• Eres mi salvavidas de Mia Jf

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    Es la primera parte del libro que estoy escribiendo. ADVERTENCIA: Es un manuscrito

  • Palmeras de la brisa rapida de Juan Villoro

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    Juan Ruiz llego a Yucatan a ver por que los yucatecos comian tanta azucar. Trabajaba para una compania sonorense dispuesta a hacer grandes negocios con el apetito peninsular. En Progreso conocio a una muchacha que acababa de despachar a un pretendiente "porque fumaba cigarros rusos muy apestosos". Estela Milan pertenecia a una familia cuya buena reputacion emanaba, no de sus blasones nobiliarios, como hubieran querido algunos de sus miembros, sino de sus sabrosos helados. A unos pasos de la estacion del tren, la Neveria Milan ofrecia sorbetes y chufas. Durante anos, la familia habia probado su habilidad para confitar en frio, pero su verdadera aspiracion era el bel canto. Estela Milan solia interrumpir los bailes para interpretar un aria, el codo apoyado en el hombro de su galan. Juan Ruiz tomaba decisiones con la llana simpleza de quien es rustico y es espanol. Un dia abrio la puerta de su choza en la sierra de Leon, vio la nieve en derredor, penso en el trabajo que lo aguardaba en el corral de las ovejas y decidio irse al continente donde todas las frutas son posibles. En sus primeros anos americanos "labro futuro" durmiendo en el mostrador que atendia por las mananas. Sus penurias fueron tantas que aquel mostrador acabo por parecerle confortable. Varios anos despues habia logrado reunir algun dinero. El salon de bailes de Progreso debio parecerle un recinto del imperio austrohungaro y aquella muchacha que se abanicaba sin cesar, una princesa de Dalmacia (algo que ella no hubiera vacilado en aceptar). Ante Estela, sus mejores credenciales eran su acento espanol (en las raras ocasiones en que hablaba) y su "pinta distinguida" (una manera de decir que a pesar de su corta estatura y la calvicie incipiente, sus facciones alargadas sobresalian en los salones yucatecos donde abundaban las caritas picnicas). Asi como un dia el aire helado cuajo en una insolita palabra, "America", asi supo que viviria toda su vida con Estela. Nada mejor para un profugo del frio que una muchacha para quien la nieve era algo que sabia a guanabana. Yo los conoci muchos anos despues como mis abuelos. Su matrimonio tuvo el tipo de exito que solian tener los matrimonios de entonces: no se divorciaron y no se hablaron en los ultimos veinte anos. Viviamos en el duplex que mi abuelo construyo en Mixcoac y que era un ejemplo de su caracter; si el arquitecto decia que las paredes debian tener medio metro de espesor, el disponia que fueran de dos metros; no habia manera de convencerlo de que no estaba edificando las murallas de Campeche. Y no solo le molestaban las paredes de medio metro. En su caso, "estar de buen humor" significaba elogiar durante dos minutos a Rojo, el caballo de su infancia, o apiadarse de su unico amigo, el senor Maranon, que tenia un trapo en la cara porque le habian quitado la nariz. No le entusiasmaba nada que no fuera beber cafe negro en una botella de refresco o morder bolillos durisimos. En esa epoca era identico a Fernando Pessoa, cosa que, por supuesto, todos ignorabamos. Sin embargo, a diferencia del poeta, lo permanente en el no era la depresion sino el enojo. De las muchas emociones simples de que dispuso en vida, el abuelo escogio la colera para sus ultimos anos. A veces, al ver que los jugadores de futbol americano se pegan en el casco para celebrar una jugada, pienso que los coscorrones del abuelo eran cripticas felicitaciones. Como quiera que sea, nada podia impedir que pasaramos la mayor parte del tiempo en la parte inferior del duplex, la casa de los abuelos. Ellos si tenian television. --Chiquiti pollo, chiquiti pollo --decia mi abuela, y se pellizcaba el cuello repetidas veces, cuando el 7deg de caballeria liberaba a "los buenos". Esta era su forma de decir "lero lero candelero". Para nosotros Yucatan era la peculiarisima forma de hablar de la abuela. Sabiamos que venia de un lugar remoto y que varios de nuestros parientes habian muerto luchando contra Mexico. Tal vez porque el abuelo no daba otros signos de vida que un bastonazo de ocasion, su patria no parecia tan lejana. Mi abuela tenia una amplia memoria, siempre mejorada por su imaginacion. Nos conto mil veces el bombardeo de Progreso (la familia corrio hasta Chicxulub y se refugio en una casa repleta de alacranes), la llegada del cometa Halley, la visita de Madero a Yucatan: el heroe la tomo en brazos en un parque, dijo "que bonita nina" y le planto un beso en la mejilla (para mi abuela, la Revolucion habia sido obra de forajidos, pero guardo un buen recuerdo del "pobre hombre" que la beso de nina). Lo mas interesante de sus historias era que estaban llenas de misterios insolubles. Todo lo que contba de su abuelo, Jose Nicoli, era para demostrar que no era negro. El habia llegado de Honduras en compania de su esclava, la futura nana de mi abuela... "Era un hombre de pelo crespo, boca amplia, algo morenito, pero no negro." La ignominia maxima para una mujer consistia en no ser blanca (pronunciaba con tal enfasis que se oia balanca) y la siguiente (disponia de una vastisima escala de oprobios) ser blanca y "revolcarse con un turco". Todos los dias renovaba su decencia describiendo con lujo de detalle la indecencia de los demas. Si hubiera dicho "Fulana se fue con Mengano" jamas habria reparado en ello, pero cuando se referia a "!esa que se revuelca con los turcos!", me daban ganas de conocerla. La frase tenia una innegable carga sexual y hacia pensar en amores circenses, arabigos, magnificos. Una tia abuela mia habia sido raptada (y devuelta) en su juventud... "pero no por un turco", aclaraba mi abuela. La sangre arabe solo le parecia recomendable para la cruza de los caballos a los que mi abuelo le apostaba los domingos. Los apellidos de ciudades suelen senalar un origen judio sefardita y los Milan no debian ser la excepcion, pero mi abuela habia dado con un documento (perfectamente imaginario) que la vinculaba con Fernando VII. Vivia para ser blanca, decente y hasta santa. Cuando mi abuelo y yo regresabamos del hipodromo, nos informaba que alguien habia ido a preguntar si ahi vivia la santa. --Se conoce que estan enterados --anadia, con un gesto de la mas transparente vanidad. --!Esta mujer! --farfullaba mi abuelo. Yo estaba de parte de la abuela. Era carinosa, inventiva, malediciente y encontraba una justificacion extralogica para cualquier cosa. Una de nuestras actividades centrales consistia en sopear panes en su cafe con leche (acaso por ese don yucateco para azucarar las cosas, el suyo sabia mas rico que el de los demas). Cuando mi madre nos encontraba lamiendo las gotas que habian ido a dar a nuestros antebrazos, iniciaba una reprimenda: --!Que porqueria! Entonces ocurria la fabulosa explicacion de mi abuela: --Si asi lo hacen los americanos --y a continuacion inventaba una pelicula de gente refinadisima que sopeaba el pan, con un reparto avasallador: Ingrid Bergman, James Stewart, Grace Kelly y Humphrey Bogart. --Pero ellos no se lamen los antebrazos. --H'm. Se acabo --y las lagrimas fluian puntuales de sus ojos. --!Si, hazte la victima! --Tienes razon --sollozaba--, se me figura que la Bergman no estaba en la pelicula, sino Rita Hayworth --era imposible regatearle un argumento. Mi abuela es la unica persona que he visto llorar sin sentirme mal. Las lagrimas eran la exacta puntuacion de sus historias. Me gustaba que contara el episodio del chocolate. En una epoca en que fueron muy pobres, su padre gasto sus ultimas monedas en comprar un trozo de chocolate que tuvo que repartir entre sus siete hijos. La primera lagrima siempre caia en la palabra "trozo". Pero su capacidad histrionica conocia momentos mas intensos. Sus desmayos y sus ataques eran esplendidos. Sabiamos que los fingia, pero parecian tan veridicos que nos arrodillabamos a rezar mientras mi abuelo iba por el alcohol. Mi abuela habia querido ser cantante de opera. Por suerte para nosotros su padre no la dejo; de lo contrario nos hubiera privado de las escenas que iban del arbol de hule en el jardin a la azotea donde recitaba un aria de fin de mundo hasta que descubria que no valia la pena lanzarse de algo que no fuera un castillo. Esta pasion la llevo a incluirme en un drama: --Te voy a costurar un trajecito --me dijo cuando le hable con entusiasmo de la pelicula El Cid Campeador. Su inagotable capacidad de extravagancia tambien pasaba por la Singer. Habia hecho titeres en forma de dedales, la familia Tuch (ombligo). Por desgracia he olvidado los parlamentos que le asignaba a los diez ombligos. En el caso del Cid, nada le parecio mas natural que yo llevara mis gustos castizos a la calle. Velamos las armas en el antecomedor y luego me hablo pestes de los moros (un moro era un enemigo terrible, un turco historico). Asi, un dia de gracia de 1964 sali a combatir moros a la calle de Santander, enfundado en un traje medieval, con cruz roja al pecho y espada de palo a manera de la Colada. Por una vez los indios y los vaqueros se unieron para destruir esa incoherente aparicion. Mi abuela quedo feliz con la escaramuza. Curo mis heridas con violeta de genciana, arreglo el traje y se ofrecio a confeccionar una cota de malla con un mosquitero. No soporte la idea de un nuevo enfrentamiento. Le hable de los penachos indios y las afiladas botas de los vaqueros, con tal intensidad que se aficiono al rodeo. Ante la mirada disolvente de mi abuelo, la sala se transformo en un lienzo donde mi abuela toreaba perros de peluche. --Lo mas importante es el publico --no podia iniciar una escena sin testigos suficientes; pasabamos la mayor parte del juego abarrotando la falsa chimenea de munecos y mascotas. Alguien tan habil para contar descalabros ajenos debia tener una fuerte nocion del que-diran. Y mi abuela la tenia, pero solo abarcaba a los yucatecos. Si le llegaba una boleta de luz excesivamente alta, decia: --!Machis!, se me figura que me quiere perjudicar un yucateco de la compania de luz. En su mente, el pequeno mundo de Progreso se habia trasladado a la ciudad para observarla. Sus actos seguian siendo tan comentados como cuando iba a la neveria o al teatro Melchor Ocampo. A juzgar por su recelo, Yucatan debia ser una sociedad de conspiradores. Si alguien le ofrecia presentarle a un paisano, exclamaba: --!Fo!, !a redo vaya! --que mas o menos significa "fuchi, vete al diablo". En cuanto a la familia, solo entraba en su vida en forma de molestia. Su madre era una figura tiranica. Se acostaba en su hamaca, el unico sitio donde estaba "comodita", a comer platanos con leche y decidir la vida de sus hijos. A Florinda la destino a la solteria: "Eres la fea, tu me vas a acompanar de vieja". Florinda desarrollo tal fobia a los espejos que gritaba si le colocaban uno enfrente. Ernesto, el hermano mayor, era malisimo, se comia todo el arroz de los anos pobres "y ni siquiera engordaba". Este apetito sin provecho apenas era compensado por el humor "del pobre Gonzalo" (mi abuela no podia hablar de alguien bueno sin pobretearlo). Gonzalo murio joven y lo unico que se de el es la frase que dijo en una alberca: "Hago tan bien el muertito que hasta me empiezo a pudrir". Elvia tenia jaquecas todos los dias a las cuatro en punto; se acostaba unos minutos antes, a esperar su hora de dolor. La unica amiga de mi abuela era la senora Villa, una italiana (sus elaborados prejuicios le hubieran impedido tratar a alguien que se apellidara como el Centauro del Norte), casada con un ex piloto de Mussolini que se mantenia jovencisimo gracias a una dieta de miel. Ademas de la senora Villa, Italia tenia otras virtudes: era el pais de la opera y no era Espana. Y es que la abuela habia emprendido una cruzada antihispanica. Aunque el Cid merecia su aval moral para decapitar moros, los espanoles del duplex (mi abuelo y mi padre) solo podian ser objeto de intriga. En aquellos dias primarios, me convencio de que Espana era el pais donde la gente no se cambiaba de camisa. Ella era fanatica de la limpieza; los jabones que pasaban por sus manos cobraban otra consistencia, como si hubieran servido a un regimiento, y tenia no menos de tres polveras en servicio. El caso es que una de nuestras complicidades consistia en contar los dias que mi padre llevaba con la misma camisa. Es obvio que alguien que crecio en un internado jesuita, donde habia que romper el hielo en el aguamanil para lavarse la cara, no podia tener la misma relacion con el agua que una dama del tropico, pero mi abuela aprovechaba cualquier oportunidad para que la vida de la casa se volviera interesante, es decir, sospechosa. Vivia rodeada de extranjeros. Mi hermana y yo eramos "mexicanos", y por mas lastima que esto le causara, jamas hubiera pensado en compartir nuestra suerte. Mi madre nacio en Yucatan, pero su vida estaba marcada por el estigma de los descastados: habia empezado a fumar. Todas sus ideas eran fijas: mi hermana Carmen y yo eramos perfectos, a pesar de que jamas lograramos cumplir una de sus mas caras obsesiones: dibujar "un tucho nadando". El tema estaba a la altura de nuestros gustos estrafalarios, pero desperdiciamos cientos de crayones sin lograr que el simio nadara. Cuando mi madre le dijo (llorando en serio, sin la menor teatralidad) que yo era sonambulo y hablaba solo, ella respondio: "Como sufre el nene". Los culpables de mis defectos siempre eran otros, en especial mis insoportables amigos: --!Estos chiquitos solo vienen a hacer laberinto! --se quejaba.

  • Sonar. Serie Again de Mona Kasten

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    Everly Penn nunca tuvo la intencion de enamorarse, y mucho menos de alguien de su facultad. Pero Nolan Gates es encantador, inteligente y sexy, y la unica persona que hace que Everly pueda olvidarse de los pensamientos oscuros que la mantienen despierta noche tras noche desde su infancia. Cuanto mas lo conoce, mas intenso sera el vinculo entre ellos y mas deseara romper los limites que separan sus caminos. Lo que no sabe es que detras de la naturaleza de Nolan y su contagioso entusiasmo por la literatura se esconde un secreto. Y ese secreto podria destruir su amor mucho antes de empezar. Everly y Nolan compartiran risas, confidencias, secretos y llenaran sus vidas de pasion en una historia de amor unica.

