• se acerca el invierno libro - Jesus Nieto Quintana

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    <>, <> o <> son algunas de las frases que han pasado de la serie Juego de Tronos a la cultura popular. Pero ?que hay detras de ellas mas alla de lo puramente televisivo para que tengan tanta repercusion y las utilicen millones de personas en los cinco continentes, seguidoras o no de la serie?

  • Se acerca el invierno: Las lecciones de Juego de Tronos ...

    https://www.amazon.es/Se-acerca-invierno-lecciones-Hobbies/dp/8448025636

    “Se acerca el invierno” es un libro que estimula reflexiones sobre el vivir y el morir. Un libro para leer y comentar en familia y con los amigos. Recomendable ...

  • SE ACERCA EL INVIERNO: LAS LECCIONES DE JUEGO DE ...

    https://www.casadellibro.com/libro-se-acerca-el-invierno-las-lecciones-de-juego-de-tronos/9788448025632/9110699

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  • Se acerca el invierno - Jesús Nieto Quintana ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-se-acerca-el-invierno/292229

    2 abr 2019 — Gracias a un minucioso y exhaustivo estudio, este libro revela en forma de lecciones la sabiduría que subyace en las frases y los diálogos de ...

  • Se acerca el invierno, de Jesús Nieto - Libros y Literatura

    https://www.librosyliteratura.es/se-acerca-el-invierno-de-jesus-nieto.html

    15 may 2019 — Se acerca el invierno, es un manual para la vida, un libro de cabecera, un consejero para las batallas diarias, una conciencia paginada, un ...

  • Se acerca el invierno. Las lecciones de Juego de tronos para ...

    http://www.anikaentrelibros.com/se-acerca-el-invierno

    Hay que destacar que no se trata de frases de la novela, sino de la serie televisiva, por ello el libros está estructurado en capítulos que siguen un orden ...

  • Se acerca el invierno. Las lecciones de Juego de Tronos - Fnac

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    Se acerca el invierno. Las lecciones de Juego de Tronos, libro o eBook de Jesús Nieto. Editorial: Cupula. Los mejores precios en libros y eBooks.

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    SE ACERCA EL INVIERNO (Libro en papel). LAS LECCIONES DE JUEGO DE TRONOS PARA LA VIDA. de NIETO QUINTANA, JESÚS. SE ACERCA ...

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  • Se Acerca El Invierno. Las Lecciones De Juego De Tronos

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  • SE ACERCA EL INVIERNO| Comprar Libro | 8 ½ Libros de Cine

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    El libro SE ACERCA EL INVIERNO del autor Nieto Quintana, Jesús con EAN 9788448025632, está a la venta de forma online en .

  • El llamado del desierto (Maktub 3), Kristel Ralston de Kristel Ralston

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  • Otro amor para Julie (Bilogia Julie 1) de Carlota Manzano

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    Julie es una asesora laboral que vive felizmente, o al menos eso cree, en su duplex de Manhattan, que comparte con su pareja, un prestigioso abogado neoyorkino llamado Frank.

  • Detras de sus ojos de Sarah Pinborough

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    David y Adele parecen una pareja ideal. El es un competente psiquiatra y ella la esposa perfecta que le adora. Pero ?por que el es tan controlador? Y, ?que es lo que oculta ella? A medida que Louise, la nueva secretaria de David, entra en la orbita de la pareja, en vez de hallar respuestas se va encontrando con preguntas cada vez mas inquietantes. Lo unico que esta claro es que en este matrimonio hay algo peligroso. Pero Louise no se imagina hasta que punto es asi, y hasta donde puede llegar alguien para proteger sus secretos. ” Detras de sus ojos trata sobre el lado negativo del amor. Sobre lo que tiene de adiccion y egoismo. Sobre intentar averiguar como son en realidad las personas debajo de la pasion, las palabras, las apariencias y lo <>. Sobre los secretos que se esconden en el corazon de las relaciones. Y tambien sobre la fascinacion que sienten las mujeres por otras mujeres. ” Sarah Pinborough

  • Casa Cacao de Ignacio Medina , Jordi Roca

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    Jordi Roca comenzo trabajando con chocolates de distintos origenes y preparados de formas muy diferentes en sus elaboraciones. Hasta que decidio dar un paso mas y empezar un nuevo proceso creativo a partir del redescubrimiento del cacao. La experimentacion le llevo a afrontar un recorrido a traves de la historia del chocolate, que le ha transportado al lugar de origen del cacao, en la selva amazonica.

  • La pasion lo es todo de Milagro Sanchez

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    Lucas es el irreconocible que salvo a Jacqueline de una acometida a manos de otro estudiante. Jamas se habia fijado en este enigmatico chico hot y tatuado, pero desde ese momento se lo encuentra por todas partes. La atraccion entre ellos es instantanea y arrolladora. Pero ?puede Jacqueline confiar en el o acabaran los misterios de Lucas interponiendose entre ellos? Juntos lucharan contra el mal y la responsabilidad, pero ademas van a descubrir el poder inesperado del amor.

  • El dia de los enamorados (Fuego y Hielo 1. 5) de Mike Lightwood

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    Todavia no me puedo creer que Sergio sea mi novio. En serio. ?Como se superan estas cosas? Ha pasado mas de un mes desde la primera vez que nos besamos, y todavia soy incapaz de creerme que esto me este pasando a mi de verdad. ?Como se acostumbra uno a estar saliendo con el chico mas perfecto de todo el universo? A veces pienso que es todo un sueno, pero entonces toco la pulsera negra de mi muneca que me regalo en Reyes y me doy cuenta de que no, de que esta es mi realidad. Una realidad que ha cambiado mucho en las ultimas semanas. Y, ahora mismo, no podria ser mas perfecta. Bueno, vale. Tal vez este exagerando un poco. Siendo objetivo, se que Sergio no es perfecto; despues de todo, nadie podria serlo. Pero para mi si que lo es, y eso es lo unico que importa. Despues de todo el sufrimiento que he tenido que pasar durante el ultimo ano, despues de toda la mierda que he vivido por culpa de ser como soy y de amar como amo, por fin he encontrado a un chico que me quiere tal y como soy. Que no se averguenza de mi ni de lo que hace conmigo, al contrario que Dario. Un chico que me cuida. Que me trata bien. Que aporta felicidad a mi vida. Y lo cierto es que, ultimamente, empiezo a tener muchas razones para ser feliz. O, al menos, para intentarlo, que ya es algo. Porque en realidad no todo es tan bonito, claro. Desde luego, mi vida dista mucho de ser perfecta, aunque haya momentos en los que piense que lo es. Todavia me despierto cubierto en sudor muchas noches, llorando y temblando de miedo tras haber tenido alguna nueva pesadilla con los (gilipollas) antiguos companeros del instituto. Porque si, ya son oficialmente mis antiguos companeros. Ya no estudio alli y, con suerte, no tendre que verlos nunca mas. Ha costado un poco pero, con la ayuda de Ana y de Fer, he sido capaz de contar todo lo que estaba pasando. La directora se indigno mucho al enterarse, como era de esperar, mientras que mi tutor no dejaba de culparse por no haberlo visto antes. En parte, yo tambien lo culpaba, pero claro... ?como iba a saber algo que siempre ocurria a sus espaldas? De momento, van a expulsarlos temporalmente, aunque tambien estan valorando si expulsarlos de forma definitiva, como castigo por los meses de agresiones y el incidente en los vestuarios. Todavia se me revuelve el estomago y se me llenan los ojos de lagrimas al recordarlo. Me han asegurado que, como minimo, van a tomar medidas disciplinarias muy serias contra ellos. Pero, por peticion de Ana y mia, eso no ocurrira hasta que yo me haya ido del pueblo, asi que de momento estan haciendo como si no hubiera pasado nada. No queremos que tomen represalias contra mi mientras yo todavia siga ahi. Despues de todo, aunque los expulsen del instituto, nada les impediria pegarme una paliza por la calle. Y, despues de haberlos delatado, seguramente se asegurarian de que no lo contara. No he delatado a Dario. Sinceramente, no se por que no lo he hecho. Una parte de mi es consciente de que, en realidad, el nunca participo en los ataques. Nunca me agredio, nunca me insulto junto a Carlos y a los otros cuando se metian conmigo. Pero en realidad tampoco es que hiciera nada por evitarlo en ningun momento. No hizo nada por protegerme, por detener a los demas, por decirle a alguien lo que estaba pasando, el infierno que me estaban haciendo vivir dia tras dia. Una parte de mi queria venganza. Era mi palabra contra la suya y sabia que, si decia algo, nadie podia rebatirmelo despues de todo lo que habia pasado. Pero no queria hacerlo. No podia hacerlo. Supongo que, muy en el fondo, hay otra parte de mi que todavia le quiere. Tal vez una parte de mi todavia este enamorada de el, del Dario que fue un dia. Tal vez siempre lo este. En cualquier caso, ya es demasiado tarde. Yo estoy enamorado de Sergio, y eso lo tengo muy claro. No se puede amar a dos personas a la vez, y el momento de Dario ya paso hace tiempo; el mismo se encargo de que pasara. Ahora Dario esta en el pasado, mientras que Sergio es mi presente. Y, por cursi que suene, tambien mi futuro. Y mi futuro parece prometedor. De momento, mi madre y yo nos estamos quedando en casa de Maria y Dani. Pero el piso es pequeno, de solo dos habitaciones, asi que yo estoy durmiendo en una habitacion diminuta que Dani utilizaba de estudio mientras mi madre duerme en el sofa. Insisti para que me dejara dormir ahi a mi, pero ella no quiso ni oir hablar del tema. Aun asi, esta claro que esta situacion solo va a ser temporal. Lo bueno es que mi madre y Maria han estado mirando pisos, y han encontrado un piso perfecto para los tres. O, mas bien, los cuatro, si contamos a Dani. Pensaba que a mi hermana no le haria mucha gracia tener que vivir otra vez con su madre y su hermano pequeno, pero resulto ser todo lo contrario: no podia estar mas emocionada de volver a estar con nosotros. No puedo decir que se lo reproche, porque yo tambien lo estoy. Ahora podemos ser por fin la familia que nunca fuimos con nuestro padre. Todavia me duele pensar en el, y se que es un dolor que no va a desaparecer nunca. Y no porque le quiera, ni porque lo eche de menos, porque no es asi. Lo unico que echo de menos es el padre que nunca tuve, el padre que podria haber tenido. Pero, al igual que con Dario, su tiempo ya paso, y ahora solo puedo centrarme en el presente. Un presente que ahora mismo esta bastante ajetreado, porque hemos estado mirando institutos donde pudiera empezar de nuevo. No es facil cambiar de centro a mitad del curso, aunque Ana y la directora han hecho todo lo posible por ayudarme. Inicialmente lo que hicimos fue preguntar en el instituto al que va Sergio, pero no quedaban plazas disponibles. Al principio fue una decepcion pero, despues de todo, tan solo quedan unos meses de instituto antes de que se vaya a la universidad, asi que tampoco habriamos coincidido mucho de todos modos. Lo bueno es que hemos encontrado otro, que ademas esta cerca de la facultad donde quiere estudiar Sergio, asi que el curso que viene podremos ir a clase juntos cuando coincidan nuestros horarios, y tambien vernos despues con mayor facilidad. Incluso me ha dicho que podria recogerme alguna vez despues de las clases y, sinceramente, solo de imaginarlo me muero de la emocion. Mi madre y yo vamos a ir la semana que viene a hablar con el director del instituto para contarle mi caso, aunque ella ya se lo ha comentado por encima por telefono. Si todo va bien, solo quedara hacer el traslado de expediente y matricularme alli para poder empezar. Me da vertigo imaginarmelo, saber que estoy al borde de una nueva vida totalmente diferente, pero al mismo tiempo estoy tan emocionado que no puedo evitar pensar en ello a todas horas... como en este mismo momento, cuando deberia estar atento a otras cosas. --Oscar --dice entonces la voz de Fer, sobresaltandome, a tan solo unos centimetros de mi--. ?Te das cuenta de que acabo de cargarme a todo tu equipo solo con Greninja?

  • Lola (Moteros 3) de Patricia Sutherland

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    .Porque, a veces, el amor llega cuando menos te lo esperas…

  • Mi error fue creer en cuentos de hadas. Parte 1 de Moruena Estringana

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  • ?Murio Hitler en el bunker? de Eric Frattini

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    El 30 de abril de 2015 se celebran 70 anos del suicidio de Hitler. Pero, ?murio Hitler realmente en el bunker? Sus restos jamas se encontraron.

  • Pistolar de Ivan Soto Camba

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    Pistolar es un caleidoscopio, una indagacion fragmentaria en el mosaico del yo: basta un ligero movimiento de muneca y de repente todo cobra sentido.

  • La ultima duquesa de Laura Powell

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    Una original historia de amistad con una galeria de personajes asombrosos, pinceladas de magia, misterio y giros inesperados.
    Con apenas trece anos, Pattern ya destaca entre las estudiantes de la prestigiosa Academia de Servicio Domestico de la senorita Minchin y va a trabajar como primera doncella de la gran duquesa de Elfinburgo, que se ha quedado huerfana.
    La joven duquesa de este pequeno y misterioso lugar es nerviosa y paranoica, !y con razon!, pues aunque parezca idilico, el ducado de Elfinburgo oculta un secreto oscuro y mortal… Poco a poco, y a pesar de sus diferencias, las protagonistas forjaran una amistad que pronto las llevara a luchar por su supervivencia. Asi, Pattern empleara todo su ingenio para enfrentarse a las conspiraciones y a las intrigas de quienes menos se imaginan, y a los peligros que acechan en cada rincon, dentro y fuera del castillo.

