• los peores dias del covid - Fernando Gonzalez Davison

    https://gigalibros.com/los-peores-dias.html

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  • Escribir para liberar la mente | Noticias El Día de Segovia

    https://www.eldiasegovia.es/noticia/ZAFD79AB4-C9A4-E968-BF1A636FC5636C6F/202202/Escribir-para-liberar-la-mente

    7 feb 2022 — Hablamos de algunos de los peores días de la pandemia, ... Contagiado por la covid-19 a menos de un mes de cumplir los 52 años, ...

  • "No puedo leerme un libro y olvido palabras": la 'niebla mental ...

    https://www.eldiario.es/sociedad/niebla-mental-pasar-coronavirus-olvidan-palabras-comunes-gafas-television-si-cerebro-apagara_1_6482449.html

    7 dic 2020 — Uge Díez se contagió en marzo de coronavirus y todavía hoy tiene síntomas, ... En la vida de esta barcelonesa hay días mejores y peores, ...

  • Bill Gates y el coronavirus: los 13 libros (y una serie de la BBC ...

    https://www.bbc.com/mundo/noticias-52732585

    19 may 2020 — "Un buen libro es mi forma favorita de desconectarme al final del día, y sé que no estoy solo". Así lo afirma Bill Gates, en su ya clásica ...

  • desde alimentación hasta economía, 9 libros para entender la ...

    https://www.bbc.com/mundo/noticias-55096726

    27 dic 2020 — Coronavirus: desde alimentación hasta economía, 9 libros para entender la covid-19 y sus consecuencias · 1. "Un día en la vida de un virus" · 2. " ...

  • Paolo Giordano: “No tengo miedo al contagio, sino a que la ...

    https://elpais.com/cultura/2020/03/23/babelia/1584986441_659231.html

    24 mar 2020 — “La epidemia de Covid-19 va camino de convertirse en la emergencia ... El autor relata su día a día mientras el virus se convierte en plaga, ...

  • Fue casi todo covid. Antígenos. Libros | Politica | EL PAÍS

    https://elpais.com/politica/2020/12/11/actualidad/1607678400_845454.html

    11 dic 2020 — Buenos días. Hoy os escribo con nuevos datos sobre el virus en la primera ola. Pero además aprovecho para cambiar de tema y recomendaros mis ...

  • 31 de marzo, 2020: el día más negro del coronavirus en España

    https://www.niusdiario.es/sociedad/sanidad/31-marzo-dia-mas-negro-muertos-coronavirus-espana-momo-covid-19_18_2939220196.html

    1 may 2020 — El "exceso de mortalidad" supera los 30.000 muertos en España en lo peor de la epidemia. Más infiormación en NIUS.

  • RELATOS EN PRIMERA PERSONA COVID-19 - Fundación ...

    https://www.fundacionpilares.org/wp-content/uploads/2020/12/RELATOS-COVID-19.pdf

    Relatos en primera persona COVID-19. Día… Francisco M. Ortega, del libro Cuenta atrás frag- mento del poema. Hoy practico el silencio.

  • Cuánto duran todos los síntomas de la variante ómicron ...

    https://www.heraldo.es/noticias/salud/2022/01/12/cuanto-duran-sintomas-omicron-variante-covid-1545735.html

    hace 6 días — Dolor muscular: lo padecen el 58% de los positivos. Este síntoma suele durar 2 días y medio de media (entre 2 y 4 días). Fiebre: aunque es un ...

  • Esta es la novela de terror que predijo el coronavirus de ...

    https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2020/02/19/los-ojos-de-la-oscuridad-la-novela-terror-que-predijo-el-coronavirus-de-wuhan-1359612.html

    25 feb 2020 — Se trata de 'Los ojos de la oscuridad', un libro publicado en 1981 que está ya "descatalogado", si bien algunas librerías conservan todavía ...

  • El secreto de Amara de Susana Aguilera Sanchez

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    Amara es una adolescente que siempre se sitio diferente, mas del otro mundo que de este. Quizas es por culpa de su nombre que significa “Eternidad”. La maldita Eternidad que la persigue en cada rincon, en cada dia, en cada momento en que percibe cosas que no deberia, que no son de este mundo y no tendria que saber. Por eso Amara es distinta y todos en casa la rechazan.
    Este verano su padre el ultimo Marques de Aguilas se ha empenado en que pasen el verano en su antiguo Mayorazgo, un olvidado castillo en el valle del Tietar; el lugar mas recondito y alejado de la civilizacion. !Y encima sin cobertura ni wifi! Menos mal que hay un jardinero muy interesante…

  • Perdido en las olas de Javier Romero

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    Tristemente, la historia de Pau es muy comun en nuestros dias. Ninos que, un dia si y otro tambien, son el dano colateral de una violencia de genero grabada a fuego en nuestra sociedad y que se ha convertido en el pan nuestro de cada dia. Ninos que no creen en la fantasia y que ven como su infancia se trunca por un amor enfermizo y que, en la mayoria de las ocasiones, ni tan siquiera pueden disfrutar.

  • Amor intempestivo de Rafael Reig

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    Con mas de cincuenta anos, seguia echandome de menos a mi mismo, y empece a escribir en un cuaderno de doscientas cuarenta paginas tamano cuartilla, de pie, en un barril del bar de Lucia, con un whisky y frente a la piedra de La Maliciosa coronada de nieve. Tarde meses en llenarlo y cuatro anos en llegar hasta el final, desde el que ahora escribo. Las novelas --como la vida-- se leen desde el primer capitulo hasta al ultimo, pero se escriben siempre desde el final --tambien como la vida, que solo adquiere sentido una vez vivida--. Intente apartarlo de mi, escribi otras cosas (las novelas Senales de humo y Para morir iguales), pero el cuaderno de tapas negras seguia esperandome sobre la mesa con sus ciento veinte paginas escritas a lapiz por una sola cara; y otras tantas en blanco, al dorso. Quedaba una cara de mi que no me atrevia a descubrir. Como si hubiera hecho la cama al contrario, con la almohada a los pies, oia el ruido amenazador de mis pasos acercandose. Por eso decidi terminar la otra cara de las paginas: para salir a mi encuentro. Todo empezo con una reunion de viejos amigos, fantasmas del pasado. El Festival Ene se celebra en el Circulo de Bellas Artes de Madrid y cada ano lo organiza una persona distinta, a la que llaman comisario. En 2016 la comisaria fue Marta Sanz y --como es costumbre-- lo lleno todo de amigos de su edad, escritores nacidos en los anos sesenta. Marta me invito a lo que la prensa llama <> --como llama a las elecciones <>-- para que participara en una mesa redonda. Acepte por ver a los amigos y porque no puedo resistirme a nada que me proponga Marta, menos aun con su placa de sheriff. Tambien necesitaba que me diera el aire. Llevaba mas de un ano sin escribir, porque me habia convencido de que mis novelas eran como los inventos del profesor Bacterio: o no funcionaban o, si lo hacian, era siempre en contra del lector. La mesa redonda, que tuvo lugar el viernes 4 de noviembre a las 21:30, se titulaba <>, y el programa (que conservo) la presentaba asi: Hace veinte o treinta anos coincidieron en las aulas y en el bar de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad Autonoma de Madrid cuatro muchachos que se han convertido en figuras centrales de las letras espanolas por su labor docente y literaria. Javier Azpeitia, Eduardo Becerra, Antonio Orejudo y Rafael Reig reviviran viejas conversaciones y sus temas de interes de ayer y de hoy. Me recordo a los dibujos de mi infancia, las Merrie Melodies, que se anunciaban como <>. Quiza fuera intencionado y Marta Sanz queria insinuar que nuestros <> son propios de los dibujos animados. Baje temprano a Madrid en el autobus de linea, el 684 de Larrea, decidido a administrarme en el oportuno bar la anestesia necesaria para afrontar la intervencion. Contra todo pronostico, la charla sobre el exito y el fracaso, sobre la lealtad y la traicion, no solo me parecio entretenida, sino que me devolvio las ganas de escribir. Esa noche dormi en Madrid y volvi a casa a mediodia, y al dia siguiente me levante, como siempre, a las cinco de la manana. Desayune y me di una ducha que termine con agua fria, hasta que empezo a salir el agua de <>, como se dice en el pueblo con tono solemne e intimidatorio. Aqui el agua siempre sale del grifo muy fria, te deja los dedos morados, pero llega un momento en el que aparece de pronto un agua heladora que viene de la remota tuberia profunda, soterrada bajo el nevero perpetuo de la montana, y que puede hacer que se te pare el corazon de golpe. Eso dicen en Cercedilla. Llevaba tanto tiempo resistiendome a escribir, que el ordenador se nego a arrancar. Por eso me fui a escribir a mano en el barril. David, el amigo informatico que todos tenemos, probo el <>, que no funciono, y me dijo que iba a buscar un <>. Segun me explico, el ordenador almacenaba el estado del sistema en varias fechas a las que podia retroceder para ponerse en marcha tal y como se encontraba entonces. Lo que hubiera sucedido a partir de ese momento, desapareceria --programas, archivos, documentos-- y volveriamos atras (sin memoria ni deseo) para empezar de nuevo. La idea me parecio sugerente. Igual que los ordenadores, quiza nosotros tambien establezcamos hitos en el tiempo, a los que volver cuando ya no seamos capaces de seguir adelante: antes de la primera novia, de la primera claudicacion, del nacimiento de un hijo, de la muerte de un ser querido. Como era previsible, la mesa redonda me transporto a uno de esos instantes: antes de terminar la carrera, cuando todos eramos genios y todavia inmortales. En mi caso, ese estado se prolongo un ano mas, porque obtuve una beca como lector en la Tufts University, en Boston, donde pude seguir siendo inmortal y un genio, mientras mis companeros preparaban la oposicion a secundaria y daban clases particulares o repartian pizzas en motocicleta para poder hacer el doctorado. Treinta anos despues, ya calvos, mediocres y mortales, con barrigas, canas y ojeras, arrastrando los pies y llevando a cuestas divorcios, hipotecas, deudas y sinsabores, nos fuimos encontrando en la famosa Pecera del Circulo, junto a la mujer desnuda esculpida por Moises Huerta y bajo los lienzos del techo pintados por Jose Ramon Zaragoza. Era dificil no mirar aquel cuerpo de marmol, tendido a nuestros pies en una postura muy poco natural, y con los ojos cerrados. No esta dormida, nos dijo Chavi Azpeitia: esta muerta. En mi familia todos tenemos dibujos de Zaragoza, que era de Cangas de Onis y debio de ser buen amigo de mi abuelo Benito. Sus pinturas, demasiado clasicas, sin duda se parecen al modelo y son --como tantos matrimonios-- fieles pero aburridas. De los dibujos lo que llama la atencion es que todos los que tenemos son de hombres desnudos. Alli, mirando con timidez el hermoso cadaver y las acartonadas pinturas, estabamos la presunta generacion de los sesenta, que casi nunca ibamos al Circulo de jovenes. En los ochenta aquello era poco mas que un casino de provincias, cuando decidieron resucitarlo con una primera medida decisiva: cobrar la entrada. A veinte duros. Y por supuesto funciono, aunque nosotros siguieramos yendo al Deportes (que estaba al lado de la editorial Cambalache), al Casa Riera, al Galdos o a tabernas como La Dolores. Si existiera una <> (pero no es mas que una conjetura), su caracteristica mas sobresaliente tendria que ser nuestra inoportunidad. ?Que clase de jovenes sonarian con ser novelistas cuando la literatura ya habia perdido toda relevancia social? Los ultimos que llegaron a tiempo fueron los que tenian diez o quince anos mas que nosotros: Javier Marias, Munoz Molina, Millas, Mendoza, Llamazares... Con veinte anos, en los ochenta, les vimos triunfar, pero no nos dimos cuenta de que eso nunca iba a volver a suceder. Debiamos de ser los tontos de la clase, el peloton de los torpes, porque el resto de los jovenes de nuestra edad no querian ser escritores, sino cantantes, directores de cine, arquitectos o simplemente ricos. Si existiera esa generacion (pero insisto, se trata de una idea de bombero), habria que llamarla <>, siempre estuvimos, como dice el diccionario, <>. Asi nos va. Nuestros predecesores aguantan el tipo como pueden, a sabiendas de que son un anacronismo. Miralos: uno escribe a maquina y se comunica por fax, otro se hace pasar por neoyorquino de Brooklyn con acento andaluz, otro se mete en armarios empotrados que dan a su otro yo... En fin, se comportan como cunados con una copa de mas en la boda de su hermana, o como filatelicos obsesos y empecinados. ?Y nosotros? No somos mas que un hatajo de acreedores, se nos debe la gloria y vamos reclamandola por los rincones. Nuestras novelas pertenecen todas al mismo genero literario que los cartones que ponen los mendigos al lado de su manta: pedimos una limosna de gloria contando nuestra triste vida, y lo llamamos autoficcion. Eso somos las <> que escupiamos en corro <>. Salvo por la ausencia de torres de vigilancia, aquella Universidad Autonoma de Madrid era identica a una prision provincial de grises muros de hormigon, aislada y laberintica, con patios interiores y escaleras supernumerarias que dificultaban la huida. La blanda hierba que decoraba el campus tambien le daba --combinada con la arquitectura penitenciaria-- ese aspecto de inocencia simulada que caracteriza a los laboratorios farmaceuticos y a los emplazamientos militares secretos. Lo mas acogedor era el bar de la Facultad. !El inolvidable bar de Juanjo! Con la no menos inolvidable tortilla de patatas en olla que hacia Mercedes, la mujer de Juanjo. Aquellos eran los tiempos, primera mitad de los ochenta, y en el bar de Juanjo habia parejas de literatos discutidores: Gerena y Echevarria, al que llamabamos Echabarriga, Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra, Pepe Ridao y Juan Blazquez, y Orejudo y yo. Ninguno esperabamos cumplir los treinta: moririamos jovenes, como los heroes, fulminados por nuestro propio talento, igual que el olmo viejo hendido por el rayo (y en su mitad podrido). Juan era el mas ambicioso de todos: bebia ginebra por las mananas y ni siquiera confiaba en cumplir los veinticinco. El bar tenia una barra en forma de ele; el lado corto acababa junto a una ventana que daba a la entrada principal; el largo recorria la sala hasta una pared, tras la que estaba la estacion de tren. En las otras dos paredes habia repisas para dejar las copas, los cafes o los botellines, y para apoyar el codo con displicencia y la cadera dibujando esa curva caracteristica de Praxiteles. El pequeno espacio de barra junto a la ventana era el lugar privilegiado, que ocupaban siempre los modernos, palidos, ojerosos, recien exhumados de sus tenebrosas sepulturas en el Penta, la Morasol, el Morgenstern o el Rock-Ola. Los plumiferos nos repartiamos el resto: Chavi Azpeitia y Eduardo Becerra en el otro extremo de la barra, Echabarriga y Gerena en la repisa mas cercana a la puerta; Orejudo y yo en el angulo de la ele; Blazquez y Ridao, al lado de la entrada: todos incansables en nuestra liturgia de bendiciones y maldiciones. !Tolstoi es Dios! Mejor Dostoievski: !es el Demonio! !Clarin es un estrenido! !Las novelas de Galdos huelen a repollo, como un descansillo de escalera! !Neruda es mas plomo que el catastro! !Pues anda que Vallejo: un indio deslumbrado por las baratijas del simbolismo frances! Y asi cada manana. ?De que hablabamos? De nosotros mismos, todo el tiempo, de la identidad que intentabamos construirnos. Por eso eramos tan categoricos --estabamos dando palos de ciego-- y por eso estabamos tan impacientes: !teniamos los dias contados! Y sin embargo Azpeitia y Becerra siguen vivos (uno es un escritor bastante reconocido y el otro es catedratico), y viven tambien Echabarriga (alto cargo en una multinacional de fabricacion y distribucion textil) y Gerena (que fue actor y periodista, y ahora arregla el pais en las tertulias de la tele); y vive y publica libros Pepe Ridao (aunque ahora se llame Jose Maria y sea embajador, ademas de un ensayista importante), por no hablar de Orejudo y de mi, que insistimos en publicar novelas, pero cada vez mas cansados, porque ya solo hablamos de nosotros mismos, incapaces de encontrar nada de mayor interes. El unico que murio --pero no antes de los veinticinco-- fue Juan Blazquez, que tantas ambiciones tenia, el primero que publico una novela, aunque ya no volvio a escribir jamas hasta su muerte, de una cirrosis devastadora, a la edad de Garcilaso y sin ninguna gloria, salvo la de ser recordado por sus amigos treinta anos despues en la barra de un bar, a partir de la tercera copa. Alli los que queriamos ser escritores nos vigilabamos unos a otros. ?Y si alguno de pronto iba y escribia la gran novela de nuestro siglo? Esa era la amenaza, y a mi entonces lo que mas me aterrorizaba era que la escribiera Antonio Orejudo. Durante varios anos fuimos inseparables. Mas que amistad, se trataba de una folie a deux que ambos alimentamos, no tanto por espiritu de cooperacion, sino sobre todo porque ninguno estabamos lo bastante locos como para mantener el delirio por nuestra cuenta. Convertirse en novelista es como atracar un banco o cometer un crimen: se necesitan complices. Asi sucedia con Gerena y Echabarriga, con Chavi y Eduardo, con Ridao y Juan, y con Orejudo y conmigo. Solo he conocido a alguien lo bastante chiflado y con tanto ego como para intentarlo en solitario: Benavides. Una vez, seria por el 86, tras el referendum de la OTAN, en el semaforo de la calle Sagasta, a punto de cruzar hacia la taberna de Araceli, Jose Carlos Benavides nos revelo a Orejudo y a mi que el iba a ser <>. Tal cual. Casi nos atropellan, porque nos quedamos paralizados, mudos de admiracion, e intercambiamos esas miradas que indican que uno se halla por fin en presencia de un autentico orate. Benavides compaginaba Derecho y Filologia, asi que poco despues afirmo que Tomas y Valiente queria que, en su momento, le sustituyera en el Tribunal Constitucional, y luego que Lazaro Carreter le estaba tanteando para la Academia Espanola. Todo lo decia con el aplomo de los lunaticos: era fascinante. Y siempre actuaba solo, como un agente secreto o un francotirador. Durante un tiempo fue secretario de Estado de Cultura y ya no se por donde andara ahora: quiza haya remplazado a Lola Flores, a Tina Turner o a la madre Teresa de Calcuta --nada estaba fuera de su alcance-- o quiza este dando alaridos encerrado en una gavia. Orejudo y yo colaboramos para convencernos el uno al otro de algo no menos disparatado que las salidas de pata de banco de Benavides: que ambos ibamos a cambiar el curso de la literatura universal. Juan Blazquez en cambio no representaba una amenaza para nadie por una razon obvia: follaba demasiado. Gustaba a las chicas, las volvia locas, como si acabara de despertarlas de un profundo sueno en pleno dia, o tal vez de rescatarlas de una pesadilla. Tenia ojos azules, labios grandes y abultados, un flequillo rebelde que atravesaba la frente buscando un atajo, y cara de nino bueno, interrumpida de pronto por una sonrisa esquinada y provocativa que parecia decir: se lo que quieres, aunque tu todavia no lo sepas, y te lo voy a dar. Esa sensacion de peligro inminente --?quien no prefiere seguir ignorando su deseo oculto?-- debia de ser lo que les gustaba de el: el fondo pantanoso de sus labios bajo el agua diafana de su mirada. ?Que necesidad tenia de escribir novelas, si ya era tan atractivo? Ademas, para tener exito en los ochenta, bastaba con declararse cantante, actor, pintor o disenador; ya no era necesario ni aconsejable encerrarse a escribir cientos de folios que nadie iba a leer de todas formas. Los plumiferos nos habiamos convertido en mamarrachos, nos dabamos mucha importancia, pero actuabamos como exploradores polares cuando los polos --y la misma Antartida-- ya estaban repletos de McDonald's y cajeros automaticos. Mis unicos amigos no plumiferos eran los del club de ajedrez que formamos algunos de la Facultad, el club Al Paso, con el gran Ostolaza de presidente, el gordo Tomas, Macarena, Escalona y Carmen Avellan (a la que quise tanto y me dejo sin mas por Jaime Escalona). A Juan Blazquez mis amigos ajedrecistas le causaban bastante asombro: se negaba a creer que quisieran --tal y como afirmaban-- llevar vidas normales y corrientes. Estaba convencido de que esas vidas siempre desembocan en diverticulos en el colon, en la ominosa tos improductiva o en una inflamacion cronica de los tobillos. No eran mas que una perdida de tiempo, del buen humor y de la circulacion de retorno, eso decia, con su vaso de ginebra en la mano. Nosotros creiamos que solo se hacia escritor el que no tenia mas remedio. Si no tienes cuentas pendientes con el mundo, no te pones a escribir novelas. Eso es lo que les faltaba tanto a Juan como a Benavides: la inagotable energia del rencor. A final de cuarto Blazquez ya empezo a dejar de tener encanto. Cuando volvia del bano no era raro que trajera el pantalon manchado de pis, vomitaba en las fiestas o se quedaba dormido; y sus comentarios puede que siguieran siendo agudos, pero apenas se entendian tras la segunda ginebra. Nada mas terminar la carrera, se caso con Ines Baraona, una chica de provincias bastante pavisosa, y dejo de escribir. ?Por que dejo de escribir? Frente a una pregunta como esa hay varias respuestas posibles. La mas natural y razonable es otra pregunta: eso depende de para que escribiera. Otras opciones son: porque tenia otras cosas que hacer. Porque se aburria. Porque no recibio la recompensa que esperaba. Porque le parecia un esfuerzo excesivo. Porque prefirio la ginebra. Porque no se le ocurria nada. Ademas, ?que tiene de misterioso que alguien deje de escribir? Escribir no es tan importante. Todo el mundo deja muchas cosas: una carrera universitaria, a su pareja, de comer carne, una ciudad, de fumar, de llevar corbata o de ponerse vaqueros; pero nadie se preocupa, intrigado, de por que Fulano habra dejado de jugar al parchis, a las damas o a la petanca. En la Pecera le preguntamos a Azpeitia como sabia que la mujer de la escultura estaba muerta. Lo se, aseguro: y todos la conoceis. Creo que no fui el unico que se sintio acusado, tambien quiza culpable. ?Quien es?, pregunto Becerra, y en ese momento la comisaria Sanz nos aviso de que teniamos que empezar la tertulia. Al salir de alli ninguno pudo evitar mirar hacia el suelo, a la mujer desnuda, pero a mi me dio verguenza o quiza preferi despedirme, mirando al techo, de los tres tristes lienzos del amigo de mi abuelo: El Amanecer, El Dia y La Noche.