  • Dime Lo Que Deseas de Jude Deveraux

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  • El legado mas oscuro (Mentes poderosas 4) de Alexandra Bracken

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    Han pasado cinco anos. Los campos de rehabilitacion en los que Zu fue encerrada con sus amigos han sido destruidos. Aun asi, sigue luchando por proteger los derechos de los Psi frente a la oleada de prejuicios y falsas informaciones. Cuando la acusan de cometer un espantoso atentado, se ve obligada a huir de nuevo para salvar la vida.
    Decidida a limpiar su nombre, Zu viaja en busca de respuestas, y no tarda en descubrir un siniestro secreto que amenaza la supervivencia de los Psi. Rodeada de enemigos, ?en quien podra confiar en su lucha por la libertad y por salvar a los amigos que en otros tiempos fueron sus protectores?

  • Inmune al amor de R. Freire

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    Humanes se define a si misma como una depredadora sexual. Fria, directa, calculadora… esta vacunada contra el amor y es la que decide cuando y como, y tambien la que pone el punto final a cada relacion. Susana ni siquiera es lesbiana, aunque siempre ha querido probar…
    Cuando se encuentran por casualidad, la mezcla resulta explosiva. ?Quien seducira a quien? ?Habra alguna victima? Si las dos estan de acuerdo en que solo se trata de una aventura, todo deberia resultar sencillo. ?O no?
    "?De verdad he oido lo que creo? ?Es ella la que esta pretendiendo dejar claro que esto no puede convertirse en nada serio? Por favor, es el sueno de mi vida hecho realidad: una mujer preciosa que solo quiere meterse en la cama conmigo por placer, sin complicaciones posteriores ni engorrosas pretensiones de fidelidad o amor eterno. Me siento tan feliz al asimilar sus palabras que casi tengo que contenerme para no saltar de jubilo."
    "?A que estamos jugando? ?Seguimos siendo simplemente dos mujeres que lo pasan bien juntas, o por el contrario empieza a surgir algo mas profundo?"
    "En estos momentos, daria cualquier cosa por ser esa gotita de agua que ha caido sobre su hombro izquierdo para, desde alli, ir bajando despacio hasta los rinones, coger velocidad al alcanzar los gluteos y, finalmente, desaparecer extasiada en el fin del mundo que significa su entrepierna."

  • Cuando los hechos cambian de Tony Judt

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    Por el autor de Postguerra, Algo va mal y Pensar el siglo XX.

  • Olvidame, si puedes de Norah Carter

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    Ay, Senor, otra vez no... Era la frase de siempre, lo primero que decia cuando llegaba a mi lugar de trabajo. Todos los lunes me despertaba diciendome: "Victoria, una sonrisa, comienza una nueva semana y esta vez no habra problemas". Y lo hacia, de verdad. Me despertaba temprano, tomaba una ducha y salia de mi habitacion preparada. Con mi habitual ropa de trabajo, leggins negros, camisa negra, tacones negros... Si, trabajar horas de pie, en una pasteleria de lujo, no impedian que yo llevase a cabo mi lema "Antes muerta que sencilla". A lo que iba, que me pierdo.... Me recogia mi larguisima melena rizada y morena en un mono y me maquillaba sutilmente, lo suficiente para resaltar mis ojos grises. No me gustaba mucho el maquillaje y tampoco es que lo necesitara, habia heredado un buen cutis. Cuando entraba en la cocina, mi padre, quien aun no habia entendido que yo ya estaba cerca de rozar la treintena, me tenia preparado mi desayuno: cafe, zumo de naranja, tostadas y una fruta. Podia con todo, menos con la fruta. Nunca me habia gustado, la repudiaba, y tampoco hacia el esfuerzo por comerla. Buenos dias, carino, ?como has dormido? -pregunto mi calvo favorito. Asi lo llamaba yo, carinosamente. Me acerque a el e hice lo mismo que hacia desde que era pequena, le di un beso en la calva. Es lunes -dije como respuesta a todo. Vamos, este lunes sera diferente -era su intento de animarme, como cada dia. Si, lo se -me menti a mi misma, porque sabia que no seria asi. Aunque intentara enganarme, ese lunes seria un problema, como todos. Problema que se solucionaria el miercoles, el viernes me iria a casa pensando que el proximo lunes todo estaria bien, para que ese dia llegara y me diera en las narices con que todo se jodio de nuevo-. Papa, no me voy a comer el platano. No me gusta. Es mas, odio el platano -puse cara de asco y lo eche a un lado. Odias toda la fruta. Pero tienes que comerla, te guste o no. Mmm... – dije ignorandolo- ?Y mama? Es lunes... Si, ya se que es lunes. ?Pero donde...? Oh, espera, ?en el medico? -resople. Como cada lunes -suspiro el. Se sento frente a mi con su cafe y desayunamos en silencio. Tenia 28 anos y vivia con mis padres por eleccion. Tenia un trabajo estable, un buen sueldo, pero no me gustaba estar sola. Ademas, ellos ya eran mayores y preferia hacerles compania. Eso y porque, para que nos vamos a enganar, yo era un desastre en la cocina. Podia ser la mejor pastelera del mundo, pero a la hora de comer... No sabia hacer ni un huevo frito. Como decia, vivia con mis padres. Ya estaban los dos prejubilados. Eran una de esas parejas que tardaron anos en poder tener hijos, cosas de la genetica, y cuando llegue, me quede sola, y ya ellos habian pasado la treintena, asi que no hubo hermano posible. Mejor para mi, me gustaba mucho la tranquilidad como para soportar a un hermano pequeno. Aunque a veces deseaba haberlo tenido, alguien de mi edad para poder contarle mis cosas. Asi que cuando lo necesitaba, llamaba a la loca de mi mejor amiga, Alberto, y con ella que me desahogaba. No, no me he equivocado. He dicho Alberto y amiga, es que tiene mucha pluma ella. Y yo siempre me he llevado mejor con el genero masculino, para amistad, porque en temas relaciones... Vicky, el zumo. La voz de mi padre me saco de mi ensonacion. Levante la mirada, observando sus cansados ojos grises, con esas cejas blancas, con esa mirada tan parecida a la mia. Papa, odio la fruta -dije como una nina pequena. O te lo tomas sola, o te lo doy yo. Resople y empece a beberlo. Poco a poco, no tenia ganas de echar todo afuera. Mi madre... Por ahi iba. Era la mejor madre del mundo, la mejor cocinera, la mejor en todo. Pero lo mas hipocondriaco del mundo.

  • Ciudad negra de Fernando Gamboa

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  • En la piel del lobo de Sonia A. Kirchen

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    De nina, cuando todas sonaban con ser princesas, a mi me encantaba el disfraz de Caperucita, y cubierta con su capucha roja me creia idonea para desafiar al lobo.
    Sin embargo, ese inconformismo se apagaria, cuando con dieciocho anos y exceso de ego. mi madre fallecio.
    Aquel dia nefasto, sentada en las escaleras de emergencia del hospital, conoci a Evelyn, quien tras a dar a luz a mellizos abordaba la maternidad sola.

  • Las recetas de Adelgaza para siempre de Angela Quintas

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    ?Perdere peso si como alimentos light? ?Debo comer aunque no tenga hambre? ?Que platos elijo si como fuera de casa? ?Me puedo tomar una copa de vino si estoy a dieta?

  • Pellizcos On the road (2 relatos) de Lara Rivendel

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    Extranos en un AVE – Lara Rivendel
    Valme y su marido suben al AVE en la estacion de Atocha con destino a Zaragoza. Agobiada por los problemas del dia a dia, cuando ocupa su asiento en una mesa para cuatro cree que al fin va a poder relajarse un rato, pero cuando su mirada se cruza con la de su vecino de mesa, sabe que eso va a ser imposible: el pasado la esta mirando a los ojos.

  • La joya de Meggernie, Kate Danon de Kate Danon

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  • Hasta el fondo de Elle Aycart

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    En Alden todo el mundo coincide en que Mike Haddican, el orgulloso dueno del gimnasio y reconocido instructor de karate, es un buen tipo. Nunca ha necesitado mucho para ser feliz: su familia, sus amigos y, sobre todo, Kyra, su chica. Por eso, cuando siete anos antes ella lo abandono, Mike quedo destrozado.
    Kyra Brims hizo realidad su sueno y logro el exito como bailarina de danza contemporanea, pero el precio que tuvo que pagar fue muy alto. Cuando su vida y su carrera empiezan a tambalearse, decide regresar al pueblo al que juro que jamas volveria para lamerse las heridas y recuperarse.
    Si estando cada uno en la otra punta del mundo ya les resultaba imposible olvidarse, ahora que se encuentran por todas partes, el intento se convierte en una mision imposible. La pasion que nunca se apago pronto vuelve a arder sin control, pero lo mismo ocurre con las viejas heridas y los antiguos confl ictos que dejaron sin resolver. Mike y Kyra tendran que llegar hasta el fondo de sus almas para encontrar el perdon y la sabiduria que les permita seguir adelante con su bonita historia de amor.

  • Javier Pradera o el poder de la izquierda de Jordi Gracia

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    Este libro se mete en la caja negra de la Transicion y la democracia a traves de una figura crucial pero aun desenfocada. Javier Pradera tuvo, en palabras de Jordi Gracia, <>, pero << fue sobre todo un peligroso hombre de accion y pensamiento. Entre un Malraux sin noveleria y un Fouche sin codicia, manejo sus multiples poderes de modo con frecuencia abrasivo pero nunca intransitivo>>. A traves de su biografia de conspirador, editor y columnista, el libro radiografia algunos de los avatares decisivos de la Espana antifranquista y democratica.

  • La hija del alfarero de Jose Luis Perales

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    La conmovedora saga de una familia dividida por la lealtad al pasado y la esperanza en el futuro. Jose Luis Perales ha escrito su cancion mas larga y emotiva.

  • Espadas de tiempo (Templarios 1) de Kaera Nox

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    Aby lleva desde que tiene uso de razon viendo al mismo hombre, cada noche, en sus suenos. Una presencia que la ha acompanado a cada paso, convirtiendose en una parte fundamental de su vida. Un caballero templario que le dice una unica palabra: encuentranos.
    Pero algo ha cambiado en las ultimas semanas y sus suenos se han transformado en algo mas... personal. Aby teme haberse enamorado de un hombre que no existe, que no es mas que un producto de su imaginacion.
    En el ano del Senor de 1291, mientras la ciudad de San Juan de Acre era sitiada por un ejercito sarraceno, siguiendo las ordenes del Gran Maestre, nueve caballeros templarios abandonaron sus muros dejando a sus hermanos y a los habitantes a su suerte.
    Mas de siete siglos despues una mujer llega hasta ellos despertandolos de su largo sueno.
    Es tiempo de despertar.
    Es tiempo de creer.
    Es tiempo de luchar.
    Cuando el tiempo se agota y la amenaza del fin del mundo se cierne sobre sus cabezas, ?sera tambien tiempo de encontrar el amor?

  • Querida Rosaura de Lujan Fraix

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    Rosaura Waner fue una persona que no supo entender la vida. Se entrego a los demas en un ir y venir de situaciones divididas. Amo a su madre Magdalena quien cerceno, desde nina, sus deseos mas queridos; la obligo a ser una mujer y a llevar sobre si las cargas de un adulto. No disfruto de los momentos por hallarse inmersa en un pasado que le dejo secuelas hondas: la muerte temprana de Magdalena y la de su hermano Juan Jose de treinta y cinco anos.
    Rosaura vivio para el dolor, para llorar de la manana a la noche a sus muertos, para velar por su hermano menor, Ruben, hasta el ultimo dia. A Maria, su hija, la cuido como un tesoro que le costo mucho concebir. Sintio terror por su salud porque conocia de memoria el sabor de las ausencias; ahogo su juventud con reclamos absurdos y extendio la doctrina de su madre hasta el final de su historia.
    Segun sus propias palabras amo a un Dios que le arrebato la vida.

  • El rapto de la novicia, los canones de los Pujol y monsieur Pipet de Lagarde de Alfonso Ussia

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    El marques de Sotoancho, Cristian Ildefonso Laus Deo Maria de la Regla Ximenez de Andrada y Belvis de los Gazules, un peculiar senorito de la Baja Andalucia al que Ussia situa en La Jaralera, una residencia
    ficticia ubicada entre las provincias de Cadiz y Sevilla, regresa con una nueva aventura. Dentro de una galeria de personajes que incluye yihadistas, guardias civiles, monjas variadas y una madre superiora, aparece Paula, una joven novicia que en el convento lleva el nombre de sor Veronica, a la que desea raptar, muerto de amor por ella, junto con sus soldados yugoslavos, en una disparatada y divertidisima trama.

  • Irrompible de Romina Naranjo

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    Tucker y Amelia fueron, con toda probabilidad, la peor pareja del mundo.

  • Otra Aventura de los Cinco de Enid Blyton

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    Jorge y su perro Tim, han ido a pasar las fiestas de Navidad con sus primos, pero la madre de Julian, Dick y Ana, ha enfermado de escarlatina y los cinco se marchan a Kirrin para que la madre de los tres ninos pueda hacer el reposo necesario. Los chicos llegan absolutamente felices a Villa Kirrin, pero su contento queda ensombrecido por la presencia del senor Roland, un tutor que los padres de Jorge han contratado para que de clases a Julian, Dick y Jorge. La pobre Ana es la unica que no se ve obligada a tomar clases, pero se aburre tremendamente en soledad durante las clases de sus hermanos y prima. Las cosas comenzaran a complicarse cuando el senor Roland muestre su descontento hacia Tim y, consecuentemente, Jorge haga lo propio con el. Mucho mas teniendo en cuenta que a los demas les cae bastante bien el tutor. Una visita a la granja Kirrin anade emocion a las vacaciones al encontrar un plano antiguo con la frase latina VIA OCCULTA. Ademas, en Villa Kirrin comienzan a suceder hechos misteriosos durante la noche. ?Es el senor Roland malvado o se equivoca Jorge? ?Quienes son los huespedes de la granja Kirrin?

  • Un libro de martires americanos de Joyce Carol Oates

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    La monumental y polemica nueva novela de <> (Elena Hevia, El Periodico de Catalunya) es una profunda reflexion sobre el aborto y la pena de muerte, pero tambien sobre los problemas esenciales de nuestras sociedades y de nuestras propias vidas.

  • La primera mano que sostuvo la mia de Maggie O'farrell

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    Cansada de someterse a la voluntad de sus padres, Lexie Sinclair decide abandonar la casa familiar en el campo e instalarse en Londres. Alli conoce a Innes Kent, el editor de una revista de arte que la introducira en los ambientes bohemios del Soho de mediados de los anos cincuenta, y empezara una vida completamente distinta a la que estaba prevista para ella. Anos mas tarde, en el Londres actual, la maternidad ha trastocado la vida de Elina: un dia se olvida de los zapatos al salir de casa y al otro es incapaz de recordar el dia del parto.

