• martin casariego - Martin Casariego

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    En el barrio algunos nos llamaban el fotografo y la modelo. Es cierto que le hice bastantes fotografias, y que la mayoria fueron de la clase que imaginaban quienes apenas nos conocian mas que de vista, pero las que verdaderamente me interesaron no eran asi. Escogi vivir en aquella zona deteriorada y multicolor no solo por el precio de los alquileres, sino tambien por cortar en seco con mi pasado. Habia llevado durante mucho tiempo una vida de plastico. Ahora, de querer ser lo que parecia, habia pasado a preferir parecer lo que era; de hablar a los demas, a hablarme a mi mismo. Alli no me encontraria jamas a mi antigua esposa, ni a mis antiguos amigos (por llamarlos de alguna manera), ni, desde luego, a los companeros de mi anterior trabajo, que habia cambiado por uno mas tranquilo, aunque mucho peor pagado. El apartamento tenia unos treinta metros cuadrados, mas el dormitorio de la planta alta, abuhardillado. En el, cuando terminaba de subir la escalera, debia agacharme. Un ojo de buey, en la pared a la que estaba arrimada la cama, proporcionaba una amplia vista de una parte de Madrid, un Madrid sin rascacielos que semejaba un inmenso pueblo cubierto por una lluvia de tejas y vigilado por un ejercito de antenas. Lo que le daba vida a mi pequeno piso era una terracita rectangular abierta en el tejado. Si me encaramaba al borde de este, la vista de Madrid se perdia en el horizonte. Nunca habia estado en Argel, pero la primera vez que me sente alli pense, sin saber realmente por que, en aquella ciudad. Quiza me recordara alguna imagen de La batalla de Argel, que habia visto en el Griffith. Veia las tejas, la ropa tendida, una bandera pirata en el tejado de enfrente, a la que la brisa hacia flamear, las plantas y macetas, y me sentia en paz. En el tiempo de dolor y soledad comprendido entre mi separacion y la enfermedad y muerte de Gafas habia aprendido a querer mi barrio. Una noche me entretuve, callejeando hacia casa, en hacer una relacion de lo que iba distinguiendo en el suelo, desde vomitos y latas hasta preservativos y excrementos, y lo encontre casi arqueologicamente instructivo, en lugar de asqueroso, sin mas. Me gustaban sus calles, una libreria-cafe, atestada de libros, en la que a veces compraba una novela y tomaba algo en una mesa a la entrada, ciertos bares y cafes, como el Nuevo Cafe Barbieri, con sus espejos y mesas de marmol y sillas de madera y columnas de hierro fundido y canapes de terciopelo rojo, en la esquina de Primavera y Ave Maria. Ya ni siquiera me repugnaba tanto el hedor a orines de la calle Primavera, apreciaba tener tan a mano la Filmoteca, o encontrarme en la calle Salitre con el club de fumadores de marihuana con la hoja de marihuana de metal colgada de la fachada, a modo de reclamo o anuncio medieval. Ademas de espanol, se oia hablar chino, indio, arabe, rumano, diversas lenguas africanas que no identificaba. Habia mudanzas y pequenas obras constantemente, negocios que abrian y cerraban, y a todo lo envolvia un pano de provisionalidad. De unos anos para aca los robos proliferaban, aunque ultimamente habian descendido gracias, en parte, a las camaras instaladas en muchas esquinas. Salia del metro y bajaba hacia la plaza por la calle del Ave Maria, donde, fantaseaba, mas de uno habia rezado sus ultimas oraciones, o por la del Olivar, si tenia ganas de variar un poco, entre restaurantes asiaticos, tiendas de chinos, locutorios, verdulerias con especias y frutas exoticas, y a menudo me cruzaba con algun borracho que insultaba a voces a alguien, real o imaginario, o con un loco que pregonaba su suerte por haber conocido en persona a Dios. Pensaba entonces que estaba donde debia estar. Lo cual no era, sin embargo, ni un consuelo ni una alegria.

  • Todos los libros del autor Martin Casariego

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    52 títulos para "Martin Casariego" · Demasiado no es suficiente · Yo fumo para olvidar que tú bebes · Mi precio es ninguno · Y decirte alguna estupidez, por ejemplo ...

  • MARTIN CASARIEGO | Casa del Libro

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    Martín Casariego Córdoba (Madrid, 1962) es licenciado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó a escribir a los 16 años, ...

  • Página oficial de Martín Casariego | Escritor

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    Libros destacados · Yo fumo para olvidar que tú bebes · Mi precio es ninguno · Demasiado no es suficiente · Como los pájaros aman el aire · El juego sigue sin mí · La ...

  • Martín Casariego: libros y biografía autor - Lecturalia

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    Libros de Martín Casariego · Demasiado no es suficiente. 2022 · Con las suelas al viento. 2020 · Yo fumo para olvidar que tú bebes. 2020 · Como los pájaros aman el ...

  • Martín Casariego: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Libros-Mart%C3%ADn-Casariego/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3AMart%C3%ADn+Casariego

    1-16 de 43 resultados ; Demasiado No Es Suficiente: 491 (Nuevos Tiempos) · 2 febrero 2022. 3,0 de 5 estrellas 5 ; Mi precio es ninguno: 478 (Nuevos Tiempos) · 28 ...

  • Demasiado No Es Suficiente: 491 (Nuevos Tiempos) Tapa ...

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    EL NUEVO CASO DE MAX LOMAS «Desde su primer libro, la obra narrativa de Martín Casariego ha merecido galardones y el reconocimiento de la crítica, ...

  • Martín Casariego Córdoba - Ediciones Siruela

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    Martín Casariego (Madrid, 1962) es autor de más de una docena de novelas. También ha publicado guiones, cuentos infantiles, ensayo, relatos y artículos de ...

  • No te pierdas los 3 mejores libros de Martín Casariego ...

    https://www.juanherranz.com/3-mejores-libros-martin-casariego/

    3 mejores libros de Martín Casariego. Una cosa es definir a un escritor como versátil y otra diferente es saber mutar, cambiarse la piel del narrador a ...

  • DEMASIADO NO ES SUFICIENTE - MARTIN CASARIEGO

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  • Yo fumo para olvidar que tu bebes de Martin Casariego

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    La conoci en Madrid, un fin de semana libre, en el bar de copas en el que por entonces ella trabajaba de camarera. Estabamos en primavera, detalle intranscendente, pues a las historias de amor cualquier estacion les sienta bien. En cierto modo todo comenzo alli. La piel, las canciones, los tiros. El mundo, mi vida. Todo. Fue en 1988. Lo que cuento aqui sucedio, pues, hace ya muchos anos, en una epoca mas libre y salvaje, como el jinete de la pelicula de Jane Fonda. En algunos aspectos mejor; en otros, peor. Los de piel fina deberian tenerlo en cuenta. Eran los tiempos del fin de la Movida, y todavia se oian en los bares y en las radios canciones en las que el estribillo era, por ejemplo, Ayatollah, no me toques la pirola, y titulos como Los chochos voladores o Me gusta ser una zorra. ?Y que decir de una letra como la de Si, si, de los Ronaldos? Hoy seria un escandalo. Yo iba solo, como de costumbre. Al abrir la puerta me llegaron los primeros acordes de Good vibrations, de los Beach Boys. Ahhh... I love the colorful clothes she wears... Y la vi. Fue verla y que me hiriera un rayo que todavia no ha cesado. El bar estaba bastante concurrido, pero para mi fue como si solo estuviesemos nosotros dos. Elsa tenia veinte anos y yo, veinticinco. A esas edades, ella se creia que tenia derecho a ser feliz y yo empezaba a dudarlo. Y sin embargo fue entonces cuando encontre la felicidad. Me duro dos anos. No esta nada mal. Hay felicidades que duran segundos. Si la hubiera visto Ariosto, habria dicho eso de que la naturaleza la hizo y despues rompio el molde. Tenia una bonita melena rubia y vestia falda escocesa, blusa blanca y unos zapatos rojos con tacon, mas apropiados para atraer las miradas de los varones que para trabajar tras una barra. Mi primer impulso fue huir. Los cinco siguientes, acercarme. Probe un recurso desesperado: imaginarla con cincuenta anos. Con sesenta. Con setenta. No surtio efecto. Hasta entonces me habia enamorado dos veces, una en el colegio y otra en la universidad. Pero aquello que sentia ahora era nuevo y sospeche que, en realidad, nunca me habia enamorado. Desvie la mirada. No queria enfrentarme a sus ojos. No queria saber su nombre. Queria huir. Queria saber su nombre. Queria llevarla a mi pension. Se acerco para atenderme. Soy un iman para las mujeres, y mas si son camareras. Era delgada y tenia los ojos verdes, de ese verde que a veces se vuelve azul o gris, de ese verde que te hace dudar si es azul o gris, y entonces la chica saca la erronea conclusion de que no te fijas de verdad en ella. Su cara resplandecia, alegre, pero, me parecio, dejaba traslucir que habia sufrido. Segun Oscar Wilde, en el amor comienza uno por enganarse a si mismo y a veces logra enganar al otro. Tenia que enganarla. --Hola. Me quede callado, mirandola. No por aplomo, sino por deslumbramiento. Mirando su mirar ardiente, honesto. De todas las sentencias que he escuchado acerca del amor, una de las pocas que salvaria es la de que existen los flechazos. ?Han visto alguna vez, en camara lenta, como una bala traspasa tejido animal? Es algo asi. --Hola --repitio, sin saber disimular del todo su impaciencia ante mi silencio--. ?Quieres algo? --Supongo que no te descubro America, pero tengo que decirlo: estas barbara. --Es que me llamo Barbara La Marr --me vacilo. Tenia un aire a Ava Gardner, aunque en rubia. La cara alargada, la expresion de los ojos algo burlona, la boca grande y los labios finos, los pomulos marcados. Delante de mi, nunca nadie saco ese parecido. Igual solo yo se lo encontraba. --?Tu segundo apellido es Debuena? Era una broma de la epoca, en la linea de Almodovar y Patty Diphusa. Se le escapo una sonrisa. --Imbecil. Me llamo Elsa. Que accediera a decirme su nombre era un buen augurio. Compensaba lo de <>. Aunque quiza incluso lo de <> fuese un buen augurio. --Yo, Max. --Bueno, Max, ?vas a tomar algo? A ese lado de la barra os divertis, y a este trabajamos. --Un ron con Coca-Cola, Elsa. Selecciono la botella. Ahora sonaba Always on my mind, de Pet Shop Boys. Me gustaba, aunque soy de los que prefieren la version original. La de Elvis. --If I made you feel second best, girl I'm sorry I was blind --canto para si misma. O quiza para mi. --?Por que me miras asi? ?Tienes algun problema con mi voz? --Claro que tengo un problema con tu voz. --?Ah, si? ?Y cual es? --Que me gusta. Si a esa musica se le sumaba la banda del tintineo de los hielos, el sonido del ron cayendo sobre ellos, las burbujas del refresco estallando, el efecto era fantastico. Bueno: lo era, sobre todo, por ella. --?Que nombre es ese de Max? ?Maxwell? Se mezclaban en su pregunta la intencion y la ingenuidad, de modo semejante a como ocurria con su forma de vestir. --Maximo. Maximo Lomas, para servirte. --?Me tomas el pelo? ?Maximo Lomas, Maximo Lo Mas? --Me miraba sonriendo con los ojos--. !Venga ya! Es un chiste, ?verdad? --Si lo es, es de mis padres. Me limito a intentar hacerle honor. Conoci a una chica que se llamaba Dolores Mento, y la llamaban Lola, claro... Me dejo con la palabra en la boca. Lo lamente, aunque tambien la disculpe. Tenia que atender un monton de gargantas sedientas. Tenia que seguir poniendo copas a un ritmo infernal. 2 Asi que continue escuchando la musica, bebiendo e imaginando como era aquella desconocida a la que acababa de conocer. Entre copa aqui y copa alla, maquillate, maquillate, intentaba no perder el tiempo cuando me concedia algunos segundos. --No tengo novia. --Pena, penita, pena --se burlo--. La musica, alegre, que la tristeza ya la pone el mundo. Y ya estaba dandose la vuelta para irse y dejarme abandonado. No tenia corazon. --Ponme una margarita, por favor. Ya sabes, bien de sal en los bordes. ?Y quien ha dicho que no tener novia sea triste? No consegui retenerla ni un instante. Pero al menos tenia un motivo para volver. Lo hizo al cabo de unos minutos, con el coctel. Di un trago, tras chupar un poco la sal del borde de la copa. --?Como esta? Antes de contestar, di unos sorbos. --La estoy deshojando. Me gusta, no me gusta. Me gusta... Me miro molesta. Aun tenia el corazon blindado. --?Te han dado planton, con lo resalao que eres? Me cuesta creerlo. Se fue al otro lado de la barra, donde la reclamaban dos chicas. Y asi iba pasando la noche, trago a trago, yo cada vez mas bebido y mas enamorado. --Voy a darte un consejo --le dije, la siguiente vez en que tuve ocasion de hablarle--: casate con alguien que te quiera mucho. Es el tipo de consejo que uno da cuando esta borracho. Ella, rapida, me puso la mano delante de la cara, mostrandome un anillo abrazado a su anular. --Ya lo he encontrado. Yo tambien he venido sola, pero estoy casada. ?Y tu? ?Poligamo? Lo decia por los anillos que adornaban mis manos. Dos en la izquierda y tres en la derecha. O las reforzaban, cuando habia que repartir estopa. --Creo que acabo de hacerme monogamo. Llego un quinqui algo mas joven que yo, vestido a todo lo que daba. Fue a la barra y llamo a Elsa, que se acerco. El le cogia de la mano, del brazo, y ella se lo quitaba de encima como podia. Parecieron discutir. La cosa no paso a mayores y el pretendiente, enfadado, se marcho. Moscones revoloteando alrededor de Elsa habia muchos. Pero ese habia sido el unico en transformarse en pulpo. Confiaba en que a mi no se me pudiera catalogar de moscon.

