• te apuesto la navidad irene ferb - Irene Ferb

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    --!Vamos Candela, hija, que te duermes! Candela se sobresalta lo suficiente para darle la razon a su madre: siempre anda por las nubes. Se distrae con una llamita bailarina de una vela o con el estruendoso ruido de una moto. Cualquier estimulo le conduce a inventar historias. Pero tiene nueve anos, ?no dicen que lo mejor de los ninos es su imaginacion y que es una lastima su perdida en la madurez? Pues ella ya sabe el porque, por los padres, porque con sus prisas coartan cualquier ensonacion. O por lo menos su madre, Alicia, la mujer mas acelerada del planeta, la maestra de decir una cosa y hacer otra. Porque le ha escuchado cientos de veces departiendo con sus amigos sobre lo importante de la creatividad y la imaginacion en la infancia, pero a la que su hija se distrae, le mete un berrido como un bocinazo asesinando a sus visionarias neuronas. Igual es que podria existir un dispositivo que se iluminara anunciando que la persona que tiene la mirada perdida y parece que esta en babia, realmente se esta dejando llevar por la imaginacion y creando una historia memorable, como los conos naranjas que ponen en la carretera cuando hay un accidente o estan re-re-rearreglando el asfalto. !Ja! Eso estaria bien. --!Candelaaa! --le reprende su madre--. ?Quieres venir ya? --Pero si estoy aqui ya --le responde hastiada corriendo hasta ellos. --No, hija. No acabas de llegar, pero da igual. No me voy a poner a discutir. Nos toca pasar. ?Estas nerviosa? Candela sube los hombros como respuesta, intentando aparentar que no, pero la verdad es que si. No ha podido desayunar por la manana y ahora se alegra porque, si llega a hacerlo, estaria vomitando en este mismo momento. Su estomago baila como si estuviese grabando un tiktok de Camilo. Jorge, su padre, estira el brazo hacia su hombro para acercarle a el y abrazarla. --Carino, es normal que estes nerviosa. No todos los dias una visita la casa de Papa Noel --le dice el con su caracteristica voz tranquila. --Pues no. --Sonrie a su padre--. No todos los dias... pero estoy bien. --Espero que le digas algo, a ver si ahora, despues del viaje que hemos hecho al Rovaniemi este, va y te quedas callada --le sermonea su madre. --En ese caso hablariamos nosotros por ella, Alicia, que para eso hemos venido. ?No te parece? ?O es que tu tambien temes hacer la del conejo frente a los faros de un coche cuando veas a Papa Noel? --le pregunta Jorge mientras guina un ojo a Candela. --Tu estas tonto --obtiene por respuesta. Jorge se agacha y le dice a su hija al oido: --Tu madre esta mas nerviosa que tu y que yo. Candela y Jorge se rien, mientras Alicia resopla y, justo en ese momento, sale el elfo de la entrada que les abre la cancela para entrar. Los tres juntos, de la mano, acceden por un angosto pasillo a un salon con paredes de troncos de madera, decoracion navidena, una chimenea enorme y un escritorio en el que esta Papa Noel acompanado de varios elfos. A Candela le tiembla hasta la ultima celula de su cuerpo. Va a ser que si que estaba nerviosa. --Bienvenidos, Alicia, Jorge y Candela. Acercaos a mi --les dice el famoso mago de los regalos en un espanol justito--. Vamos junto al fuego. Hace mucho frio ya y mis rodillas duelen. El hombre se levanta de su escritorio y, asistido por una elfa muy sonriente, se sienta en un tronco frente a la chimenea. La familia espanola se situa frente a el en otro tronco, a unos dos metros. Candela abre mucho los ojos para no perderse detalle. <>, piensa para si. --Familia, gracias por venir a verme desde tan lejos --les dice--. Me encanta Espana. Os llevo esperando muchos anos, pero ya estais aqui. Bienvenidos a mi casa. Lastima que tenga muchos mas invitados y no podais quedaros mucho tiempo, pero he hablado con mis elfos y a cambio os daran un paseo con mis renos. --Gracias, Papa Noel --le contesta Jorge. Alicia y Candela no abren boca. --Candela, estas ya muy mayor, y muy preciosa. Se por mis elfos que te portas muy bien y que sacas buenas notas. El cuello de Candela responde afirmando. --?Me has traido la carta con lo que quieres que te lleve a tu casa este ano? La nina abre su bolso y saca la carta que escribio en Madrid. Este ano no tiene dudas: quiere una camara de fotos. La amable elfa se acerca, toma la carta y se la da a Santa. El la abre y la lee. Despues sonrie. --Hare lo que pueda, Candela... Me lo has puesto muy dificil, pero lo intentare. --Gracias --contesta animada. --?Y algo mas? ?Quieres pedir algo que no sea material? ?Algo para tus padres, o para algun familiar? Recuerda que este lugar es magico y los deseos pueden hacerse realidad. Candela piensa, pero enseguida lo tiene claro. --Quiero ir a ver a mi tia Amanda que vive en Nueva York y esta muy sola. --!Oh, que pena! Pero seguro que ella tiene muchos amigos alli --le responde. --No, !que va! Siempre que hacemos videollamadas o esta en casa o trabajando. Es actriz, ?sabes? --!Uy, que bonita profesion! --habla por primera vez la elfa. --?Y estas preocupada por ella? --le pregunta Papa Noel. Candela piensa lo que va a decir antes de hablar y responde: --?Puedo pedirte otra cosa Papa Noel? El anciano se rie, con esa carcajada que ha escuchado decenas de veces en peliculas, pero esta vez suena a verdad. El cuerpo de Candela se escalofria entero de la emocion. --!Pues claro! Estas en la casa de los deseos. Pide, Candela. La nina mira a su madre y recibe una sonrisa un tanto asustada, pero se decide a pronunciar: --Quiero que mi tia Amanda encuentre un novio esta Navidad y se case para que no este sola nunca mas. --Hija, eso quizas es muy dificil... Mi hermana no esta ahora mismo para novios y... --Lo intentaremos, Candela --interrumpe Papa Noel a Alicia--. Si algo nos gusta en el Polo Norte es que nos pidan deseos de amor. Una de mis elfas se pondra a la tarea, pero quizas tardemos un poco mas de lo que tu quieres, ?vale? Candela sonrie entusiasmada. Esta deseando llamar a su tia para contarselo. La elfa que ayuda a Papa Noel a levantarse y a que regrese a su escritorio, sonrie tambien. Este deseo le ha tocado el corazon. Si ella pudiera, haria todo lo posible por cumplirlo. Si ella pudiera... Capitulo 1: No estoy tan sola Me levanto tiritando de frio y toco el radiador. !Fantastico! !Se ha vuelto a estropear la calefaccion! --!Mierda de Manhattan! Con lo que me costo el apartamento y las veces que se rompe la calefaccion. Estoy mas que harta. Por lo que pago de comunidad, deberia haber un tecnico todo el dia en la sala de calderas. Busco en el armario la chaqueta de lana que me compre en Madrid y me cubro la garganta con una bufanda. Estamos a dias de terminar el musical y no me puedo permitir perder la voz. Michael me mataria. Miro el reloj, son las siete de la manana, me habia puesto el despertador para salir a correr, pero es mejor que ese tiempo le invierta en arreglar este desaguisado porque esta noche quiero regresar a un hogar vacio pero caldeado. El invierno en Nueva York es tan frio que todos los anos anoro regresar a Espana e irme al sur a la casita que tiene mi hermana en Cadiz, pero siempre me sale algun trabajo y me tengo que quedar. Voy hacia la cocina, caliento leche en un cazo y enciendo la cafetera. No es que sea una naturista contra los electrodomesticos, pero el microondas se rompio hace una semana y el conserje, que me prometio arreglarlo, lleva dandome largas desde entonces. Es un manitas. Siempre le pregunto a el antes de llamar a algun tecnico, pero esta vez se lo esta tomando con una calma tipo albanil cuando te dice <>. A veces pienso que todas estas nuevas modas que nacen antitecnologicas, followers de todo lo prehistorico, asi como el ayuno intermitente, lo de no ducharse todos los dias o el boicot a los congelados, realmente se originan del caos y la vagancia que da buscar un operario que te arregle el problema en cuestion sin morir en la espera o enfermar por el rinon que te cobran nada mas poner el pie en tu casa. En Manhattan es mas dificil encontrar un tecnico que un taxi en Nochevieja, por lo que te adaptas a vivir sin el electrodomestico estropeado y encima lo aprovechas, le pones un nombre cuqui y te haces el moderno. Me preparo el cafe y, mientras voy hacia mi telefono, me aseguro de que hayan pasado veinte minutos desde que me desperte. Me tengo totalmente prohibido mirar cualquier tipo de pantalla en los primeros veinte minutos de mi dia. ?Por que? Pues porque me lo dijo una dependienta en el Soho una vez, que los expertos dicen que es malisimo hacerlo para los ojos y, ademas, que te puede generar mucho estres ver todos los pendientes que tienes en ese dia. A la larga, eso te altera el sueno. Y si yo tengo dos problemas son esos: estres y problemas para dormir. Ademas, que si quieres parecer alguien importante en esta ciudad tienes que contar cosas asi. Hay que alistarse a todo este tipo de modas para estar en la onda y, si encima eres el precursor, te ganas miles de seguidores. Eso si, yo que creo tener la cabeza en mi sitio, te digo que la linea entre ser un yogi o padecer de TOC es muy fina, y que por eso medio Nueva York va al terapeuta, al psicologo o al psiquiatra. Veo en la pantalla que anoche me llamo mi hermana. Ya habran vuelto de Finlandia. Luego la llamo, pero primero voy a despertar al vago del conserje. Diez minutos despues tocan a mi puerta. Dejo el nuevo guion que no he empezado a leer sobre la mesa y me miro en el espejo antes de abrir. Aunque sea el de la calefaccion, siempre tengo que parecer arreglada porque un mal rumor te puede desahuciar durante meses y quitarte oportunidades. Abro y me encuentro con Peter, el buenorro de mi vecino, y su sonrisa socarrona. --No has salido a correr y habiamos quedado. --Piii..., error. Tu dijiste que ibas a correr y yo te dije que igual me apuntaba, pero no se si te has dado cuenta, amigo, de que no hay calefaccion. Peter sonrie y toda esa hilera de dientes perfectos y blanquitos me provocan. --Pues claro, dime que has llamado ya al conserje. --Si y me ha dicho que iba a avisar al de la caldera, pero que no cree que esta manana este arreglado, asi que abrigate. Peter, como suele hacer, a su antojo, empuja la puerta y entra en mi casa. Yo reniego mientras le sigo a la cocina y le veo servirse un cafe, sin dudar de donde estan las tazas o el edulcorante, y despues se apoya en la barra mientras bebe. --!Uhmm! Me encanta tu cafe espanol. --A ti lo que te encanta es gorronearme, que ya me tienes acostumbrada y hasta, cuando hago la compra, pienso en la leche y en los cereales que te gustan. --?Me has comprado cereales? --me pregunta divertido. --En el armario del centro --le respondo simulando hastio. Peter se da la vuelta y, mientras busca, yo no puedo evitar perderme en su espalda y en su trasero que estan esculpidos por los dioses y trabajados en muchas carreras y ejercicios de crossfit. Es lo que tiene el real cuerpo de bomberos: unos cuerpazos de calendario. Pero es que encima de que Peter sea guapo a rabiar, con rasgos latinos, ojos oscuros, labios gruesos y mandibula ancha, es el bombero mas sexi de todo Nueva York. Y no lo digo yo, se hizo viral hace dos anos en la red. Desde entonces, de vez en cuando, trabaja en moda y se lleva un dinerito; de ahi que se pueda costear un apartamento en una zona como esta. Los dos nos vinimos a vivir casi a la vez a este edificio y nos hemos ayudado a sobrevivir en la soledad a la que te empuja a experimentar esta ciudad. No es que el este solo. !Que va! Pocas veces duerme solo en su colchon. Las paredes son de papel. Pero una cosa es sexo y otra familia, y ambos, inmigrantes, echamos de menos a las nuestras. ?Me he acostado con el? Pues claro. ?Hay algo mas? No, para nada. Es el ser mas mujeriego del planeta. Jamas podria fiarme de el. Peter echa los cereales desde la caja en su boca y despues bebe cafe. Sus modales de puertas para adentro dejan mucho que desear, pero entre el y yo ya no hay melindres de ese tipo. --?Hoy tienes funcion? --me pregunta. --Si, a las cinco. --?Quieres venir despues a la fiesta de cumpleanos de John? --No --respondo rotunda. Peter se rie. --No lo vas a olvidar nunca, ?no? No contesto, pero porque ya sabe la respuesta. --Fue una chorrada, Amanda. Olvidalo... --Lo tengo olvidado, Pet, pero sabes que John me incomoda. No me gusta como me mira. --Te mira como la mitad de los hombres en esta ciudad y porque los otros son gays. Eres un bombon, Amanda. --Gracias, pero eso no justifica que me mire como si yo fuera un producto y no una persona. Estoy harta de eso. --Ya... lo de que te pidieramos hacer un trio, no ayudo, ?verdad? Pero es que, en serio, John es un hacha. Le he visto en accion, y te iba a quitar todo el estres. Esta loco por ti. --Pet, una cosa es que tenga sexo ocasional contigo por la confianza que hay, y otra es que me acueste con todo bicho viviente. --Amanda, no hay ningun bicho viviente. Solo te acuestas conmigo. --Eso no es verdad. --Eso si es verdad, y lo sabes. Nena, eres una monada, pero estas escondida entre estas paredes y tu miedo al fracaso. --Pet, contigo y mi satisfyer me basta y me sobra, y no es cuestion de miedos. Es que paso de tener una pareja chupasangre. Ademas, no quiero hablar de esto, asi por la manana. Pet se me acerca despacio, clavando sus ojos en mi. --No te enfades, preciosa... Sabes que te quiero. Nos abrazamos como amigos. Me distraigo en su olor. Aunque viene de correr, huele igual de bien que siempre. Siento como se endurece al estar tan pegado a mi. Aparto mi cabeza para mirarle interrogante. --Llevo tres dias. Te lo prometo --me lo dice con cara de perrito abandonado. --?De verdad? Pet se acerca y me da un suave beso en los labios. --Jamas te miento con eso. Tres dias sin acostarme con nadie, lo juro. Estoy limpio para ti. Hace mucho frio en este apartamento, dejame que te caliente... --me dice con esa voz seductora pegada a mi oreja y se que no voy a poder negarme, ni quiero. Lo que mas me apetece es entrar en calor bajo su cuerpo y si el me ha prometido que no se ha acostado con nadie, le creo. Tengo esa norma con el: sexo si, pero siempre y cuando no comparta fluidos con otras, y tienen que pasar minimo dos dias para que lo acepte. --Tengo un poco de prisa --le digo para sonar practica y asi darle nombre a esto que tenemos--. ?Sofa, suelo o cama? Pet me mira y sonrie picaro. --Donde tu quieras, princesa. --No me llames princesa --le reprendo. --Pues en ese caso, en el suelo. --Pet me agarra y caemos sobre la alfombra. No es que haya mucho espacio, aunque creo que el justo y necesario para los planes de mi vecino, que ya me ha quitado el pantalon de estar por casa y esta haciendose un hueco entre mis braguitas para hacerme perder el sentido con su especialidad. Pet es un maestro en el arte del sexo oral y es su ritual, como el aperitivo antes de almorzar en los restaurantes espanoles; lo practica nada mas empezar y asi se asegura el exito. Cierro los ojos y me dejo llevar por su lengua, y lo que me provoca. Tres minutos despues, cuando estallo en un orgasmo y el asciende para penetrarme sin darme tregua a respirar, pienso que no estoy tan sola y que no se por que todas las noches mi apartamento se me echa encima.

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  • Olvida que antes de Irene Ferb