  • El nervio optico de Maria Gainza

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    Este es un libro hecho de miradas. Miradas sobre cuadros, sobre los artistas que los pintaron y sobre la intimidad de la narradora y su entorno. Este es un libro singular y fascinante, inclasificable, en el que la vida y el arte se entretejen. Consta de once partes: once partes que son once capitulos de una novela que relata una historia personal y familiar, pero que tambien pueden leerse como once cuentos, u once incursiones furtivas en la historia de la pintura, u once ensayos narrativos que tratan de desentranar los misteriosos vinculos entre una obra pictorica y quien la contempla. En sus paginas el Greco trenza lazos secretos con un paseo por un bosque de secuoyas cercano a San Francisco, la enfermedad y la muerte; Rothko y el misterio de los cuadros para el Four Seasons del Seagram Building que se nego a entregar se entrecruzan con un hospital donde el marido de la narradora recibe quimioterapia y una prostituta se pasea por los pasillos; el aduanero Rousseau y el banquete que, entre la admiracion y la mofa, organizo Picasso en su honor conectan con el miedo a volar… Y aparecen Hubert Robert y la fascinacion por las ruinas; las andanzas de Misia Sert en Paris y Venecia; Toulouse-Lautrec deslumbrado por las estampas japonesas; el joven Fujita que, atrapado por Cezanne, decide irse a Paris; Augusto Schiavoni, al que acaso una medium ponga en contacto con su gemelo muerto en una sesion de espiritismo en Florencia; la decisiva visita de Alfred de Deux al taller de Gericault; la relacion de Courbet con el mar… Y todo ello actua como catalizador de las vivencias de la narradora, de las historias de su familia de clase alta, de la evocacion de la ciudad de Buenos Aires, de la pasion por el arte, el dolor de la perdida, la confrontacion con la enfermedad, la vivencia del paso del tiempo, la banalidad cotidiana, el desasosiego… Este es un libro que habla de arte con erudicion y de la vida con sabiduria. Y lo hace sin grandilocuencia, porque, como decia Cezanne, <>. El sublime resultado nos descubre una voz originalisima, que despliega sus multiples recursos literarios con sutileza y osadia.

  • El secreto de la perla de Di Morrissey

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    La emocionante historia de un amor infinito.

  • 40 libros que adoro de Flavia Pittella

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    Entre los miles de libros que se publican anualmente y nos convocan desde las mesas de las librerias, Flavia Pittella ha seleccionado cuarenta -y alguno mas-, escritos por autores que han marcado tendencia y han sido premiados, que han capturado a lectores y a criticos: Atwood, Baricco, Calvino, Coetzee, Irving, Kawabata, Le Guin, Lemebel, Newman, Puenzo, Saramago, Schweblin, Yourcenar, entre muchos otros. Por supuesto, es imposible que esten todos aquellos sobre los que la autora hubiera querido escribir, pero hay muchos -todos fundamentales- y todos provienen de diferentes lugares y culturas, de diversas tendencias narrativas del presente. Son libros que no podes dejar de leer, representativos de lo que se produce hoy dentro y fuera de la Argentina.

  • Lo que dice la ciencia para adelgazar de forma facil y saludable de L. Jimenez

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    Este no es un libro de dietas. Es un libro de divulgacion sobre obesidad y nutricion que le ayudara a adelgazar y a ser su propio nutricionista. No encontrara obviedades y consejos inutiles como “para adelgazar lo que hay que hacer es comer menos y hacer mas ejercicio”, conocera los ultimos descubrimientos e investigaciones cientificas que le daran las claves para combatir el sobrepeso y cuidar su salud.

  • Noches de tormenta de Nicholas Sparks

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    Adrienne Willis es una mujer cuya vida esta sumergida en el caos, por lo que decide pasar unos dias en la pequena localidad costera de Rodanthe, en Carolina del Norte, con el motivo de hacerse cargo del hotel de su amiga Jean durante un fin de semana. Adrienne espera encontrar la tranquilidad que tanto anhela para poder reflexionar y resolver los conflictos presentes en su vida: su marido que le ha sido infiel quiere volver a casa y su hija Amanda cuestiona absolutamente todas sus decisiones. Al mismo tiempo que Adrienne se instala en Rodanthe se pronostica la llegada de una gran y peligrosa tormenta. El Dr. Paul Flanner llega justo antes de que la tormenta haga su aparicion, pero el doctor no se alojara en el hotel por vacaciones, sino para enfrentarse a su conciencia. Cuando la tormenta llega, Adrienne y Paul quedaran incomunicados en el hotel durante el fin de semana, un fin de semana magico en el que encontraran consuelo y que no solo cambiara sus vidas, sino que les marcara para siempre.

  • Amantes o algo mas de Deborah F. Munoz

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    Era oficial: David se habia pasado al meterse con la timida Clara en la reunion preboda de Charles y Adela. Aunque, cuando estaba a punto de disculparse, ella le tiro el agua a la cara y le insulto, seguia sintiendose mal, asi que le pidio a los futuros novios su correo electronico para pedirle perdon y ofrecerle una compensacion.

  • El grito de la gaviota de Emmanuelle Laborit

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    El grito de la gaviota es el testimonio de una joven que, a los veintidos anos, ha conocido
    ya la soledad absoluta, la duda y la desesperacion, pero tambien la dicha, la solidaridad y la gloria. La adolescencia y la primera juventud de Emmanuelle Laborit son la historia de una lucha por subsistir en un mundo <> y por el reconocimiento de los derechos de los tres millones
    de sordos franceses, hasta conseguir que, en 1991, se ensenara por fin en los centros de educacion para sordos el lenguaje de signos. Con este triunfo colectivo y el personal, pero no menos emblematico, de su exito como actriz teatral, El grito de la gaviota cierra significativamente un itinerario personal tan breve como intenso.

  • 100 noches en Andromeda de Norma Estrella

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    De nino, Edu sonaba con inventar su propio monopatin volante con el que poder viajar hasta la Luna. De nina, Eva jugaba con su hermana y sonaba con tener una maquina expendedora de donetes en su habitacion.
    Ambos trabajan ahora para una empresa tecnologica llamada Andromeda, desarrollando proyectos de Inteligencia Artificial. Sus prototipos de asistente virtual --Lalo y Lala-- rivalizan para ser los elegidos por un excentrico empresario de Palo Alto, que busca inundar el mercado con los perfectos novios virtuales en San Valentin.
    Durante cien dias y sus noches, algo muy grande se cuece entre los ordenadores de Andromeda.

  • Ambar de Sofia Mila

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    ?Que estarias dispuesta a hacer, por salvar la vida de tu padre?
    “Venderia mi alma al diablo por ti”, decia ella, sin percatarse de que el diablo adora escuchar conversaciones ajenas.
    Ambar Williams, toma una decision. Todo por la vida de su padre.
    Alexander Benjamin Balzaretti, es un gran empresario que necesita una “esposa de mentira” para complacer a sus amorosos padres, y asi, mantenerse bajo el reflector.
    Todo estaba claro.
    Un contrato, un matrimonio por conveniencia, un millon de dolares y una vida en juego.
    Facil. SOlo habia que fingir amarse por un ano. Simple. Claro, mientras no te enamores.
    “Quien juega con hielo tambien se quema” -penso viendo a su Satanas.
    Estaba jodida. El hielo tambien quema. Ella lo sabia.
    Secretos, mentiras y pasados tormentosos que amenazan con arruinarlo todo.
    ?Que esconde la chica de ojos y nombre Ambar? ?Que esconde Satanas Balzaretti?
    Humor y diversion en esta relacion amor/odio. Porque nadie dijo que seria facil.
    El sarcasmo de ella, y el caracter de el. Una peligrosa combinacion.

  • Kharos. Almas de Plata de Diana Buitrago

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    La niebla que sube del rio, una hoguera en las montanas y un rumor siseante en las calles. La daga en la mano preparada para ensartarla en un drakko, la noche que llora a sus caidos y la diosa que aulla a la luna. Un alarido en la distancia y terror en el corazon.
    En eso se han convertido los dias que pasan tortuosamente en la desolada ciudad de Sapphire, donde la magia negra se ha aduenado de sus calles y la esperanza reside en un viejo templo y un portal interdimensional derruido.
    Desde FireCross, Los Portales, el Clan Magno, la Catedral y Nebulose hasta el mismisimo templo y la fabrica abandonada. El pincel de la esperanza que se niega a resquebrajarse luchando por la vida que naufraga como la luna por el cielo.
    La plata de los Kharos que siempre llega al corazon y un grupo de presos que estaran dispuestos a sacrificar su propia vida para terminar con la masacre. Porque cuando todo falta solo el alma prevalece.
    Kharos-Almas de Plata, novela autoconclusiva, distopia de fantasia oscura, juvenil y urbana. Una aventura trepidante por la oscuridad de sus calles y la profundidad del alma.

