• pancho madrigal - Pancho Madrigal

    https://gigalibros.com/detective-que-oye-boleros.html

    De nino fantaseaba yo mucho con la idea de algun dia convertirme en investigador privado. Detective, se estilaba llamarles entonces. En mis aventuras imaginarias, aunque me llamo Juan Sanchez, me autonombraba Sherlock Bond (Sherlock, por el celebre personaje de las novelas de Conan Doyle, y Bond, por el popular 007 de las novelas de Fleming). Esa ilusion era seguramente alimentada por ciertas peliculas y algunos comics de temas policiacos, y mas tarde, en mi adolescencia, por las novelas negras que acostumbraba leer, de autores como Ellery Queen, Carter Brown, Mickey Spillane... Cuando pasaron los anos y se llego el momento de buscarme una dedicacion formal, remunerada, la severa y mezquina dama dona Fortuna me refrego en la cara que para lo unico que alcanzaban mi anemico intelecto y mi interrumpida formacion academica en la facultad de Letras era para ocuparme como redactor e impresor oficial de segunda en una pequena imprenta de barrio que me contrato, temporalmente, con un sueldo casi humillante. Mi talante indomito jamas se conformo con tal destino. Mientras laboraba ahi, seguia intentando otras posibilidades, para lo cual era frecuente que tuviese que realizar numerosas llamadas telefonicas desde casetas publicas. No las hacia desde mi telefono celular porque resultarian mucho mas costosas. Una tarde de poco trabajo en la imprenta, por simple ociosidad --y tal vez como eco reminiscencial de aquella ilusion juvenil-- me puse a imprimir en una prensita de mano algunas tarjetas de presentacion con la leyenda: Sherlock Bond, investigador privado, y agregue el numero de mi telefono movil. Jamas pense utilizarlas. Las imprimi, repito, por pura ociosidad. A veces usaba el reverso de esas tarjetas para anotar los numeros telefonicos que copiaba de la seccion de ofertas de empleo de los diarios. Varias ocasiones, por descuido, despues de usarlas las dejaba abandonadas en las cabinas telefonicas. A eso atribuyo el que tal vez anduviese rodando alguna que otra por ahi. Mi sorpresa fue enorme cuando una tarde recibi una llamada telefonica en la que se solicitaban mis servicios --mejor dicho, los de Sherlock Bond-- como investigador. Por alguna razon que no se explicar, en ese momento no pude desenganar a mi solicitante --voz masculina, de hombre maduro, educado--. La llamada no era de esta ciudad, Guadalajara; era de Ciudad Guzman, otra ciudad no muy lejana. Le pedi al caballero --a quien llamare Senor Equis-- contactarme de nuevo al dia siguiente, ya que <>. En cuanto colgue el telefono senti que tendria que reflexionar a profundidad sobre la extraordinaria situacion que se me presentaba; tal vez dona Fortuna, que no habia sido muy compasiva conmigo, estaba reconsiderando su despiadada indiferencia hacia mi persona. Cuando quiero pensar con algun detenimiento, necesito aislarme lo mas posible. Eso, en mi minusculo departamento en el barrio de Santa Teresita, no puede ser, pues dia y noche se escuchan escandalosos sonidos de todos los departamentos contiguos: el de arriba, el de abajo, los de los lados y hasta el de espaldas del mio. A todas horas suenan en los aparatos de radio, a elevado volumen, musicas populacheras, partidos de futbol; risas, llantos y gritos de ninos, peleas y discusiones de adultos, arrastrar de muebles, fregar de trastes, y hasta ronquidos y flatulencias. Asi que opte por salir a caminar sin rumbo por las calles del barrio hasta altas horas de la noche. Despues de mucho analizar, decidi que tenia frente a mi la gran oportunidad de realizar mi viejo sueno de la infancia. ?Por que no? Siendo todavia relativamente joven (recien cumplidos los cuarenta), sin grandes obligaciones y sin nadie que dependiese de mi, senti la libertad de poder elegir un oficio a mi gusto; algo diferente, que contribuyera a forjarme una nueva personalidad (tal vez asi pudiera intentar tener una relacion seria, una pareja que... tal vez...). Nunca habia leido en novelas ni visto en filmes cinematograficos que los investigadores mas sagaces se basaran en ortodoxas y complejas tecnicas investigativas aprendidas en academias especializadas para resolver los mas profundos misterios. Ellos todo lo solucionaban apoyandose siempre en intuiciones, presentimientos y espontaneas deducciones, o ayudados por espectaculares rubias que les proporcionaban las informaciones necesarias para llevar a cabo sus empresas sin mayor problema que alguna que otra trompada o porrazo en la nuca. Yo tambien creia poder hacer caso a mis instintos y consideraba tener muy desarrollado el sentido de la intuicion. ?Que podia perder? Tampoco habia visto, en ningun medio, que alguno de esos heroes hubiese tenido que pagar terribles consecuencias por fracasar en alguna de las diligencias que les fueran encomendadas. Esta ultima tranquilizadora consideracion me parecio muy convincente y determinante para mi decision. Al dia siguiente, con puntualidad, a la hora convenida recibi la llamada del caballero solicitando mi respuesta. Le informe que estaba dispuesto a abrir un resquicio en mi <> para atender su caso. Acordamos tratar el asunto personalmente, para lo que yo me trasladaria hasta Ciudad Guzman, en donde el tenia su residencia. Prepare una pequena maleta con algo de ropa, busque una gabardina vieja y destenida que me heredara un tio abuelo (algo grande para mi, lo reconozco, alcanzaba a arrastrar un poco de la parte trasera, pero ya se sabe que el investigador que se respete debe usar gabardina). Despues avise a la imprenta que, por un asunto familiar, estaria ausente unos dias --cosa que mucho le alegro al patron, pues no tendria que pagar mi sueldo de esos dias--. Mas tarde me dirigi a la terminal de autobuses foraneos para abordar uno que me llevara a esa ciudad. Tengo cuatro grandes aficiones y cuatro pequenos lujos: mis aficiones son la lectura de novelas (de todo genero, pero sobre todo, policiacas), las peliculas mexicanas de los anos cuarenta y cincuenta, y los boleros. Y la cuarta (algunos la califican de <>, pero yo me sostengo en <>)... esa creo que a lo largo de mi narracion se hara muy evidente. Mis lujos son un televisor con pantalla de 42 pulgadas y un aparato de video, con una buena coleccion de peliculas mexicanas; un modesto pero bien surtido librero; un aparato para escuchar los varios cientos de compactos con boleros interpretados por trios, duetos, conjuntos y cantantes solistas masculinos y femeninos. Y para cuando no estoy en el departamento, tengo un pequeno aparato digital con audifonos, con mas de mil boleros, que siempre traigo conmigo para disfrutar mi musica en todo momento, con temas interpretados por los cantantes mas representativos del bolero mexicano y cubano (solo los autenticos, nada de modernos). Cada dia, antes de salir del departamento, programo la musica que escuchare durante la jornada. Asi que disfrute mucho cruzar por las lagunas de Zacoalco y de Sayula escuchando a los Hermanos Martinez Gil: El mar y el cielo se ven igual de azules, y en la distancia parece que se unen..., y resolviendo crucigramas, que mas que ser esta una aficion, es una simple mania. No tuve dificultad para encontrar el domicilio. Era una casa grande, aunque de apariencia discreta. Como yo le habia avisado a que hora llegaria, salio a recibirme el Senor Equis, que ya me esperaba. El caballero (un... ?Domingo Soler...?, algo asi), en cuanto me vio entrar con mi gabardina levanto mucho las cejas y se rasco una patilla. Sin duda mi aspecto profesional lo habia sorprendido positivamente. Ya dentro de la casa, por el elegante mobiliario deduje (ya empezaba yo a deducir, funcion indispensable en todo buen investigador) que esta gente estaba en mejores posibilidades economicas de lo que estaban interesados en aparentar. Instalados en el estudio y con sendas tazas de cafe enfrente (el Senor Equis me ofrecio cerveza, pero como no me ofrecio whisky, yo preferi cafe, pues ya se sabe que los investigadores acusamos una marcadisima predileccion por el whisky y el cafe) el me hablo del asunto. El caso era simple: su unico hijo, un adolescente excentrico y reservado llamado Luis X (como llamo al padre), no habia vuelto a casa en varios dias, y habia que encontrarlo. Se temia que hubiese sido secuestrado, aunque aun no se recibia ningun mensaje de sus captores --en caso de que los hubiera--. La familia se resistia a recurrir a las autoridades locales por temor a que los <> (como llamamos nosotros los detectives a los policias...) pueblerinos no supieran manejar el asunto y lo echaran todo a perder, poniendo incluso en riesgo la integridad de la victima. Asi que, confiaban en mi pericia para localizar y rescatar al muchacho o, en su caso, para negociar con los posibles secuestradores. Todo esto fue expresado por el caballero en pocas y muy precisas palabras, con el lexico de quien ha recibido una buena formacion universitaria (otra de mis ya certeras deducciones), aunque cada vez que se dirigia a mi como senor Bond, yo tardaba en reaccionar. Mientras el hablaba, yo ensayaba expresiones y gestos interesantes de investigador, ya frunciendo el ceno, ya rascandome la barbilla con gravedad, ya espantando alguna mosca de mi cafe... Despues de su breve exposicion de los detalles mencionados, el caballero agrego: --Y bien, ahora digame usted cual es la informacion que necesita para iniciar su labor cuanto antes. Estoy a su entera disposicion y mi interes es que no se pierda un solo minuto. Que empiece usted en el acto. Como no supe de momento que datos seria conveniente recabar en estos casos, con aire de suficiencia, le conteste: --No se preocupe, la informacion la consigo yo. Ese es mi oficio. Esta usted frente a un profesional de la indagacion. Debo haberlo impresionado verdaderamente, pues de nuevo alzo las cejas y abrio un tanto la boca. Cuando se repuso, me dijo: --Bueno, pero al menos requerira usted de algun dinero para empezar a moverse. Yo, francamente poco acostumbrado a manejar numerario, hice unas rapidas cuentas mentales y le mencione la cantidad que se me ocurrio. El habra hecho unas cuentas mas razonables, pues me extendio un cheque por el doble de lo que le pedi, y aun me miro con cierto resquemor. De los dos hoteluchos que habia al alcance de mi presupuesto, escogi para alojarme el que me parecio menos lugubre, y para los alimentos encontre una pequena fonda cercana al hotel en la que habia siempre tortillas recien hechas y unas riquisimas salsas de molcajete, y lo principal, la especialidad de la casa: un exquisito pepian y deliciosos tacos tuxpenos. Esa primera noche, ya instalado en el hotel y metido en la cama, intente trazar un plan de accion (<>, decimos los detectives) para, al dia siguiente a primera hora, acometer la tarea; pero no me fue posible. Me lo impidio un gran dolor de cabeza provocado por la docena de cigarrillos que me obligue a consumir al hilo --nunca habia fumado, pero en mi nueva profesion hay que cuidar el aspecto, y el cigarrillo en los labios da mucho tono--. Por lo pronto desisti de seguir practicando el arte de expeler el humo con peliculesco estilo, pero ya lo intentaria mas adelante. Asi que, despues de ver en la tele una pelicula mexicana (Libertad Lamarque y Arturo de Cordoba) simplemente me dormi.

