• como en una cancion de amor libro - Mercedes Alonso

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    --No importa lo que te pongas. Los tios son muy basicos y van a lo que van, asi que elige cualquier cosa y no te compliques mas --le digo a Paola mientras saca un vestido tras otro del armario. --Tus comentarios no me ayudan en absoluto --me regana ella. --Te estoy ayudando, solo digo que escojas un vestido al azar y te lo pongas. --A veces creo que eres mi peor enemiga en lugar de mi mejor amiga. He conseguido que Paola se enfade, aunque, para ser sincera, no entiendo el porque. Si no fuese su mejor amiga, algo que ella acaba de poner en duda, no estaria aqui tras una llamada desesperada pidiendome que viniera inmediatamente a su casa. Yo tambien tengo una cita esta noche y, en lugar de estar preparandome para ella, estoy ayudandola a elegir algo que ponerse para su cita. --Solo he dicho algo que es evidente, Daniel estara mas interesado en lo que hay debajo de la ropa que en lo que lleves puesto encima --repito--. Ademas, eres guapisima, no necesitas ningun artificio para parecer lo que ya eres. El rostro de Paola se relaja, pero solo un poco. Mis palabras parecen haber funcionado, pero si quiero que deje de estar enfadada tendre que esforzarme un poco mas. Sin embargo, no he mentido, Paola es una de las mujeres mas guapas que he conocido, de esas pocas afortunadas que no necesitan nada para lucir espectaculares y cuya belleza, las malas lenguas, atribuyen a la cirugia estetica. No es demasiado alta, pero tiene una bonita figura sobre la que un saco de patatas luce como un modelo del mejor de los disenadores. Ojos azules, pelo largo, sedoso y rubio, labios carnosos y, para rematar, una bonita y pequena nariz. Una autentica munequita con cara de angel a cuyo paso nadie se resiste a volver la cabeza. --Esta bien, el verde --digo cogiendo un vestido del monton que ha sacado del armario--. Es sexy y el verde es tu color. --?De verdad lo crees? --Estoy segura --afirmo--. Ademas, no parece dificil de quitar --digo cogiendolo por los tirantes y mirandolo desde todos los angulos. --!Trae aqui! --me ordena arrancandome el vestido de las manos. --?Que pasa ahora? --Lo que pasa es que no te tomas esto en serio y es importante para mi. Daniel me gusta, me gusta mucho, es nuestra decima cita y aun no ha habido sexo. Me respeta y eso me gusta aun mas, porque no busco una relacion de una noche. --Vale, creo que lo he entendido. Daniel te gusta y tu le gustas a el. No quieres una relacion de una noche, pero ya habeis salido unas diez veces, asi que, ?que me he perdido? --No te has perdido nada, no te hagas la tonta. Se que no crees en las relaciones duraderas desde que tu y... --No quiero que pronuncies ese nombre --la interrumpo--. En cuanto a que no te tomo en serio, eso no es cierto, estoy aqui contigo, ayudandote a elegir un vestido para tu cita. --Sera mejor que te vayas --dice comenzando a guardar la ropa en el armario. --?Por que? Sinceramente, no entiendo por que me pides que me vaya si hace tan solo un rato me has pedido que viniera. --No quiero que me ayudes. Me parece perfecto que no creas en el amor, pero deberias entender que yo si, al igual que millones de personas en el mundo. --De acuerdo, si eso es lo que quieres, me voy --le digo poniendome en pie y cogiendo el bolso que he dejado sobre la cama. --Rebeca --me llama Paola cuando estoy saliendo por la puerta de su habitacion. --?Que quieres ahora? --pregunto mirandola con cara de pocos amigos. Estoy molesta con ella por sus comentarios y empieza a cansarme que achaque todo lo que me pasa a una mala experiencia sentimental del pasado. --No puedes seguir viviendo asi --responde. --?Ahora tambien vas a meterte con mi forma de vida? --Te estas convirtiendo en una persona frivola y vacia. Se lo mal que lo pasaste cuando Lucas te dejo y lo mucho que te esta costando olvidarle, pero deberias intentarlo. Tu media naranja existe, esta en alguna parte y solo tienes que encontrarla. --Si, claro. La buscare manana si tengo un rato libre, pero ahora voy a prepararme para mi cita. No necesito amor, pero ya sabes que no he renunciado al sexo --le digo a Paola guinandole un ojo, y veo como ella pone los ojos en blanco. En cuanto salgo de la casa de mi amiga borro la sonrisa de mi rostro y bajo corriendo las escaleras de los dos pisos que me separan de la calle. Cuando llego abajo me falta el aire y apenas puedo respirar. Aspiro profundamente varias veces, hasta que mi respiracion se normaliza y empiezo a sentirme un poco mejor. Cruzo la calle para ir en busca del coche que he dejado aparcado en la acera de enfrente. Paola vive en la zona nueva de Segovia, en un edificio de dos plantas de reciente construccion, y el aparcamiento no supone ningun problema, al contrario de lo que sucede en el centro de la ciudad, que es donde yo vivo. Me subo al coche y busco la botella de agua que siempre llevo en el bolso. Bebo despacio, tengo la boca y la garganta secas, y me cuesta tragar. Siempre me sucede lo mismo cuando el pasado regresa y el dolor que senti hace anos vuelve a golpearme con fuerza. Pero soy incapaz de evitarlo. Arranco el coche y pongo la musica a tope. La cancion Stereo Hearts de Gym Class Heroes comienza a sonar y yo canto. Canto cada vez mas alto, hasta que la musica invade mi mente por completo y no hay sitio para nada mas. Una nueva cita, otra noche de sexo, otro dia lejos de sus brazos. Capitulo 2 Luciernagas en nuestras manos --Estas estupenda esta noche --dice Alex mientras me toma por la cintura y me besa. En cuanto nuestros labios se rozan abro la boca y noto como su lengua busca con avidez la mia. Acabamos de salir del restaurante en el que hemos cenado y ya en el exterior, lejos de las miradas curiosas y tras pasar la mayor parte de la velada intercambiando caricias por debajo de la mesa, solo puedo pensar en una noche de sexo de esas que consiguen transportarme hasta un lugar donde los unicos protagonistas somos mi amante de turno y yo misma. Alex me da la mano y tira de mi. Le sigo expectante hasta su coche, el me abre la puerta con galanteria y subo despacio, aprovechando nuestra cercania para rozar su cuerpo con el mio. Le oigo respirar profundamente y me vuelvo hacia el para guinarle un ojo con picardia. Nada mas poner el coche en marcha y sacarlo del aparcamiento, coloca su mano derecha sobre mi muslo izquierdo. Me acaricia con suavidad para despues deslizar la mano hacia arriba, hasta rozar el encaje de mis bragas. De mi garganta se escapa un gemido ronco y profundo, cierro los ojos y echo hacia atras la cabeza disfrutando de ese contacto que consigue excitarme. --Me vuelves loco --susurra Alex mientras sus dedos se cuelan por debajo de mis bragas alcanzando mi sexo--. Si vuelves a gemir de ese modo no tendre mas remedio que parar el coche y hacerte mia. --Y si tu sigues acariciandome asi, sere yo quien te pida que detengas el coche y me hagas tuya. Alex suelta una sonora carcajada que resuena en el reducido espacio interior del vehiculo y me giro hacia el para mirarle. Su perfil se recorta contra la luz de la luna llena y es simplemente perfecto. Su pelo, espeso y negro, luce algo despeinado a estas horas de la noche y la incipiente barba le da un aire canalla que le sienta de maravilla. Tiene los ojos tan oscuros como la noche y tan profundos que te atrapan en ellos con solo mirarle. Es alto, algo desgarbado y extremadamente atractivo. --?Por que te ries? --le pregunto. --Tu siempre consigues hacerme reir --dice mirandome a los ojos al mismo tiempo que sus dedos se abren paso hacia mi interior. No lo esperaba y grito por la sorpresa, el dolor y el placer que ese movimiento me proporciona. --Antes era una amenaza, ahora es un hecho --dice girando repentinamente a la derecha, por un camino de tierra que conduce al interior de un pinar. Conduce durante un par de minutos y despues detiene el coche abruptamente, se quita el cinturon de seguridad y hace lo mismo con el mio. --Ven aqui --me pide, y me ayuda a colocarme a horcajadas sobre el--. Me encanta tu olor, tu sabor y tu tacto. Eres como una droga para cada uno de mis sentidos. Desliza los tirantes de mi vestido por los brazos y tira de la tela hacia abajo, dejando el sujetador a la vista. Sus manos y su lengua se cuelan bajo el delicado encaje haciendome suspirar, y me aprieto contra su cuerpo deseando sentirle dentro de mi.

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  • Reseña: Como en una canción de amor - Maurene Goo

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    10 feb 2021 — Quería tomar decisiones por mí. Quería disfrutar de este día libre que me había conseguido.” Como en una canción de amor es el segundo libro de ...

  • Como En Una Cancion De Amor por GOO MAURENE

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    Nuestra Asignatura Pendiente · Callum Brianna. Libro. Emily es una escritora que emprende un viaje en busca de la historia de amor de sus abuelos. Lo que no ...

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  • Como en una canción de amor - VR Editoras

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  • COMO EN UNA CANCION DE AMOR - Tematika.com

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    COMO EN UNA CANCION DE AMOR. Autor: GOO, MAURENE ... Clasificación: Libros - Infantil y Juvenil - Novela - General. Fecha Publicación: 01/2021. SINÓPSIS.

  • Reseña #138: "Como en una canción de amor" - Maurene ...

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    22 feb 2021 — Como no había leído la otra novela de la autora que publicó la editorial, Creo en una cosa llamada amor, no estaba segura de si este libro ...