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    Carol tiene tanta hambre que hasta envidia el chicle que mastica Lola con esa extravagancia caracteristica suya y hasta imagina que podria nutrirse algo. Celos de un chicle, es patetica… ?tendra algun alimento o sera verdad eso que dice su madre de que son derivados del petroleo? La observa atentamente, tan diva, tan esbelta que parece una estatua, con esa cara de gata iracunda a punto de estallarte, que te desanimaria a acercarte, y, sin embargo, es la mas popular del colegio porque es como el rey Midas: si te toca te conviertes en oro, lanzandote directamente al grupo de los intocables, los <>. Otra pompa, ya lleva diez. Y ella que mataria por masticar y sacar algo de jugo, pero no puede, desde hace mas de un ano. Su mandibula, acorde a su cuerpo, esta mal hecha y su mordida es inaceptable segun el ortodontista, por lo que su madre saco la tarjeta de credito sin preguntarle y ahora lleva unos aparatos que le corrigen la boca y no le dejan morder nada solido. No, no le pregunto si queria ser el objeto de todas las burlas de su clase, de nuevo, por lucir el aparato mas exagerado de todo el colegio. Ahora la llaman presa, porque su boca parece una carcel. Cuando aparecio con el corse para la escoliosis no tardaron en bautizarla como <>, se burlaban de que su cuerpo parecia hecho a piezas. A todo se acostumbra uno… o no, puede que ella nunca lo haga. Su madre le dice que es hipersensible y que deberia importarle un comino lo que los demas digan de ella. Su madre va de fuerte, pero la mira y sabe que habla desde la ignorancia porque nadie se ha burlado jamas de ella, !que sencillo es asimilar los dramas de la vida desde la barrera! En su momento ocupo el lugar que ahora ocupa Lola. Su madre y su perfeccion… ?como puede ser su hija? Su estomago vuelve a rugir, ya van cinco veces, solo espera que durante la clase de etica no le suene, porque suelen estar en silencio haciendo deberes y se va a morir de la verguenza. Si al menos le hubieran dejado el zumo… pero se lo han quitado todo, el flan y el zumo. Anoche no ceno por dolor de tripa y apenas ha desayunado porque se ha despertado muy tarde. Lleva dieciocho horas sin darle trabajo a su estomago. Tiene unos companeros de la peor calana que viven por y para amargar la existencia a los corquis. Corquis: persona que, segun su escala de medir, no esta terminada y prefiere sacar buenas notas antes que estar todo el dia haciendo el ganso. No hace falta aclarar que ella esta en el top cinco de las corquis del cole. Lo que mas le fastidia es que no se lo toman: se lo quitan y encima lo pisotean delante de su cara y se marchan corriendo, como carreras de caballos, haciendo ruido con sus burlas. Y no, es mejor no decirselo a los profesores, solo le faltaba sumar a su lista de apodos el de chivata. Roa vuelve a meter un gol. Van cuatro en veinte minutos. Se rumorea que le va a fichar el Real Madrid, que le ha visto un ojeador. Es muy bueno. Aprovecha que todo el mundo lo hace para mirarle y asi no llamar la atencion… <>. Total, que para no dar mas que hablar prefiere disimular y de refilon ver como se abraza con Alberto, el otro idolo de masas de su colegio y que, a la vez, tambien, es su hermano mayor. Despues chocan los punos y camina en solitario hacia el centro del campo con la cabeza alta, recordandole a esos jugadores profesionales tan chulitos que ponen en la tele. A Roa se le ve de lejos que ha nacido para triunfar. Eso se nota. A ella no… Y por eso, aunque el se pasa tardes enteras en su piscina no sabe ni como se llama. Alberto le saca tres anos, el ya tiene dieciseis. Tambien es muy guapo y debe de ser muy simpatico, pero a ella no le hace ni caso. Vive por y para el deporte y para sus amigos. No se porta mal con ella, directamente la ignora. A veces, ha presenciado como la calana se burla de ella y ha seguido a sus cosas como si nada. Y eso duele mas que cualquier empujon. ?Como no puedes importarle nada a alguien de tu familia? Cuando era mas pequenita se reia mucho con ella y jugaban juntos, ella le adoraba, pero fueron creciendo, se hubo de convertir en invisible y se fue olvidando de ella. Carol de el tambien, poco a poco, pero a veces le cuesta y se le hace nudo. Las chicas de clase vienen hacia ella. Se ha quedado guardando el sitio mientras ellas ensayaban en un rincon el baile de fin de curso. Bea la mira avergonzada, ella es su unica amiga y no suelen separarse para nada, pero la han elegido como su correctora y se ha ido a ver si todas bailaban sincronizadas. --?Que tal, Carol? --le pregunta al tomar asiento. --Pues muerta de hambre. --?Te han vuelto a quitar el desayuno? Con pereza, afirma con la cabeza. --No te preocupes, tengo en mi mochila galletas, ahora te las doy. La mira agradecida. Bea es un sol. Con ella no se meten porque es muy dulce y a la vez atrevida y su hermano Aitor si que la defiende. Las chicas hablan y hablan sobre el baile y Bea y ella escuchan un poco apartadas. A ella no le ofrecieron participar, baila fatal y odia hacerlo. Suena la alarma. Termina el recreo. Se baja del murete y hace un poco mas de ruido de lo normal porque se tropieza con una piedra. No sabe que pasa, tampoco ha sido para tanto, ?por que todos la miran?, ?ehh? ?Por que la senalan y se rien? Busca a Bea, ella esta igual de sorprendida. Se hace un corro a su alrededor, hasta Roa y su hermano han llegado, entre tantas voces los escucha: --?No es tu hermana esa? --Si, tio, vamonos. --!Pobre cria, vaya hermano mas capullo! --Vamonos, macho… que se apane ella. No entiende nada, esta paralizada de la verguenza, sabe que hay algo en ella que les hace reir y hasta algunos juraria que ponen cara de asco. Se mira. ?Que, que es esto? ?Por que tiene tanta sangre en el pantalon? --!Bea! Ella se da cuenta a la vez y le tapa con su cuerpo. --Vamos al bano --le dice al oido--, tranquila… Hay que ser constante, no claudicar jamas, es su leitmotiv desde hace anos. Carol reconoce en todas las entrevistas que concede que asi consigue cualquier objetivo que se propone, y para sus adentros se guarda que asi elimino el horrible acne de su adolescencia y que fue el detonante de la Carol que es hoy en dia. Rutina por la manana y por la noche, cada dia, desde hace quince anos, cinco mil cuatrocientos setenta y cinco amaneceres y las mismas lunas. Le sigue encantando contar. Grano o marca que desaparecia gracias al protocolo de: limpieza, tonico, balsamo, crema antigrasa, serum e hidratante, la hacia sentir una victoria tal, que se animaba a seguir pese al cansancio y asi fue efervescendo su amor por la rutina. Carol es enemiga del azar. Ella no se lo puede permitir, hay quien tiene la suerte de triunfar sin apenas trabajo y consciencia, pero ella cada paso que da esta mas que medido y calculado, y si alguna vez se ha despistado, dejando escapar un centimetro a su arrinconada rebeldia, derrapa. Y no mas caidas, hieren, y ella ya se ha curado muchas cicatrices, se le ha agotado el botiquin. Entra en su habitacion. Observa el vestido de esta noche. Un lujo. Y todo lo que conlleva esa palabra viene a cargo de su madre. Se entero de que este ano si que estaba invitada a la fiesta de la radio y no ceso hasta convencerla de que el vestido era muy importante y que con un Elie Saab que se compro la temporada pasada iba a presumir de figura. Aunque se lleven casi treinta anos, su madre y ella usan la misma talla, asunto que puede ser algo preocupante, pero que para estos menesteres le sale mas que rentable. Carol jamas invertiria tanto en ropa, y no solo se refiere a dinero, es tambien cuestion de tiempo. Ella prefiere leer, ver una buena pelicula, salir a cenar, tomar una copa de vino, ir a pasear mientras escucha podcast, visitar museos, nadar… y comer queso. No hay nada que le guste mas que el queso. Coge una nota que hay sobre la cama: Tu hermano pasara a las ocho a recogerte. Vino ayer de Londres. No puedes ir a un evento asi sola. No seas estupida con el, lo esta pasando mal. <>, se dice Carol. Llevan quince anos sin apenas concederse algo mas que conversaciones de ascensor y hoy se van a tener que comunicar lo quieran o no. Su prometida le ha abandonado dos meses antes de la boda y el se ha vuelto a Espana porque no podia asumir el fracaso y, segun su madre, esta hecho un roto. ?Y cuando ella le necesitaba?, ?el hacia algo para ayudarla o la ignoraba como a un homeless? <>, se repite como un mantra… el mantra que escucho todos los lunes y miercoles a Ricardo en la consulta, durante diez anos. Ya no va, no puede porque ahora son intimos. El es su mejor amigo varon, y el siempre le dice que con ella perdio a una clienta, pero gano a una hermana. Su infancia fue borrascosa, a sus padres les costo entenderlo, pero una vez que lo comprendieron y pidieron ayuda, Ricardo, un recien licenciado en psicologia que ficho el colegio, se cruzo en sus vidas y la vida de Carol se impregno, poco a poco, de nuevos colores. A Ricardo le debe en quien se ha convertido, ella esta orgullosa de si misma y, sobre todo, de que el permanezca en su vida. El y Bea, su amiga desde la prehistoria. Ahora su socia. Carol le envia un mensaje para contarle quien va a ser su acompanante en la velada de esta noche. Sabe que no la va a poder contestar, hoy tenia muchas reuniones. Bea se ocupa de la gestion y legislacion de su empresa, Carol de la parte tecnica, ella es la cara visible. Son las duenas de una pagina web lider en su sector. Carol estudio periodismo, trabajo en varios lugares, hasta dar con la guia Michelin que le apasiono, se formo en el tema, hizo varios cursos y un master en critica gastronomica y ahora se dedica a publicar resenas de restaurantes, hoteles y clubs de Espana, Portugal, Francia e Italia, de momento. Las resenas no solo son escritas, hay videos, entrevistas, opiniones, de forma que el cliente se hace una idea completa del lugar que va a escoger. Son resenas personalizadas, no de plantilla, no un copia y pega como en otras paginas, ese es el secreto de su exito. Llevan tres anos y estan triunfando. Desde hace un ano, tambien organizan viajes a medida. Eso fue idea de Bea que, aunque es la gestora, tiene una cabecita loca llena de ideas. Aunque la ducha suele calmarla, hoy la visita de su hermano la mantiene estresada. Es una adulta, se relaciona con mucha gente al dia, pero Alberto… el puede evocar a sus fantasmas, esos que extinguio tras mucho esfuerzo en la consulta de Ricardo y no quiere ni pensar en revivirlos. Apenas se han visto en los ultimos anos. En navidades y si era indispensable. El vivio varios anos en Catar como jugador de futbol profesional y ahora residia en Londres con su prometida, Alissa, una matematica que trabajaba en Huawey, que se ha enamorado a ultima hora de una mujer. No entiende como a su madre se le ha ocurrido obligarle a ir con el… ?Como estara? Hace bastantes meses que no se ven. Aunque eso le haga ser peor persona, el saber que el esta deprimido le hace sentir un poco de ese gustirrinin que negarias si o si a cualquiera que te preguntase. Es politicamente inaceptable disfrutar del sufrimiento de otros, y por eso no es disfrutar la palabra que ella escoge para autojustificarse, es <>. A Alberto todo se le ha puesto de cara en la vida, ya le iba tocando pasar por la casilla de bancarrota. A ver que tal se relaciona con su equipo de radio, Los clandestinos. Un programa nocturno en Onda radio en el que diseccionan todo lo que tenga relevancia cultural, desde el humor y el amor por el arte. A Carol le apasiona, toda la semana se prepara el tema de turno y habla y aprende de sus companeros, cineastas, periodistas, escritores. A ella la ficharon por sus conocimientos sobre gastronomia, tal cual, porque siempre se ha fijado en los platos que se cocinan en las peliculas y en los libros, y tiene esa diferencia que aportar. Como agua para chocolate fue el inicio de ese amor y nunca penso que podria sacarle provecho. Relacionarse con gente tan culta y tan interesante es fascinante. Nada mas terminar de calzarse suena el timbre de la puerta. Antes de ir para alla, Carol se echa un ultimo vistazo y se ve fabulosa con el vestido, su madre sabe lo que hace. Es elegante y a la vez atrevido. Negro con un importante escote camiseta, entallado en la cintura y con una falda vaporosa con transparencias geometricas. Se ha recogido el pelo en una coleta alta y maquillado suave y le convence el resultado. Carol se gusta hasta recien despertada, eso tambien se lo debe a Ricardo. Toma aire profundo varias veces para relajarse antes de abrir, ensaya una sonrisa, la mantiene y gira el pomo. La luz automatica se enciende e ilumina a Alberto. Y no ve lo que esperaba, un hombre desecho. Encuentra frente a ella a un atractivo y atletico treintanero, moreno de ojos castanos claros, con una sonrisa brillante, un aroma embriagador y una postura de triunfador. --!Dios Santo! !Estas preciosa! --Y para su sorpresa tira de ella y se ve estrechada entre sus musculosos brazos--. !Cuanto me alegra verte tan bien! Ella omite reconocerle que ella siente justo lo contrario… --!Hola Alberto! !Como me despeines te asesino! --espeta--. A ver si no me has abrazado en treinta anos y hoy que me peino has asaltado una tienda de gominolas y vienes carinoso. Alberto se separa, por un momento Carol cree que se ha pasado de dura y esto puede violentar la velada que acaba de empezar, pero cuando le escucha reirse a carcajadas, recuerda que hay pocas cosas que le ofendan. Alberto es como su madre, de otra pasta, asi como de hormigon armado; ya tendria tarea el lobo de los tres cerditos y soplar hasta salirle una hernia, que no derrumbaria a su madre y a su hermano ni con la ayuda de la huracanada Dana. --Se me habia olvidado lo sincera que eras, hermanita. --Normal que se te olvide, con que te acuerdes de como me llamo me doy con un canto en los dientes --le reprocha y despues a si misma porque con esa actitud la noche va a ser infernal. Alberto vuelve a reir. --Creo que era algo como Carolina… --Carol --le corrige ipso facto. --Y que odias que te llamen asi, no me has dejado terminar. Se muchas mas cosas de ti de las que piensas --dice tan pagado de si mismo que cualquier poligrafo dictaminaria que dice la verdad. --Ya lo dudo. Espera que cojo el bolso y cierro. --Carol se da la vuelta y entra en su casa. Mientras recoge, apaga luces y saca las llaves, se dice a si misma que debe frenar la hostilidad y llamar a filas a su cordialidad. --?No me vas a invitar a entrar en tu choza? --le pregunta Alberto cuando le tiene de nuevo frente a ella. Su aroma vuelve a sorprenderla, huele a limpio, pero con unas trazas tostadas e incluso picantes que se aduenan de su pituitaria. --No vamos bien de tiempo --le responde cerrando la puerta energica, como si hiciera un simil consigo misma: ni entras en mi casa, ni en mi vida--. Otro dia. --Vale, vale --su hermano ha captado el impetu--, pero por lo que veo te van bien los negocios, !menudo chalet y que buena zona! --Si, trabajo mucho, Alberto. --Lo se, mama me habla mucho de ti.

  • El jardin de las delicias de E.m. Cubas

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    El Jardin de las Delicias es un club para el pecado, para realizar las fantasias prohibidas y desinhibirse de los tabues y la Dama lo regenta con mano firme…, hasta que un joven abogado atraviesa sus puertas pidiendole que sea su maestra.

