• marta marquez - Marta Marquez

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    El tenia treinta y un anos y su vida, una vez mas, volvia a dar un giro. Habian transcurrido mas de dos anos desde que habia dejado atras aquellas calles que le habian regalado tantos momentos, pero su barrio seguia tan vivo en su mente como en su corazon. Escondido alli, habia algo que le hacia recordar una y otra vez. Aunque creyo que nunca volveria, un suceso inesperado lo obliga a hacerlo, y el miedo se apodera de el otra vez , como le sucede siempre que tiene que volver. El viento del pasado regresa para llevarlo. El mismo que siempre le trae los mismos recuerdos. Ella tenia veintitres anos y continuaba como siempre. Seguia recorriendo las mismas calles una y otra vez y, pese a los anos transcurridos, seguia sintiendo que su vida aun no habia logrado completarse. Si miraba hacia atras, solo habia un momento en el pasado en el que se habia sentido parte del mundo que la rodeaba, pero eso ya no era mas que un antiguo recuerdo. Desde hacia mas de dos anos paseaba por las calles de la ciudad en busca de la emocion perdida, a la espera de volver a encontrarla tras alguna esquina. No podia evitar pensar que el aire que ahora respiraba habia dejado de ser el mismo. PRIMERA PARTE CAPITULO 1 David apuro el ultimo trago de whisky y dejo el ancho vaso vacio sobre la mesa. Apago el cigarrillo y respiro hondo. Todo estaba sumido en la oscuridad y el silencio reinaba a su alrededor. Consulto su reloj de pulsera. Faltaban veinte minutos para que las manecillas marcaran las dos de la madrugada. La noche era calida para ser septiembre, pero la madrugada habia traido con ella una fresca brisa marina. Se puso de pie y abrio un poco mas el gran ventanal que separaba la pequena terraza de la sala de estar. Ya en el interior, agradecio el calor que envolvia la sala. Al encender la luz todo se transformo. Lo que hasta hacia escasos segundos no eran mas que sombras que reptaban por las paredes, eran ahora sus enseres y recuerdos. Pudo ver el sofa negro que habia apoyado contra la pared y, frente a el, el mueble de estilo moderno de color ceniza que contenia dos fotografias, una en la que posaba junto a su amigo Damian y otra de el mismo cuando era un nino, una maqueta de un coche antiguo a escala y un gran televisor de plasma. Recorrio la sala de estar en unos pocos pasos y llego hasta el estrecho pasillo que separaba el cuarto de bano de su habitacion. El piso era tan pequeno que podia recorrerlo en menos de un minuto; pero no le importaba, era suficiente para el, ademas desde las ventanas podia ver el mar y con eso le bastaba. Se lavo los dientes frente al espejo y contemplo su imagen con cierta desidia. En los ultimos meses habia ganado algo de volumen y sus musculos eran ahora mas robustos y definidos. Las horas que pasaba en el gimnasio practicando boxeo daban sus frutos. Apago la luz y su imagen se perdio en el espejo, formaba ahora parte de la oscuridad. Camino hasta su habitacion. A traves de la ventana, se colaba la luz procedente de las farolas que habia en la calle y, aunque era una tenue claridad, pudo distinguir sin problema la gran cama de dos por dos que presidia la habitacion, las dos mesillas que habia a cada lado y en las que ahora no podia distinguirse el color chocolate que las banaba. La silueta del televisor que colgaba de la pared parecia querer fundirse con los graciles reflejos brillantes y blanquecinos de la luz. Se metio en la cama y se desprendio de la ropa que llevaba. Se quedo solo vestido con su ropa interior blanca. Cerro los ojos cuando el reloj digital marcaba las dos. La alarma lo desperto como cada dia. Eran las nueve de la manana. Se quedo unos minutos tumbado en la cama, enredandose entre las sabanas y sintiendo la irresistible tentacion de cerrar los ojos de nuevo y dejarse llevar por las olas del sueno. Al final, y no sin esfuerzo, se levanto de la cama despacio. Subio la persiana y sonrio cuando vio que el sol brillaba esplendoroso. Abrio la ventana y recibio el sonido del mar que se encontraba a tan solo unos metros. El mismo mar que escuchaba cada manana al despertar, que le gustaba contemplar cada noche antes de dormir, el que llevaba un par de anos regalandole el aroma salino que tanto le gustaba. El mismo olor que lo recibia cada manana al salir a la calle. Camino escasos metros hasta que llego a su coche, aparcado frente al bloque de apartamentos. El Opel Astra negro que hacia tantos anos lo acompanaba. El mismo que esperaba que lo escoltara en todos los viajes que estaban por venir. Poco mas de diez minutos despues, llego frente a la tienda de recambios de vehiculos en la que trabajaba desde hacia mas de un ano. Aparco su coche en el pequeno aparcamiento que habia junto a la trastienda y saludo con un movimiento de cabeza a su companero que tambien acababa de llegar. --Vamos a ver que hacemos con este lunes. --El chico sonreia, pero unas marcadas ojeras azules bajo sus ojos parecian indicar que el dia seria duro y que el fin de semana debia haberlo sido aun mas. David sonrio. Llevaba trabajando con ese chico desde el primer dia. Ruben tenia veinticinco anos y llevaba mas de siete trabajando en aquella tienda que era propiedad de un familiar. Nunca habia mostrado demasiado interes en los estudios, y todos siempre supieron que alli estaria su futuro. Era un joven alegre, de mirada traviesa y picara sonrisa. Divertido y amante de la fiesta, tambien era un chico responsable y carinoso con el que David habia entablado una amistad casi desde el primer minuto. Cuando lo miraba no podia evitar ver a la misma persona que el habia sido algun dia y de la que no conseguia desprenderse del todo. Miro el reloj. Eran casi las diez de la manana. Su jornada laboral estaba a punto de empezar. Los casi diecisiete meses que llevaba trabajando alli lo habian convertido en todo un experto sobre la materia, ademas, su desparpajo innato y su simpatia le encumbraban como uno de los mejores vendedores de la tienda, motivo por el que su jefe, Ramon, siempre accedia a todo lo que David le pidiera; lo cierto es que era un buenazo, bajo su apariencia de hombre robusto y barrigon se escondia uno de los corazones mas grandes que David se habia encontrado en toda la vida, era tranquilo y sosegado, aunque podia hacer temblar al mas valiente cuando arrugaba su frondoso bigote, sintoma inequivoco de que su paciencia se habia agotado. A las dos y cinco de la tarde se dirigio al almacen. En uno de los extremos, en una pequena sala que entre ellos habian habilitado con un par de viejos sofas, un antiguo televisor y una estrecha mesa de madera que ya nadie usaba, pasaban los ratos de descanso. Se dirigio a la maquina que habia junto a la puerta y cogio un refresco de cola y un sandwich de jamon york con queso. Comio en silencio pensando en lo que haria cuando su turno terminara. Aquel dia seria a las siete de la tarde, era un buen horario, le ofrecia la posibilidad de tener gran parte de la tarde libre, y el sin duda la aprovecharia golpeando un saco de boxeo, no se le ocurria otra forma mejor de hacerlo. Miro el cuadrante que habia colgado en la pared y lo memorizo en un segundo. Era una de las cosas que mas le gustaban de ese trabajo. Como la tienda abria de diez de la manana a diez de la noche de forma ininterrumpida, los trabajadores podian planificarse los turnos de forma que a todos los favoreciera. David siempre lo organizaba de forma sutil para coincidir con Ruben, su inseparable companero, y para que las prioridades de Ramon y de Miguel, el hombre de calva brillante y sonrisa constante que siempre le hacia reir con su inocencia e ingenuidad, se antepusieran a las de Alvaro. De todos sus companeros este ultimo era el unico con el que David apenas cruzaba mas de dos palabras. No soportaba la forma que tenia de andar entre los demas, creyendose siempre el mejor y el mas listo en todos los ambitos. Eran dos defectos que para David eran imperdonables y que convertian su relacion en imposible. Pero no le importaba, aquel hombre no era mas que alguien que pasaba por su vida de forma temporal, que olvidaria en cuanto lo perdiera de vista y que no volveria a recordar jamas. Aparco frente al gimnasio y cogio la mochila que estaba en el maletero. La temperatura era suave esa tarde de mediados de septiembre. Mientras caminaba, aspiro una bocanada y se dio cuenta de que el aire ya era diferente. El verano iba perdiendose entre las calles de aquella ciudad costera. Habia estado tan ocupado ultimamente que apenas habia reparado en ello y de pronto se sintio un tanto melancolico. El final del verano suponia un cambio, algo que en un lugar como Valencia se hacia aun mas pronunciado. Los turistas habian empezado a marcharse, la playa estaba cada vez mas vacia y el silencio que llegaba poco a poco cubria todo bajo un manto de nostalgia. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de su telefono movil. Lo busco en la mochila y sonrio cuando vio el nombre que aparecia en la pantalla. --Hola, Damian --dijo con la alegria implicita en la voz. Siempre que hablaba con su amigo, el que aun seguia siendo su mejor amigo, la felicidad lo invadia. Se alegraba de haber conseguido mantener la relacion de amistad con el a pesar de todo. --David, ?Como estas? Noto enseguida que la voz de su amigo era debil. --?Va todo bien? --pregunto sin mas dilacion. Hubo un silencio al otro lado que se prolongo durante unos segundos. --Estoy en Madrid --Damian respondio al fin. David fruncio el ceno. Su amigo vivia en Barcelona desde hacia casi dos anos. --?Estas de visita? --Mientras hacia esa pregunta noto que su estomago daba un vuelco. Siempre que pensaba en Madrid se sentia de la misma forma, no podia evitarlo. De repente sintio vertigo. El mismo que si estuviera frente a un precipicio. --Es mi padre, David. --La voz de su amigo se suavizo--. No esta bien. --?Que ha pasado? --Bueno, le han detectado cancer de pulmon. David abrio desmesuradamente los ojos y apreto los punos, no esperaba una respuesta tan directa. --Vaya... yo... no se que decir. Lo siento mucho. Muchisimo. --Sintio que daba un paso mas hacia aquel precipicio. --Lo se. --Damian parecio sonreir al otro lado--. Solo queria que lo supieras. Queria contartelo. Queria hablar contigo. --Sabes que yo siempre estare aqui. --Sonrio--. ?El como esta? --Bueno solo hace un par de dias que lo sabemos. Esta bien, ya sabes como es. He venido a pasar unos dias con el. Con ellos. David sintio que la sensacion de vahido era aun mas acuciante. Ellos. Aquella simple palabra significaba tanto para el que no pudo evitar sentirse fragil. --?Como esta ella? Esa palabra tan sencilla temblo en sus labios. Era incapaz de hablar de Sara, de pensar en ella sin sobrecogerse. --Esta bien. Sabes que es fuerte. Muy fuerte. --Claro. --Al pensar en la chica su mente volo cientos de kilometros, casi podia sentirse a su lado, como en los viejos tiempos, como cuando Sara era tan familiar como su propia sombra--. ?Cuantos dias estaras en Madrid? --Aun tengo un par de semanas de vacaciones, asi que aprovechare para quedarme aqui. No quiero irme ahora. No quiero dejarlos solos. Un pensamiento atraveso su cabeza a toda velocidad, como un rayo que vuela en un cielo de verano una noche de tormenta. Y tal y como lo penso, lo dijo en voz alta, y de inmediato se arrepintio de ello. Salto directamente hacia el precipicio sin pensarlo. --Ire a verte. Cuando termino de decir la frase cerro los ojos y susurro una maldicion. --Eso seria estupendo. --La voz de su amigo de repente habia cobrado fuerza. David sonrio. Aunque fuera duro para el, aunque volver a Madrid lo asustara mucho mas de lo que estaba dispuesto a reconocer, tenia que estar con su amigo en un momento como ese, queria estar con el. --Quiza pueda ir el fin de semana. --Ojala puedas hacerlo. Ven cuando puedas. --Te llamare en cuanto sepa algo. --Comenzo a caminar de nuevo y se apoyo contra un banco de piedra que habia frente al gimnasio--. Damian, estate tranquilo. Yo estoy contigo, ya lo sabes. --Lo se. Muchas gracias. Colgo el telefono y se quedo mirando la pantalla. Su mente estaba bloqueada. Aquella llamada habia cambiado todo en un segundo. De pronto habia tomado la decision de ir a Madrid, y ahora que empezaba a ser consciente del alcance de sus palabras, sentia miedo. Miedo de volver. Miedo de volver a verla.

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  • Virtual Life. Vision de Mario Escobar

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    El superdeportivo se movia a gran velocidad por las calles de San Francisco (Cupula 2204), mientras yo sentia la fuerza del motor en la yema de mis dedos aferrados al volante. Los viandantes se lanzaban a un lado y a otro, al tiempo que el Bugatti Veyron 26.9 derrapaba y se subia a una de las aceras de la empinada calle que llevaba hasta el puerto. El sol brillaba sobre la gran cupula, y yo no queria que aquel momento terminase nunca. Unas luces rojas salieron de un lateral, y cuando mire de reojo por el retrovisor vi que un coche mixto de la policia de la Cupula 2204 intentaba interceptarme. Pise el acelerador y sali de la acera de hormigon amarillento para regresar al asfalto apelmazado de fijacion inteligente. Los neumaticos parecian celebrar la vuelta a su elemento natural cuando di un volantazo y el Bugatti se puso sobre dos ruedas durante mas de cinco segundos. Entonces percibi el primer parpadeo. Fue rapido, como un fogonazo de oscuridad que absorbia la luz, pero enseguida mis ojos contemplaron de nuevo la ciudad. Mi cara sentia el aire calido y suave de California, al tiempo que la adrenalina parecia estallar en mi cerebro. Algunos llaman libertad a esta sensacion; para un chico de quince anos como yo es simplemente un juego. El coche de policia logro ponerse a mi lado. Sus puertas blancas brillaban al lado del chasis negro, y los tapacubos con el escudo de la Cupula 2204 soltaban destellos dorados. Desde la ventanilla me observo un policia de circulacion version 8.2. Aquel tipo de androide estaba unido al vehiculo, como los viejos cochecitos de metal de mi tatarabuelo, pero con sus dispositivos de frenado, disparo o bloqueo podia detener un vehiculo si lograba ponerse a un metro de distancia. Por eso acelere, y mi superdeportivo volo sobre el trafico que a esa hora llenaba las calles centrales de la cupula. Entonces se produjo la primera larga desconexion. Todo lo que habia a mi alrededor se convirtio en cuadriculas grandes, como si hubiera llegado al Game Over. Los fuertes colores de los edificios dejaron paso a un desolado paisaje de casas medio derruidas, construcciones agrietadas y repletas de grafitis de pigmentos quemados por el sol. Instintivamente mire hacia atras. Ya no estaba en mi increible superdeportivo de color negro y blanco, ni tampoco me perseguia una unidad especial de la policia de la Cupula 2204. Estaba sentado en una clase en la que se impartian nociones basicas de manejo de matrices para la fabricacion de aparatos de aire acondicionado, en una mesa mugrienta, cubierta por frases y nombres de los miles de alumnos que habian pasado por aquella escuela. Delante de mi, el androide de formacion Cum Laude tenia sus veinte senales wifi conectadas a nuestras terminales de recepcion de informacion. En el ano 2134 nadie tenia que memorizar ni aprender nada. La placa base de la zona posterior del craneo distribuia la informacion por nuestro cerebro de manera automatica, y un nino de cinco anos podia tener el mismo conocimiento que un abuelo centenario. Mire a mi alrededor, angustiado. Nunca habia visto esa aula antes. Que yo supiera, ya habia terminado mis estudios basicos y llevaba un ano en el Centro de Alta Tecnologia Biorrobotica (CATB) de la Cupula 2204. Aun vivia con mis padres, ya que las leyes de la corporacion Life System, duena de las cupulas de la costa oeste, no permitian a ningun menor de dieciocho anos vivir solo. Cuando me puse en pie y observe al resto de mis companeros, todos parecian hallarse en un estado catatonico. Note que mis piernas fallaban, como si llevara muchas horas sentado. Contemple mis musculosos brazos, pero, para mi sorpresa, lo unico que vi fueron unos rollizos antebrazos y unos hombros caidos, que se disimulaban en parte por mi camisa a cuadros de manga corta. El androide de formacion Cum Laude me miro con sus ojos rojos, y con voz metalica me pidio que me sentara. Me sentia tan aturdido que, en lugar de hacerle caso, abri la puerta de madera desvencijada y sali al sucio pasillo, cubierto de papeles y otros desperdicios. Camine durante mas de diez minutos, hasta que note que las fuerzas me fallaban. Me sentia mareado y angustiado por aquel deprimente lugar. Antes de llegar a las escaleras me desplome, y rode hasta el piso de abajo.

  • El libro de los muertos (Inspector Pendergast 7) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    Otra maravillosa aventura de estos dos autores ambientada en el Museo de Ciencias Naturales.

  • Despegando por amor (Los alemanes 2) de Noni Garcia

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    En la vida de Carmela no hay tiempo ni espacio para volver a enamorarse. Ser madre soltera de un nino, casa y familia, que siempre han sido lo primero para ella, ocupan toda su vida. No se niega a tener algun que otro escarceo, aunque no entra en sus planes tener algo mas.

  • Los juegos de mi jefe de Megan Rose

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    Cuando Tatiana consigue su primer trabajo, conoce a Hugo, quien ademas de ser su jefe, la adentrara en un mundo desconocido para ella.
    Los juegos sexuales seran adictivos, pero hara que toda su vida cambie por completo.
    ?Estara dispuesta a seguir con todo eso?
    Si son simples juegos, ?que ocurrira cuando su corazon le muestre que hay mucho mas detras?

  • La madre de Fiona Barton

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    Un escueto parrafo en el periodico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebe en una zona en construccion de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echaran un vistazo.
    Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
    Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
    Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto mas oculto sea revelado.
    Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
    Secretos guardados durante anos, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazon, saldran a la luz para cambiar tres vidas para siempre.
    Fiona Barton vuelve con su protagonista Kate Waters en un nuevo thriller imposible de olvidar.

  • Las brujas del este de Jorge Sevillano Gonzalez

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    Elisabeth Martin, Lisa, se despierta con la noticia de la muerte de su amiga Nastya. Su cuerpo ha aparecido en el Parque del Ebro, en la ciudad de Logrono, sobre una cama de ramas junto a gran cantidad de dinero.
    Los inspectores Daniel Garrido y Manuel Tomas llevan la investigacion de un caso que el Departamento de Policia y los politicos locales quieren cerrar cuanto antes a falta de pocos dias para las elecciones.
    Un joven con problemas mentales y la tenacidad de Lisa haran que sea ella quien inicie una investigacion paralela en busca de la verdad sobre el asesinato de su amiga. Pronto, los investigadores sufriran presiones para dejar el caso, costandole incluso el trabajo a Garrido.
    La amistad y el deber se unen para que Lisa y Garrido no desistan en su busqueda del verdadero asesino que se esconde en Logrono.

  • La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

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    Los lectores que llegaron con el corazon en un puno al final de La chica que sonaba con una cerilla y un bidon de gasolina quizas prefieran no seguir leyendo estas lineas y descubrir por si mismos como sigue la serie y, sobre todo, que le sucede a Lisbeth Salander.
    Como ya imaginabamos, Lisbeth no esta muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el mas habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechandola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravisimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informaticas van a ser, una vez mas, su mejor defensa.
    Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periodico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizas Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que estan tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durisimas acusaciones que hacen que la policia mantenga la orden de aislamiento, asi que Kalle Blomkvist tendra que ingeniarselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue alli, a su lado, para siempre.