  • Tras la calima de Helen Rytkonen

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    La tarde que aterrice en Los Rodeos la lluvia caia como si alguien hubiese abierto un grifo en el cielo. La cortina de agua era tan densa que no me dejo ver el paisaje que me sabia de memoria a pesar de que llevase muchos anos viviendo fuera de la isla. Y al igual que la vez anterior, no experimente la dulce y calida sensacion de volver a casa. No, esta habia sido sustituida por una vibracion extrana, como si de pronto ese no fuese mi lugar, como si no fuese bienvenida, y aquello me hacia sentir una inquietud inesperada. De alguna forma intuia que los dias en la isla no iban a ser una mera visita de cortesia. Que no se iba a tratar solo de quitarme de encima la herencia material de mi madre, algo a priori frio y sin complicaciones. Ahora sonrio al pensar que si hubiera podido entrever que aquel viaje se iba a convertir en una voltereta del destino, de esas que te dejan descolocada, con el cabello revuelto y el corazon latiendo a mil por hora, me habria reido en voz alta. Con incredulidad, incluso con sarcasmo. La mujer que era yo en aquel entonces jamas hubiese vislumbrado que la vida me iba a poner en una encrucijada como la que estaba por venir. Me sobresalte al notar como las ruedas del avion rebotaban dos veces en la pista y finalmente se estabilizaron, permitiendome relajar los dedos de las manos y soltarlos del reposabrazos. Respire hondo y me dije que lo que estaba sintiendo era una tonteria. Que, aunque ahora fuese una ciudadana del mundo, el sitio donde habia crecido y me habia convertido en adulta siempre seria mi hogar, a pesar de que ya no quedase nadie, o casi nadie. Me estremeci con suavidad. El recuerdo de mi anterior visita estaba alli, tenido de esa especie de desazon que siempre me pasaba con cualquier cosa relacionada con mi madre. Sobre todo, con su muerte. Hacia unos meses habia viajado a la isla a enterrarla, o al menos eso era lo que me habia dicho mi tia tras aquella llamada que tuve que coger en medio de una negociacion. Ni siquiera ella supo lo que tenia pensado, mi madre jamas dijo nada ni lo dejo entrever. Resople: era muy tipico de ella obviar que habia decidido donar su cuerpo a la ciencia y que no la enterrariamos en Santa Lastenia, como a toda la familia. Aunque en el fondo era logico: siempre pense que, en vez de Margot, mi madre deberia haberse llamado scientia o cualquier palabreja latina que tuviese que ver con la medicina. El coche de alquiler que me habian adjudicado estaba aparcado al raso, por lo que me moje entera antes de entrar al vehiculo. Puse la calefaccion para combatir el frio humedo que reinaba dentro, y sonrei al pensar lo rapido que me habia olvidado del tiempo que podia hacer en la isla en febrero. Para mi, Tenerife siempre reposaba al sol, refulgiendo el verde de sus montes y el azul profundo del mar. Sin embargo, por lo que estaba viendo, tambien me habia olvidado de los microclimas, porque al rebasar la ciudad de La Laguna la lluvia habia remitido, y la costa de Santa Cruz se veia despejada, con apenas nubes. Conduje sin programar el GPS, con el piloto automatico activado de quien tiene grabados los trayectos de toda la vida en lo mas profundo de su memoria. Baje por la autopista contemplando el mar salpicado de alguna que otra plataforma petrolifera, y, cerca del puerto, el ferry que navegaba desde Gran Canaria iba dejando su estela blanca entre los cruceros atracados en las proximidades de la darsena pesquera. La entrada de las Ramblas me llamo la atencion por su inusual colorido, y me di cuenta de que toda la zona de las piscinas municipales estaba engalanada con pancartas colgadas de las farolas y, sobre una zona cebreada, se alzaba un gigantesco totem. <>, me dije sonriendo. No habia caido en la cuenta de que aquella era la semana en la que empezaba el carnaval, y que la ciudad estaria latiendo fiesta desde ese lunes, que era cuando se decoraban las calles. Menee la cabeza, preguntandome como no me habia acordado de aquel hecho, lo cual supuso una agradable distraccion a mis pensamientos, algo mustios por la tarea que tenia por delante. La suerte hizo que encontrase aparcamiento en la calle, en el barrio del Toscal, y arrastrando mi maleta me di un paseo hasta el hotel, que se encontraba en la zona de la plaza del Principe. A mi paso vi como ya se habian montado algunas casetas de metal de diferentes casas comerciales, las estructuras de los mesones tradicionales mas grandes y algunos coloridos puestos de comida rapida, y me sorprendi con las colas de gente que serpenteaban por fuera de las mercerias y tiendas de chinos. Sonrei con nostalgia. Hacia muchos anos que no asistia al carnaval, y todo aquello tocaba la tecla de mis recuerdos de juventud, esos que siempre parecian mejores de lo que realmente fueron. <>. El pensamiento se deslizo en mi cerebro como la serpiente tentadora con la manzana en la boca. No, negue con la cabeza. Habia venido para cerrar todos los flecos de la muerte de mi madre, y eso era lo que iba a hacer. Despues me iria sin mirar atras. Con carnaval y sin carnaval. Pero algo muy en el fondo, quiza cierto cosquilleo en la boca de mi estomago, me susurro que aquello no iba a ser tan facil. Que llevaba de fabrica el gen del carnaval y que solo bastaria una cancion de Celia Cruz para alborotar mi cuerpo y activar aquella chispeante jiribilla . Me rei por lo bajo y no pude evitar echar un vistazo a las boas de colores y los botes de purpurina que vendia un kiosco ambulante justo enfrente de mi alojamiento. El hotel era un antiguo edificio reformado, moderno y limpio, y aproveche para darme una ducha antes de salir de nuevo a la calle. Esa noche no me habia podido escapar de cenar con mi tia Arminda, la unica hermana viva de las Acosta, aquella triada de morenas amazonas que fueron famosas en su epoca por su belleza y su ferocidad. Cada una habia destacado a su forma: mi madre como la consagrada investigadora medica, mi tia Manuela como reina de la moda y diosa de la farandula local, y Arminda, quien hizo de las artes su amante y relacion mas duradera. Habia expuesto por toda Europa sus vibrantes cuadros, y siempre andaba metida en mil y un proyectos para impulsar la cultura y el arte en las islas. Al llegar a la calle San Jose la divise esperandome, alta y llamativa con su abrigo naranja y melena oscura veteada de anchos mechones de canas. Segun mis calculos ya tenia que haber pasado los setenta, aunque parecia diez anos mas joven. Tenia un carisma irresistible y una calidez abrumadora, como comprobe al hundirme en su abrazo. Siempre olia a especies orientales, y aspire con felicidad su aroma familiar. Me cogio la barbilla con la mano, y note como los ojos negros como el alquitran me escudrinaban como si estuviesen dragando el fondo marino. --Estas guapa, Zoe. Flaca, pero guapa. ?O sera que me gusta verte con tu color de pelo original? Sonrei, encogiendome de hombros. Armi estaba siendo muy benevola conmigo. Los ultimos meses habian sido complicados, entre lo de mi madre y lo que habia ocurrido en Singapur, y no habian contribuido precisamente a tener la mejor cara del mundo. --Mas bien es falta de tinte, Armi. Y que tu me ves con buenos ojos. Sonrio y me dio un beso en la mejilla. Luego me paso la mano por los hombros, estrujandome contra si, y me llevo a una terraza rodeada de plantas frondosas y luces indirectas. La observe dandole instrucciones al camarero y sonrei con disimulo. Armi solo tomaba bebidas de color rosa, asi que con ella me veia abocada al vino o champan de dicho color. Algunas veces la habia visto tomar refresco de fresa, sin embargo ahi no la secundaba: aquel liquido muy popular en las islas me sabia a jarabe de la tos. En cuanto nos hubieron servido una copa de vino, me lanzo la primera pregunta: --Cuentame, ?que plan tienes para estos dias? Porque conociendote habras venido con todo planificado y cuadriculado hasta el ultimo detalle. La mire, divertida, pero luego no pude evitar que la ironia tinese mi voz. --Esta bastante claro, ?no? Gracias a que el papeleo se hizo la otra vez, ahora solo me queda decidir que voy a hacer con las casas de mama. --?Y ya tienes alguna idea? Juguetee con la copa, admirando el liquido que por lo claro que era, parecia blanco. --La casa de Los Cristianos es perfecta para seguirla alquilando. Esta en buena zona y siempre habra gente que necesite quedarse durante un tiempo mas o menos largo. Eso si, se lo dare a la inmobiliaria para que lo gestione. No quiero tener demasiada vinculacion con ella. No, por supuesto que no. Era mejor pensarla como una inversion que como el lugar donde habia pasado mis veranos felices de la infancia. En esa casa se hallaban los jirones de los recuerdos de papa, mi hermana, los amigos en la playa del pueblo... De mama no tanto, pero eso era lo habitual. El que no estuviera, claro. Intente no pensar en mi madre y centrarme en el apartamento. Al dia siguiente tenia planificada una visita para verlo, debia hacerlo para cerciorarme de cual era su estado real. No obstante, malditas las ganas que tenia de enfrentarme al momento de abrir la puerta. Arminda me observo, sofocando un suspiro. De ella tambien conservaba muchos recuerdos alli: siempre se ponia un gigantesco delantal de propaganda para hacernos de comer, y recordaba sus gritos desde el balcon llamandonos para el almuerzo. En ese momento pense que hizo mucho mas de madre que Margot, y que mi padre se apoyaba mucho en ella. De hecho, pasaba gran parte de las vacaciones con nosotros. Su voz suave me saco de mis recuerdos. --?Quieres que vaya contigo? Mis labios se abrieron para declinar su invitacion, pero en el ultimo momento me calle. Dirigi la mirada a mis dedos, largos y cuajados de anillos de plata, la unica concesion que me daba dentro de mi estilo sobrio, y me entretuve con el brillo de una piedra azul. Armi espero, paciente, hasta que me decidi a hablar sin quitar la vista del pequeno zafiro. --?Vendrias? Puso sus manos sobre las mias y las apreto. Sus ojos se volvieron suaves, casi liquidos. --Claro que si. Se que esa casa fue importante para ti, lo fue para todos. No quiero que te enfrentes a ella sola. <>, pense, inmersa en la calidez que Armi creaba solo con su presencia. Yo, que nunca necesitaba a nadie, que era la mujer mas decidida y practica del mundo, tambien anhelaba a veces el calor humano. No tener que ser fuerte y lista, solo dejarme mecer por los bonitos recuerdos que compartia con mi tia. --Gracias --susurre con una sonrisa, y me dio unas palmaditas en la cara. --No te arregostes, que manana por la noche tengo una cita y si vas a ir tambien a la casa de Las Acacias, te las tendras que arreglar tu sola. Hizo un gesto divertido, difuminando la emocion del momento, y me rei. Asi era ella, original y especial hasta decir basta. --No te preocupes, la casa de Las Acacias sera mas facil. No tengo tantos recuerdos aparejados a ella. ?Fuiste por alli cuando... cuando mama vivia? Fruncio la boca en un gesto que no entendi demasiado, pero me distraje con el plato que el camarero depositaba en la mesa. Salive ante la hojaldrada de verduras, bien especiada y banada en salsa, y cogi el tenedor para cortar un trozo. --Tu madre y yo no nos vimos demasiado en este ultimo ano. Lo dijo en un tono de voz aparentemente normal, pero yo era experta en detectar cualquier cambio en el lenguaje corporal de las personas. --?Paso algo? Armi bebio de su copa, quiza buscando tiempo para encontrar una buena respuesta. Nuestros ojos se encontraron, azules contra negros, y no pudo enganarme. --Nada que yo pueda decir que fuese un encontronazo. Solo que... ella se alejo. Siguio trabajando a su ritmo habitual, pero luego me sorprendio al querer mudarse a la casa de mama y papa en Las Acacias. Una vez alli, desaparecio del mapa. Ni siquiera fui a visitarla para ver como estaba. Las pocas veces que hablamos, parecia reacia a ello. --?Pero esa casa era tuya tambien, no? Armi se encogio de hombros. --Llegamos a un acuerdo y compro mi parte. Yo no tenia ninguna intencion de vivir alli ni de hacer nada con ella, asi que me parecio un buen negocio. Y con ese dinero tape unos cuantos agujeritos. A pesar del tema, tuve que sonreir. Armi no era de las que calentaba un duro, sobre todo porque pecaba de demasiado generosa. Y por eso entendia que aquel dinero le habria venido de perlas. --Entonces la notaste diferente --dije, retomando el hilo de la conversacion. No se por que, pero tuve la sensacion de que mi tia no tenia demasiadas ganas de seguir hablando sobre aquello. Pero yo me ganaba la vida negociando, asi que no me fue dificil sonsacarle que en ese ultimo ano mi madre se habia mostrado mas sosegada que nunca, como el que descansa despues de una larga travesia a nado por un mar tormentoso. --Era como si estuviese... iluminada --silabeo Armi con cierta reticencia. Enarque las cejas sin poder creer lo que me estaba sugiriendo. --No me vayas a decir ahora que se metio en alguna religion o creencia que... --No. --Me interrumpio con un gesto abrupto de su mano--. No creo que fuera eso. Al contrario, la sensacion que transmitia era de haber aplacado sus demonios, esos que siempre avivaron su ansia de destacar y de ser la primera. Hizo un mohin travieso, rompiendo la seriedad del momento. --Tambien podria ser que se estuviera viendo con alguien, y que ese alguien la tuviera muy bien servida. <>, pense. No le habia conocido otra pareja desde la muerte de mi padre, asi que podia ser una posibilidad. Recorde a mi madre tal y como estaba la ultima vez que la vi, hacia ya casi un ano: alta y enjuta, con ese rictus en la cara del que siempre tiene prisa y no se puede detener por tonterias, luciendo esa belleza oscura y salvaje que siempre me hizo compararla con una pantera. Tenia cara de mujer dificil de domar, y eso a muchos hombres les parecia retador. --Ojala haya sido cualquiera de las dos opciones. --Que dices, yo hubiese preferido la del maromo.

  • Angel suicida de Charlotte Backman

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    Y una mierda. Si creian que no formaria parte de la investigacion, significaba que me conocian muy poco. El shock inicial se convirtio en tristeza y ahora, un dia despues de haber encontrado el cadaver de mi hermanastra tirado en el campo de futbol de debajo del Puente de Manhattan, solo siento ira. Esta ira sera la que me ayude a resolver que sucedio la pasada noche alrededor de las nueve y media, que fue, segun ha revelado la autopsia, la hora en la que Alice, con tan solo veinticuatro anos, perdio la vida. Segun mis superiores esta ira puede nublar mi mente y conseguir que no me centre; yo he logrado convencerles que no sera asi. Que nadie mejor que yo para atrapar al mal nacido que ha lanzado a mi hermanastra de un puente acabando con su vida. --Hacia cinco anos que no la veia --confese--. Somos hermanas por parte de padre, nos llevamos trece anos y nuestra relacion siempre ha sido nula. Para mi, aunque tengamos la misma sangre, es practicamente una desconocida. Dios sabe que me estaba muriendo por dentro; que solo podia recordar a Alice cuando era un bebe indefenso y yo una nina de trece anos a la que se le caia la baba y la besuqueaba todo el tiempo. A pesar de todo, logre sacar fuerzas. A pesar del sueno, a pesar del cansancio, a pesar de no poder entender nada ni el porque de todo esto. Mi serenidad logro convencerles. Todos estan de mi parte; no quiero su compasion, trato de no derramar lagrimas en publico y de disimular mi tristeza mostrandome mas seria y concentrada de lo normal. Aun no he pasado por casa, Jerry me ha aconsejado que deberia descansar y que Matt ha preguntado unas ciento tres veces por mi. Lo mas duro de todo esto ha sido llamar a mi padre. Se ha quedado mudo, se que durante unos segundos ni siquiera ha podido respirar. Una parte de mi tiene ganas de abrazarlo. La otra, prefiere esconderse. Me aterra tenerlo delante y tener que mirarle a los ojos en el momento en el que tenga que ver a su nina pequena sobre una camilla de metal. Blanca, pura y preciosa; con su melena rubia bien peinadita y sin su risa caracteristica o su mirada traviesa. Alice era una buena chica. No merecia este final. Nadie merece un final asi y quien haya creido que si, lo va a pagar muy caro. El examen toxicologico no ha dado muestras de alcohol u otro tipo de sustancia en su sangre. ?Accidente? Descartado. ?Suicidio? Me niego. ?De quien era si no el trozo de tela? Alguien la tiro del puente. La sangre del vagabundo era la de mi hermana y el trozo de tela perteneciente a una camisa a cuadros roja y negra, una prueba concluyente en la investigacion. Mi hermana debio arrancarsela al asesino antes de caer. Hoffman, el vagabundo, recibio una buena reprimenda por haber entrado en el campo de futbol donde cayo mi hermana, haberse llevado una prueba y haber tocado la sangre. Por lo demas, no se han encontrado mas huellas que las de Hoffman; mechones de cabello o restos de piel debajo de las unas de la victima, por ejemplo. Alice no se defendio. O no le dio tiempo a defenderse. Mi padre llega al anatomico forense donde esta el cuerpo de Alice a las tres de la tarde. Abatido y ausente, nada mas llegar me da un frio abrazo. No lo siento aqui. No conmigo. Esta en otro lugar que no logro alcanzar. --?Que le han hecho a mi nina, Gaby? ?Que le han hecho? Estoy segura que en estos momentos se alegra de que la madre de Alice falleciera hace tres anos a causa de un cancer. Las madres nunca superan las perdidas de sus hijos y menos en circunstancias tan extranas e inexplicables. Los padres tampoco, pero sobreviven en la mayoria de casos. Mi padre sobrevivira. Se niega a ver el cuerpo de Alice. Es algo extrano, pero cada uno reacciona a su manera. --No quiero verlo. No puedo, Gaby. No puedo. Se echa las manos a la cara; se derrumba delante de mis narices y pienso que de un momento a otro se va a desmayar. No lo hace, es duro como el acero. Yo, sin embargo, estoy alimentandome a base de cafes americanos y creo que la tension, que esta por las nubes, me va a pasar factura. --Papa, se que es muy duro. Pero tienes que recordar algo. ?Alice tenia algun enemigo? ?Sospechas de alguna persona? --Hacia tres meses que no la veia, Gaby --reconoce, con las mejillas inundadas en lagrimas--. No queria saber nada de mi. Su respuesta me paraliza; no se hacia donde llevar la conversacion. ?Tres meses sin verla? ?Tres meses en los que Alice no queria saber nada de papa? ?Por que? ?Que habia pasado? ?Que me habia perdido? CAPITULO 3 15 de septiembre, 2014 Alice Papa me llama cientos de veces a lo largo del dia. Pero no puedo dejar que me vea asi. No puedo. Es la tercera vez que me pega. Me he quedado en un rincon del apartamento aguantando sus punetazos, sus tirones de cabello y las dolorosas patadas en las costillas. Apenas me puedo mover. ?En que me he convertido? <> Lloro. Lloro hasta que me quedo sin lagrimas y entonces, cuando menos lo espero, me quedo dormida. Estoy dentro de un profundo sueno del que no quiero despertar, porque, al abrir los ojos, la realidad me golpea aun mas fuerte que el. Es un Monstruo. No tiene piedad. Bebe sin control y se que los porros y la coca lo estan dejando sin neuronas. Deberia ir a la comisaria mas cercana y denunciarlo. O llamar a Gaby. Gaby siempre saber solucionarlo todo. No es precisamente la hermanastra de los suenos de cualquier joven de veinticuatro anos, pero cuando la llamo esta. No quiero molestarla, tiene un hijo pequeno, su propia familia y un trabajo que la absorbe practicamente las veinticuatro horas del dia; pero hoy, mas que nunca, necesito hablar con ella. Contarle la verdad. Decirle que soy lo peor a la hora de tomar buenas decisiones. Que no soy como ella y que me arrepiento de no haber escuchado a mis amigas, cuando aun estaba a tiempo de dejarlo. Me levanto. Apoyo la mano en la pared y por poco me llevo la cortina por delante. Camino a rastras, me doy cuenta que me sale sangre de la cabeza al ver como gotea por el suelo de parque. <>, pienso. Voy hasta mi dormitorio. Me agacho con mucho esfuerzo y cojo una cajita de laton; en su interior hay un diario que tengo abandonado desde hace tiempo. Tengo