  • Hijas del Norte de Sarah Hall

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    Me llamo Hermana. Ese es el nombre que me pusieron hace tres anos. Es como me llamaban las demas. Es como me llamo a mi misma. Antes de eso mi nombre no tenia importancia. No recuerdo que se usara. Ya no respondere a ese nombre ni me oire decirlo en voz alta. No dare muestras de reconocerlo. No existe. Me llamareis Hermana. Fui la ultima mujer que salio en busca de Carhullan. Fue un mes de octubre de lluvias torrenciales cuando me puse en camino. En la ciudad, las hojas habian empezado a caer de los arboles y el suelo estaba cubierto de su pulpa amarilla. Los ultimos frentes tormentosos atravesaban la region del norte descargando aguaceros. El verano se retiraba. Daba la sensacion de que la atmosfera habia estallado por fin, y las mananas y las noches empezaban a ser mas frescas. Era un alivio no despertarme empapada en sudor en nuestra habitacion del barrio de adosados, salir de una pesadilla con esa humedad lechosa en el pecho. Siempre he dormido mejor en invierno, como si la frecuencia del pulso disminuyera. El frescor parecia limpiar tambien la ciudad. El olor a bacterias de la refineria y las plantas de fuel se dispersaba por la noche cuando las nubes se disipaban y aflojaba el calor. Los ultimos anos, desde la Reorganizacion Civil, el bochorno habia durado mas de lo normal; los meses frios se concentraban en una franja mas estrecha del calendario, y viviamos envueltos continuamente en una nube toxica de colza y arenas bituminosas, hacinados como peces en un ahumadero. El cambio de la temperatura trajo consigo una sensacion de euforia, un estado de alerta que iba mas alla de los nervios o la creciente conciencia de los peligros que sabia que estaba afrontando. Era reparador. El frescor me recordaba los tiempos de mi infancia. Las estaciones estaban entonces mas definidas, mas separadas. La gente mayor de la fabrica en la que trabajaba decia que de todas las tradiciones inglesas que estaban amenazadas el tiempo era la mas triste. Como si hubieramos tenido la posibilidad de elegir en referendum aquel clima semitropical. Todavia recuerdo las cosquillas frescas del granizo en la cara en el mes de marzo, cuando esperaba el autobus para ir al colegio. Y el rugido del viento que en otono lo zarandeaba todo, las cosas grandes y las pequenas. El frio en las venas en enero; las manos y los pies entumecidos a pesar de la lana y el vellon. Cuando eres joven no tienes miedo de las posibilidades. No crees que el mundo pueda destruirse o que vaya a ocurrirte una desgracia a lo largo de la vida. Incluso la lluvia es diferente ahora: imprevisible, violenta, no como la constante llovizna gris de las postales antiguas, de los chistes y las cronicas televisivas. Es una lluvia que parece herida. Rara vez se ve nieve en los montes, aunque la gente de la ciudad sigue buscandola por pura costumbre. Me dirigia a una zona alta y remota, y tenia la esperanza de volver a ver esas ventiscas blancas, si es que podia quedarme alli algun tiempo. Sali al amanecer, con la idea de alejarme de Rith sin que nadie me viera. Prepare una mochila ligera para resistir el largo camino hasta las montanas. Llevaba pocas cosas: ropa, botas, unas cuantas latas de comida, galletas, una cantimplora con agua y un botiquin, para el caso de que pudiera quitarme el dispositivo, aunque no sabia si era posible. Y llevaba un fusil de la Segunda Guerra Mundial, entre las sudaderas y los impermeables. La punta roma del canon rozaba la solapa de la mochila. Con el me proponia negociar en Carhullan. La noche anterior escondi la mochila en un callejon, detras de nuestro edificio, para salir sin peso, sin chocar contra las paredes y aranarlas al bajar las escaleras. Lo deje en un hueco oscuro y seco, detras de la camara principal del deposito de lluvia. Lo puse alli mientras las familias de las otras casas estaban cenando y antes de que mi marido volviera del trabajo, tanteando primero en el vacio con un palo para asegurarme de que no habia nidos de ratas. De madrugada sali de la cama sin despertar a Andrew y me vesti sigilosamente en el cuarto de bano comun. Me habia guardado una bolsa de plastico en un bolsillo de los pantalones para meter las cosas que necesitaba. En un estante habia una pastilla de jabon nueva, de la familia con la que compartiamos la casa, y decidi llevarmela. La eche a la bolsa con la pasta de dientes, el desodorante y una cuchilla de afeitar con varias hojas de repuesto. Dude un momento antes de abrir el botiquin de los vecinos. Encontre aspirinas, un paquete de compresas y una bolsita de polvos para la cistitis, caducados. Lo cogi todo. Despues cruce el pasillo y baje las escaleras. En la puerta principal espere unos minutos para asegurarme de que Andrew no me habia oido salir y procure tranquilizarme. El corazon me bombeaba la sangre a chorros. Notaba la corriente de ida y vuelta en las puntas de los dedos. Me dije que todo saldria bien. Llevaba meses entrenandome, levantandome temprano, y habia ensayado la huida. Siempre lograba salir en silencio y sin peligro y recorrer la ciudad a oscuras, evitando las zonas por las que merodeaban los perros asilvestrados, antes de volver a casa. Pero esta vez no era un simulacro. Respire hondo, solte el aire y espere. Lo ultimo que queria era que Andrew me siguiera, que me dijera que estaba loca, que armara un escandalo y despertara a todo el mundo. Jamas me dejaria marcharme con una mochila, salir de las zonas oficiales, a pesar de que estabamos enfrentados, nos odiabamos y no nos dirigiamos la palabra. Yo estaba atada a aquella casa. Los dos lo sabiamos. No teniamos ninguna otra alternativa. Si me hubiera descubierto, me habria llevado a rastras escaleras arriba, o me habria inmovilizado en la calle, a pesar de mis forcejeos, hasta que apareciese un supervisor de la Autoridad, y entonces habria puesto alguna excusa para explicar mi comportamiento, como que estaba colocada o habia tenido una pesadilla. Me habria dicho que esperara un poco, que por muy mal que estuvieran las cosas en ese momento conseguiriamos salir adelante, y despues nos separariamos, cuando el ambiente estuviera menos tenso, cuando fuera menos peligroso. Me apoye en la fachada, atenta al ruido de sus pasos por ultima vez. Lo unico que se oia en el piso de arriba era el zumbido del contador electrico en modo de espera, como una avispa. Levante la mirada. El cielo tenia el color oscuro del asfalto, como el esquisto que trituraban en los tanques de la refineria donde trabajaba Andrew. La mancha blanca de la luna asomaba como una ulcera hinchada y opaca por detras del forro de las nubes. Aun no se habian encendido las luces en Rith y nadie saldria a la calle hasta que se reanudara el suministro electrico, a las seis de la manana, para que la gente pudiera calentar el agua, cocinar y ver el primer parte informativo de alguno de los frentes meteorologicos o el sorteo de la loteria. Para entonces esperaba estar muy lejos. Por fin me acerque al callejon a recoger mi mochila. Sabia que tenia que darme prisa y no pensar mas de lo necesario. Normalmente la ciudad estaba muerta a esa hora, pero siempre era posible encontrarse con una patrulla de la Autoridad. Me ponia mala solo de pensarlo. No tendria ninguna posibilidad de explicarme. Y no queria enfrentarme a lo que estaba haciendo, y flaquear, aunque estaba segura de que no me pasaria. Despues de las ultimas semanas no podia pasarme. Cruce la ciudad, alejandome de las viviendas compartidas, y pase por delante del antiguo centro comercial, con las ventanas cubiertas con tablones, y por delante del almacen de las turbinas, donde las carcasas de metal esperaban apiladas desde hacia anos el momento del reparto. Las calles estaban desiertas y tranquilas. Unicamente los ladrillos rojos, la pizarra y el asfalto reflejaban cierto resplandor, presentando una version de la ciudad que parecia antigua y fantasmagorica. Costaba imaginar que hubiera tanta gente detras de las fachadas, durmiendo dos o tres en la misma habitacion, o despierta, hablando en voz baja para no molestar a las otras familias. Algunos estarian llorando y alguien quiza los consolaria, o nadie les haria caso. A otros les traeria sin cuidado que pudieran oirlos a traves de las paredes, arrastrando el cuerpo dolorido cuando el efecto del chute de efedrina barata empezara a esfumarse. Cada vez que me habia atrevido a ensayar la fuga, el ambiente de las madrugadas me parecia disminuido, como si en lugar de concentrar a la gente hubieran practicado un sacrificio selectivo. Al final de cada hilera de adosados se veian las siluetas de los contadores, como quistes pequenos y ruidosos disenados para leer el flujo de la energia de las tejas fotovoltaicas. Ahora los empleaban para regular el consumo de la antigua red de suministro domestico. Habia habido muy pocas mejoras despues de la Reorganizacion. El plan de recuperacion de diez anos empezaba a convertirse en un mito imposible. Me costaba no volver la cabeza para ver si alguien me seguia o me veia pasar. Me obligue a no mirar. Me dije que la mejor manera de seguir andando era poner la vista en un solo punto: adelante. Se oyo un leve chasquido en el cielo, y un trueno retumbo al oeste. Sabia que pronto empezaria a llover, que tendria que parar a ponerme el impermeable. Pero no podia permitirme el lujo de detenerme mientras siguiera dentro del perimetro. Quiza mas tarde, cuando estuviera lejos de alli y hubiera entrado en calor con el ejercicio, podria desnudarme. Me secaria antes que la ropa. Llevaba anos sin salir de Rith. Ningun civil habia salido de la ciudad, salvo para que lo trasladaran a un centro de detencion. No se permitia el transito de una zona a otra. La gente quedo atrapada en el sector en el que se encontraba cuando se hizo el primer censo despues del colapso. Solamente la Autoridad y los agentes del gobierno tenian necesidad de viajar o medios de transporte, y en esos casos solian ir en tren. Yo habia nacido en Rith y conocia bien el entorno: las calles empinadas y el maremagnum de los tejados, el cerro de Beacon y el castillo enfrente, en la cima de dos penas gemelas. Continue por el antiguo paso elevado de la carretera. Abajo habia montones de basura y escombros, y se oian susurros animales. Mas alla de las fronteras de la ciudad, en las llanuras, las carreteras se habian deteriorado. Estaban mucho peor de lo que me esperaba, hundidas y agrietadas tras anos de desuso. Las riadas se habian llevado tramos enteros. Al plantar el pie tenia la sensacion de estar atravesando un pedregal. En algunas partes habia crateres llenos de agua de lluvia. Metia las botas sin verlos y me empapaba los pantalones hasta las rodillas. Comprendi que era verdad lo que la gente decia en la fabrica y en las reuniones del distrito. Que solo estaban reparando las principales arterias, las que utilizaba la Autoridad. Al principio fui corriendo siempre que podia, muy atenta para no resbalar o torcerme un tobillo, y luego afloje el paso para afrontar el largo dia que tenia por delante. En media hora habia llegado al promontorio donde se encontraba la caseta blanca del puesto de peaje. No tenia ventanas, y una parte del tejado se habia hundido. Recordaba que en una clase de historia local nos contaron que tuvieron que reconstruirla en dos ocasiones, despues de que los escoceses le prendieran fuego. Ahora volvia a estar casi en ruinas. Los duenos debian de haberse marchado a Rith hacia mucho tiempo, con los demas vecinos de la periferia. A los pies del monte, un poco mas adelante, el antiguo puente de Yanwath seguia intacto. Lo habia cruzado muchas veces en coche antes de que se prohibiera el trafico. El semaforo que regulaba la circulacion estaba muerto, con los focos negros de mugre y el poste inclinado en los cimientos de hormigon. En la hondonada de la carretera, antes del punto en que empezaba a subir hacia los contrafuertes del puente, se habia formado un charco de agua arremolinada. Habia residuos flotando, casi imposibles de identificar; tal vez trastos superfluos de las casas de la parte alta del rio. Vadee el charco, llegue hasta el centro del arco y me asome a mirar por el parapeto. El rio Eden corria a mis pies, encrespado y turbio, a una velocidad aterradora. Vi en la penumbra el brillo del agua en movimiento en las orillas, la estela de los remolinos y las crestas blancas. Las lluvias habian reventado la ribera, y el caudal anegaba las acequias y los huertos a ambos lados. Se oian crujidos en las ramas mas bajas ahora que los arboles de la orilla habian perdido sus hojas. Las casas de campo mas cercanas al puente estaban sumergidas en el agua hasta las ventanas. Notaba un olor fuerte, a cemento, a tela mojada y a cieno: el olor familiar de las viviendas inundadas. La corriente se deslizaba por las paredes de las casas, pudriendo alfombras y cortinas. Diez anos antes me habia despertado con el mismo olor, cuando al bajar las escaleras me encontre la casa inundada por las aguas residuales. Sabia que, al otro lado del puente, la carretera pasaba por un pueblo desierto y se adentraba mas adelante en los abandonados parajes del antiguo parque nacional: en la zona que la generacion de mi padre conocia como el Distrito de los Lagos. Era mediodia cuando vi aparecer el coche, y estaba lloviendo a cantaros. Al principio pense que era el ruido del agua que arrastraba el viento o corria por los acuiferos por debajo del asfalto. Despues oi el cambio de marcha. Me aparte de un salto a la cuneta y di media vuelta, casi esperando ver la forma azul oscura de un coche patrulla y dispuesta a esconderme detras de una cerca de piedra. Una furgoneta civil, de color blanco, se acercaba despacio por la carretera destrozada. Parecia que tenia la suspension en mal estado y eso amplificaba el ruido, como si la carroceria se levantara del chasis, y vi que se zarandeaba al pasar por encima de un monticulo o un bache. Llevaba las ventanillas cubiertas de residuos, de vainas y de hojas arrancadas de los arboles por el ultimo diluvio. Desprendia un olor a grasa quemada y negra. Paso a mi lado y freno despues. Me acerque a la puerta del conductor y la ventanilla chirrio al bajarse. --?Adonde vas, chica? --Era un hombre con la cara roja como un trozo de cristal sacado de un horno. Me miro de arriba abajo con sus ojos claros. Estaba hecha una pena. Tenia el pelo chorreando y el chubasquero viejo y blanco empapado y pegado a la piel. Doble los hombros hacia delante y me cubri el pecho con los brazos. Se echo a reir. Tenia los dientes picados en los bordes, deslucidos y cubiertos por una capa amarillenta, y en la linea de las encias se veia una reveladora sutura de plata--. Bueno, parece un buen sitio para ir de excursion. ?Eres de los ultimos de los Wainwright? O a lo mejor quieres ser la primera que vuelve a subir a las cumbres y plantar tu bandera. Eso significa que las cosas han mejorado en la ciudad. Vamos. Sera mejor que subas al coche. Dude. No queria hablar con nadie en el camino y sabia que si me hacia preguntas podia tener problemas, pero me dolian los hombros y los pies y no tarde en decidirme. Di la vuelta por detras de la furgoneta hasta la puerta del pasajero. Me quite el chubasquero empapado y lo escurri. El conductor se inclino para abrirme la puerta, como hacia mi padre cuando me llevaba al colegio. Puso un trapo sucio encima del asiento, para que no lo mojara al sentarme. Deje la mochila a los pies del asiento y subi al coche. --Bueno --dijo--. Que encuentro tan oportuno, ?verdad? Metio la marcha y arranco. Tuve una sensacion extrana. Hacia anos que no subia a un coche. Me obligaron a entregar las llaves y la documentacion, como a todo el mundo, y se me habia olvidado lo que era llevar el control de un vehiculo, estar encerrada en el y al mismo tiempo libre de ir adonde una quiera. Ver como pisaba el embrague o movia la palanca del limpiaparabrisas me parecio un sueno o un recuerdo perdido. Habia un olor muy fuerte en la cabina, acido, como a ropa vieja o a vinagre mezclado con orina, o quiza fuera el olor corporal del conductor, que no se lavaba. Pero no me queje ni hice ademan de bajar la ventanilla. Me alegraba de librarme de la lluvia. Empezaban a dolerme las plantas de los pies, y eso que me habia puesto dos pares de calcetines gruesos. Empezaba a notar como si me clavaran alfileres y agujas en las puntas de los dedos y me puse a encogerlos y a estirarlos. No esperaba volver a viajar en coche. Llevaba meses entrenandome para la caminata en mi tiempo libre, al principio sin rumbo, solamente por pasar el rato, luego con un objetivo, rodeando la periferia de Rith, subiendo hasta la cima del Beacon y bajando otra vez. Andar no era un delito, aunque a Andrew le parecia absurdo que me arriesgara a ser atacada por los perros que buscaban comida en la ciudad y removian la basura en los vertederos. Decia que estaban sucios y desquiciados, y que andar por alli era como pedir a gritos que me mordieran. Atacaban a la gente de vez en cuando, aunque nunca con consecuencias fatales. En esas excursiones no podia llevar la mochila, para no levantar sospechas, y me sorprendio que pesara tanto. Me habia asegurado de comer bien la ultima semana: dos raciones de arroz en vez de una y sardinas para desayunar; incluso pense que estaba acabando con las provisiones y que Andrew lo pasaria mal el resto del mes. Estaba todo lo en forma y bien alimentada que podia. Pero rodear la ciudadela de madrugada y comer una lata de sardinas de mas era muy distinto de atravesar el parque nacional abandonado, con mis bartulos a cuestas. Habia recorrido unos veinte kilometros y estaba reventada. Tenia la espalda agarrotada por el peso de la mochila. Llevaba horas soportando chaparrones intermitentes y me rozaba el dobladillo de la ropa mojada. Cada paso me alejaba de la ciudad y me acercaba a mis propios limites. Que pudiera aparecer un vehiculo era improbable, casi milagroso, y di las gracias.

  • Mas calor (Serie Castle 8) de Richard Castle

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    El asesinato de una periodista se convierte en algo mas que un asunto profesional para Nikki Heat cuando los responsables anuncian quien sera su proxima victima: su marido, Jameson Rook.

  • Reconstruyendo a Amelia de Kimberly Mccreight

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    Cuando a Kate Baron la llaman del prestigioso colegio privado al que asiste su hija porque la van a expulsar durante unos dias, ella se queda atonita. ?Que motivo pueden tener para castigar a Amelia, que siempre ha sido una alumna aplicada?

  • Glossy Look de Rosario Vila

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    Despues de una cena de empresa algo desmadrada, la despistada y romantica Lola se despierta con una resaca monumental y unas pintas horribles en la cama de un completo extrano. Avergonzada por los embarazosos detalles que el desconocido le revela sobre la noche anterior, huye de su casa sin resolver el misterio que envuelve este confuso encuentro amoroso. Pero no tardara en descubrir que se trata del hombre al que quiere cazar Miss Ladilla Trepadora, la temible y odiosa directora de recursos humanos de la empresa en la que trabaja: Glossy Look.

  • Extranos (Extranos 1) de Kimberly Mccreight

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    El nuevo fenomeno juvenil, con el ritmo de La chica del tren y la accion de la <>. Una novela trepidante de intrigas, traiciones y secretos en el que una pequena decision va a cambiarlo todo…

  • Necromania de Claudio R. Negrete

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    La historia argentina y las noticias diarias demuestran que existe una
    cultura muy arraigada con relacion a la muerte y en particular a los
    muertos. Este libro reune los casos, las pruebas y las historias mas
    asombrosas; desmonta rumores y releva testimonios para armar este
    rompecabezas tan apasionante como tenebroso.

