• retorno a roma - Alicia Padron

    https://gigalibros.com/retorno-a-roma.html

    Un viaje fascinante a la Roma clasica. Una manera diferente, amena y veraz, de cnocer la historia de la Roma mas fascinante. Julia es una joven profesora universitaria cuya vida atraviesa una fase autodestructiva. En un momento decisivo, decide aceptar un trabajo extremadamente peligroso que le llevara hasta destinos sorprendentes y determinara que su vida se cruce con la de quien, desde el pasado, marca su existencia. El encuentro entre dos personajes tan opuestos, con un magnicidio como trasfondo, tendra consecuencias imprevisibles y, tal vez, en el de toda la humanidad.
    Un viaje formidable, a ritmo trepidante, hasta la Roma clasica, donde viviremos los acontecimientos que marcaron el curso de la historia hasta ser sus verdaderos protagonistas.

  • Retorno a Roma : Padrón, Alicia - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Retorno-Roma-Padron-Alicia/dp/8416645892

    Compré este libro justo antes de mis vacaciones a Roma, y de inmediato me enganché a él. Una novela que combina la Roma Antigua con el mundo moderno, ...

  • RETORNO A ROMA | ALICIA PADRON | Casa del Libro

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  • Retorno a Roma by Alicia Padrón - Goodreads

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    Retorno a Roma book. Read 32 reviews from the world's largest community for readers.

  • RETORNO A ROMA. PADRON, ALICIA. Comprar libro

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    RETORNO A ROMA 18,05€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Julia es una joven profesora universitaria cuya vida atraviesa una fase autodestructiva.

  • Retorno a Roma - Alicia Padrón Monedero - Babelio

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    Voy a reseñar Retorno a Roma de Alicia Padrón, seguro que habéis oído hablar de este libro, y sino, quédate y sigue leyendo.

  • RETORNO A ROMA - ALICIA PADRON - 9788416645893

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  • Retorno a Roma | Ediciones Áltera

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    8 oct 2017 — Retorno a Roma. 19,00€. ISBN 978-84-16645-89-3. ISBN digital 978-84-16645-90-9. Depósito legal: M-22299-2017. Número de páginas: 496.

  • retorno a roma - Librería Publics.

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  • RESEÑA: Retorno a Roma - Alicia Padrón - Entre las páginas ...

    http://entre-las-paginas-de-un-libro.blogspot.com/2018/09/resena-retorno-roma-alicia-padron.html

    23 sept 2018 — Hola! Estoy leyendo varias reseñas de este libro y no descarto leerlo para más adelante. Besitos :) ResponderEliminar. Respuestas.

  • retorno a roma - padrón monedero, alicia - Cervantes y ...

    https://www.cervantesycia.com/libro/retorno-a-roma_297427

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  • El hueco del tiempo de Jeanette Winterson

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    Con ocasion del cuadrigentesimo aniversario de la muerte de William Shakespeare surge <>, un proyecto internacional que selecciona a celebres autores contemporaneos para que reinterpreten las obras del genio ingles.

  • El guardian de las sombras de Vidal Fernandez Solano

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    Cuando cae la noche, las sombras se aduenan del mundo y de nuestra mente. El temor atavico a la oscuridad pervive en el interior de cada uno, intacto a pesar del paso de las eras desde que el ser humano moraba en las cavernas, tras la luz de las hogueras.Tememos todo lo se oculta mas alla del velo negro: la vida despues de la muerte, el universo, las sombras que reptan dentro y fuera de nosotros.A lo largo de catorce relatos de diverso sesgo narrativo: terror, historico o ciencia ficcion, el autor explora ese territorio prohibido en los rincones del alma: la inseguridad, la incertidumbre, el miedo.Si reunes valor y te adentras en esos parajes, no olvides llevar tu propio fanal de luz.

  • Esposa oculta (eLit) de Carrie Weaver

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  • La caja de Pandora de Lindsey Davis

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    La nueva novela de la reina del genero policiaco en la Antigua Roma.

  • Rehenes de Nina Bouraoui

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    Escribi Rehenes como obra de teatro para el Paris de las Mujeres, festival dedicado a las autoras femeninas. Fue interpretada por Christine Citti en 2015 en el Theatre des Mathurins, en 2016 por Marianne Basler en la Bonnieux de Agnes Varda y en la Opera de Vichy, luego, en 2019, por Anne Benoit y Tommy Luminet en la Comedie de Valence y en el Theatre du Point du Jour de Lyon. Como el destino de mi heroina seguia unido al caos del mundo, escribi una nueva version, inspirada libremente en la obra de teatro, en homenaje a los rehenes economicos y amorosos que somos. Me llamo Sylvie Meyer. Tengo cincuenta y tres anos. Soy madre de dos hijos. Estoy separada de mi marido desde hace un ano. Trabajo en Cagex, una empresa de derivados del caucho. Dirijo la seccion de ajustes. No tengo antecedentes judiciales. No conozco la violencia ni he tenido una educacion violenta ni bofetadas ni azotes con el cinturon ni insultos, nada. Tambien me es ajena esa violencia que uno lleva dentro y que ejerce contra el otro, contra los otros. Es una suerte, una suerte enorme. Somos pocos asi, soy consciente de ello. Y no es que no conozca la violencia del mundo, la conozco, pero no me traspasa la piel. Tengo compartimentos para resistir, asi soy yo: separo las cosas. Nada malo puede contaminarme. He construido una autentica fortaleza en mi interior. Conozco cada habitacion y cada puerta de esa fortaleza. Se cerrarlas cuando hay que cerrarlas y abrirlas cuando hay que abrirlas. Y me va bien asi. La alegria es algo que hay que moldear. No sucede por arte de magia. La alegria requiere meter las manos en la tierra, en el barro, en la arcilla, y ahi es donde es posible agarrarla, atraparla. He buscado la alegria como loca, a veces he llegado a encontrarla y luego se me ha escapado volando como un pajaro, pero lo he aceptado y he seguido adelante, sin quejarme mucho o solamente un poco. No sirve de nada quejarse, ni para una misma ni para los demas. Es vulgar y lleva demasiado tiempo. Me parece que mi tiempo esta contado, que mi tiempo es algo precioso. Muy a menudo me siento llevada, empujada, cuando lo que a mi me gustaria de verdad es mirar el cielo y ver pasar las nubes, echarme en un bosque, cerrar los ojos y sentir el calor de la tierra. Amo la naturaleza. Creo en ella como otros creen en Dios. Me produce siempre un invariable sentimiento de plenitud, de sensacion de grandeza, de asombro: el misterio de las estaciones que se suceden, la profundidad de los oceanos, el poderio de las montanas, el color de la arena y el de la nieve, el aroma de las flores y el del musgo de los bosques, la inmensidad que nos hace tan pequenos. Nunca me he derrumbado, jamas, ni siquiera cuando mi marido se marcho hace un ano. He resistido. Soy fuerte, las mujeres somos fuertes, mas que los hombres, nosotras asimilamos el sufrimiento. Para nosotras sufrir es algo normal. Esta en nuestra historia; en nuestra historia de mujeres. Y seguira siendo asi. No digo que este bien, pero tampoco digo que este mal. Es incluso una ventaja: no hay tiempo para lamentarse. Y como no tenemos tiempo, pasamos a otra cosa. Rapidito y asi nadie se aflige. Hace un ano, cuando mi marido me dejo, no dije nada, no llore, ni frio ni calor, como con la violencia, calma chicha. Ya era raro que llevaramos juntos mas de veinticinco anos. Es mucho tiempo, veinticinco anos, mucho tiempo. Son anos llenos de costumbres, de amor tambien, pero seamos sinceros, sobre todo de costumbres, de pequenos habitos puestos uno detras de otro. Es una cinta que se desenrolla y que no termina nunca de desenrollarse, no se le ve el final, aunque a veces pensamos en ese final sin creer en el verdaderamente. La cinta es de un color determinado. Para la vida con mi marido yo elegiria el amarillo palido. No es que fuera un sol brillante, mas bien era entre nubes; todo iba bien, si, pero en cualquier momento podia suceder una desagradable sorpresa. Y no me equivocaba: un buen dia se desperto y me dijo: <>. No le conteste. Me fui a la cocina, prepare la mesa para desayunar con nuestros dos hijos, como si nada, y luego me duche muy rapido, como de costumbre. Cuando digo <> es para explicar que tampoco tengo tiempo para el placer. No tengo tiempo. Y es un error, porque el placer es una de las maneras de escapar de lo real. Habia un muro entre mi marido y yo. Un muro que se habia levantado poco a poco. Al principio, era una pequena linea, luego se hizo un pequeno escalon. Nos veiamos todavia, pero tropezabamos cuando uno se acercaba al otro. El escalon se volvio cada vez mas alto y cada uno permanecio en su lado por temor a hacerse dano. Nuestras manos aun podian tocarse, pero habia que hacer un esfuerzo. El cemento se espesaba. De pronto dejamos de vernos, de mirarnos, de sentirnos. El muro ya se habia levantado y seguia creciendo. Habiamos acabado sin llegar a decirnoslo porque, en el fondo, lo sabiamos. Esas cosas siempre se saben. Las tememos, pero las sabemos. Es falso eso de que es una sorpresa cuando el otro se marcha. Mentira. A veces, sin admitirlo, lo esperamos, lo provocamos, y cada uno de nuestros gestos lleva a ese desenlace. Cada una de nuestras palabras tambien. El muro lo hemos levantado los dos. Los dos hemos ido poniendo la arena, el agua, la grava y el hierro para que fraguase bien y nada pudiera llegar a romperlo. Aquel dia, cuando mi marido me anuncio que se iba, yo no llore. Era una noticia como cualquier otra, una mas dentro de las noticias del dia que yo podria haber integrado: la curva del paro, el calentamiento climatico, la subida de precios, la guerra. Era algo importante, pero a la vez tambien algo sin ninguna importancia. Formaba parte de las cosas generales y no de mi intimidad. Eso era lo mas extrano. Mi marido me abandonaba y yo tenia la impresion de que abandonaba a otra mujer. Era como si no me concerniera o me concerniera muy poco. El no era realmente el ni yo era realmente yo. El se iba, pero el muro seguia ahi. No lo vi marcharse. Solamente dijo una frase, algo asi como, por ejemplo, voy a comprar pan, o a pagar el recibo de la luz, o a recoger la ropa de la tintoreria. El lenguaje no significa nada cuando no queremos comprender. Las palabras se vuelven ligeras como pompas de jabon que flotan en el aire y estallan. Despues de la frase de mi marido, deje al menor de mis hijos en el colegio y luego me dirigi a Cagex. Fiche, fui a mi seccion, revise las maquinas y a los empleados que iban llegando, uno a uno, mis abejas. No era una jornada especial, tampoco ordinaria, pues en mi mente permanecia la idea de que algo habia pasado, que mi marido habia decidido marcharse, pero eso no me dolia demasiado, era como una piedra en el zapato, una piedra que aguantas porque no tienes tiempo para quitartela; simplemente lo aplazas y dices <>, pero ese mas tarde no llega nunca y la piedra se queda alli y no piensas mas en ella: forma parte de ti. Pensandolo bien, habia pasado una cosa: habia cambiado de lado de la cama. No me habia puesto en medio, como habria hecho otra mujer, no, yo me habia apropiado de su lado, el izquierdo. Mi cuerpo sobre su cuerpo que ya no estaba ahi, mi piel sobre su piel que ya no sentia contra mi, mi respiracion mezclada con su respiracion que ya no percibia, mi espalda, mi costado, mis nalgas encima de el que no estaba debajo, aunque a veces me figuraba que si lo estaba, pero tan solo era un hueco por rellenar.

  • Hoja de sangre de Crystal Smith

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    AURELIA ES LA PRIMERA PRINCESA NACIDA EN RENALT despues de doscientos anos, y su destino es casarse con Valentin, el principe de Achleva --y mayor enemigo de su casa-- para asegurar la paz entre ambos reinos.
    Pero los rumores de un principe enfermo y cruel no cesan, y lo unico que eclipsa la aprension de Aurelia hacia su inminente matrimonio es el temor a aquellos que la matarian para evitarlo.
    Pronto circunstancias funestas la haran huir de su trono, entonces descubrira la felicidad que una vida plebeya puede brindar, lejos de intrigas politicas, compromisos monarquicos y el ejercicio prohibido de su legado mas antiguo: la sombria magia de sangre que es capaz de conectarla con fantasmas y espiritus.
    Aurelia parece un simple peon en un juego de amor, poder y guerra que ha perdurado durante siglos. Ahora debe decidir si quiere entregarse a su nueva vida o luchar por la que ha perdido, al tiempo que se abre paso por los complicados lazos que la unen a un principe forastero, al inquieto fantasma de una antigua reina, y a una enigmatica planta llamada hoja de sangre.

  • AMOS Y MAZMORRAS XI de Lena Valenti

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    EL REINO DE LOS CALAVERA YA ESTA EN MARCHA.

  • Una sorpresa en Navidad de Maritza G

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    La vida de Lorelei atraveso por un momento muy traumatico que la marcaria para siempre.
    Ella tenia dos caminos para escoger: lamentarse el resto de su vida por la terrible situacion a la que se enfrento o pasar pagina y seguir adelante sin dejar que eso la afectara. La decision que tomo, la llevo a vivir nuevas experiencias que a la vez le trajeron dolor a su vida, tanto como alegrias.
    Mark fue en busca de la hija de su tio al recibir una llamada de alerta que le hizo una persona de confianza, que lo mantenia al tanto de la vida de ella. Nunca la miro en persona, mas sabia lo que acontecia en su vida. Solo le daria su apoyo y nada mas, pero el destino le tenia preparada una sorpresa.
    Te invito a descubrir que fue de la vida de estos personajes.

  • El vaso de plata de Antoni Mari

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    La nostalgia de las excursiones dominicales, la desolacion por la muerte de un amigo, el trastorno de los sentidos al viajar por primera vez lejos de casa, el vertigo que provoca el riesgo de una travesura, la ebriedad de los primeros dias de vacaciones…

  • Mi futuro en una caja de Ines Diaz Arreiro

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    <> Asi reza el asunto del e-mail que Leire recibe cada manana desde hace demasiado tiempo. Pero esta vez la propuesta consigue captar su atencion y hace que tome una decision que cambiara su vida.
    A sus veinticuatro anos ya sabe lo que es vivir en medio de una fuerte crisis economica. Por eso, se atrevera a dejarlo todo atras para cuidar de Federica, una anciana octogenaria, en un pueblo casi deshabitado.
    En ese momento se embarcara en un viaje que la conducira hacia una convivencia complicada, un atractivo agricultor, un cuaderno lleno de cartas que parecen sacadas de un cuento de hadas, una enigmatica cajita y una gran leccion sobre si misma.
    Y es que, cuando decides por fin subirte a uno de esos trenes que pasan por tu vida, cabe la posibilidad de acabar en una estacion inesperada.