  • El ejecutivo – Mark Miller de Mark Miller

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    Kat, feliz con su vida virtual como bloguera, esta a punto de ver como su tranquilidad se quiebra cuando conoce al guapo y atractivo Director de su Instituto. Aunque describirlo asi, seria injusto…
    El doble de un famoso cantante, como ella lo describe, quien ademas de docente tiene varias empresas, revolucionara la insipida historia de nuestra protagonista.
    Fiestas, risas, locura, sexo y alguna que otra nariz rota, marcaran un antes y un despues para Kat.
    Y, de ahi, ?quizas el amor?

  • La bruja Leopoldina y otras historias reales de Miguel Delibes

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    Este libro reune los relatos incluidos en Mi vida al aire libre y Tres pajaros de cuenta, y un cuento inedito hasta la fecha, un relato escrito y dibujado de la mano del mismo Miguel Delibes en su epoca de juventud que habia permanecido guardado en los fondos de la Fundacion que lleva su nombre.
    Con motivo de este inesperado hallazgo editorial, editamos bajo un mismo volumen todos sus relatos autobiograficos, en los que descubrimos la esencia de uno de los autores mas leidos de las letras espanolas todavia a dia de hoy. El autor de obras tan conocidas como El camino, Los santos inocentes o Cinco horas con Mario fue un gran amante de la naturaleza, de los deportes, de la vida al aire libre en general. En estos relatos descubriremos de la mano de Delibes la belleza del mundo natural, y el placer de disfrutar de ella a traves de la observacion, el paseo y el deporte, que permiten que el ser humano conecte con la tierra.
    Un libro imprescindible para todos los delibianos y para todos aquellos que no conociendo suficientemente la obra de este gran escritor quieran acercarse al mundo que lego a sus lectores. Un mundo cercano a la tierra, conectado a ella a traves de sus palabras, y que ha inspirado y sigue haciendolo a tantos escritores y lectores.

  • Viajes de niebla de Pedro Sorela

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    Los Viajes de Niebla son los que emprenden un conde anarquista y los otros personajes de esta novela de una orilla a otra del Atlantico, creando un triangulo, en los anos centrales del siglo.

  • Rachel se va de viaje (Familia Walsh 2) de Marian Keyes

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  • Las chicas del pub de Sarah Rusell

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    --!A la mierda! Puse los ojos en blanco cuando oi el grito de Pili tras oir como estrellaba la que era ?la cuarta copa? --?Cuantas bajas tenemos ya? ?Cuatro? --pregunte. --Cinco, rompio uno de los ceniceros de cristal tambien -- respondio Mili. No es que yo me invente los nombres o les ponga apodos por ser mellizas, es que sus padres tuvieron esa mala leche de ponerle Pili y Mili. No se que se les paso por la mente, pero algo de persona coherente no seria... --Ouf, paso. De verdad que paso, dame la fregona --se acerco a mi y me quito el objeto con el que estaba recogiendo un poco detras de la barra. Me dio la bayeta con la que estaba secando las copas y me hizo senas para que moviera el culo--. A ver si terminamos de una vez que tengo ganas de irme a casa. Mira ella, como si las demas quisieramos quedarnos ahi... --Y yo que te habia traido el saco de dormir --le respondio Mili con ironia--. Hija, ya nos queda nada, sientate, fumate un cigarro, no se, pero deja de romper cosas --Mili ya estaba recogiendo los trozos de cristales que su hermana habia esparcido por el suelo. --?Es que no puedo tener un mal dia? --pregunto Pili enfadada. --Hija, es que no es un mal dia, ha sido un mal dia, una mala noche y la madrugada va a peor --Mili puso los ojos en blanco. Me rei a carcajadas, las dos se llevaban a matar. Aunque en el fondo se adoraban. --Esa es la comprension que tengo por vuestra parte --dijo Pili con pena. --Ah, no. La pena a papa y a mama, a mi me dejas en paz -- resoplo su hermana. --?Pena por que? --pregunte haciendome la tonta, lo sabia de mas. Pero contarlo siempre la ayudaba, asi que a riesgo de que nos hablara de lo mismo otra vez, cosa que vi como su hermana no iba a perdonarme por la mirada que me lanzo de "voy a matarte", Pili si necesitaba hablar de ello. Asi que me prepare para oir la misma historia una vez mas. --Ay, Patri, que desgraciada soy. Asi empezo el drama, por quinta vez ese dia. --Oh, por Dios --resoplo Mili. --Para un tio que creo que me va a funcionar... Y nada. Otro palo mas en la vida. Si es que no se puede ser mas gafe en el amor que yo --siguio. --En realidad si se puede ser mas gafe, como yo, por ejemplo --me rei, pensando en que no es que tuviera mala suerte en las relaciones y en el amor, es que era inexistente. No habia un tio que me llamara para algo mas que para ponerle una copa. Por lo demas... Yo pasaba de ellos. Y a mis treinta y dos anos, no tenia esperanzas de encontrar a nadie que mereciera la pena. --Tu no tienes mala suerte en el amor, Patri, solo es que... -- empezo Pili. --Tienes complejo de monja de clausura --rio Mili. --Eso, recordadme la de telaranas que tengo ahi abajo --rei. Era verdad, hacia unos anos que nada de nada. Por eleccion propia, si. Pero tambien porque la unica relacion estable que habia tenido se fue a la mierda. El se enamoro de su companera de trabajo, ?quien supera eso? Yo no. Aunque ya lo tenia casi olvidado. Solo que siempre te queda el miedo a que te fallen de nuevo. --Las tienes porque quieres, porque la mitad de los tios babean por ti --me rino Pili. Tampoco era para tanto. Ligaba, si, pero... No se, a mi ninguno me llenaba y yo no estaba para solo una noche de sexo, la verdad, no era algo que quisiera--. Pero esa no es la cuestion, !que estamos hablando de mi! --se sento al otro lado de la barra dispuesta a seguir con su drama. La mire y sonrei. Parecia que iba a morirse de la pena por un tio que habia conocido dos noches atras. Pero asi era Pili, se enamoraba en segundos. Y los tios de ella, claro. Era un bombonazo, como su hermana, algo diferentes, pero dos rubias de escandalo. Babeaban por ellas, no les faltaban las oportunidades. --Al final amanecemos aqui por tu culpa --me rino Mili mirandome con las mismas o mas ganas de asesinarme. --Pense que entre nosotros habia algo y !no! ?Veis normal que me diga: lo hemos pasado muy bien, pero yo quiero probar mas frutas? ?A mi? ?Un ninato de veinticinco anos? ?Mas fruta de que, hijo de la gran p***? --Pues que la pina no le iba y lo iba a intentar con la naranja -- rio Mili, haciendo que yo me riera tambien, porque no era para menos. --A ver, Pili, es que es normal... --rei. --?Que es normal? --pregunto ella, desconfiada. --Veinticinco anos... --le explique-- Tu misma lo dijiste, ?a quien se le ocurre acostarse y pensar en algo mas con un baby? --Es entrenador de gimnasio, pense que estaba mas centrado en la vida --suspiro ella. --Si, claro, con la cantidad de mujeres que babean por el a lo largo del dia --Mili puso los ojos en blanco. --?Me estas diciendo que soy menos que ellas? --pregunto Pili ofendida. --No, te esta diciendo --intervine-- que busques otro tipo de hombre, mas maduro. Mas serio, no un crio asi. --Esos que decis son los que tienen vidas ocultas, mujer e hijos y que vienen aqui para salir de sus mierdas de vidas mientras encuentran a alguien que no les de problemas, que ni siquiera sepa quienes son para que no les pueda joder su idilica vida de mierda -- explico Pili, con la rabia de una despechada. Mire a Mili y ella me miro, seria. Las dos miramos a Pili y esta nos dijo seriamente. --Patri, me apunto a tu plan. Desde hoy estoy como tu, a que me salgan telaranas. Le tire la bayeta a la cara, haciendo que riera. Las tres nos partiamos de la risa por el comentario. Al menos terminamos de limpiar riendo.

  • El jardin de los enigmas de Antonio Garrido

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    En el Londres industrial de mediados del siglo xix, Rick Hunter es un <> que sobrevive vendiendose al mejor postor y al que acompana un oscuro deseo de venganza.

  • Al fondo a la izquierda de Jesus Marana

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    A las seis de la tarde del 1 de octubre de 2016 el PSOE estalla en su sede central de la calle Ferraz de Madrid. Espana entera observa con estupor un espectaculo de urnas clandestinas, insultos, llantos y amenazas, rematado con la impactante defenestracion de Pedro Sanchez, secretario general del partido. Con su salida arranca un periodo de incertidumbre cuyo efecto electoral todavia se desconoce.

  • Hasta que la muerte los presente de J. R. La Cruz

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    Cuando la realizacion de nuestros suenos es solicitada al Universo con contundente fe y amor, irremediablemente aparece la magia de lo desconocido y lo mistico (lo que algunos llamarian: "intervencion divina"), para transformarnos la vida con su particular y unica manera que, ademas de dejarnos el cambio como huella de su paso, nos deja las anecdotas que lo hicieron posible. Es por ello que cito las repetidas e inagotables palabras de mi querida madre: "Que sea lo que Dios quiera, como Dios quiera y cuando Dios quiera, porque para bien o para mal, solo el lo sabe...". Exceptuada la mencion de algunos lugares, todos los personajes y lugares de este libro son ficticios. Exceptuada la mencion de algunos lugares, todos los personajes y lugares de este libro son ficticios. HASTA QUE LA MUERTE LOS PRESENTE Siempre he creido en el amor, como negarlo si soy una romantica sonadora que ama compartir, en especial aquellas cosas intangibles que llamamos tiempo, historias o anecdotas, porque todos en algun momento hemos requerido atencion o compania, y por supuesto, somos autores y protagonistas de una inconmensurable cantidad de recuerdos e historias que sin duda marcan un antes y un despues, como lo fue para mi casarme con el amor de mi vida. Un sueno absolutamente normal y corriente como el que cualquiera pudiera tener, pero con un previo desenlace que lo hace verdaderamente especial. Me refiero a la forma en como lo conoci: singular, unica, excepcional. Razon por la cual agradezco a Dios y al Universo, no solo por los hilos invisibles que movieron para ponerme justo donde me encuentro ahora, sino por ese tan "inesperado encuentro” que me sacudio como nunca nada ni nadie lo habia hecho, tanto asi, que hasta el dia de hoy me sigo preguntando por que a mi, y por que de esa manera, porque de seguro debe haber millones de mujeres en el mundo aguardando por algo similar, algo que les sacuda el piso y les cambie la vida para siempre, y para mucho mejor. Sin embargo, no todo fue siempre asi, lleno de fortuna. A temprana edad me toco entender que la vida puede ser severa con unos mas que con otros, ya que por desgracia, cuando tan solo tenia seis anos de edad sufrimos un desafortunado, tragico y lamentable accidente que dejo como resultado la perdida de mi hermanito mayor, mas una lesion que por anos mantuvo a mi padre inhabilitado, especificamente entre una silla de ruedas y un par de muletas, un suceso que condujo a mis padres a una inevitable depresion que termino convirtiendolos en sobreprotectores para conmigo. Aunado a ello, me diagnosticaron ambliopia (comunmente conocida como ojo vago) a los siete anos. A su vez, sufri de asma desde los seis hasta la adolescencia y fui operada de las amigdalas a los diez, sin mencionar la rubiola, lechina y el sarampion que religiosamente padeci. Para cuando tenia doce anos ya era amiga de varias enfermeras y algunos medicos del ambulatorio, ademas de la risuena recepcionista Matilde, a quien le estare infinitamente agradecida por la desprendida ayuda que me brindo cuando mas la necesite, una mujer a la que considero una gran amiga, y que de hecho, les aseguro que aun sigue ejerciendo con el mismo entusiasmo y amor la misma ocupacion, ahora en el Hospital Universitario Erasmo Meoz, en Cucuta, mi querida ciudad natal. De manera que no habia siquiera llegado a la pubertad cuando ya comprendia un monton de cosas, en especial lo que era una familia, las responsabilidades, lo que realmente implicaba un matrimonio, y en consecuencia, lo que era el amor, y eso se lo debo a mis queridos padres, quienes seran siempre mi mayor referencia, mi mas grande inspiracion y mi motivo, no solo por Siempre he creido en el amor, como negarlo si soy una romantica sonadora que ama compartir, en especial aquellas cosas intangibles que llamamos tiempo, historias o anecdotas, porque todos en algun momento hemos requerido atencion o compania, y por supuesto, somos autores y protagonistas de una inconmensurable cantidad de recuerdos e historias que sin duda marcan un antes y un despues, como lo fue para mi casarme con el amor de mi vida. Un sueno absolutamente normal y corriente como el que cualquiera pudiera tener, pero con un previo desenlace que lo hace verdaderamente especial. Me refiero a la forma en como lo conoci: singular, unica, excepcional. Razon por la cual agradezco a Dios y al Universo, no solo por los hilos invisibles que movieron para ponerme justo donde me encuentro ahora, sino por ese tan "inesperado encuentro” que me sacudio como nunca nada ni nadie lo habia hecho, tanto asi, que hasta el dia de hoy me sigo preguntando por que a mi, y por que de esa manera, porque de seguro debe haber millones de mujeres en el mundo aguardando por algo similar, algo que les sacuda el Sin embargo, no todo fue siempre asi, lleno de fortuna. A temprana edad me toco entender que la vida puede ser severa con unos mas que con otros, ya que por desgracia, cuando tan solo tenia seis anos de edad sufrimos un desafortunado, tragico y lamentable accidente que dejo como resultado la perdida de mi hermanito mayor, mas una lesion que por anos mantuvo a mi padre inhabilitado, especificamente entre una silla de ruedas y un par de muletas, un suceso que condujo a mis padres Aunado a ello, me diagnosticaron ambliopia (comunmente conocida como ojo vago) a los siete anos. A su vez, sufri de asma desde los seis hasta la adolescencia y fui operada de las amigdalas a los diez, sin mencionar la rubiola, lechina y el sarampion que religiosamente padeci. Para cuando tenia doce anos ya era amiga de varias enfermeras y algunos medicos del ambulatorio, ademas de la risuena recepcionista Matilde, a quien le estare infinitamente agradecida por la desprendida ayuda que me brindo cuando mas la necesite, una mujer a la que considero una gran amiga, y que de hecho, les aseguro que aun sigue ejerciendo con el mismo entusiasmo y amor la misma De manera que no habia siquiera llegado a la pubertad cuando ya comprendia un monton de cosas, en especial lo que era una familia, las responsabilidades, lo que realmente implicaba un matrimonio, y en consecuencia, lo que era el amor, y eso se lo debo a mis queridos padres, quienes seran siempre mi mayor referencia, mi mas grande inspiracion y mi motivo, no solo por toda la entrega que le pusieron a mi crianza, sino por su tan particular historia de amor (el pobre, ella rica), que sin mala intencion moldeo gran parte de mi manera de pensar, convirtiendome en una mujer de bien, autentica sonadora y fiel creyente del amor. Por fortuna, tambien comprendi a temprana edad lo que era una formacion academica y la pasion por el ejercicio de algo que se ama, pues claramente se estaba desarrollando en mi una inclinacion hacia la asistencia medica, por lo que, literalmente, antes de hacerme senorita, sabia con exactitud a que queria dedicarme en mi adultez y como queria vivirla. Pero lo que mas habia anhelado, era encontrar pronto el amor de mi vida, casarme con el y formar una familia con voluntad y amor, de la misma manera que lo hicieron mis padres. Por desgracia, no fue asi. Basicamente tuve que ver a mis amistades tener novios y novias, salir juntos de paseo, tomarse de la mano y hasta besarse mientras yo hacia de chaperona, simulando poca importancia al hecho. Aunque debo admitir, y en honor a la verdad, que tenia algo en particular que tal vez jugo en mi contra: era un poquito nerd. Me gustaba estudiar y obtener buenas calificaciones, usaba lentes y era de poco hablar. En tal sentido, innecesariamente me mortifique tratando de comprender las razones de mi solteria mas alla de mis lentes y mis libros, justificarlas con base en lo real quiza, no lo se. Lo que si se, es que por fea no era, creci escuchando las palabras: que nina tan bella. Que cabello. Que ojos tan hermosos. Dios la cuide. Y por supuesto, el elogio que mas me gustaba: cuando seas grande te van a llover los pretendientes. Lo cual en algun momento me condujo a una seria reflexion, ya que en un abrir y cerrar de ojos habia llegado a la post adolescencia, viviendo solo de la ilusion y la fantasia, sin siquiera saber como se sentia que me dedicaran una cancion, que me escribieran una carta de amor, un poema, ni recibir un beso del chico que me gustaba. Era desdichada en ese sentido, no lo voy a negar, pero infinitamente bendecida en muchos aspectos mas, pertenecia a una familia de clase media alta, con unos padres increiblemente maravillosos y una extraordinaria amiga que, aunque en ocasiones me avergonzaba, nunca dejo de ser leal: Vanesa De Santis. Cuando ella tenia diecisiete y yo dieciseis anos, conocimos a un extrano personaje hasta ahora inolvidable. Una celebridad que irremediablemente se convirtio en el pilar de esta fascinante historia que con amor les quiero compartir. Me refiero a la mujer mas intrigante que haya conocido, intimidaba por su tamano, pero tenia un modo unico y particular de calmarnos: la picardia en su mirada y el sonido de sus incontables pulseras mientras barajaba las cartas, ademas de su caracteristico acento, similar al cubano con costeno y su personalidad tan extravagante como su vestimenta. "La Negra Pitonisa", como hacia llamarse, me mostro un camino que por anos olvide que debia recorrer y logro sellar, a su manera, esta singular historia de amor con las siguientes palabras: "El amor de tu vida estara mas cerca de ti de lo que te puedas imaginar... pero sera invisible a toda la entrega que le pusieron a mi crianza, sino por su tan particular historia de amor (el pobre, ella rica), que sin mala intencion moldeo gran parte de mi manera de pensar, convirtiendome en Por fortuna, tambien comprendi a temprana edad lo que era una formacion academica y la pasion por el ejercicio de algo que se ama, pues claramente se estaba desarrollando en mi una inclinacion hacia la asistencia medica, por lo que, literalmente, antes de hacerme senorita, sabia con exactitud a que queria dedicarme en mi adultez y como queria vivirla. Pero lo que mas habia anhelado, era encontrar pronto el amor de mi vida, casarme con el y formar una familia con voluntad y amor, de la misma manera que lo hicieron mis padres. Por desgracia, no fue asi. Basicamente tuve que ver a mis amistades tener novios y novias, salir juntos de paseo, tomarse de la mano y hasta besarse mientras yo hacia de chaperona, simulando poca importancia al hecho. Aunque debo admitir, y en honor a la verdad, que tenia algo en particular que tal vez jugo en mi contra: era un poquito nerd. En tal sentido, innecesariamente me mortifique tratando de comprender las razones de mi solteria mas alla de mis lentes y mis libros, justificarlas con base en lo real quiza, no lo se. Lo que si se, que nina tan bella. Que cabello. Que ojos cuando seas grande Lo cual en algun momento me condujo a una seria reflexion, ya que en un abrir y cerrar de ojos habia llegado a la post adolescencia, viviendo solo de la ilusion y la fantasia, sin siquiera saber como se sentia que me dedicaran una cancion, que me escribieran una carta de amor, un poema, ni recibir un beso del chico que me gustaba. Era desdichada en ese sentido, no lo voy a negar, pero infinitamente bendecida en muchos aspectos mas, pertenecia a una familia de clase media alta, con unos padres increiblemente maravillosos y una extraordinaria Cuando ella tenia diecisiete y yo dieciseis anos, conocimos a un extrano personaje hasta ahora inolvidable. Una celebridad que irremediablemente se convirtio en el pilar de esta fascinante historia que con amor les quiero compartir. Me refiero a la mujer mas intrigante que haya conocido, intimidaba por su tamano, pero tenia un modo unico y particular de calmarnos: la picardia en su mirada y el sonido de sus incontables pulseras mientras barajaba las cartas, ademas de su caracteristico acento, similar al cubano con costeno y su personalidad tan extravagante como su vestimenta. "La Negra Pitonisa", como hacia llamarse, me mostro un camino que por anos olvide que debia recorrer y logro sellar, a su manera, esta singular historia de amor con las El amor de tu vida estara mas cerca de ti de lo que te puedas imaginar... pero sera invisible a tus ojos... y permaneceran asi, casi desconocidos, hasta que la muerte los presente". tus ojos... y permaneceran asi, casi desconocidos, hasta que la muerte los presente". SABADO 9 DE AGOSTO DE 1980 SAN JOSE DE CUCUTA, COLOMBIA. Era un dia prometedor para una chica de casi diecisiete anos de edad. Esa manana me levante sonriente, feliz, estaba emocionada, aunque debo admitir que tambien tenia un poquito de nervios, nunca habia salido sola, y mucho menos de noche, siempre fue en compania de alguno de mis padres, de los padres de otro o en grupo. En esta ocasion seriamos solo mi mejor amiga y yo disfrutando por primera vez de esa sensacion de libertad que genera el no tener a un padre o representante vigilante y protector, sino mas bien gozando del privilegio de ser nosotras mismas, haciendo lo que se nos antojara en el momento (siempre y cuando fuese sano y divertido para ambas, claro esta), y por supuesto, apegadas a las insistentes y repetidas sugerencias de Maria Esperanza, mi querida y abnegada madre, una extraordinaria mujer con principios y estudios (maestra titulada pero dedicada al hogar), amorosa y excelente cocinera: ya sabes, Sofia, siempre juntas, no se vayan a separar, no confien en nadie, y portense bien; mientras que mi querido padre, como siempre mas calmado que ella, solo me pidio una cosa: hija, por favor, no llegues tarde. Una peticion que ahora es cuando vengo a comprenderla del todo, en especial por el recalcado "por favor". Y es que hay que ser padre para saber lo que se siente. Ernesto Jose Cardenas, hombre fuerte, luchador, amoroso, honesto y servicial, descendiente de padres campesinos, es sin duda uno de los hombres a quien mas admiro, amo y respeto. Era ayudante de su padre, quien trabajaba como capataz en una finca, especificamente para la familia Pereira. Aprendio a trabajar las tierras, y se esmero bastante en la construccion, pues por anos, todos los establos y las remodelaciones de los inmuebles de sus patrones las hicieron ellos mismos. Pero lo inevitable sucedio. Ernesto se enamoro perdidamente de la hija del jefe de su padre, una inalcanzable mujer (como le decian sus cercanos) que lo motivo a superarse mas alla de lo que cualquiera pudo haberse imaginado, demostrandole su infinito amor de incontables maneras, tanto a la familia como a quien en un principio fuera Maria Esperanza Pereira Garcia, para un par de anos mas tarde convertirse en dona Maria Esperanza de Cardenas. Dicho esto, como todo en la vida requiere de algun tipo de sacrificio, esa manana mis padres decidieron asignarme una serie de tareas domesticas que debia cumplir para poder salir en la noche, cosa que no me quito la sonrisa ni la voluntad, ya que no eran actividades de otro mundo y practicamente estaba acostumbrada a colaborar con los quehaceres de la casa, ademas, como reza el dicho: sarna con gusto no pica. De manera que lejos de enfadarme, saque provecho de la situacion para ocupar mi mente, distraerme un poco hasta que se hiciera la hora del encuentro. Y como hasta ahora acostumbro hacer, me puse mis galas especiales de hacer oficio (que de seguro mas de una debe tenerlas, en mi caso eran unas licras rotas con una vieja y estirada franela), puse Era un dia prometedor para una chica de casi diecisiete anos de edad. Esa manana me levante sonriente, feliz, estaba emocionada, aunque debo admitir que tambien tenia un poquito de nervios, nunca habia salido sola, y mucho menos de noche, siempre fue en compania de alguno de mis padres, de los padres de otro o en grupo. En esta ocasion seriamos solo mi mejor amiga y yo disfrutando por primera vez de esa sensacion de libertad que genera el no tener a un padre o representante vigilante y protector, sino mas bien gozando del privilegio de ser nosotras mismas, haciendo lo que se nos antojara en el momento (siempre y cuando fuese sano y divertido para ambas, claro esta), y por supuesto, apegadas a las insistentes y repetidas sugerencias de Maria Esperanza, mi querida y abnegada madre, una extraordinaria mujer con principios y estudios ya sabes, Sofia, siempre mientras que mi querido hija, por favor, no llegues Una peticion que ahora es cuando vengo a comprenderla del todo, en especial por el Ernesto Jose Cardenas, hombre fuerte, luchador, amoroso, honesto y servicial, descendiente de padres campesinos, es sin duda uno de los hombres a quien mas admiro, amo y respeto. Era ayudante de su padre, quien trabajaba como capataz en una finca, especificamente para la familia Pereira. Aprendio a trabajar las tierras, y se esmero bastante en la construccion, pues por anos, todos los establos y las remodelaciones de los inmuebles de sus patrones las hicieron ellos mismos. Pero lo inevitable sucedio. Ernesto se enamoro perdidamente de la hija del jefe de su padre, una inalcanzable mujer (como le decian sus cercanos) que lo motivo a superarse mas alla de lo que cualquiera pudo haberse imaginado, demostrandole su infinito amor de incontables maneras, tanto a la familia como a quien en un principio fuera Maria Esperanza Pereira Garcia, Dicho esto, como todo en la vida requiere de algun tipo de sacrificio, esa manana mis padres decidieron asignarme una serie de tareas domesticas que debia cumplir para poder salir en la noche, cosa que no me quito la sonrisa ni la voluntad, ya que no eran actividades de otro mundo y practicamente estaba acostumbrada a colaborar con los quehaceres de la casa, ademas, como reza el dicho: sarna con gusto no pica. De manera que lejos de enfadarme, saque provecho de la situacion para ocupar mi mente, distraerme un poco hasta que se hiciera la hora del encuentro. Y como hasta ahora acostumbro hacer, me puse mis galas especiales de hacer oficio (que de seguro mas de una debe tenerlas, en mi caso eran unas licras rotas con una vieja y estirada franela), puse un poco de musica para animar el ambiente y me entregue a la faena, especialmente con una cancion con la que me identificaba y que gustaba bastante en la epoca, la cual repeti hasta el cansancio: Camilo Sesto, Vivir asi es morir de amor. Como olvidarla. Y es que debo confesarles algo, creo que como muchas chicas, por anos estuve enamorada en silencio de uno de mis companeros de clases, el mas guapo del salon, siempre lucia impecable, olia rico, todos querian estar con el cuando nos organizaban en grupos, incluso, era uno de los mas populares del colegio, inalcanzable para una chica a la que se le hacia mas facil leer una enciclopedia medica que hablar con un chico. Pero ojo, no era que no tuviese habilidades para socializar, porque siempre las he tenido, el problema era solo con el, me invadian los nervios y basicamente me frenaban dos cosas: quedarme muda, o reirme sin razon.