  • Victoria de Begona Blasco Laffon

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    Mi abuela siempre tenia a mano un refran. Mas vale callar lo que se sabe, que decir lo que no se sabe. Me pregunto que hubiera sido de mi familia si hubiera hecho caso de este. Por fin han salido a la luz los secretos que guardo tantos anos, y el desastre que origino por decir lo que no sabia. En el salon en el que pase mi infancia, observo a Victoria dormida en el capazo. No estoy segura de cual hubiera elegido la abuela para este momento, pero si de lo orgullosa que se hubiera sentido al saber que su nombre se perpetuaba en la familia. Oigo en mi cabeza su voz dulce: "?ves?, todo llega". Han pasado casi cincuenta anos de su muerte, y me pregunto como es posible que aun recuerde con tanta claridad la ternura con la que me hablaba. Mi madre, en cambio, parecia que solo se hubiera aprendido un refran, y lo repetia cada vez que se le presentaba alguna oportunidad de cambio: mas vale malo conocido que bueno por conocer. Con que ganas le diria lo confundida que estaba. Todavia me invade la tristeza si pienso en las veces que la culpe de no quererme lo suficiente. Ahora que se lo que paso, me asombra que fuera capaz de sacarme adelante. !Que mejor manera de demostrarme su amor y que poco supe apreciarlo! Me acerco a la cuna y acaricio la mano de mi nieta. Desde que viaje a Munich cuando nacio, hace cuatro meses, solo la habia visto en las fotos y videos que mi hija me envia a menudo. Llevan un par de dias instaladas en casa, pero hoy es la primera vez que me quedo a solas con ella. --Madre, te he dejado el biberon en la nevera --ha dicho, como si no hubieramos estado juntas en la cocina mientras lo preparaba--. No creo que lo necesite, normalmente duerme seis o siete horas seguidas. De verdad, en cuanto tomemos las uvas nos volvemos. Sabine, harta de las instrucciones que Paula no paraba de darme por el pasillo, con la excusa !llegaremos tarde!, ha conseguido cerrar la puerta. La pequena hace un puchero y me apresuro a mecerla, al tiempo que con el mando apago la tele. Siempre me ha gustado ver los programas que resumen lo ocurrido durante el ano, pero, hoy, mirar a mi nieta me parece mucho mas interesante. !Una nueva Victoria en la familia! No tengo claro si me gusta que hayan elegido nuestro nombre. Me alegro de que, por lo menos, no comparta tambien nuestra fecha de nacimiento. Aunque recuerdo con carino los cumpleanos compartidos con la abuela, es mejor que Victoria tenga su propia fiesta. Deseo que empiece una nueva saga de mujeres en la familia que sabran mirar al futuro sin el lastre del pasado. Sin prejuicios, sin secretos. Victoria se ha dormido de nuevo. Me acerco al balcon y observo a traves de los cristales el ir y venir de la gente. Las luces de los escaparates y las estrellas que decoran los arboles de la plaza me parecen mas brillantes que las del ultimo ano. Aunque he insistido en que estare dormida antes de que den las doce, Paula me ha comprado esta manana una lata con las doce uvas, ya peladas, y las ha puesto en un cuenco que ha dejado en la mesita, al lado de la lampara. Sin piel, se amontonan en el fondo, languidas, casi translucidas. Me ha hecho prometer que me las comere aunque este sola. Pero no estoy sola. Si entorno los ojos puedo ver a la abuela, que sentada en su butaca frente a la tele, me pide que le pele las suyas; y a mi madre, enfadada porque creia firmemente en la necesidad de cumplir el ritual sin trampas, para que la suerte nos acompanara durante todo el ano. Conocer los secretos de la abuela ha servido para que comprenda por que mi madre se sintio, hasta su muerte, una nina abandonada. Ya no tengo nada que recriminarle, lo unico que lamento es que se fuera sin poder decirselo. Me alejo de la ventana. Con cuidado acerco el capazo al sillon. Me acurruco en el sin perder de vista a Victoria que, dormida, esboza sonrisas que se desvanecen casi al mismo tiempo de aparecer. Siento como si tuviera todo el tiempo del mundo, y protegerla fuera mi unica tarea. Me sorprende ese sentimiento porque ni siquiera con mis hijos he tenido una conexion tan profunda. Recuerdo con pena su nacimiento. Mi instinto maternal quedo oculto tras el parto por un velo de tristeza que no me permitio, hasta mucho mas tarde, disfrutar de ellos. Esta noche dormire de nuevo en el que fue mi cuarto, pero las obras han conseguido, por fin, que el piso deje de pertenecer al pasado. El corcho con las fotos y recortes que mi madre mantuvo durante tantos anos ya solo esta en mi memoria. Sin embargo, solo ha pasado un ano desde aquella manana en la que tuve la sensacion de que el dormitorio me miraba con extraneza, como si se preguntara el motivo por el que, despues de tantos anos, habia vuelto. No supe contestarle. Quiza la llamada de Juan el dia anterior, para decirme que hiciera algo con el piso de mi madre, provoco en mi la absurda pretension de que, si amanecia en mi cama de nina, la pesadilla terminaria, mi familia permaneceria intacta, y la abuela vendria a darme los buenos dias con un beso, como cada manana. El deseo de leer sus cartas y escritos me lleva a levantarme sin pereza del sillon. Hace unos meses que encuaderne todo ello. Me acerco a la estanteria. Se me ha ocurrido la tonta idea de hablarle a mi nieta mientras duerme. Quiero que Victoria conozca sus origenes. Quiza tengan razon los que dicen que de pequenos somos capaces de guardar informacion de cosas que vivimos, aunque despues nuestra mente consciente no pueda recordarlas. Con un poco de verguenza al principio, empiezo a hablar. Mi voz es apenas un susurro en la habitacion hasta ahora silenciosa. --Tienes que imaginar a mi abuela Victoria joven y enamorada. Me quedo pensativa un momento. Si pretendo contarle lo ocurrido estos ultimos meses no puedo irme tan atras en el tiempo. Comienzo de nuevo, mi voz mas firme. --Mejor empezare hace justo un ano, el 31 de diciembre de 2013. Asi sabras como me entere de los sucesos que nuestras antecesoras me ocultaron durante tanto tiempo. 1 Me encogi bajo las sabanas sin ganas de levantarme. La habitacion seguia helada. Por la hora que era, el portero acabaria de encender la calefaccion y aun los radiadores estarian templados. Saque la mano y tantee en el suelo en busca de la manta que recordaba haberme puesto la noche anterior. Sin molestarme en estirar las sabanas revueltas, la eche por encima en un intento de entrar en calor. Sabia que no me iba a resultar facil, el frio habia pasado a formar parte de mi vida desde hacia un tiempo. La conversacion que habia mantenido con mi marido, lejos de haberse borrado tras la noche, continuaba grabada en mi mente. Su habilidad para convertir cualquier intento de dialogo en un monologo cargado de reproches me habia dejado agotada. Quedo claro que lo unico que queria de mi era que desapareciera de su vida, y cuanto antes, mejor. !Como olvidar sus palabras!: Joder, Mavi, siempre llegamos al mismo punto, vendamos nuestro piso de una puta vez, repartimos y se acabo el problema. Ahora que el de tu madre esta vacio ya no tienes excusa. Ya han pasado mas de dos meses, y seguimos igual. Asi que haz algo. Tengo planes y no voy a esperar mucho mas, dijo antes de colgar sin ni siquiera despedirse. Que tenia planes... !Que cabron! ?Y nuestros planes? Cuando Diego se fue a estudiar su master a Vancouver, nos parecio buena idea hacer un viaje para revivir las veces en las que dejabamos a los chicos con mi madre y nos escapabamos un fin de semana en el viejo coche. Su enfermedad hizo que fueramos posponiendo nuestros planes, pero, ahora, tenia claro que la unica ilusionada habia sido yo. Me sobrecogio la forma en la que Juan hablaba de ella. Ni siquiera me habia preguntado que tal estaba. No mejoraba tanto como nos habiamos imaginado, pero eso no significaba que su muerte fuera inminente. Solo pensar lo que costaba la residencia me hacia temblar. ?Cuanto duraria el dinero de su cuenta? Cada mes que pasaba subia la factura, tantas cosas que no estaban incluidas, pero que al parecer eran indispensables para su cuidado. Lo ultimo que me faltaba era Juan con sus prisas y sus maravillosos planes. La rabia que senti al recordar la forma tan ruin en la que me dijo que se iba, me quito el frio de golpe. Hacia una semana que habiamos ingresado a mi madre. Necesitaba volver a la rutina con la que pasabamos tantos fines de semana, yo, leyendo un libro en la butaca, y Juan, tumbado en el sofa, mientras cambiaba una y otra vez de canal sin intencion mas que de dejar pasar el rato hasta la hora de acostarse. Dos meses ya, y todavia me parecia que fue ayer. Acababa de terminar el telediario. La casualidad hizo que le mirara justo en el momento en el que apago la tele. Dejo el mando encima de la mesa, se sento en el sillon y levanto la vista hacia mi. --Quiero decirte algo. He esperado porque sabes que aprecio mucho a Ana Maria y no queria que sufriera todavia mas. --?Algo de mi madre? --pregunte. Volvio a coger el mando de encima de la mesa, por lo que por un momento pense que iba a encender la tele, pero se limito a pasarselo de una mano a otra. Cuando ya estaba a punto de decirle algo, por romper ese silencio que empezaba a asustarme, comenzo a hablar: --Sera mejor que te lo diga sin rodeos. Me marcho. --?Que te marchas? Juan viajaba con frecuencia por su trabajo, no entendia por que me lo anunciaba, esta vez, de una manera tan rara. --Si, he decidido que me voy. --?Adonde? Se levanto del sillon y se quedo en pie, frente a mi. --Lo que intento decirte es que me voy de casa. Quiero a Carla y hemos decidido empezar una nueva vida juntos. --?Carla? Mi mente hacia verdaderos esfuerzos por intentar poner cara a un nombre que me sonaba familiar. --?Tu secretaria? --Bueno, ahora no es secretaria. Hace tiempo que ejerce tambien de abogada en el bufete -- intento justificar Juan, y antes de que pudiera decir nada, continuo: --Si no lo he hecho antes es porque no queria que tu madre tuviera que pasar por esto, pero ahora no veo razon para aplazarlo mas tiempo. ?Entiendes? Incapaz de hablar o moverme, escuche sus explicaciones, sin asimilar todo lo que me decia. --... seamos razonables. A los chicos les parece bien. Oir que hablaba de nuestros hijos me hizo reaccionar. --?Me estas diciendo que sabian que estabas con otra tia? --Bueno, no desde hace mucho. Se lo conte a Paula la ultima vez que vino, y ella me dijo que se lo diria a su hermano. --!Eres un cabron de mierda! Me parecio que se acobardaba ante mi rabia, pero enseguida se envalentono de nuevo. --Solo quieren que seamos felices. --?Felices?, ?!Felices!? Mi grito no consiguio nada mas que una mirada tensa por su parte. --Espero que lo entiendas. Estoy decidido. Me ire manana. --!Como que manana! --conteste hecha una furia, y sin pensarmelo dije--. Si quieres irte, vete, !pero vete ya! --Si es asi como lo quieres... Aun no me habia movido del sillon cuando Juan salio de nuestra habitacion arrastrando dos maletas. Al pasar por mi lado me dijo: --Adios Mavi, hablaremos cuando estes mas calmada. Me gire en la cama incapaz de encontrar una postura comoda. Mi chuleria me habia salido rana. Por lo poco que tardo, tenia que haber preparado las maletas aquella tarde. Las habia visto en la habitacion, pero no imagine que ya estuvieran llenas. !Como habia podido ser tan tonta! El dia que ingresamos a mi madre en la residencia se habia mostrado muy carinoso. Llevabamos tanto tiempo fingiendo una convivencia que no existia, que tendria que haberme dado cuenta de lo que tramaba. Con la pena que tenia, si llego a saber lo que me esperaba, se hubiera acostado aquella noche con el su puta madre. Seguia sin ganas de levantarme. Tenia todo el dia por delante sin nada que hacer mas que esperar a que dieran las doce y tomar las uvas, sola en casa. Mis recuerdos seguian aferrados a aquel fin de semana de hacia dos meses, en el que me resistia a creer que Juan se hubiera marchado y que mis hijos le apoyaran. Me sentia traicionada en lo mas profundo. Aquella noche, cuando consegui reaccionar, cogi el movil y marque el numero de Paula. El timbre continuo sonando hasta que se corto la llamada. Al intentarlo de nuevo me fije en la hora, !eran las dos de la manana! Tendria que esperar hasta el dia siguiente para que me explicara por que no me habia dicho nada. Paula se limito a mandarme un par de wasaps. Alegaba que tenia un trabajo pendiente que entregar y que hablariamos cuando viniera en Navidad. Diego, en vez de darme la razon, habia intentado calmarme, lo que me enfurecio todavia mas. Despues de colgar, sin pensarmelo dos veces meti en bolsas de basura toda la ropa de Juan. Habia esperado a que anocheciera, no queria que los vecinos se enteraran de lo que pasaba, y las tire, con mas rabia aun que la que habia usado mientras vaciaba hasta el ultimo cajon, en el contenedor de la esquina. Ya no hacia falta que volviera, que Carla le comprara lo que le diera la gana. Me habia sentido como Malefica cuando, al final de la pelicula, lucha contra su amado. Aunque yo no pensaba ser tan tonta como ella, que casi muere por creer que el muy traidor se arrepentia. Si Juan queria volver tendria que hacer algo mas para convencerme. Que ilusa. No habian pasado ni veinticuatro horas cuando, un poco borracha, despues de beberme unos buenos tragos del guisqui que Juan reservaba para las grandes ocasiones, me arme de valor y le llame. ?Si?, una voz femenina hizo que mi corazon se acelerara al compas de la ira que empezo a subir desde mi estomago. !Asi que ella si podia usar su movil! !Cabron! Colgue sin contestar. Tire el mio con tanta fuerza que reboto en el respaldo de la butaca y termino en el suelo. Mire el movil, en la mesita de noche, a mi lado. La raja que se habia hecho en el cristal aquel domingo aumentaba cada dia. Decidi que el jueves, en cuanto abrieran las tiendas, iria a por uno nuevo. Ya que no esperaba regalos en Reyes, me compraria el mas caro que encontrara. Que diferencia con las navidades de los ultimos anos, en las que todavia jugabamos a ser una familia normal. Recoger a Paula y a Diego, contagiada de la felicidad que se respiraba en el aeropuerto en esas fechas; los regalos comprados a ultima hora en los que se incluia siempre un tique para facilitar su devolucion, las sobremesas en las que dejabamos a Juan extenderse sobre las ventajas laborales que encontrarian los chicos al terminar sus estudios en el extranjero, sin querer ver que su vuelta a casa estaba cada dia mas lejana. Todo me habia parecido artificial y forzado. Ese dia, en cambio, hubiera dado cualquier cosa por recuperar el dos mil trece, aun con todos sus sinsabores. Ni siquiera habia llamado a mis amigos para decirles que no pensaba acudir al restaurante en el que, en los ultimos anos, nos reuniamos para cenar y tomar las uvas. Lo ultimo que me apetecia era ver las miradas de compasion de las mujeres del grupo al acabar de besar a sus maridos cuando dieran las doce. Recogeria un poco y volveria por la tarde a mi casa en la que me esperaba una lasana congelada. Debia de llevar siglos en el congelador. Cenaria sola, delante de la tele, sin saber siquiera si mis hijos se acordarian de mi. Me entretuve un rato con la mirada fija en las figuras que la luz que atravesaba la persiana entreabierta dibujaba en la pared. No recordaba haberme fijado nunca en ellas, aunque mi cama no se habia movido desde que me instale en esa habitacion unos meses despues de morir la abuela. Se oia ya el bullicio de la gente en la calle. Echaba de menos poder ir de tiendas o tomar algo en un bar sin tener que coger el coche. Juan, sin embargo, siempre habia preferido la tranquilidad del extrarradio de Madrid. La urbanizacion cerrada contaba con vigilancia las veinticuatro horas. Creo que se sentia importante cuando el vigilante le saludaba con respeto al abrirle la verja metalica. A mi me convencio con el argumento de que los ninos podrian jugar libremente en los jardines o banarse en la piscina comunitaria, sin tener que depender de que tuvieramos tiempo para llevarles a un parque o un polideportivo. Sin embargo, tiempo fue lo unico que me sobro en esos anos, hasta que harta de estar en casa, me arme de valor y, aun en contra de su opinion, me acerque al colegio en el que habia trabajado un tiempo antes de casarme. Se apiadaron de mi, y lo que empezo como una sustitucion, se habia convertido en un contrato indefinido. No tenia un gran sueldo, pero eso mejor que nada. Intente pensar en otra cosa, pero solo consegui volver a las palabras de Juan: !haz algo con el piso de tu madre! No me sentia con fuerzas para quitar sus cosas. ?Y si ocurria un milagro y mi madre al volver a casa se la encontraba distinta a como ella la dejo? Pero reconoci que mi resistencia tenia mucho que ver conmigo. A este piso volvio mi madre al quedarse viuda, todavia embarazada, y los recuerdos de mi ninez y juventud estaban asociados a aquellas estancias en las que habian convivido en una armonia un tanto peculiar los mas variados estilos, herencia de la costumbre familiar de no tirar nada. Ahora me iba a tocar a mi hacer lo que mi madre no pudo. La huella dejada por la abuela Victoria, mimamita, habia sido tan profunda que desistio desde el primer momento de la pretension de hacerla suya, nuestra. Para enfrentarme al piso necesitaba alejar los fantasmas de los que habiamos vivido alli, y probablemente la unica manera era tirar todas nuestras pertenencias. Una lucecita roja en el movil, que indicaba que la bateria estaba a punto de acabar, hizo que me levantara de la cama. Abri la persiana para disolver en la luz del mediodia los recuerdos que se resistian a abandonarme, y me vesti rapido, necesitaba un cafe bien cargado. Entre en la cocina y mi ninez cobro vida: encaramada en la banqueta mientras cortaba verduras bajo la atenta mirada de la abuela, el aroma a azafran de sus guisos, el ultimo cumpleanos que celebramos juntas. La nina que fui volvio con fuerza corriendo inocente de la cocina, donde mimamita me llamaba para que le ayudara a decorar la tarta, al salon, en el que mi madre intentaba colgar los globos de colores que habiamos inflado entre todas. Despues de morir la abuela, mi madre no supo encontrar las fuerzas para continuar con las celebraciones en casa, y fue una de mis tias la que tomo el relevo en las ocasiones en que nos reuniamos toda la familia. La cocina estaba aun mas fria que el resto de la casa. El ventanuco del cuarto de la plancha, utilizado tambien como despensa, se habia quedado abierto toda la noche. Mi madre me habia contado que cuando ella era nina, la criada de la abuela, Carmela, dormia alli. Era dificil imaginar una cama en ese espacio tan reducido. Me lleve el cafe al salon y, de pie, pegada a uno de los radiadores, observe el espacio que todavia llamabamos el gabinete de la abuela. Tras su muerte, mi madre decidio comunicar la estancia con el salon. Aun recuerdo lo mucho que me dolio que no respetara esa habitacion en la que tantas y tantas veces mimamita y yo nos encerrabamos. Era nuestro rincon. Me sentaba a su lado a hacer los deberes mientras ella escribia con una pluma de capuchon plateado. Alguna vez me dejaba usarla, y me dedicaba a decorar los margenes con estrellitas de colores o soles sonrientes. Deje la taza en la cocina y el resto de la manana me dedique a clasificar el contenido de las estanterias del gabinete de la abuela. Monte una caja de carton y escribi en su parte superior "guardar" con un rotulador rojo. Me entretuve un buen rato en sacar las fotos de los marcos que no pensaba conservar, regalos de compromiso que siempre me habian parecido horrorosos. La de la boda de mis padres, sin embargo, estaba en un marco de plata que mi madre limpiaba cada cierto tiempo con un liquido que olia muy mal y lo dejaba muy oscuro. Era yo despues la encargada de sacarle brillo. La foto, en blanco y negro, se habia tomado al terminar la ceremonia y los novios y padrinos posaban con el altar al fondo. La primera vez que le pregunte por mi otra abuela, mi madre me explico que no, que la madrina en su boda habia sido una tia de mi padre, ya que mi abuela habia muerto antes de que ellos se casaran.