  • El legado de Julia (La saga de al de Arantxa Jorda

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    s afueras de la ciudad de Alcoy existe una finca donde se alza, majestuosa, una casa centenaria. Su duena, Julia, busca informacion para realizar su arbol genealogico. Cierto dia advierte sucesos extranos cuando un ser enigmatico aparece en su cocina. Con el paso de los dias descubrira que se trata de su ancestro, un sarraceno que lucho contra las tropas de Jaime I el Conquistador. Su aparicion llevara consigo la entrega de su legado. Julia debera continuar la saga.

  • Si me dejas quererte (Quiereme 2) de Victoria Vilchez

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    Tiempo. Eso es lo que Tessa necesita ahora que lo suyo con Alex ha dejado de ser una cuenta pendiente. O al menos eso cree, porque mientras ella se esfuerza por superar el fin de su relacion, el destino, una vez mas, cruzara sus caminos y le hara enfrentarse a todos sus miedos. Y por si fuera poco, tambien tendra que luchar para recuperar la complicidad que la unia a su mejor amigo, Zac. Sin embargo, cuando te han roto el corazon en cientos de pedazos y no sabes quien eres, es dificil saber hacia donde quieres ir.
    Antes que nada, Tessa debera poner en orden sus sentimientos, recomponer lo que queda de ella y plantearse por que cada vez parece mas complicado que su vida vuelva a ser como era antes. ?Sera lo suficientemente fuerte para resistirse a su primer amor? ?Terminara alguna vez esa historia sin fin?
    <>

  • La tentacion mas dulce, Lucia Herrero de Lucia Herrero

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  • La otra; Historia de la amante de Magela Gracia

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    Un libro se gesta con una idea, sin duda alguna. Puede llegar de un recuerdo, un sentimiento, una vision o un sueno. Pero nunca llega a ser lo que es sin la gente que te rodea. Ellos ayudan a darle forma, a que se convierta en lo que luego rellenara paginas que, con suerte, amarillearan en un estante de tu salon... ... porque no habras querido deshacerte del libro. A mi, por fortuna, me han rodeado una gran cantidad y calidad de personas dando forma al libro, moldeando mis recuerdos, mis fantasias, mis anhelos. Marcos. Editor, corrector, critico. Ese hombre que acompana mis noches de fantasias y mis mananas de realidades. Que me levanta cuando me salen mal las cosas, y me baja a la tierra cuando me salen demasiado bien. El unico que conoce mis secretos... y los convierte en realidades. El unico que mis realidades... las convierte en secretos. Si Oziel tiene voz propia es gracias al morbo de sus palabras. Se le ha acumulado mucho trabajo estos meses, porque es el que suele corregir todo lo que escribo, incluso hojas de reclamaciones. Elena. Critica, cerebro de la portada del libro. No me leeria ni muerta, pero al final accedio a punta de pistola. Ahi la tengo, encanonada, compaginando sus cosas con leer a la pesada que se empena en mandarle los capitulos por mail y le insiste en que lo haga en vez de jugar al Candy Crash. Me acepta como soy, imperfecta a mas no poder. Y, aun asi, me invita todas las semanas a almorzar, porque sabe que no me gusta comer sola. Y yo vuelvo, aunque me de de comer cosas raras... y no tenga cafe. Raquel. Coartifice de la portada. Hay mujeres que tienen una sensibilidad especial para tratar una portada, y ella elige con mimo cada detalle para que todo quede perfecto. Podria morirme si tuviera que abrir el Photoshop, no digamos nada de usarlo correctamente. Tiene una paciencia infinita conmigo, y a pesar de la distancia, salva el problema con energia y entusiasmo. !A por la tercera! Pavel. Publicista, critico, coartifice de la portada. El hombre que me sirve un cafe todas la mananas para que me desperece y que luego tiene que tirar porque no llego a tiempo a tomarmelo. Un ser malvado recubierto de bondad, historias de zombis y eternos paseos en moto. Haces facil lo que a mi me resulta imposible. Se parte de risa con mis escasos conocimientos de ingles. Por eso, friki, hacemos un magnifico equipo. Javier. Fotografo. No le hace falta hacer nada mas, porque con retocarme la piel para que no se notara que tenia frio ya hizo suficiente. Creo que fue el quien se empeno en que se hicieran las fotos en invierno para castigarme por tenerlo cuatro horas al dia trabajando, y el que se alegro de que no hubiera calefaccion mientras me desnudaba. Me las cobre haciendo que se arrastrara por el suelo. Hay una foto que lo demuestra por algun lado... Alexis. Coaching. Me abrio su casa para que con sus paredes jugara a desnudarme y diera vida a La Otra. Pero, antes de eso, me ha dicho mil veces que valgo, que las mujeres emprendedoras son un tesoro, que el esfuerzo siempre merece la pena. Es el amigo que toda mujer quiere tener a su lado, aunque me dejara una noche tirada y tengamos mas relacion por mensajes que cara a cara. Espero que se haya revalorizado el valor de la casa...

  • El callejon escondido de Sela Garcia Pedrera

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    Olivia es la elegida para restablecer la energia que nutre la dimension intemporal en la que ahora habita; pero sera su hija Celia, una joven de hoy, quien llevara a cabo esta mision en la Tierra enfrentandose a las sombras malignas que luchan por conseguir ese poder custodiado en la libreria de un callejon escondido. En la intrigante busqueda del libro que contiene el secreto para conseguirlo, Celia descubrira sus poderes, el valor de la familia y la amistad, y conocera el deseo y el amor autenticos.
    Una lucha entre dos amores, entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte, entre el miedo y la determinacion. Una alegoria de la lucha vital, en la que los suenos, a veces, pueden hacerse realidad.

  • Tiempos negros de Lorenzo Silva

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    Alicia Gimenez Bartlett, Jenn Diaz, Lorenzo Silva, Alexis Ravelo, Eduardo Berti, Ernesto Mallo, Patricia Soley-Beltran, Cristina Fallaras, Bernardo Fernandez, Paco Ignacio Taibo II, Pablo De Santis, Espido Freire, Petros Markaris, Anna Maria Villalonga<>.ERNESTO MALLO

  • Si te atrevieras a quererme de Lina Galan

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    Me llamo Paula, estoy divorciada (por suerte), no tenia un trabajo decente desde hacia anos (a pesar de mis estudios), no tengo pareja (ni ganas), ni tengo hijos (mi mayor pena).

  • Etimologicon de Javier Del Hoyo

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    Etimologicon no es un diccionario, ni un tratado tecnico, ni entra en disquisiciones linguisticas o filologicas. En lugar de un listado frio de palabras, una detras de otra, trata de explicar los origenes y la evolucion -muchas veces curiosa, inesperada o hasta divertida- de una serie de palabras del espanol, hiladas en torno a un tema determinado y con estilo narrativo.

  • Primera regla. no hay reglas de Fabiana Peralta

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    ?Puede acabar bien un amor que empezo de la peor manera posible?