  • pancho madrigal - Iberlibro

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    PANCHO MADRIGAL. [sound recording]. Vol. 3. 45 Aniversario, 1959-2004 de Madrigal, Pancho (pseud.) y una gran selección de libros, arte y artículos de ...

  • Los cuentos de Pancho Madrigal : el cadejo del galope

    https://www.iberlibro.com/9789996400223/cuentos-Pancho-Madrigal-cadejo-galope-9996400220/plp

    Fabio Gadea Mantilla ... Esta edición ISBN ya no está disponible. ... Si conoce el autor y el título del libro pero no lo encuentra en IberLibro, nosotros podemos ...

  • Libros y Ebooks de Pancho Madrigal - Amazon.es

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  • Pancho Madrigal – Ediciones Arlequín: Venta de libros

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    Como narrador ha publicado El perro soñante y otros cuentos (2013); Guasanas. Fabulario de la abuela (2014); El arbolón de las brujas y un pilón de cuentos más ...

  • Pancho Madrigal: libros, biografías, blogs, audiolibros, Kindle

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    ¿Es un autor? ; Romancero (Spanish Edition) ene 1, 1997 ; Ariles de una pasión (Spanish Edition) ene 1, 1997 ; Mono-grafía de Guadalajara (Spanish Edition) ene 1, ...

  • Cuentos de Pancho Madrigal - Fabio Gadea Mantilla - Google ...

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  • Pancho Madrigal archivos - PDF • Descargar Libros Gratis

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    En mis aventuras imaginarias, aunque me llamo Juan Sánchez, me autonombraba Sherlock Bond (Sherlock, por el célebre personaje de las novelas de Conan Doyle, y ...

  • Cuentos de Pancho Madrigal | ISBN 978-99924-0-527-7 - Libro

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    Fabio Gadea Mantilla;. El libro Cuentos de Pancho Madrigal ha sido registrado con el ISBN 978-99924-0-527-7 en la Agencia ...

  • Tienda en línea - Rojo Cafe

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    Autor: Pancho Madrigal Fabulario de la Abuela (Fabulitas en argot campesino) ... Autor: Pancho Madrigal Recopilación de cuatro libros ... Libro de cuentos.

  • Presentan el libro “Las Guasanas” de Pancho Madrigal

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    Presentan el libro “Las Guasanas” de Pancho Madrigal. La obra fue presentada por el Mtro. Alfredo Tomás Ortega Ojeda y forma parte del Fondo Editorial del ...

  • Sobre las estrellas dibuje mi destino de Rosana Ample

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    La aventura de Andrea, comenzo con su huida a la Barcelona del ano 1992. Ciudad donde, no solo acabo rencontrandose con su primer amor, sino con una prometedora carrera que abandono en Londres.
    Veinte anos despues, Andrea se ve obligada a enfrentarse a un pasado y navegar entre sus dulces y amargos recuerdos. Su hija Emma, adolescente audaz, que tras la muerte de su adorado padre, empieza a sospechar que le han ocultado ciertas verdades.
    Una tarde, con su destreza de investigadora, descubre que tiene otra familia en Inglaterra. Su madre, Andrea, la predilecta disenadora de complementos de la realeza mundial -conocida bajo el seudonimo de Diana March- se niega a desvelarle su pasado. Emma, furiosa, escapa a Reino Unido en busca de esa familia a la cual parece pertenecer, pero que ni siquiera conocen de su existencia. De esta forma, levanta un ciclon de secretos, heridas, emociones e historias turbias que nadie le quiere desvelar.

  • Bombay ultima venganza de Alfredo De Braganza

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    Dentro de unos minutos comenzaria el desfile por la calle principal de la esperada cabalgata de Reyes. En una calle lateral dos musulmanes terminaron de rezar en el interior de una furgoneta. Ansiaban convertirse en martires de la lucha contra los enemigos del islam. Eran jovenes y habian sido facilmente influenciables. Jamil Ahmed volvio al asiento frente al volante y Zaidan Al-Nasser al de copiloto. Se tomaron unas pastillas para paliar el nerviosismo. Un grupo de jovenes pasaron alegremente por la acera hablando muy alto. Uno de ellos empujo a otro entre risas, golpeando la espalda contra la carroceria de la furgoneta y asustando a los dos pasajeros de su interior. Se marcharon jovialmente sosteniendo anchos vasos de plastico con cerveza. En aquel suburbio de Madrid el ambiente en la calle no podia ser mas alegre y entusiasta. Zaidan recibio una llamada al movil. Un hombre con voz profunda, hablo en arabe: --Os repito de nuevo las instrucciones. No os mostreis nerviosos cuando salgais a la calle. Tomaos vuestro tiempo. Jamas corrais cruzando una calle, porque llamareis la atencion. Que Ala os acompane. El agente de policia Garcia caminaba observando todo a su alrededor. Saludo a un par de conocidos y se felicitaron las fiestas. El ser alto lo consideraba una ventaja. Cuando se enfundaba sus botas aumentaba unos centimetros a su metro noventa y cinco. Sus companeros se lo tomaban con sorna, ya que decian que podian ver su cabeza destacada sobre un tumulto de gente. Su altura era una ventaja ya que servia de punto focal a cualquier companero perdido entre una multitud. Alertados sobre la posibilidad de un ataque terrorista, se habian implantado medidas especiales. El comisario les advirtio antes de salir de patrulla: --Pretenden hacer cuanto mas dano posible de la forma mas espectacular posible. Por ello quieren atentar contra las costumbres culturales de nuestro pais. Mas que nunca teneis que estar ojo avizor. Pueden ser terroristas suicidas a pie de calle, me parece lo mas probable. Pero tambien pueden hacer uso de vehiculos, una moto, un coche, una furgoneta o un camion. Se quedo quieto estudiando todo a su alrededor. Un grupo de turistas embobados se mezclaba con publico local indiferente a la algarabia de la calle. El ayuntamiento habia permitido a reganadientes la instalacion de camaras de video temporales en la calle. Argumentaban que era una forma de controlar a la ciudadania y que iba en contra el derecho a la privacidad. Pero la policia las veia necesarias, ya que cubrian los puntos ciegos que dejaban al girar y de ese modo nadie podria colarse. El sonido era ensordecedor, el publico habia aumentado considerablemente. Al cruzar un paso de peatones, se fijo en una furgoneta gris aparcada extranamente al lado de un contenedor de basura. El grupo de turistas le abordo; uno de ellos sujetaba un plano urbano. En el interior de la furgoneta, Jamil Ahmed y Zaidan Al-Nasser se abrazaron. --Que Ala te acompane --entono Jamil. Su companero musito la misma bendicion. En el interior de la comisaria un joven policia recien graduado llamo la atencion a su superior. --Acabamos de recibir una llamada anonima. Dice que va a producirse un atentado en la cabalgata. --Dejame escucharla. Desde un ordenador reprodujeron la grabacion. --Escuchenme, porque no lo repetire mas, Dentro de unos minutos estallara una bomba en la cabalgata. Concretamente, en la calle Poveda a la altura de la sucursal del BBVA. Tienen que prevenirlo deteniendo a dos jovenes de origen marroqui. A pesar de la urgencia de las ordenes que circularon por radio, el denso trafico de peatones hacia casi imposible el movimiento de una calle a otra en un corto periodo de tiempo. El agente Garcia se encontraba hablando en un ingles macarronico con el grupo de turistas americanos, que prestaban con sonrisas su jovial uso del idioma, cuando Jamil se percato a traves del parabrisas de su presencia, y se quedo absolutamente petrificado. Solo le basto al policia alzar la cabeza para chocar su mirada con la de los pasajeros del interior del vehiculo sospechoso. En aquellos momentos el desfile estaba llegando a la altura de la sucursal bancaria. --Tenemos que actuar, ya --dijo Jamil. --Todavia no es el momento. El agente Garcia alerto a traves de su walki-talkie. Aparto con su enorme brazo al americano que sostenia el plano urbano, generando comentarios en ingles por sus sorprendidos companeros ante aquella reaccion tan inesperada. Con la mano sobre la pistola enfundada comenzo a caminar deprisa, avanzando hacia el vehiculo. --Arranca --ordeno Zaidan--. Ahora es el momento. No podian esperar mas. Jamil giro la llave del encendido y la furgoneta cobro vida. Viendo que el vehiculo comenzaba a moverse, el agente Garcia salio de la acera hacia el asfalto gritando con aspavientos a todos los transeuntes para que se alejaran. No habia duda: dos jovenes de aspecto sospechoso en un vehiculo dispuestos a usarlo como herramienta para cometer un atentado. El reguero de gente no se tomada en serio sus indicaciones, no se movian con apremio. Saco el arma y efectuo dos tiros al aire. La gente corrio en todas direcciones. Jamil piso el acelerador revolucionando el motor al maximo. Giro con violencia el volante y se dirigio directamente hacia el policia situado en medio de la calzada. El agente Garcia se coloco en posicion de tiro. Disparo, una bala en direccion al conductor, luego puso la rodilla en el suelo y efectuo otro tiro hacia la rueda derecha. El primer disparo habia perforado el cristal alcanzando en el cuello a Jamil. Estaban a punto de golpearle cuando el segundo disparo hizo estallar una rueda delantera. Ambos jovenes sintieron que el panico se apoderaba de ellos. Vieron al policia levantarse y disparar por tercera y cuarta vez contra el parabrisas. Una bala alcanzo la cabeza de Zaidan y otra se alojo en el pecho de Jamil. Jamil perdio el control del volante e instintivamente su peso corporal presiono el freno. Entre chirrido de neumaticos la furgoneta giro a la izquierda. Trazando una curva, golpeo con violencia el bordillo, choco contra un bolardo y salio disparada por el aire, hasta caer volcada sobre el lado derecho con un golpe sordo en la calle principal. Un grupo de policias corrieron y comenzaron a gritar para dispersar al publico y urgiendo a la gente para que se apartasen de los balcones y las ventanas. Se empezaron a oir los sonidos de las sirenas. Cuando la noticia se propago como la polvora, la primera respuesta inmediata fue de alivio al saber que no habian muerto personas inocentes. Se alabo al agente Garcia, al comisario y a todo el cuerpo de policia de la comisaria. Se concedieron diferentes medallas y premios, bien merecidas. Hubo entrevistas en radio, prensa y television. En su circulo de colegas el agente Garcia argumento que la premonicion habia jugado un papel fundamental en todo aquello, asi como la suerte. Sin embargo, la reaccion en la sombra de los cuerpos de seguridad del Estado y en los medios de inteligencia fue muy distinta. En la furgoneta no habia explosivos. No sabian si alegrarse por haber evitado una matanza o afligirse porque casi habian permitido que ocurriera. ?Negligencia? La asuncion de responsabilidades no tardo en llegar. Del suspiro se paso luego a un ambiente de ansiedad, donde periodistas y jefes de la oposicion buscaban culpables. Exigian responsabilidades. ?Por que no habian detectado a esa celula terrorista? ?Y si hubieran llevado explosivos? ?Y si en vez de usar la furgoneta se hubieran inmolado a pie en la cabalgata? La impresion de lo que hubiera podido suceder era espeluznante. Hubo miedo. Durante los siguientes dias fueron ya pocos los medios periodisticos que aplaudieron a los servicios de seguridad, relegando al ostracismo al agente Garcia, a quien se le achaco el haber matado a sangre fria a dos jovenes inmigrantes inocentes. Las pruebas que aducian era que no llevaban armas ni explosivos. Argumentaron que la presencia intimidatoria del agente Garcia los asusto tanto que tan solo pretendian huir del lugar. Incluso diferentes organizaciones pro derechos humanos y de ayuda al refugiado criticaron al ministro del Interior. Se organizo una concentracion frente al ayuntamiento de la localidad, en la que participo un numeroso grupo de miembros de la comunidad musulmana de Madrid. Llamaron fascista y asesina a la policia, se leyeron discursos y poemas de protesta y se enarbolaron banderas y pancartas de distintas procedencias y de todo tipo. Pero el suceso tuvo una vida corta. Tras la festividad navidena se reanudo la liga espanola de futbol. Un tren descarrilo cerca de Londres y cuatro estudiantes espanoles resultaron heridos. Un grupo pop de Corea del Sur ofrecio un concierto en Madrid y otro en Barcelona durante una gira. Y de ese modo, el valor de lo sucedido pocos dias atras fue menguando entre la opinion publica. La impotencia e indefension en la inteligencia espanola y en los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado era abrumadora. Se quedaron mortalmente preocupados sobre cuando y donde podria prepararse un nuevo golpe. Los terroristas habian demostrado a las autoridades espanolas que tenian el control sobre la vida o la muerte de personas inocentes. I

