• confusion cronicas de los cazalet - Elizabeth Jane Howard

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    Primavera de 1942, el mayor conflicto armado de la historia de la humanidad se adentra en su cuarto ano. Las incursiones aereas y el racionamiento son moneda corriente, el caos se ha convertido en una forma de vida. Sin embargo, algo empieza a moverse entre los jovenes Cazalet: el tiempo de espera ha terminado y el ingreso en el incitante mundo adulto parece haber llegado por fin. Bajo la petrea moral victoriana del sacrificio y el esfuerzo belico apuntan, sobre todo para las mujeres, unos habitos menos encorsetados que permiten amar y trabajar con mayor libertad. Y asi, en una sucesion de nacimientos y perdidas, de matrimonios y relaciones ilicitas, va desarrollandose la vida del clan, de sus amigos y de sus amantes, que con la cabeza alta siguen adelante y suenan con la paz despues de la guerra, con el momento en que las familias volveran a reunirse y las heridas empezaran a sanar, con la igualdad y la justicia que el nuevo orden traera consigo, con el dia en que, definitivamente, acabara tanta confusion.
    La monumental saga de Elizabeth Jane Howard, una de las construcciones novelisticas mas ambiciosas y acabadas de la literatura inglesa del siglo XX, sostiene con toda precision en este tercer volumen el tempo y la intensidad a los que nos tiene habituados.

  • CONFUSION (CRONICAS DE LOS CAZALET 3) - Casa del ...

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  • Confusión. Crónicas de los Cazalet 3 (Nuevos Tiempos nº 414)

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  • Confusión. Crónicas de los Cazalet 3: 414 (Nuevos Tiempos)

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  • Confusión. Crónicas de los Cazalet 3 - Ediciones Siruela

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    Confusión. Crónicas de los Cazalet 3. Elizabeth Jane Howard; Traducido por:Celia Montolío; Sello:Siruela; Colección:Nuevos Tiempos 414 ...

  • RESEÑA: Confusión. Crónicas de los Cazalet. - Jimena de la ...

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    14 jun 2019 — Tanto es así que los libros de Elizabeth Jane Howard fueron adaptados a la pequeña pantalla con gran éxito de espectadores. Ahora Siruela nos ...

  • CONFUSIÓN. Crónicas de los Cazalet

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    CONFUSIÓN. Crónicas de los CazaletHOWARD, ELIZABETH JANE ... Estupendo libro, en la línea de los dos anteriores que inician la saga.

  • Confusión. Crónicas De Los Cazalet - Agapea

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  • Confusión - Crónicas de los Cazalet III - En tus libros me colé

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    5 dic 2018 — “Confusión” es el tercer volumen de “Las crónicas de Los Cazalet”, una de las grandes obras de la literatura inglesa del siglo XX.

  • confusion. cronicas de los cazalet - Librería Publics.

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    CONFUSION. CRONICAS DE LOS CAZALET. CRÓNICAS DE LOS CAZALET, HOWARD, ELIZABETH JANE, 24,95€. «Con el tiempo sus Crónicas, como las de Trollope, ...

  • CONFUSIÓN (CRÓNICAS DE LOS CAZALET #3) - Alibrate

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  • Un tiempo nuevo de Elizabeth Jane Howard

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    No pasa nada en la vieja y senorial casa de campo de los Cazalet y resulta que pasa todo>>. FERNANDO R. LAFUENTE, ABC <>. ROBERT SALADRIGAS, La Vanguardia <>. S. SANCHEZ-REYES PENAMARIA, Zenda <>. HILARY MANTEL Estamos en 1945, la guerra ha terminado. El momento, tan anhelado por los Cazalet, ha llegado finalmente, pero una Inglaterra atormentada por las privaciones y la desintegracion del Imperio ensombrece la emocion por la noticia.

  • Un regalo para toda la vida de Carlos Gonzalez

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    ?Existe algo mas propio de una madre que dar el pecho?. Desde hace tiempo se sabe que la lactancia es la mejor garantia de evitar enfermedades futuras, pero es que ademas el momento de la toma constituye un momento de absoluta comunion entre mama y bebe, una sensacion de proteccion inigualable. El creador del exitoso Besame mucho, nos habla en este nuevo libro de las bondades de dar el pecho a tu hijo.

  • Selfies (MAEVA noir) de Jussi Adler-olsen

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    Cuando en un parque de Copenhague aparece el cuerpo sin vida de una mujer mayor, el comisario Carl Morck recibe el encargo de esclarecer ese asesinato brutal, cuyas circunstancias parecen estar relacionadas con otra muerte sucedida anos atras. Al mismo tiempo, un asesino en serie se dedica a atropellar a mujeres jovenes. Por si fuera poco, las instancias superiores del Departamento Q estan todo menos contentas con el bajo porcentaje de resolucion de casos y se plantean suprimir gran parte de la financiacion del departamento. Ademas, Rose, ayudante de Carl Morck y pieza fundamental de su equipo, pasa por un mal momento. Vive atormentada por recuerdos de acontecimientos espeluznantes de su pasado que la obligan a ingresar en un hospital psiquiatrico. ?Que tienen que ver con todo esto una trabajadora social resentida, Anne-Line Svendsen, y tres jovenes muy atractivas y obsesionadas con su apariencia, Michelle, Jasmin y Denise, que se conocen en la sala de espera del despacho de Svendsen y para inmortalizar el momento se hacen un selfie?

  • Cosas que pasan cuando te enamoras por internet de Belen Peralta

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    “Cosas que pasan cuando te enamoras” es una comedia romantica fresca y divertida, historias comicas sobre las citas a traves de internet y redes sociales. Una reflexion acida en uno de los mejores libros divertidos para adultos.

  • Alma. Ciudad de tempestades (Amor en la tormenta 1) de Valeria Naya

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    Primera entrega de la bilogia <>.

  • La carretera de Cormac Mccarthy

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    La carretera, novela galardonada con el premio Pulitzer 2007 y best seller literario del ano en Estados Unidos, transcurre en la inmensidad del territorio norteamericano, un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear. Un padre trata de salvar a su hijo emprendiendo un viaje con el. Rodeados de un paisaje baldio, amenazados por bandas de canibales, empujando un carrito de la compra donde guardan sus escasas pertenencias, recorren los lugares donde el padre paso una infancia recordada a veces en forma de breves bocetos del paraiso perdido, y avanzan hacia el sur, hacia el mar, huyendo de un frio <>.

  • Dulce Venganza de Natalia Lee

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    Despues de que la vida la golpeo nuevamente, Kira se ve obligada a buscar la ayuda de su madre, la unica persona a quien nunca quiso volver a ver despues de haber arruinado su vida hace siete anos.

  • Corona de trueno (Bestias de la noche 2) de Tochi Onyebuchi

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    Taj ha logrado escapar de Kos, pero la reina Karima hara hasta lo imposible por cazarlo. Pronto Taj se dara cuenta que debe volver, no solo porque sera imposible huir por siempre, sino porque el pueblo de Kos sucumbira ante el terror de Karima. El necesita un plan, y pronto. Con la ayuda de Arzu, Taj y Aliya llegaran al pueblo de sus ancestros, hogar de los tastahlik, los devoradores de pecado, donde descubrira que todo bien tiene sus trazos de mal, y que no existe un hogar terrenal sino personas que lo hacen posible. Y Bo, su antiguo hermano de armas y mejor amigo pondra a prueba todo lo que conoce sobre la humanidad. Tochi Onyebuchi vive en Connecticut, donde ademas de presumir cuatro titulos universitarios en espectros del conocimiento tan distantes como las artes, la escritura, la economia y la jurisprudencia, trabaja en la industria tecnologica. Sus escritos han aparecido en importantes revistas de ficcion cientifica como Asimov’s e Ideomancer.

  • Un cafe a la seis de Pilar Munoz Alamo

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    Yo no quiero ir, pero temo la reaccion de Lourdes si se lo digo. Con la cabeza embotada y la mente en standby espero paciente a que los restos de Orfidal abandonen mi cuerpo para poder pensar con un minimo de claridad. Aunque mucho me temo que este grado de apatia y desasosiego que siento no sea culpa del farmaco, sino de esta maldita lluvia que no ha dejado de golpear los cristales durante horas, llenandome de sombras. Juanma todavia duerme, acostado sobre las sabanas, semidesnudo, luciendo ese cuerpo de Adonis que aun conserva a pesar de haber traspasado el umbral de los cuarenta. Envidio que no haya aparentemente nada en su vida capaz de perturbar su sueno, que haya enterrado lo que para mi sigue latente y pueda sonreirle al mundo y a si mismo tan feliz. Yo, sin embargo, no me veo capaz de conseguirlo; tal vez porque tengo otros fantasmas de los que ocuparme. Tal vez porque uno de ellos se ha cansado de susurros y esta haciendo sonar sus cadenas con fuerza desde hace dias, mandando al traste mi aparente tranquilidad. --Levantate manana con el pie derecho, a ver si la vamos a joder, Raquel, que te conozco --me dijo Lourdes por telefono ayer, aventurando el estado en el que me encontraria hoy. Ella me conoce, ya lo creo que me conoce. Y tambien me quiere, razon por la que se atribuye el derecho a echarme un rapapolvo cada vez que le viene en gana si considera que es por mi bien. Pero hoy no estoy para aguantar broncas, ni siquiera amigables, por eso me da miedo decirle que la iniciativa la lleva el pie izquierdo desde que me baje de la cama hace horas, que tengo perdido el control. --No voy a joder nada, no se si ire --le conteste entonces, pensativa. --Escuchame bien, guapa, te espero en tu puerta a la una del mediodia, en un taxi. !Ni se te ocurra rajarte, que voy y te arrastro! ?Te queda claro? Sus ultimas palabras, pronunciadas con inquina, me arrancan ahora una sonrisa. No dudo en absoluto de que seria capaz. Me cogeria de los pelos para llevarme hasta el fin del mundo si hiciera falta, y mas en una ocasion como esta. Segun ella, lo merece. Lourdes es una nostalgica redomada y todas las nostalgicas se resisten a olvidar tiempos pasados, los almacenan en la memoria con un hilo del que tirar de cuando en cuando para revivirlos y emocionarse con ellos. Viven aferradas a esa cuarta dimension de tal manera que el pasado lo convierten en presente, y el presente lo inmortalizan para enredarlo con el futuro en un coctel de tiempos que cohabitan a la vez. De ahi la cita. Tan solo a alguien como ella se le podria haber ocurrido reunirnos a todos para vivir un reencuentro despues de veinticinco anos con la idea, entre otras cosas, de ser testigos de como el destino se las ha gastado con nosotros, de las bondades o fechorias que ha hecho en cada una de nuestras vidas a lo largo de este tiempo. La tache de loca al saber que se habia propuesto encontrar a mas de cien companeros del C.O.U. repartidos por doquier. No cai en la cuenta de que no estaba sola, de que habia algunas otras poco cuerdas, ilusionadas y aburridas en su circulo de amigas dispuestas a alcanzar ese objetivo y organizar con exito un evento en toda regla. Y asi ha sido. Con Lourdes a la cabeza lo han conseguido y ahora su entusiasmo es evidente. Pero yo no quiero ir. He pasado mala noche, malos dias, una mala semana. Y lo ultimo que necesito y quiero es tener que hacerle un quiebro a mi timidez para romper hielo tras hielo y charlar con distension hasta ponernos al dia de nuestras vidas; esconder lo que no quiero mostrar y demostrar interes ante lo que no me interesa conocer. Pero hay ratos en que escucho dentro de mi una campanilla parecida a las que anuncian un cambio de asalto, de clase, de acto como en el teatro. Hay ratos en que la siento vibrar en la mismisima boca del estomago y me asaltan las dudas, esas fieles companeras que amenazan con unirse y compactarse para terminar transformando mi vida en una incognita unica. El telefono interrumpe mis pensamientos antes de que entre en la cocina para prepararme un cafe doble y cargado. Es Pedro. No me apetece nada hablar con el en este momento, ademas de que es sabado y me merezco un descanso. Pero esta claro que la asertividad y yo no hacemos buena pareja, no nos llevamos demasiado bien, asi es que descuelgo despues de escuchar cuatro o cinco tonos. Mi companero salta como un resorte sin esperar mi saludo. --?Has podido averiguar algo, Raquel? Estoy que no vivo. --Buenos dias, Pedro. No, no se nada mas, el lunes seguire indagando. Me resisto a posponer el cafe, tengo la cabeza como una jaula de grillos y necesito despejarla con urgencia, asi es que aprisiono el telefono entre el hombro y la oreja para manipular la cafetera. --?Y si me echan del colegio? --me pregunta, alarmado. Al ser concertado, podrian rescindirle el contrato con relativa facilidad, aunque no se lo digo, obviamente. --Todo se arreglara, tranquilizate. --Pero los padres han dicho que pondran una denuncia, ?tu sabes lo que eso significa? Yo no le rompi el diente al nino, Raquel, fue algo fortuito, pero ese monstruito lo esta usando contra mi, sabe que lleva las de ganar. A la vez que a Pedro, escucho a mi hijo vociferar desde la cama: --?Quien es el pringao que llama un sabado a estas horas para despertar a todo Dios? Hago caso omiso a su comentario, prefiero no contestar; he aprendido a no entrar al trapo cada vez que lo saca, si no, la guerra seria continua. Enciendo la cafetera y con el telefono adosado a la oreja para no interrumpir la conversacion, echo una ojeada al salon para ver como quedo anoche. --Pedro, como sigas llamando monstruo al nino la vas a liar mas. --Esto queda entre tu y yo. !Pero no me digas que no es un monstruo! Sabe que tiene a los padres de su parte y a medio colegio tambien, a los companeros, hasta al A.M.P.A. Mientras escucho, deambulo y devuelvo a su sitio todo lo que esta fuera de el. Como una automata. Hay libros de texto por la mesa, cojines en el suelo, vasos con restos de Coca-Cola que huele a alcohol, palomitas quemadas en un bol... Recojo esto ultimo para abandonarlo en el fregadero mientras la cafetera deja de echar liquido en la taza. --?Te importa que lo hablemos el lunes con mas tranquilidad? --le pregunto, con tacto, tratando de empatizar con el. Se que dos dias es mucho tiempo cuando te comen los nervios, pero estoy atada de pies y manos, no puedo hacer nada por el momento. --!Mamaaaaaaa! ?Me preparas el desayuno? Es mi hijo mayor, el del bocinazo con el que se quejaba de haber sido despertado por el timbre del telefono. Cierro los ojos mientras suspiro. --Pero, ?tu crees que la directora me defendera o...? Pedro sigue a lo suyo. La directora. Tendria que ser ella quien se ocupara de este embolado, una posible denuncia, ante la policia, de los padres de un alumno contra Pedro, profesor del nino, al que acusan de haberle propinado un tortazo y de echarle un diente abajo (aunque el jura y perjura que solo fue un leve pescozon porque lo tenia hasta los mismisimos --segun sus propias palabras--, con el infortunio de que una leve perdida de equilibrio lo llevo a darse de bruces contra el canto de la puerta). Pero la buena senora decidio apuntarse a ultima hora a la excursion de fin de curso de sexto de primaria, y eso ha desembocado en que yo, como jefa de estudios, este ahora comiendome el marron. Otro mas. --?Por que piensas que no te va a defender? --pregunto a Pedro--. !Ven a hacertelo tu, que ya eres mayorcito! --le grito a mi hijo, tapando el auricular del telefono para evitar la rotura del timpano de mi companero. --Porque este colegio practica la misma politica que unos grandes almacenes, el cliente siempre tiene la razon y a los empleados que los jodan. Tu ya sabes, no quieren mala fama que pueda poner al centro en entredicho y espantarle la clientela --me contesta Pedro, con crispacion en la voz. --!Pero si estas en la cocina, ?que trabajo te cuesta hacermelo tu?! --Mi hijo, que sigue rezongando desde la cama. Vuelvo a suspirar. --!Ya no estoy en la cocina, estoy en el lavadero --grito--, metiendo tu ropa de deporte en la lavadora para que puedas jugar manana tu partido de baloncesto, asi es que haz el favor de levantar el culo de la cama y venir tu a ponerte tu desayuno. --Enfatizo al maximo los posesivos, cabreada. --Raquel, ?me estas escuchando? --me pregunta Pedro. --Pues no desayuno, paso --replica mi hijo. !!?Y si doy un alarido de histerica hasta quedarme ronca?!! Bajo el telefono hasta la altura de mis piernas y miro al cielo con los ojos vueltos. <> Suavizo la voz. --Pedro, entiendo que estes preocupado, de verdad, pero ahora no puedo hacer nada, llevo una manana de perros. Te prometo que el lunes hago todo lo posible por hablar con los padres y aclarar lo que paso, ?de acuerdo? Seguro que la cosa se habra enfriado y se avendran a razones. Lo escucho graznar de fondo, apelando a la quiebra del sistema educativo, al exceso de poder que se les concede a los ninos convirtiendolos en despotas, a los efectos contraproducentes de la actitud de los padres, con los que ya no puede contarse para ejecutar planes conjuntos en la educacion y aprendizaje de nuestros hijos, a que estamos criando vandalos y delincuentes en potencia, materialistas y sin valores, etcetera, etcetera, etcetera. Dejo el telefono sobre la encimera mientras se desahoga y miro a Juanma, mi marido, que acaba de entrar en la cocina descalzo y semidesnudo, peinandose sus oscuros rizos con los dedos. Trae los ojos achinados, como si le molestara la luz, y un bostezo en su boca perfecta que le impide saludarme. --Dile a tu hijo que se levante y que venga a hacerse el desayuno, me esta poniendo atacada --le digo, senalando en direccion a la habitacion. Mi marido me mira con un cuajo que me exaspera. --?Y por que no se lo dices tu? --Porque como vaya yo lo guanteo --contesto, saboreando bilis, con un cabreo de nivel quince. Pedro sigue hablando solo en la encimera--. Ademas, no quiero ni ver su cuarto, a saber como estara. Agarro de nuevo el movil, parece haberse silenciado y temo que mi companero haya colgado sin poder despedirme. A mi estado matinal y personal solo le faltaba anadirle la mala educacion. Capturo al vuelo sus ultimas palabras. --...ya veremos. Que pases un buen fin de semana, Raquel. --Lo mismo te deseo, Pedro, intenta desconectar. --Esbozo una sonrisa compasiva, aunque el no me vea--. Un beso. Cuelgo. Mi hijo pequeno pasa por detras de mi y comienza a rebuscar por los muebles de la cocina, en silencio. Yo sigo en el intento de acabar con los preparativos de mi desayuno. --Mama, ?te has acordado de que yo me voy hoy de excursion? Me vuelvo y lo miro, aunando la informacion que guardo dispersa por mi cabeza. --Si…, me lo dijiste hace unos dias. Pero te traia de vuelta el padre de uno de tus amigos, ?no? --Si, si, no es por eso. Son los bocadillos. No hay pan. Ahora miro a Juanma, enfrascado en la tarea de exprimir naranjas para hacerse su zumo de rigor. --?No compraste ayer el pan que te encargue? --le digo, temiendo su respuesta. --!Oh, mierda! --exclama, llevandose una mano a la frente--. Ni me acorde. Sali del supermercado y me vine directo a casa, olvide pasarme por la panaderia. Con las manos apoyadas en la cintura y la cabeza agachada, doy unos cuantos paseos por el centro de la cocina, respirando. Todavia puedo aguantar un poco mas sin pegar un alarido que termine por despertar a media urbanizacion.

  • La mirada de Cleopatra de Anabel Garcia

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    <>, frase machista donde las haya y por desgracia demasiado habitual para los oidos de una servidora.
    Me llamo Cleopatra, un nombre muy tipico para una madrilena, ?verdad? Me considero una mujer inteligente, atractiva, algo alocada, y admito que tengo un caracter bastante peculiar, tirando a insoportable, aunque he de alegar en mi defensa que soy insufrible solo con quien yo quiero, pues entre mi circulo de confianza resulto ser encantadora. Soy una prestigiosa pediatra y tenia mi vida muy bien organizada, o al menos eso creia yo, hasta que en la fiesta de cumpleanos de mi companero de piso, descubri, por casualidad, que todo mi mundo era una gran mentira.
    Al destaparse tan repentinamente mi verdadera identidad, y por motivos que ni yo comprendia, me vi obligada a huir hasta Alejandria, donde descubri, para mi sorpresa, que soy la unica descendiente viva de la ultima faraona que reino en Egipto hace mas de dos mil anos, o sea de Cleopatra VII. Pero ?que pinto yo en toda esta historia?, ?para que me buscan? ?Podre volver a confiar en alguien?, ?y si ese alguien se llama Marco Antonio y es romano?… !Ni loca!
    Esta novela encierra una vertiginosa trama que nos transportara a la epoca faraonica en paralelo con la actualidad y que nos sumergira en leyendas sobre maldiciones e intrigas familiares. Todo ello de la mano del amor y la pasion, ademas de grandes dosis de humor.
    ?Sera la historia de Cleopatra y Marco Antonio tal y como nos la habian contado?

  • Porciones de felicidad – Anne Ostby de Anne Ostby

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    Una historia sobre la verdadera amistad, que perdura a pesar del paso del tiempo, y sobre la necesidad de dejar atras el pasado para ser felices.

  • Coleccion completa Con y sin Derechos de Mercedes Franco

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    y lo primero que encuentres sea a una sensual y hermosa mujer vestida de odalisca, ataviada de seda roja de pies a cabeza, esperando por ti.

