• lo que te hace grande libro - Valenti Sanjuan Gumbau

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    Pense que correr servia para escapar. Asi empezo todo. Corria para escapar. Para dejar fantasmas atras. Huyendo de personas, sentimientos y decepciones que todavia ardian demasiado hondo como para poder meter el dedo dentro del cazo sin quemarte la piel hasta arrasarla. Sin arrancarla de cuajo demasiado pronto. Como cuando arrancas el Ironfix transparente de un libro de la escuela que estabas forrando y, al ver que queda una pequena burbujita, o que queda desencajado, intentas despegarlo y te llevas todos los colores que habia en la portada. Todos los rostros. Todas las miradas. Todos los recuerdos. Todos los todos. Un all included en toda regla. O como cuando arrancas un bluetag de la pared, porque la foto que aguantaba ya no debe estar ahi, ni en la pared ni en tu vida, y al quitarlo te llevas por delante medio centimetro de pladur. Porque la pared no era pared, y el recubierto de pintura era menos solido que lo que te unia a la persona de la foto que acabas de romper a pedacitos. Por eso corria yo. Solia hacerlo a todas horas. Corria por la manana, a mediodia, antes de comer o despues de hacerlo, a media digestion. Corria en ayunas, antes del amanecer, mientras la ciudad todavia no se habia despertado, como sintiendo que les estaba robando a todos unas cuantas horas de ventaja. Incluso puede que pensara que absorbia alguno de sus suenos, minutos antes de que se levantaran --os levantarais-- para ir a trabajar. Haciendole trampas al reloj, desactivando la cuenta atras para que no estallara la bomba. Corria a la hora de la siesta, o despues de hacerla, o mientras todo el mundo veia El diario de Patricia. Corria antes de hacer el amor, o recien follado. Corria habiendo merendado un zumo de naranja con cereales, o sin ganas de correr. Con las calles iluminadas por el sol, por farolas, o por nada. A ritmo de buena musica, de un podcast de radio o de mis propios pasos contra el suelo. Derecha izquierda, derecha izquierda, uno dos, uno dos, vamos vamos tira tira tira tira, vamos vamos vamos, de forma casi hipnotica. Corria mientras echaban futbol por la tele, aunque fuera la final de la Champions. O mientras el 90 por ciento de la gente de mi edad y en esa misma ciudad preciosa que es Barcelona estaba emborrachandose en el Razzmatazz o en el Apolo. Corria en verano, en invierno, en primavera o en otono. Incluso en epoca interestacional, si es que esto existe. Muerto de hambre porque aun tenia que cenar o jodido de frio porque ese dia diluviaba y habia salido a lo Sanjuan, es decir, sin un puto cortaviento. Y ni hablar de chubasquero: es lo que tiene la vida, que los chaparrones no avisan. El que avisa es el hombre del tiempo de las noticias, y no da una ni en pintura. Life is life, dicen en ingles. O <>, que dicen en mi barrio. Corria por la ciudad. Asfalto en vena. Como sintiendo que gastando suela gastaba dolor. Como creyendo firmemente, y juro por el de la religion y el de las biblias que es verdad, que a cada paso que daba, estaba un metro mas lejos de aquello que me atormentaba. Asi de ingenuo era entonces. Cuanto mas corras, mas habras huido. Cuanto mas corras, menos te perseguira el ruido. Corria por la carretera de les Aigues, un santuario que todo corredor que vive en mi ciudad venera como una especie de pulmon al que escapas cuando los archivadores verticales ya te han comido demasiado terreno y tienes el alma a media asta. O cuando la alegria que te caracteriza te obsequia con un minuto de silencio que dura dias. O Semanas. O meses. O con un cerrado por defuncion. Ahi es donde antes solia refugiarme: poca gente, vistas privilegiadas de las calles, hormigas que se mueven en plena ebullicion. Y tu, en medio de la montana. Lejos. Pero no tan lejos como para no ver todo lo que sucede. Cerca, pero no tanto como para no sentirte superior: estas por encima. Muchos metros por encima. Y a la tranquilidad que eso te da, hay que anadirle un inevitable sentimiento de superioridad: <>. Bueno, esto fue hasta que de repente ese templo, en una referencia casi biblica, se convirtio en un mercadillo de poca monta. O en una analogia mas nuestra: hasta que la carretera de les Aigues se transformo en las Ramblas. Corria por Collserola. Por la avenida Diagonal, arriba y abajo. Al lado de Sagrada Familia, donde vivia en ese momento. Y bordeando el mar que le da vida a la capital catalana. Siempre el mar. Siempre el romper de las olas. Siempre el vaiven del agua contra las rocas. Asi que fuera la hora que fuese, en algun momento de mis carreras, a medio sprint o recuperando despues de hacer series, olia esa libertad que venia manchada de Mediterraneo. Siempre ese olor a mar roto. A sal apetecible. A helado no dulce ni comestible, pero que te llena la boca solo con su aroma. Daba igual si era al amanecer. Por la tarde. A la hora de la siesta o a la hora del polvo mananero. Pero sobre todo corria de noche. Y los que habeis corrido de noche sabeis que correr de noche no es correr. O no es solo correr. Corria de noche. De madrugada, incluso. Porque la oscuridad de la noche oculta tu fragilidad ante la gente que te cruzas por la calle. Y eso ya es algo. Pero la soledad de la madrugada hace que no haya nadie por las calles que pueda juzgarte. Paz absoluta. Tranquilidad sanadora. Segundos que se convierten en minutos, que mutan en horas, que vacian tu cabeza y te recargan el alma. Cuantas mas horas corria, mejor me sentia. Cuanto mas sudaba, menos pensaba. Cuanto mas lloraba, menos recordaba. Cuanto mas escapaba, menos me alcanzaban. Mis fantasmas. Mis problemas. Mis horas turbias. Como si fuera un poema, en fondo y forma. La primera epoca en que sali a correr con regularidad, sin que eso tuviera nada que ver con un entreno o un objetivo deportivo, fue por una chica que me dejo. El tema de siempre. Mas viejo que Van Gogh, que se corto la oreja para mandarsela a una chica; mas gastado que Laura Pausini. Si, si, la de <>. Pues superalo, mujer, y no nos atormentes con tu musica. Y aun asi, cai en lo mismo en lo que caemos todos desde el inicio de los tiempos. Asi de previsibles somos. A mis veinticinco anos estaba convencido de que iba a ser la mujer de mi vida. Recuerdo que cuando me dejo por otro que trabajaba conmigo no podia evitar los ataques de panico. De inseguridad. Hasta tal punto que durante unos dias me sentia incapaz de hacer lo que llevaba ya siete anos haciendo: una simple entrevista. Un reportaje. Unas preguntas divertidas con el micro por la calle. Lo unico que me tranquilizaba en ese primer gran duelo que senti en mi vida era meterme en la cama abrazando su cuerpo desnudo. Pequeno. Menudo. Agarrable. Aunque, claro, despues de una primera noche sin ser novios pero durmiendo abrazados y desnudos, me di cuenta de que iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Y sin pensarlo, sin que nadie me lo hubiera recetado, sin saber muy bien de donde lo saque ni por que, sin esperar que lo anunciara el hombre del tiempo, que de todas formas no iba a acertar, a la siguiente madrugada sali a correr. Corri toda la noche. Corri toda la madrugada. Corri por toda la madrugada. Un rato y paraba. No estaba demasiado en forma. Andaba y corria. Corria y me paraba. Lloraba y pensaba, y volvia a correr. Y a llorar. Y a parar. Y arrancaba de nuevo. ?A que? Pues a todo un poco. Y asi paso mi primera madrugada corriendo. Ese fue mi bautizo. Porque en cierto modo se puede decir que esa noche volvi a nacer. Y ese 25 de octubre de 2005 empezo una nueva vida para mi. Aunque en ese momento yo no lo sabia. De dia seguia hecho trizas. Porque mi cabeza pensaba. Porque mi corazon sentia. Porque mi alma anoraba. Y que cojones, porque me habia tirado la noche corriendo y llorando, y llorando y corriendo. O al reves. En esa epoca las hice bastante gordas. Eso si que eran sanjuanadas y no lo que hago ahora. Recuerdo que saliamos a tomar unas copas con los amigos. Al Jamboree, por ejemplo. De hecho, a cualquier local de la plaza Real. Salir, o estar fuera de casa, que no es lo mismo, me convenia. Porque a pesar de ser mi casa, mi casa no era mi casa si no estaba ella. Total, que, a la minima que podia, montaba un plan para salir a darlo todo. Aunque fueran solo unas horitas, para enganar al cuerpo y hacerle pensar que todo iba bien, y que al llegar a casa, una vez desnudo, despojado de problemas, y de noche, y de oscuridad, me meteria en la cama y ahi estaria la agarrable. La menuda. La que me acababa de dejar por un companero de trabajo

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  • El corazon de Evenor (Kepler 2) de B. E. Raya

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    Evenor no estaba de acuerdo con el plan que tenia su padre para ella, lo que mas habia deseado en su vida era escoger al hombre que seria su companero de vida, peleo por eso, lucho incansablemente por conseguirlo, ahora tenia en su poder la decision, pero su corazon estaba dividido, toda su vida habia estado enamorada del amigo de sus hermanos, Rhodes, a ella no le importaba que no fuera mas que un simple soldado, el destino le habia jugado una mala pasada, ahora aparecia en escena Denes, uno de los miembros del Concejo, el jamas habia llamado el interes de Eve, pero ahora despues del ataque a su planeta el Concejal le habia mostrado una faceta de el que la habia cautivado completamente. Ella tenia que tomar una decision, aunque al final siendo su intension o no, terminaria lastimando a uno de ellos, a menos que encontraran alguna otra solucion en la que los tres obtuvieran lo que deseaban

  • Boda a Los 17 de Michel Gavica

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    -!?Que?! -exclame asombrada mirando a mis padres.
    -Si Oana, te casas -continuo diciendo mi madre, tan tranquila, con una sonrisa de oreja a oreja.
    -No quiero tener una boda a los diecisiete -conteste con los ojos muy abiertos tratando de analizar la situacion.
    -Lo siento carino. Lo haras, quieras o no -declaro mi padre mirandome muy serio.
    -!Os odio! ?Me habeis escuchado bien? Os o-d-i-o -dije recalcando cada letra y tirando un florero mientras me levantaba para salir de esa casa.

  • La silueta en la niebla de Jorge Galan

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    Esta novela, que es una mezcla entre el genero negro y la ciencia ficcion, cuenta la historia de Benjamin, un heroe atormentado, que posee el extrano talento de la telekinesia. Cuando sucede una desgracia apocaliptica en su pais natal, Benjamin, que ha vivido lejos desde que era casi un nino, regresa para buscar a su madre. Lo que encuentra es una sociedad que en nada se parece a lo que recuerda. Jaurias de perros salvajes que cazan en la oscuridad, un pueblo de asesinos que habitan en un cerro, una iglesia dominada por un hombre al que llaman el profeta, un fantasma que ronda por las casas abandonadas, todo bajo una lluvia que no se aleja nunca.

  • El Valle de las Sombras de Ivan Delgado Garrido

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    Tras la muerte de Marco Rivalcielli, los anos han transcurrido con lentitud desgastando las vidas de los que lloran su ausencia. Despues del accidente de trafico que se llevo a su marido y una larga recuperacion, Lucia se debate entre recobrar su vida anterior o emplear todas sus fuerzas y recursos en vengar el dolor que lleva clavado en lo mas profundo de su ser. En un cielo que no cesa de oscurecerse, el cisma que Richard Blake fue incapaz de contener ha dado origen a una despiadada tormenta que amenaza con arrasar a la orden, su legado y a todos los que tuvieron alguna relacion con su enigmatica reliquia. Mientras tanto, Marco despierta en un universo frio y desconocido donde debera desafiar los limites del conocimiento para intentar evitar la desgracia que se cierne sobre los que el mas quiere y anora.

  • El color de la luz de Marta Quintin Maza

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    Una novela intimista, construida con maestria, que explora diversos tiempos y lugares (Espana, la Guerra Civil, el Paris de los anos veinte, Nueva York…) y plantea una historia de amor descarnado, imposible por la propia naturaleza humana, por la inseguridad, por el miedo…, por la incapacidad de reconocer que tal vez el error fue no amar.