  • Crees en el amor a primera vista o !vuelvo a pasar! - Vanessa Lorrenz de

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    Vanessa es una chica, que de nina sonaba con ser igual que la princesa valiente, pero la vida es algo totalmente distinto a los cuentos de hadas, ahora con veintiocho anos, diez kilos de mas y un enamoramiento por el dueno del bufete juridico donde trabaja, tendra la oportunidad de convertirse en valiente y luchar por lo que mas quiere en la vida. Porque no hay nada mas delicioso que el chocolate, y no hay una chica con tallas de mas que no encuentre al amor de su vida, acompana a Vanessa a decirle al hombre que ama ?crees en el amor a primera vista? o !vuelvo a pasar! Capitulo 1 --Entonces la princesa, desperto de su largo sueno, por el beso que le dio el principe azul, la subio a su enorme caballo blanco y caminaron juntos persiguiendo el horizonte, para llegar al castillo. --Mama porque el principe beso a la bella durmiente--preguntaba Vanessa que con sus escasos seis anos estaba ansiosa por conocerlo todo. --Ummm supongo que porque le gustaba mucho la princesa. --Puaj que asco mama a mi me gusta mucho Carlitos pero ni loca le daria un beso--la nina fruncia su pequena y respingona nariz--aunque el dice que se casara conmigo cuando sea grande. --Ojala pensaras lo mismo cuando seas grande hija, y te de asco besar a los chicos, pero algo me dice que romperas muchos corazones. --Yo voy hacer como la princesa Valiente, no voy a tener un principe, ?me compras un arco mama? ?Me pintas el cabello de rojo? --Ya veremos mi amor, de momento es hora de que duermas, manana hay colegio y luego no te quieres levantar. --Pero mama la princesa valiente no le gusta estudiar, igual que a mi. Quiero disparar flechas como ella, anda comprame un arco. --No lo se, solo si prometes que te levantaras temprano e iras al colegio. --Esta bien mama pero promete que me pintaras el cabello de rojo, o de blanco como esa princesa de hielo, anda si. --Esta bien dejame buscar donde vendes tintes de esos colores y hablamos del asunto. Ahora descansa suena con los angelitos. Vanessa cerro los ojos, mientras su madre le acariciaba el cabello, y la cobijaba dentro de su suave cama, ella pudo sentir el dulce aroma a rosas frescas de su madre, era la fragancia que siempre usaba y que a ella tanto le encantaba. Ella queria ser cuando fuera grande como su mama, una pintora muy famosa, queria ser como valiente, y queria ser como su cocinera que le hacia ricos prostres. Pero ahora con veintiocho anos, no era mas que una mujer con generosas curvas, acompanadas de unas cuantas lonjillas, tenia potencial porque cualquiera sabia que las rubias tienen potencial aunque tuvieran sobrepeso, estaba escrito en algo asi como la biblia de las rubias. Era uno de los mandamientos sagrados, pero bueno se estaba desviando del tema, era una chica normalita, con una estatura que casi competia con un minions, es que su uno sesenta la hacia ver bajita. Cuando estaba en el colegio se sentia acomplejada, pues ver como tus companeras totalmente flacas que llevan un dieta a base de apio, salian con los chicos mas guapos del colegio y a ti te tocaba salir con el chico timido de gafas, desgarbado y la cara llena de acne, no era precisamente lo que ella tenia en mente. Pero en fin, que se le iba hacer, ese era el cuerpecito caribeno que le toco tener, y ella estaba muy a gusto con el, es mas adoraba su cuerpo, ya habia invertido mucho dinero en chocolatinas, como para bajar de peso solo por seguir modas, no eso !jamas! Se amaba tal como era. Si Bridget Jones pudo conquistar a Mark Darcy ella porque no. Ahora que lo pensaba tenia que comprase unas pantaletas de esas que usaban las abuelitas, que a Bridget tanto le funcionaron. Su madre siempre decia que tenia los ojos mas perfectos del mundo, que el color era especial, que no habia otro par de ojos como los de ella, pero bueno era su madre, que podia esperar en su infinito amor por ella, siempre la hacia sentir especial, aunque fuera tuerta. Y pues asi a juego con los especiales ojos azules, tenia una nariz respingona, y una boca que muchos definirian como bastante grande ?verdad?, pero eso solo era a la hora de decir cosas sin sentido, o de estar al tanto de los ultimos chismes, porque si de algo pecaba Vanessa era de ser un poquitin chismosa. !Pero es que a quien no le gusta un buen chisme! !Que tire la primera piedra quien no le guste el chisme!, hay creo que no era asi, pensaba mientras camina a paso lento a su lugar de trabajo.

  • Flores de invierno de Patricia A. Miller

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    Katherina y Scott solo tienen en comun una cosa: la reforma de los majestuosos jardines de Lambert Resort.
    Ella es la gerente del hotel de lujo; el el paisajista contratado.
    Ella es metodica y fria; el un seductor que siempre llega tarde.
    Ella adora el orden y la limpieza; el... el no tiene orden ni en su vida. De la limpieza, mejor no hablamos.

  • Yo soy Eric Zimmerman 2 de Megan Maxwell

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    Tras una boda y un viaje de novios de ensueno, mi vida con Judith comienza a normalizarse. Durante el dia, mientras trabajo en mi empresa, mi maravillosa esposa sigue en sus trece de llevarme la contraria en todo lo que puede y mas.

  • La casa del padre de Karmele Jaio

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    Ismael esta bloqueado. Lleva dos anos intentando escribir su proxima novela, pero no consigue producir mas que borradores sin vida, y no llega a los plazos acordados con su editor. Se cuestiona todo lo que escribe, algo que no le habia ocurrido nunca. Su situacion se complica el dia en que su madre tiene un accidente e Ismael se ve obligado a pasar todas las tardes con su padre para cuidar de el. Esas horas lo transportaran de golpe a un momento que quedo congelado en su infancia y que Ismael ha mantenido oculto hasta ahora entre sus recuerdos.

  • UNA VIRTUD, ELYSIAN de Valentin Raya Cabrera

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    Elysian es una carismatica, perseverante, noble, risuena y extrovertida nina donde tambien cuenta con ciertas debilidades.
    Es algo perezosa, cabezona, ingenua y fantasiosa con un espiritu rebelde ansiosa por descubrir todo lo que le rodea, saciando a su alma.
    Dentro de su vinculo familiar compuesto por cinco miembros, donde esta pareja tiene tres hijas y Elysian es la menor de todas.
    No conto con la suerte de disfrutar de su infancia como le hubiera gustado al haber nacido en este seno familiar.
    La convivencia en aquella casa era un autentico circo de los horrores, donde tendria que lidiar dia a dia con una pesadilla.
    Este mal sueno nunca queria abandonar la compania de Elysian, intentaba alimentarse y robar esta luz que ella poseia en el crisol de su pura e inocente alma.
    Siendo extrano para ella, el llegar a pensar sobre aquellas personas que creia cercanas, se vuelven distantes mientras que otras personas sin unir ningun enlace sanguineo son mas cercanas y entranables.
    Una manana en una de sus alocadas aventuras interceptan en su camino Tom y Juana, llegando a sembrar una preciosa amistad que era un filtro para evitar cualquier apice sombrio de esta pesadilla pudiera enturbiar el correcto camino que debe tomar para lograr un destacado futuro lleno de armonia.
    Conseguira Elysian labrar dicho futuro o permanecera siendo un elemento mas de este circo permaneciendo para siempre aqui.

  • Romeo de Moruena Estringana

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    Cuando la mujer que amas esta en peligro el mas fiero guardaespaldas sale a la superficie.
    Romeo siempre ha estado enamorado de Iris, la ex mujer de su mellizo. Por haber sido su cunada siempre ha mantenido las distancias con ella, aunque la ame.
    Todo se complica cuando una noche. Iris toca a su puerta y le dice que la proteja, que su vida corre peligro. Le tocara sacar su lado de protector de guardaespaldas para protegerla, aunque dejarse llevar por el deseo que le consume cada vez que la tiene cerca no entra en sus planes ni arriesgarse a perder a su familia por la eleccion de su corazon tampoco.
    ?Que sera mas dificil, mantenerla con vida o alejada de el para no caer en la tentacion de elegir una vida a su lado?

  • Por donde sale el sol de Blanca Garcia-valdecasas

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    Por donde sale el Sol: Violeta, la mujer del pintor Rogelio Diaz, le dice que esta pintando por rutina y deben cambiar de aires y paisajes, viajar, con sus siete hijos. Ella se ocupara de todo. El se deja convencer: se iran a Chile por un par de anos. Ocurre un imprevisto y Violeta no los acompana en el viaje pero sera un personaje oblicuo, siempre presente, fundamental, a lo largo de la novela. Historia de amor: entre ellos dos, amor a la familia, a las personas, al Arte, la Naturaleza, a toda la Creacion.

  • Si Buscas Enamorarte de Raico Calamonte

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    Puede que tengas emociones que al principio no sabias que podias sentir. Quiza te has acostumbrado a iniciar cada nueva etapa de tu vida con la mente limpia y cero expectativas. O tal vez, nunca hayas tenido una conversacion con una persona que, apenas verte, ya te conoce casi a la perfeccion.
    "Que genial es hablar con alguien que me entiende, que me reta, que me ensena, que me impulsa a querer sentir mas de su compania, que me envuelve con la fortaleza que brinda un abrazo, que me causa el anhelo de poder clavarme en sus ojos. Unos ojos que me dan el calor de una tierna mirada, y me transmiten una sensacion de ternura, alegria y amor".
    Ahora ya lo sabes: descubriras un sentimiento que enternece, y a la vez, te intrigara a querer saber mas, a desear sentir mas, a poder ver mas.

  • La eleccion de Esther de Carlos Portela , Purita Campos

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    Esther acaba de cumplir cuarenta anos.

  • Mademoiselle Coco. y la pasion por el numero 5 de Michelle Marly

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    Una novela que no solo revela el significado del mitico Chanel no5, sino que muestra a una mujer sensible, apasionada y generosa. Por sus paginas desfilan sus grandes amigos y amores, personajes reales como Picasso y Stravinski, y la esencia de ciudades como Paris o Venecia. Paris, 1919. La ciudad se ha rendido a los disenos de Gabrielle <> Chanel.Su moda es revolucionaria y su creadora se ha convertido en un simbolo de elegancia. Pero cuando su gran amor muere en un accidente automovilistico, Coco se derrumba y tiene la sensacion de que su propia vida se ha terminado. Solo la idea de crear un perfume unico que inmortalice su amor logra sacarla de un estado de profunda tristeza. Mientras busca la esencia perfecta, visita Venecia, donde conoce a Dimitri Romanov y la historia del perfume de Catalina la Grande. Un viaje que marcara un antes y un despues en la vida de Coco.

  • No me prives de tu piel de Patricia Geller

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    Eva se siente vacia y necesita olvidar. Su monotona vida no le depara demasiadas emociones, por lo que decide acudir a un club privado y mantener relaciones a oscuras con un hombre al que no puede ponerle rostro. Ella sabe que es un juego peligroso y que esos extranos encuentros tienen fecha de caducidad.

  • Misericordia auxiliar (Imperial Radch 3) de Ann Leckie

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    El esperado desenlace de la trilogia superventas del New York Times: <>

  • Desafiame (eLit 3) de Stephanie Bond

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    La ejecutiva de marketing Gabrielle Flannery no era precisamente una aficionada al aire libre y la naturaleza. Pero despues de un vergonzoso incidente, decidio que habia llegado el momento de asegurar su posicion en la empresa. Aunque para ello tuviera que enfrentarse cara a cara con el chico de oro del departamento de marketing y bombon de la oficina, Dell Kingston, con quien tendria que disputarse una importante cuenta.

  • La tentacion del rey Midas de Jose Carlos Bermejo Barrera

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    La tentacion del rey Midas es un libro en contra de la abstraccion, pero a favor del pensamiento. intenta contribuir al analisis de la realidad economica, social y politica, partiendo del principio de que cualquier tipo de conocimiento solo puede captar una fraccion de la realidad y de que la realidad, previa a los conceptos e inabarcable por ellos, acaba siempre por salir a la luz en el choque de contradicciones y relaciones sociales y de produccion.

  • Juramentos de sangre de Brianna Callum

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    Corre el ano 1720 en Escocia. En un tiempo donde rigen la espada, los senores de las tierras, el honor y la traicion, dos parejas se encontraran para no perderse jamas, o quizas si.
    Dos historias de amor y aventuras que se entrecruzan y que se tejen a traves de los siglos, en diferentes epocas y ciudades, y que ponen a prueba el Tiempo. Cuatro almas signadas por una promesa de amor eterno y por un juramento de honor, que deberan enfrentar peligros, odio, envidia y persecuciones. incluso desafiar a la misma muerte para estar juntos.

  • El lider que no tenia cargo de Robin Sharma

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    Robin Sharma, autor del internacional best seller El monje que vendio su Ferrari, regresa a la parabola con una historia inspiracional acerca del nuevo significado y valor del liderazgo.

  • Un amor para olvidar de Erina Alcala

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    Ernesto es un arquitecto barcelones. Un empresario guapo y atractivo, dueno de hoteles y adquisiciones inmobiliarias. Poco esperaba que en uno de sus aburridos viajes de negocios, en la estacion del Ave de Madrid, tendria que conocer a Carmen, la mujer que le cambiaria la vida.

  • Belgravia, Julian Fellowes de Julian Fellowes

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    La nueva novela del creador de Downton Abbey.