  • Por que lloran las ciudades de Elisa Levi

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    Denis se ha suicidado y ahora Ada esta sola. Sola entre sus hermanas y su madre y su padre y los chistes sin gracia de su entorno, sola en la habitacion que comparte con su pareja y frente al lexatin que nunca falta en la cartera. Sola en Japon, donde ha tenido que viajar como unica albacea de quien fuera su mejor amigo.
    Nostalgia, tristeza y melancolia afloran por las calles de Tokio mientras acompanamos a Ada en su deambular por preguntas que seguramente tampoco sabriamos responder: ?Donde encajan los ausentes?

  • Granja de alimanas de Pedro Marsan

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    Segovia, 1723. En la oscura Espana de la guerra de sucesion, una joven condesa obligada a crecer demasiado deprisa se debate entre el amor, el decoro y el horror de precipitar a su pais a una nueva contienda armada. Su destino se vera ligado al de un rey demente secuestrado por su consorte, mientras las andanzas de un lobero anonimo embarcado en una caceria suicida ponen en jaque el equilibrio politico de toda Europa.

  • Mientras te escondes (Rancho Triple K 6) de Laia Sinclair

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    !La esperada novela del tercer hermano Wescott ha llegado al fin!

  • Kilometro 28 de Manuel Leon Caballero

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    Todo comienza cuando el coche se le para en mitad de la nada. El joven Dani no tiene ni idea de la pesadilla que esta a punto de experimentar y que pondra a prueba su cordura. En este lugar nada es lo que parece…

  • Antes de partir de R.m. De Loera

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    Los japoneses atacaron suelo americano y el pais entro en guerra. Los hombres partiran al siguiente dia y solo les quedan unas horas para decir adios.

  • Los Supervivientes. Survivors de Adrian Henriquez

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    La Tercera Guerra Mundial comienza y finaliza en pocas horas dejando los continentes transformados en gigantescos campos radiactivos.Solo sobreviven al impacto de los misiles intercontinentales algunas ciudades costeras y un punado de islas, entre ellas; Cuba.

  • Como una deliciosa tortura de Megan Marsell

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    Era un dia sofocante de humedad. Por fortuna, mientras estaba dentro de la oficina podia sentirse a gusto y tranquila con la ventilacion acondicionada del edificio. Respiro profundamente observando por su amplio ventanal hacia la ciudad entera. Se veia un ambiente de tension como era costumbre en los primeros dias de septiembre. Volteo y sentada sobre su acolchonada silla, comenzo a revisar documentos registrados en su ordenador. La puerta se abrio repentinamente dejando al descubierto a un hombre rubio, de camisa y corbata floja al cuello, que se acerco con una sonrisa socarrona y entrego unos folios a la mujer. --Cooper, puedes ser mas educado y dar los buenos dias, ?no?… --Lo siento, Valery, es que estoy impresionado por las cosas que se andan diciendo por ahi... --aseguro el, masticando un chicle cancheramente y haciendo mas evidente su sonrisa de perfectos dientes blancos. --!Eres chismoso!, ?lo sabias? --convino Valery que con nerviosismo contemplo su brillante alianza de matrimonio en su dedo anular--. ?Que es lo que escuchaste, Geoffrey? --!Oh, ahora me llamas por mi nombre! !Interesada! --Geoffrey Cooper se indigno falsamente cruzandose de brazos, pero unos segundos despues de ver el rostro de su impaciente jefa, chequeo que nadie estuviera cerca de la oficina y cerro la puerta para quedar confidencialmente a solas con ella--. Por lo pronto, dicen que estas enganando a Davidson. --?!Que tonteria es esa! --bufo la mujer que ese mes cumpliria sus veinticinco anos y volvio a mirar hacia el ventanal de detras, poniendose de pie y dandole la espalda con nerviosismo. --Me parecia una tonteria, si... Hasta ahora --puntualizo, pero antes de que ella se volviera para replicar, agrego--: volviendo al trabajo, el disenador Carpenter afirmo que necesitaba una asistente asi que Scarlett tomo el cargo, lo cual te deja sin secretaria y eso es un problema. Mery esta ocupada en la planta de arriba y ademas Astrid no permitiria que su hermana se rebajara a tal puesto en la empresa, siendo ella la esposa de Bering que es el socio de tu marido. No se por que me da la impresion de que Bering siempre manejo mas la empresa y Roger se dedica a mirar y mirar y contemplar el negocio. La cosa es que se siente con mas poder que el propietario, y Davidson no lo negaria... ?Tu lo niegas? --Para nada, continua... Aunque deberia ir a partirle la cara a Carpenter por tomarse libertades, que sea nuestro unico disenador y tenga prestigio no le da derecho --dijo ofendida sobandose un castano mechon indomable de su pelo. --Olvida tu odio por el porque ahora llega la mejor parte: ya que Ronnie fue quien te causo el problema, el ofrecio a una amiga suya, Natalie McDonald, y Roger ya la aprobo para ti --informo para asombro y desagrado de la castana. --!Se supone que soy de maxima autoridad aqui luego de Roger y Maxwell y estoy en la misma instancia que Astrid, pero todo el mundo hace lo que se le viene en gana de todas formas! --reprocho con frustracion--. Gracias por los documentos, Geo. Retirate, por favor. --Muy bien, adios --murmuro el hombre antes de salir. Al recorrer los pasillos, Geoffrey, que era escritor en esa amplia productora editorial, se topo con varias escenas a su vista. Primero cruzo a Roger Davidson, el dueno de la empresa y esposo de Valery, que hablaba por su movil con algun inversionista o futuro cliente, pero se dejaba ver tan poco en los pasillos que se metio rapidamente en el ascensor y seguramente se iria al ultimo piso en donde estaba la oficina principal que era doble, de el y de Maxwell Bering, el socio y mano derecha, aunque todo el mundo sabia que Maxwell no simpatizaba demasiado con nadie y, por lo tanto, no era amigo del dueno tampoco. Luego de eso, no pudo evitar maravillarse ante lo que sus ojos veian; conversaban animadamente, Mery y Scarlett, instruyendo a la nueva secretaria de Valery. La joven era castana (aunque casi llegaba a ser rubia) y poseia unos curiosos ojos color miel. Tenia pelo lacio y recogido y se veia nerviosa mientras ambas morenas le explicaban. No era que fuera un trabajo muy dificil, pero Valery no era muy paciente con los nuevos y sobre todo si esa persona tenia alguna relacion con el disenador Carpenter. Geoffrey adoraba a las mujeres de la empresa --y de cualquier sitio tambien-- pero mas a las trabajadoras de alli, era ciertamente observador, como buen escritor, y tal vez era por eso que se obsesionaba demasiado en mantener conversacion todo el tiempo posible con alguna chica. Igualmente, no paraba de mirar faldas por todos lados, excepto a algunas personas a las cuales les debia respeto, como a Astrid y Valery. Pero hacia tiempo estaba loco por Scarlett y, ?por que no?, tambien por Mery. Salio de su ensueno cuando recibio una palmada en la espalda y lo abrazaron por los hombros. Un castano, poco mas joven que el, venia con una sonrisa poco usual, pero se quedo rigido como un palo cuando sus ojos chocolate visualizaron una figura femenina nunca antes vista por alli. --Esta buena, ?no? --pregunto Geoffrey burlandose de su rostro paralizado y sus brillantes ojos. --No --dijo en un tono indiferente, pero se sin dejar de observarla--. ?Quien es? --!No seas picaro, Webb! Se llama Natalie, es la nueva secretaria de Valery... si es que dura --dijo en broma y dejo a su companero solo y embobado. Las calles estaban algo congestionadas, se acercaba el mediodia y con ello, la hora de almorzar. Ron Carpenter amaba ese momento. Detendria el tiempo si fuese capaz de hacerlo, solo para vivir sentado engullendo algun manjar de los que solia hacer su madre o los que preparaban en aquel cafe de la esquina de la editorial. Aunque habia otro particular momento que si cambiaria por la comida, pero cada vez que pensaba en el, se le revolvia el estomago y cambiaba de ideas. --Se nos hizo tarde... --le dijo su cunado, apenado sentandose frente a el ante la mirada de su indignada esposa pelirroja que esperaba al menos que hiciera a un lado la silla para que pudiera sentarse como siempre hacia. Por alguna razon, Michael estaba enojado con ella y hacia dias que la convivencia era diferente. No era mala, pero si diferente, y aunque a ella no le interesaba demasiado la caballerosidad que antes tenia su marido para con ella, si se hacia notorio que necesitaban una buena charla para aclarar los tantos. Se sento sin decir una palabra y miro a su hermano intimidante. --?Por que querian verme? --pregunto Ron cruzandose de brazos y estirandose hacia atras. --Es por Valery. No puedes seguir trabajando donde ella... --contesto Gemma. Michael se quedo en silencio. --?Por que? Les asegure que ese asunto esta acabado... Ella lo dejo bien claro, ?no? Yo la deje, no la quise y no la quiero, y no sufrio, se caso con Davidson, ?no? --recordo Ron sin demostrar sensibilidad. Gemma chasqueo la lengua. --Si volviste justamente despues de completar tus estudios, no fue para ser un santo. Te conocemos bien, Ronnie. !Volviste para fastidiar!… Hace solo un mes estas aqui y ya trabajas en la empresa de Davidson, el piensa que tu y Valery se llevan bien, y no sabe nada de su pasada relacion... Seguro por eso te acepto... Pero piensalo bien. ?Crees que alguien como el te querria ahi? --inquirio Gemma juntando mucho las cejas. --Me quieren ahi, hasta Bering me acepta porque soy el mejor --se mofo y sonrio de lado--. Y no se vuelvan a meter en mis asuntos. Peterson no tiene nada que ver conmigo... Se levanto del asiento y se fue de alli dejandolos solos e incomodos con esa situacion. Michael miro apenado a Gemma y ella bajo la vista tratando de descifrar por que su hermano actuaba asi tan impulsivamente. Ambos eran abogados, ganaban buen dinero y tenian una casa cerca del rio Tamesis. Ella habria querido que Ron parara en su casa unos dias, pero el simplemente habia conseguido un departamento en un edificio cercano a la oficina y entonces alli se quedo. Se podia connotar que su hermano habia hecho mucho dinero trabajando fuera con otras empresas de publicidades y sobre todo con sistemas de computacion. Era un experto con los ordenadores, excelente disenador. Para eso lo querian, retoques fotograficos de las revistas locales y tapas animadas de libros, o ilustraciones internas de los mismos. El trabajo requeria mucha demanda y al parecer en la empresa de Davidson no tenian a un experto como Ron. Por eso se lo respetaba tanto o hasta a veces mas que los grandes socios, como se los denominaba a Roger y Maxwell muchas veces. Ronnie paso por un local de comida rapida para poder almorzar y subio rapido hasta su piso en el edificio de la empresa. Su piso era el septimo, pero en el segundo se freno el elevador y paso Valery con el menton bien alto. Estaban solos. El apenas la vio entrar se fue para atras y se apoyo contra la pared del ascensor. Valery le dio la espalda y presiono uno de los botones el cual resulto ser un piso menos del que iba el, y mientras las puertas del elevador se cerraban, ella volteo su cabeza y observo como el disenador le miraba el trasero sin disimulo y con una sonrisa traviesa. --?No te cansas de mirar mi culo, Carpenter? --pregunto ella volviendo a mirar hacia el frente. Suspiro. --Se me ocurren cada dia mejores ideas para joderte la existencia. Algo mas sucio diria yo... --contesto. El se inclino un poco poniendose mas en evidencia y la miro hipnoticamente, pensando seriamente algunas cosas. Valery volvio a observar ese gesto desesperante y bufo--. Estaba midiendote, ya sabes como somos los disenadores... Donde ponemos el ojo, ponemos la bala. --Eres un asqueroso y patetico psicopata, pervertido sexual --pronuncio ella irritada. Las puertas se abrieron y salio inmediatamente--, y te odio. Se retiro sin mirarlo, asegurando aquello y Ron sonrio en senal de triunfo. 2 Depravacion Scarlett se sento sobre el escritorio de Ron coquetamente mientras lo esperaba y se llevo la punta de una pluma a los dientes. El disenador entro suspirando luego del episodio con Valery en el elevador. La morena alzo las cejas observando la entrepierna de Ron, bastante pronunciada. --!Oh, Dios mio! No sabia que tuviera tanto poder --ironizo la morena, saltando del escritorio. Su falda corta hizo mas efecto en Ron, aunque realmente estaba en esa circunstancia por la castana a la que habia estado midiendo para sus fines sucios. La chica lo observo voltearse y trabar la puerta perversamente. Scarlett y Ron no eran demasiado amigos ni tampoco enemigos, pero simplemente tenian una quimica especial como companeros de cama. Ella algunas veces se sorprendia de la misma forma en que ahora lo hacia, ya que Ron venia sobre excitado por alguna situacion que nunca revelaba, pero seguia haciendole favores incondicionalmente, ya que el tambien la provocaba a ella. El se acerco. Sin necesidad de que pronunciara palabra, Scarlett lo empujo contra su propio sillon de cuero, haciendolo sentar, se agacho desabrochandole el pantalon y bajandoselo al igual que su boxer. La excitacion del moreno era tal que logro encenderla a ella, hundio su boca alli provocandole un gemido incontrolable y la necesidad de sostenerle la cabeza para que no se retirara de alli fue tal que bruscamente la agarro del cabello y abrio mas las piernas empujandola hacia el. Scarlett se movio repetidas veces devorando su miembro con su boca, generando un sudor en la frente de el. Lo manipulo por varios minutos, cada vez mas frenetica, mas rapidamente, su cabeza hacia arriba y abajo, una y otra vez. El la solto y la dejo actuar sola hacia el final, mientras sus manos se sostenian fuertemente de las manijas de la silla y sentia los labios de la morena envolverlo en su boca manteniendo el calor alli, justo al momento en que su cadera se mecia lentamente tratando de apagar aquel fuego que lo estaba quemando. La chica hizo un ultimo movimiento con su cabeza y se trago el liquido luego de sentir como el llegaba plenamente al orgasmo y explotaba en su garganta. --Ahh, mierda...