  • Lena (Juegos Salvajes) de Lena Wolf

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    Lena no podia creer lo que veia ante sus ojos. Sus cosas, sus queridas, escasas y preciadas pertenencias, esparcidas sin orden y con bastante furia por toda la habitacion. Se afano en agacharse y recoger uno de los libros que habia quedado cerca de los pies de la cama, y mientras lo hacia, otros dos salieron disparados desde las manos de la que, hasta entonces, habia sido su amiga y companera de piso, para rebotar contra el colchon y precipitarse al suelo. --No puedes hacerme esto --gruno entre dientes, pero ahi termino su alegato, no tenia nada mas con lo que defenderse ni mas argumentos que dar salvo los ya expuestos. Apelar a la humanidad, a la caridad y a su tan preciada amistad, aunque sabia que nada de lo que dijera, cambiaria la situacion en la que ahora se encontraba. --Lo siento mucho Lena, he tenido muchisima paciencia contigo y lo sabes, pero he encontrado a alguien para alquilarle la habitacion, alguien que si va a pagarme. Te lo dije hace semanas. --Ya... pe-pero... !Pensaba que eramos amigas! --!Y lo somos! --se afano en puntualizar-- !Claro que lo somos! Cuando quieras quedamos para tomar un cafe y ponernos al dia de todo, pero necesito a alguien que pague su parte de los gastos. --Joder Vicky, es invierno, hace frio y sabes que no tengo donde ir... No tengo a nadie y no es una forma de hablar, es literal, nadie. --De verdad que lo siento, pero no soy una jodida ONG, llevo meses advirtiendotelo. --!Vete a la mierda! --y a punto estuvo de acompanar esa recomendacion turistica con un lanzamiento de libro, que era lo unico que tenia entre las manos. --Sal esta noche, emborrachate, echale el ojo a algun tio y vete a su casa, y ya manana con la cabeza fria decides si volver a follartelo o cambiar a otro... --Eres una hija de puta --y noto como podia hasta masticar su enfado. --Entonces de ese cafe ni hablamos ?no? --resoplo-- Mira Lena, de verdad que lo siento, en serio, se que es una cabronada, pero tu te lo has buscado, recoge lo que necesites y puedes venir a por el resto otro dia. Salio del apartamento cargando una bolsa de deporte que habia llenado con algo de ropa, un par de libros y poca cosa mas. Era viernes noche y hacia ya bastante frio, aunque ese ano el invierno estaba siendo bastante amable con sus calidas temperaturas. Sintio ganas de llorar, sin embargo, hacia ya tiempo que se habia prometido a si misma que no volveria a hacerlo, aunque para ser sinceros, la vida no le estaba poniendo demasiado facil el poder cumplir con su palabra. Camino un par de manzanas en direccion al centro, sin rumbo fijo, realmente no tenia donde ir. No habia usado esa frase para ablandar el corazon de Vicky, ni habia exagerado un apice su situacion. No tenia familia y contaba con muy pocos amigos. Siempre habia tenido dificultades en entablar relaciones de confianza con la gente, y despues de lo de Vicky... Puede que sus escasas habilidades sociales, fuera porque su padre la abandono antes de que su memoria pudiera fijar su cara o su voz, mucho menos ningun recuerdo al que aferrarse, o bien pudiese ser que su extrema desconfianza hacia el ser humano se debiera a ese desfile de hombres que paso, ano tras ano por su casa, y por entre las piernas de su madre. Cada nueva ilusion de formar parte de una familia, se esfumaba como el conejo en la chistera de un mago. Hasta que cumplidos los diecisiete, decidio poner fin a todo eso marchandose de casa para vivir por su cuenta. En esos anos habia pasado malos momentos, otros peores, pero desde hacia un tiempo la suerte parecia sonreirle con un trabajo suficientemente estable, como para alquilar una habitacion y con las ilusiones de haberse podido matricular por fin, en la universidad. Solto un bufido maldiciendose por no haber previsto que la buena suerte no existia, o si lo hacia estaba claro que ella estaba condenada a no alcanzarla jamas. Todos a su alrededor parecian fallarle en algun momento u otro. Y por si todo eso no fuese suficiente, empezaba a llover, como si el tiempo se hubiera confabulado en su contra. Resoplo enfadada, corrio hacia una cafeteria cercana y entro antes de quedar totalmente empapada. Rebusco en sus bolsillos, le quedaba muy poco de su finiquito y no sabia si malgastarlo en algo tan mundano como un cafe o una caja de cigarrillos, aunque ambas cosas le apetecieran mucho. --?A ti tambien te ha pillado el chaparron? --!Ja! --solto una risotada al tiempo que se giraba hacia su interlocutor, un chico de mas o menos su edad y bastante bien parecido-- En realidad no... me gusta eso de bailar bajo la lluvia --le dedico la mas dulce y seductora de sus sonrisas-- iba al gimnasio --mintio al tiempo que alzaba la bolsa de deporte. --No puedo competir con una sesion de spinning... --Puedes intentarlo --le atajo. --Probaremos suerte entonces, ?un cafe? --propuso el joven. --!Ves! Has acertado, un cafe seria perfecto. Soy Lena, por cierto -- alargo su mano y el la encajo. --Marc. La tormenta habia amainado a altas horas de la madrugada, dando paso a una manana fria pero soleada. Lena se revolvio entre las sabanas de esa nueva cama, buscando el contacto del cuerpo caliente que dormia placidamente a su lado. Al menos Marc, habia resultado ser un amante complaciente y atento, aunque con algunas peculiaridades a la hora del sexo, pero en general parecia un buen tio. Lena se reprendio por estar valorando la posibilidad de aprovecharse de ese pobre hombre, aunque su situacion era, cuanto menos, desesperada. Pero sabia que no tenia derecho a hacer eso. Se acurruco junto a el y volvio a cerrar los ojos para seguir durmiendo un poco mas. --!Joder! --exclamo Marc saltando de la cama-- Mierda, mierda... !Mierda! --Buenos dias a ti tambien... --sonrio algo aturdida pero dispuesta a hacer de esa manana una buena manana--. Oye Marc, supongo que suena a cliche, pero... no suelo hacer estas cosas... es que... --Oye Lena, pareces una buena tia --le corto--, y te juro que yo tampoco suelo hacer esto, nunca, en realidad es la primera vez... pero... --Pero...

  • Una libreria con magia de Thomas Montasser

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    Si alguien hubiera mirado por la ventana, no habria visto nada mas que la espalda encorvada de una senora mayor vestida con gran esmero, cuyo mono blanco como la nieve y un poco deshecho se balanceaba sobre la caja registradora envuelto en la indulgente luz de una tenue lampara de techo. Si acaso, habria observado como la mujer trazaba una energica raya debajo de una lista que habia anotado en un antiquisimo cuaderno de contabilidad. Luego, la anciana cerro el cuaderno con el mismo brio con el que abrio el bolso de mano que estaba al lado, extrajo de el un monedero del que a su vez saco un billete de un valor mas bien escaso y lo deposito en la caja. El observador habria visto que su estrecha mano salpicada de las manchas propias de la edad, pero por lo demas aristocraticamente palida, cerraba a continuacion la caja registradora y luego la rozaba de nuevo --como quien da un golpecito en el hombro a un viejo amigo para consolarlo--, para levantarse al fin, recorrer las estanterias que llegaban hasta el techo, contemplarlas y susurrarles algo y, por ultimo, apagar la luz y salir de la pequena tienda por la puerta de atras. De este modo, nuestro observador se habria convertido en testigo de ese suceso que se puede resumir en cuatro palabras: la desaparicion de Charlotte. Ahora bien, no hace falta tener una especial clarividencia para reconocer que tal observador no existia. En esa --significativa, como veremos mas adelante-- noche de invierno no habia ningun transeunte que echara un vistazo por la ventana o, digamos mas bien, por el escaparate. En otras palabras, era una noche completamente normal, en modo alguno inusual, una noche como cualquier otra. Pero eso no habia que atribuirlo a la falta de gente deambulando por la zona. Al contrario, la pequena tienda de la anciana se hallaba, si bien algo retirada, a un tiro de piedra del centro, como suele decirse. Una boutique del pan habria hecho seguramente un buen negocio, y tambien una licoreria... por no hablar de una pequena sala de fitness. En ese sentido, la anciana, a la que podria haber visto al principio nuestro inexistente observador, lo tenia mas dificil. Mucho mas dificil. Porque como es sabido, la clientela de paso es una especie rara, caprichosa, obstinada e imprevisible, pero sobre todo se caracteriza por estar ausente cuando se la necesita. Aunque, en honor a la verdad, hemos de mencionar que el ramo concreto del comercio de la anciana no depende en modo alguno solo de la clientela de paso, sino en mayor medida de la clientela fija. Pues en este tipo de negocio no se ofrece genero de batalla para un rapido consumo, ni tampoco efimeras beldades que enseguida se marchitan, sino algo esencialmente mas sustancial o, digamoslo asi, mas trascendente. Aqui se trata, en mas de un sentido, del ser o no ser. De ahi que la desaparicion de Charlotte pueda tambien considerarse con razon como un acontecimiento cultural... aunque desde luego nada agradable. Pero de eso hablaremos mas adelante. Aun tendria que pasar un tiempo hasta que la puerta de la pequena tienda se www.lectulandia.com – Pagina 7 abriera de nuevo. Aunque en unas circunstancias completamente distintas. www.lectulandia. com – Pagina 8 Dos La pintura tenia ya algunos desconchones y el cristal de la puerta presentaba una grieta en una esquina. Valerie meneo la cabeza. Cuando por fin logro abrir aquella especie de castillo antiguo --la puerta estaba ya un poco oxidada y no encajaba bien por arriba--, le vino el olor del aire enrarecido por las semanas de cierre. Dejo la puerta abierta y lo primero que hizo fue ir al fondo del todo, al despacho, y abrir alli tambien una ventana. Por suerte, era un calido dia de primavera. Valerie dejo caer el bolso desde el hombro hasta el suelo e intento no desesperarse tan pronto. !Santo cielo!, ?por donde empezar? La tienda era como un vestido que la anciana se hubiera confeccionado a su medida. A ella seguro que le sentaba bien. Pero a la joven le resultaba incomodo y nada practico. Lentamente, tomo asiento en el raido sillon que la tia Charlotte habia colocado junto a la ventana para tener mas luz. --?En que lio me habre metido? --suspiro Valerie. Sobre una mesita auxiliar habia una pila de tarjetas de visita con el nombre de la tienda escrito en letras de caligrafia. Valerie tomo una de ellas y noto que irradiaba una peculiar fascinacion. La superficie parecia de terciopelo y las letras estaban estampadas en un color rojo oscuro. Valerie no pudo reprimir una sonrisa. --Ringelnatz & Co. --dijo en voz baja. En parte le hacia gracia y, en parte, le resultaba patetico. Saltaba a la vista que la tia Charlotte habia querido emular la libreria parisina Shakespeare and Company que tanto admiraba. Ya puestos, ?por que no habria llamado a su tienda directamente Goethe & Co. ? Valerie se sentia incapaz de resolver el enigma. Pero quiza no tuviera ninguna explicacion. Tal vez se debiera sencillamente a que la tia Charlotte era de otra epoca. ?Cuanto tiempo hacia que Valerie no pisaba la libreria? Anos. Varios anos. Desde la muerte de su madre, habia dejado de frecuentar a su tia, con la que su padre nunca se habia llevado demasiado bien. Como catedratico de economia, siempre acababa sacando temas financieros en las conversaciones. Y entonces la tia Charlotte le crispaba los nervios. --Sencillamente no eres una mujer de negocios, Charlotte. !A ver si te entra de una vez en la cabeza! --le gritaba en todas y cada una de las conversaciones que tenian. Despues le daba la espalda y movia la cabeza con gesto de resignacion. Nunca encontraron un tema de conversacion del que pudieran participar los dos. Y ahora era precisamente Valerie la que debia liquidar la vieja libreria, donde tan a menudo y tan a gusto habia estado de nina, aunque luego le pareciera un tanto extrana y anticuada. La casualidad habia querido que ella fuera el pariente mas proximo de la anciana y que, gracias a su titulo recien sacado de economia www.lectulandia.com – Pagina 9 empresarial, dispusiera tambien de los necesarios conocimientos. Solo que en realidad tenia otros planes para cuando terminara la carrera. Queria dedicar cuatro semestres a hacer un master y, al mismo tiempo, adquirir cierta experiencia profesional trabajando media jornada y prepararse como consultora para Escandinavia y las economias emergentes de los paises balticos. Mientras seguia sentada en la vieja libreria de la tia Charlotte, fuera le esperaba la respuesta de dos docenas de solicitudes que habia enviado a empresas punteras: servicios de asesoramiento empresarial, sociedades de auditorias, agencias de marketing y departamentos de estudios. Ahi es donde queria llegar: al meollo de los acontecimientos, donde palpitaba el business, donde chisporroteaba el ingenio y se inventaba el futuro. Sin embargo, habia ido a parar entre papeles viejos y no podia ni imaginarse lo que le esperaba en los libros de contabilidad de su tia. Pero de eso solo adquirio conciencia cuando ya estaba metida hasta el cuello en esta historia. O incluso mas tarde. Todo este asunto era mucho mas complicado todavia porque la tia Charlotte, aunque habia desaparecido, no estaba registrada como fallecida. Sencillamente no la habian encontrado por ninguna parte. Tan pocos indicios habia de que se hubiera marchado voluntariamente como de que se hubiera ido involuntariamente a algun sitio... aunque fuera al mas alla. Pero como es natural, nadie se hacia ilusiones, y menos Valerie. Siempre le habia caido bien su tia Charlotte, y le atormentaba que la anciana --para entonces estaria cerca de los ochenta anos-- se hubiera despedido tan misteriosamente de la vida. Nadie la habia vuelto a ver. Simplemente, habia abandonado su existencia, tan apacible como extravagante. Y la nota que habian encontrado encima de la mesa de su cocina ni siquiera servia como testamento oficial porque le faltaba la firma; ademas, bien mirado, lo que importaba no era la posesion de los bienes relictos, sino unicamente su paradero. La nota decia: <>. Nada mas. Daba la impresion de que la tienda no habia cambiado nada desde la epoca de su fundacion; es decir, desde finales de la decada de 1950. Desde luego, las estanterias contenian otras lecturas, y el samovar --casualmente eso lo sabia Valerie con exactitud-- habia sido anadido en los anos noventa, despues de un viaje de su tia a la Rusia liberada del comunismo, el pais de Dostoievski, Tolstoi y Pushkin, la tierra anorada por Charlotte hasta que hizo ese viaje y volvio algo desencantada. En aquella epoca, la madre de Valerie le habia dicho: <>. (Pero por lo demas: viejas estanterias de madera que llegaban hasta el techo y que necesitaban desde hacia tiempo una mano de barniz, suelo de tarima desgastado, tres lamparas con unas anticuadas pantallas verdes sobre tambaleantes mesitas auxiliares, y unas pesadas cortinas de terciopelo con volantes y www.lectulandia.com – Pagina 10 con los bordes recamados de oro, que separaban el escaparate del resto del espacio y que, probablemente, en otro tiempo habian sido un telon teatral de alguna epoca anterior a la guerra). Los anos de la posguerra en los que la tia Charlotte habia abierto la libreria no eran malos para ganar dinero con la letra impresa; al fin y al cabo, la gente estaba intelectualmente hambrienta y anhelaba buenas historias y sabios pensamientos. En principio, una idea comercialmente acertada, penso Valerie, para aquella epoca. Solo que la anciana no supo adaptarse a los tiempos, en todos esos anos no habia cambiado nada esencial. Naturalmente, habia sido arrollada por la profesionalidad de los modernos conceptos comerciales y por el glamour de los nuevos medios de comunicacion. ?Quien, si se puede saber, leia hoy un libro en serio? Sobre la puerta de entrada colgaba un reloj, y a Valerie le extrano sinceramente que no estuviera parado, tratandose de un lugar en el que el tiempo llevaba muchos anos detenido. Las once menos cuarto. Y ningun cliente a la vista.

  • Juana de Castilla de Maria Teresa Alvarez

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    ?Por que no reacciona como los demas? No protesta, no se queja. Tiene que dolerle…, le ha clavado las puas de la peineta en la mejilla…Y ni un gesto de protesta. ?Quien puede ser? Solo le ha pedido permiso para retirarse. --!Que se vaya! !Que se vayan todos y me dejen en paz! !!!Y tu no sigas peinandome!!! No soporto mas esta tortura. Me haces dano. Eso es lo que deseais todos, acabar conmigo. --Pero, senora, no sabeis el aspecto que teneis. Debeis dejar que os arregle --dice la sirvienta con voz firme. --Yo soy quien decide lo que tengo que hacer. Abandona inmediatamente la habitacion. !Ya! Te lo ordeno. !!!Vete!!! --Esta bien. Os dejo, pero sabed que os volveran a encerrar a oscuras --comenta sonriendo la sirvienta mientras abandona la habitacion. Dona Juana, fuera de si, toma el primer objeto que tiene al alcance de la mano y lo estrella contra la puerta que acaba de cerrarse. Hernan Duque se encuentra en la sala contigua y al ver salir a la criada se dirige a ella: --?Que es lo que pasa, a que se debe su terrible enfado? --Siempre esta asi. Mosen Ferrer ya habria dado orden de encerrarla. ?Puedo preguntaros quien sois vos? ?Por que no habeis ido a que os curen la herida? --Es un rasguno sin importancia. Soy el nuevo jefe de la casa de la reina dona Juana. --?Vos? --pregunta sorprendida la criada--. ?Sois vos el que va a sustituir a mosen Ferrer y no la pone en su sitio? --Dejemosla descansar. Manana me reunire con todo el personal. --?Manda alguna cosa? --No, no. Puede retirarse. Hernan Duque duda unos segundos si llamar a la puerta de dona Juana para presentarse; no ha podido hacerlo en el encuentro tan poco afortunado que han mantenido hace unos minutos. No pensaba ir a cumplimentarla, pero al pasar al lado de su habitacion y escuchar aquellos gritos decidio entrar. La escena le habia impresionado: dona Juana, una mujer todavia joven, mal vestida y poco aseada, se debatia furiosa con la sirvienta que intentaba desenredarle el cabello para poder peinarla. Ninguna de las dos se habia percatado de su presencia. Hernan Duque se acerco a ellas, saludando. La reina fuera de si, al darse la vuelta para ver quien habia entrado, sin proponerselo, en un arrebato de ira, le hiere en la mejilla con las puas de la peineta. El penso que lo mejor era salir sin decirle quien era. Ahora tampoco lo hara. Manana, con el nuevo dia y despues de asimilar y analizar el encuentro con dona Juana, sera el momento de presentarse. Hernan Duque no queria aceptar aquel puesto, pero el cardenal Cisneros se habia empenado en que asi fuera. No deseaba enjuiciar la labor de nadie, y menos la de quien lo habia precedido en el cargo, pero era del dominio publico el rechazo que todos sentian, en especial los vecinos de Tordesillas, hacia mosen Luis Ferrer, al que acusaban de ser un cruel carcelero y de someter a dona Juana incluso a malos tratos. Algo le habia comentado Cisneros al respecto. El tratara de hacer todo el bien que pueda a la soberana. Aunque Hernan Duque hubiese cedido a la tentacion de enjuiciar el comportamiento del anterior jefe de la casa de la reina, por muy mal que pensase no habria exagerado, porque la realidad era aun peor. Designado por el rey Fernando para que vigilase el encierro de su hija en Tordesillas, mosen Luis Ferrer habia cumplido a rajatabla la mision encomendada. En los casi ocho anos que estuvo al frente del cuidado de la reina, el aislamiento al que la sometio fue total. Ni un solo dia consintio que dona Juana saliera al exterior del palacio, y por supuesto no se le permitian visitas. Algunos nobles castellanos, que en mas de una ocasion intentaron saludar a su reina, se encontraron con la negativa de mosen Luis Ferrer, que inventaba disculpas que ya nadie creia, pero que no les quedaba mas remedio que aceptar. Cuando la reina se negaba a comer, la obligaba a alimentarse, aunque tuviese que llegar a los castigos fisicos. El mismo reconocio haber utilizado la violencia con ella. Otras veces, para conseguir que dona Juana se mostrara obediente o para castigarla por alguna protesta que habia protagonizado, la mandaba encerrar en una habitacion totalmente a oscuras. El palacio en el que Juana estaba encerrada habia sido creado por iniciativa del rey Enrique III. Estaba situado en las inmediaciones del palacio monasterio de Santa Clara mandado construir por el rey Alfonso XI para celebrar la victoria en la batalla del Salado, convirtiendolo en la residencia de su amante, Leonor de Guzman. Anos mas tarde, el rey Pedro I finalizaria las obras de este palacio mudejar en el que viviria con Maria de Padilla. En el nacieron sus dos ultimos hijos. Sera este monarca quien decida ceder el palacio a la mayor de sus hijas para que lo convierta en convento. Y asi fue, despues de que el papa Urbano VI, en 1365, aprobara su fundacion. A lo largo de los anos se fueron realizando obras para adaptarlo a las necesidades conventuales. Por ello, el nuevo rey de Castilla, Enrique III, al no disponer de residencia en Tordesillas, decidira la edificacion de otro palacio nuevo, que es en el que vive dona Juana. Es de planta rectangular, con dos pisos de altura. Cuenta con tres puertas. Una al sur, frente al Duero, otra el norte y la tercera mirando al oeste. Tiene un corredor exterior y en la fachada sur se levanta una torre cuadrada, con tres alturas; la ultima dispone de un pequeno mirador. En el interior tiene dos patios y una pequena huerta. Los materiales utilizados en su construccion no habian sido buenos, por lo que es preciso realizar continuas reparaciones. Dona Juana, la reina cautiva, sera su ultima moradora. A su muerte, el castillo en el que habia vivido encerrada mas de cuarenta anos quiso desaparecer con ella y poco a poco se fue desmoronando en el mas absoluto de los olvidos. Tordesillas era entonces una localidad importante en la que residian mas de mil familias. Un lugar castellano muy querido por la historia. Su nombre ha quedado impreso para siempre en el Tratado que en ella se firmo entre los Reyes Catolicos, Isabel y Fernando, y el monarca portugues Juan II. En Tordesillas estaban muy al tanto de la situacion de la reina. Se contaban tantas cosas de su enloquecido comportamiento que ya muchos creian en la locura de dona Juana, aunque todos rechazaban el trato vejatorio al que la sometian. Algunos personajes destacados de la villa pensaron en ayudarla en alguna medida, pero poco podian hacer, pues todo estaba autorizado por su padre, el rey Fernando, que, apoyado por el cardenal Cisneros, regentaba el reino en ausencia de su hija, a la que habia inhabilitado encerrandola. El pueblo seguia con cierto dolor los comentarios que atravesaban los muros de palacio. Por eso a la muerte del rey Fernando, en 1516, los vecinos de Tordesillas se sublevaran exigiendo que mosen Luis Ferrer fuera relevado del cargo. El cardenal Cisneros estaba de acuerdo con las medidas que el rey Fernando habia tomado respecto a su hija. De ahi que al fallecimiento de este decida que la reina deba seguir encerrada, mientras el asume la regencia --segun el testamento del Rey Catolico-- en espera de la llegada del hijo de dona Juana, Carlos. Cisneros, por tanto, mantiene el aislamiento de la reina. Pero si tiene en cuenta las protestas de los vecinos de Tordesillas y la carta que dona Maria de Ulloa, camarera de la reina, le escribe dandole cuenta de las penalidades a las que estaba sometida dona Juana: ... Sus ojos no pueden soportar la luz, lo cual no es de extranar, ya que cuando no queria comer la encerraban en un cuarto oscuro hasta que cambiara de parecer. En los ultimos tiempos no se le ha consentido entrar al monasterio de Santa Clara, donde se guarda el tumulo de don Felipe que Dios tenga en su gloria. La he encontrado mucho peor de lo que me podia imaginar. Si el estado de nuestra senora mueve a compasion, otro tanto ocurre con la princesa Catalina, que, a punto de cumplir nueve anos, no conoce el mundo fuera de este castillo. Cuanto haga vuestra eminencia por mejorar la suerte de nuestra senora no dude de que sera obra de gran justicia y gratisima a los ojos de nuestro Senor Jesucristo. En un gesto de cordura, tal vez de compasion, Cisneros cesa a mosen Ferrer en sus funciones y nombra a Hernan Duque, al que conoce muy bien, pues ha luchado a su lado contra los moros. El hombre en el que se ha fijado es una persona en la que confia sin ningun tipo de reservas. El gesto que el capitan de las tropas castellanas, Hernan Duque, habia tenido al ofrecerse a cambio de uno de sus hombres, padre de siete hijos, que habia sido hecho prisionero y que iba a ser asesinado por no poder pagar su familia el rescate exigido, le ennoblecia. Al igual que su reaccion posterior. El cambio de prisionero fue aceptado y el rescate solicitado, para liberar ahora a Hernan, se incremento. No pertenecia este a una familia muy pudiente y su anciano padre para salvarlo decidio el matrimonio de Hernan con una joven con problemas de salud cuyo destino era quedarse soltera, pero de familia campesina con grandes posesiones. Con la dote conseguida por su padre, Hernan Duque fue liberado tras un ano de cautiverio. Al poco de regresar a su pueblo contrajo matrimonio, cumpliendo el compromiso paterno. La joven esposa, que se llamaba Maria Micaela, mejoro a su lado de las convulsiones que padecia, pero al dar a luz en su primer embarazo fallecieron ella y el bebe. Hernan Duque tomo entonces la decision de hacerse monje franciscano. Ingreso para cursar el noviciado en el convento de Valladolid y es alli adonde acude Cisneros para proponerle que acepte el cargo de ocuparse de dona Juana. Hernan Duque muestra sus deseos al cardenal de seguir en el monasterio y rechaza su oferta, pero Cisneros lo convence diciendole que es la voluntad de Dios. Que nadie mejor que el para intentar ayudar a la desdichada soberana que se ha visto sometida hasta entonces a un humillante trato por parte del responsable de su casa.