  • No eras tu, es el de Angel Curt

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    Un amor al limite de lo prohibido, donde la lujuria y la pasion juegan un rol protagonico al correr los capitulos.
    Ella, debe darse cuenta que su esposo y la vida que escogio no era su verdadero destino. Sin embargo lo mas dificil de ello fue darse cuenta que el amor no estaba tan lejos. El hermano de su esposo era todo lo que ella podia sonar en un hombre, protector, honesto y sensual. Ser juzgada por un divorcio no era parte del sueno, pero hay cosas que no se pueden evitar... y enamorarse es una de ellas.

  • El maestro del Prado de Javier Sierra

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    Al mas puro estilo de los relatos de enigmas de Javier Sierra. El maestro del Prado presenta un apasionante recorrido por las historias mas desconocidas y secretas de una de las pinacotecas mas importantes del mundo, el Museo del Prado.

  • Una tentacion para el duque de Lorraine Heath

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    Tres jovenes herederos encerrados por un despiadado tio escaparon en direccion al mar, a las calles o a guerras lejanas, esperando el dia en que pudieran regresar y reclamar sus derechos de herencia.

  • Nicolas Bradley y la mujer de blanco de Monica Bohorquez

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    Tras el regreso de la familia Bradley a Londres, despues de dieciocho anos, unas apariciones extranas comenzaron a tomar protagonismo. Nicolas sentia leves escalofrios que le recorian el cuerpo junto a un dulce y agradable olor a rosas cada vez que caminaba por la mansion.

  • El aroma del miedo de Armando Rodera

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    Meses despues de su ultimo gran operativo, el inspector Bermejo debera enfrentarse a una doble mision en Valencia: descubrir al causante de los misteriosos asesinatos de mujeres ocurridos en la region y acabar con una trama de corrupcion en la que se ven involucrados algunos miembros de la Policia.

  • La bruja de near de Victoria Schwab

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    SI EL VIENTO TE LLAMA POR LA NOCHE, NO DEBES ESCUCHARLO.

  • Ruinas (Partials), Dan Wells de Dan Wells

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    En la conclusion de la serie de elementos parciales, el tiempo se acaba y los seres humanos estan a punto de iniciar una nueva guerra con los parciales. La unica esperanza de supervivencia esta en manos de unos pocos dispersos de ambas especies que estan buscando una manera de detener el conflicto. En medio del caos, un ser misterioso aparece, que no es parcial o humano, la prediccion de un

  • La chica con pies de cristal de Ali Shaw

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    Con esta fabula sobre el amor, bella, singular y exquisitamente triste, el escritor britanico Ali Shaw ha visto como su primera novela se convertia en un hallazgo literario. La chica con pies de cristal ha recibido excelentes criticas en Inglaterra y Estados Unidos, ha obtenido el Premio Desmond Elliot y ha sido finalista del Premio Costa de Primera Novela y del Premio Crawford, ademas de traducirse a catorce idiomas. Extranos sucesos ocurren en el remoto archipielago de Saint Hauda. Criaturas de una rara belleza sobrevuelan la marisma helada y animales albinos encuentran refugio en los bosques, mientras las medusas iluminan con destellos electricos el oscuro fondo del mar. Tras unas breves vacaciones en una de las islas, la joven Ida Maclaird descubre que sus pies se estan volviendo de cristal. Alarmada, Ida regresa a Saint Hauda en busca de una explicacion a este fenomeno.

  • El misterioso anillo de Claddagh, Virginia Sainz de Virginia Sainz-rasines

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    Nueva York (1912): la joven poetisa Kate Hemstitch planea huir hacia Irlanda y escapar de sus padres, quienes desde que se enteraron de que su hija mantenia una relacion amorosa con un inmigrante irlandes le han prohibido verlo. Algo sucede y su gran amor se ve obligado a regresar a su tierra natal. En medio del dolor, la joven escribira hermosos poemas, los cuales han sido originalmente escritos por la abuela de la autora, quien al igual que Kate fue una gran poetisa.
    Un siglo mas tarde, una joven periodista llamada Piper -quien padece escribir superficiales articulos semanales para la prestigiosa revista femenina en la cual trabaja- encuentra inesperadamente un anillo y misteriosas cartas enviadas desde una Mansion en Nueva York con el remite de Claddagh, Irlanda. Junto con su amiga Sophie, comenzaran la busqueda de un secreto que ha permanecido oculto durante cien anos. Ambas estan dispuestas a descubrir quien fue el responsable de la tragedia familiar de la aristocratica familia neoyorkina. ?Encontrara la heroina de esta historia en la busqueda de la verdad su propia felicidad?

  • Alto riesgo de Lee Vincent

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    ..William Taylor tiene muchas razones para ser un renegado. Ha vivido en las calles de Nashville rodeado por la hermandad de motociclistas Los hijos de la noche y ha conocido de cerca la traicion y la dolorosa perdida de un amigo.

  • Ginny Moon de Benjamin Ludwig

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    Ve el mundo de otra manera. Te presentamos a Ginny Moon. Es la tipica adolescente, toca la flauta en la banda de la escuela, practica baloncesto semanalmente, y lee poemas de Robert Frost en la clase de ingles.

  • La esposa de Jamie West 2 de B Blair

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    Quedando solo cinco mujeres en la lucha por el corazon de Jamie West, Ariel decide participar en la competencia para conquistarla.

  • Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses. 1944 de Tony Judt

    https://gigalibros.com/pasado-imperfecto-los-intelectuales-franceses-1944.html

    Un ensayo sobre la irresponsabilidad y la condicion moral de la intelectualidad francesa.

  • Nuncanoche (Cronicas de Nuncanoche 1) de Jay Kristoff

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    En una tierra en la que sus tres soles casi jamas llegan a ponerse, la joven asesina Mia Corvere acaba de unirse a la banda mas mortifera de la Republica.

  • No lo llames pasion de Noelia Amarillo

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    Yo era una mujer felizmente casada, con dos hijas maravillosas y un marido estupendo. O eso creia. Porque hace seis anos descubri que me estaba poniendo los cuernos. Pero, ojo, no unos cuernos pequenitos y disimulados, no. Unos que envidiarian incluso los miuras de pura raza. Grandes, voluminosos y afilados. De esos que todo el mundo ve menos la interesada, que, en este caso, era yo. Asi que deje de estar felizmente casada. Me divorcie, me compre un piso tan lobrego como mi alma y me mude a el con mis hijas.

  • Dos novelitas poco edificantes de Eloy Urroz , Jorge Volpi

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    “Dos “libros espejo” que parodian la literatura sentimental y pornografica”

  • El llamado del desierto (Maktub 3), Kristel Ralston de Kristel Ralston

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  • Escondete (Detective Warren 1) de Lisa Gardner

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  • Tu y yo somos una cancion de amor de Olivia Kiss