  • El Loro En El Limonero de Chris Stewart

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    Las vidas de Chris, Ana y su hija Chloe continuan en su cortijo El Valero. Un loro algo misantropo se colara en la familia, la chica lleva adelante su vida escolar en el pueblo, montan el telefono, los vecinos siguen con sus algo locas historias de amor y pendencias, y de golpe descubren que su amado valle quizas este una vez mas bajo la amenaza de ser sumergido por la construccion de una presa. Al mismo tiempo comienza la vida literaria de Chris y, tras el exito de su primer libro, Entre limones, los periodistas hacen el sendero del aislado cortijo hasta golpear inesperadamente su puerta y el hace recuento de su anterior vida: los duros tiempos en que iba a esquilar ovejas a Suecia (cruzando mares helados para llegar a remotas granjas); su primera toma de contacto con Espana para aprender a tocar la guitarra flamenca a los 20 anos; o su ilustrisima carrera musical, primero como bateria de un grupo escolar llamado Genesis (expulsado a los 17 anos, nunca hubiera podido ser un Phil Collins) y con su paso por el circo de sir Robert Fossett. Nuevos e irresistibles episodios de una historia entre limones.

  • Malon de amor y muerte de Graciela Ramos

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    Invierno de 1829. El pais estaba despiadado, ignorante y salvaje, asi lo definia don Julio Ramirez con sus amigos. Habia logrado liberarse de los colonizadores espanoles hacia trece anos, pero ahora la guerra civil era duena de las calles y los malones de indios dominaban los campos. La polvareda y la sangre embarraban los dias de los inocentes. Jose Maria Paz tomaba la gobernacion de la provincia. Juan Bautista Bustos pedia ayuda a Facundo Quiroga, pero ambos eran derrotados por Paz en la batalla de La Tablada el 23 de junio de 1829. En Villa de Tulumba, provincia de Cordoba, se establecia la hegemonia de la familia Reinafe, cuyos cuatro hijos eran federalistas. El interior del pais claudicaba ante los ataques de los malones que desgraciaban a las familias, los fusilamientos por diferencias politicas y las batallas que estaban a la orden del descuido… CAPITULO 1 LA APARICION Villa de Tulumba, estancia La Esperanza Rosalia suspiro y mientras miraba a sus hermanas se aletargo aburrida en el sillon. --!Tanta jarana por un vestido nuevo! --decia, harta de ver como perdian sus preciadas horas repitiendo la misma situacion, mirando una tela, luego otra, luego la misma. --!Rosalia!, acercate, manana viene Celia por las medidas y los modelos. Ven, amor, elige telas --decia carinosamente dona Ana Alvarez, madre de tres hermosas hijas y esposa de don Julio Ramirez. Una carismatica mujercita espanola, curvilinea, de gestos claros y mirada honda. --Si, claro, las vamos a usar para conquistar a los indios… --agrego Rosalia desafiante. --Hermanita, con estas telas vamos a ser la envidia de todas las muchachas, si Celia llega a tiempo con los vestidos para la tertulia de dona Mercedes y podemos viajar --decia Juana, la menor de la familia. --Si, y somos las primeras en elegir. Imaginate, las Cabrera se deben estar comiendo las unas --agregaba Teresa, la hermana mayor. La vida en el campo no era facil. Don Julio, viendo crecer a sus hijas, se preguntaba muchas veces si no debian mudarse a la ciudad. Alli tendrian mas posibilidades de ir al convento a estudiar, de viajar y hasta de poder conseguir un marido importante. Tal vez tendrian que pasar mas tiempo en la casa de la ciudad. Tal vez, tal vez… Las dudas mandaban en la mente de don Julio que veia como sus pequenas mujercitas se convertian en bellas e interesantes mujeres. Cada una de ellas se definia en su caracter, sus gustos. Eran totalmente diferentes entre si. Las hermanas Ramirez seguian eligiendo telas bajo la mirada de dona Ana, quien se detuvo en Rosalia. Tenia que hablar con su esposo sobre su segunda hija, ya deberia tener un pretendiente, sus inclinaciones por estudiar la habian alejado de la vida social que llevaban sus hermanas. Siempre estaba con un libro en la mano, o ensenando a leer a los criados. Rosalia, mas que un marido, pretendia un viaje a Francia o a Espana. Conocer el viejo mundo era una de sus ambiciones. Odiaba ese tipo de tertulias, un vestido y listo… para ella estaba bien. Teresa, la mayor, miraba minuciosamente las telas, se detenia en las puntillas… seguro estaba pensando en Francisco. El Reinafe la volvia loca, ?tendria un amorio a escondidas? La habia visto varias veces conversando con el; si don Julio se enteraba, la enclaustraba en las Carmelitas, no estaba en sus planes entregar a su hija a un coronel involucrado en la guerra civil que afectaba al pais en ese momento. Don Julio era un hombre de negocios muy respetado en la zona, recto y de pocas palabras, no compartia credo con los Reinafe, "esos caudillos criados por la hermana". Pensaba que no estaban bien asesorados, que eran buena gente con malas companias. No confraternizaba con las ideas del federalismo. Era mas amigo de algunos proyectos del unitario Paz, aunque sostenia que habia que sacar lo mejor de ambos partidos. Don Julio, al igual que habia hecho su padre, comerciaba sus productos sin considerar colores ni partidos. Esa conducta le habia infundido respeto a su imagen. Las horas pasaban y Rosalia se sentia empalagada por la situacion. Las telas empezaban a lucir todas iguales, el te posaba frio junto a la tortilla. Observaba a sus hermanas que simulaban diferentes modelos sobre sus cuerpos con los delicados generos. Las risas mostraban alegria y diversion. Agobiada, se levanto, busco su abrigo y salio a caminar un poco para despejarse. Esquivo la guardia que custodiaba la estancia ante los posibles ataques de indios, y anduvo sin rumbo durante un rato hasta que termino sentada sobre una piedra al costado del arroyo que se habia tragado su propia agua. Habia hecho caso omiso a sus pensamientos de prevencion; hacia apenas unos dias los indios habian atacado una estancia vecina dejando solo penuria y dolor. Don Julio habia prohibido la salida a sus hijas sin previa autorizacion. Rosalia decia que su padre era exagerado, pero el sabia muy bien de lo que hablaba. El frio gelido y seco enrojecia las mejillas de la muchacha. Le gustaba llenar sus pulmones de aire fresco, tomando revancha de los extremos calores del verano. Abrazo su chal de lana y cruzo el arroyo seco y hambriento de lluvias. Se lanzo al camino, las huellas le facilitaban el paseo. Sabia que no debia pasear sola por alli, nunca. Pero una de las caracteristicas de Rosalia era justamente su rebeldia. Caminaba inmersa en sus pensamientos y ese fue el motivo por el cual no sintio el taconeo del caballo que venia soplado por el viento. Cuando lo vio, ya estaba alli. Parecia que iba a atropellarla, sintio que su corazon se detenia. ?En que momento aparecio ese hombre? Se paro, tomo su faldon con ambas manos para salir corriendo, pero no pudo dar un solo paso. Habia quedado paralizada por el gran susto. --!Cuidado! --alcanzo a gritar al ver al caballo casi sobre su cuerpo y temiendo que el extrano quisiera cargarla en ancas y llevarsela. El corcel cayo de rodillas confundido ante las ordenes y tirones de las riendas del jinete asustado. --!?Pero que hace en el medio del camino, mujer?! Casi la aplasto con mi caballo --dijo el joven muy enojado, pero aliviado de no haber lastimado a esa muchacha que habia quedado impavida mirandolo. Salto del potro quedando al lado de Rosalia. En cuanto la vio se sintio conmovido y cambio enseguida su actitud: --Perdon, senorita, si la asuste, en realidad no la habia visto --dijo el muchacho. Rosalia habia perdido la voz, por mas esfuerzo que hacia, las palabras encallaban en su boca; de imaginarse sobre el caballo, tomada por un indio, ahora estaba frente a este caballero desconocido. Su voz salia acompanada de un dejo espanol, le recordaba a su madre. --?Esta usted bien? --insistio. --Si, si, claro, y usted casi me atropella --le contesto levantando su menton y estirando las cejas hacia arriba. --Tiene razon, lo que pasa es que no imagine que una hermosa mujercita sola estuviera en esta espesura. El joven estaba maravillado ante la aparicion en el medio del camino. No tenia ganas de seguir, pero… --Me dirijo a la estancia Santa Clara, ?sabe usted si estoy bien encaminado? --Caballero, no tengo idea, pero le sugiero que siga hacia el camino principal, seguro que alli sabran indicarle --dijo algo aturdida. Ese mocito habia logrado cortarle la respiracion, pero ella jamas perderia la compostura. --Mucho gusto. Me llamo Alfonso Cornejo. Y usted, ?cual es su gracia? --?Que? !Ah! Rosalia… --contesto ruborizada. --?Rosalia…? --Si, Rosalia Ramirez --dijo sin saber como continuar. Habia quedado cautivada por el atractivo del muchacho. Era alto y fortachon. Su cabello suave y rubio brillaba resaltado por su rostro bronceado. Sus rasgos duros contrastaban con su mirada suave; la boca grande y sus labios intensos. Queria irse de alli, pero no podia moverse. --Sigo mi trayecto, seguro nos volveremos a ver --dijo Alfonso mientras comenzaba a caminar al costado de su caballo. Luego de varios pasos regreso la mirada sobre su hombro y la vio, atontada, observandolo. Le guino un ojo y siguio. Con una sonrisa victoriosa, ahora si, salto sobre su potro y se perdio entre los espinillos. Le gustaba esa sensacion, siempre ganaba con las mujeres. Rosalia habia quedado embelesada con ese hombre. ?De donde habia salido? No era de por alli, conocia bien a todos los vecinos. Bueno, tal vez estaba de paso; por ese lugar transitaba mucha gente que venia de lejos. Pero estaba solo y nadie viajaba sin compania en esas epocas tan turbulentas. Automaticamente sus pensamientos cambiaron por el recuerdo del encantador rostro del mocito desconocido. Luego del altercado, y mirando hacia todos lados, regreso a la estancia con paso rapido y una sonrisa sonadora. ?Pero que habia pasado? La dura Rosalia, la intelectual… ?habia quedado prendada de la estampa de un desconocido? En la casa la reunion ya estaba llegando a su fin, se embrollo con disimulo entre sus hermanas, pero a dona Ana no se le escapaba nada y la miraba por el rabillo del ojo. Siempre excluida de todas las reuniones, solo lograba que asistiera bajo presion, y al menor descuido, desaparecia. ?De donde habia salido esta nina?, pensaba, ella era tan sociable, siempre pendiente de todos los detalles, los vestidos, las reuniones, los viajes… igual que sus otras dos hijas que siempre reclamaban vestidos nuevos y querian permanecer mas tiempo en la casa de Cordoba. A Rosalia solo le interesaba contradecir todas las opiniones y reclamar espacios libres para su lectura.

