• Mas Alla Del Fin Del Mundo de Julieta Valdes

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    Avanzamos tierra adentro y cuando paramos, se formo alrededor del camion una nube de polvo. Bajamos el equipaje, yo cargando con la mochila y mama arrastrando una maleta mas ancha que ella. Hubo quizas unas veinte paradas antes que nosotros, cada pasajero podia bajarse a su antojo haciendole una simple senal al chofer. No habia paradas, solamente caminos y siguiendolos con la vista descubria la silueta de algunas casas, alejadas de todo. Fue un schock haber dejado la ciudad y su amontonamiento de casa, oficinas y edificios, para llegar a este lugar donde apenas se podia distinguir un par de casas en la inmensidad del campo. El polvo se aquieto, el autobus ya se habia alejado y quedamos las dos, mama y yo, en este lugar donde no se veia mas que una gran extension de tierra, arboles y colina abajo un lago que reflejaba la luz del sol. Suspire. Esto era como llegar al fin del mundo, pero peor porque de ahora en adelante tendriamos que vivir ahi. Pregunte: – ?Estas segura que es aqui? Y mama contesto con una inclinacion de la cabeza y una sonrisa, como contestaba ultimamente a mis preguntas ironicas. Maldije entre dientes a la abuela por legarnos semejante lugar y a papa por haber muerto y habernos dejado sin nada, pero ya mama se encaminaba por un sendero que subia. Era un camino estrecho y empinado por el cual las ruedas de la maleta iban atascandose, era un sendero mezcla de arena y piedras, un sendero al que no le habian dado mantenimiento y que la hierba volvia a invadir. Yo miraba a la izquierda y a la derecha y me preguntaba donde estaba el pueblo y donde habria una oficina del correo. Habia dejado atras mis amigos de toda la vida, mi escuela, mi calle, mi casa y sentia la necesidad de ponerme a escribir. Quejarme con ellos de este nuevo hogar y esperar noticias de alla. Si seguian los mismos maestros, que habian hecho durante el verano, si la directora seguia siendo una bruja imposible. Y todo lo demas que no podria saber ni preguntar porque de ahora en adelante mi vida se llevaria a cabo del otro lado del mundo. Divagaba pensando en las cartas que iba a escribir y a quien y quien seria la primera de mis amigas en contestarlas cuando la cabana se alzo frente a mis ojos. Era una construccion de un solo piso, de piedra y madera, y podria haber salido de una postal hasta que abrimos la puerta y nos recibio un olor a moho, a madera humeda y una sala de muebles desvencijados: un sillon que solia ser cafe estaba perdiendo su color y cuando me quise sentar en el reposet me hundi y levante polvo. Habia telaranas y mama se apresuro en abrir las ventanas, entro un aire fresco, propio de la montana y me espante al imaginar el frio de las noches. – Tiene que haber cobijas en algun lado. - me dijo mama como si pudiera leerme el pensamiento. – Voy a buscarla, tu puedes escoger el cuarto que mas te gusta. Era un poco presuntuoso hablar de elegir mi cuarto porque en realidad solo habia dos opciones, un cuarto grande y con papel tapiz de flores que debia haber sido de la abuela y me daba un poco de terror, y otro mas sencillo que debia ser un estudio y cuarto de invitados que tenia paredes en azul cielo, un escritorio y una ventana que daba al valle y al lago. Deje mis cosas y me sente sobre la cama, comprobe que no estaba tan mal y me deje caer para ver al techo. Esta era mi nueva realidad y no habia mucho que podia hacer al respecto. Podia haber guardado mi ropa, pero lo deje para mas tarde y tuve antojo de un vaso de leche y ver la tele. Esto me hizo pensar que no habia visto una television en ninguno de los cuartos, recorri toda la casa, me fije en cada rincon de la sala, pero no vi el aparato, tenia que asegurarme: – Mama, ?no hay television? - grite bastante histerica. – Creo que no. Tendremos que preguntar en el pueblo si las antenas llegan hasta aqui. – Si, por supuesto, esto era lo unico que faltaba. Vivir en un pueblo mugriento con polvo, borregos y nada mas. Me tire sobre el sillon y retuve las lagrimas. No sabia si estaba triste, enojada, o ambas cosas. Queria, sobre todo, culpar a alguien de mi desgracia, pero solo estaba mama que ya estaba encargandose de limpiar con agua los muebles y a la que no podia culpar, ya habia cargado con todo lo de papa, luego lo de la abuela, y ahora la mudanza; no estaba para lidiar ademas con una prepuberta encaprichada, ya veria como hacerle con lo de la television. Me puse a ayudarla, tomando otro trapo para ir quitando la capa de polvo a los muebles y ella dijo: – Bueno, no hay television, pero tengo que ensenarte algo. Al lado del cuarto de mama habia una recamara mas pequena con uno de esos sillones reclinables y estanterias de piso a techo. Cada nivel estaba cubierto de libros: pequenos, medianos y grandes, de piel y de papel rigido, nombres y nombres que desfilaban ante mi. La pequena biblioteca, a diferencia de la casa, estaba impoluta. No me habia podido traer todos mis libros de la ciudad, era imposible y descubrir este cuarto era como entrar a un paraiso. De inmediato fui recorriendo los estantes y leyendo el nombre de los volumenes, habia algunos titulos que conocia, pero muchos que eran una novedad para mi. Habia novelas de misterio que databan de los anos cincuenta y que tenia cubiertas como posters de peliculas antiguas, habia novelas de ciencia ficcion y habia clasicos, empastado y con las letras doradas. Mama debio haber emparejado la puerta lentamente porque cuando voltee ya no estaba y no volvio a llamarme hasta que llego la hora de cenar. La tarde paso en un suspiro, siempre he tenido fascinacion por los libros, desde pequena y el sillon estaba tan comodo que uno no necesitaba pararse. Supuse que habia atardecido cuando me levante para prender la luz, sin soltar el libro que estaba en mis manos y me encontre con los ojos color avellana de mama asomados a la puerta, y ella me recordo que todavia habia que comer y acomodar nuestras pertenencias. – Tu abuela pasaba mucho tiempo en este cuarto. – Yo tenia un recuerdo bastante borroso de la abuela. Recordaba que me hacia comer cosas que no me gustaban y mas adelante que llevaba una mascara para ayudarla a respirar. Ahora, tambien ella habia muerto y escuchar hablar de ella me hacia sentir acompanada. Mama me conto como era periodista y habia vivido en unos anos donde no era facil ser mujer, estar divorciada y mantener a sus hijos. Me conto que sus libros favoritos eran de ciencia ficcion y que, si buscaba bien, debia de encontrar tambien en algun rincon los cuadernos que se habia propuesto transformar en una novela que nunca habia terminado. Mi nueva recamara tenia una boveda y una cama con un colchon suave, todo en tonos azules. Habia traido conmigo mi ropa, mis peluches favoritos, mi diario; lo que cabia en una maleta. Trataba de no recordar demasiado la casa que habiamos dejado atras ni tampoco todas las cosas que habiamos tenido que vender. En un par de meses la vida habia cambiado por completo y con un suspiro acomode una foto de los tres: papa, mama y yo; una foto tomada en el jardin donde yo vestia mi traje de bailarina y los dos me abrazaban. Mama me habia comprado antes de irnos unas calcomanias en forma de estrellas que podian pegarse a la pared y brillaban en la noche. Las acomode sobre la boveda y puse la ropa en los cajones y en el armario. Por la ventana podia verse el lago y, a un lado, las tejas de otras casas, cada una separada de la otra por varios kilometros. Esto era tan distinto de nuestra ciudad donde todas las casas del barrio estaban pegadas unas a otras y donde los vecinos se saludaban cuando salian, porque a fuerza de vivir pegados conocian el nombre y la historia de todos y cada uno. Antes de acostarme redacte una larga carta para mi mejor amiga donde me quejaba amargamente de haber sido expulsada a la ultima frontera del mundo en un lugar donde solo vivian borregos y algunos leneros (no tenia idea si eran leneros, pero algo tenia que contar y esta era la idea que me hacia de las personas que habitaban las otras cabanas). Asi llene tres cuartillas, ida y vuelta de puros reproches. No le dije que desde mi ventana el lago se veia hermoso ni que la luna se reflejaba en el. Tampoco le hable de mis estrellas que contemple durante largo rato porque no queria llorar. No queria aceptar que estaba triste, de lejos era mejor estar enojada y me quede dormida. En los dias siguientes, descubriria que tan distinto era vivir mas alla del fin del mundo. CAPITULO 2 Al dia siguiente mama me acompano hasta la oficina de correo, caminamos unos cuarenta minutos para llegar al pueblo, pero el dia estaba despejado y los paisajes hermosos. El pueblo no era mas que un par de calles y las tiendas con los esenciales, pedi los timbres y el encargado se inclino hacia mi. Tenia un bigote muy poblado y al igual que los demas hablaba cantadito: – La pequena se parece mucho a la abuela, ?verdad? – Eso dijo, nada mas, y mama se rio y me guio hasta la salida. La frene de la manga: – ?Es cierto? ?La abuela paso mucho tiempo aqui? ?Tu tambien? Veo que conoces a mucha gente. ?Por que yo no conocia el lugar? Acribillada por mis preguntas, mama me llevo a tomar un chocolate caliente, a la unica cafeteria que daba al lago y tenia mesas adentro y afuera, mucha madera y el mejor chocolate caliente que he probado en mi vida rematado de una generosa cantidad de crema chantilly. Mis nervios se iban calmando mis nervios y mientras yo enfriaba el espeso liquido, mama hablo; tiene una voz suave y puede hablar mucho tiempo sin que nadie se aburra. No lo hacia a menudo, pero cuando se decidia a contar una historia cautivaba la atencion de cualquiera. Durante su relato, miro mucho por la ventana hacia el lago y de vez en cuando me acariciaba la mano como para hacerme saber que estaba consciente de mi presencia. – Este lugar es un santuario, Isabelle, un refugio para mujeres podria decirse. Tu abuela se enamoro muy joven de un hombre que estaba por casarse, era un matrimonio de conveniencia, pero el tenia que cumplir y ellos nunca pudieron estar juntos. Entonces tu abuela partio y estuvo en muchos paises andando y trabajando. Luego, encontro este lugar y en el supo que podria curarse y volver a vivir. Solo leia y escribia y asi se recuperaba. Cuando por fin volvio al mundo no tardo en hallar marido y me tuvo a mi. Tu abuelo al igual que tu papa nunca se entero de la cabana. Era un secreto bien protegido y yo habia venido de soltera, a veces con tu abuela, a veces sola. La abuela paso muchos meses cuando ya no trabajaba intentando escribir un libro que nunca acabo. Por mi lado, yo tambien estuve aqui unas semanas, recien terminada la carrera de farmacologia para escoger que iba ser de mi futuro. Como te decia este es una especie de lugar sagrado al que no podia llevarte porque aun no era tiempo y porque tu papa no debia enterarse. – Entonces, ?es una cabana secreta, mama? – Es un lugar magico. Ojala tambien para ti funcione la cabana y las dos podamos curar nuestras heridas antes de regresar al mundo. Es verdad que cada dia te pareces mas a la abuela: eres terca como una mula y sabes ser muy ironica. Trataremos de hallar un retrato o una foto para que pueda ensenarte como era tu abuela de joven. Hasta quizas, algun dia, escribas un libro. ?Quien sabe? Por el momento, debemos de preparar tu regreso a la escuela y puedes aprovechar estas semanas para conocer el lugar y familiarizarte con los caminos. Nada dijo de papa ni de la falta que nos hacia a las dos, pero comprendi que el dolor era de ambas y casi agradeci no estar en un lugar donde tuviera que recordarlo todo el tiempo. Nos fuimos del cafe abrazadas y siguiendo su consejo me fui al bosque a hacerme amiga de mi nuevo hogar. – Te vere en casa. - le dije a mama y ella me sonrio antes de emprender el camino de regreso. A un costado del pueblo estaba la entrada con varios senderos para caminata, uno de los caminos el que indicaba ser el mas corto iba a dar a un claro y en centro del claro una gran piedra, contra ella me recargue para descansar de la caminata y ahi, por primera vez desde hace unos meses, pude llorar a gusto, lejos de las miradas y hasta perder el aliento. Cuando volvi mama tenia preparada una sopa de cebolla, mi favorita, y comimos las dos a la luz de unas velas que encontramos en un cajon de la cocina. Mama dijo que habia encontrado un baul con algunas fotografias y tambien un retrato. Aunque la sopa estaba deliciosa me apure lo mas que pude y hasta lave mi plato. – Lista, ya podemos ver el baul.- Mama que no habia terminado se rio y termino su sopa a toda velocidad. Nos acercamos al baul, era verde con puas de metal, estaba rodeado por agarraderas de cuero y cuando lo abrimos se escapo un olor a humedad. Era como desenterrar un tesoro. Adentro habia cajas de piel con alhajas y tambien varios albumes. Habia fotografias en sepia que la verdad daban un poco de miedo. Estaba mi abuela y tambien sus padres vestidos de negro. Luego, habia unas mas recientes donde aparecian mi mama y la abuela juntas y era cierto, las tres teniamos un parecido imposible de negar. Tambien habia unas fotos de mama cuando era muy pequena y tenia un copete horrendo y hacia cara de puchero. Me rei mucho y le hice un poco de burla por las muecas. – Es porque no te acuerdas como era tu de pequena- me dijo en son de broma. Al final, en el fondo del baul desenterramos un retrato hecho a lapiz donde aparecia la abuela con una cara muy seria, estaba de medio perfil con una camisa de lino aunque el retrato se enfocaba sobre todo a la cara. Sus rasgos eran los mios, la misma nariz delgada, la boca pequena en forma de corazon y la mirada. Me impresiono la semblanza y senti tristeza de no haber conocido mejor a la persona de quien, quizas, habia heredado mas de lo que sospechaba. Acompanando el retrato se encontraba un fajo de hojas, tecleadas en maquina de escribir, atados con una cinta de seda. En los margenes habia anotaciones en lapiz, correcciones imagine y mama parecio reconocer la letra: – Esta debe ser la novela de la abuela. Las cartas y el resto de lo que pudo escribir me pidio que lo quemara asi que eso es lo que queda. Lo puedes leer si te interesa. No tuvo que repetirlo dos veces. Esta misma noche, me lleve el legajo a la cama y con ayuda de la lamparita de buro fui descubriendo el manuscrito hasta que el alba empezo a despuntar y la luz se hizo camino por la ventana. Desperte hacia el medio dia y todavia me faltaba bastante por leer. Sin embargo, mama habia elaborado otros planes para nosotras. Una cesta con comida me indico que ibamos a pasar la tarde fuera y, a reganadientes, abandone el libro. En el pueblo, que para entonces ya habia apodado El Fin del Mundo, pasamos a la tienda principal que tambien era la unica. El negocio era atendido por una pareja en sus cincuentas y era como un super mercado con todo tipo de cosas. Vendian desde el periodico, la leche, pescado, carne y medicinas. Los estantes de metal estaban repletos. La duena del local nos explico: – Cuando el invierno llega, muchas veces la carretera queda cortada y mas vale estar bien surtidos. Puse una cara de preocupacion terrible. ?Que queria decir esto? Estariamos completamente cortados del mundo, la idea era espantosa pero la gente del lugar no parecia estar preocupada, debian de estar acostumbrados, pero yo pasaba de una sorpresa a la otra. Mama compro dos canas de pescar y tambien unos anzuelos que por fortuna era de plastico. Habia visto los recipientes de plastico donde guardaban moscas verdes y lombrices, algo que no estaba dispuesta a agarrar con las manos. Descendimos hasta el lago que de cerca se apreciaba mucho mas grande que desde la ventana. En un banco de arena nos acomodamos y mama me enseno a lanzar el hilo, amarrar los anzuelos y a fijar la cana en la arena. – Mama, eres toda una exploradora de la naturaleza. - le dije, sinceramente impresionada porque no habia visto a mi mama mas que en su bata de trabajo o adentro de la casa, ella me guino un ojo. Una vez que estaban en posicion me quede parada pensando que de inmediato iba a sacudirse la cana y tendria un jugoso pez en la linea, pero mama saco de la canasta una novela y se acomodo en el suelo: – ?Y ahora que? - pregunte un poco desperada. – Ahora nada. Hay que esperar, pero ya vendra, mientras puedo leerte algo si quieres. Me sente y ataque el salami que teniamos guardado mientras mama iba leyendo Mujercitas, uno de mis libros favoritos. De vez en cuando la historia se ponia muy tensa y entonces mama se mordia el labio inferior antes de continuar, un tic que ha tenido desde que tengo memoria. Yo vivia suspendida de su voz y de las hermanas que habitaban esa casa. A la mitad, hizo una pausa para descansar y tomar agua, quiso saber como avanzaba el libro de la abuela: – ?No lo has leido? – era extrano que ella no lo hubiera hojeado. – No, tu abuela me platico que estaba escribiendo, pero nunca quiso ensenarme nada asi que preferi dejarlo en paz. – Es bastante raro, habla de una vieja leyenda y de una isla olvidada donde las mujeres tienen poderes magicos. Algo pasa y el personaje principal tiene que abandonar su mundo para irse a vivir a la isla. Mama estaba viendome sin parpadear, parecia sacudida por mis palabras y no entendia muy bien que podria haberla perturbado. Pronto nuestra platica quedo interrumpida porque mi cana empezo a moverse y ladearse hacia adentro del lago. Entre las dos corrimos a sostener la cana y jalamos del torniquete un pez que media lo que mis dos manos juntas y que agitaba sus escamas, reflejando el sol. Estaba muy bonito y entre mas lo miraba menos podia pensar en comermelo. Mama estuvo de acuerdo conmigo y lo liberamos en el agua. Dio un salto y se alejo soltando burbujas. Me senti aliviada: – ?Que vamos a cenar? – Ya haremos crepas- mama se encogio de hombros y regresamos a la cabana. En la noche, mama me platico que habia un colegio en una ciudad cercana. Ahi podria terminar mi ultimo ano de secundaria. Tomaria un camion por las mananas y el mismo me regresaria en las tardes. – ?Te sientes lista para volver, Isa? - sabia que mama estaba inquieta y que no sabia si podia volver despues de lo de papa, pero me sentia lista, tenia miedo, pero tambien queria volver a la normalidad. – Lo estoy, Ma, te lo prometo. - la abrace. Todavia me separaban varias semanas antes del regreso a la escuela y dividi mi tiempo entre largas caminatas y estancias prolongadas en el estudio que se habia vuelto mi cuarto favorito. Termine el libro de la abuela y me parecio bastante bueno. Quien sabe por que no se habia animado a ensenarlo a otras personas o publicarlo. El pais del que hablaba era tan fantastico, tan diferente que me dieron ganas de conocerlo. Una tarde estaba tratando de alcanzar uno de los estantes mas altos de la pequena biblioteca, habia arrimado la silla y sobre la silla habia puesto un cojin y ahi estaba en un equilibrio precario balanceandome para poder agarrar un volumen grueso, de pasta marron, que me parecia especialmente atractivo. En algun momento las patas de la silla perdieron su punto de balance, intente retenerme de los libros y de la madera, pero el resultado fue que cai contra el suelo sepultada por varios manuscritos.