  • Cinco minutos de Faith Carroll

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    --No puedo creer que me hayas convencido para venir aqui. Elyse arrugo la frente cuando, a su lado, un chico empezo a vomitar en los arbustos. En todo el campus eran conocidas las fiestas salvajes de la fraternidad Gamma Kappa, un grupo de chicos que se unian bajo el lema de "Diversion, sexo y hermandad" y no tenian reparos en cumplirlo a rajatabla. Ella llevaba dos anos en la universidad y no sentia predileccion por esas fiestas. Sin embargo, su amiga Eva parecia haber estado sonando con ir a una desde hace meses. --Me la debias, Elyse--dijo ella. Eva era su unica amiga, con la que compartia muchas horas de clases. Al contrario que la morena Elyse, la chica tenia una envidiable melena rubia que llamaba la atencion de muchos chicos. Y esta noche no era una excepcion. Cuando entraron en la fraternidad, el olor a cigarrillos y alcohol era evidente. No eran las unicas chicas, aun asi estaban en minoria. Un par de ojos masculinos se detuvieron en el vestido de la rubia, sobre todo en la parte de su escote. Otro lo intento con el trasero de Elyse, enfundado en un apretado short tejano, hasta que ella le asesino con la mirada. --Es la ultima vez que dejo que me cubras--dijo Elyse. Esa semana no habia podido terminar el trabajo de una de las asignaturas que se le atravesaba por lo que opto por perder una clase. Eva habia confirmado al profesor lo enferma que estaba su amiga, era tan creible cuando se lo proponia que, al dia siguiente el profesor se habia acercado a la morena, preocupado por su salud--. No merece la pena. --No seas tan sosa y disfruta--respondio Eva, soltando una sonora carcajada--. Los chicos invitan a las cervezas, hay buena musica y es viernes. ?Que mas necesitas? Espera... ya lo se. !Un buen polvo! El rostro de Elyse se contrajo. Miro a su amiga con seriedad, no era un buen momento. Todavia no. --No estoy para eso --dijo, casi bufando. Eva la entendio, no por algo ella habia sido su pano de lagrimas esos dias. --Alex es un cretino. El decidio dejarte, asi que no le debes nada y mucho menos un tiempo de celibato por el. --No es por el, soy yo --dijo Elyse, incomoda. Habia venido a divertirse, aunque ese no fuera su ambiente se sentia capaz. Pero con el recuerdo de ese desamor, las cosas empezaban a torcerse. Eva se dio cuenta, sin previo aviso le dio un cachete en el culo que la hizo saltar mientras ella se reia y varios chicos las miraban, cachondos. --Un clavo saca a otro clavo, te lo digo por experiencia. O, en este caso, mejor deja que el clavo entre. La chica le dio un punetazo suave al hombro. La habia hecho sonreir con sus insinuaciones obscenas, lo necesitaba. Llevaba con Alex desde el instituto, primero como amigo hasta llegar a mas. Poco a poco, con gestos y detalles romanticos la habia enamorado. Alex era un buen chico, todo lo que ella deseaba. Elyse no creia en las peliculas Disney; eso no quitaba poder pensar que habia encontrado al amor de su vida. Pero el no tenia la misma idea. Quizas su amiga tenia razon. No le debia nada a nadie asi que se atuso su camiseta de tirantes con la imagen de un gatito pequeno con gafas hipster y se adentro en la fiesta. Tal como habia dicho Eva, en esa fraternidad tenian la costumbre de ocuparse de que las mujeres tuvieran en la mano siempre algo de beber. Ellas no eran tontas, sabian las razones por lo que controlaron sus bebidas, bebiendo poco a poco. La musica era buena, las chicas se fueron relajando, incluso Elyse aprendio a ignorar a los borrachos y el olor, riendo y bailando con su amiga. Eva la cogio y la hizo dar vueltas alrededor de si misma, mareandola. Elyse le siguio el juego entre risas, hasta que sus miradas se cruzaron. No podia ser. El no. ?Que diablos hacia Keith Durham ahi? Elyse se paro de golpe, arrastrando consigo a su amiga que casi se da bruces con ella. Se recompuso en sus altos tacones y miro a su amiga. --Eh, ?hola? --Eva movio la mano frente a su cara pero nada--. Elyse, ?estas bien? --?Que? --dijo ella, volviendo a su mundo. Su amiga la miraba, extranada y sin entender nada. Pero Elyse estaba pendiente de otras cosas en su mente. No, era imposible. Un tipo como Keith no hubiera llegado a una universidad tan prestigiosa como esta, era pura casualidad. --Parece que hayas visto un fantasma --dijo Eva, mirando al rincon. Por suerte para la chica, habia dos universitarios mas por lo que no podia saber a quien miraba ella--. Siento que me pierdo algo. --No pasa nada, fue un mareo. De verdad, confia en mi. Eva no las tenia todas consigo, aun asi siguio a la chica hasta una mesa donde se unieron a una partida de cartas. Elyse busco el sitio que no le permitiera ver al joven de pelo negro que tanto se parecia a aquel amor estupido. Lo que no podia saber es que esos ojos azules estaban fijos en ella. ** Keith la habia visto antes que ella a el. Ver la cara de sorpresa al reconocerlo le provoco un sentimiento de orgullo que oculto bajo una capa de indiferencia. Nunca sabia como actuar frente a esa joven de melena color chocolate y sonrisa perfecta. Y le recordaba, despues de ese tiempo. Bueno, el se habia ocupado de crear una marca imborrable en la vida de Elyse Miller. Aunque, puede que no fuera buena idea volver a verse. Ella le odiaria. A no ser que aquello estuviera olvidado. --?Algo interesante, Durham? --Nathan, su amigo, se apoyo en sus hombros, colgandose en busca de la nueva presa de Keith--. Si no te convence me la quedo yo. Y, a todo esto, ?a quien miramos? --?Ves la chica del gato? --senalo con disimulo hacia Elyse--. Fuimos juntos al instituto. --Oh, vaya. ?Te la tiraste? --No. Le hice la vida imposible. --?Pegabas a las ninas, Durham? Eras un cabron. --No era eso, imbecil --dijo Keith empezando a sentirse ofuscado. No le gustaba recordar mucho esa epoca. Con diecisiete anos Keith era el adolescente de pelo negro y revoltoso que vestia cadenas y camisetas de sus grupos de punk acido mientras, gracias a su estilo y el respeto que obligaba a que todos le tuvieran, se maquillaba los ojos con delineador sin que nadie le insultase por ello. Se convirtio en ese joven en el que nadie confiaba, siendo reciproco. No tenia ninguna razon para ser asi: sus padres le trataban bien, no cargaba tras sus espaldas una mochila de abusos, dolor o humillacion. Sin embargo, sentia como si nadie le entendiera. Era demasiado joven y estupido, asi se definia el chico de ahora. Sabia la suerte que habia tenido en encauzar su vida antes de que su fama de rebelde sin causa tuviera una base policial, gracias a una sustanciosa beca habia llegado a la universidad. E iba a sacar su carrera, por los disgustos a su familia, con el sudor de su frente. Pero verla alli le recordaba lo unico por lo que no se pudo retractar jamas. Habia estado enamorado de Elyse Miller desde el primer dia que habia llegado a su instituto. Era todo lo contrario a el: Una chica dulce, alegre, con una vision mucho mas positiva de la vida que el. Ella le habia sonreido mientras caminaba por el pasillo en busca de su sitio. Keith se prometio que hablaria con ella, que la haria recordarle. Solo que no supo como. Y ahi, la cago. Por completo. --Entonces, ?me la puedo pedir? --?Que? --dijo Keith, tardando en asimilar lo que su amigo acababa de decir-- No, claro que no. Grito sin darse cuenta, llamando la atencion de los companeros mas cercanos. Su corazon se paro, rezando para que la joven no formara parte de ellos. Pudo respirar tranquilo cuando la vio continuar a lo suyo, jugando a las cartas con otra chica y dos de la fraternidad. --Vale, era una broma. No te pongas asi, tigre --dijo su amigo dandole un golpe en la espalda. --Me pongo como me da la gana --gruno, provocandole una risotada mas fuerte. Nathan dio un sorbo largo a su cerveza y dejo el bote en una mesa cercana. Conocia a su amigo y sabia mejor que el cuando necesitaba un pequeno empujon. --No te preocupes, tu amigo Nathan esta aqui. Voy a ayudarte a sacarte esa espinita. --Nathan, no --le advirtio su amigo. Palabras fatuas para un chico borracho--. No es asunto tuyo.

  • Sacame de aqui. Un psiquiatrico de M. Baeza

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    < --Mete tu ropa aqui --me ordeno mientras yo aun intentaba ubicarme--. Te marchas de casa.
    No me dijo adonde me iba a llevar, pero tampoco hizo falta; en las pocas ocasiones en las que recobraba la consciencia despues de mi ultima noche con Andre, pude oir a mis padres barajando la idea de internarme en un centro psiquiatrico... Aunque jamas pense que llegarian a hacerlo, porque a mi no me pasaba nada>>

  • Pequenas grandes cosas de Jodi Picoult

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    Ruth Jefferson es enfermera en la sala de partos de un hospital de Connecticut, una profesional con mas de veinte anos de experiencia. Ruth empieza su turno con el reconocimiento rutinario de un recien nacido, pero unos minutos despues le comunican que el nino tiene otra enfermera. Los padres son supremacistas blancos y no quieren que Ruth, que es de origen africano, toque a su pequeno. El hospital satisface sus deseos, pero al dia siguiente el nino sufre una crisis cardiaca y Ruth es la unica enfermera de servicio. ?Obedecera las ordenes de la direccion o intervendra a pesar de todo?
    Con un extraordinario despliegue de inteligencia y sinceridad, y una gran empatia, Jodi Picoult aborda los problemas de la raza, los privilegios, los prejuicios, la justicia y la compasion y no da soluciones comodas. "Pequenas grandes cosas" es una obra excelente de una escritora en el momento mas brillante de su carrera.

  • Santos de Rosalia Reyes

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    Santos era el lider de una banda de moteros.
    Latino, alto, fuerte, dominante y un animal.
    Pero tambien era el hombre al que amaba.
    Sin que el lo supiera.

  • Max & Suhail de Tatiana M. Alonzo

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    Max y Suhail se aman, pero el espera en un aeropuerto mientras ella esta a punto de casarse. Ambos tienen mucho que contar sobre los acontecimientos que los trajeron a este punto. Se conocen desde ninos, se enamoraron desde muy temprano, ?que paso a traves de los anos? ?Por que se separaron? Cada uno tiene su version.

  • La revolucion del metabolismo de Haylie Pomroy

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  • Eso lo explica todo de John Brockman

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    Jared Diamond sobre la electricidad biologica. Nassim Nicholas Taleb sobre el estres positivo. Steven Pinker sobre las profundas raices geneticas del conflicto humano. Richard Dawkins sobre el reconocimiento de patrones. El premio Nobel de Fisica Frank Wilczek sobre la simplicidad. Lisa Randall sobre el mecanismo de Higgs. Brian Eno sobre los limites de la intuicion. Richard Thaler sobre el poder del compromiso. V. S. Ramachandran sobre el <> de la conciencia. El premio Nobel de Fisiologia Eric Kandel sobre el poder de la psicoterapia. Mihaly Csikszentmihalyi sobre el <<dictum de Lord Acton>>. Lawrence M. Krauss sobre la unificacion de la electricidad y el magnetismo.

  • Almendra de Won-pyung Sohn

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    Ese dia hubo un herido y seis muertos. Primero mama y la abuela. Luego un estudiante universitario que quiso disuadir al hombre. A continuacion, dos senores cincuentones que iban al frente de un grupo del Ejercito de Salvacion y un policia. Y, por ultimo, el propio hombre. Se eligio a si mismo como el destinatario final de sus cuchillazos indiscriminados. Se clavo el arma bien hondo en el pecho y, al igual que las otras victimas, murio antes de que llegaran las ambulancias. Como siempre, yo me quede viendo todo lo que sucedia con cara inexpresiva. 2 El primer suceso ocurrio cuando yo tenia seis anos. Los sintomas aparecieron mucho antes, pero fue entonces cuando la cosa salio a la luz. De todos modos, fue bastante mas tarde de lo que habia previsto mama. Fue una negligencia de su parte, porque ese dia no vino a buscarme al jardin de infancia. Segun me conto despues, estaba con mi papa, al que hacia anos que no veia. Acariciando las paredes desvaidas del osario donde descansaban sus restos, le dijo que iba a olvidarlo. No habia conocido a otro hombre, pero quiso decirselo de todos modos. Mientras ella le ponia de esta manera el punto final a su historia de amor, se olvido por completo de mi, que era el fruto imprevisto de esa relacion de juventud. Despues de que se marcharan los demas ninos, sali tranquilamente del jardin. Todo lo que sabia a los seis anos acerca de donde estaba mi casa era que quedaba en algun lugar al otro lado del puente. Al llegar alli, saque la cabeza por la barandilla. Abajo, los coches corrian veloces deslizandose sobre el asfalto. De pronto me acorde de haberlo visto hacer en algun lado y junte toda la saliva que pude para darle a alguno de los coches que pasaban, pero la baba desaparecio en el aire antes de llegar al suelo. Repeti la operacion varias veces, absorto en lo que ocurria, hasta que me sobrevino un mareo y me senti como flotando. --?Que haces, nino? !No hagas porquerias! Levante la vista y vi a una senora que me miraba mal. Sin embargo, siguio su camino como los coches deslizandose sobre el asfalto y volvi a quedarme solo. Para bajar del puente habia escaleras en los cuatro costados, pero yo no sabia que direccion tomar. De todos modos, el paisaje que se veia era igualmente gris y frio hacia ambos lados. Pasaron unas palomas sobre mi cabeza batiendo sus alas, asi que decidi seguirlas. Cuando me di cuenta de que me habia equivocado de camino, ya habia ido demasiado lejos. En ese entonces, nos ensenaban en el jardin la cancion Hacia delante y pense, como decia la letra, que el mundo era redondo y que en algun momento llegaria a casa si iba siempre hacia delante, de modo que segui moviendo sin descanso mis pequenos y torpes pies. Un buen rato despues, la avenida se convirtio en una calle estrecha y enfilada por casas viejas. No se veia a nadie. Sobre las paredes derruidas habia pintados numeros desconocidos y leyendas en rojo que decian <>. De repente oi un grito quedo. ?Habia sido un <> o un <>? ?Quiza un <>? Como sea, habia sido breve y bajo. Fui en direccion de donde procedia. El sonido se fue acercando, a veces como un <>, otras como un <>. Sonaba tras la esquina y hacia alli fui sin vacilar. Habia un chico tirado en el suelo. No podia estimar su edad, pero era de contextura pequena. Sobre su cuerpo se cernian y se retiraban sin descanso unas sombras negras. Le estaban pegando. Los gritos cortos no provenian del chico, sino de las sombras que lo rodeaban. Sonaban a algun arte marcial. Estaban dandole patadas y arrojandole escupitajos. Despues me entere de que eran chicos de secundaria, pero en ese momento me parecieron adultos. Al parecer, hacia rato que lo golpeaban, porque el chico tirado no se resistia ni se quejaba, sino que se zarandeaba hacia un lado y otro como un muneco de trapo. Una de las sombras le dio un puntapie en el costado a modo de remate y a continuacion desaparecieron todos. El chico estaba banado en sangre como si le hubieran echado encima un tarro de pintura roja. Me acerque. Tendria unos once o doce anos, es decir, el doble de mi edad, pero no me parecio mayor, sino un nino como yo. Como un cachorro recien nacido, su pecho subia y bajaba con rapidez al ritmo de su respiracion breve y frenetica. Era evidente que corria peligro. Volvi sobre mis pasos. El callejon seguia desierto y lo unico que veia eran las confusas leyendas rojas sobre las paredes grises. Despues de deambular un buen rato, encontre una pequena tienda de dulces y comestibles. Tras abrir la puerta corrediza, me dirigi al dueno: --Senor… En la television estaban poniendo Diversion en familia. El dueno se reia entre dientes mirando el programa y no parecia haberme oido. Los participantes jugaban a tratar de entender con los oidos tapados la frase que le decia la persona de delante para repetirsela a la de atras. La frase que habia que transmitir era <>. No se como me acuerdo todavia de aquello, ya que en ese entonces no tenia ni idea de lo que significaba. Como sea, una mujer joven habia pronunciado con voz fuerte y clara una frase totalmente diferente y eso provoco la hilaridad del publico presente en el estudio y del dueno de la tienda. Al final se acabo el tiempo y el equipo de la mujer perdio el juego. El dueno se paso la lengua por los labios como lamentando que hubiera terminado. --Senor… --repeti. --?Si? --dijo dandose la vuelta por fin. --Hay alguien tirado en la calle. --?En serio? --respondio sin hacer mucho caso y acomodandose mejor. En la television, los equipos se aprestaban a enfrentarse en una revancha que daba muchos puntos y podia revertir el resultado de la competencia. --Se puede morir --le dije, toqueteando los caramelos que se exhibian en orden bajo la vitrina del mostrador. --?Si? --Si, de verdad. Justo en ese momento, giro de nuevo la cabeza hacia mi: --Dices cosas terribles como si nada. ?No te han ensenado que no se debe mentir? Me quede callado un momento buscando palabras que sonaran mas convincentes, pero mi vocabulario no era lo que se puede decir muy amplio a los seis anos. Como no se me ocurria otra cosa que sonara mas real que lo que acababa de decirle, volvi a decir: --Se puede morir. 3 Pense todo el tiempo en el chico tendido en el suelo frio. Pense en el mientras el dueno de la tienda ponia la denuncia por telefono a la policia y se quedaba viendo el programa hasta el final, tambien cuando me dijo que me fuera si iba a quedarme toqueteando los caramelos sin comprar nada y tambien mientras la policia se dirigia al lugar despues de mil vueltas. Sin embargo, hacia ya rato que el chico estaba muerto cuando llegaron. El problema fue que resulto ser el hijo del dueno de la tienda. Me quede sentado en un banco de la comisaria balanceando las piernas, que aun no me llegaban al suelo. Las movia de manera alterna y eso levantaba un vientecillo frio. Ya habia entrado la noche y me moria de sueno. Justo cuando iba a dormirme, aparecio mi mama por la puerta de la comisaria. Al verme, se puso a gimotear y a acariciarme la cabeza sin parar hasta que me dolio. Pero, antes de que se apaciguara su alborozo por haberme encontrado, volvio a abrirse la puerta y entro el dueno de la tienda. Llego con la cara banada en lagrimas y lanzando aullidos desgarradores mientras lo sostenian varios policias. Tenia una expresion completamente diferente a cuando estaba en la tienda viendo la television. Se dejo caer en cuclillas temblando y empezo a golpear el suelo con los punos. De pronto, se levanto de un salto y comenzo a gritar y a senalarme con el dedo. No podia entender todo lo que me decia, pero logre captar lo siguiente: <>. A su lado, un policia lo calmo diciendole: <>, y lo sostuvo cuando se dejo caer de nuevo al suelo. No comprendia por que me reprendia aquel senor. Yo era serio todo el tiempo. De hecho, jamas me reia ni me excitaba, de modo que no habia ninguna razon para que me dijera aquello. Sin embargo, como era demasiado pequeno para expresarlo en palabras, me quede callado. Fue mi mama la que hablo en mi lugar. En un abrir y cerrar de ojos, la comisaria se convirtio en un caos por los gritos del hombre que habia perdido a su hijo y los gritos de la mujer que habia encontrado al suyo. Esa noche jugue con los bloques de construccion, como siempre. Hice una jirafa que se convertia en un elefante cuando le doblaba el cuello hacia abajo. A mi lado, mama no dejaba de escrutarme. --?No tuviste miedo? --me pregunto. --No --le respondi. No se como, pero muy pronto corrio el rumor de lo que paso aquel dia. Sobre todo, el hecho de que no se me movio un musculo de la cara a pesar de que vi a una persona morir a golpes. A partir de entonces, comenzaron a ocurrir las cosas que tanto preocupaban a mama. Todo se agravo cuando entre en la escuela primaria. Un dia, una nina que caminaba delante de mi cuando saliamos de la escuela tropezo con una piedra y se cayo de bruces. Como me impedia el paso, me quede esperando a que se levantara con la vista fija en el pasador de Mickey Mouse que sujetaba su pelo a la altura de la nuca. Sin embargo, la nina se quedo tirada en el suelo sin parar de llorar. De pronto aparecio su madre y la ayudo a ponerse en pie. --?No sabes preguntarle a una companera que se ha caido si no se ha hecho dano? Eres peor de lo que me han contado --dijo la madre mirandome enfadada.

  • Querido plan B de Becca Devereux

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    Una alocada comedia romantica sobre dos personas que estaban destinadas a encontrarse. ?Y si el principe azul no fuera como te lo han contado?

  • El misterioso anillo de Claddagh, Virginia Sainz de Virginia Sainz-rasines

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    Nueva York (1912): la joven poetisa Kate Hemstitch planea huir hacia Irlanda y escapar de sus padres, quienes desde que se enteraron de que su hija mantenia una relacion amorosa con un inmigrante irlandes le han prohibido verlo. Algo sucede y su gran amor se ve obligado a regresar a su tierra natal. En medio del dolor, la joven escribira hermosos poemas, los cuales han sido originalmente escritos por la abuela de la autora, quien al igual que Kate fue una gran poetisa.
    Un siglo mas tarde, una joven periodista llamada Piper -quien padece escribir superficiales articulos semanales para la prestigiosa revista femenina en la cual trabaja- encuentra inesperadamente un anillo y misteriosas cartas enviadas desde una Mansion en Nueva York con el remite de Claddagh, Irlanda. Junto con su amiga Sophie, comenzaran la busqueda de un secreto que ha permanecido oculto durante cien anos. Ambas estan dispuestas a descubrir quien fue el responsable de la tragedia familiar de la aristocratica familia neoyorkina. ?Encontrara la heroina de esta historia en la busqueda de la verdad su propia felicidad?