  • La caja secreta de Xana de Iris Rodriguez Mieres

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    Suena el despertador; son las siete de la manana. Me levanto y voy al servicio. Pero antes me paro en la cocina, preparo un chocolate y como unas magdalenas riquisimas que hice ayer. Soy muy maruja, !me encanta cocinar! Me doy una ducha, depilo los pelos que se ven, y cuando ya me estoy vistiendo, suena el telefono. Es mi amiga Marta. --Dime…. --le respondo poniendo los ojos en blanco y con un suspiro, a pesar de que no me esta viendo. --Oye, ?estas lista no? Vamos a llegar tarde. En cinco minutos baja de casa. --Es una marimandona, todo lo tiene que llevar bajo control. --!Vale siiii… voy! --Le cuelgo y termino rapido. !Uf, Marta y sus prisas! !Me pone de los nervios! Me visto rapido. Me pongo unos leggins, una camiseta de tirantes y las zapatillas Nike. Me peino con una cola alta, cojo la mochila y compruebo que lo he cogido todo para salir rapido. Bajo y ahi esta ella; riendose dice: --!Venga mujer, cada dia tardas mas! Mientras me subo al coche, la miro con ojos de asesina y le digo con tono imponiendo: --!Pasa de mi, solo dormi tres horas! ?Yo trabajo sabes? !Si voy es solo por ti porque no me apetece nada hacer el descenso del Sella en canoa! --Xana, !tu siempre protestas por todo y luego eres la que mejor se lo pasa! --!Venga vamos! --Le digo animandome. Vamos en un coche Opel Corsa, que en realidad es mio, pero como ayer bebi un poco al salir de trabajar, Marta me llevo para casa. !Es a la unica que le dejo llevar mi super bolido!, que por cierto !esta cayendose a cachos, pero son mis cuatro ruedas las que me llevan a todas partes! Llegamos a Ribadesella; donde se realiza el descenso del rio Sella en canoas, y nos juntamos con un grupo de gente, conocidos de unos amigos, haciendolo en grupo sale mas economico; ademas resulta tambien mas divertido, conoces a otras personas y sales de la rutina de siempre. Observando a mi alrededor, veo a varias parejas, chicas, chicos...; cuando me doy cuenta que Marta me esta mirando y riendose. Yo la miro con cara de "?Que miras? "Ella se da por aludida y me dice: --?Fichando ya a alguno Xana? --Bueno, todos los que mejor estan vienen con pareja, asi que... --Me empiezo a reir con cara de picara mirando para un moreno, nosotras con solo mirarnos, nos decimos casi lo que pensamos, nos conocemos perfectamente la una a la otra. --!Venga Xana! Ese moreno creo que no tiene novia, la que le acompana es su ex, lo conozco de vista ya que es el amigo de mi primo. --!Uf! !Tu primo tampoco esta nada mal eh! --Le digo riendome. --!Te levantaste juguetona! --Lo que pasa es que llevo dias sin masturbarme !imbecil! -Las dos reimos sin parar con nuestras locuras. Mientras estamos todos conversando, llega un monitor, que la verdad, !tambien tiene su punto! (aunque es rubio y a mi no me van los rubios). Nos explica como funciona todo, y tras su explicacion, nos montamos en las canoas y nos empujan como por una especie de bajada, parecida a un tobogan. Y … !uoooooo! !Nos sube la adrenalina nada mas empezar! !Menuda sensacion, esto es una pasada! Empezamos a remar y no podemos dejar de reirnos; !nos dio un ataque realmente bueno de risa! Y encima el dia acompana, !este sol tremendo hace que sea un comienzo de dia estupendo! Remando como locas, se pone delante nuestro el chico moreno en el que me habia fijado... !muy chulo sin chaleco! Y decidimos Marta y yo ir a por el. El se da cuenta y nos provoca mirandome a mi y diciendo: --!Morena, estas muy seca! !Cuando te descuides voy a por ti! Me rio en mi interior pensando "?por mi? !Ten cuidado machote, que no me conoces bien a lo que puedo llegar!" Seguimos riendonos y remando como locas, pero el muy traicionero, viene al mismo tiempo y nos vuelca. !Sera cabron! El se rie a carcajadas limpias mientras yo le grito: --!Gilipollas! Marta me da un golpe nada mas que yo le insulto, para darme un toque de atencion, para que no me enfade con el. Me conoce de sobra y sabe que enseguida me sube una adrenalina por dentro que muerdo a quien se me ponga delante. Pero me contengo. Llegamos al destino tras cuatro horas remando. Nos habiamos parado a medio camino a comernos un bocadillo, ya que hacer el descenso del rio en canoa agota que da gusto. El chico moreno no se atrevio a decirme nada mas y tampoco a empujar mi canoa. En el fondo me sentia mal al haber sido tan desagradable con el. Marta y yo nos vamos a los vestuarios. Estamos muy cansadas. --Por favor Xana... !vamos a Gijon ya! !Me muero por ir a casa! Salimos en direccion al coche para irnos a casa cuando me encuentro al chico moreno de camino para el coche. Este me guina un ojo y me dice: --!No te enfades morena! Yo le guine tambien un ojo y le hice el gesto de tirar un beso al aire. No podiamos casi ni conducir, el cuerpo nos dolia de tanto remar. !E incluso la barriga nos dolia de tanto reirnos! 2 EL MORENO Por fin llego a casa, abro la nevera y cometo el mayor atracon de mi vida, empezando por cortarme queso de cabra y terminando por un cola-cao bien calentito. La verdad es que mi estomago, a veces, es un pozo sin fondo. Con mi barriga ya para estallar, voy en direccion a mi habitacion y caigo redonda en la cama. Cojo mi movil para cotillear el Instagram y el Facebook, es mi momento de relax, descansar un poco. En ese momento recibo una peticion de amistad de un moreno que me suena… !Pero si es el amigo del primo de Marta! Veo que se llama Pablo y le acepto la peticion, para empezar a husmear su perfil. En el, veo sobre todo fotos de coches de Formula 1; pero ni rastro de la chica con la que iba, que decia Marta que era su ex novia. Bueno si, veo una foto que sale a lo lejos con mas gente sentados en una mesa, pero que parece una simple foto de amigos, sin mas. !Un mensaje privado! !Es el! Pablo: !Hola morena! Xana: Hola moreno. ?Que haces tu por aqui? Pablo: Me llamo Pablo, no hace falta que me llames moreno. Xana: Igualmente, me llamo Xana, no hace falta que me llames morena. Pablo: Anda, !que caracter! Xana: ?Igual que el tuyo no? Pablo: Bueno, quiza tengas razon, estoy empezando mal. Me pareciste muy agradable y por eso te envie la solicitud, para conocerte algo mas, si no te importa. ?Conocerme algo mas? !Este que no se emocione, que yo paso de complicaciones con ex y no ex de nadie! Xana: No se porque camino vas Pablo, pero, no soy de conocer a chicos con pareja. No quiero tener ningun problema y tampoco hacer lo que no me gustaria que me hicieran a mi. Pablo: Puedes estar tranquila, que ya no estamos juntos, pero quedamos como amigos. Estuvimos dos anos juntos y como amigos nos llevamos bien, pero como pareja eramos pesimos; de eso hace ya tiempo. Xana: Bueno pues encantada de conocerte, pero estoy ya acostada en la cama, con mi gato aqui al lado y se me cierran los parpados. Asi que, en otra ocasion hablamos. Pablo: Encantado Xana, sin problemas. Hablamos en otro momento, descansa y feliz noche. Por cierto, que suerte tu gato. Un saludo. Xana: !Mas suerte la mia! Me quedo mirando el movil como una tonta pensando, por que un chico como ese, podria fijarse en mi. Yo soy una chica morena, de metro y medio, un poco subida de peso. Como se suele decir, tengo donde agarrar. Y el es un chico moreno, alto, con una espalda de cuatro metros por lo menos de lado a lado, y al menos mide dos metros de altura, seriamos como Shakira y Pique si me junto a alguien asi. Mi ex, era todo lo contrario, no llegaba a 1. 65 m. !Me encantaba ponerme tacones y sentirme a su altura! Y a todo esto, me quedo dormida... Al dia siguiente, me levanto con un hambre tremendo, tengo a mi bola de pelo Misi maullando porque me espera para que le ponga su comida. Abro la nevera y me preparo unas tortitas, junto con un cafe; "!que sea doble por favor!" Y me siento en la cocina a desayunar. La verdad, que hoy casi me duermo, tengo unas agujetas tremendas, !creo que se me va hacer largo el dia de trabajo! Espero que al ser lunes no tengamos una agenda repleta de faena. Trabajo en una peluqueria, por lo que tengo que estar bien activa, empieza la temporada de bodas y comuniones y tenemos muchas pruebas de peinados. Siempre al llegar, mi companera Claudia y yo nos peinamos y nos preparamos la una a la otra para poder estar bien presentables para nuestras clientas. Aprovechamos ese ratito para contarnos nuestras penas, alegrias, cotilleos... Es nuestro momento "!vieja del visillo!" Nuestro jefe, Javi, viene cuando puede. El tiene otro local que lleva junto a su mujer. Asi que Claudia y yo, somos las que hacemos y deshacemos en la peluqueria. Llevamos trabajando juntas cinco anos. --Xana, ?que tal ayer? ?Agujetas? --me pregunta riendose, ya que bajar el rio Sella supone hacer un gran esfuerzo fisico y hay momentos muy complicados. Se trata de una actividad muy tradicional de los asturianos, que por cierto !creo que no voy a bajarlo mas en mi vida! Ir en canoa, remando sin parar, con mas gente bajando y riendote, es divertido, pero a su vez, !revienta hasta al increible hombre Hulk! --!Pues me voy a morir hoy Clau! Pero tia, !ayer conoci a un morenazo! Que por cierto ya lo tengo fichado en Facebook. Y ayer en la noche estuve mensajeando con el. --Le digo orgullosa, con una sonrisa picara al pensar en ese hombre tan sexy. No deberia tener tantas ilusiones en mi cabeza y dejar que fluyan las circunstancias. --!Jolines!, en el transcurso de cinco anos que no estas con tu ex, ya perdi la cuenta de cuantos me cuentas que conoces, !debes centrarte! --Me dice mi companera muy preocupada. Tiene mucha razon, aunque no se la dare. Ante todo, esta mi orgullo. --?Centrarme? El cuerpo me pide marcha y se la doy, pero el corazon no me hace tik tak. Debio quedarse seco. --Le bailo mientras le daba la respuesta, haciendo gestos de un reloj con las manos y jugando con los dedos. Le saco una pequena sonrisa. --Yo lo digo por tu nena carino... --me mira con cara de pena, ella quiere mucho a mi hija Sara, pero yo no tengo la culpa de todavia sentir palpitaciones cuando se acerca a buscar o traer a la nina mi ex y no sentir eso por otro hombre. Solo tengo sexo y a veces me da hasta pereza, porque en ocasiones, prefiero masturbarme y ser yo misma quien me de placer antes de quedar con ningun tio. --Ya lo se Claudia, lo que pasa que desde que me divorcie, no senti nada por nadie. La cria tiene ya siete anos y ya se entera de todo. ?Crees que no lo pienso? --!Claro que se que lo piensas! !Ya veras que cuando menos te lo esperes, tu corazon seco y partido volvera a latir! --Sonrio a Claudia, me encantan las palabras que siempre me dedica, es una gran companera, amiga y todo para mi, un encanto de persona. Termina mi jornada, cojo el coche y voy a buscar a Sara al cole. Me pongo en la puerta y no hay dinero que pague lo que siento cuando la veo despues de estar sin ella quince dias, que son los dias que le corresponde estar con su padre, ya que tenemos custodia compartida. Sale por la puerta en fila con todos sus companeros, y cuando le toca salir, viene corriendo gritando: --!!Mamiiiii!! Me da un abrazo que me quita la respiracion. Su olor… mi bebe, !como la quiero! Lo paso muy mal cada vez que le toca estar con su padre, me siento vacia y muy perdida cuando no esta mi pequena. --Mi mujercita, !como te eche de menos! --!Y yo mami! --Nos abrazamos muy fuerte. Ese olor de mi nina es lo mas valioso que hay, me transmite mucha fuerza. Me mira con esa carita de bebe, que sigue siendo para mi, que me apetece comermela entera. Ser madre soltera es dificil y mas cuando parece que se asustan la mayoria de los hombres cuando les cuentas que con veinticinco anos tienes un ex marido y una nina de siete anos con el. Se que fuimos muy deprisa. Cuando nos enamoramos su padre y yo, con diecisiete anos, me quede embarazada y recuerdo que a mi padre casi le da un infarto y mi madre se quedo sin palabras. Y lo mas fuerte fue cuando con dieciocho anos me case a escondidas en el juzgado con Juan, porque sus padres decian que teniamos que hacerlo y fuimos simplemente un jueves a firmar, con dos testigos y ningun invitado mas. Todo para que a los dos anos terminara y me dejase con veinte anos destrozada, porque me puso los cuernos, con la que era mi mejor amiga. Esa amiga con la que vas siempre juntos en pareja a cenar, al cine y miles de cosas mas. Todo se quedo en un polvo de una noche, !los dos destrozaron sus relaciones solo por eso! Logicamente, por mas disculpas que me dio Juan, yo nunca le perdone y ella, vamos... !que no se atreva nunca a mirarme cuando me vea! --Sara, vamos a comer a casa de la abuela, hizo fabada como a ti te gusta. --!Si! Tengo muchas ganas de verla. Nos montamos en el coche, voy a meter la llave para arrancar el motor y suena el movil. Lo miro y abro el Messenger del Facebook, cuando veo un mensaje de… ?Pablo? Me quedo de piedra y me entra un escalofrio por el cuerpo, cuando leo:

  • Falsas apariencias de Noelia Amarillo

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    ?Que pasaria si C3PO y Dracula se conocieran? ?Y si se sintieran atraidos sexualmente? ?Seria sexo intergalactico, robotico o vampirico?
    Luka lleva un dia de perros, se ha quedado sin gasolina y ha tenido que dar un largo y ?agradable? paseo (con tacones, sobre la carretera desconchada, malhumorada) hasta la gasolinera, para colmo de males alli se encuentra con un tipo graciosillo que presencia divertido como ella acaba tirada en el suelo lleno de ?fluidos insanos? del aseo. !Que tipo mas majo!

  • La fuerza del amor (Blue Roses 2) de Noelia Jimenez Sanguesa

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    El mayor miedo de Sophie siempre fue permanecer sola, bajo las sombras. Ese miedo empezo cuando su marido comenzo a beber (aunque no sabia exactamente que, puesto que no era alcohol) y volvia a las tantas de la madrugada pidiendo solo sexo. Poco a poco el hombre se iba volviendo algo sadico.

  • Tu sangre y tus besos de Sophie Kiss

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    Para este Helloween. Aquella salida nocturna a Shirley le cambio la vida para siempre, sacandola de su rutinario y monotono estilo de vida, viviendo nuevas e intensas aventuras al lado de Rene y Marcus, dos hermosos hombres que tienen una gran sorpresa guardada entre manos. Al ver a Shirley no lo dudaron y la eligieron para estar con ella.

  • Catedrales de Claudia Pineiro

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    Una adolescente aparece quemada y descuartizada en un descampado. Treinta anos despues, el crimen sigue sin aclararse y su familia y entorno se han desmoronado.