  • Una casa 7 problemas de Hana Candela Chung

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    La suerte no esta del lado de Alex Foster. Su madre murio hace un mes, no ve a su padre y a su hermano desde que tiene cinco anos, y su mejor forma de desahogarse es ir de fiesta en fiesta.
    Hasta que llega su padre, la persona que mas odia, para llevarsela al otro lado del mundo. Nada le sono mas absurdo en sus 17 anos, pero no tiene otra opcion. Y cuando llega a Los Angeles, le dan la peor noticia: No vivira con su padre, sino con su hermano Drake y sus seis mejores amigos.

  • Canciones de amor y guerra de Santa Montefiore

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    *Santa Montefiore, la reina del romance epico, une de manera magistral la convulsa historia de Irlanda a lo largo de varios siglos con una trama familiar y romantica que atrapa desde las primeras paginas.
    *El tono recuerda mucho a la serie Downton Abby (tramas romanticas, conflicto entre irlandeses e ingleses, y como afecta la Primera Guerra Mundial a la caida del tipo de vida de la aristocracia.). Otros referentes podrian ser Diana Gabaldon o Florencia Bonelli.
    *Primera entrega de la trilogia: Cronicas de los Deverill.

  • Todo Por Sentir de Vega Manhattan

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    Valeria puso los ojos en blanco cuando leyo lo que decia el papel pegado en la puerta del ascensor: "Fuera de servicio por reparaciones". Hacia casi un ano que vivia en ese edificio, trescientos tres dias para ser mas exactos y ese dichoso cachivache habia funcionado ?cuanto? ?Once dias a lo sumo? Porque ella no era la propietaria de la vivienda, era una simple arrendataria, que si no... Iba a pagar la cuota de la comunidad Rita la cantaora. Por reparaciones decia... ?Reparaciones para que o que? ?Como iba a estropearse algo que nunca funcionaba? Valeria miro la escalera que la conduciria hasta su casa y resoplo. Sesenta y nueve escalones que tendria que subir cargada como una mula. Y con tacones. ?Por que no aprendia? Porque era idiota, asi de simple. Ese dia habia salido temprano del trabajo, Sergio le habia mandado un mensaje mientras ella iba de camino a casa cancelando la cena de esa noche porque tenia guardia. Asi que ya que tendria que pasar la noche del viernes en el sofa, viendo alguna pelicula, se le ocurrio pasarse por el supermercado. Solo para comprar un par de cosillas, algun que otro capricho para ver una comedia romantica en condiciones. Lo que termino convirtiendose en: "Tira de tarjeta porque no tienes tanto efectivo en el monedero. Ni efectivo ni en la cuenta, ya que estamos. Y no, no pienses ahora en que tendras que pagarlo el mes que viene. Mucho menos se te ocurra dejar las cosas ahi y salir corriendo. Por Dios, !que verguenza!" Pero era lo que tenia ser mileurista y estar a final de mes. No tenia una ni para pipas. Y ya podia haberse quedado asi pero no, su enferma y obesa mente habia ganado la batalla con una sencilla pregunta que se habia repetido una y otra vez: "?Que dano te va a hacer un capricho?" Si solo fuera uno... Maldiciendose a si misma, comenzo a subir los escalones. Solo son cuatro pisos, tampoco es para tanto, se dijo. Y ademas, ya deberias estar acostumbrada. Ni tanto... Uno... Dos... Tres... Crac. No se metio la hostia del ano de milagro cuando el tacon del pie derecho se rompio. En ese momento tenia que estar pitandole el oido al dueno del piso, a su mujer y a toda su familia de como lo estaba insultando. Solto todo, se quito los zapatos, los metio en una de las bolsas y continuo escaleras arriba. --Me cago en mi estampa --refunfuno cuando iba por el peldano cuarenta. Se paro a tomar aire y coloco mejor las bolsas que ya le estaban cortando la circulacion de las manos. Con cuidado de que la bandeja con los pasteles no sufriera ningun dano... Y si, es lo que pensais, no habia podido evitar pararse en la pasteleria y seguir quemando tarjeta alli. En fin... Ya quedaba menos. Habia que seguir. --?A quien demonios se lo ocurrio la brillante idea de alquilar un cuarto? --gruno un momento despues, cuando solo le quedaba un piso por subir y sentia que los pulmones le quemaban. Ignoro, como no, el letrero fluorescente que se encendio dentro de su mente y que iluminaba su imagen dando la respuesta a su pregunta porque, evidentemente, solo a ella se le podia haber ocurrido. Pero claro, tenia ascensor, ?como iba a imaginarse que casi nunca funcionaba? Y ya ni hablemos de que la palabra ejercicio no iba con ella. Y no es que fuera vaga, claro que no, ella hacia ejercicio de vez en cuando. Solo que... Cansarse por cansarse lo veia una tonteria. Bastante cansada era ya la vida de por si. --Solo dos mas... --llegaria a su casa, soltaria las bolsas, cogeria uno de los pasteles y se lo comeria tumbada en el sofa-- Uno mas... !Por fin! Con la lengua casi fuera, aligero el paso hasta su destino. Ni el Jorobado de Notre-Dame habia caminado nunca tan encorvado. Llego a la puerta de su vivienda, solto algunas bolsas para poder buscar las llaves en el bolso, pero la puerta se abrio, Valeria se incorporo como pudo y... --!!!Vamos a morir todos!!! No, no os preocupeis, esto es una novela romantica. No iba a morir nadie. Y no seria por falta de ganas. Porque... A tomar por culo los pasteles. Tras el portazo de la loca de la vecina y de gemir cuando vio como la bandeja perfectamente envuelta de la pasteleria caia al suelo, Valeria cerro los ojos con fuerza. Mierda, los pasteles no. Silvia, su companera de piso y quien habia abierto la puerta, echo un rapido vistazo y fruncio el ceno. ?Que habia comprado esa loca? ?Medio supermercado? Eso olia a drama existencial. Quizas sentimental. Pues otro drama mas… Levanto la mirada hasta su amiga, quien apretaba los parpados con fuerza y tenia sus labios convertidos en una fina linea y supo que estaba a punto de explotar cual olla a presion. --Val... --susurro Silvia. Su voz sono calmada y suave, como si le estuviera hablando a un animal salvaje a punto de embestir. Lo que no era una comparacion exagerada para cuando se trataba de Valeria. La mayoria de la gente la definia como una mujer tranquila, con una paciencia infinita, super dulce y educada. Claro que eso era de cara a los demas. Pero quienes la conocian bien, sabian que tras esa mascara de serenidad, la andaluza escondia un genio de los mil demonios y conocia mas tacos que un camionero. Y si, porque seguramente era asi, venia de mal humor por tener que subir a patitas y a eso se le sumaba el grito de la desquiciada anciana que vivia al lado y que habia destrozado, mas directa que indirectamente, su racion de azucar... Valeria no tardaria mucho en echar humo. Y en otro momento a Silvia no le habria importado. Hasta la habria animado a soltarlo todo. Como le decia siempre: mejor fuera que dentro. Pero teniendo en cuenta que no estaba sola y que existia la posibilidad de que ardiera Troya cuando viera quien la acompanaba... Aunque Silvia esperaba poder mantener la situacion bajo control. Porque Valeria era un amor. Otra cosa es que estuviera mas pirada que su vecina, pero que era un encanto, lo era. Menos cuando se encontraba como en ese momento. O con ciertas personas. Silvia suspiro, se agacho, cogio la bandeja del suelo y miro a Valeria. --Val --insistio. Valeria cogio aire lentamente, abrio los ojos, miro a su amiga y le hizo un gesto con el dedo para que no dijese nada. Dio un paso hacia delante, Silvia pestaneo varias veces, se aparto y la dejo pasar. Error, penso al reaccionar y ver hacia donde se dirigia. --Val, espera --Silvia dejo la bandeja encima del aparador de la entrada para intentar parar a su amiga, pero no llego a tiempo. Ella ya habia retirado la cortina y habia abierto la puerta del balcon. Cogio aire y... --!!!Juro que algun dia la matare!!! --grito a todo pulmon. Silvia puso los ojos en blanco y una risita a su izquierda la hizo suspirar. Miro a su hermano, apoyado en el marco de la puerta del pasillo, con los brazos cruzados y observando, divertido, a Valeria. Pues empezamos bien, penso Silvia. Su amiga iba a matarla, estaba segura. O moria, lentamente, a manos de Valeria o, en el "mejor" de los casos, su amistad terminaria para siempre. --Val --volvio a llamarla, esperando a que ya hubiese terminado con el drama y que le hiciera un poco de caso. Estaba deseando terminar ya con todo eso. La muerte, cuanto mas rapido, mejor. --Maldita vieja de los demonios --gruno su amiga--. A ver si se quema en el infierno. Pues no, no ha dejado el drama, aun esta bien metida de lleno en el, penso Silvia. A ver si deja el complejo de Scarlett O'Hara. Valeria respiro varias veces intentando calmarse. Esa mujer la tenia hasta la coronilla. Un dia de estos iba a sufrir un ataque al corazon con los sustos que se llevaba. Y antes de morirse ella, moriria la vieja. Mas de una vez se habia preguntado por que su alquiler era mas bajo que el de los demas vecinos del barrio. La respuesta era simple. Entre el desastre del ascensor y la desquiciada mental que vivia al lado, o pedian un bajo precio por el o el dueno tendria que regalarlo. Si ella lo hubiese sabido a tiempo, no estaria alli. Pero se entero demasiado tarde. Cuando ya se sintio mas relajada o, al menos, con mas control de si misma, se giro mientras levantaba su mano para quitarse el pelo que le cubria parte de la cara y se quedo paralizada cuando se dio cuenta de que no estaban solas. Habia otro par de ojos pendiente a ella. Un par de ojos que ella conocia bastante bien. Joder, ?que hacia el alli? Lentamente, el se incorporo, descruzo los brazos y se quedo mirandola fijamente. --Max --la sorpresa en su voz mientras le daba un rapido repaso al dueno de esos preciosos ojos grises. Senor, si que habia mejorado con los anos. Y nunca hubiera pensado que eso fuera posible, siempre fue perfecto. Al menos para ella. Max tenia algo especial. Un rostro bastante masculino, unas facciones duras que parecian haberse senalado con los anos, aumentando su atractivo. Alto, atletico pero no en demasia, con ese rostro serio que a veces iluminaba con una sonrisa picara y ese pelo castano tan bien peinado. Ese pelo que ella habia sonado mas de una vez con revolver. Claro que nadie sabia eso, solo eran fantasias de nina tonta. ?Verdad? --Valeria --la voz de ese hombre casi la hizo temblar. Si, sin duda era el. Y a lo de las fantasias de cria mejor no iba a contestar. Valeria sintio como su rostro se tenia del color de la grana. Un inmenso calor le subio hasta la cabeza y quiso morirse alli mismo por la verguenza y por la ira que estaba comenzando a crecer en su interior. Al final iba a morir ella antes que la vieja chiflada. Pero no lo haria sin matar antes a su amiga. Con ganas de querer degollarla, miro a Silvia, quien la observaba con las cejas enarcadas, sin, al parecer, sentirse preocupada. Aunque las apariencias suelen enganar. Mas bajita que su hermano y mas rubia, pero con la misma sonrisa burlona que tenia el, le devolvia la mirada sin el menor atisbo de preocupacion. Y deberia de tenerlo. --?Que? ?Apetece un pastel? --pregunto Silvia, con retintin. A Valeria lo unico que le apetecia en ese momento era que la tierra se la tragase. Capitulo 2 Hacia como una hora que Max habia llegado a casa de su hermana. Se sentia extrano alli, pero se adaptaria, solo necesitaba un poco de tiempo. Y ganas. Pero eso no le faltaba. Tenia. Y muchas. Le habia costado un poco, sobre todo porque siempre habia sido muy independiente. Pero habia terminado aceptando la