  • Hasta luego cocodrilo de Soledad Mora de

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    Gracias, Lito --digo, rebuscando nerviosa las gafas de sol en el bolso--. Estare de vuelta en media hora. Me encanta ese momento, lo disfruto al maximo. Es de lo mejorcito que me da la vida… Y eso que no es que la vida me trate mal precisamente. Durante esos segundos en los que espero sentada, impasible y muy digna, a que el chofer me abra la puerta para poder salir, me siento como si fuera la protagonista de Sexo en Nueva York. La gente que pasa por la acera me mira descaradamente y sin ningun tipo de disimulo se detienen dandose codazos, me senalan y comentan entre ellos quien puede ser <> que va a salir del espectacular Mercedes negro. A veces he oido los comentarios que hacen y no solo no me molestan en absoluto, sino que, muy al contrario, disfruto con ellos; digan lo que digan, se que son pura envidia… !Anda y que los zurzan! Que mas quisieran ellos que estar en mi lugar. Matarian. Cuando pongo un pie en la calle y empiezo a salir del coche, oigo bocinazos e insultos por parte de los que van detras y a los que parece que hemos cortado sin miramientos al parar, pero yo, continuando en mi rol de diva, los miro con desprecio y cruzo la calle fingiendo ignorarlos. Sin embargo, no siempre ha sido asi. Recuerdo sin ninguna nostalgia mis anos de recien casada. Entonces yo no tenia ninguna experiencia en el mundo en el que ahora me desenvuelvo como pez en el agua y odiaba con todas mis fuerzas algunas situaciones estresantes, en las que me sentia insegura, estupida e inutil. Y la salida del coche era una de ellas. Alli sentada, esperando sin poder hacer nada, siempre intentaba abrir la puerta del coche por mi misma, algo que rara vez conseguia, porque el chofer, siguiendo ordenes estrictas de mi marido, siempre era mas rapido que yo, con lo cual todo quedaba en un absurdo forcejeo. Una lucha contra la puerta: yo, desde dentro, empujaba con todas mis fuerzas para salir lo antes posible y acabar con el numerito y el, desde fuera, hacia presion hacia mi, para que no me atropellara nadie, supongo, y la soltaba de repente, cuando veia que yo ya podia salir sin arriesgarme a un accidente. Lo cual era mucho peor, por el show que acababamos por montar… Alguna vez, incluso habia estado a punto de caerme, al abrirse mas rapido de lo que yo esperaba y quedarme medio colgada y haciendo equilibrios y aspavientos para evitar aterrizar en plena calzada, ante las risas y burlas de los que nos miraban; y eso era exactamente a lo que yo tenia panico y lo que en aquellos momentos queria evitar a toda costa. No deseaba llamar la atencion. Que verguenza pasaba… Ademas, mi marido odiaba que me precipitase de esta manera al exterior y, cuando lo hacia, me solia renir: <>, me decia con bastante mala uva, a lo que yo solia contestarle con frases como <>. Ante esa reaccion mia, el solia anadir, mirandome despectivamente mientras negaba con la cabeza: <>. Sin embargo, ahora ya he aprendido, soy una buena alumna y la verdad es que no he tenido que esforzarme demasiado… ?Queda aun algo de la antigua Gloria? Por suerte poca cosa --ya casi ni me acuerdo--. No quiero recordar aquella adolescencia cutre en Andorra, creo que la he borrado de mi mente. Antes de conocer a Javier, todo era trabajo, privaciones y malos rollos, siempre ayudando a mis padres en el hotelito que teniamos arrendado como negocio. Lo llamabamos <> entre nosotros, con aires de grandeza, pero aquello era a todas luces una pension pura y dura; a lo sumo, se la hubiera podido calificar de residencia. Hotelito, jamas. Nuestra clientela solian ser estudiantes durante la temporada de esqui y los viajes de fin de curso. Fue asi como conoci al que hoy es mi marido. Alli trabajabamos toda la familia; no nos quedaba otro remedio, eso nos daba de comer y era impensable rebelarse o plantear otra opcion. Mis padres no se andaban con monsergas, ya nos iban bastante mal las cosas como para que las hijas les salieramos respondonas. <>, nos decia mi madre cuando le pediamos un poco de tiempo libre. Siempre habia trabajo, no se acababa nunca, pero no porque estuvieramos desbordados por los muchos clientes, que mas habriamos querido: el problema era que entre cuatro lo haciamos todo. No habia dinero para emplear a nadie que nos ayudara. Mis padres en la recepcion y en la cocina, y mi hermana Meritxell y yo haciendo camas, limpiando, ayudando a servir comidas… Lo que hiciera falta. La verdad es que lo recuerdo como una autentica pesadilla, horrible y frustrante. Yo veia con envidia y rabia a aquellas pijas que venian a esquiar, casi todas rubias y con largas y lisas melenas, que me miraban por encima del hombro, a las que tenia que servir. Se pasaban el dia esquiando y las noches de juerga, mientras yo estaba esclavizada sin poder salir. Las odiaba con todas mis fuerzas, pero al final la que se llevo el premio fui yo. Consegui a Javier, el mas solicitado, el partidazo, y encima guapisimo. Ahora soy la senora Arnau y pertenezco por matrimonio a una de las familias mas poderosas de Barcelona, una de las familias <>, como le gusta decir a mi marido, que ha triplicado el fortunon heredado de sus padres. Unos padres que, por suerte para mi, ya estan muertos, pues nos odiabamos mutuamente, ya que jamas aceptaron que su nino se casara con una <>, lo mas light que me llamaron. Y lo se porque el mismo Javier me lo contaba, con bastante mala baba, por cierto. No se si se caso conmigo porque estaba enamorado de mi o para fastidiar a sus padres, para darles en las narices con <>, otro de los carinosos apelativos con que mis suegros me obsequiaban. Murieron a los dos anos de estar nosotros casados, en un accidente de coche, precisamente en Andorra, casualidades de la vida, y fueron mis padres, a los que siempre habian despreciado, los que tuvieron que encargarse de los primeros tramites hasta que llegamos nosotros. Cosas de la vida. Javier hizo muchisimo dinero invirtiendo en electronica --!mas de cien tiendas en toda Espana!--. Macroespacios donde encontrabas de todo: las ultimas novedades, lo mas sofisticado, en fin, cualquier cosa que buscases, un nuevo concepto que resulto revolucionario. Un exito en ventas, y las abrio en un momento inmejorable. Ese patrimonio, unido a los millones que heredo de sus padres, pues encima es hijo unico, lo convirtieron en uno de los hombres mas ricos de Barcelona. Y es que las cosas son como son y hay que llamarlas por su nombre: gracias a eso, yo puedo llevar la vida que llevo y el, hay que reconocerlo, me consiente todos los caprichos. <>, me dice siempre y yo lo aprovecho a tope. Nada mas faltaria que no lo hiciera. Seria de tontos… Esa es la vida con la que siempre habia sonado y que no dejare escapar por nada del mundo. Me ha costado demasiado llegar hasta aqui.

  • El Amor Que Tuvimos Y Perdimos (LGBT) de Fabian Tapia

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    Estonia, 1960
    Para Anton la llegada de Mihkel supone una revelacion; el es un joven dedicado a los tulipanes (el ultimo rastro que dejo su padre ausente) y Mihk es un joven que llega por un intercambio de Alemania para lograr la escultura que lo catapulte a la Universidad de sus suenos. Anton solo espera poder recabar la valentia necesaria para poner en orden sus pensamientos teniendolo cerca y lejos -porque el amor, segun el, es una casa que salta por los aires-. Pronto se veran envueltos en un torrido romance en el que ninguno de los dos estara a salvo, pues no estan muy seguros de que disimular sea la opcion mas correcta porque podrian desaparecerse en medio del secreto.
    En Estonia, lo saben ambos, un amor asi se castiga.
    Pero, ?no duele mas el castigo de dos corazones en la distancia?