  • El club de las cincuenta palabr de Ana B. Nieto

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    Dia largo, el de mi cumpleanos. Tres hijos y seis nietos, subidos encima de estos setenta inviernos y sin respetar turno alguno, despues de comer tres platos en lugar de mi habitual plato unico. Tienen, como todas las grandes familias, esa vocacion de circo en transito. Eso es la felicidad, despues de todo: las babas de un bebe que aun esta aprendiendo a dar besos, el abrazo de mi nieto de tres anos que apenas abarca mi contorno al abrazarme, la sonrisa benevola de mi hija, permitiendo que beba vino para celebrar la ultima comida de este ano 2015. Jerseis de regalo, alguno tejido a mano, y bromas con esa cosa que llamaron la <>. Como si fuera parte de una ceremonia, han sacado el album de recortes de todos los anos: <>, <>, <>, <>. Nunca se cansan de esas fotografias y me alegro. Son recuerdos que ya han difuminado la fatiga y la angustia obsesiva del proximo puerto. Ya solo queda la alegria de la imagen final, el broche del titular, el destello intimo del logro. Me han pedido que cantara una cancion marinera que me enseno mi padre. Las de mi madre las guardo para mi. Mi familia siempre me ha visto como ese gran viajero que vivia en un mundo geograficamente ilimitado: el mundo sin fin que me descubrio mi padre. Gracias a el conoci todas y cada una de las voces del oceano. Sus rostros femeninos. El mar es indomable, pero hay maneras de camuflarse, como si uno fuera parte de la ola, de los peces y la sal. Solo es necesario un disfraz de viento para llegar con ellos a un destino comun. Todavia era un nino cuando aprendi que luchar contra el oceano es perder sin remedio. Hay que danzar con el, dejar que te coja por la cintura y te guie. En cambio, la palabra <> es peligrosa. El oceano es capaz de arrebatarnoslo todo en un instante. Para ellos siempre he sido ese chico de las fotos, el nino que nacio en un barco. No pueden imaginarse que antes de mi padre hubo otro mundo: el mundo de ella, diferente por completo. Estamos a mitad del dia y aun me queda mucho camino que recorrer. Mi hija mayor me ha preparado la habitacion en el piso de arriba y me ha prometido que los ninos no me molestaran, pero estoy demasiado inquieto para la siesta. Se que esta noche nos encontraremos, que ella puede aparecer en cualquier momento, que debo estar atento durante nuestra cita. Si no lo estoy, puede que ya no vuelva a verla. Prefiero escribir a dormir. En los ultimos cumpleanos apenas consegui oirla o distinguirla en la oscuridad. Me fallan los sentidos cada vez mas. Dicen que estamos hechos de ceniza de estrellas y yo siento cada vez mas el peso del polvo sobre mis hombros, asentandose en el interior de mi cabeza. Soy ceniza que flota en el mar y llega hasta las mas lejanas orillas, en los lugares que descubri en mi juventud. Me imagino a mi mismo esta noche, con la luz casi extinta, bajo el faro cubierto de algas y de lapas. Sus cimientos parecen haberse fundido con la roca: mitad construccion, mitad naturaleza. No comprendo como ha podido suceder tan rapido: el mar lo ha asimilado como si fuera uno de sus hijos, un prodigo leviatan que estuviera de regreso. Estara hermoso, aunque el abrazo apasionado del mar lo esta destruyendo. La erosion acentua su aspecto abandonado. Puertos del Estado lo inutilizo hace anos y la pequena casa fue victima de vandalos y okupas, hasta que resulto incomoda incluso para ellos. Las luces lejanas del pueblo llenaran la noche de incandescencias; se encenderan y apagaran como en una delicada pieza de musica visual. Y alli, en solitario, la esperare. 1 Diario de a bordo Me mire una ultima vez en el espejo del portal de la Milla de Oro de Madrid para rehacerme la coleta y que no se escapara ni un mechon. Si mi viaje en tren deslucia mi aspecto de reportera seria, mi entrevistada se pondria a la defensiva. Y ella era la unica persona que podia abrirme las puertas al misterio de David Steer, el unico record Guinness que habia dado mi pueblo. Llevaba semanas preparando aquel reportaje, rebuscando entre las fotos y preguntando a la gente. Suscitaria interes a nivel nacional, estaba segura, por fin mi trabajo recibiria un poco de atencion, ese nutriente que a todos los que escribimos nos hace falta de vez en cuando para continuar en una profesion tan mal pagada e inestable. Me alise las arrugas de la falda confiando en que mi traje de chaqueta compensara mi juventud, que me delataba desde el rostro apenas maquillado. Me alegre de que aun faltaran un par de minutos para la hora acordada. No queria hacer esperar a quien me iba a regalar sus recuerdos para que yo los transformase en dinero. Y como mi anfitriona era una mujer tan mayor, y ademas britanica, debia ser aun mas escrupulosa. Me sorprendio que, junto a la puerta de roble veteado, conservara el letrero dorado con las letras negras en una tipografia clasica en italica, aunque ya llevara cinco anos retirada: <>. Sin duda, podia permitirse tener un despacho vacio y sin alquilar en una zona tan cara. O quizas, aunque ya no pasara consulta, lo seguia utilizando para investigacion. Hay personas que, en realidad, no se retiran nunca. Mande un mensaje con el movil a Ernesto, mi editor, para que se quedara tranquilo: <>. El me habia conseguido la entrevista y yo no habia hablado con la senora Simmons ni siquiera por telefono. Y sin embargo, no estaba nerviosa. Era excitante volver a Madrid y salir del asfixiante entorno local, donde las noticias hacian que empequenecieras dia a dia como profesional: la entrega de trofeos de futbol escolar, las condiciones de una nueva licencia de pesca o la apertura de la franquicia de una gran cadena de hamburgueserias junto a la gasolinera, con las inevitables protestas de buena parte del pueblo, preocupado por conservar su tradicion rural y por la competencia que suponia para sus bares, y nada interesado en el publico joven que pudiera atraer a un lugar envejecido en exceso. Silencie el telefono y llame al timbre

  • Una chica como ella de Tanaz Bhathena

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    Una exploracion atemporal de los romances arriesgados, el autodescubrimiento y lo que somos capaces de hacer para amar y ser amados
    Zarin Wadia, de dieciseis anos, es una estudiante brillante y vivaz, ademas de huerfana y temeraria. Y tambien es la clase de chica de la que los padres advierten a sus hijos que se mantengan alejados: una joven problematica cuyos numerosos romances son objeto de infinidad de cotilleos en el colegio. “No te conviene mezclarte con una chica como ella”, dicen. Entonces, ?como es que Porus Dumasia, de dieciocho anos, siempre ha estado colado por ella? ?Y como acabaron Zarin y Porus muertos en el mismo vehiculo tras estrellarse en una autopista de Yeda, en Arabia Saudi?

  • Se busca desesperadamente secretaria (The Crossroad Company 1) – Nisha Scail de Nisha Scail

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    Garret Davids preferiria atravesar un campo de minas en pleno concierto a tener que volver a entrevistar a una sola mujer para el puesto de secretaria de la Compania Crossroad, especialmente cuando acababa de despedir a la ultima.
    Con una vida dividida, cuatro socios empenados en que entreviste a las nuevas candidatas y el jodido Trey burlandose de el, encontrarse con una mujer que no es lo que espera, que es mucho mas de lo que desea y a la que ha prometido no tocar, hara que todo se tambalee a su alrededor y se replantee sus propias necesidades.
    Danielle Narrow intuia que era muy mala idea presentarse a esa entrevista de trabajo, sospecha que se hizo realidad cuando cogio el ascensor equivocado y se encontro asistiendo a la entrevista mas inusual y erotica de su vida.
    ?Podran dos almas atormentadas por el pasado encontrar la luz que necesitan para continuar adelante con sus vidas o sucumbiran por el camino?

  • ?Por que hacemos lo que hacemos? de Mario Sergio Cortella

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    ?Te cuesta ir a la oficina los lunes por la manana? ?La falta de tiempo se ha convertido en algo constante? ?La rutina te esta quitando el placer de la vida cotidiana? ?Todavia no sabes cual es el objetivo real de tu vida?

  • El fuego en tus ojos de Virginia Camacho

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    Altoona, Pensilvania. Samuel Slater salio de la vieja casa de su padre hacia el jardin delantero buscando a su hermana. Era una noche de verano, y se escuchaba el cantar de los grillos en los arboles; la brisa calida hacia desear meterse a un recinto con aire acondicionado, pero en su casa no habia, asi que, despues de todo, afuera estaba mas fresco. De todos modos, por esta zona no era recomendable ir por alli en la oscuridad, aunque eso Cassie ya lo sabia. La encontro sentada junto a los setos de la senora Wilson, tan bien cuidados como siempre, y se sento a su lado en el bordillo del anden. Cassie lucia un pantalon corto de jean y una simple blusa de tiras de colores. Su cabello castano oscuro estaba recogido, y gracias a la luz de las farolas, se veia el brillo de las lagrimas en sus ojos. Se estuvieron en silencio por varios minutos, mirando la niebla entre los anosos arboles de la calle, y de vez en cuando se escuchaban los sollozos de Cassie. --Lo siento --sollozo ella, y metio su cabeza entre sus rodillas, como si quisiera abrir un agujero en la tierra y meterse alli por una eternidad--. Lo siento tanto--. Samuel levanto su mano y la abrazo--. No queria fallarles asi... --No nos has fallado... --dijo con voz tierna y grave, pero eso no apaciguo a Cassie. --Esto echa a perder todos nuestros planes. --No es cierto... --Y no quiero abortar --siguio ella, moviendo su cabeza para mirarlo de frente--. Lo pense, lo pense muy bien, y me da mucho miedo... De hecho, me da mas miedo que tu y papa furiosos y decepcionados de mi. Tendre este bebe, Sam. --Esta bien. --No, no esta bien --volvio a sollozar ella--. Solo tengo veinte anos... y mi trabajo no es que me este pagando en oro... --No tengas miedo --le pidio el acercandola con su brazo y besando su cabello--. Cuando me gradue, sere un ejecutivo con una muy buena paga, y luego, un exitoso empresario. Mi sobrino, o sobrina, lo tendra todo, porque a pesar de que tu entres a la universidad luego de que yo haya salido, seras tambien una profesional. El bebe no altera nuestros planes. --Solo los hace mas dificiles de conseguir. --Por un tiempo --admitio el--. Pero no estas sola... En ningun momento, Cassie--. Los ojos de ella volvieron a inundarse de lagrimas, y lo abrazo con toda su fuerza. Ah, adoraba a este tonto de cabeza dura, sonrisa facil y convicciones firmes. Era, junto a su padre, su pilar en la vida, su ejemplo a seguir, casi su mitad, pues habian compartido utero y nacieron con una diferencia de solo minutos. La pobreza trae pobreza, decian por alli, y era muy comun que jovencitas sin estudios superiores como Cassie, venidas de ninguna parte, procrearan sin son ni ton. Ella habia cometido el error de acostarse con un hombre que luego se hizo el sordo cuando le notifico de su embarazo, y ahora tenia que apechugar. Afortunadamente, su hermano estaba alli; solo su apoyo moral ya le daba un gran alivio. --Siento poner esta carga sobre tus hombros--. Samuel solo suspiro. --Te apoyare en todo lo que este en mi mano --le prometio el--, pero al fin de cuentas, seras tu quien lleve la mayor parte de esa carga, Cassie. Yo me ire a la universidad, y aunque vendre para el nacimiento, y estare en las fiestas y las vacaciones todo lo que me sea posible, seras tu quien sufra las nauseas, los antojos, los dolores, los trasnochos... --Oh, no hables de eso, que me entran ganas de salir corriendo --Samuel sonrio. --Y papa te ayudara --dijo--. No lo viste, pero, luego de la primera impresion, creo que lo hace feliz ser abuelo. --?Tu crees? --Si, lo creo. Tal vez no vaya a aplaudirte, pero tampoco te dejara sola--. Cassie suspiro apoyando su cabeza contra la de el, sintiendose mucho mejor. --Ojala sea una nina --dijo de pronto. Ocho meses despues de aquella conversacion, nacio Harper; y tal como lo prometio, Samuel tomo un autobus desde el estado de Massachusetts, donde estaba su universidad, hasta Pensilvania. Solo pudo estar con ella unas pocas horas, pues tuvo que regresar el mismo dia debido a todas sus obligaciones, pero consiguio tener en sus brazos a su bella sobrina y besar a su hermana en la frente mientras al fin se daba un respiro luego de la dura labor de traer a su hija al mundo. --Bienvenida, Harper --le dijo a la pequena y preciosa carga que llevaba en sus brazos, arrullandola con suavidad, temiendo hacerle dano, y al mismo tiempo, deseando apretarla muy fuerte entre sus brazos--. Soy tu tio, el tio Sam. ?No es apropiado? Nada te va a faltar, te lo prometo. Ahora eres una razon mas para trabajar mucho y superarme--. En el momento, Harper arrugo su carita, asomo su lengua blanca y rosada y bostezo estirandose como una gatita, pero al tiempo volvio a relajarse y siguio dormida. El corazon de Samuel quedo totalmente cautivado. Desde ahora, hasta su muerte, ella era el amor de su vida. 1 Ciudad de Nueva York. --No puedes hacerme esto --protesto Catherine caminando tras su madre a traves de los pasillos del enorme apartamento en el que habia vivido la mayor parte de su vida. Laverne Brown simplemente ignoro a su hija y se sento tras un escritorio de alamo, elegante y enorme, que ocupaba casi toda la habitacion--. Mama, te lo advierto, no me hagas esto. --?Que es ese castigo tan grande que crees que te estoy infringiendo? --No voy a casarme con Oliver White. En primer lugar... !No siento nada por el! En segundo, !es un idiota!, y en tercero... Me gustaria, si algun dia me caso, elegir al hombre por mi misma. --?Como que no sientes nada por el? --replico Laverne, como si hubiese sido lo unico que Catherine dijera--. ?No has sido su novia desde hace...? --!Nunca he sido su novia! Solo amigos, amigos del club, de fiestas y paseos, eso no me hace su novia... Lo sabrias si escucharas algo de lo que te digo, pero... --Entonces son buenos amigos. Eso es suficiente. No necesitas sentir nada demasiado especial para casarte... --!No! --protesto Catherine en voz alta--. No, mama, !no! --Laverne respiro profundo al ver que su hija se alteraba y le lanzaba miradas acusatorias. --No puedo creer que a estas alturas de la vida todavia me salgas con tonterias como esa --dijo con voz suave, aunque no amable--. ?Acaso no te eduque para que fueras una mujer emocionalmente independiente? ?Ahora me sales con que quieres sentir cosas especiales por tu marido? --?Y que tiene de malo? --Tu deber como la heredera de Laverne Inc. no es tener esos suenos tontos de nina. !Despierta, ya estas en el mundo real! --Mama... --La familia White esta mas que dispuesta a pasar por alto nuestras diferencias en riqueza y aceptarte en su familia. Deberias darte por bien servida, ojala yo hubiese tenido tu suerte. Creeme, todo habria sido mas facil para mi. --Pero es... --Te estoy facilitando las cosas y no haces sino quejarte --siguio Laverne sin dejar hablar a su hija, algo muy comun en sus conversaciones y que siempre irritaba a la mas joven--. Cumplo con mi deber de madre al dejarte bien posicionada en la vida, !y solo lloras! Catherine miro a su madre con rencor. No era cierto. Nada de lo que acababa de decir provenia de sus sinceros sentimientos. En primer lugar, Laverne no queria que su hija heredara su preciosa compania, su marca de maquillaje que la habia llevado al exito internacional. Solo tenia cuarenta y siete anos, por lo tanto, aspiraba estar en la silla de presidencia muchos anos mas. Cuando, inocentemente, una vez le dijo que seria la mejor en la escuela y la universidad para algun dia dirigir la marca, ella solo se rio y le contesto que siguiera sonando. En ese momento penso que lo habia dicho porque dudaba de sus capacidades, asi que se esforzo muchisimo mas. Veia a su madre trabajar de sol a sol, llevarse documentos a casa y estudiarlos hasta altas horas de la noche, y ese se habia convertido en su ejemplo a seguir. Fue muchos anos despues, luego de que logro ingresar a la MIT, y que gracias a eso los socios empezaron a evaluarla como futura presidente, que le dijo que aprendiera todo lo que pudiera para que algun dia iniciara su propia empresa. No para heredar, no. Para iniciar la suya. Lo que indicaba claramente que Laverne Brown no veia en su hija a su heredera, sino una competencia. La estaba casando con un idiota hijo de una familia mas rica y poderosa solo para tener excelentes contactos y sacarla a ella de su camino. Dos pajaros de un tiro. Saber eso ardia y dolia al mismo tiempo. Para su madre, ella nunca estaria lista; nunca estaria a la altura. Pero lo comprendia solo ahora, que era adulta y se estaba acercando peligrosamente a sus objetivos. Como todavia dependia economicamente de ella, estaba jugando sucio. "Yo tambien se jugar sucio, mama", quiso decirle. "Aprendi de la mejor, tu". Toda la educacion de Catherine habia estado orientada a convertirla en una mujer dura, de acero; de las que pegan antes de ser golpeadas, de las que aplastan antes de sentirse siquiera amenazadas. Pero la que la estaba amenazando ahora era precisamente la mujer mas fuerte que ella conocia, asi que tendria que callarse sus pensamientos y ser mas astuta. Aunque, la verdad, era que por dentro estaba asustada y dolida. Habia hecho de todo para conseguir la aprobacion de Laverne, para estar a la altura de sus exigencias, y cada vez que creia que lo estaba consiguiendo, sucedian cosas como esta. ?Pero que se podia esperar de la mujer que acabo con su propio marido? Cuando estaba pequena, un dia simplemente su madre tomo sus cosas, a ella, y se fue lejos. Rento un apartamento en Manhattan, la puso en una nueva escuela, y a su padre solo lo veia muy de vez en cuando. Se estaban divorciando, comprendio. --No quiero que se divorcien --le habia dicho a su madre, llorando--. Quiero que esten juntos otra vez. --Tu padre es un perro infiel --exclamo Laverne entre dientes--. Como todos los hombres, perro infiel. Te prohibo que llores por el. No tiene derecho a que lo extranes. El nos cambio por una zorra. Al principio lo lloro, lo llamaba a escondidas exponiendose al castigo de su madre, y el le contestaba feliz, diciendole todas las cosas bonitas que necesitaba escuchar. Cuando le pregunto si era verdad que era un perro infiel, su padre se molesto, llamo a Laverne para reclamarle el estar hablandole mal de el a su hija, y entonces ella recibio un castigo por llamar a su papa sin autorizacion. El divorcio fue largo y ruidoso, pero Laverne le quito todo lo que pudo. Como la infidelidad de su padre pudo demostrarse, le quito el dinero, los bienes, y sobre todo, le quito a su hija, que era lo unico que el le pedia. --?Por que le fuiste infiel? --le reclamo ella a su padre en una de esas ocasiones en que podian verse. Unos cortos dias en verano, de ano en ano--. ?Por que destruiste la familia? --El solo la miro con tristeza. No podia decirle que era mentira, pero si le explicaba sus circunstancias, ella no las entenderia. Pero luego fallecio en un accidente, asi que nunca pudo explicarle nada. Cuando entro en la adolescencia, en su mente ya estaba acunado el pensamiento de que los hombres eran perros infieles, que ninguno servia para nada, que las mujeres podian estar muy bien sin ellos. Al fin y al cabo, su madre lo habia conseguido; era una exitosa empresaria, cada vez ganando mas dinero con su marca de maquillaje, haciendose cada vez mas famosa, mas fuerte. Si se enteraba de que tenia algun amigo, Laverne la alentaba a aprovecharse de el todo lo que pudiera, sacandole regalos costosos a cambio de muy poco. Si se enteraba de que alguna chica era amiga de su "novio", le aconsejaba que la destruyera, pues no se podia confiar en nadie. Era una filosofia de vida agotadora, y a Catherine a veces le faltaban tripas para ejecutarla. Sin embargo, en todas las relaciones que tuvo, ella nunca fue la perdedora. Excepto ahora que, al parecer, su madre la estaba considerando una amenaza, y la estaba "destruyendo". Estaba aplicando en ella sus metodos. --No me casare --insistio Catherine, tratando con todas sus fuerzas de parecer firme--. Si lo que quieres es tener buenos contactos, hay otras formas de conseguirlo. Si necesitas dinero... --?Me lo vas a conseguir tu? --se burlo Laverne elevando la comisura de sus labios y mirandola despectiva. El corazon de Catherine se acelero; su madre estaba cambiando el modo de batalla, lo veia en sus ojos gris palido, iguales que los suyos, en su sonrisa tenebrosa. Trago saliva y empuno su mano. --En este momento no --susurro--, pero... --Casandote es la unica forma en que podrias proporcionarme esos millones. Oliver esta obsesionado contigo, y es de agradecer. Recuerda que no eres tan bonita--. Al escuchar aquello, Catherine se quedo sin aire--. Atrapa marido ahora que eres joven. Si te parecieras mas a mi, te garantizaria tener a todos los hombres a tus pies aun cerca de los cincuenta, pero saliste a tu padre y aun a tus veinte, pareces un hombrecito. --No me... --!Eres la menos bonita entre tus amigas, y lo sabes! Que Oliver se fijara en ti, y no en la boba de Joyce, o la taimada de Jessica, !es un milagro! --Basta, mama... --Ah, ?no te gusta que te recuerde la realidad? Entonces no me provoques, y haz lo que te digo. Oliver es el mejor candidato que jamas tendras. Hazlo por las buenas... Conoces mis metodos a las malas, y no te gustan--. Los labios de Catherine temblaron, pero se los mordio obligandolos a estarse quietos, y sin poder anadir nada mas, dio la media vuelta y salio del despacho privado de su madre. Al llegar a su habitacion, no pudo evitar correr y sentarse frente a su espejo. Desde luego, no era la primera vez que Laverne atacaba a su hija de esa manera; desde nina siempre le senalo todos los defectos que tenia. Segun ella, Catherine tenia el rostro huesudo, igual que todo su cuerpo, sin curvas, como un hombre. Laverne odiaba su nariz, tanto, que incluso habia hecho las diligencias para una rinoplastia. Le molestaba que su cabello fuera castano y no rubio, como el de ella, y siempre criticaba sus cejas anchas y gruesas, tambien de hombre. --Seguro ibas a ser un macho --decia siempre--, y a mitad de camino la naturaleza se arrepintio, y naciste con vagina. Ni tetas tienes.