  • Esclava de Fuego, Fantasia Erotica con la Princesa Virgen y el Senor de los Dragones de Sara Toledano

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    Los lamentos del hombre retumbaron en el gran campo de batalla. Con una pierna fracturada y con su caballo mal herido a su lado, las suplicas fueron su unica alternativa. ?La razon? Estaba rodeada del olor de la muerte. De trozos de cuerpo, de sangre, de agonia. Era asi. Por donde se mirara. Apenas tuvo fuerza para moverse lo suficiente como para tratar de hablar con fuerza. Sobre el, estaban las patas de un enorme caballo negro. Con el resoplido en el hocico y con los globos oculares rojos de ira. La mirada fria de un par de ojos grises, le hizo sentir que cualquier cosa que le dijera, era inutil. El caballero era el senor de esas tierras y el desafio de invadirlas, requirio pagar el precio. La osadia era un descaro que no pudo pasar por debajo de la mesa. No ante El Padre. La tierra retumbo sobre el cuerpo del hombre porque el caballero de ojos frios, bajo de su fiel animal. Acaricio su cabeza por un rato, como ignorando la presencia de esa pobre alma que imploraba misericordia. -Por favor, mi senor. La gente habla que usted es poderoso, que usted es valiente y que sabe el valor de la vida. Usted debe de saberlo porque arriesga la suya cuando va en batalla. Senor... El Padre dio unos cuantos pasos hasta que su enorme sombra cubrio por completo la figura disminuida del hombre herido. -No todas las vidas tienen valor, mi senor. El no supo que decir ante semejante respuesta. En parte porque las palabras hicieron eco en su mete y retumbaron hasta en el ultimo rincon de su cuerpo. Sin embargo, tambien era porque la presencia de su interlocutor, le resultaba intimidante y mas aun cuando lo miro despojarse de su casco. Al hacerlo, los cabellos de un rojo encendido, se movieron con el viento, luciendo como unas largas e intensas llamadas. Su figura alta, altisima de mas de 2 metros, se impuso ante la planicie de lo que fue una vez un escenario de muerte y desesperacion. Dejo el casco en el lomo del caballo y se agacho para hablar con un poco mas de cercania. En esa posicion, el hombre pudo admirar con mas temor la contextura de El Padre. Piernas y muslos enormes, torso firme, brazos de hierro. Una espalda ancha y gruesa. Parecia mas una bestia que un hombre. -Por favor, senor. Me han hablado de su misericordia, de que es capaz de perdonar, que tiene buen corazon. El sonrio con ironia. -?En serio? ?Asi se refieren a mi? ?Como si fuera una buena persona? Vaya, eso si que es nuevo. -Se lo suplico, mi senor. Tengo esposa e hijas. Solo quiero regresar con ellas. El Padre extendio su mano cubierta del metal brillante de la armadura para acariciar el menton del moribundo. Contuvo unas palabras porque le parecio divertido verlo asi, humillado. -No hara falta, mi senor. Ellas lo estan esperando en el otro lado. Se coloco de pie con rapidez y antes de que el hombre pudiera exclamar palabra, el acero caliente de la espada del caballero, corto su cabeza limpiamente. El aire se cargo del olor metalico de la sangre. Al fondo, el sonido de las aves en el cielo. -Hoy fue un buen dia. A cientos kilometros de alli, un monarca de un reino prospero y libre, miro con preocupacion una correspondencia que se le entrego horas antes. En pocas palabras, una gran amenaza se acercaba a pasos agigantados. En vista de la situacion, se levanto de la silla y dio unos cuantos pasos por el estudio. El unico espacio en que se permitia estar lejos de la guardia real. La verdad, era que no sabia que hacer. Se llevo las manos en la cabeza y siguio preguntandose cual era la mejor solucion. Sin embargo, era algo dificil de decir. Temia por si mismo y por su gente. II -Mi senora, no puede permanecer demasiado tiempo aqui. Es peligroso para usted. -Venga, Eleonora. No pasa nada. He venido para aqui infinidad de veces. Aqui ya me conocen. -Por eso se lo digo. Aqui saben que usted es la princesa y podrian hacerle dano. -Confia un poco en la gente, Eleonora. No todos son tan malos como crees. Helena camino por la calles del bazar sin preocupacion alguna. Fue de aqui para alla, comprando, mirando y riendo. Era lo que mas le gustaba hacer durante los dias que tenia tiempo para bajar al pueblo. El conocer a la gente, el de saber como vivian. Desde nina siempre fue asi. Al principio, sus padres la sometieron a un regimen estricto de vigilancia debido a que se escapa demasiadas veces. Sin embargo, llego el punto en que se rindieron y optaron dejarla pasearse entre la gente como quisiera. Asi llego a volverse tan familiar como una mas del monton. Esa identidad de mujer comun y corriente le daba una agradable sensacion de que por lo menos algunas horas, podria pretender que era alguien mas. Por otro lado, hubo un hecho que no se dejaba escapar del ojo publico. Era innegable su belleza. Era alta, de tez blanca y ojos verdes. Su cabello, largo y dorado, siempre estaba arreglado con trenzas porque le gustaba la sensacion de libertad que le daba. La nariz recta y los labios finos, una cintura pequena y un andar dulce que la hacia ver como si flotara sobre el suelo. Su imagen era impactante para quien la viera. Su personalidad dulce tambien resaltaba por su caracter fuerte. No temia ser sincera ni decir las cosas de frente. Fue por ello que mas de una vez se metio en problemas con su padre. A pesar de eso, el rey la consideraba su mas preciado tesoro asi que trataba de cuidarla y protegerla tanto como podia. Mientras seguia hablando con su dama de compania, la guardia real se abrio paso en el medio del camino. La gente los miro pasar impresionada pero solo por unos segundos. Al poco tiempo, recobraron la cotidianeidad, sin embargo, Helena tuvo el presentimiento de que algo habia pasado. En contadas ocasiones, ellos actuaban con premura. Aquello era un mal augurio. -Mi senora, mejor vamonos. Ya se esta haciendo de noche y no es seguro. -Esta bien, esta bien. Recogio su cesto y se encaminaron al castillo. El paseo le resulto agradable y desde ese momento, comenzo a planificar el proximo dia. -Quizas una caminata, quizas una cabalgata por el bosque. Si, no es mala idea. - Se dijo a si misma mientras sonria para sus adentros. Al llegar al castillo, se encontro con lo mismo de siempre. Los sirvientes caminando de un lado para el otro, lo cual daban una sensacion de bullicio que le animaba. Asi no sentia que el gran castillo era un lugar vacio o triste. Subio las amplias escaleras y entro a su habitacion la cual ya estaba comenzando a oscurecerse. Dejo el cesto sobre la cama, busco varias velas y las encendio. Se sento y comenzo a revisar lo que tenia entre las cosas que habia comprado. Unas cuantas manzanas y un panuelo de seda. Toco la tela y cerro los ojos. Era tan suave, tan delicada que temio romperla. La doblo delicadamente y la coloco sobre una mesita de noche que tenia alli.

  • Casi la luna de Alice Sebold

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    En su nueva novela, Alice Sebold explora los entresijos de las relaciones entre madre e hija, el lado oculto de la piedad y la linea invisible que nos separa de nuestros mas profundos deseos.

  • Idiota, que empiece el juego de Olivia Kiss

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    Garret Davies es el actor del momento y lo tiene todo: fama, dinero y exito. Protagoniza una de las series mas aclamadas y su personaje en ella es casi una extension de si mismo, un tipo engreido y ligon. Pero su apacible vida empieza a sacudirse por completo cuando aparece en las oficinas de la cadena la nueva guionista de la serie, Faith Curtis.
    Pese al pequeno imprevisto, Garret apuesta con su companero que conquistarla y tenerla comiendo de la palma de su mano para mantener intacto el ego de su personaje, sera cosa de dos dias. Sin embargo, Faith no es como la mayoria de las mujeres con las que el se relaciona, no parece responder a sus juegos, y es arisca y firme en sus ideas.
    ?Podran entenderse sin matarse cuando la cadena decida que viajen juntos a Europa para lo promocion de la nueva temporada de la serie? El juego ya ha empezado. Y ninguno de los dos esta dispuesto a perder.

  • Princesa de los Hielos de Tea Stilton

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    Una figura encapuchada avanzaba sigilosamente por los pasillos desiertos del castillo de Arcandida. De vez en cuando, se pegaba a las paredes de hielo y aguzaba el oido: no habia ni una alma. Era temprano. Aun no habia salido el sol, y la figura tenia tiempo de sobra para hacer lo que se habia propuesto. Con paso fatigado, subio el amplio tramo de escaleras, que estaba cubierto de una suntuosa alfombra verde, y llego hasta una gran puerta doble de madera oscura. La empujo con la mano, pero solo logro abrir una rendija, apenas suficiente para colarse hasta el interior. La sala era enorme, circular y tapizada de libros por los cuatro costados. La grisura de las ultimas horas nocturnas lo envolvia todo, aunque una tremula y debil luz recorria una de las estanterias. --Senor Haldorr --llamo en voz baja la figura encapuchada. La luz se detuvo y empezo a descender hacia el suelo de marmol, que, una vez iluminado, revelo unos esplendidos motivos florales. A la luz de la vieja lampara de aceite, aparecio el rostro de Haldorr, el bibliotecario de Arcandida. Sus rasgos afilados subrayaban una expresion absorta en lejanos pensamientos. Tenia los ojos oscuros y asimetricos, y una nariz aguilena que casi le rozaba el labio superior. No obstante, su sonrisa alegre y jovial lo serenaba todo, como el sol que estaba a punto de salir. --Buenos dias, condesa Berglind --dijo Haldorr, colocando a la altura de la luz el frasco que sostenia con la otra mano--. Disculpad que os haya hecho esperar. La condesa Berglind se bajo la capucha y se acerco para ver mejor. Era una mujer anciana, con el cabello plateado recogido en un mono apretado que le adornaba la nuca como un pequeno acerico. Hacia ya tiempo que habia cumplido los setenta, pero las dificultades de la vida no habian marcado su piel, que aun era lisa y sonrosada. Solo le traicionaba la vista, que no le permitio leer la etiqueta del frasco: <>. --?Estas seguro de que esta tinta nos servira? --pregunto la anciana condesa, achicando los ojos con la esperanza de distinguir alguna letra. --Completamente, no os preocupeis --la tranquilizo el bibliotecario--. Es una tinta especial, unica, diluida con escarcha que recogi personalmente en las laderas del volcan Hekta. Es una formula muy antigua. La condesa parecia impresionada con la explicacion de Haldorr, quien abria mucho los ojos para dar mayor enfasis a sus afirmaciones. --Y lo que escribamos ?solo podra verlo el destinatario de la invitacion? -- pregunto la condesa. --Exacto. De este modo, evitaremos que las personas equivocadas lean el contenido del mensaje. --!Perfecto! Creo que ya esta todo listo. --Solo tenemos que avisar a la princesa Nives. Por un instante, la condesa parecio contrariada. Luego, agito una mano ante su rostro, como si quisiera ahuyentar algun pensamiento. --Gracias, Haldorr --dijo, sonriendo--, yo me ocupare de Nives. Ya veras, todo va a salir bien. Ademas, no podiamos hacer otra cosa: ya es hora de que mi sobrina se case. --Desde luego, condesa. Os ayudare a preparar las invitaciones. Manana, los lobos se las entregaran a las focas mensajeras, y estas cruzaran el Mar de las Travesias para llevarlas a su destino. --Muy bien. Me has sido de gran ayuda, Haldorr. La anciana se subio la capucha y salio de la biblioteca. Haldorr se quedo solo, esperando el amanecer. El primer rayo de sol entro por el ventanal de la sala, y rodeo su delgada silueta de un halo de luz rosada. Observo unos instantes la sombra proyectada a su espalda, y recordo que, cuando era nino, le encantaba crear figuras de sombra. Despues, alzo los ojos hacia la gran cupula de la biblioteca, en la que habia pintados cientos de libros, y su mirada y pensamiento se perdieron en las alturas. El dia siguiente amanecio con un sol radiante. Tras un invierno polar, el buen tiempo y la temperatura moderada infundian alegria y buen humor en los corazones de los habitantes del castillo. Con el sol bien alto en el cielo, era mas facil despertar felices y activos. En la gran cocina del segundo piso, Arla y Erla, las dos cocineras, ya ocupaban sus puestos ante los fogones, enzarzadas en una discusion acalorada. --Arla, !no insistas! Hicimos tarta de pera hace dos dias. Ahora toca de manzana --argumento Erla, con una manzana roja en la mano izquierda. --!Ni hablar, Erla! --replico su hermana, con una pera en la mano--. La haremos de pera. Arla y Erla eran hermanas, pero no se parecian en nada. Erla, la mayor, era alta y muy delgada, tanto que habia que mirarla de frente para verla. En cambio, la mas joven era todo lo contrario: bajita y regordeta, tenia la misma forma vista desde cualquier angulo. En lo que si se parecian era en el caracter: las dos eran testarudas y resueltas, nunca estaban de acuerdo y discutian por todo, hasta el ultimo detalle. --!Te digo que sera de manzana! --!Ah, no! Sera de pera, o… --?Y si haceis una tarta de pera y manzana? --sugirio una voz, por detras de ambas cocineras. --!Buenos dias, princesa Nives! -- saludaron a coro, cogidas por sorpresa. La princesa de Arcandida estaba especialmente guapa aquella manana. Su rostro dulce y palido resplandecia, y su mirada, a veces glacial, era serena y distendida. Parecia haber dormido mucho y bien. Nives correspondio al saludo de las cocineras y entro en la cocina con una hermosa sonrisa. Lucia un vestido sencillo, confeccionado en una seda especial hecha con lana. Un vestido azul noche, que llevaba con elegancia y gracia innatas, al igual que una flor luce sus petalos. Arla y Erla intercambiaron una mirada de complicidad. --?Hoy os tomais el dia libre? -- pregunto Arla, la mas chismosa de las dos, aludiendo al vestido, que no seguia las normas de etiqueta de la corte. --Voy al Gran Arbol con Gunnar --respondio la princesa. Al pensar en ello, una sonrisa veloz atraveso sus ojos claros. Le encantaba correr al galope, con Gunnar, por el hielo de su amado reino. En esa estacion, la mas benigna del ano, Nives sentia como si floreciera, y cabalgar hasta el Gran Arbol era su forma de renacer. Luego, a escondidas, apoyo sus esbeltos dedos en la mesa de la cocina, y los paso por encima del azucar glas. --!Princesa! --exclamo Erla, intentando detenerla--. !No se meten los dedos en el azucar! Pero Nives, con una mirada divertida, ya se habia llevado los dedos a los labios y se habia ensuciado hasta la punta de la nariz. --!Oh, princesa! --suspiro Arla--. !Nunca aprendereis! !Vuestra tia, la condesa, os va a reganar! --?Y quien se lo va a decir? --la reto Nives, riendo--. ?Vosotras? ?Sereis capaces de hacer que me castiguen por un poco de azucar? Las dos cocineras sonrieron, resignadas: no habia nada que hacer. La condesa Berglind y todos los demas se esforzaban por ensenarle a Nives las etiquetas y usos de corte necesarios para hacer de ella una digna reina, pero la chica eludia las normas y seguia comportandose como una nina traviesa. Sin embargo, ya no era ninguna nina, sino una joven llena de energia. --Otra cosa… --anadio con tono de desden, moviendose como una flecha entre las cocineras, con su traje de campanilla. --?Quereis decirnos algo en especial, princesa? --dijo Arla, mirando a su hermana. --?Aparte de que vais a ir con Gunnar al Gran A

