque nacional: en la zona que la generacion de mi padre conocia como el Distrito de los Lagos. Era mediodia cuando vi aparecer el coche, y estaba lloviendo a cantaros. Al principio pense que era el ruido del agua que arrastraba el viento o corria por los acuiferos por debajo del asfalto. Despues oi el cambio de marcha. Me aparte de un salto a la cuneta y di media vuelta, casi esperando ver la forma azul oscura de un coche patrulla y dispuesta a esconderme detras de una cerca de piedra. Una furgoneta civil, de color blanco, se acercaba despacio por la carretera destrozada. Parecia que tenia la suspension en mal estado y eso amplificaba el ruido, como si la carroceria se levantara del chasis, y vi que se zarandeaba al pasar por encima de un monticulo o un bache. Llevaba las ventanillas cubiertas de residuos, de vainas y de hojas arrancadas de los arboles por el ultimo diluvio. Desprendia un olor a grasa quemada y negra. Paso a mi lado y freno despues. Me acerque a la puerta del conductor y la ventanilla chirrio al bajarse. --?Adonde vas, chica? --Era un hombre con la cara roja como un trozo de cristal sacado de un horno. Me miro de arriba abajo con sus ojos claros. Estaba hecha una pena. Tenia el pelo chorreando y el chubasquero viejo y blanco empapado y pegado a la piel. Doble los hombros hacia delante y me cubri el pecho con los brazos. Se echo a reir. Tenia los dientes picados en los bordes, deslucidos y cubiertos por una capa amarillenta, y en la linea de las encias se veia una reveladora sutura de plata--. Bueno, parece un buen sitio para ir de excursion. ?Eres de los ultimos de los Wainwright? O a lo mejor quieres ser la primera que vuelve a subir a las cumbres y plantar tu bandera. Eso significa que las cosas han mejorado en la ciudad. Vamos. Sera mejor que subas al coche. Dude. No queria hablar con nadie en el camino y sabia que si me hacia preguntas podia tener problemas, pero me dolian los hombros y los pies y no tarde en decidirme. Di la vuelta por detras de la furgoneta hasta la puerta del pasajero. Me quite el chubasquero empapado y lo escurri. El conductor se inclino para abrirme la puerta, como hacia mi padre cuando me llevaba al colegio. Puso un trapo sucio encima del asiento, para que no lo mojara al sentarme. Deje la mochila a los pies del asiento y subi al coche. --Bueno --dijo--. Que encuentro tan oportuno, ?verdad? Metio la marcha y arranco. Tuve una sensacion extrana. Hacia anos que no subia a un coche. Me obligaron a entregar las llaves y la documentacion, como a todo el mundo, y se me habia olvidado lo que era llevar el control de un vehiculo, estar encerrada en el y al mismo tiempo libre de ir adonde una quiera. Ver como pisaba el embrague o movia la palanca del limpiaparabrisas me parecio un sueno o un recuerdo perdido. Habia un olor muy fuerte en la cabina, acido, como a ropa vieja o a vinagre mezclado con orina, o quiza fuera el olor corporal del conductor, que no se lavaba. Pero no me queje ni hice ademan de bajar la ventanilla. Me alegraba de librarme de la lluvia. Empezaban a dolerme las plantas de los pies, y eso que me habia puesto dos pares de calcetines gruesos. Empezaba a notar como si me clavaran alfileres y agujas en las puntas de los dedos y me puse a encogerlos y a estirarlos. No esperaba volver a viajar en coche. Llevaba meses entrenandome para la caminata en mi tiempo libre, al principio sin rumbo, solamente por pasar el rato, luego con un objetivo, rodeando la periferia de Rith, subiendo hasta la cima del Beacon y bajando otra vez. Andar no era un delito, aunque a Andrew le parecia absurdo que me arriesgara a ser atacada por los perros que buscaban comida en la ciudad y removian la basura en los vertederos. Decia que estaban sucios y desquiciados, y que andar por alli era como pedir a gritos que me mordieran. Atacaban a la gente de vez en cuando, aunque nunca con consecuencias fatales. En esas excursiones no podia llevar la mochila, para no levantar sospechas, y me sorprendio que pesara tanto. Me habia asegurado de comer bien la ultima semana: dos raciones de arroz en vez de una y sardinas para desayunar; incluso pense que estaba acabando con las provisiones y que Andrew lo pasaria mal el resto del mes. Estaba todo lo en forma y bien alimentada que podia. Pero rodear la ciudadela de madrugada y comer una lata de sardinas de mas era muy distinto de atravesar el parque nacional abandonado, con mis bartulos a cuestas. Habia recorrido unos veinte kilometros y estaba reventada. Tenia la espalda agarrotada por el peso de la mochila. Llevaba horas soportando chaparrones intermitentes y me rozaba el dobladillo de la ropa mojada. Cada paso me alejaba de la ciudad y me acercaba a mis propios limites. Que pudiera aparecer un vehiculo era improbable, casi milagroso, y di las gracias.