  • No te merezco de Sophie Saint Rose

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    Michelle deseaba lo que habia conseguido su prima. Un marido que la amara y que protegiera todo lo que habia conseguido en la vida. Para eso inicia un largo viaje donde conoce a un hombre malhumorado, grosero y que no la aprecia en absoluto. Fue una sorpresa para ambos que fueran parientes lejanos, pero Michelle con su objetivo en mente no se dejaria deprimir por lo que Edward opinaba de su busqueda de marido. Ese estirado no la conocia en absoluto.

  • Nico, por favor de A. M. Irun

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    Recuerdo como le conte a Raul que creia estar colada por una chica. Estabamos en la biblioteca de la Facultad. Ambos cometimos la insensatez de querer convertirnos en periodistas y desde que nos conocimos durante el primer dia de carrera ya no nos hemos vuelto a separar. Estabamos sentados frente a frente, con un monton de folios y fotocopias esparcidos por la mesa, subrayabamos y haciamos anotaciones al margen de nuestros apuntes. Cualquiera que nos hubiera visto desde fuera hubiera pensado que estabamos estudiando, pero un zoom a la mesa habria revelado que las notas al margen eran monigotes y el subrayado localizaba palabras a lo largo del texto con el que formar nuevas frases. Raul me paso un folio con su subrayado especial. Lei las palabras resaltadas: “Esto es… un… sopor”. Me rei y la bibliotecaria me chisto pidiendo silencio. Nos quedamos mirando un momento y Raul pudo ver como mi gesto cambiaba, me mordia el labio y le miraba con preocupacion. --?Que te pasa? --susurro Raul. La bibliotecaria volvio a chistar. Alcance mi movil, reflexione durante unos segundos y le escribi un mensaje. “Creo que me he enamorado”. Cuando Raul lo leyo no pudo contener la sonrisa y se recoloco en el asiento. “Vamos a la cafeteria y me lo cuentas”. Envio el mensaje y me miro. Negue con la cabeza. “No podria contarte esto en voz alta”. Raul escribio a toda velocidad. “?Por que?”. Volvi a morderme el labio. Los pulgares me temblaban. “Porque es una chica”. Escribi lo mas rapido que pude y le di a enviar sin pensarlo dos veces. Los ojos de Raul se abrieron como platos. En ese momento, se le pasaron mil cosas por la cabeza, como mas tarde me confesaria. Que si ya sabia que me iba el rollo bollo, que si pobre de mi, que si pobres de mis padres, que si ahora voy a vivir como yo quiero. Tardo unos segundos en volver a escribir. “Vale. Me lo cuentas cuando quieras :)” Sabia que necesitaba tiempo, que primero tenia que asumirlo yo para poder contar mi historia. Pero tambien sabia que Raul no iba a dejar que me lo callara mucho tiempo mas. H a b ia a bie rt o u n a r e n dij a d el a r m a rio y la lu z m e c e g a b a , p e r o la b ris a q u e e n t r a b a p a r e c ia d ulc e y s u a v e. Capitulo 2 La chica del metro Lo que no recuerdo muy bien es cuando me fije en esa chica. Simplemente, un dia la vi. Bueno, ya la habia visto varias veces antes como parte de ese elenco de extras que me acompanan todas las mananas en el metro y que me dan cierta sensacion de seguridad y casi familiaridad. Pero un dia, no se cual, la mire. Ya he comentado que tiene ese tipo de belleza que solo muestra a quien ella quiere, asi que es probable que fuese ella quien eligiera el dia para mostrarse a mi. Y yo pique. Un dia tras otro. Suele calzar zapatillas de deporte. Alguna vez botas. Siempre vaqueros y una cazadora azul marino con capucha y con pinta de ser muy calentita. Nunca la he visto con el pelo recogido. Lo lleva suelto, negro y de un liso que solo puede ser recien planchado. Y solo en una ocasion, la he visto con gafas, asi que supongo que de normal usa lentillas. Me sudan las manos. Las tengo metidas en el bolsillo de la cazadora y manoseo el papel doblado con mi nombre y mi numero de telefono. Las saco para que se sequen. Tomo aire. Llega un tren y miro el reloj. No es este. Dejo que el mundo entre y salga mientras yo apoyo la espalda en la pared de la estacion. El siguiente tren llegara en dos minutos, anuncia el cartel luminoso. Visualizo la situacion. Siempre me viene bien cuando estoy nerviosa. Bajamos en la misma estacion, con un monton de personas mas porque es un punto neuralgico de la red de metro. Me hare un hueco entre la gente, le tocare el hombro y le dare el papel. No creo que le diga nada. Estoy segura de que lo entendera. Tendria que haber traido un libro, meterle el papel entre las paginas y decirle que se le habia caido o algo asi. Normalmente va con los auriculares escuchando musica y moviendo los labios mientras canta tan bajito que ni su nariz podria escucharla, pero la he visto alguna vez con El senor de los anillos. Muy pocas veces. Seguro que lo coge con muchas ganas por las mananas pero luego se arrepiente de cargar con semejante tocho en la mochila todo el dia. Durante todo este tiempo he estado inventandome una personalidad para ella. Me imagino haciendo escapadas de fin de semana con ella, alquilando un coche y discutiendo por que musica poner (a mi me gusta Lady Gaga y a ella Kings of Leon). Estudia Fisioterapia o Educacion Fisica porque siempre le ha gustado el deporte, sobretodo el balonmano. Seguro que es una buena extremo: delgada pero musculosa y agil. El eco del tren que llega por el tunel me saca de mi mundo de fantasia y noto que algo me hace sombra repentinamente. Cuando levanto la vista, veo a un equipo de jugadores de baloncesto que se van a meter en mi mismo vagon. Nuestro vagon. No, no, no, no. No puede ser. Son como torres enormes y estan especializados en hacer bloqueos y pantallas. Me van a joder el plan. Les miro con odio pero apenas perciben mi existencia desde sus dos metros de altura. Mierda. Capitulo 3 El parto Una vez la chica del metro se sento junto a mi. Casi se me salio el corazon del pecho. Incluso ahora mientras lo recuerdo estoy empezando a tener palpitaciones. Yo habia encontrado un asiento libre en nuestra zona del vagon y me lance a el. Habia salido a correr el dia de antes despues de mucho tiempo sin hacerlo y no podia con mi vida ni con mis muslos. Estaba tan cansada que me daba igual si la chica del metro subia o no. Pero subio y, llamalo casualidad, llamalo destino, la senora que estaba sentada a mi izquierda se levanto y salio del vagon, por lo que la chica aprovecho y se sento a mi lado. Tarde un poco en darme cuenta de eso. Como digo, estaba agotada y todavia era martes. Como hoy. Levante la vista y me vi reflejada en la ventana de enfrente. Al estar en un tunel, la ventana se habia ennegrecido y hacia de espejo. Entonces la vi sentada a mi lado, aunque mirando hacia otro lado. Me quede paralizada, como si tuviera a un doberman salivando y mostrando sus dientes afilados justo en mi oreja. Llevaba los auriculares, como siempre, tenia una mano apoyada en la barandilla junto a su asiento y la otra en su muslo derecho que estaba a un dedo del mio. Sin pensarlo dos veces, hice desaparecer esa distancia y pegue mi muslo al suyo. El calor me inundo. Era agradable y horrible a la vez. Se me acelero el corazon y empece a respirar de manera entrecortada, pero no separe el muslo y ella tampoco lo retiro. Veia por la ventana que ella seguia mirando hacia el otro lado, pero su mano derecha ganaba terreno milimetro a milimetro en su muslo, hasta que su dedo menique rozo mi pierna. Quise gritar, quise abrazarla, besarle. No dejaba de sonreir. Entonces, como ahora, alguien interrumpio el momento. Una embarazada habia puesto su bombo justo delante de mis narices y carraspeo un par de veces. Pille la indirecta y le cedi el asiento. La muchedumbre y mi estado de estupor hicieron el resto y me deje arrastrar hacia el fondo del vagon, lejos de aquel menique. Maldije a todo el tren, embarazada y bebe incluidos, de la misma manera que ahora maldigo al equipo de baloncesto que tengo delante y que no paran de reir y hablar muy alto (en todos los sentidos) y que apenas me dejan ver la puerta de entrada por la que tiene que hacer aparicion mi chica. Mi chica. Siento hormigas en el estomago cada vez que lo pienso. Llegamos a su parada y entra puntual al vagon. La veo entre el poco espacio que hay entre los cuerpos de los jugadores y veo que tambien le sorprende y le fastidia de alguna manera su presencia, pero no alcanza a verme. Pienso que en algun momento se iran y tendre via libre para mirarla. Pero no. Permanecen en el vagon durante todo el trayecto y se bajan en la misma parada que nosotras y que la mayoria de la gente. Avanzamos en manada, casi arrastrandonos y empujandonos unos a otros. Los jugadores de basket estan en todo momento entre la chica del metro y yo, haciendome pantalla. No puedo hacerme un hueco de manera elegante. Tendria que empezar a dar codazos o escurrirme de manera poco natural entre la gente. Veo que se escapa, que es arrastrada por la masa a lo largo del intercambiador hasta que el camino se bifurca y ella toma una salida y yo la otra. Me niego. No he reunido todo el valor que tengo y que no es mucho para que al final me vuelva a casa con las manos vacias. Me doy media vuelta y lucho a contracorriente para seguir los pasos de la chica. Tengo que darle el papel como sea. !Como sea! Parece un parto. Sudo. Empujo, la gente me mira mal, me pisa. Yo tambien piso y pido perdon cada dos pasos. Conforme avanzo, noto que la masa se hace menos densa, que hay mas hueco, y respiro aliviada. Corro hacia la otra salida, busco con la mirada a la chica y la encuentro subiendose a otro tren. --!Espera! --le grito. Ha sido una tonteria gritarle, lo se, me ha salido de muy adentro, de donde salen las cosas sin sentido. Pero la chica se gira y me ve. Le saludo con la mano y con la sonrisa mas bonita que tengo, pero nada mas. Estoy paralizada. La empujan hacia el interior del vagon y ella me mira con gesto triste. Le miro extranada y ella niega con la cabeza. El tren emprende la marcha y desaparece de la estacion.

  • Elemental (Guardianes Del Alma 2) de Kim Richardson

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    Kara y un pequeno nino estan juntos, solos, en un pequeno rio. El sostiene su mano. El agua fria les hace cosquillas en los pies. Una niebla fina se levanta y teje hilos alrededor de ellos, y Kara huele el tenue olor a carne podrida. Algo toca sus dedos del pie. Ve hacia abajo. Manos blancas se extienden afuera del agua y la sujetan por los tobillos. Ella salta hacia atras, jalando al nino con ella. Aparecen mas manos por todos lados. Una niebla espesa, negra, se levanta y cubre la corriente. Largos tentaculos se enredan alrededor de sus piernas, como serpientes blancas. Kara grita y patea la niebla. Un hedor a hierro la ahoga. La niebla desaparece. Kara lucha por equilibrarse. Ella esta en un rio de sangre. El nino tiene sangre en sus muslos. Kara siente nauseas. Oye un chapoteo. Una figura en el rio...un hombre, no… La retorcida cabeza humana y el torso enfermo que se levantan sobre el rio nacen de una confusion de entranas humanas y de insectos, de la parte posterior de un monstruo horrible. Las piernas largas del insecto se arrastran hacia ella, negras y afiladas. Forunculos y llagas cubren la piel del monstruo, como lepra. Sus ojos rojos brillan entre la niebla negra. Cierra sus mandibulas. El nino le suelta la mano a Kara. Es arrastrado debajo del rio sangriento. Kara se dobla hacia abajo y agita sus manos en la sangre, buscando al nino. Un sollozo. Kara Mira hacia arriba. La criatura tiene al nino. Agarra al chico por el cuello y lo exprime. Abre su boca. Sangre escurre por sus puntiagudos dientes amarillos. Lentamente trae al nino hacia su boca humeda mientras la criatura no deja de gritar. Kara desperto sobresaltada. Su corazon golpeaba contra su pecho mientras parpadeaba tratando de abrir sus pegajosos ojos cubiertos con lagrimas y sudor. Todavia media dormida, se sento en su cama con los brazos estirados delante de ella, lista para salvar al nino del monstruo. Se quito el flequillo pegajoso de la frente sudada y espero, calmandose, hasta que los efectos del sueno se disiparon. Habia estado llorando. Limpio su cara y sus ojos lentamente se ajustaron a la luz de la manana que se colaba en su habitacion. Las sombras oscuras fueron enfocandose. Sus pinturas de demonios y angeles que cubrian las paredes como papel tapiz parecian aun mas siniestras en la tenue luz. Se sacudio con un escalofrio. Las pinturas eran parte de una historia que Kara debia contar. Recien despertando de sus pesadillas, tomaba su pincel y pintaba una y otra vez las recurrentes historias. Se convencia a misma que era una especie de terapia, y que quizas, algun dia, las pesadillas se detendrian. Despues de un tiempo su madre se nego a entrar en su habitacion. Kara recordo que su madre habia lanzado sus manos en el aire, gritando que los monstruos iban a atraparlas. Pero para Kara, eran solo pinturas. Sabia que no podian lastimar a nadie. 5:00 am… aun demasiado temprano para levantarse para la escuela. Se forzo a cerrar los ojos y se reacomodo en su cama. Los debiles ronquidos desde el segundo cuarto al final del pasillo confirmaban que su madre no se habia despertado con sus gritos. Se sintio aliviada. Su madre trabajaba largas horas, asi que merecia una buena noche de descanso. Cada noche Kara sonaba con monstruos horribles y con un nino asustado de cabello rubio enredado y pijama azul y blanco… a punto de ser comido. Se despertaba gritando en el momento que el nino desaparecia entre la boca del monstruo. Kara solto un largo suspiro. No podia volver a dormirse. Bajo las piernas de su cama y fue de puntillas a su vestidor. Los tablones de pino se sacudieron. Pintura blanca se descarapelaba de las patas y de la parte superior del mueble, dandole un falso aspecto antiguo. Faltaban algunas perillas de los cajones superiores, y Kara habia utilizado boligrafos secos para reemplazarlas. Levanto un marco metalico. La cubierta de vidrio estaba agrietada y astillada. Kara la acerco a su rostro. Un hombre con cabello castano despeinado y una sonrisa amistosa sostenia a una nina con coletas castanas de mono amarillo. Kara sintio como su pecho se comprimia. Apenas y podia recordar ese dia. La imagen de su padre se habia desvanecido a lo lejos. Habia muerto cuando ella tenia solo cinco anos, y Kara no lo recordaba en absoluto. Ella dibujo su rostro con el dedo. !Que no daria por tener un verdadero padre! Quiza su madre estaria un poco mas cuerda si hubiera un hombre alrededor de ella. Kara sintio un gran dolor en su corazon, y con un suspiro, coloco el marco en el aparador. El rostro de Kara la veia fijamente detras del espejo roto y forzo una sonrisa. Hoy era su decimoseptimo cumpleanos. Diecisiete anos; era la edad cuando las chicas se enamoraban e iban a la Universidad para seguir sus suenos. Su sonrisa se desplomo. El trabajo de verano de Kara apenas le habia dado lo suficiente para ayudar a pagar la comida. Ella nunca podria ahorrar lo suficiente para ir a la Universidad. Una cucaracha recorrio su espejo y se detuvo justo en el medio. Estaba al nivel de los ojos de Kara, con sus dos ojos negros como piedras viendola con una especie de inteligencia extrana. Sus antenas se movian nerviosamente. !BAM! Kara despego el libro el espejo y tiro la cucaracha muerta en su bote de basura. Se sintio culpable de matar al insecto. Fruncio los labios y miro al espejo otra vez. Deberia estar feliz, ella lo sabia. Pero se sentia vacia por dentro. Le faltaba una parte, como un coche al que le faltaba una rueda y que por lo tanto no podia conducir. Desde hace meses habia estado deprimida. En la escuela no queria hacer nada aparte de su pintura y la lectura de sus libros. Incluso su mejor amigo Mat la evitaba. Hacia dos semanas, a la hora del almuerzo, le dijo que andar con ella estaba haciendo que su cerebro se derritiera; lo estaba deprimiendo. Sin Mat para apoyarla se sentia aun mas perdida y confundida. Ella trato de sacudirse la sensacion, pero nada funciono. Se sentia sola. El suave canto de los pajaros llego a sus oidos. Kara sonrio. Aunque a veces le molestaba, cantaban maravillosamente. El canto llego a ser mas fuerte, mas intenso, y entonces oyo el graznido de los cuervos, muchos de ellos… Extrano, Kara penso para sus adentros. Se asomo a la repisa de la ventana. El piso de madera se sentia frio debajo de sus pies. Presiono la cabeza contra el cristal y miro hacia fuera. Casi veinte cuervos estaban encaramados en los altos arces. Con sus cabezas inclinadas, le croaban a algo que estaba abajo y que Kara no podia ver. Se esforzo para poder mirar a traves de las ramas. Un escalofrio recorrio su columna vertebral. Su corazon se le subio a la garganta. En medio del camino habia un nino… el mismo nino de sus suenos. Kara aplasto su nariz contra el vidrio y miro la pequena figura en pijama caminando como patito por la calle. Estaba descalzo. En agosto, el clima de Montreal era aun bastante templado, incluso en las primeras horas de la manana. Lo vio plantar sus pies y pararse firmemente. El nino camino por los coches aparcados. Hojas de periodicos se enrollaban a su alrededor, atrapadas en el viento invisible. Tengo que ir a buscarlo, le dijo Kara a la ventana. Se decidio y se coloco un par de pantalones grises y un sueter. Con un clic, abrio la puerta de su dormitorio y camino en las sombras. Cuidando de no despertar a su madre, se deslizo furtivamente por la oscuridad y corrio a la puerta de su casa. Bajo las escaleras de dos en dos y reboto en el vestibulo. Recupero su aliento y abrio las puertas de cristal. El aire del exterior olia a hojas mojadas y hierba, fresco contra su piel, aludiendo ligeramente al ya proximo otono. Las aceras estaban llenas de charcos grises, y Kara salto para evitarlos. Corrio hasta el lugar de la calle donde ella habia visto por ultima vez al nino. Se habia ido. La calle estaba muy tranquila, y Kara noto que los pajaros repentinamente habian dejado de cantar. El viento se detuvo. Kara temblo. Un escalofrio le subio por la espalda, y su corazon martillo en sus oidos. “!Oye, chico!” dijo en una suave voz, no queriendo despertar al vecindario. “Nino… ?donde estas?” Paso por el lugar y se detuvo. Ella se puso de rodillas y busco debajo de los coches aparcados. No habia nada. El no podia estar lejos. Era un nino pequeno, penso Kara dando unos pasos hacia adelante. Se detuvo. Los pelos en la parte posterior de su cuello se erizaron. Sintio que algo no estaba bien, algo le decia que se echara a correr… Y alli estaba. Kara contuvo su respiracion. Lo podia ver claramente ahora -- no al nino, sino a un apuesto desconocido al que ya habia visto antes. Estaba inclinado contra un auto estacionado, sus brazos cruzados sobre el pecho. La mirada del extrano fija sobre ella. El corazon de Kara se detuvo. Era alto y delgado. Una chaqueta de cuero marron abrazaba sus poderosos hombros, y llevaba jeans deslavados con una playera ajustada que resaltaba su musculoso pecho. La miraba con una sonrisa casi tonta pintada en la cara, con apenas una sombra de hoyuelos en sus mejillas. Su cara era hermosa sin lugar a dudas. Demasiado perfecto. El tipo de rostro que enviaba millones de mariposas a sacudirse en la boca de su estomago. Kara le habia dado el apodo de “el acosador galante”… su preciosa sombra. ?Que esta haciendo el aqui a esta hora? Ella fruncio el ceno. Algo no tenia sentido. Parte de ella se sentia emocionada de tener a un tipo de tan buen aspecto siguiendola, pero la otra parte le provocaba carne de gallina… y no en el buen sentido. Habia algo muy raro en la forma que la veia. El acosador galante peino su cabello rubio con sus dedos y se dio la vuelta. Se encontro con los ojos de Kara y viro hacia el otro lado, pretendiendo estar interesado en los autos estacionados. A Kara no le parecia para nada un asesino en serie como Anibal Lechter… el tipo que descuartizaba y se comia a sus victimas, como una especie de guiso exotico. No. El tenia una boca tan hermosa que simplemente no podia imaginarselo comiendose a nadie. Kara no podia entender por que el la estaba acosando. Con su falta de gracias delanteras y sus curvas invisibles, no tenia mucho que ofrecerle al sexo opuesto en el campo visual. ?Que resultaba tan atractivo y “acosolicioso” en ella? Nada. Eso la hacia sospechar de el. Las cosas que son demasiado buenas para ser ciertas usualmente lo son, pensaba. Especialmente cuando ella estaba involucrada. Arranco los ojos de el por un momento para buscar al nino otra vez. Sombras oscuras acechaban a lo largo de la silenciosa calle y Kara se sintio tensa. Pero nada mas se movio. El chico no estaba a la vista. Y cuando se volvio para ver a su acosador galante, este habia desaparecido, como si fuera un producto de su imaginacion. En serio estoy enloqueciendo, penso Kara, retirando su flequillo de la cara. Una ligera llovizna refresco sus mejillas calientes, y Kara la agradecio… Algo se movio en la esquina de su ojo. Al principio, penso que era su acosador galante que habia regresado, pero rapidamente se dio cuenta de que no era el. Este hombre tenia el pelo blanco y la piel grisacea palida. Vestia un traje oscuro, y Kara podia ver que era un traje caro y...un poco fuera de lugar para esta hora de la manana. Estaba inclinado contra un poste de luz en la calle. Incluso desde la distancia podia verse que algo andaba muy mal con sus ojos. Eran negros. Y la estaban vigilando.