  • El lince y el clavel (Destinos en la tormenta 2) de Zahara C. Ordonez

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    Galicia, marzo de 1846 De todas las cosas que pense que tendria que hacer en la vida, ver casarse a la mujer que amaba no era una de ellas. Dicen que el ser humano ha sido creado para ser resiliente y soportar los envites del destino, por duros que estos sean, pero estoy seguro de que cuando dicen eso olvidan los que te da el amor. El amor golpea casi tan fuerte como la muerte. De hecho, si hiciera caso a algunos poetas, ambos vendrian de la mano. En el pulso que el amor y yo habiamos jugado, sali perdiendo. Herido de gravedad, me habia retirado. Lo habia hecho porque amar es desear la felicidad del otro, y su felicidad no estaba conmigo. He oido que el tiempo cura las heridas; sin embargo, lo que no me dijeron es que, cuando algo duele, el tiempo cobra proporciones de infinito. Querria decir que el dolor habia quedado atras; hablar de el en pasado; decir que el corazon ya no me quemaba cuando pensaba en ella; que su nombre se habia diluido en mi memoria como gotas de lluvia en un charco. Querria decir que ya no la amaba. Que no me importaba que sus labios besasen los de otro. Podria decirlo, pero mentiria. Mentiria del mismo modo que le habia mentido a ella al decirle que entendia que lo amase a el; que sin ella en mis brazos iba a poder seguir respirando. Mentiria del mismo modo que menti al tenerla de nuevo frente a mi, mientras ella me miraba con esa sonrisa que era para mi el mismo cielo, y pronunciaba un <> con sus labios de miel. Esos labios en los que habia imaginado mis besos. Besos que habian emprendido el vuelo para no regresar jamas. <>, quise responder. <>. Quiza debi decirle eso la ultima vez que nos vimos, mas elegi su felicidad por encima de la mia y ya no habia marcha atras. Ahora tenia que seguir mintiendo. --Si, Victoria. Estoy bien. --Sonrei, aunque por dentro me estuviera quebrando. Aunque mi corazon no fuera ya mas que un cristal roto en cientos de esquirlas--. ?Y tu? ?Como estas? Ella se acerco despacio a mi. En aquel jardin prenado de hortensias y altos arboles de hojas verdes, con su blanco vestido de novia, se me antojo una de esas ninfas de los cuentos que mi madre me solia narrar cuando era pequeno. --Bien. Estoy bien --dijo, y extendio sus manos para coger las mias--. ?Por que no estas en el banquete con el resto? Victoria y Elias habian querido casarse en aquel lugar del fin del mundo, y despues de una sencilla ceremonia en la iglesia, nos habian hospedado en un pazo senorial propiedad de unos amigos de los Vergara, donde habian celebrado un banquete en los jardines. Aunque el dia habia amanecido gris, la lluvia habia dado algo de tregua y el sol hizo acto de presencia, jugando a esconderse entre los nubarrones que surcaban el cielo. Sus formas se pintaban sobre la hierba, y sobre la bella e imponente construccion de granito que se alzaba entre ellos y que imitaba a los viejos castillos de epoca medieval, con tres torres cuadradas y almenadas de distintas alturas. En contraste con su aspecto fortificado, las ventanas estaban formadas por una triple arcada apoyada en columnas esbeltas con capiteles corintios y adornadas con hermosas vidrieras emplomadas. La hiedra trepaba por la fachada dibujando caprichosas formas y dandole verdor a la piedra. --Solo estaba paseando --me excuse, tomando sus manos, tan calidas como las recordaba--. Necesitaba un poco de aire. Me miro con gesto comprensivo. --?Demasiada gente? --Demasiada gente y... Agache la vista y la clave en el suelo. No quise terminar la frase para no molestarla, pero la verdad es que me sentia como un bicho raro rodeado de tanto senoritingo. A pesar de lo precipitado de la boda, a esta habia acudido lo mejor de la sociedad de varias capitales espanolas y tambien del extranjero. Gente que tenia una decena de apellidos, algunos impronunciables, asi como todos los socios comerciales de Rafael, el hermano de Victoria. Me sentia perdido entre conversaciones que no comprendia y todas se me antojaban terriblemente insustanciales. Ni siquiera la compania de Lily y Bernardo, que a ratos hablaban conmigo, a ratos con el resto de comensales de nuestra mesa, me hizo menos dificil el trago. Si mi madre o mi hermana hubieran estado alli, al menos habria tenido a alguien con quien hablar, pero mi madre no queria dejar la venta sola, y Gabriela aun no se encontraba con animos como para emprender aventura alguna y menos aun si esta tenia que ver con el enlace de Elias. Aunque se habian separado de forma amistosa y de mutuo acuerdo, los sentimientos pueden ser traicioneros. Y yo… yo debi quedarme en Madrid estudiando, y no acudir a esa boda que me rompia en mil pedazos. Sin embargo, tras mas de cuatro meses sin ver a Victoria, las ganas de estar con ella pudieron mas que cualquier otro juicio emitido por mi razon, esa que parecia abandonarme cada vez que me hallaba frente a ella. Que estupido habia sido al decir que si cuando recibi la carta en la que me invitaba al enlace. Yo ya no sabia si la estupidez me era inherente o el amor me habia vuelto imbecil, pero acepte estar alli y ahora tenia que tragar saliva, aunque tuviera la garganta llena de sangre por las palabras que querria decirle y que iban alli a morir sin llegar jamas a mis labios. --Ya se que no estas comodo --dijo ella con voz triste--. Quiza no debi pedirte que vinieras. Levante la vista, negue con la cabeza y me force a sonreir. --De verdad. No te preocupes por mi. Hoy es tu gran dia. --Alce una de mis manos y la apoye en su mejilla. Victoria dibujo en sus labios una sonrisa que acelero mi corazon. --Gracias --dijo posando su mano sobre la mia--. Al menos espero que estes disfrutando de la comida. Teniendo en cuenta mis tribulaciones, todas aquellas exquisiteces me supieron amargas, pero fingi una vez mas que no era asi. --Si, y ojala supiera pronunciar el nombre de los platos. La mitad estan en frances. Victoria se echo a reir. Retiro su mano y senti aquel vacio de forma intensa. Como si me hubieran quitado la piel. Aleje yo tambien la mia de su rostro y la baje, apretando el puno despues. No sabia si para atesorar el tacto que aun me quedaba de ella, o para acallar mis anhelos con la fuerza. --?Como van tus estudios? --pregunto--. Espero que el teatro no te este alejando mucho de tus obligaciones. --No son como me los imaginaba. Yo solo quiero estudiar Medicina y estoy haciendo de todo menos eso. Todavia quedan algunos anos hasta que pueda ir a la facultad mayor. --Podria ayudarte. Mi hermano conoce a gente que... La interrumpi. --No quiero que uses tus influencias para situarme en un lugar al que puedo llegar por mi mismo. Bastante es que he aceptado tu ayuda economica. Casi cada dia me recuerdan que es el hombre quien ha de proveer a la mujer, y no al reves. --La gente siempre murmura mas de lo que debe. No les eches cuentas. Solo soy una amiga ayudando a un amigo. <>. Esa palabra casi me dolia. Estar plantado en esa frontera me quemaba los pies. --Conseguire que te adelanten el examen de bachiller para que puedas ir cuanto antes a la facultad. --Y da igual lo mucho que intente impedirtelo, ?verdad? --Exactamente. --Sonrio de nuevo. --Esta bien. Me rindo. Contigo siempre me toca rendirme y aceptar lo que tu decidas. --No pude evitar que mi tono de voz revelase las verdades que guardaba mi corazon. Ella, sabedora de mis secretos, me miro atribulada. Habia en sus ojos un perdon que supe leer, pero que no me consolaba. --Nicolas, dijiste que... --Se lo que dije --la interrumpi. No pude mas y hable, ignorando lo que aconsejaba la prudencia--. Se que te tuve en mis brazos y que no rechiste cuando me hablaste de tus sentimientos por el; que te escribi diciendo que todo estaba bien, que la herida de mi corazon casi se habia cerrado. Se que te dije que me alegraba de que fuerais a casaros. ?Y sabes lo que se tambien? Que te he querido como nunca quise a nadie. Que aun lo hago. Por eso siempre tienes las de ganar, Victoria. Por eso siempre dire que si a cuanto me pidas. Ella tomo aire y despues lo solto despacio. Tuve la impresion de que se encontraba mal. De que la intensidad de mis palabras la habia herido. Y me senti terrible, pues lo ultimo que queria era hacerle dano. Victoria aferro mi antebrazo por unos segundos para no ceder al mareo que lei en la palidez que embargo su rostro de forma repentina. --?Estas bien? --pregunte preocupado. Ella nego con la cabeza y volvio a tomar aire. La agarre atrayendola hacia mi pecho y cobijandola en el. --Debe de ser agotamiento. No es que Malaga este a la vuelta de la esquina y un viaje tan largo cansaria a cualquiera --le dije--. Ademas, seguro que has hecho mas de lo que debias para que todo saliera hoy a la perfeccion. --No es eso... --murmuro ella. Temi que algo la estuviera enfermando y la tome por los hombros, apartandola un poco de mi y mirandola con gesto serio. Alzo la vista y me perdi en sus ojos negros hasta que hablo. --Espero un hijo de Elias. --?Que...? --La voz me salio entrecortada--. ?Como...? Ella se ruborizo y agacho la mirada. --Creo que sabes bien como se hacen los hijos, Nicolas. No le pidas a una dama que te lo explique. --Yo... --La capacidad de unir las palabras para formar una frase parecia haberme abandonado--. ?Cuando? Os acabais de casar. Victoria no despego los ojos del suelo. --?Hace cuanto tiempo lo sabes? --insisti. --Poco despues de regresar a Malaga. No me costo demasiado atar cabos. La noche que Elias paso en la venta; el dia que los encontre juntos en el campo con las ropas deslavazadas... --?Quieres decir que llevas un hijo de cuatro meses en tu vientre? Un <> salio con miedo de los labios de Victoria, sin mirarme aun. --Por eso habeis celebrado la boda tan aprisa --murmure. Mientras yo me moria de amor por ella, ella se arrojaba a los brazos de el, sin condiciones. La mire con una mezcla de sorpresa y enfado. --Que idiota he sido. Pense que en algun momento habia tenido posibilidades contigo. Que una parte de tu corazon estaba conmigo. --Y lo estaba --dijo, y me miro. Su rostro seguia algo palido y se turbo todavia mas al ver un reproche en el mio.--?Como puedes decir eso cuando no dudaste en entregar tu cuerpo a el? --No me lo preguntes, Nicolas. Yo... Es complicado de explicar. --No es complicado, Victoria. Di la verdad: es imposible. No se puede explicar aquello que jamas ha existido. Nunca sentiste nada por mi y fui un idiota por llegar a pensar que habia algo de amor en ti. No habia nada. --Me aparte de ella y eche a caminar alejandome unos pasos, hasta que me detuve, dandole la espalda. Un nudo se formo en mi garganta y me quebro la voz al decir las siguientes palabras--. Solo compasion por el solitario chico de la venta. --No digas eso. --La oi murmurar. Su voz tambien salio tremula--. Te quise. Y te quiero. --Pero no lo suficiente. Nunca sere lo suficiente para nadie. --Habia pretendido que aquello se quedase en un mero pensamiento, pero salio de mis labios sin que yo pudiera evitarlo. Victoria llego hasta mi espalda y me abrazo con fuerza. Senti sus brazos en torno a mi; sus manos aferrandose a mi vientre. Las observe en silencio. El pecho me dolia. --No digas eso --repitio--. No lo digas, por favor. Tu eres mas de lo que nadie podria desear. --No para ti. --Pero algun dia lo seras para alguien, Nicolas. Estoy segura. El nudo de mi garganta se torno de roca. Ya casi no podia ni respirar. Me solte de su abrazo y eche a andar de nuevo. --Necesito pasear un rato. --Por favor, no quiero despedirme asi de ti. No quiero que haya cuitas entre nosotros. Me detuve, armandome de valor para mirarla. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, me debati entre ser comprensivo con ella o seguir soltando lo que llevaba dentro. Una vez mas, termine por diluir mi frustracion en el oceano de su mirada. --No es una despedida, Victoria. --Trate de sonreir--. Ojala fuera capaz de decirte <> para siempre, aunque me temo que eso es algo que nunca pasara. De alguna forma me siento unido a ti, a pesar de que tu... Ella miro al suelo de nuevo y se mordio el labio inferior, sin duda atribulada. --Lo siento --murmuro. --?Por que ibas a sentirlo? Solo has hecho lo que tu corazon te ha pedido que hagas. --Camine de nuevo hacia ella, hasta que estuvimos frente a frente, apenas separados por un palmo--. Yo debi de haber hecho lo mismo. Pelear por ti hasta que no me quedaran fuerzas. Pero quise respetar tus deseos. Ponerlos por encima de los mios. ?Puedo decir lo mismo de el? --No la emprendas con Elias. Nunca ha hecho nada que yo no quisiera. --El perfecto y valiente Elias Marin. Solo siento dolor cuando pienso en el y en ti --dije aquello y le pedi a mis lagrimas que no asomasen a mis ojos. No queria que ella me viera llorar. --Nicolas... --Pronuncio mi nombre con carino--. Algun dia dejaras de amarme y el dolor se ira. --?Algun dia? ?Y por que no hoy? No quiero amarte mas, pero no se como hacerlo. No se dejar de amarte, como tampoco se odiarte, aunque ganas no me faltan. No se que quiero cuando se trata de ti. Me estoy volviendo loco. Estar en Madrid, lejos de ti, es lo mejor que me ha pasado; a pesar de que en los primeros dias me faltaba el aire por tu ausencia. Ahora mismo echaria a andar hacia alli y no pararia hasta llegar. Lo que sea con tal de alejarme de tu vera. Contraviniendo mis palabras, mis pies dieron un paso mas hacia ella. Mire sus labios otra vez; hogar donde habrian ido a parar todos mis besos. Hogar en el que mi corazon, desoyendo al dolor y las circunstancias, habria dejado un beso en aquel instante. Incline la cabeza despacio hacia ella, sin poder controlarme. Sin ser capaz de decirme a mi mismo lo inconveniente de aquello. Victoria no se movio mientras me miraba con un sentimiento que vi en sus ojos y que me revelo que ella tambien anhelaba aquel beso. Quiza no por las mismas razones que yo. Quiza solo para darme un regalo de despedida. Para, en aquel momento amargo, decirme <> de forma dulce. A punto estaban mis labios y los suyos de encontrarse cuando ambos fuimos conscientes de que aquello torceria mas las cosas entre nosotros. Puede que me regalase un beso, pero su amor no era para mi. Puede que yo tomase aquel beso, pero seria abrir mas la herida de mi corazon. Por eso, en el ultimo instante, ella giro el rostro despacio y yo ladee el mio. Mis labios encontraron el unico hogar que hallarian en el rostro de Victoria: su mejilla. Un beso entre amigos. Un beso entre dos almas afines que una vez se encontraron y que estarian destinadas a no separarse jamas, mas sin entrelazarse nunca del todo. Ella siempre seria mia. Yo siempre seria suyo. Pero nuestro amor no habia sido escrito con el fuego de Venus, ni nuestras almas hechas de identica materia. Ella era de Elias. Y yo... yo no era de nadie. Y en medio de aquel instante, una voz irrumpio entre nosotros, pronunciando su nombre. --Victoria. Mire tras ella y vi a su hermano, que la llamaba haciendole senas para que fuera junto a el. Ella giro la cabeza por un instante y asintio, para despues volver a fijar sus ojos en mi. Fue a decir algo, pero callo. Quiza porque ya nos lo habiamos dicho todo. Quiza porque quedaba todo por decir. En cualquier caso, beso mi mejilla y se fue en pos de Rafael. La vi alejarse como quien contempla un barco adentrandose en el mar, sabiendo que en algun momento la linea del horizonte se lo tragara y este desaparecera para siempre; como si nunca hubiera estado; como si su surco sobre las olas jamas hubiera existido. Cuando la perdi de vista, todas las lagrimas que habia aguantado surgieron de mis ojos de forma incontrolada. Aprete los parpados sintiendo como estas recorrian mis mejillas. El corazon y la garganta me quemaban y solo tuve ganas de echar a correr. Ojala hubiera tenido conmigo a Canela para montar en ella y perderme entre los familiares caminos de mi ninez, a tantas leguas de donde me encontraba. Ojala hubiera tenido tambien a mi Luna, para acompanarme en los paseos; para verla correr y sentir su alegria cuando lo hacia. Y, a falta de mi yegua, decidi usar mis piernas y correr a toda prisa hasta perderme en aquellos frondosos jardines.

  • Encuentros en Bonaval de Sonsoles Onega

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    Mariana suena con ser periodista en la ciudad de Santiago. Su vida transcurre entre la perdida temprana de su madre y la incomunicacion con su padre, Manolo, un hombre refugiado en el mismo ofi cio que anhela su hija e incapaz de mostrar sus sentimientos mas alla de los folios que escribe en una vieja olivetti. A punto de iniciar sus estudios universitarios, Mariana se cruza con Timoteo, un cazador de pensamientos que deambula por las ruas compostelanas y que se convierte en el protagonista de la historia que la joven aspira a publicar algun dia. A partir del encuentro, Mariana recorrera la ciudad tratando de reconstruir la leyenda de Santiago. A lo largo de esa investigacion le seran desvelados multitud de secretos; entre ellos, los que le permitiran recuperar la memoria de una familia condenada al olvido, la suya.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • Sabor Frambuesa de Priscila Pacheco

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    Tras ser despedida de su trabajo, Evelyn siente que su vida es un caos, su mejor amiga Dora la anima a salir de fiesta ese dia y el destino hace que esa misma noche encuentre un nuevo trabajo y tras un pequeno accidente conozca a Samuel, un hombre guapisimo del que se queda prendada con solo verlo, pero el hecho de que lleve una alianza en su mano hace que no quiera saber nada de el...

  • La mision de Rox (Guardianes de la Ciudadela 3) de Laura Gallego

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    En esta ultima entrega de la trilogia <>, los destinos de los protagonistas vuelven a entrelazarse, condicionados por revelaciones que ponen en peligro su relacion, pero que podrian suponer la clave para salvar su mundo.

  • Tienes que entenderlo de Sophie Saint Rose

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    Lama se va a vivir a los Estados Unidos siguiendo un impulso. Pensaba que iba a ayudar a su amiga Ninette, que iba a traer al mundo a sus trillizas, pero se llevo una sorpresa al conocer al hombre de su vida. Al fin le habia encontrado. Aunque se resistia un poco, le conseguiria. Era el destino y cierto destino es imposible de cambiar. ?O no?

  • Belleza y venganza (Rosa blanca 2) de Laura A. Lopez

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  • El fin del amor de Tamara Tenenbaum

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    Nacida y criada en una comunidad judia ortodoxa en el corazon de Balvanera, Tamara Tenenbaum aprendio las costumbres afectivas y sexuales del mundo laico como una antropologa que descubre los modos de ser y hacer de una civilizacion desconocida. A partir de la filosofia y la militancia feminista, de las conversaciones con amigas y companeras, y del intento de convertir el propio cuerpo y la propia experiencia en un laboratorio de reflexion personal y colectivo, Tenenbaum explora los desafios que enfrentan hoy los y las jovenes en el inicio de su vida como adultos.

  • Sindone: Las guerras de la Sabana Santa de Juan Carlos Boiza Lopez

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    Hace 2000 anos un hombre murio crucificado dejando tras de si un testimonio vivo de su pasion; la Sabana Santa. Ahora,Gabriel King, un joven periodista especializado en historia antigua, se vera incriminado en el asesinato de un famoso criminologo forense, Friederich Ramalla, que acababa de presentar un libro sobre la famosa reliquia. Acompanado de Nichole, la hija del hombre asesinado,Gabriel tendra que iniciar una investigacion en busca de los verdaderos asesinos.
    Poco a poco, iran descubriendo una complicada trama de enfrentamientos y traiciones que se remonta a dos mil anos en el pasado, y cuya conclusion puede cambiar el mundo para siempre..