ayuda de Silvia. Al menos por un tiempo. Como le habia repetido su hermana hasta la saciedad, era el momento de comenzar de cero. Y que mejor manera de hacerlo que dejando toda su vida atras o, mejor dicho, lo poco que quedaba de ella y luchar por tener una nueva oportunidad. Para ello tenia que marcharse lejos de todo y de todos. Y por eso estaba alli, en el piso que su hermana compartia, mirando, divertido, como Valeria estallaba. Habia cruzado el salon como si de una exhalacion se tratase, Max apenas habia podido pestanear. ?Y que hacia descalza? A saber... Apoyado en el marco de la puerta del pasillo que conducia a las habitaciones del pequeno y antiguo piso donde se encontraba, se cruzo de brazos y espero, intentando no soltar una carcajada, a que la amiga de su hermana terminase con el drama. A saber la de calamidades que habria sufrido durante el dia para llegar a eso... Y si, era ironia. Porque el la conocia bien. Sabia como era. ?Como no hacerlo con la cantidad de horas que habia pasado en su casa desde que era pequena? El se habia encargado, ademas y en mas de una ocasion, de provocar ese caracter. Senal de que la conocia bastante bien. Hacia anos que Max no tenia contacto con Valeria y aunque sabia, por fotos que habia visto, que habia cambiado mucho fisicamente, parecia, mirandola desde atras, que el cambio habia sido mayor de lo que las imagenes mostraban. Cuando se diese la vuelta y pudiese dejar de mirarle el trasero, lo confirmaria. ?Y que demonios hacia el mirandole el trasero? Ni el lo sabia. Como tampoco entendia a que se debia esa repentina excitacion que el estaba sintiendo. Pero es que ella no parecia la misma. Y ese impresionante culo tampoco parecia el suyo. ?O es que siempre lo habia tenido asi y el no se habia dado cuenta? Pues habia perdido el tiempo, porque vayas nalgas mas perfectas. Max resoplo mentalmente por sus pensamientos. Joder, que era la amiga de su hermana. Era casi como una hermana porculera para el. Porque molestar, lo habian molestado siempre las dos. El no podia verla de otra manera que esa. No, no podia ser, no estaba tan desesperado como para llegar a eso, ?verdad? Que va, solo era la sorpresa de verla tan... Tan... Dejalo, se regano a si mismo. Despues de removerse un poco, incomodo por el rumbo que habian tomado sus pensamientos, se obligo a mantener la misma postura relajada. --Val --insistio su hermana. --Maldita vieja de los demonios --fue la respuesta de esta, Max enarco las cejas, divertido--. A ver si se quema en el infierno --en ese momento el solo queria reir. Ella y su caracter. Unos segundos despues, sacandolo de sus elucubraciones mentales, Valeria comenzo a darse la vuelta y el no pudo evitar que sus ojos volaran desde su culo hasta sus pechos. Joder... Graso error. El aire se le atasco en los pulmones. Madre de Dios. ?Realmente era Valeria? Enfadado consigo mismo, ignoro a su mente y puso todo su empeno en mantener su postura distendida y en que su rostro no mostrase la sorpresa que se habia llevado. Porque se la habia llevado. Esa no parecia la misma chica que el conocia. Claro que el nunca la habia visto como una mujer en si. Era... La amiga de su hermana. Y lo sigue siendo, dijo una voz en su mente. Pero no es lo mismo, penso. Y por Dios que no lo era. Lentamente, sin prisa, Max levanto la mirada hasta que sus ojos se posaron en el rostro de esa mujer. Ella retiraba el pelo que le tapaba parte de la cara en un gesto controlado. Max no pudo evitar que una sonrisa torcida se formara en sus labios cuando Valeria dejo sus facciones al descubierto. Si, era ella. Y estaba preciosa. Siempre lo habia sido, eso no podia negarlo. Porque tonto no era, hasta eso habia llegado. Una cosa es que nunca la hubiera mirado como a una mujer y otra que no supiese reconocer una cara bonita. Y Valeria siempre habia sido guapa. Pero esa vez habia algo mas en ella y Max no podria explicar que era. No era solo que su cuerpo... No. Esa morena de abundante y rizada cabellera tenia algo especial. ?Tal vez sus espectaculares labios? ?Esa pequena y delicada nariz, tan perfilada y perfecta? ?Ese cuerpo del pecado? Joder, no sigas por ahi, gimio mentalmente. Era mejor no pensar en ello o iba a vivir un momento bastante incomodo, ya estaba comenzando a apretarle el pantalon por la zona de la entrepierna. Fue entonces cuando ella parecio notar su presencia y lo miro. Max se encontro con ese par de ojos que, por primera vez en su vida, casi lo dejan sin aliento. Y no tenia ni idea de por que. Conocia a esa chica y por mucho que hubiese cambiado, no era normal la reaccion que estaba teniendo su cuerpo. La culpa la tenian esos ojos, seguro. Habia algo en ellos, un brillo especial. Perturbado, Max cambio de postura, separandose del marco de la puerta y descruzando sus brazos. Le mantuvo la mirada mientras ella le daba un buen repaso. Porque habia hecho eso, ?verdad? Oh, si. Sutilmente pero lo hizo, lo cual no sabia por que, pero le hacia sentirse muy satisfecho consigo mismo cuando vio como sus mejillas se tenian de rojo. Eso significaba que habia aprobado el examen. Y que estaba mas pirado que la vecina tambien. --Max --joder, no, gimio el mentalmente, una voz sexy no. Esa no era su voz. Ella... Mierda, no recordaba su voz, pero ella nunca habia dicho su nombre de esa manera. Debia estar alucinando y todo era culpa de su mente calenturienta, seguro. Todo era por el viaje, estaba agotado y no pensaba con claridad. Si, tenia que ser eso porque no era normal que hasta su voz lo hiciese pensar en lo que no debia. --Valeria --respondio el, dando gracias a Dios porque la suya sonase controlada. Porque ver el rubor en sus mejillas no estaba ayudando demasiado a parar su enfermiza mente. Para, Max, recuerda por que estas aqui. Como si en ese momento eso fuera a aliviarle la calentura que tenia... Pues deberia, se recrimino. Como si fuera tan facil... Los enormes ojos negros de Valeria volaron rapidamente hasta Silvia y la miraron, enfadada. Mierda, penso Max, lo que faltaba. Eso solo puede significar que... Max iba a matar a su hermana. Mira que se lo habia imaginado, pero prefirio pensar que no iba a ser tan tonta como para callarselo. Pues al parecer su hermana era mas tonta de lo que podia llegar a imaginar. Lentamente, el hizo lo mismo que Valeria y desvio su mirada hasta Silvia, a quien parecia darle igual ocho que ochenta. --?Que? ?Apetece un pastel? Max no tenia ni idea de a que venia eso, pero suponia que tampoco importaba demasiado. --?Y bien? --continuo Silvia al ver que nadie decia nada y nerviosa por sentirse el centro de atencion en ese momento, claro que no lo demostraria-- ?Un pastel? Pesadita con el pastel, penso Max, poniendo los ojos en blanco. --?Un pastel? --la pregunta de Valeria fue hecha con tanta suavidad que Max sabia que era la calma que precedia a la tormenta. --Si, azucar rica --confirmo Silvia. --?Te refieres a uno de esos deliciosos dulces que con tanto carino he elegido? --Claro que si --Silvia afirmo con la cabeza. --?Uno de esos que se han destrozado cuando se han caido al suelo por culpa de esa vieja demente que, un dia no muy lejano, Dios mediante, le hara compania a San Pedro? --pregunto relajadamente, haciendo reir a Max cuando lo entendio todo. El habia escuchado, como lo habria hecho todo el barrio, el alarido de la vecina no mucho despues de que Silvia fuese a abrir la puerta al escuchar como Valeria llegaba. Su hermana le habia contado que su vecina estaba un poco mal de la cabeza y algunas anecdotas para que estuviera al tanto. Lo que no le habia contado, siendo lo unico que importaba, es que la tercera persona implicada en todo aquello aun no tenia ni idea de por que estaba el alli. Juro por Dios que la matare, penso, imitando a Valeria. Porque a el no le apetecia vivir, en primera persona, el incomodo momento en el que su hermana se lo contase. Valeria podia decir que no y mandarlo lejos o, lo que creia que era aun peor, podia decir que si por puro compromiso, teniendo en cuenta que siempre se habian llevado un poco... Max no diria que mal, pero tampoco bien del todo. Porque Valeria tenia genio y a el le gustaba chincharla de vez en cuando. Le divertia y ella no se lo tomaba demasiado bien. Aparte de eso, tampoco hubo mayores problemas. Hasta ese momento, porque la ereccion que esa mujer estaba provocando en el si era un problema. Y de los gordos. Por todo eso, Silvia tenia que haberlo hablado con ella antes de ofrecerle su ayuda. --Precisamente esos, si --Silvia afirmo repetidamente con la cabeza, refiriendose a los pasteles de los que Valeria hablaba. --Claro que si --Valeria comenzo a mover la cabeza a la misma vez que su amiga-- No importan que esten destrozados. --Si --seguia afirmando Silvia--. Digo no --nego rapidamente con la cabeza--. !Claro que no! --exclamo, porque ?que iba a decir? Ya la estaba mareando y eso no deberia pasar, solia ser ella quien sacaba a Valeria de sus casillas. Pero claro, habia que tener en cuenta que era ella la que debia un par de explicaciones. Max miraba el intercambio de las dos y no puedo evitar sonreir. Nunca cambiarian... --Pero estan destrozados --repitio Valeria, poniendo cara de pena. Entonces el movimiento exagerado de negacion de Silvia paro. Fruncio el ceno y se mordio el labio inferior. --Bueno, a lo mejor podemos salvar alguno. --?Por que deberiamos de hacerlo? --?Porque te apetecen? --Tambien me apetece el helado de vainilla con nueces de pecan que compre y se convertira en batido a este paso --Silvia abrio los ojos de par en par y Max solto una risita, sabia que era el helado favorito de su hermana --. Como me apeteceria saber que hace el aqui. Como siempre, directa al grano, penso Max. Y aunque la pregunta habia sonado brusca, el no pudo evitar sonreir de nuevo. La conocia un poco, lo suficiente para no tomarselo a mal. --?Vainilla con nueces de pecan? --Silvia se habia quedado en eso. --Lo probaremos si la vecina no nos ha robado antes la compra. --Oh, !eso no! Mi helado no, porque !mato a la vieja! --grito Silvia mientras corria hacia la puerta para meter las bolsas de la compra en casa. Max solto entonces una carcajada cuando noto el ambiente mas relajado. Valeria sonrio y miro a Max. El no pudo evitar devolverle la sonrisa, le habia gustado ese gesto casi mas que chincharla. ?Desde cuando no le sonreia asi? Es mas, ?lo habia hecho alguna vez? El ya ni lo recordaba, pero no le importaria que lo hiciera cada dia. --?Que haces aqui? ?Vacaciones? Max medito su respuesta unos momentos. --Podria definirse asi --con una sonrisa burlona, se acerco a ella. --!?Me vais a ayudar o que? Valeria resoplo y refunfuno algo como "Te ayudare a que tambien tu vayas a saludar a San Pedro" o algo asi entendio Max y rio mientras la veia desaparecer. Se quedo mirando su trasero de nuevo. Madre mia... Se maldijo a si mismo y fue tras ella para ayudarlas. Ya tenia bastantes problemas en la vida como para anadirle uno mas. Asi que tenia que mantenerse bien alejado de Valeria, por su salud mental y esperaba que su reaccion fisica solo fuese producto de la sorpresa o iba a terminar completamente jodido. --?Y bien? --Valeria dejo la bolsa que habia cogido encima de la encimar-- ?Me va a explicar alguien que esta pasando? --Claro --respondio Silvia y se quedo callada. Y es que Silvia no tenia ninguna prisa por contarle a su amiga que era, exactamente, lo que estaba haciendo Max en su casa. La prueba de ello es que habia tenido un par de semanas para decirselo, antes de que el llegara y no lo habia hecho. ?Para que?