  • Desaparecida de Romano De Marco

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    Era el mejor policia de Milan. Ahora, diez anos mas tarde, Marco Tanzi es un mendigo que vive en parques y calles mimetizandose con la degradacion de una ciudad que no tiene lugar para los derrotados. Con el pelo largo, la barba descuidada y la ropa sucia, de aquel hombre queda poco: un gigante de un metro noventa y ocho que ahoga su vida en el alcohol.
    Y sin embargo, una noche, aquella vida que parecia marcada por una caida sin freno se ve sacudida por un acontecimiento inesperado: Giulia, su hija a la que no ve desde hace anos, ha desaparecido misteriosamente. Ahora tiene una mision: encontrarla, cueste lo que cueste.
    Comienza asi una busqueda mortal que, en una espiral de violencia y tension trepidante, llevara a Marco Tanzi y Luca Betti, su antiguo colega del Anticrimen, a los bajos fondos de la pornografia clandestina y a la trata de blancas. Un mundo paralelo y desconocido, donde solo quien ha visto cara a cara sus peores pesadillas puede lograr sobrevivir.

  • Mirate con mis ojos de Rosario Rodilana

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    Siendo la hija pequena en una familia de cuatro hermanas, crecio como el patito feo del cuento y, lejos de protegerla, ellas se ocuparon de recodarselo cada dia de su vida. Pronto acato su lugar en el mundo y desarrollo una gran capacidad para expresar la vida a traves de su objetivo.
    Con sus veintidos anos, Alba es una de las mejores fotografas del panorama, muchos conocen su trabajo, pero no a ella, ya que apenas existen fotos suyas, sabe que su lugar esta detras de la camara.
    ?Que ocurrira si por una amistad comun se cruza con un hombre que la ve con otros ojos?
    Jorge, un empresario y modelo, vive por y para el negocio, rodeado de mujeres bellas que no le llenan el pecho, ?que pasara cuando conozca a una mujer que no encaja en las medidas de su mundo, pero si en las de su corazon?

  • Antologia de relatos romanticos. San Valentin 2019 – Varios Autores de Varios Autores

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  • Los cielos de Curumo de Juan Carlos Chirinos

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    Los cieLos de curumo es una narracion dispuesta a modo de castillo de naipes en la que se mezclan y ensamblan las vidas de cinco amigas, el perfil urbano de Caracas, la lluvia incesante, la urgencia de los animales carroneros, el mal que corroe y los signos de la decadencia de un pais que no supo ver lo que se le venia encima. Chirinos es un cuentista despiadado. Su escritura se muestra aqui en todo su esplendor: cruda, poco compasiva y no por ello menos luminosa. Su analisis del poder es certero porque no rehuye su sordidez, nada le concede a la mesura. Su maestria en el uso del lenguaje y de las tecnicas narrativas apabulla. El que lea a Chirinos no se sorprendera recordando a Jose Balza, al primer Vargas Llosa, a Celine, a Faulkner o al Cepeda de La casa Grande. Son los maestros que parecen alumbrar esta prosa.