  • Lunas y estrellas (El ultimo tatuaje 1) de Angels Alemany

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    El comandante acababa de dar el aviso por turbulencias y Julia sintio una presion de sobra conocida en el pecho. Esa sensacion de asfixia que padecia cada vez que tenia miedo. --?Turbulencias? --exclamo Julia, alterada. Y, sin pensar, agarro con fuerza la mano de Viktor y cerro los ojos, repitiendose en voz baja que no pasaria nada. Le sucedia siempre que se subia a un avion. A pesar de no tener miedo a volar, las turbulencias y aterrizajes violentos la aterraban. Llevaba casi un ano sin volver a casa y estaba nerviosa, ya que tenia una gran noticia que dar a sus amigas y a su familia. Pero ese vuelo se estaba haciendo especialmente largo. Era noviembre y habia tormentas en gran parte de Europa, asi que atravesar todo eso era sinonimo de turbulencias y de un viaje mas que movido. Viktor la miro alucinado. Su mente volvio al momento justo en que Julia le dijo en el aeropuerto que le daban miedo las turbulencias y recordo que no la quiso creer. Entendia que hubiera gente que tenia miedo a volar, a los accidentes aereos, pero no a que el avion se moviera un poco. Se quedo observandola como un imbecil y no pudo evitar dibujar una sonrisa dulzona. Le sorprendio que ella reaccionara agarrandole la mano, como si fuera un hermano, un novio, un amigo. Sentia sus dedos apretando con una fuerza que a el solo le provocaba cosquillas y sonrio al sentirse afortunado de estar en su vida y de ser su amigo. Alberto, que iba escuchando musica al otro lado de Viktor, fue testigo de la escena y le dio un codazo. Viktor se giro y contuvo la respiracion, preparandose para oir cualquier burla por parte de su companero, pero Alberto se limito a sonreirle y guinarle un ojo, como si se alegrara por el. Viktor se lo agradecio con la mirada, pues si hubiera hecho algun comentario, por bajito que lo hubiera dicho, Julia podria haberlo oido. Y eso hubiera creado una situacion incomoda y vergonzosa para ambos, completamente innecesaria. Quiza por eso Alberto no dijo nada, simplemente se limito a preocuparse por ella. --Julia, ?estas bien? --Se quito los cascos un momento y se inclino hacia delante para que ella lo viera. Julia abrio los ojos, cayendo en la cuenta de que las turbulencias todavia no habian empezado, y se sintio avergonzada al ver que tanto Viktor como Alberto la estaban mirando. Observo su mano y solto la de Viktor de sopeton, mas avergonzada aun. --!Perdon! --se disculpo ella por ese exceso de confianza, apartando la mirada de el. --Tranquila, para eso estamos aqui. --Viktor le sonrio con calidez, transmitiendole tranquilidad. Julia busco timidamente sus ojos de nuevo y asintio de manera muy sutil. Alberto se recosto en el asiento y se volvio a poner los cascos. En ese momento sonaba The Pretender, de Foo Fighters. Mucho mas interesante que las conversaciones de Julia, que le resultaban de lo mas tediosas. Y, aunque le podian las ganas de saber que harian y que se dirian ellos dos, decidio hacer lo correcto por una vez y no entrometerse. --Es que... me asusto enseguida... ?Quien diria que soy una islena y que he tenido que volar un monton de veces porque el avion es la unica manera de salir de ahi? --Puedes ir en barco --se burlo Viktor entre risas. --Como si pudieras ir en barco a muchos sitios --mascullo, cruzandose de brazos. --Oye, ?que me estabas diciendo? --pregunto el con tono sereno, intentando calmarla. --No lo se, se me ha olvidado ya --declaro Julia, dubitativa y todavia alterada. --Creo que me estabas hablando del tiempo que llevabas sin volver --insistio Viktor sin dejar de mirarla a los ojos. Necesitaba darle conversacion para distraerla de las posibles turbulencias. --!Ah, si! Hace casi un ano que no vuelvo. Vine el ano pasado en Navidad, pero, salvo los momentos que estuve con mis amigas, solo podia pensar en regresar a Estocolmo. --Puso los ojos en blanco. Viktor se sentia incapaz de entenderla. El era muy familiar y tenia muy buena relacion con sus padres y su hermano, y solo estaba deseando tener vacaciones para ir a verlos. Cuando alguien le contaba que no se llevaba bien con su familia, suponia que eran rencillas tontas y quejas exageradas. --?Por que dices eso? --pregunto, arrugando ligeramente el ceno. --Porque yo no tengo la relacion que tienes tu con tu familia. Con mi hermana si, ella es genial, nos llevamos muy bien y no se mete, pero mis padres... --levanto la mirada buscando la manera de decirlo-- siguen creyendo que cometi el error de mi vida dejando a Carlos y yendome a --hizo gestos de comillas-- <>, como dicen ellos, a buscarme un trabajo que podria haber tenido alli mismo. Siempre la misma historia. Cada vez que hablo con ellos acaban la conversacion igual. <> --repitio en tono de burla aquellas palabras que estaba tan harta de oir. --Suecia no esta en la otra parte del mundo --anadio Viktor como si fuera lo mas obvio del mundo. --Lo se. Para ellos todo lo que este lejos es la otra parte del mundo. Lo cual tiene sus ventajas, porque asi estoy lo suficientemente alejada como para que no vengan. --Julia cruzo los brazos de manera orgullosa. No le gustaba hablar de sus padres porque nunca tenia nada bueno que decir. --Pero volviste en Navidad --insistio el buscando una explicacion logica. --Ya, pero hacia poco que me habia ido y pensaba que seria normal que pensaran asi, que necesitaban tiempo y que ya se les pasaria. Ademas, me daban vacaciones y quedarme en Estocolmo, en Navidad, yo sola..., pues no me hacia mucha gracia. Asi que vine, vi a mi hermana y a mis amigas, descanse del mal tiempo, disfrute mis horas de sol y volvi a Estocolmo. Pero siguen igual, ?sabes? Igual. No se alegran de que este feliz, de que haya conocido a otro chico maravilloso..., nada. Asi que este ano la Navidad la pasare en Suecia con Marcus. Viktor no pudo evitar sentir una punzada al oir la manera en la que hablaba de Marcus. ?Chico maravilloso? A el no se lo parecia. Y, como venia siendo habitual, empezo a preguntarse si eran los celos los que le hacian pensar asi. --Hablas como si les cayera mejor ese tal Carlos que su propia hija. --Si, ?verdad? ?Por que les cae tan bien? ?Porque es abogado? ?Porque tiene su propio piso y estabilidad economica para los proximos cincuenta anos, como minimo? ?Eso es mas importante que yo? Viktor trataba de controlar la presion de su mandibula para aparentar indiferencia. Ese Carlos tenia pinta de ser otro pijo, y se preguntaba por que ella siempre acababa con esa clase de chicos siendo tan natural y sencilla. --Oye y... ?que paso con el? Con Carlos..., ?que paso? --Viktor titubeo un poco al preguntar. --?A que te refieres? ?A por que rompimos? --dijo ella frotandose las manos en el pantalon. Una turbulencia agito la aeronave y provoco una pequena sacudida en los asientos. Julia cerro los parpados, elevo la barbilla y todo su cuerpo se tenso al instante durante unos pocos segundos, hasta que noto que el avion dejo de moverse. En cuanto abrio los ojos, se encontro la mirada apreciativa de Viktor y sintio la caricia de sus dedos cuando tomaron su mano en un gesto casi sedante. --Tranquila. Estoy aqui. Me estabas contando que paso con Carlos. --Pues... --Julia titubeo y solto su mano de golpe para poder gesticular--. Pues que se fue rompiendo poco a poco. Llegaron la comodidad, la monotonia, las peleas tontas, el malestar... No fue culpa de uno u otro, sino de los dos. El llegaba tarde del trabajo y yo me quedaba dormida esperando; luego, el dia que podia y queria salir a algun lado, yo habia quedado con mis amigas y... parecia que no nos importara mucho, ?no? Era como..., bueno, que no llego de repente, fue un tiempo de estar pasandolo mal y ya me canse. Y, como no veia posible trabajar de lo mio, me informe de los programas de au pair, me subi en un avion y aterrice en Estocolmo unas semanas mas tarde. Eso a mis padres no les gusto, porque ya me habia independizado, me habian --volvio a hacer gestos de comillas-- <> y yo de un dia para otro me fui sin decir nada. --?No le dijiste nada a nadie? --pregunto el, completamente asombrado. --Se lo conte a mi hermana unos dias antes de irme y a Carlos le deje una nota. Mi hermana flipo, pero me prometio no decir nada a nuestros padres hasta que me hubiera marchado. Fue la mejor decision que tome en mi vida. Sinceramente, no se que seria de mi si siguiera viviendo alli. Me fui y mira... !me voy a casar! --Julia sonrio ampliamente, rezumando felicidad en cada milimetro de su rostro. --?Y tu dices que eres miedosa? !Hay que ser muy valiente para hacer eso! --Creo que si me lo hubiera pensado un poco no lo habria hecho. Pero... la verdad es que no habria aguantado mucho mas tiempo. Viktor y Julia siguieron conversando durante el resto del vuelo. Ella le explico lo maravillosa que era la isla donde nacio, todos los sitios a los que queria llevarlos; le hablo de sus amigas, de su infancia y de cualquier cosa que se le viniera a la mente. Como era de esperar, hubo turbulencias durante todo el trayecto, pero Viktor le estuvo dando conversacion para distraerla y que no pensara en ello. En el momento de aterrizar, Julia le agarro la mano a Viktor. No sabia si iba a ser una maniobra suave o violenta y necesitaba tranquilizarse. Cerro los ojos y empezo a respirar fuerte, como si estuviera llenando una bolsa de aire. Viktor la observo. Su mirada viajo por un mechon del largo y castano cabello de Julia, que le caia por encima del hombro. Siguio su camino por el brazo, hasta la mano. Llevaba las unas pintadas de color cereza y el anillo que le regalo Marcus. Sabia perfectamente que el jamas podria pagar un anillo asi y apreto su mandibula al recordar el momento en que Julia se lo conto. Viktor la habia ido a buscar para llevarla a su clase de baile. Abrio la puerta para que Julia entrara en el coche, pero ella no se movio. Se quedo alli de pie, dando saltos de alegria, con una de esas sonrisas imposibles de borrar. --!Mira! --Levanto la mano izquierda, donde lucia un brillantisimo anillo de compromiso en el dedo anular--. !Me caso! --?En serio? --pregunto el con una sonrisa forzada, aunque perfectamente disimulada. --!Siiiiii! !Todavia no me lo creo! No me lo esperaba para nada. --!Enhorabuena! --La abrazo cordialmente, llenando sus fosas nasales del dulce perfume que ella usaba, Classique, de Jean Paul Gaultier. La abrazo por educacion, pero la verdad era que asi le parecia mas facil disimular su desilusion

  • Las lanzas (La senda de los Tercios 1) de Fernando Martinez Lainez

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    Fernando Martinez Lainez novela en esta serie la historia de uno de los ejercitos mas importantes de todos los tiempos: los Tercios de Flandes, un ejercito que marco un hito en la historia militar universal.