  • Relatos ‘Segundas Oportunidades de Becca Berger

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    Gracias a ti que tienes el libro en tus manos, y le das una oportunidad a estas historias cortas. Espero que las disfrutes, y pases un momento agradable. Gracias a cada una de mis queridas Abogadas del Demonio, cada dia es un placer hablar con ustedes, conocer un poco mas de cada una, aunque en ocasiones quieran matarme. Las aprecio mucho, y espero que disfruten este libro. Clara (Socia), por el apoyo y soportarme durante todo el proceso de este libro, y las historias que pasan por mi cabeza. Cada una de ellas no podria ser posibles sin ti, nunca me cansare de agradecerte y molestarte. Y sobre todo porque tu y Mery le dieron las alas a estas historias que hoy seguirian siendo anonimas. Gracias Mery por los consejos, paciencia y apoyo que me das todos los dias, espero pronto tener tu libro entre mis manos, te adoro, y siempre estare ahi para ti. Gracias Nicotina (Majo Suazo) por tu sinceridad y amistad. Ange por hacer un trabajo expres con la historia, y dedicarle tantas horas para pulir cada uno de los relatos, muchas gracias. Y espero pronto vernos en Chile. Elizabeth Michel, MJ Daniels, Clara Hernandez y Annie Hernandez de Flores por tomarse el tiempo para leer y compartir conmigo sus comentarios y observaciones. Caro y Magaly por estar siempre ahi y apoyarme a cada paso que doy, las quiero infinitamente. Mosqueteras para siempre. Gracias Aide por tu amistad y las locuras que hemos vivido. A mi familia por apoyarme en cada paso que doy, sin ellos jamas habria podido. Los amo, gracias una y otra vez. Este va en especial para mi Papa por ser quien siempre esta ahi no importa si esta cansado o fue un mal dia, gracias por escucharme en todo momento y apoyar cada paso que doy, te amo. A todas las personas que me han apoyado en este largo camino son tantas que no quiero dejar a ninguna afuera, pero si por algun motivo olvido mencionar a alguien, pido una disculpa, los llevo siempre en mi corazon, y tiene mi permiso de jalarme las orejas. Lidiane Gomes. Izamari de Chaos Angeles gracias por tu apoyo y compartir a nuestro querido Acheron, Viri Villareal gracias por el apoyo y ser tan genial, Annie de Trance de Letras no tengo palabras para agradecerte. Eli de Adictabooks !Muchas gracias!, Guadalupe de Suenos entre paginas, Dai Alvarado de Viviendo dentro de las paginas siempre te estare agradecida. Prima (Ale) por tu sinceridad y esencia, Distrito 12 (Romi, Osita, Ale, Jols, Victor, Roman, Beto y Amo x Mexico) por ser tan especiales y unicos. Gracias por su amistad y apoyo: Anabelle, Janira, Laura, Amafle, Yerleris, Karina Pasos, Miriam beffa, Edith Vazquez, Mary Salazar, Tamis, Brenda, Yess, Ilse, Ainhoa, Valentina, Liliana, Pau Lopez, Annie, Athiziri, Bertha, Fabiana, Gabriela, Gerina, Jenny, Laura, Lupita, Malle, Miguelina, Pato, Saibel, Sandy, Sofia, Vero, Dianna, Silvia, Kath, Gaby, Abigail, Cili, Isabel, Sonia, Iliana, Iris Castillo, Yorl, Niyireth, Majo y Pilar muchas gracias, este libro es para cada una de ustedes. Las quiero. Mas alla del divorcio Con un suspiro, Clara miro su reloj. Unos minutos mas y se iria de aquel lugar. No entendia por que le habia dicho a sus companeras de la oficina que iria si sabia que no estaria a gusto en aquella fiesta. Con una triste sonrisa recordo otra epoca en su vida en la que hubiera disfrutado de estar junto a su esposo, bailando y disfrutando del momento. Nego con la cabeza y se regano por pensar en el. Aunque lo negara, sabia que jamas habria otro hombre en su vida. Algunos la invitaron a salir, pero nunca aceptaba sus invitaciones, el solo imaginar que alguien mas la tocara o besara hacia que quisiera salir corriendo y que su corazon se retorciera de dolor ya que solo despertaban en ella dolorosos recuerdos. Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no noto que la entrada de un misterioso y atractivo extranjero atrajo la atencion de todas las personas. Era mas alto que todos los hombres en la sala, con cabello oscuro y facciones marcadas que le daban un aura peligrosa. Alexander en cuanto entro, la localizo. Se encontraba en un rincon apartada de todos. Tuvo que contenerse para no ir corriendo hacia ella y besarla como habia sonado todas esas largas noches solitarias; en cambio, camino lentamente mientras disfrutaba de la vista. Vio a Eduardo, uno de los companeros de trabajo de su esposa que se habia atrevido a invitarla a salir. Apreto los punos y tuvo que contenerse de no ir y estamparlo contra la pared, asi todos sabrian que Clara era suya y lo que podria pasarles si se atrevian a buscar algo mas con ella. Fruncio el ceno y sacudio ligeramente la cabeza para calmarse, se recordo que pronto estaria con el de nuevo y eso hizo que se tranquilizara y concentrara en su mujer y la reaccion que tendria cuando lo viera. Habia decidido darle tiempo cuando se dio cuenta que ella huyo de Atenas. Sabia que fue injusto el pensar que con tan solo dieciocho anos se acostumbraria a su estilo de vida, y su familia no le habia facilitado las cosas. Fue un duro golpe el firmar los papeles de divorcio, pero para el, Clara seguia siendo su mujer y era hora que ella ocupara ese lugar. Cuando estaba a solo unos pasos de ella, una mesera aparecio a su lado y le ofrecio una copa de Champagne, el le contesto con un simple gracias sin apartar la mirada de su objetivo. Clara reconocio esa voz a la distancia, y un escalofrio recorrio su piel. Se giro lentamente a medida que sus palabras lograban penetrar en su cerebro una y otra vez, mientras rogaba que no fuera Alexander. El mundo parecia haberse quedado suspendido en el aire, casi no podia respirar. Al verlo, solo pudo quedarse en silencio mientras sus mejillas perdian el color de golpe. Pasaron mas de cinco anos desde la ultima vez que lo vio, cuando firmaron los papeles de divorcio. Un dolor casi insoportable que habia logrado dormir por meses resurgio con tal intensidad que le costaba respirar, sabia que si no se movia sus piernas fallarian en cualquier momento. Se encontraba en estado de shock. No podia creer que estuviera ahi. El debio sentir su turbacion porque le ofrecio aquella sonrisa que era solo para ella, llena de ternura, y una mirada perversa y divertida. Todo alrededor se paralizo. Clara tuvo que luchar para ocultar el dolor en su mirada e intento poner cierta distancia retrocediendo. Pero Alexander tenia otras intenciones. Camino hacia ella con la elegancia de un puma acechando a su presa. --Hola, Clara. ?Pensabas irte sin saludar a tu esposo? --dijo con voz ronca, recorriendo con avidez cada una de sus delicadas facciones, disfrutando mirar aquellos hermosos ojos color ambar. --Alex… ?Que haces en Guadalajara? --tartamudeo nerviosa, sin saber que decir. --He venido por algo que me pertenece. --Algo en su voz y tono ligero hizo que se estremeciera. No la enganaba, detras de aquel aspecto indiferente podia sentirlo tan tenso como ella. --Entonces, te deseo suerte en tu busqueda. Si me disculpas, me tengo que ir. --Sin esperar respuesta se dio la vuelta y se alejo de el, pero Alexander fue mas rapido y le paso un brazo por la cintura. Intento separarse, pero el apreto su agarre y le susurro al oido. --A menos que quieras hacer un escandalo frente tus companeros, vendras conmigo y hablaremos en un lugar mas tranquilo, Agapi Mou. --No me llames asi --siseo molesta, pero fingiendo una sonrisa. Que la llamara asi como en los dias mas felices que compartieron fue como echarle sal a la herida. Sabia que estaban llamando la atencion de los invitados y no queria que su jefa se acercara a ellos, no queria ver como trataria de conquistar a su ex-esposo--. Tu amor es Atenea. --No pudo evitar que su voz sonara dolida y llena de resentimiento. --No juegues con mi paciencia, pequena. Antes de que pudiera decir nada mas, el bajo sus labios y la beso. Fue un golpe demoledor. Ella se resistio por unos segundos, pero sin darse cuenta envolvio los brazos alrededor de su cuello y se pego a el. Clara no queria que esto pasara, pero su cuerpo no escuchaba. Bastaba un simple roce de Alexander para que perdiera el control y se dejara llevar. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, se separo y se llevo una mano a los labios. --No vuelvas a tocarme, Alexander. Hace mucho perdiste el derecho de hacerlo --solto con amargura. --?Y de quien fue la culpa? ?Quien huyo de su casa a medianoche sin avisar? --exploto cuando ella solo lo miraba con resentimiento.

  • El Soltero (Los hermanos Walker 1) de Amanda Adams

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    Algunos suenos son dificiles de matar.

    Cuando Chance Walker era un nino, sonaba con ser muchas cosas.

  • Antologia Solidaria. RoJa, Paraiso Literario de

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    Los relatos incluidos en “RoJa, Paraiso Literario” son finalistas del I Certamen “Jaen RoJa” convocado con motivo del I Encuentro literario “Romantica en Jaen, RoJa 2.017”. Todos ellos con un nexo comun, Jaen. Tierra de historia, raices y cultura. Entre el cielo y el horizonte, Jaen se viste de RoJo pasion.

  • Xadia, la lectora de sangre de Ana Idam

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    Xadia es una sanguira que tiene que escapar junto a su padre, cuando su madre, Askara, es testigo de la intencion que tiene el actual rey de Tierra Doria de acabar con su vida. Kares es el yor que llegara a su refugio, soterrado bajo el baul de una biblioteca, con la intencion de cumplir las ordenes de Askara. Xadia debera separarse de su padre y atravesar las hostiles comarcas de Tierra Doria para ponerse a salvo. Durante ese viaje, al lado de Kares, ni el rey ni los sentimientos se lo pondran facil. Una historia de magia, de razas poderosas y de Diosas que exigen su pago atavico, en la que no solo la usurpacion del trono sera lo que defina su devenir; el amor, el peligro, el ansia de poder y, finalmente, la sangre, seran lo que dibuje su destino.

  • Y tu ?Que quieres?, T. Camacho de T. Camacho

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  • Su Deseo Prohibido de Renata Garcia

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    Natalia Alvarez movio las cortinas de la ventana de la cocina y miro hacia afuera. La lluvia caia en lo que se veia como una larga nube gris, y se pregunto si debia ponerse las botas de lluvia rojas que su madre habia comprado hace 2 anos. Natalia vivia en el centro de Filadelfia y trabajaba en la biblioteca de Vine Street. Hoy seria un dia como cualquier otro, penso, no iba a haber nada especialmente divertido, pero tampoco nada malo. Natalia recordaba cuando su madre solia venir a la biblioteca a visitarla mientras trabajaba en el departamento de atencion. Su madre trabajaba en la panaderia de la esquina, y ella metia croissants de chocolate o pasteles de limon en la bolsa de Natalia mientras ella trabajaba en el escritorio. Natalia penso con carino en el afecto de su madre. Cuando Betsy Alvarez fallecio de cancer de ovario solo seis meses despues, la vida de Natalia adquirio un giro completamente diferente. --Hola bebe, ?porque no le das un beso a papi? --Le grito a Natalia uno de los albaniles en la construccion mientras ella cruzaba por la avenida Benjamin Franklin y se dirigia hacia la biblioteca de Filadelfia. Natalia se rio para si misma pero no miro hacia arriba. El mismo equipo de trabajadores habian estado aqui toda la semana, trabajando en el techo de la tintoreria de Paulo, y el mismo tipo la habia interrumpido, sin falta, cada vez que se aventuraba a caminar por enfrente para ir a trabajar. Cuando Natalia llego a las grandes puertas giratorias de la biblioteca, les dio un buen empujon y luego se paro en la esquina para sacudirse un poco la lluvia. Un grupo de estudiantes de la escuela formaban una fila por la seccion de Jovenes Adultos, y parecia que estaban recibiendo un sermon de su frustrado maestro. Natalia limpio sus botas rojas de lluvia una vez mas en la alfombra negra, y luego se dirigio a su espacio en la seccion de Libros Raros. --Hola, Natalia --dijo Carla desde su lugar detras del escritorio--. Esta lloviendo a cantaros afuera ?eh? --Carla era una mujer grande, de unos cuarenta anos, y una de las mejores amigas de Natalia en el trabajo. Tenia una risa sincera y una personalidad audaz, y Natalia a menudo deseaba poder estar igual de segura y tener la misma confianza en si misma. Carla sabia que Natalia todavia estaba procesando la muerte de su madre, y trataba de mantener el estado de animo en la sala de los Libros Raros lo mas agradable posible. --Claro que si --Natalia se froto los brazos para calentarse--. Esperaba poder pintar algo afuera esta tarde, pero supongo que eso tendra que esperar --suspiro Natalia. Ella alquilaba un departamento que estaba en el primer piso, y el propietario le quito parte de su alquiler a cambio de que hiciera mejoras en la vivienda. --Bueno, nadie ha muerto nunca de un trabajo de pintura pospuesto --Carla movio su cabeza y estiro uno de sus oscuros rizos de su cabello--. Sabes, esa persona que te renta tu departamento la supo hacer --se rio--. Te tiene a ti pintando afuera y a esa otra chica podando el cesped… --se callo y siguio riendose para si misma--. Supongo que se metio en el negocio correcto --se rio de nuevo. Natalia sonrio para si misma, y divertida, se acerco a una gran caja de carton que estaba sobre una de las mesas circulares. --?Carla? --pregunto--. ?Que hay aqui adentro? --pregunto ella, curiosa. --Chica, no tengo ni idea. Barry vino ayer por la tarde y dejo esa caja en el frente. ?Damon lo trajo aqui esta manana? dijo que estaba muy pesada --Carla no parecia muy interesada y regreso a su trabajo archivando papeles en el escritorio. --Bueno, voy a abrirlo --comento Natalia, y puso sus manos en sus caderas. Natalia media alrededor de 1,70 metros con una cintura pequena y caderas curvilineas. Se sentia incomoda con su peso, a pesar de tener una buena figura. Hoy llevaba el pelo recogido en una cola de caballo, y Carla sonrio cuando se dirigio hacia la caja. --Apuesto a que son libros botanicos duros de Paris de finales del siglo XVI --dijo Carla--. No. Retiro lo dicho. Son libros del Arte de Venecia --asintio Carla. Natalia bajo las solapas de la caja. Metio la mano y saco dos grandes libros de tapa dura con letras de oro. Escritos en 1954, la coleccion de libros estaba compuesta por dibujos, pinturas e impresiones de Matisse, justo antes de su muerte. Natalia dio una rapida ojeada a traves de las paginas y luego los dejo a un lado. Los siguientes libros que saco fueron una coleccion ornamentada de poesia de tradicion budista. Natalia examino las portadas y luego las coloco cuidadosamente sobre la mesa. --Entonces, ?tenia razon? --pregunto Carla mientras miraba a traves de sus anteojos. --Bueno, estabas en el camino correcto --sonrio Natalia y alisando grueso cabello castano--. Este libro de poesia budista es lo que me llama la atencion --continuo y ojeando las primeras paginas--. Me encanta este estilo de poesia. Recuerdo a mi antigua profesora universitaria haciendo toda una unidad entera de esto --dijo con nostalgia--. Todavia recuerdo que nos hacia escribir los nuestros y luego nos pedia que los presentaramos a la clase --dijo, y luego se sento --. Eso parece que fue hace mucho tiempo --dijo Natalia distante. Carla se dio cuenta del estado de animo de Natalia y camino hacia ella deteniendose detras de su escritorio. --Estas pensando en tu madre, ?eh? --pregunto, y luego puso su mano en el brazo a Natalia--. Se como te sientes, y eso es todo lo que puedo decir --anadio. La madre de Carla habia fallecido hace unos cinco anos. Se sento de nuevo y luego Natalia parecio mejorar su estado de animo. --Pienso en ella todos los dias, Carla. Todo el tiempo --anadio--. Puedo oir su voz ahora mismo, diciendome que mis pantalones me quedan muy bien --se rio--. Ahora, ella no trataba de quedar bien o suavizaba lo que decia, pero habria pensado que estos pantalones se me verian bien --Natalia dio un pequeno giro delante de Carla--. La extrano tanto --dijo. Carla agito la cabeza y sonrio a Natalia. --Sabes, chica, creo que te vendria bien una buena salida en la noche --dijo--. ?Estas saliendo con alguien? --pregunto. --No --dijo Natalia, mirando sus botas de lluvia--. Creo que eso estaria bien. Sabes, me encantaria conocer a alguien que me haga olvidar algo del pasado --comento Natalia. Continuo dando vuelta a las paginas del libro de poesia dorado y luego los acomodo ordenadamente sobre la mesa. --Supongo que intentare encontrar un lugar para ellos en el estante --recogio Natalia los libros y se dirigio al otro lado de la habitacion. Al final del pasillo habia una gran estanteria marron. Estaba llena de novelas polvorientas y manuscritos conservados de autores oscuros. Natalia siguio buscando un lugar adecuado para los libros y decidio colocar el libro de Matisse en un extremo del Rincon del Artista. Luego agarro el libro de poesia budista y encontro un lugar para el en el estante de Literatura Cultural. Justo cuando se estaba dando la vuelta para buscar mas contenido en la caja de carton, Natalia vio a un hombre alto de pie al final del pasillo. Estaba hojeando uno de los libros de arte que se habia vuelto a archivar la semana pasada. Natalia recordo que alguien lo habia donado de un museo, y que habia sido recibido en condiciones casi nuevas. El hombre parecia perdido en la pagina que estaba viendo y, por lo tanto, no sospechaba de la intensa mirada de Natalia. --?Puedo ayudarte en algo? ?necesitas ayuda? --Natalia se le acerco y sonrio cortesmente. --Oh, no gracias, solo estoy mirando este libro increible --levanto la vista y Natalia se dio cuenta de que sus ojos eran de color azul turquesa. No podia recordar la ultima vez que vio a un hombre con unos ojos tan hermosos. Natalia tambien noto que tenia hombros anchos y cabello oscuro y ondulado. Parecia tener unos treinta y cinco anos, y a Natalia le parecio que era increiblemente guapo. --El otro dia recibimos ese libro --asintio Natalia y observo la pagina que estaba viendo. Parecia ser un boceto de arquitectura antigua, con algunas imagenes mas pequenas de jeroglificos en la parte de abajo--. Ese libro me dio mucha curiosidad desde que llego, pero aun no he tenido la oportunidad de leerlo --se acomodo el pelo detras de la oreja y luego se pregunto que mas podia decir. --Bueno, si quieres leerlo, te lo dejare aqui cuando termine --dijo el hombre, y Natalia se dio cuenta de que llevaba un brazalete de plata en una mano, y un anillo grueso de plata con un onix en el dedo. No queria parecer demasiado interesada, pero era dificil ocultar el hecho de que estaba realmente interesada en conocer a este hombre que se encontraba de pie frente a ella. --Claro, eso es genial --dijo Natalia--. ?Te gusta el arte? --pregunto. Toda la cara del hombre se ilumino. --Si, mucho --dijo--. De hecho, soy artista y estoy organizando una jornada de puertas abiertas para mi ultimo trabajo este viernes en el Cafe de Broadway. --Luego metio la mano en el bolsillo de su chamarra y saco un volante de papel doblado. Se leyo: Esculpe una vida que valga la pena vivir Obras de una epoca: Escultura, acuarela y joyeria Viernes, 1 de octubre de 6--8 Cafe de Broadway Natalia leyo el volante y luego se sintio muy emocionada. Hacia meses que no hacia nada que considerara remotamente interesante. Ella era una aficionada al arte, y de hecho solia pintar con frecuencia antes de que su madre muriera. Sintio mucho interes por el hombre, y en su invitacion a su evento. --Me encantaria ir --dijo Natalia, y luego extendio su mano--. Mi nombre es Natalia --dijo ella. El hombre sonrio, y estrecho su mano. Su agarre era firme y su mano calida. Natalia vio que llevaba botas de cuero y una bufanda de lana. --Yo soy Pedro --dijo, y sonrio genuinamente, luego respiro profundamente y paso sus dedos por su cabello arrugado--. Supongo que trabajas aqui --sonrio un poco mientras hacia el comentario. Natalia sonrio y enderezo sus hombros. --Por supuesto que si --se sintio un poco relajada con su nuevo conocido, y se dio cuenta de que por primera vez en mucho tiempo sintio una sensacion de alivio, un aura expresada de calma y de comodidad. Queria saber mas sobre Pedro, pero no queria alejarse demasiado de sus responsabilidades al otro lado de la sala de lectura--. Bueno, fue un placer conocerte. Espero verte el viernes --dijo y luego se giro para mirar hacia el escritorio. Pedro miro a Natalia mientras ella regresaba al otro lado de la habitacion. Le gustaba que su pelo fuera grueso y castano, y que llevara unas encantadoras botas rojas de lluvia. Le gustaba su sonrisa, y le gustaba la forma en que ella olia. Pedro sabia que tendria que ser cauteloso con lo mucho que revelaba sobre sus sentimientos, en el caso de que Natalia lo encontrara peculiar una vez que su verdadera naturaleza fuera expuesta. --Ok, chica. Cuentame todo sobre el --Carla ni siquiera levanto la vista de sus archivos. --Carla, ?puedes creerlo? ?Cuando fue la ultima vez que tuvimos a un chico bueno aqui? Quiero decir, claro, tenemos algunos hombres guapos de vez en cuando, !pero no de esa manera! --Natalia intento desesperadamente contener su excitacion, pero era casi imposible cuando llego a Carla. --Lo vi. Tenia todo ese asunto del macho artista --Carla asintio con la cabeza--. ?Cual es su historia? --pregunto ella, ansiosa. --Bueno, el es un artista, y su nombre es Pedro. Me invito a su evento el viernes --Natalia agarro el volante y luego lo abrio para mostrarselo a Carla--. Esto va a ser genial. Deberias de venir tambien --los ojos verdes de Natalia estaban muy abiertos y expectantes. Carla miro pensativa por un segundo