  • La promesa de un beso (Besos 01) de Olivia Kiss

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    Katie vislumbro a lo lejos la vieja propiedad que, tiempo atras, habia sido la casa de invitados y, ahora, era todo lo que le quedaba. Tomo una bocanada de aire al distinguir entre las sombras de la noche el abandono que podia respirarse tras cada tabla de madera. Olia a humedad y los escalones del porche crujieron bajo los unicos zapatos de tacon que habia conseguido salvar. Encajo la llave en la cerradura, entro en la casa y encendio la luz. Por suerte, todavia no habian cortado el suministro electrico, aunque lo harian en cuanto se diesen cuenta de que ella no podia pagar las facturas. El silencio se colo en la estancia y Katie se quedo muy quieta mirando a su alrededor. ?Quien le iba a decir que terminaria volviendo a Sound River? ?Quien se imaginaria que la guapa, radiante y ocurrente Katie acabaria siendo una fracasada? Ella no, desde luego. Ella habia estado convencida de que triunfaria y de que su rostro ocuparia todas las portadas de las revistas del pais; pero la nube en la que se subio a los diecinueve anos se habia convertido en una tormenta catastrofica y ahora estaba alli, sola, con menos de cien dolares en el bolsillo, el orgullo herido y el estomago rugiendo de hambre. Estaba agotada despues del largo viaje, asi que cogio una manta llena de polvo que habia en un armario y se acurruco en el sofa del diminuto salon. Imagino lo que diria la gente de Sound River en cuanto descubriesen que ella habia vuelto a ese pueblo que desprecio en el pasado, ese que no habia vuelto a pisar desde hacia casi ocho anos. Seguro que hablarian por lo bajo y se fijarian en su aspecto cansado, en las ojeras que surcaban sus ojos y en el brillo que habia desaparecido de su mirada azulada. Sollozo, cobijada bajo el calor de la manta, y deseo con todas sus fuerzas que Amber, Hollie y James ya no estuviesen alli, porque le resultaba insoportable la idea de cruzarse con ellos y ver el desprecio en sus ojos. Aquellas que habian sido sus mejores amigas, fieles y leales, y que ella habia dejado atras con tanta facilidad. Y el... James, el chico con el que todas deseaban salir, el chico que conseguia que todo el mundo se girase cuando caminaba por las calles del pueblo con su brillante sonrisa. El chico al que, al final, ella le habia roto el corazon largandose sin mirar atras. A la manana siguiente, Katie inspecciono la casa mas a fondo. Tal como habia previsto, necesitaba muchos arreglos antes de poder considerarse un hogar, pero era todo lo que tenia y, tras meses de dificultad, aquello parecia mejor que nada. Tenia dos habitaciones, un bano de espacio reducido y una cocina que se comunicaba con el salon a traves de una barra de madera. Era la herencia que su padre le habia dejado unos anos atras, cuando murio a causa de un ataque cardiaco, junto a un poco de dinero que Katie se fundio en poco tiempo. Ni siquiera habia acudido al funeral, aunque era cierto que jamas habia tenido una relacion estrecha con su padre, un hombre que se habia pasado la vida mas preocupado por comprar la siguiente botella de alcohol que por cuidar de su unica hija. De su madre, en cambio, apenas guardaba ningun recuerdo. Ella habia fallecido por culpa del cancer cuando Katie apenas tenia tres anos de edad. Asi que se habia criado con un hombre que vivia anclado en el pasado, echando de menos a la mujer que habia perdido y culpando a Katie por tener sus mismos ojos claros, su mismo cabello rubio y su mismo rostro de forma ovalada. Quiza por eso, por su desprecio constante, ella se habia cobijado en sus amigos, en los hermanos Faith, Amber y James, y en la adorable Hollie Stinger, una nina de redondas gafas y baja autoestima que siempre estaba dispuesta a tenderle un brazo a los demas, a pesar de todas las burlas que habia recibido de pequena. Amber y James eran hermanos mellizos y vivian en la propiedad contigua a la casa de Katie. De hecho, ahora, esa propiedad era de ellos, pues el padre de Katie se la habia vendido anos atras, antes de morir, quedandose tan solo con la casa de invitados para vivir, en el extremo de las inmensas hectareas del rancho de los Faith. Desde pequena, Amber y ella habian sido inseparables. Jugaban juntas todos los dias y no habia secretos entre ellas. Con el tiempo, James dejo de meterse con ambas y de intentar hacerlas enfadar rompiendoles sus juguetes y termino pasando a convertirse en ese chico de sonrisa ladeada que estaba dispuesto a protegerlas de todo y de todos. Y conforme los anos fueron quedando atras, el y Katie se enamoraron. Katie nunca supo cuando ocurrio, si fue algo que siempre habia sentido, aunque el sentimiento estuviese dormido en su interior o si paso de la noche a la manana, conforme James comenzo a despertar miradas de adoracion entre las demas chicas y ella notaba un nudo en el estomago cada vez que el les sonreia, pero, al final, no logro esconder lo evidente: que estaba enamorada de James Faith. Sacudio la cabeza cuando el recuerdo de aquellos anos pasados se apodero de sus pensamientos y emitio un suspiro cansado. Tras intentar maquillarse lo mejor posible para esconder la apatia que reflejaba su mirada, Katie se armo de valor, a sabiendas de que pronto los chismes sobre su regreso empezarian a correr por el pueblo, y decidio que habia llegado la hora de acercarse al centro para comprar algo de comida antes de decidir que era lo que iba a hacer, porque, ahora mismo, no tenia ningun plan, vivia sobre la marcha.