  • Besame y Quedate de Sophie Kiss

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    Sabrina es una mujer como ninguna otra, vive de lo que ama, y ama lo que le permite tener una vida relajada, llena de varios logros que la catalogan como una mujer exitosa dentro de su area. Sabrina es periodista, pero antes que nada es escritora. Trabaja en el periodico El Temple, cuyo editor en jefe es uno de sus mejores amigos de la universidad, el senor Martin, quien es apenas un poco mayor que ella pero que se ve casi como un anciano cuando ella realmente luce muy joven para tener 40 anos. Sabrina tiene 40 anos, pero cualquiera que la vea podria pensar que ella es apenas una mujer de 30 o quizas menos. Esta manana, ella esta viendose frente al espejo y no piensa en eso, no piensa en que sus senos se ven bastante firmes para una mujer de su edad, de hecho, mientras se ve y recoge el cabello con ambas manos, solo piensa en su rostro de una manera distinta a como tal vez lo haria casi cualquier otra mujer. Sabrina se mira en el espejo que esta en la sala de su casa, ubicado justo al lado de la puerta. Ha sido colocado alli de manera estrategica para ella poder echarse un vistazo a si misma antes de salir, pero no por razones de estetica o por que le preocupe demasiado como luce antes de salir, sino porque verse en ese espejo antes de abandonar la casa, la invita a pensar y recordar cualquier cosa que necesite llevar, y haya olvidado. Verse en ese espejo antes de salir es una ritual que Sabrina cumple desde hace mas de 10 anos, desde epocas en las que tuvo varios novios, entre ellos Kenneth, su mas reciente ex y del que hoy en dia no desea saber nada, porque los problemas con el podrian haberle hecho perder su trabajo, y hoy en dia, por cosas que escapan tanto de sus manos con de las manos de su propio amigo Martin, ella podria perder su actual trabajo si algo pasara, si se involucrara en algun escandalo, porque los principales inversores, los que financia el periodico, son personas muy conservadoras que no desean ningun tipo de escandalo entre los reporteros que trabajan para ese periodico. Hoy, mientras ella se ve en el espejo, no piensa en nada de eso, sino que piensa en que debe ir al trabajo y no deberia olvidar su camara fotografica, asi como tampoco su grabadora de audios. --Te espero cuanto antes puedas llegar a la oficina, porque hay una encomienda especial para ti. --Le decia Martin a traves de un mensaje de texto que la invitaba a apresurarse un poco para ir hasta lo oficina donde por lo visto algo especial esperaba por ella. Sabrina leyo el mensaje de texto y decidio no responder sino actuar, por lo que tomo sus llaves, su bolso, y un par de lentes de sol que coloco sobre su cabeza antes de cruzar la puerta de la sala y abandonar la casa para abordar su escarabajo, un auto sincronico que heredo de su difunto padre. Una vez dentro del rosado auto, que ella misma habia pintado con ayuda de un amigo que trabaja en un concesionario de autos, encendio el radio reproductor y coloco musica instrumental, su favorita para conducir. Sabrina siempre ha sido una mujer muy decidida y al mismo tiempo independiente con caprichos muy poco comunes y que por lo general siempre logra cumplir, como ese detalle de pintar ella misma su auto. Mientras conduce rumbo a la oficina, la brisa mueve sus rubios cabellos y le da un aire de mujer independiente, pareciendo una postal de una revista feminista. La sola escena de ella conduciendo un auto rosado, con lentes oscuros a una velocidad que solo ella decide cual es, hacen de Sabrina una mujer digna de imitar por otras mujeres o por lo menos de fotografiar. Al entrar al edificio de apenas dos pisos, Sabrina es una mujer que capta la mirada de todos, y no precisamente por sr la tipica mujer coqueta que se viste para eso. Sabrina es mas una mujer de belleza natural y espontanea. Ella baja de su auto, camina despacio si nada le urge, pero siempre con pasos firmes, como quien sabe muy bien a donde va y a que se enfrentara. En esta oportunidad, Sabrina lleva unos jeans bastante desgastados, no de esos que tienen huecos en las rodillas, pero si de los que alguna vez fueron azules muy tupidos y ya muestran un color mas parecido al blanco con algunos destellos de celeste, en lo que sin duda es una prenda ya destenida por el tiempo y por las veces que ha ido a la lavadora. Ya dentro, cruza el lobby, se quita sus gafas oscuras, y suelta su cabello, que estaba recogido con una cola alta. Ahora ya con el cabello derramado sobre los hombros y sin los lentes que cubrian su mirada, se ve todavia mas genuina de lo que ya proyectaba su estampa antes de entrar. Luego de cruzar la recepcion, Sabrina llega hasta donde esta su oficina, que es apenas un escritorio rodeado por 4 laminas de fibra de vidrio que delimitan su espacio pero no necesariamente le dan la privacidad que ella siempre ha pensado que merece. --Algun dia mi oficina dejara de ser cuatro paredes transparentes que supuestamente indican cual es mi espacio pero que en realidad, en vez de protegerme, me expone. Esto no es una oficina, esto es una vitrina. --Dijo Sabrina en voz alta para que Martin, quien estaba en la oficina contigua, escuchara. -- !Mira, nina! ?Serias tan amable de dejar de quejarte y venir a mi despacho inmediatamente? .--Exclamo Martin desde la oficina de al lado que si tenia paredes de yeso y donde la puerta totalmente abierta dejaba ver un escritorio revuelto de papeles, lleno de cosas hasta mas no poder, y frente a el un hombre gordo, calvo, un tanto mayor, que fumaba un tabaco mientras leia algo al mismo tiempo que hacia magia para evitar que sus lentes resbalaran por su rostro y cayeran al piso, en lo que deberia ser tal vez el rostro mas asimetrico con todas las facciones de un gigante y una nariz contrastante del tamano que la tendria un bebe de apenas meses. Sabrina solo sonrio luego de lograr su cometido, esa era su manera de saludar a su amigo y jefe, quejandose para hacerse notar, y luego de captar su atencion, dirigirse hasta su oficina a gastarle alguna broma para despues finalmente hablar de trabajo entre algunas cosas personales tambien. -- ?Que dice mi calvo favorito? --Pregunta Sabrina desde la puerta, asomando solo parte de su cuerpo, especificamente la parte superior, como quien oculta la otra mitad del cuerpo por algun motivo de picardia. --Nada, aqui esperando que me digas cuando vas a ganar un premio que haga que este periodico se convierta en algo que acapara las miradas internacionales y yo comience a ganar millones de dolares. --Bueno, querido. Tu sabes que eso no pasa porque no me dejas escribir sobre lo que yo quiero y se que es importante, sino que siempre te inventas unos reportajes muy raros y a veces hasta tontos, pero que yo igual cubro porque te tengo mucho aprecio y eres mi mejor amigo. --Y el unico que realmente te da la oportunidad de escribir sobre lo que siempre has querido, aunque te cueste admitirlo o te empenes en decir cosas contrarias a la verdad. Para ser una periodista, eso esta muy mal de tu parte. Deberias ser mas profesional y apuntar mas a la verdad. Sabrina termino de entrar a la oficina, se sento en la silla frente al escritorio de Martin y mientras ambos sonreian, ella se puso lo mas comoda que pudo hasta colocar sus pies sobre el escritorio mientras Martin la veia con ganas de llamarle la atencion al mismo tiempo que contenia la risa. --Vamos Sabrina, Tu sabes que jamas tendras un jefe como yo. Tu lo sabes y yo lo se. ?Es tan dificil decirlo? Sabrina creo un silencio de mas de tres segundos para luego estallar en una carcajada. --Claro que si, algun dia lo dire. Pero por lo pronto, cuentame. ?De que se trata esta extrana y nueva mision especial? ?Voy al espacio exterior? ?Entrevistare a una tribu canibal en Suramerica? ?Entrare a lo mas profundo de un volcan en Australia? --No, nada de eso. Aunque si guarda mucha relacion con temas polemicos y la naturaleza, que de por si ya bastante que lo es en estos tiempos. --Respondio Martin mientras colocaba sobre el escritorio los papeles que tenia en las manos, los mismos que leia antes de que Sabrina llegara, para luego abrir una gaveta y extraer otros documentos que dejo caer sobre la tabla de escritorio, justo al lado de los pies de Sabrina. --Alli lo tienes, alli esta todo. Sabrina bajo los pies del escritorio, tomo los papeles con sus manos mientras Martin la observaba como estudiandola, como tratando de traducir sus gestos mientras ella leia de que se trataba este nuevo trabajo. Sabrina leia con calma, muy concentrada, con el ceno fruncido. Martin por su parte solo la miraba, esperando alguna reaccion, al mismo tiempo que parecia ocultar una ligera sonrisa. -- ?En serio voy a cubrir la noticia de dos tipos muy millonarios peleando por un bosque? --Bueno, mirale el lado positivo. Lo mas importante es que no vas a gastar un centavo, te hospedaras en un hotel de mala muerte pero por lo que no tendras que pagar nada. Tambien tendras tres comidas diarias gratis en el mismo hotel, y ademas no gastaras tampoco un solo centavo en pasajes. ?No te parece maravilloso? La respuesta de Martin le hizo cambiar totalmente el rostro a Sabrina, por lo que Martin debio apresurarse a agregar algo en su comentario: --Mira, creo que no lo has leido bien --Dijo Martin quitandole los papeles de la mano para senalarle un apartado especial en los archivos-- Si te fijas, parece ser una disputa que involucra corrupcion, al mismo tiempo de que tengo la sospecha de que uno de los dos millonarios no es tan malo como crees, de hecho, si revisas su perfil podras notar que el sujeto en cuestion es u hombre totalmente altruista, filantropo, que ayuda a la humanidad... En fin, parece una suerte de superheroe sin capa luchando contra un villano, ambos en el terreno del dinero dentro de un pueblo que no es pobre ni rico, sino mas bien un lugar muy tranquilo en el que seguramente te sentiras comoda, relajada y... -- !Aburrida! Eso es lo que me voy a sentir, aburrida. Pero bueno, no importa. Estas son las cosas que uno hace por los amigos. ?Cuando salgo? ?La proxima semana? Ante la pregunta, Martin abrio otra gaveta del escritorio para sacar de ella unos boletos de autobus que le entrego en sus manos a Sabrina. -- ?En serio voy a ir por tierra de nuevo? ?Algun dia dejaras de ser tan tacano y me pagaras, aunque sea un pasaje de clase turista en alguna aerolinea de esas extranas que sabemos que son mas lavado de dinero que otra cosa? Puede ser, pero mientras te sigas quejando, lo seguire pensando. Ambos soltaron una carcajada para luego dejarse de juegos, de bromas, y ponerse un poco serios los dos. -- ?De cuanto tiempo estamos hablando? --Pregunto Sabrina. --Bueno, sales hoy en la tarde noche, y si duras una semana por alla seria demasiado, lo ideal es que lo hagas en tres o cuatro dias, pero si por alguna razon tu trabajo se extiende, pues no hay de otra, se hace. Pero eso, yo preferiria que cuando mucho te tomaras una semana, no mas de eso. --Bueno, esta bien. Voy a casa a terminar de arreglar mis cosas y de ahi me marcho directamente hasta el terminal. Te diria que me voy en mi carrito, pero prefiero gastar tu dinero. Martin no hizo mas que reir y se despidio de ella lanzandole un beso. --Guarda eso para tu secretaria, a mi no me des ese tipo de mala suerte. -- Dijo Sabrina antes de abandonar la oficina de Martin y el edificio, no sin antes hacer una pequena parada en su oficina, recoger algunos articulos como un pen drive, un block de botas y un panuelo que segun ella le da buena surte cuando viaja. Un par de horas despues ya Sabrina se encontraba leyendo un ejemplas de un periodico local, que en parte significaba la competencia para El Temple, el periodico donde ella trabajaba para su amigo Martin. Mientras Sabrina leia noticias locales de poca relevancia, sonreia imaginando que pensaria su amigo si supiera que ella preferia leer a aun periodico como La Pared de La Verdad al que el tanto odiaba. El viaje hasta el Bosque Foresty, ubicado en la localidad de Tozark, un pequeno pueblo de clima muy agradable y donde todo parecia ser muy calmado, fue de aproximadamente cuatro horas. En esas cuatro Horas Sabrina tuvo tiempo para pensar en todo, para recordar a sus difuntos padres, para preguntarse una vez mas, por enesima vez, como seria su vida si ella estuviese casada y si ello le permitiria tener ese trabajo que tanto le apasiona. Pero entre tantas otras cosas, a Sabrina tambien le dio tiempo de imaginar como seria volver a hacer el amor despues de tanto tiempo. La ultima vez que tuvo pareja fue hace ya varios anos, y desde entonces solo ha tenido relaciones inestables y sexo casual, cosas de apenas una noche. Este viaje le hizo recordar la vez que fue a las montanas a cubrir un reportaje sobre unas plantas y fue acompanada de un guia experto con el que termino teniendo un sexo desenfrenado en las rocas, a muchisimos metros de altura, en diferentes posiciones, entre ellas de perrito, la que sin duda era su favorita porque a Sabrina le gusta mucho sentir ser dominada y en esa posicion generalmente suele pedir que la tomen del cabello y la presionen fuerte para sentir el choque entre ambas carnes al ritmo del placer. Sabrina ya ni recuerda el nombre de aquel sujeto, de hecho, solo recuerda que su pene no era muy grande, pero al menos era muy bueno en lo que hacia, especialmente con el sexo oral. En esa oportunidad, el sujeto no solo la coloco de perrito, sino que tambien la volteo dejandola ver el cielo mientras la tuvo abierta de piernas devorando lo que ella tenia para el. Ya ha pasado mucho, ya no recuerda casi nada de aquello salvo que el sexo fue muy bueno. El viaje por fin parece acercarse a su fin y ella ya esta llegando a donde debe ir ahora a cumplir otro reportaje y no evita preguntarse si en esta oportunidad tambien conocera a alguien. Sabrina tiene la certeza de que, si sus padres estuviesen vivos, estarian muy orgullosos de ella. Tambien sabe que una vida de casada en cierta medida le entorpeceria poder cumplir sus funciones como periodista y corresponsal. Todos esos son temas que siempre estan dando vueltas en la cabeza de Sabrina. Finalmente, luego de cuatro horas en un viaje que le permitio pensar en muchas cosas, ya se encontraba en la localidad de Tozark. Alli, Sabrina se dirigio de inmediato al primer puesto de comida apenas puso sus pies en el terminal. Pidio un sandwich en una especie de cafetin para transeuntes, y luego de devorarlo se dirigio caminando hasta donde estaba ubicado el hotel aparentemente muy economico que Martin le habia conseguido. Sabrina tenia consigo un mapa de los lugares que debia visitar, en su mayoria podian recorrerse a pie, excepto por el propio bosque Foresty cuyas dimensiones eran tan gigantescas como enigmaticas. Luego de una corta caminata, finalmente llego hasta el hotel mientras durante el breve recorrido pudo observar lo espeso de un bosque que lucia como magico, como lleno de vida, de buenas energias, de cosas positivas tanto para los habitantes del lugar como para cualquier visitante que se deleitara con la imponente estampa de un lugar natural, exotico, y al mismo tiempo aparentemente tan maravilloso al que Sabrina solo habia visto por unos segundos y desde muy lejos pero por el cual ya se sentia muy atraida. --Buenos dias, senor. Mi nombre es Sabrina Lutens, y debo tener una reservacion bajo mi nombre. --Buenos dias, senorita --Le respondio el recepcionista del hotel La Alameda en lo que seguramente fue todo un cumplido para una mujer de 40 anos-- En efecto su nombre esta en la lista de espera para ubicarle una habitacion apenas haya vacante, pero la verdad es que aun ninguno de nuestros huespedes se ha marchado. Hemos tenido una semana muy convulsa, llena de mucho movimiento en el pueblo, especialmente por las disputas por el bosque, y por lo tanto hemos estado muy llenos y aun nos mantenemos asi. Si gusta puede dejar su numero telefonico, y con gusto podremos llamarle apenas tengamos alguna habitacion disponible. Los comentarios del joven recepcionista habian comenzado muy bien, llamandola senorita y utilizando un lenguaje muy educado y a la vez considerado, pero la verdad fue que esa ultima noticia de que no habia realmente una reservacion concreta para ella, fue caso un insulto. Por un momento tuvo ganas de realizar un reclamo inmediato, luego penso en querer conversar con algun gerente, pero despues todas esas ideas se disiparon cuando tambien considero la posibilidad de llamar a Martin para reclamarle, hasta que al final penso que no debia ser culpa de nadie, que no solo habia tenido muy mala suerte. --Esta bien. Ya vere que resuelvo. ?Podrias darme mejor los datos de algun otro hotel que este cerca? Necesito estar ubicada lo mas cerca del bosque posible, porque tengo asuntos pendientes con el. Necesito entrevistarlo. -- Dijo con una sonrisa envolviendo el buen humor que suele caracterizarla. --Seguro --Respondio el empleado del hotel-- Tome esta pequena lista donde estan los datos de todos los demas hoteles del pueblo. Puede usar nuestro telefono si gusta, y le ruego una vez mas que nos disculpe por no poder ofrecerle una habitacion en este momento. De verdad lo lamentamos mucho. Sabrina paso de estar un poco disgustada a quedar realmente impresionada con la amabilidad del recepcionista, y sin mediar mas palabra, haciendo apenas un gesto con su cabeza, tomo los datos que el joven le paso y se dedico a llamar uno por uno a los diferentes hoteles que aparecian en aquella lista, hasta que oyo una conversacion de dos personas que iban saliendo del hotel y que antes de cruzar la puerta hacia las afueras de la propiedad, pasaron por un lado de ella citando el bosque y la problematica que ella habia ido a cubrir para el periodico de su amigo Martin. -- !Vamos rapido que alla estan los dos hombres esos peleando! --Le dice un sujeto rubio alto y delgado a otro un tanto moreno que caminaba a su lado. -- !Bueno, vamos! !No me quiero perder ese show!

  • Corazon perdido de Lindsay Mckenna

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    El agente especial Shep Hunter estaba acostumbrado al peligro y ahora debia enfrentarse a su ultima mision, a ser posible, sin la molesta intromision de la doctora Maggie Harper, la mujer que lo habia abandonado hacia ya muchos anos. Pero Maggie tenia ideas muy claras sobre como abordar su cometido y, gracias a su apasionado comportamiento, Shep se dio cuenta de que tambien sabia como manejarlo a el.

  • El triangulo de la vida de Francisco Mir

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    --Me pregunto por que los secretos se hallan en los sitios mas oscuros --dijo el abuelo mientras intentaba en vano sacar una de sus zapatillas de debajo del sofa. Su voz sono cansada por el esfuerzo de agacharse. --?Que has dicho, abuelo? --le pregunte extranado mientras me agachaba yo para ayudarlo. Saque la zapatilla y se la di. --Nada, Juan. Gracias, mi espalda ya no esta para estas cosas. --Abuelo, te he oido. ?Que tiene de secreta tu zapatilla? --?Mi zapatilla? Esconde un gran misterio: nadie sabe por que es tan escurridiza --contesto muy serio, y luego se quedo pensando y dijo-- Humm..., esa frase me ha venido a la cabeza de repente, y me ha recordado... --?El que? --Nada, una vieja historia. Algo que me conto muchas veces mi propio abuelo. Sobre un antepasado nuestro. --?Un antepasado? ?Quien era? ?Que le paso? ?Por que nunca nos la has contado? --!Tranquilo, pequeno!, solo es una vieja historia. No se, a tu padre le aburria, asi que... --!Es sabado, abuelo, tenemos toda la manana. No te muevas del sofa, voy a llamar a mis hermanos! --!Pili, Eli, Carlos!, venid, el abuelo nos va a contar una historia de un misterioso secreto. Rapidamente acudieron al salon, y nos situamos todos a su alrededor. Mi hermano pequeno, Carlos, que tenia cuatro anitos, y yo, que entonces tenia nueve, nos sentamos en la alfombra, a los pies del abuelo. Mis hermanas, Eli, de catorce, y Pili, de diecisiete, se sentaron cada una en un brazo del sillon; mi abuelo no podia sentirse mas arropado y orgulloso de sus nietos. --Bueno, bien, os la contare --dijo mi abuelo afablemente--, pero recordad que esto le ocurrio de verdad a un antepasado nuestro: el abad del monasterio de Montserrat, que se llamaba Joan, o Juan en castellano, como todos los primogenitos de esta familia. A el le toco protagonizar uno de los viajes mas importantes de la historia, aunque casi nadie sabe de el. --?No aparece en los libros de texto? --pregunto mi hermana Pili, la mayor. --Pues no, no aparece, por eso teneis que aprenderlo bien, no puede caer en el olvido. Bueno, pues alla va, escuchad. Hasta el pequeno Carlos se quedo en silencio a la espera de aquella historia. --!Imaginaos un carro tirado por cuatro caballos! Y ahora imaginad que el carro lo custodian cuatro soldados montados sobre otros cuatro caballos. Dos van delante y los otros dos detras, y van armados con espadas. Por sus caras serias parecen dispuestos a usarlas en cualquier momento, y todo ello nos hace suponer que aquello que transportan es de suma importancia. Esto nos lo contaba mi abuelo sin leerlo en ninguna parte, gesticulando y haciendo aspavientos con las manos, y asi conseguia que cobrara mucha mas vida. --Uno de los soldados que encabezaban la expedicion, harto de viajar, nervioso por su responsabilidad, le pregunto al otro: <>. Su companero le contesto: <>.--Viajaban desde la imprenta de Venecia hacia el monasterio de Yuso en San Millan de la Cogolla, que entonces pertenecia a Castilla y hoy a La Rioja. --?Como eran de grandes los caballos, abuelo? --preguntaba yo, con los ojos abiertos como platos. --Muy grandes. Pensad que aquella gente no podia fallar en su cometido, tenian que recorrer mas de mil quinientos kilometros, por caminos de todas clases, y debian infundir respeto a cualquiera que pretendiera asaltarlos. !Carlitos, ponte de pie! Fijaos en vuestro hermano pequeno: pues los caballos eran como tres veces mas altos que el. Empece a imaginar la altura de aquellos caballos…, y deduje que rebasaban el techo del salon. --?En que idioma hablaban? --pregunto mi hermana mayor. --Buena pregunta, hija. Aunque el padre Joan era catalan, a los italianos les hablaba en castellano, y ellos lo chapurreaban mas o menos. Las tres lenguas eran entonces mas similares que ahora y, con buena voluntad, siempre se terminaban entendiendo de una forma u otra. --!Atentos, chicos!, era el ano 1482 cuando la carreta con su escolta atravesaba los pequenos municipios de un valle metido entre las montanas, asustando a los pocos vecinos que se cruzaban en su camino; como si hubieran visto al diablo, los hombres, mujeres y ninos desaparecian hacia el interior de sus casas despavoridos, para observar por alguna rendija de las ventanas semiabiertas el paso del carruaje. --?Cuantas generaciones han pasado, abuelo? --interrumpio mi hermana la mayor. --Mira, hija, si han transcurrido ya unos quinientos anos, calcula unas veinte generaciones mas o menos hasta nosotros, no sabria bien como tendriamos que llamar al padre Joan. --?Trastataratio, quizas? --Creo que no, me parece que se dice, llegado a ese nivel, como en geometria, hexatio abuelo, heptatio abuelo y asi hasta decatio abuelo, pero no me hagas mucho caso. Continuare… >>Habian dejado atras el pueblo de Najera, tan solo les faltaba adentrarse en el valle de la Sierra de la Demanda y en unas horas estarian con los hermanos de la Real Congregacion de San Benito, hoy conocidos como los hermanos benedictinos. >>Nuestro familiar, el abad del monasterio de Montserrat Joan de Peralta, viajaba junto a Giovanni Della Rovere, enviado de especial confianza del papa Sixto IV, custodiando los trece libros de Euclides, asi como un manuscrito secreto de cuya existencia nadie sabia, salvo el papa y nuestros enviados, que se llamaba El Triangulo de la Vida. --?Que habia en ese manuscrito secreto, abuelo? --pregunto mi hermana Eli. --Tenia nada mas y nada menos que las claves para reconocer en la naturaleza lugares con un gran poder. --?Y que es eso de los trece libros? --pregunte yo. --Mira, Juan, Euclides fue un geometra griego, responsable de la biblioteca de Alejandria, la mas importante de todos los tiempos, que recopilaba todo el conocimiento de la epoca y que, segun se dice, se quemo en un gran incendio y quedo totalmente destruida. Pero el recogio y plasmo en esos trece libros los principios de toda la geometria que seguimos utilizando hoy en dia. Y gracias a que esos libros se salvaron, hemos podido evolucionar y prosperar en todas las areas tecnologicas, ?entendeis? Ni mi hermano Carlos ni yo habiamos entendido nada, pero asentiamos por no parar el ritmo de la historia. --Continuo, y aguantad un poquito mas, que, si no, no me va a dar tiempo de terminar antes de comer, ?vale, chicos? --!Siii! --dijimos todos a la vez. --Habian pasado el pueblo de Badaran y aquella noche de verano se les echaba encima --continuo mi abuelo--, de modo que prendieron los faroles que colgaban de la carreta, y que a duras penas alumbraban la ruta que conducia hasta el monasterio. Dos soldados abrian paso a la carreta por el estrecho camino, que iba cerrandose a medida que se adentraban entre las frondosas ramas de las enormes hayas y encinas que cubrian el valle. Como ya he dicho, otros dos soldados vigilaban la retaguardia. Las raices, que surgian del terreno como si formaran el sistema nervioso del bosque, conectandolo todo, atravesaban de lado a lado aquella senda y hacian que la carreta fuera dando brincos continuamente. Su estructura crujia, y el ruido resonaba como alaridos de auxilio en el solitario valle. >>Dentro del pequeno habitaculo de la carreta, compartian el espacio los dos encargados de custodiar el baul: Giovanni Della Rovere, sobrino del papa, por si no os lo he dicho antes, y nuestro pariente el abad Joan. Viajaban sin comodidad alguna, tan solo acompanados del tacto de las grietas de las viejas maderas y del de las cadenas que sujetaban y fijaban el baul, que sin cesar chocaba contra sus piernas encogidas y entumecidas. El resto de los enseres iban en la parte de arriba de la carreta en tres baules tras el cochero. --!Hala, un sobrino del papa! --dijo mi hermana Pili. --Si, ya vereis porque, esperad un poco. --?Era muy grande el baul, abuelo? --le pregunte; no me podia imaginar aquellas dimensiones. --Mira, hijo, las carretas no eran muy grandes, poco mas que un coche, se sentaban enfrentados y, en medio, el baul. !Vamos a imaginarlo! Vuestro hermano Carlitos sera el baul, hazte una pelota en el suelo..., y ahora vosotras dos --les dijo a Pili y a Eli-- sentaos una enfrente de la otra, en medio vuestro hermano, con las rodillas pegadas a su cuerpo. --Ja, ja, ja --Carlos empezo a reirse--. Me haceis cosquillas con las rodillas. Nos reimos todos. --Pues esas cosquillas --dijo mi abuelo muy seriamente-- eran todo lo contrario: solo sentian aspereza, dureza y dolor. --Se quedo callado mirando al frente como queriendo sentir ese momento como si el lo hubiera vivido. Todos enmudecimos--. Ascendian junto al rio respirando la frescura del anochecer, cuando unas gotas de lluvia prendieron el intenso aroma de las hojas mojadas. De ser unas gotas que perfumaran el valle, pronto pasaron a ser chorros de agua que se colaban entre las rendijas de la carreta, y un placido instante se convirtio en una autentica trampa para todo el grupo. << !Padre!>>, le grito el cochero, <>. A lo que el padre Joan respondio: <> Antes de que el cochero pudiera cumplir su orden, les salieron al paso... !tres, cocodrilos! --!Cocodrilos, abuelo! --exclamo mi hermana la Pili.