  • Humanos de Tom Phillips

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    Los humanos contemporaneos han recorrido un largo camino en sus setenta mil anos de paso por la tierra. Arte, ciencia, cultura, comercio: en la cadena evolutiva somos verdaderos ganadores. Pero lo cierto es que no siempre ha sido un viaje facil y, a veces, muy puntualmente, hemos llegado a pifiarla de verdad.

  • Guerra y Paz En el Siglo XXI de Eric Hobsbawm

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    <>, nos dice Eric Hobsbawm, que no solo es el historiador mas leido en el mundo, sino uno de los pensadores mas influyentes de la izquierda. Hobsbawm nos habla en estas paginas de los grandes problemas a que nos enfrentamos: la guerra, la paz y las posibilidades de un orden mundial, del proyecto imperial de los Estados Unidos y de como <>, de los efectos de una globalizacion que acentua las disparidades en el mundo, de la crisis del estado-nacion, de las inmigraciones, el racismo y la xenofobia, de los peligros que nacen del miedo irracional al terror politico o de las dificultades de mantener el orden publico en un mundo violento en que circulan 125 millones de rifles de asalto. Problemas analizados por desde una perspectiva a la vez critica y esperanzada, que contrasta con la mediocridad del pensamiento unico que nos invade.

  • La ciudad de los minotauros de Carol Zardetto

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    Nueva York es benevolente. Basta entregarse. Abandonarse sin Resistencia a su corriente de movimiento perpetuo. Dejarse complacer por su oferta desaforada. En medio de su fulgor intenso, dejo de parecerme a mi mismo y eso… es el mejor amulet contra la muerte>>.

  • Runway de A.g. Keller

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    En la familia Duncan, todos son exitosos. Desde el padre, Clark, un renombrado profesor en la Universidad de Harvard; Sara, la madre, es una brillante abogado criminalista, Max, el hermano mayor, un popular disenador de videojuegos y Frank, el otro hermano, un genio en los negocios, a excepcion de Kate, la hermana menor.
    En vista de eso ella decide trazarse una meta: tener su propia firma en la alta costura, en un mundo tan competitivo como el de la moda.
    De pronto, conoce a un banquero derrochador y a un arquitecto, entre copas de champan, galas, paseos en yate y hoteles lujosos, se ve envuelta en un triangulo amoroso.
    Las emociones que descubre con ambos la distraen.
    Muchos dudan que puedo lograrlo.
    ?Llegara a tener la misma fama que sus hermanos y el resto de su familia?

  • El amante de la Patagonia de Isabelle Autissier

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    El amante de la Patagonia, de Isabelle Autissier, es una novela memorable sobre la cultura yamana en los confines del nuevo mundo y la gran novela landscape sobre Argentina. Esta obra de la narrativa extranjera comienza con un viaje de Escocia a Ushuaia (Patagonia), mezcla aventura y amor en una tierra d esconocida y hace un tratamiento epico del territorio argentino y de la comunidad yamana en las costas patagonicas. Se trata del primer titulo landscape de procedencia francofona, firmado por una autora con perfil aventurero que conoce a la perfeccion esta region de Argentina. Para lectores de Sarah Lark, Elizabeth Haran, Isabel Allende e Isak Dinesen. Isabelle Autissier (Paris, 1956) es escritora y aventurera. Es celebre tanto por sus novelas como por ser la primera mujer en haber completado la vuelta al mundo en navegacion en solitario (BOC Challenge 1991). En 1998, en medio de otra travesia en solitario, Autissier naufrago y fue rescatada en el Cabo de Hornos, una experiencia extrema que no hizo mas que aumentar su interes por la Patagonia y su insolito paisaje. Autissier tambien hace expediciones regulares a la Antartida y es, ademas, presidenta de la delegacion francesa de la fundacion encargada de la preservacion del medio ambiente WWF. Ushuaia, 1880. Emily, una joven escocesa huerfana de dieciseis anos, es enviada a la Patagonia como cuidadora de los hijos del reverendo de la region en su tarea de evangelizacion del Nuevo Mundo. Emily desconoce por completo el territorio que le espera, pero rapidamente percibira la belleza salvaje de la naturaleza, el esplendor aspero de los pueblos, con sus aguas y sus bosques inmersos en un sol intenso, frio y luminoso. Emily, bella e inocente, tambien descubrira el amor con Aneki, un nativo yamana. Sera entonces cuando su vida cambie de repente y para siempre: condenada a seguir los codigos y las leyes de la civilizacion blanca, Emily se fugara con el, intentando vivir una pasion libre en medio de la feroz colonizacion de las tierras de la Patagonia. Isabelle Autissier EL AMANTE de la PATAGONIA 1 Soy Cushinjizkipa, del pais de Yeskumaala, cerca, muy cerca del fin del mundo. Soy Cushinjizkipa; keepa porque soy una mujer y cushinjiz porque naci en la bahia de los numerosos patos. Los mios me llaman Cushi, los demas me llamaron Rosy. Este nombre no quiere decir nada, pero debo responder a el. Dice el relato que uno de los padres de mis padres vio a los otros por primera vez. Un dia de cada dia, habia llovido toda la jornada y el cielo huia llevandose a Akainix, el arco iris. Saliendo de la bruma, estaba aquella inmensa ballena, tan extrana, con tres arboles plantados en el lomo. Mi pueblo tiene buena vista, puedo todavia, a mi edad, distinguir la sombra del cormoran, por la noche, en las cavidades de los acantilados. El padre de mis padres grito que veia grandes pajaros azules y rojos encaramados en todas partes. La gente se apretujaba en la playa. El animal se acerco a la ribera y dio a luz un cachorro en el que se posaron algunos pajaros. Cuando tocaron tierra, todo mi pueblo lo vio entonces. No eran pajaros, sino seres parecidos a nosotros. Andaban, tenian dos brazos, dos piernas y una cabeza, pero sus cuerpos eran casi invisibles, cubiertos de esas pieles coloreadas que les habian hecho parecer pajaros. Eran terriblemente feos, algo mas altos que nosotros pero, sobre todo, mas robustos, sin ni un apice de esa finura que forja la belleza de los cuerpos. La piel de su rostro era palida como la de los muertos y estaba devorada por unos largos pelos. Algunos tenian ojos descoloridos, casi transparentes, como los que se atribuyen a Yetaite, el maligno espiritu de la Tierra. Llevaban unos bastones, que brillaban bajo el timido sol. Akainix, el arco iris, no es un espiritu maligno, no castiga, no es signo de desgracia. Entonces, el pueblo de los hombres sintio confianza y permanecio en la playa, por curiosidad, pero tambien porque es de regla acoger a quienes trae el mar. Soy Cushinjizkipa, vivo hoy lejos de mi pais, a mas de una semana de canoa. El barco de los blancos llego antes del alba. Todo estaba tranquilo y limpido, el sol se deslizo hacia el cielo, en el eje del canal. En el bote que los desembarco habia una mujer, una desconocida. Tengo poderes, soy una yekamush, formo parte de aquellos que saben hablar con los espiritus. Entonces, vi. En lo alto de la colina, tan lejos, vi y supe que ella traia la tormenta.

  • En la cama Equivocada de Kelly Dreams

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    Iona solia pensar que en los Estados Unidos estaria lo bastante lejos de las insensateces de su adorable y chalada madre pero se equivoco. El tener que dejar su trabajo para viajar inmediatamente a Escocia y asi evitar un absurdo compromiso matrimonial era la prueba.
    Poco podia imaginarse entonces que ese rocambolesco asunto la conduciria al unico pub del pueblo y a una intima conversacion con una botella de whisky. Y a ella la bebida le sentaba tan bien.
    Connor solo tenia en mente beber hasta perder el sentido cuando traspaso las puertas del pub, pero en lugar de eso, termino compartiendo una botella de whisky y una alocada y sensual noche con la mujer mas rara y exasperante que se encontro jamas. Acostarse con una chica y no recordad ni su nombre a la manana siguiente era algo a lo que estaba acostumbrado, hacerlo y descubrir que ella se habia convertido en su esposa. era una pesadilla totalmente distinta.
    Whisky, sexo y diversion, los ingredientes perfectos para despertarse en la cama equivocada.

  • El cielo en llamas (HQN), Claudia Velasco de Claudia Velasco

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  • Como cualquier hombre de Gayle Kaye

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    Candy Porter era una periodista dispuesta a demostrar que la imagen sexy de los cowboys era solo un mito sin fundamento. Pero lo primero que descubrio Candy fue a Tanner Carson, un hombre que echaba por tierra su teoria con su metro noventa y sus musculos de cowboy de Texas. Carson era un ranchero capaz de “domar” a cualquier mujer de la gran ciudad. ?Podrian aquellos dos caracteres tan diferentes encontrar el modo de dar rienda suelta a su amor?

  • Un Dulce Error (Nobles Inseparables 3) de Lily Cerda

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    Un viaje de negocios lleva al Conde de Somerset a Bath, este siempre se hospeda en la villa de sus amigos en aquel lugar, pues, aunque es poseedor de una fortuna que le permitiria comprar muchas villas, esta se ha robado su corazon por el aroma a rosa que le recuerda mucho a su difunta madre. El Conde esta acostumbrado a disfrutar de su estadia en Bath, asi que como de costumbre elige la misma habitacion de siempre, sin saber que esa costumbre lo llevara directo a los brazos de una dama. La senorita Amber Hill es una dama prudente y cuidadosa, ella se siente la responsable de sus primas por ser la mayor de ellas, asi que, decide viajar a Bath en busca de su prima Selene, la dama viaja sola, ya que por su edad se le consideraba solterona, por su mente nunca cavilo que, al llegar a la villa de su tutor, se encontrara con que un error la pondria en los brazos de un caballero. Esta historia narra el mas dulce error que pudo unir a dos corazones solitarios.

  • El sentido de la locura de Jim Geekie , John Read

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    La obra que el lector tiene en sus manos analiza esa experiencia que solemos denominar locura, esquizofrenia o psicosis, la cual se halla presente en todas las sociedades y, hasta donde alcanza nuestro conocimiento, en todas las epocas, ya que la tendencia de la mente a desviarse de lo que una sociedad determinada considera <> y aceptable, junto con la propension del resto de los miembros de dicha sociedad a sancionar estas desviaciones, es uno de los aspectos centrales de la naturaleza humana.