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    Su vida estaba completamente arruinada. En los estudios de grabacion nadie lo dijo abiertamente, pero, pese a todas las locuras que habia cometido en los ultimos anos, Daisy no era idiota. Sabia muy bien que habia tocado fondo. Lo habia visto antes a su alrededor: chicas que empezaban a triunfar cuando aun eran demasiado jovenes como para gestionar bien la fama; al principio parecia que todo les iba de maravilla y que tenian el control, pero pronto lo perdian y acababan olvidadas para siempre. --Las cosas estan mal, Daisy, no voy a mentirte --comenzo a decir Ted, el productor con el que habia trabajado desde el comienzo--. Pero podemos arreglarlo entre todos. --Necesitamos que pongas de tu parte --intervino Helena. Ella mantuvo la boca cerrada porque no sabia bien que decir. La historia, en resumidas cuentas, era la siguiente: siempre habia amado la musica, desde bien pequena. Su padre le regalo una guitarra meses antes de morir en un accidente de trafico. Habia empezado a componer canciones con tan solo catorce o quince anos y a los diecisiete ya actuo por primera vez en un local de Boston a cambio de una Coca-Cola. Despues, todo fue cuesta arriba y no volvio a mirar atras. Empezo a tocar en distintos sitios, aunque apenas le pagaban nada. Pero en una ocasion, cuando tenia diecinueve anos, un cazatalentos se fijo en ella y, dos meses mas tarde, estaba dentro de los estudios de grabacion finalizando su primer disco. Llego el exito. No fue abrumador como el de las estrellas que salian todos los dias en la television, pero dentro del country se labro un nombre y se hizo bastante conocida. Lo tenia todo: amigos que fue haciendo con el paso del tiempo, bastante dinero y un futuro brillante por delante. Sin embargo, Paul entro en escena y le jodio la vida. --Hemos pensado en un retiro espiritual --dijo Don, su agente. --Perdona, ?un retiro-que? Yo no necesito nada de eso... --Piensalo. Te vendra bien para componer, ahora mismo estas bloqueada, ?no es cierto? Y al mismo tiempo, te alejas de la prensa, de los escenarios y de todo lo demas. --Tenemos el lugar perfecto para ti. --Helena saco un folleto y lo dejo encima de la mesa del escritorio del despacho. Unos arboles gigantescos rodeaban pequenas casitas de madera que parecian sacadas de un cuento infantil--. Te aseguro que aqui nadie te reconocera. De hecho, he llamado a la duena para preguntarle si tenia algo libre para los proximos meses y al decirle tu nombre para la reserva ni se ha inmutado. --No hay television ni internet --anadio Don. --El pueblo mas cercano esta a cinco kilometros y tan solo tiene doscientos habitantes. Sospecho que alli tampoco habran oido hablar de ti. Es perfecto, Daisy. La informacion llegaba a sus oidos, pero no parecia estar asimilandola. Era como si cada uno le disparase desde lejos: se sentia como un ciervo intentando escapar. En realidad, sabia que tenian razon. Y la idea de dejar atras su vida momentaneamente le resultaba casi como un soplo de aire fresco, pero tambien la aterraba. ?Y si no conseguia volver a componer? ?Y si empezaba a enloquecer perdida en medio de ese bosque? ?Y si todo el mundo se olvidaba de ella cuando hubiese regresado? Era arriesgado. --No se si es una buena idea... --Daisy, confia en nosotros. --Pero es que... --Iba a echarse a llorar delante de todos como alguien no interviniese pronto, no podia contener las lagrimas que se agolpaban en sus ojos--. Es que... --Volveras a renacer como una mariposa --dijo Don--. Creemos en ti y en tu talento, pero todo este asunto de Paul te ha superado. Te vendra bien pasar un tiempo contigo misma, reflexionar y ver que quieres hacer a partir de ahora. Nosotros estaremos esperandote. --?De verdad? --gimoteo. --Ya lo creo que si. Abrio el folleto que Helena habia dejado antes delante de ella. El lugar se llamaba Forrestday y parecia realmente idilico, el tipico sitio donde los animales cantaban, los ninos asaban nubes frente a una hoguera y el arcoiris salia cada dia. Vale, probablemente estaba exagerando. Pero ?que otra opcion le quedaba? Podia quedarse en Los Angeles y seguir aguantando los abucheos del publico, las criticas punzantes de la prensa y las mentiras que estaban diciendo sobre ella. O bien podia regresar a Boston y cobijarse en casa de su madre, pero no queria darle problemas ni que tuviese que enterarse de todo lo que estaba ocurriendo. Por fortuna para ella, su madre era una antigua hippy que se negaba a tener movil y tan solo usaba el telefono de casa, Daisy no era tan conocida como para salir en las revistas del pais, pero si lo suficiente como para que las redes sociales hablasen de ella, y de eso su progenitora no tenia ni idea. Preferia mantenerla en la ignorancia, por su bien. Ninguna madre deberia soportar que acosasen a sus hijos. --Esta bien, supongo que es una buena opcion. --Supones bien, Daisy. --Helena le sonrio. --?Y cuanto tiempo sera? --pregunto. --La duena tiene la casa libre durante dos meses, pero nos ha comentado que podria alargar el contrato un mes mas si fuese necesario. Es bastante razonable. --De acuerdo. ?Cuando me marcho? --Manana mismo, si quieres. --Bien. Estare lista. Aun estaba a punto de echarse a llorar cuando se despidio de todos ellos en la recepcion de los estudios. Paro un taxi y pidio que la llevase directamente a casa. Una vez llego a su apartamento, ese que ahora tanto le recordaba a Paul, quiso ponerse a gritar, golpear algo o patalear como una nina, pero no hizo nada de todo eso, porque Daisy siempre se controlaba. En lugar de desahogarse, se subio a la escalera para bajar una maleta pesada y luego comenzo a llenarla con ropa y otros enseres que iba a necesitar. La vida estaba siendo muy ironica. Cualquiera podria haber dado por hecho que Daisy estaba arruinada por la misma razon que la mayoria de las chicas que empezaban a triunfar siendo jovenes, pero no era asi. Se habia cuidado bien de no caer en excesos ni de dejarse llevar por malas influencias. Intentaba hacer lo correcto, ser simpatica y dulce con los fans, cumplir con sus obligaciones y sus contratos sin rechistar y todo demas. Pero ni por esas. Paul habia tenido que llegar para arrasar con los esfuerzos de los ultimos anos. Lo odiaba profundamente. Cuando termino de preparar su equipaje, se sento en su salon y cogio el telefono movil. Aviso a algunos amigos de que estaria fuera un tiempo y finalmente llamo a su madre. --?Daisy? ?Eres tu? --pregunto la mujer. --Si, mama. --Le calmaba oir su voz. --Espera un momento, que estaba plantando unos geranios y tengo las manos llenas de barro. No cuelgues, vuelvo enseguida. Escucho como dejaba apoyado el telefono en la mesilla y el ruido del grifo de la cocina abriendose. Cuando regreso, parecia algo mas calmada. --?Como estas, carino? --Muy bien. Bien jodida, quiso decirle. --Me alegra oirlo. --Te llamaba porque he decidido irme de viaje una temporada, asi que no podre acercarme a verte a casa el proximo mes. Ire en cuanto vuelva, te lo prometo. --?Y eso? No me habias dicho nada. --Es que ha surgido de improviso. Es un lugar muy relajante, una especie de balneario. Quiero reponer fuerzas antes de meterme de lleno en el proximo disco. Ni siquiera se si hay cobertura, asi que... bueno, ya encontrare la manera de llamarte, ?de acuerdo? --Claro, pero ?seguro que todo va bien, Daisy? --Si, segurisimo. Te quiero, mama. --Yo tambien te quiero, carino. Se sintio terriblemente mal cuando colgo. No le gustaba mentirle a su madre, pero contarle todo lo que estaba ocurriendo lo haria mas real y no queria darle problemas a la mujer, que vivia feliz regentando una pequena floristeria en el pueblo y cuidando de la parcela de jardin que habia en la parte delantera de la casa donde habia crecido. Echo un vistazo a las redes sociales, pero el corazon se le fue encogiendo conforme pasaba de una noticia a otra. ?Como podia la gente soltar tantos comentarios hirientes sin pensar? ?Acaso el anonimato les daba carta blanca para ser asi de crueles? Las cerro cuando no pudo soportarlo mas. Cogio el folleto y leyo con atencion. "Forrestday es el lugar perfecto para desconectar del estres, la rutina y las exigencias diarias. Si buscas intimidad, relajacion y encontrarte contigo mismo, estas en el sitio indicado. La naturaleza sera tu guia". Daisy esperaba que fuese una guia muy buena, porque la iba a necesitar. 2 Un coche oficial de los estudios la dejo en la entrada, justo donde habia un cartel de madera recubierto de hiedra espesa donde se leia: Bienvenido a Forrestday. Daisy bajo y le agradecio al chofer que le sacase la maleta. Despues, cuando se despidio de el, camino como pudo arrastrandola por el caminito de tierra rojiza que conducia hacia la primera casa y levantando una nube de polvo a su paso. Era con diferencia la propiedad mas grande de todas y tenia un porche alargado que rodeaba el tejado a dos aguas. Las plantas trepaban por la parte frontal y, ademas, parecia ser la recepcion, puesto que en la entrada habia carteles del lugar y las actividades de los alrededores de las que podian disfrutar los clientes. --!Maldito trasto! --se quejo al no conseguir subir los escalones con la maleta a cuestas, asi que, finalmente, decidio dejarla alli mismo y entrar en el establecimiento. A fin de cuentas, ?quien iba a robarsela? ?Los pajaros? ?Las ardillas? ?Algun oso? No habia nadie alrededor. Unas campanillas sonaron cuando entro. El mostrador estaba vacio, aunque lleno de folletos iguales que el que le habian ensenado a ella. En una estanteria habia souvenirs como tazas con el nombre del lugar, camisetas, gorras y unos animales tallados en madera que eran preciosos y estaban claramente hechos de forma artesanal. --?Hola? ?Hay alguien? --pregunto Daisy. --!Ya salgo! --La voz cantarina de una mujer llego de lejos y al final la senora aparecio con una sonrisa. Vestia un delantal rosa, tenia el cabello rizado y rondaria los sesenta anos. A Daisy le sorprendio su jovialidad. Se miraron con atencion antes de presentarse. --Daisy Kepler. Tengo una reserva. --Encantada. Soy Violet, la duena de este sitio. Tengo por aqui la llave de tu cabana, espera un segundo... --Se agacho tras el mostrador--. Perdona, es que me has pillado haciendo la lista de la compra y tengo un poco de lio, veamos... Al final encontro la llave y se la tendio.

  • El rey ante el espejo de Ana Romero

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    Esta es la cronica del primer trienio de Felipe VI, que reina en el momento mas convulso de la democracia. Cuatro retos en cuarenta meses: salvar el trono que heredo de su padre, romper con su hermana mas querida, funcionar diez meses sin Gobierno y hacer frente al peligro de la desintegracion de Espana. En la batalla lo acompana la reina Letizia, la primera consorte plebeya de la historia, la experiodista que captura el imaginario colectivo hasta convertirse en una Maria Luisa de Parma contemporanea. Mitos, topicos, prejuicios y fobias rodean a esta mujer hieratica en constante transformacion fisica que libra su propia pelea en una sociedad cada vez mas mediatizada. El nuevo rey se mira en un espejo en el que ve muchas sombras. La de Juan Carlos I, cuyo legado aun fresco se proyecta en una cohabitacion dificil con su hijo. La de algunas mujeres que se quedan en el camino, como la reina Sofia, las infantas Elena y Cristina o Corinna. La de un personaje oscuro, el excomisario Jose Manuel Villarejo, que busca un tesoro en la carrona real. Hay intrigas y traiciones, desgarros y aciertos en este relato shakespeariano en el que late la hipersensibilidad emocional que rodea a Felipe VI, el primer rey constitucional de nuestra historia, un hombre frio y obstinado que quiere preservar la Corona para su hija Leonor tanto como su propia esposa. A diferencia de su bisabuelo, su abuelo y su padre, este rey esta decidido a no renunciar nunca al trono de Espana.

  • El trono vacante (VIII) de Bernard Cornwell

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    En esta octava entrega de la epica saga <>, Bernard Cornwell da de nuevo vida a la desgarradora y turbulenta historia de una nacion desgarrada por la violencia sectaria y religiosa. Con una escritura poderosa y una impactante reconstruccion de epoca, Uhtred de Bebbamburg ha conquistado a millones de lectores de todo el mundo y su historia acaba de ser adaptada para la television por la BBC y el NBC: The Last Kingdom.

  • El Secreto de las Fiestas de Francisco Casavella

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    <>, confiesa en la primera frase de la novela Daniel Basanta, tambien conocido como Danielucho, o Lucho a secas. <> Daniel es un marciano que no acaba de encajar en el mundo. ?O acaso es el mundo el que es raro de narices?

  • Mas de ti de Mia Sheridan

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    Una mujer rota.
    Un hombre que necesita ayuda.
    Solo el amor puede reparar un corazon destrozado.

  • Prisionera (En los brazos del Highlander 2) de Iris Vermeil

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    Iona MacKinnon espera con ansia que regrese con vida su estimado Gared Sutherland de la fria batalla. El guerrero, guarda un huracan de sentimientos contradictorios en su corazon pero en el fondo de su alma, ama a la doncella en silencio. Ella siente morir al saber que el va a desposarse con otra mujer para sellar un pacto entre los clanes enemistados. Entre idas y venidas, los amantes apuestan por su amor y deciden tomar una decision muy importante juntos para evitar ese casamiento. ?Podran vivir libremente su romance sin que nadie se entrometa en su relacion? ?Triunfara el amor entre ellos despues de un largo sufrimiento?
    Sientete prisionera como Iona de un amor apasionado, real y puro. Descubre la segunda entrega de la serie En los Brazos del Highlander.

