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Suena la emisora de radio que tanto me gusta escuchar, mientras hago un siseo para que mi companera me mire. --Dos horas --el gesto de mi dedo acompano al murmullo, para que los demas no se percataran. --Te ira bien --me hizo un guino de esos que no terminaron de convencerme. Ya lo tenia decidido... Me iba a buscar a Carola, esa mujer que un dia deje marchar por querer vivir una vida que posteriormente me daria cuenta de que poco tenia que ver con lo que yo deseaba. Ni que decir tiene que me arrepenti hasta la saciedad, pero ya fue demasiado tarde, se habia marchado a trabajar fuera y nunca mas la volvi a ver. Emma me miraba sonriente, ella representaba esa fiel companera, amiga y complice que todos deberiamos tener; esa persona que siempre esta ahi para escuchar tus lamentaciones, tus locuras y cualquier hecho digno de contar que te ocurriera. Tenia un mes de vacaciones por delante y era ahora o nunca; me iba a embarcar en un viaje que me llevaria a saber que fue de Carola, si tenia la oportunidad de volverla a conquistar o por el contrario ya habia rehecho su vida y era feliz junto a otro hombre. Los nervios se apoderaron de mi mientras veia que esa reunion no terminaba, se estaba haciendo de lo mas tediosa y aburrida, como si pasara a camara lenta. Es lo que tenia el trabajo, aguantar para conseguir captar clientes para nuestra empresa, de la que Emma y yo eramos socios. Nos dedicabamos a la exportacion de productos ibericos que haciamos llegar a todos los rincones del mundo y tenia que reconocer que demasiado bien nos iba. No tenia queja ninguna en ese sentido. Siempre cerrabamos en agosto, solo permanecian en sus puestos los de ventas online, asi que nosotros aprovechabamos para tomar unas merecidas vacaciones. Sin embargo, este ano iba a ser diferente, me iba a encontrar con la realidad de mis sentimientos, con aquella mujer que nunca debi dejar escapar. Si no hubiera sido tan necio... Terminamos el trabajo, me despedi de todos y bese a mi amiga con todas las fuerzas del mundo; ella no dejaba de desearme suerte y yo la iba a necesitar, algo me decia que ya nada iba a ser como antes, pero yo queria quemar mi ultimo cartucho. Dicen que quien no arriesga no gana, y yo esa maxima la iba a llevar grabada a fuego a partir de ahora. Habia llegado el momento y lo iba a afrontar con grandes dosis de ganas, valentia e ilusion. Llegue a mi casa, cogi todas mis pertenencias y sali hacia el aeropuerto como alma que lleva el diablo. Estaba claro que iba a contrarreloj, el vuelo salia en dos horas y hacia una que debia de hacer facturado al ser un trayecto internacional, asi que me apresure todo lo que pude, aparque y entre veloz. Ya habia previsto que iria algo corto de tiempo, pero no podia imaginar que esa circunstancia me fuera a generar tantos nervios. Me equivoque, las emociones iban colapsando mi mente y me pesaban como el plomo, mientras que mi cuerpo debia correr veloz como una gacela. El aeropuerto se me antojo mas grande que nunca y la terminal, interminable, haciendo un juego de palabras. Fui directo a meter la maleta, la azafata me dio las buenas tardes sonriente, tarjetas de embarque y listo para comenzar ese largo viaje. En el aeropuerto, mientras esperaba cerca de la zona de embarque, me meti en las tiendas. Compre un bolso de una marca muy juvenil que le gustaba mucho a Carola, a no ser que en estos dos anos hubiera cambiado, pero yo lo hacia como si ella me estuviera esperando, inocente de mi... Al fin y al cabo, era la ultima baza que tenia para intentar enmendar el error que habia cometido. Debia afrontar la situacion con naturalidad para no caer presa de los nervios, por lo que una y mil veces me habia hecho en mi cabeza la composicion mental... Sonaba dormido y despierto con que ella me esperaria, con los brazos abiertos... y con el corazon aun mas. Y ahora este viaje... No contento con llevarle solo el bolso, compre tambien el perfume que tanto le gustaba y pense si en ese lugar lo usaria. Casi con toda probabilidad diria que no, pero eso no mermaba la ilusion con la que yo lo hacia. Y ello sin contar con el hecho de que, conforme se iba acercando el momento del embarque, sentia que las piernas me temblaban mas y mas. Seguro que, si Carola me hubiera podido ver por un agujero, diria que yo tenia el baile de San Vito en ese momento. Ella y sus ocurrencias, cuantisimo la habia echado de menos en este tiempo que llevaba sin verla. Una azafata me acompano hasta mi asiento, eso de ir en primera clase tenia unos beneficios nada desdenables. Y sobre todo para un viaje tan largo, el que me llevaria al corazon de Ruanda y el que yo pretendia que me llevara tambien de nuevo al de Carola, haciendo el paralelismo. Carola era medico y prestaba sus servicios para una ONG que contaba con bases en todo el mundo, principalmente en lugares deprimidos y reconditos donde la poblacion era mas vulnerable. Digamos que aquellos sitios no eran precisamente turisticos, hasta el punto de que tuve que pedir permisos especiales para llegar hasta donde estaba ella. En mi caso, yo iba de apoyo en unas vacaciones solidarias cuyo coste asumi con gusto, como integrante de un programa que ofrecia cada etapa vacacional esa institucion y que supondria mi salvoconducto para poder llegar hasta ella. No queria ni imaginar la cara que pondria al verme aparecer alli, en aquella pequena aldea, miedo me daba. La triste historia de Ruanda incluia el haber sufrido un genocidio en el ano 1994, un suceso que se saldo con la muerte de unas ochocientas mil personas. Una tragedia de tal magnitud marcaria un antes y un despues en aquel pais del Africa continental, dado lo devastadora que fue. Para hacernos una idea, sirva la escalofriante cifra estimada de que, en torno al setenta y cinco por ciento de los ninos del pais quedaron huerfanos de uno de sus dos padres, y en muchos casos de los dos. Y para mas inri, la situacion a la fecha actual no es que sea para tirar cohetes precisamente. No en vano, se calcula que la mitad del pais vive por debajo de los umbrales de pobreza. A la fuerza, una situacion asi, como ya comentaba, convierte a su poblacion en especialmente vulnerable.
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