  • Lo que me dijo el cafe de Valeriam Emar

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    Magnolia Betul tenia un don, como todas las mujeres de su familia, podian adivinar el futuro a traves del cafe. Y su don le advertiria de la llegada de un antiguo amor y que la vida de el corria peligro. El problema era que ella era la unica persona que podia salvarlo. Y hubiera sido mas sencillo protegerlo si el no se comportara como un arrogante que pensaba que el cafe solo servia para beberlo.
    Dante Greco habia regresado a su pueblo para asistir al funeral de su padre y para tratar de arreglar las diferencias que tenia con su familia. Pero no contaba que su desquiciada amiga de la infancia se convirtiera en su sombra y quisiera obligarlo a creer en la magia.
    Tal vez se necesitaba de magia para reavivar un viejo amor.

  • El secreto de Toledo de Jaime Garcia Simon

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    Jaime Garcia Simon nos introduce, con este thriller de misterio, en la apasionante busqueda de un secreto fraguado en el pasado, que tambien atane al presente.

  • Circulos cerrados (Mistery Plus), Viveca Sten de Viveca Sten

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  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) de Arthur R. Coleman

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    En ese punto intermedio entre la noche y el amanecer, Jennifer Palmer se desperto. Mientras se desperezaba aun podia seguir oyendo a Jim Morrison en el recuerdo de su fogoso sueno. Enrollate, nena, enrollate, nena.... Una vez mas, como cada vez que aparecia en sus visitas nocturnas, se pregunto por que sonaba con torridos encuentros amorosos con un hombre que habia muerto antes de que ella naciese y que ni siquiera era su tipo. Ademas, su vida sexual era placentera, intensa y variada. Joven y atractiva, alta, largas piernas, sugerentes curvas y seductores ojos grises, Jennifer no necesitaba los encuentros eroticos en suenos de Jim Morrison para sentirse satisfecha. Abrio los ojos y aun podia oir en su mente a The Doors con Roadhouse blues: Si, vamos al bar de la carretera. Vamos a pasarlo realmente bien. Un buen rato... donde tienen habitaciones... y son para la gente que le gusta hacerlo despacio. Enrollate, nena, enrollate, nena... Entre suaves sabanas de algodon blanco, la joven se incorporo en la gran cama. Recogio su larga melena castana en una coleta y se despabilo lo suficiente para recordar que en unas pocas horas debia encontrarse con Donald Walker, uno de los miembros de la agencia de detectives y asesoramiento en materia criminal que ella dirigia. Donald estaba siguiendo a un marido, un importante hombre de negocios relacionado con el mundo del arte. Al contratarles, su mujer aseguro que estaba preocupada por el. Al parecer el hombre habia recibido alguna amenaza, pero no habia querido emplear escolta privada mas alla de los guardias de seguridad que vigilaban su magnifica galeria de arte y las camaras de vigilancia de su finca y la seguridad del propio residencial. Aunque, penso Jennifer, en realidad lo mas probable es que quisiese saber si le era infiel y conseguir pruebas comprometedoras y usarlas para sacar una buena tajada en el divorcio. Vaya estupidez, penso la joven, como si ser infiel o pretenderlo no estuviese en la naturaleza humana. Por su experiencia, lo raro era justamente lo contrario. De cualquier forma, aunque era un trabajo rutinario y anodino, estaba bien pagado. A pesar de que no era la actividad que mas le atraia, en realidad le interesaba mas bien poco, habia que hacer de todo para mantener a flote la agencia Solution Channel. Descalza por el pavimento de madera pulida, cruzo el salon por encima de la silueta de un dragon estampada en una gruesa alfombra rojiza. A Jennifer le gustaban estos enormes animales miticos. Desde nina le habian fascinado los cuentos de dragones, guerreros y princesas, aunque ella no tenia interes en ser una princesa, lo que deseaba en sus fantasias de nina era convertirse en una aguerrida guerrera que luchase contra el mal. Finalmente, su sueno se habia hecho, en buena parte, realidad. Jennifer era la propietaria de la agencia Solution Channel. Habia estudiado criminologia en SUNY, la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, y desde el principio sus profesores vieron su potencial. Al acabar la universidad pronto se labro un prestigio gracias a sus acertados diagnosticos. Tenia poco mas de treinta anos, y en ocasiones hacia labores de consultora en determinados casos para Inteligencia Criminal del Departamento de Policia de la ciudad de Nueva York: revision de casos desde el comportamiento y las perspectivas de investigacion, analisis del crimen, sugerencias de lineas de investigacion, perfiles de delincuentes desconocidos y estrategias para dar caza al asesino. Una joven precoz, una mente brillante, un cuerpo sensacional. Llego a la cocina y se sirvio un cafe largo bien cargado, solo, sin azucar. El primer cafe del dia solo; el segundo, a media manana, con azucar de cana. En ese momento sono el telefono. ?Quien seria a esas horas tan intempestivas? En el visor aparecio el rostro pecoso y juvenil de Donald. --Hola. --Sera mejor que nos veamos --oyo la voz alterada de su colaborador. --?Es grave? --Se han cargado al objetivo. --No fastidies. ?Donde estas? --Largandome del edificio. Esto se esta llenando de policias. --Esperame en El Mogador. Un contratiempo. La muerte del hombre al que estaban vigilando. Eso no era nada bueno para el negocio. Jennifer solia llevar ropa cenida, que resaltaba su cuerpo esbelto y llamativo. Se puso una blusa y un sueter de lino suave de color verde, abierto en pico, que dejaba ver la curva de sus senos, y unos pantalones beige ajustados a sus largas y torneadas piernas. Se calzo unos comodos zapatos de tacon bajo y se abrigo con un grueso chaqueton de lana trenzada a juego con los pantalones y los zapatos. La primavera estaba cerca, pero aun no harian mas de 10 grados centigrados. Se anudo una suave bufanda de cachemir alrededor del cuello, y salio rauda hacia la cafeteria donde habia citado a su fiel asociado. Donald Walker era fotografo, especialista en el seguimiento de personas y en obtener informacion, y experto en un poco de todo. Melena rubicunda, impulsivo, simpatico, ni muy alto, ni muy atletico. Un joven que pasaba desapercibido, ideal para su trabajo. Solia vestir de forma informal y desalinada, zapatillas de tela, vaqueros descoloridos por el tiempo, no por la moda, camisas amplias y sueltas por debajo de la cintura. Nunca usaba reloj y siempre sabia la hora exacta. El reloj atomico, solian llamarle en la agencia. Buena parte de la ciudad de Nueva York esta en tres islas: Manhattan, Long Island y Staten Island. Jennifer vivia en el distrito de Brooklyn en la punta oeste de Long Island en un apartamento de alquiler, lo que le permitia mudarse de casa y de barrio siempre que le apetecia. Su apartamento tenia una amplia habitacion y un gran salon con la cocina integrada. Cuando se instalo, el barrio era tranquilo y familiar, pero al cabo de un tiempo aparecio una reluciente lavanderia, cafes sofisticados, boutiques, restaurantes independientes y varias tiendas de vinos organicos que fueron la senal de que la zona habia sido conquistada por artistas y estudiantes con poder adquisitivo, y los precios del alquiler se elevaron drasticamente. De mil dolares se habia disparado al doble. Mucha gente trabajadora del barrio tuvo que trasladarse a las afueras donde los precios aun eran asequibles a sus posibilidades. Jennifer tambien estaba pensando en irse a una zona menos convencional. Las modas frivolas le repateaban, pero cerca de su casa aun quedaban lugares y establecimientos en los que se encontraba a gusto, como El Laberinto, un local con cocteles y bebidas de todo tipo, buena musica y amena compania. Jennifer se arrebujo en el chaqueton, salio del edificio y se subio en su Opel Cabrio blanco para dirigirse a Williamsburg, un agradable barrio de Brooklyn. Llego a Wythe Avenue y aparco en las cercanias. El sol apenas comenzaba a despuntar entre los altos edificios, cuando entro en El Mogador, un acogedor cafe bastante concurrido. Donald estaba sentado en una mesa en la parte del fondo iluminada de luz natural y ornamentada con plantas. Tomaba un sandwich de pollo con curry y una cerveza. Su desayuno predilecto, herencia de su padre, un veterano de la Guerra del Golfo. --A ultima hora de la tarde segui al objetivo tras su coche cuando salio de su galeria de arte. Le vi recoger a una joven en la esquina de una zona de dudosa reputacion --explico Donald cuando su jefa se sento frente a el. Le mostro una de las fotografias en la pantalla de su camara. Una chica de veintipocos anos, delgada, guapa, rubia, tez palida y nariz respingona. --Estuvieron hablando un buen rato en el coche, y luego fueron a un edificio en Manhattan, donde el tiene un lujoso apartamento. Estuve observando la entrada. Luego llego otra joven. Donald puso otra fotografia en el visor. Otra joven, unos treinta anos, recia, de mediana estatura, pelo largo moreno, nariz prominente. --Llamo al interfono y le abrieron. Mira --dijo senalando con el dedo indice la imagen--, apreto el boton de la casa de Adams. Al poco salio la acompanante de Adams, y una hora mas tarde la otra joven. Un rato despues vi que el portero no estaba en su puesto. Me extrano. Espere un rato mas y sali del coche a comprobar que pasaba, y justo cuando iba a entrar llego la mujer del fallecido. En cuanto la vi coger el ascensor, entre. El mostrador estaba vacio. El portero estaba inconsciente tumbado en el suelo en una pequena dependencia trasera. Subi al piso del apartamento del objetivo, la puerta estaba abierta. La mujer, Sarah Adams, estaba sola frente al cadaver de su marido. Creo que ni siquiera me vio. Estaba de pie con la mirada perdida y el telefono en la mano. --Vaya --expreso Jennifer mirandole con sus hermosos ojos grises que traspasaban a su interlocutor--. ?Viste entrar o salir a alguien mientras esperabas? --Entraron Adams y su acompanante, luego la otra joven y finalmente su mujer. --?Y salir? --Las dos jovenes, primero una, luego la otra. Nadie mas. Donald le mostro en el visor de su camara las fotografias que corroboraban su relato. El joven se puso un chicle en la boca, como si quisiese anadir una pausa a toda la informacion que acaba de soltar, y mascullo entre dientes. --Feo asunto. --Espera, tengo una llamada. !Hola! --Soy Mark. Mark Crowell, un apuesto y atletico inspector de la brigada contra el crimen de la ciudad de Nueva York. --?Que sucede? --Tenemos que vernos. Asunto oficial --la voz del inspector sonaba preocupada. --?De que se trata? --Asesinato. --?De quien? --el vello de la joven se erizo, signo de la llegada a su mente de una intuicion o, mas bien de una sincronia, como ella preferia explicar que su mente supiese algo que su razon aun no habia explicado. --William Adams, un tratante de arte. Te envio la direccion --dijo Mark, y colgo. Jennifer hizo un mohin con la nariz y fruncio sus labios sensuales y bien perfilados. William Adams. El mismo hombre que Donald estaba siguiendo por orden de su mujer. La joven no creia en las coincidencias. Y aquello era algo mas que una coincidencia. Pero nada ni nadie iban a quitarle las ganas de tomar su desayuno tranquilamente. Pidio al amable y sonriente camarero pan recien horneado, huevos benedictinos, zumo de naranja y cafe. --Nos vemos en la agencia --le dijo a Donald--. Informa a los demas, y prepara todo el material fotografico que tengas del caso. Tras el delicioso desayuno, al salir del local, Jennifer cogio su coche. Cuando una ligera bruma matizaba las aun frias aguas del rio y el sol lanzaba sus rayos matutinos, cruzo los casi dos kilometros del puente de Brooklyn. Aunque el aire era fresco, se veia bastante gente caminando en una u otra direccion del puente, runners, ciclistas y vendedores ambulantes instalando sus cuadros, llaveros y muchos otros recuerdos de la ciudad. Algunos eran turistas madrugadores haciendo fotos y mirando las vistas de la bahia, Manhattan, Brooklyn y a lo lejos la Estatua de la Libertad. Los edificios despertaban a uno y otro lado de la ciudad. Pero en uno de ellos, alguien no volveria a despertar jamas. 2 ELASESINATO La relacion entre Jennifer y Mark habia empezado una manana cuando ella impartio una ponencia sobre criminologia para miembros del cuerpo de policia. Jennifer tenia un especial don para descubrir los entresijos de los casos mas alla de las pruebas aparentes y establecer conexiones entre los hechos que pocos podian ver. Aunque a mas de uno podia parecerle una habilidad sobrenatural, Jennifer simplemente usaba su mente, su memoria y sus excepcionales conexiones sinapticas y redes de circuitos neuronales, trascendentales para los procesos biologicos que se hallan bajo la percepcion y el pensamiento. Cierto que esa genuina capacidad era algo con que la naturaleza le habia dotado, pero ella se ocupaba de mantenerla y mejorarla con sus profundos analisis y reflexiones. Al acabar la conferencia, el se acerco y le pregunto, con su voz segura y viril, algo insustancial para trabar conversacion. --Mejor sera que te conteste tomando algo en la barra de un bar --dijo Jennifer, y el estuvo encantado. Esa misma noche retozaron entre las sabanas gris marengo de la cama de Mark. Mejor en la primera cita, para que hacer esperar lo bueno, sino se corria el riesgo de que no sucediera, opinaba Jennifer, cuantas cosas placenteras dejamos para manana, y ese manana nunca llega. Habian pasado tres anos y su relacion seguia por los mismos derroteros. Compartian casos, cama y conversaciones, algunas de estas ligadas a su trabajo de asesoramiento para el departamento de policia, y otras previas a sus citas intimas. En ambas actuaciones, en los casos criminales y en los encuentros sexuales, al acabar ella se levantaba y se iba. Pocas veces se encontraban en casa de Jennifer, pero cuando lo hacian el tacito acuerdo era el mismo, el se vestia y se marchaba. Todo iba bien. Una relacion fructifera, placentera y sin ataduras. Hacia mas de un mes que Mark no la llamaba para cuestiones policiales, y cuando se encontraban era para otros menesteres mas ludicos. Una cena a la luz de las velas, un buen vino y la gran cama que Mark tenia en su agradable apartamento con vistas al Hudson. En Mark todo era grande. Jennifer media mas de un metro setenta centimetros, y aun asi Mark le sacaba toda la cabeza. Mediada la treintena, pelo rubio ligeramente rizado, aspecto agradablemente desalinado, tez curtida y bronceada y ojos azules, grandes y perseverantes, especialmente cuando miraba a Jennifer. Aunque vivian en Alpine, un exclusivo barrio residencial de Nueva Jersey, los Adams tenian un apartamento junto a la Sexta Avenida en Manhattan. Era una zona cosmopolita que se habia revalorizado mucho en los ultimos anos y un piso en ese barrio solo se lo podian permitir personas muy adineradas. Ante el edificio de piedra gris perla se veian curiosos y periodistas. Los medios de comunicacion ya estaban al tanto del luctuoso asunto. Furgonetas, hombres y mujeres jovenes microfono en mano ante sus respectivas camaras se agolpaban en las inmediaciones del toldo verde de entrada a las doce plantas del edificio. Jennifer se acerco conduciendo con cuidado, abriendose paso hasta llegar a la puerta de entrada custodiada por la policia donde se veia una ambulancia forense. Unos conos rojos y blancos marcaban la zona de la acera y de la calle protegida por la policia. Un autobus amarillo de una escuela precedia al coche de Jennifer y en cuanto paso por el carril libre frente al edificio, la joven aparco junto a la acera y una pequena zona ajardinada al aire libre. Perry Howard, un joven detective del grupo comandado por Mark, la esperaba mientras comprobaba la direccion hacia donde estaban enfocadas las camaras de vigilancia del edificio. De mediana estatura, corpulento, pelo corto oscuro, labios finos y cara sonrosada, al bajar la joven del coche, echo un furtivo vistazo a las largas y estupendas piernas de Jennifer y a su escote que, aunque prudente, se adivinaba entre el grueso chaqueton y dejaba ver parte de sus bien moldeados senos. Cuando Jennifer entro en el lujoso edificio, Mark estaba en el hall dando instrucciones a dos agentes para que hablasen con todos los vecinos del edificio. Vestido con chaqueta de sport y camisa gris, pantalones negros y mocasines comodos para poder moverse con facilidad en caso de necesidad. --El edificio tiene camaras --le indico Perry cuando se acercaron--. Cuatro, entre la entrada y la recepcion. --Compruebalas --ordeno Mark--. Y tu --se dirigio a Ron, otro de sus colaboradores--, ve tambien a hablar con los vecinos de los otros apartamentos de la planta doce por si han visto u oido algo. El detective Ron Speegle, adjunto a Mark, se aproximo. Pelo largo, castano y nariz prominente, un hombre macizo de voz grave a quien la gente solia escuchar con atencion, especialmente cuando movia sus grandes y recias manos. Mark se acerco a ella y le saludo con una sonrisa seductora. --Empieza desde el principio, mon ami --correspondio con otra sonrisa Jennifer. La joven habia pasado un ano aprendiendo frances y haciendo un master en la Universidad de Paris sobre criminologia y analisis de la conducta, y de vez en cuando le gustaba meter algun termino en frances con las personas a las que apreciaba y con las que se sentia a gusto. Y Mark era uno de sus preferidos. Guapo, amigo leal y gran amante. !Que mas se podia pedir! Mark miro con admiracion el sensual cuerpo embutido en el ajustado sueter, pero reprimio sus instintos sensuales y se limito a hablar del caso. --Un asesinato. --!Que novedad! Ni que estuviesemos en Nueva York. --Me ha llamado el capitan Mael para asignarme el caso y me ha dicho que te incorpore al grupo como consultora. --Al final acabare cayendole bien. --Me parece que el asunto no va por ahi --contesto Mark--. Ahora lo comprobaras. Mael y Jennifer tenian diferentes enfoques en cuanto al modo de enfocar los casos y los tramites reglamentarios. Y de ahi su cierta prevencion hacia Jennifer, quien a veces gustaba de coger atajos para evitar farragosos procesos burocraticos. --Vaya, que desilusion --chanceo Jennifer. Mientras hablaban se dirigieron al interior del edificio. El portero estaba siendo asistido por unos sanitarios. --Por lo que parece ha sido drogado, pero en un rato podra hablar con cierta coherencia -- dijo Perry, refiriendose a un hombre de mediana edad con una prominente calva, que estaba medio abatido en una silla y con los botones dorados de una chaqueta gris desabotonados. --?Aviso el a la policia? --pregunto Jennifer. --No, fue la mujer del difunto. La joven recordo el relato de Donald sobre la mujer con el telefono en la mano y la mirada extraviada. Los dos cogieron el ascensor y el detective pulso el boton de la ultima planta. --?Y la victima? --Millonario, norteamericano --contesto Mark. --?Norteamericano en Norteamerica? --dijo sarcasticamente Jennifer--. Esto se pone interesante. --Una de cada tres personas que viven en Nueva York no ha nacido en Estados Unidos. Bueno, ?vas a dejar de interrumpirme? --Claro, claro, continue --dijo la joven dando un toque en el brazo del inspector con su suave y firme mano. Un breve pasillo bien iluminado con apliques dorados en las paredes y revestido de marmol claro conducia a cuatro lujosos apartamentos. Ante la puerta abierta de uno de ellos se veia a dos policias hablando entre ellos con una cinta amarilla en la mano en donde se veia: escena del crimen, no pasar. Los miembros de la cientifica entraban y salian como si estuviesen en la cafeteria de la esquina. --Era un hombre hecho a si mismo --comento Mark. --Un canalla, vaya. --Un triunfador. --Vamos, eso. Nueva York, simbolo internacional y centro de las finanzas, sede del mayor mercado de valores del mundo y centro de grandes negocios en todos los ambitos incluyendo el arte de vanguardia. Y en esta area, William Adams habia sido el rey.