  • Pongamonos para el Doctor de Jan Springer

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    El aliento de Roxie le sacudio los pulmones por dentro y cada terminal nerviosa cobro vida mientras veia a Evan Johnston acercarse a ella. Estaba desnudo; total y absolutamente desnudo, excepto el sombrero roji-blanco de Santa Claus y el estetoscopio de medico colgando de su cuello. El le sonrio traviesamente y la felicidad burbujeaba en ella. ?Como es que ella logro seducir al hombre mas apuesto de la fabrica de vehiculos recreativos donde ambos trabajaban? Dios mio, esto debe ser un sueno picaro y cachondo. Evan no querria a una nina simplona como ella, ?o si? ?Por que no? Le animo una voz interior. No seras una reina de belleza pero no eres para nada un patito feo. Su cuerpo se veia tenso al momento de examinarla; la ereccion plena y gruesa y bastante larga. La entera musculatura en su extenso torax, y su brazo derecho se agitaban maravillosamente mientras sacudia su colmado miembro. El se tocaba con firmes meneos y la estudiaba con los ojos cafes mas penetrantes que habia visto en su vida. "He esperado un largo tiempo para esto Roxie," le susurro, mientras se inclinaba hacia la cama a lado suyo. Su calor corporal irradiaba pasion en torno a ella en forma de marea caliente y el aroma de sus secreciones demolia sus sensaciones. El colchon brincaba debajo de Roxie mientras Evan se estiraba para girarse y estar frente ella; su mano agitando y tocando. Le estaba haciendo a su pene lo que ella deseaba que hiciera. Pero no podia tocarlo pues sus munecas estaban atadas: sus bazos estirados sobre su cabeza, amarrados a la cabecera con medias de seda rojas. Sus piernas permanecian estiradas, los tobillos sujetos. Ella adoraba esa sensacion de estar indefensa. Amaba la forma traviesa en que la miraba. Sabiendo que estaba totalmente a su merced. "Yo tambien te deseaba tanto", decia con un suspiro severo. "Entonces, ?por que nunca me dijiste, dulzura? ?No podias adivinar lo tanto que deseaba estar contigo?" El la miro al tiempo que ella seguia su mirada hasta que siguio tocandose a si mismo. "!Ten piedad!" dijo. Pero el continuo creciendo en su ereccion, ?o no? Una red de venas palpitantes acordonaba su flacido miembro; y su orgulloso prepucio en forma de ciruela cobraba un furioso tono morado. Sus gonadas estaban tan inflamadas que a ella no le sorprenderia que su galan actuara como un loco. Su vagina se obturo de vacio deseando ser penetrada tanto. "Se que quieres que te haga el amor. Que te coja rapido y te tome con violencia. De darte lo que ambos nos negamos por tanto tiempo. Pero primero, un beso." El se desvio hacia ella; con su mano libre, grande y callosa, testigo del trabajo de un hombre cuyo oficio es el de mantenimiento, se extendio hacia su bajo abdomen como si fuera una marca de fuego. Su cabeza se inclino y su boca calida le cubrio la suya. Sus labios acariciaron los de ella; su lengua entro a la cavidad con un ligero empujon que la hizo maullar por su contundencia. Ella estaba indefensa debajo de esa arremetida de emociones y sensaciones al tiempo que la lengua de el la asaltaba como un falo. La mano que estaba en el vientre se movio hacia sus entrepiernas abiertas. Ella emitio un gemido dentro de la boca de el, mientras un dedo ingresaba entre sus labios accediendo a su nido de amor. "Eres un aluvion alla abajo, carino," grunendo con su voz, en un tono bajo y ronco. Roxie sintio que Evan sacaba su dedo y, aprovechando su humedad pegajosa, rodeo el clitoris; lentamente, tortuosamente. Rabia y tension la cruzaron. El volvio a meter el dedo en ella otra vez, reuniendo a mas nectar para masajear su sensible vulva; de un lado al otro, hasta que ella se encorvo haca el. Sus caderas bruscamente se arqueaban, exponiendo su vagina. Ella lo deseaba, lo necesitaba. Ella queria apretar las piernas, pero los lazos lo evitaban. Queria tomar su pene y llevarlo hacia ella, pero no podia. La frustracion y excitacion se confundian al tiempo que daba un fuerte gemido, el pulso desesperado que la vadeaba mientras sus deseos llegaban rapido a la frontera de perder el control. El lindero que dificilmente cruzaba a menos que conociera muy bien a alguien. Confiara en alguien. ?Podria hacerlo con Evan, quien era casi un desconocido? "Ven a mi, dulzura," ronroneo sobre su boca mientras rompia el beso. Su aliento cachondo sobre su cara. Su cuerpo convulsionaba para el. Lo anhelaba. Su sangre corrio dentro de sus venas como un rayo blanco y calido, y su vagina apreto el dedo mientras se aproximaba por mas lubricante. El puso mas presion sobre su vulva mientras se agitaba con movimientos rapidos. Su respiracion se tornaba desigual e irregular. Lamiendole su labio inferior el besaba el borde de su boca. Tan dulcemente. Ella se estremecio contra el. Amaba los besos elegantes. Disfrutaba la base de su dedo mientras acariciaba el clitoris, bombeandolo en su vagina. "Me estoy excitando mucho por ti, Roxie. Estoy realmente caliente. Pero primero quiero que te vengas para mi. !Ten tu orgasmo!" Su voz sonaba inquieta. El corazon de ella relampagueo en el pecho. En su frente comenzo a brotar el sudor. Peleo con las cuerdas queriendo tocarlo. Queria controlar su miembro; de tomarlo hacia ella, pero estaba indefensa. "?Evan? ?Por favor? !Sueltame!," susurro. La desesperacion la apunalaba. Deseaba que la desataran. Queria tomar el control. Estaba tan excitada. Ahora su cuerpo ardia cuando se zambullian dos dedos en la vagina. Ahora tres. Ella podia escuchar la resonancia de la succion mientras su remojo lo acogia con cada embate. Podia sentir a su cuerpo respingando, apretandose. En tension. Y ahora si, ella explotaba. Llorando mientras el desistio con sus dedos para ir por ella. Su pene grueso y duro, empalandola con un brutal, pero bello empujon que la apartaba jadeando. Su boca cubrio la de ella de nuevo, sus labios resbalandose desesperadamente mientras la lanzaba adentro y afuera, aceptando esta, la feroz oleada mientras se la cogian. Encabronadamente fuerte. !Si! !Oh, Dios… Si! "!Roxie!, !vamos! Esta por comenzar la subasta de Fetiche Medico en cualquier momento. !Tenemos que dejarte lista para tu examen intimo!" Gina, la amiga de Roxie, de treinta anos logro gritar por encima de la estridente musica navidena de rock mientras la sacaba de la pista de baile. De hecho; Gina era la que venia tarde, por culpa de Pete. Roxie la habia estado esperando; sus entranas eran un manojo de nervios, mientras esperaba como alheli navideno en la pared en la orilla de la pista de baile. Habia estado viendo a Gina retorcerse como loca en medio de los cuerpos enfundada en un ajustado y cortisimo uniforme de enfermera negro, medias caladas que hacian juego y tacones de cinco pulgadas. Sus nervios la delataban hacia como se habian vuelto sus fantasias. De Evan. !Dios! Se habia metido tanto a su fantasia que estaba literalmente empapada de su entrepierna, sintiendose un poco ruborizada. !Oh!, ?por que no podia ser un poco como Gina? Ella hubiera podido tener a Evan en su cama antes de tiempo. Gina, su companera de departamento, colega en la fabrica y buena amiga. Bonita, popular, aventurera. Sin miedo de bailar. Pero Roxie era todo lo contrario. Eso es lo que le atrajo de Gina en el primer momento. La mujer no le tenia miedo a nada. Antes de que Roxie pudiera confrontar a su amiga sobre quien estaba esperando a la otra, Gina la jalo de la mano hacia el hervidero de swingers y luego, hacia la puerta, escalera arriba, por un corredor angosto decorado con flores noche buena y guirnaldas hacia el segundo nivel donde se encontraban los vestidores. "Te va a encantar lo que elegi para ti." Gina sonrio, con sus ojos cafes oscuro centelleantes de malicia mientras abria el casillero con una llave. Una enorme oleada de nerviosismo se aferro a Roxie y de pronto lo que en un momento parecia una idea excitante en permitir que Gina la visitera para la fiesta swinger con el tema medico, previo a la navidad, ya no parecia ser una buena idea. De repente parecia intimidante el poner la confianza en alguien tan atrevido y audaz como Gina. "Esto es lo que te he traido, carino. Vas a distinguirte por encima de toda la gente; captaras la atencion de Evan y este va a bufar sobre ti deseando llevarte a la cama cuando te lo vea puesto." Si, otra razon por apreciar a Gina. No se andaba con rodeos. Gina saco del casillero un traje de latex en color rojo sangre acompanado de un cinturon negro con hebillas y unas sandalias de tacon de cuatro pulgadas. Roxie se quedo con la boca abierta y en shock. En primer lugar, la fiesta era de fetiche medico, y no de latex de hule; y en segundo lugar y por ultimo, ?este traje le entallaria bien? Pareciera que fue confeccionado para una flaca y la chavala no era delgada para nada. “Sabia que te gustaria”, con un guino del ojo, Gina se lo extendio a Roxie. “Toma, sostenlo”. Te veras super sexy; Evan se va arder. Toma este sombrero de Santa Claus que combina y ponte estos pequenos aretes de muerdago”. Gina dejo caer en la banca que tenian cerca la joyeria verde que realmente parecian bolas cortas de muerdago que colgaban de pequenas argollas de oro, un sombrero rojo de fieltro con un monton de plumas alrededor del borde y un enorme pon-pon blanco en la coronilla del sombrero. “Alcanzame abajo cuando estes lista.” Antes de que Roxie le pudiera preguntar algo a Gina, especialmente porque era super timida y le daba panico que la vieran vestida con algo asi, Gina se escapo del vestidor como si su trasero estuviera en llamas. !Carajo! maldijo Roxie mientras miraba con atencion el terso traje rojo y su latido cardiaco palpitaba como si un nino tocara el tambor. ?En que se habia metido? * * * * * Desde el momento en que Evan Johnston, de treinta y cinco anos de edad cruzo la puerta del club swinger, comenzo a buscar a la mujer adecuada para sus fantasias sexuales. Le habian llegado rumores de que Roxie estaria ahi en la noche, y Evan queria asegurarse que el cuchicheo fuera real, pues si ella no se presentaba, el simplemente huiria a su granja solitaria, pues se pronosticaba que una tormenta de nieve azotaria la zona y mejor era iniciar sus vacaciones navidenas acurrucado, acompanado de sus tres aliados felinos y dos perros Golden Retreivers. A pesar de la inclemencia del tiempo proxima, el club swinger estaba atascado. Los duenos se habian excedido con la decoracion navidena. Originales luces en miniatura formadas en bateria destellaban encordadas en movimiento de zigzag por el techo de la pista de baile. Habia grandes hojuelas heladas de color azul elaboradas en poliestireno que colgaban en serie dandole a la boveda un efecto de tormenta invernal. Muy oportuno para lo que estaba por venir mas tarde. El no podia creer que se encontraba aqui esta noche. Habitualmente estaria de regreso en su pueblo natal de Oshawa, Ontario cercano a su familia para pasar las fiestas, pero este ano opto por matar el tiempo aqui; el pequeno pueblo de Solitary, Alberta. A unas cuantas millas afuera de Calgary, con el fin de alcanzar a Roxie. El seguia recordando la primera vez que la vio en el trabajo. Lo habian flechado durisimo y sabia que tenia la maldicion de la familia. Su padre le advirtio que ocurriria. Papa sabria; la condenacion lo habia alcanzado igual que a su hermano y a su hermana tambien. Ahora era su turno. Trataba de negarlo desde hace algunas semanas, pero cada vez que pensaba en Roxie, su corazon se aceleraba; le sudaban las manos y escasamente podia armar un pensamiento, a no ser que tuviera que ver con ella. En las escasas veces que el se topaba con el repentino objeto de su capricho, ellos se encontraban en el trabajo. El comenzo a trabajar en la planta de vehiculos recreativos hacia algunas semanas atras cuando percibio su timidez y nerviosismo, flechandolo con miradas coquetas pero sin ser descarada para mostrarle que le gustaba. El adoraba su retraimiento. Ella representaba un cambio fresco comparado a algunas de las aventuras amorosas con las que solia frecuentar en el pasado. Algo que le habia tomado por sorpresa era que Roxie era swinger y frecuentaba el club. No estaba seguro si esta golosina era algo bueno o no. Bueno en su mundo de fantasia, porque cada vez que se duchaba y cada noche que se metia a la cama, se masturbaba imaginandosela. Sin embargo, en la realidad dudo si ella podria estar interesada en el. ?Un chavo con poca pericia en la escena swinger? Justo en ese momento, vio a su buen amigo y colega Brody Cohen, abriendose paso entre el gentio que estaba entre Evan y el. "Oye, hombre, me alegra que hayas podido llegar". Brody le extendio su palma a Evan, echando los cinco dedos tomando camino los dos hacia la sala donde se llevaria a cabo la subasta. "Alimentar a los animales me tomo mas tiempo del que creia," Evan admitio mientras que el y su amigo ponian su nombre en la lista de personas que jugarian "al doctor" para subastar a su paciente. "Necesitas una esposa que te ayude con ese viejo pasatiempo de granja que compraste." Brody sonrio, mostrando un agradable juego de dientes blancos que contrastaba con su rostro bien bronceado. Evan sospechaba que su amigo se habia metido a la cama de bronceado para lograr esa tonalidad de piel, pues era un hecho que cuando llegaban a trabajar estaba oscuro, pero tambien cuando se retiraban.

