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La alarma del movil sono a modo de despertador exactamente a las 7:00 de la manana. Sonaba un tono diferente al de la llamada, seleccionado entre risas y arrumacos por Sara, su ex. Recien comprado su nuevo smartphone, le pidio que se lo configurara porque se le daba muy bien el trato con esos cacharros y el decia que solo servian para hablar y mandar Whatsapp . Hacia poco que le habia pedido que se casase con el en una fiesta sorpresa en un restaurante de alta alcurnia de la calle Betis. Aprovechando que una de sus amigas cumplia anos se las ingeniaron para que no se enterara de nada hasta el momento de la pedida. Paseito al lado del majestuoso Guadalquivir, subida a una barca previamente alquilada, amigos grabando a lo lejos con el movil, transeuntes observando con una sonrisa al ver lo nona que era la escena... pedida romantica en toda regla. Sabiendo la musica que le gustaba a la que pensaba que era la mujer de su vida, eligio la cancion que ella luego opto por poner como tono para la alarma del despertador. Dijo que asi todas las mananas se acordaria de ella y de aquel maravilloso momento. Tenia razon, se acordaba. Marry You de Bruno Mars, donde el bueno del protagonista le pide a su novia que se case con el. Campanas y mas campanas. Por supuesto Sara dijo que Si, sin faltar la respectiva subida de fotos a redes sociales ensenando el anillo, besitos y las sonrisas en cada una de ellas que ensenaban lo feliz del momento. Claro que en la historia de la cancion no sale como a los tres meses pillas a la mujer por la que van a sonar las campanas en la cama con tu companero de piso. Si todos los dias aquel sonido le parecia odioso y le entraban ganas de coger el telefono y lanzarlo contra la pared, esa manana no pudo soportarlo. --!Callate de una puta vez! --grito desesperado. El telefono salio de la mano con la velocidad suficiente para que al llegar a la pared se quebrara la pantalla por varios lados. En realidad no habia dormido nada, hacia todo lo posible por vencer al sueno, ni siquiera se habia quitado la ropa. Estaba acostado en la cama boca abajo cuando sono el despertador. Todavia seguia sin poder evitar llorar. Un llanto que solo se puede conseguir cuando se mezcla el dolor, la culpa, la angustia, la perdida, la impotencia y la rabia. Flotaba, con la sensacion de que aquello no era real, deseando que en realidad todo fuera una pesadilla cruel donde la intensidad de la realidad sonada es tal que se grita desesperado por salir de ahi. La alarma le habia recordado que estaba despierto, que la pesadilla no era tal, que en ese momento la vida era la pesadilla. La almohada estaba empapada, mezcla de lagrimas y sudor. El dolor en la nuca le bajaba por la columna, como si alguien estuviera apretando muy fuerte desde atras y esa tension fuera cada segundo en aumento. Intento incorporarse. Al hacerlo la habitacion empezo a dar vueltas, las nauseas empezaron a nacer desde lo mas profundo del estomago y a escalar de forma imparable. Cayo de rodillas con una palma de la mano en el suelo y la otra en la boca. A la arcada mal contenida siguio un vomito un tanto sanador. Junto con el salio algo de tension, angustia y dolor. Aunque era tal el contenido de esa mezcla dentro de su cuerpo que el alivio se notaba poco. --?Por que, Tomas? --susurro lloroso--. No va a pasar, eres un puto mentiroso. Las lagrimas volvieron a brotar con intensidad. Esta vez el llanto parecia una plegaria, un intento de peticion de clemencia o de conjuro para darle hacia atras al tiempo, esperando con todo su ser que alguien lo oyera. Al llanto acompano gritos de rabia cada vez mas altos, asimilando de forma consciente que nada iba a cambiar lo que habia ocurrido. Empezo a golpear el suelo de su habitacion. El puno cerrado impactaba con fuerza indolora en la madera que forraba la plataforma de cemento. El llanto se cambio por un apretar intenso de los dientes, tanto que desprendia un sonido audible, produciendo un intenso dolor desde la mandibula a los timpanos. El puno derecho ya le sangraba y la hermosa madera ya estaria marcada de por vida por los impactos del desespero. En ese momento se desmayo. La boca pastosa le sabia acida y abrir los ojos estaba siendo un ejercicio de fuerza que le costaba un mundo. Cuando la luz entro por sus pupilas y pudo distinguir algo de lo que estaba a su alrededor, busco rapido con su mirada el reloj que habia sobre la mesilla de noche. Eran las 10:30. El cuerpo se habia auto desconectado en forma de sueno obligatorio al notar que si no paraba algo malo podia pasarle. Los huesos y la carne pasaron a ser hormigon, los brazos dolian, la postura al desmayarse en el suelo habia hecho que su peso descansara sobre ellos, logrando un adormecimiento doloroso. La cabeza tambien queria su protagonismo. Mas que dolor era pesadez, como cuando un cubo esta a punto de rebosar y se dobla por el peso. Una vez pudo, se incorporo y se sento en la cama apoyando los codos en las rodillas y la frente en las manos. Seguia recordando, aunque todo estaba algo borroso, como si una espesa niebla estuviera empezando a esconder las cosas. Deseaba que todo fuera mentira o borrar lo que habia pasado. Respiro hondo para ahogar un poco la pena e intentar que los pulmones le dieran el impulso para poder levantarse. Dejo que el agua tibia lo abrazase durante un tiempo, que lo acariciara mientras tenia las dos manos apoyadas en la pared. Al ver el agua caer, hizo un esfuerzo tremendo para recordar como se habian conocido, como habian llegado a ser casi familia. <
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un corazon en la pared jose garoe