  • El nombre del canalla de Adriana Hartwig

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    En medio de los susurros de un pasado que, como un fantasma, se niega a
    morir del todo, se esconde un nombre. Otro, canalla, que invoca a un
    alguien aborrecido, lo reemplaza. ?Quien es el hombre que se esconde
    detras de ese otro sin escrupulos, vacio de sentimiento, que se hace
    llamar Dante Rivera?

  • Tus increibles besos de albaricoque de Raquel Antunez

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    -Me llamo Diana, debo reconocer que estoy un pelin tarada y que soy una persona directa, descarada y con un caracter de princesa -no, es mentira, a veces soy peor que un horco-. Solo contemplo una forma de vivir: sin lamentaciones y a por todas. Soy adicta a la Coca Cola y no creo en el amor. Soy todo virtudes, ya lo se.

  • Alguien te sigue de Mario Escobar

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    Cuando varias influencers del mundo del running aparecen asesinadas, la agente del FBI Jennifer Rodriguez debe afrontar el desafio de seguir la pista de un asesino en serie, ayudada por su mentor en Quantico, Charly Shipman. Pero nada es lo que parece, y tras esas muertes, ejecutadas siguiendo un cruel ritual y transmitidas por la red, se oculta una verdad dificil de asimilar.

  • Mi rompecabezas de Rosa Cortes

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    Clara seguia buscando el verdadero amor, su peor pesadilla era quedarse soltera y por eso tiene una relacion que no le aporta lo que ella necesita. Su marido es un maltratador.
    Pablo es su mejor amigo y quien la ayuda a seguir adelante, secretamente esta enamorado de ella. La relacion con el prospera como el desea, pero entre las sombras. Todo tiene que ser asi hasta que Clara decida que hacer con su vida y con su matrimonio.

  • El escudo de David de Lilyam Martino

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    El Escudo de David es una novela que combina hechos reales con ficcion, para destacar la lucha por la libertad y la defensa de los valores democraticos en un pais llamado Venedicta, gobernado por un regimen despotico que abuso de su autoridad para atropellar los derechos de los ciudadanos a vivir en libertad y con dignidad en pleno siglo XXI. Es una historia que puede ocurrir en cualquier pais si no se advierten y frenan a tiempo las apetencias del poder por el poder mismo por parte de sus gobernantes.Lilyam Martino se aparta de los numeros y el derecho para escribir una novela que destaca y rinde homenaje a la lucha de valientes jovenes guerreros que se cansaron de vivir en la oscuridad, y sin importarles las consecuencias, tomaron las calles para gritar su verdad, conquistar el derecho de un pueblo a ser libre y alcanzar con todas sus fuerzas la gloria de vivir en su pais y sonar con un manana de esperanzas.

  • La vuelta al mundo de una desquiciada de Sol Berlanga

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    Como es marca de la casa en esta coleccion, se trata de una historia realista, en clave de humor, protagonizada por una mujer, en este caso, una empleada de banca a la que el karma le da un aviso indiscutible: el mismo dia que su prometido le pone los cuernos, la echan del trabajo y esquiva por muy poco un accidente mortal.