  • El corazon de la banshee de Raquel De La Morena

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    Erin tiene un ano para aislar su corazon de cualquier tipo de amor, de lo contrario morira. ?Superara la prueba de la banshee o sucumbira al amor?

  • Maria quiere ser tu amiga de Laura Marshall

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    Cuando Louise Williams recibe un mensaje procedente de alguien de su pasado muy lejano, le da un vuelco el corazon.
    <>
    El problema es que Maria Weston desaparecio hace mas de veinticinco anos, tras la fiesta de fin de curso del instituto. Todo el mundo cree que esta muerta, especialmente Louise, que ha vivido durante este tiempo custodiando un terrible secreto.
    Sin embargo, los mensajes de Maria continuan, y cada vez son mas escalofriantes. ?Quien los envia?
    Al reconectar con los viejos companeros y tratar de averiguar que sucedio realmente aquella noche, Louise descubre que hay muchas cosas que desconocia.

  • Los Caminos del Amor de Lily Cerda

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    Los Caminos del Amor

  • El caso de las japonesas muerta de Antonio Mercero

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    Un nuevo nombre se ha sumado a la gran novela negra espanola encabezada por Lorenzo Silva y Dolores Redondo.

  • La telarana de Jaume Cabre

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    En la ciudad de Feixes, con la revuelta obrera de la Semana Tragica de 1909 como telon de fondo, las luchas e intrigas para hacerse con el control de una fabrica textil centran un complejo entramado
    de relaciones.

  • No huyas del Alpha de Lighling Tucker

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    Olivia siente que ha cambiado un cautiverio por otro. Ya no esta siendo golpeada, pero no puede salir de esas cuatro paredes que dicen ser su proteccion. El recuerdo de la muerte del amor de su vida la esta desgastando.
    Ademas, el cambio a loba esta siendo dificil y mas tratando directamente con su protector. El tiene un caracter muy especial, se cree divertido cuando lo que ella siente es que es un bufon de la corte. Pero, ?a quien puede enganar?
    Sin proponerselo, el se acaba convirtiendo en alguien indispensable en su vida y eso cambia las reglas del juego. Olivia siempre ha dicho que, una vez finalizase el ano, se marcharia con su hermana y viviria una nueva vida.
    ?Es eso posible con la presencia de Lachlan en su vida?
    Lachlan no supo lo que hacia cuando acogio a Olivia en su casa. La ha protegido durante meses y ha establecido un vinculo tan fuerte que le duele pensar el dia en el que la vea marcharse.
    Ha descubierto en ella miles de facetas que no creia que existieran. Olivia tiene picardia, fuerza y siente que debe ayudarla; que no debe dejarla caer en el pozo oscuro de la pena.
    No obstante, se ha marcado una meta: no tocarla durante el ano que ha prometido cuidarla.
    ?Podra resistirse? ?Luchar contra si mismo? ?Entre honor y placer?
    Amor, pasion y accion en un libro plagado de seres que te robaran el aliento. Sin olvidarnos de la presencia de los Devoradores.
    ?Te atreves a entrar en su mundo?

  • Te encontre entre corazones de Moruena Estringana

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    A Nia no le gustan ahora mismo todas las fruslerias romanticas, y no hablemos de los cientos de corazones que hay por todos lados anunciando el dia de San Valentin.
    Todo le irrita excesivamente, pues acaba de romper con su novio con el que llevaba desde la adolescencia y ella era todo corazones y cucadas con el.
    De camino a Paris, la ciudad del amor, que ha inspirado cientos de canciones y enamorado corazones, no esperaba que pararse un instante a tomarse un cafe cambiara su vida para siempre.
    Y es que entre corazones encontro a un hombre que iba a poner su vida patas arriba, Kenneth.

  • Un ano y un dia de Grace Marie March

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    Valerie esta agobiada con las deudas, el banco ya no puede prestarle mas dinero y ella no sabe como podra seguir haciendole frente a su cada vez peor situacion economica.
    Jamie no quiere sentirse agobiado en las proximas reuniones familiares, donde se va a estar preparando la boda de su hermano y mas desde que su familia le quiere imponer a quienes ellos consideran que es su pareja adecuada.
    Sus amigos comunes creen que la solucion a todos sus problemas esta, en que ellos sean pareja durante un tiempo, pero ellos no tuvieron una primera impresion muy favorable el uno del otro, y no estan muy seguros de si podran estar juntos o no durante un ano y un dia, que es el plazo acordado

  • El show de las marionetas de M.w. Craven

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    Una novela de suspense oscura y repleta de giros brillantes, ideal para los fans de Michael Connelly, Peter James y de la serie de television Luther.
    Bienvenidos a El show de las marionetas.

  • Un Lugar Olvidado de Ana Belen Ortega Mena

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    Un lugar Olvidado en la lejana y bella Transilvania.
    Una region misteriosa, cargada de leyenda a la que Alejandra decide marchar un buen dia con el proposito de encontrar sus origenes, lejanos a la Espana que siempre conocio.
    Un viaje marcado por la casualidad y el destino a la vez, provocando el enfrentamiento con su pasado, haciendola comprender aquello que ocurrio tiempo atras.
    Una abuela rumana y una herencia que promete desvelar muchos secretos son mas que motivos para una huerfana como ella, bohemia, solitaria y romantica a la vez.
    Alejandra abandona Granada para habitar la casa de su abuela Nicoleta Ivanov, en el lejano pueblo de Bram, un lugar rodeado de montanas boscosas en plenos Montes Carpatos, habitado por gente ruda e inaccesible, temerosos de la invasion de lobos que cada noche tiene lugar en la tetrica aldea.
    Pronto se desatara una trama que involucrara a las familias mas nobles de Rumania, y que de alguna manera la arrastraron hasta Bram, un pueblo maldito desde todos los tiempos, un lugar olvidado para muchos y que ella quiso recordar.
    Manuscritos reveladores, sotanos oscuros y cancioncillas infantiles capaces de estremecer a cualquiera. Secretos que parecian relegados al olvido y que de repente cobran vida y pretenden vengar con su larga existencia.
    Pero la bella region de Sinaia le proporcionara el refugio perfecto y el encuentro con el amor, el lugar idilico donde se forjaron dos historias de amor paralelas, marcadas por el pasado y el presente.
    Experimentos geneticos, enfermedades casi erradicadas capaces de marcar durante anos la vida de todo un pueblo y la historia de siete princesas que siempre parecieron habitar Bram, pese al transcurrir de los siglos… Un pueblo en el que se detuvo el tiempo y que con la llegada de Alejandra quiso echar a andar, aunque el precio a pagar fuera demasiado alto: su propia infancia.

  • La mujer fuera del cuadro de Nieves Garcia Bautista

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    La extraordinaria historia de una mujer, la del cuadro que la inmortalizo y la de una epoca, la bohemia parisina de finales del siglo XIX, tan bella como extrema en sus contrastes.

  • Fresas silvestres de Angela Thirkell

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    En esta comedia romantica ambientada en los anos treinta, la atractiva pero empobrecida Mary Preston acude como invitada a la esplendida finca de su tia Agnes en Rushwater. Alli, Mary perdera la cabeza por el apuesto seductor David Leslie, al mismo tiempo que Agnes y su madre, la excentrica lady Emily, planean emparejarla con otro hombre muy diferente, al que consideran un buen partido. En el espectacular baile de Rushwater, la felicidad de Mary, suspendida entre los imperativos del corazon y las maquinaciones de su familia, pendera de un hilo.

  • Un perverso encanto de Candace Camp

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    Ella es demasiado puritana, a el le gusta transgredir las normas sociales, pero tendran que trabajar juntos para vencer aquella fuerza oscura.
    A Lilah Holcutt le disgusto Constantine Moreland desde el primer momento en que lo vio. Tal vez fuera guapo, pero tambien frivolo, brusco, impulsivo y, lo peor de todo, un libertino. Pero, cuando el hermano gemelo de Con se caso con la mejor amiga de Lilah, ella empezo a verlo mas de lo que le habria gustado. Y, cuando las hermanas de Con sufrieron un misterioso secuestro, la propia curiosidad y terquedad de Lilah terminaron por imponerse, de manera que se encontro comprometida a fondo con la investigacion de Con.

  • Furia Un thriller psicologico de amor, misterio y suspense (Suspenso romantico 3) de Pablo Poveda