  • El ultimo argumento de los reyes de Joe Abercrombie

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    LA PRIMERA LEY: LIBRO III

  • La leyenda del guerrero de Emma G. Fraser

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    Amy Campbell, una joven que acaba de perder su trabajo y su novio, decide embarcarse en un viaje a Escocia para conocer a su familia paterna y la historia de su clan junto a una amiga, Bonnie. Tras ver una representacion del final de la guerra entre los Campbell y MacDonald, las jovenes deciden visitar las ruinas del castillo MacDonald, pero un fuerte tornado las sorprende, llevandolas al ano 1615, en medio de la guerra de los clanes.
    Iain MacDonald, tras heredar el titulo de laird de su clan, rechaza la oferta de matrimonio de Reid Campbell con su hija, por lo que este le vuelve a declarar la guerra. Tras numerosas muertes de inocentes, Iain jura vengarse de todos los Campbell, incluidas las mujeres de ese clan. Pero cuando Amy se cruza en su camino, su valentia y belleza lo atraen de tal manera que no podra dejarla escapar facilmente.
    Pero cuando los Campbell los atacan, Amy tendra que hacer frente a su destino para cambiar el curso de la historia.

  • No te soporto, vecino de Olympia Russell

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    Si sumo el tiempo que he perdido buscando las llaves en el bolso, creo que me sale un mes de vida. Por lo menos. He probado de todo para evitar esa perdida de tiempo: he tenido bolsos enormes, con bolsillos interiores que mentalmente he reservado para las llaves; bolsos medianos, para meter lo fundamental; enanos, donde se supone que solo caben las llaves, el movil y la cartera. Nada que hacer. Al principio soy disciplinada, y dejo las llaves donde he decidido que tienen que ir, para encontrarlas a la primera. Pero mas pronto que tarde, acabo soltandolas dentro del bolso, sin ton ni son. Y luego: a perder el tiempo buscandolas. Hoy es diez de marzo y, con el estres que he tenido en el trabajo, cuando llego al portal intuyo que la pesca de llaves va a ser dura. Efectivamente, ya llevo mas de un minuto buceando a ciegas con la mano. He sacado tres pintalabios, un pintaunas, dos panuelos de papel -sin usar, pero fuera de su paquete-, el recogedor del pelo que llevaba meses buscando, una entrada de cine de hace tres meses ("Mujercitas", !como me gusto!), pero de las llaves, nada de nada. Hago sonar el bolso y si, ahi estan, asi que solo me queda el ultimo recurso, el que mas odio, pero el unico efectivo cuando ya estoy desesperada: darle la vuelta al bolso y dejar caer su contenido sobre la acera, frente al portal. Me agacho y volteo el bolso. Y, por fin, entre el revoltijo de objetos que han caido sobre la acera, diviso las llaves. En ese momento oigo un carraspeo. Desde mi posicion en cuclillas miro hacia arriba y hacia atras. Hacia el lugar del que ha venido el ruido. Y ahi esta. El tio mas imbecil del mundo. Mi vecino . Aunque solo llevo cuatro meses viviendo en esta casa, ya me lo he cruzado suficientes veces para comprobar que lo es. Imbecil. Y maleducado. Es el tipico pijo estirado y clasista, que el primer dia que nos cruzamos no me miro a mi, sino a mi uniforme, y decidio que yo era un ser insignificante que no merecia ni un saludo. Aunque despues de dias y dias de saludarle yo, y de recibir un "nada" a cambio. he conseguido que ultimamente me responda con algo parecido a un grunido. Que conste que lo he hecho por tocarle las narices, no porque me importe. Pero bueno, el caso es que ahi lo tengo. Es la ultima persona a la que me gustaria encontrarme en esta situacion. Agachada en una postura ridicula, con el cuello girado mirandole como una boba, con todos mis cachivaches en la acera y el bolso que compre hace un mes en el chino volcado boca abajo. El tio me mira desde arriba. Muy arriba, porque es alto. Y mueve sus cejas y suelta el grunido con el que me suele saludar. Y yo suspiro. !Vaya imagen ridicula debo estar dando!. Ademas de darle municion para que siga despreciandome. Pero no es momento de lamentos, sino de ser practica. Asi que decido aprovechar que va a abrir la puerta y recojo mis cachivaches con prisa y los meto en el bolso a barullo, mientras oigo como saca sus llaves. Ya estoy levantandome cuando oigo que abre la puerta y entonces, no se por que, se me ocurre decir algo para no quedar tan ridicula: -Que bien que ... No termino la frase, porque en ese momento, ya de pie, la puerta me da en las narices. Capitulo 2 Hace cuatro meses recibi la llamada de un abogado. Tuve que hacerle repetir tres veces cual era su oficio, porque antes nunca habia hablado con ninguno. Ni se me habia ocurrido que tuviera que hacerlo. Yo soy cajera de super. Voy al trabajo en metro. Me cuesta llegar a final de mes. Me gusta charlar con mis amigas, pasear por el retiro en mis horas libres, leer novelas romanticas y..., poco mas. ?Por que iba a necesitar yo un abogado? ?Por que iba a necesitar llamarme ninguno? Enseguida se me ocurrio que la llamada podia tener que ver con Alfonso. Mi ex. Es lo mas cerca que he estado nunca de los bajos fondos (que es donde se necesitan abogados ?no?). Aunque creo que fumar porros a todas horas no es un delito... Ademas, Alfonso ya llevaba nueve meses en Australia, haciendo lo unico que le gusta hacer: surfear a todas horas. Y fumar porros. Lo que no se me ocurrio en ningun momento es que los abogados pudieran llamar para dar una buena noticia. Y que eso me podia ocurrir a mi. Pero es precisamente lo que sucedio. Unas horas despues, en el despacho de Luis Urdaniz, el abogado en cuestion, me entere de que acababa de heredar un apartamento en el centro de Madrid. El pobre hombre necesito mas de diez minutos para hacerme comprender que aquello era cierto. La noticia era tan absurda para mi, que lo unico que entendia de todas sus palabras era un nombre: Elisa Monreal. La tia Elisa. La unica hermana de mi madre. La mujer guapa y elegante que nos visitaba muy de vez en cuando. Siempre carinosa y divertida, pero con la que apenas teniamos trato: --Elisa es asi, cielo --me solia decir mama --, lo bueno es que no hay que preocuparse de ella, se busca muy bien la vida sola. La tia Elisa habia muerto hacia unos meses, un ano despues de mama. Habia ido a su funeral, en una iglesia elegante del centro de Madrid, como habia dejado ella arreglado por escrito, al que habia ido muy poca gente: las dos primas de mama y yo, por parte de la familia (no eramos mas), y unos pocos desconocidos con los que no hablamos. Y eso era todo lo que habia sabido de ella antes y despues. Y la verdad es que no me habia extranado nunca. Nuestra familia era asi. Mama y yo, solas, siempre. La tia Elisa, alguna vez. Y las dos primas, de pascuas a ramos. Asi que el senor Urdaniz tuvo que esforzarse bastante para que yo asumiera la noticia. La buena noticia. --Senorita, no se como consiguio su tia ese apartamento. Solo se que esta todo en regla. Que hay un testamento. Que el apartamento ahora es suyo. Coja las escrituras y las llaves, por favor -- me dijo el hombre, ya desesperado, despues de mi bombardeo de preguntas y objeciones. Pero es que me resultaba muy dificil asimilar que yo, una chica de barrio humilde, hija de madre soltera, acostumbrada a no tener nunca dinero y a trabajar desde muy joven para sobrevivir, pudiera heredar nada que no fueran problemas. En cualquier caso, el hombre consiguio hacerme firmar los documentos legales, me dio las llaves y las escrituras y me acompano hasta la puerta (me empujo casi). Y asi me encontre al otro lado, en un portal elegante, con las llaves de un nuevo apartamento en la mano y mil preguntas sin respuesta. Bueno, y otra cosa mas. Junto a las llaves y las escrituras del piso, el hombre me habia dado un sobre pequeno que al principio me habia pasado desapercibido. Le di al automatico de la luz, porque me habia quedado a oscuras, y lei la nota que habia dentro: "Hola sobri guapa (la tia siempre me llamaba asi). Eres mi unica familia, asi que el apartamento que Leandro me regalo es para ti. Ya lo he dejado arreglado para que no tengas que pagar ni un impuesto ni nada. Pero ya no me queda nada mas, me lo he fundido todo. Espero que no te importe. Ah, tambien te quiero dejar un consejo: el amor es lo unico que importa."

  • Atraccion en nueva york de Sarah Morgan

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    Os presento a Molly: la consultora sentimental mas famosa de Nueva York. Se considera una experta en relaciones. siempre que se trate de las relaciones de los demas. Aun afligida por su ultima ruptura, Molly no tiene prisa por encontrar el amor; el unico amor de su vida es su dalmata, Valentin.