  • Silence en el ultimo invierno de Geli Wittmann

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    Uno de los jueces americanos, con voz impersonal, le solicito identificarse: --Jochen Probst. Numero 42. Miembro desde 1934 hasta el final de la guerra de las Fuerzas Armadas del Reich. Y, mientras tanto, presa de nostalgia, su alma se traslado al amanecer del dia 16 de diciembre, donde 22 divisiones alemanas --acorazadas y de infanteria-- se lanzaron contra las debiles lineas aliadas en el frente de las Ardenas. Un gelido amanecer donde le parecio escuchar, conjurada como un encantamiento, Silence de Ludwig van Beethoven, y que luego de la guerra seguiria escuchando mezclada en esos copos de nieve que ya no caian en los bosques extensos y montanosos, las carreteras heridas y los pueblos dispersos. Marie Louise tuvo razon. El hechizo no lo protegeria mas alla de la arbolada. Ahora, contra su deseo, todo lo que le quedaba, dolorosamente, era la resignacion y la reminiscencia. De improviso vio en la interprete sentada a su lado la fragil fisonomia de la belga bajo la danza evanescente de los copos de nieve. Estaba mirandolo con las pupilas humedecidas, implorandole para que regresara a su lado, donde nadie lo lastimaria. El fiscal, que vestia el uniforme marron del enemigo, le hablo en ingles: --Voy a leer un parrafo de la declaracion que hizo el 25 de abril: A mi pregunta de que se debia hacer con los prisioneros, respondio: <>. ?Eso es cierto? La interprete tradujo al aleman y Jochen, circunspecto, contesto: --Dije que no perdonariamos a nadie porque ellos nos habrian tiroteado del mismo modo, si hubieramos caido en sus manos. Y ese mismo dia pusimos en marcha la operacion con las mismas condiciones. No obstante, la mujer se confundio en lo ultimo al traducir al ingles y algo turbada le pidio en aleman que repitiera. --Con lo que hacia el mando britanico --anadio luego de escucharlo, levantando la vista y fijandola en el fiscal. Volvio a prestar atencion a la voz de Jochen a su costado, se removio en la silla y transmitio: --Estuve detenido cinco semanas en un sotano que estaba completamente a oscuras. No habia ningun resquicio por el que pudiera entrar la luz. Y en el transcurso de esas cinco semanas, solo pude asearme una sola vez. La interprete ya no le presto atencion. Por el momento, las preguntas del fiscal habian concluido. El acusado numero cuarenta y dos fue conminado a abandonar la silla para reintegrarse al grupo de los setenta y tres hombres que en el ultimo periodo de la guerra estuvieron a su cargo y que ahora permanecian sentados, en hileras, con un numero sobre el torso al fondo de la sala. Jochen fingio que no le importaba. La interprete se levanto y salio de la sala. Era mejor asi. Mientras no viera su fantasma, podria dominar la melancolia. <>. Aunque sabia que no lo haria, pues se habia quedado con el desde el primer invierno. Capitulo 2 --Te contare algo, mi nina. Amelie, tu madre, decia que la nieve de Viena estaba hecha de chocolate, en medio del aroma embriagador que se desprendia de los granos de cacao que se iban derritiendo a fuego lento en su cocina. A veces tenian olor a menta, otras a canela, otras a frutilla, otras a almendras. Incluso a petalos de rosa. El sabor nunca era el mismo. Desde que su esposo habia muerto, para ella, el chocolate, siempre sabia a hiel. Sin embargo, no podia dejar de prepararlo. Se habia vuelto una terapia y una lenitiva conexion al pasado. Maximilian murio amando el chocolate. Ese gigante de mejillas arreboladas y barba blanca disfrutaba elaborando refinadas trufas, barritas y pasteles. Habia abierto una pasteleria en la Stephansplatz, --que en navidad ella decoraba con figuras de mazapan, nueces, anis, bastones rojos, campanas doradas y guirnaldas verdes-- y en un amplio escaparate con relieve exhibia las delicias que nacian de sus manos culinarias. Estaba haciendo un pastel de tres pisos cuando su enorme corazon bondadoso se detuvo y el polvo y la viruta cubrieron los rincones como una maldicion. Era pleno invierno y llovia con cuajarones de nieve. La tienda no volvio a abrir y aquella lluvia se trasunto con el aroma del chocolate de Maximilian. --Estas hablando de papa. Sonrio. Chloe estaba acodado sobre la mesa con aire sonador y su larga cabellera lisa irradiando como un rayo de sol servia de marco a unos ojos grandes y ceruleos como el sueter de cuello alto que la cubria, y se aparto para acercarse a la ventana. Ya era una nina de ocho anos. El tiempo pasaba rapido. Marie Louise se inclino para continuar escribiendo. --!Esta nevando, abuela! Sin levantar la vista, declaro: --Y no dejara de hacerlo mientras dure el invierno. La nina contemplo otro rato mas la nieve que se apinaba como cerros de azucar a lo largo de ese bosque encantado en las Ardenas. Luego volvio a fijar su atencion en la anciana, quien estaba sentada a la mesa escribiendo en un cuaderno que muchas veces vio junto a la estufa de lena. --?Que escribes, abuela? --le pregunto frunciendo el ceno. La anciana, con su eterna cabellera blanca y su sonrisa noble, se detuvo y la miro. --Una receta. --?De que es? --regreso a la mesa y se instalo en la silla frente a ella. --Es secreta y no deberia decirtela. Pero lo hare porque no cesaras en tu curiosidad. Escribo una receta de mermelada de frambuesa que le gusta mucho a tu abuelo Noah --le confidencio. --A papa le gustaba el chocolate. --Asi es. --A mi marido tambien le gustara el chocolate y caera en los copos de nieve. La mujer volvio a sonreir ante su ocurrencia y le froto el dorso de la mano. --No lo dudo, mi pequena Chloe. El chocolate es el alimento del amor. ?Quieres que te prepare un tazon de chocolate caliente? No olvides nunca que tambien ayuda a quitar las penas del alma. Esos cielos borrascosos, algun tiempo despues, sirvieron de telon a la descarnada escena que se estaba desarrollando en los bosques desde principios de diciembre de 1944. Entonces tuvo la impresion de que se trataba de un deja vu. Le parecio visualizar a la pequena Chloe pegada a la ventana resquebrajada de la cocina, mientras le confesaba su deseo de ver caer a su futuro marido del cielo entre los diminutos copos de nieve. En ese momento, con una rara inquietud en el pecho, supo que el anhelo de su nieta se trato de una premonicion, un hecho que ya estaba predestinado. Lo mas curioso de todo era que un rato antes, Chloe, convertida ya en una mujer de veintiseis anos, habia podido conciliar el sueno con una sola caricia de su mano, ajena a los demonios que solian atormentarla desde que su marido, un hombre mayor que no cayo del cielo precisamente, decidio enviarla de regreso a su lado. Cerro las cortinas, persignandose. Almas en pena. Desde hacia unos dias que la tierra se estremecia y, a ratos, una luz apocaliptica iluminaba el firmamento. Al otro lado del bosque, estaban combatiendo alemanes y americanos. Ella habia visto no hacia mucho como los alemanes trasladaban sus blindados a traves de los meandros, machacando raices y asustando a las hadas que se ocultaban en el follaje que cubrio la ventisca. Para no asustar a su amado Noah ni a su nieta, se lo habia callado. Los preferia distantes a esta realidad, protegidos en medio de esas paredes de madera aneja que habian resistido decadas en medio de aquella zona de valles, prados y colinas. El follaje espeso servia de fortaleza a la morada de un piso que habia heredado de su propia abuela. La guerra, que habia comenzado cuatro anos antes, no llegaria ahi. Un hechizo que nadie sabia la envolvia, cual escudo. De todos los cuentos que le relato a Chloe de nina, este fue el unico que se reservo, aunque la pequena siempre presintio que algo magico se escondia en la ancestral casa de su abuela, junto a la cual corria un pequeno arroyo susurrante. Apenas el dia despuntara iria por lena, se dijo mientras se acercaba al lecho de hierro antiguo de Chloe para arroparla. Le acaricio los cabellos y su fisonomia delgada la enternecio. Habia pasado penurias en Bremen y eso no lo podia negar. Pero ya no importaba. Porque ella siempre estaria ahi para contenerla en sus brazos. Asi como lo estaba para Noah. --Mi pequena Chloe, al parecer no estabas tan equivocada... --le susurro cuando se inclino a besarla en la sien, pensando que a lo mejor alguna de esas siluetas que combatia al otro lado del bosque era el marido que su nieta anhelo de nina. Capitulo 3 Al otro lado del bosque, lejos del realismo magico de Marie Louise, Jochen Probst oteo por sus prismaticos. La neblina envolvia al pueblo como si se tratara de una opera macabra y el viaje por aquella carretera tortuosa se habia relentizado convirtiendo al reloj en un asesino. Varios vehiculos se habian perdido por averias mecanicas. Preocupado, bajo los prismaticos y ordeno llamar al SS Haptsturmfhurer Diefenthal, quien descendio de su Sdkfz 251 y se presento ante su comandante: --A la orden SS Haptsturmfhurer. --Acerquese, Diefenthal --le dijo con la mirada fija en la pequena localidad belga--, eche un vistazo, ?que opina? El veterano capitan de las Waffen SS se llevo los prismaticos a los ojos y, asintiendo, replico con voz grave:

  • Una mision especial de Debra Webb

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    El especialista John Logan estaba dedicado a su trabajo en cuerpo y alma; era capaz de hacer cualquier cosa con tal de llevar a cabo una mision… aunque eso significara tener que hacer lo impensable: hacerse pasar por el marido de Erin Bailey…

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • Al vuelo de la pagina de Juan Malpartida

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    Al vuelo de la pagina, de Juan Malpartida, es un diario que abarca la ultima decada del siglo XX. El autor no se limita a reflejar su punto de vista, sus observaciones sobre literatura, filosofia, politica y vida literaria, sino que deja testimonio de su dialogo con escritores, desde la lectura pero tambien desde la amistad, como Octavio Paz, Fernando Savater, Juan Gil-Albert, Enrique Molina, Charles Tomlinson y muchos otros que vemos aparecer en estas paginas que se convierten, asi, en un testimonio historico.

  • Mi Flor Escocesa (Sangre Escocesa 2) de Amaya Evans

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    Tras un terrible episodio dos anos atras en su primera temporada, la senorita Catriona Mc Daniels se dirige a Escocia y se promete jamas volver a Londres, al menos para asistir a una temporada. Pero no contaba con el hecho de que su pasado viniera a ella en la forma de su antiguo salvador, de quien no desea saber nada. Sin embargo, por cosas del destino tendra que verlo casi a diario, pues al parecer es su nuevo vecino.

  • Tocamela otra vez, Ethan de Anne K. Austen

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  • El mito de las gemelas de Kiroa Pandora Garcia

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    Hace tiempo... en un lugar llamado Viena, vivian dos gemelas, Anais y Dakota, pero ellas eran diferentes a los demas... Anais era conocida como Black, su cabello era rojo como el fuego, y sus ojos azul claro como el mar; de piel bronceada que hacia contraste con sus rasgos fisicos, y una altura media. Dakota... la llamaban Angel, pues su rostro era delicado y angelical, sus ojos eran verdes, cabello caoba y tez blanca, muy distinta a su hermana... Pero nadie creeria lo que estas chicas ocultaban bajo su hermoso rostro. La gente no se atrevia a pronunciar sus nombres, pues decian que con nombrarlos serias conducido al abismo y no quedaria ni rastro de tu existencia. Siglos despues, ese mito sigue siendo conocido... Y ahora, yo os cuento esta historia... Si, yo que vi esos sucesos os los muestro, la verdadera historia de esas gemelas… Esta leyenda se origino por la malicia de las gemelas, si , como has escuchado, ellas eran malvadas y crueles y su belleza no era nada mas que una fachada. Yo estaba plenamente interesado en ese asunto, asi que investigando me di cuenta que ellas vivian en los bajos fondos de Viena. Ese seria mi destino. Seria sobre el ano 1950 cuando me decidi mudar, no solo para investigar sino tambien por un trabajo. Cuando llegue el lugar me parecio maravilloso, pero luego desee no haber ido... Porque...?, Te preguntaras. Pues cuando fui era estupendo, sus bellas calles de piedra, iglesias goticas y bellos monumentos; gente vestida de gala, aunque en esos ropajes se pegaba la suciedad y los malos olores. Capitulo 2: La investigacion Despues de hospedarme en la posada, decidi salir a las calles a preguntar sobre el mito de Viena, sobre esas gemelas... Pase dias y noches buscando, pero nadie queria hablar acerca de eso, hasta que al fin pude encontrar un lugar, en donde decian que ellas hacian sus trabajos. Fui a la posada para descansar un poco hasta la noche. En una de esas noches frias de invierno. Esa noche las calles estaban mas desiertas que de lo normal. Cuando llegue al lugar, un oscuro y siniestro callejon, decidi esconderme detras de una carroza y saque libreta y boligrafo para anotar todo lo que viera. Luego de estar esperando por un rato, las vi... Eran las gemelas, estaban haciendo brujeria y seduciendo a un hombre de una edad aproximada de treinta anos y lo llevaban al abismo. ?Como lo se? Pues facil, esas mujeres se quitaron su falsa piel y se mostraron como unos demonios de larga cola y cuernos que tras hacer un gesto con sus manos invocaron una puerta, y al abrirla se veia un intenso fuego, luego de eso me quede escondido por un tiempo hasta que se fueran, cuando lo hicieron volvi a la posada... Al dia siguiente fui a informas, peor como ya habreis deducido, nadie me creyo. Pasaron los dias y cada vez que salia a la calle todos me miraban como una persona que se habia escapado de un manicomio. A los dias, otra tragedia sucedio cuando los ninos de ese lugar desaparecieron como si se los hubiera trago la tierra. Todas las personas fueron a buscarme con bravia para acusarme, y por eso me metieron a un manicomio... ?Quien iba a cree algo asi? Lo mas facil era culpar a alguien que acababa de llegar y que decia haber visto a esas brujas, yo se lo que vi, pero nadie me cree, ahora cuando miro por la ventana siento un escalofrio, siento que me observan, por ahora he preferido callar hasta el dia en que demuestre que decia la verdad o... El dia que esas dos criaturas me atrapen por fin y terminen lo que siento que empezo cuando las pille, mi vida. Capitulo 3: Noches de tortura Esta es la cuarta noche que paso en este lugar... Mi tormento no cesara nunca... Noche tras noche las escucho, pero ayer... Ayer por la noche escuche ruidos provenientes de fuera, esos monstruos quieren volverme loco, pero no como creen que estoy, loco de verdad. Todo el tiempo pienso que lo van a conseguir y me llevaran con ellas, pero no les dejare que se salgan con la suya. Ahora... en mi oscura y solitaria habitacion, sin luna ni esperanzas de poder salir de aqui escribo mi historia, de como un humano puede perder contra las fuerzas ocultas que se esconden entre nosotros, mas me mantendre firme e intentare aguantar vivo para poder contarle al mundo que esto es mas que un mito, que es la realidad de Viena. Miro, en la pared de fuera de mi prision se oyen aranazos estridentes que se meten en mi cabeza y provocan pesadillas que no se pueden detener... Ya no se si estoy despierto o dormido. Los medicos solo me medican mas y mas pensando que la cordura ya olvide... pero se equivocan... yo aun sigo cuerdo, y con ganas de vivir... tapando mis oidos les grito a las brujas que se marchen, pero ellas solo se rien, se burlan de que este encerrado y no pueda hallar la libertad ni de mi mente ni de mi alma y de que estas camisas me detengan para huir de esta macabra ilusion Todas las noches oigo como ambas dicen al unisono que no saldre de aqui y que me olvidare de que en mi mente existe algo llamado tranquilidad, ahora solo existe desesperacion y demencia, ese momento siento que va llegando. Ya de manana sigo sin poder dormir, me quedo en el suelo, esperando a que desaparezcan esas falsas ilusiones que me hacen divagar y decir cosas ilusas que los medicos toman por demencia, hubo una vez que intente escapar pero no pude, las camisas estaban tan atadas que mi cerebro no podia respirar. ?Por que me torturan asi? Los doctores no encuentran cura a esto. Como encontrar la si yo nunca estuve loco...? Si, habeis escuchado bien, no lo estaba, en pasado, ya que creo que ahora si ando perdiendo mi cordura, la que me metio aqui y que ahora va a certificar que no pueda salir de verdad.