  • Un hogar a tu lado (Creek Canyon 2) de Catherine Bybee

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    Erin siguio con suma atencion la trayectoria del blanco de arcilla, desde el momento en que salio disparado del lanzador y se desplazo surcando el aire, hasta que se rompio en pedazos cuando Parker apreto el gatillo de la escopeta. --Le has dado todas las veces. ?Como lo haces? --Erin estaba impresionada. Ella solo habia conseguido acertar un plato de cada diez, mientras que Parker se habia ganado su apodo, el de <>, a pulso. --Es cuestion de practica. Tu acabas de empezar, date tiempo. Estaban en un rincon escondido del bosque del Angeles National Forest, en un campo de tiro, un lugar dominado por la testosterona en el que de vez en cuando se veia a alguna que otra esposa o novia. Erin y Parker eran las unicas mujeres que no iban acompanadas de un hombre. --Seguimos con el tiro al plato unas cuantas veces mas y luego pasamos a la galeria de tiro con pistola, ?de acuerdo? Los blancos moviles son mas dificiles, pero es que quiero que te acostumbres al retroceso de la escopeta para que puedas controlarla. --Parker le estaba dando lecciones sin avasallarla con la bateria de preguntas que le haria cualquier otra persona. A finales del verano anterior, Erin se habia ido a vivir a la propiedad de Parker, quien estaba desesperada por alquilar la casa de invitados del rancho familiar tras haber sobrevivido a un incendio que por poco destruye todas las posesiones de su familia. Erin estaba igual de ansiosa por instalarse alli y empezar una nueva vida lejos de las carreteras principales y los barrios de cualquier gran ciudad, donde todo el mundo se conocia. En una localidad del tamano de Santa Clarita, en cambio, no llamaria la atencion ni estaria rodeada de los turistas y los empresarios que invadian las grandes ciudades del sur de California. Erin esperaba encontrar soledad y, en vez de eso, lo que encontro fue una amiga fabulosa, una amiga que se dio cuenta de que Erin estaba escondiendose de su ex, pero que no la presiono ni una sola vez para que le contara los detalles de la historia. No, Parker no hurgo en su vida, sino que simplemente le dijo que, cuando estuviera lista para hablar, alli estaria ella para escucharla. Incluso ahora, mientras disparaba a los blancos --errando casi siempre el tiro, en el caso de Erin, que tenia una punteria terrible--, habria tenido toda su logica que Parker le hubiese preguntado por que tenia tantas ganas de aprender a disparar. Sin embargo, no lo habia hecho. Ni una sola vez. Parker le dio el arma a Erin con el canon abierto, preparado para que llenara el cargador. Eso ya sabia como hacerlo. Ahora bien, darle al blanco con ella... eso ya no era tan facil. Aunque, a cualquiera que le hubiese preguntado, le habria dicho que el mero hecho de cargar el arma ya le infundia un valor que ni siquiera sabia que tenia en su interior. Con las gafas de seguridad y los oidos tapados con tapones de color naranja --<>, como los llamaba Parker--, Erin apoyo la culata del arma en el hombro. --?No te olvidas de algo? --le pregunto Parker. Erin se detuvo un segundo, con aire confuso. Luego sonrio y amartillo el arma. El sonido le resulto inquietantemente satisfactorio. Era como decir <> con dos solidos chasquidos. Parker sonrio. --Esta vez quiero que te inclines hacia el arma y que mires fijamente por el canon hasta que sientas que es una extension de tu brazo. Sabes que el plato va a salir disparado hacia la izquierda, asi que no apuntes a la derecha en ningun momento. --Se situo detras de la maquina lanzaplatos--. Cuando tu me digas. Erin respiro profundamente y puso el dedo en el gatillo. --Ya. Parker solto el resorte. Un plato de color naranja salio disparado hacia el cielo. Erin lo vio volar y supo que iba a fallar antes de apretar el gatillo. El estruendo del arma le resono en el oido y le sacudio el hombro, empujandolo hacia atras con un solo movimiento. El plato de arcilla volo intacto hasta alcanzar la parte posterior de la colina y reunirse con todos sus companeros. Solo entonces se hizo pedazos. Parker se acerco a ella por detras. --Traslada el peso de tu cuerpo al pie izquierdo. --Puso una mano en el hombro de Erin y la empujo levemente hacia el arma--. Apoyate en ella. De nuevo en posicion, respiro hondo varias veces mas. <>, se dijo. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Fallo el tiro. --!Plato! Le dio... Joder, !le habia dado! Erin se sintio como si acabara de ganar la loteria, y una enorme sonrisa afloro a sus labios. Bajo el arma y choco los cinco con Parker. --?Quieres dejarlo ahora que vas ganando? --pregunto Parker--. ?O quieres seguir disparando un poco mas? Erin bajo la escopeta. --Probemos con algo mas pequeno. Una hora mas tarde iban conduciendo por la larga carretera del canon, orgullosas de su punteria. Parker tenia razon: disparar con pistola era mucho mas facil que hacerlo con la escopeta. Cada tintineo de los blancos metalicos habia sido como un signo de exclamacion. Erin no podia dejar de sonreir. --Ha sido mucho mas divertido de lo que pensaba. Parker mantuvo ambas manos en el volante mientras doblaba las curvas del canon. --Mi padre me llevaba al campo de tiro cada dos por tres. Siempre decia que, como teniamos armas en casa, era imprescindible que aprendiera a disparar. --?Y Mallory y Austin? Mallory y Austin eran, respectivamente, la hermana y el hermano pequeno de Parker, de quienes esta se habia hecho cargo tras el fallecimiento de sus padres, tres anos antes. --Mallory fue un par de veces, pero no le gusto. Aun asi, se defiende bastante bien con las armas. Austin disparaba la pistola del calibre .22 de mi padre cuando era pequeno. Ahora intentamos venir aqui un par de veces al ano para practicar. --?Saliais a cazar alguna vez? Parker nego con la cabeza. --No. Una cosa es pegarle un tiro a una serpiente de cascabel y otra muy distinta dispararle a Bambi. Supongo que si tuviera mucha hambre si podria hacerlo. Mi padre iba de caza con su hermano cuando eran jovenes. Erin lanzo un suspiro. --Yo creo que seria incapaz de dispararle a nada. --Pero informarse sobre el manejo de un arma y saber utilizarla no es algo malo en si: la informacion es poder y todo eso. Para mi, tener algo mas que un bate de beisbol en casa tras la muerte de mis padres fue un consuelo. A veces el mundo es una selva. No hay mas que ver las noticias para darse cuenta de eso. Erin se froto el lado de la mandibula donde todos los dias de su vida utilizaba maquillaje para ocultar una cicatriz. Ella sabia muy bien hasta que punto el mundo estaba lleno de seres salvajes. --?Crees que eso te convierte en una persona paranoica? --?El que me convierte en una persona paranoica? --Tener un arma en casa. --Cargada y lista para dar la bienvenida a cualquiera que se plante en tu casa mientras duermes, armado con su propia arma, para llevarte de vuelta a una vida de malos tratos y sufrimiento... Erin ahuyento la imagen de su cabeza. --Echo siempre el cerrojo de las puertas por si alguien intenta entrar; tengo un extintor por si hay un incendio; tengo un seguro por si se hunde el mundo... ?Significa eso que estoy paranoica? --Eso es un poco distinto. --?De verdad? Estoy hablando de tomar precauciones y tener un seguro. De momento no ha entrado nunca ningun ladron a robar en casa. El extintor no habria servido de nada en un incendio forestal, y el seguro ha sido mi salvacion. Tener un arma de fuego para proteger a mi familia es solo una precaucion. --Parker hizo una pausa--. Y para protegerte a ti tambien, si no me equivoco. Por eso hemos venido hoy aqui. --La observacion de Parker habia dado justo en el clavo. La persona de la que debia protegerse tenia un rostro y un nombre que Erin estaba tratando desesperadamente de enterrar en su pasado. --Y ahora es cuando cambio de tema. Parker se rio. --No esperaba menos. Media hora mas tarde, entraron en la propiedad vallada y pasaron por delante de un equipo de fontaneros que estaba cavando una larga zanja a traves del terreno. Una de las numerosas inundaciones relampago que habian sufrido en el invierno posterior al incendio se habia llevado por delante la tuberia principal de la entrada de agua a la casa. Ahora que el tiempo primaveral por fin estaba dando paso al sol abrasador tipico del sur de California, Parker habia contratado al equipo de operarios para que arreglara las tuberias de forma permanente. Una larga manguera de bomberos que conectaba el suministro de agua de la ciudad con la casa les habia ahorrado tener que trasladarse a vivir a otro sitio mientras esperaban que el tiempo cooperara. Para Erin, los inconvenientes eran minimos; solo habian estado unos pocos dias sin agua corriente. Teniendo en cuenta la magnitud de los danos que habia sufrido la finca, podia darse con un canto en los dientes. Colin, el novio de Parker, las saludo mientras pasaban por delante de los operarios y se dirigian cuesta arriba a la casa principal. Parker sonrio. --?Cuando te va a hacer la gran pregunta? --dijo Erin. --Nos vamos a Cabo San Lucas dentro de dos semanas. Supongo que podria volver de alli con un pedrusco en el dedo... Eso mismo pensaba Erin. Parker y Colin llevaban planeando su viaje a Mexico desde Navidad. Aguas cristalinas, playas de arena blanca... Sonaba paradisiaco. Parker aparco el coche y abrio la puerta. --Voy a guardar mis cosas y luego te ayudo a limpiar las armas, ?vale? --le propuso Erin. --No te preocupes. Pensaba hacerlo esta noche. Quiero estar un rato con los operarios y asegurarme de que no estropean las canerias nuevas. Erin meneo la cabeza con admiracion: Parker era la propietaria mas involucrada personalmente en las reparaciones domesticas que habia conocido en su vida. Colin subio andando la empinada cuesta del camino de entrada y saludo a Parker con un beso. --?Como ha ido? --Le he dado a dos platos con la escopeta. --Erin levanto el puno en el aire. --Pues ya se te da mucho mejor a que a mi --comento Colin. Parker se apoyo en el. --Lo que no te ha dicho Erin es que ha dejado secos a todos los blancos metalicos con la Glock. Erin sonrio al oir los elogios de su amiga. --Yo no diria tanto, pero no me ha ido mal, no. --Es muy modesta --dijo Parker. --Yo no soy la experta, pero tu si. ?Tu la has visto en accion? --le pregunto Erin a Colin. --No con una pistola --bromeo. Las mejillas de Parker se tineron de rojo. Erin nego con la cabeza. --Bueno, y despues de eso, yo creo que me voy corriendo a comprar y a la oficina de correos. ?Necesitais algo del supermercado? --No, gracias. --Parker abrio el maletero del coche y saco la funda de su escopeta. Como Erin no tenia que ayudar a descargar el coche, cruzo el camino de entrada hasta el sendero que llevaba a la casa de invitados. Aunque la propiedad estaba vallada y estaba prohibido el acceso, no cerrar la puerta con llave no era una opcion. Ademas, la semana siguiente iban a instalar el sistema de alarma. Una precaucion mas que Erin iba a anadir a su arsenal de proteccion. La casita de un solo dormitorio era perfecta para ella. El salon y la cocina formaban un solo espacio muy amplio que venia amueblado, algo ideal para Erin, teniendo en cuenta que habia abandonado su vida anterior practicamente con lo puesto: dos maletas de ropa y la tarjeta SD de fotos de un movil. Habia dejado atras todo lo demas. Todo y a todos. Entro en el bano y se lavo la suciedad de la cara y la polvora de las manos. La idea de que sus manos no pasaran el control de seguridad de un aeropuerto la hizo sonreir. Se miro en el espejo y se dio un prolongado repaso en el. --Pasito a pasito --dijo, hablandole al aire. Se quito la goma con que se habia sujetado su espesa melena en una cola y se peino el pelo antes de recogerselo en un mono en lo alto de la cabeza. El rojo se estaba desvaneciendo rapidamente y el rubio natural amenazaba con asomar debajo. Casi no se reconocia a si misma. Pero de eso se trataba, ?no? Un nuevo aspecto, un nombre distinto, un nuevo hogar... Todo nuevo. Se habia cambiado legalmente el nombre, el numero de la seguridad social... Nada era como antes. Oyo sonar el timbre del telefono en la cocina, donde habia dejado su bolso. El sonido la sorprendio. Muy poca gente tenia su numero y hasta el momento los teleoperadores no la habian descubierto todavia. El identificador de llamadas senalaba un numero oculto, asi que, en lugar de contestar, dejo que saltara el buzon de voz. Al cabo de un minuto, pulso el boton de reproduccion para oir el mensaje. Una voz femenina y familiar le puso la piel de gallina. --Soy yo. Tengo noticias. De repente, se le erizo todo el vello del cuerpo y empezo a hiperventilar. Erin se dirigio a la pequena mesa de comedor, retiro una silla y se sento antes de que el mareo la hiciera caer redonda al suelo. Renee contesto al primer timbre. --Hola, Renee. --No sabes cuanto me alegro de oirte. ?Como estas? ?Has probado ya el agua de coco? --Renee, su defensora, su abogada y su salvadora, le formulo su pregunta en clave. --Estoy bien, y si. El agua de coco estaba deliciosa. No habia ninguna agua de coco. Ni zumo de remolacha, ni cualquier otro alimento ecologico que a Renee se le ocurriera mencionar. Daba lo mismo, la respuesta era siempre afirmativa si Erin se sentia lo bastante comoda y segura para hablar sin miedo a que alguien la escuchara. Hasta ahora, no habia necesitado responder con un no. Con un poco de suerte, nunca seria necesario hacerlo. --Por la voz, pareces estar bien. --Estoy un poco mejor cada dia. --?Estas comiendo bien? Erin penso en su dieta y opto por conservar el tono positivo de la conversacion. --Creo que ya me sobran un par de kilos. Renee lanzo un resoplido. --Menuda mentirosa estas hecha... Ambas se echaron a reir. --Estoy bien, de verdad. --Queria decirle que la luz del sol de California estaba obrando maravillas con ella, pero eso no podia decirselo. Renee no sabia donde estaba Erin, ni siquiera sabia el nombre que estaba utilizando en vez del suyo--. Dime cuales son las noticias. Renee suspiro. --No te van a gustar nada. Erin trago saliva. --?Mi hermana y su familia estan bien? --Si, estan bien. Si no lo estuvieran, seria lo primero que te habria dicho. Erin apreto los ojos y sintio la opresion en el pecho, que tan bien conocia, el dolor de los recuerdos de todas las personas a las que habia dejado atras. --Sueltalo. --Todavia no te han concedido el divorcio --le dijo--. Y el cabron ha pedido una nueva vista judicial para impugnar la orden de alejamiento. Erin apoyo la cabeza en la mano. --Esto no va a acabar nunca. Capitulo 2 Matt metio dos lechugas romanas en una bolsa mientras Jessie escogia los tomates. --Tio, metelos en una bolsa y vamonos. --Pero querras que tengan algo de sabor, ?no? --A Jessie le gustaba hacer las cosas bien, mientras que a Matt le gustaba hacer las cosas rapido. --Quiero acabar de hacer la compra antes de que nos llamen y tengamos que salir corriendo --dijo Matt. Los miembros de su unidad se habian separado al entrar en el supermercado. Vestidos con sus uniformes azules, los cuatro llamaban la atencion alla donde iban. En la seccion de alimentacion del super, a ultima hora de la manana, eran el objetivo de un monton de amas de casa sonrientes y de mujeres con ganas de ligar... A veces eran solteras, pero muchas otras veces no. No hay nada que atraiga mas a las mujeres que un hombre vestido de uniforme haciendo la compra. Como los companeros de la brigada de Matt trabajaban en turnos de veinticuatro horas, les tocaba pensar en lo que iban a comer y, por lo tanto, tenian que ir a comprar provisiones. En el parque de bomberos siempre habia algo para preparar el desayuno y el almuerzo, comidas comunitarias a las que contribuian todos y cuyos ingredientes compraban entre todos, pero las cenas dependian de cada unidad de guardia en concreto. Esa noche iban a preparar costillas de cerdo, patatas al horno, ensalada y cualquier otra cosa que se les ocurriera y que pudieran asar a la parrilla. Matt se acerco a las patatas y cogio una bolsa entera, en lugar de seleccionarlas una a una. Miro a Jessie, que era el novato del equipo, y dio unos golpecitos en su reloj. Jessie acelero sus movimientos y deposito los productos en el carro. Al doblar la esquina, vieron que el capitan Arwin --se llamaba Anton, pero nadie se dirigia a el por su nombre de pila-- y Tom, el ingeniero de su unidad, iban cargados de costillas. Iban a hacer muchas y a rezar para que les diera tiempo de comerselas antes de que se enfriasen. El capitan dejo la carne en el carro y Tom anadio un bote grande de salsa barbacoa. --Todavia tenemos sazonador para carne en la estacion, ?verdad? --pregunto. --Si, lo he comprobado antes de salir --le contesto Matt. Cogieron una barra de pan de ajo precocido que podian meter en el horno en el ultimo momento y anadieron leche y galletas antes de dirigirse a la caja registradora. A Matt no se le escapo la sonrisa de una morena de unos veintipocos anos que empujaba un carrito en la fila de al lado. Le devolvio la sonrisa con el piloto automatico antes de apartar la mirada. --No se te puede llevar a ninguna parte, Romeo --se burlo Tom. Matt era el unico soltero de su unidad. Incluso Jessie, que solo tenia veintitres anos, estaba casado y con un hijo en camino. --Creo que Julieta era rubia. Tom se rio y ayudo a colocar la comida en la cinta. --?Como estais hoy, chicos? --La cajera debia de tener mas de sesenta anos, pero incluso ella esbozaba una sonrisa que expresaba algo mas de lo que decia su boca. El capitan sonrio a la dependienta y siguio dandole conversacion mientras apilaban la compra. Cuando Matt le dijo a su familia que queria ser bombero, le dieron mucha cana. Bueno, una cana simpatica, pero cana al fin y al cabo. <>, le habia dicho Grace, la pequena de la familia, para chincharle. <>. <>, habia abundado su padre. Como policia retirado, Emmitt sabia muy bien de lo que hablaba. Y luego estaba Colin, el hermano mayor: <>. Su hermano era mas alto, pero Matt era el que se machacaba en el gimnasio. La verdad es que los dos eran muy atractivos. Sus padres les habian transmitido unos buenos genes, capaces de darles cierta ventaja en la vida. Salieron del supermercado con un suspiro de alivio. Habian conseguido comprar lo que necesitaban sin haber recibido ninguna llamada de emergencia, y el parque de bomberos estaba a solo ocho kilometros de distancia. En la calle, el camion ocupaba el espacio de la zona senalizada de color rojo, un sitio especificamente reservado para ellos alla donde tuvieran que desplazarse. Tom se dirigio al lado del conductor mientras Matt y Jessie metian las bolsas dentro del camion. --?Hola? Matt se volvio y vio a la sonriente morena de la tienda dirigiendose hacia el. --?Si? --Se te ha caido esto ahi atras. --Extendio la mano, deshaciendose en sonrisas, y le entrego un papel del tamano de una tarjeta de visita. --Me parece que no... La chica le aplasto la tarjeta en la mano. --He visto como se te caia del bolsillo trasero de los pantalones cuando te sacabas la cartera. Matt no habia pagado la compra. Miro la tarjeta y vio un nombre y un numero de telefono con el dibujo de una carita sonriente. Jessie dijo algo en voz baja con una risita y se subio al camion de un salto. --Ah, vale... gracias. Ella llego incluso a echarse la melena por encima del hombro con un ademan exagerado. Matt no habia visto a una chica hacer semejante movimiento desde el instituto. --Tened cuidado ahi fuera.

  • El diario amarillo de Carlota de Gemma Lienas

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    <>. Esta es la respuesta que les da a Carlota y a Marcos su padre cuando le hacen una pregunta a proposito de las drogas. Pero entonces, ?como podra decidir Marcos si fuma porros o no en la fiesta a la que lo han invitado? Carlota, determinada a conseguir tanta informacion como le sea posible, escribe este nuevo diario que tienes en las manos. A partir de testimonios que va recogiendo y de las explicaciones que recibe de su entorno mas inmediato y, sobre todo, de un medico de su club de futbol preferido, Carlota se adentrara en el complejo mundo de las drogas, convencida, como siempre, de que solo cuando dispones de toda la informacion puedes realmente decidir. El diario amarillo de Carlota no es exactamente una novela ni un diario, sino un libro a caballo entre la ficcion y la no ficcion que procura responder a una serie de interrogantes: ?Que tipos de drogas hay? ?Que efectos provoca cada una? ?Que es la adiccion? ?Y el sindrome de abstinencia?

  • My Hell de Dama Beltran

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  • Tentacion y tempestad de Paola Rimieri

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    Valeria siente que la sucesion de dias de su vida es una voragine que esta a punto de aplastarla. Transcurren indefectiblemente una a otra, rutinas domesticas y laborales, maternidad y relacion de pareja. Como si fuera poco, por un capricho de su joven jefe, debera cambiar de area y trabajar con las redes sociales. En este mundo nuevo para ella, comenzara a seguir, casi como un juego, a un actor europeo que triunfa en Hollywood: Nickie Challenge. La belleza y los detalles de la vida del actor que comienza a conocer en Twitter, hacen que Valeria encuentre una distraccion en la red y una motivacion cotidiana. Valeria descubrira pronto que tiene un seguidor misterioso. ?Sera Nickie? Es lo que ella espera, pero… ?es posible? Asi, nuestra protagonista se vera cada vez mas atraida por el, que la enloquece y la arroja a un mar en medio de una tempestad, casi como una vision magica. El gran debate sera entre la culpa y el deber, entre la emocionante sensacion de estar viviendo un sueno y la realidad en la que es mama, profesional y esposa. Valeria actua casi sin pensar, pero sin dejar de preguntarse: ?Estoy dispuesta dejarlo todo por el?