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    No podia disimular su expresion corporal, por mucho que deseara pasar desapercibido. Los musculos de la cara se le habian encogido. Su rostro blanquecino despertaba la curiosidad de los que caminaban en direccion contraria a el. El barrio estaba despierto, las mesas de los bares ocupaban las terrazas de la calzada y las parejas de enamorados paseaban de la mano para disfrutar del sol dominical. Habia vuelto a despejarse el cielo, a salir el sol y todo pronosticaba que seria un domingo de ensueno. No obstante, lo que parecia una estampa primaveral y castiza, llena de color y energia, no lo era para el arquitecto, que caminaba hacia su domicilio tras haberse apeado del coche. Despues de contemplar como el vehiculo se perdia a lo lejos por el final de la calle, la voz de aquel hombre todavia resonaba en su cabeza. De pronto, levanto su mano a la altura del esternon y sintio los latidos del corazon golpeando la puerta de su pecho. No era miedo lo que arrastraba. Tampoco era el odio lo que le hacia bombear asi. Una extrana sensacion, poco habitual en el y, afortunadamente, casi desconocida: furia. Mientras la lengua coloquial hablaba de esta como un mero enojo, para Don significaba algo mas que eso. Los romanos habian llamado Furias a las diosas violentas engendradas con la sangre de los testiculos de Urano, dos temibles criaturas capaces de enloquecer al propio Zeus. Para el arquitecto, aquella historia mitologica tenia sentido. Enfurecer, en el maximo esplendor de la expresion, era lo que habia evitado durante tanto tiempo a traves de sus actos, sus cambios de personalidad, de profesion e incluso de apariencia. Un trabajo de artesano al que habia dedicado toda una existencia y que estaba a punto de convertirse en pedazos a causa del infortunio. Lo que menos le preocupaba era perder todo lo que habia conseguido. Despues de todo, lo material carecia de sentido para el. Sin embargo, temia perder a Marlena. Temia que, a causa de un descontrolado y frenetico ataque, perdiera la cordura y se convirtiera en alguien totalmente irreconocible para ella. Tres dias. Eso era todo lo que tenia en sus manos para encontrar el modo de salir airoso. Si es que existia. Frente a la puerta del edificio, encontro su reflejo en el cristal que habia tras la reja negra. Tenia el cabello despeinado a causa del temporal matutino, bolsas en los ojos y un semblante cadaverico. A diferencia de la mente, el cuerpo no tardaba en manifestar los excesos que el propio dueno era capaz de darle. Demasiados viajes en pocos dias, largas horas de coche, cortas noches de sueno y una fatidica visita inesperada que le ponia en jaque por momentos. Se mecio el pelo, introdujo la mano en el bolsillo de su pantalon y saco un juego de llaves metalicas. Despues abrio la puerta. Antes de subir el escalon de la entrada, un pequeno gorrion se poso sobre el bordillo. Era pequeno, redondo y tenia las plumas de color marron. Don observo al pajarillo como cantaba, libre y sin miedo ante la presencia humana del arquitecto. En un lapso, se imagino a si mismo agarrandolo con la mano y apretando el puno con fuerza hasta ahogarlo. Asi se sentia el en esos momentos. Confundido, meneo la cabeza para olvidar el desagradable pensamiento y comprobo que el ave ya se habia marchado. No era su mejor momento, aunque el peor todavia estaba por llegar. Cuando cruzo el umbral de su apartamento, nada de lo que habia frente a sus ojos volvia a ser como lo habia sido antes: el sofa, las cortinas blancas de tela, la television de pantalla plana, la cadena de musica, su coleccion de discos de musica clasica, la estanteria de libros... El unico refugio en el que se sentia recogido tras una jornada de trabajo, tras una actuacion temeraria o un desencuentro con la vida, ahora, se habia convertido en un lugar extrano, aseptico y sospechoso. Habitar entre aquellas cuatro paredes no seria lo mismo. Cerro de un golpe y paso el seguro de la puerta. Despues camino con sigilo hasta las habitaciones y se aseguro de que no hubiera nadie, al menos, esperando alli dentro. Mientras muchos madrilenos pasaban el mediodia dando una vuelta por el centro de la ciudad o visitando el parque del Retiro, Don estaba dispuesto a encontrar cada uno de los dispositivos de espionaje que habian instalado en su vivienda para controlar sus movimientos. Cada rincon era un buen lugar para escuchar, ver o sentir al arquitecto. Paso las cortinas, se acerco al sofa y observo las instantaneas que habia encontrado bajo el mueble. Agarro las fotos en las que aparecian los cadaveres de Ferrec y Baumann y puso a un lado la de Marlena. Despues se dirigio al fregadero, cogio una caja de cerillas del mueble de la cocina y prendio fuego a las imagenes. Como una cinta de video acelerada, los fotogramas de su ultimo viaje pasaron a toda velocidad por sus ojos mientras las imagenes se doblaban entre llamas hasta reducirse a cenizas. Ambos eran historia y ahora debia centrarse en ese misterioso hombre de pelo canoso y mirada gelida. Ni siquiera sabia como se llamaba, pero ese era un asunto que resolveria mas tarde. Miro el reloj y comprobo que eran las once y media de la manana, una hora perfecta para poner patas arriba el apartamento. Mientras intentaba idear que hacer con las horas que tenia por delante, decidio empezar por limpiar su apartamento de una vez por todas. Desconecto la conexion de red, de telefono y comprobo las lamparas de las habitaciones. Ni rastro, pero no se iba a dar por vencido tan rapido. Busco con esmero, en los armarios, en el cuarto de bano y bajo los cojines del sofa hasta que, hastiado, se sento por un segundo para recuperar el aliento y volvio a comprobar la hora en el reloj que habia junto al televisor. Un reloj redondo de sobremesa marcaba las tres de la tarde con sus agujas. Era de color negro, cuadrangular y tenia una esfera dorada en el centro. Un objeto de decoracion por el que habia pagado mas de cuatro mil euros en una subasta y por el cual no tenia el mas minimo aprecio. De pronto, el arquitecto recordo que solo habia dado cuerda una vez al artefacto, el mismo dia que se lo llevaron a su casa. De aquello habia pasado mas de medio ano, por lo que, en caso de funcionar, detalle del que dudaba, el reloj debia seguir sin el cambio de horario de invierno. Tomo un angulo recto y saco el telefono movil de su bolsillo para comprobar la hora. El telefono indicaba las tres de la tarde. Alguien lo habia puesto en hora. Se acerco al aparato y lo observo de cerca. Podia ver su rostro reflejado en el pendulo dorado que colgaba del viejo reloj. En el centro, bajo las agujas, habia un pequeno lunar oscuro que se convirtio en una lente a medida que acercaba la vista. --Malditos hijos de perra... --dijo hacia sus adentros. Un ano era demasiado tiempo para haber convivido en el mismo apartamento. Las escuchas y las imagenes habrian sido suficientes para recabar informacion sobre el arquitecto y seguir sus pasos, saber cuando entraba y salia para que nunca les cogiera desprevenidos. Probablemente, aquella era la unica camara en todo el salon, pero con una les bastaba. Estaba colocada en un lugar estrategico desde el que podia capturar todo lo que sucedia en la habitacion y en la cocina contigua. Sabian que Don pasaba la mayor parte del tiempo alli, ya fuera por las mananas, durante sus sesiones de ejercicios, o por las noches frente al ordenador. Lo habian visto todo: su intimidad, sus rutinas, sus ataques insanos de agresividad, las mujeres con las que se acostaba y como maquinaba los planes para encontrar a sus victimas.

  • Entusiasmo de Pablo D'ors

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    ‘El momento en que un joven toma una decision y se pone en camino para hacerla realidad es sin duda el mas hermoso que una vida pueda brindar.’ Y ese precisamente es el momento que se relata en estas paginas vibrantes y conmovedoras. Una novela que se lee practicamente de un tiron y que suscita comprension hacia el ser humano, esperanza en su destino y, algo aun mas insolito en la narrativa contemporanea, piedad. Un relato lleno de imagenes indelebles, lucidos pensamientos y episodios trepidantes. El que aun ame la vida con todas sus polaridades y contradicciones podra identificarse con el protagonista, siempre a caballo entre la escritura y la espiritualidad. Con notable maestria narrativa, Pablo d’Ors despliega aqui una historia sospechosamente parecida a la suya: la de un hombre que, para responder a una inapelable llamada interior, se abre al amor y a la amistad, por supuesto, pero tambien a la incoherencia y al dolor y, en definitiva, al sentido de la vida entendida como servicio a los demas. Un delicioso juego auto-ficticio de consecuencias incalculables. Una botella que se tira al mar para que la recoja quien aun cree que es posible una literatura del alma. Con exquisito sentido del humor y admirable claridad narrativa, este novelista nos brinda aqui, seguramente, la obra que sus muchos lectores estaban esperando. Con un estilo limpido y eficaz, d’Ors -sin duda uno de los narradores espanoles vivos mas singulares- contagia mediante la intensidad de su prosa una actitud entusiasta y vital. Un relato sobre las experiencias iniciaticas propias de la juventud. Un homenaje, tan humilde como rotundo, a la luz.

  • Napalpi Atrapada en el viento de Gabriela Exilart

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  • La posada del viajero, Armando Rodera de Armando Rodera

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    Cantabria, finales del siglo XIX. Tras la inesperada muerte del cabeza de familia de los Abascal, su viuda e hijos deberan sacar adelante una pequena posada de viajeros, en el corazon de la villa marinera de Suances.

  • Un crimen imperfecto de Sandra Garcia

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    Todo empezo un dia cualquiera. A partir de ese dia todo cambio. Una conversacion que no debio de ser escuchada marca el principio. Santiago intentara descubrir que secretos esconde Ramon Benitez y sobrevivir al mismo tiempo. Encontrara a alguien muy valioso que le hara llegar hasta quien necesita salvar. Traiciones, secretos y nuevos descubrimientos haran que la vida de Santi de un completo giro.

  • La peor pesadilla de Mark Edwards

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    Le cayo como una bomba nuclear: unos segundos de inocente calma, quiza un leve silbido al precipitarse sobre el y, despues, la nada cuando, al abrir la puerta de casa, vio que todo estaba demasiado tranquilo y supo de inmediato que algo iba mal, pero no hasta que punto, no pudo siquiera sospechar lo absoluto e irrevocable de ese mal. Habia sido un dia especialmente largo. El inspector Patrick Lennon habia estado encerrado siete horas en una sala de interrogatorios sin ventanas con un drogadicto poco dispuesto a colaborar llamado Dean Kervin, que tenia la cara como una patata hervida hacia varios dias. Pese a que varios testigos y dos camaras de seguridad lo habian visto reventar el escaparate del outlet de prendas deportivas y matar a palos al guardia de seguridad, el se empenaba en negarlo. No paraba de repetir: <>. Patrick llevaba todo el dia ansiando un poco de aire fresco y un cafe sin recalentar, pero lo que de verdad lo mantenia en pie era la idea de volver a su casa, calentita y perfumada, y abrazar a su tierna pequena de cinco meses, Bonnie. Una copa de vino en una mano, Bonnie acurrucada en la curva de su otro brazo y, en cuanto Bonnie se quedara dormida, comida china a domicilio mientras veia una pelicula con Gill. Casi le hacia reir el que un cuadro asi lo reconfortara tanto. Su yo adolescente se habria burlado despiadadamente de el. ?Vino y bebes? ?Chino y peli? Patetico. No. Patetico, no. La felicidad, la seguridad, la pureza de la familia eran la esencia de la vida. El unico inconveniente, en el frente domestico, era que Gill llevaba algun tiempo bastante deprimida. Todos sabian lo duro que era quedarse en casa el dia entero con la chiquitina, sobre todo para una atareada profesional con un cargo de responsabilidad. Gill era abogada y nada la hacia mas feliz que destrozar, destripar con palabras a desgraciados como aquel Dean, el tipo de la cara de patata. Lo hacia con tanto aplomo... Patrick confiaba en que pronto recuperase esa chispa. Aunque fuera de los tribunales era una mujer sociable y cordial por naturaleza, toda aquella camarilla de la NCT, esa oenege de apoyo a las madres primerizas, con sus cuadrillas de madres amamantadoras que invadian las cafeterias y asistian a clases de musica infantil, no acababa de llenarla. Lo habia intentado, pero siempre habia vuelto a casa amenazando con ponerse a gritar en cuanto volviera a oir hablar de panales y caquitas. La idea hizo sonreir a Patrick mientras estacionaba, marcha atras, el Prius bronce (otra de esas cosas que su yo adolescente le habria censurado) en la pequena entrada de la casita adosada que ocupaban en West Molesey. Cuando queria impresionar a alguien, les decia que vivia <>, aunque, en realidad, West Molesey estaba a dos kilometros y medio y era la hermana pobre de la grandiosa East Molesey, que disponia, en cambio, de una zona declarada patrimonio historico-artistico y multitud de fincas de dos millones de libras. Nunca se habia alegrado tanto de volver a casa. Hasta habia parado en el super para comprar una botella de vino y un ramo de gerberas, las favoritas de Gill. Mas tarde se pregunto si lo habia sabido desde el mismo instante en que habia hecho girar la llave en la cerradura o si solo habia imaginado que lo sabia. Lo que si percibio de inmediato fue el silencio. No creia que hubieran salido porque el cochecito estaba en el pasillo y todas las luces encendidas. ?Habrian ido un momento a casa de algun vecino? Improbable. Los vecinos mas proximos habian resultado bastante desagradables y Gill no habia hecho amistades en las inmediaciones. Normalmente se oia Radio 2 a todo volumen y en la tele se veia, sin sonido, la programacion infantil de la BBC. Ni el ruido de la secadora dando vueltas, ni el de la tetera hirviendo el agua, ni el repiquetear habitual de Gill por la cocina mientras preparaba la cena para ellos dos... No se oia nada de eso. --?Hola? --grito Patrick al tiempo que entraba y cerraba la puerta--. ?Gill? Nada. Fruncio el ceno. Se quito la chaqueta de cuero, colgo las llaves del automovil en el cuelgallaves dispuesto junto a la puerta y dejo las flores y el vino en el suelo de la entrada. Debian de haber salido, se dijo, luego titubeo; tuvo el presentimiento de que no era asi. Se le erizo el vello de todo el cuerpo, pese a que, en aquellos momentos, no tenia motivo para temer nada. --Gill, ?donde estas? --insistio nervioso antes de enfilar el pasillo que conducia a la cocina, al fondo de la casa. Cuando pasaba junto a la escalera, un movimiento lo sobresalto. Su mujer estaba sentada en el tercer escalon, con una cara que el no le habia visto a nadie en toda su vida. Su rostro, por lo general sonrosado, estaba ceroso y demacrado, y sus ojos, inmoviles, eran dos mares de espanto. Aferrada al juguete favorito de Bonnie, una Peppa Pig de punto, se mecia en silencio adelante y atras. Patrick hizo un aspaviento y la agarro por los hombros, medio abrazandola medio zarandeandola. --!Gill, carino!, ?que ocurre? --pregunto, hincandose de rodillas en las escaleras, abrazandola fuerte y meciendose con ella--. ?Que ha pasado? ?Ha muerto alguien? Aquel fue su primer pensamiento, porque, de haberle pasado algo a Bonnie, Gill no estaria sentada en las escaleras, sino junto a su cuna. Ella no respondio. Lo ignoro, como si no hubiera detectado su presencia. --Hablame, carino, ?que ha pasado? !Gill, por favor! La encontro menuda, la mitad de su tamano normal, como encogida por la conmocion y por aquel terrible dolor no manifiesto. --?Donde esta Bonnie? Gill dejo de mecerse. Dejo de respirar y apreto los labios, aquellos labios sensuales de los que Patrick se habia enamorado antes incluso de conocerla bien. Cerro los ojos y clavo los dedos en el rosado cuerpecito blando de Peppa Pig. Luego empezo a gemir. El gemido se torno ganido, despues bramido y, por ultimo, cuando volvio a abrir la boca, se transformo en un aullido de dolor casi animal que retumbo en las paredes y privo la casa de cualquier resquicio de paz para siempre. Patrick se levanto como un resorte mientras escapaba de su boca un sollozo. --Ay, Dios mio, Gill, ?donde esta la nina? ?Que ha pasado? ?DONDE ESTA? Aparto a su mujer y, aunque lo hizo solo con un empujoncito, Gill volco y rodo por los dos peldanos restantes hasta el suelo, donde quedo inmovil, sin dejar de proferir aquel aullido sobrenatural. El subio la estrecha escalera como un maratonista en su tramo final y, con la respiracion atrapada en el pecho, rodeo bruscamente la barandilla y entro en el diminuto dormitorio de Bonnie. Al principio, penso que habia una muneca tendida en su camita, una extrana muneca hinchada, de color purpura. Se adentro en la estancia y comprendio que la muneca era Bonnie. Sus extremidades estaban retorcidas de forma poco natural y tenia marcas visibles alrededor del cuello. Marcas de dedos. Tras proferir un aullido aun mayor que el de su mujer, solto la barra protectora de la cuna e inclinandose sobre su hija sin vida trato de insuflar aire en sus pulmoncitos inertes. Con dos dedos delicados y temblorosos le masajeo el esternon, rezando para hacerlo bien, procurando recordar correctamente los pasos del curso de reanimacion cardiopulmonar infantil al que Gill habia insistido en que asistieran ambos durante su embarazo. <> Bonnie seguia amoratada. Aun estaba caliente. Eso era bueno. <> Las lagrimas de Patrick cayeron en los parpados cerrados de la criatura. <>

  • Romance Prohibido, Sexo Inevitable de Blanca Moral

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    Caballero Oscuro: Romance Prohibido y Erotica con la Virgen y el Senor del Crimen
    Soy temido y respetado a partes iguales.
    El senor del crimen. El caballero oscuro.
    Esta es mi ciudad. Son mis hombres.
    Hasta que aparecio competencia.
    Iban a llover balas y correr la sangre.
    Contaba con ello. Estaba preparado.
    Y entonces aparecio ella. Ingrid.
    La hija del jefe.
    La tentacion hecha carne. El pecado con curvas.
    19 anos. Virgen. Protegida. Prohibida.
    Y aun asi, me deseaba. Mas que a nada.
    Asi que le di su merecido. Varias veces. Y un poco mas.
    Ahora solo queda esperar a la colera de su padre.
    Estoy preparado. Pero no contaba con algo.
    Enamorarme de Ingrid. No puedo dejarla escapar.
    Por suerte, odia a su padre. Pero tengo que hacer algo.
    No se como deshacerme de el sin matarlo.
    Pero Ingrid es la mujer de mi vida.
    Algo se me tiene que ocurrir.

  • Si solo fuera un cuento de hadas de Victoria Vilchez

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    Alice no ha tenido demasiada suerte en el amor. En realidad, sus experiencias hasta ahora han sido desastrosas. Sin embargo, eso esta a punto de cambiar con la aparicion en su vida de Jay Forevermore, el hombre atractivo pero de caracter bastante hosco que se presenta ante ella como… !su hada madrina! Y es que parece que en el pais de Nunca Jamas creen que Alice necesita ayuda urgente para encontrar a su alma gemela.
    Alice se vera empujada a un monton de citas con distintos hombres y, mientras Jay realiza la labor para la que ha sido enviado, ambos van a descubrir que resulta imposible elegir de quien te enamoras y que a veces la unica magia necesaria es la del amor.
    Y tu, ?estas dispuesto a creer en cuentos de hadas?