  • Noche de Luna Larga. Promesa de amor en Navidad de Gloria V. Casanas

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    Dos hombres jovenes, una muchacha que despierta al amor y antiguos secretos guardados en el corazon de los mayores, que solo la Noche de Luna Larga, la mas prolongada en el Hemisferio Norte, podra revelar. Sera tambien la ocasion en que afloren los sentimientos mas puros y se renueve el amor, tanto el fraternal como el filial y el romantico.

  • Recuerdame de Kathalee Trueba

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    ?Estas despierto? -- pregunto Jason desde el otro lado de la puerta-- Eithan... Abri los ojos. -- Pasa-- dije entre quejidos. La puerta se abrio, y el entro. -- Tu movil tiene horas sonando-- dijo al aventarlo sobre la cama. Lo tome y mire. -- Es Gretel. -- dije al cubrir mi rostro-- No pienso responder. Hizo una mueca. -- ?No vas a ir a trabajar? Me lleve las manos a la cabeza. -- ?Que hora es? -- Van a dar las ocho. -- !No me jodas, es tardisimo! -- me queje -- Ademas, me mata la cabeza. --Claro que te mata la cabeza, si te tomaste mas de media botella. Lo mire. -- Prometo reponerla esta noche. Nego. -- No lo digo por eso, pero, vamos... ?Solo? Me sente. -- Cuando me di cuenta, ya llevaba media botella y estaba cantando. Me miro. -- ?Que cantabas? -- pregunto divertido. Sonrei. -- No pienso decirlo. --No tienes que hacerlo, me lo imagino. -- Como sea, no lo volvere a hacer. Nego. -- Si, Eithan. -- En serio, no vuelvo a tomar asi y menos por... desamor. Me miro fijamente. -- ?Que sucedio con Alena? -- Tuvimos sexo-- dije al ponerme de pie. -- Eso me queda claro. Me referia a que... -- La verdad, preferiria no hablar de ello-- camine hacia el bano-- las cosas siguen igual. Hizo una mueca y me siguio. -- No ire a la boda. Lo mire y me meti el cepillo de dientes a la boca. -- ?Por que no? Se alzo en hombros. -- Creo que prefiero quedarme en casa con mi mejor amigo-- sonrei -- a cantar canciones de Luis Miguel mientras nos bebemos una botella de whisky. Rei. -- Alena es tu amiga, te invito y ... -- Tu eres mi mejor amigo. Hice una mueca y suspire. -- Debo... prepararme para el trabajo, es tarde. Lo que menos queria, era hablar sobre la boda. -- Me prepare de desayunar, ?Quieres algo? -- No, gracias. -- dije al salir del bano -- No tengo estomago para nada. -- Como sea-- dijo al caminar hacia la salida-- deberias dejar la puerta abierta, apesta a borracho aqui. Rei. Jason salio de la habitacion, y el movil comenzo a sonar de nuevo. Una vez que le active el modo silencio, me meti al bano a asearme. -- ?Como te sientes? -- pregunto al verme salir de la habitacion. El corria sobre la cinta. -- Siento que mi alma abandono mi cuerpo. Sonrio. -- Hay un gatorade* en el refrigerador. -- Eres el mejor. -- dije al abrir la puerta-- Te lo compro en la noche que vaya a hacer el super. Sonrio. -- Dejare que te emborraches mas seguido tu solo, al dia siguiente eres muy amable. Rei. Mi movil nuevamente comenzo a sonar. -- ?Sigue siendo Gretel? Asenti. --Si llega a venir, no estoy. ?De acuerdo? -- De acuerdo. Suspire. -- Nos vemos en la noche. -- No comiences a tomar sin mi. Sonrei y me marche. No solo me habia arrepentido de estar con Alena, tambien de haber bebido como si no existiera un manana. La tarde en el departamento fue bastante productiva, mi caso iba lento, pero seguro. Aunque me era complicado adaptarme a gente nueva, las cosas iban bien, el hecho de que mis companeros fueron hombres ayudaba mucho, era mas facil entenderlos a ellos, que tratar de entender a un grupo de mujeres. -- ?Como va todo? -- pregunto Daphne al entrar a la sala de descanso, ya casi cuando era hora de la salida. La mire. -- Bien-- se acerco-- ?Y tu? ?Que tal? -- ?Los ojos rojos son por llorar? Sonrei. --Ayer bebi un poco. -- Resaca -- dijo al mover la cabeza de un lado a otro. Sonrei. -- ?Que decias? -- Tengo una montana de documentos-- dijo con flojera-- me llevare el trabajo a casa. Hice una mueca. -- Un masaje te vendria bien... Sonrio. -- Tal vez manana-- dijo al darme un beso en los labios--hoy debo trabajar. -- El desprecio vale por dos salidas, eh. Sonrio. -- No es desprecio, es un rechazo obligado. -- Me da igual, vale por dos salidas. -- camino hacia la entrada-- Descansa. -- Tu igual. Suspire. La verdad era que, hubiese preferido pasar parte de la noche con ella, con la mente y el cuerpo ocupado, en lugar de pensar en la boda. Mire mi reloj, eran casi las seis, para ese momento Alena estaba a un par de horas de casarse. Aquello dolia, en verdad mataba. Despues de un rato de pensar en ella, tome el movil y comence a buscar en mi agenda, no queria pasar la noche solo, asi que, decidi llamarle a Cassie, y despues de una rapida seduccion, quede de recogerla por la noche. Cuando volvi a casa, me puse a recoger la recamara y me di un bano. Aunque en realidad deseaba con toda mi alma dormir, necesitaba salir, necesitaba pensar en otra cosa. -- Ya me voy-- le dije a Jason. Estaba trabajando sobre la mesa de centro. Me miro. -- ?Ingrid? Negue. -- Cassie. Asintio. -- Asi que me he quedado en casa para acompanar a mi amigo, y el me ha cambiado por una tipa... Sonrei. -- Te has quedado por trabajo, no me culpe. -- Claro que no, yo estaba dispuesto a ponerme ebrio contigo. Sonrei. -- No me esperes despierto, carino-- dije al caminar hacia la entrada. Lo escuche reir. Cuando abri la puerta, mi movil comenzo a sonar. No reconoci el numero y dude en atender, pero al final, tome la llamada. -- Bustamante. -- Soy yo... -- ?Alena? Jason me miro. -- No me case. 2 Mire nuevamente el documento. Solo tenia que firmar sobre aquella linea para, oficialmente, convertirme en la esposa de Christopher, para pasar el resto de mi vida a su lado. Podia sentir la mirada de todos sobre mi espalda, sobre mis manos y la manera en que no dejaba de mover el boligrafo. Estaba nerviosa. -- Es su turno-- repitio el juez al mirame. En ese momento mire a Christopher. <> -- Lo siento -- dije al dejar el boligrafo sobre la mesa-- en verdad lo siento. Christopher me miro confundido. -- ?Que haces? Negue. -- Perdoname, no puedo. Con prisa, me quite el anillo y lo deje sobre la mesa, a un costado del boligrafo. Sin poder mirarle, di la vuelta y sali de ahi ante la mirada de todos y sin importar que mi madre gritara mi nombre una y otra vez. Al salir del lugar, gire hacia la derecha y segui caminando sin direccion alguna, lo unico que queria era alejarme tanto como fuera posible. No podia creer que lo que habia hecho, yo, que habia pasado por aquella humillacion, que sabia como se sentia ser el centro de atencion, el que la gente te mire con lastima. No tenia ni idea de como era que volveria a ver a mis padres a la cara, a mi hermano, sobre todo a Christopher, lo unico que sabia era que ya no sentia que algo oprimia mi pecho. Al estar parada frente al juez, mire a Christopher y no senti mas que miedo, entonces supe que era lo que debia hacer. Cuando la lluvia comenzo a caer, me refugie en una parada de autobus, hasta entonces me di cuenta que habia caminado bastante y que no llevaba ni un peso conmigo. Mire a cada una de las personas ahi. -- Disculpe…-- le dije a una mujer que miraba su movil. Me miro. -- ?Si? Trague saliva. -- No tengo dinero, ni mi movil -- la mujer hizo una mueca--?Me dejaria hacer una llamada para que vengan a recogerme? -- la mujer me miro de pies a cabeza-- Le juro que no tardare nada. Hizo una mueca de desagrado. -- Que sea rapido. Asenti. -- Gracias. Con prisa, tome el movil y marque el numero de Eithan. -- Bustamante-- dijo del otro lado de la linea. -- Soy yo. --?Alena?-- pregunto confundido. Trague saliva. -- No me case. La mujer me miro sorprendida. -- ?Estas hablando en serio? -- ?Podrias venir a recogerme? -- ?En donde estas? Mire a mi alrededor buscando el nombre de la calle. -- La parada numero seis de la linea azul-- dijo la mujer a mi costado. -- ?Escuchaste?-- le pregunte. -- No te muevas, voy para alla. Colgo. -- Gracias-- dije al entregarle el movil a la mujer. Asintio. -- No pude evitar escuchar tu conversacion. Hice una mueca. -- ?Es usted casada? -- Desde hace cinco anos. Asenti. -- ?Cuando se caso no sintio miedo? Nego. -- Tenia nervios, pero, miedo... no. -- Yo si. Me dio panico darme cuenta que pasaria el resto de mi vida con un hombre al que no amo. Me miro. -- ?Entonces por que te comprometiste? Suspire. -- Porque... pense que era una buena idea. Movio la cabeza en forma de rechazo. En ese momento, un autobus se paro frente a nosotros. -- ?Quieres que espere contigo hasta que vengan a recogerte? -- Oh, no-- sonrei-- es muy amable, pero no. Gracias. Sonrio. -- Buena suerte-- dijo al abordar el autobus. Le sonrei como agradecimiento. El agua comenzo a caer cada vez mas fuerte y el viento comenzo a sentirse mas frio. Yo no llevaba con que cubrirme, y claramente las personas me miraban de manera extrana, supuse que era por el vestido. La gente que bajaba de los autobuses se refugiaba a mi lado, fue entonces que una pequena me hizo pensar en Milenka. ?Como le explicaria lo sucedido? ?Como le diria que Christopher no viviria con nosotros? ?Que responderia cuando me preguntara la razon por la que no quise casarme? ?Que demonios habia hecho? Cuando una camioneta negra se detuvo justo frente a nosotros de golpe, todo mundo se mostro nervioso, incluso la madre de la pequena, se paro frente a ella como protegiendola. Eithan bajo de la camioneta, rodeo la misma y se quito la chamarra. -- ?Estas bien? -- me pregunto-- Ponte esto. Asenti y me cubri. Me abrio la puerta del pasajero y me ayudo a subir. La mujer con la pequena me sonrio, y una mujer de mayor edad asintio como aprobando aquella accion. --Te amo-- le dije cuando abordo el auto. Sonrio. -- Yo a ti, pequena-- dijo al poner el auto en marcha-- ?A donde quieres ir? -- A donde sea, mientras sea contigo. Sonrio. Condujo en completo silencio, sin embargo, a pesar de la lluvia jamas solto mi mano. Yo iba observando a toda la gente, algunos corrian, otros se refugiaban en donde podian, pues se trataba de una lluvia atipica. Eithan detuvo el auto justo afuera del edificio de Jason. Bajo del auto y despues de rodearlo, me abrio la puerta. -- Cuidado-- dijo al tomar mi mano y ayudarme a bajar-- esta resbaloso. Asenti. Tomados de la mano, caminamos hasta el elevador y de ahi hasta el cuarto piso. El hecho de que no hablaramos, me ponia nerviosa. Cuando Eithan abrio la puerta, Jason me miro. -- Hola-- le dije. Sonrio. -- ?Que tal la lluvia? -- pregunto. -- Fuerte -- dije sintiendome avergonzada. --?Quieres que te prepare un te? -- me pregunto Eithan. -- No, gracias. Asintio. -- Estaremos en la habitacion -- le dijo a Jason. Este asintio. Una vez que entramos y Eithan cerro la puerta, me miro. -- Yo... -- No digas nada -- dijo al quitarme la chamarra de encima. Me tomo por la cintura y me beso. Si, era el. Solo el podia hacerme sentir tanto con tan solo tocarme, podia hacerme sentir tocar cielo con sus besos. Cuando sus manos bajaron a mi cadera, yo puse las mias en su pecho y comence a desabrochar su camisa boton por boton. Despues me ayudo quitandose la camiseta que usaba debajo. -- Date vuelta -- me dijo. Cuando lo hice, desabrocho el vestido y lo hizo caer el piso. Despues, me cargo y me llevo a la cama. -- ?Ahora si me dejaras tocarte? -- le pregunte cuando se puso sobre mi. Sonrio. -- Dejare que hagas conmigo lo que quieras. La intimidad con Eithan era armoniosa, era increible que aun sin decirle nada, el sabia exactamente que hacer, en donde tocar o besarme para hacerme vibrar. Mi cuerpo se amoldaba perfectamente al suyo. Me encantaba escucharlo gemir cerca de mi oido mientras se hundia en mi. Me gustaba la sensacion de su piel desnuda sobre la mia, ese calor que emanaba de su cuerpo. No habia ninguna duda; el era el hombre a quien amaba, y yo era suya.