  • Solo busco tu piel de Priscila Serrano

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    INTRODUCCION Ser el primo de la chica que me gustaba no entraba en mis planes, como tampoco sentir como mi corazon se desbocaba cuando la veia salir de la piscina con ese bikini que tapaba poco mas que... Era mejor para mi no recordarlo. Y todo fue por culpa de Mikel, mi mejor amigo, en aquella fiesta, la misma fiesta que se suponia solo seria una reunion de amigos para celebrar mi cumpleanos; ninguna chica de por medio, segun el. Todo fue al reves, lo que mas habia eran chicas y, entre ellas, Luna, mi primita de tan solo dieciseis anos. No era que yo fuera mucho mayor, solo nos llevabamos dos anos, pero ya era mayor de edad y eso hacia que cambiasen algunas cosas. Cuando mis ojos se clavaron en los suyos, en ese mismo instante, supe lo que sentia por ella, era un amor de los que te quitaban hasta el aire. En algun momento de mi vida lo pense, mas no quise hacerle caso. Aquellas senales no podian ser ciertas, nosotros no podiamos ser nada mas de lo que ya eramos: familia, primos, casi hermanos, y nuestros padres jamas estarian de acuerdo en esto. Sin embargo, era verla y se me aceleraba el corazon. Una noche, antes de aquella fiesta, me vi caminando descalzo hasta su habitacion; era de las que mi tio Hugo y mi padre cogian para pasar tiempo juntos, la noche de futbol la habian llamado. Esa noche decidieron que yo me podria unir a su banda de hombres, ya me creia uno de ellos, aunque no fuese lo suficientemente mayor como para entender algunas actitudes, sobre todo de mi tio; era un crio. Cuando se acabo la noche, cada uno se fue a su habitacion, no obstante, mi intencion no fue mas que ir a la suya y verla dormir, observar lo hermosa que era. Luna era la chica mas bonita que mis ojos habian visto jamas, su piel canela y ojos verdes hicieron que mi alma se viese alterada y creo que, desde que tenia memoria, fue asi. Nos llevabamos muy bien, demasiado para ser solo primos, casi inseparables. Aunque ambos tuvieramos nuestros amigos, siempre intentabamos buscar un momento para pasarlo nosotros y juro por Dios, que no cambiaba ninguna de esas horas de mi vida por nada en este mundo. CAPITULO 1 Luna Un ano antes. Miraba por la ventana, la noche era tan bonita, era de esas noches en las que quedarte despierta para ver las estrellas era lo mejor. Sali al balcon con una mantita fina rodeando mis hombros, apenas estabamos entrando en primavera, pero aun por la noche refrescaba. Me sente en una de las sillas que mi padre habia comprado para dejar mi lugar favorito perfecto; mi habitacion era la unica que tenia balcon en toda la casa y, al ser la estancia mas pequena de nuestro hogar, era mia y solo mia... Bueno, la compartia con Eloy, mi primo y mejor amigo, la unica persona con la que podia contar y en la que confiaba ciegamente. Tenia amigas, claro que las tenia, pero con ellas no tenia la misma complicidad que con el. Mi mejor amiga era Eva, la conocia desde primaria y, de todas las chicas con las que hablaba, era la que mejor me caia. Sin embargo, estaba enamorada de Eloy y eso me molestaba, por estupido que pareciera. Eloy era mayor que yo por solo dos anos, pero no era impedimento para llevarnos como nos llevabamos y era eso por lo que no me gustaba que saliera con ninguna otra chica. Si llegaba a suceder, ?que ocurriria conmigo? Ya no pasaria tiempo a mi lado y eso no podia permitirlo. Podria decirse que era una nina a mis quince anos, pero era muy madura, ?no? A veces lo dudada. Escuche unos pasos acercarse y me gire para comprobar quien era; mi padre salio al balcon conmigo y se sento a mi lado. --?Que haces aqui tan sola, princesa? --se intereso, mirando el cielo. --Nada, solo miraba las estrellas --respondi. --?Sola? Que raro, tu primo parece que vive aqui --inquirio, molesto, lo que hizo que lo mirase fijamente. --?Te pasa algo con Eloy? No respondio y eso me preocupo, parecia enfadado y, que yo supiera, mi primo no habia hecho ninguna de sus tantas trastadas, las mismas que nos metian en lios de vez en cuando. --No, nada. --Se levanto--. Vamos, la cena ya esta lista y ya sabes como se pone mama cuando no bajas a tiempo. Sonrei asintiendo, tenia razon. Mi madre, todo lo que tenia de buena y amorosa, lo tenia de diabla cuando se enfadaba. Me quede unos minutos sola antes de bajar. Me levante y cogi mi movil para enviarle un wasap a Eloy. Luna: Primito de mi alma y mi corazon, ?que has hecho ya? Mi papa esta cabreado contigo y no se por que. Espere su respuesta, pero, al no llegar, deje el movil en la mesilla y sali de mi habitacion para bajar a cenar. Mi abuela estaba con nosotros unos dias y eso me encantaba, la adoraba, sobre todo sus mimos. Al entrar, ya estaban todos sentados, incluso mi tio Hector, lo cual me extrano. --Hola, tio. ?Donde estan mi tia y Eloy? --Le di un beso y me sente a su lado. --Estan en la casa, yo solo habia venido para arreglar unas cosas con tu padre. Ya sabes, trabajo. --Me guino un ojo. --Claro y mi abuela te ha embaucado con su comida, ?a que si? --Solto una carcajada, asintiendo. --Ya sabes que su comida me encanta, pero no le digas a tu tia o me matara --eso ultimo me lo dijo al oido. --Cuidado con la pequena Robles, se las gasta --menciono mi padre, como siempre, metiendose con mi tia Judith. --No empieces, Hugo --lo regano mi madre. Aun no sabia el motivo por el que no se llevaban demasiado bien, yo sabia que lo intentaban, procuraban no pelearse cada vez que estaban juntos, pero a veces les era imposible y eran muy comicos, al menos las cosas que se decian. Algun dia le preguntaria a mi mama el motivo de esas peleas entre ellos, algun dia, cuando fuera mayor..., no creia que me lo contase ahora. Cenamos en familia, aunque faltaran dos personas en la mesa, siempre era asi; estabamos muy unidos. Aunque tambien faltaba mi tio Jesus, una de las personas mas importantes de mi vida. Era mi tio perfecto, el padre que habria tenido si los mios no hubiesen hecho las paces a tiempo; esa historia si que me la contaron, como se separaron y mi madre se entero de que estaba embarazada de mi. Esa historia tenia sus partes dolorosas, pero tambien, un final feliz. Cuando acabe de cenar y ayude a mi abuela Dora a recoger todo, deje a mis padres en el salon, solos, les gustaba ver peliculas antes de ir a dormir, era el tiempo que utilizaban para estar juntos, dado que ambos tenian demasiado trabajo. Intentaron que yo me quedara con ellos tiempo atras, pero no consiguieron nada, no me gustaba el cine, yo era mas de series sangrientas, fantasia pura y dura. Ya en mi habitacion, cogi el movil para comprobar que mi primo me hubiese respondido, pero no fue asi. Me sente, pensativa, era raro que Eloy no me contestase a los mensajes, normalmente, cuando le hablaba, lo hacia de inmediato con una llamada. ?Habria pasado algo? De pronto unas manos taparon mis ojos y me tense asustada. --?Quien soy? --En cuanto escuche su voz me relaje, mi primito y sus bromas. --!Eloy! --grite, quitando sus manos de mis ojos. Me levante y me gire para asesinarlo con la mirada por el susto. Su sonrisa fue tan grande y reluciente que solo con eso me quito cualquier estado de animo negativo que me provocara antes. --Shhh --chisto, cogiendome de la mano para tirar de mi y llevarme al balcon. Nos sentamos en las sillas, uno al lado del otro, y paso su brazo por encima de mis hombros para abrazarme. --?Por que no puedo gritar? --pregunte. --Porque no quiero que tu padre sepa que he venido. Su respuesta me recordo el comentario que mi padre me solto hacia rato e, inmediatamente, me levante, cruzandome de brazos y alzando una ceja mientras lo miraba para que me contase todo. Estaba segura de que habia hecho algo para que mi padre se hubiera enfadado con el. --?Que? --Arrugo la frente--. No he hecho nada, esta vez no. --?Entonces por que no quieres que mi padre sepa que estas aqui? --Por nada, solo es tarde y no quiero que te reganen. No quiero que despues me echen la culpa porque te quedes dormida por la manana y faltes al instituto. ?Te imaginas la cara de tu padre? Seguro que me mataria --aseguro, mas yo no le crei ni una palabra. Aunque no le podia quitar una parte de razon, si llegaba a faltar un solo dia al instituto por culpa de que mi primo no me habia dejado dormirme temprano, nos mataba a los dos. Mi padre, en ese sentido, era muy estricto; los estudios eran algo muy importante para el y que yo sacase buenas notas, lo que mas. Volvi a sentarme soltando un suspiro que no le paso desapercibido, pues me abrazo de nuevo, pero esta vez mas apretadamente, cosa que provoco que suspirase otra vez. Aspire su aroma, cerrando los ojos; me encantaba su olor, me tranquilizaba. Me gustaba el tacto de sus manos, su piel era muy suave. Por unos instantes, me deje llevar por el silencio, el momento, las estrellas alumbraban de manera magica y me relaje tanto que me quede dormida. Por la manana, el despertador sono con tanta fuerza que por poco me cai de bruces contra el suelo. Abri los ojos de par en par y mire mi alrededor, recordando como habia llegado a mi cama, pero me fue imposible, pues no llegue por mi propio pie. Habia sido Eloy quien me dejo en la cama cuando se percato de que me habia quedado dormida y una estupida sonrisa seguida de un suspiro se me escapo de entre los labios. ?Que me estaba pasando? Ultimamente, me sentia demasiado bien a su lado, mas de lo normal. Mi primo y yo estabamos muy unidos, tanto que lo haciamos todo juntos, pero ibamos creciendo y habia cosas que teniamos que evitar, y nos costaba demasiado.

  • El Oceano de tus Ojos de Beatriz Gefer

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    Carlos conoce a Mel, justo cuando Lola y Hector estan celebrando el fin de su pesadilla en VOLVER A SER.

  • Se trata de ti de Daniel Diaz

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    Una existencial historia de amor. “Si sabes algo, dilo… porque lo mas dificil es no saber”. El protagonista Jo sufre un incidente digno de una hospitalizacion y Marcela, es la mujer en cuestion.

  • Novia Tropical (Novias del Paraiso 1), Vicky Loebel de Vicky Loebel

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    Cuando Anna Williams obtiene un lugar en el reality show "Novia Tropical", espera poder darle a su padre enfermo un respiro del invierno de Milwaukee, no ganar un marido rico. Eso es bueno porque el atractivo hombre de mantenimiento, cuyas espaldas anchas y ojos azul claro llamaron su atencion, no es ni rico ni parte del concurso… ?o si?

  • Destino imperfecto de Paulina Maggi

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    Cuando los suenos pueden cambiar tu pasado, tambien lo haran con tu presente. Solo ten en cuenta la pieza clave para que el primero sea por el bien del segundo.