  • La melodia de la oscuridad de Daniel Fopiani

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    Adriano es un hombre acabado, nada queda de aquel aguerrido sargento que sufrio un atentado en Intxaurrondo que le dejo ciego. La explosion le revento las cuencas oculares y la vida entera: ahora es un monstruo desfigurado, invidente, que vive en Cadiz dependiente de su mujer, Patricia, que apenas soporta la rutina y que, a pesar del profundo amor que siente por su marido, no puede dejar de estar angustiada, ademas, por el dolor incesante de no haber tenido hijos.

  • Juicio a un alma atormentada de Ana Escudero

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    Lucas despierta en un lugar desconocido para el. Descubre que esta muerto y que su alma sera llevada a juicio para saber a donde debe ir. Sin embargo, sus buenas y malas acciones estan tan compensadas que debera llevar a cabo una mision en la Tierra: ayudar a una joven, cuya felicidad pende de un hilo. Pero ?quien es esa chica que le resulta tan familiar? ?Conseguira Lucas salvar la felicidad de la joven o estara
    condenada a sufrir mientras viva?

  • La Esposa del mafioso de Natalia Lee

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    Elaina Duval ha vivido una vida normal durante sus dieciocho anos, o eso pensaba. Siempre ha sido ella y su madre, pero no fue hasta su decimoctavo cumpleanos que todo cambio. Valentino Acerbi es el hijo del capo de la mafia italiana, se crio en el despiadado negocio y solo tenia esa mente. De alguna manera, Elaina es arrastrada a este mundo retorcido y se ve obligada a soportar formas de vida que nunca supo que era posible.

  • La tentacion de Adan, Adriana Rubens de Adriana Rubens

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    Libro 2o de la bilogia Pecado original

  • Miedo y progreso de Antonio Cazorla

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    El mensaje principal de la dictadura de Franco durante cuarenta anos de propaganda fue que habia traido la paz y el orden a Espana. Pero el origen y base del modelo franquista estuvo en la combinacion de miedo y hambre o, dicho mas claramente, el asesinato de lideres sindicales, la destruccion de organizaciones representativas y la imposicion generalizada del terror y de la opresion socio-economica durante y despues de la guerra. Y en los anos sesenta, con las politicas macroeconomicas correctas y con los trabajadores controlados, el franquismo garantizo un ambiente positivo para la inversion. Y asi pudo tener lugar la optima explotacion del trabajo tanto por el Estado como por el capital privado.

  • Deja de huir, mi amor de Sophie Saint Rose

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    Kate llevaba media vida observando a sus senores, anhelando las visitas del futuro heredero del castillo Drummond. Era mas guapo que Adonis y todo un conquistador. ?Como iba a fijarse en una simple doncella? Eso era del todo imposible, a no ser que quisiera convertirla en su amante y ella era muy decente.
    Pero el milagro ocurrio. ?Podria resistirse a esos ojos grises que le habian robado el corazon?

  • Si Dios puso la manzana, fue para morder de Carol B. A

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  • Esto que aqui ves de Monica Carrillo

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    Si alguien me hubiera preguntado, le habria dicho que naci cerca de La Sepultura, donde los dias y las noches eran tristes, igual que hoy, donde la neblina lo cubria todo hasta llegar al pensamiento. Meciendose en las entranas como un canto lugubre y lastimero. Impregnando a cada paso los recuerdos de por si ya confusos. Esa neblina dolorosa que con solo respirar iba humedeciendo cada poro por donde pasaba con una melancolia infinita. Si alguien me hubiera preguntado, le habria dicho que ese constante frio se me fue clavando desde que tengo memoria y ahora regresa todo, de golpe, como un punetazo en la cara que el destino hubiera deseado asentarme desde hace muchos anos. Tu estas ahi, a un paso de la sepultura, pero decidiste consumir tu cuerpo para que nadie te detenga, para volverte parte del aire. Yo me quedo pensando con detenimiento en las esperas, en todo lo que vendra despues, cuando ya nada tenga la huella de tu mano y cada resquicio de ti se encuentre suspendido entre las cenizas. Este que soy, espera ansioso a saber cuando podra decirte de nuevo que eres el otro Uno que le complementa, que le da sentido. Este que soy ahora, resquebrajado y taciturno por el paso de los anos que no se portaron igual con ninguno de los dos. Porque cada golpe de ausencia me recordara que tu te fuiste antes, y yo no se que hacer con tanto tiempo por venir y que no percibo. Porque el cosmos, las palabras, el espacio, se han quedado suspendidos sin una boca perfecta y virtuosa que les pronuncie. Porque recuerdo bien, a cada gota de silaba, que por tu voz fue que yo vi nacer el mundo. Si alguien me hubiera preguntado, si alguien me preguntara ahora, le diria que con gusto volveria a La Sepultura con tal de irme contigo. Estoy cansado. Agrietado y solo. Vuelvo a ser un Uno sin proposito. UNO Hubiera sido mas facil zafarse de este asunto. Digo, pero el siempre estuvo ahi, claro. No habia necesidad de que esto se prolongara tanto. Ya vas a empezar a quejarte, Lilith... me diria ella. Su palido semblante dentro del feretro rosado luce tranquilo ahora, al menos eso alcanzo. Mama lleva en las manos el collar de cuentas del Tibet, que el le trajo, en alguna de sus multiples desapariciones, su cadena con dijes al cuello y los aretes que yo le regale. No puedo comprender lo absurdo que es el amor, la costumbre o lo que sea. Porque ni siquiera se si eso fue amor alguna vez. No, no lo entiendo. Tampoco se si valio la pena su esfuerzo. Acabar asi en esta vida sin sentido le quita a uno las ganas de seguir viviendo. Tuvo muchas oportunidades y las dejo ir. Todos estamos atados a algo. Paseo la vista por este sitio. Paredes frias y grises, muebles burdos. Candelabros, iconografias religiosas, sobrios floreros llenos de plastico. Y la gente. !Ay, la gente! Es algo que no soporto. El olor a velas me produce jaqueca. Los otros floreros, los que estan junto al feretro, unicos con flores naturales, despiden su olor dulzon y agrio a la vez, tan desagradable. Y lo peor es que seguiran llegando las malditas flores. Manana olera peor. No, esta de mas, no lo soporto. Me se de memoria todos y cada uno de los detalles de la vida de Katy porque lo que no vivi me lo platico. El resto lo lei en sus diarios. No se si haya algo que deba aprender o solo terminar de saludar a tanta gente y esperar a que se marchen para cerrar este capitulo y regresar a mi vida. Sigo dandole la mano a cuanto anciano se acerca: Si senora Equis, gracias senora Ye, no senora Zeta, mama se fue tranquila senor Eme, muy amable senor Pe. Esto esta llenisimo, me falta el aire. Salgo. Me veo afuera mirando a lo lejos y encendiendo un cigarro. Maldicion, se me hacen bolas los nombres y ya me dolio la cabeza. !Si al menos se hubiera alejado! No me gustan los sepelios, madre, pero hay que estar aqui y seguir saludando gente, recibiendo el pesame, atendiendo personas o como se diga. Si por lo menos me hubieras dado hermanos, con alguien compartiria esto. ?Que se supone que haga? ?Llorar? Claro, es lo que todos esperan. Pero yo aguardare hasta estar sola, de lo contrario no podria seguir con esto, de pie, con tantas almas en torno mio. Ellos ya lloran bastante, algunos como si de siempre te hubieran conocido. Para mi no son mas que extranos. Tal vez no se me da llorar porque estoy demasiado incomoda, muy molesta. Fumo. Miro tu ataud desde aca. !Cielos, cuanta gente en verdad! Donde estuvieron todos esos cuando la pasaste tan mal. Cuando estuviste sola y con problemas. Donde estuvieron tu madre y tu hermana cuando todo paso, como aquello de que te cambiaste de ciudad y de trabajo, no se por que. No, Katy, no, no y no. Esa no fue forma de vivir ni de morir. Y ese hombre, por Dios, que avejentado esta. Y haciendo guardia en la puerta como si no supiera que no tolero ni verlo. !Ese tipo insoportable ya esta aqui! --Necesitas ayuda... Le dijo el joven a Katy que, con sus veintitantos anos, bajaba un mueble del pequeno coche compacto que le prestaron para la mudanza. En la radio del auto se escuchaba Billy Jean, lo mas sonado del ano, pero lo tuvo que apagar sin ganas para atender al recien llegado. Se sacudio los pantalones relavados y rotos que ahora estaban llenos de tierra al igual que sus choclos converse, los ultimos que compro en El Paso. Se le dificultaba oirlo porque de pronto hablaba muy bajo. El clasico ?perdon ? lo hizo repetir la frase. Ya lo conocia, lo habia visto en la oficina, ella llevaba tres meses ahi. Era habil para hablar y diestro en convencer a las personas por telefono, como si todo lo supiera de memoria, pero retraido y serio en el trato cuando alguien le abordaba de frente. Es trabajo, a fin de cuentas, penso. Tenia ese extrano movimiento, ella ya lo habia notado, una mania rara de inclinar la cabeza hacia su hombro derecho con frecuencia y entornar los ojos como si alguien lo estuviera observando. Un tic, una actitud, una extrana manera de ser que le distinguia de los aguerridos vendedores que eran sus companeros, aquellos con una soltura desparpajada a la hora de hacer su funcion, y capaces de decir cualquier clase de ocurrencia con tal de concretar una venta telefonica. Le dijo que no, pero eso no impidio que el delgado --y algo desarrapado-- individuo tomara un extremo del mueble. No habia sido un ofrecimiento, no habia sido una pregunta. El dijo necesitas ayuda, fue una afirmacion. Un juicio concreto que ejecuto mentalmente y procedio en seguida a ayudarle. No se percato del asombro de la muchacha ni de su mohin de descontento, enfrascado en la tarea de transportar de la manera mas eficiente el voluminoso objeto. Ni siquiera espero a que ella respondiera cuando dijo: ?Puedo?, antes de meterse a la casa con todo y carga. A la chica no le quedo mas que sostener la puerta de malla porque el ya estaba casi dentro. Lo llevo, lo acomodo, lo situo donde le parecio que la joven le indicara con la vista y evaluo, con una precision milimetrica, la ubicacion con el resto del mobiliario. Ella permanecio de pie a una distancia prudente intentando negarse al favor con frases cordiales que, al margen de serle chocantes, para el no parecian tener significado. A la media tarde de ese sabado le sentaba bien el brillo armonioso del sol de primavera. Un cielo celeste definido y limpio se extendia alimentandose del amarillo refulgente de la luz. Esa sensacion de infinitud esparcida en el horizonte era lo que mas le habia gustado a la hora de tomar la decision. En la casa usada que Katy recien habia comprado, a las afueras de la gran ciudad, aun faltandole todo, se respiraba un aire de frescura. Pisos y paredes lavados, cocina pasada por lejia, banos al cloro y aceite de pino para meter sus escasas cosas. La hierba descuidada del jardin emitia su olor humedo emanado del verde tierno. Plantas ajadas a falta de una mano prolija, pintura descolorida cubriendo las paredes.