  • Amores contra el tiempo de Dolores Conquero

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    Oposicion familiar, criticas --a veces implacables-- del entorno, conflictos laborales.
    Son muchos los problemas a los que estas mujeres tuvieron que hacer frente, en diversos momentos historicos, por saltarse uno de los prejuicios mas firmemente instalados en la sociedad: que una mujer no puede (o no debe) enamorarse de un hombre mas joven que ella. Con un estilo ameno y riguroso, lleno de ritmo, la autora intenta ir mas alla de los lugares comunes y a la vez ser escrupulosamente fiel a sus heroinas para contarnos sus historias de deseo, aventuras, amor, lagrimas, inevitables catastrofes y finales felices.

  • El ranchero contrata a una cocinera de Misty M. Beller

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    Cuando la Guerra Civil obliga a una bella muchacha del Sur a un rancho de ganado rudo en Texas, el amor es lo ultimo que espera encontrar.

  • Atraccion (Apuesto y maldito) de Anisa Gjikdhima

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    LA HISTORIA QUE HA ENLOQUECIDO A MILES DE
    FANS EN WATTPAD.
    Elisa Ston es una chica decidida, con la cabeza bien puesta y una vision clara de su futuro: una carrera de abogado y un companero sentimental y dulce que la ame. Pero no contaba con la llegada de Erik Truston. Multimillonario de veintinueve anos, el hombre entra en su vida como un huracan y la sorprende. Erik no podria ser mas diferente del hombre que Elisa imaginaba tener a su lado. Arrogante, presuntuoso, calculador y a menudo indiferente, cree tener el mundo bajo sus pies. Una combinacion de defectos de la que Elisa querria mantenerse lejos, y aun asi le vale solo con mirar sus ojos azules para perder completamente el control.

  • Olympia (El Grimorio de los Dioses 0) de Melanie Alexander

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    Durante treinta y dos siglos no he seguido ninguna norma, ni siquiera aquellas que Arestos, mi creador, tanto se empenaba en imponerme para mantenerme bajo su yugo. He sido terca, obstinada, y para que mentir, un verdadero monstruo. He desatado el caos por todas partes, he matado impunemente a miles de inocentes para alimentarme y nunca he sentido remordimientos por ello. La alumna supero con creces al maestro y asi fue como me converti en una verdadera atrocidad, tanto para los humanos, como para todo aquel que me rodeara. Todo era demasiado complicado. La soledad, la tormentosa relacion con Arestos que pasados los siglos cada vez se convertia en mas infernal. Nos odiabamos, pero a la vez necesitabamos. El tenia un proposito y yo un gran vacio en mi interior imposible de llenar. Mi nombre es Olympia y soy un vampiro. Esta es mi historia y no te agradara conocer al monstruo que una vez fui.

  • Hasta que nos volvamos a encontrar de Maya Moon

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    Descubre la romantica historia de Alex y Olivia de mano de Maya Moon.

  • Loba negra de Juan Gomez Jurado

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    El thriller que los 250.000 lectores de Reina Roja estan esperando.

  • Dr. Bully y el bebe secreto (Ritmo cardiaco 3) de Larissa De Silva

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    Estaba viendo doble. Y me gustaba lo que estaba viendo. Era tan alto, con una mata de pelo castano oscuro, y grandes ojos marrones. El tambien me sonreia, y mientras la musica golpeaba a nuestro alrededor, nos acercabamos cada vez mas. No importaba que estuvieramos afuera y la noche estuviera extranamente humeda, o que un monton de otros estudiantes universitarios nos rodearan y pudiera oler el champu, la colonia y el aliento contaminado por el alcohol de todos. Wes se inclino y me hablo al oido. --?Quieres otro trago? --pregunto, y su discurso se torcio. Yo asenti. --Bien --dije. Wes me cogio la mano. La suya estaba caliente y pegajosa, pero la mia probablemente tambien. Estaba sudando, y la agradable sensacion de alcohol habia sido reemplazada por un mareo apremiante. Vi como Wes miraba por encima del hombro, acercandome a el. --Quedate conmigo, chica -- dijo, mostrandome una sonrisa tonta cuando lo hizo. Me rei, pero hice lo que me dijo, acercandome cada vez mas a el. Nuestros cuerpos practicamente se tocaban mientras navegabamos por el mar de la danza, estudiantes borrachos, hacia su suite estudiantil. Habiamos hecho este viaje muchas veces, pero normalmente estabamos solos. No estabamos rodeados por un millon de otros estudiantes. El patio estaba normalmente desierto, pero siempre nos encontrabamos en medio de la noche. No fue intencional, habia sucedido asi, cuando el semestre habia comenzado. Pense en ello cuando finalmente llegamos a la escalera de hormigon que lleva a la suite de Wes. Me acerco a el, me tropece y practicamente me cai, y me agarro envolviendome el brazo alrededor de la cintura. Se rio. --?Estas bien? Asenti con la cabeza, mirandolo. --Si --dije, mi corazon saltando en mi pecho cuando puse mi mirada en su cara. Estaba tan impresionada con el, y lo odiaba. No ibamos en serio, nunca ibamos a estar en serio, y yo tenia que estar de acuerdo con eso. Me gustaba, pero era realista. Estaba fuera de mi alcance, y lo sabia con certeza. Si hubieramos crecido en la misma ciudad, el nunca me habria echado una segunda mirada. Pero esto era la universidad, un universo en si mismo, y eso era suficiente. Me miro fijamente. --Ace, ?seguro que estas bien? Asenti con la cabeza, cerrando los ojos. --Creo que he bebido demasiado. Me miro de arriba a abajo, con sus ojos brillantes. --?Te acompano a tu dormitorio? --No --respondi--. No, no. No quiero ver a mis companeras de cuarto. Sonrio. Solo tuvimos que subir unas cuantas escaleras mas antes de llegar a su puerta roja, el numero ‘tres’ grabado sobre la mirilla en letras doradas. Me solto, hurgo en su bolsillo y recupero su llave. Me sonrio, triunfante, y abrio la puerta, aunque le costo mucho esfuerzo. Una vez abierta la puerta, extendio su mano y yo la agarre. Entro en la habitacion, y yo entre detras de el. Me rei un poco mientras miraba su suite, que siempre me parecio extranamente limpia. Tal vez esa era una de las ventajas de no tener que vivir con companeros de cuarto. Me las arregle para abrirme paso de forma inestable hacia su cocinita improvisada. La bebida, de alguna manera, se las habia arreglado para emborracharme aun mas que antes, acercandose sigilosamente a mi como un repentino golpe de suerte. --Agua --dijo Wes. Practicamente podia oir lo seca que tenia la boca. --Para los dos Le sonrei mientras tomaba dos vasos de la tabla de drenaje y me daba uno. Me apoye en el mostrador e hice lo posible para llevarme el vaso a la boca. Lo tenia en la barbilla, lo que me hizo reir, y tambien hizo reir a Wes. --Escucha --dice. --Los dos estamos demasiado… Intentemos esto de nuevo manana, ?vale? Sacudi la cabeza. --No --dije, senalandolo sin ninguna razon. --No, no. Vine aqui para hacer una cosa y solo una cosa. Wes se rio, echando la cabeza hacia atras. --?Asi que no estas aqui solo porque te gusta pasar el rato conmigo? Me queje en negacion. --No eres malo. Pero no eres un gran conversador --dije. O trate de decir. Estaba borracha, y la palabra “conversador” sonaba como una absoluta tonteria. --Grosera --dijo, riendose. --Termina tu agua, y luego te llevaremos a la cama. --?Nos meteremos los dos en la cama? --No --dijo, sonriendome. --Esta noche no, Ace. --Boo --le respondi, mirandolo fijamente, pero termine mi agua. Me cogio la mano y me llevo a su cama. Le rodee el cuello con los brazos y me rei mientras intentabamos besarnos torpemente, sin poder hacerlo. --Manana --dijo--. Duerme ahora. --No estoy cansada. --Lo estas --respondio--. Simplemente no lo sabes todavia. Estamos demasiado jodidos para esto.--Nosotros… no. Estamos bien. --Vale --dijo, riendose mientras me esponjaba una almohada. --?Que tal si hacemos un trato? Si sigues despierta en cinco minutos, nos besaremos. Me rei, dandome la vuelta. --Si --dije--. Me gusta como suena eso. Y luego no recordaba nada en absoluto. *** Me desperte con un dolor de cabeza punzante, mis labios secos y mi estomago en nudos. El sol estaba justo en mi cara y no estaba en un lugar particularmente familiar. Las mantas eran muy pesadas y me daban calor. Intente quitarmelas, pero me dolia todo el cuerpo. Grunendo, finalmente me las arregle para mover el edredon de la parte superior de mi cuerpo. --Cafe --dijo Wes, entregandome una taza de poliestireno con el logo del campus. --Parece que lo necesitas. Me gire. --No hay necesidad de gritar --dije en voz baja. --?Quieres decir, ‘gracias, Wes’? Cerre mis ojos, agarre el cafe y tome un sorbo. Todavia estaba muy caliente, pero lo aprecie. --Gracias, Wes --dije. --Tambien te traje un McMuffin --dijo--. Son particularmente buenos cuando los dejas enfriar por un rato. Sonrei. --?Cuanto tiempo estuve dormida? --Demasiado tiempo --dijo, mostrandome una bolsa de papel marron con la comida dentro. -- Tuve tiempo de ir a tomar un cafe, luego a McDonald’s, e incluso tuve tiempo de contemplar la posibilidad de estudiar. Me volvi hacia el. --Claramente me he quedado demasiado tiempo --le dije--. Me comere esto y desaparecere de tu vista. ?Cuanto te debo? --? Por el McMuffin de huevo? Creo que estare bien --respondio. Puse los ojos en blanco. No parecia una amabilidad cuando estaba siendo sarcastico. Parecia notar el cambio en mi expresion, porque se acerco a mi y me aparto el pelo de la frente. --Oye --dijo--. Lo siento. No quise hacerte sentir mal. Todavia podia oler el alcohol en su aliento, y no creia que me estuviera yendo mejor. Lo mire, con esos enormes ojos marrones, y sonrei. --No --dije--. No me debes nada. Gracias. Asintio, sonriendome, y luego se acerco a mi hasta que sus labios estuvieron sobre los mios. Su toque fue calido y suave, y el beso solo duro unos segundos antes de que se alejara. --Tengo una sorpresa para ti --dijo. --?Ah, si? --Si --respondio--. Te traje… un pastel de manzana. Esta mas caliente que el sol, y probablemente asqueroso, pero pense, ?que es el desayuno sin postre? --Puede que seas uno de los buenos --respondi. --Tal vez --dijo--. Lo intento. Una vez que comi y bebi mi cafe, me senti mucho mejor. --No eres malo en esto --dije, limpiandome la boca con una servilleta de la marca. --?Como te sientes? --Bastante bien, considerandolo todo --dijo, sentado a mi lado en la cama, hundiendo su cuerpo en el colchon a mi lado. --Anoche estaba mas que borracho, y no se si ese futon es bueno para mis articulaciones. --Tienes como veinte anos --dije, un poco indignado. --?Como puedes estar preocupado por tus articulaciones? --Atletismo --respondio--. Necesito asegurarme de que mis rodillas estan en forma si quiero ser capaz de competir. --Podrias intentar engrasarlas. --Idea sensata --respondio--. Tal vez deberias ser medico, Ace. Incline mi cabeza mientras lo miraba. --Escucha --dije--. Lamento haberme puesto muy mal anoche. No te envie ese mensaje de texto para que tuvieras que cuidarme toda la noche. --Lo se --dijo, luego me miro y sonrio. --Tampoco es por eso que te recogi, pero no me importo. Pense que era algo agradable, de verdad. --?Lo hiciste? --No eres una persona dificil de cuidar --dijo--. No vomitaste nada, asi que eso te da una ventaja en mi libro. Me lami los labios. --?Haces esto a menudo? Ladeo la cabeza, levantando una ceja perfectamente enmarcada. --Teniamos un acuerdo. Me mordi el labio inferior. --Tienes razon --dije--. Lo siento. Suspiro, y luego Levanto mi cara con un dedo torcido bajo mi barbilla. Presiono sus labios contra los mios otra vez, y supo salado y dulce. Estaba exhausta y me dolia el cuerpo, pero de repente me quede sin aliento por el, y supe lo que tenia que hacer. Lo que mi cuerpo me exigia hacer. Cuando se alejo de mi, estaba sonriendo. --Sabes a tarta de manzana --dijo. --Sabes a cafe --le respondi. Ladeo la cabeza, con los ojos entrecerrados. --?Estas totalmente sobria ahora? --Como monja --dije. Se mordio el labio inferior. --Sigue hablando asi --dijo--. Y no podre quitarte las manos de encima. --No sabia que te gustaba la mujer religiosa --le respondi, riendo mientras se arrastraba sobre mi, presionando sus labios contra los mios y bajando su cuerpo sobre mi. Llevaba un pijama muy caro, y me di cuenta de que aun llevaba el vestido de la noche anterior. La tela de su camisa era mucho mas bonita y suave que el edredon, que mi propio vestido. Pero solo me concentre en la suave tela de su camisa por un segundo, porque en el momento en que mis manos tocaron su pecho, pude sentir que mi corazon comenzaba a latir rapido, y todo mi cuerpo comenzaba a calentarse debajo de el. Sus besos fueron suaves al principio, luego mas insistentes. Respiro profundamente, presionando su cuerpo contra el mio, y yo agarre la parte inferior de su camisa y meti la punta de mis dedos en su piel sorprendentemente suave. Gimio, con su voz baja y tranquila, lo que siempre fue suficiente para volverme loca. Mi pierna subio sola, y pronto me di cuenta de que habia abierto mi cuerpo de tal manera que el suyo estaba justo encima de mi, y pude sentir lo duro que estaba, y habia empezado a mover sus caderas hacia adelante y hacia atras, solo un poco, lo suficiente para hacerme saber cuanto me deseaba. Incluso a traves de la tela de panties y sus pantalones para correr, ya sentia que iba a explotar. Hizo una pausa, por un segundo, y luego se mordio el labio inferior. --?Quieres que te coja? Lo mire. Sus ojos marrones brillaban, y habia dejado de moverse en absoluto. Sus mejillas estaban rojas, y pude ver las gotas de sudor en su frente. Cerre los ojos y asenti con la cabeza. --Dime --dijo. Volvi a abrir los ojos y lo mire directamente. Siempre habia sido dolorosamente timida. Solo que no lo era cuando estaba cerca de el. Algo me paso cuando estaba cerca de el, y fue como si quisiera ser alguien que no era. Como si quererlo, como si deseara a este hombre, porque era el primer hombre de verdad que habia encontrado, fuera suficiente para quitarme todas mis inhibiciones, y solo… pedir lo que queria. Pedir lo que necesitaba de el. Y cada vez que me hacia pedirselo, me volvia loca. --Follame, Wes --dije, mi voz temblaba. Se mordio el labio inferior, una sonrisa en su cara. --?Que dices? --Follame, por favor--, dije. Sonaba como si estuviera suplicando. Lo estaba haciendo. No habia que decirselo dos veces. Movio su mano suavemente desde mi brazo, a traves de mis pechos, a traves de mi estomago, y hasta entre mis piernas. Senti las puntas de sus dedos rozando mi cuerpo, y mi cuerpo se tenso, mi espalda se arqueo para buscar su toque. --Realmente quieres esto, ?no? --Si --dije, apenas reconociendo mi propia voz. --De verdad que si. Enhebro su dedo entre el elastico de mi tanga y mi piel, y luego la deslizo por mis piernas muy habil y rapidamente, y de repente quede completamente expuesta ante el. Se tomo un segundo, solo un segundo, para mirarme. --Mierda --dijo, mas para si mismo que a mi. Lo mire, buscando en su cara para averiguar si era algo bueno o malo, pero no tuve que esperar mucho tiempo. Antes de que pudiera averiguar lo que estaba pasando, pude sentir su aliento en el interior de mis muslos. Uso sus dedos para abrirme y luego lamio alrededor de mi clitoris, lenta y deliberadamente, esperando que reaccionara antes de insertar un dedo libre en mi, enroscandolo ligeramente y dejando que me acostumbrara a el primero. Me estaba prestando atencion, y lo senti en la forma en que su lengua se movia por mi clitoris, aplicando un poco de presion extra de vez en cuando, su respiracion se aceleraba cada pocos segundos. El me queria, tenia hambre de mi, y yo podia sentirlo con cada movimiento, con cada gemido, con cada toque. Presiono su dedo dentro mio, uno al principio, luego dos, luego otro, todo mientras me lamia el clitoris, mientras me veia practicamente morir de placer debajo de el y luego se alejaba de mi cada vez, siempre negandome la dulce liberacion de un orgasmo desesperadamente necesario. --Bien --dijo, su aliento me hacia cosquillas en la piel. --Esta bien. Lo vi arrodillarse. Deslizo sus pantalones de correr por sus piernas, y luego se los quito por completo. Mire su polla, que fue estrangulada por sus calzoncillos Calvin Klein negros, y tardo un segundo demasiado largo antes de quitarselos tambien. Le gustaba que me gustara mirarlo, pero sabia cuanto lo queria. Cuanto lo necesitaba.