  • Dios salve a Texas de Lawrence Wright

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    La exploracion de uno de los estados mas controvertidos de Norteamerica desde la penetrante mirada y el humor de un nativo.

  • Enamorados sin querer de Bianca De Santis

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    Lamentablemente, dias despues de haber aceptado, mire a mi alrededor y me percate que no habia sido asi.

  • El dios de nuestro siglo, Lorenzo Luengo de Lorenzo Luengo

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    Daniella Mendes, una joven detective, investiga la desaparicion de tres ninos en una ciudad de clase alta estadounidense, donde las familias viven de espaldas a las tensiones raciales que comienzan a socavar las poblaciones perifericas. Entre largas noches de insomnio, sufriendo los rigores de su inoportuno embarazo y de la peor ola de calor del siglo, Daniella indaga en el entorno mas cercano de los tres pequenos en busca de pistas que la lleven a resolver el caso, sin sospechar lo que se esconde bajo una superficie de aparente normalidad.

  • Dulce sueno de Vanessa Gonzalez Villar

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    Este trata de una chica llamada Valery que se embarcada en un problema con un juego demoniaco donde sus amigos la meten sin ella querer, su vida ante de todo eso momentos desafortunado, era bastante normal ella ha darse cuenta del problema toma la decision de buscar una salida pero lamentablemente no es facil se encontrara con un demonio todas las veces que ella duerma experimentara pesadilla tan reales y dolorosas. Debera sobrevivir tres semanas sin dormir durante esas semana tendra que escribir en un cuaderno todas la pesadillas que tenga.

  • Viri (Simplemente Amor 2) de Azminda Cancino

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    Northman-Carter Jones. Tres apellidos, una fortaleza.

  • Un guiso de lentejas de Mary Cholmondeley

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    <>. Asi arranca uno de los capitulos de esta novela cuya publicacion, en la Inglaterra posvictoriana, causo un escandalo por plantear cuestiones como la emancipacion de la mujer. A la manera de una Jane Austen al alba del siglo XX, esta discipula de Henry James narra un episodio de la vida de dos amigas desde la infancia cuyos diferentes rumbos -la una es escritora y la otra, joven heredera- se enfrentan al provincianismo del entorno rural, asi como al esnobismo de la sociedad londinense a traves del amor a la escritura, por un lado, y la busqueda del amor verdadero, por otro.

  • 2065 (Thriller y suspense), Jose Miguel Gallardo de Jose Miguel Gallardo

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    Tras una ola de calor sin precedentes, un huracan amenaza la peninsula. Una carrera contrarreloj frente al poder corrupto que controla los hilos del calentamiento global.

  • La otra (Quinteto de la muerte 3) de Sandra Heys

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    Tercera y esperada entrega de la serie <> de Sandra Heys.

  • Bajo las estrellas de Jenn Bennett

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    Zorie y Lennon solian ser inseparables, pero desde hace un tiempo se han vuelto expertos en ignorarse. Cuando sus amigos los llevan enganados a acampar, la estratagema sale mal y de pronto los dos se encuentran atrapados en lo salvaje. Solos, lejos y sin hablarse. Sentimientos ocultos, secretos y heridas del pasado saldran a la luz durante el peligroso viaje de regreso a la civilizacion, y los viejos amigos deberan volver a confiar el uno en el otro para salir ilesos y recomponer su corazon.

  • Mister 7 (Titania amour), Nadia Noor de Nadia Noor

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    * Una novela que nace como un fanfic del famoso futbolista Cristiano Ronaldo.
    * Con un estilo agil y adictivo, Nadia Noor debuta en la romantica con una novela original que trata un tema muy de moda: la paternidad en solitario.
    * La tension entre los protagonistas y el carisma sexy de Cristian convierten esta historia en una novela llamada a despertar pasiones.

  • Ella es lady escandalo de Kate L. Morgan

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    Rayner Dankworth trato de escapar del pasado, renuncio a su titulo nobiliario como heredero del ducado de Letterston, se marcho de Inglaterra para comenzar de nuevo, pero ahora tiene que regresar a Pembroke House. Su abuela, la duquesa viuda, ha enfermado de gravedad. Su hermano menor ha desatado un buen lio famiar, y el tiene un asunto que resolver con cierta dama para terminar de enterrar a sus fantasmas.

  • Buena chica de Jana Aston

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    Romper las reglas nunca fue tan divertido

  • Casualizar de Jose Luis Parise

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    Pocos temas atraviesan la Historia de la Humanidad.

  • El mar de las Sirtes de Julien Gracq

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    Nada se mueve en la senoria de Orsenna. La otrora capital de un imperio pujante es ahora una ciudad dormida, carcomida por la inercia. Un joven patricio, Aldo, es enviado a la ribera de las Sirtes para vigilar a las tropas acantonadas. Mas alla del mar, la ultima frontera, estan las costas de un ignoto pais con el que la senoria mantiene una guerra de tres siglos, tan aletargada como los propios contendientes. Con la llegada de Aldo, todo empieza a dar senales de vida, y el entusiasmo vital desequilibra el juego de fuerzas sobre el que se sustenta la paz.

  • Vision binocular de Edith Pearlman

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    Edith Pearlman fue hasta hace poco una desconocida para el grueso de los lectores, pese a que a sus ochenta y un anos ha escrito unos doscientos cincuenta cuentos que han visto la luz en revistas y se han reunido en varios libros publicados a partir de 1996 en pequenas editoriales. Todo empezo a cambiar con la aparicion de Vision binocular, antologia con treinta y cuatro de sus mejores piezas que ayudo a darla a conocer en Estados Unidos y Europa y recibio una larga lista de premios, entre los que destaca el prestigioso National Book Critics Circle Award.
    Los cuentos de Pearlman son una prodigiosa combinacion de sutileza, elegancia, ironia y deslumbrante capacidad de exploracion de los sentimientos y conflictos humanos. Su hondura psicologica y riqueza de matices los convierte en inagotables. En el prologo, Ann Patchett, que compara a la autora con Updike y Alice Munro, dice: <>
    Buena parte de los relatos aqui reunidos estan situados en Estados Unidos, pero los hay tambien ambientados en Latinoamerica y Europa, donde aparece la diaspora judia tras el Holocausto, como en el cuento sobre un grupo de judios alemanes que en 1947 esperan papeles para emigrar; en otro retoma a dos de los personajes, un matrimonio ya instalado en Nueva York que recupera el mundo perdido a traves de un abrigo. Pero el repertorio de situaciones es muy variado: la nina que espia a sus vecinos con unos binoculares; la exiliada polaca que vive en Centroamerica, de donde debera huir por segunda vez; la doctora jubilada que se confronta con la muerte en un solitario paraje natural.
    En este libro bellisimo, que elude ostentaciones y florituras, Pearlman nos deslumbra sin estruendo, porque le basta apenas un susurro.

  • El Mal de la Muerte de Marguerite Duras

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    El mal de la muerte contempla a un hombre aquejado de un mal terrible, devastador, que lo mata en vida: el de la impotencia de amar. Este hombre, en un intento desesperado de supervivencia, alquila por unas noches a una joven en cuyo cuerpo el espera aun encontrar, al menos por primera y ultima vez, esa vida que se le va, que se le ha ido ya, o que jamas tuvo. Pero, entre los gemidos del sexo, en el revuelo de las sabanas, semejante al de las olas del oscuro mar que les rodea, ella no percibe en el otra cosa que los estertores de una muerte irremediable.

  • Verdugo de Yaira Britos

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    Genova queria a un hombre que la hiciera temblar unicamente con una sonrisa, pero, sobre todo, ella queria experimentar y solo hacia falta que tocara la puerta de la oficina de aquel magnate multimillonario para recibir todo lo que alguna vez habia deseado.

  • Una historia de la luz de Jan Nemec

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  • No me ames de Norah Carter

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    Era sabado, 16 de abril. Estaba aun en la cama a sabiendas de que ese dia iba a ser muy especial para mi, ya que era mi cumpleanos. !Treinta tacos, Madre del Amor Hermoso! ?Quien lo iba a decir? Todavia recuerdo cuando cumpli mis dieciocho. El acne, las hombreras y la musica de Miguel Bose marcaron aquella fiesta en casa. Mire el movil y vi varios mensajes de mis amigas en los que me decian que me preparase para vivir el cumpleanos mas intenso de toda mi vida. Estaba claro que lo tenian todo planeado y querian que este dia fuese inolvidable para mi. !Y tanto que lo iba a ser! Venian amenazandome durante muchos meses de que este no seria como los anteriores, ya que los treinta era una edad para celebrar de diferente manera. Por primera vez me sentia protagonista de una historia de la que no sabia nada. Ni su argumento. Ni su desenlace. Hacia varios dias que no paraban de llamarme "treintanera". Me dirigi hacia la cocina para prepararme un buen desayuno. Era uno de los mejores momentos del dia, un ritual que yo aprovechaba para pararme a pensar en mis cosas. Aun no habia puesto en marcha la Nespresso cuando sono el telefono. Era mi madre. --Buenos dias, mama. --Buenos dias, carino mio, !felicidades! --Gracias. Hace treinta anos que estabas pariendo -- dije bromeando. --?Sobre que hora llegaras a comer, Erika? Papa lleva horas cocinando. Esta muy ilusionado. Quiere poner una mesa bonita por tu cumpleanos. Le he dicho que sacare la cuberteria de plata. Te lo mereces todo, hija. --!Genial! No se que le pasa a la gente, mama. Todo el mundo se esta volcando en esta celebracion. En cuanto termine de desayunar me duchare y me acercare a casa. No creo que llegue mas tarde de la una. --Me parece perfecto, bonita. Ahora nos vemos. Tengo que contarte algunas cosas de tu tia Enriqueta que te van a dejar boquiabierta. --Hasta ahora, preciosa. Te quiero. --Yo tambien, hija. Ponte guapa. Estrena algun vestido. Un beso. Termine de echarme el cafe. El volutto es mi sabor preferido. Era su aroma aspero el que tanto me agradaba. Las tostadas humeaban sobre el plato. Y, como solia hacer cada manana, saque de la nevera una fiambrera para prepararme unas lonchas de jamon york sobre el pan con aceite. Tras el primer sorbo de cafe, senti anoranza. Hablar con mi madre siempre logra que me vuelva mas tierna, mas fragil. A mi familia le habia costado mucho asimilar que me habia independizado. Era su unica hija y, aunque ya hacia un ano que vivia sola, a mis padres todavia les costaba digerirlo. Pero yo necesitaba demostrarme a mi misma que era capaz de tener una vida. Ya no era una nina. Ya no era aquella nina loca que, a los dieciocho, estaba enamorada de Miguel Bose y que apenas hablaba con los chicos por culpa del acne y una horrible protesis dental que recordaba a un perro de presa con bozal. Ahora yo no tenia nada que ver con aquella adolescente. Tenia trabajo, un buen trabajo, y, aunque no era un canon de tia, no era la primera ni la segunda vez que algun chico, a lo largo de estas ultimas semanas, me habia dicho que estaba bien buena. Los mensajes no dejaban de llegar a mi movil. No me daba tiempo a contestar a todos. Cuando abri el Facebook, comprobe que tenia mas de cien mensajes en mi muro. Me sentia muy querida. Pero aun asi no era suficiente. No habia tenido suerte en el amor, como se suele decir en las novelas romanticas de Corin Tellado o en esas telenovelas que emiten durante la hora de la siesta. Pero no se puede decir de otra forma. No habia tenido suerte sencillamente y, por un lado, me sentia afortunada por todas esas muestras de carino, pero, por otro lado, me daba cuenta de que la soledad tampoco es una de las mejores aliadas para una chica como yo, que creia en el matrimonio y en ser una madre joven. Tres o cuatro hijos queria tener como minimo. Cuantas veces lo pense, tumbada en la cama.