  • Poder y seduccion de Michelle Smart

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    Su esposo cambio las reglas del juego con su seduccion implacable e irresistible.

  • Un amor para recordar (Para siempre 2) de Priscila Serrano

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    No te pierdas la segunda y ultima parte de la bilogia para siempre.

  • Yo, bufon del rey de Mahi Binebine

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    Novela finalista del Premio Renaudot

  • El presidente ha desaparecido de Bill Clinton

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    Hay secretos que solo un presidente puede saber. Hay situaciones que solo un presidente puede resolver. Pero hay decisiones que ni siquiera un presidente querria tomar.

  • La receta secreta de las segundas oportunidades de J. D. Barret

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    Lucy Muir ha decidido dejar a su marido. Es un tema complicado.
    Teniendo en cuenta que son copropietarios y chefs de uno de los mejores restaurantes de la ciudad, no va resultar facil cortar por lo sano. Pero, seamos realistas, una no puede soportar eternamente que le pongan los cuernos, le roben las recetas y la menosprecien.

  • Sonka de Ignacy Karpowicz

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    Hace mucho, mucho tiempo... Asi comenzaba Sonka ciertas frases en las que no aparecian ni vacas, ni gallinas, ni cerdos; ni fiestas, ni pan, ni impuestos; ni siegas de heno, ni recolecciones de patatas, ni granizadas. Asi comenzaba frases que se le atascaban en la garganta o se detenian en sus lisas encias, desdentadas, para deslizarse de nuevo hacia el interior de su cuerpo, hasta los pulmones, el corazon y el polvo arremolinado entre sus viejos y desgastados organos. Sin embargo, despues de ese <>, a veces las palabras superaban los obstaculos, atravesaban el tejido de la carne y del tiempo, resonaba hasta la ultima de sus silabas y solo entonces volvian a penetrar en el cuerpo: viajaban a traves de los oidos hasta el cerebro, donde se hacian un hueco y esperaban a que el sueno destensara los sucesos aciagos, a que disipara los problemas. Entonces, como en tantas otras ocasiones, las palabras aparecian en los suenos en forma de historias, unas buenas, otras malas, dependiendo de por donde se mirara, cuando se despertara y adonde se hubiera o no llegado. Habian pasado diez, treinta o cincuenta anos, aunque para Sonka veinte, cuarenta o sesenta anos significaban <>, una invariable lejania. Y despues de ese <>, despues de ese <>, siempre surgia, de un modo identico, la epoca en que Sonka, siendo aun muy joven, habia vivido y experimentado con tal plenitud que luego ya no tuvo ni vida ni sentimientos. !Bah!, decia moviendo un racimo de dedos, saltaron los plomos, los fusibles, !paf! Porque las personas, como solia decir, no estan hechas de materiales duraderos, se componen de lo que comen: leche, carne y harina; frutas, setas, prosfora y sal. Pues si, sobre todo sal. Es la que le confiere al conjunto su sabor y su forma, hace que la persona no se estropee, no se pudra, sino que se reseque hasta que comienza a parecerse a un hueso que ha pasado mucho tiempo expuesto a la lluvia y al sol. Porque cuando una persona, y desde luego una mujer de pueblo, siente demasiadas cosas y vive demasiado deprisa, algo le chisporrotea por dentro, chisporrotea y chisporrotea, hasta que la instalacion entera queda inservible. Dios Padre, nuestro Hospadzi,[1] no acepta reclamaciones, a pesar de lo cual a veces se le olvida enviar al capataz ataviado con su tunica negra y su calavera y que con su guadana siega piernas, tendones y ligamentos para que reine una cierta pulcritud y un cierto orden efimeros, hasta que llegue la pulcritud de las cupulas radiantes y el orden definitivo, reflejado en los ojos abismales de los santos retratados en tablas doradas, en la fuente misma de la nada. Sonka extrajo el clavo de la cadena a cuyo extremo aguardaba, placidamente, una vaca manchada. La res rumiaba hierba y daba leche, paria cada dos anos, proporcionaba carne y piel; producia dinero, que, si bien no era mucho, no se podia desdenar. Producia ese dinero como si se tratara de la casa de la moneda, incluso cuando dormia o cuando por debajo de su inquieta cola excretaba una plasta que se esparcia como una imagen del test de Rorschach. El prado alimentaba a la vaca, y la vaca, al alimentar a los de la ciudad, alimentaba tambien a Sonka. El mundo esta organizado de tal manera que para que unos puedan comer es preciso que otros coman. Porque si todos dejan de comer, decia Sonka, el mundo enflaquecera, y si el mundo enflaquece hasta quedar en los huesos, entonces ni la grasa de castor ni los curanderos podran hacer nada. Despues de extraer el clavo Sonka aguardo un instante a que su respiracion dejara de golpearle las costillas con tanto dolor, se apoyo en la cayada nudosa, pesadamente, tal y como en tiempos se apoyaba en una horca, e incluso mas pesadamente, porque ahora se sentia pesada, terriblemente pesada, como si fuera un saco de carne. Se arreglo el panuelo, lanzo unos chasquidos y le dijo a la res: --Nu, Mucka, pashla.[2] La central lechera manchada, automotriz y con las ubres colmadas, miro a Sonka con el marron mas marron de sus ojos, en cuyo fondo crecia la hierba, revoloteaban los tabanos y en el abrevadero nadaban unos minusculos pececillos espinosos, kaluchki,[3] de los cuales se saca un provecho tan pequeno como ellos mismos, aunque lo que es pequeno o inservible en epoca de bonanza se convierte en grande e indispensable en tiempos de hambre y guerra. Sonka se puso a caminar muy despacio, ni siquiera miro hacia atras por encima del hombro, el izquierdo para el mal de ojo, el derecho para deshacer los hechizos, porque sabia que la res conocia el camino: un sendero abierto a fuerza de pasar por alli, y que descendia con suavidad hasta la orilla del rio, llena de pisadas de pezunas. Una vez alli, la vaca beberia unos dos cubos de agua y la viejecita sacaria del bolsillo un caramelo de menta de los baratos. Despues tendria que regresar, cuesta arriba, deteniendose al menos tres veces para que la respiracion la alcanzara, porque, como decia Sonka, la respiracion no caminaba al mismo ritmo que la persona, y si alguien va demasiado deprisa es capaz de perder su propio aliento, y cuando alguien pierde su aliento, ni san Nicolas el Milagrero ni san Menas pueden encontrarlo. Pero en cuanto la vereda arenosa sale de detras de los matorrales, entonces ya se puede dejar que las piernas te lleven a casa sin ninguna inquietud. De tanto en tanto, un coche con matricula de Bialystok o incluso de Varsovia pasa junto a ese camino arenoso. Cruza en un visto y no visto, levantando tanto polvo que parece una cortina de humo. Y en ese momento --como sucede en los cuentos, cuando el principe aparece a caballo y ve a una campesina en la que descubre su destino, la felicidad, sus vastagos y la maldicion del matrimonio morganatico-- aparecio por la carretera una limusina de quinientos caballos. Aparecio y, finalmente, se detuvo. Aquella mole ovoide, un Mercedes clase S, permanecio inmovil, lanzando destellos grisaceos como si se tratara de un escarabajo agigantado. La vaca estornudo, rumio la hierba almacenada en uno de sus multiples estomagos, hasta un total de cuatro, movio las pezunas y parecio interesarse unicamente por los tabanos que intentaban posarse en su nariz. En cambio, Sonka se puso una mano como visera. La mano --ahora endurecida, con astillitas clavadas, con callos, con la historia de muchas decadas encima-- le permitia ver mejor. Tfu, penso Sonka, prystanuli i buduc stsac.[4] Sin embargo, nadie evacuo la vejiga en plena naturaleza. Sonka se habia equivocado en la eleccion de las palabras, aunque no habia cometido ningun error en la apreciacion de lo que iba a suceder, pues no pretendia decir nada en concreto. Al igual que tras el invierno llega siempre la primavera, tambien cuando se para un coche con matricula de Varsovia se tiene la seguridad de que va a ocurrir algo inoportuno. El Mercedes se quedo parado, el polvo se poso; los altavoces tronaban --la puerta delantera, del lado del conductor, se habia abierto-- y del coche surgio el principe de la ciudad. Pero en lugar de decir <>, <>, <>, en lugar de eso la puerta se cerro y la musica dejo de oirse, sin mas. El polvo se poso, el V8 del coche enmudecio, la vaca continuo caminando por el arcen; tras la vaca, Sonka --dificil saber quien llevaba a quien--, y tras ella no parecia haber nada: todo lo que poseia, se lo habia ofrecido a otros hacia mucho tiempo, y lo que no tenia, no podia darlo ni robarlo. De su mismo lado, en ese mismo arcen, se quedo el principe de la ciudad, con una mochilita en vez de un cetro y una sonrisa en lugar de un reino. El tipo llevaba un pantalon corto de camuflaje militar con unos bolsillos inservibles, una camiseta de manga corta color naranja como los incisivos de una nutria y unas sandalias de ante con un aspecto aun mas suave que el abrigo de piel de oveja karakul de Wiera, la del Ayuntamiento de Grodek, la mas elegantona de la comarca, que una vez a la semana iba a Bialystok en su coche, un Golf, que asi se llamaba, made in Germany, igual que la pesadilla que vivio Sonka; y si la calidad del coche igualaba, aunque solo fuera en parte, a la que tenia aquella guerra, entonces no quedaba otra que envidiar a Wiera: su Golf le prestaria servicio durante anos, sin averias, y jamas se le iria de la cabeza ni de sus pensamientos. !Hay que ver!, penso Sonka, intrigada y algo nerviosa, es tan mono este principito que podria colocarlo en el salon, limpiarle el polvo una vez a la semana y, en Navidad, adornarlo con colgantes dorados, farolillos y pajaritos, encender una vela, sacar del calcetin el ultimo anillo que me dejo mi madre y mirarlo y mirarlo hasta la saciedad, y despues, a dormir. El jovenzuelo de la ciudad tendria nombre, cosa que Sonka imaginaba, tendria una posicion, aunque Sonka no lo podia imaginar, y era evidente que estaba de mal humor, lo cual provoca que salgan innecesariamente arrugas que ni Lancome ni la doctora Irena Eris pueden remediar. Durante un buen rato se palpo los bolsillos y rebusco en la mochila, como si hubiera perdido un papel con consejos y respuestas a todas las preguntas del mundo: ?que hacer y como vivir?, ?de que huir y con quien huir?, ?adonde huir y por cuanto dinero?; y, sobre todo: ?donde cono esta el numero del puto seguro? Pero no saco ningun papelito, sino un paquete dorado de cigarrillos --comprado en un duty-free, como saben quienes fuman y vuelan mucho por el mundo--. Encendio uno, le dio una calada y tuvo un ataque de tos. Zdyjlina,[5] le susurro Sonka a la vaca, que habia detenido su marcha junto a unos matorrales y meditaba acerca de la naturaleza de los tabanos. El principe saco un movil a la ultima, tan bonito y reluciente que parecia ideal para colocarlo sobre la Puerta Real del iconostasio y, en caso de maxima urgencia --una inundacion, una guerra, un Gobierno de derechas--, llamar al Jefe y quejarse a gusto, abrirle el corazon y aprovecharse de una tarifa plana: Spasi, Hospadzi, spasi.