  • Akasha. La escritora fantasma de Olena Beckett

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    La protagonista de esta historia es una mujer aparentemente sociable que esconde tras su dulce fachada miedos e inseguridades que no le permiten disfrutar de la vida tanto, o mas bien, como a ella le gustaria.

  • La aventura de mi vida de Sophie Saint Rose

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    Lynnell ya lo habia intentado todo para encontrar el amor. Citas a ciegas, internet, hasta una agencia matrimonial donde le devolvieron el dinero. Ya estaba desesperada, asi que cuando su mejor amiga le hablo de la senora Derman y de sus metodos no dudo en intentarlo porque todo eran ventajas. Iba a hacer lo que fuera para conseguir ser feliz con un hombre que la amara a su lado. Iba a iniciar la aventura de su vida.

  • La decision de Kendall (Liam 3) de Aitor Ferrer

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    Dos dias habian pasado desde que deje tirado a Aitor y me senti mas fuerte que nunca, dos dias en los que los medios y el mundo se pensaban que me habia casado, lo contrario solo lo sabia Cata y Mario, pero ellos no lo iban a decir por nada del mundo, me lo prometieron y es que sabian lo importante que era para mi que no lo hicieran hasta llegado el momento que seria inminente. --Gracias por todo --abrace a Cata, despues de facturar las maletas y antes de pasar el Control Policial. --No, de gracias nada, todos somos una familia y me alegro de haber evitado que cometieras el mayor error de tu vida. --Te quiero, Cata --la bese muy fuerte. --Bueno, preciosa --me cogio las manos Mario --, ya sabes lo que te espera con este viaje y ya sabes que ahora mas que nunca tienes que ser tu, tu y solo tu. --Si --se me saltaron las lagrimas. --Os quiero --me aparte de ellos y pase lo de la Policia. Para coger este vuelo tuve que acceder a ir en primera clase, ya que otras plazas no quedaban y me deje un rinon y parte del otro, pero no me importaba. Compre conexion a Wifi y vi que Liam habia subido una foto con Alexandra y Luis, en el porche de estos. "A pasar tres dias con la verdadera familia" Iba a pasar ese veintitres, veinticuatro y veinticinco con ellos, era normal, en principio iban a hacerlo en casa de Liam, pero conociendo a Alexandra ella queria trabajar esas comidas bien en su casa, ademas era de lo mas exagerada. Le puse un mensaje a Liam. Kendall: ?Como esta mi princesa y el padre mas guapo del mundo? Liam: Hola, preciosa, imagino que ya estas en Turquia. Nosotros bien, vamos a pasar las fiestas con Luis y Alexandra. Kendall: Si, ya estoy de los turcos hasta el mismisimo, acabamos de llegar y ya estoy por irme, con eso te lo digo todo. Liam: Bueno, paciencia, te esperan las Maldivas y creeme que de alli no te querras ir. Kendall: Veremos, ultimamente no me caigo bien ni yo. Liam: ?Y tu marido? Kendall: Se fue con dos turcos a jugar al padel y a tomar unos vinos. Me entro un ataque de risa que me miro hasta sonriendo la azafata, yo llevaba peluca y hasta lentillas, ademas de un panuelo cubriendome, asi que poco sabian de quien se trataba. Liam: ?Te dejo sola? Kendall: Aja, una pena que tengo que no puedo con ella... Liam: No se si me hablas en serio o bromeando. Kendall: Del uno al diez ?Cuanto me amas? Liam: ?Has bebido? Kendall: Bueno ahora tengo un te en mis manos, si no le echaron nada raro... Liam: ?Te has arrepentido de casarte? Kendall: No me he arrepentido de nada. Liam: No entiendo nada, pero bueno, si me preguntas cuanto te quiero del uno al diez te dire que infinito, no hay cantidad, te has llevado una gran parte de mi. Kendall: Yo te quiero hasta el infinito y mas alla. Liam: ?Seguro que no has bebido? Kendall: No, pero esta noche pienso emborracharme. Liam: Ten mucho cuidado por favor. Kendall: Estoy pensando en darle un hermanito o hermanita