  • El verbo de las culturas de Clotaire Rapaille

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    Un recorrido por diversos paises de Europa, America y Asia para saber cual es su verbo clave y a la vez entender mas su cultura.

  • La invencion ocasional de Elena Ferrante

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    Vuelve la escritora mas misteriosa y fascinante de la actualidad, autora de la saga Dos amigas, con mas de treinta millones de lectores.

  • Cuando acabe el invierno de Angela Drei

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    Alex bajo del taxi frente al portal de la casa de Marie. Volvio a mirar el ramo de flores que habia comprado. Siete rosas rojas, una por cada mes. Recordaba el primer dia en que ella aparecio en su cafeteria con su gran bolso azul y sus gafas de sol. Habia cambiado mucho desde entonces. Ya no se escondia tras unos cristales oscuros, no tenia ojeras y su vestuario se habia llenado de color. Hasta su pelo era diferente. Sonrio como el bobo enamorado que era y toco el boton del videoportero mientras escondia las flores a su espalda. Marie le esperaba en la puerta, y el la siguio al interior con una sonrisa traviesa. En cuanto estuvieron dentro, Alex le entrego el ramo de flores. Ella las observo sorprendida. Siete rosas de un vivaz color rojo. Fruncio el ceno sin entender y lo miro en espera de una explicacion. --Hoy hace siete meses que apareciste en mi cafeteria. ?No te acuerdas? Alex disfruto al ver como ella se ruborizaba. No, estaba claro que no se acordaba. Pero el no se enfado, al contrario. Se sintio orgulloso y feliz de haberla sorprendido. --Vaya, asi que te has olvidado. --Lo siento, de verdad. No recordaba la fecha. --Pues algo tendras que hacer para que te perdone. Marie sonrio con coqueteria al ver como el le guinaba un ojo ladeando su sonrisa. Habia vuelto a ser el hombre sexi y atrevido de siempre. No quedaba ni rastro de aquella mirada triste, la que aparecia cuando los recuerdos del pasado llegaban si avisar. --No se que puedo hacer. Podemos salir y comer algo fuera..., o tal vez podemos quedarnos... El no la dejo continuar. Con un beso interrumpio lo que fuera que iba a decir y las rosas acabaron aplastadas entre ellos. --Las flores, deja que las coloque. Marie trato de apartarse un poco, pero el la tenia sujeta por la cintura con firmeza. --Te comprare mas. Te comprare flores cada dia --dijo sin separarse de ella--. Celebraremos el primer dia que te hice el desayuno, nuestra primera cita, la primera vez que te lleve en mi moto. Mientras hablaba, iba dejando besos desde su cuello hasta su hombro, y desabrocho el primer boton de su camisa para poder tener mas piel cerca de sus labios. Ella rio cuando sintio sus dedos cosquillear en su cintura subiendo la tela y entonces Alex se aparto lo suficiente para mirarla. --Me encanta escucharte reir. Adoro tu risa. --Y era cierto, la habia visto llorar incluso antes de saber su nombre y habia odiado cada lagrima que oscurecia su preciosa mirada de chocolate. Ahora tenia entre sus brazos a una Marie muy distinta, ligera y sonriente, vibrante como esas zapatillas con rayas doradas que se habia comprado el fin de semana anterior. Marie aprovecho ese momento para escabullirse y fue a la cocina. Antes de que las rosas estuvieran en un jarron con agua, Alex ya habia llegado y la envolvia entre sus brazos. --No te escapes --le rino mientras se colocaba tras ella. --Deja que las ponga en agua. --Solo si me prometes hoy no salimos de casa. --Esta bien, no salimos --acepto ella mientras colocaba las flores en un sencillo jarron de plastico junto a la ventana de la cocina--. ?Que quieres comer? ?Comida china, pizza, sushi? ?Que pedimos? --Tengo delante lo que quiero comer. Marie abrio mucho los ojos y fue a decir algo mas, pero el la cogio en brazos y cargo con ella hasta el dormitorio. --Vamos, galletita, me muero de hambre. --?Galletita? --Si, galletita. Estoy pensando que quiza con un poco de chocolate... ?Tienes sirope? ?Nata? Marie sintio como sus mejillas ardian y oculto el rostro con las manos. --No tengo de nada. Intento hacer dieta. --?Dieta? ?Para que? Mientras esperaba una respuesta, Alex no se quedo quieto. Fue desabrochando el resto de los botones de la camisa que ella llevaba y bajando por la linea de su esternon hasta descubrir su ombligo. --Pues veras, por culpa de alguien que conoces, los pantalones me quedan tan estrechos que no puedo casi abrocharmelos. --?Que pantalones? ?Estos? Alex se puso de rodillas entre sus piernas y desabrocho el boton de los vaqueros que ella llevaba puestos. --Tengo una solucion mejor: tira estos pantalones a la basura. Se inclino hasta dejar un beso en su estomago y ella intento incorporarse. --No es gracioso --dijo fingiendo mas enfado del que sentia. --No. No es gracioso. --Alex, deja de hacer el tonto y escucha. --Esta bien, te escucho --acepto y volvio a sentarse en la cama, aunque en lugar de mirarla a los ojos se quedo prendado del sujetador gris oscuro que resaltaba sobre su piel, tan palida como el azucar. --!Mirame a los ojos! --No puedo --dijo echandose a reir. Marie cogio la almohada y le golpeo, pero el era mucho mas grande y con un solo movimiento la tuvo inmovilizada bajo su cuerpo. --Estas preciosa. A mi me gustas. --?Te gusto gorda? --No estas gorda, Marie. Pero es que aunque lo estuvieras me daria igual. --Ya, seguro. --No estas gorda --repitio muy serio--. Y quitate los vaqueros. --?Que me quite los vaqueros? --?No te quedan estrechos? Pues quitatelos. O mejor, te los quito yo. Alex la sujeto de los tobillos y bajo los pantalones hasta conseguir deshacerse de ellos. Cogio uno de sus pies y beso con cuidado sus dedos. Llevaba las unas pintadas de rojo oscuro. Le encantaba que fuera tan coqueta: a Marie le gustaba llevar las unas de colores, aunque no llevara sandalias y nadie las viera. Eso era perfecto, porque sabia que ahora ella se ponia guapa para sentirse bien, no para agradar a los demas. --Eres tan suave… --susurro pasando los labios por su tobillo. Marie sintio un escalofrio cuando el aliento de el le hizo cosquillas. Su boca iba subiendo muy despacio dejando un camino de besos por el interior de su pierna. --?Sabes? Conozco una forma de quemar calorias. Alex dio un pequeno mordisco en su muslo antes de mirarla. --?Si? ?Cual? --pregunto Marie con un jadeo. --Primero tienes que quitarte toda la ropa. Mientras ella se dejaba desnudar, el no dejaba ni un trozo por besar. Era su plato preferido, su dulce Marie, la que habia conseguido atraparle y llenar su corazon. Siete meses. Todavia le costaba pensar que no estaba solo. Como su hermano le habia dicho, ella habia llegado para dinamitar los muros que habia construido, y ahora tenia que volver a aprender a vivir sin miedo a sentir. Podia ser feliz. Era como lanzarse del trampolin a diez metros. Daba miedo, pero sabia que merecia la pena esa sensacion de zambullirse y sentir cada musculo del cuerpo cargado de energia. Marie sintio sus manos, sus besos, que recorrian su piel hasta que todo fue calor. Su corazon latia cada vez mas rapido. No solo era sexo. Con Alex se convertia en una experiencia divertida donde ella podia devolverle cada caricia. El nunca ponia mala cara, nunca fruncia el ceno, ni siquiera cuando ella se echaba a reir de forma escandalosa porque le hacia cosquillas al besar su cadera. El sexo era genial con Alex. Vivir a su lado era genial. Se sentia segura y querida. No se avergonzaba si no llevaba la ropa interior conjuntada, si habia escogido un sujetador demasiado sexi o si ese dia estaba cansada y queria pasar la tarde viendo la tele con una vieja camiseta. Con el podia ser libre. --!Alex! --se le escapo un grito y rodeo sus caderas con las piernas para atraerle mas cerca, tanto que no habia ni un centimetro entre sus cuerpos. El tenia el cabello revuelto, respiraba agitado y en cada movimiento mezclaba sus jadeos. La beso largo y despacio. Su ritmo era lento, saboreaba cada gemido de ella. Terminaron temblando y sin aliento. --Dios, Marie, creo que no deberia haber ido a la piscina hoy. Si muevo cualquier musculo, voy a terminar desmayado. --Ha sido culpa tuya. Yo solo queria quedar a comer --repuso Marie. Alex habia terminado tumbado boca arriba en la cama, sin preocuparse por cubrirse con las sabanas, y su abdomen todavia subia y bajaba muy rapido. --?No te ha gustado? --pregunto mientras se ponia de lado para poder atraparla y volver a tenerla cerca. --No he dicho eso. El unico que te has quejado eres tu. --Llevas razon. Me quejo --dijo y la beso--. Me quejo de que eres tan suave que no puedo quitarte las manos de encima. Me quejo de que desde que te veo tengo ganas de desnudarte y hacer mil flexiones contigo. Y sobre todo me quejo --anadio mientras golpeaba con el dedo indice su nariz--, de que eres una cabezota que no quiere vivir conmigo y me hace ir todo el dia de aca para alla perdiendo un tiempo precioso que podriamos gastar en otras cosas, cosas interesantes como estar en la cama, en la ducha o sobre la alfombra del salon

  • No me hagas dano, amor de Sophie Saint Rose

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    Megan Wells no se podia imaginar que cuando volviera a encontrarse con Rock ni la reconoceria. Al fin y al cabo habia sido el primer hombre con el que se habia acostado y le habia dejado un recuerdo para toda la vida…

  • Los Bastardos De Pizzofalcone – Maurizio de Giovanni de Mauricio De Giovanni

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    En un Napoles abatido por la lluvia y el salobre, una dama de la alta sociedad aparece brutalmente asesinada. El segundo caso del inspector Lojacono, un personaje tenebroso y tremendamente humano que esta destinado a marcar el corazon de los lectores.

  • Sere Fragil de Beatriz Esteban

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  • Os salvare la vida de Joaquin Leguina

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    Os salvare la vida es una solida y emocionante novela que recrea la vida de Melchor Rodriguez, personaje
    historico y singular absolutamente apasionante con un papel infravalorado hasta ahora durante la Guerra Civil y en la trayectoria del anarcosindicalismo espanol. El Angel Rojo, como es conocido, defendio a ultranza siempre, aun a riesgo de su propia vida, todo aquello en lo que creia y puso fin a las lamentables sacas producidas a principios de la guerra, sacas que se cobraron la vida de miles de espanoles. Director de Prisiones, evito vejaciones en las carceles y ejecuciones irregulares y arbitrarias. Tras la guerra, fue detenido y juzgado. En uno de los consejos de guerra al que fue sometido, en una escena casi de pelicula, solo el testimonio del general del bando nacional Munoz Grandes y miles de firmas de personas a las que habia salvado, de todo sesgo politico, evitaron que lo condenaran a pena de muerte.