[6] Pero ese movil, aunque fuera muy bonito y brillara mucho bajo el sol de agosto, no puso en contacto a su dueno con el dueno de un aparato similar al otro lado de la linea, en algun lugar de un mundo real, con cines, centros comerciales y pizzas por telefono, marcando el 0800, llamada gratuita, el envio tambien gratuito para los pedidos superiores a treinta zlotys. Sonka sabia que el urbanita se habia detenido en el culo del mundo elevado a la decima potencia porque ningun operador de telefonia movil cubria aquel pedazo de tierra, ningun sociologo reflejaba a sus habitantes en las estadisticas, ni siquiera el pope se acercaba por alli en su Daewoo Espero y cuando lo hacia era para consagrar a toda prisa, bendecir mecanicamente, meterse el sobre en el bolsillo y a otra cosa; se dejaba ver entre tres y cinco veces al ano, dependiendo del numero de decesos, puesto que el numero de fiestas no cambiaba. Alli, en el fin del mundo, en Krolowe Stojlo, al lado de la metropoli Sluczanka, habia solo cuatro casas. En la mas pequena vivia Sonka. En otras dos se divertian los ratones, pues sus duenos se acomodaron en ataudes y ahora venian sus herederos desde las ciudades, algunos fines de semana, no todos, mas bien pocos, y era una lastima que lo hicieran con tan poca frecuencia, porque rompian la rutina, introducian algo de ruido en el silencio, algo de vida en el vacio. En cambio, la cuarta casa era otra cosa: nueva, construida con bloques de hormigon durante el segundo mandato del presidente Kwasniewski, embellecida con ventanas de plastico, con hermosos y resplandecientes mosaicos en las paredes hechos con trocitos de botellas rotas, en forma de flores, olas y otras chorradas. En el huerto habia filas de orondos enanitos como si estuvieran en un campo de concentracion, entre caballones de repollos y cebollas, colocados asi pensando en la maxima de que lo hermoso ha de observar una disciplina. En el balcon, una balaustrada de yeso. Ademas, columnas, un porche, una cornisa, al mas puro estilo barroco rusosluczankiano.

  • Hinun de Christian Martins

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    Denahi y Magena son mas felices que nunca. Han comenzado una nueva vida en la reserva y la suerte parece sonreirles.
    ?Dejaran “Los Calaveras” que la chica apache continue con su vida y pueda formar su familia junto al rey de la tribu?
    Mas erotica, mas intensa y mas peligrosa.
    Descubre esta tercera y ultima parte de la trilogia.

  • Un amor imposible de Graci Suarez

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    Una mujer decidida a conquistar el corazon de un hombre al que hace anos que no ve.

  • DRAG: ?Te atreves? de M. A. Petersen

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    Tras algo mas de un ano desde su arrollador exito en un prestigioso reality show de dragqueens*, Roy no ha parado de trabajar como transformista. Su hilarante y algo perverso personaje “Bianca”, dotada de la mas irreverente boca, con su maquillaje recargado al maximo y orgullosa de ser siempre politicamente incorrecta, acepta una oferta de trabajo por seis meses con el holding Corona, una empresa dedicada en todo lo amplio al espectaculo y los clubes nocturnos.

  • La rama que no existe de Gustavo Martin Garzo

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    El narrador de esta historia es un profesor de ciencias en un instituto de secundaria. Lleva una vida de lo mas anodina: sin alicientes artisticos, ni casi vitales, aunque con grandes dotes para la observacion.
    Todo cambia cuando conoce a Claudia, la enigmatica nueva profesora de literatura que ha llegado a su instituto, de quien se enamorara perdidamente, y poco a poco ira conociendo lo que se esconde detras
    de tanto misterio.
    A esta amistad se sumara la figura de Blanchard, un pintor especializado en el dolor fisico pero incapaz de pintar. Entre los tres formaran un triangulo imperfecto en el que uno cuida de otro, manteniendo asi un dificil equilibrio vital.
    Una novela que con su realismo psicologico se sale un poco de la linea mas magica a la que nos tiene acostumbrado su autor. Aqui se trata de retratar el sufrimiento contemporaneo con un estilo que por momentos parece casi clinico y por momentos se desliza hacia su lado mas poetico

  • Senoras que se empotraron hace mucho de Cristina Domenech

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    ?Donde estan las lesbianas en la historia?

  • La quinta montana de Paulo Coelho

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    En mi libro El Alquimista, la tesis central esta en una frase que el rey Melquisedec dice al pastor Santiago: <>. Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprension, y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra Leyenda Personal; o hacer que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino. Pienso que puedo ilustrar mejor lo que digo contando un episodio de mi vida. El dia 12 de agosto de 1979 me fui a dormir con una unica certeza: a los treinta anos de edad estaba consiguiendo llegar a la cumbre de mi carrera como ejecutivo de una firma discografica. Trabajaba como director artistico de la CBS de Brasil, acababa de ser invitado a ir a los Estados Unidos a hablar con los duenos de la empresa discografica y, seguramente, ellos pensaban darme todas las posibilidades para realizar todo lo que deseaba hacer en mi area. Claro que mi gran sueno --ser un escritor-- habia sido dejado de lado, pero ?que importaba eso? Al fin y al cabo, la vida real era muy diferente de lo que yo habia imaginado; no habia lugar para vivir de la literatura en el Brasil. Aquella noche tome una decision, y abandone mi sueno: era preciso adaptarme a las circunstancias y aprovechar las oportunidades. Si mi corazon protestara, yo podria enganarlo, haciendo letras de canciones siempre que deseara y, de vez en cuando, escribiendo en algun periodico. Por otro lado, estaba convencido de que mi vida habia tomado un rumbo diferente, pero no por esto menos excitante: un futuro brillante me esperaba en las multinacionales de la musica. Cuando me desperte, recibi una llamada telefonica del presidente de la empresa discografica: acababa de ser despedido, sin mayores explicaciones. Aunque llame a varias puertas durante los dos anos siguientes, nunca mas consegui un empleo en ese campo. Al terminar de escribir La Quinta Montana, me acorde de este episodio, asi como de otras manifestaciones de lo inevitable en mi vida. Siempre que me sentia absolutamente dueno de la situacion, pasaba algo queme derribaba. Yo me preguntaba: ?por que? ?Estare siempre condenado a acercarme, pero jamas a cruzar la linea de llegada? ?Sera que Dios es tan cruel como para hacerme ver las palmeras en el horizonte, solo para matarme de sed en medio del desierto? Tarde mucho tiempo en entender que no era exactamente asi. Hay cosas que son colocadas en nuestras vidas para reconducimos al verdadero camino de nuestra Leyenda Personal. Otras surgen para que podamos aplicar todo aquello que aprendimos. Y, finalmente, algunas llegan para ensenarnos. En mi libro Diario de un mago procure mostrar que estas ensenanzas no estan necesariamente unidas al dolor ni al sufrimiento; bastan disciplina y atencion. Aun cuando esta comprension ha significado una importante bendicion en mi vida, me quedaron sin entender algunos momentos dificiles por los que pase, incluso con la mayor disciplina y atencion. Uno de los ejemplos es el caso antes citado; yo era un buen profesional, me esforzaba al maximo para dar lo mejor de mi, y tenia ideas que hasta hoy considero buenas. Pero lo inevitable sucedio justamente en el momento en que yo me sentia mas seguro y confiado. Pienso que no estoy solo en esta experiencia; lo inevitable ya rozo la vida de todo ser humano en la faz de la Tierra. Algunos se recuperaron, otros cedieron, pero todos nosotros hemos experimentado el roce de las alas de la tragedia. ?Por que? Para responderme esta pregunta, deje que Elias me condujese por los dias y noches de Akbar. PAULO COELHO Y prosiguio: y puedo aseguraros que ningun profeta es bien recibido en su propia tierra. En verdad os digo que habia muchas viudas en Israel en tiempos de Elias, cuando el cielo se cerro por tres anos y seis meses, reinando la gran hambruna en toda la Tierra; y a ninguna de ellas fue Elias enviado, sino a una viuda de Sarepta, de Sidon. Lucas, 4, 24-26 PROLOGO A comienzos del ano 870 a. J.C., una nacion conocida como Fenicia --a la que los israelitas llamaban Libano-- conmemoraba casi tres siglos de paz. Sus habitantes podian enorgullecerse de sus logros; como no eran politicamente fuertes, se vieron obligados a desarrollar una envidiable capacidad de negociacion, unica manera de garantizar la supervivencia en un mundo asolado por constantes guerras. Una alianza hecha alrededor del ano 1000 a. J.C. con el rey Salomon de Israel habia permitido la modernizacion de su flota mercante y su expansion comercial. Desde entonces, Fenicia no habia dejado de crecer. Sus naves ya habian llegado a lugares tan distantes como Espana y el oceano Atlantico, y hay teorias --aun no confirmadas-- de que habrian dejado inscripciones en el nordeste y sur del Brasil. Transportaban vidrio, cedro, armas, hierro y marfil. Los habitantes de las grandes ciudades, como Sidon, Tiro y Biblos, conocian los numeros, los calculos astronomicos, la fabricacion del vino, y usaban, desde casi doscientos anos atras, un conjunto de caracteres para escribir que los griegos conocian como alfabeto. A comienzos del ano 870 a. J.C., un consejo de guerra reuniase en un lugar distante, llamado Ninive. Un grupo de generales asirios habia decidido enviar sus tropas para conquistar las naciones situadas a lo largo de la costa, en el mar Mediterraneo. Fue Fenicia el pais elegido para ser invadido en primer termino. A comienzos del ano 870 a. J.C., dos hombres, escondidos en un establo de Gileade, en Israel, esperaban morir en las proximas horas.