  • Si los gatos desaparecieran del mundo de Genki Kawamura

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    Un joven cartero regresa a su casa despues de que el medico le diagnosticara un tumor cerebral en fase avanzada. Alli se encuentra a su gato Col y a un extrano personaje, identico a el excepto en su actitud y en su vistosa indumentaria. Dice ser el diablo y le anuncia su muerte inminente. Pero le ofrece un trato: por cada objeto animado o inanimado que acepte que desaparezca del mundo, ganara un dia de vida. Empieza por los telefonos, sigue el cine, luego los relojes… Pero cada uno le evoca aspectos de su vida, la relacion con su exnovia, con su padre cuya relacion termino mal… Cuando le llega el turno a los gatos, encuentra una carta que su madre le dejo escrita antes de morir pidiendole que se reconciliase con su padre. ?Y que pasara cuando desaparezcan los gatos? Genki Kawamura nos deleita en ” Si los gatos desaparecieran del mundo ” con una novela agil, evocadora, emotiva, fantastica…, divertida en la interrelacion entre el gris e introvertido cartero, el peculiar diablo y el gato Col. Una novela que pone en valor nuestra existencia cotidiana y lo que nos rodea, al mismo tiempo que critica a una desnortada sociedad en la que prima el individualismo y lo superfluo sobre lo esencial de la vida.

  • Cailean, el falso highlander de Lisbeth Cavey

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    La manana que Agnes llego al castillo era desapacible y fria. El cielo ennegrecido amenazaba tormenta y la humedad calaba los huesos. El raido vestido y la fina capa que la cubria no eran suficientes para aliviar su temblor. Estaba nerviosa, era la primera vez que se separaba de su familia. Ellos habian decidido que ya tenia suficiente edad para mantenerse a si misma y le habian buscado el trabajo en el castillo de Kisimul. Habia oido historias, leyendas. Decia su madre: no hay que creer todo lo que te cuentan. Y la verdad era que, a Agnes, no le entusiasmaba la idea de trabajar en el lugar protagonista de todos aquellos chismes. Al castillo solo se podia acceder en una embarcacion, y ella habia llegado a acompanada de su padre en un pequeno bote perteneciente a un granuja de la isla que les habia cobrado una barbaridad por acercarlos a su destino. Durante el trayecto, Agnes habia observado con detenimiento el gran pedrusco que, cubierto de niebla, se divisaba cada vez mas cercano. El castillo se le antojaba tenebroso, ella sentia miedo y asi se lo hizo saber a su progenitor, pero todo intento de volver atras fue en vano. Nosotros ya hemos hecho bastante, le dijo, ahora tienes que arreglartelas por ti misma. Agnes y su padre caminaron el corto recorrido desde el embarcadero al castillo de Kisimul intentando protegerse de las rachas de viento helado que parecian querer echarlos del islote. Cuando estuvieron delante de la puerta del castillo, su padre llamo con la aldaba. Pasaron unos interminables segundos hasta que alguien abrio la gran puerta, segundos en los que Agnes penso que todavia habria una esperanza para ella, sin embargo, aquella pequena llamita se desvanecio y un hombre de unos sesenta anos, calvo y con cejas pobladas, les abrio la puerta. --Soy Angus Steward, y esta es mi hija Agnes, es la nueva sirvienta --anuncio Angus con decision. El hombre miro a Agnes de arriba abajo y les franqueo el paso mientras sujetaba un candil encendido, pues el dia era tan oscuro que parecia que ya habia entrado la noche. Agnes y Angus siguieron al hombre hasta la cocina, alli les esperaba la senora Fia MacNeil, la hermana del laird. --!A buenas horas! --exclamo la mujer. --Ha sido dificil encontrar alguien que nos trajera hasta aqui, senora. Nos han dicho en la isla que habra tormenta --dijo Angus. --Pretextos y mas pretextos, de acuerdo, usted ya se puede marchar. Nina, acompaname, te ensenare tus aposentos. Agnes quiso despedirse de su padre, pero Fia insistio en que se fuera sin perder tiempo del castillo. Angus le prometio a Agnes que estaria bien, pero en sus ojos era dificil ocultar la tristeza, ella lo conocia lo suficiente como para saber quien era su progenitor. Cuando Angus se hubo marchado, Fia le enseno a Agnes las estancias en las que podian entrar los sirvientes; las habitaciones, una letrina y la cocina. En horas de servicio se podian mover por el resto del castillo, siempre con causa justificada. Segun la senora, el laird era muy celoso de su intimidad. Recorrieron el castillo mientras Fia le daba instrucciones para que ella pudiera desarrollar su trabajo con eficiencia, tambien le dio una clara indicacion, mas bien fue una advertencia. Nunca, jamas podia entrar en los aposentos del laird. El dia fue largo y triste para la joven Agnes, pues su casa era humilde y acogedora, en cambio, el castillo era grande, lugubre y frio, muy frio. Trabajo en el huerto, en la cocina y por la noche ayudo a servir la cena. Fue ahi cuando tuvo que poner a prueba su eficiencia y no fue demasiado bien, el laird y su familia se le antojaban altivos y despotas. Agnes sirvio el vino a los comensales, tarea complicada, cuando en su casa cada uno tenia por costumbre servirse lo suyo sin molestar a los demas. Fue rodeando la mesa y echando el vino a cada uno de los miembros de la familia, hasta que se situo al lado de Cailean, el hijo menor del laird. Agnes, con inseguridad, intento en vano echar el vino sin derramar una gota, pero el halo electrico de Cailean, del que todos hablaban en la isla y no precisamente bien, hizo que su cuerpo comenzara a temblar como por arte de magia. El vino reboso del vaso y la mesa quedo encharcada. --Disculpe, senor, enseguida lo limpio --dijo Agnes con una voz a duras penas audible. Fia carraspeo y Agnes dirigio su mirada hacia ella, sus ojos le devolvieron furia. --!Chiquilla inutil! --espeto. Agnes comenzo a pasar un pano por la mesa para arreglar el desaguisado. De pronto, una mano firme la agarro por la muneca. Era Cailean MacNeil, la miraba con una mezcla de enfado y burla. Jamas habia visto a aquel hombre de cerca, solo una vez, un par de anos antes. Lo habia visto cabalgar su caballo en las inmediaciones de su casa, ella habia salido a buscar flores para su madre, llevaba a su hermano pequeno de la mano y un caballo negro se les acerco a la carrera. Encima de el, un jinete de mirada fria y cabello negro al viento. A Agnes le llamo la atencion su tez tan morena e impropia de aquellas tierras. Agnes y su hermano se abrazaron, pues temian ser arrollados, pero pronto se disipo su temor, pues el, Cailean, le dio una orden al caballo para que redujera su marcha y paso junto a ellos muy despacio. Entonces el la miro y sintio el mismo escalofrio que habia sentido momentos antes, solo que ahora, estaba tan cerca... Habia fantaseado muchas veces con que Cailean MacNeil la subiera en su caballo y cabalgara con ella sintiendo su cuerpo, su aliento. Pero todo aquello quedo atras, eran meras fantasias de una jovencita que habia oido tantas y tantas leyendas acerca de aquel hombre que, de alguna forma, lo habia idealizado. En realidad, todas las chicas de Barra bebian los vientos por el, pero este era tan efimero, tan fantasmal, que a veces se les antojaba un personaje imaginario. --Dejalo ya, mujer --dijo Cailean con suficiencia. --Disculpe, ya me retiro. --Agnes se marcho de la estancia apresuradamente ante la mirada furibunda de Fia. Una vez en la cocina rompio a llorar, se sentia inutil, temerosa, desubicada, era tan grande su tristeza que creyo que iba a morir de la congoja. --?Que te pasa, Agnes? --pregunto una voz conocida para ella. --Gavin, ?que haces aqui?, hacia tiempo que no te veia por la isla y me dijo tu madre que estabas trabajando. --Si, llevo unas lunas en este lugar, no esta mal, ?y tu?, llegaste hoy, ?verdad?, todos hablan de la chica de ojos grises que no aguantara nada en el castillo, no tienen ni idea de quien es Agnes Steward --rio. --Puede que tengan razon, son tan, diferentes. Confieso que me dan miedo --dijo Agnes con pesar. --Miedo no es la palabra, son los senores de estas tierras, es normal que no sean como nosotros. Mantienen las distancias, ellos no nos molestan, nosotros tampoco a ellos, nos limitamos a hacer nuestro trabajo sin dar que hablar. Eso si, no les gustan los errores --argumento Gavin encogiendose de hombros. --Pues yo acabo de arruinar su cena, entonces --anuncio Agnes llevandose ambas manos a la cara. --Bueno, es el primer dia, a todos nos ha pasado, aqui no se esta mal, de verdad. --Me cuesta creerlo --susurro Agnes. --Ven, te ensenare una cosa --dijo Gavin mientras agarraba la mano de Agnes y la llevaba practicamente a rastras hasta la torre. --?Que haces?, nos van a pillar y nos mandaran a la isla de una patada --apunto Agnes preocupada. --Tu tranquila, estas conmigo. --El chico sonrio a su amiga de la infancia y la hizo subir todas las escaleras de ascenso al lugar que mas le gustaba del castillo. Cuando llegaron arriba, Gavin volvio a tirar de ella hasta llevarla a las almenas. --Mira, ?no es hermoso? --pregunto el. Desde alli arriba, el punto mas alto de Castlebay, Agnes admiro las maravillosas vistas crepusculares y vio su casa en la isla, por un momento se entristecio de nuevo y tuvo que secarse una lagrima que bajo por su mejilla. El dia seguia siendo desapacible y hacia frio, ya casi no habia claridad y la tormenta habia amainado. A aquellas horas, su familia estaria haciendo la cena y, junto a la lumbre, estarian sus hermanos jugando. Aquello le parecia tan lejano y era tan triste su nueva vida que solo pudo decirle a Gavin: --Volvamos a la cocina. [?][?][?] Cailean se preparo para decirle a su padre lo que hacia mucho tiempo rondaba por su cabeza: que la isla se le quedaba pequena y el mundo le parecia muy grande para no poder formar parte de el. A sus veinticinco anos sonaba con una vida en otro lugar, con recorrer otras tierras, conocer otras gentes diferentes y que no construyeran chismes y leyendas sobre su persona. El sabia que no era igual que los otros hombres de su generacion, que ser un MacNeil era un orgullo para ellos y comulgaban con unas costumbres y tenian unos valores muy diferentes. Cailean era especial, eso siempre se lo habia dicho su madre, aquella mujer que, por amor, paso sus ultimos dias en un lugar al que no pertenecia. Myra, su madre, habia nacido en Inverness, pero sus padres eran espanoles que habian sido capturados y posteriormente vendidos como esclavos. La madre de Cailean no era la esposa del laird, solo una sirvienta, pero le dio algo que nadie mas le habia dado, la pasion por la lectura. Por ello, tal como hizo ella cuando estaba embarazada de el, Cailean se habia leido todos y cada uno de los libros que descansaban en la polvorienta biblioteca que habia conocido tiempos mejores.