  • Distintas formas de mirar el agua de Julio Llamazares

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  • Solamente Tu Secretaria, Emma K Johnson de Emma K. Johnson

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    En su amor esta el exquisito equilibrio entre los negocios y el placer.

  • Las orillas del pasado de Ana E. Guevara

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    Intriga y amor se mezclan en esta novela de Ana E. Guevara.

  • Secretos bajo mi piel de Susana Mohel

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    !Boom! Suena el primer golpe. ?Que diablos? !Boom! Aqui va otra vez, freno en seco, obligando al coche de atras, a pararse tambien. Miro por el espejo retrovisor y solo alcanzo a ver una pequena cabeza oscura reclinada sobre el volante. !Lo que me faltaba! Encabronado, abro la portezuela de mi recien estrenada camioneta dispuesto a enfrentar al imbecil que me acaba de chocar. Estoy listo para dar pelea. El dia que habia comenzado como uno realmente malo, acaba de convertirse en una verdadera mierda. Y lo que es peor, todavia no he dado con un plan para salir a flote. Maldicion. Al llegar a la puerta del viejo Toyota, me encuentro con que el conductor es una mujer, una que, de hecho, parece bastante joven. El sonido de las risas de un nino pequeno me deja ver que no viene sola. Bueno, al menos para alguien esto ha sido de lo mas entretenido. Abro la portezuela, con la intencion de ver que tan graves han resultado ser sus heridas, a la velocidad a la que ibamos probablemente no se trate mas que de una contusion o algo por el estilo. Le toco el hombro, mi rabia se ha transformado en preocupacion y, a pesar del dolor de cabeza que amenaza con reventarme las sienes, tengo que actuar rapido. Por fortuna, ella se mueve, levantando su cabeza voltea a verme y me encuentro con los ojos verdes mas impresionantes que he visto alguna vez. --?Esta usted bien? --Atino a preguntarle. Mentalmente me doy una bofetada, claramente no se encuentra bien, no estoy del todo seguro de que sea a causa del accidente, pero la chica esta en un claro estado de shock. --Voy a llamar a la ambulancia --le informo al ver la herida sangrante que tiene en la frente. Ella abre los ojos todavia mas, aterrada con el sonido de mis palabras. --Alguien tiene que atenderte --trato de persuadirla para que acepte. Con la cabeza, hace una negacion casi imperceptible, pero he captado con claridad su mensaje. Esta aterrorizada, ?de que? Esa pregunta salta una y otra vez. --Necesito irme, irme lejos --la escucho murmurar, mientras freneticamente mira hacia todos lados --. Mi hija, mi hija. --Tranquila --le digo tomandola por los hombros, la nina esta tranquila, creo que para ella esta en medio de un parque de diversiones. Intenta levantarse, pero, con mis manos todavia sobre sus hombros, la detengo. Me tomo un momento para observarla mejor, es bastante joven, no creo que tenga mas de veintitres, lleva una larga mata de cabello oscuro recogido en un mono suelto, bueno, el intento de este. Lleva puesta una vieja camiseta que le queda enorme y unos jeans bastante gastados. Sin embargo, el coche esta casi escrupulosamente limpio y la nina se ve bien cuidada. De nuevo, como un anuncio de neon la pregunta titila, ?de que huye? --?Tienes seguro? --Le pregunto volviendo al aspecto practico, sus problemas no son los mios, lo importante aqui es resolver el asunto de su herida y que la vida siga, ya me encargare de hacer que arreglen la defensa de mi camioneta, no es como que voy corto por un par de dolares. --Necesito irme --repite. --No puedes conducir en ese estado --susurro apartando el cabello de su rostro, buscando con mis dedos la herida, que sigue sangrando. No tardo mucho en encontrarla, es un corte de menos de dos centimetros, que seguramente se hizo al golpearse con el volante. Tomo del bolsillo trasero de mi pantalon el panuelo de lino que siempre llevo conmigo --y que hoy me siento especialmente agradecido de traer-- y, haciendo algo de presion, cubro la herida con ella. La chica se dobla, creo que en medio del subidon de adrenalina que esto le ha causado, no es consciente del dolor. --Ok --le digo tras un minuto de silencio--, creo que ya esta. ?Sabes? Las heridas en la cabeza suelen ser bastante escandalosas, sangran mucho, varios sustos se llevo mi madre conmigo cuando era nino, en ese entonces era bastante inquieto y nunca paraba de hablar. Si, aunque usted no lo crea, en ese entonces era peor.

  • Al servicio del Imperio de Pedro Santamaria Fernandez

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    Ano 65 d. C. Dos muchachos deciden alistarse en una nueva unidad del ejercito imperial compuesta exclusivamente por cantabros: la Cohors II Cantabrorum. Jamas han salido de su aldea y tienen un sueno: aprender de Roma para derrotarla. Pero, al contrario de lo que creen, Roma no se encuentra a un par de semanas de camino, ni es una aldea algo mas grande que la suya. El imperio que gobierna Neron es inmenso, mucho mas de lo que hubieran podido sonar los jovenes reclutas, que no saben que, al alistarse, entregan veinticinco anos de su vida al emperador. La Cohors II Cantabrorum sera destinada a la otra esquina del Imperio, a la levantisca procuraduria de Judea, donde la presion fiscal, los abusos de la administracion romana y las aspiraciones mesianicas de los judios amenazan con desestabilizar la zona. Los jovenes cantabros se veran envueltos en una autentica revolucion, en una tierra que no comprenden, y tendran que ejercer de brazo ejecutor de un imperio al que detestan y enfrentarse a un pueblo que lucha por su independencia, tal y como lo hicieron sus abuelos. La revuelta judia constituira un terremoto historico de primera magnitud del que aun, a dia de hoy, se sienten las replicas. La guerra, sangrienta y apocaliptica, contribuira al final de la dinastia Julio-Claudia y al nacimiento de la dinastia Flavia. Mas aun, de las cenizas del Templo de Jerusalen naceran dos religiones hasta entonces embrionarias: el judaismo rabinico y el cristianismo. <>. Yehuda Amichai

  • Cuando la sociedad es el tirano de Javier Marias

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    Cuando la sociedad es el tirano reune los noventa y seis articulos publicados por Javier Marias en el suplemento dominical El Pais Semanal entre el 5 de febrero de 2017 y el 27 de enero de 2019.

  • Los dolores de una casa de Fabian Tapia

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    Cada familia tenia el mismo destino, pero no la misma suerte con el tiempo.
    Y cada familia tenia un don producto de la naturaleza que los rodeaba hasta convertirlas en fieras de esa selva olvidada.
    Tan fieras que se olvidaron de su humanidad.>>

  • La ultima leccion de Laimie Scott

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    ?Puede la venganza unir a dos personas que lo han perdido todo tras la guerra?

  • Nadie dijo que fuera un santo (Pecado 1) de Katy Evans

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    Nadie dijo que fuera un santo