  • Cautiva Del Capitan de Amanda Mariel

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    Boston, Massachusetts, 1818 Prudence Drake inclino la cabeza, mirando fijamente a su padre por sobre la taza de te. --No puedes irte tan pronto. Solo han pasado quince dias desde que llegaste de tu ultimo viaje. Detestaba quedarse sola mientras su padre se hacia a la mar. No habia nuevas aventuras en Boston y, aunque le gustaba su casa, no tenia cabeza para dirigirla. Simplemente tenia que convencerlo de que la llevara con el. El se acomodo en la silla de brocado y cruzo las piernas, taza de te en mano. --Es por negocios, Poppet. Volvere enseguida. Apenas notaras mi ausencia. Con veintiun anos, ya habia pasado largamente la edad de los apodos, sin embargo, todavia le gustaba cuando la llamaba asi. Una pequena sonrisa le asomo a los labios. --Llevame contigo. --Voy a Londres. El cruce puede ser peligroso. No es nada parecido a navegar por la costa de norte a sur como estas acostumbrada. --Por favor… --suplico ella, utilizando su mejor version de ojos de carnero degollado para convencerlo. No voy a dar problemas. Te lo prometo. Durante estos veintiun anos, habian sido solo ella y papa. Su madre habia muerto al dar a luz, y aunque, a veces, habia deseado tener una, siempre anhelaba estar con su papa. Algunos de sus mejores recuerdos eran de navegar con el. Tal vez su vinculo fuera mas fuerte debido al el tiempo que pasaban juntos, solo ellos dos. El hombre se paso una mano por la barbilla. --Nunca causas problemas, Poppet. Sin embargo, tu lugar esta aqui. ?Quien se ocupara de las cosas en mi ausencia, si vienes? --El senor Stratford. Sabe mucho mas sobre el negocio que yo --dijo y puso la taza de te sobre la mesa--. Has estado capacitandolo durante anos. --Cierto… pero me referia a la finca. --Oh, papa, las responsabilidades domesticas no me interesan en lo mas minimo, y tu tambien lo sabes --echo la cabeza hacia atras, desafiante--. Nuestros sirvientes se ocupan de todos los asuntos domesticos. Lo haran igual de bien en mi ausencia. Papa rio entre dientes, los ojos encendidos. --Ya temia que ese defecto te mantuviera soltera. Tenemos suerte de que el senor Stratford te haya encontrado agradable --miro la miniatura de su difunta esposa sobre el escritorio--. Tal vez deberia haberme vuelto a casar. La guia de una mujer podria haberte sido de provecho. --No mires atras, papa. No cuando el futuro es tan brillante. El senor Stratford era un hombre agradable y bastante guapo. Seria un buen esposo. No habia chispa, ni entusiasmo entre ellos, pero el tiempo podria modificar eso. La cortejaba de forma admirable y la colmaba de atenciones, y todo el mundo asumia que pronto le propondria matrimonio. Lo mas importante era que papa deseaba que se casara con el. --Brillante, en verdad. Y una razon mas para que permanezcas aqui. Ella se mordio el labio, al tiempo que una idea estaba tomando forma en su mente. Tal vez… si, podria funcionar. --Papa, si me llevas contigo… eso puede darle tiempo al senor Stratford para echarme de menos. Empujarlo… a que me haga una oferta. --Se inclino hacia el --. La distancia trae carino al corazon, dicen. El hombre lanzo un suspiro de exasperacion. --No tienes intencion de dejar el tema. --No hasta que digas que puedo ir. No me dejes aqui, papa. --Miro en sus viejos ojos verdes, como instando a que diera su consentimiento. El se inclino hacia delante, estudiandola, las manos como en rezo, unidas por la punta de los dedos. --Sera un viaje largo, a veces duro. --Me gusta estar a bordo de una nave. --Ella le dirigio lo que esperaba fuera una sonrisa tranquilizadora--. Y sabes muy bien que se como comportarme. Incluso ayudar, si es necesario. Me has visto escalar aparejos y reparar fugas. Estoy mas en casa en un barco que aqui. La idea misma de administrar la finca hizo que quisiera salir navegando en ese instante. Nunca habia sido buena para dar ordenes a los sirvientes, planificar eventos sociales, ni comprar suministros, entre otras cosas. El ama de llaves siempre hacia esas tareas. Prudence habia hecho un intento real de aprender el manejo del hogar, pero nunca habia sobresalido en la tarea. --Los camarotes son pequenos. Mucho mas pequenos que en los que has estado anteriormente --tomo un sorbo de te. --No necesito mucho espacio. Yo tambien soy pequena. --Trajo las piernas contra su pecho y envolvio los brazos alrededor de ellas para demostrarlo. Un camarote pequeno era preferible a quedarse atras, y no habia mentido. No necesitaba mas una habitacion grande, que cintas y volantes. Su padre dejo la taza de te a un lado y la estudio. --?Estas dispuesta a compartir un camarote con tu doncella? Su corazon latio con fuerza. Habia ganado este round. El brillo en los ojos de papa se lo dijo. --Louisa ha estado conmigo tanto tiempo que se ha convertido en una amiga. Sera una feliz aventura. La mirada de su padre, un tanto dura, se suavizo. --Muy bien. Puedes acompanarme. Que Louisa haga empacar tu baul y esten listas para abordar al amanecer. Prudence se puso en pie, se dirigio a su lado y lo beso en la mejilla. --Gracias. No te arrepentiras. --Rezo por eso, Poppet --le dio unas palmaditas en la mano enguantada--. Ahora, ala, nina --Buenas noches, papa. --Prudence camino hacia la puerta a paso vivo. --Dulces suenos, mi amor. --Solo los mas dulces. --Ella le sonrio por sobre el hombro--. Y manana… los viviremos. Capitulo 1 Oceano Atlantico, 1818 --!Barco a la vista! --El aviso descendio desde la cofa. Jasper Blackmore levanto el catalejo para mirar. Lo que vio, hizo que el entusiasmo le corriera por la sangre. Una balandra pirata, y a juzgar por la actividad en la cubierta, habia visto batalla recientemente. --Es la Black Dawn, y se la ve cargada. --Le paso el catalejo a su condestable, Reed Hawkins--. Echa un vistazo. Parecia que habia pasado casi una vida desde que Jasper dejara la finca ducal familiar para luchar contra Napoleon. Nunca se habria imaginado en aquel entonces que se convertiria en un pirata, destinado a surcar los mares llenos de despiadados asesinos junto a su primo, Hawkins, como su mano derecha. --Parece que encontramos un objetivo, capitan. --Hawkins bajo el catalejo y esbozo una sonrisa astuta--. Deberian de ser presa facil. El mastil parece estar danado. --Jasper miro de nuevo. -- Y parece que tambien nos estan observando. Habia tenido tratos con la Black Dawn en el pasado. Era un grupo repugnante que no se oponia a matar a inocentes. Hoy no permitiria que escaparan. No le gustaba matar a otros hombres -ciertamente no lo hacia-, pero despues de todo lo que habia visto y sufrido, no permitiria que la tripulacion de la Black Dawn presenciara otro amanecer. Su mente volvio a sus dias de corsario para la corona. Los gritos de sus hombres heridos y moribundos despues de que la tripulacion de la Black Dawn los atacara. Habian estado debiles, habian sufrido danos en una escaramuza anterior y estaban escasos de polvora para las armas. Los hombres de Jasper habian dado todo en la lucha, pero, al fin, mas de la mitad de la tripulacion se habia ido a reunir con su creador. Hawkins asintio con la cabeza. --Los superamos en poder de fuego y en numero. Comencemos la persecucion. Jasper se volvio para dar ordenes a su tripulacion. --!Tripulacion, a sus puestos! !Vamos por la Black Dawn! !Cargad los canones de estribor y poned a Styles al frente! Styles Wither era el mejor artillero que Jasper hubiera tenido el placer de comandar jamas. Con la velocidad de su barco y su tripulacion experta, todavia tenian que enfrentarse a un enemigo al que no pudieran conquistar. Hoy no seria diferente. Ganarian la batalla y se beneficiarian de ella. Cerro los dedos con firmeza sobre la empunadura de su alfanje, mientras la anticipacion de la batalla calentaba su sangre. Esto era por lo que vivia: el mar abierto, la camaraderia de sus hombres y la excitacion de la batalla. El hecho de que el camino elegido irritara a su padre solo endulzaba las cosas aun mas. En cuanto al duque, Jasper dejo de existir cuando peleo con su hermano mayor despues de que la mujer que estaba cortejando, la senorita Anna, lo abandonara por el primogenito heredero. El padre habia ordenado a Jasper que se inclinara ante su hermano, olvidara la traicion y se comportara como correspondia a un segundo hijo. Eso no sucederia. Jasper dejo su casa y nunca miro hacia atras, aunque mantuvo correspondencia con su madre y su hermana. El duque debia de estar muy enojado con su hijo, el pirata, hecho que le convenia perfectamente a Jasper.

  • Bajo la luna de Sidney de Monica De La Torre

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    Daniela, una joven madrilena recien licenciada en Veterinaria, llega a Australia para incorporarse en su nuevo puesto de trabajo en una clinica en Sidney. Ilusionada, desea emprender un camino en su vida, aunque este lejos de su familia y amigos. Pero tambien lleva consigo un recuerdo amargo: el final de su noviazgo con Hugo. Decidida a superar este mal momento, se entrega a su nuevo destino sin saber que esta ciudad tiene muchas sorpresas reservadas para ella y pronto descubrira que la vida en Sidney no iba a ser tan facil y maravillosa como ella pensaba.

  • Apagame de Una Fingal

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    Desenganada de su matrimonio y de su aburrida existencia, Suzanne Daniels se refugia en las novelas romanticas, viviendo sus fantasias de un modo tan real que muchas veces son causa de problemas o circunstancias hilarantes.

  • Tan poderoso como el amor de Cesar Antonio Molina

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    Cien son las premisas que encontramos en este libro, y cada una de ellas es una afirmacion sobre los poderes o caracteristicas que tiene el amor, justificada a traves de la cultura. Partiendo de 100 peliculas y de otras tantas obras literarias de referencia, el autor nos argumenta por que el amor es el sentimiento mas poderoso del ser humano.
    A partir de peliculas tan celebres como Casablanca, El ultimo tango en Paris, Jules y Jim, Secretos de un matrimonio o Hiroshima, mon amour; tan sugerentes como Lolita, Bella de dia, Infiel o El imperio de los sentidos; tan asequibles como Los amantes del circulo polar, Delitos y faltas o Los puentes de Madison, este es un libro que recorre un paisaje cinematografico apto para todos los publicos y que enriquecera, gracias a sus multiples niveles de lectura, a cualquiera que se le acerque.
    En una muestra de dominio cultural impresionante, Cesar Antonio Molina nos sumerge en un mar de dudas con sus respuestas, totalmente argumentadas y deliciosamente plasmadas a traves del analisis de obras cinematograficas de primer nivel.