  • Perdido en la tormenta (Esencia Irlandesa 2) de Yolanda Revuelta

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    Brianna oteo hacia el mar, como le gustaba hacer cada amanecer desde que habia vuelto a Ballycotton. El viento frio del norte hacia fluctuar el agua formando grandes ondulaciones que embestian con fuerza contra el acantilado y como habian hecho a lo largo de los siglos. El batir constante de las olas aranaba con impetu las gigantescas paredes de roca que se encumbraban hasta querer conquistar tierra firme, y ella, alli de pie, era una mera espectadora de esa fuerza devastadora y del hipnotizador rugido sibilante. Adoraba ese ritual matutino y era quiza lo que mas habia echado de menos durante su estancia en Dublin en la epoca que habia estado estudiando en la universidad. Decenas de gaviotas volaban en circulo por el cielo y con sus extensas alas desplegadas planeaban con elegancia a favor de la corriente de aire. Eran totalmente ajenas a lo que sucedia a su alrededor; no asi a su presencia, ya que sus graznidos se podian escuchar claramente desde tierra cuando se acercaban a ella. Brianna se llevo la mano a la frente y la dispuso a modo de visera, para evitar que los rayos del sol la cegasen. Le gusto ver como las aves surcaban las nubes esponjosas tenidas de un rojo intenso, el mismo que vestia el amanecer. Adoraba la casa que le habian dejado sus abuelos en herencia. Quizas y solo por eso, habia decidido restaurarla y emprender un nuevo futuro junto a sus amigas, Caitlin y Meg. Craig House se alzaba a su espalda como una mole mas de piedra que parecia integrarse perfectamente con el verde intenso del paisaje. Tras varios meses de restauracion, la casa resplandecia con orgullo a pesar de sus doscientos anos como unico testigo de los devastadores acantilados. El soplo de aire helado perforo su abrigo y ella no pudo mas que estremecerse; bajo la mano y se abrazo a si misma con la unica intencion de protegerse de las frias rafagas que la atravesaban de forma incesante. Su larga cabellera era como llamaradas de fuego que ondeaba cual bandera a favor del viento y, por primera vez en mucho tiempo, percibio la sensacion de libertad que tanto habia anhelado en esos ultimos meses. No pudo evitar fijarse en el barco de color rojo que rompia contra las olas y que parecia avanzar sin esfuerzo alguno a traves de las corrientes marinas; parecia una pequena e insignificante mancha rojiza en comparacion al elemento que lo rodeaba. No tuvo que preguntarse quien lo tripulaba, puesto que pudo leer en su casco las inmensas letras que daban nombre a la embarcacion: Green Star. El nombre de Garrett sacudio su mente con fuerza, pero esta vez pudo controlar la sensacion de abandono que la habia acompanado a lo largo de los ultimos meses. Lo amaba, pero eso ya formaba parte del pasado. El le habia dejado muy claro con anterioridad que no podria haber nada entre ellos, y ella, a su pesar, habia llegado a respetar su decision. Era un hombre que no deseaba complicaciones en su vida y asi se lo habia hecho saber hacia muchos anos, antes de partir a Dublin. No habian cruzado mas de dos o tres frases desde su regreso; con eso le dejaba claro que su decision al respecto seguia firme. <>, se dijo a si misma parafraseando a su abuela, <>. Dudaba que asi fuera. Llego a la conclusion de que se aprendia a vivir con el rechazo y el dolor, pero que la sensacion de olvido nunca parecia terminar de cicatrizar. La embarcacion avanzo despacio, como si no tuviera destino alguno por alcanzar. Trato de asimilar ese pensamiento y llego a la conclusion que con esa reflexion tambien habia descrito a Garrett. No tenia sentido seguir alli de pie, lamentandose de si misma. Tenia cosas por hacer, Meg llegaria en breve para organizar la cocina y los posibles menus que se servirian en un futuro muy cercano a los clientes. Con ese pensamiento se giro despacio y dio la espalda al mar, se dirigio con pasos lentos hacia la casa y asumio que la tristeza no tenia cabida ese dia en su corazon. *** Garrett percibio las sacudidas de las olas en el casco de la embarcacion; ese balanceo ya formaba parte de su existencia y tenia muy claro que no podria vivir sin el. Preferia la soledad del mar al bullicio y a las personas en tierra. Exhalo un suspiro de derrota al ver la figura femenina en lo alto del acantilado. No tenia duda de quien se trataba ya que habria podido describir sus rasgos con los ojos cerrados. El viento bailaba caprichosamente con su cabello, como si tratase de apagar el fuego que habitaba en ellos; alli de pie, parecia una figura alada bajada del mismo cielo. La vio subir la mano hasta la frente y observar a las ruidosas gaviotas que eran presencia indiscutible cada vez que divisaban un barco en alta mar, puesto que la seguridad de alimento las hacia ser escoltas de cada una de las embarcaciones que encontraban a su paso. No necesitaba tener a Brianna en su pensamiento. Muchas eran las noches que pasaba en vela por su causa, pero no habia marcha atras. No era un hombre hecho para el matrimonio; le gustaba vivir en libertad, sin tener que dar explicaciones a nadie, ser dueno de si mismo. Al menos, durante unos anos, se habia convencido de ello, pero estos ultimos meses la duda sembraba toda logica y eso le creaba un humor de perros. La vio girarse y encaminarse hacia la casa; parecia inmersa en sus pensamientos y deseo ser el quien borrase esa tristeza de sus ojos, pero parecia que ya era tarde para todo. <>, se dijo. Brianna aun era muy joven y tenia toda la vida por delante; el pronto cumpliria los cuarenta y parte de su juventud se habia evaporado. Solo el hecho de ser patron de un barco daba cierto significado a su existencia. Puso el cebo en las nasas y, a continuacion, las echo al agua. Con un poco de suerte encontraria suficientes cangrejos para que el dia no fuese del todo desaprovechado. --!Jefe! --vocifero uno de los marineros, que trabajaban para el, desde proa. --Dime, Patrick. Patrick y Sean, el otro marinero, senalaron con el indice hacia la bandada de gaviotas que volaban en circulo sobre las aguas profundas. --!Atunes! --gritaron al unisono. Garrett recogio con premura las nasas y las dejo caer precipitadamente a sus pies, mas tarde recogeria el cebo. Despues de todo, no iba a ser tan mal dia. El banco de atunes habia llegado con varias semanas de antelacion y eso se traducia en dos cosas: mas ventas y mas dinero. --Coged las canas y echadlas al agua --ordeno Garrett desde babor, mientras se acercaba con determinacion a proa--. !Vamos, aprisa! Ambos marineros asintieron y obedecieron en el acto. Sin poder evitarlo, oteo de nuevo los acantilados en busca de Brianna, pero ella ya habia desaparecido, dejando un vacio insondable en su interior que no supo interpretar. *** --?Estas segura? --pregunto Meg, mientras abria una enorme caja sobre la encimera de la cocina. Brianna no estaba segura de nada, pero a lo largo de los ultimos meses habia tomado tantas decisiones que, en vez de una complicacion, se habia convertido en un ritual. --Creo que sera lo mejor --comenzo a decir--, si abrimos la ultima semana de mayo, podremos empezar a reservar habitaciones y quiza para mediados de junio la casa ya este en pleno rendimiento. Meg desembalo el robot de cocina que habia pedido a Dublin esa semana. Al quitarle el papel transparente que lo envolvia, no la defraudo en absoluto. Si algo habia aprendido en la escuela de gastronomia esos ultimos meses, era que la tecnologia no debia estar renida con la cocina tradicional. --Es perfecto, ?no crees? --le dijo Meg con una amplia sonrisa en el rostro e ignorando el comentario de Brianna hecho con anterioridad. Brianna no quiso desilusionarla y asintio, pero no muy convencida. No tenia muy claro cual seria la funcionalidad de ese armatoste. Mientras Meg seguia con su chachara, Brianna la observo con detenimiento. Ya no era la muchacha timida y asustadiza que habia ido a Cork a realizar un curso de alta cocina. Meg habia vuelto convertida en toda una mujer, por su forma de hablar y de interactuar, pudo llegar a la conclusion de que estaba ante alguien que sabia lo que queria. Si con anterioridad tuvo algunas dudas de que una mujer tan joven como Meg se pudiera ocupar de la cocina de la casa, en ese instante se disiparon todas. Sus ojos azules estaban muy abiertos, quizas el hecho de tener entre sus manos el robot de cocina era suficiente para iluminar su mirada; su media melena era rubia como el trigo de los campos en verano, en ese momento, una diadema lo despejaba de su rostro y aun asi se movia con soltura sobre sus hombros. Era delgada, de estatura media, pero lo que Brianna no pudo evitar, fue compararla con su hermano mayor: Garrett. Una y otra vez, ese nombre resonaba en su cerebro como una cancion pegadiza y desesperada. --Tierra llamando al planeta Brianna.

  • El hombre sin memoria de Rem Aurismaki

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    Pietro sufre de una particular forma de amnesia y no recuerda nada de Antro, el pueblo donde crecio. Algo tiene que haber pasado cuando era nino. Ahora, con su mujer Bernardina, vive en Occiduo. Un dia, una terrible aluvion destruye Antro, y con el, las ultimas posibilidades de Pietro de acordarse su pasado. Hasta que un sueno lo guia en medio de los escombros y el encuentra un ultimo sobreviviente, Antoni. Pietro cree conocerlo y se lo lleva a casa convencido que este pueda devolverle sus recuerdos.

  • Ilusiones prestadas de Clara R. Sierra

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    Estoy empezando a pensar que los libros tienen vida propia y eligen cuando quieren ser publicados. A pesar de tener varios proyectos empezados, un dia me desperte con la idea fija de que era el momento de publicar una recopilacion de todas las colaboraciones que hice y aqui estan. Han sido seis anos en los que escribia para otros. Mis ideas, ilusiones, eran prestadas para Fan Pages, grupos de Facebook, antologias beneficas o no y programas de radio. Creo que para todos los que empezamos en este mundillo es un verdadero honor ver nuestro texto publicado y mas si es para una buena accion. Puede sonar un topico, pero es cierto, recibes mucho mas de lo que das. Cada texto que creas es un aprendizaje que no te ensena ningun curso de escritura y he participado en varios. La razon es que uno de los mejores ejercicios para aprender a escribir, es hacerlo y cada vez que tienes el reto de plasmar un relato de la nada: de eso trata. Recuerdo la primera vez que escribi un relato para ser publicado en la antologia benefica La vida es bella. Pensaba, ?como me dejan publicar con ellas? La mayoria eran ya escritoras con varias novelas a sus espaldas y a partir de ahi salieron muchas otras. Cuando comentaban en el grupo el proceso de subir el libro en la plataforma Amazon, juro que lo veia como cuando el hombre pisaba la luna. Lo vivi como si fuese irreal. A mi no me podia pasar eso... y me paso. Cuando por fin vi mis letras en papel fue como; lo he conseguido. Debo decir que soy muy critica conmigo misma y me senti orgullosa de mi trabajo. Ya se que es mejorable, de eso se trata de progresar, pero senti que tenia calidad suficiente como para si lo viese en una libreria pudiese tener un nivel bueno. Tambien parecia que al escuchar que me leian en la radio, no era mi texto o me diese tanta verguenza... No se, cada vez que escribes no puedes evitar mostrar alguna parte intima de ti que quiza no mostrarias de otra forma. Esa es la magia de la literatura. Fue maravilloso documentarme para los relatos. En La victoria del corazon fue como visitar el norte de Francia en plena primera guerra mundial y en Inseparables a Roma y mirar por sus calles. Es uno de los regalos que tuve, aprendi a localizar lugares donde luego poder crear novelas. Tambien los personajes se quedan un poco en ti y los sientes un poco como amigos imaginarios. No pienses mal. Son <> porque pasas mucho tiempo pensando en ellos y darles vida, <> porque son producto de tu mente. Alguno se merece un poco mas de mi... No descarto la idea de que varios de estos relatos se conviertan un dia en novelas, ya que creo que pueden aportar bastante si se escarba un poco mas en ellos y en sus historias. Conforme pasaba el tiempo me costaba mas recortar el texto, los personajes pedian mas presencia y eso es genial cuando no quieres parar de darle al teclado. Sin duda, ha sido una experiencia unica. Cada vez que me invitaban a colaborar paraba el blog y todo para disfrutar escribiendo. Hubiese querido incluso participar en mas, pero a veces no daba abasto. Tambien hay algun relato que no puedo publicar aqui porque cedi los derechos, pero os invito a que tambien les echeis un vistazo. Se llama Pisadas que dejan huellas y es a favor de x. Tambien hay otra colaboracion que no he publicado porque aun no salio a la luz. De corazon puedo decir que si alguna de estas letras sirvio para que una asociacion tuviese beneficios, me doy por satisfecha. Me consta que en alguna si, asi que meta conseguida. Ahora toca que estos diecinueve textos se unan para formar mi propio libro. He tenido la suerte de que he escrito desde erotica (suave), romantica, algo de misterio...etc. Aqui teneis una miscelanea bastante interesante que espero que disfrutes, tanto como yo al escribirla. Todo ese esfuerzo unido para que puedas leer algunas pinceladas de mis letras. El ascensor La amaba en el secreto del silencio, solo se permitia acariciar su cuerpo con torpes miradas y olia su esencia cuando sus cuerpos se aproximaban para hablar en el trabajo. Cada dia se acicalaba para ella, para la que parecia que no existia. El fin de semana era una tortura para el, pensando en que haria… Y se tenia que obligar a liberar su mente con fiestas, deporte y otras mujeres que no significaban nada para el. Hasta que un dia ordinario, de un mes cualquiera, subieron juntos en el ascensor hacia la oficina. Un clack paro en seco la cabina. Quedando atrapados. El penso que era el paraiso y la miro. Estaba poniendose blanca e hiperventilaba. Le pregunto si estaba bien, una pregunta estupida. Sabia todo lo que en la oficina se hablaba de ella y padecia claustrofobia. Se acerco a ella, en un gesto amable le dijo que no tuviese miedo y le desabrocho los primeros botones de la camisa. Le regalo una timida sonrisa. Entonces bajo la cremallera de su falda y no tuvo que hacer mas. Su boca busco la suya y el no pudo menos que corresponder su beso. Durante un segundo la miro, pensando si aquello era real o una de las fantasias con las que cada noche se dormia. Sus ojos destilaban deseo, fuese lo que fuese llegaria hasta el final. Suspiro, alzandola en brazos sin dejar de besarla. Ella rodeo con sus piernas su cuerpo, mientras el no dejaba de devorarla primero la boca, bajo por el cuello, descubrio su pecho y lo gozo. Ella jadeante bajo sus pantalones y lo acaricio. El se tuvo que contener para no explotar de pasion. Desgarro su ropa interior. Y empezo el vaiven que busca el placer de la carne. Ella le susurraba al oido todo lo que habia anhelado y le revolvia el pelo. Juntos llegaron donde explotaron sus sentidos. Se besaron despacio y dulcemente para despedir los cuerpos. Oyeron voces desde fuera. Apenas habian pasado unos minutos que cambiaron sus vidas. Ella le descubrio y el la conquisto para siempre. Gracias a la invitacion de Eva Siempre Sola publique este relato en la Fan Page de Facebook: Relatos llenos de amor, siendo el post elegido como publicacion destacada llegando a obtener mas de 500 likes, en el ano 2014. El dia menos esperado Ana no era igual que el resto de las mujeres. Vivia entregada a su trabajo y aunque rondaba los 40 no le atraian los convencionalismos. No estaba dentro de sus planes la idea de casarse, ni formar su propia familia. Se le volaban los dias delante del portatil. Tan solo le acompanaban los recuerdos de un ayer, ya muy lejano en el tiempo, cuando de adolescente se enamoro por primera y unica vez. Si una de sus amigas le rompia su rutina y la invitaba a cenar. Se imaginaba como seria su vida en pareja con el. Cuando un nino se acercaba jugando a ella. Miraba con curiosidad su cara, elucubrando como seria un hijo con el. En casa los dias que recibia el frustrante sermon de que sus padres eran mayores y querian verla casada antes de morir. Solo pensaba en como se llevarian con el. Era todo su mundo y su mundo nada era, mas que ilusiones vanas. Antes de dormir recordaba el brillo de sus ojos al mirarla, los reflejos cobrizos de su pelo al sol, de sus manos suaves cuando se entrelazaban con las suyas y esos besos que le hacian perder la nocion del tiempo. Hasta que el dia menos esperado al regresar de su trabajo, vio a lo lejos un extrano que no dejaba de mirarla. Al principio no le hizo caso, pero luego pudo mas la curiosidad y al llegar a su encuentro… Alli estaba el que ocupaba todos sus suenos, dormida y despierta. La miraba dulce y timidamente, esbozando una sonrisa. Se paro en seco pensando que era una ensonacion. Lo miro absorta. El brillo de sus ojos se habia apagado, los reflejos cobrizos de su pelo se volvieron canos y ralos, las manos se hallaban endurecidas por los anos y su boca ya no le parecio apetecible.

  • Alli (There) de Leonardo Patrignani

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    La nueva novela del autor de la trilogia <>.

  • Una Chica Sin Igual 2 de Noa Pascual

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    Noa Brown cree haber encontrado el amor. ?Lo cree o quiere creerlo? Ahora tiene que sacar a luz su verdadera personalidad y es posible que ni ella se reconozca. Sus nuevas amistades desean ver ese cambio en Noa, incluso sin saberlo se convierten en la fuerza vital de ella. Cuando todo parece ir bien, un accidente cambiara el rumbo de sus vidas. Nota: Solo el destino tiene el poder de darnos la felicidad o quitarnos la vida. Por ello tendremos que llegar hasta el final para saber que sera de Noa Brown y su pequena gran familia.

  • Vengo de urgencias de Fernando Fabiani

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    El autor de Vengo sin cita Fernando Fabiani regresa con un nuevo compendio de anecdotas desternillantes vividas durante el servicio de urgencias.

  • Juegos de una Dominatriz de Lady H. Wilde

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    Soy una mujer real, normal y corriente, con sus cualidades y sus defectos.