  • Lo que papa no sabe de Laura Lago

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    Los canones de nuestros fusiles resonaban mientras disparaban con fuerza a los vascos insurgentes que se sublevaban contra la supremacia de nuestro gran comandante. Mis ojos se concentraban unicamente en destruir a quienes se negaban al poder infalible de nuestro jefe supremo. --Papa, ?de verdad hace falta que alabes a ese hijo de puta? --Hija, ?que te he dicho de hablar asi sobre el comandante? Como decia, los canones resonaban porque no dejabamos de disparar a esos desgraciados que se esmeraban en ponerse en nuestra contra. Mis manos sudadas rozaban ligeramente el borde del gatillo y mi fusil apuntando a la cabeza de un etarra solto una bala que dulcemente atraveso el craneo de ese gilipollas. En ese momento de extrema gloria, voltee a mi izquierda para celebrar con Arturo, mi companero de batalla y note que no estaba alli, donde lo habia visto por ultima vez. Mis ojos se perdieron de nuevo en el campo; no podia haber extraviado a un hermano de lucha alli. Atras note como un vasco con un rifle apuntaba hacia el suelo con un dejo de una sonrisa dibujandose en su rostro. Era un desgraciado viviendo la gloria. Basta que un miserable saboree un poco la gloria para que se vuelva un maldito. Como el pobre que recibe una enorme cantidad de dinero y al siguiente minuto, en su ejercicio total de su estupidez va y lo gasta en bebida y en mujeres, mostrandose incapaz de invertir y aprovechar verdaderamente ese dinero. Observe a que apuntaba y alli en el suelo estaba Arturo arrastrandose y con su pierna sangrando. Apunte con mi fusil al etarra y no vacile en disparar. Un tiro certero atraveso sus sienes y el chorro de sangre mancho las paredes del edificio desde el que el gilipollas apuntaba a mi companero. Cayo desplomado el vasco hacia el campo, y si no habia muerto por mi disparo, seguramente esa caida le habria propiciado la muerte que merecia. --?Estas bien, tio? --le pregunte. --Joder, Hierro… Me han dado un disparo en la pierna. No se si resista --me dijo. --!Tonterias, Gonzalez! Todavia hay una batalla que librar y eres un hombre. Venga, que hay unos cuantos gilipollas que matar --le grite. Lo alce del suelo y lo lleve a un rincon donde estuviera fuera del alcance de las balas enemigas. Es importante que entiendas que en un campo de batalla no es lo comun hacerse el heroe y salvar a un companero asi como lo ha hecho tu padre. Arturo me vio a los ojos y solto de su boca casi llorando un leve "gracias". De la nada, oimos un grito en vasco que provenia de uno de los edificios que teniamos al lado. Me asome por una ventana para revisar que sucedia e identifique al lider de ese comando etarra; era el bastardo al que habiamos estado buscando. Sin dudarlo dos veces, lo apunte y le dispare en el pecho. Envie una senal al resto del batallon y todos rodearon al edificio. Los rebeldes soltaron sus armas y habiamos logrado la victoria. Los companeros sabian que Arturo y yo habiamos propiciado este gran triunfo para nuestra faccion, asi que, tan pronto nos llevaron a la base, nos encontramos con el gran comandante, quien nos condecoro con mucho placer y nos tildo de heroes de la gran Espana. Dime si eso no es motivo para enorgullecerse de tu gran padre. Heroe de sus hermanos y verdugo de sus enemigos. --?Me has prestado atencion, Marta? --Si --me respondio sin mirarme a los ojos. --Entonces, ?por que sigues enganchada al telefono y no me miras a los ojos? !Soy tu padre, joder! --Pero si ya me se toda la historia, papa. El tio idiota que esta que se muere, lo salvas y despues el hijo de puta de Franco los felicita por haber matado a un compatriota nada mas porque nacio en el Pais Vasco. --!Anda a tomar por culo, hija! ?Por que me tienes que tratar asi? --Porque ya me se la historia. Ni siquiera se para que me la estas contando otra vez. ?No ves que estoy ocupada trabajando con el telefono? --?Segura que estas trabajando? ?Como lo se? --Pues, mira. Me mostro el telefono y apenas pude ver un par de numeros en la pantalla. --Joder, no vi nada. --Igual no vas a entender, viejo. Respire con fuerza y tome de nuevo muchisima paciencia. Despues de todo, Marta es mi unica hija. En mi juventud, luego de que el comandante muriera, conoci a Sara, el amor de mi vida. El primer dia que la vi, le dije que me casaria con ella… y asi fue. Era la mujer mas hermosa e inteligente que pudiera haber conocido. Sus ojos eran del color del cafe y su cabello del mismo tono. Ella, como Marta, odiaba a Franco, pero habia algo mas importante que eso. La manera en que me veia, la manera en que me comprendia… Todo eso era muchisimo mas importante que la carga politica que llevaba sobre mi. Mi uniforme militar era solo un adorno cuando la veia. No era posible que fuese el hombre que mato a los etarras cuando estaba con ella. El dia que tuve que decirle adios para siempre, fue el dia mas oscuro de mi vida. Un dia que aun hoy recuerdo con dolor, y que podria ser utilizado como prueba, no solo de que los hombres lloramos, sino que los militares somos capaces de soltar un llanto, dejar correr lagrimas… y escribir poesia como esta que les narro. Pero no hablemos de eso. Marta es lo mas bello que alcanzamos Sara y yo juntos, y la amo como ame por anos (y sigo amando) a Sara. Marta es una hija ejemplar. Es una estudiante excelente y definitivamente estoy orgulloso de ella. Se comporta muy bien, no anda follando con tios a diestra y siniestra, como muchas de las chavalas de su generacion, y ademas, es muy trabajadora. Desde que cumplio los 16 anos ha currado para comprarse todo lo que ha llegado a necesitar sin pedirme un solo centavo, a pesar de que el dinero nunca ha sido un problema para nosotros. --Hija, escucha… Te cuento esto porque ese amigo, Arturo Gonzalez, viene en camino para aqui y se quedara en la casa. Llevabamos anos sin vernos y por fin sera nuestro reencuentro. Nos pondremos al dia. --?Por que me interesaria tal cosa, papa? --Estoy seguro de que el estara encantado en conocerte. Ni siquiera puedo dudarlo un poco. ARTURO I La llegada El taxista que me llevaba a casa de Vicente parecia conducir con desgano, como si quisiera que el taximetro ascendiera a niveles estratosfericos para cobrarme lo que mejor le pareciera. Mi curiosidad por el hecho, me hizo tomar la decision de realizar algo que no acostumbro a hacer… --Disculpe --le dije. --?Que ha hecho? --me pregunto. --Nada, le iba a preguntar algo. --?Entonces por que pide disculpas? --!Ja! Bueno, es una cortesia. Es como solicitarle permiso para hablar. --Yo no le estoy privando de ninguna libertad de hablar, por si siente tal cosa. Note algo de sarcasmo quizas en el tono de voz del taxista, como si estuviera intentando burlarse de mi, pero simplemente continue. --No, no… es que, le explico… --dije, pero de inmediato pense que era estupido continuar con esa discusion que no nos llevaria a ningun sitio-- ?Podria ir mas rapido? --Podria. --?Y por que no lo hace? --Porque no deberia. --Estamos en la jodida autopista. No me va a decir que no puede andar rapido en la autopista. --El coche tiene una pequena falla y no quiero tener inconvenientes. --Ah, pero no me vaya a cobrar mas por el taximetro --le adverti--. No es mi culpa que su coche este liandole la vida. --No se preocupe, senor. Hay una tarifa fija. Y no nos pasara nada, por si le preocupa mi velocidad. Esta autopista es muy segura. Ese comentario me dejo perplejo. Hay una vena bastante fuerte en mi cuerpo que se hizo notar con mas fuerza, luego de escuchar tal afirmacion. --?Es usted socialista? --le pregunte. --?Como dice? --Le pregunto ?es usted socialista? --No --rio el taxista. --?Esta con el PP? --Yo estoy con el euro, tio. Las politicas son un follon, asi que solo me preocupo de mi curro y el dinero que hago con eso. --?Entonces por que dice que esta autopista es muy segura? --Porque asi me parece, joder. Porque conduzco por aqui todos los dias. Es mi opinion. --Por supuesto, pero no puede opinar eso si no esta de acuerdo con las politicas del alcalde. --Ah, joder, ahora tengo que estar de acuerdo con el alcalde para opinar. Por mi el alcalde se puede ir a tomar por el culo. --Pues, por mi tambien. Hubo un silencio un tanto incomodo por buena parte del viaje, despues de esa breve discusion, pero no lo culpo. Creo que yo tambien seria asi de despreocupado si fuese un taxista. Sin embargo, no puedo serlo, y mucho menos despues de tantos anos en servicio de la nacion. --?A que se dedica usted? --me pregunto el taxista. --Eso no le importa. --?Como sabe que no me importa? --Pues, porque no le incumbe. --Ah, venga, disculpe, senor. ?Sabe que me puede mentir? Solo estoy buscando conversar con usted. Si es narcotraficante, no tiene por que decirmelo, pero no sea grosero --me dijo. --Yo no soy ningun narcotraficante. Que me lleve el infierno el dia que me dedique a un negocio tan vil como ese. --Ah, bueno, al menos se que narcotraficante no es. --Soy militar retirado. --?Franquista? --Orgullosamente. Es correcto. --Ah, bueno. Ya vamos a llegar. --?No queria conversar? ?Por que cierra la conversacion asi? --Porque ya vamos a llegar, joder. --No, usted no quiere hablar conmigo porque le he dicho que soy franquista. El silencio se prolongo por unos segundos. --?Ve? --le dije.

  • Segundas oportunidades (VICTORIA 3) de Mia Ferrer

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    SEGUNDAS OPORTUNIDADES es un libro en que los sentimientos, la pasion y la lujuria, le daran mas de una oportunidad a sus personajes para sentir todas aquellas intensas emociones necesarias para volver a creer en el amor.
    ?Se puede volver a amar despues de fuertes decepciones?

  • Como Animales de Jorge Borges

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    Todo comenzo por accidente.
    Un retiro a la casa de las montanas.
    10 personas, en mi casa.
    Alcohol, cartas, dardos, alcohol.

  • En el corazon de Londres de Emma Ulloa

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    ?VIAJARIAS A OTRO PAIS PARA SALVAR AL AMOR DE TU VIDA? ?TENDRIAS EL CORAJE SUFICIENTE PARA DECLARARLE TU AMOR?

  • Adelgaza para siempre: De forma facil, saludable y definitiva – Angela Quintas de Angela Quintas

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    Despues de dietas efectivas pero con consecuencias nefastas para la salud (y ajenas a la tradicion alimenticia mediterranea), el publico demanda mas que nunca una dieta definitiva, realista a medio y a largo plazo y, ante todo, saludable.

  • El Club Rojo de Rocio Verdejo

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    Alexa, no discutas, te guste o no te guste voy a ampliar tu seguridad. Puedo ceder en muchas cosas, pero no en eso. -- Por favor papa, lo menos que quiero es andar por la vida con dos nineras. Tengo veinticuatro anos, soy una mujer. -- Ya te lo dije no quiero hablar mas del asunto. He dicho que a partir de hoy te acompanaran Bruno y Jorge. No quiero correr ningun riesgo contigo. La chica no discutio mas con su padre sabia que cuando se ponia en ese plan era dificil convencerlo de nada. Esa discusion era comun entre Alexa y Gonzalo. Ambos tenian un caracter muy dificil, y la mayor preocupacion del hombre era la seguridad de su unica hija, pero tambien el tenerla vigilada. Gonzalo Martin Casado era un abogado y politico muy importante, perteneciente a una de las familias mas ilustres de Espana. Habia desempenado los mas diversos cargos dentro del gobierno, todos de gran importancia, habia sido ministro, diputado, e incluso habia llegado a ser asesor del Presidente de Gobierno. Tenia setenta anos, pero muy bien llevados, el estilo de vida que habia tenido le habia permitido mantenerse asi. Nacido en una cuna de oro, nunca habia tenido que trabajar fuerte, era el encargado junto con su hermano de los negocios de su familia. Pero la carga mayor la habia llevado Pablo, su hermano menor, porque Gonzalo desde muy joven se dedico a la politica, esa era su verdadera vocacion. Era un hombre muy respetado y muy influyente entre los miembros del partido, y en general en todo el pais. Se habia casado hace treinta y cinco anos con Ana Velazquez De Los Rios, por supuesto, tambien de una de las mejores familias de Madrid, ella con sesenta anos tambien aparentaba muchos menos, siempre se ha dedicado a ser la esposa perfecta. Siempre vestida de manera muy elegante, con excelente educacion y unos modales exquisitos, habian sido perfectos el uno para el otro, ella lo habia ayudado a escalar posiciones dentro del partido, era muy lista y siempre habia motivado a su marido a asumir retos. En realidad, ella era el cerebro y el el ejecutor, pero de cara a la sociedad ella era una esposa florero. Se habian casado muy enamorados, el con 35 anos ella con diez menos, por supuesto querian tener familia, necesitaban un heredero, perpetuar el apellido Martin. Pero se les hizo muy dificil, luego de diez anos de incontables tratamientos se rindieron. Pero ocurrio el milagro, quedo embarazada, y el dia de su aniversario de bodas numero once, nacio Alexa Martin Velazquez, una hermosa nina que llego a completar la felicidad de la pareja. Luego por mas que lo intentaron no pudieron tener mas hijos, pero para ellos la dicha de tener a su preciosa hija era mas que suficiente. Durante su ninez, Alexa vivio entre algodones y lujos, habia ido a los mejores colegios del mundo, sus amistades o mejor dicho conocidos pertenecian a la realeza y a las mas altas esferas sociales. Habia viajado por todo el mundo, con veinticuatro anos seguia siendo la nina mimada de papa. Tambien tenia una ventaja adicional, era una verdadera belleza, cuerpo de modelo, delgada, alta, una cabellera negra como el azabache, los ojos grises como un cielo tormentoso, labios carnosos y cara de muneca. Nunca habia trabajado a pesar de tener una carrera de leyes, estudio en Oxford como su abuelo, su padre, su tio y uno de sus primos. Todo por complacer a su padre, la chica era inteligente y no tuvo dificultad ninguna en terminar con buenas calificaciones la carrera. No tenia ningun interes en ejercer, aunque no tenia duda que mas pronto que tarde tendria que hacerlo. Su familia tenia, entre otros negocios un despacho de abogados, uno de los mejores de Madrid, pero iba a retrasar lo mas posible esa situacion. Afortunadamente su tio Pablo no tenia intenciones de retirarse y para beneficio de ella tenia dos hijos que si querian dedicarse a esto. Ella tenia otros intereses, o por lo menos eso le hacia creer a todos, era fiestera, compradora compulsiva, caprichosa, era una referencia en cuanto a vestir. La prensa de cotilleo la seguia por todas partes, era habitual en desfiles de modas, inauguraciones de restaurantes, discotecas, y todos los mejores sitios de la ciudad. Eso era lo que se esperaba y por supuesto lo cumplia a cabalidad. Todo el mundo queria estar cerca de Alexa, eso era sinonimo de estatus, pero no era tonta, no confiaba en nadie, simplemente les seguia el juego. Sus unicos y verdaderos amigos eran Brad y Sofia. La Alexa que ellos conocian era la real, la que conocian los demas era un personaje, ella solo interpretaba un papel. A Brad Taylor lo habia conocido en Oxford, era ingles, ambos empezaron a estudiar el mismo dia. Era muy guapo, alto, rubio, ojos azules, delgado, pero con musculos definidos, y lo mejor de todo era encantador, tanto, que Alexa perdio la virginidad con el a los dieciocho. Pero luego de un tiempo se dieron cuenta que funcionaban mejor como amigos que como novios. El chico era de una excelente familia de Londres, era el primer abogado, su padre era medico, pero el no tenia esa vocacion. Cuando Gonzalo lo conocio, le agrado, pero nada mas, para el, Alexa estaba prohibida para todos. No queria que nadie se le acercara con otras intenciones. Cuando terminaron la carrera, Alexa lo invito una temporada a Espana, y le habia gustado tanto que se quedo. Luego de unos meses comenzo a trabajar en el despacho de abogados de la familia Martin. Sofia Jimenez y Alexa eran amigas desde que eran ninas porque ella era hija de una de las mejores amigas de su madre y apenas se llevaban un ano de diferencia, asistieron a los mismos colegios, y siempre habian sido inseparables. Ella estudio veterinaria, tenia una clinica pequena, pero se sentia muy orgullosa de ella. A pesar de que su familia tenia dinero habia querido comenzar por algo pequeno. Igual que Alexa, iba a los mejores sitios, pero ella era diferente a su amiga, su familia la habia dejado hacer siempre lo que quisiera, no era asidua a las compras, ni tampoco se aguantaba a nadie que no le agradara, y no le gustaba seguir esos estupidos codigos sociales. Era una rebelde, pero en el buen sentido de la palabra. Ahora le habia dado por ponerse el cabello azul, tenia piercings en "sitios divertidos", como decia ella, y unos cuantos tatuajes. Pero era una chica bastante centrada, que amaba a los animales, y se involucraba en organizaciones que los defendian, amaba tambien la naturaleza y sobre todo amaba su cuerpo. Era vegetariana, hacia muchos ejercicios, nunca habia usado drogas, no bebia casi alcohol, aunque con semejantes amigos, en ocasiones no podia negarse a esto ultimo. Los tres a pesar de ser muy diferentes, eran los mejores amigos, y disfrutaban mucho estando juntos. Y sobre todo eran amigos incondicionales. Alexa tambien tenia intereses profesionales, pero nada que ver con las leyes, a ella le gustaban los negocios, y sobre todo lo relacionado con los inmuebles. Le encantaba el diseno de interiores su sueno siempre habia sido dedicarse a eso, y de hecho estaba buscando la manera de hacerlo. Con el dinero que su padre le asignaba, compro un pequeno departamento, en Malasana, lo iba a remodelar y luego lo venderia. Pero necesitaba dinero para eso, le gustaban mucho ese tipo de proyectos y tenia talento para ello, le habia decorado en su totalidad la clinica de Sofia y el resultado habia sido maravilloso. Pero si su padre lo supiera estaria en problemas. Estaba empenado en controlarle la vida, en todos los aspectos, profesional, sentimental, y su propia privacidad ya que estaba segura que no solo era vigilada por Bruno y Jorge, su padre nunca estaria tranquilo solo con ellos dos. Debian estar siguiendola por lo menos tres o cuatro personas mas. Esas ultimas semanas habia estado mas paranoico que nunca. Ella desconocia la causa, pero estaba muy molesta por ello. Pero ella siempre optimista le veia el lado bueno a todo, Bruno su guardaespaldas estaba para comerselo, era un mulato, muy guapo, era de Brasil, experto en artes marciales y experto en armas tambien. Por lo menos tenia algo agradable que admirar. -- Alexa, ?como piensas comenzar con el proyecto de Malasana con esos dos siguiendote a todos lados? -- Le pregunto Sofia, mientras revisaba un gatito que le habian traido a consulta. -- No tengo ni idea… Con Jorge podia, porque se quedaba en el coche y yo tenia un poco mas de libertad de movimiento, pero Bruno no se me despega. Ahora mismo esta plantado en la puerta de entrada. -- Le respondio Alexa con cara de hastio. -- Si ya lo vi, pero que suerte tienes amiga, ese Bruno esta guapisimo y tiene cara de ser un semental. Y la reputacion que tienen los brasileros es que son muy calientes y sexuales. ?Porque no te lo ganas a fuerza de polvos? -- Dijo Sofia sonriendo. -- No creas que no lo he pensado, pero estoy esperando para hacer mi jugada. Tiene muy pocos dias en el puesto. -- Dijo Alexa mirando por la ventana, hacia donde estaba su guarda espaldas. -- Asi voy a matar dos pajaros de un tiro. Le doy a mi cuerpo alegria y de paso consigo algo de libertad de movimiento. -- Eres una perra maquiavelica, pobre tipo. -- No te hagas la inocente, tu misma me has dado la idea. -- Si, pero del dicho al hecho… -- Dijo Sofia. -- Y acerca de eso de darle alegria a tu cuerpo, ?no saliste el sabado con Ricardo? -- Si, pero no terminamos enrollados. Ese hombre es insipido, sali con el solo porque mi padre me lo pidio, y para no tener problemas acepte. Ambas familias tienen negocios y tienen la falsa ilusion de que podamos llegar a mas. Pero creo que la misma noche de bodas me moriria del aburrimiento. -- Pero es guapo, tampoco seria mucho sacrificio. -- Le dijo Sofia, mientras terminaba con su paciente felino. -- Creeme si es un sacrificio, el chico no tiene ni idea de lo que hace, es puro estuche, la unica vez que nos acostamos intento hacerme sexo oral, y mientras lo hacia casi que me pongo a limarme las unas. Ambas soltaron una carcajada, el pobre Ricardo habia sido un tema de conversacion muy divertido. Cuando Alexa salio Bruno la siguio de manera automatica, aprovechando la oportunidad se contoneo mas de la cuenta, necesitaba comenzar a trabajarlo. Mientras lo hacia miro de reojo y vio que el moreno estaba muy concentrado y no precisamente en la seguridad. Ya habia plantado el gusanito, aunque todavia no estaba segura de que esa fuera una buena opcion, lo que menos queria era perjudicar a nadie, y si su padre se enteraba lo despediria de inmediato. Luego de salir de la clinica de Sofia fue a su departamento, habia conseguido mudarse sola, muy a disgusto de Gonzalo, la unica condicion es que estuviera cerca de su casa, en el Barrio Chamberi. A ella no le importo, de momento eso serviria. Esa noche tendrian una cena en el club social donde asistian, la familia Martin tenia una de las membresias mas antiguas y esa noche era el aniversario. Afortunadamente para Alexa, Sofia y Brad tambien asistirian. Por lo menos no se iba a aburrir. Para esa noche se decidio por un vestido verde esmeralda, bastante discreto, era largo, con un drapeado hasta la cadera que le hacia un cuerpo precioso. Alexa era delgada, pero con unas formas perfectas, se hizo un recogido que la hacia lucir bastante elegante, y un maquillaje muy suave, pero con los labios rojos, siempre los llevaba de ese color cuando salia por la noche. Sus padres pasaron por ella en la limusina, les gustaba mucho alardear de lo que tenian. Se saludaron como siempre y Gonzalo lleno de cumplidos a las dos mujeres mas importantes de su vida