  • Amor intempestivo de Rafael Reig

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    Con mas de cincuenta anos, seguia echandome de menos a mi mismo, y empece a escribir en un cuaderno de doscientas cuarenta paginas tamano cuartilla, de pie, en un barril del bar de Lucia, con un whisky y frente a la piedra de La Maliciosa coronada de nieve. Tarde meses en llenarlo y cuatro anos en llegar hasta el final, desde el que ahora escribo. Las novelas --como la vida-- se leen desde el primer capitulo hasta al ultimo, pero se escriben siempre desde el final --tambien como la vida, que solo adquiere sentido una vez vivida--. Intente apartarlo de mi, escribi otras cosas (las novelas Senales de humo y Para morir iguales), pero el cuaderno de tapas negras seguia esperandome sobre la mesa con sus ciento veinte paginas escritas a lapiz por una sola cara; y otras tantas en blanco, al dorso. Quedaba una cara de mi que no me atrevia a descubrir. Como si hubiera hecho la cama al contrario, con la almohada a los pies, oia el ruido amenazador de mis pasos acercandose. Por eso decidi terminar la otra cara de las paginas: para salir a mi encuentro. Todo empezo con una reunion de viejos amigos, fantasmas del pasado. El Festival Ene se celebra en el Circulo de Bellas Artes de Madrid y cada ano lo organiza una persona distinta, a la que llaman comisario. En 2016 la comisaria fue Marta Sanz y --como es costumbre-- lo lleno todo de amigos de su edad, escritores nacidos en los anos sesenta. Marta me invito a lo que la prensa llama <> --como llama a las elecciones <>-- para que participara en una mesa redonda. Acepte por ver a los amigos y porque no puedo resistirme a nada que me proponga Marta, menos aun con su placa de sheriff. Tambien necesitaba que me diera el aire. Llevaba mas de un ano sin escribir, porque me habia convencido de que mis novelas eran como los inventos del profesor Bacterio: o no funcionaban o, si lo hacian, era siempre en contra del lector. La mesa redonda, que tuvo lugar el viernes 4 de noviembre a las 21:30, se titulaba <>, y el programa (que conservo) la presentaba asi: Hace veinte o treinta anos coincidieron en las aulas y en el bar de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Autonoma de Madrid cuatro muchachos que se han convertido en figuras centrales de las letras espanolas por su labor docente y literaria. Javier Azpeitia, Eduardo Becerra, Antonio Orejudo y Rafael Reig reviviran viejas conversaciones y sus temas de interes de ayer y de hoy. Me recordo a los dibujos de mi infancia, las Merrie Melodies, que se anunciaban como <>. Quiza fuera intencionado y Marta Sanz queria insinuar que nuestros <> son propios de los dibujos animados. Baje temprano a Madrid en el autobus de linea, el 684 de Larrea, decidido a administrarme en el oportuno bar la anestesia necesaria para afrontar la intervencion. Contra todo pronostico, la charla sobre el exito y el fracaso, sobre la lealtad y la traicion, no solo me parecio entretenida, sino que me devolvio las ganas de escribir. Esa noche dormi en Madrid y volvi a casa a mediodia, y al dia siguiente me levante, como siempre, a las cinco de la manana. Desayune y me di una ducha que termine con agua fria, hasta que empezo a salir el agua de <>, como se dice en el pueblo con tono solemne e intimidatorio. Aqui el agua siempre sale del grifo muy fria, te deja los dedos morados, pero llega un momento en el que aparece de pronto un agua heladora que viene de la remota tuberia profunda, soterrada bajo el nevero perpetuo de la montana, y que puede hacer que se te pare el corazon de golpe. Eso dicen en Cercedilla. Llevaba tanto tiempo resistiendome a escribir, que el ordenador se nego a arrancar. Por eso me fui a escribir a mano en el barril. David, el amigo informatico que todos tenemos, probo el <>, que no funciono, y me dijo que iba a buscar un <>. Segun me explico, el ordenador almacenaba el estado del sistema en varias fechas a las que podia retroceder para ponerse en marcha tal y como se encontraba entonces. Lo que hubiera sucedido a partir de ese momento, desapareceria --programas, archivos, documentos-- y volveriamos atras (sin memoria ni deseo) para empezar de nuevo. La idea me parecio sugerente. Igual que los ordenadores, quiza nosotros tambien establezcamos hitos en el tiempo, a los que volver cuando ya no seamos capaces de seguir adelante: antes de la primera novia, de la primera claudicacion, del nacimiento de un hijo, de la muerte de un ser querido. Como era previsible, la mesa redonda me transporto a uno de esos instantes: antes de terminar la carrera, cuando todos eramos genios y todavia inmortales. En mi caso, ese estado se prolongo un ano mas, porque obtuve una beca como lector en la Tufts University, en Boston, donde pude seguir siendo inmortal y un genio, mientras mis companeros preparaban la oposicion a secundaria y daban clases particulares o repartian pizzas en motocicleta para poder hacer el doctorado. Treinta anos despues, ya calvos, mediocres y mortales, con barrigas, canas y ojeras, arrastrando los pies y llevando a cuestas divorcios, hipotecas, deudas y sinsabores, nos fuimos encontrando en la famosa Pecera del Circulo, junto a la mujer desnuda esculpida por Moises Huerta y bajo los lienzos del techo pintados por Jose Ramon Zaragoza. Era dificil no mirar aquel cuerpo de marmol, tendido a nuestros pies en una postura muy poco natural, y con los ojos cerrados. No esta dormida, nos dijo Chavi Azpeitia: esta muerta. En mi familia todos tenemos dibujos de Zaragoza, que era de Cangas de Onis y debio de ser buen amigo de mi abuelo Benito. Sus pinturas, demasiado clasicas, sin duda se parecen al modelo y son --como tantos matrimonios-- fieles pero aburridas. De los dibujos lo que llama la atencion es que todos los que tenemos son de hombres desnudos. Alli, mirando con timidez el hermoso cadaver y las acartonadas pinturas, estabamos la presunta generacion de los sesenta, que casi nunca ibamos al Circulo de jovenes. En los ochenta aquello era poco mas que un casino de provincias, cuando decidieron resucitarlo con una primera medida decisiva: cobrar la entrada. A veinte duros. Y por supuesto funciono, aunque nosotros siguieramos yendo al Deportes (que estaba al lado de la editorial Cambalache), al Casa Riera, al Galdos o a tabernas como La Dolores. Si existiera una <> (pero no es mas que una conjetura), su caracteristica mas sobresaliente tendria que ser nuestra inoportunidad. ?Que clase de jovenes sonarian con ser novelistas cuando la literatura ya habia perdido toda relevancia social? Los ultimos que llegaron a tiempo fueron los que tenian diez o quince anos mas que nosotros: Javier Marias, Munoz Molina, Millas, Mendoza, Llamazares... Con veinte anos, en los ochenta, les vimos triunfar, pero no nos dimos cuenta de que eso nunca iba a volver a suceder. Debiamos de ser los tontos de la clase, el peloton de los torpes, porque el resto de los jovenes de nuestra edad no querian ser escritores, sino cantantes, directores de cine, arquitectos o simplemente ricos. Si existiera esa generacion (pero insisto, se trata de una idea de bombero), habria que llamarla <>, siempre estuvimos, como dice el diccionario, <>. Asi nos va. Nuestros predecesores aguantan el tipo como pueden, a sabiendas de que son un anacronismo. Miralos: uno escribe a maquina y se comunica por fax, otro se hace pasar por neoyorquino de Brooklyn con acento andaluz, otro se mete en armarios empotrados que dan a su otro yo... En fin, se comportan como cunados con una copa de mas en la boda de su hermana, o como filatelicos obsesos y empecinados. ?Y nosotros? No somos mas que un hatajo de acreedores, se nos debe la gloria y vamos reclamandola por los rincones. Nuestras novelas pertenecen todas al mismo genero literario que los cartones que ponen los mendigos al lado de su manta: pedimos una limosna de gloria contando nuestra triste vida, y lo llamamos autoficcion. Eso somos las <> que escupiamos en corro <>. Salvo por la ausencia de torres de vigilancia, aquella Universidad Autonoma de Madrid era identica a una prision provincial de grises muros de hormigon, aislada y laberintica, con patios interiores y escaleras supernumerarias que dificultaban la huida. La blanda hierba que decoraba el campus tambien le daba --combinada con la arquitectura penitenciaria-- ese aspecto de inocencia simulada que caracteriza a los laboratorios farmaceuticos y a los emplazamientos militares secretos. Lo mas acogedor era el bar de la Facultad. !El inolvidable bar de Juanjo! Con la no menos inolvidable tortilla de patatas en olla que hacia Mercedes, la mujer de Juanjo. Aquellos eran los tiempos, primera mitad de los ochenta, y en el bar de Juanjo habia parejas de literatos discutidores: Gerena y Echevarria, al que llamabamos Echabarriga, Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra, Pepe Ridao y Juan Blazquez, y Orejudo y yo. Ninguno esperabamos cumplir los treinta: moririamos jovenes, como los heroes, fulminados por nuestro propio talento, igual que el olmo viejo hendido por el rayo (y en su mitad podrido). Juan era el mas ambicioso de todos: bebia ginebra por las mananas y ni siquiera confiaba en cumplir los veinticinco. El bar tenia una barra en forma de ele; el lado corto acababa junto a una ventana que daba a la entrada principal; el largo recorria la sala hasta una pared, tras la que estaba la estacion de tren. En las otras dos paredes habia repisas para dejar las copas, los cafes o los botellines, y para apoyar el codo con displicencia y la cadera dibujando esa curva caracteristica de Praxiteles. El pequeno espacio de barra junto a la ventana era el lugar privilegiado, que ocupaban siempre los modernos, palidos, ojerosos, recien exhumados de sus tenebrosas sepulturas en el Penta, la Morasol, el Morgenstern o el Rock-Ola. Los plumiferos nos repartiamos el resto: Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra en el otro extremo de la barra, Echabarriga y Gerena en la repisa mas cercana a la puerta; Orejudo y yo en el angulo de la ele; Blazquez y Ridao, al lado de la entrada: todos incansables en nuestra liturgia de bendiciones y maldiciones. !Tolstoi es Dios! Mejor Dostoievski: !es el Demonio! !Clarin es un estrenido! !Las novelas de Galdos huelen a repollo, como un descansillo de escalera! !Neruda es mas plomo que el catastro! !Pues anda que Vallejo: un indio deslumbrado por las baratijas del simbolismo frances! Y asi cada manana. ?De que hablabamos? De nosotros mismos, todo el tiempo, de la identidad que intentabamos construirnos. Por eso eramos tan categoricos --estabamos dando palos de ciego-- y por eso estabamos tan impacientes: !teniamos los dias contados! Y sin embargo Azpeitia y Becerra siguen vivos (uno es un escritor bastante reconocido y el otro es catedratico), y viven tambien Echabarriga (alto cargo en una multinacional de fabricacion y distribucion textil) y Gerena (que fue actor y periodista, y ahora arregla el pais en las tertulias de la tele); y vive y publica libros Pepe Ridao (aunque ahora se llame Jose Maria y sea embajador, ademas de un ensayista importante), por no hablar de Orejudo y de mi, que insistimos en publicar novelas, pero cada vez mas cansados, porque ya solo hablamos de nosotros mismos, incapaces de encontrar nada de mayor interes. El unico que murio --pero no antes de los veinticinco-- fue Juan Blazquez, que tantas ambiciones tenia, el primero que publico una novela, aunque ya no volvio a escribir jamas hasta su muerte, de una cirrosis devastadora, a la edad de Garcilaso y sin ninguna gloria, salvo la de ser recordado por sus amigos treinta anos despues en la barra de un bar, a partir de la tercera copa. Alli los que queriamos ser escritores nos vigilabamos unos a otros. ?Y si alguno de pronto iba y escribia la gran novela de nuestro siglo? Esa era la amenaza, y a mi entonces lo que mas me aterrorizaba era que la escribiera Antonio Orejudo. Durante varios anos fuimos inseparables. Mas que amistad, se trataba de una folie a deux que ambos alimentamos, no tanto por espiritu de cooperacion, sino sobre todo porque ninguno estabamos lo bastante locos como para mantener el delirio por nuestra cuenta. Convertirse en novelista es como atracar un banco o cometer un crimen: se necesitan complices. Asi sucedia con Gerena y Echabarriga, con Chavi y Eduardo, con Ridao y Juan, y con Orejudo y conmigo. Solo he conocido a alguien lo bastante chiflado y con tanto ego como para intentarlo en solitario: Benavides. Una vez, seria por el 86, tras el referendum de la OTAN, en el semaforo de la calle Sagasta, a punto de cruzar hacia la taberna de Araceli, Jose Carlos Benavides nos revelo a Orejudo y a mi que el iba a ser <>. Tal cual. Casi nos atropellan, porque nos quedamos paralizados, mudos de admiracion, e intercambiamos esas miradas que indican que uno se halla por fin en presencia de un autentico orate. Benavides compaginaba Derecho y Filologia, asi que poco despues afirmo que Tomas y Valiente queria que, en su momento, le sustituyera en el Tribunal Constitucional, y luego que Lazaro Carreter le estaba tanteando para la Academia Espanola. Todo lo decia con el aplomo de los lunaticos: era fascinante. Y siempre actuaba solo, como un agente secreto o un francotirador. Durante un tiempo fue secretario de Estado de Cultura y ya no se por donde andara ahora: quiza haya remplazado a Lola Flores, a Tina Turner o a la madre Teresa de Calcuta --nada estaba fuera de su alcance-- o quiza este dando alaridos encerrado en una gavia. Orejudo y yo colaboramos para convencernos el uno al otro de algo no menos disparatado que las salidas de pata de banco de Benavides: que ambos ibamos a cambiar el curso de la literatura universal. Juan Blazquez en cambio no representaba una amenaza para nadie por una razon obvia: follaba demasiado. Gustaba a las chicas, las volvia locas, como si acabara de despertarlas de un profundo sueno en pleno dia, o tal vez de rescatarlas de una pesadilla. Tenia ojos azules, labios grandes y abultados, un flequillo rebelde que atravesaba la frente buscando un atajo, y cara de nino bueno, interrumpida de pronto por una sonrisa esquinada y provocativa que parecia decir: se lo que quieres, aunque tu todavia no lo sepas, y te lo voy a dar. Esa sensacion de peligro inminente --?quien no prefiere seguir ignorando su deseo oculto?-- debia de ser lo que les gustaba de el: el fondo pantanoso de sus labios bajo el agua diafana de su mirada. ?Que necesidad tenia de escribir novelas, si ya era tan atractivo? Ademas, para tener exito en los ochenta, bastaba con declararse cantante, actor, pintor o disenador; ya no era necesario ni aconsejable encerrarse a escribir cientos de folios que nadie iba a leer de todas formas. Los plumiferos nos habiamos convertido en mamarrachos, nos dabamos mucha importancia, pero actuabamos como exploradores polares cuando los polos --y la misma Antartida-- ya estaban repletos de McDonald's y cajeros automaticos. Mis unicos amigos no plumiferos eran los del club de ajedrez que formamos algunos de la Facultad, el club Al Paso, con el gran Ostolaza de presidente, el gordo Tomas, Macarena, Escalona y Carmen Avellan (a la que quise tanto y me dejo sin mas por Jaime Escalona). A Juan Blazquez mis amigos ajedrecistas le causaban bastante asombro: se negaba a creer que quisieran --tal y como afirmaban-- llevar vidas normales y corrientes. Estaba convencido de que esas vidas siempre desembocan en diverticulos en el colon, en la ominosa tos improductiva o en una inflamacion cronica de los tobillos. No eran mas que una perdida de tiempo, del buen humor y de la circulacion de retorno, eso decia, con su vaso de ginebra en la mano. Nosotros creiamos que solo se hacia escritor el que no tenia mas remedio. Si no tienes cuentas pendientes con el mundo, no te pones a escribir novelas. Eso es lo que les faltaba tanto a Juan como a Benavides: la inagotable energia del rencor. A final de cuarto Blazquez ya empezo a dejar de tener encanto. Cuando volvia del bano no era raro que trajera el pantalon manchado de pis, vomitaba en las fiestas o se quedaba dormido; y sus comentarios puede que siguieran siendo agudos, pero apenas se entendian tras la segunda ginebra. Nada mas terminar la carrera, se caso con Ines Baraona, una chica de provincias bastante pavisosa, y dejo de escribir. ?Por que dejo de escribir? Frente a una pregunta como esa hay varias respuestas posibles. La mas natural y razonable es otra pregunta: eso depende de para que escribiera. Otras opciones son: porque tenia otras cosas que hacer. Porque se aburria. Porque no recibio la recompensa que esperaba. Porque le parecia un esfuerzo excesivo. Porque prefirio la ginebra. Porque no se le ocurria nada. Ademas, ?que tiene de misterioso que alguien deje de escribir? Escribir no es tan importante. Todo el mundo deja muchas cosas: una carrera universitaria, a su pareja, de comer carne, una ciudad, de fumar, de llevar corbata o de ponerse vaqueros; pero nadie se preocupa, intrigado, de por que Fulano habra dejado de jugar al parchis, a las damas o a la petanca. En la Pecera le preguntamos a Azpeitia como sabia que la mujer de la escultura estaba muerta. Lo se, aseguro: y todos la conoceis. Creo que no fui el unico que se sintio acusado, tambien quiza culpable. ?Quien es?, pregunto Becerra, y en ese momento la comisaria Sanz nos aviso de que teniamos que empezar la tertulia. Al salir de alli ninguno pudo evitar mirar hacia el suelo, a la mujer desnuda, pero a mi me dio verguenza o quiza preferi despedirme, mirando al techo, de los tres tristes lienzos del amigo de mi abuelo: El Amanecer, El Dia y La Noche.

  • Sakura de Matilde Asensi.

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    En 1990, Ryoei Saito, un multimillonario japones, adquirio El retrato del doctor Gachet, de Vincent Van Gogh, en una subasta de Christie’s por la suma mas grande pagada hasta entonces por una pintura: 82,5 millones de dolares. El multimillonario fallecio poco despues y, con el, el cuadro desaparecio para siempre.

  • Quiereme siempre de Nuria Gago

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    A Lu, que lleva dos anos en Paris, le han roto el corazon por tercera vez y decide volver a Barcelona para aclarar sus ideas.
    Su madre le busca un trabajo de cuidadora sin consultarle y cuando la recoge en el aeropuerto, la lleva directamente a casa de Marina: ochenta y seis anos, viuda y pendiente siempre de su hermana Maria, enferma de alzheimer. Lo que empieza siendo una convivencia forzosa se convierte para las dos en un pequeno oasis en el que recuperaran la alegria y el control de sus vidas.
    Quiereme siempre habla sobre la importancia de ayudarnos los unos a los otros, sobre la soledad de nuestros mayores, sobre como la musica puede abrir puertas que ya nadie encuentra y, sobre todo, de como el humor, el amor y la valentia de mirar hacia adentro pueden salvarnos.

  • Los Smith. Las Ruedas del Corazon de Tomas Guevara

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    Juventud, magnifica juventud, no puedo mas que agradecerles por ser la total inspiracion de mi historia. Solo gracias a ustedes es que esta novela nacio, vivio y por siempre existira.
    Alcoholismo, un grave accidente, amor, desamor y uno que otro escape de casa son la amalgama llamada Los Smith: Las Ruedas del Corazon.
    En esta novela hay grandes historias: El amorio entre Josh Smith y Janice Knight con sus respectivas consecuencias como, por ejemplo, infidelidad y la fuga que hacen. Otra historia es la de el accidente de Anna Taylor que trae consigo consecuencias… hhmmm carcel, no dije nada. Lo que si te digo es que la carcel no es la unica consecuencia tras el accidente.
    Si eres adolescente, te sentiras identificado con todos los personajes de la novela y si eres adulto, no creo que esta novela sea de tu agrado. Adolecerte, si tu, a ti te hablo, no creas que estas mal, solo no escuches a los vejetes.
    El narrador no tiene pelos en la lengua, asi que no esperes una historia con las mejores palabras para cada frase.
    Si bien esta novela esta ubicada en Inglaterra, pudo haber estado ambientada en cualquier otro pais.
    Te hago una apuesta, no te sientas identificado con un solo personaje. Si me ganas… ehhhmmmm nada, felicitaciones.

  • Sexo, amor y rock ‘n’ roll.: Domando a “La Bestia” de J. A. Silva

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    Leo, el lider de la exitosa banda de rock, Avalor, vivia una vida desenfrenada, llena de excesos, sexo y locura. Usaba a las mujeres para satisfacer sus necesidades y, despues, se olvidaba de ellas. A pesar de poder estar con la chica que se le antojara, sentia que su vida estaba vacia.