  • Ardiente pasion de Adrian Blake

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    Me llamo Leo Johnson, y soy oficial de la brigada 118 del cuerpo de bomberos de Nueva York, situada en Middagh St, muy cerca del puente de Brooklyn. Me encuentro dando vueltas por la fiesta de disfraces que han organizado en el Nixx, uno de los mejores hoteles del barrio. Hoy es mi primer dia de descanso despues de un turno de veinticuatro horas, y aunque la idea principal era quedarme en casa viendo la television, ha sido imposible hacerlo. Estamos a viernes de carnaval, y la mayoria de los pubs y hoteles de la zona han organizado fiestas de disfraces. Wess, mi mejor amigo y companero de trabajo, no ha dejado de incordiar hasta que me he liado la manta a la cabeza y nos hemos echado a la calle. En el Nixx hay una unica regla esta noche: todos los asistentes tienen que permanecer con el rostro cubierto hasta salir del hotel. He elegido para la ocasion disfrazarme del fantasma de la opera. La mascara esta hecha a medida y se sujeta a mi cara con pegamento para piel, de modo que no necesito gomas para sujetarla. El disfraz me ha poseido, lo reconozco, tengo el porte y los andares de un autentico dandi del siglo XIX. Me acerco hasta la barra, donde Wess, sentado en un banco disfrazado de Hercules, se despide de Persefone, a la que probablemente se habra follado en la habitacion que hemos cogido para pasar la noche, porque ninguno de los dos tiene ganas de quedarse sin probar el alcohol por tener que conducir. --Veo que estabas muy bien acompanado --bromeo apoyandome en la barra. --Tenia que marcharse, pero he quedado en llamarla manana... --contesta cogiendo un canape de una de las bandejas-- o pasado. Estos canapes estan de muerte, tio. --El ambiente esta muy animado. Parece que a la gente le encanta disfrazarse. --Las noches con mascaras siempre traen consigo mayor afluencia de personas. Hay muchos que guardan demasiado su intimidad, y asi tienen la ocasion de soltarse la melena. --Estas muy bien informado... --Que quieres que te diga. Las mascaradas son las fiestas en las que mas follas sin tener que atarte a nadie. Llegas, echas un polvo y adios. Observo detenidamente a un par de bailarinas que se contonean alrededor de una barra de pole dance. --Estan buenas, ?verdad? --comenta Wess. --Y que lo digas. La morena me esta poniendo a mil por hora. Y es verdad. En la barra de la izquierda, una mujer morena, alta, con unas curvas que me hacen babear parece que estuviera bailando para mi. Aunque sus ojos estan cubiertos por una mascara de plumas, sus labios carnosos cubiertos de carmin sonrien, y no puedo evitar querer subirme a la plataforma para morderlos y hacer a su duena perder el sentido. Veo aparecer a John por la puerta disfrazado de marine, y me sorprende no ver a Linda colgada de su brazo, pues desde que estan casados no le deja ni a sol ni a sombra. Le doy un abrazo cuando se para a mi lado y le miro interrogante. --?Has convencido a Linda para que te suelte la correa? --bromeo. --No seas cabron. Esta manana se ha levantado con fiebre y ha tenido que quedarse en la cama. --?Y la has dejado sola, capullo? --pregunta Wess. --!Claro que no! Su hermana vino a pasar el fin de semana en casa y se ha quedado con ella --protesta mi amigo--. Tengo la mejor cunada del mundo, ha convencido a mi mujer de que me deje salir con vosotros. --Eso es porque tu cunada no nos conoce --dice Wess con una carcajada--. Si lo hiciera te habria esposado a la cama junto a tu mujer. Echo un ultimo vistazo a la bailarina, que ha fijado su mirada en mi. Se contonea provocandome, insinuandose de manera deliciosa. Esta decidido, en cuanto se baje del escenario me la voy a subir a la habitacion. Salgo de la sala para ir a fumarme un cigarro al patio trasero del hotel. Mi madre solia trabajar aqui, asi que conozco todos los recovecos del edificio. Me sorprendo al oir llantos saliendo del cuarto donde las limpiadoras guardan sus utensilios, y entro de inmediato para encontrarme a una conejita de Playboy sentada en el suelo llorando a mares. --?Te encuentras bien? --digo suavemente para no asustarla. Ella levanta la vista y me mira con los ojos mas verdes que haya visto en mi vida, y suspira conteniendo un sollozo. --No, nada esta bien. Mi vida es una mierda, y no puedo arreglarlo. Me siento junto a ella y le paso la palma de la mano por la espalda intentando calmarla, y ella se acerca a mi y apoya la cabeza en mi hombro con un suspiro. --Hoy he descubierto que mi marido me engana --susurra--. Ni siquiera ha intentado negarlo, ?sabes? Ha dicho que es culpa mia por no darle lo que quiere. --Tipico de un cabron manipulador. Solo el tiene la culpa de una infidelidad, dulzura, e intenta echarte la culpa para poder seguir haciendolo. Lo mejor que puedes hacer es mandarle a tomar por el culo. --No me ha dado oportunidad de dejarle. Se ha marchado de casa ofendido, dando un portazo. Por eso estoy aqui. He salido con mi mejor amiga para pagarle con la misma moneda. Se incorpora y vuelve a mirarme a los ojos. --Soy tan imbecil que no he sido capaz de hacerlo. Cuando un chico ha intentado ligar conmigo, me he acobardado y he salido a correr. --?Y crees que las escobas son la mejor compania? --No he conseguido encontrar a mi amiga y ella tiene la llave de nuestra habitacion, asi que estoy perdida hasta que decida aparecer. Suspiro ante la irresponsabilidad de la amiga de la joven. --?Que te parece si te llevo a casa? --No quiero irme a casa. No soportaria verle la cara esta noche a ese desgraciado. --Entonces vamos a mi habitacion. Quizas yo sea capaz de hacerte olvidar lo desastrosa que ha sido esta noche. Uno mis labios a los suyos en un impulso que soy incapaz de controlar, y la sangre comienza a hervir en mis venas. Ella permanece pasiva, dejandome recorrer sus labios con los mios una y otra vez, y cuando deja escapar un suspiro, aprovecho la oportunidad para hundir la lengua en su boca. !Joder! Sabe a gloria, literalmente. Su lengua juguetea un rato con la mia antes de romper el beso, y agacha la cabeza, muerta de verguenza. La ayudo a ponerse de pie y tiro de su mano hasta el ascensor. En cuanto entramos en la habitacion, se deja caer timidamente en el sofa. --Voy a bajar un momento para avisar a mis amigos de donde estoy --susurro--. No tardare. --Vale. Vuelvo a la barra, donde mis amigos charlan animadamente. --Wess, cogete otra habitacion --ordeno. --?Ya has cazado, capullo? --pregunta John. --Eso parece --contesto--. La tia esta tremenda, asi que voy a disfrutar de ella toda la noche. --Disfruta, mamon --rie Wess--. No se como te las apanas que siempre terminas llevandote una mujer a la cama. Me acerco a recepcion y pido que nos suban algo para cenar. La pobre no habra podido probar bocado con el disgusto, y a estas horas debe tener hambre. Ya habra tiempo mas tarde para el sexo. Cuando entro de nuevo en la habitacion, veo que la chica se ha quitado los zapatos de aguja y se ha sentado en la cama con las piernas cruzadas, para poder ver la tele. --Veo que te has puesto comoda --digo tumbandome a su lado. --Con este traje es dificil hacerlo. !Dios! No se por que tuve que hacerle caso a Lindsay. Me acerco a la bolsa de viaje que he traido con la ropa de manana y saco el pantalon de deporte y la camiseta que traje para dormir. Ella los acepta con una sonrisa y se mete en el bano a cambiarse, mientras me quito la capa, el chaleco y el corbatin, que me tiene hasta las narices. En ese momento el camarero llama a la puerta, y me entrega una bandeja con una seleccion de pequenos sandwiches de distintos sabores, y dos trozos de tarta de chocolate y nueces, cortesia de mama Rose, la cocinera, que me conoce desde que usaba panales. Cuando sale del bano, veo que tambien se ha quitado la mascara, dejando al descubierto el rostro de un autentico angel. Sus ojos verdes estan escondidos tras unas largas pestanas, sin una gota de maquillaje. Natural... y absolutamente arrebatadora. Dejo caer mi mirada por todo ese cuerpo escondido tras mi ropa, deseando que llegue el momento de desenvolver este delicioso regalo para poder darme un festin con el. Ante mi escrutinio, ella me mira avergonzada y se sienta en la cama de nuevo. --Gracias, esto es mejor que ese condenado disfraz --susurra. --He pedido algo para comer, supongo que tendras hambre. --No he comido nada en todo el dia. Comemos en silencio, absortos en el programa de television que ella habia puesto para entretenerse mientras yo no estaba. --!Dios, estaba famelica! --suspira. --?Que te apetece hacer ahora? Ella acaricia mi mascara y sonrie. --?No te la quitas? --pregunta-- Ya no estamos en la fiesta. --Es mejor que no lo haga. Esta noche solo somos dos desconocidos que se conocen en una fiesta. --Vaya... me gustaria verte la cara completa. --Puedes imaginarla. A fin de cuentas ya estas viendo la mitad de ella. --Tienes razon. ?Por que no me cuentas algo de ti? --Soy Erik... un alma atormentada por el amor de una cantante de opera. Ella se echa a reir por primera vez desde que la conozco, y un par de dulces hoyuelos aparecen en sus sonrosadas mejillas, haciendola parecer mucho mas joven. --Esta bien, entonces yo soy Lola, una conejita traviesa que esta buscando pasar un rato divertido. El juego de seduccion se alarga durante horas. Una mirada, una sonrisa, una caricia accidental, son los alicientes de la pasion, que comienza a florecer entre nosotros. Las botellas del mini bar se acumulan en la mesita de cristal que hay junto a la cama. Estoy en mangas de camisa, con la mitad de los botones desabrochados debido al calor de las copas... y del juego. Ella esta tumbada a mi lado, acariciando distraidamente el vello ensortijado que asoma por la abertura de mi camisa, mordiendose el labio inferior mientras me mira fijamente a los ojos, y antes de darme cuenta me encuentro tumbado sobre ella con mis labios pegados a los suyos.

  • Traicion de sangre de Ariel A. Berretta

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    Los Cantu-Fernandez son una respetada y modelica familia de Santiago que ha hecho fortuna empezando desde abajo. Pero en una sociedad zarandeada por la violencia de las mafias en connivencia con los poderes del Estado, su prosperidad no pasa desapercibida. Ni siquiera para las ambiciones espurias de los de su propia sangre.
    Basada en hechos reales, esta novela de ritmo trepidante refleja con crudeza el oscuro mundo de la delincuencia organizada, y la codicia que anida, como contravalor, en una sociedad que ha sido corrompida hasta la medula por su clase dirigente.

  • La perla de agua de Lola P. Nieva

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    Una magistral novela de aventuras, romance y misterio en la que solo el destino sera capaz de salvar a una mujer de su propia voragine interior.

  • Contigo al fin del mundo de Kattie Black

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    Soy Olimpia. Mi prometido decidio hacerme el mejor regalo de mi vida en el dia de San Valentin: dejarme con un mensaje en el movil. Una cobardia, si, pero en ese momento no sabia la suerte que tenia. La curiosidad me llevo a un bar de carretera donde vivi una de mis mas secretas fantasias, pero ?sabeis que? Nada de aquello fue un sueno.

  • Maldito karma de David Safier

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    La presentadora de television Kim Lange esta en el mejor momento de su carrera cuando sufre un accidente y muere aplastada por el lavabo de una estacion espacial rusa. En el mas alla, Kim se entera de que ha acumulado mal karma a lo largo de su vida: ha enganado a su marido, ha descuidado a su hija y ha amargado a cuantos la rodean. Pronto descubre cual es su castigo: esta en un agujero, tiene dos antenas y seis patas. !es una hormiga! Kim no tiene ganas de ir arrastrando migas de pastel tras haber eludido los hidratos de carbono toda su vida. Ademas, no puede permitir que su marido se consuele con otra. Solo le queda una salida: acumular buen karma para ascender por la escala de la reencarnacion y volver a ser humana. Pero el camino para dejar de ser plagado de contratiempos. Un millon de lectores en Alemania ya han disfrutado de esta hilarante novela, que ha colocado a David Safier en lo mas alto de la escena literaria europea. Maldito karma es una historia de desbordante fantasia, una entranable fabula que, entre carcajadas, nos ayuda a reflexionar sobre las prioridades de nuestra vida. Leela y descubre el secreto de la felicidad.

  • Ellos nos quieren a todos de Juan Jose Diaz Tellez

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    Los vecinos de un edificio se ven atrapados por una extrana sustancia de un desagradable color grisaceo que se aplasta contra los cristales de las puertas y ventanas exteriores, haciendo imposible salir. El silencio mas absoluto parece haber tomado el lugar de las comunicaciones: sin Internet, sin senal telefonica, ni radio, ni television, se hace imposible recibir cualquier noticia del exterior. El mundo se reduce ahora a cuatro plantas con dos viviendas de lujo en cada una de ellas, y su poblacion a unos propietarios que guardan extraordinarios secretos, algunos sorprendentes, otros inconfesables.

  • Blue de Danielle Steel

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  • Solo hasta medianoche de Laure Ever

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    A veces, el pasado vuelve para sorprendernos. Nos recuerda que no todo esta perdido, y que todos merecemos segundas oportunidades.

  • Ese verano a oscuras de Mariana Enriquez

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    Un calor que no da tregua. Una noche cuya oscuridad se alarga. La adolescencia y su rebeldia y las primeras experiencias.

  • Una vez en un sueno de Emma Kelsen

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    Emma siempre habia creido en el amor. Desde pequena sonaba con encontrar aquella mitad, la que nos completa. Pero, la rutina y el trabajo han hecho que deje de escuchar el dictado de su corazon. Hasta que un dia, el de su treinta cumpleanos, un suceso magico e inexplicable hace que despierte de nuevo al amor. Una serie de suenos increibles y la repentina aparicion de un misterioso libro, pondran su ordenada vida boca abajo.
    En compania de sus inseparables y emblematicas amigas emprendera un viaje a ciegas, un acto de fe en el que lo arriesgara todo por hallar el verdadero amor, el que aun duerme en el interior de sus cuentos.
    Juntas llegaran al lejano Texas, donde nos haran vivir situaciones emocionantes y divertidas, haciendo que resulte sencillo reir y al minuto derramar lagrimas de alegria.
    Segun nos adentramos en su emocionante lectura, vamos descubriendo junto a Emma y sus amigas, que siempre, aunque los tiempos cambien, existiran los suenos, y a menudo, a veces…SE HACEN REALIDAD.