a Beth, asi que tomare bastante para ver si paso una noche desenfrenada. Liam: Pasa buen dia, Kendall. Kendall: Y usted tambien, senor James. Me eche a reir, aunque me daba pena, pero volvia a ser yo, la bromista, graciosa, descarada y la que iba a aterrizar en Miami a las seis de la tarde hora de alli. E iba dispuesta a todo, a recuperar lo que era mio. El dia anterior hice varias llamadas para hacer algo, asi que lo tenia todo previsto, queria llegar como la que llega a Hollywood pisando la alfombra roja. El vuelo se me hizo eterno y cuando faltaba una hora para llegar y vi que puso un post con sus amigos preparando una barbacoa para esa noche, pense en tocarle un poco mas los huevos, como hacia en el pasado. Kendal: Hola, Liam de nuevo ?Que vais a cenar? Liam: Estamos preparando todo para una barbacoa. Kendall: Te noto muy serio. Liam: No, estoy tocando las palmas y cantando por Pimpinela. Kendall: ?Sabes la cancion, "Ese hombre"? Liam: Kendall, por favor, para ya. Kendall: Pues tu te lo pierdes, estas de un estupido... Liam: Estoy destrozado y no te pillo una. Kendall: Normal, pero dime una cosa ?Que beberas esta noche? Quiero beber lo mismo que tu. Liam: Agua, bebere agua, para la resaca que pillare porque empezare a beber ya, falta me hace. Kendall: No descuides a nuestra hija... Liam: Para, por favor. Kendall: No me da la gana, me tienes que aguantar. Liam: Espero que no hayas consumido drogas. Kendall: Bueno, no estaria mal unas caladitas de un peta de Jamaica. Liam: ?Que pretendes? Kendall: Quitarme el aburrimiento mientras espero para cenar con el amor de mi vida, emborracharme y tirarme la noche follando a lo Grey. Liam: ?Usais esas cosas? Kendall: No, pero ojo, que esta noche me dejaria que me dieran hasta por detras. Me puse las manos en la boca del ataque de risa que me estaba entrando, pobrecito. Liam: ?Me has querido alguna vez? Kendall: Desde que supe de tu existencia. Liam: Pues no lo parece... Kendall: Y tu, ?me has querido? Liam: Ya te respondi. Kendall: Disfruta de esta noche, se feliz, haz lo que te pida el corazon y no se te olvide, que quienes te quieren estan contigo. Liam: No se que te pasa, pero me estas preocupando. Kendall: Estoy feliz, simplemente eso... Ni me contesto, eso le debio de doler, pero joder dos horitas de dolor no era nada, que se tomara un paracetamol, que ya luego beberia otras cosas... Aterrice en Miami y un furgon me esperaba, si un furgon. Solo llevaba una maletita, pero en ese vehiculo iba todo aquello que formaria parte del espectaculo de mi vida... Capitulo 2 Llegue a la casa de Alexandra, sabia que estaban en el patio, ellos entraban a la casa por delante, pero el patio tenia una puerta y ahi se iba a formar la tangana. El coro rociero que me canto se puso en posicion mirando hacia la puerta del jardin y comenzaron a cantar la cancion que yo cante el dia de mi boda, la de "Quiereme" Yo estaba escondida y vi como salio Liam con la nina en brazos y Alexandra y Luis, mirando sin entender nada mientras el coro cantaba. "Quiereme como se quiere por primera vez..." Y de repente entre el no entender nada, me toco a mi aparecer. "Siempre para mi eres lo primero Aunque falte el dinero, te quiero Yo sin oro ni plata te espero hasta el atardecer" Al ver la cara de Liam, pense que se le caia la nina de los brazos, las lagrimas le comenzaron a brotar y la pequena me miraba riendo y senalandome. Luis y Alexandra tenian las manos en la boca, incredulos, no terminaron en romper a llorar mientras yo seguia cantando, acercandome a Liam sin dejar de mirarlo y cogiendo a mi pequena en brazos, que me dio un abrazo de esos que curan el alma. El coro termino y me despedi de ellos, que se fueron de forma inmediata, Liam no reaccionaba solo me miraba llorando al igual que Alexandra y Luis. --?Y tu marido? --pregunto Alexandra la primera. --Lo deje en casa de