  • 25 noches de insomnio 2 de Marcelo Di Marco

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    Una tarde de hace diez o quince anos, Marcelo di Marco saco un libro de su biblioteca y me mostro una dedicatoria de Abelardo Castillo. Seguramente conserva ese libro en perfecto estado, y todavia lo descuelga del anaquel mas alto para compartirlo entre amigos. La dedicatoria decia, con las omisiones y ajustes que me depara la memoria: Para Marcelo di Marco, el unico que reconozco que rivaliza en mi amor y conocimiento por Edgar Allan Poe.
    En este segundo tomo de 25 noches de insomnio late el espiritu inmortal de Poe, con los monstruos que conocio Poe, pero tambien con los monstruos de la modernidad. Porque Di Marco es un hombre de estilo clasico, con cuentos que honran lo mejor de la tradicion del cuento; pero es tambien un hombre de accion que se involucra para darle batalla al presente. Hay violencia y cinismo en estas paginas oscuras que nos hablan de horrores sobrenaturales y cotidianos. Sus cuentos nos incomodan y nos causan placer a la vez. Temblamos de gozo y de miedo. Marcelo di Marco escribe terror para mostrarnos que los verdaderos monstruos, sin importar las epocas o las mascaras, son siempre el mismo.
    MIGUEL SARDEGNA

  • Entre la vida y la muerte de Veronica Rodriguez

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    Sigue la historia de Isabel, Lucia, Leonor y Catalina, pero ahora se muestran, ademas, las historias de Lorenzo, Diego, Alejandro y lo que sucedio con Fernando en Portugal. La mayor parte de la accion sucede en el Mexico naciente y su lucha de poderes entre Hernando de Cortes y el recien llegado, Nuno de Beltran. Nuevos personajes y guerras de barcos suceden en el puerto de La Habana de Cuba y Villa Rica de la Santa Vera Cruz. Los conquistadores, entre amores prohibidos, pasiones y deseos irresistibles, escogen un bando provocando traiciones, deserciones y nuevas alianzas. En medio de esta cruzada, son las mujeres las que sostienen el reino; las educadoras, las madres y las que hicieron florecer las villas. Otras, como Maria de Estrada, esta decidida a defender con el filo de su espada su nuevo hogar. ?Podran ser capaces los conquistadores de separar sus pasiones del deber?

  • Amor a toda velocidad de Tina Isabel Leung

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    “?Quieres un trago?” rompe el silencio. Su voz es aterciopelada y al mismo tiempo me indica que el fuma. “Recuerdo tu rostro.”
    “Yo tambien recuerdo el tuyo,” respondo.
    “Quizas el alcohol pueda refrescar nuestra memoria,” comenta y le hace una senal al mesero. Unos segundos despues, colocan en frente de nosotros una bandeja de metal con shots de vodka que irradian colores rosados y morados. Empezamos a beber y trato de ponerlo en diferentes periodos de mi vida. No era facil, ya que estoy bastante ebrio y todo esta revuelto en mi mente.
    “?Cual es tu nombre?” me pregunta finalmente.
    Y aqui estamos, presentandonos entre nosotros como si fueramos dos extranos sin relacion alguna. De alguna forma extrana duele como si ya lo hubiera perdido antes y ahora lo estoy volviendo a conocer. Solo para perderlo de nuevo, para olvidarlo.
    “Soy Lance,” digo.
    Sus iris brillaron instantaneamente con familiaridad. Al mismo tiempo, como si estuvieramos conectados por una corriente electrica, yo tambien lo recuerdo.

  • Catalanes y escoceses de John H. Elliott

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    La imponente historia comparada de Cataluna y Escocia de la mano del distinguido historiador John H. Elliott.

  • El circulo escarlata de Cesar Mallorqui

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    E 1. Una llamada inesperada n cierta ocasion, hace ya mucho tiempo, vi un fantasma. Y luego, cuatro anos despues, vi otro. El primer fantasma era amable, incluso olia bien. A nardos. Era el espiritu de Beatriz Obregon; gracias a ella encontre las Lagrimas de Shiva, un fabuloso collar que habia estado perdido durante setenta anos. El segundo fantasma fue mucho menos amable. Daba miedo y, desde luego, no olia precisamente a nardos. Tuve un desagradable encuentro con el en la Mansion Kraken, poco despues de oir hablar por primera vez del Circulo Escarlata, una oscura y siniestra secta tan antigua como el tiempo. Eso ocurrio en el verano de 1973, cuatro anos despues de mi estancia en Villa Candelaria, el hogar de mis tios y mis primas, los Obregon. Mis primas, las cuatro flores: Rosa, Margarita, Violeta y Azucena. Cuantas cosas aprendi de ellas durante aquel verano de 1969 en Santander, cuando un ser humano piso por primera vez la Luna. Sobre todo Violeta; ella me enseno los secretos del corazon, fue mi primer amor, un romance adolescente que duro menos de lo que dura un verano, pero que dejo una huella indeleble en mi. Violeta y yo nos quisimos durante las dos ultimas semanas de agosto del 69; despues, a comienzos de septiembre, tuve que regresar a Madrid y nos separamos. Al principio, nos escribiamos cartas con frecuencia, como minimo una cada semana; tambien hablabamos por telefono, pero solo de vez en cuando, porque las conferencias eran caras. Eso fue asi durante mas o menos el primer ano de nuestra separacion. Pero, poco a poco, las cartas y las llamadas se fueron espaciando, hasta que al cabo de un tiempo cesaron por completo. Teniamos nuestras propias vidas y estabamos muy lejos el uno del otro; era imposible que una relacion asi prosperase. Ademas, la ultima vez que hablamos por telefono, discutimos. Ella se enfado conmigo y casi me colgo. De modo que perdimos el contacto, aunque yo no llegue nunca a olvidarla. Es imposible borrar de la memoria a tu primer amor. Pasaron los anos y el mundo fue cambiando lentamente, aunque en Espana seguia Franco, el viejo dictador; cada vez mas viejo y con las manos temblorosas por la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, el pais comenzaba a despertar de su larga siesta; cada vez se veian mas chicos con el pelo largo y mas chicas con minifalda, y las manifestaciones resonaban con frecuencia en las fabricas y las universidades. La gente queria libertad y democracia, y cada vez lo gritaba mas alto. Aun faltaban unos anos para obtenerlas, pero el pais ya se estaba sacudiendo el sopor. Acabe el colegio, hice <> y me matricule en la Universidad Complutense. Escogi la facultad de Fisicas; supongo que mi aficion a la ciencia ficcion influyo en que eligiera una carrera de ciencias. Ademas, mi padre era quimico, y quiza optar por la fisica habia sido una sutil forma de llevarle la contraria. Mi padre se habia restablecido por completo de su enfermedad y mi madre seguia tan activa y energica como siempre. La verdad es que mi vida no podia ser mas corriente, salvo por un pequeno detalle: en el pasado habia visto un fantasma. Eso es raro, ?verdad? No obstante, con el paso del tiempo, conforme aquella experiencia me resultaba cada vez mas lejana, empece a sospechar que todo habia sido fruto de mi imaginacion, quiza un sueno tan realista que lo confundi con la realidad. Ademas, no le habia hablado a nadie de <> fantasma; no queria que me consideraran un chiflado, de modo que fui relegandolo a un rincon de la memoria. De hecho, esa fue la causa de la discusion con Violeta; le dije que creia haber imaginado mi encuentro con el fantasma de Beatriz Obregon, y ella se enfado muchisimo. Me dijo que era un <>, se despidio con sequedad y colgo. No volvimos a hablar. Hasta que una manana de finales de junio de 1973 sono el telefono de casa. Ni remotamente podia imaginarme que quien llamaba era mi pasado. * * * No hay nada mas placentero que acabar el curso con todo aprobado y tener por delante un largo y calido verano para hacer lo que te venga en gana. Asi me sentia yo a principios de verano del 73; las ultimas notas ya habian salido y eran perfectas. Vale, solo consegui un monton de aprobados y un par de notables, pero a mi me sabian a gloria. Aquella manana de sabado me levante temprano y me di una ducha. Mientras me secaba, contemple mi imagen en el espejo del cuarto de bano. Un par de anos atras habia pegado un estiron que me llevo hasta el metro ochenta y uno de estatura; superaba en cuatro centimetros a mi hermano Alberto, lo cual me llenaba de maliciosa satisfaccion. Tenia diecinueve anos, el pelo castano (y demasiado largo, segun mi madre), los ojos de color marron verdoso --o verde amarronado, como yo preferia definirlos-- y una constitucion atletica gracias a formar parte del equipo de baloncesto de la facultad. La verdad es que no estaba nada mal, pense satisfecho de mi mismo. Por desgracia, tambien me habia salido una cada vez mas espesa barba, lo que me obligaba a afeitarme a diario. Me enjabone la cara, pase minuciosamente la cuchilla y me limpie con agua el jabon sobrante; me eche un poco de after shave en las mejillas, con el consiguiente escozor, y regrese a mi cuarto con la toalla enrollada a la cintura, me vesti y fui a la cocina. Alli estaban mis padres, desayunando. Me servi una taza de cafe con leche y me sente a la mesa, sobre la que descansaba una fuente de pan tostado, mantequilla y un bote de mermelada. --?Y Alberto? --pregunte mientras untaba mantequilla en una tostada. --Aun no se ha despertado --respondio mama. --Menudo vago… --murmure. Mama dejo escapar un suspiro. --?Algun dia os llevareis bien? --dijo. --Si, cuando se vaya de casa. --Deberiamos echaros a los dos --bromeo papa--. Sois como garrapatas que nos chupan la sangre. Me encogi de hombros. --Eso os pasa por haber tenido hijos en vez de perros --replique. Papa se volvio hacia mama y asintio con fingida solemnidad. --Mira, en eso tiene razon --dijo--. A lo mejor aun estamos a tiempo de cambiarlos por un par de chihuahuas. Mama volvio a suspirar. --Tres hombres en la misma casa --murmuro en tono compungido--. Que desgracia la mia… Ojala hubiese tenido hijas. Papa me guino un ojo mientras bebia un sorbo de cafe. Tras una larga pausa, pregunto: --?Que vas a hacer estas vacaciones, Javier? Eso era algo nuevo en mi vida. Hasta hacia poco, se daba por hecho que Alberto y yo iriamos con nuestros padres a pasar las dos primeras semanas de agosto en el apartamento que alquilaban todos los anos en Javea, un pueblecito de Levante. Pero el ano anterior, Alberto se fue de viaje con su novia, mientras que yo me iba con mis padres; y, pese a lo insoportable que era mi hermano, me aburri como una ostra. Pero ahora, por primera vez, podia elegir, asi que ese ano decidi irme de vacaciones por mi cuenta. --He quedado con Tito y Jose Mari en hacer un Interrail en agosto --respondi. Tito y Jose Mari eran mis mejores amigos del colegio. --?Que es eso de <>? --pregunto mama. --Un billete muy barato para menores de veinticinco anos --respondi--. Puedes viajar durante el verano en todos los trenes de Europa que quieras. --?Y adonde ireis? --pregunto papa. --Aun no lo hemos decidido. Quiza a Francia o a Italia. --Eso esta bien. Viajar expande la mente. --Pues a mi no me hace ninguna gracia que un crio como tu vaya solo por el mundo a sitios raros --dijo mama. --Que tengo diecinueve anos --proteste. --Pues eso, un crio. --Y ademas no voy solo, sino con Jose Mari y Tito. --Ah, entonces me tranquilizas --ironizo mama--. Como tus amigos son tan sensatos y responsables… La experiencia me habia ensenado que era inutil discutir con mi madre, asi que cerre la boca y solo la abri para seguir desayunando. Al cabo de un rato aparecio Alberto, en pijama y con cara de sueno. --Pasmao --me dijo al pasar por mi lado. --Capullo --respondi en voz baja. Mi hermano habia cambiado mucho. Estudiaba Derecho y se habia echado novia, una companera de clase llamada Silvia que le llevaba recto como una vara. Desde que salia con ella, hacia ya un par de anos, se habia vuelto el tio mas formal del mundo. No obstante, nuestra mutua rivalidad seguia en pie; ya no nos llevabamos como el perro y el gato, siempre peleando, pero si como un perro y un gato que se miran con desconfianza y de vez en cuando se grunen un poco. Alberto saludo a nuestros padres con un sonido gutural, bostezo ruidosamente y comenzo a servirse una taza de cafe. Entonces sono el telefono. La somnolencia se esfumo del rostro de mi hermano. --Debe de ser Silvia --dijo, echando a correr. Se fue tan rapido que no me dio tiempo a decirle que solo faltaba que su novia le pusiera un anillo en la nariz, como a los osos amaestrados. Sin embargo, tardo menos de un minuto en volver; no le llamaba su novia. --Es para ti, atontado --dijo. --?Por que no intentais llevaros un poco mejor? --tercio mama en el tono de quien ha perdido ya la esperanza. --?Quien es? --le pregunte a Alberto. --Una tia. --?Que tia? --Y yo que se. Sera de la Protectora de Animales, para preguntarte si te cuidamos bien. Ni siquiera me moleste en contestarle; le dedique una mirada de desprecio y me dirigi al salon. El auricular estaba descolgado; me sente en un sillon y respondi a la llamada. --Diga… --?Javier? --dijo una voz de mujer. --Si, soy yo. --Vaya, cuanto te ha cambiado la voz; no te habia reconocido. Soy Violeta, tu prima. !Violeta! Su voz tambien habia cambiado. Sonaba mas grave, mas profunda. Igual que me ocurria a mi, supongo. --Violeta, que sorpresa --dije--. Cuanto tiempo sin saber de ti. --Si, la vida, ya sabes; los estudios, la familia, todo eso. ?Como estas? --Bien, bien; ?y tu? --Estupendamente. Mi madre me ha dicho que estudias Fisicas. --Pues si. --Te va mucho. --Hizo una pausa y bromeo--: ?Ya has encontrado al marciano que andabas buscando? Sonrei. --Todavia no, pero sigo intentandolo --respondi--. ?Que estas estudiando tu? --Periodismo en Barcelona. --Tambien te va mucho. Durante unos minutos continuamos divagando; nos interesamos por nuestros familiares, comentamos los estudios, y empece a preguntarme para que me habia llamado mi prima. Finalmente, tras una pausa, Violeta dijo: --?Por que no vienes estas vacaciones a Santander? Asi, de sopeton. Me pillo de improviso. --?Que? --murmure. --Que te invitamos a pasar el verano en Villa Candelaria, como hace cuatro anos. ?No te apetece? --Si, claro, estaria bien; pero no puedo. --?Por que? --Porque voy a irme de Interrail con unos amigos. --?Cuando? --De mediados de julio a mediados de agosto. --Pues posponlo. --No puedo posponerlo; ya he quedado. Hubo un largo silencio cuajado de estatica al otro lado de la linea. --?Violeta?… --murmure, pensando que la comunicacion se habia cortado. --Necesito tu ayuda, Javier --dijo ella.