  • Como tu quieras de Christian Martins

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    Cora siempre ha sido la chica de cabeza fria y corazon de hielo. Ningun hombre la ha hecho temblar, excepto uno. Su talon de Aquiles. La horma de su zapato. Gracias adios, lleva demasiados anos sin verle y por fin le ha olvidado.
    O eso creia ella.
    El agente Hector Garcia aparecera en accion para mostrarle a Cora que, algunas veces, hay que dejarse guiar por los sentimientos y olvidarse de la razon.
    Y ya sabemos todos que es delito no cumplir las ordenes de un policia, ?verdad?

  • Donaji de Keila Ochoa Harris

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    ?Como puede un hombre enfrentar la historia y cambiar su destino?
    Cuandose topan en Oaxaca un pintor criollo frustrado y una industriosa mujerde ascendencia indigena, su encuentro desencadena una relacion queencierra mas de quinientos anos de historia. La politica inestable ylas corrientes de mitologia indigena y religion contemporaneaentrelazan el trasfondo desde el cual los protagonistas tienen quedecidir si ceder o forjar su propio destino.

  • Las manos de la madre de Massimo Recalcati

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    Benditas, escribe Rilke, sean las manos de la madre. Bendito el sosten que ofrecen al <> y a los <> de la vida. Bendita la <> de la madre y su memoria. Presentando publicamente en las mas dispares ocasiones (tanto en universidades como en festivales culturales, tanto en escuelas de psicoanalisis como en jornadas de formacion de los partidos politicos, en teatros y plazas, en centros comunitarios y en centros religiosos) mis recientes obras sobre la figura paterna, sobre su declive y sobre la necesidad de su replanteamiento radical <>,1 ocurre siempre, sin excepcion, que en determinado momento del debate se levante una mano -de mujer por lo general- para hacerme la misma pregunta: <> Este libro toma muy en serio esa pregunta y aspira a proporcionar una primera respuesta articulada. En las paginas que siguen me concentro en la experiencia de la maternidad, en su herencia y en sus fantasmas, en sus luces y en sus sombras. Trato de interrogarme sobre el misterio de la maternidad y, mas en concreto, sobre lo que queda de la madre en esta epoca de declive de su representacion patriarcal. En los ultimos anos me he dedicado a la figura del padre, a su evaporacion y, sobre todo, a lo que queda de sus funciones en una epoca que ha dejado atras la figura tristemente opresiva del padre-amo. Sin nostalgia de su autoridad disciplinaria, de su mirada severa ni de su atronadora voz. Contra quienes me han acusado de querer exhumar esta figura de la paternidad, siempre he aclamado y dado la bienvenida a esta epoca que ha visto su disolucion. No siento anoranza alguna respecto a la fascinacion oscura por la Ley inhumana del padre-amo. Al elevar al padre a una especie de ideal disciplinario represivo, la cultura patriarcal nos lego y al mismo tiempo nos impuso una version de la madre igualmente incomoda. Me refiero a la madre del sacrificio y de la abnegacion, a la madre como destino ineluctable de la condicion de mujer. La ideologia patriarcal que hoy esta exhalando sus ultimos y, en ocasiones, desesperados suspiros pretendia reducir el ser de la mujer al de la madre. Solo la figura de la madre podia sancionar una version socialmente aceptable, benefica, positiva, saludable, generativa de la feminidad. En cambio, la mujer divorciada de la funcion materna aparecia como la encarnacion de los fantasmas mas malignos: maldad, pecado, lujuria, falta de fiabilidad, brujeria, crueldad. Mientras que la mujer que se realizaba en la maternidad enmendaba los aspectos mas inquietantes de la feminidad, la mujer que se negaba a limitarse unicamente a la maternidad, renunciando a su libertad, acarreaba el estigma de una anarquia peligrosa y antisocial que habia de ser redimida con las herramientas de la moral pedagogica, la psiquiatria o la marginacion social. En definitiva, segun la perspectiva de la ideologia patriarcal, solo el acceso a la maternidad podia conferir una forma de realizacion benefica y publicamente aceptable a la mujer. Se trata de una version esquizoide y maniquea de la feminidad (madre=bien, mujer=mal), que constituye la espina dorsal de la representacion patriarcal de la maternidad y que con toda razon ha sido criticada y superada. La libertad social y sexual adquirida por las mujeres en las ultimas decadas ha subvertido, de hecho, tal representacion. Hoy en dia las mujeres trabajan, estan socialmente comprometidas y, al igual que los hombres, tienen poco tiempo para dedicar a sus hijos. La organizacion social de nuestra vida no facilita, en efecto, la integracion fructifera entre la mujer y la madre, sino, al contrario, favorece su divorcio. A causa de ello, han brotado nuevos fantasmas que introducen ineditas versiones patologicas de la maternidad; no ya la tradicional de la madre que devora su propio fruto, que no deja marcharse a su propia criatura, sino la hipermoderna de la madre que vive los hijos como un obstaculo para su afirmacion social. En nuestro tiempo, la maternidad no depende ya de la capacidad generativa ni del sexo de los progenitores. Algunas evidencias que regulaban el proceso de filiacion -la generacion proviene del coito, la sexualidad es la primera condicion de la generacion, la funcion paterna y materna estan sostenidas, respectivamente, por una madre (mujer) y un padre (varon)- estan saltando irreversiblemente por los aires. La ciencia y el derecho facilitan la posibilidad de tener un hijo sin pasar por la generacion sexual de los cuerpos y prescinden del deseo de maternidad como evento que nace de un vinculo amoroso. Se ha consolidado una nueva industria -la de la reproduccion asistida medicamente- que ha hecho que el deseo de maternidad se vuelva autonomo respecto al deseo amoroso hacia el otro sexo. Se trata del trasfondo hipermoderno de este libro, que nos impone una serie inedita de preguntas: en un epoca en la que el coito ya no resulta necesario para la fecundacion y los sexos de los padres no tienen por que corresponder necesariamente con la heterosexualidad anatomica, en una epoca en la que el sexo se ha desprendido de las leyes de la naturaleza y ha sido colonizado por la ciencia, en una epoca en la que la nocion neutra de progenitor (1 y 2) parece querer reemplazar a la de padre y madre, ?sigue teniendo sentido plantearse el problema de la diferenciacion simbolica entre funcion paterna y funcion materna? En una epoca en la que el deseo de maternidad se ha emancipado por completo de la referencia inmediata a la madre como progenitora, como la que trae a la luz del mundo a un hijo, ?que es lo que queda de la madre? ?Que queda cuando convertirse en madre deja de ser el destino natural de la mujer para pasar a ser una eleccion en libertad que decide sus tiempos gracias al apoyo de la ciencia y el derecho? ?Cuando sexualidad y procreacion no forman ya un binomio indisoluble? Un hilo conductor recorre mi trabajo de los ultimos anos: el tema de la herencia. Este tema plantea con fuerza el problema de la humanizacion de la vida. Lo que esta en juego son las modalidades mediante las que el deseo se transmite de una generacion a otra. Es el gran tema de la filiacion simbolica que nuestro tiempo nos obliga a replantearnos desde el momento en que se aprecia, con mayor evidencia cada vez, que el proceso de filiacion no depende de la dimension naturalista de la familia. Pero por mas que no sea ya la familia la base natural de la filiacion, este dato no elimina en absoluto la centralidad de la filiacion simbolica, es mas, acentua ulteriormente, si eso fuera posible, su importancia. Dos prejuicios especulares han condicionado la lectura psicoanalitica de la funcion materna. Por un lado, estan aquellos que han identificado a la madre como la prision en la que se halla detenido el nino y al padre como su liberador necesario. En esta identificacion, la generatividad materna queda aplastada por una cultura que asimila a la madre con el caos original, con un lugar informe, prelinguistico, indiferenciado, que solo la intervencion del padre tiene el poder de ordenar y reglamentar.2 Por otro lado, estan aquellos que atribuyen a la madre una funcion tan exclusiva en el cuidado de los hijos que corren el riesgo de acabar cayendo en un proceso retorico de idealizacion que no tenga debidamente en cuenta la necesidad de que el hijo sea siempre el resultado de Dos y nunca de Uno solo. Contra el primer prejuicio, este libro quiere demostrar la centralidad activa de la funcion materna en el proceso de filiacion y de humanizacion de la vida. Contra el segundo, quiere demostrar que la madre no excluye nunca la ambivalencia y su division interna, que la idealizacion de la madre <> acaba unicamente por alimentar esteriles fantasmas de omnipotencia. La madre que suprime a la mujer -como sucedia en la version patriarcal de la maternidad- o la mujer que niega a la madre -como sucede en esta epoca hipermoderna- no son dos representaciones de la madre, sino dos declinaciones igualmente patologicas. Este libro se detendra en todo ello, pero sin ninguna intencion de reducir la maternidad a su patologia. Las ensenanzas de Lacan nos demuestran que la existencia del deseo de la mujer como no totalmente absorbido en el de la madre es la condicion esencial para que el deseo de la madre pueda ser generativo. Solo si la mirada de la madre no se concentra en sentido unico en la existencia del hijo puede la maternidad realizar plenamente su funcion. Es lo que nos ensena cotidianamente el psicoanalisis: solo si la madre es <> puede atesorar el nino experiencia de esa ausencia que hace posible su acceso al mundo de los simbolos y de la cultura. La contradiccion entre la entrega al cuidado y el impulso hacia la propia (y legitima) afirmacion personal parece hacer hoy en dia casi imposible el oficio de madre: la atencion materna entra en conflicto directo con la aceleracion maniatica del tiempo, totalmente carente de atencion, que es ensena de nuestra epoca dominada por el discurso del capitalista.3 Los cuidados maternos, al contrario de lo que sucede en todas las esferas de nuestra vida individual y colectiva, nunca son anonimos, genericos, protocolarios, estandares; nunca se insistira lo suficiente acerca de la importancia de la atencion materna que nunca es cuidado de la vida en general, sino siempre y unicamente cuidado de una vida en particular. Estos cuidados no se miden por el numero de horas dedicadas a los hijos. El psicoanalisis nos ensena que la presencia sin palabra y sin deseo puede ser bastante mas danina que una ausencia que sabe regalar sin embargo unas (pocas) palabras adecuadas. Lo que sigue siendo insustituible en la madre es el testimonio de que aun puede existir, en nuestro tiempo, una atencion que no sea anonima, una atencion que ame el detalle mas particular del sujeto, una atencion capaz de recibir el <> que llega con la luz del dia. No existe, en efecto, amor por la vida, al igual que no existe el amor por lo universal. Solo existe el amor por el uno por uno, el amor por el nombre propio, como diria Lacan. Y es precisamente ese amor el que la maternidad -a despecho de todas las transformaciones hipermodernas que han modificado su fenomenologia- tiene el cometido de custodiar. Su leccion mas profunda es la de oponer la atencion hacia lo particular como una resistencia irreductible ante la voragine vertiginosa que impulsa la negligencia absoluta del discurso del capitalista. Milan, febrero de 2015 Deseo dar las gracias a Matthias de Bernardis y a Donatella Berasi de la editorial Feltrinelli por su valioso trabajo, y a Ludwig Monti, de la Comunidad de Bose, por su generosa amistad

  • Vibrating love de Carol Branca Pombo

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    Sofia esta poco receptiva al amor, sobre todo desde que descubrio que su ex estaba casado mientras aun eran pareja. Quiza lo ultimo que necesita ahora es que un chico, de esos demasiado guapos para ser buenos, se le cruce en su camino y le proponga cosas como “libertad”, “intercambio” y “poliamor”. ?O quiza es justo lo que necesita?

  • Finanzas Pop de Mariano Pantanetti

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    Irreverente por momentos y riguroso siempre, Mariano Pantanetti analiza la cultura popular en busca de patrones y tendencias para que el lector pueda aprovechar oportunidades de inversion y protegerse de los riesgos del mercado de manera unica, de manera pop.

  • El don de la fiebre de Mario Cuenca Sandoval

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    Olivier Messiaen ha nacido con un don: tiene un oido absoluto, puede identificar la calidad, el timbre e incluso el color de cada sonido. Con el tiempo llegara a convertirse en uno de los compositores mas famosos de Francia y del mundo. En El don de la fiebre, Mario Cuenca Sandoval novela la vida de este artista absorbido por la religion, los pajaros y la musica, un musico ensimismado a quien la Historia coloca en el frente durante la Segunda Guerra Mundial, en un campo de prisioneros nazi -donde compone y estrena su pieza mas famosa-, como profesor en el Conservatorio del Paris ocupado y como marido inusual junto a sus dos grandes amores.

  • Laia y su miedo (Cautiva 1) de Ariadna Baker

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    Fue salir por el pan y meterme en la primera callejuela que vi, me sente en unos escalones y me eche a llorar. No podia mas, estaba llegando al limite y la ansiedad ya la notaba que tiraba a depresion. Me quite el velo, ese que dos anos atras me puse por amor y que ahora me odiaba a mi misma por haberlo consentido. Deje mi vida en Espana pensando que habia encontrado el amor en aquel hombre marroqui que supo ganarme como todo un caballero, lo que jamas pude imaginar que fuese una manera de atraparme para convencerme y arrastrarme a una vida que no me pertenecia, fuera de mi pais y con muchas imposiciones que jamas pense haber permitido. --?Estas bien? --pregunto una voz masculina y levante la cabeza. --Si, tranquilo --dije a aquel hombre de ojos claros y rubio, se notaba que era Europeo, no de Espana, pero de algun pais del norte. --No eres de Marruecos, ?verdad? --No --me secaba las lagrimas y no queria mirarlo a los ojos, era una de las cosas que me tenia prohibida Kazim. --?Necesitas algo? --Si sigo hablando contigo voy a necesitar una caja de madera para que metan mi cadaver -- rei entre lagrimas. --?Estas aqui contra tu voluntad? --Vine por amor, pero jamas pense verme envuelta en algo para lo que no estaba preparada. Me tengo que ir --me levante colocandome el velo, lo mire con una sonrisa triste y me marche a comprar el pan. Compre el pan y regrese a casa, Kazim estaba fuera, en su trabajo, ese del que no me hablaba ni lo mas minimo, pero que yo sabia de que se trataba. Fui hacia el frigorifico a sacar la carne para hacer Kefta y vi la asquerosa nota que habia en el y donde me recordaba de su puno y letras las normas que debia de cumplir tales como, salir a la calle con velo, no hablar con ningun hombre, no mirar a los ojos de ellos y no salir mas que para comprar o ir a casa de Samira, la mujer de su hermano y que era marroqui. Kazim comenzo a tratarme mal cuando descubrio que el no podia tener hijos, encima me echaba la culpa a mi y ni el intentar consolarlo sirvio en ningun momento, todo lo contrario, lo hizo volverse mas en mi contra. Mis padres me dejaron de hablar el dia que decidi venirme a Marruecos junto a el, me dieron a elegir, sabian de sobra que esto era la cronica de un error inminente y cuanta razon tenian. Con el pasaporte caducado, sin identificacion ninguna, ya que toda me la arrebato el y sin movil, asi vivia, sonando un dia con escapar y llegar hasta la Embajada de Espana, pero sabia que si me pillaba podria hacer una locura. Veintisiete anos y con una vida en manos de un loco obsesionado que solo queria controlar mi vida, estaba ido con ese tema y lo peor de todo, es que muchas mujeres marroquies iban sin velo y tenian una vida muy parecida a la occidental, cosa que a mi no se me permitio, arrebatandome mis origenes y todo lo que se me habia inculcado. Me puse a preparar la comida entre lagrimas, ese dia no daba a mas por como me habia tratado, para Kazim era un trozo de carne al que usar y tocar a su antojo, ni siquiera hacia que yo disfrutara, era el y solamente el, al igual que me tenia como una fregona para tener su casa impoluta y la comida siempre en la mesa. Un rato despues escuche dos golpes en la puerta y por la forma de hacerlo sabia que era Samira. --?Estas mal? --me pregunto, entrandome y dandome un abrazo. --Muy mal, me gustaria que me pasara algo y muriera, no tengo ganas de seguir viviendo, ni fuerzas --me sente en el sofa y solte todas esas lagrimas que caian a cantaros. --Se le va un poco la mano a Kazim. --Se le va mucho, ni siquiera tengo tus derechos, tu sales libremente, no te controla y te trata con mucho amor Akram, nada que ver con su hermano que solo hace ponerme al limite. --Me encantaria ayudarte, lo sabes, pero me meteria en un gran lio. --Lo se, tranquila --le di un apreton en su mano. Estuvimos un rato tomando te y luego la acompane al mercado, con ella si que podia salir a pasear, pero no a tomar nada en ninguna terraza, eso segun Kazim, era una falta de respeto hacia su persona. Fue cruzar una calle y encontrarme tomando un te a ese rubio de ojos azules que me habia preguntado un rato antes. Nuestras miradas se cruzaron, pero baje la cabeza rapidamente, demasiado le habia dicho ya y me podia ver en un problema envuelta si se le ocurria acercarse a mi. Compramos la verdura que ella necesitaba y regresamos hacia la casa donde me despedi de ella en la puerta y me meti adentro. De nuevo rompi a llorar, los recuerdos de esta manana haciendolo con el, mientras me recordaba todas las normas fue desgarrador, estaba pensando en hacer una locura y matarlo, queria matarlo, eso o quitarme la vida. La comida preparada, pero Kazim no vino, eran las cuatro de la tarde y seguia sin aparecer asi que me eche una siesta. --!Quiero mi comida, ya! --grito un rato despues, desvelandome y poniendome de lo mas nerviosa. --Ahora mismo --murmure levantandome y dirigiendome a la cocina. --Salgo de viaje hoy, estare unos dias en las montanas del Reef, solo debes salir a comprar pan y poco mas, recuerda que tengo gente que te vigilara. --Tranquilo, sabes que salgo lo justo. --Estoy muy tranquilo, la que no debes estarlo eres tu, si se te ocurre hacer algo que no tienes permitido. No le respondi, me limite a ponerle la mesa y prepararle un te que se tomaria justo antes de irse, como si no lo conociera. Termino de comer, preparo una bolsa estilo militar con su ropa y cosas, volvio a la cocina para tomar el te y se despidio. --Bueno, no mas de cinco dias estare fuera. --Tranquilo, te esperare. --No me cabe duda --se rio con ese tono de advertencia que tanto asco me daba. Se marcho, dejandome sin movil y casi apenas dinero, con todo el que tenia y es que yo sabia que algo tenia que ver con la exportacion de marihuana fuera del pais, ni que fuera tonta. Capitulo 2 Me pase el resto de la tarde maldiciendo el dia que lo conoci en Espana y como todo un galan aparecio por aquella terraza en la que mi amiga Alicia y yo, estabamos tomando una copa. Parecia sacado del anuncio de "Hugo Boss", con ese traje azul marino que le quedaba como anillo al dedo y ese pelo hacia atras engominado. Se sento en la mesa de al lado y al final terminamos charlando con el, tomando copas y acompanando primero a Alicia a su casa y luego me acompano a la mia. Desde ese dia quedamos a diario durante un mes, me llevaba a restaurantes, de copas y termine durmiendo en su hotel en mas de una ocasion, acabe enamorada de el hasta las trancas y todo por su forma de ser, ironias de la vida. Me dijo que tenia negocios de exportacion y demas, pero nunca me definia nada, yo no queria preguntar mas de lo debido, ya que no queria parecer una cotilla. Luego me invito por primera vez a conocer esta casa, ahi a mis padres como que no les hizo mucha gracia, pero terminaron aceptandolo y me vine una semana, quede fascinada con esta mansion que tenia en Chefchaouen, el pueblo mas bonito de todo el norte de este pais. Su forma de tratarme, de cuidarme, de reirse con mis cosas, era todo eso que como si fuera un galan de telenovelas a mi me enamoro y solo era la fachada de un tio sin escrupulos vendiendo a su presa una vida que no era la que queria, solo tenia un objetivo, traerme a toda costa y por encima de mi familia e imponerme luego a su voluntad. El dia que le dije a mis padres que me venia a vivir a Marruecos, me dijeron que, si lo hacia, en esos momentos los diera por muertos, que los olvidara para siempre. Con todo el dolor de mi corazon y haciendo algo que me iba a salir muy caro, recogi mis cosas y me vine con Kazim, ese seductor que dos anos atras cuando lo conoci tenia treinta y cinco anos y ahi comenzo el calvario de mi vida. La primera vez que me dijo que no debia salir sin velo, pense que era broma y le conteste que iba a salir como me saliera de mis partes bajas, suficiente para que me diese tal bofetada, que me dejo con dolor de oido dos dias. No fue suficiente que cuando me puse bien y le dije que queria regresar a Espana me dijo que andando no lo haria, vamos que me cortaria las piernas y encima me quito el movil, ese que nunca mas me devolvio y el pasaporte tampoco. A partir de ese momento vivi un autentico infierno, ademas, me obligo a convertirme al islam y casarme con el. Recuerdo que fue el dia mas triste de mi vida, casi puedo sentirlo en mi piel casi dos anos despues, fue un momento de lo mas desgarrador, ese dia con el que toda mujer suena y para mi se estaba convirtiendo en el peor de mi vida. Y ahora dos anos despues de venirme a Chauen, me sentia presa en otro pais, presa sin una condena de un tiempo, presa para toda la vida y es que sabia que jamas iba a salir de aqui, al menos eso me lo habia dejado bien claro, me preferia muerta que regresando a Espana. Echaba de menos escuchar esas canciones de mi movil, ver un programa de television, una pelicula, aqui el unico derecho que tenia era el de limpiar, hacer la comida y estar dispuesta siempre ante mi marido cuando tuviera ganas de sexo. De mis padres nunca supe nada, ya que mi movil me lo quito y ellos me habian advertido ademas que estaban muertos para mi. ?A quien tenia? Pues a mi amiga Alicia, pero no tenia forma de contactar con ella y su numero no me lo sabia de memoria, ni tendria como hacerlo, no podia poner en un compromiso de ese tipo a Samira, que descubriera su marido esa llamada y tuvieramos consecuencias, aunque su marido la trataba genial y la amaba de verdad, pero claro, eso seria una traicion al hermano si lo hacia. Lloraba sin consuelo mientras intentaba quedarme dormida, hasta el sueno lo tenia mal, no conseguia dormir dos horas seguidas. Por la manana a las seis ya estaba en la cocina tomando un cafe y mirando por la ventanilla, me fui al cajon del salon donde Kazim solia poner el tabaco y si, habia dejado un par de cajetillas a medio abrir, asi que cogi un cigarrillo y me lo fume con el cafe. Eso si, si algun dia estaba de buenas me regalaba un cigarrillo como premio, eso cada equis tiempo, por no decir cada mucho tiempo, en fin, como una golosina para su perra, eso es lo que yo era para el... No fue un cigarrillo, fueron tres los que me fume mientras me tomaba un cafe tras otro, pensando en como cortarme las venas o hacer una locura, queriendo desaparecer de esta vida, de este "PUTO" infierno. No eran ni las diez de la manana cuando esos ojos claros se volvieron a clavar en los mios, si, aquel europeo que me hablo el dia anterior pasaba por mi calle y yo tenia la ventana abierta de la cocina, estaba mirando hacia afuera mientras pensaba y el, al ir mirando hacia este lado me vio, nos miramos, ralentizo su paso y agache la mirada antes de cerrar la ventana. Tuve una sensacion extrana, era como si el destino me lo estuviera poniendo demasiadas veces por delante, la piel se me erizo por completo. Si iba hacia abajo es porque se iba para la plaza Outa El Hamam, seguramente a desayunar en una de las numerosas terrazas en las que se debia estar genial disfrutando de un buen desayuno, de esos que tuve el placer de disfrutar la primera vez que vine por una semana aqui. Un rato despues me coloque el velo frente al espejo y me dieron ganas de llorar al ver en lo que me habian convertido. Sali de la casa atravesando la plaza para ir al horno de la otra parte, pero nada, no lo vi por alli. Compre el pan y fue al girarme para subir la cuesta de vuelta hacia mi casa, cuando nuestras miradas se cruzaron por cuarta vez. No se como, pero antes de agachar la cabeza se me saltaron las lagrimas y a el se le transformo la cara en preocupacion, mire hacia el suelo y segui andando, dejandolo atras. Me seque las lagrimas con disimulo y camine lo mas rapido que pude, entre en casa, cerre la puerta y me puse contra ella a respirar con la mano en el pecho mientras lloraba de rabia, dolor, indignacion, de todo lo peor que puede sentir a una persona... Juro por mi vida que en ese momento que me cruce con el, me tuve que morder la lengua porque estuve a punto de gritarle "socorro", pero, ?y si era alguien que habia puesto Kazim para vigilarme? Necesitaba aferrarme a algo, pero aqui no me podia fiar de nadie, sabia que mi marido tenia gente por todos lados y hasta guardaespaldas. A saber, hasta donde tenia el cuello metido. Me tumbe en el sofa bocarriba y me tape los ojos, intente poner la mente en blanco para no pensar, ya estaba cansada de hacerlo, ya no podia mas, siempre fantaseaba con que pasaba algo y podia huir de aqui, pero solo era eso, una fantasia... Estuve toda la manana tirada en el sofa y a la hora de la comida me comi un trozo de pan con mantequilla, ni ganas de cocinar, ni de apenas comer, solo le di dos bocados. Me puse a limpiar hasta las siete de la tarde que me duche y me fui hacia casa de Samira, su marido se habia ido con el mio, asi que estaba alli seguro aburrida, aunque ella tenia hasta redes sociales, pero jamas me enseno nada de lo que colgaba ni me dejo ver la pantalla, sabia que estaba advertida. Doble la esquina y como si me estuvieran esperando, un chaval del pueblo se acerco a mi. --Laia --murmuro mi nombre --, me han dado esto para ti --me entrego un papel doblado en varios trozos--. No te preocupes que nadie sabra que te lo di. --No entiendo nada. --Lo haras --sonrio y se fue. Volvi hacia mi casa y cuando entre abri el papel. "Se que estas en apuros. Puedes confiar en mi. Te esperare cada manana a las nueve en la casa en la que estoy alojado, el 29 de la calle derecha tras de la tuya. Dejare cada dia durante diez minutos la puerta entreabierta. Andrew" Sabia que era el, el hombre de los ojos claros, ese al que me habia cruzado varias veces y que hoy me vio con lagrimas en los ojos. ?Quien era el? ?Turista? ?Uno de los hombres de Kazim? !Ay, Dios! Me iba a volver loca...