  • La acabadora de Michela Murgia

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    Fillus de anima. Asi es como llaman a los ninos engendrados dos veces, por la pobreza de una mujer y por la esterilidad de otra. De este segundo parto era hija Maria Listru, fruto tardio del alma de Bonaria Urrai. Cuando la anciana se detuvo bajo el limonero a hablar con la madre de Maria, Anna Teresa Listru, la nina tenia seis anos y era el error despues de tres aciertos. Sus hermanas eran ya unas senoritas, asi que ella jugaba sola en el suelo a hacer un pastel de barro amasandolo con hormigas y poniendo el esmero de una mujercita. Las hormigas movian sus rojizas patas entre la masa mientras iban muriendo lentamente bajo las decoraciones de flores silvestres y el azucar de arena. Al cruento sol de julio, el pastel le crecia en las manos, hermoso como a veces lo son las cosas malas. Cuando la nina levanto la cabeza del barro, vio a su lado a la tia Bonaria Urrai a contraluz, sonriendo con las manos apoyadas en su vientre seco, satisfecha por algo que Anna Teresa Listru acababa de darle. Que era exactamente, Maria no lo comprendio hasta pasado un tiempo. Se marcho con la tia Bonaria ese mismo dia, con el pastel de barro en una mano y en la otra un cesto lleno de huevos frescos y perejil, miserable viatico de agradecimiento. Aunque sonreia, la nina intuia que en alguna parte habria un motivo para llorar, pero no consiguio que le viniera a la mente. Tampoco pudo conservar el recuerdo del rostro de su madre mientras se alejaba, como si la hubiera olvidado hacia ya tiempo, en el momento misterioso en que las hijas deciden por si solas con que es mejor amasar el barro de los pasteles. En cambio, durante anos recordo el cielo ardiente y los pies de la tia Bonaria calzados con sandalias, uno asomando por el borde de la falda negra y el otro oculto debajo, en una alternancia muda cuyo ritmo las piernas seguian con dificultad. La tia Bonaria le proporciono una cama solo para ella en un dormitorio lleno de santos, todos malos. Alli, Maria comprendio que el paraiso no era un sitio para ninos. Dos noches paso en silencio, escudrinando con ojos bien abiertos la oscuridad para sorprender lagrimas de sangre o destellos en las aureolas. La tercera noche se dejo vencer por el miedo al Sagrado Corazon, que apuntaba hacia su pecho chorreante con un dedo que el peso de tres rosarios hacia visiblemente amenazador. No aguanto mas y grito. Menos de un minuto despues, la tia Bonaria abrio la puerta y encontro a la nina de pie junto a la pared, abrazando la almohada de basta lana escogida como peluche defensor. Luego miro la imagen sangrante, que le parecio mas proxima a la cama que nunca. Cogio el Sagrado Corazon y se lo llevo sin decir palabra; al dia siguiente desaparecieron tambien del mueble la pila de agua bendita con el altorrelieve de santa Rita y el cordero mistico de escayola, de pelaje crespo como un perro vagabundo y feroz como un leon. Maria tardaria un poco en volver a rezar el avemaria, y lo haria en voz baja, para que la Virgen no la oyera y la tomara en serio en la hora de nuestra muerte, amen. No resultaba facil calcular los anos de la tia Bonaria por aquel entonces, pero eran anos detenidos desde hacia tiempo, como si hubiera envejecido de golpe por decision propia y luego se hubiera limitado a esperar pacientemente a que el tiempo la alcanzara con retraso. Maria, en cambio, habia llegado demasiado tarde incluso al vientre de su madre y de inmediato se habia acostumbrado a ser la ultima preocupacion de una familia que ya tenia demasiadas. Sin embargo, en casa de aquella mujer experimentaba la insolita sensacion de haberse vuelto importante. Cuando por la manana dejaba la puerta a su espalda y apretaba la enciclopedia entre las manos camino del colegio, tenia la certeza de que, si se volvia, la encontraria alli, mirandola, apoyada contra el quicio como si sujetara las bisagras. Maria no lo sabia, pero la anciana la observaba sobre todo de noche, en esas noches corrientes sin ningun pecado al que culpar de estar despierto. Entraba en el dormitorio a hurtadillas, se sentaba frente a la cama de la nina y la miraba en la oscuridad. Aquellas veladas, Maria, que creia ser la primera de todas las preocupaciones de Bonaria Urrai, dormia sin sentir aun el peso de ser la unica. En Soreni comprendian sobradamente las razones de Anna Teresa Listru para haberle dado su hija menor a la anciana. Desatendiendo los consejos de la familia, habia hecho un mal matrimonio y se habia pasado los quince anos siguientes quejandose de aquel hombre que solo sabia hacer bien una cosa. Con las vecinas, Anna Teresa Listru se complacia en lamentarse de que su marido no habia conseguido serle util ni en la muerte, pues ni siquiera habia tenido el detalle de morir durante la guerra a fin de dejarle una pension. Declarado no apto, Sisinnio Listru habia acabado sus dias tan estupidamente como los habia vivido, aplastado igual que un grano de uva en el lagar bajo el tractor de Boreddu Arresi, para quien trabajaba de vez en cuando como aparcero. Al quedar viuda con cuatro hijas, Anna Teresa Listru habia pasado de la pobreza a la miseria y aprendido a hacer el puchero, aseguraba, hasta con la sombra del campanario. Ahora que la tia Bonaria le habia pedido a Maria como hija, no acababa de creerse que pudiera echar todos los dias a la olla dos patatas de las tierras de los Urrai. Si el precio era la criatura, pues muy bien: a ella, criaturas aun le quedaban tres. En cambio, nadie entendia realmente por que, a su edad, la tia Bonaria Urrai se habia hecho cargo de la hija de otra. Los silencios se alargaban como sombras cuando la anciana y la nina pasaban por la calle juntas, suscitando comentarios a media voz entre la vecindad. Bainzu el estanquero se regodeaba con la idea de que un rico tambien necesitaba en la vejez dos manos que le limpiaran el culo. Pero Luciana Lodine, la hija mayor del fontanero, no veia la necesidad de buscar una heredera para que hiciera lo que podia hacer cualquier sirvienta bien pagada. A Ausonia Frau, que de culos sabia mas que una enfermera, le gustaba poner fin a la conversacion sentenciando que ni siquiera la zorra quiere morir sola, y llegados a ese punto nadie anadia nada. Por supuesto, si no hubiera sido rica, Bonaria Urrai habria acabado como todas las que se quedan sin hombre, que no es precisamente teniendo una fill'e anima. Viuda de un marido que no habia llegado a desposarla, en otras condiciones quiza habria sido prostituta, o monja, con los postigos siempre cerrados y vestida de negro hasta el ultimo aliento. El vestido de novia se lo habia robado la guerra, aunque en el pueblo se decia que no era verdad que Raffaele Zincu hubiera muerto en las riberas del Piave, donde se habian librado terribles combates: lo mas probable es que, con lo espabilado que era, hubiera encontrado hembra alli y se hubiera ahorrado el viaje de vuelta para dar explicaciones. Tal vez por eso Bonaria Urrai era vieja desde joven, y ninguna noche se le antojaba a Maria tan negra como su falda. Pero el pais estaba repleto de viudas de maridos vivos; eso lo sabian las mujeres que chismorreaban y tambien Bonaria. Por ese motivo, cuando iba por la manana a comprar el pan recien hecho, andaba con la cabeza alta sin pararse nunca a hablar y volvia directa a casa como la rima de una octava cantada. En la decision de adoptar una fill'e anima, lo mas dificil para Bonaria no habia sido ni mucho menos la curiosidad de la gente, sino la reaccion inicial de la nina. Despues de seis anos compartiendo el aire de un solo cuarto con sus tres hermanas, era evidente que el espacio que Maria consideraba propio no iba mas alla de lo que podia abarcar con un brazo. La llegada a la casa de Bonaria Urrai trastoco esa geografia interior; entre aquellas paredes, los espacios unicamente suyos eran tan amplios que la pequena tardo semanas en comprender que en las puertas de las numerosas habitaciones cerradas no apareceria nadie diciendo: <>. Bonaria Urrai jamas cometio el error de invitarla a que se sintiera en su hogar, ni dijo ninguna de esos topicos que suelen decirse para recordar a los invitados que no estan en su casa. Se limito a esperar a que los espacios que durante anos habian permanecido vacios tomaran gradualmente la forma de la nina, y cuando, al cabo de un mes, todas las puertas de las habitaciones habian sido abiertas para siempre, tuvo la sensacion de no haberse equivocado dejando que la casa se adaptara. Una vez que se sintio segura de la nueva confianza adquirida con aquellas paredes, Maria empezo a mostrar poco a poco mayor curiosidad por la mujer que la habia llevado a vivir con ella. --?De quien es hija usted, tia? --pregunto un dia, mientras comia menestra. --Mi padre se llamaba Taniei Urrai, era ese senor de ahi... Senalo la vieja fotografia amarillenta colgada sobre la chimenea, en la que Daniele Urrai, tieso con un chaleco de pana, aparentaba unos treinta anos. A la nina podia parecerle cualquier cosa excepto el padre de la anciana que tenia delante, incredulidad que Bonaria leyo en su cara sonrosada. --Ahi era joven, yo aun no habia nacido --preciso. --?Y no tuvo madre? --insistio Maria, que no estaba muy familiarizada con la idea de que se pudiera ser hija de un padre. --Claro que si, se llamaba Anna. Pero ella tambien murio hace muchos anos. --Como mi padre --anadio, seria, la pequena--. A veces lo hacen.

  • Isla de Plata de Christian Martins

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    Isla de Plata tiene unas calas magicas, un parque de atracciones flotando en la montana y muchos secretos.
    Sarah Owens viaja a la isla intentando encontrar su lugar en el mundo, pero en ella encontrara muchisimo mas; un gran amor y una historia secreta que cambiara su vida para siempre. Aunque ella aun no lo sabe, este sera el viaje de su vida.
    ?Te apetece dar un paseo por la isla?

  • Todo lo que no puedo decir de Emilie Pine

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    Cuando lo encontramos, hacia horas que estaba sobre un pequeno charco de sus propias heces. El Hospital General de Corfu es desconcertante. El vestibulo esta atestado de pacientes fumando y no hay ningun indicador de una ventanilla de informacion o de ingresos. Le envio un mensaje de texto preguntandole donde esta, pero no obtengo respuesta. De algun modo, como sabuesos, seguimos su rastro hasta la quinta planta. Esta postrado en la cama. Es casi de noche y dice que no ha visto a una enfermera ni a un medico desde mediodia. Dice que necesita una cuna. Mi hermana y yo hemos viajado mas de veinticuatro horas y no hemos dormido nada. <>, le digo. El dice que ya lo ha intentado, pero no ha pasado nada. <> Coge el timbre y presiona varias veces. Al rato aparece una enfermera con aire estresado, gritandole, gritandonos. Me siento culpable por no saber griego. Mediante gestos inutiles senalo al hombre de la cama, intento transmitir que necesita una cuna, que lo limpien y que le cambien las sabanas. Nada parece causar impresion. La enfermera anade algo mas, levanta las manos y se va. El nos mira con desesperacion. Le pido a mi hermana que se quede con el y salgo al pasillo. Solo veo a mas pacientes y sus familias. Me dirijo al mostrador de enfermeria, pero no hay nadie. Mientras me alejo, sin saber que hacer, una mujer habla conmigo. Como no le respondo, me pregunta en ingles si me encuentro bien y aprovecho y le pregunto si sabe donde estan las enfermeras. <>, me responde. Un hombre mayor apunta: <>. La frase se convertira para nosotras en un mantra durante el tiempo que permanecemos en Grecia tratando de devolver la vida a nuestro padre. Enseguida nos damos cuenta de la escasez de personal del hospital. No hay medicos a partir de las dos de la tarde, y desde las cinco solo queda una enfermera por pabellon. En este pasillo cuento seis habitaciones, cada una con un maximo de seis pacientes. La enfermera apenas alcanza a cubrir las necesidades medicas basicas de toda esa gente y no tiene tiempo para atender a incontinentes. Tambien descubrimos que a esta planta - oficialmente para pacientes de <> la llaman <>. La lugarena que habla ingles me dice que tengo que cuidar de mi padre. Me explica con delicadeza donde comprar panales y toallitas humedas y de papel para la incontinencia. Apenas lo asimilo, pero vuelvo a la habitacion individual que le han dado a mi padre por su estado critico y le expongo a mi hermana la situacion. Me mira incredula. Esta de pie junto al cabezal de la cama de papa, recolocandole las almohadas. Caigo en la cuenta de que apenas he hablado con mi padre, aunque he cruzado Europa para verle. <>, digo. Asiente con la cabeza. Se le ve muy pequeno en la cama, pequeno y perdido. Decido que no puede ser, que tiene que haber algun responsable en algun lugar del hospital. Vuelvo al pasillo y le pregunto a la amable mujer si me ayudaria a buscar a un medico. Habla rapidamente con su familia y luego echa a andar por el pasillo, conmigo detras. Subimos en ascensor a otra planta, pero alli no hay medicos. Regresamos al ascensor y volvemos a intentarlo. Lo hacemos una y otra vez, bajamos y bajamos, hasta que llegamos al sotano y recorremos pasillos. Al final encontramos la unidad de donacion de sangre con su medico responsable. Mi nueva amiga me acompana adentro y luego se despide. Al fondo de la sala hay un hombre tumbado en un sofa con la camisa arremangada y el brazo conectado a una intravenosa. Esta donando sangre y, por lo visto, el medico cree que yo tambien he ido a donar. Al ver mi sorpresa, me explica que en Grecia escasea la sangre y, por ley, los familiares de los pacientes deben donar. Pienso que mi hermana, cinco plantas mas arriba, estara preguntandose por mi paradero. Niego con la cabeza, pero no me salen las palabras. No consigo explicar en ningun idioma que las dos somos anemicas y no podemos donar sangre. Le cojo de la mano y le pido que vaya a ver a mi padre. Le digo que no entiendo nada, que mi padre esta solo en una habitacion y no hay medicos en ninguna parte. Le digo que solo necesitamos que alguien nos explique la situacion, aunque en realidad lo que quiero es que me digan lo que tengo que hacer. El subidon de adrenalina que me ha propulsado hasta aqui de pronto ha desaparecido y me siento vacia. Me quedo alli parada, pidiendole al medico que vaya a ver a mi padre. Muy a reganadientes le dice algo a la mujer del mostrador y abandona la unidad. Cogemos el ascensor para subir a la planta quinta, y volvemos a pasar junto a las compungidas visitas antes de entrar en la habitacion. <>, digo, con mas esperanza que certeza. El medico coge el informe de papa, lo revisa, asintiendo y luego dice: <>. Me parece mas sencillo estar de acuerdo, aunque confiaba en un examen mas exhaustivo. Durante las semanas siguientes esta sera la rutina que seguiremos: horas de espera, seguidas por una batalla por atraer la atencion oficial, solo para que se nos diga lo que ya sabemos. Tras anos ensenando obras de Beckett, al fin vivo en una. Una vez pronunciado el dictamen, el medico vuelve a asentir y se va. A su marcha, miro a mi padre pidiendo consejo, pero el se limita a sostenerme la mirada en busca de una tranquilidad que no puedo ofrecerle. Intento sonreir. Ya llevamos aqui mas de una hora y, aunque le ha aliviado vernos y mi hermana le acaricia la mano y hace que se sienta menos solo, sigue tendido sobre sabanas sucias. Puesto que nadie va a ayudarnos, le pido a mi hermana que me acompane. <> Abajo localizamos la tienda del hospital, que vende una practica combinacion de bebidas y tentempies calientes y los productos necesarios para cuidar del paciente. Compramos toallitas y panales y, pensandolo mejor, mi hermana compra tambien un paquete de guantes quirurgicos. Demostraran ser de un valor inestimable. Cuando le explicamos a mi padre lo que vamos a hacer, se angustia y se violenta. Pero el olor de la habitacion es espantoso y nos anima a ser todo lo eficientes y profesionales que podamos. Lo limpiamos. Una vez amontonadas las sabanas sucias, las llevo a lo que me parece un cuarto de la limpieza y las dejo alli sintiendome culpable. Cojo sabanas limpias de la cama de un ala que me parece abandonada y mantas de otra, pienso que las oportunidades hay que cazarlas al vuelo. Cuando vuelvo a la habitacion, mi hermana se las ha apanado para hacer reir a mi padre. Mientras ajustamos las sabanas limpias alrededor de su cuerpo se hace evidente hasta que punto nuestra humanidad depende de estas cosas basicas. En realidad no ha cambiado nada y no entiendo mejor la situacion medica de mi padre, pero tenemos la impresion de haber alcanzado un gran logro. Se hace tarde. Acordamos que yo pase la noche en el hospital y mi hermana en un hotel de la ciudad. Quiero irme con ella, pero en adelante nos turnaremos para estar con papa. Mi hermana sale del pabellon justo a tiempo: cierran las puertas a las once de la noche. Se acepta la presencia de familiares, pero la puerta impide idas y venidas. Despues de despedirla con un abrazo, regreso a la habitacion. No envidio el viaje solitario de mi hermana en busca de alojamiento, pero tampoco tengo la menor idea de como abordar la noche que me espera en el hospital. Mi padre esta inconsciente. Le escucho respirar, apoyo la mano en su pecho para notarle el corazon, que late a ritmo constante, aunque muy debil. La bolsa de sangre que cuelga junto a su cabeza esta casi vacia. La observo con cautela, pensando en que no me quedan fuerzas para decidir que hacer cuando se acabe. Marco el numero de la aseguradora de mi padre, pero salta un mensaje automatico. Cuando me doy cuenta de que me he dejado el cargador en el bolso de mi hermana, renuncio a la idea de telefonear a nadie mas. Apago la luz y miro por la ventana las montanas que hay al norte del hospital y escucho mientras la calma nocturna se extiende por el pabellon. Hace tanto frio que amontono mantas encima de mi padre. Permanezco sentada con el abrigo puesto y espero. Al rato, se abre la puerta y vuelve a entrar la enfermera estresada. Miro en silencio mientras descuelga la bolsa de sangre vacia, la cambia por una nueva y aprieta para comprobar que funciona. Lleva un delantal apropiado para un carnicero en un matadero. Solo despues de que se vaya caigo en la cuenta de que no llevaba guantes quirurgicos ni se ha lavado las manos. Avanzada la noche aparece otra enfermera y consigo sonreir y ofrecerle el paquete de guantes. Acepta con prudencia un par y se los guarda en el bolsillo. <>, digo, sonriendo obsequiosamente. Le pido mediante gestos que se los ponga, pero ella mueve los dedos para mostrarme que ya lleva guantes. Su par, no obstante, tiene sangre y manchas y mediante mimica le pido que se los quite y use los nuevos. Tanta mimica resulta ridicula, pero, como la loca por la que probablemente me toma, insisto hasta que suspira y se los cambia. Se guarda los viejos en el bolsillo. Gesto que solo comprendere varios dias despues, cuando otra visita explique que el hospital no provee de productos de un solo uso: nada de algodon, papel ni plastico. Las enfermeras tienen que comprarse el material, sacarlo de unos sueldos de por si insuficientes. La pantomima de los guantes se convierte en un hecho habitual, y cada vez que le entrego a la enfermera un par de guantes nuevos me entran ganas de llorar.