  • El Sonido de los Almendros de Alberto Munoz Duran

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    La aparicion de tres cadaveres esparcidos entre el pueblo de Teovin y el inmenso bosque de Tierra de Pinares, donde Moises sintio la verdadera naturaleza de la fe siendo solo un nino, desencadenara una serie de pistas reveladoras que relacionaran al asesino en serie mas buscado de Espana con los diez mandamientos de Dios.
    Desde ese preciso instante, el expolicia judicial tendra que volver a sus origenes mas primitivos e iniciar una carrera contrarreloj para salvar a la unica persona que le ha importado de verdad a lo largo de una vida marcada por la soledad.Esta es la historia del sonador que consiguio entender a su verdadero yo y se enfrento a los demonios que un dia se le aparecieron para hacerle dudar de un destino que ya tenia asignado bajo la inconfundible melodia de los almendros.
    Una leyenda magica que se hizo real despues de conocer el amor, oler la sangre de los inocentes y pelear consigo mismo mientras perseguia al monstruo que mantuvo a todo un pais en vilo durante dos largas, frias e interminables semanas invernales, en uno de los casos mas escabrosos de la cronica negra.

  • Ultima entrega de Bela Marbel

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    EL paquete GINGER --!Menuda mananita! --chillo Ginger, a nadie en particular, mientras alzaba las manos al cielo. Se habia peleado con un taxista, o eso creia, porque no habia entendido nada de lo que el hombre habia dicho. A saber en que idioma le habia hablado, o mas bien gritado. Despues, casi la atropella un camion de reparto y, para terminar su turno, la envian al culo del mundo a entregar una cajita. Ella ya sabia de los peligros de su trabajo, lo de ser repartidora en bici era temporal, con algo tenia que pagar sus estudios en la Escuela de Artes Escenicas. Ya estaba en el ultimo ano, pronto acabaria y podria dedicarse a lo que mas le gustaba en este mundo. * * * EUGENE <>, penso Eugene. Encerrado en esas cuatro paredes, no paraba de dar vueltas como un animal enjaulado, mientras su protegida se instalaba en una de las habitaciones. Por lo menos era una persona agradable, una senora mayor y sosegada que no hablaba demasiado. Eso le gustaba, el tambien era un hombre callado, ademas de serio. Y tampoco es que fuera muy creyente ni nada de eso, pero tenia pensado ir al geriatrico a cenar con su tio la noche de Navidad. No podria, y ni siquiera habia tenido tiempo de avisarlo. * * * MAE --Dios mio, este chico todo lo que tiene de grande lo tiene de soso --dijo Mae en cuanto cerro la puerta de su habitacion. Tenia la costumbre de hablar con su difunto marido, no habia nadie en este mundo con quien le gustara mas hablar. Despues de todo, por fin habia conseguido que el no le llevara la contraria siempre, aunque para ello hubiera tenido que matarlo. Y ahora este hombreton tenia que protegerla del supuesto asesino de su esposo. Si no fuera patetico, resultaria hasta divertido. Se dirigio a la cocina y siguio cavilando mientras llenaba un vaso de agua del grifo, que la ayudara a calmar su sed. * * * GINGER Por fin, habia llegado a la direccion que le habian dado. Con la suerte que tenia seguro que no habia ascensor. Ato la bici a la baranda de la escalera de entrada y se disponia a llamar al timbre cuando alguien salio del portal. Aprovecho para entrar y al y como esperaba, no habia ascensor. !Por las escaleras! Y no podia ser el primero, no, tenia que ser el quinto. Llego arriba casi sin aliento y toco al timbre. Espero. Volvio a llamar. Siguio esperando. Volvio a llamar. Un hombre enorme con cara de muy mal humor abrio la puerta. Vestia un impecable traje de chaqueta sin chaqueta y con la corbata aflojada, se le veia muy, pero que muy incomodo, el pelo oscuro revuelto, la mirada azul electrica, boca grande, pomulos prominentes. <>, penso. Pero daba un poco de miedo, debia de medir casi dos metros y ella no era bajita precisamente; media un metro setenta, pero este tio le sacaba dos cabezas y tenia los hombros mas anchos que habia visto en su vida. --?John Ray? --pregunto la chica asomando la nariz por la puerta. Entre las sombras distinguio la figura de una anciana en el pasillo. El gigante la miro con desconfianza. --?Quien eres? --pregunto la voz mas sexy que habia escuchado nunca; fuerte y profunda, le parecia estar escuchando cantar a Johny Cash. --Tengo un paquete para John Ray. --El miro el paquete como si quisiese adivinar que habia dentro de el. --?Que es? --Y yo que se. --?Quien lo envia? --Un tal John Smith, un clasico --ironizo, al leer la etiqueta que identificaba al remitente. --Deja eso en el suelo, despacio, sin movimientos bruscos -- ordeno el hombreton, con un tono de voz que a Gin le helo la sangre. El gigante se llevo una mano a la espalda mientras la miraba fijamente --. !Ahora! --Oye a mi no me grites, ?vale? --!Ya! --?Ese tono significa que me quedo sin propina? --comento ella mientras dejaba en el suelo el paquete. Cada dia le tocaban un par de excentricos en el reparto. En Navidad, igual que Halloween, ese numero se multiplicaba varias veces. Despues de hacer lo que el grandullon le habia ordenado, apenas le dio tiempo a reaccionar cuando se vio arrastrada hasta la pared. Un brazo fuerte y enorme la sujetaba inmovilizandola contra ella, mientras que con la otra mano le palpaba en busca de ueno, ella no sabia de que exactamente. * * * EUGENE Desde que la habia visto en la puerta sabia que habria problemas, pero no imaginaba que ademas de los que ya suponia, los tendria tambien de esta clase. Estaba excitandose mientras la registraba y eso era algo que a el no le pasaba y ademas estaba mal, muy mal. Si ni siquiera le gustaba, era deslenguada y poco femenina. A el las mujeres le gustaban con todas sus cosas: sus pechos abundantes, sus tacones, su melena larga vamos, una mujer, mujer. Esta era casi un chicote, entonces ?por que se habia puesto asi? Definitivamente necesitaba unas vacaciones. --Oye guapo, espero que eso que estoy notando sea una pistola, !no te emociones toqueteandome! --se burlo Gin. El saco una cartera del bolsillo trasero del ajustadisimo pantalon del uniforme de la chica. --?Eres Ginger House? --pregunto leyendo su documentacion. --?No deberias decirme de una puta vez quien cono eres tu? -- respondio enfadada. --?Tu madre nunca te lavo la boca con jabon? --contesto el poniendo su placa en la cara de ella, pero sin aflojar la presa ni un poco. --?Eso ha sido una gracia? !Dios! avisemos a la prensa, el tipo duro hace gracias. Sueltame de una vez, inspector Eugene. --Gen. --?Que? --Que me llames Gen. Agente Gen. --No. !Yo! --remarco el pronombre--, soy Gin, agente. --Gen no pudo evitar una leve sonrisa y la solto poco a poco. --Esta conversacion me esta dando dolor de cabeza --se quejo el hombre. Ella se dio la vuelta y quedaron casi pegados. En esos momentos sono una puerta arriba y jaleo en las escaleras. El se abalanzo sobre ella y la beso profundamente, agarro sus manos y se las pego a la pared por encima de la cabeza, para que no intentara apartarlo con ellas. Gin no se lo podia creer, la estaba umhhh esando y como la besaba, se estaba derritiendo. Sabia que tendria que protestar pero joder, joder. --Lo siento --dijo cuando se alejaron los vecinos--. Es que no queria que nos vieran --se disculpo el hombre. --Tu has visto muchas peliculas, grandullon. --Gen. --?Que quieres? --No, que me llames Gen, no me inventes apodos, no me gustan, mocosa. --Tampoco es que nos vayamos a ver mucho mas, si me firmas aqui, la mocosa se largara y te dejara en paz con tus eh lo que sea que estes haciendo -- informo ensenandole la planilla de entregas del dia. --Me temo que no sera tan sencillo. Ve al otro lado del rellano. --Pero… --Haz lo que te digo --ordeno en un tono muy estricto. --Te acabo de conocer, pero ya estoy hasta los mismisimos de tus ordenes, ?sabes? --Y yo de que todo lo tengas que protestar, esto no es ningun juego. --En serio, quiero irme. --Pues no vas a poder por lo menos hasta que vea lo que hay en el paquete, y luego haremos lo que me diga mi capitan. --Oye… --?Puedes por una vez hacer lo que te digo sin discutir? Por favor. Alejate. Gin iba a protestar pero decidio que todo terminaria antes si le hacia caso. Se alejo mientras el abria el paquete despacio. Dentro solo encontro una tarjeta, <> --Gen resoplo mientras se alzaba. --No pasa nada, no hay peligro. Acompaname dentro --le indico extendiendo la mano.

  • Muerte en el hielo de Alber Vazquez

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    En septiembre de 1819, el San Telmo, un navio espanol con 644 hombres a bordo, encallo en una isla muy al sur del cabo de Hornos en un lugar que jamas nadie habia pisado antes. Meses despues, un barco ingles encontro el pecio y restos de un campamento sin hombres. Tras comunicarlo a las autoridades de su pais, estas decidieron enterrar dicho hallazgo para asi adjudicarse, inmerecidamente, el descubrimiento del continente helado. Esta novela narra la posible epopeya de aquellos 644 espanoles. Y reivindica un hecho: que Espana, antes que nadie, llego a la Antartida.

  • Ciega traicion. Donde nace tu vuelo, libelula de Genne L. Paris

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    Armando Sanfield es un hombre de personalidad fuerte, con una trayectoria politica intachable y una gran carga emocional en su alma… Dedicarse a su carrera diplomatica era su prioridad, por lo que dejo de lado cualquier relacion personal que lo desviara de ese proposito. Distante, callado e intransigente, es como lo describen quienes se relacionan con el. Sin embargo, en la vida se tejen senderos que son imposibles de evadir…, porque escapar nunca fue una opcion. Asi, lejos de su tierra natal, una eslava de ojos azulados y piel perlada le robara el corazon, convirtiendose en su bendicion y... ?en su condena? Pero ?acaso puede sobrevivir un gran amor a la sospecha de haber sido traicionado? ?Que se es capaz de hacer por despecho? ?Conseguira un alma atormentada y herida encarcelar el dolor con tal de no perder lo que mas ama? Odiar y amar a la vez, ?es eso posible?… ?Donde esta la frontera entre la razon y la locura? El destino, imprevisible, lanza sus redes al viento como hojas marchitas de otono que se tejen entre si, enlazandonos a nosotros y, a veces, marcando el futuro de aquellos a los que tanto amamos… Descubre en este relato los detalles de un pasado que pueden resquebrajar la historia de Armando e Ivanna… Un gran amor, una ardiente pasion. Dos culturas diferentes y una dolorosa duda que te llevara con ellos a descubrir… Donde nace el vuelo de una libelula…

  • Dragon Cautivo de Laura Cruz

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    Eorias fue antano un hombre formidable.
    Un campesino que forjo un ejercito.
    Un hombre que doblego un reino.
    Un mortal que asesino a un dragon.

  • Trampas del corazon – Rita Blak de Rita Blak

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    Emily es una joven que ha perdido a sus padres, es una sonadora que anhela conocer el mundo, pero tambien encontrar a un hombre que la ame locamente.
    Rick es un joven apuesto y emprendedor que se ve forzado a contraer matrimonio para obtener la herencia de su abuelo a fin de poder continuar con sus proyectos.
    Para ello, le propone a Emily que sea su esposa, confiando en que, al no haber amor entre ellos, no tendra los sobresaltos tipicos del matrimonio.
    Pero todo se le complica cuando se da cuenta de que se ha enamorado de esa joven dulce y espontanea que le da un giro refrescante a su vida.

  • El misterio del juego de Te (Ronin Flash Fiction 1) de Kristie Lynn Higgins

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    El Misterio Del Juego De Te es un Kindle Unlimited libro misterio gratis y parte de la serie Ronin Flash Fiction. El ronin debe resolver un misterio que rodea el robo de un juego de te.

  • Hechizados por el deseo (eLit 3) de Maggie Price

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    La unica hija de un poderoso senador habia sido asesinada y habian secuestrado a su hijo recien nacido. La sargento Grace McCall y el agente del FBI Mark Santini tenian que hacerse pasar por una pareja que deseaba desesperadamente adoptar un nino con el fin de detener al sospechoso antes de que asesinara a alguien mas.

  • Eramos mentirosos de E. Lockhart

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    Una isla privada. Una ilustre y conocida familia de Nueva Inglaterra. Un grupo de cuatro amigos los Mentirosos cuya amistad se vuelve destructiva. Una rebelion. Un accidente. Un secreto. Mentiras y mas mentiras. Amor verdadero. Y, por fin, la verdad. Esta es la bellisima y terrible historia de una familia perfecta que se sostiene sobre pilares de peligrosa fragilidad. A lo largo del relato se van desvelando las piezas de un rompecabezas que formaran un mosaico de personajes fascinante, donde los prejuicios y el egoismo son los peores enemigos de la armonia y la felicidad.

  • La Agenda Roja de Sofia Lundberg

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    Una vida esta cargada de amor, de pena y de felicidad. Si al menos nos parasemos a escuchar

  • No solo amigos (Hermanos St. James 1) de Jamie Beck

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    Escapando de una infancia solitaria y convulsa, Vivi ha crecido junto a los St. James, la familia de su mejor amiga, y desde hace trece anos vive enamorada de David, el introvertido hermano mayor. Hace tiempo que cada uno tiene su vida, pero Vivi no puede evitar seguir esperando que David se fije en ella durante las proximas vacaciones familiares en Block Island. El acude a la isla con su nueva novia, una chica con las miras puestas en el compromiso, pero pronto se da cuenta de que en su corazon va creciendo despacio y sin remedio una incipiente atraccion por Vivi. ?Es posible que la este empezando a ver como algo mas que una amiga?

  • Solo una noche (Pasion y venganza 1) de Cathryn De Bourgh

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    El estaba acostumbrado a tenerlo todo en la vida, o casi todo… Aaron Carrington es un abogado exitoso dueno de uno de los mejores Buffets de Boston. Joven, rico y con un charme especial, ninguna mujer se le resiste. Hasta que esa joven llega a su oficina para la entrevista por el puesto vacante como su asistente. Entonces decide que tambien la quiere a ella.