  • La ley del corazon de Amy Harmon

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    Una preciosa historia sobre nuevos comienzos y un amor eterno

  • Herencia misteriosa de Leona Karr

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    Una tormenta empujo a la rica heredera Stacy Ashford a los brazos de un misterioso desconocido, un hombre duro y tremendamente atractivo. Pero ese encuentro con Josh Spencer parecia algo mas que una casualidad. Para hacerse con su herencia, Stacy tenia que reconstruir el fantasmagorico hotel en el que habia muerto la hermana de Josh. Y aunque Stacy no podia confiar en los motivos por los que el la ayudaba, su presencia la hizo mantenerse fuerte cuando alguien… o algo intento atemorizarla.

  • Munequita de Lori Beasley Bradley

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    E 1 l calor de la primavera tardia en la casa hacia el aire practicamente irrespirable. Dolly levanto la cabeza de los cojines tras su regazo cuando escucho el carruaje afuera. Dejo la tela a un lado y se acerco a la ventana para ver a Karl, el repartidor de la tienda de Haney, quien se bajaba. Ella fue a la puerta con una sonrisa en su rostro. El estaba alli con sus baneras de lavado para la ropa, las que tenian escurridores para sacar el agua de la ropa --Solo puedo llevarla hasta su porche, senorita Dolly --el vigoroso joven se disculpo. -- Tengo que correr a Holbrook para recoger mercaderia para el Sr. Haney en el deposito o me quedaria para llevarlas a la parte de atras y prepararlas para usted. Dolly se protegio los ojos de la luz del sol brillante con su mano agrietada. Esta bien, Karl. Puedo arreglarmelas desde aqui e instalarlas . Ella no estaba segura de que fuera verdad, pero Dolly sabia que tenia que sacar la caja y su contenido del porche delantero y llevarla al fondo antes de que Martin llegara a casa y las viera. Karl deslizo la gran caja de madera de la parte trasera del carruaje y la llevo al porche. Se quedo esperando hasta que Dolly buscara en el bolsillo de su delantal y sacara una moneda de cinco centavos. --Gracias --dijo y le entrego la moneda al joven. --Gracias, senorita Dolly --dijo mientras dejaba caer la moneda de cinco centavos en el bolsillo del pecho de su gastada camisa a cuadros--, esto me comprara un trago en Bud’s cuando llegue a Holbrook. El conductor se apresuro a cruzar la verja, se subio a su carro, quito el freno y libero a los caballos por la polvorienta calle con potencia. Dolly miro fijamente el cajon desgarbado y penso en como iba a llevarlo al porche trasero donde lavaba la ropa. Agarro la madera aspera y levanto un extremo. Lo bajo de nuevo al porche, agradecida de que no pesara demasiado. --?Necesitas ayuda con eso? Dolly levanto la cabeza para ver a su vecino, Trace Anderson, parado en la puerta. Dolly sintio que se le ruborizaban las mejillas. Habia sido muy dulce despues de haber enviudado hace algun tiempo. --Probablemente pueda conseguirlo, Trace --dijo Dolly--, pero realmente no quiero rayar el piso, arrastrandolo de regreso. Trace abrio la puerta y se dirigio al porche. --?Donde esta Martin? Dolly puso los ojos en blanco. --Tu invitado es tan bueno como el mio. No tengo ni idea de donde esta mi hermano hoy. --Ella abrio la puerta principal y se inclino para agarrar un extremo de la caja--. No es muy pesada. Trace se puso en cuclillas y recogio al otro. --No demasiado pesada --dijo con una calida sonrisa--, simplemente incomodo. Dolly le devolvio la sonrisa al grandulon. --Son tinas nuevas con un juego de escurridores para cuidar mis pobres manos cuando lavo la ropa. --Fue amable de parte de Martin hacer eso por ti. --Yah --dijo Dolly con un suave bufido. Su hermano no habia tenido nada que ver con eso. Dolly habia pagado las tinas con el dinero que habia ahorrado con los huevos y los productos que vendia al senor Haney. Llevaron la caja a traves del salon, con cuidado con las lamparas, y a traves de la cocina ordenada, donde el pollo hervia en una olla alta para hacer bolas de masa, y salieron al porche trasero. --Si tienes una palanca --dijo Trace--, yo hare pedazos esto por ti. --En el cobertizo. --Dolly salio del porche al patio y se dirigio al pequeno edificio detras de la casa conectado a su gallinero. Ella regreso con la palanca de hierro y se la entrego a Trace, quien la tomo y comenzo a arrancar los delgados listones de madera de la caja--. Puedo hacer eso --le dijo Dolly--, si estas ocupado en tu tienda. Trace Anderson tenia un negocio de monturas y tachuelas adjunto a su casa al otro lado de la calle de Dolly y su hermano en Concho, Arizona. Hacia un buen negocio con los rancheros y granjeros mormones de la zona y era muy querido en la ciudad. Las mujeres en la iglesia decian que el era uno de los solteros mas elegibles en la pequena comunidad desde que su esposa habia fallecido dos anos antes. Dolly habia puesto sus ojos en el hacia algun tiempo, pero el hombre nunca le habia prestado mucha atencion. Diez anos mayor que ella, tal vez Trace pensaba que era demasiado joven a los veinticuatro para ser una verdadera esposa y madre. --No es ninguna molestia. --Saco las tablas del extremo de la caja y comenzo a deslizar las dos tinas montadas sobre patas, para que Dolly ya no tuviera que lavar la ropa de rodillas. Saco los dos rodillos y los estudio. --?Que diablos son estos? --Escurridores --dijo con una sonrisa orgullosa. --Los montas en la banera, giras el mango alli y pasas la ropa. --Dolly se encogio de hombros. --Escurren la mayor parte del agua, por lo que la ropa no tarda tanto en secarse. --Seguro que cuidaras tus manos de las exprimidas. --Estudio las tinas--. ?En cual los quieres? --No importa, no importa --le dijo Dolly, y Trace comenzo a colocar los escurridores en una de las tinas galvanizadas--. Martin diria que esto era una perdida de buen dinero, pero son mis manos las que estan cuidando y no las suyas --dijo Dolly con una risa nerviosa--. Y fue mi dinero con el que las compre, no el suyo. Martin probablemente dira que estoy tomando el camino de la mujer perezosa para no lavar la ropa . Trace se aclaro la garganta mientras giraba su rizado cabello castano para mirar a Dolly. --No debes prestar atencion a lo que Martin dice sobre ti, Dolly. Se que trabajas duro para mantener la casa de Martin en orden y cuidar el jardin y las gallinas. --La miro a los ojos azules con los suyos color avellana y Dolly no pudo apartar la mirada--. No tiene derecho a decir las cosas que dice ni a decirlo de la forma en que lo dice. Dolly se quedo atonita por las palabras del hombre. ?Como podia saber que tipo de cosas le decia Martin? Ella miro la tela de queso sobre la ventana abierta de la cocina y suspiro. Martin era un griton como lo habia sido su padre. Cuando estaba bebiendo y queria hacer valer su punto, pensaba que decirlo mas alto haria el trabajo. Trace habia vivido al otro lado de la calle durante mas de diez anos, primero con su difunta esposa, Lucy, y luego solo. ?Cuantas de las furias malhabladas de Martin habria escuchado? ?Eran ellos la razon por la que nunca le habia prestado atencion? La verguenza repentina hizo que las mejillas de Dolly se encendieran y eso la lleno de ira. Respiro hondo y trato de controlar su irritacion. --Lamento que el despotricar de Martin le haya molestado, Sr. Anderson. Me asegurare de recordarle que las ventanas podrian estar abiertas la proxima vez . Trace, con el ceno fruncido en su hermoso rostro, apreto la tuerca final y probo la seguridad moviendo los escurridores con su gran mano. --Creo que lo hara. --Se quedo mirando el monton de listones de madera esparcidos por el porche. Asintio con la cabeza hacia el desastre--. ?Quieres que te las lleve? --Los llevare para la cocina --dijo Dolly sin mirarlo a los ojos--, pero gracias. Ella olio el pollo hirviendo en la cocina y rodeo al gran hombre, que se elevaba por encima de los cinco pies y siete pulgadas de Dolly por una cabeza y tenia hombros tan anchos que tenia que girarlos para atravesar la mayoria de las puertas. --Necesito comprobar el agua de mi pollo antes de que se queme en la olla. Trace volvio la cabeza hacia la puerta de la cocina. --Huele bien --dijo con una sonrisa--, pero toda tu cocina huele bien, Dolly . Dolly sonrio mientras levantaba la tapa de la olla esmaltada en azul. ?Habia estado oliendo su comida? Bueno, vivia al otro lado de la calle. A Dolly le gustaba cocinar y se enorgullecia de sus comidas. Tambien estaba orgullosa de su jardin libre de malas hierbas y sus gallinas regordetas. Todavia le irritaba un poco que Trace hubiese estado prestando tanta atencion a lo que estaba pasando en su casa cuando nunca le habia dado mas que un asentimiento de pasada en publico. Dolly sabia que Trace nunca habia sido un gran conversador. Quizas sea mas un oyente que un conversador. Ella sonrio para si misma. El Senor sabia que, para variar, le vendria bien que alguien la escuchara. Trace entro en la cocina. --Bueno, supongo que me ire si no necesitas nada mas --dijo mientras sus ojos recorrian la cocina ordenada--, pero recuerda lo que dije. Martin no tiene ninguna razon para llamarte perezosa o tratarte como lo hace . Dolly sintio que sus mejillas se ruborizaban de nuevo. --Se lo agradezco, pero Martin me ha estado cuidando desde que mama y papa murieron. --Se mordio el labio mientras reflexionaba sobre que decir a continuacion. --Puso su vida en espera para cuidar de mi. --Repitio las cosas que Martin siempre le decia. Trace resoplo. Te trata como a una nina y te usa como a una esclava domestica, Dolly. Ya no eres esa nina flaca que perdio a sus padres --resoplo--, asi que ten un poco de orgullo y defiendete como la mujer adulta que eres ahora. Has hecho mas de lo que te corresponde para pagarle a ese inutil borracho. --Le debo a mi hermano por cuidarme todos estos anos --protesto, defendiendo a su hermano con lagrimas en los ojos--, ?y que derecho tienes a escuchar nuestras disputas familiares privadas de todos modos, Trace Anderson? --No hay muchas formas de evitar escuchar --sonrio Trace, poniendo los ojos en blanco. Dolly no respondio, salio de la cocina, atraveso el salon y salio por la puerta. Dolly dejo que las lagrimas que habia estado conteniendo se deslizaran por sus mejillas. Si ahora pensaba que ella era una mujer, ?por que nunca la habia cortejado? Trace trago saliva mientras cruzaba la calle angosta que separaba su casa y su tienda de la de Dolly y Martin. ?Por que se habria puesto tan cascarrabias? Solo habia estado tratando de ayudar. ?Como se suponia que no iba a escuchar los alborotos borrachos de Martin cuando el hombre gritaba cada palabra?

  • Insensible de Veronica A. Fleitas Solich

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    Publicar un libro es su sueno, sin embargo Gabriela jamas imagino que la primera obra que publicaria seria una biografia; mucho menos que la vida que deberia retratar con sus palabras, seria la del enigmatico empresario Felix Meden.
    Gabriela intentara conocer al hombre que se esconde debajo de esa fachada insensible y dura, embarcandose en una pequena odisea que la llevara a experimentar sensaciones de las cuales se creia demasiado lejana y con aquellas con las que no habia sonado jamas vivir.
    Un corto pero muy intenso viaje por Europa los empujara a ambos a reencontrase consigo mismos y con sus respectivos pasados.
    ?Lograra Gabriela aceptar su nueva realidad y su pasado, o Felix Meden sera algo con lo que ella no podra de lidiar?
    Ninguno imagino que una simple campana publicitaria les cambiaria la vida de ese modo.
    Erotica, conmovedora y divertida, Insensible es la primera parte de esta historia que te atrapara, apoderandose de tu sentir.

  • Una leccion de vida y muerte de Belinda Bauer

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    <thrillers de Belinda Bauer son siempre convincentes, originales, brillantes.>> Mark Billingham
    La pequena Ruby Trick vive en Limeburn, un pequeno pueblo del condado ingles de Devon, un lugar en el bosque, hundido entre la colina y el mar y cercano a otro pueblo, Clovelly.
    En medio de este paisaje idilico, una serie de crimenes comienzan a tener lugar, aterrorizando la zona. Dos mujeres jovenes han sido asesinadas, y el asesino, antes de matarlas, las obligo a llamar a sus madres, para que estas oyeran los gritos desesperados de sus hijas.
    A cargo del caso estan Calvin Bridge, un policia algo novato, y la inspectora jefe Kirsty King, una mujer seria y profesional. Sin embargo, algunos hombres de Clovelly, y entre ellos el padre de Ruby, John Trick, deciden tomarse la justicia por su cuenta y salir cada noche a las calles a la caza del culpable.
    Ruby acompana a su padre en estas patrullas; asi podra pasar mas tiempo con el mientras intentan encontrar desesperadamente al asesino, a no ser que este la atrape a ella primero.