  • El tesoro de Cavendish de Cristian Perfumo

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    Un buceador muerto… un culpable… un tesoro…

    Este relato corto te llevara a sumergirte en las heladas aguas de la Patagonia en busca de la verdad.
    El tesoro de Cavendish es una historia corta ideal para los amantes del buceo. Esta ambientado en el mismo lugar que El secreto sumergido, la novela del mismo autor basada en hechos reales que ya lleva seis ediciones agotadas en papel y miles de ejemplares vendidos en todo el mundo.

  • El reino de Goncalo M. Tavares

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    El reino reune las cuatro novelas cortas Un hombre: Klaus Klump, La maquina de Joseph Walser, Jerusalen y Aprender a rezar en la era de la tecnica, escritas por Tavares entre 2003 y 2007. Estamos ante una de las obras fundamentales de uno de los mejores autores europeos contemporaneos, que invita a reflexionar sobre un contexto politico de enorme actualidad: la libertad del individuo en sociedad, la violencia y el poder del Estado o las relaciones sociales. El Tavares de El reino es <>, como recuerda Vila-Matas, <>.

  • A todos los chicos de los que me enamore de Jenny Han

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    Lara Jean guarda sus cartas de amor en una caja. No son cartas que le hayan enviado, las ha escrito ella, una por cada chico de los que se ha enamorado. En ellas se muestra tal cual es, porque sabe que nadie las leera. Hasta que un dia alguien las envia por equivocacion y la vida amorosa de Lara Jean pasa de <> a estar totalmente fuera de control.

  • Matices de Thais Duthie

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    Vega es sinestesica grafema-color; es decir, que ve un color unico e indescriptible en cada palabra. Comparte ese ligero cambio en la percepcion de las cosas con tan solo un 4% de la poblacion, aunque no es por esta particularidad que su cita esta siendo un desastre. De hecho, gracias a ella despierta el interes de Alma que, poco a poco, ira empatizando con sus experiencias. A lo largo de una conversacion que dura toda la noche, salpicada con la narracion de algunos de los encuentros intimos que ha tenido Vega, descubrira que los colores esconden algo mas que la impresion causada por la luz y que el sentido de la vida depende de los ojos que la miren.

  • El paciente ingles de Michael Ondaatje

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    Con inusitada belleza e inteligencia, Michael Ondaatje traza la interseccion en los ultimos dias de la Segunda Guerra Mundial y en una villa italiana abandonada, de cuatro vidas danadas.

  • La ciudad de las tres catedrales de Jordi Verdaguer

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    En Montpellier, a principios del s. XIII, Jaume I es engendrado mediante una argucia. El rey Pedro II de Aragon aborrece a su esposa Maria de Montpellier y esta oculta su identidad para yacer con el rey con los notables de la corte como testigos. Anos despues, en Barcelona confluyen los tres heroes de Navas de Tolosa -Dalmacio Creixell, Cabeza Brava y Jose de Azagra- y el joven Hernan, que lleva en sus munecas la marca del elegido. Aunque lo ignora, Hernan es hijo bastardo de Dalmacio Creixell. Entretanto, unos misteriosos crimenes siembran el terror, y una criatura, un Golem, se oculta en las entranas de la urbe. Amorios, intrigas y asesinatos se suceden en la Ciudad Condal mientras un rey enfermo que ha entregado a su propio hijo a los franceses debera tomar partido por la Iglesia, el reino de Francia o los rebeldes cataros. Las maquinaciones de clerigos y nobles y las luchas por el poder tras la muerte del rey Pedro marcaran las primeras decadas del siglo, hasta que una valerosa madre devuelva la corona a su legitimo heredero. Pero para ello los tres heroes de Navas, junto a Hernan, habran de liberar al rey del castillo de Monzon donde esta recluido, y reconquistar Barcelona con la ayuda del resto de reyes de la peninsula en base a un juramento y unas piras de fuego…

  • Los hundidos de Daniel Mendelsohn

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    Este libro empieza con la historia de un muchacho que crecio en una familia golpeada por la tragedia: seis de sus miembros desaparecieron en Europa durante la segunda guerra mundial. Era un asunto del que no se podia hablar y que fue aduenandose paulatinamente de la imaginacion del joven Daniel Mendelsohn. Muchos anos mas tarde, a partir del descubrimiento de unas cartas que su abuelo recibio en 1939, el silencio se convirtio en una pregunta que lo interpelaba y decidio seguir la pista de los parientes perdidos durante el exterminio nazi.

  • Criaturas en la red de Tara Isabella Burton

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    No puedes enganarlos para siempre. La red siempre te atrapa.

  • Te juro que no lo he hecho a proposito de Erina Alcala

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    Karen vivia en un pequeno pueblo de Montana, llamado Bell. Habia cuidado a sus abuelos, los unicos familiares vivos que tenia y que habian cuidado de ella desde el accidente en que murieron sus padres cuando apenas era nina. Perdio por el camino su adolescencia, su juventud y a ellos, junto con el dinero que tenian. Y ahora necesitaba un trabajo desesperadamente, irse a Helena, la capital y trabajar y estudiar en la universidad a distancia. Realizar su sueno de ser Profesora de Literatura.
    A Belle llego, Mat, un hombre rico con una cadena de restaurantes repartidos por todo el pais. Sus padres tenian una cabana en Bell y alli se quedo Mat, curandose las heridas de un accidente de trafico que sufrio al ir a ver a sus padres que vivian en Helena.
    karen lo cuido mas de tres meses, y antes de irse Mat a Nuerva York y Karen a Helena, tuvieron un encuentro sexual a modo de despedida.
    Anos despues el destino habia cambiado para Karen y alli estaba ahora en Nueva York, dandole las gracias a Mat.
    Pero Mat, ahora la queria en su vida y en su cama. Y ella nunca lo olvido. Estaba enamorada de ese hombre sexy y guapo desde la primera vez que lo vio.
    Un obstaculo se cruzaba en sus caminos, ?Podrian superarlo?

  • Sasha. La mision de mi vida de Delfina Farias

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    Sasha era hermosa, rebelde, osada y desobediente. Muy distinta a las chicas de su edad. No creia ni en principes azules, ni en cuento de hadas. Criada entre soldados, los mismos que su padre adiestraba bajo severos y peligrosos entrenamientos, y de los cuales ella era uno mas. Cuando logro ingresar al colegio militar, se encontro colmada de felicidad. A pesar de la exigencia e intensidad de los ejercicios, el cansancio y agotamiento de su cuerpo, consiguio ser primera en su clase. Todo iba sobre rieles hasta que conocio al teniente Leandro Martinez Acevedo, metro ochenta y cinco, atractivo, corpulento, recio, pomulos marcados y un cuerpo para el infarto. Con solo una mirada el puso su mundo patas para arriba. Al tiempo llegaron miradas furtivas y deseos dificiles de controlar. Una mentira se puso entre ambos y el se alejo de su lado, pero ella que era una guerrera, sin pensarlo lo siguio a un infierno llamado Irak. En ese pais sus sentimientos se encontraran a flor de piel, la incertidumbre del pasado los golpeara de frente y sin control. Ellos seran dos seres entre sombras y recuerdos de un pasado y presente muy peligroso, deberan transitar una guerra, que sin ser ellos estaran obligados a combatir.

  • Alborea de Carmen Rb

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    Jana, de padre gitano y madre inglesa, se ha visto sumergida desde que nacio en una vida que no le gustaba. Se caso con Kavi, porque asi se lo impusieron, por el rito gitano. Un dia decide abandonarle para buscar un futuro sin normas, sin reglas. Buscando ser reconocida como mujer. Pero nada es lo que parece y tras una serie de sucesos imprevistos encuentra a Pietro: un italiano de armas tomar del que se enamora sin dudar.
    Kavi, quien no ha parado de buscarla desde que ella le abandono, por fin la encuentra en la boda de su mejor amiga Caroba. De donde se la lleva a la fuerza de regreso hacia lo que fue su pasado.
    Pietro, su actual marido, la busca desesperadamente tras su desaparicion y no va a parar hasta encontrarla, ya que no entiende que ha podido suceder.
    Jana se encuentra entre la espada y la pared. Esta confundida en los recuerdos, entre dos aguas... Ama a Pietro, pero la sombra de su primer amor la descoloca, aunque eso signifique aceptar unas normas con las que no esta de acuerdo.
    ?Lograra superar sus miedos? ?Seguira con su actual vida o volvera al pasado?
    Basada en hechos reales.

  • Un reencuentro inesperado de Brianne Miller

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    Anthony Thomas Cavendish, octavo marques de Huntington, sufrio una caida en el mar que le hizo perder la memoria. Ahora se encuentra intentando recuperar su vida lidiando con una familia que le abruma y una mujer a quien prometio matrimonio y a quien ni siquiera recuerda.
    Cuando Eleanor Levenson pierde al amor de su vida quiere morir, pero saca fuerzas de donde no las tiene para seguir adelante con su vida y plantearse encontrar marido en su ultima temporada. Sin embargo, el primer baile de Almack’s le depara una sorpresa que cambiara su destino.