  • Antes de Verano de Marta Escudero

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    Manana es mi cumpleanos numero veintiuno. Deberia de estar emocionada, muchos lo esperan con ansias. Yo ya no lo sentia de ese modo, pues despues de la muerte de mi madre se volvio una fecha muy deprimente, hasta el punto de casi odiarlo. No me gustaba sentirme asi. Sabia que si mi mama pudiera verme, trataria de animarme para que continuara adelante con mi vida. Ella se emocionaba mucho celebrando mis cumpleanos. Le encantaba consentirme en aquellos dias especiales con lo mejor que sabia cocinar: grandes pasteles de chocolate, fresa o ambos. Adoraba su sabor, recuerdo que siempre trataba de probar la cubierta de chocolate que rebosaba antes de picar el pastel, y mi madre siempre me capturaba en pleno acto. No entiendo como es que se daba cuenta tan rapido. !Mi madre era increible! Pero esos dias se acabaron hace un ano, cuando recibi la noticia de parte de mi padre sobre la muerte de mi madre. Fue el peor dia de mi vida. Yo me encontraba en clases y despues de la llamada me fui corriendo hasta el hospital, quedaba a unas calles de la universidad. Encontre a mi padre en la entrada, me estaba esperando. Mi madre habia fallecido entre la llamada y el tiempo que me tomo llegar al hospital. Me derrumbe por completo, quede desolada. No pude ayudar a mi padre con los preparativos del funeral. Me aleje de todos, cree una burbuja personal. Estoy encerrada en mi cuarto recordando aquellos momentos junto a ella. En la mesa tengo dos cartas: una para mi madre, donde le escribi todo aquello que me hubiese encantado hablar con ella, y otra para alguien muy especial para mi. Una carta la cual no terminaba de escribir. Siendo sincera, solo tenia el encabezado, no sabia como continuar. La unica persona con quien he mantenido contacto, ademas de mi padre, ha sido Francisco. Francisco y yo tenemos mas de cinco anos de amistad, de hecho, nos consideramos los mejores amigos. Pero la verdad, mi perspectiva hacia el ha cambiado en los ultimos anos. Por primera vez un hombre llama mi atencion de tal manera. Desde el primer dia que lo conoci me encanto, y mantuve la esperanza de gustarle un tiempo, pero su trato y comportamiento me demostraron que era (y sigue siendo) unilateral el sentimiento. No soy de fijarme en cualquier hombre guapo, antes pensaba que todos eran unos patanes, pero es increible el impacto que el causo en mi. ?Como le explicas a tu mejor amigo que tienes anos enamorada de el? Hace un momento llamo para preguntarme como me siento. Sabe que estos dias son dificiles para mi, y estoy muy agradecida por ello. Sin embargo, no puedo evitar pensar que mi madre estaria enojada al verme. Lo he pensado, y quizas ya es momento de seguir adelante. No quiero seguir recordando a mi madre con tristeza, ella no se merece eso. Por ello habia decidido escribir la segunda carta: deseaba plasmar todo lo que sentia por el, sacarlo todo. Necesitaba un medio para decirle lo que sentia a Francisco, nunca me habia atrevido de hacerlo en persona. Crei que seria sencillo, pero no tenia ni idea de por donde empezar. Estaba hastiada de estar en la friendzone, viendo como pasaba de novias, “amigas” y mujeres de una sola noche, mientras yo aqui; siendo la del despecho, la que escuchaba sobre Luisa, Andreina, Mariana, Claudia, o como fuese que se llame la chica de turno, para aconsejarle que hacer con cada una, pero nunca siendo yo la protagonista. Ha sido una pesadilla tener que aguantarme las emociones de sus relaciones inestables. La primer relacion amorosa seria que tuvo me afecto muchisimo, porque practicamente coincidio con el fallecimiento de mi madre. El momento en el que mas lo necesitaba. Hace unas semanas celebraron su primer aniversario, y sigue siendo dificil para mi verlo acompanado por Veronica, su novia, como tortolas estupidos, repartiendo su amor por todos lados, tomados de la mano o dandose besos en cualquier lugar. Son inevitables estas escenas. Por ello mi relacion con Francisco menguo hasta al grado de huir cuando los veo juntos. El reloj marca las doce y diez, oficialmente habia comenzado mi cumpleanos. Tenia mi movil apagado, no queria recibir ni llamadas, ni mensajes, ni ningun tipo de felicitacion. Mi companera de casa Angela entro a mi habitacion a desearme feliz cumpleanos, y algo en mi rostro debio avisarle que algo ocurria, porque se me arrojo encima y me dio un fuerte abrazo de oso. Se quedo conmigo hablando, con su ayuda pude adelantar un poco la carta. Eran las tres de la manana y yo solo esperaba que estas paginas fueran suficiente para apaciguar lo que sentia por el. Tenia meses tratando de terminar esta carta, y al fin lo logre. En ella le explicaba mis sentimientos a Francisco, como habia sido mi amor platonico durante estos tres anos, cuanto me habian dolido sus relaciones y cuanto me dolia el hecho que siempre me veria como su mejor amiga y nada mas que eso. Era hora de dormir y dejar las cosas en las manos del destino. Manana encontraria el valor para entregarla. * * * * Hace algunas horas amanecio y yo aun sigo metida en la cama, cubierta con mi sabana de pies a cabeza. Lo unico en lo que puedo pensar es que ya pronto llegan las vacaciones. La clase de esta tarde sera la ultima del mes, y luego de eso tendre dos semanas para perderme en mi y descansar de todo. Son solo dos semanas, pero para mi, una asidua lectora y amante de las peliculas, es demasiado tiempo. La universidad absorbe todo mi tiempo, dejandome muy poco para disfrutar del placer de un buen libro. Son casi las 12, por lo que decidi enfrentarme al destino y encender mi movil. El buzon tenia algunas felicitaciones de mis familiares y amigos, tanto en los SMS como en las redes sociales. Despues les respondere, por ahora quiero seguir acostada, disfrutando la tranquilidad de mi cuarto hasta que sea la hora de irme a la universidad. Mi movil vibro, un mensaje nuevo. Era Francisco. *Buenos dias cumpleanera, espero que estes presentable, porque necesitamos hablar y estoy en camino. Asi que despierta y alistate para mi* ?Presentable? ?A que se referia? es obvio que no, es mi cumpleanos y no debo estar en la universidad sino hasta las tres de la tarde. Tocaron la puerta, tal vez sea mi padre, sorprendiendome con una visita rapida, ya que Angela se fue temprano a la universidad. Me levanto con lentitud, pero seguian tocando el timbre insistentemente. Abro la puerta rapidamente, esperando sorprender a mi padre con mi aspecto, pero… no puedo creer a quien veo en su lugar: Francisco estaba frente a mi, riendo a carcajadas al verme y con un regalo muy llamativo escondido entre sus manos. --!Feliz cumpleanos Marta! --clama Francisco, y repentinamente se lanza sobre mi para abrazarme. !Estoy totalmente avergonzada! Aunque Francisco y yo hemos convivido ya muchos anos, todavia detesto que me vea tan desarreglada, especialmente hoy, ya que el shock de la situacion no hace mucho por disimular la melancolica que me produce pensar que mi madre ya no esta. --Gracias Francisco… --Finalmente respondo y tambien lo abrazo carinosamente. --Por nada linda. Y hey... --Toma una de mis manos, y coloca lentamente la pequena caja en ella-- Mira, traje esto para ti. --!Oh, gracias! ?Que sera? --Clamo algo entusiasmada. No suelo aceptar regalos este dia, pero recorde que tambien habia decidido cambiar algunas cosas. Abro rapidamente el regalo, emocionandome un poco mas y veo que es un hermoso reloj color plata con algunos que otros brillantes. Evidentemente quede fascinada. --!Que hermoso! !Me encanta! Gracias... Si que tienes talento para estas cosas, casi me haces sentir mal por el abrigo barato que te di en tu cumpleanos Francisco sonrie. --!Sabia que te iba a encantar! Oye Marta, se lo dificil que puede ser este dia para ti, hasta me imagino tus planes para este fin pero... hoy quiero que aceptes mi invitacion. -- ?Invitacion? ?A donde? --Respondo confusa. Francisco no suele ofrecer invitaciones asi... Siempre vamos a salidas planeadas por nuestro propio grupo de amigos ?que rayos estaba sucediendo? --Eso es una sorpresa. --dijo, con una inmensa sonrisa. --Uhmmm... Bueno... Pero solo por un rato. No tengo muchas ganas de celebrar nada, la verdad. --Justamente por eso es que quiero que salgas de este encierro --dijo, frunciendo ligeramente el ceno--. Y si, con un rato es suficiente. Vamos, te va a gustar. -- Oye... ?y Veronica? ?No pensara mal si salimos solos tu y yo? -- Ella no es importante en este momento, hoy es el cumpleanos de mi mejor amiga y no podemos pasarlo por alto. Y tu me necesitas con urgencia para distraerte. Ademas, ella sabe lo mucho que te aprecio y cuan importante eres para mi. --Yo tambien te aprecio muchisimo Francisco... Gracias. --?Ella no es importante? Como desearia que esas palabras fueran ciertas. Lo miro fijamente a los ojos, el tambien me mira, pero su mirada es carinosa, protectora... en fin, la mirada de un hermano. --Para eso somos los buenos amigos... !Bueno! Creo que ya deberiamos irnos, se hace tarde --clama y me hala una vez mas de la mano, mientras yo sigo ocultando mi decepcion, preparandome para volver a mi rol de amiga. --!Espera! !No saldre en pijamas! --Y tampoco con esa melena de Leon --bromea, y enseguida volteo hacia el espejo del salon y rio a carcajadas mientras veo mi desastroso cabello color castano claro, y mi rostro palido.

  • Atrevete a probarla (La droga + dura 1) de Anny Peterson

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    Naia esta colada por su jefe, Axel, pero el no es libre. Zoe odia a Leo. Leo odia a Zoe. Y nadie sabe por que. Pero el destino insiste en juntarles. Cesar es un antisocial superdotado, acorralado por una insolita atraccion sexual hacia alguien de su mismo sexo. Jorge es policia. Vive con Naia. Investiga un caso de violacion con drogas amnesicas en la agencia de modelos donde todos trabajan. Seis personas. Una mision contrarreloj. ?Descubriran al culpable sin caer en la droga mas dura?

  • Rojo Carmin de Alan D. D

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    Se mueren por vivir de nuevo.

  • ?Quien mato a Veronika? de Anna Simon

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    Anna Simon nos presenta ?Quien mato a Veronika?,novela en la que imprime fuerza narrativa y suspenso; un thriller policiaco entretenido que logra atraer la atencion del lector de principio a fin, paseando su historia con lujo de detalle por una convulsionada metropoli como lo es Nueva York. Da cuenta de la vida de una emigrante europea que llega a esa gran selva de cemento, como muchas personas que quiza nosotros conocemos, esperanzadas por el deseo de triunfar en una nueva vida, la cual le traera sorpresa tras sorpresa; se ve envuelta en una complicada trama entre escenarios de shows nudistas y gente que va desde los adinerados ejecutivos de Manhattan hasta los ordinarios traficantes del Bronx. Es asi como dominada por este mundillo de dinero, luminarias y traiciones, encuentra su destino en un callejon oscuro en las peores condiciones de muerte.?Quien mato a Veronika?…Esa es la tarea encomendada a un recio teniente de la policia de Nueva York, rodeado de algunos personajes que le aportan a la historia un ingredientes de suspenso y alta tension, hasta el insospechado final.

  • Laberintos de la noche de Anne Perry

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  • No me conoces pero soy tu mejor amigo de Cata Kaoe

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    La novela juvenil de romance, misterio, y humor exito en Wattpad, escrita por Cata Kaoe.

  • Amor de segunda de Pilar Parralejo

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    Hacia apenas media hora que habia llegado del trabajo y, estaba en medio de una ducha reparadora cuando escucho los gritos de su padre mezclarse con el llanto de su madre en el salon. De repente una decena de motivos le cruzaron la mente. ?Su hermano? ?Una mala noticia por telefono? ?Habian despedido a su padre? Sin dudarlo estiro el brazo y descolgo la enorme toalla amarilla para secarse e ir a ver. Corrio descalza por el pasillo hasta el salon y se quedo helada al ver a sus progenitores de rodillas en el suelo, ante un perfecto desconocido con gafas, que iba acompanado de una joven de unos dieciocho o diecinueve anos, ambos muy elegantes y bien arreglados. --Castiganos a nosotros --suplicaba el padre con los ojos llenos de lagrimas. Liam, su hermano, no decia nada. Miraba la escena como si el no tuviera nada que ver con ninguno de ellos, aun asi parecia tenso y su rostro lucia un tanto mas palido que de costumbre. --?Que pasa? --Pregunto Katherine mirando a su hermano, a sus padres y por ultimo a los desconocidos que estaban en pie frente a ellos. --Kate, hija, ve a tu cuarto --pidio la madre completamente angustiada. El desconocido la miro como si estuviera jugando y devolvio la atencion a sus padres. --Ese es el precio. Quiero una respuesta para manana --exigio, a lo que la mujer se inclino hacia adelante y arranco a llorar escandalosamente con la cara casi pegada al suelo. Katherine se acerco a la pareja y se coloco frente al hombre, mirando hacia arriba porque era bastante mas alto. No debia ser mucho mayor que ella, si es que lo era. Sus ojos verde oscuro parecian atravesarla a traves de los cristales de sus gafas, aunque no daba la sensacion de haber sentimientos negativos en su mirada. --?Que respuesta? --inquirio ella. Su padre empezo a rogar a voz en grito, asustandola. Por un momento penso que ese hombre era un mafioso, un acreedor o algo por el estilo--. ?Que respuesta? --Repitio. Su voz no sono tan firme esta vez. --Senorita Mason, supongo que no sabes los secretitos de tu hermano. --Pero Brant, estoy bien… --interrumpio la muchacha de expresion dulce y bonita voz que acompanaba a ese hombre. --Samantha casi te mueres por culpa de ese… --se contuvo, apretando los dientes, antes de insultarlo gratuitamente--, !por dios, no digas que estas bien! --Kate, tuvo que buscar donde apoyarse al escuchar eso, y su cabeza empezo nuevamente a divagar por si sola, imaginando escenas en las que su hermano atacaba a esa nina de mil y una formas distintas--. Tu hermanito engano a mi hermana y le vendio drogas sin decirle como consumirlas. Esa noche fue a casa la policia para informarnos de que Sam estaba muy grave en el hospital. Le he estado investigando y se que es mayor de edad y que ademas, si le denuncio, ira a prision una muy buena temporada por lo que hizo. Y sabemos lo que puede pasarle si va alguien tan joven. --El matrimonio Mason lloraba desconsoladamente mientras la muchacha tiraba de la manga de la americana de su hermano--. El precio es muy facil de pagar. Te casaras conmigo a cambio de la libertad de tu hermano --Kate palidecio. Sentia una mezcla de consternacion e incredulidad. --?Se trata de una broma? --Pregunto con un hilo de voz. --Kate, ve a tu cuarto --grito el padre, alzando la voz mas que nunca. --Con ellos no se puede dialogar sin que se pongan a gritar o a llorar --dijo Brant con un tono frio y distante--. Esta es mi tarjeta por si quieres anular la cita. Sino, manana te espero a las siete en el restaurante japones Raisu. Sin anadir una sola palabra mas, la pareja de desconocidos se dio la vuelta y se marcharon, dejando a la familia Mason en el salon de su casa completamente destrozados. Sin decir nada, Kate se giro y camino por el pasillo hasta su habitacion. Ese extrano le habia contado lo ocurrido y Liam no lo habia desmentido, aun asi no entendia nada, ?por que demonios tenia que casarse ella con ese hombre por algo que habia hecho su hermano? La tarjeta que ese tipo le habia dado aun estaba entre sus dedos y la miro como si pudiera encontrar en ella alguna respuesta. --Brant Lennox --musito al leer el nombre--, abogado de L&A. Se dejo caer contra la cama antes de darse cuenta de que aun iba envuelta en la toalla. Justo cuando termino de ponerse el pijama sus padres pasaron al dormitorio, sentandose uno al lado del otro en el borde del colchon. Unos segundos despues entraba su hermano, apoyandose en el marco de la puerta. --Ese hombre es abogado… --Santo cielo… --Emerald, la madre, empezo a llorar nuevamente--. ?Que vamos a hacer? Liam ira a la carcel y si ese joven es abogado, sabra como pedir la mayor condena… Tu hermano tiene antecedentes… --No tienes que hacer esto, hermanita --hablo por primera vez el muchacho--. Ire a su casa y me disculpare. Antes de hacerlo ella iba muy borracha, ni siquiera se habria enterado de la dosis aunque se lo hubiera repetido. --?Hacerlo? --Grito el padre--. ?Hacerlo? --Repitio mas fuerte esta vez, lanzando a su hijo la toalla que Kate habia dejado a los pies de la cama--. Maldito sinverguenza. Eres un miserable nino problematico. Tuvimos que pagar una fortuna por ti hace un ano por tus drogas, y ahora esto… !Vete! Te quiero fuera de mi casa ahora mismo. Arreglatelas tu solo con tus problemas. --John, respira. Este no es momento para echarlo. Vamos a aclarar este asunto primero. Kate solo miraba la escena sin poder actuar. Temia que esa chica hubiera sido forzada por su hermano y que luego hubiera sido el quien le hubiera dado esas drogas para que no recordase nada y no pudiera acusarle. Conocia las amistades toxicas de su hermano, y sabia que, aunque el no era malo, cuando iba bebido accedia a cualquier cosa que sus amigos sugirieran, incluso hacerle eso a una chica de aspecto delicado como Samantha. Se llevo las manos a la cara mientras suspiraba. ?Como un dia tan bueno derivaba en una tarde tan espantosa? --?Que haremos? --pregunto firme, apoyando el trasero en el espejo de la puerta de su armario. --Cualquier cosa, ya encontraremos la solucion. Pero casarte con ese hombre no, eso esta claro --dijo la madre. --Si no lo hacemos asi, ese abogado… --?Sabeis? Es temprano pero necesito descansar. Asi que, ?por que no salis para que pueda dormir un poco? Pensaremos en esto manana por la manana, antes de que me vaya a la tienda. Cuando el padre paso al lado de Liam le dio un golpe en la espalda, indicandole que saliera del cuarto de su hermana, pero este entro en la habitacion y cerro la puerta para, acto seguido sentarse en el lugar en el que habian estado sus padres. La miro mordiendo el piercing de su labio inferior con nerviosismo. --Si te casas con ese tio te hara lo que yo le hice a su hermana. --?Y que le hiciste exactamente? --pregunto con tono monotono, deseando que no le dijera lo que habia estado imaginando un rato antes. --No la viole, si es lo que crees --aclaro Liam de inmediato--. Tal vez no fui lo suave que una virgen hubiera querido. Y a lo mejor le hice dano. No lo se. Pero no la viole --Katherine suspiro cubriendose los ojos con una mano--. Llevabamos tonteando toda la noche y cuando las amigas de Sam se fueron con mis amigos la invite a unas copas. Luego la convenci para que fueramos al coche del hermano de Tim. Ella iba borracha y yo tambien… Simplemente paso. Las drogas no se las vendi, ella las saco de mi bolsillo antes de ponerme los pantalones. Y antes de que pudiera decirle que no tomase mas de una se llevo a la boca unas cuantas pastillas. Cuando se desmayo me asuste, y sin saber que hacer con ella la dejamos en la puerta del hospital. --Eso es lo mas horrible que he oido nunca. Brant tiene razon con querer meterte en la carcel, maldita sea. Esa chica podria haber muerto por tu inconsciencia. --?Entonces? El padre habia estado escuchando tras la puerta e irrumpio en el dormitorio, dando manotazos a su hijo, en la cabeza, en la espalda, en los brazos… Aquello no era lo que le habian ensenado de pequeno, aquel no era un comportamiento digno de una persona normal, y esa actitud enfermiza iba a arrastrarlos a todos a un pozo negro de verguenza y falto de moralidad. Kate detuvo las manos de su padre y dio un toque con el pie a su hermano para que saliera de la habitacion. --?Que dijo exactamente ese hombre para que tuviera que casarme con el? --Que si enviaba a tu hermano a la carcel los convictos lo liquidarian en menos de una semana por lo que le hizo a su hermana y que tu eras su mejor baza para vengarse de el. --Manana me reunire con ese abogado para hablar sobre sus requisitos. --Hija no… --Ya no tengo quince anos, papa. Puedo valerme por mi misma y pararle los pies a ese tipo si quiere propasarse. Solo hablaremos, tratare de arreglar este asunto como pueda. Padre e hija se fundieron en un abrazo fraternal antes de que el hombre le diera un beso en la frente y saliese del dormitorio para dejarla a solas. DOS Paso la noche con los ojos como platos, manoseando sin para la tarjeta del abogado, debatiendose si llamarle o no hacerlo, si asistir o no a su cita con el y pensando continuamente que iba a ser de su vida si se le ocurria aceptar semejante trato. ?Casarse con el porque su hermano abusase de esa chica? Debia tratarse de una broma, una oscura y retorcida broma. Katherine estaba enamorada, y era asi desde los trece anos, cuando conocio a Devon McDeal. Habian salido durante anos antes de que le ascendieran a director de marketing de una importante empresa de cosmeticos y tuviera que irse una temporada a Londres. Entonces dejaron su relacion en standby con la promesa de retomarla cuando el regresase un par de anos despues, periodo de tiempo que aun no se habia cumplido. Ese era el principal motivo por el que no tenia deseos de aceptar el castigo en nombre de su hermano. Cuando amanecio se alegro de que fuera sabado y tener ese fin de semana libre, asi que no tenia que ir a trabajar. Le encantaba ser dependienta de una papeleria, adoraba el material escolar, y disfrutaba vendiendo boligrafos, libretas o cuadernos de caligrafia, pero esa manana no tenia animos mas que para terminar con todo ese asunto y descansar. Se estiro sobre la cama antes de levantarse y fijo la mirada en la tarjeta de Brant. Soplo, tratando de que el aire se llevase tambien su frustracion, pero parecia algo dificil de lograr. Al acercarse la hora acordada rebusco en su armario que ponerse. Era un perfecto desconocido, aun asi debia presentarse decente, con algo que pudiera pasar por desenfadado pero a su vez fuera acorde a la situacion. Nunca tuvo que vestir de traje ni con nada parecido, desde que salio de la universidad hacia un ano, habia empezado a trabajar en una de las papelerias mas grandes e importantes de la ciudad, y en su trabajo no era necesario un atuendo mas formal que el suyo habitual, asi que saco uno de sus vaqueros ajustados de siempre, una camisa blanca de algodon y unos zapatos de tacon amarillos que conjuntaria con un cinturon fino del mismo color. Peino su larga y ondulada melena de color chocolate y metio en el bolso su movil y sus llaves antes de salir. Se fue antes de que sus padres llegasen del trabajo, asi que no tuvo que escuchar nuevamente sus lamentos por lo que iba a hacer. Nunca habia estado en esa parte de la ciudad, a pesar de haber vivido alli toda su vida, asi que tampoco conocia ese restaurante, cuyas mesas bajas obligaban a los comensales a comer sentados en el suelo. Entro ignorando al hombre del atril y se adentro en busca del abogado, que estaba sentado, solo y al lado de las puertas de madera que separaban el salon de un jardin de estilo japones que habia detras. Sin siquiera saludarle, se sento frente a el, escudrinandolo con la mirada. Iba perfectamente arreglado, muy elegante, pero su rostro era serio e inescrutable. --Asi que has venido… --He venido. Pero no voy a aceptar alegremente casarme con un desconocido a menos que los motivos tengan la suficiente fuerza. --?Fuerza? --Pregunto con el ceno fruncido--. ?Te parece poco fuerte que tu hermano emborrachase a mi hermana, abusase de ella y que luego para colmo le vendiera drogas? --No se las vendio. --Asi que estas enterada. Lo que seguro que no sabes es que mi hermana, que solo tiene diecinueve anos, quedo embarazada despues de esa noche. Estando en coma, y de tres semanas, tuvieron que hacerla abortar porque ese bebe estaba absorbiendole la vida y hacia peligrar seriamente su recuperacion. --Katherine se llevo las manos a la boca completamente sobrecogida --. Mira, no me gustas, no estoy enamorado de ti, no te conozco ni quiero hacerlo, pero…

  • “Pajas” de Carlos De Luca

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    Ricardo, alias Richard_dreyfuss, es un adicto al sexo en internet. No puede despegarse de la pornografia ni en su horario de trabajo. Ha perdido buena parte de la ilusion y la esperanza de su juventud frente a la pantalla del ordenador.