  • Suenos (Italia 2) de Elizabeth Betancourt

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    Sentada en el bar, sumida en sus pensamientos, siquiera oia la triste musica de fondo que tanto se asemejaba a su estado de animo. Ya desde un inicio sabia que emprender el viaje hasta Italia era un riesgo, pero estaba dispuesta a arriesgar porque la seguridad en la que vivia en casa de sus tios era una ilusion, una carcel disfrazada de solidez, de una garantia de vida tranquila que era estatica sin cambio alguno, estando en un bucle que consistia en rutinas interminables de aburrimiento. No lamentaba haberse ido de "Boring", pero ni en sus peores pesadillas se habria imaginado que perderia todo por culpa de una mentira, por culpa de una farsante maquiavelica que a simple vista no parecia alguien de quien temer... Durante el viaje, aquel viaje inolvidable en el que habia conocido a Angela y a Domenico, habia pensado que podia fracasar con el proyecto que habia emprendido, pero por cuestiones economicas, no por el odio de toda una comunidad que la habia tratado al principio como una persona que merece respeto y carino, para despues sin siquiera escucharla, juzgarla y echarla de sus vidas como si fuera un perro callejero. Sus ojos todavia se empanaban al recordar lo perdida que se sentia al salir de la casa de Domenico. La habian sentenciado sin siquiera darle la minima oportunidad de poder defenderse. Habia creido que en seis meses la conocerian, sabrian la clase de persona que era y sobre todo, sabrian lo mucho que habia entregado de su amor a todos ellos. Una lagrima se deslizo por su mejilla sonrojada y Melania la borro con rabia, diciendose a si misma que ninguno de ellos valia la pena, ninguno de ellos merecia una sola lagrima suya, ninguno, excepto su angelito... Si seguia alli, planeando y luchando por descubrir las mentiras de Antonella, era por Angela y por su casa, habia trabajado muy duro como para abandonar el unico hogar real que habia tenido en la vida. --Disculpe, senorita... Espero no molestarla, pero creo que necesita compania. --La voz de un hombre interrumpio sus reflexiones. Le miro sin llegar a verle, lo cierto es que se sentia desde hacia semanas como en un mundo lleno de niebla espesa que la permitia abstraerse de la realidad. No queria sumergirse en su mundo interior, pero el dolor por la perdida de aquello que siempre habia anorado tener y por fin parecia haberlo logrado, la mortificaba. --Nnno, no pasa nada. --Murmuro Melania en respuesta. El hombre sonrio y toco su mano, fue entonces cuando la pelirroja por fin se fijo en el. Era un hombre atractivo, debia rondar los treinta y cinco anos, moreno y de estatura promedio. Iba vestido de manera informal y debia admitir que tenia una sonrisa bonita. Su gesto no parecia el tipico de un varon joven que intenta llevarse a la cama a una chica que se encuentra en un bar en los suburbios de la Toscana. Parecia que deseaba genuinamente ayudarla, al menos escuchandola, si, tenia pinta de ser un buen oyente. --?Por que una joven inglesa tan bella esta sola en esos lares y con la mirada tan triste? -- Pregunto aquel hombre cuyo acento en ingles era dulce y gracioso. --Es una historia muy larga. --Contesto Melania, haciendo un intento de esbozar una sonrisa que mas bien parecia una mueca y en un italiano perfecto, casi de nativa. --Se me da bien escuchar. --Respondio el moreno. Su mirada era calida y su voz muy tranquila y serena, tanto que resultaba calmante. --Eso parece... ?Eres un escritor que busca inspiracion en historias tristes? ?O tal vez, un sociologo que intenta estudiar el comportamiento de las feminas extranjeras en Italia? ?O, eres alguien sin una vida propia que no tiene nada mejor que interesarse en las vidas ajenas? Melania no habia pretendido resultar tan borde, pero ultimamente no parecia ella misma, no se sentia como la mujer serena, dulce, simpatica y graciosa que generalmente era. Algo en su interior se habia roto... --Perdona, no queria... --Intento disculparse, pero el hombre la dedico una sonrisa, como diciendo: No pasa nada. --Soy criminologo, me acabo de tomar las vacaciones y decidi venir a este sitio que se caracteriza por sus buenas costumbres y la paz. Mi trabajo muchas veces impide esa tranquilidad mental que deseo. --Dijo el desconocido dejando a Melania sorprendida. Ella jamas habia conocido a un criminologo y aquello resultaba de lo mas interesante. --!Vaya! No me extrana... ?Es como en "Mentes Criminales"? Me refiero, seguro que has visto cosas espeluznantes... --Dijo Melania con la curiosidad tipica de una nina pequena. --La realidad supera la ficcion. --Contesto el hombre y en sus ojos ella pudo apreciar cierta tristeza, pero fue solo por unos segundos tras los cuales la expresion del moreno volvio a ser afable y sus ojos brillantes, chispeantes como el lucero vespertino. --Entiendo... ?Y que te parece la Toscana hasta ahora? --Pregunto Melania cambiando de tema, aunque se moria por saber mas sobre las cosas que debia haber visto aquel desconocido tan atractivo. Su imaginacion volaba por las nubes, imaginandose situaciones, historias dignas de un episodio de NCIS. --A La Toscana la podria definir como un paraiso idilico donde el tiempo se ha detenido. -- Respondio el criminologo. --Oh, recuerdo que yo habia pensado lo mismo cuando pise estas tierras. --Dijo Melania con cierta melancolia. --?Y ahora? ?Opinas de la misma manera? --Pregunto el hombre que al parecer se interesaba por el comportamiento humano incluso fuera del trabajo. --Claro que si, lo que pasa es que... No se, es dificil de explicar. --Dio una respuesta bastante ambigua la pelirroja, pues ya no confiaba en las personas como antes y tanto interes repentino por parte del desconocido sonaba sospechoso. --Intenta explicarlo. Creo que has sufrido mucho, parece que alguien a quien amaste con todo el corazon te destrozo emocionalmente... No pareces desear soltar tu dolor a un perfecto desconocido. Lo cual es comprensible y ademas, aconsejable. Pareces una buena chica, alguien capaz de escuchar... Tal vez tu podrias ser mi oyente por unos minutos, a mi no me importa que seas una desconocida, casi que lo prefiero, siento que me puedo expresar mejor con alguien a quien no conozco, alguien cuya opinion en el fondo no me importa, alguien a quien tras una charla amena no volvere a ver. --Dijo el moreno sonriendo, Melania correspondio a su gesto. --Entonces tienes una historia... --Dijo ella, mas para si misma que para el, reflexionando en voz.--En esta clase de sitios siempre hay alguien con una historia, dispuesto a ahogar el dolor con una copa o un rapido revolcon. --Yo solo vine a por una o varias copas. --Dijo la pelirroja, dejando clara su postura. --Tu corazon pertenece a alguien, inconscientemente pones barreras a cualquiera que quiera ligar contigo porque sientes que le debes lealtad a esa persona. --Dijo el desconocido sin inmutarse, con una voz pragmatica. --!No le debo nada a ese! --Contesto Melania con voz ronca, con los ojos reflejando su llanto interior. --Lo que yo decia, un corazon roto. --Dijo el moreno levantando una ceja y ella le miro rabiosa. --!Deja de analizarme! Mi cabeza es mia y solo yo puedo estar dentro de mi coco. La respuesta de la inglesa le hizo reir al criminologo, a ella le parecio que su risa era agradable al oido y sin poder evitarlo, tambien lanzo una carcajada. --Cuentame tu historia. --Dijo al cabo de un rato la pelirroja, tomando un gran sorbo de su jarra de cerveza. --Me suspendieron del trabajo por un trauma... --!Oh dios mio! --Exclamo Melania horrorizada, con los ojos abiertos de par en par. --No es por algo que haya visto, esas cosas no suelen afectarme, solo unos cuantos casos durante mis primeros anos de oficio, pero el ser humano esta hecho para encontrar la forma de poder avanzar a pesar de ver las cosas mas horrorosas hechas por seres que han caido en la miseria de su existencia. --Respondio el con una voz inexpresiva, probablemente una tecnica que habia aprendido como forma de suprimir sus emociones para desempenar su trabajo. --?Y entonces? --Pregunto Melania consternada por lo frio que parecia al hablar de su trabajo. --El ano pasado mi hermano, Alphonso, se suicido. Fue de forma repentina, el parecia estar bien meses atras, pero se enamoro perdidamente de una chica a la cual yo nunca llegue a conocer. Encontre su cuerpo sin vida en su habitacion, pues compartiamos piso, el colgaba desde el techo y en su mano habia una carta desgarradora en la que describia ese amor enfermizo que sentia hacia esa mujer llamada Chiara. Al parecer, ella nunca correspondio a su amor, pero a pesar de eso era extrano ese comportamiento en mi hermano, el no era un cobarde, todo lo contrario y jamas antes se habia obsesionado de esa forma con una mujer hasta perder la cabeza. Lei todas las cartas que le habia escrito, solo se repetia ese nombre y la belleza que poseia la mujer, pero ninguna pista sobre la identidad de Chiara, tan solo su nombre de pila. Llegue a tener una gran mania de encontrar mas respuestas para poder explicarme la razon de que mi hermano hubiera tomado tal decision, una resolucion radical y sin logica... Pero, no hallaba las respuestas a todas mis preguntas, mi jefe lo noto, me dio un plazo para recomponerme y dedicarme de nuevo de pleno en mi trabajo, pero no pude... Es por eso que Basilio, mi superior me suspendio temporalmente y vine aqui... Creo que me vendra bien. --Termino de relatar el hombre y anadio. --Te acabo de contar parte de mi vida y sin embargo, ni te he dicho mi nombre. Me llamo Cristiano. La historia de lo que le habia pasado al criminologo habia dejado a Melania con un malestar en las entranas. --Yo Melania. Espero que estas tierras apacibles realmente te ayuden, es algo atroz lo que ha pasado y puedo comprenderte perfectamente, puedo entender las dudas que te asechan, sobre todo, teniendo en cuenta que tu hermano era alguien con todos los tornillos bien puestos... Es extrano el cerebro, su funcionamiento... !Un dia piensas normal y ves las cosas con logica y perspectiva, al otro has perdido las facultades! --Asi es, pequena pelirroja. He hablado de esto solo con mi terapeuta.

  • Todo lo que sone de Alanna Ignacio

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    Todo lo que sone

  • 180 segundos de Jessica Park

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    Algunas personas se pasan toda la vida sin cambiar de perspectiva. Para Allison solo bastaran 180 segundos…

  • Como ver nevar al sol de Alexandra Roma

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    <> GABRIELLE Damien sabe que era un barco a la deriva hasta que el rap le acogio entre sus manos. Damien no tiene idea de como afrontar lo que ocurrira manana ni donde se ha escondido su capacidad de componer. Damien solo necesita una cosa. Que ella vuelva: Gabrielle. Que sus caminos se cruzaran parecia poco probable, pero sucedio en un autobus que llevaba a la carcel y con una grulla de papel volando. El universo del Bronx, las pistas de baloncesto y la violencia choco con el del Upper East Side, la fotografia y una familia que se hacia pedazos. Y llegaron las rimas en un karaoke, un grupo de amigos a los que llamaban juguetes rotos y su refugio en un viejo vagon de tren olvidado. Y ellos dos conociendose de fuera a dentro y quedandose mas alla de los huesos. Puede que alli este su inspiracion. En lo que un dia llamaron amor. Tal vez repasar los grandes exitos de su pasado sea la solucion… Aunque eso suponga regresar a su mayor pecado, cuando Damien era Damien y no el famoso Tiger Ocean.

  • Entre brasas de Juan Manuel Benayas

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    La cocina con brasas, esta mas de moda que nunca, se desarrolla en los mejores restaurantes del mundo y tiene millones de seguidores. Una elaboracion con cierta magia cuyos secretos quedan al descubierto en este libro gracias a los conocimientos, tecnicas, consejos y recetas del maestro Juan Manuel Benayas, hijo y nieto de carboneros, y asesor y maestro de grandes cocineros y restaurantes de todo el pais.

  • Princesa de luna nueva 2 de Tamara Kruger

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    Despues de huir de su reino, Eleonor debera continuar el misterioso recorrido que el destino desde su nacimiento ha trazado. Su llegada al Bosque Blanco en busca de la respuesta para el fin acabar con el encantamiento que vincula a hombres y lobos, finalmente sera despejado, pero irremediablemente la verdad traera nuevos conflictos y cuestionamientos que la llevaran a tomar decisiones trascendentales.
    La guerra comenzo hace mucho, pero la batalla esta vez la alcanzara y junto a sus companeros deberan confrontar sus miedos, su pasado y el encarcelamiento al cual han sometido sus sentimientos.
    La aparicion de un inesperado adversario pondra en riesgo a sus seres amados y en peligro la liberacion de su pueblo, enfrentandola a un descubrimiento aun mas oscuro, que cambiara todo lo que hasta ese momento creia, guiandola al lugar mas sombrio de su corazon.

  • Lo eres todo de Fran Moran

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    CERRO los ojos y escucho su voz, como siempre lo hacia cuando la camara se movia de ella a algun invitado o pasaba a algun rollo B de la historia que ella estuviera relatando. El no necesitaba informacion sobre otro tiroteo en alguna escuela, o sobre los gatitos rescatados de un desague. Solo queria saber de ella. Eso era todo lo que veia en las noticias. Eloy Marti. Sus rasgos eran suaves y dulces, acompanados de una cabellera rubia oscura y rizada, que caia hasta sus hombros en suaves ondas. Sus ojos emanaban calidez y empatia. Tenia labios rosados, y sus pechos bajo la elegante y cara blusa lo volvian loco. Cristo, el la queria. Siempre lo habia hecho. Desde aquel dia en la universidad cuando entro en la biblioteca de Harvard y la vio. Con su apariencia, dinero y posicion en el Upper East Side de Nueva York, el podria tener a cualquier mujer que quisiera, y habia tenido bastantes. Pero siempre recordaria esa. La que se le escapo. La chica de la camiseta rosa. Ese dia, la biblioteca estaba tranquila y casi vacia. Ella estaba sola en uno de los pasillos, leyendo. Miro hacia arriba cuando el se acerco. Era una chica pequena, delgada y joven, tal vez de diecisiete, o dieciocho anos. Al mirarlo, le sonrio. A su parecer, era encantadora, no solo bonita, sino dolorosamente hermosa. Tenia grandes ojos de color marron intenso y una calida y amistosa sonrisa. Para ese momento, su cabello colgaba casi hasta su cintura, luciendo suave y un poco desordenado. Ella le habia quitado el aliento. Era la chica que habia estado buscando. Y asi como asi, se habia ido. Una voz detras de el la habia llamado. Ella se despidio con una sonrisa y paso junto a el. En menos de treinta segundos, su vida habia cambiado para siempre. Y ahora ella estaba en su television todas las noches. Pero esta noche, sin embargo, las cosas serian diferentes. Sabia donde encontrarla, y donde llevarla. Su lugar en el campo era aislado y seguro. Ella definitivamente aprenderia a amarlo alli. Abrio los ojos cuando escucho al reportero devolverle el pase a Eloy, y sonrio cuando vio su hermoso rostro de nuevo. Esta noche, querida, esta noche… ELOY CERRO las noticias con una sonrisa y espero hasta que la camara apagara la lucecita para asegurarse de que estuvieran fuera del aire. --Gracias a todos. Sonrio para sus companeros mientras el personal del piso le aplaudia. Era una de las pocas anclas que trataba a todos por igual y siempre habia sido amable y cortes. Eloy se rio de sus aplausos, ignorando a su co-presentador que se quejaba del sonido. Su asistente, Rae, se rio mientras Eloy la levantaba un poco y la hacia girar. --Alguien esta de buen humor. Bajo a su amiga, y volvieron a su camerino. --Puedes apostar a que si. Guido me va a recoger y vamos a tener dos felices semanas de nada mas que sol, mar, arena y divertido sexo sucio. Rae se rio. --No estoy celosa en lo absoluto. Realmente, realmente no. Eloy se rio. --Lo siento, boo. No deberia regodearme, pero Dios, he estado esperando esto desde siempre. --Escucha, te lo mereces. ?Entre tu y yo? Me preocupa que trabajes demasiado. --No --Eloy le sonrio--. Sabes que vivo y respiro las noticias. Escucha, ya que compartimos secretos… cuando regrese, le preguntare a Jack si puedo hacer mas periodismo de investigacion. Me encanta ser ancla, pero tambien extrano estar en el campo. Rae le sonrio. Ella tenia unos cincuenta anos, era afroamericana y la crema y nata de las asistentes personales. Ellas se conocieron hacia ya un ano, y desde entonces eran inseparables. Ahora mismo, charlaba con Eloy, mientras ella se ponia unos jeans y una camiseta, y se preparaba para encontrarse con su novio, Guido Wheeler. Llevaban dos anos juntos, y estaban tan enamorados como siempre. Eloy sabia que el era el indicado, su personalidad divertida y ferozmente inteligente los hacian coincidir en todo lo que hacian. Guido llego poco despues y la beso, permaneciendo ambos en un abrazo prolongado. Le sonrio, y sus ojos marrones oscuros, se volvieron alegres y llenos de emocion. --?Estas lista, nena? --Vamos, guapo. Se tomaron de la mano al salir del edificio hacia la cabina de espera, y no fue hasta que escucho su nombre que Eloy se dio la vuelta para ver al hombre que esperaba detras de ellos. Empezo a sonreir, ya que era su respuesta automatica para los fans que la esperaban fuera del estudio. De pronto, todo parecio ir mas despacio cuando ella vio el arma. Escucho el grito de Guido, oyo un disparo y vio su pecho explotar. Ella grito de rabia cuando el hombre le apunto con el arma, pero aun asi se lanzo sobre el sin pensar en las consecuencias. Sintio tanto dolor, que su vision se volvio negra. Por la manana, en el hospital, despues de horas de cirugia, le dieron la noticia. Guido habia fallecido, y el hombre que lo habia matado se habia escapado, desapareciendo en el frio viento de la noche. Eloy sabia que nunca mas sentiria la calidez de la felicidad, o la sensacion de estar a salvo. CAPITULO UNO UN ANO DESPUES ELOY MARTI DEJO de existir en el momento en que cerro la noticia esa noche con una sonrisa para su publico, seguida de su habitual y alegre despedida. Charlo con Rae como de costumbre, se puso su ropa y le dijo a su amiga que la veria manana. Usando un baston que ya no necesitaba, pero que guardaba para desviar la atencion, salio cojeando hacia la limusina que la esperaba, y entonces, desaparecio. Mientras el auto, conducido por uno de los choferes del FBI, se adentraba en la oscuridad del estado de Nueva York y se dirigia al refugio, la Eloy que todos conocian quedo en el pasado, y en su lugar, nacio Sunday Kemp. En el refugio, su cabello rubio oscuro fue tenido profesionalmente hasta alcanzar un tono marron oscuro que lucia natural, sus ojos marrones fueron cubiertos con lentes de contacto violetas, su nariz perforada, e incluso se hizo un pequeno tatuaje en su muneca. Entonces, el jet privado que la llevaria a su nueva casa estuvo listo, y ella supo que eso seria todo. El ultimo momento de su antigua vida. Dudo una vez mas antes de subir al avion. Sam, su protector, que se habia convertido en un buen amigo durante el ultimo ano, le puso una mano en el hombro. --?Estas bien, Sunday? Sunday. Su nuevo nombre. Lo habia elegido para honrar a Guido, a quien conocio un dia domingo. Kemp era el apellido de soltera de su madre. Cuando perdio a Guido, sintio que de hecho perdio a ambos. Habia sido demasiado doloroso para la familia de el volver a verla, aunque Patricia, la madre de Guido, se habia quedado al lado de Eloy mientras esta se recuperaba del disparo. Tan pronto como fue dada de alta, sin embargo, se quedo sola. Su propia familia, dispersa desde hacia mucho tiempo por el mundo, habia enviado sus condolencias, pero ninguno de ellos la habia visitado. Rae habia sido su familia, y ahora tenia que dejar atras a su unica amiga. Se fue desde Nueva York, el unico hogar que habia conocido, hasta la vida de pueblo en las Rocosas, Colorado. Paso de presentadora de noticias a mecanografa de alguien. Le habian encontrado trabajo con un artista que vivia en el pequeno pueblo cerca de Telluride y ella se reuniria con el el lunes siguiente. Hasta entonces, se instalaria en su nuevo hogar, un pequeno apartamento en la calle principal de la ciudad, en lo alto de las Montanas Rocosas. No habia traido nada de casa, ni siquiera ropa interior, excepto una fotografia de Guido que habia colado en el bolsillo de su chaqueta. El FBI le habia dicho que dejara todo lo que pudiera atarla a su antigua vida. --Todo sera provisto para ti --fue lo que dijeron--. Tienes que dejar tus cosas atras --le dijo Sam gentilmente--. Si apareces en la ciudad con millones en el banco… --Lo entiendo --dijo. El dinero no significaba nada mas para ella que una herramienta para hacer su vida mas conveniente; nunca habia sido una mujer avara. Pero odiaba dejar sus libros, su piano, y sobre todo, a sus amigos y companeros en la estacion. Las amenazas a su vida eran constantes. El, quienquiera que fuera, era implacable y muy sigiloso. Constantemente le enviaba recordatorios de que estaba cerca, que terminaria el trabajo, que le haria pagar por su "traicion". Imbecil. Su intestino se retorcia de la rabia, y a veces deseaba que su acosador mostrara la cara. Aunque la matara, al menos tendria la oportunidad de vengarse. El FBI estaba preocupado, y para cuando la convencieron de la posibilidad de que su atacante fuera alguien conectado a la mafia y que nunca escaparia de el, Eloy, o Sunday, casi se habia resignado a morir joven. El equipo del FBI, y Sam Duarte en particular, finalmente la convencieron de que se protegiera. --Tienes mucha mas vida que vivir --le dijo Sam, un hombre amable de unos cuarenta anos--. Tienes veintiocho anos, carino. Vive. Vive para honrar la memoria de Guido. No podria haberlo dicho de otra manera que pudiera persuadirla. De repente, un ritmo de vida mas lento, y tener tiempo para llorar por Guido, sonaba mas tentador que continuar con su carrera en Nueva York. En el jet privado, Sam le sonrio. --?Estas lista, Sunday? Ella asintio. --Creo que estoy lista, Sam. Gracias por organizar todo esto, en serio. Y el trabajo tambien. Me volveria loco sin algo que hacer. El le dio una palmadita en la mano. --No se mucho sobre tu futuro empleador, excepto que mantiene sus cosas para si mismo. Es muy reservado. --Bien. Se sintio aliviada al oir eso. Sabia que su nuevo jefe tenia una casa grande y esperaba que no se cruzaran tanto y asi tener espacio suficiente para trabajar y pensar. El avion aterrizo en Telluride, y los agentes le dieron las llaves de un todoterreno de segunda mano. Todo era parte del engano, ella lo sabia, pero realmente no le importaba. Era comodo y fiable. En la parte de atras habia maletas llenas con su nuevo guardarropas. Sam se aseguro de que estuviera comoda. --Te seguiremos hasta el nuevo apartamento --le dijo--, pero mantendremos la distancia para no llamar la atencion. Parecera que has llegado por tu cuenta. El lugar esta amueblado, por lo que deberias ser capaz de instalarte rapidamente. Hay un par de bolsas con alimentos basicos en la camioneta. ?Tienes el telefono desechable que te di? Sunday cavo en su bolso y se lo mostro, sacudiendo su mano ligeramente. --Buena chica. Entonces, estare en contacto. Manten eso contigo, pero consigue uno nuevo para usar con tus nuevos amigos aqui.