  • Cartas para Abril de Paula Ramos

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    Querida yo, Como habia sospechado este ultimo ano de instituto ha sido... especial. Podria calificarlo como desastroso, pero tambien diferente. No quiero adelantar acontecimientos, por lo que sera mejor que vaya por partes. Leah finalmente se mudo para comenzar su nueva vida de universitaria. Me gustaria decir que se fue totalmente entusiasmada, pero ya la conocemos. No hace falta recordar que no queria estudiar derecho. A mi, la verdad es que me cuesta entender por que va a estudiar algo que aborrece. ?Hola? Va a ser tu trabajo, de lo que vas a vivir. De todas formas algo que caracteriza a Leah es la cabezoneria, por lo que me ignoro bastante cuando intente convencerla de que luchara por lo que ella queria... (Ahora que lo pienso, tu --yo futura--, sabras si termino la carrera). Pero volviendo al meollo del asunto, la cosa es que Leah se fue y Dios lo que dolio. La partida de Ian fue mala, pero la de Leah se me hizo demasiada cuesta arriba. Era mi mejor amiga y la necesitaba mas que nunca. Por si no recuerdas, justo al final del verano del ano pasado, Noah y yo discutimos. La peor-terrible-tremenda bronca que hemos tenido nunca. Se lio con Emma, la perfecta e intachable Emma. A mi por supuesto me da bastante igual su vida amorosa, pero me fastidia que me abandone por estar con ellas (sus ligues). Siempre lo hace, y es que Noah es un maldito pegajoso con las chicas. ?Por que narices tiene que dejar de pasar tiempo conmigo para estar con sus rolletes? Porque son eso, rolletes. ?O piensa que son el amor de su vida? Hagamos un alto para carcajearme en su estupida cara. !JA! En fin, a mi me parece genial que quiera pasar tiempo con sus novias, es lo normal. Pero eso no tiene que significar que automaticamente tengas que dejar de pasar tiempo con tu mejor amiga. Recalquemos eso: mejor-amiga. Yo nunca le he hecho eso. NUNCA. Asi que asi comence el ano: Leah fuera de casa y mi mejor amigo sin hablarme. Lo de Noah me preocupaba menos porque en el fondo estaba segura de que entraria en razon y hariamos las paces antes de empezar nuestro ultimo ano de instituto. Pues bien, me equivoque. Recuerdo la primera semana en el instituto. Los primeros dias, a pesar de que Noah me ignoraba, seguia totalmente convencida de que se retractaria. Cuando estabamos con los chicos, cruzaba alguna palabra conmigo y aquello, lo de no ignorarme completamente en publico, hizo que creyese que era una buena senal. De nuevo estaba equivocada. Cuando fui testigo de como los dias se convertian en semanas y el seguia sin dar su brazo a torcer, me volvi a cabrear. Termine por supuesto enfrentandole. No fue bien. Yo le grite y el me ignoro. Y eso creo que dolio aun mas. Recuerdo que fue tras volver del instituto, despues de bajarnos del autobus. Me miro totalmente impasible con sus malditos ojos verdes, esperando a que terminase de desahogarme y, despues, tan solo se encogio de hombros y se fue. Asi, sin mas. Termine llorando en mi habitacion toda la noche. A partir de ese dia decidi ser igual de fria que el. Por supuesto, nuestros amigos lo notaron y decidieron intervenir. Edu hablo conmigo y supongo que Jake con Noah. Sin embargo, tenia entre ceja y ceja no volver a lo de siempre hasta que este me pidiera disculpas porque, por supuesto, todo era culpa suya. Paso todo un mes y hasta mis padres comenzaron a notar que algo raro pasaba. Tampoco habia que ser ninguna lumbrera... El habia dejado de pasar por casa y yo tampoco lo hacia por la suya. Mi madre intento sonsacarme informacion una tarde mientras merendaba. Le dije que sabia lo que estaba intentando y que podia preguntar directamente. Le conte lo mal amigo que habia demostrado ser, explicandole su estupido comportamiento y sus duras palabras. Ahora entre tu y yo... Puede que exagerara un poco las cosas pero bueno, sabia que Rose, la madre de Noah, estaria interrogandole igual que mi madre a mi. Y si el le contaba algo, estaba claro que seria una sarta de mentiras. Asi que no me iba a quedar callada. Para nada. Mi madre, tras escucharme, intento quitar hierro al asunto, pero cuando me dijo que por que no intentaba volver a hablar con el para aclararlo... hui. Era lo que me faltaba. Ademas, no parecia echarme mucho de menos, asi que no iba a ser yo la tonta que suplicase. Si a el no le importaba, ?por que a mi si? Lo malo era que, aunque intentase hacerme la dura, estaba realmente dolida. Ademas, Sara y compania descubrieron que Noah y yo ya no eramos tan amigos. Aunque no se atrevian a decirme nada (debian recordar lo sucedido con Penelope), sus sonrisitas lo decian todo. Al menos no tenia que aguantar la presencia de Michelle porque, menos mal, habia cambiado de instituto. No podria haber soportado mas dramas. Con las brujas supremas tenia mas que suficiente. Pero, en fin, estaba en una situacion de mierda. Supongo que todo esto me llevo a cometer la locura de la que estoy volviendo. Me acuerdo de que todo paso un lunes mientras estaba en la clase de Biologia. Antes de empezar, la profesora nos comento la idea de irnos a estudiar al extranjero este ultimo ano de instituto. Vi la luz y no lo pense. Me apunte. Cuando llegue a casa y lo conte, mis padres alucinaron, pero tras hacerles ver que era una buena oportunidad para mi, cedieron. Sobre todo sabiendo que no tenia una media de sobresaliente como Leah, y esto era un buen plus de cara a la universidad. Para mi era todo genial: cambiaria de aires, no tendria que soportar las miradas de Sara y compania, ni ver la cara de Nathan por los pasillos (si, Sara le habia dejado) y, por supuesto, no tendria que lidiar con la ausencia de Noah. Los acontecimientos se aceleraron y cuando me di cuenta de que todo iba en serio, me entro el panico. La noche de antes no pude dormir. Iba a dejar mi casa. ?Hola? Estaba loca. Tenia que frenar todo aquello. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de salir de la cama para avisar a mis padres de que no queria irme, mi madre entro en mi dormitorio. Supongo que aun te acordaras d

  • Libre de Promesas (Maestros del Blackish 3) de Kelly Dreams

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    --Buenas noches, ?en que puedo ayudarte? Sophie sostuvo la mirada del hombre que se movia detras del mostrador de la recepcion del exclusivo y discreto club de BDSM de Chelsea, se lamio los labios y se inclino hacia delante. --Estoy buscando a Alexander Brooks --le informo--. ?Podrias decirme donde puedo encontrarle? El recepcionista fruncio el ceno y la miro entre intrigado y suspicaz al escuchar el nombre real del propietario del Blackish. No era alguien que pasase precisamente desapercibido con ese pelo blanco peinado de punta, unos profundos ojos azules e inquietantes y unos biceps que parecian un par de troncos. Tenia los dedos largos, como los de un pianista y no pudo evitar preguntarse si seria capaz de tocar el cuerpo de una mujer con la misma destreza. Todo el exudaba masculinidad y una seguridad que solo poseian los dominantes. El hecho de que vistiese una camiseta negra con el logotipo del club no hacia mas que afianzar su suposicion. --El Amo Horus ya esta dentro. --Hizo hincapie en la palabra <> sin quitarle la mirada de encima. Horus era el primer nombre de Alexander, si bien nunca habia dejado que lo llamase por el--. Llegas por los pelos, estamos a punto de cerrar las puertas. ?Cual es tu nombre? Observo al tipo que se inclino sobre el ordenador. --Sophie Joyce. Parecio introducir el nombre en el programa y, al no encontrarlo, levanto la mirada con suspicacia. --?Tienes membresia en el club? No. De hecho, ese era el principal motivo por el que estaba alli, mirandole, y no habia atravesado las puertas que habia detras para buscarle por si misma. Sin embargo, esa no seria una respuesta adecuada, no frente a ese Dom. --No, senor --respondio con suave educacion. El enarco una ceja, sin duda curioso ante su presencia y su abierta asuncion de su lugar como sumisa. --Este es un club privado, princesa --le informo con tono firme aunque igual de amable que habia utilizado hasta el momento--. No puedo dejarte entrar sino estas en la lista. Dejo que sus labios se curvaran en una lenta sonrisa que sabia llamaria su atencion. --No le he pedido que me dejase entrar, senor --le recordo dulcemente--. Mi unica intencion es tener unas palabras con Alexander. Su respuesta le arranco una inesperada carcajada. Sus ojos brillaron de diversion y sus labios se estiraron. --Tienes una manera unica de insultar a un dominante con esa dulce y educada voz -- aseguro risueno--. Deberias tener cuidado de a quien diriges tus respuestas. Bajo los ojos lentamente. --Lo siento, senor --replico sumisa--. Me he limitado a constatar un hecho. El sacudio la cabeza, la miro de soslayo y se froto la barbilla. --De acuerdo, Sophie, has despertado mi curiosidad --le dijo dando un golpecito al mostrador--. Quedate aqui. Ire a ver si Horus esta libre para tener unas palabras contigo. Asintio y contuvo la excitacion que acelero su corazon. --Gracias... --pregunto sutilmente su nombre. --Amo Lucien, carino --le guino un ojo. --Gracias, Amo Lucien. El inclino la cabeza, se giro y se acerco a la puerta, la abrio y asomo la cabeza unos momentos. --Oye. Rick. Necesito que te quedes en la recepcion un par de minutos. Tengo que localizar al jefe. Una voz juvenil respondio al momento. --Si, senor. Al momento un joven de aproximadamente su edad atraveso la puerta vistiendo unos pantalones de cuero rotos, y una camiseta de red bajo la que podian verse los piercings que tenia en ambos pezones. Su pelo negro estaba peinado de punta y llevaba los labios negros, al igual que la sombra de ojos. Le dedico una mirada entre curiosa y apreciativa y ocupo su lugar tras el mostrador. --Hola --la saludo. --Hola --respondio a su vez. --No te habia visto antes por aqui --continuo echandole un buen vistazo de arriba abajo. --Estoy segura de ello --asintio manteniendo sus respuestas cortas por temor a que su voz vacilase. Estaba muy nerviosa y sabia que eso la llevaria a tartamudear. La respuesta parecio sorprenderle pero acabo por reirse. --De acuerdo, se cuando hablo de mas --acepto risueno, se echo hacia atras y se sento en el taburete sin insistir en la conversacion. Suspiro interiormente. Sabia que le habia dado la impresion de borde, pero necesitaba de todas sus fuerzas para seguir adelante con esa visita. No has pasado por todo esto para rendirte ahora, Sophie. Coraje. Se lamio los labios con nerviosismo y se entretuvo mirando a su alrededor, sus ojos cayeron sobre un tablon de anuncios y se aproximo a leer el contenido. Apenas habia tomado nota de algunas cosas cuando la puerta volvio a abrirse y escucho una conocida voz junto a la del Amo Lucien. --...rizos de color negro, ojos verde esmeralda y unos labios de lo mas besables. --Escucho el resumen del recepcionista--. Llego preguntando por ti. Se giro de inmediato hacia la puerta para ver a ambos hombres, aunque sus ojos se detuvieron sobre el mas alto. --Sophie. --La sorpresa bailo unos instantes en los ojos azul oscuro antes de desaparecer y adquirir un brillo de especulacion--. ?Que haces aqui? Las palabras se hundieron en su estomago como si fuesen de plomo. ?Eso era todo lo que tenia que decirle despues de cuatro anos sin verse? Alzo la barbilla y se obligo a respirar profundamente para lograr que las siguientes palabras no temblasen en sus labios. --Vengo a pedirte algo --respondio encontrando su mirada y sosteniendola, algo que siempre le habia resultado dificil. Esos ojos parecian poder ver a traves de ella. El enarco una ceja, abandono el umbral y camino hacia ella. --?De que se trata? Se lamio los labios una ultima vez y respondio directa. --Quiero que me acojas bajo tu tutela en el Blackish. CAPITULO 1 --No puedes decirme que no, asi, sin mas. Una frase demasiado contundente para una mujer tan menuda, penso Horus recorriendola con la mirada. Sentada frente a su escritorio parecia una pequena hada vestida de forma escandalosa, lo suficiente escandalosa para que encajase con el ambiente de esa noche en el club. Pero ella no iba a entrar, no habia luchado consigo mismo tanto tiempo para echarlo ahora todo a perder. Contemplo disimuladamente su curvilinea figura, el negro pelo rizado cayendole sobre los hombros y esos bonitos ojos verdes brillando de irritacion. Tenia las mejillas sonrojadas, sus labios se movian con ritmico erotismo provocandole unas irrefrenables ganas de mordisquearlos. ?Habia tenido que pasar cuatro anos sin verla para encontrarla jodidamente deseable? Estaba enfermo. Debia haber recibido mas golpes en el ring de los que pensaba y alguno de ellos habia impactado directamente en su cabeza. --Acabo de hacerlo, querida --replico a su vez, cruzando las manos con gesto aburrido sobre el estomago--. No voy a tutelarte en el Blackish y tampoco voy a darte una membresia. La manera en que apreto los labios formando un pequeno mohin irritado lo conocia demasiado bien. Conocia cada una de sus tretas, cada una de las expresiones de esa pequena y discola hembra; la misma con la que habia compartido seis anos de su vida. Una actuacion demasiado larga, una promesa hecha a su mejor amigo y que trajo consigo un tiempo mas alla de la simple complicacion. Sophie Joyce habia sido su esposa. Casarse con ella fue su forma de mantenerla a salvo, de cumplir con la promesa hecha a Robert, su hermano, y alejarla de las garras del hijo de puta que se tiraba a su madre. <>. La justicia era una autentica hija de puta, habia dejado de confiar en ella cuando tenia trece anos y fue internado en un reformatorio a peticion de sus propios padres. <>. Si, tanto su vida como la de Sophie no habian sido precisamente un camino de rosas, sus respectivos progenitores eran los unicos culpables de que sus destinos se hubiesen cruzado y ella hubiese terminado a su cuidado. --No puedes hacerlo --insistio ella modulando cada palabra, concentrandose en no tartamudear--. No puedes decidir por mi. Hace tiempo que perdiste ese derecho. Enarco una ceja y suspiro. --Empiezo a preguntarme si lo tuve alguna vez --replico con palpable sarcasmo--. Lo que si puedo asegurarte es que mi respuesta a tu pregunta sigue siendo la misma: No. No la queria alli. Bajo ningun concepto iba a dejar que esa mujer se pasease con menos ropa de la que llevaba puesta por las entranas del club. Los ojos verdes brillaron con una punzada de dolor ante sus palabras, pero pronto ocupo sus pupilas la irritacion que emanaba de cada poro de su cuerpo. --Ya no te-tengo dieciseis anos. --La leve vacilacion en su voz le indico que estaba empezando a perder el temple y el tartamudeo que tanto odiaba volveria a entrar en escena. Sabia lo que eso significaba para ella, lo vulnerable que se sentia en esos momentos y, en circunstancias normales, habria hecho lo que fuese para tranquilizarla, pero ahora solo deseaba sacarla de su oficina y que no volviese a poner un pie alli. --Gracias a Dios --admitio con una mordaz carcajada--. Con sufrir una vez tu adolescencia, fue mas que suficiente. Preferiria que me moliesen a golpes antes que tener que lidiar de nuevo con una mocosa hormonal. Cruzo los brazos sobre unos encantadores y llenos pechos. Si, ya no quedaba nada de la adolescente que habia estado a su cuidado, a la que habia querido, quien despertaba el deseo en sus venas y a la que se habia prohibido tocar. --?Sigues siendo virgen? --Dejo caer la pregunta con gesto aburrido. Estaba decidido a herirla con sus palabras si con eso conseguia su objetivo; disuadirla--. Si estas buscando la manera de ponerle remedio... estas en el lugar equivocado. Su rostro enrojecio todavia mas, esos ojos esmeraldas se entrecerraron hasta formar dos pequenas rendijas. --No-o, des-desde que nos separamos me he ti-ti-tirado a todo tio que encontre por el camino, algo que ha siii-sido de lo mas sa-saaa-satisfactorio --tartamudeo visiblemente afectada por sus palabras--. Tu no me qui-quisiste. Por su-suerte el mundo esta lleno de hombres menos... seee-selectivos que tu. Se obligo a morderse una replica. No tienes la menor idea de nada, Kitty. Si, se habia casado con ella pero no la habia tocado en los seis anos que habian estado juntos. Su unica intencion al contraer matrimonio era evitar que quedase desprotegida. Robert se habia encargado de obtener la custodia de su hermana pequena despues de que su madre dejase claro que no estaba preparada para cuidar de una cria. Y habia sido con su bendicion y permiso que la entonces menor, habia terminado bajo su tutela por medio del matrimonio. <>. Se estremecio interiormente al recordar aquellas duras palabras, el sentimiento de ira que habia despertado en su fuero interno ante la indefension de una nina y lo que podia pasarle si Robert no estuviese alli para protegerla. Deberia haber sido una conversacion condicional, un <> totalmente lejano, pero Robert Joyce habia hablado con conocimiento de causa, sabiendo lo que ocurria en su cabeza y que si seguia luchando, su vida estaria en peligro. Se habian conocido en las calles, Rob habia evitado que terminase con la garganta abierta solo para llevarle a conocer al Reverendo John. El padre era un hombre de color robusto que creia que incluso los mas idiotas se merecian una segunda oportunidad. Su necesidad de ayudar al projimo lo habia llevado a crear un lugar en el que los jovenes con problemas de ira, actitud o que vivian en la calle podian aprender a controlarse y al mismo tiempo hacer deporte. El peculiar reverendo fue el unico capaz de llegar a el despues de que lo internasen en ese lugar. El hombre le escucho sin juzgar y le dio la oportunidad de descargar su ira contra el mundo ofreciendole un deporte que le aporto la disciplina y el control que a menudo le faltaba. El fue tambien el unico que tuvo el valor de decirle que no estaba preparado para tomar sobre sus hombros una responsabilidad tan grande como Sophie, pero fiel a su rebeldia y a la palabra dada, no le escucho. ?Como hacerlo cuando le debia a Robert su propia vida? Se sacudio los recuerdos y miro de nuevo a la mujer que tenia frente a el, la misma con la que se habia casado a los veintisiete --teniendo ella solo dieciseis--, para separarse seis anos despues sin haberle tocado ni un pelo. ?Acostarse con ella? Habia sido impensable hacerlo, no con una nina y, cuando dejo de serlo, el ya se habia internado en un mundo que no deseaba para ella. --No vas a obtener una membresia en este club, Sophie --le informo de manera tajante--. No voy a tutelarte, no voy a permitir que entres en mi club, no pienso secundar lo que sea que tengas en mente. Mi respuesta es no. Ella se tenso, se incorporo hasta permanecer con la espalda muy recta y recatadamente sentada en la silla frente a el y lo miro sin parpadear siquiera. --Tengo entendido que el club lo llevan do-dos socios --replico con una ligera vacilacion, senal inequivoca del volcan de emociones que transmitia su cuerpo--. Veamos que tiene el que de-decir al respecto. Chasqueo la lengua, descruzo las manos y se apoyo en los brazos de la silla para levantarse. --El Amo Fire te dira lo mismo que te estoy diciendo yo ahora --declaro abandonando su asiento y rodeando la mesa hasta detenerse a su lado--. Este es un club privado, solo se puede acceder a el por recomendacion de alguno de los miembros existentes o en las convocatorias de acceso que se dan una vez al ano. Y tu no estas en posicion de obtener ninguna de las dos.