  • Lo supe en cuanto le vi de Sophie Saint Rose

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    Si, mama. Todo es perfecto. --Rosaura contemplo la impresionante vista desde el hotel. Sus preciosos ojos verdes brillaron de la alegria. El sol se estaba poniendo y su reflejo en el mar lo hacia idilico. Las casitas blancas relucian a su alrededor y al estar al borde de un acantilado, daba la sensacion de poder tocar el mar con la palma de la mano. --?Entonces estas disfrutando de tus vacaciones? --Si. --Se echo a reir y se volvio para ver a sus amigas que discutian en la habitacion que tenian que compartir. Algo a lo que ninguna de las tres estaba acostumbrada, pero sus padres se habian negado en redondo a que las tuvieran independientes, por su seguridad. Su padre no se habia quedado muy contento con eso de que se fueran de viaje las tres solas y habia sido un triunfo que diera su consentimiento. Sobre todo despues de ver la pelicula esa donde secuestraban a una chica cuando estaba en Paris. Sus amigas estaban a punto de pegarse cuatro gritos tirando las dos de un vestido que tenia pinta de ser carisimo. --Se van a matar en cualquier momento. Ir al bano y vestirse es una odisea. Su madre se rio con ella. --Seguro que Liza lo acapara y Margaret la saca a rastras por los pelos. --Mas o menos. --Aparto un mechon negro de su frente. --Mama, esto es tan hermoso... ?Ya te he dado las gracias? --?Con las notas con las que has terminado la universidad? No tienes que darlas, cielo. Has sido la hija mas facil de criar. --Se echo a reir. --Y tengo siete para comparar. --?Como estan? Los echo de menos. --Ocupados. Tati es la que mas te echa en falta. Su hermana menor compartia casi todo con ella y era normal que la echara de menos porque llevaba casi dos meses fuera de casa. --En una semana ya estare ahi. --De momento disfruta de Santorini. Ya tendras tiempo de regresar. Mirando un velero precioso que estaba en alta mar se dijo que tenia razon. --Dale un beso a papa de mi parte. --Sentira no haber estado aqui para darte un repaso. Riendo dijo --Lo se. ?Quieres que llame mas tarde? --No, hija. Sabemos que estas bien y es lo que importa. Ya te interrogaremos cuando llegues. --Muy bien. Estare preparada --dijo divertida. --Te quiero. --Y yo a ti, mama. --Colgo el telefono y suspiro. Como les echaba de menos. Puede que fueran las vacaciones de sus suenos y que llevaran un ano preparandolas con mucha ilusion, pero despues de tanto tiempo recorriendo Europa estaba algo cansada e impaciente por regresar a lo que seria su nueva vida. Se habian acabado los libros y era hora de poner en practica todo lo que habia aprendido. Pero su madre tenia razon. Esa vida la esperaria. Tenia que disfrutar el momento. Miro el barco de nuevo. Era un velero impresionante. --?Te han dado un repaso? Se volvio hacia Liza que recogia sus rizos pelirrojos en lo alto de la cabeza con una goma. --No, solo estaba mama. --?El jefe no estaba? Te has librado. --Suspiro ilusionada. --!Estamos en Grecia! --?Por que cada vez que llegamos a un sitio nos recuerdas donde estamos? --Por si aun estais borrachas de la noche anterior y no os enterais. Jadeo divertida. --Perdona, pero aqui la unica que se ha pasado durante el viaje has sido tu. --?Quereis prepararos para la cena, pesadas? --pregunto Margaret desde la habitacion--. Vamos a llegar tarde. --Estamos de vacaciones, sargento. No hay horarios. --Liza sonrio maliciosa. --Te encanta sacarla de quicio, reconocelo. --Bah, un poquito. --Paso el brazo por sus hombros y miraron el mar. Margaret se puso a su lado. --Esto es el paraiso. --Nuestra ultima semana --dijo Margaret con pena--. Me quedaria aqui para siempre. Los padres de su amiga estaban pasando por un divorcio especialmente dificil y ese viaje habia sido una via de escape. Paso el brazo por sus hombros y la acerco a ella. --Estamos aqui. Sabia que no se referia solo al viaje y Margaret sonrio con tristeza. --Lo se. --Venga, hagamos caso a Margaret y a cambiarse. !Quiero ver la marcha que tiene esta isla! Margaret y Rosaura levantaron sus cejas morenas viendo como su amiga corria hacia el bano y se encerraba. --La mato. Reprimio la risa. --Piensa que cuando vuelvas tendras todo el bano para ti. --Es lo unico que me atrae de volver a America, te lo aseguro. --Sus ojos castanos se ensombrecieron y agacho la barbilla. --Eh... Seguro que cuando llegues todo habra cambiado. Se encogio de hombros. --Me da igual. Yo me mudo en cuanto llegue. Si quieren seguir discutiendo cada cinco minutos por quien se queda la casa, yo no estare para verlo. Apreto los labios entendiendo perfectamente lo que queria decir porque lo habia presenciado. La madre de Margaret habia pillado a su marido con los pantalones bajados mientras su asistente personal le hacia un favor en su despacho. Pero el abogado de el le habia recomendado que no se fuera de casa hasta que el juez dijera que tenia que hacerlo. La casa habia sido de su padre y a Margaret le quedaban dos semanas para terminar la universidad. No le dijeron que se divorciaban hasta que se graduo y al llegar a casa vio el panorama. Una autentica guerra entre sus padres en la que ella estaba en medio. Y lo mas duro era que ninguno de los dos se daba cuenta de lo que le estaban haciendo a su hija. --Tienes razon. Es su vida y con ella pueden hacer lo que les venga en gana. --!Pero que no te jodan a ti, que me voy a cabrear! --grito su amiga desde el bano antes de abrir la puerta y sacar la cabeza--. ?Y si nos cogemos un piso juntas? --Sonrio de oreja a oreja. --Seria divertido. Ambas se echaron a reir. --Ni hablar. --Rosaura nego con la cabeza. --Quiero seguir siendo vuestra amiga muchos anos, gracias. Ademas, yo ya tengo piso. --Nina rica malcriada. Se echaron a reir porque ella estaba para hablar y los ojos de Rosaura brillaron. --Pero al lado del mio hay uno de dos habitaciones que papa todavia no ha vendido, por si lo queriais. Las chicas chillaron de la alegria abrazandola. --!Nunca vas a librarte de nosotras! Las abrazo con carino. --Eso espero.

  • Tess. Princesa de Mercedes Gallego

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    Tess, Maria Teresa Mendoza, regresa a su ciudad natal, dispuesta a reencontrarse con sus amigos y a comerse el mundo . Sin embargo, el azar trastoca sus planes al colisionar con unos ojos negros que la encadilan y despiertan en ella el deseo de cometer locuras. Lo que ignora es que esos ojos pertenecen a uno de los calaveras mas reputados de Veracruz, y para colmo, hijo de su madrina.
    A Juan Santacruz le cuesta dar credito a que la atractiva joven que aparece una manana en el club maritimo sea el juguete de su infancia, la <> a quien cambiaba los panales. Fascinado, se deja atrapar en una apuesta para enamorarla.
    Cuando la ingenua Tess descubre la identidad de Juan, ve en su vecino la posibilidad de experimentar, de tener un guia en el mundo del romance con la confianza de que su corazon no saldra herido. Para el, supondra la excusa perfecta de tenerla a su lado.
    Pero ninguno de los dos cuenta con que, entrando los sentimientos en danza, las buenas intenciones fracasan.

  • El juego de la pasion de Emma Hart

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    Eres consciente de que su madre le hara cien preguntas sobre ti, ?verdad? --Estoy tumbada en el suelo y levanto la vista en direccion a Braden. --No me digas --murmura--. Por eso le tienes que explicar lo que debe decir. Dejo de pasar las hojas de la revista. --Espera un momento. --Meggy. --No. Cierra la puerta del armario y se sienta conmigo en el suelo. Los mechones de su pelo rubio se descuelgan ante los ojos que posa sobre mi en actitud suplicante. Niego con la cabeza. --Braden Carter, tu has decidido llevarte a Maddie a casa este rn de semana. Tendras que enfrentarte a las consecuencias y sufrir las interminables preguntas de tu madre. --Meeeg --suelta, alargando mi nombre como un nino malcriado pidiendo caramelos. --Ocurrira antes o despues. --Me encojo de hombros y me siento sobre las pantorrillas--. Sera mejor que te enfrentes a la situacion cuanto antes. Ademas --sonrio--, estoy segura de que hara alguna pausa entre pregunta y pregunta para contarle anecdotas de tu infancia. --Vaya mierda --grune Braden; luego suspira--. Por lo menos puedo consolarme pensando que tu estuviste presente en la mayoria de mis estupideces. En realidad es muy probable que fueras la responsable de la mayor parte de ellas. --!Si, hombre! Braden me mira alzando las cejas. En realidad una vez sali corriendo con una escalera y lo deje atrapado en la copa de un arbol. Teniamos esa escalera porque ibamos a ir a no se que trabajo con nuestros padres. Braden se puso chulo y dijo que podria saltar desde lo alto del arbol. Y si que pudo, pero se rompio el brazo. Al final no fuimos a ninguna parte. --Esta bien, es posible que yo provocara una tercera parte. Pero no lo tergiverses todo porque se lo aclarare cuando volvais. --Claro. Lo que tu digas. --Se levanta y sonrie. Alguien llama a la puerta y se abre. Aston entra en la habitacion sin camiseta y con unos vaqueros de cintura baja. Exhibe hasta el ultimo centimetro de su cuerpo: desde la curva de su biceps hasta la hendidura del musculo en V que resbala por debajo de sus pantalones. Yo lo recorro con los ojos y me rjo en su puntiagudo pelo humedo y en la pequena toalla que le cuelga de los hombros. Sus ojos grises interrumpen el profundo analisis que estoy haciendo de su cuerpo y sonrie cuando se da cuenta de que lo estoy mirando. --Me estoy empezando a preguntar si alguna vez te vere en otro sitio que no sea la habitacion de un tio --dice arrastrando las palabras. --Solo lo dices porque no me has visto en la tuya --le contesto apoyandome en las manos--. Y supongo que eso es algo a lo que no estas acostumbrado. Braden pone los ojos en blanco y niega con la cabeza frotandose la cara con la mano como si quisiera estar en cualquier otro lugar. --No creo que encajes en mi habitacion. --Aston se apoya en el marco de la puerta--. No cumple los requisitos a los que esta acostumbrada una princesita rica como tu. --Tampoco estoy precisamente interesada en encajar en el paisaje de tu habitacion. --Incluso aunque sea la suya--. Y es posible que sea una princesita rica, pero no soy ninguna pija. Aston resopla. --?Me estas diciendo que si un tio con mala reputacion, criado en un mal barrio, intentara seducirte no saldrias corriendo? Me levanto y le miro a los ojos. --Que una persona tenga mala reputacion y haya tenido que vivir en un mal sitio no signirca que sea mala gente, Aston. El lugar donde crecemos no derne la clase de personas que somos. No se que percepcion tienes de mi ni lo estirada que crees que soy, pero mi educacion no me define como persona. No soy tan superficial como te crees. Ladea la cabeza un momento antes de esbozar una sonrisa de medio lado. Es una de sus sonrisas chulescas de listillo que me da a entender que acabo de caer en su trampa. --Bueno, es muy facil --dice sonriendo--. Muy sencillo. Eres una pequena bomba de relojeria, ?verdad, Megan? --?Has venido por algo en concreto? --interviene Braden antes de que pueda contestar. --Si, necesito ese libro de literatura inglesa. --Aston mira a su alrededor. --?Cual? Tengo mas libros de literatura inglesa que clases. --Y yo que se, tio. --Aston se encoge de hombros--. El que utilizamos en la ultima clase. Pongo los ojos en blanco y me apoyo en la cama de Braden. --El de Shakespeare. Los dos se me quedan mirando con cara de no entender nada. Sobre todo Braden. Aston por lo menos parece que sabe quien es Shakespeare. --Ya sabes a quien me refiero, Bray. Ese tio que vivio hace muchos anos y que habla tan raro. Le clavo los ojos a Braden y el esboza una enorme sonrisa. --Ah, ese tio. Si. Copie casi todo el trabajo de Maddie. --Braden se vuelve en direccion al escritorio y coge el libro. Luego se lo lanza a Aston. --Gracias, tio. --Aston me mira y me guina el ojo y yo intento no volver a poner los ojos en blanco. Ese chico es completamente irritante. Solo se mete conmigo porque sabe que me saca de mis casillas y esta empezando a darse cuenta de que llamarme princesita rica es la forma mas facil de hacerme enfadar. Yo no tengo la culpa de haber nacido en una familia de clase media-alta. Braden tiene una familia igual y nadie le llama nino rico. Claro, ya lo entiendo. A el nadie le llama asi porque el ochenta por ciento de los chicos que viven en esta casa proceden del mismo entorno. Alargo el brazo, cojo la revista del suelo y la enrollo. Luego la balanceo en direccion a Braden y la uso para darle un azote en la espalda. --!Ay! ?Por que has hecho eso? --Me mira frunciendo el ceno. --Gracias por defenderme, capullo. --Oye, le he hecho callar. Le hago un gesto de burla. --Solo lo has hecho porque te ha molestado que nos pusiera a mi y a su habitacion en la misma frase. --Por lo menos le he hecho callar. Ahora ya le puedes explicar a Maddie lo que le tiene que decir a mi madre. Oh, ya lo creo que se lo dire. Suspiro mirando sus enormes y suplicantes ojos y me encojo de hombros. --Esta bien. Le dire lo que le tiene que decir. --Pues yo creo que tu estabas jugando tus cartas. --Lila se enrolla un mechon de pelo en el dedo. Frunzo los labios por detras del libro y la miro por encima de las paginas. --No se de que me estas hablando. --Mientes fatal, Megs. Sabes muy bien de que te estoy hablando. --Si lo supiera no te habria preguntado. Alarga el brazo, tira del libro y ve mi sonrisa antes de que me de tiempo a esconderla. --?!Lo ves!? --exclama--. Claro que lo sabes. --De acuerdo, esta bien. ?Y que si jugaba mis cartas? Al final todo salio bien, ?no? --Pero por poco se va todo al garete. ?Ya has olvidado que Maddie se fue a Brooklyn? --No --le contesto despacio--. No lo he olvidado. Pero luego volvio y se dieron cana mutuamente. Lila frunce los labios. --?Y nunca te preocupo lo que pudiera pasar? Niego con la cabeza. --La verdad es que no. Ya se que suena fatal y que parece que no me importara, pero sabia que encontrarian el camino. No me digas que la creiste cuando nos dijo que no estaba enamorada de el. --Bueno, no... --Pues eso. Ella se colo tanto como el por ella, Lila. --?Y entonces por que se marcho a Brooklyn? No lo entiendo. Todos sabiamos que estaban jugando a lo mismo. --Tu no estabas delante cuando Braden lo descubrio. --Me muerdo el labio inferior. Fue terrible. Ninguna de nosotras imagino, ni por un segundo, que se presentaria en el dormitorio de Maddie, y menos yo. Debo reconocer que ahi estuve un poco lenta, y a pesar de lo mucho que me esforce por ocultarme no habia forma de hacerlo discretamente--. Se puso como una rera. Estaba muy enfadado. Yo estaba ahi sentada viendo como se le partia el corazon y me senti fatal. La verdad es que vi como se les rompia el corazon a los dos. Braden se volvio loco cuando averiguo lo que ella habia hecho, y despues Maddie descubrio que el habia hecho exactamente lo mismo. Ella estaba avergonzada y se enfado con Braden por lo que habia hecho. Pero lo peor de todo es que se le rompio el corazon y en ese momento ella dejo de creer que Braden se habia enamorado de ella. Lo unico que podia hacer era huir. --Ah. ?Te lo conto Maddie? --No, pero no hay que ser cupido para darse cuenta. --?Y como lo averiguaste tu? Encojo un hombro. --Ventajas de que tu tia preferida se haya especializado en tres ramas distintas de psicologia. Se queda boquiabierta. --?Tres? --Si, ya lo se. Mi familia esta llena de empollones. Creo que yo soy la oveja negra por estar estudiando Literatura y tener esta obsesion por ser escritora. --Por lo menos estas haciendo lo que te gusta. Y para que lo sepas, estoy segura de que serias un gran cupido. --Se rie. --Gracias. --Le lanzo la almohada sonriendo--. Pero como ya he dicho, ahora todo va genial, ?verdad? --Tengo que admitir que jamas pense que veria a Braden Carter llevandose a una chica a su casa. --Lila se lleva mi almohada al pecho. --Ya somos dos. --Sonrio. En realidad nunca pense que le veria tan enamorado. Braden y Maddie comparten la clase de amor magico con el que suenan todas las ninas, por lo menos yo si. Me pasaba horas y horas sonando con ese chico que me llenaria el estomago de mariposas y me haria volar tan alto que jamas querria volver a bajar. El fuego de mis suenos se alimentaba de la biblioteca que mi madre tenia en el despacho. Soy incapaz de recordar las miles de veces que cogia libros a escondidas para leer sobre la clase de amor que mis amigas estaban experimentando en este momento. --?Que lees? --Mi abuela asomo la nariz por encima de mi hombro. Me sobresalte y cerre el libro. --Nada. --?Y entonces por que lo lees? --No lo se. Se inclino sobre el respaldo del sofa y me quito el libro de las manos. Abrio los ojos como platos cuando leyo el titulo. --?Huckleberry Finn? ?Te estas escondiendo para leer esto? --Hum, si. --Trague saliva. Mi abuela abrio el libro. Dejo resbalar los ojos por la pagina y acto seguido lo cerro y le quito la cubierta. --Megan Harper. Escurridiza ladronzuela. Esboce una cautelosa sonrisa. --?Ya sabe tu madre que le has cogido su ejemplar de Orgullo y prejuicio cuando deberias estar leyendo Huckleberry Finn? --No. !Por favor abuela no se lo digas! Tampoco es que Huckleberry Finn sea tan malo, pero no lo quiero leer. Prerero leer sobre Lizzy y Darcy. No me contesto. --Por favor, abuela. --No dire nada, nina. Te dire conrdencialmente que Huck Finn no es ni la mitad de excitante que el senor Darcy. Pero no le digas a tu madre que apruebo que le robes las novelas romanticas. --No se lo dire. La abuela senalo el libro. --?Ya la ha besado? Asenti con alegria. --Es mi parte preferida. --La mia tambien. --Me guino el ojo. Se abre la puerta de nuestra habitacion y entran Maddie y su fogosa melena. --Tienes que ponerme enferma o algo. O rngir que lo estoy. Ah, !ya se! Pintame con pintura facial --balbucea cerrando de un portazo y apoyandose contra la puerta. --?Que? ?Pintura facial? --Frunzo el ceno. --Si. Soy alergica. --Se senala la cara--. Siempre se me hincha la cara y me salen manchas y cosas de esas. --Aparte de que no suelo tener pintura facial debajo de la cama... --comenta Lila--. ?Por que quieres ponerte enferma? Maddie resbala por la puerta hasta sentarse en el suelo y se rodea las rodillas con los brazos. --Es que yo nunca... Ya sabeis. Nunca he conocido a los padres de nadie. --Ohhh --decimos Lila y yo al unisono. --Sus padres no estan nada mal. --La miro--. Te lo digo en serio. Son de las personas mas simpaticas que he conocido. --Es tu mejor amigo. Que vas a decir tu --grune. --Pues si que es mi amigo, pero no lo digo por eso. De verdad, Mads. No tienes nada por que preocuparte. --?Y que pasa si me hacen cientos de preguntas? --Su padre no hara nada de eso. Pero su madre, si. Aunque no seran sobre ti, sino sobre el. --?Y que le digo? --Dile la verdad. --Sonrio--. !Aja! Yo gano. Maddie y Lila me miran a la vez alzando las cejas. --Le he prometido a Braden que le diria a Maddie lo que le tenia que decir a su madre, y le estoy diciendo que le diga la verdad. --Bien jugado --concede Lila. --Supongo que no te habra pedido que me convenzas para que mienta, ?verdad? --Maddie se sienta y sonrie. --Claro que no. Es lo que cree que voy a hacer. --Sonrio--. ?Cuando os marchais? --Despues de la clase de lite. Es la ultima clase de la manana, ?verdad? Asiento y Lila frunce el ceno. --Pensaba que os ibais el sabado por la manana. Me parecio oir que Braden no queria dejar que Megs pasara dos noches seguidas de resta en una casa llena de chicos salidos de la hermandad. Dejo caer la cabeza hacia atras. --Por el amor de Dios --murmuro mirando al techo. --Si, esa era la idea inicial --explica Maddie--, pero le dije que su comportamiento era absurdo y que Megan era perfectamente capaz de defenderse sola en esa casa llena de animales. Vuelvo a levantar la cabeza y le sonrio agradecida. --?Ves? --Miro a Lila--. Este es otro de los motivos por los que sabia que eran perfectos el uno para el otro. Ella le da cana y yo consigo librarme de vez en cuando de su adorable actitud protectora. --Adorable actitud molesta --me corrige Maddie--. A mi me vuelve loca. No se como lo aguantas. --Ya estoy acostumbrada. Lo ha hecho toda la vida; ya no me molesta. Es algo asi como el ruido de fondo. Ademas, ya le suplique a su madre que le diera una hermanita cuando tenia trece anos, pero se nego. --?Tan terrible era? --pregunta Lila riendo. --?De verdad quereis saberlo? --Las miro y ellas asienten--. Esta bien. Teniamos seis anos y era otono. Habiamos pasado todo el rn de semana recogiendo castanas para llevarlas al colegio el lunes y yo habia encontrado una perfecta. Braden siempre me ganaba en todo, pero aquella vez la victoria seria mia. Por aquel entonces habia un nino que estaba colado por mi, Adam Land. Le desafie a una pelea de castanas y gane, pero el odiaba perder contra una chica y me lanzo una a la cabeza. Braden salto sobre el y le mordio. --!?Le mordio?! --grito Maddie, y Lila se rio. Me tapo la boca con la mano y me rio en silencio asintiendo. --Le mordio con tanta fuerza que le hizo sangre. Su madre se puso como loca cuando la llamo el director. --Es genial. Ojala mi hermano hubiera hecho lo mismo --dice Lila con aire reflexivo. --Ahora estoy muy contenta de haberlo convencido para irnos manana por muy preocupada que este por conocer a sus padres. --Maddie intenta sofocar su risa. --?Significa eso que este fin de semana vere una Megan distinta? --pregunta Lila con brillo en los ojos. --Oye, que Braden no este no significa que me vaya a llevar a la cama al primero que pase. --Bajo la mirada--. Aunque tambien puede que si. Ademas resulta que mantengo una perpetua relacion de amor-odio con el chico que me quiero llevar a la cama. Estoy viviendo la clase de amor que hay entre Elizabeth y el senor Darcy en Orgullo y prejuicio. Por suerte los demas solo se dan cuenta del odio. Es mi secreto. Nadie sabe que cada vez que Aston Banks aparece en mi campo de vision en mi estomago entra en erupcion un enjambre de locas y minusculas mariposas. Y de momento no tengo ninguna intencion de compartir ese secreto con nadie.