  • Dulce veneno bajo la luna de Veronica Mengual

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    Ser la condesa viuda de Shewsbury no le habia servido, a Amanda, mas que para tener un esposo malvado que la habia dejado en la ruina. Con poco mas de veintiun anos, se consideraba a si misma una superviviente que habia salido adelante gracias a su belleza, y a su manera de hacer las cosas en su propio beneficio. La acusaban de muchas cosas, la gran mayoria ciertas y malas. Poco importaba, porque eso no le daria un porvenir, un techo bajo el que vivir y comida en la mesa. El antiguo conde de Shewsbury, el que fuese su esposo durante dos anos, le llevaba demasiados anos y perversiones, de diferencia. Los vicios le habian costado la ruina y por suerte, para ella mas que para el resto, el hombre decidio terminar su vida pegandose un tiro en la sien. No fue una gran perdida para la que antano fuese la senorita Amanda Baker, hija de un baronet igual de despreciable que el esposo al que su padre la habia entregado. En su opinion, los hombres no servian mas que para hacer dano y regir el destino de las mujeres. Bien lo sabia ella, que habia tenido que soportar los severos castigos del baronet mientras su madre sumergia sus penas en alcohol y miraba hacia otro lado. A su progenitor le gustaba admirarla. Decia que su belleza serena seria su mejor arma. Amanda poseia una frondosa melena rubia que se asemejaba al oro liquido. Sus preciosos ojos de un azul unico, con chiribitas doradas, le conferian la mirada de un angel. Los pomulos perfectamente alineados con su fina nariz y unos labios gruesos y rojos como una fresa madura, la hacian ser digna de admiracion. Todo ello sin olvidar una tez clara y una figura envidiable acorde a la moda. Pero su padre era un monstruo desalmado que disfrutaba torturandola por su belleza. Si bien el baronet deseaba que sus dos hijas se casasen bien, siempre tuvo una especial inclinacion por Amanda. Pero malsana. A su hermana mayor, el baronet no le hacia demasiado caso porque Samantha, la actual condesa de Strangened, era bonita pero, no era de una belleza evidente. Tenia tonos mas oscuro y su piel, cabello y ojos. La fijacion del baronet lo habia llevado a tener que castigarla a ella por tentarlo a el. Era costumbre que, desde que Amanda cumplio los catorce anos, el quisiera examinarla desnuda y le marcase la espalda con una vara acusandola de ser un demonio que habia llegado para torturarlo. La joven no alcanzaba a comprender lo que su progenitor, ese que tenia mas amantes de las que ella podia contar con una mano y que tambien contaba con otra familia en algun lugar de Londres, le espetaba cuando la atizaba con la vara. Y no lo entendio hasta que en una de esas extranas sesiones de castigo, el se puso delante --porque por norma general el se ponia detras de ella-- y la miro de aquel modo en el que sabia que un padre no deberia mirar a su hija. En aquel momento, Amanda comprendio que si el hombre destinado a cuidarla y protegerla era capaz de hacerle sentir miedo y dolor, el resto de ellos la podrian herir de muerte. No tardo en comprender que fuera de casa estaria mas a salvo que en su hogar. Aprovechaba a cada ocasion para salir de alli y huir de su verdugo. La fortuna hizo que su padre no llegase a cumplir la amenaza que veia en su mirada cuando la obligaba a participar en aquel ritual malvado. No obstante, el mal estaba hecho porque nada volveria a ser igual. No confiaba en los hombres y nunca lo haria. E hizo bien al verlos unicamente como un instrumento para conseguir sus propios planes. Sus padres habian criado sus hijas para ser condesas como poco. Las dos lo habian conseguido, pero solo su hermana mayor, Samantha, habia alcanzado la felicidad, eso era lo que siempre le explicaba cuando se veian. La joven Amanda vio que su belleza no era lo suficientemente rapida para abrirse camino y huir de su casa. Su padre habia jurado que si sus hijas no conseguian un conde, no les permitiria casarse. Ella se invento un titulo superior, pues explico a toda la buena sociedad que su progenitor, el bastardo que la tenia atemorizada, iba a recibir un titulo de mayor rango, por lo que comenzo a hacerse llamar lady Amanda Baker. Puesto que la mentira nunca llego a convertirse en realidad, no tardaron en acusarla de arribista y perdio muchas amistades por el camino. En honor a la verdad, sus caprichos y mentiras tambien le habian pasado factura, y hoy en dia, salvo la proteccion y la compresion de su hermana Samantha, ella no podia contar con nadie mas. No era su culpa ser como era --consideraba la joven--, porque estaba sola en el mundo y de ella dependia seguir sobreviviendo a las adversidades. Pero un dia sucedio lo peor que pudo haber pasado: su padre la prometio. Y lo hizo a otro despreciable aun peor de lo que el habia sido. La boda se celebro en un abrir y cerrar de ojos. Y su vida comenzo a ser un verdadero infierno, tanto, que por las noches echaba de menos no estar bajo el techo de su padre. Pero el destino la premio con la muerte de su esposo. Ella se levanto un dia, y cuando el servicio le informo de que lord Shewsbury habia sido encontrado muerto en su despacho, Amanda casi comenzo a saltar de alegria. Ya se veia a si misma como una joven, bonita, y rica viuda que al fin seria libre del yugo de los hombres y podria establecer su propio destino. Al fin habian servido de algo los sacrificios, los lloros y los rezos para pedir clemencia a un Dios que parecia haberla olvidado. El sentimiento de gratitud y felicidad duro apenas unas horas. Los acreedores llamaron a la puerta y no hubo dinero ni para una asignacion. Llego a la casa un primo lejano del conde, llamado Lucas, que iba a heredar el titulo y le ofrecio matrimonio. Amanda, pese a ser una de las mujeres mas orgullosas de todo el reino, decidio, por una vez, usar su sensatez y pedir auxilio a su hermana y al esposo de esta. Era una carga. Se habia convertido en una mujer bella, libre y todavia asi no conseguia cazar a un buen hombre al que pudiera manejar a su antojo. Pero eso iba a terminar esa misma noche, se juro. El duque de Kensington, Kirk Baldrick, al que apodaban el duque demente porque habia regresado de la guerra contra Napoleon con algunas secuelas, ofrecia una fiesta en la que iba a estar uno de sus antiguos pretendientes. Esperaba que el coronel Frederick Burns, a quien rechazo hacia cuatro anos porque no tenia un titulo, siguiese estando muy interesado en ella. El denominado Frederick siempre estuvo comiendo de su mano y habia heredado el condado de Exeter, por lo que no habia una mejor opcion que el para casarse y salir del atolladero. Amanda repaso su atuendo. Ese precioso y del todo sugerente vestido verde, a juego con las esmeraldas que le habia prestado Samantha, iba a convertirla en una apetitosa mujer para el. Una llamada en la puerta hizo que la hermosa rubia dejase de mirarse en el espejo. Dio su consentimiento para que accedieran a la alcoba mientras se retocaba un pequeno mechon de pelo que se habia escapado de su recogido. --?Estas segura de que es lo que quieres hacer? --Su hermana entro en la habitacion y cerro la puerta tras de si mientras lanzaba la pregunta. --Desde luego que si. Ya te explique que Frederick siempre ha estado prendado de mi. No se ha casado, nunca fue demasiado apuesto y encima ha regresado tullido. Es pan comido --Amanda movio la mano en senal de despreocupacion mientras se pellizcaba las mejillas para que cogieran un poco de color. --Y yo te conteste en su momento que no tienes motivo para apresurarte. --Samantha se acerco para hundir una horquilla rebelde que se habia movido de su lugar en el recogido de Amanda. --Gracias --le dijo cuando lady Strangened le puso correctamente el abalorio en el cabello sin haberle hecho dano. --Tampoco hace falta que me las des, soy tu hermana mayor y debo cuidar de ti... Debi haberlo hecho mucho antes. --Senalo la ultima parte con gran pesar. Amanda se dio la vuelta y le sonrio con ternura. Samantha era con la unica persona con quien habia podido ser ella misma siempre. --No es tu culpa nada de lo que me sucedio. Ademas, aquello ya paso y ahora estoy dispuesta a convertirme en una fabulosa, rica e influyente condesa. Lord Exeter me dara todo lo que yo quiero en un abrir y cerrar de ojos, te lo garantizo. Con el estare mas que bien. Es un hombre muy facil de contentar y se que me cuidara. --Pero no lo amas --le recordo como si fuera una cosa imprescindible. --?Amor? --expreso con incredulidad--. El amor no es en absoluto necesario en un matrimonio, incluso agradecere no enamorarme jamas. --No mentia en su expresion. Samantha la miro con mucha compasion y a Amanda esto la incomodaba y le molestaba a partes iguales. --No todos los matrimonios son como el de nuestros padres. Y desde luego, no todos los hombres son como padre. Lo que el te hizo... --A Samantha se le hizo un nudo en la garganta al recordar aquel dia en el que se disgusto con una buena amiga y llego antes a casa. Ver a su hermana desnuda con su padre usando una fusta sobre su espalda... ?Que clase de monstruo le hacia eso a su propia hija? Samantha, todo lo timida y pacifica que era, entro en tromba y se enfrento a su padre. Puso su capa sobre su hermana y se la llevo de alli. La retahila con la que lo amonesto parecio surtir efecto y el patriarca las dejo en paz. Desde ese dia, Samantha vigilo cada paso que daba su hermana. Cuando se convirtio en condesa de Strangened, hizo todo lo posible por llevarse a Amanda consigo. No lo consiguio, ni con la ayuda de su influyente esposo fue capaz de que el baronet dejase libre a Amanda. Tampoco pudo evitar que el padre casase a su hermana con aquel hombre inmundo, pero ahora si que podia brindarle su ayuda y la protegeria, incluso de ella misma. --Estoy bien ahora, Samy --era el apelativo carinoso que usaba con ella--. No quiero que recordemos mas el pasado. --Te hara bien contarselo a alguien, Mandy --la hermana menor tambien tenia su propio sobrenombre. --No. El pasado es mejor dejarlo atras. Estoy bien y es lo que importa --se dijo mas para si misma que para su hermana. --No quiero que te vuelvas a casar si no estas segura de que no volveras a sufrir. Tu esposo era un... --comenzo a decir Samy. --!No! --la corto Amanda viendo el camino que tomaba la conversacion--. No vamos a hablar jamas de lo que fue aquello. --Necesitas abrir tu corazon, carino. Si no me dices lo que sucedio con Shewsbury, yo no puedo ayudarte... --Trato de hablar mostrando toda la compasion que le inspiraba. --!Basta! --grito con furia. Amanda se dio cuenta de que su hermana se habia llevado a un sobresalto y tuvo que recordarse que Samy era su aliada y no otra dama contra la que luchar o protegerse--. Se que tus intenciones son buenas --Mandy suavizo el tono de su exposicion significativamente--, pero no deseo rememorar nada de lo sucedido, ni con padre ni con el bastardo de mi esposo muerto. No pueden volver a hacerme dano --no al menos mientras estaba despierta-- y es lo que importa. Voy a convertirme en la condesa de Exeter y todo al fin habra valido la pena. --Mandy... --susurro--. No hace falta que sigas obsesionada con ser condesa. Yo puedo velar por ti. Mi esposo nos cuidara a ambas. Aunque admito que si te portases mejor con el, todo seria mas sencillo. --No. Tu has encontrado tu sitio y yo debo hacer lo mismo. Me jure que lo conseguiria y estoy decidida a hacerlo. Es lo unico que me ha impulsado a salir cada dia de la cama. Ser una mujer importante y tener poder era lo que deseaba para que nadie pudiera volver a obligarme a nada. --Estaba convencida en lo que decia--. En cuanto a lo de ser mas atenta con tu esposo... Antes el infierno se congelara. --!Eres imposible! --Soy sincera. --Brutamente sincera y en ocasiones desagradable era lo que en verdad era. --?Y si tu futuro esposo vuelve a atormentarte? ?Que sucedera entonces? Amanda se rio con ligereza. --Eso es del todo imposible. Lord Exeter seria incapaz de matar a una mosca. Aparte, se muy bien como defenderme. --Amanda recordo aquel momento en el que coloco un fino cuchillo en el cuello de su esposo. Hizo algo mas que eso. Desde entonces las cosas cambiaron. Le aseguro que no tenia nada que perder y que no dudaria en actuar si la volvia a danar. Samantha fruncio el ceno mientras la miraba con fijacion. Mandy rodo los ojos al ser consciente de lo que su hermana hacia, se avecinaba un sermon. --Debo recordarte que Exeter ha estado en el frente durante cuatro anos. No creo que sea el mismo hombre que una vez corrio tras tus faldas. Amanda se carcajeo a gusto. --Desde luego que no sera el mismo porque ya no puedo correr --adujo al recordar que el era un tullido con un problema en su pierna. Samantha resoplo. --Mandy, te quiero, pero eres demasiado cruel para tu propio bien. --?Cruel? ?Yo? --dijo con indignacion. --No es correcto que hables asi de un hombre que ha arriesgado su vida por su reino. --La regano con delicadeza. --!Son hombres! --rebatio como si eso lo diera todo por hecho. --Insisto en que no todos son iguales. Hay buenos hombres ahi fuera. --Su hermana la comprendio sin que ella diera mas explicaciones. --No. No los hay. --Si. Yo misma encontre a uno. --Bueno, pues yo no los quiero. Voy a ser la condesa de Exeter y hare todo lo posible por cumplirlo. Ademas, no es nada malo. Fui el sueno de Frederick antes de irse a la guerra y yo lo voy a recompensar. Se me escapo lord Monty, el duque de Kensington se me resistio, y te juro por mi honor, que el conde de Exeter no se me escapara y que esta noche sera mio. Los dos hombres a los que Amanda habia aludido se le escurrieron entre los dedos de las manos. El primero, el conde de Monty se caso con la que una vez fue su mejor amiga, Angela. El segundo... Bien, mejor que se le hubiese escapado porque el hombre habia regresado de la guerra, y si antes de marcharse no era una persona afable, habia vuelto todavia mas rudo y bruto que antano. Ello sin contar que circulaban muchas historias sobre el que le helarian la sangre incluso a Lucifer. Pues, tanto Frederick Burns, como Kirk Baldrick y otro hombre, un teniente, que tambien habia recibido un condado en herencia, llamado Ryan Cross, habian sido apodados los Soldados Valerosos por sus contribuciones en las batallas. Eran famosos por sus hazanas. La sociedad les habia entregado sus favores pese a que habian regresado cada uno con una tara del frente.

  • El secreto de las siete chimeneas de Maria Sala

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    Sara tiene once anos y reside en un barrio Madrileno de clase media junto a su familia. Le encanta comer pizza los domingos, jugar con sus amigos y hacer rabiar a su hermana mayor. Su vida transcurre con total normalidad hasta que una tarde su padre muere frente a ella. Este suceso lo cambia todo: la pequena deja de hablar y se encierra en si misma.

  • El otro lado del silencio de Philip Kerr

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    Un decima entrega de la serie protagonizada por el detective Bernie Gunther. Regresa Philip Kerr con la serie de detectives mas celebrada por los lectores.

  • Lord John y un asunto privado de Diana Gabaldon

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    Una apacible manana de junio de 1757, lord John Grey, aristocrata y oficial de alta graduacion del ejercito de su majestad, sale de su club londinense sumido en una profunda confusion. Acaba de descubrir un secreto perturbador, que afecta directa y gravemente a su prima Olivia. Con el fin de evitar un escandalo que podria arruinar el buen nombre de su familia, lord John decide tomar cartas en el asunto, pero un deber mas urgente lo obliga a postergar sus planes: la Corona lo reclama para que investigue la muerte de un camarada de armas. Asi pues, enfrentandose a una red de traidores y delatores que se extiende por diversas capas de la sociedad inglesa, desde las casas de mala reputacion hasta las lujosas mansiones de la nobleza, lord John seguira la pista de un escurridizo lacayo y una enigmatica mujer, sinuosos personajes que tal vez puedan proporcionarle las claves de ambos casos.

  • La ultima pintura de Sara De Vos de Dominic Smith

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    Con La ultima pintura de Sara de Vos, Dominic Smith ha cosechado un exito rotundo de ventas, y la critica ya compara su obra con clasicos como El jilguero, de Donna Tartt, o La joven de la perla, de Tracy Chevalier.

  • La cancion secreta del mundo de Jose Antonio Cotrina

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    Se llama Ariadna.

    Hace cuatro anos, la policia la encontro en una casa incendiada repleta de cadaveres y cuerpos mutilados. Ella era la unica superviviente de la matanza. Y lo unico que recordaba era su nombre.

  • Noche de loca pasion de Kristi Gold

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    Nada mas ver a aquel hombre moreno de ojos negros, Miranda Brooks deseo que el hiciera que perdiese su inocencia. La increible noche pasada a su lado le hizo reconsiderar sus propositos de permanecer soltera. Pero a pesar del intenso deseo de que aquel fuera su amante para siempre, penso que nunca volverian a verse…

  • La decadencia de la mentira de Oscar Wilde

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    La decadencia de la mentira (1898) no es solo uno de los dialogos de mayor alcance teorico de Oscar Wilde, sino que representa su manifiesto antinaturalista y una contribucion tan notable como polemica, aun hoy, al debate sobre el valor del arte. Para Wilde, cuando se exige al arte que renuncie a la bellezala mas elevada aspiracion humanaen pos de la verdad, se sacrifica una de las capacidades mas extraordinarias del ser humano: la de transformar la realidad. Crear significa urdir maravillosas mentiras para convertir el mundo en un lugar digno de nuestro asombro. Y cuando el Arte consigue liberarse de las cadenas del realismo, no solo no imita a la Naturaleza ni a la Vida, sino que se convierte en el modelo de ambas.

  • Los hijos del rey vikingo. Saqueo de Lasse Holm

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    Primavera de 868. Una flota de 80 barcos partira de Nourmoutier, en la costa de Francia, en direccion sur. Su objetivo: Al-Andalus, la Espana musulmana. A bordo viajan Rolf y sus companeros de batalla, acompanados por 2.000 vikingos de pura sangre guerrera.