  • El secreto del Padre Alcazar de Cami Flores

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    Una chica con graves problemas familiares conoce a un hombre muy apuesto en un club de intercambios de pareja. Mas que el sexo, su halo pacifico, y el color de su alma le hace enamorarse perdidamente de el... Pero Santiago Alcazar es el parroco de una iglesia catolica y lucha con sus propios demonios, entre ellos ser un adicto sexual...

  • Matar a la Reina (Diamante Rojo 1) de Angy Skay

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    Las alegres Navidades de Micaela Bravo se ven interrumpidas cuando, con solo doce anos, alguien, a quien creia de su familia, le arranca la infancia acabando con lo que mas quiere. Todos sus seres queridos son asesinados sin piedad y, ella, ultrajada y agredida hasta tal punto que sus agresores piensan que han terminado con su vida.
    En su ultimo aliento, su alma se impregna de un sentimiento vengativo que la hara tomar las riendas de su vida unos anos despues, por un oscuro y tenebroso mundo donde las mafias y el peligro son algo constante.
    En otra parte del planeta, un asesino a sueldo recibe una llamada que hara cambiar su existencia por completo cuando descubra una lista con seis nombres, teniendo que asesinar a cada persona por orden correlativo, segun su antiguo instructor, Anker Megalos.
    Matar a la Reina es la primera parte de la serie Diamante Rojo, donde la mafia, los asesinatos, la accion y un amor peligroso se juntaran, dandole lugar a las personas que, al parecer, nunca tienen oportunidad de vivir un futuro a su antojo: los villanos.
    En esta ocasion, <>.

  • Palabras que tu entenderas de Xavier Bosch

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    Mara Lincoln, aventurera incansable, organiza viajes exclusivos para sus clientes. Xavi Vera, arquitecto de exito, recibe el encargo de disenar la casa de su vida. Es nochevieja, y Mara y Xavi, que son pareja, se disponen a brindar por el nuevo ano en un hotel en los Alpes suizos junto a cuatro amigos. Los seis rien, juegan y son felices, pero nada es nunca lo que parece. El ano que estrenan puede cambiarlo todo.

  • En busca de mi hermana china de Georgina Higueras

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    A finales de los anos setenta, Beatriz consigue una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Pekin. La joven espanola comparte habitacion con Zhou Xin, una estudiante de arqueologia. Se inicia entonces una profunda amistad que permite a Beatriz descubrir algunos de los secretos mejor guardados de una saga familiar cuyo destino esta intimamente ligado a los acontecimientos mas dramaticos del siglo xx en China. La relacion se interrumpe cuando la espanola inicia otra vida en Mexico, pero al quedarse viuda, siente la necesidad imperiosa de buscar a su hermana china, de la que no sabe nada desde hace mas de tres decadas. Pero, ?se puede encontrar a alguien de quien solo se conoce el nombre entre mil trescientos cincuenta millones de personas?

  • Deseo Pedido Trilogia Mi Vikingo 2 de Norah Carter de

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    Me queria morir, no podia creer lo que habia leido en ese mensaje, no podia ser cierto, fui corriendo hacia la cocina y estaba mi padre en la mesa. --Papa, se que es una locura, pero necesito salir pitando para Amsterdam. --No me asustes ?Que ha pasado ahora? --Se la verdad de lo que ha sucedio con Alan, lo hizo para protegerme, esta en silla de ruedas, tengo que ir a verlo. --No me lo puedo creer -- dijo asombrado. -- ?Pero el sabe que vas? --No, me ha mandado un mensaje, no se lo he contestado, si lo hago no lo permitira. --No estoy de acuerdo, pero no te voy a frenar a que lo hagas ?De cuanto dinero dispones para los vuelos y para estar alli? --Papa, tengo la beca entera, me pagaste toda la estancia en Amsterdam, no me hace falta dinero, solo coger un vuelo. Se levanto y cogio la tablet, mientras me prepare un cafe. --Hija... ?Para manana? --Mira para hoy, papa, por favor. Vi como ni levantaba la cabeza, se puso a buscar. --Hay uno para las 3 de la tarde, creo que nos puede dar tiempo -- dijo mientras aparecia Eric por la cocina y venia a abrazarnos, detras lo hacia mi madre. Mi padre le conto rapido toda la odisea, ella nego con la cabeza, pero me abrazo y me dijo que ese no es el tipo de vida que habia sonado para mi, pero si me hacia feliz, que me apoyarian. Prepare la maleta, ya tenia el vuelo de ida, mi padre insistio en que cogiese hotel, yo me negue, ya buscaria alrededor de Alan. Me despedi del pequeno que me miraba apenado, seguidamente de mi madre y me fui con mi padre pitando al aeropuerto. Llegue a la terminal y facture la maleta, habia metido muchas cosas por si me quedaba mas tiempo de la cuenta, me despedi de mi padre antes de pasar el cordon policial y una vez cerca de la puerta de embarque, me meti en una cafeteria y me compre un refresco con un sandwich. Estaba nerviosa, no me podia creer que no me hubiese dado cuenta de lo que le pasaba, me reprochaba el haberme ido y no haberme quedado a su lado, pero me lo puso realmente dificil, no sabia como me iba a recibir, pero de que lo haria, lo haria... En el vuelo me toco un chico al lado, me recordaba a Pablo Alboran, estuve a punto de preguntarle si era el, pero estaba casi segura que no lo era, rapidamente entablamos conversacion, iba para Amsterdam a ver a la novia, que era holandesa, el se llamaba Pablo, ya ahi solte una carcajada, supo rapido de que se trataba, no era la primera vez que lo confundian, encima por llevar igual, llevaban hasta el nombre. Le conte mi historia, estaba flipando, no podia creerselo, ni yo el haberlo hecho, pero el no paraba de reflexionar sobre todo y me gustaba esa conversacion que teniamos, necesitaba la opinion de alguien que no fuese de mi entorno, me hizo apuntar su telefono por si me veia sola en la ciudad que lo avisase, me dijo que no temiese por la novia que era muy docil, rompi a llorar de la risa, mientras intercambiabamos los telefonos. Bajamos del avion y me dijo que me llevarian, su novia lo estaba esperando, le dije que por favor que no, pero no les valieron mis excusas de nada. Salimos del aeropuerto y alli estaba ella, una preciosa rubia con una sonrisa en los labios, nos presento y le dijo que me habia conocido en el vuelo, ella corriendo agarro mi maleta para meterla en su coche, yo me quede flipando, me aparece mi novio con otra y lo harto a hostias a los dos, pense. Me dejaron frente a la casa de Alan, me despedi de ellos mientras sacaba mi equipaje del maletero, prometi llamarlos para tomar un cafe.

  • Su Amante Rebelde (Los Hermanos Thorpe 4), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • El resto de sus vidas de Jean-paul Didierlaurent

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    Ambrose es un buen chico, guapo y de buena familia. Solo tiene un defecto: su trabajo consigue que todos estornuden...o salgan corriendo. Es embalsamador y lo sabe todo sobre cadaveres, sobre su reaccion al oxigeno y al tiempo, e intenta mantenerlos en buen estado al menos hasta que pase el velatorio.

  • Un mapa de sal y estrellas de Jennifer Zeynab Joukhadar

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    El pasado y el presente de Siria en una novela poderosa y conmovedora, en traduccion en catorce paises.

  • Tierra sobre la memoria de Estela Melero Bermejo

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    En la posguerra espanola, en la humildad mas absoluta, surge el amor entre dos personas que no deben estar juntas por sus circunstancias personales. Son Irene y Arturo. Un hecho inesperado hace que se separen. Mientras sufren los abusos mas descabellados, trataran de volver a encontrarse. La fuerza de Irene, que se resiste a ser una mujer manipulada por los dictamenes de la sociedad, la hara salir adelante. Sus vidas y las de los personajes que les rodean, estaran marcadas por la ideologia politica que presentan ahora o que demostraron durante la guerra civil.

  • Juntos de Cristina Guzman

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    Emma, una chica que siempre ha pasado desapercibida, siempre con un libro en las manos.Paco siempre ha estado rodeado de gente, es un chico muy popular, pero siempre se fijaba mas alla de su grupo.Aunque ellos nunca han hablado, se conocenY un dia, pasara algo que cambiara la opinion que tienen el uno del otro. El destino tiene una sorpresa para ambos que les cambiara para siempre.

  • Mujeres de guerra, Helen Bryan de Helen Bryan

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    La vida en la tranquila localidad de Crowmarsh Priors se ve alterada por la amenaza de la llegada de la guerra europea a Inglaterra. Los evacuados, los bombardeos, el racionamiento y las muertes en batalla se convierten en la nueva realidad, donde cinco mujeres forjan una insospechada amistad que cambiara sus vidas para siempre.

  • Los dias de Jesus en la escuela de J. M. Coetzee

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    La nueva novela del Premio Nobel de Literatura J.M. Coetzee, secuela de La infancia de Jesus, es una hermosa historia sobre la identidad, la amistad y la fuerza de los lazos familiares.

  • El metodo Lean Startup de Eric Ries

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    El metodo Lean Startup supone un nuevo enfoque que se esta adoptando en todo el mundo para cambiar la forma en que las empresas crean y lanzan sus productos.