  • El intelectual melancolico de Jordi Gracia

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    Al autor de este cuaderno, nacido en Barcelona en 1965 y profesor de universidad desde hace veinte anos, le llegara un dia u otro la hora de la melancolia. Mientras tanto, se protege contra ella proponiendo una diatriba contra quienes leen en clave depresiva las transformaciones del presente.

  • Solo anhelo tu aroma de Priscila Serrano

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    Antes ?Positivo? No podia ser verdad, no podia estar embarazada. Dios, ?por que todo me pasaba a mi? Ya sabia que tantos mareos, nauseas y ganas de comer como una foca no era normal, pero ni por asomo me imaginaba que fuera esto. ?Que iba a hacer ahora? Inmediatamente pense en Hugo. --El es el padre. Hugo es el padre y no esta --musite lavandome las manos. Me moje la nuca, me estaba mareando de solo pensar en lo que se me venia encima. Iba a ser madre, una madre soltera. Suspire a la vez que mi movil comenzaba a sonar, la musica de J Balvin me ponia siempre de buen humor, pero hoy no era ese dia. Mire la pantalla, era Judith. Joder, ?como le decia esto? No podia contarselo a nadie, no por ahora, o nunca, si no lo contaba no se enteraban. <>, mi mente divagaba sola. Sali del bano, tenia que prepararme para ir a trabajar. El dia no empezaba de la mejor manera, pero tampoco podia quedarme en casa a darle vueltas a la cabeza, eso no serviria de nada. Ahora solo tenia que pensar en como salir de esta. En el trabajo estaba completamente ausente, mi companero me pregunto en mas de una ocasion si me sucedia algo, no tenia buena cara y no me sentia bien. Las nauseas persistian, los olores de la cocina no eran una buena combinacion conmigo. Sali buscando algo de aire fresco, necesitaba respirar. Me sente en una de las sillas que teniamos los empleados en la parte trasera, por donde entrabamos a diario para la jornada laboral, a la vez que escuchaba mi nombre; alguien preguntaba por mi y la verdad no sabia quien era, no estaba muy puesta en el sonido de su voz. --Fernanda, te estoy llamando. ?Para que cono tienes el movil? --La voz de Judith me atraveso el timpano; como chillaba la jodia cuando queria. --No me grites, cono --le pedi--. Tengo el movil en silencio, te recuerdo que cuando estoy trabajando no lo tengo encima y mucho menos estoy pendiente de el. --?Y esta manana? Porque te he llamado antes de que entraras. --Alzo una ceja. --Vale, lo siento. ?Que haces aqui? No te esperaba. Me extrano tenerla en el restaurante, desde que estaba con Hector su burbuja se habia cerrado tanto que no salian de ella ni para dar los buenos dias, estaban todo el dia enganchados. --Estaba preocupada por ti, hace dias que no hablamos y, al no tener respuesta esta manana, no me lo he pensado. ?Estas bien? Estas muy palida --refirio acercandose a mi. Asenti, mintiendole descabelladamente; claro que no estaba bien. ?Como iba a estarlo si tenia dentro a un feto haciendo conmigo lo que le daba la gana? La palabra feto sonaba fatal, pero aun no era capaz de referirme a el... o ella de otro modo y no me creia capaz de hacerlo pronto. Cuando me senti un poco mejor, e ignorandola por completo, me levante de la silla para volver al trabajo. Judith me siguio extranada por no decirle nada mas, yo no era de las que se quedaban calladas, siempre tenia algun improperio para soltarle, pero desde hacia meses no era la misma y, ahora, mucho menos volveria a ser asi, alocada y despreocupada. --Fer, dime que te pasa. --No me pasa nada, Judith. ?Por que deberia pasarme algo? Sabes que no me pasa nada -- repeti varias veces intentando convencerme a mi misma de ello, aunque era completamente imposible. --Esto es mas grave de lo que me creia --menciono agarrandome del brazo--. Vamos, tomate un descanso de cinco minutos y asi hablamos --propuso tirando de mi. --No, Judith..., no puedo. --Suspire--. No porque venga la novia de mi jefe y me diga que haga algo que no deba lo voy a hacer, ?entiendes? --Arrugo la frente confundida--. Lo siento, no queria decir eso, pero entiendeme, no puedo dejar mi puesto para hablar contigo. Si quieres -- pense bien mis palabras--, nos vemos despues en tu casa. Se encogio de hombros y, tras despedirse de mi con un adios bastante seco, se marcho. Sentia mucho hablarle asi, ella no tenia la culpa de mi problema, todo lo contrario, estaba segura de que se pondria feliz, pero ?y yo?, ?me pondria feliz yo? Era tenerlo en mente, haber visto esa prueba, y ponerme de mala hostia. No era el momento para mi, <>, agache la mirada hasta mi vientre y suspire. Obligandome a mi misma a no seguir dandole vueltas al asunto, segui con mi trabajo y hubo tanto que hacer que ni tiempo me dio para acordarme de ello. A la hora de la salida todo volvio a mi mente y la unica persona en la que podia confiar en ese momento era mi amigo del alma, el que seguramente me diria cuatro cosas cuando le contara lo que me estaba pasando. No era que no confiara en Judith, pero estaba segura de que, en cuanto se lo dijera, me preguntaria por el padre averiguando quien era; ya la veia buscando la manera de contactar con el y yo no queria eso. El tenia su vida fuera, no sabia donde, pero estaba lejos de mi y asi debia seguir. Me monte en la moto y sali del aparcamiento para luego incorporarme a la autovia en direccion al apartamento de Jesus, dejando a Judith tirada. Solo esperaba encontrarlo en su casa, ya que estaba liado con la apertura de la sex shop. Jesus no me esperaba y se sorprendio mucho al verme. Con una sonrisa me animo a entrar. --Hola, corazon. ?Que haces aqui, habiamos quedado? --pregunto cerrando la puerta, y negue--. ?Te ha pasado algo? ?Judith esta bien? --Volvi a negar, esta vez con una sonrisa. --Tranquilo, ansias, parece que no vengo nunca a verte --me queje sentandome en el sofa. --No es eso, pero si hace bastante que no lo haces. ?Que tal el trabajo? --Se sento a mi lado --. ?Quieres un cafe? --Un vaso de agua esta bien, si es fria mejor. --A sus ordenes. Se levanto de nuevo para ir a la cocina y regreso enseguida con la botella y un vaso para servirme todo lo que me hiciera falta. Como me conocia, ya sabia el que esta conversacion iba para largo. Volvio a sentarse sin apartar sus ojos de mi, expectante a lo que tuviera que decirle. Jesus era como el hermano que nunca tuve; al igual que Judith, los dos eran demasiado importantes para mi, eran mi familia y por eso siempre podia confiar en ellos, aunque habia veces, como esta especialmente, en las que primero hablaba con el por el simple hecho de no provocarle a Judith un ataque al corazon, era demasiado joven para que le pasase eso por mi culpa. No era que yo fuera un desastre andante, ni mucho menos, siempre habia llevado mi vida con responsabilidad, pero cuando me liaba con algun tio, salia escaldada y este no iba a ser menos. --?Me vas a decir ya lo que te pasa? --interrumpio mis pensamientos, que estaban volviendome loca. --Estoy embarazada --solte sin miramientos, ?para que? Jesus se quedo callado, mirandome de arriba abajo, dejando unos segundos la vista en mi barriga, comprobando que no fuera una broma. No se me notaba demasiado, o eso creia yo, aunque con la ropa que llevaba tampoco era que se pudiera ver mucho. --Estas de cona, ?no? --Negue--. Vamos, Fernanda, no estamos en el dia de los Inocentes. --No soy de bromas, ya lo sabes. Abri mi bolso con la clara intencion de ensenarle la prueba de embarazo, la habia metido ahi para, si no me lo creia, volver a mirarla. A veces fallaba, ?no? La puse en la mesa sin querer observarla otra vez y la cogio. Sus ojos se abrieron tanto que por poco se le salieron de las orbitas. Joder, cualquiera que se enterase de una noticia asi se pondria feliz, en cambio, yo no podia, no era el momento... No podia manejar mi vida, mucho menos podria con un bebe. --?Se lo has contado a Judith? --Agache la cabeza a modo de respuesta--. ?Por que? Es tu mejor amiga y seguro que se pondra feliz. Ya sabes lo importante que es para ella tener un bebe, aunque no sea de ella. --Lo se, pero, si se lo digo, va a saber quien es el padre y no quiero que le digan nada. Hugo se fue y no sere yo quien le joda la vida --declare reprimiendo las ganas que tenia de echarme a llorar y me regane internamente por ser tan tonta, yo no era una mujer sensible. Jodidas hormonas. De pronto me dieron ganas de vomitar y sali corriendo hasta el bano para echar hasta la primera papilla que me dio mi madre. Jesus agarro mi pelo, ni siquiera sabia que habia venido tras de mi. --Si, no hay duda, estas prenada hasta la boca. --Su ocurrencia me hizo reir. --?Acaso lo dudabas? Yo si, pero cada vez me aclaro mas --dije levantandome. Me lave las manos y la boca ademas de echarme agua en la cara, cada vez que vomitaba me moria. Fuimos al salon para sentarnos y Jesus, al verme tan mal, cogio mis manos con carino. Ahora lo que necesitaba eran mimos, carino y, sobre todo, apoyo. --?Sabes lo que vas a hacer? --No, no lo se y eso es lo que peor llevo. ?Como me voy a hacer cargo de un hijo...? --O hija --me interrumpio. --O hija, tu ya me entiendes. ?Como lo voy a hacer, Jesus? No es que sea una irresponsable, pero mi vida se basa en trabajar, volver a casa, salir a emborracharme y volver a trabajar. ?Donde entra un bebe ahi? Y lo peor, sin padre. --Tendra padre, Fernanda... Yo sere su padre, si me dejas. --Me quede en silencio mirandolo perpleja--. Puedes decir que es mio, asi Hugo no tiene por que enterarse. Me levante abrumada, era demasiado para un mismo dia. Comence a dar vueltas de un lado al otro pensando en su oferta, en los pros y contras, y todo me parecia una locura. --?Como voy a decir que eres el padre si eres gay, Jesus? Eso no hay quien se lo crea -- hable de pronto. --Cierto, soy gay, pero tu y yo tenemos muy buena relacion y nos hemos emborrachado juntos mas veces de las que recuerdo. Podemos decir que es fruto de una noche loca que ninguno recuerda por el alcohol. ?Que puede salir mal? Nadie tiene por que enterarse y asi tu puedes criar a ese pequeno sin miedo a que Hugo irrumpa en tu vida, ademas de que tendras mi ayuda, carino. Se acerco a mi y me abrazo y fue el momento en el que me derrumbe y solte todo lo que estaba reteniendo desde que Hugo se marcho. Me di cuenta de lo que sentia por el cuando decidio irse sin despedirse, sin decirme nada y solo hicieron falta unos dias con el para demostrarme quien era y como podria ser si estuviesemos juntos. Sin embargo, parecia que el no sentia lo mismo, de ser asi, no se habria ido. --Esta bien --musite tras sopesarlo unos minutos--. Diremos eso, tu eres el padre de mi hijo.

  • Incitame (Solo por ti 4) de Angy Skay

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    ?Te gusta el postre? --pregunto acercandome demasiado a ella. --Si...Ejem... --Disimula para separarse un poco de mi. El gesto me molesta, pero decido no darle importancia, hoy es mi noche. Es la gran noche. Agarro su silla y la arrastro hacia mi. El estridente ruido hace eco en el salon. La gente nos mira pero no me preocupa en absoluto. --Max...Nos esta mirando todo el mundo. --?Y que mas da? Pongo mi mano encima de su muslo, lo que hace que ella se sonroje de momento. --!Vamos Marian! ?Ahora te da verguenza? Aparta mi mano y me mira de malas formas por mi elevado tono de voz. --Max, no es el momento ni el lugar. !Por Dios comportate! Vuelvo a poner la mano encima de su muslo e igualmente se aparta disimuladamente. Es toda una actriz, y piensa que no me dado cuenta. Lo vuelvo a intentar. --!Para! --Me regana. --Eres una seca --digo amargamente. Coge su copa de champan y posa sus finos labios en ella. Bebe un pequeno sorbo sin apartar los ojos de mi. Me esta provocando, para nada... --Lo que se hace de rogar es lo mejor Max... --Y las cosas improvisadas algunas veces tambien. Cojo un poco de nata del postre y le doy un toquecito en la nariz manchandola. Se alarma, demasiado para mi gusto. --?!Pero que haces!? --Grita histerica dando un pequeno bote en la silla. Baja el tono y se sienta de nuevo al ver que todo el mundo la mira. --Tranquilizate Marian, que solo es nata...--Intento calmarla. --!Me has estropeado el maquillaje! !De verdad que no entiendo por que haces estas estupideces! Hace una mueca de disgusto con los labios y seguidamente fija sus ojos castanos en mi intensa-mente. --?Me compraste esa pulsera que vimos ayer? --pregunta coqueta. Suspiro y recuesto mi musculoso cuerpo en el respaldo de la silla. !La chaqueta me aprieta bastante! Tengo que dejar de hacer tanto ejercicio. !Mujeres! Siempre quieren regalos y de los caros. Saco la caja de terciopelo azul del bolsillo de mi chaqueta, en ella hay una fina pulsera de diamantes con forma ovalada, la pongo encima de la mesa, Marian la coge inmediata-mente y muestra su cara de satisfaccion. --Me ha costado una fortuna. --!Oh vamos Max! Tienes dinero de sobra --dice sin importancia y sin mirarme, esta completamente perdida en la pulsera. Se la pone encima de la mano y asiente alegre --, he visto unos pendientes a juego, manana pasaremos para que me los compres. --Claro carino --suspiro agotado. Llamo al camarero y le pido la cuenta. Cuando llega como siempre, Marian la coge y le echa un vistazo sin preocupacion. Me pasa la factura a mi y sonrie. --Toma --dice extendiendo la factura --, vas a gastarte un poquito mas de tu fortuna. --No me molesta gastarme dinero en ti, creo que eso ya te lo he demostrado en varias ocasiones. --Hombre, que minimo. Yo tambien tengo que aguantar lo mio con tus cosas --dice con desprecio. Niego con la cabeza, no tiene remedio. Pago y salimos del restaurante. Antes de cruzar la calle hacia el coche, me reajusto mi chaqueta y cojo sus manos. --Marian... Se gira en sus tacones de diez centimetros y me echa como de costumbre el humo de su cigarrillo en la cara. Me molesta, pero no le doy importancia. Como siempre. Nunca le doy importancia. Me quedo embelesado con su bonita figura, esta demasiado delgada pero aun asi, me tiene completamente hechizado. --?Que pasa? ?Vamos a ir al local de Eduard? --Sabes que no es santo de mi devocion, pero si quieres ir, iremos. El local esta lleno de gente podrida de dinero, son todos unos estirados. No me gusta nada estar en ese ambiente, se me hace pesado y aburrido a la misma vez. Solo se acercan a ti por interes. --Aunque si lo piensas, podemos ir a cualquier otro sitio de copas. Por ejemplo donde vamos Bryan y yo. Pone cara de asco de inmediato. --!Por favor! Eso si que es cutre. Me gustan los gin tonics que ponen en el local de Eduard. Asiento de mala gana. En fin, no se puede luchar contra un imposible. --De acuerdo, iremos entonces. Se gira para ir de nuevo al coche y le cojo de la mano. Me mira sin entender nada. No se porque me cuesta tanto hablar, estoy un poco incomodo, nervioso, no se, todo a la misma vez. --?Que pasa? --Pues... --!Max! Arranca de una vez, ?nos vamos o que? --dice exasperada. Remango un poco mi pantalon y pongo mi rodilla en el suelo. Ella me mira con cara de horror. No se mueve, solo me mira. --?Que haces? --pregunta arrogante. --Marian, creo que ya es hora de que demos el paso. Me tienes completamente enamorado y... --!Por favor Max! --Dramatiza --?No se te ocurrira pedirme matrimonio aqui? ?En medio de la calle? !No seas tan miserable! --Pero... No me deja terminar de hablar, me interrumpe. --Ni peros ni nada. Me lo tendras que pedir ante mi familia, mis amigos y mas gente !ya se! Organizaremos una fiesta por todo lo alto este fin de semana... Se da la vuelta en direccion al coche hablando como un loro de la fiesta. --Llamaremos a un catering !el mas caro de todo Londres! Haremos una fiesta por todo lo alto y entonces, solo entonces, podras pedirme matrimonio. Ahora si, espero que adquieras una buena joya para mi precioso dedo porque si no... !te dejare plantado delante de todos! --Parece que lo dice de broma, pero se de sobra que seria capaz si no le llevo un anillo que la encandile. Por un momento pienso en que estoy haciendo el gilipollas en medio de la calle. La gente me mira, creo que con cara de pena, no es para menos. Se para en la puerta del coche y me mira, aun viendome que sigo con una rodilla en el suelo. --?Se puede saber que haces? !Vamos abre Max! No tengo todo el dia--chilla desde lejos. Pulso el boton para que el coche se abra y me levanto. --Ahora te has manchado el traje, vas a poner el coche perdido !si es que no haces nada bien! No digo ni una palabra mas. Me subo en el coche y me mira. --?Te pasa algo? --?Me deberia pasar algo? --pregunto con sorna. --Pues no, creo que no te he hecho nada asi que, ya puedes ir cambiando la cara !pareces enfadado! Suspiro fuertemente. --Siempre con los suspiritos, arranca ya !quiero mi copa! Por cierto... ?Te ha quedado claro como lo haremos? Hago lo que me dice y me dirijo hacia el club. --Si me ha quedado muy claro Marian. Fiesta a lo grande, catering, champan y pedida delante de trescientas personas. Me ha quedado clarisi-mo--ironizo. --!Asi me gusta! Que hagas las cosas bien de una vez por todas. Seis meses despues... Llego el gran dia… Ato la corbata, pongo los zapatos negros de charol hechos a medida en mis pies, porque claro hoy en dia no hay muchos numeros del cuarenta y ocho tan exquisitos como a mi me gustan. Cojo la chaqueta negra de pinguino y me la paso por los brazos hasta que la ajusto a la perfeccion en mi moldeado cuerpazo. Si, pensareis que soy un creido pero es la realidad. Mi cuerpo desarma a las nenas. Aunque la unica que me importa es a la que voy a esperar en el altar, Marian. Llevamos tres anos juntos y creo que ya ha llegado el momento de dar un importante paso en nuestras vidas y que mejor manera de hacerlo que candandonos. Toc, toc. --?Se puede? Aqui esta, otro monumento andante como yo. Mi fiel y unico amigo, Bryan. Y cuando digo unico es porque verdaderamente, lo es. No he conocido a un tio en todos estos anos como el y dudo que a estas alturas vaya a hacerlo. Siempre esta cuando se le necesita y aunque tiene sus cosas, es un hermano para mi. --Claro, pasa. Me mira de los pies a la cabeza. --Esto... ?Estas seguro de lo que vas a hacer? Arqueo una ceja y niego con la cabeza mientras me termino de atar el ultimo boton de la chaqueta. --?Eres tu el que me lo pregunta? Porque te recuerdo que tu, te casaste hace poco con Dona porcelana. Bryan suelta una estridente carcajada. Si, la llamo Dona porcelana porque me da la gana. La mujer de mi mejor amigo, Abigail, es repelente, maleducada y consentida. Es pronunciar su nombre y la expresion de mi cara es de asco, inevitable. --No se como has podido casarte con esa mujer... --La tuya no se queda atras...--Contraataca. Lo observo durante un segundo. --Lo siento. No queria recordarte cosas indebidas el dia de tu boda. Pero eso te pasa por tirarme de la lengua. Niego con la cabeza. --No lo sientas, puede que el idiota aqui sea yo. Pero me consuela saber que tu estaras conmigo. Me rio y el hace una mueca graciosa. --Abigail esta embarazada. Ahora si que mi cara es un poema. --?Como? --Pues eso, que esta embarazada. Inspecciono a mi amigo e intento descifrar la cara que tiene. --?Cual es el problema? ?Ambos lo buscabais no? Se limita a asentir. --?Entonces? --No se, Creo que ella no es feliz. --Quieres decir que ella no quiere ninos. Estoy seguro. No querra estropear su figura de Barbie. --Sabes lo que me ha costado convencerla. Al principio estaba muy reacia pero luego parecio aceptarlo sin mas. No se... --Mira que me extrana que esa mujer quiera a alguien mas que a si misma. Bryan entrecierra los ojos un poco. --?Quieres ir con un ojo morado el dia de tu boda? Ahora el que suelta una estridente carcajada soy yo. --No me pegarias por ella, lo se --afirmo chulesca-mente. --Llevas razon, no lo haria. Pero echa el freno un rato, la estas avasallando siempre. Niego con la cabeza. No sabe a quien tiene por mujer todavia. --?Quieres que te maquille un poco? --pregunta con sorna. --No gracias, yo no uso esas mierdas. Le devuelvo una sonrisa ironica. --Vamos deja de mirarte Max. !Vas a llegar mas tarde tu que la novia! --Bueno estaria bien que por una vez en la vida el novio llegue mas tarde, ?no crees? --Mi madre moriria de un infarto y te mataria antes. Asi que, mejor llega el primero. Giselle. Es la madre de Bryan y la mia en cierto modo. La madre que nunca tuve. --Tu familia es la unica que tengo en la boda. --Mi familia es tu familia desde hace mucho tiempo, no lo olvides. Asientos y mis ojos se entristecen un poco. No se porque motivo, llevo toda la vida luchando solo, excepto cuando Anthony, el padre de Bryan, me encontro. Pero aun asi, el dia de tu boda parece que necesitas a la familia mas que nunca. Doy gracias por tenerlos a ellos. --!Max vamonos! --Ya no me los esta insinuando, me lo esta exigiendo.