  • El dragon que vino del hielo de Irene Sitjas Esplugas

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    Las frias y solitarias montanas de Rialta ocultan muchos secretos y uno de esos secretos posee nombre propio: Micklaw, un metamorfo dragon muy cobarde que vive en una de las cuevas.
    Un dia hara un peculiar hallazgo: un hombre congelado en perfecto estado de conservacion, al que decide descongelar llevado por la curiosidad y el aburrimiento. Esta decision cambiara su vida para siempre, abandonara su hogar y conocera todo un mundo mas alla de su cueva helada junto a Till, un cazador de reliquias, en una increible aventura en busca de una ciudad sumergida bajo el mar.

  • Descubriendo los secretos del macho alfa de Alex Vera

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    Una novela romantica de lectura ligera donde el amor, el suspenso, el romance, la aventura, el erotismo y la intriga, se mezclan en cada capitulo.
    Una hermosa abogada, tierna, inteligente y comprometida con la vocacion de servicio termina por accidente en la propiedad de un millonario guapo pero de un pesimo caracter. El destino parece haber equivocado los caminos con estos dos.
    Ella tenia un proposito laboral de ayudar a un grupo de inquilinos.
    El tenia un pasado oscuro y un secreto que ocultar.
    Las cosas se salen de control y el misterio se apodera de la situacion, pero tambien el romance se comienza a desarrollar. Entre secuestros, decepciones, sentimientos y emociones, la verdad sale a la luz y cada protagonista tiene que tomar sus decisiones.
    ?Un misterioso secreto sera capaz de romper el amor verdadero?

  • Conversacion bajo la lluvia de Jessica Machado

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    Era de dia, era de noche, era de tarde. Era un tiempo sin tiempo. Fueron horas, minutos, segundos que no pasaron y que se esfumaron en el viento.
    Las estrellas brillaban, el cielo era unicamente alumbrado por la luz de la luna, el sol cegaba a la vista, los pajaros y los grillos cantaban todos al mismo tiempo.
    Era una cupula de cristal en la que el tiempo no pasaba, donde el tiempo no existia.
    Era su cuarto. Ese lugar magico y tragicamente real que me tomaba como rehen. La musica sonaba y al mismo tiempo el silencio era impregnable.
    Diez anos despues de dejar de ver a su primo del cual se enamoro perdidamente al ser solo una adolescente, ella intentara hacerle saber sus sentimientos. ?Lograra encontrar la valentia de decirle lo que ha callado por anos?

  • Y tu que harias por amor de Jose Belenguer Serrano

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    El taxista se alejo lentamente por el sendero asfaltado que serpenteaba entre los parterres. Tras atravesar la cancela dio un breve toque de bocina a manera de despedida, aplasto la grava del sendero privado, que crujio bajo las ruedas, y se perdio en la desierta carretera, dejandome solo frente al caseron. La hora, poco mas de las cuatro de la tarde de un junio cantabro. Subi por uno de los lados de la doble escalinata los seis peldanos que conducian a la puerta principal, cargado con la bolsa de viaje en bandolera e izando a pulso la pesada maleta, cuyas ruedas resultaban inutiles en los escalones. Deje el equipaje en el suelo y aferre la argolla de hierro de la aldaba, suspendida de las fauces de un leon de bronce. ?Habia ido solo a visitar a mi abuela, la famosa escritora de literatura infantil, o tambien a lamerme las heridas en la esplendida soledad del caseron? Hay en la verde Cantabria y en la no menos verde Asturias una suerte de palacios neogoticos, o, si se prefiere, casas senoriales construidas por indianos en el siglo XIX, cuando Isabel reinaba en Espana, que hoy ofrecen un aspecto vagamente siniestro. Asi, el llamado Palacio de Partarriu, en el concejo asturiano de Llanes, fue utilizado por el cine para rodar una celebre pelicula de terror. Y el casaron de mi abuela, una edificacion solitaria junto a un bosque de hayas y robles, habia sido proyectado por el mismo arquitecto. La fachada sin divisiones no dejaba ver las diferentes plantas que lo conformaban. Sobresalian los balcones con balaustres y las altas ventanas, todo ello coronado por una torre en la que se abrian dos grandes y gemelos ventanales. Tenia, sobre todo en las mananas de niebla, un aspecto inquietante, aunque no para mi: entre aquellas paredes queridas habian transcurridos los veranos de mi infancia, y alli habia nacido Albertina, la protagonista de las mejores y mas divertidas novelas de mi abuela. He dicho antes <> porque toda mi familia se habia esfumado en una rapida sucesion de muertes absurdas. Mi abuela y yo nos habiamos quedado de pronto solos en el mundo. Ya no volveriamos a reunirnos en bodas y bautizos, ni a descorchar botellas de cava en Noche Buena. En poco mas de un trimestre la muerte habia diezmado a mi numerosa familia. El chupinazo que senalaba el comienzo de la orgia de sangre y muerte sono cuando mi primo Paco se dejo la vida entre los pitones del miura, y quiza muchos recuerden las confusas imagenes en que le vimos morir durante la fiesta mas internacional de Espana. Mi primo Paco murio en un tramo de la mundialmente conocida calle Estafeta, corneado por un toro durante un encierro de los sanfermines. Salio en la tele y pudimos ver como perdia la vida en el telediario de la noche, aunque mi tia Amparo ya lo habia visto en el telediario de las tres. Si no vio su muerte en directo, a eso de las ocho de la manana, fue porque se habia quedado dormida o, como decia ella, traspuesta. --No se distingue muy bien entre el gentio --nos dijo tia Amparo, sentada en medio del sofa, con todos pendientes del televisor--; pero ese, si, ese de la camisa blanca, el panuelo rojo y el pantalon blanco...bueno, todos visten igual ...ese a quien el toro esta ahora corneando con tanta sana, ese es Paco. Hubo un momento en que pudimos reconocerlo sin sombra de duda, cuando el morlaco lo lanzo hacia el cielo en un derrote de su poderosa cornamenta y Paco quedo suspendido en el aire, sobre la cabeza de los mozos, igual que uno de esos peleles rellenos de paja que manteaba el populacho en las carnestolendas. Su palido semblante expresaba mas sorpresa que miedo, porque el toro zaino lo habia enganchado de forma volandera. Cuando aterrizo sobre el adoquinado, ya lo habia escogido como su victima exclusiva y, ajeno al enjambre blanco y rojo de corredores que trataban de distraerlo y hasta apartarlo de su presa golpeandolo en los costados o tirandole del rabo, lo corneo porfiadamente contra el vallado de una talanquera hasta matarlo. Por aquellos dias el tio Augusto, que viajaba por Europa Central, fue arrollado por un tranvia, como Gaudi. Se dio la coincidencia de que el tranvia circulaba a 10 kilometros por hora y que mi tio, uno de esos sabios distraidos, un momento antes habia estado a punto de ser atropellado por una bicicleta y, para esquivarla, se lanzo contra el tranvia que venia de cruzar el rio Moldava y descendia muy lentamente por los rieles, resonando. Exhalo su ultimo suspiro con medio cuerpo tendido en las vias, mientras el conductor del tranvia, indignado por su despiste y arrastrandolo de los tobillos para apartarlo del carril, le insultaba en checo. Las muertes de Paco y de mi tio Augusto abrieron la veda, por decirlo asi. La dama de la guadana decidio que su temporada de caza en mi familia acababa de inaugurarse. Mi prima Violeta se ahogo en una piscina publica, rodeada de banistas que jugaban a echarse agua, y su hermano Rafael murio por atragantamiento en un atiborrado restaurante: cuando ya tenia el rostro azulado y daba muestras de asfixia, no hubo nadie que le aplicara la sencilla maniobra de Heimlich; y cuando se desplomo inconsciente, a nadie se le ocurrio darle la respiracion boca a boca, ni mucho menos utilizar un cuchillo o un simple boli para practicarle una traqueotomia. Entre los comensales abundaban los abogados y los politicos, pero ningun medico. Murio en menos de seis minutos por culpa de un gran trozo de carne que no pudo pasar por la traquea. El tio Jacinto, un amante del excursionismo de montana, tambien murio corneado, como Paco, pero no por un miura, sino por un buey. --Solo de pensar en tantas muertes me pongo malo --dijo el moribundo. No era una muestra de ingenio, sino un chiste involuntario. Pobre abuelo. Estaba en la cama con la cabeza hundida en la almohada, y el resto de su cuerpo, un costal de huesos, oculto bajo el cobertor. Sus cabellos, que tantas mujeres habian acariciado, seguian siendo densos, dociles y mas blancos que la funda de la almohada. Miraba fijamente al techo, no porque lo identificase con el cielo y solicitase el favor divino, sino porque dada su postracion y debilidad era el unico lugar al que podia mirar sin torcer la fatigada cabeza. Cetrino, con el cuello y el rostro de un octogenario, los tendones descarnados como cables, no recordaba en nada al galan que habia sido. Era evidente para todos nosotros que se aproximaba su salida de este mundo, o, mejor, dado que habia sido un conocido actor de teatro, todos adivinabamos que su mas que notable actuacion en este mundo llegaba a su fin y que su siguiente y ultimo movimiento, contenido entre parentesis en las acotaciones del libro tragicomico del destino, seria hacer mutis por el foro. Mutis, telon y atronador aplauso general: fue un hombre bueno. Poco despues mis padres perdieron la vida en un accidente de coche. No vieron el camion de cinco toneladas que los arrollo en una curva de la carretera de Alcala de Henares a Torrelaguna. Segui viviendo en nuestra casa de Madrid, solo. Contaba veintipocos anos y las numerosas defunciones en mi familia --mi madre, mi padre, mi abuelo, mi tio, mis primos Violeta, Rafael y otros parientes con lo que apenas habia tenido relacion y que no he mencionado para no alargar la lista luctuosa--, ocurridas todas ellas en un lapso muy pequeno de tiempo, me pasaron una factura adicional que yo no esperaba. Creia que mi juventud y mis ganas de vivir me ayudarian a superar aquellas perdidas dolorosas. Pero entonces empezaron a ocurrirme cosas raras. Ocurrio que tuve el capricho de pasar una tarde paseando por los encinares de la Casa de Campo y pense tomar el autobus de la linea 33, la mas proxima a mi casa. Durante el trayecto, me detuve ante una agencia de paracaidismo. Era una especie de jaula donde se invitaba a la gente a inscribirse en un curso de salto en paracaidas. La atendia un muchacho detras de un mostrador. No tenia pinta de paracaidista. Dudaba si entrar o no cuando me tocaron en un hombro. --Hola, chaval. ?Que haces por aqui? Quien me saludaba de esa forma tan campechana era un cura amigo del sector creyente de mi familia. Habia otros dos sectores, el de los ateos practicantes, que luchaban sin exito para que en Espana se implantase el laicismo, y el de los agnosticos, que iba a lo suyo y no polemizaban con nadie. El cura no sabia a cual de estos tres sectores pertenecia yo. Como tengo cara de buen chico, supuso que pertenecia a la seccion de los creyentes. --?Que, te vas a hacer paracaidista? --pregunto echando un vistazo a los carteles y fotos publicitarias que adornaban el escaparate. --Lo estoy pensando --repuse. --?Que te atrae del paracaidismo? --Me gustan las emociones fuertes. --Pues hazte misionero en Sierra Leona. Fingi no haberle oido. Yo pertenecia al sector agnostico, y en cuanto a mi cara de buen chico, ya se sabe que las apariencias enganan. --Debe ser una experiencia inolvidable --dije-- saltar del avion y que no se despliegue el paracaidas automatico por algun fallo, precipitarte a una velocidad endiablada hacia la tierra contra la que ta vas a hacer papilla y tirar in extremis de la anilla de reserva, sin saber si funcionara o no. --Pues ten cuidado --me dijo el cura--, no sea cosa que de tanto bajar del cielo se te olvide como se sube a el. Este ingenioso consejo forma parte del repertorio de chorradas que les encanta a los curas. Despues me confeso, quiero decir me comento, pues el que confesaba era el, que la frase la habia pronunciado Juan XXIII en una alocucion que dirigio a unos paracaidistas italianos. El cura se fue y yo estuve a punto de entrar en la agencia para recabar mas informacion sobre los cursos de paracaidismo. Lo que me decidio a no hacerlo fue que la tiendecita la atendia un chico y yo en cuestion de compras o de inscripciones prefiero hablar con chicas. Antes de continuar mi camino, eche un ultimo vistazo a una gran foto que adornaba la pared: un paracaidista, con sus gafas y su casco y todos los artilugios que utilizan en los saltos, planeando en el aire, como si fuera ingravido como una pluma y flotara en una piscina de baldosas azules. Cerca de la parada, habia un autobus de otra linea, detenido ante un semaforo en rojo. Dos nucas eran visibles en la parte trasera del vehiculo. Pertenecian a un hombre y una mujer sentados en la ultima fila. De pronto sus nucas giraron 180 grados simultaneamente, una hacia su derecha y la otra hacia su izquierda, juntando los rostros, y me observaron fijamente. Senti un escalofrio, hubiera jurado que eran los de mis padres. Y entonces yo no sonaba, sino que estaba bien despierto bajo la marquesina de la parada. Si eran ellos y viajaban en aquel autobus, ?de quienes eran las cenizas que ocupaban uno de los miles de columbarios del cementerio de La Almudena tras una lapida con los nombres y las fotos de mis padres? Tuve otras experiencias extranas, rayanas con la alucinacion, que no voy a describir porque serian repeticiones de un mismo fenomeno. Y hubo tambien otras muertes inesperadas en el coto familiar, que tampoco voy a resenar.