  • Kafka y la muneca viajera de Jordi Sierra I Fabra

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    Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2007. Un ano antes de su muerte, Franz Kafka vivio una experiencia muy insolita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlin, encontro a una nina llorando desconsolada: habia perdido su muneca. Para calmar a la pequena, el autor de La metamorfosis se invento una peculiar historia: la muneca no se habia perdido, se habia ido de viaje, y el, convertido en cartero de munecas, tenia una carta que le llevaria al dia siguiente al parque. Aquella noche Franz escribio la primera de las muchas cartas que, durante tres semanas, entrego a la nina puntualmente, narrando las peripecias de la extraordinaria muneca desde todos los rincones del mundo. Segun cuenta Dora Dymant, su companera en aquellos dias, el estado febril con el que Kafka escribia esas cartas era comparable al de cualquiera de sus inmortales obras. Este es el relato de aquella experiencia, en la que Franz Kafka fue un mago de la palabra para una nina desconocida de la que jamas volvio a saberse nada, como tampoco de aquellas cartas que constituyen uno de los misterios mas hermosos de la narrativa del siglo XX.

  • Esperando su perdon (Tiempos de cambio 3) de Bel Diciembre

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    Michael de Ressy y Florence de Fanthom se amaron desde el mismo instante que se conocieron y pese al compromiso de ella con el mejor amigo de el, acabaron casandose y uniendo sus vidas en la promesa del matrimonio.

  • No cerreis mi tumba de Enrique Laso

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    ETHAN BUSH REGRESA CON UN NUEVO CASO
    REGALO EXCLUSIVO: !LA NOVELA ‘CRIMENES DIABOLICOS’!
    Septima entrega de la saga del agente especial del FBI Ethan Bush, que suma mas de 750.000 copias vendidas en todo el mundo, en 6 idiomas, y que se ha convertido en un fenomeno internacional en el panorama de la novela negra y policial.
    MAS DE 750.000 LECTORES DE TODO EL PLANETA SE HAN ENGANCHADO A ETHAN BUSH
    Ethan regresa a Kansas, para ayudar a su buen amigo Jim Worth, detective de homicidios. Una mujer ha sido asesinada y parece que a traves de su diario y mensajes privados puede dar pistas sobre la persona o personas que acabaron con su vida. El agente del FBI vuelve al estado que tantos recuerdos le trae, y alli se encontrara de nuevo con Vera Taylor o solicitara la colaboracion de la medium Juliet.
    EL CASO MAS EXTRANO DE LA CARRERA DEL AGENTE ETHAN BUSH
    ?PUEDE ALGUIEN AYUDAR A ESCLARECER SU PROPIO ASESINATO?

  • Ante el dolor de los demas de Susan Sontag

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    En junio de 1938 Virginia Woolf publico Tres guineas, sus reflexiones valientes e importunas sobre las raices de la guerra. Escrito durante los dos anos precedentes, cuando ella y casi todos sus amigos intimos y colegas estaban absortos en el avance de la insurreccion fascista en Espana, el libro se encuadro como una muy tardia respuesta a la carta de un eminente abogado de Londres que le habia preguntado <>. Woolf comienza advirtiendo con aspereza que acaso un dialogo verdadero entre ellos sea imposible. Pues si bien pertenecen a la misma clase, <>, una amplia brecha los separa: el abogado es hombre y ella mujer. Los hombres emprenden la guerra. A los hombres (a la mayoria) les gusta la guerra, pues para ellos hay <> que las mujeres (la mayoria) no siente ni disfruta. ?Que sabe una mujer instruida --lease privilegiada, acomodada-- de la guerra? Cuando ella rehuye su encanto ?sus actitudes son acaso iguales? Pongamos a prueba esta <>, propone Woolf, mirando juntos imagenes de la guerra. Las imagenes son algunas de las fotografias que el asediado Gobierno espanol ha estado enviando dos veces por semana; anota al pie: <>. Veamos, escribe Woolf, <>. Y anade: En el monton de esta manana, hay una fotografia de lo que puede ser el cuerpo de un hombre, o de una mujer: esta tan mutilado que tambien pudiera ser el cuerpo de un cerdo. Pero estos son ciertamente ninos muertos, y esto otro, sin duda, la seccion vertical de una casa. Una bomba ha derribado un lado; todavia hay una jaula de pajaro colgando en lo que probablemente fue la sala de estar... La manera mas resuelta y escueta de transmitir la conmocion interior que producen estas fotografias consiste en senalar que no siempre es posible distinguir el tema: asi de absoluta es la ruina de la carne y la piedra representadas. Y de alli Woolf se apresura a concluir: respondemos de igual modo, <>, senala al abogado. La prueba: tanto nosotras --y aqui <> somos las mujeres-- como usted bien podriamos responder con identicas palabras. Usted, senor, dice que producen <>. Tambien nosotras decimos horror y repulsion... La guerra, dice usted, es una abominacion, una barbaridad, la guerra ha de evitarse a toda costa. Yrepetimos sus palabras. La guerra es abominable, una barbaridad, la guerra ha de evitarse. ?Quien cree en la actualidad que se puede abolir la guerra? Nadie, ni siquiera los pacifistas. Solo aspiramos (en vano hasta ahora) a impedir el genocidio, a presentar ante la justicia a los que violan gravemente las leyes de la guerra (pues la guerra tiene sus leyes, y los combatientes deberian atenerse a ellas), y a ser capaces de impedir guerras especificas imponiendo alternativas negociadas al conflicto armado. Acaso sea dificil dar credito a la determinacion desesperada que produjo la convulsion de la Primera Guerra Mundial, cuando se comprendio del todo que Europa se habia arruinado a si misma. La condena general a la guerra no parecio tan futil e irrelevante a causa de las fantasias de papel del Pacto Kellogg y Briand de 1928, en el que quince naciones importantes, entre ellas Estados Unidos, Francia, Gran Bretana, Alemania, Italia y Japon, renunciaron solemnemente a la guerra como instrumento de su politica nacional; incluso Freud y Einstein fueron atraidos al debate en 1932 con un intercambio publico de cartas titulado <>. Tres guineas de Woolf, publicado hacia el final de casi dos decenios de planideras denuncias de la guerra, propuso un original enfoque (lo cual lo convirtio en el menos bien recibido de todos sus libros) sobre algo que se tenia por demasiado evidente o inoportuno para ser mencionado y mucho menos cavilado: que la guerra es un juego de hombres; que la maquina de matar tiene sexo, y es masculino. Sin embargo, la temeraria version de Woolf de <> no hace que su rechazo sea menos convencional en su retorica, en sus recapitulaciones, plenas de frases reiterativas. Y las fotografias de las victimas de la guerra son en si mismas una suerte de retorica. Reiteran. Simplifican. Agitan. Crean la ilusion de consenso. Cuando invoca esta hipotetica vivencia compartida (<>), Woolf profesa la creencia de que la conmocion creada por semejantes fotos no puede sino unir a la gente de buena voluntad. ?Es cierto? Desde luego, Woolf y el anonimo destinatario de esta extensa carta-libro no son dos personas cualesquiera. Si bien los separan las anejas afinidades sentimentales y practicas de sus respectivos sexos, como Woolf le ha recordado, el abogado no es en absoluto el estereotipo del macho belicista. No estan mas en entredicho sus opiniones contra la guerra que las de ella. Pues en definitiva la pregunta no fue ?Que reflexion le merece a usted evitar la guerra?, sino, ?como hemos de impedir la guerra en su opinion? Este <> es lo que Woolf recusa al comienzo de su libro: se niega a conceder que su interlocutor lo de por supuesto. Pero acaba sumiendose, tras las paginas dedicadas a la cuestion feminista, en este <>. No deberia suponerse un <> cuando el tema es la mirada al dolor de los demas. * ?Quienes son el <> al que se dirigen esas fotos conmocionantes? Ese <> incluiria no unicamente a los simpatizantes de una nacion mas bien pequena o a un pueblo apatrida que lucha por su vida, sino a quienes estan solo en apariencia preocupados --un colectivo mucho mayor-- por alguna guerra execrable que tiene lugar en otro pais. Las fotografias son un medio que dota de <> (o de <>) a asuntos que los privilegiados o los meramente indemnes acaso prefieren ignorar. <>, escribe Woolf del experimento mental que le propone al lector y al espectral abogado, el cual es ya bastante eminente, como senala, para ostentar tras su nombre las iniciales J. R., Jurisconsulto Real, y podria o no tratarse de una persona verdadera. Imaginese entonces extendidas las fotografias sueltas sacadas de un sobre que llego en el correo matutino. Muestran los cuerpos mutilados de ninos y adultos. Muestran como la guerra expulsa, destruye, rompe y allana el mundo construido. <>, escribe Woolf de la casa en una de las fotos. El paisaje urbano, sin duda, no esta hecho de carne. Con todo, los edificios cercenados son casi tan elocuentes como los cuerpos en la calle. (Kabul, Sarajevo, Mostar Oriental, Grozny, seis hectareas del sur de Manhattan despues del 11 de septiembre de 2001, el campo de refugiados de Yenin...). Mira, dicen las fotografias, asi es. Esto es lo que hace la guerra. Y aquello es lo que hace, tambien. La guerra rasga, desgarra. La guerra rompe, destripa. La guerra abrasa. La guerra desmembra. La guerra arruina. No condolerse con estas fotos, no retraerse ante ellas, no afanarse en abolir lo que causa semejante estrago, carniceria semejante: para Woolf esas serian las reacciones de un monstruo moral. Y afirma: no somos monstruos, somos integrantes de la clase instruida. Nuestro fallo es de imaginacion, de empatia: no hemos sido capaces de tener presente esa realidad. Pero ?es cierto que estas fotografias, las cuales documentan mas la matanza de los que permanecieron ajenos al combate que el choque de los ejercitos, no podrian sino fomentar el repudio a la guerra? Sin duda tambien podrian impulsar un mayor activismo en pro de la Republica. ?No era ese su proposito? El acuerdo entre Woolf y el abogado parece solo una mera presuncion, pues las espeluznantes fotografias confirman una opinion ya compartida. Si la pregunta hubiese sido ?Como podemos contribuir del mejor modo a la defensa de la Republica espanola frente a las fuerzas del fascismo militarista y clerical?, las fotografias acaso habrian fortalecido, en cambio, la conviccion de que aquella lucha era justa. Las imagenes que Woolf ha evocado no muestran de hecho lo que hace la guerra, la guerra propiamente dicha. Muestran un modo especifico de emprenderla, un modo que en esa epoca se calificaba rutinariamente de <>, y en la cual el blanco son los ciudadanos. El general Franco estaba usando en los bombardeos, masacres y torturas, y en el asesinato y mutilacion de prisioneros, tacticas identicas a las que habia perfeccionado como comandante en Marruecos en los anos veinte. En aquel entonces sus victimas habian sido los subditos coloniales de Espana de piel mas morena e infieles por anadidura, lo cual fue mas grato para los poderes imperantes; ahora las victimas eran sus compatriotas. Atribuir a las imagenes, como hace Woolf, solo lo que confirma la general repugnancia a la guerra es apartarse de un vinculo con Espana en cuanto pais con historia. Es descartar la politica

  • ALEXY (Genesis 1) de Maricela Gutierrez

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    Alexy no es el tipico heroe que lucha por salvar a la humanidad, despues de todo, tiene sus propias batallas que librar. Para el no existe nada mas que su busqueda de venganza, aquella que ha perseguido durante siglos, hasta que aparecio ella, un angel en medio de la oscuridad.