  • Mi rompecabezas de Rosa Cortes

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    Clara seguia buscando el verdadero amor, su peor pesadilla era quedarse soltera y por eso tiene una relacion que no le aporta lo que ella necesita. Su marido es un maltratador.
    Pablo es su mejor amigo y quien la ayuda a seguir adelante, secretamente esta enamorado de ella. La relacion con el prospera como el desea, pero entre las sombras. Todo tiene que ser asi hasta que Clara decida que hacer con su vida y con su matrimonio.

  • Apagame de Una Fingal

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    Desenganada de su matrimonio y de su aburrida existencia, Suzanne Daniels se refugia en las novelas romanticas, viviendo sus fantasias de un modo tan real que muchas veces son causa de problemas o circunstancias hilarantes.

  • Los Boston en Londres (Damas poderosas 5) de Noa Pascual

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    Miranda Boston miraba en rededor, buscando a su hermano mayor, el mismo que la habia obligado a viajar a Inglaterra sin contar con sus deseos. No habia tenido a bien escuchar sus quejas cuando ella, en su ultima carta, le habia explicado con mucha educacion y paciencia, que su peticion, justo en ese momento, no era la mas acertada, ya que el senor Lonan Hill le habia pedido matrimonio... Bueno, no habia sido una peticion oficial exactamente, ni romantica, pero, literalmente, el habia dicho: <>. Suspiro, nostalgica, recordando ese momento. Deseaba tanto convertirse en la senora Hill... Por fin se sentiria parte de alguien, ya que desde que fallecio su padre, su mundo se habia desmoronado; ya no tenia una familia a su lado. No es que sus hermanos no hubiesen mirado por ella, pero la diferencia de edad entre ellos tan solo era de dos anos, mientras que con ella eran quince y trece, y eso la convertia en la nina molesta que siempre los perseguia y a la que no sabian como tratar. Echaba de menos aquella epoca en la que estaban todos juntos; eran pobres, pero estaban muy unidos. Si la fatalidad no hubiese entrado en su casa y unas fiebres no se hubiesen llevado a su madre al cielo, posiblemente habrian continuado siendo la familia feliz que fueron. Pero aquella tragedia los separo o, mejor dicho, los cambio, pues su padre se trastorno, y lo dejo todo para convertirse en un cazador de tesoros. El oro con el que sonaba desde hacia anos se metio en su cabeza como si fuese lo unico que importaba, ya no veia nada excepto la forma de encontrar el preciado metal, y por ello se marcho en su busca, !y vaya si lo encontro! Sonrio con carino al recordar a su padre. Ella lo habia admirado incluso antes de convertirse en el hombre al que todos adulaban, los mismos que durante anos lo habian perseguido para que pagase sus deudas, que no eran pocas, ya que se obstino en convertir a sus hijos en hombres de provecho. Deseaba el mejor futuro para ellos, y se dejo la piel y todo cuanto poseia para ofrecerles una educacion exquisita, pues nada menos que los hijos de un granjero se habian convertido en medico y notario. Cerro los ojos con pesar al recordar a su hermano mayor el dia que murio su madre; en esa misma fecha decidio abandonar todos sus conocimientos en medicina, pues de nada le habian servido para salvar la vida de la mujer que mas queria. Nego con la cabeza para ahuyentar aquellos tristes recuerdos. Debia ser positiva y estar contenta por poder abrazar de nuevo a Dereck; habian pasado cinco anos desde la ultima vez que se vieron y anhelaba aquel reencuentro. Sin poderlo evitar, solto una risita nerviosa. Estaba convencida de que su hermano mayor esperaba encontrarse con la ninita de trece anos que vio por ultima vez, con lagrimas en los ojos por tener que separarse de ellos, en la puerta del internado para senoritas mas afamado de Nueva York, donde la elite de la alta sociedad enviaba a sus hijas para convertirlas en las damas perfectas con las que cualquier hombre querria casarse. Ella no habia pensado nunca en el matrimonio; de hecho, la sola idea de tener que intimar con un hombre la hacia estremecer. ?Quien querria casarse despues de todo lo que las maestras les habian contado respecto a los salvajes anhelos de los hombres? Ella desde luego no queria. Ahora bien, cuando nueve meses atras salio del internado y llego a su casa, vacia y fria, cambio de opinion. A tenor del panico de dejarse poseer por un esposo, siempre seria mejor que soportar aquella soledad. Nunca le habia gustado estar sola y, al llegar a su casa, aquella soledad fue su unica compania; eso la hizo recapacitar con respecto al matrimonio. Y Lonan parecia haber leido sus pensamientos, pues a la semana de conocerse, en el despacho de la naviera familiar, el se ofrecio a llevarla a su casa y en la misma puerta comento: <>. Habian pasado tres meses desde esas palabras y el ultimo dia que se vieron, antes de partir ella a Inglaterra, el le beso la mano enguantada y se despidio con una frase muy esperanzadora: <>. Un par de ojos la estaban observando. ?Quien era aquella muchachita menuda de rostro angelical? Una pregunta que se hizo el marques de Frotell. No la habia visto con anterioridad, estaba seguro de ello, pues hubiese sido imposible olvidarse de aquella figura. Parecia tan moldeable, que se sintio irremediablemente atraido por ella; necesitaba comprobar si su cuerpo se amoldaria a la perfeccion entre sus brazos. Tan ensimismado estaba que sus pies se pusieron en movimiento sin ser consciente de ello. Camino hasta quedarse a tan solo un par de metros de esa mujer, que parecia tan absorta en sus pensamientos que apenas se habia percatado de su presencia. Y casi agradecio que no lo hiciera, pues asi podia comprobar con tranquilidad que la joven no era un sueno. Era real, tan real como que el empezaba a sentirse mareado. ?Que le ocurria? Estaba acariciando con su mirada aquel rostro, anhelando inclinarse y rozar con sus labios aquellas palidas mejillas, embriagarse de su olor y besar aquellas tupidas pestanas negras, tan oscuras como el cabello largo y rizado que la joven mostraba con descaro bajo el sombrerito que apenas llevaba anudado, con las cintas en libertad, balanceandose en el viento por la brisa que corria al estar cerca del mar. Penso que con ello advertiria si la joven seria capaz de bailar con tanta sensualidad entre sus brazos, escuchando los acordes de un vals. Pestaneo para comprobar si estaba bajo los efectos del brandi que habia ingerido minutos antes, pero no; esa muchachita era real, y aquellos ojos oscuros parecian guardar cientos de secretos. La risita timida que ella emitio lo hechizo por completo. ?Que hacia una damita en los muelles de Bristol? Una pregunta que estaba a punto de realizar cuando, justo delante de la joven, paro un carruaje con el emblema del conde de Stanton y Oxford. --Frotell, no me gusta repetir las cosas --se quejo el duque de Manfford. Benedick se giro lentamente; se habia olvidado por completo de su padre. Apenas habia prestado atencion a sus quejas, ya que de normal grunia por todo. En esta ocasion, su mente habia estado abstraida por la belleza de la joven morena, y, por desgracia, no habia podido averiguar siquiera su nombre. Si el carruaje pertenecia al conde de Stanton, era muy posible que se tratase de alguna de las primas del conde. No era ningun secreto que los St. John habian sido una familia tan prolifera que no existia comarca alguna en la que no habitase alguien con ese apellido. Claro que, dada la juventud de la chica, y el hecho de que el no la hubiese visto en ninguna fiesta de la temporada, significaba que la joven seguramente habia acudido a Londres para ser proximamente presentada en sociedad. Ademas, que luciese con tal descaro su larga melena suelta mostraba a todas luces que provenia de alguna comarca interior; era sin duda una senorita de campo, y, por lo tanto, habia llegado a Londres para debutar. Con ese pensamiento sonrio interiormente, pues el, como uno de los nobles mas solicitados por las madres de damas casaderas, era invitado a todos los eventos, y eso significaba que, antes o despues, sus caminos volverian a cruzarse. Miranda se sorprendio al ver ante ella a una mujer rubia muy alta. --Debes de ser la senorita Boston --saludo lady Stanton. Ella asintio con la cabeza. --Ah, es un placer tenerte en Inglaterra --comunico, amistosa--. Disculpa a tu hermano, un asunto urgente de ultima hora le ha impedido venir a recibirte. Miranda se mordio el labio inferior, incredula porque el la hubiese obligado a viajar hasta Inglaterra, posponiendo sus planes de boda, y no hubiese sido capaz de ir a recibirla. Al fijarse en la mujer que tenia delante acabo sonriendo. Puede que Dereck no estuviese alli, pero desde luego habia mantenido su promesa de permanecer en contacto, al contrario que Owen, del que no sabia nada desde hacia casi un ano. Y gracias a la correspondencia mensual que recibia, estaba al tanto de la amistad entre el y ciertas mujeres que lo habian ayudado a integrarse en la sociedad inglesa. --Tu debes de ser Abby. La mujer se rio con tanto encanto que Miranda rectifico de inmediato. Sin duda, Dereck habia sabido describir a la perfeccion a las gemelas Allende. La dulzura y encanto de la mujer que tenia delante la delataba. --No, no, eres Sophie --se corrigio con rapidez--. Segun tengo entendido, debo felicitarte por tu reciente union con el conde de Stanton y tu estado de buena esperanza. A Sophie le gusto que la joven la reconociese, decia mucho del senor Boston. Y tambien le agrado que la tuteara; al fin y al cabo, solo se llevaban tres anos. Un hombre moreno de ojos verdes y tan alto como su hermano Dereck se acerco hasta ellas. --Connor, querido, permiteme presentarte a la senorita Boston. El conde de Stanton y Oxford hizo una pequena reverencia como saludo, pero Miranda alargo el brazo y le tendio la mano. Connor miro a su esposa y los dos reprimieron las sonrisas; esa jovencita tenia mucho que aprender sobre protocolo ingles. Claro que, el era un caballero y jamas dejaria en evidencia a una dama, por lo que se la estrecho sin mostrar desacuerdo alguno. Sophie se percato de que junto a Miranda habia dos baules. --?Has venido sola? --indago, preocupada. Miranda parpadeo. --No. Ademas de unos cuantos marineros --explico con tranquilidad--, tambien viajaba el capitan y... -- comunico como si fuese la respuesta mas normal--, por supuesto, Wyatt Mendoza. Sophie miro a Connor; los dos se quedaron atonitos con aquella aclaracion. --Wyatt Mendoza --repitio el conde, invitando a la joven a explicarse mejor. --?Acaso mi hermano no os ha hablado de Wyatt? Sophie nego con la cabeza. Miranda torcio el labio; no era posible que su hermano nunca hubiese mencionado a su mejor amigo. Habian sido inseparables. Mas que eso, Mendoza pertenecia a la familia; incluso a ella le costo asimilar que Wyatt era un vecino y no un hermano mas. --Es el mejor amigo de mi hermano, su contable y su hombre de confianza --informo, un tanto molesta por que nadie supiese de la existencia de Wyatt, cuando, por el contrario, Mendoza y ella conocian a las gemelas y a todas las amistades que Dereck habia contraido en Inglaterra. Como si lo hubiesen invocado, el hombre de largo cabello castano oscuro, ojos como las avellanas y menton cuadrado, aparecio justo delante de ellos. Su porte esbelto y fornido mostraba que, bajo ese traje de buena calidad, habia un hombre salvaje capaz de matar con un punetazo a cualquier entrometido. --Ya esta todo dispuesto --comunico a Miranda. Al ver a dos desconocidos alli, los miro interrogativo. --Soy el conde de Stanton y Oxford --se presento Connor--. Hemos venido a recibir a la senorita Boston. Wyatt miro de soslayo a Miranda; sabia que estaria algo decepcionada por no haber sido recibida por su hermano mayor, al que adoraba e idolatraba. --Wyatt Mendoza --dijo, extendiendo la mano para saludar al conde. Tras las presentaciones pertinentes, los cuatro montaron en el carruaje de los condes. Wyatt permanecio callado, sin comprender todavia que habia podido ser tan importante como para que Dereck no hubiese ido a recibir a su hermana pequena, a la que llevaba cinco anos sin ver. No era propio de Boston ser tan desapegado. Menos, cuando nada mas enviarle la nota en la que le comunicaba que Lonan Hill, el afamado mujeriego y cazafortunas, habia puesto sus miras en Miranda, el respondio de inmediato que no se despegara de su hermana, y que impidiera a toda costa que ese truhan se quedase a solas con ella, pues, conociendo a Hill, haria lo posible por mancillarla para obtener la dote de Miranda. Y, ademas, lo habia dispuesto todo para zarpar de inmediato a Inglaterra, con tal de impedir que su hermana se embarcara en algun preparativo ceremonial. Miranda observaba. Era una cualidad que poseia desde pequena, siempre observadora y atenta a todo cuanto se producia a su alrededor. Observo las sonrisas de los condes. Habia algo especial en ellas, como si estuviesen manteniendo un lenguaje secreto... Agrando los ojos al percatarse de que el conde, de manera disimulada, estaba acariciando con su dedo menique el contorno de la cintura de su esposa. Trago con dificultad; eso era un gesto inapropiado y escandaloso. A ella le habian ensenado que cualquier tocamiento en publico era una muestra de pecado. Ademas, era el preambulo y el anuncio de que un hombre deseaba mas. Se le acelero la respiracion. Aunque, observo detenidamente a la condesa, y no parecia estar incomoda, sino mas bien lo contrario. Eso la perturbo. Giro la cabeza para apartar aquella imagen y penso que, si lady Stanton se habia acostumbrado a los instintos primarios de su esposo, quiza ella acabaria acostumbrandose tambien en el futuro. Ese pensamiento la hizo sonreir y recordar que, en cuanto llegase a casa, se mantendria ocupada con los preparativos para su boda. No volveria a estar sola nunca mas. Sophie desvio la mirada hacia Miranda y tambien sonrio. Se la veia tan joven y tan bonita que Boston seguramente querria ocultarla, ya que sin duda le iban a salir muchos pretendientes. Tuvo que reprimir una carcajada, pues tambien Beatrice iba a tener una ardua tarea, ya que el senor Boston la habia convencido para que instruyese a su hermana en las lindes protocolarias. Y para ser sinceros, algo le decia que, con Miranda, ese camino no iba a ser de rosas, ya que la joven mostraba una naturaleza independiente. Solo verla corroboraba su pensamiento, pues habia viajado sin carabina, sin doncella personal y sin temor a nada. !Iba a ser muy divertido ver lidiar a Boston con su hermana! Cap i tulo 2 Benedick llevaba la mitad del trayecto sin prestar atencion a las quejas de su padre. No podia apartarse la imagen de aquella muchacha. Y eso era lo que le tenia abstraido, mas que nada porque no habia sentido una atraccion pasional. Ni siquiera penso en ella en terminos eroticos, como tampoco fue su belleza lo que lo cautivo y hechizo. No, no habia sentido ese tipo de atraccion; era una mas temerosa, salvaje y preocupante. Al verla alli sola y desamparada ante la mirada y pensamiento pervertido de cualquier desalmado que pudiese vagar por los muelles, deseo protegerla. Trago con dificultad. ?Quien querria proteger a una persona que no conocia? El. Asi de rotunda y contundente era la respuesta. --Tienen el castigo que se merecen --sentencio el duque. Esa frase tan concluyente lo saco de su ensonacion. --?Perdon? El duque lo miro, desafiante; no le gustaba repetir las cosas y su hijo estaba acabando con su paciencia ese dia. --El vizconde Armony y toda su familia han sido castigados como se merecian --anuncio, triunfal--. Han perdido el titulo y todo cuanto poseian. --Querra decir que usted los ha despojado de todo ello. El duque apreto la mandibula; su hijo era un desagradecido. --Si te hubieses comportado como el hombre que yo pense que habia criado, en vez de comportarte con tanta benevolencia, esa hija descarriada de Armony ahora seria tu esposa y nuestro apellido no se habria visto ridiculizado --le reprocho, recordandole que lo habia avergonzado ante toda la sociedad. --Estaba enamorada de Sunsett --replico, aludiendo al vizconde con el que habian pillado a la joven besandose entre unos arbustos el mismo dia en que el habia anunciado su compromiso con ella--. El escandalo habria sido mayor de haberme casado --se justifico. --Una aristocrata no tiene derecho a enamorarse --sentencio, con su tipica arrogancia--. Su mision es aceptar al candidato que llegue a un acuerdo con su padre --expuso, como si su palabra fuese ley--. Y eso hara tu hermana, porque asi es como se comporta la hija de un duque y asi es como durante siglos hemos impedido que sangre de indeseables se mezclase con la nuestra. --Jezabel es hija de un vizconde --defendio a la muchacha sin saber por que, pues, al fin y al cabo, lo habia ridiculizado--. Y Sunsett tambien es un noble. --!Y tu la verguenza de esta familia! --escupio las palabras sin piedad--. Todos tus ancestros deben de estar revolviendose en sus tumbas al comprobar que, en lugar de comportarte como el futuro heredero del ducado de Manfford, eres un petimetre. Las palabras fueron hirientes, pero Benedick las recibio con elegancia, pues no respondio. --Menos mal que sigo al mando de este ducado y he sabido castigar a los culpables de este escandalo --adujo--. Procura a partir de ahora no volver a avergonzarme --amenazo--. Mi permisividad contigo ha llegado al limite; a partir de hoy sere yo quien se encargue de encontrarte una esposa acorde a tu condicion social. Has demostrado que no eres capaz de elegir a una futura duquesa. Benedick habia soportado muchas humillaciones por parte de su padre, tantas que era imposible recordarlas todas. Sin embargo, esta seria la ultima; no estaba dispuesto a someterse mas. --La eleccion de mi esposa la decidire yo --proclamo, autoritario. El duque se sorprendio; su hijo no se habia mostrado tan firme desde... No, no se habia mostrado asi nunca, por lo que le concedio una ultima oportunidad. --Mas vale que me demuestres que eres digno hijo mio o te desheredare. Benedick no respondio. --Recuerda bien mis palabras, Frotell --mas que un consejo, fue una orden--. Hoy en dia quedan muy pocas mujeres aptas para ostentar a ser de duquesa --menosprecio a la mayoria de mujeres que quedaban solteras--. Por el contrario, existen muchas otras, que se dividen en dos grupos: las cazafortunas y las que cazan titulos. Esas son las peores de todas. Benedick no pudo rebatir, pues Jezabel habia demostrado que era una de las cazafortunas, a pesar de ser hija de un vizconde. Lo habia enganado como al mas estupido de los mortales. No es que el esperase un matrimonio por amor; su padre ya se habia encargado durante veintiseis anos de recordarle que un marques no podia encapricharse de una mujer, el amor no formaba parte de sus vidas. Aun asi, habia albergado la esperanza de casarse con una mujer con la que fraguar cierto grado de amistad, ya que el se habia criado con unos padres que apenas se dirigian la palabra. Su relacion se habia basado en la apariencia; delante de la sociedad se mostraban perfectos, cuando en realidad se detestaban el uno al otro. Y bien lo sabian Victoria y el, pues nunca escucharon ni vieron entre aquel matrimonio una conversacion carinosa o amigable. El poco trato que mantenian por obligacion acababa siempre en discusion, falta de respeto y reproches.