  • Fuego rojo de Carlos Gutierrez Diez

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    ?Que misterio se oculta en las verdes montanas del Principado de Asturias? Durante varios siglos se ha conseguido mantener oculta la verdad... hasta ahora. Antes de ser asesinado, Alex Martinez, uno de los ultimos miembros de una sociedad secreta, cuyos origenes se remontan a la fundacion del Templo de Salomon, transmite a su viejo amigo Roberto una misteriosa clave. Martinez y sus predecesores han conservado durante siglos un conocimiento que puede cambiar la historia de la humanidad. Roberto, con la inestimable ayuda del historiador y fotoperiodista Zoltan Raculjic, comenzara la busqueda de ese secreto en una trepidante carrera contrarreloj a traves de los valles mineros asturianos que les llevara de una clave a otra, descifrando mensajes ocultos en los mas inhospitos y secretos lugares, olvidados tras el paso de los siglos..

  • Solo recuerdo tu voz de Priscila Serrano

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    Se suponia que iba a ser el dia mas feliz de mi vida. Se suponia que, tras cinco anos de estar juntos, ibamos a ser felices para siempre. Se suponia que nos conociamos hasta el punto de saber los secretos mas inconfesables. Supuse tantas cosas y se fueron al traste en menos de tres segundos. Los miseros segundos que Carlos eligio para decirme que no podia hacerlo. --Lo he intentado, de verdad. --Agacho la cabeza avergonzado--. Tu sabes que si, pero... --Pero no hay suficiente amor entre ambos como para poder superarlos, ?no? ?Es eso lo que me ibas a decir? No fue capaz de responderme, ni siquiera tuvo la decencia de hacerlo antes de ponernos frente al altar. Porque era ahi donde nos encontrabamos, delante de todos los invitados y a punto de darnos el <>. ?Se podia ser mas cobarde que el? No lo creia, estaba segura de ello. --Lo siento, Judith. Sin mas, sin darme un minuto para intentar convencerle de que lo que estaba haciendo era el peor error de su vida, porque se iba a arrepentir, se fue. Por unos largos minutos, estuve mirando al frente, creyendo que iba a volver, que se daria la vuelta y me abrazaria prometiendome que era una broma. No lo hizo, se fue sin mirar atras. Y solo cuando reaccione, corri tras el, tras el hombre que me hubo prometido hacia anos que ibamos a estar juntos para toda la vida. En cuanto sali de la iglesia, la luz del sol me dio de lleno, obligandome a cerrar los ojos unos instantes hasta acostumbrarme a su brillante luz. Aunque segui corriendo sin importar nada. Puse un pie en la carretera sin antes cerciorarme de que no viniese ningun vehiculo cuando... Senti el fuerte golpe en mi cuerpo desplazandome a su vez unos centimetros cayendo al suelo. Los gritos desgarradores de mi familia se escuchaban tan lejanos que no era capaz de distinguir a quien pertenecia. --!Judith! Capitulo 1 Judith Tiempo despues Que cansado era levantarse a las seis de la manana para estudiar. Estaba bastante agotada, pero solo me quedaban tres examenes y terminaria la carrera de Periodismo. En los momentos de aburrimiento era capaz de entender por que decidi estudiar eso. Mi cotilla interior siempre andaba leyendo las revistas, pendiente de cada lanzamiento para saber los secretos mas jugosos de las celebrities. Lo unico es que a mis veintiseis anos deberia haber terminado, pero estuve mucho tiempo incapacitada fisica y mentalmente como para ponerme a ello. Entre el intento fallido de boda y el accidente, mi vida se estropeo un poco. Cosas que pasan. Ahora intentaba ponerme al dia en todos los sentidos, los tres anos en los que ni siquiera queria ver a mis padres y mi hermano, habian sido del todo liberadores. Estuve todo ese tiempo curandome tanto en cuerpo como en alma y, aun asi, mi alma seguia destrozada; solo que la coraza que yo misma me habia puesto, no dejaba ver la angustia que aun vivia en mi interior y que creia que jamas se iria de mi lado. Tras terminar el estudio, sali de mi habitacion para desayunar algo. En la cocina me encontre a mi amiga y companera de piso, Fernanda. --Buenos dias, dormilona --dijo en cuanto me puse delante de ella. --?Dormilona yo? --Me senale con un dedo--. Llevo estudiando desde las seis de la manana. ?Acaso no ves las preciosas ojeras que ya llevo como maquillaje diario? Yo no se por que nos maquillamos, si esto --indique poniendo un dedo en mi ojo-- queda genial. Fernanda se acerco a mi y me metio el dedo en el ojo, haciendome dano por unos pequenos segundos. --Au, ?estas loca o que? Tienes la cabeza perdida del todo, eh. --Lo siento, pero es que pretendia quitarte el negro luto de tus ojos para cambiarlo por el rojo drogada. Creo que te va mejor. Intente no reirme y digo intente porque la carcajada que se me escapo de entre los labios fue tan fuerte que hasta mis padres me habrian escuchado, y eso que vivian a cinco calles de mi apartamento. No podia negar que Fernanda era capaz de hacerme reir con puras tonterias. --Asi esta mejor. Es que me agobias cuando te pones tan dramatica --refunfuno, sirviendose una taza de cafe--. Cono, ?tan dificil es levantarte con una sonrisa? Me quede en silencio de golpe, pero solo por no responderle, porque tenia razon. Pero aun me costaba despertar sintiendome en paz. Aun creia que estar viva, era pura suerte y nada mas. Habia dias en los que preferia estar dormida mas tiempo, asi como sucedio despues del accidente. Era tan relajante, me sentia tan bien. Claro que tambien ayudaba esa voz, la voz del hombre que me atropello. No sabia quien era, solo que era joven y guapo; palabras de mi madre. Vino a verme durante mas de una semana, hasta que dejo de hacerlo. Estuve en coma tres meses, descansando, y cuando desperte todos los recuerdos me vinieron como una rafaga de viento, haciendome mas dano que mis propias heridas. Y es que dolia recordar que me habian dejado plantada en el altar, solo por no ser lo suficientemente fuerte como para superar algo que aun hoy era incapaz de hacer. Era todo demasiado complicado y, Carlos, lo complico aun mas. Solo esperaba que donde quiera que estuviera, porque desde que salio de la iglesia no supimos nada mas de el, encontrase esa felicidad que tanto..., que ambos ansiabamos. --Judith, Judith. --Fernanda puso una mano en mi hombro, despertandome de mis pensamientos. --Eh, dime. --Te has quedado en Babia. ?Estas bien? --Si, tranquila. --?Segura? --insistio algo preocupada. Asenti dandole un bocado a la magdalena casera de su madre. Dora, la madre de Fernanda, siempre nos traia comida, dulces y todo lo que sabiamos que iba a las caderas. Aunque en eso yo no tenia queja, mis caderas eran bastante pronunciadas y la talla cuarenta y dos a veces me apretaba. Aunque tampoco ayudaba la estatura, mi metro sesenta y uno no era compatible con mi peso. Pero aun asi, yo me veia estupenda, nunca tuve complejos en ese sentido. Sin embargo, Fernanda era alta y delgada; demasiado, a decir verdad. Siempre me metia con ella llamandola jirafa, o esqueleto andante. Lo hacia de carino, todo hay que decirlo. Pero la adoraba con toda mi alma. Desde que la conoci en el instituto, cuando estabamos en la edad del pavo y teniamos la cara llena de acne, no nos separamos ni para ir al bano. Ella llego desde Venezuela, algo aterrada por ser la nueva y en un pais diferente, pero yo me propuse ser su angel de la guarda y nos hicimos casi hermanas. Hasta su madre y la mia ya lo eran y pasaban muchas tardes juntas, bebiendo, comiendo y poniendonos a caldo. Nos criticaban solo por no pasar tiempo con ellas, no podian entender que nosotras eramos personas muy ocupadas entre los estudios, el trabajo y las juergas a las que Fernanda me obligaba a ir. Sobre las once de la manana sali de mi apartamento junto con Fer. Ella se dirigio a su trabajo, era cocinera en uno de los restaurantes mas conocido de Madrid; y yo me dirigi a la universidad para hacer el dichoso examen que no llevaba preparado, aunque me hubiese levantado a las seis. Era un desastre. Al llegar a la universidad, me sente en la ultima fila y deje el tiempo pasar mientras me comia la cabeza buscando las respuestas correctas del examen. Las manos me sudaban tanto que el lapiz se me cayo al suelo dos veces. El profesor ya me miraba mal y con eso me demostraba que si por el fuera, estaba suspendida. --Joder --musite, tan bajito que solo yo debia escucharlo. Aunque siempre estaba el tipico que estaba pendiente a todo y el siseo tenia que darmelo. Mire a mi derecha y dos sillas mas alejadas de mi, estaba el susodicho que me callo. Lo mire con el ceno fruncido en cuanto se puso un dedo en los labios, insistiendome. --Callate tu, pesado --respondi supuestamente bajito, supuestamente, porque el profesor se acerco a mi y me quito el examen de entre las manos. --Creo que has terminado, ?verdad? --aseguro, mirandome con una ceja alzada. Trague saliva hecha un manojo de nervios. Nunca en mi vida me habia pasado esto. Negue, aferrandome al folio del examen, casi tirando de la hoja porque el tambien lo hacia. --Suelte el examen, Srta. Robles. --No es justo, el ha sido el culpable --me queje como si fuese una nina pequena. --No mienta, llevo observandola un buen rato y el Sr. Castillo no ha hecho mas que intentar callarla. Rode los ojos ofuscada y me levante para despues empezar a recoger mis pertenencias. Me di cuenta de que el estupido con apellido estupido no dejaba de mirarme con una sonrisa llena de suficiencia que le hubiera quitado de un punetazo. El profesor Navarro tampoco dejaba de mirarme y ambos me tenian hasta el mismo... Me di la vuelta tras terminar de recoger y me dirigi hacia la puerta para marcharme; porque, si no me iba a dejar de terminar el examen, ?para que quedarme en el aula? --Espere, Srta. Robles. Manana la quiero aqui a las nueve de la manana. Tendremos una tutoria --exigio el muy... <>. Asenti con una sonrisa fingida y sali de alli y, por consiguiente, de la universidad. El haber salido mas temprano me dejaba tiempo para aburrirme, asi que me subi a mi coche y conduje hasta la casa de mis padres para verles. Hacia ya una semana que no los veia, pero es que con los examenes estaba demasiado estresada como para lidiar con ellos por mas de media hora. No era que no los aguantara, pero mis padres se pasaban el dia quejandose por todo y eran agotadores. Cuando llegue, aparque en el aparcamiento de mis padres y me encamine al ascensor para despues marcar el numero tres. Ya frente la puerta, toque un par de veces y me abrio la puerta mi madre. --Hombre, pero si tengo una hija --se quejo, obligandome a desear irme sin llegar a pisar la casa. --Mama, no empieces, por favor --pedi en tono conciliador. --Es que no me negaras que parece que solo tengo a Jesus. Me dejo pasar tras darle un beso en la mejilla y fui hasta el salon para sentarme en el sillon de mi padre. Como no estaba, cosa rara, aproveche porque el sillon era tan comodo que hasta seria capaz de echarme una buena siesta. --?Donde esta papa? --me interese viendo como recogia la ropa que tenia sobre el sofa. --Ya sabes, a esta hora esta con los amigotes tomandose una cerveza en el bar de la esquina. A no, como lo vas a saber si no vienes a vernos --volvio a quejarse y yo puse los ojos en blanco. --Hace bien --respondi sin ser consciente de lo que mi respuesta iba a provocar en mi madre, ademas de evitar su chascarrillo. Que, de llegar a saber que se pondria asi, me hubiese callado. El problema estaba en que yo era igual que mi padre, no era capaz de cerrar la boca cuando habia que hacerlo. Era un defecto que teniamos ambos, segun mi madre.

  • Vida de una actriz de Elvira Menendez

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    Vida de una actriz es la historia real de una mujer singular y su imparable lucha por la libertad.

  • Conversaciones con mi enano de jardin de Jean-paul Didierlaurent

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  • Amor de Hanne Orstavik

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    Esta es la historia de Vibeke, una madre soltera, y de su hijo, Jon. Se acaban de trasladar a una pequena localidad perdida en el norte de Noruega. Es el dia antes del noveno cumpleanos del nino y una feria ambulante ha llegado al pueblo. Mientras la madre se dirige a la biblioteca, Jon recorre las calles vendiendo numeros de la loteria de su club deportivo. En esa noche fria de invierno, son dos personas que viajan separadas. Esta es una envolvente e implacable novela que ahonda en la relacion entre una madre y su hijo, una historia sobre el amor o su ausencia.

  • Proyecto tropico de cancer de Rafa Garcia Salas

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    Dicen que de buenas intenciones esta plagado el camino al infierno. Ese fue precisamente el comienzo de todo. Una idea genial, cientos de millones en investigacion, un avance medico sin precedentes, la capacidad de jugar a ser dioses.
    Pero algo insospechado salio mal y, lo que deberia haber curado al mundo, se volvio en su contra dispuesto a matarlo.

  • Una herencia misteriosa, Danielle Steel de Danielle Steel

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    Unidos por el azar, Jane y Phillip investigan una misteriosa herencia que desafia el paso del tiempo.

  • El reglamento de Tony Peake

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    Durante una intensa semana de octubre de 1962, la crisis de los misiles en Cuba trajo consigo un aumento de la tension politica mundial. En la otra cara del planeta, en un prestigioso internado de Pretoria, los colegiales escrutaban el horizonte en busca de signos de que el mundo se acababa. Tambien entre ellos hay tension, luchas y crueldades, un reflejo de la Sudafrica profundamente dividida, sobre todo en visperas de que se inicie el juicio contra Nelson Mandela. Uno de los alumnos, Paul Harvey, sensible, solitario y ansioso por integrarse en el internado, hara lo que sea para complacer al lider de la clase y poder entrar en el club que este capitanea y cuyo reglamento tendra que aceptar. Una experiencia simultanea a su despertar sexual.

  • ADN de un Apocalipsis de Lucas Seimandi

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    Ambientada en una Argentina no muy lejana, ADN de un Apocalipsis experimenta los conflictos de cientos de refugiados que deberan adaptarse a vivir en un edificio sin luz ni ventilacion natural. Mientras las autoridades ocultan informacion para evitar el caos, el mundo fuera del Bunker se devora a si mismo. Marcos vive dentro del Bunker junto al resto de los refugiados, es uno de los pocos sobrevivientes del virus que contagio a los animales y acabo con la humanidad. Junto a Luci, la directora del Laboratorio 7, debera encontrar una cura para poder regresar al exterior… si es que las autoridades del Concejo se lo permiten.

  • El club de lectura de las chicas traviesas de Sophie Hart

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    Si leiste Cincuenta sombras de Grey… Apuntate a este club.