Ver todos los libros de: Morgan Rice
Thanos sentia un dolor en el estomago mientras su barco se balanceaba a traves del mar y la corriente lo alejaba cada vez mas de su hogar. Hacia dias que no divisaban tierra. Estaba en la proa de la barca, observando el agua, aguardando el momento en el que finalmente divisaran algo. Solo se contenia de ordenar al capitan que diera media vuelta al barco al pensar en lo que podria haber mas adelante, en quien podria haber mas adelante. Ceres. Estaba alli, en algun lugar, y el la encontraria. "?Esta seguro de eso?" pregunto el capitan, acercandose a su lado. "No conozco a nadie que quiera ir de viaje a la Isla de los Prisioneros". ?Que podia decir Thanos al respecto? ?Que no lo sabia? ?Que se sentia un poco como la barca, empujada hacia delante por los remos aunque el viento intentaba empujarla hacia atras? Pero la necesidad de encontrar a Ceres superaba todo lo demas. Dirigia a Thanos, llenandolo de emocion ante la posibilidad de encontrarla. Habia estado seguro de que habia desaparecido, de que nunca la volveria a ver. Cuando escucho que podria estar viva, el alivio lo abrumo, le hizo sentir que podia desplomarse. Pero no podia negar que los pensamientos sobre Estefania tambien estaban alli y lo hacian mirar hacia atras e incluso, por un instante fugaz, pensar en volver. Al fin y al cabo, era su esposa y el la habia abandonado. Estaba embarazada de su hijo y el se habia marchado. La habia dejado alli en el muelle. ?Que clase de hombre hacia eso? "Intento matarme", recordo Thanos. "?Como?" pregunto el capitan, y Thanos se dio cuenta de que lo habia dicho en voz alta. "Nada", dijo Thanos. Suspiro. "La verdad es que no lo se. Estoy buscando a alguien, y la Isla de los Prisioneros es el unico lugar al que podria haber ido". Sabia que el barco de Ceres se habia hundido de camino a la isla. Si habia sobrevivido, entonces tenia sentido que hubiera ido hasta alli, ?verdad? Aquello tambien explicaba por que Thanos no la habia visto desde entonces. Si hubiera podido volver hacia el, Thanos pensaba que lo habria hecho. "Parece un peligro excesivamente grande que correr para no saberlo", dijo el capitan. "Ella lo merece", le aseguro Thanos. "Debe ser algo especial para ser mejor que Lady Estefania", dijo el contrabandista con una mirada maliciosa, que hizo que Thanos deseara darle un punetazo. "Esta hablando de mi esposa", dijo Thanos, e incluso el reconocio el evidente problema que habia con ello. No podia defenderla cuando el habia sido el que la habia dejado atras, y cuando ella habia sido la que habia ordenado su muerte. Probablemente merecia todo lo que cualquiera dijera sobre ella. Ahora, deseaba convencerse de ello. Si sus pensamientos sobre Ceres no continuaran siendo interrumpidos por pensamientos sobre Estefania, como habia estado con el en los festines del castillo, como habia sido en los momentos de tranquilidad, el aspecto que tenia la manana despues de la noche de bodas... "?Esta seguro de que puede llevarme a la Isla de los Prisioneros de manera segura?" pregunto Thanos. Nunca habia estado alli, pero se suponia que la isla entera era como una fortaleza bien protegida, inexorable para aquellos a los que llevaban alli. "Oh, es muy facil", afirmo el capitan. "Pasamos por alli a veces. Los guardias venden algunos de los prisioneros que han explotado como esclavos. Los atan con cuerdas a palos en la orilla para que los veamos al acercarnos". Thanos habia decidido hacia tiempo que odiaba a aquel hombre. Pero lo escondia, pues el contrabandista era en aquel momento la unica oportunidad que tenia de llegar a la isla y encontrar a Ceres. "Encontrarme con los guardias no es exactamente lo que quiero", puntualizo. El otro hombre encogio los hombros. "Es muy sencillo. Nos acercamos, lo dejamos alli con una barca pequena y sigue como si fuera una visita normal. Entonces nosotros lo esperaremos cerca de la costa. No mucho tiempo, recuerde. Si esperamos demasiado, podrian pensar que estamos haciendo algo sospechoso". Thanos no tenia ninguna duda de que el contrabandista lo abandonaria si presentara alguna amenaza para su barco. Solo lo habia llevado hasta alli la perspectiva de ganar dinero. Un hombre como aquel no comprenderia el amor. Para el, probablemente era algo que alquilabas en los muelles por horas. Pero habia llevado a Thanos hasta alli. Aquello era lo que importaba. "Piense que aunque encuentre a aquella mujer en la Isla de los Prisioneros", dijo el capitan, "puede que no sea como usted la recuerda". "Ceres siempre sera Ceres", insistio Thanos. Escucho como el otro hombre resoplaba. "Es muy facil decirlo, pero usted no sabe las cosas que hacen alli. Algunos de los que nos venden como esclavos, apenas son capaces de hacer algo por ellos mismos a no ser que se lo digamos". "Y estoy seguro de que eso le encanta" respondio bruscamente Thanos. "No le gusto mucho, ?verdad?" pregunto el capitan. Thanos ignoro la pregunta, mirando fijamente al mar. Ambos conocian la respuesta y, en aquel momento, tenia cosas mejores en las que pensar. Tenia que encontrar un modo de encontrar a Ceres, costara lo que... "?Aquello es tierra?" pregunto, senalando con el dedo. Al principio, no era mas