  • Hijos felices de Alicia Banderas

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    Hasta no hace muchos anos, la psicologia infantil se basaba n el tratamiento de los transtornos psicologicos centrados en los aspectos mas negativos, en los deficits y las patologias. Hoy sabemos que es tanto o mas efectivo potenciar las cualidades positivas de los ninos, sus virtudes y sus fortalezas. En su nueva obra, Alicia Banderas hace uso de su expeeriencia para ayudar y ensenar a padres, madres y a todas aquellas personas involucradas en el mundo de la educacion, a emprender la apasionante tarea de ayudar a los ninos a fortalecerse para que luchen por su propia felicidad. Hijos Felices expone numerosos casos practicos tratados por la autora, y reflexiona sobre las teorias mas novedosas de la emergente psicologia positiva; todo ello escrito en un lenguaje claro, directo y sencillo.

  • ?Me hablas a mi? de Sam Leith

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    ?Que tiene la retorica para estar en todas partes?

  • Un mes de besos, abrazos y caricias de Monica Benitez

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    Cuatro amigas.
    Un corazon roto.
    Un amor no correspondido.
    Un mes de vacaciones.
    Y un pacto que lo cambiara todo.

  • Rompiendo con el pasado de Lori Foster

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    Rowdy Yates, propietario de un bar, no era la clase de hombre al que una mujer pudiera resistirse. Por eso, cuando se insinuo a la camarera Avery Mullins, lo hizo convencido de que podria llegar a conocerla a fondo. Pero aquella esquiva belleza tenia sus razones para guardar las distancias… Entre ellas, un pasado que podia volver para perseguirlos a los dos.

  • Hasta el fin de tus dias de Mark Edwards

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    Iba a ser el viaje de sus vidas, una aventura en tren por el corazon de Europa antes de sentar la cabeza y formar una familia. Sin embargo, el viaje de Daniel y Laura termina precipitadamente cuando los echan de un tren nocturno y acaban en mitad de un tenebroso bosque, el preludio de una noche de terror interminable.

  • Seras mi luz siempre de Luna Duenas Jaut

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    Apasionante romance que apasionara a sus lectoras, con unos personajes maravillosos y una prosa fantastica.

  • El diario amarillo de Carlota de Gemma Lienas

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    <>. Esta es la respuesta que les da a Carlota y a Marcos su padre cuando le hacen una pregunta a proposito de las drogas. Pero entonces, ?como podra decidir Marcos si fuma porros o no en la fiesta a la que lo han invitado? Carlota, determinada a conseguir tanta informacion como le sea posible, escribe este nuevo diario que tienes en las manos. A partir de testimonios que va recogiendo y de las explicaciones que recibe de su entorno mas inmediato y, sobre todo, de un medico de su club de futbol preferido, Carlota se adentrara en el complejo mundo de las drogas, convencida, como siempre, de que solo cuando dispones de toda la informacion puedes realmente decidir. El diario amarillo de Carlota no es exactamente una novela ni un diario, sino un libro a caballo entre la ficcion y la no ficcion que procura responder a una serie de interrogantes: ?Que tipos de drogas hay? ?Que efectos provoca cada una? ?Que es la adiccion? ?Y el sindrome de abstinencia?

  • Jamas me olvidaras de Sophie Saint Rose

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    Lidia esta loquita por su nuevo jefe. Y no es para menos porque esta para comerselo, es inteligente y le altera los chakras. Pero su ayudante personal la odia, literalmente. Y que no pueda ni verla es un problema porque no deja ni que se le acerque. Todo pasa por el, asi que tenia unas ganas de que le atropellara un autobus... Solo necesitaba un golpe de suerte. Y llegaria, ella tenia mucha paciencia y era muy positiva. Era el amor de su vida y esperaria lo que hiciera falta.
    ?Mereceria la pena?

  • La pieza que no encaja, Sara Flamenco de Sara Flamenco

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  • La promesa de Gerturda, Ram Oren de Ram Oren

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    <>Elie Wiesel, escritor y Premio Nobel de la PazMichael Stolowitzky, hijo unico de una acaudalada familia judia polaca, tiene tres anos cuando estalla la guerra y su familia lo pierde todo. Desesperado por salvar la empresa, su padre se va a Francia, dejando a su hijo al cuidado de su madre y Gertruda Babilinska, una ninera catolica muy unida a la familia. Cuando su madre sufre un infarto, Gertruda le promete en su lecho de muerte que llevara a Michael a Palestina y lo criara como a su propio hijo.Escrito con el asesoramiento exhaustivo de Michael Stolowitzky, La promesa de Gertruda es la cronica de un viaje extraordinario, el que emprendieron Michael y Gertruda para sobrevivir. En sus fascinantes estampas cobran vida quienes velaron por su vida, como Karl Rink, un oficial de las SS decidido a salvar a tantos judios como fuera posible tras la ejecucion de su mujer judia, o el doctor Berman, un medico judio que ayudo a Michael y Gertruda cuando atravesaban su peor momento.Testimonio fiel de un acto de gran valentia y entereza ante el terror, La promesa de Gertruda trasciende la historia para revelar la compasion y la esperanza que siguen iluminando milagrosamente un mundo asolado por guerras sin fin.Inmersos en la espiral de barbarie de la Segunda Guerra Mundial, una mujer y un nino partiran en un largo viaje de supervivencia: una historia apasionante y conmovedora, basada en hechos reales.

  • El vizconde y la cazafortunas de Lorraine Heath

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  • Las brumas del miedo, Rafael Abalos de Rafael Abalos

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  • No puedo pedir mas de Sophie Saint Rose

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    Cindy estaba encantada de trabajar para Malcom Halifax. Era su mano derecha y se compenetraban muy bien, aunque el tenia un caracter reservado. Algunos dirian que era malhumorado y un ser sin sentimientos, pero Cindy estaba segura de esos estupidos estaban equivocados. Hasta que un dia se dio cuenta de que su maldita empresa era lo primero y que no la apreciaba en absoluto. ?Como podia haberse equivocado tanto?

  • Desaparecido de Pablo Poveda

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    Una extrana mujer le encarga que encuentre a su marido. El acepta, a cambio de una generosa suma.
    Lo que parece un asunto facil de resolver, se convierte en un turbio caso que pondra en peligro su vida.

  • La bestia de Clayton de Grace Marie March

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    El mayordomo entro en la biblioteca de la casa, donde se encontraba Morgan, aun no se habia ido a dormir pese a ser pasada ya la medianoche y que al dia siguiente se tenia que casar. -Su senoria, ha venido Lord Harris dice que es urgente. -Acompanale hasta aqui. Se pregunto porque su futuro suegro vendria a estas horas la vispera de la boda, pero cuando entro Lord Harris no vio en el ninguna expresion que pudiera demostrar su curiosidad. -Disculpe Lord Clayton, la doncella nos ha traido esta nota que ha encontrado en el dormitorio de mi hija Theresa, se ha fugado con otro hombre, aun podriamos darles alcance, si pudiera usted ayudarme a encontrarla. Morgan miro la nota y la guardo en un cajon de la mesa. Lord Harris vio ese gesto de forma nerviosa, pero no se atrevia a pedirle que se la devolviera, si por algo era conocido Lord Clayton era por su rectitud y sabia que ese gesto de su hija seria algo que el no podria pasar por alto. -Si necesita alguno de mis caballos estan a su disposicion, pero si les encuentra yo de usted forzaria una boda, porque dadas las circunstancias yo manana no me casare con su hija. -Pero... si les encontramos a tiempo... -Me es indiferente si les encuentran a tiempo o no, no necesito casarme con una mujer que huye con otro hombre en la vispera de nuestra boda. -Entiendo Lord Clayton, aun asi si me lo permite, si me gustaria hacer uso de algunos de sus caballos. -Por supuesto, ya le he dicho que estaban a su disposicion. Antes de amanecer los caballos que habia utilizado Lord Harris fueron devueltos a su lugar, pero nadie pidio volver a reunirse con el, al dia siguiente cuando bajo a desayunar se encontro con parte de su familia, despues de pedir que le prepararan el carruaje, les dijo simplemente que al final no se celebraria la boda, sin darles ninguna explicacion. -Seras capaz de dejar abandonada a Lady Harris el mismo dia de su boda -dijo su tia Harriet horrorizada. -La familia de ella ya sabe que no habra boda, bueno que no habra boda conmigo, igual hay otra. -No entiendo lo que quieres decir -le dijo Harriet mirando hacia los demas. -Igual a estas alturas Theresa ya esta casada con otro hombre, no se que decision habra tomado su padre finalmente con respeto a ella, una vez la hubo encontrado. -Lady Harris seria incapaz... -Tia, espero que no se vuelva a hablar de este tema nunca mas, ella tomo su decision ayer cuando se marcho con otro hombre, me da igual si la encontraron a tiempo o no, yo despues de desayunar me marchare de Londres y seguramente no volvere mas. -Pero necesitas casarte, debes tener un heredero. -Mi hermano ya tendra hijos, yo por mi parte solo espero que todos me dejeis ya en paz, fue un error desde el principio venir a buscar una esposa. -Pero Morgan... -?Que? -Puede que encuentres otra mujer. -Mi fortuna atrae a muchas, pero la cicatriz de mi rostro les crea repulsion hacia mi persona. -Hijo... -Dejarlo estar, sera mejor que me marche ya, creo que ya hemos hablado demasiado de este tema, espero que no volvais a hablarme de boda nunca mas. Capitulo 2 5 anos despues. Lucas entro en el club de caballeros y vio un grupo de personas en la sala de apuestas, lo que hizo que llamara su atencion. -Lord Hartley ha perdido la cabeza, alguien deberia detener esto. Lucas se acerco hasta que vio al hombre con la cara enrojecida y sudando mas de lo normal. -Solo me queda la dote de mi hija, son 10.000 libras que recibira su esposo una vez celebrada la boda. -Acepto la apuesta -dijo un hombre. Todos se callaron ante lo que acababan de escuchar, mirando hacia Lord Hartley quien cogio los dados y los lanzo, desafortunadamente tambien perdio esa mano. Se fue de la sala a paso lento y totalmente decaido, Lucas miro hacia el despreciable hombre que tenia frente a el, mientras recogia todos los papeles que le habia firmado Lord Hartley. -Todo o nada -le dijo impulsivamente. -?Creia que estaba usted prometido Lord Clayton? -Hablo en representacion de mi hermano Morgan. -?De la bestia de Clayton? -?Como se atreve a llamar de este modo a mi hermano? Se lo repito todo o nada. -Muy bien, acepto, hoy tengo un dia de suerte, ?que ganaria yo? -Nuestra casa de Londres. -Escucho un murmullo a su alrededor, pero no les presto atencion. El lanzo primero el dado pero tan solo saco un 4, antes de que lanzara su oponente el dado escucharon un disparo, Lucas no tenia duda de que Lord Hartley habia acabado con su vida. No aparto la vista del oponente, y espero a ver que numero salia en los dados que el lanzara. -Un tres. -Escucho como decian. -Lady Patricia Hartley se casara con la bestia de Clayton. -Murmuraron en voz baja, pero aun asi Lucas pudo escucharlos claramente. -Deme todos esos papeles, mi hermano sera quien de ahora en adelante cuidara de Lady Hartley y se asegurara de su bienestar. -?Cuando se celebrara la boda? No quisiera perdermela. -Dijo quien habia empezado estas lamentables apuestas con Lord Hartley. -Mi hermano cumplira la palabra dada por mi, ella sera mi cunada y espero que tenga respeto hacia todos los miembros de mi familia. Al llegar a casa, vio que su tia Harriet aun no habia salido de casa, iba a ir a una pequena fiesta que se celebraria en casa de una amiga. -Tia por favor, ven al despacho conmigo. -?Sucede algo? -Me temo que si. Despues de contarselo, vio la cara de horror de la mujer. -Necesitare que acompanes a Lady Hartley en todo momento, ella vivia sola con su padre y sus criados, de modo que necesitara una dama de compania hasta que se celebre la boda. -Tu hermano aseguro hace anos que nunca se casaria. -Por el honor de la familia, creeme el se casara. -Ella debe guardar luto por su padre, tendremos que esperar un tiempo prudente. -No, dadas las circunstancias no se esperara ese tiempo prudencial, ella debe casarse inmediatamente con mi hermano, no me fio del hombre contra el que jugue ayer, es un ser despreciable. -Ya lo creo que lo es, para realizar ese tipo de apuestas. -Avisare a mi hermano que le visitaremos en breve. -?No le diras nada de la joven? -No, no quiero arriesgarme a que desaparezca sin dejar rastro, viajaremos tras el entierro del padre de Lady Hartley, una vez lleguemos alli se celebrara la boda en la capilla familiar. -No creo que tu hermano... -Una vez casados, yo volvere a Londres contigo, estoy seguro de que Lady Hartley sera mas feliz con mi hermano que con ese despreciable hombre. -Tal vez ella le tenga miedo, ya sabes que tu hermano... -Si, hoy me han recordado como le llaman, la bestia de Clayton, pero creame tia, era aun mas bestia esa persona con la que me he tenido que enfrentar por salvarla a ella, estoy convencido de que su interior esta podrido.