  • Clave Matisse de Reyes Calderon

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    La juez Lola MacHor y su marido Jaime, medico investigador del CSIC, llevan mas de treinta anos juntos. Una noche, Jaime invita a cenar a dos amigos, JJ, un medico americano, y a Rafael Scott, asesor de un senador de Texas de origen argentino. Ambos han trabajado duro para conseguir que el prestigioso premio Wolf a la investigacion medica recaiga este ano en Jaime.
    Durante la cena, en la que Lola luce una pulsera que habia pertenecido a su suegra, JJ muestra vivo interes por la joya y tambien por un cuadro, regalo de los padres de Jaime y que segun ellos es una horrible copia de un Matisse. La pulsera desaparece despues de la cena y el cuadro unos dias despues, cuando se produce un robo en casa de la familia.
    A dos voces, desde la perspectiva de Lola y por primera vez, dando voz a Jaime, acompanaremos a la pareja en una investigacion que en esta ocasion involucra directamente a la juez y a su familia. Clave Matisse es un thriller absorbente que ahonda en temas como la confianza, las relaciones de pareja y las dificiles fronteras entre la mentira, la verdad y el dolor.

  • Maldita coleta de Susana Rubio Girona

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    Soy Guille, psicologo y escritor en mis ratos libres. Tengo un trabajo que me apasiona, una hermana a la que adoro y un amigo que me da mas de un problema. Pero para problemas las nuevas chicas de la oficina…

  • El beso mas apasionado de Bronwyn Jameson

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    Los problemas habian vuelto a la ciudad.

  • Antes de ser Tuya (Solteronas 4) de Amaya Evans

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    Camille miraba por la ventana del salon de dibujo, el dia tan perfecto que hacia. Era ideal para ir a dar un paseo y dejar de lado el aburrimiento que por estos dias parecia acompanarla en todo momento. – ?Que tal si salimos?-pregunto su hermana-al menos el dia de hoy parece prometedor. -Iba a preguntarte lo mismo-le sonrio a su hermana Ophelia. Ambas se levantaron para ir por un chal y disfrutar de un vigorizante paseo, donde al fin podrian estirar sus piernas. – ?A donde creen que van? -su madre que entraba en ese momento, les pregunto al verlas. Las dos se miraron sabiendo que lo que estuvieran planeando hacer, su madre diria que no podian-solo ibamos a dar un paseo-respondio Ophelia. -Tendra que ser en otro momento. Lady Campbell ha venido con sus hijas a tomar el te. Camille hizo mala cara-Pero no sabiamos nada de eso-sintio que se revolvia su estomago de solo pensar en las burlas de las hijas de lady Campbell. -No estamos listas, madre-protesto Ophelia molesta por tener que soportar a las hermanas hurraca que solo llevaban chismes de un lado a otro. Camille miro asustada a su madre-creo que es mejor que yo no este presente madre. Su madre movio la mano con desden-Tonterias, las dos son mis hijas y ambas estaran alli. Ademas saben que lady Campbell y sus hijas son miembros prestantes de la sociedad. -Pero se burlan de Camille cuando ella se pone nerviosa o se molesta por sus comentarios fuera de lugar. Son unas idiotas. – !Ophelia, cuida tu lenguaje! ?Que es esa forma de hablar? No pareces una dama. -Madre, ?Es que no sientes rabia cuando hacen algun comentario de Camille? -No tengo porque, ellas solo dicen la verdad. Esa tartamudez es desesperante. Eso esta causando que cada vez estes mas alejada de los eventos sociales y de la gente. Te convertiras en una solterona, ya tu edad no es la de una jovencita y cada vez se te agotan mas y mas las posibilidades de poder encontrar un hombre que te ofrezca matrimonio-camino de un lado a otro por el salonSolo te pido que por favor no me lo reproches cuando estes sola en el mundo. -Ire a mi habitacion-dijo Camille sintiendose mal por las duras palabras de su madre. -No vas a ningun lado, primero debes saber que tienes que estar lista manana a las nueve de la manana. Vendra el doctor Monroe, para examinarte. -Si, madre-le dijo obedientemente mientras pensaba que solo era una perdida de tiempo- ?Ya pudo retirarme? -Esta bien, pero que sepas que esto de esconderte de la gente todo el tiempo, no te ayudara en el futuro. ***** Los rayos del sol se filtraban por las ranuras de las cortinas de su habitacion. -Buenos dias-la voz cantarina de su doncella, la desperto. -Buenos dias, Mary. -Hace un dia tan bonito, que pense en aquel vestido de flores amarillas que le dio su mama de cumpleanos el mes pasado. -Hoy no quiero ponerme vestidos bonitos, si tienes uno de color cafe oscuro o negro, mejor. – !Nina! ?Pero que se le ha metido en la cabeza para querer esos colores tan horribles? -Nada, Mary. Es solo que hoy viene otro dichoso doctor, de esos que a mi madre le encanta que vengan a decirme lo mismo de siempre, que mi padecimiento no tiene cura. -Oh milady, siento mucho que tenga que pasar por esto. Pero eso no significa que tiene que ponerse asi. Tal vez, este si tenga buenas noticias-le dijo tratando de infundirle animos. -Lo que mas me pone triste es saber que mi madre nuevamente va a estar alli, a la expectativa, creyendo que esta vez, si hay un remedio milagroso. Y cuando le digan que no es asi, yo soy la que tendre que ver su cara de decepcion. -Elevo los ojos al cielo-es una locura tener que pasar por lo mismo tantas veces. -Veamos primero, que es lo que tiene que decir el doctor-su doncella le llevo su bandeja hasta la cama para desayunara y luego la ayudo a asearse y a vestirse. Luego, ambas bajaron a la salita de vistas donde la esperaba el doctor y su madre. -Buenos dias. -ella saludo a todos. -Muy buenos dias, supongo que es usted lady Camille. -Si, doctor. -Es un gusto conocerla. Soy el doctor Edward Monroe. -Un placer conocerlo-dijo con tono apagado. -Hija, por favor, acercate. El doctor quiere verte bien. Ella se acerco y el comenzo a tocar su muneca y pincharla con cosas extranas que dolian. Era un hombre de rostro hurano, casi amargado. Sin embargo era educado en su forma de hablar y trataba de ser amable con ella, pero Camille no podia evitar sentirse como un experimento por la forma en la que la miraba. Luego de examinarla, se sento a tomar su te y empezo a hablar con su madre como si ella no estuviera alli. -No cabe duda de que es una pena. Una muchacha tan bonita, y joven con ese tartamudeo, es terrible. Pero creo que podemos hacer algo. Su madre casi se levanta de la silla cuando lo escucho- ?y que cree que deberiamos hacer? -Definitivamente un cambio de ambiente, es pertinente. Pero ademas no puede seguir encerrada, debe socializar para poder ejercitar la boca y la lengua. De esa manera podra ver una mejora. -Pero eso ya nos lo han dicho los otros doctores. El hombre hizo cara triste-lamentablemente es todo lo que puedo recomendar. Este tipo de padecimiento es algo con lo que la persona debe aprender a vivir, porque no desaparece, solo mejora un poco. – ?Entonces todo lo que podemos hacer es cambiarla de ambiente y llevarla a todos los eventos para que hable mas? -Eso y tratar de que no se altere, pues eso es lo que acentua el problema. Su madre no pudo ocultar su decepcion-Pense que podriamos tener buenas noticias. -miro a su hija con ese eterno gesto que la acompanaba desde que ella habia empezado a tartamudear. Ella sabia que era una molestia para sus padres y que si pudieran deshacerse de ella lo habrian hecho, pues gracias a ella, su familia estaba envuelta en habladurias y bromas de mal gusto. -Yo…les pido un permiso. Quisiera retirarme porque tengo un poco de jaqueca. -Si…si, vete hija-su madre la despacho como si no fuera mas importante que uno de sus gatos. Camille salio de alli con apenas un hasta luego, doctor, y subio las escaleras a toda prisa. Necesitaba estar en su dormitorio y llorar. Su hermana estaba cerca cuando ella entro como un huracan a su habitacion. – ?Que sucede?-corrio tras ella. -Por favor, Lia, ahora no deseo hablar. -le dijo a su hermana Ophelia que entraba en ese momento a su dormitorio. – ?Tan malo es lo que te ha dicho ese doctor? Segun el, toda la vida sere una tartamuda. Dice que es algo que se puede mejorar pero que jamas se ira. -empezo a llorar-no soy tan fuerte como para aguantar toda mi vida las burlas y las miradas de compasion de la gente. -No es el fin del mundo, hermana-debes calmarte-Ophelia se sintio mal por ella. A Camille le habia tocado una vida dura mientras crecia. A pesar del lujo que la rodeaba, las personas no le perdonaban su defecto. -Camille la miro con ojos llenos de lagrimas- ?como podria hacerlo despues de tan terribles noticias? Si hubieras visto la cara de mi madre, sus ojos me miraban con tal decepcion… -Oh no querida, esa es su mirada de siempre. Cualquier cosa que no sea su reflejo en el espejo sera observada como si fuera un insecto. Camille sonrio a pesar de su tristeza. Tenia que estar de acuerdo con ella. Su madre era la mujer mas egoista que habia conocido. Desde que eran pequenas, siempre les dejo ver que solo serian un medio para un fin. Eran hijas de un vizconde para casarse con aristocratas y llevarlos a un mejor nivel o al menos mantener el que ya tenian. Con el unico que se portaba distinto, era con su pequeno hermano Julian, al que tampoco habia deseado criar y lo habia enviado lejos apenas pudo, a un internado. Y ella para no sentirse culpable, se decia que era por su bien, pues era el heredero de un vizconde. Sin embargo cuando llegaba de visita, se deshacia en cumplidos y atenciones para consentir al pequeno heredero. -Al menos sabemos que si no te vas a casar por ese defecto, tampoco tendras que ir a ese monton de bailes en busca de marido, ya que ninguno querra tener que ver algo contigo. Camille le dio una mirada asesina- !Por Dios, Ophelia! a veces creo que no hay en ti, filtro entre tus pensamientos y tu boca-no pudo evitar reirse. -pero la verdad es que tienes razon. Ya me he hecho a la idea de que jamas sere una esposa con una gran familia, y si a eso le agregamos que los pocos caballeros que han venido aqui, se desencantan cuando me escuchan hablar, ya sabemos que es muy lejana la posibilidad de un matrimonio. Ophelia rodo los ojos-tu tampoco te ayudas, Camille. No sales mucho, evitas las reuniones, y los bailes. Por supuesto la consecuencia es que no muchos caballeros llenen la casa. -Mira quien habla de ayudarse. La que ahuyenta a los hombres con sus comentarios agrios la mayor parte del tiempo. Su hermana la miro molesta-lo hago porque tengo que. Sabes muy bien que de lo contrario, ya estaria comprometida y…-su semblante se torno triste-bueno a sabes que no es lo que quiero. -Lo se, hermana. Lo siento, no debi tocar ese tema tan doloroso para ti. Se que no es facil confiar despues de que Dalton, te hiciera aquella canallada.

  • La chica de las botas tejanas de Amanda Seibiel

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    Otro dia mas de calor espeso. No habia ganas ni de trabajar. Y solo de pensar en el baboso de James intentando meterme mano a la primera de cambio… uf, la moral se me venia abajo. Estaba tumbada boca abajo sobre la cama, en bragas, con mi perra ladrando y sacudiendo la cola con insistencia. Pretendia que la sacara a la calle… --Ya voy, pesada. Me levante y le abri la puerta a Manchas, mi perrita, mi unica amiga verdadera. La encontre hacia ya dos anos, abandonada en mitad de la desertica carretera donde trabajaba. Cuando la rescate del hijo de puta que la habia abandonado, el pobre animal estaba aterrorizado, delgado, temblando. Parecia un amasijo de pelo blanco con manchas negras. Me enamore de ella nada mas verla y ya nunca separamos. --Vamos, meona --dije, dando un par de palmadas--, que se te va a prender fuego el culo con este calor. Manchas volvio a entrar en la pequena y destartalada casa de madera donde viviamos. Lo unico bueno que tenia era el aire acondicionado. Estabamos en pleno desierto de Mojave y ahi las temperaturas podian superar perfectamente los cincuenta grados. El pueblo no tenia mas de doscientos habitantes y yo trabajaba en una solitaria carretera, en el unico restaurante de comida rapida que habia en muchos kilometros a la redonda. Tambien estaba la gasolinera de Kerry. Si no fuera por esos dos negocios, el pueblo ni siquiera apareceria en los mapas. Bueno, por esos dos negocios y porque, supuestamente, viviamos en una zona muy comun de avistamientos ovni. Yo llevaba toda la puta vida alli y el unico extraterrestre que habia visto era el manos largas de mi jefe James. De haber podido, me hubiera ido de aquel lugar en un santiamen, pero la temprana muerte de mi madre y un padre alcoholico que jamas supero lo de mi madre no me pusieron las cosas faciles. Aprendi a convivir entre borrachos, pirados en busca de E.T. y las fulanas que se traia mi padre cuando se dejaba caer por casa algunos viernes. Sonaba con irme a Las Vegas algun dia, pero, de momento, tenia que seguir en aquel pueblo polvoriento. Me vesti con unos vaqueros, una camisa blanca y mis botas tejanas. Teniamos que ir vestidas asi. Cosas de James. Subi al viejo Ford Mustang rojo, la unica herencia que recibi de mi madre, y me dirigi hacia otro dia mas de mi aburrida vida. --!Joder! --grite, una vez baje del coche. Se habia levantado viento y tenia arena en la boca. Apresure el paso y entre en el restaurante; bueno, en el cuchitril de James, mejor dicho. Dora y Lena ya estaban sirviendo cafe por las mesas y, de reojo, vi a algunos clientes sentados, todos ataviados con la tipica diadema con antenas para captar mejor las ondas espaciales. Dora me guino un ojo y escondio la sonrisa maliciosa ante aquella gente peculiar. Suspire, resignada, pensando que eso era lo que me tocaba, que no me quedaba otra. Entre en el cuartito donde teniamos las taquillas para ponerme el ridiculo delantal y coger la libreta para anotar los pedidos. Al entrar en la cocina, un cachetazo en el culo me hizo ver las estrellas. --?Como esta mi camarera favorita hoy? Fulmine a James con la mirada. Tenia unos treinta anos, era muy alto, rubio y llevaba el pelo largo sujeto en una coleta. Las otras camareras iban locas detras de el, pero yo le tenia un asco que no podia con mi alma. --James, si vuelves a tocarme el culo, te estampo la cafetera en la cabeza. No te lo vuelvo a repetir. Sali encendida de la cocina, con el trasero dolorido. --Como has venido hoy, Hope. ?Estas con la regla o que? --le oi decir a mis espaldas, pero no le hice ni punetero caso. Me tenia harta y, como me siguiera buscando, al final me iba a encontrar. Pase todo el dia sirviendo hamburguesas, perritos y tarta de manzana. Me dolian los pies por culpa de las puneteras botas tejanas. Cuando ya oscurecia y apenas quedaba gente en el restaurante, empezamos a limpiar los sofas de color verde y rojo y aquel suelo negro y blanco que parecia un ajedrez. --?Habeis visto al motorista de esta tarde? --dijo Lena en voz baja, sonrojandose. Lena era rubia y de ojos azules. Era una chica un poco suelta y, en cuanto veia a alguien que le gustaba, se lo tiraba. Bien por ella. Lo cierto era que no habia nada mas interesante que hacer en aquel pueblo perdido de la mano de Dios. A mis 24 anos, habia estado con dos tios y lo mejor era ni acordarse de ellos. --?El calvo grandote? ?El de los tatuajes? --pregunto Dora. Yo no me habia percatado de nada. Dora estaba colada por James y este pasaba de ella, cosa que no entendia porque era una morenaza espectacular. Tenia unos ojos verdes y un cuerpazo que quitaban la respiracion. --Si, ese --respondio Lena--. Estaba de paso, pero va a venir a buscarme. Esta noche me lo tiro. ?Habeis visto lo grande que es? Seguro que lo tiene todo asi. --?No te da miedo ir con un desconocido? --dije--. La gente esta muy pirada. --Hope, no seas aguafiestas --me contesto Lena--. Tu puedes tener al hombre que quieras, pero con esa mala leche que tienes los espantas a todos. --Yo no tengo mala leche… --dije--. Solo soy selectiva. Lena y Dora empezaron a reirse de mi en mi propia cara. --Venga ya, pero si te cortaste el pelo a lo chico para que los tios te dejaran en paz. No se como lo has hecho, pero eso les da mas morbo todavia. Seguian descojonandose a mi costa y ya me estaban poniendo de mala leche. --Eso no es cierto --dije--. Me corte el pelo por el puto calor que hace siempre aqui. Vieron que me estaba alterando y dejaron de reir. Me pase la mano por mi pelo corto y fui a por mis cosas para marcharme. ?Tan mala opinion tenian de mi? Sali del bar con direccion a mi coche. Aparcaba siempre en la parte trasera del edificio, pues habia que dejar libre para los clientes el aparcamiento delantero. Eso era lo que nos decia siempre el capullo de James. Al lado del mio habia un coche negro con todos los cristales tintados. Me llamo la atencion porque tenia oscurecidos tambien los cristales delanteros. No sabia si habia alguien dentro, no veia nada, asi que me puse nerviosa. Busque las llaves en mi bolso y no las encontraba. Alli afuera ya no quedaba nadie y aquel coche negro imponia un huevo. --Hope --me llamo James. Nunca pense que me alegraria tanto de verlo. --?Que pasa? Continue buscando las llaves mientras el seguia hablando. --Se me olvido comentarte que manana tambien doblas turno. Lo siento. Lo mire con cara de odio, de asco, de todo lo peor que podia salir de dentro de mi. --Llevo mas de doce horas aqui metida --le respondi--. Me duelen los pies, el cuerpo entero. Hoy ya he doblado turno; ?y pretendes que manana vuelva a hacerlo? Se acerco y me acaricio el hombro. Un siniestro escalofrio me recorrio el cuerpo. --Si no fueras tan borde y te portaras mejor conmigo, tu situacion cambiaria ligeramente. Me aparte de el con brusquedad. Por fin habia encontrado las llaves. --Vete ligeramente a la mierda, James --le espete. No se tomo muy bien mi rechazo y me agarro fuerte de la muneca, tirando de mi hacia el. Me cogio totalmente desprevenida, no esperaba esa reaccion. No era mas que un pesado, pero inofensivo. --Sueltame, imbecil. ?Que te has creido? --?Por que no me deseas? Me he follado a todas tus companeras y tu no vas a ser una excepcion. Me sujeto la cabeza con fuerza e intento besarme. Le di un mordisco en el labio y le golpee en el pecho. Solto un grunido de dolor, pero ni con esas me solto. Empece a tener un poco de miedo. James era fuerte y yo muy menuda. Grite y grite, profiriendole todos los insultas que se me venian a la cabeza. Mientras tanto, James sonreia con cara de depravado. --Grita todo lo que quieras. Aqui nadie va a venir a socorrerte. --Estas loco, dejame. Segui gritando, luchando contra un James descontrolado. Su mano me apreto un pecho con fuerza, lo que me hizo un dano horroroso. Yo intentaba librarme de aquel pulpo, pero tenia la fuerza de un toro. Volvi a golpearlo y levanto la mano para devolvermela. Extasiada, cerre los ojos para recibir el impacto.