  • Los asesinatos de Coleraine de Georgina Perez

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    Aquella manana desperto muy temprano. Apenas habia dormido y estaba nervioso. No podia dejar de pensar en la locura en que se habia embarcado: sacar a una asesina, juzgada y condenada, de la carcel, y hacerla recordar lo sucedido la fatidica noche de los hechos. Queria encontrar los cadaveres que un ano despues seguian sin aparecer o exculparla. Con ello ponia en juego su carrera y su reputacion, el respeto de un pueblo ganado a base de un gran esfuerzo. Nadie estaba de acuerdo con su decision de tratar de desvelar el misterio. Ya tenian una cabeza de turco y, si no conseguia nada, estaria acabado profesionalmente. Tenia treinta y dos anos, el cabello cobrizo y los ojos azules, tan claros y profundos como el mar que veia todos los dias desde la ventana de su despacho en la universidad. Tenia el pelo mas o menos corto y los mechones mas rebeldes le caian por la frente, dandole un aire juvenil. Iba bien afeitado y vestia segun exigia su posicion de Doctor en Psiquiatria y profesor universitario. Al observarlo, se rememoraba el tiempo en que los hombres eran educados y anteponian el honor a la vida. Poseia una fisonomia jovial y aninada, con facciones redondeadas, y un toque femenino que lo hacia muy atractivo. Su vida no habia sido facil; recien cumplida la mayoria de edad, perdio a sus padres en un accidente de trafico. Tras la muerte de sus progenitores, tuvo que encargarse de sus dos hermanos pequenos: Tom y Jacque, de quince y diez anos. Se convirtio en madre y padre de los chavales y, para sacarlos adelante, busco un trabajo de camarero por las noches (ya que la herencia familiar no bastaba para los gastos diarios), al que acudia tras dejarlos cenados y acostados, y por el dia estudiaba la carrera y el doctorado que lo convertiria en lo que era: el doctor Cillian Jackson, famoso y reputado psiquiatra del ala norte del pais. Un personaje ilustre del pequeno pueblo costero de Coleraine. Se preparo el desayuno, que consistia en cafe y un par de magdalenas industriales, mientras su hermano Tom se despedia sin cordialidad desde la puerta de la cocina para ir a trabajar. A diferencia de el, Tom era un hombre muy masculino, con facciones severas, angulosas y autoritarias. Lo unico que tenian en comun era el color de los ojos. Tom no habia estudiado, al contrario que sus hermanos; tuvo una adolescencia muy dificil y prefirio buscarse la vida y divertirse en discotecas a pasar el tiempo entre libros. La muerte de sus padres le causo un trauma muy profundo del que nunca se habia recuperado y su sentimiento de inferioridad con respecto al doctor y a Jacque se habia convertido en la amargura que reflejaba su humor diario. No le gustaba la decision de su hermano de defender a la asesina mas famosa del pais; vivia en un pueblo de poco mas de mil habitantes donde todos se conocian al dedillo. No le atraia el protagonismo ni la fama, y menos si se conseguia de esa manera. ?Por que el doctor lo torturaba asi? Era un buen albanil, se habia forjado a si mismo a base de pico y maza, y queria centrarse en su trabajo sin que lo molestaran. Con aquella imposicion, tanto si al final las cosas salian bien como si no, quedarian marcados para siempre. La gente ya comenzaba a senalarlo con el dedo y a hablar de el a sus espaldas. Su relacion con el doctor nunca habia sido buena. No necesitaba una ninera, pero el psiquiatra se empenaba en serlo y, tras los ultimos acontecimientos, el trato habia ido a peor. Cogio su mochila y su abrigo del perchero, cerro la puerta de la calle de un portazo y se dirigio a su trabajo en una obra a las afueras del pueblo. Estaban construyendo un bloque de apartamentos cerca del nuevo centro comercial. En la obra se sentia comodo: nadie se fijaba en el y solo necesitaba su fuerza bruta para trabajar. Para acompanar el desayuno, el doctor encendio la television de la cocina y, entonces, oyo su nombre en la cadena regional. Decian que se habia comprometido a ayudar a la malvada asesina, que habia matado a tres vecinos de Coleraine. Iba a sacarla de la carcel para descubrir la verdad. Las victimas habian sido dos chicas y un chico que aquella fatidica noche, hacia ahora casi un ano, acudian a una celebracion a la que nunca llegaron: el encendido navideno en Diamond Square, la plaza mas importante del pueblo. Los periodistas abordaban el tema exponiendo un video sensiblero con fotos de los fallecidos y la historia de sus vidas, exagerando para conseguir la lagrima facil del espectador; aquel sensacionalismo barato le resultaba patetico. No se sabia nada de los cuerpos, ni que habia ocurrido aquella noche, ni podia asegurarse que estuvieran muertos. Lo unico cierto era que la presunta asesina, de veintiseis anos, fue avistada por un grupo de chicos que hacia botellon en un coche junto a la playa cuando se precipitaba al vacio desde el acantilado conocido como Grey Wind, por el color de la piedra y el sonido del viento al chocar contra ella. Cuando la policia llego a la cima del acantilado, la intensa lluvia nocturna habia borrado cualquier prueba que pudiera salvar o condenar a la imputada. En su contra se presentaron pruebas circunstanciales y el cuchillo que llevaba en la mano en el momento de saltar. De las victimas no habia ni rastro. El pequeno pueblo costero de Coleraine estaba formado por unos altos acantilados que rodeaban una cala de arena blanca y un gigantesco bosque de pinos que bordeaba la zona donde no habia mar. Se situaba en la esquina superior de Irlanda del Norte, a unos cien kilometros de Belfast, y la mayoria de sus habitantes eran de firme conviccion catolica. Entre sus intereses turisticos se encontraba el mayor numero de coniferas de toda la costa irlandesa, lo que convertia sus famosos acantilados en un paraje frondoso, mas verde todavia en su cima. En las afueras, cerca del siguiente pueblo, se encontraban la carcel y el cementerio, dos lugares que, por su triste funcion, se ocultaban tras la marabunta de arboles. Nunca habia pasado nada extraordinario en el pueblo, nada fuera de lo normal, hasta la noche en que todo el pais quedo consternado y el miedo y la sed de venganza se apoderaron de los habitantes de Coleraine y envolvieron, todavia mas, sus aguas de oscuridad. Cuando los chicos de la playa sacaron del agua el cuerpo de la homicida vieron que tenia clavado en el muslo un cuchillo de cocina, con el que habia saltado al mar, y un trozo de tela del vestido de su amiga enredado entre los dedos. Desperto de un coma inducido tras pasar varios meses debatiendose entre la vida y la muerte y, cuando le preguntaron sobre lo sucedido, se sorprendieron de que no recordara nada de su vida anterior. Habia sufrido graves fracturas en la cabeza debido a la caida y su supervivencia se debio mas a un acto milagroso que clinico. Los psicologos forenses atribuian la falta de memoria al trauma sufrido tanto antes como despues de precipitarse al vacio. Durante su convalecencia en el hospital, las enfermeras le contaron la historia una y otra vez con la esperanza de que eso le hiciera recordar, pero no sirvio de nada: le explicaron que habia salido con tres de sus amigos hacia la celebracion mas importante del ano en Coleraine, el lugar donde vivia: el encendido del arbol navideno y las luces festivas en la plaza del ayuntamiento, donde tambien se encontraba la iglesia de San Patricio. Tras el encendido, se deleitaba a los habitantes con un gran concierto navideno a cargo de la escuela de musica de la localidad. En una fecha tan senalada, los vecinos llevaban sus mejores platos a la plaza (pavo asado, ponche, pure de patata con guisantes, etc.) para compartirlos con los vecinos durante la velada y disfrutaban de las amenas charlas y de las anecdotas en paz y armonia. Mientras comian, reian y bebian, el resto del pueblo quedaba desierto, en la mas absoluta oscuridad, para que las luces de colores se vieran mas bonitas y resaltaran en la noche. Nadie habria podido ver u oir el lamento de las victimas. Nadie, salvo ella. Buscaron los cuerpos varios dias, hasta que, dada la falta de pruebas y la necesidad de calmar el clamor popular que exigia un culpable, se concluyo que habian sido asesinados y sus cuerpos, ocultados, y que la superviviente, movida por la culpa, se habia lanzado al vacio. Como la imputada nunca confeso ni dijo nada al respecto, ni a favor de su inocencia ni en contra, se dio por buena la sentencia y fue condenada, para tranquilidad y satisfaccion de todos, a cadena perpetua. Si se diese el caso de que aparecieran los cuerpos, su condena se revisaria teniendo en cuenta los nuevos acontecimientos. La desmemoriada y culpable senorita se llamaba Gina Sven. Era una chica bajita, rubia y simpatica, o al menos lo habia sido en otro tiempo. No era excesivamente guapa, pero sabia ganarse el carino y el aprecio de la gente, tanto si eran conocidos como si no. Con la excentricidad como bandera, era amiga practicamente de todo el pueblo y sus vecinos veian con diversion cualquier locura que cometia. Le encantaban los objetos brillantes y los complementos extravagantes; elaboraba enormes y llamativos tocados para el pelo con materiales de lo mas variopintos: lentejuelas, carton, plumas o anillas arrancadas de las latas de refresco. Su color preferido era el rojo, color que se asocia con la vitalidad, la valentia y el optimismo, y de rojo se pintaba los labios y las unas con el fin de demostrar que era una mujer de accion. No tenia muchas amigas porque las mujeres la malinterpretaban y envidiaban a partes iguales, y aunque nunca habia comprendido la razon de ese odio, estaba acostumbrada. Shelly habia sido su fiel amiga desde la ninez, y tambien una de las victimas de los sucesos de aquella fatidica noche. A nadie le extrano ese fin de la desdichada muchacha que repartia sonrisas y alegria por donde pasaba. No importaban los favores que les habia hecho o las veces que les habia apoyado; su ansia por ser el centro de atencion la habia llevado a cometer una locura. Habia cruzado la linea. Con esta mezcla de envidia y sed de venganza, se convirtio en el chivo expiatorio de un pueblo que necesitaba un asesino para poder salir con tranquilidad a la calle sin sentir la sospecha de los vecinos. A pesar de las pruebas presentadas, el doctor Jackson nunca habia aceptado esa hipotesis. ?Como podia una chica de metro y medio asesinar a tres personas, una de ellas un chico que pesaba el doble que ella? O habia contado con ayuda o no habia sido ella. Movido por la sensacion de injusticia y la obligacion, como miembro de peso de la comunidad, se habia decidido a colaborar en su caso. Pidio al juez un permiso de dos semanas para sacarla de la carcel y ayudarla a recordar, o, al menos, a confesar si recordaba algo, en un ambiente familiar. Tras meses de papeleos y citas judiciales, le concedieron el permiso y se sintio tremendamente orgulloso y feliz de poder demostrar al pueblo todo su potencial. Gina habia pasado los ultimos nueve meses de su nueva vida en la carcel. Los restantes los habia pasado en el hospital debatiendose entre la vida y la muerte, pero a nadie le importaba. Nadie la visito en el hospital ni en la prision, ni siquiera su madre.

  • El diablo me obligo de F. G. Haghenbeck

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  • Mas de 555 millones podemos leer este libro sin traduccion de Jose Maria Merino

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    Un poderoso manifiesto a favor del espanol.

  • La caida del Muro de Berlin de Ricardo Martin De La Guardia

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    30o aniversario de la caida del Muro de Berlin. 1989-2019 El 9 de noviembre de 1989 acontecio en Berlin uno de los hechos historicos mas importantes de la historia contemporanea, la caida del Muro. Desde 1961, este habia dividido la capital alemana en dos partes y, de forma simbolica, el mundo. Consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial y de la division del mundo en dos bloques hegemonicos, encabezados por Estados Unidos y la Union Sovietica, Berlin se convirtio en el simbolo de una Europa dividida y exponente de las heridas latentes de uno de los periodos mas violentos e inciertos de la historia reciente.

  • Vacunas sin miedo de Gloria Cabezuelo

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    Un libro con toda la informacion para despejar las dudas acerca de las vacunas y sus consecuencias, escrito por dos pediatras de reconocido prestigio en la materia.

  • No te arrepentiras de Bianca De Santis

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    Sonrei y asenti. Esperaria sus reacciones, aunque sabia que estarian de acuerdo. No se negarian a tomar otra cerveza jamas. Ademas, yo iba a pagar la ronda. "Pidamos otras cervezas", dije, subiendo mi cara para ver a mis amigos. "!Carajo! Pidamoslas", dijo Bruno, alzando su brazo para brindar con su copa. "Me encanta estar rodeado de chicas como estas". "Estoy de acuerdo. Pide esas cervezas", dijo Ruben, el segundo al mando de nuestro club. "En cuanto a ti, Bruno, no deberias preocuparte por las chicas que te rodean. Te tiraste a una de estas la ultima vez que estuvimos aqui. Solo querias llevarla a una habitacion". "Es verdad, Bruno. Te encantan estas chicas", dije. Sonrei y volvi a asentir. "Tienes razon. Las amo", dijo Bruno, encogiendo sus hombros. "Basta de charla. Es la hora de buscar un buen culo". Vio su cerveza y tomo lo que quedaba. Exhalo y luego dejo la cerveza en la barra. Entonces se levanto. "Busca un buen culo y quedate con el”, dijo Andres. Peino sus cabellos con su mano y uso la otra para indicarle a Bruno la pista en la que algunas chicas bailaban. "Pero para eso, sera mejor que veas a las chicas de la pista en lugar de vernos a nosotros. No me gusta que digas esa frase mientras nos ves", dijo. "?Estaras aqui otro rato?", me pregunto Ruben, viendome. Todos empezamos a reir unanimemente mientras Bruno caminaba con pasos lentos hacia la pista de baile, en busca de una companera para el resto de la noche. "Parece que te convertiste en su mama", dijo Osvaldo. Luego se levanto y toco el hombro de Ignacio. ?Por que no me acompanas a jugar billar? Quien pierda pagara las proximas cervezas". "?A que se debe tu curiosidad?", le pregunte a Ruben, dije, empezando a pasar por alto las bromas pesadas que se dijeron luego "Amigo, mi edad juega en mi contra. Si no me voy ahora, lo lamentare al levantarme a las seis de la manana. A primera hora tengo algunas reuniones importantes. Me parece que debo irme". Tome otro trago. "Vaya. Lamento escuchar eso", respondi, sonriendo. "?Algo mas que pueda hacer por ustedes?", dijo una camarera que se acerco a nuestra mesa. Era muy hermosa y sensual. Sonrio y llevo su mano a su cadera. "Si. Podrias hacerme sexo oral", le dije, viendo su cara. "Con una condicion: tienes que llevar mi pene al fondo". Sus mejillas se ruborizaron rapidamente. Ruben estrecho mi mano y luego vio a la camarera. "Tu forma de conquistar chicas es extrana", dijo. Se puso de pie, tomo lo que quedaba de su bebida. "Espero que llegues puntualmente manana. Lo lamentaras si no lo haces". Soy muy puntual", dije. "Quien llega tarde es Bruno", le dije, aunque solo podia ver a la chica. Ruben ya se alejaba. "Supongo que empezaste a trabajar en este club hoy", dije. Abrio ligeramente sus ojos y se fijo en mi cara. "Solo quiero que me complazcas", dije, y comence a reir. Una chica estaba detras de ella y captaba su atencion. Supe de quien se trataba. Era Martina Gomez. La malparida que me habia jodido. "Asi es", dijo, y rapidamente volteo para ver a la chica. Sus ojos no se despegaron de la camarera. "Carino, estan pidiendo a una camarera en la barra. Supongo que podrias ir para ayudar a tu jefe", dijo, mostrando una sonrisa amplia pero falsa. Note que su rostro se llenaba de verguenza. Incluso me parecio que se sentia humillada. Muy humillada. "Vaya. No lo escuche. Ire enseguida", respondio la camarera. En mi interior sentia un enorme deseo de tomarla y hacerle el amor en la barra, sin pensar en el resto de la gente. Sabia que era muy habil para hacer el amor, pero su comportamiento fuera de la cama era terrible. Actuaba como lo que era: una desquiciada. "Vaya, vaya. Parece que la corriente trajo a los peces mas grandes y lindos hoy", dijo. Le guine mi ojo, pero me concentre en mi trago. "No tienes que responder. Se que te alegra que haya venido. Y tambien se que te complaces a solas mientras piensas en mi sobre tu pene", dijo, sonriendo ampliamente. Tomo asiento muy cerca de mi y de inmediato toco mi ingle. En unos segundos presiono mi pene y se detuvo al bajar a mis pelotas. "Ya que tu mano esta por ahi, me gustaria que me dieras un masaje en las piernas", dije. "Y una cosa mas: ya no pienso en ti. Eres parte de mi pasado", asegure. Baje mi cara para ver como su mano subia a mi tronco. Estaba empezando a erguirse. "?Bailamos esta cancion?", pregunto, luego de reir con fuerza. Toco mi pecho y se puso de pie. Voltee para ver las caras de las chicas del bar, y recorde que habia estado en ese sitio en muchas ocasiones. "Eso jamas pasara", dije, viendola firmemente. Gire para ver mi cerveza y tome otro trago. Pude sentir sus senos juguetones con mi antebrazo. "Entiendo. Tienes miedo de lo que pueda suceder despues", dijo, dando un paso hacia mi. Su cabellera tocaba mis mejillas. "Hundiria mi tronco en tu vagina cerrada, hasta que llegue al fondo", dije. "Se que es lo que pasara despues, pero no tengo miedo", respondi. Me movi un poco y mis labios quedaron a solo unos milimetros de los suyos. Cualquier hombre desearia estar con ella... si no estuviera loco, claro. Note que jadeaba con mis palabras. Le costaba respirar. Senti su ansiedad y el aroma a fresas de su piel, que se unia con el olor dulce de su vagina. Entonces lo recorde. La primera vez que habiamos estado juntos. Y las incontables veces que vinieron despues. De hecho, Martina habia sido la primera en mi vida. Habiamos estado juntos durante varios anos. "Sabes lo mucho que te deseo", dijo, moviendose ligeramente. Con su mano derecha toco mi sien y luego llego a mi cabellera. "?Por que no buscas a otro tipo? No quisiera estar cerca de ti", dije. "Se que deseas muchas cosas, pero no puedo complacerte", dije. Retrocedi y retire su mano de mi cabeza. "Cristian, hemos estado separados por cinco meses". Mierda. Habiamos estado juntos casi una decada. Cuando comenzamos, era apenas un chico, inmaduro e inexperto, pero con su experiencia pude aprender y madurar en poco tiempo. "De hecho, han sido diez", conteste. Tome lo que quedaba de mi cerveza. Exhale y me levante. Tenia una gran ereccion, pero decidi pensar en otras cosas. Sabia que Martina despertaba esos instintos en mi cuerpo. Era capaz de llevarme a ese punto porque era muy atrevida en la cama... Aunque no queria dejarme llevar, sabia que estaba a punto de convencerme. Su cuerpo choco con mi pecho y de nuevo senti su mano en mi tronco. Lamio mi sien con su lengua caliente y me di cuenta de que mi cuerpo estaba caliente. Empece a sentir vibraciones a lo largo de mi espalda. "Al fondo hay un deposito en el que podrias complacerme". "Basta de charla. Si no sales ahora, voy a hacer lo que me pides", dije. "No tienes que recordarme ese deposito", le dije con molestia. La tome por el cuello y acerque rapidamente su cara. Acerco su boca y me dio un beso. "Te lo recuerdo porque quiero que me complazcas. Voy a quedarme aqui", aseguro.