  • Yeruldelgger, muertos en la estepa de Ian Manook

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    En la inhospita inmensidad de las estepas mongolas, una familia de nomadas realiza un macabro descubrimiento: el cuerpo de una nina de cinco anos enterrada junto con su triciclo. El comisario Yeruldelgger, un tipo temperamental marcado por la tragedia y a quien su trabajo ha llevado casi al limite de la locura, observa la escena del crimen con una mezcla de perplejidad y agotamiento infinitos. Apenas cinco horas antes se encontraba en Ulan Bator, en las oficinas de una empresa china, investigando la aparicion de tres cadaveres salvajemente mutilados, y ahora, por extranos motivos, su jefe lo ha apartado del caso. Esto no significa, claro esta, que un tipo como el vaya a quedarse de brazos cruzados. Empenado en aclarar este monstruoso crimen que le revuelve las tripas, Yeruldelgger inicia una investigacion paralela con la colaboracion de la inspectora Oyun, una mujer intrepida, descarada y un poco enamorada de el, y de la forense Solongo, con la que el comisario mantiene una compleja relacion sentimental. Poco a poco, van surgiendo vinculos inesperados entre ambos casos, y en su camino se cruzaran desde fantoches de baja estofa hasta una red de politicos y empresarios sin escrupulos que anteponen los negocios a la vida humana. En ultima instancia, lo mas preocupante sera la corrupcion policial que sostiene esa estructura diabolica, dispuesta a todo para mantener el statu quo. Asi pues, desde la sombra, Yeruldelgger y su equipo se jugaran la vida para esclarecer la verdad y librar al pais de una plaga que se expande por su tejido mas profundo. Ganadora de multiples premios en Francia entre ellos el prestigioso Premio SNCF du Polar, el Premio de las Lectoras de Elle y el Premio de los Lectores Quais du Polar/20 Minutes, Yeruldelgger, muertos en la estepa aporta al publico un ambito geografico exotico y desconocido, el de una Mongolia compuesta tanto por las tribus nomadas de las llanuras como por los habitantes de Ulan Bator, un nido de crimen, vicio y racismo, donde el nivel de vileza en todas las esferas convierte el trabajo policial en un desafio quijotesco.

  • Un lugar llamado antano de Olga Tokarczuk

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    <>: con esta frase arranca esta novela. Antano es un pueblo mitico situado en el corazon de Polonia, un microcosmos habitado por personajes singulares y excentricos: Genowefa, Espiga, Misia, el Hombre Malo, el senor Popielski, Michal, el viejo Boski, Izydor, Florentynka, Ruta, la senora Papug, un rabino que regala un extrano Juego, cosacos invasores, almas en pena que se creen vivas, viejas locas que entienden a los animales, perros sabios como Pepona, caballos, vacas, angeles guardianes e incluso el mismisimo Dios. Un lugar llamado Antano, la tercera novela de Olga Tokarczuk, la consagro como una autora de imaginacion desbordante y una voz fundamental de la literatura polaca contemporanea, y la lanzo internacionalmente, en un importante primer paso que desembocaria en dos premios concedidos en 2018: el Man Booker Internacional y sobre todo el Nobel. Acaso podriamos definir esta novela como un cruce entre Cien anos de soledad y un cuadro de Chagall. Hay en ella realismo, magia y realismo magico. Por sus paginas desfilan la historia de un siglo -dos guerras mundiales, campos de concentracion…- y varias generaciones de seres humanos movidos por las pasiones, los anhelos, las dudas y los miedos. Hay nacimientos, amorios, amistad, violencia, dignidad, traiciones, envejecimiento y muertes. Hay mil y una historias que se cuentan y se entrecruzan en breves capitulos, una sucesion de narraciones que conforman una novela coral y total, en la que asoman el corazon del Ser Humano, de la Historia, del Mundo y de la Vida. En esta obra inagotable, sorprendente y deslumbrante se encuentran y chocan lo viejo y lo nuevo, la masculino y lo femenino, la vida y la muerte… Un lugar llamado Antano, la tercera novela de Olga Tokarczuk, la consagro como una autora de imaginacion desbordante y una voz fundamental de la literatura polaca contemporanea, y la lanzo internacionalmente, en un importante primer paso que desembocaria en dos premios concedidos en 2018: el Man Booker Internacional y sobre todo el Nobel. Acaso podriamos definir esta novela como un cruce entre Cien anos de soledad y un cuadro de Chagall. Hay en ella realismo, magia y realismo magico. Por sus paginas desfilan la historia de un siglo -dos guerras mundiales, campos de concentracion...- y varias generaciones de seres humanos movidos por las pasiones, los anhelos, las dudas y los miedos. Hay nacimientos, amorios, amistad, violencia, dignidad, traiciones, envejecimiento y muertes. Hay mil y una historias que se cuentan y se entrecruzan en breves capitulos, una sucesion de narraciones que conforman una novela coral y total, en la que asoman el corazon del Ser Humano, de la Historia, del Mundo y de la Vida. En esta obra inagotable, sorprendente y deslumbrante se encuentran y chocan lo viejo y lo nuevo, la masculino y lo femenino, la vida y la muerte...

  • Canciones de amor a quemarropa de Nickolas Butler

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    Henry, Lee, Kip y Ronny crecieron juntos en el mismo pueblo de Winsconsin, Little Wing. Amigos desde ninos, sus vidas comenzaron de manera similar, pero han tomado caminos distintos. Henry se quedo en el pueblo y se caso con su primera novia, mientras que el resto lo abandono en busca de algo mas: Ronny se convirtio en un famoso cowboy de rodeo, Kip en exitoso agente de bolsa y Lee en una estrella de rock de fama mundial.

  • El extrano de mis suenos de Selenia Grant

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    El cuenco de fresas con nata estaba encima de la mesa grande del comedor, me levante indecisa y cogi una de ellas. La saboree en mi boca y se deshizo el jugo dulce que tanto me apetecia, era una delicia poder disfrutar de ese manjar junto a el. Suerte que estaba dormido o de lo contrario volveria a caer en la tentacion, en el deseo de perderme entre las sabanas solamente con ese macho alfa que me volvia completamente loca... Escuche una voz en la lejania que irrumpia en mi placido sueno. Se desvanecio su imagen, la habitacion de diseno, las deliciosas fresas y mi subconsciente se empezo a dar cuenta y a reconocer la voz que me llamaba: volvia a tratarse del mismo sueno. Me levante casi de un brinco de la cama y me vesti en menos que canta un gallo para volver al mundo real, saliendo a toda prisa de mi habitacion y corriendo hacia la cocina para tomarme un cafe antes de ir al gimnasio. – !Buenos dias Bella Durmiente! - Me saludo mi hermano mientras ojeaba el periodico de todas las mananas en la cocina. Le di un beso en la mejilla mientras a su vez le daba un sorbo a su taza de cafe recien hecho. Mi hermano habia sido el culpable de desvelarme de ese sueno que se me repetia muy a menudo ultimamente. A mis 32 anos recien cumplidos todavia no habia encontrado a mi alma gemela ni tampoco estaba interesada en hacerlo por el momento, pero estaba empezando a preocuparme el hecho de sonar casi cada noche con alguien desconocido y que no habia visto en mi vida antes. No era normal en mi, tener ese tipo de extrano deseo por un hombre que posiblemente habia creado el subconsciente. – Dalia, me voy a la oficina, ?Estaras en la consulta a la hora del almuerzo? – Pues claro, aunque no te retrases como la ultima vez... No quiero volver a hacer esperar al senor Fisher. Mi hermano Dorian trabajaba como agente de seguros y solia pasarse para almorzar algunas veces a la semana. Me habia costado mucho sacrificio y constancia abrir mi consulta privada, gracias a Dios lo habia conseguido y de momento mi consulta de psicologia iba viento en popa. Lo se, mis padres nos pusieron nombres de Dioses griegos a mi hermano y a mi, supongo que estaban demasiado entusiasmados y a la vez exhaustos de concebir gemelos, aun no he tenido descendencia, pero criar a dos criaturas a la vez, tiene que ser una gran aventura. Cuando este en mis planes tener hijos, realmente me dare cuenta de lo que supone, por ahora disfruto de mi juventud y solteria. Sali de casa como alma que lleva al diablo, llevaba media hora de retraso y no queria hacer esperar a mi primer paciente del dia, asi que el gimnasio tendria que esperar por hoy. Estaba un poco indecisa y a la vez un tanto nerviosa. Mi paciente estrella, el senor Fisher me habia encomendado una tarea bastante engorrosa. Necesitaba hablar conmigo y puesto que estaba enfermo, debia acudir a su casa para visitarle alli. Robert Fisher era un magnate de las finanzas, un hombre rico y poderoso que seguro que habia sido todo un galan en su juventud. A sus 60 anos, seguia conservando su atractivo y mucha gente lo comparaba con George Clooney. Tenia mas de media hora de camino y me fastidiaba conducir de noche, por si fuera poco, estaba lloviendo a cantaros y me preocupaba salirme de la carretera. Mi viejo Volkswagen tenia las ruedas desgastadas y no estaba para esos trotes, sin embargo, estaba acostumbrada a ir al trabajo en metro. No hubiera accedido a esta proposicion si no se hubiera tratado del senor Fisher, hacia casi dos anos que era paciente mio y al ser su psicologa particular, conocia casi su vida entera. Sus propinas me ayudaron a subsistir cuando empece con el negocio; era justo que le devolviera el favor. Mi telefono movil empezo a sonar, en la pantallita iluminada aparecia el nombre de mi mejor amiga, puse el manos libres y respondi. Carla estaba entusiasmada por volver a Nueva York, llevaba seis meses estudiando en el extranjero y estaba deseando llegar para contarme sus anecdoticas experiencias. Yo tambien necesitaba que volviera, la echaba demasiado de menos y queria contarle todo lo que me habia sucedido desde su marcha. Por ahora, faltaban 2 dias para que aterrizara en tierras americanas y tenia que ingeniarmelas para conseguirle sitio en mi casa, puesto que mi hermano se habia instalado en la habitacion de Carla y no habia tenido el valor de decirselo. Estaba mal por mi parte cederle su habitacion, pero no imaginaba que regresara tan pronto ni tampoco que mi hermano se quedara mas de lo previsto. Su "prometida" o lo que fuese a estas alturas, le habia echado de su casa a raiz de una discusion y no podia dejar a Dorian en la calle, puesto que mis padres todavia se encontraban de misioneros en Africa colaborando con una ONG. Colgue la llamada justo en el momento que mi coche emprendia el largo sendero de entrada a la mansion Fisher. Al acercarme a la verja de entrada, esta se abrio sola y pude continuar el camino hasta llegar a una zona boscosa y muy verde. Era increible lo que contemplaban mis ojos, estaba anonadada y encandilada con aquella inmensa mansion, daba un aire un tanto tetrico de noche y sobre todo me hizo recordar a las tipicas fortalezas encantadas de las peliculas de terror. Todo tenia un halo misterioso, aunque lo mas fascinante en si no era la mansion, sino a quien me encontre dentro. Un pequeno camino empedrado llegaba hasta la puerta de entrada. Atravese el camino vigilando no tropezar con los tacones y llegue al fin a la entrada. Toque el timbre mientras esperaba en la penumbra, nerviosa y a la vez extranada por las novedades del dia. Cuando me abrieron la puerta, me desmaye al poner un pie en la estancia. No podia creer lo que mi vista me estaba mostrando, no podia ser de ninguna de las maneras. Las piernas empezaron a temblarme y no pude ni siquiera pronunciar palabra, empece a sentirme muy cansada y todo se volvio borroso a mi alrededor. La ultima imagen que vi antes de sumirme en la oscuridad y caer desmayada en sus brazos, fueron sus penetrantes ojos azules que escudrinaban con preocupacion mi cara palida. Empece a recobrar el conocimiento, pero no me levante. Me encontraba tumbada en un sofa, en una pequena estancia rustica muy acogedora. Las paredes eran de madera, al igual que el techo y el suelo, habia dos grandes estanterias a ambos lados llenas de libros y cabezas de ganado colgadas en las paredes. No sabia que al senor Fisher le apasionara la taxidermia, me dije para mis adentros mientras observaba con detenimiento. Una sola lampara de estilo vanguardista alumbraba la sala, era acogedora y enfrente de mi habia una chimenea con el fuego encendido, el estaba sentado delante, mirando fijamente las llamas. Incluso estando de espaldas podia reconocerle, era el hombre de mis suenos, no cabia duda alguna. Se trataba del mismo joven apuesto que aparecia cada noche en mis letargos nocturnos. Era un chico alto y de constitucion fuerte, moreno y de ojos azules. Hacia que me deshiciera como un helado en verano, parecia que pudiera desnudarme solo con una mirada. Nunca me habia sentido tan atraida por alguien, ni siquiera por ninguno de mis novios cuando apenas era una adolescente, ni tampoco por ningun ligue esporadico. La situacion era cada vez mas rara y a la vez emocionante.