  • Obedece a tu cuerpo, amate de Lise Bourbeau

    https://gigalibros.com/obedece-a-tu-cuerpo-amate.html

    Introduccion “Tras quince anos de investigaciones y experiencias en el campo de la metafisica, finalmente me he decidido a escribir otro libro sobre este tema. Utilizo el termino metafisica en lugar de psicosomatica por la siguiente razon: somatico quiere decir “referente al cuerpo”, y psico “referente al alma”. Incluso la medicina tradicional acepta la idea de que al menos un 75% de las enfermedades son psicosomaticas, es decir, que el mal fisico es originado por una causa emocional o mental. Sin embargo, el termino psicosomatico no suele estar bien visto. La mayoria de las personas se sienten insultadas cuando se les dice que su enfermedad es psicosomatica, pues lo interpretan como si fuera imaginaria, anormal o mental, y se niegan a ver mas alla del plano fisico. Por lo tanto, prefiero considerar a los malestares y enfermedades desde el punto de vista metafisico, es decir, que va mas alla de lo fisico. Esta obra pretende ser una especie de diccionario o libro de consulta para que cualquier persona que sufra de un malestar o enfermedad pueda averiguar de una manera sencilla y rapida la causa profunda de su problema. Cuando el cuerpo nos habla a traves de un malestar o una enfermedad cualquiera, lo hace para ayudarnos a tomar conciencia de una forma de pensar que no es benefica para nosotros. Esta forma de pensar, aunque de un modo inconsciente, perjudica a todo nuestro ser y entonces aparece el malestar para decirnos que ha llegado el momento de cambiar esa forma de pensar o esa creencia no benefica. Nos dice que estamos llegando a nuestros limites fisicos, emocionales y mentales. Para mi gran dicha, he descubierto que la enfermedad es un regalo para que podamos equilibrar nuestro SER. De hecho, el cuerpo fisico no es la causa de las enfermedades. Por si mismo no puede hacer nada. La vida que lo mantiene viene del alma, del espiritu. El cuerpo es simplemente reflejo de lo que sucede en el interior de nuestro verdadero ser. Por ello, todo lo que un cuerpo enfermo busca es restablecer su equilibrio, porque el estado natural del cuerpo es la salud. Esto es tambien cierto para los cuerpos emocional y mental. Al considerar este punto de vista no tienes nada que perder y quizas encuentres en el la causa y la solucion para tu mal. Te advierto que es muy posible que tu ego se resista a encontrar la solucion, porque ello significara que te cuestiones y cambies tus creencias mentales. Y esto me lleva al tema del ego. ?Que es el ego? El ego es la totalidad de tus recuerdos que, habiendo adquirido demasiada importancia con el paso de los anos, terminan por volverse lo suficientemente poderosos como para invadir tu individualidad. Me explico: la forma en la que en su momento percibiste un acontecimiento fue registrada en tu memoria. Debido a que este suceso fue especialmente feliz o dificil de vivir, decidiste que era necesario no olvidarlo. De este recuerdo sacaste una conclusion, que se convirtio en una creencia que busca evitarte un sufrimiento si el acontecimiento fue desafortunado, o repetirlo si el suceso fue motivo de dicha. Es importante que seas consciente de que cuando creiste en algo fue porque estabas convencido de que esa creencia te ayudaria a ser mas feliz. Desafortunadamente, la gran mayoria de las creencias acumuladas desde tu infancia ya no te son utiles. Algunas pudieron haberlo sido, pero la mayoria ya no lo son. El ego esta constituido por cientos de creencias de las cuales debemos ser conscientes, o de lo contrario nos impediran realizar nuestros deseos. Y estos son esenciales para ayudarnos a manifestar nuestro YO SOY. Esta es la razon principal de todos nuestros malestares y enfermedades: el enorme poder de nuestro ego. De hecho, cuando dejamos que dirija nuestra vida, y dejamos que esto nos impida ser lo que debemos ser, muchos de nuestros deseos se bloquean, y ello termina por bloquear la parte fisica del cuerpo que seria necesaria para manifestar o realizar tales deseos. Te sugiero que estes especialmente alerta cuando tu malestar o tu enfermedad te parezcan solamente “fisicos”. Es muy tentador creer que la causa es solamente fisica. Como en el ser humano es imposible disociar los cuerpos fisico, emocional y mental, te aconsejo que no te dejes influir otra vez por tu ego que requiere a toda costa que le eches la culpa a un factor externo. Te repito que la razon por la cual el ego rechaza la responsabilidad de las enfermedades es que la creencia (una parte del ego) causante del accidente, la indigestion, etc. , esta convencida de tener la razon y no quiere ser descubierta. Las causas mas comunes de la enfermedad son las actitudes y las emociones negativas, la culpabilidad, la busqueda de atencion y la utilizacion de la enfermedad para evitar una situacion desagradable o para huir de ella. Tambien hay personas que se dejan influir facilmente y sufren a menudo enfermedades causadas por las creencias populares, como por ejemplo que “una corriente de aire ocasiona un catarro”. Estas personas atrapan facilmente las enfermedades llamadas contagiosas. Tal como lo sugiere el titulo de este libro, todo malestar te dice que te ames. ?Como llegue a esa conclusion? Al amarnos dejamos que sea nuestro corazon quien dirija nuestra vida, no nuestro ego. Amarnos significa concedernos el derecho de vivir nuestras experiencias, y amar a los demas es concederles el derecho de vivir sus propias experiencias. Esto significa darte el derecho de ser humano, con tus miedos, tus creencias, tus limites, tus fuerzas, tus debilidades, tus deseos y tus aspiraciones; en fin, darte el derecho de ser como eres ahora. Y todo esto se debe hacer sin juicios morales de bueno o malo, correcto o incorrecto, viviendolo solamente como una experiencia, con el conocimiento de que siempre habra consecuencias, agradables o no, resultantes de las decisiones tomadas. Cuando descubres la actitud mental que te bloquea hasta el punto de crearte un problema fisico, debes pasar rapidamente a la etapa de la aceptacion incondicional de lo que eres, antes de que tenga lugar en ti alguna transformacion mental. Tu cuerpo fisico se adaptara con gusto a esta transformacion. Recuerda que el es solo un reflejo de lo que sucede en tu interior. Con frecuencia los pacientes me dicen que no comprenden por que no sanan de un malestar o una enfermedad una vez que han comprendido su mensaje. No basta con comprender o aceptar una situacion exterior o aceptar a otra persona. Lo mas importante es la aceptacion de uno mismo, es decir… perdonarnos. Ademas, debo precisar que el hecho de que tu mismo encuentres la causa de tu malestar no quiere decir que no consultes al medico. Debes buscar ayuda fisica mientras realizas tu busqueda interior en los niveles emocional, mental y espiritual. De hecho, es mas facil efectuar una investigacion interior cuando no te molesta el dolor. Esta percepcion metafisica de los malestares y de las enfermedades forma parte de las novedades que nos aporta la energia de la era de Acuario, novedades que afectaran a todas las areas. Dejamos un mundo dominado por la mente para pasar a un mundo mas espiritual, es decir, un mundo en el que SER debe retomar su lugar. Las personas que se rehusan a aceptar esta transformacion tendran cada vez mas dificultades para ser felices, para estar sanas y para afrontar la vida.” Para precisar mejor la causa de tu problema fisico, hazte las siguientes preguntas: BLOQUEO FISICO: “?Que adjetivos pueden describir mejor lo que siento en mi cuerpo?”. Tu respuesta representara lo que sientes ante la persona o la situacion que ha desencadenado el mal. BLOQUEO EMOCIONAL: “?Que me impide realizar esta enfermedad?”. Tus respuestas a esta pregunta representan al deseo o los deseos bloqueados. “?A que me obliga esta enfermedad?”. Retoma esta respuesta (o respuestas) y agrega la palabra “no” al principio de cada uno de ellas. Estas frases representan tus deseos bloqueados. BLOQUEO ESPIRITUAL: “Si me permitiera estos deseos, ?que seria?” (Utiliza los deseos encontrados en la etapa anterior). La respuesta a esta pregunta corresponde a una necesidad profunda de tu ser, bloqueada por alguna carencia. BLOQUEO MENTAL: “Si en mi vida me permitiera ser… (Repite la respuesta de la pregunta anterior), ?que podria sucederme de desagradable o de no aceptable?”. La respuesta a esta pregunta corresponde a la creencia no benefica que bloquea tus deseos y te impide realizar tu necesidad, creando asi el problema fisico. Cuando conoces la creencia no benefica o la manera de pensar que te impide ser lo que quieres, lo primero que debes hacer para transformarte es permitirte haber tenido la necesidad de creerla, estableciendo contacto con el nino que habita en ti y que la creyo despues de haber experimentado un sufrimiento. Despues, preguntate si todavia la necesitas realmente para ser feliz. Si la respuesta es afirmativa, ello es senal de que todavia te es util. Tu eres quien gobierna tu vida, de modo que puedes seguir creyendo en ella, pero debes saber que, al actuar asi, obtendras los mismos resultados que han obtenido hasta ahora. No esperes ningun cambio. Si estas convencido de que esta creencia todavia es cierta pero que el hecho de creerla no te hace feliz, verifica en tu interior si estas tan convencido de su veracidad como hace algunos anos. Es muy probable que ahora lo creas mucho menos. Por lo tanto, estas en vias de sanar. Cuando en lo mas profundo de ti sabes que no quieres seguir creyendo la misma cosa, no te queda mas que realizar las acciones necesarias para manifestar tus deseos a fin de permitirte ser lo que quieres ser. Para concluir quiero repetir que la curacion solo puede realizarse en el momento en el que no se perdona. Esta etapa tiene el poder de transformar no solo nuestro amor hacia nosotros mismos, sino tambien el corazon y la sangre en nuestro cuerpo fisico. Esta sangre nueva, reenergetizada por el influjo de este amor reencontrado, es como un balsamo que circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza las celulas. Aun cuando intelectualmente te resulte dificil creerlo, ?que puedes perder con probar? Estas son las etapas del perdon verdadero: 1) Identifica tus emociones (a menudo hay mas de una). Toma consciencia de la acusacion que te haces a ti mismo o que le haces a otro y de lo que esta te hace sentir. 2) Asume tu responsabilidad. Ser responsable es reconocer que siempre tienes la opcion de reaccionar con amor o con miedo. ?De que tienes miedo? Date cuenta tambien de que tienes miedo de que te acusen de tener miedo.