  • Brazos neumaticos de Rosalia Reyes

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    Mis hermanos. Mi moto. Mi club.
    Esos eran los amores de mi vida.
    Hasta que conoci a Veronica.
    Y sus curvas infernales. y ardientes.

  • Como nos Venden la Moto de Noam Chomsky , Ignacio Ramonet

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    La propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario. Chomsky nos muestra, tomando casos concretos, que son las tecnicas de persuasion, como y quien las aplica, con que intenciones y como actuan sobre nosotros. Ramonet da un paso mas. Examina, e ilustra con hechos, como los medios de control y vigilancia se han multiplicado con la fantastica capacidad de las nuevas herramientas. ?Quien tiene la propiedad de estos medios? La presente obra se compone de dos escritos, cada uno correspondiente a un autor, que giran alrededor de la manipulacion informativa como medio para obtener, conservar y aumentar el poder de un grupo social o empresarial. Ambos autores, por tanto, se interesan por la evolucion del papel ejercido por los medios de comunicacion en el control y la limitacion de la libertad individual, y actuan como vigias de una situacion preocupante y de incierta resolucion.

  • La chica salvaje de Delia Owens

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    Durante anos, los rumores de la existencia de la Chica Salvaje han perturbado la vida de la pequena localidad de Barkley Cove, en Carolina del Norte. Sin embargo, Kya no es como la describen, sino una joven sensible e inteligente que ha sobrevivido en soledad en las marismas, con la naturaleza como unica acompanante y amiga.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • La Nave de Terry Pratchett

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    En alguna parte, lejos, muy lejos, una nave espera para llevar a los gnomos a casa, al lugar del que llegaron... Ante la amenaza que ahora supone la cantera para el hogar de los gnomos, uno de estos, Masklin, es consciente de que necesitan encontrar la forma de ponerse en contacto con esa nave. Para ello tiene que ir a Florida (donde quiera que quede eso) y asistir al lanzamiento de un satelite de comunicaciones (fuera lo que fuese eso). Es un plan ridiculo, imposible, pero Masklin no lo sabe, asi que intenta llevarlo a cabo de todos modos. Y el primer paso es hacer ese viaje en otro, aunque este es un poco diferente a los que ya conoce: un camion con alas, el Concorde. Lo unico que se propone es robar uno de aquellos vehiculos que llaman coches. Pero cuando uno solo mide diez centimetros en un mundo de humanos, las cosas tienen la desagradable costumbre de complicarse mucho.

  • Deuda de familia de Nadia Noor

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    En 1899, Rafael Vega pierde en un torneo de poquer las escrituras de su casa y de su hacienda. Abrumado por la culpa y sin nada con lo que mantener a su familia, decide quitarse la vida dejando desamparadas a sus dos hijas junto a su mujer. El mismo dia del funeral, el ganador pide ejecutar las escrituras o recibir a cambio el dinero equivalente a su deuda, obligando a la viuda a tomar una pronta decision.
    Robert Conde, un hombre que consigue amasar grandes cantidades de dinero que invierte en la compraventa de tierras, conocera a Natalia, la hija menor de los Vega, y le propondra un trato distinto a su madre: casarse con su hija a cambio de devolverle las escrituras.
    Tras la decision, descubrira un tormentoso secreto sobre su prometida: ella ama a un joven militar con quien intentara escapar. A pesar de todo, truncara sus planes y, tras las dificultades, la arrastrara a su hacienda en contra de su voluntad.
    ?Conseguira doblegar la voluntad de Natalia? O, por el contrario, ?vivira un matrimonio con un oscuro secreto que amenazara con salir a la luz cuando ya sea demasiado tarde?

  • Decreto real de Cara Colter

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    ?Podria negarse a obedecer la orden real. de sellar el trato con un beso?

  • El desafio de Florencia de Alejandro Corral

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    La gran novela sobre la rivalidad entre Leonardo da Vinci y Miguel Angel Buonarroti.

  • La Prima Del Vizconde de Vanny Ferrufino

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    Para toda la poblacion londinense: los vizcondes de Portman tienen el matrimonio perfecto que se basa en el respeto y se rige por la cordialidad, lo que cualquier noble espera de una union por conveniencia. Lo que nadie sabe es que dicha union jamas fue consumada por la falta de atraccion fisica del vizconde de Portman hacia su reciente esposa, quien por voluntad propia decide autoexiliarse en el campo para no seguir siendo la burla de toda la bendita e hipocrita sociedad, haciendole la vida mucho mas sencilla. Sin embargo, lo que Lucien Pierce nunca espero: es que su esposa regresaria despues de dos anos a la ciudad con la clara intencion de hacerle la vida imposible al pretender tener un amante en sus propias narices. Guiado por un terrible instinto de posesividad, Lucien tendra que evitar que Seraphina ceda su cuerpo a otro hombre que no sea el.

  • El mundo hasta ayer de Jared Diamond

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    El ganador del premio Pulitzer, autor de los best sellers Colapso y Armas, germenes y acerovuelve al pasado en busca de un futuro mejor.

  • Amor, bienvenido a bordo de Elsa Jenner

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    Ana Suarez es una humilde joven que trabaja como dependienta. Nada puede hacerla sospechar que su despido cambiara su vida para siempre.

  • Un escape casi perfecto de Pamela Palma Mendoza

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    No era la primera vez que una novia dejaba al novio en el altar antes de decir: "Si, acepto." Tal vez ya habia ocurrido ?Antes? !Quien sabe! Pero era seguro que Hannah Monroe no habia sido la unica, ni la primera en hacerlo. Se dice que la historia de la primera novia que abandono a su novio toma lugar en la epoca medieval, donde una bella muchacha de una familia noble habia sido obligaba a contraer matrimonio con el fin de unir el reino de su familia con el de su prometido. La joven no estaba enamorada de el, sino del hermano de este, pero no podia hacer nada al respecto, puesto que sus padres ya habian arreglado el matrimonio con el hermano mayor y heredero del trono, el cual no se trataba de su amado. Cuando el dia de la boda llego, ella estaba vestida de blanco, se sentia resignada a cumplir con su obligacion, todo lo contrario a su amado, quien no estaba dispuesto a dejarla ir y menos con su hermano. En un acto de valentia, el joven llego a la ceremonia montado a caballo, la joven al verlo fue tras el, dejando a su futuro marido atras. Ambos habian huido y tenian el sueno de vivir su amor lejos de todos y del lugar donde se encontraban, pero desafortunadamente ese sueno no se cumplio, ya que su hermano habia ordenado que los capturaran y los llevaran a el. ?Pero con que fin? Como todo caballero al que le habian robado, merecia justicia y esa era la muerte del ladron. Su hermano menor moriria, pero ?Que ocurriria con la mujer que lo habia traicionado? Ella tambien moriria por haberlo hecho, unos dias despues que los encontraron, los dos jovenes enamorados fueron ejecutados y fue asi como la vida de ambos terminaron. De regreso al presente ?Que demonios le ocurriria a Hannah? Si ella tambien habia dejado a su prometido en el altar ?Tambien la matarian como aquella joven de la leyenda? -- No, eso no podia ser posible -- Todo aquello era tan medieval. La ingenua Hannah Monroe creyo que Michael se comeria su orgullo y todo quedaria alli, pero realmente estaba equivocada, Michael tenia otra cosa en mente y no necesariamente algo bueno para ella y su amante. Un escape casi perfecto Me gustan las historias de fantasia con un poco de drama y romance en ellas. Sin embargo, no siempre lo que se me ocurre y escribo es parte de la ficcion. Es cuestion de tiempo para que lo descubran. Capitulo uno 2015 Sabado 4 de la tarde, dia de la boda. Hannah no dejaba de caminar en circulos dentro de la habitacion, se preguntaba por que habia aceptado casarse si no lo deseaba. Un destello le dio la respuesta: Su familia tenia muchas deudas, debido a la irresponsabilidad de su hermano mayor y a la sobreproteccion de su padre hacia el. Terrance Monroe siempre habia sido el mejor hijo para sus padres, desde que nacio siempre lo mimaron al extremo que nunca lo reprendieron cuando acabo con el buen nombre de la familia y con todo el dinero de esta. Si el habia terminado una carrera, era gracias a la presion de su abuelo materno que siempre lo amenazaba con que no le heredaria nada si no iba a la universidad ?Pero que habia conseguido con estudiar 4 anos en la universidad? -- Nada, simplemente nada -- Despues de terminar la universidad, se dedico a gastar todo el dinero que tenia hasta acabar con todo, incluso con el dinero que el abuelo de ambos le habia dejado a Hannah. Sin dinero, con deudas por pagar y un supuesto fraude que el habia cometido en la empresa de Michael Dikoudis, el prometido de Hannah, ella se vio forzada a aceptar el trato que su padre hizo con el “Convertirse en la Senora Dikoudis” solo asi le perdonaria el fraude y pagaria sus deudas. Estaba mas que claro que su propio padre la habia vendido por dinero. -- ?Como salir de aqui sin que me noten? -- susurro Hannah. Ella estaba intranquila y tenia muchas razones para estarlo --. Podria ocultarme en el cuarto de servicio y despues salir por la parte trasera de la casa, ?no lo crees? -- Se dirigio a Whitney, su mejor amiga. Esta la miro y creyo que se trataba era broma. -- Debes estar muy nerviosa para querer huir, es natural. He escuchado que muchas novias tienen una crisis nerviosa el mismo dia de su boda, pero tranquila que ya se te pasara. -- intento tranquilizarla, pero nada en realidad funcionaria en Hannah. -- ?Y has escuchado de las que huyen y dejan al novio el mismo dia de la boda? -- menciono Hannah. -- ?Por que lo dices, Hannah? -- cuestiono la amiga, quien estaba muy extranada por el comentario y comportamiento de Hannah -- ?Has pensado en hacerlo? -- le pregunto alarmada por el comentario que habia hecho. -- Whitney, por supuesto que… -- Hannah carino, dentro de diez minutos tienes que bajar. Todos los invitados estan en el jardin esperando por ti. -- dijo su madre --. Whitney, dejemos a la novia sola, asi evitaremos que se ponga mas nerviosa. -- comento sonriente. -- Claro. -- respondio Whitney. -- No lo olvides, Hannah, en diez minutos. -- salio la madre de la habitacion, sin dejar de mencionar antes lo hermosa que estaba su hija. << Diez minutos, solo diez minutos para huir >> Penso Hannah. Si ella queria salir de esta situacion debia actuar rapido, porque despues lo lamentaria mucho y seria muy tarde. Hannah bajo a la primera planta de la casa y en el vestibulo estaba su padre que la esperaba y como es de costumbre en casi todas las bodas, el la tomo del brazo y la llevo hasta el altar que se encontraba en el jardin de su casa, donde Michael habia estado esperando a la hermosa novia. El dia, la hora y la boda habian llegado, pero parecia que Hannah tenia otros planes en mente y los cuales no incluian a Michael, ni a nadie de su familia, despues de todo, ellos siempre habian pensado en ellos mismos antes que en ella, asi que no tendria nada de malo que ella hiciera lo propio. Pensar solo en ella misma por una sola vez. No estaba siendo egoista, ya que se trataba de su vida. Ademas, no pensaba condenarse a anos de infelicidad tan solo por el bienestar de Terrance y la avaricia de sus padres. -- El dia de hoy estamos aqui, para celebrar el dia mas importante de la vida de estos dos jovenes: Michael y Hannah, quienes uniran sus vidas en sagrado matrimonio. -- empezo a recitar el sacerdote. Michael no dejaba de ver a Hannah, por un momento sus miradas se cruzaron, el le regalo una sonrisa amplia acompanada de un susurro que en realidad era un “Al fin te convertiras en mi esposa”, el cual hizo que ella dejara de debatir con su mente y saliera huyendo del lugar gritando que no podia casarse con el.