  • Jugando con fuego 3 de Tanatos 12

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    Tercera entrega de esta historia en la que, desde un primer momento, Pablo se vera sorprendido por una Maria que muestra una gran entereza a pesar de lo vivido en casa de Alvaro.

  • Emma Roulotte, es usted de Norberto Luis Romero

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    El muchacho desciende del coche de linea en medio de un paramo. Esta solo, con su maleta, a la orilla del camino de tierra. El ronquido del motor se aleja a sus espaldas y el corazon se le encoge en un puno ante tanta desolacion. A un par de kilometros, unas debiles luces parecen luciernagas aletargadas. Hace frio. Se sube el cuello del abrigo, escruta la noche y decide dirigirse rumbo a las luciernagas que salpican un cielo sin estrellas ni luna. Apenas ve el camino, pero siente la tierra dura y reseca bajo la suela de sus zapatos. ?Que viene a hacer a este pueblecito abandonado de la mano de Dios, sepultado bajo un cielo inhospito?: debe entregar un paquete, y a la manana siguiente seguir su camino rumbo a otra ciudad. Reflexiona acerca de aquel extrano pedido; casi un capricho, que le retrasara el viaje, y decide tomarselo con calma; tampoco tiene demasiada prisa, pues el motivo de su desplazamiento es vago, impreciso, se diria que desconoce la verdadera razon que lo impulsa a este viaje. Pero en su fuero interno, a pesar de tanta niebla, aguarda una aventura que quiebre la rutina de su vida insipida. Sabe que todo viaje tiene algo de iniciatico y lleva implicito un renacimiento interior: partir es morir un poco, y llegar es nacer en un lugar distante al de partida, donde ni hay vinculos ni memoria. Se detiene a las puertas del pueblo, palpa en sus bolsillos y descubre, con fastidio, que perdio las senas del destinatario del paquete. No puede recordarlas: apenas se habia detenido a mirarlas. Su memoria confusa desgrana apellidos posibles. Recuerda que se trataba de un escritor, pero no retuvo las senas. Vacila un instante, ya en mitad de una calle, con la maleta abandonada a su lado. No tiene a donde dirigirse y un sabor amargo de indefension lo sobrecoge, como a un nino perdido de sus padres. Ve las ventanas cerradas, las casas y las calles sumidas en un silencio casi solemne, algun que otro perro vagabundo husmeando en los contenedores de basura, pero a ningun humano. El sentimiento de indefension se acentua, y acude a su memoria una manana lejana, cuando se separo de sus padres en unos grandes almacenes y se vio rodeado por una multitud de desconocidos, que lo observaban con incredulidad y misericordia; evoca a aquella senora gorda y amable, que se le acerco a secarle las lagrimas, y se le humedecen los ojos. Se averguenza de dejar brotar sus sentimientos, y recapacita: ya no tengo cuatro anos. Decide entonces internarse en las calles adyacentes en busca de alguna cafeteria. Son alrededor de las dos de la madrugada y todo esta cerrado. La angustia crece y con ella resurge el nino. Si al menos apareciese la mujer gorda y maternal, le diria que esta buscando a un escritor; aunque no este seguro de haberlo leido en el anverso del sobre extraviado. Va por el pueblo a lo tonto, sin hallar una mano salvadora, su Deus ex machina. Mira el reloj: lleva mas de una hora recorriendo calles penumbrosas, apenas iluminadas por farolas demasiado debiles y espaciadas, y hay rincones tan oscuros como la boca de un lobo salvaje, que lo llenan de zozobra y temor. Vuelve a evocar a la mujer gorda, y en ese instante, justo cuando esta se inclina hacia el con un panuelo inmaculado, dispuesta a enjugarle las lagrimas, oye ruidos, pero no puede ver nada por la noche tan cerrada. Es entonces cuando el autor se apiada y decide que la noche no este oscura como boca de lobo salvaje, y pone en el cielo una luna redonda y blanca. El rostro se le ilumina con un brillo de esperanza y acelera la marcha, decidido. Por fin ve un coche detenido en una esquina. Es un deportivo rojo. Se acerca y golpea suavemente el cristal de la ventanilla. En el interior, un hombre de unos cuarenta anos, delgado, con evidentes huellas de alcoholismo en sus ojos, baja ligeramente el cristal, y con un gesto mudo y agrio le pregunta que quiere. Desconcertado ante la soberbia del conductor y sin soltar su maleta, el muchacho le pregunta si conoce algun hotel o pension. El hombre se queda mirandolo fijamente y le dice que el no es de alli, que tiene mucha prisa, pues anda en busca de una muchacha llamaba Emma, para pedirle perdon, rogarle que le sugiera un titulo para su libro que, por cierto, quiere dedicarselo. Sin despedirse, aprieta el acelerador a fondo y desaparece envuelto en una nube de polvo. ?Seria este, acaso, el escritor que estaba buscando? Desconcertado, el muchacho sigue deambulando, hasta que se topa con unas vias de tren y las sigue con la certeza de que hallara una estacion en la cual, probablemente, quede algun viajero rezagado. No tarda en divisar las luces del anden a lo lejos, pero cuando llega descubre la sala de espera y las oficinas cerradas. En una pizarra lee que el proximo tren pasara a las nueve de la manana. Abatido, desea fervientemente que se le aparezca aquella mujer solicita, con el panuelo impecable, dispuesta a consolarlo; pero la soledad de la estacion es inmensa, apabullante; y la indiferencia del autor, flagrante. Resignado, se acomoda en un banco lejos de las luces, dispuesto a permanecer alli hasta que el sueno lo venza. Dentro de su desgracia tiene suerte: el frio ha disminuido y el aire se ha templado merced a un subito arranque de bondad del autor. Pone la maleta en su regazo, la abre y saca un paquete, un envoltorio de papel marron, sujeto con una fina cuerda de canamo. Lo observa por todos lados buscando las senas del presunto destinatario, pero no hay un solo trazo. Decide abrirlo (no sin remordimiento y pudor), ilusionado con hallar alguna pista. Es una caja de carton blanco, del tamano aproximado al de una de zapatos. Envuelta con sumo cuidado en fino papel de arroz, halla una segunda caja de madera lacada, con una campina inglesa y una casa humilde al fondo, oculta a medias entre frondosos robles, pintada en la tapa. Levanta el cierre de laton diminuto y la abre. Esta vacia, y en las paredes interiores lacadas de bermellon ve unas ligeras raspaduras que le hacen pensar que contuvo algo rigido y muy ajustado, acaso otra caja. Decepcionado, se apresura a cerrarla, y cuando va a envolverla, cae de entre los papeles una tarjeta de cartulina. La recoge y lee: <>. Una nota sin sentido, que no le vale de nada. Reflexiona que su intencion nunca fue mas alla de entregar el paquete, alojarse esa unica noche en casa del destinatario, y a la manana siguiente salir en el primer coche de linea rumbo a su destino final. Pero el muchacho no habia contado con la injusticia y arbitrariedad del autor: el coche de linea retrasado casi cinco horas por un desperfecto mecanico, la perdida del sobre con las senas, la noche impenetrable, esa caja vacia… Vuelve a meter el paquete en la maleta, echa un vistazo a su alrededor confirmando la desolacion y se dispone a dormir, resignado a su destino cruel, con el unico pensamiento de buscar al presunto escritor al dia siguiente, cuando los habitantes del pueblo hayan salido del sueno y la luz invada las calles. Entregara la caja y seguira su camino. A estas alturas del relato, es el autor quien se pierde en los meandros de la narracion, en su malograda estructura, es el quien se siente traicionado por la imaginacion, y no tiene la menor idea de como proseguir con la historia. Aguarda ante el teclado a que una solucion de continuidad llegue de un momento a otro como un milagro, como un Deus ex machina similar a la senora gorda de los grandes almacenes. Se ve tentado a arrojar el principio a la papelera y comenzar otro: imagina un relato interminable, confeccionado unicamente con principios; pero recuerda que ya lo hizo magistralmente Italo Calvino, deja de lado esta idea y recupera su atencion en el muchacho adormecido, abandonado a su albur sobre las rigidas tablas de madera de un banco, con la maleta bajo su cabeza a modo de almohada, y se compadece una vez mas, victima de esa confusion de sentimientos adversos hacia los personajes imaginarios, cuando estos amenazan con descontrolarse, romper el hilo sutil que los maneja y obrar a su propio albedrio. Duda entre incorporar uno nuevo o hacer que llegue el alba y con su luz brillante despeje las sombras. Tiene que escoger entre estas dos opciones, porque no se le ocurre una tercera mejor, y, sin pensarlo, opta por la primera. Ella esta alli, de pie ante al banco, con una mirada tranquila y limpia, pues parece tener conciencia de su oportuna llegada. El muchacho despierta sobresaltado, se incorpora y ensaya cierta compostura. Confundido ante esta subita presencia, se disculpa torpemente. Ella le muestra una sonrisa comprensiva. El se pone de pie, parpadea para quitarse los restos de sueno y en su mente se perfila, como un destello, la mujer de los grandes almacenes. Pero esta es joven y delgada, viste de azul palido, y lleva la cabeza tocada graciosamente con una pamela de paja. Ella toma la iniciativa, y a la par que extiende una mano timida y menuda, le dice: --Buenas noches…Soy Emma. El le sonrie. Ella advierte su desconcierto y se apresura a aclararle: --Me envia el autor. Se tranquiliza, pero reflexiona y le pregunta: --?Un hombre ojeroso, con un deportivo rojo? Dijo que buscaba a una tal Emma. --No sera a mi --contesta ella, decidida. --En ese caso…encantado de conocerla. Soy… --y se calla, vacila, porque desconoce su propio nombre. --Carlos --le dice ella. Y le tiende una mano diminuta. Carlos se sorprende y a la vez se siente reconfortado cuando conoce su propio nombre, tiene por fin una identidad y deja de ser sencillamente <>. Intenta explicarle su situacion, balbucea. --No es necesario --se anticipa ella--, se por que esta aqui, y hare cuanto este en mis manos: es muy triste ser un personaje perdido en la bruma, en las veleidades de un autor ocioso. En este punto de la narracion, el autor hace oidos sordos al comentario de la muchacha, obvia unas cuantas horas muertas entre los protagonistas y da un salto en el tiempo y el espacio: pasa la accion al dia siguiente, cuando ambos estan frente a frente, tomando un cafe en un bar. Son las seis y cinco de la manana, comienzan a pasar por la calle los primeros madrugadores. Carlos mira el paisaje a traves de los cristales del bar, y ve, por encima del hombro de su companera, que el pueblo es mas extrano de lo que le habia parecido en la oscuridad, y su estrafalaria arquitectura le parece mas una gran escenografia que un pueblo real. Ve, tambien, el sol recostado con indolencia sobre el horizonte, con su cabellera de oro desparramada sobre los campos de encarnadas amapolas, que retienen, en su corola suave, tremulas gotas de llanto nocturno. Y aunque no menciona el magnifico espectaculo que se despliega ante sus ojos, la belleza de la descripcion y la metafora del rocio tan magistralmente elaborada, hacen que Emma no se resista a dejar escapar un suspiro profundo, suspiro que se sustrae a la sagacidad de Carlos, todavia absorto en las amapolas humedas. Ella apenas habla, sabe que su presencia es arbitraria, prefiere guardar silencio y beberse a pequenos sorbos el cafe, junto a este muchacho, a estas horas intempestivas, despues de haber pasado la noche charlando con el en aquel banco incomodo, y evita pensar en lo ocurrido durante la elipsis. Tiene conciencia cabal de su casi nula existencia como personaje, de su escasa relevancia, y se ve a si misma como un simple convencionalismo literario: se identifica con uno de esos tipicos grabados alegoricos de la Salvacion, y se imagina cubierta con una suave tunica blanca, con un candil en una mano en alto, y descansando sobre una filacteria que reza: Salvatio. Al fondo del dibujo, unas almas se mueven como fantasmas sin rumbo en la penumbra, como escritores en busca de la pluma e inspiracion perdidas. <>, piensa. Carlos, en cambio, ha recobrado animos, habla mucho y no deja de agradecer a Emma su compania. Esta le sugiere que deje de buscar al destinatario del paquete, pues tiene la corazonada de que no existe, y el autor no penso en ningun momento en hacerlo figurar en el cuento. Carlos se siente desfallecer. Insiste en su obligacion de seguir buscando, pues no cree que el autor sea capaz de jugarle tan mala pasada arrojandolo, sin ton ni son, al vacio de una pagina en blanco. Emma le explica que las reglas del juego literario, de las cuales el autor es inocente debido a su torpeza narrativa, son insondables. --Seria una injusticia --se lamenta el. Y se queda pensativo, con la mirada fija en los brazos desnudos de Emma. Ella le palmea una mano, consolandolo. Esta dispuesta a ayudarlo a salir airoso. Le promete que hara lo posible por ser un buen personaje y que hablara con el autor para convencerlo de que incluya un final feliz. --Se lo agradezco --le dice el, conmovido--. Pero tengo que cumplir con mi obligacion. Abre la maleta, saca el paquete, lo desenvuelve y le ensena la caja de madera lacada. --Es preciosa. Podria entregarmela a mi, y asunto concluido. --Imposible. Busco a un escritor, y, que yo sepa, usted no lo es. --Podria haberle mentido… --No lo creo. Usted es incapaz de mentir, y no estoy en condiciones de abandonar la empresa, aunque no se como salir del paso. --Yo tampoco lo se… Hasta aqui llega mi conocimiento, el resto es pura intuicion. Solo tengo claro que estoy para ayudarlo. Y ambos se abisman en un silencio fulminante. --Quizas hiciera falta un tercer personaje --argumenta Emma. Pero se equivoca: el autor no tiene intenciones de introducirlo, ni sabe como hacerlo. Vuelven a sumirse en un silencio reflexivo. En sus rostros asoma un halo de impotencia. Estan solos y son las seis y media de la manana, en un bar y un pueblo desconocidos. --?Como que desconocido? --Carlos despierta de sus elucubraciones--. ?Acaso usted no es de aqui? --No. --?No dijo que estaba aqui para ayudarme? --Si, pero no se como hacerlo. Y no soy de este pueblo. --?De donde es, entonces? --No lo se; ese, justamente, es mi problema. De aqui, de alla… Voy con mi caravana de un sitio a otro… Probablemente soy de otro cuento. Pero, de momento, podriamos preguntar a alguien si conoce a algun escritor que viva por aqui. Es una manera de comenzar. --Si, pudiese ser… pero ahora me ha hecho dudar de su verdadera existencia --y hay un toque de amargura en su voz--. De todas formas, nada se pierde con intentarlo --resuelve, poniendose de pie y dejando un billete de cinco rublos sobre la mesa. --?Por que ese billete? --No tengo otra moneda. Lo siento --intenta explicarse Carlos, tambien desconcertado. --Ya me lo figuro --rezonga ella--, el autor ha estado leyendo a Gorki estos dias --y suspira ante semejante extravagancia. Una vez en la calle, acuerdan hacerse pasar por marido y mujer para no instigar rumores malintencionados. --Sera necesario un plan --propone Carlos, buscando un modo practico de hacer las cosas. --No hara falta: tal vez el autor ya tenga uno. Continuan sin rumbo, preguntando, mirando aqui y alla, y perciben que el autor siempre pone pueblos iguales, seguramente parecidos al de su infancia. Carlos, a pesar de la agradable compania, no deja de cavilar sobre la contrariedad del destino, aunque tambien ve en el la oportunidad de una aventura, acaso la primera de su viaje. --?Y si llamasemos a aquella casa? --Emma senala una casita que destaca del resto por su jardin lleno de rosas trepadoras que se enroscan en una pergola y estallan en multicolores capullos, como efimeros fuegos de artificio. --Ya estamos con las rosas --dice Carlos