  • 21 Dias para tener tu casa en orden de Alicia Iglesias Galan

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    El metodo 21 Dias para tener tu casa en orden nacio de la experiencia personal de la autora en su vida diaria y se desarrollo al aplicarlo a cientos de clientes con diversas problematicas relacionadas con la acumulacion o la organizacion de tiempos y espacios.

  • Monte a traves de Peter Stamm

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    Thomas y Astrid viven junto a sus dos hijos en un pueblo acogedor de Suiza. Una noche, mientras toman una copa de vino en el jardin, uno de los ninos reclama su atencion, por lo que Astrid entra en la casa para atenderlo, convencida de que su marido la seguira en unos momentos. No obstante, Thomas se levanta y, tras vacilar un instante, abre la verja y se marcha. Sin las ataduras del dia a dia--la familia, las amistades, el trabajo--, Thomas emprende una ruta a pie por la montana, expuesto por primera vez al implacable invierno alpino. En casa, Astrid se pregunta primero donde habra ido, despues cuando volvera y, finalmente, si aun esta vivo.
    Una vez mas, Peter Stamm pone de manifiesto su extraordinaria capacidad de convertir lo ordinario en sobrecogedor al retratar la fragilidad del mundo contemporaneo, que parece convertir la vida de sus personajes en una sucesion de dolorosas rupturas y la posibilidad de conocerse a ellos mismos y a los demas, en una quimera.

  • Yo, quien os habla de Primo Levi

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    La familia, la infancia, los anos de formacion durante el fascismo en Italia, los amigos de adolescencia, las lecturas, la timidez, la pasion por la montana. Luego la guerra, el regreso a casa y una vida dedicada a su oficio de quimico. Tras casi treinta anos enterrada, sale a la luz esta emocionante conversacion que Primo Levi sostuvo con Giovanni Tesio en 1987, con el objetivo de realizar, con su resultado, una biografia autorizada.

  • La venganza escocesa de Sabrina Jeffries

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    Lady Venetia Campbell regresa a su Escocia natal, tras muchos anos de ausencia, para asistir a un elegante baile de mascaras en el que un atletico enmascarado le dara un arrebatador beso que no podra olvidar. Pero su viaje a Escocia adquiere un giro dramatico cuando, al dia siguiente, el misterioso galan la rapta a punta de pistola. Se trata del peor enemigo de su padre, Sir Lachlan Ross, el propietario de la finca contigua a la suya y a quien Venetia recuerda como el apuesto joven por el que bebia los vientos de nina.Aunque con el tiempo, Ross se ha convertido en un hombre perversamente sexy y mucho mas peligroso.

  • Sensible (Insensible 2) de Veronica A. Fleitas Solich

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    Conocerse los obligo a ver mas alla de lo que deseaban ver. Compartir sus miedos, a sentir mas de lo que se atrevian. Enfrentarse puso en evidencia para Felix y Gabriela que no solamente guardaban secretos ante otros sino tambien ante si mismos.
    Con la ruptura de la corta relacion que tuvieron, ambos intentan regresar a sus vidas pero ni ellos ni sus existencias son las mismas que antes de que sus caminos se cruzaran. El hombre que se sentia poderoso, intocable y ajeno a su propia humanidad ahora apenas si puede despegarse de los sentimientos que lo abruman, y la mujer que se creia demasiado debil para enfrentar sus propios deseos, comienza a aceptar que puede empujar sus limites cada vez mas, para alcanzar sus metas.

  • Quiero romance de Carmina D

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    Estaba decidida a vengarme.
    El dolor que sentia en mi corazon era profundo y me llevo a ser precipitada a la hora de llevar a cabo mi objetivo.
    Pero mi pase al desquite resulto ser mi perdicion. Su cuerpo alto, musculoso, de rostro perfecto y ojos llenos de confianza y sensualidad, harian giran mi mundo inesperadamente.
    Aun que el hombre de negocio, que ahora era mi nuevo jefe, estaba en sus cuarenta anos, su vitalidad, elegancia y postura, lo hacian verse mucho mejor que uno de veinte.
    Lo que no esperaba de todo este enredo era enamorarme. Y fue exactamente lo que ocurrio. Me enamore perdidamente de John.

  • Una corte de hielo y estrellas de Sarah J. Maas

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    Feyre, Rhys y su circulo mas intimo se encuentran reconstruyendo la Corte de la Noche y su mundo. Pero el Solsticio de Invierno finalmente llega… y con toda su fuerza. Aun su atmosfera festiva no puede contrarrestar que las sombras del pasado acechen en el presente. Feyre se da cuenta que los que mas quiere guardan heridas del pasado de las que no era consciente. Cicatrices que tendran un gran impacto en el futuro de su Corte.

  • Eres mi condena de Norah Carter

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    Me levante ilusionada, era viernes, asi que trabajaria solo hasta las dos y ya no volveria hasta el lunes. Estaba desquiciada con mi empleo, pero era lo que habia y me tenia que aguantar, todo por no haberle hecho caso a mi madre y haber estudiado un poco mas, pero no, lo tuve que dejar cuando termine el bachillerato, no podia seguir estudiando, me daban un asco impresionante los estudios. Asi que ahi estaba, de recepcionista en una clinica dental privada, donde parecia mas la chacha, me tenian para todo, que si un cafecito para el doctor Pau, que si otro para la doctora Cinthia... A esa le tenia una tirria impresionante, no la podia ni ver, pero yo como buena actriz, lo disimulaba del carajo, en los ocho anos que llevaba ahi, nunca se notaron mis desavenencias, pero cada vez estaba mas quemada, asi que me renovaba cuando llegaba agosto y cerrabamos todo el mes la clinica. Aun faltaban dos meses, estabamos empezando junio, este verano tenia que ser especial, habia acabado de cumplir mis 30 anos, asi que me propuse disfrutarlo a tope. Llegue a la clinica con una sonrisa de oreja a oreja, como la Pantoja, "Dientes, que eso es lo que jode", ademas, feliz porque en 4 horitas me iba de fin de semana, el sol de las diez de la manana hacia saber que ibamos a tener un espectacular dia de calor, asi que en cuanto saliera de la clinica, me iria a la playa, ya llevaba en el coche todo preparado para ello. -- Buenos dias, Ainara - me dijo Pau con su brillante sonrisa. -- Buenos dias, Pau. -- Buenos dias - llego la gilipollas de Cinthia con su falsa sonrisa. -- Buenos dias, guapa - para falsa, yo... mi sonrisa ironica era un poema. Claro que nada tenia que ver con la sonrisa de la vibora mayor, que asi la llamaba yo. Yo, por mas tratamientos que me hiciera (que lo hacia porque en la clinica todo me salia rebajado, pero aun asi me dejaba el sueldo en ellos, no os creais eso de que por ser trabajador en x lugar, todo es mucho mas barato, que un 5% en un dentista ya os aseguro yo que no se nota...) A lo que iba, que soy de las que pierden el norte rapidamente. Yo, por mas tratamientos y tratamientos que me hiciera, nunca conseguia lucir una sonrisa como la de ella. Yo estaba empezando a pensar que su dentadura no era natural, que eso era mas postizo que la peluca de Pau. Y aqui hare un inciso para explicaros esto. Pau, un hombre de buen ver, de unos cuarenta y... No se cuantos porque tampoco es que me haya puesto en modo espia, pero el hombre se cuidaba y estaba bien. Con un pelo... Postizo, todo era postizo. Y claro, una que empieza a trabajar en la clinica y ve a semejante bombon, no para un polvo, aunque no me hubiese importado un "aqui te pillo, aqui te mato" de lujuria espontanea. Si, como si te diera un yuyu, lo que es un buen polvo con el, vaya. Pues eso, que no me hubiese importado para nada satisfacer esa fantasia de muchas trabajadoras para con su jefe sexy cuando, un buen dia, me cai de culo. Pero literal. ?Como se supone que tenia que actuar cuando entre en el despacho en el que debia de estar mi jefe, ese melenas guapisimo, y me veo una calva? Pues logicamente, chillando y, del susto, al girar pensando que se habia colado alguien, me cai de culo. Que ni caso le hice al dolor que me habia dado en la rabadilla cuando los ojos del calvo conectaron con los mios. Y ya os lo podeis imaginar, era Pau. Mierda, adios a mi fetiche. Aunque bueno, me hacia el trabajo mas facil. No al principio, que lo unico que podia hacer era descojonarme al saber que el hombre llevaba peluca. Y no, no me estoy metiendo con los calvos, me encantan los calvos, son sexys, de hecho, tuve un novio calvo, pero... Joder, lo que sea, que me daba un ataque de risa y no podia evitarlo. Afortunadamente, todo eso ya era pasado y ya me habia acostumbrado a ver al melenas con su peluca. Eso si, nadie mas sabia que era calvo, algun dia tendria que desvelar el secreto, ?no? Y me volvi a ir por los Cerros de Ubeda... Volviendo a lo que estaba. Que, seguro que la vibora mayor tenia dentadura postiza de esas que se ponen las estrellas de Hollywood, porque no os ireis a creer que son dientes naturales, ?verdad? Eso es todo falso, solo que no de las de quita y pon que tenemos que usar los pobres. Lo que hace el dinero... -- Ainara... -- ?Si?-- volvi a la realidad cuando la voz del calvo, llamemoslo asi, trono. Porque ese hombre no hablaba, no, tronaba, Que torrente, por Dios... -- ?Estas bien?-- volvio a preguntar. -- Perfectamente-- sonrei de oreja a oreja, imitando a la vibora. -- Muy bien no tienes que estar, ?no dormiste anoche? -- Estupendamente dormi-- no quite la sonrisa de mi cara mientras miraba a la mala pecora. "Aunque hubiera dormido mejor si hubiera sonado que te destripaba", pense. Esa mujer sacaba mis instintos asesinos mas ocultos... -- Pues deberias de descansar algo mas porque ?son ojeras eso que veo? Lo preguntaba tan dulcemente que yo estaba segura que todo el mundo pensaba que esa mujer era la hermana de Clara, la de Heidi. Cuando yo estaba mas que segura que era una mala copia de Malefica, la madrastra hija de p*** de la Bella Durmiente. La ignore, directamente es lo que hice. Porque si dijera todo lo que estaba pensando en ese momento... Ya sabeis, tripas fuera, sangre, dolor... -- Voy por el cafe-- dije para salir de alli y tomar el aire. Sali de la clinica y entre en el bar de al lado. Puse los ojos en blanco y resople cuando Luis, el camarero, me miro con las cejas enarcadas. -- ?Otra vez dando por culo?-- pregunto con todo su plumaje. Luis, 23 anos, con un cuerpo que... Madre mia del amor hermoso. Pero gay, de ahi lo del plumaje, pluma se quedaria corto. Que le ibamos a hacer, otro que no me podria tirar, aunque mi imaginacion era libre. Y si no fuera por esa imaginacion calenturienta que tenia, me habria muerto al verme telaranas en mi... Ejem... En fin. -- Es viernes, yo no se como lo hace, pero todos los viernes me jode. Es como si le encantara que me fuera de fin de semana cabreada. -- Como si, no. Esa culebra va a por ti. Yo creo que esta enamorada en secreto del buenorro del melenas-- tosi cuando dijo eso, ya sabeis por que- y te ve un peligro. -- Peligro ni mierdas. A mi ese hombre no me interesa. Y ponme lo de siempre. -- A mi no me importaria probar ese culo - dijo mientras preparaba la maquina de cafe y el pobre cliente que se tomaba el suyo en la barra, se atraganto al escucharlo. Que si, que la gente ya era algo mas liberal, pero es que esta se pasaba. Este, que no esta, a Luis habia que hablarle como mujer-. Pero bueno, a dos velas estoy. -- Bienvenido al club, ultimamente ni los sapos me miran. -- Si que te miran, cielo, solo que... -- ?Que?-- resople. -- Hija, que con esa bata y esa mirada de mala hostia que cargas todo el dia-- puso los cafes en la bandeja- y esas ojeras... A la mierda, eso era lo ultimo que podia hacer dicho. Gruni, cogi la bandeja y sali del local, dejandole con la palabra en la boca. Entre de nuevo en la clinica mientras insultaba mentalmente a Luis y a todos los culos que le gustaban, les entregue los cafes a los dentistas y me puse a hacer algo. Algo, lo que fuera, solo esperaba que el dia se pasara rapidamente. Cincuenta horas despues... ?Rapidamente? Y una mierda, el dia habia sido una tortura. Esa culebra me habia puesto de un humor de perros, le habia dado por joderme el humor. Y yo no necesitaba mucho, solo verla ya me ponia de mala hostia

  • Jugando con el destino de Sarah Rusell

    https://gigalibros.com/jugando-con-el-destino.html

    Elena y Silvia viajan rumbo a Nueva York, la locura mas grande de su vida. Parece ser que el destino las manda hacia alli para encontrar a los hombres de su vida y, aunque Elena no lo cree en absoluto, todo cambia cuando Daniel aparece en su vida.
    Es entonces cuando comienza a dudar de que, quizas, el destino si esta escrito. Pero ?sera eso fugaz o eterno?