  • Vuelveme a tocar el corazon de Hugo Sanz

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    Mire por la ventanilla del tren y comprobe que ya estaba cerca de los Madriles, esa tierra que me habia visto crecer y de la que ahora me sentia tan lejos. "Tan lejos", por Dios bendito, si solo me separaban de ella apenas unas horas en el AVE, ?que me pasaba para que mis pensamientos fueran por esos derroteros? Muy sencillo; que estaba cansada y que todo se me hacia cuesta arriba. Un nuevo mensaje de wasap de Juanmi me saco de mis pensamientos. "?Como vas?" Ni ganas de contestarle, que era innegable que el seguia preocupandose por mi, igual que al contrario, pero que no habia manera de que llegaramos a acuerdo alguno sobre esa cuestion que me traia de cabeza. ?Que clase de hombre era aquel que no veia el momento para tener hijos? A mis veintinueve anos a mi ya el reloj biologico me estaba llamando y, es mas, como no contestaba, parecia estar haciendome senales de humo como a los indios. Si, me sabia la cantinela al completo "Carino, pero si hoy en dia las mujeres no comienzan a tener hijos hasta los treinta y cinco" y todo lo que Juanmi quisiera decir para convencerme, pero que no lo veia. Eso estaba muy bien, sobre todo para alguien que no tuviera prisa alguna en ese sentido, pero por desgracia no era mi caso. Y el lo sabia desde que me conocio en aquel congreso de odontologia en el que mi menda hacia de azafata de congresos a los veinte anitos; yo era maternal hasta decir basta. Si, no puedo negar que los comienzos fueron de cuento de hadas. El ya tenia treinta por aquel entonces y un prometedor futuro por delante. Hacia un ano que se habia asociado con su hermano Alonso y ambos habian decidido montar su clinica en Marbella, ahi es nada. Para una chica de mi edad, que por aquel entonces no sabia hacia donde queria dirigir mis pasos, la relacion con Juanmi paso a convertirse en todo mi mundo. Craso error por mi parte, eso no podria volver a ocurrir. Ahora tenia claro y mas que claro que mi vida era mia y que el resto de las personas podrian adornarla o complementarla, pero en ningun caso tomar las riendas de ella o el papel protagonista, que estaba reservado para mi. Lo malo del asunto era que, tan obnubilada como estaba, me deje guiar por el incluso en lo que a dar mis siguientes pasos profesionales se referia. Y por esa razon me hice higienista dental. No hace falta explicar mucho mas; trabajaba con mi novio desde entonces. Si, Juanmi seguia siendo mi novio y no porque no me hubiera pedido matrimonio, que lo habia hecho un ano antes, sino porque yo no habia aceptado y llevaba todo ese tiempo dandole largas en espera de ver hacia donde soplaba el viento que me permitiera encarar con exito la travesia de mi vida a bordo de un velero que a veces me parecia ya gobernar en solitario. Dos dias antes habiamos tenido ya una tangana de esas de padre y muy senor mio a consecuencia de su falta de ganas de ser padre. --Pero vamos a ver, Estrella, ?se puede saber que mosca te ha picado con eso de que debamos tener el nino este ano? --me pregunto a la salida de la consulta. --Nada, hombre, ha sido una ventolera de esas que me dan a mi, que debo estar un poco mal de la chaveta, mira que plantearme ser madre despues de nueve anos de relacion, hay que estar rematadamente loca, es cierto... Por ahi empezo la cosa y acabo con una mirada iracunda por mi parte que le hizo comprender que aquello comenzaba a pasar de castano a oscuro. A veces me daba la sensacion de que Juanmi me seguia tratando como lo que decia que yo significaba para el cuando me conocio en aquel congreso tanto tiempo atras; como a "su munequita". En principio aquella expresion me hacia muchisima gracia, pero con el paso de los anos, maldita la que me hizo. A lo tonto a lo tonto, parecia ser el dueno y senor de una relacion que me lleno durante mucho tiempo, pero que ultimamente me estaba asfixiando de la manera mas cruel que una persona puede sentirlo; con total lentitud. Cierto que esa era mi sensacion, puesto que el parecia tenerlo todo. O, mejor dicho, lo habia tenido todo hasta hacia poco tiempo, pues ahora era tambien victima de unos "ataques de mala leche" por mi parte que sacaban lo peorcito de mi; una especie de leona interior que se revelaba una y otra vez y que no parecia encontrar calma en ningun momento. Ya se sabe... Cuando eso pasa, termina repercutiendo en el otro. Mi amigo Cristian no paraba de repetirmelo. --Estrellita, te prometo que no se como Juanmi te aguanta. Vale que tu eres preciosa y el, en el fisico, es un tio corriente y moliente, pero le estas dando una cana que no esta ni en los escritos. --Solia decirme cada tarde mientras merendabamos en un bar cercano a la clinica en la que trabajaba codo con codo conmigo como higienista. --Dejate de pamplinas porque eso es lo de menos. Quiza no fuera su fisico lo que mas me entro por el ojo en su dia, pero era un hombre de lo mas interesante... O eso me parecia. Y si, en el resto te doy la razon, estoy insoportable, ?verdad? --Para matarte a escobazos estas, no hay quien te aguante, guapita de cara, como decimos aqui "vaya malaje que estas hecha..." --Gracias por la parte que me toca, guapito. --Ni gracias ni na, nina, pero es lo que hay y lo que esta a la vista no necesita un candil. A ti te sale la mala baba por las orejas y la relacion te la vas a cargar como sigas asi, de modo que andando y a aclararte las ideas. Con Cristian siempre me lo pasaba fenomenal y agradecia sobremanera sus consejos, que eran los de un buen amigo que iba viendo como dia a dia mi relacion se marchitaba. --Ya, ya lo se, pero es que no entiendo como no quiere ser padre, con la ilusion que sabe que me hace. --Porque el no es como tu. Ya se lo que me vas a decir "que cuando una persona quiere a otra hace el pino puente para que este feliz" y todo eso, pero Juanmi es mas frio que tu como de aqui a La Habana, por mucho que te haya tratado siempre con mimo porque tu has sido para el como un juguetito. --Vamos, que yo soy la Barbie, ?no es eso lo que me estas queriendo decir? --Si, pero no el no es Ken, ojito. Si quieres un Ken y la pareja perfecta, te lo vas a tener que currar y salir de tu zona de confort. --?Y eso como se hace? Mira que yo estoy super desentrenada, hace mil que no salgo de... --De tu zona de confort, que mucho quejarte del feo, pero te tiene como a una reina. --Y dale Perico al torno, que Juanmi no es feo, hombre... --Ni bonito, no te digo... Tenia que darle la razon en parte a mi amigo. Cristian era mas objetivo que yo y lo veia bastante clarinete; mi novio sentia pasion por mi, pero lo ultimo que le apetecia era tener hijos. Desde mi punto de vista venia a ser algo asi como un nino caprichoso que me queria solo para el y que no deseaba compartirme con ningun otro ser humano, por muy hijo suyo que fuera. No, no me sentia nada orgullosa, pero la noche antes de irme para Madrid le habia dado un ultimatum y, aunque yo sabia que esas cosas no funcionaban, no habia podido remediarlo. --Me voy a pasar mi cumple a casa de mis padres, les quiero dar una sorpresa. Te agradeceria mucho que, cuando vuelva, hubieras tomado una decision, la verdad. --?Sabes que te quiero? --me contesto con la decepcion en los ojos, pues era la primera vez que ibamos a pasar uno de mis cumpleanos separados. --Lo se, pero el tuyo es un querer que no se si me hace feliz--anadi con un nudo en la garganta, pues jamas hubiera imaginado tampoco llegar a ese punto con el. --Te ha valido durante todos estos anos y ahora, de golpe y plumazo, parece que ya no hago nada bien. Y todo por querer postergar lo del nino. --Postergado y sin fecha. Dime la verdad, Juanmi, y por una vez en la vida necesito que me seas totalmente sincero. --Dispara ya, que me tienes asustado... --Por ti podriamos seguir toda la vida igual, ?o no es asi? --Perfectamente. --No vacilo en su respuesta, algo que por un lado me dolio, pero que por otro era de agradecer, ya que yo le habia pedido sinceridad absoluta y eso fue lo que obtuve por su parte. A poca distancia de Madrid y, sabedora de que la sorpresa que le iba a dar a la buena de mi madre iba a ser de aupa, sonrei para tratar de borrar de mis labios esa amargura que la respuesta de mi pareja me provocaba cada vez que la recordaba. Mi padre, Ernesto, tambien se pondria como unas castanuelas cuando viera aparecer a su nina por nuestro madrileno barrio de El Pilar, al igual que mi hermanito, Jairo, de quince anitos, que estaba en plena edad del pavo. Ese pensamiento era el mejor del dia y le quitaba algo de importancia al otro pues, como tambien solia decirme Cristian, yo estaba entre la espada y la pared. --Ten cuidado, reina, porque como lo presiones demasiado con tener el churumbel y el jefe no este luego a gusto, lo mismo sale disparado de tu lado y te quedas compuesta y sin novio. Y encima con un bombo de categoria, yo no quiero ser gafe, pero eso podria ser la hecatombe... Sus palabras me retumbaban y me di cuenta de que de categoria era el dolor de cabeza que sentia. ?Como era posible? Ni que fuera una bateria y estuvieran tocandola, me dolia por todos lados.

  • Llamame jueves, Ava Cleyton de Ava Cleyton

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    Una manana del mes de abril Alex Kupert se despierta totalmente aterrada porque no puede dejar de pensar en el ni un solo instante. Pero ?quien es el y que ha sucedido para que ella, esposa ejemplar y enamorada de Emilio, su marido de toda la vida y padre de sus tres hijos, tiemble cada vez que recibe un WhatsApp suyo? Se llama Leonardo Peces y, hasta la fecha, era tan solo un amigo. Alex, incapaz de comprender sus propios sentimientos, encuentra en la reposteria una valvula de escape. Y en el afan de luchar contra lo que parece inevitable, el hecho mismo de no poder frenar la avalancha que presiente con la fuerza brutal de la madre naturaleza en la cumbre del Everest, el blog de la Kupert's Cook resulta ser un gran exito en las redes sociales.

  • Amor de amigos de Sophie Kiss

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    Ronnie es un chico moreno y el mas codiciado de Nueva York. Es un multimillonario, de buen corazon, amable, carinoso, tierno. Podria tener todo lo que quisiera excepto a Clarie; una dulce chica que le robo el corazon desde el primer momento que la vio. Ronnie siempre quiso algo mas con ella desde que son jovenes, pero para Clarie son solo buenos amigos. Un dia se alejaron cuando Clarie se hace novia del tipico chico malo, se van de la ciudad por anos hasta que una inesperada llamada los volvera a juntar otra vez despues de muchos anos.

  • Los relatos de Fata Morgana de Jonathan Littell

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    Abajo del todo se alzan las dos torres. Destacan sobre un cielo gris, delicado, de luz contenida. Unos arboles ocultan parte de la segunda, la que esta quemada de abajo hacia arriba. Se yerguen silenciosas como centinelas, indiferentes a lo que sucede a sus pies. El viento agita las hojas de los arboles. Estelas de nubes cruzan perezosamente el cielo. Es un domingo de verano. Al rato el sol pasa por el balcon y calienta el rostro y las piernas. Asi que durante unas horas toca refugiarse en el interior oscuro y fresco del apartamento. Enfrente, hacia la izquierda, al bies sobre la colina, estan las pequenas manchas blancas de las tumbas, un reguero disperso entre las casas. Por encima del cementerio se alza una bonita vivienda, un gran edificio del siglo XIX con alas imponentes y columnas de un lado al otro de la puerta principal. Puede que ese fuese el acceso al cementerio. Es dificil saberlo, porque alli arriba no se puede llegar. Por la noche, cerca de esa casa, hay una luz que es un agujero de fuego en la oscuridad. Quien la ha puesto ahi, tampoco se sabe. Hay gente que debe de saberlo, pero yo a esa gente no la conozco. Una vez visite una casa no muy lejos de ese cementerio. Tambien era domingo, hacia el mediodia. B. me habia llevado para entregarle un paquete a la gente que vivia en ella. Nos quedamos en la terraza una media hora, bebiendo cerveza con el padre mientras la hija, en el jardin, cortaba rosas para B. Estabamos sentados un poco apartados, porque el extremo de la terraza quedaba expuesto. La ciudad se extendia a nuestros pies, con las dos torres de frente por una vez, bajo un cielo azul de verano que viraba a blanco. En el lado de la Residencia del general cayeron algunos obuses. El padre me dijo que no estabamos mas que a ciento cincuenta metros del cementerio; esa informacion me parecio sorprendente. Ayer, prosiguio, una mujer fue asesinada por un obus justo debajo de esta casa. La vispera habia sido en efecto un dia muy malo, mataron a muchas personas. Pero ese domingo yo todavia no sabia hasta que punto el dia anterior habia sido malo. Fue un fin de semana tan hermoso. El sabado, cuando atacaron por primera vez la Residencia del general, yo estaba almorzando en una taberna. Delante de mi mesa reboto una esquirla de obus con un pequeno tintineo, corri a recogerla; volvi a entrar en el cafe riendo, pasandome la esquirla aun ardiente de una mano a la otra, como cuando sacas del horno una patata asada. Mas tarde, ya de cara a la noche, fui a casa de unos amigos a tomar un coctel. Bebiamos en el jardin mientras por encima de nosotros bramaban los cohetes. Varios de mis amigos se asustaron y se acurrucaron al pie de los rosales. Fue muy divertido, nos reimos mucho. A la manana siguiente, otro obus exploto en el jardin de al lado, a unos cincuenta metros de donde habiamos estado bebiendo. Asi que ese domingo, despues de la cerveza cerca del cementerio, me fui con B. a recoger a nuestro amigo A. para ir a almorzar a un restaurante precioso, un poco aislado, con una terraza cerrada solo en parte en la que podias estar al aire libre sin violar demasiado las prohibiciones de la policia. Comimos lentamente durante toda la tarde, chuletas de cordero con una ensalada de cebolla, y nos bebimos una botella de vino tinto. Despues, B. y yo compartimos un puro, estaba demasiado seco pero igual fue un gran placer. Luego compramos pasteles y fuimos a beber alcohol a mi balcon, frente al cementerio, con las dos torres a nuestros pies. No fue hasta el dia siguiente, al leer los periodicos, cuando nos dimos cuenta de lo malo que habia sido el fin de semana. Pero el verano ya llevaba asi seis semanas, y todo apuntaba a que iba a seguir igual. La ciudad estaba completamente cerrada desde finales de mayo. De hecho, todavia quedaba una carretera para entrar y salir, pero era peligrosa. Habia a quien esa sensacion de encierro le ponia de los nervios, pero a mi me alegraba. Me encantaba la idea de estar aqui atrapado para el resto del verano, con el calor y la luz, perseguido a un lado y al otro de la ciudad por los silbidos agudos de los obuses y el ruido obsceno de sus detonaciones. Eso me hacia sentir enormemente vulnerable y me ligaba como un suplicio a esa otra cosa de la que no deberia hablar. Esa otra cosa, me resulta imposible hablar de ella pero tambien me resulta imposible no hablar de ella. Me devastaba el corazon y consumia mis noches: por la manana, al despertarme, colmaba mi cuerpo y lo retorcia de felicidad. Luego me levantaba, me vestia, me dirigia a mi despacho y reanudaba mi trabajo con una atencion y un estado tan febril que, por un tiempo, la dejaba de lado. Pero a veces los bombardeos eran demasiado fatigosos, imposible trabajar, y entonces, entre el miedo y esa cosa, me invadia una enorme pereza que volvia inutil cualquier esfuerzo. Entonces quedaba el balcon, el sol, los libros, el alcohol y los puritos que tanto me costaba procurarme, y a veces tambien el telefono, horas y horas de telefono, un medio odioso y falso pero que en ausencia de su rostro y de su cuerpo alimentaba mi angustia y mi futilidad. Y aqui estoy, hablando de ello, cuando no deberia hacerlo. Deberia hablar de otra cosa. Hacer descripciones, como al principio de este relato, describir el purito palido que me fumo en este momento, el mechero de estano barnizado que tengo delante, un poco rayado por las monedas que llevaba en el bolsillo, el cielo que vira a gris. A modo de proteccion de posibles fragmentos de vidrio, las ventanas de mi despacho estan cubiertas por unas laminas autoadhesivas de plastico translucido; a traves de esas laminas, punteadas por burbujas de aire, todo se ve turbio. Es una lastima, pero por otro lado, delante de mi despacho no hay nada que ver, solo otro edificio gris, sucio, con muy pocas ventanas intactas y estrias de impactos que atraviesan su fachada. Ah, aqui vuelve el sol, a iluminar graciosamente esa horrible fachada. No hay discusion, el sol demuestra una inmensa bondad por las pobres cosas de este mundo. Un poco mas arriba, en este mismo cuaderno en el que ahora tomo notas, hace unas semanas escribi una o dos frases sobre la luz del sol en el cuello de B. Tambien, como por azar, fue un domingo (aunque en realidad no se deba al azar, sino a que trabajo para justificar mi presencia aqui, y a estas historias no les quedan mas que los domingos). Fue uno de los momentos mas aterradores y dolorosos en que me he visto inmerso en los ultimos anos. ?Que me impidio besarla, en ese momento? Todo mi cuerpo y todo mi pensamiento, tan debiles, no tendian mas que a una sola cosa, posar mis labios sobre ese cuello resplandeciente de luz y blancura. Que horror. No me movi, me quede apoyado en la barandilla, luego nos fuimos. Podria echarle la culpa a mi natural timidez, pero algo me dice que eso seria falso, una patetica escapatoria. Mas bien me parece que aquello fue miedo, lo cual no es lo mismo. Bajo esa luz pavorosa, tan cerca de su piel, me quede descolocado, crucificado de miedo y deseo, y ni siquiera llame Elohim, Elohim, estuvimos charlando, luego nos fuimos, le cogi una flor, otra para la tumba de mi deseo, y la lleve a su casa. En verdad no deberia hablar de estas cosas. El verano continua, esta lejos de terminar. No habria que hablar de eso sino despues, mucho tiempo despues. Lo mejor seria no hablar de eso nunca, morir en silencio y que asi desapareciese, esas dislocaciones y esas luces de las que al final veremos que esta hecha la vida, si es que no lo vemos ya, y si es que alguna vez podemos decir de una vida que esta hecha, pero si no logramos callarnos, por lo menos que sea mas tarde, y que haya sido debidamente digerida antes de regurgitarla. El verano ni siquiera ha terminado, las sirenas acaban de ponerse a sonar, habria que aprender a hacerse crecer una piel antes de jugar a despellejarse con navajas de tan pobre calidad. Tanta impaciencia me desconsuela.

  • Dark face de Nadia Noor

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    Un recondito lugar de citas. Pasion, deseo y una situacion desesperada.

  • Maquinas como yo de Ian Mcewan

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    McEwan explora la ciencia ficcion: ?puede una maquina llegar a entender y juzgar la complejidad moral de las decisiones de un ser humano?
    Londres, anos ochenta del siglo pasado. Pero un Londres distopico y alternativo, en el que la historia ha seguido algunos senderos diferentes. Por ejemplo, el Reino Unido ha perdido la Guerra de las Malvinas y el cientifico Alan Turing no se ha suicidado atormentado por las consecuencias del juicio al que fue sometido en los anos cincuenta por su homosexualidad, sino que sigue vivo. No solo vivo, de hecho, sino plenamente activo, y dedicado al desarrollo de la inteligencia artificial, campo en el que ha conseguido un hito: la creacion de los primeros seres humanos sinteticos, unos prototipos a los que da el nombre -segun su sexo- de Adan y Eva.
    Charlie compra uno de los Adanes de la primera hornada, pensados para hacer compania y ayudar en la casa, y con ayuda de su amante, la joven Miranda, lo programa a su gusto. Pero Miranda oculta un terrible secreto,
    y ese ser sintetico practicamente perfecto, sin las fisuras pero tambien sin los matices morales de los verdaderos humanos, acabara descubriendolo.