  • Realidad de Raquel Attard

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    El miedo me seguia a todas partes, como ese lobo que acecha a la gacela en la oscuridad. Ella no lo ve, pero sabe que esta ahi. Siempre habia alguien observando, preparado para dar el punto y final a la aventura. --?Que quieres de mi? --Le pregunte. --No lo pienses --me dijo--. Solo salta. Y salte. ?Que otra cosa podia hacer? Todo parecia diferente y, de repente, me di cuenta. Como salida de la nada estaba la niebla con forma de sombras en la noche. Lo percibia, lo sentia en la piel, todo iba a ser distinto. Era el principio del fin de mi vida tal y como la conocia. Alex tambien seguia alli. Me tocaba como si empezara a conocerme y me miraba como si me estuviera viendo con otros ojos. Unos que nunca me habian observado antes. Los ojos de la muerte. No era yo, no era la misma. Y pensar que todo esto habia empezado hacia solo dos semanas… Capitulo 1. El comienzo del fin BLAKE Estaba atascada estudiando para los examenes finales. Aqui era donde se decidia mi futuro. Si sacaba la carrera o tenia que repetir otro ano con alguna asignatura que me hubiera quedado pendiente. “No puedo fallar, no puedo fallar”, me repetia esa frase como un mantra, a ver si me entraba en la cabeza y, por arte de magia, no fallaba. Mi familia contaba conmigo y tenia que ser mejor por ellos. Por eso estudiaba derecho y gestion de empresas. Sabian que tenia intuicion para el negocio y que podia llevarlo al siguiente nivel. Mire mi telefono. John me habia llamado pero yo no se lo habia cogido. Hacia tiempo que queria romper con el porque estaba aburrida. Le tenia carino, nuestras familias eran amigas desde antes de que nacieramos y ambos estabamos destinados a dirigirlas cuando nuestros padres dejaran el negocio. Era tan natural que resultaba poco emocionante y yo necesitaba mas. De donde viniera ese mas, ahora mismo ni me lo planteaba, pero debia dejarlo si queria avanzar. Me iba a centrar en mi trabajo despues de los estudios. Si todo salia bien, acabaria con unas notas que me permitirian acceder a la especialidad que yo queria, por delante de otros alumnos. Me habia esforzado mucho para ello. Era capitana del grupo de debate, pues queria aprender todo lo necesario sobre negociacion, y hacia practicas con la profesora Johnson para iniciar mi tesis y poder doctorarme en derecho empresarial. Para preparar los examenes, habia contado con la ayuda de Fiorella Gulio, que era una de mis mejores amigas, junto a Lucrezia Lorenzzo, a la que todos llamabamos Zia. --No le gustaba que la llamaran por su nombre completo, aunque a mi siempre me habia parecido muy bonito--. Las tres estudiabamos la misma carrera, que esperabamos terminar con los examenes de manana. El caso es que John ya no encajaba en mi vida. Hacia tiempo que lo veia con otros ojos, como si ya no me conquistara cada vez que sonreia o se dirigia a mi. Cuando eramos pequenos, me bastaba, era lo que se esperaba de nosotros, pero ahora no. A veces me parecia que seguiamos juntos por costumbre o por comodidad y eso se tenia que acabar. De una forma u otra. Llegue a la Facultad y me fije en que habia varios estudiantes de primero ayudando a preparar la gala de graduacion, colgando pancartas y haciendo carteles para indicar a los invitados donde debian sentarse. Esa tarde teniamos un ensayo general con todos los estudiantes de la promocion. El acto de graduacion seria el viernes e iba a venir toda mi familia. Mis padres, Lena y Roberto. Mis abuelos, Annetta y Domenico. Mis tios, Bianca y Agostino, y mis primos, Giordano y Cosomo, que eran como hermanos para mi. Sabia que teniamos mas familia en Italia, pero desde que los padres de mi padre emigraron a America, no habiamos vuelto. De hecho, yo nunca habia estado alli. Arriba, abajo, recoge el diploma, pasa el birrete de un extremo al otro… Una vez terminado diligentemente el ensayo, fui al despacho de la profesora Johnson, que me felicito por haber concluido mi trabajo en su departamento y me prometio hablar con el profesor Williams para que me aceptara como alumna y poder empezar el doctorado en septiembre. Luego me encamine hacia el vestibulo, buscando un momento para hablar a solas con Zia y contarle mi inquietud. La encontre con su novio, Matteo Inchenza. Llevaban tres anos juntos, se conocieron en la universidad y desde entonces eran inseparables. Los cuatro, junto con Fiorella y su novio Carrick, formabamos uno de los grupos mas populares de la facultad. Siempre que los chicos venian a vernos, nuestros companeros se quedaban mirandonos, queriendo formar parte de lo que sea que estuvieramos organizando, aunque nadie sabia en realidad de que hablabamos cuando estabamos juntos. La familia de Zia, la de John, la de Fiorella, la de Matteo y la mia, eran las cinco familias mas poderosas de Nueva York. Nuestros negocios estaban hermanados y se podia decir que trabajabamos juntos y que nos apoyabamos siempre. El unico que no pertenecia a nuestro “submundo” era Carrick, pero cuando su relacion con Fiorella se hizo seria, decidimos contarselo todo. Eso si, el sabia que su vida dependia de que nos guardara el secreto y que no era ninguna broma. --Zia, te necesito. --Le dije arrancandola de los brazos de Matteo--. !Ahora te la devuelvo! --Le saque la lengua y me la lleve a un aparte. --?Que te pasa? --Me dijo divertida. A mi amiga no le preocupaba absolutamente nada. Aunque por su apariencia nadie lo diria, era una de las personas mas frias que conocia cuando debia serlo. --Voy a hacerlo. Voy a dejarle. --Le dije decidida. --?Otra vez con el tema de John? --Me pregunto desesperada, pero sabia que era solo una pose. Me conocia mejor que nadie y sabia lo mal que lo estaba pasando con este asunto. --Tengo que hacerlo. No puedo retrasarlo mas. Levanto las cejas y suspiro. --Lo entiendo, pero antes de la graduacion me parece cruel. Yo suspire tambien. Estaba cansada. --Si no lo hago ahora, no lo hare nunca. Ya sabes que nuestras familias tienen planes para nosotros despues de la graduacion. Asi era. Nuestras familias querian que nos casaramos para dejarnos como cabezas del negocio. “Por separado somos fuertes, pero juntos somos invencibles”, nos decian siempre. Mi padre era un lider nato y me habia ensenado a ser como el. Sabia que yo podria seguir sus pasos sin problemas y que no necesitaba a ningun hombre a mi lado para hacerlo, pero los Marconni habian hecho un pacto con los Ricco, la familia de John, para ampliar el negocio y se sellaba con el matrimonio. De todas formas, hablaria con el y buscariamos la forma de continuar con el pacto sin pasar por el altar. Estaba segura. El nunca me obligaria a hacer algo que no quisiera. No en el terreno personal. En los negocios, si, desde luego. Mi primera pistola la dispare con diez anos. Me dijo que tenia que saber defenderme. Me apunto a clases de karate y me hizo seguirlas hasta que fui cinturon negro. Lo acompanaba a todas las negociaciones desde los doce y me dejaba participar activamente en ellas desde los dieciseis. Siempre fui muy espabilada y el contribuyo a ello. Cuando cumpli los dieciocho, puso a un grupo de cuatro hombres a mis ordenes y no habia perdido a ninguno. Nuestro negocio estrella era la cadena de hoteles De Lucchi, apellido de soltera de mi madre, que estaba administrada por una junta directiva de la que mis padres eran accionistas mayoritarios. Yo me encargaba de dirigir el resto de empresas legales, que sobre todo se dedicaban a la intermediacion. Si un negocio tenia una necesidad, yo se la cubria. Pero tambien controlaba todo lo que habia que saber sobre extorsion, blanqueo, enganos, chantajes, contrabando, falsificaciones… Lo llevaba en la sangre. --Bueno, pues hazlo. Miralo, por ahi viene. --Senalo hacia la puerta de la entrada de la facultad y yo fui a su encuentro. Cuando llegue hasta donde estaba John, me cogio en volandas y me beso. Le devolvi el beso. Iba a ser el ultimo. --Hola preciosa. --Me dijo con una sonrisa encantadora. John era rubio, musculoso, un poco mas alto que yo, atletico. Era la clase de chico que hacia que te volvieras para mirarlo y yo iba a dejarlo. --Hola cielo, tenemos que hablar. --Yo nunca decia apelativos carinosos, pero a John si. Con el siempre habia tenido esa complicidad. Le cogi de la mano y tire de el hasta un banco--. A ver, esto no es facil, John. --No sigas. --Me corto antes de que pudiera siquiera comenzar--. Ya se lo que vas a decir. Lo he estado esperando durante anos. ?Lo sabia? ?Tan obvio era? ?Y por que nunca me habia dicho nada? --?Lo sabes? --Le pregunte timida. --Se que hace mucho tiempo que no eres feliz conmigo. He intentado remediarlo, he hecho de todo, pero nada parece nunca suficiente. --Se paso una mano por el pelo. No me miraba. Estaba dolido. --Lo siento, John. No queria hacerte dano. --Le puse una mano en la mejilla y le obligue a mirarme a los ojos--. Sabes que te quiero, pero mas como amigo que como pareja. Hemos pasado por muchas cosas juntos y siempre estare a tu lado para lo que necesites. --Le asegure. --Y yo al tuyo, Blake. --Me dijo levantandose--. Pero me llevara un tiempo. --Se quedo parado un segundo y me hablo sin mirarme--. Cuando rechazas a alguien, aunque quieras arreglarlo y decir algo que le de otro sentido, el dano ya esta hecho y no lo puedes reparar con palabras. Me quede sentada en el banco mientras veia como se alejaba. Al fin y al cabo, era lo que yo queria, dejarle. No podia ir tras el y no habia nada que pudiera decir para mejorar la situacion. Ademas, estaba segura de que retomariamos la conversacion en algun momento. Despues de haber estado toda la vida juntos, habia resultado sorprendentemente facil. John fue mi primer beso, mi primera vez, mi mejor amigo. Habiamos pasado por muchas cosas juntos, nos complementabamos. Es muy dificil encontrar a alguien asi y mucho mas dificil dejarlo escapar.

  • Chantaje 1: Mi peor opcion – Mia del Valle de Mia Del Valle

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    Permitanme advertirles, que esta no es una clasica y autentica historia de amor, ni yo el principe azul de los cuentos de hadas.
    Soy un hombre vengativo, herido, y con sed de justicia. Somos dos clanes enfrentados por el odio de las inmoralidades desde hace anos, pero ya no mas. El destino armo el plan perfecto, puso en bandeja de plata frente a mi, una inocente alma que pagara los danos causados por su sangre. En este caso la venganza es practicamente una obligacion, una forma de sanar dolores y fantasmas que llegan desde el pasado. Solo que, lo que comenzo como un plan perfectamente calculado desde el principio, se desmorona frente a mis ojos, como un castillo de arena a merced del viento.
    ?Cuando sucedio? !?Como?!
    No lo se con exactitud, solamente puedo asegurar que paso y todo lo planeado va a tener que cambiar. aun no se como, porque se compra lo que tiene precio, lo que tiene valor. se conquista.
    Al menos por una noche tendra que ser mia.

  • ?Que quieres de mi?, Mary Orvay de Mary Orvay

    https://gigalibros.com/que-quieres-de-mi-mary-orvay.html

  • La guerra civil contada a los jovenes de Arturo Perez Reverte

    https://gigalibros.com/la-guerra-civil-contada-a-los-jovenes.html

    La Guerra Civil espanola contada de forma escueta, objetiva y rigurosa, sin cliches partidarios ni etiquetas faciles, en textos de Arturo Perez-Reverte e ilustrada de forma esplendida por Fernando Vicente.

  • Cuentos de buenas noches para ninas rebeldes de Elena Favilli , Francesca Cavallo

    https://gigalibros.com/cuentos-de-buenas-noches-para-ninas-rebeldes.html

    Habia una vez una princesa… ?una princesa? !?Que?! Habia una vez nina que queria llegar hasta Marte. Erase una vez una mujer que se convirtio en una de las mejores tenistas del mundo y otra que descubrio como se da la metamorfosis de las mariposas.

  • La rosa escondida de Reyes Monforte

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    Una nueva historia basada en la tormentosa vida de una inmigrante que llega a Espana huyendo de la guerra de Bosnia.

  • Trazos del corazon de Jezz Burning

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    En Trazos del corazon encontraras seis historias de amor: historias de leyendas, de misterios, de excarcelacion, de deseos, de anhelos, de superacion. Seis relatos muy distintos entre si pero con un nexo comun: el amor.
    Ven a conocer a Rodrigo e Ines y un amor inconfeso, maldito y eterno; a Zucca y Nala, su tierna historia te conmovera; a Juana y Gregory cumpliendo sus deseos mas intimos; a Gabrielle y John, quienes deberan vencer a los miedos y la maldad mas terrible, la que anida en el interior de cada uno; a Carla y Alberto, y su ansiado reencuentro; y a Mina y Adrian, quienes buscaran una segunda oportunidad para ella, aunque les cueste la vida.

  • Ladron de Almas de Kim Richardson

    https://gigalibros.com/ladron-de-almas.html

    Alexa tiene un severo problema. Esta muerta.
    Peor aun. En lugar de encontrarse con su creador, se encuentra envuelta en el mundo de la Legion de Angeles de la Guarda, una banda secreta de los Angeles dedicada a proteger a las almas mortales de los demonios.

  • Mientras dure (Sea Breeze 3), Abbi Glines de Abbi Glines

    https://gigalibros.com/mientras-dure-sea-breeze-3-abbi-glines.html

  • Por un beso de tu boca de Maria Cuadrado Villadiego

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    Despues de la gran revelacion, Elizabeth no cree en las segundas oportunidades, para ella no valen la pena. Motivada por sus desaciertos, hara grandes cambios en su vida; la soledad sera su mejor consejera.
    En esta nueva etapa, su vida es mas solitaria y oscura. A pesar de ello, aparecen personas indeseables que lo complican todo, volviendo mas tormentosa su vida; en medio de tanta odisea y en el momento menos esperado, llegara alguien a demostrarle lo feliz que puede llegar a ser.

  • Tendremos que matarlo de Miguel Campion

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    Galileo Alcazar es un cientifico espanol que trabaja en una base de la Patagonia donde se estudian formas alternativas de energia, pero descubre que el proyecto es una tapadera para extraer combustibles fosiles y provoca un enfrentamiento internacional entre Espana y Argentina. Galileo es retenido por el gobierno argentino y obligado a participar en un experimento genetico secreto donde su etica y su cordura se pondran a prueba. Mientras esta investigacion se desarrolla, Galileo conoce a la presidenta de Argentina, la seductora Cristina Gonzalez, de la que se enamorara perdidamente. En un futuro donde enamorarse esta prohibido por considerarse una enfermedad mental, Galileo debera guardar su secreto y descubrir la verdad sobre ese misterio llamado amor.Presidentes delirantes, cientificos dementes, esbirros implacables, monstruos semihumanos, indigenas futuristas, adolescentes apasionados...... Tendremos que matarlo es una novela hibrida que podria adscribirse al genero bizarro, con una trama de intriga y aventuras en un marco futurista distopico, grandes dosis de humor e ironia y toques de terror, erotismo, romance y folletin, ademas de un juego de referencias literarias.

  • La razon de los locos de Ana Moreno-alcazar

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    La vida monotona y aburrida de Lucia Agramunt dio un giro inesperado la noche en la que conocio a Gabriel, un joven y apuesto profesor de economicas de la Universidad de Barcelona. Dos vidas destinadas a encontrarse para enfrentarse juntas al capricho de un futuro incierto marcado por la angustia, el desespero y los limites entre la razon y la locura. ?Es posible cruzar la linea divisoria entre lo real y lo imaginario para encontrar consuelo en los tormentos del alma? ?Puede el corazon ser el unico aliado en un mundo irrumpido por lo irreal? Mientras Lucia intenta comprender la fragilidad de la mente humana y encontrar una respuesta a estas preguntas, el reloj corre en su contra si quiere descubrir la verdad.