Liam, se va a dar una vuelta en el barco --bromee y los tres me miraron incredulos --. No me case, no lo hice --se me saltaron las lagrimas mientras negaba. --?No te has casado? --En ese momento y mientras preguntaba me cogio la cara con las dos manos y me miro entre lagrimas. --No, no me he casado, pero la luna de miel me la teneis que dar ustedes --dije ocasionando a todos una risa, momento que aprovecho Liam para darme un beso en los labios y un abrazo a mi y la nina que seguia en mi pecho. Alexandra y Luis me dieron un abrazo muy fuerte y la bienvenida de nuevo a la familia, si ellos eran mi familia. --Ahora comprendo esos mensajes que me llegaron --dijo echando mi mano por mi hombro, a la nina ya la habia cogido Alexandra y puesto en un parquecito. --Claro, tonto --me pegue a el y nos abrazamos de verdad con un beso que duro por lo menos un minuto. --No sabes lo feliz que me hace tenerte aqui de nuevo. --Bueno, me dijiste que siempre estarias para mi, te recuerdo que no tengo casa --me eche a reir. --Tienes dos, una aqui y otra alli. --Las quiero a mi nombre --solte una carcajada. --Sin duda y esta vez para siempre. --Por supuesto, de eso me encargo yo --le dije bromeando y emocionada por tener a Liam de nuevo, sabia que no nos hacia falta hablar mas que ahora comenzaba nuestra verdadera historia de amor. Tengo que decir que uno de los encuentros mas bonitos fue con Cata, nuestra perrita, que cuando me vio se puso a dar saltos y se meo directamente de los nervios. --Necesito emborracharme hasta olvidarme de mis apellidos --murmure, echandome una copa de vino. --Tienes derecho a todo, hija --respondio Alexandra y Liam afirmo. --Eso si, no me quedo sin viaje, asi que quiero una ronda por el Caribe dentro de dos dias cuando pase la cena de manana y la comida de Navidad, que a este le tenemos que recordar lo bien que lo pasamos en Jamaica. --Dale, claro que nos vamos --dijo Alexandra. --Encantado de recorrer ese viaje de nuevo --respondio Liam, chocando su copa con la mia --. Por cierto, lo de que esta noche le ibas a buscar una hermanita a Beth... --Eso era broma, ?eh? Pero que si viene... --me rei y me abrazo. --Si viene no volvere a montar en coche en mi vida, esta vez no me lo pierdo... --No creo que seamos tan desgraciados --me rei comiendolo a besos. --Gracias por estar aqui, gracias --me miraba con esos ojos cristalinos del color de mal y me moria en ellos. --Gracias por volverme a querer --me eche a llorar --. Joder que yo venia graciosa y canera, eso si, a recuperar lo que era mio. --Todo lo tienes ya, no tienes nada que recuperar, jamas lo perdiste. Estuvimos charlando y durante la cena les conte todo lo sucedido. --Lo sabia, desde el dia que te llevo al hospital sabia que ese hombre no era trigo limpio. --Ya... --Menos mal que mi Cata tuvo la perspicacia de averiguar todo e ir a ti ese dia --murmuro Alexandra y tenia razon. --Pero le conte que fue cornudo y que me acoste con Liam --me eche a reir y ellos tambien. --?Y dejaste todo en su casa? --Mi ropa y la ropa de la nina, lo demas como joyas y eso me lo lleve al hotel --senale mi dedo con los dos anillos que tenia de Liam, del compromiso y la boda. --?Y como haras para recuperarla? --Mira Alexandra, me fui de aqui sin una millonada mia, no te creas que ire a buscar unos trapos que puedo comprar de nuevo. --Muy bien dicho --dijo Liam emocionado --, Ademas, eso te vas de compras con Alexandra y pones otro ropero lleno rapido. --Si --mire a mi amiga, le cogi la mano y sonrei. A nosotras no nos hacia falta decir mas nada, todo quedaria atras menos eso que sentiamos los unos por los otros. Pasamos una velada preciosa, de risas, confidencias, dejando ya atras todo lo pasado con Aitor, no queriamos ni nombrarlo, queriamos cogernos las manos y mirar al frente, ese futuro que seria el comienzo de algo que nunca debio de terminar.