  • El envio de Sebastian Fitzek

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    Un nuevo magnifico thriller del autor de Terapia, El pasajero 23 y El proyecto Joshua.

  • Nunca volveras de Hans Koppel

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    Mike Zetterberg, su esposa Ylva y su hija Sanna viven en Helsingborg, en el sur de Suecia. Cuando una tarde, tras el trabajo, Ylva no regresa a casa, su marido deduce que esta con sus companeros tomando una copa. Pero a medida que pasan las horas su preocupacion va en aumento. Ylva se ha esfumado sin dejar rastro. Pasados unos dias, la policia investiga el entorno de la desaparecida y sigue de cerca los movimientos de Mike, que pasa a ser el principal sospechoso. Para el, la vida se convierte en un infierno: no solo tiene que demostrar su inocencia, sino tambien coger fuerzas para sacar adelante a su hija a pesar de su desasosiego y su desconcierto. Lo paradojico es que Ylva esta secuestrada a pocos metros de alli, en la casa de sus vecinos; esa pareja mayor que se mudo hace unos meses al barrio y que parece tan normal..

  • Las hijas de Alfonso XII de Almudena Martinez-fornes

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    Maria de las Mercedes y Maria Teresa eran dos ninas de tan solo cinco y tres anos cuando su padre Alfonso XII murio en 1885 de forma tragica e inesperada en plena juventud. El rey dejaba dos ninas huerfanas, una viuda desolada y un trono vacio en un pais convulso. Rapidamente se quiso proclamar reina a la nina mayor, pero en ese momento su madre Maria Cristina anuncio que estaba embarazada y todo quedo a la espera del nacimiento del ansiado varon, que llego al mundo cuatro meses despues.

  • Solo tu me tendras de Toni Munoz

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    En mayo de 2017, un cuerpo calcinado aparece junto al pantano de Foix, abandonado en el maletero de un coche al que han prendido fuego. Solo una protesis de columna permite reconocer el cadaver: pertenece a Pedro Rodriguez, un agente de la Guardia Urbana de Barcelona suspendido de empleo y sueldo desde hacia meses tras propinarle una paliza a un motorista. Su vida, poco antes de la agresion, habia dado un vuelco: acababa de separarse de su mujer para iniciar una relacion con otra agente de la Guardia Urbana, Rosa Peral. Llevaban juntos desde entonces. Pero Rosa, cuando le comunican la noticia, apenas se inmuta. De hecho, se refugia de inmediato en un antiguo novio, Albert Lopez, miembro tambien del mismo cuerpo de seguridad. Y empieza a sugerir que quiza su exmarido, Ruben, agente de los Mossos d’Esquadra, tiene algo que ver con la muerte de Pedro.

  • El veneciano de Blas Malo

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    Todo son sospechas. Nadie esta a salvo. Y en el palacio ducal todo son pesares. Europa se desgarra en guerra. Francia combate contra Austria y contra Inglaterra, y Venecia defiende su neutralidad, pero las coraces tropas francesas del ambicioso general Bonaparte se han extendido por todo el Veneto y han esparcido su veneno a traves de sus agentes.

  • La casa del lago Patria de Federico Correa Gil De Biedma

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    La novela narra la vida de las dos familias protagonistas sin ningun nexo en comun. Una partira en 1926 hacia Moscu atraida por la Revolucion Rusa. Otra, saldra de Madrid en los albores de la Guerra Civil espanola para instalarse en casa de unos familiares.
    Dos de sus miembros, unos adolescentes, Nora y Bruno, se conocen en Salamanca durante la contienda. Con el paso del tiempo se convertiran en un matrimonio aparentemente normal hasta que una noche sus vidas se romperan en mil pedazos:
    Madrid 1952. Bruno Hayward, prestigioso abogado, despierta sobresaltado sobre la alfombra del salon de su casa cubierto de sangre. Fuertes e insistentes golpes en la puerta de su casa. Es la policia.

  • Una tercera opcion de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Ahora mismo me encuentro entre la espada y la pared. No se que hacer, no puedo decantarme por uno de ellos; es algo que se me antoja imposible. Tengo ante mi a dos personas que me quieren, me valoran y me respetan, pero tambien tengo la gran oportunidad de ir a pasar el verano a Chicago con mi padre, a quien no veo desde hace casi siete anos, y conocer una nueva ciudad; un nuevo pais. Ya hace varios anos que tengo mi corazon dividido entre dos personas, ya que ambos me aportan cosas diferentes e imprescindibles para mi vida. Uno me da estabilidad y el otro me proporciona la emocion que necesito en mi vida. Uno me hace sentir especial y el otro deseada. Uno me frena cuando pierdo los papeles y el otro me insta a mostrarme tal y como soy, sin que me importe lo que puedan pensar los demas de mi. Necesitaria una tercera opcion que uniera todas sus cualidades en una sola persona y asi todo seria mas facil. Tengo un problema, eso esta muy claro. No voy a pensarmelo ni un segundo mas, he pasado dos anos intentando decidirme por uno de ellos y no lo he conseguido; ?quien puede asegurarme que si me quedo todo se solucionara como por arte de magia? Quizas, estoy equivocada y ninguno de ellos conseguira darme nunca lo que realmente necesito. --?Vas a dejar aqui abandonados a tus dos amores despues de dos anos mareandolos? --mi amiga me mira con una sonrisa totalmente sincera, ella sabe lo mucho que he intentado decidirme por uno de ellos. --No puedo hacer otra cosa, Pilar. Ademas, sera una via de escape y estar lejos de ellos durante un tiempo quizas me ayude a darme cuenta de quien de los dos me conviene mas. --Entonces, ?crees que echaras de menos a uno de ellos? --me mira fijamente, esperando y deseando que me sincere con ella, pero ni yo misma se lo que quiero. --Eso espero. Llego al aeropuerto sobre las doce del mediodia y veo como mi padre me sonrie orgulloso, casi camuflado entre la multitud. Las lagrimas empiezan a acumularse en mis ojos y corro hacia el, sin importarme la mirada curiosa de la gente cuando paso como una bala por su lado, hasta que llego a sus brazos y estos me arropan con todo el carino que ha estado reservando para mi. Han pasado mas de seis anos desde la ultima vez que le vi, desde que mi madre cayo enferma y el tuvo que aceptar el trabajo que su empresa le ofrecio en la otra punta del mundo para poder cubrir asi todos nuestros gastos, incluyendo los medicos, los cuales no habiamos esperado. A pesar de lo mucho que lo intento, su esfuerzo y dedicacion no sirvieron de mucho, ya que mi madre fallecio unos meses despues y a mi padre le fue imposible rescindir el contrato si queria seguir en la empresa para poder pagarme los estudios y todo aquello que necesitase. En aquel momento, una chica de diecinueve anos necesitaba el dinero mas que otra cosa en el mundo. Lo habia perdido todo y necesitaba salir adelante fuese como fuese. Como era mayor de edad y acababa de empezar la carrera, decidi que preferia quedarme totalmente sola en Madrid y luchar por conseguir todo aquello que siempre habia sonado. Despues de mucho esfuerzo, dedicacion y la gran ayuda economica de mi padre, consegui licenciarme en medicina y entrar a trabajar en un hospital que se dedica a investigar a fondo el cancer e investigar para encontrar medicamentos, aun experimentales, que ayuden a prevenirlo y asi conseguir erradicarlo en un futuro cercano. A dia de hoy, de lo unico que me arrepiento es de no haber ido antes a visitar a mi padre. Una parte de mi siente que le abandono, pero la otra sabe que en aquel momento separarnos fue lo mejor para los dos. Mi madre lo era todo para nosotros y vernos a diario nos habria recordado que ya no la teniamos, ni la tendriamos, a nuestro lado. --No me puedo creer que mi nina ya sea toda una mujer. Ademas, estas preciosa. Tienes que tener a todos los hombres de Madrid a tus pies --mi padre me abraza con fuerza y dulzura, intentando hacer de ese primer contacto despues de tanto algo inolvidable para los dos. --El tiempo tampoco ha pasado en vano para ti. Estas hecho un abuelo --le doy un golpe suave en el hombro, provocando que empiece a reir como hacia anos que no le escuchaba hacerlo --. Y no, no tengo a todos los hombres de Madrid a mis pies. Creo que, por el momento, no estoy por la labor --me encojo de hombros, lo que provoca que a mi padre le brillen los ojos y se llenen de alivio. Esta claro que siempre sere su ninita. --Se te va a pasar el arroz, hija --ambos nos reimos y me veo tentada a decirle que tendria que aplicarse sus palabras, pero pronto la nostalgia inunda su rostro y se que me ha leido el pensamiento--. Han pasado muchos anos, es cierto, pero el dolor sigue haciendo mella en mi -- los ojos de mi padre estan igual de apagados que el dia que volvio a casa para el funeral de mi madre. Esto es algo que me provoca escalofrios; ha pasado demasiado tiempo. Nunca la olvidaremos, eso por supuesto, pero la vida sigue y no podemos quedaros anclados en el pasado, por muy duro que sea pensarlo. --Deberias rehacer tu vida, papa. Te lo he dicho miles de veces. Sabes que mama hubiese querido verte feliz. --Soy feliz, tengo una hija que esta a dos pasos de curar el cancer. Mi padre me abraza de nuevo y me conduce hasta su coche, nos subimos y nada mas sentarme, me quedo dormida sin que me de tiempo ni de abrocharme el cinturon. No se cuanto ha durado el trayecto, pero cuando bajo del automovil y veo la gran casa que hay frente a mi, empiezo a comprender que mi padre me haya mandado mas de dos mil euros cada mes durante estos ultimos siete anos y haya podido contribuir economicamente con tanta frecuencia en las investigaciones del hospital donde trabajo; esta forrado. Nada mas entrar me doy cuenta de que el hombre que me dio la vida tiene ayuda para mantener la casa, puesto que esta esta impecable y el nunca ha sido ordenado; ni pulcro, ya puestos a decir la verdad. Con una sonrisa emocionada, me acompana a la que sera mi habitacion y me echo a llorar en cuanto la veo; esta decorada exactamente igual que el cuarto que tenia en casa cuando era una adolescente y mi madre nos dejo. Poco despues de su muerte, alquile un piso pequeno cerca de la universidad. Fue una manera cobarde de escapar, pero fue la forma mas facil que encontre de no recordarla constantemente y evitar que el dolor acabase conmigo. --No pense que tardarias tanto en venir, asi que supongo que ahora parece un poco infantil -- mi padre me mira con la disculpa reflejada en sus ojos y aprieta mi mano con suavidad--. Quise que cuando vinieses a verme, no te sintieses extrana en una casa que no era la tuya. --Es perfecta, papa. Me encanta, de verdad. Sin mediar palabra, observo cada rincon del cuarto y me sorprende encontrarme con algunos objetos que creia perdidos, pero que al parecer se llevo mi padre cuando se fue para sentirme un poco mas cerca. No le culpo, se que dejarme en Madrid fue lo mas duro que ha hecho nunca, pero fue una decision que ambos tomamos y que tuvimos que aceptar. Dejo las maletas con cuidado sobre la cama y me dispongo a ordenarlo todo. Mi padre me anuncia que debe volver al trabajo y que volvera sobre las ocho de la tarde si no se complican las cosas en la oficina. Al parecer, ahora es uno de los jefes y, ademas de ganar mucho mas dinero del que nunca podria haber imaginado, tiene que encargarse de cientos de cosas que le roban mucho tiempo y le mantienen distraido. Entiendo que se refugiase en el trabajo, asi ha conseguido mantener su mente ocupada y no verse solo durante horas ante la posibilidad de que mi madre ocupase sus pensamientos. Cuando lo tengo todo bien ordenado y he hecho de esta habitacion algo totalmente mio, me dispongo a encontrar la cocina y hacerme algo rapido de comer. Son mas de las dos del mediodia y mi estomago me esta pidiendo municion. Despues de diez minutos vagando por la casa, encuentro la cocina y en ella a un muchacho de unos treinta anos preparando distintas recetas que va dejando ordenadamente sobre la encimera. --?Hola? --me quedo parada en la puerta de la cocina, esperando que el chico entienda mi pregunta no formulada; ?quien es y que esta haciendo en la cocina de la casa de mi padre? --Oh, !hola! --el muchacho se gira para mirarme, mostrandome una sonrisa de lo mas sincera, unos ojos azules muy claros y una tez bronceada. Su cabello rubio cae sobre sus ojos y unas manos grandes me invitan a acercarme--. Tu padre me ha dicho que estarias muerta de hambre despues de tu viaje. Se le ha olvidado comentarme que te gusta, asi que he preparado un poco de todo para que puedas elegir lo que mas te apetezca --me sonrie y me muestra sus blancos dientes, totalmente alineados excepto uno; algo que me parece muy sexi--. Espero no haberme pasado. --No... No es necesario que hagas nada de esto, se cocinar y puedo encargarme de hacerlo sin ningun problema. --Nadie ha dicho lo contrario, pero soy el cocinero y este es mi trabajo. No me cuesta nada hacerlo, para mi es un placer y tu padre me paga muy bien por ello. --?Mi padre tiene un cocinero propio? --mis ojos se abren como platos y acepto su invitacion de sentarme en uno de los taburetes que acompanan a la barra americana, observando asombrada todos los platos que va dejando frente a mi. --Si. Bueno, tiene un cocinero, un chofer, un asistente y muchas personas que le ayudan a mantener la casa para que no se vuelva loco en el intento. --No sabia que mi padre era de esa clase de hombre de negocios --una sensacion totalmente desconocida empieza a oprimirme el pecho. No se que es, pero tiene pinta de que no me gusta nada que mi padre se haya convertido en un senorito despues de todo lo que luchamos para conseguir salir adelante. --Y no lo es, en absoluto. Mi madre es su secretaria en la empresa, se dio cuenta que desde que murio su mujer el no era el mismo y movio cielo y tierra para encontrar quien le ayudara a salir adelante y con la casa --el muchacho ha tenido que ver mi cara de desconcierto, puesto que rapidamente empieza a darme mas informacion--. Mi madre es lesbiana, no tiene ningun interes en tu padre, y por eso trabaja para el. Este dejo muy claro que solo queria a hombres trabajando para el. Es consciente de que nunca amara a nadie como amo a tu madre, pero todos sabemos que nadie es de piedra y el siente que mirar a otra mujer es faltarle el respeto a su esposa --el chico se encoge de hombros mientras acaba de dejar los ultimos platos frente a mi y le sonrio agradecida. No entiendo por que mi padre se comporta de este modo, nunca ha menospreciado a las mujeres; al menos no que yo sepa--. Es normal que pienses que es una actitud algo machista, pero asi se quita una preocupacion y no tiene que pensar en si se fijara en alguien y como podria afectarte eso a ti. --Entiendo... --mi mente viaja hasta todas y cada una de las conversaciones que he mantenido por telefono con mi padre casi a diario durante los anos que hemos estado separados y en ninguna habia mencionado nada de todo esto.

  • Sissi, emperatriz rebelde de Allison Pataki

    https://gigalibros.com/sissi-emperatriz-rebelde.html

    La tumultuosa, romantica y tragica historia de una mujer que lucho por liberarse de la jaula dorada en que la habian encerrado.