  • La vida sumergida de Pilar Adon

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    Se habian habituado al licor de ajenjo y lo bebian de pie, por las mananas, junto al fregadero de piedra o apoyadas en la escalera que movian de un lado a otro por la biblioteca para llegar a los estantes mas altos. Sin ceremonias previas ni finales. Sin ir a cambiarse de ropa. Sin adornarse el cuello ni las munecas. Calladas y un tanto desgarbadas, con la dejadez propia de la lentitud y la indiferencia, en un abandono que solo podian permitirse las depositarias de una elegancia congenita. Las beneficiarias de una delicadeza en la longitud de las formas, en la calidad de las telas que vestian a diario, conscientes de que existian dos tipos de personas, las que tenian clase y las que, por mucho que lo intentaran con bordados, pedreria y aromas sutiles, no la tenian ni la tendrian nunca. Al cabo de un tiempo indeterminado, que podia ser de unos minutos o que podia ser de unas horas transcurridas entre tragos cortos, entre libaciones del licor servido con decision en sus vasos pequenos, procuraban ir a sentarse en las butacas de la cocina, siempre en silencio. Y entonces tal vez si tuvieran que esforzarse por hacerlo con cierta dignidad. En ese momento tal vez resultara complicado moverse, dar mas de dos pasos en la misma linea de equilibrio, y quiza debieran poner mas atencion en la distancia que recorrian ya que ambas podian haberse deshecho de la estabilidad y ambas podian haberse internado en la enormidad, el exceso. Sus avances por un suelo de madera que no era de hacia dos anos ni de hacia cinco ni cincuenta tendrian que ser cautelosos. Comian a la una y media, sin decirse nada, incomodas en su proximidad mutua. La confusion del ajenjo daba paso a un primer jubilo fisico y mental que, invariablemente, desembocaba en un cansancio un tanto dramatico. Y era solo mas tarde, ya durante los postres, cuando Brigida podia empezar a hablar para decirle que debia recoger la ropa de la azotea y que debia hacerlo antes de las cuatro. Con la voz arrogante de quien da una orden. Argumentandole que ella no iba a esforzarse por ir a la azotea (tenia que centrarse en sus mil tareas) y que debia ser Hilda quien se propulsara por el pasamanos de las escaleras hacia arriba sin excusas ni dilaciones. Antes de que empezara a soplar el viento y le resultara imposible (a ella y a cualquiera) asomarse al exterior. Tenia que subir a la planta superior, cerrar las ventanas de cada dormitorio y de cada sala, asegurar las contraventanas, bloquear la puerta de hierro que se deslizaba sobre una barra adherida al suelo a modo de carril hasta que la cancela chocaba contra la pared del gran balcon, siempre con un golpe seco, echar la llave de abajo con dos vueltas, echar la llave de arriba con dos vueltas, correr a la escalera, subir mas aun y, una vez en la azotea, recogerlo todo antes de que empezaran los crujidos en cada muro de la casa. Los vaivenes de las cortinas que se elevarian por encima de las sillas a causa de las corrientes de aire que se colaban irremediablemente a traves de las grietas abiertas entre los marcos de los miradores y las tablillas del entarimado, en una oscilacion serpentina que haria presagiar la aparicion de un ser biologico tras ellas (un lobo, una rana, un muchacho) o la aparicion de un ser no biologico (una piedra de color ambar). Era cierto que las copas de los pinos habian empezado a agitarse bajo los cristales de los ventanales de la cocina, y Hilda recordo alli, contemplando el prodigioso estremecimiento de la red de huesos y tendones en que iba a desembocar cada uno de los troncos moviles de cada uno de los arboles, el momento en que le pidio a Brigida que se muriera. Ese dia soplaba el viento igualmente, con aquella violencia nada excepcional dada la epoca y dada la zona. Habian cerrado las ventanas, las puertas. Habian asegurado los pestillos y habian corrido los visillos. Y fue en esa circunstancia cuando penso que si Brigida moria, si Brigida desaparecia, toda la casa seria suya, entera para ella, y entonces no tendria que obedecer mas ordenes. No tendria que ajustarse a los horarios ni a los propositos de Brigida. Dejaria de estar sometida, juzgada, calificada a cada instante, y llevaria a la practica sus proyectos. Todas sus fantasias. Sin tener que comer cuando Brigida quisiera, sin tener que dormir cuando Brigida quisiera. Podria ponerse sus vestidos mas alegres. Banarse en el embalse. Practicar sus lecciones de piano cuando deseara hacerlo y bailar cuando deseara hacerlo. Raspar la tierra y descubrir que habia debajo de cada planta, de cada pedazo de hierba seca, de cada monton de agujas de pino reunidas por el viento, como queria hacer desde que a la edad de seis anos aprendiera que una pezuna era una una fuerte y desarrollada, y que algunos animales las tenian largas y afiladas a modo de apendices cortantes, como zarpas, para atrapar a su presa, para aferrarse a ella, para cerciorarse de que no podria escapar y para excavar, escondiendo bajo la parte de suelo visible cualquier objeto valioso, su alimento. Lo aprendio de nina y desde entonces quiso comportarse como un perro que se esforzara por desenterrar de la base del monte el hueso escondido anos atras por el o por un antepasado. Extraer del barro la explicacion a su existencia. Desentranar el significado de cada estimulo para quedarse tranquila y poder regresar a sus actividades cotidianas. Sus otras actividades cotidianas. Creyendo que semejantes explicaciones se encontrarian en la base de los montes, bajo las pilas de materia fusionada al azar. Creyendo que podrian desenterrarse con solo escarbar. Revolviendo bajo el abono de los cultivos. Bajo las semillas alojadas en las hileras de los huertos. Bajo los circulos de ceniza abandonados por los pastores. Bajo las formaciones de piedras grandes o bajo las formaciones de piedras pequenas que se ocultaban bajo las piedras grandes. Si Brigida desaparecia y toda la casa pasaba a ser suya, se entregaria al aprendizaje de un idioma vivo o de un idioma en extincion. A la investigacion de los requisitos necesarios para que los miembros de un grupo llevaran una convivencia civilizada. A la resolucion de la incognita de si para que dicha convivencia civilizada pudiera ser real debia optarse siempre por el sometimiento y siempre por la rendicion de unos ante otros. A desentranar el autentico significado de las palabras de negacion que se apropiaban de las palabras primigenias para contradecirlas y desposeerlas de su sentido primordial. Desapego. Desarraigo. Desafeccion. Desaparicion. Frente al apego, el arraigo, la afeccion, la aparicion. Centrada en su lista de libros, los que debia leer antes de convertirse en una anciana como lo era Brigida. Middlemarch y Al faro. Grandes esperanzas. Un mundo feliz. La abadia de Northanger. Edipo rey. Crimen y castigo. La comedia humana. Ariel. El rey Lear y el Libro de la vida. La montana magica. Matar a un ruisenor. Los miserables. Rojo y Negro. ?Acaso los leeria con Brigida a su lado, formando parte de la casa, envuelta en sus chales en invierno y en sus tules en verano, haciendose notar por su aliento, con esa respiracion de mujer que dejo de ser joven hacia anos? Lo dudaba. Asi que le pidio a Brigida que se muriera. La unica manera de conseguir una identidad personal. Y dias despues, Brigida estaba muerta. Nunca pudo negarle nada. Nunca pudo oponerse a sus caprichos. De modo que se murio. --?Es que me odias? --le pregunto. Y Hilda respondio que no. Que por supuesto que no. ?Como iba a odiarla? Habia sido su protectora. Su maestra. La encargada de orientar sus gustos hacia sus primeras lecturas. Su consejera llegado el momento de enfrentarse a un texto de Seneca y descubrir que la experiencia podia asemejarse a la de leer un angustioso libro de superacion personal. Frases como <> o <>. Claro que no la odiaba. Brigida le habia explicado que era un minueto, que una gavota. Le habia dado la definicion de musica como el arte de bien combinar los sonidos y el silencio en el tiempo. No la odiaba. Simplemente deseaba que se deshiciera. Que se volviera transparente. Que se transformara en una esencia de luz sin estructura ni carne ni presencia. ?Que mas tenia que hacer alli? Nada. De alguna manera, su epoca habia pasado. Su mision habia concluido. ?Que podia aportarle a ella con su muerte voluntaria? Todo. La independencia. El desarrollo como ser autonomo y perfecto. Como unidad sin condicionamientos. En aquella casa situada en la ladera de un monte. Rodeada de pinos, de aves y de insectos, y del brillo rojo del sol del amanecer y del sol del atardecer. En libertad. Con la posibilidad de actuar y no actuar. Ir y no ir. Querer y no querer. El privilegio supremo de la eleccion. Crecer hacia arriba o tumbarse extendida. Meter los dedos en el saco del azucar o meter los dedos en el saco de la sal.

  • Irrompible de Romina Naranjo

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    Tucker y Amelia fueron, con toda probabilidad, la peor pareja del mundo.

  • Licor y Lujuria de Tina Isabel Leung

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    "Licor y lujuria" es una historia corta ambientada en la epoca de la ley seca. Narra el romance prohibido entre un banquero introvertido y un escurridizo ganster de alcohol.

  • 11 ciudades de Axel Torres Xirau

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    El futbol es mucho mas que un deporte que enfrenta a dos equipos de once jugadores. Axel Torres lo sabe bien y, a pesar de su juventud, es actualmente una de las voces mas brillantes y respetadas del periodismo deportivo en lengua castellana. Sus comentarios e ideas sobre el deporte rey han forjado una extensa comunidad de oyentes y telespectadores -desde el programa “Marcador Internacional”, de Radio Marca, y desde “Planeta Axel”, de Gol TV- que viven el futbol como un fenomeno que trasciende lo deportivo y que forma parte de la cultura personal de un modo vivo e intenso.

  • En el piso de abajo de Margaret Powell

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    Naci en Hove en 1907. Yo era la segunda de siete hermanos. Lo primero que recuerdo es que habia ninos que parecian andar mejor de dinero de lo que andabamos en mi familia. No obstante, nuestros padres se preocupaban muchisimo por nosotros. Hay algo que recuerdo especialmente, y es que todos los domingos por la manana mi padre nos traia una revista de historietas y una bolsa de golosinas. Las revistas de historietas valian medio penique cuando eran en blanco y negro, y un penique cuando estaban coloreadas. Cuando lo recuerdo ahora, me pregunto como se las arreglaria para comprarlas cuando estaba sin trabajo y en casa no entraba nada de dinero. Mi padre era pintor y decorador, una especie de manitas. Todo se le daba bien: arreglar tejados, enlucir... pero su fuerte era pintar y poner papel pintado. Sin embargo, en nuestro barrio habia poco trabajo en invierno. A la gente no le gustaba que se hicieran arreglos en su casa por esas fechas. No se podia pintar por fuera, y nadie queria tampoco las complicaciones de pintar dentro. De modo que los inviernos eran tiempos dificiles. Mi madre limpiaba casas desde las ocho de la manana hasta las seis de la tarde por dos chelines al dia. A veces volvia a casa con algun tesoro, como un cuenco de grasa de carne asada, media hogaza de pan, un poquito de mantequilla o un tazon de sopa. Mi madre odiaba aceptar cosas. Odiaba la caridad. Pero a nosotros nos gustaba tanto que trajera cosas que, cuando veiamos que traia algo, saliamos corriendo para ver que era. Supongo que hoy puede parecer curioso que mi madre odiara tanto la caridad, pero cuando mis padres nos criaron no habia dinero para los desempleados. Si recibias algo, era por caridad. Me acuerdo de que mi madre, una vez en que solo teniamos un par de zapatos para cada uno y todos necesitaban remiendos, se acerco al ayuntamiento para ver si le daban alguna ayuda. Tuvo que contestar montones de preguntas y le hicieron sentirse avergonzada por no tener suficiente dinero para mantenerse. Encontrar un lugar donde vivir era por aquel entonces muy distinto a como es ahora. Bastaba con salir a la calle y andar un poco para ver carteles de <>. Cuando las cosas se ponian muy cuesta arriba, nosotros solo podiamos tener una o dos habitaciones, y siempre en casa ajena. Sin embargo, cuando papa tenia trabajo, podiamos alquilar media casa. Nunca tuvimos casa propia. Por aquel entonces poca gente podia permitirse tener una casa entera para su familia. En lo que se refiere a comprar una casa, !santo cielo!, era algo que ni se nos pasaba por la cabeza. Me acuerdo de que yo me preguntaba a menudo como era posible que, estando las cosas tan mal como estaban, mama no dejara de tener ninos, y tambien me acuerdo de lo mucho que se enfadaba porque una pareja de solteronas para las que trabajaba le decia sin parar que no tuviera mas hijos porque no podia permitirselo. Una vez le pregunte a mi madre: <>. Y ella me respondio: <>. Ya ven cual era el unico placer que podia permitirse la gente pobre. Era algo que no costaba nada, al menos no mientras se estaba haciendo el nino. Tener ninos era de lo mas facil. A todo el mundo le daban igual los medicos y, ademas, traer a la partera suponia poco gasto. En cuanto al hecho de que despues si que fuera a suponer un gasto, bueno, por aquel entonces la clase trabajadora nunca pensaba mucho en el futuro. No se atrevia a hacerlo; bastante tenia con vivir al dia. Ademas, la gente no pensaba en el control de la natalidad. Solo se pensaba en tener familia. Tal vez fuera un legado de la epoca victoriana porque, en cierto modo, cuantos mas hijos tenias mas se te veia como a alguien que cumplia con su deber de ciudadano cristiano. Aunque la verdad es que la Iglesia no tenia mucho peso en la vida de mi padre o de mi madre. No creo que tuvieran mucho tiempo para eso. Aunque seguramente seria mas exacto decir que si tenian tiempo, pero no disposicion. A algunos de nosotros ni siquiera nos habian llevado a cristianar. Yo, por ejemplo, no lo estaba, y nunca lo he estado. Sin embargo, todos teniamos que ir a la escuela dominical. No porque mis padres fueran religiosos, sino porque asi se nos quitaban de en medio. Los domingos por la tarde se dedicaban a hacer el amor, porque en las casas de la clase trabajadora no se podia tener mucha intimidad. Cuando vivias en dos o tres cuartos, alguno de los ninos siempre dormia contigo. Si tenias sentido de la decencia --y mis padres lo tenian porque en toda mi infancia nunca llegue a enterarme de si hacian el amor-- te esperabas hasta que se durmieran o no anduvieran por medio. La verdad es que nunca los vi siquiera darse un beso, porque mi padre era tirando a seco, al menos en apariencia, y me asombre mucho cuando, no hace tanto, mi madre me dijo que en realidad era un hombre muy ardiente. Asi que, como ven, solo podian dejarse llevar cuando los ninos no andaban por medio. Total, que los domingos por la tarde, despues de una buena comida (todo el mundo procuraba hacer una buena comida los domingos) era el momento de pasarse un rato en la cama, haciendo el amor y echandose una siestecita. Porque, como me dijo mi madre tiempo despues, puestos a hacer el amor, mejor hacerlo con comodidad. Cuando llegas a la mediana edad, hacerlo en rincones raros ya no te hace tanta gracia. Por eso la escuela dominical tenia tanto exito. No se como sera ahora. Mi hermano y yo empezamos a ir juntos al colegio. Por aquel entonces te dejaban empezar con cuatro anos. Mi madre me envio a la escuela con el porque ya tenia a otro nino danzando por ahi, y penso que seria mejor quitarse a dos de encima. Teniamos que volver a casa para el almuerzo. En el colegio no se daba de comer, ni leche, ni nada parecido. Te llevabas una rebanada de pan con mantequilla envuelta en un trozo de papel y se la dabas a la maestra para que te la guardara, porque muchos de nosotros, de ninos, teniamos tanta hambre que nos la comiamos a mordisquitos durante las clases de la manana, en lugar de estar haciendo lo que tuvieramos que hacer. A las once en punto nos las repartian. Guardo pocos recuerdos de mis primeros dias en el colegio; es como si, hasta los siete anos, no hubiera tenido necesidad de ocupar un lugar en la existencia. Lo que paso es que, como mi madre se marchaba temprano por la manana para ir a servir y yo era la nina mayor, me tenia que ocupar de poner el desayuno a mis hermanos. Piensen que para darles el desayuno no habia que cocinar, ni nada parecido. Nunca tuvimos huevos, ni tocino, y de los cereales ni siquiera habiamos oido hablar. En invierno tomabamos avena cocida, y en verano unicamente pan con margarina y una capa fina de mermelada, cuando mama traia. Solo teniamos permiso para tomar tres rebanadas. Siempre me gusto ir a la panaderia y comprar esos panes redondos que por encima tienen un dibujo que hace cuatro picos (creo que se llamaban panes de Coburgo). Siempre nos peleabamos para quedarnos con los picos, porque contaban como un trozo de pan pero llenaban mas que una rebanada. Despues preparaba el te --un te muy flojo al que se llamaba escoria, de lo barato que era--, recogia, fregaba y me preparaba para ir al colegio. Llevaba a la guarderia a los dos pequenos. Valia seis peniques diarios por nino. Por ese dinero, tambien almorzaban. Los dejaba alli justo antes de entrar al colegio y los recogia por la tarde, al salir. A mediodia me iba a casa corriendo, sacaba las patatas y las verduras, ponia en marcha el almuerzo y hacia todo cuanto podia para que mi madre, al volver corriendo del trabajo, no tuviera mas que servirlo. Por lo general comiamos estofados, porque es lo que mas llena. A veces madre nos preparaba un pudin de carne. Cuando pienso ahora en aquel pudin de carne, me hace gracia. Me acercaba hasta la carniceria y pedia seis peniques de <>. La higiene no tenia nada que ver con lo que es ahora, y los carniceros colocaban unas grandes tablas de madera fuera de la tienda para exponer toda la carne, a la gente y a las moscas. A medida que cortaban siempre quedaban restos de carne, que iban esparciendo alrededor. A esos recortes se les llamaba <>. Por lo general, yo compraba seis peniques de recortes y un penique de sebo. Con eso mi madre preparaba un pudin de carne fantastico. Sabia muchisimo mejor que el que yo hago ahora, cuando pago cinco o seis chelines por la carne. En cuanto acababa de comer, mi madre se volvia al trabajo a todo correr, porque solo le daban media hora de descanso. Total, que a mi me tocaba fregar antes de volverme al colegio. Despues, en cuanto salia por la tarde, recogia a los dos pequenos de la guarderia, los llevaba a casa, ordenaba y hacia las camas. Nunca tuve la sensacion de estar sufriendo, ni tampoco de que me maltrataran. Las cosas eran asi, nada mas. Cuando eras la hija mayor en una familia de clase trabajadora, eso era lo que se esperaba de ti. Por las tardes era mama quien se encargaba de todo, claro. Volvia a casa a eso de las seis y nos daba de merendar lo mismo que en el desayuno: pan con margarina. De pequena nunca sali de noche a la calle, y mis padres eran muy estrictos en este sentido. En cambio, leia mucho. Por entonces ya teniamos una biblioteca gratuita. Tambien nos las apanabamos para entretenernos solos. Mi hermano mayor nos montaba a menudo espectaculos de magia. Se le daba de maravilla. Alguien nos regalo una linterna magica con transparencias. No se movian, desde luego, pero mi hermano se las arreglaba para inventarse historias sobre ellas. No hubo una sola tarde en que nos aburrieramos. Siempre habia algo que hacer. A diferencia de mucha gente que he conocido, en mis anos de escuela yo no hice amigos que perdurasen. Supongo que es facil verlo desde hoy y afirmar que mi madre y mi padre eran poco sociables porque no nos daban permiso para traer amigos a casa. Mama ya tenia bastantes ninos. Nunca tuve fiestas de cumpleanos, por supuesto; esas cosas eran inimaginables. En el colegio habia dos ninas con las que me llevaba bien, pero ya se sabe lo que pasa cuando hay tres, que son multitud y a una le dan de lado, y esa siempre era yo. Creo que aquellas dos ninas procedian de casas donde se hablaban las cosas, como por ejemplo de sexo, porque entre ellas habia una especie de codigo, del que yo nunca entendi ni una palabra, que hacia que anduvieran todo el rato con risitas. Una vez, cuando yo estaba a punto de cumplir los trece, una de ellas --se llamaba Bertha-- no queria salir a jugar. Yo le pregunte: <>. Y ella me respondio: <>. Y las dos empezaron con sus risitas. Pero la verdad es que, teniendo como tenia a mi familia, todo eso me daba igual y, ademas, teniamos toda la ciudad a nuestra disposicion.