que un punto en el horizonte, pero incluso asi, parecia desalentador, rodeado de nubes y con olas agitadas. Al acercarse mas, Thanos tenia la sensacion de que un terror amenazante crecia en su interior. La isla se levantaba como una serie de picos de granito gris como los dientes de una gran bestia. En el punto mas alto de la isla estaba situado un bastion, por encima de el, ardia constantemente un faro, como si quisiera advertir a todos los que pudieran venir alli. Thanos veia arboles a un lado de la isla, pero en su mayoria parecia estar vacia. Al acercarse todavia mas, vio unas ventanas que parecian estar talladas directamente en la piedra de la isla, como si hubieran ahuecado toda la isla para hacer la prision mas grande. Tambien vio playas de pizarra, con unos huesos blancos destenidos sobresaliendo de ellas. Thanos escucho chillidos, y se quedo palido al ver que no podia distinguir si eran aves marinas o personas. Thanos deslizo su pequena barca por la pizarra de la playa, e hizo un gesto de repulsion al ver esposas dispuestas alli bajo la linea de la marea. Su imaginacion inmediatamente le dijo para que eran: torturar y ejecutar a los prisioneros usando las olas que llegaban. Unos cuantos huesos abandonados en la orilla hablaban por si solos. El capitan del barco de contrabando se giro hacia el y sonrio. "Bienvenido a la Isla de los Prisioneros". CAPITULO DOS Para Estefania, el mundo parecia inhospito sin Thanos alli. Parecia frio, a pesar del calor del sol. Vacio, a pesar del bullicio de gente que habia alrededor del castillo. Miraba fijamente a la ciudad, y tranquilamente podria haberle prendido fuego, pues no significaba nada. Lo unico que podia hacer era sentarse al lado de las ventanas de sus aposentos, sintiendose como si alguien le hubiera arrancado el corazon. Quizas alguien lo haria. A fin de cuentas, lo habia arriesgado todo por Thanos. ?Cual era el castigo exacto por ayudar a un traidor? Estefania conocia la respuesta a aquello, porque era la misma que a todo lo demas en el Imperio: lo que el rey decidiera. No dudaba mucho de que querria su muerte por ello. Una de sus doncellas le ofrecio un reconfortante balsamo de hierbas. Estefania lo ignoro, incluso cuando la chica lo dejo sobre una pequena mesa de piedra que habia a su lado. "Mi senora", dijo la chica. "Algunas de las demas... se preguntan. ?no deberiamos prepararnos para abandonar la ciudad?" "Abandonar la ciudad", dijo Estefania. Escucho lo plana y estupida que sono su propia voz. "Es que... ?no estamos en peligro? Con todo lo que ha sucedido... y todo lo que nos hizo hacer... para ayudar a Thanos". "!Thanos!" El nombre la saco de golpe de su estupor por un instante, para seguirle la ira a continuacion. Estefania cogio el brebaje de hierbas. "!No te atrevas a mencionar su nombre, estupida! Fuera de aqui. !Fuera de aqui!" Estefania lanzo la taza con su infusion humeante. Su doncella la esquivo, lo que ya fue irritante de por si, pero el ruido de la taza al hacerse anicos lo supero con creces. El liquido marron se derramo por la pared. Estefania lo ignoro. "!Que nadie me moleste!" exclamo a la chica. "O hare que te arranquen la piel por ello". Estefania necesitaba estar a solas con sus pensamientos, aunque fueran unos pensamientos tan oscuros que una parte de ella deseara tirarse desde el balcon de sus aposentos solo para acabar con todo aquello. Thanos se habia ido. Con todo lo que ella habia hecho, por todo lo que ella habia trabajado y Thanos se habia ido. Antes de el, ella nunca habia creido en el amor; estaba convencida de que era una flaqueza que solo te abria las puertas al dolor, pero con el parecia valer la pena arriesgarse. Ahora, resultaba que ella estaba en lo cierto. El amor solo facilitaba las cosas al mundo para que te hiciera dano. Estefania escucho el ruido de la puerta al abrirse y se giro de nuevo, buscando algo mas para lanzar. "!Dije que no me molestaran!" grito antes de ver quien era. "Esto no es ser muy agradecida", dijo Lucio al entrar, "despues de que mande que te escoltaran hasta aqui con cuidado para asegurarme de que estarias a salvo". Lucio iba vestido como un principe de cuento, con terciopelo blanco trabajado con motivos de oro y piedras preciosas. Llevaba su punal en el cinturon, pero se habia quitado la armadura dorada y la espada. Incluso su pelo parecia recien lavado, sin ninguna impureza de la ciudad. Para Estefania, tenia mas el aspecto de un hombre preparado para cantar canciones bajo la ventana que para organizar la defensa de la ciudad. "Escoltarme", dijo Estefania con una sonrisa tensa. "Es una buena palabra para eso". "Me asegure de que viajaras a salvo por las calles de nuestra ciudad rotas por la guerra", dijo Lucio, "mis hombres se ocuparon de que no cayeras presa de los rebeldes, o de que no te secuestrara el asesino de tu marido. ?Sabias que escapo?" Estefania fruncio el ceno. ?A que estaba jugando Lucio? "Por supuesto que lo se", contesto bruscamente Estefania. Se puso de pie, pues no le gustaba que Lucio estuviera por encima de ella. "Yo estaba alli".
General
Para leer y descargar el libro "Rebelde, Pobre, Rey (De Coronas y Gloria 4) " puedes hacerlo gratis aquí.
rebelde pobre rey pdf