  • Ella me pertenece de Lia Carnevale

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    Ciudad de Mexico, 2007 En el momento en que me di cuenta de que mi vida estaba a punto de quedar patas arriba, fue cuando presione el pie en el acelerador, la alfombrilla no detuvo el movimiento y el automovil, un Chevy C2 de segunda mano, alcanzo los ciento cincuenta por hora. Las calles de Polanco, el barrio mas exclusivo de Ciudad de Mexico, aparecian mojadas por una ligera lluvia. El cielo estaba oscuro, el otono ya habia hecho su aparicion. Baje la ventanilla y respire el aire perfumado de humedad; sin duda era mi estacion favorita, suave, agradable, tranquila, tal como yo me sentia cuando estaba cerca de Ysabel. No estariamos solos nosotros dos, en pocas horas, tal vez minutos o segundos, seriamos tres: Alexander, Ysabel y Felicity, nuestra hija. Nuestra familia. Eran tan solo las ocho de la tarde, por suerte, la hora punta habia pasado, asi que solo habia unos pocos autos en mi camino. Aparque lo mejor que pude frente al hospital y sali rapidamente del pequeno automovil que mis padres me habian dado tras de aprobar el examen de conducir. En ese momento, el telefono comenzo a sonar, lo saque mientras caminaba por la avenida hacia la puerta principal. --Papa, he llegado. !Estoy entrando! Lo note molesto de la misma manera que percibi a mi madre cuando me llamo para decirme que Ysabel habia comenzado el trabajo de parto. --Esperamos noticias, chico. Diablos, cuantas mujeres dan a luz hoy en dia. ?Por que solo habia agitacion en su voz? --Claro papa --no dije nada mas. Nadie apagaria mi alegria. Me moria por ver a Ysabel, estar junto a ella, presenciar el nacimiento de mi hija. ?Era feliz? Si. Superariamos cualquier problema, derrumbado cada obstaculo. Tarde o temprano creerian en nuestro amor, sus padres, mi hermana, mi familia, todos. Nadie nos separaria. Ahora menos que nunca. Estariamos juntos para siempre. Serenos y unidos. Me dirigia rapidamente al departamento de ginecologia que la senora me habia indicado en la entrada. El aire estaba impregnado de desinfectante, las escaleras llenas de polvo y los pisos cubiertos de manchas oscuras. La limpieza no era la mejor, aunque deberia haber sido una prioridad, pero el hospital publico no tenia fondos suficientes y, en cualquier caso, los que ingresaban alli eran demasiado pobres para fijarse en la suciedad. Tenia la esperanza de que los padres de Ysabel elegirian una clinica privada para el nacimiento de su nieta. Yo no me lo podia permitir, pero ellos si. La familia Mendez se situaba entre las mas ricas del mundo, podrian haber pagado cualquier cosa, pero estaban demasiado ocupados luchando contra nuestro amor para preocuparse por el lugar de mierda donde su hija estaba a punto de dar a luz. Me pase una mano por el cabello, aleje los malos pensamientos y me prepare para ir a la habitacion donde la unica razon de mi existencia pugnaba para hacerme mas feliz aun. Las luces iluminaban el largo corredor, el silencio era interrumpido por los gritos de una mujer: Ysabel. Corri hacia alli y cuando llegue a la entrada me detuve debido al grito que se escucho al otro lado de la puerta. ?Que se suponia que debia hacer? ?Deberia haber llamado? ?Entrar? ?Por que no habia nadie alli? ?No deberian las enfermeras hacer el turno de noche? Decidi entrar, pero tan pronto como puse mi mano en la manija, se abrio. !Tanjia! la hermana de Ysabel me indico que me corriera. La deje pasar y cerro la puerta. Tenia los ojos brillaban y sus labios temblaban. La mire confuso. Buscaba en sus ojos la alegria de quien acababa de convertirse en tia, pero no pude encontrar nada que no fuera… ?dolor? ?Enfado? ?Miedo? Se detuvo frente a mi, sus manos apretadas cerrando el puno. --!Es solo culpa tuya! Maldito el dia que entraste en la vida de mi hermana --dijo rompiendo a llorar. La deje a merced de sus emociones, porque no podia entender la razon de las lagrimas. Un indicio de desesperacion se abria paso en mi cabeza, borrando la euforia que lo ocupaba. ?Que demonios estaba pasando? El silencio se adueno de todo, tanto, que podia sentir mi corazon latir mas rapido. Fue en aquel momento que la puerta se abrio… Fue en aquel momento cuando vi el cuerpo del amor de mi vida cubierto por una sabana blanca… Fue en aquel momento que el medico me informo que habian muerto… Muertas... Ambas. Cai sobre mis rodillas, lleve mis manos, manchadas de la grasa que distinguia a los mecanicos de los otros trabajadores frotandome los ojos, esperando que una vez abiertos descubriera que era solo un mal sueno. No fue asi. Ya no fue nada mas. Mi vida perdio el rumbo. Se perdio en medio de la nada. Capitulo 2 Nueva York, 2019 Sali de la limusina que me habia llevado al enesimo evento organizado especificamente para personas con cuenta bancaria de seis cifras. Al menos una vez a la semana me veia obligado a asistir a estas fiestas, donde la caridad se usaba como excusa y el objetivo principal era aparecer en escena. Alise la chaqueta negra de Armani y me prepare para atravesar la alfombra roja entre los destellos de periodistas y la gente comun que esperaba la llegada de algunos VIP que realmente importaban. Siempre me preguntaba que cono hacia en ese lugar. La respuesta era siempre la misma, simple y objetiva: nuestro bufete de abogados estaba a la vanguardia en las donaciones a los mas pobres. Gracias tambien a ellos, estabamos consiguiendo mas y mas clientes. Publicidad. Era solo una forma egoista de publicitarnos. Simon caminaba a mi lado. Cruzamos entre la muchedumbre con paso rapido, algunos fotografos y periodistas intentaban detenernos y hacernos algunas preguntas, pero los ignoramos, como siempre, claro. Quienquiera que hubiera organizado el evento no escatimo en gastos, la mesa estaba cargada de caviar y champan, una de las bandas de rock mas populares alegro la noche y para terminar las cifras que se recaudaron superaron con creces las expectativas de cada presente. Aparentemente todo era perfecto. Exacto, solo aparentemente. Me gustaba mi trabajo, ir a los juzgados, ganar un caso, emitir una factura y recibir el pago; queria limitarme a eso. Me hubiera encantado sin todas aquellas putadas. --Parece que Sophie y tu estais pasandolo bien esta noche. --La voz de Simon me obligo a apartar los ojos de la mujer que acababa de nombrar. No le respondi, volviendo a mirar a mi companera de juegos. --?Tarde o temprano sentaras cabeza? Sophie es inteligente, podria ser la ideal. --!No! --dije con firmeza. Termine de beber champan y fui hacia la mujer que aliviaria otra noche de insomnio. No habia lugar en mi vida para nadie… y mucho menos para una mujer. Lo tomaba todo. Cada suspiro Cada respiracion. Cada gemido. Luego me marchaba. Ese era yo. Este era yo. En el trabajo. En la vida privada. Con personas. --Alex, te ruego… --?Que pasa Sophie? ?Por que estas rogando? --!Oh, Dios! --Echo la cabeza hacia atras, dejandome libre acceso a su garganta. Su piel era suave, blanca, delicada. Le habria dejado una marca, como cada vez que la follaba. --Mas fuerte. --Se aferraba a mis hombros y agarraba mi cabello, llevandome al centro de su placer. Era su instante favorito. Pase mi lengua sobre su clitoris, lentamente, justo como a ella le gustaba, la penetre y luego volvi a lamer. Me di cuenta de que estaba a punto de correrse cuando sus musculos comenzaron a contraerse y los gemidos se volvieron mas fuertes. La deje alcanzar el extasis y, en el mismo momento en que termino, comence a arremeterla contra la pared de la entrada de su apartamento. La penetre mas profundamente, arrancandole un grito que rapidamente rompi con un beso. Un beso que no tenia nada que ver con la dulzura, con el amor. Despues de todo, yo no era delicado, gentil. Me gustaba follar Me gustaba el sexo sucio, aspero y vulgar porque asi me hacia sentir cuando terminaba. Sophie habia sido la unica mujer capaz de darme el minimo de placer esperado en un polvo. Por eso se habia convertido en mi entretenimiento permanente, a pesar de que ella estaba empezando a pedir mas. Y esto me cabreaba. Ella sabia que no le habria dado lo que queria, ni a ella ni a ninguna otra. Me separe de su calido cuerpo. Sonrei traviesamente frente a su expresion enojada. Tenia hermosos ojos verdes, fue justamente su magnetica mirada lo que atrajo mi atencion y provoco el deseo de quitarle las braguitas de primera vez. Mire el cuerpo curvilineo envuelto en el exiguo vestido purpura, usado para la fiesta de cumpleanos de Simon esa noche; Su falda quedo retorcida alrededor de su plano estomago, sus braguitas yacian en el suelo junto a mis pantalones. La gire bruscamente contra la pared y la penetre. Empuje fuerte, entre hasta que golpee mis bolas en la piel sudorosa. Dentro y fuera, un movimiento mecanico, rapido, instintivo y natural. Unos pocos empujones y la saque, me aleje y me vacie en su piso. Estaba sin aliento, sudoroso y aunque en apariencia parecia satisfecho, siempre sentia aquel vacio. Un vacio que me acompanaba ya durante anos. Me detuve por un momento para recuperar el aliento, recogi mis pantalones y me los puse. Mire a Sophie y le sonrei. No queria que ella pensara que no era suficiente, no se lo merecia, el problema no era ella, sino yo. Se bajo el vestido y se acerco. Me quede quieto y deje que acariciara mi mejilla. Sophie era una de esas hermosas mujeres con todo cuesta arriba. --Vamos a la cama --susurro agarrando mi mano. --!Sophie! Mi tono sono a advertencia. Pretendia ir mas alla y como siempre, tenia que ponerla a raya, asi que me libere de su agarre y continue vistiendome. --Alexander, hemos estado teniendo sexo durante meses. Follamos y tu te marchas. !Estoy harta! Quiero mas y si no estas dispuesto a darmelo, sal por esa puerta y no vuelvas. Parecia segura, pero sus ojos brillosos traicionaban sus palabras. Termine de abrocharme el cinturon del pantalon y tome su barbilla, trasladando nuestros ojos al mismo nivel. --Siempre he sido claro contigo. No quiero emparejarme, no lo busco y nunca lo buscare. Si ya no estas dispuesta a verme, lo acepto. La deje ir y espere a que secara la lagrima que mojaba su mejilla. No se que reaccion me esperaba, seguramente habia sido un imbecil al hablarle asi. --Solo te estoy pidiendo que lo intentes. Solo eso Alexander. Me lo debes. --No te debo nada. Lo que acabamos de hacer fue buscado y deseado por ambos. No estoy en deuda contigo --dije dirigiendome a la puerta y la abri. --!Alexander! --Llamo de nuevo, pero no me di la vuelta. No podria, la habria vuelto a ilusionar. Le dije adios en silencio, como habia hecho con todas las demas antes que ella.

  • El color de la libertad de Nelson Mandela

    https://gigalibros.com/el-color-de-la-libertad.html

    El color de la libertad continua las memorias que Mandela publico en El largo camino hacia la libertad, relatando sus anos como presidente. La extraordinaria historia de un pais en transicion y los retos que afronto el premio Nobel de la Paz al luchar por que su vision de una Sudafrica liberada se convirtiera en realidad.

  • Siempre Blue de Amy Harmon

    https://gigalibros.com/siempre-blue.html

    ?Es posible enamorarse cuando no sabes quien eres en realidad?

  • Si Cece lo dice de Valeriam Emar

    https://gigalibros.com/si-cece-lo-dice.html

    Cece amor es una famosa consejera sentimental, conocida por su don de emparejar a las personas que estan destinadas a estar juntas. Pero su mundo rosa empezara a desmoronarse con la aparicion del Camarada del deporte, un bloguero que intenta destruir su reputacion acusandola de fraude.
    Jerry Smith se propone encontrar a la famosa consejera sentimental que hizo que su prometida lo dejara plantado a pocas semanas de casarse y se ocuparia de que ella pagara bien caro lo que le hizo.
    A veces el enemigo esta mas cerca de lo que uno se imagina, y del odio al amor se puede pasar a un solo beso.

  • Segundas oportunidades (VICTORIA 3) de Mia Ferrer

    https://gigalibros.com/segundas-oportunidades-victoria-3.html


    SEGUNDAS OPORTUNIDADES es un libro en que los sentimientos, la pasion y la lujuria, le daran mas de una oportunidad a sus personajes para sentir todas aquellas intensas emociones necesarias para volver a creer en el amor.
    ?Se puede volver a amar despues de fuertes decepciones?

  • El otono del patriarca de Gabriel Garcia Marquez

    https://gigalibros.com/el-otono-del-patriarca.html

    Gabriel Garcia Marquez declaro una y otra vez que El otono del patriarca es la novela en la que mas trabajo y esfuerzo invirtio.