  • Amor entre jefes (Los jefes 3) de Victoria Quinn

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    Esta postrada de rodillas.

  • Conquistando a Alice de Susana Oro

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    Samuel Davila siempre sintio admiracion por la vida disipada de su tio Arturo, un hombre libre, independiente, y al que nunca le faltaba una mujer para compartir el lecho.
    Pero el tio Arturo ha muerto. Y su sobrino se ve acorralado por su idolo, puesto que le ha dejado su hostal en herencia con la condicion de que siente cabeza.
    Samuel Davila, digno sobrino de Arturo, necesita urgente una esposa para quedarse con la herencia de su tio. Lamentablemente, en su larga lista de mujeres, ordenada alfabeticamente, no hay una en la que pueda confiar para ofrecerle un matrimonio con fecha de caducidad.
    La unica confiable y que, por logica, no esta en su larga lista sino tachada de ella, es la honesta, noble y generosa Alice Montiel. Una amiga de la familia de toda la vida. Una romantica empedernida que le produce prurito. La mujer de la que siempre ha huido despavorido.
    ?Que son seis meses de soportarla?
    Pero en ese tiempo, Samuel descubre que Alice Montiel no es lo que siempre habia imaginado. Alice Montiel es una caja de sorpresas.

  • Hasta que llegaste tu de Ariadna Tuxell

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    En <> la escritora nos explica la vida de Giovanna, una profesora que esta separada y tiene un hijo pequeno. La protagonista iniciara una relacion sentimental con su hombre ideal que le hara volver a creer en el amor verdadero haciendola sentir una mujer totalmente deseada, amada, querida y afortunada.

  • Elevacion de Stephen King

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    King vuelve a Castle Rock con un mensaje para nuestros tiempos.

  • Yo no te prometo amor de Connie Acevedo B

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    Melrose es una mujer que tiene lo que todas podrian desear. Belleza, solvencia economica, pero sobre todo la total atencion de su novio. Sin embargo, su vida da un drastico giro cuando se entera de su embarazo.
    Jeff Thompson, un reconocido productor de television que ya ha experimentado un matrimonio fallido, y una aun peor experiencia como padre, decide que no pasara nuevamente por todo eso, y le pide que se deshaga del bebe. Desilusionada, e incapaz de hacer lo que Jeff le pide, Melrose decide seguir adelante sola con su maternidad.
    Sin embargo, su sombrio panorama cambia de forma radical tras una nefasta cita a ciegas. El reencuentro con quien fuera su primer y gran amor: Alex Hawthorne, un exitoso arqueologo al que tuvo que dejar ir hace diez anos para que cumpliera con sus suenos puede cambiar su vida para siempre.
    Alex esta de vuelta y le basta ese reencuentro para darse cuenta de que desea recuperar todo lo que perdio al marcharse, y para esto esta dispuesto a hacer lo que sea. Incluso ser el padre del bebe que Melrose lleva en el vientre.
    ?Podra Melrose aceptar la oferta del amor de su vida? ?O lo dejara ir para no atarlo con un bebe que ni siquiera es suyo?

  • El cuento de la criada de Margaret Atwood

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    Amparandose en la coartada del terrorismo islamico, unos politicos teocratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. Esta trama, inquietante y oscura, que bien podria encontrarse en cualquier obra actual, pertenece en realidad a esta novela escrita por Margaret Atwood a principios de los ochenta, en la que la afamada autora canadiense anticipo con llamativa premonicion una amenaza latente en el mundo de hoy.

  • Pecado y pecadores de Julio E. Zambrano

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    Danielle Fontaine vive su sueno. Ha hecho su debut en las pasarelas de Paris y alcanzo la cumbre. Su noche de triunfo, sin embargo, se hace anicos cuando Roberto Rossi, un amante del pasado, regresa inesperadamente queriendo retomar aquel fallido romance. Su unica noche de pasion se torna violenta y Danielle viaja a America dejando atras su mayor exito. Llega a South Beach, Miami, con poco equipaje y una gran necesidad de trabajar.

  • La ladrona de libros de Markus Zusak

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  • Monasterio de Andrea H. Japp

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    1288, Alejandria, Egipto. Un mercader se hace con la pesada alforja de un viajero agonizante. Ignora que acaba de firmar su sentencia de muerte y que jamas conocera el secreto que contiene esa alforja: cuando intenta venderla a un intermediario del conde Aimery de Mortagne, muere degollado.