  • Al mal tiempo, mejor cara de Barbara Constantine

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    Con la tripa pegada al volante, y la nariz al parabrisas, Ferdinand conduce muy concentrado. La aguja del velocimetro no se despega del cincuenta, la velocidad ideal. No solo ahorra combustible sino que ademas le da tiempo a ver desfilar el paisaje por la ventanilla, a disfrutar del panorama. Y, sobre todo, a detenerse a la mas minima alerta, sin exponerse a sufrir un accidente. Hablando de accidentes, justo ahora ve un perro corriendo delante de el por la carretera. Por puro reflejo, Ferdinand pisa el freno. Los neumaticos chirrian, y la grava sale despedida. Los amortiguadores dejan escapar un quejido. El coche da un bandazo y por fin se detiene en mitad de la calzada. Ferdinand se asoma por la ventanilla. – ?Adonde vas, chaval? Por ahi de juerga, ?eh? El perro se aparta, pasa de largo a toda velocidad y se tumba algo mas lejos en la hierba de la cuneta. Ferdinand sale del coche con dificultad. – Anda, pero si eres el perro de la vecina. ?Y que haces aqui tu solo? Se acerca, alarga la mano muy despacito y le acaricia la cabeza. El perro tiembla. Al cabo de un rato, cuando ya se ha ganado su confianza, el animal se decide a seguirlo. Ferdinand le abre la puerta del asiento trasero y vuelve a arrancar el motor. Al llegar a un camino de tierra, abre la puerta del coche. El perro baja, pero se le arrima a las piernas gimiendo, como si tuviera miedo. Ferdinand abre la cerca y lo anima a entrar. El perro repta a sus pies, sin dejar de gemir. Ferdinand recorre el sendero entre dos setos de maleza y llega a la puerta de una casita. Esta entornada. Llama en voz alta... Eh... ?Hay alguien?... No recibe respuesta. Mira a su alrededor, pero no ve a nadie. Empuja la puerta. Al fondo de la habitacion alcanza a distinguir en la penumbra una silueta tendida en una cama. Vuelve a llamar. La silueta no se mueve. Ferdinand olfatea el aire. Ahi dentro apesta... Olfatea otra vez. !Buf, pero si huele a gas! Corre hacia la cocina, cierra la bombona de butano y se acerca a la cama. !Senora, senora! Le da palmaditas en las mejillas. Al principio flojito pero, al ver que la mujer no reacciona, cada vez mas fuerte. El perro ladra, dando saltos alrededor de la cama. Ferdinand tambien se asusta, y ya no son palmaditas sino bofetadas lo que le da a su vecina. Le grita que se despierte. Los gritos se mezclan con los ladridos. !Senora Marceline! !Guau, guau! !Abra los ojos, maldita guau! !Despierte, por guau, por favor, guau! La mujer deja escapar por fin un pequeno gemido. Ferdinand y el perro suspiran de alivio a la vez. 2 CINCO MINUTOS MAS TARDE, MARCELINE SE ENCUENTRA MEJOR Marceline ha recuperado un poco de color en las mejillas e insiste en servirle una copita. No recibe visitas todos los dias. Son vecinos, pero nunca habia puesto un pie en su casa, hay que celebrarlo. Por mas que Ferdinand le dice y le repite que no tiene sed, que solo se ha acercado a traerle a su perro, ella se levanta de todas maneras, avanza tambaleandose hasta el aparador y saca una botella de licor de ciruela que quiere a toda costa que pruebe para saber que opinion le merece. Es la primera vez que lo prepara. Digame a ver que le parece, a ver si esta bueno. De acuerdo, Ferdinand asiente con la cabeza. Ella empieza a servirle y, de pronto, se detiene y pregunta, preocupada, si luego tiene que conducir. El le dice que ya se va para casa, esta solo a quinientos metros, !podria recorrer el trecho con los ojos vendados! Mas tranquila, termina de servirle la copita. Apenas le da tiempo a mojarse los labios cuando Marceline siente un mareo. Se deja caer pesadamente sobre una silla, con la cabeza entre las manos. Incomodo, Ferdinand se concentra en el mantel de hule, en deslizar el vaso sobre las lineas y los cuadros. Ya no se atreve a beber ni a decir nada. Al cabo de un largo silencio le pregunta, casi en un susurro, si quiere que la lleve al hospital. – ?Al hospital? ?Para que? – Pues para que la examinen. – Pero si solo me duele un poco la cabeza. – Ya, pero... con lo del gas... – Ya... – No es bueno... – No, claro. – Puede haber efectos secundarios. – ?Ah, si? – Vomitos, me parece. – Ah. No lo sabia. Otro largo silencio. Marceline tiene los ojos cerrados. Ferdinand aprovecha para mirar a su alrededor. La habitacion, pequena y oscura, esta repleta de cachivaches. Enseguida piensa que en su casa ocurre exactamente al reves, casi hay eco de vacia que esta. Esa idea le deprime, asi que vuelve a concentrarse en el mantel de hule. Por fin se anima a decir: – Por lo general no me suelo meter en la vida de los demas, Marceline, bien lo sabe usted. Pero ?no sera porque tiene usted muchas preocupaciones por lo que ha... por lo que ha...? – Por lo que he ?que? – ?El gas? – ?Que pasa con el gas? – Pues eso... A Ferdinand le cuesta hablar. Es un tema personal. No se le da bien hablar de temas personales. Sabe que tiene que decir algo, pero es incapaz de ir al grano, asi que se pone a hablar y hablar para no decir nada, intentando hacerse entender con medias palabras. (Tambien le gusta mucho la expresion <>.) Esta tan convencido de que las palabras traicionan el pensamiento que preferiria funcionar por instinto y dejar que este se encargara de todo. !Aunque no le falta lucidez para reconocer que mas de una vez se la ha jugado, el muy sinverguenza del instinto! Pero, sin querer, una cosa lleva a la otra, y teme provocar un exceso de emocion, le da miedo que la mujer se eche a llorar para desahogarse o le desvele algun secreto, y esas cosas a el no le gustan nada. !Cuanto mas facil seria la vida si la gente se las apanase siempre sola! Con su mujer tenia un truco para evitar la trampa de las conversaciones demasiado intimas: en cuanto notaba que ella iba a ir por ese camino, Ferdinand evocaba el pasado. Una palabra nada mas, como quien no quiere la cosa, y listo, ya podia escucharla sin prestarle atencion, como quien oye llover. Como le gustaba hablar a su pobre difunta... De cualquier cosa, de tonterias. Era una autentica cotorra. Pero lo que mas le gustaba, por encima de todo, era hablar del pasado, de su juventud. Solia decir que todo era mejor antes, que todo era mucho mas bonito. !Sobre todo antes de conocerlo a el! Siempre terminaba enumerando con rabia todo lo que habria podido vivir en otra parte, en America, en Australia o en Canada, quiza. !Pues si, por que no, claro que habria podido ser asi! Si no la hubiera sacado a bailar, si no le hubiera susurrado palabras tiernas, si no se hubiera arrimado tanto a ella, en ese dichoso baile del 14 de julio. Que lastima. Ferdinand no le guardaba rencor por hablar asi. El tambien habia tenido suenos. El tambien habia sonado con cosas bonitas. Pero no habia tardado en comprender que los suenos y el amor no iban de la mano. A lo mejor porque el no estaba hecho para esas cosas. O quiza seria en otra ocasion. !O en otra vida, como los gatos! Bueno, toca volver al presente. Esta en casa de su vecina. La mujer tiene un problema pero no parece querer hablar de ello, pese a las preguntas que el le hace discretamente. No sabe gran cosa de ella excepto que se llama Marceline, que vende miel, fruta y verdura en el mercado, y que es un poco extranjera. ?Rusa o hungara, quiza? Del Este en todo caso. No hace mucho tiempo que se instalo aqui. Bueno, unos anitos ya si que hace. ?Seis o siete? Si, por lo menos seis o siete ya... Ferdinand vuelve a mirar a su alrededor. Esta vez repara en que no hay calentador encima del fregadero, ni tampoco hay nevera, ni lavadora ni televisor. Ninguna comodidad moderna. Como cuando era nino, tan solo la radio para enterarse de las noticias, y agua fria en la pila para lavarse. Recuerda que en invierno siempre buscaba la manera de escaquearse. Y tambien intentaba librarse de hacer la colada, la ropa salia tiesa y helada del lavadero, y el tenia que ayudar a escurrirla, con las yemas de los dedos moradas de frio y arrugadas como garbanzos. !Anda que no era dificil todo en aquellos tiempos, me caguen diez! Se dice a si mismo que tal vez la pobre senora Marceline se haya cansado de esa vida tan dura y tan llena de incomodidades. Se habra desanimado. Y tambien se habra deprimido por estar lejos de su pais y de su familia, ?no? Lo mismo es ese el motivo por el que... Siente que no se va a poder librar, que no va a tener mas remedio que hablar. Y no de tonterias, de si va a llover o si va a hacer bueno. O incluso de su perro. !Que chucho mas listo, oiga! Que suerte tener uno asi. Yo el ultimo que tuve era tonto perdido, pero muy carinoso. Este... Ah, ?que es una perra? ?Esta usted segura? No me habia fijado. Inspira hondo y se lanza a hablar. De un tiron le dice que lo entiende, que a el tambien le han dado ganas un par de veces en su vida. Tres, en realidad. Bueno, venga, para ser del todo sinceros, cuatro. Si, pero... el se tomo el tiempo de pensarlo bien antes, y encontro muy buenas razones para no hacerlo. Como por ejemplo... Asi de sopeton no se le ocurre ninguna. !Ah, si, claro, sera tonto: sus nietos! Los nietos son maravillosos. Apasionantes. Nada que ver con los hijos. Si, si, de verdad. Son mas guapos, mas vivos y mucho mas listos. A lo mejor tiene que ver con la epoca en que vivimos, los tiempos han cambiado. A no ser que seamos nosotros, tal vez al hacernos mas viejos nos volvamos mas pacientes. Puede ser... ?Usted no tiene nietos? ?Ninguno? Vaya. Que pena. Pero hay otras cosas por las que vale la pena vivir. Espere, dejeme pensar... Marceline levanta los ojos para mirar al techo. Ferdinand se rasca la cabeza. Tiene prisa por encontrar algo. – Mire usted, de vez en cuando tambien es bueno acordarse de que hay gente que esta peor que uno. Asi uno pone los pies en la tierra. O, si prefiere, pone las cosas en perspectiva. A veces es necesario, ?no cree? Marceline parece estar en otra parte. Ferdinand busca algo gracioso que decir. – Bueno, y como nadie ha vuelto nunca para decir si al otro lado estan mejor las cosas, lo mismo no merece la pena adelantarse, ?eh, senora Marceline? Puede que sea mejor esperar a que llegue tu hora, y ya esta. Suelta una risita. Espera su reaccion. No hay reaccion. Entonces ya si que se preocupa. Se inclina hacia ella. ?Me entiende cuando le hablo? A lo mejor hay alguna palabra que no... Marceline tiende la mano hacia la tuberia de la cocina y, temblandole la voz, dice que ya esta, que llevaba un rato pensandolo pero que ya se acuerda, que todo ha sido por su viejo gato. Hace ya varios dias que ha desaparecido. ?Se habra muerto? Espera que no. Seria dolorosisimo para ella... Y, mientras tanto, su casa es un caos. Los ratones hacen lo que les da la gana. No paran de bailar, todo el dia y toda la noche. En los armarios, debajo de la cama, en la despensa... Roen, roen y roen sin parar. !La estan volviendo loca! Si siguen asi, al final se subiran a la mesa y comeran de su plato, los muy descarados. Ferdinand ha desconectado, ya casi no la escucha. Divaga por completo la pobre mujer. Debe de ser por el gas. Eso que cuenta del gato muerto y los ratones que bailan no tiene ni pies ni cabeza. La mira hablar y luego le observa las manos. Bonitas y estropeadas. Piensa que es por trabajar la tierra, deberia cuidarse, ponerse crema, lo necesita. Pero el caso es que parece mas joven de lo que el pensaba. Tendra unos sesenta, calcula... De pronto, la mujer se pone de pie. Sorprendido, Ferdinand da un respingo y se levanta a su vez. Ella le dice que es muy frustrante hablar y que nadie te escuche. Pero bueno, ya se encuentra mejor. Gracias por todo, ya puede irse, ahora se va a tumbar a descansar un poco. El gas la ha dejado aturdida. Ferdinand mira el reloj: las cuatro y media, es pronto para acostarse, le extrana. Ella le dice que no lo acompana hasta la puerta, que ya se las apanara el solito. El le dice que si, escondiendo una sonrisa. !No hay mucho peligro de perderse en una casa que solo tiene una habitacion! Le acaricia la cabeza a la perra. Bueno, pues nada, adios, senora Marceline. Si necesita algo, lo que sea, no dude en llamarme. Si, gracias, asi lo hare. Se encoge de hombros y masculla en voz baja: en cuanto me instalen el telefono, no te digo...

  • El Circulo de Jerico de Cesar Mallorqui

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    El Circulo de Jerico es una recopilacion de relatos escritos por Cesar Mallorqui utilizando el metodo del fix-up, segun el cual se aunan varias historias originalmente independientes a traves del recurso de escribir una nueva historia que sirva como nexo entre ellas.

  • Hermanos Landvik. Serie Completa de Laura Sanz

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    Las tres novelas de los hermanos Landvik en un solo volumen. Incluye La historia de Cas, La lucha de Jan y La culpa de Till.
    “Tres hermanos. Tres historias unidas por los acontecimientos, la familia, la pasion y el amor.”

  • El Levante de Mircea Cartarescu

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    Mircea Cartarescu comenzo a escribir El Levante en 1987, cuando era un amargado profesor en una escuela de barrio en Bucarest. Recien casado y con una hija pequena, escribia en la cocina, en su maquina de escribir Erika, sobre un mantel de hule; con una mano tecleaba y con la otra mecia el cochecito de la nina.
    Concluyo la obra pocos meses antes de la caida del comunismo, sin sonar siquiera con la posibilidad de publicarla. El resultado fue uno de los experimentos poeticos mas fascinantes escritos jamas: una epopeya heroico-comica, que es tambien una aventura a traves de la historia de la literatura rumana, que sigue la tecnica utilizada por James Joyce en el capitulo del Ulises <>. Pero no hace falta conocer la literatura rumana para disfrutar como un nino de las aventuras del poeta Manoil, de Zotalis, de la bella Zenaida, del temible Yogurta, de los piratas y ladrones que pululan por las aguas del Mediterraneo, y de acompanarles en su propia Odisea, plagada de batallas, amores y deserciones. Un delicioso escenario bizantino donde se confunden realidad y ficcion, y un cautivador relato que invita a una lectura gozosa, pueril, inolvidable.

  • Baile en El Aire (La isla de las Tres Hermanas 1), Nora Roberts de Nora Roberts

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  • Un duque para mi de Olga Salar

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    Marcus Middlethorpe, duque de Rothgar, esta decidido a evitar a las matronas que suenan con casarlo con sus aburridas hijas. Con ese fin, ha trazado un plan que esta seguro de que no puede fallar. Con lo que no ha contado es con el caracter de la dama que necesita como complice para que dicho plan tenga exito.

  • La leyenda de la mariposa azul de Calista Sweet

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    Dana Leon se siente frustrada y molesta. Un viaje a Sevilla por motivos de trabajo no se parece en nada a las vacaciones que necesitaria. ?Por que deberia acometer la busqueda de alguien que no desea ser encontrado? Y, ?que tiene eso que ver con su trabajo como locutora?

  • Lugar siniestro de Juan De Haro

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    La Institucion Morris fue convertida en una residencia para estudiantes pese al recelo de los lugarenos. Connie Merril es inscrita a su programa de estudios y comienza a visitar a Patricia Krenwinkel, la psicologa del centro, para contarle que por la noche escucha gritos. La psicologa insiste en que son debido a sus pesadillas. Sin embargo, debajo de la cimentacion del edificio se oculta un viejo secreto, vivo, palpitante, que se estremece por la noche provocando leves temblores. Connie inicia una serie de investigaciones que la llevan a la verdad. ?Que ocurrio? ?Que son los gritos. o de quien?

  • Un mundo sin miedo de Baltasar Garzon

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  • En las chanclas de Manoli de Raquel G. Estruch

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    Esta no es solo una fabula con final feliz.
    Tampoco es un libro de autoayuda, aunque contiene sabiduria de la que todos podemos aprender.
    No es una novela de ficcion…
    Es una historia tan real como tu vida y la mia.

  • Las reglas del boxeador de Jazmin Riera

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  • La Historia de Zahira (Hermanas Sfeir 3) de Bella Hayes

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    Descarada, rencorosa y vengativa, esa es Zahira Sfeir. Prometida a Galal Al-Husayni cuando era una chica de trece anos, aun recuerda el rechazo de su futuro marido al verla y, siete anos despues, decide seducirlo. Galal, recuerda a su prometida como una chica fea, gorda y con acne, asi que le es imposible reconocerla en la sirena que lo sedujo. Ahora debera casarse con ella. El espera la tipica esposa islamica: dulce, sumisa y amorosa. Sorprendentemente, se encuentra con una prometida que suelta tacos cual marinero cuando se encabrona, es una fiera en la cama, y tiene como deporte ponerlo en su lugar. ?Como podra llegar a amarla?

  • Eternamente Tygrain (Lover Tygrain Al de Kelly Dreams

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    Jasmine Mukhtar estaba convencida de que el karma la odiaba, prueba de ello era que su regreso a Bahir vino acompanado de un ataque en pleno desierto que cambio su futuro en un abrir y cerrar de ojos. De pronto se encontro luchando no solo por su vida, sino por la del principe tygrain que el destino volvio a poner en su camino y a quien habia jurado proteger.
    Sharif Al-Hanak tenia en mente dos cosas: Capturar a los bastardos que estaban sembrando el caos en las tribus del desierto y llevarlos ante la justicia. Una tarea sencilla que, sin saberlo, lo conduciria a una trampa mortal en la que no solo estaria a punto de perder la vida, sino que tambien pondria en su camino a la unica mujer a la que un tygrain no podia resistirse.
    Unidos por una promesa, un principe tygrain y su guardiana deberan poner a prueba el vinculo que los une y enfrentarse a los secretos de un pasado que nunca debio ser desenterrado.

  • Tientame – Elena Montagud de Elena Montagud

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    Sara, una sencilla universitaria que ignora a los hombres. Abel, un fotografo de sensual mirada con un oscuro pasado. Un encuentro casual entre ellos. Una incontrolable pasion.

  • Traicion y furia (Miniserie Bianca), Caitlin Crews de Caitlin Crews

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  • Una novia para Wolf (Cheyenne Ridge 1) Kelly Dreams de Kelly Dreams

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    Terminar en un bar de carretera no era lo que Pandora tenia en mente el dia de su boda, tampoco que la plantasen en el altar. Lo que iba a ser una jornada inolvidable se convirtio en una pesadilla en la que su coche acabo empotrado contra un arbol y ella deambulando por el bosque en plena noche. Wolf ha pasado buena parte de su vida en Cheyenne Ridge, pero ya ha llegado el momento de irse. Lo unico que lo detiene es la presencia de los furtivos que siembran el valle de trampas, peligrosos cepos que ya han demostrado ser un peligro para los de su raza. Comprometido con la tarea de retirarlos, peina el territorio en busca de amenazas, lo que no contaba era con que la de esa de esa noche fuese una mujer vestida de novia dispuesta a volarle la cabeza con una rama.

  • Su amante reacia (La saga de los Alfieri 3) de Elizabeth Lennox

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    Como belle del sur, Georgette tiene ciertos estandares que debe mantener. Pero cuando Dylan entra en el salon de baile, todos sus modales surenos y equilibrio son incapaces de aguantar bajo su mirada caliente. No puede creer que un yanqui pueda romper sus paredes tan completamente, pero debe mantener su distancia. Ella tiene metas propias y no puede dejar que un hombre, no importa lo delicioso que pueda ser, interfiera con esos objetivos.

  • Breve historia del liberalismo de Juan Granados

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    La apasionante historia del pensamiento libertario, contra toda forma de dominacion. Desde los origenes mas o menos lejanos del pensamiento liberal, rastreables en Aristoteles, Ciceron o los neoplatonicos florentinos y de forma mas clara en el pensamiento politico del siglo XVII europeo, con Baruch Espinoza y John Locke a la cabeza; se analiza la evolucion del liberalismo de los siglos XIX y XX en sus diferentes escuelas y tiempos, desde el esbozo de la teoria y su configuracion doctrinaria, a traves del estudio de los grandes movimientos revolucionarios de 1830 y 1848, su posterior desarrollo economico y politico a traves de los siglos XIX y XX, hasta el varapalo que supuso para sus presupuestos teoricos la profundisima crisis economica en la que aun nos hallamos inmersos

  • Un geo para mi body de Sandra Bree

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  • Predestinados de Minnie Darke

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    Una chispeante novela astrologica que encantara tanto a escepticos como a sonadores.