  • Azul Estocolmo de Carmen Sereno

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    “El y yo volveriamos a encontrarnos en cualquier otra vida.”
    Ana Luna ya no trabaja en Laboratorios Grau. Es hora de buscar un nuevo empleo y sacarse a Eric de la cabeza. Y del corazon. Pero, ?como se puede olvidar a alguien que se ha metido en lo mas profundo de tu ser? Cuando por fin empieza a ver la luz al final del tunel y a recuperar el control de su vida, la repentina aparicion de Eric y su inesperada propuesta pondran a prueba su voluntad.
    ?Aceptara Ana que su sindrome de Estocolmo nunca se ira?

  • Martina mezclada, no enredada. (Martina sin alcohol 2) de Olga Salar

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    Martina Vega esta de vuelta. Su vida ha cambiado y ya no esta agitada, ni revuelta, sino mezclada, no enredada. El amor es lo que tiene, nos transforma sin que nos demos cuenta. ?Pero que quereis que os diga que no sepais todos ya? Las mezclas, a veces, ofrecen los mejores sabores. ?Quieres averiguar que tipo de coctel sera este? ?Dulce? ?Amargo o quizas picante?
    En Martina mezclada, no revuelta, tienes la respuesta.

  • Destruccion masiva de Fernando Rueda

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    Vuelve Fernando Rueda, el autor del best seller Yo confieso, con un reto aun mas dificil:

  • Orgullo y dolor de Sandra Gabriel

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    Una historia de amor, orgullo y dolor que se desarrolla en una pequena isla del Caribe en los albores del siglo XX.

  • Victoria O Derrota (Todo Saldra Bien 11) de Roser A. Ochoa

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    Noviembre del 2019, la humanidad habia vuelto a dar un paso al frente en su lucha para erradicar esa plaga que crecia poco a poco, pero que, en algun momento, podria terminar siendo un peligroso enemigo de la humanidad: los vampiros. Un grupo de cientificos elegidos, despues de muchas discusiones y con suma meticulosidad por parte de los gobernantes de los principales paises, habian unido fuerzas para desarrollar el arma definitiva contra esos seres <> que tenian amenazada la poblacion sin que esta, tan siquiera, fuese consciente del peligro con el que convivia a diario. El lema de <> reverberaba en la cabeza de esos poderosos dirigentes en el momento en que dieron luz verde a la propagacion de ese virus, ?que podia salir mal? El primer humano afectado de Covid-19 murio poco tiempo despues. La alarma estallo y de pronto todo se precipito hacia un desenlace para nada esperado. Los dirigentes de esos mismos paises intentaron, por todos los medios posibles, frenar el avance de ese feroz e invisible enemigo que poco a poco diezmaba su poblacion, hasta llegar a un punto de inflexion y de pronto, esos fuertes lideres mundiales, simplemente se rindieron. Esa noticia afecto de distintos modos a esos otros habitantes del planeta Tierra, algunos reian de la estupidez humana, sin embargo, otros estaban preocupados por el desarrollo de los acontecimientos, hasta el punto de que marzo del 2020 supuso ese momento que pasaria a los anales de la historia como el punto de inflexion en el que los vampiros se vieron en la dificil situacion de decidir si salvar a la humanidad o quedarse de brazos cruzados viendo como esta se extinguia. Esa manana los primeros rayos de sol descubrieron a Johan abrazado al cuerpo de Sora, que dormitaba de manera placida, respirando de forma tranquila y acompasada. --?No ha sonado el despertador? --pregunto la chica, entreabriendo los ojos. --Si --confirmo Johan--, pero estabas tan cansada que lo he apagado. --Hoy es el dia. --Sora no pudo evitar cierto tono de preocupacion. --Lo es --solto en un soplido Johan, saliendo de la cama--. Voy a irme en un rato... solo queria verte despertar. --Sonrio el. --Te quiero --dijo Sora desde la cama, sin apartar la mirada de el mientras empezaba a vestirse--, te quiero mucho --repitio, sin poder evitar que los nervios rompieran su voz. --Voy a lograrlo --afirmo el chico, volviendo a gatas por encima del colchon para poder abrazarla--. No te va a pasar nada, ?me oyes? Voy a convencerlos... --Ellos odian a los humanos, y con la sangre sintetica ya no os hacemos falta... --Sora --dijo Johan agarrandola por las mejillas para alzar su rostro--. Siempre has confiado en mi, no pierdas la esperanza--. ?Cuando te he fallado? --Nunca --confirmo Sora, abrazandose al frio cuerpo de su pareja. Siempre habia confiado en Johan, una confianza ciega y sin reservas. Desde el momento en que se habia enamorado de un vampiro su vida habia sido un caos tremendo, y ahora que parecia que todo iba a salir bien entre ellos, despues de tantas vicisitudes, pasaba eso. Sora no pudo evitar estremecerse, y no supo discernir si por sus pensamientos o por el tacto mortecino de su amante. Si alguien podia salvar a la poblacion mundial ese era Johan, pues aun siendo vampiro era mucho mas humano que muchos otros. Cuando el chico salio del apartamento, se dio cuenta de que el estado de la ciudad era desolador, las calles vacias, el ambiente triste, el miedo que se condensaba a su alrededor... El Gobierno, en un ultimo intento de salvar a la poblacion, los habia instado a quedarse confinados en casa, una medida poco popular aunque hasta la fecha, bastante efectiva. Aunque Johan se preguntaba cuanto durarian intactos los animos en la poblacion. Cogio el coche y arranco, intentaria llegar todo lo lejos que pudiera como un humano normal, el resto del camino, de ser necesario, lo realizaria usando otras formulas. Dos dias despues diviso por fin su destino. Esa manana Sora desperto sola en la cama, que sentia grande y vacia sin Johan al lado, lo extranaba como jamas penso que anoraria a alguien. Desde que se habian conocido su vida habia dado un vuelco, todo en lo que creia y todo en lo que no creia se habia mezclado y agitado, y le habia explotado, casi de manera literal, en la cara. Sonrio al pensar en esas primeras citas y en cuando descubrio toda la verdad del chico del que ya estaba irremediablemente enamorada. Estar sin el era duro, sin embargo, confiaba en ese hombre mas que en cualquier otra persona en el mundo. Se ducho sin prisas, desayuno ojeando la prensa internacional en el movil y se vistio mientras en los telediarios se dedicaban a mostrar y tergiversar datos y estadisticas, numeros y nada mas que numeros, las cifras era importantes, las personas ya no. Cuando salio de casa la sorprendio una pequena caja con una envoltura de plastico perfecta sobre su felpudo, al agacharse a recogerla escucho pasos de la puerta de enfrente. --!Son galletas! --grito la vecina para dejarse escuchar a traves de la madera--. Que tengas una buena guardia Sora. --Gracias --dijo ella conmovida. --!Buena jornada, Sora! --Se escucho desde otro de los pisos. --!Animo! --dijo otro de los vecinos. --Venga, Sora, !todos estamos contigo! --dijo una voz un par de plantas mas abajo. --Muchas gracias, vecinos --exclamo la chica con un nudo en la garganta. Cuando salio a la calle la ciudad tenia el mismo aspecto desolado de las ultimas semanas, sin embargo, sentia un intenso calor en su interior que la reconfortaba y llenaba de renovadas fuerzas. Llego al hospital aun con el corazon agitado, feliz y con ganas de empezar la jornada. Tenia todas sus energias reservadas para esas maratonianas guardias y daria lo mejor de si misma un dia mas. --Siempre sonries --dijo una companera al pasar por su lado. --Por supuesto --afirmo con conviccion. --Me gustaria poder ser tan positiva como lo eres tu --lamento la chica, con cara de cansada. Sora solto un suspiro y no pudo evitar pensar en Johan, lo echaba muchisimo de menos, con el al lado era mas facil sonreir, esperaba que consiguiera su objetivo. ?Podia un vampiro tener dolor de cabeza? Seguramente solo fuera en su imaginacion, no obstante la sensacion de presion intracraneal era bastante real. Ya llevaban discutiendo cinco dias y estaba claro que el consenso todavia quedaba lejos. --?Por que deberiamos ayudarlos? --dijo Saul, uno de los lideres de mas antiguedad--. No debemos olvidar que son ellos los que han intentado matarnos --sentencio cargado de razon, a lo que la audiencia ahi presente vitoreo. --?Debemos dejarlos morir entonces? --inquirio Viktor, el vampiro europeo mas longevo de todos. Puede que su ascendencia eslava y el frio de sus tierras hubieran obrado tal milagro en el. --!Deberiamos! --exclamo un joven en representacion de una de las facciones americanas. --Todos estamos movidos por el odio y por el rencor pero, creo que deberiamos meditar bien nuestros actos, pues de ellos va a depender no solo el futuro de la humanidad, sino en gran parte el nuestro propio --sentencio el representante africano. --Nuestra raza y la raza humana siempre han estado entrelazadas y jamas ha existido una sin la otra --argumento Viktor, con su siempre calmada voz. Eran obvias las reticencias de muchos a tender una mano amiga a esos seres a los cuales siempre habian considerado inferiores, mero producto de consumo. Sin embargo, las implicaciones del exterminio de los humanos era algo imposible de calcular, era imposible predecir los efectos a corto, medio y largo plazo de la extincion humana, y por mas animadversion que sintieran por esa raza, estaba claro que, en el fondo, todos sabian que no podian simplemente dejarlos morir. --Ellos han creado ese virus solo para matarnos --siguio Saul--. Ellos no han mostrado ningun tipo de consideracion hacia nuestra especie, ni tan siquiera se plantearon que ocurriria sin nosotros, al igual que nosotros estamos pensando en ellos. --?Eso significa que si ellos actuan de forma estupida nosotros debemos hacerlo tambien? --se atrevio a apostillar Johan, el cual llevaba un rato callado. --Llevamos habitando el planeta por un largo tiempo --dijo de nuevo Viktor--, sabemos que la inteligencia de los humanos es escasa y limitada, son incapaces de pensar en nada mas alla de los pocos anos que duran sus cortas vidas y, precisamente por eso, deberiamos ser nosotros quienes velemos por ese futuro que ellos son incapaces de alcanzar a ver. --Buen punto, Viktor --concedio a reganadientes Saul--. ?Johan...? --?Es serio vamos a escucharlo a el? --bramo otro de los americanos--. ?Acaso no es un traidor al enamorarse de una humana? --Jamas pense que mis relaciones personales empanaran mi dilatada experiencia y todos mis estudios... --Bla, bla, bla --respondio el hombre. --Muy maduro --reprendio otro.

  • Y tu ?Que quieres?, T. Camacho de T. Camacho

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  • El beso de la Bestia de Johana Connor

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    Cada noche Isabel despierta sobresaltada por culpa de unos ojos llameantes y demoniacos que la persiguen a traves de una selva muerta. Un espiritu aterrador, que poco a poco va irrumpiendo en su realidad apareciendo en los rostros de las personas que la rodean.
    Cree que es producto del estres, pero cuando un atractivo hombre se topa con ella, seduciendola con el magnetismo de su mirada y con la ferocidad de sus besos, sus suenos adquieren vida propia. Descubre que la selva existe y la bestia de ojos llameantes tambien, y en sus pesadillas estan las claves para detenerla.
    Eso la deja en una encrucijada, no sabe si seguir dejandose arrastrar por el fuego de la pasion que el le despierta o alejarse para siempre del peligroso secreto ancestral que ese hombre oculta bajo su piel, y la arrastra a enfrentar sus miedos.
    La profecia comienza a cumplirse. El cambio esta cerca.

  • Vendida como Mercancia de Brenna Day

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    Esperaba a su principe azul
    Pero su padre la vendio como una vil mercancia...
    al hombre mas sexy y peligroso de todos

  • Viajera en el deseo 1 de Ana Allende

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    Hanna Moore es una chica sencilla y comun, pese a todas las virtudes que sus padres le ha podido dar economicamente, solo ha tenido un novio, nunca ha salido de su ciudad natal Salt Lake City, Utah y su vida es una simple rutina.

  • Los senores del humo de Claudio Cerdan

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    Esta novela negra llega a las librerias avalada por el aplauso de los mayores expertos, criticos y escritores.

  • La biblioteca de los muertos (La biblioteca de los muertos 1), Glenn Cooper de Glenn Cooper

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    Tu destino esta escrito. Y el de toda la humanidad…

  • Las huellas que dejo la marea de Johan Varo

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    Por fin llega la esperada la esperada continuacion de "El lenguaje oculto de las olas" con un desenlace que no te dejara indiferente.

  • Comeme ferozmente de Jesus Alderete Zapata

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    La clasica historia de Caperucita y el Lobo para protagonizar JUEGOS de ROL en 6 ROMANTICOS y EROTICOS Capitulos (Guiones), con 3 diferentes niveles de atrevimiento. Incluye Miniretos y Tips.