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Sonrei y asenti. Esperaria sus reacciones, aunque sabia que estarian de acuerdo. No se negarian a tomar otra cerveza jamas. Ademas, yo iba a pagar la ronda. "Pidamos otras cervezas", dije, subiendo mi cara para ver a mis amigos. "!Carajo! Pidamoslas", dijo Bruno, alzando su brazo para brindar con su copa. "Me encanta estar rodeado de chicas como estas". "Estoy de acuerdo. Pide esas cervezas", dijo Ruben, el segundo al mando de nuestro club. "En cuanto a ti, Bruno, no deberias preocuparte por las chicas que te rodean. Te tiraste a una de estas la ultima vez que estuvimos aqui. Solo querias llevarla a una habitacion". "Es verdad, Bruno. Te encantan estas chicas", dije. Sonrei y volvi a asentir. "Tienes razon. Las amo", dijo Bruno, encogiendo sus hombros. "Basta de charla. Es la hora de buscar un buen culo". Vio su cerveza y tomo lo que quedaba. Exhalo y luego dejo la cerveza en la barra. Entonces se levanto. "Busca un buen culo y quedate con el”, dijo Andres. Peino sus cabellos con su mano y uso la otra para indicarle a Bruno la pista en la que algunas chicas bailaban. "Pero para eso, sera mejor que veas a las chicas de la pista en lugar de vernos a nosotros. No me gusta que digas esa frase mientras nos ves", dijo. "?Estaras aqui otro rato?", me pregunto Ruben, viendome. Todos empezamos a reir unanimemente mientras Bruno caminaba con pasos lentos hacia la pista de baile, en busca de una companera para el resto de la noche. "Parece que te convertiste en su mama", dijo Osvaldo. Luego se levanto y toco el hombro de Ignacio. ?Por que no me acompanas a jugar billar? Quien pierda pagara las proximas cervezas". "?A que se debe tu curiosidad?", le pregunte a Ruben, dije, empezando a pasar por alto las bromas pesadas que se dijeron luego "Amigo, mi edad juega en mi contra. Si no me voy ahora, lo lamentare al levantarme a las seis de la manana. A primera hora tengo algunas reuniones importantes. Me parece que debo irme". Tome otro trago. "Vaya. Lamento escuchar eso", respondi, sonriendo. "?Algo mas que pueda hacer por ustedes?", dijo una camarera que se acerco a nuestra mesa. Era muy hermosa y sensual. Sonrio y llevo su mano a su cadera. "Si. Podrias hacerme sexo oral", le dije, viendo su cara. "Con una condicion: tienes que llevar mi pene al fondo". Sus mejillas se ruborizaron rapidamente. Ruben estrecho mi mano y luego vio a la camarera. "Tu forma de conquistar chicas es extrana", dijo. Se puso de pie, tomo lo que quedaba de su bebida. "Espero que llegues puntualmente manana. Lo lamentaras si no lo haces". Soy muy puntual", dije. "Quien llega tarde es Bruno", le dije, aunque solo podia ver a la chica. Ruben ya se alejaba. "Supongo que empezaste a trabajar en este club hoy", dije. Abrio ligeramente sus ojos y se fijo en mi cara. "Solo quiero que me complazcas", dije, y comence a reir. Una chica estaba detras de ella y captaba su atencion. Supe de quien se trataba. Era Martina Gomez. La malparida que me habia jodido. "Asi es", dijo, y rapidamente volteo para ver a la chica. Sus ojos no se despegaron de la camarera. "Carino, estan pidiendo a una camarera en la barra. Supongo que podrias ir para ayudar a tu jefe", dijo, mostrando una sonrisa amplia pero falsa. Note que su rostro se llenaba de verguenza. Incluso me parecio que se sentia humillada. Muy humillada. "Vaya. No lo escuche. Ire enseguida", respondio la camarera. En mi interior sentia un enorme deseo de tomarla y hacerle el amor en la barra, sin pensar en el resto de la gente. Sabia que era muy habil para hacer el amor, pero su comportamiento fuera de la cama era terrible. Actuaba como lo que era: una desquiciada. "Vaya, vaya. Parece que la corriente trajo a los peces mas grandes y lindos hoy", dijo. Le guine mi ojo, pero me concentre en mi trago. "No tienes que responder. Se que te alegra que haya venido. Y tambien se que te complaces a solas mientras piensas en mi sobre tu pene", dijo, sonriendo ampliamente. Tomo asiento muy cerca de mi y de inmediato toco mi ingle. En unos segundos presiono mi pene y se detuvo al bajar a mis pelotas. "Ya que tu mano esta por ahi, me gustaria que me dieras un masaje en las piernas", dije. "Y una cosa mas: ya no pienso en ti. Eres parte de mi pasado", asegure. Baje mi cara para ver como su mano subia a mi tronco. Estaba empezando a erguirse. "?Bailamos esta cancion?", pregunto, luego de reir con fuerza. Toco mi pecho y se puso de pie. Voltee para ver las caras de las chicas del bar, y recorde que habia estado en ese sitio en muchas ocasiones. "Eso jamas pasara", dije, viendola firmemente. Gire para ver mi cerveza y tome otro trago. Pude sentir sus senos juguetones con mi antebrazo. "Entiendo. Tienes miedo de lo que pueda suceder despues", dijo, dando un paso hacia mi. Su cabellera tocaba mis mejillas. "Hundiria mi tronco en tu vagina cerrada, hasta que llegue al fondo", dije. "Se que es lo que pasara despues, pero no tengo miedo", respondi. Me movi un poco y mis labios quedaron a solo unos milimetros de los suyos. Cualquier hombre desearia estar con ella... si no estuviera loco, claro. Note que jadeaba con mis palabras. Le costaba respirar. Senti su ansiedad y el aroma a fresas de su piel, que se unia con el olor dulce de su vagina. Entonces lo recorde. La primera vez que habiamos estado juntos. Y las incontables veces que vinieron despues. De hecho, Martina habia sido la primera en mi vida. Habiamos estado juntos durante varios anos. "Sabes lo mucho que te deseo", dijo, moviendose ligeramente. Con su mano derecha toco mi sien y luego llego a mi cabellera. "?Por que no buscas a otro tipo? No quisiera estar cerca de ti", dije. "Se que deseas muchas cosas, pero no puedo complacerte", dije. Retrocedi y retire su mano de mi cabeza. "Cristian, hemos estado separados por cinco meses". Mierda. Habiamos estado juntos casi una decada. Cuando comenzamos, era apenas un chico, inmaduro e inexperto, pero con su experiencia pude aprender y madurar en poco tiempo. "De hecho, han sido diez", conteste. Tome lo que quedaba de mi cerveza. Exhale y me levante. Tenia una gran ereccion, pero decidi pensar en otras cosas. Sabia que Martina despertaba esos instintos en mi cuerpo. Era capaz de llevarme a ese punto porque era muy atrevida en la cama... Aunque no queria dejarme llevar, sabia que estaba a punto de convencerme. Su cuerpo choco con mi pecho y de nuevo senti su mano en mi tronco. Lamio mi sien con su lengua caliente y me di cuenta de que mi cuerpo estaba caliente. Empece a sentir vibraciones a lo largo de mi espalda. "Al fondo hay un deposito en el que podrias complacerme". "Basta de charla. Si no sales ahora, voy a hacer lo que me pides", dije. "No tienes que recordarme ese deposito", le dije con molestia. La tome por el cuello y acerque rapidamente su cara. Acerco su boca y me dio un beso. "Te lo recuerdo porque quiero que me complazcas. Voy a quedarme aqui", aseguro.
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