  • El asesinato de Ashley Baker de Marta Zurera Paz

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    Cleveland, 2011. Una estudiante aparece muerta en mitad del bosque. El inspector Campbell se encargara de llevar a cabo la investigacion de la joven donde todo parece apuntar a una posible venganza. Se adentraran en un misterio donde el inspector debera de averiguar quien miente y quien dice la verdad de todos los sospechosos del crimen. Pero ?quien mato a Ashley Baker? Multitud de secretos y mentiras acechan en este suceso que no resultara facil para el, pero un antiguo y misterioso orfanato le llevara a la verdad."Una novela que sorprende, que emociona y que engancha al lector hasta el final".

  • Deseos del corazon de Stefania Gil

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    La vida le otorga una segunda oportunidad a Ellie Griffin; una chica sonadora, que decidio creer en las promesas de amor del hombre equivocado. Y esta segunda oportunidad, la obliga a tener una cercania con el Dr. Sean Norton; un hombre que no le atrae en lo absoluto y que ha intentado conquistarla sin exito alguno.
    Ellie sabe reconocer que Sean es perseverante, pero ella no esta interesada. Tiene una gran herida por sanar y no le apetece enredar mas las cosas.
    Sin embargo, Sean, que jamas se dara por vencido, idea un plan maestro para mantenerse junto a Ellie y ensenarle como es el amor real y como se merece ella ser amada.
    ?Lograra Ellie abrir los ojos y darse cuenta de que Sean es ese hombre <> que siempre sono? ?Conseguira descifrar cuales son los verdaderos deseos que alberga su corazon?

  • Eternas (Bellas 2) de Dhonielle Clayton

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    LA FAVORITA HA CAIDO EN DESGRACIA. Y HAN PUESTO PRECIO A SU CABEZA.

  • Mariam de J. Lallemant

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    Mariam narra la historia de un hombre torturado por la ausencia de su amada, quien fuera asesinada por unos malhechores mientras se dirijian a casa, y que luego es enterrada por el en el patio de la casa con el objetivo de tenerla cerca. Y aunque el conocera a Ilenia y convivira durante algun tiempo con ella, el idilio no durara mucho y el terminara en un sanatorio en donde no establece la mejor de las relaciones con los medicos ni con el resto de personas y en donde, en forma permanente, le vienen los recuerdos de Mariam y evoca las formas mas macabras en las que asesinaria a su verdugo.

  • Cuento De Hadas de Danielle Steel

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    Christophe y Joy eran una pareja profundamente enamorada cuando convirtieron su suntuosa propiedad en California en una pequena bodega de prestigio. En ese entorno de ensueno criaron a Camille, su unica hija, que no tardara en regresar tras terminar los estudios para ayudar con el negocio familiar.

  • Nostalgia por lo particular de Iris Murdoch

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    Las primeras etapas del pensamiento filosofico de Iris Murdoch, una escritora excepcional en el panorama intelectual del siglo XX.

  • Por ultima vez: ?Venganza o Justicia? de Isela Reyes

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    Si supieras que tu tiempo esta contado, ?Que harias? ?Despedirte de tus seres amados? O ?Cobrar venganza de aquellos que te lastimaron?

  • Donde enterre a Fabiana Orquera de Cristian Perfumo

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    Verano de 1983:
    En una casa de campo en la Patagonia, a quince kilometros del vecino mas proximo, un prestigioso politico despierta en el suelo. No tiene un solo rasguno, pero su pecho esta empapado en sangre y junto a el hay un cuchillo. Lo ultimo que recuerda es que viajo hasta alli para pasar un fin de semana con Fabiana Orquera, su amante. No se imagina que ya nadie volvera a verla. Ni viva, ni muerta.
    Treinta anos despues:
    Nahuel, un periodista sin pelos en la lengua, ha pasado casi todos los veranos de su vida en esa misma casa. Cuando encuentra alli una vieja carta que plantea una serie de enigmas para llegar a la verdad sobre la desaparicion de Fabiana Orquera, Nahuel sabe que tiene en sus manos la historia del ano. Sin embargo, al descifrar el primer acertijo recibira un golpe muy bajo que solo da lugar a una interpretacion posible. Hay alguien dispuesto a impedirle a toda costa que responda la pregunta que lleva treinta anos flotando en el aire frio de aquella inhospita parte del mundo.
    ?Que paso con Fabiana Orquera?

  • Sierva de su amor de Concepcion Marin Albesa

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    Eleonor debe saldar la deuda de su padre y entra al servicio del senor del castillo. Durante cinco anos sirve en las cocinas, hasta que el conde muere y regresa su hijo para convertirse en el nuevo senor. Sean se ha fijado en ella y la requiere para sus servicios. Ella esta dispuesta a salvaguardar su honor. Pero su voluntad nada puede contra el amor que siente por tan cruel Senor.

  • La extincion de las especies de Diego Vecchio

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    Gracias al legado de Sir James Smithson, Zacharias Spears funda en Washington D. C. un museo destinado a albergar las colecciones de especimenes recolectados en las expediciones de exploracion del Oeste, amenazados por el apetito sacrilego de las polillas. El sueno de Mr. Spears es poner al alcance de todos la posibilidad de viajar hasta espacios y epocas remotas, recorriendo por dos centavos y en cuarenta minutos aquello que se halla separado por miles de millas y millones de anos. El sueno, parece ser, se hace realidad. Al museo afluyen multitudes con sed de fosiles y medusas flotando en una solucion de formol al diez por ciento.
    Pero los museos, como la literatura, son criaturas canibales, dispuestas a engullir piedras, plantas, pelicanos embalsamados, monedas, fetiches, cabelleras escalpadas, obras de arte, reptiles voladores o nadadores, ahogados o desplumados en el Cretacico antes de devorarse unos a otros. Con una pizca de ingenio, una buena iluminacion y un cuidador que vigile que nadie toque nada, cualquier particula del mundo puede ser expuesta en una vitrina o colgada en una pared.
    La extincion de las especies es una historia natural de los museos, que nacen, se expanden, se agotan y se derrumban para atesorar aquello que fue, que ya no es, ni volvera a ser, pero que se obstina en persistir. Es, tambien, una historia alternativa y estrafalaria sobre la fe en el progreso, el ansia de descubrimiento, la pulsion taxonomica, la mania de coleccionar y restaurar. Es, en fin, una novela coral y singular, impecable y deliciosa; es una novela inextinguible.