  • Los crimenes de Mitford de Jessica Fellowes

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    Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable.

  • La mujer de Sullivan de Nora Roberts

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    Cassidy espero. La senora Sommerson lanzo el tercer vestido que rechazaba a sus brazos. --Simplemente, no me gusta --musito la senora Sommerson mirando con el ceno fruncido un vestido de lino azul oscuro. Tras un momento de consideracion, aquel vestido se sumo a la pila que cargaba Cassidy en brazos. Aun asi, la dependienta intento no perder la paciencia. Tres meses despues de comenzar a trabajar en The Best Boutique, tenia la sensacion de que habia aprendido a ser paciente, pero no habia sido facil. Obedientemente, siguio a la corpulenta senora Sommerson a otro de los expositores de vestidos. Al cabo de veinte minutos de permanecer a su lado como si fuera un perchero, penso que aquella paciencia que tan duramente habia adquirido estaba seriamente danada. --Me probare este --anuncio por fin la senora Sommerson, y se dirigio hacia los probadores. Musitando pasar si, Cassidy comenzo a colgar los vestidos descartados. Se apreto una de las horquillas que llevaba en el pelo con un gesto de irritacion. Julia Wilson, la propietaria de la tienda, era muy estricta en todo lo referente a la limpieza y el orden. No permitia que cayera un solo pelo por los hombros de sus empleadas. Era una mujer ordenada, disciplinada y falta de imaginacion, concluyo Cassidy, y arrugo la nariz mirando el vestido de lino azul. Desgraciadamente, Cassidy era una persona desorganizada, imaginativa y no demasiado ordenada. Su pelo era el epitome de su personalidad. Tenia matices rubios y castanos que se fundian en un tono similar al del dorado de un cuadro antiguo. Era una melena larga y tupida que protestaba al verse constrenida a los confines impuestos por las horquillas que continuamente se le resbalaban. Al igual que la propia Cassidy, su melena era ingobernable y tozuda, pero tambien suave y fascinante. De hecho, habia sido el atractivo poco convencional de Cassidy el que habia favorecido su contratacion. La experiencia no figuraba entre sus cualificaciones para el trabajo. Julia Wilson habia reconocido en ella una publicidad en potencia para su mercancia. Sabia que, en un cuerpo alto y esbelto como el de Cassidy, resaltarian los colores intensos y el estilo de su linea mas atrevida. Indudablemente, su rostro tambien era un extra. Julia no estaba segura de que pudiera describirsela como bella, pero sabia que tenia una cara llamativa. Era una mujer de facciones marcadas y angulosas, innegablemente aristocraticas. Las cejas se arqueaban sobre unos ojos rasgados, unos ojos que parecian enormes en un rostro estrecho y eran de un color sorprendentemente violeta. Julia habia visto en el rostro, el tipo y la bien modulada voz de Cassidy todas las referencias que necesitaba para el trabajo, pero habia insistido en que se recogiera el pelo. Cuando lo llevaba suelto, imprimia una sensualidad excesiva a sus facciones aristocraticas. Apreciaba la juventud de Cassidy, su inteligencia y su energia. Sin embargo, poco despues de contratarla, habia descubierto que no era tan moldeable como su edad sugeria. Tenia, pensaba Julia, una desafortunada tendencia a olvidar cual era su lugar y a mostrarse excesivamente amistosa con las clientas. En mas de una ocasion, la habia visto hacer alguna pregunta impertinente o dar un consejo innecesario. De vez en cuando, sonreia como si estuviera disfrutando de una broma secreta. Y a menudo, demasiado a menudo, de hecho, sonaba despierta. Julia habia comenzado a tener serias dudas sobre la idoneidad de Cassidy para el puesto. Despues de devolver a su lugar los vestidos que la senora Sommerson habia descartado, Cassidy se dirigio a los probadores. Desde alli podia oir el debil susurro de las telas. Al estar ociosa, su mente hizo lo que hacia invariablemente cuando tenia oportunidad: volo hacia el manuscrito que estaba esperandola sobre el escritorio de su apartamento. Hasta donde le alcanzaba la memoria, escribir siempre habia sido su sueno. Durante los cuatro anos de universidad, habia estudiado seriamente el oficio. A los diecinueve anos, se habia quedado sin familia y con muy poco dinero, de modo que, mientras aprendia la disciplina y el arte de la profesion elegida, habia tenido que aceptar todo tipo de trabajos. Entre los estudios y el trabajo, Cassidy apenas habia disfrutado de tiempo libre. Y habia renunciado incluso a esos escasos ratos para trabajar en su novela. Para Cassidy, escribir no era un trabajo, sino una vocacion. Habia orientado toda su vida hacia ese objetivo, dejando apenas espacio para otro tipo de ataduras. La gente le fascinaba, pero habia pocas personas con las que tuviera una relacion estrecha. Le gustaba escribir sobre relaciones complicadas, pero apenas tenia conocimientos de primera mano sobre el tema. Lo que daba calidad y profundidad a su trabajo era su aguzado talento para la observacion y la extraordinaria profundidad de sus sentimientos. Durante gran parte de su vida, habia podido volcar esos sentimientos en su obra. En aquel momento, un ano despues de su graduacion, continuaba aceptando todo tipo de trabajos para pagar el alquiler. Su primer manuscrito continuaba yendo de editorial en editorial, mientras que el segundo iba cobrando vida lentamente. Cuando la senora Sommerson abrio la puerta del probador, la mente de Cassidy estaba completamente absorta en la reelaboracion de una escena dramatica. Al ver a Cassidy frente a ella con actitud sumisa, asintio con gesto de aprobacion. Incluso parecio pavonearse. --Este me queda muy bien, ?no te parece? La eleccion de la senora Sommerson era un vestido de color rojo fuego. El color, advirtio Cassidy, resaltaba su cutis rubicundo, pero hacia un bonito contraste con su melena negra. En realidad, el vestido le habria quedado mucho mejor si la senora Sommerson hubiera sido un poco mas delgada, pero, aun asi, Cassidy le veia posibilidades. --Atraera muchas miradas, senora Sommerson --le dijo tras un momento de consideracion. Con algunos accesorios, decidio, la senora Sommerson podria tener un aspecto magnifico. Sin embargo, la seda se tensaba sobre sus anchas caderas. Necesitaria una faja bien firme, diagnostico, o una talla mayor. --Creo que tenemos una talla mayor --musito, pensando en voz alta. --?Perdon? Cassidy estaba tan concentrada en sus pensamientos que no se fijo en el peligroso arqueamiento de cejas de la clienta. --Una talla mas --repitio amablemente--. Este le queda un poco ajustado en las caderas. Una talla mas le quedara perfectamente. --Esta es mi talla, jovencita --el enorme pecho de la senora Sommerson se elevo y cayo de nuevo al ritmo de su respiracion. Concentrada en resolver el problema de los accesorios, Cassidy sonrio y asintio. --Yo diria que quedaria bien una gargantilla de oro --se dio unos golpecitos con el dedo en el labio inferior--. Ahora, dejeme ir a buscar un vestido de su talla. --Esta --insistio la senora Sommerson en un tono que atrajo toda la atencion de Cassidy-- es mi talla.

  • Degustame de Julianne May

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  • Desinformacion de Pascual Serrano

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  • Se busca Amante de Deborah Hale

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    Singapur, junio de 1825 --?Asi que es esto? --apartandose un rebelde rizo caoba de los ojos, Bethan Conway se inclino hacia delante en el barco que se adentraba con ella y sus companeros en el puerto--. No es una ciudad muy grande, ?verdad? Una parte de ella estaba emocionada por haber llegado a su destino tras cinco meses de travesia a bordo, pero otra parte queria suplicarle al hombre que estaba al timon que le diera la vuelta al barco y pusiera de nuevo rumbo al mar. --Este lugar cabria sin problemas en el bolsillo de Newcastle --Ralph, el joven amigo de Bethan, miro a su alrededor, hacia la mezcolanza de construcciones que se alineaban a ambas orillas del rio. Algunas estaban construidas en madera, con grandes tejados de juncos, mientras que otras tenian muros blancos y estaban cubiertas por ordenadas filas de pulcras tejas rojas. --No lleva mucho tiempo construida, ?verdad? Le escuche decir al senor Northmore que no habia muchas cosas cuando sus companeros y el desembarcaron aqui seis anos atras. --A mi no me importaria que solo hubiera jungla --grazno Wilson Hall--. Estare encantado con tal de poder volver a poner los pies sobre suelo solido. !Pobre Wilson! Bethan recordo lo mareado que el y los otros tres muchachos de Durham habian estado al principio del viaje. Envidiaban su capacidad para mantener la comida en el cuerpo incluso con las peores condiciones meteorologicas, pero tambien estaban agradecidos. Si no les hubiera atendido tan bien cuando vomitaban y gemian en sus hamacas, tal vez algunos no se habrian recuperado. Durante los ultimos dias no habian hablado de otra cosa mas que de las ganas que tenian de llegar a su destino y empezar a trabajar en la compania de comercio Vindicara para Simon Grimshaw. Cada vez que escuchaba aquel nombre una oleada de bilis atravesaba a Bethan como un mareo tardio. Los muchachos habian sido contratados en las minas de carbon del norte de Inglaterra para trabajar para el senor Grimshaw, pero ella habia sido reclutada para casarse con el. Si no hubiera estado tan desesperada por alcanzar aquellas orillas tan distantes, nunca se habria comprometido con un desconocido. Pero estaba ansiosa por llegar alli enseguida, cuando todavia quedaba alguna leve esperanza de que alguien recordara que habia sido de su hermano y de su barco. En un principio, su matrimonio estaba demasiado lejano en el futuro como para que le pareciera real. Pero a medida que se acercaba, se iba preocupando mas. Cuando el barco entro en el embarcadero, Bethan aspiro con fuerza el aire calido en el que se mezclaba el olor del mar con un exotico aroma a cafe y especias. Habia dado su palabra. Ahora tenia que cumplirla y hacer todo lo posible por ser una buena esposa para el senor Grimshaw. Solo esperaba que su futuro marido no fuera demasiado viejo, demasiado feo o malhumorado. Apenas habian amarrado en la orilla cuando los muchachos de Durham saltaron a tierra en enjambre. Solo Wilson tuvo la educacion de darse la vuelta y ofrecerle a Bethan una mano para desembarcar, mientras los demas le preguntaban a todo aquel con el que se cruzaban como se llegaba al almacen de Vindicara. Habia mucha gente en el muelle en cuestion. Muchos hombres con el pecho desnudo del color de la madera de caoba, que llevaban turbantes blancos y telas de colores brillantes atadas alrededor de las piernas. Otros hombres de piel mas clara y ojos rasgados cargaban con sacos a la espalda. Llevaban puestos pantalones anchos y tunicas negras. Tenian la parte delantera de la cabeza afeitada completamente mientras que el cabello de la parte posterior estaba recogido en largas trenzas. Hombres altos con barba y turbantes blancos, que parecian sacados directamente de una historia biblica. Lo unico que aquella gente tan extrana tenia en comun era la dificultad para entender el fuerte acento del norte de Inglaterra de los companeros de Bethan. Tras un monton de gritos, gestos y senalamientos con el dedo, Ralph se giro hacia ella. --Creo que estan intentando decirnos que el almacen de Vindicara esta al otro lado del rio. --Alli hay un puente --Wilson senalo por encima del muelle, hacia un punto en el que el rio se estrechaba y un arco de madera conectaba los dos lados del puerto--. Podemos ir andando hasta alli. Los demas estuvieron de acuerdo y se pusieron en marcha al instante. Aunque Bethan se forzo a poner un pie delante del otro y sintio los zapatos extranamente pesados, no tardo mucho tiempo en ponerse a la altura de sus companeros. Los hombres que trabajaban en los muelles se giraban para mirarla cuando pasaba. ?Podria ser porque se habian dado cuenta de su parecido con un joven al que recordaban? La logica le decia que era poco probable. Su curioso interes se deberia probablemente al color de su piel, o al hecho de que fuera una mujer. Pero no le haria dano preguntar de todos modos, ?verdad? Habia ido hasta alli y habia vendido su libertad con la esperanza de encontrar la ultima familia que le quedaba en el mundo. Tenia que empezar por alguna parte. --Disculpe --se giro hacia un joven sonriente que llevaba unas calzas blancas y turbante--. Estoy buscando noticias sobre un tripulante del barco Dauntless, que llego a Singapur hace tres anos. ?Lo recuerda? El hombre sonrio todavia mas al responder en un idioma que ella no entendio. --Lo siento, no se que me quiere decir --Bethan sacudio la cabeza y se encogio exageradamente de hombros--. Ni siquiera sabia hablar muy bien ingles hasta el ano pasado. Y supongo que usted no sabe hablar gales. Se escucho otra voz con fuerte acento pero en ingles: --?Podria repetir a quien esta buscando, senorita? Bethan se giro ansiosa hacia la persona que hablaba, un hombre de ojos oscuros y almendrados que llevaba un enorme sombrero de paja. --Le agradeceria cualquier informacion que me pudiera dar. Se llama Hugh Conway. Es un poco mas alto que usted --alzo una mano para indicar la altura de su hermano, luego se echo el sombrero hacia atras para senalarse la cabeza--. Tiene el pelo de un color parecido al mio. Podria hacer algo mejor que describirle con gestos y palabras que el hombre tal vez no entenderia. Bethan echo la mano hacia atras y desabrocho el relicario de plata que era su posesion mas preciada. Lo abrio para mostrar el retrato en miniatura que albergaba dentro. --Este es el aspecto que tiene. Al menos la ultima vez que le vi. El pequeno retrato no era siquiera de Hugh, pero era lo mas parecido que tenia. Un brillo de interes alumbro los ojos del hombre mientras contemplaba el relicario. ?Reconoceria aquel joven y hermoso rostro? Si habia tan pocos europeos en Singapur como parecia, debian destacar y tal vez resultara facil recordarlos. --?Le ha visto? --pregunto--. Por favor, estoy ansiosa por saber de el. El hombre asintio lentamente. --Tal vez le haya visto. No estoy seguro. A Bethan le dio un vuelco el corazon. Ni en sus mas esperanzados suenos hubiera imaginado tener una pista sobre su hermano desaparecido tan pronto. --Estuvo en Singapur hace tres anos. Tengo una carta suya con sello postal de aqui. ?Sabe que fue de el o de su barco? El hombre arrugo la frente como si estuviera esforzandose por recordar donde y cuando habia visto aquel rostro. --?Puedo verlo mas de cerca? --Si, por supuesto --Bethan le puso el relicario en las manos--. Ojala tuviera un retrato mas grande que pudiera ensenarle. Una pequena multitud se habia congregado a su alrededor mientras hablaban. De pronto alguien le dio un golpecito a Bethan en el hombro por atras. ?Habria reconocido otra persona a Hugh viendo de lejos la miniatura? ?O recordaria su nombre? Se dio la vuelta y solo se encontro con un grupo de rostros inexpresivos que la miraban fijamente. --?Tiene algo que decirme alguno de ustedes? --pregunto--. ?Han visto a Hugh Conway? ?Recuerdan su barco? Ninguno de ellos replico, solo sonreian con gesto atontado. --Creen que es divertido tomarle el pelo a una extranjera, ?verdad? --les espeto Bethan--. Veo que hay cosas que son iguales en todas partes. Con un resoplido indignado, se volvio hacia su informador. Para entonces ya habria tenido tiempo de sobra para estudiar el parecido. Pero cuando miro a su alrededor, lo unico que vio del hombre fue la parte de atras de su destenida tunica azul desapareciendo entre la multitud. --!Vuelva aqui! --grito yendo tras el--. !Al ladron! !Tiene mi relicario! !Que alguien le detenga, por favor! Pero en el muelle no parecia haber nadie dispuesto a ayudarla. De hecho, todo lo contrario. Los hombres que se habian echado a un lado para dejar escapar al ladron volvieron a colocarse al instante en el camino de ella, dificultando el proposito de seguirlo. --!Wilson! !Ralph! --exclamo, aunque sabia que sus companeros de viaje debian estar demasiado lejos como para oirla. No se atrevio a detenerse para buscarlos por temor a perder de vista al hombre que le habia robado el relicario. --!Por favor! --exclamo--. Puede quedarse con la cadena, !pero dejeme el retrato! Vio por el rabillo del ojo el puente, y confio en que el ladron tomara aquel camino y tal vez adelantara a sus amigos. Pero se dirigio a una concurrida calle situada en la otra direccion, con Bethan siguiendole sin aliento. Tras cinco meses a bordo de un barco, no estaba acostumbrada a correr, y menos con un calor tan asfixiante. La desesperacion la empujo a seguir hacia delante. El ladron se metio por una calle lateral. Bethan llego justo a tiempo para verle entrar en la boca de un callejon. Para cuando logro llegar al punto en el que le habia visto desaparecer, resollaba por la falta de aire y tenia las mejillas rojas. El hombre sin duda se habria esfumado, dejandola sin saber por donde se habia escapado. Pero no. Cuando miro hacia el callejon, alli estaba, dirigiendose hacia ella con total descaro. Plantandose frente a el, Bethan le hizo una sena para que se detuviera. --Quiero recuperar mi retrato. Vamos, para usted no tiene ningun valor. El hombre torcio el gesto, como si fuera ella la que habia hecho algo malo. Murmuro una respuesta en su idioma. --!Hace unos minutos podia hablar ingles sin problemas! --grito Bethan--. ?O se le ha olvidado todo mientras salia huyendo con mi posesion? El gesto del hombre se convirtio en una mueca de desprecio cuando paso por delante de ella. --!Oh, no! --se le agarro a la manga--. No voy a volver a perseguirle por las calles otra vez con este calor. !Devuelvame el retrato! Zafandose con brusquedad de su agarre, el hombre solto una riada de palabras que Bethan no fue capaz de entender, pero sabia reconocer la rabia violenta cuando la oia. Aquel era el hombre que le habia robado el relicario, ?verdad? Tal vez tuviera los pomulos un poco mas altos y el rostro algo mas delgado. --Le... le pido disculpas si le he confundido con otra persona --senalo hacia el callejon--. Otro hombre entro corriendo alli. Me ha robado una cosa. ?Ha visto por donde ha ido? El hombre le solto mas palabras malsonantes. Bethan se dio cuenta de pronto de que no estaba sola. Estaba rodeada por una docena de hombres, todos mal vestidos, todos mirandola de un modo que le provoco escalofrios en la espina dorsal. ?Correria el peligro de desaparecer en aquel puesto fronterizo como le habia sucedido a su hermano? Y si asi fuera, ?le importaria a alguien lo suficiente como para ir en su busca? --La pimienta y la nuez moscada se venden a sesenta y cinco reales de a ocho los sesenta kilos --le reformo Simon Grimshaw al capitan sueco al que acababa de comprarle una carga de hierro--. No las encontrara mas baratas en ningun otro comerciante de la ciudad. La situacion de Java ha obligado a todo el mundo a subir los precios. El curtido sueco torcio el gesto. --Tal vez me lleve mi hierro a Batavia y comercie directamente con el duque para comprarle a el las especias.

  • Jamas te olvidare (Generacion 2) – Elisabeth M.S de Elisabeth M

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    SEGUNDA ENTREGA DE LA TRILOGIA GENERACION SINOPSIS: Minerva es una guerrera del rock. Conocida por su caracter fuerte, extrovertido y poco corriente. Al superar una de las etapas mas complicadas en su vida toma la decision de terminar con su pareja. No podia seguir manteniendo una relacion de excesos, toxica y carente de amor. Dominik es un tecnico de sonido notable. Un tipo tranquilo, sensato y enamoradizo. Cuando ve a Minerva por primera vez en el escenario queda hechizado. Su embrujo le conduce a perseguirla para conseguir fundirse en el calor de sus brazos. ?Lograra Dominik seducirla? ?Podra Minerva volver a enamorarse?

  • El ultimo aliento de Cesar de Sam Kean

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    En El ultimo aliento de Cesar, Sam Kean nos invita a emprender un viaje alrededor del mundo y a traves del tiempo para narrar la historia del aire que respiramos. Una historia que resulta ser la misma que la historia de la Tierra y de nuestra existencia en ella.

  • La Imagen de Jean De Berg

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    Tras el seudonimo de Jean de Berg se oculta una de las grandes figuras de la literatura francesa moderna. Dedicado a Pauline Reage, autora de L'historie d'O, este libro, en su edicion francesa de 1956, lleva el prologo de la destinataria que reproducimos en esta version espanola. Tras poner en duda el que el autor del libro sea un hombre por mostrarse <>, escribe: <>. El tercer personaje, un hombre, no es mas que un sacerdote en el ritual en torno al objeto sagrado. De ahi que el narrador describa los ritos, los decorados y los objetos fetichistas como una sucesion de imagenes casi hieraticas, de cierto modo ajenas a el, si bien el mismo, al final, pase a ser, casi a pesar suyo, protagonista de la ultima ceremonia.

  • La unica mujer de Marie Benedict

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    Viena, 1933. Para Hedy Kiesler, joven actriz judia, su belleza ha sido salvacion y tormento: la protegio de los nazis pero la condujo a un opresivo matrimonio con el traficante de armas de Hitler y Mussolini. Subestimada por todos a su alrededor, escucho los planes secretos del Tercer Reich cuando acompanaba a su esposo a fiestas y cenas de negocios.